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Sicariato Fernando Carrión M. E n la antigua Roma, sicario significaba hombre-daga, pues “sica” es una daga pequeña y fácil de escon- der para apuñalar a los enemigos políticos (Wikipedia) 1 . En la actualidad es quien asesina por encargo, a cambio de una compensación económica. El fenómeno del sicariato no es nuevo en el mundo ni ha estado ausente del Ecuador, lo cual quiere decir que no es un hecho delictivo que “llega desde afuera” ni que tampoco es reciente. En el país existe sicariato desde tiempos inmemoriales, aunque desde principios de los años noventa del siglo pasado se ha incrementa- do y ha cambiado sustancialmente, debido a la influen- cia del narcotráfico y el paramilitarismo colombiano. Si bien el número de homicidios no es tan signifi- cativo como en Colombia, México o Brasil, sus efectos son devastadores a todo nivel. Sin embargo, pese a que este delito ocurre en el Ecuador, constantemente se niega su existencia. ¿Por qué esta paradoja? El sicariato no es solo un fenómeno de unos sujetos aislados que usan la violencia para cometer homicidios por encargo, es algo mucho más complejo que ello, debido a que su realidad está asentada sobre la base de un conjunto de redes sociales que permean la sociedad y sus instituciones, y de una construcción valórica en términos económicos (toda vida tiene un precio) y culturales (el vértigo, el ascenso social). De manera que, este fenómeno es un proceso que está creciendo en la obscuridad porque se niega su existencia o porque se lo recubre bajo el manto de la definición de homicidio agra- vado. Crece en la obscuridad aunque todos saben de su realidad a través de los medios de comunica- ción, aunque su existencia no siempre es reconocida por quienes deben velar por su control. Un ejem- plo de esto, es la afirmación del Jefe de la Policía Judicial de Pichincha, Rodrigo Tamayo, quien señaló: “No consideramos la existencia del sicariato. Lo que aceptamos es el homicidio agravado” 2 . Este tipo de nega- ciones a la realidad del fenómeno solo abona en su crecimiento en el desarrollo de las actividades que le dan sustento, en la deslegitimidad de las instituciones y -lo más grave- en que no se enfrente adecua- damente este delito. La importancia del sicariato no estriba solo en el número de homicidios cometidos o en los gra- dos de violencia explícita que encierra, sino en el impacto que produce -sin infiltrarse físicamen- te- en las instituciones tutelares del sistema penal clásico (policial, cárcel y justicia), en las insti- tuciones de la sociedad civil (medios de comunicación, institutos académicos) y en la vida coti- diana (cultura de resolución de conflictos al margen del Estado). Nadie desconoce que el sicariato desinstitucionaliza y genera una cultura del éxito rápido, amparada en el advenimiento de una nueva élite poderosa sustentada en el poder del temor (es un mecanismo de ascenso social, aunque sea temporal). Además, este crimen se caracteri- za por tener una gran caja de resonancia en los medios de comunicación, porque les llama poderosamente la atención el grado de violencia de las ejecuciones, y lo espectacular que resul- tan sus acciones al dirigirse siempre a ciertos actores públicos conocidos. En definitiva, el sicariato es un homicidio que tiene particularidades propias, tanto por el nivel de violencia y profesionalismo con que se ejecuta, como por la sofisticación de las activi- dades y relaciones sociales previas al hecho delictivo. Pero también, por los efectos posteriores que encierra: toda vida adquiere un precio y todo ser humano está sujeto al escrutinio de una persona que puede definir el valor que tiene su muerte 1 http://es.wikipedia.org/wiki/Asesino_a_sueldo, consultado abril de 2008 2 Publicado en Diario El Comercio, 24 de diciembre de 2007 EDITORIAL Página 1 ENTREVISTA Compromiso institucional: estrategia clave para cobatir el sicariato Entrevista a Guillermo Rodríguez Página 2 Protección contra el sicariato: necesidad de una política más completa Entrevista a César Arias Página10 INTERNACIONAL Combatiendo el sicariato en “la ciudad más violenta del mundo” Andrea Betancourt Página 3 TEMA CENTRAL El sicariato: una realidad ausente Fernando Carrión M. Página 4 MEDIOS Asesinato a sueldo ¿Una construcción mediática? Jenny Pontón Cevallos Página 12 POLÍTICA PÚBLICA Los desafíos institucionales y sociales frente a la mercantilización de la violencia Alfredo Santillán Página 11 SUGERENCIA Página 11 CORTOS Página 3 CONTENIDO 2008 24 S ICARIATO EN EL ECUADOR www.latin-american.cam.ac.uk Fotograma de la película La Virgen de los sicarios

Alberto Moscoso - FlacsoAndes

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Page 1: Alberto Moscoso - FlacsoAndes

SicariatoFernando Carrión M.

En la antigua Roma, sicario significaba hombre-daga,pues “sica” es una daga pequeña y fácil de escon-der para apuñalar a los enemigos políticos

(Wikipedia)1. En la actualidad es quien asesina porencargo, a cambio de una compensación económica.

El fenómeno del sicariato no es nuevo en el mundoni ha estado ausente del Ecuador, lo cual quiere decirque no es un hecho delictivo que “llega desde afuera”ni que tampoco es reciente. En el país existe sicariatodesde tiempos inmemoriales, aunque desde principiosde los años noventa del siglo pasado se ha incrementa-do y ha cambiado sustancialmente, debido a la influen-cia del narcotráfico y el paramilitarismo colombiano. Si bien el número de homicidios no es tan signifi-cativo como en Colombia, México o Brasil, sus efectos son devastadores a todo nivel. Sin embargo, pesea que este delito ocurre en el Ecuador, constantemente se niega su existencia. ¿Por qué esta paradoja?

El sicariato no es solo un fenómeno de unos sujetos aislados que usan la violencia para cometerhomicidios por encargo, es algo mucho más complejo que ello, debido a que su realidad está asentadasobre la base de un conjunto de redes sociales que permean la sociedad y sus instituciones, y de unaconstrucción valórica en términos económicos (toda vida tiene un precio) y culturales (el vértigo, elascenso social). De manera que, este fenómeno es un proceso que está creciendo en la obscuridadporque se niega su existencia o porque se lo recubre bajo el manto de la definición de homicidio agra-vado. Crece en la obscuridad aunque todos saben de su realidad a través de los medios de comunica-ción, aunque su existencia no siempre es reconocida por quienes deben velar por su control. Un ejem-plo de esto, es la afirmación del Jefe de la Policía Judicial de Pichincha, Rodrigo Tamayo, quien señaló: “Noconsideramos la existencia del sicariato. Lo que aceptamos es el homicidio agravado”2. Este tipo de nega-ciones a la realidad del fenómeno solo abona en su crecimiento en el desarrollo de las actividades quele dan sustento, en la deslegitimidad de las instituciones y -lo más grave- en que no se enfrente adecua-damente este delito.

La importancia del sicariato no estriba solo en el número de homicidios cometidos o en los gra-dos de violencia explícita que encierra, sino en el impacto que produce -sin infiltrarse físicamen-te- en las instituciones tutelares del sistema penal clásico (policial, cárcel y justicia), en las insti-tuciones de la sociedad civil (medios de comunicación, institutos académicos) y en la vida coti-diana (cultura de resolución de conflictos al margen del Estado).

Nadie desconoce que el sicariato desinstitucionaliza y genera una cultura del éxito rápido,amparada en el advenimiento de una nueva élite poderosa sustentada en el poder del temor(es un mecanismo de ascenso social, aunque sea temporal). Además, este crimen se caracteri-za por tener una gran caja de resonancia en los medios de comunicación, porque les llamapoderosamente la atención el grado de violencia de las ejecuciones, y lo espectacular que resul-tan sus acciones al dirigirse siempre a ciertos actores públicos conocidos.

En definitiva, el sicariato es un homicidio que tiene particularidades propias, tanto por elnivel de violencia y profesionalismo con que se ejecuta, como por la sofisticación de las activi-dades y relaciones sociales previas al hecho delictivo. Pero también, por los efectos posterioresque encierra: toda vida adquiere un precio y todo ser humano está sujeto al escrutinio de unapersona que puede definir el valor que tiene su muerte

1 http://es.wikipedia.org/wiki/Asesino_a_sueldo, consultado abril de 20082 Publicado en Diario El Comercio, 24 de diciembre de 2007

EDITORIALPágina 1

ENTREVISTACompromiso institucional:

estrategia clave para cobatir el sicariato

Entrevista a Guillermo Rodríguez Página 2

Protección contra el sicariato:necesidad de una política

más completaEntrevista a César Arias

Página10

INTERNACIONALCombatiendo el sicariato en

“la ciudad más violenta del mundo”Andrea Betancourt

Página 3

TEMA CENTRALEl sicariato: una realidad ausente

Fernando Carrión M.Página 4

MEDIOSAsesinato a sueldo

¿Una construcción mediática?Jenny Pontón Cevallos

Página 12

POLÍTICA PÚBLICALos desafíos institucionales y

sociales frente a la mercantilizaciónde la violenciaAlfredo Santillán

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SUGERENCIAPágina 11

CORTOS Página 3

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Fotograma de la película La Virgen de los sicarios

Cuadro de texto
Alberto Moscoso
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¿Existe el delito de sicariato en el Ecuador? La información se ha dado a través de medios decomunicación, y es público, el sistema que se empleaen el sicariato existe en el país. Desgraciadamente,dentro de las estadísticas todavía no se puede usareste término, porque penalmente o en la parte jurídi-ca no está tipificado como sicariato. Pero dentro desus características se presenta como un delito pagadoo a su vez por venganza, ejecutado por una personaque hace de intermediario,pues quien lo realiza no es lapersona directamente afecta-da o interesada. Éstas son lascaracterísticas que en el con-texto internacional se definencomo sicariato.

¿En qué países es más frecuen-te este tipo de delito? Esto tiene antecedentes histó-ricos, desde la época de la inva-sión de los romanos a Pales-tina, desde ahí viene el concep-to de “sicario” como “la daga”que se empleó en esa época.Actualmente, la gran influenciaviene de Colombia, tiene quever con el narcotráfico en laépoca de Pablo Escobar en losaños ochenta, donde niños delas periferias de Medellín eran utilizados para cobrarvenganzas o para eliminar a algunas personas. Son céle-bres en Colombia, jueces que fueron asesinados por ladroga porque estaban atentando contra los interesesde los narcotraficantes. En México, tenemos los “LosZetas”, que son organizaciones delictivas que se handedicado exclusivamente al sicariato. Los carteles tie-nen inclusive su propia manera de marcar territorio yde victimar a la gente, diferenciándose en la forma desembrar el terror y el miedo.

¿Desde hace cuánto tiempo ha habido este delito enel país? Ha habido varios casos. Sin embargo, es difícil deter-minar el sicariato, los autores por lo general no admi-ten que han sido contratados porque no quieren de-latar a la persona que les contactó, y se corre el ries-go de que los delitos queden en la impunidad. Lo gra-ve de esto es que la impunidad es un caldo de culti-vo, porque los delincuentes dicen “vayamos porqueno va pasar nada”. Es cierto que la Policía hace su tra-bajo, pero también es importante que la parte legalampare al ciudadano común que es afectado por estetipo de delitos, para que no haya la posibilidad de queesto vaya creciendo.

¿Quiénes son los actores en un delito de sicariato? Realizamos un estudio sobre el caso de la muerte de

la Intendenta de Sucumbíos Irene Guerrón en el2007, y se determinó que previamente debe haberuna relación entre el autor intelectual (el que contra-ta) y aquel que va a efectuar el hecho. En este caso, laIntendenta Guerrón cerró ciertos locales de toleran-cia en Nueva Loja, y el dueño de uno de los clubesnocturnos - Edwin Hurtado Bravo - buscó los contac-tos para victimar a la Intendenta. Él se vinculó con LuisRosero alias “el morocho”, quien a su vez coordinó

con un intermediario para através de esa persona llegar aaquellos que iban a hacer el“trabajo”.

Con esto se puede ver queno se llegan a conocer entrevictimarios, es decir, el autordirecto con el autor intelectual.Gracias al trabajo profesionalque hizo la Policía, se pudodeterminar exactamente cómofue el delito y todo lo quehabía detrás de esto. El ciuda-dano o en este caso la autori-dad, que está haciendo un tra-bajo correcto, debe tener elrespaldo del sistema o de laorganización en sí, para quepueda desempeñar su funciónsin convertirse en víctima.

¿En qué regiones del país suceden más este tipo dedelitos? Se han presentado casos especialmente en la partefronteriza, en Sucumbíos y también por el sector deEsmeraldas; además, en Santo Domingo y en algunoslugares de la Costa como en las provincias de Manabíy Guayas. Es importante mencionar que donde hanexistido estos hechos, la Policía los ha capturado eninvestigación.Tiene que haber la rigurosidad de la ley,es un compromiso de los Fiscales que acusen y losJueces que sentencien; de tal manera que, el delincuen-te sea sancionado. Si bien es cierto que en nuestra leyno está tipificado como sicariato, nuestro Código Penalsí contempla la clase de asesinato que puede sercometido con alevosía, precio o promesa remunerato-ria. El juez tiene las herramientas para juzgarlo.

¿Requerirían de protección especial las personasque están a cargo de juzgar sicariatos? Como Policía damos protección a una de las juezasque iba a ser víctima de un atentado. El Estado tienela Unidad de Protección de Víctimas y Testigos, loimportante es no dejarle desprotegido a quien tieneque juzgar, hay que darle garantías, de tal manera quepueda ejercer su trabajo adecuadamente y sin temora perder la vida. Se realiza un análisis de riesgo de lapersona, y obviamente esta unidad determina si ame-rita o no brindar seguridad personal.

FLACSO SEDE ECUADOR • PROGRAMA ESTUDIOS DE LA CIUDAD2

Compromiso institucional: estrategiaclave para combatir al sicariato

Mayor Guillermo RodríguezGrupo de Operaciones

Especiales - GOEPolicía Nacional del

Ecuador

Es cierto que la Policía hace su trabajo, pero también

es importante que la partelegal ampare al ciudadanocomún que es afectado por

este tipo de delitos, para queno haya la posibilidad deque esto vaya creciendo.

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Page 3: Alberto Moscoso - FlacsoAndes

Hay que buscar ciertas maneras para que nuestropaís no se vea como un lugar adecuado para come-ter sicariato, porque como se vio en Colombia existedesplazamiento del delito, pues de Medellín pasó aBogotá. Nosotros no queremos que ese tipo de deli-tos se trasladen acá.

¿Por qué no consta el sicariato en las estadísticaspoliciales?Para determinar que ha habido un sicariato, tiene queconcluir un proceso investigativo. Sería una ligereza dela Policía decir que existe sicariato sin que haya habi-do investigación, eso no es profesional. Para determi-nar un sicariato tenemos que esperar que el procesotermine. La palabra clave es “compromiso”, cada insti-tución debe hacer su trabajo de la mejor forma posi-ble, de manera que el ciudadano que está en el cen-tro de este triángulo llamado seguridad, esté tranqui-lo y sepa que sus derechos van a ser respetados.

Por: Jenny Pontón

CIUDAD SEGURA 24 - 2008 3

Combatiendo el sicariato en “la ciudad más violenta del mundo”1

Andrea Betancourt

Medellín, en la década de los ochenta y noventa, fue cataloga-da como la ciudad más violenta del mundo. Durante el impe-rio del narcotraficante Pablo Escobar, se entrenó a toda una

generación de niños y jóvenes de los barrios periféricos de esta ciu-dad en asesinato a sueldo. Factores como la facilidad de armarse, su-mado a un sistema policial y judicial corrupto, además de la buenapaga proporcionada por un fuerte cartel de narcotraficantes, permitióque surgiera en Medellín un ejército de sicarios (insertos en bandas,grupos de autodefensa y de milicia) que mantuvo una violenta dinámi-ca de homicidios a personas comunes y políticos por más de dos dé-cadas.Testigos y estudiosos revelan que los disparos por la noche eracuestión de todos los días.

Actualmente, una de las ciudades latinoamericanas con mayoreséxitos en seguridad ciudadana es Medellín, tras las políticas de intervenciónestatal de la administración de Sergio Fajardo (2000-2004) y Alonso Salazar(2004-2008 y 2008-2012). En el 2002, el 81% de los homicidios, el 93% de lasmasacres y el 70% de los secuestros del departamento de Antioquia se dabanen Medellín. Sin embargo, tres años más tarde, las tasas de homicidio en estaciudad bajaron en cerca de un 60%, y alrededor de 2.885 ex-integrantes degrupos de autodefensa se reinsertaron a la sociedad civil. Estos logros se die-ron gracias a un trabajo conjunto entre el gobierno local y el nacional.

No obstante, si bien después del asesinato de Escobar (1993) las tasas dehomicidio comenzaron a disminuir en Medellín, en el 2002 se dispararon nue-vamente. Según Jorge Giraldo (2007) de la Universidad Eafit-Colombia, en esaépoca se difundió la idea de que la violencia no era propia de la ciudad, sinoque era un fenómeno nacional, por lo que el gobierno local no consideró a estalucha como su competencia principal. Así, las políticas frente al narcotráfico y elsicariato dejaron de ser prioritarias y se volcaron hacia la “autogestión del con-flicto” por parte de las comunidades. Además, durante los años 90, se fortale-ció el sistema de seguridad privada y las comunidades comenzaron a contratarestos servicios para asegurarse a sí mismas.

En el 2002, se calculaba que existían 650 bandas involucradas en el narco-tráfico y el sicariato y tres bloques de autodefensa, además de los frentes gue-rrilleros del Ejército de Liberación Nacional - ELN y las Fuerzas Armadas Revo-lucionarias de Colombia - FARC. En este mismo año, el gobierno local de Me-dellín descartó el control territorial de bandas, milicias y guerrilleros, lo quedesembocó en una crisis de violencia que se manifestó en 442 muertes violen-tas entre enero y octubre del 2002 sólo en la zona de la Comuna 13. Esta situa-ción hizo un llamado a la presencia estatal a través de dos tipos de interven-ciones: (i) la Operación Orión (octubre 2002), en la que las Fuerzas Armadas,la Policía Nacional, la Policía Secreta y la Fiscalía retomaron los barrios de estacomuna para desarticular las redes de sicarios; y, (ii) la desmovilización delBloque Cacique Nutibara (diciembre 2003). Fue así que se aplicaron políticassociales con acuerdos de paz, reinsertando socialmente a 870 miembros degrupos de autodefensa, tras la incorporación de políticas de intervención repre-siva combinadas con las de índole social, logrando claros descensos en la vio-lencia de Medellín. Entre el 2003 y el 2005, los grupos de autodefensa recono-cidos disminuyeron de 350 a 0 y, de 150 milicias a 50.Así también, las tasas des-cendieron de 98.66 homicidios por cada 100.000 habitantes en el 2003 a 37.39en el 2005.

La ciudad de Medellín ha vivido cambios drásticos en la dinámica de la vio-lencia urbana en esta última década. El nivel de organización y consolidacióndel crimen, el amplio surgimiento de sicarios y el narcotráfico han demandadoel reconocimiento de estos fenómenos por parte del Estado, la formulaciónde políticas complejas que combinan acciones represivas y policiales con medi-das sociales, y el trabajo conjunto y coordinado entre el gobierno local y elnacional

1 Giraldo, Jorge, (2007)“Conflicto urbano armado y violencia homicida. El caso de Medellín”.Colombia: Universidad Eafit. Disponible en: http://www.banrep.gov.co/documentos/conferen-cias/medellin/2007/Confl-urb-hom.pdf Serrano, Pascual, (s/f) “Sicarios en Medellín”. Disponible en:http://www.pascualserrano.net/antes%202000/15-11-96sicarios-medellin.htm

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Alonso Salazar, periodista colombiano, estu-dioso pionero del sicariato y actual alcalde deMedellín, revela que los jóvenes sicarioscomienzan su carrera asesina a la edad de 12y 13 años. De la misma manera, sus vidas sonbastante cortas, pues muchos de ellos suelenser asesinados por sicarios de otras bandas,por las mismas que los contrataron cuando yapueden prescindir de ellos, o por la policía.Los niños y jóvenes se conforman con recibirdinero, ayudar a sus familias y ser socialmentereconocidos en su círculo. Prefieren, además,morir a ir a la cárcel.

Los jóvenes sicarios comienzan realizando pequeñosrobos para la banda. Si se muestran valientes, rápidos,buenos tiradores y, más importante, si se ganan la con-fianza del grupo, deben pasar la prueba de fuego quedeterminará su coraje y decisión: su primer muerto asangre fría.

Si han logrado sobrevivir tras algunos años de sicaria-to, los jóvenes más hábiles ascienden a un trabajo másrentable y seguro conocido como “oficina”. En estepuesto, ellos actúan de reclutadores de nuevos niñosy de intermediarios entre el cliente y el sicario. Ellosson quienes analizan el encargo, negocian los preciosy asignan el trabajo a un determinado sicario.

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La Facultad Latinoamericana de CienciasSociales FLACSO sede Ecuador, suscribióun Convenio Marco de Cooperación conel Consorcio de Consejos Provinciales delEcuador y Gobiernos Locales por la Sus-tentabilidad-Secretaria para América Latinay El Caribe ICLEI-LACS, el día 15 de mayode 2008. El propósito principal del Con-venio es la implementación del proyecto“Observatorios de Violencia y Seguridad Ciu-dadana en la Frontera Norte” cuyo objetivoes proveer de una herramienta técnica pa-ra la toma de decisiones en políticas públicas deseguridad ciudadana acordes a su realidad local alas provincias de Esmeraldas, Carchi y Sucumbíos.

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Page 4: Alberto Moscoso - FlacsoAndes

La “Virgen de los Sicarios”, María Auxiliadora debe,según la creencia, perdonar a sus hijos

y proveerlos de destreza y fortaleza para que no fallen en sus “trabajos”.

Fernando Vallejo

Introducción

Antes del surgimiento del sicariato como fenóme-no generalizado y con patrones claros de funcio-namiento, en el país hubo un tipo de ajuste de

cuentas no mercantilizado, vinculado a las conviccionesde quienes asumían la necesidad de eliminar transitoria(intimidación) o definitivamente (homicidio) a los enemi-gos políticos o económicos.

El cacique local, generalmente un terrateniente, re-quería de los servicios de una fuerza de choque para de-fender sus intereses políticos y económicos; era un grupofuncional y dependiente del hacer política local, que debíalealtad al líder y a sus actuaciones clientelares.

En términos nacionales el ajuste de cuentas ocurrióen la época velasquista con unos agentes policiales deno-minados “Los Pichirilos” quienes eran pagados con fondosreservados del Ministerio de Gobierno; o los denomina-dos “Pepudos” vinculados a un partido populista guayaqui-leño, que llegaron a recibir el manejo parcial de las adua-nas de Guayaquil. El asesinato de Abdón Calderón Muñozen 1978; el homicidio del Juez de la Corte Superior deQuito Iván Martínez Vela en 1988 y los ajusticiamientos a18 ejecutivos carcelarios ocurridos en los últimos años.También el requerimiento de los servicios de ciertos cuer-pos irregulares vinculados a la ruralidad, como, por ejem-plo, los hacendados bananeros de las provincias de LosRíos o Esmeraldas, los terratenientes de Cotopaxi yChimborazo o de las colonizaciones amazónicas.

El desarrollo del fenómeno a nivel nacional se pro-duce con el crecimiento del narcotráfico en Colombia -amediados de los años ochenta del siglo pasado- cuandoel negocio de la droga requiere de una fuerza irregularque desbroce las amenazas del Estado (jueces y policíasque reprimen), del sistema político (parlamentarios quedictan leyes de extradición) o de la sociedad (periodistasque denuncian). Los sicarios se convierten en elementonecesario para el desarrollo del narcotráfico, convirtién-dose en un acompañante del itinerario de la droga y desu transnacionalización.

En Medellín se ofertan los precios por las cabezas depolicías, políticos y jueces. Se crean las “oficinas de cuentasde cobro” y se desarrolla toda una estructura orgánica,primero, vinculada a los carteles de la droga, y luego, inde-pendizada bajo la modalidad de la tercerización o interme-diación. La ruptura de la ligazón directa al narcotráfico per-mitió que el sicariato crezca, diversifique y multiplique.

Una cosa parecida ocurrió con el paramilitarismocolombiano, que buscaba focalizar sus esfuerzos destruc-tivos sin que le afecte su imagen. El sicariato es funcional,tan es así que es contratado para eliminar redes sociales,fuerzas irregulares y grupos de apoyo vinculados a la polí-

tica, al periodismo y a la academia de izquierda.Desde este momento el servicio tiene dos modalida-

des: freelance, es decir, una oferta personal e independien-te que opera en el mercado ante el mejor postor bajo laforma de un “vengador social”; y tercerización, que cuentacon una organización para actuar en cualquier lugar, aun-que privilegiando la demanda de alto nivel (narcotráfico).

El surgimiento de esta oferta fue posible gracias a laruptura de su sujeción a la organización delictiva parami-litar o narcotráficante; pero también, a que este serviciosui generis se diversificó y generalizó hacia la parte mássensible de la sociedad: la resolución de conflictos y pro-blemas rutinarios de la vida cotidiana, mediante la fuerzao el temor. De esta manera, la violencia terminó legitima-da por los resultados; tan es así que se le busca pararesolver diferencias en negocios, propiedades de tierras,acosos sexuales, infidelidades conyugales, apuestas, deu-das, arbitrajes futbolísticos y cualquier problema querequiera intimidación o, incluso, la eliminación del otro.

Desde este momento el sicariato hace metástasis enla sociedad y deja de vincularse exclusivamente a unaviolencia y a un solo territorio, generalizándose por la so-ciedad e el territorio.

El Diario El Tiempo de Bogotá2 señala el caso de labanda “las tres puntillas” (llamada así porque a sus vícti-mas les ponen tres clavos en la frente), que opera desde1997 en siete países: Brasil, Estados Unidos, España, Ve-nezuela, Ecuador, México y Panamá; la cual ha matadomás de 200 personas y ha sido contratada por mafias yparticulares que pagan por aniquilar a sus enemigos sindejar rastro.

En México (Escobar 2005), se desarrolló la banda de“Los Zetas”, que es el grupo de sicarios más violento ypeligroso de la historia del narcotráfico. Nace de un co-mando de operaciones especiales del Ejército mexicanoque pasó de combatir a los narcos en la frontera con Es-tados Unidos a trabajar para ellos, con sueldos superio-res. En el estado de Pernambuco-Brasil, nacieron lo sica-rios llamado “Homicidios S.A.” al que se atribuyen un mi-llar de asesinatos en el noreste de este país. En Río deJaneiro y San Pablo también actúan otras bandas de sica-rios que siembran terror en la población.

El jefe de la Brigada Central de Delincuencia Espe-cializada de Madrid, Ángel Luis Galán3, sostiene que “el si-cariato es un delito notorio, por su difusión en los mediosde comunicación”. Para este funcionario los asesinos porencargo llegan a España desde Sudamérica, para actuar ysalir inmediatamente del país, lo cual hace la investigacióncompleja, quedando la mayoría de estos casos sin escla-recer. Según el responsable policial, este tipo de crímeneshan aumentado en los últimos cinco años en España,representan el 10 % de los registrados en países comoFrancia,Alemania, Italia o EE UU y, están lejos de las cifrasde México, Brasil o Colombia.

Estos casos que se realizan por fuera de sus fronte-ras originarias ilustran muy el fenómeno de la “terceriza-ción” del servicio así como los fuertes indicios de la pre-sencia de ex militares o ex policías y fuertes nexos conel narcotráfico4.

FLACSO SEDE ECUADOR • PROGRAMA ESTUDIOS DE LA CIUDAD4

El sicariato:una realidad ausenteFernando Carrión M.1

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Page 5: Alberto Moscoso - FlacsoAndes

El fenómeno es más complejo de lo que se suponedebido a que es imposible recoger información en lasinstituciones que deben producirla: policía nacional, poli-cía judicial y fiscalía. En principio, como el sicariato no esreconocido legalmente, la información oficial no da cuen-ta del fenómeno, pero también queda la impresión queno existe interés en medirlo y conocerlo.

Para tener una aproximación a la problemática, he-mos recurrido a los datos obtenidos en la prensa nacio-nal, básicamente en los años 2007 y lo que va del 2008(abril) de los diarios El Universo de Guayaquil y El Co-mercio y Hoy de Quito5. Esta fuente de información noes la más precisa debido a la serie de limitaciones y pro-blemas que introduce: primero, el universo de la informa-ción proviene de las ciudades más grandes donde exis-ten corresponsales, eso significa que no existe una cober-tura nacional. Segundo, que no todos los casos se regis-tran, incluso en las ciudades donde se publican los perió-dicos, lo cual genera una cifra negra importante (sea por-que no se identifica el homicidio o porque no se lo con-sidera noticia).Y tercero, porque el dato tiene un nivel deprocesamiento periodístico -realizado por el propio me-dio-, sin que haya criterios científicos de profundizar laproblemática más allá del hecho noticioso.

Con el presente estudio exploratorio se busca mos-trar la existencia del sicariato, evidenciar algunas caracte-rísticas, señalar los problemas que implica el negarlo,constatar los impactos que produce en la sociedad y susinstituciones, y reflejar la necesidad de investigar en pro-fundidad este fenómeno. Es, por tanto, un primer acerca-miento a una problemática, que deberá continuar inves-tigándose en el futuro.

El objeto de estudio: el sicariato

El sicariato es en la actualidad un fenómeno económicodonde se mercantiliza la muerte, en relación a los merca-dos -oferta y demanda- que se desarrollan, cada uno delos cuales encierra un tipo específico de víctima y moti-vación del contratante. Es un “servicio” por encargo odelegación que carece de mediación estatal y posee unaimportante “mediación social”, que lleva a la pérdida delmonopolio legítimo de la fuerza del Estado. Es el clásicoevento de la formación de una justicia mafiosa donde laviolencia se convierte en el mecanismo de resolución deconflictos propios de la rutina de la vida cotidiana.

El servicio es contratado para un ajuste de cuentas(traición, venganza), justicia por propia mano (violación,crimen) o acto de intimidación (competidor, política) acambio de una compensación económica previamentepactada. Se trata de un servicio a la carta y al mejor pos-tor que lleva a la existencia de distintos tipos de merca-dos que se conforman según la cualidad de la víctima(juez, comerciante, vecino); la razón del contratante (ven-ganza, soplón); el contexto del evento (vulnerabilidad,riesgo); las condiciones del sicario (freelance, tercerizado);y, según el lugar donde se cometerá el acto (barrio, muni-cipio o internacional).

El sicariato encierra un conjunto de relaciones socia-les particulares donde operan cuatro actores identifica-bles, explícitos y directos, producto de una “división deltrabajo” que establece funciones entre ellos están: (i) elcontratante, que puede ser una persona aislada quebusca solventar un problema por fuera de la ley (celos,odios o deudas, tierras), una organización delictiva for-mal6 (limpieza social, eliminación enemigos) o una infor-mal que requiere imponer su lógica del negocio ilícito(narcotráfico o crimen organizado). (ii) El intermediario,

es el actor que opera como mediador entre el contra-tante y el victimario, es un personaje clave que hace invi-sible al sicario frente al contratante (y viceversa), lo cualle da un poder muy grande pero también lo pone entrela espada y la pared por el nivel de conocimiento quetiene ante el contratante. Sin embargo, como estos dosactores se necesitan mutuamente hay una relación per-versa de convivencia perpetua, pues el contratante setorna muy vulnerable si se salta la instancia de interme-diación. (iii) El sicario7, es el ejecutante final del objetivode asesinar o escarmentar a alguien; lo cual le hace alta-mente vulnerable por el riego que corre cuando come-te el ilícito y también porque termina siendo el eslabónmás débil del proceso, en tanto por lo general no cono-ce al contratante, ni al intermediario, ni a la víctima (acto-res compartamentalizados). Hay una relación de conoci-miento de arriba hacia abajo, que hace que su sobrevi-vencia dependa de dar muerte; pero su eficiencia incre-menta su vulnerabilidad, en el sentido de que ser testigole convierte en potencial víctima de otro sicario al “sabermucho”. El sicario es un tipo joven que ha sido recluta-do de sectores de ex policías, ex militares, narcotrafican-tes, guardias privados, guardaespaldas, guerrilleros, pandi-lleros, paramilitares, brigadas barriales, entre otros. Estaspersonas pueden ser contratadas de forma individual enciertos barrios, discotecas, cantinas, billares, burdeles yhasta por Internet; y también a través del crimen organi-zado bajo la forma tercerizada, lo cual garantiza el traba-jo y la inmunidad. (iv) Por último está la víctima, quedependiendo de la “justicia” que quiera impartir el con-tratante, puede definirse en dos tipos: una vinculada alcrimen organizado (narcotráfico), donde el perfil de lavíctima depende del lugar en que se ubique dentro delmercado laboral (juez, policía, magistrado, periodista opolítico), constituyendo por lo general un funcionario/aque se encuentra dentro del llamado “orden público”; yla otra, puede ser cualquier persona que tenga un entre-dicho con otra. Es decir, que la víctima se define según larelación que tenga con el contratante y sus intereses.

Estos actores pueden ser personas aisladas o instanciasorgánicas; son diversificados y no se conocen entre sí, locual les da una mayor fuerza frente al Estado de derecho.Así, quien hace de sicario no conoce a la víctima ni tampo-co el entorno, característica negativa para el trabajo deajusticiamiento, pero positiva para el momento posterior alcrimen, ya que el no dejar huellas impide su aprensión.

La invisibilidad del sicariato ¿Por qué?

La invisibilidad del fenómeno del sicariato se construyebajo un conjunto de elementos simultáneos8 dentro delos cuales sobresalen los siguientes: primero, la definiciónde la violencia a través del concepto de delito; es decir, sino consta en el código penal no existe ni tiene pena9. Porello el sicariato no es un delito, pero sí el resultado delmismo: el homicidio y, por eso mismo, es difícil establecerpolíticas para contenerlo.

En segundo lugar, la criminalidad real se lee siemprea partir de eventos ex post (hechos delictivos) dondenunca aparecen las circunstancias que lo rodean. En elcaso del sicariato los elementos circundantes son funda-mentales para calificar el homicidio y, sobre todo, paradiseñar las políticas que permitan su contención.

En tercer lugar, hay fuerzas interesadas en mantenerel anonimato del sicariato, debido a que usa el homicidioy la intimidación dentro de las instituciones es más efi-ciente que la infiltración, para regular la información ofi-cial y la de los medios.

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Debido a la inexistencia de la norma legal el sicaria-to no se registra institucionalmente.Tanto la eficiencia delsicariato como la ineficiencia de las instituciones lleva anegar su existencia; escondiendo su negligencia. Por otrolado, las autoridades políticas niegan el sicariato portemor de que afecte la imagen del país o la ciudad y esoredunde en impactos económicos negativos.

De allí que el sicariato sea uno de los delitos dondese perciba la mayor cifra negra dentro de la violencia,pero también el mayor número de casos no resueltos; locual revela el nivel de impunidad existente. Pero no soloeso: es el homicidio que menos se lo conoce y, por lotanto, al que menos se lo combate explícitamente.

Características del sicariato: un decálogo

Lo más importante de la información de la prensa hasido la posibilidad de descifrar algunas características querodean al sicariato. No se le puede pedir a esta fuente elnúmero exacto de asesinatos cometidos, pero sí se pue-den encontrar descripciones de las cualidades de lamodalidad de actuación del sicario. Lo primero que sedebe decir es que el sicariato no es un homicidio común;hay una serie de factores contextuales y sociales que lohacen especial y diferente a otros.

Este delito es parte de la violencia moderna, es decir,de aquella donde hay premeditación para cometer un

hecho criminal, y es un servicio imprescindible para laexistencia de la organización delictiva en general (narco-tráfico, tráfico humano). Es un apéndice donde uno y otrose necesita mutuamente, donde ambos existen por larelación funcional que mantienen. Pero no solo provienedel crimen organizado, sino también del conflicto de laritualidad de la vida cotidiana, en lugares donde la institu-cionalidad es precaria y las propuestas de “mano dura” segeneralizan y legitiman socialmente.

Para analizar las características del sicariato, hemosorganizado la información proporcionada por los mediosde comunicación en función de diez indicadores quetienden a delimitar el fenómeno, los cuales no guardanningún orden ni jerarquía.

1. La lógica territorial del sicariato

El sicariato en el país no se distribuye equilibradamente,hay una lógica espacial que se expresa en los siguientestérminos: a) La mayoría de los homicidios cometidos porsicarios son urbanos en desmedro del campo; b) Existeuna concentración de asesinatos de esta modalidad en lacosta y en la frontera norte, mientras en la sierra (con laexcepción de Quito) y en la amazonía (con excepción dela frontera norte) son prácticamente inexistente (ver grá-fico No.1).

En números absolutos San Lorenzo tiene casi la mi-tad de los homicidios por sicariato del país (47), le sigueGuayaquil casi con un tercio (27) y luego Manta, Que-vedo, Santo Domingo, Durán, Machala, Nueva Loja10, yQuito respectivamente. Si bien el número de homicidiosno es tan significativo en el conjunto nacional (alrededordel 10%), sus efectos son devastadores en los ámbitos deimpunidad, de los valores que genera, de la violencia quetiene y del desarrollo de un entramado capital socialnegativo que tiende a ampliarse para hacer justicia porpropia mano y para legitimar la violencia como un meca-nismo de resolución de conflictos.

El número de homicidios tiene que ser relativizadapor la fuente que hemos utilizado, lo cual no invalida latendencia general. Más aún si en algunas ciudades en queno aparecen registros de homicidios atribuibles al sicaria-to, sí existen noticias vinculadas. Por ejemplo, enSucumbíos hubo una marcha a la Corte Superior deJusticia por los asesinatos de la Intendenta Irene Guerróny del Concejal César Basurto; en Santo Domingo en el2007 hubo protestas por el aumento del sicariato;Quevedo pidió la declaratoria de emergencia de la ciu-dad. Según El Universo, en Guayaquil hay bandas dedica-das a la limpieza social; mientras en Quevedo, fiscales yabogados reciben amenazas de muerte, además de quealgunas cooperativas y negocios pagan impuestos (“vacu-nas”) para no ser objeto de retaliaciones.

2. El lugar del crimen.

El sicariato se ejecuta en un espacio donde el homicidasaca supremacía sobre la víctima y pueda escapar sin seridentificado y menos aprendido. Son lugares donde la víc-tima no puede protegerse ni solicitar ayuda y dondeacostumbra a acudir, sea por que va o por que llega; poreso la gran cantidad de homicidios próximos a la vivien-da de la víctima (ver gráfico No. 2). El sicario estudia losmovimientos cotidianos de la víctima, para tomar la deci-sión de donde cometer el delito. La sorpresa y el cono-cimiento del espacio donde se ejecutará el crimen leotorga al sicario un dominio sobre el escenario y la vícti-ma. Los eventos que se producen cerca de la casa, den-tro del vehículo y en la calle llevan a la conclusión que el

FLACSO SEDE ECUADOR • PROGRAMA ESTUDIOS DE LA CIUDAD6

Gráfico 1Ocurrencia del homicidio agravado por ciudad, 2007 - Abril 2008

Fuentes: Diario El Universo, Diario El Comercio y Diario Hoy. Elaboración: Diana Mejía

Gráfico 2Lugar de víctimas y crímenes de sicariato, 2007 - Abril 2008

Fuentes: Diario El Universo, Diario El Comercio y Diario Hoy. Elaboración: Diana Mejía

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lugar privilegiado para la ejecución del homicidio es elespacio público y, en segundo término, los lugares pro-pios de la vida cotidiana: la farmacia, la tienda, el restau-rante y la discoteca. Los homicidios dentro y fuera de lavivienda llegan al 50%, lo cual demuestra que el sicario seencuentra al acecho en uno de los lugares de mayor inti-midad: la familia.

3. Medio de transporte

Así como la selección del lugar es importante para la eje-cución del homicidio, también es significativo escoger elmedio de transporte; es más, el lugar y el medio de trans-porte tienen una relación estrecha, en el sentido de quese selecciona el uno en función del otro. Debe ser unmedio que permita realizar eficientemente el acto criminaly luego escapar sin dejar rastro. De allí que el medio detransporte que muestra mayor versatilidad y flexibilidadpara cometer el ilícito y fugar es la motocicleta; al extremode que hoy en día se identifica al homicidio realizado porun sicario por el solo hecho de usar este medio de trans-porte; en otras palabras, es un instrumento que lo delata.

Los datos obtenidos en los diarios estudiados mues-tran que no hay un solo sicario que haya cometido eldelito como peatón; siempre utiliza un medio de trans-porte motorizado: el automóvil es el más común con el38%, seguido de la motocicleta con el 32%, esta últimaincrementándose en el tiempo (ver gráfico No.3).

La moto se usa cada vez con más frecuencia, pero elautomóvil (incluido taxis) sigue siendo el mayoritario.Desgraciadamente no se conocen los datos respecto dela propiedad de los vehículos, pero todo hace presumirque se trata de medios de transporte previamente roba-dos para cometer el homicidio; lo cual lleva a la conclu-sión de que en un homicidio ejecutado por un sicarioexisten varios delitos simultáneos, como, por ejemplo, laposesión de armas sin permisos, la asociación para delin-quir, el robo de bienes (vehículos), infracciones de tránsi-to y el homicidios mismo.

4. La impunidad

Un elemento clave para cometer el homicidio es la im-punidad y cuando ella es vulnerada, siempre aparece unmecanismo que restituye la libertad del sicario11, median-te la fuga, la corrupción o la intimidación. De allí que elsicario le tenga más temor a otro sicario que al Estado, asus instituciones y a sus leyes. La impunidad en el sicaria-to es generalizada, lo cual demuestra lo eficiente que esy la precariedad institucional del Estado. El sicariato ero-siona y deslegitima el sistema legal y penal, con lo cual elfenómeno tiene terreno fértil para desarrollarse porqueentra en un sistema de causación circular; es decir, el sica-riato encuentra lugar donde las instituciones son preca-rias y las debilita más mediante la intimidación.

Con la información de los periódicos, se puede afir-mar que el sicariato garantiza “el trabajo” contratado y laimpunidad del homicidio. De los casos contabilizados co-mo homicidios cometidos por sicarios solo el 3% fuerondetenidos, el 71% se fugaron y el 26 % la fuente no seña-la, lo cual hace presumir que también se huyeron, comose observa en el gráfico No. 4.

5. El sicario

El sicario es un asesino profesional, en el sentido que vivede eso y lo hace eficientemente, en muchos casos cobrapor adelantado o, en otros, por cuotas con garantías decobro (la vida misma). No se cuenta con información del

sicario (ofensor) debido a que la prensa generalmenterecoge solo el acto homicida y no hace el seguimientoposterior ; y a que por lo general el victimario no es apre-sado y, por lo tanto, no se conoce su perfil. Sin embargoalgo se sabe, por lo que ocurre en otros países, gracias ainvestigaciones cualitativas y cuantitativas realizadas.

En el homicidio participa una o varias personas jóve-nes, hombres y de estratos medios y bajos, que han cons-truido una cultura del vértigo donde los valores religio-sos, el dinero fácil y la condición de vengador social esatractiva. El sicario desarrolla a través de su actividad ho-micida y la compensación económica una imagen de as-censo, inclusión y reconocimiento social.

Según la información que manejamos, la mayoría delos homicidios son cometidos por dos personas(17.23%), las cuales tienen un función específica en elacto criminal (uno ejecuta y otro maneja el vehículo); ensegundo lugar, está el homicidio cometido por una per-sona (5.7%), que obedece al crimen de venganza social; yen tercer lugar, está el que se comete entre tres perso-nas (4%). Sin embargo, en la mayoría de los casos, laprensa no recoge el número de los sicarios, por falta deinformación (50.66%).

6. La eficiencia del servicio

Al sicario no le queda más remedio que ser eficiente,caso contrario su vida corre peligro; puede morir en elacto por la legítima defensa que ejerza la víctima, por laacción de las fuerzas del orden o porque el intermedia-rio o contratante pueda considerar que “sabe mucho”.

CIUDAD SEGURA 24 - 2008 7

Gráfico 4Condición jurídica de los sicarios, 2007 - Abril 2008

Fuentes: Diario El Universo, Diario El Comercio y Diario Hoy. Elaboración: Diana Mejía

Gráfico 3Transporte utilizado por sicarios, 2007 - Abril 2008

Fuentes: Diario El Universo, Diario El Comercio y Diario Hoy. Elaboración: Diana Mejía

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Además, si el trabajo no es eficiente, el pago no se justi-fica ni se efectiviza volviéndose difícil obtener un contra-to posterior. Un sicario siempre está al acecho de otrosicario. Por otro lado, según la misma fuente, solo el 5%de los homicidios realizados por sicarios se consideranequivocados; es decir, no se asesinó a quien se suponía.Sin embargo, este dato debe relativizarse, en el sentidode que en muchos casos los sicarios dejan este tipo demensajes a terceros.

7. Perfil de la víctima

El perfil de la víctima es fundamental para determinar aque segmento del “mercado” está dirigido el “servicio”,sea de venganza social o crimen organizado. Existen algu-nas constantes comunes: la mayoría de las víctimas sonjóvenes (el 60 % están entre 20 y 30 años); en términosde género las mujeres –que son minoría– mueren por“error” o venganzas pasionales y en los hombres (queson mayoría) predomina el ajuste de cuentas, la intimida-ción y la venganza (ver gráfico No. 5).

Las víctimas vinculadas a la economía (empresario,comerciante o empleado) representan el 40 %, los fun-cionarios/as públicos el 27 % y el “resto” el 33 %. De losasesinatos a funcionarios/as públicos y a personas vincu-ladas a la economía se deduce que son del crimen orga-nizado (intimidación legal) y de la cultura de la reciproci-dad (mal reparto, competencias desleales), y los restantessolo de la venganza social.

8. Los precios

Es un mercado manejado de manera clandestina y explí-cita, aunque no regulado –por obvias razones. El merca-do es barrial, local, nacional e internacional y tiene dossegmentos claramente definidos: el primero, hegemoniza-do por bandas especializadas en delitos vinculados al cri-men organizado, donde los precios son relativamente al-tos.Y el segundo, operado por sicarios con bajo nivel deorganización, especializados en delitos de la vida cotidia-na y donde los precios fluctúan bastante y están sujetosa negociación. La intermediación entre el contratante y elsicario es también un elemento fundamental en la deter-minación del precio y está más vinculado al primer caso.

Existe un mercado segmentado donde el precio del“servicio” fluctúa enormemente: el valor más alto es de 25mil dólares y el más bajo de US 300 dólares; eso significaque el precio del delito varía según un menú amplio y diver-so de opciones donde la víctima, la logística, el riesgo y laintermediación son factores determinantes del precio final.

9. Las fuentes de información

Las fuentes tradicionales de información (denuncias yregistros policiales) son importantes pero insuficientes;ayudan a cuantificar los delitos, pero poco a conocer elentorno, las circunstancias y las relaciones sociales (orga-nización subyacente) que están detrás de cada acto. Poreso es importante corregir las fuentes clásicas, para redu-cir la llamada “cifra negra” y para conocer el fenómenode la violencia y también empezar a recuperar y construirnuevas fuentes de información.

Con este estudio de aproximación al sicariato, quedaclaro que la prensa es una fuente importante; no paracuantificar el delito –por que los datos no son represen-tativos– sino para entender la lógica en la que se come-te el mismo: el lugar, el medio, los victimarios y las vícti-mas que rodean al crimen. Sin embargo, este conjunto defuentes no son suficientes para entender en profundidadel sicarito, habrá que hacer estudios etnológicos, socioló-gicos, antropológicos y económicos.

Los diarios estudiados son nacionales, aunque estasnoticias tienen un énfasis local. Esto último no invalida elvalor de las fuentes de información para caracterizar elsicariato, pero es importante considerar sus limitaciones.

10. Los medios de comunicación: entre lo visible y lo oculto

La prensa visibilizó un fenómeno que se encontraba en laobscuridad y, además, llamó a la consciencia de las institu-ciones por la existencia del problema. Es un homicidio quepor su espectacularidad y violencia se hace notorio en losmedios de comunicación o, en otras palabras, conforme elsicariato crece la información mediática lo acompaña.

La prensa seria puede ser una fuente de informaciónimportante para descifrar y analizar ciertos fenómenosdelictivos como el vicariato; pero hay que tener claro eldilema presente entre los elementos ocultos y visiblespropios de este tipo de crímenes. Así, los elementos queson posibles de estudiar a través de la prensa son los visi-bles, lo cual quiere decir que es necesario ir hacia otrasfuentes para interrogarnos respecto de los ocultos: com-prender el nacimiento, y el desarrollo del fenómeno através de los actores intervinientes y de las relacionesconstitutivas; es decir, comprender algunas cualidades dela sociedad donde se explicitan. En definitiva, buscar datosde las violencias en la edad, género, familia y escuela,entre otros, no hace sino esconder las dinámicas profun-das existentes en la vida cotidiana de la sociedad.

Conclusiones

El sicariato no es nuevo en el Ecuador ni proviene solodel exterior, sin embargo hay que reconocer que desdemediados de los años 80 se vive un proceso de interna-cionalización, que tiene como epicentro a Colombia(droga y paramilitarismo). Existen grupos que han expan-dido sus tentáculos por fuera de las fronteras, dado quees una condición de existencia del crimen organizado yporque el sicariato rompió sus lazos orgánicos tercerizán-dose para ofrecerse al mejor postor en el lugar que sea.

El sicariato no es homogéneo en un doble sentido:por un lado, en términos de la víctima, se trata de accio-nes de ajuste de cuentas sociales, políticas, económicas ojudiciales ejecutadas por el crimen organizado y donde elhomicidio es bastante sofisticado: armas de fuego, moto-cicleta, conocimiento de la vida cotidiana, alto costo delcontrato, intermediación compleja y una víctima vincula-

FLACSO SEDE ECUADOR • PROGRAMA ESTUDIOS DE LA CIUDAD8

Gráfico 5Ocupación y edad de víctimas de sicariato, 2007 - Abril 2008

Fuentes: Diario El Universo, Diario El Comercio y Diario Hoy. Elaboración: Diana Mejía

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da al sistema judicial, policial o a grupos políticos. Y porotro lado, un ajuste de cuentas por pasiones, tierras, re-partos económicos o intimidaciones legales. Según la víc-tima el lugar de contratación varía: en el primer caso, elservicio es profesional y se requieren contactos de altonivel (intermediación); mientras en el segundo, se lo con-sigue a través de ciertos informantes claves existentes endeterminados barrios, burdeles o, incluso, en el Internet.

Es un fenómeno en crecimiento que tiene un altogrado de violencia, que genera un fuerte impacto socialy que es desconocido por las autoridades. Crece en uncontexto de legitimidad de las propuestas de “mano du-ra”, porque la población reivindica con fuerza la pena demuerte y en muchos casos la asume: allí crecen el lincha-miento y el sicariato, como dos formas donde la culturade la reciprocidad o la Ley del Talión (ojo por ojo, dien-te por diente) tienden a legitimarse y a producir una cau-sación circular difícil de romperse. Es una venganza socialsin mediaciones estatales, ejecutada directamente pormedio de un vengador social que cobra por su servicio.

La información existente es deficitaria: primero, por-que lo que no es delito no se registra como violencia;segundo, porque las denuncias y encuestas de victimiza-ción invisibilizan el fenómeno; tercero, porque los mediosde comunicación son una fuente importante pero limita-da; y cuarto, porque se necesita trabajar con informaciónen profundidad. En definitiva, no se puede trabajar conuna sola fuente de investigación, sino en todas ellas,conociendo de las limitaciones de las mismas. Es absolu-tamente necesario construir el perfil del sicariato en susdistintas versiones para registrarlo, conocerlo y enfrenar-lo. Pero también es importante conocer las redes que loconforman, porque el sicariato es una relación social y uneslabón importante dentro de la cadena del crimenhomicida y de la violencia en general.

El sicariato no es un homicidio común, ni tampocoun crimen agravado, es un tipo particular de asesinatoque debe ser conocido para enfrentarlo en sus estructu-ras profundas: hay que estudiar los mercados; las redesde actores (contratante, intermediación, sicario, víctima),los vínculos con otros delitos (modernos); así como susexpresiones de influencia socio política (impunidad, pri-vatización, mercantilización de la vida, nuevos valores,desinstitucionalización, temor y calidad de vida)

Bibliografía

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Carrión, Fernando (2008). La seguridad en su laberinto. Quito:FLACSO – MDMQ (En imprenta).

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Vallejo, Fernando (2006). La virgen de los sicarios. Bogotá:

Notas:1 Coordinador del Programa de Estudios de la Ciudad de FLACSO-Ecuador,

Concejal del Municipio del Distrito Metropolitano de Quito y Editorialista delDiario hoy.

2 Publicado en el Diario el Tiempo de Bogotá, 8 de julio de 2007.3 Publicado en ABC Periódico Electrónico de Madrid, el 14 de noviembre de

2005. Disponible en: http://www.abc.es/hemeroteca/historico-14-11-2005/abc/Nacional/los-asesinatos-por-sicarios-suponen-ya-entre-el-5-y-el-10-de-las-muertes-violentas_612289694730.html

4 Ese podría ser el caso del grupo denominado “Hijos de San Lorenzo”, grupocreado para eliminar delincuentes en la zona de Esmeraldas, fronteriza conColombia.

5 La información de los Diario El Universo y Diario El Comercio se obtuvo através de recortes de prensa recabados durante en el período mencionado,mientras la información perteneciente a Diario Hoy se obtuvo de la base dedatos virtual de este diario (www.explored.com.ec). En todos los casos seseleccionaron las noticias que mencionaban que existió sicariato en los titu-lares o en el contenido.

6 Tipo “mano blanca” de la Guardia Nacional Somocista utilizada para activi-dades de limpieza social y de retaliación política, como también ocurrió enArgentina (AAA) y Brasil en contextos dictatoriales. Existe en muchos paísesde la región la “pena de muerte” extralegal, donde la ejecución se encomien-da a terceros, se reclama Ley de fuga o se explica por los excesos que secometen.

7 Se mencionará en adelante a quienes ejercen sicariato en masculino debidoa que en todos los casos estudiados son hombres quienes cometen los ase-sinatos.

8 Para la Policía Judicial de Pichincha no existe el sicariato en el Ecuador. JuanSosa, jefe de esta entidad afirma que “son delincuentes comunes con un con-trato de trabajo”, para explicar los asesinatos que han ocurrido en Quito yen los cuales los victimarios han sido presuntos sicarios. Para Sosa “un sicarioes un profesional, un experto en armas que hace un ‘trabajo’ limpio y no dejahuellas; está entrenado para matar y sabe lo que hace”. Publicado en laRevista Blanco y Negro, Diario Hoy, 17 de mayo 2003.

9 “Así como lo que no aparece en los medios no existe o lo que no está enel presupuesto no se ejecuta, lo que no es un delito no se considera violen-cia” (Carrión, 2008).

10 En Sucumbíos los asesinatos causan temor en la población. Así lo asegura elalcalde de Nueva Loja, Máximo Abad, quien afirma que los sicarios actúancomo “cazadores” de vidas humanas. Abad responsabiliza al Plan Colombiadel incremento de los crímenes.“Hace dos años, en Lago Agrio, hubo más de20 muertos en un mes”. (Revista Blanco y Negro, Diario Hoy, 17 de mayo de2003).

11 Este proceso de liberación o muerte del sicario tiene que ver con la necesi-dad de preservar la identidad de la cadena de mando o si se quiere, en tér-minos económicos, de los circuitos de intermediación.

CIUDAD SEGURA 24 - 2008 9

Tasa de homicidio en América

País Año Fuente TasaChile 2006 Ministerio Interior 1.9Argentina 2005 DNPC 5.8Brasil 2005 SENASP 22.2Colombia 2006 DIJIN 39.0Costa Rica 2005 Fiscalía 7.8México 2006 Informe primer gobierno 2007 26.1Perú 2005 Policía Nacional 11.2Uruguay 2006 ONVC 6.0Canadá 2005 CCJS 2.0Estados Unidos 2006 Murder and

nonnegligent manslaughter 5.6Elaboración: Programa Seguridad y Ciudadanía FLACSO – Chile (2008)

CO

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Page 10: Alberto Moscoso - FlacsoAndes

¿Usted considera que existe un alto número demuertes por sicariato en el Ecuador? Diría que no hay mucho, en la última época se haincrementado, era muy raro que existan sicarios yque se haya probado un asesinato por el pago deuna suma de dinero. Eran muy escasos los juiciosque se daban por ese motivo. Sin embargo, se ha in-crementado desde hace unos tres o cuatro años, au-mentando el número de conflictos de esa naturale-za. Hoy el sicariato es un problema que se tiene quecontrolar y hay que adoptar medidas más apropia-das tanto para la sanción, co-mo para el control que tieneque hacer la Policía y tambiénlos organismos vinculados ala Seguridad Ciudadana.

¿Cómo se determina que unasesinato ha sido cometidopor sicariato? Nosotros tenemos que eva-luar las pruebas que se nospresentan. En el momento enque el fiscal recoge todo loque ha investigado en la inda-gación previa a la instrucción,viene un llamamiento a juiciopor presunciones y recién enese momento se produce laetapa de prueba, en la cual sepresentan todas aquellas in-vestigaciones que se hayanrealizado con hechos concre-tos.Antes de eso lo único que nosotros hacemos estener elementos de convicción que nos sirven paraver presunciones de una serie de hechos graves.

¿Considera que es difícil medir el sicariato en elpaís al no estar tipificado? La tipificación específica no hay, sin embargo está elasesinato y luego sus agravantes del Código Penaldonde se establecen circunstancias como las de re-cibir dinero por un hecho delictivo. No hay específi-camente una figura que diga “este es un delito contales características”, pero está el asesinato, y luegoestán los agravantes. Lo que se necesitaría es que elagravante pase a ser constitutivo y entonces se cre-aría la figura delictiva nueva del sicariato. Pero desdeluego, hay suficiente norma como para poder san-cionar este tipo de asesinatos; y así se lo ha hechoen varios casos.

¿Ha ido evolucionando la norma legal de acuerdoal crecimiento del delito y a las necesidades de lasociedad?Creo que debe cambiarse el Código Penal, el quetenemos fue elaborado en 1938, y lo que se ha

hecho es poner parches, tenemos que pensar en unnuevo Código Penal e incorporar figuras delictivas,pues ya es hora de que tengamos en el país ciertasmaterias porque la tecnología, por ejemplo, obliga atener una cantidad de figuras nuevas.

¿Tiene que haber muerte para que exista sica-riato? No necesariamente, porque puede haber tentativa.Un caso público y notorio, fue el del reo Óscar Ca-ranqui, que mandó a asesinar a la Doctora Pavlova

Guerra de la Segunda Sala delo Penal de Pichincha, peromataron por confusión a Blan-ca Cando, secretaria de la ins-titución. Ahí por ejemplo, sepresentaron las pruebas y lostestimonios de gente que co-nocía e intervino en el caso, secondenó a los dos individuosque ejecutaron materialmenteel asesinato.

¿Cree que los Ministros Jue-ces corren mayor riesgo deser víctimas de este tipo dedelitos? Creo que tenemos más riesgoque en otras actividades. Las-timosamente, el momento enque tenemos que tomar reso-luciones, por el hecho de ha-ber decidido de una u otra

manera, se cree que somos los jueces quienes hace-mos daño, entonces quienes son sentenciados bus-can represalias. Es cierto que la mayoría no va a con-tratar sicarios, pero sí tratan de hacer daño a nues-tro prestigio, a nuestro nombre y a nuestra honra-dez, generalizando que “todos los jueces y toda lafunción judicial” actúa con corrupción. Es ya usual yhasta “parte de los gajes del oficio” este tipo de ries-gos, hemos recibido muchas veces llamadas telefóni-cas amenazantes, presiones de distinta naturaleza através de quejas indebidas o presentación dedenuncias sin sentido. Hay muchos casos, no solo dejueces penales sino de jueces civiles y laborales quehan tenido amenazas, intentos de agresión y demás.Siempre hay personas resentidas, pero no creo quehaya mucha gente que contrate a individuos paraque nos hagan daño. Sin embargo, después del casode Blanca Cando, tengo más de un año con guarda-espaldas. Es necesario establecer una mejor política,más completa para la protección

Por: Jenny Pontón

FLACSO SEDE ECUADOR • PROGRAMA ESTUDIOS DE LA CIUDAD10

Protección contra el sicariato:necesidad de una política más completa

Doctor Alberto Moscoso Ministro Juez

Segunda Sala de lo PenalCorte Superior

de Justicia

Hoy el sicariato es un problema que se tiene que controlar y hay que adoptarmedidas más apropiadas

tanto para la sanción, como para el control que tiene quehacer la Policía y también los

organismos vinculados a la Seguridad Ciudadana.

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11CIUDAD SEGURA 24 - 2008

Salazar, Alonso (2004). No nacimos pa’ semilla.Medellín: Brooket. Segunda Edición. 178 p.p. ISBN:958420279-0

Este libro constituye un texto clave para entenderlos procesos de violencia urbana en Colombia. En élse revela el mundo de los jóvenes que asociados en

bandas han estremecido a este país con sus acciones temerarias.El autor realiza una reflexión sociológica a través del análisis detestimonios que permiten conocer el mundo del sicariato, descu-briendo las raíces históricas y culturales de una generación queentrelazada con el fenómeno del narcotráfico, gestó una subcultu-

ra con formas peculiares de religiosidad, lenguajes profanos y una acti-tud desafiante ante la muerte. De manera que, este libro implica un pro-fundo cuestionamiento de la sociedad colombiana.(Fuente: www.editorialplaneta.com.co)

Fox, James y Jack Levin (2005). Extreme killing: under-standing serial and mass murder. Estados Unidos: SagePublications. 304 p.p. ISBN: 9780761988571

Este libro proporciona una visión general sobre loshomicidios en serie y masivos, para lo cual provee unsólido marco conceptual que permite comprender las

diferentes formas de asesinato extremo. Para esto, los autores exami-nan las teorías del comportamiento criminal y aplican éstas a una mul-titud de casos que han sucedido alrededor del mundo, investigandosobre dos grupos específicos de crímenes: los asesinatos en serie y lasmasacres. Así, el libro presenta aspectos comunes de este tipo de deli-tos constituyéndose en una importante referencia para comprender lasconductas homicidas y la violencia en América del Norte (Fuente: SagePublications, traducción propia).

Corte superior de Justicia - Ecuadorhttp://www.funcionjudicial-pichincha. gov.ec/corte/index.php

Observatorio Metropolitano de Seguridad Ciudadanahttp://www.observatorioseguridaddmq.net/

Alcaldía de Medellín - Colombiahttp://www.medellin.gov.co/alcaldia/index.jsp

Observatorio Centroamericano sobre Violenciahttp://www.ocavi.com/index.php

Instituto Ciudadano de Estudios sobre la Inseguridad - Méxicohttp://www.icesi.org.mx/icesi/index.asp

Boletín Sociedad Sin Violencia. PNUD Salvadorhttp://www.violenciaelsalvador.org.sv

Boletín + Comunidad + Prevención.Centro de Estudios en Seguridad Ciudadana Chile:http://www.comunidadyprevencion. org/documentos.shtml

Revista Nueva Sociedad.Friedrich Ebert Stiftung Argentina:http://www.nuso.org/revista.php?n=207

Reconocer el sicariato como una forma de violencia que está encrecimiento en el Ecuador devela la crisis profunda de las insti-tuciones clásicas encargadas de la seguridad ciudadana. El sicaria-

to ha tomado como blanco en buena medida las personas que confor-man el sistema judicial y por ello demuestra la vulnerabilidad de las ins-tancias judiciales a la posibilidad de ejercer violencia por parte de acto-res civiles. Por su parte, la policía ha sido ampliamente ineficaz para laresolución de los casos de sicariato ocurridos en los últimos años. Enbuena parte las investigaciones policiales todavía no han logrado definirlos autores materiales de los asesinatos pero sobre todo los responsa-bles intelectuales. Por otro lado, no existen esfuerzos por desmantelarlas redes de contratación de este “servicio”; dónde y cómo se acuerdael trabajo de un sicario son hechos que únicamente la policía es res-ponsable de investigar. Finalmente, el sistema penitenciario forma parteactiva en los encadenamientos que sigue el uso de la violencia para inte-reses privados. Desde las prisiones se ejerce presión y venganza tantosobre la policía y la justicia, como sobre actores civiles.

Ante este panorama es urgente fortalecer las instituciones dedica-das al trabajo de seguridad, pues el sicariato es un delito que las afectadesde el interior. Para esto el primer paso es identificar el fenómenocon registros oficiales ya que al momento según las fuentes de informa-ción institucionales el fenómeno del sicariato sería sencillamente inexis-tente. El segundo paso sería actuar y esclarecer los casos sucedidos. Laimpunidad que envuelve a estos hechos los hace más alarmantes y máspeligrosos. Por otra parte, la violencia del sicariato contiene una cade-na de actores en los que están involucrados grupos de poder que pue-den pagar los costos de este servicio. Por esta razón, actuar sobre elfenómeno del sicariato podría llevar a descubrir el resto del iceberg; es

decir, las actividades ilegales (y legales también) asentadas en prácticasmafiosas y que recurren a la compra y venta de la muerte o intimida-ción de las personas que atentan contra intereses privados. Estas prác-ticas solo pueden existir debido a las flaquezas institucionales y porende uno de los mayores retos de las instituciones encargadas de laseguridad es demostrar que están vigentes para toda la población sinexcepciones.

Por otro lado, la mercantilización de la violencia muestra la predis-posición de los actores sociales a resolver sus conflictos mediante lacompra de este servicio. El mayor problema que esto conlleva es queel sicariato existe en tanto haya oferta y demanda. Por ende, su impac-to no se agota en las instituciones sino que se difumina en toda la socie-dad amenazando las bases mismas del régimen democrático basado enel monopolio legítimo de la fuerza por parte del Estado. Históricamentelos estados modernos se desarrollaron a partir de “expropiar” ala población civil los recursos para ejercer la violencia privada. EnAmérica Latina este proceso no se ha cumplido del todo y fenó-menos como el sicariato -y los linchamientos- muestran la legiti-midad social que tienen el uso de la fuerza para resolver la con-flictividad entre personas o grupos. Intervenir en este campo esmás difuso pero necesario, quizás una vía para hacerlo puede serconstruir una especie de pacto social en torno a la seguridad, endonde las demandas de protección (tan comunes en el discursoque victimiza a la población) estén acompañadas de compromi-sos reales de reconocer y aceptar en la práctica cotidiana losmarcos regulatorios que garantizan el uso de la fuerza y el casti-go como potestad exclusiva del Estado, es decir, bajo los princi-pios democráticos

Los desafíos institucionales y sociales frente a la mercantilización de la violenciaAlfredo Santillán

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FLACSO SEDE ECUADOR • PROGRAMA ESTUDIOS DE LA CIUDAD12

Si bien el delito de sicariato no está tipificadocomo tal en el Código Penal Ecuatoriano (puessu nombre es más bien una categoría de tipo

social), es un término que se puede encontrar coti-dianamente en los diarios del país.Así, los medios decomunicación se han convertido en el espacio quepor excelencia da cuenta de la presencia de esta

clase de delito a la ciudadanía.Como se ha mostrado en eltema central de este boletín,son los medios los que infor-man periódicamente del co-metimiento de este crimen enlas diferentes ciudades del país.

En este sentido, aunquefuncionarios policiales y judicia-les ecuatorianos definen elsicariato como el pago por elasesinato de una persona, es através de lo que difunde laprensa que ha sido posiblecaracterizar y legitimar en laopinión pública cómo ésteopera: autor intelectual, inter-mediario, victimario que ejecu-ta el crimen por dinero, el usode un vehículo (usualmentemoto) y, por su puesto, la vícti-ma que generalmente muerepor impacto de arma de fuego.

Al no existir estadísticas de fuentes oficiales res-pecto a los homicidios que han sido efectuados porcontratación, la prensa escrita constituye una fuenteque de cierto modo está documentando la dimen-sión de este delito en el país. Sin embargo, la mane-ra en que se está abordando este gravísimo proble-ma de seguridad ciudadana merece algunas puntua-lizaciones que son clave de destacar con el fin deaportar a un mejor cubrimiento noticioso, conside-rando que según los mismos registros periodísticosel sicariato ha cobrado auge en los últimos años y,por tal razón, es preciso cuidar su manejo mediático1:

En primer lugar, al categorizar un asesinato comosicariato a penas se da el hecho –tanto en los titula-

res como en la redacción de la crónica roja–, losmedios se están adelantando a prejuzgar el delitoantes de que una fuente oficial haya determinadoque así sea. La lógica de la inmediatez con que ope-ran, les imposibilita dotar de una noticia de mayorinvestigación, quedándose en simples crónicas. Deeste modo, la prensa monta un proceso paralelo delcrimen, y es esta versión –y no la judicial– la que llegaa conocimiento y debate de la opinión pública; conlo cual se corre el riesgo de dar en ocasiones unainterpretación errada y distinta de los acontecimien-tos reales. Así, la ciudadanía se configura una imagende los casos a partir de los términos planteados enlos medios, sin que haya habido una investigaciónpolicial concluida ni una sentencia definitiva.

En segundo lugar, se puede apreciar que en lasnoticias difundidas las personas que mueren porsupuesto sicariato son de toda condición social, edady género. Sin embargo, los diarios únicamente danseguimiento a los casos en que las víctimas son per-sonajes públicos vinculados a la función judicial, poli-cía o sistema penitenciario; no así cuando se trata deciudadano/as comunes y corrientes, especialmente sipertenecen a una clase socio-económica baja opobre. Acerca de éstas personas el asesinato come-tido queda mediáticamente en el olvido. En este sen-tido, se podría decir que existe una espectaculariza-ción del término, cuando lo crímenes tienen impac-to político, mientras que cuando quien hay muertoes una persona desconocida se maneja el tema conmayor trivialidad.

Con este tratamiento se siembra el terror en laciudadanía sin saber a ciencia cierta el veredicto finaldel proceso judicial; es decir, a través de los diariosescasamente se llega a saber si hubo o no sicariato,a menos que la víctima haya tenido un cargo públicoo de poder. Esto nos crea la duda de ¿hasta quépunto este delito está en crecimiento o hasta dóndees en realidad una construcción mediática?

1 Agradezco las sugerencias de Diana Mejía, becaria del ProgramaEstudios de la Ciudad de FLACSO Ecuador, para la elaboración deeste artículo.

Asesinato a sueldo¿Una construcción mediática?Jenny Pontón Cevallos

…los medios se están adelantando a prejuzgar el

delito antes de que una fuenteoficial haya determinado que

así sea. La lógica de la inmediatez con que operan,

les imposibilita dotar de una noticia de mayor

investigación, quedándose en simples crónicas.

Director FLACSO: Adrián Bonilla • Coordinador del Programa Estudios de la Ciudad: Fernando Carrión Coordinadora del Boletín: Jenny Pontón • Tema central: Fernando Carrión M.

Colaboradores: Andrea Betancourt, Alfredo Santillán, Diana Mejía Edición: Jenny Pontón • Diseño: Antonio Mena • Impresión: Ekseption

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