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Rev Fac Med UNAM Vol.50 No.1 Enero-Febrero, 2007 28 edigraphic.com Introducción Desde hace algunos años, en nuestro país se ha empezado a discutir en público la eutanasia, especialmente en el ámbi- to académico. Durante el año pasado el tema también ocupó la atención de la sociedad. Esto sucedió gracias, por un lado, a la proyección de algunas películas extranjeras en las que los personajes pedían ayuda para morir. Una de las películas, Mar Adentro, cuenta la situación del español Ramón Sampedro, quien quedó tetrapléjico a conse- cuencia de un accidente y vivió así por 30 años sin obtener del Estado la autorización para recibir la ayuda que necesita- ba para morir como quería. Finalmente una amiga le colocó una bebida con cianuro para que él la ingiriese con un popo- te y pasados veinte minutos falleció en medio de grandes dolores. Por otro lado, aparecieron en nuestro país dos iniciativas de ley para enfermos terminales que contemplaban la eutana- sia, lo cual contribuyó a que se hablara de esta opción de terminación de vida por un breve tiempo. Si bien la Iglesia católica declaró su total rechazo a la práctica afirmando que sólo Dios puede decidir cuándo morir, algunas personas, en- trevistadas en la calle, expresaron que en ciertas condiciones sería aceptable que un médico ayudara a morir a un enfermo que no quisiera sufrir más. Sin embargo, el debate sobre la eutanasia no ha prosperado en nuestro país como se requiere, lo cual puede explicarse por la complejidad de elementos que intervienen en él: éticos, médicos, legales, religiosos, psicológicos y sociales, por citar algunos. Además, no se puede ignorar la dificultad que impli- ca hablar de un tema que nos enfrenta con la muerte. No sólo nos recuerda un acontecimiento sobre el que apenas queremos pensar, sino que nos hace considerar una acción que produce voluntariamente ese tan temido acontecimiento. La cuestión es que no podemos ignorar los datos que la realidad nos impone. Hay personas que padecen enfermeda- des o condiciones médicas que implican tal sufrimiento que consideran mejor morir. Algunas han podido elegir una sali- da digna y han contado con la ayuda que necesitan para ha- cerlo, sobre todo en los países en que se respalda el derecho de un paciente a decidir el final de su vida. Puede ser que algunos lectores (o algunas personas cercanas a ellos) tam- bién quieran, al final de la vida, que la eutanasia sea una opción abierta y segura. Por todo esto, es necesario mantener la discusión para resolver si la eutanasia es una acción ética- mente aceptable y si debe permitirse legalmente. Definición Para discutir sobre una acción tan controvertida y a la que se han atribuido significados tan diferentes, es importante partir de una definición compartida. Propongo la siguiente: Eutanasia es el acto o método que aplica un médico para producir la muerte de un paciente, sin dolor, y a petición de éste, para terminar su sufrimiento. Por supuesto, existen otras definiciones de eutanasia, pero ésta, inspirada en la que se utiliza en los Países Bajos, puede sernos útil en principio porque es muy específica. Esto es así porque desde que se despenalizó la eutanasia en ese lugar (lo que sucedió en 1984; se legalizó en 2002), fue necesario establecer muy claramente los límites de lo que podía permi- tirse legalmente. 1 Esta definición excluye muchas acciones con las que, equi- vocadamente, se confunde la eutanasia. De manera que resul- ta inexacto llamar así una acción que provoca la muerte si la persona que la realiza no es un médico, si la persona que muere no padece una enfermedad o una condición médica que le cause sufrimiento, si la acción que causa la muerte va acompañada de dolor, y, sobre todo, si la muerte no se produ- ce en respuesta a la solicitud de quien fallece. La eutanasia también está permitida legalmente en Bélgi- ca. En el estado de Oregon, Estados Unidos, lo que está permi- tido es el suicidio médicamente asistido, lo que significa que un médico puede ayudar a morir a un paciente, pero sólo pro- porcionándole una prescripción de una dosis letal de medica- mentos que el enfermo debe tomar por sí mismo y se prohíbe la presencia del médico para ayudarlo. En los Países Bajos y en Tema de reflexión Algunos elementos para discutir la eutanasia* Asunción Álvarez del Río 1 1 Departamento de Psicología Médica, Psiquiatría y Salud Mental, Facultad de Medicina, UNAM. Colegio de Bioética, A.C. * Una versión de este artículo fue presentado en el Congreso Internacional de Derecho Penal, celebrado del 19 al 23 de junio de 2006, en el Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM. Artemisa medigraphic en lnea

Alvarez Del Rio Eutanasia Elementos

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  • Rev Fac Med UNAM Vol.50 No.1 Enero-Febrero, 2007

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    Introduccin

    Desde hace algunos aos, en nuestro pas se ha empezadoa discutir en pblico la eutanasia, especialmente en el mbi-to acadmico. Durante el ao pasado el tema tambin ocupla atencin de la sociedad. Esto sucedi gracias, por un lado,a la proyeccin de algunas pelculas extranjeras en las quelos personajes pedan ayuda para morir.

    Una de las pelculas, Mar Adentro, cuenta la situacin delespaol Ramn Sampedro, quien qued tetrapljico a conse-cuencia de un accidente y vivi as por 30 aos sin obtenerdel Estado la autorizacin para recibir la ayuda que necesita-ba para morir como quera. Finalmente una amiga le colocuna bebida con cianuro para que l la ingiriese con un popo-te y pasados veinte minutos falleci en medio de grandesdolores.

    Por otro lado, aparecieron en nuestro pas dos iniciativasde ley para enfermos terminales que contemplaban la eutana-sia, lo cual contribuy a que se hablara de esta opcin determinacin de vida por un breve tiempo. Si bien la Iglesiacatlica declar su total rechazo a la prctica afirmando queslo Dios puede decidir cundo morir, algunas personas, en-trevistadas en la calle, expresaron que en ciertas condicionessera aceptable que un mdico ayudara a morir a un enfermoque no quisiera sufrir ms.

    Sin embargo, el debate sobre la eutanasia no ha prosperadoen nuestro pas como se requiere, lo cual puede explicarse porla complejidad de elementos que intervienen en l: ticos,mdicos, legales, religiosos, psicolgicos y sociales, por citaralgunos. Adems, no se puede ignorar la dificultad que impli-ca hablar de un tema que nos enfrenta con la muerte. No slonos recuerda un acontecimiento sobre el que apenas queremospensar, sino que nos hace considerar una accin que producevoluntariamente ese tan temido acontecimiento.

    La cuestin es que no podemos ignorar los datos que larealidad nos impone. Hay personas que padecen enfermeda-des o condiciones mdicas que implican tal sufrimiento que

    consideran mejor morir. Algunas han podido elegir una sali-da digna y han contado con la ayuda que necesitan para ha-cerlo, sobre todo en los pases en que se respalda el derechode un paciente a decidir el final de su vida. Puede ser quealgunos lectores (o algunas personas cercanas a ellos) tam-bin quieran, al final de la vida, que la eutanasia sea unaopcin abierta y segura. Por todo esto, es necesario mantenerla discusin para resolver si la eutanasia es una accin tica-mente aceptable y si debe permitirse legalmente.

    Definicin

    Para discutir sobre una accin tan controvertida y a la quese han atribuido significados tan diferentes, es importantepartir de una definicin compartida. Propongo la siguiente:

    Eutanasia es el acto o mtodo que aplica un mdico paraproducir la muerte de un paciente, sin dolor, y a peticin deste, para terminar su sufrimiento.

    Por supuesto, existen otras definiciones de eutanasia, perosta, inspirada en la que se utiliza en los Pases Bajos, puedesernos til en principio porque es muy especfica. Esto es asporque desde que se despenaliz la eutanasia en ese lugar (loque sucedi en 1984; se legaliz en 2002), fue necesarioestablecer muy claramente los lmites de lo que poda permi-tirse legalmente.1

    Esta definicin excluye muchas acciones con las que, equi-vocadamente, se confunde la eutanasia. De manera que resul-ta inexacto llamar as una accin que provoca la muerte si lapersona que la realiza no es un mdico, si la persona quemuere no padece una enfermedad o una condicin mdicaque le cause sufrimiento, si la accin que causa la muerte vaacompaada de dolor, y, sobre todo, si la muerte no se produ-ce en respuesta a la solicitud de quien fallece.

    La eutanasia tambin est permitida legalmente en Blgi-ca. En el estado de Oregon, Estados Unidos, lo que est permi-tido es el suicidio mdicamente asistido, lo que significa queun mdico puede ayudar a morir a un paciente, pero slo pro-porcionndole una prescripcin de una dosis letal de medica-mentos que el enfermo debe tomar por s mismo y se prohbe lapresencia del mdico para ayudarlo. En los Pases Bajos y en

    Tema de reflexin

    Algunos elementos para discutir la eutanasia*

    Asuncin lvarez del Ro1

    1Departamento de Psicologa Mdica, Psiquiatra y Salud Mental, Facultad de Medicina, UNAM. Colegio de Biotica, A.C.

    * Una versin de este artculo fue presentado en el CongresoInternacional de Derecho Penal, celebrado del 19 al 23 de junio de2006, en el Instituto de Investigaciones Jurdicas, UNAM.

    Artemisamedigraphic en lnea

    http://www.medigraphic.com/medi-artemisahttp://www.medigraphic.com/espanol/e1-indic.htm

  • Tema de reflexin

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    edigraphic.com

    SUSTRADODE-M.E.D.I.G.R.A.P.H.I.C

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    Blgica no hay una diferencia entre estas dos prcticas, ni des-de el punto de vista tico ni desde el punto de vista legal. Elpaciente elige la modalidad de ayuda que desee y si opta por elsuicidio asistido, el mdico debe estar presente para ayudar alenfermo en caso de que ste lo requiera.

    Comprender mejor la prctica

    Adems de una definicin compartida de eutanasia, hayque tratar de comprender esta prctica antes de entrar al deba-te para decidir si debemos aceptarla. Para ello, nos puedeservir conocer cmo se aplica y cmo se controla en los luga-res en que se permite.

    En este sentido, la experiencia holandesa es una referen-cia muy valiosa porque su debate sobre la eutanasia ha sidoampliamente documentado. Incluye las investigaciones en-cargadas por el gobierno para conocer lo ms posible la fre-cuencia y la forma en que se aplica la eutanasia, los casosllevados a juicio que han influido en las modificaciones le-gales y que han exigido resolver dilemas ticos sobre el sen-tido de la vida, el sufrimiento humano, los lmites de la aten-cin mdica, la autonoma del paciente y la responsabilidaddel mdico por citar algunos.2

    Entre los documentos especialmente interesantes, estnlos informes anuales de los cinco comits regionales que eva-lan cada caso de eutanasia (una vez realizada) para decidirsi el mdico que la aplic se apeg a los criterios que sealala ley. Los comits estn formados por un jurista, un mdicoy un experto en tica. Estos informes permiten tener unaaproximacin de la frecuencia con que se aplica la eutanasia(porque no todos los casos son notificados) y datos sobre eltipo de mdicos que la realizan, las enfermedades de los pa-cientes que la piden y los lugares en que se aplica. Tambinproporcionan informacin cualitativa muy valiosa sobre lostemas de discusin ms sobresalientes durante el ao (porejemplo, la solicitud de eutanasia por parte de enfermos condemencia).

    Requisitos que debe cumplir el mdico

    1. El mdico debe estar convencido de que la solicitud deeutanasia del paciente es voluntaria y bien meditada.

    2. El mdico debe estar convencido de que el sufrimientodel paciente es intolerable y no hay posibilidad de mejo-rarlo.

    3. El mdico debe informar al paciente de su situacin, pro-nstico y opciones de tratamiento, si es que las hay.

    4. El mdico debe haber discutido la situacin con el pa-ciente y llegar ambos a la conclusin de que no hay otrasolucin razonable.

    5. El mdico debe haber consultado al menos a otro mdicoque no tenga conexin con el caso.

    6. El mdico debe aplicar la eutanasia con el mximo cuida-do y esmero profesional.

    En 2004 los comits recibieron notificaciones de 1,714casos de eutanasia, 141 casos de suicidio asistido y 31 casosen que haba una combinacin de los dos. Fueron 1,886 entotal (podemos comparar esta cifra con la de 2003 que fue de1,815 y la de 2002 que fue de 1,882). Del total de notificacio-nes, los comits consideraron que el mdico no haba actua-do con el debido criterio en cuatro casos. En cada uno deellos, los comits presentaron sus resultados al MinisterioFiscal, a quien corresponda decidir si proceda o no enjui-ciar al mdico.3

    Es importante sealar que para que el mdico pueda cum-plir los requisitos establecidos por la ley necesita tener unarelacin cercana con su paciente y haber favorecido una co-municacin que permita al enfermo conocer su situacin contoda claridad, saber cundo la muerte es un acontecimientoprximo e inevitable y poder expresar lo que siente al respec-to y lo que quiere al final de su vida. Por su parte, mientrasmejor conozca el mdico a su paciente, podr asegurarse, alrecibir un pedido de eutanasia, que ste se basa en la re-flexin y la deliberacin y que no es resultado de depresin,desesperacin o alguna forma de presin ejercida por algunapersona cercana al paciente.

    Vale la pena comentar el requisito que se refiere al sufri-miento intolerable, pues no hay duda que se trata de un ele-mento subjetivo difcil de valorar porque cambia de individuoa individuo en funcin de factores como el umbral al dolor, lapersonalidad y la historia individual. Sin duda, lo que real-mente importa es la perspectiva del sujeto y a nadie correspon-de juzgar si el sufrimiento de otra persona es insoportable. Sinembargo, s debe hacerlo el mdico que recibe un pedido deeutanasia. Debe valorar y decidir si est de acuerdo con lapercepcin que le transmite su paciente, pues slo si coincidecon ste podr realizar una accin que pone fin a su vida.

    Es preciso aclarar que en los Pases Bajos los mdicosnunca estn obligados a cumplir con una solicitud de euta-nasia. Esto es en un sentido general si consideran que talaccin va en contra de sus valores. Pero tambin en cada casoen particular en que deben tomar sus propias decisiones por-que despus deben dar cuenta de sus acciones.

    Un caso de eutanasia

    Para entender mejor la eutanasia es til conocer de cercaun caso y apreciar el sufrimiento que vive un enfermo queelige esta forma de muerte y la valoracin de los mdicosinvolucrados. A continuacin ilustro uno reportado en 2004en los Pases Bajos.3

    En 1990, una mujer de 55 aos fue diagnosticada concncer de mama en el lado izquierdo. Se le practic una ciru-

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    ga para extraer el tumor y despus recibi radioterapia. En1996, se le encontr cncer en la mama derecha y se le realizuna mastectoma y de nuevo recibi radioterapia. En agostode 2002 se le encontr metstasis en huesos, piel y en lasglndulas linfticas. Se le dio tratamiento hormonal paliati-vo y quimioterapia. Se descart la posibilidad de recupera-cin. Al aumentar el dolor, se le administr morfina por vaintravenosa, lo cual redujo el sntoma de manera razonable.La paciente sufra debido a su deterioro fsico y a su depen-dencia y se esperaba que su condicin empeorara. Ya no ex-perimentaba ningn placer y su vida haba perdido sentido.Su sufrimiento fsico y mental le resultaba insoportable. Sehaban agotado las posibilidades para aliviarlo y se encon-traba agotada.

    En enero de 2004 su mdico consideraba que la pacientemorira en unas semanas. La mujer solicit la eutanasia, repi-ti su pedido en diferentes ocasiones y firm una directiva deeutanasia. El esposo, la madre y los hijos de la paciente res-petaban su deseo.

    Segn el mdico que se consult para que diera la segun-da opinin, aunque la morfina calmaba el dolor de la pacien-te, sta encontraba intolerable su situacin. Padeca nusea yvomitaba con frecuencia. Apenas poda dar sorbos de agua yen la noche tena alucinaciones, pero no toleraba el medica-mento para controlarlas. La paciente era consciente de que suhgado haba crecido en proporciones inmensas. Tambin deque era completamente dependiente de otros. Al hablar conella, el mdico la encontr muy dbil, pero lcida. De acuer-do a su valoracin, consider que se cumplan todos los re-quisitos para aplicar la eutanasia.

    El mdico responsable inyect los medicamentos letalesy la paciente muri en su cama, acompaada por su familia.

    Hasta aqu un relato, lo ms objetivo posible, de una ex-periencia que implica un gran sufrimiento subjetivo y en laque se aprecia cmo se mezcla el padecimiento fsico y psi-colgico.

    Cmo se justifica la eutanasia

    La eutanasia se justifica, en primer lugar, como una ac-cin que reconoce el derecho de un enfermo a decidir cundoy cmo morir en caso de padecer una enfermedad o una con-dicin mdica que le represente un sufrimiento intolerablesin posibilidad de mejora. Esto significa que se respeta suautonoma para tomar decisiones sobre su vida (incluyendosu final) porque el enfermo es el dueo de ella. Por supuesto,no todas las personas piensan as y quienes consideran quesu vida no les pertenece al grado de poder decidir su muerte,porque eso le corresponde a Dios o por otra razn, merecen elmismo respeto. Lo importante es que nadie pretenda imponer

    a otros sus propias creencias ni quiera impedir a otros queacten de acuerdo a sus principios.

    En segundo lugar, la eutanasia se justifica como una ac-cin, en el contexto de la atencin mdica, cuando se hanagotado las alternativas para curar o aliviar a un enfermo. Unpaciente que se encuentra en tales condiciones y reflexionasobre su situacin puede llegar a la conclusin de que lomejor para l es adelantar su muerte y pedir ayuda a su mdi-co porque quiere que sta sea lo mejor posible. Qu puedecontribuir a tener una muerte as? Estar acompaado al morir,tener un final que no signifique un sufrimiento adicional,tener la seguridad de que se puede poner un lmite a lo into-lerable cuando se decida y, saber que la muerte ser seguracuando se elija el momento. En algunas ocasiones, un enfer-mo pide que le ayuden a morir simplemente porque est fsi-camente incapacitado para quitarse la vida por s mismo.4

    La cooperacin del mdico se entiende como un acto desolidaridad hacia el paciente. Los mdicos que estn dis-puestos a aplicar la eutanasia lo hacen porque consideranque es la ltima forma en que pueden cumplir con su deber deponer fin al sufrimiento del paciente. Pero adems, se entien-de que sus creencias y valores no les impiden realizar unaaccin que, en circunstancias excepcionales, tiene la inten-cin de causar la muerte de otra persona.

    Ahora bien, si la eutanasia se entiende como una accinconcertada entre un paciente y un mdico, como un acuerdoque se basa en el respeto a la autonoma del paciente y en lasolidaridad del mdico, hay que preguntarse cul es la mejorforma de realizar esta prctica en una sociedad determinada.De manera clandestina o con el respaldo del Estado? Esdecir, si se reconoce que la eutanasia es una accin ticamen-te aceptable, se justifica que los mdicos que la realicen searriesguen a ser perseguidos como criminales o que los pa-cientes que la pidan no cuenten con un mdico dispuesto adarles la nica ayuda que quieren recibir?

    Estos son algunos elementos para una discusin que estpendiente en nuestro pas y para la cual no hay que olvidar elvalor que queremos dar a la libertad en nuestra sociedad.

    Referencias

    1. lvarez del Ro A. Prctica y tica de la eutanasia. Mxico,D. F.: Fondo de Cultura Econmica, 2005.

    2. Tulloch G. Euthanasia-Choice and Death. Edinburg: EdinburgUniversity Press, 2005: 95-113.

    3. 2004 Annual Report. Facilitado por Ms Els Suur, Secretaria delComit Regional (Limburg y Noord-Brabant) y Ms Nicole Vi-se, Secretaria del Comit Regional (Overijssel, Gelderland,Utrecht y Flevoland) en entrevista realizada el 12 de abril de2006. En la pgina www.toetsingscommissieseuthanasie.nl sepuede consultar este reporte en holands.

    4. Torbjrn TK. Moral dimensions. BMJ 2005; 331: 689-691.