Algunos Problemas Del Delito de . Pina

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    Algunos problemas del Delito de Uso de Informacin Privilegiada.

    Juan Ignacio Pia RochefortDoctor en Derecho

    Profesor de Derecho Penal. Universidad de los Andes

    I. Premisas para la incursin del Derecho Penal en estos mbitos de actividadeconmica

    1.

    Generalidades

    El delito de uso de informacin privilegiada, contenido en las letras e), g) y h) delartculo 60 de la Ley 18.045 est incardinado en lo que doctrinariamente se denomina elDerecho penal econmico chileno. Esta afirmacin, desde el inicio, lo hace acreedor de unaserie de sospechas. No es necesario recalcar aqu las deficiencias que presenta en nuestropas este mbito del Derecho penal, muy especialmente en lo que se refiere a su falta desistematizacin, a la laxitud de sus incriminaciones legales y muy especialmente, a la difcilrelacin que tiene con la potestad sancionatoria de la Administracin en mbitosparticularmente regulados1. A esta altura, declaraciones de esa naturaleza parecen una

    diletante perogrullada.Sin embargo, ms all de las falencias de nuestra legislacin, parece innegable que

    respecto de varios de estos tipos existe adicionalmente una severa carencia de criterios deinterpretacin desarrollados por nuestra doctrina y jurisprudencia. Dentro de ellas, sin dudael delito de uso de informacin privilegiada tiene valga la consciente redundanciaunlugar de privilegio2. Las razones para esta carencia son diversas y guardan ms bien

    1En nuestro medio, existen varias publicaciones sobre esto. Vid. BUSTOS RAMREZ,Perspectivas actuales delderecho penal econmico, Gaceta Jurdica N 132 (1991), 7; CRCAMO OLMOS , Breves reflexiones de

    poltica criminal en el derecho penal econmico, en Revista de Derecho, Criminologa y Ciencias Penales

    Universidad San SebastinN 2 (2000),pp. 183-189. GUERRERO VELSQUEZ, Concepto y caractersticas delDerecho penal econmico, enRevista Entheos Universidad de las Amricas. Ao 2, Volumen 1 (2004), pp.13-41. HERNNDEZ BASUALTO,Perspectivas del Derecho penal econmico en Chile, enPersona y Sociedad,Volumen XIX, N 1 (2005), pp. 101-134; NQUIRA RIVEROS /SALIM-HANNA SEPLVEDA, Derecho penaleconmico: origen, contenido y lmites, en Revista de Derecho Universidad Finis Trrea, Ao IX, N 9(2005), pp. 117-127. Sobre la evolucin histrica de este mbito del Derecho penal vid. por todos, GARCACAVERO,Derecho penal econmico. Parte General (2 ed.), Grijley, Lima 2007, pp. 3-19.2 Sobre este asunto vid. ALCALDE RODRGUEZ, Uso de informacin privilegiada: algunas consideraciones

    sobre el sentido y alcance de la prohibicin en relacin con su sujeto, objeto y sancin, enRChD, 27, N1(2000), pp. 11-28; ROSAS OLIVA, El delito de abuso de informacin privilegiada en el mercado de valores:

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    relacin con caractersticas criminolgicas de la conducta. Que nuestra jurisprudencia no seha manifestado decididamente y que por ello no pueden encontrarse criterios de aplicacinde la norma del artculo 60 es evidente. Probablemente esto mismo ha acarreado ladistancia de la doctrina respecto de estos delitos que ms parecen un invento de losprotectores del funcionamiento del mercado de valores que una reflexin seria que competa

    a los penalistas. En otras palabras, para qu ocuparnos de un delito que no se aplica y cuyaexistencia parece simplemente intentar producir un efecto disuasivo por la incriminacinabstracta.

    Ambas situaciones son, adems de lamentables, profundamente riesgosas. Laausencia de criterios de interpretacin doctrinaria o jurisprudencial del tipo penal hatransformado este delito en una especie de espada de Damocles que pende sobre los actoresdel sistema financiero. Y no se sabe cundo caer sobre ellos3.

    Por otro lado la presencia de la administracin, cada vez mostrando mayor actividady compromiso en la persecucin y sancin de estas conductas ha terminado por encender

    las alarmas. No son pocos los antecedentes que ya obran en poder del Ministerio Pblicoquien deber mostrar, dentro de poco, cul ser el criterio poltico criminal de persecucinde estos delitos. Muy especialmente considerando que dichos antecedentes ya cuentan conrelevantes sanciones en sede administrativa.

    Estas breves notas tienen pretensiones altamente modestas: simplemente ponersobre la discusin un par de problemas con los que la aplicacin de estas normas seencontrar. Si la funcin principal del Derecho penal es evitar que el poder punitivo delestado sorprenda a los ciudadanos, entregar certezas acerca de su modo de operar debe seruna de las prioridades de los operadores del sistema. En ese camino, es necesario reconocerque este no es un artculo que pueda dar cuenta del estado actual de la situacin

    (precisamente por la inexistencia de un verdaderostatus questionis). Despus de leerlo, losactores del sistema econmico, sedientos de certeza y seguridad, no tendrn ms queentregarse a la incertidumbre y la especulacin.

    2. Las expectativas de los actores: confianza y desconfianza

    Anlisis crtico de la regulacin contenida en la Ley N 18045, en Gaceta JurdicaN 299 (2005),pp. 7-24;STIPP AMADOR, El delito de de abuso de informacin privilegiada en el mercado de valores en elanteproyecto del nuevo Cdigo penal chileno. Especial referencia al bien jurdico protegido, en BalmacedaHoyos (coord.), Problemas actuales de Derecho penal, Ediciones Jurdicas de Santiago, Santiago 2007, pp.349-391.3En parte, lo mismo ha ocurrido con las sanciones administrativas dispuestas al efecto y varios actores delsistema han manifestado su sorpresa por el supuesto cambio de criterios de la SVS en la aplicacin de su

    potestad sancionadora gubernativa. Sin perjuicio de ello, es probable que el rgano administrativo ya hayaotorgado luces respecto de sus criterios de sancin, cosa que cuando menos en lo que respecta a sancionescriminales no ha hecho la Corte Suprema por falta de pronunciamientos sobre el asunto.

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    A pesar de que no es comn encontrarlo planteado de este modo, el problema quesubyace al uso de informacin privilegiada no es distinto del que sucede en cualquier otraforma de delitos. Es cierto que un anclaje histrico y exacerbado al concepto clsico debien jurdico4ha hecho parecer que las reglas que rigen a este tipo de delitos que msparecen atentar contra el funcionamiento de un sistema (el sistema econmico) difieren

    de aquellas que parecen regir a la delincuencia clsica con bienes jurdicos individuales yadscriptibles a un titular determinado5. La verdad es que esto no es del todo cierto.

    En el caso de los delitos econmicos es evidente que el objeto de proteccin es enrealidad la confianza de los actores del sistema econmico en el modo de funcionamientode ste6. En el caso que nos atae, lo que protege el delito de uso de informacinprivilegiada son las expectativas que los actores del sistema de valores le dirigen a un modode funcionamiento7. En otros trminos, solo en la medida que ellos pueden confiar en queel resto de los actores cuentan con un caudal de informacin relativamente simtrico parasus decisiones de inversin, pueden tomar razonable y confiadamente esas decisiones. Lo

    que acontece en un delito clsico como un homicidio o una estafa no esparticularmente distinto. En efecto, solo en la medida que los ciudadanos puedan confiarrazonablemente en que no sern objetos de una defraudacin patrimonial o de una lesin ensu integridad corporal, pueden tomar sus decisiones cotidianas de hacer una transaccincomercial o salir a la calle a dar un paseo.

    Luego, el principio bsico es que toda forma de incriminacin protege, en realidad,la confianza de los ciudadanos en la vigencia de ciertas normas 8. Y precisamente por la

    4Qu poco ha evolucionado desde la formulacin inicial de BIRNBAUM, en su artculo fundacional ber dasErfordernis einer Rechtsverletzung zum Begriffe des Verbrechens, en Archiv des Kriminalrechts, Neue

    Folge, 1834. Acerca del origen del concepto de bien jurdico vid., por todos, AMELUNG,Rechtgterschutz undSchutz der Gesellschaft. Untersuchungen zum Inhalt und zum Anwendungsbereich eines Strafrechtsprinzipsauf dogmengeschichtlicher Grundlage. Zugleich ein Beitrag zur Lehre von der "Sozialschdlichkeit" desVerbrechens, Athenum Verlag, Frankfurt 1972, pp. 38 y ss., 43 y ss.5Sobre la extensa discusin acerca del bien jurdico protegido en este tipo de delitos vid. S TIPP AMADOR,Eldelito de abuso de informacin privilegiada en el mercado de valores, pp. 363-378; ROSAS OLIVA,El delitode abuso de informacin privilegiada en el mercado de valores, Ap. II; JERIC OJER, Utilizacin de

    Informacin privilegiada en el mbito del mercado de valores, pp. 187 y ss.6Vid. BOTTKE, Criminalidad econmica y Derecho criminal econmico en la Repblica Federal Alemana, enRevista Penal, N 4 (1999).7En este sentido, ARROYO ZAPATERO,El abuso de informacin privilegiada en el Derecho penal espaol, enArroyo Zapatero/Tiedemann, Estudios de Derecho penal econmico, Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha, Cuenca 1994, pp. 45-61; LPEZ BARJA DE QUIROGA, El abuso de informacin privilegiada, en

    Bacigalupo (dir.), Derecho penal econmico Hammurabi, Buenos Aires 2000, pp. 431- 467; M UOZ CONDE,Delincuencia econmica: Estado de la cuestin y propuestas de reforma, en AA.VV., Hacia un Derechopenal econmico europeo, Boletn Oficial del Estado, Madrid 1995, pp. 275-276. En sentido contrario,reconociendo este elemento como ratio legis de la incriminacin y no propiamente como bien Jurdico, ROSASOLIVA, El delito de abuso de informacin privilegiada en el mercado de valores, Ap. II; JERIC OJER,Utilizacin de Informacin privilegiada en el mbito del mercado de valores, p. 188.8 Pues el delito no es sino la negacin de esa vigencia y por tanto la negacin de la propia estructuracinnormativa que la sociedad se ha dado. Sobre esto vid. J AKOBS,Norm, Person, Gesellschaft (2 ed.) 1999, p.103; EL MISMO, Strafe muss Sein! Muss Strafe Sein?, 1998, p. 34; EL MISMO, Sobre la normativizacin de ladogmtica jurdico-penal, 2003, p. 51. Desde esta perspectiva puede afirmarse que el autor de un delito hace

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    relevancia de esa vigencia para la toma de sus decisiones, el Derecho penal decideconminar su defraudacin con una pena. De este modo, cuando se ven vulneradas por unaconducta que las contradice, la pena se levanta como un mensaje muy potente que buscadevolver la confianza en su vigencia. Puesto en trminos muy sencillos, cuando unhomicida es sancionado con una pena se evaca un mensaje para el resto de la sociedad:

    sigan confiando en que se puede circular por la vida sin ser asesinado, a pesar de que estesujeto (el condenado) haya sostenido con su hecho lo contrario. Del mismo modo, cuandoalguien recibe una pena por haberse aprovechado de informacin privilegiada con la quecontaba para hacer una transaccin de valores, se evacua un mensaje para el resto de losactores del sistema: sigan confiando en que habr una relativa simetra en la informacincon la que toman sus decisiones de inversin, a pesar de que este sujeto (el inside trader oiniti9) haya sostenido con su hecho lo contrario10.

    3.

    La pena como mecanismo disuasivo.

    Desde esta perspectiva, es necesario reconocer en la pena una intencin disuasiva atravs de la confirmacin de que las normas que rigen a los actores del mercado de valorespermanecen vigentes. Esto permite mantener niveles relativos de certidumbre respecto delas condiciones de inversin y as estos actores pueden desenvolverse normalmente.

    Este hecho perfectamente vlido para cualquier delito fuerza a unaconsideracin relevante respecto de las posibilidades y el momento de actuar de la penacomo mecanismo disuasivo. Es claro y sobre esto deberemos volver con algo ms dedetalle que los sectores en que aspira a operar el Derecho penal econmico presentan

    cuando menos dos caractersticas indiscutibles: (1) se trata de sectores amplia y

    una oferta de mundo, la oferta de un mundo en que la norma trasgredida no exista. Vid., en el mismosentido PAWLIK, Das unerlaubte Verhalten beim Betrug, 1999, pp. 57 y ss. Crtica a este planteamiento enKPPER, Jahrbuch fr Recht und Ethik 11 (2003), p. 58 y PUPPE, enFS fr Grnwald, 1999, pp. 473 y ss.La prestacin que realiza el Derecho penal consiste en contradecir a su vez la contradiccin de las normasdeterminantes de la identidad de la sociedad. El Derecho penal confirma, por tanto, la identidad de lasociedad dir JAKOBS, Sociedad, Norma y Persona en una teora de un Derecho penal funcional, Madrid1996, p. 18. Sobre la raigambre de este pensamiento en Hegel vid. JAKOBS, La pena estatal: significado y

    finalidad, Madrid, 2006, pp 129 y ss. Sobre la evolucin del pensamiento de Hegel en este punto, vid.

    SCHILD, Verbrechen und Strafe in der Rechtsphilosophie Hegels und seiner Schule, ZRph 2002, pp. 30 yss. Vid. tambin JAKOBS,Der Zweck der Vergeltung, en Kostalis (ed.),FS fr Androulakis 2003, p. 721. En elmbito estrictamente penal econmico vid. GARCA CAVERO, Derecho penal econmico, PG (2 ed), Lima2007, pp. 23 y ss.9Sobre estas nociones vid, por todos, JERIC OJER, Utilizacin de Informacin privilegiada en el mbito delmercado de valores, en CORCOY BIDASOLO (Dir.), Derecho penal de la empresa, Universidad Pblica de

    Navarra, Pamplona 2002, p. 179.10 Sobre esto nos hemos detenido largamente en La funcin del Derecho Penal. Breves consideracionesacerca de un problema clsico, en AA.VV., Libro Homenaje a los penalistas chilenos, Universidad FinisTerrae, en prensa.

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    acuciosamente regulados en su funcionamiento11y (2) se trata de sectores con organismosde la administracin que suelen contar con fuertes posibilidades fiscalizadoras ysancionatorias.

    Luego, la primera pregunta que razonablemente se desliza a lo largo de todos loscomentarios doctrinarios de este sector del Derecho penal puede resumirse en: qu

    diantres hace el Derecho penal aqu si ya contamos con organismos capaces de sancionar (ybastante gravosamente) las conductas atentatorias contra el funcionamiento del mercado yque tienen adems una acuciosa regulacin?12

    La pregunta es altamente correcta y la respuesta es bastante simple, si la regulacin,la institucionalidad administrativa y las potestades sancionatorias con que cuenta sonsuficientes para que se produzcan los efectos disuasivos necesarios y el mercado de valorespueda funcionar normalmente, el Derecho penal no tiene ningn rol que cumplir ah. Si porel contrario, a pesar de esa institucionalidad y potestad sancionatoria, no se estnalcanzando esos fines de estabilizacin y en el mercado todava se encuentran

    aprovechamientos de la asimetra de informacin para la toma de decisiones de inversin,la relevancia del Derecho penal en la obtencin de esos fines es insoslayable 13. sta, que esuna pregunta de corte poltico-criminal, probablemente es el meollo mismo tanto delestablecimiento del delito de uso de informacin privilegiada, como del modo de interpretary aplicar el tipo delictivo correspondiente.

    4. La asimetra de informacin como un hecho.

    Sin embargo, antes de enfrentar el problema probablemente sea necesario

    detenernos en la revisin de algunas de las premisas necesarias para su comprensin. Muyespecialmente si se acepta que se trata de un tipo penal que tiene la aspiracin de protegerel funcionamiento del mercado sobre la base del mantenimiento de una relativa yficticia14 simetra de la informacin utilizada para las decisiones de inversin.

    11 Sobre esto ROSAS OLIVA, El delito de abuso de informacin privilegiada en el Mercado de Valores:anlisis crtico de la regulacin contenida 18.045, pp. 7 y ss.12 Sobre las dificultades de delimitacin con el Derecho administrativo sancionador vid. ACHENBACH,Sanciones con las que se pueden castigar a las empresas y a las personas que actan en su nombre en el

    Derecho alemn (trad. Joshi Jubert), en Silva Snchez (dir.), Fundamentos de un sistema europeo de Derechopenal, Bosch, Barcelona 1995, pp. 608 y ss.; GARCA CAVERO,Derecho Penal Econmico. Parte General, pp.

    64 y ss.13 Manifestando sus dudas acerca de cules son las razones para la criminalizacin en Chile, REIDUNDURRAGA, Fundamentos de la prohibicin del uso de informacin privilegiada en Chile: una visincrtica, enRChDvol 31, N 3 (2004), p. 243.14Esta simetra de la informacin es una expectativa normativa institucionalizada. Ello genera un consensoficticio en que los actores del sistema cuentan con ella a pesar de que episdicamente puedan no tener lugar.Se trata, por tanto, de un potente mecanismo de reduccin de complejidad. Sobre esto vid. LUHMANN, SozialeSysteme. Grundriss einer allgemeinen Theorie, Frankfurt 1984, p. 397; EL MISMO, Das Recht DerGesellschaft, Frankfurt 1995, pp. 133-134. Un resumen de estos planteamientos puede encontrarse en P IAROCHEFORT,Rol social y sistema de imputacin, Barcelona 2005, pp. 183 y ss.

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    En primer lugar, es necesario tener presente que la asimetra de informacin essimplemente un hecho y, habitualmente, es un hecho lcito. Forma parte de la mismaexperiencia vital el descubrir que hay personas con las que se interacta que por las msdiversas razones poseen, respecto de determinados asuntos, un mayor caudal deinformacin que el resto. Las razones para tal asimetra pueden ser de la ms variada

    naturaleza, desde el emprendimiento de un estudio pormenorizado de determinadasmaterias, la experiencia que alguien tiene en determinado mbito de actuacin o incluso elmero hecho de una cercana con el objeto de la informacin. En palabras muy simples, unapersona puede saber ms que el resto sobre una determinada materia porque lo haestudiado; sobre el funcionamiento de los tribunales porque lleva muchos aos ejerciendosu profesin en ellos; o sobre la organizacin de su casa simplemente porque es quien mscerca se encuentra de esa organizacin. Todas estas asimetras de informacin, comohecho, son absolutamente lcitas y el Derecho no puede desentenderse de ello.

    Lo mismo ocurre cuando un determinado administrador, sea un gerente, un director

    o incluso un accionista, tiene ms informacin que el resto de los actores del sistema devalores, respecto de la situacin, funcionamiento, planes de inversin o proyectos deexpansin de esa compaa. Nadie razonablemente podra aspirar a que ello fuera diferentepues precisamente esos actores estn ah para tener esa mayor informacin, procesarla ytomar las mejores decisiones respecto de la compaa y sus accionistas.

    El problema, por tanto, nunca puede radicar en el hecho de la asimetra de lainformacin, sino que, por el contrario en la utilizacin de ella fuera de las reglas que rigeel mercado de valores. Esto, que parece a todas luces una perogrullada, es probablemente eleje mismo del problema: lo relevante no es tener la informacin, sino es tener muy claroqu posicin tiene esa persona respecto de la informacin. En trminos del Derecho penal

    la respuesta es bastante sencilla y se recurre a un concepto a estas alturas bastante definido:el administrador/accionista/Director tiene una posicin de garante15 respecto de esainformacin. Y de un modo pragmtico sin entrar en la larga discusin acerca de lasfuentes16 su origen est directamente establecido en la ley (18.045).

    Desde esta perspectiva podemos hacer una afirmacin tajante: en principio esirrelevante la asimetra de informacin salvo cuando la ley ha puesto deberes especialessobre aquellos que cuentan con ms informacin que otros17. En general, por tanto, noexisten deberes generales de custodia de informacin, de modo que las personas puedenhacer con ella lo que mejor les parezca y sacarle el mejor partido posible. La regla cambia

    15 En sentido similar PRIETO DEL PINO, El Derecho penal ante el uso de informacin privilegiada en elmercado de Valores, Aranzadi, Pamplona 2004, pp. 299. Sobre las posiciones de garante en general vid., portodos, PERDOMO TORRES,La problemtica de la posicin de garante en los delitos de comisin por omisin,Bogot 2001.16Sobre esto ya nos hemos detenido elRol social y sistema de imputacin, pp. 404 y ss.17 Nos hemos detenido largamente sobre esto en Fraude de Seguros. Cuestiones Penales y de tcnicalegislativa, Santiago 2006, pp. 58 y ss. Vid. adems PASTOR MUOZ,La determinacin del engao tpico enel delito de estafa, en Montealegre Lynett (Coord.), El funcionalismo en Derecho Penal. Libro Homenaje alProf, Gnther Jakobs, Bogot 2003, pp. 224 y ss.

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    cuando existen razones para intervenir esa libre disponibilidad de la informacin. Esto nosolo es excepcional, sino que deben haber muy potentes razones para legitimar estaintervencin.

    5.

    La confianza en la simetra de la informacin como eje de la actividadeconmica: una ficcin necesaria

    Si hemos dicho que la regla general en nuestra sociedad es la libre disposicin de lainformacin, la limitacin de esa libre disponibilidad debe contar con muy buenas razonespara estimarse legtima. Esas razones son bsicamente dos: (1) no debe instrumentalizarsela asimetra de la informacin para producirle dao a otros (extensin del principioneminem laedere18) y (2) no debe utilizarse esa informacin cuando se ocupainstitucionalmente una posicin que fuerza a resguardarla19. Puesto en dos ejemplo muy

    simples: siempre hay asimetra de informacin en una estafa en que el defraudador tienems informacin que la vctima (entre otras cosas sabe que lo que est dicindole es falso).Por otro lado hay tambin asimetra de la informacin entre el asegurado y la Compaa deseguros respecto de las caractersticas, lugar y tiempo de ocurrencia de un siniestro y porella la propia ley pone sobre sus hombros un deber de veracidad frente a la compaa a lahora de hacer su denuncio20. Estas dos razones de la limitacin son las mismas quefundamentan cualquier incriminacin penal el deber general negativo de no daar a otrosyel deber especial positivo de resguardar ciertos bienes en razn de la posicin que seocupa.

    En el caso de la informacin privilegiada nos encontramos en la segunda hiptesis,

    es decir, en la prohibicin de utilizacin de la informacin porque la posicin institucionalque se ocupa lo fuerza a mantenerla dentro de su mbito de conocimiento pero no del de suaprovechamiento.

    Sin embargo, hasta este punto no hemos avanzado un centmetro en lafundamentacin de cul es esa razn que fuerza a quienes institucionalmente ocupan estasposiciones de no utilizar esa informacin. Y es precisamente aqu donde la confianza en lasimetra como condicin de funcionamiento se transforma en un verdadero bien jurdicoexigente de proteccin.

    18En palabras del propio FEUERBACH, Anti-Hobbes, p. 13: el uso de la libertad de un ser racional no debecontradecir el uso de la libertad de todos los dems seres racionales (cit. por SNCHEZ-VERA GMEZ-TRELLES,Pflichdelikt und Beteiligung,p. 68). Vid.JAKOBS,Ingerencia y dominio del hecho, pp. 14 y ss.; ELMISMO, La competencia por organizacin en el delito de omisin, p. 347; EL MISMO, Derecho penal, PG,29/29 y ss.; SNCHEZ-VERA GMEZ-TRELLES, loc. cit.,pp. 67 y ss.; EL MISMO,Intervencin omisiva, posicinde garante y prohibicin de sobrevaloracin del aporte,p. 20619Vid. JAKOBS,Derecho Penal, PG, 1/4; SNCHEZ-VERA GMEZ-TRELLES,Intervencin omisiva, posicin de

    garante y prohibicin de sobrevaloracin del aporte, p. 195.20Art. 556 del C.Com.

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    Esta nocin tiene diversos orgenes y no solo situados en la dogmtica penal decorte germnico-continental. En Norteamrica, ya Herman hace casi treinta y cinco aos,dej sentado que el hecho de que uno de los inversores dispusiera de un mejor y ms rpidoacceso a la informacin vulnerara la confianza del resto y retraera la demanda de esemercado determinado21. Sin duda esto sirve como aproximacin al problema pero no da en

    el foco mismo de la prohibicin legal, puesto que lo relevante no es contar con un mejor yms rpido acceso a la informacin cosa que podra hacerse del modo ms lcitoimaginable sino que esa ventaja exista por la posicin institucional que se ocupa22.

    Luego, ni se trata de tener ms informacin que otros, ni que ello le permita tomarmejores decisiones de inversin, lo relevante es que esa informacin se tiene por unaposicin institucional que los otros actores no comparten. Tampoco lo relevante es tener esainformacin cosa del todo lcita sino su utilizacin en desmedro de los dems que noacceden a las mismas oportunidades de inversin. En definitiva, se trata de proteger laconfianza de los inversores en el funcionamiento del mercado por el abuso de una posicin

    institucional ms ventajosa.Sin embargo, aqu alcanzamos un punto crucial en la legitimacin de laincriminacin penal que puede resumirse en dos aspectos: (1) La confianza de losinversores no es relevante en sentido psicolgico; (2) La confianza de los inversores no esrelevante por su valor intrnseco, sino por su funcionalidad a la operacin del sistema.

    Sobre estos dos puntos solo una breves reflexiones. La confianza habitualmente seentiende en sentido psquico, es decir, como una disposicin mental del actor que debetomar la decisin. En otros trminos, se pregunta si el sujeto en su fuero interno confa ono. Naturalmente eso no es relevante al Derecho, pues en la gran via del Seor se puedeencontrar a sujetos crdulamente confiados (cuyas decisiones de inversin en virtud de ello

    se transforman en temerarias) y otros patolgicamente desconfiados (cuya constitucin casiles impide la toma de cualquier decisin). Lo anterior solo sirve para ejemplificar que lorelevante no es la confianza psicolgica de los inversores sino una confianzanormativamente determinada23. Es decir solo se estiman vulneradores de esa confianza

    21HERMAN,Equity funding, inside information and the regulators, en UCLA Law Review 1974, n21, pp. 1-28. Vid. sobre todo esto STIPP AMADOR, El delito de abuso de informacin privilegiada en el mercado devalores, pp. 374 y ss.22Es evidente que en el mercado existe una serie de actores que por sus cualidades, experiencia, recursos, etc.

    pueden contar con mecanismos ms giles y exactos para obtener informacin (una corredora o un banco deinversiones tiene toda la estructura, experiencia y capacidad de anlisis para obtener y decodificar

    adecuadamente la informacin), y la utilizacin de estos mecanismos, ms ventajosos que los que tiene unciudadano comn y corriente que quiere invertir, no pueden entenderse prohibidos por el ordenamiento encaso alguno. De lo que se trata es que esos mecanismos ms ventajosos estn incardinados o se explican poruna posicin institucional que se tiene respecto de la fuente de informacin. Esto es lo poltico-criminalmenterelevante.23Sobre esto, LUHMANN, Vertrauen, ein Mechanismus der Reduktion der Komplexitt(2 ed.), Stuttgart 1973,

    passim; JAKOBS, El delito imprudente, p. 176 y ss.; EL MISMO, La imputacin objetiva, especialmente en elmbito de las instituciones jurdico-penales del riesgo permitido, la prohibicin de regreso y elprincipio de confianza (trad. Pearanda Ramos), en Estudios de Derecho Penal, Madrid 1997, p. 251; unasntesis de esto puede encontrarse en nuestro trabajoRol social y sistema de imputacin, pp. 376 y ss.

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    algunos hechos, en la medida que esa vulneracin se produzca por aprovechamiento de unaposicin institucional y no otros.

    Sin embargo, ms importante que ello es hacer presente que la confianza no es elobjeto de la proteccin por su valor intrnseco. En otros trminos no es ella el objeto mismode la proteccin sino que es el medio de proteccin del funcionamiento del sistema de

    valores. La confianza solo protege en la medida que la propia operacin del sistema se haconfigurado sobre la base de ella24. En un sistema de valores estructurado de un mododiverso por ejemplo estructurado sobre la base de posiciones privilegiadas que seadquieren por carrera la confianza de los inversores no sera el medio de proteccin delsistema sino que probablemente lo sera el pleno respeto de las reglas para acceder a lasposiciones de privilegio. Desde esta perspectiva, lo verdaderamente relevante es que en laactual configuracin del sistema de valores su funcionamiento correcto pende de que losactores puedan confiar en una relativa igualdad de oportunidades y una relativa igualdad deinformacin. Solo en ese punto la confianza se transforma en algo relevante y puede ser

    protegida a travs de una pena.A partir de estas consideraciones y sin poder profundizarlas en este lugar, ya sepueden extraer algunas conclusiones provisionales: (1) la incriminacin del uso deinformacin privilegiada y su conminacin con sanciones penales es en principiolegtima25; (2) el objeto de proteccin es la confianza de los actores del sistema en laexistencia de una simetra mnima de la informacin con la que cuentan para tomar susdecisiones de inversin26; (3) la necesidades de pena estn directamente relacionadas conlas necesidades de otorgar confianza, de tal manera que si ellas se satisfacen mediante laaplicacin de sanciones administrativas, la presencia del Derecho penal debe estimarsesuperflua.

    Veamos ahora la forma que ha adoptado esta incriminacin en nuestro sistema y losproblemas seleccionados para aproximarse a ella.

    II. Primer problema: la deficiente taxatividad de la incriminacin.

    Sin la posibilidad de adentrarnos profusamente en los pormenores tpicos delartculo 60 de la ley 18.045, ste sanciona con presidio menor en cualquiera de sus gradosdos formas de conducta diversas. La primera puede entenderse propiamente como uso de

    24Sobre esto vid. por todos, Garca Cavero, Derecho penal econmico, PG(2 ed.), T. I, pp. 169 y ss.25RODRGUEZ MOURULLO,La utilizacin abusiva de de informacin privilegiada en el mercado de valoresante el Derecho penal, Poder Judicial, 1989, pp. 237-250; GONZLEZ CUSSAC, El abuso de informacin

    privilegiada, en Cuadernos de Poltica Criminal 37 (1989), pp. 119-153; GMEZ INIESTA, La utilizacinabusiva de informacin privilegiada en el mercado de valores, Mac Graw-Hill, Madrid 1997; RUIZRODRGUEZ, Proteccin penal del mercado de valores. Infidelidades en la gestin de patrimonios, Tirant loBlanch, Valencia 1997; STIPP AMADOR, El delito de abuso de informacin privilegiada en el mercado devalores, pp. 353.26Como en nota 7.

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    informacin privilegiada (contenida en las letras e y g del artculo) y la segunda se trata delas infracciones del deber de reserva (letra h).

    El primero de los supuestos es el de que las Las personas a que se refiere el artculo166 (aquellas respecto de las que se presume el acceso a informacin privilegiada27) usendeliberadamente esa informacin, directa o indirectamente, al efectuar transacciones u

    operaciones de valores de oferta pblica, de cualquier naturaleza en el mercado y de valoreso en negociaciones privadas, para s o para terceros.

    El segundo supuesto es el de que valindose de informacin privilegiada ejecute unacto, por s o por intermedio de otras personas, con objeto de obtener un beneficiopecuniario o evitar una prdida, tanto para s como para terceros, mediante cualquier tipo deoperaciones o transacciones con valores de oferta pblica.

    La diferencia entre estos dos supuestos es evidente, puesto que el primero implicauna determinada cualidad especial del sujeto activo (ser alguno de los enumerados en elartculo 166), mientras que el segundo es una prohibicin general que alcanza a cualquiera

    que cuente con informacin privilegiada.Naturalmente estas opciones son extremadamente problemticas pues no realizanalgunas distinciones que pueden ser esenciales.

    El supuesto de los sujetos que cuentan por su posicin (sea institucional dentro de laempresa o por relaciones de otro tipo como el parentesco) con informacin privilegiadaparece evidente. Estos sujetos estn en una posicin de garante respecto de esa informacinque les impide usarla para s e incluso entregarla a terceros para que la usen. Desde estaperspectiva, no presenta problemas este primer supuesto.

    No puede afirmarse lo mismo del segundo, toda vez que aqu no hay unaresponsabilidad institucional sino que se alcanza a todo aquel que (el que) cuente con

    informacin privilegiada28. Esta falta de distincin puede llevar a interpretar que todo aquelque cuente con esta informacin, incluso el que se ha enterado de ella casualmente en un

    27 Artculo 166.- Se presume que tienen acceso a informacin privilegiada, las siguientes personas: a) Losdirectores, gerentes, administradores y liquidadores del emisor o del inversionista institucional, en su caso; b)Las personas indicadas en la letra a) precedente, que se desempeen en una sociedad que tenga la calidad dematriz o coligante controlador, de la emisora de cuyos valores se trate, o del inversionista institucional en sucaso; c) Las personas controladoras o sus representantes, que realicen operaciones o negociaciones tendientesa la enajenacin del control, y d) Los directores, gerente, administradores, apoderados, asesores financieros uoperadores, de intermediarios de valores. (). Tambin se presume que tienen informacin privilegiada, en lamedida que puedan tener acceso directo al hecho objeto de la informacin, las siguientes personas: a) Losauditores externos e inspectores de cuenta del emisor, as como los socios y administradores de las sociedades

    de auditora; b) Los socios, administradores y miembros de los consejos de clasificacin de las sociedadesclasificadoras de riesgo, que clasifiquen valores del emisor o a este ltimo; c) Los dependientes que trabajenbajo la direccin o supervisin directa de los directores, gerentes, administradores o liquidadores del emisor odel inversionista institucional; d) Las personas que presten servicios de asesoras permanente o temporal alemisor; e) Los funcionarios pblicos dependientes de las instituciones que fiscalicen a emisores de valores deoferta pblica o a fondos autorizados por ley, y f) Los cnyuges o parientes hasta el segundo grado deconsanguinidad o afinidad, de las personas sealadas en la letra a) del inciso primero.28 Esta incorporacin tuvo lugar tras la promulgacin de la Ley 19.705, de 20 de diciembre de 2000, queampli considerablemente el crculo de sujetos activos del delito. Sobre esto vid, Rosas Oliva, El delito deabuso de informacin privilegiada en el mercado de valores,p. 20.

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    ascensor por la imprudencia de un director de la empresa debe abstenerse de usarlaconminado penalmente.

    Naturalmente esto es poco sostenible, muy especialmente si se considera que estosson delitos dolosos y que en este caso el director imprudente (que tiene posicin de garanterespecto de la informacin) resultara impune y el tercero transente que escuch la

    recomendacin y que conforme a ella compr acciones debera recibir una sancin penal.Una adecuada interpretacin del tipo penal debera a distinguir a aquellos que se hacen dela informacin por el trabajo o funcin que desempean y aquellos que se imponen de ellocasualmente. Cmo tratamos al ascensorista del banco de inversiones que escucha laimprudente conversacin de dos ejecutivos?

    Este punto se torna especialmente crtico toda vez que aloja la diferencia entre loque habitualmente se denomina iniciados primarios e iniciados secundarios (o insidertraders y tippees)29. Los primeros son los que acceden a la informacin por estarvinculados institucionalmente a la empresa o al ente emisor de valores. Los segundos son

    los que con conocimiento de su carcter conocen informacin privilegiada a travs de uniniciado primario. Evidentemente el injusto es mayor en el caso de los primarios y solo enaquellos casos en que expresamente la ley ha querido extender la punicin a los secundarios(como en el caso de los parientes recogido en el artculo 166 de la Ley 18.045).

    Esto naturalmente no lo soluciona el tipo penal y no existen pronunciamientosjurisprudenciales que nos permitan anticipar las lneas de decisin. Sin embargo, en lamedida que el eje est dado por la ubicacin institucional del actor, los casos de tercerosextraos deberan fundarse en criterios de imputacin particularmente estrictos30.

    Completamente diferente es el supuesto de infraccin del deber de reservaconsignado en la letra h del artculo 60. Esta forma de incriminacin es altamente deficiente

    por una razn muy sencilla, porque impone un deber de reserva de la informacinprivilegiado a todo sujeto que la tenga, sin hacer distinciones respecto de cmo seimpusieron de ella o de la posicin especfica que ocupan. Es cierto que el legislador haintentado corregir esta ampliacin al exigir que se haga con el objeto de obtener unbeneficio pecuniario o evitar una prdida, pero ello no es ms que un palo de ciego queno apunta al centro del problema.

    El sistema resulta defectuoso porque la existencia de un deber de reserva pendeprecisamente de una posicin que ocupa el sujeto respecto de la informacin y no emanapor el hecho de tenerla. Naturalmente el encargado del aseo de la sala de reuniones delBanco de Inversiones empleado de una empresa externa de aseo que encuentra una

    nota que la reunin que acaba de tener lugar le envi un director a otro con informacinprivilegiada no comete delito alguna ni cuando compra acciones con esa informacin nitampoco cuando la revela a terceros. El tipo penal, sin embargo, no hace estas distinciones

    29Sobre esto vid, ROSAS OLIVA,El delito de abuso de informacin privilegiada en el mercado de valores, Ap.IV.30 En el mismo sentido ROSAS OLIVA, El delito de abuso de informacin privilegiada en el mercado devalores,p. 20.

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    y una interpretacin literal que desconsiderara el problema de los deberes involucradospodra tratar por igual al Director de la empresa que infringe un deber de reserva que a unpobre individuo que escucha en el metro una conversacin entre dos ejecutivos y que luegose lo cuenta a su mujer que posteriormente compra acciones.

    En sntesis, un adecuado trabajo interpretativo del tipo penal exige poner especial

    cuidado en la posicin institucional que ocupa quien usa o revela informacin privilegiada.La infraccin de deberes de lealtad o de custodia de informacin son los que justifican lapunibilidad, de modo que solo en cuanto ostenten una posicin de garante respecto de esainformacin podr hacrseles responsables de esa revelacin.

    Desde esta perspectiva, si bien la utilizacin de informacin privilegiada puedesancionarse respecto de terceros extraos a la fuente de la informacin, los deberes dereserva solo pueden ser infringidos y por ende sancionados por aquellos que ocupanuna posicin institucionalmente ligada a dicha fuente. De hecho, debera servir comocriterio paliativo si bien incapaz de subsanar la incoherencia sancionatoria que los

    iniciados secundarios slo pudiesen ser objeto de sanciones administrativas y nuncapenales.

    III.Segundo problema: Non bis in idem

    1. Generalidades

    Es evidente que uno de los grandes problemas que enfrenta el Derecho penal

    econmico en general es el de referirse a mbitos de accin exhaustivamente reguladosadministrativamente. Adicionalmente los organismos llamados a cautelar estos sectores,suelen contar con una variada cantidad de facultades de fiscalizacin y un muy potentearsenal de sanciones para el caso de contravencin31. De este modo, no es necesariosiquiera detenerse en las facultades y capacidad de sancin que tienen la superintendenciade valores y seguros, la superintendencia de Bancos o la de AFPs es necesario asumirlascomo un hecho indiscutible.

    Como un segundo hecho de la causa, tengamos presente el artculo 55 de la ley18.045 en sus incisos 1 y 2:

    La persona que infrinja las disposiciones contenidas en la presente ley, sus normas

    complementarias o las normas que imparta la Superintendencia ocasionando dao a otro,est obligada a la indemnizacin de los perjuicios. Lo anterior no obsta a las sancionesadministrativas o penales que asimismo pudiere corresponderle.

    31Sobre esto vid. Rosas Oliva,El delito de abuso de informacin privilegiada en el mercado de valores,p. 7.

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    Por las personas jurdicas respondern adems, civil, administrativa y penalmentesus administradores o representantes legales a menos que constare su falta de participacino su oposicin al hecho constitutivo de infraccin.

    Basta la sola lectura de la norma para dejar sentado el principio que le subyace. Unamisma infraccin puede dar lugar a la obligacin de indemnizar los perjuicios, a una

    sancin administrativa y a una sancin penal.Respecto de la perfecta compatibilidad entre las sanciones administrativas o penales

    y la indemnizacin de perjuicios ya nos hemos detenido en otro lugar32. Los fundamentosde ambas formas de responsabilidad son distintos y nos hay bice alguno para que coexistauna sancin y una indemnizacin.

    Sin embargo, el problema dista de ser tan simple respecto de las sancionesadministrativas y penales. Naturalmente no es este el lugar en que se pueda abordar unproblema de esta envergadura, pero no puede evitarse sin ms, pues sin duda constituye elncleo ms problemtico de esta regulacin sectorial. El problema puede describirse con

    una pregunta es posible sancionar penalmente una conducta que ya ha sido sancionadaadministrativamente?

    2. El sistema de sanciones administrativas.

    Tradicionalmente la doctrina distingue dos formas de sanciones administrativas33.Por una parte las sanciones disciplinales son aquellas que impone la administracin a losfuncionarios que forman parte de ella y que se fundan en las necesidades de adecuadofuncionamiento y en las relaciones jerrquicas propias de la administracin del Estado34.

    Por la otra se puede identificar un segundo tipo de sanciones administrativas habitualmentedenominadas gubernativas, que son aquellas que puede imponer la administracin acualquier ciudadano o a un grupo que se desempea en un sector determinado por lasinfracciones de un cierto mbito de regulacin35.

    Para mantenernos en el mbito de nuestro inters prescindiremos de consideracionesacerca de las sanciones disciplinarias, pues las atribuciones sancionatorias de laSuperintendencia de Valores y Seguros coinciden en todo con las sanciones gubernativas.

    32Vid. PIA ROCHEFORT,La imputacin de responsabilidad penal en los rganos de la empresa y sus efectosen sede civil, en Baraona Gonzlez/Zelaya Etchegaray (eds.),La responsabilidad por accidentes del trabajo,

    Cuadernos de Extensin Jurdica 10 (2005), Universidad de los Andes, pp. 46 y ss.33 As lo recoge el propio artculo 20 del Cdigo Penal cuando reza: Art. 20. No se reputan penas, larestriccin o privacin de libertad de los detenidos o sometidos a prisin preventiva u otras medidascautelares personales, la separacin de los empleos pblicos acordada por las autoridades en uso de susatribuciones o por el tribunal durante el proceso o para instruirlo, ni las multas y dems correcciones que lossuperiores impongan a sus subordinados y administrados en uso de su jurisdiccin disciplinalo atribuciones

    gubernativas.34Vid. sobre esto GARCA DE ENTERRA/FERNNDEZ, Curso de Derecho Administrativo, T. II, p. 169.35Sobre esto vid. CURY,Derecho Penal, PG,Ediciones de la Universidad Catlica de Chile, Santiago 2004,

    pp. 103 y ss.

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    Ello nos lleva a preguntarnos si es posible una duplicidad de sanciones penales yadministrativas gubernativas por un mismo hecho.

    3. La opcin fundamental: la naturaleza de las sanciones?

    El eje del problema est dado por una ancestral discusin acerca de la naturaleza delas sanciones administrativas gubernativas y la definicin acerca de si sus diferencias conlas sanciones penales es meramente cuantitativa (un problema de cantidad de injusto ycantidad de sancin) o es cualitativa (una diferencia de naturaleza entre injustos ysanciones)36.

    Las consecuencias de estas opciones son radicales. Quienes estiman que existe unadiferente naturaleza entre ellas no vislumbrarn problema alguno en una doble imposicinde sanciones. En trminos sencillos, ocurrira los mismo que en entra una sancin penal y

    una indemnizacin de perjuicios. Como sus naturalezas son diferentes no hay problema queemanen conjuntamente de un mismo hecho.Por el contrario, para quienes estimen que su naturaleza es la misma, la coexistencia

    de una sancin administrativa y una penal constituir una doble sancin para el mismohecho lo que para el derecho penal no es indiferente, sino que est expresamente prohibidopor las exigencias del principio non bis in idem, es decir, la prohibicin de un doble castigopor un mismo hecho.

    4. El problema de la funcin

    Antes de una toma de postura respecto de la naturaleza de estas sanciones,pongamos una piedra en el zapato de la forma tradicional de enfrentar el problema. Talcomo hemos indicado, la aproximacin clsica intenta dilucidar si entre ambos tipos desanciones hay una diferente o una similar naturaleza. Sin duda esta nomenclatura estanclada en un concepto clsico (el de naturaleza jurdica) que pretende indagarmetajurdicamente qu hay detrs, de cada institucin. Ello muchas veces es aprovechablepues esas diferencias de naturaleza son relativamente fciles de identificar y con ellas seiluminan las consecuencias de una u otra opcin37.

    36 Sobre esta discusin se extiende ALCALDE RODRGUEZ, Uso de informacin privilegiada: Algunasconsideraciones sobre el sentido y alcance de la prohibicin en relacin con sus sujeto, objeto y sancin, pp.23 y ss. Sobre la discusin en sentido amplio vid. por todos, JAKOBS,Derecho penal, PG, pp. 62 y ss. y CURYURZA,Algunas reflexiones sobre la relacin entre las penas penales y las administrativas, en el Boletn deInvestigaciones de la Facultad de Derecho de la Universidad Catlica de Chile, N 44-45 (1979-1980).37 En trminos muy sencillos, aqu mismo ya hemos recurrido a esa figura sosteniendo que las sanciones

    penales/administrativas tienen una diferente naturaleza que una indemnizacin civil de perjuicios y por elloambas podran coexistir. Nadie debe haber cuestionado nada a esa afirmacin.

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    Sin embargo, el asunto se hace bastante ms complejo cuando ambas reaccionestienen naturaleza sancionatoria como las penas penales y las administrativas. Aqu ladiferencia de naturaleza ya no se hace tan visible y contorsiones tericas que hay queutilizar son bastante ms circenses.

    Sin la posibilidad de extenderme aqu acerca del acervo conceptual nada original

    por cierto que hay detrs tal vez podamos hacer una propuesta de aproximacin distinta.En lugar de recurrir a una discusin tan interminable acerca de la naturaleza jurdica de lasinstituciones, recortemos nuestras aspiraciones a una pregunta bastante ms sencilla: qufuncin cumplen ambas en nuestro ordenamiento jurdico38.

    Puesto en el ejemplo que ya hemos usado. Por qu pueden coexistir lasindemnizaciones civiles de perjuicios y las penas penales, porque ambas cumplen unadiferente funcin. Si cumplen diferentes funciones quiere decir que se satisfacen diferentesnecesidades. Luego, la funcin de la indemnizacin de perjuicios en un sistema como elnuestro (en que no se han establecido los daos punitivos) es dejar indemne un patrimonio

    que ha sufrido un dao, es decir resarcir, devolver, volver a poner algo que ya no estaba porobra de otro. La funcin que cumple el Derecho penal, en cambio, es otra: devolver a lacomunidad la confianza en la vigencia de las normas nucleares sobre las que descansa laconvivencia social39. Por lo mismo pueden coexistir las indemnizaciones y las penaspenales, porque ambas cumplen funciones distintas. Cuando alguien es vctima de unaestafa pasan muchas ms cosas que una mera disminucin en su patrimonio (si fuera lanica que acontece con la obligacin de indemnizar los perjuicios ocasionados serasuficiente). Sin embargo es necesario imponer una pena por que hay que devolver al restode los partcipes del trfico comercial la confianza en que pueden circular en l sin grandestemores de ser estafados.

    Dicho lo anterior y rebajando mucho las aspiraciones grandilocuentes de ladistincin de naturaleza la existencia de una distinta funcin implica de suya lasatisfaccin de una distinta necesidad40y con eso ya es suficiente para que dos reaccionesjurdicas puedan coexistir. En el caso de las sanciones administrativas gubernativas y las

    38 Sobre esto nos hemos detenido largamente en Rol social y sistema de imputacin, pp. 54 y ss. Vid.,respecto de los rasgos caractersticos del funcionalismo, NAVAS, La teora sociolgica de Niklas Luhmann,

    pp. 49-91; cfr., adems, la recopilacin de artculos de sus fundadores de COLOMY (ed.), Functionalistsociology, Elgar Publishing, Vermont 1990; as como las caracterizaciones de DEZ NICOLS, Sociologa,entre el funcionalismo y la dialctica, Guadiana de Publicaciones S.A., Madrid 1969, pp. 171-190; vid.,

    adems, HEMPEL, The logic of functional analysis en Aspects of scientific explanation and other essays inthe philosophy of science Free Press, Nueva York 1965, pp. 297-330; MARAVALL, Sociologa y explicacinfuncional, en Jimnez Blanco/Moya Valgan (Dirs.) Teora Sociolgica contempornea, Madrid 1978, pp.148-157; RITZER, Teora sociolgica contempornea (trad. Casado Rodrguez) McGraw-Hill, Madrid 1996,

    pp. 101-139.39O proteger bienes jurdicos particularmente valiosos, segn sea la teora que se prefiera.40Vid. LUHMANN, vozFunktion(IV), en Ritter et al. (eds.),Historisches Wrterbuch der Philosophie, T. II,Schwabe & Co., Basel/Stuttgart 1972; EL MISMO, Funktion und Kausalitt / Funktionale Methode undSystemtheorie, en Soziologische Aufklrung 1. Ausatze zur Theorie sozialer Systeme (4 ed.) Opladen, 1974,

    pp. 9-53

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    penas penales la pregunta puede repetirse sin problema y su respuesta nos permitir afirmaro prohibir la coexistencia de ambas.

    Pero volvamos a recortar nuestras aspiraciones, no intentemos solucionar unproblema tan grandilocuente y sobre el que la dogmtica penal y la doctrina administrativahan derramado ros de tinta. Que nuestro objetivo sea simplemente replicar el ejercicio en

    el caso del uso de informacin privilegiada: cumplen una funcin diferente el tipo penaldel artculo 160 de la Ley 18.045 y las sanciones administrativas de la Superintendencia deValores y Seguros? Aqu si encontramos opciones de nuestra jurisprudencia.

    En el caso de la SVS contra el Pacto controlador del Banco de Chile 41, la CorteSuprema, conociendo de la imposicin de una sancin de la Superintendencia, dejestablecido que para determinar la licitud o ilicitud de la operacin descritaprecedentemente, resulta necesario examinar aspectos relacionados con la informacinrecibida por los demandantes, si sta tena o no el carcter de privilegiada y el uso de la

    misma por los actores; como asimismo es necesario realizar un somero anlisis al valor dela informacin, de cualquier tipo, en el campo accionario, y para dicho propsito debesealarse si ella es bsica para el correcto funcionamiento del mercado de valores, pues lainformacin tiene directa incidencia en el precio de los instrumentos accionarios, puestoque si no existe informacin suficiente en el mercado o la que existe no se divulga, o sloalgunos de los inversores la conocen, sus decisiones de compra o de venta de acciones se

    adoptan con ventaja respecto del resto de ellos (Considerando 18).Posteriormente indic que, despejada as la importancia de la informacin en el

    mercado de valores, corresponde analizar ahora la informacin calificada propiamentetal, debiendo destacarse en primer lugar, que lo que realmente importa para clasificar

    como privilegiada una informacin en este mbito es su aptitud para afectar la cotizacindel valor en el mercado, como asimismo su falta de difusin y publicidad. (Considerando19). Por ltimo hizo presente que tampoco tienen la razn los actores cuando sostienenque no habran causado perjuicio alguno a terceros, puesto que su comportamiento

    implic forzar, el curso de los acontecimientos hacia su propia conveniencia, impidiendoque otros inversores pudieran participar, en igualdad de condiciones, de los beneficios dela operacin ya descrita, resultando entonces agraviados estos ltimos. (Considerando25).

    De este modo, conociendo de la multa impuesta por el rgano administrativo hizoidnticas referencias a lo que se sostiene respecto de las sanciones penales para el caso de

    uso de informacin privilegiada. En trminos simples, afirm que la funcin de la sancin

    41 Rol 4.930-2004, pronunciado por la Tercera Sala, integrada por los Ministros seores Ricardo Glvez;Domingo Yurac; Milton Juica y seorita Mara Antonia Morales; y el Abogado Integrante seor JosFernndez. (Redaccin a cargo del Ministro seor Yurac).

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    administrativa era el mantenimiento de esa igualdad de condiciones ara los inversores talcomo se afirma de las sanciones penales correspondientes42. Pero eso no es todo.

    Otro tanto hizo notar en el llamado Caso Chispas43, en que formul una declaracinms genrica pues no se trataba especficamente de informacin privilegiada. Estableci ah

    que el mercado de valores est regido en efecto por un amplio conjunto de normasjurdicas de diversa ndole, desprendindose de ese conjunto la voluntad legislativa que ensu funcionamiento se cumplan determinados principios, tanto generales como especficos.Entre los principios generales se encuentran: a) la fe pblica, esto es, la generalizadaconviccin de tratarse de un mercado regular y confiable, determinante para que losdistintos agentes participen en l y crean en sus mecanismos; b) la igualdad entre los

    inversores, lo que significa que ninguno debe tomar decisiones sobre la base deinformacin privilegiada, obtenida a travs de determinadas fuentes o vinculacionespersonalsimas a las que el pblico no tiene acceso o lo tiene slo en forma restringida; c)

    la informacin, esto es, la obligacin impuesta a los agentes que hacen oferta pblica devalores en cuanto a entregar una pormenorizada relacin de todos los aspectos relevantesde los mismos; y d) la transparencia, expresada en la existencia de mecanismos quepermitan conocer en cada momento los datos bsicos de las operaciones realizadas. Todosestos principios se encuentran consagrados e incorporados en diversas disposiciones de laLey de Mercado de Valores y de Sociedades Annimas, las cuales han creado diferentes

    mecanismos tendientes a evitar su infraccin (considerando 19). Y luego, que la existenciao inexistencia de perjuicio econmico en una determinada operacin es indiferente, desdeque lo que la S.V.S. debe resguardar y controlar es precisamente la eficacia plena deaquellos principios generales informantes del mercado de valores. Tal es el objeto,

    propsito y fin de dicha superintendencia, y tal por consiguiente y tambin el objeto,propsito y fin de las multas que est autorizada aplicar, precisamente para velar yresguardar los principios indicados(considerando 20).

    La afirmacin aqu es igual de contundente. El objeto y propsito de las sancionesde la Superintendencia es el resguardo de la eficacia plena de los principios generales queinforman el mercado de valores, dentro de los que se encuentra la prohibicin de uso deinformacin privilegiada.

    Luego, de la propia jurisprudencia de la C.S. aparece claramente que en el caso delas sanciones y en general de la regulacin de uso de informacin privilegiada, tanto las

    42En el mismo sentido, JERIC OJER, Utilizacin de Informacin privilegiada en el mbito del mercado devalores, p. 189.43Causa Rol N 4.261-2004, pronunciado por la Tercera Sala, integrada por los Ministros seores RicardoGlvez; Domingo Yurac; seorita Mara Antonia Morales; seor Jaime Rodrguez Espoz y el AbogadoIntegrante seor Manuel Daniel (Redaccin a cargo de la Ministra seorita Morales y el voto disidente, elMinistro seor Yurac).

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    sanciones administrativas como las penales cumplen una misma funcin44. Desde estaperspectiva, resultara evidente que la doble imposicin de sanciones implicara unaviolacin del ne bis in idem insoportable45.

    5.

    La solucin positiva del artculo 58 de la ley 18.045.

    Despejado que de acuerdo con los principios ms bsicos del Derecho Penal yAdministrativo, no puede aplicarse conjuntamente una sancin de la SVS y una sancinpenal, la pregunta que salta inmediatamente es cul habra de preferirse en caso que unamisma conducta sea sancionada por el ente administrativo y que una investigacin penal selleve adelante por los mismos hechos.

    Naturalmente la solucin de las sedes no puede entregarse a aquella que primeroaplique la sancin. Esto que resulta a todas luces evidente, pues no hay preferencia de sedes

    por prevenir en el conocimiento y sancin del hecho, cobra particular relevancia toda vezque las sanciones administrativas suelen imponerse con antelacin incluso a lasinvestigaciones penales. De este modo, no es imaginable que la imposicin de una sancinadministrativa blinde las eventuales responsabilidades por efectos del principio non bis inidem. Consciente de ello, nuestra legislacin, resolviendo un problema de orden procesal,ha dejado sentada la peor solucin imaginable y ms parecida a la lgica de la acumulacinmaterial de las penas.

    En efecto, el artculo 58 de la Ley 18.045 establece expresamente que cuando en elejercicio de sus funciones, los funcionarios de la Superintendencia tomen conocimiento dehechos que pudieran ser constitutivos de los delitos sealados en los artculos 59 y 60 de

    esta ley, salvo en lo referente a la conducta ministerial de sus subalternos, el plazo de 24horas a que se refiere el artculo 176 del Cdigo Procesal Penal, solo se contar desde quela Superintendencia haya efectuado la investigacin correspondiente que le permita

    44Vid., en sentido similar y luego del anlisis de la jurisprudencia administrativa y judicial, P RADO PUGA,Acerca del concepto de informacin privilegiada en el mercado de valores chileno: su alcance, contenido ylmites, enRChD, Vol 30 N2 (2003). P. 269.45

    De hecho, resulta particularmente visible este punto en legislaciones comparadas en que las sancionespenales se han reservado a aquellas situaciones en que el perjuicio causado por el uso de informacinprivilegiada supera determinados montos, dejando el resto de las infracciones en el mbito de loadministrativo. (A modo de ejemplo el ordenamiento espaol. Vid., por todos, J ERIC OJER, Utilizacin deinformacin privilegiada en el mbito del mercado de valores, pp. 190 y ss.). Esto demuestra que en todos loscasos la funcin de las sanciones es la misma, pero que a infracciones mayores se reservan penas mayores.

    Naturalmente esta situacin no se encuentra cubierta en nuestro ordenamiento por lo que no podemosdistinguir cules deben quedar en sede administrativa y cules son objeto de tutela penal. Las exigencias del

    principio que impide castigar dos veces por un mismo concepto exige, por tanto, que no se apliquenconjuntamente a un mismo caso sanciones penales y sanciones administrativas.

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    confirmar la existencia de tales hechos y de sus circunstancias, todo sin perjuicio de lassanciones administrativas que pudiere aplicar por esas mismas situaciones46.

    Desde esta perspectiva la permisin legal de una doble sancin es insoslayable.

    IV.

    Consideracin final: Proporcionalidad, ltima Ratio y la funcin poltico-criminal del Ministerio Pblico

    1. Proporcionalidad

    El principio de proporcionalidad es el que exige que exista una relacin entre laconminacin penal (y las penas efectivamente impuestas) con la valoracin social del hechojuzgado47.

    Los problemas de aplicacin prctica de este principio son inmensos, especialmentepor la dificultad de determinar cul es el criterio para afirmar si una pena es o noproporcionada a la infraccin que le da origen48. Luego, si bien la relacin deproporcionalidad siempre debe hacerse entre la pena y la valoracin social del hecho49,tambin puede asumirse una perspectiva sistemtica que exige una adecuada correlacinentre las penas asociadas a hechos de distinta gravedad.

    En el caso que nos ocupa, resulta relativamente visible que la aplicacin conjunta delas penas administrativas y las penales atenta flagrantemente contra el principio deproporcionalidad, muy especialmente atendiendo la considerable cuanta que suelen tener

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    De lege ferenda, es decir, en caso de establecerse una prohibicin de imposicin conjunta de sanciones, lasreglas que podran entregar luces respecto de la solucin del problemas son las formulaciones clsicas de losprincipios de legitimacin del sistema penal: (1) el principio de ultima ratio (2) el principio deproporcionalidad (3) el principio non bis in idem y (4) las reglas del concurso aparente. Este ltimo caso, sibien naturalmente referido a las leyes penales, soluciona aquellos casos en que una conducta se encuentraaparentemente descrita en dos o ms leyes penales, de modo que es necesario determinar cul de ellas ser laque rija el asunto desplazando a las otras. Para ello se han elaborado legal y doctrinariamente los principios deespecialidad, subsidiariedad, consuncin y accesoriedad. Si bien no es posible adentrarnos aqu en la solucinconcreta de los casos, baste hacer presente que se trata de una analoga in bonam partem. De lo que se trata esde aplicar reglas a aquellos casos en que no se sabe si debe aplicarse la sancin administrativa o la penal.Descartada la aplicacin de ambas la aplicacin de las reglas del concurso aparente de leyes penales siemprefavorece al afectado porque permite que se le aplique solo una de ellas.47 Respecto de este principio vid. BUSTOS RAMREZ, Manual de Derecho penal (4 ed), p. 96; COBO DEL

    ROSAL/VIVES ANTN, Derecho penal, PG (5 ed.), pp. 81 y ss.; MIR PUIG, Introduccin a las bases delDerecho penal, pp. 158 y ss.; MUOZ CONDE, Introduccin al Derecho penal, pp. 78-79; SILVA SNCHEZ,Aproximacin al Derecho penal contemporneo,pp. 260-261; GARCA-PABLOS DE MOLINA,Derecho Penal.Introduccin, pp.398-406.48 Las dificultades prcticas de la aplicacin de esta estructura se pueden apreciar en la cautela que hamostrado el TC espaol a la hora de pronunciarse acerca de l, por su amplia indeterminacin. Vid., a modode ejemplo, la STC 62/1982 (ponente Gmez-Ferrer Morant). La ausencia de consagracin constitucional deeste principio en nuestro medio, nos priva de pronunciamientos equivalentes.49 As MIR PUIG, Derecho Penal, PG, p. 111; Silva, SILVA SNCHEZ, Aproximacin al Derecho penalcontemporneo, p. 260 y GARCA-PABLOS DE MOLINA,Derecho Penal. Introduccin, p. 400.

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    las multas gubernativas impuestas por la SVS. Esto precisamente refuerza la exigencia dereglas de determinacin de la concurrencia de sanciones que dejen salvas no solo la doblepunicin, sino la proporcionalidad de la sancin y la infraccin sancionada.

    2.

    La vlvula de escape: la funcin poltico criminal del Ministerio Pblico

    Una de las principales funciones del Ministerio Pblico para el delineamiento de lapoltica de persecucin penal del Estado. Desde esta perspectiva, uno de los primerosencargados de velar por la evitacin de la violacin del non bis in idemes el MinisterioPblico. ste debe abstenerse de llevar adelante juicios en que la funcin de la pena ya lahaya cumplido la sancin administrativa.

    Para asistir esta consideracin material, es necesario que el rgano persecutoratienda precisamente a consideraciones de proporcionalidad y ltima ratioentre la sancin

    y la infraccin, a la consuncin del injusto de la conducta y a la accesoriedad de la sancinpenal en razn de la ltima ratio de la pena.El cmo debe hacerlo es principalmente el problema. Es sabido que dentro de las

    principales herramientas con que cuenta para ello se encuentran el principio de oportunidady el ejercicio de la suspensin condicional del procedimiento. Lamentablemente, laconsagracin del principio de oportunidad en nuestro sistema es extremadamente restrictivaespecialmente por el rango de penas en que se permite. En efecto, el artculo 170 del CPPestablece que Los fiscales del ministerio pblico podrn no iniciar la persecucin penal oabandonar la ya iniciada cuando se tratare de un hecho que no comprometiere gravementeel inters pblico, a menos que la pena mnima asignada al delito excediere la de presidio o

    reclusin menores en su grado mnimo o que se tratare de un delito cometido por unfuncionario pblico en el ejercicio de sus funciones. Esta regulacin impide que la bisagrapropia del Ministerio Pblico sea utilizada para evadir los problemas de proporcionalidad ynon bis in idemen el caso del uso de informacin privilegiada. El hecho de contener el tipodel artculo 60 penas que exceden en su mnimo de presidio menor en su grado mnimo,hace imposible su aplicacin.

    El nico camino que queda poltico-criminalmente es la utilizacin de la suspensincondicional. Esta institucin, contemplada en el artculo 237 del CPP permite a los fiscalesdel ministerio pblico con el acuerdo del imputado, solicitar al juez de garanta lasuspensin condicional del procedimiento cuando la pena que pudiere imponerse al

    imputado, en el evento de dictarse sentencia condenatoria, no excediere de tres aos deprivacin de libertad (es decir, presidio menor en su grado medio). Desde esta perspectiva,sera razonable que en todos aquellos casos en que se hubiesen impuesto sanciones porparte de la SVS, con el objeto de evadir una doble punicin y por ende vulnerar el principiode proporcionalidad, el Ministerio Pblico debera tener como poltica ofrecer una

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    suspensin condicional a los imputados que pudiera sustraerlos de un enjuiciamiento por unhecho por el que ya han sido sancionados.

    Sin duda es una solucin relativamente defectuosa, pero ello se explicaprecisamente por los defectos de la incriminacin que se ha saltado las consideraciones dedoble punicin.

    A modo de sntesis:

    1. Si la sancin administrativa es suficiente para producir los efectos disuasivos queexige la proteccin del mercado, la utilizacin de la sancin penal resulta superfluay la aplicacin de penas intiles no puede justificarse en Estados de Derechosecularizados.

    2. Si la envergadura de la defraudacin hace que la sancin penal sea la herramientanecesaria para cumplir la funcin de proteccin futura del funcionamiento del

    mercado, es la multa administrativa la que se torna superflua, de modo que esimperioso prescindir de ella. La incorporacin del disvalor de la infraccinadministrativa en el de la infraccin pena forzara a la absorcin de la primera por lasegunda.

    3. La disposicin del artculo 58 de la ley 18.045 que expresamente permite la doblepunicin tanto en sede administrativa como penal debe enfrentar un juicio crticoque asuma la violacin del principio non bis in idem. Ello precisamente porqueambas formas de sancin cumplen una misma funcin de reestabilizacin de laconfianza de los actores del mercado de valores.

    4.

    Este hecho debe ser considerado por el rgano encargado de la persecucin penal,de modo de evitar la doble punicin. Para ello debe servirse de los mecanismospoltico-criminales establecidos en la ley, dentro de los que probablemente el msidneo sea la suspensin condicional del procedimiento. Este ltimo mecanismosdebe entenderse como una solucin provisoria, instndose a una adecuadamodificacin de lo dispuesto en el artculo 60 de la ley 18.045 que proscriba ladoble sancin de estos hechos, o incorpore mecanismos que reserven la accinpenal a las infracciones ms potentes, dejando el resto al Derecho administrativo.