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OVNIS  ALTO SECRETO Marcelino Requejo 

ALTO SECRETO Marcelino Requejo - Ediciones Cydonia

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  • OVNISALTO SECRETO

    Marcelino Requejo

  • Reservados todos los derechos. Ni la totalidad ni parte de este libro puede reproducirse o transmitirse por ningn procedimiento electrnico o mec-nico, incluyendo fotocopia, grabacin magntica o cualquier almacena-miento de informacin y sistema de recuperacin, sin el permiso escrito deEdiciones Cydonia S.L.

    Ediciones Cydonia S.L.http://www.edicionescydonia.comApartado de Correos 265VIGO - Pontevedra

    Ediciones Cydonia, 2009 Marcelino Requejo AlonsoPrimera edicin, marzo de 2009

    Printed in Spain - Impreso en EspaaI.S.B.N. 978-84-935634-6-2Depsito Legal: VG-312-2009Maquetacin: Acuarela Comunicacin sll (986 31 51 06)Imprime: Anzos - Fuenlabrada, Madrid

  • OVNISALTO SECRETO

    Encuentros cercanos con seres de otros mundos

    Marcelino Requejo

  • 5OVNIS. Alto Secreto

    ndice

    PRLOGO: por J.J.Bentez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13

    INTRODUCCIN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15

    1. CONTACTO OVNI . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21

    2. LOS TRIPULANTES DE LOS OVNIS . . . . . . . . . . . . . 33

    3. TERROR EN LA CARRETERA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39

    4. COMO POR ARTE DE MAGIA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53

    5. GIGANTESCAS NAVES SOBRE CIUDADES . . . . . . . 71

    6. COMARCAL LU-642: PUNTO DE ENCUENTRO . 77

    7. MOMENTOS DE ESPANTO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83

    8. A TRAVS DE LA VENTANA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89

    9. ENORMES NO IDENTIFICADOS . . . . . . . . . . . . . . . . 93

    Un mensaje de otros mundos? Claves del caso Humanoides enextraos aparatos Avistamiento multitudinario en Ourense

    Terror en Lugo El mismo fenmeno en Asturias Aterrizaje con huellas

    Perseguidos por los OVNIs Peligro de colisin Compaeros deviaje Pens que bamos a chocar con aquello!

    Secuestrados por los OVNIs? En el interior de un OVNI? El coche se levant de la calzada Ms automviles voladores

    A tiros contra unos extraos seres

    Visitantes de dormitorio

    Patrullas policiales tras un OVNI Apagn general

    Una escena de ciencia ficcin - Qu anomala?

    Tambin en La Rioja y el Pas Vasco

  • 10. OVNIS ANTES DE LOS OVNIS . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99

    11. LOS HUMANOIDES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109

    12. EL ENIGMA DE LOS TRINGULOS VOLANTES . 121

    13. AUTOBUSES VOLADORES Y OTROS EXTRAOS ARTEFACTOS . . . . . . . . . . . . 129

    14. OVNIS AGRESIVOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 151

    15. SECUESTRADA POR UN OVNI? . . . . . . . . . . . . . . . . . . 159

    16.CABINAS TELEFNICAS DE OTRO MUNDO . . . 169

    17. MULTITUDINARIO AVISTAMIENTO A PLENO DA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 181

    18. TERRORES NOCTURNOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 189

    Contra las leyes de la aeronutica - Casualidad? Lo dudo - Casos similares en Espaa

    Aquello no era de este mundo! Sin explicacin Tambin en Argentina Y ahora Sevilla

    El OVNI del polica Persiguiendo un no identificado Un objeto volador incandescente

    Una extraa dolencia Otro caso en la misma zona

    Vctimas de los no identificados Un OVNI radiactivo

    Cazadores cazados Parecidos razonables Le apunt con miescopeta y Persecucin nocturna Primera fotografa de unOVNI en Espaa OVNIs sobre China Puntas de flecha antelas cmaras

    Los tripulantes de la cabina voladora Extraos ingenios en los aos 50 Atacado por un OVNI

    Docenas de testigos Las fotografas: En manos de los militares?

    Como un campo de bisbol Doble avistamiento

  • 7OVNIS. Alto Secreto

    19. OVNIS PERSEGUIDOS POR CAZAS MILITARES . . 199

    20. CAMUFLADOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 211

    21. DIOS MO, QUE NO SE CAIGA ESTO! . . . . . . . . . 227

    22. UN OVNI DE DIEZ KILMETROS . . . . . . . . . . . . . . 233

    UNA TEORA A MODO DE CONCLUSIN . . . . . . . . . . 255

    BIBLIOGRAFA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 265

    Alarma en el Escuadrn de Vigilancia Area A la caza de noidentificados Polticos y militares hablan - Le dispar alOVNI 64 obuses

    Un no identificado de dos kilmetros y medio Macroavistamientos Testigos desde diferentes localizaciones Pilotos: testigos de lite Oculto en la nica nube

    La estpida hiptesis del prototipo

    Otras dimensiones El poder de msticos y artistas - Un juego?

    El aparato se nos ech encima! Un OVNI de diez kilmetros Una fortaleza volante sobre Sevilla Testigo: el chfer del Rey Una reveladora fotografa

  • Agradecimientos

    Al padre dominico Antonio Felices, investigador del fen-meno OVNI, testigo y colaborador en este humilde trabajo decampo.

    A mi buen amigo Soiclap Rkso, por su inestimable cola-boracin y apoyo, que me abri de par en par sus fuentes docu-mentales.

    A Miguel Pedrero, escritor y periodista, incansable busca-dor de lo anmalo y compaero de viaje en numerosas investi-gaciones de campo.

    A Juan Jos Bentez, indestructible e indiscutible maestrode la ufologa mundial que siempre me anim a escribir.

    Al investigador, periodista y escritor Carlos G. Fernndez,cuya fina irona y sentido del humor te invitan a reflexionarantes de escribir.

    A Salvador Freixedo y Magdalena del Amo, entraable pa-reja de incansables y veteranos investigadores.

    Al cerebro del fsico y escritor Jos Mara Tesla, aunque linsista en afirmar que se apellida Lesta.

    Al polifactico escritor y periodista, Manuel Carballal, abo-gado del diablo en materia OVNI, que nunca cierra una puertay siempre est ah...

    A los investigadores y periodistas Miguel Blanco y BrunoCardeosa, personas entraables que se han ganado a pulso suprestigio.

    OVNIS. Alto Secreto 9

  • 10 Marcelino Requejo

    A Iker Jimnez y Javier Sierra, rpidos escaladores en elmundo de lo inslito, por mantenerse en la cima del monte sinsucumbir a la tentacin de aislarse de la base.

    A Joseba Orraca, Charo Lozano, Carlos Gonzlez Cutre,Ramn Navia, Carlos Tutor, Olga Canals, Montse Amors,Jos Manuel Durn, Jos Antonio Roldn y Marisol Roldn,que continan en la brecha del misterio en una poca comosta.

    A Maika, Bani, Isabel y Primo, apoyos imprescindibles demis investigaciones en la costa de Lugo.

    A Carlos Olls, Sonia Pasamar, Mara Pieiro y DoloresRancao por contagiarme su entusiasmo.

    A Valentn Fernndez, testigo de excepcin en las Terras deLemos, y a Clara Snchez y Jos Antonio Lpez Martnez, queme aportaron valiossima informacin.

    A los servicios secretos de todos los Gobiernos, que con supostura de ocultacin y secretismo han logrado que los ciuda-danos estemos totalmente seguros de la presencia de entidadesextraterretres en nuestro planeta.

    A todos los testigos annimos que figuran en este libro, ver-daderos expertos en la investigacin OVNI. Gracias a su valen-ta podemos presumir de tener acceso a informacin privilegia-da, fiable y de primera mano sobre los objetos volantes noidentificados.

    Y a Mara, por su paciencia...

  • HABA LEDO ARTCULOS de Marcelino Requejo, especial-mente sobre el fenmeno OVNI, y siempre disfrutcon ellos. Me parecieron atractivos, documentados, ycon el enorme mrito de la investigacin de campo. Pues bien,ahora, al leer su primer libro, he quedado ms perplejo si cabe.Y lo he ledo casi de un tirn. Marcelino, como digo, ademsde excelente y esforzado investigador, escribe como un profe-sional, con soltura y con la transparencia del que sabe y del quese ha tomado la molestia de bucear y de indagar. He disfrutadocon su estilo directo y con su fino humor; no podra ser de otramanera. Y he aprendido. Sus conclusiones me han dejado conla boca abierta y, lo que es ms interesante, pensativo. Y si tu-viera razn? Recomiendo al lector que lea el libro en su totali-dad, pero, sobre todo, encarecidamente, las citadas conclusio-nes. Marcelino Requejo demuestra en este trabajo que, adems,es audaz y que su mente, abierta sin lmites, no ha hecho msque empezar. Necesitamos muchos Marcelinos Requejos en laactual investigacin OVNI y mucha lucidez, como la que con-tiene la presente obra.

    Me felicito por tener un amigo as.

    J.J. Bentez

    Prlogopor J.J.Bentez

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  • Introduccin

    La vida en otros planetas es igual que la religin, cuestinde fe; puede uno creer en ello o no. Debe haber miles y

    miles de planetas donde la vida puede haberse desarrollado anloga o diferente a la nuestra. En eso creo.

    SEVERO OCHOAPREMIO NOBEL DE FISIOLOGA Y MEDICINA

    13OVNIS. Alto Secreto

    EL DICCIONARIO DE LA REAL ACADEMIA de la Lengua, defineel trmino testigo como la persona que presencia oadquiere conocimiento directo de una cosa; es lo quellamamos testigo presencial.

    Ciertamente la definicin es muy acertada y sirve para todotipo de testigos, incluidos los que figuran en este trabajo, puesno dejan de ser ciudadanos que presenciaron o adquirieronconocimiento directo de una cosa: un avistamiento OVNI. Y siestas personas han decidido dar el paso de desclasificar susexperiencias es por una razn muy sencilla de comprender:son los nicos autorizados para hacerlo; porque, a fin de cuen-tas, los testigos presenciales son los mejores expertos sobre ob-jetos voladores no identificados. Nos guste o no, la investiga-cin del fenmeno OVNI se supedita a la existencia de testigos.Si no hay testimonios, no hay nada que investigar. Por ello, enmi opinin, a lo mximo que debe aspirar el investigador es aconvertirse en experto en escuchar a los testigos, lo cual noes poco.

    Cualquier desclasificacin de sucesos OVNI que se lleve acabo sin el asesoramiento, supervisin y beneplcito expreso delos testigos presenciales del fenmeno que se pretende analizar,slo puede obedecer a razones de tipo crematstico o de distor-sin del fenmeno, o ambas cosas a la vez.

  • As pues, para poder profundizar en el estudio de la casusticaOVNI, debemos empezar por respetar y analizar, punto porpunto y coma por coma, todas y cada una de las frases que salende la boca del testigo. Y digo esto porque los detractores del fe-nmeno OVNI suelen agarrarse a cualquier palabra para tratarde desmontar su relato, desestimando y pasando por alto otrosaspectos que si se tuviesen en cuenta ya no permitiran ni tan si-quiera intentar buscar una explicacin racional a lo sucedido.

    A veces, el afn por querer convencer al propio testigo deque est equivocado, que no vio lo que dice que vio, ha llevadoa ciertos investigadores a presionarlo de una forma soez, avi-vando con ello ciertas dudas acerca de las verdaderas intencio-nes de ese supuesto investigador. Ha de admitirse que cual-quiera est en su derecho de transmitir al pblico en general laidea que los OVNIs no existen, pero cosa muy distinta es inten-tar convencer de ello a la persona que afirma haberlos visto. Aver quin es el guapo que se acerca a un ciudadano para decir-le que el objeto volador que se abalanz sobre su coche y pusoen peligro su vida y la de su familia, era el planeta Venus! Eltestigo le responder, sin duda, aludiendo a alguna parte de laanatoma de su interlocutor y, por ende, la contestacin nos lapodemos imaginar

    Recuerdo un desgraciado incidente de este tipo acaecido en1996 en las cercanas de Sarria (Lugo). El 14 de junio, alrede-dor de las doce de la noche, una vecina de Puebla de SanJulin, Mari Luz Fernndez, pudo seguir durante unos segun-dos, desde una ventana de la segunda planta de su vivienda, elvuelo silencioso de una extraa esfera luminosa que dejaba trasde s una cola multicolor. Segn la testigo, el OVNI llevaba unaaltitud de unos 100 metros sobre el suelo y desaparecijusto ah, cuando pasaba por encima del colegio. Pens que ibaa estrellarse contra el tejado

    Un par de semanas despus, la testigo fue visitada por uncientfico, experto en Astronoma, que acuda al lugar con elfin de obtener datos acerca de este avistamiento. Mari Luz vol-vi a relatar pacientemente su observacin. Tras tratar de con-

    14 Marcelino Requejo

  • vencer a la testigo de que lo avistado no haba sido otra cosaque un simple y rutinario meteorito, el cientfico le preguntpor ensima vez acerca de la altitud a la que volaba el objeto.Ella respondi de nuevo de forma contundente:

    -Ve esos cables de la luz? pues algunos metros ms arribapor encima de ellos

    Visiblemente enojado, el astrnomo replic:-Seora, est usted loca! Eso es imposible. Le repito que eso

    era un meteorito y estaba a ms de 40 kilmetros de altura!La lgica reaccin de Mari Luz no se hizo esperar, invitando

    al honoris causa a abandonar inmediatamente su propiedade informndole, al mismo tiempo, de lo afortunado que habasido al ofenderla justo cuando su hijo se encontraba ausente.

    A veces el afn por colaborar en el desprestigio del fenme-no, lleva al frenes y alguno hasta pierde los papeles, como aca-bamos de ver. Comprendo que el buen hombre tuviese rdenesestrictas de elaborar, como de costumbre, un informe antiov-ni y prometeorito, pero eso no le daba derecho a insultardescaradamente a una testigo simplemente porque el relato dela misma no se cea a sus pretensiones.

    Hechos como ste son ms habituales de que lo que unoimagina y vienen a poner de manifiesto que existe una claratendencia a manipular las informaciones de los testigos con elfin de anular y ridiculizar cualquier tipo de avistamiento. Anadie se le escapa que estos comportamientos no surgen del ca-rcter noble, espontneo, desinteresado y pasional del propiocientfico antiovni, que de buena fe intenta sacar al testigo deun error de apreciacin. Es obvio que hay algo ms en juego;nadie recorre 200 kilmetros para terminar insultando a untestigo OVNI que le lleva la contraria Porque, pensndoloframente, a quin se pretende engaar con estas leccionesdidcticas gratuitas a domicilio?

    Prcticamente todos los gobiernos del mundo, al tiempoque pregonan a los cuatro vientos que los OVNIs no existen,mantienen el tema bajo el ms absoluto secreto militar. Esta in-genua contradiccin no hace sino echar lea al fuego alimen-

    15OVNIS. Alto Secreto

  • tando an ms la sospecha de que se est ocultando informa-cin realmente importante a la opinin pblica mundial.

    Una de las mayores ofensas que se le puede hacer a cual-quier individuo es tomarlo por pardillo, por eso creo que al-guien se est equivocando muy mucho a la hora de enfocareste problema, pues hoy en da, con ms de un 50% de la po-blacin convencida de que se oculta informacin sobre el temaOVNI, carecen ya de sentido las viejas consignas de ocultar,explicar, ridiculizar y tomar por imbciles a los ciudadanos ya los testigos de los avistamientos. En realidad, los nicos par-dillos que existen actualmente son aquellos gobiernos que si-guen las directrices marcadas por los servicios secretos de cier-tas potencias.

    Porque, a fin de cuentas, qu podra suceder si los gobier-nos reconociesen la existencia real de visitantes de otros mun-dos en nuestro Planeta? Bruce S. Maccabee, profesor de laUniversidad Americana en Washington, fsico de la Marina deEstados Unidos y consultor de National Geographic Society,responda as a esta misma cuestin:

    Qu puede suceder si los humanoides pasan del mito a larealidad? Se estremecer el mundo ante tan tremenda reve-lacin? Se derrumbar la bolsa, los fieles atiborrarn las igle-sias y se desmoronaran los sistemas polticos? Degenerarnlos regmenes democrticos en totalitarios? Unir esta singu-lar emergencia a la poblacin del globo? Se desencadenarla anarqua? O no ocurrir nada de esto y el cuerpo social semantendr como siempre, salvo con un cambio drstico en laconcepcin de nuestro lugar en el Cosmos? Es demasiadodramtico este conocimiento secreto como para que puedaser absorbido por la humanidad? Nos est protegiendo elgobierno, el Gran Hermano orweliano, de los invasores o msbien de nosotros mismos?

    Las respuestas a estos enigmas son de inmensa importan-cia, y de ellas depende el destino del gnero humano, ya queafectan a los fundamentos esenciales de la civilizacin, en losmotivos del no contacto.

    16 Marcelino Requejo

  • Posiblemente tenga razn, y sea el miedo a la reaccinhumana y a la desestabilizacin del sistema la causa de tantosecretismo. Si embargo, despus de tantos aos de mentali-zacin encubierta de la poblacin, creo que hoy en da anadie le causara gran impresin el hecho de que cualquiergobierno reconociese la existencia de otras civilizacionesms avanzadas y confirmase la presencia de sus naves en laTierra. Esta obra no tiene otro objetivo que mostrar al p-blico, de una manera llana y sencilla, algunos sucesos OVNIen los que se vieron envueltos ciudadanos de a pie, quenada tienen de pardillos y que, muy a su pesar, se convir-tieron de la noche a la maana en sujetos pasivos de este in-quietante e impenetrable fenmeno. La prctica totalidadde los mismos ha preferido mantenerse en el anonimato yes por ello que sus nombres reales han sido cambiados conel fin de que prevalezca su voluntad; sin embargo, los rela-tos, las fechas y los lugares se corresponden exactamentecon aquellos de los avistamientos.

    As pues, lo que se recopila en este trabajo son manifestacio-nes de personas que adquirieron conocimiento de un avista-miento OVNI. Simplemente eso, sus relatos, sin ms Que suhistoria sea o no de nuestro agrado, eso ya es harina de otrocostal. Los testigos se limitan a narrar su experiencia y el lectorest en su pleno derecho de creerlo o no, sacando las conclu-siones y aportando las crticas que le parezcan ms oportunas.No me cabe la menor duda de que muchos lectores se sentirnidentificados con alguna de las experiencias que se exponen enesta obra pues, tal vez, hayan vivido una situacin semejanteque, por miedo al ridculo o al qu dirn, jams se han atrevidoa exponer abiertamente.

    El enigma sigue estando ah, aunque desde ciertos estamen-tos se mire para otro lado, al tiempo que se clasifica y se ocultainformacin de forma sistemtica. Algo desconocido se des-plaza por nuestros cielos y, en ocasiones, aterriza en nuestroscampos. La postura oficial en cualquier pas es ocultarlo, peroel fenmeno, sea cual fuere su origen, sigue manifestndose

    17OVNIS. Alto Secreto

  • Como dira ese gran genio del humor que fue y es MarioMoreno Cantinflas, cuando el tecolote canta, el indiomuere. No ser verdad, pero sucede.

    18 Marcelino Requejo

  • NO QUISO EL DESTINO -dejmoslo as- que el avistamientoOVNI de Manzalvos se convirtiese en lo que cualquieruflogo calificara como caso cuasi perfecto. Tenatodos los ingredientes para poder serlo, pero la mano ocultaque maneja el laberinto de los no identificados se encarg deque las cosas no llegasen a buen puerto. De cualquier modo, loque no est de ser, no est de ser

    Con frecuencia se afirma que el fenmeno OVNI es unagran puesta en escena. Puede que sea cierto, pero no mecabe la menor duda de que el caso Manzalvos fue una repre-sentacin en toda regla, con actores, pblico y escenario in-cluidos. A mi modo de ver, all se represent una obra teatralde la cual, an hoy en da, desconocemos el mensaje que sepretenda transmitir. Considero este caso como la guinda de lagran oleada OVNI de 1974.

    El 17 de junio de ese ao, un familiar de quien esto escribe,que resida en Manzalvos (Ourense), me alert acerca de un ex-trao suceso acaecido dos das antes a dos vecinas de esta pe-

    Captulo 1Contacto OVNI

    Hay una seria posibilidad de que hayamos sido visitadosdurante muchos aos, y estemos siendo visitados ahora

    por gente del espacio exterior, por otras civilizaciones.Nosconviene averiguar quines son, de dnde vienen, y qu es

    lo que quieren, esto debera ser materia para una investigacin cientfica rigurosa y no materia para ser

    convertida en basura por los peridicos sensacionalistas.LORD HILL NORTON

    ALMIRANTE DE 5 ESTRELLAS, EX JEFE DEL MINISTERIO DEDEFENSA BRITNICO, JULIO 2000

    19OVNIS. Alto Secreto

  • quea y encantadora aldea gallega limtrofe con Portugal. Mefalt tiempo para desplazarme all y obtener su interesante tes-timonio.

    Al parecer, los hechos se desarrollaron el sbado, 15 dejunio de 1974 a las 23:45. Aprovechando la agradable tempe-ratura y el esplndido cielo nocturno totalmente despejado,Dolores y Marisa deciden dar un paseo por la afueras del pue-blo. A punto ya de dejar tras de s las ltimas casas de una ca-llejuela mal iluminada, observan con curiosidad cmo dos po-tentes luces rojas parpadeantes descienden lentamente delcielo estrellado, en total silencio, hasta quedar suspendidas yestticas a pocos metros del suelo, al pie de una loma situada aunos trescientos metros al Este de su posicin.

    Instantes despus, ambas luces se apagan y, tras permanecerla escena durante unos segundos en la ms absoluta oscuridad,comienza a surgir en el espacio que las separaba, una fina lneahorizontal de color amarillo intenso que, poco a poco, se va en-sanchando hasta formar un perfecto rectngulo de enormesproporciones.

    Acto seguido, dos negras figuras de aspecto humano surgenen cada extremo del brillante rectngulo y comienzan a cami-nar lentamente, la una hacia la otra, cruzndose en el centro yprosiguiendo su camino hacia el extremo opuesto de aquellagigantesca pantalla. Segn palabras de Dolores, caminaban r-gidos, como si fueran soldados que montan guardia delante deun edificio.

    Estas figuras realizan varios paseos durante algunos minu-tos, mientras las dos mujeres, con el miedo ya a flor de piel,contemplan el espectculo parapetadas en la esquina de unacallejuela de la aldea. De pronto, la pantalla luminosa comien-za a cerrarse por la parte superior e inferior al mismo tiempo,quedado reducida de nuevo a una fina lnea horizontal que,poco a poco, se difumina en la oscuridad. Nuevamente, dospotentes luces rojizas comienzan a parpadear en el lugardonde haban estado situados los extremos del rectngulo y,tras elevarse lentamente unos metros, se disparan hacia el cielo

    20 Marcelino Requejo

  • a una velocidad vertiginosa, perdindose en la noche. Doloresy Marisa regresaron inmediatamente a casa y, visiblementeasustadas, contaron atropelladamente a su familia el inslito es-pectculo que acababan de presenciar.

    Un mensaje de otros mundos?

    Nada de esto hubiera trascendido del propio entorno fa-miliar de no haber sido porque, al da siguiente, concreta-mente la maana del 16 de junio, una vecina del lugar quese diriga a una pradera apartada del pueblo, para recogertres sbanas que la tarde anterior haba dejado extendidassobre la hierba para que se oreasen durante la noche, se en-contr con la sorpresa de que las sbanas estaban mancha-das con extraos dibujos y salpicaduras de color amarillo,ocre, verde y negro. Y para colmo de males, haba en ellas,en tres puntos concretos, unas no menos extraas marcas amodo de tridente que haban rasgado la tela, aplastndolacontra la hierba.

    Gran disgusto el de esta mujer que no alcanzaba a entenderel por qu de semejante destrozo en unas sbanas prcticamen-te nuevas. Trat, no obstante, de remediar en lo posible aqueldesastre y, una vez en casa, las puso en remojo y aadi leja.Frot y frot, pero fue intil. Las marcas, salpicaduras y dibujosquedaron intactos. Coment lo sucedido a Dolores quien, a suvez, y a tenor de lo haban visto la noche anterior, decidi po-nerse en contacto conmigo.

    Qued francamente impresionado cuando, tras la detalladanarracin del avistamiento protagonizado por Dolores yMarisa, pude echar un vistazo a las sbanas en cuestin.Siguiendo las indicaciones de aquella mujer, procedimos a ex-tenderlas sobre el suelo, colocndolas en la misma posicin queocuparon en la pradera. Era asombroso, los dibujos all estam-pados parecan haber sido efectuados con total intencionalidady absoluto esmero.

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  • Poda distinguirse perfectamente un trabajado nmero1, una letra E al estilo gtico, la perfecta imitacin deuna mariposa y un extrao animal, representando lo quepodra ser un hbrido entre bisonte y elefante, dando todoello una autntica sensacin tridimensional. Adems, entrefigura y figura se apreciaban multitud de pequeos orificiosformando grupos separados de diminutos crculos. Parecacomo si los dibujos hubieran sido realizados con una pistolade cido que, al pasar de uno a otro, habra salpicado y per-forado la tela. Las marcas en forma de tridente estaban dis-tribuidas formando un perfecto tringulo equiltero de dosmetros de lado y, curiosamente, los dibujos y los pequeosgrupos de crculos se encontraban situados fuera de esetringulo.

    Con el visto bueno de su propietaria, las sbanas quedaronen mi poder durante unos das, a la espera de encontrar unava segura para proceder al anlisis de las mismas. Pero, comoapuntaba al principio de este episodio, el destino, caprichosocomo de costumbre, hizo una de las suyas. Das despus dehaber puesto las sbanas a buen recaudo, alguien, conocedorde los sucesos de Manzalvos, entr en contacto con la propieta-ria de las sbanas y se ofreci para llevarlas a analizar a unos la-boratorios en Ourense. Receloso, se las entregu a la personaque enviaron a recogerlas y Voil!. Nunca ms volvimos asaber de ellas.

    Pasados unos meses, ese alguien lament comunicar a lapropietaria que las sbanas se haban extraviado. La misma his-toria de siempre. Punto y final.

    Claves del caso

    - Posiciones planetarias a la hora del avistamiento: Ningnplaneta visible. La Luna menguante hizo su aparicin por elEste cuatro horas despus del avistamiento, a las 03h, 45 delda 16 de junio, en Aries, a 01h, 50 (AR) y 14 45 (Dec).

    22 Marcelino Requejo

  • Ausencia de cualquier sonido durante el avistamiento. Elrectngulo luminoso se encontraba situada hacia el Este y nodeslumbraba al mirarlo. Tampoco iluminaba el terreno circun-dante y, por ello, las testigos no pudieron determinar con exac-titud la distancia de separacin entre los extremos del mismo oentre las luces rojas parpadeantes. Sin embargo, a la maanasiguiente, ya en lugar de la observacin, estimaron que la lon-gitud de la pantalla podra superar los 200 metros.

    Los dos seres caminaban por la pantalla de forma regular,no se le apreciaban brazos, su silueta era totalmente oscura y suestatura, estimada en algo ms de dos metros, era inferior a lamitad de la altura del rectngulo luminoso.

    La observacin tuvo una duracin total de unos 10 mi-nutos.

    La pradera donde yacan las sbanas se encontraba situa-da en el lugar que corresponde al lateral izquierdo del rectn-gulo, segn la apreciacin de las testigos, y por debajo de l.

    Dibujos en las sbanas. El nmero 1, delineado finamen-te en color negro, estaba rodeado por un halo de color amari-llo. La letra E, estilo gtico como ya se apunt, era negra yrodeada de halos de color verde y amarillo. El elefante-bison-te (?) lo conformaba una lnea de color negro y posea halosde color ocre y amarillo. Las tres figuras daban sensacin de re-lieve. Los diminutos crculos o salpicaduras eran de colorverde, rodeados de halos amarillos; algunos de ellos habanperforado la tela.

    23OVNIS. Alto Secreto

  • La propietaria de las sbanas asegur que los colores delos dibujos no haban variado tras haberlas sumergido en aguacon leja.

    Las marcas en forma de tridente tenan una longitud dediez centmetros, estaban chamuscadas y haban rasgado latela.

    Humanoides en extraos aparatos

    Si bien el caso de Manzalvos se nos antoja un tanto pintores-co dentro de la casustica OVNI, lo cierto es que tanto antescomo despus de 1974 se dieron avistamientos que guardanuna gran similitud con l. Estos sucesos no fueron lo que po-dra decirse de los ms llamativos, ni asomaron en absoluto alas pginas de los diarios provinciales o nacionales; pasaronbastante desapercibidos en el mundo ufolgico nacional. Se dala circunstancia de que incluso no tuvimos noticia de alguno deellos hasta despus de 1974. As pues, mal podran saber nues-tras testigos de Manzalvos acerca de estos casos y, an cono-cindolos, no tendra sentido basarse en algo tan absurdo, paraterminar contando una historia ms ilgica todava.

    Dolores y Marisa ni tan siquiera tenan conocimiento de queen 1969 se haba producido en suelo argentino un episodio

    Fotografa de unextrao objeto vola-dor con una cpulatransparente en laparte superior,tomada por SusanaR.G. en Manzalvosen agosto de 2007

    24 Marcelino Requejo

  • que guardaba gran similitud con su relato. Sucedi el 21 de oc-tubre de 1969 en las cercanas de la Villa de Trancas, en la pro-vincia de Tucumn. En este caso hubo cuatro testigos, Martina,Yolanda, Argentina y Yoli, cuya vivienda se asentaba en unlugar totalmente despoblado en un radio de unos dos kilme-tros, donde slo disfrutaban de la espordica compaa delpaso de algn tren, pues la casa se hallaba a tan slo 150 me-tros de las vas del ferrocarril Belgrano.

    Aquel da, a las nueve y media de la noche, sobre las vas deltren, las cuatro mujeres distinguieron dos focos luminosos uni-dos por una especie de tubo brillante de unos 100 metros delongitud, por cuyo interior deambulaban en ambos sentidosno menos de 40 siluetas de aspecto humano. Armadas con sen-das linternas, decidieron dirigirse hacia all con intencin deaveriguar lo que estaba pasando, pues en principio pensaronen un descarrilamiento. Pero cuando avanzaban hacia aquelenorme tubo luminoso, Yoli apunt con su linterna hacia unatenue luz verdosa que se encontraba inmvil junto al portn deentrada de la casa. En ese momento, se iluminaron seis venta-nales de un extrao artefacto circular de unos 10 metros dedimetro que se balanceaba en el aire, en completo silencio, atan slo 8 metros de la vivienda.

    En el interior del OVNI, una guirnalda multicolor comen-z a girar a gran velocidad al tiempo que, en la va frrea, seiluminaron otros tres objetos similares, no advertidos hasta en-tonces, y que parecan escoltar al cilindro luminoso. Acto segui-do, los cuatro objetos discoidales y el gigantesco tubo partie-ron volando a baja altura hacia el Este, alejndose en direccina la Sierra de Medina.

    A modo de ejemplo comparativo mencionar tambin elcaso de Pontejos (Cantabria), que expone una situacin tanto oms teatral que la de Manzalvos o la de Trancas. Es una casoalgo ms antiguo que los anteriores, pues aconteci el 6 deenero de 1969, a las ocho y media de la tarde, cuando desde elpiso superior de un bar de la citada localidad, Meren Merino,su hija Felicidad Fernndez, una amiga de sta y un camarero,

    25OVNIS. Alto Secreto

  • Antonio, observaron a no mucha distancia del edificio un rec-tngulo blanco-amarillento, de unos 5 metros de lado, en elque destacaba la figura de un ser de aspecto humanoide, deunos dos metros de estatura, pelo castao y tez plida, ataviadocon un mono de color oscuro.

    Este individuo deambulaba de ac para all a lo largo deaquella pantalla luminosa hasta que, de pronto, se le uni unsegundo individuo que realiz los mismos movimientos.Pasados unos segundos, aparecieron en escena otros tres seresms. Antonio decidi salir de la casa y dirigirse hasta el lugarpero, cuando intentaba saltar una pared que se interpona ensu camino, el rectngulo se apag como lo hace la pantalla deun televisor, coment Antonio y una bola de luz cay alsuelo, iluminando un aparato redondo, de unos doce metrosde dimetro, que era sobre el que estaba asentado el rectnguloluminoso. Acto seguido, el extrao artefacto aument de bri-llo y se alej rpidamente hacia el Sur en completo silencio.

    Echemos ahora una ojeada a la reconstruccin grfica de lostres avistamientos, basada en el relato de los testigos.

    Trancas (Argentina), 21-octubre-1969

    Manzalvos (Ourense), 15-junio-1974

    Pontejos (Cantabria), 6-enero-1969

    26 Marcelino Requejo

  • Como puede apreciarse, resulta ms que chocante que todosellos, 10 en total y de distintas partes del mundo, nos refierantan idntica escena surrealista. Naturalmente, una coincidenciacomo sta no puede deberse a una creacin aleatoria de suimaginacin. Nos encontramos, nuevamente, ante la descrip-cin de un hecho real, que resulta molesto, lo s, pero que estah, por ms que se pretenda ignorar, ocultar y silenciar.

    Justamente seis meses despus, el 6 de julio de ese mismoao, el fenmeno se repetira en el otro extremo del pas. A lasdiez y media de la noche un grupo cinco mujeres, que residanen dos chalets de la sierra de Aracena (Huelva), en el mismoinstante en que el pueblo sufra un apagn general, fueron tes-tigos de las evoluciones de dos esferas brillantes en las inme-diaciones de sus viviendas. Momentos despus, se percataronde la presencia de un gran rectngulo de tonalidad rojiza situa-do a gran distancia de su posicin. Posteriormente, hizo suaparicin un tercer cuerpo esfrico y a eso de las cinco de lamadrugada esferas y rectngulo desaparecieron.

    Y tambin en el mes de julio, pero de 1982, encontramosotro caso de parecidas caractersticas, esta vez en la provinciade Huelva y con un testigo de excepcin: me refiero al famosocaso protagonizado por el rejoneador Rafael Peralta, cuandoviajaba en solitario de Sevilla a Punta Umbra, tras haber acom-paado a los miembros de su cuadrilla despus de la corrida detoros celebrada en La Lnea (Cdiz).

    Al llegar al cruce de carreteras de El Rompido-PuntaUmbra, detuvo el vehculo para observar con detenimiento ungrupo de luces rojas y amarillas parpadeantes que le hicieronpensar en un accidente. Se dirigi caminando hacia ellas conintencin de prestar ayuda, pero cuando se acerc lo suficientefren sus pasos en seco. Lo que tena ante sus ojos distaba muymucho de ser un accidente de circulacin: entre la carretera yel mar, posado sobre la arena, haba un perfecto rectngulo lu-minoso que emita un brillo fulgurante, con los bordes ligera-mente redondeados y cuyas dimensiones estim en unos seismetros de largo por cuatro de alto.

    27OVNIS. Alto Secreto

  • A la derecha del mismo, advierte la presencia de un extraoser de casi tres metros de estatura, con el cuerpo rectangular ysin brazos. Llevaba sobre el pecho unas lneas a modo de rayasparalelas, su cabeza era cuadrada y sus ojos consistan en dospequeas rayas oblicuas. Pareca un robot de piernas muy lar-gas y separadas, que emita un brillo similar al del acero inoxi-dable. Peralta qued completamente inmvil, mirando fija-mente al estrambtico personaje, que de pronto emiti unsonido parecido a bararar. Cuando Rafael le pregunt:Qu dices?, el ser se introdujo en el rectngulo luminosoque, sin producir ruido alguno, sali disparado hacia el mar.

    En el caso que sigue fueron varios los testigos del avista-miento, todos ellos automovilistas que viajaban en ese momen-to por la N-525, en la lnea divisoria entre Ourense y Zamora.Uno de ellos, Jos Lus Rodrguez, fue la persona que me facili-t la informacin de lo observado aquel atardecer del 29 denoviembre de 1979. Aunque en esta ocasin no se detect lapresencia de seres en el interior, incluyo aqu el testimonio porla semejanza que guarda con los anteriores.

    Avistamiento multitudinario en Ourense

    Ese da regresaba desde Ourense a su domicilio en Zamora.Eran las seis y media de la tarde, con la noche casi cerrada,cuando atraves la localidad de Vilavella y comenz el ascensode la portilla de A Canda. Le precedan algunos vehculos y leseguan otros.

    Al llegar al kilmetro 417, pocos metros antes de entrar enel tnel de A Canda, varios automovilistas ralentizaron su mar-cha, e incluso algunos detuvieron el vehculo en el arcn, parapoder observar con ms detalle el curioso espectculo que sur-ga ante sus ojos: una masa luminosa rectangular se encontrabaasentada sobre un monte cercano situado a la derecha delpuerto. Jos Lus, que tambin detuvo su vehculo, nos relataas lo que vio:

    28 Marcelino Requejo

  • Un par de kilmetros antes me haba parecido observaralgo sobre A Canda, pero fue al encarar el tramo recto quelleva al tnel cuando mejor lo vi, bueno, ah lo vimos todos y al-gunos paramos. Conozco muy bien esa zona y me di cuenta en-seguida de que aquella luz no estaba posada sobre la montaadel tnel, sino a la derecha, sobre el alto de Marabn, que esan ms alto que A Canda, sobrepasa los 1.400 metros, era unaespecie de pantalla blanca, muy brillante, como un rectngulocon los bordes redondeados, que a veces se encoga un pocopor los lados y despus volva a ampliarse. Era muy grande,porque aunque estaba oscuro, iluminaba un poco a su alrede-dor y ocupaba una gran parte de terreno en lo alto del monte() No pareca posada sobre suelo, ms bien daba la impresinde que estaba un poco en el aire y hacia delante.

    Estuvimos vindola un par de minutos y an pararon al-gunos coches ms, pero despus dio como un fogonazo,como un flash y se apag completamente. Me qued anotros dos minutos para ver si se encenda de nuevo, pero no,as que sub al coche y continu el viaje. Te aseguro quenunca haba visto nada como aquello, porque de ser un obje-to slido, tena que ser enorme.

    A Canda-Ourense, 29 de noviembre de 1979

    29OVNIS. Alto Secreto

  • Algo parecido avist Manuel Bermdez la noche del 9 dejunio de 1977, cuando viajaba en solitario por una carreterasecundaria que lleva a la localidad de El Garrobo, en la pro-vincia de Sevilla. El viaje transcurra con total normalidadhasta que, sbitamente, surgi frente a l, a unos 200 metrosde distancia, lo que le pareci una pantalla de televisin decolor anaranjado. Aquel rectngulo se mantena inmvil y encompleto silencio a unos dos metros sobre el asfalto. Sin pen-sarlo dos veces, Manuel pis el acelerador con intencin desobrepasar y dejar atrs cuanto antes a tan inesperado visitan-te. El miedo comenz a hacer mella en el conductor al com-probar que, a pesar del aumento de velocidad, la enigmticapantalla mantena siempre la misma distancia de separa-cin. Cuando lleg a su destino, el testigo descendi aliviadodel vehculo, al tiempo que observaba cmo su luminosoacompaante se detena unos segundos. Acto seguido, iniciun lento ascenso en vertical, mutando su originaria colora-cin anaranjada al amarillo brillante y despus al blanco, ale-jndose hasta perderse entre las nubes.

    30 Marcelino Requejo

  • Captulo 2Los tripulantes de los OVNIs

    Es concebible la presencia de civilizaciones extraterrestres? Por supuesto! Mientras la

    unicidad de la Tierra no se demuestre, este asunto sedebe mirar como totalmente vlido. Con respecto a los

    OVNI, su presencia no puede ser negada.YERYENI KHRUNOV

    COSMONAUTA RUSO

    31OVNIS. Alto Secreto

    EL 21 ENERO DE 1996 FUE UN DA LLUVIOSO. A las diez de lanoche de aquel domingo, cuando comenzaron a abrirsealgunos claros, Tania y Elena, rompiendo la pereza, par-tieron de Muimenta en su vehculo con direccin a Vilalba parareunirse con unos amigos. Los veintids kilmetros de tramorecto que separan ambas localidades lucenses, amn de empa-pados, aparecan inusualmente desiertos.

    A la altura del kilmetro 16 de la nacional 120 se percataronde que, a lo lejos y frente a ellas, surga una luminosidad amari-llenta. Las dos muchachas no conceban que, estando el terre-no completamente encharcado, aquel resplandor situado aunos dos kilmetros por delante de su vehculo, pudiera proce-der de un incendio. Pensando ms bien que podra tratarse deun accidente, Elena redujo considerablemente la velocidad. Sinembargo, al llegar a la zona de O Pacio, a medida que acorta-ban distancia, la evidencia era cada vez ms clara: algo parecaestar ardiendo entre unos rboles a la izquierda de la calzada.

  • Terror en Lugo

    La curiosidad por saber qu podra ser aquello las llev a re-ducir an ms la velocidad hasta detener el vehculo en elarcn, en el lugar conocido como Cima de Vila. El supuestoincendio estaba all mismo, a tan slo treinta metros al otrolado de la carretera. Las testigos relatan:

    Paramos el coche justo al lado de la luz y nos queda-mos mirando sin saber qu decir. A nuestra izquierdahaba una bola de luz muy grande de color amarillo.Era como una bola de cristal, pero muy grande y estabasobre la pradera, junto al ro, sin tocar el suelo.Tendra unos ocho metros de alto y todo estaba decolor amarillo junto al ro, y la bola flotaba, sin mover-se. Bajamos la ventanilla para verla mejor y no se movanada, estaba quieta y no haca ruido () y le dije aTania: Pero, qu es eso? Y ella, que estaba ms ner-viosa que yo, no haca ms que repetir: Sal de aqu,vamos, sal ya de aqu!

    Entonces empez a abrirse una puerta por la iz-quierda de aquella bola, una puerta muy rara, como encurva, que baj hasta el suelo, hasta tocar la pradera.Bueno, aquello fue demasiado! No veas la de humo ovapor que sala por la puerta, ms pareca vapor. Ah sque yo me asust de verdad! Y Tania, no veas!

    Sub la ventanilla enseguida y salimos de all pitando() y all qued, porque Tania miraba para atrs yaquello segua all, y segn nos alejbamos an se veacomo al principio, como un resplandor. Cuando llega-mos a Vilalba llevbamos cara de muertas, pero no diji-mos nada porque se iban a cachondear de nosotras, yasabes

    32 Marcelino Requejo

  • El mismo fenmeno en Asturias

    Por aquellas fechas, el incombustible y polifactico investiga-dor corus Manuel Carballal, que posee el envidiable don depasar por el lugar adecuado en el momento ms oportuno, re-copil un suceso acaecido en tierras asturianas cuyo parecidocon el caso que acabo de exponer es asombroso, como sorpren-dente es tambin el hecho de que ambos episodios se desarro-llasen el mismo da y prcticamente a la misma hora

    La escena tuvo lugar a las 21: 45 del 21 de enero de 1996,en las inmediaciones de un pueblecito asturiano asentado a ori-llas del ro Trubia, en las estribaciones del monte Castromayor.A esa hora, cuando el matrimonio formado por Montserrat yCamilo Rivera se dispona a cenar, un fuerte resplandor entrpor la ventana de la cocina, invadindola de luz. Al salir al ex-terior de la casa para averiguar lo que suceda, Camilo se llevuna sorpresa mayscula; llam a voces a su esposa quien, alpresenciar aquel anmalo espectculo, regres atemorizada alinterior de la vivienda para evitar que saliesen los nios.Camilo, inmvil en el patio de la casa, observaba incrduloaquella brillante esfera de unos diez metros de dimetro quepermaneca suspendida en el aire, a poca altura sobre el suelo ya poco menos de 50 metros de distancia.

    La silenciosa estructura exhiba en su parte central algo pa-recido a una puerta que despeda una luz cegadora. De labase de esta puerta surga como una rampa o pasarela de luzde unos 20 metros de longitud que se deslizaba en curva haciael suelo, formando un ngulo de 45 grados a los dos tercios desu longitud.

    Durante cinco largos minutos aquella masa esfrica se man-tuvo en el lugar con la rampa desplegada, mientras Camilo,sin atreverse a dar un paso adelante, contemplaba absorto taninslita presencia. Momentos despus, la pasarela luminosase retrajo hacia la esfera, que se elev rpidamente, perdindo-se en la lejana. Nunca virase tal cosa en el pueblo comentCamilo a Carballal, pero eso seguro que no era de este

    33OVNIS. Alto Secreto

  • mundo.Ambos sucesos OVNI fueron intrascendentes si los compara-

    mos con los casos ms sonados de la oleada gallega. El testimo-nio de Cima de Vila no sali nunca a la luz hasta ahora. Encuanto al caso asturiano, fue conocido pblicamente a tenor deuna breve mencin aparecida en un amplio artculo sobre laoleada que el propio Carballal elabor dos meses despus parala revista internacional Ao/Cero, especializada en sucesosenigmticos y misterios del mundo.

    Aterrizaje con huellas

    Mes y medio despus de estos hechos, se produca en laaldea lucense de Ferreras, cercana a Friol, uno de los avista-mientos OVNI ms espectaculares de la ufologa nacional. Elllamado caso de Ferreras ha pasado a ser un referente den-tro de la casustica OVNI, pero su enorme complejidad y lasimplicaciones de toda ndole que de l derivaron hacen invia-ble realizar ahora una exposicin de aquellos sucesos con el de-talle que se merecen. No obstante, voy a exponer de forma re-sumida la parte inicial del relato para poner as de relieve lascaractersticas que comparte con los dos casos que anteceden.

    Pasados veinte minutos de la medianoche del 7 de marzode 1996, Jos Manuel Castro se dispona a entrar en su apar-tada vivienda en el trmino lucense de As Ferreras, cuandorepar en una pequea esfera luminosa de color amarillentoque, situada a gran altura, realizaba movimientos oscilatoriosen zigzag. Tanto llamaron su atencin los caticos y repenti-nos desplazamientos de aquella lejana esfera voladora que albuen hombre no se le ocurri otra cosa que encender su lin-terna de bolsillo y agitar el brazo imitando el curioso bailedel OVNI, al tiempo que gritaba: Baixade, baixade!(Bajad, bajad!)

    De improviso, la esfera se detuvo en seco y, cual si aceptarala invitacin de Jos Manuel, se dej caer en vertical sobre la

    34 Marcelino Requejo

  • arboleda que corona el cercano monte de Porto Novo, lanzn-dose a continuacin en veloz vuelo rasante hacia la finca deltestigo, que huy despavorido refugindose en la casa. Desdeall, tmidamente asomado a una ventana de la segunda planta,pudo apreciar con todo lujo de detalles la fantstica escena quese representaba a tan slo 54 metros de la vivienda. Lo queahora tena delante era una gigantesca bola amarillenta semi-transparente, del tamao de una casa de tres plantas, que semantena suspendida a pocos centmetros del suelo, girandomuy despacio sobre s misma al tiempo que emita un zumbidosemejante al de un enjambre de abejas.

    En el interior de la extraa nave voladora se distinguan condifana claridad las siluetas de cinco individuos de unos tresmetros de estatura. Tres se encontraban de pie en el centro ylos otros dos tumbados uno a cada lado de la luminosa esfera,apoyando su espada sobre la concavidad de la misma. Pero elsurrealismo de esta situacin, y el pnico de Jos Manuel, lle-garon a su mxima expresin cuando, en cuestin de segun-dos, se despleg desde la esfera hacia el suelo de la finca unarampa de luz multicolor, como si fuese un arco iris, por laque comenzaron a descender lentamente tres seres de baja es-tatura que, a decir de Jos Manuel, bajaban como flotando,como cuando baja un paracadas.

    Llevaban las manos puestas uno en la espalda del otro,como nios jugando al tren, con las piernas juntas y las rodi-llas ligeramente flexionadas. Cuando abandonaron la zona deinfluencia de la rampa luminosa, iniciaron los tres al unsonouna alocada carrera de saltos alejndose de la esfera hasta per-derse junto a un riachuelo que limita con la finca del testigo.

    Los sucesos que tuvieron lugar a continuacin aquella nocheen la solitaria hacienda de Jos Manuel Castro bien podranservir de argumento para una pelcula de ciencia ficcin pero,como indiqu anteriormente, la complejidad del caso nos lleva-ra ms all del objetivo marcado para este trabajo. Nos queda-remos, pues, con la parte del testimonio que ahora nos interesaa modo comparativo: el OVNI esfrico de Ferreras extiende

    35OVNIS. Alto Secreto

  • tambin una rampa luminosa hacia el suelo, es decir, se produ-ce la misma escena que en los dos avistamientos anteriores.

    En menos de mes y medio, hemos encontrado tres avista-mientos cuyos inconexos testigos describen un mismo tipo deartefacto volador que, mientras se mantiene flotando a escasaaltura sobre suelo, extiende hacia el mismo una extraa escale-ra luminosa. Puede alguien tan siquiera imaginar que los testi-gos de estos incidentes se pusieran de acuerdo para narrar algoas? El sentido comn nos da una respuesta rotunda y correcta:No! Ellos se han limitado a dar fe de lo que vieron; cosa biendistinta es que a algunos su testimonio les disguste. Pero debecomprenderse por encima de todo que el trmino testigohace referencia a los verbos hablar, expresarse y relatar, y noencaja en absoluto con callar y ocultar.

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    Marcelino Requejo36

  • OVNIS. Alto Secreto 37

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