Altenancia política muncipal en Jalisco: 1992-2015

ALTERNANCIA POLÍTICA MUNICIPAL EN JALISCO, 1992-2015

Asunto de localidades, grupos y familias no de partidos

programa editorial 2015

javier hurtado / francisco jiménez

Gobierno del Estado de Jalisco

Jorge Aristóteles Sandoval Díaz

Gobernador Constitucional

Roberto López Lara

Secretario General de Gobierno

Javier Hurtado

Instituto de Estudios del Federalismo “Prisciliano Sánchez”

Primera edición, diciembre del año 2015

Derechos reservados conforme a la ley

ISBN: 978-607-8136-28-5

IMPRESO EN MÉXICO

Diseño de Portada y diagramación: Aldo Daniel González Malta en

Prometeo Editores.

Se terminó de imprimir en los talleres gráficos de Prometeo Editores

S.A. de C.V. C. Libertad 1457 Col. Americana, C.P. 44160, Guadalajara,

Jalisco, México. Tels: 38262726 y 38262782

INDICE

Presentación ...............................................................................

Introducción ...............................................................................

I. ALGUNOS SUPUESTOS GENERALES ...............................

A) La alternancia partidaria en los municipios de Jalis-

co (quizá en toda la república) es una verdad a medias. ...........

B) La alternancia se encuentra matizada por la natu-

raleza del cargo de elección popular en disputa, incidiendo en la

relación entre el voto lineal y el voto diferenciado. ....................

C) Los factores que determinan el resultado electoral

en los municipios, varían en cada elección. ................................

D) El origen de algunas nuevas opciones electorales,

llámense partidos o candidatos independientes pone en entredi-

cho su autenticidad. .....................................................................

E) En Jalisco se vive un bipartidismo de tres partidos.

F) Las alianzas: navajas de doble filo. .........................

G) El voto duro y el voto corporativo pesan menos que

la deslealtad partidista, ante una decisión equivocada. No así el

voto fiel. ........................................................................................

H) La alternancia vino acompañada del descenso en la

competitividad de los partidos. ...................................................

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II. LA DINÁMICA ELECTORAL .............................................

1. El contexto ........................................................................

2. Alternancia y persistencia ..............................................

III. LA DEMOGRAFÍA SE TORNA POLÍTICA .....................

IV. EL PERFIL POLÍTICO DE LA DEMOGRAFÍA ...............

V. LAS PRINCIPALES TENDENCIAS POLITICAS Y DE

LA ALTERNANCIA ...................................................................

1. Primera vertiente: el desequilibrio regional endémico

A) Atengo ......................................................................

B) San Sebastián del Oeste ...........................................

C) Tonila ........................................................................

1.1. Tuxcueca: un desacierto histórico .........................

El modelo Tuxcueca ....................................................

1.2. Tolimán: equilibrio entre regiones y grupos ........

A) Primera época: La oposición desde adentro,

1965-1994 ............................................................................

B) Segunda época: La oposición desde afuera,

1995-2015. .........................................................................

C) La coyuntura actual .................................................

El sistema de Tolimán .................................................

2. Segunda vertiente: El corredor industrial.....................

A) Tlajomulco de Zúñiga ..............................................

B) El Salto ......................................................................

2.1. Ixtalhuacán de los Membrillos ....................................

A) La FROC y la transición ..........................................

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B) El arribo de la alternancia .......................................

C) Una balanza de tres platos (La cabecera, La Capi-

lla y Atequiza) ..............................................................................

D) La cabecera municipal .............................................

E) La Capilla..................................................................

F) Atequiza ....................................................................

El esquema de Ixtlahuacán de los Membrillos .........

3. Tercera vertiente: Desarrollo paradójico (Bolaños) ...

A) La mínima diferencia y los grandes márgenes .......

B) Polarización del voto: PRI vs. PAN; Bolaños vs. Tu-

xpan de Bolaños; mestizos vs. Wixáricas ...................................

La fórmula de Bolaños .................................................

4. Cuarta vertiente: Despoblamiento y turismo religioso

(Totatiche) ..................................................................................

A) ¿Alternancia entre grupos o entre partidos? ......

B) ¿Alternancia entre localidades? ............................

C) Cadencia, bastiones y regiones ...............................

El péndulo de Totatiche ..............................................

Conclusiones ..............................................................................

Bibliografía .................................................................................

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209

Presentación 9

PRESENTACIÓN

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (CPUM)

mandata que la base de la organización política y administrativa de

los estados en la federación mexicana será el municipio libre. El

artículo 115 constitucional de alguna manera ha dejado estableci-

das las bases o principios que desde el proyecto de Constitución

presentado por Venustiano Carranza en diciembre de 1916 se han

buscado alcanzar para este orden de gobierno: independencia po-

lítica (en el sentido de que no haya ninguna autoridad interme-

dia con los otros órdenes de gobierno); independencia económica

(para administrar libremente su hacienda pública) y personalidad

jurídica, demanda esta última en la que más se ha avanzado.

Si bien el Federalismo en México había podido sobrevivir gra-

cias al recurso de la controversia constitucional entre poderes

de un mismo orden de gobierno y entre poderes de los ámbi-

tos federal y estatal, el municipalismo no ha logrado afianzarse o

avanzar en el logro de los tres principios que siempre ha buscado.

10 alternancia política municipal en jalisco 1992 - 2015

La reforma de diciembre de 1994 al artículo 105 de nuestra

Carta Magna vino a reconocer al municipio legitimidad y per-

sonería jurídica para interponer controversias constitucionales1

(contra la federación, el Distrito Federal, un estado, otro muni-

cipio del mismo estado o de otro estado), reconociéndole en los

hechos el carácter de orden de gobierno, que después vendría

a legitimar la reforma del 23 de diciembre de 1999 al artículo

115 constitucional cuando se establece que los municipios ya no

serán administrados, sino gobernados por un ayuntamiento de

elección popular directa. Lo anterior trajo como consecuencia

que los municipios resultaran más atractivos electoral y política-

mente y que la cantidad de controversias constitucionales pro-

movidas por los ayuntamientos ante la Suprema Corte de Justicia

de la Nación se elevara sustancialmente2.

En este sentido y puesto que en el territorio municipal es pre-

cisamente donde se desarrollan los escenarios de todo el acon-

tecer nacional, la situación que guarde debe seguir siendo un

1 La controversia constitucional es un juicio que se promueve en única instancia ante la

Suprema Corte de Justicia de la Nación, cuando se suscitan conflictos entre poderes o ámbitos

de gobierno. Mediante dicha figura se impugna si alguno de ellos afecta a otro en su esfera de

competencias, contraviniendo con ello a la Constitución. Por esta vía no pueden resolverse

conflictos en materia electoral ni por límites territoriales. Entre los actores facultados por la

Constitución para emplear este recurso están: las entidades federativas, el Distrito Federal,

los municipios, el Ejecutivo federal, el Congreso de la Unión, los poderes de una entidad

federativa y los órganos de gobierno del Distrito Federal. (sil.gobernacion.gob.mx/glosario).2 Las controversias constitucionales publicadas en el Diario Oficial de la Federación, a partir

de 1995, hasta el 1° de abril de 2015, suman 178. De las cuales, 108 han sido promovidas

por los gobiernos municipales, planteadas en su gran mayoría en contra de sus propios

poderes Ejecutivo y Legislativo (Fuente: http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/

compila/controv.htm). Como caso emblemático se tiene la controversia 32/2012 promovida

por el municipio de Cherán, en contra de los poderes Legislativo y Ejecutivo del estado de

Michoacán, cuya resolución le restituye el derecho de elegir a sus autoridades de acuerdo a

sus usos y costumbres (D.O.F. del 23 de septiembre de 2014).

Presentación 11

primer referente de todo lo que ocurre en los estados. De esta

manera, los estudios, investigaciones y análisis que sobre ella se

realizan han adquirido mayor relevancia.

Por esos motivos surge la idea de explorar esa peculiar rela-

ción que en determinados municipios se ha venido dando entre

su crecimiento demográfico y la disputa por el poder político en

su interior. En este orden de ideas con el interés de conocer y di-

fundir las formas como se vive el municipalismo en Jalisco, este

trabajo involucra el tema de la alternancia y sus manifestaciones

durante los últimos 23 años en aquellas localidades donde existe

una importante competencia demográfica entre su propia cabe-

cera y alguno de sus centros de población.

En nuestro estado existen 30 municipios que se encuentran

en esa condición3 o se encaminan hacia ella. De los cuales, por la

extensión prevista para este pequeño volumen sólo se analizan

cinco, que fueron seleccionados de acuerdo a la combinación de

tres factores: a) donde se pudo recabar mayor información; b)

donde hubo menor inseguridad para la integridad física al mo-

mento de realizar la investigación de campo y, c) donde el estu-

dio de caso se adecuó a la extensión de la obra.

Parte de la información incluida proviene de entrevistas con

actores políticos, muchos de los cuales pidieron el anonimato; por

lo que, en un acto de respeto y responsabilidad se omite señalar

3 Esos municipios son: Acatlán de Juárez, Amacueca, Atengo, Atenguillo, Ayotlán, Bolaños,

Chapala, Chimaltitán, Cihuatlán, Cuautitlán de García Barragán, El Salto, Gómez Farías,

Ixtlahuacán de los Membrillos, Jilotlán de los Dolores, Mezquitic, Quitupan, San Cristóbal

de la Barranca, San Sebastián del Oeste, Santa María de los Ángeles, Tapalpa, Tepatitlán de

Morelos, Teuchitlán, Tlajomulco de Zúñiga, Tolimán, Tomatlán, Tonila, Totatiche, Tuxcueca,

Villa Corona y Zapotlán del Rey.


el nombre y apellido del entrevistado. Las cifras y datos históri-

cos fueron tomados de archivos oficiales, como libros de actas de

Cabildo, decretos legislativos, archivos del Instituto Electoral y

de Participación Ciudadana del Estado de Jalisco (IEPCEJ), del

Instituto Nacional Electoral (INE), el Periódico Oficial El Estado

de Jalisco y algunas fuentes bibliográficas.

El período analizado abarca desde los comicios celebrados el

9 de febrero de 1992 (elección intermedia), para munícipes y

diputados a la LIII Legislatura del Congreso del Estado. La inves-

tigación cubre hasta el proceso del 1 de julio del 2012, en el que

se eligieron munícipes; diputados al Congreso local para integrar

la LX Legislatura; Gobernador del Estado; diputados y senadores

a la LXII Legislatura al Congreso de la Unión, y Presidente de la

República. El estudio concluye con algunas reflexiones enuncia-

tivas acerca de los nuevos escenarios y tendencias generados en

el proceso electoral de 2015.

El Instituto de Estudios del Federalismo “Prisciliano Sán-

chez”, espera que esta publicación contribuya al conocimiento,

análisis y difusión de las formas como se vive la política en el

último eslabón del Federalismo en nuestra entidad: el municipio.

Introducción 13

INTRODUCCIÓN

Por diversas razones, la importancia de una perspectiva local

para observar el acontecer sociopolítico se ha minimizado, pese

a que en el espacio de lo que podría considerarse como el mun-

do de la política municipal se encuentran muchas explicaciones,

tanto de índole cualitativa como cuantitativa de la llamada políti-

ca estatal y nacional.

Desde esta óptica se observa cómo lo sucedido en el ámbito

nacional, estatal y distrital no siempre coincide con lo que acon-

tece en las 125 municipalidades que existen en nuestra entidad.

La demostración más clara de esto se localiza en el voto diferen-

ciado en los municipios y sus casillas electorales, así como en la

cada vez más frecuente transferencia de cuadros políticos y votos

de un partido a otro, lo que se ha convertido ya en una práctica

cotidiana en los territorios municipales.

Estas prácticas se interpretan como producto del clima de li-

bertad política de que goza la ciudadanía y la clase política para


asumir comportamientos electorales fuera de la vieja lógica cor-

porativa y clientelar que caracterizaron al sistema político mexi-

cano de la época del partido hegemónico. Sin embargo, debe

reconocerse también que esta nueva realidad ha rebasado y des-

conocido las estructuras, fronteras e ideologías de los partidos;

y que, paradójicamente, ello ha sido posible gracias a los siste-

mas cupulares y antidemocráticos legalmente legitimados para la

postulación y selección de candidatos al interior de los partidos

políticos nacionales.

Realizar un análisis del comportamiento político que trascien-

da los límites formales de los partidos y se llegue a las localidades

y los grupos humanos, las relaciones de poder resultan abundan-

tes, coyunturales, circunstanciales e informales; en tanto que las

alianzas o acuerdos entre actores políticos ocurren al margen de

las estructuras formales y hasta de la propia legislación. Así, las

derrotas o victorias electorales adquieren un significado que va

más allá de lo ideológico-institucional, así como una dimensión

humana, familiar y una geo-referenciación territorial.

Es usual, finalmente, que la panorámica de los resultados elec-

torales sea analizada desde la cifra global por distritos o de la

suma estatal, antes que desde la particular óptica del voto muni-

cipal específico, y más aún, del voto por sección en cada una de

sus localidades.

Esa cifra global resulta importante no sólo porque representa

el triunfo o la derrota de los partidos y sus candidatos, sino tam-

bién la posibilidad de traducirse en gobierno; en fuerza política

dentro de las Cámaras legislativas; y, por supuesto, implica asi-

mismo mantener el registro y el derecho a diversas prerrogativas

Introducción 15

que la ley otorga a los partidos políticos por ese hecho.

En pocas palabras, los números fríos, visualizados en forma

global, se transforman en poder, recursos y permanencia en el

mapa electoral. Y por eso es justificable, pero no razón suficien-

te, para dejar de lado una perspectiva localista que descentralice

su análisis, con la cual se podrían encontrar algunas causales de

las derrotas, a veces inexploradas y más aún, hasta despreciadas

o desapercibidas.

Pretender reflexionar sobre el suceso político desde la geo-

grafía de los distritos, si bien facilita la agregación de datos, por

otro lado genera la dificultad de que sus límites han variado, tan-

to a nivel federal como estatal4, y esto hace difícil una revisión

cronológica uniforme, por lo que es más conveniente efectuarlo

desde la perspectiva del voto particular que se emite en cada uno

de los municipios del estado, independientemente del distrito al

que pertenezcan o hayan pertenecido. Y en los municipios ha-

cerlo por localidades y secciones electorales enriquece aún más

el análisis, ya que si bien la conformación de los distritos cambia

los límites municipales se mantienen intactos.

Las cifras electorales y el mundo de las estadísticas represen-

tan el lado frío de la lucha por el poder. La organización colec-

tiva, la negociación cotidiana y la fuerza persuasiva que hacen

germinar y cultivar el voto en los municipios representan la parte

cálida de la política.

4 Según el artículo 214, de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales

vigente, la demarcación de los distritos se realiza en base al último censo general de población

(DOF 23-05-2014).


En las estrategias del marketing político a los municipios se les

ve como máquinas de votos, en función de una gubernatura o

de un escaño en la legislatura. En esta lógica se deja de lado que

antes que eso las localidades son primordialmente las células aso-

ciativas básicas del tejido sociopolítico, formadas por seres y gru-

pos humanos con plena conciencia, convivencia, voluntad pro-

pia, autonomía, aspiraciones y capacidad para decidir, en función

de determinados intereses, ambiciones, compromisos y presio-

nes de todo tipo. Con frecuencia, dentro del territorio municipal

los cauces tradicionales de diferentes expresiones políticas son

alterados por decisiones centralistas o cupulares de los dirigentes

formales de los partidos o de sus estrategas electorales. En otras

tantas ocasiones, factores con mayor poder económico, político

o los dos combinados, atropellan, -intencionadamente o no- los

proyectos específicos de los actores políticos locales, orillándolos

a tomar el camino de las deslealtades, deserciones o disidencias

según la óptica con la que se les vea- , al ver canceladas las po-

sibilidades en los institutos políticos que tradicionalmente han

militado.

Las cifras electorales revelan sólo una parte de la verdad.

Cuando se les convierte en el objetivo central del pragmatismo

electoral es porque sirven para ganar elecciones, lograr curules

y conservar prerrogativas. Estas cifras vistas a mayor detalle son

reveladoras de los signos vitales del tejido sociopolítico, cuyos

síntomas nos informan sobre las características subyacentes en

la vida política municipal.

Un estudio que abarcara los 125 municipios tendría que orga-

nizarse desde ópticas más complejas: desde la dinámica electoral,

Introducción 17

con la cual se aspiraría a comparar los diferentes niveles de alter-

nancia y persistencia de manera global; al análisis de sus fórmu-

las posibles, que en Jalisco se dan en un abanico que abarca desde

ese sistema de preferencia reiterada hasta el de cinco opciones

diferentes, como en seguida se verá. Se trataría, pues, de un en-

foque electoral de tipo longitudinal, apoyado por argumentos de

carácter sociopolítico.

Necesitaría incluirse la revisión de los ciclos del sistema (se-

xenio-trienio), a manera de un corte transversal en su historia

electoral, para establecer en forma global las causas que influ-

yeron en tales resultados, elección tras elección. Otro apartado

se podría referir a la intención del voto y sus posibles motiva-

ciones, donde se abordaría el tema con un enfoque sociopolíti-

co (expresiones políticas locales), respaldado con algunos datos

electorales. Una propuesta así, sería agrupar a los municipios por

similitud de casos. Analizándose de una manera más o menos

profunda.

Para el propósito de esta investigación se tomará la última op-

ción: la intención del voto y sus probables motivaciones. Pero

como también sugiere un estudio bastante amplio, el aspecto a

tratar se circunscribe a una explicación general de ese grupo de

30 municipios donde la población de las localidades, sus familias

y sus grupos, interactúan en la política y determinan los resulta-

dos electorales.

Enseguida, en un nivel más específico, se analizan 10 de ellos,

en donde su cabecera municipal ya ha sido superada en pobla-

ción por una o más de las localidades que componen su propio

territorio. Después, se toma la muestra de los municipios selec-


cionados mencionados anteriormente, que es analizada a detalle.

Los otros 20 casos podrían ser el tema para un trabajo de in-

vestigación aparte, de la misma forma como lo serían aquel grupo

de municipios que por su despoblamiento ya no cumplen con

el supuesto legal para seguir siéndolo5. O en el caso opuesto,

aquellas delegaciones municipales e incluso colonias situadas en

municipios de la zona metropolitana de Guadalajara que bien po-

drían constituirse ya en nuevas municipalidades.

Este trabajo tiene como propuesta una forma de analizar el

voto que se emite en los comicios municipales, para explicar al-

gunas de sus relaciones con el juego de fuerzas políticas locales y

las comunidades interiores, que han dado como resultado la ter-

minación del sistema de preferencia reiterada hacia un solo par-

tido, sustituyéndolo con variada gradualidad por la alternancia

que hoy vive nuestra entidad. Las mutaciones que en los últimos

23 años ha tenido la disputa de las localidades, las familias y los

grupos por el poder político de cada municipio, es lo que aparece

como alternancia político partidaria municipal.

5 Véase la Ley de Gobierno y Administración Pública Municipal, en sus artículos 1° y 6°; y la

Ley Orgánica del Poder Legislativo del Estado de Jalisco, de los artículos 233 al 286. En éstos

se observará que para formar un municipio, entre otros requisitos se encuentra el de tener

20 mil habitantes, y en Jalisco, de acuerdo al Censo de Población y Vivienda de 2010, 73 de

ellos ya no cumplen tal requerimiento. Además, en su cabecera deben tener no menos de 10

mil, de acuerdo a lo cual, existen 43 cuya población total ya no les da ni por lo menos para ser

cabecera municipal, dentro de los cuales se encuentran Tolimán, Tonila, Bolaños, Tuxcueca

y Totatiche, que están considerados en el presente análisis.

algunos supuestos generales 19

I. ALGUNOS SUPUESTOS GENERALES

Mucho antes de promulgada la primera Constitución Federal, inclu-

so en plena colonización, la relación entre la gran metrópoli y los te-

rritorios que conformaban el virreinato fue de una tensión constante

entre dos tendencias: por un lado, la de controlar desde el centro,

con el argumento de mantener la unidad en los nuevos reinos, inten-

dencias y, después, de las provincias (ahora estados); y por el otro, la

idea de las autonomías locales y el respeto a su forma natural de vida.

El trasfondo de esa relación fue de carácter económico, y la

expresión política que se sobrepuso a ella fue el Federalismo. Así

lo sustenta el historiador Jaime Olveda, cuando explica que los

borbonistas se aliaron a los centralistas mexicanos, a los ricos

comerciantes españoles radicados en la Ciudad de México, al alto

clero y militares de prestigio, con el propósito de controlar desde

el centro los destinos de las provincias, y conservar el monopolio

comercial. Una vez consumada la Independencia, querían el tro-

no de un Imperio para un miembro de la casa reinante en España.


Dice el autor: “Por esa razón se opusieron a una república federal

que diera libertad a las distintas provincias de buscar sus propias

rutas comerciales, formándose así una tendencia autonomista en

cada una de las regiones, distinguiéndose la de Guadalajara”6.

Este sentimiento autonomista de las provincias, pervive hasta

la fecha no solo en la relación entre la federación y sus partes

constitutivas -las entidades federativas y sus municipios- sino

que también persiste entre las cabeceras municipales con las lo-

calidades que forman su territorio, en los aspectos económicos y

comerciales, así como en el ámbito de lo político-electoral7.

En sentido contrario y en apoyo a la idea de las autonomías

locales, siguiendo la concepción simbiótica de los orígenes del

Federalismo, planteada por uno de sus primeros teóricos8, el ho-

landés Johannes Althusius (1557-1638), se dice que éste nace de

la necesidad individual, vital, de pertenecer al cuerpo social y de

autogobernarse bajo principios de subsidiariedad en la toma de

decisiones colectivas, hasta llegar al último grado de evolución

social que es el Estado. Desde este punto de vista, el Federalismo

se hizo y se hace desde lo local, no a la inversa.

6 Olveda, Jaime. La Política de Jalisco, durante la primera época federal. Gobierno de Jalisco.

Guadalajara 1976. P. 17. Asimismo sobre el tema Cfr. Muriá, José María. 190 Aniversario de

la Creación del Estado de Jalisco y del Inicio del Federalismo Mexicano. Gobierno del Estado de

Jalisco/Instituto de Estudios del Federalismo. 2013. Pp. 18-19.7 Como ejemplo tenemos, en el primer caso: La creación de la Conferencia Nacional de

Gobernadores (CONAGO). En el segundo, el condicionamiento de ayuntamientos panistas

a la firma del Convenio para el Mando Único Policial en Jalisco. En el tercero, la diversidad

partidista entre presidentes municipales, Delegados y Agentes municipales, que se eligen cada

tres años; o el celo político entre la localidad más importante y su cabecera, como Melaque, en

Cihuatlán; San Andrés Ixtlán, en Gómez Farías; San Luis Soyatlán en Tuxcueca, etc.8 Citado en: Guillén López, Tonatiuh. Federalismo, gobiernos locales y democracia. Cuadernos

de divulgación de la cultura democrática. N° 17. IFE. www.ine.mx


La tendencia a centralizar ha tenido su consecuencia en el

desarrollo de la vida nacional. Así ha sucedido con la creación

de infraestructura, tanto como de servicios públicos y privados

en general privilegiando a las capitales estatales y municipales,

provocando altas concentraciones y grandes dispersiones demo-

gráficas y económicas. En nuestro país, por tradición la capital de

la república, las capitales de los estados y las cabeceras municipa-

les, tienden a concentrarlo todo.

Esta óptica nos permite entonces situarnos en el ámbito de

las localidades que conforman a los municipios, cuya esencia po-

lítica y económica ha sustentado esta tendencia asociativa, que

emana desde la más humilde comunidad habitada de cualquiera

de nuestros municipios. Es ahí donde se practica el Federalismo,

así entendido, antes que como doctrina o mandato constitucio-

nal, como su forma natural de vida. Con ese típico equilibrio

resultante entre dos polos de atracción: el centro y las partes

constituyentes.

El día de hoy, en este nivel de la realidad nacional, se observa en

los municipios esa competencia entre centralizar y descentra-

lizar, que se acentúa en aquellos lugares donde dos o más loca-

lidades se disputan además densidades demográficas similares.

Donde también, gracias a la voluntad popular se han poblado de

esa manera.

Por lo mismo, tratándose de las decisiones de carácter electoral,

específicamente, entre la sede de los poderes municipales y sus

localidades, se puede percibir el balanceo de sus contrapesos in-

ternos que equilibra el poder entre grupos, partidos y regiones,

generando diversos escenarios en cada elección de sus autorida-


des, dentro de una mecánica que funciona, por lo menos en estos

municipios de Jalisco, según los supuestos contextuales, que ana-

lizaremos enseguida.

A) La alternancia partidaria en los municipios de Jalisco (quizá

en toda la república) es una verdad a medias.

Entendiendo la alternancia, en sentido estricto, como un siste-

ma basado en dos únicas opciones electorales que han alcanzado

el poder, sólo es vigente en 78 de los 125 municipios de Jalis-

co (62.4%), por lo menos hasta la elección del 2012. En los 47

restantes (37.6%), las posibilidades son abiertas, donde el poder

municipal es compartido de acuerdo a otras cuatro formas dife-

rentes: a) el sistema de preferencia reiterada hacia un solo parti-

do (San Cristóbal de la Barranca). b) la fórmula de tres opciones.

c) otra, donde predomina la preferencia hacia cuatro partidos. d)

una última, donde han gobernado hasta cinco opciones diferen-

tes. (Véase cuadro N°1). Un dato importante es que ocho de los

diez municipios considerados en el presente estudio, por com-

partir la característica de tener su cabecera superada en pobla-

ción por una o más de sus localidades interiores, se mantienen

dentro del sistema de dos opciones predominantes. E igualmente

sucede con cuatro de los cinco integrantes de la muestra selec-

cionada.


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La alternancia partidaria es una verdad a medias porque con

cierta frecuencia el partido alternante que desplaza al que se

encuentra en el poder lo hace con un candidato prestado9, se-

guido por un grupo de simpatizantes. No se trata de una alter-

nancia entre partidos, sino entre grupos políticos, familias y/o

personas.

Por otro lado, cuando el gobierno municipal cambia de par-

tido, lo que ocurre a veces, no es que uno gana por sus propios

méritos, sino que el otro pierde por sus deméritos. Incluso, en

algunos casos, el que gana la elección resulta ser un tercer bene-

ficiado cuando -ante una cerrada y desgastante campaña entre

los principales contendientes- obtiene el triunfo sin el menor es-

fuerzo, como respuesta de un electorado emitiendo su voto de

castigo. Entonces, no se trata de una alternancia basada en la alta

competitividad del sistema de partidos, institucionalizado, sino

de sus fluctuantes capacidades de actuación en la arena electoral

y del cansancio de la gente.

9 Para muestra, no es difícil encontrar casos declarados: a) Quien era el presidente del PRI en

Sinaloa, para 2011, Pablo Moreno Cota, informó a los medios locales que es “…lamentable que

partidos con candidatos prestados (…) como el PAN (…) estén ganado la batalla al PRI (…)

donde el tiempo está dando la razón de las consecuencias de las alianzas (…) donde lo que

menos importa son los orígenes y las ideologías de los candidatos…” Línea Directa (Sistema

informativo). 7 de febrero 2011. b) La ex Secretaria de Desarrollo Social del gobierno estatal

de Guerrero, Beatriz Mojica Morga, declaró que “…al PRD le ha ‘pegado’ que ‘hemos vivido

de prestado (candidatos) y hemos dejado a nuestros cuadros de lado, hemos invertido poco

en nuestros cuadros’”. IRZA (Agencia de Noticias) 26 de noviembre de 2014. C) La Voz

del Norte publicó el 5 de marzo de 2015 en su columna, “Revolcadero Político”, que “…

Nada garantizado tiene el PRI de Huejúcar con la llegada de un candidato prestado, el cual

difícilmente bajará de la delantera a un dicharachero y experimentado candidato del PAN.

Sin duda, que el candidato de MC también tiene para dar batalla pero que si hoy fuera la

elección no le alcanzaría para ganar”.


B) La alternancia se encuentra matizada por la naturaleza del

cargo de elección popular en disputa, incidiendo en la relación

entre el voto lineal y el voto diferenciado.

Entre el candidato, los partidos y los electores de una demarca-

ción, se establece una distancia y afinidad determinadas, por lo

que predispone el nivel de volatilidad del voto y la competitivi-

dad electoral de los partidos.

De manera que si se trata de elegir al titular de una función

administrativa existe una mayor alternancia. Si se trata de una

función legislativa sucede lo contrario, dada la diferente distan-

cia, afinidad e interés que existe entre ambos cargos.

Esta relación (lejanía-apatía y cercanía-interés), entre los can-

didatos y sus electores municipales tiene incidencia directa e in-

mediata en la forma de hacer política y en el rumbo que toma la

intención del voto. De esta manera, es como se puede observar

en diversas localidades de Jalisco la movilidad del voto y de los

cuadros políticos de un grupo o partido a otro, y los altos niveles

de alternancia.

Cada vez hay más casos –como enseguida se verá- en que

algunos personajes han aparecido como candidatos por varios

partidos y hay municipios en que, durante los últimos 20 años

ningún partido ha logrado consolidar su permanencia en el po-

der, más allá de tres años. Por ejemplo: Ameca, La Manzanilla de

la Paz, Sayula y Tuxpan. En cambio, en las elecciones para legis-

ladores estatales y federales, donde no se observa tal apasiona-

miento y cercanía, los resultados electorales son más predecibles

y estables.


Por lo tanto, cuando un partido ha conseguido la mayoría de

votos para elegir munícipes, no necesariamente la ha obtenido

también para elegir legisladores o titulares del Ejecutivo, esta-

tales o federales. Sobre todo a partir de la elección realizada en

1992, lo cual ha generado diferentes mapas electorales en Jalisco.

Este hecho ha traído el voto diferenciado, la alternancia y la

casi extinción del sistema donde un solo partido ha permanecido

en el poder, el cual aún se da con diversas intensidades en la geo-

grafía electoral de Jalisco.

C) Los factores que determinan el resultado electoral en los mu-

nicipios, varían en cada elección.

Sin ser restrictivos, algunas de las causas más constantes que

favorecen la alternancia son la personalidad y la imagen del

candidato, pues la evaluación social de que son objeto incluyen

desde su capacidad oratoria y aspecto físico, hasta la experien-

cia, la capacidad política y administrativa acumulada durante su

carrera e, incluso, hasta su nivel socioeconómico y el lugar de

su nacimiento. En este último supuesto están: Tuxcueca, Toli-

mán, Tonila, Ixtlahuacán de los Membrillos, Atengo y San Se-

bastián del Oeste.

Pero también la relación de ideas que el elector hace entre el

desempeño del alcalde en turno con el partido que lo postuló, es

otro factor decisivo, pues de ello ha dependido el voto de castigo

o de ratificación. Y aunque es difícil comprobarlo, debido al sigi-

lo con el que son operados, la limpieza con la que son realizados

sus procesos internos y los acuerdos a los que llegan tanto para la


selección del candidato como para la renovación de sus estructu-

ras internas, son claves para llegar unidos a las urnas.

Existe otro elemento que marca dos épocas. Durante todas las

elecciones anteriores a los comicios celebrados el 6 de julio del

2003, los electores acudían en dos ocasiones a emitir su voto en

un mismo año: la primera de ellas, era para los comicios federa-

les. Entre 4 y 6 meses posteriores volvían a las urnas para elegir

representantes locales, por lo que la intención del voto pudo ha-

ber cambiado, entre una y otra fecha.

Esta posibilidad queda eliminada a partir de la elección inter-

media realizada en el 2003 (durante el gobierno de Vicente Fox

Quesada), cuando en una sola jornada electoral los electores han

votado por sus representantes federales y locales. En esa ocasión,

lo hicieron para la integración de la LIX Legislatura federal, la

LVII Legislatura local y los presidentes municipales que goberna-

ron en el período comprendido del 1° de enero de 2003 al 31 de

diciembre de 2006.

D) El origen de algunas nuevas opciones electorales, llámense

partidos o candidatos independientes pone en entredicho su

autenticidad.

Hasta ahora, los partidos más consolidados, en toda la historia

política municipal de Jalisco, son el PAN y el PRI. Como tales,

han sido el origen de otras opciones electorales. Esto sucede

principalmente debido a la falta de coincidencias internas, o de la

insatisfacción de quienes al no lograr la nominación, buscan ser

registrados como candidatos de otros partidos. Aunque también


existen casos de auténtica verticalidad ideológica y oposición al

partido en el gobierno, cuyo origen es otro.

Estos hechos podrían no deberse a una contienda ideológica

entre partidos, sino a una lucha por el poder entre grupos de la

clase política que se desprenden de las principales fuerzas locales

con objetivos tan a corto plazo, como la efímera aparición en las

boletas por única ocasión y su posible triunfo10.

Algunas de estas nuevas opciones, desideologizadas, por lo ge-

neral van acompañadas de un candidato prestado, priista o panis-

ta, según se dé el caso (como fuerzas predominantes hasta ahora)

o a través de un personaje “apartidista” pero con mucho prestigio

social, conocido comúnmente como “candidato ciudadano”. Por

lo general, la nominación de este tipo de candidaturas es realizada

por aclamación más que por un proceso electivo o democrático,

el cual es respaldado por una alianza fáctica, integrada por grupos

políticos o personas con poder, antes que por partidos.

En el municipio de Casimiro Castillo, en 1995, el candidato

del PAN, Ismael Gómez Camacho, de origen perredista, fue el

producto de una alianza de este tipo entre diversas fracciones

de los partidos: PFCRN, PRD, PRI y, por supuesto, del PAN. Otra

es el caso de la elección de 1997 en Atoyac, cuando los líderes

del PFCRN (ya sin registro como partido) y del PAN, llegan a

un acuerdo para registrar como candidato común a Jesús Gómez

Fregoso, quien obtiene el triunfo en las urnas.

10 Tales son los casos del Partido de la Sociedad Nacionalista (PSN), Partido Alianza Social

(PAS), Partido Centro Democrático (PCD),Partido Democracia Social (PDS), Partido

Mexicano El Barzón (PMB), Partido Liberal Mexicano (PLM), Partido México Posible (PMP),

Partido Fuerza Ciudadana (PFC), Partido Alianza Social demócrata y Campesina (PASDC),

Partido Social Demócrata, y el Partido Unión Nacional Opositora.


Este contexto, en general, es caldo de cultivo para que las

candidaturas independientes germinen, principalmente desde el

ámbito municipal, dejando tras de sí la transferencia de cuadros,

simpatizantes y votos de un partido a otro, a manera de una res-

puesta-salida ante la imposibilidad de ascenso en su partido de

origen. Casos palpables son el de los ex panistas Raúl de Luna

Tovar e Hilario Ramírez Villanueva, que ganaron las elecciones

en el municipio de Enrique Estrada, Zacatecas, en 2012, y en San

Blas, Nayarit, en 2014, respectivamente.

En casos más recientes, el priista Jaime Heliodoro Rodríguez

Calderón (El Bronco), que ha ganado la gubernatura en el estado

de Nuevo León; el panista Manuel J. Clouthier Carrillo, que obtuvo

el triunfo como candidato a diputado federal independiente por el

quinto distrito de Sinaloa; y José Pedro Kumamoto Aguilar como

candidato a diputado local sin partido por el distrito 10 en Jalisco.

En una lucha por el poder, así entendida, la ideología y los

partidos vienen pasando a segundo término pero más aún, cuan-

do la deslealtad o la disidencia dejaron de ser penalizadas por la

moral pública, justificada ante el hartazgo de los grupos enquis-

tados en las cúpulas de los partidos.

Condición que viene a terminar de legitimarse hasta ahora,

con la legalización de las candidaturas independientes, que no

exigen ideología ni lealtad partidista alguna.

E) En Jalisco se vive un bipartidismo de tres partidos.

Con los resultados de la elección general de 2012, se fortalecie-

ron dos tesis centrales. Por una parte, el PRI y el PAN quedan


reafirmados como las tendencias electorales que tradicionalmen-

te han predominado en la lucha por el poder estatal, legislativo

y municipal. Y por otro lado, se consolida el argumento de que

algunas de las nuevas organizaciones políticas que han surgido al

amparo de la reforma electoral, tienen su origen en cualquiera de

estas dos grandes tendencias, cuya reproducción celular cierta-

mente ha contribuido al crecimiento del tejido político que hoy

se tiene. Mientras que otras se han quedado a mitad del camino,

al no lograr su total emancipación.

Algunas de estas nuevas organizaciones políticas, entendidas

como “la oposición” (PT, PVEM, PRD, Movimiento Ciudadano,

etc.) a los partidos más consolidados (PRI y PAN), que repre-

sentan en algunos casos una supuesta pluralidad ideológica, son

en realidad separaciones eventuales, pues siguen siendo aún de-

pendientes de su célula madre, porque se nutren de la misma mi-

litancia y liderazgos de sus partidos progenitores. Y en algunos

casos, incluso emprenden el regreso.

Así sucede con el paradigmático tripartidismo que, se dice,

llegó a Jalisco, en el proceso electoral de 2012, protagonizado por

el Partido Movimiento Ciudadano y que parece consolidarse en

2015. De manera similar, el fenómeno de estas nuevas fuerzas,

supuestamente independientes, que ya venían apareciendo en la

lucha por el poder municipal desde tres décadas anteriores, se

ha trasladado a la elección de gobernador, y se ha replicado en

varias localidades.

Los ejemplos más ilustrativos son la propia elección de gober-

nador, donde el PAN le gana al PAN, llevando a un ex priista como

candidato, pero registrado por un tercer partido, el de Movimiento


Ciudadano, de ahí su alta votación, siendo un partido relativamen-

te nuevo. La elección de munícipes en Puerto Vallarta, donde tam-

bién el PAN le gana al PAN pero igualmente le gana al PRI, a través

de un panista con el registro prestado del Partido Movimiento Ciu-

dadano; y el caso de Ayotlán, donde el PRI le gana al PRI, registran-

do a un priista con ese mismo emblema prestado, nominado como

la supuesta nueva fuerza electoral. Entre otros más.

En algunos de estos casos los disidentes nunca fueron expul-

sados ni renunciaron a su partido original y emprendieron su

regreso, rumbo a las elecciones de 2015, como ocurrió en Ta-

palpa, Ayotlán y El Grullo11, así como en el caso del ex alcalde de

Guadalajara Fernando Garza Martínez, que luego fue candidato

del PRD a la gubernatura de Jalisco en 2012 y regresó en 2015 al

PAN. Mientras que otros, presas del oportunismo político, están

indecisos. Recordemos que en los tres primeros casos, los alcal-

des son o fueron priistas antes de ser postulados por el PANAL,

el PMC y el PAN, en 2012.

Otro caso emblemático es el del panista José Antonio Pinto

Rodríguez, quien siendo Secretario General del Ayuntamiento

de Puerto Vallarta, presidido por el alfarista Ramón Guerrero

Demetrio, solicitó licencia para buscar la candidatura a la pre-

sidencia de Zapopan por el PAN y terminó siendo candidato a

diputado local en el Distrito 10, por ese mismo partido.

Y esto se comprueba una vez que, luego de la euforia que causó

la fusión de fracciones entre dos o más partidos, convenidas, en

11 Guerrero Ortega, Marissa. “Regresan funcionarios de MC, PRD y PAN al PRI”. El Respetable.

Página electrónica. Martes 27 de mayo de 2014. 11.07.14/10:05 am.


cada caso, y logrado el objetivo mediato de alcanzar el poder por

el poder, llega el momento del dolor causado por los entuertos a

cada partido, matizado por el incumplimiento de compromisos y

el pago de facturas políticas (Puerto Vallarta, por ejemplo), y con

ello evidentes desacuerdos entre la supuesta nueva fuerza, que

conducen a su disolución, dejando intacto el bipartidismo entre

el PRI y el PAN, disfrazado de tripartidismo. Esto por lo menos

hasta la elección de 2012.

F) Las alianzas: navajas de doble filo.

Puesto que las alianzas siempre son centralistas, cupulares y an-

tidemocráticas, ya que son acordadas entre las altas capas diri-

gentes de los partidos, sus resultados electorales en los ámbitos

locales pueden tener ventajas muy relativas. Benefician a los par-

tidos, no a los militantes, y mucho menos a los electores o pobla-

ción en general.

La primera alianza local de la historia reciente fue la del PRD

con el PT, en 2006. Que en resumidas cuentas, más que para ob-

tener triunfos sirvió para no desaparecer del mapa electoral. La

siguiente, que fue entre el PRI y el PANAL, en la elección inter-

media del 2009, sólo le redituó utilidad al segundo de ellos. En

julio del 2012, el PRI hizo alianza con el PVEM (también lo hizo

en 2003, 2006 y 2009, sólo a nivel federal), pero esta vez las ven-

tajas fueron mutuas. Gracias a ello, en dos municipios del grupo

analizado (Atengo y El Salto), el PRI conservó el poder en 2012.

Las últimas, fueron las realizadas entre el PAN y el PRD, y la del

PRI con el PVEM, sin resultado favorable para ninguno.


Por lo que respecta a las alianzas informales, al igual que las

candidaturas independientes o ciudadanas, como recurso de los

grupos políticos para conquistar el poder, representaron en la

clandestinidad jurídica una forma fáctica de convertirse en go-

bierno; y aún reconocidas y reglamentadas, mediante acuerdos

extralegales entre grupos y líderes locales, ante la falta de interés

por una operación política incluyente en el seno de los partidos,

entre y sobre las diferentes expresiones políticas institucionales

que existen en las localidades, lo siguen siendo.

G) El voto duro y el voto corporativo pesan menos que la desleal-

tad partidista, ante una decisión equivocada. No así el voto

fiel.

El voto duro es un acto volitivo, impersonal, no siempre reflexivo

y a veces hasta dogmático, pudiendo ser también un voto ideo-

lógico de convicción; el voto corporativo sí tiene nombre y ape-

llido, pues está contenido en los listados de las organizaciones

filiales de algún partido, es consciente, voluntario, seguro, el que

mercantilizado se intercambia por un beneficio inmediato.

Sin embargo, en algún momento determinado, cuando se ha

tratado de una decisión equivocada o de contextos totalmente

adversos, nada ni nadie ha podido garantizar el triunfo para de-

terminado partido. Ni el voto duro o corporativo. Pues en esas

condiciones no es controlable ni por sus propios líderes, pudién-

dose transformar en voto de castigo, como se observó en 1995,

cuando el PRI perdió la gubernatura y en una gran cantidad de

municipios; o cuando listados inflados de miembros activos del


PAN favorecieron, amañadamente a Fernando Guzmán Pérez Pe-

láez, teniendo como respuesta la transferencia del voto panista

hacia el Partido Movimiento Ciudadano, en 2012. Algo muy si-

milar ha sucedido en el ámbito municipal.

A partir de 1992, cuando la oposición al PRI comienza a ganar

espacios municipales, se acentúa una gran movilidad de cuadros

políticos y masas de votos entre una elección y otra, así como

de un partido hacia otro. Esta tendencia del electorado y de la

clase política municipal, ha mostrado la auténtica realidad so-

cial, evidenciando dos cosas que siempre han existido pero que

permanecían ocultas: la verdadera dimensión del voto duro y la

deslealtad partidaria, acompañada por la ausencia de convicción

ideológica, rebasada por los intereses personales y de grupo, so-

breponiéndose a cualquier otro proyecto de carácter social.

Por otro lado, si se establece una relación entre el voto duro

pese a su capacidad de revertirse en voto de castigo, el voto lineal

y el voto reiterado hacia un solo partido, lo que se percibe es que

al llegar la alternancia en 1995, cuando el PRI perdió la guberna-

tura frente al PAN, ninguno de ellos existe. Pero esto es sólo en

apariencia, pues el voto lineal se da; no así el voto duro, como

ya se vio en los procesos electorales de 1995 y de 2015, que es

bastante sensible a las traiciones cupulares.


Cuadro N° 2

Relación voto lineal-voto diferenciado

Tipo y año de elecciónMunicipios

con votación diferenciada

Municipios con votación lineal

Total

1994-1995 PRESIDENCIAL 56 68 124

1997 INTERMEDIA 40 84 124

2000 PRESIDENCIAL 54 70 124





Fuente: Elaboración propia a partir de los datos publicados por el Instituto Nacional

Electoral (INE) y el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana del Estado de Jalisco

(IEPCEJ) en sus páginas web

Pero el sistema de voto reiterado a un solo partido también

sigue vivo, aun separado del voto lineal, gracias a reductos que

se han conservado en convivencia con una derivación del voto

duro: el voto fiel. Gianfranco Pasquino, en su obra Sistemas Polí-

ticos Comparados. Francia, Alemania, Gran Bretaña, Italia y Esta-

dos Unidos, cuando trata el tema de los comportamientos electo-

rales, hace referencia al voto estratégico y al voto sincero.

A este último lo define como aquel que se emite “cada vez

que, sin plantearse ningún problema particular y prescindiendo

de cualquier otra consideración, el elector se incline a votar por

el candidato y/o partido preferido, entonces su voto deberá con-

siderarse sincero…”12.

12 Pasquino, Gianfranco. Sistemas políticos comparados. Francia, Alemania, Gran Bretaña,

Italia y Estados Unidos. Ed. Prometeo. Libros/Bononiae Libris. 2004. P. 57.


Es un concepto que puede traducirse en términos comunes

como el voto de la “fe ciega”, que es emitido en favor de un can-

didato determinado sin importar por cuál partido haya sido re-

gistrado o por determinado partido sin importar a quién haya

registrado como candidato.

Esto queda demostrado en el cuadro N° 4 “Niveles de alter-

nancia en Jalisco (1992-2012)” donde se observa la existencia del

voto reiterado a un solo partido, en la gubernatura, gracias al voto

fiel o voto sincero (24 casos), que no en todos se da como parte

de una votación lineal, en la elección de senadores (17 casos); de

Presidente de la República (13 casos); de Diputado federal (ocho

casos); de Diputado local (tres casos); y de alcaldes (un caso).

H) La alternancia vino acompañada del descenso en la competiti-

vidad de los partidos.

También a partir de 1992, cuando se amplía el espectro electoral,

el sistema de partido preponderante se fue transformando en un

sistema de más competencia pero no por ello más competitivo,

alcanzando diversos niveles y tendencias.

Los indicadores de esta competitividad muestran en general

que la mayoría de los municipios han experimentado un creci-

miento del abstencionismo. Los partidos con mayor número de

triunfos siguen siendo el PAN y el PRI; cada vez son más frecuen-

tes los casos en que la distancia entre el primer lugar y su más

cercano perseguidor es menor al 5%.

Existe un pico en las elecciones de 2000 y 2003, cuando se

registraron hasta 11 y 12 fórmulas de candidatos a munícipes,


pulverizando al voto; la frecuencia con la cual los partidos se han

venido alternando en el poder, es cada vez mayor y el respaldo

electoral con el que han llegado los últimos ocho gobernantes, en

la mayoría de los casos manifiesta una tendencia a la baja.

Algunas de estas características enunciadas, de una u otra

manera se presentan en determinado momento, dentro de los

márgenes municipales de Jalisco. En esa tensa relación entre el

centro y las partes, influidas además por el acontecer nacional

y estatal, se dirige nuestra atención hacia el transcurrir de cada

proceso electoral y que es necesario describir para encuadrar a

cada caso en particular y darle sentido a la explicación.

La dinámica electoral 39

II. LA DINÁMICA ELECTORAL

La dinámica electoral en su conjunto, convencionalmente se en-

tiende como aquellos cambios en las preferencias políticas de los

ciudadanos, en una sección electoral, municipio, distrito o entidad

federativa, para elegir cualquier clase de representante popular, que

sitúan de diferente manera y posición a los partidos y sus candida-

tos, elección tras elección. Sus movimientos básicos son la alternan-

cia, persistencia, abstención y participación de los ciudadanos.

En sentido estricto, la alternancia es la oscilación entre dos13.

Se distingue de lo único, que se entiende como voto reiterado ha-

13 Se trata de un término prestado de la física, según el cual un cuerpo circular magnetizado

que gira sobre su propio eje a determinada velocidad, cada vez que completa un ciclo cruza

e invade otro campo magnético fijo bipolar, ocasionando con ello el desplazamiento de

electrones a través de un conductor, generando así la corriente eléctrica en forma de ciclos

consecutivos y secuenciales, uno positivo y otro negativo; su representación gráfica es la

onda senoidal: la cresta es el polo positivo y el valle es el polo negativo. A diferencia de la

corriente directa, que no ocupa de la intersección de dos campos magnéticos para desplazar

electrones, sino de una fuente de energía acumulada cuyo flujo de electrones solamente corre

del punto A (positivo) al punto B (negativo o tierra), en un solo sentido y su representación

gráfica es la línea recta. La alternancia es entre dos, negativo y positivo, arriba y abajo,

adentro y afuera. Es maniqueísmo.


cia una sola opción y es el primer grado de lo múltiple, que es el

juego entre sólo dos fuerzas. También por convencionalismo, se

ha usado el concepto de alternancia como sinónimo de cambio,

pero no puede haber alternancia entre tres o más partidos políti-

cos. Porque cuando el poder se comparte así, ya no se habla de un

universo cerrado a dos, sino de tres en adelante. Habrá que preci-

sar: la alternancia es cambio, pero no todo cambio es alternancia.

Para fijar un criterio general respecto al uso y significado co-

mún de este término, se ha establecido que la alternancia debe

ser entendida como aquellos casos en que se registran cambios

de partido en cualquier cargo de elección popular. Y por ana-

logía, cuando ocurre lo contrario, se entenderá que en lugar de

alternancia (cambio de partido en el poder) hay persistencia.

La dinámica no es homogénea para los diversos tipos de elec-

ción, sobre todo a partir de los comicios locales realizados en

nuestro estado el 9 de febrero de 1992, considerados como la

antesala de la alternancia por lo que en la dinámica electoral se

tiene que distinguir entre lo federal (presidente de la república,

Senador y Diputado federal), lo estatal (gobernador del estado y

legislador estatal) y lo municipal (Ayuntamientos).

Observar el tema desde esta óptica, ofrece la utilidad de com-

parar los diferentes momentos electorales, así como las diversas

fórmulas de partidos alternantes (entre dos, tres, cuatro y hasta

cinco partidos) que han compartido el poder, en los escaños de

las legislaturas federal y local o en la titularidad del Poder Ejecu-

tivo municipal, estatal y federal.


1. El contexto

A partir de los inicios de la década de 1990, se comienza a ges-

tar una nueva realidad que se caracteriza por una mezcla hetero-

génea de factores e incluso cambios inesperados en la curva de

las preferencias ciudadanas, debido a determinados hechos que

han trascendido el acontecer político y electoral en la sociedad

mexicana, con diferentes tipos de alcance. Algunos han repercu-

tido o se han originado en el interior de las diversas fuerzas que

se organizan entorno a la conquista del poder, haciendo posible

el surgimiento de nuevas opciones electorales, desapareciendo

otras o propiciando fusiones entre ellas.

En otros casos, lo determinante han sido las reformas legis-

lativas, orientadas a una diferente distribución del poder entre

las diversas fuerzas que lo detentan, que han permeado desde

el orden federal hasta las capas locales, dejando su huella en la

integración de las cámaras legislativas, así como en los cuerpos

edilicios, en el marco de un proceso de mayor apertura y en el

ámbito de la representación proporcional que ha incluido a los

partidos minoritarios.

Sumado a esto, a medida que los electores van adquiriendo la

confianza en el respeto a su voto, se ha venido observando una

mayor pluralidad electoral, sobre todo a nivel municipal, pero

que lamentablemente no se ha reflejado en una mayor partici-

pación en las urnas. Lo cual ha tenido por consecuencia que la

geografía electoral se vea modificada frecuentemente entre una

elección y la siguiente (sea ésta federal, local, o ambas), entre

una localidad y otra.


En Jalisco, la dinámica electoral municipal comienza a inte-

ractuar con la pluralidad intensamente en 1992, cuando el PAN,

considerado como la principal fuerza opositora del PRI, gana

15 presidencias municipales14. Mientras que a nivel nacional lo

hace a partir de la segunda mitad del sexenio del mandato de

José López Portillo (1979-1981), cuando en el país logra ganar

18 ayuntamientos, cifra que siguió creciendo en forma desme-

surada, al grado de que para la primera parte del sexenio de Fe-

lipe Calderón, los municipios gobernados por Acción Nacional

llegaron a 541 (23% nacional). Según lo demuestra el estudio

Los cambios en los sistemas de partidos municipales en México: del

monopartidismo al pluripartidismo, realizado por los investigado-

res de la UAM-Xochimilco, Mario Alejandro Carrillo Luvianos,

Álvaro Martínez Carrillo y Ernesto Morua Ramírez, en el cual

se analizan desde la perspectiva del contexto nacional (Véase el

cuadro N° 3).

14 El PAN ganó en: Acatic, Arandas, Zapotlán el Grande, Colotlán, Chapala, Gómez Farías,

Juanacatlán, Magdalena, Mascota, Villa Purificación, San Juan de los Lagos, San Julián, Santa

María de los Ángeles, Unión de San Antonio, Zapotlanejo. El PRD obtuvo el triunfo en

Cuquío. El PARM aventajó en Teuchitlán y Tuxcueca.


Cuadro N° 3

Municipios ganados por el PAN en México (1982-2012)

Presidente Sexenio Trienio Nacional Jalisco (1)

MIGUEL DE LA MADRID

HURTADO1982-1988

1982-1984 30 3

1985-1987 16 N/R

CARLOS SALINAS DE GORTARI 1988-19941988-1990 43 2

1991-1993 101 15

ERNESTO ZEDILLO PONCE

DE LEÓN1994-2000

1994-1996 224 52

1997-1999 287 40

VICENTE FOX QUESADA 2000-20062000-2002 384 50

2003-2005 503 51

FELIPE CALDERON HINOJOSA 2006-20122006-2007 541 64

2009-2012 538 (2) 63

ENRIQUE PEÑA NIETO 2012-20182012-2015 450 (3) 23

2015-2018 549 (4) 24

Fuente: Información extraída de la obra Los cambios en los sistemas de partidos municipales

en México: del monopartidismo al pluripartidismo, realizada por los investigadores de la UAM-

Xochimilco, Mario Alejandro Carrillo Luvianos, Álvaro Martínez Carrillo y Ernesto Morua

Ramírez. Enero de 2010. Complementado con: (1) Datos del IEPCEJ. (2) Hurtado, Javier.

“Capital político municipal de los partidos en México”, Revista Este País, Diciembre 2012. (3)

Tomado de un trabajo aún no publicado de la autoría del Dr. Javier Hurtado. (4) Cifra tomada

de la página web del Comité Ejecutivo Nacional del PAN, el día 24 de junio de 2015.

Por otro lado, la relación que se da entre las diversas corrien-

tes políticas y su reflejo en la emisión del voto en los municipios,

genera una dinámica electoral específica, que no es la misma

cuando se trata de elegir a un presidente de la república, un le-

gislador federal o local, un gobernador del estado, que cuando se

trata de elegir a un presidente municipal.

Se observa que conforme se trata de instancias más cercanas

a la población, el voto reiterado a un solo partido casi desapare-


ce y la volatilidad electoral tiende a incrementarse, igual que los

cambios de partido en el poder.

Cuadro N° 4

Niveles de alternancia en Jalisco (1992-2012)

En la elección de

Cambio nulo

(0 veces)

Cambio bajo

(una vez)

Cambio

medio (2 a 3

veces)

Cambio

alto (4 a 7

veces) Total

Número de

municipios

Número de

municipios

Número de

municipios

Número de

municipios

Presidente 13 19 92 0 124

Senador 17 14 86 7 124

Diputado Federal 8 4 71 42 125

Gobernador 24 34 67 0 125

Diputado Local 3 9 68 45 125

Munícipes 1 3 35 86 125

Fuente: Elaborado a partir de los datos publicados por el Instituto Electoral y de Participación

Ciudadana (IEPCEJ) y del Instituto Nacional Electoral (INE) en sus páginas web. La cifra en

rojo indica la cantidad mayor de casos.

El cuadro N° 4 explica el número de municipios que se en-

cuentran en cada uno de los cuatro niveles de alternancia: los

municipios sin cambio de partido en el poder o con sistema de

preferencia reiterada hacia un solo partido; cambio bajo (uno

solo); cambio medio (dos a tres cambios) y de cambio alto (cua-

tro a siete cambios). Tomando en cuenta el voto histórico de

cada municipio del estado, entre 1992 y 2012.

Si tomamos como ejemplo la primera columna del cuadro,

donde se agrupa a los municipios cuyo voto ha sido fiel a un solo

partido, para cualquiera de los diversos cargos de elección popu-

lar, se puede constatar lo siguiente:


A) Los sistemas de voto reiterado a un solo partido en la elec-

ción de munícipes, se encuentran casi extinguidos en Jalisco,

pues sobrevive hasta el 2012 un único caso: San Cristóbal de la

Barranca, favoreciendo al PRI. El cual, según se observa en los re-

sultados de ese proceso electoral, lo siguió siendo gracias al voto

de la coalición “Compromiso por Jalisco”, formada por el PRI y el

PVEM. Para 2015 quedó desaparecido este sistema, pues el triun-

fo fue para el PAN en ese municipio.

B) En la elección de diputado local, se encuentran tres mu-

nicipios cuyo voto ha sido emitido siempre en favor de los can-

didatos de un solo partido (PRI): Chiquilistlán, Pihuamo y San

Cristóbal de la Barranca.

C) En la misma condición están otros 24, pero en la elección

de gobernador. De los cuales 23 han mantenido su voto fiel hacia

los candidatos del PRI, haciendo ganar en su territorio a Eugenio

Ruiz Orozco, Jorge Arana Arana, Arturo Zamora Jiménez y Jorge

Aristóteles Sandoval Díaz y solo uno a favor de los candidatos del

PAN, desde Alberto Cárdenas Jiménez, Francisco Javier Ramírez

Acuña, Emilio González Márquez hasta Fernando Guzmán Pé-

rez-Peláez, que es Tequila.

El grupo de esos 23 proclives al priismo son: Acatlán de Juárez,

Ahualulco de Mercado, Amatitán, Ayotlán, Bolaños, Cabo Corrien-

tes, Cihuatlán, San Gabriel, Cuautla, Chimaltitán, Chiquilistlán, Hos-

totipaquillo, Mazamitla, San Cristóbal de la Barranca, San Marcos,

San Martín de Bolaños, Tala, Teuchitlán, Tizapán el Alto, Tolimán,

Villa Guerrero, Zapotitlán de Vadillo y San Ignacio Cerro Gordo.

D) Los municipios que mantienen su voto fiel hacia un solo

partido, para elecciones de Diputado federal, suman ocho y to-


dos ellos han favorecido a los candidatos del PRI, son: Acatlán de

Juárez, Amatitán, Degollado, Pihuamo, Mazamitla, San Cristóbal

de la Barranca, San Martín de Bolaños y San Ignacio Cerro Gordo.

E) Para la elección de senadores, son 17 los que han emitido

su voto de esa misma forma, que son: Acatlán de Juárez, Ahualul-

co de Mercado, Amatitán, Cabo Corrientes, San Gabriel, Chimal-

titán, Guachinango, Hostotipaquillo, La Huerta, Ixtlahuacán del

Río, San Cristóbal de la Barranca, San Marcos, Talpa de Allende,

Teocuitatlán de Corona, Tolimán, Tomatlán y San Ignacio Cerro

Gordo. Todos a favor de los candidatos del PRI.

F) En las elecciones de presidente de la república, son 13 ca-

sos. A favor del PRI suman 10: Amatitán, Cabo Corrientes, San

Gabriel, Chimaltitán, Guachinango, Hostotipaquillo, Quitupan,

San Cristóbal de la Barranca, Teuchitlán y Zapotitlán de Vadillo.

Y a favor del PAN suman tres: Jalostotitlán, Tepatitlán de Morelos

y Zapopan.

G) Por lo que se refiere a las siguientes tres columnas del cua-

dro, de manera muy general, se puede observar que en la colum-

na de cambio bajo (un solo cambio de partido en el poder) la

cifra mayor se registra en la elección de Gobernador, sumando

34 casos; le siguen 86 casos en la columna de cambio alto, en la

elección de munícipes y al final, como la mayor cifra de todas,

aparecen 92 casos de municipios en donde los electores le han

dado la mayor importancia al cambio de partido en el poder en

la elección de presidente de la república, en la modalidad de una

alternancia de cambio medio, es decir entre dos y tres cambios

de partido en el poder.

Puesto que no es propósito de este trabajo profundizar en ello, ni


en todos los municipios del estado, lo importante en todo caso es

demostrar en general, la dinámica con la que se han venido ma-

nifestando las preferencias electorales de los jaliscienses entre

1992 y 2012, para contextualizar a los que integran la muestra.

Dinámica que ha entrado en un proceso de diversificación, debi-

litando el voto corporativo, cuyo reflejo inmediato en las urnas

era la emisión del voto lineal. La nueva realidad es, entonces, el

voto diferenciado y la alternancia entre múltiples opciones. Aun-

que éstos subsistan o convivan con el voto lineal y los sistemas de

preferencia reiterada hacia un solo partido, en los otros niveles

del sistema electoral de nuestro país, con diferente intensidad,

medida, lugar y derroteros políticos.

2. Alternancia y persistencia

Uno de los movimientos básicos de la dinámica electoral, como

ya se dijo, es la participación de los ciudadanos en las urnas en

relación con su opuesto, que es el abstencionismo, tema que me-

rece un trato por separado. En esta parte se habla de una revisión

general de las preferencias electorales del voto emitido en los

municipios, en lo nacional y lo estatal pero con acento en la elec-

ción de munícipes en nuestro estado.

En Jalisco, durante el período analizado (1992 a 2012) la

gama de posibilidades existente hasta ahora acerca de las formas

de alternar, tanto para elecciones federales como locales, mues-

tra realidades muy diferentes (Véase cuadro N° 5).


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La perspectiva que ofrece el cuadro N° 5, bajo el título Per-

sistencia y alternancia en Jalisco, permite observar en forma

panorámica la frecuencia con la cual se repiten los casos de las

diversas formas de alternar el poder, desde el sistema del voto

persistente a favor de un solo partido hasta la alternancia de cin-

co opciones y desde la elección de alcaldes pasando por las de le-

gisladores locales, gobernador, diputados federal, senador hasta

la de presidente de la república.

Su descripción sólo tiene por objeto hacer las siguientes ob-

servaciones generales, de manera que contribuyan a comple-

mentar el contexto previo al análisis particular de los municipios

muestreados:

A) El universo de casos en cuanto a las fórmulas de alternar

para elegir cualquiera de esos seis cargos de representación po-

pular, suman cuatro modalidades: entre dos, tres, cuatro y hasta

cinco conjugaciones entre partidos. Puesto que el sistema donde

se emite el voto fiel hacia un solo partido no hay alternancia, no

se considera como tal.

B) De estas modalidades, la más importante es la de dos op-

ciones, pues alcanza las cifras más altas en todos los tipos de elec-

ción. Y dentro de ella, la fórmula que sobresale está integrada

con el PRI y el PAN, que opera en 102 municipios y se da en la

elección de senadores y diputados federales.

Según la distribución de frecuencias que muestra el cuadro 5,

se observa que la fórmula mayoritaria (PAN-PRI), va de mayor

a menor, de los cargos de representación federal hacia los de ca-

rácter local. Las otras fórmulas con este sistema carecen de im-

portancia, pues la más alta concentración de casos corresponde a


la integrada por el PRI y el PRD, sumando sólo siete casos, en el

rubro de elección de presidente de la república.

C) Con el sistema de tres partidos alternantes, el mayor nú-

mero de casos corresponden a la fórmula PRI-PAN-PRD, y se

refiere a la elección de munícipes. La siguiente en importancia

PRI-PAN-PVEM, concentra 10 casos y también se da en la elec-

ción de munícipes. Las otras siete con sistema de tres partidos

únicamente concentran entre uno y seis casos.

D) El número de municipios donde la alternancia se da entre

cuatro partidos es muy pequeño. La mayor concentración se da

en la elección de munícipes, sumando sólo cuatro y se refiere a la

fórmula: PRI-PAN-PVEM-PRD. Las otras seis fórmulas no pasan

de concentrar más de dos casos.

E) Sólamente existe un municipio donde hasta el 2012 han

ganado la elección hasta cinco partidos diferentes y se dio en los

comicios para elegir al Presidente municipal: la Manzanilla de la

Paz, que ha sido gobernada por los partidos PRI, PAN, PFCRN,

PRD y MC.

La condición para ser incluido en este cuadro, en cualquie-

ra de las fórmulas (voto reiterado a un solo partido, alternancia

entre dos, etc.), es que en alguno de los 125 municipios, algún

partido haya ganado la elección municipal por lo menos una vez,

en el transcurso de las elecciones de 1992 y 2012, para cualquier

cargo de elección popular. En general, este contexto es el que

envuelve a los municipios de Jalisco, desde 1992.

La demografía se torna política 53

III. LA DEMOGRAFÍA SE TORNA POLÍTICA

Ahora bien, en este contexto las interrogantes principales po-

drían ser: ¿Qué repercusión política o electoral tiene el hecho

de que una localidad interior, iguale o supere en población a la

cabecera municipal? Y ¿Cómo se manifiesta?

Cuando esto sucede, se amplía la posibilidad de que la impor-

tancia demográfica reclame su par en el juego de la política muni-

cipal y por consecuencia, convertirse en factor de los resultados

electorales. En Jalisco existen 10 municipios cuya cabecera muni-

cipal ha sido superada demográficamente por alguna o algunas lo-

calidades dentro de su territorio, como lo muestra el cuadro N° 6.

De él, tres pertenecen a la zona conurbada de Guadalajara

(Tlajomulco de Zúñiga, Ixtlahuacán de los Membrillos y El Sal-

to). De ellos, sólo Ixtlahuacán se encuentra dentro de los muni-

cipios muestreados. Los otros siete se localizan fuera de la zona

conurbada.


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En esas condiciones, si no es que comienzan a pensar en eri-

girse en un nuevo municipio, prevalece marcadamente el senti-

miento regionalista bajo el argumento de que las decisiones casi

siempre proceden o son impuestas desde el lugar donde se asien-

ta el poder público local, viviéndose así una especie de centralis-

mo endógeno.

De regreso, este celo es correspondido cuando las decisiones

o quienes las impulsan no son residentes de la cabecera muni-

cipal, sino de la localidad que compite con ella, generándose así

una pugna que puede incidir en las urnas. Sin embargo, el factor

demográfico no actúa solo, pues como se apuntó en la introduc-

ción, intervienen las fracturas internas de los partidos, el voto de

castigo, los desacuerdos, las fuerzas políticas locales, los grupos

preponderantes en los partidos, etc.

Esta situación adquiere cabal presencia cuando los habitantes,

políticos y no políticos, llegado el momento hacen conciencia de

ello y argumentando inequidad, pretenden que el auge económi-

co-demográfico de su localidad tenga su reflejo en la lucha políti-

ca. Aunque en otros casos prevalece la inercia. Constituyéndose

así en una especie de motor de la alternancia/permanencia, pro-

tagonizada por regiones, grupos y partidos.

En un primer acercamiento al grupo de estos diez municipios

donde ocurre este fenómeno demográfico, se puede observar que

existen 7 cuya cabecera ya ha sido superada en población por una

de sus localidades y en otros tres, hasta por dos de ellas, como

Tlajomulco de Zúñiga, Ixtlahuacán de los Membrillos y El Salto.

Al primero de ellos lo han superado demográficamente Ha-

cienda Santa Fe por un 14% y San Agustín solamente por 151 ha-


bitantes. Al segundo, Atequiza lo aventaja con el 1% y Los Olivos

por el 4%. Mientras que en El Salto, su cabecera municipal ya ha

quedado abajo de Las Pintitas (3%) y Las Pintas (1%).

Dentro de este grupo y en orden decreciente, el que se en-

cuentra en condiciones más extremas es el de Tuxcueca, pues su

cabecera se sitúa al 35% abajo de San Luis Soyatlán. Siguiéndole

Tlajomulco de Zúñiga con 14% abajo de Hacienda de Santa Fe;

Tolimán con el 13% abajo de Copala; Atengo con el 10% después

de Soyatlán del Oro; San Sebastián del Oeste es superado por San

Felipe de Híjar con el 9%; Bolaños por Tuxpan de Bolaños con

el 5%; Ixtlahuacán de los Membrillos por Los Olivos con el 4%;

El Salto por Las Pintitas con el 3%; Tonila por San Marcos con el

3% y Totatiche por Temastián con el 2%. Su correlación se puede

observar en el cuadro N° 6.

Pero además existe otro grupo de 20 municipios que, aunque

su cabecera sigue estando arriba de la población de cualquiera de

sus localidades internas, sostienen en mayor o menor grado una

competencia entre sí, debido a su importante crecimiento demo-

gráfico y su participación política.

Por ello se puede hablar de una subclasificación, de acuerdo a

dos criterios: a) Desde el punto de vista estrictamente demográ-

fico. b) Desde la perspectiva que prioriza la importante actividad

política que han dejado sentir frente a lo que acontece en la ca-

pital municipal.

Dentro del primer criterio se comprenden 16 de ellos, que

mantienen una diferencia demográfica menor al 20% entre la

mayor de sus localidades y la cabecera, como son: Quitupan

(2%), Jilotlán de los Dolores (3%), Zapotlán del Rey (4%), Mez-


quitic (6%), Chimaltitán (8%), Santa María de los Ángeles (11%),

Ayotlán (11%), Cuautitlán de García Barragán (13%), Gómez Fa-

rías (14%), Atenguillo (15%), Acatlán de Juárez (15%), Tapalpa

(16%), Tomatlán (18%), Teuchitlán (18%), San Cristóbal de la

Barranca (18%), y Amacueca (18%).

Sumados a otros cuatro que guardan, bajo ese mismo criterio,

una diferencia que está entre el 22% y el 58%, como son: Chapala

(22%), Villa Corona (30%), Cihuatlán (28% en el caso de San Pa-

tricio y 36% en lo que respecta a Barra de Navidad) y Tepatitlán

de Morelos (58%). Los cuales, debido a una diferencia tan amplia

pudieran ser discriminados. Sin embargo han de ser menciona-

dos porque siguen la misma tendencia demográfica.

De acuerdo al segundo criterio se comprenden siete munici-

pios. Cinco de ellos, Acatlán de Juárez, Tapalpa, Ayotlán, Gómez

Farías y Amacueca, son contemplados aquí tanto por la compe-

tencia demográfica, como por la importancia política que repre-

senta alguna de sus localidades frente a su cabecera municipal.

En tanto que los otros dos, Cihuatlán y Tepatitlán, entran a

la clasificación principalmente por contar con una o dos comu-

nidades con acentuado interés por la participación política, que

pudiera considerarse incluso hasta beligerante. Por supuesto sin

restarle importancia a su tamaño demográfico, pues aunque su

localidad mayor se encuentre a más del 28% de su cabecera mu-

nicipal, la tendencia se encamina a competir con ella. Como lo

demuestra el cuadro N° 7.


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Puesto que el planteamiento central de este trabajo es la re-

lación establecida entre la importancia demográfica de una loca-

lidad frente a su cabecera municipal, en términos cuantitativos,

y su expresión político electoral; vale por lo menos hacer una

explicación superficial de lo que sucede en aquellos municipios

donde no necesariamente se experimenta una competencia de-

mográfica, pero que se convierten en factor electoral. Y mencio-

nar el por qué incluirlos en el grupo de esos veinte municipios.

Bellavista se encuentra al 15% de alcanzar a su cabecera mu-

nicipal, en Acatlán de Juárez. Pero además de contar con un peso

demográfico importante, posee la fuerza política suficiente como

para definir cualquier elección.

El ingenio cañero y su derrama económica han situado a los

dirigentes, tanto al gremio productor como a la rama sindical azu-

carera y de la comunidad de Bellavista en su conjunto, como fac-

tores definitorios. Debe recordarse que en la elección de 1997, al

dividirse el PRI en su proceso interno, su voto fue inducido hacia

el candidato del PVEM, doctor Miguel Ángel Carrasco, nativo de

Bellavista, haciéndolo ganar.

Y de manera inversa, en el proceso electoral de 2006, varios

grupos de oposición al PRI se unieron para contrarrestar la fuer-

za que representaba en su momento una alianza fáctica formada

entre el candidato del PRI, nativo de Bellavista, Servando Aguilar

y el ex alcalde Miguel Ángel Carrasco (PVEM), también origina-

rio de esa población, ocasionando su derrota.

La Delegación de Juanacatlan está a 16 puntos porcentuales

de igualar a su cabecera municipal en Tapalpa. Pero su densidad

electoral fue suficiente como para que en los comicios de 2012


llevara al poder a un priista nativo de esa localidad, registrado

por el Partido Nueva Alianza.

En el municipio de Ayotlán existe una comunidad con el nom-

bre de La Ribera, cuya población está a 11% de igualar a la de su

cabecera municipal. Su importancia demográfica ha tenido el equi-

valente político, no obstante lo retirado que se encuentra de ella.

En dicha entidad se generó un liderazgo agrario a través del

también empresario Lázaro Nava García, que ha pretendido con-

tinuar su descendiente el doctor Joel Nava Ibarra. Ambos perso-

najes han recibido y encabezado propuestas de diferentes expre-

siones políticas (PRI, PAN y PRD).

De la misma forma, bajo las siglas del PAN, La Ribera ya tuvo

su turno al estar representada en el poder, cuando el empresa-

rio de esa localidad Juan Carlos Estrada Cázares logró ganar la

presidencia municipal (2010-2012). Esto la ha convertido en una

especie de contrapeso a las decisiones políticas centralistas.

La competencia existente entre quienes habitan en la cabe-

cera del municipio de Gómez Farías y los pobladores de la de-

legación más importante, conocida como San Andrés Ixtlán es

tal, que hasta nombre le asignaron para distinguirlas, pues se le

conoce a dicha cabecera como San Sebastián del Sur.

Las dos localidades están al borde de la carretera, tienen en-

tradas muy similares, están a 14 puntos porcentuales de igualar-

se en población y la presidencia municipal es motivo de serias

disputas, al grado de haber llegado a un increíble empate en la

elección de 2009, entre los candidatos del PRI y del PAN, Alfre-

do Naranjo López y Juan Manuel de la Cruz Sánchez, respectiva-

mente. Ambos nativos de San Andrés Ixtlán.


El primer candidato no procedente de la cabecera municipal

fue el priista José Felipe Sánchez Caballero, en el proceso elec-

toral de 1997, quedando triunfador; le sigue Juan Manuel de la

Cruz por el PAN, en dos ocasiones; Raúl Victorio en 1997 como

precandidato del PAN a la primera regiduría; Andrés Domínguez

Bernabé, candidato priista en 2003; José Luis Jiménez Candela-

rio, en 2006, registrado por el PVEM. Todos ellos de San Andrés

Ixtlán.

El ejido de Tepec en Amacueca representa a una comunidad

muy cohesionada políticamente, por lo que se ha convertido en

un factor importante para cualquier proyecto de dimensión mu-

nicipal. Es una localidad que contiene el 34% de la población to-

tal municipal, situándose a 18 puntos porcentuales del 52% que

representa la cabecera.

No se distingue por su rivalidad con la cabecera municipal

pero el grado de su participación ha hecho posible que su opinión

sea tomada en cuenta. Para el proceso de la sucesión del poder

municipal en 1992 tuvo un lugar protagónico, al llevar como can-

didato del PRI a Mario Alberto Solano Aguayo, salido de estas

tierras, quien además ya había sido regidor (1986-1988) y presi-

dente del comité municipal de ese mismo partido.

Situaciones muy singulares encontramos en los municipios de

Cihuatlán y Tepatitlán de Morelos. Pues aunque sus cabeceras

municipales están lejos de ser superadas por alguna de sus loca-

lidades más pobladas, éstas han mantenido la tendencia más po-

lítica que demográfica, al influir en la relación entre el epicentro

de las decisiones y los diversos centros de población que integran

el territorio municipal.


Cihuatlán tiene dos centros de población orientados hacia la

economía del turismo: San Patricio-Melaque, que está a 28% de

alcanzar la población de su cabecera y Barra de Navidad, con la

misma vocación, pero a 36 puntos porcentuales de igualarla.

Su peso político tiene como trasfondo la actividad económica,

debido a la afluencia hotelera, de navegación y restaurantera, la

cual ha sido capitalizada por sus actores políticos de diversas for-

mas y organizaciones.

Hay que recordar al denominado “Grupo Melaque”, que se formó

a iniciativa del doctor Roberto Pimienta Woo a mediados de la

década de 1980, en oposición a una importante expresión políti-

ca dentro del PRI, liderada por Salvador Figueroa Benítez (QPD),

mejor conocido como “El Sandillero”, con base en las organiza-

ciones ejidales pero con sede en la cabecera municipal.

A la agrupación de Melaque perteneció el ex alcalde Cosme Mo-

rán Camberos, cuyo hijo, el ingeniero José Antonio Morán Arai-

za, ha encabezado importantes movimientos sociales como el de

la defensa de la Playa en Barra de Navidad, ante los embates del

“Mar de fondo”. Lo que ha situado a dichas localidades no sólo

en igualdad de circunstancias con su cabecera sino en situación

de liderazgos en diversos proyectos de gobierno municipal, de

partido y empresariales.

Por otra parte, Capilla de Guadalupe es una comunidad pertene-

ciente a Tepatitlán de Morelos, que se encuentra al 58% de alcan-

zar a la población de su cabecera municipal. Pero su intención

de constituirse en municipio ha llevado a esa localidad a ganar

mucha notoriedad política, fundamentalmente dentro del ámbito

de sus límites territoriales, que ha repercutido en la ganancia de


algunas conquistas como la presidencia del comité municipal del

PRI en ese municipio. Pero no ha ido más allá de eso.

No obstante habrá que considerarlo dentro del grupo de los vein-

te, puesto que su población de 13 mil 308, aunque no le es sufi-

ciente aún sumada a la de otras localidades como para constituir-

se en municipio, no deja de ser importante y creciente y por ello

conserva la posibilidad de influir en los resultados electorales.

El perfil político de la demografía 67

IV. EL PERFIL POLÍTICO DE LA DEMOGRAFÍA

En una visión de conjunto, se tiene que entre los 10 municipios

considerados en el cuadro N°6, concentran 357 mil 434 electo-

res (al momento de la elección de 2012), que representa al 6.58%

del listado nominal del estado.

Cantidad que resulta bastante significativa si se compara con

la diferencia de votos que ha existido desde 2000, entre las prin-

cipales fuerzas electorales que han competido por la gubernatura

del estado. Francisco Javier Ramírez Acuña supera a Jorge Arana

en 2000, con el 2.16%; en 2006, Emilio González Márquez man-

tiene la gubernatura para el PAN con el 3.8% de diferencia frente

a Arturo Zamora y en 2012, el PRI recupera el Poder Ejecutivo

venciendo al Partido Movimiento Ciudadano con el 4.36%. Esta

relación se puede apreciar mejor si se observa en el cuadro N° 8.


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Tres de ellos, San Sebastián del Oeste, Tonila y Totatiche,

tienen en común una tasa de crecimiento demográfico negativa.

Probablemente ligado a su alto índice de migración, salvo Tonila

que registra un bajo nivel15. Sin embargo, este aspecto de la de-

mografía no parece incidir en los resultados electorales. La inte-

racción se da más bien en función de la competencia entre dos

localidades: a) San Sebastián del Oeste y San Felipe de Híjar. b)

Tonila y San Marcos. c) Totatiche y Temastián.

Otros tres, Tlajomulco de Zúñiga, El Salto e Ixtlahuacán de

los Membrillos, forman parte de una continuidad demográfica,

industrial y turística fuertemente influida por la zona metropo-

litana de Guadalajara; dos de los cuales (Tlajomulco y El Salto)

además comparten el 7° Distrito electoral.

Además, estos municipios tienen en común el haber vivido

un sistema monolítico que ejerció el poder a través de una de las

centrales obreras de afiliación priista. Lo cual resulta lógico ya

que se ubican en el corredor industrial de la zona metropolitana

de Guadalajara.

En Tlajomulco de Zúñiga, la Federación Revolucionaria de

Obreros y Campesinos (FROC), predominó hasta la elección del

9 de febrero de 1992, cuando fructificó el movimiento iniciado

desde 1982 por Ernesto Parra Márquez, con el propósito de des-

plazar a la mencionada central obrera, llevando como candidato

a Antonio Sánchez Ramírez16.

15 IIEGJ. Información de los municipios de Jalisco. Desarrollo social y demografía (Página

electrónica del Gobierno de Jalisco).16 Chávez García, José. La Verdad. 4 de junio de 2011. Diario de circulación local de

Tlajomulco de Zúñiga.


En diciembre de 1943, El Salto se separa de Juanacatlán, mo-

mento en el cual el sindicato de la NUNATEX, toma el control

político a través de Faustino Rosales Prado y después por Donato

Bedoy Gutiérrez. La relación con el ex líder de la CTM, Heliodoro

Hernández Loza, los llevó no sólo a la presidencia municipal de

El Salto en tres ocasiones, sino hasta a una diputación local por el

IX Distrito en la XLI Legislatura, al primero de ellos17. Mientras

que el segundo ocupó, la alcaldía de El Salto en dos ocasiones18.

Esta situación permaneció hasta 1992 en que, a la muerte de

don Heliodoro Hernández Loza, los líderes sindicales pierden

fuerza considerable, por lo que otro sector priista logra colocar

en la alcaldía al ingeniero José de Jesús Martínez Ponce, quien

gobernó entre 1992 y 1995.

Y lo mismo sucedió en Ixtlahuacán de los Membrillos, al lle-

gar aquel Consejo Municipal, que terminó con la cadena de go-

biernos emanados de la Federación Revolucionaria de Obreros

y Campesinos de Jalisco (FROC), afiliada al PRI, presidido por

Juan Pablo Guardiola Zúñiga (1989-1991).

En forma paralela a estos acontecimientos, en los tres casos,

al desmembrarse el bloque en el poder, a partir de que el control

político ya no lo tiene asegurado ningún grupo o partido, ocurre

que fuera de la cabecera municipal se desarrollan importantes

núcleos urbanos que, en mayor o menor medida, se convierten

en importantísimos aportadores de votos y de personajes nativos

que destacan e ingresan a la disputa por el poder municipal.

17 Hurtado Javier. Familias, política y parentesco 1919-1991. FCE/ U de G.1993. p.116.18 Ibid. P. 114.


En Tlajomulco siguieron predominando los políticos de la cabe-

cera hasta el periodo de José Antonio Tatengo Ureña (2007-2009),

con excepción de Andrés Zermeño Barba (2004-2006), residente

de Guadalajara. En El Salto, la fuerza política alternante nace en

Las Pintas y en Las Pintitas. Y en Ixtlahuacán de los Membrillos,

desde principios del siglo XX, la competencia demográfica apare-

ce en la Hacienda de Atequiza, en tanto que como alternativa po-

lítica, comienza a manifestarse en la década de 1980. Esto, a pesar

de que Los Olivos ya superó a ambas poblaciones en demografía.

Dentro del grupo de esos diez municipios, de los ocho gana-

dos por el PRI en 2012, en dos casos (Atengo y El Salto), sus

candidatos obtuvieron el triunfo electoral con la ayuda del voto

del PVEM, con el que formaron la coalición “Compromiso por

Jalisco”. De no ser por ello, la victoria hubiera sido para el PAN.

No obstante en 2015 sin esta alianza conservaron el poder. Lo

cual merece una explicación aparte.

De los diez, sólo dos no fueron ganados por el PRI: Tlajomul-

co de Zúñiga está gobernado por el Partido Movimiento Ciuda-

dano formando la “Alianza Progresista por Jalisco”, con el PT,

de cuyos votos no necesitó para obtener el triunfo y en Tonila el

PAN consiguió la alcaldía sin aliarse con otro partido. Para 2015

Tlajomulco conservó el poder sin alianza y en Tonila el PRI recu-

peró el poder también sin alianza.

Ocho del grupo han estado gobernados por una fórmula alter-

nante integrada por el PRI y el PAN; los otros dos (Tlajomulco y

Tuxcueca) tienen un sistema que alterna entre cuatro partidos,

bajo las fórmulas: PRI-PAN-PRD-PMC y PRI-PAN-PARM-PT,

respectivamente; el municipio con mayor grado de alternancia


es Tuxcueca, con 6 cambios de partido en el poder, le siguen Tla-

jomulco, Tonila y Totatiche, con cinco y El Salto junto con Ixt-

lahuacán de los Membrillos con cuatro cambios.

Los únicos municipios pertenecientes a este grupo con abs-

tencionismo creciente son Ixtlahuacán de los Membrillos y Tla-

jomulco de Zúñiga. Tendencia que se confirma en 2015, por lo

que además se suma al común denominador de la zona conur-

bada de Guadalajara, a la que pertenecen, pues toda ella tuvo un

incremento en el abstencionismo; mientras que Bolaños, San Se-

bastián del Oeste, Tolimán y Tuxcueca, registran una tendencia

descendente. Por su parte Atengo, Tonila y Totatiche tienen un

comportamiento inestable. Situación que, en un primer nivel de

análisis, el índice de abstencionismo no parece revelarnos nada.

Salvo en el caso de El Salto, donde muy probablemente la baja

participación se deba a que por cuarta ocasión se ha reelegido el

mismo grupo político en el poder.

También se observa que la competitividad de los partidos en

estos diez municipios, se ve afectada en diferentes aspectos. En

seis de ellos (El Salto, Tolimán, Atengo, Totatiche, Bolaños y San

Sebastián del Oeste) los alcaldes llegan al poder cada vez con

menos votos; los otros cuatro mantienen una votación inestable

(Tonila, Ixtlahuacán de los Membrillos, Tlajomulco y Tuxcueca).

Pero en ninguno de ellos es ascendente.

Para el 2012, en cuatro de esos diez municipios, el PRI con-

servó el poder; mientras que en los seis donde sí hubo cambio de

partido, en cuatro el PAN le cedió el poder al PRI, en otro el PRI

lo hizo con el PAN y en otro más, el PRD le entregó el poder al

Movimiento Ciudadano.


En Atengo, El Salto y Tolimán el PRI obtuvo un triunfo dema-

siado apretado, pues la diferencia frente a su inmediato compe-

tidor fue menor al 5%. Sólo El Salto, Tlajomulco de Zúñiga y To-

nila tuvieron una votación diferenciada, mientras que los otros

siete del grupo registraron una votación lineal a favor de todos

los candidatos del PRI. Éste es en síntesis el perfil general de los

diez municipios en cuestión, que en forma muy esquemática se

pueden observar en el cuadro N° 9.


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Principales tendencias políticas y de alternancia 75

V. LAS PRINCIPALES TENDENCIAS POLÍTICAS Y DE LA ALTERNANCIA

Dentro del marco general, este grupo de municipios se puede cla-

sificar en cuatro posibles vertientes de acuerdo a características

específicas, que para este trabajo se denominan: a) Desequilibrio

regional endémico. b) El corredor industrial. c) Desarrollo para-

dójico. d) Despoblamiento y turismo religioso.

Las cuales se pueden orientar hacia cualquiera de dos tendencias.

Una es la capacidad intencionada de los líderes de las comunida-

des en competencia por llevar a sus candidatos nativos hasta la

alcaldía, como son los casos de Tuxcueca, Atengo, Ixtlahuacán de

los Membrillos, San Sebastián del Oeste, El Salto y Tonila.

La otra consiste en dejarse llevar por la inercia o por la coyun-

tura, como Tolimán, Bolaños, Totatiche y Tlajomulco de Zúñiga,

donde las cabeceras municipales aun siendo superadas en pobla-

ción por otras localidades interiores, siguen siendo las principa-

les proveedoras de alcaldes o bien, la capital del estado. En este


caso se presume la inexistencia de liderazgos fuera de la cabece-

ra. Por lo cual, la preferencia electoral de esas localidades inte-

riores es incierta, maleable y susceptible de ser conducida hacia

cualquier candidato o partido, representando a su vez una bolsa

de votos amorfa capaz de definir cualquier elección.

Además, la forma, los factores que intervienen en esta mutua re-

lación y el momento en que aparecen son diversos, dependiendo

de las estructuras de poder, los liderazgos, las posibilidades de

sus detentadores, el lugar de nacimiento de quienes han llegado

al poder y, por supuesto, del ánimo y voluntad de los electores

que en cada caso específico le proporcionen en cada contienda

electoral.

Sin embargo, aunque congregados por su similitud, los diez mu-

nicipios contemplados en el cuadro N° 6, que son agrupados por

estas cuatro posibles vertientes e influidos por alguna de esas dos

tendencias que se acaban de mencionar, no son idénticos, por

lo que necesitan ser observados de manera individual. Toda vez

que quienes han llegado al poder, pueden obedecer a cualquiera

de esas variables u ópticas o verse en una mezcla de ellas. Esto se

pretende explicar con la muestra de cinco estudios de caso que

se analizan enseguida.

1. Primera vertiente: El desequilibrio regional endémico

En esta categoría se agrupan Tuxcueca, Tolimán, Atengo, San Se-

bastián del Oeste y Tonila, cuyas cabeceras, por lo menos desde

que se tiene registro oficial y muy probablemente desde que se

erigieron en municipalidad, no sólo han permanecido superadas


por una de sus localidades, sino que su crecimiento demográfico

ha sido inversamente proporcional entre ambas. Lo cual ya se

ha vuelto natural en su estructura demográfica. Se toman como

muestra los dos primeros: Tuxcueca y Tolimán. Pero antes, una

explicación general de los otros tres.

A) Atengo

En este municipio a partir del año 2000, la alternancia se da entre

partidos y entre regiones. Han llegado al poder panistas y priis-

tas, que proceden de la cabecera municipal, de Soyatlán del Oro y

Cofradía de Lepe (Véase el cuadro N° 10). Aunque la competen-

cia real se da entre las dos primeras localidades y en 2015 entró

la localidad de la Yerbabuena, lugar natal del nuevo presidente

municipal.


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Su perfil actual se describe por el triunfo del PRI en el 2012,

que fue posible gracias al voto de la alianza con el PVEM, pues de

lo contrario el triunfo hubiera sido para el PAN; a diferencia del

2015, cuando el electorado le ratificó la confianza y sin alianza.

Tiene un nivel de abstencionismo inestable. Ha sido gobernado

bajo la fórmula bipartita integrada por el PRI/PAN que se con-

firma en 2015, con un bajo nivel de alternancia, pues sólo se han

registrado dos cambios de partido en el poder. Su tasa demográ-

fica es ascendente.

En el cuadro N° 11, se puede observar cómo, por lo menos des-

de 1990, Soyatlán del Oro, ha experimentado mayor crecimiento

demográfico que su propia cabecera municipal, pero la brecha es

cada vez mayor. Al grado de que según el censo de 2010, represen-

ta el 40% de la población total del municipio, en tanto que su ca-

becera contiene el 30% y el resto de las comunidades, el otro 30%.


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B) San Sebastián del Oeste

La incomunicación hacia el interior de este municipio y su tasa

demográfica descendente, pero sobre todo el estancamiento de-

mográfico de su cabecera, han sido las principales causas del des-

equilibrio entre ésta y la localidad conocida como San Felipe de

Híjar, que se ha convertido en principal contrapeso demográfico

y político respecto de su cabecera.


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No obstante, no se trata de un contraste polarizado entre

ambas, ni en lo político (cuadro N° 12) ni en lo demográfico

(cuadro N° 13), pues la lucha por el poder refleja la importancia

de otras localidades sobre la propia cabecera municipal. Por lo

menos desde el Ayuntamiento presidido por Heliodoro Gil Gil

(1986/1988), han predominado los alcaldes procedentes de lu-

gares distintos a la cabecera municipal, sobre todo de San Felipe

de Híjar.


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Este contexto le había dado hasta el 2012 una alternancia en-

tre el PRI y el PRD que casi era un sistema de voto reiterado a un

solo partido, pues el único gobierno de oposición al PRI fue el de

Efrén Álvarez López, postulado por la coalición PRD/PT, quien

gobernó entre 2006 y 2009. Pero en 2015 el triunfo fue para el

Partido Movimiento Ciudadano, por lo que ahora tiene una alter-

nancia entre tres opciones diferentes. Todo ello acompañado de

un abstencionismo descendente.

C) Tonila

Tonila tiene un crecimiento demográfico negativo; su cabecera

municipal decrece ligeramente en población, en tanto que San

Marcos, a partir de 1990, la supera y mantiene un incremento

leve pero sostenido (cuadro N° 14). Su nivel de alternancia es

alto, toda vez que ha tenido cinco cambios de partido en el po-

der, bajo la fórmula PRI/PAN, y en 2015 se registró uno más con

la misma fórmula. Su nivel de abstencionismo es inestable, muy

probablemente ocasionado por el origen de los candidatos, que

cuando son de una u otra de esas localidades en pugna, alientan

o desalientan el voto.


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Tanto en demografía como en la conducción del gobierno mu-

nicipal, la cabecera ha tenido su par en esa localidad. Por lo me-

nos desde el gobierno de Gustavo Magaña Negrete (1995/1997),

la alternancia llega a través del PAN, acompañada del primer al-

calde no nativo de la cabecera (cuadro N° 15).


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Si se quisiera definir lo que electoralmente hablando sucede

en Tonila, lo haría la siguiente expresión: Existen dos fuerzas

principales, San Marcos divide al PAN y el PRI se divide solo.

Esto le ha dado al municipio, en lo que va de los últimos 24 años,

cuatro presidentes del PRI, cuatro del PAN, de los cuales cinco

son de Tonila y tres de San Marcos

1.1 Tuxcueca, un desacierto histórico

Tuxcueca forma parte de la muestra del grupo de los diez muni-

cipios con cabecera municipal superada en población por alguna

de sus localidades. En él sobresale la mezcla de dos tendencias: la

fuerza electoral de San Luis Soyatlán que alterna con su cabece-

ra, así como la tierra natal de sus alcaldes, que han sido factores

determinantes para ganar las elecciones. De hecho éste es el caso

más representativo del fenómeno que se analiza. Veamos cómo

ha sucedido:

Este municipio primero fue Comisaría por varios años, perte-

neciendo a Tizapán el Alto, hasta que por gestiones del General

Ramón Corona, nativo de Puruagua, se convirtió en Cabecera

municipal llevando desde entonces el nombre de Tuxcueca, me-

diante el Decreto N° 184, con fecha de 20 de abril de 1886, emi-

tido por el Congreso local del Estado de Jalisco.

Dos años después, el 1° de octubre de 1888 a un año antes de

ser asesinado siendo gobernador este mismo personaje, la Comi-

saría de San Luis Soyatlán que formaba parte del municipio de

Jocotepec, pasó a pertenecer al de Tuxcueca, con el Decreto N°

329, según lo relata Carlos I. Oregel Rentería, quien fue regidor


y cronista de esta localidad, en su obra Reseña histórica de Tux-

cueca19.

Las condiciones legales para que una Comisaría se agregara a

la municipalidad más cercana, de aquel entonces, eran:

“Art. 34. En las demás poblaciones de la municipalidad habrá

un comisario municipal propietario y otro suplente. Las comisa-

rías no forman, por lo mismo, una administración independiente

y si alguna hubiere que se haya considerado tal, se agregará desde

luego a la municipalidad cuya cabecera esté más inmediata. Las

comisarías están bajo la vigilancia de los Ayuntamientos, siendo

el tesorero municipal quien recaude sus fondos, y dependiendo

de aquellas corporaciones para todos los actos de administración

local.”20

De acuerdo a esa disposición, su incorporación al municipio

de Tuxcueca no procedía, puesto que la de San Luis Soyatlán no

estaba considerada así y de haberlo estado, la cabecera más cer-

cana era la de Teocuitatlán, que desde 1844 era municipalidad.

Tal vez a raíz de ese hecho nació el celo entre la cabecera y San

Luis Soyatlán, perpetuando la disputa entre las dos poblaciones.

La Delegación de San Luis Soyatlán, según cifras que maneja

el Plan Municipal de Desarrollo Urbano (SAHOP), por lo menos

desde 1960 ha superado en población a la cabecera municipal. Y

según lo muestra el cuadro N° 16, ha seguido la misma tendencia

hasta la actualidad.

19 Oregel, Carlos I. Reseña histórica de Tuxcueca. Fragmento de la obra, proporcionada por

el autor (sin editar).20 Ley Electoral del Estado de Jalisco, de 1857.


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Aunque probablemente pudo haber sido desde mucho antes,

debido quizá a que la actividad comercial de esta localidad se vea

beneficiada por el tráfico turístico que va a Mazamitla. Toda vez

que el centro de la cabecera no está al borde de dicha carretera

por lo que el turismo nunca lo ha beneficiado.

Esta situación no tuvo repercusión importante en la disputa

del poder, hasta que durante el gobierno de Flavio Romero de

Velasco se abrió la posibilidad a nuevas corrientes políticas. De

ahí que la alternancia en la presidencia municipal de Tuxcueca,

haya iniciado en los dos planos como hasta ahora se ha dado:

alternancia entre partidos y entre localidades, aunque la batalla

parece ganada por San Luis Soyatlán y por el PRI. Lo cual se pue-

de observar en el cuadro N° 17.


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La alternancia entre partidos en este municipio estuvo basada en

una fórmula integrada por cuatro opciones electorales (PRI/PAN/

PARM/PT) hasta la elección del 2012, pues en el proceso electo-

ral de 2015, al llegar al poder el Partido Movimiento Ciudadano la

fórmula aumentó a cinco opciones. Entonces, desde que terminó el

sistema de partido único en 1977, cuando gobernó Miguel Ochoa

Ornelas bajo las siglas del PARM, ha habido en este municipio nueve

cambios de partido en el poder, por lo que se considera un lugar de

alta movilidad electoral e intensa actividad política.

Hasta 1965 la disputa por el poder se dio entre las familias de

don Fernando Basulto Limón y la de los Béjar. Después se hizo

más compleja, una vez que implicó a los políticos no sólo de San

Luis Soyatlán sino también a los de la cabecera. Entre 1980 y

2015 han gobernado 15 alcaldes, de los cuales sólo dos (Salvador

Gómez Cárdenas y Cuauhtémoc Sosa) provienen de la cabecera

y 13 de San Luis Soyatlán; dos del PARM; uno del PT; dos del

PAN; y nueve del PRI.

La lucha política entre familias, partidos y localidades, ha lle-

vado a este municipio a resultados tan cerrados, como el del pro-

ceso de 1982, cuando el Congreso del Estado tuvo que nombrar

un Concejo Municipal y convocar a una elección extraordinaria

en 2007, debido a un empate entre el PRI y el PAN que desper-

tó muchas sospechas, cuando se tuvo que designar otro Concejo

Municipal, en tanto se realizaba la nueva elección con carácter de

extraordinaria.

Según la perspectiva de las tendencias electorales, abarcando

desde la elección de 1992 hasta la de 2012, se puede afirmar lo

siguiente:


A) Desde 1992, los partidos que han gobernado el municipio

son el PRI (cuatro ocasiones), el PT (una ocasión), el PAN (dos

períodos), el PARM (un período) y el PMC (2015-2018). A ex-

cepción del último de ellos, que es de la cabecera municipal, son

nativos de San Luis Soyatlán que ganaron con el voto de esa mis-

ma localidad, pues en la cabecera fueron derrotados, por lo que

la rivalidad entre el voto y los políticos de una y otra localidad,

ha perdurado.

B) Queda claro, de acuerdo a las cifras del IEPCEJ, que el

PVEM y el PRD son fuertes sólo en la cabecera municipal, no

obstante nunca han llegado al poder. El PRD ganó en la cabece-

ra en 1997, llevando como candidato a Servelio Aviña Flores. El

PVEM lo hizo en 2003 registrando a su primera candidata María

del Refugio Chávez Oregel y también en 2009.

Esta situación del PVEM ya no se repitió en 2012, pues, en el

entendido de que representa el voto anti PRI en la cabecera, y al

ir en alianza con ese partido, sus votos no pudieron fusionarse

en torno a quien por tercera vez llegaría a la alcaldía, el profesor

Reyes Mancilla Aceves.

De ahí que el voto verde haya sido transferido hacia el Partido

Nueva Alianza, llevando como candidato a David Alejandro Ochoa

Ornelas, que alcanzó su máximo histórico (29%). Con lo que se

comprueba que las alianzas realizadas por las cúpulas de los parti-

dos, sin palpar la realidad de los municipios ni consensuarlas con

la militancia de base, conducen a la transferencia de votos, perju-

dicando a los aliados y beneficiando a una tercera opción.

De cualquier forma, en este caso, con y sin el voto del PVEM

el candidato priista hubiera obtenido el triunfo electoral debido


a su popularidad y a sus experiencias pasadas como primer edil.

C) El voto del PVEM en la cabecera municipal, como factor

desequilibrador, tiene su homólogo en San Luis Soyatlán, a través

del voto priista inconforme que nace en 1992, cuando según se

dice su comité estatal se negó a que el proceso interno se abriera

a toda la militancia.

Quienes vivieron aquel proceso, dan cuenta de que el proble-

ma fue la forma de elegir al candidato priista, pues el nominado,

Arturo Aceves Gómez, era y siguió siendo un personaje aceptado

por el electorado, como lo demuestra el hecho de que en 2003

volvió a ser candidato y ganó la elección.

Motivo por el cual se fortaleció desde entonces el liderazgo

desde la oposición, de Antonio Fonseca Mendoza (nativo de San

Luis Soyatlán), quien ganó la alcaldía en dos ocasiones (1992 y

1997), una por el PARM y otra por el PT.

Liderazgo que según se observa, ha venido decreciendo, pues

de los 896 votos que le dieron su primer triunfo en 1992 se vio

reducido a 760 en 1997, cuando gobernó por segunda vez y pos-

teriormente en 2006 sólo obtuvo 427 sufragios, registrado por

el Partido Convergencia (PC), quedando como la cuarta fuerza

electoral. Después cuando fue nominado por el PRD en 2009,

solamente obtuvo 350 votos, descendiendo hasta la quinta po-

sición. Pero no por ello deja de ser una fuerza desequilibradora,

cuyos votos radicados en San Luis Soyatlán, podrían hacer ganar

o perder a cualquier partido que se coaligue con él.

Esto es válido también para el PVEM, toda vez que desde la

cabecera municipal a partir de la elección de 2003, ha venido

mermando el voto priista y aumentado el número de sus simpa-


tizantes, pues de los 369 votos logrados por María del Refugio

Chávez Oregel en aquel año, se han incrementado hasta llegar a

707 que obtuvo en 2009.

Son sufragios que representan otra bolsa de votos capaz de

ladear la balanza en una elección constitucional, que de ir aliado

con cualquier partido podría significar el triunfo total de la cabe-

cera, pues en el resto del municipio su fuerza es mínima.

D) El voto del PRI es firme y sus triunfos se deben al sufra-

gio de San Luis Soyatlán. Tiene como eje integrador al profesor

Reyes Mancilla Aceves, que posee la capacidad de lograr los me-

jores niveles de votación y de recuperar el poder para su partido.

Ha gobernado en tres ocasiones al municipio. Cuando ocurre la

disidencia en el PRI su voto fortalece a cualquier otra opción,

como al PARM, PT, PVEM y PNA en su momento.

La coalición entre el PRI y el PVEM en 2012 no pudo concre-

tarse en la realidad, por lo que desplazó su voto hacia el Partido

Nueva Alianza, que después de desaparecer durante dos procesos

electorales, logró poco más de mil votos y seguramente también

jaló una parte del voto panista (que bajó considerablemente), en

tanto que los partidos de izquierda se fraccionaron entre sí.

E) La fuerza electoral del PAN, muy limitada hasta el 2003,

también radica en San Luis Soyatlán. Su arribo al poder puede ex-

plicarse con dos factores muy claros: 1) Las negociaciones de sus

legisladores locales para desempatarlo con el PRI en 2007. 2) La

transferencia del voto fiel de Antonio Fonseca Mendoza (de San

Luis Soyatlán) hacia el PAN, en la elección extraordinaria, ya que

éste no volvió a registrarse como candidato en ella, tal y como lo

demuestran las cifras en los archivos del IEPCEJ.


En realidad, lo que sucede en Tuxcueca en el proceso de 2012

es que los partidos vuelven a tomar el nivel que tenían antes de

que el PAN llegara al poder en 2006: El PRI gana por el voto de

San Luis Soyatlán; el voto del PVEM fortalece al PANAL, hacien-

do que el sufragio anti PRI siga siendo el factor desequilibrante

en la cabecera; mientras que el voto de la izquierda regresa a la

tercera posición. El reparto de los votos por localidad se puede

apreciar de mejor manera, haciéndolos coincidir con la sección

que le corresponde a cada una, como lo muestra el cuadro N° 18.


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El modelo Tuxcueca:

Desde 1977 Tuxcueca no había tenido un presidente municipal

nativo de la cabecera, hasta el proceso electoral de 2015. La regla

general ha sido que los candidatos oriundos de San Luis Soyatlán

aun ganando la presidencia municipal, han perdido en la cabece-

ra y viceversa.

Así le ocurrió también a Cuauhtémoc Sosa Cárdenas, presi-

dente municipal de Tuxcueca (2015-2018), miembro de una fa-

milia política residente de la cabecera municipal, que en deter-

minados momentos ha formado parte del proyecto alterno que se

plantea frente a los políticos de la comunidad de San Luis Soyat-

lán. Su llegada al poder es muestra inequívoca de la fuerza que

tiene el voto consciente de los ciudadanos al haber comprendido

que es mejor votar por el candidato de sus preferencias más que

por el partido que lo postula. Circunstancia que en este muni-

cipio fue bien entendida por el Partido Movimiento Ciudadano.

La suposición de que la mayoría de los partidos llamados de

“oposición” al PRI o al PAN, nacieron de ese mismo tronco queda

comprobada desde la llegada al poder de Miguel Ochoa Orne-

las en 1977 bajo las siglas del PARM, procedente de la cabecera

municipal y de la familia Sosa; con la presencia de Manuel Sosa

García y Hortencia Sosa Barragán, que figuraron en el pasado en

planillas del PAN y del PRI; así como el caso de Marciano Sosa

Reyes, que formo parte de planillas priistas y del PVEM; o el del

ex alcalde Gonzalo Navarro Hernández, que ha participado en

planillas del PAN y del PARM.


En este mismo sentido se observa que Adolfo Sosa Cárde-

nas, hermano del actual presidente municipal (2015-2018) fue

síndico en el ayuntamiento priista de Reyes Mancilla Aceves

(2001-2003), no obstante que este último es residente de San

Luis Soyatlán, comunidad alternante. Otro de sus hermanos, Ja-

vier Sosa Cárdenas formó parte de la planilla del PAN en 1997 y

el propio Cuauhtémoc Sosa, que fue nominado candidato por el

Partido Movimiento Ciudadano, estuvo al frente de la Secretaría

General del ayuntamiento presidido por el priista Arturo Aceves

Gómez (2004-2006).

En la actualidad el sistema político de Tuxcueca conserva

el acomodo de piezas que estructuró el Congreso del Estado

de Jalisco en 2007, al designar aquel Consejo municipal, tras el

empate el panista Gonzalo Navarro Hernández y el priista Ar-

turo Cumplido Monreal, cuya composición política, que incluyó

a priistas, panistas, miembros del Partido Convergencia, del PT

y del PVEM, alcanza a trascender incluso hasta el proceso elec-

toral de 2015.

Hay que recordar que en aquel consejo municipal participa-

ron José Antonio Siordia Flores (representando al PT), Carlos

Isaías Oregel Rentería (PAN) y José Antonio Fonseca Mendoza

(representando al partido Convergencia) entre otros. Los dos

primeros igualmente que el actual alcalde (Cuauhtémoc Sosa),

procedentes de diferentes partidos en aquella ocasión, participa-

ron recientemente como precandidatos del Partido Movimiento

Ciudadano en 2015.

En cuanto al tercero de ellos, debe hacerse notar que repre-

senta un afluente importante de votos procedentes de San Luis


Soyatlán, que ha influido en varios procesos electorales, inclu-

yendo el de 2015, no obstante que ha venido disminuyendo.

En 1992 Fonseca Mendoza llega a la primera regiduría por el

PARM con el 45% de la votación total emitida; seis años después

vuelve al mismo cargo postulado por el PT con el 30% de la votación

total emitida. Durante las dos elecciones siguientes se abstiene de

participar por lo que el PT (su partido hasta entonces) se desploma.

Regresa nuevamente como candidato por el Partido Conver-

gencia en 2007, elección que fue anulada a raíz del empate entre el

PAN y el PRI. Al realizarse una elección extraordinaria se abstiene

de participar, pues su partido (Convergencia) hace alianza con el

PVEM. Los 427 votos que lo habían apoyado en la elección anula-

da, no se suman a dicha coalición, sino que son abonados al candi-

dato del PAN Gonzalo Navarro Hernández, haciéndolo ganar.

Para el 2009 Fonseca Mendoza vuelve a ser candidato, pero

ahora por el PRD (su tercer partido) decisión que toma a últi-

ma hora, por lo que los simpatizantes del PT y del PRD se ven

confundidos en las urnas dividiéndose mutuamente. Su voto des-

cendió hasta el 11%. El resultado fue el segundo y consecutivo

triunfo del PAN pero llama la atención que el voto del PVEM -que

nunca fue más allá del 16%- en esta ocasión llego al 21%, por lo

que se deduce que una parte del voto de Fonseca Mendoza se fue

a ese partido y otra al PAN. Volviendo a ser factor importante.

El nuevo rumbo que toma el voto seguidor de este persona-

je cobra sentido toda vez que para la elección de 2012 el PRI

va en alianza con el PVEM, a sabiendas de que se trata de una

unión imposible porque significa el voto anti PRI. De ahí que se

haya transferido eventualmente hacia el Partido Nueva Alianza,


llevando como candidato a David Ochoa Ornelas, hermano del

ex alcalde Miguel Ochoa Ornelas (1977-1979) nominado por el

PARM. Logrando solamente el 29% de la votación general situán-

dose en la tercera posición.

La nueva distribución del voto en 2015 fue así: A) En San Luis

Soyatlán el PAN y el PRI se anularon mutuamente. B) El voto del

PVEM del PT, de MORENA y del Humanista apenas sumaron el

11.19%. C) El PRI descendió a un 5%. D) El PAN incrementó

su voto solo en un 3% llevando un candidato reciclado y al ser

incluidos los panistas Juan Diego Fonseca Zepeda y Adalberto

Vargas Basulto en la planilla del Partido Movimiento Ciudadano,

se benefició a este partido. E) Y puesto que el PANAL no registró

planilla el voto seguidor de Fonseca Mendoza no regreso ni al PT,

ni al PRD, ni al PVEM, sino que fue emitido a favor del Partido

Movimiento Ciudadano contribuyendo a su triunfo electoral.

Así, después de 29 años el péndulo de la alternancia se diri-

gió hacia el candidato de la cabecera municipal abanderado por

una quinta opción electoral. Cumpliéndose la tradición, gana la

elección con el voto de la cabecera sumado a una parte de San

Nicolás de Acuña.

En un panorama muy similar al de varios procesos electorales

anteriores, los factores que entraron en juego en 2015 fueron sin

discusión, el balanceo entre San Luis Soyatlán y la cabecera mu-

nicipal; la bolsa de votos itinerante que ha determinado diversos

triunfos electorales; el voto dividido en San Luis Soyatlán entre

el PRI y el PAN; así como el carácter incluyente de la planilla re-

gistrada por el Partido Movimiento Ciudadano con Cuauhtémoc

Sosa Cárdenas a la cabeza.


Con esto queda muy claro que en lo cotidiano quienes hacen

la política no son los partidos sino los grupos que permean sus

estructuras. Como lo demuestra la presencia de las corrientes

políticas amalgamadas y provenientes del antiguo PARM, PAN,

PANAL y por supuesto del PVEM, cuyo bastión radica en la ca-

becera municipal de Tuxcueca; así como el voto errante seguidor

de Antonio Fonseca Mendoza, cuyo bastión radica en san Luis

Soyatlán; sin soslayar las que se aglutinan en torno al liderazgo

del priista Reyes Mancilla Aceves.

Son factores que integran el modelo Tuxcueca y que en 2015

hicieron posible el triunfo de la planilla encabezada por quien

fuera Secretario general de un ayuntamiento priista (2004-2006):

Cuauhtémoc Sosa Cárdenas. En donde la conjugación del verbo

“incluir” resulta clave para entenderlo.

1.2 Tolimán: Equilibrio entre regiones y grupos.

La forma en que la demografía ha interactuado con la política

municipal de Tolimán no ha sido de contraste entre su cabecera y

la localidad que la supera en población. En realidad, el modelo de

asentamientos humanos urbanizados en el interior del municipio

funciona en torno a cuatro y no dos núcleos principales de desa-

rrollo demográfico. De mayor a menor: Copala, Tolimán, Santa

Elena de la Cruz y San Pedro Toxín. De los que sólo el tercero no

ha exportado de sus tierras ningún alcalde nativo.

También hay que mencionar que fuera de este esquema se en-

cuentra la localidad de Cuauhtémoc, que aun ocupando el lugar

número once en demografía, vio salir a José Guadalupe Plascen-


cia Rodríguez hacia la presidencia municipal, durante el período

1965-1967. Lo cual corrobora en este caso, que la importancia

demográfica de las localidades no es lo determinante, aunque sí

influyente por el volumen de votos que representan. Igualmente,

parece ser que al electorado no le importa mucho de dónde sea

nativo el candidato.

Argumento que se ve fortalecido al observar el hecho de que

quien ha tenido más alcaldes es Tolimán (diez nativos), que es

superado en demografía por Copala, de donde sólo han salido

cuatro alcaldes originarios; San Pedro Toxín (tres alcaldes) y

Cuauhtémoc (un alcalde). Lo cual podría indicar que ha preva-

lecido un sistema de contrapesos entre las diversas regiones que

conforman al municipio en la disputa por el gobierno municipal,

basado no sólo en su importancia demográfica sino además en

probables acuerdos políticos. La importancia demográfica de las

localidades en cuestión y el número de alcaldes exportados de

sus tierras, se aprecia en el cuadro N° 19.


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A) Primera época: La oposición desde adentro, 1965-1994.

Según se puede observar, la fórmula que operó en Tolimán para

llegar al poder fue por mucho tiempo la de un reparto de cuotas

mediante una alternancia entre regiones y grupos. Esto le permi-

tió al PRI mantenerse en el poder, hasta el 2009, cuando llega el

primer gobierno de oposición, enmarcado en un proceso comi-

cial que sirve de muestra, porque en él se manifiestan varios de

los supuestos previstos en este trabajo.

Analizando por partes, primero tenemos que desde 1940 apro-

ximadamente, hasta 1964, llegaron a la alcaldía miembros de la

familia Gómez Guerrero o personas afines a ellos; como J. Guada-

lupe Gómez Barragán, Juan Castañeda López, Adalberto Gómez

Vargas, Florentino y Benito Gómez Guerrero. Esta situación ter-

mina con la administración de Juan Partida Muro (1964), último

gobernante emanado de esta corriente, momento en el cual el pro-

fesor Ernesto Galindo Barreto (de San Pedro Toxín) y José Bal-

tazar Peña (de Tolimán), encabezaron una nueva fuerza política

basada en las estructuras magisteriales y ejidales con capacidad

suficiente como para convertirse en el nuevo centro tomador de

decisiones dentro del partido que siempre había gobernado.

El predominio de esta nueva tendencia, que por cierto no ri-

valizó con la desplazada, canceló prácticamente el arribo de cual-

quier otra opción político-electoral fuera del PRI, pues no es sino

hasta 1985, cuando se registra la primera fórmula de candidatos a

munícipes, procedente de un partido diferente al Revolucionario

Institucional, encabezada por la Profesora Aidé Galindo Mata,

abanderada por el PARM. En aquella ocasión el candidato del PRI


fue María Guadalupe Romero Vargas, quien por supuesto obtuvo

el triunfo electoral.

Aunque habría que tomar con reservas la candidatura de la pro-

fesora Aidé Galindo, nominada por el PARM, a sabiendas de que ese

partido funcionó como apéndice del PRI, que albergaba a sus disi-

dentes o inconformes. Por lo que debería considerarse, más bien,

como el primer candidato de oposición a Cándido Enciso Mejía, que

fue registrado por la Corriente Cardenista Jalisciense (CCJ) en 1988.

Después apareció Pablo Ramírez Rosales por el PRD y Miguel

Palacios Sandoval por el PARM, ambos en 1992 y hasta 1995 el

PAN registra su primer candidato de la historia, al señor Abal

Castillo Sandoval. De entonces en adelante el PRI ya tendría por

lo menos dos contendientes en cada elección constitucional.

En segundo término, es oportuno recordar el proceso de

2009, cuando llega el primer gobierno de Acción Nacional, mis-

mo que resulta clave para entender el actual sistema local de la

sucesión del poder municipal en Tolimán. Pues en él se observa

cómo entran en juego personajes, fracciones del PAN y del PRI

(como principales protagonistas), emblemas y regiones. Todos

actuando dentro de una dinámica de negociaciones y cabildeo

que ponen en claro el funcionamiento de su maquinaria política,

donde los límites de sus propios partidos ni la ideología que los

justifica importan, pues son rebasados por sus actores políticos.

De los cinco aspirantes a la nominación priista21, sólo tres reu-

nieron los requisitos establecidos por su convocatoria, los cuales

21 Los aspirantes a la candidatura por la presidencia municipal, por parte del PRI, fueron:

Antonio Garibay Mancilla; Juan Carlos Mendoza Galindo; el ex presidente municipal Ramón

Eraclio Vargas Ceballos (1997-2000); Ray Abdul Lara Galindo y Antonio Lázaro Rodríguez

(alcalde en 1995-1997).


fueron sometidos al escrutinio público mediante una encuesta

que fue ganada por Juan Carlos Mendoza Galindo. El problema

surgió con el armado de la planilla, que no satisfizo las expec-

tativas de los otros contendientes. No obstante que se incluyó

a Copala (Mauricio Rodríguez Gómez/presidente municipal en

2012-2015) y al Partido Nueva Alianza, con el que iba coaliga-

do, representado por la maestra María Mavel Sánchez Pérez. Esto

ocasionó que el 19% del voto priista se haya transferido al PAN.

Por su parte Acción Nacional, desarrolló un proceso abierto

tanto a miembros activos como adherentes, en el que se votó

por tres postulantes, siendo nominado Rodolfo Rodríguez Ma-

drueño22. Decisión que no fue aceptada por el copalense Edgar

José Velazco Pita, quien optó por registrarse como candidato del

PVEM, llevándose 519 votos panistas que fueron depositados en

las urnas a favor de este resucitado partido.

La coalición inconveniente entre el PRI y Nueva Alianza, cuya

planilla fue poco incluyente y el debilitamiento notable del PRD

como tercera fuerza tradicional, fortalecieron el voto del PVEM,

pero sobre todo el del PAN, que aun también dividido, obtuvo el

triunfo electoral.

En este juego de fuerzas formó parte importante la comunidad

de Copala, pues la disidencia de un panista de aquella localidad

se constituyó en su propio contrapeso; por otro lado, la inclusión

de Alejandro Rosales Velazco como candidato a regidor suplente,

equilibró la planilla del PAN y de paso, lo posicionó con posibi-

lidad de ser el siguiente candidato en 2015, tal y como sucedió.

22 Los otros dos aspirantes panistas fueron: Édgar José Velazco Pita y Pedro Martínez.


Por lo que respecta a la inserción de otro copalense, Mauri-

cio Rodríguez Gómez, como candidato a regidor propietario en

la planilla priista, aun perdiendo, lo catapultó como el siguiente

candidato a la primera regiduría, lo cual se cumplió, recupe-

rando el poder para el PRI en 2012. Así se demuestra cómo

el sistema de reparto de cuotas mediante una alternancia entre

regiones, partidos y grupos que le funcionó al Revolucionario

Institucional sigue vigente, pero ahora dentro del contexto de

la alternancia.

En este período (1965/1994), que se podría denominar como

el de “La oposición desde adentro”, en el que transcurrieron diez

gobiernos municipales, solamente cuatro alcaldes eran nativos de

la cabecera municipal; dos de Copala, tres de San Pedro Toxín,

y uno de Cuauhtémoc. La alternancia entre regiones y la inclu-

sión de las diversas expresiones opositoras dentro y fuera del

PRI hicieron posible la fortaleza de este partido y el retardo de

la llegada de otros hasta el 2009, como ya se dijo, cuando llega la

alternancia.

B) Segunda época: La oposición desde afuera, 1995-2015.

Aunque dentro de la misma corriente política iniciada en 1965,

por el profesor Ernesto Galindo Barreto y José Baltazar Peña,

nace otra ala priista por iniciativa de Antonio Lázaro Rodríguez,

quien logró la nominación a la alcaldía por el PRI en 1995, justa-

mente cuando el PAN registra como su primer candidato al señor

Abal Castillo Sandoval, haciendo una alianza fáctica con el PRD,


bajo el acuerdo de que éste se abstuviera de registrar candidato23,

estructurando una planilla mixta, lo cual indujo el voto perredis-

ta hacia la fórmula panista. Situación que así fue cumplida, por lo

que el PAN se estrenó como partido político logrando el 31% de

la votación general emitida.

Es a partir de aquel momento (1995) en que Acción Nacional

se convierte en el principal opositor del PRI, fortalecido por pri-

istas que bajo el nuevo sistema, basado en las elecciones internas

abiertas a la militancia, no han reconocido su real peso político

por mucho o poco que haya sido, mientras que otros han optado

por buscar el registro bajo diversos símbolos ideológicos, alimen-

tando la pluralidad.

Pero esta capacidad de mantener a la oposición dentro del

propio partido, también la ha perdido el PAN, pues a partir del

año 2003 tres de sus militantes inconformes se han registrado

por otros partidos: A) Alejandro Rosales Velazco (regidor su-

plente por Acción Nacional, en el período 2012/2015), fue aban-

derado por el Partido México Posible (PMP) en 2003. B) J. Jesús

Figueroa Palacios obtuvo el registro por el PVEM, en 2006. C) Y

Edgar José Velazco Pita, nativo de Copala, quien participó como

aspirante en el proceso interno del PAN y al no ser favorecido

con la candidatura fue registrado como candidato del PVEM en

el 2009.

Siendo insuficiente el sistema priista de solventar las discre-

pancias dentro de sí mismo, se fortalece entonces la oposición

23 Desde su fundación, el PRD se ha abstenido de registrar planilla de candidatos a regidores

en dos ocasiones, una fue en 1995 y la otra fue en 2003, según se observa en los listados

registrados en el portal electrónico del IEPCEJ.


desde afuera, obteniendo su primer fruto en 2009, cuando el

ingeniero Rodolfo Rodríguez Madrueño, surgido desde mucho

antes de un movimiento de agrupaciones de profesionistas y pro-

fesores que simpatizaban con varios partidos; razón por la cual

teniendo raíces priistas aunque algunos dicen que era apartidista

el PAN lo invita como candidato a la presidencia municipal en

1997, la cual perdió y después en una segunda ocasión 2009, en

donde resultó ganador.

Las características principales de este tramo de la historia de

Tolimán denominada como la segunda etapa o “La oposición des-

de afuera”, no sólo es que la oposición se traslada hacia afuera del

PRI sino que por su parte este partido implementa la consulta a la

base para seleccionar sus candidatos a munícipes. Y la contienda

electoral es ahora entre los políticos de la cabecera municipal y

los de Copala, los cuales no necesariamente forman grupos sino

corrientes de opinión interna.

Por ello es evidente que liderazgos como el de los ex presi-

dentes municipales priistas, Antonio Lázaro Rodríguez, Ramón

Eraclio Vargas Ceballos y Leónides Gómez, (habitantes de la ca-

becera) no coinciden con los propósitos de otro ex alcalde, el

Coordinador de la Preparatoria de Copala, el MVZ Carlos Ricar-

do Navarrete Navarrete nativo de esa localidad.

En la actualidad (2012-2015), el péndulo de la alternancia en-

tre regiones, partidos y grupos, mantiene su cadencia, pues Copala

gobernó Tolimán, estando en la presidencia Mauricio Rodríguez

Gómez, impulsado por el líder priista de esa misma localidad, Car-

los Navarrete Navarrete, y le sigue Diego Armando Puga nativo de

Tolimán. Lo cual puede apreciarse en el cuadro N° 20.


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C) La coyuntura actual.

Entonces, de acuerdo a lo explicado y a los resultados electora-

les de 2012, se está en la posibilidad de describir la relación que

prevalece entre la demografía y la política de Tolimán bajo los

siguientes términos:

La realidad actual de este municipio es el producto de la

combinación de cuatro o cinco factores principales: Su sistema

demográfico se encuentra basado en cuatro polos de atracción.

Las últimas alianzas entre partidos (PVEM/PRI y PT/MC) han

determinado el actual mapa electoral. El lugar de origen de los

candidatos juega un papel importante pero no determinante para

llevarlos al poder. El desacuerdo entre los aspirantes a la candida-

tura ha fortalecido el voto de otras expresiones electorales y los

antecedentes políticos y administrativos tienen su reflejo en los

resultados electorales. Veamos cómo sucede:

En el proceso electoral de 2012, la verdadera campaña no se

libró entre los partidos políticos (PAN, PRI, PRD, MC, PT, NAL Y

PVEM), ni entre las dos coaliciones que se formaron. La verdade-

ra disputa por el poder fue entre dos localidades, Copala y la ca-

becera municipal y sus respectivos líderes del momento, Carlos

Navarrete Navarrete y Leónides Gómez Ceballos. Los resultados

electorales fueron determinados por los electores afines, para el

candidato priista de Copala (Mauricio Rodríguez Gómez) o al

candidato priista de la cabecera municipal (Juan Diego Gómez

Velazco), quien al perder la nominación por el Revolucionario

Institucional se registró por la coalición PT/MC.

Se explica así, con el PRI como eje central de la contienda, por


qué el PAN llevaba como candidato a Alejandro Rosales Velazco,

quien cuenta con antecedentes priistas dicen algunas opiniones y

después, al verse como panista converso, se le señalaba su indefi-

nición, pues también había sido candidato por el Partido México

Posible en 2003. Y eso lo hace llegar muy debilitado a la elección

de 2012, por lo cual tenía asegurada la derrota, pero no sólo eso,

sino que lleva al PAN al más bajo registro de su historia (15%).

Por su parte, los demás partidos conservaron su estatus mar-

ginal. El Partido Nueva Alianza apenas pudo mantenerse en el

mapa electoral. El PRD, otrora receptor de priistas descontentos,

descendió a su mínimo histórico (3%). El PVEM, receptáculo de

disidentes panistas y aliado del PRI en 2012, aun así vio merma-

das sus simpatías electorales. En tanto que el PT y el Partido Mo-

vimiento Ciudadano en alianza, inexistentes hasta ese momento,

capturaron el voto de mil 777 simpatizantes del Revolucionario

Institucional que no estuvieron de acuerdo con la candidatura

del priista Mauricio Rodríguez Gómez, por lo cual estuvieron a 4

puntos porcentuales de empatar con el PRI (en coalición con el

PVEM) y a un punto porcentual sin alianza.

La realidad es que el PRI venció en la elección con y sin la

ayuda del PVEM: con el voto de la comunidad de Copala, La La-

guna, una parte de Paso Real y de San Pedro Toxín, y la tercera

parte de Santa Elena. En tanto que la Coalición PT/MC, con un

candidato priista, estuvo a punto de ganar la elección gracias al

voto de la cabecera municipal, la localidad de Huizichi, una parte

de Paso Real, otra de San Pedro Toxín y dos terceras partes de

Santa Elena. Según se puede demostrar en el mapa histórico elec-

toral del cuadro N° 21.


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De acuerdo a lo anterior, el perfil sociopolítico de este muni-

cipio se describe de la siguiente manera:

1) A partir de 2004, Tolimán funciona a través de un sistema

demográfico con base en dos polos, Copala y la cabecera mu-

nicipal. La primera de ellas tiene el 30% del listado nominal de

electores y una figura importante que ha logrado en dos ocasio-

nes ganar la alcaldía; la segunda posee el 27% de los electores y

ha sido la principal proveedora de presidentes municipales desde

1999, de manera alternada con Copala, dándole casi ininterrum-

pidamente los triunfos a los candidatos del PRI, que siempre ha

gobernado, excepto en el período de 2009-2012, cuando llegó el

PAN al poder.

2) El balanceo entre ambas fuerzas y/o localidades se ha visto

auxiliado por el flujo de votantes alojado en localidades menores,

que coyunturalmente se han sumado al Revolucionario Institu-

cional o sustrayéndose de este, se han sumado al Partido Acción

Nacional, hasta la elección de 2009, ya que en 2012 se inclinaron

a la coalición PT-MC. Tales son los casos de San Pedro Toxín,

Santa Elena y La Laguna.

Lo que podría entenderse como un sistema de alternancia en-

tre ambas corrientes políticas internas del PRI. En donde, cuando

no hay acuerdo, o no se respeta el turno, se fortalece a otro par-

tido induciendo el voto o se recurre a la disidencia. El balanceo

entre fuerzas políticas y localidades se confirma con el triunfo de

Diego Armando Puga Enciso en 2015, un priista habitante de la

cabecera municipal, tal y como dicta la norma no escrita.

3) Estos factores han dado como resultado una participación

electoral ascendente, generando un sistema de alternancia de


muy bajo nivel entre el PRI y el PAN, que casi puede ser clasifi-

cado como de sistema de preferencia reiterada en un solo parti-

do; con un respaldo electoral hacia sus gobernantes ligeramente

descendente y quizá la alta competencia entre las dos regiones

en pugna, haya sido la causa de que en 2012 se tenga el primer

triunfo marcadamente cerrado, siendo éste del 4%, entre el PRI y

el Partido Movimiento Ciudadano.

Además, es notorio que el voto ha sido emitido de una forma pre-

dominantemente lineal. Entre 1992 y 2012 así lo fue, exceptuando

el proceso electoral de 2006, debido a que los electores votaron por

todos los candidatos del PRI, menos por Roberto Madrazo Pintado.

Así, en los últimos siete procesos, seis tuvieron una votación lineal

y de ellos sólo el de 2009 favoreció a los candidatos del PAN, todos

los demás hicieron ganar a los postulantes priistas. De esta forma se

puede hablar de un esquema específico para Tolimán.

El sistema de Tolimán

En este municipio se confirma la regla prevaleciente desde al

menos 2007, consistente en que los electores de dos localidades

dividen al municipio, pues mientras en su cabecera le han dado

el triunfo al PAN, en Copala lo han hecho por el PRI, fraccionan-

do con ello también a estos dos partidos. Con la salvedad de que

en los comicios de 2012, aunque se sigue observando el mismo

fenómeno, el PAN se ve sustituido por el Partido Movimiento

Ciudadano.


Aparentemente la fórmula alternante cambió, pero en reali-

dad se trata de la transferencia del voto panista hacia el Partido

Movimiento Ciudadano, situándolo en el segundo lugar. Es una

bolsa de votos nutrida mayoritariamente por simpatizantes pa-

nistas y otra parte minoritaria y eventual por priistas.

El esquema sigue siendo el mismo, con la posibilidad muy

grande de que el voto panista se quede en definitiva en Movi-

miento Ciudadano, partiendo de la fractura experimentada en

2009 misma que lo llevo en 2015 a su mínimo histórico (4% de

la votación emitida). Así, las tres principales fuerzas electorales

de Tolimán son ahora el PRI, el PMC (entiéndase PAN) y el PRD

aunque distante y en ese orden.

La condición del PRI como primera fuerza dentro de este es-

quema político se confirma con el regreso de su voto disidente

que había emigrado en 2012 en favor del priista Juan Diego Gó-

mez Velasco que fue registrado como candidato por el PMC. Así

se explica porque el candidato del PRI en 2015, Diego Arman-

do Puga Enciso logró mantener el poder para su partido con el

46% del voto general emitido, viéndose fortalecido además con

el voto del partido verde.

El sistema de alternancia basado en el reparto de cuotas entre

localidades y grupos, permanece para el 2015 inalterado, con una

marcada preferencia política por los candidatos del PRI, en parte

gracias al equilibrio logrado a partir de un sistema de alternancia

interna entre las corrientes priistas de Copala y las de la cabecera

municipal.

De acuerdo a este sistema el turno le toco a un candidato de

la cabecera municipal, postulación que se logró por consenso en


el PRI en favor de Diego Armando Puga Enciso (Director de De-

sarrollo Social y Deportes en el ayuntamiento 2012-2015 y diri-

gente juvenil del PRI) por lo cual no se repitio otra desbandada

hacia el Partido Movimiento Ciudadano. Con esta decisión el PRI

no sólo conservó el poder sino que además recuperó votos.

En el caso del PAN, se prefirió premiar la militancia y méritos

nominando como candidato a un dirigente panista de cepa, Da-

niel Sánchez Guillén. No obstante, el divisionismo a su interior se

reflejó en el descenso de sus simpatías electorales.

Así, la fórmula de alternancia basada en dos opciones electo-

rales, aun con el fortalecimiento del PMC, sigue estando formada

por el PRI y el PAN. De igual manera permanece el sistema de

alternarse el turno entre las corrientes internas del partido que

de hecho siempre ha gobernado; así como en el turno de las loca-

lidades en función del origen de sus candidatos.

2. Segunda vertiente: El corredor industrial.

En una segunda categoría se encuentran Tlajomulco de Zúñiga,

Ixtlahuacán de los Membrillos y El Salto. Los tres comparten la

condición de pertenecer al corredor industrial, así como la cre-

ciente tendencia en el cambio de uso del suelo, por lo que las

tierras se han ido reorientando: del cultivo hacia fines habitacio-

nales e industriales, ocasionando altas concentraciones urbanas

fuera de la cabecera municipal.

Ixtlahuacán lo ha sido, siguiendo dos rutas: la de Atequiza,

que lleva al corredor industrial El Salto-La Barca, y la ruta de la

presa de Santa Rosa-Chapala, con vocación residencial y turísti-


ca. La comunidad de Los Olivos, de tener 11 habitantes en el año

2000, pasó a tener 7 mil 647 según el censo de 2010, superando

no sólo a su cabecera sino a la Delegación de Atequiza, su tradi-

cional competidor.

En Tlajomulco de Zúñiga a partir del 2005 se disparó el creci-

miento demográfico en tres localidades, dos de las cuales supe-

ran a su cabecera y otra más está a punto de alcanzarla. Siendo la

causa aparente el número indiscriminado de fraccionamientos.

Y por lo que respecta a El Salto, la regularización de la tenen-

cia de la tierra, provocada por la invasión y venta de tierras ejida-

les, incrementó el número de nuevos asentamientos que prolife-

raron desde la década de 1980 (aunque este fenómeno también

afectó a otros municipios de la zona metropolitana de Guadala-

jara), ocasionaron que tanto Las Pintas como Las Pintitas, hayan

superado desde el año 2000 a su cabecera municipal.

La incidencia de tales desequilibrios demográficos ha in-

fluido en la conducción del poder, de manera diversa en este

grupo de localidades. El municipio seleccionado para observar

la interacción entre la demografía y el juego electoral es Ixt-

lahuacán de los Membrillos, pero antes se presenta una expli-

cación general de los otros dos que se encuentran dentro de

esta clasificación.

A) Tlajomulco de Zúñiga

Tlajomulco de Zúñiga forma parte de la continuidad de la gran

metrópoli, pero no ha tenido los beneficios como tal, aun estando

incorporado al corredor industrial y turístico más importante de


la zona metropolitana, en lo que corresponde al trayecto de la

carretera a Chapala.

Ha sido sometido a un crecimiento demográfico y urbanístico

intensivo con muy poca planeación, del cual han sido respon-

sables tanto fraccionadores como autoridades24. Con ello, se ha

ganado el calificativo de “ciudad dormitorio” de la zona metro-

politana de Guadalajara. Además, debido a las autorizaciones en

lugares inadecuados, ha llegado a ser el municipio líder en casas

abandonadas, pues de acuerdo a cifras publicadas por el Consejo

Estatal de Población (COEPO) este municipio ocupa el primer

lugar estatal en este aspecto (57 mil, 151 viviendas)25.

En la actualidad, cuatro de sus localidades concentran el 42%

de la población total del municipio. De ellas, Hacienda Santa Fe

manifiesta un crecimiento explosivo, pues en sólo cinco años, se

incrementó en un 68%, es decir, 58 mil 683 habitantes (Véase

cuadro N° 22). Y en términos absolutos, la cabecera municipal

ya ha sido superada por Hacienda Santa Fe y San Agustín. Y San

Sebastián el Grande está a punto de hacerlo.

24 En diversos momentos, los medios informativos han dado cuenta de la situación caótica

que se vive en Tlajomulco de Zúñiga, debido al número indiscriminado de fraccionamientos

autorizados por diversas administraciones municipales: Martínez Macías, Carlos. Gaceta

Universitaria. 11 de julio 2005; García Maru. “Tlajomulco, municipio botín de fraccionadores.

Miles de viviendas son las que se han construido en este municipio, y aún pretenden

construir muchas más”. El Occidental. 31 de marzo de 2008; Ávila, Mario. “Autorizan vivienda

equivalente a Ciudad Guzmán”. Conciencia Pública. 16 de junio 2012; Reza, Gloria y Jorge

Covarrubias, “Las dinámicas de integración urbana, pervertidas”. Proceso. 12 de enero 2013;

Alvarado, Alejandro. “Corre peligro patrimonio tapatío”,elgolfo.info, (El periódico de los

veracruzanos en tiempo real), 09 de julio de 2013; Del Castillo, Agustín. “Fraccionadores le

cercenaron 6 mil has al bosque La Primavera”. Milenio, 3 de febrero 2014).25 Jalisco en cifras - IIEG. Capítulo 5: Vivienda. P. 141 [PDF].


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Este crecimiento poblacional elevado, hizo posible que entre

1950 y 1995, el número de sus habitantes haya aumentado más

de cinco veces26; generando una sociedad desarticulada, que ha

tenido su reflejo en la conducción del poder municipal. Grandes

conglomerados de fraccionamientos fuera de la cabecera muni-

cipal no tienen su expresión política en la conformación de los

diversos Ayuntamientos. Ni mucho menos han tenido un primer

regidor surgido de esos nuevos asentamientos.

En general, esta situación ha llevado a Tlajomulco a partir de

1992, a un sistema de alto nivel de alternancia basada en una fór-

mula de cuatro opciones electorales: PRI-PAN-PRD-PMC. Pues a

la fecha ha tenido cinco cambios de partido en el poder, acompa-

ñados de un abstencionismo ligeramente creciente.

El cambio de partido en el poder, primero aparece como una al-

ternancia entre grupos pertenecientes al partido que siempre había

gobernado. Después, rota la unidad de los priistas, durante el pe-

ríodo de Antonio Sánchez Ramírez, ocurren situaciones inusitadas.

Una de ellas fue que la votación dio un salto impresionante en

tres años: de 18 mil 344 asciende a 28 mil 162, entre 1992 y 1995.

La otra, que el candidato del PAN a la gubernatura de Jalisco en

1995, fue favorecido por los acontecimientos políticos ocurridos

entre 1992 y 1994 (los asesinatos de Ruiz Massieu y del cardenal

Posadas, las explosiones del 22 de abril, la devaluación de la mo-

neda mexicana frente al dólar, etc.), los cuales rompieron con el

sistema de partido hegemónico.

26 Vargas Salinas, José Rafael. El crecimiento urbano de Tlajomulco de Zúñiga ¿Planeación o

inercia? Cartaeconómica.cucea.udg.mx Año 10. N° 56. P 15 [PDF].


A partir de ello, grupos externos procedentes de la capital de

Jalisco y Zapopan han tomado el control del poder a través de

diferentes partidos con estructura local, desplazando a los acto-

res nativos de Tlajomulco: Andrés Zermeño Barba por el PAN

(2004-2006); Enrique Alfaro Ramírez que primero pierde como

candidato del PRI a la presidencia municipal en 2003 y dejando

un periodo de por medio vuelve a ser candidato pero ahora por el

PRD, ganando la elección (2010-2012). Después funda su propio

partido para buscar la gubernatura del estado en 2012 e Ismael

del Toro Castro, la presidencia de Tlajomulco.

Dicho grupo formado por fuereños provenientes de afluentes

inconformes del PAN y del PRI fortalecen las candidaturas me-

tropolitanas del Partido Movimiento Ciudadano, consiguiendo el

triunfo de Alberto Uribe Camacho en 2015, quienes consecutiva-

mente han conservado el poder para dicho partido.

Hasta la elección de 2012, no hubo expresión electoral capaz

de mantenerse en el gobierno más allá de 6 años, situación que

cambió en 2015, gracias a la presencia del nuevo bloque mono-

lítico que sustituyó al viejo coto de la CROC, como lo muestra

el Cuadro N° 23. Además no hay alternancia entre localidades y

parece predominar la volatilidad del voto, como producto de la

marginación urbana y la dinámica poblacional, caracterizada por

los flujos migratorios expulsados de la capital hacia la periferia,

fenómeno que también ha afectado a la clase política, toda vez

que ésta ha migrado de la capital hacia la periferia, específica-

mente al municipio de Tlajomulco.


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B) El Salto

Otro de los municipios de este grupo es El Salto, enclavado en

pleno corredor industrial, en donde, por motivos parecidos a los

de Tlajomulco de Zúñiga, existe poca planeación urbana y nive-

les críticos de contaminación hídrica. Dos localidades compiten

con la cabecera municipal (Véase cuadro N° 24).


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Tanto Las Pintas, Las Pintitas, como La Huizachera, son loca-

lidades que se han convertido en la base social y electoral para

que a partir de 2006, los presidentes municipales que han go-

bernado El Salto no sean de la cabecera municipal ni de ninguna

central obrera, como venía sucediendo hasta finales de la década

de 1990 (Véase cuadro N° 25).


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El contrapeso de estas tres localidades lidera el voto fuera de

la cabecera del municipio, inclinándolo hacia los candidatos del

PRI en las elecciones de munícipes, pues el sufragio es emiti-

do en forma diferenciada; mientras que el voto mayoritario del

casco urbano viejo, ha favorecido durante las últimas elecciones

al PAN. Pero es importante hacer notar que este juego entre lo-

calidades y políticos ha hecho que el péndulo de la alternancia

emprenda una trayectoria que amenaza con ir en sentido inverso.

Inicialmente Joel González Díaz recuperó el poder para el PRI

(2007-2010), después de estar fuera de él durante dos periodos

que gobernó el PAN, logrando el 46% del voto general emitido. Ci-

fra que sólo se ve superada por la obtenida en 1995 por el panista

Carlos Dueñas Lomelí; le siguió su hermano Gerardo (2010-2012)

en la primera regiduría, pero el voto priista descendió a 40%; a su

regreso al poder, Joel (2013-2015), después de ser diputado fede-

ral, vio mermada su propia votación al 24%. Su triunfo fue posible

gracias al voto de la alianza con el PVEM. De lo contrario la victo-

ria hubiera sido para el Partido Acción Nacional.

Para la elección de 2015, sin ir coaligado con el PVEM la ten-

dencia se confirmó, pues aunque este mismo grupo en el poder

(familia González Díaz, procedente de Las Pintas), lo conservó,

vio mermada su votación en un 3%.

La estrategia del PRI en el 2015, en lugar de aliarse con otro

partido fue apropiarse de la estructura del Partido Movimiento

Ciudadano, nominando a un priista perteneciente a esta misma

expresión política, logrando con ello dos oportunidades de ganar

la presidencia municipal (PRI y PMC) y debilitar la alianza entre

el PRD y el PAN que era el verdadero enemigo a vencer.


Se debe entender que el Partido Movimiento Ciudadano en

este municipio está desvinculado de Enrique Alfaro desde el pro-

ceso interno del PRI en 2011, siendo utilizado eventualmente por

ciertos liderazgos del PRI. Recuérdese que Gabriel Pérez Pérez

fue precandidato a la presidencia municipal por el PRI en 2009,

al impedírsele su registro, el Tribunal Electoral Federal (Sesión

del 10 de marzo de 2009) resolvió a su favor, sin embargo desis-

tió a cambio de ser suplente en la fórmula para diputado local

que encabezó Roberto Antonio Marrufo Torres por el Séptimo

distrito (Legislatura LIX).

Tres años después (2012) se registró por el Partido Movi-

miento Ciudadano como candidato a la presidencia municipal de

El Salto, obteniendo el tercer lugar en votación, quedando como

regidor de representación proporcional (2013-2015). Y para

agosto de 2014, él y su fracción edilicia y el comité municipal de

Movimiento Ciudadano regresaron al PRI.

Esta situación le ha dado a El Salto un nivel alto de alternancia

pues hasta la elección del 2015 ha tenido cuatro cambios de par-

tido en el poder, bajo la fórmula bipartita integrada por el PRI y

el PAN; un nivel de abstencionismo inestable y una tasa positiva

de crecimiento demográfico.

2.1 Ixtlahuacán de los Membrillos.

El contraste entre la cabecera y una de sus localidades con ma-

yor población muy politizada (Atequiza); un núcleo habitacional

mayoritario aparentemente despolitizado (Los Olivos); así como

la lejanía entre estas tres comunidades, constituyen el grupo de


características que operan en un juego de contrapesos que se ba-

lancean cada vez que ocurre una elección.

La estructura demográfica actual, que se ha moldeado para

este municipio obedece a tres puntos principales. Los que le die-

ron origen datan de marzo de 1824, cuando ya se le mencionaba

como tal, y, por otro lado, está la segregación de la Comisaría de

Atequiza del municipio de Poncitlán, ocurrida en enero de 1938

para ser integrada al de Ixtlahuacán de los Membrillos, según da-

tos del Consejo Estatal de Población de Jalisco (COEPO)27.

Y más recientemente, entre 2005 y 2010, la comunidad de

Los Olivos, de tener 11 habitantes pasó a registrar 7 mil 647, en

2010 ¡en sólo cinco años!, según datos del Consejo Estatal de Po-

blación (COEPO). Así lo demuestra el cuadro N° 26.

27 iieg.gob.mx/contenido/municipios/ixtlahuacandelosmembrillos.pdf


Cu

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26

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Esta condición convierte a Los Olivos en un afluente pobla-

cional importante que gestiona sus servicios administrativos y

deposita su voto en La Capilla, Delegación municipal y cabecera

de la sección electoral N° 1597.

A) La FROC y la transición

Según se puede observar a simple vista, la alternancia en la elec-

ción de munícipes que se ha registrado en este municipio, es

entre Acción Nacional y el Partido Revolucionario Institucional.

Así lo consignan las cifras oficiales del IEPCEJ.

Aunque lo más cercano a la verdad parece ser que esta diná-

mica (entre PAN y PRI), tiene como trasfondo una alternancia

entre expresiones políticas diversas, al margen de cualquier

símbolo ideológico, en la que se observa la regla cada vez más

generalizada, de que, cuando las cúpulas partidistas dificultan

la participación, los afectados suelen llevar la oposición hacia

afuera de sus propios partidos, para romper el bloque mono-

lítico existente.

Esta estrategia les ha funcionado a los políticos de Ixtlahuacán

de los Membrillos, y seguramente a los de otras partes del estado.

Además, el hecho de que existan dos localidades con población

superior a la de la cabecera municipal, si bien ha influido en los

procesos para elegir munícipes, no ha consumado su proyecto de

exportar hacia la presidencia municipal a un nativo de su tierra. Ni

Atequiza ni Los Olivos. Todos los alcaldes, a excepción del ingeniero

Pedro Salvador Sánchez Zepeda (1977-1979), ajeno al municipio de


Ixtlahuacán, han sido residentes de la cabecera municipal28. Así lo

muestra el cuadro N° 27.

28 Los políticos de la cabecera han llevado la delantera en las nominaciones a la primera

regiduría. En las últimas ocho elecciones de munícipes (1992-2012), las principales

expresiones políticas así lo han hecho. El PAN ha postulado a tres candidatos originarios

de Atequiza: José Enrique Lozano Estrada (1992), Héctor Lozano Estrada (1997), y Reyes

Venegas Aguilar (2000); los del PRI, todos han sido residentes de la cabecera municipal;

igualmente los del PVEM. Y la carta que se jugó el PARM en su último año de vida, en la

elección del 2000, fue la del ex priista Ramón Padilla Silva, nativo de Atequiza. A lo más que

han llegado los políticos de las Delegaciones o Agencias municipales, es a precandidatos y

a lograr algunas posiciones en las planillas triunfadoras. Ramón Padilla Silva, de Atequiza,

antes de irse al PARM, en 1992 compitió en el proceso interno del PRI frente a otros tres

aspirantes que eran de la cabecera; y en la selección interna de candidatos priistas de 2009,

Rafael Salcedo (de Atequiza), le disputó la nominación a dos ex presidentes municipales, el

doctor Raúl Ramírez Real y Aurelio Díaz Aguilar, y al arquitecto Carlos Méndez Gutiérrez,

todos residentes de la cabecera.


Cu

adro

N°

27

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Entre 1930 y 1985, aproximadamente, las nominaciones de

los candidatos del PRI, fueron decididas por la Federación Re-

volucionaria de Obreros y Campesinos de Jalisco, filial a ese

partido. Pero poco antes de ese último año, en 1977, se gestó

un movimiento denominado “Comité pro-mejoras de Atequiza”,

constituido por representantes sociales de aquella comunidad,

ejidales, obreros, priistas, magisteriales, bancarios y vecinales.

La finalidad era terminar con la indiferencia de la autoridad mu-

nicipal hacia esa localidad.

Este despertar de la ciudadanía fue aprovechado en la cabece-

ra municipal para impulsar la candidatura de Juan José Herrera

Arreola, nominado por le CNC (filial al PRI), quien gracias a ello

pudo gobernar durante el período 1980-1982, llevando como su

secretario general a Juan Pablo Guardiola Zúñiga. La idea era pro-

yectar a este último hacia la presidencia municipal y desplazar al

centralismo de la FROC.

De momento ese proyecto no tuvo éxito, pues la central obre-

ra volvió a imponer a dos alcaldes más, consecutivamente, pero

abrió un proceso de transición que culmina con la anulación de

la elección celebrada en 198829 y la designación de un Consejo

Municipal30, que fue presidido precisamente por el priista Juan

Pablo Guardiola Zúñiga (1989-1991).

Se debe agregar que, ya desde 1982, la lucha por la primera

regiduría se recrudeció entre ambas corrientes, pues al movi-

29 Decreto N° 13523. “Declara nulas las elecciones de Ixtlahuacán de los Membrillos”.

Diciembre 31 de 1988.30 Decreto N° 13557. “Designa un Concejo Municipal para el Ayuntamiento de Ixtlahuacán

de los Membrillos”. Enero 3 de 1989.


miento ciudadano iniciado en Atequiza y secundado por la CNC

que impulsó a Juan José Herrera Arreola, se sumó la agrupación

conocida como Congreso Agrarista Mexicano, liderado por las

familias Díaz Ramírez, Enciso Díaz, Herrera Enciso, Neri Neri y

otras más, allegadas a ellas.

Testimonio de lo anterior es la nota del diario El Jalisciense,

publicada el 4 de marzo de 198231 e igualmente el hecho pos-

terior de que en 1988, Ixtlahuacán haya tenido cuatro candida-

tos: Ricardo Vázquez Ayala (PAN), Roberto Vaca Núñez (PRI),

Heliodoro Aguilar Enciso (CCIJ) y Feliciano Amparo Brambila

(PARM).

La oposición a dicho sistema fue manifiesta y abierta. Los he-

chos nos dicen que ésta, sin salirse del PRI, presionó desde afue-

ra apoyando el registro del PARM, en cuya planilla se incluyó a

priistas inconformes. Por otro lado, los comicios celebrados en

aquel año reflejan la dispersión del voto priista, haciendo crecer

el de otras fuerzas alternantes, motivado por la coyuntura: el del

PAN y el del PARM32.

No obstante, el grupo que desplazó a la FROC no se consolidó

en el poder, al no conservar la unidad. Miembros de esa nueva

expresión política del PRI, lograron llegar a la presidencia muni-

cipal posteriormente, pero por sus propios medios, como Con-

rado Ramírez García (1992-1995), José de Jesús López Covarru-

bias “El Dólar” (1998-2000) y Aurelio Díaz Aguilar (2001-2003).

31 Hernández, Abel. “Con violencia fueron despojados de sus tierras un grupo de campesinos”.

El Jalisciense. Jueves 4 de marzo de 1982.32 PAN: 640; PRI: mil 160; CCJ: 103; PARM: 620. Fuente: IEPCEJ, Resultados electorales de

1988.


Pues Enrique Enciso Díaz y David Díaz Ramírez, que fueron can-

didatos del PRI en 1995 y 2003, perdieron frente a los postulan-

tes del PAN.

Sin embargo, todos estos acontecimientos se dan entre la cla-

se política de la cabecera municipal, donde no caben todavía las

opciones de Atequiza o de Los Olivos, ni de ninguna otra loca-

lidad. Es decir, la alternancia sigue siendo entre grupos o entre

personas, con apariencia de una alternancia entre partidos.

Más adelante se ve cómo, entre los protagonistas, no sólo se in-

cluyen a los líderes y a los partidos sino también a cantidades im-

portantes de votos que situados en diversas localidades orientan al

parecer conscientemente sus preferencias en distintas direcciones.

B) El arribo de la alternancia

El esquema de la FROC y la corriente política emergente desde

1980 se rompe durante la elección del priista Conrado Ramírez

(1992-1995), siendo sustituido por una alternancia entre el PRI-

PAN y la apertura hacia la incorporación de liderazgos radicados

en las localidades del municipio, en varios partidos. Época en la

que Atequiza toma la alternativa, mientras que en otras localida-

des, dicho proceso ha sido gradual.

José Enrique Lozano Estrada fue candidato en 1992, logrando

el 31% de la votación total (doce puntos porcentuales menos que

el PRI); Héctor Lozano Estrada y Reyes Venegas Aguilar también

tuvieron su turno en 1997 y 2000, respectivamente, con resul-

tados electorales aún menos favorables que el anterior (29% y

19%). Los tres, postulados por el PAN y residentes de Atequiza.


En el PRI esta apertura hacia las localidades en los procesos

relacionados con la selección interna de candidatos a munícipes,

hizo posible que en 1992, Ramón Padilla Silva, quien en su mo-

mento representó un importante liderazgo en la Delegación de

Atequiza, y formando parte de aquella nueva generación forjada

en la década de 1980, tuviera la oportunidad de competir por la

nominación frente a otros tres aspirantes. Y posteriormente, en

2009, Rafael Salcedo Vargas, también residente de Atequiza, for-

mó parte de un grupo de cuatro priistas que compitieron por la

candidatura a la presidencia municipal de Ixtlahuacán.

En el proceso electoral de 2012, el Partido Movimiento Ciuda-

dano en coalición con el PT registró al profesor federal, Fernando

Orozco Vaca. Y en 2015 fueron tres los candidatos no proceden-

tes de la cabecera: A) Marín Uriel Gomar Santibáñez (PVEM). B)

Luis Antonio Bravo Plascencia (PMC). C) César Caballero Haro

(MORENA). Los tres, procedentes de Atequiza.

Un factor que no se debe pasar de largo es el hecho de que,

casi en forma simultánea al arribo de la alternancia, el partido

que siempre había gobernado entra para 1995 en una de sus peo-

res crisis.

Pues una vez nominado Enrique Enciso Díaz, miembro de

aquel grupo que desplazó a la FROC, varios de sus miembros de-

jaron el PRI: Celia Herrera Siordia se registró por el PFCRN en

1995 y después fue candidata por el PRD-PT en 2006; Heliodoro

Villanueva Aguilar lo fue por el PVEM en 1997, aunque también

había sido candidato del PARM en 1992; el mismo Enrique Enci-

so Díaz funda el PVEM, en 1997; Ramón Padilla se registró por

el PARM en 2000; Juan Ramírez García, hermano del ex alcalde


Conrado Ramírez, se registró por el PVEM en 2003; Ramón Ra-

mírez Hernández y Octavio Coronado Vargas, renuncian al PRI,

y ganan consecutivamente la presidencia municipal en 2003 y

2006, abanderados por el PAN.

Lo cual, aunque no ha modificado el sistema de alternancia ba-

sada en la fórmula PRI-PAN, ha revolucionado la movilidad del

voto hacia diversos partidos y regiones

Y si bien podemos hablar de alternancia, ésta se da preferente-

mente en las elecciones de munícipes. Pues el electorado, a ex-

cepción del proceso de 2006, siempre ha dado el triunfo a los

candidatos del PRI en los cargos de representación federales.

Mientras que en lo local, en las últimas cuatro elecciones de go-

bernador, el PAN sólo ha ganado la de 1995; de los últimos 7 co-

micios de diputados locales, el PAN sólo ha ganado dos, los otros

cinco han sido para los candidatos del PRI y de las últimas nueve

elecciones de munícipes (1992-2015), tres han sido para el PAN

y seis para el PRI. Como lo muestra el cuadro N° 28.


Cuadro N° 28

Ixtlahuacán de los Membrillos

Tendencia del voto lineal/diferenciado (1991-2012)

Cargo

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2

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Senador PRI PRI PRI PRI PAN PRI

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Gobernador PAN PRI PRI PRI

Diputado Local PAN PRI PRI PRI PAN PRI PRI

Presidente Muni-

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Emisión del voto L D L L D D L L

Épocas NO CONCURRENTE CONCURRENTE

Fuente: Elaboración propia a partir de los datos publicados en las páginas web del Instituto

Nacional Electoral (INE) y del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana del Estado de

Jalisco (IEPCEJ). (I) Intermedia; (P) Presidencial; (L) Lineal; (D) Diferenciada.

En general el esquema actual, comprendiendo a todos los par-

tidos, parece encaminarse hacia un proceso incluyente; hacia la

definición del voto duro de cada partido y a canalizar la inconfor-

midad interna de los principales partidos a otros frentes, como

una estrategia para presionar desde afuera a través de cualquier

signo ideológico e influir en las decisiones.

C) Una balanza de tres platos (La cabecera, La Capilla y Atequiza)

Hasta la elección de 2012 el sistema se ha movido en dos planos.

Uno consiste en el desplazamiento pendular entre dos opciones:


el PAN y el PRI; el otro, en oscilar con referencia a tres puntos

magnéticos regionales, que inclinan la balanza de diversas ma-

neras favoreciendo a cualquier partido: La cabecera, La Capilla

y Atequiza. Hay que tomar en cuenta que la comunidad de Los

Olivos, que supera en población al resto de ellos, tiene como ca-

becera de sección a La Capilla.

Todo esto, dependiendo de las alianzas y los candidatos propues-

tos por el PAN y el PRI, en función de los cuales, los partidos satéli-

tes que completan dicho sistema, conservan su voto para sí mismos

o lo trasladan hacia una tercera opción electoral. Así, la distribución

del voto municipal, desde 1992, ha dibujado diversos mapas electo-

rales. En un análisis global del municipio, se tiene lo siguiente:

Ixtlahuacán de los Membrillos posee un alto nivel de alternan-

cia debido a que desde 1992, se han registrado cuatro cambios

de partido en el poder; la fórmula que funciona hasta ahora está

integrada por el PRI y el PAN, siendo las dos principales fuer-

zas electorales, pues la tercera posición la han ocupado partidos

como el PARM, el PVEM, Nueva Alianza y últimamente la alianza

entre el PT y el Partido Movimiento Ciudadano. En todos los ca-

sos, situados muy lejos del primer lugar.

El voto promedio del PRI es del 39% y el del PAN es del 32%.

La votación más alta del PAN fue la de 1995, cuando por primera

vez llega al poder, llevando como candidato a José Antonio Agui-

lar Enciso, siendo del 56%, pero además ha sido hasta la fecha la

más alta de todos los partidos; en tanto que su peor cifra fue la de

2012, que descendió al 9%, elección que por supuesto no ganó.

Por su parte, la mejor cifra del PRI fue la de 2009, cuando coali-

gado con el Partido Nueva Alianza y llevando como candidato a


Carlos Méndez Gutiérrez, obtuvo el triunfo con el 44% y su peor

momento ha sido el 34% que obtuvo su postulante en 2003, Da-

vid Díaz Ramírez, quien por supuesto, perdió.

La brecha más amplia entre el primero y segundo lugar ha

quedado registrada en dos fechas: a) En 1995 cuando el PAN su-

pero al PRI por el 19%. b) En 2009, cuando el PRI superó al PAN

con el 18%. Por el contrario, el margen más reducido fue el de

2003, cuando el PAN apenas alcanzó los 261 votos arriba del PRI,

representando el 3% de diferencia. Y es de llamar la atención que

el abstencionismo es creciente.

En un último renglón desde este análisis global, se observa

que la trayectoria que ha seguido el voto durante las últimas ocho

elecciones de munícipes es el siguiente:

El PAN gana la presidencia municipal y la gubernatura del

estado por primera ocasión en 1995. Por un lado el voto se po-

larizó entre el Revolucionario Institucional y el Partido Acción

Nacional, pues entre ambos sumaron el 93% de la votación total

emitida. Y por el otro, fue la elección que tuvo el mayor registro

de fórmulas, sumando ocho en total, alcanzando resultados tan

raquíticos que las cantidades obtenidas por seis de ellos fue infe-

rior a los votos nulos (144 votos nulos).

Puesto que se trataba de una elección presidencial, la emisión

del sufragio se incrementó en un 28% respecto de la elección an-

terior. Cifra que benefició al PAN, pues su voto creció un 25%,

mientras que el PRI lo hizo sólo en un 6%. La elección fue ganada

por el primero.

La tesis de que los electores de la cabecera le niegan el voto a

los candidatos de otra localidad, aun siendo de su mismo partido,


fue comprobada en los comicios de 1997, 2000 y 2012. En las dos

primeras Acción Nacional registró como candidatos al ingeniero

Héctor Lozano Estrada y a Reyes Venegas Aguilar, respectiva-

mente, provenientes de Atequiza33. En la primera de ellas la ca-

becera la dio el triunfo al PVEM, en la segunda lo obtuvo el PRI.

En esas dos ocasiones el PVEM y el PARM juegan el papel de

esquiroles del PAN, pues el voto panista de la cabecera, negado

a sus candidatos de Atequiza, se trasladó hacia esos partidos, en

1997 y 2000, respectivamente. No obstante en ambas elecciones,

la cifra total municipal le dio el triunfo al Revolucionario Insti-

tucional.

Enseguida vienen los dos gobiernos consecutivos presididos

por Acción Nacional. En plena diáspora priista, este partido co-

noce su segunda y tercera derrota. En 2003, el PVEM, fundado

por ex priistas conserva su nivel de votación; pero el voto del ya

desaparecido PARM, al perder su registro, se traslada al PAN. En

tanto que el voto priista pierde un 5% que es repartido entre el

PVEM y el PRD.

En 2006, el PVEM se abstiene de registrar candidato a la alcal-

día, por lo que su voto se transfiere al PAN, que había registrado

a un ex priista. Esto hace que, aunque el candidato del PRI haya

incrementado su votación en un 7%, no haya podido alcanzar el

triunfo.

Pues bien, hasta el proceso electoral del 2009, se mantuvo un

mismo patrón de conducta del electorado: dos fuerzas alternan-

33 A la cuenta de candidatos de Atequiza que pierden en la cabecera municipal hay que sumar

el del profesor Fernando Orozco Vaca por el Partido Movimiento Ciudadano en 2012.


tes y una tercera fuerza indefinida y demasiado lejana. Para esa

ocasión, Acción Nacional pierde el 22% de sus votantes, el Revo-

lucionario Institucional gana simpatizantes en las urnas por un

3% y el PVEM consigue el 23% de la votación total emitida. Lo

que significa que el voto verde que se había desplazado al PAN en

2006 regresa para el 2009, llevando como candidato a su funda-

dor, Enrique Enciso Díaz.

Sin embargo, para la elección de 2012, el panorama cambia

radicalmente. El PAN prácticamente desaparece del mapa elec-

toral, pues llega a su mínimo histórico (9%), y el voto que pierde

(17%) es transferido a la coalición formada por el PT y el Partido

Movimiento Ciudadano, que con su 19% de votos en la bolsa, se

convierte en la tercera fuerza electoral.

Mientras que la alianza que hizo el PRI con el PVEM lejos de

ayudarlo le representó una pérdida del 7%, porque desde su ori-

gen el voto del PVEM constituye el voto anti PRI. Por esa razón

en la elección de 2012 el voto del PVEM se fue al PRD, que nunca

había avanzado más allá del cuarto sitio en la votación, quedando

situado como la segunda fuerza electoral (26%), lugar que había

pertenecido al PAN tradicionalmente.

Pero si la alternancia entre el PRI y el PAN que se dice tener

en Ixtlahuacán de los Membrillos es en realidad una alternancia

entre grupos o personas y si las localidades que superan en pobla-

ción a su propia cabecera no tienen su par en política, entonces

¿cómo se puede explicar ese sistema de contrapesos que indiscu-

tiblemente se da? ¿Cómo y hacia dónde se desplaza el voto que

hace ganar o perder a los partidos cada tres años, desde 1992?


D) La cabecera municipal

El resultado obtenido en 1995 no requiere explicación. El electo-

rado hizo ganar al PAN en casi todo el municipio, en la elección

de gobernador, diputado local y presidente municipal; pero les

dio el triunfo a los candidatos del PRI para presidente de la repú-

blica, senador y diputado federal. Fue un cese fulminante hacia el

priismo local, pues sus candidatos a munícipes solamente gana-

ron las casillas de Santa Rosa, Buena Vista y una de Los Cedros.

Lo cual demuestra el voto reflexivo de los ciudadanos, que deja la

primera huella del voto diferenciado.

Después de esto ya nada sería igual. Los movimientos pen-

dulares entre este partido y el PRI, y oscilatorios con referencia

a las diversas regiones interiores del territorio municipal, hacen

funcionar el nuevo sistema que hasta la fecha ha trazado las rutas

del voto, definiendo tres zonas específicas donde se deciden los

triunfos o han influido para que ello sea posible.

El análisis debe hacerse a partir de la intermedia de 1997, año

en que se funda el PVEM en Ixtlahuacán de los Membrillos a ini-

ciativa de ex priistas que desde entonces, representando el voto

anti PRI han hecho inoperante cualquier alianza entre ambos.

A partir de entonces, la cabecera municipal ha emitido su voto

en favor de tres fuerzas electorales en seis ocasiones, aunque no

siempre ha implicado la llegada al poder. En 1997 la mayoría de

votos fue para el PVEM, al verse beneficiado con la pérdida del

27% del voto panista; en 2000 la reaparición del PARM capturó

el incremento natural de los votantes nuevos, impidiendo que el

PVEM los capitalizara, mientras que el 18% de votos que perdió


el PAN, se repartió entre el PARM, el PVEM y el PRI, por lo que

este último ganó en todas las secciones de la cabecera.

En las elecciones de 2003 y 2006, el PAN obtuvo el triunfo en

todas las secciones de la cabecera. La explicación a esto es que

para el año 2003 los votos del PVEM representaban alrededor de

mil 824, cantidad muy similar al incremento del Partido Acción

Nacional en 2006. Por lo que al no registrar candidato en esa oca-

sión, el voto verde fue transferido al del blanquiazul, de ahí su

triunfo. Pero en 2009 la cabecera le vuelve a dar el triunfo al PRI.

Y en 2012, al ir este en coalición con el PVEM, el voto verde de

esa localidad se muda al PRD, haciéndolo ganar en ese lugar. Así

lo muestra el cuadro N° 29.


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E) La Capilla

Recordemos que La Capilla es la cabecera seccional donde vo-

tan los electores de Los Olivos, localidad que en sólo diez años

(entre 2000 y 2010) incrementó su población de 11 a 7 mil 647

habitantes.

De historia corta, ha sido clave para darle triunfos al PAN

(1995 y 2006), pero sobre todo al PRI (2009 y 2012), como lo

demuestra el cuadro N° 30. Debido a su crecimiento tan explo-

sivo y reciente, de instalarse sólo dos casillas en 2003, para la

elección de 2012, tuvieron que incrementarse a 7.


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F) Atequiza

De acuerdo a las cifras, en Atequiza se muestra una vocación

definida por el Partido Acción Nacional, hasta los comicios de

2007. Ya que en las elecciones de 2009 y 2012 el voto de este

partido se ve sumamente debilitado, al grado de que en 2012 to-

das las casillas de esta localidad fueron ganadas por la coalición

PT-MC, como se puede apreciar en el cuadro N° 31.

La explicación más probable para el 2009 es que el voto verde

que se había trasladado hacia el PAN en 2006, regresa a su origen

al reaparecer en las boletas, pero se pulveriza sobre todas las re-

giones del municipio. Este hecho le dio el triunfo al PRI en casi

todas las casillas de Atequiza.

Mientras que en 2012, ya sin el refuerzo del voto inconforme

del priismo y el voto verde (anti PRI), el PAN regresa al nivel de

su voto duro. De manera que la bolsa de votos que se forma con

el incremento natural de votantes, con ese plus que tenía el PAN

y con el voto verde que no se queda con la alianza del PRI, se

distribuye entre el PRD de la cabecera municipal y la coalición

PT-MC que le da el triunfo absoluto en Atequiza.

Por lo que se puede concluir que la nominación de Marisela

Guadarrama Hernández por el PAN, dividió el voto blanquiazul,

debilitándolo en la cabecera y transfiriéndolo en Atequiza hacia

la alianza PT-PMC, donde se mantuvo la vocación panista, pero

con la vestimenta de esa fórmula coaligada. Esta situación puede

apreciarse plenamente en el cuadro N° 31. De manera que en

términos más específicos, se puede hablar de un esquema único

para Ixtlahuacán de los Membrillos.


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El esquema de Ixtlahuacán de los Membrillos

Contra todo pronóstico, el juego de contrapesos basado en el

voto emitido en la cabecera municipal, Atequiza y Los Olivos,

pasó a segundo término en el proceso electoral de 2015, ante el

aplastante triunfo de la planilla priista. Mientras que los demás

factores que venían influyendo en los anteriores en mayor o me-

nor medida, permanecieron.

La fórmula de alternancia entre Acción Nacional y el Partido

Revolucionario Institucional, consolidada en la elección de mu-

nícipes pudo sostenerse gracias a que el primero de ellos fue coa-

ligado con el PRD. De no haber sido así el sistema hablaría de un

tercer elemento: el PMC.

Este sistema sigue siendo influido por una disputa entre gru-

pos o personajes que dan apariencia de un juego entre partidos.

Y por otro lado, si bien la alternancia en el poder entre el PRI y

el PAN no ha variado, también se puede decir que el voto volátil

ha mutado eventualmente hacia diversos partidos, conserván-

dolo para sí mismos o trasladándolo hacia una tercera opción

electoral.

Otra situación que ha prevalecido por lo menos hasta el 2015,

es que tanto los electores como el PAN y el PRI siguen prefirien-

do a candidatos procedentes de la cabecera municipal, mientras

que el PMC, PVEM (y MORENA en 2015) han nominado desde

2012 a políticos procedentes de Atequiza. Lo que les ha valido

para constituirse en un bastión importante que compite con la

cabecera, aunque sin lograr ganar aun la presidencia municipal.


Los registros de las diferentes candidaturas y los resultados

electorales en 2015 así lo demuestran. El doctor Eduardo Cervan-

tes, Secretario del Ayuntamiento (2012-2015) y candidato electo

por parte del PRI en 2015 y Joel Coronado Haro, candidato de la

coalición PAN-PRD, son habitantes de la cabecera municipal. Los

otros tres candidatos, Marín Uriel Gomar Santibáñez, ex jefe de

Aseo Público Municipal en un ayuntamiento presidido por un pri-

ista (2012-2015), nativo de Atequiza, fue el candidato registrado

por el PVEM; Luis Antonio Bravo Plascencia egresado de la Normal

Rural de Atequiza, activista estudiantil, nativo de La Capilla, pero

avecindado en Atequiza, fue el candidato del Partido Movimiento

Ciudadano y; César Caballero Haro, maestrante en Educación, na-

tivo de Atequiza que fue candidato de MORENA. Conscientes o no

representan ese movimiento reivindicatorio de las localidades que

por mucho ya rebasan a su capital en demografía.

La tesis de que los electores de la cabecera le niegan el voto

a los candidatos de otra localidad, aun siendo de su mismo par-

tido ha sido comprobada en los comicios de 1997, 2000 y 2012.

Aunque en 2015 se vio atenuada debido a que en una parte de

Atequiza y otra de La Capilla el PMC conservó algo de su fuerza

electoral (quedando en esos lugares apenas como segunda fuerza

electoral). No obstante al inclinarse por un candidato no nativo

de la cabecera no le fue suficiente para obtener el triunfo en nin-

guna sección electoral, ya que en su totalidad fueron ganadas por

el priista Eduardo Cervantes Aguilar, residente de la capital de

Ixtlahuacán de los Membrillos.

La elección de 2015 fue tan contundente como la de 1995

-cuando el electorado le dio un cese fulminante al priismo local-


dando el triunfo a los candidatos panistas, en tanto que para los

cargos federales fue a la inversa. Pero a diferencia de 1995, la

de 2015 –no obstante que fue una elección intermedia- el PRI

obtuvo el triunfo absoluto en todas las secciones electorales de

Ixtlahuacán de los Membrillos en la elección de munícipes, dipu-

tados locales y federales.

Podría inferirse como la principal causa de este resultado

electoral el carácter incluyente de la planilla ganadora, la cual

fue estructurada con candidatos a regidores procedentes de la

cabecera municipal, de las localidades más importantes del mu-

nicipio, siendo a su vez una fórmula consensuada entre las dos

expresiones políticas más fuertes del priismo y del municipio,

lideradas por el doctor Eduardo Cervantes Aguilar y el arquitecto

Carlos Méndez.

3. Tercera vertiente: Desarrollo paradójico (Bolaños)

En la tercera vertiente el municipio de Bolaños es el único en

esta condición, no sólo en la región misma sino en el estado. Y la

situación que prevalece es algo singular y simple.

Singular porque es uno de los dos lugares de la zona Norte

en donde se da la competencia demográfica entre su cabecera

municipal y una de sus localidades; por la forma como ocurre el

repoblamiento de una y el despoblamiento de la otra y porque la

dirección del crecimiento demográfico no apunta hacia ninguna

continuidad urbana o polo de desarrollo que lo atraiga. Incluso,

la distancia entre Bolaños y Tuxpan de Bolaños que es de 66.3

km., aproximadamente, teniendo que recorrer un trayecto sinuo-


so, tampoco es factor que la facilite. Por lo que su auge resulta ser

un enigma.

Simple, porque siendo un municipio de apenas 6 mil 820 habi-

tantes (COEPO), de los más lejanos e incomunicados de la capital

del estado y por consecuencia de los más aislados del desarrollo, la

estructura de la población que lo habita resulta fácil de entender.

Y el análisis de la relación entre las localidades en competen-

cia, tanto en el aspecto demográfico como su incidencia sobre los

resultados electorales, se reduce a sólo dos localidades importan-

tes y 9 puntos receptores de votos.

Dos características definen a este único caso. A) Existe una

relación inversamente proporcional entre el crecimiento demo-

gráfico de la cabecera municipal y la localidad de Tuxpan de Bo-

laños. B) Esta correlación tiene su expresión electoral que invo-

lucra a personajes de otros municipios e incluso de otros estados.

En este aspecto, la demografía es un factor importante pero no

determinante en la sucesión del poder municipal.

Lo lógico sería que Tuxpan de Bolaños, en tanto que supera

en población a su propia cabecera, punteara en la conducción del

poder local. Sin embargo los hechos nos dicen algo distinto, pues

a pesar de ello los gobernantes de Bolaños han tenido los más

diversos orígenes: Tepec, El Huilacate y Barrotes, que aunque

pertenecientes a Bolaños, son localidades muy pequeñas; San

Martín de Bolaños, Guadalajara; Múzquiz, Coahuila. Así como de

La Manga, municipio de Mezquitic. Pero lo más extraordinario

es que ningún alcalde es originario de Tuxpan de Bolaños (Véase

cuadro N° 34). De ahí pues, el subtítulo que lleva este apartado:

“Desarrollo paradójico”.


En general, entre 1990 y 2012, el municipio ha crecido en un

6%; La cabecera municipal ha tenido un decremento poblacional

del 17%; y la comunidad de Tuxpan de Bolaños ha crecido en un

81%. Y entre ambas concentran en la actualidad, según el censo

de 2010, el 33% de la población total. Mientras que, de acuerdo a

esa misma fuente, el resto de las 163 localidades sumamente dis-

persas, representan el otro 67%. Así lo muestra el cuadro N° 32.


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A) La mínima diferencia y los grandes márgenes

En términos generales la vocación electoral de este municipio

fue priista hasta el proceso electoral de 2006, cuando aparece el

primer gobierno de oposición, presidido por el panista Luis Al-

berto Zamora Zamora. De hecho, los grandes márgenes entre el

primero y segundo lugar (PAN y PRI), comienzan a reducirse

desde la elección de 2000, cuando el priista José Carmen Carrillo

Alegría ganó la alcaldía por una diferencia del 6% sobre el candi-

dato panista José Abigail Orozco Guzmán.

Así, se llega hasta el empate técnico entre ambos partidos

en 2006, cuando la diferencia de 4 votos que favorecían al Re-

volucionario Institucional dio origen a la anulación de la vota-

ción recibida en la casilla 294-B, que modificó el cómputo de la

elección para revertir el resultado a favor del candidato del PAN

Luis Alberto Zamora Zamora34 quien gobernó durante el período

2007-2009.

Acción Nacional logra un triunfo más en 2009, llevando al

poder a Luis Gutmaro López Reynaga quien fuera suplente del

anterior alcalde, pero lo hizo también por la mínima diferencia

de 65 votos (2%).

Para el proceso electoral 2012, la tendencia se revierte a favor

del PRI y se vuelve a los grandes márgenes de diferencia, pues

quien ganó la contienda electoral en 2012 fue Óscar Hernández

Hernández, registrado por la coalición formada por el PRI y el

PVEM, obteniendo el triunfo con el 12% sobre su principal con-

34 ACU-328/2006; expediente: SUP-JRC-410/2006. IEPCEJ.


trincante la panista Alma Vanessa Luján Orozco. Esto lo convir-

tió en el primer alcalde wixárica de Jalisco35 y en el tercero con-

secutivamente que no es nativo de la cabecera municipal.

B) Polarización del voto: PRI vs. PAN, Bolaños vs. Tuxpan de

Bolaños, mestizos vs. wixáricas

Es muy probable que la estructura de la población de Bolaños,

mayoritariamente wixárica, sea un factor influyente en la distri-

bución del voto y en el origen tan diverso de quienes han gober-

nado este municipio. Pues según cifras oficiales, apoyadas en los

censos del INEGI, predominan los habitantes de esta etnia indí-

gena, a la que, en política, siempre se le excluyó hasta el proceso

electoral de 2012.

Según datos publicados en la página del Gobierno de Jalisco, en

el apartado de Grupos Étnicos entre 1995-2010, contenidos en la

monografía de Bolaños36, la población indígena wixárica era de 2 mil

469, en 1995, representando el 49.06% del total municipal; mientras

que para 2010 ascendió a 4 mil 485, constituyendo el 65.67%.

Este sector se encuentra asentado principalmente en la Dele-

gación de Tuxpan de Bolaños, uno de sus centros ceremoniales

más importantes en el estado y en el país. Sin embargo, existen

otros factores que seguramente también han influido en la for-

mación de los diferentes mapas electorales desde que la alternan-

cia dio sus primeros pasos.

35 CONAPRED. www.conapred.org.mx Noticias. Diciembre 4, 2012. Guadalajara, Jalisco.

Nota extraída de El Universal, por el CONAPRED.36 www.jalisco.gob.mx/es/jalisco/municipios/bolanos


Ya en la conquista española la principal fuente de riqueza era

la explotación ininterrumpida de la minería y en una escala mu-

cho menor lo ha sido la ganadería. Y en la medida en que se han

descentralizado los servicios públicos que corresponden al esta-

do, el gobierno en general se ha convertido en otra importante

fuente de empleo. Situación que ha determinado que el modus

vivendi de esta localidad se desarrolle en torno a ciertas activida-

des, como el trabajo en las minas, la crianza de ganado, la búsque-

da de cargos públicos tanto en el gobierno municipal como en las

oficinas desconcentradas del gobierno estatal y federal.

En consecuencia los gremios sindicales del magisterio como

de la industria minera, las representaciones locales de los ga-

naderos y los delegados de oficinas públicas se han constituido

como las principales fuentes de poder.

Y por otro lado, lo aislado y lejano de este municipio, aun den-

tro de la propia zona norte del estado, han propiciado en cierta

medida que esos factores y la forma en que han interactuado a

través de su historia política, obedezcan a un sistema nada com-

plejo para resolver el problema de la sucesión de los gobiernos

municipales.

Quizá por esa razón, más que grupos de poder, en la políti-

ca local se ha tratado de personajes con determinada influencia

económica o política, derivada de su cargo o de su capacidad para

relacionarse con actores regionales y estatales. Cuyos seguido-

res proceden de los más diversos puntos del municipio y no han

llegado a ser más allá que expresiones políticas que afloran en

cada elección. Y lo mismo ha sucedido con quienes han llegado a

gobernar a esta entidad.


Esto ha conducido a que en términos generales las preferen-

cias electorales de Bolaños manifiesten pocas intenciones de

cambiar las tendencias, beneficiando a un solo partido que siem-

pre había gobernado ininterrumpidamente hasta 2003. También

hay que considerar que si bien ha habido alternancia, ésta parece

ser de carácter coyuntural e independiente del contexto estatal

y nacional, toda vez que el primer triunfo panista fue registrado

hasta el 2006, pero se obtuvo en los tribunales no en las urnas y

que en 2012 haya regresado el PRI.

En un análisis más específico, se observa lo siguiente. Aun-

que el primer gobierno panista llega hasta el 2006, la alternancia

se comienza a gestar desde 1997, y lo hace a través de Acción

Nacional en una sección electoral de la cabecera municipal. Este

proceso se fue incrementando en forma gradual, elección tras

elección, al ritmo de una sección por trienio, hasta abarcar a to-

das las situadas en la cabecera municipal en la elección del 2007

y aquella que se instala en la localidad de Huilacatitlán.

Por otro lado, las secciones electorales ubicadas fuera de la ca-

becera municipal, han permanecido casi ajenas al avance del pa-

nismo en ésta, hasta que en 2007 la comunidad de Huilacatitlán

también decidió emitir el voto a favor de los candidatos del PAN.

Tal situación prevalece hasta la elección de 2012 aunque con li-

geras variantes durante las últimas dos elecciones. La trayectoria

del voto por localidades se puede apreciar con mayor facilidad si

se consulta el cuadro N° 33.


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La división de razas entre naturales y mestizos, el asiento te-

rritorial que habitan unos y otros en combinación con la situa-

ción geográfica y económica de este municipio, parecen ser los

principales factores que han trazado las rutas de la emisión del

sufragio. El voto indígena favorece al PRI y este partido ha co-

rrespondido llevando al poder al primer alcalde wirrárica de la

historia (Véase cuadro N° 34).


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Ha definido sus preferencias electorales radicándolas hacia el

interior del municipio, teniendo como base la localidad de Tux-

pan de Bolaños; mientras que el voto mestizo ha hecho lo propio

a favor del principal partido opositor, consolidándolo en la cabe-

cera municipal.

Lo anterior bien puede resumirse en el juego de dos tenden-

cias que definen al municipio de Bolaños: El PRI en disputa con

el PAN, Bolaños se enfrenta a Tuxpan, y mestizos lo hacen frente

a wixáricas.

Todas estas situaciones han hecho que en este municipio el

abstencionismo tenga una trayectoria descendente, que la alter-

nancia sea de un bajo nivel y haya entrado en operación hasta

el año 2006, bajo la fórmula integrada por el PRI y el PAN y que

muy probablemente debido a una decisión equivocada de los

dirigentes del panismo local, su voto se haya fraccionado en el

proceso electoral de 2012, pues la cabecera municipal y la comu-

nidad de Huilacatitlán, considerados como bastiones panistas, le

dieron el voto al Partido Movimiento Ciudadano, mientras que

la candidata de Acción Nacional solamente obtuvo el 10% de la

votación general emitida.

Y contrariamente a lo que se pudiera pensar, su tasa demo-

gráfica es positiva, pero gracias al crecimiento que ha registrado

la localidad de Tuxpan de Bolaños, pues la cabecera municipal

camina en sentido opuesto. Así, se ha podido concretar una fór-

mula específica para el municipio de Bolaños.


La fórmula de Bolaños

La interacción entre la demografía y la trayectoria del voto en

el municipio de Bolaños, se sintetiza en la paulatina cesión del

voto que la cabecera municipal hace al PAN a partir de la elec-

ción de 1997, hasta que finalmente con el auxilio del voto de dos

casillas foráneas, pudo tener sus únicos triunfos electorales en

2007, recurriendo incluso a la anulación de casillas y en 2009 con

discutido triunfo sobre el candidato del PRI. En sentido opues-

to, las casillas de Tuxpan de Bolaños, principalmente y en forma

secundaria las ubicadas en Mesa del Tirador y Huilacatitlán, han

sido proclives al PRI.

Esta tendencia se rompe en el proceso electoral de 2012,

cuando las casillas que le deban su voto al PAN, lo depositaron a

favor de la coalición formada por el PT y el Partido Movimiento

Ciudadano.

Esto se debió a una situación extraordinaria, pues se trata

del voto de un sector importante de panistas inconformes con

la nominación de la ex funcionaria de la Secretaría de Vialidad

y Transporte, Alma Vanessa Luján Orozco como candidata del

PAN a la primera regiduría, que tan solo logró el 10% de la vota-

ción emitida. Debe observarse que a consecuencia de ello el 39%

del voto obtenido por el PAN en 2009 fue transferido en 2012 a

favor del candidato del naciente Partido Movimiento Ciudadano,

el comerciante mueblero Sergio Arteaga Domínguez.

Para 2015, tanto el candidato de Acción Nacional (Manuel

Villalobos Álvarez) como el priista (Juan Carlos Rodríguez Ma-


yorga), surgieron de un acuerdo interno en sus respectivos par-

tidos, por lo que fueron registrados como candidatos de unidad,

sin aparecer el divisionismo interno.

En contraste, el proceso interno del Partido Movimiento Ciu-

dadano -ya sin ser depositario del voto panista descontento- dio

lugar a dos precandidatos: Leonel Martínez González y José Isa-

bel Carrillo, de la comunidad wirrárika. El primero de ellos resul-

tó nominado candidato y en su fórmula no fue incluido su oposi-

tor, lo que dejó ver cierto alejamiento que influyó en el resultado

electoral. Además, cabe observar que no se registró ninguna coa-

lición. El PT y el PVEM no estuvieron en las boletas electorales,

y ninguno de los candidatos pertenece a la comunidad wirrárika.

Cabe hacer notar que en las dos elecciones municipales más

recientes se confirmó la regla de los triunfos priistas con grandes

márgenes de diferencia. En 2012 fue de 12% y en 2015 fue del

11% entre el PRI y su competidor más cercano.

En este comportamiento electoral, el origen de los candidatos

es factor influyente pero no determinante en la emisión del voto.

Tuxpan de Bolaños, Mesa del Tirador y una parte de la cabecera

municipal se han convertido en los principales proveedores del

voto priista; y el PAN se ha consolidado como el tradicional con-

tendiente del PRI, por lo que en ambos casos prevalece la prefe-

rencia por esta fórmula desde 2006. Con la diferencia de que en

2015 todas las secciones fueron ganadas por el candidato priista

Juan Carlos Rodríguez Mayorga.


4. Cuarta vertiente: Despoblamiento y turismo religioso

(Totatiche).

Es Totatiche el menos representativo de todos los grupos, pero

de cualquier forma, aunque mínima, experimenta una relación

entre dos polos demográficos principales, con repercusión, tam-

bién mínima, en la vida política del municipio. Pues entra en

combinación con otros factores de igual o mayor influencia. No

todo se debe a la competencia poblacional entre las dos localida-

des más importantes.

Las condiciones demográficas actuales en que se vive, con-

sisten en una tasa negativa de crecimiento que va de 6 mil 518

habitantes en 1990 a 4 mil 435, en 2010. En 20 años ha perdido 2

mil 083 habitantes lo que significa un descenso del 32%.

En términos absolutos, sus dos principales localidades, la ca-

becera municipal y Temastián, manifiestan un decrecimiento

paulatino y en términos relativos sólo la segunda de ellas mantie-

ne una tendencia alcista, aunque leve. En 1990 tenía el 23% de la

población total y después de una repentina caída a partir del año

2000 repunta hasta conseguir el 32% en 2010.

Lo cual no significa que su población haya crecido sino que

su despoblamiento es menor que el de la cabecera municipal. Si-

tuación que parece deberse al turismo religioso que ha tenido esa

localidad, atraído por la veneración del Señor de los Rayos. Esta

relación puede apreciarse en el cuadro N° 35.


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En cuanto a los factores que han venido actuando simultá-

neamente, coadyuvando con la relación que se establece entre la

cabecera municipal y la localidad de Temastián, estos se refieren

básicamente a tres formas de alternar que se entrelazan y se co-

mienzan a incubar con aquella amplia consulta a la base militante

que llevó a la candidatura y al poder al penúltimo de una larga

cadena de gobiernos priistas, que fue presidido por José Manuel

Valdez Barragán (1980-1982).

A) ¿Alternancia entre grupos o entre partidos?

El proceso interno abierto a que se hace referencia no es nada

más que el resultado del desacuerdo entre algunos miembros pri-

istas que aspiraban al mismo cargo, más que un intento por de-

mocratizar sus procesos internos, que operó por mucho tiempo.

Período durante el cual, la lucha por el poder municipal se

circunscribió básicamente a la cabecera y dentro de ésta, a tres

de sus expresiones políticas: a) La familia Valdéz Gaeta. b) La

familia Jara. c) La familia Arellano Montañéz. Así como la des-

cendencia de ellas. Así lo muestra el cuadro N° 36.


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Y es precisamente un miembro de esa última, Flavio Arellano

(1983-1985), quien cierra esa etapa, trayendo consigo además

del primer gobierno de oposición presidido por el panista Efraín

Antonio Pinedo Huerta (1986-1988)37un entramado que entre-

cruza al eje institucional de los partidos y al eje transversal de las

tendencias políticas internas que siempre habían estado dentro

de estos pero que con el tiempo han compartido otros cauces de

diferentes signos ideológicos, rebasando sus límites.

Así sucedió con la fractura interna del priismo en 1985, cuando,

ante la falta de acuerdo, uno de los aspirantes del tricolor (Florenti-

no Arellano Flores) se registró por el PARM, llevándose el número

suficiente de votos como para hacer perder a su propio partido.

La intersección de los límites entre grupos y partidos loca-

les es evidente ya en el proceso electoral de 1997. Es el caso de

Felipe Leyva Robles como candidato del PRI, pues -se dice- se

trataba de alguien cuya nominación se consideró una designa-

ción desde la capital del estado, causando descontento entre los

grupos locales. Lo que contribuyó al cuarto triunfo panista.

Igualmente, en el PAN, cabe mencionar que con la llegada

de los dos primeros gobiernos procedentes de Acción Nacional

(1986 y 1989) se fincan los cimientos de las dos vertientes polí-

37 Efraín, Abundio y Raúl Pinedo Huerta, descendientes de Victoriano Huerta, pertenecen

a una familia bien relacionada con panistas de Guadalajara: Abundio fue jefe del taller de

barredoras en el Ayuntamiento de Guadalajara en el periodo de Fernando Garza Martínez

(2001-2003); Raúl fue Director General de Seguridad Pública, Protección Civil y Bomberos

en el gobierno municipal de Zapopan durante la administración de José Cornelio Ramírez

Acuña (1998-2000). Efraín volvió a ser candidato del PAN a la primera regiduría de Totatiche

en 1992 y en 2003, perdiendo en ambas ocasiones. (Hurtado, Javier. Relaciones de parentesco,

estructuras de poder y grupos políticos en Jalisco, 1995-2003. Universidad de Guadalajara.

2003. P. 83.)


ticas que hasta esa fecha predominan en su interior. Estos perso-

najes, tanto Efraín Pinedo Huerta como Alberto Javier González

Jara, ambos ex alcaldes, son reconocidos ya para 1997 como líde-

res naturales de ellas.

Por lo que, los linderos de las columnas estatutarias formadas

por sus miembros adherentes y miembros activos, han sido reba-

sadas por la estructura grupal que se ha sobrepuesto a la formal,

en más de una ocasión. Esto se puede observar en el proceso

interno de 2003, cuando tanto el PAN como el PRI sufren una

fractura.

En el primero de ellos, la contienda interna se da entre dos

aspirantes que nunca se pusieron de acuerdo, por lo cual una par-

te del voto panista se va al PRI y otra al PRD; mientras que una

parte del voto priista, también fraccionado por las diferencias

entre los grupos internos, es conducido hacia el PRD. No obs-

tante, el triunfo lo obtuvo el candidato del PRI, Gildardo H. Ávila

Márquez. Así lo demuestran las cifras del Instituto Electoral y de

Participación Ciudadana del Estado de Jalisco. Y este mismo es-

quema entre grupos dentro de los dos principales partidos, per-

manece hasta la elección de 2012.

B) ¿Alternancia entre localidades?

Desde otro punto de vista, se puede observar que la forma tra-

dicional de participar a través de los cauces partidarios y de las

estructuras de grupos, involucra a una segunda intersección con

el ámbito fuera de la cabecera municipal, aunque demasiado res-

tringida.


Cierto es que la importancia demográfica de Temastián, no

se ha visto representada en la conducción del poder municipal,

ya que su participación se ha limitado a esporádicas ocasiones,

formando parte de las fórmulas de candidatos a regidores, pero

nunca encabezando una planilla.

El primer antecedente fue el proceso interno que el PRI rea-

lizó en 1997 para nominar a su candidato a la alcaldía. Los aspi-

rantes fueron Felipe Leyva Robles y Andrés Costilla Alonso, éste

originario de Temastián. Como se ha de recordar, la candidatura

fue para el primero de ellos, residente de la cabecera municipal.

El otro surgió en el PAN, de una forma inesperada, mientras

transcurría la administración 2007-2009, después de que su titu-

lar, Salvador Luna Jara, muere el 5 de septiembre de 2008 en un

accidente automovilístico; fue sustituido como alcalde por He-

liodoro Morales Cárdenas, nativo de Temastián. Pero aparte de

éstos, no existe otro antecedente importante.

C) Cadencia, bastiones y regiones

La tercera perspectiva nos permite comprender que la supuesta

relación que debería existir en los aspectos político electorales,

entre la cabecera municipal y Temastián, en correspondencia

con su equivalente demográfica, en la que, también, supuesta-

mente debería destacar la segunda de ellas, debido a su atractivo

turismo religioso, es sólo una apariencia.

Además, con lo explicado líneas arriba, se demuestra que la

población de ambas localidades va en descenso, puesto que ni el

Señor de Los Rayos (Santo patrono) les ha hecho el milagro de


revertir esa tendencia; por lo que el supuesto auge generado por

el turismo religioso, es también sólo una apariencia. Lo más real

es que la alternancia es un hecho palpable y que a simple vista un

análisis superficial nos conduciría igualmente a otra apariencia.

Por lo que se hace necesario observarla en dos niveles.

La elección de aquel Ayuntamiento que fue presidido por

Efraín Antonio Pinedo Huerta, procedente de las filas del panis-

mo, en 1986, se constituyó como la bisagra de la historia política

de Totatiche. No sólo termina con el sistema de preferencia rei-

terada hacia un solo partido sino que también implanta una nue-

va forma de distribuir el voto, en la que se ven involucradas las

regiones hacia el interior del municipio, tres partidos principales,

grupos y candidatos, que no se limitan a los perímetros marcados

por sus propias expresiones ideológicas.

A partir de entonces, en Totatiche, como en muy pocos mu-

nicipios de Jalisco, la alternancia se ha definido por un biparti-

dismo paritario y uniforme integrado por la fórmula: PAN y PRI.

El sistema consiste en un cambio de partido en el poder, por

pares. Dos períodos de gobierno son para el PAN, y le siguen dos

del PRI, de manera que el péndulo no se abre más allá de dos por

partido, a excepción del ayuntamiento presidido por el priista

Miguel Alonso Montañez Valdéz (1992-1995), cuando se rompió

el ritmo, pero a partir de ese momento se retoma el compás.

Con similar cadencia se han sucedido las nominaciones de Ac-

ción Nacional entre las diferentes facciones que han predominado;

así como en los turnos en que los grupos internos han logrado co-

locar, primero como candidatos y luego como alcaldes electos, a

cualquiera de sus miembros, desde aquel año (1986) hasta la fecha.


En las nominaciones del PAN, a partir de 1986, el orden de

éstas ha correspondido alternadamente a las dos corrientes po-

líticas principales de la siguiente forma: Efraín Pinedo Huer-

ta (1986); Alberto Javier González Jara (1989); Efraín Pinedo

Huerta (1992); Alberto Javier González Jara (1995); Efraín Pi-

nedo Huerta (1997); Alberto Javier González Jara (2000); Efraín

Pinedo Huerta (2003, 2006 y 2009); y Alberto Javier González

Jara (2012).

No así en el caso del PRI, pues a la familia Valdez Barragán, le

correspondieron las nominaciones de 1986 y 1989, que perdie-

ron frente al PAN y todas las posteriores fueron para la familia

Alcalá Delgado, con excepción de la de 1997, que según se sabe,

se decidió desde la capital del estado. Esto es por lo que atañe a

un nivel global.

En un nivel más particular, la paridad y la uniformidad en la

alternancia se pierde, pues las preferencias de los electores se re-

parten de manera heterogénea a lo largo y ancho del territorio mu-

nicipal. En donde intervienen los aspectos de regiones, partidos

y candidatos. El supuesto de que la cabecera y Temastián entran

en el juego de los contrapesos se cumple, en concordancia con el

partido que gana la elección general. La explicación es la siguiente:

El PAN obtiene el triunfo electoral en 1995 y 1997, llevando

como candidatos a don Alberto Javier González Jara, líder de una

de las corrientes fuertes de ese partido y a su yerno Leobardo

Espinoza González, respectivamente. La victoria sólo es posible

por el voto de la cabecera y dos localidades foráneas; pues el PRI

gana las casillas de Temastián, cuyo voto no le alcanza para llegar

al poder.


Los dos siguientes períodos (2001-2003 y 2004-2006) son

ganados por el Revolucionario Institucional, con candidatos

emanados de la corriente Alcalá Delgado. El PAN prácticamente

desaparece del mapa electoral, pues el Partido de la Revolución

Democrática lo desplaza como segunda fuerza en la segunda de

ellas. Acción Nacional sólo conserva los triunfos en la casilla ins-

talada en la localidad de Cartagena.

El siguiente par de Ayuntamientos (2007-2009 y 2010-2012)

le tocaron al PAN, con candidatos surgidos del grupo liderado

por don Efraín Pinedo Huerta. Pero en esta ocasión, su voto sim-

patizante se disgrega por todo el municipio, pues su triunfo sólo

es posible con una parte del voto de la cabecera, que se ve dismi-

nuido por el perredismo y otra, que provenía de Cartagena y gran

parte de Temastián. Registrándose también un empate con el PRI

en Santa María de Gracia.

Finalmente en la elección de 2012, cuando le toca el turno

de gobernar al PRI, su candidato Miguel Ángel Sánchez Sánchez

recupera el voto favorable de Temastián y gran parte del voto de

la cabecera.

Cabe señalar que durante este período (1995-2012) se man-

tienen tres situaciones muy específicas. El voto de la localidad de

Cartagena le ha sido fiel al Partido Acción Nacional y el de Santa

María de Gracia ha favorecido al Revolucionario Institucional y

una de las casillas que se instala en la cabecera municipal, desde

2007, ha mantenido su lealtad al Partido de la Revolución Demo-

crática, que al parecer se retroalimenta con una parte del voto

panista y otra del voto priista. La distribución del voto puede

apreciarse en el siguiente cuadro N° 37.


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Todos estos factores, entrelazados desde 1986, han confor-

mado el perfil del municipio de Totatiche, conviviendo con una

tasa negativa de crecimiento demográfico; un alto nivel de alter-

nancia, pues a la fecha se han registrado 5 cambios de partido en

el poder, que funciona mediante la fórmula integrada por el PAN

y el PRI; un abstencionismo inestable cuya cifra mayor ha sido la

registrada en 2009, siendo del 42%, que se vio acompañada de un

triunfo panista sobre el PRI, tan apretado que sólo hubo 42 votos

de diferencia, representando el 1%; y una cadena de mandatos

que cada vez consiguen menor legitimación del voto ciudadano,

pues quien gobernó entre 1992 y 1995 obtuvo el 54% de la vo-

tación total emitida; mientras que los últimos tres alcaldes, han

llegado con sólo el 37%.

El péndulo de Totatiche

En cuanto a la distribución del voto en las localidades se pue-

de decir lo siguiente: el papel que ha jugado Temastián, no está

definido, pues así como fortaleció al PRI durante cinco eleccio-

nes (1995, 1997, 2000, 2012 y 2015), también reforzó al PRD en

2003 y al PAN en 2007 y 2009.

Algo similar sucede con la cabecera municipal, que fue defini-

tiva en un par de triunfos panistas (1995 y 1997); así como lo fue

en los dos siguientes pero favoreciendo al PRI (2000 y 2003); y

en 2015 cuando dividió al PRI y a la coalición PAN-PRD.

El comportamiento electoral de la comunidad de Cartagena y la

de Santa María resulta ser otro elemento adicional en el balanceo


entre regiones. La primera de ellas siempre le ha dado el triunfo

al PAN, en tanto que la segunda lo ha hecho a favor del PRI hasta

2012, pues en 2015 le dio la victoria a la coalición PAN-PRD.

Totatiche es el ejemplo clásico de una alternancia rítmica y

cadenciosa. Después del último eslabón en la cadena de gobier-

nos priistas (José Manuel Valdés Barragán, 1980-1982), la suce-

sión del poder municipal se dejó venir por pares: dos períodos

para el PAN y dos períodos para el PRI, con la única excepción

del lapso de 1992-1995, cuando el Revolucionario Institucional

no completó el par que le correspondía.

De la misma forma, en el interior de ambos partidos se ha

mantenido la alternancia en la nominación de los candidatos a

la presidencia municipal, de manera más regular en el PAN que

en el PRI. En el primero de ellos, las dos corrientes políticas co-

nocidas que se disputan el turno son las lideradas por los ex pre-

sidentes Alberto Javier González Jara y Efraín Antonio Pinedo

Huerta38. En el segundo, lo hacen la familia Valdés Barragán y

la familia Alcalá Delgado. Esto es vigente por lo menos hasta el

proceso realizado en 2015.

Estos dos liderazgos panistas han respetado hasta ahora el

turno en la nominación de sus respectivos candidatos. La candi-

38 Efraín Antonio Pinedo Huerta es hermano de Abundio Pinedo Huerta, Jefe de Taller de

barredoras en el Ayuntamiento de Guadalajara 2001-2003; y de Raúl Pinedo Huerta, Director

General de seguridad Pública, Protección Civil y Bomberos del Ayuntamiento de Zapopan

1998-2000. Abundio es padre y sus otros dos hermanos tíos de Efraín Pinedo Benavides,

candidato del PAN a Presidente Municipal de Bolaños, Jalisco en 2003. Todos ellos son

descendientes de Victoriano Huerta, oriundo de Colotlán, Jalisco y quien fuera Presidente de

México en 1913. Hurtado Javier /López Cortés Eliseo, Relaciones de Parentesco, Estructuras

de Poder y Grupos Políticos en Jalisco 1995-2003, Ed. UdeG, Centro Universitario de la

Ciénega, Mex. 2004


datura de Francisco Javier Gutiérrez Raygoza en 2015, cercano a

la expresión política representada por González Jara, fue más que

merecida pues esperó pacientemente su turno. Recordemos que

además de haber sido dirigente del Comité municipal ya había

sido precandidato en 2006, 2009 y 2012. Pero hay que recordar

que en las negociaciones realizadas en 2015 entre el PRD y el

PAN se acordó que este encabezara la coalición convenida, no

sin el cuestionamiento de ciertos liderazgos al interior del PRD

como el de Eulalio Pinedo Ávila que en 2003 estuvo a punto de

ganarle la presidencia municipal al PRI.

La explicación del resultado electoral puede ser la siguiente.

El panismo estuvo de acuerdo en la nominación de Gutiérrez

Raygoza pero no en la coalición con el PRD. Por otro lado, se

observa en 2015 la formación de un remanente de votos formado

por el voto simpatizante del PVEM (que no registró planilla) y

por el aumento natural de votantes (2% aproximadamente) así

como por aquellos votos que no simpatizaron con la coalición del

PRD-PAN. Esta bolsa de votos benefició al PRI principalmente y

al Partido Movimiento Ciudadano, de manera secundaria y per-

judicó al PAN.

Otra precisión necesaria consiste en recordar que el naci-

miento del PRD se debe al ex priista Ignacio Enríquez Rubio en

1997, siendo él precisamente su candidato y que ahora como mi-

litante del Partido Movimiento Ciudadano, lo es por cuarta oca-

sión en 2015. Con lo cual indiscutiblemente atrajo votos que po-

drían haber sido capturados por la coalición PAN-PRD. La regla

del péndulo PRI-PAN se confirma una vez más.

Concluciones 187

CONCLUSIONES

La revisión de este grupo de municipios nos conduce a visualizar

dos grandes planos: a) La forma como ha venido sucediendo esa

relación, y b) El derrotero que tomaron una vez pasado el proce-

so electoral de 2015.

El análisis de la muestra expone en el nivel micro lo que po-

dría suceder en el resto de los municipios de Jalisco, cuando dos

o más localidades tienen un desarrollo similar o paralelo dentro

de los límites municipales, y que en algunos casos involucra a lo-

calidades de municipios vecinos, como en las zonas que forman

una continuidad urbana.

En este sentido, ambos planos se sintetizan con referencia a

tres aspectos que pretenden revelar su evolución: La mecánica

de la relación; los factores más importantes del proceso electoral

de 2015; y, los escenarios específicos generados con este último

evento.


A) La mecánica y el común denominador

La alternancia política tiene su símil demográfico. La nueva rea-

lidad poblacional ha generado grandes concentraciones urbanas

y al mismo tiempo despoblamientos. En el desarrollo de esta

relación, la interacción entre la alternancia y la demografía es

la variante, mientras que la tensión entre los conceptos de au-

tonomía-independencia y libertades-derechos, son la constante.

Los partidos y las candidaturas independientes son la realidad

formal, pero el control político-electoral municipal ejercido por

grupos y personajes locales, con poder político o económico, son

la realidad fáctica. Entre ambas realidades, pero en el último pel-

daño de la escala de participación política, se encuentra el gran

público espectador, marginado y apático.

El sistema de partido hegemónico existente hasta la década de

1970 en los municipios de Jalisco, en general, ha evolucionado

primero a la alternancia entre dos opciones electorales (1995) y

se encamina ahora hacia un sistema de tres, de acuerdo al nuevo

mapa electoral de 2015.

Todo ello ha determinado que haya 20 municipios en Jalis-

co donde la relación entre la alternancia política y demográfica

se encuentre en un estado embrionario pero creciente. En otros

diez, sus cabeceras municipales ya hayan sido superadas en po-

blación. Mientras que en la mitad de estos últimos se hizo sentir

el auge del panismo entre 1995 y 2012, en los otros cinco la re-

lación entre la demografía y la alternancia siguió un desarrollo

independiente. Esto se explica de la siguiente forma.

Concluciones 189

Desarrollo demográfico alternante:

En Jalisco, 30 de sus municipalidades presentan el fenómeno de

que una de sus localidades crece igual o con mayor velocidad que

su propia cabecera. De estas, en 20 existe ya una fuerte compe-

tencia, y en las otras diez su cabecera municipal ya ha sido supe-

rada por una, dos, y hasta por tres localidades interiores.

La tendencia de esos diez municipios puede ser la misma en los

otros 20, donde, sin atender a la diferencia que aún existe entre sus

respectivas poblaciones, de alguna forma ya tomaron ese camino.

Situación ésta que se presenta principalmente en San Andrés Co-

hamiata, sólo separado con un 6% de población por su cabecera,

Mezquitic; San Andrés Ixtlán, que está a 14% de alcanzar a su cabe-

cera municipal, Gómez Farías; Los Volcanes se encuentra a un 15%

de Atenguillo; en igual porcentaje se encuentra Bella Vista, en Villa

Corona; Juanacatlán está a 16% de su cabecera, Tapalpa; y Ajijic

a un 22% de Chapala. No obstante que San Patricio (Melaque) y

Barra de Navidad están a 28% y 36%, respectivamente de alcanzar

a su cabecera municipal, experimentan mayor vida económica y

representan un contrapeso importante en la definición del voto y

en la distribución del presupuesto público.

Régimen interior trastocado:

El crecimiento, la distribución y la planeación de los asentamien-

tos humanos en el estado también han ocasionado la aparición de

grandes concentraciones urbanas y numerosos territorios despo-


blados o con fuerte tendencia a serlo. La consecuencia inmediata

es que la población de algunos municipios ha descendido tanto

que ya no cumplen con el supuesto demográfico legal para seguir

siéndolo; mientras que existen delegaciones municipales y colo-

nias dentro de ellos tan poblados que ya podrían erigirse como

municipios.

En estas condiciones se encuentran cinco de los municipios

que acabamos de analizar: Tolimán, Tonila, Bolaños, Tuxcueca

y Totatiche, que ya no tienen la población requerida por la nor-

ma. Entonces, o se modifica la ley para no desaparecerlos, o se

modifican los límites territoriales para, una vez convertidos en

delegaciones, fusionarlos con aquellos municipios que puedan

absorberlos.

Los partidos han sido utilizados por los grupos y clanes locales.

Los partidos políticos han sido la única forma prevista por la ley

para acceder al poder. Debe recordarse que el derecho exclusi-

vo de los partidos políticos para registrar candidatos a cargos de

elección popular data de la reforma electoral de 1946 y perduró

hasta 2012.

Las candidaturas independientes –incluidas en la Constitu-

ción General de la República en Agosto de 2012 y en la legis-

lación electoral desde Febrero de 2014-, siempre han estado y

seguirán presentes, dado que los aspirantes a un cargo público de

elección popular siempre buscarán el registro como candidatos

por algún partido político. En realidad no se trata de candidatos

Concluciones 191

independientes sino de verdaderos políticos profesionales que

no han visto cumplidas sus expectativas personales o de grupo

en su partido de origen y buscan ser postulados por otro partido;

o ahora ya de manera “independiente”. No obstante, los partidos

siguen siendo el canal privilegiado para acceder al poder.

Si bien la llamada partidocracia existe en las candidaturas a

legisladores federales y locales y a los principales ayuntamien-

tos, en los municipios con menor población lo que se observa es

una alta movilidad de cuadros políticos y votos entre una elec-

ción y otra, y de un partido a otro. Esto nos dice que el control

de los votos no lo tienen los partidos sino aquellos políticos o

grupos locales que con su poderío económico y sus seguidores

pueden desde hacer perder a su propio partido o utilizar la es-

tructura de cualquier otro para acceder al poder. En los munici-

pios y localidades la partidocracia es sustituida por plutocracias

locales que no reconocen límites estatutarios o ideológicos de

los partidos.

Del sistema de partido hegemónico a la alternancia:

Hasta la década de los setentas del siglo pasado el PRI tuvo como

característica principal aglutinar las diferentes corrientes políti-

cas para hacer posible una sucesión relativamente pacífica del

poder municipal que después transitó hacia la alternancia y que

se puede agrupar en cinco momentos.

Primero, durante el período de Carlos Sansores Pérez como

presidente nacional del PRI (1977-1979) este partido implemen-

tó un proceso conocido como “Democracia Transparente” para


la selección interna de candidatos a cargos de elección popular,

con el objeto de acabar con el “dedazo” y el “tapadismo”.

Este procedimiento motivó el surgimiento de nuevas expre-

siones en su interior, que en algunos casos, desplazaron a quienes

siempre habían controlado los comités municipales; o bien, al no

concretarse dichos propósitos emigraron hacia otros partidos

sentando las primeras bases de la alternancia partidaria a nivel

municipal.

Los efectos de aquel proceso sobre los cinco municipios

comprendidos en la muestra del presente estudio fueron di-

versos: en El Salto la “democracia transparente” no funcionó

pues bajo ese método fue impuesto como candidato a Presi-

dente Municipal el líder de la CTM en el municipio, Donato

Bedoy Gutiérrez, provocando una división interna que favo-

reció al candidato del PDM. Ante tal circunstancia, la elección

fue anulada y se designó un Consejo Municipal que sustituyó al

ayuntamiento electo.

En Totatiche, la mencionada consulta a la base militante, o

plebiscito, como en algunos municipios se le llamó, si funcionó.

En otros como en Tuxcueca fue la causa de serias diferencias en-

tre el priismo, por lo que la estrategia fue dejar correr los aconte-

cimientos y reconocer el triunfo del candidato del PARM. Con el

objeto de aparentar más claridad en el mencionado proceso, en

algunos municipios incluso se usaron urnas transparentes para

captar el voto que elegiría a sus candidatos, no obstante en no

pocos casos fue un esfuerzo vano.

Segundo momento, el triunfo del PAN en 1995 en la guber-

natura de Jalisco y 52 municipios. Este acontecimiento impactó

Concluciones 193

al grupo de los diez municipios donde su cabecera municipal ya

ha sido superada en población: la mitad de ellos (Tuxcueca, San

Sebastián del Oeste, Tolimán, Atengo y Bolaños) permanecieron

ajenos a este contexto, pues sus resultados electorales siguieron

favoreciendo al PRI. En los otros cinco (Totatiche, El Salto, Toni-

la, Tlajomulco e Ixtlahuacán de los Membrillos) Acción Nacional

ganó las presidencias municipales. La alternancia municipal pasa

a ser asunto entre sólo dos partidos.

Tercer momento, ocurrido en el año 2000 cuando el PRI pier-

de la Presidencia de la República; en Jalisco asume el poder el

segundo gobernador panista y el PAN gana en 50 municipios, de

los cuales únicamente Atengo y El Salto, pertenecientes al grupo

analizado, están incluidos. En tanto que el PRI sube a 64, dentro

de los cuales se encuentran los otros ocho del grupo.

Cuarto momento, registrado en 2012 cuando el PRI regresa

al Gobierno del Estado y gana 86 alcaldías; mientras que el PAN

llega a una de sus peores cifras, pues sólo obtiene el triunfo en 23

municipios. Dentro del grupo de los 86 ganados por priistas se

encuentran ocho de los diez analizados en este trabajo. El PRD,

que tradicionalmente había sido la tercera fuerza electoral, ha

cedido su lugar a la coalición integrada por el PT y al Partido

Movimiento Ciudadano.

Quinto momento, producto de los resultados de los comicios ce-

lebrados en 2015, que posicionan al Partido Movimiento Ciuda-

dano como una fuerza importante en la zona metropolitana de

Guadalajara y en la nueva legislatura local, el esquema predomi-

nante de la alternancia basada en los dos tradicionales partidos

(PRI-PAN) parece convertirse en un sistema de dos nuevas op-


ciones (PRI-Movimiento Ciudadano) con un tercer partido que

sería el PAN.

B) La coyuntura electoral de 2015

El planteamiento central de este trabajo es la interacción entre

los aspectos demográficos y la alternancia electoral en cinco mu-

nicipios y sus localidades.

Elección intermedia y atípica

El proceso electoral de 2015 corresponde a lo que suele llamarse

una elección intermedia, debido a que se encuentra en medio de

dos elecciones generales en las cuales se reestructuran todos los

cargos de representación popular, desde la Presidencia de la Re-

pública hasta las presidencias municipales

Los resultados de las elecciones habidas a partir de 1991 de-

muestran que la participación desciende en los comicios en que

solo se eligen legisladores federales y no Presidente de México.

Sin embargo, cuando las elecciones intermedias son simultáneas

con elecciones locales el promedio observado en algunos esta-

dos como Jalisco es superior al porcentaje de participación para

elegir legisladores federales.39 Esto, no obstante que los candida-

39 LXI Legislatura. Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública. Abstencionismo y cultura

política en México. Carpeta de indicadores y tendencias sociales. N° 18. Abril de 2012. (PDF).

Diapositiva N° 11: “Abstencionismo en elecciones intermedias y presidenciales”.

Por ejemplo, el promedio de participación en las urnas en las elecciones federales

intermedias de 2003 y de 2009, fue de 42.65%, mientras que el promedio en las elecciones

locales en Jalisco en esos mismos años fue de 52.94%. En las elecciones de 2015 mientras que

Concluciones 195

tos en las campañas locales no reciben impulso por parte de las

cúpulas nacionales de los partidos políticos, dado que se enfo-

can con mayor intensidad al logro de posiciones en la Cámara de

Diputados federal, salvo en los casos de aquellas localidades que

por su población son grandes aportadoras de votos.

No obstante lo anterior, los resultados electorales la convirtie-

ron en una elección atípica, debido al vuelco que las simpatías ciu-

dadanas le dieron sobre todo en la zona metropolitana de Guadala-

jara, y al incremento de la participación en las urnas. En general, la

participación obtenida en 2015 en relación a la de 2012 no solo no

bajo sino que se incrementó en 34 municipios; y en relación con

la de 2009 la participación ciudadana aumentó en 87 municipios.

Y en particular, cuatro de los diez municipios señalados en

el Cuadro N° 6, con cabecera municipal superada en población

(San Sebastián del Oeste; Tolimán; Totatiche; y Bolaños) vieron

incrementar su participación en las urnas en el proceso electoral

de 2015, tanto en relación con el proceso electoral de 2012 como

al de 2009. Mientras que Ixtlahuacán de los Membrillos, El Sal-

to y Tlajomulco de Zúñiga, en esos mismos procesos electorales

mantienen su tendencia descendente. Y por lo que se refiere a

Tonila y Atengo su participación ciudadana en 2015 en relación

a esos mismos procesos mencionados, se comporta en forma in-

versa a la lógica de las elecciones presidenciales e intermedias.

Otras observaciones que constatan lo atípico de esta elección

es que: a) en el 76% de los 25 municipios ganados por el Parti-

el promedio de participación en las federales fue del 47.03% en las locales de Jalisco en ese

mismo día fue del 50.88%.


do Movimiento Ciudadano en 2015 disminuyó la participación

ciudadana, y en el 25% de esos mismos viene sucediendo lo mis-

mo desde 2009, dentro de los cuales se encuentran: Zapotlanejo,

Ocotlán, Tepatitlán de Morelos, Zapopan, Tlajomulco de Zúñiga,

Puerto Vallarta y Tlaquepaque; b) en el 76% de los 58 municipios

ganados por el PRI en 2015, la participación ciudadana descen-

dió y en el 31%, de esos mismos, la pendiente viene desde la elec-

ción de 2009; y, c) por lo que respecta al PAN, el 77% de sus 26

municipios ganados en 2015, registraron también un descenso

en la participación ciudadana, y en el 15% de ellos la tendencia

viene desde la elección del 2009.

Puesto que el Partido Movimiento Ciudadano emerge como

la principal fuerza electoral en 2015, dado el volumen de vota-

ción logrado, centrado en la zona metropolitana de Guadalajara,

vale explicar esta otra perspectiva que también la hace atípica:

La más alta participación ciudadana registrada la han obtenido

Bolaños en el año 2006 (72%); Tapalpa en 2009 (75%); Cuautit-

lan de García Barragan en 2012 (80%) y Bolaños en 2015 (81%).

Mientras que los registros más bajos los ha tenido Quitupan, con-

secutivamente, en 2006 (43%), en 2009 (45%) y en 2012 (52%);

y Tonalá en 2015 (39%)

En un nivel general analizando los resultados de los comicios

de 2015 se pueden establecer tres rangos de participación: a)

bajo, (entre 40% y 50%); b) alto, (entre 70% y 80%); y c) medios

(entre 50% y 70%). Bajos, se localizan en 13 municipios, dentro

de los cuales están Zapotlanejo, Ocotlán, Tepatitlán de Morelos,

Zapopan, Tlajomulco de Zúñiga, Puerto Vallarta y Tlaquepaque

(todos ellos ganados por el Partido Movimiento Ciudadano), así

Concluciones 197

como Ameca, Lagos de Moreno, Autlán, La Barca, El Grullo y El

Salto (todos ellos ganados por el PRI). Ninguno ganado por el

PAN en esta categoría.

Con alta participación suman 18 municipios, dentro de los cua-

les se encuentran cuatro ganados por Movimiento Ciudadano (San

Sebastián del Oeste, Mixtlán, Atenguillo y Jilotlán de los Dolores),

ocho ganados por el PRI (San Marcos, La Manzanilla de la Paz,

Tuxcacuesco, Talpa de Allende, Mezquitic, Cabo Corrientes,To-

nila y Concepción de Buenos Aires), cuatro ganados por el PAN

(Cuautitlán de García Barragán, Atemajac de Brizuela, Chimaltitán

y Teuchitlán), y dos por el PRD (Tapalpa y Chiquilistlan).

Entre los niveles medios se sitúan 92 municipios, que es el

grueso de los 125 que conforman el estado. Entre los cuales se

encuentran 14 de Movimiento Ciudadano; 47 del PRI; 22 de Ac-

ción Nacional; 4 del PRD; 2 del PT; 2 de Encuentro Social y 1

del Partido Humanista. No obstante la elevada cantidad de estos

municipios en conjunto tan solo representan al 46.28% de la po-

blación total del estado.

Campañas de bajo perfil

Pese a que aparecieron tres nuevos partidos en las boletas elec-

torales, la campaña se polarizó entre el PRI y el Partido Movi-

miento Ciudadano. El debilitamiento de Acción Nacional por las

pugnas internas, tanto a nivel nacional como estatal, así como la

alianza entre éste y el PRD, fueron la demostración más clara del

declive de ambos institutos políticos.

Factor importante en la forma de abonar simpatías a su fa-


vor, fue el uso de las redes sociales por parte de los candidatos

de todos los partidos. Especialmente por el Partido Movimiento

Ciudadano. No obstante, a pesar de su relativa eficacia y aun que

no logró desplazar a la televisión como el principal medio para

ello lograron posicionarse como una alternativa eficaz para lle-

gar a cierto segmento del electorado. Las formas tradicionales de

propaganda política, como los mítines, la visita domiciliaria, las

concentraciones; el volanteo y pega de calcomanías en cruceros

viales, genero rechazo en la sociedad por el dispendio de recur-

sos de que se hacía gala.

La reforma política

Las reformas constitucionales de febrero de 2014 trajeron consi-

go –entre otras cosas- la reelección de legisladores federales40 y

locales hasta por cuatro períodos; de munícipes por un período

adicional, así como las candidaturas independientes. No obstan-

te, habría que esperar las reelecciones de diputados locales y re-

gidores en 2018 para evaluar el impacto de estas nuevas figuras

en el comportamiento del electorado.

La legalización de la figura de candidatos independientes a

munícipes no generó ninguna nueva expectativa ya que en solo

cuatro municipios se registraron candidatos por esta vía para la

contienda electoral de junio41, lo que de alguna manera sugiere

40 En los legisladores federales (senadores y diputados) la reelección continua hasta por

cuatro períodos aplicará a partir de 2018.41 De acuerdo a los registros del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPCEJ), de

los diez candidatos a la presidencia municipal que solicitaron su registro de esta manera, sólo

tres reunieron los requisitos establecidos por la ley: a) José Francisco Sánchez Peña (Puerto

Concluciones 199

que es preferible para un político cambiar de partido –sobre todo

a los de reciente creación- que aventurarse a lograr registro como

candidato independiente a munícipe, o fundar un partido local.

Constituir un partido local, según la Ley General de Partidos

Políticos (Artículo 10) implica formular Declaración de Princi-

pios, Programa de Acción y Estatutos; contar con militantes en

cuando menos dos terceras partes de los municipios de la enti-

dad, es decir, en 83 municipios en el caso de Jalisco, situación

que implica un trabajo amplio de proselitismo. Además dichos

militantes deberán contar con credencial para votar en esos mu-

nicipios, y sin excepción, el número total de esos militantes en el

estado no podrá ser inferior al 0.26 por ciento del padrón electo-

ral que haya sido utilizado en la elección local ordinaria inmedia-

ta anterior a la presentación de la solicitud de que se trate.

A estos requisitos que ya de por sí requieren de mucho tiem-

po y trabajo político, se suman la acreditación de la celebración

de asambleas constitutivas en por lo menos en esos 83 munici-

pios, en las que certificará ante la presencia de un funcionario

del Organismo Público Local, el número de afiliados que concu-

rrieron, que no podrá ser menor al 0.26% del padrón electoral

del municipio; que concurrieron libremente, que suscribieron un

documento donde manifiestan su formal afiliación y que aproba-

ron sus documentos básicos; que fueron debidamente identifica-

dos; y que no intervinieron organizaciones gremiales o de otro

objeto social diferente al de constituir dicho partido político. Por

Vallarta); b) Jorge Zepeda Contreras (Valle de Juárez); y, c) Jesús Oswaldo Silva Magaña

(Tuxpan). A finales de mayo de 2015, en la víspera de la jornada electoral, el Tribunal obligó

al IEPCEJ a otorgarle la candidatura a Guillermo Cienfuegos “Lagrimita”.


lo anterior, resulta mejor opción cambiar de partido, sobre todo

a uno de carácter nacional minoritario o de reciente creación.

Respecto a la permisibilidad de la reelección continua en el

ámbito local, la posibilidad de que un trienio en el poder político

municipal se pudiera convertir en sexenio solo despertó el inte-

rés en los políticos, pero no en el electorado que poco se enteró

de ese cambio. Los que sí lo supieron ello no fue un factor deter-

minante para definir el sentido de su voto.

Los candidatos y sus partidos

En lo tocante a los procesos internos de los partidos, el PAN

se vio en la necesidad de retractarse de hacer designaciones de

candidatos en donde existieran riesgos de fractura o escisión.

En otros casos, como Cabo Corrientes, Pihuamo y San Sebastián

del Oeste, no postuló candidatos, mientras que en 34 municipios

más se coaligó con el PRD.

Entre el PVEM y el PRI se realizó un convenio que definió

una coalición flexible en 38 municipios, toda vez que cumplió

con el 25% de candidaturas bajo una misma plataforma electoral,

establecido como requisito en los párrafos 2, 5 y 6 del artículo 88

de la Ley General de Partidos Políticos. En 11, se seleccionaron a

través de una encuesta que decidiría quién encabezaría la plani-

lla, resultando que en Ameca y Ojuelos los designaría el PVEM, y

en los otros nueve (Ayutla, Chapala, Cuquío, La Huerta, La Barca,

Mascota, Unión de San Antonio, Tomatlán y Yahualica de Gon-

zález Gallo) lo haría el PRI. En los 87 restantes –para completar

así los 125- cada partido nominaría a sus respectivos candidatos.

Concluciones 201

El PRI así lo hizo, en tanto que el PVEM sólo alcanzó a registrar

candidatos en 38 municipios más. Dentro de éstos se encuentran

los 30 referidos al inicio de este trabajo; los diez con cabecera

municipal superada y dentro de éstos, los cinco muestreados.

En síntesis, dentro del grupo de la muestra, el PAN fue en coa-

lición con el PRD en cinco municipios (El Salto, Tonila, Ixtlahua-

cán de los Membrillos, Totatiche y Tlajomulco); en otros cuatro

no registró fórmula (San Sebastián del Oeste, Bolaños, Tuxcueca

y Atengo), y en Tolimán fue con candidato propio. El PRI fue con

fórmula propia en todos los casos, al igual que el Partido Movi-

miento Ciudadano; y en ningún municipio de éstos se registraron

candidatos independientes.

Debe señalarse que la manera en que los partidos políticos

con registro desarrollaron sus procesos internos en este 2015 no

fue causa de rompimientos o escisiones importantes. Candidatos

independientes producto de disidencias internas no los hubo, lo

que permitió resultados muy predecibles.

C) Los nuevos escenarios

Lo que revela este breve estudio tiene que ver con aquello que

hace ganar o perder a los partidos: el voto de las comunidades en

competencia dentro de un mismo municipio; la bolsa de votos

que se transfiere cada tres años de un partido a otro; los grupos

locales incrustados en los partidos; y, en menor medida el voto

reflexivo de una ciudadanía que sin organizarse es capaz de ven-

cer la inercia a la que los partidos estaban acostumbrados.


El panorama general en los diez municipios

Dentro de ellos, sólo en tres hubo cambio de partido en el poder:

En Tonila donde gobernaba el PAN, ganó el PRI, sin modificar

la fórmula de alternancia (PAN-PRI); en Tuxcueca y San Sebas-

tián del Oeste, donde gobernaba el PRI, ahora gobierna el Partido

Movimiento Ciudadano, cambiando la fórmula de alternancia, de

cuatro a cinco opciones en el primer caso, y de dos a tres opcio-

nes en el segundo. En ambos lugares el partido que se suma a la

fórmula es el de Movimiento Ciudadano.

En los otros siete el voto de la ciudadanía ratificó su confian-

za para el mismo partido que gobernaba: en Atengo, Bolaños,

Ixtlahuacán de los Membrillos, El Salto, Tolimán y Totatiche, el

PRI se mantuvo en el poder; en Tlajomulco volvió a ganar el Par-

tido Movimiento Ciudadano. Razón por la cual en todos estos

permaneció la misma fórmula de alternar: en los seis primeros,

integrada por el PRI y el PAN; y en el último, integrada por el

PRI, el PAN, el PRD y el PMC, que ha sido gobernado por cuatro

distintas siglas partidarias en 12 años.

En lo que hace a la participación electoral, en cuatro mu-

nicipios, Bolaños (PRI), Tolimán (PRI), Totatiche (PRI) y San

Sebastián del Oeste (PMC)), el abstencionismo descendió, con-

trario a los pronósticos de cualquier elección intermedia. La

mayor concurrencia a las urnas podría interpretarse como re-

sultado de una alta aceptación social de los candidatos, que no

debe confundirse con una elevada competitividad de los parti-

dos contendientes.

Concluciones 203

Por el contrario, en los seis restantes (Ixtlahuacán de los Mem-

brillos (PRI), El Salto (PRI), Tlajomulco de Zúñiga (PMC), Aten-

go (PRI), Tonila (PRI) y Tuxcueca (PMC)), el abstencionismo

aumentó, confirmando la regla que prevalece en toda elección

intermedia. En los tres primeros, pertenecientes a la Zona metro-

politana de Guadalajara, la ausencia ciudadana en las urnas tuvo

incrementos significativos 11%, 16% y 17%, respectivamente; lo

que puede interpretarse como efecto de la volatilidad del voto

producto de la dinámica poblacional característica de la zona

metropolitana que provoca el despoblamiento de Guadalajara y

la proliferación de asentamientos en los municipios colindantes.

Se observa también que en Atengo, Ixtlahuacán de los Mem-

brillos, Tolimán, Totatiche y Tlajomulco los munícipes electos en

2015 superaron ampliamente en puntos porcentuales de votos a

sus antecesores en 2012; en tanto que en Bolaños, El Salto, Tonila

y San Sebastián del Oeste se presentó lo contrario. Solo Tuxcueca

permaneció con el mismo porcentaje de votos, lo que nos indica

una competitividad diversa entre los partidos contendientes.

Cabe hacer notar que en los únicos tres municipios donde

hubo alternancia (Tonila, Tuxcueca y San Sebastian del Oeste),

el margen entre el partido triunfador y su más cercano compe-

tidor no fue más allá del 5% de diferencia. Lo que significa que

esos candidatos tuvieron una aceptación muy similar entre sí y

una alta competitividad partidaria.

Por el contrario, donde no hubo cambio de partido en el po-

der, los márgenes fueron demasiado amplios, destacando Ixt-

lahuacán de los Membrillos (35% del PRI sobre la coalición PAN/

PRD), y Tlajomulco de Zúñiga (20% del PMC sobre la coalición


PAN/PRD). Lo que significa que sus candidatos fueron altamen-

te rentables. El resumen de los diez municipios objeto del pre-

sente estudio, entre los que se incluyen los cinco de la muestra,

se presenta a continuación.

Concluciones 205

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A manera de un apunte final se puede decir lo siguiente. La

tensión constante entre el centro y las partes termina por encon-

trar el justo medio; trátese de una relación entre las instancias

estatales y municipales, como entre éstas y alguna de sus locali-

dades.

El punto es que, el centralismo en la toma de decisiones po-

líticas de los partidos termina existiendo sólo en el mundo de

las intenciones, pues en la práctica son presa de los grupos de

interés locales, clanes y grupos con poder político y económico

que operan en contra cuando no les favorece cualquier tipo de

decisión tomada cupularmente.

El trabajo político de estas corrientes subterráneas consiste

en enroques, acuerdos y alianzas fácticas intergrupales, capaces

de utilizar cualquier medio y que han permeado las estructuras

de todos los partidos, incidiendo particularmente en los procesos

selectivos de sus candidatos, bajo la consigna o chantaje de con-

ducir el voto hacia cualquier otra dirección.

Esta realidad aflora claramente en las municipalidades donde

la cabecera municipal tiene que convivir dentro de sus límites te-

rritoriales con otra localidad que le hace contrapeso y con la que

tiene que compartir los procesos de toma de decisiones sobre

todo de candidaturas al gobierno municipal. En esto, los partidos

políticos son un mero instrumento de dichas disputas.

Concluciones 207

Relación de siglas de partidos, coaliciones y acrónimos

Siglas Significado Elección

PAN Partido Acción Nacional Local Federal

PRI Partido Revolucionario Institucional Local Federal

PPS Partido Popular Socialista Local Federal

PRD Partido de la Revolución Democrática Local Federal

PFCRNPartido Frente Cardenista de Reconstruc-

ción NacionalLocal Federal

PARMPartido Auténtico de la Revolución Mexi-

canaLocal Federal

PDM Partido Demócrata Mexicano Local Federal

PT Partido del Trabajo Local Federal

PVEM Partido Verde Ecologista de México Local Federal

PPJ Partido del Pueblo de Jalisco (1995) Local

PC Partido Cardenista (1997) Local

CD Convergencia por la Democracia (2000) Local Federal

PCD Partido Centro Democrático (2000) Local Federal

PAS Partido Alianza Social Local Federal

PDS Partido Democracia Social (2000) Local Federal

PSN Partido de la Sociedad Nacionalista (2003) Local Federal

PMB Partido Mexicano El Barzón (2003) Local

PLM Partido Liberal Mexicano (2003) Local Federal

PMP Partido México Posible (2003) Local Federal

PFC Partido Fuerza Ciudadana (2003) Local Federal

PRD/PT/CON Coalición “Por el bien de todos”/CON: Con-

vergencia (2006)Local

PNA Partido Nueva Alianza Local Federal

PASDCPartido Alianza Social Demócrata y Campe-

sina (2006)Local Federal

PRI/NAL Coalición “Alianza por Jalisco” (2009) Local


Relación de siglas de partidos, coaliciones y acrónimos (Continuación)

PRI/PVEM Coalición “Alianza para todos” (2003) Federal

PRI/PVEM Coalición “Alianza por México” (2006) Federal

PRI/PVEM Coalición “Primero México” (2009) Federal

PRI/PVEM Coalición, “Compromiso por México” (2012) Local Federal

PT/MC Coalición PT/Movimiento Ciudadano (2012) Local

PMC Movimiento Ciudadano (2012) Local Federal

PSD Partido Social Demócrata (2009) Local Federal

PC Partido Convergencia (2003,2006 y 2009) Local Federal

UNO Unión Nacional Opositora (1994) Federal

PRTPartido Revolucionario de los Trabajadores

(1991) Federal

PAN/PVEM Coalición “Alianza por el Cambio” (2000) Federal

PRD/PT/CON/

PAS/PSNCoalición “Alianza por México” (2000) Federal

PT/CON Coalición “Salvemos a México” (2009) Federal

PRD/PT/MC Coalición “Movimiento Progresista” (2012) Federal

MORENA Movimiento de Regeneración Nacional Local Federal

PAN-PRD Jalisco Merece Más Local

PES Partido Encuentro Social Local Federal

PH Partido Humanista Local Federal

DOF Diario Oficial de la Federación Federal

POEJ Periódico Oficial El Estado de Jalisco Local

IIEGJInstituto de Información Estadística y Geo-

gráfica del Estado de Jalisco Local

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ALTERNANCIA POLÍTICA MUNICIPAL EN JALISCO, 1992-2015. Asunto

de localidades, grupos y familias no de partidos, se terminó en la ciudad de

Guadalajara durante el mes de diciembre de 2015. La corrección de estilo

fue realizada por Fanny Enrigue Lancaster Jones. El diseño estuvo a cargo de

Aldo Daniel González Malta en Prometeo Editores. Se terminó de imprimir

en los talleres gráficos de Prometeo Editores S.A. de C.V. C. Libertad 1457

Col. Americana, C.P. 44160, Guadalajara, Jalisco, México. Tels:38262726 y

38262782, con un tiraje de 500 ejemplares

Documents

Altenancia política muncipal en Jalisco: 1992-2015