Alexandre Koyré, Pensar la ciencia

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    PENSAMIENTO CONTEMPORNEOColeccin dirigida por Manuel Cruz1 L Wittgenstein Conferencia sobre tica2. J. Derrida La desconstruccin en lasfronterasde la .filosifa3. P.K. Feyerabend Lmites de la ciencia4 J.F. Lyotard r: Por qu filosofar?5. A.C. Danto Historia y narracin6 T.S. Kuhn r: Qu son las revoluciones cient ficas?7 M. Foucault Tecnologas del yo8. N. Luhmann Sociedad y sistema: la ambicinde la teora9. J. Rawls Sobre las libertades10. G. Vattimo La sociedad transparente11. R. Rorty El giro lingstico12. G. Colli El libro de nuestra crisis15. K.-O. Apel Teora de la verdad y tica del discurso14. J. Elster omar la suerte

    15. H.G. Gadamer La actualidad de lo bello16. G.E.M. Anscombe Intencin17. J. Habermas Escritos sobre moralidad y eticidad18. T.W. Adorno Actualidad de lafilosifa19. T. Negri Fin de siglo20. D. Davidson Mente, mundo y accin21 E. Husserl Invitacin a lafenomenologa22. L Wittgenstein Lecciones y conversacionessobre esttica, psicologa y creencia religiosa23. R. Carnap Autobiografa intelectual24. N. Bobbio Igualdad y libertad25. G.E. Moore Ensayos ticos26. E. Levinas El Tiempo y el Otro27. W. Benjamn La metafsica de la juventud28. E. Jnger y M Heidegger Acerca del nihilismo29. R. Dworkin Etica privada e igualitarismo poltico30. C. Taylor La tica de la autenticidad31. H. Putnam Las mil caras del realismo32. M. Blanchot El paso no) ms all33. P. Winch Comprender una sociedad primitiva34. A Koyr Pensar la ciencia

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    lexandre Koyr

    Pensar la ciencia

    Introduccin de Carlos Sols

    Ediciones PaidsI C.E. de la Universidad Autnoma de BarcelonaBarcelona - Buenos Aires - Mxico

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    Ttulo original: ~ e s d histoire de la pense philosophique:a) De l'influence des conceptions philosophiques sur l'evolution des thories scientifiques (pgs. 253-269)b) Les philosophes et la machine (pgs. 305-539)e Du monde de l' a-peu-pres a l'univers de la prcsion(pgs. 341-362)

    Publicado en francs por ditions Gallimard, ParsTraduccin de Antonio Beltrn MariCubierta de Mario Eskenazi

    Obra publicada con la ayuda del Ministeriofrancs de Cultura y Comunicacin

    1 a edicin, 1994Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorizacin escrita de los titulares delCopyright , bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproduccin total o parcial deesta obra por cualquier mtodo o procedimiento, comprendidos la reprografa y eltratamiento informtico, y la distribucin de ejemplares de ella mediante alquiler oprstamo pblicos. by ditions Gallimard, Pars de todas las ediciones en castellano,Ediciones Paids Ibrica, S.A.Mariano Cub, 92- 08021 Barcelona, eInstituto de Ciencias de la Educacin

    de la Universidad Autnoma de Barcelona,08193 BellaterraISBN: 84-493-0046-0Depsito legal: B-29.997/1994Impreso en Novagrafik, S.L.Puigcerda, 127- 08018 BarcelonaImpreso en Espaa - Printed in Spain

    5 316 48 72

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    SUM RIO

    Introduccin por Carlos Sals . . . . . . . . . . . . . . 9Vida de Koyr . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1OUna historia de la ciencia metafsicamente mo-tivada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17Una historia inmanente . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21La confusin entre internismo e idealismo . . 30

    Principales obras de Koyr sobre la historia de laciencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40Algunos escritos sobre Alexandre Koyr . . . . . . 42

    ensar la ciencia

    l. La influencia de las concepciones filosficas enlas teoras cientficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47

    2. Los filsofos y la mquina . . . . . . . . . . . . . . . 71l La evaluacin del maquinismo . . . . . . . . . 712. Los orgenes del maquinismo . . . . . . . . . . 853. Del mundo del aproximadamente al univer-so de la precisin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117

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    INTRODU IN

    ALEXANDRE KOYR Y LA HISTORIA DE LA CIENCIA

    Alexandre K.oyr 1892-1964) fue el padre de los historiadores profesionales de la ciencia que se estn jubilando en estos aos. Su peculiar manera de entenderla disciplina influy directamente sobre los historiadores especialmente anglosajones que se iniciaban en elcampo all por los aos cuarenta1 y que fueron y sona su vez los maestros de las generaciones actuales. Antes de ellos apenas existan puestos remunerados parala enseanza e investigacin de la Historia de la Ciencia y el propio Koyr pas la mayor parte de su vidaen la Seccin V de la cole Pratique des autes tu esdedicada a las disciplinas religiosas. As pues apartede por el indudable inters intrnseco de su novedosoenfoque historiogrfico la influencia de Koyr resultcrucial por el momento histrico en que se ejerci puesinspir y apadrin a los primeros y ms influyentes historiadores profesionales de la ciencia.El estilo historiogrfico de Koyr hua de la tendencia positivista a dar una lista de los logros parciales delpasado respecto del estado actual del saber. Por el contrario se centraba en una lectura atenta y simpatticade los textos pretritos para tratar de captar los siste-

    l Como por ejemplo M. Clagett I. R Cohen A. Crombie H.Guerlac A. R. Hall M. Boas C Gillispie J. Murdoch E. Grant T.Kuhn o R S. Westfall aunque este ltimo no estuvo asociado directamente con l. A ellos se aadieron en rancia P. Costabel R.Taton.

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    mas de creencias ajenos a fin de ver el mundo a travsde sus ojos y comprender las razones razonables desus posiciones, muchas de las cuales pareceran de otromodo estrambticas. Alexandre Koyr rastreaba la filiacin de las ideas y la estructuracin de esos sistemas de pensamiento para hacer entrar a sus lectoresen el mundo mental en que vivan no slo los Galileo,Kepler y Newton, sino tambin los Paracelso, Boehmeo More. Pero quin era ese personaje elegante, enjutoy distante; quin era ese pelirrojo polglota, agudo y reservado; quin era ese judo ruso, emigrado y cosmopolita? Sabemos qu escribi y dnde trabaj, peroconocemos mal a la persona; ignoramos las ideas filosficas fundamentales que inspiran su trabajo historiogrfico, y existe un cierto misterio en torno a las posiciones polticas de este terrorista quinceaero que tuvouna confusa participacin en la Revolucin de Octubrey acab colaborando con el general De Gaulle.Vida de oyr

    Alexandre Koyr naci en el mismo pueblo que AChejov, en Taganrog Rusia), el29 de agosto de 1892 hijode un comerciante importador de productos coloniales e inversor en los pozos petrolferos de Bak. Comenz su educacin secundaria en Tiflis y en 1905 particip en las revueltas, lo que le vali ser encarcelado porterrorista o propagandista. Y as como igo de l..oyolaherido en su castillo lea el Flos sanctorum, Koyr leyen la trena las Investigaciones lgicas de E. Husserl. Trasfinalizar sus estudios secundarios en Rostov-na-Donu,march a Pars en 1908 y de all pas a Gotinga, dondedesde finales de 1909 hasta 1912 se convirti en unode los primeros discpulos extranjeros de Husserl. Siem-

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    INTRODUCCION

    pre reconoci sus orgenes fenomenolgicos, pero aunque andando el tiempo lleg a estar bastante asociadocon Husserl, en realidad quien influy ms sobre l fueAdolf Reinach con quien comparta el gusto por la erudicin histrica y por el realismo platnico y el antipsicologismo, no menos que el rechazo del idealismotrascendental del maestro. Parece que, aunque Malvina Husserl lo trataba como a un hijo, Edmund tena del una opinin regular, pues lo recuerda de esta pocacomo altanero y un poco inmaduro y con una psicologa un tanto primitiva. Incluso rechaz su propuestade tesis doctoral sobre las paradojas, tema sobre el queescribi tres artculos de inters mediano. De maneraque levant el campo y se traslad a Pars a finales de1912.All estudi con H Bergson que, como Husserl enAlemania, llevaba a cabo su propia campaa antipositivista. Sigui tambin cursos con A Lalande y L. Brunschvicg, y aunque no estableci lazos muy estrechos conninguno de ellos, se encontr a gusto entre los crculoseslavos influidos por Husserl frecuentados por personas como E. Minkowski y A Gurvitch. Aqu dej las paradojas e inici sus investigaciones sobre pensamien-to religioso. Con F. Picavet, de L cole Pratique, empeza trabajar sobre San Anselmo.La Guerra Europea interrumpi su trabajo. Aunqueera ruso, se alist en Francia donde luch un par de aosantes de pasar a un regimiento ruso con el que combati en el frente del suroeste. Al parecer tom parte enla revolucin de febrero pero se opuso a la de octubre.De algn modo se las arregl para luchar contra blancos y rojos antes de salir del lo y regresar a Pars, donde se encontr con que su antiguo casero le haba guardado el manuscrito sobre san Anselmo y donde en 1919se cas con Dora Reybermann, de una familia de Ode-

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    sa. En 1922 un Essai sur l ide de Dieu t les preuvesde son existence chez Descartes le vali el diploma dela Seccin V y el nombramiento como lector que ejerci hasta 1931. Al ao siguiente, su trabajo sobre L idede Dieu dans la philosophie de St. Anselme le sirvicomo tesis doctoral en la Sorbona y seis aos ms tarde consigui el doctorat d tat con su trabajo sobre LaPhilosophie de J Boehme.

    Sus estudios sobre Boehme tienen un inters especial, pues le convencieron de que el pensamiento de esezapatero remendn no se poda entender sin tener encuenta a Coprnico, lo que lo llev del pensamiento religioso al cientfico. Sin embargo, tal cambio de intereses no se reflejen un mayor contacto con las instituciones de historiade la ciencia. El Centre International de Synthese deHenri Berr tena una seccin,de Historia de la Cienciaen la que estaba A Mieli, secretario tambin del Comit Internacional de Historia de la Ciencia2 que setransform en 1929 en la Academia Internacional parala Historia de la Ciencia y que adopt como publicacin oficial la revista Archeion editada por Mieli. stepracticaba una historia positivista al estilo de G. Sarton, de cuya revista Isis fue editor italiano desde su fundacin en 1912, de manera que su historia como listade autores, obras y logros no poda estar ms en desacuerdo con la historiografa de Koyr, con esa sensibilidad hacia los sistemas de creencias y las estructu-ras de pensamiento importada de la historia de lafilosofa. Concretamente, Koyr defenda el origen me-

    2. Los otros miembros del Comit eran A Rey, G. Sarton, C. Singer, H. E. Sigerist, K Sundhoff y L Thorndyke. El Comit organizel Primer Congreso Internacional de Historia de la Ciencia, celebrado en Pars en 1929.

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    INTRODUCCIN 13

    tafsico de la Revolucin Cientfica contra el hincapi del positivismo en los hechos y los experimentos. Porello, no es de extraar que Mieli se opusiese en 1935a la propuesta de H. Metzger de que Koyr fuese elegido para formar parte del Centre lnternational de Synthe-se 3 As pues, Koyr estuvo casi toda su vida al margende las instituciones europeas de historia de la cienciay slo tras la muerte de Mieli en 1950 fue elegido parala Acadmie internationale d histoire des sciences.De modo que Koyr sigui en la seccin V de l co-le Pratique dedicada a ciencias religiosas, donde fuenombrado director de estudios en 1932 y donde imparti cursos sobre religin y ciencia hasta 1962, un parde aos antes de su muerte, cuando la leucemia lo apart de las actividades acadmicas.Como resultado de sus lecturas sobre el copernicanismo motivadas por Boehme, public en 1934 la traduccin del Libro I del De revolutionibus orbium coe-lestium de Coprnico, lo que constituy S u primerapublicacin en el campo de la historia de la ciencia. Perosigui trabajando sobre otros tema filosficos, dio cursos sobre hegelianismo en L cole Normale Suprieu-re y fund el anuario Recherches philosophiques quesac seis nmeros de 1931 a 1937, y dio clases espordicamente en Montpellier y El Cairo.En esta ltima ciudad dio fin en 1938 a sus investigaciones sobre Galileo, que se recog eron en su primerlibro de historia de la ciencia, los Etudes galilennes,que sali a la luz en abril de 1940 (con fecha de 1939),justo antes de la invasin alemana de Francia, por loque la obra tuvo poca difusin (la primera recensinno apareci en ese pas hasta 1947 por obra de P. Cos-

    3. En 1938 A. Mieli critic negativamente en Archeion, 21, unartculo de Koyr sobre la experiencia de Pisa de 1937.

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    14 PENSAR LA CIENCIAtabel). Pero a pesar de ello, la Guerra Mundial convertira a Koyr en un historiador de la ciencia de proyeccin internacional.

    La invasin de Francia lo sorprende en El Cairo. Marcha a Pars, adonde llega en junio cuando evacuan laciudad ante el avance alemn, de modo que corre denuevo a El Cairo donde se entrevista con De Gaulle yle ofrece sus servicios. :ste, aprovechando que el historiador tena visado de EE.UU., lo enva como propagandista suyo ante el gobierno norteamericano que erafavorable a Petain en 1942 vol a Londres a informaral general, pero no sabemos nada de sus actuacionesdiplomticas). En Nueva York fund con otros exiladosL cole Libre des Hautes tudes donde ense durantela guerra En los Estados Unidos conect con los jvenes B. Cohen, M. Clagett, C. Gillispie, H. Guerlac, etc.,y entabl relaciones estables de manera que tras la guerra y su vuelta a Pars, se las arregl para dar cursosen su Seccin V y en las universidades de Harvard, Yale,Johns Hopkins, Chicago y Winsconsin. En Pars frecuent tambin desde 1946 el Centre lnternational e Synthe-se donde se encontr con los historiadores franceses S.Delorme, P. Costabel, M. Russo, M. Daumas y R Taton.

    As, tras la guerra,,A. Koyr se convirti en el inspirador de las jvenes generaciones de historiadores dela ciencia de ambas orillas del Atlntico Norte. Sin embargo, a pesar de que en 1950 le eligieron para la Aca-dmie lnternationale, en 1951 el intento de L Febvre deconseguirle la ctedra que E. Gilson dejara vacante enel College e France fracas lo que explica slo en parte que su influencia en Francia fuese mucho menor queen los EE.UU. En 1954, finalmente pudo ensear historia de la ciencia en Pars gracias a la creacin de unadireccin de estudios sobre Historia del pensamientocientfico en la Seccin VI de l cole Pratique dedica-

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    INTRODUCCIN 15da a las ciencias econmicas y sociales. Sin embargosu proyeccin fue mayor en EE.UU. Desde 1955 pasabael primer semestre escolar en el Instituto de EstudiosAvanzados de Princeton y en primavera volva a Pars.All no consigui ampliar su pblico, mientras que enEstados Unidos se asoci desde 1954 con B. Cohen parala edicin de los Principia de Newton y ese mismo aopublic Del mun o cerrado al universo infinito, su segundo libro de historia de la ciencia y sin duda el msconseguido.Finalmente, en 1958 lleg el reconocimiento institucional en Francia con la formacin de un centro quecombinaba la Seccin VI y Synthese, la cole des Hau-tes tudes en Sciences Sociales, que a partir de 1966se llamara Centre Alexandre Koyr. En 1961 se public su tercer y ltimo libro sobre historia de la ciencia,a rvolution astronomique, y al ao siguiente la leucemia le impidi ir a Princeton. Falleci el 28 de abril

    de 1964. Pstumamente se publicaron las coleccionesde artculos Newtonian Studies 1965) y los tudes d his-toire e la pense scientifique 1966).Como A. O. Lovejoy, fundador en 1940 del Journalof History of Ideas, Koyr crea en la eficacia causal delas ideas y era contrario a toda forma de anti-intelectualismo, de manera que no conceda valor a las tesissociologistas de R K Merton ni a las de los historiadores marxistas que daban cuenta de la ciencia en trminos socieconmicos. Es curioso que T. S. Kuhn, quienms ha influido despus de l en revolucionar la historiografa de la ciencia, lo llame maftre, a la vez que reintroduce las consideraciones sociolgicas en la explicacin de la dinmica de las teoras cientficas. T. S. Kuhnaprendi de Koyr a identificar la estructura y coherencia interna de sistemas de creencias distintos y discontinuos, lo cual marca el origen de su carrera de his-

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    16 PENSAR LA CIENCIAtoriador.4 Pero es sorprendente que Kuhn, que tantoaprendi del nuevo enfoque historiogrfico de Koyr,que tanto contribuy a su vez a desplazar la historiografa positivista que vea a la ciencia como un proceso de acumulacin continua de conocimientos, contribuyese en tal medida a borrar uno de sus mayoreslegados, el intelectualismo. A. R Hall sealaba5 que elinflujo de K.oyr haba sido tal que casi elimin por completo el inters por los estudios sociolgicos de la ciencia. As, desde que en 1953 se publicaron unos artculossobre las relaciones sociales de la ciencia en Centau-rus, no aparecieron artculos de tal orientacin hastael momento en que escriba Hall 1963) ni en esa revista ni en Isis, Anals o Science, Revue d Histoire des Scien-ces o Archives Internationales. En 1962, sin embargo,haba aparecido La estructura de las revoluciones cien-tficas, donde Kuhn caracterizaba los marcos conceptuales del pensamiento cientfico que le haba enseadoa estudiar Koyr, a la vez que mostraba la insuficiencia de las razones lgicas para dirigir la ciencia. Abraas paso a un cierto relativismo, anti-intelectualismo osociologismo que haba sido el enemigo de Koyr desde sus aos de Gotinga. Hoy basta con echar un vistazo a la vieja revista Isis, al British Journal for the s-tory o Science, a Annals o Science, por no hablar delos Social Studies o Science, para contemplar la tendencia contraria a la que observara. A. R Hall comoconsecuencia de la obra de Koyr. Esta inversin fueobra de Kuhn, el seguidor de Koyr. Esta paradoja nospone en la pista de una incoherencia en la historiografa de Koyr que tratar de exponer en lo que sigue.

    4. Vase T. S. Kuhn, The Essential Tension, The University ofChicago Press, 1977, pgs. xiii, 11 21.S. En su artculo Merton Revisited, or Science and Society inthe Seventeenth CenturY, History o Science, 2 1963): 1-16.

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    INTRODUCCIN 17na historia de l cienci met fsic mente motivada

    En el cambio de siglo se dio una cierta efervescencia en contra del positivismo. Filosficamente, el positivismo reduca el conocimiento a lo observable, de manera que el objeto de la ciencia era establecer hechosy nexos entre hechos. Las propias leyes cientficas noeran sino una especie de colecciones resumidas de tales hechos, mientras que las teoras no eran ms queinstrumentos de sistematizacin y no entraaban nuevas ontologas ni nuevos mundos antes ignotos. No haba que interpretar realistamente las concepciones tericas como mbitos de realidad ms profunda capacesde explicar las regularidades empricas recogidas enlas leyes de bajo nivel. Algunos cientficos y filsofospositivistas notables, como E. Mach y P. Duhem, ~ f r e -cieron tambin contribuciones importantes a la historia de la ciencia. Pero de acuerdo con su perspectivafilosfica global, sta se entenda como la exposicinde una sucesin de descubrimientos sobre todo empricos, que progresaban quiz con lentitud, pero de manera inexorable hacia el cmulo actual de conocimientos. Los ms notables de los primeros promotoresinternacionales de la historia de la ciencia, G. Sartoncon su revista Isis o A. Mieli con la suya, Archeion, participaban de esta misma actitud positivista y se ? ~ d i -caban a la adjudicacin histrico-judicial de certificaciones de prioridad individual y nacional en esa carrerahacia la perfeccin recogida, pongamos por caso, en laltima edicin de la Enciclopedia britnica.

    El realismo fue un punto de ataque contra el minimalismo de los hechos propio del positivismo. En elcampo de la filosofa, los principales a l u a ~ t e s c o n ~ rel positivismo fueron E. Husserl en Alemama de qmenKoyr aprendi el realismo platnico, y H. Bergson en

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    18 PENSAR LA CIENCIAFrancia con quien tambin estudi como ya sealamos.En el campo de la historia, la reaccin contra el positivismo se apoy muchas veces en el realismo platnico.Se intent mostrar, por ejemplo, que la Revolucin Cientfica haba sido provocada no por nuevos descubrimientos empricos, sino por una mutacin metafsicaque predicaba que el mundo debe describirse en trminos geomtricos. Esta idea fue luego desarrollada porKoyr, pero procede de otros.6 En especial, E. A. Burttse opuso antes que Koyr al positivismo continuista deDuhem buscando la discontinuidad entre la ciencia medieval y la moderna no en el desarrollo de la experimentacin, sino en la adopcin del platonismo.En los aos treinta, cuando Koyr empezaba a derivar de la historia del pensamiento religioso a la del cientfico, haba en Pars una serie de personas como E. Me-yerson, H. Metzger, sobrina de L. Lvy-Bruhl, o G.Bachelard que se interesaban asimismo por la historiade la ciencia como medio de dilucidar cuestiones filosficas. Se tenda a pensar que la historia del pensamiento cientfico mostraba la presencia

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    INTRODUCCIN 19construccin del objeto por parte del sujeto y similares. Especial relevancia tena la dialctica entre pensamiento y realidad, con atencin a la presencia de la estructura mental del sujeto en la construccin de unmbito de lo real accesible a la racionalidad. a mente, por ejemplo, puede imponer unidad a la pluralidadde lo real o identidad a la diversidad, y todo ello no deuna manera contingente o aleatoria, sino a priori. Engeneral se tenda a buscar en la historia la presenciade esos elementos esenciales del pensar tras la diversidad de las variaciones de mtodos y contenidos. As, porejemplo, el viejo E. Boutroux, en e l ide de loi natu-relle 1895), consideraba a las leyes cientficas comocompromisos mnimamente engaosos que permitantratar estticamente con una realidad cambiante en smisma. La misma idea puede encontrarse en la concepcin dinmica de la razn de G. Bachelard, o enla razn constituyente frente a la razn constituida deA. Lalande o, lo que es ms importante por su relacinpersonal con Koyr, en la idea de identidad de E. Meyerson. En Identit et realit 1908), Meyerson consideraba que la mente impone orden a una realidad esencialmente ir:racional por nuestra necesidad biolgicade predecir. La ley de la mente es la causalidad quepa-rece un principio analtico aunque es sinttico y psicolgicamente a priori. As imponemos identidad a la causa y al efecto desechando como residuo irracional loque se resiste a este esquema. Tambin l estimaba quela historia de la ciencia encierra las estrategias esenciales de esta dialctica entre entendimiento y realidad,idea desarrollada en e l explication dans les sciences1920). Asimismo L. Brunschvicg, en La modalit du ju-gement 1987), haba recurrido a las ciencias y el artepara fines similares la sntesis del sujeto y el objeto).En general el patrn esencial de desenvolvimiento his-

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    trico as descubierto es algo objetivo y necesario, demodo que el desarrollo cientfico parece presidido enltima instancia por una necesidad metafsica de cre-ciente adecuacin a la realidad aunque sea por cons-truccin del sujeto. El mismo Brunschvicg, en L ldea-lisme contemporain (1905) seala que en la historia dela ciencia se da un movimiento objetivo del pensamientoque produce una creciente aproximacin a la realidaddebido al dilogo interno de la mente en su esfuerzopor vencer las dificultades que surgen entre los concep-tos y entre stos y la experiencia bruta.No es preciso detenerse en estos aspectos del pen-samiento francs si no es para sealar que constituyenun horizonte en el que habita Koyr, lo cual explica querepita tan a menudo la frmula de que la ciencia es elcamino de la mente hacia la verdad a travs de obs-tculos conceptuales objetivos, razn por la cual el es-tudio de los errores es ms importante que el de losaciertos para ponernos en la pista del sistema de ideasde los agentes histricos. Aunque Koyr no desarrolluna filosofa de la ciencia como su amigo Meyerson, conel que se reuna a discutir todas las semanas, no cabeduda de que acept una filosofa de la ciencia de estetipo francs. Por ejemplo, para l la historia de la cien-cia posee un inters filosfico porque la evolucin yrevolucin de las ideas cientficas nos muestra al es-pritu humano habindoselas con la realidad. Esta in-teleccin de lo real, no obstante, se realiza de maneradiscontinua a travs de mutaciones del intelecto hu-mano; pero, aunque no progrese en lnea recta, la cien-cia constituye el itinerarium mentis in veritatem. 7

    Como hemos dicho, K.oyr nunca explic cmo se las7. tudes galilennes, pg. 11; La rvolution astronomique, pg.

    11.

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    INTRODUCCIN 21

    arreglaba la mente para caminar hacia la verdad a tra-vs de rupturas discontinuidades y cambios de meta-fsica. Dada su actitud antipositivista que le impedaaceptar que la ciencia es una acumulacin simple deinformacin emprica, siendo his mutaciones tericasmeras reorganizaciones de los archivos; dado ademsque sostena que eran las mutaciones filosficas las quehacan posible los experimentos y mediciones supues-tamente acumulables de los positivistas y no al revs,la nica manera plausible de sostener un camino de lamente a la verdad es aceptando con los Brunschvicg,Meyerson, etc., que la historia es la arena en que se de-senvuelve una dialctica necesaria de las ideas del su-jeto en su construccin racional del objeto. No es de ex-traar que la exportacin de los trabajos histricos deKoyr a la orilla occidental del Atlntico los dejase fuerade este contexto francs, ya que las historias que con-taba el pelirrojo posean un inters inmanente a ellasmismas y relativamente independientes de su filosofaoculta. Eso es lo que lanz a Koyr a la fama americana.Una historia inmanente

    Los logros de Koy r como historiador de la cienciano surgieron de la nada. El auge de la conciencia anti-positivista en Francia, de la que ya hemos hablado, sevio acompaada por un aumento de la conciencia his-trica.8 Ya al comienzo mismo del siglo, Paul Tannery8. El medio cultural francs en que se mova Koyr ha sido ex-

    plorado con gran penetracin por Pietro Redondi en De l histoiredes sciences a l histoire de la pense scientifique: le combat d Ale-xandre Koyr, que constituye el prefacio a su edicin de A. KoyrDe la mystique a la science, cours, confrences t documents:1922-1962 Pars, E.cole des Hautes E.tudes en Sciences Sociales, 1986.

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    22 PENSAR LA CIENCIAhaba formulado el concepto de estado de espritu contemporneo que viene a ser el sistema de creencias,actitudes y procedimientos mentales compartido poruna cierta comunidad histrica. Desde entonces se hanformulado innumerables ideas emparentadas como lade mentalidad de L. Lvy-Bruhl, la estructura de pensamiento de Koyr o la matriz disciplinar de T. S.Kuhn. Dejando de lado las diferencias especficas deesas diversas formulaciones, todas ellas cumplen unafuncin comn, que es la de reintroducir entidades tericas en la explicacin histrica. Del mismo modo queen el terreno filosfico el realismo antipositivista aceptaba las florecientes ontologas exticas entraadas porlas teoras a fin de dar sentido al establecimiento denexos entre hechos, en el campo de la historia, los mar-cos conceptuales de los grupos sociales, las culturasexticas de las comunidades histricas, daban sentidoy explicaban las meras ristras de logros registradaspor los historiadores positivistas. Y adems explicabantambin los errores al mostrar que tanto stos comolos logros eran lo que poda dar de s una de talesculturas con sus expectativas, creencias, procedimientos y medios.

    P. Tannery, P. Boutroux, F. Enriques, A Rey, H. Metzger y L. Febvre trataron de dar sentido a la narrativahistrica insertando los hechos positivos en estructu-ras histricas ms amplias, expresadas a veces con metforas fluviales como las grandes corrientes de P.Boutroux o los vastos ros espirituales de Koyr,9 enSobre el contexto de la transformacin del mtodo histrico, vaseP. Redondi, Science moderne et histoire des mentalits. La rencontre de Luden Febvre, Robert Lenoble et Alexandre Koyr, Revuede synthese 111-112 ulio-diciembre, 1983): 309-332.9. a philosphie de Jacob Boehme Pars, Vrin, 1929, pg. 508.

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    INTRODUCCIN 23los que nadan las individualidades histricas arrastra-das por el movimiento global. A. Rey hablaba en general de la necesidad de elevarse de la historia de fechas,batallas, hombres y hechos a una historia de la civilizacin capaz de dar cuenta de la primera. Concretamente, la historia de las ciencias es sobre todo la historia de su espritu filosfico, de la representacin quelos hombres se han hecho del universo.to AsimismoH. Metzger sugera la importacin a la historia de laciencia de la idea de mentalidad que haba desarrollado su to L Lvy-Bruhl, a fin de penetrar en el espritu de los sabios cuya obra debe analizar, y esperabaque esta colaboracin entre la historia de la ciencia yla etnologa suministrase la estructura del espritu humano.11 Tambin L. Febvre predicaba por aquellapoca aplicar la imaginacin a la erudicin para recomponer .. el material mental de los hombres de dicha poca; reconstruir... el universo, todo el universofsico, intelectual y moral de cada generacin.12 El inters por esta historia terica que trascienda los datosy suministre la trama mental de los agentes histricosno obedece a un capricho mentalista o metafsico, sinoque pretende lograr mediante estos conceptos un alcance explicativo. En efecto, los hechos de la historia de

    10. A Rey, Histoire de la science ou histoire des sciences, Ar-cheion 12 (1930): 1-4, pg. 3, y tambin Avant propos, Thales 1(1934): XV-XIX, pg. XVI, citados por P. Redondi en e la mystiquea [a science pg. XVI.11. H. Metzger, La philosophie de Lucien Lvy-Bruhl et l histoire des sciences, Archeion 12 (1930): 15-25, pg. 23. Tomado de

    P Redondi, lugar citado en la nota anterior.12. L Febvre, Un chapitre de l histoire de l esprit humain: lessciences naturelles de Linn a Lamarck et a Cuvier, Revue desynthese historique 43 (1927): 37-60, pg. 56. Tomado de P. Redondi, obra citada en la nota 10.

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    24 PENSAR LA CIENCIAla ciencia no surgen inconexarnente en la escena, sinoque estn producidos por el sistema de ideas, representaciones y procedimientos de los agentes. El positivismo, al prescindir de este trmite terico, era propensoa identificar cualquier coincidencia terminolgica ocualquier otra similitud accidental entre afirmaciones separadas por siglos corno una relacin de precedencia.

    El caso ms llamativo es el de Duhern y su tendencia a ver precursores de la ciencia ~ o d e r n en el medievo. Disponer de un concepto de mentalidad, marcoestructural de creencias o cualquier cosa por el estilopermite en cambio ver lo absurdo de trascender dichosesquemas para subrayar una semejanza formal entreideas separadas por mentalidades discontinuas. Porejemplo, la nocin medieval de mpetus no puede considerarse precursora de la moderna de inercia tan pronto corno se reconstruye la estructura de pensamientoen que aqulla se inserta y en la que todo cambio tieneuna causa dinmica, axioma sobre cuya negacin seasienta la fsica moderna.La filosofa contraria al positivismo que buscaba aprioris en los avatares histricos del pensamiento cientfico, indujo a una concepcin asimismo antipositivistade la historia del pensamiento que exiga conceptos tericos globales capaces de incluir y dar sentido a los hechos. El mtodo historiogrfico de Koyr se forj en esteambiente francs de los aos veinte y treinta en el quecofluan el antipositivism.o y el historicisrno para prestar atencin a sistemas de pensamiento distintos y discontinuos con el nuestro, con el de la ciencia actual. Estaevidencia de la discontinuidad se forj a travs del estudio de la religin en el Renacimiento, que llevara noslo a Koyr, corno sealarnos, sino tambin a L Febvre y a R. Lenoble a toparse con la historia de la cien-

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    INTRODUCCIN 25cia. 13 Frente a la infeccin por el virus del continuisrno de Duhern que pareca pensar que toda la humani-dad presentaba en cualquier poca un nico tipo dementalidad probablemente vaca), la insercin de laciencia moderna en el mundo de la milagrera renacentista, de la credulidad ms desbocada y de las especulaciones ms locas mostraba que la ciencia no habanacido negando el estadio religioso ni el metafsico, sinointegrando muchos de esos factores intelectuales en laforja de una nueva manera de ver el mundo y de nuestros procedimientos de relacionarnos con l.La reconstruccin y el estudio de esas estructurasintelectuales en s mismas fue sin duda el aspecto enque ms destac A. Koyr y merced al cual ejerci unmayor influj sobre la historia de la ciencia, en detrimento del transfondo metafsico en que se haba engendrado dicho enfoque historiogrfico. Muchas personasen la cultura anglosajona se han visto influidas por Koy-r slo por su habilidad en la reconstruccin de los sistemas de pensamiento y creencias del pasado, sin necesidad para ello de creer en una tortuosa e inexorablemarcha del pensamiento hacia la verdad, segn un idealapririco de deducir completamente la realidad de lasmatemticas y de reducir as la fsica a la geornetra.14Los orgenes de A. Koyr corno historiador de ideasreligiosas y metafsicas le ayudaron a proyectar sobrela historia de la ciencia la imagen de discontinuidady ausencia de criterios inequvocos de progreso. Le ayudaron as a concentrarse en el mundo intelectual de losautores del pasado corno todos en s mismos, merece-

    13. Vase P. Redondi, Science moderne et histoire des menta-lits. La rencontre de Luden Febvre, Robert Lenoble et AlexandreKoyr, Revue de synthese 111 112 1983): 309-332, pg. 312.14. Vase la obra un tanto farragosa de G. Jorland, a sciencedans l philosophie Pars, Gallimard, 1981, pgs. 68 y sig.

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    26 PENSAR LA CIENCIAdores de anlisis y descripcin al margen de que fuesen tal vez peldaos del optimista ascenso positivistahacia la perfeccin actual. Le ayudaron a estudiar conigual mimo lo que desde hoy consideramos como aciertos o como errores y que desde ayer resultaban indistinguibles.Un primer resultado de esta actitud general fue elholismo de las ideas. El pensamiento cientfico es unaparte inseparable del sistema global de representaciones de una poca. As la fundacin de la ciencia moderna fue mucha ms que una mera revolucin en laciencia. Lo que los fundadores de la ciencia moderna ..tuvieron que hacer -sealaba Koyr en 1943-15 noera c;riticar y combatir ciertas teoras errneas para corregirlas y sustituirlas por otras mejores. Tenan quehacer algo muy distinto. Tenan que destruir un mun-do y sustituirlo por otro. Tenan que remodelar y refor-m r sus conceptos tenan que desarrollar una nuevamanera de ver el Ser un nuevo concepto del conocimien-to un nuevo concepto de ciencia.La segunda caracterstica de su historiografa es laya mencionada discontinuidad de los sistemas de pensamiento. En la historiografa positivista la acumulacin de nuevos hechos pone todo el peso del desarrolloen la experimentacin y la observacin. El estudio dela Revolucin Cientfica por el contrario convenci aKoyr de que ningn descubrimiento emprico podallevar del aristotelismo medieval al platonismo renacentista. Los experimentos las mediciones y las observaciones cuantitativamente precisas que permitieron lamatematizacin de la naturaleza propia de dicha revo-

    15. A Koyr Galileo and Plato Iournal of the History of Ideas4 1943): 400428; ahora en Estudios de historia del pensamiento cien-tfico Madrid Siglo XXI pg. 155.

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    INTRODUCCION 27lucin fueron ms bien una consecuencia del cambiode mentalidad filosfica y no la causa de dicho cambio. Por ejemplo seal que la revolucin astronmicaha sido no slo en cuanto a su origen [ ..], sino tambin por lo que respecta a su evolucin independiente casi por completo del desarrollo de la astronoma deobservacin de los observatorios y del telescopio.16Si las grandes mutaciones en la ciencia no dependende descubrimientos empricos puede colegirse que mucho menos habran de depender de ellos las mutaciones filosficas. Koyr nunca desarroll una doctrina ex-plcita de la causa de esas mutaciones filosficas.Este holismo discontinuista de las ideas llev a Koy-r a concentrarse sobre los textos de una manera quemuchos consideran el rasgo ms caracterstico de sumtodo historiogrfico. 17 Koyr lea directamente a losautores en sus idiomas originales y los citaba extensamente a la vez que los analizaba y comentaba de manera que la lectura de sus libros es una inmersin en

    16. A Koyr a rvolution astronomique Pars Hermann 1961,pg. 9. Las declaraciones de Koyr en el sentido de que la Revolucin Cientfica se debe a una mutacin de. las ideas filosficas yno a descubrimfentos empricos es un leit motiv de sus obras de1939 a 1961 y que puede verse repetida machaconamente en los prlogos de sus libros. Vase tudes galilennes o From the ClosedWorld.17. A. Carugo por ejemplo considera que el mtodo de estudiar la historia de la ciencia a travs del anlisis textual detalladode lo que los autores del pasado han escrito efectivamente a finde dar una representacin dinmica de sus ideas en movimientoy cambio dicho mtodo constituye la herencia ms duradera de lasenseanzas de Koyr. Vase Les jesuites et la philosophie naturelle de Galile: Benedictus Pereirus et le De motu gravium de Galile History nd Technology 4 1987): 321-333 pg. 322. Este vo-lumen sobre Koyr ha sido editado por P. Redondi que es elestudioso que ms ha contribuido a aumentar nuestra comprensindel mundo de Koyr.

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    el mundo de esas personas que capacita al lector paraver las cosas a travs de las categoras del pasado. Elprocedimiento de captar la estructura del alma a losautores posee raigambre diltheyana y recuerda el mtodo de la re-actuacin subjetiva de R G. Collingwood,ya que entraa una difcil gimnasia mental por partedel historiador18 para ponerse en la situacin de unpersonaje histrico con su mismo equipamiento mental. Cuando se afronta el estudio de un pensamientoque no es el nuestro, lo ms difcil y lo ms necesario[ ..], ms que aprender lo que no se sabe y saba el pensador en cuestin, es olvidar lo que sabemos o creemossaber. En ocasiones incluso resulta necesario, no ya olvidar verdades que se han convertido en parte integrantede nuestro pensamiento, sino adoptar ciertos modos,ciertas categoras de pensamiento, o al menos ciertosprincipios metafsicos que para los hombres de una poca pasada eran bases de razonamiento e investigacintan vlidos y seguros como son para nosotros los principios de la matemtica. 9 Si se ha dicho que Koyrfue el padre de la actual historia de la ciencia es poreste procedimiento minucioso y exacto de recuperacinde los sistemas pasados de pensamiento, por la fidelidad textual a los autores,20 por la cuidadosa evitacin

    18. Vanse, por ejemplo, las recomendaciones para comprender el significado de la obra de Coprnico en a rvolution astro-nomique, Pars, Hermann 1961, pgs. 15 y 16.19. Paracelse, Revue d Histoire et de Philosophie religieuses,23 1932): 6-76, 145-163. Ahora tambin en A. Koyr, Mystiques, spi-rituels, alchimistes u XVI siecle allemand, Pars, A. Collin, Cahiers des Annales, 10, 1955, reeditado en 1971, pg. 46.20. Hasta el punto de ofrecer sus palabras sin traducir parano deslizar subrepticiamente interpretaciones. El problema resul

    taba especialmente agudo en el caso de B. Cavalieri, lo que lo llevaa afirmar en general, el problema del lenguaje a adoptar para laexposicin de las obras del pasado es extremadamente grave y no

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    de proyectar anacrnicamente sobre ellos nuestrasideas y creencias o nuestros intereses, por no cercenarni seleccionar su pensamiento para hacer hincapi enlo que andando el tiempo sera importante; en una palabra, por ponernos ante los ojos el mundo de los personajes del pasado tal como ellos lo vean, entendan,abordaban y valoraban.As pues, esta enseanza de Koyr prevaleci sobresus concepciones metafsicas acerca del camino de lamente hacia la verdad o acerca de la independencia delmundo de las ideas frente a los hechos naturales y sociales. Indicbamos ms arriba que Koyr no habaabordado de manera explcita de dnde salen los sistemas metafsicos y filosficos de que dependen las mutaciones cientficas, pero mostraba cmo incidan enla ciencia e insista en tratar los sistemas de creenciascientficas del pasado en s mismos, sin referencia a loque nosotros creemos saber. Esta actitud hizo queabrazaran sus enseanzas personas de muy diversas tendencias filosficas pero con el denominador comn dela penetracin y exactitud historiogrfica. Ya hemos sealado que T. S. Kuhn lo llama maestro a la vez quees el principal responsable de la introduccin de explicaciones sociolgicas en la historia de la ciencia, mientras que A. R Hall se declara no menos adepto al enfoque de Koyr mientras subraya el carcter internistade la genuina historia de la ciencia. En lo que resta trataremos de dilucidar qu haba en Koyr que daba cobijo a hijos tan diversos.tiene una solucin perfecta. En efecto, si conservamos el lenguaje(la terminologa) del autor estudiado corremos el riesgo de hacerlo incomprensible, y si lo sustituimos por el nuestro, de traicionarlo, Bonaventura Cavalieri y la geometra de los continuos 1954),ahora en Estudios e historia del pensamiento cientifico, Madrid,Siglo XXI, 1977: 320-349, pg. 321, nota 8.

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    30 PENSAR LA CIENCIAa confusin entre internismo e idealismo

    Koyr suele considerarse no slo el padre de la historia de la ciencia, sino el padre de la historia internade la ciencia. La distincin entre factores internos y externos ha sido muy debatida y est un tanto desprestigiada. El problema es que depende de una filosofa dela ciencia que determine cules son los factores que pueden funcionar genuinamente como razones cientficas,de manera que ser interna una historia que expliqueel desarrollo de la ciencia con esos elementos racionales, mientras que ser externa la que recabe la utilizacin de otros factores causales. Por ejemplo, para unbuen positivista, los factores a tener en cuenta son loshechos, los experimentos y su manipulacin matemtica, y todo lo dems son gaitas. As es como explicabaO. Neugebauer la historia interna de la astronoma antigua, dejando fuera de consideracin la mitologa acerca del carcter divino de los dioses y otras zarandajasdel pasado.21 Se puede formular la distincin de formaneutral respecto a diferentes posiciones filosficas, 22pero para lo que nos interesa no es preciso entrar endetalles. Baste decir que, en general, se consideran factores internos aquellos que pueden constituir buenasrazones para las decisiones tomadas por los profesionales de un campo cientfico determinado en aras deldesarrollo del conocimiento, mientras que son externos

    21. Vase, por ejemplo, O. Neugebauer, The History of AncientAstronomy: Problems and Methods, Journal o Near Eastern Stu-dies 4 1945): 1-38.22. Para un intento de construir un concepto del par internoexterno relativo a los intereses de grupos cientficos, de maneraque la distincin sea utilizable previamente a la discusin de cuestiones filosficas, vase C. Sols, Razones e Intereses Barcelona, Paids, 1994.

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    todos aquellos factores que afectan a la marcha de laciencia por otros caminos. As el inters por fortalecerla autoridad del Papa y los ejrcitos imperiales fue unfactor externo en el rechazo del movimiento de la Tierra, mientras que el igual alcance de los caones haciaOriente y Occidente lo fue interno para el rechazo deesa misma tesis. Poca gente niega que no haya influencias ideolgicas o econmicas en la ciencia; pero unbuen internista clsico las obviar como inevitables ytediosas miserias de la naturaleza humana En la poca en que escriba Koyr, la distincin, ms que teorizada de manera explcita, estaba plasmada en ejemplos.Los estudios externistas de los aos treinta eran los deB. Hessen y R. K. Merton.23 Las intervenciones de ladelegacin sovitica en el Congreso de 1931 ejercieronmucha influencia sobre algunos jvenes britnicos queempezaron a producir despus de la guerra Entre losas influidos estaban E. Zilsel, B. Farrington, S. Lyell,J. Mason, J. D. Bernal y F. Needham. Sin embargo noasumieron los intentos de explicar el contenido mismode la ciencia como un resultado de motivaciones externas. Segn Hesse, los contenidos principales de losPrincipia estaban directamente relacionados con las necesidades prcticas de la sociedad capitalista y no desarrollaron todas sus posibilidades porque Newton

    23. B. Hessen, The Social and Economical Roots of Newton sPrincipia en N. l Bujarin (Ed.), Science at the Cross Roads Londres, Kniga, 1931; reed. Londres, P. G. Werskey, 1971, 147-212. El volumen contiene las contribuciones soviticas al Segundo CongresoInternacional de Historia de la Ciencia y la Tecnologa, celebradoen Londres en 1931. R. K Merton, Science, Technology and Societyin Seveteenth Century England, Osiris 4 1938): 360-632; reimpreso en Nueva York, Howar Fertig, 1970, y en rstica en HarperRow, 1970, N. J.: Humanities Press, 1978. (Hay traduccin espaolaen Madrid, Alianza, 1984.)

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    no se desembaraz de sus intereses de clase. Esto se consideraba marxismo vulgar, por lo que tanto estos britnicos como Merton consideraban que la sociologa poda explicar externamente cosas tales como la magnitudo la orientacin de la ciencia, pero nunca su contenido, excepto en los casos en que se produca un fallo deracionalidad. De esta manera quienes estaban interesados por la ciencia como conocimiento humano se sentan poco atrados por estos modelos. Sin embargo lostudes galilenes de Koyr mostraban de qu manerase poda comprender la estructura y origen del pensamiento cientfico, as como sus relaciones con los problemas intelectuales de la poca. No slo eso, sino queadems, como seala I. B Cohen, los jvenes 4istoriadores encontraban en Koyr un modelo imitable y explotable en innumerables episodios histricos sin explorar, mientras que el modelo crudo de Hessen nunca fueseguido por nadie en Occidente y el de Merton era tanparticular que no se saba cmo extenderlo a otros pa- ses y pocas.24 De este modo, y por oposicin a los modelos de estudios sociologistas de la historia de la ciencia, los trabajos de Koyr empezaron a verse como elmodelo de los estudios internistas. Mientras que los socilogos ponan de manifiesto los factores externos noracionales, los estudios intelectualistas de Koyr, consu hincapi en la filosofa y en las ideas, se tomaroncomo estudios internos.

    Sin embargo da la impresin de que interpretar estaoposicin como internismo frente a externismo no esexacto, sino que debera verse ms bien como idealismo frente a materialismo. En los aos de la guerra fra,

    24. I. B. Cohen, The Impact of the Merton Thesis, en I B. Cohen comp.), Puritanism nd the Rise of Modern Science New Brunswick, Rutgers University Press, 1990: 1-111 pgs. 56 61-62.

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    cuando Koyr empez a ensear en los Estados Unidosde Amrica, las veleidades marxistas no eran bien recibidas y esa actitud coincida con la corriente idealista en la que se vena moviendo Koyr desde hacia aos.Los Cassirer, Burtt o Whitehead, que haban precedido a Koyr en su desvelamiento del transfondo metafsico de la ciencia, estaban imbuidos de un ciertoidealismo y especialmente los dos ltimos, deseabancriticar la complacencia de la ciencia de su tiempo conel materialismo. Koyr, usualmente pulcro, solamostrarse impaciente y un tanto despectivo con los marxistas y quienes atendan a la influencia de factores materiales en el desarrollo de la ciencia. Incluso la tomabacon aquellos personajes histricos que hicieron hincapi en los aspectos prcticos de la ciencia, como Bacon,o que introdujeron una perspectiva mecanicista, comoGassendi. Tambin es hoy notoria su deformacin dela ciencia de Galileo como apriorista y no experimental o como ms influida por Platn que por Aristteles.La mezcla de estas oposiciones y tendencias produjo una confusin entre dos distinciones, la materialistaidealista por un lado, y la extemista-intemista por otro.Dado que los enfoques externistas eran de carcter materialista, se identificaron tambin los otros dos trminos de ambas distinciones y se interpret el idealismocomo internismo. As en 1957 Zilsel y Koyr ofrecieronsus encontradas perspectivas materialista e idealistacomo enfoque externo e interno.25Si esta interpretacin fuese correcta, cabra esperar algn desajuste en Koyr derivado de tomar una distincin por otra. Y as es. En el Coloquio de Oxford de1961 H. Guerlac, que no era nada externista en sus tra-

    25. P P. Wiener y A. Noland, Roots of Scientific Thought Nueva York, 1960.

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    34 PENSAR LA CIENCIAbajos, se quejaba de la oleada de idealismo que descalificaba las ms modestas contextualizaciones sociolgicas de la ciencia con un interesante, pero un pocomarxista. Guerlac recababa el derecho a recurrir a interpretaciones marxistas si estaban bien fundamenta-das en los datos disponibles. La respuesta de Koyr 6consisti bsicamente en afirmar que las ideas son in-dependientes del contexto social. Se pueden encontrarmuchos textos de Koyr en los que insiste en este punto mediante ejemplos; pero siempre que lo hace se trata de casos en los que el contexto est constituido porfactores econmicos o tcnicos tpicos de la infraestructura.27 Por ejemplo, niega la importancia del problemade la determinacin de la longitud en el mar para el desarrollo de los cronmetros y no menos conocidas sonsus crticas a las explicaciones econmicas y tecnolgicas de la Revolucin Cientfica o del estancamiento de la ciencia griega, como se ver en los textos deesta antologa.

    Sin embargo hay otros casos en los que no renuncia a ofrecer explicaciones de tipo externo, sociolgico, cuando la contextualizacin est hecha en trminosde ideas filosficas, teolgicas o metafsicas. As porejemplo, 8 no le tiembla el pulso a la hora de explicarlas diferentes versiones cristianas y rabes de la teora

    26. A. Koyr, Perspectiva de la historia de la ciencia, en Estudios de historia del pensamiento cientfico Madrid Siglo XXI,1977, 377-386.27. Se encuentra una crtica de las explicaciones psicosociolgicas de la ciencia y de sus principales autores en la nota 7 delsegundo ensayo recogido en los Newtonian Studies Harvard University Press, 1965.28. Vase Aristotelismo y platonismo en la filosofa de la EdadMedia>>, Estudios de historia del pensamiento cientfico ya citado,pgs. 16 y sigs.

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    INTRODUCCIN 35poltica platnica por recurso a la Biblia y al Corn Sinembargo ste es un caso extremo de externismo, porcuanto que las influencias sociales aqu poltico-religiosas) inciden sobre el contenido mismo de la ciencia.Tambin hemos mencionado ya su explicacin de la Revolucin Cientfica como el resultado de la adopcinde una filosofa platnica frente a la aristotlica vigente. As pues, a lo que se opone Koyr no es al externismo, sino al externismo materialista.Cuando nos preguntamos ulteriormente de dndeproceden esas mutaciones filosficas que dominan laciencia, es fcil olvidar el contexto del pensamiento deKoyr y apuntar que derivan de instancias sociales, talcomo sugiere Y. Elkana. 9 Sin embargo, desde sus aosde Gotinga descrey siempre del psicologismo y sus formas, como el relativismo y el sociologismo al que severa abocado de aceptar la interpretacin de Elkana.Adems ya mencionamos su reiterada definicin de laciencia como camino a la verdad, algo imposible de asegurar si se hace depender la ciencia en ltima instancia de la ideologa y sociologa de diferentes pueblos.Los textos de Koyr no nos permiten ir ms lejos enel camino de dilucidar los supuestos de su historiografa, pero un par de reflexiones de madurez nos indicanpor dnde no buscar y hacia dnde mirar. La primeraes una carta escrita a Herbert Spiegelberg el14 de diciembre de 1953 como respuesta a otra suya en la que

    29. Alexandre Koyr: Between the History of Ideas and Sociology of Disembodied Knowledge>>, History nd Technology 4 1987}:115-148. Elkana sostiene que a) Koyr hace depender la ciencia dela epistemologa, que b) las ideas sobre el conocimiento estn determinadas socialmente, y que por tanto e) Koyr es un sociologista. Pero no aporta el menor elemento de juicio para probar que Koy-r sostuviese nunca b).

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    le preguntaba si an era fenomenlogo.3Koyr seala que no sabe hasta qu punto lo es, pero a estas alturas de su vida dice haber heredado de Husserl el realismo platnico que l rechaz, el anti-psicologismo yel anti-relativismo. As pues parecera que los marcosde pensamiento que estudia Koyr en la historia no sonestadios psicolgicos o sociolgicos que tenderan alrelativismo. Ya mencionamos ms arriba su afinidadcon Meyerson y su dialctica de la construccin de lacosa por la razn identificadora que impone el marcode lo mismo a la trama cambiante e inestable de lootro.31 Asimismo M. BiagiolP2 apunta la proximidadde Koyr a la dialctica rneyersoniana y liga la concepcin del error de Koyr a la idea de irracionalidadde Meyerson. Corno se recordar, en el esquema dialctico de ste, lo irracional es el residuo de la realidadque se resiste a someterse al esquema de identidad impuesto por el principio de la causalidad. El traslado deese residuo irracional al mundo de los marcos conceptuales histricos constituira el concepto de error deK.oyr. La existencia de errores simultneos muestra queno son un hecho casual, sino que constituyen, por unlado, el desenvolvimiento objetivo de las ideas en lugares y por parte de espritus muy diferentes, 33 porotro, la resistencia de lo real a acomodarse a los esquemas de simplicidad de las leyes cientficas. Al historia-30. La carta aparece reproducida casi en su totalidad, en G. Jorland, a science dans la phlosophie, Pars, Gallimard, 1981, pg. 28.31. A. Koyr, Les essais d E. Meyerson, Journal de psycholo-gie, 39 1946): 124-5; vase la introduccin de P. Zambelli, a A. Koy-r, Dal mondo del pressappoco all universo della precisione, Turn,G. Einaudi, 1967, pgs. 23 y sig.32. M. Biagioli, Meyerson and Koyr: Toward a dialectic ofscientific change, History nd Technology, 4 1987): 169-182.33. tudes galilennes, pgs. 83-86.

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    INTRODUCCiN 37dor hagiogrfico (positivista) le basta conocer los logrosde los cientficos del pasado, pero al historiador-filsofole interesan ms si cabe los errores de los cientficos porque revelan el camino secreto de su pensamiento no se deben al azar o al descuido, sino que se enrazan en un sistema de nociones y axiomas. La aparentesimplicidad que para nosotros presenta, por ejemplo,la ley de inercia, no es distinta de la aparente simplicidad de la ley errnea de Galileo Descartes. Esas simplicidades dependen de concepciones determinadasdel espacio, de la accin, del movimiento que no sonen absoluto simples. La simplicidad es una imposicinde nuestros esquemas a priori y la irracionalidad o elerror) surgen de las resistencias de la realidad, enlazndose en una dialctica que constituye el tortuoso itinerariurn ments in veritatern.Del mismo modo que Meyerson recurra al principio de causalidad corno principio a priori biolgicamente, Koyr pareca concebir corno hilo conductor de lahistoria de la ciencia el intento de reduccin de la fsica a la geometra que se extiende del Timeo a Descartes y a Einstein. Ese sueo grandioso e insensato dereductione scientiae ad geometriam es el leit motivde la historia que choca constantemente y se conjugacon los obstculos, los errores y los irracionales. El pensamiento manifestado en la historia, seala Koyr untanto arrebatado no es sino el pensamiento de un solohombre, del espritu humano trascendental que vivesiempre y aprende siempre en SU persecucin incesante, siempre insatisfecha y siempre renovada de un objetivo que siempre se le escapa: la bsqueda de la verdad, itinerarium ments in veritatem,34 pues el ideal

    34. Perspectiva de la historia de las ciencias, en Estudios dehistoria del pensamiento cientfico, pg. 385 y sig.

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    38 PENSAR LA CIENCIAplatnico de deduccin total es vigente para un mundo de esencias y no para las cosas temporales y cambiantes35 que como tales quedan fuera del mbito deracionalizacin del entendimiento humano. Puestas lascosas en este contexto objetivista y contrario al relativismo y al psicologismo, es muy improbable la interpretacin de Koyr como un socilogo de las ideas.Hemos tratado de mostrar a Koyr a la luz de susmaestros y contemporneos metafsicos, neokantianosy hegelianos, pero quiz l mismo dudara de esa filosofa que nunca escribi o tal vez se viese llevado hacia un cierto escepticismo acerca de un desenvolvimiento objetivo y esencial del pensamiento humano por lalgica interna de los marcos conceptuales discontinuosque analizaba. O tal vez no. Con ocasin del centenariodel nacimiento de Meyerson, celebrado en 1959, Koyrpublic una breve nota. 36 Indica all que el estudio fenomenolgico de la ciencia es poco prometedor porqueno es fcil separar el fondo de la forma, mientras queen la historia se manifiesta la estructura esencial que resalta en medio de la variedad de contenidos. Eso es loque habra hecho Meyerson, quien conceba la historiacomo la aventura del espritu humano persiguiendoobstinadamente[ ..] la racionalizacin de lo real, o loque es lo mismo, descubriendo una capa de realidadms profunda tras la pluralidad y mutabilidad de losfenmenos. Pero esta irracionalidad (cualidad, multiplicidad, cambio) es esencial a la realidad, por lo quenunca puede ser evacuada totalmente. De ah que la

    35. Edicin de Spinoza, e intellectus emendatione Pars, Vrin,1936, pg. 111, nota 91.36. Message d Alexandre Koyr a l occasion du centenaire dela naissance d Emile Meyerson, Bulletin de la Societ f r n ~ s e dePhilosophie 53 1961): 115-116.

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    ciencia sea a la vez realista y nihilista, persiguiendosiempre el sueo grandioso e insensato de reductionescientiae ad geometriam esto es del Ser al Espacio, delEns al Non-Ens.Pero, finaliza Koyr, que aunque le debe mucho aMeyerson, no le ha sido plenamente fiel, pues en mistrabajos me he entregado sobre todo a mostrar, no elfondo idntico del pensamiento humano, sino las diferencias de sus estructuras en las diversas pocas de lahistoria. Se trata de una infidelidad a un ideal aceptado o de dudas acerca del ideal mismo? Sin embargo,confiesa haberse mostrado fiel a otro de sus preceptos:tratar a quienes nos han precedido y que se han equivocado con tanto respeto como a nuestros contemporneos y buscar las razones -razonables- de sus errores con tanto cuidado como las de sus logros. Satis est.Tan bien lo hizo que se convirti en el patrn de todoscuantos hacen historia de la ciencia con devocin y profesionalidad. Tanto de los que creen que los marcos conceptuales se transforman a travs de contrastacionesempricas, como de aquellos que hacen depender esasmutaciones de una negociacin social que convierte lasdificultades en refutaciones.

    C RLOS SO S S NTOSUniversidad Nacionalde Educacin a Distancia

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    40 PENSAR LA CIENCIAPRINCIPALES OBRAS DE KOYR SOBRELA HISTORIA DE LA CIENCIA

    CoPRNico, N., Des rvolutions des orbes clestes. (Introduccin, traduccin y notas del libro primero de A.Koyr), Pars, F. Alean, 1934. Reedicin en Pars, Blanchard, 1970. (Hay traduccin espaola, Las revolucio-nes de las esferas celestes, Buenos Aires, Eudeba,1965.)KoYR, A., Paracelse, Revue d histoire et de philoso-phie religieuses 1932): 6-76, 145-163.

    - Copernic Revue philosophique 1933): 101-118.- A l aurore de la science modeme. La jeunesse de Ga-lile, Annales de l Universit de Paris X 1935):540-551, XI 1936): 32-56.- tudes galilennes, Pars, Hermann 1940. (Hay traduccin espaola, Estudios galileanos, Madrid, SigloXXI, 1980.)- Nicolaus Copemicus, Quarterly Bulletin of the PolishInstitute of Arts and Sciences in America 1943): 1-26.- pimnide le menteur, Pars, Hermann 1947.- The Royal Society, Isis, 41 1950) 114-116.- A Note on Robert Hooke, Isis, 41 1950): 195-196.- Mystiques spirituelles, alchimistes du XV e siecleallemand: Schwenkfeld, S. Franck, Weigel, Paracel-se Pars, Armand Colin, 1955.- A Documentary History of the Problem of Fall fromKepler to Newton: De motu gravium naturaliter cadentium in hypothesi terrae motae, American Philosophical Society, 45 (19557: 329-395.- Pour una dition critique des oeuvres de Newton,

    Revue d histoire des sciences, IX 1955): 19-37.-,I.:Accademia del Cimento, en Actes du VIffe Congres international d Histoire des Sciences, Pars, Hermann, 1956: liv-lix.

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    INTRODUCCIN 41- From the closed world to the infinite universe, Baltimore, The Johns Hopkins Press, 1957. (Hay traduccin espaola, Del mundo cerrado al universo infi-nito, Madrid, siglo XXI, 1979.)- Les sciences exactes de 1950 a 1600, en R Taton(comp.), Histoire gnrale des sciences, Pars, P. U F.,1958, vol. 2, 11-105. (Hay traduccin espaola, Histo-ria general de las ciencias, Barcelona, Destino, 1972,

    vol. 2, 22-121.)- y CoHEN, I. B., Newton s electric and elastic spirit,Isis, 51 1960): 337.- La rvolution astronomique: Copernic, Kepler, Bore-lli, Pars, Hermann, 1961.- iudes d histoire de la pense philosophique, Pars,Armand Colin, 1961.- y CoHEN, l. B., The Case of te Missing Tamquam,Isis, 52 1961): 555-566.- Message Bulletin de la Socit fran9aise de Philo-sophie, 56 1961): 115-116.- y CoHEN, l B., Newton and the Leibniz-Clarke Correspondance, Archives internationales d Histoiredes Sciences, 15 1962): 63-126.- Newtonian Studies (Editado bajo la direccin de l

    B. Cohen), Cambridge, Mass., Harvard UniversityPress, 1965.- tudes d historie de la pense scientifique (Editadobajo la direccin de R Taton), Pars: Presses Universitaires de France, 1966. (Hay traduccin espaola,Estudios de historia del pensamiento cientfico en Madrid, Siglo XXI, 1977 .)- y I B. CoHEN (comps.), Isaac Newton s Philosophiae

    Naturalis Principia Mathematica, 2 vols., Cambridge, Mass., Harvard University Press, 1971-1972.- De la mystique a a science, Cours, conferences et documents, 1922-1962 editados bajo la dir. de Pietro RE-

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    42 PENSAR LA CIENCIADONDI Pars, cole des Hautes tudes en Sciences Sociales, 1986.

    ALGUNOS ESCRITOS SOBRE ALEXANDRE KOYRBELAVAL Y. Les recherches philosophiques d Alexandre Koyr, Critique, 207-208 (agosto-septiembre,

    1964): 675-704.Cohen, l. B., Alexandre Koyr (1892-1964} Commemoration, Isis, 57 (1966): 157-166.CoHEN l B. y TATON R., Hommage a Alexandre Koyr, en Mlanges Alexandre Koyr, I: L Aventure de lascience, Pars, Hermann, 1964.CosTABEL P. GILLISPIE C C. In memoriarn, Archi-ves internationales d histoire des sciences, 67 (1964):149-156.DELDRME S., VIGNAUX P. TATON R. y COSTABEL P. Hommage a Alexandre Koyr, en Revue d Histoire dessciences et de leurs applications, 18 (1965}: 129-159.ELKANA Y. Alexandre Koyr: Between the History ofIdeas ans Sociology of Knowledge, History and Tech-nology, 4 (1987): 111-144.FINOCCHIARO M. A. Logic and Scholarship in Koyr sHistoriography, Physis, 19 (1977): 5-27.HERIVEL J., A. Koyr, Brit. Journ. Hist. Sci., 2 (1965}:157-159.JoRLAND G. a science dans la philosophie: Les recher-ches pistmologiques d Alexandre Koyr, Pars, Gallimard, 1981.KuHN T. Alexandre Koyr and the History of Science:

    On an Intellectual Revolution, Encounter, 34 (enero de 1970): 67-69.REDONDI P. Science moderne et histoire des mentalits. La rencontre de Lucien Febvre, Robert Lenoble

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    INTRODUCCIN 43et Alexandre Koyr, Revue de Synthese, 111-112(1983): 309-332.- ,De l histoire des sciences a l histoire de la pensescientifique: le combat d Alexandre Koyr, en Koyr, 1986: ix-xxvii.REDONDI P. Science: The Renaissance of a History, His-tory and Technology, 4 (1987): 1-581. [Este nmero contiene los Proceedings of the International Conferen-ce Alexandre Koyr, Pars, College de France, 10-14de junio de 1986.]Russo, F. Alexandre Koyr et l histoire de la pensescientifique, Archives de philosophie, 28 (julioseptiembre, 1965}: 237-361.

    TATON R., A. KOYR historien de la pense scientifique,Revue de Synthese, 88 (1967): 7-20.VARIOS Mlanges Alexandre Koyr, 2 vols., Pars, Hermann, 1964.ZAMBELLI P.

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    L INFLUENCI E L S CONCEPCIONESFIWSFIC S EN L S TEOR S CIENTFIC S

    En la comunicacin que acabamos de escuchar, elseor Philip Frank2 nos ha explicado que las razonesa favor o en contra de la aceptacin de algunas teorascientficas no se reducen siempre a la consideracin delvalor tcnico de la teora en cuestin, es decir a su ca-pacidad para darnos una explicacin coherente de losfenmenos que trata sino que muy a menudo dependede otros numerosos factores.As por ejemplo, en el caso de la astronoma coper-nicana, no slo haba que elegir entre una teora de losmovimientos celestes ms simple y otra ms complica-da, sino tambin entre una fsica que pareca ms sim-ple la de Aristteles) y otra que pareca ms complica-da, entre la confianza en la percepcin sensible -comomuy bien lo observ Bacon-3 y su rechazo en aras deuna especulacin terica, etc.Estoy absolutamente de acuerdo con el seor Frank.Slo lamento que no haya ido suficientemente lejos yque no haya hablado en su anlisis de la influencia ejer-cida por la subestructura u horizonte filosfico delas teoras concurrentes. En efecto, estoy profundamen-te convencido de que el papel de esta subestructura

    l Conferencia pronunciada en la reunin de la American Association for the Advancement of Science en Boston, 1954; vaseThe Scientific Monthly 19552 Ibd.3 Por eso Bacon rechaza el copernicanismo.

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    48 PENSAR LA CIENCIAfilosfica ha sido de una gran importancia y de quela influencia de las concepciones filosficas sobre el desarrollo de la ciencia ha sido tan grande como el de lasconcepciones cientficas en el desarrollo de la filosofa. Se podran aducir numerosos ejemplos de esta influencia. Uno de los mejores, que es el que quiero presentarles brevemente, nos lo proporciona el periodopost-copemicano de la ciencia, periodo que comnmente se est de acuerdo en considerar corno el de los or-genes de la ciencia moderna; me refiero a la ciencia quedomin el pensamiento europeo durante casi tres siglos,grosso modo desde Galileo hasta Einstein y Planck oNiels Bohr.

    Por tanto, apenas necesito decirles que considero laomisin cometida por Philip Frank como muy grave ymuy lamentable. Pero, a decir verdad, es casi normal.Pues si se habla mucho de la influencia del pensamientocientfico en la evolucin de las concepciones filosficas, y con razn porque es evidente y cierta -basta evocar los nombres de Descartes, de Leibniz, de Kant- encompensacin se habla mucho menos, o no se hablaen absoluto, de la influencia de la filosofa en la evolucin del pensamiento cientfico. A menos que, como hacen a veces los historiadores de obediencia positivista,nicamente se mencione esta influencia para ensearnos que, en tiempos pasados la filosofa efectivamente haba influido e incluso dominado la ciencia y quela ciencia antigua y medieval deben su esterilidad precisamente a eso. Pero que, desde la revolucin cientfica del siglo XVII, la ciencia se rebel contra la tiranade esta pretendida Regina scientiarum y que su progreso coincidi justamente con su liberacin progresivay su establecimiento sobre la base firme de la experiencia. Liberacin que no se hizo de una vez -desafortunadamente en Descartes e incluso en Newton, se en-

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    LAS CONCEPCIONES FILOSFICAS Y LAS TEOR AS CIENT FICAS 49cuentran an huellas de especulacin metafsica, y fuepreciso esperar al siglo XIX o incluso al XX para quedesaparecieran completamente- pero que tuvo lugara pesar de todo, gracias a Bacon, Auguste Compte, EmstMach y la escuela de Viena.Algunos historiadores van incluso ms lejos y nosdicen que, en el fondo, la ciencia como tal a l menosla ciencia moderna- jams estuvo realmente ligada a lafilosofa. As el seor E. Strong, en su bien conocidaobra, Procedure nd Metaphysics (Berkeley 1936) nos explica que los prefacios y las introducciones filosficasde los grandes creadores de la ciencia moderna a susobras en la mayora de los casos no son ms que gestos corteses o prescritos expresin de un acuerdo conformista con el espritu del tiempo y que incluso cuando revelan convicciones sinceras y profundas stastampoco tienen ms importancia ni ms relacin conlos procedures es decir con l trabajo real de estos grandes personajes que sus convicciones religiosasCasi nadie, a excepcin del seor E. A Burtt autordel clebre Metaphysical Foundations of Modern Physi-cal Science (Londres 1925), admite la influencia positiva y el papel importante de las concepciones filosficas en la evolucin de la ciencia. Pero incluso el seorBurtt no ve en ellas ms que soportes, andamios queayudan al cientfico a formar y a formular sus concepciones cientficas y que, una vez acabada la construccin terica, pueden ser eliminados, y efectivamente loson, por las generaciones posteriores.De ah que, cualesquiera que sean las ideas paracientficas o ultra-cientficas que hayan guiado a unKepler, un Descartes, un Newton o incluso un Maxwellhacia sus descubrimientos a fin de cuentas tienen escasa o nula importancia. Lo que cuenta es el descubrimiento efectivo, la ley establecida la ley de los rnovi-

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    50 PENSAR LA CIENCIAmientos planetarios y no la Armona del mundo, la conservacin del movimiento y no la inmutabilidad divina Como dijo Heinrich Hertz: La teora de Maxwellno es ms que las ecuaciones de Maxwell.Podra decirse que, segn el seor Burtt las subestructuras o los fundamentos metafsicos hallaran enla evolucin del pensamiento cientfico un papel anlogo al que desempean las imgenes segn la epistemologa de Henri Poincar.Eso ya sera bastante interesante. Por mi parte, creoque no hay que denigrar demasiado las imgenes. Dehecho, lo que a m me sorprende no es que stas no coincidan definitivamente con la realidad terica es, porel contrario, el hecho de que coincidan tan bien con ella,y que la imaginacin o intuicin- cientfica lleguea fabricarlas tan bellas, a penetrar tan profundamente(lo vemos cada da de nuevo) en regiones e l tomo,e incluso su ncleo- que, a primera vista, parece quetienen que estarle completamente cerradas. Por eso ve-mos volver a las imgenes a los mismos que -comoHeisenberg- primero las haban dejado de lado radicalmente.Admitamos, pues, con el seor Burtt que las consideraciones filosficas no son ms que andamios Ahorabien, dado que raramente se ve que las casas se construyan sin stos, la comparacin de Burtt podra llevarnos a una conclusin diametralmente opuesta a la suya,a saber la de la necesidad absoluta de estos andamiosque sostienen la construccin y la hacen posible.El pensamiento cientfico puede, sin duda, rechazarlos post factum. Pero quiz slo para reemplazarlos porotros. O tambin para dejarlos caer en el olvido, en lainconsciencia de las cosas en las que ya no se piensa-como las reglas de la gramtica que se olvidan a fuerza y a medida que se aprende una lengua, y que desa-

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    parecen de la conciencia en el momento mismo en quela dominan del todo.Y para volver al seor Strong, evidentemente es bas

    tante claro que la obra de Faraday no se explica por suadhesin a la secta oscura de los sandemanianos msque la de Gibbs por su presbiterianismo, que la de Einstein por su judasmo o la de Louis de Broglie por sucatolicismo (aunque sera temerario negar toda influencia; los caminos del espritu son tan extraos e ilgicos ); y es muy posible que muy a menudo las afirmaciones filosfico-teolgicas de los grandes cientficosde los siglos XVII y XVIII no tengan ms valor que lasafirmaciones anlogas de nuestros contemporneos alafirmar que han encontrado la luz en el materialismodialctico o en las geniales obras del gran Stalin. Pero,ciertamente, ste no es siempre el caso. Por ejemplo sera fcil, o al menos posible, mostrar que la gran batalla que domina la primera mitad del siglo XVIII, la batalla entre Leibniz y Newton, resulta en ltima instanciauna oposicin teolgico-metafsica, y que no es una oposicin de dos vanidades o incluso de dos tcnicas sino,aunque parezca imposible, de dos filosofas. 4La historia del pensamiento cientfico nos enseapues (al menos tratar de defenderlo) que:iJ El pensamiento cientfico nunca ha estado ente

    r ~ f l ..epte separado del pensamiento filosfico.l ~ Las grandes revoluciones cientficas siempre han

    sido determinadas por conmociones o cambios de cancepci()nes filosficas.' 3 E}pensamiento cientfico me refiero a las ciencias fsicas- no se desarrolla in vacuo sino que siell1-4. Vase hoy mi From the Closed World to the nfinite Univer-se Baltimore 1957. [Hay trad. esp. Del mundo cerrado al universoinfinito. Trad. Carlos Sols Santos, Madrid, siglo XXI, Madrid, 19791

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    52 PENSAR LA CIENCIAp r e . _ . s ~ . e ~ : ~ l t r a e_:f _ el i n ~ L Q [ l e un c u a d r o . d . U 4 ~ a s ,ge_ P 'ii1cipio.s.Junclroejtale$-L, e ~ } i a e n d a s axiomti~ a s q u e . h a b i t u a l m e n t e . h a a s i d o . m s i d e ~ 9 ~ ~ P ~ i ~tenecientes a, la.filosof.a.

    o que no quiere decir, quede claro, que yo pretenda negar la importancia del descubrimiento de hechosnuevos, ni la de la tcnica, ni tampoco la autonoma eincluso autologa del desarrollo del pensamiento cientfico. Pero sta es otra historia de la que no tengo intencin de hablar aqu hoy.

    En cuanto a saber si la influencia de la filosofa sobre la evolucin del pensamiento cientfico ha sido buena o mala, es una cuestin que, a decir verdad, o bienno tiene mucho sentido, puesto que precisamente acabo de afirmar que la .PI:esencia de un m b i _ e n t e J ~ : de l _n:rparco f _ i l ~ ~ l i . ~ ~ ~ s ~ l . l n a c o i i d ~ c i . i i i i < ~ p ~ p ~ - e l a -existencia misma de1a-Ci :m,cia, o bien tiene un sentidomuy profundo porque nos llevara al problema del progreso o la decadencia del pensamiento filosficomismo.En efecto, si se respondiera que las buenas filosofas tienen una buena influencia y las malas una menos buena, se ira de Scila a Caridbis, pues sera preci

    so saber cules son las buenas .. Y si se las juzgarasegn sus frutos, lo que es bastante natural, quiz secaera, como nos ha enseado Descartes en un caso anlogo, en una especie de crculo vicioso.Adems hay que desconfiar de las apreciaciones demasiado osadas lo que era admirable ayer, puede quehoy ya no lo sea y viceversa, lo que ayer era ridculo, hoypuede no serlo en absoluto. La historia nos muestraejemplos de estos corsi e ricorsi realmente asombrososy, si en ningn caso nos ensea la epoj sin duda nosensea a ser prudentes.Pero se me podra objetar me excuso por detener-

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    LAS CONCEPCIONES FILOSFICAS Y LAS TEOIAS CIENTFICAS 53me tanto tiempo en estas consideraciones preliminares: me parecen, en efecto, de una gran importancia-'que incluso si yo tuviera razn, es decir que incluso siyo hubiera probado, y hasta aqu no he hecho ms queafirmarlo, que la evolucin del pensamiento cientficoha sido influida, y no entorpecida, por la del pensamiento filosfico, eso no valdra ms que para el pasado yno nos enseara nada respecto al presente o al porvenir.

    En resumen, la nica leccin de la historia sera queno se puede sacar ninguna leccin. Adems, qu es lahistoria, sobre todo la historia del pensamiento cientfico o tcnico? Un cementerio de errores o incluso unacoleccin de monstra justamente relegados al gabinete del trastero y buenos solamente para una obra de demolicin. A graveyard o forgotten theories o incluso uncaptulo de la Geschichte der menschlichen Dummheit.Esta actitud hacia el pasado que, por otra parte, es msla del tcnico que la del gran pensador creador es, confesmoslo, bastante normal, aunque no sea en absoluto inevitable. Y an menos justificable. Es bastante normal que a aquel que, desde el punto de vista del presentee incluso del porvenir hacia el cual tiende en su trabajo, echa un vistazo sobre el pasado, un pasado desdehace tiempo sobrepasado las teoras antiguas le parezcan monstruos incomprensibles, ridculos y deformes.En efecto, puesto que remonta el curso del tiempo, lasencuentra, en el momento de su muerte, envejecidas,ajadas, esclerosa. Ve, para decirlo de una vez, la BelleHeaumiere tal como nos la ha dejado Rodin. Slo el historiador la encuentra en su primera y gloriosa juventud, en todo el esplendor de su belleza; slo el historiador que rehaciendo y repasando la evolucin de laciencia, capta las teoras del pasado en su nacimientoy vive con ellas el impulso creador del pensamiento.Volvamos pues a la historia.

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    54 PENSAR LA CIENCIALa revolucin cientfica del siglo C Y I ~ _ p o c a del nacimiento de la ciencia moderna, tiene en s misma una

    - - ~ - > r - ~ - - - - ~historia bastante complicada. Pero dado que la he tra-tado en una serie de trabajos, me permitir aqu ser breve. As pues, la caracterizara. ~ i a n t e los rasgos si-guientes: - - --

    , 1 Destruccin del cosmos, es decir sustitucin delmundo finito y jerrquicamente ordenado de Aristteles y de la Edad Media por un universo infinito, ligadopor la identidad de sus elementos componentes y la uniformidad de sus leyes.b Geometrizacin del espa-cio, es decir, sustit\lcindel espacio concreto (conjunto de lugares) de Aristteles, por el espacio abstracto de la geometra euclidianaen adelante considerada como real.

    Se podra aadir -aunque, en el fondo, no es msque la consecuencia de lo que acabo de decir-: sustitucin de la concepcin del movimiento-proceso por ladel movimiento-estado.Las concepciones cosmolgicas y fsicas de Aristteles, generalmente hablando, tienen muy mala prensa. Lo que, a mi parecer, se explica sobre todo:a Por el hecho de que la ciencia moderna naci enoposicin a, y en lucha contra, la de Aristteles yb) Por la persistencia en nuestra conciencia de latradicin histrica, y de los juicios de valor, de los historiadores de los siglos XVIII y XIX. Para stos, efectivamente, para los cuales las concepciones newtonianasno slo eran verdaderas, sino adems evidentes e incluso naturales, la idea misma de un cosmos finito pareca ridcula y absurda. Cmo se burlaron de Aristteles por haber asignado al mundo unas determinadasdimensiones, por haber pensado que los cuerpos podanmoverse sin ser atrados o impulsados por fuerzas exteriores, por su creencia de que el movimiento circu-

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    lar era un movimiento de una especie particularmenteimportante y haberlo llamado un movimiento naturalHoy sabemos -pero an no lo hemos aceptado yadmitido que todo esto quiz no era tan ridculo, y queAristteles tena mucha ms razn de la que l mismosaba. Despus de todo, el movimiento circular pareceefectivamente estar particularmente extendido en elmundo y ser particularmente importante; por lo queparece, todo gira y da vueltas, las galaxias y las nebulosas, los astros, los soles y los planetas, los tomos ylos electrones .. no parece que los propios fotones cons- .tituyan una excepcin a la regla.

    En cuanto al movimiento espontneo del cuerpo, sabemos desde Einstein que una curvatura local del espacio puede producir movimientos de esta clase; sabemos tambin, o creemos saber, que nuestro Universono es de ningn modo infinito, aunque no tenga lmites, contrariamente a lo que crea Aristteles, y que fuera de este Universo no hay rigurosamente nada, precisamente porque no hay fuera y todo el espacio estdentro.

    Es precisamente lo que nos deca Aristteles que,no teniendo a su disposicin los recursos de la geometra riemaniana, se limitaba a afirmar que fuera delmundo no haba nada, ni lleno, ni vaco, y que todos loslugares, es decir todo el espacio, estaban en el interioro dentro.5La concepcin aristotlica no es una concepcin matemtica -sta es su debilidad; sta es tambin su fuerza-: es una concepcin metafsica. El mundo de Aris-

    S. Vase Le vide et l'espace infini au XIV siecle, Archivesd histoire doctrinale et littrarie du Moyen Age, 1949, en Koyr, tu-des d histoire de l pense philosophique, Pars, Gallimard, 1971,pgs. 37-93; P ed. franc. en Armand Colin, 1961.

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    56 PENSAR LA CIENCIAtteles no es un mundo que posea una curvatura geomtrica; est, si puedo decirlo as, metafsicamentecurvado.La cosmologa de hoy, cuando tratan de explicarnosla estructura del mundo einsteniano o post-einstenianocon su espacio curvo y finito por ms que no tenga l-mites, habitualmente nos dicen que ah hay concepciones matemticas bastante difciles y que aquellos de entre nosotros que carecen de la formacin matemticanecesaria no sern capaces de comprenderlas como espreciso. o cual es acertado, sin duda. Sin embargo,es bastante divertido notar que los filsofos medievales, cuando tenan que explicar a los profanos o a susestudiantes- la cosmologa de Aristteles, decan algoanlogo, es decir que tena que ver con concepcionesmetafsicas muy difciles, y que aquellos que no tuvieran una formacin filosfica suficiente y que no pudiesen elevarse por encima de la imaginacin geomtrica,no podan comprenderlas y continuaran planteandocuestiones estpidas) como por ejemplo: qu sucedera si se empujara un bastn a travs de la superficieltima de la bveda celeste?La dificultad real de la concepcin aristotlica consiste en la necesidad de alojar una geometra euclidianaen un Universo no euclidiano, en un espacio metafsicamente curvado y fsicamente diferenciado. Confesemosque esto no preocupaba demasiado a Aristteles. Puesla geometra no era para l una ciencia fundamentalde lo real que expresara su esencia y su estructura profunda; no era ms que una ciencia abstracta que parala fsica, ciencia de lo que es, no era ms que un auxiliar.

    La percepcin y no la especulacin matemtica laexperiencia y no el razonamiento geomtrico a priories lo que formaba para l el fundamento de la cienciaverdadera de lo real.

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    LAS CONCEPCIONES FILOSOFICAS Y LAS TEORAS CIENTFICAS 57La situacin era, en compensacin, mucho ms difcil para Platn que haba tratado de entrelazar la ideadel cosmos con una tentativa de construir el mundo del

    espacio puro x,c.pa) plena y enteramente geometrizado. La eleccin entre las dos concepciones l a del orden csmico y el espacio geomtrico- era inevitable,aunque slo se produjera muy tarde, precisamente enel siglo XVIII, en el que, habiendo tomado la geometrizacin del espacio en serio, los creadores de la cienciamoderna tuvieron que rechazar la concepcin delCos.mos.Me parece perfectamente evidente que esta revolucin, que sustituy el mundo cualitativo del sentido comn y de la vida cotidiana por el mundo arquimediano de la geometra reificada, no puede explicarse porla influencia de una experiencia ms rica o ms ampliaque la que los antiguos -Aristteles- tenan a su disposicin.En efecto, como P. Tannery mostr hace ya bastantetiempo, la ciencia aristotlica, precisamente porque estaba fundada en la percepcin sensible y era realmente emprica estaba mucho ms de acuerdo con la expe-riencia comn que la de Galileo y de Descartes. Despusde todo, los cuerpos pesados caen naturalmente haciaabajo, el fuego apunta naturalmente hacia arriba el Soly la Luna se levantan y se ponen, y los cuerpos lanzados no continan indefinidamente su movimiento en l-nea recta .. El movimiento inercial no es ciertamenteun hecho de experiencia, la cual, de hecho, lo contradice todos los das.En cuanto a la infinitud del espacio, es del todo evidente que no puede ser un objeto de experiencia. El infinito, como ya lo destacara Aristteles, no puede sertraspasado, ni dado. Comparados con la eternidad milmillones de aos son como nada. Comparados con el

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    infinito espacial, los mundos que nos han revelado lostelescopios -incluido el de Palomar- no son mayoresque los de los griegos. Ahora bien, la infinitud del espacio es un elemento esencial de la subestructura axiomtica de la ciencia moderna; est implicada en sus leyes del movimiento, muy especialmente en la ley deinercia.Finalmente, en cuanto a las experiencias alegadaspor los promotores de la ciencia moderna, y sobre todo por los historiadores, no prueban nada en absolutoporque; a tal como fueron hechas lo he mostrado enmi estudio sobre la medida de la aceleracin en el siglo XVII-6 son todo menos precisas; b para ser vlidas, exigen una extrapolacin al infinito; y e tienen quemostrarnos la existencia de algo -como el movimiento inercial- que no slo no pudo ni podr ser observado por nadie, sino que adems es estricta y rigurosamente imposible.El nacimiento de la ciencia moderna es concomitante de una transformacin -mutacin- de la actitudfilosfica, de una inversin del valor atribuido al conocimiento intelectual comparado con la experiencia sensible, del descubrimiento del carcter positivo de la nocin de infinito. De ah que sea totalmente pertinenteque la infinitizacin del Universo la ruptura del crculo como lo ha llamado Miss Nicholson,7 o la explosin de la esfera, como prefer llamarlo yo mismo-

    6. An experiment in measurement, merican PhilosophicalSociety Proceedings 1953. [Hay trad. esp. en Koyr. Estudios de his-toria del pensamiento cientfico trad. Encarnacin Prez Sedeoy Eduardo Bustos, Madrid, Siglo XXI, 1977, pgs. 274-307.]7. The Breaking of the Circle Evanston, 1950. Vase mi Fromthe Closed World to the Infinite Universe. [Para la referencia completa vase nota 4.]

  • 8/14/2019 Alexandre Koyr, Pensar la ciencia

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    LAS CONCEPCIONES FILOSFICAS Y LAS TEORAS CIENTFICAS 59fuera obra de un filsofo, Giordano Bruno, y que, porrazones cientficas -empr icas- fuera violentamentecombatido por Kepler.

    Giordano Bruno no es, sin duda, un muy gran filsofo. Y es an peor cientfico. Y las razones que nos daen favor de la infinitud del espacio y de la primaca intelectual del infinito no son muy convincentes Brunono es Descartes). Sin embargo, no es el nico caso sonnumerosos no slo en filosofa sino en ciencia la pura;pensemos en Kepler, en Dalton, o incluso en Maxwellen que un razonamiento defectuoso, que parte de premisas inexactas lleva a resultados extremadamente importantes.La revolucin del siglo XVII, que anteriormente hellamado el desquite de Platn fue de hecho el efectode una alianza, la de Platn con Demcrito. Extraaalianza A fe ma que acaece en la historia que el GranTurco se ala con el Rey Muy Cristia