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Elogio de las curvas Al Universo le encantan las curvas. Y los arcos y las elipses. También las espirales, sobre todo cuando son áureas. En su anciana inmensidad colecciona con fervor de anticuario círculos, óvalos, sinusoides, ondas, esferas y órbitas. Nuestro Universo no pierde el tiempo viajando de un punto a otro por el camino más corto, a él no le gustan las líneas rectas. Se aburre con el orden obsesivo y previsible que desprenden los cuadrados y rectángulos, las cuadrículas y celdillas. Las fronteras son rectas y él las detesta porque odia encasillarse y no poder salirse de la raya, no poder traspasar límites. Al Universo le gusta escribir en un folio sin renglones, y es lo que hace, porque el Universo aunque tenga tantas leyes que cumplir hace lo que le viene en gana que para eso es el Universo. Y lo hace todo redondo. Curvo. Ondulado. Sin esquinas. A su antojo. No hay planetas cuadrados, no hay nubes rectas, las gotas de agua no tienen lados.

Al Universo Le Encantan Las Curvas

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Page 1: Al Universo Le Encantan Las Curvas

Elogio de las curvas

Al Universo le encantan las curvas. Y los arcos y las elipses. También

las espirales, sobre todo cuando son áureas. En su anciana inmensidad

colecciona con fervor de anticuario círculos, óvalos, sinusoides, ondas,

esferas y órbitas. Nuestro Universo no pierde el tiempo viajando de un punto

a otro por el camino más corto, a él no le gustan las líneas rectas. Se aburre

con el orden obsesivo y previsible que desprenden los cuadrados y

rectángulos, las cuadrículas y celdillas. Las fronteras son rectas y él las

detesta porque odia encasillarse y no poder salirse de la raya, no poder

traspasar límites. Al Universo le gusta escribir en un folio sin renglones, y es

lo que hace, porque el Universo aunque tenga tantas leyes que cumplir hace

lo que le viene en gana que para eso es el Universo. Y lo hace todo redondo.

Curvo. Ondulado. Sin esquinas. A su antojo. No hay planetas cuadrados, no

hay nubes rectas, las gotas de agua no tienen lados.

Y la Vida, que no es sino su huésped privilegiado, un pasajero viajando en

su interior con destino incierto, trata de imitar sin ningún disimulo esta

pasión por las curvas, por ejemplo al reproducirse con doble hélice o en los

ciclos de su existencia o en la forma de sus células o en los frutos de sus

árboles o en la redondez de la mirada de sus criaturas.

Y ahora yo, aquí, pretendiendo en vano que mi existencia sea lineal, sin

sobresaltos, sin entender que la tristeza no es sino la misma onda que la

alegría, que nada será siempre igual porque todo gira, baja y sube, se

retuerce y se curva, se pliega y estira…

- ¿En qué estás pensando?

- ¡Ah!…en nada importante, solo miraba tu sonrisa.