724

Alquimia y Medicina - Alexander Von Bernus

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Alquimia y Medicina - Alexander Von Bernus

Citation preview

  • Verlag Hans Carl, Nrnberg

    Ttulo del original alemn: ALCHYMIEUND HEILKUNST

    para la lengua espaola: LusCrcamo, editor Primera edicin 1981

    Traducido por Manuel Algora Corb

    Depsito Legal M-10461-1981 ISBN84-85316-53-3

    Impreso por L. Crcamo

    San Raimundo, 58

    Printed in Spain

  • ALQUIMIA Y MEDICINA

    von Bernus

  • INDICEPrefacio.2

    Advertencia.

    5

    Alquimia y Medicina... 6

    Relaciones Alqumicas 31

    Yatroqumica

  • 40

    E1 misterio de la curacin

    52

    El fuego secreto y el espritu del vino,secreto de los adeptos 55

    Encuentro primordial deGoethe 76

    Apndice ........................................... 84

    1

    ALQUIMIA Y MEDICINA

  • von Bernus

  • PREFACIOConociendo la recuperacin de intersque ha suscitado la literatura alqumicadesde hace veinte aos, puede unoasombrarse de que la obra de Alexandervon Bernus Alquimia y Medicina nohaya encontrado en Francia la audienciaque merece1.

    En las mltiples publicaciones de losltimos decenios, solamente lo hancitado cinco o seis autores en subibliografa, mientras que la mayor partede los otros hacan como que leignoraban.

    Esta actitud de indiferencia no es

  • fortuita. Hay ah algo del fenmeno delrechazo que se manifiesta en los injertosquirrgicos. La obra de Bernus sacudebastante rudamente el confort intelectualde las otras escuelas alqumicas, yremite a su justo lugar a loscomentaristas que se inflan a palabras enmenosprecio de toda realidad.

    La realidad alqumica en toda suamplitud, pocos autores la han cernidotan de cerca como Alexander vonBernus. El habla a menudo del Artistaexperimentado en el fuego. El mismo,con cuarenta y cinco aos de presenciaininterrumpida ante su horno, fue elmodelo ejemplar de ello. Cmopodran prevalecer simples opiniones

  • ante esta suma de experiencia?

    El prejuicio ms frecuente que se leopone sostiene que ha trabajado por lasvas de la espagiria, en beneficio de lamedicina. Al decir de los buenosautores, una y otra no seran sinoadjuntos del Gran Arte, e insuficientespara conferir la Maestra en estedominio...

    Se invocar, sin embargo, aqu laautoridad de un adepto, cuya cualidad demaestro no es discutible: BasilioValentn, en Las doce claves de lafilosofa. En su apndice dice:

    "Al comienzo... ningn azogue es til,pero... del mejor metal, por arte

  • espagrico, viene nuestro azogue puro,sutil, claro,... transparente como elcristal y sin grasa alguna. "

    Y con anterioridad, en su prefacio, habainformado al lector del origen de suvocacin:

    "Tena en mi monasterio un hermano alque atormentaba el dolor nefrtico. Elhaba consultado a muchos mdicos y,no recibiendo de ellos asistenciaeficaz,... ofreca su vida a Dios.Emprenda la anatoma de lashierbas... ellas no eran lo bastanteactivas en su grado para que curaseneste mal. Me puse. . .

    tambin a seguir esta ciencia

  • fundamental que el Creador habaocultado en los metales y las minas dela tierra... Entre todas estas cosas,tom un mineral... que es degrandsima eficacia en el arte. Paraello extraje una esencia espiritual ysta restableci a mi hermano enfermoa su salud de antao...

    Y as, por este tratado, he queridoindicarte y abrirte la Piedra de losAntiguos, que nos viene del cielo, parala salud y la consolacin de loshombres en este valle de miserias. . . "

    Despus de eso, quin osar todavasostener que la espagiria no es laantecmara de la alquimia, ni lamedicina uno de sus fines?

  • Es ah donde la obra de Bernus fastidiaa los especuladores y los hacedores defbulas, pues es el nico, frente a laprctica, en haber puesto las cosas en supunto, sin escamoteos ni concesiones.

    La separacin entre la alquimia de unaparte, y la espagiria y la qumica deotra, ha sido consagrada por Fulcanelli,por uno de estos equvocos a los queest acostumbrado, repetido a coro porsus diversos discpulos. A partir de unacierta materia primera, que permanecesumamente misteriosa pese a lasindicaciones que la rodean, la obra selleva a cabo sola o casi, sin adicin nisustraccin, por disolucin y

  • coagulacin, inhibiciones, digestiones,circulaciones, etc., y, en fin, por coccincerrada en el huevo filosfico ymultiplicacin espontnea.

    En un sentido, eso no es qumica...

    Es cierto: pero no lo es sino para laltima fase del trabajo, calificada obrade mujer y juego de nio.

    Antes de esta etapa est la preparacinde la materia primera, que es un trabajode Hrcules, pero sobre eso todos losautores modernos, menos Bernus, sonmudos, y ello da mucho que pensar. . .

    1 Nota del traductor: Tngase en cuentaque el prefacio es el de la edicin

  • francesa. Esta falta de audiencia puedeexplicarse por el deslumbramientoproducido por Fulcanelli, eclipsando,entre el pblico, a los representantes deotras "escuelas" alqumicas, (como la devon Bernus).

    2

    ALQUIMIA Y MEDICINA

    von Bernus

    Pues esta materia primera no debe serentendida en el sentido actual dematerial bruto o someramenteelaborado. Este "guijarro", suponiendoque sea uno, no se encuentra bajo lapezua de un caballo o el pico de un

  • minero. Es un trabajo de larga, largapreparacin, en donde entran por avancetodos los elementos que se manifiestanen la obra, el fuego, el aire, el agua, latierra, que devienen (azufre, sal,mercurio, o alma, cuerpo, espritu), ydespus dos, y despus uno, perodepurados anteriormente y conducidospor tratamientos espagricos al grado desutileza necesario para entrar en elcompost primitivo (tradzcase: elcompuesto inicial).

    Para nuestro conocimiento, ningn autorcontemporneo, e incluso desde el sigloXVIII, ha arrojado una luz semejantesobre las "claves primeras" de laalquimia. Hay que remontarse a la alta

  • escuela clsica de la alquimia medieval,Raimundo Lulio, Alberto Magno, RogerBacon, etc, para encontrar suequivalente. Mas, quin puede leerlostodava, en el espritu de su siglo,evidentemente?

    El insigne mrito de Alexander vonBernus fue el de remontarse a esta fuentesin maestro y sin precursor. El harenovado una cadena interrumpida desdehaca varios siglos, que es la grantradicin de la alquimia alemana; maspara comprender la amplitud de su obrahay que remontarse a su origen.

    Sus ancestros, hugonotes delfineses,emigraron de Francia en tiempos de laReforma y se fijaron en el valle del

  • Rhin, donde establecieron negociosprsperos.

    Su abuelo, senador de la villa libre deFrancfort y ennoblecido por el GranDuque de Bade, se haba desposado conuna sobrina del consejero FriedrichSchlosser, l mismo emparentado conGoethe.

    Alexander von Bernus naci el 6 defebrero de 1880 en Lindau, sobre lasorillas del lago de Constanza.

    Pasa la primera parte de su juventudcerca de Heidelberg, en un antiguoclaustro benedictino, el Stift-Neuburg,del que los Schlosser haban hecho unaresidencia y un centr artstico. Es ah

  • que la Alemania romntica hace sutertulia en el siglo XIX. Carl Maria vonWeber ha compuesto ah el Freis-chtz.Innumerable recuerdos personales deGoethe se encuentran ah reunidos,dando al claustro durante un siglo elvalor del primer museo Goethe deAlemania.

    El joven Bernus, en este marco, nopuede pensar ms que en literatura.Entre los veintids y los veinticuatroaos, producir tres colecciones depoesa.

    En 1902, parte para Munich a estudiar lafilosofa y la literatura; traba ah -conocimiento con Stephan Gerg, Rilke,

  • Thomas Mann, y se liga con otrosjvenes autores para reconstituir unSclrattenspiel (teatro de sombras)resucitado del siglo XVIII, en dondecrean sus propias obras.

    Mas la ligereza de esta literatura,aunque fuese romntica, no le satisfaceplenamente. Suea con un acercamientoms profundo a los arcanos delpensamiento.

    La ocasin de ello le es dada en 1913,por el encuentro con Rudolf Steiner, queacaba de romper con las logiasteosficas alemanas y de fundar suAntroposofa. Eventos personales y unacomn admiracin por Goethe losacercan. La dimensin filosfica de las

  • concepciones de Steiner suscita enBernus una vocacin de esoteristaconvencido. Tiene treinta aos y novacila en retornar a la universidad,durante tres aos, a estudiar qumica ymedicina, de las que conserva el bagaje,pero rechaza el racionalismo,demasiado estrecho para l.

    En 1921, funda en Stift-Neuburg unlaboratorio de preparaciones mdicasespagricas, pero en 1926 el claustrovuelve a sus antiguos propietarios, losbenedictinos, a consecuencia de unacuerdo con la abada de Beuron.

    Bernus transfiere entonces su instalacina Stuttgart, y coloca su empresa bajo la

  • doble invocacin alqumica del sol y dela luna, al llamar al laboratorio:SOLUNA.

    A partir de este momento, en una vidaexclusiva y sin desperdicio, prosigueuna triple carrera: 1) contina su obraliteraria (que contar en total unacincuentena de volmenes); 2) hacerotar su laboratorio, de donde saldrnveintinueve preparaciones mdicasespagricas reconstituidas en lnea rectacon los formularios de Paracelso; 3)descifra por decenas (quiz porcentenas) las obras antiguas de laliteratura alqumica y espagricaalemana, que son con mucho las msnumerosas del mundo.

  • Mientras tanto, la persecucin del siglo,que no respeta a ningn "hombre de luz",se abate sobre l. Por sus adhesionesesotricas, cae en la inquisicin nazi, sele prohbe la publicacin, y sus obrasson ma-chacadas. Su laboratorio, que elfuror poltico ha salvado por su utilidada travs de la penuria, es destruidodurante un bombardeo de Stuttgart en1943.

    Pero l ya ha hecho de las suyas! Suintuicin ha previsto la tormenta. Hareconstituido ya un asilo de recambiodesde el comienzo de 1a guerra, en unapequea ciudad al borde del Danubio,en el corazn de la Baviera:Donaumnster.

  • En 1945, es indemnizado de lostormentos del pasado por su eleccin enla Academia Literaria Alemana deDarmstadt.

    Y su obra contina... hasta una ciertanoche de marzo de 1965, en la que, a laedad de ochenta y cinco 3

    ALQUIMIA Y MEDICINA

    von Bernus

    aos, abandona el plano terrestre paraacceder a las esferas del espritu al queno ha cesado de solicitar toda su vidapor la poesa y la reflexin esotrica.

    Desde su desaparicin, ha encontrado un

  • bigrafo minucioso en la persona deldoctor Schmitt, director honorario de laBiblioteca de Estado de Karlsruhe,quien lo ha hecho conocer en las villasuniversitarias alemanas por medio deuna exposicin itinerante de objetos y dedocumentos ligados a su vida,acompaada de un voluminoso catlogo:Alexander von Bernus, Dichter undAlchymist ("Alexander von Bernus,poeta y alquimista") (*). Todo lo que sepueda desear saber a este respecto seencuentra ah recogido.

    El laboratorio, por su parte, funcionacomo en los mejores das, gracias a lafidelidad espiritual y a la perseveranciade su viuda Isa von Bernus.

  • Frente a una obra literaria voluminosa,Alquimia y Medicina es el nicomensaje de la asombrosa prctica queBernus ha adquirido en este laboratorio.Tras una primera aparicin en 1936, laversin alemana definitiva fueestablecida en 1948. Esta obraconstituye una suma de conocimientos yde informaciones nica en su gnero.Rechaza rpidamente al lectorsuperficial que busca en la alquimia unafuente fcil de habladuras paradjicas;pero, para los buscadores pacientes yatentos, que saben del precio deltrabajo, ser una gua irreemplazable.

    Alexis

  • Maleg

    4

    ALQUIMIA Y MEDICINA

    von Bernus

  • ADVERTENCIALos siete ensayos reunidos en esta obraconstituyen un todo. El autor esconsciente de haber ido mucho ms lejosde lo que lo haba hecho antes que lningn testigo informado, en ladivulgacin de la realidad alqumica ydel secreto que los Adeptos hanpreservado en todo tiempo, nodesvelndolo nunca de otro modo que nofuera por la alusin cifrada del lenguajesimblico. Levantar completamente elvelo sera comprometer la salvacin,pues lo revelado en estas pginasconducir hasta el prtico del templohermtico al que se encuentre sobre la

  • buena va. Y -si ha podido avanzar hastaah y sus astros lo deciden as- tambinpenetrar en el santuario. Pero el autorse propone mostrar antes que nada que -por oposicin a la qumica moderna, ala que su cualidad de disciplinacientfica vuelve esencialmentetributaria del tiempo-la alquimia es unaconcepcin del mundo cosmogentico;se propone, pues, presentar la alquimiabajo su verdadera luz, y probar suautenticidad por sus efectos prcticos.

    5

    ALQUIMIA Y MEDICINA

    von Bernus

  • ALQUIMIA YMEDICINAEl que se arriesgue a sondear a laNaturaleza en su abismo,

    debe primero recordar cul es delhombre el origen.

    Alexander von Bernus

    La alquimia ante la cienciamaterialista de entre las dos guerras

    El inters manifestado por las cienciasmarginales, en el curso de los aos quehan precedido a la guerra 1914 - 1918,

  • no ha cesado de aumentar, pese a todoslos obstculos encontrados durante elperodo 1933 -

    1945. La fsica y la biologa hanconducido a concepciones enteramentenuevas. Las leyes que la generacinprecedente tena todava por irrefutablesse han revelado caducas, y el espritulibre, al que nada podr encadenarjams, se encuentra ante un nuevo puntode partida. Todava a principios desiglo nadie habra osado hablarseriamente de la astrologa -por lomenos en Alemania- sin comprometerpara siempre su reputacin escolar; hoyen da, parece del todo natural hacerlo.Y lo mismo ocurre con la grafologa, la

  • quirologa, la radiestesia, la iridologa ycon todas las otras disciplinas conexas.La concepcin materialista de lanaturaleza era la nica que reinabasobre los espritus a finales del siglopasado. En las universidades

    -estas fortalezas del pensamiento y de laenseanza materialistas- conservatodava su poder, incluso si ha debidorenunciar a la mayor parte de susapoyos. Se halla, en primer lugar, elcuerpo mdico formado en lasfacultades, que lucha por todos losmedios de que dispone para mantener suvacilante hegemona. Y, sin embargo -o es sta precisamente la razn?- laprimera brecha seria en los mtodos y

  • en la concepcin materialista fue abiertajustamente en el dominio de la medicina.En efecto, en el curso de los cuatro ocinco ltimos decenios, la medicina habeneficiado amplsimamente a la cienciade disciplinas herticas. Sin apuroalguno, ha asimilado discretamente estaherencia, para renegar de su origen unavez llevada a cabo la asimilacin. La"cura por el agua" de Kneipp y lassugestiones de Louis Kuhn se encuentranen el origen de los procedimientoshidroterpicos universalmentereconocidos hoy en da; toda la dietticaencuentra su origen en la medicinanaturista, y en una concepcin "natural"del organismo humano; la isopata espoco ms o menos un vstago de la

  • homeopata, pues combate lasenfermedades infecciosas por vacunasespecficas, es decir, por las substanciasproducidas por la misma afeccin; lasueroterapia, igualmente, inmuniza conla ayuda de sueros cargados deantitoxinas. Pero, sobre todo, losdiversos alcaloides y extractos deplantas no son sino los sustitutosinsuficientes de las antiguas tisanas ytinturas vegetales, ya que losconstituyentes aislados, arrancados desu conjunto orgnico, son privados desus fuerzas curativas vivientes(vitaminas). Las vitaminas sintticas dela industria farmacutica moderna noreemplazan a las vitaminas naturales,aunque puedan ser indispensables al

  • organismo en perodos de carencia. Noes menos cierto que la antiguafitoterapia se encuentra as adoptada denuevo, bien que sea bajo una formaartificial. Podramos multiplicar estosejemplos. Nada justifica, pues, lapretensin de la medicina moderna quese atribuye demasiado exclusivamente elxito de sus recientes adquisiciones. Noes cuestin de discutir la seriedad yencarnizamiento de su voluntad einvestigacin, pero la orientacin deesta medicina es demasiado limitada.

    Slo la ciruga constituye unaexcepcin: sus consecuciones tcnicasson convincentes -precisamente porqueson exclusivamente tcnicas- y, en la

  • medida en que permanece dentro de suspropios lmites, puede depositarse enella una plena confianza. Para conseguirsu objetivo, la ciruga debe, no obstante,contar con la colaboracin entera delpatologista, quien pone a su disposicintodos los medios de la hematologa, dela serologa, de la bacteriologa, de laqumica biolgica, de la toxicologa yde la anatoma patolgica, como es elcas en nuestros das en los laboratoriosde los grandes hospitales, sobre todo enAmrica. Pero en lo que concierne a lasafecciones internas, inaccesibles albistur, comenzando por la gripe, elmdico sigue estando an ms o menosdesarmado, a pesar de los antibiticos, ylas -sulfamidas, a menos que apele a los

  • mtodos teraputicos "naturales". Hayque asombrarse si, en estas condiciones,el individuo aislado -y el conjunto delos individuos que componen lacomunidad nacional- se vuelve cada vezms hacia las teraputicas no oficiales,trtese de naturismo, de "bioqumica",de homeopata o de medicinaespagrica?.

    El mdico no alpata juicioso nodeber, naturalmente, caer en el error dequerer curarlo absolutamente todo porun solo y mismo mtodo, como lo hacenlos fanticos del naturismo ortodoxo,que rechazan por 6

    ALQUIMIA Y MEDICINA

  • von Bernus

    principio el empleo de todomedicamento. As, por ejemplo, la"bioqumica" no es lo suficientementeamplia como para bastar a todas lasnecesidades; la homeopata y lahomeopata compleja, por su parte,presentan a buen seguro sobre las otrasdisciplinas la ventaja de englobar elconjunto del arsenal frmaco-qumico,pero su materia mdica comprende unatal riqueza de remedios que elpracticante ms advertido corre elriesgo de un error de indicacin. Msan, sin ser materialista, puedeestimarse que las diluciones elevadas noconvienen en todos los casos, incluso si

  • pueden ser indicadas en ciertos estadoscrnicos y para naturalezas sensibles.

    La medicina espagrica

    Queda por ver la medicina espagrica.En Alemania no cuenta an sino con unnmero relativamente limitado departidarios, comparada con la"bioqumica" y la homeopata, bien quehaya recobrado un nuevo prestigio bajoel impulso del autor, despus de laprimera guerra mundial. Y, sin embargo,la medicina espagrica -al menos laverdadera- es una teraputica queengloba y sobrepasa tanto la"bioqumica" como la homeopatacompleja; en efecto, rene, por una

  • parte, el conjunto del arsenalmedicamentoso de estos dos mtodos y,por otra parte, gracias al tratamientoespagrico, aporta al organismo enfermobajo una forma abierta, y por lo mismoasimilable, los ingredientes quenecesita. Esto es particularmente ciertode los metales, de los metaloides y delos minerales. Por lo que respecta a lasplantas medicinales, cualesquiera quesean, no es ventajoso, ni siquierarecomendable, someterlas al tratamientoespagrico, es decir, al procedimientode fermentacin. En efecto, estetratamiento hacer perder ms o menos aun gran nmero de estas plantas susconstituyentes ms activos. Sin duda, unlaboratorio conocido y estimado de la

  • Alemania del sur justifica su derecho allamarse "espagrico" precisamenteporque aplica este mtodo detratamiento a las plantas medicinales,mientras que para las substanciasmetlicas y minerales no procede demodo distinto a los laboratoriosalopticos y homeopticos, es decir, losaade al remedio, en su estado bruto, sinningn tratamiento anterior. Estelaboratorio reclama para s, por otraparte, la autoridad de Juan RodolfoGlauber, lo que slo tiene fundamentoparcialmente, pues es Glauber mismo elque subraya con insistencia en suPharmacopea spagyrica: "No haymuchos vegetales que tengan necesidadde esta correccin, de suerte que se les

  • puede preparar per se en sus esencias."

    Seguimos compartiendo esta opinin deGlauber y quisiramos todavaprecisarla, enunciando el siguienteprincipio: slo las hierbas medicinalestxicas, tales como Conium maculatum(cicuta), Nux vo-mica (nuez vmica),Semen strichn, etc., tienen necesidaddel tratamiento espagrico, mientras que,por ejemplo, ninguna de las plantasmedicinales no txicas que encierranprincipios amargos, como Chelidonium-(celidonia), Lignum Quassiae,Taraxacum (diente de len), Ci choriumintybus (achicoria amarga), etc., debeser privada de este constituyente amargo

  • por una fermentacin, que estara aqudel todo contraindicada.No enseaacaso la ley "similia similibuscurantur" que, en las afecciones delhgado y de la vescula biliar, esprecisamente el principio amargo el mseficaz? Lo mismo sucede con muchasotras sustancias amargas y alcaloidesque, conservadas en su conjuntoorgnico, en tanto que parte integrantede la planta entera, poseen una elevadavirtud teraputica; importa, pues, evitaren toda la medida de lo posibleeliminarlas en la fermentacin.

    No es menos cierto que las tinturasvegetales corrientes (extractosalcohlicos de plantas medicinales), que

  • son las tinturas-madre oficinales de losalpatas, as como de los homepatas(la extraccin es, todo lo ms, un pocoms prolongada y mejor conducida entrelos ltimos), sern juzgadasinsuficientes por el espagirista. Estastinturas no contienen, en efecto, ni lassales que convendra extraerposteriormente, ni sobre todo los aceitesesenciales de la planta, mientas quesales y aceites esenciales juegan un rolprimordial y a menudo determinante enla accin de conjunto armonioso de laplanta medicinal.

    Mas, por qu seguir a un autor tardo yya considerablemente alejado de lasconcepciones de una alquimia autntica,

  • como Juan Rodolfo Glauber, cuando sepuede proceder directamente deParacelso?

    Se encuentra el ms perfecto mtodo depreparacin de las plantas medicinales,cualesquiera que sean

    a excepcin de las plantas txicas quedeben ser sometidas a la fermentacinen la Archidoxias de Paracelso, en elcaptulo titulado: "De Magisteriis". Heaqu textualmente la indicacin: Losmagisterios de las plantas: " Pero lashierbas y sus semejantes deben serprimero tomadas, maceradas ypodridas en un agua de vida durante unmes; destlalas luego al bao-mara,

  • vuelve a aadirla y procede comoanteriormente hasta que la cantidad deagua de vida sea reducida a un cuartodel jugo de las plantas; redestila elproducto al bao-mara durante unmes, aadindolo de nuevo a lasplantas, separa, y poseers unmagisterio de la hierba que desees. "

    7

    ALQUIMIA Y MEDICINA

    von Bernus

    La "apertura" de los metales, metaloides(marcasitas) y minerales por elprocedimiento espagrico plantea, esverdad, arduos problemas, y el que no

  • haya ejercido primero su comprensinde la alquimia por la frecuentacin demaestros ms accesibles, no encontrarjams la clave del laboratorio y de lasprescripciones de Paracelso.

    Reproducimos, no obstante, del mismolibro de las Archidoxias, lasindicaciones para la preparacin de losmagisterios de los metales:

    El magisterio a partir de los metales:"Toma el circulado bien purificado yen su ms elevada esencia, y por dentroel metal de tu eleccin, en hojas o enlimaduras, batido y limpiado para quedevenga lo ms puro y sutil que seaposible; mezcla los dos segn su justa

  • proporcin y deja circular durantecuatro semanas; en esta mezcla, laslminas devienen un aceite, coloreadosegn la naturaleza del metal, quesobrenada como una grasa. Separa acontinuacin este aceite perattractorium argentum y. tendrs el oropotable y la plata potable. Lo mismopara los otros metales: se puedenbeber y tomar sin perjuicio.

    Dejmoslo ah ; hemos dicho losuficiente para el que comprende. "

    El secreto oculto en la espagiria

    En esta ltima frase: "Dejmoslo ah;hemos dicho lo suficiente para el quecomprende", Paracelso indica sin

  • ambigedad que esta prescripcin no esaccesible ms que a quien ya posee lallave del laboratorio oculto de losAdeptos, clave secreta del arteespagrico en general, cuyo empleo esindicado aqu para la preparacin de lospotentes arcanos metlicos.

    "Toma el circulado bien purificado y ensu ms elevada esencia": aqu seesconde el raro y misterioso tesoro quehay que desenterrar para merecer elacceso al territorio alqumico, losderechos del ciudadano del imperio deHermes.

    Qu eran, pues, estos Circulata (elCirculatum majus y el Circulatumminus), este Temperatum, esta Aqua

  • solvens de Paracelso? Tan slo elAlkahest, el gran disolvente,eternamente buscado, celebrado bajo losnombres ms diversos: el famoso"espritu de vino secreto" de RaimundoLullio y de los Adeptos.

    Nada ha sido nunca recubierto de unvelo de misterio ms espeso por losmaestros del hermetismo que estedisolvente, y ellos han amenazado demuerte y de anatema a quienquiera quelo desvelara al profano y entregara asel secreto preservado desde hacemilenios.

    Hace siglos, cuando la Tradicintodava estaba viva, era ya una empresa

  • casi vana para un no iniciado quereracercarse a este misterio cosmofsico alque Jacob Boehme llama mysteriummagnum. Cunto ms desamparado nose encontrar el buscadorcontemporneo incluso si ya estpreparado ante esta puerta cubierta deinscripciones misteriosas!.

    Los antiguos maestros de la alquimiautilizaban trminos de tal forma veladosque se tenan que haber consagradonumerosos aos al estudio de la cuestinpara simplemente familiarizarse con sulenguaje; sus ms importantesrevelaciones se expresan generalmentepor la va de las imgenes y de lossmbolos. Y

  • cuando, por un laborioso esfuerzo, seaproxima uno a su concepcin delmundo; se deviene verdaderamentemodesto y se reconoce no haber siquierafranqueado el prtico. Pero seexperimenta entonces tanta msindignacin respecto a los que, trashaber nicamente rozado este dominio, oincluso no haber sino entrevisto susfronteras, se permiten juzgar de l consoberbia, en la estrecha perspectiva deuna ciencia positivista, condicionadapor la poca.

    Correspondencias astrolgicas

    Y si se prosigue la bsqueda a travsdel conjunto de la literatura

  • contempornea, ya poco voluminosa enel dominio de la alquimia en general ydel arte espagrico en particular, a lacaza de publicaciones que ofrezcan noslo esclarecimientos tericos, sinotambin consejos prcticos para eltrabajo alqumico en el laboratorio, enel espritu de los maestros delhermetismo, se est obligado a concluirque no existe ninguna.

    La astrologa aplicada, que procede delos mismos postulados que la alquimia,dispone, sin embargo, en nuestros dasde toda una serie de revistas y de obrasserias, entre las cuales, no obstante, seimpone un cribado severo. Ciertamente,la astrologa no exige verdaderamente

  • conocimientos y formacionesespecializadas, si no son ciertasnociones matemticas elementales; esas al menos para aquellos cuyasambiciones se limitan a querer conocerla astrologa y practicarla para smismos y para otros, o aun a consagrarlauna obra satisfactoria y digna de leerse,tras algunos aos de observaciones, deexperiencia y de recoleccin demateriales estadsticos. No se llega deesta manera, evidentemente, adescubrimientos personales importantesni a interpretaciones metafsicasprofundas. Pero, es diferente lasituacin para las 8

    ALQUIMIA Y MEDICINA

  • von Bernus

    otras ciencias empricas? Ahora bien, laastrologa es esencialmente una cienciaemprica exacta, al menos la astrologaprctica, es decir, la del establecimientode los horscopos. Sus errores depronstico no son, por otra parte, msfrecuentes que los errores dediagnstico de la medicina moderna, apesar de las facilidadesincomparablemente ms grandes de quedispone esta ltima, con sus numerososy excelentes auxiliares tcnicos. Pero esjustamente porque hay que clasificar laastrologa entre las ciencias empricas(pues sus resultados pueden sermanejados por mtodos puramente

  • estadsticos) que el adversario de estaciencia -sobre todo si es un sabiomoderno- parece particularmente ilgicoy en contradiccin con sus propiosprincipios, al oponerla, para reducirla alabsurdo, el argumento del porquepistemolgico. No ignora acaso esteadversario porqu la reunin de dostomos de hidrgeno con un tomo deoxgeno conduce a la formacin de agua,o, incluso porqu se obtiene, porejemplo, la combinacin 2Sb + 3FeS,por la fusin de Sb2 S3 + Fe? Si no esas, que explique pues, el porquepistemolgico de toda afirmacinqumica en general, o de la repulsin yde la atraccin de los poloscorrespondientes y opuestos, sin

  • contentarse con responder de unamanera que no hara sino llevar msatrs el problema. La investigacinatmica moderna, pese a lo avanzada, noofrece mayor respuesta epistemolgica.Ahora bien, del mismo modo que elporqu epistemolgico no aparecejustificado a propsito de las afinidadesqumicas o de la atraccin y de larepulsin de los polos magnticos, esilegtimo plantear esta pregunta apropsito de las atracciones yrepulsiones resultantes de lasconstelaciones planetarias o de lasafinidades conforme a las leyescosmofsicas, en astrologa. En elprimer caso, la cuestin sera el objetode una teora del conocimiento de la

  • qumica y de la fsica, de la mismaforma que pertenecera a una teora delconocimiento de la astrologa resolverla segunda. Ninguna de ambascuestiones pertenece al dominio de lasciencias empricas, sino que requierenambas del conocimiento metafsico(gnosis), de la visin intuitiva, de lafilosofa, de la ciencia oculta.

    Ciencia oculta! El trmino evoca en elespritu del hombre de ayer, de hoy, yprobablemente de maana, sobre todo sise trata de un hombre que ha recibidouna formacin cientfica, algosospechoso, turbio, e, incluso si estaactitud es estrecha, es perfectamentelegtima y fundada en la perspectiva de

  • la mentalidad actual, que da as sujustificacin subjetiva. La objecinlgica es siempre la misma. El hombrede ciencia moderna lo expresa poco mso menos de la siguiente manera:

    La ciencia ha dejado de ser el privilegioy la propiedad exclusiva de una casta ode una sociedad secreta, como fue elcaso antao, como resultado del gradode cultura y de evolucin de lahumanidad y de las condicioneseconmicas y sociales de la poca. Ennuestros das, la ciencia es un biencomn, internacional, accesible a todos,en la totalidad de sus disciplinas,mtodos y adquisiciones. Loslaboratorios de fsica, de qumica, de

  • fisiologa, de biologa, de bacteriologa,etc., con sus auxiliares tcnicos,ilimitados por as decirlo y que seperfeccionan sin cesar, ofrecen las msvastas posibilidades a la investigacinlibre en todos los dominios; las grandesbibliotecas pblicas, las colecciones demanuscritos y su circulacininternacional dan a cualquiera laocasin de informarse de la manera msexacta sobre el estado de losconocimientos pasados y presentes, deasimilarlos y, entenderlos. Lacolaboracin sin reservas entre lafilosofa, las ciencias humanas, lasciencias naturales y las tcnicas, tancaracterstica de la poca moderna, queignora los lmites arbitrarios, garantiza

  • para el futuro un progreso siempre msrpido e irresistible en toda la lnea:entonces, cmo podra an tenersentido una ciencia oculta, en el sentidooriginal del trmino? Sin considerarincluso cun antisocial e inmoral seraquerer conservar para sdescubrimientos o invencionesverdaderamente significativos y quetendran un gran alcance general, sobretodo si fuesen susceptibles de elevar elnivel econmico y sanitario del conjuntode la humanidad, cuando vivimos en unapoca en la que, ms que nunca, elindividuo est destinado a salir de suaislamiento para devenir un eslabnviviente de la sociedad humana.

  • Conviene responder a esto que el puntode vista as formulado, con lasexigencias que comporta, estperfectamente justificado para la cienciamoderna en toda su extensin, lo mismoque para todas las adquisiciones queella ha determinado, que proceden deella y que toman un aspectocorrespondiente al estado particular desu evolucin en el momentoconsiderado.

    Pero, en lo que concierne a las cienciasocultas, no se trata de ningn modo de"ocultar" o de "querer ocultar" undominio cualquiera del saber.Comprender el trmino de esta forma esengaarse enteramente sobre su

  • significacin original, que nunca havariado. Desde hace milenios, igual quehoy en da, al hablar de la verdaderaciencia oculta, el hermetista entiende unsaber que no se puede adquirir por unadisciplina cientfica o tcnicacualquiera, sino nicamente por elconocimiento suprasensible, obtenido alprecio de un entrenamiento del alma ydel espritu; un saber que se conquistaen nuestros das, igual que los tiemposde antao, por la va de la iniciacin.Las experiencias y las vas a las que sepueden llegar por este camino son lasmismas en todas partes. Lejos de sersubjetivas, los conocimientos asadquiridos tienen, pues, una realidadobjetiva de naturaleza espiritual, y la

  • sntesis de estos conocimientos en unaconcepcin del mundo 9

    ALQUIMIA Y MEDICINA

    von Bernus

    es precisamente lo que el hermetistadesigna por el nombre de ciencia oculta:una ciencia que no se revela acualquiera sino segn la apertura de sualma y de sus disposiciones espirituales.Pero aqul que, gracias al o, encuentra el acceso a estaciencia, deviene as su gerente yguardin absoluto. El

    o, nosce te ipsum, "co ncete ati mismo", significa encontrar el

  • macrocosmos en el microcosmos, o msan, segn el lenguaje de Paracelso,contemplar en el Astro del pequeomundo (uno mismo) el Astro del granmundo (astrologa espiritual). Es as queel hombre es "la medida de las cosas",o, como lo formula Leonardo da Vinci:"El hombre es el modelo del mundo."Siempre es lo mismo en todas partes.

    Aqul que ha franqueado el umbral deltemplo que lleva este o seencuentra, segn Paracelso, "en la luz dela naturaleza"; ve con el ojo interior delalma, es hermetista. "Aprende por estola alquimia, que lleva tambin elnombre de Espagiria que ensea el artede separar lo falso de lo verdadero.

  • As es la luz de la naturaleza"(Paracelso).

    Examen histrico

    Estas consideraciones explican almismo tiempo porqu no existe sobre laalquimia, sobre la espagiria terica yprctica, obra alguna, publicada en losltimos ciento cincuenta aos por uniniciado, que pueda comunicar albuscador esclarecimientos tericos ysobre todo consejos prcticos. Esto esigualmente cierto para las literaturasalemana y extranjera, bien que losfranceses se hayan acercado a estadisciplina marginal con mucha menosprevencin, con una actitud mucho ms

  • dedicada y resuelta de lo que ha sido elcaso entre nosotros, en Alemania.Eruditos notables han consagrado, sinembargo, al conjunto del tema estudiosmuy concienzudos y meritorios, paraobtener de ellos una historia de laalquimia concebida en un espritupositivista, como es el, caso de la obrapublicada en 1886 en Heidelberg porHermano Kopp, o de la obraenciclopdica del profesor Edmund vonLippmann sobre el origen de la difusinde la alquimia (Entstehung undAusbreitung der Alchymie, vol. I,Berln 1919; vol. 2, 1931; vol. 3,Weinheim 1954).

    Estos trabajos representan una rica

  • coleccin de materiales cuyo valor parala historia de la civilizacin esconsiderable, pero la actitudracionalista de los autores con respectoal tema tratado y su mentalidaddemasiado sujeta a las concepciones deltiempo, les impiden acercarse a laesencia y al espritu del hermetismo entanto que ciencia oculta. Se est aslejos de satisfacer las condicionesrequeridas para guiar el paso del lector,an incierto y a tientas, y permitirledescubrir la puerta secreta y nica desdela que es posible embarcarse para elviaje aventurero, en busca del vellocinode oro. La ltima estrofa de un viejopoema alqumico ingls dice:

  • Pues es preciso que lejos, lejos viaje

    Por mar y pases vagabundos

    El que busca los viejos montes

    Donde se encuentra la Piedra de losSabios.

    Desde que los verdaderos hermetistasentraron en la sombra un poco antes dela Revolucin francesa-el mejor, delejos, de todos los libros de lenguaalemana escritos en el espritualqumico, es La historia de la alquimiade Karl Christoph Schmieder, publicadoen La Haya en 1832, el ao mismo de lamuerte de Goethe, lo que no podraparecer como una coincidencia fortuita,

  • simple capricho de la pequea historia,a los-ojos de quien tenga la menorintuicin de las correspondenciasprofundas. La manifestacin de losacontecimientos -trtese de la historia ode la historia del espritu en sudesarrollo cronolgico- obedece a leyescosmofsicas determinadas que semanifiestan a menudo bajo esta formasimblica, precisamente con ocasin defenmenos secretos, pero que no son porello menos esenciales.

    Schmieder no era un iniciado delhermetismo, pero haba baado sujuventud en los ltimos afluentes de latradicin alqumica, incluso si superfume estaba ya casi desvanecido. Su

  • disposicin de espritu era tal que, trashaber consagrado decenas de aos alestudio en profundidad e imparcial deluniverso alqumico y al examenescrupuloso de las tradiciones, debisentir que se encontraba ante realidadesque convena abordar con discrecin yrespeto. Este espritu gua toda laconcepcin de la obra. Paratestimoniarlo, baste reproducir aqu elcorto prefacio, tan bello y ejemplar:

    "Se expondra a una justa reprobacinel que quisiera volver a poner enentredicho una causa juzgada y desdehace largo tiempo entendida, y sepodra bien parecer ser aqu el caso, alos ojos de los numerosos lectores.' Es

  • cierto: la alquimia ha perdido suproceso en primera instancia; pero siella ha encontrado 10

    ALQUIMIA Y MEDICINA

    von Bernus

    despus nuevos medios jurdicos, siguesiendo libre de introducir una demandade revisin. Los siglos pueden muy bientranscurrir; ello no podra tenerprescripcin a este respecto, pues laverdad es eterna y no debe sercondenada.

    "En muchas aulas de enseanza sejuzga naturalmente que el asunto estzanjado. Pero escuchar quiere decir

  • dejar a los otros pensar para si: elestudio debe venir a continuacin.Para m, el perodo de escucha se sitaen una poca en el que este procesopareca llegar a su conclusin. Hombrejoven de veinte aos, juraba pues, porla palabra del maestro que la alquimiaera un cuento inventado por el engao,y el joven doctor de entonces no dejabade menospreciar con soberbia a los quepensaban diferentemente.

    El hombre de treinta aos encontrabaya cosas que le repugnaba tomar enconsideracin. El cuadragenario leacada vez ms y devena soador deella. Y es as que el quincuagenariolleg a no saber qu deba pensar.

  • "Fui mortificado y pronto decidengancharme de una buena vez a latarea, a fin de investigar e1

    verdadero fondo del asunto. Losmaestros que habamos escuchado nohaban dejado de hacerlohonestamente; yo estaba lejos dedudarlo. Pero desde aquellos tiempos,nuevos hechos han venido a aadirse alos antiguos y se ha aprendidoigualmente a conocer mejor a losantiguos. Ms an, en los treinta aosde mis estudios, se han producidoeventos que permiten dudar que elcdigo en virtud del cual fue juzgado elproceso siga siendo vlido todava.

    "No todo hombre encuentra el tiempo y

  • la ocasin de reunir las actasnecesarias para obtener una vista deconjunto del asunto. Ofrezco al que lodesee lo que he reunido y comparado.Si esto puede serle til, seria dichosode saber que no slo he rendidoservicio a m mismo. Lo que refieroest probado. Lo que pienso estnetamente separado y no debeinfluenciar a nadie.

    En casos de este gnero hay que sabersepararse de una opinin devenidacara para someter a un nuevo examenlo que ya pareca probado. Hay quesaber imponerse hacer la abstraccinde la inverosimi-litud para examinaruna cosa inverosmil. Grandes

  • pensadores nos invitan a ello. As,Sneca confiesa: Quod primumincredibile videtur, non continuo falsumest; credo si quidem faciem mendaciiveritas retinet.

    Y Voltaire dice casi en los mismostrminos: Lo verdadero no siempre esverosmil.

    Bien que hayan transcurrido cientoveinticuatro aos desde la publicacinde este prefacio, la afirmacin quecontiene conserva todava todo su valor.

    Ciertamente, al examen superficial, laobra de Schmieder no es ms que unarevisin histrica de las investigacionesy descubrimientos, fracasos y triunfos de

  • los alquimistas, desde los comienzos, delos que la historia conserva eltestimonio hasta la aurora del siglo XX,cuando la alquimia se, retir ante elprogreso continuo de las cienciaspositivas. As, quien abra este libro conla nica esperanza de encontrar en lconsejos y sugerencias para la prcticaalqumica, no hallara en l su cuenta. Encuanto al aspecto teraputico del arteespagrico, que debe sobre todointeresar a la mayora de los lectores deeste libro, este aspecto no es, por asdecirlo, tomado en consideracin. Pueslo que se designa por yatroqumica(medicina alqumica) no es en realidadsino un aspecto secundario y accesoriode la verdadera alquimia.

  • Espiritualidad e iluminacin de losmaestros

    Es verdad que los grandes alquimistaseran tambin grandes mdicos -y enprimer lugar Paracelso y Van Helmont-,ya que la segunda cualidad resultadirectamente de la primera; no estambin la piedra filosofal el elixir de lavida y la medicina suprema? Mas, parael alquimista autntico, esta facultad decurarse y de rejuvenecerse no era ms eltrmino y el objetivo final de lo que loera "hacer oro", o ms exactamentetransformar un metal inferior en metalnoble. La lapis philosophorum es, antesbien, el ms perfecto de los presentesterrestres y temporales, que le cae en

  • gracia en cierto modo como un frutomaduro al que ha seguido "en la luz dela naturaleza" el camino de la iniciacinde los alquimistas, y ha llegado en l auna etapa determinada. Aquellos, por elcontrario, que no se dedican a la GranObra ms que para hacer oro y paraencontrar el elixir de larga vida, siguensiendo vulgares sopladores yaventureros que no cesan en toda su vidade errar con los ojos vendados en laniebla que rodea al templo hermtico.Mejor que a ningunos otros les convienela palabra de Cristo: Amontonadprimero los bienes del cielo y todasestas cosas os sern dadas poraadidura.

  • Pero siempre hubo hombres queposeyeron por iluminacin interior losconocimientos sobre la naturaleza ysobre la preparacin de la piedrafilosofal, que han hablado de elloabundantemente en sus escritos, sinhaberla, sin embargo, preparado ellosmismos, porque en su alma "ya estabahecha". Jacob Boehme fue uno de estosgrandes tesofos y msticos. Lapreparacin prctica de la piedra no fueemprendida ms que por sus discpulosy sucesores, como Valentn Weigel ySincerus Renatus.

    Todos los maestros de la alquimiacolocan sus escritos y su trabajohermtico bajo el signo de la 11

  • ALQUIMIA Y MEDICINA

    von Bernus

    Invocatio Dei. As, Basilio Valentn, alcomienzo de su tratado De la granpiedra de los antiguos sabios (Vomgrossen Stein der ur-alten Weisen):

    "Es por esto que te digo, con todaveracidad, que si quieres, hacernuestra gran piedra antigua, sigue miconsejo y ora por todas las cosas a tuDios, el autor de todas las criaturas,para que te d fortuna y prosperidad entus empresas. "

    Y en otro lugar:

  • "As, la primera leccin y exhortacinno puede ser confirmada ahora mejorque por la oracin que tiene nombre yque es: Invocatio dei, la invocacin deDios."

    Un codicilio atribuido a Raimundo Luliocomienza as:

    "Oh, Dios, es bajo los auspicios de tutrinidad, que no comporta atentadoalguno a la unidad de tu divinidad, quecomenzamos el presente resumen. "

    Alano (Alain de Lille), el ms antiguode los alquimistas franceses, escribe:

    "Hijo mo, adhiere antes tu corazn aDios que al Arte, pues el Arte es un don

  • de Dios y lo acuerda a quien l quiere;as, pues, que tu paz y tu gozo sean enDios y tendrs el Arte. "

    Es en este estado de alma que losalquimistas franquean el umbral de sulaboratorio para emprender la GranObra.

    El sabio de hoy en da y de maana -mdico, fsico o qumico puede muybien sonrerse ante esta caduca forma deabordar la naturaleza; es as que norecoge del aire ms que el zoe, y no elmercurio de los filsofos.

    Y, no es acaso en el mismo espritu queRudolph Steiner dice, volvindose haciael futuro: "La mesa de los laboratorios

  • debe volver a devenir un altar"?

    Se descubre tambin en la obra deSchmieder una ltima traza delpresentimiento de que existe una reginfronteriza, una tierra sagrada. Se percibeclaramente, pese a la discrecin dellenguaje, el dominio de s y la reservaescrupulosa del sabio historiador. Espor esto que este libro se distingue detodas las otras publicaciones quetrataron del mismo tema en el curso delos ltimos ciento cincuenta aos. As,aqul que tome este libro para punto departida de sus estudios alqumicos noencontrar en l sin duda consejos parael trabajo prctico en el laboratorio;como contrapartida, la obra sabr crear

  • alrededor del lector la atmsferaindispensable para quien desee abordarsu bsqueda con la comprensin ntimay la penetracin espiritual queconvienen.

    Se encuentran igualmente en la literaturaalemana moderna escritos aislados cuyoorigen es el mismo o de una inspiracinvecina. As, el Tratado sobre lamedicina (Traktat ber dieHeilkunde), de Hans Bl-

    her, aparecido poco despus de laprimera guerra mundial. Este libroexamina magistralmente el psicoanlisisfreudiano y la tendencia de su evolucin.Pero su mrito esencial es el de exponer

  • todo lo que, desde Hipcrates, espracticado bajo el nombre de medicina yde teraputica, situndolo en laperspectiva general de la historia de lasideas. Blher distingue netamenteciencia sagrada y conocimiento, en tantoque problema de las profundidades(hermetismo, alquimia y cienciasiniciticas), por una parte, y empirismo,completamente superficial, por la otra,tal como el que se ha manifestado eimpuesto desde Hipcrates como lanica ciencia de la naturaleza. He aqualgunas pginas escogidas al azar, attulo de ejemplo:

    " . . La medicina ha sufrido un segundoperjuicio grave por causa de la

  • qumica. Se ha producido, en efecto, enel interior de esta cienciacontempornea exactamente el mismoabandono que en la medicina enrelacin con un saber sacerdotaloriginal. Este saber original (regidopor conocimientos primordiales) sellama alquimia... La idea fundamentalde la alquimia es el perfeccionamientoo cumplimiento de los minerales poruna ascensin hacia el oro (y de lasplantas hacia l trigo'). Pero todas lasciencias primordiales tienen unaestructura doble y, en su significacinprofunda, la alquimia encierra la ideade que el hombre (el microcosmos)recorre por su parte el camino hacia elro' (el macrocosmos). La

  • transformacin de los minerales en orodebe acompaarse en el hombre de uncaminar interior paralelo, 12

    ALQUIMIA Y MEDICINA

    von Bernus

    que le conduce igualmente a laperfeccin. Como se sabe, la alquimiade la Edad Media ha naufragado por laindignidad de los alquimistas. 2

    "Leonardo da Vinci y Pico de laMirandola tenan todas las razones deoponerse a los alquimistas y a losastrlogos de su tiempo, y de acusarlesde charlatanera. Es verdad que losminerales se dejan efectivamente

  • transformar en oro, y el camino paraello est trazado por la naturaleza;pero encontrar este camino exigecualidades que se buscarn vanamente,por ejemplo, entre los sabios de hoy enda. . . Se sabe que la alquimia sedesplom bajo la indignidad de losalquimistas que no tenan en mente msquhacer oro' y enriquecerse. Laqumica moderna ha salido de losdetritus de la alquimia; es por ello quehay que saber que es una ciencia desegundo orden, y, en consecuencia,inferior a la alquimia e indigna deserla comparada. Pero la qumica es almenos neta y clara, lo que facilita latarea de sus discpulos.

  • "Continuando el estudio de estosfenmenos de desarreglo de la ciencia,encontraremos toda una serie deeventos que conducen al mismoresultado. La antigua ciencia de losastros (astrologa) se oscureci por lasmismas razones, para renacer bajoforma de segundo orden en laastronoma moderna. No hay, sinembargo, que olvidar a este respectoque los creadores de esta ciencia,sobre todo Coprnico, Kepler, y aun elmismo Newton, no se parecan apenasal astrnomo moderno; Coprnico noera solamente astrlogo, sino tambinmdico, y uno imagina que el cannigode Frauenberg no podra apenas ser unsimple seguidor de Hipcrates. . .

  • ". . .Pero volvamos a la qumica y a suobjeto. Como es una ciencia desegundo orden, no tiene, por tanto,tendencias microcsmicas, y basta conuna cabeza ingeniosa para practicarla.Ella se ha arrojado sobre la medicina,y en particular sobre las hierbasmedicinales. Paracelso ha dicho coneste motivo las cosas ms profundas.No sospechamos ya qu fuerzas incitana las praderas, los roquedales y lospantanos. El punto de vista qumico essimple a este respecto: lo que cura noes la planta entera, sino nicamente undesecho que, ella encierra y que sepuede extraer, e incluso -he aqu eltriunfo- preparar `sintticamente.' Nose trata del t, sino de ltena; no del

  • caf, sino de la cafena, no de laadormidera, sino del pio y susderivados'. El qumico considera laplanta en algn modo como unaenvoltura diferente de estos desechos,como una diversin en el fondo intil,aunque encantadora, de Dios. Porciertos procedimientos qumicosaplicados sin el menor escrpulo, seextrae este desecho de la planta, hastaque no queda sobre la mesa ms que unpequeo polvo blanco. La alquimiadesignaba los fenmenos qumicos porel trmiccoccin'

    y -en su perodo de expansin-restringa su empleo, definindolacomo lo que el esto hace con los

  • frutos. ("La maduracin de los frutoses la coccin natural", dice Paracelso).El pequeo polvo blanco sirve acontinuacin a la confeccin depldoras de las que se apodera elmundo de los negocios; as sedesencadena el gran sabbat de loshechiceros de la industriafarmacutica. Todo ello no tiene yanada que ver, naturalmente, con el artede curar. Del mismo modo que cadajardinero sabe que tal manzanaparticular debe ser recogida tal da,sin lo cual sera cida o devendrapasada de madura, as la viejamedicina conoca la hora, es decir, elfactor tiempo, de las hierbasmedicinales vivientes. Esta hora es

  • indicada por la posicin de los astros,a condicin de que se conozcarealmente la naturaleza de cada plantaparticular. No se trata de considerar lavirtud curativa de una planta como undato; esta virtud no estinvariablemente presente, como elpeso. Debe ser dirigida. Nohabiendo sido recogida y absorbida ala hora conveniente, l tiro sale por laculata' y la planta no produce efecto(Paracelso). Se encuentran a esterespecto unas maravillosas palabras enel Paragranum: dvierte bien esto: quvale el remedio que das para la matrizde las mujeres si no eres guiado porVenus? Qu podr tu remedio para elcerebro, sin ser conducido por la luna?

  • Y lo mismo para los otros astros:permaneceran todos en el estmago, yvolveran a salir por el intestino,quedando sin efecto. Pues he aqu larazn de ello: si el cielo no te esfavorable y no consiente dirigir turemedio, no llegars a nada. El cielodebe guiarte'. As, y de otras manerastodava, lqumicamente puro' seopone al producto sometido a lacoccin y al afinado alqumico. Lamedicina de Hipcrates ha conducidopues a la destruccin de todo unimperio que tenemos ahora quereconquistar, pues no hay duda de quela medicina, como el mundo moderno,atraviesa en el presente una gravecrisis. La fe en la medicina enseada

  • en las facultades baja un poco mscada da, mientras que se refuerza y seprecisa el oscuro sentimiento de que laantigua alquimia y todas las otrasciencias primordiales estn en laverdad. Corresponder en primer lugara los mdicos que se inspiren en losmtodos naturales de restituir a lamedicina su poder perdido. Entiendopor medicinnatural' la que, al romperel lazo contra natura entre la medicina,y las ciencias naturales exactas,restablece su antiguo lazo con lareligin."

    2 Nota del autor: Se trata, naturalmente,no de los maestros y adeptos, sino de losbribones, de los aventureros, de los

  • vagabundos de la alquimia, en el cursodel perodo de decadencia.

    13

    ALQUIMIA Y MEDICINA

    von Bernus

    El error de los psiclogos

    Este extracto del Tratado sobre lamedicina de Hans Blher muestra queun autor perteneciente a nuestra familiaespiritual, incluso si viene de unadireccin diferente, llega a las mismasconclusiones, pues se trata aqu derealidades csmicas.

  • En cuanto a la estrecha concepcinsegn la cual el proceso alqumico serefiere exclusivamente a una realizacinespiritual, esta opinin fue defendidapor primera vez por un mdico tesofo,cercano al crculo de H. P. Blavatsky, eldoctor Franz Hartmann. El autor, muertoa fines del siglo ltimo, expresa estaconcepcin en sus dos obras: Lamedicina de Teofrasto Paracelso(Medizin des TheophrastusParacelsus) y Esbozo de las doctrinasde Teofrasto Paracelso (Grundriss derLehren des Theophrastus Paracelsus).

    En un estudio fundamental, publicado enla edicin de 1936 del EranosJahrbuch, el profesor R. Bernoulli, de

  • la Escuela Politcnica Federal deZurich, opone a esta concepcin la ideade las correspondencias': vuelve as acolocar el problema en la nicaperspectiva vlida, pues comprende quetodo lo que es realizable en el dominiodel alma y del espritu debe tener en elmundo de la materia su polo y su efectocorrespondientes y puede, por tanto,conseguirse ah de una manerafisicobiolgica, igual que sobre el planometafsico.

    "Si consideramos que la ebullicin enla cornuda corresponde a unacontecimiento espiritual, fisiolgico,astral, lo que se expresa aqu de unacierta manera es una fase del drama

  • csmico divino, que esteacontecimiento particular se refleja entodos los dominios concebibles yrepresenta al mismo tiempo el efectoproducido por el conjunto de estosfactores, entonces la alquimia se revelacomo un allisis verdaderamenteglobal, como una tentativa dereconocer en los particular la manerade ser del todo: Pero si olvidamosaquello, nos encontramosevidentemente en la situacin fatal queconsiste en no ver ya en la alquimiasino una qumica imperfecta: esqumica imperfecta, pero no slo eso.Ella es la doctrina de lascorrespondencias en todos losdominios. Nuestras concepciones

  • actuales nos impiden aceptar estaforma de pensamiento. Contiene unaafirmacin que no puede ser probada yque no podra, por tanto, tener valorcientfico."

    "Si, como contrapartida, queremoscomprender la alquimia aunque nofuera sino aproximativamente, debemosaceptar que esta doctrina de lascorrespondencias se aplica sinrestricciones a su domino. "

    El estudio de R. Bernoulli, ilustrado,por otra parte, por algunasreproducciones de smbolos alqumicos,trata esencialmente de la evolucinespiritual de los alquimistas, comoasimismo lo indica el ttulo del ensayo.

  • La alquimia, la verdadera alquimia es,en efecto, una experiencia inicitica y loque el adepto hace aparecer en ellaboratorio no es ms que un fenmenosecundario, correspondencia

    cosmofsica. Tanto la una como el otroson fenmenos reales: la primera sedesarrolla en el crisol del alma,mientras que el segundo tiene lugar en elcrisol del laboratorio alqumico.

    De manera calurosa y convincente,Bemoulli habla de esta experienciainterior en el penltimo y breve captulode su conferencia, con los acentos de unautntico respeto:

    El camino de la metamorfosis, la

  • trasmutacin alqumica

    "Y he aqu el gran e importantecaptulo: Cmo se hace esto? Cul esel camino que conduce a la meta? Es lavida de la trasmutacin, de lametamorfosis. Puedo hablar de ellobrevemente. Hay sobre el prtico de lacatedral de Trogir, en Dalmacia, unpequeo bajorrelieve finamenteejecutado que muestra al alquimistasentado ante su horno, en el que estencendido el fuego. Ha colocado sucornuda sobre el fuego. Con la manoizquierda, eleva una copa. Flotando enel aire, un ngel se acerca y vierte elelixir de la larga vida en la copa. Laimagen significa: sus propias fuerzas

  • no le bastan al hombre para recorrereste camino, pero triunfar quiz sidespierta en alguna forma al gua yconductor que duerme dentro delhombre y que puede a continuacindirigirlo. La prctica de este camino, -dicho de otro modo, de latransmutacin, la metamorfosis de loimperfecto o incluso de lo demasiadoperfecto- esta obra tan grande ylaboriosa fue la meta, el objeto detodos los esfuerzos de la alquimiamstica a lo largo de los siglos. Peroseguir siendo para nosotros unsecreto, pese a todas nuestras lecturasy a pesar de todo el celo que 14

    ALQUIMIA Y MEDICINA

  • von Bernus

    pongamos en querer captar susignificacin. He experimentado yomismo ltimamente la dificultad decomunicar algo esencial sobre estametamorfosis. A pesar de todosnuestros esfuerzos por ser claros, escasi imposible hacerse entender. Puesen la prctica de este camino, se tratade experiencias que debe hacer unomismo. Si se habla de ello, como lohacen los textos alqumicos, la cosa nodeviene ms clara. La particularidadde este camino es que uno se apercibede golpe, una vez vivida la experiencia,de lo que los textos queran decir. Losalquimistas mismos saban muy bien

  • que pocas cosas pueden decirsenicamente con las palabras. Es poresto que buscan refugio en lasimgenes simblicas. Su papel es el deexpresar lo indecible. La vida debe serindicada por las imgenes."

    En el mismo volumen del EranosJahrbuch que encierra el estudio deBemoulli, se encuentra igualmente unaconferencia del profesor C. G. Jung,trabajo preliminar de la obra Psicologay alquimia (Psychologie und Alchimie),que deba aparecer en 1944. Elpsiclogo suizo intenta aqu someter aun examen fundamental al simbolismoalqumico y a las formas de experienciaspsquicas profundas en sus relaciones

  • con la alquimia. Nuestro propsito no esaqu el de apreciar esta tentativa deapoyar las teoras jungianas sobre unmaterial excepcionalmente abundantereunido en 270 figuras. Para nosotros setrata nicamente de oponernos de lamanera ms categrica a la concepcinde Jung, que coincide con la del doctorFranz Hartmann. En efecto, la autoridaddel psiclogo suizo corre el riesgo detransformar un aspecto totalmenteparcial de la alquimia en una afirmacincientfica. La tesis errnea de Jungaparece como totalmente superficialpara quien la examine desde unaperspectiva espiritual elevada. Enefecto, segn esta tesis, las instruccionesy las imgenes alqumicas se refieren

  • nicamente a la interpretacin de loseventos que interesan a la evolucinpsquica. Pero aqul que ha sabidoorientarse en los crculos de laexperiencia alqumica, y que ha seguidoel camino de la alquimia prctica, enlugar de racionalizar a propsito de sulenguaje cifrado y de su universosimblico, constata: que la famosapiedra filosofal, el misterioso elixir,puede ser preparado. Los grandesmaestros inmortales del hermetismo,Basilio Valentn, Isaac el Holands,Nicols Flamel, el conde Bernardo de laMarca Trevisana, Paracelso, y tantosotros, in-dican sin ambigedad en susescritos el camino a seguir en el trabajoprctico, incluso si se expresan con

  • palabras cubiertas y en parbolas. Todapersona no prevenida que hayaestudiado sus obras debe llegar a estaconclusin, sin que sea, no obstante,necesario que encuentre la clave misma.Para ello tiene que adquirir el sentido delos smbolos por una larga preparacin.Sobre este punto al menos Jung tieneciertamente razn. Pero el psiclogosuizo hace una hiptesis arbitraria ycompletamente errnea, que solamentepuede ser explicada por la influencia delestado permanente de las cienciasnaturales, cuando escribe: No hay porotra parte la menor sombra de duda deque durante todos los siglos en los quese ha trabajado seriamente, no seprodujeron nunca ninguna verdadera

  • tintura, ningn oro artificial. Puedepreguntarse entonces: qu es, pues, loque ha determinado a los alquimistas acontinuar imperturbablemente sutrabajo o -como ellos dicen- suoperacin, y a escribir tratados sobretratados sobre l arte divino' ya quetoda su empresa era de una desoladorainutilidad?" Otros tiempos que noestn quiz demasiado lejanos- traernun juicio diferente. De hecho, existentestimonios incontestables detransmutaciones efectuadas en los siglosXVI, XVII y XVIII., y no es siquieranecesario remontarse tan lejos. . . Es astan incomprensible como lamentable queun investigador de la calidad de C.G.Jung no tenga el odo lo suficientemente

  • fino para percibir, en el curso de suestudio en profundidad de la alquimia,el convincente acento de autenticidad enlos escritos de los verdaderos maestros,cuando hablan, por su propiaexperiencia, de la realidad de la GranObra que ellos mismos han llevado acabo. Se habra podido esperarencontrar en Jung un instinto ms seguro.

    Ante la incontestable importancia quereviste la obra de Jung para lapsicologa, pues sita a la alquimia porprimera vez en una perspectivaenteramente nueva y que se impone a laatencin de toda investigacinpsicolgica futura (es para el alquimistamismo para quien menos til es el

  • libro), el que conoce la alquimia y sabeque sus datos son realizables en laprctica est obligado a recusarexpresamente esta obra a causa de suparcialidad, pues este libro aleja alinvestigador de su meta en lugar deacercarle a ella.

    Evidentemente, un propsito como seno entraba del todo en las intencionesdel autor. Sin embargo, al negar que lasaspiraciones alqumicas puedanrealizarse sobre el piano de la materia,sin haber hecho l mismo la experienciade ello, peca -y este es el reproche quese le hace- contra la ley de lascorrespondencias: lo que est arriba escomo lo que est abajo.

  • La necesidad delsecretoEn un mensaje enviado por el adeptoingls Theodore Mundanus a EdmondDickinson, se dice: "No parece que seaen la intervencin particular de laprovidencia que, no, solamente elpopulacho grosero, 15

    ALQUIMIA Y MEDICINA

    von Bernus

    sino incluso los sabios y las gentes msperspicaces, han rechazado tenazmenteeste asunto y vuelto al Arte en escarnio

  • como un absurdo y como la ms grandelocura de la tierra, sin examinar lo quese produce realmente, ni considerar sila cosa, por su naturaleza misma, esposible. En otras controversias, loshombres sabios-y avisados se tomangeneralmente el esfuerzo de adquiriruna nocin justa del objeto, antes derechazarlo como perfectamenteabsurdo; pero aqu se comienza lo msa menudo por condenar el conjunto dela cuestin, con la ms totaldesconfianza... Los adeptos estnacostumbrados a ello y no otorgan msimportancia a las palabras de estegnero que al melodioso rebuzno de unasno. Estas calumnias no empastarnsu gloria, ya que la conservacin de su

  • persona y la salvaguarda de su secretoexigen que ellos se eleven por encimade estas necesidades. "

    Que no se espere, pues, que el presenteestudio levante el velo del secretopreservado durante milenios por losmaestros del hermetismo, ni queentregue as un saber que slo lainiciacin permite adquirir o que

    -hoy como antao- los maestros ocultostransmiten de boca a odo a losdiscpulos cuyo silencio est probado.

    Que se encadenen mrito yoportunidad,

    Los necios nunca lo han soado.

  • Si tuvieran la Piedra de los Sabios,

    A la Piedra la faltara el Sabio.

    Estas estrofas en la boca de Mefistfelesresumen con una maravillosa concisinlo que en todo tiempo ha decidido a losalquimistas a guardar silencio sobre elmisterio o a no hablar de l sino entrminos cubiertos. En la respuesta aEdmond Dickinson, ya citada, TheodoroMundanus expresa esta idea de lamanera siguiente:

    "Pero si la piedra tiene la accin y elpoder maravilloso que sabemos, no essorprendente que los sabios de todoslos siglos se hayan esforzado tanto porguardar su materia secreta, sabiendo

  • bien que, cada en el dominio comn,manos indignas y depravadas podranservirse de ella, y causara entoncestanto mal como permite hacer de bien.Esta es la nica razn por la cual hanconsagrado tantos esfuerzos a ocultarante todo su primera materia y atrabucar y envolver la verdad de lacosa por toda suerte de expresionesoscuras y enigmticas. "

    Theodoro Mundanus respondeigualmente a la objecin que se escuchaen nuestros das tan a menudo comoantao: por qu los maestroshermticos describen el procesoalqumico, si es para callarlo o al menosvelar lo esencial de l?

  • "Pese a la apariencia ardua ymisteriosa de los escritos filosficos,los discpulos de esta ciencia debenconsiderarlos con gratitud a causa dela penosa labor que ha costado a losque no han emprendido estas obrasms que por caridad y voluntaddeservir. Pues los autores no hanbuscado en ellas ni gloria ni provecho,obligados como estaban a ocultar sunombre. Todo lo que ellos han hechoencuentra su origen nicamente en sudeseo sincero de ofrecer en ciertaforma un hilo de Ariadna que puedaguiar a los nios del Arte a travs dellaberinto alqumico. En toda la medidade lo posible queran facilitar la tareade los buscadores, sin por otra parte

  • revelar el Arte al profano ni entregarla casta Diana a los apetitos de lospoderosos y de los ricos, que podranms fcilmente asegurarse su posesinsi bastase con invertir en ello elsuficiente dinero. Y ya que los filsofoshan hecho todo lo que est en su poder,corresponde a los discpulos del Artehacer el resto, es decir, entregarse altrabajo y a la oracin y esforzarse pordescubrir el sentido de estos escritospor una reflexin sostenida y por lapersecucin incansable de experienciasbien meditadas, que son sus mejorescomentarios. "

    Algunos jalones para la investigacin

  • No obstante, para facilitar loscomienzos del que se propongaconsagrarse a la alquimia terica yprctica, sealamos aqu las principalesobras que ofrecen la mejor introduccin;pues los libros alqumicos son legin,engaosos y despistantes, bien hechospara desesperar a la mayor parte de loslectores, antes mismo de que hayanpodido plantar el pie. Las obrassealadas aqu no contienen ambigedadalguna, ni intencin de extraviar, bienque expresen naturalmente el secretohermtico en trminos encubiertos yparbolas. Son: El secreto de la Sal(Das Geheimnis von dem Salz), escrito ypublicado por Elias Artista Hermetica;ABC de la Piedra de los Sabios (ABC

  • vom Stein des Weisen) -una coleccinde los ms 16

    ALQUIMIA Y MEDICINA

    von Bernus

    importantes textos alqumicos; Labrjula de los sabios (Compass derWeisen); Georg Von Welling: OpusMago-Cabbalisticum et Theosophicum,en la que son descritos el origen, lanaturaleza, las propiedades y el empleode la sal, del azufre y del mercurio, entres partes (Opus Mago-Cabbalisticumet Theosophicum, darinnen derUrsprung, Natur, Eigenschaften undGebrauch des Salzes, Schwefels, und

  • Mercuri in dreyen Theilenbeschrieben); el Laboratoriumchymicum de Johann Kundel von Lwenstern; la obra regia de los Rosa-Cruces: Aurea Catena o La Cadena deOro de Hornero (Golden Kette desHomer) y, en fin, La historia de laalquimia, de Karl Christoph Schmieder,ya mencionada al comienzo de estelibro. Los grandes maestros hermticos:Paracelso, Basilio Valentn, Isaac elHolands, no pueden ser abordados conprovecho ms que despus de un estudioprofundo de las obras arribamencionadas, que permiten adquirir lasbases necesarias a la comprensin deestos ltimos.

  • El que prosiga sus estudios alqumicos,en este orden tendr -supuesto que tengala disposicin de espritu necesaria- unalejana oportunidad de conseguir la metafinal y verdadera, sin extraviarsedemasiado en los desvos que conducenfinalmente a un laberinto del que ya noes posible salir sin el hilo de Ariadnahermtico. Aadamos tambin los ttulosde algunos escritos alqumicos: FilumAriadnes, Abyssus Alchymise,Purgatorio de los Qumicos (Fegfeuerdes Chymisten), Redencin delFilsofo del Purgatorio de losQumicos Erlsung der Milosophen ausdem Fegfeuer des Chymisten),Coelum reseratum chymicum, ytambin Le Triomphe hermtique ou la

  • Pierre Philosophale victorieuse, Clavissapientiae, Aula Lucis y, finalmente,conquistada la victoria: El Vellocino deOro o el antiguo Tesoro oculto de losSabios (Das goldene Fliess oderurlteste verborgene schatz derWeisen).

  • Desviaciones yresolucionesPuede uno extraarse de que esteextrao dominio, inabordable ydesacreditado, haya seducido en elcurso de los siglos, e incluso de losmilenios, a tantos iluminados,charlatanes, bribones y aventureros que,atrados por el tesoro, escondido desdetiempos inmemoriales, que estpermitido descubrir, hayan cado bajo elencanto de su claroscuro misterioso? Esverdad: la historia de la alquimia estllena ms que ninguna otra de losacontecimientos ms fantsticos y de losms inverosmiles, buenos hechos para

  • inspirar la prudencia con respecto atodo lo que viene de este dominio; y eldescrdito que sufre la alquimia no tieneotra razn. Pero, hay por ello querechazar del mismo golpe lastransmutaciones atestiguadas portestigos irrefutables y contar a losverdaderos adeptos, de un valor moral yespiritual, en el nmero de losestafadores o, en el mejor de los casos,en el nmero de los engaadoresengaados? El problema no se dejaresolver de una manera tan precoz. Laciencia de ayer, de hoy y de maanapuede bien no haber acuado estasmonedas y rehusar, por lo mismo,reconocerlas: un futuro no demasiadolejano lo juzgar todo de otro modo. Sin

  • embargo, la aureola que rodea a laalquimia todava en nuestros dascontina provocando tentaciones yextravos sumamente extraos de los queel autor podra contar ejemplos sacadosde su experiencia de ms de cuarenta ycinco aos, desde que se consagr a laalquimia, y la extravagancia de estasdivagaciones no cedera apenas ante losrelatos de los siglos pasados.

    Si se considera la primera mitad denuestro siglo, se constata -como se hadicho al comienzo de este estudio- queno solamente los elementosmedianamente o poco educados, sinoincluso y sobre todo los crculosverdaderamente instruidos y hasta los

  • medios cientficos propiamente dichos,se desvan cada vez ms de unaconcepcin puramente materialista y seaproximan a las ciencias llamadasmarginales. El fenmeno se haacentuado particularmente desde laprimera guerra.

    Una sola disciplina, aparecida hacia1923, y que desde su entrada en escenano deja de extenderse, esincontestablemente espagrico-alqumicaen su naturaleza, aun cuando los que lapractican no quisieran convenir en ello yobjetasen quiz que su ciencia se fundaexclusivamente sobre las concepcionesfilosficas de la antroposofa. Loadmitimos de buena gana! Pero el

  • mtodo as practicado no es por ellomenos alqumico, y es preciso que losea, ya que esta va de conocimiento nopuede sencillamente conducir a otro fin:las realidades y las leyes cosmofsicaspermanecen como datos permanentes, yel iniciado visionario no puede obteneren nuestros das un resultado diferentedel que obtena antao el adepto, siambos perciben las interrelacionescsmicas n la luz de la naturaleza' -para designar esta visin intuitiva en laspalabras de Paracelso-, en su realidadespiritual. La naturaleza, dice Goethe,vive en un acto creador continuo. Sloel aprendizaje que permite desarrollaresta facultad del alma y del espritu hadevenido diferente, y este cambio est

  • determinado por la situacin psicolgicafundamentalmente diferente del hombremoderno.

    17

    ALQUIMIA Y MEDICINA

    von Bernus

    La agricultura biolgica se derivatambin de la alquimia

    La disciplina que se puede calificar deespagrico-alqumica, y que ha podidoregistrar xitos tan excepcionales en elcurso de la treintena de aos de suexistencia, es el procedimiento deabonado biodinmico, establecido en su

  • tiempo por Rudolf Steiner. Esteprocedimiento representa unainnovacin fundamental para laagricultura, la jardinera y lasilvicultura, y las imprime una nuevaorientacin cuyos efectos no aparecernplenamente ms que en el porvenir. Loslectores que deseen informarse mscompletamente sobre esta cuestinencontrarn aclaraciones tanto en larevista Demeter como en la coleccinGaSophia publicada por la seccin deciencias naturales de la UniversidadLibre de Filosofa en el Goetheanum deDornach3.

    Los antropsofos cometen, sin embargo,un error cuando pretenden que el

  • abonado biodinmico, tal como fuecreado por Rudolf Steiner, ejecutado ybeneficiado por sus discpulos con tantoxito, es un procedimiento enteramentenuevo e indito. Los que dicen esto loignoran todo de la alquimia y de sunaturaleza, sin lo cual sabran que elabonado, dicho de otro modo ladescomposicin, la putrefaccin y lacombustin, representa el problemafundamental de toda la alquimia. Si seposeen aunque sea slo algunasnociones superficiales de esta cuestin,el tratamiento del suelo con un abonoartificial cualquiera se excluye por smismo. Los qumicos agrcolas que, entanto que campeones de los grandestrusts industriales, se convierten en los

  • propagadores de los abonos sintticos,siguen siendo todava prisioneros de losmismos razonamientos esquemticos ymecanicistas que han guiado a losfisilogos y estadsticos de laalimentacin hasta la primera guerramundial, e incluso ms all de ella.Fundndose sobre exmenes delaboratorio que han permitido constatarcon razn que las protenas, los azcaresy las grasas son los constituyentesprincipales del organismo humano, losespecialistas han calculado laconsumicin corriente y las necesidadesdiarias mnimas, y establecido tablasesquemticas a la intencin de lasdiferentes categoras profesionales:trabajadores intelectuales, obreros

  • manuales, y trabajadores de fuerza. As,en 1887, Carl von Voit, el bien conocidofisilogo muniqus, ha concluido, apartir de las experiencias que haconducido, que las necesidades diariasde un obrero manual que tenga un pesomedio de 70 kilos se establecen comosigue: como mnimo, 500 gr. de azcar,56 gr. de grasas, y 120 gr. de protenas(racin alimenticia). No es sino muchoms tarde que ha averiguado que lasnecesidades diarias mnimas enprotenas no sobrepasan de hecho los 40gr. Sin embargo, el mnimo segn Voit,tres veces superior a las necesidadesreales, entr en los manuales y fueconsiderado como un dogma durantedecenas de aos. Incluso haciendo por

  • otra parte abstraccin de este graveerror de clculo concerniente a lasnecesidades en protenas, es evidenteque el problema del reemplazo de losalimentos utilizados en el organismovivo no se deja tratar de una manera tanmecnica, bien que el aporte debanaturalmente corresponder al consumo.Sin duda, la ciencia de la nutricin hahecho grandes progresos desde laprimera guerra mundial, gracias a laorientacin juiciosa de los trabajos deuna serie de investigadores tales comoRse, Hinthede, Ragnar Berg y otros, yes comnmente admitido ahora que fuerade los azcares, de las grasas y de lasprotenas, el valor de un rgimenalimenticio despende igualmente de

  • substancias otras veces descuidadas porla ciencia: productos minerales o salesnutritivas, principios extractivos,aromticos y amargos, y finalmentevitaminas; en una palabra, la nocin dela importancia de las substanciascomplementarias, reconocida en suorigen por los outsiders, es hoy en daverdad corriente, mientras que laciencia de la nutricin del suelo seatiene an al antiguo punto de vista,hoy superado. El hecho se explica porla concepcin materialista en virtud dela cual se persiste en considerar al suelocomo una cosa inorgnica, a la que bastacon aadir cantidades de sales depotasio y de fosfatos correspondientesexactamente a las cantidades utilizadas,

  • como se hara para el contenido de unacornuda en el laboratorio, para asegurarla permanencia del rendimiento; muchoms an, se imagina poder aumentar esterendimiento en proporcionesconsiderables, en funcin de lascantidades de abono aadidas, ymantener indefinidamente por estemtodo los rendimientos artificialmenteobtenidos.

    Los xitos de los ltimos treinta aosparecen, es verdad, rendir justicia a lospartidarios de esta teora. El observadorsuperficial adquiere la impresin de quebasta realmente con restituir al suelo lassubstancias utilizadas en el curso de losaos, y cuyas cualidades pueden ser

  • exactamente determinadas por mtodosqumicos, para conservarindefinidamente su productividad yresolver as el problema esencial de laagricultura. No es menos cierto que ellapso de tiempo tomado enconsideracin por los que juzganconfirmada esta teora es demasiadocorto para dejar aparecer en toda suextensin la contrapartida catastrficadesencadenada simultneamente, perocuyos efectos y consecuencias nocivasse manifiestan con mucha ms lentitud.Sin embargo, la aparicinincesantemente ms frecuente de las"enfermedades de carencia", y eldescenso general de vitalidad queresulta de ellas constituyen una

  • advertencia elocuente, que 3 N. del Tr.:La direccin es Goetheanum, CH-4143Dornach (Suiza).

    18

    ALQUIMIA Y MEDICINA

    von Bernus

    no se basta a explicar la penuria de losdos perodos de posguerra. Pues elhombre y el suelo estn ligados por unarelacin de causalidad cosmofsica, desuerte que los trastornos delmetabolismo, las enfermedades de lanutricin, el cncer, las afeccionesnerviosas, el deterioro de los dientes, ytantas otras "manifestaciones de la

  • civilizacin", no cesarn de causarestragos por tanto tiempo como no seimponga un nuevo mtodo de tratamientodel suelo, que ya no sea puramentemecanicista.

    La teora oficial queda invalidada por elhecho bien establecido de que elabonado biodinmico -que

    "incorpora" al suelo cantidadesinfinitesimales de abonos preparadossegn mtodos espagrico-alqumicos-permite obtener no slo los mismosrendimientos que los abonos qumicos,sino adems y sobre todo cosechascualitativamente diferentes y muysuperiores, como lo prueban sindiscusin posible los anlisis

  • efectuados. Est ah establecido que lateora del abonado sinttico industrial esinsostenible, al mismo tiempo que estprobada la plena justicia de laconcepcin biodinmica, dicho de otromodo, espagrico-alqumica.

    Para un espritu claro, sta es labrillante confirmacin de la antiguaconcepcin alqumica del mundo, por lacual el suelo no es una cosa inorgnica ymuerta, sino un organismo vivienteanlogo al cuerpo humano.

    Si nos hemos detenido en estasconsideraciones de principio, es a causade su considerable importancia para elconjunto y los detalles de nuestro

  • estudio. Pero hemos igualmente insistidosobre esta cuestin porque este dominioaccesible al profano de buena voluntadsuministra el mejor medio de adquirir unbosquejo de la naturaleza y del objetode la alquimia. Una obra anterior,publicada en 1729, trata del mismo temaen un espritu autnticamente espagrico-alqumico. Lleva el ttulo: El secreto dela putrefaccin y de la combustin detodas las cosas (Das Geheimnis derVerwesung und Verbrennung allerDinge). Uno se abstiene de revelar a loscuriosos de ambos campos el ttulo deotro libro, ms antiguo todava, quelleva por subttulo: "Cmo preparar elsuelo o ms bien las semillas, con pocogasto y sin gran esfuerzo, de modo que

  • se obtenga, incluso sin abono, unacosecha mil veces superior" (Wie manmit wenig Kosten und mit leichterMhe den Acker oder vielmehr dieSaat so zubereiten knne, dass auchohne Dngung mehr denntausendfaltige Frucht erlangt werde).Esto es ya el abonado biodinmico!

    Si el fundador del mtodo biodinrnicoha escogido este trmino, tomado dellenguaje cientfico moderno, paradesignar de una manera, por otra partepertinente, la naturaleza de esteprocedimiento de abonado, lo haceverosmilmente porque ha creado estadisciplina a partir de sus propiasconcepciones originales, pero tambin

  • para evitar el peligro de que su mtodosea juzgado como una pseudocienciaobsoleta. Pues a los ojos del hombre decultura moderna, y con ms razn a losde un sabio moderno, la alquimia, y todolo que se relaciona con ella, aparececomo balbuceos infantiles, nocionesprimitivas, esbozos de la futura qumicamoderna que, en su vanidad presuntuosa,considera con pena los desmaadosandares a tientas de su precursor en lastinieblas. Esto es lo que se aprende enlas escuelas y universidades.

    Este juicio -o ms bien este prejuicio-procede de un punto de vistaenteramente falso. Porque la accin vivay espiritual de la alquimia se ejerce

  • desde hace milenios sobre el mismodominio de la materia en el que acta laqumica desde hace apenas siglo ymedio, esta ltima se cree fundada paraconcluir que todo lo que la alquimia haconcebido, desarrollado y obtenidodesde los caldeos, los persas y losegipcios hasta la aurora del siglo XIXest simplemente errado o, en el mejorde los casos, es solamente una largapreparacin de tres mil aos paraconcluir, en investigaciones conducidassegn el mtodo experimentalexclusivamente analtico de esta mismaqumica moderna.

    La apertura de espritu de la EdadMedia: Paracelso

  • Se requiere toda la limitada suficienciade la ciencia acadmica (los grandespioneros siempre la sobrepasan) paracometer semejante error de juicio, y serequiere al mismo tiempo lainconsciencia propia de estos mediospara no ver que la concepcin de lanaturaleza, que toda la Edad Mediadesignaba por el trmino espagrico-alqumica, no era una disciplinacientfica en el sentido actual deltrmino. Se trata en realidad de unaactitud con respecto al mundoradicalmente diferente, que no tienenada en comn en su manera de plantearlos problemas con la ciencia que reinaactualmente.

  • Si no le ha sido acordado al alquimistadeterminar por va analtica la frmulade un compuesto y la modificacin deesta frmula, en el curso de lasreacciones que lo transforman en otro,no quiere decir esto que el adepto fuesemenos sabio o menos inteligente que elprofesor de qumica. Antes bien, lacuestin careca de sentido para losantiguos alquimistas. Su horizonteespiritual mucho ms transparente, su 19

    ALQUIMIA Y MEDICINA

    von Bernus

    comprensin infinitamente ms profundadel mundo material, de su estructurantima y de sus leyes cosmofsicas, los

  • hacan totalmente extraos a esta formade considerar y de abordar la materia.El alquimista no tena necesidad designos de orientacin de este gneropara volverse a encontrar en lanaturaleza: participaba en ella y laexperimentaba adems con toda lalucidez de un espritu viviente. Delmismo modo, un mdico de la poca deParacelso no tena necesidad determmetro para conocer la temperaturadel enfermo: gracias a la finura y a ladelicadeza infinitamente mayores de sussentidos y gracias a un don deobservacin incomparablemente mejordesarrollado, evaluaba la temperaturapor el tacto y por el examen de la orinatan bien como cualquier sabio doctor

  • ayudado por sus instrumentos. Est entodo caso establecido que las facultadesntimas de percepcin del hombre hansufrido una regresin a medida queprogresaba la tcnica, sin que queramosexaminar aqu las ganancias o lasprdidas que resultan de ello paranosotros. Esto es cierto: no se trata paranosotros hoy en da de un progreso entanto que juicio de valor, sino tan slode otra cosa esencialmente diferente.

    Igual que la astronoma actual noprocede de la astrologa, la alquimia,muchas veces milenaria, no podra serconsiderada como la primera etapa de laqumica moderna. Astrologa y alquimiason concepciones del mundo, parientes

  • prximos en su esencia, sistemasesotricos firmemente establecidosdesde la ms alta antigedad; en cambio,astronoma y qumica no son ms quedisciplinas tributarias del tiempo,sometidas al estado de la ciencia en unmomento dado, y variables segn losresultados de las investigacionescientficas.

    Nos hemos esforzado aqu por aclararnetamente la diferencia fundamentalentre estos dos puntos de partida. Si seobjetase que la alquimia se desarrollen una poca en la que el sistema dePtolomeo conservaba an todo suprestigio y que, en consecuencia, estasdos concepciones se apoyan sobre

  • postulados errneos, sanos entoncespermitido recordar que esta constatacinno tiene objeto, pues no se trata aqu dela exactitud o de la falsedad de tal ocual hecho astronmico, fsico oqumico, pese a lo decisivo que parezca,sino ms bien de una orientacinespiritual fundamentalmente diferente,en el sentido de una concepcin delmundo dinmica espiritual, poroposicin a la ciencia contemporneasiempre desprovista de espiritualidad, apesar de la mecnica de los cuantos y dela teora de la relatividad.

    Desde los tiempos del rgimen nacional-socialista en Alemania, Paracelso fueconfiscado a ttulo de pionero y

  • precursor de la quimioterapia. Ciertosmedios continan difundiendo todavaesta concepcin fragmentaria, que seextiende as cada vez ms ampliamentepara el ms grande perjuicio de unaverdadera educacin popular. Esta obrade posesin se explica porque Paracelsoha vuelto a encontrar su crdito y nocesa de ganar en prestigio. Convienelevantarse firmemente contra estapropaganda que se apoderaabusivamente de la autoridad deParacelso, en favor de intereseseconmicos actuales, mientras que laobra de toda su vida es la negacinterica y prctica de todo lo que estosmedios defienden ideolgicamente y seesfuerzan por realizar.

  • En una poca de transicin entre la EdadMedia y los tiempos modernos, mientrasel conjunto de la cultura sufra una nuevaorientacin, y al mismo tiempo que lafarmacia tradicional caa cada vez msen la incuria, Paracelso empe toda suenerga en favor de un trabajo delaboratorio preciso e irreprochable en eldominio qumico y farmacutico; y sepropuso acabar de una vez por todas conel frrago de supersticiones acumuladasdesde haca siglos. Este hecho nojustifica en modo alguno la arbitrariedadde quienes, obedeciendo a una palabrade orden, lo designan como el pionerode la quimioterapia moderna. Sicombata el desorden de la farmacia desu tiempo, es precisamente porque el

  • conocimiento hermtico y alqumicooriginal se haba agotado en lasfarmacias. Los penosos y falsificadosresiduos de la antigua sabidurainicitica que todava subsistan no eranya capaces de resistir a las primerasexigencias de una voluntad deorientacin muy diferente en lasciencias, voluntad que no haca todavams que apuntar, pero que no por ellopreparaba menos la va hacia elpensamiento positivista moderno, delque una de las ramas deba conducir acontinuacin a la quimioterapia actual.La falla no estaba en algunainsuficiencia de la verdadera alquimia,sino en una evolucin que conduca alagotamiento de la cosmofsica, fundada

  • en su origen sobre conocimientosesotricos, cuya ausencia devenainevitablemente desde el momento enque en esta poca que acababa lapseudo-ciencia se esforzaba porapoderarse de ella, pero "agarraba lospedazos", sin conservar "el lazoespiritual" que los una. En el captuloconsagrado al "Encuentro primordialcon Goethe", el autor se explica sobre lasignificacin de esta ley en trminos dedestino. Baste aqu con exponer loshechos.

    Los Rosa-Cruces, legatarios de laalquimia

    Por una intuicin proftica, los

  • hermetistas de fines de la Edad Mediahaban previsto esta evolucin: habancreado la Fraternidad de la Rosa-Cruzde Oro a fin de volver la transicin tanlenta como fuese 20

    ALQUIMIA Y MEDICINA

    von Bernus

    posible y mantener viva, al menosdurante algunos siglos todava, la actitudoriginal de veneracin con respecto alos secretos hermticos de la naturaleza,aunque no fuese ms que entre unnmero cada vez ms pequeo depersonas. As, ms o menosdesapercibido del mundo exterior, unflujo subterrneo de espiritualidad poda

  • alcanzar aqu y all a la poca y a loscontemporneos.

    Pero igual que todo polo tiene suopuesto, la misma poca vio aparecercada vez ms numerosos impostores,charlatanes y falsificadores de la verdadhermtica; recorran los pases, iban deuna corte principesca a otra, difamandola alquimia por sus turbiasmanipulaciones y ofreciendo por todaspartes la indigna caricatura de unaciencia inicitica antao respetada portodos, y cuyo origen se pierde en laoscuridad de la prehistoria. Las tomasde posicin vigorosas y repetidas contraesta especie de buhoneros de laalquimia no han faltado por otra parte.

  • Es precisamente la Logia de los Rosa-Cruces quien no cesaba de estigmatizarpblicamente sus ardides, como, porejemplo, en la Fama Fraternitatis,aparecida en 1617, por no citar ms queun pasaje:

    "Por lo que respecta particularmente alos hacedores de oro impos yexecrables de nuestro tiempo, estn tanextendidos que muchos vagabundos enquebrantamiento de destierropersiguen bajo este pretexto susbellaqueras, y abusan de la credulidadde los curiosos, e incluso los espritusponderados los tienen en estima, comosi la mutatio metallorum fuese elsupremo aspecto y fastigium de la

  • Filosofa...

    Testimoniamos pues aqu pblicamenteque esto es falso, y que la verdaderaFilosofa est hecha de tal modo que,para ella, hacer oro es cosa negligibley solamente un parergon4. Pues aqul aquien la naturaleza se desvela no seregocija de poder hacer el sol o, comodijo Cristo, de ver a los diablosobedecerle, sino que ms biencontempla el cielo abierto y a losngeles del Seor que ascienden ydescienden, y su nombre marcado en ellibro de la vida. "

    Por otra parte, para combatir la bandacada vez ms numerosa de loscrapulosos y vagabundos de la alquimia

  • que amenazaban con arruinar lareputacin del verdadero Arte -comodeban por otra parte de-sacreditarlo enconsecuencia- la Logia de los Rosa-Cruces delegaba de tiempo en tiempo auno de los suyos para aportar la pruebaconcluyente