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número 162 enero-marzo 2013

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revista de formación de los Institutos Seculares paulinos en España: Santa Familia, Virgen de la Anunciación, San Gabriel Arcángel, Jesús Maestro

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número 162 enero-marzo 2013

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Editorial: Año nuevo, ¡vida nueva! 3 Calendario: 4Catequesis Paulina: Jesús, Vida 5Cómo lo hizo San Pablo: Bebiendo de la fuente paulina 7Insti tuto Santa Familia: ¿Quienes somos? 9Centenario: La adoración eucarísti ca 11Insti tuto Virgen de la Anunciación: La responsable, en el corazón y la mente del Fundador 14Hermanos que nos precedieron: Venerable Hno Andrés Borello 16 Página Abierta: Inyección de fuerzas nuevas 17Reti ro del mes: Enero, Febrero y Marzo 19; 21;22El evangelio vivido: Estudio del evangelio (3) 24Insti tuto Jesús Sacerdote: “Habéis demostrado ser hombres prudentes” 26Insti tuto San Gabriel Arcángel: El arca de la esperanza 28Información y Noti cias: 30Contraportada: 32

Sumario

Intenciones del mes

Año Nuevo ¡vida nueva!Año Nuevo ¡vida nueva!Quien más, o quien menos, todos tratamos de empezar bien el Año Nuevo… de corregir errores o superar deficiencias, de discernir caminos y propósitos nuevos, de alumbrar algo nuevo en nuestra vida y para nuestro mundo, para ello nos pueden ayudar algunas reflexiones:Primera reflexión. Situarnos en el deseo y en la búsqueda de caminos mejores, de reforma de vida y conducta, de construcción más decidida del reino de amor para todos, que es el Reino de Dios; es tanto como situarnos en el mejor de los caminos. Mejor todavía, es situarnos en el único camino que nos puede conducir y llevar a la meta de nuestro ser hombres y mujeres e hijos/as de Dios. Él, que nos llamó a la existencia, nos puso en ella con el don inmenso de la libertad para responder a Su llamada, ser santos, y ser santo es tarea y compromiso de todos los días…Segunda reflexión. Para empezar algo nuevo, no hay que hacer tabla rasa del pasado. Queramos o no, lo que hemos hecho y vivido constituye nuestro presente y anida en lo más hondo de nuestro ser. El pasado ni puede ser ignorado ni tampoco un enemigo permanente con el que no cabe reconciliación posible. Sobre el pasado siempre debe caber la memoria agradecida.Y tercera reflexión. Mirar siempre al futuro con ilusión y esperanza; sigamos trabajando día a día. Para llevar adelante este proyecto necesitamos la fuerza del Señor. Fuerza para saber seguirle y tenerle presente en nuestra rutina, asumir nuestros actos y poner todo nuestro empeño, cariño y conocimiento posible en cada una de nuestras acciones, no menospreciando ninguna. Para que sea un Año Nuevo y vida nueva, necesitamos fuerza para saber ver en cada persona a un hermano, creando lazos mediante lo que nos une, y no distancia por lo que nos separa; aceptando y enriqueciéndonos con lo que es distinto a “lo mío”. Fuerza para que sepamos ver la Luz del Señor, muchas veces tan inesperada o escondida. Pedid también al Señor, fuerza para saber transmitir lo que hace en nosotros. Que nuestra fe nos lleve a la acción, al apostolado y no sólo a la contemplación, y así seremos responsables de lo que tenemos y de lo que hacemos, dando vida, cariño, esperanza y fe, donde estemos. ¡Feliz Año Nuevo! Agapito Aliende

EneroEneroPor la Iglesia: Para que viva el Año de la fe como tiempo propicio “para iluminar de manera cada vez más clara

la alegría y el entusiasmo renovado del encuentro

con Cristo” (Porta fidei, 2).

FebreroFebreroPor las Pías Discípulas del

Divino Maestro: Para que con su testi monio de discipulado evangélico y los apostolados

propios, acompañen al hombre de hoy “a descubrir de nuevo el gusto de alimentarnos con la Palabra de Dios transmiti da fi elmente por la Iglesia, y el

Pan de la Vida ofrecido como sustento a todos los que son sus

discípulos”(Porta fi dei, 3)

MarzoMarzoPor el Insti tuto Virgen de

la Anunciación: Para que el testi monio gozoso de su vida de consagradas en el mundo, suscite en el hombre y en la mujer de hoy la saludable

necesidad de acercarse a Jesús “para creer en él y extraer

el agua viva que mana de su fuente”(Porta fi dei, 3)

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Calendario• Enero

• Marzo

• Febrero

Catequesis paulina

Jesús: Vida

Para abordar el tema de Jesús

Vida, traemos a la consideración el capítulo 6 del

Evangelio de san Juan

Pero primero hagamos algunas reflexiones: El alimento es imprescindible para la vida; es

el que nos hace crecer y desarrollar, madurar, fortalecer, trabajar y gozar. También el espíritu necesita su alimento, de otra forma se debilitaría, languidecería y acabaría muriendo.

Varias son las formas de alimentar el alma: los sacramentos en general, la oración, lecturas espirituales, prácticas de piedad; pero por encima de todos ellos y el más imprescindible, es la Eucaristía; alimentarnos del Cuerpo sacratísimo de Cristo y de su Sangre derramada por nosotros. A estas alturas de nuestra formación y vivencia espiritual no vamos a preguntarnos

como los judíos: “¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?” (Jn 6,52). Pero tampoco ello nos ha de llevar a la duda sobre las palabras de Jesús, contundentes y claras: “Yo soy el pan de vida. El pan vivo que ha bajado del cielo. Quien coma de este pan vivirá para siempre y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo. El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí mora y yo en él. Ese tendrá vida eterna; porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida” (Jn 6, 48-56).

Y Jesús repetirá una y otra vez los mismos conceptos. ¿Cómo entender estas palabras de Jesús? La primera premisa es ¡CREER EN ÉL! Y ello, porque sólo él es la Verdad. Esto nos lleva a concienciarnos de la realidad

10. Inicia la novena a san José.18. Jornada del Seminario.19. Solemnidad de san José, esposo de la Virgen María.24. Domingo de Ramos. Hna. Escolástica Rivata, 1ª Superiora General de las Pías Discípulas.25. Jornada por la Vida. Fiesta titular del Instituto Virgen de la Anunciación. Liturgia propia paulina.28. Jueves Santo. Día del amor fraterno.29. Viernes Santo.31. Solemnidad de la Pascua de Resurrección.

1. Santa María Madre de Dios y Jornada Mundial de oración por la paz (46ª).3. Stmo. Nombre de Jesús.6. Solemnidad de la Epifanía del Señor.7. Aniversario de la muerte de Sor M. Oliva García, Hija de San Pablo.13. Fiesta del Bautismo del Señor.16. Aniversario de la muerte de Guadalupe Lozano, Anunciatina.18. Comienza la semana de oración por la unidad de los cristianos.20. Aniversario de la muerte del Hno. Cirilo Peñas de la Sociedad San Pablo.24. Aniversario de la muerte del beato José Timoteo Giaccardo.25. Fiesta de la conversión de san Pablo, apóstol.30. Aniversario de la muerte de Desiderio Costa, de la Sociedad de San Pablo.

2. Fiesta de la Presentación del Señor. Jornada Mundial de la Vida Consagrada (17ª).5. Venerable Hna. Tecla Merlo, 1ª Superiora General de las Hijas de San Pablo. Aniversario de la muerte del Hno. José María López de la Sociedad de San Pablo.

8. Día del ayuno voluntario.9. Aniversario de la muerte del Hno. Francisco Javier Martínez, de la Sociedad de San Pablo.10. Campaña contra el hambre -Manos Unidas-.11. Jornada Mundial del enfermo.13. Miércoles de Ceniza.22. Fiesta de la Cátedra de san Pedro, apóstol.

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Cuando Jesús dijo aquellas palabras: “Yo soy la Vida” se estaba refiriendo a una realidad patente, porque

sin alimentarnos de él estamos abocados a la muerte espiritual

Maite Ballesteros

Como lo hizo san Pablo

Bebiendo de la fuente paulina

de la presencia ¡real! de Cristo en la Eucaristía. A convencernos de la necesidad imprescindible y vital de recibir a Cristo, estar con Cristo, vivir de Cristo.

¡Cuántas veces pasamos por una iglesia sin caer en la cuenta de que allí está Él!; cuántas veces entramos en el templo, nos admiramos de las obras de arte que contiene, acudimos a una reunión… y pasamos delante del Sagrario sin decirle una palabra, sin sentir el deseo ardiente de detenernos con Jesús, escucharle, hablarle. Cuando Jesús dijo aquellas palabras: “Yo soy la Vida” se estaba refiriendo a una realidad patente, porque sin alimentarnos de él estamos abocados a la muerte espiritual. Jesús, al saciar milagrosamente el hambre de la gente con la multiplicación de los panes, los estaba disponiendo a recibir el anuncio de que Él es el pan que desciende del cielo, que sacia de modo definitivo.

«Jesús habla de sí como del verdadero pan bajado del cielo, capaz de mantener con vida no por un momento o por un trecho del camino, sino para siempre. Él es el alimento que da la vida eterna, porque es el Hijo unigénito de Dios, que está en el seno del Padre, venido para donar al hombre la vida en plenitud, para introducir al hombre en la vida misma de Dios».

“Sólo quien es atraído por Dios Padre, quien lo escucha y se deja instruir por Él puede creer en Jesús, encontrarlo y nutrirse de Él para tener la vida en plenitud, la vida eterna” (Benedicto XVI sobre el capítulo 6º del Evangelio de san Juan). Y san Agustín agrega: «el Señor… afirmó ser el pan que desciende del cielo, exhortándonos a creer en él. Comer el pan vivo, de hecho, significa creer en él. Quien cree, come; de manera invisible es saciado, como también de manera invisible renace. Y el que así renace, lo hace desde dentro, en su íntimo ser se convierte en un hombre nuevo» (Homilías sobre el Evangelio de Juan, 26,1). “Jesucristo es el tesoro por el cual vale la pena gastar la vida” (Benedicto XVI).

Reforcemos nuestra fe en Aquel que es el “pan de vida”, que colma nuestro deseo de verdad y de amor. La Virgen María nos sostenga en nuestro camino de fe. Concluimos con unas bel las palabras de nuestro Fundador S. Alberione, que refuerzan el hecho: “así nació, del sagrario, la familia Paulina; así se alimenta, así vive, así actúa y así se santifica” (Pens. 267).

AAcerquémonos pues a la fuente misma de la doctrina paulina y vayamos desgranando todas

sus cartas, sobre las cuales, aquí sólo iremos dando pequeñas pinceladas para que cada uno, a la luz de sus escritos, vayamos calcando nuestra vida en la de Pablo, que es lo mismo que decir: en la de Cristo, ya que el mismo Apóstol afirma: “sed imitadores míos, como yo lo soy de Cristo” (1Co 11,1).

Carta a los Romanos

Pablo escribió esta carta desde Corinto a los cristianos de Roma sobre el año 58. De hecho se dirige a una Comunidad que él no ha fundado, pero que está bastante

floreciente. Comienza el saludo autodenominándose “apóstol elegido por Dios para predicar el Evangelio”. ¿Puede parecernos esta afirmación como falta de humildad por parte de Pablo? ¡en manera alguna!. San Pablo tiene conciencia de haber sido elegido por Dios para consagrarse enteramente al anuncio del Evangelio. Sabe que su misión consiste en evangelizar, en anunciar a Cristo, poniendo así el fundamento sobre el cual otros continúen construyendo (1Cor 3,10).

Esta insistencia de san Pablo en la importancia del valor de la evangelización nace de una c o n v i c c i ó n f u n d a m e n t a l : l a

Es seguro que todos habremos leido, no una sino varias veces, las Cartas de san Pablo. “Buscando al mejor guía hacia la plenitud del misterio de Cristo, el p. Alberione

descubrió a san Pablo y se hizo su más ardiente discípulo e imitador en los tiempos modernos”, dice en el comienzo

del cap. 5º de los Pensamientos de nuestro Fundador

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José Lozano

predicación está en la base de todo; es el cimiento del edificio de la vida cristiana de cada hombre y de la vida de la Iglesia toda (1Cor 3,10).

Así Pablo entiende que todo arranca de la predicación. La fe es la que justifica al hombre y le reconcilia con Dios, hace del hombre una criatura nueva; ahora bien, la fe es esencialmente acogida del anuncio de Cristo muerto y resucitado para nuestra salvación (este es el «Evangelio» que Pablo predica y en el que invita a todos a creer, cuyo resumen más antiguo lo encontramos en 1Cor 15,3-5.

Será preciso que alguien «riegue», abone y cuide la planta de la fe y de la vida nueva en Cristo; pero todo ello sería inútil y sin sentido si no fuera porque alguien antes «ha plantado» mediante la predicación la semilla de la fe y la raíz de la vida nueva (1Co 3,6).

Ya hemos visto cómo el contenido de la predicación de Pablo no es otro que la persona de Jesucristo y su obra de salvación en favor de los hombres: «yo, hermanos, cuando fui a vosotros... a anunciaros el misterio de Dios, no quise saber entre vosotros sino a Jesucristo» (1Cor 2,1-2). Lo que llena de admiración a Pablo es el hecho de que «ahora»,

precisamente en los días de su vida, haya sido revelado y dado a conocer por Dios el «Misterio», ese maravilloso plan de salvación que Dios tenía concebido en su designio «desde siglos eternos»; ese grandioso e increíble proyecto de ofrecer la salvación a todos, también a los gentiles (y no sólo a los judíos como creían los miembros del pueblo de la antigua alianza), mediante la fe en Jesucristo (Rom 16,25-27; Ef 3,3-12).

Pero lo que sobre todo le hace enloquecer es que además haya sido elegido precisamente él para la misión maravillosa de anunciar a los gentiles este misterio y conducirlos así a la fe y a la salvación: «a mí, el menor de todos los santos, me fue concedida esta gracia: anunciar a los gentiles la inescrutable riqueza de Cristo» (Ef 3,8).

Este hecho le llena de gratitud y de gozo. Y la gratitud impulsa al reconocimiento del don, no para quedarse en el don sino para dirigir todo al dador. Eso es lo que san Pablo quiere decirnos al comienzo del saludo de su carta a los Romanos.

Pablo entiende que todo arranca de la predicación. La fe es la que justifica al hombre y le reconcilia con Dios,

hace del hombre una criatura nueva; ahora bien, la fe es esencialmente acogida del anuncio de Cristo muerto y

resucitado para nuestra salvación. Este es el evangelio que Pablo predica

¿Quienes somos?

Instituto Santa Familia

SSomos cónyuges y vivimos un camino de perfección en el mundo inspirándonos en la

Santa Familia de Nazaret, modelo, luz y fuente de gracia.

Nos proponemos como fin la santificación de la vida conyugal y familiar, recibiendo el don de los votos de pobreza, castidad y obediencia como pareja y fermento de testimonio evangélico en los ambientes en los cuales vivimos y trabajamos: la familia, el trabajo, la comunidad eclesial y la sociedad.La condición de los miembros del Instituto Santa Familia es la

secularidad en cuanto ellos tienden a la perfección de la caridad en el mundo, mientras en sentido jurídico y por lo tanto sin cuerpo orgánico, es agregado a la Sociedad de San Pablo y es parte integrante de la Familia Paulina, fundada por el P. Santiago Alberione.

¿Qué hacemos?

Compartimos la espiritualidad y el apostolado de la Familia Paulina trabajando para cumplir nuestra misión sobre todo con la presencia cristiana de evangelización en la familia, y de referencia en la

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Para evangelizar se requiere la fuerza

del Espíritu Santo. Es necesario, pues, dejar espacio al Espíritu que

habla en el silencio. Un momento privilegiado para este “silencio” es

la adoración

Estamos viviendo tiempos para-dójicos: por una parte un ritmo frenético nos obliga a correr

continuamente, y con frecuencia nos impide “vivir” plenamente lo que vivimos; por otra, sin embargo, mu-chos sienten la necesidad de espacios necesarios no solo para el equilibrio personal, sino también para que la misma actividad logre ser positiva y eficaz. Este dilema, presente en todas partes, lo sienten quizás con más in-tensidad las personas comprometidas en el testimonio evangélico y en la ac-ción apostólica de la Iglesia.

Muchos llevan una vida rica en fa-vor de los demás, con una entrega incondicional, pero con el riesgo de vaciarse y, por tanto, de acabar en un ineficaz compromiso misionero y de evangelización, que en realidad no comunica; en un darse por entero a

sí mismos, pero sin dar a Jesús. Para evangelizar se requiere la fuerza del Espíritu Santo: “Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, y seréis mis testi-gos hasta el confín de la tierra” (cf. Hch. 1,8). Es necesario, pues, dejar espacio al Espíritu, que habla en el silencio, “precioso para favorecer el necesario discernimiento entre los numerosos estímulos y respues-tas que recibimos, para reconocer e identificar asimismo las preguntas verdaderamente importantes” (Be-nedicto XVI, mensaje para la 46 Jornada de las comunicaciones sociales).

La adoración, encuentro con Cristo Un momento privilegiado para este “silencio” es el de la adoración eucarística, precisamente porque es un momento de encuentro. “En la vida actual, a menudo ruidosa y

Centenario

La adoración eucarísti caLa adoración eucarísti ca

comunidad eclesial y en la sociedad. Animamos encuentros espirituales para familias, preparamos a los novios al matrimonio o padres al bautismo de los hijos, ayudamos a p a r e j a s e n d i f i c u l t a d e s , promovemos la vida de todos sus miembros. Organizamos misiones parroquiales, semanas del Evangelio y difundimos con todos los medios de comunicación social la enseñanza de la Iglesia sobre la familia. Estamos presentes en quince Naciones esparcidos en 3 continentes: América, Asia, Europa.

Animamos encuentros espirituales para familias, preparamos a los novios al matrimonio, o a padres

al bautismo de sus hijos, ayudamos a parejas en dificultades, organizamos misiones parroquiales, semanas

del Evangelio y difundimos con todos los medios de comunicación social la enseñanza de la Iglesia sobre la

familia

¿Por qué lo hacemos?

Para responder a la llamada a la santidad a través del camino de perfección evangélica y para colaborar a la acción salvífica de Dios hacia la familia, corazón de la sociedad.

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Dice Alberione, la adoración es “un encuentro de alma y de todo nuestro ser con Jesús. Es la criatura que se encuentra con el Creador. Es el discípulo junto al Maestro divino. Es el enfermo con el Médico de las almas. Es el pobre que

recurre al Rico. Es el sediento que beben en la Fuente(...)”

dispersiva, es más importante que nunca recuperar la capacidad de silencio interior y de recogimiento: la adoración eucarística permite hacerlo no sólo en torno al Yo, sino también en compañía del Tú lleno de amor que es Jesucristo…” (Benedicto XVI, Angelus 10.06.2007).

La Eucaristía es el mayor tesoro de la Iglesia porque es el sacramento del sacrificio de Cristo, del que hacemos memoria, y es también su presencia viva entre nosotros. No solo simboliza y comunica la gracia, como hacen los demás sacramentos, sino que contiene al Autor de la gracia. De por sí la Misa es el acto de adoración más grande de la Iglesia, pero la adoración fuera de la Misa prolonga e intensifica lo que ha tenido lugar en la celebración y hace posible una verdadera y profunda acogida de Cristo.

Así describía este momento el beato Santiago Alberione: “Es un encuentro del alma y de todo nuestro ser con Jesús. Es la criatura que se encuentra con el Creador. Es el discípulo junto al Maestro divino. Es el enfermo con el Médico de las almas. Es el pobre que recurre al Rico. Es el sediento que bebe en la Fuente. Es el débil que se presenta al Omnipotente. Es el tentado que busca Refugio seguro. Es el ciego que busca la Luz. Es el amigo que se dirige al Amigo

verdadero. Es la oveja descarriada buscada por el Pastor divino. Es el corazón desorientado que encuentra el Camino. Es el ignorante que encuentra la Sabiduría. Es la esposa que encuentra al Esposo de su alma. Es la nada que encuentra el Todo. Es el afligido que encuentra al Consolador. Es el joven que encuentra orientación para su vida” (UPS II p. 104).

La adoración, momento de escucha

La adoración es para el apóstol “como una audiencia, una clase, donde el discípulo o el ministro se entretiene con el divino Maestro”, afirmaba el beato Santiago Alberione. Es ese tiempo en el que el evangelizador se acerca a la fuente del Espíritu, el tiempo para interiorizar la Palabra de Dios, para renovarse en presencia del Señor, para ver de nuevo, con su luz, a todas las personas y situaciones.

“Aprender a comunicar –leemos en el mensaje para la 46 Jornada de las comunicaciones sociales– quiere decir aprender a escuchar, a contemplar, además de hablar, y esto es especialmente importante para los agentes de la evangelización”. “En el silencio –dice el Papa– escuchamos y nos conocemos mejor a nosotros mismos; nace y se profundiza el pensamiento, comprendemos con

mayor claridad lo que queremos decir o lo que esperamos del otro; elegimos cómo expresarnos.. . Al l í donde los mensajes y la información son abundantes, el silencio se hace esencial para discernir lo que es importante de lo que es inútil y superficial”. Para el fundador de la Familia Paulina, la adoración verdadera “es el alma que impregna todas las horas, las ocupaciones, los pensamientos, las relaciones, etc. Es la linfa o corriente vital que influye en todo, que comunica el espíritu incluso en las cosas más comunes. Forma una espiritualidad que se vive y comunica. Forma el espíritu de oración que, si se le cultiva, transforma todos los trabajos en oración...”. Y continuaba afirmando que si con la adoración “se adquiriera una base sobrenatural que lo ilumina todo, una generosidad espiritual de entrega y acción, un sentimiento profundo de que Dios está en nosotros; si, tras haber estado con Jesucristo, lo sintiéramos vivo y actuando en nuestro ser...”; entonces llegaríamos pronto a la “transformación en Cristo”. “La vida se convierte en oración y la oración da la vida” (cf UPS II, p. 110-111).

La adoración, fuente de evangelización

El apóstol Pablo pone en estrecha relación la eucaristía y el anuncio: “Cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva” (1Cor 11,26). “Para evangelizar el

mundo hacen falta apóstoles expertos en la celebración, en la adoración y contemplación de la eucaristía”, escribía Juan Pablo II en su m e n s a j e p a r a l a Jornada misionera

mundial de 2004. En efecto, la adoración debe preceder a nuestra actividad y a nuestros programas, de modo que seamos realmente libres y se nos den los criterios para la acción, como recomienda Benedicto XVI.

“La Iglesia existe para evangelizar” (EN 14). Jesús es el centro, y transmitir su Evangelio y su Amor es el objetivo. Para el beato Santiago Alberione, la identidad del apóstol tiene su origen en la adoración; de hecho, “es la práctica que más orienta e influye en toda la vida y en todo el apostolado... Es el gran medio para vivir enteramente de Jesucristo... Es el secreto para nuestra transformación en Cristo: es Cristo quien vive en mí (Ga 2,20). Es sentir las relaciones de Jesús con el Padre y con la humanidad. Es garantía de perseverancia” (UPS II, p 105). Movido por esta fe, el beato Santiago Alberione aprendió y practicó una sabia dinámica: la experiencia consciente de la realidad que le rodeaba, considerada e iluminada a la luz de Jesús-eucaristía. José Antonio Pérez, SSP.

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La responsable, en el corazónLa responsable, en el corazóny la mente del Fundadory la mente del Fundador

Animar un grupo -pequeño o grande- es siempre una tarea difícil, si no se cuenta con la gracia de Dios. Se

trata de un compromiso específico de la responsable del grupo, confiado por el Espíritu Santo y por el Delegado,

previa consulta a las hermanas

Instituto Virgen de la Anunciación

Todas sabemos que el P. Alberio-ne no quiso “madres superio-ras” para nosotras anunciatinas,

tanto porque, viviendo en el mundo, tenemos más necesidad de que nos guíe un sacerdote paulino (el Dele-gado), porque nos ha vinculado a la gracia sacerdotal. Así pues, quiso que la Responsable del grupo fuera un miembro del Instituto, profesa per-petua, dispuesta a dejarse “condu-cir” por el Espíritu, dócil a su acción para un servicio santo. Se trata de una hermana con la tarea de mediar

entre el Delegado y las otras herma-nas del grupo que se le han confiado. Para desempeñar con provecho este servicio, la responsable debe ser una persona con las siguientes caracte-rísticas:

• Entregada a la oración: tendrá que potenciar una oración más universal y al mismo tiempo más específica, se-gún las necesidades de cada hermana del grupo, pidiendo luz para ser ins-trumento en las manos de Dios.

• Sabia: Pedir la sabiduría del corazón

y todos los dones del Espíritu Santo, para comprender la delicadeza del compromiso al que se la llama.

• Diligente y afable: Adoptará el es-tilo de vida de la Virgen María -como Isabel; en Caná; al pie de la Cruz; en el Cenáculo-, para comprender el espíri-tu humano y prestar la ayuda precisa.

• Sensible a las necesidades de cada una: Hacerse paulinamente “toda para todas”.

• Ha de saber relacionarse positiva-mente con todas, respetando cada personalidad, evitando la formación de grupitos dentro del grupo o previ-niéndolos, aportando la serena acep-tación mutua, infundiendo sentimien-tos de benevolencia en nombre del amor esponsal que nos une a Cristo Maestro, camino, verdad y vida.

• Tiene que saber desarrollar el sen-tido de la fraternidad y del ágape en-tre todos los miembros de su grupo, a través de la aceptación, la acogida, la disponibilidad, la corrección y el amor recíproco.

• Discreta: “No debe saber la mano izquierda lo que hace la derecha” (Mt 6,3): No se llevan a la familia na-tural los problemas del grupo, no se desahoga con los extraños, que se escandalizarían. Se habla con las per-sonas encargadas, se aclara y se pide consejo.

• Debe tener un corazón de madre,

cariñosa y decidida, dispuesta a es-cuchar, a comprender, a consolar, a encaminar hacia metas constructi-vas; debe saber perdonar incluso los errores “históricos” propios o de los demás, debe ser un ejemplo viviente de la santidad exigida a cada una por la consagración específica. Muchas de nosotras estaremos pensando que disponer de una responsable de tales características es una utopía, un es-pejismo, un ideal. No obstante, hay que estar convencidas de que la gra-cia de estado y la buena voluntad, así como un esfuerzo continuo posibilita-rán tales objetivos, no con un toque de varita mágica, no sin sufrimiento, no en un “fíat”. ¿Cómo pues? Siendo conscientes de que se ha recibido una misión de lo alto, un servicio delicado al que hay que atender con responsa-bilidad, preparándose continuamen-te, sin descanso, a lo que le compete.

Especialmente, la responsable se pre-parará con la oración, la eucaristía y la adoración, en primer lugar; todos los deberes de estado deberían estar empañados de una actitud de pro-funda humildad, convencida de que no obra sola, en base a cualidades o méritos propios, sino dejándose guiar por el Espíritu Santo, que sabe cual es el bien común para la santificación propia y de los demás.

Especialmente la responsable se preparará con la oración. La eucaristía y la adoración en primer lugar; todos los deberes de estado deberían estar empañados de una

actitud de profunda humildad

Elisa, imsa

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Nuestro hermano en la fe, nació en Mango, Italia el 8 de marzo de 1916. Desde niño tuvo

carácter dócil, amable y servicial y se fue transformando con el tiempo en un joven prudente, responsable y determinado como pocos. En la oración y el trabajo, era constante, tenía voluntad para colaborar en todo lo que hiciera falta, su modelo de humildad y silencio fue san José, él se miraba en el Santo esposo de la Virgen María y trataba de imitarle en ese don.

A los 20 años de edad escuchó la llamada del Señor, a la cual respondió con todo su amor, lleno de alegría, ingresando en la Sociedad de San Pablo como aspirante a discípulo del Divino Maestro. Una vez en la congregación se dedicó por completo al apostolado d e l a s E d i c i o n e s P a u l i n a s .El fin: Evangelizar a través de los medios de comunicación. Le entusiasmaba saber que aquel trabajo llegaría a mucha gente y con ello también la evangelización.Se distinguió por su disponibilidad al trabajo, amaba su vocación y a la Congregación, acrisolaba en

su corazón el amor al Padre y a sus hermanos de comunidad, ofreciendo a Dios su propia vida por todos para que nunca fuera infiel.A pesar de su corta vida, dejó un gran vacío. Después de una dolorosa enfermedad moría el 4 de septiembre de 1948, un sábado día de la Virgen, entregándose a ella en el momento supremo de su partida.

Sus últimas palabras fueron; “Querámonos siempre mucho y adiós, hasta el cielo”. La humildad y el amor, junto con su espíritu de oración, caracterizaron su vida, que ofreció al Señor por las vocaciones. De la eucaristía alcanzó luz especial para el apostolado de las ediciones, al que consagró todas sus fuerzas.

Hermanos que nos precedieron

Venerable Hermano Andrés Mª Borello

P. Alberione

Me dirijo a los Institutos Paulinos al comienzo del Año Nuevo, para animaros a pensar un poco, para vivir más intensamente la unidad en la diversidad

Página Abierta

Inyección de fuerzas nuevas

Sois hermanos en la misión y unidos por el mismo origen, por el mismo fi n y con el mis-

mo espíritu paulino. El mismo san Pablo, dice en (1 Cor 12, 4-6): Hay diversidad de dones espirituales, pero el Espíritu es el mismo; diver-sidad de funciones, pero el mismo Señor, que lo hace todo en todos”.Sois hijos e hijas del P. Alberione, y queréis encarnar su ideal en este ti empo y en esta realidad coti dia-na, con vuestras fuerzas, con vues-tros dones, con vuestras debilida-des y limitaciones, y, ante todo, con

la gracia de Dios que actúa en cada uno de vosotros. Sois una familia no por casualidad, ni por el resul-tado de una suma ni productos del azar; ante todo sois hombres y mu-jeres llamados y consagrados por Dios.

Si Dios os ha concedido una voca-ción, un don, una gracia, os toca responder desde la disponibilidad. Tenéis una vocación maravillosa, por ser, al mismo ti empo, laicos y consagrados a Dios en el mundo. No es una consagración de segun-

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Agapito Aliende

do grado. Dios os ha llamado con vuestras fortalezas y debilidades, con miedos e inseguridades. Vues-tra consagración fue un Sí que debe ocupar toda vuestra vida y todo vuestro quehacer y ser en el mundo, una consagración que im-pregna toda vuestra vida y acti vi-dades diarias.

Con vuestra secularidad consa-grada, cooperáis a la salvación del mundo desde dentro de él. Sois y os mantenéis laicos, pero, vuestro estado secular está consagrado. Vuestra consagración no os arran-ca del mundo, no paraliza vuestra acti vidad; todo lo contrario, la vivi-fi ca y la dinamiza, le confi ere mayor realismo, profundidad y efi cacia, al liberarla de sati sfacciones e intere-ses meramente mundanos. Esto no es tarea fácil. Exige discernimiento, generosidad, coraje.

Habéis sido llamados con un algo especial: vivir y dar a Cristo Cami-no, Verdad y Vida, como lo vivió y lo dio san Pablo. Por tanto difun-did el mensaje de salvación según el apostolado y el espíritu de la Sociedad de San Pablo y del resto de las otras congregaciones de la Familia Paulina. Abiertos a todos los medios y uti lizándolos para el apostolado.

Los Insti tutos Paulinos responden a una necesidad de la hora presente, abren un camino de luz y de amor en el mundo. Como bien queda re-ducido en el Estatuto: “El aposto-lado os hace altavoces de Dios”, y añade: Apostolado fi elmente ejer-cido no sólo en el mundo, sino con

los medios del mundo, valiéndose de las profesiones, acti vidades, fuerzas, lugares y circunstancias que respondan a las condiciones de los seculares…”.

Cada Insti tuto debe decir y dar algo al mundo desde la oración, decía el P. Alberione: la oración para el hombre, el cristi ano, el religioso (consagrado), el sacerdote, es el primero y el máximo deber”.

La vida del consagrado paulino ti ene algo que decir al mundo; os habéis puesto en camino no para andar vagando, sino con una meta fi ja: la evangelización.

Termino estas líneas, dando gracias a Dios por vosotros/as, por vues-tra entrega, por vuestra vocación, por vuestra vida paulina y esto no se realizará bien, estando ausentes unos de otros en las pobres relacio-nes que, tantas veces, se percibe entre vosotros/as. El apóstol Pablo recuerda: “Esta es mi convicción, que el que ha inaugurado en vo-sotros/as una obra buena la lleve adelante hasta el día de Cristo Je-sús” (Fl 1,4).

La vida del consagrado paulino tiene algo que decir al mundo; os habéis puesto

en camino no para andar vagando, sino con una

meta fija: la evangelización

Retiro del mes

María, joven rebelde

He aquí los retiros de Enero, Febrero y Marzo. Comenzamos con el retiro del mes de enero:

“María, joven rebelde”

Son muchos hoy los que presen-tan a María como una joven rebelde. Incluso revoluciona-

ria. Me parece un error convertir a María en Agustina de Aragón. No soy capaz de imaginarla puesta detrás de un cañón o con la pistola en la mano. Pertenecía a la escuela de su Hijo, que rechazó las espadas, cuando al-gunos de sus discípulos, con la mejor

voluntad, quisieron acudir a su lógica contundente en el momento de la pasión.

Pero no se pueden negar aires de rebeldía en el canto del Magnificat. A María no le gusta la sociedad en la que vive. En ella no se respetan los derechos humanos. Por eso el Magnificat tiene mucho de canción

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protesta. Contra los tiranos, que abusaban de su poder. Contra la idolatría de la riqueza, que lleva al servilismo de tener. Contra la sabiduría falsa de los orgullosos. Pero María no cae en la trampa de la rebeldía, que lleva al odio.

Nunca las ruinas fueron sólido cimiento de construcciones y culturas, en las que el bien y el mal, la cizaña y el trigo, crecen juntos hasta el día de la siega. Ni la anarquía es proclamada por María como vía al cambio de la sociedad. Es consciente de que la libertad humana necesitael apoyo de la norma como elemento esencial de la convivencia pacífica.

María se une a la violencia del manso

María se une a la violencia del humilde, del manso, de los que no saben odiar, sino que mueren con el perdón en los labios. María apuesta por el cambio hacia la civilización delamor y lo vive en estrecha unión con su Hijo. Junto a la cruz no pide venganza, aunque es consciente del atropello, que lleva a su Hijo a la muerte más humillante y a ella le desgarra el alma. Se une al perdón de Jesús e intenta convencerse de que los violentos no saben lo que hacen. Sabe que el amor es más fuerte que el odio.

Una cierta rebeldía es innata en

el joven. Multitud de canciones-protesta han brotado en estos días de esa dimensión juvenil. El inconformismo es un signo de vida y fuerza en la existencia humana y más en concreto en el joven. Pero esnecesario analizar nuestra rebeldía para decantar su autenticidad y purificarla de toda ganga.

María canta a un Dios que lucha contra la injusticia y por ello entra en conflicto con todos los opresores. Pero el Dios del Magnificat no lucha contra el hombre, porque es el Diossalvador, el Dios del amor y de la misericordia.

Rebeldes sí, pero sin odio. Con amor. No para destruir, sino para construir.

María canta a un Dios que lucha contra la injusticia y por ello, entra en conflicto con todos los opresores. Pero el

Dios del Magníficat no lucha contra el hombre, porque es el Dios salvador, el Dios del amor y de la misericordia

Cuestionario para trabajar

a) Manifestaciones en nuestra vida de rebeldías que fomentan el odio, y manifestaciones de rebeldía del humilde.

b) ¿Hacia dónde vamos? ¿Hacia una sociedad acostumbrada y que pacta con ciertas injusticias?; o ¿hacia una sociedad en la que nos comprometemos a dejar nuestro granito de trigo que producirá fruto?

c) Lecciones de María, joven rebelde.

Cuestionario para trabajar

María, amiga

María vive la fiesta de Caná de una manera muy especial, atenta al sufrimiento ajeno

Caná es un canto a la amistad de María. La impresión es que María fue la primera invitada

y que Jesús acudió por ser su hijo. Motivo: ¿Parentesco? ¿Amistad? Da lo mismo. En uno y otro caso María está allí por amor. Se hace presente en el montón de invitados para convivir en el amor. La razón de su presencia es compartir, desde los lazos del amor humano, una alegría profunda de otros, los esposos, que el amor traspasa a su propio corazón.

Vigía en el amor

Ella es la primera en caer en la cuenta de la situación embarazosa que la falta de vino va a crear a los recién casados. María vive la fiesta de una manera muy especial. No seentrega al ritmo de la alegría, sino que, vigía en el amor, cae en la cuenta de una amenaza: faltará el vino y sus amigos quedarán abochornados ante todos los comensales. Más aún. La noticia saltaría de boca en boca por la ciudad. La actitud de María descubre en ella una ternura de madre y una gran sensibilidad ante los problemas de los esposos.

María, como Jesús, oye el silencio del dolor ajeno. El amor intuye el futuro y prefiere prevenir antes que remediar. María no se desentiende del problema. En su haber sólo una cosa: Jesús, el hijo obediente de

Nazaret. Y ante Él una confidencia amarga y dolorosa, que brota de una amistad común: “No tienen vino”. Era todo su capital y lo pone en juego a favor de sus amigos. Cuando el “metre” proclama el milagro, María desaparece de la escena. Los comensales alaban y admiran el vino nuevo. Los discípulos contemplan la gloria de Jesús y creen en Él. ¿Y María? Perdida entre los comensales se alegra con la alegría de todos. Sobre todo con la de los recién casados.

Una de las quejas más frecuentes en la sociedad actual es la falta de solidaridad. Nuestro fuerte egoísmo, acentuado por la competitividad de la sociedad consumista, es la carcoma, que roe la base de la amistad. La amistad es un amor compartido. María la vive a tope en las bodas de Caná. Se hace presente en actitud de servicio, porque servicio es en el amor ofrecer al amigo la oportunidad de obsequiarnos con su propia alegría.

a) Amistad y problemas. ¿Cuál suele ser el límite de nuestra amistad?

b) Amistad y servicio anónimo, sin protagonismos. ¿Qué precio ponemos a nuestro servicio?

c) María, amiga. ¿Tomamos el pulso a nuestra amistad fraterna?

Retiro de febrero

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Retiro de Marzo

Una consideración moderna de María no puede silenciar, minimizar, ni desfigurar,

bajo pretexto de arbitrar ias desmitizaciones, lo verdaderamente excepcional y s ingular de su personalidad. Sería un terrible engaño, una mutilación herética. Es probablemente el dogma de la Inmaculada Concepción el que más distancia a María del joven actual. He oído decir repetidas veces y en latitudes muy diversas: “Dios la hizo inmaculada. Si me hubiera hecho a mí sería como ella. ¿Qué mérito tiene y qué me va a mí en ello?”. En el fondo está la idea de que María no tuvo problemas ni dificultades.

Fruto de su gran fidelidad y de la gracia

El objeto de la definición es la preservación de María del pecado original. Pero no de todo lo que se consideraba como consecuencia de él. María sufre, tiene sed, hambre, miedo. Creemos que todo no exceptuó a María de padecer la tentación, como Cristo, y que la superación del pecado a lo largo de su vida ha de ser considerada como fruto de una gran fidelidad, por su parte, y de la gracia y no

como una acción exclusiva de Dios, semejante a la que

la santificó en el primer momento de su existencia personal. Así la santidad de María supone una providencia especial de Dios, porque especial y única fue su vocación, y un esfuerzo constante por ser fiel a esa providencia. La gracia que el bautismo nos incorpora a Cristo, se le comunica a ella anticipadamente y con mayor perfección al comienzo de su vida. Su singularidad no la saca de la Iglesia. Es un miembro excelente, que participa juntamente con los demás de la vitalidad que viene de la cabeza: Cristo.

No conviene olvidar esta hermandad de María con los hombres. Su cercanía real a nosotros nos ayuda a comprender el misterio maravilloso de nuestra inserción en Cristo. Toda la belleza de María reside en la participación de la vida divina, a la que tenemos acceso todos los hombres por la fe y el bautismo.

La oración de la liturgia de la Inmaculada presenta brevemente la razón de ser de este privilegio. “¡Oh Dios!, que por la concepción inmaculada de la Virgen María preparaste a tu Hijo una digna morada”. Más ampliamente en el prefacio: “Porque libraste a la Virgen María de toda mancha de

Dios preservó a María del pecado original,

pero no de todo lo que se consideraba consecuencia de él:

María sufre, tiene sed, hambre, miedo

Inmaculada, misterio de

amor

Cuestionario para trabajar

pecado original, para que en la plenitud de la gracia fuese digna madre de tu Hijo… Purísima había de ser, Señor, la Virgen que nos diera el Cordero inocente que quita el pecado del mundo…”. La realización de la Inmaculada Concepción es una acción exclusivamente divina, sin mérito alguno por parte de la creatura. Pura gratuidad del que planifica y ejecuta la salvación de los hombres por puro amor. María es objeto de un carisma especial al servicio de una vocación excepcional. Dios, cuando exige actitudes difíciles, acompaña la debilidad humana con gracias extraordinarias.

Modelo de la santidad de la Iglesia

En María la Iglesia contempla el modelo de su propia santidad e intuye plásticamente, que la presencia de Dios en su seno no es compatible con el pecado o la medianía espiritual. Ser templo, madre de Dios y esposa de Cristo requiere un esfuerzo constante de superación, para que se realice la nueva y continuada encarnación de Dios en el mundo. La contemplacióndel misterio de la Inmaculada es para la Iglesia entera la interpelación a la santidad, más perfecta y consumada en la medida de lo posible.

María, inmaculadamente santa, le revela al bautizado las exigencias de una nueva condición, por participar de la maternidad mística de Cristo. Al mismo tiempo su perfección en laconversión y en la fidelidad de cada día. Es inexacto afirmar que la santidad sin mancha de María

no puede servir de estímulo y ejemplo. El modelo no puede ser absolutamente y del todo inalcanzable. Perdería toda su fuerza de atracción. Cristo en el Evangelio ha propuesto dos modelos: su propia conducta y la santidad del Padre que está en los cielos. Nadie llegará a igualarles, pero el intento de acercarse a ellos es el ideal y meta de la perfección cristiana.

La maternidad inmaculada de María es la palabra inconfundible y eterna de Dios acerca de la mujer. Imposible resaltar con mayor fuerza su misión en el mundo. Una mujer llegará a no ser madre, según su vocación concreta, pero no será verdadero camino de emancipación el que conduzca a la mujer a autorrealizarse conculcando lo básico de su personalidad. La maternidad no es algo accesorio a lo femenino. María, inmaculada para ser madre, es la figura sublime de la maternidad humana.

a) ¿Nos atrevemos a hablar de este fenomenal regalo de Dios a su Madre o nuestra Madre?

b) Inmaculada, sí, pero cooperando con su esfuerzo.

c) Inmaculada para nosotros sería tanto como decir compromiso por no caer en la tentación. ¿Nos atrevemos hablar de eso en nuestro ambiente de trabajo?

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El evangelio vivido

El Estudio del Evangelio (3)

Una vez que l levamos la serie de condiciones antes e n u m e r a d a s , t i e m p o ,

silencio sin ideas preconcebidas, toda la humildad que podamos y amor, nos colocaremos delante de la fachada de la casa y esperaremos pacientemente que nuestro “Guía” nos abra la puerta, nos permita entrar y nos enseñe parte de sus riquezas, pues hay que saber que cada vez que pasemos a la casa con tan buen “Guía”, nos descubrirá detalles y aposentos nuevos, cada visita es distinta, aunque sea del mismo texto.

Leer y releer

Leemos despacio nuestro texto, lo volvemos a leer, no es una lectura cualquiera, es una lectura-oración, pues la hacemos en la presencia

de Dios, de su Espíritu, aquí no hay reglas que valgan para todos, cada uno es llevado como el mismo Señor quiera, esto que no se puede explicar con palabras, creo que se puede entender con el corazón. La Lectio Divina ayuda para que esta lectura se nos haga más fácil.

Paciencia

Hay que tener mucha paciencia, pues ocurre muchas veces que el texto es muy conocido y no nos dice nada especial, hemos de estar atentos a las frase o a las palabras que más nos llaman la atención, sobre todo si es un texto largo, entonces nos detenemos en esas palabras, es decir, vamos concretando, después ya no depende de nosotros, sólo nos queda esperar y pedir al Espíritu -que tan rico es- nos dé una migaja de su

Como orientación, decir que un Estudio

del Evangelio dura una media hora

Mari MuñozMari Muñoz

Sabiduría; pedidlo con humildad, y esperad en su Presencia.

TiempoComo orientación, un Estudio del Evangelio dura una media hora, más o menos, aunque no debemos poner tiempo al Espíritu; el que tenga tiempo puede prolongarlo en su oración, en ocasiones excepcionales, en un instante puede Él suplir lo que hagamos nosotros en toda nuestra vida, pero eso no es lo normal. El tiempo orientativo está basado en la experiencia de muchos.

Guarda en el corazón y en un cuaderno

Es bueno ir guardando lo que el Señor nos da, recordar con frecuencia lo que hemos “visto” de aquella hermosa casa, lo podemos hacer tomando nota de las frases o palabras que nos hayan llamado la atención, en la parte superior de una hoja de cuaderno (yo las escribo en rojo) y a continuación, las reflexiones personales respecto de esa Palabra. Si nuestro cuaderno es un carpesano de hojas recambiables podemos ir incorporándolas a lo largo del tiempo y ordenándolas según los capítulos de cada Evangelio en cuestión, pero esto es algo complementario, lo esencial es hacerlo, vivirlo y llevar a la práctica aquello que hemos descubierto.

FrutosUn Estudio bien hecho siempre nos cambiará la vida, nos llevará a sentirnos amados por el Señor. Evangelio es Buena Noticia, que Dios nos ama incondicionalmente, que es Padre y Madre, es “bañarnos”

en esta Buena Noticia que nos lleva a amarnos a nosotros mismos, a los hermanos y por supuesto, disfrutar del Amor que Dios nos tiene e intentar corresponder como podamos. Por eso cada Estudio del Evangelio termina en oración. Cuando no puedo rezar por cualquier causa, sobre todo cuando no tengo ganas, el Estudio del Evangelio siempre me centra, es como si me reestructurase.

Para no desanimarse Hasta hace muy poco, siempre que hacía este Estudio el Señor me descubría aspectos nuevos, últimamente termino quedándome en la entrada de la Casa, no puedo entrar, lo digo para que no os desaniméis. Si os ocurre esto terminad dando gracias a Dios, aunque no hayáis descubierto nada nuevo, porque el descubrimiento que vendrá en los días siguientes sobre el mismo texto os dejará asombrados, algo que nunca se os podría haber ocurrido, algo nuevo, verdaderamente alimento para nuestra alma. Para llegar a esto sólo es necesario ser fieles a este Estudio.

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Estas palabras que el beato Alberione pronunció delante de un nutrido grupo del Instituto Jesús Sacerdote nos animen a todos a continuar en el camino de entrega y amor a Cristo y a los hermanos, que hemos emprendido

Instituto Jesús Sacerdote

“Habéis demostrado ser hombres prudentes”

“Bendito sea el Señor, por tantas gracias recibidas desde el Bautismo hasta este día de vuestra

profesión de los consejos evangélicos.

Habéis demostrado ser hombres prudentes al querer añadir méritos a méritos: a la vida cristiana habéis añadido la vida sacerdotal; ahora a la vida

sacerdotal habéis añadido la vida consagrada, en el espíritu del decreto conciliar «Perfectae caritatis».

Habéis entrado decididamente en ese camino, el camino de la caridad perfecta. Habéis

entrado verdaderamente en la vida consagrada. Vuestra vida duplica los méritos.

Sois el hombre prudente del que habla la Escritura. Los compromisos que hoy habéis

asumido dan frutos muy particulares: especial santificación personal, ministerio más rico en

favor de las almas, servicio más generoso en las respectivas diócesis.

¡Qué gran consuelo! Estamos unidos en especial caridad, oración, ayuda fraterna y religiosa. La

Familia Paulina está formada por varios millares de almas consagradas; por la especial unión, todos participan de las oraciones comunes.

Delante del Santísimo Sacramento, noche y día, las Hermanas Pías Discípulas rezan por todos, también

por vosotros que habéis entrado a formar parte de la misma Familia. Consuelo y esperanza en los

momentos difíciles.

¡Cuántas veces los proyectos y la confianza se iluminan en las horas del silencio nocturno!

¡Adelante con fe! Descienda sobre vosotros y sobre los compromisos que habéis asumido, una gran

bendición; caminad con fe viva, con tenaz esperanza, en caridad perfecta: «Perfectae caritatis».

P. Santiago Alberione P. Santiago Alberione

El P. Alberione, después de haber acogido a un buen número de Sacerdotes en el Instituto

“Jesús Sacerdote”, expresaba así, con estas sentidas palabras, sus pensamientos y emociones:

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La Esperanza Cristiana es, como bien sabemos todos, una virtud teologal que junto a la fe y a

la caridad deben acompañarnos siempre para poder ser buenos cristianos. Pero creo importante dedicar estas lineas a la Esperanza, máxime en estos tiempos de crisis, ya que aquel que no tiene Esperanza está abocado a caer en la desesperanza. Nosotros, como cristianos, sabemos o deberíamos s a b e r b i e n , q u e e s l o q u e esperamos y en quién esperamos.

Está claro que lo que esperamos es la salvación y estar junto a Aquel que nos amó hasta el extremo que no dudó en entregarnos a su hijo Jesucristo. Y está claro que esperamos en Cristo Jesús que al ser la plena revelacion de Dios nuestro Padre y haber sido ya resucitado y subido al cielo es nuestra garantía de exito, exito no entendido como triunfo sobre los demás sino como triunfo junto con todos los que aman y ama Jesucristo. Así Jesucristo se convierte en nuestro Camino,

En este tiempo de crisis, aferrémonos al ancla de la Esperanza, que no es otro que Jesucristo. Que la Virgen María, madre de la humanidad, san Pablo y todos los santos y beatos intercedan por nosotros y nos ayuden a saber esperar activamente en Cristo Jesús

Instituto San Gabriel Arcángel

El ancla de la Esperanza

Verdad, y Vida. Camino, que nos revela con su forma de vivir aquí en la tierra; Verdad, revelándonos todo lo que realmente hace humano a una persona; y Vida gloriosa para el que le sigue aquí en la tierra con la garantía de que en la vida eterna también estaremos con él. Tenemos que percatarnos de que los tiempos que corren no son tan distintos de los que vivió nuestro señor Jesucristo. Pues los afanes y las preguntas importantes de la vida sobrepasan toda época. Por eso podemos esperar en Cristo ya que se encarnó y se humanó viviendo una vida como la nuestra, excepto en el pecado.

Pero aunque sí sufrió la tentación, y seguro que la desesperanza, nunca sucumbió a ella porque sabía que Dios Padre nunca abandona y está siempre pendiente de todas sus criaturas; y como dice en el evangelio, hasta los cabellos de nuestra cabeza están contados.Por eso pidamos a Dios nuestro Padre que nos siga concediendo Esperanza, para que aumente nuestra fe y nuestra caridad. Ya que Fe, Esperanza y Caridad deben ser nuestra Santisima Trinidad. Fe en el Dios Padre de nuestro señor Jesucristo, Esperanza en Jesucristo nuestro señor y Caridad en el Espíritu de las bienaventuranzas. Por eso aferrémonos al ancla de la Esperanza que no es otro que Jesucristo.

InformaciónEspaña: Nuevo Delegado de los Institutos Agregados

El Padre Antonio Maroño ha sido nombrado nuevo

Delegado de los Institutos Paulinos Jesús Sacerdote, Santa Familia, San Gabriel Arcángel y Virgen de la Anunciación. El P. Maroño ha sido Superior Provincial en sucesivas ocasiones y por tanto ha estado siempre cerca de los Institutos con lo cual nos conoce bien y puede hacer un buen trabajo en ellos. Desde aquí le animamos y nos animamos a “lanzarnos hacia delante”, sobre todo en estos años del trienio de preparación al Centenario de la Fundación de la Familia Paulina.

También se han renovado los Consejos de los Institutos Virgen de la Anunciación y Santa Familia. Han quedado configurados así: Virgen de la Anunciación: Mari Muñoz, Responsable del Instituto; Dolores Báez, Consejera y Dolores Andréu, Consejera; Santa Familia: Maite Ballesteros, Responsable del Instituto; José Lozano, Consejero y María Antonia García, Consejera.

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Eucaristía en memoria del beato Timoteo Giaccardo

Información

Madrid. Casa provincial SSP. Rumbo al centenario (1914-

2014) del carisma de la Sociedad de San Pablo y de la Familia Paulina, el lunes 26 de noviembre de 2012 celebramos en las comunidades de España el 41º aniversario de la muerte del Fundador, el beato Santiago Alberione. El acto central de las celebraciones tuvo lugar en Madrid, en la Parroquia de Nuestra Señora de la Concepción (Pueblo Nuevo), en la calle Arturo Soria, donde a las 19:00 horas se celebró una solemne eucaristía, presidida por el P. Juan Antonio Carrera, Superior Provincial y Director general del Apostolado de SAN PABLO España.

Participaron en la concelebración eu-carística una nutrida representación de miembros, amigos y colaborado-res de la Familia Paulina de Madrid, así como fieles de la comunidad pa-rroquial, próxima a la Casa provin-cial de la SSP. Recordando la pasión por Cristo y por la humanidad que siempre caracterizó al P. Alberione, imploramos para que él interceda

por todos los miembros de la Fami-lia Paulina de España, por nuestros colaboradores y amigos, para que seamos siempre fieles y creativos, sensibles a los desafíos del mundo y de la cultura de hoy, apóstoles de la “nueva evangelización”.

Fiesta del beato Santiago Alberione

Presidida por el P. José Antonio Pérez, Postulador General de

la Familia Paulina, se ha celebrado en Roma el 22 de octubre pasado, la fiesta en memoria del primer presbítero y Vicario General de la Sociedad de San Pablo, beato Timoteo Giaccardo. De él dijo el p. Alberione: “Ejemplo de toda virtud, fidelísimo entre los fieles”.

Noti cias

Luis María Juara Hoyos, gabrielino, en el momento de renovar

la profesión de los consejos evangélicos. En la celebración, que tuvo lugar el pasado día 30

El pasado 24 de noviembre, los esposos Fernando Abad Bécquer

y Justa Mondragón J iménez, concluido el noviciado, han emitido la primera profesión de los consejos evangélicos de pobreza, obediencia y castidad conyugales en el Instituto Agregado a la Sociedad de San Pablo “Santa Familia”. La emotiva ceremonia re l ig iosa tuvo lugar en el oratorio de la librería Paulinas de laciudad de Valencia (Plaza de la Reina, 2). Los neo- profesos estuvieron arropados por la comunidad de Hijas de San Pablo de Valencia, otros representantes de la Familia Paulina, familiares y amigos. El Instituto “Santa Familia”, fundado por el beato Santiago Alberione; acoge a esposos cristianos que se proponen

Fernando y Justa emiten la primera profesión en el Instituto secular “Santa Familia”

Luis Mª Juara renueva la profesión en el Inst.San Gabriel Arcángel

la santificación de la vida conyugal y familiar en los ambientes donde viven y actúan: la familia, el trabajo, la comunidad eclesial y la sociedad civil.

A la izda, un momento de la profesión de los consejos evangélicos de nuestros hermanos en la fe, Fernando y Justa. Bajo estas líneas, Luis Mª Juara, gabrielino.

de noviembre en la Comunidad paulina de Protasio Gómez, Madrid, participó la Comunidad y una representación de la Familia Paulina de la ciudad.

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INSTITUTOS PAULINOS DE VIDA SECULAR CONSAGRADAProtasio Gómez, 1528027 MADRIDTel.: 917 425 113 - E-mail: insti [email protected]

Hay dos formas de vivir la consagración a Dios. La primera la constituyen las religiosas que viven en

comunidad. Pero hay otro tipo de personas, que viven consagradas a Dios, sin hábito especial, sin vida común, que realizan un apostolado en medio de la sociedad: son los miembros de los Institutos Seculares, quienes como dice el Papa, viven en el mundo y realizan su apostolado en el mundo, y sin embargo no pertenecen al mundo; no

son del mundo, pero viven en el mundo. (Beato Alberione a las anunciatinas)

Pensad que vuestro Instituto ha sido

querido por Dios como un jardín floreciente y hermoso. Floreced en la Iglesia de Dios.

Aportad la ayuda de vuestro amor, de vuestra fe, de

vuestro apostolado, de vuestra generosidad. (Beato Alberione a las

anunciatinas)