AL ALBUR DEL AZAR II - Archivo de la Frontera · Al albur del azar de Federico Losada LIBRE INTERPRETACIÓN DE EMILIO SOLA ... destino vagamente azul entre los rojos intensos del

El Archivo de la Frontera es un proyecto del Centro Europeo para la Difusión de las Ciencias Sociales (CEDCS), bajo la dirección del Dr. Emilio Sola. www.cedcs.org [email protected]

FEDERICO LOSADA CARRIÓN

AL ALBUR DEL AZAR

II

[email protected]

Colección: E-Libros – La Conjura de Campanella Fecha de Publicación: 09/07/2007 Número de páginas: 10

Colección: Galeatus Fecha de Publicación: 21/11/2016 Número de páginas: 49 I.S.B.N. 978-84-690-5859-6

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Archivo de la Frontera

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Al albur del azar de

Federico Losada

LIBRE INTERPRETACIÓN DE EMILIO SOLA

SOBRE SUS FOTOS Y TEXTOS ELEGIDOS

Un día traté de llegar directamente al silencio. A. Tápies



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Descender por el tacto a la raíz

De ti, memoria

Húmeda de mi tránsito. J. A. Valente



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Dadme lo que queráis, dadme una piedra, una sombra, una estrella destruida.

A. Gamoneda



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Quedar en lo que queda

después del fuego, residuo, sola

raíz de lo contable. J. A. Valente



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. . . el fugitivo tiempo

se detiene. Así hacen, altos en la luz, inmóviles,

los mármoles antiguos. A. Gamoneda



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En esta majestad de la madera

el oro canta y el dolor: estatuas. A. Gamoneda



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Entrar,

Hacerse hueco

En la concavidad,

Ahuecarse en lo cóncavo. J. A. Valente



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Cuando sentimos miedo, disparamos. Pero cuando

sentimos nostalgia, hacemos fotos.

Susan Sontag



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Ah soledad, mi vieja y sola compañera, salud. J. A. Valente

Nada ni nadie en esta hora adviene, pues la soledad es la

sola estancia del estar. J. A. Valente



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La belleza no es un lugar donde van

a parar los cobardes. A. Gamoneda

Lenta, muy lenta, muerte, en la belleza

tan lenta del otoño. A. Valente



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. . . pero mi sueño vive debajo de tus párpados. A. Gamoneda



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No estabas tú, tu cuerpo, estaba

sobrevivida al fin la transparencia. A. Valente



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Me mira

el animal que calla.



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De las bóvedas verdes caen hojas aciagas

al fondo de la púrpura. A. Gamoneda

Souviens-toi que le temps est un joueur avide

Qui gagne sans tricher, à tout coup ! c’est la loi.

Le jour décroit ; la nuit augmente ; souviens-toi !

Le gouffre a toujours soif ; la clepsydre se vide. Baudelaire



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De mi grandeza interna espero el eco: es la amarga cisterna que en el alma

hace sonar, futuro siempre, un hueco. P. Valery

Así las cosas,

la locura es perfecta. A. Gamoneda



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En las fuentes del llanto larvas hilan. P. Valery

¿Quién nos respondería desde la plenitud solar sin destruirnos?

A. Valente



| 18 |


. . . no es posible atribuir piedad a la naturaleza, ya que en

ella no existe razón sino movimiento. A. Gamoneda



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Mírame a mí, que cambio, bello cielo.

Después de tanto orgullo y tan extraña

ociosidad, mas llena de potencia,

a este brillante espacio me abandono . . . P. Valery



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Es un ángel sin dios, es piedra trabajada por gemidos. A. Gamoneda

No quiero más que estar sobre tu cuerpo

como lagarto al sol de la tristeza.

J. A.

Valente



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Presencia radical de la materia y de la respiración total de la materia. J. A. Valente

El movimiento: exilio: infinito regreso: vértigo: el solo movimiento es la quietud. A. Valente



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No eran la manos, sino aquella forma

de estar unidas sin tocarse, como, en el bosque, las hojas sorprendidas

en la profundidad y la quietud. A. Gamoneda

B.



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Thought is gazing onto the face of life, and reading what can be read, Thought is pondering over experience, and coming to conclusion. Thought is not a trick, or an exercise, or a set of dodges, Thought is a man in his wholeness, wholly attending. D.H. Lawrence



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Hambre de luz

Ciego de luz, buscó en las sombras que la luz no le faltara. Un salto indebido entre el

incierto ayer y el amargo y prometedor mañana.

Se debía a los silencios y las palabras eran ya un estorbo. Fue a las cosas que prometían

silencio y en el silencio de las cosas apareció la luz de las sombras. Era una luz queda y

doliente, lejos de la estridencia solar y terrible de esos días diáfanos en los que la pura

felicidad se convierte en un nuevo calvario.

Quisó ser sólo silencio, pero nadie está dotado para controlar sus emociones. Quizá por

eso se aferró a la luz de las sombras. Un mundo ambiguo, cambiante e inhóspito en el que

todo antes había aparecido claro.

Tener necesidad de ladrar y emitir sólo palabras. Ansiar amor y sólo ver surgir desafectos,

silencio o todo ruido.

Caminar hasta la extenuación para comprender las voces de la luz, pues la cámara sabe

conocer un mundo del que estamos desposeídos. Nadie puede asegurar haber sido feliz

en ese viaje. Se trata sólo de un trabajo mecánico resuelto luego en espiritual. Somos lo

que somos: materia en exceso, energía en defecto.

No se trata sólo de hacer el camino inverso, sino de estar convencido de que sirva para

transformarse. Cuando uno desciende a las sombras es porque no le queda ninguna

esperanza, y cuando está en ellas comprende que las sombras eran la única esperanza

posible. Es un trabajo oscuro y silencioso, y el único producto claro es sólo uno: el miedo.

Miedo a estar equivocado, miedo a no ser lo que uno ansiaba.

La respuesta está en las cosas mismas, en su adecuación, en su silencio. En la ausencia de

ruido que distraiga. No es fácil comprender a quien no habla, pero sí entender lo que dice.

Basta con aproximarse con la humildad del ignorante y la liberalidad del atento.

Viviendo en ese cielo incierto del desamparo, lo más aconsejable sería dejarse morir.

Hambre de silencio que devuelve las voces perdidas, o las que nunca han llegado. Palabra

y luz llenas de gestos propicios, algo así como un mar de abrazos entre cuerpos

desconocidos. Poseer desposeyéndose. Ese vago no ser entre las cosas que son. O sea, un

destino vagamente azul entre los rojos intensos del atardecer o las primeras sombras del

frío.

Bajar al foso de las verdades donde todas cumplen la condición extrema de ser falsas. Las

cosas, víctimas moleculares de disparos imprecisos, blandos y virtuales se transforman

en ojos luminosos que sin ver iluminan y conducen a ese espacio abierto en que un

fósforo, apenas prende, vuela entre nuestras manos.

Arturo Lorenzo

Aldehuela de Periánez.

Agosto de 2016



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La perfección es terrible, no puede tener hijos. Sylvia Plath



| 26 |


¿Amor? Sea hombre. Sea mujer. Debe ser una ola por la que quieres deslizarte, darle tu cuerpo, darle tu risa, dar,

cuando la áspera arena te coja, tus lágrimas en la tierra.

Amar a alguien es como una oración y no puede ser planeado, simplemente caes en sus brazos porque tus

creencias desarman tu incredulidad. Anne Sexton



| 27 |


En mitad de la vida sucede que llega la muerte a tomarle medida a la persona. Esta visita se olvida y la vida continúa. Pero el traje va siendo cosido en silencio. Tomas Tranströmer



| 28 |


Seguramente estaré inquieta / por el hospital, esa zona del cuerpo-/ cuerpos envueltos en bandas elásticas,

/ cuerpos enfundados en madera o usados como teléfonos, / cuerpos crucificados con sus muletas, /cuerpos llevando bolsas de goma entre sus piernas, /

cuerpos vomitando su jugo como un detergente, / cuerpos tersos y desnudos como huevos para zurcir.

Anne Sexton

Dime

con qué rotas imágenes ahora

recomponer el día venidero,



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trazar los signos,

tender la red del fondo,

vislumbrar en lo oscuro

el poema o la piedra,

el don de lo imposible. J. A. Valente



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Y cuidadosamente puso sobre

la flor sin fin de mi cadáver

su inalterable luz

oh muerte,



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dónde esta tu victoria. A. Valente



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TOKO NO MA

El aire abría

la latitud total de la mañana

y extendía la luz, y la caballería

a vista de las aguas descendía. A. Valente



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Luz,

donde aún no forma

su innumerable rostro lo invisible. A. Valente



| 34 |


El poeta presiente el olvido de la luna,

que extravía el espejo de la memoria persa. Félix Blanco



| 35 |


Pero la sed

nace del fuego, pero la luz es sombra de la nada.

A. Gamoneda



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Va a caer el telón. La sombra

va a caer otra vez la sombra. J. A. Valente



| 37 |


El sexo es vertical. El hombre justo es vertical. La envidia repta en posición yacente, Es plena y decididamente horizontal. Desconfía de lo horizontal. Desconfía del zapato. Pedro Plasencia



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Te prolongas hacia el último vestigio azul del aire y en él, al fin, te entregas, te sumerges, gimes en sus vencidos

pabellones. J. A. Valente



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O réccompense aprés un pensée

Quún long regarde sur la calme des dieux! P. Valery



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La soledad se desnuda en tus ojos, muchacha interminable, extensa en la amargura; quizá un muerto fugitivo te anida y te cruza la sangre y, en la sangre, anochece.

A. Gamoneda



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Quand sur lábïme un soleil se repose,

Ouvrages purs dúne éternelle cause,

Le Temps scintille et le Songe est savoir. P. Valery



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. . . . . la oscuridad teje una bruma alrededor del hombre; la oscuridad es amplia, sombría y libre; la oscuridad deja que el alma siga su camino. Sobre el hombre ignorado se derrama la piadosa efusión de la oscuridad. Nadie sabe de dónde viene ni a dónde va. Puede buscar la verdad y decirla; sólo él es libre, sólo él es verídico, sólo él está en paz . . . .

.¡Y ahora de nuevo desciende la oscuridad, y ojalá fuera más profunda! ¡Ojalá fuera, casi pudiéramos exclamar desde el fondo de nuestros corazones, tan profunda que su opacidad no nos permitiera ver nada! Virginia Woolf



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Quisiera haber estado en los lugares en donde tú estuviste, en todos los lugares donde hay acaso aún o sobrevive un fragmento de ti o tu mirada. ¿Sería este vacío tuyo lacerante

lo que hace de pronto un espacio lugar? ¿Lugar, tu ausencia? J. A. Valente



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330 palabras para Federico Losada y su mirar

por Emilio Sola.

Esta noche de finales de agosto he soñado con Federico; un sueño colorista y en el que

su presencia personal se diluía y en su lugar lo dominaba todo su obra de creación de

imágenes fragmentadas, reiterativas, transitorias, que con variaciones mínimas se iban

transformando unas en otras y entre todas significaban duración y perdurabilidad del

tiempo en una piel, en una vida… Federico se transformaba en su color y su forma, se

diluía poco a poco en una transparencia casi translúcida que clareaba y clareaba hasta

tener que adivinarla en una bruma dorada por un sol apenas atisbado tras esa misma

bruma que a la vez doraba… La acción, tan contenida que era no-acción, tenía, sin

embargo, un lugar preciso asignado en el sueño: Roma.

Todo partió de un sueño, pues, de ese espacio onírico en el que todo es posible. Y Roma

en el sueño era, sin duda, lo que siempre fue Roma: la Gran Inversión del Amor. Tal vez

sólo retórica, así, y por ello más mágica esa Gran Inversión. Ónfalo u ombligo del mundo

ocupado por el ángel melancólico de los camposantos, rodeado del mundo mineral –



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herrumbre u orín y cardenillo – y vegetal en putrefacción o tránsito hacia otra realidad o

imagen al fin invertebrada y mudable como un fractal.

Evanescencia de la vida, las puertas al campo y las puertas al mar.

Las simetrías de las aguas y de los aires iluminados para orientación de aves migratorias

y de los pescados eternamente en movimiento, los granulados del óxido, las arrugas de la

madera o las olas oceánicas, de alta mar.

Mirada cada vez más adelgazada y metafísica, pálida y luminosa al tiempo, hacia la

monotonía sin fin de la línea horizontal del horizonte cuando la memoria comienza a

envejecer.

La mirada de Federico, cada vez más líquida caricia. Roma y Amor. Romamor, que diría

el Scala, o rumor. Rumor de besos y batir de alas, que decía un poeta romántico.

Insoportable, si no, el ser.

ESTRAMBOTE A 330 PALABRAS

Romamor que diría el Scala hacia el cieloleic, o roma, amor y ciel,

y oh el asombro Federico o sombra de Federico

ganando su vida a un masculino de nada, que diría el Mackaui,

ganando su vida a nado, que diría el Ayala, y ya, y la y a…

hacia dónde, amor y haz lo que quieras,

baila la sombra, baila la nada,

baila la imagen,

baila…



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FIN

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