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Amando a un duque (HQÑ) (Spanish Edition) · ... , en la de un noble. Antes de cumplir los ocho años ya cuidaba de algunos de los niños ... hurtadillas de su habitación por las

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EditadoporHarlequinIbérica.UnadivisióndeHarperCollinsIbérica,S.A.NúñezdeBalboa,5628001Madrid

©2016MaríaGarcíaPeche©2016HarlequinIbérica,unadivisióndeHarperCollinsIbérica,S.A.Amandoaunduque,n.º 110-febrero2016

Todoslosderechosestánreservadosincluidoslosdereproducción,totaloparcial.EstaediciónhasidopublicadaconautorizacióndeHarlequinBooksS.A.Estaesunaobradeficción.Nombres,caracteres,lugares,ysituacionessonproductodelaimaginacióndelautorosonutilizadosficticiamente,ycualquierparecidoconpersonas,vivasomuertas,establecimientosdenegocios(comerciales),hechososituacionessonpuracoincidencia.®Harlequin,HQÑylogotipoHarlequinsonmarcasregistradaspropiedaddeHarlequinEnterprisesLimited.®y™sonmarcasregistradasporHarlequinEnterprisesLimitedysusfiliales,utilizadasconlicencia.Lasmarcasquelleven®estánregistradasenlaOficinaEspañoladePatentesyMarcasyenotrospaíses.

ImágenesdecubiertautilizadasconpermisodeDreamstime.com.

I.S.B.N.:978-84-687-7823-5

Conversiónebook:MTColor&Diseño,S.L.

Índice

PortadillaCréditosÍndicePrólogoCapítulo1Capítulo2Capítulo3Capítulo4Capítulo5Capítulo6Capítulo7Capítulo8Capítulo9Capítulo10Capítulo11Capítulo12EpílogoReseñafamiliarNotasSitehagustadoestelibro…

Prólogo

AmeliaMcbethdecíadesímismaque,asusdiecinueveañosreciéncumplidos,habíavividodos

vidas.Nacidasinnombre,sinfamilia,sinnadiequelareclamase.Habíasidodescubiertadentrodeuna

canastilla, siendo un bebé, en la puerta de la rectoría de la iglesia de un pequeño pueblecitoirlandés.Sinnadaquepermitiese saberquién era la pequeñade enormesojososcuros, sinningunanotaninadaquellevaseaidentificaralacriaturaniasuspadres,elvicariosevioobligadoadejarlaen el orfanato de Saint Joseph, en manos de las hermanas que recogían y cuidaban a cuantoshuérfanos y neófitos de padres desconocidos o abandonados llegaban a sus manos. Amelia,bautizadaporlashermanascomoAmeliaSmith,apellidoquesolíandaratodosloshijosdepadresdesconocidos,creciórodeadadeniñosyniñassinrecursos,agradecidosdeteneruntechosobresuscabezasyunpocodepanquellevarsealaboca.Creciósabiendoque,comohuérfanasinrecursos,sudestino,comoasílerecordabanconstantementelashermanasdeSaintJoseph,seríaeldeservircomocriadaenlacasadealgunafamiliaacomodaday,sieraafortunada,enladeunnoble.Antesde cumplir los ocho años ya cuidaba de algunos de los niños del orfanato.Habiéndose reveladocomo una niña paciente, responsable y callada, las hermanas delegaban en ella muchas de lasfuncionesdecustodiadesuscompañerosdeorfanato.Desdepequeñalegustabaleercuantoslibroscaían en sus manos, lo que venía a significar cualquiera que se donase al orfanato, y ello fueaprovechadoporlashermanas,quesolíanencargarlelatareadeenseñaraleeralosmásjóvenesodeacompañaraalgunasancianasdelpuebloparaleerlesy,aunqueesteerauntrabajo,enocasiones,aburridoymonótono,lepermitíasalirdelosmurosdelorfanatoalmenosdosdíasalasemana.

A los catorce años un hecho cambió la vida de Amelia para siempre. La señorita JuliannaMcbeth,hijadeunodelosarrendatariosdelcondedeWorken,quesolíaacudiradarclasesalosmás pequeños y les llevaba dulces y pasteles y que incluso solía cuidar a algunos de los niñoscuando se ponían enfermos, solicitó a las hermanas de Saint Joseph llevarse a vivir con ella aAmelia comodamitade compañía.Amelia se sentía realmente emocionada.Podríavivir lejosdelorfanatoyaunqueecharíademenosamuchosdelosniñosque,hastaentonces,habíansidolomásparecidoaunafamiliaparaella,estabadeseosadepodervivirenalgúnlugarlejosdelasestrictasnormasimpuestasporlashermanasdelconvento

Ameliasiemprehabíasentidogransimpatíaporesamuchachadeenormesojosmiel,decaráctertímido y de sonrisa sincera que era capaz de dedicar, sin esperar nada a cambio, su tiempo, suesfuerzoysuilusiónaniñosdeorigenhumildey,enmuchoscasos,comoconstantementelesdecíanmuchos de los vecinos de la zona, de “origen vergonzante”. Siempre les dedicaba palabrasamables,gestosdecariñoycomprensiónatodosellos.Jamáslostratabacondesprecioodesdén,comoalgunasdelasdamasoseñorasdelpuebloqueacudíanunaodosvecesalañoa“hacersuobradecaridad”.No,laseñoritaJuliannasiemprefuebuena,generosaycariñosacontodosynuncatuvounmalgesto,unamalapalabraniunreprochehacianingunode losniños,yesoquealgunoseran verdaderos trastos. Por el contrario, se reía con ellos, bromeaba con ellos, era paciente,sensibley cariñosa.Por ello, cuando lemandaron llamaraldespachode lamadre superioray leinformarondequeviviríaconella,tuvoquecontenerseenextremoparanoponerseadarsaltosdealegríaygritosdeentusiasmo.

Lashermanas lehabíandichoque iríaencalidaddecriadapero,desdeelprimermomento, laseñorita Julianna ledejóclaroqueellanoera sucriada, sinosudamadecompañíay,alpocode

vivirjuntas,latratabaconelcariñoyelrespetodeunahermanamayor.Traselfallecimientodesupadre,Juliannasemarchóaviviraunapequeñacasitasituadaenlos

límitesdelbosquepertenecientealosterrenosdelcondedeWorkengraciasalaasignaciónquesupadreledejóenherencia.Lacasitafuearregladaporlasdosparaconvertirlaenunhogar.Ameliasiempretuvomuybuenamanoparalasplantasylasfloresyagradecióaloscielosquelapequeñacasitatuviera,eneljardíntrasero,unpequeñohuerto,yaqueesolepermitiódedicarmuchotiempoalmismoypermaneceralairelibre,cosaquejamáshabíapodidohacerenelorfanato.Juliannalepermitíaconducirseconlibertadeinclusolainstabayfomentabaalgunasdesusinquietudescomolalecturaolajardinería.

Estuvieronviviendoensu“casitadecuentodehadas”apenasunosmeses,yaqueunincidenteenlamansióndelcondeenlaFiestadelaCosechahizoqueJuliannaquisieraabandonardeinmediatoel pueblo, el condadoy la vida que conocía, yéndose a vivir aLondres conuna tía, la hermanapequeñadesupadre,a laquenoconocíaenpersonaperoa laque le teníaunenormecariño trashabermantenidoconellaunarelaciónepistolarduranteaños.

ParasorpresadeAmelia,antesdepartiraLondresJuliannalepreguntósiqueríaacompañarlay,ya fueseporquepara entonces leprofesabaverdadero cariño,ya fueseporqueera laprimeravezquesehabíasentido libreparadecidiryexpresarsuvoluntadsobresufuturo,nodudóenaceptarmarcharconella.ApartirdeesemomentoJuliannadijoqueseríanhermanas,yasílofueron.

YesaquídondeempiezaavislumbrarseelcambiodeAmeliaSmithaAmeliaMcbeth.BlancheMcbeth,viudadelseñorRonaldBrindfet,recogióasusobrinaJuliannayasupequeña

acompañanteenelpuertodeLondresa lospocosdíasdeabandonar juntaselcondadoque,hastaentonces,eraelúnicomundoqueambasjóveneshabíanconocido.

Desdeeseinstante,Ameliaconocióloqueeraunafamilia,unapequeñafamiliaformadaportresmujeresperounafamiliaalfin.Sufamilia.Enesemomentotrascendenteensuvida,Ameliapasóaser lapupilay,unaspocassemanasdespués,con todoel trámite legalconcluido, lasobrinade laseñoraviudadeBrindfet,tíaBlanche.HabíanacidoAmeliaMcbeth,hermanadeJuliannaysobrinadeBlancheMcbeth.

Tía Blanche no era una mujer común, de hecho, era todo lo opuesto a una persona común.Nacidaenelsenodeunafamiliahumilde,alaedadde20añosconocióaunricocomerciantequehabíaenviudadounosañosantesdesuprimeraesposa,RonaldBrindfet.Deinmediato,eldecidido,inteligente y trabajador Ronald quedó prendado de la joven de ojos color miel, una joven detemperamento y carácter resuelto, alegre y amable con la que, en apenas tres meses, se habíacasadoymarchadoaLondresdesdedondeelseñorBrindfetdirigíalamayorpartedesusnegocios.Pocos años después, la pareja, convertida ya en una de las grandes fortunas comerciales deInglaterra, tuvo un hijo que falleció antes de cumplir los tres años a causa de una enfermedadpulmonar.Trasmuchosañosde felizmatrimonio, apesardenohaber tenidomáshijos, fallecióelseñor Brindfet, dejando un hondo pesar en su viuda y una enorme fortuna que ella gestionabahonrandolamemoriayelnombredesuqueridomarido.

TíaBlancheprofesabaverdaderocariñopor su sobrina Julianna,queera laviva imagende sumásqueridohermanoydeellamisma.DesdeeldíaenquetíaysobrinacomenzaronavivirjuntasenLondres,seinicióentreellasunarelaciónmáspropiademadreehijaquedetíaysobrina.

Ameliaprontodisfrutódelmismocariñoydelamismarelación,formándose,casideinmediato,unvínculonaturalentreellasquenoseromperíanunca.

TíaBlanche acogióbajo su ala a ambas jóvenes, quepasarondegolpe avivir enuna enormemansiónenMayfair,elmejorbarriodeLondres,rodeadasdelacayos,doncellas,sirvientesytodotipode lujos.Las llevóa lamejormodistadeLondres,madameCoquette,que lesconfeccionóunguardarropaqueseconvertiríaenpocotiempoenlaenvidiadetodaslasdamasdelaclasealtadelaciudad.Comprabanen lasmejores tiendasy talleres,viajabanen losmejorescoches, tenían lasmejorescosas.ContratóunpreceptorparaAmeliayunmaestrodebaileparaambas.

Teníanunanuevavida.Conlosreciéncumplidosquinceaños,AmeliaSmith,huérfana,depadres

desconocidos y carente de todo recurso, dio paso, de la noche a la mañana, a la joven damitaAmeliaMcbeth,sobrinadeBlancheMcbeth,viudadeBrindfet,hermanadeJuliannaMcbethyunadelasdosherederasdeunadelasmayoresfortunasdeInglaterra.

Algunassemanasdespuésdesu llegadaaLondres, JuliannaconfesaríaaAmelia laverdaderarazón por la que semarcharon a vivir con su tía de unmodo tan repentino.Cuando era pequeña,Julianna solo recibió cariñode supadre, al que adoraba.Tras lamuertede sumadre a lospocosmesesdedaraluzaJulianna,sustreshermanosmayoreslatratabantanmalcomoleseraposible,detalmodoque,alfallecersupadre,fueconscientedequenoteníamásfamiliaquesutíaBlanche.Peroantesdeesapartidayahabíaocurridoalgo,unsucesoque,alapostre,determinaríalavidadeJulianna y, con ella, la de la propia Amelia. A la edad de 10 años, Julianna, que solía salir ahurtadillasdesuhabitaciónpor lasnochesparaver lasestrellas, salvó lavidadelhijomenordelcondedeWorken,CliffdeWorken,cuando,alencontrarloenelbosquegravementeheridoporlacaída de su caballo, lo asistió y después recorrió todo el bosque hasta lamansión para avisar alconde y llevarlo hasta él. Aunque nunca esperó agradecimiento por ese hecho, Julianna se vioseriamentecomprometidaañosmástarde,cuandoelcondeylacondesaintentaronsaldarladeudaqueelloscreíantenerconlajovenquelesdevolvióasuhijo,buscándoleunmaridoadecuadoenlaFiesta de la Cosecha, que se celebraba todos los años en la mansión. Sin embargo, tras variosmalentendidos, uno de los invitados intentó sobrepasarse con Julianna, pero esta se defendió y, sibiensoloresultóunpocomagulladaenelproceso,quisoalejarsetodoloposibledelcondadoydetodos sus habitantes. Sin embargo, para entonces, Julianna ya estaba perdidamente enamorada delordCliffdeWorken,convertidotrasesosañosenunodelosmejoresmarinosdelanación,conunagran fortuna amasada en sus muchos viajes y nombrado flamante vizconde de Plamisthow, enrecompensaporlosserviciosprestadoscomocomandantedelaMarinaReal.

Mesesmás tardede la salidadel condado, JuliannaMcbeth se convirtió en la feliz esposadelordCliffdeWorken,enladyPlamisthowyenlafelizmadredeunosgemelosdelosqueAmeliaseríaunaorgullosamadrina.Peroestoesadelantarlahistoria.

Capítulo1

—SShh, calma bonita, calma.Ya sé que te he hecho corrermucho estamañana pero ahora te

dejarédescansarunpocoantesdevolver.AmeliadiounpardepalmadasyleacariciólacabezaaGranada,labonitayeguaárabeblancay

gris que casi cuatro años antes le había regalado su tía Blanche. La dejó trotar un poco paracalmarla y, tras unosminutos, se bajó de lamontura y ató las riendas en unode los árboles quequedaban a su espalda. Recogió la trasera de su elegante vestido de montar y anduvodistraídamenteporelcaminoquellevabaalasruinasdelviejotorreón.Solíairallícuandovisitabanalcondeyasufamiliaparapensar,leerosolamenteparaalejarse.

Caminódespaciofijándoseenlasfloresdeinviernoquecomenzabanabrotar,aúnquedabantresmesesparaNavidad,peroyaempezabanaapareceralgunosbrotes.Suspiróycontemplólabellezadelpaisajeirlandésquelarodeaba.Volvióasuspiraryseadentróenlasruinas.

—Llegamañana.—Suspiró—.Regresamañana.Por su mente comenzaron a desfilar algunas de las imágenes, algunos de los recuerdos y

momentosvividosconél.Lord Maximiliam Rochester, futuro duque de Frenton, era para Amelia el hombre perfecto.

Ningunopodía compararse conél.Era extremadamenteguapo,deporte aristocrático, espesopelonegroyojosgrisazuladotanprofundoseintensoscomoelcielodeinvierno.LaprimeravezqueloviofueencasadetíaBlanche,enLondres,cuandoellaysuhermanaJuliannallevabanpocomásdecuatromesesviviendoallí.

ElpadredeMax,elactualduquedeFrenton,eraunreconocidomarinoyunodelosveteranosmás admirados de la Marina Real. De hecho, exigía que le llamasen almirante y no duque,excelenciaoseñoríacomocorrespondíaasurango,sinosoloalmiranteoalmiranteRochester,yaquesesentíaorgullosodesucarrerademarinoysatisfechoporloslogrosconseguidoscomotal.Teníaunahija,ladyEugene,tresañosmayorqueAmelia.Eugeneeraunajovendulce,amableyconunabellezaclásicaqueledabaunaireetéreoycasicelestial.ElalmirantehabíasidounviejoamigodetíaBlancheydesudifuntomaridopormuchosañosyseprofesabanverdaderorespetoycariño,y desde que la dos sobrinas de su vieja amiga llegaran a Londres, las acogió con verdaderoentusiasmoejerciendo,alpocotiempo,defigurapaternadeambas,mientrasqueEugene,JuliannayAmeliaseconvirtieronenhermanasporelecciónyvoluntaddetodasellas.

ElalmirantequeríaaEugenemásqueasupropiavida,apesardesabercontodacertezaquenoerahijasuya,sinodesufallecidaesposayalgunodelosmuchosamantesqueestatuvomientraselduqueestabaenaltamar.Pero,atodoslosefectos,Eugeneerahijadelalmirante,yaydeaquelqueosasenegarloodiscutirlo.Noobstante,sibienEugenefueacogidaporsupadreyporsuhermanoMaximiliam con verdadero cariño desde su nacimiento, no así por sus pares, entre los que losrumores, chismes y medias verdades eran el principal medio de entretenimiento. De este modo,durantetodasuinfancia,Eugeneseviosometidaamurmuraciones,ainsultoscasisiempreveladosyenotrasocasionesnotanvelados,detodaslasdamitasydamasquelerodeabanyauncuandosupadreysuhermanoladefendieronyprotegierondetodos,elserobjetoconstantedemurmuracionesporsunacimiento,acabóconvirtiendoaEugeneenunajovenreservada,calladaycontendenciaalasoledad.

Fue a losdieciocho años, el añode suprimera temporada social, en la que sería presentada eintroducidacomocorrespondíaalasdamasdesurangoenlossalones,fiestasygrandeseventosde

laaristocracia,cuandoEugeneencontróenAmeliayenJuliannaaunasverdaderasamigas,aunashermanas. Su carácter introvertido y reservado dio paso a unomás abierto y demayor aplomo yconsiguiólasuficienteconfianzaparaenfrentarlasmurmuraciones,lossilenciosylasmalaspalabrasdesualrededor,confuerza,carácter,conlacabezabienaltay,sobretodo,conelapoyoyelcariñodesusnuevas“hermanas”,AmeliayJulianna.

Porsuparte,suhermanoMaxhabíaseguidolospasosdesupadreenlaMarinaRealyjuntoaCliffdeWorken,sumejoramigo,inició,trassalirdeOxford,lacarrerademarinologrando,aligualqueCliff,ascenderabasedeesfuerzo,tesónyalgodeespíritutemerario.Alosveintiochoaños,eracapitándeunadelasprincipalesnavesdelaMarinayunodelosmásrespetadoscapitanesenactivode la Armada Real. El año del debut en sociedad de su hermana pequeña, Eugene, a la queadoraba,regresóparaayudarlayprotegerlaantelaaristocracia.Peroalregresaracasa,descubrióque su tímida hermana pequeña era, ahora, una joven más resuelta y alegre y que su padre, elalmirante,erael“cabezadefamilia”deungrupodeadorablesyentrañablesmujeresquesehabíanconvertidoenlomásparecidoaunafamiliaquejamáshabíantenidolosRochester.

ParaMax,JuliannayAmeliapasaronasersushermanasyAmelia,enconcreto,era,asusojos,la hermanita pequeña de su nueva familia, adoptando, de inmediato, el papel de hermano mayorprotector.

Ameliarecordó,mientrasseguíarecorriendolasruinas,laprimeravezquevioaMax,eseprimerencuentroquecambiaríaelmundoa susojos.Tenía soloquinceañosyerauna jovencitaamediocaminodeserunamujer.Consubonitoydensocabellonegroqueseondulabadándoleunaspectoligeroyjuvenil,consupielblanca,susrasgossuavesaniñadosaúnysubonitasonrisa,eralavivaimagen de la inocencia. Sin embargo, lo que más destacaba en su rostro eran los enormes yredondosojosnegrostanprofundosyalaveztanlimpiosqueeraimposiblenomirarlosfijamente.Juliannadecíaconfrecuenciaqueenvidiabasurostroporqueeradeuncolorperlado,clarocomoelmáspuromarfilysusojoseran,decíaentrerisas,lasombradelaluna,oscuroscomolanocheperoconelbrillodelalunallena.Estosiemprelahacíareírpero,sobretodo,lahacíasentirbonita,yaqueenaquellaépocaseconsiderabanbellezaslasmujeresdepelorubiocasiblanco,deojosazulesypielmuyblanca,másdelestilodeEugene.ClaroqueJuliannaeraconsideradaunaextraordinariabellezayteníaelpelocastañoylosojoscolormiel.

Aquellatarde,AmeliayEugenefueronllamadasalsalóndelucesdelamansióndetíaBlancheporFurnish,elmayordomo,paraquelasjóvenessereunieranconsutíayelalmiranteatomarelté.Habíanpasadolashorasposterioresalalmuerzoeneljardínplantandonuevasespeciesdeplantasyalgunasfloresexóticasquehabíancompradoenelmercadodefloreseldíaanterioryque,apesarde las quejas de Porter, el jardinero jefe, estaban quedando realmente bonitas en el jardín de lamansión.

Fueron a asearse y tras depositar las flores recién cortadas en un cesto para entregárselo a ladoncellayque lascolocaseen lashabitacionesde lasdamasde lacasa,entraron resueltasenelsalóndeluces.

Max acababa de regresar de pasar meses en el mar. Esperaba encontrarse en Hortfold, lamansiónenLondresdelduque,consupadreysuhermana,peroparasuasombrofueinformadoporel mayordomo ducal que, como todos los días, el duque y lady Eugene se encontraban en lamansiónBrindfetacompañandoalaviudaBrindfetyasusdossobrinasrecientementellegadasdelcampo.Trasalmorzarsolo,parasudesesperación,nopudomásysepresentóen lamansiónde laviejaamigadesupadredeseandoreencontrarseconsufamilia.Supadreestabarelajado,contentoyrisueñocomouncolegial.

—¡Bienvenidoacasa,hijo!Ahoranospondremosaldíayencuantoatuhermana,ahílatienes,conAmelialuchandoconlanaturaleza.—Hizoungestoseñalandoalosventanales.

Max observó a su hermana relajada junto a unamuchacha con cara de niña de unos quince odieciséisañosqueparecíamásunaseñoritalondinensequeunagranjeradevisitaenlagranciudad.SedetuvounmomentoobservandolaescenaycomprobóloradiantequeestabaEugene,riendoe

intercambiando bromas con su joven amiga, mientras un caballero, con aspecto de maestro deescuela francés, y otro que debía ser uno de los jardineros, parecían reprenderlas a ambas.Maxempezóasonreírmientrasseacercabalentamentealventanal.

—Umm,estápreciosa,padre.Apartirdeahora tendréque irarmadoparaespantara todos lospretendientesqueseleacerquen.

Segiróconunaampliasonrisaymiródenuevoasupadre,queempezóareírsealigualquetíaBlanche.

—Sí, hazlo, hazlo, pero, por favor, asegúrate de no manchar las alfombras de Hortford.Recuerdaqueformanpartedelpatrimoniofamiliar—respondióelalmiranteentrerisas.

TíaBlancheyahabíatiradodelcordónparaavisaraFurnish,yalpresentarseesteenelumbraldijo:

—Porfavor,avisealadyEugeneyAmeliaparaqueentrenatomarelté,peroqueantesseaseenun poco, ya que vemos tienen tierra hasta en los sombreros. —Señaló mirándolas de refilón yhaciendoelgestopropiodelasmadresantelastravesurasdesushijos—.AvisetambiénamisobrinaJuliannadequelaesperamosparaeltéyquenoslosirvanaquí,gracias.

Max, durante unosminutos, intercambió con su padre algunos gestos y palabras propias de unrecuentro padre e hijo antes de pasar a preguntar con verdadera curiosidad a su anfitriona por sushuéspedes:

—SeñoraBrindfet,norecordabahabertenidoelplacerdeconoceraningunasobrinasuya.Tía Blanche, que sabía que no hay nada peor para un joven soltero que no poder conocer a

fondoatodasolteraapetecibledelazona,pensóqueesepobremuchachonosabíadóndesehabíametidosinsaberloy,conunasonrisapropiadelamáshábilestrategaymirandodereojoasuviejoamigo,contestó:

—QueridoMax, te conozco demasiado bien para que nome tutees y la edad que dista entrenosotrosnollevaríaamalasinterpretacionesencuantoalacordialidadofamiliaridadentreambosasíque,porfavor,llámameBlanche.

Max soltó una carcajada y empezó a recordar mentalmente lo mucho que le gustaba lacompañíadeesaexcéntricamujerque, apesardenopertenecer a lanobleza, cuandoeraunniñoque no levantaba nimediometro del suelo, le trataba como a un simple niño llamándoleMax apesarderecibireltratodelordportodaslaspersonasajenasasureducidonúcleofamiliar,esdecirsupadreysuhermana,yesosiemprelogróhacerlasentircercana,cordial.

—Enrealidad,solo tengounasobrina, laseñoritaMcbeth,Julianna,hijademihermanoTimón,quefallecióhaceunosmeses,loquehaauspiciadoquepuedacontardemanerapermanenteconsucompañía,loquesinduda,comprenderás,estodaunabendición.

Enesemomentoarqueóunpocolaceja,puessabíaqueacababadeaguijonearlacuriosidadyelinterésdeMaxdemanerairremediable.

—Cuánto lamento el fallecimiento de su hermano. ¿Y su madre?— preguntó ya del todoaguijoneado.

—Lamadre de Juliannamurió pocosmeses después de nacer ella, por lo que es huérfana depadre y madre. Pero, también, tengo la fortuna de poder contar con la compañía de mi pupila,AmeliaMcbeth,queescomounahermanaparaJuliannay,porlotanto,comounasobrinamásparamí, bueno, dentro deunos días lo será oficialmente—sonrió—,yaquepasará a sermi sobrina atodoslosefectoslegales.

JustoenesemomentoentraronAmeliayEugeneque,encuantovioaMax,selanzócorriendoaéldejandoqueestelaabrazaseconternuraycariñodespuésdetantosmesesalejados.

—¡Max!¿Cuándohasvuelto?Teesperábamosmañana.¡Quéguapoestás!Esperoquemehayastraídomuchosregalosdespuésdetenermetanabandonadaestosmeses.

Maxnoparabade reír observandoa suhermana, a laquenohabíavisto tan relajada, felizydicharacheradelantedeotraspersonasquenofuesenélosupadreysolocuandoestabansolos,entodasuvida.

—Bueno, bueno, a ver, déjameque te vea.Umm…no, no, tú no eresmihermana.No, no,mihermanaeraunamocosaflacuchay…—Hizoademanesdegalánysonriendoyentrecerrandolosojos—.No,no,estabellezaquetengodelantedemínopuedesermihermana.—Miróenbromaasupadre—.Padre,¿quéhahecho?¿Lahacambiadoporlahijadelosvecinos?

Eugene soltaba un bufido de falso enfado y le daba un codazo, se ruborizaba por el piropodesenfadadodesuhermano.

—Esolodicesporqueeresmihermano,tuopiniónnocuenta.—Queridahermana—dijosujetándoleelmentón—.Enesoestástotalmenteerrada.Hasdesaber

quemiopinióneslaúnicaqueatihadeimportarte.¿Quiéntevaaquerermásqueyo?Ellasonrióyloabrazódespuésdedarleunbesoenlamejilladiciendo:—Eresunbobo,realmenteereselbribónquedicetíaBlanche.MaxmiródivertidoporencimadelacabezadeEugenealatíaBlanche,quehizoungestocon

loshombrosylesonriócondescarolimitándoseadecir:—Prerrogativasdelaedad,querido.Tengoopinionesirrebatiblessobretodoysobretodos.Max se rio mientras asentía con un leve gesto de cabeza. Eugene se apartó de él y cogió a

Ameliadelamanoparaacercarlaasuhermano.—Max,permite tepresentea laseñoritaAmeliaMcbeth.Es lapupilade tíaBlancheymimuy

queridaamiga,asíquenolepongasojitosdedonJuan,quenosemerecequelepartaselcorazón.Ameliahizounareverenciayunsaludodecabezaperfecto,esopensó tíaBlanche,mirándolo,

sinembargo,totalmenteruborizada,ycontestóconunsimplesusurro:—Milord.Maxhizouna reverenciaycogiendo levementesumanoyapoyando los labiosen lapuntade

losdedosañadió:—SeñoritaMcbeth,estodounhonor,ypermítameestimarlaenlamismamedidaquemihermana

apartirdehoy.MirócomotodounseductoraAmeliaconsiguiendo,comoseproponía,quesepusierarojacomo

untomate.Desdeluegonosepodíaresistiraembelesaraunajovencitahermosaaunquesolofueseparanoperderlapráctica,yesta,desdeluego,erahermosayenpocosañosseconvertiríaentodaunabelleza,pensabaélmirándoladesoslayo.

—¡Max!Dejaenpazaminiñasinoquieresquepidaquetraiganalosperros,quecreohoynohancomido.

TíaBlanchelomirabadivertidayelalmirantesereíaescandalosamentepordetrásmientrasseintercambiabansospechosasmiradasconsuamiga.

CasienesemomentoMaxpasóaserelhermanomayor,protectorycuidadosodeAmelia,peroenelinteriordelajovennacióunsentimientoquefuecreciendoycreciendo,másymásalolargodelosmáscuatroañostranscurridosdesdeentonces.

Pocas semanas después de ese encuentro, Julianna se casó con lordCliff deWorken.Ambosestabanprofundamenteenamoradosytodospensabanqueeranlaparejaperfecta.Juliannaviajóconsu marido por medio mundo. Navegaba con él pero regresaban para estar con la familia en lasfiestasnavideñasyenelverano.Habíantenidogemelos,unniñoyunaniñadebonitosojosverdesycabellos castaños,MaximiliamyAmelia, llamados así en honor a sus padrinos y, en el presente,Juliannaacababadedaraluzaunaniñadeojoscolormielyunsedosopeloonduladocastañomuyclaro, igualesa losdesumadre, llamadaAnnaBlanche.Ameliaadorabaa sus sobrinitosy,cadavezquesuspadresregresabanacasa,pasabatodoeltiempoqueleeraposibleconellos.

Eugene,despuésde esaprimera temporada, en laque fue consideradaunade lasbellezasdelaño, tuvounasegundaalañosiguiente,comprometiéndosecon lordJonasWellintong,el segundohijodeunmarqués,alqueconocieronelañoanteriorydelqueseenamorócaside inmediato.Alhabersidodestinadoalextranjerojuntoconelrestodesuregimientodecaballería,losenamoradostuvieronque retrasar el enlace.El inesperado fallecimientodelhermanomayoryde la esposadeeste en un crucero por elMediterráneo, no solo propició su vuelta antes de lo esperado, ya que

debía asumir su nuevo papel de marqués de Furllintong y las responsabilidades del título sino,además,laposibilidaddecelebrarelenlaceconsuqueridaEugeneesemismoaño.Dehecho,ibaacelebrarsedentrodepocosdías, allímismo, en la capillade lamansióndeWorken,porpeticiónexpresa de Eugene que, en esos últimos años, al igual que Amelia y gracias al matrimonio deJuliannaconCliff,considerabaalcondeyasufamiliacomopartedelasuya.

Amelia sacudió la cabeza. Tantos recuerdos, tantos cambios…Cuatro años antes salió de esemismocondadocomounahuérfana,sindinero,sinfamiliayconunfuturoinciertoy,ahora,eraunaricaherederaqueacababade serpresentadaante la florynatade la sociedad londinense.Era lacuñada del vizconde de Plamisthow, hijo del poderoso conde de Worken. Su mejor amiga, suhermanaenrealidad,eralahijadelduquedeFrenton,unodelostítulosmásantiguosyenvidiadosdeInglaterra,queseibaaconvertirenpocosdíasenmarquesadeFurllintong.Nopudoevitarreírsesolarecorriendoesasruinasypensandoensuextrañaycortavida.

Enesoscuatroaños,habíatenidopreceptores,profesoresdebaileymúsica,aunqueestoúltimofuedescartadocaside inmediatoaldemostrarescasasdotesmusicales.Viajabacomosolopuedenpermitírselo las personas más adineradas. Residía en grandes mansiones, rodeada siempre dedoncellas y servidumbre que estaban pendientes de cuanto quería. La vestía lamejormodista deLondres, madame Coquette, y compraba en las mejores tiendas, sin mencionar que, además, serelacionabaconalgunasdelasmejoresfamiliasdelaaristocraciaydeladiplomaciadeInglaterra.

Sin embargo, nunca olvidó sus orígenes, al igual que Julianna, y comprendía que teníademasiado que agradecer. Por ello, en el primer año de su estancia en Londres, colaboró dandoclases en una de las escuelas de los suburbios de Londres, enseñando a niños pobres a leer y aescribir. Pero después, su actividad se hizo más constante. Acudía dos veces por semana a laconsulta de uno de los doctores que prestaba asistencia a la gente sin recursos, lord Wellis,ayudándole gracias a los muchos conocimientos de plantas y hierbas medicinales que habíaadquiridoesosaños,ydestinóunapartedesudoteydesuasignaciónacrearunorfanatoparaesosniñosyesasfamiliasdetrabajadoressinrecursosdeunadelaszonaspobresdeLondres.

Ese tipo de actividad era considerada tolerable e incluso admisible entre las damas de la altasociedad si se realizaba demanera esporádica y como parte de alguna obra de caridad de algúngrupodedamasoanfitrionasdelaaristocracia,noasícuandosehacíacomounaactividadhabitual,comohacíaAmelia, que lo consideraba su deber y un acto de pura justicia. TíaBlanche no solopermitíaqueAmeliase tomase tanenserioestaactividad,sinoque lacomprendíabieny,poreso,inclusolaanimaba.Siemprefueconscientedequenodebíahablardesupasadocomohuérfana,yaque lasmalas lenguasen laalta sociedaderanmuyafiladaspero,noporello,debía ignorara lagentemenosafortunadaqueella.

Enesosaños,Ameliasehabíaconvertidoentodaunexpertaamazona.Todosconsiderabanqueeraporquelegustabaelcampo,elairelibreylosanimalespero,ensucorazón,Ameliasabíacuálera el verdadero motivo. Max. Él era un excelente jinete pero, lo más importante, él fue quien,cuatroañosatrás, leenseñóamontar.Montabaadiariosobresuyeguafavorita, laprimeraque lecomprósutíayquefueelegidaporelpropioMax,Granada,ylohacíaenlosterrenosdelaRealEscueladeCaballería,dondepodíagaloparycorrerconciertalibertadydonde,añosantes,Maxle enseñó con paciencia y tesón a montar como toda una amazona, segura y elegante. ApenasrecorríaHydeParko los terrenosdeRotternRow,que eran las zonasdepaseohabitualesde laaristocracia en coche de caballos o para montar a caballo, ya que allí no podía galopar sinconvertirse en objeto de murmuraciones o dar pie a un escándalo, por eso seguía teniendo lacostumbredemontaraprimerahorade lamañanapor laescuela,donde,graciasa lord Jonas,elprometido deEugene y antiguo caballero de la escuela, y al almirante, siempre se le permitió elaccesoyelusodelasinstalaciones.

Durante esos años,Maxhabía seguido sirviendo comocapitánde laMarinaReal y regresabapor pequeñas temporadas a casa, pasandogran parte de su tiempo conAmelia y conEugene.Noobstante,siemprelatratabacomounahermanitapequeñaynuncaparecíavermásalládeeso,para

mortificacióndeAmelia.Este año había sido su presentación oficial en sociedad, aun cuando lo habitual era que las

jóvenes hicieran su debut a los dieciocho años, tantoAmelia como tíaBlanche decidieron que lomejor era esperar a tener un añomás para que puliese susmodales y perfeccionase su educación.Había estado catorce años de su vida en un orfanato y se había perdido gran parte de las“enseñanzas”quelasniñasdelaclasealtadebíandominar.

Alolargodeesosmesesdelocurasocial,lahabíanacompañadosutía,elalmirante,Eugeney,en numerosas ocasiones también, el ahora marqués de Furllintong, lord Jonas. El conde y lacondesa de Worken le prestaron abiertamente su apoyo ante la clase alta, así como su hijo yherederolordEthanysuesposaladyAdele.JuliannayCliffadelantaronsuregresoacasanosoloporqueJuliannadeseabatenerasunuevahijaencasayporqueLadyAdele,sucuñada,tambiénibaatenerprontoasuprimerhijo,sinoporqueambosqueríanacompañaraAmeliaensudebutoficial,ensuprimeratemporada.DehechoCliffysuhermanoEthan,dosantiguosyreputadoscalaverasyahora reformadísimos libertinos, convertidos en fieles y devotos maridos de sus dos queridasesposas, habían estado muy pendientes de Amelia, adjudicándose el papel de sobreprotectoreshermanosmayores ahuyentando a todo caballero que la pretendiese y que ellos no considerasenadecuadoolobastantebuenoparaella.AAmelianoleimportóenabsoluto,porqueellolepermitiódisfrutardesuprimeratemporadasinverseacosadadepretendientesansiososdeecharleelguanteala dote que su tía le había constituido o de la fortuna que ella y Julianna heredarían cuandofalleciese. Al menos, Amelia creía que esa era la razón por la que los caballeros intentabancortejarla.Ellanoeraconscientede lohermosaqueera,puescreía firmementequesupeloy susojososcurosnoeran loqueatraíana loshombres,cuando la realidaderabiendistinta.Ameliasehabíareveladocomounamujerdeexuberantefigura,conunabonitaybrillantecabelleratanoscuraque parecía azulada, una piel como el alabastro, una sonrisa abierta y sincera, y lo mejor, esosatrayentesehipnotizadoresojosnegros.

Era inteligente, divertida, de carácter afable y amable con propios y extraños, además, no eranadacaprichosanivana,adiferenciadelainmensamayoríadelasdebutantes.Apreciabalascosassencillasyvalorabaalaspersonasporsusacciones,susideasysuformadeconducirseenlavidayconlosdemás,noporlostítulosolafortunaquetuviesenonotuviesen.Locuallaconvertíaenunaveexóticaentretantadebutantederisillatontayconversaciónvacía,deseosadeecharelguanteauntítuloounafortuna.

SolohubounacosaquenopermitióaAmeliadisfrutarplenamentedesutemporada.LaausenciadeMax.Nohabíaregresadoacasaencasiunaño,sehabíaperdidosudebut,susprimerosbailesenlossalones,susprimerasexperienciascomojovencitareciénpresentadaensociedad,yesoledolía.

Empezabaaanochecer,AmeliamiróalcieloycomenzóacaminarhastadondehabíadejadoaGranada.“Mañanaviene,mañanaloveré”.

Aldíasiguientellegaríanalamansiónelalmirante;ladyAdeleconsucasiesposo,lordJonas,marquésFurllintong;yMax,queacababadepedirlalicenciadelaMarinaRealparaasumir,porfin,susresponsabilidadescomoherederodelducadoyhacersecargodelafortunafamiliar.

Encuanto llegasea lamansión traselpaseo, secambiaríae iríadirectaa lasalitadeestardeJulianna donde, estaba segura, ella y ladyAdele estarían con los recién nacidos. Lamansión deWorkensehabíaconvertidoenpocotiempoenunacasallenadeniñosporque,juntoaMaxyMely,los gemelos de Julianna y Cliff, en pocos meses habían nacido Anna, lady Anna Blanche deWorken, la pequeña de Julianna de apenas unosmeses, y losmellizos de ladyAdele y de lordEthan, cuatro meses mayores, lord Sebastian Julius deWorken, el flamante futuro heredero delcondadoyladyMarianDorotheadeWorken,lalindamellizadelherederoylaniñadelosojosdelorgullosopadre.

Sabía que el conde y sus dos hijos habíanmarchado a primera hora de lamañana a visitar aalgunos arrendatarios y que, probablemente, no regresarían hasta la cena y que tíaBlanche y lacondesa estarían ocupadas eligiendo flores, adornos y los menús para la boda de lady Eugene,

adelantandoasíalgunosdelospreparativosparaquelafeliznovianotuviesequepreocuparsepornada.DemodoqueAmelia,JuliannayAdelepodríancompartirunratodecharlatranquilamientrasjugueteabancon losniños.Locierto eraque, apesardeque JuliannayAdele le llevaban sieteycinco años de edad respectivamente y de que ambas estaban felices en sus papeles de esposas ymadres, Amelia sentía complicidad y comodidad con ellas y no notaba que la experiencia y lasvivenciasdelasdosjóvenesdamassupusieseunabarreraounobstáculoensurelaciónytampocoellas la trataban como una joven ingenua, inocente, sino casi como una igual y, salvo algunosdetallesdelavidademaridoymujerque,obviamente,noconsiderabanconvenientecompartirconunajoveninexperta,porlodemás,latratabancontotalfranquezaynaturalidad.

TrasdejaraGranadaenmanosdejefedelascaballerizas,Ameliasubióalasalitadonde,comohabíasupuesto,estabanlasdamasjugandoconlosniñosmientraslasdosniñeraspermanecíanaunladode la sala vigilando, a unadistancia prudente para nomolestar a las señoras.Tanto JuliannacomoAdeleparecíandisfrutardemasiadodesushijosdemodoque,adiferenciadelasdamasdesurango, ellas pasaban gran parte del día con ellos, procuraban acostarlos y levantarlos y nopermitíanquellevasenunavidaapartadadesuspadres,comoeracostumbreentresuspares.EnelcasodeJulianna,quizásfuesecomprensible,yaquesushijosviajabanconellayconCliff,yenunbarcolosniñospasabancasi todoeldíaconsumadreycasielmismotiempoconsupadre.EnelcasodeladyAdele,sehabíaacostumbradoaltipoderelacióncariñosa,cercana,abiertaynaturalexistenteentrelasmujeresMcbethylosquelesrodeaban,demodoqueyaentendíacomoalgocasinaturalynormalquererpasar tiempocon sushijos,verloscrecery formarpartede su infanciademaneraactiva.

—¡TíaMely! ¡TíaMely!—LapequeñaMely se levantó de un salto del suelo donde estabajugandoconsuhermanoencuantolavioentrarenlasalita—.¿Mehastraídolasflores?Diquesí,diquesí,¿nolashabrásolvidado?—Lapequeñafruncíaelceñoydabapequeñossaltitosansiosa.

Amelia sonrióyesperóaque lapequeñaseparase frenteaella.Encuanto lohizo sacóde suespalda,dondeescondíalamano,elramilletedeflorecillassilvestresquehabíarecogidoparasuahijada.

—¿Tú qué crees?—Le sonrió y enarcó una ceja—. ¿Me consideras capaz de defraudar amilindatocaya?

LapequeñaAmeliadiounpardesaltitosygritosdealegríayextendiólosbrazosparacogersusflores.Mientrasseagachaba,Ameliapreguntósonriendo:

—¿Quémedasacambio?Laniñasepusodepuntillasylediounbesoenlamejilla.—Graciastía,sonmuylindas.¿Meenseñarásahacerlossaquitos?Ameliasonrióy,devolviéndoleelbesoenlamejilla,lecontestó:—Claro.Teprometíenseñarteahacersaquitosparatualmohada,¿verdad?—Lapequeñaasintió

conunadeslumbrantesonrisa—.Puesesoharéy,ahora,veaporunabandejaparadejarlasflores,dejaremosquesesequenunpocoymañanateenseñaréaquitarlostallos.

Laniñaselanzócorriendoporelpasilloabuscaralmayordomoypedirleunabandeja.AntesdepoderdarunpasoestabaelpequeñoMaxmirándoleconesosenormesojosverdesyconelceñofruncido.

—¿Yparamí,tía?¿Nomehastraídonada?Le lanzaba la misma mirada que parecía haber heredado de su padre y que conseguiría que

cualquiermujersederritiese.Ameliasoltóunacarcajadaylomirófijamente:—Menudo truhanvas a ser demayor.Ningunamujer podrá resistirse a esospreciososojos.—

Negóconlacabezasonriendo—.Ay,tuhermanaytúvaisasermiperdición.Sacó laotramanode suespaldadondeasíaunapequeñacestacuyo interiorocultabael trapo

quelacubría,seloextendióyelpequeñolacogiónervioso,movióeltrapoyempezóagritar:—¡Moras! ¡Moras! Me has traído moras. Gracias, gracias, tía. —Sonrió y al igual que su

hermana se puso de puntillas y le dio un beso en lamejilla antes de girar sobre sus talones e ir

corriendo hasta donde estaba sumadre—.Mami,mami.—Puso ojitos a sumadre, que lemirabasonriendo—.¿Harásunpastel?Porfavoooor.

AmeliayAdelesoltaronsendascarcajadas.—¡Ay, buen Dios! ¡Pone los mismos ojos que Cliff! Cualquiera se niega. —Suspiró con

resignaciónJuliannamientrassosteníaalapequeñaAnnaensusbrazos—.Aver,enséñamelacesta.—Maxobedecióconlosojosmuyabiertos—.Umm,creoquepodríahaceralmenosdos.

—¡Bien!— dijo contentoMax—. Porque mañana llega el almirante y no dejará ningún trozo.Siempresecomecasitodo.Sihacesdospodremosprobarunpoco.

Las tres se rieron sabiendo que tenía toda la razón. El almirante era el sermás goloso de laTierrayadorabaqueJuliannalepreparasetodotipodedulces,bollosypasteles.

—Maxi,¿porquénollevaslacestaalacocinayledicesaCookquelasguardeparamañana,quetumadreharáunospastelesconellas?

LoinstóAmeliamientrassesentabajuntoalasdamas.Maxasintióycorrióhastalapuertaperoantesdesalirsegiróypreguntó:

—¿TíaMely?—Dime,cielo—respondióellaporinercia.—PapáhaprometidoquemañanamontaremosenlosponisquenosharegaladotíaBlanchelejos

delascuadras.Vendrásconnosotros¿verdad?—Claro,peque,nopuedo imaginarmeuna formamejordepasar lamañana.Pero recuerdaque

meprometisteponertelasbotasnuevas.Maxsonrióasintiendoenérgico:—Sí,sí,loprometo.Sonestupendas.Megustanmucho,tía.Soncomolasdepapá.Ysinmássaliócomounrayoporlagaleríaconsucestaenlamano.—¿Alfinallecomprastelasbotasdemontar?—preguntóAdeleconlosojosfijosenAmelia.—¡Qué remedio! Cliff parecía tan empeñado en enseñar a montar a los gemelos nada más

desembarcar,quetíaBlancheyyonosfuimoscorriendoacomprarropademontarparalosdosy,comoMaxesuntrasto,imaginamosquenecesitaríabotasresistentes,poresotepreguntédóndelecompras las botas a Ethan. Supuse que sería mejor encargárselas a medida en una tienda decaballeros.

—¿YlasdeMel?—preguntódenuevoAdele.Ameliaserio.—Eso fue muy sencillo, fuimos a madame Coquette. Le dijimos que lord Plamisthow estaba

empeñado en enseñar a montar a los gemelos y rápidamente le hizo unos trajes para montar dedamita con todos los complementos, incluidas las botas. Ya la conoces, no deja ningún detallesuelto.Yaverás,lucirámuylindavestidacomounaprincesitaamazona.

Lastresserieron.—LoquemefaltabaeraquevosotrasanimaseisaCliff.—NegóJuliannacon lacabeza—.Yo

sigopensandoquesonmuypequeñosparaquelossubaauncaballo.En ese momento una voz profunda desde la puerta de la sala contestaba mientras a grandes

pasosseacercabaalasdamas:—Ahhh,no,amor,misniñosnosonpequeñosparanadaymenosparamontar.Elcondenossubió

aEthanyamíennuestroprimercaballoaesaedad.Encuanto llegóa laalturade lasdamas,Cliffseagachó, ledioun tiernobesoen lamejillaa

JuliannaylequitósuavementedelosbrazosalapequeñaAnna,quepermanecíamedioadormilada,laacurrucóbiencontrasupechoyleacaricióconelpulgarlasregordetasmejillas.

—Señoras.¿Cómohanpasadoeldía,misqueridasdamas?—Todassonrieron—.Ytú,migatita¿Cómohaspasadoeldía?—Decíatiernoarrullandoalapequeñaybesándolelafrente.Despuésde unos segundosmiró a su alrededor dándose cuenta de la tranquilidad de la sala y preguntó anadieenparticular—.¿Ymisdostrastos?

—SiterefieresaMaxyMely,acabodecruzarmeconMaxenlaescalera.Ibaalacarreraen

dirección a la cocina con una cesta y aMely la tienes aquí.—Ethan respondía en esemomentoentrandoconMelsubidasobresushombros.

—Bajaaminiñadeahí,loco,aversisetecae.Cliffregañóasuhermano,queserioacarcajadas.—Estábien,estábien.Tesoro—ibadiciendomientrasbajabaalasonrienteMeldesushombros

—,elogrodetupadrehoyestáquejita.En cuanto la niñapuso los pies en el suelo,Ethan se acercó a sumujer y al igual quehizo su

hermanoantes,lequitóaunodesusmellizosdelosbrazosmientrasMelcorríahacíasupadre,quesonrienteseagachabaparaquelapequeñaledieseunbesoenlamejilla.

—Umm…Nenita,huelesaflores—dijoasuniñadevolviéndoleelbeso,yMelsonrióyfueasentarsejuntoaAmelia.

—LatíaMelmehatraídofloresdelbosque.Vamosahacersaquitosparalasalmohadas.En esemomento apareció corriendo y casi sin resuello el pequeñoMax, y en unos segundos

cruzótodalaestanciallegandoalaalturadesupadre.—¡Papá,papá!—¿Dedóndevienes?—preguntóCliffriéndose.—Delacocina.Latíamehatraídomoras.—¡Estupendo!—Miróasuesposaconlosmismosojitosqueunratoantessuhijo—.¿Nosharás

unatarta?Porfavooooor.—¿Veisloqueosdecía?—preguntóJulianaalasotrasdosdamas,queserieron.MiróaCliffy

contestóhaciendoungestodespreocupado con lamano—.Sí, sí, creoquehaybastantespara, almenos,dospasteles.

Cliff se sentó en el brazo de la butaca donde estaba Julianna, sosteniendo aún a su bebé enbrazosysuavementeledijoalapequeña:

—Tumadrehace lasmejores tartasdelmundo.—Labesó con ternura en la frentemientras elbebépermanecíaaúnmediodormidoensusprotectoresbrazos.

—Papá, tíaMel ha prometido que vendrá con nosotrosmañana—anunciaba el pequeñoMaxmientrasseacercabaaverlacaradesuhermanita.

—Bueno,noloheprometidopero,desdeluego,meencantaráir—seapresuróadecirella.—Gracias,Mel.Agradecerétuayudaparavigilarlos.—Miródesoslayoalosgemelos.—Unplacer.CreoquelosponistevanagustarmuchoCliff,loseligióJonas.Harecorridovarias

cuadras hasta dar con lo que quería.El almirante decía que se puso tan quisquilloso que parecíaestareligiendoalpróximocampeóndelGranNacional,nodosponisparadospequeños.

CliffeEthanserieron.—Bueno, no esperaba menos de él. Mis pequeños no montarán cualquier caballo. —dijo

elevandoelmentónconexageradoorgullo.—Ohsí,DiosnosasistasilosgemelosmontanalgomenosquePegaso—refunfuñóJulianna.Cliffsonrióyse inclinódenuevoparabesar lacabezadeJulianna,murmurandoal tiempoque

posabatiernamenteloslabiosenloscabellosdeJulianna:—Mipequeñagruñona.—Sigopensandoquesonmuypequeños—insistiósinmuchoconvencimiento.Cliffserio.—Noesperabamenosdeti,cariño.Alguientienequeserelsensatoenestafamilia.Volvióasonreírlepícaro.—¡AhorasíquehadeasistirnosDios!¡Julslasensata!—exclamóAmeliasonriendo.TodosserieronmientrasJuliannalefruncíaelceñoenfalsaindignación.DespuésdeunratoCliffyJuliannafueronaacostaralosniños,comohacíantodaslasnoches,y

dejaronaAnnaenlacunavigiladaporlaSeñoritaDonna,laniñeraynanadelosniñosdesdequenacieronyquelesacompañabadesdeentoncesentodossusviajes.

Porlanochesereunieronyatodosenelsalónantesdelacena.

—Oh,Amelia,esevestidoesunamaravilla—señalólacondesaentusiasmadaencuantoAmeliasesentójuntoaellaylatíaBlanche—.Tevespreciosa.

—Gracias,milady.Amítambiénmegustaespecialmente.MadameCoquetteesteañohaelegidounos colores algomás atrevidos paramí yme sientomás a gusto con ellos.Comprendo que lasjóvenesdebamosllevarcoloressuaves,sobretodoenelañodelapresentación,peroamínocreoquemesientenbienlosvestidostanapagados,meveomuytristeconellos.

—Creoquetienesrazón,haycoloresquealasdebutantesnoselesdeberíaobligarallevarpormuydulcesquecreamostodosquepuedanparecerconesastonalidades,avecesparecenenfermasconellos.

Todaslasdamasserieron.LacondesaladeóligeramenteelrostrodirigiendosumiradaalatíaBlancheycomentó:

—TengoqueenviarleunanotadeagradecimientoaMadameCoquette,Blanche,sehamostradomuy amable con Adele confeccionándole vestidos muy favorecedores y cómodos de llevarmientras estaba en estado.Nosdijo que solo enunaocasiónhabía diseñado trajes para unamujerembarazadaentodasucarrerayhabíasidoparaJulianna.

—Escierto—contestótíaBlanchemientrasdejabaenlamesillasituadaasuderechalacopadejerez—.CuandosupoqueJuliannaestabaembarazadadesuprimerhijoinsistióenelaborarparaellaalgunos vestidos cómodos, y Julianna comentó que realmente le hicieron muy llevadero elembarazo,porquelepermitíanmoversesinsentirseincómodaopocoatractiva.

Ambas ajadas damasmiraron a Julianna que, en esemomento, conversaba con el almirante ysonrieron.

—Creo,Blanche,quetodassabemosquetusobrinanodejaríaderesultaratractivaniaunquelepusieran un saco encima.—Las dos se rieron con complicidad—.Aúnno logro imaginarme cómodebe ser sobrellevar un embarazo a bordo de un barco rodeada de marineros. Mis embarazosfuerontanengorrososquemepaséunabuenapartedeellosenlacama—dijolacondesasuspirando

—Bueno,creoquemisobrinaestáencantadaviviendopartedelañoenunbarco.Decualquiermodo, por lo que ella cuenta, parece que nada enternece más a un hombre que una mujerembarazadapormuyrudoquesea,asíqueimaginaosrodeadadetrescientoshombrespendientesdequenodesniunpasosinoestásrodeadadealmohadonesycojines.

TodasserieronantelaimagendelosrudosmarinerosdelatripulacióndeCliffdeshaciéndoseenatencionesconJulianna.

—Sincontar conCliffque, segúncuenta, estaba tan sobreprotector enelprimer embarazoquequisotirarloporlabordaenmásdeunaocasión—señalóAmeliasumándosealahilaridaddesuscompañerasdeconversación.

LastresserieronymiraronaCliff,quepermanecíaalotroladojuntoa lachimeneaajenoalaconversación.

Lacenafueagradable,comosiemprequeseencontrabaconsufamilia,pensabatumbadaenlacamamirando fijamente el dosel.Amelia seguía sin dormir. Estaba inquieta, nerviosa e incluso sesentíaalgoinsegura.Legustabamuchoestarrodeadadelaspersonasqueconsiderabasufamilia,desusrisas,desucariño.Disfrutabacadamomentoconellosynolocambiaríapornadaenelmundo,pero incluso en esosmomentos de paz, de felicidad rodeada de los suyos, a veces, sentía ciertoanhelo,ciertatristeza.Eracomosinosesintiesecompleta,comosisupiesequelefaltabaalgo,algoqueparecía resbalárselede lasmanosaunnosabiendoquéera,oquizás lo sabíaperonoqueríareconocerlopormiedoanollegaralograrlonunca.

Suspiró, giró sobre símisma hasta llegar al borde de la cama, alcanzó la bata y se la puso.Cogió la palmatoria de su mesilla, encendió la vela y salió de la habitación. Fue a la enormebibliotecadelcondeabuscaralgún librodeplantasmedicinales,yaquesabíaque,comomuchosdesusantepasados,elcondesepreocupabadeampliaryabasteceradecuadamentedevolúmenessubibliotecaysolíaadquiriralgunoslibrosdemedicinayjardineríaenalgunasocasiones.Comoellaera la que más usaba esa sección, no tardó en localizar algunos ejemplares que le parecieron

interesantes.—¿Mely?Detrás de ella sonó la voz de Julianna, que parecía asombrada encontrando a su hermana

encaramadaen loaltode laescaleraderobleen lapartealtade labibliotecaaesashorasde lanoche.Ameliasegirósosteniendoelúltimovolumenqueacababadeojearyseleccionarantesdedescender.

—Ah,holaJuls.JuliannaseacercóysepusoalospiesdelaescaleraylasostuvomientrasAmeliadescendía.—¿Qué haces aquí tan tarde y subida en la escalera? Si te hubieses caído nadie te habría

escuchado.Ameliasonriómientrasponíaencimadelapiladelibrosquehabíaescogidoelqueacababade

bajar.—Bueno, no podía dormir, así que decidí bajar a por algo de lectura. —Miró con cierta

mortificación la pila de libros que había seleccionado—. Cada vez que vengo a esta bibliotecaacabo escogiendo muchos libros. El conde siempre me sorprende con las nuevas ediciones queadquieresobreplantasyhierbasaromáticasymedicinales,empiezoacreerquelohacepormí.

Juliannalasonreíamientrasojeabaalgunosdeesoslibros.—No debería extrañarte. También me sorprendo con la cantidad de libros que encuentro de

historiadepaísesy sitiosa losqueCliffyyopensamos ir.Sospechoquecompraesosvolúmenesporquesabequesuelobuscarinformacióndeellosantesdeviajar.

Sonreíacaminandohaciaelotro ladode lamesaparasentarse juntoa lachimeneacuyofuegoempezabaaextinguirse.Ameliasentándosefrenteaellaenotrodelossillonespreguntóentonces:

—¿Ytúquéhacesaquí?—Anna.Acabodedarle la tomade la nocheymehedesvelado.Noquierodespertar aCliff

ahora que por fin se ha dormido.Últimamente duerme poco. Pienso que se debe a que llevamospocoentierrafirmeyaúnlecuestadormirsinelbalanceodelasolas,siempretardaunpocomásqueyoenacostumbrarse.Loúnicoquelecalmaesponerseamoroso.

Sonrió y se puso un poco colorada por la posible indiscreción que hubiese cometido ante unainocente,aunquefuesesupropiahermana.Ameliasonriócomprensiva.

—Bueno, en eso eres afortunada, tienes un marido que te adora y que no puede dejar dedemostrártelo.Porimposiblequepuedaparecer,escomositequisiesemásdíatrasdía.

Juliannavolvióasonrojarse,peroestavezbrillándolelosojoscomosolopuedenbrillarleaunamujerprofundamenteenamorada

—Creoqueamítambiénmepasa.Avecestengolasensacióndequesolamentenecesitooírsuvozoversusonrisaparaquesemepasealmalhumoroeldesasosiego,inclusoaunqueélseaelculpableoelcausantedelmismo.

SequedaroncalladasunosminutosydespuésdeunratoJuliannalepreguntó:—Amelia¿estásbien?–Sí,sí.¿Porquélopreguntas?—Bueno, llevasunosdíasunpoco…triste.No,no, tristeno,melancólica, sí, creoqueesoes

másexacto.Ameliaenarcólascejas:—¿Melancólica?No,noteentiendo.—Mely.—Julianna suspiró—.Henotadoque sueles salir a cabalgarunpocomásqueantesy

que a veces pareces… distraída y, bueno, no sé, a veces creo que tienes los ojos apagados.—Julianna lamiró fijamente—.Losé, lo sé.—Hizoungestodespreocupadocon lamano—.Pareceque le doymuchas vueltas a todo…—Meneó un poco la cabeza—. Es lo que tiene sermadre,supongo,mepreocupoportodoavecessinmotivo.

Ameliasonrió,perosequedóunpocopensativasincontestar.Juliannaempezabaacomprenderloqueleocurría.ElregresodeMax.JuliannasabíaqueelenamoramientocasiinfantildeAmeliacon

Maxalolargodelosañossehabíatornadoenalgomuchomásserioyprofundoy,ahoraqueyanoeraunaniñasinotodaunamujer,suregresopodríasuponerunpuntodeinflexiónenlarelacióndeambos,sobretodosiMaxseguíaviéndolacomounahermanapequeñaynocomounamujer.PeroinclusosicambiabasuvisióndeAmelia,podíanocurrirmuchascosas.Podríaenamorarsedeella,oserconscientedenoseryaunaniñapero,encambio,mantenerhaciaellasolouncariñofraternaloinclusoacabarlocamenteenamoradodeellaperonosercapacesdeencontraruncaminoadecuadoparaconvertirseenalgodistintoaloquehabíansidohastaentonces,unaespeciedehermanos,unapartedeunamismafamilia.

Julianna comprendió que sería mejor no adelantar acontecimientos y esperar a ver lo que ibaocurriendoapartirdeentoncesy,entodocaso,permaneceratentaporsiAmeliafinalmenteacababaheridaosimplementedesilusionada.

—¿Juls…?LavozadormiladadeCliffsonódesdelapuerta.Juliannaselevantóyfuehaciaél.—Estoyaquí,cariño.¿Tehedespertado?Cliff la agarró de la cintura en cuanto la tuvo al alcance y se la pegó al cuerpo antes de

depositarunbesoensuslabios.—No,peronomegustanonotarteamiladoenlacama,teechabademenos—contestóconvoz

melosa y suave antes de inclinarse apoyando suavemente la cabeza en el hombro de Julianna ybesándolaenelcuello—.Vuelvearriba,amor,aúnfaltamuchoparaqueamanezca.

Juliannapuso lasmanosen supechoparadarleunempujoncitoyque retrocedieseparavolverpordondehabíavenido.

—Sí,sí,vamosarriba.Cliff se giró tomándole la mano para llevarla con él mientras que Julianna ya detrás de su

maridosegirabaparamiraraAmeliaydecíamoviendosololoslabiosparaqueélnolaoyese:—Buenasnoches.Amelia sonrió permaneciendo en su sitio, donde claramente había estado oculta a los ojos de

Cliff,ehizolomismoqueJulianna,desearlebuenasnochessindecirlaspalabrasenvozalta.Trasdarlestiempoparallegarasudormitorio,Ameliaseincorporó,cogióloslibrosysubióasu

habitación. Durante todo el trayecto iba pensando en lo mucho que se querían su hermana y sucuñado, la forma dulce y cómplice en que siempre se trataban y lo apasionado de su relación.Siempre tenían unamirada, un gesto, una caricia. En ocasiones, parecía serles imposible no teneralgúncontactoentreellos,unbesorobadoalasmiradasdelosdemás,unligeroroce,cogersedela mano de manera distraída, como si lo hiciesen sin pensar pero como algo tremendamentenecesario.Juliannalehabíacontadoenunaocasiónquelesbastabaunasimplemiradaounsimpleroce para que su cuerpo se encendiese. Decía que Cliff era tan apasionado en el dormitorio queestaba convencida de que acabarían con toda una tropa de diablillos revoltosos que volveríanlocos a todas las tripulacionesdeCliff.Amelia sentía cierta envidia de ese amory se preguntabacómo sería tener esa necesidad, ese anhelo constante por el cuerpo de otra persona y saberse elobjetodeldeseo,deesanecesidaddelaotrapersonamásalláquecualquierotracosa.

Alamañanasiguiente,conlasprimeraslucesentrandoporlosenormesventanalesdeldormitoriodelosvizcondes.

—Julianna,cariño,despierta.Cliff besaba a su esposa en el cuello, detrás de la oreja, en la barbilla y, finalmente, en los

labios.Trasunossegundos,unaJuliannaaúnexhaustaporlaapasionadanocheanterior,extendiólosbrazosatrapandoelcuelloasumarido,instándoloacernirsucuerpoaúnmássobreella,aloqueobedeciósinnecesidaddeinsistir.

—Umm,buenosdías.Abriólosojosyseencontróconlosenormesojosverdesdesumaridoaescasoscentímetrosde

ella,quelesonreíanpícaramente.—Buenos días, amor.—Le dio otro beso en los labios y comenzó a descender poco a poco

hastallegaralbordedelasábanaquecubríaenpartelospechosdesumujerparadespuésdejarlosexpuestosconunlevetiróndelafinatelaquelatapaba—.Umm,preciosos,tansuaves,tan…míos—decíaacariciándolosylamiendosuavementeloscontornosdelospezones.

Juliannaserio.—Bueno,sinoteimporta,lapequeñaAnnacreoquediscutiríaesocontigo.Sumaridolevantólacabezaysepusocaraacaraconsumujer,sonriendo.—Esapequeñaglotona.—Serio—.Buenoestoydispuestoacompartirteconmipequeñagatita,

perosoloconella.Sonreíadenuevobesándolamientrasleacariciabasuavementebajolasábana.—Cliiiffff…Juliannaarqueóunpocolaespaldadándolemejoraccesoasucuello.—Umm,deliciosa.—Murmurabamientraslaacariciabaconlasmanosyloslabios.—¿Porquéestásyavestido?Nomegustavertetanvestido.Cliffserio,seincorporóunpocomanteniéndosesobreellaylamiró.—Porquehoycomienzolasclasesdeequitaciónde losgemelossobresuscaballitosfueradel

recintodelosestablos,¿recuerdas?Conociéndolos,estarányaenlasaladeldesayunovolviendolocos a Ethan y ami padre.—De nuevo comenzó a besarla en lasmejillas descendiendo por elcuello—.Peroestoypensandoquellegaréunpocotarde.

SeapoderódelabocadeJulianna,quegustosarespondíayanimabaensuscariciasasumarido.Trasunosdeliciososminutosde juegossensualesescucharonel llantoprovenientede lahabitacióncontigua.CliffseriosuavementeconloslabiosaúnrozandolapieldeJulianna.

—Miglotonasehadespertado.Besóenloslabiosasumujeryseincorporó,nosinesfuerzo,llevandoconsigoaJuliannaque,

unaveztuvolospiesfirmesenelsuelo,recogióelcamisónylabataquelanocheanteriorhabíanquedadotiradosjuntoalacamayselospuso.

CliffcaminóendirecciónalahabitacióncontiguadondeestabalacunadeAnnayabriólapuertahaciéndosemásfuerteelsonidodelllantodelbebé.Juliannaloseguíadecercacuandoéltomóenbrazosasupequeñaylaacunóparaquedejasedellorar.

—Ya, ya, gatita. Tu mamá ya viene. Umm…—Le besó la frente a la pequeña—. Pequeñaglotona.

Juliannaseacercó,acariciólamejilladesupequeñaydijo,mientrascaminabahacialamecedorasituadajuntoalachimenea,altiempoquelehacíaunaseñalalananaparaqueseretirase:

—Acércamela, voy a darle el pecho antes de que despierte a toda la casa, sobre todo a lacondesa.

SesentóenlamecedorayClifflecedió,concuidado,alaniña.Unavezlapequeñaempezóacomerdesumadre,estaalzólavistaasumarido,quelaobservabaapocadistanciaapoyadoenelquiciodelachimeneaconairerelajado.

—Creo que nunca me acostumbraré a verte alimentar a nuestros hijos. Estás tan bonita, tanradiante,queresultadifícildejardemirarte.

Juliannasesonrojódepuroplacer.—Noentiendoporquétefascinatanto.Mehasvistoinfinidaddeveceshaceresto.—Negócon

la cabeza sonriendo y miró de nuevo a su nena, que seguía comiendo tranquilamente. Juliannafruncióelceño—.Cliff,¿meprometesvigilarunpocoaAmelia?

Clifflevantólascejas,sorprendidoporlapetición.—¿AAmelia?—Juliannaasintió—.¿Ocurrealgo?—No,no.Bueno,nosé.¿Nolanotasunpoco…distraída?DenuevocentrólavistaenCliff,quelaobservabaconinterés.—Umm…noséquédecirte.Laveoalgomáscalladade lohabitual,pero loachacabaaque

estaría un poco cansada de trastear con los gemelos. Pasamucho tiempo con ellos y pueden seragotadores.

—Puedeser,perocreoqueesalgomás.Cliffentrecerrólosojosydijoenuntonoalgomásserio:—NotendránadaqueverconlordShelton,¿verdad?—¿ConlordShelton?—preguntóJuliannaconasombro,ydenuevoalzólavistaparafijarseen

sumarido—.¿PorquéhaspensadoenelcondeTrastenahora?—Nosé,alomejor…Argg.¡Quédiablos!Hedeconfesarquecuandomeenterédequeestaba

interesadoenAmeliaamediadosdelatemporada,hicealgunascosillasparadisuadirledeacercarseaella.Esehombreesunjugadoryunbebedorynoloquierocercadeella.

Juliannasonriódeorejaaoreja.—Ay,cariño.¿Tehedichohoyqueteamo?—Sonriódenuevo—.Sitesirvedealgo,aunqueno

hubiesesintervenido,dudoqueAmelialehubiesedadoalgúntipodeesperanzasalordShelton.Esatractivopero,desdeelprincipio,Amelialodescartó,sobretododespuésdelpaseoenTílburiporHydeParkquedieronunatarde.

Cliffenarcóunaceja.—¿Porqué?¿Hizoalgoinapropiadoconella?PusoesacaraqueJuliannaconocíabien,ladequerergolpearalgo,mejordichoaunhombreque

élconsideraseincómodoparacualquierdamadesufamilia.—No, no. Recuerda queAmelia siempre lleva acompañante. Jamás se queda sola con ningún

caballero. Más bien dijo algo inapropiado.—Se rio de pronto divertida—. Le dijo que no creíaconvenientequeunajovencomoellafrecuentasealasclasesmenos…—Fruncióelceño—.¿Cómodijo?...Ahsí“menosapropiadas”—Juliannaserioentredientes—.CreoqueaAmelialegustópocoquellamaseasíalosniñosdelorfanatoy,menosaún,quesecreyeseconderechodeprohibirledarclasesyayudarlos.Despuésdeeso,noteníaposibilidadalgunaconella.

Clifflamiróserio.—Enalgohededarlelarazón,amínomegustaquevayaaesosbarrios.—Hizoungestocon

lamano—.Yasé,yasé loquemevasadecir;queacudecondos lacayosyqueunodeellosesPolly el antiguo cañonero demi buque, pero siguen siendo barrios peligrosos.Me quedaríamástranquilosinoacudiesesolaaesaszonas.

—LoséCliff,losé.Peroesallídondesenecesitaayudayyolaheacompañadovariasvecesyte aseguro que todos en el barrio la conocen. Lleva casi cuatro años acudiendo tres veces porsemanay,otras tantasocasiones, a la clínicagratuita,ypuedodar fedeque la tratanconmuchorespeto, incluso yo diría que, a su manera, esas gentes la cuidan y se aseguran de que nadie lamoleste cuando está por allí. De hecho, ninguno de esos ladronzuelos que ves por el centro deLondresyquevivenporesosbarrios,leharobadonunca,yloshombresdelbarrioparecenmirarlapero no con lascivia o lujuria sino como asegurándose de que camina segura. Saben la labor quehace,ycreoqueessumaneradeagradecérselo.Deverdad,pregúntalea tíaBlanche,ningunadelasdoscreíamosdeltodoaAmeliacuandodecíaquesesentíaasalvoporallíyqueestabaseguradequenoleharíannadayquecuandohaytiposmalospor lazona,aellanolamolestanporquelosvecinosseasegurandequenolaperturben.Lasdoscambiamosdeopinióncuandolovimosconnuestros propios ojos. Además, ella no acude a las zonas donde están las tabernas de malareputaciónni las casasde citasode juego, sinodonde están losbarriosobreros, dondeviven lasfamiliasyhayalgúncomerciopequeño.Tampocoesquesemetaen lossuburbiosni laszonasdevicio.

Sonrió y justo en esemomento la pequeña terminó de comer. Cuando iba a colocársela en elhombro para ayudarla a eructar, Cliff la cogió y se la colocó apoyada en su hombro y le diopequeñosgolpecitosenlaespaldamientrasJuliannaseacomodabaunpoco.

—Mi pequeña gordita —le susurró tiernamente a la niña antes de acunarla en sus brazos—.Bueno,ysinoesporalgunodeesospesadospretendientesquelahanperseguidoestosmeses¿Porquécreesqueestá“distraída”?

—Tengo mis sospechas, pero prefiero no precipitarme. De todos modos, prométeme que le

echarásunojosinquelonote,soloparaquedarmemástranquila.Sindejardemirarasunenita,queempezabaaadormilarseenlosenormesyprotectoresbrazos

desupadre,contestó:—Loprometo,loprometo.Peroyamedirássitussospechassonacertadas.Juliannaseacercóasumaridoylediounbesoenlamejilla,despuésdeunosminutosdejándole

disfrutardesupequeña,concuidadolequitóalbebédelosbrazos.—Gracias,eresunamor.DameaAnnaybajaya,porquelosgemelossoncapacesdeconvencer

al condeparaque losmonteenalgunodeesosnuevoscaballosquehacompradoyalgunos sonrealmentetemibles.

Cliffserio.—Han de serlo, cariño, si han de sermontados pormi padre y porEthan.LosDeWorken no

queremoscaballitospusilánimes.—Se inclinabaparabesar en lamejilla a Juliannay conunavozronca cargada de sensualidad añadió pícaro—: Ni mujeres. —Sonrió con sus labios ya sobreJulianna—.Teveoenunrato,querida.Recuerdaquetúyyodaremosunpaseoporelbosqueynosquedaremosunratoennuestracasita.

Leguiñóunojoy riendo, semarchó,dejandoa Juliannamirandoa supequeñadormidaen susbrazosdeseandoquellegaselahoradeestarasolasconCliffenlacasitadelbosque.Despuésdetantosaños,aquellapequeñacasaseguíasiendomágicaparaellay,desdequeelcondeseladiesecomoregalodebodas,solíaacudirconCliffalamenoroportunidadparaestarasolasconél.

Alentrarenlasaladeldesayuno,comohabíapredicho,losgemelosestabansentadossobrelasrodillasdesuabuelointentandoconvencerledealgunacosa.AmeliaestabasentadajuntoaEthan,yavestidaparairamontar.

—Buenosdíasatodos.Maxsaltódelasrodillasdesuabueloycorrióasupadreconlosbrazosalzadosparaquelo

aupase.—Papá.¿Nosvamosya?¿Nosvamosya?Le sonreía ansioso, mientras su abuelo y Amelia se reían por la cara de puros nervios del

pequeño.—Sí,sí,nosvamosya.AdelantaosMely tú.Seguroostienenyalosponisensilladosylistos,

peronoossubáishastaquelleguemoslosmayores.Lodepositóenelsueloy,estavezeraMel laquesehabíaacercadoasupadre,quelacogió

enseguidaylediounbesoenlamejilla.—Papi.—Peroquébonitaestámipequeñaamazona.Laniñalesonrióorgullosaylepasólosbrazosporelcuello,enseguidaacaricióligeramentela

solapadesupropiotrajecitoconunamano.—Gracias, papi.Me lo ha regalado la tíaBlanche.Dice que una señorita debe ir bien vestida

sobreuncaballo,peromamámontaavecescomotúyyoquieroquemeenseñesamontarasí.Cliffserio.—Alprincipiovas amontar como losmuchachos, pero cuandoya sepasmanejar el caballo te

enseñaréamontarcomounadamitaconunasilladeamazona.—MirósobrelacabezadesuhijaaAmeliaycontinuó—.TutíaAmeliamontaaloamazonaylohacedemaravilla.

Ameliasonriómirandoporencimadesutazadeté.—Gracias,Cliff,perosuelomontarahorcajadasmuchasveces.—AlverqueClifflevantabalas

cejas,carraspeó—.Peroescierto,Mely,estaráspreciosamontandoaloamazona,yseguroquerrásserunadamitatanelegantecomotuabuela,lacondesa.

Cliffserioynegóconlacabezaalverlamiradaextrañadadesuhija.—Ay, lasmujeresMcbeth siempre rebeldes.—Ledio un beso en lamejilla a su hija y añadió

divertido—:TeenseñaréamontarcomoaMaxi,perohasdeprometerquesolomontarásasícuandonoteveanadie,aquí,enlamansión,ennuestracasaoenlacasadecampodetíaBlanche,perono

fueradeesossitios,¿prometido?Laniñaseriocomplacida.—Prometido, prometido.—Giró la cabeza en dirección a su tía—. Ahora podré ponerme esa

faldaquemehiciste,tía.Se rio de nuevo traviesa mientras su padre la bajaba y salía corriendo de la sala junto a su

gemelo.CliffmiróaAmelia,quesonreíasospechosamentealgocolorada.—¿Falda?¿Porquécreoquemehabéisengañado?EnarcóunacejayseapoyóenelbordedelacómodafrenteaAmelia.—¿Engañarte? ¿Nosotras? ¡Qué suspicaz! —Sonrió complacida–. Bueno, quizás un poco. Le

hemos hecho una faldita como la que tenemos Julianna y yo para poder montar a horcajadas.Sabíamosqueteconvencería.

ElcondeeEthansereíanmientrasAmelialemirabaconcaradeinocencia.—Habrasevisto.Menudasliantasestáishechas.Utilizaramipequeñaparavuestrospropósitos—

decíaCliffseñalándolaconeldedoaunqueconunaexpresióndivertidaenelrostro.—VamosCliff, en el fondo sabes que esmás fácil y seguromontar así, sobre todohasta que

tenga la suficiente confianza.—Amelia volvió a sonreír satisfecha—.Si estás listo, yo también loestoy.Nocreoqueseabuenaideadejaraesosdospillossueltosporlosestablos.

—Nosotrososacompañamosunrato.—ElcondeselevantabadelasillaalhacerloAmelia—.Almenos os podremos acompañar un trecho del camino.Vamos a inspeccionar los puentes de lazona norte, algunos se vieron dañados el pasado invierno, y si hay que repararlos,mejor hacerlocuantoantes.

Ameliaaceptóelbrazoqueleofrecíaparaacompañarla.—Creoqueelquecruzaelriachuelodelnorte,justoantesdelcaminoviejo,noesseguro.Ayer

pasécercamientrascabalgabaynomeatrevíaatravesarlo,asíquecrucéunpocomásarriba.—¿Estabamuydañado?EstavezfueEthanelquepreguntócaminandojuntoaellos.—Bueno, yo no entiendo de eso, perome pareció un poco inestable.Creí ver algunas piedras

sueltas,ysisecruzaacaballopodríadañarseunapataylosniñosdelasgranjascercanaspodríanresbalarocaeralrío.

—Deberemos inspeccionarlo el primero, padre. Ciertamente, es peligroso. En esa zona haymuchasgranjas.

Comentó Ethan mirando al conde. En ese momento escucharon las entusiastas voces de losgemelos a lo lejos y todos dirigieron su mirada hacia ellos. Estaba, cada uno, junto a un poni,riéndoseyacariciandolascabezasyelhocicodelosanimales.

—¡Blanquita!—gritabaMel.—Esmuycursi—respondíasuhermano—.Ademásnoesblanca.—Perotieneunamanchablancaenlafrenteyblanquitanoescursi,esnombredechica,tonto—

sequejaba.Contodoslosadultosyaalaalturadelosniños.Cliffpreguntó:—¿Estáisbuscándolesnombres?Losdosasintieron.ConvozquejumbrosaMelseñaló:—Dicequeblanquitaescursiy¡noloes!Dilequenoloes,papá.Cliffserio.—Nenita,noloes,peronosésiesunnombremuyapropiado.Tuponinoeschicaeschico.Melabriómucholosojos.—Es…¿eschico?—Mirólacaradesucaballito,desconfiada—.Pero…Pero…—Segiróasu

padreypreguntóconlosojosmuyabiertos—.¿Cómolosabes?Cliffsepusorojocomountomatemientrasasuespaldatodossereíancasiacarcajadas.—Pues,porquelosé,Mely—respondiótajante,paraquenopreguntasemás.—Ahh—susurrólapequeña—.Entonces…—miródenuevoasucaballoydespuésasupadrey

dijo—:PuesentonceslollamaréFurnish—dijofirmemente.Todosseempezarondenuevoareír.Ameliaabriólosojoscomoplatos.—¿Furnish?¿Furnishcomonuestromayordomo?—Siempremesubeacaballito.Seescucharonlascarcajadasdetodos, incluidoslosmozos,mientraslaniñaseponíacolorada

sincomprenderporquélohacían.—Mely—decíaAmeliaentrerisas—,nosésialpobreFurnishlegustará.Laniñafruncióelceño.—¿Porquéno?QuieromuchoaFurnish.Cliffdenuevoserio:—Cariño,noesdebuenaeducaciónponerleelnombredepersonasa loscaballos.¿Qué talsi

dejamoslosnombresparadespués?—Seacercóunpocomásasupequeñamientraslosmozoslesacercaban sus respectivas monturas y la aupó encima del poni para asegurarle los pies en losestribos—. Así nenita, como te enseñé ayer, agarra bien las riendas y mantente derecha comocuandomontabasconmigo.—Lapequeñaasintió—.¿Tesientessegura?¿Estáscómoda?

Laniñaasintióysonrióresuelta,despuésmiróaMax.—Ahoraél,papi.CliffcogióaMaxyrepitiólaoperación.Despuéssemontóensucaballoysepusopegadoala

pequeñaMelmientrasqueEthansecolocabajuntoaMax.Comenzaronatrotardespacio,dandoacadauno instruccionespara conseguir dominar los pequeños caballos. Iban seguidosde cercaporAmeliayelconde.

—Milord,esmagnífico.—Gracias.Estoymuysatisfechoconél,creoquenomeequivoquéalescogerlo.—Essoberbio,¿yahasaltadoconél?Elcondeasintió.—Yrespondebien,tieneinstinto.—Lediounpardepalmadasenelcuello—.Creoquelovoya

montarenlapróximacacería,tienegranresistencia.—Me alegro por vos. También me gusta el árabe gris que tiene al final de la caballeriza.

También debe haberlo adquirido hace poco, porque estoy segura de no haberlo visto en nuestraúltimavisita.

—TienesbuenojoAmelia.Lo adquirí enTattersall haceunmespero aún le estoy tomando elpulso,creoqueserámejormonturaparaEthanqueparamí,detodosmodosmegustaconocerbientodosloscaballosdemicuadra.Ayercomentabatutíaquehasadquiridounsementalparamontarloenelcampo,ycreoquenoestámuycontentaconelloporquecreequeesdemasiadofuriosoparati.

—Es un poco brioso, lo confieso. Y ahora que no puede oírnos, lo quiero, sobre todo, paramontarconlasilladecaballero.Aunasínoestan…vigorosocomolosquemontanustedoEthan,notengotantafuerzaparamanejarlosconsoltura.ApesardeloquecreetíaBlanche,noestoytanloca.

Elcondeserio.—Siquierespodemosmandar aunpalafrenero aLondres a recogerloyque lopuedasmontar

mientrasestáisaquí,asílodominarásmejorcuandoregreséisalcampo.—¿Loharíamilord?Meencantaría,gracias,gracias.—Sonriófelizalconde.—Enesecaso,sea.Cuandoregresemosmandaremosporélylotendrásaquíenunpardedías.Era una mañana deliciosa, pensaba Amelia mientras regresaba con Cliff y los gemelos a la

mansióndespuésdehaberestadomontandoconlosniñosduranteunashoras.DisfrutabadelcampoysedabacuentadequenoechabademenosLondresy las constantes reuniones socialesyestarrodeada de tanta gente cuando estaban lejos de la ciudad. Miraba a Cliff y a los gemelos ycomprendíabienporquéJuliannanodeseabapasarlamayorpartedelañoenLondres.Teníaasualrededortodoloquenecesitaba,todoloquelahacíafelizsinquelavidasocial,losbailesylossalonespudieransignificarmásparaellaqueestarconsushijosoen losbrazosdeesecariñosoy

fuertecaballeroquelaamabaconlocura.Además,Cliffprocuraba,porencimadetodo,lafelicidadde sumujer, y se aseguraba de que ella y sus pequeños permaneciesen cerca de él sabiendo queviajarjuntoseraloquemásfelicesleshacíaatodos.

Se preguntaba, de nuevo, cómo sería tener a alguien que pondría su felicidad, su bienestar einclusosuvidaporencimadeladeél.Sentirsesegurainclusoenlassituacionesmáspeligrosassolopor tenerlo a su lado. Suspiró y miró al frente. Cliff se había colocado a su lado mientras lospequeñosibanmuyerguidosycentradosensusmonturasdelantedeellos.

—Mel—lallamóCliffdándoletiempoparasalirdesuslejanospensamientos—.¿Teencuentrasbien?

Amelialomiróporuninstantealgoaturdida.—Sí,soloestabapensando.Clifflamirófijamenteunossegundosydespuésalfrentehacialospequeños.—Mel, si te preocupa algo sabes que puedes contármelo, ¿verdad?No solo eresmi cuñada.

Eresmihermanayteayudaréenloquequieras.Su voz sonaba tranquila, tan propia de él, pensó Amelia. Parecía lograr con solo un gesto

hacerla sentir a salvo, como solo un hermano mayor cariñoso y protector lo lograría. Ameliasuspiró.MiróalosgemelosydespuésaCliff.

—Nopasanada,essoloque…—Negóconlacabeza—.Nosé…essoloque.Clifflaobservóunosinstantescuandoellasequedócalladasinterminardeexpresarlaideaque

claramentesurcabasucabeza.—Amelia.MeconoceslobastanteparasaberquejamásleocultonadaaJuliannapero…—De

prontolamiróserio—.Esperaunmomento.—Seadelantóysepusoalaalturadelosgemelos—.Mel,Max,vamosaesepradodeallí,dejaremosqueloscaballosdescansenyquecomanunpocodelahierbadearriba,seguroquelesgustará.

Losdirigióatodosalpradoybajóalospequeñosdesusmonturas.—Id a por unas flores paramamá. Le encantará saber que os acordasteis de ella, pero no os

alejéismucho.Losniñossalieronendirecciónalapartedondeabundabanlasfloressilvestresysepusierona

corretearporallí.CliffsegiróyayudóaAmeliaadesmontar,leofrecióelbrazoparapasearysepusieronacaminarlentamentehaciadondeestabanlosniñosmientraselmozoquelosacompañabasequedabajuntoaloscaballos.

—Bueno,ahoraquepodemoshablar.—Lesostuvolamanoapoyadaensubrazo—.Mel,¿quétepreocupa?Dime.SinoquieresqueselodigaaJuliannanoloharé,amenosquesealaayudaoelconsejodeunadamaloquenecesites.

Ameliagiróunpoco lacabezaparapodermirarloydespuésechóunvistazoa lo lejos,dondeestabanlosniños.Suspiró

—Es…—Se paró—. En realidad no es nada, solo que… ¡Qué difícil es esto! No sé cómoexplicarlo.—Lomiróconelceñofruncido.

—¿Quétalsiempiezasporelprincipio?—Laanimóél.—Desde que empezó la temporada,me he sentido extraña enmi propia piel.Me he divertido.

Todos esos bailes, las reuniones, el teatro y lo demás. Reconozco que, incluso, me ha gustadovermecortejadaporalgunoscaballeros.Esaduladoryrealmentehedisfrutadodetodoello.

Sequedóunmomentocalladamirandodenuevoendirecciónalospequeños.—¿Pero?—lainstóacontinuar.Ellalomirófijamente.—Creoque…nolosé.¡Ay,Cliff!Alomejorsoyunaboba,perocreoquefallaalgo.—Negó

conlacabeza—.No,no.Noesquefallealgo.Ay,deveras,nosécómoexplicarme,deboparecertonta.—Suspirómortificada—.Creo, creo que todo el tiempo tengo la sensación de queme faltaalgo.Avecesmesientounpocosolaenesossalones,hablandocontodasesaspersonas, incluso,incluso…—Denuevosequedócallada.

—¿Incluso?

AmeliasostuvolamiradaaCliffconlosojosclaramenteentristecidos.—Incluso,mesientodiferenteatodosellosy,también,algoincomprendida.—Respiróhondo—.

Avecescreoqueesporquenosoycomolosqueestánenlossalones.Mesientocomounaintrusaquesehacoladoenlafiestasininvitaciónporque,porque…Noséporquéoquizássí.nisiquieraséquién soy realmente, quiénes sonmis padres.A veces, pienso que estoy engañándolos a todos y,otras, simplementeme pregunto si sería tanmalo conocermis orígenes. No creo que yo cambiepero…—Selequebrólavoz—.NoquierohablardeellocontíaBlancheniconJuliannaporquenodeseoquepiensenquenomesientoqueridaoagradecidaopartedelafamilia,porqueséquelosoy.Ellassonmifamilia,vosotrossoismifamiliasinimportarnadadelodemás,sinembargo…

Denuevosesintiómortificada.Clifflahizogirarseymirarloalacara.—Mel,esnormalquetepreguntesquiéneserantuspadresydedóndevienes,ynotedeberías

sentirculpableporellonihasdepreocuparteporqueJulsotíaBlanchetecreandesagradecidaporello.Estoysegurodequetecomprendenynolesimportaráqueleshablesdeello.Esmás,estoyconvencidodequesesentiránfelicessicreenquepuedenayudarteenesesentido.Noobstante,nodebierassentirtecomouna intrusay,desde luego,nocreasquenotemerecesestardondeestásnisentirte menos que cualquier dama o caballero. Eres toda una dama, inteligente, generosa, unapreciosajovenqueharáafortunadoalcaballeroalqueelijascomoesposo.—Porunmomentoparósudiscursoyenarcólaceja—.¿Mel?—preguntóconsuavidad—.¿TieneestoalgoquevertambiénconMax?

Amelialomiróconlosojosmuyabiertos,sorprendidosperotambiénavergonzados.—No.Sí.¡Ay,nosé!—Bajólavistatotalmentecoloradaysepusoadeambularlentamente—.

Esunpocode todo,Cliff.—Segirópara enfrentarlo con lamirada suplicante—.¿Nodirásnada,verdad?Estan…

“Humillante”,pensó,perolapalabrasequedóensuslabios.Clifflasujetódeunamano.—Nodirénada,querida.Ellalevantódenuevolavistaysuspiró—Estoytanconfusa.Sonmuchascosas.Latemporadahasidodivertida,emocionanteydeveras

mehagustado.Pero,enocasiones,hetenidoesossentimientosdedesapego,desertandiferente.Ypor otro lado está, está…—Miró a lo lejos para no sentir tanta vergüenza—. Creo que me hesentidounpocodesilusionada,Cliff.Nohavenidoniunasolavezentodoelaño.Escomosinoleimportase.

Cliff le sujetó de nuevo lamano, la colocó sobre su brazo y la apretó un poco, dándole eseapoyoycariñosilenciosoqueAmeliaagradecía.

—Nocreoqueseaeso,Amelia.AMaxleimportas.—“Ymásdeloqueélcree”,pensóperonolodijoparanoenredarmás lascosas—.Esteera suúltimoañoen laMarinaReal.Sabíamosquequeríavolveracasapero,parahacerlo,debíacumplir con sudeberhastael final, sino jamás sehabríasentidobienconsigomismo.Loconozcobienysehabríaconsideradodeslealconsupaísyunmalcapitánsinohubieseconcluidosulaborhastaelfinal.Teníaunaresponsabilidadparaconsunación,consushombresyconsigomismoynopodríahaberdadolaespaldaaesaresponsabilidadpormuchoquelecostase.Meconstaquelamentanohaberestadocontigoestosmeses,peroesunmarino,uncaballeroyunhombredehonor.Eldeberestáporencimadelosdeseos,pormuchoquenoscueste.

Ameliaasintió,comprendíabienloqueledecía,peroenelfondonosesentíarealmentemejor,seguíasintiéndosesolaytriste.

—Loentiendo,Cliff.Detodosmodos,soyconscientedequeloqueyosientoporMaxnoeslomismoqueloquesienteélpormí.Mequiere,esolosé,peroparaélsoy,ymetemoquesiempreseré, la pequeñaMel, esa hermanita a la que debía proteger de los dragones y los canallas delmundo.—Rioconciertamelancolía.

—Mel.—Lamiróconfijezaunossegundos—.Esposiblequetengasrazóny,quizás,paraMaxno llegues a ser nunca, a sus ojos, nada distinto a su hermana pequeña. Paramí eresmi hermana

pequeña, y siempre serás mi hermana y te querré como tal. Pero estaba enamorado de Juliannacuando sehaproducido estamaravillosa transformación en ti,mi corazón siempre estuvo a salvo.Puedoasegurar,sinriesgoaequivocarme,quenoeresesajovencitadehacecuatroaños,noeresunaniña.Eresunajovenhermosa,preciosa,queconsiguequeloshombressegirenparamirarla.Créeme,aEthanyamínoshasvueltolocosespantandoamásdeuncaballerotunante.—SonriómaliciosomientrasobservabacomoAmeliahabíaenrojecidounpocoavergonzadayabrumada—.Amisojos,yanoeresunaniñaynocreoqueloseasalosdeMax,nocuandovuelvaaverte.—“Deesoestoyseguro”,denuevopensó—.Cuando fui conscientedequequería a Julianna, tantoque inclusomefaltabaelairesiestabalejosdeella,noparéhastaconseguirla.Tutíamemataríasimeescuchasedecir esto pero, si de veras crees que Max es el hombre adecuado para ti, deberías intentarconseguirlo. Yo tuve la fortuna de mi lado y, por razones que aún no me explico, Julianna mecorrespondía.Sinolohubiesehecho…—Negóconlacabeza—.Lociertoesquenoséquéhabríasidodemí,pero loque sí teaseguroesque jamáspodríahabermeperdonadonohaber intentadoconquistarla.

Amelialomirópensativaunospocosminutosydespuésdenuevosepusoacaminarjuntoaél.—Cliff, el inconveniente es que si no lo consigo puede que no sea yo la que única que salga

dañada,sinotodalafamilia.—Mel,imaginemosquerealmentenolograseselcorazóndeMax.—“Aunquealgomediceque

eseidiotasolonecesitaunpequeñoempujónenladirecciónadecuadaporquellevaañosqueriéndotecomo algo más que una hermana aunque no lo sepa”—. Puede resultar difícil al principio, sinembargo, lascosasvolverían tardeo tempranoasucauce.Comotúbienhas indicado,somosunafamilia, y no dejaremos de serlo por difíciles que se pongan las cosas en alguna ocasión.¿Recuerdas lo que pasó con Julianna y conmigo?Ellame perdonó.Túme perdonaste.Tu tíameperdonó.Nospersonasteisa todos,alconde,a lacondesa,aEthan.Yesoque loquehicimosfueimperdonable,pormuyhonorablesquefuerannuestras intenciones.Y,ahora,míranos, todoesohaquedadoatrás,yaningunonosacordamosdeello.

Amelialomirópensativadenuevo.—Entonces,¿quémepropones?PorquelodeconseguiraMaximplicaconquistarlo,seducirloy,

lo cierto es que, en fin, dudo que pueda competir con todas esas damas con las que suelerelacionarsey,ahoraquevuelve,estoysegura,todamujerdeLondresintentaráconquistarlo.

Cliffsonriósatisfecho.—Mel.Enprimerlugar,tepuedoasegurarqueeresunadelasmujeresmáshermosasdeLondres,

ynolodigoporquenoseaimparcial,queobviamentenolosoy,sinoquelodigoconrotundidadyconhechosquedemuestranlaverdadindiscutibledeloquedigo.Comoheseñalado,Ethanyyonohemosparadodequitartede encimacaballeros comosi fuerasun tarritodemielqueatrae a todaabejaenmillasalaredonda.—AmeliaenrojecióyCliff lesujetóelmentónobligándolaamirarlo—. Eres preciosa y esos ojos conseguirían que se le abriesen las puertas del cielo con solo unacaída de pestañas.—Amelia rio y le dejó tomarle el pelo. Le gustaba cuando Cliff coqueteabainocentementeconella—.Ensegundolugar,cuentasconunaventajaqueningunamujerdeLondrestiene.—Ameliafruncióelceñointerrogativamente—.Maxyatequiere.Solohemosdedemostrarleque te quieremásde loque creeo cuandomenos, quehadequerertemásde lo queya lohaceporqueeres lomejorque lehapasadoen lavida.—DenuevoAmeliaenrojeció,notandoademásque le latía el corazón tan fuerte queparecía que se le salía del pecho.Cliff parecía abrirle unapuerta a la esperanza que jamás creyó posible—.Y por último, ymás importante, cuentas con lainestimableayudadeunexpertoseductor.Yotevoyaayudaralograrqueesepobrefuturoduquecaigaatuspiesirremediablemente.

Se rio con una carcajada mientras que Amelia se unía a su risa. Después de unos segundos,Amelialemirósonriendo.

—Pero nada de sorpresas como las de Julianna, no creo que mi tía me deje colarme en eldormitoriodeMaxparadejarlenotas,regalosnicosasporelestilo.

Cliff se rio recordando cómo,durante las semanas enque sepropuso conquistar a Julianna, lepreparótodotipodesorpresasdejándoleregalosensudormitorio,notaseinclusountelescopioparaquemirasedesde subalcónelpuerto en elque tenía algunosde susbarcos cubiertosde faroles,lámparasyantorchasparademostrarle lomuchoque laamaba,esosinmencionar lasapasionadasnochesdeamorqueconsiguiódisfrutarconella.

—Lo prometo. Aunque… —Alzó una ceja con picardía—. Algunos truquillos sí estaránpermitidos ¿verdad? —De nuevo la miró con una interrogación de ansiosa esperanza ante laperspectiva de una futura diversión en su expresión—. Algunas artimañas para atraer a nuestrapequeñamoscaanuestrateladearaña.

Amelialomiróconfalsaindignación.—Eso me convierte en una araña y a Max en una mosca. Umm... No sé si me gusta la

comparación pero… —Hizo un gesto divertido con la mano y dijo—: Permitiremos algunasartimañas.

SeriotandivertidacomoCliff.—Bien—dijo intentando parecer serio—. En ese caso, querida, acabamos de convertirnos en

sociosconspiradores.Tratohecho.Leextendiólamanofrenteaellaparacerrarelacuerdo.Ameliaintentóigualmenteparecerseria.—Señor mío, trato hecho. Tengo la sensación de que acabo de sellar un acuerdo con el

mismísimo diablo pero, como siempreme habéis dicho que soy algo tirana creo que, mi queridodiablo,ustedyyonosvamosallevarfrancamentebien.

SerieronmientrasseestrechabanlamanoydespuésClifflebesólafrenteconcariño.—Deberíamosverdóndeestánmisdosgranujillas,porqueleshemosdejadodemasiadotiempo

trotarlibres,yconpocoquelesdejesoncapacesdeconvertirseenunossalvajes.Amelia se rio.Después de recoger a los pequeños, regresaron a lamansión donde entregaron

floresa todas lasdamasde lacasa,yaqueparecíanhabercogido todas las floresquesehabíanencontradoporelprado.Unpocomás tarde llegóunanotadelalmirante informandoque tantoélcomoEugene,Maxyelmarquésnollegaríanesamismatardesinoaldíasiguienteporelestadodela carretera desde Cork al condado, ya que no querían arriesgarse a tener algún percance. Alenterarse,Ameliaparecióunpocoaliviada,despuésdelaconversaciónconCliffhabíadecididoquelomejoreradejarseguiarporél,ydebíamentalizarseparaello,demodoqueunanochemásparahaceracopiodevalornolevendríamaldespuésdetodo.

Antes de la cena, como siempre, se reunieron en el salón.Cliff se acercó aAmelia en cuantoentróconcaradeniñotravieso.

—Hola,hermanita.—Lediounbesoenlamejilla—.Demomento…—Lelanzóunaprovocativamiradadelospiesalacabeza—Puedoaugurartemuchoéxitoennuestracaceríasisiguesllevandovestidoscomoeste.Estáspreciosa,Mel.

AunqueAmeliaseruborizóunpocoporelhalagonopudoevitarreírseporelmodojuguetónypícarodehablardeCliff.Desdeluego,eraunhombredivertidoyconungransentidodelhumor

—Gracias.Aunque—Sonriócomolohacíaél—nohabíamosquedadoenqueyoeraunaarañaymi presa unamosca.Umm…sí, quizás seamás apropiado queMax sea un zorro escurridizo oquizás unpato depicodorado, de esos que se esconden cadavez que escuchanmovimiento a sualrededor.Sí, sí…megusta la ideade ser una cazadora, recuerdaque el almirantenos enseñó adispararatodashaceunosañosyyohepracticadobastante.

Cliff se rio conuna sonora carcajadamientras le ofrecía el brazopara acercarla a unode lossillones.

—Ay,Mely,creoquenosvamosadivertir,Maxnosabeloqueleespera.Sonrío malicioso imaginándose al pobre Max, que pensando que regresaba por fin a aguas

tranquilas,seibaaencontrarconelmayorhuracándesuvida.—Mel.—Lesusurrabaacercándosealgrupo—.¿Quieresquese locontemosaJulianna?Creo

queteayudarácontarconella.Piensaqueesacaritadebondadescondeunmaquiaveloperverso.—

SonríoantelacaradesorpresadeAmeliaysiguiósusurrándole—.Llevaañosleyendoconavideztodosloslibrosdebatallasnavales,misdiariosdeabordoylosdelalmiranteyhaescuchadodebocadetodoslosoficialesymarinerosquehaconocidoestosañoslashazañasdetodosellosylashistorias de sus viajes.Créeme, si tuviese que planear una guerra,me la llevaría conmigo, es unaafanosa y tenaz leona cuando se trata de planear, calcular y prever batallas ymovimientos. Estamujercitamíasehareveladocomounamanipuladoranata.

Ambosserierondivertidos.—¿Quiénesunamanipuladoranata?LavozdeJuliannasonójustoalaespaldadeambos.Nosehabíandadocuentaningunodelos

dosdeque,desdequeCliffseacercóaAmelia,Juliannalosestuvoobservandointrigada,conocíabienlaexpresióndelrostrodesumaridoysabíaquealgotramabaasíque,encuantosepusieronacaminar, se levantódisimuladamentede su asientoy se puso a caminar tras ellos, pero solopudoescucharesasdosúltimaspalabras.Losdossegirarondegolpealescucharsuvozyserieron.

—Manipuladoraycuriosaimpenitente.AñadióriéndoseentredientesCliffaltiempoquelecogíaelmentóndemodocariñoso.Amelia

serioaúnmáscuandoJuliannamiróasumaridoconelceñofruncidoporlaimpertinencia.—¿Yosoy lamanipuladora?—preguntóabriendo losojos,aunquehabíaunbrilloevidentede

diversión en ellos–.Y, además, curiosa.—Miró aAmelia–.Bien, bueno, quizás curiosa sí soy.—Reconocíalaevidenciaalhabersidocogidaenfalta—.Peromanipuladora.¿Yo?—dijoalargandolaspalabrasexageradamenteyconuntonosuaveenlavozquehizoqueAmeliaserieseaúnmás.

Cliffseagachóylediounbesoenlamejillasonriendopícaro.—Yaunconesosdefectos,teadoro.—Seenderezóyseencogiódehombros—.¿Quélevoya

hacer?Soyunciegoenamorado.Untíteremanipuladoporestaspreciosasmanos.—BesójocosolasmanosdesuesposaydespuésmiróaAmeliaintentandoparecerserio.

—Oh, sí, sobre todo eso. Tú,manipulado, y ¡títere nadamenos!—Julianna hizo un gesto defalsaindignación—.Ahoraponeosserios¿Quéestáistramandovosotrosdos?Seosvealeguasdedistanciaqueostraéisalgoentremanos.—Mirabaalternativamentealosdosconfabuladores.

Cliffencogióloshombrosinocentemente.AmelialepusolamanoenelbrazoaJuliannayconunaexpresiónrisueñaensuslabiosconcluyó:

—Telocontarédespuésdelacena,peronodigasnada,porfavor.Juliannalesostuvolamiradaunsegundoyasintió.—Por supuesto, cielo, seré unamanipuladora curiosa con los labios sellados—contestó para

afirmarsuaceptaciónmientrasdenuevoCliffyAmeliasereían.En esemomento elmayordomo anunció la cena yCliff acompañó a ambas hasta el comedor,

donde transcurrió la velada como de costumbre. Julianna sugirió a Amelia que hablasen cuandotodosseretirasenparapoderhacerlocontranquilidad.

Con la casa casi en silencio total, Amelia se reunió con Julianna en la salita privada de esta.Apenasiluminadaporlasvelasdeloscandelabroscolocadosencimadelasdosmesitassituadasaambos lados de uno de los sofás y por las llamas todavía danzantes de la chimenea, las dosjóvenesdamassesentaroncómodamentemientraspodíanver,graciasaqueseencontrabaabiertalapuerta que unía esa sala con la habitación de Anna, a Cliff entretenido y embelesado acunandoamorosamenteaunadormidabebéqueparecíaencontrarenlosbrazosdesufornidopadrelamejordelascunasyelcalornecesarioparadormirplácidamente.Juliannasonrió.

—Estáenamoradodesuniña,¿quélevoyahacer?—Seencogiódehombrosresignadaysonriódenuevo—.Dime,Mel.—Segiróparapodermirarlaalacara—.¿Quéesloqueocurre?

MeldirigiósumiradaasuhermanaydesoslayomiróaCliff,queseguíatotalmenteabsortoconsupequeña.

—No quiero que te preocupes—dijo con severidad—.Realmente no ocurre nada. Solo estoyalgopensativaymeditabundadesdehaceunosdías.

Juliannalamirófrunciendoelceño.

—¿Pensativa?Amelia asintió y después miró hacia el baile hipnótico del fuego, consiguiendo que su rostro

adquiriese un bonito tono anaranjado y un reflejo en su cabello que le daba cierto aire aniñado.Juliannasonrióalvenírselealacabezaalgunasdelasimágenesdelosúltimosaños,desuhermanay ella frente a la chimenea en los días deNavidad, o con tíaBlanche intercambiandohistorias yanécdotas.

—¿Mel?¿Porqué?Lapreguntaquedóenelaire.Amelialamiródenuevo.—Llevo unos meses recordando el tiempo que estuve en el orfanato. Supongo que el haber

pasadomiprimeratemporadasocialmehahechorecordaresosañosylanecesidadde,de…bueno,ya sabes, de ser discreta en cuanto amis orígenes.He recordado esos años en Saint Joseph, lashoras preguntándome quiénes podrían sermis padres o por quéme abandonaron o si alguna vezpensabanenmí.—Hizounapequeñamueca con laboca—.Aestas alturas, despuésde todoestetiempo,séqueesunatonteríaponermearecordaresosañosoinclusovolverateneresasensacióndevacíopornoconocerunapartedemíqueesmuyprobablequenollegueaconocernunca,sinembargo…

Hubounossegundosdesilencio.—Sin embargo, no puedes evitar preguntarte todas esas cosas—continuó Julianna. Alargó el

brazoyalcanzó lamanodeAmelia.Suspiró—.Esnormalque, enocasiones, tepreguntespor tusorígenes,Mel.Yomehepreguntadomuchasvecescómoseríamimadreocómopodríahabersidomividasi lahubieseconocido.Amelia, sicreesquedebes intentaraveriguaralgode tuspadres teayudaremos.Quizásnoencontremosnadaoquizáslleguemosaaveriguartodalaverdadpero,paseloquepase,esonocambiaránadaparatodosnosotros.Túeresmihermanaysiempreloserás.Tequerréahora,mañanaydentrodetreintaaños,tantosidescubrimosalgocomosino.

Amelialamiróysonrióconunbrillodeagradecimientosinceroensusojosyconunasilenciosamuestradeamorenloslabios,másaúnporutilizarsiempreelplural,pordecirledeesemodoquenoestabasolayquenuncaloestaría.

—De todosmodos—continuó—, nome gustaría que cambiase tu opinión de timisma por tusposiblesorígenesniporloquepudieronhaceronohacertuspadresdiecinueveañosatrás.TúeresAmeliaMcbeth,nuestraMel.Unahermosa,maravillosa,cariñosa,generosa,inteligenteydivertidadama,hermana,tíaysobrina,queesqueridayrespetadapormuchaspersonasporloqueesellasinimportarnadaninadiemás.

JuliannaleapretólamanomientrasqueAmeliadejabacaeralgunaslágrimasdeemociónporsusmejillas.Juliannaseacercóaellaylepasóelbrazoporencimadeloshombros.Despuéslediounbesoenlamejillaylesecólaslágrimasconunpañuelo.Ameliasonrióyledevolvióelbeso.

—Gracias,Juls,ereslamejorhermanaquepodríadesear.Yotambiéntequieromuchoapesardequeavecesmeriñas.

Ambassonrieronconcomplicidad.—Yonoteriño,expresoopinionesdemaneratajante.—Lasdosserieronsuavemente.Después

de unos segundos Julianna insistió—. Pero eso es solo una parte ¿verdad?—Alzó las cejas a laesperadequeAmeliacontinuase.

—Supongoquehanvueltoesosrecuerdosyesossentimientosporeltemoraque…—Hubounossegundosde silencio—.Ay, Juls,no lo sé.Hahabidomomentosestosmeses en losquepensaba,cuandoteníaauncaballerodelante,sieraeladecuadoparamí,ymientrassopesabalasvirtudesydefectosdelmismo,meveíaamímismaintentandoexplicarlemisverdaderosorígenesporque,siaceptase casarme con alguien, no podría ocultarle ese hecho.No sería justo para ninguno de losdos, y siendo del todo sincera, nome veo capaz de vivir unamentira como la de fingir ser otrapersonatodamivida.

De nuevo se hizo el silencio.Amelia suspiró ymiró fijamente el fuego como si buscase en élalgunas respuestas. Julianna permanecía en un silencio solidario, procurando comprender a su

hermanaysobretodomostrarleeseapoyoincondicionalquesindudanecesitaba.—Enelfondocreoquetodotieneelmismopuntodeorigen.—Fruncióelceñoydespuésagachó

lacabeza—.Séloqueocurrerealmente.—Suvozsefuehaciendoalgomásdébilalfinal,comosisesintieseavergonzadaymortificadaporello—.Hetenidodemasiadotiempoparapensarenestoyhastaelmásnecioyciegodeloshombrescomprenderíaloqueocurre.—Segirósuavementeparapodermirarmejor a Julianna, que permanecía callada y con los ojos centrados en ella—. Llevoaños enamorada deMax. Profundamente enamorada de él.No hay caballero al que no compareconél.Lo tomocomomodeloyningúnhombrepareceestara sualtura.Yalmismo tiempo,creoque es el único que me acepta tal y como soy sin importar quiénes fueran mis padres, ni lascircunstanciasdeminacimientoymiposteriorabandono.Maxconocemipasadoynoleimporta.—Derepenteparóyfruncióelceño—.Bueno,ahoraqueloexpresoenaltavoz…—Alargóunpocolaspalabrascomositemiesereconocerlaideaqueacababadecruzarporsumente—.Noleimportaquién soy en cuantome ve como una hermana, sin embargo, yo quiero ser algomás, quiero sermucho más para él. Quizás, quizás mi pasado le importaría si, si, bueno si tuviere que mirarmecomo…

—¿Comomujer?—Julianna preguntó sin más ante su vacilación. Amelia asintió sin mirarla—.Mel. Mel, mírame por favor.—Amelia levantó la vista y la encaró—. Vamos paso a paso. Loprimero,elsincerartecontufuturoespososobretusorígenesesunadecisiónquesolopuedestomartú. Desde luego, conociéndote, sé que no podrías vivir una mentira con alguien con quiencompartiríastodatuvida,perocreoqueelcaballeroalqueelijas,sitequieredeveras,obviaráesedetalleoalmenosdeberíaobviarlo,independientementedequepuedapermanecerensecretoentrevosotros para no perjudicaros a ambos de cara a los demás. Pero si de verdad es el caballeroidóneo, sabrávalorarno solo lomagníficaqueeres sino, además,queeresunapersonadignadeadmiraciónporconvertirteenlamaravillosaAmeliaquetengodelantedemíapesardetodoloquehastenidoquepasarentuniñez.Porotrolado,esperoquenoteenfadessi tedigoquesiemprehesabidode tucariñoporMaxyqueesecariñoha idocreciendoaño trasañohasta…bueno,hasta,como tú dices, llegar a convertirse en lo que es hoy. —Sonrió mientras Amelia se ruborizabaligeramente.

—Supongo—dijoconmortificaciónenlavoz—.Supongoquenosoymuybuenaocultandomissentimientos.¿Hesidodemasiadoobvia,noescierto?

Juliannasonrióylecogiódelasmanos,quepermanecíanentrelazadasensuregazo.—Quizásobviaseaexagerar.Sitesirvedeconsuelo,nocreoqueseastantransparentealosojos

delosdemáspero,túyyohemospasadomuchascosasjuntasycreoquenosconocemosdemasiadobienlaunaalaotra.

Ameliasonrióalgoaliviada.—Supongoquetienesrazón.Nocreoquenadiepuedaconocermetanbiencomotú.—Fruncióel

ceñoyporunsegundosemordióellabio—.Bueno,quizáslatía.—MirófijamenteaJulianna—.Esdifícil ocultarle nada, creo que tiene una parte de bruja —dijo con complicidad maliciosa conJulianna.Estaserio.

—Noapostaríaencontradeesaidea,aveceslatíadamiedo,oesbrujaoespíatraslaspuertas.—Lasdosse rieron—.Decualquiermodo,esesentimientoporMaxconvierteacualquierhombreque compares con él en alguien que seguro no llega a estar a su altura porque, sea como fuere,siemprelefaltaráalgoyesealgoestucorazón,notienentucorazón.—Amelialamirabacallada—.Mel, yo conozco todas las virtudes demimarido y aun cuando pueda ver en otros hombresmuchasdeesasvirtudesamisojosjamásseránmejoresqueélnisiquieraseponenasualturaporqueparamísiempreseráél,soloél.Demodoquecomprendobienloquedices.

Suspiróymiródenuevoen ladireccióndondeestabaél, quepermanecía sentadoenun sillónconsubebéenbrazoscanturreándolelaquesería,seguro,unadeesascancionesquecantabanlosmarinerosdesubarcoypor lo tantounacancióndel todo inapropiadapara lasoídosdeunaniña,pensóqueeraunalivioquefuesedemasiadopequeñacomoparaentendernadadeloqueescuchaba

asualrededor.—Mel. Si crees queMax es el hombre que puede hacerte feliz debes decírselo o, almenos,

intentarsabersideverdadéltequieredelmismomodo.Puedeque…Sequedóunmomentopensativay, tras unos instantes, para sacarla de sus, de repente intensos

pensamientos,Amelialainstósuavemente:—¿Juls?—Losiento,cariño,meheperdidoenmisdivagaciones.Verás,Maxtequierey…—Seremovió

unpocosobresuasiento—Comonosestamossincerando,estimoelmomentodeponer lascartassobrelamesa.—Tomóairedemanerademasiadosolemne,pensóAmelia—.HahabidovecesenlasquemehaparecidoquelaformaenqueMaxtemirabaibamásalládelamiradadeunhermanoaunahermana,perocomoaúnnoparecíaspreparada,noqueríadecirnihacernada.

AmeliafruncióelceñocomosinoalcanzasesurazonamientoyJuliannalocomprendió.–Erasaúndemasiadojovenyél,él,tampocoparecíaaúnpreparadoparadarningúnpaso.—Hizo

ungestodespreocupadoalaireconlamano–.Decualquiermodo,ahoraesahora.CreoqueMaxytúhacéisunaexcelentepareja,esmás,creoquesoisperfectoselunoparaelotro,ypuestoquetúconocesbien tus sentimientosy laprofundidadde losmismos, loúnicoque tenemosquehacer eslograr queMax comprenda también los suyos.—Señaló con rotundidady conuna firmeza y unaseguridadensuvozqueaAmelialellegóalcorazón.

—Pero Juls, es posible queMax solo me quiera como su hermana y que ese sentimiento nollegueacambiarnunca.

Juliannanegóconlacabeza.—¡Ah,no!Esebobotequieretantocomotúaél,soloqueaúnnolosabe,peroprontolosabrá.Ameliasintióciertaemociónporlaseguridaddesuhermanapero,almismotiempo,unescalofrío

de terror le recorrióelcuerpo, temiendohaberledadodemasiadasalasaJuliannayaCliff, sobretodoalaprimera,queparecíatenerunbrillodeemociónensuspreciososojosmielquepusieronenalertaaAmelia.

—Juls…—dijo con cierta advertencia—.Cliff ha prometido ayudarme, pero no llevemos estodemasiadolejos,piensaquenosolonospodríaafectaraélyamí.

Juliannasonrióehizoungestoconlamanocomorestandoimportanciaalasunto.—Tendremoscuidado,peroMaxseríaunneciositedejaseescaparpornosercapazdeadmitir

loquesienteporti.—De verdad, Juls, creo que estás asumiendo como ciertas tus suposiciones. No puedes estar

seguradequesolosientacariñofraternalpormí,creoque tusdeseos tehacervermásalláde larealidad.Esmáspresumo,no,temo,quedesporciertoalgoquesoloestáentuimaginación.

—Nimuchomenos.Noolvidesqueosheobservadoduranteañosalosdos.Esposiblequeelcariño deMax hacia ti comenzase de unamanera absolutamente inocente, fraternal en su origen,pero te aseguroqueha ido cambiandoy creciendo en estos años.Sé cómomiraunhombre a unamujeralaquedesea,yMaxmuchasvecestehamiradoasí,ycuandovuelvaaverteteprometoquetúmisma lo podrás comprobar. Aunque permanezcas siendo tú, este año has cambiado, eresmásmujer.InclusoCliffmelohizonotarcuandotevimosnadamásdesembarcar.Habíamosestadolejosunosmesesy,quizás,poresofuemásevidenteparanosotrosqueparatodoslosquetevenconmásasiduidad.Dehecho,suexpresiónfue“Ay,Dios”y“voyatenerquemataramásdeuncaballeroestosmeses”.—Amelia se sonrojó de puro deleite y se rio tontamente—.Te puedo asegurar queestásdeslumbrante,casinoquedanadadelaniñadehacecuatroaños,yMaxlonotaráinclusomásque nosotros, porque lleva más tiempo sin verte. ¿Un año, más o menos? —preguntó, aunconociendolarespuesta.Ameliaasintió.

EneseinstanteentróCliff,quefuedirectamentealachimeneaparaavivarunpocoelfuegoqueparecíairconsumiéndosesinhaberlonotadolasdosdamas.Segiróparamirarlas,yaquesehabíanquedadocalladas,ymientrasseapoyabadeunamanerarelajadaenelmarcodelamismacruzandolosbrazosalaalturadesupecho,dijosatisfecho:

—Migatitaestáprofundamentedormida.Juliannalomiróconelceñoalgofruncido.—Esoqueleestabascanturreando…nolodigas.UnadelascancionesdeMcgregor,¿verdad?Cliff se rio pero no respondió, sobre todo porque sabía que a su esposa le encantaban esas

canciones,selassabíamejorqueél,aunquerefunfuñasesinmuchaconvicción.—¿Y bien, mis queridas señoras? ¿Podremos torturar a ese infortunado caballero también

conocidocomolordMaximiliamRochester,aliasMax?PoreltonodivertidodesuvozylaentonaciónempleadaalmencionaraMaxlasdosmujeresse

miraronynopudieronevitarreírse.Finalmentelasdosasintieron.—Bien,bien.—Cliffsefrotabalasmanosconaireconspiradordisfrutandodeladiversiónque,

sin duda, parecía encontrar en la situación—.Aunque, espero,mis queridas damas, comprenderánque,enestaocasión,nosoloactuarécomoperversomaquinadorparaatraeranuestrasredesaesecaballerosino,además,comotorturadordeunposiblepretendientedemiadoradahermana,alaquehedeprotegerdelasposibles“artesdeseducción”deeseconocido“truhan”.

—¿Perverso maquinador? ¿Torturador? Ay, Dios ¿Qué he hecho? —preguntó con los ojosentrecerradosAmeliamirandoaJulianna.Estasereía.

—¡Cliff!, promete comportarte —decía aún riéndose Julianna–. Max ha de ser atraído, noespantado,asíquehazelfavordedejaraunladoesaansíasobreprotectoraqueseapoderadetiencuantovesauncaballeroamenosdecincomillasalaredonda.—Leriñósinmuchaconvicción.

—Querida—Lamiró con esa sonrisa perversa que le iluminaba el rostro convirtiéndolo en unatractivoeirresistiblepetulante—,hayhábitosquenosepuedenabandonar,sinembargo,sípuedoprometer no espantarlo con cajas destempladas salvo que se comporte demanera inadecuada.—Sonreíaaúnmáscuandolevantóelmentónenseñaldeprepotenciamasculina—.Aunasí…

—¡Cliff!—exclamaronlasdosalunísono.Élserio.—Estábien,estábien,serébueno.Almenostodolobuenoquepuedeseralguiencomoyo.—

Denuevosonriómalicioso—Estarde.—SuspiróAmeliatrasunossegundos—.Deberíadejarosdormir.—Sepusoenpie—.

Siosparece,podríais empezaraaconsejarmeapartirdemañanapor lamañana.Megustaría salirconlosgemelosamontartemprano.

CliffseenderezóencuantoAmeliaselevantóyseacercóaella.—Enesecaso,podríamoshablarmientrasmontamos.—MiróaJuliannaaltiempoqueleofrecía

elbrazoaAmeliaparaacompañarlahastasushabitaciones—.¿Nosacompañarásmañana,amor?JuliannaselevantóyantesdedarleunbesoenlamejillaaAmeliadijo:—Por supuesto, creo que me vendrá bien montar un rato, además, quiero comprobar por mí

mismaquelospequeñosrealmentesehanadaptadotanbienasuscaballitoscomoaseveráistodoscontantarotundidad.

AmeliayJuliannasedieronlasbuenasnochesy,alllegaralapuerta,Ameliasegiróydijo:—NohacefaltaquemeacompañesCliff.—Sepusodepuntillas,lebesólamejillayseseparó

unpoco—.Solotengoquecruzarelpasillo.Buenasnochesygracias,ereselmejorhermano.—Lesonrióycruzólapuertacerrándolatrasella.

CliffsegiróycomenzóaandartrasJulianna,quesedisponíaaabrir lapuertaquecomunicabacon su dormitorio. Nada más cruzarla Cliff ya la había alcanzado y la abrazaba por detrás,inclinándoseparadepositarleunbesodetrásdelaoreja.

—Nollamesatudoncella—lesusurró,ydepositóotrobesoaltiempoqueJuliannaapoyabasucabeza en su hombro—.Yo te ayudaré a desvestirte.Creo que empezaré por esto—iba diciendomientraslesoltabaalgunasdelashorquillasdelpelohaciendoquecomenzaseacaerleencascadapor laespalda—.Ydespués…—Bajóunpocodelvestido,dejandoalaireunodesushombrosydepositándoleunbesoenlapieldesnuda—.Poresto…

—Creo,creo…—susurróJuliannamientrassegirabadentrodelosbrazosdeCliff.

—¿Quécrees,amor?—decíaconloslabiossobrelapieldesnudadelnacimientodesuspechos.Juliannajadeó.—Umm…Loheolvidado.Cliffseriosuavementesobresupieleinstantesdespuésambosolvidaronalrestodelmundo.

Capítulo2

A primera hora de la mañana salieron a montar según lo convenido, y tanto Julianna como

Amelianopudieronparardereírcon lasocurrenciasdesumaridosobrecomoatraparal“truhan”pero, especialmente, por las artes de seducciónquemuchasmujeres habíanutilizadodurante añosparaintentarseducirleoatraparle.Lociertoesquelejosdemolestarseosentirseofendidas,lasdosdamas se sentían fascinadas, asombradas y, sobre todo, admiradas por la inventiva de su propiogéneroalahoradelograrlaatraccióndealgúncaballero.Deregresoalamansión,ypuestoqueempezaba a bullir la casa de personal y criados preparando los festejos para la boda,Amelia seofrecióajugarconlosgemeloseneljardínencompañíadesutía,demodoque,trascambiarsederopayponerseunbonitovestidodemuselinaconmuchasflorecitasyungraciososombrerodepaja,salióconlosniños.CasiunahoradespuésvieronaEugenecorrerporeljardín

—¡TíaBlanche!,¡Mel!Alllegarasualturalastresseabrazaron.—Geny,estáspreciosa.Senotaqueestásfeliz,parecesbrillar.Ameliasereíacómpliceconsuamiga—Esqueestoyfeliz.Detrás de ella se acercaron su padre y Jonas con solemne aire de aristócrata, pero con esa

miradadivertidayrisueñatanpropiasuya.EnseguidaAmeliaseacercóadarlesunbesoyabrazarlesaélyalalmirante

—Almirante.—Pequeña,¿peroquéosdandecomerporaquí?Estásmáshermosa todavía,ycreíaqueera

imposible.Ameliaserio.—PoresecumplidolerecompensaréinformándoledequeJulshahechotartademoras.—Sabíaquenopodíamosretrasarmásnuestrallegada.Amelia empezó a notar un cosquilleo en la nuca, se giró y vio a escasosmetros la imponente

figuradeMax,queseacercabaconeseaireseductor,segurodesímismoycapazdederribarlosmurosmásaltos.Sucorazóndiounvuelcoespecialmentecuandoempezóanotaruncambioensumirada,conformeseacercabaconlosojosfijosenella.Dejódeoírlasvocesdelaconversaciónasuespalda,lasvocesdelosniñosabrumandoalalmiranteeinclusocualquiersonidoaunamillaalaredonda.Fuecomosieltiemposedetuviese,exceptoesehombrequeseacercabaaella.

Amenosdemediometrodeella,sedetuvoconunaexpresiónserena,peroalgotensa,queellanohabíavistonunca,yconunosojosenlosqueelazulparecíair invadiendopocoapocoelgrispredominantedeordinarioenellos.Porunosminutos,queaAmelialeparecieroneternos,élnodijonada.Eracomosiningunodelosdospudieseosupiesequédecirparainterrumpiresatensiónsurgidadelanadaentreellos.

—Amel…—TragósalivayporprimeravezensuvidaAmeliaviociertavacilaciónensuvozyeso le produjo un cosquilleo en la piel extraño y fascinante al tiempo. Max carraspeódisimuladamente—.Amelia.—Letomólamanoyselallevóaloslabiossindejardemirarlaalosojos—. Querida Amelia, me alegro de verte. Estás…—Pareció vacilar a la hora de buscar unadjetivo—.Preciosa.

Amelia, recordandomilagrosamente losconsejosque lehabíadadoCliff,procurómantener lacalmaeinclusomostrarsealgofríaeindiferente,almenoslosuficienteparanorevelarlelomucho

quelaalteraba.—Gracias,Max.Bienvenidoacasa.Nosalegramuchotenertedevuelta,ymásaúndespuésde

las gratas noticias recibidas sobre tu actuación estos meses. Estamos todos profundamenteorgullososdeti.

Sonrió, obligándose a dirigir, muy a su pesar, su mirada a las personas que se hallaban a suespalda y privarse del placer de ahogarse en esas preciosas lagunas azuladas que parecíanamenazar con desbordarse mirándola de ese modo. ¿Sería esta la forma en que un hombre quedesea aunamujer lamira, tal comodecía Julianna?De ser así no le importaría sentirse como sesentía en esemomento durantemucho tiempo, ni ser el objeto de esamirada el resto de su vida.Sentíauncalorcitodesconocidoensucuerpoqueeraagradableyalarmanteporigual.

—Peques.—Segiró,soltandolamanoqueMaxnolehabíadejadodesostener—.Miradquiénestáaquí.

Losgemelosmiraronlaaltafiguraasuladoysonriendoseabalanzaronaporél.—¡TíoMax!—gritaronalunísono—¿Hasmatadomuchospiratas?—preguntóansiosoMaxi.–¿Y encontradomuchos tesoros?—dijoMely al tiempo queMax se agachaba para auparlos

riéndose—¿Quénoshastraído?—preguntabanansiosos.—Vaya, menudo interrogatorio. Veamos, he capturado muchos piratas, pero no he matado a

muchos.He encontrado algunos tesoros y, sí, os he traído algunos regalos, pillastres.Dadme unbesoantesdequeossuelte.

Losdosledieronunbesoenlamejillayéllosdejóenelsuelo,peroambosseagarraronasusmanos.

—Creoqueserámejorqueentremos.Todososestábamosesperando,ynonosperdonaránqueosentretengamosaquí.—SeñalabalatíaBlancheque,delbrazodelalmirante,seencaminóhacialaterrazaparaaccederalasaladondedeseguroestabalafamilia.

Amelia, notando comoMax lamiraba de soslayo, provocándole un escalofrío de nervios, deplacerydealgoextraño:¿deseo?,¿lujuria?,seobligóapermanecerimpasible,almenosasusojos,yenlazósubrazoconeldeEugene,querápidamentecomenzóacontarletodaslasnovedades,losplanesparalabodaymuchosdelosinvitados,algunoscompañerosdeJonasdelaCaballería,queesperabanenlospróximosdosdías.

Enlasalademañana,conlaspuertasfrancesasabiertasparaentrarelairefrescodelosjardines,ClifflearrullabaasuhijamientrasJuliannasonreíaantelaimagendesurudo,valiente,poderosoyfieroleónconvertido,conunasolasonrisadesuhija,enuntiernogatito.

—MipequeñaAnna,mipequeñadeojitosmiel.Demayorhipnotizarásauncaballeroconesospreciososojosyesasonrisayéltendráquedemostrarmequetemerece,porquedelocontrarionopodráacercarseaminiña.

—Entre los gemelos y tú la vais a malcriar, ellos llamándola su tesoro y tú elevándola alpedestaldelasdiosas.Peroosadviertoatodosquemipequeña,comodicetíaBlanche,estodaunaMcbeth,ynosevadejarmanejarpornadanipornadie,seráunarebeldequenosvaavolverlocosatodos,yaloverás,yyolaanimaréaqueseacomoellaquiera,teloadvierto.

Cliffserioyseacercóadarleunbesoenlafrenteasuesposaantesdedarleotroasubebé.—Estábien,estábien,seráloquequieraser,perobajomiprotección—afirmóconrotundidad,y

levantóelmentón,orgulloso.—¿Quéospasaa loshombresDeWorkencon lasniñas?,Ethany tuparecéisembobadoscon

las tres pequeñas, os emocionáis y disfrutáis con los niños, pero en cuanto una de las niñas se ospone delante os embobáis como colegiales. Os manejan a vuestro antojo y eso que son bebés,cuandocrezcan…—Meneólacabeza.

Al otro lado de la habitación, sentado en un sillón, Ethan sonreía con la misma cara deatolondrado,consuMarianacunadaentresusbrazosyelpequeñoSebastianenelregazo,ysereía

divertidoantelaafirmacióndesucuñada.Adele,porsuparte,sentadajuntoasumarido,asentíaconunasonrisacómpliceenloslabiosmirandoaJuliannaconevidenteentendimiento.

—AloshombresDeWorkennosencantanlasmujeresbonitas…Cliff sonrió satisfecho a su hermano, que contestaba aún más satisfecho, conteniendo una

carcajadaenlagarganta.—Ahoramismo vais a soltar amis nietas y dejádmelas aquí—dijo tajante el conde desde el

enorme sillón de orejeras que ocupaba frente a la chimenea señalando a su regazo—. Creo queahoraletocaalabuelo,queparaesoesconde.

—¡VayaporDios!—exclamabaAdeleconresignación–.Ahoraquemehabíacomprometidoconlasniñerasaconseguirquelospadresdejaríandormirunpocoalasniñasantesdelacenacadadía,ahorametocalidiarconelabuelo.

—Batalla perdida, querida, creo que tendremos que conformarnos con conseguir que no lasmalcríendemasiado.

Conveníalacondesamirandoconresignaciónasuesposomientrassushijoslecolocabanasusnietas en el regazo. Instantes después entraban en la habitación tía Blanche y Amelia con losgemelosdelasmanos.

—Miradaquiénnoshemosencontradoderegresodelpaseo.Señalaron a su espalda y enseguida entraron el almirante, Max y Eugene del brazo de su

flamante prometido, y detrás, con un gesto extraño mirando sin darse cuenta a Amelia, MaxelegantementevestidoyasinsuuniformedelaMarina.CliffeEthanseacercaronpararecibirlos.

—Bienvenidos. No os esperábamos hasta más tarde. ¡Qué alegría! —señalaba Cliff trassaludarlos a todos y estrechar fuertemente la mano a Max—. ¿Qué tal el regreso? ¿Algúncontratiempo?,noscruzamosjustoantesdeatracarconlanavedelcapitánCrowellynos informóqueseibaareunircontigoenlascostasdelsurdeEspañaporqueibaistraslospiratasqueestabanabordandoalosbarcosinglesesdesdehacíameses.

Maxasintió.—Atrapamos a todos menos al Portugués. Parece que siempre va un paso por delante de

nosotros, lo abordamos y nos hicimos con su navío, pero él escapó. Pero eso se lo dejo a misucesor, ya que desde ayer se me considera oficialmente liberado de todo servicio y listo pararehabilitarmeenlavidacivil.

—Enesecaso, tenemosdoblemotivodecelebración,el regresosanoysalvoy tuvueltaa lavida—dijoJulianna,acercándoseantesdedarleunabrazoyunbesoenlamejilla

Max hizo lo mismo, y dirigiendo su mirada alrededor de él, donde se le habían pegado losgemelos.

—No puedo creer lo grandes que están, si solo hace unosmeses que os vi por última vez yapenasdabandospasostrastabillándose.—Seagachóydejóqueseleencaramaranlosdosasusbrazos—. Bueno, como padrino de ambos reclamo otro beso de bienvenida. —Los gemelos lesonrieronyambos ledieronunbesoen lamejilla—.Y,ahora,mientrasvuestropadreme traeunacopa…—LanzabaunamiradaaCliff—,mevaisacontarquécosas inadecuadasoshanenseñadolosbrutosmarinerosdevuestrospadres.—Rioconunacarcajadasocarrona.

Los gemelos empezaron de inmediato a contarle sin parar, y casi pisándose las frases, lasanécdotasyalgunasdelascosasquehabíanvivido,provocandolasrisasdeMaxydelalmirante,quesesentabaalotrolado.Eugene,quedejóasuprometidoenmanosdeCliffydeEthan,sesentójuntoalrestodelasdamasparaadelantarleslosúltimospreparativosdesuboda,quesecelebraríaenpocosdíasen lamismacapillade lamansión,yaqueEugene lehabíapedidoalcondeque lepermitieracelebrarsubodaallí,yesteaceptóencantado.

Juliannadevezencuandomirabade soslayoaAmelia,queparecíaespecialmente felizdesdeesamañana,ysinquelecausasedemasiadasorpresacomprobóadóndedirigíacadadosportressumiradayelruborensusmejillasdespués,aMax.

VigilabatambiénaMax,yaunquenoestabasegura…esaformademirarla…“¿Desdecuándo?

¿Soloporhaberlavistohaceunosminutoshacambiadodeformatanevidenteesamirada?”Fuelapregunta que Julianna lanzó con los ojos a sumaridomientras este vigilaba al igual que ella lossutilesmovimientosdeMaxyAmelia,comosihubieseintuido,igualqueJulianna,elcambiobruscodeMax.

CliffseacercóaJulianna,seagachóylabesóenlamejillayconunsusurroledijoaloído:—Habráqueesperar,perocreo,querida,queel juegoacabadecomenzar.—Volvióabesarla,

peroestavezenesehuecodelcuelloqueeratansuyocomolapropiaJulianna—.Ethantambiénlohanotado,demodoquenosvamosadivertir.

Juliannasegiróylesusurró:—Sébueno,loprometiste.Cliffserioconsuavidadysedirigióhaciadondeestabanlosgemelos.Sepasaronelrestodeldíaultimandodetallesdelaboda,sobretodolaarduatareadeinstalara

algunosdelos invitadosqueempezaríana llegara lamañanasiguiente.Estoera interesante,a losojosdeAmelia,porqueeracomomarcar laposicióndecada invitadodeacuerdoasu importanciasocial y en los menos casos, de acuerdo a los lazos con los novios. Los familiares directosocuparíanunapartedelalaoeste,losinvitadosmásilustreselalaeste,lasjóvenessolteraslaotraparte del ala oeste, los caballeros solteros, incluyendo muchos de los oficiales antiguoscompañerosdeJonas,elpabellóndelossolteros.Ylosdemás,notanilustresencomparaciónalosanteriores,encasasdealgunosvecinosencantadosdeacogeralosinvitadosdelcondeodelduque,en posadas de la zona e incluso en un antiguo monasterio convertido en casa de descanso dearistócratasynoblesenbuscadepaz.Aquelloseconvertiríaenuncaosapartirdeldíasiguiente.Concomidascampestres,salidasacabalgarconlosinvitados,dospartidasdecaza,dossoirées yungranbaileprevioalabodasinmencionarlaboda,tresdíasdespuésylosfestejosdelamisma.Lasdamasdelafamiliasehallabanajetreadasyloscaballerosloestaríanapartirdeldíasiguienteatendiendo a los invitados. Pero esa noche solo estaría la familia y habían previsto una cenatranquilaparaponersetodosaldíaydisfrutarestandojuntos.

Amelia se sentó entre un entusiasmado Jonas y Cliff y enfrente tenía sentado aMax, que noparaba de bromear con los demás pero que en cuanto posaba los ojos en ella, además deprovocarlepalpitaciones,parecíacambiarligeramentelaexpresióndesusojos.Habíallegadotardealsalónparadepartirantesdelacenacontodos,yaquehabíatardadoenelegirelvestido,queríallevaralgoqueledemostraseaMaxqueyanoeraunaniñayajuzgarporsusmiradascreíaquelohabíanotado,sinembargo,desdesu llegada,apenashabíancruzadounpardepalabras,yeso lateníaalgodesconcertada.

Cliff se acercó a Amelia y con disimulo pero sonriendo como un niño con zapatos nuevossusurró:

—Notepreocupes,Mel.Nosolotevigilacomounhalcón,sinoque,además,lohacecomounhalcónhambriento.

Ellamiróasucuñadoysesonrojó,respondiéndoleresignada:—Lomalo,Cliff,esquemañanatendrátodounbuféasualcanceparadarseunatracón.—Puedeser,peronohabráningunotanapetitosoydeliciosocomotú,yporelmodoenqueno

parademirartecondisimulo,élestarádeacuerdoconmigo.Ameliabufóconsuavidad.Lasdamasseretiraron,dejandoaloscaballerosconsuoportoysu

coñac.—Bueno, Max, ¿qué planes tienes ahora? —preguntó Ethan con una clara sonrisa de pura

diversión—. Supongo —Alzó una ceja—, que si vas a asumir tu papel de heredero del duquedeberástambiénirpensandoporfinensentarcabeza.

Maxseencogiódehombros.—Digamosqueheaceptadoconresignaciónlaidea.Cliffserio.—Pero, buen hombre, ni que te fueran a imponer el peor de los castigos. He de decir que el

estadodelmatrimonioresultamuy,peroquemuyagradable.Claroquehasdeencontraraladamaadecuada. No debes conformarte con cualquiera, y menos con una de esas insulsas jóvenescasaderasdelaqueacabarásaburridoycansadoenmenosdeunaño.

Miróconunbrillodemalicia a suhermano,que le sonrióentusiasmadoante laperspectivadejugarunpococonél.

—Mira,sinirmáslejos,anuestroamigoJonas.AlfinalnohapodidoresistirseaunajoyacomoAdele. O todos esos caballeros que hartos de pusilánimes bobaliconas y almibaradas han caídorendidosalospiesdelabelleza,elencantoylainteligenciadenuestraAmelia.

Ethanremarcóesto,aparentementeconairedespreocupado,notandocomolaespaldadeMaxseponía ligeramente más firme. Cliff aprovechó, tomando el relevo que claramente le brindaba suhermano,ycasiconteniendounacarcajada,porlaevidentetensiónqueparecíasentirMaxdeprontoenlaespalda,continuó:

—Ni me lo recuerdes, ¡por todos los cielos! Todos estos meses espantando pretendientesansiososytodotipodecaballerosdelaspuertasdeBrindfetHouse,ymuchometemoqueesteañoseráaúnpeor.Yparadarelpistoletazodesalida,elbuenodeJonasinvitaapasarunosdíasenlamansión a varios oficiales y herederos de títulos, algunos de los cuales ya han mostrado supredilecciónporAmelia.

—¿Así que a Amelia le ha ido bien en su primera temporada?—preguntóMaxmirando condisimulosucopadecoñac.

—Eso es quedarse corto. Cuando la vi por primera vez al desembarcar justo antes de supresentación,mepasétresdíasdemalhumor.Siempreestuvesegurodequeseríatanhermosacomomi Julianna, de un estilo diferente, pero, al verla, se me erizaron los pelos de la nuca solo deimaginarmeelbatallóndehombresqueseplantaríanensupuertacadamañana—dijoCliffriéndose.

—Hayquereconocerquesehaconvertidoentodaunamujeraunque,sinduda,siguesiendolamisma,¿verdad?—señalóMaxalgopensativo.

Cliff y Ethan tuvieron que contener sendas carcajadas. Ethan, sin disimular demasiado sudiversión,señaló:

—Razónpor laquenoestaríademásquenosayudasesestosdíasaalejardeellaacrápulas,caballerosindeseablesojovencitosansiosos.Seisojossiempreveránmásquecuatro.

—Eso sí, más te vale hacerlo sin ser demasiado efusivo. Las damas de la familia no llevandemasiadobienesodesercontroladaspornosotros,aunque lohagamosparaprotegerlas.Loquemerecuerdaquesigosinsercapazdeconvencerladenosaliracabalgaraprimerahorasolaporloscampos,ymenoshacerloaunsitiotanapartadocomolasruinasdelaviejatorre.Pareceserqueelembrujodeeselugarlatienecautivada,porquesueleescaparseallíalamenorocasión,sobretodocuandonecesitaunpocodepazsihaymuchoajetreoasualrededor,yestosdíasconlacasallenaarebosar…—Cliffmeneólacabezacomosinada.

AunqueMaxnohizoningúncomentarionisemovió,EthanyCliffloconocíandemasiadobien.Lohabían aguijoneadoy escuchabanel engranajede su cerebromoviéndose en esemomento.LaformaenquemirabaaAmeliaibamásalládeldeseo.Nolohabíanvistomiraraunamujerasíensuvida,yaunqueestabansegurosqueélaúnnoeradeltodoconsciente,ellosseencargaríandequeabrirlelosojos,aunquesevieranobligadosaempleartenazasparaello.

Dichoyhecho,pensóCliffdesdelaventanadesudormitoriojustoantesdelamanecer.Escuchólos cascos de la yegua deAmelia cruzar al patio y ahora, pocosminutos después,miraba por laventanaaMaxtomandolamismadirección.Empezóareírseconsuavidadmientrasdejabacaerdenuevolacortinaysegirabaparameterseenlacama.

—¿Cliff?Lavozadormiladadesudesnudaesposabajolassábanaserasuparticularcantodesirena.—Duérmete,amor,estempranoaún—dijoabrazándolaporlaespalda.—Cliff,tieneslospiesfríos.Seriosuave.

—¿Meloscalientas,amor?Juliannasediolavueltaparaquedarfrenteaél.—–Esodepende,¿quémedasacambio?—preguntóprovocativa.—Todo,cariño,telodoytodo.Yesohizo.Ameliacabalgaba librecomolegustabapor loscamposdelnortede las tierrasdelconde.Se

sentíaextrañamentefelizporesecambioenlosojosdeMax,ydeseabacontodassusfuerzasquerealmente se debiese a lo que decían Cliff y Julianna. Demomento, se conformaba con la solaesperanzaqueyaeramásdeloqueteníaunasemanaatrás.Seriodisfrutandodeesospensamientos,de esa sensación de libertad, del aire libre revolviéndole el cabello y todo sin llevarmozo a suespalda. Había visto a Polly cambiando algunas herraduras de los caballos del conde por sialgunos invitados los necesitaban y le instó a continuar con ello liberándolo de tener queacompañarlayporlaexpresióndePollyparecióestaragradecido,asíquesupusoquedebíateneraúnmuchotrabajopordelante.

Alllegaraunodelosrecodosescuchócascosalolejosensuespalda.NopodíaserPolly,ylosinvitadosdelabodaaúntardaríanunashorasenllegar.Seasustóunpoco,porloquehizogirara la yegua en un pequeño desvío no visible para quien no conociese la zona.Detuvo la yegua ydecidió esperar en silencio sin ser vista para cerciorarse de quién era el jinete, aunque no ibademasiadoatrás,porloqueeraposiblequelehubierevisto.Sacódelpequeñozurrónquesiemprellevabacuandocabalgaba temprano, lapistola,y ladejóensu regazoamanoporsi la llegaseanecesitar.Fijólavistayesperópocosminutos.

AparecióelcaballodeMaxaunosmetrosdeellapasandoaciertavelocidadsindarletiempoareaccionar.Sequedóunmomentoquieta decidiendo si salir de nuevoy cabalgar tras él o dejarlopasarytomarotrocamino.Quizássololeapeteciesemontarsolo.Eramuytempranoyseguroquenoquerríacompañía.Nonecesitótomardecisiónalguna,puestoqueelcaballovolvió,separóenelespaciolibredelantedelrecodoymiróalrededorcomosibuscasealgo.Ameliasuspiróyazuzóalayeguaparasaliracampoabierto.

—Buenosdías,Max.Ellasonriócuandoélhizogirarsupurasangreparamirarla.—¿Siemprecabalgasdeesemodotantemprano?Mehacostadoseguirte.—¿Mehasseguido?—Fruncióelceño—.¿Porqué?—Tehevistosalirdelosestablosantesqueyopero…—Meneólacabeza—.Mel,cabalgando

asíundíatevasacaer.Ellalomirófuriosa.—Max,nomehecaídodeunamonturaen losúltimoscuatroaños,ysihoy lohubierahecho,

habríasidoporelsustoquemehasdado.Maxsefijóentoncesenlapistoladesuregazo—Yaveo—Hizoungestodecabezahaciaelarma.Ameliaseapresuróaguardarla—.Tepido

disculpas si tehe sobresaltado,noerami intención.Pollymehadichoadónde tedirigiríasabuenseguroyhepensadoque,alomejorteapetecíaquemontáramosjuntos.—SonriódeunmodoqueAmelianotóelcambiobruscodelritmodesucorazón—.Hacemuchoquenolohacemos.

Ameliarespiróhondointentandonodescubrirunnerviosismoqueestabalejosdenosentir.—Meencantaría.—Lomiróaesosojosydeseónohaberlohecho,porquesintióunlevemareoy

unapunzadaenlasentrañas.Volvióarespirarhondo—.Medirigíaalasruinas.¿Teapeteceríaunacarrera?Desdeaquínocreoqueseademasiadotrechoparaunarápidacarrera.

Maxsonrió.—Seríaestupendo.—Lamiróentrecerrandolosojos—.Perodime,paraconsiderarmeadvertido,

¿sigueshaciendotrampas?Ameliasonrióysindarletiempoareaccionarazuzóalayeguaylegritóporencimadelhombro:—Digamosquenoestoyencondicionesdenegarlo

Serioydisfrutóporunosinstantesdepodervolveragastarsebromasentreellos.Escuchólarisapor detrás de Max y cómo pocos segundos después la alcanzaba. A partir de ahí realmente setomaronenserioeldesafíoynorefrenaronsusmonturashastallegaralasruinas.

—Eresuntramposopeorqueyo,Max—dijoriéndoseunavezdetuvieronloscaballos—.Tomarlaentradadelaverjaeraunaventajainjustaylosabes.

—¿Y saltar el seto bajo no lo es? —Se rio él mientras desmontaba–. Creo que hemos dedeclararnos,ambos,unostrampososredomados.

SeacercóaAmeliay, tomándolade lacintura, ladepositóenel suelo.Maxseapartódeellacomounresorteycaminódespaciorumboalasruinas.Notandouncosquilleoenlosdedosysobretodocómose lehabíaendurecidohastaelúltimomúsculodelcuerpoconelcontactodeAmelia,Maxsevioobligadoasepararseconprontitudpararecuperarlacompostura.

—Dime,¿vienesmucho?Intentóconducirunpocolaconversaciónparadistraerasuexcitadocuerpodeesassensaciones.

Amelia se había sonrojado como la grana, por lo que agradeció sobremanera que se girase nadamásdescenderla,aunquenotabaaceleradonosoloelpulso,sinotodassusterminacionesnerviosas.

—ConfiesoquemásdeloqueaClifflegusta.Dicequeestoestáalgoapartado.Peroeseesunodelosmotivosporelquetantomegusta.—Sonrióllegandoasuladoycomoporimpulsoletomólamanoylollevótrasdeella—.Yotroeseste,verás.

Caminaroncogidosdelasmanos,ellaarrastrándolohastaunlugarconcreto.Separóylesoltólamanodejándoleunasensaciónrara,comodevacío,yMax,porunossegundos,semirólamanoyluegoladeella,quepermanecíaensucostado.Ameliasegiróparamirarlodefrentesonriendo.

—Esteeselantiguosalóndelatorreyenelcentrohanacidounmullidocolchóndehierbaque,en primavera, es precioso, porque lo rodean pequeñas flores de distintos colores. Parece un altarparahadasdelbosque.—Seriosuave—.Antesdelasfiestasdelacosecha,traigoalosniñosdelorfanato de Saint Joseph aquí. Hacemos un picnic y preparamos juegos como tiro con arco, laherradura,carrerasdesacosoelquemásmegusta,elescondite.Enestasruinashayunmontóndesitiosdondelospequeñosseescondendemaravillaycomohayeco,seescuchanrisitaspordoquier.Esmuydivertido.

MiródenuevoaMaxconunaexpresióndeemociónenelrostroyenesosprofundosyoscurosojos iluminados por los colores de lasmejillas después de cabalgar, y por unos instantes, dejó aMax sin aliento y con la mirada fija en ellos para después descender a esos labios, sabrosos,carnososeinocentes,curvadosenunaadorablesonrisa.Maxcarraspeó.

—Ya veo, es un lugar realmente bonito—. “Por Dios bendito, que es Mel, la pequeñaMel.Tendríanqueencerrarmeporloquemicuerpomepideagritoshacer”—.Esevidentequeestulugarpreferidodelastierrasdelconde.

Ameliaserio.—Solo si quiero estar sola. Lo que me recuerda que deberíamos volver. Los invitados no

tardarán en empezar a llegar y, los primeros, son los compañeros de Jonas, así que deberemosdarles un almuerzo en la terraza y mucha, mucha bebida.—Se rio—. Son órdenes expresas delnovio.

—Loquedemuestralodescerebradoqueesesemuchacho.—Hizoungestoconlamano—.Alahoradelacenatendremosajóvenesoficialesborrachosdeambulandoporlamansión.—“Yloqueespeor,rondandocercatuya”.Sinpoderevitarlosetensó.

Ameliaserio.—Noexageres,Max.Todossoncaballeros,ynodudoquesabráncomportarsecomoesdebido.

—Meneólacabezadivertida—.Cualquieradiríaquetúhasllevadolavidadeunmonje.PorextrañoqueresultaseMaxsesonrojó.¿Porqué,derepente, le incomodabala ideadeque

Amelialoviesecomounlibertino?—¿Regresamosentonces?—preguntóella.Max asintió y casi puso escuchar su propio suspiro de alivio porque al parecer ella no era

conscientedelatensiónqueleatenazabaymenosaúndequeesatensióneradetipo¿sexual?Maxfruncióelceño.“Encuanto lleguemedoyunbañodeaguahelada.YVoya tenerquedistraermeconalgunadelasviudasqueasistanalafiesta,porqueempiezoasentirmecomoundepravado”.Sindarsecuentadebíahaberseparado,porquecuandoalzólavistaAmeliayaestabasobresumontura,desconcertado,preguntó:

—¿Cómotehasaupadotúsolaalasilla?Ameliaserio.–Soy una mujer de recursos, Max. —Señaló un pequeño montículo de piedra un poco más

adelante–. De hecho, fuiste tú el queme enseñó amontar sin ayuda.—Él volvió amirarla algosorprendido—.¿RecuerdaslasbasesdeapoyodelosmozosdelaEscueladeCaballería?TúmedecíasquelosusaseparasubirybajarsinayudacuandonitúniCliffestuviesescerca.—Fruncióloslabiosyentrecerrólosojos–.¿Cómoeraesoquedecíais?¡Ah,sí!—Lomirósonrienteytriunfal–.No debes dejar que ningún hombre te agarre de la cintura, ni siquiera con la pobre excusa deayudarosamontar.Serionegandoconlacabeza,divertida.

Maxledevolviólasonrisa.LegustabahablarconMel,eradistintaalasjóvenesdesuedad.Dehecho, era distinta a cualquiermujer.Divertida, con sentidodel humor, sabía hacerle bromas y sedejabahacerotrasporél.Empezabaarecordarqueechabaestodemenos.

—Esunconsejomuysabio—dijomontándoseensucaballo—.Yquenomeentereyoque lodesoyes.—Añadióseñalándolaconeldedoperosonriendo.

—Será mejor que cabalguemos. No haremos una carrera porque solo Dios sabe qué trampasbuscarásestavez.—Sonrióyencaminósuyeguaporeldesfiladero.

—Esoesunaimpertinencia,másaúnteniendoencuentaquesaledelabiosdelamayortramposadelreino.

Ameliasonrióconciertapicardía.—Nomedoyporofendida,milord,puesnolecreocapazdetenermeentanbajaconsideración.Maxserioyamboscabalgaronaplacerhastallegaralamansiónjustoatiempodevercómose

subíanensuscaballitoslosgemelos.—¡Vaya!—exclamóClifflevantandolascejasfingiendosorpresa—.Yyoqueibaapedirosque

nosacompañaseisestamañana.—Noshemosencontrado.Peroprometoquemañanaretrasarémisalidaparapasearconlosdos.

—Amelia miró a los gemelos—. Mely, agarra la rienda en cruzado, como te enseñó el conde,cariño,asíteserámásfácilhacergiraralcaballito.

Cliffsonrió.—Mel, eres peor que Julianna, lleváis eso de ser madres impreso en cada poro de vuestra

adorablepiel.—Seriomontándoseensucaballo—.Cuandonoshemoslevantadodelamesadeldesayuno,aúnnohabíabajadonadie.Creoqueoslosencontraréisatodos.—MiróporencimadelhombrodeAmelia—.BuenomenosaJuls,quevieneporahí.

—Mami,corre,teestamosesperando—decíaansiosoMaxi—.TíoMax,mañanamontarásconnosotros.

Maxserio.—Buenosimeloordenasasí…Yteenseñarétrucosquetupadredesconoce.—¡Estupendo!—gritóentusiasmado.—Nolehagascaso,peque.Estemarinerodeaguadulcenosabemásquetupadre,essoloun

fanfarrón.CuandoayudóadescenderaAmelianotóelmismocosquilleo,lamismatensión,elmismocalor

desdelanucahastalospies.“Estanoche,estanochemedesquitaréconcualquiermujerdeseableyexperimentadadelafiesta”.Teníaganasdegruñir.

Así estuvo los tres días y las tres noches previas a la boda, se tensaba y excitaba no solocuandoteníaaAmeliacerca,escuchabasuvozobromeabaconella,sinosimplementeconverlaenladistancia.Yparacolmo,CliffyEthanteníanrazón.Loscaballerospululabanpordoquierentorno

aellaintentandoacapararsuatención.Noaprecióqueellaalentaselasatencionesdeningunoniquepareciesemostrarpredilecciónporningunodeellos,peroellonoaliviónisutensiónnisucrecientemalhumor.

Duranteesosdías,sevioabordadopormásdeunamujermásquedispuesta,alguna, teníaquereconocer,erarealmentehermosaydeseabley,aunquesucuerporeaccionabaconellas,nosentíaese cosquilleo bajo la piel, ni esa ansiedad y anhelo de cuando estaba cerca de Amelia. Estoempezabaaserunalocura,nopodíadesearaAmelia,teníaquehaberotraexplicación,aunquenolograba atisbar cuál. Esa primera noche compartió cama con una joven y experimentada viuda deojosmarronesypelorojizoque,aunquenopudodecirquenoladisfrutase,noencontródemasiadoconsueloasutensiónenella.Pormuchoquedespuésellalerogaserepetirlanocheyque,también,otrasdamasleexpresasensinreparosudeseodecompartirconélsusfavores,aélselequitabaeldeseodeintentardenuevoencontrardesahogoaesatensiónenbrazosdemujeralguna,encuantoveíaaAmeliaenfundadaenunodeesosbonitosvestidosquerealzabanconeleganciasusencantos,o cuando escuchaba su risa incluso entre las voces de otro grupo o simplemente cuando la veíajugarconlosgemelos.Lasdosnochesrestantesseacostódoloridoyhabiéndosevistoobligadoatomar baños de agua fría. Y para rematar su malestar, Cliff y Ethan parecían disfrutar con sumalhumor,consuaparentedistraccióny,sobretodo,cuandoledabaunavisoountiróndeorejaaalgunodeesosbuitresquerondabanaAmelia.¡Queeraunainocente!,buenDios,habíaquevigilarqueesoscaballeretesnoseaprovechasendesubuencorazón.

Yllególaboda,laiglesia,elalmuerzoylafiestaposterioryMaxseacostóalgoebrioyconunúnicorecuerdoensumentedetodoloacontecidoesedía.Amelia.Ameliavestidacomounaninfarecién salida del bosque, con pequeñas flores de colores prendidas en su pelo, de pie en el altarjuntoalanovia,sonriendo,manteniendobajocontrolalosgemelos,quellevabanlasfloresylosanillos,entregandoelramodenoviaaEugeneantesdesalir,saliendodelaiglesiadelbrazodesupadretraslosnoviosycharlandofelizconsupadreyconlosnoviosalasalidadelaiglesia.Ynofuecapazdebailarconellaporque,poralgunarazón,sesabíaincapazesedíadenocometerunalocurasilallegabaatenerensusbrazos,aunquefueseenunsalóndebailerodeadosdecientosdefamiliareseinvitados.

—Robert,Robert—gritóincorporándoseenlacama.Delvestidorapareciódiligentesuvalet.—¿Milord?—hizounainclinación.—Necesitounbañodeaguafríadeinmediatoyalgoparaaliviarestemalditodolordecabeza.

Capítulo3

En la sala de la condesa que daba a los grandes jardines delanteros de la mansión se

encontraban a media tarde, reunidas junto al servicio de té, todas las damas de la familiacomentando algunosde losdetalles vividos en la bodade ladyEugene.Esamañana sehubieronmarchadolosúltimosinvitadosyfamiliaresasistentesalenlaceysolopermanecíanlosdesiempreen lamansión. Lo harían, además, durante otra semana antes del regreso de todos a Londres, aexcepción de los recién casados, que marcharían a su viaje de novios. Querían disfrutar de losúltimosdíasdetranquilidadpreviosalalocuradelaciudadydelcomienzodelatemporada.Justocuandoempezabanaservirelté,elmayordomo,traslacortesíainicial,cruzólaestanciayconunabandejadeplataenlamano,seacercóaAmelia.

—Señorita,uncaballerodeseaverla.LordWilliamCalvertonIII,marquésdeDrundy.Amelialomiróuninstantey,sintodavíarecogerlatarjetadevisitadepositadaenlabandeja,dijo:—Lo siento, Jeffries pero ¿no habrá preguntado por alguna otra de las damas de la casa?

Lamentodecirquenoconozcoalmarqués.—Señorita Amelia —dijo serio y con entrenada serenidad el mayordomo—, el caballero ha

preguntadoespecíficamenteporustedypreguntasitendríalaamabilidadderecibirasuseñoría.Ameliamiróalasdamasqueleacompañaban.—Realmentedesconozcoquiénpuedeser.Juliannaintervino:—¿AlgúncaballeroquetepresentaranenLondres,quizás?Amelialamirópensativa.—Esposible,pero—segiróasutíayaEugene—¿podéisrecordarlo?Eugenenegóconlacabezaysutía,dejandolatazadeté,lomeditóunossegundos.—Losiento,querida,yotampocoalcanzoarecordarlo.Enesemomento,Cliff,Ethan,MaxyJonasentraronporlasgrandespuertasfrancesasdecristal

quedabanalosjardinesdeloeste.Hicieronlacortesíaoportuna.—Buenastardes,queridas.Ethansonreíadeorejaaoreja,acercándosedirectamentealamesadelosbocadillosydespués

detomaruno,lediounbesoasuesposaenlamejilla.—Buenas tardes.—Respondíasolícita lacondesa—.¿Algunodevosotros,caballeros,conoce

almarquésdeDrundy?SolicitaserrecibidoporAmelia,peroniellaninosotrassomoscapacesderecordarlo.

Demodo imperceptible, para todosmenospara Juliannaque loobservaba,Maxhizoungestomitadpreocupaciónmitaddisgusto,yalnotarloJuliannalopicó.

—¿Quizástú,Max,hayascoincididoconélestosdíasenLondres?Julianna pensó que, por el gesto de su cara y sumirada de disgusto, el que un caballero, un

marqués,preguntaseporAmelia,quiendecíanoconocerlo,nolegustabaenexceso.PerofueCliffel que le libró de contestar y el que, en ungesto, que Julianna interpretómás comoprotector deAmeliaquecomoayudaasuamigo,señaló:

—Jeffries.Hágalopasaralasalaazul.Enseguidamereuniréconél.ElmayordomohizounareverenciayantesdemarcharseAmeliaalcanzólatarjetadevisitapara

verla e intentar recordar el blasón. Cliff ya se encaminaba hacia la puerta cuando ella le dio lavuelta a la tarjeta y leyó las dos palabras escritas con una elegante letra “hola, carboncillo”.

Ameliasusurró:—No puede ser…—Se levantó casi de un brinco y gritó—: ¡Espere, Jeffries! —Cuando el

mayordomosegiróparamirarlaañadió—:Porfavor,dígalea…—miródenuevolatarjeta—lordCalvertonquelerecibiréenlasalaazul.—Segiró—.Silacondesanotieneobjeción.—Lacondesalamiróuninstanteydespuésasutíayasintió—.Enesecaso,mereuniréconélenseguida.

Tras sumarcha, Cliff permaneció de pie junto a la puerta. Antes de verse avasallada por unalluviadepreguntas,AmeliamiróaJulianna:

—Juls¿podríasacompañarme?Juliannaselevantómientraslepreguntaba:—¿Entonces,leconoces?Ameliamirólatarjetaysonrió.—Eso,esocreo,es…unviejoamigo.—Negócon lacabezaymiróasu tía—.Tía¿teparece

bien?TíaBlanchelamiróunsegundoydespuésaJulianna:—Siteacompañatuhermanaynoosdejaasolas,meparecebien.Despuésmeexplicarás.Hizo un gesto solemne con la mano, sonriéndola. Amelia se inclinó depositó un beso en su

mejillaycontestó:—Prometido.Siesquienyocreo,tía,estoyconvencidadequeserádetuagrado.En cuanto dijo eso el rictus deMax se tensó de un modomás perceptible que antes, y algo

dentrodeJuliannateníaganasdegritaraCliff“Teníamosrazón,teníamosrazón”.Cliff,quehabíapermanecidoenlapuerta,encuantolealcanzaronlasdosdamaslesofrecióunbrazoacada.

—MeencantaráacompañarosyseráunplacerconoceraunamigodemiqueridaAmelia.Ambasloentendieroncomoloqueera,niunapreguntaniunasugerencia,sinounaimposición.Lasalaazulestabaapocadistancia,porloquenoslesdiotiempoaningunoaformularpregunta

alguna,“graciasaDios“suspiróparasuinteriorAmelia,sinembargo,deloqueellanosediocuentafuedequeMaxloshabíaseguidoyquepresenciaríalaprimerapartedelencuentro.

Entraron en la sala y junto a una de las puertas de acceso a la terraza se hallaba, de pie,elegantemente vestido y con una postura serena pero que rezumaba seguridad, la figura de unhombrejoven,alto,deanchasespaldasycomplexiónatlética,conelpelodecolorbroncebruñidoy con algunos rizos cayendo justo hasta el nacimiento de la nuca. Se giró en cuanto los escuchóentrar e hizo una perfecta, elegante y desenvuelta inclinación.Miró a los tres anfitriones pero, encuantoposólosojosenAmelia,quelehacíaunaserenareverencia,yanolosdesvióaningúnotrodesusacompañantes.Sonrióysusenormesojosazulacianobrillaronconciertadiversióninfantil.

Amelialoreconocióalinstante,ytrasunmomentodeindecisiónencuantoéldiounpasoensudirecciónensanchandolasonrisaydiciendo:“Mealegrodeverte,carboncillo“,Ameliaseacercóaéldecididayloabrazó,dejandoqueéltambiénlohicieseporunossegundos,riéndoselosdos.Encuantolasoltó,Amelia,conunadeslumbrantesonrisa,casigritó

—¡Doody!—Serioy lomiró¿Deverdaderes tú?—Seseparódeélunpardepasos–.Estás,estás…

Éllainterrumpió:—Creoquetancambiadocomotú.Mírate,estástanmayorypreciosa.Erestodaunadamapor

loqueveo…—Serio.Amelia,algoruborizada,lomiró:—Ytú…—Mirólatarjetaydespuéspreguntó—.¿Marqués?¿Deverdad?¿Cómoesposible?Elsoltóunacarcajadaydespuésseencogiódehombros:—Esunalargahistoria,perosí,soymarqués,porincreíblequepuedaresultar.Se escuchó un carraspeo masculino detrás de ellos. Amelia se giró deprisa y ruborizada se

acercóconunbrazoextendidoaJuliannayaCliffytomandodelbrazoaJuls,segiróasuinvitadoyseñaló:

—Disculpadme todos, he sido una desconsiderada. Dood… Lord Calverton, permita que le

presente a mi querida hermana lady Julianna de Worken y a su marido, lord Cliff de Worken,vizcondesdePlamisthow.Julianna,Cliff,lordWilliamCalverton,marquésdeDrundy.

—Es un honor conocer a un buen amigo demi hermana,milord.—Señaló Julianna con ciertotonoensuvozquelesavisabadequeaclarasenlascircunstanciasdesuamistad.

Cliffleextendiólamano.—Permitadarlelabienvenidaanuestracasa.—MiróaAmeliaydespuésaél—.¿Leapetecería

unirseanosotrosatomarelté?Amelia lomiró conalarma.Todas lasdamasde la familia alrededordeDoody.Antesdeque

tuvierequecontestar,ellaseadelantó:—Creo,Cliff,quesilordCalvertonnotieneinconveniente,preferiríaquediésemosunpaseopor

losjardines.Podremoshablarcontranquilidadyponernosaldía.Hanpasadomuchosaños.Sonrióasuinvitadoconclaraintencióndequenoseopusiereasusugerencia.SeinclinóhaciaAmeliahaciendounareverencialigerayseñaló:—Meencantaríapasearypodercontarnosnuestrasmutuashazañasydesventurasdeestosaños.CliffmiródesoslayoaJulianna,quehizolomismoconélycruzaronunamirada.—Enesecaso,podríamoscaminarporlosjardinesdefrutales.—SugirióCliff—.Eselpreferido

deAmelia.—Hizoungestodespreocupadoconlamanoendirecciónaunadelascristaleras.LordCalvertonasintióyleofrecióelbrazoaAmelia,quetrastomarlologuiopordelantedela

parejaquelesacompañaba.Amelialesusurró:—Dentrodeescasosinstantesquerránsaberdequénosconocemos.Todamifamiliaconocemi

origen,perodadoqueparaunadamaesmuycomprometidocarecerdepasado—hizounamueca—,nadiemás que ellos conocemi origen omi falta de él.—Miró a su acompañante y preguntó—:¿Debodecirquenosconocimosenotrositioquenoseaelorfanato?

Éllamiróysonrió:—No.Miorigennoesun secretoparanadiey, dadoque soyvaróny, además,ostento título,

dudo que me perjudique, y si alguno de mis pares encuentra desdeñable o criticable el que misprimerosañoslospasaseenunorfanato,esproblemasuyo,nomío.

Ameliaserio.—Veoquenohascambiadomásqueenapariencia.—Sonrióyconfirmezaañadió—.Mealegro.El posó su mano en la que Amelia tenía en su manga y tras apretársela por unos segundos

añadió:—Yyomealegrodecomprobarquenosoyelúnicoqueconservasu“esencia”.Losdosserieron.EstabanyaalaalturadelosjardinesyentoncesAmeliaseparóyledijo—Entoncescreoquepuedesconfiar enmi familia.Puedeshablar con libertadconellos.Verás

que no son como esos “pares con problemas” a los que hacías referencia. Si bien todos ostentantítulodesdenacimiento,porfortuna,ellostambiéntienen“esencia”.

Lamiróuninstanteysonrió.Segiróparapodermiraralaparejaquecaminatrasellosycuandosereunieronalamismaalturaseñaló

—Imagino que se preguntarán cómo siendo tan buenos amigos Carbonci…, disculpen.—MiródivertidoaAmelia—.LaseñoritaMcbeth…

Amelialediouncodazointerrumpiéndole:—Amelia,sinoteimporta.Élserio.—Amelianoconocíamiactualsituación.Ameliaserio.—Debeserunagranhistoria,deDoodyalordCalverton.Élcarraspeóylamirósonriendo:—Noprovoques…—movióeldedofrenteaella—.DecarboncilloaseñoritaMcbeth.LosdosserieronmientrasqueCliffestabaapuntodeasesinarlos,aunqueyahabíadeducidoque

debían conocerse del orfanato, sin embargo, el que un hombre apuesto, que ahora decía sermarqués y aparentemente rico, tuviere esa clase de familiaridad con su hermana pequeña, leempezabaaelevarelinstintodeprotecciónacotasmuy,muyaltas,esosinañadirqueleenervabaesacomplicidadtanmanifiestaentreuncaballeroyAmelia.Juliannaintervinoentonces,ydadoqueaúnnosehabíanadentradoenlosjardines,señaló:

—Creo que seríamejor ymás agradable que nos contase su historia en común en la terraza.Podríamossentarnosypedirunrefrigerio.¿Teparecebien,Mel?

Ameliaasintióyloscaballerosnotuvieronmásremedioqueasentir.Trassentarsecómodamenteen la terrazayconunas limonadasy licoresextendidosartísticamenteporJeffries juntoaalgunosemparedadosydulces,fueAmelialaqueencarrilólasituación.

—Dood…LordCalverton.—Negó con la cabeza y lomiró—.Te pido perdón perome va acostarunpocoasociarteaesetítulo.TendréquehacerunesfuerzoparanollamareDoody.

Élsonrió.—LlámameWilliamsiloprefieres.Reconozcoquehayvecesquesigueextrañándomemipropio

nombre.—William entonces, al menos cuando estemos en familia. —Miró a Julianna—. Si he de ser

sincera,tampococonocíatuverdaderonombreantes.Seencogiódehombros.—Esmásfácilparalosniñosllamarseporsusapodos,sobretodo,paraaquellosquecarecende

nadamásqueeso.Ameliaasintió.—Enesecaso,William.¿Quéhasidodetitodosestosaños?Loúltimoquerecuerdoesqueuna

mañana,aldespertarnos,túyanoestabasylashermanassolodijeronquehabíasseguidotucamino.—Muyconvenientementeambiguo.

PorunsegundoAmeliasintiólatristezadeaquelmomento,lapérdidadeunamigo,delúnicoenrealidadquehabíatenidohastaentonces.

Élpareciótambiénrecordarycasitardóencontestar.Miróconseguridadatodosydijo:—Supongo que lo mejor será que empiece desde el principio. —Miró a Julianna y a Cliff y

despuésdenuevoaJulianna—.Aúnmeacuerdodevos.Eramásjovenqueyo.Larecuerdocomolahijadeunodelosarrendatariosdelazonaqueveníaaleerlesalosmáspequeños.Siempreaparecíacargadadelibros,dedulcesygolosinasparatodos.LosmáspequeñoslallamabanGaluchí[1].

AmeliasesonrojócuandocomprobóqueJuliannalamiró.—¿Galuchí?—preguntóJuliannadesconcertada.WilliamserioyAmeliarespondióunpocoavergonzada:—¿TeacuerdasdePhil?Elpequeñoniñodepielaceitunaquesesentabaentretuspiesencuanto

te veía leyendo. Era de origen gitano y durante un tiempo hablaba solo caló, la lengua de suspadres,yapenasentendíadospalabrasdeinglés.ÉltellamabaGaluchíqueensulenguasignificaazúcar.—Juliannasepusodecolorgranaa lavezqueseenterneció—.Y lo repetía tantoque,alfinal, todos acabamos llamándote así. —Se encogió de hombros y añadió—: Quizás debierahabértelocontado,perodebesconsiderarlocon lamismaintencióncon laque lodecíamos todos,comounhalago,elmejordelospiropos.Laprimeravezqueledisteuncaramelofuelaprimeraqueescuchamossuvoz,almenosyonorecordabahaberescuchadoanteslavozdelpequeñoPhil.—MiróaWilliam—.Bueno,supongoquePhilfuenombrequeledieronlashermanas.

—Supongoquesí.—AsintióWilliam.—Es,es,esmuytierno,Mel,ydesdeluego,halagador—dijoJuliannavisiblementeemocionada.

Pero después miró aWilliam—. Creo que le debo una disculpa porque, ni siquiera ahora, logrorecordarle.

Williamsonrió.—Nosepreocupe,milady,yoerade losmayores, inclusomayorqueusted cuandoempezóa

visitarnos, peropormiparte confiesoque la recuerdo connitidez.—Sonrió—.Sobre todopor los

pasteles de cumpleaños.—Miró aCliff—. Su esposa, aun siendo una niña de apenas diez u onceaños, llevaba a losmás pequeños un pastel de cumpleaños que hacía ellamisma. Recuerdo quellegabaacompañadadesupadre,unhombreque,poraquelentonces,nosparecíaenormeyunpocointimidante,perosiemprenostratóconmuchorespetoatodos.Conlosañoshellegadoaentenderque, con título o sin él, era un caballero y trataba a los demás con respeto, en función de susacciones,nodesuorigen.

Juliannasonrió.—Gracias. Cuando aún era muy pequeña para hacer el camino yo sola, no me dejaba ir al

orfanatosinél.Teníaquecruzarelpuebloyyasabecómoeslagentedezonastanpequeñas.Yotambién recuerdoqueme llevaba y despuésme recogía para devolverme a casa y que, a veces,jugabaconlosmásrevoltososmientrasmeesperaba.Creoqueéldisfrutabadeesosmomentos.—Suspiró y se enderezó un poco al tiempo que sonreía—. Todos hemos cambiado mucho desdeentonces,¿nocree?

—Desde luego. Algunos hemos recorrido un extraño camino hasta aquí. Lo que me trae devuelta a mi historia. Carbonc…, disculpen, a mí también me resulta algo impactante asociar surecuerdoasunombre,disculpa,Amelia.—Ellasolosonrió—.Ameliayyonoscriamosjuntosenelorfanato.Yopermanecíenélhastalosquince—Segiró—.¿YtúAmelia?

—Hastaloscatorce.—Entiendo. Amelia y yo nos llevábamos bastantes años, ocho, si no recuerda mal, pero al

habernoscriadodesdequeéramosbebésallí,supongoqueeralógicoquenosconociésemosbienydesarrollásemosunvínculoespecial.Hayunadiferenciaentre losniñosquesonabandonadosporlospadresoquelospierdencuandosonalgomayores,deaquéllosque,desdelamismacuna,estánsolos.Noconocíamosotrohogarqueaquelorfanatoniotrafamiliaquelosniñosquesehallabananuestroalrededor.

Ameliaasintiócorroborandoesapercepción.—Eselúnicolugarqueconocesenelmundo.—Yoera,poraquelentonces,unodelosmásbrutos.—Noescierto.—SequejóAmelia—.Túerasdelosmásgrandes,sí,peronuncafuisteunbruto.

Nuncateaprovechastedetutamañonidetufuerzaparaintimidaralosdemás.Locontrario,siempredefendistealosmáspequeñosy,sobretodoamí,delosabusonesydelosniñosdelpueblo.

—Gracias,Amelia,peronomeconviertasenunhéroe.Solodefendíaalosqueerancomoyodeaquéllosquenosconsideraban…bueno,diferentes.—Suspiró—.Ameliaeralamástímidadetodaslasniñitasperotambién,listacomounratoncito.Siempreleyendo,cuidandodeljardínydelhuertoydibujando. —Se rio—. Siempre buscando carboncillos para dibujar sus paisajes y siempre conmanchas por su pequeña y blanca carita por el carboncillo o la tiza.—Se volvió a reírmientrasAmeliaseponía todacolorada—.Graciasasupacienciaaprendía leer.Nose rindióconmigo.Yoera,comodecía,unbruto,noconseguíaaprendernada.

—No digas eso, Doody.—Se enfadó—. Nunca fuiste un bruto. Eras más listo que todos losniñosdelorfanatoymuchomáslistoqueyo,soloquenotegustabaprestaratenciónenlaescuelaynoestabasquietonidosminutos.—Resopló—.Siendodelosmayoreserasmásrevoltosoquelospequeños.

Williamserioacarcajadas.—Ytú,encambio,erastantranquilaypacientecomoelsantoJob.Ytantenazycabezotacomo

paralograrqueaprendiesealeer.Ameliaresoplóysecruzódebrazos.—Denada,Doody.—Élseriodenuevo—.Y¿quépasóparaquetemarchases?—Ah, bueno—dijo en tono de resignación—. Supongo que esa es la parte interesante de la

historia.Aunque,enmiopiniónyexperienciapráctica,tambiénlamástriste.—MiróaCliff—.Acabodedarmecuentadequiénsoisvos,milord.Lepidodisculpas.Hagonegociosconvosa travésdeunodemisabogados.

Cliff, que a estas alturas tenía que reconocer que le empezaba a agradar ese hombre sentadofrente a él conmirada tranquila y sonrisa fácil y amable, lomiró con una atención diferente, nocómopretendientedeAmeliasinocomohombre,ylevantólaceja.

—Lolamentopero,aligualquemiesposa,nologrorecordarle.—Eslógico,yaquenuestrarelaciónserealizaa travésdeunademisempresas.Comerciocon

metalesparalasfábricasquetengocercadeGales.HerstonInc.Paraserexactos.Cliffseincorporóunpocoensuasiento:—¡Vaya! Ahora sí estoy asombrado. —Miró a Amelia para aclarárselo–. El marqués es el

propietario de las mayores fábricas de piezas para los nuevos ferrocarriles. Es realmenteimpresionante,simepermitedecirlo.

Élhizoungestoconlacabezayseñaló:—Notantocomoencontrarunaristócrataquenomecensureverbalmenteoconlamiradanime

reprochemiinterésporelcomercioyporeltrabajo.Cliffserioconverdaderoentusiasmo:—Sesorprendería,amigomío,sesorprendería…—Sobretodo,pensaba,cuandoseenteraseque

su querida amiga de la infancia y su hermana y adorada esposa eran las herederas de la mayorfortunacomercialdetodoelreino.

—Denuevomehedesviado.Misdisculpas.ComoAmeliahaseñaladotanacertadamente,tiendoadistraermeconfacilidad.

—Yonohedicho…—Negóconlacabeza–.Ah,¡Quémásda…!—Hizoungestoconlamanoparainstarloacontinuar.Élseriodivertido.

—Siempremeresultómuyfácilhacerteenfadaryempiezoarecordarlodivertidoqueera.—SeriounpocoycuandoAmeliaibaadarleungolpeenelhombro,élseremovióypusolamanosenalto—.Estábien,estábien,medisculpodecorazón,yaparo.

Bebióunpocodellicordesucopaantesdecontinuar:—Unatarde,lahermanaKatherinemellamóasudespacho,cuandoentré,sentadofrenteaella,

se encontraba un anciano caballero y un hombre que después supe era su abogado.Me hicieronsentarjuntoalcaballero,quenoparabadeinspeccionarmeaconcienciadesdeelmismoinstanteenqueabrí lapuerta.Allíme informarondeminuevacondición.LadeherederodelmarquesadodeDrundy. Sorprendente, ¿no es cierto? En escasos diez segundos pasé de niño sin familia a futuromarqués.—Amelianotóciertaamargurayfrialdadensutono—.Puesesosolofueelcomienzo.—Respiró—.Elancianoresultóserelmarquésymiabuelo.Meexplicaron,muybrevemente,queyoerahijodelanteriorherederodelmarquesado,elúnicohijodeeseanciano.Hijoque,encontradelosdeseosdesupadre,secasóconunajovendeunaposiciónyclaseinferioresyquetuvieronunvástagovarón.Eseerayo.Mimadremurióenelpartoymipadresepresentóconmigodelantedelmarqués.Este,queconsiderabaelpeorde los insultosnosolo ladesobedienciadesuhijosinoelatreverseaengendrar aunhijoconalguienquenoconsiderabadignonidepulir susbotas, exigióquerenunciaseamíparapoderserreconocidodenuevocomosuherederoy,apesardehabersidofrutodeunmatrimoniolegaly,porlotanto,hijolegítimo,alosojosdeesehombrenoeramásquesangre sucia y, desde luego, no lo bastante digno para ser el futuro sucesor de su casta, de suemblema y de su casa. De modo que me abandonaron, siendo un bebé, en Saint Joseph, ycontinuaronsusvidascomosinoexistiese.Mipadresevolvióacasarconideadedarunherederoverdaderamentedignoalmarqués,yhabríanocultadomiexistenciaymisderechosdenoserporqueelfrutodesunuevomatrimoniofueunahijaymipadremuriósintenermásdescendenciapocosañosdespués.Justocastigoasu iniquidad,supongo.Elmarquésbuscóentreel restodesusparientesunvarónalquecedereltítulopero,alnohallarlo,recurrióalniñoquepodría“rescatar”paravalersedeélasuantojo,alfinyalcabo,mispadressecasaronynoerailegítimo.

VolvióabeberunsorbodelicoryAmelianotócómosehabíanoscurecidosusojos.Habíaunaprofundatristezaysoledadenellos.

—Mesacarondelorfanatoesamismanocheymeexplicaroncuálesseríanmisdeberesapartir

deentonces.Estuveapuntodemandaraeseviejocruelyegoístaalcuernoyolvidartodoloqueacababade escuchary, aúnhoy, sigo sin explicarmequé fue loque realmentemedetuvo.Quieropensarquefuemideseoporsaberloquesesienteteniendounafamiliaeinclusoporsaberquiénerayoa travésdeesa familia.Perodadas las circunstancias, ahora séque, enocasiones, esmejornotener familia que ser criadopor buitres y gente sin corazón.—Miró a Juliannay aAmelia—.Lesruegonomejuzguenduramenteporlafrialdadconlaquemerefieroaellos,pero,siendojusto,erapreferiblesuignoranciayolvidoaltratoqueposteriormentelamayoríadeellosmedispensaron.

—No se disculpe,milord. Por desgracia, algunos de nosotros conocemos de primeramano ladesgraciadecompartirsangreconalgunaspersonasquenomerecennielcariñonilapreocupacióndelosquealgúndíadisfrutaron.—DijoJuliannaaltiempoqueCliffletomabayapretabacariñosolamanorecordandoa los treshermanosdesuesposaquenoerandignosde llamarsehombres,ymenosaúnhermanosdesudiosa.

Williamsonrióagradecidoporlacomprensión.—Sieldesdényeldespreciodemiabuelolopudecomprobarysentirdesdeelprimermomento,

eldelrestodemisfamiliaresnoquedóoculto,unavezmefueronpresentados,enningúnmomento.Másbien,deberíadecir,queparecíandisfrutarhaciendogaladelmismoenmipresencia.Peromeestoyadelantando.Comodecía,memontaronenuncarruajeyempezaronaseñalarmequédeberestendría.Elprimero,másqueundeberfueunaimposiciónquedejaronclaronodebíajamásignorary,menos aún, desobedecer. Me ordenaron, me advirtieron, que, desde ese preciso momento y enadelante,teníaprohibidorelacionarmeconnadiedemipasado,almenosnohastaquefuesemarquésy,paraentonces,esperabanhabermereformado tantoqueestabanconvencidosdequeseríayoelquenoquerríarecordarmividaymisexperienciasanteriores.Crasoerrorporsuparte,hededecir.NohubodíaenquenorecordasemisañosenSaintJosephporque,alapostre,fueronmejoresquelosinmediatamenteposteriores.Además,noerayoelquedebíaavergonzarsedehaberestadoenunorfanato, sino ellos por ser los responsables de que, enmis primeros años de vida, careciese defamilia,demediosydelaeducaciónymodalesqueellosestimabannecesariosparaasumirminuevaposiciónenlasociedad.MellevaronaunapropiedaddelmarquéscercadeEdimburgo,esdecir,lomáslejosposibledeconocidos,familiaresyamigos,almenoshastaquemehubiesen“pulido”.Allípermanecíhastalosdieciochoañosrodeadodeinstructores,preceptores,profesoresdetodoloquese consideraba necesario para un caballero y más todavía, para un marqués. Transcurrido eseperíodoy,cuandoelviejodragóndemiabuelo,alquesoloviendosocasionesduranteesosaños,consideróqueestabapreparado,mellevaronhastalacasaancestralfamiliardondefui“presentado”alrestodeellos.Erantanarrogantes,pompososytanfríoscomoelviejo,ydejaronclaroquemeconsideraban, apesardehaberme“pulido”, unbárbaro, unbruto, o simplementebasurao calaña.Durante los años en que estudié en la universidad y, posteriormente, recibí formación para llevaradecuadamenteelmarquesado,muchosdeellosmedespreciaronalacaraomenegabanenpúblicoy,desdeluego,notuvieronreparoenintentardejarmeenevidenciaalamenorocasión.Claroque,eldestinopone a cadauno en su sitio, o esomegusta creer.Ahoraque el viejohamuertoy soy elmarqués, muchos de ellos dependen de mi generosidad, de modo que se cuidan mucho dedesairarmeohacermealgúndesplanteenpúblico.Amisespaldas…bueno,esoyaesotracosa,peroyasecuidarándequenollegueamisoídosporsupropiobien.

—¿Ytuhermana?—PreguntóAmelia–.Dijistequeteníasunahermana¿verdad?Élasintió.—Simi abuelo era frío, ella esun témpano.La educaronpara ser fría, calculadora, egoístay

altaneraynopuedosinoafirmarquehasidounaalumnaaplicadayaventajada.Estanarroganteysoberbia como el resto de la familia. Me mantengo muy lejos de ella. He asumido miresponsabilidadparaconellaperomeniegoaque,sialgúndía tengofamilia,ellaestécercaparatransmitirlesamiesposaoamishijoslosvalores,principiosylacrueldaddelaquehacegalaconorgullo.—Negóconlacabezaydespuésserio—.Simedesprecianporserhijodequiensoyhijo,imagínense lo que provoca en sus sangres azules saber que el marqués y cabeza de familia se

dedicade formahabitualaalgo tansucioydepravadocomoelcomercioy losnegocios.Aunqueesomehaconvertidoamíyalmarquesadoenunhombreyunacasaconunavastafortuna.

—Es increíble,Dood…William.Realmente no sé si decirte queme alegro de que ahora seasmarquésoquelamentoquehayastenidoquepasarporesasexperiencias.

Amelialoobservóalgoapenada.—No te apenes, carboncillo. Sigo siendo yo, solo que ahora soy más culto, al menos en

apariencia.—Sonriómalicioso—.Másricoysobretodo,mástemibleparaaquellosquesemetenoabusande los “diferentes”—Se riodespreocupado—.De loúnicoquemearrepiento esdehabercumplidolapromesaquemeforzaronahacerdealejarmedeSaintJoseph.Elviejomurióhaceunosmesesyesahoracuandohepodido,conlaconcienciatranquila,regresar.—Lamiróysonrió—.Y¡quésorpresamehellevadocuandolahermanaKatherinemehacontadotunuevavida!

AmeliagimióyellayJuliannasemiraron.—Tendremosquehablarconlahermanaparaqueno…—dijoAmeliaantesdeserinterrumpida.—HazloAmelia,perono tepreocupespormí.Paramí siempre seráscarboncillo,peroanteel

resto delmundo fingiré que eres la señoritaMcbeth a la que unos conocidosme han presentado,amablemente,yalaconsideroundignoejemplodejovendama.

—Vaya, señor marqués, muy amable, sobre todo viniendo de alguien capaz de colarse en elpresbiteriodeunaiglesiapararobarelvinodelacomunión.

Ameliaalzólabarbillaenfalsoenfado.Élserioacarcajadas.—¡Santocielo!¡Síquetienesmemoria!¿Quéedadteníasentonces,cinco,seisaños?¿Cómoes

posiblequelorecuerdes?—Cinco.Ypor la sencilla razóndeque,paraqueno tepillasenconél,nos lodisteabebera

todoslosdelcuartodeldesványacabamostodosbeodos.ÉlvolvióareírsealigualqueCliffyJulianna.—Norecordabaesaparte.—Sonrióyentrecerrólosojos—.Perotienesrazón,graciasaesome

librédeunaseverareprimendaydeuncastigodelashermanas.—Notesientastanorgulloso—dijoAmeliariéndoseporfin—.Erasunamalainfluencia.—¿Dóndesealoja,milord?—preguntóCliff.—William, por favor. He comprado Hertbel Hall y la estoy reformando antes de regresar a

Londres.QuieroreformarCalvertonHouseyconvertirloenunhogar,noenelrecuerdodeunviejoavaroyegoísta.

—¿HascompradoHertbel?¿Deveras?—Lomiróconlosojosmuyabiertos.—Cada vez que pasábamos por allí todos los niños del orfanato decíamos que algún día la

compraríamos,¿recuerdas?Ameliaasintió.—Perocreoquetúeraselúnicoquelodecíaenserio.Mealegro,Doody.Siempretegustóla

casa.Peroestarámuydeteriorada,¿no?Élsonrióconclarasatisfacción.—Yano.Aúnquedanalgunasreformasydecorarunagranpartedeella,perolomásimportante

yaestáterminado.Meencantaríaenseñártela.Sinorecuerdomal,siemprecreístequedebíatenerunjardínmagníficoy,aunquerequieretantareparaciónycuidadocomolacasa,puedoasegurarteque,una vez acabemos, será tan magnífico como imaginabas. ¿Sigues cultivando plantas, flores yteniendo un huerto o ya no te gusta ensuciarte los bonitos vestidos? —dijo alzando una ceja,desafiante.

Ellasonrióyorgullosaalzólabarbillaydijo:—Ahorasoypeor.—Muchopeor—dijoJulianna—Infinitamentepeor.—AñadióconundejeburlónCliffmirandosocarrónaAmelia.Amelialesmiróconelceñofruncidoydespuésserio.—No les hagas caso…O quizás…—Hizo unamueca compungida—.Y tú. ¿Sigues haciendo

esasfiguritasdemadera?—MiróaJulianna–.Teníaverdaderotalentoesculpiendoencualquiertipodemadera.HacíajuguetesenNavidadparaquelospudiésemoscompartirtodos.

—Oh. ¿El caballito de madera que conservas del orfanato es suyo?—Preguntó Julianna, yAmelia asintió—.Verdadero talento,milo…William, desde luego,más teniendo en cuentaque loharíasiendounniño.Esmagnífico.

—¿Verdadque sí?—dijo sonriendoorgullosaAmelia–.Noshizouno a cadaunade las niñasquenacimosenelorfanato.Bueno,alasquenosentregaronsiendobebés.

Williamsesonrojóapenasunpoco.—Nocreoquetengaexcesivotalento,perohedereconocerquesigoconesaafición.Meayuda

arelajarmeyapensar.—Tieneverdadero talento,William—dijo segura Julianna—.Mihijamayorestáenamoradade

esafigurita.¿Verdad,Amelia?Sialgúndíadesaparece,ellaserálaprimerasospechosa,metemo.Ameliaserio.—Pobrecilla, no es capaz de eso.—Miró aWilliam y añadió—:Pero es cierto que la admira

sobremaneraycadavezqueduermeconmigoselaponeenlamesilladenocheparamirarlahastadormirse.

—William—intervinoCliff de nuevo—.Pues si tan cerca está, nos encantaría que cenase connosotrosestanoche.Estoyconvencidodequeatodalafamilialegustaráconocerlo,especialmente,alatíademiesposaydeAmelia.Sinotieneuncompromisoprevio,podríaacompañarnos.

WilliammiróaAmeliaydespuésaél.—Meencantaría,porsupuesto.Seríaunhonor,peronoquisieracausarningúninconveniente.—Porsupuestoqueno.—IntervinoJulianna—.Cenaremosalasocho.Porfavor,nosepreocupe

siseretrasaunpoco.Comprendemosqueesmuyprecipitadoyqueaúntienequeregresaracasayvolver.

—Doody, teacompañoa lapuertayasí tedará tiempo.Además, tendremosaún toda lanocheparahablar.—Sepusierondepieycuandoyasealejabacaminandoconél,añadió—:Deverdad,hesidoafortunada,comprobarásquemifamiliaesunabendición.

SonriócomoellahacíacuandohablabadeellosyaWilliamlebrillaronlosojosespecialmente.Amelia semarchó con él unosminutos para despedirlo ymientras,Cliff y Julianna entraron en lacasacogidosdelamano.

—Veoquenosoyelúnicoqueencuentraestointeresante—dijomirandolasonrisadeJulianna—.CreoqueMaxvaverseobligadoacompetirporAmeliaporque,demomento,él tienesucorazónperolordCalvertontieneunainfanciaencomúnconellay,porloquerevelansusojos,unvívidointerésenhacerdeellaunamarquesa.

Juliannaseriosuavemente.—Creo que esto hará queMax se vea obligado a revaluar sus sentimientosmás rápidamente.

Solo espero que no sea demasiado tarde cuando comprenda lomucho que ama aMel.Hasta unciegopuedeverlo.—Sugestosepusoserio—.Cliff, tenemosquehacerlever laverdad,antesdequesutestarudezosuorgulloloalejendeMel.

Cliffsellevósumanoasuslabios,lagiróybesóconternuralaparteinternadelamuñeca.—Lointentaremos,cariño.Nonosrendiremos.Ningunodenosotrosconocelapalabrarendición

¿verdad?—Juliannaasintió.Maxsevestíaconayudadesuvaletparalacena.Rechazóvarioslazos.Variasvecesdesatóel

nudoquesuayudadecámarahabíatardadomuchosminutosenhacer.Inclusoderramópartedelaesenciaqueusaba tras el afeitado sobre lamesadelvestidor.Estabademalhumor.Eraevidente.Peronadaencomparaciónacomoloestaríaescasosminutosdespués.Llamaronalapuertamientrasse terminabadeacicalar.Suvaletabrióypermitió laentradadeCliff,quesesentóen laotomanacercanaalaventana.Permanecióensilenciovariosminutos.

—¿Ybien?—LeapremióMaxmirándolodesoslayo–.Meimaginoquenohabrásvenidoavercómomeanudoelcorbatín.

Cliffserio.—Pormuyentretenidoquepudiere resultar, lo cierto esqueno.Hevenidoa advertirtedeque

tenemosuninvitadoacenar.ElmarquésdeDrundy.Haciendo un esfuerzo por no girarse con fuerza y preguntarle a gritos qué demonios hacía.

¿Cómo se le ocurría invitar a un depredador a cenar? Se controló y mirando por encima de suhombroeintentandomostrarindiferenciaseñaló:

—Advertido quedo. ¿Y la razón de que sea necesario advertirme es…? —Alzó la cejaimpertinentemente.

Cliff sonrió intentando controlar una carcajada mientras contestaba con aire de relajadaindiferenciaasutono:

—LarazónesqueJulsmehapedidoquetedigaqueesperaseasamableconél.Lehacausadouna agradable impresión esta tarde y, lo que es más importante, Amelia parece tenerle sinceroaprecio.Asíque,enpalabrasdemiqueridaesposa“sébueno”.

Maxsegiróconsuavidad,procurandonopareceransioso.—¿Intentasdecirquenoshallamosanteunnuevopretendiente?“Ahíestá”,pensóCliff,“Eljuegohaempezado…”.—Intentodecirteque,demomento,noséquéintencionestieneelmarquéspero,deteneralguna,

haempezadoconbuenpie.Nosolopareceagradaramiesposay,porlotanto,asuposiblefuturacuñada,sinoque,además,eselúnicoporelqueAmeliaparecehabermostradoalgodeinterés.

—Asíquelegustaesemarqués—inquirióéltragándoseparasíunexabrupto.—Siporgustarleterefieresaalgúninterésromántico,creoqueesprontoparaaventurarseenese

tipodepronósticos,peroloquesípuedoaseverar,sinriesgoaequivocarme,esqueparecelaclasede hombre que podría llegar a interesar a Amelia seriamente. Tienen un pasado común, parecencompartirciertaafinidady,siquieresmiopinión,elmarquésparecerealmenteinteresadoenella.Almenosdespuésdeestatarde.Henotadocierto…—Hizoungestoteatralconlamano.

—Cierto¿qué?Max ya empezaba a revelar su ansiedad, que era lo que Cliff quería, ponerlo en guardia y

hacerleverlanecesidaddeprestaratencióno,delocontrario,acabaríalamentándolo.—Oh,vamos,Max—respondíaconairedepesadez—.Túyyohemosestadomilesdevecesen

unasituaciónsimilar.Presumoquetúseguirásencontrándoteenesassituacionesamenudo,yohacetiempolasdejéatrás.

—¿Quieres,porfavor,traduciresasartadetonterías?¿Quésituaciones?ElmalhumordeMaxparecíallegaracotasconsiderables.—¡PorDios,Max!¿Desdecuandoerestanobtuso?Miraraunamujercondeseo.—¡Por todos los santos,Cliff! Se supone que has de cuidar de ella, no dejarla en bandeja de

plataatododepredadorqueseleacerque.—Salvo que ese depredador tenga intenciones firmes y honorables y la dama consienta sus

atenciones.NosoloesaJuliannaalaquehaagradadoelmarqués.Puedoasegurarteque,detodoslospretendientesquehanasediadoaAmeliaesteaño,esteeselúnicoalquemeplantearíaconcedersumanosiesqueellallegaseaaceptarlo.Pareceuncandidatoidóneo.Título,fortuna,inteligenciayencajaríabienenlavidadeMel.—Sehabíalevantadodesuasientoysedirigíaalapuertacuandogiróyañadió—:Yoquetúmeandaríaconcuidado,parecequeotroloboseacabademeterentugallinero.

Cerrólapuertatrasdesí,dejandoaMaxmirándolaporvariosminutos.“Quéestupidez.Si esunbuenpartido,puesadelante. ¡Quémásmedaamí ¡Le tengocariñoa

Amelia,peronoesmigallinero.Pormíqueselaquede…”.Encuantoestepensamientofrutodesumalhumorlecruzóporlamentealgoensuinteriorseremovió.Algodentrodeélclamabaalcielo.Respiróhondoparadesprendersedeesasensaciónybajóalsalón.

Permanecióunosminutossinentraren lasala, lejosde lavistade todosquenohabíannotadoaún su presencia. De nuevo esa sensación. Había clavado los ojos en Amelia y era incapaz de

apartarlosdeella.Vestidaconunbonito tonoverdemusgoque realzaba lanívea suavidadde supiel contrastandomaravillosamente con el azabache de sumelena, que caía en un recogido flojoalrededor de sus hombros, parecía un sensual duendecillo recién salida del bosque. Departíasonriente con su tía y el conde. Sonreía, reía y ese sonido musical, suave y cautivador parecíallamarle desde lo lejos. Esa dulzura e inocencia se mezclaban ahora con una sensualidad y unaexquisitezfemeninaqueélnohabíapercibidoantesenella,¿osí?Notabaunaconocidatensiónenciertosmúsculosdesuanatomía.La risa roncay fuertedesupadrealotro ladode laestancia lesacódesuensoñación.¿Quéestabahaciendo?¿Enquédemoniospensaba?EraAmelia,lapequeñaAmelia.Noeradelaclasedemujeresenlasquesefijaba.Éllaspreferíaexperimentadas,maduras,sin complicaciones. De nuevo se removió incómodo en su interior y aparcó a un lado esassensaciones.Respiróhondoyentró,evitandodeliberadamenteelsitiodondehabíavistoaAmelia,inclusoestanochedebuenaganacharlaríaconsurecientecuñado.

El mayordomo anunció al marqués y fueron Cliff y Amelia los que se acercaron a darle labienvenida y, posteriormente, lo presentaron al resto de los presentes. Max lo observaba, loestudiabamientrassaludabaasusparientes.Poruninstante,realmentesesintiócomounloboalqueinvadían sugallinero, porque enmásdeunaocasión, en esos escasosminutos, se le cruzópor lacabezalafrase“sonmíos,mifamilia,míos”,yviendoaAmeliadesubrazo,sonriente,haciendolasoportunaspresentaciones,tuvoelimpulsodeagarrarlayalejarladeél,apoyarsumanoensubrazoyreclamareselugarcomosulugar,comoelsitioadecuadoparaella.Denuevo,seremoviócadavezmástenso,cadavezmásincómodo.

—Max, permite que te presente a un viejo amigo. Lord Calverton,William, lord MaximiliamRochester, un gran amigo de la familia. Es hijo del almirante y hermano de lady Eugene. LordRochester,Max,lordWilliamCalverton,marquésdeDrundy.

Amboshicieronlacortesíaderigor.—Es un honor, milord—dijoWilliam con seguridad y con la mano de Amelia aún sobre su

manga.EldeseodeMaxdesepararladeélcadavezeramayor,teníaferocesdeseosdearrancarlade

allíydarlevariosazotes,uotrascosas.Suspiróensuinterior.—Milord—contestóconaireaparentementeausenteMax—.Díganos¿quélehatraídoporestas

tierras?Simepermitepreguntarlo.—Porsupuesto.Variosson losmotivosquemehan traídodevueltaalcondado.Elprimeroes

queestoyreformandoHertbelHall.Esunapropiedadalaquemesientosentimentalmenteunidoy,porfin,heconseguidoadquirirlayreformarlaparahacerdeellaunhogar.

Maxalzóunaceja,perofueAmelialaqueseñaló:—Estoyseguradequesabesdequépropiedadsetrata,Max.Eslaqueestácercadelascolinas

deNorte,alotroladodelbosque.Lacasadelosdosgrandestorreones.MaxasintiómientrasqueJuliannayCliffseacercabanaellosyseuníanalgrupo.—Sí, recuerdo la casa. Le felicito, lord Calverton, es una magnífica adquisición, sin duda.

Aunquesinorecuerdomalestabaenunacondicionesalgodescuidadas.Williamserio.—Eseesuneufemismomuyamable,nocabeduda.—Serionegandoconlacabezaclaramente

divertido—.Estabacasienlaruina.Prácticamentehemostenidoquereformarladesdeloscimientosmanteniendo, no obstante, la estructura original. Sin embargo, y aun cuando está resultando untrabajohartocomplicado, lograr,pasoapaso,devolver lavidaaeseenormecaserón,aúnesmásgratificantedeloquehabíaimaginado.Comosirecuperaseotrajesealpresenteunapartedelpasadoyhacerloenbasealossueños,casiolvidados,delainfancia.Creoqueseráunhogarmagníficounavezestéterminado.

AMaxseleerizólapielconlamiradadesoslayoquelanzóaAmeliacuandohablabadehogar“malditasea”,meditó,“ofreceraAmeliaunamagníficapropiedadcercadelossuyosycalificarlodehogareraunalicientedifícildeignorar”.

MaxmiróaCliff,quesonreíayque le lanzabamiradasde“ya te loadvertí,amigo, luegonovengasaquejarte”.Pero¿quélepasaba?Teníaquesersuinstintodeprotección,perfeccionadoalolargo de los años conEugene. Sí, sí era eso porque la alternativa…de nuevo se removió en suinteriorcadavezmásincómodo.No,no,élnoteníacelos,solosepreocupabadeAmeliacomoloqueera,casiunahermana.Derepenteresonabaconfuerzacomounecopunzanteel“casi”.

Las voces de la conversación que continuaba a su alrededor parecíanmitigadas en sumente.Observabaalmarqués,lassonrisasylasmiradasquelanzabaaAmeliayellanoparecíacohibidaniincómodaasulado.Lesonreíaeinteractuabaconélconnaturalidad.Denuevoecosensucabeza“esas sonrisas sonmías, esas miradas sonmías, ¿cómo se atreve a venir a quitármelas?¿Qué leestabapasando?¿Desdecuándoesassonrisas,esasmiradassehabíanconvertidoensuyas?Y¿porqué le incomodabamás el hecho de que se las dedicase a otro que el hecho de pensar en ellascomosuyas?“MalditoCliff,estoesculpasuyapormeteresasideasenmicabeza…”.

LacenafueparaMaxunatorturaytodaunapruebadeautocontrol.SentadofrenteaAmelia,queteníaaunladoaCliffyalotroalmarqués,sepasólanocheaguantandolasrisasentreellos, lasbromas,losrecuerdoscompartidosydelosquehicieronpartícipesalosdemás.Elmarquésparecíaagradaralafamiliayesteparecíaagradecidoyencantadoporelrecibimiento.“Válgameelcielo,sihastaparecehaberagradadoatíaBlanche”,quesentadaalotroladodelmarquésdepartíaconélconafabilidadycortesía.Paracuando llegaron lospostres,Maxdeseabagritar.Lopeorde todoera que cada vez que miraba a Amelia notaba cómo se le calentaba la sangre. Llevaba díassintiéndosealgoincómodoconsuproximidad, inclusosentíaciertaenergíafísicaflotarentreellosperoestoera,era,era…“Diosbendito,eradeseo”.Buenoy¿porquéno?Éleraunhombresano,congustopor lasmujeresbonitasy,sindudaalguna,Ameliaerabonita.Lamiróunpocomás.Eramásquebonita, ¿aquiénpretendíaengañar?Erahermosa, sensual, atractivayatrayente.PeroeraAmelia,unacosaeraencontrarlaatractivayotradesearla.Denuevodescartólaidea.Erahermosa,sí, y él podía reconocer eso sin que implicase nada más. Ella era Amelia, la pequeña Amelia,prácticamenteunahermanapequeña.Denuevoresonaronensumente“casiunahermana,casi,casi,casi…”.

Paracuandolasdamasseretirarondelamesadejandoaloscaballerosconeloporto,elbrandiyelcoñac,Maxsentíalanecesidaddeagarrarunadelasbotellasyllevárselaaunrincón.

Cliffsesentójuntoaél.—Bueno,¿quétepareceelmarqués?—Es un hombre cabal, supongo. Aunque el hecho de no importarle declarar a quien quiera

escucharlo,quesufamilialorepudióyloignoródesdesunacimientohastalosquinceaños,nocreoquelegranjeegrandesamistadesentrealgunosdelosnoblesdelaviejaguardianientrelasdamasymatronasmásrecalcitrantesy,porextensión,esereceloloresentiráladamaqueelijaporesposa.

Cliffbebióunsorbodesucopaydespuésjugueteoconella.—VamosMax,nopuedesconsideraresotangraveparaqueinclusolaviejaguardianolodeje

pasar.Alfinyalcabo,elmarquésesunodelosnuestros,unaovejatraídaalredil,pordecirlodealgunamanera.Además,eshijo legítimo,ahoraesel legítimomarqués,harecibidounaeducaciónesmeradaynosoloesinteligentesinoque,además,hademostradosuvalíayaquesehahechoricoinclusoantesdeheredareltítulo.

—Sí,bien,Cliff,esoestámuybien.Peroatraelaatenciónsobresupersonasinimportarlelomásmínimo y, supongamos que realmente decide que Amelia es la candidata adecuada para ser sumarquesa—al decir estas palabras sumarquesa, Max notó cómo se le formaba un nudo en elestómagoyalgoseremoviódenuevoensupecho—,acabarácentrandoatenciónsobreellaynonosdebemosolvidardesusorígenes,omejordicho,lafaltadeellos.Élpodráserunhijolegítimoreciéndescubierto,peroAmeliacarecedepadresreconocidos.

Clifflomiróconseveridadyconciertodisgustoensuvozlereprochóelcomentario:—Max,creoqueeslaprimeravezqueteescuchorecordaresocomoalgorealmentedeplorable

deAmeliaycreo…

Maxleinterrumpió:—Mehasentendidomal.Jamásconsideraríaesacircunstanciacomoalgoachacablealapropia

Amelia,ymenosalgoquedebaserconsideradocomounaspectonegativodesucarácternidesupersona,peroambosllevamosdemasiadotiemporecorriendolossalones,losclubsylascasasdenuestrosparescomoparaignorarelriesgoqueellosupondríaparaAmeliadeserdescubierto.

—Dudo que el marqués ignore ese peligro. De hecho, esta tarde aseguró no solo guardar elsecretosinoque,alosojosyoídosdelosdemás,afirmaráhabersidopresentadoaAmeliaporunamigocomún recientemente.Negarácualquierpasadoconellaydifícilmente sepodráconocerelorigendeAmeliasisololoconocemosnosotros.

Max,empecinado,insistió:—Siguesiendounriesgo.Cliff, viendo que había dado en hueso, no quiso insistir, pero aun así volvió a recordarle a su

amigoqueahoranosoloeltiempocorríaensucontra,sinoqueteníaunseriocompetidorenlizayqueleganaríalamanosiseguíanegandolamayor.

—Max,decualquiermodo,reconocerásqueesuncandidatoaptoparaAmeliay,demomento,yo carezco de motivo alguno para negarle su presencia o sus visitas, y ya ha dejado claro queesperacoincidirconellaenLondres.

MaxcentrósuatenciónenelmarquésantesdevolveraCliff.—Puessigosinfiarmedeél.Cliffestuvoapuntodeescupirelúltimosorboporunataquederisa.—¡Portodoslossantos,hombre!Reconocequeestásalmenosunpococeloso.—Cliff, no insistas con eso de nuevo. Tengo mucho cariño a Amelia, pero dudo que mis

sentimientoshaciaelladistenmuchodelostuyos.Escasiunahermanaparamí.—Denuevoelecodel “casi” en su cabeza parecía taladrarle el cerebro—. Sin mencionar que es muy joven y unainocente.

Cliffvolvióareírse.—Como si entre las cualidades de tu futura duquesa no encabezasen la lista precisamente la

inocencia y la virtud.Vamos,Max, una cosa es lo que has estado buscando y disfrutando en tuscompañíasfemeninashastaahora,yotraloquebuscasentufuturaesposaymadredetushijos.

—Razónpor la quemeveré obligado a alternar de nuevo en los salones deMayfair con lasmatronasysushijas.—Fruncióelceño—.Graciasporrecordármelo,amigo.

—Max,esperonotearrepientasenelfuturo,porquenosololaperderásaellasinolaposibilidaddelograrloquerealmentedeseasybuscas.

—¿Ahoramevasadecirquéesloquedeseo?Cliffselevantódelasillaparaseguiralosdemásalsalónyunirsealasdamas.—Max,meayudasteaconseguirlafelicidadjuntoaJulianna,nopuedopormenosquedesearte

lomismo. Conseguir a la persona que realmente te complete. Recuérdalo, amigo.—Se giró paramirarlounavezmás—.Noescuestióndeencontrarunadamaadecuada,sinodeencontrarladamaadecuadaparati.

Maxsequedósolosentadoenlamesa,dándolevueltasalassensacionesquedesdesuregresoa la mansión le atenazaban hasta el extremo de empezar a sentir una inexplicable claustrofobiadentro de su propio cuerpo. Tenía que reconocer que, en el pasado año,Amelia habíamaduradofísicamente y todo su cuerpo parecía haberse convertido en una cautivadora atracción para sussentidos.Peroesono justificabaelporquéseempeñaban todosen irmásallí.Sí,erabonita,másaún,erahermosaydeunasensualidadqueparecíareclamarlavirilidaddetodovarónenmillasalaredonda.Éleraunhombre.Eralógicoquesintieseesetipodeatracción.Peroirmásalládeunpocodedeseoerallevarlascosasdemasiadolejos.Tambiéneralosuficientementehonradoeinteligentepara afirmar que lemolestaba ver a la pequeñaAmelia rodeada y asediada por jóvenes y no tanjóvenes como si fuera un pastel a punto para ser devorado. Pero no eran celos. No lo eran. Nopodíanserlo.Erasolosuinstintodeprotecciónquesalíaenladefensaycuidadodelasdamasdesu

familia.HabíaactuadoigualconsuhermanaEugene.Mientras meditaba sobre ello, sentía un cosquilleo en los dedos, un hormigueo bajo la piel.

Sabía que algo no andaba bien. No podía seguir negando que la atracción física por Ameliacomenzabaaobsesionarle,no soloporqueno recordabahaber experimentadoantesunaatracciónsimilarporningunamujersinoporquesabía,pormuchoquelonegase,quejuntoaesedeseofísico,aesa lujuria por el cuerpobonito deunamujer, subyacía algomás.Durante la cenahabía prestadodemasiadaatenciónasusgestos,asusmovimientos,ynosoloasusbonitoshombros,aesasbonitasmanosquealmoverseparecíanbellosgorrionesbailandoal sonde lamásperfecta sinfonía, esasonrisadibujadaenunosdulcesysabrososlabios,esasmejillasquesearrebolabancuandoreía,esedenso,sedosoybrillantecabelloazabachequepedíaagritosquehundieseenelloslasmanosparaacariciarlo desde la raíz hasta las puntas. Y esos ojos, esos profundos, sinceros y cálidos ojosnegros eran lo más llamativo de ese precioso rostro. Unos ojos que, además, revelaban unainteligencia hábil, despierta, su innato sentido del humor, esa compasión y bondadque desprendíaporcadaservivoconelquesecruzabayesafuerzadevoluntad,esesentidocomúnqueluchabaconunanaturaleza indómita, románticae imaginativa.Esosojos rodeadosdeunasdensasy largaspestañasqueservíandetelónaunamiradaquecuandoseabríaalosmortalesproducíanunefectohipnóticoqueaturdíasumente.“¡BuenDios!”Maxsesacudióyresopló“hablocomounmuchachitodeescuela,comouninexpertojovenzueloobnubiladoporunacarabonitayuncuerpohermoso”.

—¡Maldita sea, esto es más que deseo…! —dijo a una sala vacía mientras se levantaba ycaminabaendirecciónalsalóndondetodosdepartíanycharlabanrelajados.

Aúnmascullabaesassensacionesjuntoasucrecientemalhumorcuandoentróenlasalay,juntoatíaBlanchesehallabanelmarquésyAmeliaquereíanrelajados.

—Malditasea—maldijodenuevo.Sedirigióa lamesa,dondeEthanvertíaunpocodelmejorcoñacdelcondeenunascopas,al

verlosegiró,ofreciéndoleunaqueélasióalinstante.EscuchódenuevolarisadeAmeliamezcladaconladesutíayladelacondesaunpocomásallá.Ethansiguiósumiradaparaverhaciadóndevolabanlospensamientosdistraídosdesuamigoy,alverlo,unasonrisamaliciosasedibujóensurostro.Intercambióunamiradaconsuhermano,queseacababadeacercarparatomarunacopa.

—Max, amigo, ¿serías tan amable de acercar a tía Blanche esta copa de jerez y a nuestroinvitadoestecoñac?

De reojo Ethan pudo comprobar el destello de pura diversión que brilló en los ojos de suhermanomientrasélaguijoneabasinremordimientoelmaltrechoestadodeánimodeMax.Estegiróel rostrohaciaEthan,yaunquepor sumiradaestabaclaroque ledisgustóenextremo lapetición,porpuracortesíanopudonegarse.

—Cómono.Tomólascopasyseencaminóhacíaelgrupoycreyóescucharasuespaldalarisaahogadade

losdos“caballeros”antesconocidoscomosusamigos.—Mi querida Blanche —dijo ofreciéndole la copa a la dama empleando ese tono suave,

seductoryalgoirreverentedelquesolíahacergalaenlossalonesdeLondres.—Gracias, querido, eres encantador —contestó ella deleitándole con una de esas sonrisas

amables,sincerasyfamiliaresquesiemprelehacíansentircercanoyrelajadoensupresencia—Unplacer,midama.—Lasonrióprovocativamenteyseviorecompensadoconunarisasincera

nosolosuyasinotambiéndeAmeliadevolviendoasusdedosesecosquilleoqueempezabaaserrealmentealgoadictivo.

Almirarla se dio cuenta de quedesplazó sus ojos de él hacia elmarqués unos segundos paravolveraposarlosenél.Peroesossegundos,esosbrevesinstantesenquedejódeversereflejadoensusojosporculpadeesehombre…“Demonios”,mascullóparasí.

—Milord,¿unacopadecoñac?—leofreciólacopaalmarqués.—Esmuyamable,gracias,lordRochester—respondiótomandolacopadesumano.—Max, por favor.Nome las dé.Debo haber estado ofendiendo de algúnmodo amis viejos

amigos,pueshepasadodeinvitadoacamareroenunlevesuspiro—respondió.De nuevo escuchó la refrescante risa de Amelia, que posó sus ojos en él. Le gustaba esa

sensacióndesercapazdeatraerlayhacerlareír.—Simegustaseapostar,diríaqueestamañanaganastelacarreraacaballo,¿noescierto?—dijo

Amelia, le miró y el asintió. Ella se rio—. Pues, en ese caso, es justo castigo. Ethan lleva dossemanas entrenando a su nuevo bayo para ganaros a todos y tenéis la osadía de vencerle en supropio campo y sin ningún remordimiento.—Se rio de nuevo—. Creo que sois afortunado de noencontrarosdurmiendoenlosestablos,milord.

EstavezfueronélyAmelialosqueserieron.—Oh, vamos, querida, vencer en justa liza no puede ser considerado ni afrenta ni osadía, sino

merecidarecompensaaunamejormonturayalaexcelenciadeljinete.—Seriopetulante.—Arroganciayvanidad juntoa faltadehumildadyausenciademodestia,peroseñor¿qué les

enseñanenlamarinaanuestroscompatriotas?—Seriodesafiante.—Eltalentoparalaequitaciónyelojocerteroyexpertoenlaseleccióndelosmejoresymás

hábiles ejemplares no es algoque se enseñe en laMarina.Maspor el contrario, dudoquepuedaenseñarse. Debe ser considerado como lo que es, un talento innato que parece que algunoscaballeros menos dotados no sobrellevan bien encontrándolos en otros próximos a ellos, auncuandosecuentenentresusmásviejosyqueridosamigos.

Ambos se rieron mientras tanto el marqués como la tía Blanche permanecían en silencioobservando el intercambio entre ellos. Max reconocía el deleite y disfrute más placentero quesiempreleproducíaintercambiarbromasconAmelia.Erademasiadohábil,ágildementeydespiertaparasaberdespertarenélesasatisfaccióndeunaconversacióninteligenteyamena,llenadecurvasingeniosasydivertidasygirosavecestotalmenteinesperados.

Justo en ese momento se acercaron Ethan y Cliff, con sus copas, el primero de los cualespreguntósonrienteyprovocativo:

—¿Podemossaberquiéneseldesgraciadoblancodevuestraschanzas?MelyMaxserieronymiraronvariasvecesdesoslayoyentrerisascontestóella:—Metemoquevos,milord.Ethanlevantólascejas.—Ypuedosaber,pequeña,cuáldemis incontablesdefectosresultaser ladianadesus jocosos

comentarios.Ameliasonrió.—Node losmíos,milord,os ruego la indulgenciadenohacer recaer sobremipobrepersona

hechoso palabrasmaliciosas ajenas y convertirme así enobjeto de posibles represalias, pues soyunamera espectadora e inocente observadora de tales comentarios. Esmás, considero ajeno amicarácteryalcariñoqueosprofesoesacapacidaddemofaencuantoaposiblesdefectos.

Maxresopló.—Cobarde—lesusurróenclaroreto,aunqueconclaraintencióndequetodoslooyeran—.No

taninocente,pequeña,notaninocente—remarcódespaciomoviendoundedofrenteasurostro.Ellasonriómientrasrespondía:—Noteatrevas,Max,aacusarme,omeveréobligadaaañadirjuntoalaarrogancia,lavanidad

y la ausenciadehumildad, la total indiferenciaymenosprecio a laverdad.—Levantóunpoco labarbillaparadarmásénfasisasuspalabras.

MaxserioaligualqueCliffyEthan.—Sinduda,amigo,teconocebastantebien—dijoCliffmirándoledesafiante.MaxmiróaCliffydespuésaAmeliaconunamiradadeinocenciayllevándoseteatralmentela

manoalcorazón,señalóalargandolacadenciadesuvoz:—Mesientoagraviadoporladama.Ethanhizoungestodivertidoconlamanoyseñaló:—Agraviadoono,creodemayorinterésconocerlarazónporlaquesoyvilipendiadoyobjeto

deinfamescrueldades—dijoconlamismapetulanciayteatralidaddeMax.—Pues—AmeliasonrióylanzandounamiradadecastigonadasinceroaMax,miróaEthany

contestó—,sehapuestoenteladejuiciociertasdesushabilidades.Ethanfruncióelceño.—Creo que debería preguntar, antes de escuchar cuáles son esas habilidades, si necesitaré

desempolvarmispistolasdeduelo.Maxresopló.—Deberías,sinduda,peroloimportantees¿seríaaconsejable?Lostresserieron.EthanmiróaAmelia.—Ahoramásquenuncainsistoenconocercuálesdemisinnumerablesvirtudesohabilidadeshan

sidocuestionadas.Ameliapusolosojosenblanco.—Sindudalamodestiano.—Suspiró—.Siinsistísensaberlosu,¿cómolollamó…?—Sedioun

levegolpecitoconeldedoenlabarbilla—.Ah,sí,talentoparalaequitaciónysuojoexpertoparalaadecuadaseleccióndemonturas.—MiróaMax—.¿Noeraasí,milord?—añadíaalargandoestaúltimapalabramientrassereía.

—¡Lasnecedadesqueunohadeescuchara lo largodesuvida!—exclamabaEthanponiendolosojosenblancoymirandoasuamigo–.Queridocompañero,¿haspasadomuchotiempoalsolenlacubiertadetubarcoenlosúltimosmeses?—Lediounlevegolpeenelhombro–.Debesereso,puesdeotromodosolopodríaexplicarmeestafaltadelucidezycapacidaddeasumir larealidadcomoadelantadosachaquesdesenilidad.

SerieronyMaxcontestódivertido:—Ah, pero ¿quién tiene esos achaques?—Miró levantando la ceja impertinente a Ethan—.La

realidad,queridoamigo,esqueoshevencidoatodosestamañanayconuncaballoquenopuedesnegar,esunmagníficosementaldignodeelogioydeprovocarenvidiasenlosmenosafortunados.—Aligualqueantesalargólaspalabrasfinalesylamiradadediversióndirigidaasucompañero.

Teníaquereconocerqueseestabadivirtiendodelolindo,sobretodo,alpoderbromearconesainteligenteprovocaciónconAmelia.Apenaseracapazderecordarlaúltimavezquepudoconversardeesamaneraconunadama,ymenosaúnconunaquepudieredespertarasísuinterésnosolofísicosinotambién…denuevoremovióinteriormenteesassensacionesylaspusoaunlado.

—¡Esgrandioso,Max!Unameravictoria,y tecreesPoseidóndomando lasaguas.—ResoplóEthanantesdetomaruntrago.

ApartirdeahítodofueunpocomássobreruedasalosojosdeMaxpues,denuevo,parecíasercapazdecentrarlaatencióndeAmeliasobreélmásquesobreelmarqués,aunqueesteparecíamásinteresadoenveryconocera la familiadeAmeliay la interacciónentreellosqueenprocurar laatencióndeAmelia.Decualquiermodo,legustaseono,altenerelpapeldeanfitrionadelmarqués,ella lo atendía con la cortesía y educación pertinente y, por lo tanto, también era objeto de suatenciónyporelloelmarquésnodebíaesforzaseenexceso.

Maxempezabaatenereseregustilloamargoenlagarganta.Empezabaaexperimentarlalenta,pesadaeintensaquemazóndeloscelosencadaporodesuseryalgodeélparecíaquerersaliryrevelarse.Yaellonoayudóverlasaliralaterrazaapasearconelmarquésparaenseñarlelazonade acceso a los jardines, aunque fuesen acompañados de Eugene y de Adele, ni tampoco eldespedirse delmarqués aceptando que le besase los nudillosmás tiempo del que a su gusto eraeducado,ymenosaúnelhechodequeAmeliayJuliannaaceptasenunainvitaciónparairaconocerlasmejorasylasobrasrealizadasenlamansióndelmarqués,enesecaserónqueambasconocíanbiendesuinfanciayqueparecíadespertarlesunávidointerés.No,no,sinlugaradudas,todasesascosasnoaliviaronesaquemazónnielnudoenelestómago.

A lamañana siguiente se levantó temprano, aunque seríamás correcto decir que simplementesaliódelacama,puesnologródescansardemasiadodespuésderetirarse.Enlasaladeldesayunose encontraban el conde junto a los gemelos, que esperaban a Amelia para ir a dar un paseo a

caballo.Parecíahaberseconvertidoenunacostumbreelmontaracaballoencompañíadesutíaydesupadre.Saludónadamásentrarysedirigióalaparador,seleccionósudesayunoysedisponíaasentarsecuandoaparecióenlapuertaAmeliaelegantementeataviadaconunosdeesosbonitostrajesdeamazonaquelesentabantandeliciosamentebien.SaludóysesentójuntoalapequeñaMel.

Desayunaron sin apenas intercambiar ni una palabra, ya que los pequeños les mantuvieronentretenidosjustohastaquellegóCliffconlapequeñaAnnaenbrazos.

—Buenosdías.—Losgemelosseleacercaronyledieronunbeso—.Sientoretrasarmeperolapequeestárevoltosaysolosequedatranquilasilacojo.HatenidofiebretodalanocheyJulsestáagotada.

Ameliaselevantóyseleacercó.—Déjamela,Cliff.Yolaacunomientrasdesayunastranquilo.—Gracias,Mel,peroparecequesolosequedaquietaconmigo…—MientrasdecíaestoMelya

se lahabíaquitadode losbrazosyAnnani siquierapareciónotarlo.Cliff sonrió—.Solocontigo,solocontigo,querida,realmentetienesundonconlosbebés.

Ameliasonrióysesentóconlapequeñaensusbrazos.—Desayunaantesdequeatusotrosdosmonstruitoslesdéporiramontarsinnosotros.Max,quehabíapermanecidocallado,intervinoentonces:—Cliff, quédate en casa si quieres, yome llevo a los pequeños a dar su paseo.Tú cuida a la

pequeñayatuesposa.Clifflomirómientrasbebíaunpocodecafé.—¿Seguro?,aúnhayquevigilarlosmucho.Maxasintió.—Notepreocupes,hombre,loscontrolaréconmanodura.—Miróalosgemelosylesguiñóel

ojo.EscucharonlarisasuavedeAmeliaalotroladodelamesaylaobservaronacariciarlatripitade

lapequeñaconunamanoycanturrearlealoídomientrasAnnasonreíasinabrirlosojos.ParaMaxaquellaeraunaimagenhipnótica,einclusosentíacomotodoloquehabíaasualrededorsevolvíaborroso,soloveíaaMelconlabebé.

Cliffseinclinóasuladoylesusurróaloído.—Todoseríamásfácilsiloadmitierasdeunavez.Max se giró paramirarlo con unos ojos acerados, pero Cliff lo ignoró y siguió tomando con

tranquilidadsudesayuno.—Cliff—susurrabaAmelia para no despertar a la pequeña—.Creo que sigue teniendo fiebre.

Deberíamosllamaralmédico.Cliffse levantóenseguidayseacercóaella,sesentóasu ladoy tocóconsuavidad la frente

delbebé.—Jeffries,mandellamaraldoctorenseguida.ElmayordomosemarchóyélmiróaAmeliayestaaMax.—Max¿teimportaríaquemeunaavosotrosmástarde?Prefieroquedarmeysaberquédiceel

doctor.—Porsupuesto.Iremosporlossenderosdelnorte.Puedesreunirteconnosotrosporlazonade

lascolinassiteparecebien.Ameliaasintió.—En ese caso—se puso de pie con el bebé aún en sus brazos—, creo, Cliff, que deberías

despertar a Juls, seguro querrá estar presente cuando llegue el doctor. Además, debería revisartambiénaSebastianyaMarianporsiacaso,losbebésselocontagiantodoconmucharapidez.—Cliff lamiródebatiéndoseentrecogera supequeñaodejarla tranquilaenbrazosdeMel—.Cliff¿prefieresqueyodespierteaJuliannaytútequedasconAnna?

Parecía leerle lamente.Élasintióytomóasuhijaconclarapreocupaciónenelrostro.Ameliaacaricióalaniñayañadiósonriendo:

—Creoquesoloesunresfriado,notealarmes.MirabaaCliff,queporunsegundopareciócontenerlarespiración.Maxylosgemelosregresaroncasitreshorasdespuésdelpaseoydespuésdedejarlosenmanos

delaniñerayelprofesorenelcuartodelosniños,seacercóapreguntarporelbebéalgoalarmadopor laausenciadeAmelia.Si fueraalgosin importanciaella sehabría reunidoconély losniños,peroalnohacerlosepreocupó.Elmayordomoleinformódequeseencontrabaenlasalaprivadadelavizcondesayalentrarconcuidado,pueslapuertaestabaentreabierta,seencontróconAmeliasentadaenunsillónorejeroconlosmellizosdeEthanylapequeñaAnnaensuregazo.Seacercóaelladespuésdequelehicieseungestoparaqueentrasesinhacerruido.Señalóconlacabezaalostresbultitosregordetesqueacunabaconesmeroysusurró:

—Estándormidos.—¿Quéhadichoelmédico?—preguntóenvozbaja.—Estánacatarrados.Solohayquemantenerlosabrigadosyprocurarquebeban—contestócon

elmismotonosuave,peroestavezlesonrió.AMax le daba un vuelco el corazón cada vez que le sonreía. Antes le gustaba que ella le

sonriese,quelededicaseunamiradayquesesonrojasefrenteaél.Pero,ahora,esasensacióneraabrumadorayempezabaasentirsenerviosoanteesedescubrimiento.

—Les preparé antes unas tisanas y parece que les están sentando bien, porque consigueadormilarlos.

—¿Cliff,Julianna,Ethan?—A Julianna y a Cliff los hemandado a dormir. Ninguno de los dos ha descansado nada la

pasadanocheyeramejorquedurmiesenalgoporqueelmédicohadichoquealomejorestanochetambiénlapasaríaunpocoinquietalapequeña.Ethanhaidoallevardevueltaacasaaldoctorporalgodeunfalloenelejedesucarrocín.Adeleestáconelamadellavesdándolelasinstruccionesdelmédicoypreparandolahabitacióndelosmellizosparaqueesténcalentitosybienabrigados.

Maxlamiróunpocomásdetenidamente.—¿Cuántotiempollevasconlosniñosasí?Melhizounamuecaconlaboca.—Umm,nosé,unahoraoquizásalgomás.Estabantantranquilitosquenohequeridomoverlos.Maxseacercóunpocoyconsuavidadsesentóenelbrazodelsillón.—¿TerelevounpocomientrasvasaporlaseñoritaDonnayquelosvigileella?Melnegóconlacabeza.—LeprometíaJulsvigilaraAnnaynoquierodejarlasola,yalosmellizostampocolesgusta

quedarsesolosconlaniñera.—Almenosdejaqueloscojaunratomientraspaseasollamasaquetetraiganunpocodetéo

mejorcafé,creoquemejorestardespejados.Amelialesonrió.—¿Tevasaquedaraquí?—Ajá,salvoquecreasquenosoycapazdecuidardeunosenanos.ElevólascejasamododedesafíoyAmeliavolvióasonreírle—Mevendríabienestirarlaspiernas.¿Teatreves?—preguntócogiendoaSebastian.Maxasintió

—.Creoquelomejoresquetepaseadosydespuéstesientesparapasartealtercero.—Lesonrió—.Esmásfácildejarlosenelregazo,debenpensarquesiguenensusblanditascunas.

MaxseinclinóytomóaSebastiánenbrazosytrasacomodarloenuno,AmelialecolocóaAnnaenelotro.TrascogerbienaMarianselevantó,cediéndoleelsillónaMax,ycuandoestesesentó,le colocó aMarian en el regazo y pasó a ayudarle a acomodar a los demás. La imagen de esehombretangrande,fuerteycapaz,contresbebesenelregazoyunamiradatiernaensurostro,leresultódel todo impactantey,porunossegundos,sequedómirándolo fijamentesinmoversehastaquenotóqueélalzabalavistaparamirarla.Reaccionóytiródelcordónesperandoquelaaparicióndealgúncriadoleayudasearecobrarlacompostura.Nisiquieraseatrevióagirarseparavolvera

mirarlohastaquecruzóelumbralunadelascriadas.—¿Podría subirnos una bandeja con café y algunos bocadillos? Y, por favor, busque a la

señoritaDonnaparaquenosayudeacuidaralosniños,Gracias.—Enseguidaseñorita,milord.Tras la oportuna reverencia se marchó, dejándolos solos. Por fin respiró hondo y volvió a

acercarseaMax.—Debesdeestarhambrientosihasestadocorreteandoconlosgemelosporelcampo.Maxseriosuavementeyasintió,intentandonomoversedemasiado.—Sonun terremoto.—Sonriódivertido—.Además,parecencomunicarsecon solomirarse, son

temiblescuandounenfuerzas.SerioyAmeliatambién,acercándoseunpocomás.—Por suerteAnna esmás tranquila. Se parecemucho a Julianna, esmuy dulce y sosegada y

sonríemucho.Esdeliciosa.Le acarició la mejilla y al separar su mano rozó la de Max. Ambos lo notaron, ambos se

quedaronunmeroinstantesindecirnadaysinmoverseperosabiendoquealgohabíaocurrido.CasicomosileasustaselaformaenqueMaxlamiró,Ameliaselevantócomounresorte

—Entonces…—titubeómientrascaminabaunpoco—.¿Elpaseohaidobien?NotabacómoMaxlamirabafijamenteyeltiempoquetardóencontestarselehizoeterno,pero

noseatrevióadarselavuelta.Sesentíacomounacobarde.—Sí,hanaprendidomuyrápidamenteadominarasuscaballitos,aunquesigosinentenderlode

losnombresqueleshanpuestoSilveryGold[2].Noséporquésiguendisgustadosconellos.Ameliaseriosuavemente.—Mely creyó al principio que su pony era hembra y cuando le dijimos que era macho quiso

ponerledenombreFurnish.Maxlamiróconlosojosabiertos.—Furnish,¿comovuestromayordomo?Ameliaasintióyseriosuavemente.—Decíaqueporquesiemprelamontaacaballito.—Maxtuvoquecontenerunacarcajada—.Le

explicamosquenoera “debuenaeducación”bautizar a suponyconelnombredeunapersonaydesdeentoncesnoparabanlosdosdediscutirnombres.Alfinal,Cliffcortóderaízelproblemaylos bautizó como los nombres de los dos primeros caballos que tuvieron él y Ethan. Ahora losgemelos piensan que deberían cambiarlos porque no son “originales”.—Suspiró—. Te ruego nosaquesacolacióneltemaonosvolveránlocosatodos.

Max se rioy justoenesemomentoentró la criadacon labandeja.Mel acercóunaotomanaaMax,pusolabandejaaunodelosladosyellasesentóenelotro.

—Notepreocupes,Lucy.Yomeencargodeservirlo,gracias.—Lamiróunsegundo—.¿DóndeestálaseñoritaDonna?

—Mehapedidoqueleruegueladisculpe,queenseguidasereúneconustedes.Haidoaporropalimpiaparalosbebésyporlasmantasparasuscunas.

Ameliaasintió.—Gracias,Lucy.Porfavor,nocierreslapuertaalirte,perodéjalaentornada.Denuevohacíaunaformalreverenciaaltiempoquecasisusurraba:—Señorita,milord.Maxenarcóunaceja.–¿Desdecuándotepreocupanesasformalidadesyreglasdedecoro?—Desdequehesidopresentada,porsupuesto.—Seapresuróacontestarorgullosalevantandola

barbilla,peroenseguidadibujóunasonrisaburlonaenloslabios—.Nopensabaeneso,Max,esqueno quiero que los ruidos despierten a los niños pero tampoco que al llamar y abrir la puerta sesobresalten.

Maxsonrió.

—Ahh,esasíesmiMel.Ameliaenrojeciócomounaamapola.Habíaalgoeneltonoqueempleóqueleprovocóalavez

unaoleadadeplaceryunaincontrolablenecesidaddeescondersebajolasilla.Maxpareciónotartambiénel tonoqueempleóasícomolareaccióndeAmelia,porquetambiénseruborizóunpoco,carraspeóy fijósuvistaen losbebés.LoqueparaAmeliaaún fuepeorporque,verloasícon losniñosledabanganasdelanzarseasucuelloybesarlosincontrol.

Seobligóamantenerseocupada.—Soloysinazúcar¿verdad?Maxasintió.—Veoqueteacuerdas.—Solo tú y el almirante parecéis tener un gusto extraño por el café amargo y por el pan

especiado.“Ysiesnecesariopuedodecirtesinpensartucomidapreferida,color,música,caballo,einclusorecuerdoquetegustadormirconlaventanaabiertaaunenlosdíasmásfríosdeinvierno”,pensabaintentandoparecerdistraídaydespreocupada.

Maxserio.—Supongo que se debe a las costumbres en el mar. Cuando hay tormenta los hornos en los

barcossecierranysidurademasiadopuedenpasardosotresdíassintenerunacomidacaliente,asíqueelcaféfríoyelpanduroseconviertenenelsustentoprincipal,ysiespanespeciadoparadarlealgodesabor,enesascircunstancias,tesabeagloria.Acabasadorándolo.

Ameliasonrió.—Nomeimaginoalalmirantesindulcesdurantevariosdías.Maxsonrió.—Esoesporquesiemprellevabarritasdecaramelosescondidasportodoelcamarote.Ameliaserioylepasóunatazadecafécondosbocadillosdesalmónydelomosabiendoque

eransuspreferidos.DetallequeaMaxnolepasódesapercibidoysesintióderepenteorgullosoysatisfechoconsigomismo.

Ellasesirviósucaféyantesdeedulcorarlo,Maxdijoconsuavidad:—Encambio,túlotomascondosterronesdeazúcaryunasgotasdeleche.Ameliaseruborizóylomiróextrañamentehalagadaperoaltiempovisiblementeincómoda.Maxseencogiódehombros,perosupoalinstantequeconesegestoacababaderevelarmucho

másdeloquequería,inclusomásdeloqueélmismosabía.ComprendióqueconocíaaAmeliatanbiencomoasímismo,y loextrañonoeraeso,sinoelsercapazdeconocerdetallesdeellaquedesconocía de su propia hermana. Le dio un bocado a uno de los bocadillos intentando digeriraquellarevelación.

La señorita Donna eligió ese momento para entrar seguida por Julianna, que miró a Max yconformecaminabadibujabaunaradiantesonrisa.Seacercóalsillónysearrodilló juntoaunodelosbrazosparapodertocaralosbebés.AcariciólasmejillasdelasniñasymiróaAmelia.

—Leshabajadolafiebre.Ameliaasintió.—Sí,hayquemantenerlosabrigadosyprobablemente lessubaunpocodenuevoesta tardeo

estanoche.Juliannaasintió.—Adeleibaarevisarlasventanasdelcuartodejuegos.Creequedebehabercorrienteallíypor

eso deben haberse enfriado los tres. Los vamos a dejar hoy aquí.—Miró aMax—. ¿Estásmuyincómodoconellos?

Maxsonrióynegóconlacabeza.—Alcontrario.Resultanmuyagradablesymecogenconfuerza.—Señalóconlosojoslamano

cuyosdedosestaban fuertementeasidospor lasdosniñas—.Lesgusto, es inevitable.Lasmujeresbellas me adoran y una vez me atrapan, no me sueltan. —Le lanzó una mirada provocativa aJulianna,quesereía.

—Demasiadojóvenesparati,Max.—Apenashasdormidounashoras.Deberíasdescansarunpocomás.Ameliamirabaconelceñofruncidoasuhermana.—Estoybien.Solonecesitabacerrar losojosunpardehoras.Elquenohadormidonadaesta

nochehasidoCliff,poresolohedejadodescansarunpocomás.Amelialamirómarcandomáselceñofruncido,peronoinsistió.—¿Quieres un café, Juls? Y deberías comer algo, hoy no has probado bocado —dijo

acercándole,sinesperarrespuesta,unodelosplatosconbocadillosybollos.—Gracias,Mel.—Cogióuno—.Noterechazaréesatazadecafé,gracias.Maxlamiraba,leconmovíaloprotectoraqueeraconlaspersonasquequería.Sefijabaencada

pequeñodetalleasegurándosedequetodoibabien.Yerauncomportamientoinnato,algoinherenteasucarácter,pueslohacíasinpensarysindarleimportancia.Siempresepreocupabaantesporlosdemás que por sí misma. Le enterneció y conmovió. Era extraña la mezcla de sentimientos ysensacionesqueleprovocaba.Enuninstantequeríadevorarlayalsiguienteabrazarlayprotegerla.Denuevoseremovióincómodoporesospensamientosyvolvióaobligarseaaparcarlosaunlado.MiróaJuliannayantesdedarunúltimosorboasucafé,dijo:

—Juls. Los gemelos querían visitar el puerto, si quieresme los llevo esta tarde y así puedesdescansaralgomás.

—Te lo agradezco, Max, pero esta tarde iba a salir de todos modos. —Miró a Amelia—.Tenemoslacitaconelmarqués.

Ameliadiounpequeñorespingoysesintiómortificadaporhaberloolvidado.—Creoqueseríamejorenviarlenuestrasexcusasyretrasarloamañana.Estoyseguradequeno

leimportará.—¡Tonterías,Mel!Fuemuyamableinvitándonos,ymesabríamuymalrecompensarsucortesía

deesemodo.MiródesoslayoaMax,cuyosemblantehabíacambiadobruscamente.—Juls,nosemolestará,estoysegura.AntesdepodercontestarJuliannaseviointerrumpidaporMax:—En ese caso, decidido. Enviad una nota de disculpas y retrasad la cita para mañana,—“o

nunca”—, y me acompañas en la excursión de los gemelos.—Miraba a Amelia, que se habíaquedadoatónita.

—¡Perfecto!—insistióMaxanteelsilenciodeambas—.SeñoritaDonna¿porquénoavisaalosgemelosylespidequeesténpreparadosparadespuésdelalmuerzo?LosllevaréenmiTílburi,porloquesearreglenconropadepaseonodemontar.

LaseñoritasalióprestadelahabitaciónmientrasJuliannamirabaaMaxconabsolutasatisfacciónyaAmelia,quesehabíaquedadomudayasombrada,comoaunaestatua.

—Max.—Amelia lemiró de repente con el ceño fruncido—.No creo que sea adecuado queretraseunacitaysalgadepaseocontigoensulugar.

—Claroquesí—insistiódenuevo—.Noesportuculpaporloquelaretrasas,sinoporqueotrade las invitadas se halla temporalmente ocupada con la atención de su hija, que es obviamenteprioritarioacualquierotracosa.

Mirótriunfanteantesurazonamientoaambasdamas.—Aunasí,sinosvieseollegaseasusoídos,podríasentirseofendidoy,conrazón,ynoquerría

queesoocurriese.Dood…,Williamesmiamigo.—Yporsertuamigolocomprenderáynosesentiráofendido,porsupuesto.Aquelloeraunabatallaabsurdapensó,nosinciertasatisfacción,Julianna.—NotepreocupesMel.Yoleenviarélanotaylecontarélosucedidoparaquecomprendaque

elcambiodeplanessedebeamisituación.Yparaquenosemolestesillegaasusoídoselquehassalidodeexcusión,leexplicaréquetehasofrecidoacuidardelosgemelosparaayudarme.

Amelialamiróconelceñofruncidovisiblementemolestaporverseenredadaenlostejemanejes

delosdossinpoderdecirnada,perofinalmenteaceptó:—Estábien.Peroqueconstequenomeparecehonesto.—Tomamosnota—dijodesafianteMaxsonriéndoleconunapetulanteyprovocativasonrisa.Lo

sentíacomountriunfosobreelmarqués.Sesentíapoderoso,clarovencedordeunabatallaque,alparecer,soloélestabalibrando.

Permanecieron una hora charlando tranquilos con los bebésmedio adormilados hasta que losdejaron en sus cunas con las niñeras y la señorita Donna vigilándolos. Amelia se retiró paracambiarseantesdelalmuerzoyMaxbajóalabibliotecaparadepartirconsupadreyelcondeunrato a solas. Julianna salió de la sala y entró en el dormitorio para despertar a Cliff. Estabasonriendo satisfechapor ser capazdemanejar tanbiena esosdos sinqueningunopareciesedarsecuenta.

Se echó junto al cuerpo desnudo de sumarido, que yacía boca abajo y cubierto solo hasta lacinturaporuna sábanade seday sintióesapunzadadedeseoquesiempre leprovocabael simplehechodemirarsuperfectoymasculinocuerpo.Yerasuyo.Sonrióelinclinarsesobresuespaldaydepositarunbesoensunucamientrasleacariciabaaplacer

—Cliff—susurróantesdevolverabesarlo—.Despierta,amor.Cliffgirósobresímismo,llevándoselaconsigoyatrapándolaentresusbrazos,dejándolacaraa

carasobreél.Sonrióylabesóenlabarbilla.—Buenosdías,amor.¿Cómosiguemigatita?Juliannasonrió.—Buenastardes,másbien.Serámejorqueteapresuresollegaremostardealalmuerzo,yAnna

estamejor,lafiebrehabajado.Estádormidayabrigada.Clifflaapretóunpoco.—Bien,enesecaso…ahorairéaverla.—BesóaJulianna,quesonreíaconunbrilloenlosojos

desatisfacción.Cliff labesóunavezmásantesdepreguntar—:¿Poresoestás tansatisfechade timisma?—Enarcóunaceja.

Juliannaserio.—Enparte.—BesóligeramenteaCliff—.TengoquereconocerqueMaxpareceentrarenrazón.

Lentamente, sí, pero va entrando en razón.—Culebreó un poco encima de Cliff para amoldarsemejoraél.

—¿Quéquieresdecir?—Estáceloso,pormuchoqueloniegue.Cliff giró, dejándola de espaldas a la cama y con su cuerpo ya totalmente descubierto

cerniéndosesobreella.—Creo,Juls—labesóenelcuello—,quedebemosempujarsinpresionar,porqueMaxestáen

lafasedelanegación.Y,porexperienciatedigoque,comoseasuste,correráendireccióncontrariahastaqueadmita laverdadypuedequecuando regrese seademasiado tarde.Hayqueandar concuidado.Maxesmuycabezota.

Comenzóadesabrocharleelvestidoasumujeryalamerlelospechos.—Cliff—dijo con la voz ahogadamientras él levantaba su falda con unamano.—El… el…

almuerzo….—Estabacasi sinpensarloguiandoaCliffcolocándolomejoryapretandosusnalgasparaatraerlohaciaella—.Llegaremostar…—Nisiquierapudoacabarlafrasecuandosumaridoyalahabíapenetrado.

—Lo primero es lo primero —afirmó él con una mirada que quemaría la casa de no estarconcentrada en el rostro sonrosado de deseo de su esposa–. Estoy más hambriento de ti ahoramismo.

Julianna gritó de puro éxtasis, y minutos después ambos gritaban de nuevo totalmentedesbocados.Jadeanteybesandoasuesposadesmadejadaymediodesnudabajoéldijo:

—Creo que prefiero comer aquí.—De nuevo se movió en su interior—. De hecho, creo quequierounsegundoplato.

Juliannaserio,yaferrándoseaél,logrócontestar—Seráunplacerservirle,miseñor,pero…—Searqueóygimió—Tendremosquebajar…—de

nuevogimió—mástarde…—Serindió.Alfinalconsiguieronbajaralalmuerzo,tarde,porsupuesto.EnelfondoCliffqueríadisfrutarun

ratoimportunandoaMaxasíque,conciertoesfuerzo,logrósoltarasuesposaytrasiraverasupequeñabajóaalmorzar.

Sesentóentrelosgemelos,queestabanextrañamentecallados.Alcabodeunrato,cogióalapequeñaMel y la sentó en su regazo y, de inmediato, la pequeña se apoyó en su pecho, parecíafrancamentecansada.Clifflaabrazóylebesóconternuralafrente.Estabamuycaliente.EstiróelbrazoparatocarladeMaxienelotroasientoycolocándosebienaMel,selevantó.

—Disculpadme todos, pero voy a subir a la cama a los gemelos, creo que también hanenfermado.

Juliannaselevantó,eibaatomaraMaxienbrazos,peroEthanladetuvo:—Déjameamí,porfavor.Tomóalpequeñoenbrazos,queprácticamentesedejócaersobreél.—Mami…—susurró—.Dilealahabitaciónquedejededarvueltas…JuliannaletocólafrenteYseñalabaconalarmaenelrostroylavoz:—¡Estáardiendo!Miró aAmelia, que se encontraba junto aCliff revisando aMelmirándole los ojos y después

palpándoleelcuelloyunpocoelpechoabriendoligeramenteeltrajecito.—No te asustes Juls, será solo un resfriado. Llevadlos a la cama, ponedles el camisón y

abrigadlosbien.Lesprepararéunasinfusionesyunacremaparaquese lapongasenelpecho.Lesayudará a respirarmejor. En un par de días estarán bien. Vamos amantenerlos separados de losbebés,queyaseestánrecuperando.

Hizoungestoasutíacuandolostreshubieronsalidodelcomedorconlosniños.—Tía,mandaunavisourgenteallordWellis,quevengadeinmediato.Enseguidaelcondeylacondesasehallabanjuntoaellaalarmados.—¿LordWellis?¿Eldoctordelaescueladecaballería?—preguntópreocupadoelconde.Ameliaasintió.—Esexpertoenenfermedadesvíricas.Hadellegarlomásrápidoposible.—Pero…—preguntódetrásdeellosunavoz.—Milord —se apresuró a decir Amelia intentando no alarmarlos más pero mirando seria al

conde—.Losgemelosnoestánresfriados.Creoquesehan infectadoconunvirusquehaasoladoLondresesteinvierno.Lossíntomassonparecidosaunresfriadocomún,poresoamuchosnoselestratócorrectamente.Esgravesinosedetectaatiempo.Peronoesnuestrocaso.Sécómotratarloyprepararlosmedicamentos,peropreferiríaqueeldoctorviniesepersonalmente.ConfíoenélyladyEleanorseguroquerráacompañarlo.

—Daré aviso de inmediato y haré que tengan un barco y un carruaje listo para ellos y quelleguen lo antes posible —contestó serio. Después de dar las órdenes al mayordomo para irpreparandounosmensajerossevolvióaAmeliaypreguntó—:¿Cómolohancogido?

Amelialomiró,negandoconlacabeza.—Aúnnosesabecómosehaextendido.Sísabemosqueatacaespecialmentealosniños,deben

sermás vulnerables.—Miró aAdele—.No creo que los bebés lo tengany su fiebre es solo unenfriamiento,pero,decualquiermodo,esmejornocorrerriesgos,creoquedeberíamosllevarlosalpabellónde invitadosparaalejarlosde losgemelosunosdías.Prepararéuna infusiónparaellosyasínosaseguraremosdequeestánmedicadostambién,peronopuedencogerfríoniacercarsealosgemelos.

—Me encargaré de los preparativos —aseguró tajante la condesa—. Adele, querida, ¿teencargastúdelosbebésysutraslado?,Eugene¿podríasayudarla?

Ambasasintieronysalierondelasalacasicorriendo.

—Tía, por favor, diles aCliff y a Julianna que enseguida subo y que no dejen a los gemelossolos,hablaréconellosparaexplicarleslasituación.

—Sí,querida,yomeocupo.Maxquepermanecíadepiejuntoalcondepreguntó:—Mel¿quépuedohacer?¿Cómopuedoayudar?Amelialomiróunmomento,dudando:—Pues,sisaliesesenelbarcoquetieneCliffenelembarcaderodelsur,esequeestáamenosde

una hora de aquí, es posible que llegases a Londres antes que el mensajero y podrías traer sindilaciónaLordWellisyaladyEleanor¿verdad?

Maxsonrió.—Sisalgodeinmediato,osdoymipalabradequelostendréisaquímañanaporlanoche.Lanzóunamiradaalcondey,trasinclinarse,semarchódelasala.ElcondemiróalalmiranteydespuésaAmelia:—Dimelaverdad,ahoraquesoloestamoslostres¿Esmuygrave?¿Misnietoscorrenpeligro?Ameliaasintió.—Sí, es grave, pero los gemelos sonmuy fuertes y creo que con ayuda de las hierbas, unos

preparados para ayudarles a respirar y de lordWellis, dentro de poco esto quedará en unmerorecuerdo.Perohayqueactuardeprisa.

—Estábien,pequeña,estamosentusmanos¿Tienestodoloquenecesitas?Sirequieresalgo,loquesea,pídelo.

Asintió.—Creoquehemoscultivadotodolonecesarioeneljardíndehierbasdeatrás.Ymeconstaque

lordWellistraerátambiénunbuensurtidodemedicinas.LlevamostiempoviendocasossimilaresenLondres.CreoqueescribiréunaslíneasparaqueMaxselasentreguenadamásverlo.

Elcondeleapretólamanoenagradecimientoyapoyo.Ameliaestabaenlacocinapreparandolashierbasylasinfusiones.Habíadadoinstruccionesde

quelecediesenunasalatranquilaparapoderhacerloyconcentrarsemejor.Maxentróylamiróuninstante.Seacercóy,cuandosepusofrenteaella,Ameliasesobresaltó,perdiendoelequilibrioalecharsehaciaatrás.

—Disculpa,noqueríaasustarte—dijoasiéndoladelcodoparaequilibrarla.—No,no.Soyyolaquehadedisculparse.Estabademasiadoabsorta.TeníaaMaxtancercaquelecostabacentrarseenunpensamientocoherente.—Queríadespedirme.TraeréalordWellisdeinmediato.Notepreocupes.Ella asintió, pero ninguno de los dos se movió. Casi estaban abrazados. Después de unos

instantesMaxseinclinóylabesóenloslabios.Melsequedóporunossegundosparalizada,perocuandoéllaacercóylaabrazóprofundizandoenelbesoempezóaresponder.Cuandoleatrapóelrostroentre susmanoscálidas, fuertes,poderosas,Melse sintió temblorosa,peronoqueríaparar.Aquel beso lento, suave y ardiente al mismo tiempo y tan sensual hizo que le ardiera el cuerpoenterocomosienvezdebesarsolosuslabioslaestuviesebesandoentera.Denuevobajóunadesusmanos,selaposóenlaespaldaacercándolaunpocomásaélyellasesintióderretiralnotarlo.Ameliaseagarródesushombros,puesnotaba las rodillas fallarle.Cuandogimió,Maxsintióunapunzada de ardor, pasión y satisfacción mezclada con remordimientos y culpabilidad. Se apartóbruscamente,dejandoaAmeliaalgoconfundida,aturdidaycasialbordedeldesmayo.

Abrióconlentitudlosojos,intentandocentrarsey,sobretodo,nodejarseabrumarporlasmilesdeestrellasquebrillabanensucabezaenesemomento.SeencontróconMaxmirándoleconunaexpresión intensa y con un azul oscureciendo el gris del fondo de sus ojos. Casi se le corta larespiraciónsinoseencontraseaunrecobrándola.Maxdiounpasoatrássindejardemirarlaconunaexpresióndeaturdimientoyasombroquenohabíavistonuncaenél.

—Mel.—Bajólamirada—.Mel,tepidodisculpas.Esto,esto,nohadebidopasar.Noséquémehaocurrido.Hasidounerror.

Melcasipudooírcómoseresquebrajabasucorazón,“Estonohadebidopasar…hasidounerror…”,deprontoesaspalabras resonabana lo lejosde sumente comouneco.Queríagritarle,quería llorar, quería decirle que era un estúpido. Pero se quedó quieta, en silencio, intentandomantenersedepie.Semiraronunsegundo.

—Mel.—Suvozsonabamortificada—.Porfavor,perdóname.Alzólamanocomosifueseatocarlelamejilla,peroellaseapartóbruscamente,sediolavuelta

notandocómolaslágrimasamenazabanconderramarsesincontrol.—Max.—Respiróyseenderezósinvolverseamirarloparanoperderlapocacomposturaque

condificultadmantenía—.Tienesquemarcharte.Tienesquetraeralmédicoyyoestoyocupada.Maxsintióunapunzadadedolorporeltonodesuvoz,yaunquenolevieseelrostrosabíaque

lloraba. Le había hecho daño, lo sabía, y eso lo atravesó como un rayo. Necesitabadesesperadamenteabrazarlacomonohabíanecesitadonadaantes,apretarlacontraélysuplicarlesu perdón y decirle que jamás la volvería a dañar. Necesitaba besarla para que olvidase suspalabrasyparaquevolvieseasentiresecalorqueestabasegurolainundócuandolabesó,porqueaéltambiénloabrasó.Comosifuerauntítereextendióelbrazoparatocarla,peroella,sinquerermirarlo,sealejócomosinotasequequeríatocarla

—Vete,Max.Porfavor,vete.Losgemelos.Maxsalióagrandeszancadasdeallíconunfuertedolorenelpechoyunasensacióndevacío

desconocida.Meltardóunosminutosencontrolarse.ElcuerpoempezóatemblarleencuantooyóaMax alejarse, necesitó dejarse caer en unade la banquetas para nodesplomarse allímismo. “Hasidounerror…hasidounerror…”,eseeco…laslágrimascomenzaronaderramarseenunllantoahogadoysilencioso.Seobligóamantener lacalmapor losgemelos,porJuliannae, incluso,porellamisma.Noeraelmomentodesopesarnisucorazónnilosposiblesefectosdeloqueacababadepasar,perosí sabíaque,enunsegundoyporuncomentariodearrepentimientodeMax,habíapasadodeserelmejorymásmaravillosomomentodesuvidaaserelmásdoloroso.

Se limpió lasmejillas, respiróhondovariasvecesysepusoa trabajarcentrandosuatenciónenlosgemelos,soloenellos.

Subió al cabo de unos veinte minutos con una bandeja llena de cosas a la habitación de suspadres,dondesubieronalosgemelosporquelosniñoshabíanpedidopermanecerjuntosyporqueniJulianna ni Cliff parecían dispuestos a alejarse de ellos, sobre todo después de que Amelia lesexplicaseloqueocurría.Encuantocruzóelumbraldelapuerta,Cliffseapresuróaliberarladelabandeja y dejarla en la mesilla de noche. Julianna permanecía sentada en uno de los lateralessujetando la mano de la pequeña Mely, que tosía trabajosamente. Miró a Amelia y preguntóalarmada:

—Mel.¿Quélespasa?—Juls,eslaprimerafasedelaenfermedad.Tenemosqueintentarbajarleslafiebreyayudarlesa

respirarycontrolaremosel riesgodequeestovayaamayores.Cliff,por favor,quita la camisaaMaxi, déjale solo los pantaloncitos de dormir. Juls, haz lomismo conMely, por favor.Dejadlosbocaarriba.

Losniñospermanecíansudorosos,confiebrealtaycadavezmáscansadosporelesfuerzoderespirar y contener las toses. En una hora habían empeorado mucho pero Amelia sabía que aúnempeoraríanmásantesdemejorar.Susurrabanentretoses“papi,mamiytíaMel”comosisuplicasensu ayuda. Era angustioso verles tan indefensos, pero sabía que uno de los tres adultos de esahabitacióndebíamantener la cabeza lomás fríaposible.Respiróhondo.Se sentó junto aMaxiy,cogiendountarrodelungüentoquehabíapreparado,tomóunpocoyselopasóaJulianna.

—ExtiéndeseloasíaMely,enpequeñoscírculos.—EllaposólasmanosenelpechodeMaxiyextendió con suavidad y ternura el ungüento—.Lo sé, peque, lo sé, pica un poco pero solo duraunos segundos.—Le susurró con cariño cuandoMaxi gimió. Le dio un beso en la frente—. Perohueleamentayatitegustalamenta,además,tealiviará,teloprometo.—Leparecióvislumbrarunamagodesonrisaenelpequeño,eratanorgullosocomosupadre.

Cuandoterminó,lesdioaambosunatazadeltéquehabíapreparadoyunascuantascucharadasdel caldo de pollo preferido de los niños. Miró a Cliff, que no paraba de moverse nervioso yclaramenteenfadadoconsigomismosintiéndoseinútil.

–Cliff, hemos de darle el té cada dos horas ¿puedes estar pendiente de la hora y avisarnoscuandoseaelmomentodelasiguientetoma?—Éllamiróyasintió–.Vamosacogerunostraposyamojarlosenaguafríayloscubriremosunratoconellosparabajarunpocosutemperatura.

JuliannaseencargódemojarunastoallasdefinohiloegipcioquetrajerondeunviajeyqueCliffhabíacasiordenadoagritosqueusasenporqueeranmássuavesquecualquierotratelayqueríaasus pequeños lomás cómodos posibles dada la situación. Cubrieron a los pequeños y tantoCliffcomo Julianna se sentaron a su lado. No dejaban de acariciarlos, de cogerles de las manos, desusurrarles cosas. Cliff palidecía cada vez que uno de ellos tenía un ataque de tos, pero Melenseguida les pasaba un vaso de una especie de limonada especiada que parecía aliviarles lagarganta.A lasdosde lamadrugada,despuésdemuchashoras sin conseguirdormir losgemelosporfinparecieronrendirsealsueño,aúnconfiebreyaúnconalgodetos,peroalmenosdormíanyrespirabanmejor.MellespidióaCliffaJuliannaquelostapasenylosmantuviesenabrigados.Pero,en cuanto los pequeños, agarraditos de sus manos, no queriendo separarse el uno del otro,empezaronadormirconunaexpresiónmástranquila,AmeliaconsiguiósepararaCliffyaJuliannadelacamayhacerquesesentasenenunossillonesobligándolesacomerybeber.

Ameliasintióunapunzadadeenvidiapero,sobretodo,sesintióconmovidaviendocómoCliffsesentaba cerca de Julianna y le acariciaba o le daba un beso ligero para tranquilizarla y Juliannahacíalomismoconélencuantonotabaqueempezabaaponersedenuevonervioso.Esoeraloqueella quería. Alguien que le quisiese, que le comprendiese mejor que ella misma, alguien que sepreocupaseporellatantocomoellaporél,alguienquecompartieselosbuenosmomentosytambiénlosmalos.Yparasudesesperación,esealguienparaellaeraMax.Losabíayledolíapensarquealomejorélnosentiríajamáslomismo.Seobligóanopensardenuevoenelbesoy,peoraún,enlarespuestaposteriordeMax.

—Juls,voyaveraAnnayalosmellizos.Necesitabadesesperadamentemantenerseocupada.—Teacompaño,Mel.Estardeyestáscansada.Noquieroqueandessolaporlacasa.Además,

quieroveramigatita.—DecíaCliffantesdedepositarunbesoenlafrentedeJulianna—.Enseguidavuelvo,amor,intentadormirunpoco.

SaliódelahabitaciónconAmeliayantesdeempezararecorrerlospasillosleposólachaquetaenloshombrosparaabrigarla.Ellalomiróagradecida.

—Cliff. Se van a poner bien. Lord Wellis llegará mañana y antes de que nos demos cuentaestaránhaciendotrastadas.

Cliffintentósonreírle,peroapenaslologró,yconuntonodeprofundapreocupacióndijo:—Sonmuypequeños.—Perosonfuertesycabezotascomosuspadres.Estavezsíconsiguiósonreír.Elrestodelcaminolorecorrieronensilencioperoantesdeentrar

enlahabitacióndelosbebésentraronenlasalacontiguaparalavarsebienconunjabónqueAmeliapreparabadesde hacía años.Para sorpresa de ambos se encontraron aEthan sentado en un sillóncercadelacunayaAdeleeneldeenfrenteprofundamentedormida.

MiraronaEthan,queselevantóenseguidayseacercóaellos.—Losbebésestánbien.Yanotienenfiebre.Se acercaron a las cunas, donde Amelia los tocó y comprobó que respiraban bien. Se giró y

asintió.—Estánmejor.CliffcogióaAnnaenbrazos, locualpareciócalmarleunpoco.EthanseacercóaAmeliayle

preguntócasiensusurro:—¿Cómosiguenlosgemelos?

Amelialomiró.—Esprontoparasaberlo,peronohanempeorado.Leshasubidolafiebreytodavíatienentos,

peroesloqueesperaba.Mepreocuparíasituvieranotrossíntomas.Ethansonrióanimoso:—Creoquenuncapodremosestarmásagradecidosporlosañosquehaspasadoayudandoenel

hospitalyaprendiendosobreplantascurativas.Gracias,pequeña.ParasorpresadeAmelia,labesóenlafrenteconungestomáscariñosoquenunca.Siemprese

había mostrado amable, gentil y casi como un hermano con ella, pero no tenía la relación tanestrecha que mantenía con Cliff, así que, en cierto modo, se vio algo sorprendida, pero sonrióagradecidayalgoconmovida.

SegiróhaciaCliff,queparecíaabsortoconAnna.RealmenteadorabaaesaniñayengranpartesedebíaaloparecidaqueeraaJulianna.“Sugatita”,comoéllallamaba,eraloquemásconseguíaconmoverlo.EraunpadrecariñosoyentregadocontodossushijosperoAnnaeraparaéllapruebade lomuchoquequeríaasuesposa.Lebrillaban losojoscuando la teníaenbrazosdeunmodoespecial.Se transformabaenunpadreembelesadoporunasmejillas sonrosadasyunosojitosmielque lo adoraban. Parecía que la niña también reaccionaba a su padre por encima de ninguna otrapersona.Reconocíasuvozinclusodesdeotrahabitación,siemprequeestabacercalobuscabaconlos ojos y susmanitas y parecía que el único sitio en elmundo en el que le gustaba estar era enbrazosdesupadreporquelesonreíaauncuandosequedasedormidaenellos.

MirándolossintióunapunzadadedolorimaginándoseaMaxacunandodeigualmodoaunahijasuyapreguntándosequiensería lamadredelbebé,yaqueélnoparecíadispuestoaconcederleaellaesehonoraunquesintieseen lomásprofundodesuserqueeseerasumayordeseo, llevarytenerhijosdeMax.

Sin poder evitarlo tuvo que reírse con las frases tontas que Cliff le decía a su pequeña, quedormida le agarraba el dedo de lamano y parecía sonreírle como si entendiera lo que le decía.Moviólacabezadivertidaantelaimagen.

—Cliff. Te dejo un rato con ella. Yo vuelvo con los gemelos y Julianna. Cuando subas, porfavor, pide que nos traigan un poco de hielo y agua hirviendo para preparar más infusiones, yasegúratedequelosbebésestánabrigadosyquebebenunpocodelainfusiónquelespreparé,perotibia,quenoseladencaliente,queesunpocoamarga.

Éllamiróyseacercóaellaserio.Seinclinóytambiénlabesóenlafrente.—Loharé. ¿Ethan?¿Te importa acompañarla?Esmuy tardeparaque recorra lospasillos ella

solatancansada.Mequedaréhastaqueregreses.EthanleofrecióelbrazoaAmeliadespuésdecogerunadelaslámparasdeaceite.—¿Vamos?Ellaasintióysedejóllevarhastaeldormitorio.Élentróunmomentoparaveralosgemelos,que

estaban dormidos pero se removían cubiertos de sudor, pálidos y con mucha fiebre aún. Miró aAmeliaalarmadoperoellalotranquilizó.

—Esbuenaseñalquesolo tenganfiebre.Ahorase labajaremosconlas infusionesy lospañosfríos.Todovabien,notealarmes.

Ethanobservóunmomentolapalidezyelcuerpecitoindefensodesussobrinosantesdeasentiralgodubitativo.

—Hacednos llamar si necesitáis cualquier cosa, sea la hora que sea —dijo acercándose aJulianna.Labesólamejillaantesdeabrazarla.

Fueronunanocheyunamañanalargasyagotadorasenlasqueningunodelostresseseparódelosgemelos salvoparaverunosminutosa losbebéso, enel casodeAmelia,paraprepararmáshierbasyungüento.Sutíaentrabaaratoscontazasdetéocaféyalgunaspastasobocadillos.Elcondeyelalmiranteparecíanhacerloparainspeccionarasustropasylacondesaparaasegurarsedequeelservicioestabaatentoacadacosaquenecesitasen.Parasutranquilidad,alahoradelacenayahabíanremitidolastosesyparecíaquerespirabanmuchomejor,aunquetodavíateníanfiebrealta

ylescostabacomer.Porsuerte,aambosparecíagustarlesmuchoelcaldodepolloquepreparabaelchefdelamansióny,almenos,tolerabanunaspocascucharadastraslosruegosdesumadreysutía.

Les subieron algo de cena a los tres a las habitaciones deCliff y Julianna, puesto que aún senegabanasepararsedeellos.AmeliaesperabaquellegaseprontolordWellis,porqueempezabaanotarelcansancioynodejaríaa losgemelossin la supervisiónadecuada,esdecir, sinqueellaolordWellisestuviesenjuntoaellos.

Maxcumpliósupromesa.AmedianochellegóconlordyladyWellisque,deinmediato,fueronconducidos con los gemelos.Los examinó conminuciosidad, diounaspequeñas instrucciones a laseñoritaDonnaparaquelosvigilasemientrashablabafueraconlospadresyconAmeliay,parasusorpresa,alapuertadelahabitaciónesperabatodalafamiliayunpocomásalolejos,muchosdelossirvientes,deseososdetenernoticias.

—Loprimeroquehededecirlesesquelospequeñosestánfueradepeligro.—HubounsuspirogeneralyAmeliapudovercómolatensióndeloshombrosdeCliffylaexpresióndeJuliannaporfinserelajabandespuésdetantashoras—.Nopuedosinoasombrarmeportuperspicacia.—MirabaaAmelia—.Sinoloshubiesesatendidotanrápidamentepuedequenohubiesellegadoatiempoy—lasonrió—,creoquevasatenerquedarmelarecetadetusinfusiones.Piensoquesonmásefectivasquelasmías.

Melserioporfinyserelajó.Clifflaabrazóconfuerza.—Cliff,nopuedorespirar.—Sequejóyéllasoltó,riéndose.—Losiento.Novolveréaburlarmedetushierbas, loprometo.—Lebesólamanoconcariño,

aunqueMelresoplóincrédulaanteesapromesa.LordWellismiróaJulianna.—Veo que están exhaustos, creo que lo mejor es que vayan a descansar unas horas. Yo me

quedaréconellos,lesseguiréadministrandolasinfusionesdeAmeliayunpocodebelladonaparamantenerlos aletargados, además del ungüento que, sin duda, parece ayudarles a respirar y unasraícesparamantenerlosfuertes.

Julianna y Cliff parecían querer protestar para mantenerse junto a sus hijos, pero el médicoinsistió:

—Sushijoslesnecesitaránfuertesyenperfectoestadocuandosedespierten.Sihayalgúncambiolesharéllamardeinmediato.

Esolescalmó,aligualquealrestodelospresentes.—Amelia, aunque sé que estás cansada, te rogaríame acompañases a la cocina para preparar

másinfusionesyunpocomásdelungüento.Tedaréunasraícesparaquelasañadasalacremaquepreparascomojabónparausarloenelbañodelosgemelosaprimerahoradelamañana.

Ameliaasintió:—Milord, también me gustaría que revisase a los bebés. Creo que están bien, pero nos

quedaríamostodosmástranquilossilosviese—dijoAmelia.—Porsupuesto.Despuésde eso todos se retiraron adormirmientrasque ella acompañaba al doctor, junto con

Ethanyelconde,averalosmáspequeños.Despuésdecerciorarsedeque,efectivamente,estabanbien,seencaminóconélalacocina.

—Amelia.—Elcondeleparóantesdesepararsedeellos—.Noqueremosquetúcaigastambiénenferma.CuandoterminesloquetehapedidolordWellis,porfavor,retírateadescansar.Misnietosestaránbienatendidos.

Ameliaasintió.—Loharémilord,loharé.Éllesonrióysedespidiódeambosinclinandolacabeza.Casiunahoradespuésdejóaldoctorenlahabitacióndondepermanecíanlosgemelos.Cerróla

puertaalsaliryseapoyóexhaustaenellaycerrólosojosconlacabezaunpocohaciaatrás.No

habíanotadoqueMaxpermanecíafrenteaellaaunosmetros,observándoladesdeelotroladodelpasillo,ycuandolaviotancansadaseacercóaellaconlameraintencióndesujetarla.

Ameliaabriólosojosjustocuandoestabaamenosdeunmetroyseenderezódegolpeencuantolovioy,porprimeravezdesdequeloconociócuatroañosatrás,nosintiólaalegríadesbordantedesiempre,sinomásbiensesintióenfadada,furiosa.Nopodíanegarelcosquilleobajolapiel,elcalorensusentrañasyelanhelodetenerlocerca,peroporunavez,porprimeravez,estabamásfuriosaqueemocionada.

Lomiróconfijeza.Maxseparóensecoencuantoellaabriólosojosyseenvarófrenteaél.Nodijonadaperononecesitabaoírlahablarpara saber loquepensaba.Lomiraba con frialdad, conenfado.Se sintió turbado, avergonzadoymolesto.No soportabaverla enfadada con él, ymenosaúnesasombradedolorensumirada.Queríavolveradisculparseconella,peronosabíacómo,ylo más perturbador era que no sentía haberla besado ni haberse sentido extrañamente bienhaciéndolo,sinosololamentabahaberledichoquefueunerror.Durantetodoeldíapasado,aunqueno tuvo tiempo de pensar demasiado, no hacía más que escucharse a sí mismo diciendo esaspalabras y la mirada de ella al escucharlas que, además, se le había quedado clavada en elcorazón.Sesentíacomouncanallaporhaberlehechodaño,ymásaúnporsentirsebienalbesarla.Ella estaba prohibida para él. Por todos los cielos, era como una hermana, era demasiado joven,demasiadoinocente,eraAmelia.

Aúnno lograbaentender lanecesidadvisceralqueseapoderódeélantesdebesarla,peronohubo forma de contenerse. Solo sabía que quería desesperadamente besarla, que necesitabaabrazarlamientrasacariciabaysentíaesos labiosdulcesy tancarnalessobre lossuyos.Sedecíaque era soloun ataquede locuraode lujuriamal dirigidahacia lamujermenos indicadapara serobjetodesusapetitosydeseoscarnales.Porunosminutos,conellaensusbrazosyrespondiendoasusbesos,sesintióenelcieloyenelpeordelosinfiernos.Peronopodíaexplicarleesoaella,puesni él mismo conseguía entenderlo. Siempre había sabido controlarse. Había sido asediado pormujeres demasiados años, la mayoría auténticas bellezas, y siempre había sabido dirigir susatenciones sin sobrepasarunasnormasyunosprincipiosque respetabaescrupulosamente. Jamás seaprovecharíadeunadamainexpertanisesobrepasaríaconunainocenteyvirginaldebutante.¿Quédemonioslehabíapasado?Decidióintentarobviaresemomentopasado.

—Mel, se te ve agotada, permíteme acompañarte a tu habitación. Parece que vayas a caerrendidaamediocamino.

Se acercó como si no esperase respuesta ni aprobación y, aunque la voz de Amelia no sonódemasiadofuerte,sífuelobastantefirme:

—No.Puedollegarsola.Gracias.Se giró y caminó hacia su habitación. Por un segundo Max permaneció quieto, pero después

caminó a unos escasos pasos detrás ella hasta que se giró bruscamente y, alzando la barbilla, leespetó:

—Milord, su compañía no es requerida ni deseada. Además, no querría obligarle a cometernuevos errores, como caminar a solas, a altas horas de la noche, con una joven soltera cuyacompañíaesevidentenodesea.

SegiródenuevoyapretótantoytandeprisaelpasoqueaMaxnolediotiempoasujetarlaantesdegirar.

—Amelia,porfavor.Ella no se paró ni se giró a mirarle. Solo negó con la cabeza y solo añadió con desagrado

dándolelaespalda:—Buenasnoches.Con ello, Max se quedó clavado en su sitio tan aturdido como si le hubiesen golpeado

fuertementeenelestómago.Nisiquieraqueríaescucharlonimirarlo,yhabíadejadoclaroquenoqueríaniquelarozase.Sesintióimpotenteporprimeravezensuvidaanteunamujer.EramásqueunmeroenfadoloqueAmeliasentía,einclusomásqueunasimplereacciónaundañoinfligidosieste

dañofuesetemporal.YesoeraloqueMaxempezabaatemer,quelahubieseheridodeveras,deunmodo profundo e irrevocable. Esa idea le causó una sensación aguda de tristeza y pena y,especialmente,desoledad,muchasoledadenelcorazón.

SeretiróasudormitorioconunasirresistiblesganasdeirhastaeldeAmelia,tirarlapuertaabajoynosalirdeallíhastaarrancarlesuperdónabesos.“Malditasea,malditasea.Tengoquealejarmede ella, tengo que evitar hacerle más daño y tengo que alejarme de ella hasta no sabercontrolarme”.Aquellaideaquedeprontoseconvirtióenunadecisióntomadaleprovocóunafuertepunzada en el corazón y una sensación de vacío indescriptible, pero era lomás honrado, lomásnoblee incluso lomássensato,porquecuantomáscercaestabadeellamásparecíanquerersalirsusmásprimitivosimpulsos.TeníaquemarcharseaLondresantesquelosdemás,buscarunaamantecon la que poder descargar la tensión y ya de paso iniciar la dichosa búsqueda de una esposa.Quizás así mantuviese a salvo a Amelia. Quizás así pudiese protegerla de sí mismo. En cuantoestuviesesegurodequelosgemelosestabanasalvoybien,semarcharíaaLondres.

Tresdíaspasaronhastaque lospequeños consiguieron salir de la cama,y aunquenecesitaríanunosdíaspararecuperarsedel todo,yaelpeligrohabíapasado.DuranteesosdíasAmeliaapenasse separóde losniños, del doctorode Julianna.En laspocasocasiones en lasque se cruzó conMax, procuró ignorarlo. Le dolía demasiado su rechazo, le dolía saberse “un error” para él. Almenos había estado tan ocupada que los pocos momentos que tenía para descansar estaba tanexhaustaqueapenasllegaralacamayapoyarlacabezaenlaalmohadacaíaenunprofundosueño.

DurantelacenaMaxhabíaanunciadoqueregresaríaaLondresconlordyladyWellisyqueyasequedaríaallíparalatemporada.Semarcharíaaldíasiguienteynoparecíadispuestoaconsiderarpreferibleesperarunospocosdíasmásyregresarconelrestodelafamilia.FueentoncescuandoenlamentedeAmeliaparecía abrirse camino la ideadequeMax semarchabaporqueno la queríacerca,semarchabaenbuscadealgunaamanteodealgunaduquesamásapta,yesaideaempezóaresquebrajarpocoapocosucorazón,amenazandoconhacerloañicossinremedio.

Traslacenasubióaverlalosgemelosantesderetirarse.—¿Amelia?LavozdeJuliannasonóasuespaldacuandosedisponíaaentrarenlahabitación.Ameliasegiró—Shh—lehizoungesto—.Estándormidos.Julianna se acercó y acarició lasmejillas de sus niños y después le hizo un gesto para que se

sentasenenlossillonesjuntoalachimenea.—¿YCliff?—Estáabajoconlosdemás.Necesitarelajarseunpocodespuésdeestosdías.Tehevistosubiry

teheseguido.Hasestadomuycallada.—Ameliahizoungestocomoparahablar,peroJuliannalainterrumpió—.Y no vayas a decir que estás cansada, porque no te creeré. Esto es porMax y suregresoaLondres,ycreoquehayalgomásqueeso.Teheoídollorarenunpardeocasionesymetienespreocupada.

Amelia lamiró.Ni siquiera con lo preocupada que había estado con sus hijos a Julianna se leescapabaningúndetallesobreella.Ameliasuspiró.

—Juls…—Tenía un nudo en la garganta que amenazaba con hacerla llorar como una niñapequeña—.Mebesó,Juls,mebesó.Yfue,fue…nisiquierasécómofue.Tododesapareció,todoamí alrededor pareció desvanecerse. Era como estar en una nube.—Los ojos de Amelia parecíabrillardepuroentusiasmo,peroagachólacabezayconvariaslágrimascayéndoleporlamejillayretorciendolasmanosensuregazoañadióconlavozahogada—:Peroenseguidamedijoquehabíasidounerror,Juls,paraélsoyunerror.

ComenzóallorarmientrasJuliannasesentabaasuladoylaabrazaba.—Mel.—Besósufrenteylahizoinclinarseparaquereposasesucabezaensuregazo—.Cuánto

losiento,cariño.YanosabíasialentarladiciéndolequeMaxsoloestabaconfundidoodejarqueintentaseseguir

otrocaminoeinclusoquelointentaseconelmarqués,aunqueenelfondosabíaqueelcorazónde

AmeliapertenecíasinremedioaMax.Seloentregócuatroañosatrásynoestabalibreparaqueloocupase ningún otro hombre. Le acarició el pelomientras la dejaba llorar para desahogarse. Concautelalepreguntó:

—¿Mel?¿Quéquiereshacer?Ameliaseincorporóysesecólacara.Lamiróunossegundosysuspiró.—No lo sé, Juls.Deveras,no lo sé.Medueledemasiadoyno séquécaminoseguir. Intentar

conquistarloempiezaaparecermeunaquimera.Nocreoquellegueavermecomoyoaél,ymenosaún amarme, cada vezme duelemás porque no puedo dejar de quererle. ¿Qué puedo hacer?—Intentórespirarhondoparaevitarvolverallorar—.Nocreoquesoporteverlocasándoseconotra,y ambas sabemos que ese es su principal motivo para regresar a Londres. Necesita una futuraduquesayunheredero,ynocreoquetardemuchoenhallar,entretodaslashijasdelanobleza,aalgunaquecumplasusexpectativas.Unadamaeducadadesde lacunaparaasumiresepapel,unajovenhermosa,refinadayquepuedalucirallápordondevayan.Esegoístaquererloparamí,losé,yloquetambiéneshorribleessaberquenopodréentregarlemicorazónanadiemás,ysiendoasí¿cómopodrécasarmeconotrohombre?Nopodréserfeliznipodréhacerfelizaunhombrealquenoame.Seríaterriblementeinjustoycruelnosercapazdeentregarmeaaquelconelquemecase.Sería deshonesto pormi parte.Además, nome veo capaz demirar siquiera a nadiemás. Prefieroquedarmesoltera,Juls.Noseríatanmalo,¿verdad?Ahoranoescomoantes.Noestoysola,tengomuchaspersonasalasquequiero.

Volvióadejarsecaerenelregazodesuhermana.Juliannapermaneciócalladaunrato.Lahabíadejadodesahogarseyledesgarrabaverlatanheridaysobretodotanrendida,tanvencida.Sonabaresignadayapagada.

—Mel. Creo que ahora mismo estás agotada, abrumada por todo lo que hemos pasado yespecialmente impactada por la noticia.No tomes ahora ningunadecisión precipitada.Date tiempo,unos días almenos.Dentro de una semana regresaremos todos aLondres.Acudiremos amuchosbailes,recepcionesyreuniones,tedistraerásypodrásverlascosasconalgodeperspectiva.YMaxtambién lohará.Noquieroverte tanderrotada,medueleverte tan triste.Pase loquepasehasdemantener la esperanza de que serás feliz. “Y espero por el bien de ambos, sobre todo de esecabezota,queseaestandojuntos”.

—Juls.—Ameliaseincorporó—.Megustaríadormirenlacasitadelbosque.—¿Estanoche?—preguntóseria.Ameliaasintió—.Cariño,esmuytarde,nosési…La expresión triste deAmelia le rompía el corazón.Comprendía bien cómo se sentía.Cuando

creyóqueCliffyellanopodríanestarjuntosantesdecasarsetodoleparecíaoscuro,sininterésnivalorysoloqueríaestarsolaparaponerenordensuspensamientosysentimientos.EllasabíaqueAmelianecesitabaunpocodeespacio.Suspiró.

—Estábien,cariño,peroirásacompañadadealgúnmozo.—Juls, no, por favor.Tú te has paseado por el bosque solamiles de veces.Estaré bien. Iré a

caballoyprometotenercuidado.Soloprométemequenoselodirásanadie.Bueno,alatíasí.Noquieropreocuparla.Peronoalosdemás.Sipreguntanpormísolodilesqueestoydescansando.Porfavor.

Juliannalamiróunossegundos.Ellamenosquenadiepodríanegarlealgoasí.—Juls, por favor —insistió—. No me pidas que esté aquí cuando se vaya de nuevo… por

favor…Juliannalaabrazó.—Estábien,Mel,estábien.Peroencuantosehayamarchadoiréaverte,dejaréalosgemelos

enmanosdeCliffydelatíaypasaremosunashorassolas,tellevaréesepastelquetantotegustade cremaynosquedaremoshablandoohaciendo loquequieras, comocuando las dosvivíamosallí.

Amelia hizo un amago de sonrisa y asintió.Media hora después salía del establo a lomos deGranada. Max, que estaba mirando desde la ventana de la sala, la vio cruzar por unos de los

laterales del jardín montando su yegua. Tres días sin que le hablase, sin que le dirigiese ni unamirada y sin una sola sonrisa se habían convertido en un infierno.No se había dado cuenta hastaentoncesdelomuchoquelegustabansussonrisas,yespecialmentelasquelededicabasoloaél,yloqueeraaúnmásgrave,delomuchoquelasechabademenos,delomuchoquelasnecesitaba.“Maldición”,masculló.Salióporunade lasgrandespuertas acristaladasy fuedirecto al establo.Ensillósinayudauncaballoytomóelmismocaminoqueella.Enseguidasupoadóndesedirigíaypor un instante dudó en seguir adelante, porque estar a solas en una casa conMel de repente lepareciólapeorideadelmundo,peronopodíamarcharsesinhablarconella.

Alllegaralacasahabíaluzenlasventanasdelpisodeabajo.Atóelcaballoysequedóunosminutosdelantedelapuertadecidiendosientrarono.

Finalmentellamó.AlabrirseencontróaAmeliaaúnvestidaconsutrajedeamazonaperosinlachaqueta.Sehabíasoltadoelpelo,quelequedabaligeramentesueltosujetosoloporunacintadeterciopelo y deseó con todas sus fuerzas hundir sus manos en ese sedoso y lustroso cabelloazabache. Tenía las mejillas sonrosadas y una mirada de sorpresa e incredulidad, reflejo de superplejidad,yloquelepartióelalma,habíaestadollorando

—¿Quéhacesaquí?—preguntódespuésdeuneternominutomirándolo.—¿Puedopasar?DenuevoMeltardóunpocoenresponder,simplementediounpasoaunladoparadejarleentrar.

MaxentróyMelleseñalóconlamanoelsalón.—Max,esmuytarde,querríadescansar.Élsegiróparapodermirarla.–¿Yporesotehasvenidosolahastaaquí?Melnopodíaniqueríaexplicarlenada,estabademasiadodolida,demasiadoconfusaparahacer

odecirnaday,comoJuliannalehabíaaconsejado,nodebíaprecipitarseentomarningunadecisión,peroeltenerloenesemomentoallínofacilitabaennadalascosas.

—Max.¿Quéquieres?Suvozsonabapocofirmeyellalonotaba.Lapresiónenelpechoempezabaaahogarla.—No estoy seguro. Despedirme, supongo. —Ella lo miró pero de nuevo no dijo nada. La

expresióndedolorensusojoslerecordabaladelosdíasanteriores,yMaxnopodíadejarlaasí—.Quería pedirte de nuevo disculpas por mi inexcusable comportamiento y asegurarte que no serepetirá.—Ellaseguíamirándoloconesaexpresiónconfusa,enfadada,aturdida,dolida—.Mel,enestosdías,meheestadocomportandodeunmodoextraño,loséyno…

Ellaleinterrumpió,noqueriendoescucharledecirdenuevoquefueunerror:—¿Por quémebesaste?—Lamiró un poco aturdido por la sorpresa.Ella lomiró a su vez y

despuésbajólavista—.Solodimeporqué.—No lo sé.—Ella alzó lavista para sostenerle lamirada como si fuese incapazde creerle y

como si esas simples palabras no le bastasen—. Realmente no sé lo que me impulsó a hacerlo,Amelia.—Se pasó lamano por el pelo, torturado por ser incapaz de explicar lo que para él eraincomprensible.Gruñócasiimperceptiblementeysepusoacaminarporlahabitación—.Estuvomal,Amelia, prácticamente eres mi hermana pequeña. Pero no lo eres. De cualquier modo no puedomirartecomoaunamujerporque,porque…—Denuevosetocabaelpelonervioso—.Noeresunamujer.—Amelialomirómásdolidaqueenfadada—.Nounamujercualquiera,erestú,eresAmelia.Amisojosnodebovertedeotromodo.

Ameliaempezóasentirnuevamentelapunzadadedolor.“Paraélsoloseréunaniña,nuncameverácomounamujer,nomequerránidesearádeesemodo.Meengaño”.Sevolvióparaquenolavieseasí,noqueríaquenotasesuvergüenza,suhumillación.

—Micomportamientofuepropiodeuncanalla.Túeresunainocente,unajovenquehadeversecortejadaporlospretendientesadecuados.

Derepentecruzóporsumentelaimagendelmarqués,yodiándoseasímismoporloqueibaahacer,tomóaireyseenvaróensusitio:

—Amelia,debesescogeraunhombrequetemire,tedeseeyteamecomolaúnicamujerparaélenelmundo.Queteproteja,temimeyaseguretubienestaryeldevuestroshijos.Alguienquedeseecasarsecontigo.

En cuanto terminó ese cada vez más falso discurso se sintió morir, porque cuanto más cercaestabaella,cuantomáslaveía,másladeseaba,máslaqueríasoloparaél,“Diosbenditoestorayaladepravación…”.

Amelia tuvo que morderse el labio para no gritarle: “No como tú, que no desearías casarteconmigoniaunquefueselaúltimamujersobrelafazdelaTierra.Peromebesasteylohicistecondeseo,hastaalguieninocentecomoyosediocuentadeello”.SequedóquietadeespaldasaMaxesperandoelsiguientegolpe,yaquesentíacadaunadesuspalabrascomoeso,golpesdirectosensumaltrechocorazón.

—Amelia.—Hizoacopiodevaloryalfinaldijo—:Tienesamuchospretendientesdetrásdeti,noledesimportanciaaloquepasó.Porfavor,fueculpamía,solomía.Nohicistenadamaloninadaquehayasdereprocharteodeloqueavergonzarteanteningunodeesospretendientes.Solohasdeescogeralquecreasqueteharámásfeliz,alquepuedasquereryquetequieracomomereces.—Maxnotóunaoleadadeaire fríohelador recorriéndole la espalda—.Parecíasmuycontenta conlordCalverton,seosveíamuycompenetrados…“Malditasea”.

Ameliasegiródegolpeparaenfrentarleysimplementesequedócalladaconlosojosabiertos.“Esoquiere,quemecaseypodráolvidarsedemí.Notendráquepreocuparsemás”.Maxtuvoelimpulsoderecorrerladistanciaquelesseparaba,abrazarlayhacerleolvidartodoloqueacababade decir, besándola, atrapándola entre sus labios, susmanos, sus caricias.Apretó los puños a suscostados al sentir una furia recorriéndole todo el cuerpo.Quería tomarla, hundirse en ese sedoso,dulceysensualcuerpo.Queríadevorarla,reclamarlaymarcarlacomosuya…

—Max. —Logró decir no sin esfuerzo—. Lo he comprendido. —Se giró y caminó hacía lapuerta,laabrióylamantuvoasí—.Estarde.Necesitodescansarytútambién,yaqueteesperaelregreso a Londres. Seguramente, la próxima vez que nos veamos será en alguno de los bailes osalones. Y puedes estar seguro de que estudiaré con detenimiento tu consejo. Sin duda, lordCalvertonseríaunexcelentemarido.Buenasnoches,Max.

LapunzadaenelcorazóndeAmelianofuenadaencomparaciónconelrayoqueatravesóeldeMax.

Tardó en mover los pies. ¿Era posible que acabase de echar a Amelia a los brazos de otrohombre?Teníaundeseoirrefrenabledeponerseagritaryrompercosas.Ellaesperabaenlapuertaydenuevoinsistió:

—Buenasnoches.Tedeseounagradableviaje.Porfavor,cierralapuertaalsalir.NoesperóaqueMaxsaliese,simplementesubiólasescalerasycerrótrasella lapuertadela

habitaciónenlaqueentró.Estuvoapuntodeentrarvariasvecesenlosdiezminutosquepermaneciódepieinmóvilfrentea

la puerta. Aún sentía el frío en la espalda y esa sensación de soledad y vacío de los minutosanteriorescuandoellalemirócomosialgoentreelloshubierecambiadoirremediablemente.

Regresóalamansiónysubiódirectamenteasudormitoriodonde,envezdesuvalet,leesperabaCliffsentadoenunodelossillones.

—Nodeberíashaberido—dijosinmásponiéndosedepieyescrutándoloserio—.Dimequenohascometidoningunaimprudencia.

Maxlomiróceñudo.—No.Nohehechonadaynoereselmásindicadoparapreguntaralgoasí¿nocrees?Túquete

colabasenlahabitacióndeJuliannatrepandoporlasenredaderas.Cliffseriosuavemente.—Max,esmihermanapequeñaytú,miamigo.Noseasidiota.Semiraronunossegundoshastaque,finalmente,Maxpreguntó:—¿Unacopa?Yolanecesito.

CliffasintióyseacomodóenelsillónqueocupabamientrasMaxseacercabaalamesadondeestabalalicorerayservíadoscopasdebrandiañejo.Estuvieronunosminutosensilencio.

—Max,tevasaarrepentirtodalavidacomodejesescaparaAmelia.Maxnolomiró,simplementejugueteóconellíquidodesucopa.—Estáisempeñadosenalgoquenoexiste,Cliff.CreesquesientoporAmelia lomismoque tú

porJulianna,peronoesasí.Letengounprofundocariñoymepreocupoporella,esoestodo.Empezabaadarsecuentadequeniélmismoeracapazyadecreersemejantespalabras.—Max,no lamiras como si solo le tuvieras cariño.No te comportas como si solo le tuvieras

cariño.Serámejorqueempiecesaaceptarloinevitableypedirmetenerunaconversaciónseria.—¿Hablasenserio?—¿Cómo es posible que vivas tan ajeno a la realidad? Incluso yo fui capaz de admitir lo

inevitable.—LoinevitableesqueyoregresoaLondres,dondeesperonotenerquelidiarcondemasiadas

matronas ansiosas para encontrar a una duquesa adecuada. Amelia regresará a los salones, a sucohortedepretendientesyalaeleccióndeunodeelloscomomarido.

Cliffbebiódesucopa.—SésinceroMax,sinoconmigoalmenoscontigomismo.¿Realmentepiensasqueexistealguien

más apto para el papel de tu duquesa, de tu esposa, de lamadre de tus hijos, queAmelia?—Selevantó y dejó la copa en la repisa de la chimenea antes de encaminarse hacia la puerta—.¡Demonios,Max!NohaynadiemejorparaesepapelqueAmeliaporlasencillarazóndequeesaella a la quequieres y nome refiero a que la quieras comounahermanita pequeña.Yo la quierocomounahermanapequeña,tú,amigomío,comounhombreenamorado.Cuantoantesloadmitasyloaceptes,antespodrásserfeliz.—Separóunmomentoparamirarlo—.Yloqueesmásimportante,ellatambiénpodráserfeliz.Yyaquehablamosdesufelicidad.¿Nohabráscometidolaestupidezdeempujarlaenladireccióndelmarqués,verdad?—Maxlomirófijamentesindecirniunapalabra—.Sinceramente,piensoquecorreselriesgodequealfinaldeesecaminonoseastúelqueacabejunto a Amelia en el altar, sino precisamente aquel de quien deberías cuidarte, no animar. Si lopermites,ellaacabaráenamorándosedeél.

Despuésdeesosemarchó,dejandoaMaxasolasconelbrandiyuncadavezmayordolordecabeza.

Capítulo4

Una semana más tarde Amelia se encontraba saliendo junto a Julianna y su tía del taller de

madame Coquette, donde habían pasado gran parte de lamañana ultimando algunos detalles detodoelvestuariodetemporadaparalastresdamas.FinalmentesehabíadecididoqueCliff,JuliannaylosniñossequedaríanunassemanasenBrindfetHouse, lacasadetíaBlanche,yaquedeseabatener a toda la familia reunida y poder disfrutar de los pequeños, y puesto que Julianna queríadisfrutar de la compañía de su tía y deAmelia,Cliff no viomotivo para negarse.Además, en elfondosesentíaaúnresponsabledel tristeestadodeánimodeAmelia,yqueríaasegurarsedequedisfrutabadesusegundatemporadatodoloposible.Consuerte,además,lograríaqueesecabezotadeMaxentraseenrazóndeunavezportodas.

—¿Queridas?Sinoestáismuycansadas,podríamos terminar lamañanaen la tiendadeCeline,megustaríacomprarguantesdecabritillaparaelpequeñoMaxiyunmanguitodemartaparaMely.Empiezaahacerfríoyquieroquevayanalparquebienabrigados.

JuliannayAmeliaserieron.—Tía,eresdemasiadogenerosayprotectora—decíaentrerisasJulianna.—Aúnrecuerdoelprimervestuarioquenosencargaste, tía.Teníamostantosguantes,abrigosy

sombreros como vestidos. Siempre pendiente de que no nos faltase nada. —Amelia se rio y seacercóparabesarlaenlamejilla.

—Soismisniñas—respondióellacariñosa.Yconesaexplicaciónestabatododicho—Vamosentonces—señalóJulianna.La tiendaestabaabarrotada,peroCelineeramuyconscientedeaquéclientesdebía tratarcon

mayor deferencia. Sin duda, una viuda muy rica y las sobrinas de esta, todas ellas clientashabituales,figurabanenlomásaltodesulista,demodoquenadamásentrarlasllevóaunadelaszonasreservadastrasunascortinasdondelasatenderíaconesmeroydedicaciónunadesusmejoresvendedoras.Despuésdeunbuenratoseleccionandoartículostraslascortinasdejaronasutíaconlavendedoraultimandoalgunosencargosyellassemarcharonalapartecercanaalescaparateaverlosartículosdeexposición,yjustoenesemomentoescucharonlaconversacióndetresdamasysushijassabiendoquequedabanfueradelalcancevisualdelasmismasporelestantedetelasquelesseparaba. Se quedaron escuchando las distintas voces femeninas sin mucho interés hasta que laconversaciónderivóenalguienenconcreto.

—Puesestodocierto.MelohaconfirmadolapropialadyMariella.—Amí tambiénme lohacontado—añadióotravoz joven—.Ayer fueapasearporelparque

conlordRochesteryestáseguradequetieneunverdaderointerésenella.—Estoy segura que ladyMariella no le dejará escapar de sus garras.—Se escucharon varias

risasdemujer—.Sehapropuestolograralmejorpartidodelatemporadaytodassabemosquiénes.—Es posible, pero tendrá una dura competencia. El hijo del duque de Frenton no es cualquier

soltero.—Un suspiro soñador y varios de asentimiento posteriores—.Es guapo como un ángel ytienelareputacióndeundemonio.

Mássuspirosyalgunasrisitastontasasualrededor.—Si yo estuviese en el lugar de lady Mariella tampoco lo dejaría escapar. Además, todas

sabemosquedesdequellegóasusoídosqueelherederodelducadoregresabayquelohacíaconintencióndequedarse,sehapropuestoconseguirloacualquierprecio.

Fue la voz de una mujer madura, seguramente la madre de una de ellas, la que habló a

continuación:—Puesteniendoencuenta lasituacióneconómicade lafamilia,nomeextrañaríaquedecidiese

adoptarmedidasdrásticasparaasegurarseunduqueguapoymuyricocomomarido.Seescucharonalgunosmurmullosdeasentimientoyotroscuantoscomentariosdefalsoasombro.

Lavozdeunanuevamatronaseescuchótambiénconnitidez:—Sobretodoconelejemplodesupropiamadre,quecazóalcondecuandolosdescubrieronen

unasituacióncomprometida.NomeextrañaríaqueladyMariellaurdiesealgúntipodeescándalosilocreyesenecesarioparasuspropósitos.

—Madre,¿lacreescapazdeeso?—preguntóunavozmásjoven—.Nocreoquelonecesite,alfinyalcaboestáconsideradatodaunabeldad.

—Sí,querida,peroalospiesdelordRochesterhancaídolasmayoresbellezasdelreino.Quienloatrapevaanecesitaralgomásquebelleza,yladyMariellaesmuyconscientedeello.Además,esunajovencarentedeescrúpulosqueharáydirácualquiercosacontaldesalirseconlasuya.

—Dime,querida—lavozdeotramujer tambiénmayor intervinodenuevo—,¿lodicesporqueaúnestásresentidaconellayleguardasrencorporsusactosdelpasado?

—Nonegaréquemeresultanenextremointolerablessusactosdelpasadoynomeagrada,esmás,laconsiderounamanipuladoranatadesdequeintentóatrapar,bajosuciosardides,amihijo.—Se escuchó un brusco resoplido de indignación—. Pero todas las madres con hijas jóvenesconocemosdeloqueescapazcontaldequitarseadversariasdesucaminoydelograrcazarunabuenapresa.Siyofueseelduqueysuhijo,tendríacuidado.Creoqueledeberíaninteresarjóvenesmásadecuadas.LadyMariellaseráhijadeunconde,perodeuncondeempobrecidoynecesitadodefondos con urgencia, además, ella se ha granjeado, no sin motivos, la fama de veleidosa,caprichosa,interesadaybastanteligerade…

—¡Querida!—Contuvosuexabruptootravozcercana—.Quehayoídosinocentesescuchando.—Tienesrazón.Pidodisculpas.Peronocreoquedebamosfomentarlaamistaddenuestrashijas,

ymenosaúndenuestroshijosconella.Pormuyhermosaypopularquesea,nomegustaríaacabaremparentadaconella.

—A lomejor lord Rochester te libera de esa posibilidad. Si realmente está prendado de ellapuede que finalmente la convierta en su futura duquesa. —Un suspiro de disgusto siguió alcomentario—.Locualseríaunaverdadera lástima,esonosprivaríaa lasdemásdeunpartido tanexcelenteytanapuestoparanuestrashijas.

Cuandosealejaronporfin,JuliannaapretólamanodeAmelia,quepermanecíacalladayalgopálida.“LadyMariella…MaxestácortejandoaLadyMariella”.Porunossegundoselmundoasuspiesdesaparecióysesintióaturdida.

—Mel—le susurró Julianna—, no hagas caso. Solo son rumores y chismes de las matronasdeseosasdehabladuríasyescándalos.

Amelialamiróconlosojosllorososyselimitóaasentir.—Estoy-estoybien,Juls,solo,soloquieroiracasa,porfavor.Juliannaleapretóunpocomáslamanoylesusurró:—Esperaaquí,cariño,voyaporlatíaynosiremosacasa.Encuanto llegarona lamansiónalegó jaquecaysubióa suhabitación,dondesepasóel resto

del día llorando con el corazón encogido y una profunda sensación de pérdida. Julianna se vioobligadaacontarasutíaloocurrido,puesestabafrancamentepreocupadaporcómolahabíavistoen el camino de regreso, y en cuanto llegaron a lamansión, le preguntó abiertamente qué habíasucedido.

Amelia no quiso bajar a cenar y, en esa ocasión, no insistieron, pero tanto Julianna como tíaBlancheestabandecididasanodejarquelavencieselatristezayCliff,porsuparte,nodejaríaqueMaxfuesetanidiotadedejarseatraparporunacazafortunaspormuydebuenacunaquefuesenipormuyhermosaqueresultase.MásaúncuandoteníalaligerasospechadequeMaxactuabaasíconlaintención demantener alejada aAmelia. Si había alguienmás versado que él enmujeres, ese era

Max,ydifícilmentesedejaríaenredarporunamujercomoladyMariella,unamujerque,además,erademasiadoparecidaa laegoísta,ambiciosayextremadamentebellamadredeMax, ladifuntaduquesa.Maxjamássecasaríaconunamujertanparecidaaella,ytampocolacortejaríaalosojosdelosdemássinotuviesealgúnotromotivo.YCliffteníalaabsolutacertezadequeeramanteneralejadaaAmeliacomomediomássencilloparanotenerquereconocerloevidente.Lomalodeesaestrategia es que podría lograr resultados y acabar alejándolos de manera definitiva, y eso sinmencionareldañoqueenelprocesoinfligiríaaAmeliayasímismo.AsíquetraslacenaseexcusódelasdamasysemarchóaWhite’sconlaesperanzadeencontrarseallíaMax.

EnlaentradaseencontróasuhermanoEthan,quesalíaconpasodecidido.—¿Ethan?—lesaludó—.¿Temarchabas?—Enrealidad,habíavenidobuscandoal lordCalverton.Estamañanahemosrecibidoavisode

que está en la ciudad y una invitación para toda la familia a su palco en la opera para agradecernuestra pasada hospitalidad. La condesa y Adele están encantadas y me han pedido aceptarpersonalmente. Creo que en la mañana se acercará a Brindfet House para extenderos también avosotroslainvitación.

Cliffsonriómientraspreguntabaconaireconspirador:—¿HasvistoaMaxdentro?Ethanasintiósonriendo,viéndoleelbrilloenlosojos.—Estaba en las mesas del fondo con un par de compañeros de la Marina. No he querido

interrumpirles.Cliffsonriódenuevoyalzólaceja.—¿Tienestiempoparaayudarmeenunacosa?Ethan levantó las cejas también sonriendo, claramente intuyendo el juego de su hermano,

respondiendocontonodepuradiversión:—Claro.¿Dequésetrata?—CreoqueMaxestácometiendounerrorhaciendocreeratodoelmundoqueleinteresalady

Mariella, sobre todoporque, sospecho,elúnicomotivodeelloesmantenersealejadodeAmelia.Perovamosavolverunpocodelrevéssuplan¿teparece?

Ethanlomiróentrecerrandolosojos,inquisitivo:—¿Cómoteproponeshacereso?—Obligándole a ser él el que semantenga cerca de Amelia a toda costa.—Miró serio a su

hermano pero sonriendo malicioso—. Celos, querido hermano, celos. —Le dio un golpe en elhombro—. Durante los próximos días vamos a fomentar que Amelia pase mucho tiempo encompañía del único pretendiente capaz de poner nervioso a Max, y veremos cómo consigueaguantar.

Losdosserieronyentraroneneleleganteclubdecaballeros.CuandodivisaronaMax,ambosse sentaron enunamesavisible para él pero lobastante lejana comoparaqueno creyeseque lobuscaban. ¡Qué bien lo conocían! porque apenas unosminutos después de que les llevaran unascopas de coñac se había acercado a su mesa y sentado con ellos. Tras un par de minutos decortesíasysaludosderigor,fueEthanelqueabriólabatalla,ycomosiestuvieseinformandoporprimeravezaCliff,señaló:

—Cliff.Mañana podríamos encontrarnos directamente en la puerta de la ópera si no te parecemal.

Clifflomiróunossegundos.—Estoy seguro que tía Blanche insistirá en invitaros a todos a cenar. Te enviaré aviso por la

mañanaparaconfirmártelo.Maxpermanecíaensilencioperoclaramenteintrigado.—Creo que lord Calverton ha alquilado Randmon House mientras terminan las obras de

Calverton House, será mejor que todas las misivas se las envíes allí —añadió Ethan de mododespreocupado.

El rictus de Max cambió pero se estaba conteniendo, no sin dificultad, para no preguntar ointervenirdirectamente,demodoquelosdoshermanoscontinuaronaguijoneandounpocomás

—Se lo preguntaré mañana sin falta. De cualquier modo, recuerda que nos pidió que leacompañásemosalassubastasdeTattersallparacomprarunosbuenoscaballosparasuTílburiy,almenoseso,selodebemos,¿nocrees?

—Por supuesto —respondía Ethan alegremente—. Y, a buen seguro, las damas querránacompañarnos.Ameliamepidióquelaaconsejaraenlacompradelcaballo,dócilyfácildemontarparaSaintJoseph.Quierequelosniñosdelorfanatoaprendanamontar.

Maxabriómucholosojos.—¿Amelia va a donar un caballo para el orfanato? —preguntó de repente claramente

asombradoycurioso.Cliffasintió.—Dehecho,creoquefueideadelosgemelos.Amelialesexplicóqueellanopudoaprendera

montarhastaque fue casi adulta, y al recodarquepara ella fueuna experienciamaravillosa, casiinstantáneamente surgió en su cabeza esa idea. Incluso lord Calverton pareció entusiasmado conella, pues se ofreció a cuidar del caballo en el establo de su recién reformada casa y a poner adisposicióndelorfanatoasujefedecuadrasparaqueenseñasealospequeños.DuranteestaúltimasemanaparecíaempeñadoencomplaceraAmeliayacogiódebuengradoestaidea.

Maxbebióunsorbodesucopaparadisimularsuincomodidad.Ethanlanzóunamiradafugazasuhermano,ydespuéssedirigióaMax:

—Dinos,Max,¿cuánciertossonesosrumoresqueterelacionanconladyMariella?Maxlomiróunmomentoysoloseencogiódehombrosintentandoaparentarunaindiferenciaque

susdosamigossabíannoerareal.—Reconozco—continuóEthan—,queesunabelleza,peronuncapodríahaberimaginadoquela

considerasescomoposibleobjetodetusatenciones,ymenosdeunamaneratanpública.DenuevoMaxguardósilencio.—¿LadyMariella?—preguntóconfalsoasombroCliff—.Vaya,siemprepenséquetealejabas

deaquellasmujeresqueseparecieranaladifuntaduquesa.—Bebióunsorbodesucopayledirigióunamiradainquisitiva.

—Siestáisintentandopreguntarmesilaestoyconsiderandoseriamenteparaelpapeldeduquesa,nadamás lejosde la realidad.Hacenfaltaalgomásquebelleza,cunaymodalesparaesepapel,sobretodosiesosatributosvanenvueltosenunvelo,nadaligero,deambicióneinterés.Noestoyciego.Pero,demomento,resultaunaligeradistracciónyparecemanteneralejadasaalgunasdelasmatronasmásferocesyansiosasdelaciudad.Tenerquecompetirconunabeldadconocidaporsufaltadeescrúpulosyambiciónsinlímites,parecerefrenarunpocosusímpetuscasamenteros.

CliffyEthansoltaronsendasysonoroscarcajadas—¡Estoy atónito! —exclamaba Cliff divertido entre risas—. Nunca creí que te viese

escondiéndote tras las faldas de unamujer o sirviéndote de ellas para espantar a las damasmásansiosas.Almenos,resultatranquilizadornoverteembelesadoporella.—Mirósurelojdebolsilloy,trasapurarsucopa,señaló—:Caballeros,hasidounplacer,perohederegresaracasa.MañanaaprimerahorairéconmismonstruitosysutíaalaRealEscueladeCaballeríaamontarytendréquetenertodosmissentidosdespiertosparapodervigilarlos.AdemásMelllevatodoeldíaenlacamayquieropodervigilarla.

Mientrasselevantaba,Ethanseñaló:—Yo también me marcho. ¿Mely ha vuelto a enfermar? Creía que los pequeños no habían

vueltoarecaer.—No, no. La pequeña Mel no, la mayor —respondió Cliff ya poniéndose los guantes para

marcharse.Maxselevantóypreguntóconclaraalarma:—¿Ameliaestáenferma?¿Quélepasa?

Cliff lanzó una mirada de triunfo a su hermano, “la segunda victoria de la noche”, pensabasatisfechoantesdecontestar:

—Hoysehapasadoeldíaenlacamaclaramentealteradayconfuertesjaquecas.AlgodebedehaberlaperturbadoensusalidadelamañanadecomprasconlasdamasMcbeth,porqueapenashalevantadoelánimodesdeentonces,inclusotíaBlanchenoshaordenadodejarladescansar.

Caminaron hacia la puerta con Max detrás de ellos y en las escaleras del vestíbulo delestablecimientoMaxdenuevoinsistió:

—Supongoque ya estaréis debidamente instalados ¿no,Cliff?—Cliff asintió y antes de poderañadirnadaélcontinuó—.Iréavisitarlamansiónmañana,porfavor,díseloatíaBlanche.

Cliffsonrió,evitandosoltarunarisotadadetriunfoyburla:—Se lodiré,por supuesto,peroMax, túnonecesitasavisar, sabesque laspuertasde lascasa

están abiertas para ti tanto comopara el almirante yEugene.—Segiróhacia suhermano—. ¿Hastraídotucarruaje?—Ethanasintió—.¿Teimportaríaacercarme?

ConungestodemanohizoqueleprecedieseyunavezdentroEthanempezóareírse.—QuieresqueMaxsetopedebrucesconelmarquésenlamansión,¿noescierto?Cliffsonriómaliciosoyconclarasatisfaccióntriunfal.Alamañanasiguiente,Amelia,conunasombrabajolosojosyclarossignosdecansancio,bajóa

lasaladeldesayunoyapreparadaconsutrajedemontar.Sesentójuntoasutíatrasdarleunbesoenlamejilla.

—Buenosdías,tía.—Miróenderredor—.¿Losgemelosnohanbajadoaún?—Buenosdías,querida.Estánarriba.HanidoadarlelosbuenosdíasalapequeñaAnnatrassu

bañoy,ahora,estánconsumadre.—Bebióunpocodeté—.¿Teencuentrasmejor?Amelialamiróyasintió,yconlavozahogadaycasisinmirarlapreguntó:—¿HashabladoconJulianna?Sutíaextendióelbrazosobrelamesayleagarrólamanoconunsuaveapretón:—Cariño,no ledesmás importanciade laque tiene.—Lesonrióyañadió—:Noquieroque te

desporvencida.RecuerdaquelasMcbethnonosdejamosvencersinlucharconfiereza.Ameliaintentósonreír,peronolologró.Sutíaseenderezóenlasillaylamirófijamente.—Amelia.HoyvendrálordCalvertonparainvitarnosalaópera.LoscondesyEthanyAdeleya

hanaceptado,ycreoquedeberíamoshacerlonosotrostambién.Amelialamiróunpocodesconcertada:–¿Dood…Williamnosinvitaalaópera?Sutíaasintió.—Disponedeunpalcopropiopertenecientealmarquesadodelqueahorapuedehacerusoasu

antojo.Ameliasonrióunpoco.—Porsupuesto,meencantaríair.Esmuyamableporsupartepermitirnosasistirasupalco.—Cariño,¿creesqueconeltiempopodríasllegaraquereralordCalverton?—lepreguntósin

ambagessutía.Amelialamiróynegóconlacabeza:—Yalequieromucho,tía,peronodelmodoalqueterefieres,ydudodequellegueahacerlo

enelfuturo.Temoquehacemuchoqueentreguémicorazón.—Suvozsefueapagando—Amelia,¿confíasenlordCalverton?—Amelialamiróconlascejaslevantadasperoasintió—.

Y¿creesquepodríaspedirleayudaparaponercelosoaMax?Amelialamiró,peroenseguidarespondió:—Nocreoqueesofuncionetía,inclusoélconsideraquedeboanimarlasatencionesdeWilliam

haciamí.Melodijo.Sutíanegóconlacabeza:—Eso fue una tontería por su parte, ¿no crees?—Levantó las cejas. Amelia lamiró pero no

respondió—.CreoquenuestroqueridoMaxestáactuandoencontradeloqueledictasucorazón.

—Lediounaspalmaditasenlamano—.Solonecesitaunempujoncitoenladireccióncorrecta.—Lesonrióyluegolamirósonriendo.

—¿Y ese empujoncito se lo daremos alimentando sus celos? —Su tía asintió sonriendoabiertamente.Ameliaguardósilenciounsegundoperoluegosepusomuyseria—.Pero…noquieroqueWilliamsalgadañadoenelproceso,tía.Esmiamigoynomegustaríaquepormibúsquedadelafelicidadpersonalélacabedañadoenmodoalguno.

Sutíalamiró.—De ahí la importancia de hablar previamente con él para averiguar si estaría dispuesto a

ayudarte.Además,poniéndolealcorrientedetusintencionessalvaguardassucorazón.Piensaquesiloqueestábuscandoesunacompañera,unaesposayunafuturamarquesa,lojustoseríaadvertirleque tú no estás disponible. Porque…—La miró de nuevo inquisitiva—. Tú no estás disponible,¿verdad,querida?—Amelianegóconlacabeza—.Entalcaso,creoqueinclusopodríasayudarleabuscarunacandidataidónea.Loconocesbienyestoyconvencidadequeélapreciarátusconsejosalahoradetomaruncaminouotro.—Tomóunsorbitodeté—.PiensoquelordCalvertonsesienteun poco solo. Por su historia, es fácil entender que no se siente estimado por su familia y, en susituación,apreciaráensujustamedidacontarconbuenosamigos,leales,sincerosy,sobretodo,queleaprecienyestimen.Estosamigosseráncapacesdebrindarlesuamistad,susconsejos,suapoyoysuayudaporencimadetodolodemásynodudoqueélvaloraráyapreciaráesascosasmejorquemuchos.Dehecho,meaventuraríaaaseverarquelovalorarámejorquelainmensamayoría,puesduranteañossehavistoprivadodepersonasqueloquieranporloqueessinesperarnadaacambio.

Ameliapensóunosminutosenello.—Supongo que debería hablar abiertamente con él y, pase lo que pase, ofrecerle mi amistad

sincera.Sutíaasintió.—Cariño,desayunaantesdequelospequeñosbajen.Ayernoprobastebocadoynopuedessalir

amontarconelestómagovacío.Mientrastanto,Cliff,queyahabíapuestoalcorrienteaJuliannadesuconversaciónconMaxy

delosplanesquehabíapuestoenmarcha,acunabaasupequeñaAnnatraselbañoyhaberdejadoalosgemelosjuguetearunosminutosconella.

—Cariño, estate quieta un segundo. —Reñía Julianna a la pequeña Mel, que no paraba demoverse—.Soloquierocerrarelbotón.—Resoplóysedejócaerenelsillón—.Yaestá,cielo,yapuedesirabuscaratutía.

Suspiró después de que la pequeña le diese un beso en la mejilla y saliese corriendo tras suhermano,quelaesperabaansiosoenlapuerta.Cliffserio.Juliannalomirósuspirandodenuevo.

—Noterías,bobo.—¿PorquénodejasquelavistalaseñoritaDonna?Juliannaselevantóyseacercóasumarido.—Porque losgemelos sonmuy listosy siempre la convencendequenonecesitan las camisas

interioresdelanay,despuésdeestaspasadassemanas,noquieroquevuelvanaenfriarse.NoquieronipensarloquehubiesepasadosiMelnohubiesesabidoquéhacer.

Seapoyóenelhombrodesumarido,mirandoalapequeña,quesequedabadormidaenbrazosdesupadre.

—Julianna.—Se inclinóy lebesó lacabezaqueapoyabaensuhombro—.Nopiensesmáseneso.Yapasó.Tendremoscuidadoconlosniños,notepreocupes.—Denuevolabesó.

—Vamos,damealaniñaybaja.Teestaránesperando.Cliff,envezdepasaralbebéalosbrazosdesumadre,ladejóensucuna,latapóysegirópara

atraparaJulianna.—Creo,—Decíamientrasinclinabalacabeza—,quenecesitounpocodecariñodemiesposa.Seapoderódesuslabiosysegundosdespuésambosestabanfuertementeabrazadosbesándose

comodosreciéncasadosenamorados.Cuatroañoscasadosynadahabíacambiadoentreellos.La

necesidaddetocarse,deamarseydetenersecercaerantaninnatosenelloscomorespirar.AvecesCliffestimabaimposiblehabervividounavidaanteriorsinellayhabertocadoaotramujerdistintaalasuya,puesnadaeracomparableatenerasumujerensusbrazos,ensucama,saborearla,tocarla,sentirlaenvolviéndolo.Gimióyalzólacabeza.

—Creoquemevoyantesdequetearranquelaropaabocados.Juliannaserio.—Siempretieneslaopcióndehacerlomástarde—contestóprovocativasonriéndolemientrasse

alejabaunpocodeél.Cliffgruñó.—Querida, acabas de prometerme una prenda y pienso cobrármela en breve.—Justo antes de

cruzarlapuertasegiróyconunadeesassensualeseirresistiblessonrisasañadió—:Estásavisada.Ameliaagradeciósobremanerahabersalidoacabalgar temprano.Habíaconseguidodespejarse

ylosniñoshabíanlogradohacerlareírconsusbromasytravesuras.AlregresaraBrindfetHousesesorprendióalverqueWilliamseencontrabaenlasaladelamañanaconJuliannaysutía.Subiórápidamente a cambiarse y bajó justo al mismo tiempo que Cliff para atender a la visita. Cliff lasonrióenlaescalera:

—Tehascambiadomuydeprisa.—Lamiró levantando laceja—.¿Ansiosapor recibiranuestravisita?

Ameliaresopló:—Dependedeloqueentiendasporansiosa—lecontestódesafiante.Cliffsonrióyleofrecióelbrazo:—Ah,pequeña,sinosupieseaquiénvandirigidastodastusatenciones,diríaquetramasalgo.—

LevantóambascejasyAmeliasesonrojó.—Esinjustoresultartantransparente.—Sequejófrunciendoelceño.Cliffsonrió.—Esloque lepasaa laspersonashonradas,querida, losonen todos losaspectosdesuvida,

incluidoslosrelacionadosconelcorazón.—Lamiróconunasonrisatriunfante—.¿Ybien?¿Quétetraesentremanos?

Ameliavolvióasonrojarseysemordióellabioantesdecontestar:—Pues… —Lo miró mortificada mordiéndose el labio—. Pero no te rías que bastante

embarazosaeslasituacióncomoparaquemesoliviantestútambién.Clifflelanzóunamiradainocenteyunasonrisadeclaradiversión.Ameliasuspiró,yestandoya

alpiedelaescaleraantesdegirarparaentrarenlasalademañana,leparóyledijoalgosonrojada:—LatíamehaaconsejadoquelepidaayudaaWilliampara,para…—Semordióellabio,esta

veznerviosa,yClifflainterrumpió:—ParadarcelosaMax.Amelialevantólavistaydespuéslabajó:—Pero… —Su voz sonaba algo apagada—. No creo que funcione. Él, él, bueno, él está

cortejandoaotra.Cliffsonrióycondosdedosbajosubarbillalainstóamirarle.—Notepreocupes,pequeña,lopondremostancelosoquetesuplicaráqueleperdonesporhaber

sidounneciotercoyobstinado.YporladyMariella…Noesmásqueunacarabonitaalaqueleinteresamás el títuloqueMaxy…—Ledioungolpecito en la barbilla—.Nodejaremosque loconsiga,¿verdad?

Ameliaintentósonreír,peronopodíacuandoseimaginaaMaxconotra,noimportabaloquelosdemásledijesen.Ledolíademasiado.Inspiróaireycontestó:

—¿Vamos?Al entrar, Amelia no pudo evitar reírse por la imagen que se hallaba frente a ella. William

riéndoseamandíbulabatienteconungemeloaferradoacadapiernayungatitomáspequeñoquesumanoalzadosobresucabeza.

—Pero—empezóareírse—,¿Julianna?Ameliamirabaalternativamenteasutía,aJuliannayaWilliam.—Nomemires,puesmeniegoenrotundoaintervenir.SelodejoaCliff,yyaquemelotraesde

regreso,creoquehadeserélelquetomeladecisión.—¡Papá!¡Papá!—LosgemelossoltaronalordCalvertonyseabalanzaronaporsupadre.—LordCalvertonhaencontradoesegatitobajolasruedasdeuncarruajeenlacalleyparaque

nolepasenadalohacogido…Melcontinuólanarracióndesuhermano:—Mamidicequeparaquedárnoslotienesquedartuconsentimientoyquehabríaquebañarloy

estarsegurosdequenoestámalito…Maxiempezóadarsaltitosansiosos:—Porfavor,porfavor…SeleunióMeliconmiradayvozsuplicante:—Esunbebé,locuidaremos.CliffmiróalordCalverton,queaúnsosteníaelgatitoenlamano:—¿Enlacalle?LordCalvertonseacercóyseloenseñó:—Noestáheridoyesmuypequeño.Seguroquelosepararondelamadreoseperdió.Cliffmiróelgatitoylocogió.Suspiróantelosojossuplicantesdesushijos:—Tendríais que cuidarlo vosotros. Sería vuestra responsabilidad. —Los niños se quedaron

quietosescuchandoilusionadosasupadre—.YtendríaisquebañarloconunosdeesosjabonesdelatíaMelybuscarleunsitioparaqueduerma…

Lointerrumpieron:—Dormiríaconnosotros.—¡Deesonihablar!Puededormirenvuestrahabitaciónperoenunacestaocualquiercamitaque

lehagáis.Juliannasuspiraba,yresignadaañadió:—YtenéisqueasegurarosdequenoseacercaaAnna.Elgatitoquerrájugarypuedehacerdaño

avuestrahermana.Losniñossegiraronparamirarla,reflexionaronunmomento,yasintieron.—Nolohará,nolohará—gritóMeli.MaxiseacercóasumadreyacariciólamejilladeAnna,quepermanecíaensuregazo:—Yocuidarédemihermanita,mamá.Loprometo.JuliannasonrióymiróaCliff,sabiéndosevencida,quedijosonriendo:—Enesecaso,soloquedaqueselopidáisalordCalverton,elgatitolohaencontradoélytiene

laúltimapalabra.Losgemelosdeinmediatosegiraronhaciaélconojossuplicantes.Sonrióyasintió.TomóalgatitodemanosdeCliff.—Será para mí un enorme placer y orgullo atribuirme el mérito de haber encontrado para

nuestro…—Miródesoslayoalanimalito—nuestraamiguita,unnuevoyfelizhogar—SelodioalapequeñaMel—.¿Milady?

MelcogiólapequeñamasadepelogrisdelamanodelordCalverton.—¿Amiguita? —Miró con detalle la masa de pelo—. ¿Es niña? —Alzó los ojos hacia lord

Calvertonconabiertacuriosidad—.¿Cómosabequeesniña?LordCalvertonenrojeciódegolpeymiró,pidiendosilenciosaayuda,aCliff,quesuspiróantes

demirarasucuriosahija.—Nenita, llevaos avuestranuevamascota conFurnishyhaced loqueoshemosdicho.Maxi,

acompañaatuhermanaycuidadeellaydelagatita.Losdosibanasalir,peroentoncessepararonalescucharlavozdetíaBlanche.—Niños,¿nodebéis…?—SeñalóalordCalverton

LosdosmiraronalordCalverton.—Muchasgracias,milord—dijosonrienteMaxihaciendounagraciosareverenciamientrasMeli

seacercabacorriendoyletirabadelamangaparaqueseagachaseadarleunbesoenlamejilla.—Gracias,milord,espreciosa,gracias.Ydespuéslosdossalieroncorriendo.WilliamsonrióymiróaCliff:—Debeestarmuyorgulloso.Sonmuylistosyresolutivos.Cliffserio:—Resolutivos…,sí,esunaformadedescribirlos.Yodiríaquesondosdiablillosrevoltosos.—

Se rio con cariño—.Milord, ¿nos sentamos?—Amelia estaba sentada junto a su tía yWilliam sesentófrenteaellamientrasqueCliffseacercóaJulianna,besósumejillay,sinpreguntar,lequitóalapequeñadesusbrazosantesdesentarseenelbrazodelsillónocupadoporella.

Williamlomirabaenunamezcladeasombroydeincomprensión:—Disculpenmi curiosidad pero…—miraba aCliff— en estos últimos años, en los queme he

vistoobligadoaconvivirconnobles,loqueheobservadoesqueloshijosparecenviviralmargendesuspadreshastaquesonprácticamenteadultos,alejadosdeellosy rodeadossoloporniñeras,institutrices y criados. En cambio, sus hijos parecen relacionarse con ustedes con absolutanaturalidad, y su familia no los esconde de las visitas ni tienen reparos en…—De nuevomirabafijamente aCliff—.Bueno…—Hizoungestocon lamano señalándolo ligeramente—.Realmenteestoygratamenteasombrado,simepermitendecirlo,pero¿notemenelrechazodesuspares?

Cliffsonrió.—LordCalverton,William,hacemuchotiempoquedecidíobrardeacuerdoamisprincipiosylo

quemedictabamiconciencia,noenfunciónalaopiniónylosprejuiciosdeotraspersonas.—Miróasu pequeña—.Eso sinmencionar que se sorprendería de lo que las nobles lenguas del reino soncapacesdepasarporaltounavezqueselesdejaclaroque,aciertoscomentarios,losprotagonistasle hacen oídos sordos, bien ignorando las maledicencias bien optando por amenazar con tomardrásticasmedidasencasodenoobtenerunrigurosoyrespetuososilencioalasconductasporelloscensuradasyque,porelcontrario,unoconsideracorrectasyenningúncasoreprochables.

Trasunossegundosdesilencio,Williamserio:—Lotomarécomounconsejo,sinoosparecemal,milord,Cliff.—SecorrigióalverqueCliff

ibaahacerloporél—.Omejoraún,comounaxiomaaseguirdeahoraenadelante.Cliff enarcó las cejas y empezó a reírse a carcajadas hasta que la pequeña Anna se removió

quejosaensusbrazos.—Ya gatita, ya, no te molestaré más…—arrullaba a la pequeña. Miró a William y le dijo

sonriendo—:Estangruñonacomosumadre.—Juliannalediounpequeñocodazoyéllesonrió—.Ytanadorable.

EnesemomentoentróFurnishseguidodedosdoncellasconbandejasdetéybollos.Ameliaseacercóalamesa

—William,porfavor,pruebalosbollosdecanela,sonunaespecialidaddeJulianna.—Leacercóuno de los platos y después empezó a servir el té para todos menos para Cliff—. Supongo quequerráscafé.

ÉlasintióymiróaWilliamconunasonrisapetulanteantesdedecir:—Es lo que tiene estar rodeado de hermosas mujeres, que lo quieren a uno. Te conocen, te

colmandeatencionesytemimancomoalgonaturaly,créame,queesmuyfácilacostumbrarse.—Todaslasdamasdelasalaresoplaronohicieronalgúncomentariosuavedeprotesta,peroélserioydivertidoseñaló—:¿Quépuedodecir?Meadoran.

AmeliayJuliannapusieronlosojosenblanco.—Cliff,Amelia.LordCalvertonhasidotanamabledevenirparainvitarnosalaóperaestanoche

yheaceptadogustosaennombredetodosymegustaríaagradecersucortesíainvitándoloacenarantes. Podrían venir también los condes y lord y lady Worken. He enviado ya una misiva al

almirante.Eugeney Jonasaúnpermanecenviajando,ymegustaría invitarleapasarunosdíasconnosotros,adoraalosniñosycreoqueleagradarápasartiempoconellos.

Cliffasintió.—Porsupuesto,tía.Esunasugerenciamaravillosa.Enviaréavisoalcondedeinmediato.—Miró

aAmelia—.Pequeña—Amelia lomiró justodespuésdedejar frenteaél la tazadecafé—,¿estatardeirásavisitarlaclínicaoelorfanato?

—Laclínica—respondiósinpensar.—PodríasinvitaralordWellisyasuesposa.—MiróaJulianna—.Aúnnohemostenidoocasión

deagradecer,debidamente, suatenciónparacon losgemelos,y seríaunabuenaoportunidadparahacerloconcasitodalafamiliareunida.

Ameliasonrióconunbrillodealegríaenlosojos.—¿Vaisa…?—Cliffasintiósinesperarqueellaterminase—.Ay,gracias,Cliff,gracias.TíaBlanchelosmiraba,aligualqueWilliam,sinentendernada.Ameliasegiróparamirarlosyexplicarles:—CliffvaafinanciarlaampliacióndelaclínicagratuitadelordWellisparaatenderalosniños

quevaganporlascallesdeLondres.—DenuevomiróaCliffsonriendodeorejaaoreja—.Gracias,Cliff.Ereselmejorcuñadodelmundo.

Selevantóylebesólamejilla,yAnnaseremoviódenuevoensusbrazos.Cliff,sonriente,miróaltodavíamásasombradoaWilliamydenuevodijo:—Aunariesgodereiterarme.Meadoran,inclusoseencelanentreellas.AmeliayJuliannaledieronsendoscodazosyélseriosatisfecho.Despuésdetomarelté,Amelialeinvitóaljardínconideadehablarconélconcalmamientras

tía Blanche se sentaba en el banco bajo un enorme roble vigilando a los gemelos y a su nuevamascota.

—Maxi,nodejesquelagataseacerquealasamapolasosepondrámalita—ledijoAmelia,yesteasintió.

—Hassidorealmenteafortunada,Carboncillo—dijoWilliammirandodelejosalosgemelos—.Tienesunafamiliamaravillosay,sinofueraporellujoquelesrodea,susimpecablesmodales,esesabor a buena cuna que parecen llevar impreso bajo la piel y ese aire de solemnidad con el queparecendirigirsusvidas,nadiepodríacreerquesondelamásaltayantiguaaristocraciadelpaís.

Ameliaserio.—Créeme,soyconscientedequeladiosafortunamesonrióeldíaenqueJuliannamepidióvivir

conellaysí—sonrió—,sísomosalgopeculiares.Nopuedonegarlo.Ynoteengañaré,lamayoríadelaspersonasqueahoranosrodeannosoncomoellos.Porelcontrario,soncomolosveíamoscuando éramos dos pequeños huérfanos a los que ni siquiera se dignaban mirar. Pocos nobles yaristócratassecomportandeunmodosimilaralconde,alduqueysusfamilias.Peroloshay,solohasde estar atentopara encontrarlos.De cualquiermodo, soy conscientedeque incluso estosnoseríantangenerososensusafectoscomolossonlosqueahorasonmifamilia.Piensaque,tantomitíacomoJulianna,comoyomisma,procedemosdeunacastasocialmuydistintaalasuya,bienesciertoquehemos tenido la suertey laventajadebruñirnosgracias a la fortunade la tíaBlanche.Peroaunasí,procedemosdeclasesdistintas,yellosnosolonoshanaceptadoyacogido,sinoquenos defienden del mismomodo que se defenderían a sí mismos, incluso conmayor ferocidad sicabe,decualquierataqueomenosprecioprocedentedesuspares.

Seguíancaminandoconlentitud.—Amelia,esaesunadelasrazonesporlasquemehabíaplanteado…Amelialoparóylehizomirarla:—Espera,déjamehablaramíprimero.Dood...William.—Sonrióynegóconlacabeza—.Eres

miprimerycreoqueelmejoramigoquehetenidoyquesiempretendré,yporeso,paseloquepase,desde ahora, nomegustaría quevolvamos a estar separados.Desearíaque formasesparte demividaydelademifamilia,alaqueleagradasmuchísimo.—Lomiróysuspiró—.Pero…

Estavezfueélelquelainterrumpió:—Perocomoamigos.—Ellaabriólosojosyasintió.Élsuspiróymiróporencimadelhombrode

Ameliaalosgemelos,asutíaydespuésdenuevoaella—.Confiesoquecuandoteviaquellatardeen la mansión del conde pensé que podrías ser lo que necesitaba. Por el cariño que nosprofesábamos, quizás fuese más fácil acabar queriéndonos de otro modo.—Respiró hondo y laacompañó hasta uno de los bancos de piedra del jardín—. Quería y aún quiero y necesito unafamilia,unaverdaderafamilia.Peronecesitounaesposaparaello,unaquemeacepte tantopor loque soy ahora como por lo que he sido antes, de hecho prefiero que valore por encima de mipresente,mipasado.Peroeso,entrelasdamasentrelasquepormiposicióndebo,estoyobligado,aelegiresprácticamenteimposible.Además…

Amelialodetuvodenuevo:—Ademásquieresunaesposa,nounameradamaquelucirdeunbrazo.Quieresunacompañera

devidayunafamiliacomolaquenosimaginábamoscuandoéramoshuérfanos,nocomolaquesesuponequehasdetenercomomarqués,comocabezadeunafamiliaconblasón.—Élasintió–.Unafamilia como la de Cliff y Julianna. —De nuevo asintió. —Amelia se rio—. Creo que ambosqueremos lomismoy que ambos somos la solución del otro, pero no como futuros esposos sinocomolosbuenos,no,comolosmejoresamigosquesiemprehemossido.—Cogióunamanzanadelacestaquehabíaenlaesquinadelbancoyselapasóyélsacóunanavajadesubolsillo,lapartióendosyleofrecióunamitadaella—.Veoquehaycosasquenuncacambiarán.—Señalólanavajayél sonrió, encogiéndose de hombros—. William, yo seré tu amiga ahora y siempre, y puedoasegurarte que todas las personas que estarán en la cena esta noche serán tus amigos si les dejasserlo.Amigossinceros,lealesyfieles,deesosquellegasaconsideraruna…familia.

Éllamiróypreguntó:—¿Así?¿Sinmás?¿Meaceptaránsoloporseramigotuyo?Amelianegóconlacabeza.—Nosoloporseramigomío,sinoporserquieneres.Noimportaloquedigatufamilianiloque

te dijese el anterior marqués. Eres una buena persona, inteligente, justo, leal y alguien digno deadmiracióny respeto,y entre todos encontraremosaunamujerque seadignade ti, no solodignamarquesa, sinounaverdaderadamamerecedoradeWilliam.No séquépreferencias tendrás, perocreoquehasdebuscarteunadamaqueseajustenoaloquelosdemásesperandetiodetuposiciónsinoaloquetúdeseasyquieres,ypuestoquenonecesitastítulonifortuna,nohasdedejartellevarmásquepor tusdeseosypor tucorazón.Si tesirvedealgo,creoquepuedesguiarteporunbuenejemplo.Cliffpodríahaberelegidoentre lasdamasmásdeseadasyeligióa Juliannasoloporqueeraloquequería,noleimportabaquelafortunadelafamiliaproviniesedelcomercio,dehechonole importabasino teníafortuna.Élsolobuscóa laesposaperfectaparaélynadieosaríaahoraadesairaralavizcondesadePlamisthow,nisiquieraaunqueenprivadolesdisgustequesea“hijadeplebeyo”ysufortunasealoqueellosllaman“dineronuevo”.

Williamlamiróyasintió,comprendiendo.Ameliasuspiró:—¿Crees que podrías dejarme ayudar en ese sentido y considerarnos a todos nosotros una

especiedefamiliaelectiva?Williamsonriódivertido.—Nadamecomplaceríamásymesentiríahonradoyagradecidoporello.Ameliasonrióymordiólamanzanaehizoungestodedisgusto.—Aúnestánalgoamargas.Ladejóenelbancoperoéllacogióyempezóacomérsela.—Así están mejor, salvajes.—Los dos se rieron. Después de unos minutos él le preguntó—:

¿DesdecuándoestásenamoradadelordRochester?—Ellaalzólavistaconlosojosmuyabiertosy se sonrojó—. Te conozco demasiado bien, Carboncillo. Lomiras como cuando encontrabas unlibronuevoparaleerouncarboncillosinusar.

Ameliasesonrojóaúnmás,bajólavistaasusmanosyconlavoztomadacontestó:

—Desdesiempre.Desdequelovilaprimeravez.Erainevitable,supongo.Éltomósumano.—Unhombreafortunadoesecapitán.Ellalomiróysuspiró.—Nocreoqueélestédeacuerdocontigo.Éllamiróconelceñofruncidoylainstóalevantarseparacaminardevueltaalacasa.—William.—Amelialomiródesoslayo—,¿tepareceríaexcesivoydemasiadoengorrosofingir

delantedeMaxquetienesuninterésrománticoenmí?Separóylamiró.—¿Quieresdecircomounpretendientequebuscatusatencionesmásalládelameraamistad?—

Ameliasesonrojóyasintió,mordiéndoseellabio–.DarlecelosalordRochester—dijoconuntonopensativo.Despuéssonrióylamiró–.Creo,querida—dijoconesetonotanpropiodelaaristocraciayquetanbienhabíaaprendidoamimetizar—,quenoseríaengorrosoniexcesivoenmodoalguno,es más, presumo que resultará sumamente agradable, y fingirme locamente enamorado de unabellezacomotúserátanfácilyplacenterocomodivertido.—Seriosuavemente.

Ameliasonrió.—Perohasdeprometermeunacosa.—Loquedesees,querida.Ellaledioungolpesuaveenelhombro.—Hablo en serio, Doody. Tienes que prometerme que no por ayudarme dejarás de lado tus

deseosnituconveniencia.Somosdoslosquebuscamoslafelicidadyningunoesmásimportantequeelotro.—Dijomirándoloseriamente.

Éltomógalantementesumano,labesoyañadió:—Comodesee,querida.Ameliaserio.—¿Esoloaprendistedetodosesostutoresqueteimpusotuabuelouobservandoalospetimetres

deloselegantesclubsdedandysqueahorafrecuentas?Élserio.—Seconfiesaelpecadoperonoelpecador,querida.Losdosserieron.Antesdeentrarydespedirse,seacercóalosgemelosparadespedirsedeellos

yjustoenesemomentovioacercarseagrandeszancadasalordRochester.—Milord,Amelia.Maxseinclinóelegantementealllegarasualturaconunsemblanteserio.—¡TíoMax!—SeleabalanzaronlosgemelosyélsubióaMelylacogióenbrazos.—¿Qué tienes en lasmanos, nenita?—preguntómirando el bulto que llevaba sujeto entre sus

pequeñasmanitas.—Nuestragatita.—Selamostró–.SellamaDoody.AmeliayWilliamlamiraronconlosojoscomoplatos.—¿Cómo?—preguntóAmelia.Maxicontestó:—TúllamasasíalordCalverton,ycomonoslaharegaladoél,nospareciódivertido.—Yesunnombrebonito.—AñadióMelorgullosa.Amelia ibaaprotestar,peroWilliamse leadelantó,alargó lamanopararascar lasorejitasdel

animal,queenseguidaronroneóysonrió:—Esunnombremuyapropiadoybonito,sinduda.—Guiñóunojoa lapequeña,quesonrióde

oreja a oreja—. Sime disculpan, se ha hecho tarde yme temo que he demarcharme ya.Milord.Pequeños.—Hizoungestodecabeza.

Amelialoagarródelbrazo.—Teacompaño,Dood...—carraspeó—.William.Seencaminaronhastaelumbraldeaccesoalacasaconsuinvitadonotandolamiradaincisivade

Maxasuespalda.Alcruzarlaentradaalacasa,Williamlesusurró:—Después de todo, creo que no nos resultará una ardua tarea despertar los recelos de lord

Rochester.—Setocólanucaysonriendoledijo—:Sientounairegélidoenmicuello.Ameliaserioporlobajoylesusurró:—Noseastonto.Élvolvióasonreír.—Nohacefaltaquemeacompañesalapuerta,veareunirtecontuhermanaytutía.Nosvemos

estanoche.Despídemedeellas,teloruego.Ameliaasintióylesusurró:—Unconsejopara estanoche.—William lamiró intrigado—.Regálale ami tíaunacajade la

bomboneríaFressiony teganarássucorazónparasiempre.Fingequeesmuydura,perosederritecon detalles como ese, y con ello matas dos pájaros de un solo disparo, también tendrás lainclinaciónfavorabledelalmirante,esungolosoredomado.

Sonrió,yWilliamserioantesdecontestartambiénensusurro:—Entendido.Soborno.Interesanteestrategia.Serieronlosdos,estavezcomodosniñospequeños.Al llegar a la sala estaban Julianna,Cliff y su tía observando aMax por la ventana con los

gemelos,yporlaexpresióndivertidaysatisfechadeCliff,enseguidalocomprendió.—HasenviadotúaMaxaljardín¿verdad?Cliffserio.—Y por el rictus tenso y malhumorado de su cara puedo vanagloriarme del éxito de mi

estrategia.—Denuevosonriópetulante.Amelianegócon lacabeza—.Esmás,creoquedeberíasretirarte a descansar un rato antes de que regrese. —Amelia abrió los ojos—. Menos es más,pequeña.VamosaconseguirqueMaxanheletandesesperadamentetenertecercaquereconozcadeunavezportodasquetenecesitaytequieretantoomásquetúaél.

—Noséporqué,peromiintuiciónreceladetusplanes.Detodosmodos,debomarcharmeyasinoquierollegartardealacena.—Seencaminóhaciasutía—.Voyalaclínica,tía.ThomasyPollymeacompañarán,notemas,almorzaréallísinoteimporta.

Juliannaseacercóaella.—Yotambiénmemarcho,peroalacocina,quieroprepararunpardepostresparalacenayalgo

especialparaelalmirante.Últimamente lohemalcriadodemasiadoysehaacostumbradoaganarcondemasiadaasiduidad.

AntesdesalirescucharonatíaBlanche.—Mel,noolvidesinvitarestanochealordWellisyasuesposa.Ameliaasintióysemarchóporfinasushabitaciones.Unosminutosdespuésdemarcharse,Maxentróenlasala.—Max, querido. ¿Te quedas a almorzar con nosotros?—le preguntó tía Blanche sin apenas

apartaravistadesubastidor.Max lomeditóporunsegundoy,alverquenoestabaAmeliaen lasala,pensóquealmenos

podríaverlaenelalmuerzo.—Seráunplacer,gracias.Cliff sonrió como si le hubiese leído el pensamiento y para sus adentros soltó una carcajada

pensandoenlacaraquepondríaantelaausenciaenlamesadeAmelia.CliffseacercóaMaxylediounapalmaditaenlaespalda.—Ven, amigo, hagamos tiempo antes del almuerzo. Te enseñaré las rutas de navegación que

quiero realizardentrodeunosmeses,yme interesaríaconocer tuopinión,nosestamosplanteandovisitar China y conocer mejor su comercio, y como el viaje es demasiado largo me interesaríaconocerlasrutasqueyahassurcado.

Amboshicieronlainclinacióndecortesíaalatíayseretiraron.CuandotraselalmuerzoMaxsemarchódelamansiónlohizoconunmuymalsabordeboca

pormuchosmotivos.Ameliapasaríaelrestodeldíaenlaclínicaenlaqueayudaba,porloquenotuvoocasióndehablarconella; losgemelosnopararondealabarel ratoquehabíanpasadoesamañanaconlordCalverton;paracolmoéliríaacenarcontodosesanocheydespuésalaópera;ylopeorde todoera tener fresca en su retina su imagenpaseando sonrientey relajadoconAmeliacogidadesubrazoporlosjardinesqueélsabíaeranelsantuariodeAmeliaysusitiopreferidodelacasa.

Al salir decidió que también él iría esa noche a la ópera para observarlo y vigilarlo. Si a losdemáslesparecíalaclasedehombreenlaquesepodíaconfiarsinmás,éltodavíacreíaquedebíaganarseesaconfianza.

—Maldición.Nopuedoasistirsoloalpalcodelducado—masculló—.TendréquehacerqueelcondedeLayndrésmeinviteasupalcoytendréquesoportarlosflirteosdesuhija,ladyMariella,todalanocheylasrisitastontasdesusdosamigas.

DioungolpeconlapuntadesubastónaunpequeñosetodelcaminoasuresidenciadesolteroenMayfair.UnacosaerahacerquellegaseaoídosdeAmeliasuposibleinterésenLadyMariellaytenerunaexcusaparamantenersealejadodeella,yotratenerquefingireseinterésdelantedeella.No podría soportar verla enfadada con él, y menos aún pensar que eso podría dañarla. Temíaencontrarse con una sombra de pena o dolor en sus ojos,más aún si él fuere la causa.Denuevomaldijo.

Capítulo5

Lacenafue,comoprontoWilliamcomprendió,comotodaslasdelasdamasMcbeth,conrisas,

amabilidady la sensacióndehogaralrededorde lacasay todos los invitados.Además,aprendiómás del comportamiento de los caballeros que de verdad se rigen por el honor, el amor por lafamilia y las tradiciones y sobre todo la justicia en esa cena que en todos los anteriores añosrodeado de petimetres que solo exhibían sus títulos y su cuna como único signo de reverencia yrespetodebidosporelrestodelmundo,comosihabernacidoconunacucharadeplataenlabocalesdiesederechodecorsosobretodoytodos.Peroelconde,sushijos,elalmiranteylordWelliseraneltipodearistócratasqueasumíansucargonocomounasimplefuentedeprivilegiosyestatussinomáscomounaresponsabilidadyundeberhaciatodoslosqueconsiderabanasucargo,desdefamiliareshastaarrendatarios,criadoso simplementepersonasqueentrasendentrodesuesferadeprotección. Si había de asumir su nuevo papel de aristócrata, de marqués, así debía hacerlo, ytomaríacomoejemploaesoshombresquevalorabanmáslasaccionespropiasylasdelosdemásqueeltítuloqueprecediesesunombre,auncuandoeranacérrimosdefensoresdelastradicionesylacultura propias de su clase. Por primera vez entendía el verdadero significado de la expresión“noblezaobliga”,enelsentidoenqueeseejemplargrupoallípresenteloentendía,esdecir,comoun deber hacia los que se hallaban bajo su protección, o de los términos “poder” “influencia” y“estatus”, no como los objetivos a lograr para aquellos que no los tenían ni como algo quesimplementesetiene,seostentayseejerceasuantojoporloquesílosposeían,sinocomomedios,vehículos para conseguir no solo el bienestar propio sino algomás importante: el bien común, almenoselbienestary laseguridadde todosaquellosbajosu influencia,bajosupoderybajo,antetodo,suresponsabilidad.

Todos,aexcepcióndelcondey lacondesa,yestospor laposiciónqueocupabanenelgrupocomocabezasdelafamiliadecasitodoslosallíreunidos,insistíanenquesedirigiesenaellosporsus nombres de pila. Se sorprendió con el juego de los dulces entre el almirante y Julianna, lepareció un gesto de cariño mutuo, de complicidad y de confianza en extremos tierno y familiar.Tambiénlemaravillóeltratogenerosoyrespetuosoconelquetodos,nosololashabitantesdelacasa,ledirigíanaloscriados,cuandoentodaslascasa,fiestasybailesalosquehabíaasistidosus,ahora,pares,lostratabanobienconindiferenciaobiencomosifuesenmueblesdelacasa,oinclusomás comúnmente condesprecio o desdén.En cambio, todos, incluso los condes, los trataban conrespetoeinclusoconamabilidad.Unodeloslacayos,unjovenque,evidentemente,aúneraaprendizdesunuevooficio,seequivocóendosocasionesenlaformadeservir,ytodosactuaroncomosinolo hubiesen notado y ni siquiera esperaron que el pobre muchacho, que estaba algo aturdido yavergonzado,sedisculpase.Todosfingieronnohabernotadofaltaalguna,yactuaronconabsolutanormalidadevitandounmomentoembarazosoaljoven.

Se sorprendió igualmente cuando le preguntaron por su vida, por toda ella, y no solo novislumbróenningunodeellosindiciosdemenosprecioodevergüenzaporsusañoscomohuérfano,sinoquepor el contrario, sintió respeto, incluso admiraciónpor sus logros, por sus intereses en laindustria floreciente del país, y lo que casi le dejó petrificado en su sitio, todos, sin excepciónalguna,reprobaronycensuraronsinatisboalgunodedudalaconductayelmododeprocederdesuabuelo, de su familia y de las actitudes de todos ellos, no solo hacia él sino hacia su madrefallecida.

Enmuchas ocasiones intercambiómiradas con Amelia en las que en silencio le decía “tenías

razón”o“graciasporcompartiraestaspersonasconmigo”.Y la experiencia de la ópera fue todavíamejor.Todos ellos fueronpresentándoles a todas las

personasconlasqueseencontraban.¡Portodoslossantos!SiinclusoelcondelepresentóalduquedeWellington y, con toda la intención delmundo, el conde, conmaestría, sacó a colación en laconversación el tema de sus fábricas, consiguiendo interesarlo sobremanera. Las damas lepresentabanatodaslasgrandescabezasdelaaristocracia,señalándoledebidamenteycondisimuloquiénleinteresabaparatalocualcosa,quédamaseraninteresantesparacortejarycuálesno.Solohubounhechoque le resultóun tanto incómodo,ymásporelpesarquesuposentiríaAmeliaqueporélmismo.Fueenunode losentreactoscuandoconJulianna,AmeliayCliff saliódelpalcoatomar champán y se encontraron a lord Rochester con una dama muy bella, aunque altanera yengreída,colgada,casiliteralmente,desubrazo.

Hicieron lascortesíasoportunasmientras ladama,queenesemomentopresentaroncomoladyMariella, se comía con los ojos los elegantes vestidos de Julianna yAmelia. Cliff, con ese airedespreocupadoconelqueWilliamempezabaafamiliarizarse, fueelquepareció tomar las riendasdelasituación:

—Buenasnoches,Max,milady.—Buenas noches —contestó Max con aire formal y algo incómodo—. Lady Mariella,

permítamepresentarleamisbuenosamigoslordyladyDeWorken,VvizcondesdePlamisthow;yalaseñoritaMcbethyasuacompañante,lordCalverton,marquésdeDrundy.EllaesladyMariella,hijadelcondedeLayndrés.

Ella centró su atención enWilliam con evidente interés una vez escuchó su título.Notó cómoAmeliaseponíalevementemásrígidayWilliam,comoalgoinnato,posósumanosobrelaqueellateníaapoyadaensumanga,yellapareciónotarlo,porquedesoslayoviosusonrisa.

ComosiintentasealargarlasituaciónylanzandomiradascadavezmásintensasaAmelia,Maxempezóapreguntarportodoslosqueestabanenelpalco,hastaqueCliffcontodalaseguridadylasoltura que le daban los años de experiencia en el mundillo social, señaló la conveniencia deregresar al palco antes de que retomase la función, con lo que dejó sin opciones aMax, que noparaba de lanzarlemiradas a Amelia pero ella, siguiendo los consejos que previamente le habíadadoelpropioCliff,fingíasuatencióncentradaensuacompañante,yesosacódesuscasillasalyaevidentementemalhumoradoMax.

Duranteelrestodelarepresentación,CliffyEthandisfrutaroncomoniñosconunjuguetenuevoobservando cómo Max vigilaba cada movimiento de William y cómo devoraba con los ojos aAmelia.Pormuchoquelonegase,laformaenquelamiraba,enqueestabaatentoacadaunadesussonrisas,desusgestos,desuspalabras, inclusodesdeladistancia,eranlasdeunhombrenosoloenamoradosinodeunoprendadohastalamédula,posesivoyreclamantedeloqueestimabasuyo.

Cuandosedespidieron,Ethan,sonriendo,lecomentóasuhermano:—Creo que los próximos días van a ser muy interesantes. Nos divertiremos viendo a Max

intentando fingir interés por lady Mariella e indiferencia por Amelia. Si con toda la plateadistanciándolos,casilaestabadevorando,cuandolatengaenunsalón,rodeadadepretendientesyconWilliamcomolapresenciaconstanteasulado,vaaacabarsubiéndosealtecho.—Losdosserieronacarcajadasduranteunbuenrato.

Dosdíasmás tarde,Maxsedirigíacaminode laEscueladeCaballeríamontandoa sunuevocastrado.SabíaqueCliffllevabaalosgemelosyalasdosdamasdelacasaporsusinstalacionesaprimerahoradelamañana.Desdelanochedelaóperaestabainquieto,molestoy,sobretodo,demuymal humor.No era que estuviera enamorado deAmelia y lemolestase verla con otro, o almenos eso era lo que se decía a sí mismo, sino que le molestaba el hecho de verse forzado amantenerladistanciaylehervíalasangrecadavezquepensabaenAmeliayenelbesoqueledioen la cocina.Por algúnmotivonopodíaquitárselode la cabezaypensaríaque solo sedebía alremordimientoporuncomportamientodeltodoinapropiadodenoserporquecadavezqueleveníaa lamente, sentía un cosquilleo bajo la piel, sentía de nuevo ese suave, cálido y sensual cuerpo

entre sus brazos y ese aroma amujer que reconocería en cualquier parte.Aquella situación se leestaba empezando a ir de lasmanosy soloquería volver a recuperar el control, solonecesitabahablarconAmeliaydejarlascosasclaraseintentarquenolemirasecomolohizoeldíadelacasaenelbosque.Comosifuerauncanallayalguiendistintoacomoellalerecordaba.Nolosoportaba.

Despuésdecasiveinteminutosesperando, tuvosurecompensa.Vioacercarsealosgemelosensusdosbonitoscaballitosriéndose,seguidosdecercaporCliffyporJulianna,ydetrás…

—¡Demonios!—susurró.Amelia acompañadapor esehombredenuevo.Cuando llegarona sualtura Julianna lededicó

unadeesasdeslumbrantessonrisasqueerancapacesdedejarobnubiladoacualquiermortal.—Buenosdías,Max,¡quésorpresatanagradable!Conunainclinacióndecabeza,lossaludóatodos:—Buenosdías.Hepensadounirmeavuestropaseoyayudaramisahijadosamejorarsusdotes

consusmonturas.—SeobligóanomiraraAmeliaysuacompañanteycentrarsuatenciónen lospequeños—.¿Habéissaltadoyaobstáculos?

LosdoslemiraronentusiasmadosyfueCliffelqueintervino:—Prefieroquemeayudesaquemejorenensucabalgadaantesdeponerlosasaltar.Creoque

aúnnoseafianzanlosuficienteenlasillaparaello.SinpoderevitarlolosojosselefuerondirectosaAmelia,quesereíadealgúncomentarioquele

acababa de hacer su acompañante. Fue unos segundos después cuando ella se percató de supresencia,locualtodavíalemolestómás.Noestabaacostumbradoaquelasmujeresnopercibiesensupresenciade inmediato,ymenosAmelia,quesiempreparecíadispuestaa sonreírle,adedicarleunarisaoalgúngestoparahacerlereírosimplementeparasonsacarleunasonrisa.

—Buenosdías,Max.Aunqueeltonodesuvozerasuaveyagradable,noloeralaformademirarlequedesprendía

másindiferenciaquealegríaporverleloquelepusodeinmediatodemalhumor.—Buenosdías,Amelia,lordCalverton—saludóMaxconcortesíaconteniendosuenfado.—Milord.—Williaminclinólacabeza.Cliffesperóunsegundoparaque lacabezadeMaxasimilasebien la situacióny la imagende

AmeliajuntoaWilliam.Realmentenecesitabarecibirunfuertegolpe,perocomonoqueríamaltratarenexcesoasuamigo,simplementedejóquesufrieseunpequeñomartirio.

—Amelia —la llamó Cliff mirándola con una enorme sonrisa—, como sé que te apetecíacabalgarunratoyyaqueMaxestáaquíparaayudarmeconlosniños,¿porquénovais túylordCalverton a los terrenos del norte? Seguro que tu yegua lo agradecerá.—Se giró a Julianna—.Cariño, ¿les acompañas y dejas también a Hispalis correr un rato? Estoy convencido de que osvendrábiena lasdos.—Le lanzóunadeesasmiradasmitadprovocaciónmitad inocenciaque tanbiendominaba.

Maxsintió,porprimeravezdesdequeloconocía,deseosdematarasuamigo.—Mepareceunaexcelenteidea—contestóJuliannaconunasonrisasimilar.MentalmenteMaxmeditó laconvenienciadedejarhuérfanosdepadreymadrea trescriaturas

inocentes.—Seríaunhonor—dijosonriendoWilliam—.Ameliamehahabladotantodesuspaseosporlos

terrenosdelaescuelaqueardoendeseosdeconocerafondolasinstalaciones.“Yyoencambioardoendeseosdemataraalguien”,pensabaMax,“yempiezoapensarqueme

resultaindiferentequiénresulteserlavíctimafinal”.Doshorasmástarde,yaunreconociendoquelosgemeloseranunadistracciónentretenidayen

momentoshilarante,Maxdeseabacon todas sus fuerzasponerse a cabalgar comoun locopor laescuelaenbuscadelostresjinetesdesaparecidos.Finalmentenohizofalta,puesentraronenlazonadeentrenamientosriéndoseseguidosporlosdosmozosdeAmeliaydeJulianna.Cuandollegaronal lado de los gemelos, aún estaban dentro de la zona vallada, Amelia y Julianna se quedaronhablandoconellosmientrasquelordCalvertonselesacercódecidido.

—¿Handisfrutado del paseo?—preguntóCliff sin dejar demirar a sus hijos y a Julianna, queteníalasmejillassonrosadas,sindudaporelejercicio,loquedeinmediatohizoquesecurvasensuslabiosconternurayalgomásíntimo.

—Asíes.Mehasorprendido lobuenaamazonaqueesAmelia.Creo—miróaMax—que,engranmedida,sedebeasusenseñanzas.Lasdamasmehancomentadoquefueustedquienlaenseñóamontar.

AunsintiendounapunzadadesatisfacciónporsabersealosojosdeAmeliacomoelprecursordeunadelasactividadesquesabíaellapreferíasobrecualquierotra,tambiénsesintióalgoincómodoaldarsecuentadequiéneraelquelerecordabaesehecho.Lomássorprendentedetodoesquelemolestaba no ser el centro de atención de ella, no saberse la persona a la que dirigía en esemomentosusatenciones,susrisas,susbromas,sussonrisas,yempezabaacreerquerealmentelasnecesitabadeverascomoalgocasiesencial,pueslasechabaterriblementedemenos.

—Creoquedeberíamosregresar—Clifflosugiriómirandoasufamilia—.LosniñostienenqueasistirasusclasesyAmeliaqueríaacudiravisitarelorfanato.—Miróa lordCalverton—.SiaúnsigueenpiesuofertadevisitarlaclínicayconocerdeprimeramanolalabordelordWellis,podríaacompañarme hoy. Iré a hablar con las personas encargadas de la reforma que planeamos y asípodríamosambosaprovechareltiempo.

Maxlomiróextrañado.—Nosabíaquetehabíasinvolucradoenelproyecto.Clifflemirócontestándole:—Enrealidad,Juliannacolaboradesdehaceunosmeses,perocomoviajamoslamayorpartedel

añosuparticipaciónsereduceprácticamenteadonacionesyalaprestacióndeayudaeconómica.Sinembargo, trasmeditarlodecidimosque eraunaoportunidadpara agradecer adecuadamente a lordWellis la deferencia que mostró en la atención y el cuidado de los gemelos, el ayudarle en suproyecto.Además,Ameliatardeotempranolohabríaconseguido,demodoque…—Seencogiódehombrosdespreocupadamente.

—Meencantaríaacompañarle—intervinoWilliam—.Dehecho,creoquepodríapedirelconsejodelordWellisenunosasuntosrelacionadosconmisfábricasylamejoratencióndelostrabajadoresysusfamilias.

—En ese caso, podemos encontrarnos enWhite’s tras el almuerzo—propuso Cliff, a lo queWilliamasintió.

Maxmeditó esa información y pensó que contaba con una oportunidad para estar a solas conAmelia. Se quedaría a almorzar en Brindfet House y después se ofrecería a acompañarla alorfanato.Dehecho,eraimperdonablequeaúnnoconociesedeprimeramanosulaborenélmásquede oídas. Por algún extraño motivo no podía acabar de odiar a lord Calverton. En otrascircunstancias, probablemente se habría sentido inclinado a fomentar su amistad. Era del tipo dehombre que les gustaba aCliff y a él, de esos con los que se sentiría cómodo de no ser por laforma en que había irrumpido en la vida de Mel justo cuando él se sentía tan desplazado, tandesequilibradoeneseaspecto.

RegresaronaBrindfetHouseynadamásdespedirsedeWilliamydejar lasmonturasenmanosdelosmozos,lasdosdamasylosgemelosentraronenlamansión,dirigiéndosedeinmediatoalasala de mañana, donde se encontraba tía Blanche con el almirante. Tras los saludos y losintercambios de las cortesías de rigor, las damas se disculparon para cambiarse de vestuario,llevándoseconsigoalosgemelos.

Mediahoradespués se reunieronconellos,yaunqueobservabadehitoenhitoaAmelia, estaparecíacentradaenlosgemelosyensusjuegosconlagatitadeambos.Poralgúnextrañomotivo,leirritabanopoderencontrarmodoalgunodeapartarladeallí,llevarlaadarunpaseoporeljardínoencontraralgúntemaparaacapararsuatención.Pasadosunosminutos,Ameliaselevantó,dándoleunbesoalalmiranteyasutíaenlamejilla,sedisculpóysemarchóal jardín.Niunasolavezlomiró,niunasolavezsedetuvoadecirleohacergestoalguno.

“Seacabó”,pensóMax.Selevantóysedisculpóy,sindarmayoresexplicaciones,sedirigióaljardín.Trasotearlainmensaparcelavislumbróelamarillodelateladesuvestidotraslosárbolesfrutales.Seacercódecididoycasichocaconellaalgirartraslosrosales.

—Amelia.—Lasujetódelcodocuandocasichocaconella—.Discúlpame.Lamantuvosujetaunosinstantes,peroantesdesoltarlaasiólacestaquellevabaentrelasmanos

sinpedirpermisoparaello,perolapillótandesprevenidaquenoopusoresistencia.—Max.—Jadeódelasorpresadetenerlotancerca,ydespuésintentórecuperarlacomposturay

disimularsusonrojoalisándoselasfaldas.Élsonrióparasusadentroscomplacidodeprovocareseefectoenellamientrassussentidosaún

serecreabaneneseligerocontacto.Mirólacestaylashierbasyfloresdepositadasdelicadamentedentrodeella.Alzólascejasinterrogativamente,perocomosiempre,Ameliasatisfizosucuriosidadsinnecesidaddeformularpreguntaalguna.

—Las llevo para el orfanato, para cuando algún niño se resfría o le duele la tripa o se hacealgúncorte.LaseñoraCornish,lagobernanta,lespreparainfusionesycaldosconellas.

Maxsonrióysefijóenlasdosgrandescajasquejustoenesemomentollevabandoslacayosenloshombros.Ellasiguiósumirada.

—Limones, naranjas y brevas de los árboles.—Señaló los grandes frutales del fondo—.Losrecogemosyse los llevamosdevezencuando.Julianna tambiénhapreparadodosgrandes tartasde crema ymerengue porque cumplen años esta semana, o bueno, eso creemos, algunos de losniñosmáspequeñosdelorfanato.

Notabacómosesonrojabaycómonopodíaparardeparlotearteniéndolotancerca,sonriéndoley con esospreciososojos grises azulados centrados en su rostro.Era imposible que su cuerponoreaccionaseaélauncuandointentaseestarfuriosaconél,auncuandointentasecentrarsuatenciónencualquiercosaquenofueseél.Nopodíaevitarlo.

Maxseriosuavementeynotabaunansiacasiinauditadeestirarligeramenteelbrazoyacariciaresatersa,suaveycándidamejillayrozaresoscarnososeinocenteslabiosque,élyasabía,sabríanalamejorymásperfectaambrosía.

—Megustaría quemepermitieses acompañarte esta tarde al orfanato.Es imperdonablepormipartenoconocerloaún.Dehecho,resultadeltodoincomprensiblequenomehayasreprendidoporello.

Ameliaabriómucholosojos,cautivadatantoporlacadenciadesuvozcomoporelmovimientodesuslabios.

—¿Quieres…?—carraspeóalnotaralgoroncasuvoz—.¿Quieresconocerelorfanato?Maxasintiósonriendoyvanagloriándoseinternamenteporhaberlasorprendido,yantesdedarle

la oportunidad de centrar sus pensamientos y poder encontrar alguna excusa para librarse de él,señaló:

—ConsideraríaunfavorpersonalelquemeloenseñesymedetalleslalaborquerealizáistúylordWellisparaconocerladeprimeramano.Entrelosdeberesqueacabodeasumircomoherederodel ducado, se encuentra la gestión de los fondos destinados a actividades de beneficencia o acausasdeayudaa losnecesitados.Preferiríadestinaresos fondosaactividades realmenteútilesyquesirvanaunbuenfinquenoaactividadesvanasycarentesdeunpropósitorealmásalláqueeldereuniramatronascongustoporhacersenotarcomoalmasgenerosasyfilantrópicas,locualdistamuchodesercierto.—Sonrióindolenteypresumido.

EramuyinteligenteyruinapelarasusentidoderesponsabilidadyaesedeberqueAmeliasentíahaciaelorfanatoysusmoradorescomomedioparaprivarledecualquierexcusapara liberarsedeesecompromisoenelquelahabíacolocadotanhábilmente.Nopodíaanteponersuenfadohacíaélalmejorinterésdelorfanatoyéllosabía.“Diantres”,sereprendiópornopodernegarse.Negóconlacabeza:

—Malditoseas,Max—murmurómalhumorada—.Estonocambiaránada.—Suspiróyseobligóamirarle—.Estábien,peroprométemequenoharáscomentariosdesaprobatorioshacialaspersonas

queveasoconozcas.VamosalosbarriospobresdeLondres.NoescomoSaintJoseph.Nilosniñosnilasfamiliasalasqueayudamossoncomolosdelcampo.Setratadegentequerealmenteviveenlaindigencia,enlapobrezayenlamayoríadeloscasossinesperanzadeunmejorfuturo.

Lomirófijamente,sosteniéndolelamiradaunossegundos.—Amelia,creoquehevistomáscrueldadesymuestrasdelapeorcaradelserhumanoquetú—

contestóconlamismaseguridad—.Perosiestucondiciónparapoderacompañarte,teloprometo.Se sostuvieron de nuevo la mirada hasta que finalmente Amelia asintió, abrió la palma de la

manoparaqueledevolvieselacesta,peroélsimplementegiróparahacerlapasardelantedeélsinsoltar la cesta.Amelia suspiróy comenzóa caminar sintiendoel cosquilleoy lasmariposas en elestómagoporsuproximidad.

Antes del almuerzo Amelia estuvo atareada con Julianna en la cocina y en la despensapreparando las cosas que llevarían al orfanato, peroMax se sentíamás relajado,más tranquilo,¡quédemonios!,másfelizconlasolaideadevolverasentirciertaproximidad,ynosolofísica,conAmelia.

El almuerzo fue servido en la terraza, pues aún podían aprovecharse algunos días soleadoscomoeseparadisfrutarunpocodelairefresco,yfuetanagradableyfamiliarcomodecostumbre.Losniñosparecíandisfrutarmuchísimocompartiendomesaymantelconsuspadres,yaquedesdehacíameseslosgemelosteníanpermisoparacompartirlosalmuerzos,sololosalmuerzos,conlosadultos, y eso relajaba considerablemente el ambiente, porque parecían encontrar divertidas lasconversaciones serias de los adultos aun cuando a veces no las entendiesen. El almirante, por suparte,seguíaejerciendodepadrevoluntariodeesafamiliaylatíaBlanchedediquedecontenciónde las locurasy extravaganciasde todos ellos.Comoúnicapersona sensatadelgrupoparecía lavozdelaconcienciaydelsentidocomúndelosdemás.Cliffsehabíaafianzadodeunamaneratannaturalyfirmeensupapeldeesposoypadrequecasicostabacreerleel libertinopendenciero,elcalaveraimpenitentedeépocaspasadas,aunquemanteníasufinoeinteligentesentidodelhumor,esadiversión innata en él y esa capacidad demoverse como pez en el agua demanera seductora yencantadoraencualquierlugaryambientesinimportarlaspersonasquesehallasenasualrededor.Juliannadestilabafelicidadporcadaporodesupiel,yerainnegablelobienquelehabíansentadoelmatrimonio y lamaternidad. Estabamás bella, radiante y sensual que nunca. Seguía siendo lapersonificacióndeladulzura,delhogar,delamorporlossuyossinnisiquieraproponérselo.Yluegoestaba Amelia, tan inteligente, tan firme en sus principios y valores. Tan fiel a sí misma y a laspersonasalasquequería.Conuncorazóngeneroso,compasivoysinceroensusafectoseideales,que resultaba deslumbrante sin necesidad del adorno del que la naturaleza le había dotado, esabellezademujerreciéndescubierta,esahermosurainocente,dulce,serenaytanajenaalasmodas.Maxlamirabaypensabaqueseguiríasiendobelladentrodemuchosaños,conesepelotanoscuroybrillante,conesapielsedosaycremosayesosojossinceros,inteligentesypenetrantes.EmpezabaaserconscientedeloqueCliffllevabaadvirtiéndolesemanas,peroaunasíhabíaalgodentrodeélqueseguíaresistiéndose.

Maxnopodíanegarqueloshabíaechadoenfaltaatodosellosyalosqueenesemomentonose hallaban allí cada uno de los días que llevaba en Londres desde su vuelta precipitada delcondado.AlejarsedeAmelialeobligabaaalejarsedetodoslosdemás,ynopodíadejardesentirsesolo sin todasy cadaunadeesaspersonasque sehabíanconvertidodeunmodouotro enparteimportante de su vida tal y como la concebía ahora.Después de todos los años pasados solo encompañía del almirante y deEugene en la enorme casa ancestral del duque deFrenton y de losaños navegando rodeado de marineros, los cuatro años anteriores regresando a casa y saberserodeado,encadaunodeesosperíodosdedescanso,detodasesaspersonasydesucariño,sehabíaconvertidoenalgonaturaldesuexistencia.Enesosañossentía,teníalacerteza,deserpartedeunaverdadera familia que lo esperaba, y desde entonces sabía que el matrimonio, que hasta esemomentoerasimplementepartedesusobligacionescomoherederodelducado,habíapasadoensumenteaserconsideradocomoalgoparalograrnounanuevafamiliacomoesa,sinocomounmedio

de ampliarla, de unir amás personas a ese grupo ya formado y establecido. Lo curioso era quellevabasemanassiendoconscienteenlomásprofundodesuserdequelaúnicapersonaconlaquese sentía capaz de lograrlo era conAmelia, lo cual pugnaba con el deber que justo antes de sudesembarco creía debía asumir, es decir, buscar una esposa entre las damas casaderas de buentalanteytratoagradableycruzarlosdedosparaqueesadamanoconvirtiesesumatrimonioenelinfiernoquefueparasupadreelsuyoconsunadaejemplarizanteduquesa,sumadre.

Cada vez que pensaba en Amelia a su lado como duquesa le hervía la sangre de purasatisfacciónporque, no solo sería su compañera en la vida, sino, además, su amante, y esohabíaempezadoa seralgoquebullíaen sumente, en sucorazónyencadamúsculode sucuerpocasicomounanecesidad.Ladeseabamásymáscadadía,y tenerla lejoshacíaquetodosucuerposepusieseenunaanhelantetensiónnadafácildesobrellevar,másaúncuandohabíadescartadolaideadebuscarunaamanteparadesahogarsesexualmenteporquetodosucuerpoparecíanegarseatocar,a desear tener debajo de él a otra mujer que no fuese Amelia. Empezaba a creer que era unaobsesión.Unaobsesióndelaquesolopodríalibrarsesilasabíadefinitivaeirrevocablementelejosdesualcanceporperteneceraotrohombre.Sinembargo,estaideanosololeponíamásentensión,másnerviosoydepeorhumor, sinoque leprovocabaunaextrañaopresiónenelpechodifícil desoportar.

UnavezenelcochecaminodelorfanatosefijódetenidamenteenAmeliayfruncióextrañadoelceño.Ellamirabaporlaventanillamanteniendoentrelasmanossupequeñobolsoyungruesolibrode cuentos populares con un intrincado y original diseño en la portada que sabía el almirante lehabíaregaladounasNavidadesyquesolíallevaralorfanato.

—Teveo…—dijoMaxrompiendoelsilencio—distinta.Amelia lomiró por unmomento desconcertada.Max iba a decir pecaminosa y atractivamente

desarreglada con ese sencillo peinado que lograba hacerla parecer aún más joven, pero másdeliciosamentedeseableconesebonitopelocasisueltoenlaespalda.“Céntrate,Max,céntrate”.

Ameliatardóunossegundosencomprender.—¿Terefieresamiropa?—Puesahoraquelomencionas.—Leechóunvistazogeneral—.Supongoquesí.Debesereso.Ameliahizounamueca.—Mevistoconropamáscómoda,másresistentey—porunmomentoleparecióimpropiodecir

algoasí,peroestabaconMaxysuponíaqueloentendería—menosdeslumbrantecuandovoyalaclínica o al orfanato.—Hizo unmomento una pausa y tocó el borde de la pelliza de lana azulmarinoque lecubría—.Nomeparecebien llevarunvestidoounosguantesocualquiercosaquepudieraofenderanadie.Semerecenunpocoderespeto,yhaceralardederiquezaestandorodeadosdepobrezanomeparecequesea lomáscorrecto.Llevarunvestidoquecuestamásde loque lamayoríaganaenunañonoestábien,nitampocohacerlessentirquelesestándandocaridadoquesientes compasión por ellos. A mí me molestaba que me mirasen con pena, con ese aire decompasión,malenfocado,delasseñorasdelpuebloquehacíansubuenaobraunavezalañoparasentirsemejorconsigomismas.Asíque,almenos,eso se lodeboa todosellos.Nicompasión,nicaridadymenosaúnexhibiciónalgunadesuperioridad.Lamayoríasonbuenaspersonasquesevenensituacionesdifícilesy,enmuchoscasos,injustas,sinmerecerlo.

MaxempezabaacomprenderelalcancedelcompromisodeAmeliaconsulabor.Comohabíadicho,noeracaridadnimeracompasión.Eradevolveraotrosloqueellahabíarecibido.Sesabíaafortunada,disfrutabadeesafortuna,peroladevolvíacomopodíaalosmásnecesitados,yelloibamás allá del dinero, de la comida o de pasar un rato con los menos afortunados. Amelia lesentregabaunapartedesímisma.

—Amelia—dijointentandoalcanzarrealmenteelsentidodetodoysopesarloensujustamedida—,notodosseránbuenaspersonas.

Ameliasonriócomprensiva.—No,supongoqueno,perosílamayoría,ydesdeluegolosniñosloson.Ellosnoestándonde

estánporsermejoresopeores,sinoporcosas,hechosycircunstanciasqueestánfueradesualcanceyvoluntad,ydiría,ajenosatodocontrolycomprensión.—Suspiró—.Nosoydeltodociegaaloque intentas hacerme ver. Verás, te informo para tu tranquilidad que no vamos a lo peor de lossuburbioslondinenses.Vamosalazonadondeseencuentranlosbarriospobresdelosobreros.Noala zona surdelEastEnddondeestán losprostíbulos, las casasde juegoyvicioo losgruposdeladrones y asesinos. —Sonrió—. Puedes respirar tranquilo, tampoco son esas las personas queatendemos.—Hizounamueca—.Bueno,nohabitualmente.Hedereconocerquehemosrecogidoenelorfanatoaunpardeniñosabandonadospormujeresdelacalleodelastabernasdelpuerto,peroeranbebésqueabandonaronasusuerteenalgunacalleyquedenoacogerloshabríanmuertosinremedio de frío o de hambre. —Suspiró, esta vez de pura resignación—. Cuando lleguemos temostraréelorfanato,elcomedorypodrásvalorarbienquenosetratadeesetipodegente,sinoqueensumayorpartesonbuenaspersonas,declasebaja,sí,perobuenaspersonas.Suelenserobrerosempobrecidos,enfermosoquepasanporunamalaracha.

Para su tranquilidad Amelia iba acompañada siempre por dos lacayos tan grandes como unarmario, uno de ellos cortesía a buen seguro deCliff, pues conocía a Polly, el artillero que lesacompañóalgunosañosatráscuandoaúnnoerancapitanesyerauntiporealmenteduroymuy,muyleal.AmbosrecorrieronlascallesdesdedondelesdejóelcocherocargadosdelosbultosycosasqueAmelia llevabaalorfanato.Realmenteeraunazonapobre, concallejones, envezdecalles,oscurosllenosdebarroysuciedad.Conunascasasyedificiosenundeplorableestado.PerocomoAmelialehabíaadvertido,eraunazonadeobreros,trabajadoresdelosmuellesydelasfábricas.Correteandopor las calleshabíamuchosniños, enelmejorde los casosmalvestidos, con ropasdesgastadas,pero,parasuasombro, tanto loshombrescomo lasmujerescon lasquesecruzabanparecían conocer aAmelia y lamiraban no como alguien peligroso o de quien recelar sino, casipodríajurarlo,habíacariñoenlosrostrosdealgunosdeellos.Loshombreslemirabanaélmásquea ella como si desconfiasen de sus intenciones no hacia ellos sino haciaAmelia. Si no lo creyeseabsurdopensaríaquelevigilabanparaprotegerla.Ameliaseparóenalmenoscincoocasionesparasaludaraunasmujeres,aunosniñosoaunanciano,ylosconocíaporsusnombres.Lespreguntabapor su salud o la de algún familiar y les decía que acudiesen a la clínica a buscarmedicinas enalgunoscasos.EndosocasioneshizoelamagodeagarraraAmeliaporelbrazoparaprotegerlaoayudarlaacruzaroandarmejor,peroellasedesatendióconfacilidaddándoleaentenderdemodosilencioso que no era necesario.No allí.Al final llegaron a un edificio que, en comparación contodos los que lo rodeaban, estaba en unas excelentes condiciones, de hecho, parecía nuevo encomparaciónconlosdealrededor.Cruzaronelenormeumbraldelapuertasinnadiedeteniéndolesel paso.Enseguida comprendió que todo el edificio albergaba el orfanato. Se fue fijando en cadadetalle.Fuerasenotabalapobrezaquelorodeaba,peroeledificioestababienconservado,limpioyordenadoyolía…olía…

—¿Amelia? –la llamó captando su atención sin detenerse y siguiéndola de cerca por el granvestíbuloempedrado—.¿Hueleabosque?

Ameliaserioconunadivertidacarcajada,sedetuvoysevolvióamirarlo.—Elmejormedio para evitar enfermedades es la limpieza.LordWellis y yo somos acérrimos

defensores de esa teoría, así que en el orfanato seguimos unas estrictas normas de limpieza ehigiene.—Sonrió—. Una vez al año, en la casa de campo de tía Blanche, fabrico unos jabonesnaturales y les echo unos desinfectantes que me da lordWellis, pero como tienen un olor muypenetrante, lo amago con hojas de pino, de abeto y de abedules. Los árboles del bosque de tíaBlanche,¿teacuerdasdeellos?

Maxlamirabaconlosojoscasidesorbitados,loqueprovocóqueAmeliaserieseaúnmás.EncuantounoscuantosniñosqueestabanenelpatioescucharonaAmeliacorrieronaporella.

–¡SeñoritaAmelia,señoritaAmelia!Enseguida se formó un corro a su alrededor de niños de entre seis y doce años. Todos ellos

vestidosconlasmismasropas,baratasperodebuenacalidadyperfectasparadurarapesardelos

constantesjuegosytravesurasdelosniños.Amelia les dio unos golpecitos en el rostro a algunos, contestó algunas preguntas y formuló

otras,lesgastóunasbromasyfinalmentelosmandóajugar.Segiró:—Ven,vamosalaoficinaydespuésteenseñotodo.—Ibaagirarse,peroentoncesrecordóalos

doslacayosquepermanecíandetrásdeellos—.Polly,losiento,mehedistraído.—Cogióunacesta—.Llevadlo a la despensa, por favor, y los…—bajó la voz para que los niños no la oyesen—pastelesalaseñoraTipss.Despuésmereuniréconella.Dígalequelesdéunpocodeesacervezanegraqueséqueguardadetrásdelaharinayunasgalletasdepasas.—Losdoshicieronungestoconlacabezariéndoseysemarcharon.DenuevomiróaMax—.Vamos.

Max la siguió por un pasillo y después subió unas escaleras tras ella obediente y en silenciofijándoseen las ampliashabitacionesque fueronpasandoen sucamino, todasellas congruposdeniños de distintas edades sentados en mesas dibujando o en el suelo siguiendo las explicacionespacientes de señoras y un par de monjas. Llegaron finalmente a dos habitaciones que hacían lasvecesdeadministración.Trasunapequeñamesahabíaundelgadoydesgarbadomuchachoquenodebía tenermásdedieciséis añosyque inmediatamente se levantóalverlosydejóelmontóndepapelesqueteníafrenteaél.

—Hola, John —le saludó con naturalidad Amelia y le sonrió—. Creo que he de felicitarte.Dentrodeunosdíasempiezasentunuevopuesto.

Había un deje de orgullo en la expresión de Amelia. El muchacho sonrió de oreja a orejaigualmenteorgulloso.

—Sí,señorita,queríadarlelasgraciasporhacerloposible.Ameliahizoungestoconlamano.—No me lo agradezcas a mí, John, sino a ti mismo. Has trabajado muy duro y es justa

recompensa por tu esfuerzo. —Se giró y miró a Max—. Max, permite que te presente a JohnCarruter, el nuevo y flamante aprendiz de escribano de sir Alton Worshild. John. —Lo mirósonriendo—.Disculpa,ahoraesseñor,señorCarruter, lepresentoalordRochester,unviejoamigode la familia. —Ambos se inclinaron, Max claramente divertido. De nuevo Amelia centró suatención en elmuchacho—. John, si aún estás interesado, podrías ocupar las dos habitaciones deldesvánparatisolo,asíseguiráscercadetushermanasycontechoycomida,podrásahorrartodoloqueganes.

Elmuchachoabriómucholosojos.—¿Señorita?—dijoasombrado—.¿Haríanesopormí?Ameliaasintió.—LohemoshabladolaseñoraCornishyyoycreemosquetelomereces.—Sacóunasbolsitas

de su bolso—. Esto me lo ha dado mi tía para ti. Ya que vas a ser un prohombre de ciudad,necesitarásunpardebuenostrajesparairatrabajar,unbuenabrigoyunpardebuenasbotas,¿nocrees?Yesto—lediolasegundabolsita—esdemihermana,paraquecompreslosmueblesquequieras para tus nuevas habitaciones. Recuerda que son tuyas y puedes hacer con ellas lo quequieras.Elmuchachoestabaclaramenteconteniendolasganasdetirarseensusbrazosybesarlelospies,peroellaselimitóasonreírley,paranoincomodarlo,seencaminóseguraalaotrahabitación—.Voy a ver a la señoraCornish, después no olvides bajar a tomar un pedazo del pastel o lospequeñostedejaránsinél.

Elmuchachoasintióy,sonrojadohastaeltuétano,sevolvióasentar.Max siguió a Amelia a la otra habitación, donde se encontraba una mujer mayor de aspecto

bondadosoybonachón.Regordetayconaspectodeabueladecampo.Encuantolosvioselevantó,sonrióaAmeliaysequedóunossegundosmirandoaMaxcomosinosupiesecómoreaccionar,peroAmeliatomóeltoroporloscuernosysolventórápidolasituación.

—Buenastardes,señoraCornish.Disculpequeirrumpamossinmásensusdominios.PermitaquelepresentealordRochester,eselhermanodeladyEugene.Max,ellaeslaseñoraCornish,elalmayelcorazóndelorfanato.

LabuenaseñoraseriomientrashacíaunareverenciayMaxseinclinabaconeleganciafrenteaella.

—Milord.—Se rio ymiró aAmelia—.No sé si el almapero, desde luego, soy la que riñe adiestroysiniestro.

Ameliaseriodivertida.—Esladirectoradelorfanato.FueunadelasgobernantasdetíaBlanchey,sinduda,unadelas

mujeresmáscapacesqueheconocido.Denuevolabuenamujerseriocomplacida.—Bastaniña,basta,quevoyaacabarporcreerte.—LaseñoraCornishdirigeelorfanato.Seencargadetodo,enrealidad.TíaBlancheyyosolo

laayudamosenalgunascosas,y lospapeles legalesydecontabilidad los llevael señorFulton.Trabajaenelbufetequellevalascosasdelasempresasdelatía.

Maxasintióysonrió:—Veoquelotienentodobienorganizadoydistribuido.La señora Cornish se sonrojó, no tanto por lo que Max dijo, sino por su tono seductor y

encantador.AmeliapusolosojosenblancocuandoMaxlamiródivertido.—Max, ¿te importaría esperar en el patio un rato? Puedes jugar con algunos de los niños

mientrasmeencargoderevisaralgunascosasconlaseñoraCornish,después,prometoenseñártelotodocomoesdebido.

Noeraunapetición,apesardeltonodulcedesuvoz,peroMaxlocomprendía,ellaestabaallípararealizaruntrabajoyloprimeroeraloprimero.

—Porsupuesto,simedisculpan,señoras.Hizouna reverenciapropiadelmejor salóndeMayfair antesdemarcharse.CuandoAmelia se

giróparadedicarsealtrabajoseencontróconlacaradelaseñoraCornishconlosojoscomoplatosyunasonrisabobaliconaenloslabios.

—¡Diosbendito,niña!¡Quémagníficoejemplardehombre!Yyoquecreíaqueelvizcondeerahermoso.EsteparecelareencarnacióndeunDiosgriego.—Porfinlamiróysuspiró–.Dimequenolovasadejarescapar.

EstavezfueAmelialaquesesonrojóalescucharlaytuvoquecarraspearmientrasnegabaconla cabeza para intentar cambiar de tema, pero por la expresión de la buena señora, Ameliacomprendió que ella había entendido de ese movimiento que no, que no lo iba a dejar escapar.Suspiróyseconcentróenloimportante.

Casi una hora después Amelia se encontró a Max en el patio sentado en una silla algodestartalada rodeado por un grupo de niños a los que tenía totalmente hipnotizados. Todos lomirabanyloescuchabanconabsolutaconcentración.Seacercóunpocomásyseapoyóenunadelascolumnas.Lesestabacontandounadesusaventurasenelmarluchandoconuncorsariofrancés,evidentementesaltándoselosdetallesmásescabrosos.Despuésdeunosminutos,Maxselequedómirando unos segundos y la sonrió brevemente, pero lo suficiente para que un calorcillo lerecorriesetodoelcuerpoaAmelia.Despuésterminódecontarsuhistoriaentregritosdeentusiasmoyunaráfagadevocecitaslanzándolemilpreguntasalavez.

Ameliaserio.—¡Niños, niños! —Se iba acercando a Max—. Ya es suficiente por hoy. Dejad al capitán

descansar.Además,siosdemoráismuchollegaréismuytardeparatomarunpocodepastel.—Losniños se callaron de inmediato en cuanto escucharon la palabra pastel, comoAmelia esperaba—.Subidaterminarvuestrastareasysidentrodemediahoralashabéisterminado,podéisbajaratomarun trozo de tarta y galletas. —La miraron un segundo—. Vamos… —Señaló a las escaleras.Despuésdeesosalieronenestampidaescalerasarriba.

AmeliaescuchóelcálidosonidodelarisadeMaxdetrásdeella,muycerca.Sevolvióyseloencontró tan cerca, tan seductor, tan increíblemente apuesto, que tuvoquehacer un esfuerzopararecordardóndeseencontraban.Diounpasohaciaatrássindejardemirarlo.

—¿Noqueríasconocerlasinstalaciones?Max asintió sonriente, sabedor del efecto que causaba en ella, degustando esa sensación, esa

capacidaddealterarsussentidos.Ameliadecidiórecobrarlacomposturayloguioporlasescalerashastaunacuartaplanta.

—Mejorempezamosdesdearriba—dijocuándoseencontrabanyasubiendolasescaleras—.Yaque acabaremos en el comedor para participar en la cena.—Max frunció el ceño—.No, no nosquedaremos a cenar pero aquí se cenamuy temprano.Después te darás cuenta del porqué.—Lellevóhastaelfinaldelaúltimaplantayseñalóunapuertagrandedemaderareciénpintada—.Esapuerta da a unas escaleras que van a parar a las que serán las habitaciones de John. Deberíahabérteloexplicado.Fueunodelosprimerosniñosqueingresóaquí.Teníaonceaños,ylohizoconsusdoshermanitas,sonmuylindas,esprobablequedespuéslasveas.Suspadresacababandemorirynoteníananadiemás.VivieronenlacallecasidossemanasyJohninclusollegóarobarcomidapara ellas, de hecho, así fue como lo conocí, robando unas manzanas para las pobrecillas. Losllevéaunaposada,lesdidecomercomidacalientealostresydespuésmelosllevéacasadelatíaparaquesebañaran,cambiaranderopaydurmierancalientesunosdías.Cuandoestabanmejor,Johnporfinnosdijoquiéneseran,loqueleshabíapasadoydemás.Leconvencíparaquesevinieseconmigo al orfanato porque no podía seguir vagando por las calles sin nadie que les cuidase y,después de conocer el sitio y que le prometiera que nunca le separaría de sus hermanas, pues sequedaronlostres.Esunchicobrillante,supadreleenseñóaleeryaescribiryeso,enestazona,deporsíyaesunlogroextraordinario.Lepusimosaayudarenadministraciónporqueparecendárselebienlosnúmerosycálculosyunodelosvoluntariosquevieneadarclasesalosmásmayores,unpasante en un despacho del centro, lo ha tomado bajo su ala y le ha enseñado lo suficiente parapodertrabajardeescribanoprimeroydespués…—Hizounapausa—.Despuésyaveremos.Esmuylistoycreoquetieneungranporvenir,peronoquieresepararsedesushermanasy,poreso,yparaquepuedaahorrar,levamosacedertodalabuhardillaparaquevivaenella.

Maxasintió.—Esmuygeneroso.¿Esesoloquehacéis?¿Recogéisaniñosylosformáisparaqueencuentren

trabajo?Amelialomiró.—Bueno,esloquepretendemos,peroloprimeroessacarlosdelascallesotraérnosloscuando

se han quedado sin familiares, proporcionarles un techo, comida, ropa y enseñarles al menos lobastanteparapoder llegaraencontrarun trabajohonrado.—Segiróehizoungestoconelbrazoantesdeadentrarseenunaespaciosahabitaciónllenadecamasypequeñosbaúlesfrenteacadauna—.Estaeslaplantadelosbebés,queestánenlasaladelfondocondosgobernantas,yladelasniñasmayores,deentreonceydieciséisaños,estaessuhabitación.Todasayudancomopartedesustareasacuidaralosbebés.Aquíhaymenosruidoporesoeslaplantadondeloshemosinstalado,además,noséporqué,esmásfácilcalentarestapartequeelrestodelasplantas,yesoeninviernoesunabendición.

Maxpermanecíaatentoycalladoacadaunadesusexplicaciones.Lasiguienteplantabajandolasescaleras,eraladelosdormitoriosdeloschavalesydecuatrodelasseismujeresquesiemprepermanecíanenelorfanato.Lasiguienteeraladelasniñasyniñosmáspequeñosydedosmujeresmásy,finalmente,laúltima,laquedabaalacalle,tenía,ademásdelpatioderecreo,lasaulasparalasclases,lasalatallerdondeselesenseñabanalgunosoficioscomoeldecosturera,carpinterooinclusococinaalosmayores.Además,leenseñóunagigantescahabitaciónllenadecamastroscondosenormeschimeneasenunodeloslaterales.

Al finaldeesaplantaestabaunaenormecocinaatendidapor lasniñasyniñosmásmayoresytresgrandesyrobustasmujeresqueerancocinerasenalgunatabernayenunacasadehuéspedesyquecomplementabansusingresostrabajandoenelorfanato.

—Todoslosquetrabajanenelorfanato,menoslaseñoraCornishylascincogobernantastienenotro trabajo. Este les sirve para llevar un pocomás de dinero a sus familias, aunque somosmuy

conscientesdeque lohacenengranmedidaparaayudar,yaquepodemospagarlesmuypoco.Lamayor parte del dinero lo destinamos a los niños, su ropa, su comida, libros y las necesidadesbásicas.

Maxasintióysiguióescuchandoatento.—Tenemosdoscomedores.Elqueusanlosniños.—Señalóaunapuertamásalejada—.Yaquel

deallí.—Señalóunoalfondoqueteníaunapuertaconaccesoalacalle—.Veráselporquédequesecenetanpronto.

Loguiohastaallí.Maxmiróenderredorcuandollegaronynollegóacomprenderdeltodoloque vio.Había unas enormesmesas demadera conmuchasmujeres y algunos hombres sentadoscomiendoconalgunosniñosasualrededorquetambiéndevorabanlosplatosdecomidaqueteníanfrenteaellos.MaxmiróaAmeliayesta,alversuexpresiónconfusa, loguiodenuevoal interiordelorfanato,claramenteparaqueesaspersonasnolesoyesen.

—Setratadealgunosvecinosdetodaestazona.Amuchosapenaslesalcanzaparaelalquilerdelas habitaciones que ocupan, menos aún para un plato caliente, así que ofrecemos dos comidascalientesaldíaparaellosysusfamilias.Todosesoshombresymujeresdeahítrabajanenelturnodenochedealgunadelasfábricas,porloquelesdamosunacomidaantesdequeentrenatrabajar,aellosyasuspequeños.Comoalgunosnotienenconquiéndejarasushijosynoquierensepararsede ellos ni que se los quiten las autoridades, lo que hacemos es permitirles dejarlos aquí por lanochemientras trabajan.En laenormehabitacióndel fondo,esade loscamastrosblancos.—Maxasintió—. Cuando terminan sus turnos, vienen por ellos sabiendo que están en un lugar a salvo,calientesyconpersonasquecuidandeellosy,después,selosllevandenuevoacasa.Lesdamos,además,unpocodelecheytéaprimerahoradelamañanayalgodepan.Lomismohacemosconlosquetrabajanenelturnodedía,soloquelacomidaseproporcionaalalba.Poresolosturnosdelas comidas se rigen según la necesidad de los vecinos y de los niños, no según lo que essocialmenteadecuado.—SeparóunmomentoymirófijamenteaMax—.¿Aquenuncahaspensadoque las personas que trabajan en tu casa desayunan al alba, comen una hora antes o después dehacerlotúycenancasidoshorasantesdeloquelohacestú?

Maxlamiróunpocodesconcertado.—Confiesoquenuncalohabíapensado.Ameliasonrió,seacercóaélybajólavoz.—El haber vivido tantos años en un orfanato me da un conocimiento de primera mano y

experienciamás que suficiente para saber lo que falla y lo que no en este tipo de cosas.Aunqueconfiesoque lasituaciónde todasestaspersonasy ladeestosniñoses infinitamentepeora laquevivíyo.

Maxestuvoapuntodeabrazarlayapretarlacontrasupecho.EmpezabaadarsecuentadequeAmelia era única en todos los sentidos.Única en su forma de relacionarse y querer a su familia,únicaen su formadevivir, en su formadeverelmundo,en sucompasiónhacia losdemás, en sugenerosidadsinlímites,ensuformadeentregarsesinesperarnadaacambio.¡Diostodopoderoso!,ladeseabaylaadmirabaycuantomásconocíadeellamásladeseabaymáslaadmiraba.

—¿Max?¿Max?—Amelialemirabaceñuda—.¿Quépasa?Sehabíaquedadoobnubilado,absortoensusdivagaciones.—Umm,nada,nada.Soloestabaasimilandotodoesto.

Amelialomiródenuevo,ladeandolacabeza,perograciasaDioslosinterrumpieron.—¿SeñoritaAmelia?—Lavozdeunadelasorondasseñorasdelacocinalareclamaba.Amelia

segiróydiounrespingo,comosiacabasedeacordarsedealgo.—¡Quédespiste!—Sesacudió–.Senoshahechotarde.SeñoraTipps,siquierellamealosniños.

—LaseñoraasintióyAmeliaguioaMaxalpatio,dondehabíanpuestodosmesasenelcentroconjarras de limonadas y vasos a un lado. Se giró aMax.—Serámejor que nos pongamos en lugarseguro,porquecuandobajelamarabuntanoconvieneestarensucamino—dijoconunasonrisade

orejaaoreja.Justoenesemomentodosdelasseñorasdelacocinacolocarondosenormespasteleseinfinidad

de platos de galletas encima de las mesas. Amelia se giró hacia Max, ambos ya situadosestratégicamenteenunaesquinaconunabuenapanorámicadelpatio.

—SondeJulianna.—Señalóalosdulces.Maxserio.“AmeliayJulianna,vayapar”,pensódivertido.En apenas unos minutos se escucharon gritos, pasos acelerados por todo el orfanato y,

finalmente,unainvasióndeniñosde todas lasedadesenelpatioa losquelosmásmayoresy lasseñorasibansentandocomopodíanenelsuelo.LaseñoraCornish,conunpardeórdenes,queyaquisiera él haber aprendido para manejar a sus marineros con semejante obediencia, consiguióhacerlos callar. Dijo varios nombres en alto y los portadores de los mismos, niños y niñas, selevantaronysepusieronjuntoalasmesasconunasbrillantessonrisasenloslabios.Trascolocaratodoslosprotagonistasjuntoalasmesas,cadaunodijounnúmero.

Amelialesusurró:—Susedades.Losañosquecumplen.Max sonrió más divertido que antes. Aquello era como un juego para todos, uno con

recompensa,limonada,galletasypastelparatodosellos.Diezminutosdespuéstodoelpatioestaballenodeniñossentadosencorrillosdevorandountrozodepastelyunagalletaconunenormevasodelimonada.

Ameliacogiólamitaddeunodelospastelesyselollevóalcomedordelfondoseguidadedosenormesseñorasque,enfuentes,portabanlasgalletasypartedelafrutaquePollyysucompañerohabían traídohastaallí.Max laestuvoobservandoen ladistancia,viéndolapartir elpastely lasfrutasyrepartirlos,juntoconlasgalletas,entretodoslosallípresente.Ylohacíaconunaenormesonrisa en los labios y con la misma cortesía que si departiese con un duque. Sintió una extrañapunzadadeorgullo,perodeorgulloposesivohaciaella.

Volvióalpatioyunodelosniñosquehabíacumplidoaños,sietesinoseequivocaba,laagarródelamanoylaempujóhastaelcentrodelpatio.

—Elijoyoseñorita¿verdad?AmeliamiróalaseñoritaCornish,quelehizoungestodeasentimiento.—Estábien,estábien,Paul.HedejadoellibroencimadelamesadeJohn,veaporél,corre.—

Elniñosaliódisparadocomounabala.MaxseacercóaellayAmelialomiró—.Siquierespuedesregresaracasa,amímequedaaúnunrato.Tengoqueleerlesuncuento.

Maxsonrió:—¿Lesleescuentos?Ameliaasintió:—Alosmáspequeños,perocuandocelebramoscumpleañosselosleemosatodos.Unodelos

agasajadoselijeelquequiereyloleemosaquí.—Derepentefruncióelceñoymiróhaciaelcielo—.Aúntengoquesolucionar,antesdequellegueelinvierno,unpequeñoproblemapero…—LlegóelpequeñoPauljadeanteconellibroentrelasmanos.Ameliaserio–.Síquetehasdadoprisa.—Lerevolvióelpeloyletomóellibrodeentrelasmanos–.Estábien¿cuálquieres?

Elniñolamiróunosinstantes,meditabundoantesdeconcluirsonriendo:—Espadas,unoconespadas,señorita.Ameliaserio.—Puesespadasserán.MiróaMax,peroélpusoesasonrisaindolenteydeslumbrantequedecíaalasclarasquenose

moveríadeaquelpatiobajoningunacircunstancia,yseapartó,cediéndoleelasientosituadodetrásdeél.Ameliasuspiróysesentó.Trasabrirellibroybuscaruncuentoconespadascomenzóaleerbajolaatentamiradademuchascabecitasasualrededor.

Suvozsonaba,suave, tranquila.Entrecortabaalgunasrisasyfrasesconunamayorentonación,provocandoalgunosgestosdeasombroydeleiteentrelosentregadosoyentes.Mediahoradespués

poníafinasurelatoentreaplausosentusiastasyvocecitasquepedíanmás.La señora Cornish, habilidosa experta en estas lides, consiguió conducir a los niños a sus

habitacionesbajoeltoqueseguroyfirmedelahoratardíaydelanecesidaddedescansar.Ameliasedespidiódelasseñorasy,trasunasindicacionesparalagobernantasobreelusodelas

hierbasquehabíallevado,ydealgunosconsejosparaunodelosobrerosdelcomedorsobrecómousarunungüentoque leentregóparacurarunasquemaduras,consiguieronponersedecaminoa la“zonarica”delaciudad.

Maxfuelosuficientementehonestoconsigomismoparareconocerloajenoqueeraaesemundo,aesapobreza.Vivíaenunmundodeprivilegiosdondelosproblemaseranotros,dondeeldíaadíadesushabitanteseratandistintocomolalunadelsol.

Andabanporlascalles,apenasiluminadas,y,estavez,quizásporlabajadadelatemperaturaoquizásporqueparecíavolverasentirsecómodaensucompañía,Ameliaconsintióqueleofreciesesubrazoysuapoyo.

—¿Conoces a todos los niños? —preguntó mientras caminaban, o más bien intentaban notropezarporesascallejuelasmaladoquinadasyempedradas.

Amelia,igualquehaciaél,centrabalavistaenelsueloydehitoenhitolomiraba.—Bueno, sí, supongo que sí. Me resulta fácil recordar las caras y nombres de los niños.

Supongoquesedebeauna infancia rodeadademuchos,algunosde loscualespermanecíanpococonnosotros.

—¿Cuántosacogéis?Respondiórápidamente:—Catorcebebés,veintinueveniñasytreintaycuatroniños.—Sonmuchos.Ameliahizounamueca:—Y seránmás en pocosmeses…—Max lamiró un segundo antes de que ella contestase—.

Muchos de los niños que has visto en el comedor externo, te aseguro que acabarán viviendo ennuestro orfanato, bien porque su padre o madre ya están enfermos y dentro de poco no podráncuidar de ellos, bienporque, a buen seguro, algunosde ellosmorirán en algún accidente en esasfábricas que carecen de cualquier seguridad o protección para los trabajadores. De momento,conseguimos que algunos padres no obliguen a sus hijos a ayudar y llevar más dinero a casahaciéndolestrabajarenellas.Cadavezempiezanmásjóvenes.Algunosniñosdeonceydoceañosempiezanatrabajarenturnosdediezhorasporunospocoschelines.

Enesemomentollegaronalcoche,yMaxlaayudóasubirmientraslosdosfuerteslacayossecolocabanenelpescantecorrespondiente.Unavezsentado,Maxlainstóacontinuar.

—¿Quéquieressaberenconcreto?—Todo,enrealidad.Creoqueestoymásasombradoeimpresionadodeloqueimaginaba…Amelialadeólacabeza,intentandocomprenderloqueleacababadedecir.—Supongoqueinclusoyoaúnmeasombrodelapobreza,lamiseriaqueexisteenLondres,sin

quenadieparezcaverla.Mecorrijo,sinquenadiedelosbarriosricosyelegantesparezcaverlaymenosaúnquererverla.—Meditóunmomento.

—¿Cuáleraelproblemasobreelquetienesquemeditar?ConlapreguntalasacódesuspensamientosTrasunosminutosenquepermanecieronensilencio.—¿Perdón?—Amelialomirabadesconcertada.—Enelpatio,antesdeleer,setecruzóporlamentelaideademeditarsobrealgo.Ameliaasintiócayendoenlacuentadeloquelepreguntaba.—Elpatioestádescubierto.Dentrodepocobajaránmucholastemperaturasynevaráylloverá

de manera casi constante. No queremos tener a los niños siempre encerrados, pero no podemosdejarlos en el patio sinun techoo algo conque cubrirlodesde el tejado.El problemaesque lastelas tan resistentes para hacer unos toldos lo suficientemente grandes y que aguanten son muycaras, y hacerlas también resulta en exceso costoso, de modo que no sabemos qué solución

encontrar.Suspiróymirópor laventana,pero instantesdespués se enderezóy con firmezadijo—:Peroencontraremosuna,deesopuedesestarseguro.

Max casi se rio, especialmente porque estaba seguro de que lo lograría. Era demasiadoobstinadaytenazcuandoteníaunobjetivoqueseríadifícilpararla.

—¿Cadacuántotiempovienes?—Durantelatemporada,tresvecesporsemana,despuésunpocomás,salvoqueestemosfuera

de Londres, pero nunca he estado más de tres semanas sin venir, y cuando estoy lejos siemprepermanezcoencontactoconlaseñoraCornishyalgunasdelasniñasmayores.Además,nopuedodesatendereldispensariomédicodejándolosoloenmanosdelpobrelordWellis.

Nopodíanegarsequeeraunapersonaentregadaaunacausanobleyjustaynoesperabanada,absolutamentenadaporello.Lehabíaconmovidoelbrillodelosniñosalmirarla,peromásaúneldeellacuandoestabarodeadadetodasesaspersonas,estabarelajada,atentaasusnecesidadesyloque ledecíanypendientede loqueocurríaa sualrededor sinatendera supropiapersona, sinpreocuparseporsiunodelosniñoslemanchabaelvestidoosisedespeinabaporeltraqueteodelosniñosalempujarlareclamandosuatención,nisiquieraporsuseguridadcaminandoporesascalles.

Nolograbaimaginarseaningunadelasdamasdemundosocialeneseambiente,ymenoseneseestado de despreocupación, de relajación en cuanto a su propia persona, que no, en cambio, encuantoa lasnecesidadesajenasyhacerlo,además,conunasonrisaamable,cordial,cariñosaparatodos, sin un mal gesto, sin una mala cara o una mirada de reproche o menosprecio. Era fácilcomprender por qué todos se sentían cómodos con ella.Amelia se ponía en el lugar de ellos ytratabadeactuarconellos,debrindarleseltratoqueaellalegustaríarecibirestandoensumismasituación.Ibaaserunamadremagnífica.Derepente,Maxsetensó.Esaideaquedósuspendidaensumenteydeprontoseasentócomoalgofijoenél.

Al regresar a la mansión, Amelia estuvo departiendo con Julianna sobre los pasteles, sobrealgunasdelascosasquetratóenlaoficinaconlaseñoraCornishydespuésseretiróparatomarunbañoycambiarse.

Trashacerlo,Max sedisculpópara ir a su casa, quegracias aDios estaba cerca, cambiarseyregresarparalacena,lacualtranscurrióconabsolutanormalidad.Denuevoempezabaasentirseélmismo. Las damas se retiraron al salón mientras Cliff, su padre y él permanecían en el salóndegustandounacopadeoporto.

—Max,hijo,estásmuycallado,¿haocurridoalgoenelorfanato?Max se enderezó y fue consciente de que realmente había estadomuy callado.Llevaba unas

horas digiriendo todo lo visto, percibido y sentido esa tarde. Frunció el ceño y fijó la vista en lacopa.

—¿AlgunavezhabéisacompañadoaAmeliaalorfanato?—preguntóalaire.—Yo solo a la clínica, pero tíaBlanche y Juls sí la han acompañado en varias ocasiones—

contestóCliffantesdebeber.Denuevoparecióquedarsecallado.—Max.¿Quéhaocurrido?—denuevoinsistióelalmirante.Estavezéllevantólavistaparahablarles:—No he visto una cosa igual enmi vida—contestó casi meditando. Si se hubiese fijado bien

habríavistolasmiradasylassonrisasqueseintercambiaronsupadreyCliff,peroélseguíaconsuspensamientos—. Esas no serán las peores calles de Londres pero poco le faltan, y jamás meadentraría en ellas solo e incluso me lo pensaría dos veces antes de hacerlo con dos fornidoslacayos,peroheteaquíqueAmeliaparecemoversecomopezenelaguaentreesasgentes,yelloslamiranylatratanconrespetoyagradecimiento.¡PorelAmordeDios,silaconocentodos!Yqueeltodopoderosoasistaaaquelqueintentehacerledañoestandoallí.—LevantódenuevolavistaymiróconasombroaCliff—.Perosimemirabancondesconfianzaporsiibayoahacerlealgo.Casipudesentiramásdeunodeesosbrutosconganasdepegarmeunempujónysepararmedeella.

CliffempezóareírseacarcajadasmientrasqueMaxlomirabairritado.Cliffhizoungestoconla

mano:—TeaseguroqueningunodenosotrosdejaríaaAmeliafrecuentaresaszonassinPollyyTurner

pegados a sus talones, y además, armados. Juls tambiénme dijo que cuando va con ella tiene lasensacióndequeesasgenteslavigilancomosilaprotegiesenensilencio.—Serio—.Yclaro,paraellos,túeresunacosador,unlobopersiguiendoasucorderito.

Empezóareírse,denuevo,acarcajadas,alasquesinpoderevitarloseunióelalmirante.—Notienegracia—sequejóentonodeverdaderoenfado—.Mesentícomosituviesequepedir

permisoparaandardetrásdeella.Denuevoestallaronencarcajadas.Despuésdequepararan,Maxdenuevosepusoserio:—Yloquevidentrodelorfanatonodejadesermenossorprendente.—Eledificioessuyo,¿losabias?—señalóCliffmirándolofijamente.Maxlomiróperofueelalmiranteelquecontinuó:—Esapequeñaesalgoespecial,sinduda.¿RecuerdasquecuandoBlanchelaadoptócompróuna

parcelaparaconstituirunapequeñadote?—Maxasintió—.Lapequeñapidiópermisoasu tíaparavenderlayconloqueobtuvocompróeledificio,loarreglóycompróalgunascosasparaocuparlocomo orfanato. El resto lo puso enmanos de unos de los gestores del conde, que le invierte eldineroyconlosbeneficiosmantieneelorfanato.Aunquesiempreseránbienrecibidasdonacionesyayudas.

Maxlomirabaconlosojoscomoplatos.Cliffcontinuó:—Comoelladicequenoseledanbienlosnúmerosy,además,erannecesariasalgunaspersonas

que se ocupasen permanentemente del funcionamiento, contratamos a la señora Cornish, que haresultadoserungranaciertodetíaBlanche.Paratemaslegalesycontablessiemprecontamosconlaayudadeldespachoquellevalaempresanaviera.Ethanrevisalascuentasyalgunascosascadadosmesesparacerciorarsedequetodovabien.Sabesquesiempreselehandadobienlosasuntosdegestión.

—¿Vendiósudote?Cliffserio.—Vamos,Max,esasoloeraunaínfimapartedesudote,comopodrásimaginar,sibienescierto

que,enesemomento,ellanolosabíayaunasíleimportómuypoco.Asimilabaamarchasforzadasesainformacióncontodoloacontecidoesatarde.—Puesdeberíaishaberlavistoconlosniñosyconlasgentesdelcomedor.Apostaríamibarcoa

quetrataconlamismacortesíaalamásengreídacondesaqueacualquieradeesasmujeres.—Bueno,sitesirvedealgo,esolohacentodaslasMcbeth.—Cliffseriodivertido.—Ycuandosehapuestoaleerlesuncuento.—Seremovióenlasillaporquenoibaadecirles

queleexcitóyleenternecióapartes iguales—.Lostenía totalmenteentregados, tantoa losniñoscomo a los adultos. Es una especie de don. Todos se sienten cómodos con ella pero le guardanrespetodemanerainnata.

DenuevoCliffyelalmirantese lanzaronunamirada justoenelmomentoenqueempezaronalevantarse.Cliffledioungolpeenelhombroconlamanoalpasarasulado.

—Ríndeteya,zoquete.Maxnoparecióoírleenunprimermomento,peroenseguidasepusodepieyresopló.Más tardeCliffyacíadesnudo, sonrienteyplenamente saciadoconunaadormiladaymásque

saciadaJuliannaapoyadaensupechoyrodeadaporsusbrazos.—Cliffestoyoyendotusonrisa—dijoellaremoviéndose.Élserio.—Cariño,lassonrisasnoseoyen.Ellaculebreóparacolocarsemejorsobreélypodermirarlealacara.—Yolastuyaslasescucho.—Lebesólabarbillayélvolvióareírse.—TendríasquehabervistolacaradeMaxenelcomedor.—Removióunpocoasumujerpara

abrazarlamejor—.Siyo teníaesacaraantesdedeclararme,creoquedebíaparecerunbobalicón

enamorado.Juliannasonrió.—Unbobalicónencantador.—Lediounbeso—.¿Yquéhadicho?—Bueno,sololehafaltadoconfesarquesinohadevoradoaAmelialefaltapoco.Besóasumujeryestacontribuyócongustoalaactividad.—PuesAmelia sehaquedado sorprendida con la reacciónde la señoraCornish al ver aMax

cuandoleshadejadosolaslehadicho…—Separóunsegundo—.Espera,quetengoquedecirlodeigualmodo, porque despuésmi tía y yo no hemos podido parar de reír en un buen ratomientrasAmelianosmirabaconelceñofruncido.¿Cómoera…?Ah,sí, laseñoraCornish lehadichoconlos ojosmuy abiertos y totalmente sonrojada de la emoción—puso una voz imitándola—: “Diosbendito,niña,quemagníficoejemplardehombre…dimequenolovasadejarescapar”.—Empezóareírse.

EnesemomentoseoyóaAnnallorandoenlacunaquehabíandejadodentrodesuhabitación,yaquelaseñoritaDonnaaúndormíaconlosgemelosparaasegurarsedequenorecaían.Cliffbesólafrentedesumujerygiróparadejarlacómodamentetumbadaenlacama.Fuedirectoalacunasinmolestarseencubrirseytomóalapequeñaenbrazos,yaunquesullantofuemássuavenodejódellorar.

—Yaestoyaquí,gatita…sshh…chiquitina,papáestáaquí.—Tráemela,cariño.Querráunpocode leche—dijoJuliannadesdelacamaapoyándosecontra

elcabeceroytapándosehastalacinturaconlasábana.Cliffseacercósolícitoyladejóensusbrazosparaacontinuaciónvolverseacolocarenlacama

juntoaella.LapequeñaempezóamamarcasideinmediatoyCliffsonrió.—Preciosas.—Sonrióacariciandolamejilladesupequeñaeinclinándoseparabesarasumujer

enloslabios—.Eresdeliciosaamor.Eslógicoquemigatitatambiénquieradevorarte.Susurraba cariñosomientras con los labios y la lengua acariciaba el rostro y el cuello de su

mujer,quesereíasuavemente.—Cliff.—Serio—.Para.—Leacaricióconlamanoelrostro—.Solounmomento.—Cliffledio

unúltimobesoyseincorporó,peropegósucuerpoaldesumujerylaacariciómientrasobservaba,deleitándose,asusdosbellezasdeojosmiel,especialmenteporquelapequeñafijabasusojitosenélapesardemamargustosasindetenerselomásmínimo.

Juliannalomiróunsegundoyledijo:—NuncacreerásqueexisteunhombrelosuficientementebuenoparaAnna,¿verdad?ParaMely

serácasiimposibleperoparatugatita…Cliffsonrióyacaricióasupequeña,queseguíamamandodesumadre.—Nosé,quizáshayaunoentodoelplanetaquepuedasatisfacermisexpectativas,perodeberá

demostrarquedeverdadlaquieremásqueasuvidayquelatratarácomounareina.Migatitanoesparacualquiera.

JuliannasonrióporqueparaélAnnaeraloquelosgemelosparaella,unaversiónpequeñitadelotro,desualmagemela.LosgemeloseranidénticosfísicamenteasupadreyAnnaeracasiexactaaella.Locomprendíaytodavíalosqueríaatodosellosmásporeso.

Encuantolapequeñasesació,élselaarrebatódesusbrazosylaacomodóparaqueexpulsaselosgasesydespués la acunóen sudesnudopecho,donde laniña se sentía calentitay cómodaypronto se durmió. Julianna también se acurrucó muy pegada a él y se durmió casi con la mismarapidezquesupequeña.

Cliffsonreíafelizysatisfechoconlavida,conellasensusbrazosysabiendoalosgemelosasalvo, felices y calentitos en sus camas. Tener a su mujer, escuchar su voz, su risa, tocarla,acariciarla, hacerle el amor, todo ello era adictivo, necesario para su subsistencia, y tener a supequeñaAnnaenbrazoselmayordelosdeleites.Ledabapaz.Supequeñaconseguíacalmarloconsolocogerla,consoloabrirsusojitosmielysonreírle.EraunaJuliannaenpequeñitoytambiénerasuya, de su sangre y de la de su Julianna. En esemomento, era un hombre completamente feliz.

Deseabaqueel cabezotadeMaxabriesepronto losojosparaque se sintiese igualqueél.Comoamigosuyonopodíadesearlenadamejor.Deesoestabaseguro.

Por la mañana temprano Max fue a recogerlos, de muy buen humor, a Brindfet House paramontar en la escuela. Entró como siempre resuelto y alegre y se encontró con todos, incluido supadre,queresidiríaallíunatemporada,desayunandotranquilos.Seinclinó.

—Buenosdías,Max,¿vasamontarconnosotros?—preguntóconlascejaslevantadasJulianna.Élasintió.–Sinoosimporta.—Alcontrario,seráunplacer.—¿Quieresunatazadecaféoalgodedesayunar?—preguntótíaBlanche.—Meencantaría,sí.Furnish,diligentecomosiempre,lesirvióunatazaencuantotomóasiento.—¿Algodecomer,milord?—lepreguntó.—No, gracias, Furnish, con el café me basta. —Bebió un poco y miró a Cliff—. ¿De las

Américas?Cliffserio.—Veoqueaúnconservaselpaladar.—Maxsonrió—.Lotrajimosapeticióndemiesposa.Seha

enamoradodelcafédeaquellastierras,ymásaúndelcacao.Juliannaserio.—Tantocomoenamorarme…Pero reconozcoquemeha resultadomuyfácilacostumbrarmea

él,inclusocreoqueloprefieroalté.—¡Sacrilegio,pequeña,sacrilegio!—sequejóelAlmirante–.Uninglésqueprefiereelcaféalté,

elcielonoscaerásobrelascabezas.Juliannaserio.—Selorecordarélapróximavezqueprepareunpostreconcaféoconcacaoamericanos…Enesemomento,llamaronalacampanillaytrasunosminutosaparecióenelumbraldelapuerta

delasaladeldesayunolordCalverton.Hizolascortesíasderigor.—Esperonohaberllegadodemasiadotemprano,creoquelesheinterrumpido.Ameliaselevantó,dejandounsuaveygrácilmovimientodecolorvioletaasupaso—No, no, William, tonterías. Ya estábamos terminando. ¿Te apetece un café? —ofreció

señalando lamesa—.Por favor, pruébalo, precisamente comentábamos que es excelente.Lo traeCliffdelasAméricas.

Cliff le lanzóunamiradayuna rápidade soslayoaMax,demodoque informabaalmarquésqueaceptaseparaseguirconsujuego.Locomprendióenseguidaycasisoltóunacarcajada,peroselimitóa sonreír aCliffydespuésaAmelia, a aceptar conamabilidadyaofrecerle subrazoparaacompañarladevueltaa lamesa.Laayudóasentarseyélsesentóasu lado.Furnish lesirvióelcafé con lamismadiligenciamientrasqueMax se agarrabacon fuerzaaunode losbrazosde laelegantesillaLuisXVIdelcomedordesuanfitriona.

—Lo reconozco, es fuerte y con cuerpo, regio, pero de un sabor muy agradable—dijo trasprobarlo.

—Excelente.SonreíaCliffdisfrutandoclaramentedelasituaciónydelorápidoqueelmarquésse había adaptado a sus propósitos—.Lemandaré unos saquitos a su casa y también un poco decacao.

—Losiento,William—intervinoJuliannabrindándoleunagransonrisa—,puedellevarsetodoelcaféqueguste,peroelcacaosololoprobaráenunodemispostres.Esmás,leinvitoformalmenteatomarel téesta tardeconnosotrosparadegustarlo,peromicacaoesmío.—MiróaCliff—.Casitengo que obligarte a punta de pistola a traer tres sacas y ahora vas y los regalas.—Meneó lacabezafalsamenteofendida—.No,no,no.

Cliffserioymiróalmarqués:—Enfin.Solocaféentonces.Elcacaosolopodrádegustarloaquí.—Seencogiódehombrosy

añadiómirandoasuesposa—:Dondehaypatrónnomandamarinero.Juliannaseriosuavemente.—Habrasevistosemejantedespropósito.Tú,marinero.WilliamyAmeliaserieronmientrasMaxhabíapasadodeunestadoderelajaciónyfelicidada

unodecrispacióneinstintosasesinoscrecientes.“Silasmiradasmatasen…”,pensabamásdeunoenlamesa.

Pararematarlo,lapequeñaMelyseacercósonrienteaWilliamysinmediarpalabrasesentóensuregazo.Williamseriomásdivertidoquesorprendido.

—Doodyestámásgordita.—Leenseñóorgullosaalagatita,queteníaentrelasmanos.Williamlerascótraslaorejitassonriendo.—Yveoquemuylimpita.¿Sonlilasloquehuelo?Melysesonrojóymiródesoslayoasutía.—Bueno,es…—susurró,yescondiólacaraentrelaboladepelodesusmanos.Maxi,desdeelotroladodelamesa,comosiempre,laayudóyseñalóalgoavergonzado:—OlvidamoseljabóndeDoodyeneljardíny,comonoloencontrábamos,usamosunodelos

detíaMel.—Lomirómásavergonzadotodavía—.Ellasiemprehuelemuybien.Ameliasesonrojóhastalaraízdelcabellosinsaberdóndemirar,perofuelatíaBlanchelaque

prorrumpióencarcajadasyactoseguidoJulianna.Amelialasmiróalasdos.—Nososriáis.—Intentócontenerlasrisasinútilmente—Sois,soispeorqueellos.Finalmenteseriotantocomoellasmientrasloscaballeroslasmirabansinentenderdel todolo

quepasabahastaquefinalmenteJulianna,secándoselaslágrimas,aclaróunpuntodevistafemeninodeltema.

—Caballeros,handeentenderquelasdamasconsideramosquenuestropersonalaromaes,eso,algopersonal,comounaseñade identidad, igualquenuestrocabello,elcolordenuestrosojosonuestrasonrisa.—Empezóa reírsedenuevosincontención—.Enciertamanera,eshalagadorquelospequeñosidentifiquenaAmeliaporsusperfumes.peroquesugatitahuelacomoella…

Los caballeros se miraron unos a otros sin alcanzar a comprender bien aquello, peromentalmenteMaxsabíaqueAmeliateníasiempreunolorsuyo,único,siempreolíaunpocoalilas,avecesmezcladodeliciosamenteconrosas,conalmendras,avecesunpocoaorquídeasyaflordeLis,dependiendodelperfumequeusaseperosiempre, siempre,habíaun fondoa lilasyundulzortan suyo, tanespecial.Se removióenel asiento. Intentó recordar elolordecualquiermujerde suvida,decualquiera.¿Sumadre?,no,no.¿Suhermana?,ummlegustabanelolorafrutado,frescoysilvestre pero en concreto… no, no… ¿Una amante? Sí, seguro el de una cualquiera de susamantes…no,tampoco…

De repente se quedó quieto mirándola fijamente, escuchando su melodiosa risa. “Dios mío,¡Estoy enamorado! Realmente estoy, absoluta, profunda, irrevocable, irremediable einquebrantablementeenamorado”.Lamiróconteniendolarespiración.“¡Diosbendito,laamo!¡Amoa Amelia!”. Por un segundo notó cómo sus pulmones se expandían libres por primera vez ensemanas,cómolalosaqueparecíallevarsobreloshombrosdesaparecíaycómoelmartilleodesucabezaseesfumabatododegolpe.

“Ladeseo,laquiero,laamo”.Unavezquelodijoporfinensucabeza,sucorazónlorefrendóconun fuerte latidodeasentimientoyextrañamente se sintió libre,poderoso,magníficodealgunamanera…Duranteunossegundossesintióinvadidoporunextrañosentimientomitademociónmitadpánicopero,enseguida, fue sustituidoporunamezclaaúnmásextrañaydifusade sensaciones,deemociones,desentimientosinesperadosydesconcertantesenunsentidoyesperadosydeseadosenotro, pero, en cualquier caso, fascinantes y emocionantes. Se sentía invadido por una brutal eimpactante oleada de amor puro, sin barreras ni límites concentrados en una sola persona, en unapersonaqueerasucomplemento,suNémesis,suequilibrioenelmundo.Amelia,suAmelia,suMel.

—Max,¿novienes?—LavozdeCliffresonabaalejada—.¿Max?Volvióalarealidad.SehabíaquedadoabsortosentadoenlamesasoloconBlancheysupadre

acadaladodelamisma.Losdemásyahabíansalido.¿Cuándohabíansalido?Fruncióelceñoperoseobligóalevantarse.

—Tesigo.Respondió casi de modo automático intentando recobrar la compostura. Cliff se quedó en el

mismositiomirándolefijamentemientrasseacercaba,ycuandolotuvocercaempezóaesbozarunasonrisacomprensivadeloqueacababadeocurrir

—Ahh…—Ladeólacabezaunmomento—.¡Porfin!—Sonrió—.Porahísoplanlosvientos.Yaera hora.—Le dio un golpe en la espalda—. Te ha costado ¿no es así?—Meneó la cabeza—.Terco.Ahorasolotienesqueasegurartedequenotelaquitandelantedetusnarices.

Se giró sobre sus talones y enfiló a la salida, dejando aMax clavadomirándole la espalda.“¿Quémelaquiten?...¿Quémelaquiten?”,respiróhondoysusurrómuybajosoloparasí:

—Noloveránmisojos.Nodejaréquemelaarrebaten.Alolejosasuespaldaseescuchólavozjocosadesupadre.—Asísehabla,hijomío,asísehabla.Max se giró y solo vio la espalda de su padre sentado en lamesa bastante alejado bebiendo

café.—¿Cómodemonios?Empezó a decir, pero suspiró, vencido por el talento increíble de su padre para saber incluso

antesdehablar,loqueibaadecir,demodoque¿porquéextrañarsedequeescuchaseunsusurro?Finalmentesaliótraslosdemássacudiendolacabeza.

Traselpaseoacaballoregresaronalamansión,Maxsedespidió,nosinantesconcertarunacitaconCliffparacomerjuntosenWhite’s.

—William—Cliffledetuvoantesdemarcharseyunavezlasdamasylosniñosentraronenlamansión. Él lomiró antes de volver amontar—, creo que después de todoMax no es tan tercocomome temía.—William lomiróun instante pero enseguida comprendió—.Sin embargo—Cliffhizoungestoconlamano—,vamosaasegurarnosdequehacelascosasbienydequetengaqueesforzarseunpoco,quedemuestre,oporlomenosqueledemuestreaAmelia,queesdignodeellatalycomotodossabemos.—Sonriódisfrutandodeantemanodelospequeñosobstáculosqueibanaponerleasuamigo.

—Loquevieneasignificarquequiereque,concautelas,porsupuesto,sigaponiéndolonervioso.EnarcóunacejaaltiempoqueCliffsereíaypensabaquecadavezlegustabamáselmarqués.—Noqueremostorturarlodemasiadopero,sí.—Denuevohizoungestoconlamano—.Bueno,

digamosquevamosaobligarleabailarunpocoalrededordeAmeliayaesforzarseporlograruncorazón que aunque ya sea suyo aún debe serle entregado por su portadora.—William asintió—.Además,mientrasnospaseamosporlossalonesdelaciudadlograremosdosobjetivos,ademásdetorturarlounpoquito.—Lesonriómalicioso—.Lograremosladamaapropiadaparausted.

Williamlomiróestavezinquisitivo.—Empiezanadarmemiedolosplanescasamenterosdeestafamilia.Cliffserio.—Ydebe temerlos, amigomío, debe temerlos.Ya que nos hemos revelado todos como unos

románticosincurables,loquesignificaquenonosdaremosporsatisfechoshastaqueustedyladamaelegidahayanperdidoirremediablementeelcorazón.—Sonrió—.YtengaporciertoquelasdamasMcbethsondifícilesdesatisfacer.Noquerránunabuenacandidataparausted,sinosololamejor,laperfecta para usted y solo para usted, y tienen buen ojo, si me permite decirlo. Si eligen a unacandidata es porque la sabrán idónea no para elmarquesado, no para su posición, sino porque lasabránidóneaparaustedylaharásuamigahastaelfindesusdías.—Segiróparadespedirseperoañadió en un tono jovial Tiemble, amigo mío, tiemble, pero no presente batalla, ríndase a loinevitable.Noolvidequeestatardeleesperamosparaelté.

Capítulo6

Decaminoalclub,Maxfuedesenredandolamarañadesentimientos,depensamientosydeideas

quetodavíaseagolpabandentrodeél,sibienhabíaunoqueresonabacomolacampanadealarmadesubarcodentrodesucabeza;elhabersidotanpocosensiblededecirleaMelquebesarlafueunerror.Suspirójustoantesdeentrar.

SesentóenunamesaypidióunacopadevinomientrasesperabaaCliff,aunqueestenotardóenaparecerytrasungestoconlacabezasesentó.Maxsonrió.

—Veoquenoteharesultadodifícilescapardelasdamas.Cliffserio.—Cuán equivocado estás. Uno no escapa de las damas, simplemente las deja libres para que

luegovuelvanfelicesanuestrolado.Maxresopló.Enesemomentoelcamareroletrajosucopaylabotelladevinoyambospidieron

elalmuerzo.—Supongo que quieres que hablemos de Amelia, sin embargo, he de decirte que aún es

prematuro tener esa conversación seria que, tarde o temprano, habremos de tener si finalmente lalogras.—DejóquelamentedeMaxasimilaselainformaciónunossegundosantesdeañadir—:Puesaúnhasdelograraladama.

Maxlesostuvolamiradacongestoserio:—¿Sifinalmentelalogro?Cliff,Ameliamequiere.Séquemequiereytútambién.—Peroeso,ahora,noesbastante.—¿Quédiablosquieredecireso?—Pues que, después de cómo te has comportado,más te vale demostrarle lo que sientes por

ella.Ynosoloaellasinoatodos.—Tomóunpocodelvinoqueleshabíanservido—.Amelianocreequelequieras.—Maxlomiróeibaahablarperoledetuvo—:Almenosnocomoellaesperay se merece. Tienes que demostrárselo sin ningún atisbo de duda, sin ninguna posibilidad deincertidumbre.—Seacercóunpocoydijo serio—:Se lodebes, esmás, te garantizoque, deotromodo,jamáslatendrás.

Maxibaaprotestar,perosedejócaersobreelrespaldodelsillónparameditarloqueacababadedecirle.Cliffcomenzóacomercontranquilidad,esperandopacienteloquesabríavendríaahora.Lepediría consejoyayudapara conquistarlay se la ibaabrindargustoso,peroasegurándosedeque, en el proceso, tanto él como Amelia llegaban al convencimiento más absoluto de lossentimientosdelotro.

—Y ¿qué me propones? Y ni se te ocurra decirme que me ponga a recitarle poesía bajo subalcón…

Cliffprorrumpióencarcajadas.—Ni se me pasaría por la mente en mis peores días. Dios Santo, no. Dejemos ese tipo de

actividades para los petimetres que empezarán a aguardar en su puerta cadamañanay cada tardedentrodeunosdíascuandocomiencelatemporada.

—Diablos—sequejóél—.Yencimaeso.—Veamos, Max. Como dice mi sabia esposa, vamos paso a paso ¿de acuerdo? —Max

permanecióen silencio—.Enestapasada semana tehasdejadovercon ladyMariellayella, conevidenteinterés,sehaencargadodehacerllegaraoídosdetodosquecasilaestabascortejando.—DenuevoMaxibaaprotestarperoCliffseloimpidió—:Túyyosabemosquenoesasí,peroaojos

detodoseraunaposibilidad.Desdeluego,ellasehaencargadoconcienzudamentedesusurraresaideaatodooídodispuestoaescucharlaytúnolahasnegado,esmás,tehasdejadoverenalgunossitiosmuypúblicosconelladetubrazo.

Maxgruñóaceptandolaverdaddesuspalabras.—Peroesfácildecorregir.—BebióunpocodevinomirandoporencimadelacopaaCliff—.La

temporada aúnnohabía comenzadoy, por suerte, eso juega ami favor, demodoque solohededesmarcarmedeellademodomuyclaroy, también,comoantes,muypúblico,ytodoquedaráenunsimplerumorfomentadoporlainteresada.

CliffasintióanteelcomentariodeMax.—Loquesignificaque,duranteunassemanas,deberásasistirabailes,cenasyreunionessociales

ydejarclaro,entodosesosescenarios,tutotalindiferenciahacialadyMariella.Y,almismotiempo,deberás demostrar, a ojos de todos, que tienes tus miras en otra bien definida y más adecuadadirección.Unadepeloyojososcuros,parasermásexactos.

—Cliff,¿loquemeestásdiciendoesquehedecortejarlaaojosdetodalasociedad?Cliffsonrióconunamásqueevidentesatisfacciónantelacaradeespantodesuamigomientras

decía:—Hasdecortejarlaenprivado,esosinduda,ymástevalehacerlosindemora,amigo,recuerda

quetienescompetencia.—AcababadeaguijonearseriamenteaMaxyClifflosabía—.Pero,entucaso, después de los pasos en falso dados con anterioridad, he de decir que sí, además, has decortejarladeacuerdoconlasreglassociales.

QueCliffdisfrutabaconestoeraevidente.MaxibaatenerquecortejaraAmeliabajolaatentamiradadetodaslasgrandesdamasdelasociedadyhacerloluchandoabrazopartidocontratodoslos pretendientes que, en el camino, le saldrían aAmelia y quitándose de encima al enjambre demadresansiosasydehijascasaderasdeseosasdecazaraunode losúltimosgrandescalaverasysolterodeorodelaaltasociedad.Maxgruñóyseremovióincómodoenelsillón.

—Perseguir aAmelia de baile en baile, observando las reglas de decoro y esquivando a lasmatronasávidasdetodosolteroasualcancenoesloqueteníaenmente.

Cliffsonrió.—Peroes loque tehasbuscado.Yomebusquécasivolverme locodepreocupaciónsinsaber

nadadeJuliannadurantesemanasypasépormiparticularcalvarioypenitenciay,ahora,tú,hasdepasarporlatuya.Todospagamospornuestroserrores.

Cliffseencogiódehombros.Maxlomeditóunosminutosylomiróserio.—Estábien,acepto.Perohasdeprocurarmeayuda.Esomelodebestúamí.Cliffserio.—Y la tendrás. La tienes. Sin embargo, recuerda que mi deber principal es con Amelia, la

protegerépor encimade cualquier cosa.Séque tú tambiénpero…—Chasqueó la lenguae inhalóairelentamenteantesdecontinuar—:Avecesnosdejamosllevarynocalibramosensujustamedidalasconsecuenciasdenuestraspropiasacciones.

—¿Loquesignifica…?—Queteayudaré,Max,perotambiéntevigilaré.Yalahasdañadounavez,nodejaréqueocurra

una segunda, y te recuerdo que cinco años atrás túme hiciste lamisma advertencia en relación aJulianna.

Maxasintió.—Esjusto.Volvióasonreíry,relajado,sedejócaerenelrespaldoacomodándosemejorenelasiento.Más tarde Cliff entró en la mansión tarareando y sonriendo como un gato que acababa de

zamparse el plato de leche del gato vecino. Se le acercó en el vestíbulo Maxi arrastrando elcochecitodelapequeñaAnna.

—¿Maxi? —preguntó desconcertado acercándose a él mientras Furnish recogía sus guantes,sombreroygabán.

—Papi.—Elpequeñosuspirócasiexhausto.—¿Quéocurre?Miródentrodelcochecito,dondeAnnapermanecíadormida, le tocó lamejillaa lapequeñay

despuésseagachófrenteasuhijo.—Papi.—Sepusodepuntillasymiróundereojoasuhermana—.MelhadejadosueltaaDoody

ynolaencontramosycomoaraña,noquieroqueseacerqueaAnna.—Seirguióorgulloso—.Leprometíamamiquenoseacercaríaaella.

CliffmiródesoslayoaFurnish.—Milord,llevacasiunahoravigilándola.Noseseparadeellanidejaquenadieseleacerque.

HadichoquesololoharácuandolaladyAmeliaencuentrealagataocuandollegasemilord.Lasdamasestánenlasaladetardeconsuexcelencia.

Cliffsonrió.—Gracias,Furnish.Elmayordomohizounareverenciaysemarchósonriendoapequeñolord,quepermanecíafirme

juntoalcochecitodesuhermana.CliffcogióconunbrazoaMaxyconelotroempujóelcochecitodevueltaalasala.—Estoyorgullosodeti,Max.Loscaballerosprotegenalasdamas,yconmásahíncosisetrata

denuestrasdamas¿verdad?,yentrelosdosprotegemosamamáyatushermanitas,¿noescierto?—Maxasintióconfirmezaagarradoalcuellodesupadre—.Ycomopremioporsertanbuenocontuhermana,tecompraréesecalidoscopioquetantotegustaba.—Lebesóenlamejillayloposóenelsuelo—.Peroesunsecretonuestro.

Enarcóuna ceja y el pequeño sonrió, contento por verse recompensadoy por tener un secretoconsupadre.Seenderezóyanduvojuntoasupadre,orgullosoycomplacido,hastalasala.

Clifftomóalapequeñaensusbrazosalllegaralapuertamientrasellacayolaabríaydejóelcochecito enelpasillo.Hizoungestocon la cabezaaMaxparaqueentraseprimeroyambos seadentraronenlasala.

—Gracias a Dios.—Suspiró Julianna—.Mely ha perdido a la gatita yMaxi se ha puesto tansobreprotectorcomosupadre.

Cliffserioyguiñandounojoalpequeñodijoorgulloso:—Comodebeser.Elpequeñotardópocoensalirenbuscadesuhermana.Cliffseacercóasuesposayledioun

beso:—Señoras.—Mirósonrientealasdamas—.Almirante—añadióacomodándoseeneldivánjunto

aJulianna—.Mealegrainformarquenuestrobarcoaladerivahavueltoalarutaesperada.Elalmirantesonriódivertido.—Tranquilizador, sin duda, tranquilizador. —Miró divertido, retomando casi de inmediato la

partidadeajedrezquejugabaconJulianna—.Espero,tramposilla,quesolomeintenteshacertrampaenelajedrez.—Lededicóunasonrisamuypaternalistaasucontrincante.

—Excelencia—sepusolamanoenelcorazón—,meofende.Yonohagotrampasenelajedrez,soloadaptolasnormasamiconvenienciaeinterés.—Sonriómirándolodesafiante.

—Desvergonzada.—MiróaCliff—.¿Perosepuedesaberqué lehasenseñadoenesosviajes,muchacho?

Cliffserio.—No,no,almirante.Dirijasuscañonesenotradirección.Hizoungestodecabezaendireccióna la tíaBlanchey todas lasdamas se rieron.La tía, sin

ningúnruborenelrostro,señalóconteniendolarisa:—Almirante, es prerrogativa de toda mujer intentar adaptar las reglas, que siempre parecen

destinadasaperjudicaranuestrosexo,paraintentarpaliarlasinjusticiasylograrasíunresultadomásequilibrado.

Elalmirantepestañeóantelarespuestadelatía.

—¿Ycómosesuponelasreglasdelajedrezperjudicanmásalasdamasquealoscaballeros?LatíaBlanchesonrióydijo:—Bastedecirquelametayobjetivoúnicodeljuegoesderrocaralareina.Amelia y Julianna se rieron por lo bajomientrasCliff ponía los ojos en blanco y el almirante

resoplaba.SegiróparamiraraJuliannadefrente:—Más te vale —dijo con ese tono de reprimenda tan propio de los padres mayores—,

tramposilla,quemedesdobleracióndepasteldechocolateparacompensarmeesteagravio.Juliannaserio.Enesemomento,llamaronalapuertadeentradaygirandoelrostroytrashacer

unaseñalaCliffparaquelepusieseenelregazoalapequeña,señaló:—DebedeserlordCalverton.CliffdepositóaAnnaconcuidadoenelregazodesuesposajustocuandoentrabaWilliam,que

hizounaeleganteinclinación.—Buenas tardes, excelencia. —Se oyó al almirante carraspear y William se rio antes de

corregirse inmediatamente—. Buenas tardes, almirante, señoras, Cliff. —Cada vez se sentía máscómodo con esa familiaridad que le brindaban, pensaba relajado. Miró en derredor—. ¿Y lospequeños?

—Estáncomolocosbuscandoasugatita,lahanperdido.Amelia contestó acercándose para invitarlo a unirse a ellos y tirar de la campanilla para que

llevasenelserviciodeté.Williamsonrióysacólamanoqueteníaasuespaldaconlagatitaenella.—Creoquelaheencontrado.Estoydestinadoaencontrarlaunayotravez.—¿Dóndeestaba?—preguntóJulianna.—Debajo de uno de esos… ¿Cómo se llaman las enormes piezas de porcelana azul de la

entrada?—preguntómirandoaAmelia.—Macetones—respondiócasiporinerciaella.—Puesdetrásdeunodelosmacetonesdelvestíbulo—susurrandoperoenuntonoaudiblepor

todosañadió—:Siempreenseñándome¿noescierto,Carboncillo?Amelianegóconlacabezacongestoderesignación.Deinmediato,aparecióFurnishenlapuerta.—Furnish, ¿podrían servirnos el té y los dulces que preparó mi sobrina esta mañana? Y, por

favor, traiga a los dos diablillos aquí, gracias—ordenó con aire distraído tía Blanche mientrasdejabaaunladosubordado.

MinutosdespuésaparecióFurnishcondosdoncellasyelserviciodetéylosdulcesseguidosporlosgemelosconcaradepreocupación.

—Papi…—GimoteóMelyacercándoseaél—.NoencuentroaDoody.Cliff sentó en su regazo a la pequeña mientras le acariciaba con la nariz la mejilla, algo

enrojecidaporhaberestadollorando,enungestocariñoso.—¿PorquénomirasalordCalverton?—Lapequeñalomiróycuandoesteenseñóalagatita,la

niñaquisoiraporella,perosupadrelaretuvo—.No,cariño,dejaquelatometuhermano.Ellalomiróyasintióaliviada,porqueelanimalitoestabasanoysalvodejándoseconsolarporsu

padre,queleacurrucabayleacariciabalasmanitas.WilliamlepasóelanimalaMaxi.—Quizás podríais buscarle un pequeño cascabel y colgárselo del cuello con una cinta. Así

siemprepodríaisoírla.Maxilomiróunsegundoydespuésasupadre,queabrazabacariñosoasuhija.—Esunabuena idea—contestóCliff,besóen lamejillaa lapequeña—.¿Porquénovaiscon

Furnish,seguroqueélsabedóndeencontraruno?Peroregresáisenseguidaquesinoelalmiranteosdejarásinpastel.

Lapequeñasebajódelregazodesupadreysegiróparaverlo.—Le voy a poner una cinta rosa. —Antes de que ni su hermano ni su padre discutiese su

sugerencia,larazonófirme—:Esniña.Tienequeserrosa.ElpequeñoMaxiresopló,peronodiscutió,simplementemiróasupadreyseñaló:—Estoyrodeadodechicas.—Ymeneólacabeza.

Todosserieron,peroClifflecontestódivertido.—Maxi,cuandocrezcas,esoteencantará,yaverás.Suhijolelanzóunamiradadeconvencidaincredulidad.Ameliasirviólastazasdetéparatodosy

la de café para Cliff y, mientras todos departían degustando los dulces de cacao, crema y caféamericanoshechosporJulianna,selevantó.

—Disculpad—dijo para marcharse—. Voy a buscar a los gemelos para que tomen el té connosotros.—Seacercóa Julianna tomándolealbebéenbrazos—.YyaeshoradequedejemosaestapequeñaenmanosdelaseñoritaDonnaparaqueduermaensucunacomoDiosmandaynoenlosposesivosbrazosdesuspadres.

Cliffserioycontestóantesdequeellasedieselavueltayseretirase.—Mi gatita encuentramis brazos irresistibles e infinitamentemás cómodos que su cuna ¿Quién

puedeculparlaporeso?Esigualquesumadre.TantoAmeliacomoJuliannasesonrojaron.—¡Cliff!—lereprendióJulianna,yélserioconunbrillotruhanenlamirada.En cuanto Amelia se marchó, Cliff, cogiendo otro dulce de café y mirando a los presentes,

señalóconseriedadperoconciertotrasfondodeverdaderoregocijo.—Ahoraquelapequeñasehamarchado,podemoshablardeunasuntoconlibertad.—Todosle

miraron,aunqueelalmiranteparecíamás interesadoenelpastelqueestabadevorandoqueen laspalabras de Cliff, por lo que este carraspeo obligándole a centrarse en él—. He conseguido—sonrióconevidentearrogancia—,digamosmásacertadamente,queheinducido,aMaxapasarporlapruebapúblicadeuncortejodeAmeliaeindependientementedecortejoprivadoquepermitiremos,dentro de unos límites, por supuesto.—Miró a tíaBlanche, que sonrió con elmismo regocijo defondoque el deCliff—.Va tener que demostrar públicamente no solo su interés por nuestraMelsino, además, su total rendiciónydevociónpor ella, yhacerlo,paramás inri, de acuerdocon lasnormas de decoro, de cortesía y de conveniente comportamiento impuesto por las más estrictasreglasdelmundillosocial.—Seriomalicioso—.Loquevaasuponerunaauténticatorturaparaél,peroquedemostraráatodosyaAmeliaqueellaysoloellaesladamaelegidanosolocomosufuturaduquesasinocomosuúnicacompañera.

Juliannaysutíalomirabanconlosojoscomoplatos.Conautenticoasombroenelrostroyenlavozpreguntó:

—¿Has conseguido queMax acepte someterse a los dictados de la sociedad y “perseguir” aAmelia no como un pretendiente cualquiera sino como un pretendiente enamorado de manerapalmaria,notoriaypública?

Cliff asintió con una sonrisa petulante. La tía Blanche comenzó a reírse entre dientesmientrasdecíasosteniendoentrelasmanossutazadeté:

—NosésiesoteconvierteenuninteligentemanipuladordelasituaciónafavordeAmeliaoenelmalvado,sádicoycrueltorturadordeMax…

Cliff se rio y con un tono indolente y petulante señaló,mirando a todos con clara arroganciasatisfechaenlamirada:

—Yoprefieroconsiderarmeungenioadelantadoacualquierotramenteprivilegiadademitiempo.—¡PorelamordeDios,Cliff!Soloestáshaciendodealcahueta,nodescifrandolosmisteriosde

lavida.—Juliannaresopló,dándole,sinembargo,unbesoenlamejillaconlasonrisadibujadaenloslabios.

En el fondo sabía que haber logrado ese compromiso por parte de Max era del todosorprendente, inauditounosdíasatrás,yCliffsedeleitóviendoeseorgulloyasombroenesemardecolormieldesuesposa.

—Aun así—intervino el almirante, y movió un dedo en el aire en dirección a Cliff—, estásdisfrutandomásdeloqueseríanaturalenestecaso,loquemellevaapensarqueestosoloesunaparte.¿Quétetraesentremanos,muchacho?—preguntóenarcandosuspobladasycanosascejas.

Cliffserio.

—Meconocedemasiadobienparaocultarlenada.—No, hijo, es que todo lo que sabes demanipulación,maquinación y estrategia,me temo, lo

aprendistedemí.AunqueconfiesoquetúyMaxsiemprefuisteisalumnosaventajados.Losdosserieron,aclarándoledeinmediatoelalmiranteaWilliamqueélfueelmentordeCliff

y deMax en laMarina Real y, en parte, responsable de los marinos y capitanes en los que seacabaríanconvirtiendo.Conunpocomásdeseriedad,Cliffcontinuó:

—Nopodemos interponernosniponer trabasa este “cortejopúblico”que lehemos impuestoaMax,yaquetodosqueremosquellegueabuenpuertoydelmejormodoposible,desdeluego,sinembargo…

—Sin embargo —continuó el almirante—, tampoco se lo vas a poner fácil a ese hijo mío.¿Cierto?

—Cierto —aseveró orgulloso Cliff—. Hasta ahora ha sido un terco, obstinado y obcecadocazurroy,aunsinpretenderlo,nosolohacometidovarioserroressinoque,y,denuevoinsistoquedeunmodoajenoasuvoluntad,hahechodañoaAmelia.—Juliannaibaaprotestarpordondeveíaqueibasumarido,peroesteseleadelantó—.No,no.Noestoydiciendoquevayamosahacérselopagar,perocreojustocastigohacerqueseganeelpremiofinal,ycomoestenoesotroqueunajoyaúnica,nuestraAmelia,almenosnovamosaconsentirquenodemuestrequeesmerecedordeella¿nocreéis?

Williamserioynegóconlacabeza.—Y ahí es donde, presumo, entro yo, como un supuesto pretendiente a batir o al menos

desplazar.—Seriosuavementealverel rostrodediversióndeCliff—.Menosmalqueesunodesusmejores amigosyelpretendientequeconsideramásadecuadoparaCarboncillo,noquerríaniimaginarme de a qué otras “torturas” sería capaz de someter a sus enemigos o peor aún, apretendientesinadecuados.

DenuevomeneólacabezaclaramentedisfrutandodeladiversióntantocomoCliff,elcualsoltóunasonoracarcajadaanteelrazonamientodeWilliam.

—Bueno—dijointentandoparecerinocente,ysuspiró—.Creoquepodríamosobligarlea“bailarelagua”aMelportodoslossalones,bailesyfiestasdeMayfairduranteunassemanas,conWilliamsiempreatento,siemprecercanoaellaycomo“supuestocompetidor”,claro.—Sonrióconunbrillodemalicia en los ojos—.Además, deberá demostrar ante los ojos de todas lasmatronas,madresconhijascasaderasytodosaquellosávidosderumoresque,elanteriormenteconsideradocalaveraporexcelenciadeLondres,“traslapérdidadeotrosmásnotoriosysindudahábiles…”—Juliannalediouncodazoen reprocheporese toquedeautocomplacenciaqueél simplemente recogióconunasonrisadeorgullo—.Comodecía…—lelanzóunalevemiradaseductoraasuesposa—,queese otrora impenitente libertino, ha caído rendido e irremediablemente seducido por la mejor detodas las damas de la ciudad.NuestraMel.—Sonrió orgulloso haciendoun gesto absolutamenteteatralantesdedevorarunpanecillodecrema—.¿Quélevoyahacer?LasdamasMcbethmehanconvertidoenunromántico.

Sezampóelpanecilloydespuésbesólamanodesuesposacorroborandosuafirmación.JuliannalomiróunsegundoyañadiósonrientecentrandosuatenciónenWilliam:

—Y eso, además, nos brindará la ocasión perfecta de pasear a William por los salonespresentándolecomoelmejorymásdeseabledetodoslossolteros,alascandidatasmásaptas.—ElpobreWilliamlomiróconunamezcladeresignación,estupefacción,espantoyagradecimientoensumirada—. Es más —dijo acercándose un poco a él y cogiéndole la mano—, Mel ya tiene lacandidataperfecta.

Williamsequedópetrificadoytodosguardaronderepentesilencio.—¿Lo?—carraspeó—.¿Lodiceenserio?Casinosalíadesuasombro,pues,aunqueya lehabíahabladoAmeliadesu ideadebuscarle

unadamaadecuada,ensumenteaúnparecíaabstractaydifusa.Juliannaasintióconfirmezayconunadeslumbrantesonrisa.

—Es,es…—Derepentenegócon lacabeza—.No lediréquiénesyAmelia tampocoporquecree,bueno, lasdoscreemos,quesevaaenamorardeellaencuanto laconozcaynoqueremospredisponerle.—Lomiróunmomento—.CuandoAmelia laconocióelpasadoaño, sehizoamigasuyacasideinmediato.Esunagranmuchacha,William,seloaseguro,ynosoloesbonitaydulcesinoqueesagradable,debuentalanteymuy,muyinteligente…—Oyeronlosrevoltosospasosdelos gemelos acercándose por la galería que accedía al jardín seguidos de los de Amelia.Rápidamente JuliannamiróaWilliam—.Hadeprometermequenodiránada,pero leaseguroqueAmeliatieneunojocerteroconlaspersonas.Losconoceaambosyquierelomejorparalosdos.Sinoestuviesecompletamenteseguradequesonelunoparaelotro,nisiquieramelohabríasugerido.—LospasossepararonenlapuertayellasusurróaWilliam—:DebesaberqueMelnosololetieneenunagranestima,sinoquelequierecomosuprimerymáscercanoamigo.

William la miraba y más que sentirse asombrado, que lo sentía, o enfadado por ese giro deacontecimientos,sintiómuchoagradecimientohaciaaquellaspersonasymuchaternuraycariñoporAmelia,peroporencimadetodoello,esperanza.Esperanzaenlavidaquesehabíaimaginado,enla familia que deseaba tener y que sabía con certeza absoluta era lo queAmelia quería para él.Cuando se abrió la puerta todos disimularon haber estado hablando de temas sin trascendencia,aunqueWilliamnopudo evitar sonreír envarias ocasiones con especial cariño aAmelia e inclusobromearconlaideadeconvertirleenelsolterodeorodelatemporada.

A lamañana siguiente, denuevo salieron todos amontar aprimerahorapero, en estaocasión,Max acompañó a Amelia mientras que William se disculpó la noche anterior mediante una notaalegandotenerasuntosqueatender.

MaxsiguióunodelosconsejosdeCliff,omásbienunadelastácticasempleadasporélcuandocortejabaaJulianna,montarasolasconAmelia librándosedelmozoque laacompañabaconunaexcusasencillayllevándolaaalgunadelaszonasmenosconocidasytransitadasdelosterrenosdela escuela. Estuvieron cabalgando durante media hora dejando a sus monturas liberarse ydisfrutandodepoderhacerjuntosyencordialcompañíaeseejercicioqueaambostantolesgustaba.Después de ese rato, y habiéndola conducido hábilmente a uno de los páramos más bonitos ynormalmentesintranseúntescuriosos,hicieronaloscaballosrelajarse

—Amelia, dejemos a los caballos descansar un rato—propuso deteniendo su bayo—.Demosmientrasunpaseoparaestirarlaspiernas.

Noeraunapreguntaniunasugerencia.Lodecíafirmeconesetonoseductor,suaveyseguroquedominaba tanbien.Amelia lo imitódeteniendoaGranadaasualturae instantesdespués, sinsabercómo,lahabíabajadodelcaballoylallevabadelbrazopaseandoporesebonitolugar.Comonopodíaabordarsinmáseltemaquerealmentequeríatratarconellasepropusoirpocoapoco.

—Amelia—lamirabadesoslayomientrascaminaban—,heestadopensandoeneseasuntodelpatiodelorfanato.—Amelialadeólacabezafijandosumiradaenélsinsercapazdedecirmásqueun “oh” por respuesta—. Anoche, tras cenar enWhite’s con unos viejos compañeros de armas ycomentarquecambiélasvelasdeminavíoantesdecedérseloasunuevocapitán,medicuentadeque las velas serían una solución más que factible para cubrir el patio.—Se detuvo, instándolatambién a detenerse, y lamiró de frente—.Con unos pocos ajustes solo tendréis que poner unospernoseneltechodelosqueusamosennuestrosmástilesyanclarnosparapodersujetarlastelas.Enverano,notendréismásquedesatarlasparadescolgarlas,lavarlasantesdeguardarlasdenuevoparaelinviernoo,ensucaso,haceralgunosarreglillosysolucionado.Losmaterialesdelasvelassongruesosyresistentesyfácilesderepararporalguienhabituado.Podríaiscontrataraalgunodeesosviejosmarinerosjubiladosodemasiadoenfermosparaembarcar,conloquelograríasnosoloayudarles a ganar unas libras que, a buen seguro les vendrían bien, sino, además, que lo haganmanosexpertasyporpocodinero.

Amelialomiróyporunosinstantespareciómeditarlo.—Pero,sinonosdiesesanosotrosesasvelas¿adóndeiríanaparar?Maxhizounamueca.

—No estoy seguro. Se deja enmanos de alguien del puerto que imagino le daría algún uso,aunque no sé ni puedo aseverar que sea uno honrado o simplemente decente. La verdad, prefieropensarquevamosadarleunomejor,almenos,unoqueconozco.

Amelialomiródenuevoarrugandounpocolafrente.Maxconocíadesobraesegestotansuyo.Lo ponía cuando se concentraba en algo y cuando leía los clásicos. Siempre le había resultadodivertido y tierno verla sentada, sobre todo en Navidad, frente a la chimenea leyendo conminuciosidadcadapágina,cadalíneainclusocadapalabracomosiestuviesedesentrañandograndesenigmasoelverdaderosentidoqueridoporquieneslosescribieronynoelliteraloelmássencillo.Todo en ella era un compendio de detalles complejos, de una personalidad rigurosa y a la vezsencillaypragmáticaperosoñadora, imaginativayrománticaincurable.Loasombrosodetodoeraque él la conocía tan bien o mejor que a sí mismo, y lo había logrado poco a poco, sinproponérselo, pero, de algúnmodo, de una forma irremediable, como si su voluntad hubiese idounospasospordelantedesucorazónyeste,asuvez,unospasospordelantedesumenteydesurazón.

Sinpensarlo,Maxalzó lamano,posándolaensucuello,yconelpulgar leacarició lamejillaconsuavidad.Ellaabriómuchos losojos, sorprendida,peronosemovió.Comosiunacuerda losunieseyunotirasedelotroparaacercarlos,Maxdiounpasoyconelbrazolibrelaacercóporlacintura,seinclinóyelpulgarconelqueleacariciabaloposóbajósubarbilla, instándolaalzarelrostro.Consuslabiosposándoseconsuavidadenlosdeellasusurró:

—Lavezanteriornofueunerror,yestatelodemostrará.Sinesperarrespuestaoreacciónlabesóconternurapero,sobretodo,conpasión,muchapasión.

Ameliatardóunpocoenreaccionar,peroenseguidaquedócautivadaporsucalor,poresasuavidady,¿porquénodecirlo?,poresapericiaymaestríanadadesdeñables.Cuandolainstóconloslabios,con la lengua y con sus suaves movimientos a abrir los labios un poco más, él se adueñó, seapoderóyconquistósuboca.Comounguerreroquesesabevictorioso,lasaboreóaplaceryella,comounacautivareducidaenbatalla,sedejódevorarydisfrutóenelproceso.

Ameliadejódenotarsusextremidades,ysintiendocómolasrodillasleflaqueabansepegómásal cuerpo firme, poderoso, que sentía ya envolviéndola, y Max la sujetó con firmeza pero sinrudeza,abrazándolayatrayéndolamásymáshaciaél,notandocómosuscuerposencajabana laperfección.Ameliaalzólosbrazosconintencióndeapoyarseensushombros,perocomosituviesenvidapropia,estoscontinuaroncaminohaciasunuca,enlazandosusmanostrasellayenredandolosdedosenlassuaveshebrasrizadasqueacababanjustoahí.Esegesto,esacaricia,convirtióenunríode lava lasvenasdeMaxyenunahambrientafieraal restodesucuerpo,por loqueseobligóatomar las riendasde sudeseoya tensarlas firmesparanocometerallímismouna locura.Nosinesfuerzo fue poniendo poco a poco fin al beso y a las caricias y cuando, al fin lo interrumpió,levantó lentamente la cabeza manteniendo a Amelia entre sus brazos segura, ayudándola aconservarelequilibrio.Estabapreciosa,sonrojada,algotemblorosa,conloslabioshinchados,Maxnopudoevitarqueselecurvasenloslabiosenunasonrisapetulantemientrasellaabríapocoapocolosojos.Lebrillaban conunamezclade sorpresa, deplacer yde inocenciaque eradelicioso, almenosparaMax.Denuevo,manteniéndolaaúndentrodesuabrazo,inclinóunpocolacabezaparanotar,solounpoco,elcalorylasuavidaddesuslabiosydespuésderozarconternurasumejillalesusurró:

—Nohasidounerror,nohasidounerror.La besó como si fuera una pluma y se apartó de ella con suavidad, dejándola afianzarse de

nuevosobresuspies.Ellamirabaelbrilloazulquebañabaelgrisdesusojos,sonrojadamientrasdejabacaerlosbrazosaloscostados.Antesdequeempezaseaanalizardemasiadoloocurrido,élletomódelamano,lallevóhastasuyeguay,sinningunapalabraoaviso,laaupóhastalasilla,laayudóconelestribo,lepasólasriendasysegiróparamontarensucaballoconrapidez,sonriendoporqueellahabíahecho todasestasúltimascosascomounaniñaadormiladaa laquearropansinque oponga resistencia.Una vez sobre su silla, colocó su caballo junto a la yegua deAmelia y

mirandoasustodavíaaturdidosojospreguntóconvoztranquila:—¿Cabalgamosdevueltaalaspistasdeentrenamiento?Seguramentepodamosmontarunpoco

conlosgemelossinosdamosprisa.Esperóunossegundosyellaenvezdecontestarpreguntó:—¿Porqué?Maxlamirólosojosmientraspreguntabaasuvez:—¿Porquéquieromontarconlosgemelos?Ellanegóconlacabeza:—¿Porquéhashechoeso?—Señalódondelahabíabesado.Maxcasiseríe,peroellajamáslehabríaperdonadohaberlohecho.Ella,soloella,conseguía

desconcertarloydivertirle almismo tiempo.Lamiróa losojosyconunavoz firmeperoconesacadenciaqueconseguíaimpregnardesuavidadsuvozdijo:

—Porquenopuedoevitarlo.Sin añadir nada más espoleó su montura para hacerla trotar y, en cuanto notó que Amelia lo

seguíaaumentóelritmoparacabalgardejándolaalcanzarleeiralapar.Apenas dijo nada en el camino de vuelta ni tampoco en el almuerzo ni ya en la cena cuando

normalmente,trasvisitarlaclínica,comoesatarde,solíaabrumarasutíaconunbuennúmerodeanécdotasdelaspersonasqueconocíaoacababadeconocer.Perodurantetodalaveladaapenasparecíaconcentradaenseguirlaconversaciónasualrededor.

—Mel.—Sutía leapretólamanoinstándolaavolverelmundodelosvivos—.Mel,querida,JulstepreguntabasihabíasmandadolanotaalaseñoritaMarkerson.

Lemantuvolamiradaduranteunossegundosconlacejalevantadadesdesusitioenlacabeceradelamesa.

—Umm,losiento,tía,estabaunpocodistraída¿Quémepreguntabas?—QueríamossabersiconcertastelacitaconlaseñoritaMakerson.—Oh,sí,disculpadme,nooslohabíadicho.Creoquetengosucontestaciónenmitocador.Está

de acuerdo. Nos reuniremos con ella en la sombrerería de Bond Street. No quise decirle dóndetenemos pensado llevarla para que no se incomode, de cualquier modo, ya he enviado algunosdetallespreviosamadameparaquenosayudeunpocoasuavizarlasituaciónylograrquenuestraamigasesientacómoda.

Parecía,al fin,haber retomadoel interésporello, tantosu tíacomoJuliannasededicaronunafugazmiradapararetrasarparamástardelapreguntaevidente,esdecir,¿cuáleraelmotivodesudestacada ensoñación?Enel fondo, lamirada intercambiadade ambas implicaba la certezade larespuesta,nohabíaquesermuyhábilpara,almenos,hacerunaconjeturabastantepróxima.

Cliff, que no conocía el nuevo objeto de los tejemanejes de las damas de la casa, preguntómientrasservíanlospostresenarcandoinquisitivamenteunacejaymirandoalternativamenteatodaslasdamas:

—¿LaseñoritaMarkerson?—EslaamigadeAmeliaenlaquequeremosposarlosojosdeWilliam—contestósincortapisas

tíaBlanche—.Esunajovencitaencantadoraydebuencorazón.—Hizounamueca—.Creoqueeseesunodelosmotivosporlosquenolefuedemasiadobienlatemporadapasada.

ConesteúltimocomentariodespertóelinterésdeCliff,queenarcólacejalosuficienteparaqueJuliannaapreciaselacuriosidadaguijoneadadesumarido.

—Esposiblequehayasconocidoalpadredelaseñorita.—Hizoungestodespreocupadoconlamano—. Disculpadme, pero me resulta difícil referirme a ella así. Cloe, su nombre es Cloe.—Respiróhondo—.SupadreeraeldifuntocapitándecaballeríaThomasMarkerson.¿Loconociste?—MiróinterrogativaaCliff.

Estelopensóunmomento,peronegóconlacabeza:—No, no lo conocí. Pero no me es desconocida su persona. Era un excelente oficial.

Condecorado.Erabastantemayorqueyoy,sinomeequivoco,hijodeuncondeodeunvizcondeo

algoasí,¿noescierto?Juliannaasintió:—De un vizconde. Era el tercer hijo de un vizconde. Obviamente su familia esperaba que se

casaseconunadamaconfortuna,noqueentraseenelserviciomilitarvoluntariamenteymenosaúnque se casase, como hizo, con la hija de un vicario deKent.Después de eso, toda la familia delvizconde, incluidossushermanos, lediolaespalda.Por loquesabemos,aélpocole importó,yaqueerafelizconsuesposaydespuésconsuhija,Cloe.Ambasfueronconélatodoslosdestinosalosqueleenviaronduranteaños.

FueAmelialaquecontinuó:—No debió ser una vida fácil. Constantemente cambiando de país, todos ellos tan alejados e

inseguros,viviendosinmásayudaqueelcargoqueostentabaelcapitán.PorloquenoscontóJonas,entrelosmilitaresdecaballeríaescasiunaleyenda.Destacóporsuvalorenloscamposdebatalla,por suentregaen ladefensade supaísyde sushombresypor serunoficial severopero justoyadmiradoporquienesestabanbajosusórdenes.FallecióenlasIndiashacedosañosdeteniendounapequeña insurrección, creo recordar.Unos años antes había fallecido, a causa de unas fiebres, suesposa.Aúnentonces,Cloepermaneciójuntoasupadreysoloregresócuandoélfalleció.Viveconla hermana pequeña de su padre desde entonces. Esta se casó con un barón y aceptó acogerlaaunque…—Hizoungestodedesaprobación—.Lohanhechomásparaevitar,oalmenoseludir,lasposibleshabladuríasyreprochesqueporquererrealmenteayudarla.

JuliannasuspiróymiróaCliff:—Yasabescómosonalgunosconloqueellosllamanfamiliarespobres.Cliffasintió:—Puedoimaginarmelasituación,sí.—Ni su tía ni sus dos primas pierden ocasión para criticarla o menospreciarla allá donde se

encuentren,sinprestaratencióna losoídosquepuedanteneralrededor,ávidosderisasacostadeotros.

DenuevoCliffasintió.—Ysieso,claramente,nolehizomásfácilsuirrupciónenlaescenasocial,tampocoloesquele

recuerden, constantemente, su falta de fortuna, de relaciones e incluso su falta de habilidad entretanta jovencitacurtidaenestas lidesy susmadresaúnmásdeseosasde sacarpartidoa lospuntosflacosdesusrivales—AñadióconprácticarapideztíaBlanche.

—Peroesunajovencitapreciosa,Cliff.—SonrióJulianna—.Tieneese tipoderostrodulcey lamiradabondadosaquetransmitentranquilidadyserenidad,¿verdad,Mel?

Ameliaasintió.—Yesqueella es así.Vivió sintiendoel cariñodeunospadresamorososynoentiendecómo

puede ser la gente tanmezquina,más aún personas que son de su sangre. Pero, después de unosmesesconellos,haacabadocomprendiendoloqueamíaúnmesigueresultandoincomprensible.—Hizounmohíndeenfado—.Cuandolatíahadichoquenolefuebienlatemporadapasadafueportodo eso que hemos dicho pero, también, por dos cosasmás. La primera, que ella es demasiadobuenaparaactuarconlamaliciaquenecesitaríaparasobreviviralladodesutíaysusprimasydelas damas amigas de todas ellas. —Tanto Julianna como tía Blanche asintieron, confirmando laapreciacióndeAmelia, lo que hizo queCliff tomasemás conciencia del cariño que lamuchachitadebíahaberdespertadoentre las féminasde su familia,por loque sonrió—.Y lo segundoes, es,bueno,carecedemediospara…

TíaBlancheletocólamanoparaqueladejasecontinuar:—Cojamoseltoroporloscuernos.Trashaberledadodeladosufamilia,elcapitánsolocontaba

con supensiónmilitar.El vizcondeni siquiera fue capaz, lo que sin duda fue ruinpor suparte, demantener la asignaciónque, comohijo suyo, le correspondía.—Negó con la cabeza—.Vizcondeavaroymezquinodebíaser—murmuróenreproche—.Demodoquealapobrecillasololequedaunpocodelapensióndesupadreyalgunosrecuerdossuyosydesumadre.Labaronesa,sutía…

LainterrumpieronalavezJuliannayAmeliadiciendoalunísono:—Laurraca.Cliffserio.—¿Asílallamáis?Lasdosasintierontajantesconunasonrisamaliciosa.—SelopusoEugene—contestóJulianna,ylasdosserierondenuevo.—Ysusdoshijassonlaslechuzas—añadióAmeliadivertidariéndoseconlágrimasenlosojos.—Enfin,comodecíamos—mirólatíaalasdossobrinasparaquenolainterrumpiesenmás—,la

baronesanoqueríaayudarlamásque“recogiéndola”ensucasa.Dehecho,lohaceporpurointerésporquealapobremuchachalatienetodoeldíaatendiendosuscaprichosylosdesusprimas,quenodudanenabusardeellasinreparos.Solocuandoescuchódelabiosdealgunasgrandesdamesalgúncomentarioveladosobrelopoco“gentil”queeranopermitirlecompartirlatemporadasocialconsusprimas,sevio“inclinada”adejarlapaseardetrásdesusprimasporlossalones.Peronohaceni hará nada por favorecerla ni por ayudarla, menos aún sabiendo que, en cuanto permitiese quealgúncaballeroposaselosojosenella,eclipsaríasinremedioasusdospequeñasarpías.

—¡Tía! —la reprendieron sus sobrinas divertidas—. Después no nos reprendas por llamarlaslechuzas…—decíariéndoseJulianna.

Elalmirante,queyahabíadadobuenacuentadesupostre,intervinoporfin.—Ypor lo que desprendode vuestra invitación, vosotras os vais a encargar de que, tanto los

ojos deWilliamcomo los de cualquier otro soltero quemerezca vuestra aprobación, se posen enellasinremedio.

Lastresserieron.—Principalmente los ojos deWilliam—dijoAmelia con convicción—.A él no le importa que

carezca de dote y puedo aseguraros que ella es perfecta para él. Es dulce y cariñosa y será elequilibrioqueDoodynecesita.

—Solovemosunescolloennuestroplan—señalóJuliannamirandoalternativamenteaCliffyalalmirante—.Encuantolaayudemosaser…bueno,objetodeatenciones,sutíaysusprimasleharánlavida imposiblenosoloen losbailesyfiestassino,yestoes loquemásnos tienepreocupadas,cuandoesténenprivado,ensucasa.

Clifflamirómeditandoenaltoconelceñofruncido:—Desdeluegosicreenquetieneéxito,especialmentemásqueeldesusprimas,labaronesa,si

estalycomolahabéisdescrito,nodudaráentomarrepresaliascontraellaylepuedehacerlavidarealmentedifícildesoportarenlaintimidaddesucasa.

—Pues habrá que encontrar un modo de sacarla de allí y acomodarla en un lugar mejor—señalófirmeelalmirante

Amelialomiróconlosojosmuyabiertos:—¿Podríamos?¿Cómo?—Umm.—El almirantemeditóunos segundos—.Oficial de caballeríahabéisdicho, ¿verdad?

—Lastresasintieron—.Fácil.—¿Cómo?—preguntaronAmeliayJuliannaconansiedad.—Podría ser invitada por un compañero de caballería de su padre, uno que le admirase y

respetase y sintiese que era su deber ayudar a su hija, tras la pérdida de su querido padre, asobrellevarmejorsudolor.

—¿Quién?—preguntarondenuevo.—Mi querido yerno, por supuesto—dijo alzando el mentón con orgullo satisfecho—. Jonas,

comoantiguocamaradadearmasdesupadre,dalaexcusayelmotivosocialmenteadecuadoparaque la jovencita seaacogidabajo suprotección, además, su tíanopodránegarse a esa invitación,pues proviene de todo un marqués, con unas intachables relaciones a las que no le convendráofenderrechazandotangenerosaoferta.—Lascarasdelasdosjóvenesbrillabandeemoción,yconun gesto y un tono totalmente teatral añadió el triunfal desenlace que sumagistral cerebro urdía

sobrelamarcha—.Y,heteaquíque,comoelmarqués,nuestroJonas,esunjovenreciéncasadoqueestá, por decirlo de algunamanera, saboreando aún lasmieles de su nuevo estado, su suegro, elimponenteduquedeFrenton,esenevosoperoaúnbienconservadoygentilcaballero,sehaofrecidogustoso a suplirle unas cuantas semanas en la tarea y a “acoger” bajo su insigne protección a lajoven.—Sonriótriunfante.

TíaBlanchesonrió,siguiendoelbrillantehilodeexposicióndesuqueridoamigo:—Ycomonoesadecuadoqueunajovencitasolaresidaconunviudo,pormuyducalquesea,la

jovenseráescoltadaporlasdamasqueasiduamenteacompañanalduque.Esdecir,queelalmirantecontinuaráresidiendoconnosotras,y,conél,suprotegida.

—¡Esbrillante!—reconocióJulianna.—¿Noteimporta,tía?—preguntófelizAmelia—.¿Deverdadpodríaviviruntiempoaquí?—Claro que no me importa, es más, creo que voy a disfrutar de su compañía tanto como

vosotras.Porotrolado,esonospermitiráhacermásfácilparanuestrapequeñaamigaelqueacepte,sinsentirseviolentao incómoda, todos losvestidos,abrigos,sombrerosydemásfrusleríasqueséquetúyJuliannapensáiscomprarle.

Ameliase levantódeunbrincoydiounbesoasu tíaparadespués iraabrazaralalmiranteydarleunbesoenlamejilla.

—CreoqueFurnishdeberíatraerotrotrozodelpasteldemanzanaparanuestrohéroe.Elalmiranteserioy,mirandoalmayordomo,quepermanecíafirmeensupuestoseñaló:—Mociónaprobada.Cliffsonreíapor la facilidadconqueesas tresdamasrecogíanalmasnecesitadasdentrodesu

hogar,elalmirante,Eugene,Max,William,élmismo…Todosalosquebrindabandealgúnmodosucariñoacababanformandopartedeesapeculiarfamiliasuya.Moviólacabezaeinstóatodosalevantarse.

—Creoquepodríamostomareloportojuntoalasdamasenelsalón,almirante,yallípodrádarcuentadeesaraciónextradetartamáscómodamente.

SereíaaltiempoqueayudabaprimeroalatíaydespuésaJuliannaalevantarse.MiróaAmelia.—Pequeña,comoyoparezcoserelúnicoquenotieneunpapelasignadoentodaestacomedia

vuestra, ¿qué os parece si ejerzo de hermano protector? Uno que le presentará a los caballerosconvenientesyespantaráalosinapropiados.—Enarcólaceja,complacido.Creoqueejerzoyaconbastantemaestríaesepapel.—Lasdosjóvenesresoplaron,peroéllasignoróconvenientemente—.Además,estoysegurodequeconunpardepalabrassusurradasjovialmentedetrásdelosoídosdelcondeydelacondesa,podemosconseguirquenuestranuevadamitaseveaapoyadaportodoslossalones por ambos, sin mencionar, que junto a Eugene, Adele estará encantada de ayudaros envuestro…proyecto.

AmeliaserioytomóelbrazolibredeCliff,ymirándoselasdoshermanas,serierondenuevo.—Locierto,Cliff,esqueAdelevienemañanadecomprasconnosotras.Élnegóconlacabeza.—Observo con poca sorpresa que se ha apuntado rápidamente a la diversión y que no habéis

perdidoeltiemporeclutandoapoyosparavuestracausa.—Lasdosserieron—.Loquemellevaalasiguientepregunta,sielalmirantetienepremio,¿cuálseráelmío?

Lanzóunamiradamuydirecta a Julianna, que se sonrojó como lagranapero sonrió, y conunimperceptiblegesto, asintió contenta.Ameliapuso losojos enblanco,pero justo antesde sentarseseñaló:

—Como recompensa piensa en las muchas mañanas y tardes que te dejaremos solo para quemalcríesatushijosylasocasionesconlasquecontarásparapoderdisfrutardeAnnaycantarleatugatita todas esas cancionesmarinerasque tanto te gustany todo sinqueni Juliannani yo estemospresentespararefrenarte.

Cliffserio.—Ummypodréllevaralosniñosalzooaverlosleonesyesasenormesfierasdelcontinente

africano.—Las dos asintieron—. Y al parque a jugar con los patos del Serpentine aunque luegoacabenconsusropasalgomojadas.—Asintieron—.Yaverunacarreradecaballos.

—¡Esono!—respondieronlasdosaunísonomientrasCliffsereíaacarcajadas.—Paraque lospaseespor losestablosdondeaprenderán todo tipode frasesypalabrasdeun

deplorableysoeztonoqueluegonopodremoshacérselasolvidary,loqueespeor,querránimitarconsuscaballitostodoloqueveanenelhipódromo.—LosojosdeJuliannaseabríancadavezmásimaginándoselo—. No, no, no, Cliff, te lo prohíbo. Eso no, cuando sean más mayores. Mucho,muchomásmayores.

Cliffserioacarcajadasybesósufrente,sentadoenelbrazodelsillónjuntoaella.—Te estaba poniendo a prueba, amor. —Sonrió con aparente inocencia—. Las carreras de

caballo, demomento, no. Entendido.—De nuevo besó a su esposa—. Pero pienso cantarle amigatitatodaslascancionesqueconozco—añadiódesafianteenarcandounaceja.

Juliannasuspiró.—Esunasuertequeaúnnoentiendapalabraalguna.—Bueno,dehecho,esmuylista.Yadicepapá.Julianna y Cliff miraron con los ojos como platos a Amelia, que bebía un sorbo de té

tranquilamentetrassucomentario,yconunabrillantesonrisallenadeorgulloClifflepreguntó:—¿Migatitayadicepapá?¿Suprimerapalabrahasidopapá?Teníaunbrillodepurasatisfacciónyfelicidadenlosojosque,porunsegundo,Ameliapensóera

loquedebíaverJuliannacadavezquemirabaasumarido.Ellaasintiósonriendo.—Enrealidad,Cliff, solo lobalbucea.Esta tarde,antesdesusiesta,escuchódesde lacuna tu

vozenelpasillo reprendiendoaMaxiy lobalbuceó.Creíqueerami imaginación,porqueapenastieneochomeses,perolaseñoritaDonnatambiénlaescuchó.

Cliffselevantódegolpeysaliócomounrayodelsalónsinnisiquieraprestaratenciónacortesíaalguna. Amelia lomiraba tan sorprendida como todos, porque Cliff era demasiado recto para noobservarlasreglasmínimasdelabuenaeducaciónqueteníaimpresasbajolapielcomoelcaminaryelrespirar.Todosmirabanlapuertapordondehabíasalidoveloz,todos,menosJulianna.

—¿Adóndeva?—preguntóAmeliaanadieenparticular.Juliannaibaatomarlatazadeté,perosedetuvoydijocomosifueselomásnaturaldelmundo:—A por Anna. La acunará y arrullará mirándola con embeleso hasta que después suba y lo

obligueadejarladormirenlacuna.—Pusolosojosenblanco—.Yosadviertoquesepasarávariosdíasconellaenbrazoshastaquedigadelantedetodoservivo“papá”.Lohizoconlosgemelos.CuandoMaxdijoporprimeravezpapá,élnoparódepasearalosgemelosdeaquíparaallá,portodoel barco,hastaque ambosdijeronpapádelantede todosy cadaunode losmiembrosde latripulación.

—¡Dios bendito! —exclamó tía Blanche sorprendida–. No he visto nunca a un hombre tanembobadoconsushijoscomoeste.SimelohubiesenjuradosobrelaBibliahacecincoañosnolohabríacreídoposible.

Juliannapusolosojosenblancodenuevo:—Puesveráncuandoseenteredequeestoydenuevoembarazada.Ameliapegóungritodealegríaysutíaselevantóparabesarla.—Enhorabuena,cariño,esunanoticiamagnífica.Creoqueserécompletamentefelizconlacasa

repleta de todos los adorables pequeños que tengáis a bien regalarnos. Es… —empezaron ahumedecérsele los ojos y para disimular hizo un gesto con la mano—, serámejor que le des lanoticiamañana.—Sonrió—.Nocreoqueel corazóndeesehombre resistamásemocionesenunanoche.

Juliannaabrazóasuemocionadatía.—Ay, tía,otropequeñoalquemalcriar,¿verdad?—Su tíase riosuavemente. Juliannamiróal

almirante—.Yesteserániño,almirante,ya loverá,ynosolo llevarásunombresinoqueademás

serásupadrino.Elalmiranteseriocomplacido.—Pues,entonces, serámarinocomoyo—afirmó,ysonriósatisfecho—.Gracias,pequeña, será

unhonoryunprivilegio.

Capítulo7

Alamañanasiguiente,muytemprano,pusieronenmarchatodoslosplanes.Cliffsemarchócon

losgemelosasusprácticasdiariasdeequitación,trasenviarunanotaasuspadres,loscondes,parainvitarlesatomarel téesamismatardeenBrindfetHouse.Elalmirante, trasuncopiosodesayuno,puessegúndijoibaanecesitarlo,semarchóalacasadelmarquésdeFurllintong,nuevaresidenciaen Londres de su hija Eugene y de su yerno lord Jonas Bellintong donde, en ausencia de estos,hablóconelsecretariopersonaldelmarquéspidiéndolequeredactaseyenviaselacorrespondienteinvitación a la señorita Cloe Markerson con el preceptivo sello del marqués para auspiciar suacogidacomoprotegidatantodelmarquéscomodesusuegro,elduquedeFrenton.Elsecretario,que tenía órdenes de su señor de atender en su ausencia las órdenes del duque y de su hijo, seapresuróacumplirelmandatoasícomolapromesadeinformar,enlaprimeraocasiónpropiciaalosmarqueses de los planes del almirante.Tras ello acudió aWhite’s donde, por fortuna, encontró avariosde los antiguos compañerosde armasde lord Jonasque ledieron la informaciónnecesariatantodelcapitáncomodesuhijapara,enunmomentodado,poderresponderacualquierpreguntaincómodaquepudiereformularlelafamiliadelamuchachasobreelposibleinterésdelmarquésydeélmismoen la jovenyhacerlo,además,sin revelarningúndatoquepudierecomprometera lamuchachaenmodoalguno.AlsalirdeWhite’selalmiranteibarealmentesatisfechodesutrabajoydelaopinióndecuantosconocieronalcapitányasuhijapuesparecíanrespetarlesyadmirarlessino,sobretodo,sentirestimapersonalhaciaellos.

Porsuparte,Amelia,Julianna,tíaBlancheyAdeleseencontraron,comohabíanacordado,conlajovenenlasombrereríadeBondStreetpara,después,dirigirsedeinmediatoaltallerdemadameCoquette,quelasesperabaentusiasmadayencantadacomosiempre.

—Buenos días,madame—saludó Julianna después de hacerlo las demás—.Como le prometíhaceunosdías,lehetraídounosobsequios.

Madame la mirómás entusiasmada todavía y como una niña pequeña el día de Navidad fuesacandodelenormepaquetequeunodeloslacayoshabíadejadoenelcentrotodoslosobsequios

—Muchasgracias,Julianna,esdemasiado.DespuésdetantosañosconlasjovencitasymásaúncontíaBlanche,madameCoquettetuteaba

a lasdamasMcbeth,cosaquenohacíaconningunadesusclientasy tampococonellassi teníanotras personas alrededor, pero, en ese momento, estaban solas las cinco. Conforme sacaba lospaquetes y bultos iba diciéndolos en alto, sacos de cacao puro, café, especias de las costa deJamaica,hilosdeplataparasusbrocadosmáselaborados,encajesdelasmásfinasmanosdeunasmisionerasysedas,muchassedasalgunastanfinasqueparecíantransparentescomolamásfinagasayotrasdeun colorido tan favorecedorque cuando las sacaba iban acompañadasde todo tipodeelogiosyexclamaciones,y todasconun tacto tanexcepcionalqueparecían resbalardeentre losdedosalcogerlas.JuliannasereíacomplacidaporelarrebatodealegríademadamemientrasqueAdeleseasombrabadelosmaravillososmaterialesquetraíandesusviajesCliffyJulianna.

—QueridaAdele,ibaaesperarhastatucumpleaños,peromeparecequevoyaadelantarmeunassemanas —decía Julianna cuando madame se disculpó unos minutos para guardar todos losobsequiosantesdevolveryprestarlestodasuatención—.Tehemostraídovariosrollosdesedasyotros de encaje y de unos materiales muy parecidos al satén para que te confecciones algunosvestidos.Sondeuncoloridorealmentefavorecedor¿verdad,Amelia?

Ameliaasintióyserio:

—Yunoscamisonesquesonabsolutamenteindecentes.Tontamente,pensó,sehabíasonrojado,puesJuliannayAdelese lanzaronunamiradadeclara

comprensión, “camisones para nuestros esposos, que apenas duran puestos unos segundos…”.Cuando Julianna y Adele dejaron de lanzarse miraditas cómplices, Amelia se giró a la hastaentonces callada y también asombrada Cloe, se sentó a su lado y le tomó de las manos unossegundos.

—Cloe,sabesqueteconsiderounademispocasamigas,¿noescierto?—Lapobrecillaunpococolorada y desconcertada asintió—. Bien, en ese caso, has de saber que a todas nosotras nosgustaría…—segiróymiróasutíayasusacompañantes,queasintieronconfirmandoalosojosdelajovenlaspalabrasyelsentimientodeAmelia—quetevinierasavivirconnosotras,alacasademitía,duranteunatemporada.Claro,siatiteparecebien.

Lajoven,quehabíaabiertomucholosojos,dijoconunhilodevoz:—Nocomprendo.—Verás—intervino Julianna—, tu padre era un hombre admirado y respetado como oficial y

comounhombredehonorydepalabray,adecirdesuscompañeros,porserunbuenhombre.—Sedetuvo unos instantes para que la joven asimilase poco a poco sus palabras y así aceptase lapropuestaqueibaaescucharsinsentirseviolentanicomosifueraunactodecaridad—.Muchosdesus compañeros quieren ayudarte a pasar el trance de la pérdida de tus padres del mejor modoposible.UnodeelloseslordJonasBellintong,elmarquésdeFurllintong,maridodeladyEugene.—EllaasintióalescucharelnombredeEugene—.Jonasesbastantemásjovenquetupadrey,dehecho, solo lo conoció brevemente, pero considera un honor y el mejor modo de honrar a unhombrecomoél,brindartesuprotecciónyayudaenestosmomentos.

Cloesequedóunmomentocallada.—Pero…no sé cómo podría ayudarme, y tampoco elmodo en que yo podría agradecer esa

ayuda.FueentoncescuandotíaBlancheintervino:—Querida niña, de momento, esa ayuda consistiría en auspiciarte en la temporada, con la

inestimable ayuda de algunos amigos, por supuesto, o más concretamente, de algunos amigos ysobretodoamigas.—Sonrióanimosa—.Loprimeroseráinvitartearesidirensucasaeltiempoquelonecesites.

Lapobremuchachaabriólosojoscomoplatos.—¿Quiere,quiereacogermeensucasa…?—preguntótímidamente.—Enrealidad,como losmarqueses sonunmatrimonio joven reciéncasadoqueaúnpermanece

viajandotrassuboda,quienesvanaacogertegustosamenteensucasaseríamosnosotras—contestóAmelia.Lajovenparecíapetrificada—.Perocomoalosojosdelasociedady,sobretododetutía,hemosdedarunbuenmotivoparaquecambiesderesidenciasingenerarningúntipoderecelonidemurmuraciones, diremos, que aun cuando es el marqués el que te ha ofrecido y brindadooriginariamente su protección, en ausencia del mismo, primero, y, más tarde, para preservar suadaptaciónasunuevoestadocivildehombrereciéncasado,serásuexcelenciaelduquedeFrentonelqueejercerádefactoesaprotección.

—¿Voyaverme respaldadaenesta temporadapor suexcelencia?—preguntóasombrada,casiatónita.

—Ynosoloporél—intervinoriéndoseAdele—.Comoelalmirante,ohdisculpa,suexcelencia,es que todos le llamamos así.—Se rio suavemente al igual que las demás,menos la joven, queestaba cada vez más anonadada—. Como decía, como su excelencia es viudo, respetable y sintachaalgunaensuhonorynombre,perounviudoalfin,queresidesolotraselrecienteenlacedesuhija,resultaríapocodecorosoo,almenos,nolomásconvenientedeacuerdoconlosmásestrictosdictadosdelasnormassociales,queresidaunajovencitasolaconél,aunqueseasuprotegida.Peroeso nos lleva a lo importante.Verás, su excelencia reside actualmente, durante una temporada deduración indeterminada, en Brindfet House y, por lo tanto, tú, como su protegida, podrías vivir

perfectamente allí sin que ello genere escándalo alguno ni ningún tipo de sospecha, ni entre laslenguasávidasdechismesnuevosnien tu tía.Esmás, tu tíanosolocarecerádeargumentosparanegarteaceptarlainvitación,sinoque,porsubien,noseatreveráaofenderalmarquésymenosaúnalduque.

—Peroyonopodría,notendríaformadeagradecernipagar…Amelialetomólamanoylainterrumpió:—No tienes que agradecer ni pagar nada. Para nosotras es un placer y, creo que hablo en

nombredetodas,seríaunhonorquenospermitierasrecibirtecomonuestrainvitadaynuestraamiga.Cloeteníalosojosyatotalmenteinundadosdelágrimas.—Realmentemeencantaría,peronosésimitíalopermitirá.DenuevointervinoAdele:—Por tu tía no has de preocuparte. Nos hemos encargado de hilarlo todo bien y, como

decíamos,noseatreveráaofenderaquienesestánmuyporencimadeellatantoenlaescalasocial,como en la política y la económica, sin mencionar el poder de todas las personas que van aapoyarte.Noleconvieneponerlasensucontra,porsubienyporeldesushijas.—Sonriótriunfantealzandolabarbilla,orgullosa.

ContactoysuavidadtíaBlanchemedióentonces:—Querida Cloe. Vuelvo a reiterar que sería una inmensa alegría para todas nosotras que

aceptasesnuestrapropuesta.¿Querrías?Cloelamiróatravésdelveloacuosodelaslágrimasyasintió,todasexclamarondealegríay

tíaBlanchecontinuó:—Enesecaso,simepermites,teinformarédecómocreemosconvenienteactuar.—Cloeasintió

y tía Blanche continuó acomodándose mejor en su asiento—. Una vez que terminemos aquí, tellevaremosacasa,dondeAmeliaesperaráenuncocheenlapuertaconunpostillónydoslacayos.Puedes recoger todos tus enseres, bienes y recuerdos que tengas a bien llevarte contigo, ellos teayudarán a traerlos a casa cuando se lo pidas, lo cual, suponemos, será poco después de queterminesdeempaquetarlo,porqueaestahoratutíayadebehaberrecibidolainvitacióndelmarquésy estará en extremo irritada porque aunque la misiva vaya dirigida a ti, a buen seguro ya debehaberlaleídoyreleídodespuésdeverelselloconelqueibatimbradalacarta.Cuandolleguesacasa,deberásdecirlequedeseasaceptarlainvitaciónyquenoesconvenienteparaningunonegarseaelloporquepodríaserconsideradounaafrentapersonaldelbarónysuesposahaciaelmarqués.Créenos, a tu tía no le quedará otro remedio que consentir tu marcha y, al menos de cara a lagalería, loharáconlamejordesussonrisas.Nodebesdarlemásinformación,menosaún,decirlequeesperabaslainvitaciónyloquellevaconsigo.Haztesiquiereslasorprendidaosoloaparentaindiferenciasiloprefieres,peronoledigasnadamásparanosoliviantarla,asíteserámenosamargala despedida. ¿Crees que podrás hacerlo? ¿Estás de acuerdo con todo esto? Esperamos que noconsideresquehayamosactuadodeunmodoexcesivoodeltodoinadecuado,porquenoesnuestraintenciónponerteenunasituacióncomprometidaymenosaúnobligarteahacernadaquenodesees,pero si poníamos sobre aviso a tu tía de nuestras intenciones te habría complicado mucho laconvivenciaconellaeinclusotuposteriormarcha.

Cloenegóconlacabeza:—Todo…—Tuvo que tomar aire porque casi no tenía voz—.Todo lo contrario.No sé cómo

agradecer que se hayan tomado tantas molestias por mí, que se hayan preocupado tanto porasegurarse que todo resulte fácil para mí, cuando no tienen ningún deber hacia mí, ningunaresponsabilidad.Estánsiendoenextremoamablesygenerosas.—Selecortólavoz.

—Cloe, mírame, por favor. —Le pidió Amelia—. Queremos que estés bien, contenta y quetengasloquetemereces.—Lesecólasmejillasconunpañuelo—.Paraelloloprimeroquehasdehaceresdejardellorarporqueasínotevasadivertirnadalaspróximashorasypuedesestarseguraquevasadisfrutarsitedejashacerlo.

Cloelamirósincomprender.

—Ahoravienelaparterealmentedivertida—dijosonriendoAdeleyhaciendounaligeraseñalaunaseñoritaqueestabasentadaaunaprudentedistanciaquenolepermitíaescucharlaconversaciónperosíatenderalasdamassilonecesitaban.

InstantesdespuésapareciómadameCoquetteseguidaportresayudantesdebidamenteequipadascontodolonecesariopararealizarsutrabajo.LoprimerofuetomarmedidasalaentregadaCloeyutilizarlacomomaniquíbajolosojosylasmanosdetodasellas.

Durantelasagotadorashorasposteriores,tíaBlanche,Adele,JuliannayAmeliasupervisadasyaconsejadas por las manos expertas de madame eligieron telas, diseños, arreglos, detalles paravestidos,zapatos,abrigos,pellizas,sombrerosytodotipodecomplementos,sibiendejaronclaroalamaravilladayabrumadaCloequeesosoloeraelprincipio,yaquetendríanqueirapormedias,ropainterior,guantes,manguitos,sombrillas,tocados,bolsosymildetallesmás.Cloenosalíadesuasombro. Aquello era demasiado, y si bien en un primer momento señaló que no podía aceptarporque erademasiadocostosoodemasiado elegantepara ella, la cuestiónquedózanjadade raízcuando tía Blanche, en tono solemne, declaró que ninguna jovencita bajo su protección tendríamenosquelasdemásyquenoadmitíaunpero,unaquejaounreprochealrespecto.Bajosutechonosehacíandistinciones,yunainvitadaeraunainvitadaynopermitiríaquelefaltasedenada.Lasdemásserieron,peroenseguidacomprendióCloequehablabatotalmenteenserio.

AlsalirdeltallerCloenopudosinoreconocerquehabíansidoalgunasdelasmejoreshorasdesu vida. Las demás destacaron divertidas que, de todas ellas, la que más disfrutó fue madameCoquette. No había nada que le gustasemás quemoldear a una jovencita, aunque de todos erasabidoquesololohacíaencasosexcepcionalesy,únicamente,silajoveneradesuagrado.Porque,comoelladecía,noeralomismodiseñarunoscuantosvestidosparaclientasselectasqueelaborartodounvestuarioparaconvertiraunajovencitaencantadoraenunahermosaybrillanteestrellaparaquedeslumbraseentrelasdebutantesysusdeseosasmadres.

Comohubieronprevisto,llevaronaCloeantesdelalmuerzoacasadesutíayesta,totalmentecrispada, primero quiso negarse a que Cloe aceptase la invitación para más tarde, estando yairacunda, exigirle explicaciones sobre cómouna “donnadie”, como la llamó en varias ocasiones,habíallamadolaatencióndetodounmarquésdeunmodotalqueleofrecíasuayudayprotección.Después de eso le exigió a gritos, so pena de no dejarlamarchar, que reclamara delmarqués laayudaenlatemporadatambiénparasushijas.

Cloe, con mucha entereza, se acogió al plan trazado y tras mostrar cierto asombro por lainvitaciónyseñalarlopocoacertadoqueresultaríaparatodosnoaceptarladebuengrado,despejócualquier atisbo de recelo diciendo que no conocía personalmente al marqués pero que, a buenseguro,debiódesercompañerodesupadreyquesileofrecíaayudaenestosmomentosseríaenatenciónaeste.Yparadesvincularsedesdeesemomentoyenfuturodelabaronesaydecualquierposiblecompromisoconella,dejóentreverquecarecíadeninguna influenciaconelmarquésparasolicitar semejante pedido puesto que, además, de no conocerlo en persona hasta ese momento,comoacertadamentehabíaseñalado lapropiabaronesa,ellaeraunadonnadieparaexigirnadaanadieymenosaúnatodounmarqués.Estemomento,quedespuésdescribiríacondetalleaAmeliaylasdemásdamasMcbetharuegodelasmismasunavezsehuboinstaladoenlamansión,llevóaunestadodecasiexplosiónporiraalabaronesaydecarcajadasincontroladasasusnuevasamigas,quenopararondepedirlequedescribieseelrostrodescompuestodelabaronesaysushijas.

Al llegara lamansión, lasdamasacompañaronaCloeasusnuevashabitaciones,dondeya laesperabanalgunosvestidosqueyahabíaadelantadomadameCoquettehastaqueen lospróximosdíasrecibiesesunuevoycompletoguardarropa.Noibanadecirle,paranocohibirla,queloshabíanencargadodeantemanoyquesolonecesitabanserajustadosasusmedidas.También laesperabansus dos sonrientes doncellas, una para arreglarla y otra para asistirla como dama de compañía yotrosmenesteressimilares.Laayudaronaacomodarseytrasdesembalartodossusenseres,unadelasdoncellaleacompañóalcomedor,dondeleesperabaparaalmorzarpartedelafamiliaque,deahoraenadelante,laacompañaría.Lepresentarontrescarasparaellaconocidasenladistanciade

los salones del año anterior, Cliff, el almirante y Ethan, que no había tardado en sumarse a ladiversióncuandoleinformósuesposadelosplanesdelasdamasMcbeth.Enunprimermomento,pareciócohibidayalgoretraídapero,pronto,lafamiliaridadqueleconcedieronloscaballeros,suinsistenciaenquenolestrataseformalmentemientraspermaneciesenencasaoenlugaresprivadosy,sobretodo,elobservarlosmaravilladaencompañíadeloshijosdeJulianna,permitióqueduranteel almuerzo se fuese relajando frente a ellos. Ese grupo de personas que ella considerabasocialmente a años luz de donde se encontraba ella y tambiénmuy por encima del resto de susparientes, le recordaba, por extraño que le pareciese al principio, a sus padres, sus pequeños ymodestoshogares alládondeenviabana supadre,y el trato cordial, cariñosoyentrañablede suinfancia. Todos insistieron en que les hablase de sus padres y de sus años viajando por lugaresremotos y, por primera vez en los dos últimos años, pudo recordarlos con cariño, ya que susparientes lehabíanprohibidohablarde ellosy cuandoellos losmencionabanen supresencia, nodudabanmenospreciarlosodirectamenteinsultarlos.

Le cohibió, también al llegar, y en ciertos momentos posteriores seguía haciéndolo, verserodeadadetantaopulencia,riquezayelegancia,perotodoslosallípresentesparecíannodarlemásimportancia de la necesaria y actuaban con naturalidad ante ella, procurando hacerle lo menosincómodooviolentosucambiodesituación.Yparaacabardeimpresionarla,loscondesdeWorkenaparecieronalahoradeltéyantesdemarcharseyalehabíanofrecidosuayudayapoyoentodoloquenecesitase.Semaravillabadelaelegancia,laaposturaylaclaseinnatasdelacondesa,sindudaunadamaaristocráticahastalamédula,yaunquedetodoslospresenteseralamenosmundana,pordecirlo de alguna manera, también se sintió bien acogida por ella. Aunque quien le agradóespecialmente de la aristocrática pareja, fue el conde, tras verlo trastear con los gemelos y,más,despuésdeverlosunietomontandounaespeciedetirachinasaescondidasdesumadreyabuela.

Ameliasedisculpóconellapordejarlaunashorasdurantesuprimerdíaencasapero,encuantosemarchó,sutíaysuhermanaleinformaron,conunclaroorgulloensusmiradasyensuvoz,queAmeliarealizabaalgunaslaboressocialesyqueparaellaeranunverdaderocompromisoquenosetomaba a la ligera sino que las atendía no solo con alegría y de sumo grado sino con laresponsabilidadylaseriedadqueconllevabalalaborquerealizaba.Lehablarondelaclínica,deltrabajo de esta con los más necesitados de las zonas de trabajadores de escasos recursos deLondresy,también,delorfanato.CuandoJuliannasequedóconellayconsutíaunratoasolas,lesconfesóqueella teníaconocimientosyprácticaen laatenciónaenfermospues,enmuchosde loscampamentosen losque fuedestinadosupadre,colaborócon losmédicosy los responsablesdeatender las enfermerías y a los soldados y sus familias y les preguntó si creían que Amelia lepermitiríacolaboraren laatencióna losniñosyvisitarconellaelorfanatoenalgunaocasión,yaqueleencantabanlosniñosydisfrutabaconellosalrededor, loquequedódemostradocuandolaobservaronjugaryparticiparconentusiasmoenlastravesurasdelosgemeloseneljardín.

AmeliallegóantesdelacenayjuntoaJuliannaleayudaronavestirseconunodeesosbonitosvestidos nuevos, la doncella la peinó como nunca nadie lo había hecho, con detalle y esmero.JuliannalellevóunosbonitospendientesyunapulseraparaqueloslucierayAmeliaunosdetallespara el cabello que parecían pequeñas estrellas colocadas sobre su peinado. Cuando observó elresultadofinalenelespejonopudoreconocera laelegante jovenque reflejabaelmismo,y tuvoqueparpadearenvariasocasionesparacerciorarserealmentequeaquellaeradeverdadsuimagen,nounasalidadesufebrilimaginación.

—Losabemos,Cloe—dijoAmeliasonriendotrasellaconcomprensivocariñoenlavoz—.LaprimeravezqueJuliannayyonosvimosasícasinospusimosacorrercomolocasporlacasadelaemoción.

—Disculpa—carraspeóJulianna—,pero tú lohiciste.Recorristeelpasilloencamisóngritandocomolocadeemociónconunvestidodemuselinaenlamanoydandosaltitosdeunahabitaciónaotra.

Julianna trajo a memoria de las dos la primera mañana en la que ambas amanecieron en la

mansión conunospreciososvestidos colocados enundivánparaque se los pusieran al despertar.Ameliaserioasintiendo.

—Escierto,loconfieso—ledijoaCloeencogiéndosedehombros—.Pero,enmidefensa,hededecirquenuncahabíatenidounvestidocomoaquel.Llámamesentimental,peroaúnloconservoyloguardarésiempreconcariño.

Juliannaserio:—Sisirvedealgoyoguardocomountesoropersonaleltrajedenochedenuestroprimerbaile.

—Miróasuhermanaconojosmelancólicos—.¿Lorecuerdas?Amelia asintió, aunque en lamente de Julianna primaban sobre todos los recuerdos de lo que

ocurriódespuésdelbaile.Suprimeravezenbrazosdeunhombre,delúnicohombrequeellahabíaconocidoyconocería.Cliff.Suspiró.

—¿Puedopreguntarunacosa?—preguntótímidamenteCloe.Lasdoslamiraronyasintieronconalegría—.¿Siemprehabéisvividoasí?Esdecir,rodeadasde…—Hizoungestoqueabarcabatodolodealrededor—.Porfavor,nomemalinterpretéis,loúltimoquequerríaseríaofenderosenmodoalguno,perovosotrasyvuestratíasois,sois,nosécómodecirlo…cercanas,cariñosas.Misprimas,susamigasymi tíaysusmadresnovivenrodeadasde tanto lujoy,sinembargo,parecensiempremirara losdemáscomosi lariquezafueresuderechodenacimientoylaposiciónsocialalgoquetienenganadoporelmerohechodeexistir.Séquelafortunadevuestratíaprovienedelcomercioyquemuchasdelasamigasdemitíacriticantalorigenpero,almismotiempo,laenvidianarabiar,asícomo sus relaciones.Sin embargo, ni vuestra tía ni vosotras, a pesardeque tenéismásymejoresmotivosparaello,vaisconesosairesdegrandezayparecequevaloráisvuestraposiciónyfortunaperonoquelaestiméisporencimade,de,buenodetodolodemás.

Por unos instantesAmelia y Julianna se quedaron calladas y Cloe rápidamente dijo, temiendohaberlasofendido:

—Nopretendíaofenderos.Nolohedichocomounaafrentaocomoalgonegativo.—Sesonrojómortificada—.Enrealidadesquemehesentidotanbienacogidaymehabéisrecibidocomo,comosi realmente fueseis una familia. —Entrelazó las manos, nerviosa—. Creo que no me estoyexpresandobieny…

JuliannayAmeliaseleacercaronrápidamenteriéndoseylaabrazaroncariñosasentrerisas.—Cloe, no podrías habernos halagado de mejor modo—señalaba Julianna—. Y por lo del

origende la fortunademi tía,hasde saberquenosolononos importa loquepiensen lasdamascomo tu tíao susamigas, sinoque,dehecho,consideramos…—MiróaAmelia—.¿Cómoesesaexpresiónqueusaelalmirante?

—Sandeces—contestófirmementeAmeliaconungolpedecabeza.—Exacto.Consideramossandecesloscomentariosdesdeñososyenvidiososprovenientesdeesa

clasedepersonas.Mi tíaestámuyorgullosadelorigendesufortuna,pues laamasaronellaysudifuntomaridoconesfuerzo,tesónytrabajohonrado.Ynosotrasdossomosdelamismaopinión,asícomolaspersonasquerealmentenos importan.—Seseparódeella—.Ven,vamosasentarnosunmomento.—Trasacomodarselastresenlabutacadeltocadoryenunassillasqueacercaronseñaló—:Cloe, ahora soyvizcondesapormatrimonioperono tengoniunagotade sangrenobleenmisvenas.Peroesonopareceimportarleamimarido,sufamilianianuestrosmejoresamigosytampocolesmolesta,enmodoalguno,elorigencomercialde la fortunademi tía,yesoes loúnicoqueanosotrasnosimporta.

Poralgunarazón,mientrasescuchabaasuhermana,AmelianohacíamásquerecordaraMax,yno soloporelbesoenelparqueque sentía aúncalientebajo supiel, sinoporque sabíaqueCliffaceptabaaJuliannasinreservasdeningúntipoyella,dealgunamanerateníalaseguridad,allí,enesemomento,dequeMaxlaaceptabaaelladelmismomodo.Fueunpensamientoextrañoqueseobligóaaparcardesumentehastamástarde

Cloe empezó a comprender el extraordinario honor que le habían brindado esas personas,permitiéndolenosolovivirconellassino,másaún,formarpartedeesamaravillosafamilia,porque

comprendió enseguida que todas ellas formaban una familia unida, cariñosa y protectora de lossuyos.Ytodoello,todo,sinesperarnadaacambio,sololehabíanpedidounacosa,quefueseellamisma,quenotuviesemiedodemostrarsecomoeradelantedeellas,puesellasloharíanfrenteaCloe,yeraloúnicoquelesimportaba.Esoy,porsupuesto,lalealtadentreellos,queseprotegíanycuidabansinlímites,yaquelloleparecióentodopuntoextraordinario,casimaravilloso.

—Esperoque puedas valorarnos por lo que somosy nopor nuestro origen—dijoAmelia consuavidad—.Comprobarásquetodaslaspersonasconlasquevasavivir,exceptomitía,Juliannayyo, que no tenemos ni una gota de sangre azul en nuestro cuerpo, todas las demás, incluidosmissobrinos,desciendendedistintosyhonorableslinajesconemblemas,coronasymuchosantepasadosenlibrosdehistoria,peronosotrastrescarecemosdeello.—Serio—.Dehecho,silopiensasbien,inclusotútienessangrenoble,tuabueloeravizconde,despuésdetodo.

Cloeserio,porprimeravez,abiertamente,deunmodorelajadoypareciendodistenderporfinlatensiónyelmiedoquelehabíanatenazadodurantemeses,despuésinspiróunaprofundabocanadadeaireyseñalósonriendo:

—Para loquemeha servido.Creoquepreferiríaquemeconsideraran la cuartapersonade lacasacarentedeesos“antecedentes”.

SeriodivertidayJuliannayAmelialasiguieronhastaqueoyeronunospasosenelpasilloyunpequeñogolpeenlapuerta.

—Adelante—contestóJuliannaconairedsitraido.La puerta se abrió, pero no entró nadie, lo que las obligó a mirar hacia el umbral, donde

permanecíaCliff.—Disculpadporinterrumpiros,perocreoquedeberíaisdarosprisasinoqueréisllegartardeala

cena.AmeliasevolvióaCloeyconciertasocarroneríadijoparaqueClifflooyera:—¿Aqueestonoocurríaencasadetutía?¡Todounvizcondeavisándotedelacena!Cliffdesdelapuertaconunfalsotonodeenfadodenuevohablósinquererentrar:—Pequeña impertinente. Ya encontraré represalias en justo castigo por la ignominia de tu

comportamientoanteunpardelreino,yalasencontraré.Avisadaquedas.Ameliaprorrumpió,paraasombrodeCloe,encarcajadasantesdecontestar:—Lotendrépresente,milord, lo tendrépresente.—Se levantóy trasguiñarleunojoaCloese

dirigióa lapuerta—.Yprometoenmendarmiconductayconducirmeconmásdecoroenel futuroaunque,nosésipuedoprometerosquelaenmiendaylacorrecciónvayanareferirseasupersona.

—Pequeña,terecuerdoqueaúnpuedoponerteenmisrodillasydarteunosbuenosazotes.CloehabíaseguidoaAmeliayJuliannaysalierontodasdelahabitación.Parasuasombro,Cliff

apareció frente a ella, en el pasillo, vestido impecablemente, como el perfecto caballero depresencia abrumadoraque eraydeun atractivodifícil de ignorar, pero esoquedó inmediatamenteeclipsadoporlaimpresióndeverleconunbebéregordeteentrelosbrazos,tiernamenteacunadoyalquemirabaconunamorpaternalcasienvolviéndolasatodas.Juliannaseleacercóconsolturayélseinclinódemaneranaturaleinstintivaabesarleenloslabiosy,lejosdesentirseincómodaporesamuestra de intimidad y cariño, que ella solo había presenciado antes entre sus padres, nuncaentrelosaristócratasymenosdelaposiciónycunadelvizconde,sesintióconmovidaeinclusounpococelosaporelamorylaseguridadquedesprendíanlosvizcondes.

Cliff se inclinó inmediatamente después con suma elegancia, a pesar del pequeño bulto quecontinuabaensusbrazos,ysonriendo,dijoconese tonoseductorycautivadorquedominabaa laperfección:

—SeñoritaMarkerson,esperoquenomeconsidereunatrevido,perohededecirlequeestáusteddeslumbrante.Es la viva imagen de la belleza inocente y dulce que los poetas alaban desde losalboresdelahistoria.

Si hubiese podido se le hubiese desencajado lamandíbula de la impresión de verse ensalzadaconsemejantemaestríaya lavezgenerosidadporunhombre tanextremadamenteguapo,peroen

vez de eso se ruborizó hasta las pestañas y creyó haber susurrado un «gracias», pero no podríajurarlo

—¡Cliff!, compórtate—le dijoAmelia—.A este paso túme azotarás amí pero Julianna te loharáati.

Cliff soltó una sonora carcajada pero luego lanzó una mirada a Julianna, que se sonrojóligeramente, aunque Cloe no pudo descifrar del todo su significado, suponiendo que era algoprivadoentreesposos,porloquenodeberíadarleunsegundopensamiento.

—Cliff, eres incorregible —le dijo sonriendo Julianna, pero evidentemente encantada de lacoqueteríadesumarido—.VamosadejaraAnnaenlacunaybajocontigoalsalón.—Segiróperoenseguidareculó—.Ay,disculpa,Cloe,creoqueesteeselúnicohabitantedelacasaalqueaúnnoconocías.

AcaricióelrostrodelbebeyfueCliffquién,trasenderezarsebien,lainterrumpióyconunbrilloenlosojosyuntonodeevidenteorgulloenlavozseñalóconlacabeza:

—SeñoritaMarkerson,Cloe, tengoelplacerdepresentarleaunaprofundamentedormida ladyAnnaBlanchedeWorken,mihija.—Seescuchóuncarraspeoasuladoyconundivertidogestoenelrostroseñaló—:Nuestrahija.—Acercóelrostroalabebéylearrulló,conmoviendosinigualaCloe—.Gatita¿vesloquehadesoportartupapá?Meobliganacompartirte.

—Estoesgrandioso.—SerioconfalsoenfadoJulianna—.Yolallevoenmisenonuevemesesyahoraresultaqueerestúelobligadoacompartirla,¡hombres!

Cliff se rio, y con un gesto de cabeza se despidió momentáneamente de Amelia y de Cloe,marchándose con Julianna de su brazo en dirección a sus habitaciones, que estaban en el alacontiguadelamansión.AmeliapusolosojosenblancoydespuésguioaCloehastaelsalón.

—No le hagas demasiado caso, Cloe. Cliff está obnubilado con sus hijos, especialmente conAnna.Loverásmuyamenudoconellaenbrazos,susurrándoletonteríasypresumiendodeellapordondevayaoacompañandoalosgemelosinclusoenmuchasdesustravesuras.

Cloetardóunossegundosenresponder,porsierainapropiadouncomentarioasídeunhombreynadamenosquedeunvizcondecomoese.

—Esmuytierno.Ameliaserio,yacercandosurostroaldeCloedijosonriendoybajandolavoz:—Locierto es queme encantaría que, sime caso,mi esposo adorase de esemodo a nuestros

hijos, pero resulta divertido regañar un poco aCliff.Aunque también es cierto que él ignora esosregaños,sobretodoporquesabequenohaynadadeverdadenellos.

—Espocofrecuente,desdeluego.Ameliaserio:—Esmuyamabley consideradopor tuparte expresarlode esemodo.En realidad, somosdel

todoatípicos,yenestonoíbamosasermenos.—Serio—.DiréafavordeCliffqueélyJuliannapasanmuchosmesesnavegandoy,porsupuesto,sushijoslesacompañan,nopodríanvivirlejosdeellosnidossemanas.Detalmodoque,duranteesosperiodos,convivenconellosdeunmodomáscercano, por decirlo de algúnmodo, queotros padres con sus hijos.En cualquier caso, nosgustateneralosniñosconnosotros.Tienensuniñera,supreceptorysuinstitutriz,peropasanmástiempocontodosnosotrosqueconellos.

Justoenesemomentoentraronenelsalón,dondeyaseencontrabanelalmiranteytíaBlanche.Estaúltimalevantólavistaydijo:

—Ven,querida,siéntateaquímientrasesperamosalosdemás.—DioungolpecitoeneldivánenelqueestabayCloesesentójuntoaella.

MientrasqueAmeliaseacercóa la licoreray tras llenarunacopadeunlicor,se loofrecióalalmirante, que dejó la que tenía en la mano vacía y la tomó con una sonrisa y gesto deagradecimientodecabezalaatencióndeAmelia:

—Estás preciosa, pequeña, realmentemadame tenía razón, ese es tu color.—Cloe se sonrojóperoantesdequedijesenadalatíacontinuó—:Dime,¿hasterminadodeacomodarte?Esperoquete

gusten tu habitaciones, las escogimos porque dan a la parte del jardín donde están los árbolesfrutales de Amelia, cuando están en su época de esplendor impregnan toda la zona de aromasrealmenteagradables,sobretodoaldespertaryabrirlosventanales.

Cloesonrió:—Han sido en exceso generosas, son las habitaciones más bonitas que he visto en mi vida.

Muchasgracias.—Tía—intervinoAmelia—,Cloe tieneun retrato encantadorde suspadres, y supongoque le

gustaríapodercolgarlo¿CreesquemañanaPollypodríaencargarsedeello?—Porsupuesto, se lodiremosaFurnishyél seencargará.—MiróaCloeyañadió—:Cuando

regresemosparaelalmuerzolotendrásdondedecidasponerlo,todoloquenecesitesnodudesenpedirlo.

—Noquerríacausarmásmolestias.—Bobadas—lainterrumpiólatía—.Estaesahoratucasaytushabitacionessontuyas.Puedes

hacerenellasloscambiosyajustesquegustesy,comodiríatodobueninglés“lacasadeunoessucastillo”,yquéseríauncastillosinunabuenacolecciónderetratosfamiliares.

LatíayelalmiranteserieroncómplicesmientrasAmeliaponíalosojosenblancoendirecciónaCloecomosiaquellosfuerancomentariosyfrasespropiasdeambos.

—Enesecaso,muchasgracias,meencantaríapoderrecordaramispadrescomoaparecenenesapintura.Aunqueestánunpocojóvenes,sinduda,recogebienquiéneserancadauno.Sonrió.

—Enesecaso,decidido—decretósinmáslatía.—Espero que lo que esté decidido no sea el castigo deAmelia.Mehe reservado, como justa

compensación,esederecho,ynopiensorenunciaraélniportodoelorodelasIndias—decíaCliffdesdeelumbraldelapuertajustoantesdeentrar.

Enseguida aparecieron Cliff y Julianna, y con un leve gesto de cabeza el primero saludó ydespués dedicó una sonrisamaliciosa aAmelia, que resopló.Cliff dejó a Julianna sentada junto aAmeliaysegiróalalmirante,ycuandovioqueestabaservido,miróatíaBlanche.

—¿Unacopadejerez,midama?Latíaserioyasintióyélconsolemnidadseencaminóalaslicoreras.Primerosirvióyleentregó

lacopaalatíayluegoregresóaporotraparaél.SinavisoyningúntipodeceremoniasaparecióelhombremásguapoqueCloehabíavistoensuvida.

—Señoras, caballeros.—Hizo una elegante inclinación y entró con un aplomo y una aposturadifícildeigualar,pensóCloe,quelomirabaconmásadmiraciónqueasombro.

Alllegaralaalturadelalmiranteseinclinóehizoungestodecabeza:—Buenasnoches,padre.—Sacóunacartadelbolsillodesuchaqueta—.Herecibidonoticiasde

Eugene.Hesupuestoquequerríasleerlasdesupuñoyletra.El almirante tomó la carta con una brillante sonrisa mientras que el recién llegado se dirigió

directohaciaAmeliaysesentócercadeella, lanzándolealgunaqueotramirada.“¿Ameliaseharuborizado?,yélparececomosiquisieseacercarsemuchoaella…”,pensóCloealverlos juntos.Perosolofueunsegundo.

Amelia tomó aire intentando parecer serena, lo cual distaba bastante de la realidad, pues lasmariposasdesuestómagoparecíanbailarcomolocasdealegría.

—Max—dirigiósumiradayungestoconlamanoendirecciónaCloe—,permitequetepresentea mi buena amiga, la señorita Cloe Markerson —dijo solemne—. Señorita Markerson, lordMaximiliamRochester,hijodelalmirante.

MaxselevantóehizolainclinaciónmáscortésqueCloepensóhabíavistoensuvida.—SeñoritaMakerson,esunhonor,ysiesamigadeAmelia,esperomepermitallegaralgúndíaa

considerarlaamigamíatambién.SonriódeunmodoquedehaberestadodepieCloeestabaseguraqueselehabríanderretidolas

piernas.—Milord.—Inclinólacabezaenrespuesta.

—Max,dejaenpazamiinvitada—lereprendiótíaBlanche.—Sí,redomadocanalla,hazelfavordecomportarteenpresenciademisdamas—dijodivertido

Cliffdesdeelrincóndondeservíaalgunascopas—.¿Teapeteceunjerez?¿Uncoñacquizás?—Unjerezseríaperfecto,gracias.Julianna,quenotabael rubor enel rostrodeAmeliay comodehito enhito lanzabay recibía

miradas de Max, intervino para liberar un poco a su hermana de los nervios que sabía estabasintiendo.

—Max,Cloeviviráconnosotrasunatemporada.Él se sentó de nuevo con naturalidad junto aAmelia, pero de unmodo que se las apañó para

quedarmáscercadeella.—¿Esesocierto?—preguntóaJuliannaconamabilidad,ydenuevomiróaCloe—.Enesecaso,

hedeconsiderarlamuyafortunada,señoritaMakerson.NocreoquehayaentodoLondresunlugarmejor para vivir que Brindfet House ni unamejor compañía que las damasMcbeth.—De nuevosonriódeesemodotan,tan,¿indolente?

—Cliff,por favor,¿podríasapurarteen traeresascopas?CreoqueMaxnecesitaurgentementerecobrarlacompostura.Aestepasoserácapazdederretirmispestañas—dijodeunmododivertidolatíaquedejabalaimpertinenciadefondosimplementeenunchascarrillo.

Maxserio:—QueridaBlanche,losviejoshábitosnopuedenahogarseenalcohol.Haycosasqueyaforman

partedeunodemanerainevitable,parabienyparamal.—Señalóconelmismotonoburlónyairedeinocenciaenlamirada.

—Truhan—contestólatíariéndose.En esemomento entróFurnish anunciando la cena.El almirante se levantó y con aire solemne

ofrecióelbrazoaCloe:—¿Querida?Porsersuprimeranocheentrenosotros,permítameelhonordeescoltarlahastala

mesa.—Contimidezellaapoyósumanoensumanga–.¿Blanche?Ellaseapoyóenelotrobrazoysonriendoledijo:—Decastalevienealgalgo¿noescierto?Elalmiranteprorrumpióencarcajadasmientrasseencaminabanalcomedor.MaxselevantóydemodonaturaltomólamanodeAmelia,laayudóalevantarseyposócon

seguridad sumano en su brazo, dirigiéndola tras los primeros, aunque con lamano libre tomó lacopaqueClifflepasabaenesemomentosonriendo.

AntesdeentrarenelsalónynotandoqueJuliannayCliffsehabíanretrasadodeunmodomuysutil, se inclinó un poco hacia Amelia, notando cómo todos sus sentidos se impregnaban de esesensualydulcearoma.

—Mel—ellaalzólavistasindetenerse—,¿podríasacompañarmedespuésdelpaseoacaballoaunlugar?Querríaenseñartealgo.—EllaalzólascejasyMaxsonrió,legustabadesconcertarlatantocomoellaaél.NotabacómoelpulsodeAmeliaseacelerabaycómoempezabanabrillarleesosprofundos,cálidosyoscurosojos—.Megustaríaquemeacompañarasparaquevierascómohanquedadounproyectoque espero resulte de la satisfacciónde susdestinatarios, perome temoquenecesitolaopiniónexpertadeunamujer.

Ameliasentíalanecesidaddepegarleuntiróndelamangayarrastrarloaalgúnotrositioquenofuera el comedor, donde debería evitar recordar su aroma, su tacto, el calor y suavidad de suslabios y, por un instante, su razón voló muy lejos de allí, dejando que fuera la vocecita que legritaba que si aceptaba la oferta que le hacía, podría estar a solas con él, la que finalmenterespondió:

—Estábien,perodespuésdeboreunirmecontíaBlanche,JuliannayCloeenBowStreet.Maxsonrióyaentrandoenelsalónylesusurró:—Notepreocupes,despuéstedejaréabuenrecaudoenmanosdetutía.Nosuposifueeltonodesuvoz,sumiradaoelgestodesubocaloqueleindujoapensarque

esoeramásunaadvertenciadeloquepasaríaantesdedejarlaenesasbuenasmanosqueunmododeconsolarla.Suspiróparasuinterior,peronoañadiónadamás,dejándoseguiarhastalasillaenlamesadelcomedor.

Comoeranpocosacenarhabíandispuesto,comoenotrasocasiones,lacenaenunabonitamesaLuisXIVparaochocomensales,yMaxsesentójuntoaella,acercandolasilladeunmodoquenoera,almenosporrazóndeespacio,necesario,peroelcuerpodeAmelialeprohibióquejarseporquequería sentir, más que ver y escuchar, su presencia. Y desde luego la sintió, porque en variasocasionesMax,pordebajodelamesa,letomólamanoyleacaricióporunossegundoslosdedosy lacurva internade lamuñeca.Laprimeravezcasidioun respingopero lassiguientes…Notabacada caricia, cada contacto, en cada rincón de su cuerpo. Incluso notó cómo en, al menos dosocasiones,nosolosedejabaacariciarsinoquerespondíaentrelazandosusdedosconlosdeélyalobservarlode soslayopudonotaruna sonrisayungestode rubor en la sombrade suspárpados.¿Estaba él sintiendo lo mismo que ella? Se preguntó en ese instante. Se obligó a conservar unacalma que ya debía estar a millas de distancia de allí, y a seguir la conversación. Hubo variasocasiones en que escuchó risas alrededor, pero era incapaz de saber qué comentario las habíacausado o de quién. Con esfuerzo, con mucho esfuerzo, finalmente consiguió centrarse pero…“¿estamosyaenlospostres?Sinorecuerdonisiquieraelprimerplato…”.Fruncióelceño.

—¿Mel?—lavozdeJulianna—.¿Mel?Lamiródesconcertada:—Ohdisculpadestaba…—“Piensa,piensa…”—.Estabadándolevueltasauncuestiónqueme

haformuladoestatardelordWellis,perdonadme.—MirómásfijamenteaJulianna.—TepreguntabasihasrecibidoelpaquetedeEugene.Juntólascejas:—¿Paquete?—preguntódesconcertada.—El paquete que dice en su carta te ha enviado. —Julianna la miró de nuevo con fijeza—.

Cariño,¿estásbien?Ameliaseobligóasonreír:—Sí,sí,denuevoospidodisculpas,meheconcentradoenlavisitadeestatardeycreoquehe

dejadoquemicerebroabandonasemomentáneamentelarealidad.De nuevo notó la mano de Max. Tenía ganas de gritarle “¡para, ya sé que sabes que estoy

mintiendo de un modo flagrante y nada efectivo! Pero… ¡qué diablos!… no pares, me gusta tucalor”. Estupendo, tengo un debate conmigo misma en mi cabeza en mitad de la cena y de unaconversación.

—Si es algo grave ya sabes que puedes pedirnos lo que sea—dijo Julianna con un gesto tansuyo,tancariñosoyprotectoralmismotiempo.

—No,no.Noospreocupéis,solosonunasconsultasrelacionadasconhierbasyalgunasplantasqueaúnnodominodemasiadobien.—Bueno,seconsoló,almenossolomentíaenparte,realmentelordWellislehabíapedidosipodíainvestigarsobreunasplantasdelasquehabíaoído,comoélnodominabademasiadoeltemaleinteresabaconocerlaopinióndeAmelia

—Bueno,eneso,metemo,ningunodelospresentespodemosprestartemuchaayudaysímuchoestorbo—señalabadenuevoJuliannasonriendo.

AlmenosMaxtuvolacompasión,pensóella,dedejarla tranquilahastael finalde lacena, locualúnicamenteconsiguióquenoparasedepreguntarseporquésecomportabaahoraasí.

Cuando lasdamas ibana retirarseal salóndejandoa loscaballerosconeloportoaparecieronlosgemelosconcaradesueño,consusbatasclaramentepuestasconprisasyseacercaronaCliffsin pararse siquiera a prestar atención a nada más. La pequeñaMel lloraba y de inmediato Cliffapartólasillaylasentóensuregazopero,antesdepoderhablar,Maxiseplantófrenteaélconlagatitaenlasmanos.

—Papi,Doodyestámalita—dijo conteniendocomopodía las lágrimasque suhermana, comoniña,nosentíaeldeberdecontener.

Amelia,comounresorte,seacercóyseacuclillójuntoalpequeño,queteníaacunadaalagatitaentresusmanospegadaasucuerpecito.

—Déjamever,cariño—ledijoconsuavidad,instándoloasoltarensusmanoslagatita.Cuandolahuboasido,miróaMax—.¿Quélehapasado?

Elpequeñonegóconlacabeza.—Nosé,sehapuestoamaullarmuyflojitoydespuéshavomitadoysehacaídodelado.—Se

rascólanarizevitando,denuevo,echarseallorar.—Papiii…LavozdeMelquedabaahogada,acurrucándoseenbrazosdeCliff,quemiróaAmelia.—Umm…—Letocólatripitaalagatitayestaserevolvióunpocoperonosequejó—.Oh,creo

quesoloesunpequeñoempacho,seguroquehabrámordisqueadounascuantasfloresdeljardín.—Tomóunade lasmanosalpequeño, sonriendo—.Nopasanada, cariño, levoyadarunpocodeagua de cebada con un poquito de azúcar y mañana por la mañana os despertará trepando porvuestrascamas.

LapequeñaMelsacólacabezadelpechodesupadre,queconunpañuelolesecólaslágrimas.—Idosalacama,yoledarélamedicinayosladejaréensucamitaparaquetambiénduerma—

decíaAmeliaponiéndosedepiemientrasMaxiseagarrabafuerteasumano.Miróasupadre,quedepositóaMelenelsueloyrápidamentecogiólamanodesuhermana.

—Idosadormir,corred.Cuantoantesosdurmáis,antessecurarálagatita.Losdospequeñosmiraronasupadreynocuestionaronlaverdaddesuspalabras,echaronuna

rápidamiradaaAmelia,quelessonrió,ysemarcharondiligentesasuscamas.—Mentir a unos pobres niños ingenuos.—Amelia chasqueó la lengua y negó con la cabeza

mirandoaCliff,quesonreía.—Loqueseaporquesevayanadormir,pequeña,loquesea.—Serioconsuavidad.Ameliaserioysinmiraranadieenparticularcomenzóadecir:—Simedisculpáis,voyadaralgoaestaglotonaparasutripayadejarladenuevoensucama

antes de que los gemelos empiecen a alarmarse sin motivo. —Miró a Cliff y con una sonrisatriunfanteledijoconunafalsainocencia—:Porqueyo,almenos,nolesmientoapobrescriaturas.

Sonrió girándose sobre sus talones y saliendo del comedor con la gatita en las manosescuchandolasrisasdeCliffasuespalda.

—Durasrepresalias,pequeña,durasrepresalias,yanosonsuficientesunoscuantosazotes.Lavozentrerisaslaibadejandoatrásmientrasseencaminabaalacocina,alapartedestinadaa

sushierbasyungüentos.Ellaseencargabadereponerydotarladetodolonecesarioparacualquiertipodecalamidad,anotandoenunalibreta,quetodosconsultaban,quéeracadacosayparaquéseusabayelmejormododehacerlo.

Puso a la atontada gatita en un taburete y acto seguido en un cuenco vertió un poco de nata,donde añadió el líquido para curarla y poco de azúcar para quitarle al amargor. Se sentó en eltabureteydepositandoalagatitaensuregazolainstóabeberpocoapocoyconpacienciasindarsecuenta de queMax la observaba oculto entre las sombras que había entre esa sala y la cocina,donderesonabaelajetreodesirvientesycriadosmoviéndoseytrabajando.

Maxseconteníaaduraspenas,apretabalospuñosparanoabalanzarsesobreellaydevorarlaencimadelamesademaderaignorandoaquienesestuvierenenlasalacontiguaeinclusolafaltadeunapuertaentreellas.Despuésdeunosminutosdeleitándoseytorturándoseconesaimagenfrenteaél,retrocediósobresuspasosconelúnicopropósitodeabordarlacuandosaliesededevolveralagatita al cuarto de los niños. Allí podría al menos besarla en un lugar más privado, nadacomprometido y desde luego más cómodo que donde se encontraban ahora. La necesitaba.Necesitaba estrecharla entre sus brazos, notar ese cuerpo pegado al suyo, y dado que se habíacomprometidoa cortejarladespacioy comoeradebido, almenos semerecía esepequeñoplacer,sobretodo,despuésdehaberlaacariciadobajolamesa.

Soloibaahacerlounavezyporunimpulso,perodespuésyanopudoparar.Saberlatancerca…

cuantomenos un pequeño roce le serviría paramantener el control, pensó erróneamente, despuésdelprimeronopudorefrenarsucuerpo,nisunecesidaddeella,ycuandoellaentrelazólosdedossintiócómocadamúsculoseendurecíadegolpeycómosuentrepiernaamenazabadolorosamentecon no poder resistirlo. Tuvo que respirar hondo y beber toda la copa de vino que acababan derellenarleparanoponerseagritarenunamezcladeeuforia,excitaciónsincontrol,desesperaciónyfinalmentefrustración.YparacolmolareferenciadeCliffalosazotes…Semereceríairalinfiernosolo por las imágenes eróticas que se le pasaron por la mente. Todas ellas con él yMel comoúnicosprotagonistasyconsuspropioscuerposdesnudoscomoúnicoycentralargumento.

Veinteminutosdespués,MelsalíacasidepuntillasdelahabitacióndelosgemelostrasdepositarenlospiesdelacamadeMaxialagatita.Trasrecorrerunosmetrosunamanolaagarróylametióenunadelashabitacionescontiguascontantarapidezqueapenaspudoreaccionar.Estabaaoscurasysoloentrabalaluzdelaluna,quesecolabaporelespacioapenasexistenteentredoscortinasnocerradasensutotalidad.Seoyóunclicasuespaldayseencontróconestaapoyadasobrelapuertaconuncuerpocerniéndosedemodopeligrososobreella.Nisiquieranecesitóquedijesenada,eseolor a jabón y regusto a cítrico de la colonia y a su piel, ese calor, lo reconocería en cualquierparte. Notó el roce de su mano acariciándole la cintura en un camino destinado a rodearla y sualientomuycercadesumejilladescendiendohastaquesuslabiosseposaronenelhuecodetrásdesuorejayconunossuavesmovimientosparecióacariciaresasensiblezonadesupielyconellasucuerpoporenteroteniendoqueagarrarlassolapasdesuchaquetaaciegas.SeoyóasímismaemitirunsuavegemidojustoantesdequeloslabiosdeMaxseapoderasendesubocaenunainvasióntaníntima,tansensual,queparecíaestarhaciéndoleelamorsoloconsuslabios,consulenguayconesamanoposadaconmaestríaensucuellomanteniéndolaasidaaélyalrestodelmundo.

Max sintió cada latido de su corazón, cada una de sus entrecortadas respiraciones desde elmomento mismo en que la sujetó contra la puerta. Se obligó a retenerla allí porque de haberlallevadohastaunsillónounsofá,oDiosnolopermitiese,unacama,lahabríatomadoallímismosinremedio.Peroalmenossuhonorysuconciencialeimpediríantomarlaestandodepiesiendo,comosería,suprimeravez.Perounacosaeranoperderelpocojuicioqueaúneracapazdeconservaryotramuydistintatenerlaasí,tancerca,tansuave,conesearomaimpregnandosualmasinnisiquieraprobarla, saborearla, hacerla sentir suya, solo suya. Tenía una piel tan suave, tan sedosa, y esehuecodetrásdesupequeñaorejaeraunadelicia.Cuandoseagarróalassolapasdesuchaquetanopudo resistirlomás y la besó sin contención, sin reservas, sin dejar de demostrarle a ella y a símismoquenohabíavuelta atrás.Labesócomonuncaanteshabíabesadoaningunamujer, comonunca sería capazdehacerlo conningunaotramujer, porque cuando labesaba el animal, la fieraindómita de su interior rugía pero, también, esa parte de él quehasta entonces había permanecidooculta, ignota…Ahoraquelahabíadescubierto,sabíaconplenacertezaquelepertenecíaaella,soloaella.Queríadecírselo,gritárselo,demostrárselohastahacerlaperderelsentido.Peroenlassemanasanterioressehabíacomportadodeunmodotanexecrableconella,habíacometidotantoserroresqueaellaleresultaríadifícilcreerle,ymásaúnconfiarplenamenteenél.Teníaqueirpocoapoco,demostrándoleacadapasoqueellaerasuyayqueéleratodosuyoynosoloesecuerpoqueseempeñabaendevorarlacadavezquelatenía,comoeneseprecisoinstante,sinotambiénsumenteysucorazón,especialmentesucorazón.

—Umm… sabes tan bien —susurraba retirando un poco los labios, dejándolos suavementeapoyadossobrelosdeella,queselosacariciabaconsualiento,consurespiraciónentrecortada.

Apenaspodíaabrir losojos, losnotabapesados,deliciosamentepesados, al igualqueel restodelcuerpo,queparecíahabérselequedadoenunestadodesomnolenciaylaxitud.

—Max—susurraba intentando controlar los bruscos latidos de su corazón y ese calor internoqueleexigíaaferrarseaél,frotarseconélymás,muchomás,aunquenosupiesemuybienquéera—.¿Quéestáshaciendo?

Maxseriosobresuslabiosyconunavozroncayprofundacontestó:—Creíaqueestabaclaro.Besarte.—Ydenuevolohizo—.Probartudeliciososabor.—Ledio

unpequeñomordiscoenellabioinferior—.Ydevorarte.Denuevolabesóenunbesolargo,profundo,dejándolatanaturdidacomoantes.Cuandoporfin

seobligóainterrumpirelbeso,manteniéndolaentresusbrazos,aprovechósuestadodeaturdimientopara seguir acariciándole todo el rostro lentamente con los labios, como si la quisiesemarcar detodoslosmodosposibles.

Ella extendió las palmas en su pecho y lo empujó hacia atrás sinmucha fuerza, de hecho, sinninguna,peroMaxlaobedecióy,simplemente,alzólacabezaunpocoyaflojósuabrazo.

—¿Quéestáshaciendo,Max?Aunque su voz sonó tan vacilante, tan débil como antes, esta vez Max entendió lo que le

preguntaba,yaunque legustaríadecirle “teestoyhaciendoel amor,porqueesoerespequeña,miamor,mío…”,sabíaquecometeríaunnuevoerroraañadiralalistadelosanterioressiselodecíatanprontoytanapresuradamente.

—Mel—respiróhondo—,necesitoquehagasalgopormí,porlosdos.—Apoyósufrenteenladeella—.¿Loharás?

Melsuspiró:—No,hastaquenomedigasloquees.Últimamentemeconfundesy,y…Suspiródenuevomordiéndoseellabio,algoensuinteriorleimpidióseguirhablando.Maxcerrólosojosunossegundos,manteniendolafrenteapoyadaenladeella,alzóunamano

yleacaricióconternuralamejilla.—Y te he hecho daño.—Suspiró—. Lo sé pequeña, lo sé y me está desgarrando por dentro.

Necesitoquemeperdones,pero,sobretodo,necesitoqueolvidesloquepasócuandolosgemelosenfermaron, y las dos semanas posteriores porque, porque…—Suspiró—. Fui un necio, Mel, unestúpidopatán.—Abrió losojosy separó la frentede ladeellaalzandoalmismo tiempo laotramano, atrapando su rostro con firmezapero conmucha ternura—.Mel, ¿olvidarás esosdías?porfavor,porfavor.

Unas cuantas lágrimas se escaparon de los ojos deMel, que lomiraba como si dentro de sucabeza se viviese una dura batalla entre la razón, la lógica y sus sentimientos.Max lo sabía, ytambiénquenodebíapresionarla,perofinalmenteellaasintió.

—Lointentaré—susurró.Maxleacaricióconlospulgareslasmejillasyacercóloslabiosalossuyos.—Gracias —susurró mordiéndose la lengua para no decir “gracias, mi amor”. Le besó

nuevamente con suavidad—.Mel—le acarició los labios con los suyos—, voy a dejarte salir, ycuandocierreslosojosestanoche,quieroquedescanses,puesmañanatenemosunacita.

Suvozeraensímismalamásdulcecaricia,lamáshipnóticamelodía.Ameliasesintiócomolosmarineros de las leyendas de las sirenas que sucumben al canto de las criaturasmarinas al verseprivadosdetodavoluntadyrazón.Eracomosiconesasmeraspalabrasleestuviesemarcandodemodoquealcerrarlosojosfuesesuvoz,surostroysucontactolosqueimpregnasensusopor.EraOrfeocantándoleunananaseductora,sensual,atrayente.

La besó con intención solo de darle un nuevo y dulce beso de despedida, pero en pocossegundosfuecargándoseycargándosedefuerza,desensualidad,depasiónyhubounosgloriososinstantesenlosqueMaxnosuposieraéloellalaquedevorabaloslabiosdelotro,quizásfueranlosdos,comosiunanheloardientesehubiereapoderadodeellos.

Maxgimióconunsonidoquesaliódelfondodesuspulmonesytuvoqueapoyarseenlapuertacon ambasmanos, no solo para interrumpir el beso, sino incluso para mantenerse en pie. Ambosjadeabanytrasmirarseunossegundosenesasemioscuridad,Melapoyólafrenteypartedesupesoen el pecho deMax. Parecía querer seguir su ruego anterior al pie de la letra, cerrar los ojos ydormirplácidamente.Maxbajóunodesusbrazos,larodeóporlacinturaylaabrazócontrasí.Seestaba quedando dormida, realmente parecía haberse quedado tan relajada, tan exhausta, que eraincapazdesostenerse.

“¡Quésensacióntanabrumadorayextraña!”,pensóapoyandosumentónenelsuavecabellode

Amelia.Tenerla así adormecida en sus brazos apenas unosminutos después de ese beso, de esascaricias tan intensas, tanvívidas, tanexcitantes, leproducíauna ternurayunasensacióndefuerza,de poder, de ser capaz dematar dragones solo con ese sentimiento que nacía directamente en elcorazónpero cuyas ramas se había apoderadode cada centímetrode supiel. Se agachóunpocopasandounodelosbrazostrassusrodillasyotrotrassuespaldaylaalzóapoyandosuadormecidacabezaensufuertepecho.

—Mel,pasa tusbrazospormicuello.Voya llevartea tudormitorio,aunquenoseade lomásdecoroso,dudoquepuedasdardospasostúsola.

—Umm—ronroneórodeandoconlosbrazosalgolánguidossucuelloyacomodandolacabezaenelhuecodesuhombro.

Lebesóenlafrente.—Sinosvealguien,diréqueestabasunpocomareadaporelolordelashierbasquelehasdado

alagatitayquesoloqueríasdescansar.Ellaacomodómejor sucabeza,peronodijonadamás,dejando resbalarunodesusbrazosde

modoquefinalmentequedósumanoapoyadaensupecho.Maxnotócómoesameracariciaenunestado de casi inconsciencia le provocaba una fuerte oleada de deseo pero, sobre todo, laaceleracióndesbocadadesucorazón.Apoyóelmentónensucabezay,manteniendoelequilibrio,consiguió abrir la puerta antes de enderezarse bien y dar los primeros pasos. Sonrió, sintiéndosecomounestúpidoenamoradoalcruzarlapuertaimaginándosequeeraelumbraldesucasayellasunoviareciéndesposada.Resoplóycomenzóaandarconfirmeza.Sí,leibagustarmuchosuvidadecasadoconMel.Cadavezquesehabía imaginadoasímismocasado,aunsinponercaraa lafuturanovia,algofallabaperoahora…ahora,conMel,todoencajaba,todoestabaensusitio.

Justo al llegar al fondo del corredor donde empezaba el ala ocupada porAmelia y su tía, yahora,también,sunuevainvitada,escuchóasuespaldaaCliff,acompañadodeJulianna.

—Esperoquetengasunabuenaexplicaciónparaesto,Max.Segiróy,parasutranquilidad,Amelianosemovió,descansabaprofundamentedormidaentresus

brazos.Maxsonrió:—Nisiquierapiensopreguntarteloqueestásimaginando.Cliffenarcólascejasenclarodesafíoasugesto,aunqueclaramentecurioso.—¿Ybien?Max,queavecesseasombrabaasímismoporsusenormesdotesinterpretativasysucapacidad

parapermanecer impasible inclusocuando todoparecíaacusarledealguna falta,puso losojosenblancocomosisetomaraabromalasituaciónyseñalóbajandolavoz:

—Estabaalgoindispuestaalsalirdeldormitoriodelosgemelos.Dicequesehamareadoconelolordelashierbasquelehadadoalagata.Nomeparecióprudentedejarlacaminarylahecogido.Casial instantesehadormido.Yaqueestásaquí—miróaJulianna,quehabíadadounpasoensudirección—,¿podríasayudarlaaacostarse?Lallevarédentroydespuésosdejarésolas.

JuliannaseacercóymiróaAmeliaydespuéssonrió.—Pareceexhausta.Ven.—LoprecedióhastalahabitacióndeAmelia,seguidosporunsonriente

Cliff.TrasabrirlapuertasetopóconladoncelladeAmelia,quelaesperabacomotodaslasnoches.

Max pensó entonces que si hubiese aparecido él solo con Amelia de aquella forma la doncellasegurohabríaactuadohistéricamente.JuliannaseñalóaladoncellalacamaysevolvióaMax.

—Déjalasentadaenlacamasipuedes,yanosencargamosnosotras.—Obedecióycuandodiounpaso atrás, Julianna sujetó aAmelia, apoyándola contra su cuerpoymirando sobre su hombroseñaló—: Gracias, Max. —Miró de soslayo a Cliff—. Cariño, ¿vas tú a ver cómo están losgemelos?

Cliff asintió y le dio un golpe a Max en el hombro y señaló con la cabeza la puerta. TrascruzarlaCliffseencaminóalaladondeestabasufamilia,conlasmanosenlosbolsillos,yMaxlosiguióandandoasualtura.

—Nopiensopreguntar,Max—afirmósinmirarle—.Mehasprometidoirpocoapocoyconfiaréentupalabrayenquehayasaprendidolaleccióndeestasúltimassemanas…—GiróparatomarelcorredordesushabitacionesyMaxseparóparaseguirhacialasalida.Cliff,sinpararseydándoleya la espalda, alzóunamanodespreocupado—.Hastamañana, amigo.Noolvides traer la yeguaparalaseñoritaMarkerson,imaginoquenosacompañaráennuestropaseo.

—Buenasnoches,Cliff.—Diounpasoperodenuevoseparó—.¿Cliff?Cliffseparóygirandosobresustaloneslomiró.—¿Umm?Maxfruncióelceñocomosilecostasehablar.—Gracias.Cliffserioyvolvióaencaminarseasudestino.—Vasaserunbuencuñado,Max.—Seriodenuevo—.Unoalque torturaré tantocomotúal

buenodeJonas,peroserásunbuencuñado.Maxnegóconlacabeza,perosonreía.Unpardehorasmástarde,contodalacasaensilencio,

Cliffserecuperaba,aún jadeante,delapasionadoencuentroconsumujer,quegimióenprotestaenesemomentocuandoseapartóparasalirdesucuerpoyacomodarlaentresusbrazos, liberándolanosolodesuinvasiónsino,además,delpesodesufelizmenteagotadocuerpo.

—Cliff—acomodósumejillaenelhuecodesuhombro—,creoquevoyaempezaradarlesololascremasdefrutasyverdurasaAnna.Llevayacasidiezdíastomándolasporlastardesyparecengustarse,además,eshoradedejardedarleelpecho.

Clifffruncióelceño,Juliannaleconsultabalascosasimportantesrelacionadasconsushijosperoeraunamujermuycapazyseguradesímismaquenonecesitabainformarasumaridonimarearleconasuntosdomésticos.Siempreteníalatranquilidaddequeellaactuabacorrectamenteyconfiabaplenamente. Jamás ledabapreocupaciones innecesarias.Asíqueesa información, tan inusualmentetrivial,debíaencerraralgunamásimportante.

Se limitóahacerunmurmullodeasentimiento,dejandoasí espacioparaqueella se tomaseeltiemponecesarioparaacabardiciéndoleloqueestabarondandosucabeza.

Ellaleacariciabaeltorso,dibujandocírculosconlayemadeunodesusdedos,ynotabacómomovíalacabezacomosiasintiese.

—Yquieroquemeprometasquevasacomportarteracionalmente.Cliffseriosuavemente.—¿PordarlecremasaAnna?—Lebesólasien,divertidoporlosrodeosqueestabadandopara

decirlealgoaunqueaúnnosabíaque—.Teloprometo,siemprequemedejéisdárselasalgunavez,seguroquecomemássiselodasupadre.Meadoraymeobedece,comodebeser.

—Umm.—Siguió acariciándole—.Y nomontarás una escena cadamañana cuando quiera ir amontaralaescuela¿prometido?

“¿Yporquéibaamontarunaescenaporquenosacompañesa…?”.Seincorporó,apoyándoseenun codo y dejando a Julianna tumbada boca arriba. Lamiró con los ojos abiertos al rostro y fuebajandohastasuvientreplano.Pusosumanoenélysonrióyrioalmismotiempomientrasdenuevolamirabaalosojos.

—¿Estássegura?—preguntóentrerisasybesosasumujer.—Sí… —la interrumpió con un beso—. Estoy… —Otro—. Muy segur… —Se apoderó por

completodesuboca.Élseapartódegolpe,manteniendosucaraapocadistanciadeladeella.—Pero,montarásconcuidadoycuandoempiecesaestaradorablementeabultada,tellevaréen

calesay…Juliannalepusoundedoenloslabios:—Ytendrémuchocuidadoyunniñodentrodecasiochomesesquesellamarácomosupadrino,

yserámarinocomoél.Cliffserio.—El almirante estará encantado. Le leerá libros de batallas navales antes de que empiece a

andar.—Creoquelehahechomuchailusiónlanoticia.Clifffruncióelceño.—Deduzcoquenosoyelprimeroenenterarsedelanoticia.Juliannahizounamuecaconlabocayseruborizó.—Bueno…Semeescapóayertraslacena.Cliffserio.—Teperdono,amor,teperdono.Perolapróximavezquieroserelprimeroenenterarme.LabesómientrasJuliannanopudocontenerselarisa.—Déjameprimeroquetengaesteantesdehablardelpróximo.—SereíayClifftambién.—Nopiensopararhastaquetengamipropiatripulacióndepequeñosdiablillos.Estásavisada.Juliannarioyloempujóparatumbarloypodervolveraacomodarseensusbrazos.—¿Cliff?Élleacariciabaelbrazomientrascontestabadistraídamente:—Dime,amor.—SiMaxsedaprisaalomejorAmeliapuedetenerotroconmigo,seríabonito.Megustapensar

queAnnatendráenloshijosdeEthanunosprimosdesumismaedadyestepequeñopodríateneruncompañerodejuegosconunprimitodeMaxydeAmelia.

Cliffserio.—Puedeque tudeseo secumpla.Maxno tardarámuchoencasarseconAmelia,deesoestoy

muy,muyseguro.—BesóaJuliannaylaapretóunpocomás—.Amor,nosvamosaverrodeadosdepequeños,notemas.

PeroJuliannayanoescuchaba.sehabíadormido.Cliffsonrióycerrólosojos.Ameliaselevantódescansada,relajada,debuenhumoryesperanzada.¿Esperanzada?Recordó

los últimos instantes antes de quedarse dormida y abrió de golpe los ojos, se había dormido enbrazosdeMax,sí,esolorecordaba.Lahabíabesadoyellaaély…sonrió,apartólassábanasdeungolpeysepusodepie.Aúnnohabíaamanecidodeltodo.Mirólaluzqueentrabaporlaventanaypensóqueeraundíapreciosoyunorepletodeactividades.Loprimeroeraasearseyvestirse,tiródel cordónymientras llegaba sudoncella repasómentalmente las cosas importantes; ir de paseotemprano, umm… he de llevarle un traje demontar a Cloemientras madame termina los que leencargamos…, después,Max.Max quería llevarla a algún sitio y más tarde se reuniría con lasdemáspara terminar lascomprasque lesquedabanparaCloe.Oh,yesanocheeraelprimergranbaile,eldelacondesaTulipán.PorunsegundosepreguntósiMaxbailaríaconellaelvals.Sintióuncosquilleoenelestómagoyunagradablecalormásabajoquehizoquesesonrojara.

Mediahoradespuésestabanen lahabitacióndeCloe, ella, Julianna, su tía, lapequeñaMelytres doncellas. Julianna y ella habían llevado al dormitorio de Cloe cuatro trajes de montarconfeccionadospormadameyqueaúnnohabíanestrenadoyseloshabíanhechoprobartodosparaverelquemás le favorecía.Despuésdeseleccionarunodecolorverdemusgoque resaltaba losreflejoscobrizosdelarubiacabelleradelajoven,lastresdoncellasseafanabanporajustarloasufiguramientraslasdemásdamasylapequeñaMelrevoloteabanasualrededorponiendoestoaquí,estoallá

—¿Milady?—EntróconcuidadolaseñoritaDonna—.Milordqueríasabersi lapequeñaAnnatomaporlamañanalapapilladefruta.

Juliannasegiróylamiróabriendolosojos:—¿Qué ha preguntado si tom…?—De repente empezó a reírse, se giró a las demás, que no

comprendíanni lapreguntaniporquéeraformuladaporelvizconde—.Simedisculpáis,creoquequieroverunacosaconmispropiosojos.Nosencontraremoseneldesayuno.Cloe,estáspreciosa,creoquedeberíamosdecirleamadamequetehagauntrajedenochedeesatonalidad.—Ysinmás,semarchóriéndose.

Entróenlahabitacióndelapequeñayvioasumarido,elfuerteytemiblecapitánDeWorken,

sentado en el sillón junto a la cuna blandiendo una cucharilla frente a los labios cada vez másabiertosdelbebé.Seenternecióhastaelinfinitoyseriodulcementemientrasseacercabaaél.

—Nopuedocreerquehablasesenserio.—Sesentóenelbrazodelsillónysu,hastaentonces,concentradomarido,lamiró—.¿PiensasdarlaprimeracremadeldíaaAnnatodaslasmañanas?

Cliff se rio, llenó de nuevo la cucharilla y la puso delante de los labios de la pequeña, queautomáticamenteabrióloslabios.

—Parecequelegustayconfiesoqueresultaentretenidoverlamoverlosbrazosparaintentarasirla cuchara y llevársela a la boca ella sola. Como dijoMel, nuestra pequeña esmuy,muy lista.¿Verdad,gatita?—Sonrióorgulloso.

—¿Lade frutas?—Cliff asintió—.Le echounpocodemiel para endulzarla y lechepara quequede suave.—Acarició la cabecita de la pequeña—.Es glotona—Miró el cuenco de la papillacasivacíoymiróaCliffasombrada—.¿Sehacomidotodoeso?

Cliffsonrióorgullosoyasintió.—LaseñoritaDonnanoparecía tenermuchoéxitoenconseguirquecomieseperoencuantohe

empezado,yaves,nopara,abrelabocasinqueselopida.Julianna se rio. Tocó al tripita del bebé, que empezaba a parpadear como cuando le entraba

sueño,yselaquitódelosbrazos:Estállena,Cliff,notienespreciocomoniñera.Cliff seempezóaponerdepiedejandoen labandeja lacucharillay lospañoscon losquese

habíatapadolachaqueta.Besólafrentedelapequeñaydespuésloslabiosdesumujer—No,cariño,notengopreciocomopadre.Juliannalelanzóunaprovocativamirada.—Esotambién.Max apareció deslumbrante, vestido con unos bonitos pantalones de ante de color camel, una

elegante y perfectamente encajada a sus hombros chaqueta azul muy oscura y unas botaselaboradas,sinlugaradudas,porelmejorzapaterodeLondres.Acababandesentarseadesayunar,porloqueseunióaellostomandoasientoconnaturalidadjuntoaAmelia,queintentóconcentrarsesinmuchoéxitoensutazadecafé.

Los gemelos, sentados juntos en una misma silla con las cabezas unidas y mirando hacia suregazo,parecíandivertidos.

—¿Cómoestavuestragatita?—lespreguntósonriendo.Losdoslevantaronlascabezasysonrieronymiraronderefilóndenuevoasuregazo.—Estámuybien,tíoMax,yacome.Amelialesmiróentrecerrandolosojos:–¿Nolaestaréisalimentandoconvuestrodesayuno?—Losdoslamiraronysesonrojaronpero

nocontestaron—.Ay,trastos.—Negóconlacabeza—.Andad,traédmelaunmomento.Se miraron entre ellos y se acercaron finalmente. La tomó entre las manos y le acarició con

cuidadoenlatripayloscostados.Maxlamirabaembelesado,esasmanossuaves,ladelicadezadesusgestos,laconcentracióndesumirada.

—Umm,serámejorqueledemoslecheyunpocodecomidablandaunpardedías.Despuésosdaréunasgotasparaqueselaspongáisencadacomidaytenéisqueasegurarosquenomordisquealasplantasrojasynegrasdelasmacetasqueestánenelmiradordeljardín.—Lescediólagatita—.Ahora deberíais dejarla en su cama para que duermamientras estáis fuera y cerrad la puerta delcuartoparaquenoseescape.

Losdossalieron,andandomuyobedientes,sonriéndoseentreellos.—Nosécómosecomportarálagatitaenelbarco.—MeditóJulianna.—Notepreocupes,Juls,paraentoncesyaserágrandeyloúnicoqueharáserádormirenlugares

cálidoslosdíasdefrío,yfrescosenlosquehagabochorno.Además,seguroquecazatodoanimalqueseoscueleenlasbodegas.—ContestóalegreMax

Amelia lomiróyél la sonrióen respuesta,pero fueelalmiranteelquecontestóa lapregunta

queclaramentequeríaformular:—Maxesdelospocos—miróaCliffdesoslayo—queinteligentementehaseguidounconsejo

que les di cuando se embarcaron la primera vez. Llevar siempre un gato a bordo para comersecualquierroedoropolizónquesecueleensusbarcosybodegas.

Clifflomirósonriendo:—¿Todavíatienesesegatogordoymalhumorado?¿Cómosellamaba?—Lord Wellington. —Sonrió—. No. El pobre pasó a mejor vida. Ahora tengo a una gata

malhumorada.Jonas—dijoorgulloso.Casiseatraganta,peroenseguidaCliffempezóareírseacarcajadas:—No dudo que se sentirá inmensamente halagado de que le pongas ese nombre a tu

malhumoradamascotayqueseahembra.Entoncesambosserieron.JuliannaseinclinóunpocohaciaCloe.—Jonaseselnombredepiladelmarqués,elmaridodesuhermana.Leencantatorturarlo.—SeñoritaMakerson—lamirósonriendo,perosinningúntonoseductordefondo,locualgustó

en extremo aAmelia—,he traído una yegua zahína, es briosa pero fácil demanejar.Mi hermanaladyEugene lahamontadoenmuchasocasionespor laescuela,por loqueelentornono le serádesconocido.He creído que para una primera salida sería lomejor. En cuanto pueda calibrar susdotesdeamazona,seleccionaréunamonturaadecuadaparausteddemisestablos.

—Esmuyamable,milord.—Sesonrojó—.Montaresunademisaficionesfavoritas,aunquehede confesar que quizás esté un poco desentrenada. Mis tíos no me permitían hacerlo desde quelleguéaLondres.

—Puesesaseráunade lasprimeras injusticiasquepodremosreparar—contestóalegreCliff—.Nosotros—hizo un gesto con lamano que abarcaba a todos— lo hacemos a diario. Pero he deadvertirlequeseencuentraanteungrupodeinconformistasencuantoalasnormasdelmásestrictodecoro sobre la adecuada manera de pasear sobre cuatro patas. Nos gusta la velocidad, hacercarrerasycabalgar,aunquenonosencontremosenelcampo.

Cloeteníaunbrillodeinterésenlamirada.—Y por eso —añadió Amelia— lo hacemos en la Escuela de Caballería y en sus terrenos

adyacentesdonde,sivamostemprano,podemoshacerlosincausarunescándalonisercensurados.Todosserieron,ycomoCloenopodíahacerseaúnunaexactaimagendeloqueledecían,se

limitóamirarlos.Juliannaletomólamano.—Dentrodeunratoentenderásaloquenosreferimos.Enesemomentoentraronlosgemelos:—Papi,laseñoritaDonnadicequehoyvieneconnosotrosamontar,¿esverdad?—Sí,nenita.—Lasentóen su regazo—.Quiere enseñarosunos trucosde supaís.Creoquees

unamaravillosaidea,sobretodoantesdequeempecéisasaltar.—Comoeralaprimeranoticiaquetenía el grupo, Cliff les informó—: Es originaria de una tierra en las que las mujeres son unasexcelentesamazonasysabenmanejarloscaballosinclusosinsillas,riendasoestribos.Serequiereunagrandestreza.Lesvendrábienparamanejarloscaballitosantesdeaventurarlosasaltar,sobretodoaminenita.—Acarició lamejillade suhija con lanarizdespuésde sentarla en su regazo—.¿Verdad,cariño?

Lapequeñasoloserioporlascosquillas.Llegaron al parque y dejaron a los gemelos con la señorita Donna y un mozo divertidos y

entretenidosenlazonadeentrenamiento.—Niños,mamáyyovolveremosenmediahora.Prestadatencióna laseñorita,porquecuando

volvamospracticaremostodoloquehayáisaprendido,ysedbuenos—lesdijoCliffantesdetomarcaminodelaspistasdondeseencontraronconEthanyAdeleesperándolos.

—Buenosdías—saludóelprimeroconcortesíayconungestodecabezallevándoselamanoalsombrero.

—Buenosdías—añadióenuntonomásjovialycercanoAdele.MiróaCloe—.Querida,estás

muybonitaconesetraje.—Muchasgracias.Hedeconfesarquees laprimeravezque llevoun trajedemontar tanbien

armadoy,sinembargo,tanligero.En apenas dos días parecía empezar a salir de ese estado de miedo y retraimiento al que la

habíansometidodurantelosúltimosmesesylasdamas,especialmente,lonotabanconagrado.Unpar de semanasmás y tendría el aplomo suficiente para dejar atrás la experiencia con sus tíos einclusoparaenfrentarseasutíaysusprimasenlossalones.Adeleseriosuavemente.

—EslamanodemadameCoquette.Yolahedeclaradounaartista.Cliffsepusoalaalturadetodosydivertidosugirióanimado:—Dentrodemediahoranosesperanmispequeñosasíque,¿quétalunabuenacabalgada?—Unacarrera.—SeanimóentusiasmadaAmelia.—Hastalospáramos.—AñadióJulianna.—¿Yelcastigoparaelperdedor?—preguntóAdele—.Siesuncaballerodeberásacarabailar

aunadelasgrandesdamesestanocheenelbailedelacondesaTulipán.Lostrescaballerossemiraronhorrorizados.—Bajoningúnconcepto.—Nihablar.—Prefieroquemepasenporlaquilla.Todossequejaron,poniendocaradeespanto.—Pues entonces… ¡oh, sí, ya sé!Llevadnos a la subasta deTattersall y a un almuerzo en el

campodespués—propusoAmelia—.Porfavor,llevamosañossuplicándoosquenosllevéis.—Oh,sí,quégranidea—intervinoJulianna.—Sí,sí.Seríamaravilloso—convinoAdelesonriendoexpectante.Los tres se miraron de nuevo y pusieron cara de falsa resignación, ocultando que ya habían

decididollevarlasallíhaciadías.—Muy bien, y si pierde una de las damas, nos llevaréis vosotras —aceptó Cliff divertido

mientraslosotrosdossereían.Adeleentrecerrólosojosymirandoalasdamasseñaló:—Soylaúnicaquecreequenosacabandemanipular.TodasmenosCloemirabanasurespectivoNémesis,ynegaronconlacabeza.AmeliasusurróaCloe:—Lastrampasestánpermitidas.—Entonces,vamos.LosanimóCliffcondeterminación.Miróatodos,queparecíanenderezarse

en sus sillas y tomar con más fuerza las riendas—. ¿Preparados? A la de tres. Uno… dos…¡Tramposas!—gritócuandotodaslasdamassalieronsindudarloantesdetiempo,susrisasahogaroneltresypocolesimportó.

Galoparon como si fueran adolescentes en medio del campo mirándose unos a otros,adelantándose,cerrándoseelpaso,diciéndosecosasunosaotrosentrerisasybromas.Alllegaryano importaba quién ganase o quién perdiese, todos estaban riéndose, jadeantes, comentando cadaadelanto,cadacurva,cadasalto.

Después de tomar el camino de vuelta a buen ritmo y sin parar de reír, Ethan y Adele sedespidieron, conviniendo pasar por Brindfet House antes del baile de madame Tulipán. Cloe yJuliannasequedaronalbordedelaspistasviendocomoCliffsededicabaporenteroalosgemelos.MaxseacercóaAmelia

—¿Nohabrásolvidadoquetenemosunacita?Amelialomiró.—No,porsupuestoqueno.—Bien. —Sonrió seductor—. Podríamos adelantarnos a los demás y así dejarte después en

manosdetutía,comoteprometí,antesdealmorzar.Amelialomiródespuésdemirarloentretenidoqueparecíanlosdemásconlosgemelos.

—Está bien.Voy a comentárselo a Juliannamientras avisas a Polly de que regresamos juntosparaquevengaconnosotros.

Unahoradespués,trasregresaracasaycambiarsederopa,estabamontadaenelcarruajeducaladentrándoseporlascallesdeLondres.

—Supongo que ya puedes decirme adónde vamos —señaló mirándolo fijamente llena decuriosidad.

—Suponesmal—respondió sonriéndola con petulante arrogancia ante la cara de ansiedad deella.

—¿Novasadecirmeadóndemellevas,sinnadiequemeacompañe,sinunadamadecompañíaysinposibilidaddeevaluarsiestoyenpeligro?—preguntóconuntonosuavedeasombroquenodealarma

Maxserio.—Ese tipo de preocupaciones no parecen propias de una dama que se adentra en los barrios

pobresdeLondresvariasvecesporsemana,quecabalgaennumerosasocasionessinmozoporlastierras del conde y que cura por igual niños y animalitos enfermos.—E iba añadir que besa enhabitacionesoscuras aunexperimentadocaballerodejándole aturdido, al bordedel abismoydelplacermás inusitadoconun solobeso,peroeradarledemasiadasarmasauna joven inteligenteyresueltacomoella.

Amelia se rio y comprendió que aunque para ellaMax era el único hombre capaz de hacerlecometer una locura, también era cierto que era, de todos, el que evitaría a cualquier precioperjudicarla en algún modo. Además, como acababa de señalar, ella, prácticamente a diario,cometíaimprudenciasmayores.Volvióamirarporlaventanayempezóareconocerlazona.

—¿Vamosalorfanato?—preguntóconlosojosabiertos.Elasintiósonriendo.—Debería haberte vendado los ojos. No hay forma de sorprender a una dama inteligente.—

Negóconlacabeza,sonriendo.—Pero.—Resopló,comprendiendoqueMaxqueríarealmentesorprenderlaasíqueeramejorno

preguntarle—.Estábien.Nopreguntarénada.—Derepentecayóenlacuentadecómoibavestidayfruncióelceñomientrasinspeccionabasupropioatuendo—.Max…nosécómodecirestopero.

Max,queacababadeverlarevisarsuropaincómoda,comprendió:—Lotengotodoprevisto,tranquila.HetraídounacapaviejadeEugenequetetaparáentera,no

se verámás que una pequeña franja del borde del vestido. No podía decirte que te vistieses demodosencilloporquehabríasadivinadoadóndetellevaba,además,despuéshededejarteenmanosdetutíaenBondStreet.“Salvoquepuedaevitarlo…”.

Amelianegóconlacabeza:—Julianna dice que se nota que Cliff esmarino por la forma en que organiza todo, como un

estratega preparando una batalla.—Se rio—. Creo que después de tantos años actuando de esemodonolopodéisevitar,formapartedevosotros.

Maxsoltóunacarcajada.—Nuncalohabíapensado,peropuedequetengarazón.Justo enesemomento separó el cochey salieron.Max la cubrió con la capay ella la cerró,

estaban cerca del orfanato pero habían tomado un camino distinto al que ella solía utilizar, noobstante,erafácilreconocertodaslascallejuelasyrecodos.Cuandollegaronseencontróconqueenlapuertahabíatresgrandescarromatos,entraronyhabíaruidodegolpesdemartillos,metalesygentemoviéndoseporelpatio.EnseguidalesabordólaseñoraCornish.

—Queridaniña.—Leagarródelasmanos—.¡Quéideataninteligente!Amelia miró a Max, que le sonrió y se encogió de hombros. Ella caminó hacia el patio,

flanqueada por la señora Cornish y por Max, y al llegar vio a por los menos veinte marinerosencaramados a cordajes que descendían desde el tejado donde otros marineros colocaban unoshierros con forma de gancho por todos los lados de las paredesmientras los que colgaban iban

subiendo unas enormes telas. De las ventanas que daban al patio salían las cabezas curiosas yentusiasmadasdelosniñosylosmaestros,queobservabancautivadoslaactividad.MiróaMaxconlosojosmuybrillantesysorprendidos

—¿Lasvelas?—Maxasintió—.Pero…—Loempujóconsuavidadhacíaunadelasesquinasdelpatioparahablarcontranquilidad,sindarsecuentadequeestabanfueradelavistadelajetreodelpatio—.¿Cuándohasorganizadotodoesto…?

Maxsonrióyvolvióaencogersedehombros:—Soy un hombre muy capaz, pequeña. —Le acarició con ternura la mejilla—. Cuando me

empeñoenalgo,loconsigo.El brillo de esos ojos grises le provocó un escalofrío aAmelia, comprendiendo queMax no

solosereferíaaloquelesrodeaba,sinoaalgomásimportante,ysinevitarlosonrió,esperandoqueMaxnosediesecuentadelarazóndesusonrisa.

Conunnudoenlagargantasololediolasgracias,quedándoseunosinstantesatrapadosunoenlosojosdelotro.Max se inclinóal tiempoquecon lamanoposada tras lanucadeAmelia se laacercóy labesóconsuavidad,con tranquilidad.Noeraunbesofrutodeunapasióndesesperada,sinounocargadodemuchomás, deundeseo, deuna complicidad, deuna comprensiónmutuadequeestabanunidosporunoshilosinvisiblesquelesimpedíansepararse.Ameliatuvoqueapoyarseensupechoparamantenerelequilibrio,notandoelcalorquedesprendíasucuerpodebajodelafinay elegante camisa y del suave chaleco de seda damasquina bajo su chaqueta. Amelia gimió tansuave, tan imperceptiblemente, que Max se encendió como una antorcha por la sensación,obligándose a interrumpir el beso, a recordar dónde sehallabany a comportarse adecuadamente.Alzópocoapocolacabeza,acariciándolelamejillaconelpulgarmientrasellavolvíaaabrirlosojos.

—Ven. Te explicaré cómo funcionan los cordajes y te presentaré a dos personas que debesconocer.

Amelia se enderezó lentamente y asintió.Max tomó sumanoy se la colocó en el brazo paravolver al centrodelpatio,donde sehallaba la señoraCornishcondoshombres,unomuymayorconunaslargasbarbasyotromásjoven,aunqueellacalculabaquetendríaalgomásdecuarentaaños.Alllegarasuladolosdoshombresdejarondehablarysaludaronconungolpedecabeza.

—Capitán.—Señores.Amelia,permitequetepresenteaJohnBurletyaTimothySalem.Señores,laseñorita

AmeliaMcbeth.Losdoshicieronunainclinaciónbastanteaceptable,pensóAmelia.—SeñorBurlet,señorSalem,esunplacer.—Señorita.—Ambossonmarinosexperimentadosysi laseñoraCornishy tú tenéisabienacogerloscomo

parte del personal de vuestra institución, podrán encargarse de las labores de mantenimiento deledificio,desdeinstalarydesinstalarlasnuevascubiertascuandocambienlastemperaturas—señalóalascarpas—,alaboresdereparacionesdetodotipo.Johnesunexcelentecarpinteroyunhombremuyingeniosoa lahoradearreglarcosas.Timesunveteranoen todos lossentidos,habatalladodesde que apenas levantaba un palmodel suelo y se encargó hasta hace poco de las labores decordajes,reparacióndevelasytambiéndeaprovisionamientoderopayenseresenmibarco.

Amelialosmiró.—Señorita—intervino laseñoraCornish—,hemosestadohablandoestoshombresyyoycreo

quenosvendríamuybiensuayudaparamuchasdelascosasquedíaadíasenecesitanaquí.Estándispuestosainstalarseenlapensióndelfinaldelacalle,ypuestoquecuentanconlaconfianzaylarecomendacióndelcapitán,creoquepodemosesperarlomejordeellos.

Losdoshombressonrieronantelaspalabrasdelaseñora.Amelialomeditóunosminutosyfinalmentedijo:—Creo, señores,que, sinduda, seránuna incorporaciónexcelenteparanuestra instituciónpero,

puestoquenuestropersonalpermanentecuentaconcomidayuntechocomopartedesutrabajo,nopodemos permitir que ustedes seanmenos que ellos. Veamos, la señora Cornish se encargará deacordarconlosdosunsalariojustoyhablaráconeldueñodelapensiónqueestáenestacalleparahacerle saberque losgastosdesushabitacionesyde lacomidadeambos,mientraspermanezcanconnosotros,seanabonadosporelorfanato.Porsupuesto,puedenrealizarlascomidasennuestroscomedoressigustan,perosiprefierenhacerlolejosdeljaleodelosniñospuedenelegirconlibertad.

Los ojos de los dosmarineros se abrieron como platos, pues era obvio que ambos formabanparte de ese grupo de antiguos marineros que, por enfermedad o edad, ya no podían trabajarembarcadosy,por lo tanto,carecíandemediodevidayde laposibilidaddecostearsecomidaytechocaliente.

—Esoesmásdeloqueesperábamos,señorita—dijoelanciano,quemiródesoslayoaMax—.Leprometemoscumplirconnuestrasobligacionesfielmente.

Ameliasonrió.—Estoyseguraqueloharán.Yahora,¿seríantanamablesdeexplicarmecómofuncionantodos

esosartilugiosquenosrodean?Elmásjovenempezóaexplicarleelsistemadepoleasycuerdasparaponeryquitarlostoldos

asícomolaformaderepararloscuandofuesenecesariosinnecesidaddesustituirlotodo.Max la observaba con los marineros, en apenas veinte minutos y enlazando inteligentes

preguntasycomentariosconsiguióquelosdosnosololeexplicasencómofuncionabatodoaquellosino,además,quelescontaselonecesarioparaasegurarsedequeeranpersonashonradas,defiarycapaces de tratar con niños ymuchasmás cosas de las que él sabía de ellos, a pesar de habernavegadoconambosduranteaños siendo sucapitán.Y lohizo sinqueninguno sedieseni cuenta.Maxnopodíadejardesonreír,deadmirarlaensusmovimientossegurosyfemeninosperosinperderun ápice de autoridad ante unos hombres que eran mucho mayores que ella y acostumbrados arecibirórdenesdeunhombre,nodeunamujer,hombresque ledoblabancomopocoen tamañoyque tratándosedeotradamaprovocaríanunpavor tremendopor suaspectohoscoycurtidoenelmar.Sinembargo,ellalosdoblegóenunosminutosyahoraparecíaninofensivoscachorrillosensusmanos.

CuandolosdossubieronconlaseñoraalazonadeadministraciónAmeliasegiróyseñalandoalosmarinerosquelesrodeaban,losquecolgabandelasparedesydeltechopreguntó:

—Sontutripulación¿verdad?Max asintió. En unos minutos se vieron rodeados por niños de entre nueve y doce años

excitadísimosporlaactividad.—SeñoritaAmelia—hablóunode losmayores—.Unode losmarinerosnoshadichoquenos

dejajugaraenrollarnosenlasvelassinosdapermisounadelasprofesoras,¿podemos?AmeliamiróaMaxque,serio.—Enrollaránalosniñosconlasvelasenelsueloycuandolassubanunpocosedesenrollarán

ylosniñosquevandentrorodaránycaeránsobrelabasedelastelas.Noespeligroso,tranquila.Los marineros saben lo que hacen, los niños se divertirán y ellos estarán entretenidos mientrasrealizanunalabor,enotrocaso,rutinaria.Déjales.

Ameliasonrió.—Ya habéis oído al capitán. Pero obedeced a esos hombres y si os dicen que hagáis algo lo

hacéissinrechistar,¿entendido?Niesperaronacontestar,salierondespavoridosaunpequeñogrupodemarinerosqueempezaron

a darles instrucciones y ordenes como si fueran grumetes. Amelia iba a preguntar, pero Max seadelantó:

—Noespeligroso,palabra.Aseguróriéndose.Ameliasevolvióalveraunadelascocinerasquemirabaalosmarinerosentusiasmadaaunque

porsuexpresióneraevidentequesuentusiasmoeradeuntipodistintoaldelosniños.—Buenosdías,Dorna.

LaseñorasegiróyalveraAmeliarecompusosuexpresión:—Buenosdías,señorita.Estonosevetodoslosdías.—Hizoungestoconlacabeza.Ameliaseriosuavemente:—No, no, no todos los días. —Miró a Max y se ruborizó, y este tuvo que contener una

carcajadaanteelcomentarionadasutilniligerodelamujer—.Dorna,porfavor,vayaalatabernadelseñorFlotternyencargueunbuenalmuerzoyalgunosbarrilesdecervezaparaestoshombres,de lanegrayde la rubia,de lasdos.Que traigavariascarnes,eseguiso tansabrosoquehacedeternerayeldeconejo,quesos,frutayalgunosdelospúdinesdulcesqueelaborasuesposa.Dígalequelotraigaalorfanatoantesdequeacabenestoshombres.Vayatambiénalapanaderíaquetantolegustaa laseñoraCornish,yque traiganhogazasdepan,pastelesdecarney riñonesyalgunosbizcochos de melaza. Imagino que los niños estarán por aquí mientras tanto así que, encarguetambién galletas y algunos dulces de leche para tenerlos entretenidos.Después, hagan limonadaspara losniñosycafépara loshombres.Oh,quenosemeolvide,dígalesalseñorFlotternya lapanaderaquemañanameencargoyopersonalmentedeabonarleslasfacturas.Porfavor,quenolaspasenalorfanato.

—Sí,señorita.Enseguida.Contestómásfelizqueunaspascuaslaseñoraysaliócorriendoigualquelosniños,agarrándose

losbajosdelasfaldas.SegiróhaciaMaxydijo:—Seríainútildecirlequenocorra¿noescierto?Maxserioacarcajadas.—Nohacefaltaquealimentesamishombres,Mel.Ellaentrecerrólosojos:—Max,eslomenosquepuedohacer,sobretodoporqueveoqueluchanmásconlosniñosque

consutrabajo.—Portuscomentarios,veoqueconoceslastabernasdelazona—señalabaenarcandolascejas

conungestoquenorevelabaagradoprecisamente.Ameliaserioanteeldejenadasutildeenfadoensuexpresión.—Conozcosoloesayotradelfinaldelacalle,perosoloporqueconseguimostrabajoparaunos

muchachosyunpardechicas.Nosonsitiosenlosquemitíamedejaseentrar,perotampocoson,comoesosquellamaPolly,antros.Además,enNavidadyenañonuevolesencargamoslacomidade las fiestas y he de confesar que tienen guisos sabrosos. Son honrados. Dan productos de unacalidadmuyaceptable.

Maxlamiróydespuésinsistió:—Espero que saboreases esos platos dentro de estas paredes y no en las tabernas, por muy

decentesqueresulten.Unatabernaesunataberna,Mel—dijoserioyconciertoregustoaenfado.—Puedoprometerquenoheestadonuncasentadaenningunamesadeningunataberna.—Serio

divertida ante el gesto deMax—.Quizás sea una experiencia que una dama aventurera como yodebieraprobarenalgunaocasión—añadióenarcandounacejaysonriendomaliciosa.

—Mel,nolodigasnienbroma.Novasaentrarenningunataberna,¿mehasoído?—decíaélponiendoundedodelantedesucara.

Ameliaserioynegóconlacabeza:—EresmásfácildeenredarqueCliff.—Serioylesujetóeldedoconelqueleamenazabaun

momento—.TeloprometoMax,nadadetabernasenmiagenda.Escucharon risasy segiraronparaveraunmarinero riéndosecondoscríosencaramadosa su

espalda.Losdosserieron.—Tedijequeestándisfrutandotantocomoellos.Estoesmásentretenidoymenosduroquelos

trabajosdereparaciónymantenimientodelbarco.—MaxdenuevoasiólamanodeAmeliayselallevó a su brazo—. ¿Tienes que despedirte de la señora Cornish o crees que podríamos salirdiscretamente?

Ameliamiróasualrededor:—Creoqueconeljaleoquehay,nonotaríanqueestamos,ymenosaúnquenoshemosido.—Entonces,regresemos.Tellevarécontutía.Ameliaasintió.Diezminutosdespuésestabanenelcoche.MiróaMaxdehitoenhitomientrasse

quitabalacapaquelacubríahastaentoncesy,paraasombrodeMax,selevantódedondeestabaysesentóasulado.ApoyólacabezaensuhombroydeslizóunadesusmanoshastaatraparladeMax y la cerró en un gesto confiado, dulce y que aMax le provocó una extraña sensación dehallarseencasa.Mantuvolacabezaapoyadaensuhombrosinmoverseunosminutos.

—Gracias,Max.Creoquemegustanestetipodesorpresas.SoloAmeliaeracapazdedar lasgraciasydeconmoverleal tiempoque lesorprendíacon la

formaenquefuncionabasumente.Maxserioyentrelazósusdedosconlosdeellaenlamanoquelehabíacogido,llevándoseladespuésaloslabiosperosinsoltarla.

—Unplacer,pequeña,unplacer.Sedejódisfrutarunosminutosdeesa sensación,deesa tranquilidadal saberla tancercadeél,

confiadadenuevo, relajadaensupresenciayalmismotiempotannerviosaconsu tacto,sucalor,cuandolamiraba.

–¿Amelia?—¿Umm?Ellanosemovió.—¿Es necesario que vayas a comprar con tu tía? —Amelia levantó la cabeza y lo miró–.

PodríamosirapasearporlasorillasdelSerpentineydespuésregresarparaelalmuerzo.Amelialomiródebatiéndoseparadecidir.—Es que…—Su voz era suave pero algo temblorosa—.Bueno, necesario, no, pero estamos

ayudandoaCloeaterminarcon…Max le puso un dedo debajo de la barbilla y la instó a acercar su cara, quedando a escasos

centímetrosunodeotromanteniendoeldedobajosubarbilla,ymoviéndololentamenteacaricióesasuave zona, aturdiéndola y excitándola. No era muy justo emplear esos trucos pero, además dedisfrutardesucontacto,queríapasartodoeltiempoposibleconellayahoraestabatan…Labesóy, con un movimiento, sin interrumpir el beso y si encontrar resistencia en Amelia, la aupó consuavidad y la depositó sobre su regazo, de modo que quedaba acunada entre sus brazos ypermitiéndoleprofundizarunbesoqueestabaapuntodeconvertirse enalgomás serio sino teníacuidado. Amelia alzó los brazos rodeándole el cuello y entrelazando en una sensual caricia susdelgadosdedosenlashebrasdelpelodeMax.Maxemitióunsonidoguturalyseinclinó,demodoqueAmeliaquedócasitumbadaentresusbrazos.Comenzóentoncesadescenderconloslabiosasumandíbula,dondelalamióylediounpequeñomordiscollevandoaAmeliaallímitedesusfuerzassintiendo cómo algo dentro de ella clamaba por más, mucho más, y sintiendo un calor y unahumedad entre las piernas que amenazaba con hacerla arder. Llegó a su cuello, donde de nuevoemitió un sonido mezcla de gemido mezcla ronquido. Tomó un pecho con la mano y despuésintrodujo un dedo entre las telas del escote, haciéndolo descender liberando el tierno, prieto yblancopechoque pronto tomó en su boca.Descendió aúnmás y apresó el pezón, comenzando atorturarlo,lamerlo,succionarloymordisquearlohastaqueAmeliagimiódeplaceryarqueóunpocola espalda.Sin separar sus labiosde supiel pero torturandodenuevo su seno con lamano,Maxsusurróconunavozcargadayronca:

—Mel,pasaconmigoelrestodelamañana.Ameliacerróunamanoensupeloalsentirdenuevocómoseelevabadelsueloconloquele

hacíaconesoslabios,conesosdedos.—Max—jadeó.Maxmantuvo apretado su pecho en sumano, pero la incorporó un poco para que sus rostros

quedasenenfrentados.Labesó.—Diquesí.Cloetieneamuchasdamasayudándola,nohasdepreocuparteporeso.

Denuevolabesóylemordisqueóellabioinferior,aturdiéndolamásymás.LarespiracióndeAmeliaeraentrecortada,susojoscasicerradosestabancubiertosdeunvelode

deseodepasiónqueconseguíahacerlosbrillardeunmodoextraordinario—No…—carraspeóysepasólalenguaporloslabios—.Noesjusto.Nopuedopensarcuando

mebesas,nicuando…AunqueyaestabaruborizadaMaxnotócómoseencendíaaúnmásyseriosuavementemientras

volvíaabesarlaaltiempoqueconmanoexpertalecolocababienelvestido.Interrumpióelbesoyalzóunpocolacabeza,perolamantuvoenesapostura.

—Estábien,estábien,serébueno.Solounpaseoporlaorilla,loprometo.Melsuspiróylomiróantesdeasentir.—Perotendremosqueavisarles.Maxlabesóligeramente.—Cuando nos deje el coche lo enviaré con una nota informándolas de que la actividad del

orfanatonosvaa retenerunpocomásde loquepensamos,ydespués regresarápara llevarnosacasaaalmorzar.

—Umm,bueno,supongoqueestábien.AunquenomegustamentiramitíaniaJuls.Max le acarició la mejilla y besó la otra lentamente para de inmediato acariciársela con los

labios.—Másadelante,silocreesnecesario,confesaremosnuestrapequeñafalta—convinoenuntono

seductorqueAmeliasabíadebíahaberutilizadoduranteañossabedordequeeracasiirresistible.—Estábien.—Sonrió—.Peroesperoquerecuerdesenelfuturoestemomento,porqueseráenel

quedigaquemedesviédelcaminocorrectoyquetúereselinstigadordeesedesvío.Max se rio y disfrutó de saber que difícilmente olvidaría esemomento durante el resto de su

vida.Dioungolpealtechoydijoenvozalta:—AHydePark,porelaccesosur.Amelia,lejosdevolveracolocarsecomodeberíaenelasiento,seacomodóenbrazosdeMax

y apoyó la cabeza en el hueco de su hombro.Max se arrellanó en el respaldo para tenermejorpostura y tomó la mano que ella había apoyado en su torso y la acarició el resto del camino,disfrutandodeesecalor,deesapiely,calladamente,inclusodeladolorosaerecciónqueesperababajaseunpocoantesdellegar,aunquelodudaba,teniendosutiernoyredondeadotraserosobresusmuslosysuaromaimpregnandosusfosasnasalesysucerebro.

Pasaronelrestodelamañanapaseandotranquilos,riéndoseconanécdotasdeambosdelúltimoaño,perohubounmomentoenelqueAmelia sequedóalgomáscalladamirandoel ríomientrascaminaban

—¿Mel?—Maxlamiróunossegundos—.¿Quépasa?Ellasedetuvoyélsequedóasuladoobservándolaunossegundos.—Hasestadounañofuera.Séqueestabascumpliendocontudeberyquetedebíasatimismoy

atushombrescumplirlamisiónqueteencargaronpero…—Semordióellabio.—¿Pero?—lainstó.Ellaalzólavistaparamirarlo:—Noviniste,niunasolavez,no…—Selefueapagandolavoz—.No…estuvistecuandome

presentaron…Nibailasteconmigo…Ni…—Bajólavistaavergonzada.—Losé,losé,ytedebounadisculpa.Ellanegóconlacabeza:—No,no,noescierto.Loqueestabashaciendoeramásimportante—contestófirmementeantes

dequedenuevobajasesuvoz—.Podríashabermeescritoparadesearmesuerteopara…nosé…—Segiróhaciaelrío.

Maxsepusoasuladoyletomólamanoentrelazandosusdedos.—Lo sé,Mel, lo siento.Debería haberos escrito a todos, especialmente a ti, era unmomento

importanteparati.

Amelialointerrumpió:—Noimporta,Max.Essoloquemeheacordadoqueestanocheempiezalatemporaday…—

Suspiró—.¿Max?—Convozfirmeretornóalanormalidad—.Tienesqueayudarmeenunacosa—dijocomounaordenmásquecomounapetición.

Maxserioynegóconlacabeza.—Mel,siguessiendounatirana.Ellasonrió:—Enfin,todostenemosvirtudes¿noescierto?Maxsoltóunacarcajada.—Solotúpodríaspensarenlatiraníacomounavirtud.Aver¿paraquérequieresmiayuda?—Quiero emparejar a Cloe conWilliam , y antes de que digas nada, has de saber que están

hechoselunoparaelotro.Maxalzóunacejaydijoprovocativo:—¿Peroyocreíaqueelinterésdelmarquésyahabíaencontradodestinataria?Ameliahizoungestodespreocupadoconlamano.—Olvidaeso.Nosqueremosmuchoysupongoquesinos lopropusiésemospodríamosacabar,

enfin…—Denuevohizoungesto—.Noimporta.Loimportanteesqueséquesonperfectos.Por un segundoMax pensó en la verdad de las palabras de Cliff unas semanas atrás. Si no

hubieraabiertolosojos,podríahaberperdidoaAmeliaporpuracabezonería,porterquedad.Solodepensarloselehizounhuecosordoenelcorazónperoquerápidamentequedóatrásanteelbrillodeentusiasmodesurostroyesanecesidadsuyadearreglar loqueanduviesemalasualrededor.Sonrió

—¿Ymiayuda?—Bueno,irdándoleempujoncitosaWilliamsinnotarlo.UnapalabradehalagoaCloeaquí,un

comentarioallí.Enfin,esascosasquesupongohacéisloscaballeroscuandointercambiáisopinionessobrelasdamas.

Maxserio.—Mel, esas cosas no las hace un verdadero caballero.—Ella alzó las cejas—.Me refiero a

intercambiarimpresionessobrelasdamas,esoesunadescortesíahacíaellas.—Vamos,Max,nomepuedoniimaginarquenohablesdelasdamasconCliffoconEthan.—Esoesdistinto.Ellossonmismejoresamigosyjamáshablaríamosdeesostemasenpresencia

deningúnotrocaballero.—Oh,perfectoentonces—dijosonriéndolecomplacida—.Apartirdeahora,consideraaWilliam

uno de tu mejores amigos.—Él iba a decir algo pero ella se adelantó poniendo esa mirada detenacidadqueMaxconocíasobradamente—.Porfavor,piensaenlofelicesquelesharás,yamí.

Decididamenteestabaperdidamenteenamorado,porqueporlafelicidaddeAmeliaibaahacerdecasamentero.Pusolosojosenblancoyseñaló:

—Considérame reclutado para tu particular cruzada, pero —la miró fijamente—reclamo elderechodeexigirunarecompensa.

Amelialomeditóunsegundo,peroelbrilloazuladoquecadavezsemarcabamásensusojoslahizodesearquelarecompensafueraella,demodoquesinpensarlomásaceptó.

—Unarecompensa,deacuerdo.Todoseaporlavictoriadelamor.Maxsonrió,pensandoqueporahíibaprecisamentesurecompensa.

Capítulo8

Media hora más tarde entraban en la mansión y ambos se quedaron parados al escuchar la

músicadelpianodesdelasalademúsica.SemiraronyAmeliapreguntóaFurnish:—¿HaregresadoEugene?Elmayordomonegóconlacabeza.—EslaseñoritaCloe.LadyAnnanodejabadellorarporqueleestásaliendosuprimerdiente,y

lamúsicaparececalmarlaunpoco.Amelia terminó de darle los guantes y el sombrero y se encaminó a la sala de música,

impresionadaporlabonitamelodíaylomagníficamenteinterpretadaquelasentía.EntróconMaxconcuidadoenlasala,quedándosecasienlapuerta,yvioaCloesentadaenelpianoconJuliannasentada en la banqueta a su lado con Anna en los brazos. Se quedaron un momento quietos ensilenciohastaqueMaxposósumanoensuhombroyconungestodecabezalahizomirarhacialaotra puerta. William estaba bajo el umbral, quieto ,mirando fijamente a Cloe con la expresiónabsolutamenteembelesada.

—Creo—le susurró Max al oído— que a nuestro querido marqués no habrá que empujarlodemasiado.

AmeliamiróaMax,despuésalmarqués,ysonrió,segiróyempujandosuavementeaMaxfueradelasala,señalósonriendo.

—AsegúratedequesequedaaalmorzarysitepreguntaporCloe…Bueno,recuerda,unodetusmejoresamigos.

Segiróparamarcharse,peroéllasujetó.—¿Puedosaberadóndevascontantaprisa?—AporunaremedioparaaliviarlasencíasdeAnna.Ahoravuelvo.—Diounpasoysegirópara

mirarlodenuevo,sepusodepuntillasylediounligerobesoenlamejilla—.Sébueno.MaxlaobservóirseeinstantesdespuésaparecióasuladoCliff.—Yahabéisregresado.Bien.QueríapedirlealgoaAmeliaparalasencíasdeAnna…Maxleinterrumpió.—Acabadeirabuscaralgoparalapequeña.—Miróalapuerta,dondepermanecíaelmarqués

—.Creoque,despuésdetodo,AmeliahaacertadoconelmarquésylaseñoritaMarkerson.—Alzóla ceja. Cliff iba a protestar—. Lo sé, lo sé. El riesgo existió pero solo fue pasajero y ya herecapacitado,dejemosqueelpobremarquéspuedacentrarseenalguienapropiadoparaél,porqueAmelianoloes—añadiósonriendoperoconfirmeza.

Cliffsonrió.—Almenossirvióparaponertelascosasclaras,¿noescierto?—Seriosuave—.Vamosainvitar

alhechizadomarquésaunacopaantesdelalmuerzo.DioungolpeenelhombroaMaxyminutosmástardedesaparecíanlostresjuntoalalmiranteen

unadelassalasquedabanaljardín.En la habitacióndeCloe se reunieron todas las damasde la familia, la pequeñaMel incluida,

mientras las doncellas sacaban de las cajas los nuevos vestidos y complementos que madameCoquette había enviado como primera remesa de los encargados paraCloe. La pequeñaAnna sehabíadormidodespuésdedarleunapequeñainfusión,porloquesehallabatranquilaensucunaalcuidadodelaniñera.

Derepente,entraronEugeneyAdelecomodosvendavales.

—Miradquiénhavuelto—anunciabacantandoAdele.—¡Eugene!TodaslaMcbethdeinmediatolaabrazaron.Despuésdevariosintercambios,saludosybromas

sesentaronenlossillones,enlabanquetayenelbordedelacama,centrandosuatenciónenCloe,queestabaunpocoazorada.

EugeneseacercóaCloeylepasóelbrazoporloshombros.—No te apures, te acabarás acostumbrando, es una tradición entre nosotras.Nos tenemos que

vestirenaquelarre.—Sereíabromista.—¡Eugene!—protestaronlasdemásriéndose—.Lavasaasustar.Eugenepusolosojosenblanco:—Bueno,Cloe,puedollamarteCloe,¿verdad?—Noesperóaquelarespondiese—.Creoque

noslovamosapasarestupendamente.Vamosahacerquetutíaytusprimassemuerdanlasuñasdeenvidia.—Cloesesonrojó—.Yvasabailarcontodoslosmejorespartidosdelatemporada,esoteloaseguro.Dentrodedosdíaslostendrásrendidosatuspies.

—Geny.—MeneólacabezaAmelia—.Siguessiendomuymandona.—Ledijolasarténalcazo—replicóellaalzandolabarbilla—.Oh…—Seacercóaunodelos

vestidos—.Esteespreciosoyesperfectoparaestanoche,unpajaritomehadichoqueesteañolostulipanesdelacondesaseránnaranjasyamarillos…Conestevioletaestarásperfecta.Pruébatelo.

—Yo había pensado en el verde musgo con encaje. Realzará los rojizos de su pelo. —SeapresurabaadecirAmelia.

—Me gusta este rosa con hilos de plata, le favorecerá mucho ese bonito cutis —señalabaJulianna.

—Umm¿yeldoradodeseda?—preguntóAdele.—Losiento, señoritas—intervino firme tíaBlanche,quehacíaungestoaunadoncellaquede

inmediato se puso a desembalar una de las cajas—. Para esta noche, madame y yo hemosseleccionado uno que será perfecto para que deslumbre sobre todas las demás.—Guiñó un ojo aCloemientraslasdamasmirabanaladoncellaycuandoestasegirósehizoelsilencio.

—Es,es…—murmurabaasombradaCloe.—¡Esunamaravilla, tía!—exclamóJuliannamientras se loacercaba ladoncella—.¿Quées?

¿Seda?SutíaselevantóyseacercóaCloe:—Pruébatelo,querida.EssedaconencajedeBruselasyelbordadoestáhechoporunasmujeres

españolasquehacenmantonesdeManila.—MiróaladoncellaalaespaldadeCloe,quesacódeotracajaunpreciosomantóndeManilaespañolconbonitosycoloridosbordados—.Yenvezdeunchalodeunachaquetilla,tepondrásesto.—Selopasóporloshombrosysonriósatisfecha.

Cloeacaricióymiróasombradaaquelladelicadasedabordadaconexquisitasfloresconflecosenlosbordesconnudosenrevesadosformandounareddehilosdeseda.

—No,nopuedoaceptar.Estoesdemasiado.Yono…Suvozseapagaba.LatíaBlanchelepasóelbrazoporelhombrosonriendo.—Querida, considera que esto es lomenos que podemos hacer para compensar losmeses de

injusticiaquehastenidoquesoportar.—Además—dijo alegremente Eugene—, piensa cómo le rechinarán los dientes a tu tía y tus

primascuandoteveanentrar.Todasserieronasintiendo.—¡Oh! y cuando bailes. —Palmeó las manos Adele con entusiasmo–. Ese colorido te hará

destacarentretodas.Yalopuedover…Elvals…—Suspirócongestosoñador.—Yo, yo no puedo bailar el vals. No tengo permiso aún para hacerlo. Cloe se disculpaba

mortificadaysonrojada.—Pero…lapasadatemporada…—insistíaJuliannaasombrada.—Mitíaconsideróquenodebíapedirpermisoparamíporquesesuponíaquenoibaabailaren

todalatemporada.Hubounmomentodesilencio,peroenseguidapasó.—Bien, pues quedará solucionado hoymismo—afirmóAdele con solemnidad—. La condesa

pedirá,entunombre,permisoylotendrásantesdelprimervalsy,encuantohagastuentrada,todoslossolterosaesteladodelAtlánticopediránqueincluyassunombreentucarnédebaile.

—Bien, eso deja a los del otro lado delAtlántico paramí.Un reparto justo—dijoAmelia, yestallarontodasencarcajadashastaqueentróunadoncella.

—Señora—llamóalatía—,elalmuerzoseservirácuandogusten.—Oh,vaya,¿tantardees?Bien,bien,digaaFurnishqueaviseparaquelosirvan,quebajamos

deinmediato.—Segiró—.Bien,niñas,podemoscontinuarestatarde,mientraslasdoncellaspodránguardartodosinqueestemosnosotrasincordiándolasyestorbándolas.—Seoyeronunasrisasflojasdelasdoncellas.

AmeliasegiróaCloeyledijoconvozdulce:—Ponteparaelalmuerzoelvestidoverdeconlascintaslilas,creoquetequedaráprecioso.—

Se quitó los pendientes con pequeñas esmeraldas que llevaba y se los dio—. Creo que estosencajaránmuybienconelvestido.—Segiróysaliórápidacerrandolapuertatrasella.

Las demás, que le esperaban un poco más adelante en el pasillo, la miraron con los ojosentrecerrados.

—¿Puedosaberquetepropones?—preguntóautoritariaJulianna.Ameliasonrió.—Williamestáabajo.Todassonrieronsinnecesidaddemásexplicación.—Solo hay un asunto que me preocupa de esto—señalaba su tía mientras caminaban por el

pasillo—.Cloe esmenor de edad, demodoque, para casarse, necesitará el consentimiento de sututor,quepresumoserásutío.

Ameliasonrióyentrelazólasmanostrassuespaldacaminandoconandarestraviesos—.NosisecasaenEscociatrasunarománticaescapada.Ycuandoregresenisiquierasutíoserátannecionitanimprudentedeponerpegasalmatrimonioconunmarquésauspiciado,además,porunamarquesa,unavizcondesa,unafuturacondesa…—Serio.

—¡Diosmío!—ExclamoEugene–.Túnoeresuna tirana, eres la reencarnaciónde JulioCesar“Veni,vidi,vinci“.

TodaslasdamasserieronyJulianna,casientrandoenelcomedor,señaló:—Mely, cielo, quédate a esperar a Cloe para que no se sienta violenta entrando sola. Podéis

decirqueteestabaayudandoacambiardevestido,¿quierescariño?—Sí,mami.DiréquemeenganchélafaldacomohacetíaMel.JuliannamiróaAmelia:—¿Perosepuedesaberqueleenseñasaminiña?—Nadaquenomehayasenseñadotúantes,queridahermanamayor.Ambasserieronyentrarondondeloscaballerosyalasaguardaban.—Jonas,querido, ¡quéalegría tenerosde regreso!—Seadelantó la tía,dándoleunabrazo—.

Ethan, compruebo con agrado que tu esposa ha conseguido que vengáis a pasar la tarde, es unplacer.

EthansonrióperoasuespaldaseescuchóaAdeledecir:—Meencantaría atribuirme elmérito y ese poder de persuasión sobre unDeWorken, pero lo

ciertoesquenomehadadoalternativaynisiquieraporunmotivohonorable.—Miróasumarido—.ElmuytunantesolovieneadevorarlospostresdeJulianna.

Ethanserioacarcajadas:—Noquerida,nosoloaeso,perohasdereconocerqueesunpoderosoaliciente.Juliannaserioysepusodepuntillas,dándoleunbesoenlamejillaaEthan.—Gracias.Soloporeso,mañanateharéllegarlacremebruleequetantotegusta.

—Siemprehedichoqueeresmicuñadafavorita…—Serio.—Es la única que tienes, cretino—dijo Cliff tomando lamano de Julianna para llevarla a su

asiento.—¿Ymishermanasqueson?—preguntóAdeleasombrada.—Unincordio,querida,unverdaderoincordio.—LerespondióEthanayudándolaasentarse.—Esoesunagrosería—sequejóAdele—.Unaverdadirrefutable,sinduda,perounagrosería.—LosientoAdele,peromesumoalcomentariodeEthan.Laúnicademisprimasquesesalvaría

deunaquemaseríastú,yesoporquetehemosreformado—dijoEugenesonriendoindolentemente.—Oh,perfecto,¿asíquemehabéisreformado?—preguntómediosonriendomediofrunciendoel

ceño.Ethanseinclinóylediounbesoenlamejillariéndose.—Yhemoshechounexcelentetrabajo.Estamostodosmuysatisfechos.Huboalgunosaplausosyrisas.—Bueno—dijo falsamente indignada—.Siestáis tansatisfechosyanohaynadamásquedecir.

—Resopló.EnesemomentoentróCloeconMelydelamano.—Losiento,noshemosretrasado.Disculpas.Loscaballerosselevantaronehicieronlasoportunascortesías.Ameliaselevantóysedirigióde

inmediatoaellas.—Oh,peque,veoquetehascambiadodevestido,menosmal.—Leguiñóunojoalaniña,que

sonriendosefuealregazodesupadre—.Ven,Cloe.—Latomódelbrazo—.CreoquealúnicoqueaúnnoconocesesaWilliam.—Lallevóhastasulado—.Cloe,permitequetepresenteamiviejoyqueridoamigolordCalverton,marquésdeDurndy.William,laseñoritaCloeMakerson.

—Milord—saludabaconcortesíamientrashacíaunasuavereverencia.—SeñoritaMakerson—letomólamanoybesóconsumacortesía—,unplacer.—William,Cloesequedaráconnosotrosyesperoqueseasamableconella,queremosquese

sientabienacogida.—Por supuesto —contestó mirando la sonrisa de Amelia, que conocía e interpretaba a la

perfección—.Harétodoloqueestéenmimano.—¡Perfecto!Puedescomenzarretirandolasilla.—SegiróaCloe—.Yaqueestásaquí,puedes

sentarteahí,asíestamosbiencolocadossinningúnhueco.Segirósobresus talonesyseencaminóalotro ladode lamesapara tomarasientoal ladode

JonasydeMax.CuandopasójuntoaCliff,estelesusurródemodoquelooyeronEthan,Adele,yJulianna:—Eltérminosutilezanoestáentuvocabulario,¿verdadpequeña?Amelialesonrióorgullosa,contestandotambiénenvozbaja:—Asituacionesdesesperadas,medidasdesesperadas.Se rieron todos los de esa banda de la mesa. Aunque no sin cierto grado de satisfacción al

comprobarqueWilliamyCloeyahabíanempezadoacharlaranimadamenteyqueélse inclinabasutilmenteyellasesonrojabasuavemente.

HablaronsobreelviajedeJonasyEugene,delosplanesparaelbailedeesanochealquetodosacudirían juntos puesto que, los que no residían en la casa, habían llegado con sus ropas y susayudasdecámaraydoncellasparaarreglarseenlamansión,aexcepcióndelmarqués,claro.HubounmomentoenelqueaCloetodoslesrecordaronaloshombresdesupadrecuandosepreparabanparaunabatallaycuandolodijoenaltotodosprorrumpieronenenormescarcajadas.

—Solo hay un fallo en ese símil—dijo tía Blanche divertida—, aquí todos actuamos comogenerales, ninguno como soldado raso. No admitimos órdenes. Como ejército seríamos todo unfracaso.

—Muy cierto —señaló Ethan—. Las damas de la familia son Napoleones con faldas —dijoriéndosemientraslasdamassequejabanprofusamente.

—Muy cierto —inquirió sarcásticamente Eugene—. Mientras que los caballeros sois mansoscorderitos…

Lasdamasaplaudieron.—Corderitos a los que llevaron al matadero esos Napoleones —señaló Cliff todavía más

sarcásticamente.—¿Hay corderitos en casa? —le preguntó Mely a Maxi que se encogió de hombros—. Yo

quieroverlos.—No,cariño.—SerioCliff—.Perodentrodeunosdíasosllevaréalzooypodrásveralgunos.Apartirdeesemomentotodofueunpococáusticotodoshablaban,reían,bromeabanentresí,y

asíhastadespuésdelté.AmeliayCliffsedespidierondeWilliamenlapuertaantesdequetodosseretirasenaprepararseparaelbaile.

—¿Hay corderitos en casa?—le preguntó Mely a Maxi, que se encogió de hombros—. Yoquieroverlos.

—No.LaspocasvecesquevineaLondres,mientraselviejodragónvivía,erapormotivosdetrabajooporalgúncompromisoconcreto.Nohehechodemasiadavidasocialentrelossalonesdelaaristocracia.

—En ese caso —dijo Cliff dándole una palmada—, lo mejor será que acudas dentro de laproteccióndeunamanada.—Serio—.¿Porquénotereúnesconnosotrosenlaentradayteunesanuestrogrupo?Créeme,esmásfácildefendersedeloslobosengrupo.

Williamserio.—Measustapreguntarquiénessonloslobos,aunquesupongoqueenpocashoraslodescubriré.Cliffsonrió.—Bien,supongoqueestanocheosdefenderemosatiyalaencantadoraCloedetodosellos.Williamlomirósindecirnada,perosedespidió,yencuantoFurnishcerrólapuertaAmeliapuso

lasmanosenjarrasyriéndosepreguntabadivertidaaCliff:–¿Yyosoylaquecarecedesutileza?Menudoejemplodas.Cliffserio:—Erastú,queridaAmelia,laquehablabademedidasdesesperadas,¿noesasí?Unahoramástardetodaslasdamassehallabanperfectamentevestidasparalaocasión,menos

Cloe,alaqueporpeticióndelatíahabíanhechotodotipodetratamientosdebellezaparaelpelo,lapiel,lasmanos…Loscaballeros,yaperfectamenteengalanados,teníanórdenesexpresasdenomolestar,por loquesereunieronenlasaladebillarconunascopasdecoñacymuchasganasdebromear.

Cuando terminaron de arreglarle el pelo aCloe, a la que no dejaron las doncellasmirarse alespejomientras lohacían,entraron lasdamasen tropel.Cloesegiróypensóqueeraelgrupodemujeresmásbellasquehabíavisto en suvida, todasdistintas, todasconunascaracterísticasyunestilodistinto,perotodasespectaculares,elegantesyresueltasyconunaalegríaenlamiradaquelerecordabaaladesumadre.

—Marguerite,tehassuperado—decíatíaBlanchealadoncella–.Eresunaartista,esepeinadoesperfecto.

Por findejaronaCloemirarsey sequedóatónita.Eraunpeinadoaparentementemuysencillo,peroalmirarlocondetenimientoera intrincadoy laborioso,dejabamechonessueltosalrededordesu rostro enmarcándolo y algunas hebras cayendo graciosamente por sus hombros. Teníaentrelazadas varias cintas de las que aparecían, discretas y graciosas, algunas hojas diminutas defloresdevarioscolores.

—Bien.—PalmeóAdele—.Ahoraelvestido.Dosdoncellasselocolocaronconcuidadodenoarrugarlo.Seloajustaronyloscerraroncon

minuciosidad.—Esunamaravilla, sinduda—decíaAmeliaacercándoseobservándoloaldetalle—.Yahora

esto.

Juliannaleacercóunacajadeterciopeloquealabrirladescubrióunjuegodependientes,collarypulseradetopaciosydiamantes.Cloeabriómucholosojos.

—MeloregalóCliffcuandonacióAnna,creoquetequedaríanperfectosconesevestidoyseríaunhonorquelollevasesentuprimerbaile—dijosonriendoyempezandodeabrocharleelcollar—.Porqueeste,queridaCloe,vaasertuprimerbaile.

Sintiempoparareaccionar,Eugeneseleacercó.—Yesteeselabanicoquehasallevar.Puestoqueahoraereslaprotegidadelmarquesadohas

dellevarelemblemaquetecorresponde.Pusoensusmanosundelicadísimoabanicodemarfiltalladoconuncordónparasujetarloenla

muñecayalfinaldelcordónunelaboradocierredeoroconelblasóndelmarquesado.—Ycomo jovenpatrocinadaporelcondey lacondesa,hasde llevareste tradicional ridículo

conel emblemade la casaDeWorkenyeste será tupañueloconelblasóndel conde.Ya llevagrabadastusiniciales,porloqueestuyoporderecho—dijoAdelesonriendoyalzandolabarbilla.

—Ycomofaltoyo—dijoAmelia—.tehice,haceunosdías,esteperfume.Comodecíasquetegusta el olor de las orquídeas negras pensé que te gustaría, conunpocode gardenias y peoníasparahacerlomássuave.

Cloeloolióysesorprendió.—Esdelicioso,deberíasdedicarteahacerperfumes.—Lepasóelfrascoalasdemás.—Quésuave—murmuróEugeneaprobatoria.—Oh,quéfragancia.Essuaveperotieneuntoque…provocativo.SeñalóAdeleconunasonrisa

pícara.Ameliaserio.—Ese toque debe ser por las orquídeas. Creo que Cloe tiene un lado malicioso porque esas

floresseconsideranalgoeróticas.—¡Mel!—gritaronalapartíaBlancheyJulianna—.Eresunainocente.¡Quésabrástúdeeso!

—dijoJuliannariéndose.—Inocente puede, pero no ignorante —respondió riéndose y alzando la barbilla con gesto

exagerado.—¡Menuda lagarta! —dijo divertida Eugene. Todas la miraron y ella se rio—. Es mi nueva

palabrapreferida.Laescuchéenelbarcodesoslayoenunaconversaciónentreunasmujeres.—Niseteocurradecirladelantedelosgemelos,soncomolorosrepitiendoloqueescuchan—

leadvirtióJuliannamirándolaconelceñofruncido.—Señora,yaestá.Seescuchólavozdeunadoncellaal tiempoqueleentregabaaCloelosguantesconelsello

delduquedeFrentonbordadojuntoalabotonadura.Todassegiraronylamiraron.—Cloe,vasacausarsensación.Estásdeslumbrante—dijoAmeliaentusiasmada.—Escierto,querida,vasahacerque…—latíaBlanchesegiróhaciaEugene—.¿Rechinenlos

dientes,decías?—Ellase rioyasintiómientras tíaBlanchesevolvióamirardenuevoaCloe—.Pueseso,querechinenlosdientesdetodaslasdamasdelsalónyloscaballerossuspirenatupaso.—Cloe se rio al tiempo que se sonrojaba—. Bien, niñas, vámonos antes de que los caballerosacabenconelcoñacdesesperadospornuestratardanza.

Conun revuelode sedas, risasybromassalieron todasy se reunieronenelvestíbulocon loscaballeros.

—SeñoritaMakerson, esto no está bien.Obligarnos a llevar pistolas en su primer baile—dijoCliffdivertido—.¿Ethan?

—Tranquilo,hermano,llevounjuegobajoelasientodelcoche.—Sonrió.—Yyomisabledecaballería.AñadióJonas.—¡PorDiosbendito!¿Tandifícil resultadecirqueestáespectacularenvezdehaceralardede

esafanfarroneríayautocraciamasculina?—ResoplóAdeleponiendolosojosenblanco.Sevolvióa Cloe y Añadió—: Querida, lo que los caballeros intentan decir en un lenguaje que solo ellos

parecenentenderesqueestáspreciosayqueteacosarátodohombreconojosenlacara.—Suspirómientrasloscaballerosprorrumpíancarcajadas.

—Conlobienqueestabanquedandonuestraselaboradasalabanzas…—SerioEthandandounbesoeneldorsodelamanodesumujer—.SeñoritaMakerson,estáustedpreciosaymereservoelderechodeunbaile.

Cloeserio.—Seráunhonor.—Bueno, bueno… —dijo tía Blanche, e hizo un gesto con la mano— será mejor que nos

pongamosenmarchaollegaremosmuytardeyestaseñoritahadehacerunaentradadignadesercomentadaportodos.

Encadaunodeloscochessefueronhaciendoplanes.EnelprimeroibaCloeconelalmirante,tíaBancheylosmarqueses.DetrásEthan,AdeleyMaxyfrenteaellosCliff,JuliannayAmelia.

—Cloe,recuerdanobailarmásdedosbailesconningúncaballero.Reservaelbailedelacenayelúltimoparaelcaballeroquetesugiramos,porqueescomprometidoverteobligadaacenarconalguien poco adecuado.Y el primer baile en los de la condesaTulipán es un vals, por lo que lobailarás conmi padre.Será toda unadeclaración a los ojos de los demás.Y además, lo baila demaravilla—decíaEugenesonriendoencantadoraasupadre.

—Gracias,hija—contestóélorgulloso.—Hemos pensado que el vals de la cena y el último debiera reservarlo paraWilliam—iba

diciendoAmeliaenelotrocoche.PorunmomentoMaxlomiróconelceñofruncido,peronodijonada,yaqueAmeliacontinuó—:Yameencargarédequeélselopida,ylomejorseríaquebailaselosvalsesconlosguaposcaballerosdelafamiliayelrestoconjóvenesqueselopidan.

Todosasintieron.—Creoquetefaltandosvalseslibres.Veamos,elhermanodeEleanorestáprendadodeti,Mel,

puedes pedirle que saque a Cloe en uno de los valses intermedios. Es uno de los solteros máscotizadosyfrancamenteatractivo—sugirióAdele.

—¿Rayne?—preguntófrunciendoelceñoMax.—Sí,Max, lordBrustter. Creo que el que galantee aCloe en su primer baile el vizconde de

Morray sería excelente para ella.Muchas matronas se morirán de envidia.—respondía contentamirandolosojoscelososdeMax.

—¡Oh,sí!YelotropodríareservarloparalordTrenford—dijoJulianna—.Esunodelospocosduquessolterosquequedanydetodosesconocidoquenopareceninteresarlelasdebutantesnilasjóvenescasaderas.—MiródesoslayoaMax—.ExceptoAmelia.Peroellanoparecemuydispuestaafomentarsusgalanteos.—Hizoungestodespreocupadoconlamanomientrasdesoslayomirabaasumarido,queseagarrabaalasientoparanoromperencarcajadas.

LamiradafulminantequeleechóAmeliafuedeltodomenosindecisa.—¿SepuedesaberhaciadóndemirabaisvosotrosdosmientrasAmeliaeraacosadapordosde

losmayoreslibertinosdelreino?—preguntabaMaxmirandoasusdosamigos.—Acosadaesuntérminoalgoexagerado,¿noteparece?—respondióconsornaEthanmirandoa

Cliff,queclaramenteestabaconteniendolarisa.—Cierto,yodiríaquemásbieneraladamadesupredilección.ApuntillóCliffconmofa.—Oh,bueno,sisoloeraeso…—dijoMaxmalhumoradomientraslosdemáshacíanverdaderos

esfuerzosparanoestallarencarcajadas,salvoAmelia,queseencogíaensurincónmuycoloradaconganasdegemir.

AlllegaralasescalerasdespuésdedescenderdeloscarruajesvieronaloscondesenanimadaconversaciónconWilliamesperándolos.Seacercaronaellosytraslasoportunascortesíashicieronalgunosplanes.

—Querida,lacondesadeWorkentomóaCloedelbrazoylafuellevandoconella—.Vamosasolucionar,antesdeentraralsalóndebaile,tupequeñoinconveniente.Tediréloquevamosahacer.Entrarásdelbrazodelalmirante,queesbajocuyaprotecciónteencuentrasy,avuestrolado,iremos

elcondeyyomismaparaafianzartupresentación.Cuandotepresentemosanuestraanfitriona,antesdeentrarenelsalóndebaile,laabordarédirectamenteparaqueteconcedalaveniaparaelvals,puestoquelacondesaTulipánesunadelaspatronasdeAlmack’sy,comobuenaamigamíaydeBlanche,estoyseguraquenosconcederáelcaprichosinpensárselodosveces.

Y dicho y hecho. Minutos después se encontraban todos a punto de ser anunciados para laentrada del salón después de saludar preceptivamente a la anfitriona. Primero entró Julianna delbrazo de Cliff con William a su lado y tía Blanche de su brazo. Después Ethan y Adele y acontinuaciónMaxconAmeliadesubrazo,que ibarefunfuñandoporelgestodespuésdequeesteposasesumanoensubrazoynoladejasesoltarse.

—¿Estásloco,Max?Nopuedoentrardetubrazo.Esoescasicomodecirlealasdamasdelasalaquesoyladamaalaquecortejas.Suéltame,PorDios…

“Yeso,pequeña,esloquierodejarclaro,peronosoloalasdamassino,sobretodo,acualquiercaballerodelsalón”,pensaba.

—Vamos,nohagastantasalharacas,Mel.Hacecuatroañostambiénentrastedemibrazoenestesalón.

Ellalomiródesafiante.—Perohacecuatroañosyoeracasiunaniñaytúnohabíasdeclaradoabiertamentetuintención

devolveracasayasumirtusobligacionesducales.Sindecirnadamáslallevóhastaelbordedelaescalera,dondeunavezanunciadossusnombres

noquedabaotraquedejarsearrastrar.A continuación, entraron losmarqueses de Furllintong en su primera aparición tras su boda, lo

queunidoa la impresióndeveral solteromáscodiciadode la temporadadelbrazodeunadamacasadera fue lo bastante impactante para abrir camino, como habían planeado las damas de lafamilia,aloscondesyalalmirantellevandodelbrazoasujovenprotegida.Aquelloeratodaunadeclaracióndeintenciones,comobienapreciarontodaslasgrandesdamesdelafiestaycualquieraquetuvieseunmínimoderaciocinio.Alllegaralpiedelaescalera,AmeliasecolocójuntoaCloecon Max a su lado y William en otro, mientras que el almirante se retiró un poco para dar laposibilidadalosjóvenesdeacercarsealasdamitas.Williammirabaenderredorconclarointerés.

—Creoqueahorasécómosesienteelzorrofrentealapartidadecaza.Max alzó la vista y fingió un escalofrío mientras que Amelia los miró a los dos de modo

intermitente.—Ohvamos,noexageréis,tampocoserátanmalo…—Miróenderredoryviocómolasdamas

y sushijasmirabana losdos caballerosque le acompañabancomounpastel enun escaparate—.Bueno,quizásesunpoco.

—Mel,porfavor,reclamolarecompensaquemedebías.—DijoMax,yellalomiró—.Veamos,elvalsdelacenayelúltimomelosreservasy,señoritaMakerson,esperomeconcedaelhonordeunodelosvalsesycualquierotradanzalibrequedeseeconcederme.

—Excelenteestrategia—asintiófirmeWilliam—.SeñoritaMakerson,¿meotorgaríaelhonordeconcedermeelvalsdelacenayelplacerdesersuacompañantedurantelamisma?Ysinoesunabuso, ¿podría reservarmeelúltimovals?Noveomejor formadeacabar laveladaqueconeseplaceryprivilegio.

AmeliaestabarealmentecomplacidaylesusurróaCloe:—Notelopienses,diquesí.Rápidamente una sonrojadaCloe aceptó, y tras anotar los valses para Jonas,EthanyCliff, se

acercóelconde,colocándoseentreambasjóvenes.—Señorita Makerson, no puedo sino esperar que me conceda el honor de bailar uno de los

valsesconmigo,siesqueestosjovencitoshantenidoabienrespetarmicondiciónydejarunhuecoparamí.—Lanzóunamiradaimperiosaconunasonrisasárdonicaasushijos.

Cloehizounareverencia,aunquelecostabamantenerlacomposturaentendíabienelhonoryelsignificadodeesadeferencia:

—Serátodounprivilegio,milord.Diezminutosdespués,conelcarnédebailerepletodenombres,despuésdelaluvióndejóvenes

queseleacercaron,todoscaballerosdelamásaltacondición,paseabaporelsalóndelbrazodeWilliamflanqueadaporCliffyJulianna,seguidaporlosjóvenesdelafamiliaynotandoporprimeravezojosdeadmiraciónposadosenella.

—Cloe.Segiróalescucharsunombreyvioasutíaflanqueadaporsushijasydosmatronas.—Vaya,vaya,¿quévenmisojos,sobrina?Parecequehasdeconsiderartedesobraafortunada.

Dinero y protección a tu servicio. Sin duda la pátina de una conveniente fortuna te ha reportadograndes frutos —dijo en tono desdeñoso mirando de soslayo a sus acompañantes—. No puedoimaginarquéhabrástenidoquehacerparaganarteesosfavores.

Cloesesonrojóporelinsultodirectoasupersona,peromásaúnasusamigos,peroantesdequepudiere responder, fue Cliff el que lo hizo en un tono aparentemente cortés pero frío como untémpano.

—Nada,baronesa,exceptoserlaextraordinariadamitaqueesy,porsupuesto,tenerelorgulloyhonordeserhijadeunodenuestrosmayoreshéroes,elcapitánMakerson.

LosojosdelabaronesaseabrierondeparenparanteelfrenoensecodecualquierinsultoasusobrinaymásaúnalaspersonasqueenunabrirycerrardeojosrodearonaCloe.

—Cloe, querida —dijo Eugene con un toque altanero que hasta la más experimentada damaentendíacomoloqueera,unrecuerdoasurangoytítulo,marquesaehijadeunduque—,¿querríashacerlaspresentacionesoportunas?Noesdebuentalanteymenosdebuenaeducaciónabordaradesconocidosdeesemodo.

Labaronesaenrojeciódevergüenzaydeiraylamiróiracunda.—Yonoheabordadoanadieyellanoesningunadesconocida.Esmisobrina.—Permítamepresentarle,tía—dijolapalabracontaldesprecioquehastasutíanotóelfríoen

surostro—,amisacompañantes.TíaOtulia,lepresentoaunasextraordinariaspersonasquemehanconcedido el privilegio de poder considerarlos amigos, lord y lady Bellintong, marqueses deFurllintong; a lord y lady de Worken, vizcondes de Plamisthow; lord Calverton, marqués deDrundy; lordy ladydeWorken; lordRochestery la señoritaMcbeth.Milores,miladies, señoritaMcbeth,lespresentoalabaronesadeFornes,hermanademidifuntopadre.

Todoshicieronlainclinaciónyreverenciaoportuna,peroparahacermáspatentesudespreciosedespidieronconciertoairededesapegoyconlamayorbrevedadyladejaronconlapalabraenlabocaenmediodelsalón, rodeadadedosabochornadasamigasydesushijas,quenohacíanmásquemirarasombradasalgrupodecaballerosquerodeabanasuprima.

La sonrisade todos los que sehabían congregado alrededor ante la caradescompuestade labaronesaporelescarnioalqueseveíasometidadespuésdedesairaraalgunosdelosinvitadosmásilustresdelafiestaerapatente.SibienunpardeojossecentrabanmásenMaxyAmeliaqueenlosdemás.LadyMariella.Ella estuvopendientede todoparapoder sacar tajadamás tarde e intentarquitarse de encima a una rival con la que no contaba, sobre todo, después de soportar loscuchicheosasusespaldasdurantedíaspor lapérdidade interésensupersonadeMax,dehecho,empezabaadudarselaveracidaddeesepasadointerésynotantodelaposibilidaddequefuereunrumorpromovidopor lapropia ladyMariella.Llevabadías intentandocoincidirconélparapoderabordarlo,perolehabíaresultadoimposible,yahoraqueerasuocasiónsepresentaconesa,esa…Bullíaderabiaensuinterior.

La velada se desarrolló como habían previsto para satisfacción deAmelia y del resto de lasdamas. No hacían más que escuchar palabras de alabanza hacia Cloe, su belleza, su dulzura.Williampermaneció,paraalegríadeAmelia,siemprecercadeCloeynoprestóatenciónalgunaaningunaotrajovenyella…bueno,teníaquereconocerqueteneraMaxcerca,notarcómoacudíaasuladonadamásterminarcualquierbailedeslizandosutilmentesumanoensumanga,dejandoclaroal resto de caballeros algo más que una actitud protectora, estaba empezando a provocarle

verdaderosescalofríosdeplacer.Aún no había empezado el vals previo a la cena, por ello, tanto Amelia como Cloe

aprovecharon para ir a la sala de retiro a refrescarse, pero antes de llegar en una sala previaconectada por grandes puertas cristaleras abiertas de par en par al salón de baile se vieronabordadaspor lasdosprimasdeCloey ladyMariella.Estabaclaro,por laactituddeesta,quiénhabíapromovidotalacercamiento.

—Queridaprima—ladetuvounadeellasconunaexpresiónqueparecíaensayada,alzando lavozparaatraerlasmiradascuriosastodoloposible—,permítemealabaresemagníficovestido.—Sonrióaltanera—.Esciertoloquedicen;unvestidoelegantepuedelograrmaravillasyconvertirenunadulcepalomitahastaalmásoscurodeloscuervos.

Cloealzólabarbillay,estavez,sinachantarserespondióalinsulto:—Siesaestuopiniónnomequedamásquealabartuprestezadeentendimiento,primaDorotea.

“Enunabandadadeblancaspalomas,uncuervonegroañademásbellezainclusoqueelcandordeuncisne”[3].

Suprimalamiróalgodesconcertada.—¿Quéquieredecireso?“Inculta”,pensóAmeliamolesta.—Oh, querida —intervino entonces con tono de inocencia mirando a Cloe—, siempre me ha

gustadolacapacidaddeapreciarlasverdadesdelavidadeBoccaccio,veoquenosoylaúnica.—SonrióaCloe,quelehizoungestoconlacabezasonriendo.

—Paranosermásquelahijadeunmíserocapitándecaballeríaesustedmuyaltanera,señoritaMakerson—señalódespreciativayalzandolavozparaquetodoslaoyesenladyMariellaviendoqueaquellopodíatorcersededejarloenmanosdelashijasdelbarón.

Niellanielrestodelasjóvenessedieroncuentaquesehabíacongregadounnumerosogrupodeinvitadosenlaspuertasdeaccesoalsalóndebaile,muchosdeellosmilitaresdealtagraduaciónde la Marina Real y del Cuerpo de Caballería que fruncieron el ceño ante el desprecio a sucondición.Cloeafianzósuspiesyadoptóunaposiciónenvaradaydeenfadoantelajoven.

—Si considera que ser miembro del regimiento de Caballería de su majestad es motivo demiseria,milady,hedegritaraplenopulmón“quevivanlosmiserables”ysiespetaeltítulomilitarde mi padre como un insulto, he de advertirle que me considero gratamente insultada. Siento unorgulloinmensoporserhijademipadre,unmayororgulloporsuactuacióncomomilitardenuestroejércitoy,sicabe,unmayororgulloaúnporquefueramiembrodelRealCuerpodeCaballería.

—Esonohacemásqueconfirmarquenoesmásqueunapersonainsignificanteenestareunión,incapazdevalorarlasituaciónquedeverdadlecorrespondeenestavida—continuóladyMariellalanzándoleunamiradadesdeñosa.

—Tiene usted razón, milady—intervino firme Amelia—. La señorita Makerson es demasiadomodestaparaexigirelrespetoaquesusituaciónycondiciónledanderecho.Esustedunaestúpidasidesprecia a unhéroede nuestro país, a unhombre destacadopor sus acciones dentro y fuera delcampodebatalla.Másestúpidaaúnpordespreciar a loshombresdenuestranaciónquearriesgansus vidas y, en muchos casos, la entregan, por defender nuestra bandera, nuestros principios ynuestra forma de vida. Debería mostrarles respeto, hablar de todos ellos con orgullo y no condesprecioodesdén.DicemuchodelaseñoritaMakersonelestarorgullosadesupadrenosoloporser su padre, sino por sermiembro de la Caballería Real. Demuestra que es una buena hija, unabuena inglesayunaagradecidadama,dignadelmásaltohonoryconsideraciónpornuestraparte,másaúnteniendoencuentaquefueladefensadeesosidealesydenuestranaciónlosquelaprivóde sus padres en tierras lejanas y fue el valor de su padre el que trajo a casa a muchos de sushombres sanos y salvos. De modo que, milady, la declaro una estúpida. —Hizo un gestodespreocupado con lamano evitando de raíz la posible intervención de la joven para responder,pues rápidamente continuó—: Lo sé, lo sé… “nadie está libre de decir estupideces, lo malo esdecirlasconénfasis”[4].Nosepreocupe,milady,leotorgaré,almenos,elbeneficiodeconsiderarla

unaenfermaporque,comodecíaVoltaire:“Laidiotezesunaenfermedadextraordinaria,ynoeselenfermoelquesufreporella,sinolosdemás”.Demodoquetendremosquesufrirconresignaciónporsuenfermedad.—Hizoungestocon lamanoamododedisculpafingida—.Sinembargo,hayuna cosa que no perdono, ni creo que merezca ser perdonada. Su crueldad valiéndose de esaspalabrasconelúnicoobjetivodedespreciar aunhéroecuyonombrees recordadoconorgulloyadmiraciónporsuscompañerosyaunajovendigna,irreprochableensucomportamientoydegrancorazón,y todoporelgrotescoycruelplacerdecausardaño,mas,milady.“Lasolaideadequeunacosacruelpuedaserútilesyadeporsíinmoral”[5].Suspalabrasyaccionessoninmoralesylainmoralidad debería ser objeto de desprecio, de modo que sin atisbo de rubor ni remordimientodeclaro que no solo es usted estúpida e inmoral sino, además, despreciable y puesto que “no sedebeusareldespreciosinocongraneconomía,debidoalgrannúmerodenecesitados”[6],creoqueharemos uso de esa economía y no le dedicaremos ni un solo segundomás nuestra atención, demodoque,buenasnoches,milady.

Después de eso agarró imperiosa el codo de Cloe y giraron para entrar en el salón, pero sequedaronpetrificadasalverlasdocenasdeojosyorejascentradosenellas.Porunmomentosehizotalsilencioquesehabríaoídohastaunalfilercayendo.

—¡Bravo!—SeescuchóderepentelavozdeMaxjustoantesdecomenzaraacercarseaellasalzandolabarbillaysonriendopetulante—.ComoreciénretiradocaballerodelaMarinaRealnopuedo sino agradecer esas palabras, señoritas, y declararme su más fervientes admirador. —Seinclinóybesólamanodeambas.

—Y si me lo permiten. —Se adelantó Jonas—. Me apropiaré del honor de agradecerlo ennombredelosmiembrosdelaCaballeríaRealalaquetuveelorgullodeperteneceryservir,puesesadefensade lavalentíadenuestroshombresmerece todomi reconocimientoy agradecimiento.Señoritas…—Se inclinó y besó la mano de Cloe y de Amelia, que estaban tan rojas como laspeonías.

Todoslosmilitarespresentesenlasalaymuchosdeloscaballerosprorrumpieronenaplausos,yAmelia,porimpulso,seescondióunpocodetrásdelaespaldadeMax,queriéndoselatomódelamano,lapusoensumangaylasituófuerteasulado,llevándoladenuevoalsalón,dejandoaunamuy abochornada ladyMariella detrás que juraba para sí vengarse de esa humillación. Jonas sellevóconsigoaCloe,dejándolaalllegarjuntoaWilliam.

—¡PorDiosbendito,Max!Podríashabertehechonotarohacermeunaseñalparasaberquenoestábamossolas—decíaescondiendocomopodíalacaraensuhombrointentandonoperdermuchoeldecoro.

Maxserio.—¿Yperdermelaoportunidaddevercómoponíasensusitioaesaarpía?Amelialelanzóunamiradafuribunda.ElcondeseacercósonrienteaAmelia.—Mealegracomprobarquehacesbuenusodelabibliotecadelamansión,pequeña.Creoque

nunca he escuchado a nadie usar con esa soltura y seguridad citas de nada menos que Voltaire,Cicerón e incluso Montaigne, y todo enlazando una con otra como quien enlaza notas de unamelodía.Querida,voyatenerquepedirquerevisesmisdiscursosparalaCámaradelosLores.Almenossinotengorazónenalgo,lodiréconelegancia.—SerioyAmelia,liberandoporfintensión,nopudosinoreírseconél.

—Peronoleprometonointercalarideasmíasenellos,milord.—Milord, le ruego nos disculpe pero escucho los primeros acordes de un baile que me

pertenece. ¿Querida? —decía Max ofreciéndole el brazo mientras ella hacía una reverencia alcondeyalpasarporsuladolediounbesoenlamejilla,peronolomiró,ydespuéssoloescuchólarisadelcondeasuespalda.

PasaronjuntoaCloeyaWilliamysepararonalverqueCloeestabaunpocopálida.—¿Cloe? ¿Te encuentras bien?—preguntóAmelia con suavidad acercándose y tomándole la

mano.

Ellaasintió.—Sí,sí,perocreoquelesheabochornadodosvecesestanochey…Maxlasonrióanimoso.—Nodebesmortificarte,pequeña.Hasestadosoberbia,créeme.Estamostodosmuyorgullosos

decómotehasconducidoestanoche,condignidad,aplomoysinperderunápicedelacomposturaque,cualquierotradama,habríaperdidoconhistrionismo.—Ellalomiróypareciórespirarunpoco—.Yahora,sinomeequivoco,esteeselbailedelordCalverton,demodoque,¿porquénonosacompañáisalapistayenseñamosatodoscómosebailaelvalsylosbellísimasqueestánnuestrasdamas?

Ameliafruncióelceñoporelempleodeliberadode“nuestrasdamas”,peronodijonadadelantedeWilliam y Cloe, tomando nota mental de hacerlo en unmomento posterior. Sin embargo, esemomentopareciónollegarbienporqueseleacabóolvidandobienporque,enelfondo,disfrutabadeesaexpresiónmásquedeningúnotrohalagoquehubieseescuchadoesanoche.

EsafuelaprimerademuchasnochesenlasqueCloeseconvirtióenunadelassensacionesdelatemporadayenlasqueladyMariellaylashijasdelabaronesasevieronrelegadasaunsegundoplano.

Por el día,Amelia llevaba la vida de siempre,montando temprano, visitando el orfanato y laclínica,perotodoellointercaladoconvisitas,salidasimprovisadasypaseosporelparqueoporlaciudadconMaxymuchos,muchosbesosycariciasrobadas.

Despuésdetressemanas,llegóunanotadeWilliam.Entrandocorriendoysinaliento,moviendolanotacomolocaenelcomedordondetodosalmorzabanincluidosloscondes,AdeleyEthan,trashaberestadoenelparqueviendounteatrodetíteresconlosniños.

—¡Lohanhecho!,¡lohanhecho!—Empezóareírseyadarsaltitos.—Amelia,querida,sinorespirasydejasdedarsaltosnopodremosentenderte,teparecesalos

gemelos…—dijosinalterarsesutía.—Doody…Cloe…GretnaGreen…—Empezóareírse—.Mirad.LecediólanotaaJulianna,quelaleyóenalto:Noshemosfugado.Despuésdelabodaviajaremosyanuestroregresoagradeceremos,como

esdebido,anuestrosamigossuayudaysucariño.Gracias,Carboncillo.Graciasatodos.DoodyP.D.:Mifuturaesposaosenvíasuagradecimientoycariñomássincero.

Lesiguieroncomentariosdealegríayexclamacionesdeemoción.—Creo,Furnish,queaunquenosveamosprivadosdeasistiralabodaporrazonesperdonables,

podemosbrindarporlosnovios,porfavor,traigaunasbotellasdechampányporfavorquetambiénlocelebreelservicio.Esunaocasiónespecial,sinduda—dijounasonrientetíaBlanche.

Después del almuerzo se reunieron todos a tomar el té, algo achispados tras las botellas dechampán.

—Creo—dijoelconde—quepodríamosaprovecharestacircunstanciaparapasarunasemanaenelcondado.—TomóalpequeñoMaxylosubióasuregazo—.Sinomeequivoco,dentrodeunosdíaseselcumpleañosdemisdosprimerosnietos,ypodríamoscelebrarloconunagranfiestaeneljardín.

—¿Podemos?—Maximirabaconlosojosmuyabiertosasuenormeabuelo.—Invitaríamosamuchosniñosdelcondado—dijoelCondemirandoalpequeño.—¿Nosllevaríamosanuestroscaballitos?—preguntóentusiasmado.—Puesclaro.—¿YaDoody?—preguntóMely.—Claro,nenita.

—¿YaFurnish?—preguntódenuevoMely.—Cariño,nocreoqueFurnishdebaabandonarsupuesto—respondióconresignaciónJulianna.—Realmenteesunabuena idea.Unosdíasenel camponosvendríandemaravillaa todos—

intervinoCliff, que solo pensaba en la casita del bosquemientrasmiraba a su esposa, que por elrubordesusmejillasparecíaentenderalaperfecciónelsignificadodefondodesuspalabras.

—Podríamosmarcharnosendosdías.Tendríalistolosbaúlesylosenseresdelosmellizosparaentonces—dijoAdele.

—Umm,amímebastaríaparaorganizarlotodoenelorfanatoyenlaclínica—convinoAmelia.—Yohededespacharconelalmirantazgo,peroentresdíaspodríaseguiros—añadióMax.—¿VasareclamarelbotíndelPortugués?—lepreguntóCliff.—No iba a hacerlo, pero estimo lo más justo reclamarlo porque, de otro modo, no podrán

hacerlomishombresyesunabuenasumaqueamuchosde losque tienenfamilia lesvendrámuybien.

—Saciamicuriosidad,porfavor,¿decuántohablamos?—preguntóClifffrancamenteexpectante.—EldobledelacapturadelInferno.ElalmirantesepusorectocomounavelayCliffseestiróensuasientoyalzólascejas.—¿Hablasenserio?Perosilacapturadeesenavíoeslamayorrealizadaporunbarcoinglés

enlosúltimosveinteaños.Maxseencogiódehombrosysonrió.—Lafortuna,supongo.Nosmantuvimosalaesperahastaquerecogiesesutesoroescondidoyse

encontrabaensusbodegascuandoloapresamos.—Sonriómásaún—.Noshacostadoañosdarconél,perocuandolohemoshecho,lehemosprivadodelosbeneficiosdetodossusañosdepiratería.Justocastigo,¿nocreéis?Aunqueélseescapaselohahechosinsubotín.

—¡Canalla!Ahoraentiendoporquéelalmirantazgotehapropuestoparaesecargo.—¿Quécargo?—preguntósorprendidoelalmirante.—El de asesor del Ministerio en asuntos de la Marina —respondió Cliff mirándole con una

sonrisaarrogante.—¡Max,hijo!¡Esoesextraordinario!Nocreoquelehayanotorgadoesehonoranadietanjoven

nunca.Estoyorgulloso.—Selevantóyabrazóasuhijo.—Bueno,padre,hastadentrodetresdíasnoseráoficial.—¡Pamplinas!Esohabráquecelebrarlo.—Deberíamosdarunafiestaentuhonor—ofreciófelizlacondesa—.Llenaremoslamansióny

tendrásquedarnosunalistadeloscompañerosquequierasinvitar.MaxyCliffpusieronlosojosenblancoysuspiraronconresignación.Cuatrodíasmástardetodos,menosMax,estabanyainstaladosenlamansión.Ameliasedirigía

alosestabloscuandoleentregaronunacartaasunombre.EstimadaSeñoritaMcbeth;Puede que usted y su querida amiga la señorita Makerson no sepan cuál es su lugar en

nuestrasociedad,peroparecequenuestro lordRochestersí lohacey trasrecapacitarcomoesconvenienteenlaspersonasdelrangoqueamboscompartimos,hadecididoreanudarlaamistaddelasjóvenesmásidóneasparaelfuturopapeldeduquesadeFrenton.Sin duda esta noticia le causará un hondo pesar, pero no se preocupe, seguro que su tía

puedecomprarleunmaridoacordeasuvalíaLadyMariella

Ameliasequedómirandolanotaconciertaincredulidadalprincipiopero,después,noeracapazdequitarsecadaunadelaspalabrasdelacabeza.Procuródisimularensupaseoconlosgemelos,en el rato que pasaron las damas organizando la fiesta de cumpleaños de los gemelos y en elalmuerzo.Porlatarde,necesitódenuevocabalgarparanollorardelantedelafamiliaypensóque

habría encontrado un poco de paz a la hora de la cena, pero el corazón parecía estallarle en elpechoyaduraspenaspudocontenerse,porloqueseretirótempranoalegandotenerquecontestarsin falta algunas cartas del orfanato. Al llegar a su dormitorio percibió el aroma deMax en suhabitación,miróasualrededorperonolovio.Seacercóaltocadoryviounacajadeterciopeloconunenorme lazo rojoyunanota. “Teveréeneldesayuno.MR”.Abrió lacajaydentrohabíaunapequeñacolecciónde librosmuyantiguosa juzgarpor lascubiertasconelnombregrabadodeunescritorofilósofoohumanistafamoso.Cicerón,LaFontaine,Voltaire,JuliedeLespinasse,Stendhal,JohnFletcher,Bacon…pequeñoslibritosformandounacuriosacolección.Sintióunapunzadaenelcorazón,pero,porprimeravezenmuchassemanas,nosuposieradeemociónodedolor.

SetumbóenlacamaylloróhastaquedarsedormidaagarrandoenunamanounodeloslibrosyenlaotralanotadeesaestúpidadeladyMariella.

Decidióabrirlosojosporfiny,alcomprobarqueaúneramuytemprano,vestirseconuntrajedemontar abrigado y salir a cabalgar para despejarse antes del desayuno, antes de encontrarse connadie pues no tenía ni ánimo ni fuerzas para disimular. Necesitaba el aire frío de lamañana paradespejarse.

Quinceminutos después estaba en los establos esperando que Polly terminase de preparar sumontura.

—Buenosdías.¿Teescapasalamanecer?LavozdeMaxasuespaldalasobresaltó.“Estupendo laúltimapersonacon laquepuedohablar”.Segiróy lomiró sindecirnada.Max

fruncióelceñoylaagarródelamano,peroellasesoltóbruscamente.—¿Quéocurre,Mel?—Nada—contestótirante,ysevolvióaveraPolly,queseguíaconsutarea.Maxlaagarródelamanoylaseparódelapuertadelosestablos.Pollymiróunmomento,pero

despuésdeunossegundoscontinuóensillandoloscaballos.—Nodigasnadasinmás.Algotepasa.Tieneslosojosenrojecidos,hasestadollorandoysales

alamaneceramontartúsola.Dimequéocurre.Ameliano lomiró, ledio laespalda.Se sentía ridículapreguntándolecomounanoviacelosa,

másaúncuandonoera sunovia, almenosélnose lohabíapedido.Peroenalgoél tenía razón,pasabaalgo,ylomejoreraenfrentarlo,preguntarlesinmásyesperarquenofueseloqueellatantotemía.Suspiróysegiró.

—¿HasvueltoaveraladyMariella?—lepreguntósinambages.Por un momento Max se quedó mirándola firmemente. Amelia sentía esos segundos como

puñalesensucorazón.—No—respondiótajante—.NohequeridoniquieroveraladyMariella,niahoranienelfuturo.

—Se tomóunmomentoycuandoMelalzó lavistaclaramentealiviada fueél elquepreguntó—:¿Porquépreguntaseso?¿Quérazónteinduceasacaracolaciónesenombreyprecisamenteahora?

Por unos segundosAmelia no respondió pero, después, suspiró, sacó la carta y se la enseñó.Max la leyó “¡maldita bruja…!”,maldijo para sí. Max rompió la misiva sin más y miró firme aAmelia.

—Teprohíbohacercasodeloquedigaesamujernuncamás.Sesienteclaramentedespechadaynoesdignadequeunalágrimatuyacaigaporsuculpa.—Seacercóytomándoleelrostroentrelasmanos labesó tiernamente—.Mel,prométemeque ignorarásaesamujer igualqueyo lohago.—Separó ligeramente la cabeza para verle el rostro.Amelia suspiró y asintió—.Bien, en ese caso,¿puedoacompañarteentupaseo?

Ellasonrióporprimeravezdesdequehabíaregresado,yesoletranquilizó:—Meencantará.Max.—Leagarróporlassolapas—.Loslibros.Maxlabesócondelicadeza.—Sonmaterial de lectura para que puedas arrojarme aguas destempladas cuando en el futuro

discutamos.

SerioyAmeliatambién,—Enesecaso,hededarmeprisapara leerlos.Túsiemprenecesitasque te reprendan,además,

serábuenocontarconmaterialdedefensaanteunaltocargodelministerio.Los dos se rieron mientras él la atraía suavemente a sus brazos besándole la sien y

manteniéndolaunossegundosenellos.

Capítulo9

—¡Milord!¡Milord!Todos losque estaban en la terraza segiraron rápidamente al escuchar losgritosprovenientes

delbordedelbosquequedabaa los jardinesdelamansión.Casienseguida,deentre losárboles,vieronaparecer la figura tambaleantedePolly,elmozoquesiempreacompañabaaAmeliayquearrastrabaaunhombretrasél.

DeinmediatoEthan,Cliffyelcondeselevantaronycorrieronparaverquéocurríaescuchando,yaasusespaldas,cómoelmayordomoordenabaavarioslacayosquelossiguiesenyayudasen.

Al llegar donde Polly, este cayó exhausto. Rápidamente vieron y comprobaron que estabaheridoconsangreyevidentessignosdelucha.

Cliff se agachó y le ayudó a incorporarse un poco mientras pedía a los lacayos agua y queavisasendeinmediatoalmédico.

—Milord,milord…—Tosióeintentórecuperaralgodealiento—.Unospiratasnoshanatacado.Sehanllevadoalcapitán,a lordRochesterya laseñoritaAmelia.—Volvióa toseryse llevólamanoalcostado,dondelaheridaempezabaasangrarledenuevo.

—Polly,tranquilo,bebeunpocodeaguayexplícanosquéhapasado.Cliff lepasabaunvasoconaguaquehabía traídounode los lacayos,procurandopermanecer

tranquiloalserconscientedeque,enesemomento,sehallabantrasellosJuliannayAdele.—Milord…Acompañabaalaseñoritaensupaseo,comosiempre,ypocodespuésseunióaella

elcapitán,yanoparecíanenfadadoselunoconelotro.—Bajóunpocolamiradaporhaberhechouncomentarioquizásdemasiadoatrevido—.Estuvimosgalopandounbuenrato.Alllegaralaalturadelasruinasquelaseñoritavisitaalgunasveces,encuantodescendimosdeloscaballos,salieronanuestroencuentro,deentrelosárboles,unostreintahombres.Todoseranmarineros,piratas,señor,eibanarmados.Elcapitányyo luchamosconalgunos,elhombreque ibaalmando lesgritabaquelosnecesitabaconvidayquesucapitánlosqueríailesos.Yoheríaeste.—Señalóconlacabezaalcuerpoquepermanecía en el suelo a su lado—.Ydespuésdebierongolpearmeen la cabeza trasapuñalarme porque, lo siguiente que recuerdo, es encontrarme tumbado en las ruinas sobre estecanalla.No sé qué pasó después del golpe,milord, lo siento.—Señaló de nuevo al hombre quehabíaarrastradoconélyaunqueheridoparecíaaúnconvida.

—Diosmío,Cliff.LavozahogadadeJuliannaseescuchótrasél.CliffayudóaloslacayosaponerdepieaPollyparallevarloalacasa.—Estábien,Polly.Hicistemásdeloquepodías,tellevaremosalamansiónparaquetecuren,

nosotrosnosocuparemosdetodo.Pollysangrabamuchoyparecíaqueibaaperderdenuevoelconocimiento,perologródecircon

lavozalgopastosaylarespiraciónforzada:—Lo trajeparaque lo interrogue,milord, tieneque saberdónde se llevarona la señoritay al

capitán,tienequedecírselo.Poco después perdió el conocimiento.Cliff, que se encontraba de pie junto a su padre,miró a

Ethanlanzándoleunasignificativamirada.—Avisen aCook también para que le asista.Ha tratado con heridas graves y puede ayudar a

Pollymientrasllegaeldoctor—pidióJuliannaantesdevolversehacíaCliff.Cliff permanecíadepie frente al cuerpo inconscientedel hombre arrastradoporPolly, era, sin

duda, unmarinero, y parecía respirar con dificultad.Cliffmiró a su hermano y al conde antes deseñalarcontonofirmeadosdeloslacayos.

—Llevémosloa lapartedeatrásdelosestablos.Voyasacarle loquesabeaunquetengaquematarloparaello.

LamiradadepreocupaciónocultatrasesaaparenteiralareconoceríaJuliannaencualquierparte.JuliannaseacercóaCliffmientraslosdoslacayoscogíanalpirataobedeciendoasuseñor.

—Cliff…Élsegiróparaabrazarasuesposa.—Notepreocupes,cariño,averiguaréloquehaocurrido.Nodejaremosquelespasenada.Max

seocuparádequeAmeliaestébien,nodejaráqueleocurranada.—Sobrelacabezadesumujer,alaqueabrazabafuertemente,miróalcondeyaEthanconpreocupación—.Cielo,regresaalacasa,encuantosepamosalgonosreuniremosconvosotras.Aseguraosdeque lacondesay tíaBlancheestánbienynosealarmenenexcesoymándanosalalmirante,seguroquenosresultaútil.

Juliannaasintióy,trasdepositarunbesoenlacabezadesumujer,CliffladejóirjuntoconAdelecaminodelamansión.

—Vamosaporesecanalla.Lesonsacaréinformacióncomosea.Furioso, con decididas zancadas, se dirigió junto a su hermano y al conde a los establos. Al

llegar,loslacayosreteníanalhombre,queparecíarecuperarlaconsciencia.—Sentadloenunasillayatadloconlasmanosenlaespalda—ordenóCliffmientrassequitaba

lachaqueta,seaflojabalacorbatayseremangabalacamisa.Unavezelhombreestuvoenlasillafuertementeatado,Cliffcogióuncubodeaguaylelanzó

confuerzaelcontenido.Elhombreserevolvióenlasilla,perosedespertó,encontrándosefrenteaéladoslacayos,variosmozosarmadosyalosseñoresdelacasaconunaclaraexpresióndefuriaen losrostros. Intentódesatarseenvano.Cliffdiounpasohaciaély lepropinóunpuñetazoen lamejilla.

—Estoesparaasegurarmedequeestásdespierto,bastardo.—Seenderezóparapodermirarlobiendesdeunaposiciónde alturaydominación—.Veamos.Por loquevemos estásherido, tienesuna buena puñalada en la tripa, lo que significa que, si no eres atendido dentro de poco,morirásdesangrado como el cerdo que eres.—Esperó unos segundos a que el hombre asimilase lo queacababadeoír—.Pero sinosdice todo loquequeremos saberharemosque te atiendanantesdeentregarte almagistrado, que no es otro que el hombre que tienes detrás demí.—Señaló con lacabezaasupadre—.Encasocontrario,nosolotedejaremosmorir,sinoqueantesempezaremosagolpearte como el salvaje que eres para sonsacarte la información, y has de saber que todos loshombresque tienes frente a ti disfrutaránhaciéndotedaño,yaque tus amigosy túhabéis invadidonuestrohogaryoshabéisllevadoapartedenuestrafamilia.

Elpiratalomiróconexpresiónfuriosaduranteunossegundos,hastaquefueconscientedeldolorensucostadoydelasangrequemanabadeella.

—Yonoséná,solosoyunmandao…Cliffhizoademándegolpearlo,perose limitóaasirlocon fuerzadelcuellodesudesgastada

camisa.—¿Quiénesvuestrocapitán?—El-elPor…elPortugués.Elpiratasedabacuentadelasituaciónenlaquesehallabayparecíadispuestoacontarlotodo.

Mejorsalvarlavidaquemorirenelestablodeunosseñoritingosdesangrado.Zarandeándolounpocoinsistió:—Yahora,vasadecirnosdóndehanllevadoalcapitányalaseñoritaytodosvuestrosplanes.

T-O-D-O. No se te ocurra mentirnos ni obviar ningún detalle porque sabremos si mientes o nosengañas…¿Entendido?—Cliffhablóconbrusquedad,ordenandotajanteysindejardeintimidarconsuvoz,susgestosysumiradaalpirata.

—Sí, sí…—Respiró hondo—. Hace dos semanas entró en la taberna del viejo Shoneshi, el

Portugués, buscaba hombres pa su tripulación. Había escapao de los chaquetas azules[7] que lehabían quitao su barco. Necesitaba hombres pa robá un barco, zarpar a Cork y después hastaMadeira,dondeelcapitánquelovencióhabíallevaoElYunque.Necesitaalcapitánpapodéliberásunavíoporqueestávigilaoporloschaquetasazulesysinélnopodrásacarlodelpuerto.Despuésmataráalcapitányasunoviapavengarseporhabérseloquitaoyhaberlohumillao.Hizounamuecadedolor.

Cliffesperóunosminutosmientraspensaba,denuevosegiróhaciaelmarinero.—¿Cuántos?¿Cuántoshombressoisahora?¿CuántosmarinerostieneelPortuguésahora?—Casicincuenta…Se-señó.—Y¿québarcohabéisrobadoyendónde?—insistió.—LaestrelladelaIndia,unacorbetanueva.LarobamosdelpuertodeLondresjustodespuésde

quevolviesealmar.Habíadescargaounosdíasantestodalamercancíaquellevaba.ElPortuguéslaqueríavashíapairmásdeprisa.—Denuevohizoungestodedolor.

Cliffdeambulóunpocopensandoenlainformaciónylasalternativas.—¿QuécreesCliff?¿Podrásalcanzarlos?—preguntóEthan.—Estoypensandoque…—Segiródenuevoalmarineroyconbrusquedadleespetó—:¿Dónde

piensaconseguirmáshombres?Elmarinerolomiróconlosojosabiertos:—Yo…yo…Cliffseacercóylovolvióatomarporlacamisaconfiereza.—¿Me tomas por estúpido? El Yunque es un viejo navío español, necesitará al menos 100

hombres para manejarlo y otros 100 si quiere poder utilizar todos sus cañones. ¿Dónde haréisescala?¿Dóndepararáaconseguirmástripulación?

—La isla del Gobernador, la isla del Gobernador —dijo con la voz entrecortada y con elresuellocadavezmásangustioso.

—Melosuponía—murmurabaCliffmientraslosoltabaysegiraba.—¿Dónde?—preguntóelConde—Esungrupodepequeñas islasqueestánamediocaminode aquí aMadeira.Lospiratas las

llamanasíporqueunantiguogobernadorconvirtiótodalazonaencaladerodedescansodepiratasycorsarios.Acambiodedinero, lesasegurabaciertaprotección.Enesas islas sueleparar lapeorescoria del mar, marineros sin escrúpulos, capaces de cualquier cosa a cambio de un puñado demonedas.

Salierondelosestabloscaminodelamansión.—Estonosdaunaoportunidad—concluyóCliff.Entraron en el vestíbulo y se dirigieron rápidamente a la biblioteca justo cuando el almirante

hacíasuapariciónfrenteaellos:—¿Quéoshadicho?—preguntósintapujos.—Vamosalabibliotecayconversamosallí.—Miróalmayordomo—.Decidamiesposaquese

reúnaconnosotrosperoquelohagadealgúnmodoquedejealrestodelasseñorasdondeestényquetraigamiscartasdenavegación.

Elmayordomoasintióehizolacortesíaantesdemarcharse.Una vez en la biblioteca, Cliff pidió a su hermano que despejase la mesa grandemientras él

tomaba laplumayvariashojasparaescribiralgunasnotas.Juliannaentróminutosdespuéscon lascartas de navegación que dejó sobre lamesa. El almirante comenzó a extenderlas y a señalar ycomentar los lugares de los que hablaban con el conde y conEthanmientras ella se acercaba aCliff,queseguíaescribiendoalgunasmisivas.Lepusolamanoenelhombro,queéltomóysellevóaloslabiosparabesarla.

—Notepreocupes,amor,lostraeremosdevueltasanosysalvo.Julianna depositó un beso en la cabeza de su marido, que continuó escribiendo las misivas y

sellándolas conforme las terminaba mientras ella continuaba de pie con las manos apoyadas

cariñosamenteensushombros.Sepusoenpie,pasóunbrazopordetrásde lacinturadeJulianna llevándoselaconélhacia la

mesa,alrededordecualsehallabanlosdemás.—Bien.—Miró fijamente a los que estaban alrededor de la mesa—. Creo que contamos con

algunasventajas.Demomento,podemosestarsegurosdequeAmeliayMaxestaránasalvohastallegar a Madeira. El Portugués es un pirata vengativo y codicioso pero no carente de “ciertosescrúpulos”sitieneunobjetivo.Además,noesestúpidoysabequenecesitalacolaboracióndeMaxparahacerseconsubarcoyquesilehacealgoaélo,especialmenteaAmelia,jamáspodráliberarsubarcodeunpuertoprotegidopor laMarinaReal, jamás conseguirá sacarlodeunapiezade labahía.—Julianna lomiraba en silencio pero con gesto preocupado, de ahí queCliff lamirase aldecir—:PodemosestarsegurosdequeMaxprotegeráaAmeliaydejarámuyclaroquesiellasufrealgúndaño,jamásconseguiránelbarcodeelPortugués.AestasalturasyadebesaberqueestaránasalvohastaquelleguenaMadeira,estoysegurodequeMaxaprovecharáesapequeñaventaja.

Juliannaasintió,peroteníatalnudoenlagargantaqueeraincapazdearticularpalabra.—Loquesemehaocurridoeslosiguiente:elPortuguéscuentaconunagoletaqueesbastante

rápidasinovamuycargadaynosllevacasiundíadeventajaperosabemosquehadepararenlaisladelGobernadoryque,unavezallí,lagoletairásobrecargadademarineros.Puesbien,voyamandar varias misivas a Londres, una al almirantazgo y dos a mis capitanes. Al almirantazgo leinformodelasituaciónylespidoqueenvíenunbuquedeguerraaMadeiray,además,quepreparenunaespeciedetrampaporsinolosalcanzamosantesdequeelPortuguésllegue.Comoirándirectosdesdeaquísinhacerescalasyabuenseguroapurandoalmáximolavelocidadylosvientos,contoda seguridad llegarán aMadeira antes que nosotros y que el Portugués. ¿Veis la distancia sinescalas? Se podría cubrir en tres días apurando los vientos.—Marcó con su dedo la línea querepresentaba la ruta marina de ese trayecto—. A mis capitanes les ordeno que preparen mis dosprincipalesbuquescontodosloscañonesyarmasnecesariosyquesereúnanconmigoenestepunto.—Señalóconeldedounlugarenaltamar—.EstácercadelaisladelGobernador.—Denuevolasituó en el mapa para los demás—. Allí tenderemos una trampa a el Portugués que no podrádefenderseconunasimplegoletaymenossobrecargadadehombres.

—PeromataránaMaxyaAmeliaencuantoosvean—exclamóalarmadaJulianna.—No,noloharánporqueyosaldrédeinmediatoennuestragoletamásligeraqueséqueesmás

rápida que la suya y prometo llegaré antes a la isla que ellos. Varios de mis hombres y yoconseguiremos enrolarnos camuflados entre los hombres con los que intenta llegar a tener latripulaciónnecesariaparamanejarElYunque antesdequezarpedenuevoynosencargaremosdemantenerlosasalvounavezseveanatacadospornuestrosbarcos.

Apretóelabrazodesucinturaparatransmitirleseguridad.—Quieroirtambién—dijofirmeJulianna.—Nihablar.Es…—empezóacontestar,peroJuliannaleinterrumpió:—Cliff, me quedaré en la goleta hasta que todo termine, pero no puedo estar sin hacer nada

mientrasmimaridoestáenpeligroymihermanayMax…Clifflainterrumpióestavez:—También esmi hermana yMaxmimejor amigo, no dejaré que les pase nada y si vienesme

preocuparé.Además,prefieroqueestésaquíconnuestroshijos, esomedejaráconcentrarmeen loquedebo.Porfavor,nodiscutas.

Juliannalomiróunossegundosysuspiró.—Estábien,perotendráscuidado.—Lomirófijamente—.Prométemelo.Clifflabesóenlafrente.—Loprometo.Lediovariasmisivasalconde.—Serámejorqueenviemosalosmensajerosmásrápidosconloscontemosparallegaralpuerto

yquellevenunaordenparaelcapitándeunodelosbarcosdetíaBlanche,unveleromuyveloz

quellevarálasnotasaLondres,llegaránenapenasunashoras.Elcondetomólasmisivasycontestó:—Llevaránmiscaballosmásrápidos,notepreocupes.Estaránallíenseguida.—Estaesparamicontramaestre,paraqueprepareenseguidalagoletaligera.Serámejorquelo

lleveTimmy,esepilloesvelozcomounrayosobreuncaballo,seguroquerecorreladistanciaenpocotiempo.Leordenoquenosrecojaenlabahíadelsur,nosenviaráunbotealaplaya,serámásrápidoquetenerquellegaraCork—aseguróCliff.

—Que sea Timmy entonces. —El conde tomó la nota y preguntó alzando las cejas—:¿Recogernos?

Cliffsegiróymiróalalmirante.—Supusequeno le importaríaacompañarme,almirante.Unavezabandone lagoletaen la isla

delGobernador,deberíatomarelmandoyseguirnos.Ustedsabemejorquenadiecómomandarunatripulaciónenunabatallay,sinecesitásemosayudaantesdellegaralpuntodereunión,leharíamosalguna señal desde el barco de el Portugués. Sería bueno poder contar con su experiencia y sucapacidaddeimprovisaciónparaayudarnos.

—Porsupuesto.Contabaconquemepermitiesesacompañarte—contestótajanteelalmirante.—En ese caso, todos de acuerdo. Julianna, ¿por qué no subes y me ayudas a coger algunas

cosasantesdesalir?Enseguidamereúnocontigo.—Juliannaasintióysaliódelabiblioteca—.Creoque lomejor es que tú—miró a Ethan— procures que las damas no se preocupen demasiado y,sobre todo, que la noticia de todo esto no salga de aquí. Cuantamenos gente lo sepamejor.Demomento,serámejoractuarcontodaslasprecaucionesycautelas.—Lomiróserioyañadióconlavoz profunda—: Si algo sale mal, sabes que cuento contigo para cuidar de mis pequeños y deJulianna.

—Losé,hermano,losé,noteníasquedecirlo.Túnotepreocupesporellos.SolopreocúpatederegresarytraeraAmeliayaMaxcontigo.Nosotroscuidaremosdeellos.Sonmifamiliatambién,estaránbien,losabes.

Cliffasintióysubióasushabitaciones.Juliannaestabafrentealbordede lacama,dondehabíacolocadounabolsadeviajeabiertay

unascamisasdeCliffdejadasjuntoaellaporelvalet,quehabíaidoabuscaralgunasdelascosasquesuseñornecesitaríaparaelviaje.Juliannapermanecíamirándolassinmoverse,aunqueconunaclaraexpresióndepreocupación.Cliffseacercóaellaconcalmaylaabrazópordetrás.

—Amor,todovaairbien.Juliannasediolavueltadentrodesuabrazo,apoyólacabezaensuhombroyloabrazóporla

cintura.—Prométemequeregresarás.Prométemequevolverásconmigo.Cliffapoyólamejillaenlacabezadesuesposa.—Siempre,amor,siempreregresarécontigo.NotabacómolaslágrimascaíanporlamejilladeJulianna.—TraerásaMelyaMax,¿verdad?Regresaréislostres.—Sí.—Apretómásfuerteasumujer.—Cliff,vuelveconmigo.Tienesquevolver,tienesquevolver.Cliff levantó la cabezade sumujery tomándola entre susmanos enjuagó susmejillas con los

pulgares.—Amor,¿recuerdasloquetedijeunavez?NingúnDios,ningúnhombreniningunafuerzadela

naturalezamemantendránalejadode ti, ¿lo recuerdas?—Juliannaasintió—.Regresaréa ti, amor,regresaréati,siempre.—Labesóprimeroconternuraysuavidadydespuésconfuerzaypasión—.Eresmicorazón.Ningúnhombrepuedevivirseparadodesucorazón,recuérdalo.

Juliannalebesóyleabrazóconfuerza.Tras unos minutos en los que recogieron con la ayuda del valet las cosas, Cliff entró en la

habitacióndelapequeñaAnna,quepermanecíadormidaensucuna.Lamiró,leacariciólamejillay

después salió con Julianna de su mano. Justo en la puerta de las habitaciones les esperaban losgemelos.

—Papi,papi,dice la señoritaDonnaque tevasunosdías¿Porquénopodemos ir contigo?—preguntólapequeñaMel.

—Tengoque irarecogera tíaAmeliaya tíoMax,peroregresaremosmuypronto.Tenéisqueserbuenosyobedeceramamá.—Losniños seagarrabana laspiernasde supadrecomocuandosubíanconélalacubiertadelbarco.ClifftomóenbrazosaMelylediounbesoenlamejilla—.Sébuenaynotemetasenlíoshastaqueregrese,¿loprometes?—Mellediounbesoenlamejillaycontestó:

—Loprometo.LadepositóenelsueloycogióalpequeñoMax.—Mientrasestéfuera,ereselhombredelafamilia.Cuidadelasdamasyprocuraobedeceratu

madreyaltíoEthan.Elpequeñoasintiótajanteyorgullosoydespuéslodejóenelsuelo.—¿PorquénovaisadarunbesodebuenasnochesaAnnaydespuéssubísyesperáisamamá

paraqueosleaantesdedormir?LosdospequeñosobedecieronyentraronenlahabitacióndeAnna.—Serámejorquebajemos.Elalmirantedebeestaresperando.Tomó lamano de sumujer y bajaron juntos. Una vez en la puerta de lamansión, vio que el

almirante leaguardabasubidoensucaballoyunode losmozossujetabaasusemental.Unosdelos lacayos ató la bolsa de viaje tras lamonturamientrasCliff se giraba, abrazaba a sumujer ysobrelacabezadeellahacíaungestodedespedidaalcondeyaEthan,quepermanecíanbajoelarcodel inmensoportónde laentrada.Seseparóunpocodesumujer, le tomóel rostroentre lasmanosylabesó.

—Volveréenunosdías.Cuidadenuestrospequeños.PorelrostrodeJuliannacorrieronalgunasdelaslágrimasqueinútilmenteintentabacontener.—Cliff, has prometido regresar. Te amo, los niños y yo te amamos y te necesitamos. No lo

olvides.Clifflamiróconunamezcladeternura,emociónyamor,queeraloqueJuliannanecesitabaque

sintieseparadarlelafuerzasuficienteparadejarlomarchar.—Juls, volveré, volveré. —La besó—. Tú cuida de nuestros niños hasta mi regreso. Y yo

tambiénteamo,mipequeñagruñonatestaruda.Noloolvidesnunca.—Sonriópícaroasumujer.Juliannasequedómirandoelcamino,inclusocuandoyanopodíanversealosdosjinetes.Una

vozmasculinaasuespaldaledijoconsuavidad.—Vamos,querida,serámejorqueentremos.Empiezaahacerfrío.Era Ethan, que tras depositar sobre los hombros de su cuñada la chaqueta que acababa de

quitarseparacubrirlaconella,leofrecióelbrazoylainstóaentrarenlamansión.—Estaránbien.Cliffseasegurarádeque todosregresenacasa,yél regresará tanarrogantey

presuntuosocomosiempre.—Leapretólamanoylaacercóconungestoprotector.Enesemismomomento,abastantesmillasdelacostainglesaenelcamarotedelcapitándeuna

goleta robada nadamás echarse al mar tras su salida del puerto de Londres, el pirata conocidocomoelPortuguésmantieneuna“civilizadaconversación”consusdosrehenes.

—Bienvenidosamihumildemorada—remarcóconsuacentomitadportuguésmitadfrancésyuntonodel todo triunfalconun teatralgestoabarcando toda laestancia—.Siéntense—añadióenuntono nada amable. Despuésmiró a uno de los piratas que permanecía en el umbral de la puertaapuntandoconarmaaMaxyaAmelia—.Quenonosmolesten.—Esperóaquecerraselapuertayvolvióadirigirseaambosquepermanecíandepiefrenteaél—.Hedichoquesesienten.

Max,queteníavariasmagulladurasycortesasícomounaheridaenelhombroqueporfinhabíadejadodesangrar,hizounademánconlacabezaaAmeliaparaqueobedecieseysesentase,perolamantuvopegadaasucuerpodeunmodoprotector.Unavezsentadosalotroladodelamesadonde

sehallabaelPortuguésconunacopadebrandienlamanoylasbotassobreelbordedelamesa,estecomenzóasonreíryamiraralternativamenteelrostrodeambosprisioneros.

—Ah,meucapitãoveoquetenéisbuengusto.—MiróaAmeliaconunpocomásdeinterésdelqueaMax lehubiesegustadopero, simplemente, sepuso rígidoy apretó lamanoqueAmelia lehabíacogidonadamássentarseapesardehabersidoesposado—.Muitobom,meninabonito...[8]decid,¿vuestraprometida?—preguntódivertido.

—Dejaosdetonterías“capitán”.¿Quéqueréis?Max mantuvo un tono ronco y claramente firme, mirándole con desprecio y desviando la

atenciónqueesehombrehabíacentradoenAmelia.ElPortuguésserio.—Comosiempre,directoyfranco.Noesperabamenosdevos…—Reíaentredientesclaramente

satisfecho.Bebióunpocomásdesucopaymirándolosdenuevo,casiconuntonodesornaen lavoz,continuó—:Pero¿dóndehedejadomismodales?Ahh,sí,quizásenelnavíoquemerobasteis.—Y volvió a reírse pero, esta vez, con amargura de fondo—. Decidme “milady”, ¿queréis unacopa?¿Yvos,capitán?

Sinesperarsurespuestaselevantóyagarrólabotelladebrandiydoscopasquepusosobrelamesa. Tras eso les sostuvo la mirada un par de minutos antes de continuar, como si estuviesemidiendolaresistenciadeMaxy,enparte,ladeAmelia.

—Vos,capitão,vaisaayudarmearecuperarloqueesmeuysiosnegaísomedaisproblemas,vosyvuestrameninanoviviréisparadisfrutardeunnuevoamanecer,aunque,antes,puedequedejequemeushomessedivertircomestacoisabonitinha[9].¿Mecomprendréis?¿Verdad,capitão?—SonriódeunamaneraquehizohelarselasangreaAmelia.

Max se tensó y, a pesar de la furia que corría por sus venas, sabía que no debía demostrardebilidadanteél,demodoqueprocurósonarlomásimpasibleposibleeinclusoalgoindiferente.

—Estáis delante de una dama, capitán, almenosmantened cierto decoro. Demostrad que soismejorqueesachusmaalaquellamáistripulación.—MiróaAmelia,permaneciendoaparentementetranquilo—.Porfavor,sírvemeunpocodebrandi,querida,creoquemevendrábienparalaherida.

AmeliamiróaMaxconlosojosmuyabiertos,peroenseguidacomprendióquedebíapermanecercalladaysumisaanteesehombreparaquepensasequenoledaríaproblemas,asíqueextendiólosbrazos,agarróunodelosvasosalgotemblorosaylollenóporlamitad.TrasesoselopasóaMaxconmanos ligeramentemás torpes de lo que le habría gustado, pero y él lo cogió, aún con lasmanos esposadas, sin dejar de mirar al Portugués en ningún momento. Bebió un poco y despuésinsistió.

—Me imaginoque lo quequeréis es llevarnos aMadeira y utilizarmepara sacar el navíodelpuertosinquelasautoridadessedencuentadequesoisvoselqueselolleva.—EnarcóunacejamanteniendountonodevozuniformeylamiradafijaenelPortugués,queparecíadivertidoconlaescena—.Peroparaeso, sabéisnosolomenecesitáisvivosino,además,dispuestoa“colaborar”,aunqueseareticentemente.—MiródesoslayoaAmelia.

ElPortuguéssoltóunasonoracarcajada.—Vos,capitão,seriáisunexcelentepirata.—Lodudo.Adolezcodealgunosgravesdefectosparaello:decencia,moralidad, escrúpulos...

—hablócondesprecioperosinalterarelritmonieltonodesuvoz.Amelia permanecía a su lado callada evitando mirar fijamente al pirata pero asombrada y

admiradaporlasangrefríadeMax.ElPortuguésdenuevoserio.—Capitão,mecaeísbien,osdesprecio,peromeresultáissimpáticoyhedereconoceroscierto

coragem. Creo que, al final, cuando osmate, sentiré secretamente un leve pesar, aunque tambiéndisfrutaréconello.—Sonriómásquedivertido,complacidoconsigomismo.

Amelia,cadavezqueesehombresereía,sentíaunescalofríodepavorporlaespaldayMaxlosabía. Debía sacarla de ese camarote cuanto antes y mantenerla lejos del Portugués y de sus

hombres.—No lo dudo, capitán, pero, hasta entonces, sabed que ha de comportarse conmigo y conmi

prometida como un excelente anfitrión pues, de lo contrario, no creo que mi ánimo sea el másconvenienteparasusintereses.

Lomiraba y hablaba con frialdad sosteniéndole la mirada en todomomento. Amelia lo mirócuandoserefirióaellacomosuprometida,perocomprendióquelohacíaparamarcardistanciasconesehombre.Denuevorioconunaestruendosacarcajada

—Em conformidade, meu capitão. Me comprometo a procuraros una agradable travesía, almenoshastaMadeira...Salvoquemedeisproblemas...enesecaso...—gritóalgoendirecciónalapuerta y enseguida apareció uno de esos hombres—. Acomodad a nuestros huéspedes en loscamarotesdelosoficialesyapostaddoshombresparaquenonosdenproblemas.

Peroantesdequesehubieremovido,Maxdijotajante:—Uncamarote,capitán.Noquerreísquemiprometidacreaquelaabandono,¿verdad?ElPortuguéslomiróconfrialdadunossegundos:—Muybien,queseaunsolocamarote.Quenoseosedecirqueyonopermitíalcapitãodormir

calientesusultimosdías.—Denuevoseriotriunfal.—¿Nocreeísquepodríaissoltarme?¿Nopensaréisquesoycapazdeescapardeunbarcolleno

depiratasenmediodelmar sinotra cosaquemismanos?¿Verdad?—preguntóMaxconunmásqueevidentededesafío.

AelPortuguésparecíadivertirlelaaltaneríadeMaxy,enfondo,pensabaAmelia,poresoéllohacía,paraevitarenfurecerleperosinparecerleintimidado.

—Emconfomidade.—Miró al hombrequepermanecía en la puerta—.En cuanto le lleveis alcamarote,desatadle,perosidaalgúnproblema...Bueno,yasabéisquéhacerenesecaso.

Capítulo10

Minutosdespués,MaxyAmeliaeranconducidosauncamaroteyencerradosenél.Encuantose

quedaron a solas Amelia quiso hablar pero Max le tapó la boca y después le susurró que nohablaseduranteunosminutos.Seacercóa lapuertay esperóaque loshombresdelotro lado sealejasen un poco. Tras eso, sinmediar palabra, recorrió la distancia que le separaba de ella y laabrazófuerte,muyfuerte,peroAmelianosequejó.

—Mel¿estásbien?—Ellaasintiósinsepararse—.Tesacarédeesta,pequeña,notepasaránada.Confíaenmi.

Amelianodijonada,solopermanecióabrazadaaélunosminutos,después,conciertareticencia,seseparórecordandoqueestabaherido.

—Max,tengoquecurarteesasheridas.Segiróparaver laestanciayviounapalanganayunajarraencima,seacercóaellayvioque

teníaagua,registróunpocoencontrandounavela,unaespecie toallasqueparecíanmedianamentelimpias y una botella de algo con aspecto de licor. Max la miraba un poco asombrado. Unosinstantesantes,estabaensusbrazostemblorosayasustaday,ahora,estabadecididayconcentradaenlatarea.Ledieronganasdereír.Ameliaviofinalmenteunaespeciedecamasujetaaunodeloslateralesdelcamarote.

—Siéntateallí.ObedecióyellacogiótodoslosutensiliosysesentójuntoaMax,echóaguaenlapalanganay

unpocodellicorquecreíaeracoñacymojóunodelostrapos.ObservóaMaxparadeterminarlasheridas y contusiones que tenía y, tras limpiar con cuidado los arañazos y golpes del rostro, delcuelloydelasmanos,centrósuvistaenelhombro.

—Max,voyatenerquequitartelachaquetaylacamisaparacurarteelhombro.Esperoquenonecesitespuntos,nocreoquepodamospedirleagujaehiloaesoshombres.

Maxserioy,sinpoderevitarlo,seinclinóylabesóenlafrente.—Mel,estoybien,dejadepreocuparte,porfavor,nocreoquememueradeesto.Amelialevantódegolpelavistahaciaélylelanzóunamiradafuriosa.—¿Por qué hablas demorirte?No le veo la gracia.No digas eso, nuncamás.No vuelvas a

decirlo.Sinremediarlounaslágrimascomenzaronacorrerporsusmejillas.Eranelmiedoylatensiónlas

quehablaban.Max alzó los brazos y la acercó a él, apoyó la cabeza de Amelia en su pecho y besó su

cabello.—Losiento, losiento.Hesidoundesconsiderado.Discúlpame.Amelia.—Letomóelrostroen

susmanosylaobligóamirarlo—.Mel,escúchamebien.Novoyamorirytútampoco.Saldremosdeestaindemnes,teloprometo.Dentrodemuchos,muchosaños,podráscontarleaunospequeñosnietecitoscómofuistesrescatadadelasmanosdeunospiratasporunvalientecaballerodebrillantearmadura.

Amelia fijó sus ojos en la calidez que desprendía ese gris azuladoque se tornabamás oscurocuandoseacercabaaellay,porunsegundo,pareciócreerfirmementeensuspalabras.Finalmenteasintió.

—Puesnovuelvasaasustarmenia,nia...—Suspiró.Separó lasmanosdeMaxdesu rostroybajólavista—.Dejaqueterminedecurarte.

Maxladejóhacer.Sequitólachaquetaydespuéslacamisay,aunquelegustóelmodoenqueAmelialemiróeltorsodesnudo,secontuvodehacerodecirnada.Aúnestabaasustadaydedicarsea cuidarle parecía ayudarle a recobrar cierta tranquilidad, así que, se mantuvo solícito a susórdenes,disfrutandocalladamentedesuscuidadosyladelicadezaysuavidadconlaqueleatendía.Tenerlaacariciándoleconeseamoryesaternurabienvalíantodaslasheridas,golpesycortesdelmundo,pensabacadavezqueposabasusdelicadosdedossobresupiel.

Después de recoger todo y de ayudar aMax a ponerse de nuevo la camisa,Amelia se sentócercadeély,denuevo,recorrióelcamaroteconlavista.Maxpermaneciócalladoobservándola,quería darle tiempo porque sabía que, en escasos segundos, Amelia se derrumbaría por elcansancio,lasemocionesytodoelmiedoque,estabaseguro,estabacontrolandodesdehacíahorasy que estaban deseando salir por fin a la superficie. Pocos segundos después comenzó a temblarsutilmenteyaencogerunpocoelcuerpoyfuecuandoMaxsupoquedebíaconsolarla.Lacogiócon suavidad, la acomodó en su regazo apoyándola contra su pecho y su hombro y la abrazómientrasélpermanecíasentadoconlaespaldaapoyadaenlapareddemaderadelcascodelbarco.Laacomodóunpocomejor,procurándolecaloryunaposturaquepermitieseaAmeliarelajarse,ylamantuvoacunada,calienteentresusbrazoshastaqueparecióquedaradormilada.

—Max—lollamóconlavozalgoadormecida.—Descansa.Mel.Yovelarétusueño.—DepositóunbesoenlacabezadeAmelia.—Max.—Ellamovió la cabeza y alzó la vista—. ¿Por quéme dejastes sola en la casita del

bosque? Dijiste, dijiste... Estaba tan enfadada contigo, tan dolida, que quería que te fueses perotampocoqueríaquemedejasessolaytú,tú,medijistesque...—Gimió.

—Mel,tienesquedescansar,nocreoquedebamoshablardeesoahora.Ellaseincorporóunpocoylemiróconfijeza.—Max,noloentiendo.Dicesquenosoytuhermanaytampocoquieresquesea,quesea,bueno,

loquesesupongaqueseanunhombreyunamujer.—Seruborizórecordandolosmomentosenlacasitadelbosqueanterioresaqueél semarchase—.Y,después, teenfadassi semeacercaalgúnhombre. ¡PorDios! Si te has estado enfureciendo durante semanas cuando seme acercaba algúncaballero en unbaile—Bajó lamirada—.Y luego,mebesas ymedices cosas.Ymeduele.Meduelepensarque túno...que túnomequierescomo...—Suvozsequebróycomenzaronabrotarlágrimasdesusojos.

—Mel.—Susojosseoscurecieronfijosenella.—No,no,Max.Quieroquecontestes.—Alzólosojosllorososparamirarlo—.¿QuéeresMax?

¿Quésomos?¿Quéquieresdemí?CadavezquenotabaelcontactodeAmeliasobreél,elcalordesucuerpo,sualiento,elroce

de supiel, la sangredeMaxbullía enfebrecida,pero teníaqueprotegerla.EraMel, suMel.Nopodíadejarsellevarsinmás,nopodíahacerledañoy,sinembargo,seloestabahaciendo,ysaberloleatravesabaelcorazóncomosi leclavasenespadas.Pero tenerla tancerca, tancerca,yella lemirabadeesamanera...

—Mel.Maxacariciósumejillaconsuavidad,casiconreverencia.Ameliainclinólacabezaunpocopara

apoyarlaensumanoyalzólasuyaparacogérsela.—Max,porfavor.Seinclinóhaciaellacasiporinerciay,finalmente,rozósuslabiosconlossuyos,primerocomosi

simplemente quisiese rozarla, sentir su calor pero, después, comenzó a besarla con verdaderoanhelo.Trasunossegundoslehablóconloslabiosrozandolossuyos,sosteniendoconsuavidadsucaraentresusmanos.

—Mel,estomemata.Llevosemanasdeseándotehastavolvermeloco.Nosécuándopasó,nosecómopasóperoséquetedeseocomonohedeseadoanadienianadaenestavida.

Acaricióconsuslabiossusmejillas,subarbilla,lacurvadesucuello.Ameliasearqueóunpocoal tiempo que alzaba los brazos depositando las manos en la parte de atrás de su cuello,

comenzandoaacariciarsupeloconlosdedosyconlasuñas,loqueexcitóaMax,convirtiendoeltocarla,elsaborearla,enunaverdaderanecesidadyenuntormento,enundeliciosotormento.

Comenzóabesarlaconavidezporelcuello,descendiendopocoapocomientrasconlasmanosibaliberándoladesusropasdejandoexpuestalasuaveytersapieldeAmelia.Tomóconsumanouno de sus pechos y lo acarició, llevándoselo después a la boca, escuchando leves gemidos deAmelia con cada uno de sus contactos, de sus caricias. Lamió a placer cada una de sus curvasnotandocómorespondíaacadaunadesuscaricias.Sindejardetocaryrecorrersucuerpoconlasmanosalzólacabezayseapoderódesuslabiosmientraslaibatumbandoconcuidado.

Amelia se sentía arder, susmanos sobre su piel, sus labios, su cálido aliento y esa forma derecorrersucuerpo.Loquería,loamabaylonecesitabadentrodeella.

—Max,Max.Élalzódenuevolavista,separandoligeramentesuscabezas,ytomósurostroensusmanos.—Amelia,dimequemedetenga,dímeloporqueyoheperdidotodamivoluntad.El tono ronco, el deseo quemanaba de él, de esos ojos oscurecidos, de ese leve temblor de

excitaciónensupiel…—Max.Se ruborizó y, armándose de valor pensó que si, finalmente, esos podían ser sus últimos días,

queríapasarlosconél,deunmodopleno,loqueríatododeélyqueríadarletododeella.Tomóairemirándoledirectamentealosojos.

—Max.—Alzólamanoyleacariciólamejilla—.Tequiero,teamoynomeimportasitúnomequieresigual,soloquiero,soloquie…

Max la interrumpió, apoderándose de sus labios, y tras unos segundos se separó,manteniendosusrostrosaescasoscentímetros.

—¡Dios,Amelia!—jadeó—.Teamo,teamo.Antes,esomeestabamatandoporquecreíaquenopodía,quenodebía…¡por todos los santos,Mel!—Denuevo se apoderóde sus labios—.Eresmía, pequeña, eres mía, dime que eres mía—le pedía mientras recorría con sus labios, con sulengua, sus mejillas, con la nariz la instó a echar la cabeza atrás para darle mejor acceso a sucuello,asupecho—.Mel,dimequemeperteneces,dimequeeresmía,porqueyosoytuyo,todoloquesoytepertenece,Mel.

El tono ronco de su voz, la pasión casi sagrada con que envolvía su aterciopelada voz, cadapalabra,provocabaríosdeamorydeseobajolayaexcitadapieldeAmelia.

Ellaloacercómásasucuerpo,empujándolosuavementeconlasmanosqueteníadepositadasensucuelloyensuhombro:

—Soytuya,Max,solotuya.Porfavor,porfavor…Yanohabíavueltaatrásyamboslosabían.Seseparódeellaysepusodepiecogiéndoladelamano.Después,ytirandodeellaparadejarla

frentea él aúnunpoco temblorosa, ruborizadaycon losojosbrillantes, sindejardebesarla, fuedesabrochandocadabotón,deshaciendocadacinta,liberándolapocoapocodelvestido,delcorsé,delospololos,delasmedias,dejándolatotalmentedesnudafrenteaél.

Ameliasesentíaexpuestaanteesehombrealquequeríayqueacababadedecirlequelaamaba,peronosentíavergüenzanipudor,sinounaincreíblenecesidaddetocarlo,desertocadaporél,desentirlodentro.Maxseseparódesucuerpounpocoylamirócondetalle,aplacer.Superfectayblancapielencendidaporlapasión,poreldeseo,susbrillantesysedososcabellos,negroscomoelazabache,cayendoencascadasobresushombros,suespalda,suspechos, llegando justohasta lacintura y esos intensos y oscuros ojos, tan profundos, tan sinceros quehipnotizabany derretían lavoluntaddeMax.

Sin pensárselo dos veces comenzó a librarse de su ropa, de sus botas, de todo lo que leimpidiese sentir con plenitud ese cuerpo, ese contacto, ese calor deAmelia que eran suyos, solosuyos.Denuevo,latomóentresusbrazosnotandounleveescalofríoenAmelia.Levantósucarainstándolaamirarlecondosdedosbajosumentón,acariciandoconlasyemassucuelloyelhueco

entresusclavículassindejardemirarsusenormesojosdilatadosporlaemoción.—Notengasmiedo,Mel.Iréconmuchocuidado.¿Confíasenmí?—preguntóconlavozronca

yunacargadedulzuraquellenóaAmeliadeunacálidasensacióndeamorydeseguridad.Maxacercósuslabiosalossuyosrozándolosynotandoelcalordesusalientosydesupiel.—Sí,sí,confióentiynotengomiedo,essoloque…ElruborseextendíaporlasmejillasdeMelcomorosasrojasreciénabiertas.—¿Essoloque?—lainstósonriendoantesudeseabletimidez.—¿Puedo,puedotocarte?—consiguiópreguntar.LasonrisadeMaxsehizomáspronunciadamientrasconunadesusmanostomabaladeellay

selallevabaasutorso,apoyándolaensupecho.—Puedeshacerconmigoloquequieras,amor,soytodotuyo.Melabrió losojosdeparenpary,casiavergonzada,comenzóabajar lavistahastadondeél

habíaposadosumano,diounlevepasoatrásymoviendoconlentitudyunligerotemblorlamanosobresu torsocomenzóarecorrerpocoapocoelcuerpoduro, firmey ligeramentebronceadodeMax.Alzólaotramanoycomenzóel,alprincipio,dubitativoroce,pero,después,cuandonotóelestremecimientoenlapieldeMaxallídondeellatocaba,sesintiópoderosa,juguetonaeinclusounpocolascivayfueadquiriendomayorconfianzayseguridadensuroceconsiguiendounarespuestade excitación evidente en Max. Casi con osadía descendió a su entrepierna y tocó primeroexplorandoydespuésdisfrutandodelassensacionesqueleproducíanesascaricias.Maxemitióunleve gemido. Amelia notaba cómo se controlaba, cómo procuraba dejarla disfrutar de su reciéndescubierta osadía.Comenzó a recorrer con los dedos sumiembro, que se había endurecido aúnmásydespuésdeunossegundos,loagarrócontodalamanoycomenzóamoverlaextendiéndoseporsucuerpounasensacióndecalordesconocidaparaella.MaxemitióunroncogemidoyconunadesusmanoscogióladeAmelia.

—¡Dios!vasamatarme.Espera,espera,esoahorano.Amelia,sorprendida,alzólavistaaloscurecidoazuldelosojosdeMax.—¿Te-tehehechodaño?—preguntótímidamente.Maxsonrióylaacercóasucuerpoabrazándolayextendiendosusmanosensusnalgasyconun

leveempujóndelasmismasacercósuscaderasalassuyas,pegándolasparaquesintieselapruebaevidentedesu“dolor”.

—Créeme,amor,noesdolorloquemeprovocas.Seapoderódesubocaylabesóconansia,contodoelfuegoyelardorquehabíacontrolado

durantesemanas.Descendióensusbesosporsurostroylainstóaarquearseligeramentehaciaatrásparadarlemejoraccesoasupielaltiempoque,sindejardebesarlaysostenerla,lafuedepositandosobrelacamadebajodeél.Ellaseaferrabaasucuerpoyleinstabaaseguir,anoparar,aamarlasinlímites.

Colocó con suavidad a Amelia cómodamente recostada mientras la recorría con las manos,deleitándosedesucuerpo,suscurvas,elsuavecontactodesupiel,sucaloryesearomatansuyo,eseconelquesoñabayquedespertabalafieraquellevabadentro.Comenzóabesarlalentamentedetrás de la oreja, descendiendo por su cuello, sus hombros, mientras jugaba y torturabasensualmente sus pechos. Comenzó un baile sensual de caricias con sus labios y su lengua hastallegaralospechosmientrasAmeliaseagarrabaasushombrosyrespondíaasuscariciasconlevessuspiros,gemidoseinclusoacercandoaúnmássucuerpoaldeMax.

El cuerpo de Amelia ardía en llamas. Cada beso, cada roce, conseguía que su cuerporespondiesedemanerainstintiva,ycuandoélcomenzóarecorrerconsulenguasuspechos,alamersuspezonesdándole,después,pequeñosmordiscos,fuecomosiunríodelavarecorriesesusvenas.Casi sin saber cómo, susmanos comenzaron amoverse disfrutando del contacto deMax, de susmúsculos,desudensocabello,deesecalorquedesprendía.

Maxalzólacabezay,denuevo,labesóenloslabiosconinsistencia,conavidez,mientrassusmanosdescendíanporsucuerpo.Cuandollegaronasusmuslos,consuavidadcomenzóaacariciar

lacarainternadelosmismosconunamanomientrasconlaotraseguíatorturandosusendurecidospechos.Enuninstante,MaxnotócómoAmeliasetensócuandointrodujosumanojustoenelcentrodesusmuslos.

—Cariño,voyadarteplacer,déjamehaceramí.Sonrío con un leve brillo en sus oscurecidos ojos y, entonces, empezó a acariciar su sexo, y

cuandoAmeliaempezóasentirelcosquilleo,introdujounodesusdedosiniciandounsensualbailedentrodeellamientrasconotroazuzabamásymássusensiblebotón,notandosuhumedady lascorrientesy levesespasmosqueempezabanavibrardentrodeella.Ameliagimióy,denuevo,seapoderódesubocaaltiempoqueintroducíaotrodedo,consiguiendounamayorrespuestadeella,quesearqueabayleapretaba,clavabalasuñasenloshombrosygemíabajosusbesos.Comenzóajugarconmayoravidezconsumontículoconelpulgarmientrasmanteníaelbailedesusdedosensuinteriorydesulenguaensuboca.

ApenaspodíadiscernirloquesentíaynisiquierasabíaloqueMaxleestabahaciendo,peronoqueríaqueparase.Maxcomenzóatrazaruncaminodebesosycariciasconsuslabiosatravésdesuencendidocuerpo,descendiendolentaydeliciosamente.Ameliasintió,derepente,unvacíoentresuspiernascuandoMaxextrajosusdedosinstándola,almismotiempo,aabrirmáslosmuslosparaél. Al abrir los ojos vio que Max descendía hasta colocar su cabeza entre sus piernas y, justocuando iba a protestar, notó sus cálidos y suaves labios sobre su sexo y después su lengua, quecomenzó a recorrer los pliegues internos de Amelia mientras con los dedos torturaba su botóninterior logrando que el mundo a su alrededor perdiese toda nitidez. Con sus manos apretó elcabellodeMaxcuandoestecomenzóunbailefrenéticoconsulenguahastallevaraAmelialejosde donde estaba. Tenía sensaciones y un calor que comenzaban a invadirla por dentro pero que,sobre todo, provocaba un extraño placer en su interior y un fuego que amenazaba con devorarlehasta el estómago. Tras unos minutos, todo se hizo pedazos en su interior. Se sintió excitada yenfebrecidayalmismotiemposatisfecha,complacidaypocoapocoseibanhaciendopesadossusbrazos, sus piernas, todo su cuerpo. Max se detuvo y solo pudo ser consciente de que él seincorporabasobreella,cerniendosucuerposobreelsuyo,recorriéndoloendireccióncontraria,enascendentesendero,conparsimoniosalentitud.Alcomenzararecuperarlaconcienciadelarealidad,abrió lentamente losojosy teníaaescasoscentímetrosdel suyoel rostrodeMax,que teníaunaextraña expresión de satisfacción pero también de control que no comprendía del todo. Lo queAmeliasísabíaeraque,apesardeloextrañamentepesadosquesentíalosbrazosydeesecalorrecién descubierto en su interior, necesitaba algomás, no sabía qué era, pero necesitaba aMax,sentirlodenuevoperodeotramanera.

—Max…—susurróAmeliacon lavozcargadadeesapasióndesconocidaparaellahastaesemomento.

Maxsesintióarderalversusojosbrillantesconlapasión,coneldeseo,conlalujuria,elrubordesusmejillas,suslabiosenrojecidosehinchadosporél.Lanecesitaba,necesitabahundirseenella,estabahúmeda,abiertaparaél.

—Max,porfavor,noséquées,nolosé,peroséquetenecesitodentrodemí,ahora,porfavor,porfavor…

Siyapensabapodríadetenerse,esasroncaspalabrasdeAmeliafueronelacicatefinal.Labesóconmásansiaqueantes,comounanecesidadmayorque lade respirar, conunamano leabrióunpocomáslosmuslos,colocándoseentreellos.

Seseparóyseacercóasuentradapocoapocovariasveces,acariciandosolocon lapuntasusexo,provocandoescalofríosdeplaceryansiedadenAmelia.Alzólacabezaunpoco,necesitabaversurostroencendidoporlapasión,enfebrecidoporrecibirle.

—Max,porfavor…—susurrabajadeanteyebriadepasión.Sefueintroduciendomuylentamenteyellaabriólosojosymiródirectamentealprofundoazul

que primaba en sus ojos. Ya reconocía ese color en él, ese azul que se apoderaba del gris quenormalmente predominaba su mirada cuando se acercaba a ella o cuando se enfadaba con ella,

pero,ahora,eradeuna intensidadqueAmelianohabíavistoantes.Sentíaelcalordesumiembrointroduciéndose lentamente dentro de ella.Lo notaba suave pero almismo tiempoduro y grande.Gimióconlainvasiónperoderepenteseparó,sequedóquietoconelrostroyelcuerpoentensión.Acercósuslabiosalossuyosylediounlevebeso,fueunmeroroce.Conunavozprofunda,roncaymuysensualquehizoqueAmeliasintiesecadaunodelosmovimientosdeesoslabioscomounacariciadijo:

—Mel,estotedoleráunpoco,pequeña,losiento,losiento.—Labesódenuevo—.Soloduraráunmomento, intentaré ser lomássuaveposible.—Labesóyenunacerteraembestidaalcanzó labarrerafinal.

Ameliasintióunlevedolortensándoseenrespuesta.Maxpermanecióquieto,acariciandoconsuslabios sus mejillas, sintiendo el calor que rodeaba su verga, suave, húmedo, aferrándose a él ydejándoloinvadirleporprimeravez.

—Sshh,pequeña,pasaráenseguida.Trasunossegundoscomenzóamoverse lentamente,dejándolaacostumbrarseaél.Despuésde

esosprimerosinstantesAmeliaempezóasentirqueeldolordabapasoaunaplacenterasensación,concadamovimiento,concada fricción,aumentabaelcalor,eldeseoyunextrañoanheloaalgoquedesconocíaperoquedeseabaalcanzar,quenecesitabaalcanzar.Maxnotócómoellaempezabaa responder, cómo susmovimientos y sus suaves gemidos eran de nuevo de placer. Arqueaba elcuerpo acercándoselo, comenzó a aferrarse a él y a recorrer con sus manos sus costillas, suscaderasyfinalmentesusnalgasabriendomáslosmuslosparaél,alzandosuscaderasencadaunadesusembestidasbuscandointroducirlomásenella,entregándoseaélconcadaroce.Maxsesintiódesbocadoyaunqueprocuróentodomomentonoserdemasiadobruscoporsersuprimeravez,susembestidas fueroncadavezmásprofundas, enérgicasydevastadorasyella loacogíaconplaceracunándolo desde su interior, cerrando susmúsculos interiores alrededor de sumiembro, dándoleunasensacióndeplacer,deéxtasis,quenocreíasercapazdesentir.Eraliberadoryalmismotiemposesentíaatrapadoporesassensaciones,esasvibracionesdevitalidad,defelicidadqueleprovocabacadaembestida,cadaespasmo,cada roce.ElcuerpoenterodeMaxvibrabadepuravidaysabíaqueeldeAmeliaseencontrabaenelmismoestadoqueelsuyo,losentía,lonotabaretorciéndosede placer bajo su cuerpo, bajo su abrazo, bajos susmanos. Era suya, lo sabía, solo él la hacíasentirseasí,soloéllatendríaasí.Amelia,suAmelia,suMel,erasuya,suya.Erasuyauna,yotrayotravez…

Maxsesintióposeídoporprimeravezensuvida,sentíacadaroce,cadamovimiento,cadaenvitedeunmodoúnico,comonuncaantes.ElcuerpodeAmeliaaceptabayaferrabaelmiembrodeMaxensuinterior.Sentíalosmúsculosdeellacontrayéndosecalientes,húmedosyfirmesalrededordesupene.Eraunasensaciónplena,visceral,algoindescriptible,tanprimitiva,tanpura,tanintensa.Ensumente resonabanexclamacionescomo“Oh,Diosmío“, “Por todos los santos“o“Estoes elcielo“,contalintensidadquecreyóhaberlasgritado.ComenzóasentirlatensiónfinaldeAmeliaalllegaralclímax,losespasmosylostembloresalrededordesupeneyalrededordesusmuslos,ycuando parecía que ella había alcanzado otro nivel, él la siguió sin remedio. Sintió la oleadarecorrerle todo el cuerpo y finalmente derramarse en ella como una explosión de placerindescriptible,plena,infinita.

Permanecieron unos minutos unidos, jadeantes, exhaustos y algo desorientados. Poco a pocofuerondespertandodeesaespeciedenebulosaquelescubría.Maxseincorporóapoyándosesobresus codos, liberándola ligeramente de su peso, con el rostro a escasa distancia del de ella, quepermanecíaconloslabiosunpocoabiertosyconlosojoscerradosyaúnrecuperandoelalientoyelritmonormaldesucorazónycasiensusurropreguntó:

—¿Mel?—Acaricióconlasyemasdelospulgaressurostro—.¿Estás,estásbien?Laobservóabrir losojoslentamenteycurvarloslabios,formandounasonrisaqueleprovocó

unaincreíblemezcladesensaciones,lujuria,deseo,ternurayunamorcomonuncaantes.—Estoybien…Es,hasido…hasido…No…noséloquehasidopero…

Balbucióaúnconlarespiraciónentrecortadamientrasabríadeltodolosojosysonreíaconunasonrisadeplacer,detranquilidadysatisfacciónqueconsiguióqueMaxseriesesuavementeconsuslabiossobrelapieldesurostroprovocandounassuavescosquillasenAmelia.

—Pequeña,teadoro.Depositóun tiernobesoensus labios,separándosedespaciodesucuerpopara liberarlayadel

todo de su peso. Amelia gimió, quejándose al sentirse extrañamente vacía. Max rodó sobre sucostado y se la llevó con él para acomodarla sobre su cuerpo, con la cabeza apoyada en suhombro, manteniéndola abrazada en todo momento. Parecía tan relajada, felizmente exhausta ysatisfechacomoél.

Seincorporó,dejandoaAmeliatumbada.—Cariño, no te muevas. —Fue hacia la jarra de agua y mojó uno de los paños limpios que

quedabanjuntoaella.VolvióyconsuavidadhizoqueAmeliaabrieseunpocolaspiernas.Ellaibaaresistirse,perolasujetóconunamano—.Pequeña,déjameamí,soloseráunmomento.

Conternuraymuchasuavidad,fuelimpiandolosmuslosylaentrepiernadeAmeliayaliviandolazonaquesabíasentiríaunpocodolorida.Amelialodejóhacerunpocoavergonzadaytambiénconmovidaporladelicadezayelamorqueparecíaponerencuidarla.

Después dejó el paño junto a la jarra y volvió a tumbarse junto aAmelia, abrazándola de unmodo protector y también algo posesivo. Unos minutos después, recorría con los dedos de unamanera distraída su brazo, su cadera y su espalda dejando leves caricias sobre ellos. Inclinó lacabezaposandosuslabiossobresusienyleacaricióelcabello.Después,convozsuaveymelosa,susurró:

—Mel,duermeunpoco.Yoestaréaquíymeasegurarédequetengassueñosagradables,amor.Melpermanecía adormilada sobre suhombrocon la respiracióncadavezmáscallada, conel

cuerpolánguidoytanadormecidocomosupreciosacabecita.—Max —susurró, y bostezó mientras acomodaba un poco mejor la cabeza—. Te quiero —

consiguiódeciraunqueconunavozpesadayaletargada.Max labesóen la frenteyapretóunpocosuabrazoacoplandomejorsupequeñocuerpoasu

costado:—Yyoati.Teamo,pequeña.Maxsequedóquietodisfrutandodelacertezadesuspalabrasydelcalor,delasuavidad,dela

texturadelpequeñoycálidocuerpoalqueabrazaba.Pensóquenopodíaexistirnadamejor.AhoracomprendíaaCliff.AhoralograbasaberporquéeraparaélimposiblealejarsedeJulianna.TeneraAmeliaensusbrazos,desnuda,satisfecha,eraunplaceralquenopodríaniquerríarenunciarjamás.La sensacióndeplenitudque le embargabaenesemomento solopodría alcanzarla conella a sulado.Jamásrenunciaríaaella,nuncadejaríaquelaalejasendeél.Erasuyay,contodaseguridad,élerasuyo.Supequeña,adorableypeleonaMel,erasuya.Ahoralocomprendía,sehabíaestadoresistiendodeunamaneraabsurdapormotivosequivocados.Ladiferenciadeedad,elconvencerseinútilmentedequesentíauncariñodehermanoynodehombre,eldeberdeprotegersu inocenciaporencimadetodarazón.¡Quéestúpidohabíasido!¿Cómosehabíaequivocadotantointerpretandosus propios sentimientos? Ahora sabía que la quería más que a su vida, que la protegería y ladefendería pero como un hombre protege a su mujer, no a una hermana, que haría todo lo queestuvieraensumanoparahacerlafeliz.

Fueentoncesconscientedenuevodedóndeestaban,delaprietoenelquesehallaban.Teníaqueactuar con inteligencia. Tenía que sacarlos de esa situación y asegurarse de mantener a Ameliaalejadaen todomomentodeesoshombresynuncasepararsedeella.Sintióunescalofríodepuroterroratravesarleelcorazónal imaginarseaAmeliaenmanosdeelPortuguésodecualquieradesushombres.“No,no”,pensó“voyamantenerteasalvo.Teprotegeré,amor”.Apretóunpocosuabrazoparasentirlaaúnmáscerca,esoledabaunaextrañasensacióndepaz,ciertatranquilidad.

Duranteunashoras ladejódormir,peroalescucharmovimientoen lacubiertacon lasprimeraslucesdelalba,seapresuróadespertarlaparaestaralerta.ConociendoalPortugués,insistiríaenque

algunas de las comidas las hicieran en su presencia con el fin de intimidarlos mediante elrecordatorio constante de que eran sus prisioneros y de que estaban en sus manos. No obstante,Max,aúncontabaconlabazadequelosnecesitabapararecuperarsunavíoyparaesepirataeseobjetivotendríaprioridadsobrecualquierotro.

—Mel,cariño…—lesusurrabadepositandounbesoensuslabios—.Mel,despierta,hemosdevestirnos.—Ameliaemitióunquejidoperezoso—.Pequeña,abrelosojos,porfavor.

Seestiróunpocoycomenzóaabrirlosojos,alprincipiounpocodesorientadaperodespuésfuefijandosumiradaenelrostrodeMaxycomenzóasonreír.

—Buenosdías—susurróaúnconlavozadormiladaybostezandocomounaniñaremoloneandoenlacama.

—Buenosdías—respondióMaxsonriendoigualqueellasinpoderevitarlo.AmeliaestiróunpocosucuerpoalzandolacabezademodoqueacercósurostroaldeMax.Lo

besóysepusojustoencimadeél.Maxlaabrazómanteniéndolasobresucuerpomientrasqueelladejabacaersucabezaenelhuecodesucuellodejandoqueesossedososmechonesdesuonduladocabelloylasuavecalidezdesualientorozasenlapieldesucuelloysuhombro.

—Mel —insistió aún con reticencia—. Tenemos que levantarnos y vestirnos. Es mejor estarpreparados, ya que podrían aparecer en cualquiermomento, además, quiero hablar contigo sobrecómohemosdeactuar.

EnseguidanotócómoelcuerpodeAmeliasetensósobreelsuyo,rodósobresímismodejandoa ambos de costado cara a cara. Se apoyó sobre uno de sus codosmientrasmantenía el abrazosobreellaconelbrazolibre.

—Mel,escúchame.—Fijósumiradaensusojos instándolaasíaprestarleatención—.Vamosavestirnosy,después,concalma,hablaremos,peronoquieroquetengasmiedo,nodejaréquetepasenada. Si actuamos con serenidad todo saldrá bien. Llevo muchos años luchando contra hombrescomoesosysiempreheregresadoacasa,sanoysalvo,¿verdad?—Ameliaasintióligeramente—.Pues, ahora, tengo muchos motivos para hacer que los dos regresemos. Pienso pasar muchos,muchos,muchosañosatulado,simedejas.

Amelialomirabaconintensidadhastaqueentoncesfueconscientedequetrasesaspalabrasseencerrabaalgomás.

—¿Hablasenserio?Quieres…¡Espera!—Seincorporóunpocoapoyándoseenuncodoyconlamanoque tenía libre apoyada sobre el pechodeMax,que sehabía recostadounpococonelmovimientodeella—.¿Quéestásdiciendo?

Siloqueleestabaproponiendoeramatrimonio,queríaqueselopidiese.No,necesitabaqueselopidiese,aunquefueseenunbarcollenodepiratas.

Max sonreía. “Dios, cuánto adoro cuando se pone tirana y tan terca…Realmente debo estarenamorado…”,pensódivertido.SemoviódemodoqueAmeliaquedóatrapadabajosuabrazoconsurostrocercadelsuyosonriéndoladeunamaneraprovocadora.

—Mel, no creo que este sea elmejor lugar para hacer una proposición.De hecho, es el peorlugardelahistoriadelasdeclaracionesrománticas.—Lesonriómientrasleacariciabalamejilla—.Será algo que pospondremos hasta que estemos en casa, pero, por si aún no lo tienes claro,permítemedecirlosintapujos.—Seaupósobresuscodostomandoalgodedistanciasobreellaperomanteniéndolabajosucuerpo—.Mel,teamo.Reconozcoquehetardadounpocoendarmecuenta,peroteamomásqueanadanianadieenelmundo,másqueamivida,pero,ahoraqueporfinhedejado quemi estupidez dé paso a una verdad que todos conocían, incluso yomismo, aunque noquisiera reconocerlo, no pienso dejar que te alejes demí, ni hoy, nimañana, ni nunca.Te amo, teadoro,tequierocomojamáspodráquererunhombreaunamujer.Piensoponerteunanilloqueteateamíelrestodenuestrosdíasyconelquetodoelmundosepaquetequiero,queeresmíayquenodejaréquenadieteseparedemí.Voyaconvertirteenmiduquesa,enmiesposayenlamadredemishijos.Voyavenerarte, protegerte,mimarteyponer elmundoa tuspies sime lopides.Ycomo temerecesunapropuestadignadetodoello,quieroqueseasunabuenachicaymeprometasquevasa

aceptarahoraesta,demasiadoempalagosayprecipitada,proposiciónyque,también,loharásdentrodeunosdíascuandoaparezcaantetupuertaconelanillodemiabuela.

Por lasmejillas deAmelia comenzaron a correr algunas lágrimas de emoción y avergonzadaocultósurostroenelhuecodelhombrodeMax.

—Loprometo,loprometo—asentíaconlavozrota.Maxseriounpoco,besósufrenteysepusodepiellevándolaconsigo.—Pequeña.—Adoptósutonodefirmeyresueltocapitánmientrascogíaalgunasdelasropasde

ambos—.Hemosdevestirnosprimero.Amelia lomirabacallada, con lasmejillas ruborizadasy aúncon losojos algo llorosos, pero

asintió finalmente.Max le pasó sus prendas y tras vestirse la ayudó a cerrar su traje.Después lallevóhastalasillaylainstóasentarsemientraséltambiénlohacíaenunpequeñotaburetefrenteaella.Lacogiódelasmanosylamiróalosojos.

—Mel, tenemos que ser más inteligentes que esos hombres de ahí fuera y, sobre todo, nodejarnos llevarporelmiedo.Lomejoresque,hastaqueestemoscercadeMadeira,creanquenolesvamosaocasionarproblemas.ElPortuguésesinteligenteysabequemenecesitapararecuperarsubarcoy,sinoshaceelmásmínimorasguño,noconseguirámicooperación,asíqueseasegurarádeque,hastaentonces,permanezcamosasalvoysolosicreequesomosunpeligroounriesgosedesharádenosotros.Peronoteequivoquesynovoyaengañarte,esunhombrecruel,comoabuensegurolamayoríadeloshombresqueestánenestanave.Noconvienehacerleenfadarsinmotivopero,tampoco,hacerleverqueletienesmiedo,porqueesoestanpeligrosocomoloanterior.

ApretósusmanosesperandoqueAmeliaasimilarapocoapocoloqueledecía.AunqueAmeliacomprendía la difícil situación en la que se hallaban, sin embargo, no tenía tantomiedo como latardeanterior,poralgúnextrañomotivo,laseguridaddeMaxlatranquilizaba.

—Loentiendo,Max.Solodimecómocreesquehedeactuaryloharé.Maxalzósusmanoshastasuslabiosylasbesóconternura,antesdemirarlaalosojosydecirle

intentandoparecercalmado:—Mel, pequeña. —De nuevo depositó un beso en la palma de una de sus manos—. Voy a

asegurarmedequebajoningúnconceptoteseparendemí.Noquieroperdertedevistaniunsegundoy, por su propio interés, el Portugués sabe que no puede desoírmi petición porque puedoponerlemuydifíciles lascosassinomecomplace.Porotro lado,noquerráunamujersueltaporelbarcoquedistraigaasushombresymenosquedélugarapeleas.—Porunsegundosearrepintiódehaberdichoestoúltimopor loqueAmelia llegaseaentenderyaque,sabíaque,si lo interpretabade lapeorformaposible,acertaríaensuconclusiónyellopodríaasustarlamás—.Peronotepreocupes,estásconmigoyasípermanecerás.—Ameliatrasunossegundosasintió—.Detodosmodos,procuranohacertenotardemasiado.CuandoestemosenpresenciadelPortuguésprocuranohablarnihacernadaqueleobligueamirarte,perotampocodejesquenoteelmiedoenti.Siteasustasotesientesincómoda,acércateamíyyomeencargaré.

Ameliadenuevoasintiósindecirnada.Maxselevantó,latomóensusbrazosyocupólasilla,dejándolasentadaensuregazoabrazándola.Ellaapoyólamejillaensuhombroysedejóacunar.Estar en los fuertes y firmes brazos deMax, sentir su calor, el ritmo de su corazón era elmejorbálsamo para ella. Por unos instantes, al igual que le ocurrió la noche anterior, olvidó dóndeestaban,todoasualrededordesaparecíacuandoMaxlaabrazabadeesamanerayellacerrabalosojos.

UnosminutosdespuésAmeliaalzólacabezayaúnenlosbrazosdeMax,lomirófijamente.—Max,esposiblequeenalgúnmomentomeencuentremal.—Maxarqueóunacejaextrañado

—.¿Recuerdas?—Ellahizounamuecaconloslabios—.Memareomuchoenlosbarcosy…—Denuevohizoungestodedisgusto—.Enfin,quenosoymuybuenamarinero.

Maxrelajósuexpresiónysonrió.—Notepreocupes,amor,soloevitaremosquecomascosasmuypesadas,además,nocreoque

nosdejenpasearporlacubiertanimovernosporelbarcoy,bueno,demomento,loestáshaciendo

muybien.DepositóuntiernobesoensunarizyAmeliasonrió.—Esque,hastaahora,estabademasiadoasustadaparadarmecuentadedóndeestábamoso…

—Seruborizóunpoco—oconcentradaenotrascosas.Maxsoltóunacarcajadaylamiróconpicardíayalgodedescaro.—Enesecaso,amor,teprometomantenertemuyocupadayconcentrada.Sonrió intentandomostrar ciertadespreocupaciónconunaconversación relajada.Sabíaqueeso

nosoloconseguíarelajarunpocoaAmelia,sinoquereducíalatensiónylapresiónquesentíaenelpechoalpensarenlasituaciónenlaquesehallaban.Cuandoibaabesarladenuevoescucharonelruidodelacerraduradelapuerta.MaxseincorporódepositandoaAmeliaasuladoyrodeándolelacinturaconelbrazo,laacercótodoloposibledemodoprotector.Cuandocomenzóaabrirselapuertalesusurróaloído.

—Recuerda.Nomuestresmiedoymantentecercademí.Ameliaasintió,respirandoprofundamente,parahaceracopiodevalor.La puerta se abrió del todo, dejando ver al otro lado a dos hombres armados y de expresión

adusta.—El capitán quiere que les acompañemos a su camarote—dijo unode ellosmientras daba un

pasoalfrenteentrandoenlahabitaciónyhaciendoungestoparaquepasasendelantedeél.MaxcaminóllevandoconsigoaAmelia,cruzarontodalacubiertabajolaatentamiradadeesos

doshombresarmados,fijándoseentodoloquelesrodeaba.Maxibatomandonotadeloshombresquehabía,de ladistribuciónde losmismos,de lasituaciónde loscañonesyde loselementosdenavegación.Antesdecruzarlapuertadelcamarotedelcapitán,elhombrequeibadelantedeellosmoviólamanoparahacerlesdetenerseyllamó.TrasunossegundosescucharonalPortuguésdarleslaordendeentrar,peroantesdepoderhacerlotuvieronquedejarsaliradoshombresmásqueibancon las manos atadas a la espalda y seguidos de otros dos piratas con las pistolas en la manoapuntándolos.

Entraronytrasellossecerrólapuerta.ElPortuguésestabadeespaldasaellosguardandoenuncofreloqueMaxcreyóqueeranlascartasdenavegación.EntreellosyelPortuguésdenuevosehallaba lamesapero, estavez,había colocada sobre ella algunasbandejas concomida, frutasydos jarrasdemetal.Ameliaesperabaqueenunadeellashubieseaguaoalgoqueno fuese licor.Empezabaasentirunpocodenáuseasconeloloracomidaqueimpregnabatodoelcamarote,sinmencionareldeloshombresdecubierta,queaúnparecíanotarenelfondodelanariz,peroaunasíseobligóasímismaanoexteriorizarsignoalgunodedebilidadaunque,noobstante,Maxnotóelcambiooperadoenellanadamásdardospasosdentrodelcamarote.

El Portugués se volvió hacia ellos en cuanto cerró el cofre y se sentó, dejando quepermanecieran de pie unos segundos, sin duda para demostrar de nuevo que ellos eran susprisionerosy,porlotanto,obligadosaobedecerlesinrechistar.

—Siéntense. —Ofreció con cierto toque de falsa amabilidad y una dosis mayor decondescendenciaaltiempoqueconlamanoseñalabalassillasalotroladodelamesa—.Creoquecomo“misinvitados”lesagradarácompartirmimesaenestaclaramañana.

Eltoquedesarcasmo,pensabaMax,sinduda,esunrasgoqueparecegustarlemostrarcadavezquetieneocasión,“biensigámosleeljuego”.

—Qué amable deferencia permitidnos disfrutar de su compañía, capitán— dijo Max mientrassujetabalasillaaltiempoquemirabafirmementeaAmeliaparaquesesentaseenellaapesardelacaradeasombroquemostraba—.Sindudanosencantarápodercompartirestedeliciosodesayuno.

ElsarcasmoqueirradiabasuvozylaexpresióndesucarapodríarivalizarconeldelPortuguésconsiguiendoque,mientrasélseacomodabaconaparentedespreocupaciónensusilla,aAmelialerecorrieseporelcuerpounríodeconfusión,indignaciónyfuria.¿Quédiablosesperabanconseguircomportándose de esemodo? Pensabamientras procurabamantener a raya las náuseas cada vezmásacuciantes.

Ambos hombres se dedicaron durante variosminutos a comer como si nada, pero sin dejar decontrolarsenidemedirserecíprocamentecomositanteasensusrespectivosmovimientos,reaccionesygestos.Alcabodeunrato,cuandoAmeliaempezabaanotarquetantosusnáuseascomosudolordecabezaamenazabanconconvertirseenalgopermanente,decidiótomarcartasenelasunto.

—Capitán—dijomirando de soslayo aMax pero procurando fijar su vista en el pirata que derepenteseviosorprendidopor lavozfemeninaquepareciósacarlodesuoriginalduelosilenciosoconsuoponente—.Mepreguntaba—decíamanteniendountonocortesydulceensuvozyensurostro—,dadoquesehamostradocomoungenerosoanfitriónhastaahoray,puestoquevamosapermanecerabordovariosdías,siseríatanamabledeproporcionarnosaguayjabónparaasearnosadecuadamente, y, desde luego, algo de ropa limpia sería igualmente bien acogida y tambiénagradecida.

Trasunossegundosmirandocandorosamentealcapitán,estepareciódivertirseconlaosadíaylaaparentecandidezdeAmelia,yconunasonrisacontestó:

—Claroadorrableminhamenina, estaréencantadodehacerquesuestanciaennuestrobarcosealomásplacenteraposible...—EltonocasisoezqueempleónohizomellaenAmelia,quesabíaque intentaba intimidarla al tiempo que procurabamolestar aMax, al que no dejaba de lanzarlemiradasygestosmordaces—.Similadylodesea,haréquedespuésdeldesayunolesproporcionenloquenecesiten.

Se rio de unmodo bastante desagradable, sin embargo, pensóAmelia, si conseguía lo que seproponía,agua,jabónyropaslimpias,esehombrepodíautilizareltonoqueledieselagana.

—Lequedaríamosmuyagradecidos—señalabaellaposandosusmanosensuregazoybajandolamiradaconfalsatimidezalmismo.

Escuchólarisaroncadelcapitánjustoantesdedecir:—¿Cuánagradecidaquedaría,damisela?De inmediato lomirócon losojosdemasiadoabiertosparadisimularque lahabíasorprendido,

puestoquelainsinuaciónhabíasidodeltodoclara.—Capitán,recuerdequeestádelantedeunadama.Maxlehizounaadvertenciaconuntonopausadoperoconunacontundenciaenlacadenciayla

gravedaddesuvozquehizoambossevolvierande inmediatohaciaél.Sumirada,pensóAmelia,podríahaberfundidoelmetal,ydesegurosirviódemensajedirectoalpiratasinnecesidaddemáspalabras.

El Portugués le miró desafiante pero sin hacer movimiento alguno y con una sonrisa bastantedesagradable.Alcabodepocossegundostomóunapiezadefrutaclavándolecondestrezalapuntadesunavajaycontinuócomiendo.MaxlanzóunamiradaaAmeliaqueeraunaclaraadvertenciadesilencio,yprocuródenuevoenderezarlaatencióndelPortuguésensímismo.

—Capitán—cogióelvasoybebióantesdetomaruntrozodepanypasárseloaAmeliaparaquelo comiese. Sabía que estaba mareada, pero debía asegurarse de que comiese algo sólido paraafrontarmejor la travesía—, creo que debería tener presente que nos necesita con vida y con lasuficiente predisposición para “ayudarle” a sacar el navío del puerto pero, ha de saber que estoúltimo depende en gran medida de que mi prometida reciba un trato acorde a su posición. Nopermitiréqueseatratadasineldecoroquelecorresponde.

ElPortuguésdenuevoseriodeunmodoestruendoso.—Ah, la soberbia y prepotencia inglesas. ¿Cuándo aprenderán que el resto delmundo no les

debepleitesía?Maxlomiróconciertodesdénmientrassearrellanabaensusilla.—Quizás cuando el resto del mundo nos demuestre que es digno de ser considerado nuestro

igual.Amelia sabía bienque semejante afirmaciónno era cierta, y queMaxno lo pensaba, lo había

escuchadoendemasiadasocasionesmaravillándosedealgunasdelasculturas,paísesygentesquehabía conocido. Sin duda procuraba molestar al pirata y aun ignorando el motivo real de ello,

permanecióensilenciolimitándoseencentrarsuatenciónenél.ElPortuguésdenuevoseriopero,enestaocasión,conunbrillopeligrosoensusojos.—Quizás, capitão, debiera darnos a mis hombres y a mí alguna lección que nos permitiese

valorar la verdad de esa supuesta superioridad de los ingleses. Podríamos dejarle demostrar sudestrezaconalgunasarmasenlacubierta.Estoysegurodequealgunosdelosqueestánahífueraestaránmásquedispuestosaenfrentarseaunode loschaquetasazulesmás laureados…—SonriódesafianteconlosojosfijosenMax.

—Y ¿por qué no enfrentarnos nosotros mismos? Sus hombres disfrutarán más aún viéndonosdisputarelmandodeestebarco.

Max esperó, sabiendo de antemano la respuesta del Portugués.No le podía demostrarmiedoalguno negándose a luchar en caso de que se empecinase en esa posibilidad con la sola idea dedivertirseasucosta,perotampocopodíadejarquelepusieseenmanosdeunapandadepiratassinescrúpulosdejandoconelloaAmeliadesprovistadeprotecciónenelcasoderesultarheridooaúnpeor. Sin embargo, también era consciente de que al lanzarle el desafío de enfrentarse ellos, lehabíapuestoenelmismoaprietoqueélunossegundosantes.ElPortuguéserademasiadointeligentepara recoger el guante lanzado tan directamente. En el caso de aceptar y ganar, perdería laposibilidad de recuperar su barco, ya que de salir victorioso sus hombres le obligarían amatar aMaxcomomuestradeesasupuestacrueldad,pueseraloquelegranjeabaelmiedoy,enalgunoscasos,elrespetonecesarioparacontrolaraesacatervadebrutalespiratas.Pero,encasodeperder,si no resultaba muerto en el combate, en el mejor de los casos, vería minada si no perdida suautoridadantesushombresy,enelpeorde loscasos,obienseveríadesprovistodelmandodelbarco o bien le quitarían la vida.Max le había lanzado un órdago que sabía seguro no podríaperder.

ElPortugués fingiómeditarlounos segundos, perodespués soltóuna carcajaday conundedoalzadoynegandoconéldijo:

—No, no “meu capitão”.No seguiré su juego.—Se rio de nuevo—.Ha sido listo pero nomeengañaráparaquecaigaensutrampa.

Selevantódespacioyllamóagritosaunodeloshombresquehabíapermanecidoalotroladode la puerta. En cuanto entró, le ordenó llevarlos de vuelta al camarote, y justo cuandoAmeliacruzaba el umbral seguida de cerca porMax, el Portugués ordenó que les proporcionasen agua,jabónyropaslimpiasa“milady”.

Antesdeponerunpieenlacubierta,Ameliaempezabaanotarquelasfuerzaslefallabany,sinnecesidad de decir nada, vio rodeada su cintura por el fuerte brazo de Max, que la sujetó confirmeza guiándola hasta la misma puerta del camarote y dejándola apoyarse en él mientrasavanzaban.

Encuanto ladepositó en la cama, cogióunode lospaños, lohumedeció con el aguaqueaúnquedabaenlajarraysesentóasulado,laguioparaqueapoyaselacabezaensuregazomientrasconelpañolarefrescabahastaque, finalmente,se locolocóen lanucaparacalmarla.Ameliasedejóhacer sindecirnada, relajándoseydejandoqueconsusmanos, suscariciasy la suavidaddededos,lallevasenaunestadodesomnoliencia.Casiunahoradespués,Ameliaestabadormidaconla cabeza reposando tranquilamente en el regazo de Max. Entraron en el camarote tres de lospiratasquedepositaronenelcentrotresbarrilespequeñosconagua,unapastilladejabón,unpardetoallas y ropa. Inmediatamente después de cerrarse la puerta,Max se levantó, dejando aAmeliasuavemente recostadaen lacamayechóelpestillode lapuerta, aunquesabíaqueconbuscar lallaveconquecerrabanporfueralesbastabaparaabrirla.

Maxmiróhacialacama,Ameliateníamejorcolorquecuandoentraron.Revisólascosasqueleshabían dejado,menosmal que al Portugués le dio por robar un barco bien aprovisionado, pensó.DespuéssevolvióymiróaAmelia.Ladejaríadescansarunrato,aunquesabíaque laayudaríaaencontrarsemejorelpoderasearseyponerse ropa limpia.Volvióasu ladoyantesdesentarsedenuevo la descubrió observándolo mientras permanecía relajada de costado. Se incorportó para

quedarsentada.—Max,tienesaspectodecansado.—Bueno,quizásseaporqueloestoy—contestódejándosecaerasuladoconunamediasonrisa.Ameliamirólostoneles.—Creo...—Se ponía de pie y se acercaba a ellos. Se giró y extendió uno de los brazos en

direcciónaMax—.Ven.Lamiróyobedeciócasideinmediato,sepusodepieytomólamanoqueleofrecía.—Supongoquepodría...—Miródondeestabalasillayañadió—:Siéntateenlasilla.Maxlamiróconelceñofruncidoyantesdequedijesenadaellaagregó.—Hazmecaso,porfavor, túhascuidadodemíyahorametocaamí.Quitate lachaquetayla

camisaysiéntate.Sin saber muy bien lo que se proponía, él se sentó y después la observó coger la enorme

palanganayponerlatraslasillaenelsuelo,trasesollenólajarraconaguadeunodelosbarrilesyladepositójuntoalapalanganaparadespuéscogerlapastilladejabón.

—Inclina la cabeza hacía atrás—le ordenó, poniendo unamano sobre su hombro desnudo einstándoleconunpequeñoempujoncitoaobedecerle.

—¿Qué vas a? —Enseguida lo comprendió—. ¿Vas a lavarme el cabello? —preguntó algoasombrado.

Ellasonrio.—Obedece,porfavor.Cierralosojos.Prometoquetegustará.Su sonrisa era cautivadora como una hurí a punto de postrar a sus pies a su cautivo. Algo

dubitativoobedeció,cerrólosojostrasapoyarlacabezaenelrespaldoyrespiróhondo.SegundosdespuésAmelialemojabalacabezaycomenzabaalavarleelpeloyadarlemasajesenelcuerocabelludo.Apenastardóunosminutosensucumbiralasensualidadyalasensacióndeabandonodetodo su cuerpo que provocaba elmovimiento firme, y a la vez delicado, de sus dedos sobre sucabezao deslizándosepor su pelo, así comoel suave rasgadode sus uñas sobre sobre su cuerocabelludo.Enjuagóvariasvecessucabello,siempreconsutilezayexquisitez,enredandosusdedosensusmojadosrizosnegros,consiguiendoquesusmúsculos,sumenteytodosucuerpoacabasenenunestadodecompletarelajación.

Aun reconociendo la intimidad, la sensualidad y la complicidad que aquello transmitía, no fuehastamástardequetodoslossentidosdeMaxsedispararon.Traslavarleelpeloysecárseloconunadelastoallasdándole,aligualqueantes,ligerosmassajes,seencontrabatotalmenterelajado.Sinembargo,todosucuerposetensóyexcitódeunmodoestraordinariocuandocomenzóaquitarlelas botas, después le desabrochó los pantalones y le ayudó a desprenderse de ellos y de loscalzones,retirólasillaylodejóenmediodelcamarotetotalmentedesnudo.Actoseguidoellasequitóelvestidoytodaslasprendasquecubríansucuerpoexceptola ligeracamisoladeseda.Denuevollenólajarradeagua,loquerepetiríadurantelosminutosposterioresvariasveces,yconunatotal inhibición fue lavándole todo el cuerpo, depositando las manos y los dedos sobre su pielmojada,primeroextendiendojabónsobreellaydespuésenjuagándolo.

Maxlaobservabaencadamovimiento,deleitándosenosolodesuscariciasydeladelicadezayla suavidad de su tacto sino, además, de la forma tan desprendida con que lo hacía. Notaba sucorazón dispararse cada vez que lo tocaba, era lo más erótico, sensual y ardiente que habíaexperimentadoentodasuvida.Estabacompletamentedesnudo,mojadoyamerceddeAmelia,queno hizomás que preocuparse de él, cuidarle ymimarle con cada una de esas caricias, con cadacontacto,concadaroce.Eradeliciosoyalmismotiempounacompletatortura.Cuandoterminó,denuevocogióla toallay,al igualqueconsupelo,fuesecandocadaparteconsuavesmasajes.Eraunacompletalocura.Maxconteníalarespiracióncadavezquelotocaba.Cuandofinalmenteacabó,le enrolló una de las toallas en la cintura, él sonrió y la encerró entre sus brazos total ycompletamente excitado y endurecido. Por unos segundos, permaneció simplemente mirando surostro, disfrutando de esas deliciosas curvas pegadas a lo largo de todo su cuerpo solamente

separadosporunafinacapadeseda.DejócaerlosbrazosaambosladosdeloscostadosdeAmeliay,agarrandolacamisola,selasacóporlacabeza,alzándolelosbrazosalhacerlo.Ellolepermitióatrapar susmuñecas sobre su cabeza y sorprenderla devorando su boca con un pasional, largo yprofundobesoquedisparólos latidosdelcorazóndeAmelia.Maxlosnotabaysintióunaoleadadetriunfoinvadirleelpecho.Consuslabiosaúnrozandolossuyos,conunavozroncaycargadadedeseodijo:

—Miturno.Volvióabesarlaaltiempoquesoltabasusbrazosparaalzarlaysentarlaenlasillaqueélhabía

ocupadounratoantes.—Ahora,cierralosojosydejaqueyomeocupedeti.Ameliasonrióysesonrojóalmismotiempo,locualencantóalconquistadorquellevabadentro.

Repitió todos y cada uno de los pasos que ella había realizado pero con una diferencia, fuedepositando besos, caricias con los labios e incluso lamiendo algunos de los lugares de eseglorisosocuerpoquelavabaydisfrutaba.

Cuandoterminó,envezdesecarlalatomóensusbrazosylallevóhastalacama,depositandoesapreciosadesnudezcondelicadeza.Seirguióylaobservóduranteunminutodeslizandosuvistaporcadacurva,porcadadeslumbranterincóndeella.Sonriónotandoque,denuevo,sesonrojaba,y depositó un beso en el sendero entre sus pechos justo antes de decir con un susurro ronco ycautivador:

—Notemuevas,amor.Nomuevasniunodetusdeliciososmúsculos.Seirguiódenuevoyconsorprendentevelocidadrecogiótodoloquehabíanempleadoeincluso

lasropassuciasquedejósobreunodelosbarrilesconintencióndelavarlasmásadelante.Volvióhastadonde estabaAmeliay se sorprendió al encontrarladormida.Ledieronganasde

reír pero al igual que hizo antes se quedó un minuto observándola relajada, con esa suaverespiraciónyesoslabiosligeramentecurvadosenunapequeñasonrisa.Leatravesóunaexcitaciónyun deseo desbocado, pero lo que más sentía era una calidez llenando su pecho de un modoabrumador.Instintoposesivo,deprotección,decubrirladeunmantodeamorycalor...suspiró.

De nuevo sonrió, le acarició de unmodo sutil lamejilla y se inclinó, pero justo cuando iba abesarledondelahabíaacariciado,ellaseremovió,abriólosojosquedandocaraacaraaescasoscentímetros.Ellasonrió,provocándoleunasatisfaccióndesconocida.

—Tengounpocodefrío—susurrósindejardesonreír.—Esotienefácilsolución—respondiómientrascerníasucuerposobreelsuyocubriéndolopor

completo.Atrapósurostroentresusmanosylabesóconternura,despacio,saboreándola,disfrutandodel

momento como si no hubiese ninguno más allá. Amelia disfrutó del calor que desprendía sumusculoso y bien torneado cuerpo, del contacto de la firmeza de su piel sobre ella. Notaba larigidezdesumiembrosobresuestómagoycómoseibatensandocadavezmás.

—Max—murmurabamientrasélmarcabaunsenderodedulcesbesosporsurostroysucuello.—¿Mmm…?—Sigoteniendofrío—dijoellaenunmediosusurromediojadeo.Max se rio sobre su piel por la forma en que le pedía las cosas. Era tan propio de ella, que

incluso con los ojos cubiertos de una neblina de deseo y la voz velada por la pasión conseguíadivertirleconunaspocaspalabras.

—Mel,tequieroyquieroquemeprometasquenocambiarásnunca—decíamientrascontinuababesándolaysaboreándola.

Ella se rio suavemente. Max fue descendiendo poco a poco hasta llegar al ombligo, dondedepositóunbesoyrodeólasuavepieldesuestómagoconlalengua.Conunamanocubríaunodesus turgentespechosmientrascon laotraacariciaba suyahúmedoyhenchido sexo.Ameliagimiómientras hundía sus dedos en su todavía húmedo cabello, enredando los dedos en sus mojadashebras,disfrutandodelcontrasteentreel tactoardientedesupiely lafrescahumedaddesupelo.

Max se incorporó cubriendodenuevo todo su cuerpo con el suyoymientrashacía suya subocadeleitándose de su sabor, de su caliente aliento cuando jadeaba y de la suavidad de sus ahorahinchados labios, deslizó una rodilla entre susmuslos instándola a abrirlos para él, colocándoseentreellosdeunmodonatural,comosisuscuerposhubiesensidohechoselunoparaelotro.

Se incorporósobresusantebrazossoloparapodermirarlabienenelmomentoenqueconunaúnica, firme y profunda embestida la llenaba por completo. Arqueó la espalda demodo que suspechosrozaroneltorsodeMaxprovocandoenambosunaeróticasensacióndeplacerqueleshizoestremecerse.Ameliadepositóambasmanosensuscostados,mientrasélpermanecíaquietodentrodeellaconlacabezainclinadasobresuspechos,ydeslizándolashastasusnalgasloinstóaseguir.Después de eso, ambos parecieron poseídos con un instinto casi animal, porque pasaron horasamándose una y otra y otra vez de formas distintas y cada vezmás intensas hasta que quedaroncompletamenteexhaustos.Ellarespondíaasusmovimientos,asuscaricias,coninocenciaperoconunanaturalidadyunasensualidadqueloacicateabamásymás.

Ameliayacíarelajadaconlacabezasobresupecho,mientrasloscuerposdeambossehallabandebidamente cubiertos con la capa-gabán forradodepiel deMaxque estehabía colocado sobreellos.Pensaba,mientrasleacariciabaociosamenteelbrazo,quelavidaconAmeliatendríamuchasventajas y sin duda, una de lasmás destacadas sería el tiempo que pasarían en el dormitorio. Sehabía revelado como una excelente compañera de cama, pasional, generosa, intuitiva, ávida deaprenderydisfrutaryconunanaturalpredisposiciónalapasión.Unapasiónqueélseencargaríademantenermuy,muyencendidacadadíadelrestodesusvidas.

—Max—lollamóconunhilodevoz.—Dime,pequeña.—¿Tehasfijadoenlasplantasquehayenelcamarotedelcapitán?LapreguntapillóporsorpresaaMax,ytardóunpocoenreaccionar.—¿Lasplantas?Amelia seenderezóunpoco, cruzó lasmanosen supechoyapoyó subarbilla sobreellasde

modoquepudiesemirarlobien.—Si.¿Nolashasvisto?Maxnegóconlacabeza.—Paraserfranco,hedereconocerquenomehefijado.¿Porquélopreguntas?—Bueno, casi todas son plantas con algunas propiedades específicas.Las hojas de algunas de

ellaspuedenservirparadormiraquienlastomeyotrasseutilizan,principalmente,paralamalariayalgunas enfermedades parecidas. Pero, sobre todo, abundan las que se utilizan para curar elinsomnioolamaladigestión.

Max se incorporó un poco,manteniéndola en lamisma postura sobre él, calentita y entre susbrazos.

–¿Lasconoces?Melasintió.—Algunas solo las he visto en el jardín botánico o en algún libro, porque se dan en países

lejanoscomoChinaoenAmérica,perosí, lasconozcocasi todas;hayunaplantade belladonna,esa de hojas verdes con unas flores de color morado, se distingue porque emite un olor algodesagradableyquepuedeutilizarsecomonarcótico.Igualquelamandrágora,quesedasobretodoenAsia,esesade laspequeñas florecillasvioletasysincurarsirvecomoestupefaciente.Ohyunbarbasco,sucortezaylashojassepuedenusarcomonarcóticosytambiéncomopurgantes.—Seriosuavemente—.Ounaplantadeboldo,lashojas,unasqueacabanenredondezalfinalysondeunbonitoverdeapagadoporunacarayoscuroenotra, en infusiónproducen rápidamenteel sueñoyunaleveanestesiaentodaslasextremidades.Haysalvia,queesestupendaparadesinfectarheridas,inclusounamuyraraqueeslasalviadebolita,esmuybuenaparacatarrosoparalatuberculosisylosmareos.Hayvariasplantasdealoevera,quesepareceauncactusyesbuenaparalapiel,lasquemaduras, las hinchazones. Una planta de sauco, que es buena para la diarrea, la disentería y

también para los dolores respiratorios. O también el toronjil morado sirve para las afeccionesdigestivasyparamáscosasquenorecuerdo.Hevistounaceituno,creoquesedaespecialmenteenSudaméricaqueesbonitoyseutilizaparalamalariaeninfusiónyparalapielmachacandolashojas.Yunagastoche,sololohabíavistoenloslibrosytambiénseusaparaelcólerayparalosexcesosprovocadosporelalcohol, larecuerdoporquelerecomendéaJulsquelaconsiguieseenJamaicapara las náuseas del embarazo de los gemelos. He visto una altamisa, que se parece a lasmargaritas,unaliso,anísestrelladoounapazote,queseusaparalamalaria,laarnica,yunaqueespreciosaque se llamaborrajaque esmorada antesde florecerperoque cuando se abre esdeunbonitoazulcomoelde losojosdeEugene.Enfin,que tieneunagranvariedady lamayoríamuyexóticas.—Sonriómirándolofijamente.

—EshartoimprobablequeseandelPortugués.Seguramenteperteneciesenalverdaderocapitánde esta nave. Estoy muy impresionado. Sabía que tenías buena memoria pero es realmenteextraordinario,pequeña.¿Realmentetienentodasesaspropiedades?

De nuevo asintió, riéndose tímidamente. Se incorporó sentándose a horcajadas sobre él. Maxsintiódenuevounaexcitaciónmásqueevidenteperoseobligóaconcentrarseenloquehablaban,almenosunosminutosporquedespués…

—Bueno, supongoque tendránotrasmuchasquedesconozcoode lasquenomeacuerdo.Hepensado —decía apoyando las manos en su abdomen, lo que casi le provoca un orgasmoinstantáneo—quepodríansernosútilesenalgúnmomento.—Hizounamuecaconlaboca—.Bien,notodas,yaqueparausaralgunasdeellastendríamosquehacerunainfusiónounungüento,peropara otras basta con triturar o machacar las hojas o las semillas y mezclarlas con algo líquido,comoelvino,elaguaoesotanoscuroqueparecegustarleaesehombre.

Maxse incorporóunpoco,apoyando laespalda,quedandocasi sentadoconellaahorcajadastodavía sobre él, depositó un beso en la base de su cuellomientras con lasmanos le cubría lossenosantesdetomarunodeellosconsuslabios.

—Mmm—murmuraba de nuevo acariciando el pecho con los dedos—. Creo que deberemosintentarhacernosconalgunasdeesashojas.—Atrapóunodelospezonesconsusdientesdándolepequeños mordiscos. Amelia se arqueó un poco mientras entrelazaba ambas manos detrás de sucuelloyjadeaba—.Pero,demomento…

Deslizólasmanosporsucuerpoyagarrándolaporlascaderaslaalzóunpoco,colocándolaenuna posición que le permitiese envainarla, lo cual hizo de inmediato con un solo movimiento altiempoqueladeslizabahaciaabajo.

Ameliaemitióungritoahogado,aferrándosefuertementeasushombros.Enseguidaéldesplazósus manos abiertas por la espalda de ella subiéndolas posesivamente, de modo que acabóabrazándolayacercándoselamás.Encuantoconsiguiótenerladeltodoasumerced,seapoderódesuspechosconloslabios.

Jadeandoleordenó:—Cabálgame,cariño,cabálgame.Ameliapermanecióunossegundosquietadisfrutandodelatorturadeliciosadesuspechosydel

calordesumiembrodentrodeella,peroenseguidanotóesedeseoardienteensusentrañasquelaapremiabaamás,que leexigía tenerlomásadentro,másduroensu interior.Necesitabaese roce,esafriccióndesupeneensuinterior,atraparloconsuspropiosmovimientos,consupropiahumedad.Casiporinstintocomenzóamoversesintiéndosecadavezmásdeseosa,másansiosaytambiénmáspoderosa.SentíalatensióndeMax,susatisfaccióncadavezqueleatrapabadentro,muydentrodeella. Notaba la respiración entrecortada de Max en su cuello, en sus pechos, la tensión de losmúsculos de sus muslos y, sobre todo, la presión de sus dedos cada vez mayor conforme másfuerte,másdeprisaymásprofundamentelapenetraba.Acabóquedandorecostadasobreélsintiendolosfebrilesespasmosrecorriendocadapartedesucuerpodesdesusentrañashastalapuntadelosdedosdesusmanos,notandocómosehacíaañicostodoasusalrededorconlassensacionesdesuclímaxtodavíavibrandodentrodeella.

Conunágilmovimiento,Max,manteniendoelabrazoylaunióndesuscuerpos,loshizogirardemodoqueellaquedótumbadadeespaldasconélcubriendotodosuserpermaneciendodentrodeella duro, tenso y totalmente henchido. La besó en los labios con verdadero ardor consiguiendotraerladevueltaalarealidad,almismotiempoquedenuevosemovíadentrodeella,llenándola,llegandohastalomásprofundoconfirmesypotentesembestidasyhastaalcanzardenuevolacima,peroestavez juntos,casiacompasados.Ameliavioahogadoelgritoquesalíadesubocapor loslabios deMax, que emitió un sonido profundo, gutural, primitivo cuando dio la última y certeraembestida,queladejóempaladatanprofundamenteaélquelosintióenlomásíntimodesuser.

Denuevo les costóunosminutos recuperar lanormalidad en su respiración, en el ritmode suscorazones. Amelia permanecía debajo de él sintiendo desmadejados todos sus miembros, casiinertes. Max sobre ella sonreía con la cabeza apoyada entre sus pechos, acariciando de mododistraídosusbrazos

—Mel.—Alzó la cabeza y depositó un beso en el hueco de su cuello para despuésmirarla.Permanecíaconlospárpadoscerradossonrosadoscomoelrestodesurostroyconunaexpresióndesatisfacciónquelellenabadeorgullomasculino.Seapoyóenlosantebrazosmientrasinclinandolacabeza lebesabadulcemente los labios—.Amor.—Rozócon lanariz sumejillaenrojecidadeplacer—.Pequeña.—Besabasurostromientrasellapermanecíainmóvildisfrutandodesuscaricias—.Bribona,séquenoestásdormida…

Besó de nuevo sus labios. Ella sonrió sin abrir todavía los ojos hasta que le hizo cosquillasdebajodesuscostillas.Seriosonoramenteydegolpeabriólosojos.

—¡Tramposo!—sequejabaentredientesmientrassereíayserevolvíabajosuabrazo.Maxserioyposósuavementesuslabiosenlosdeella.—Mely,¿teencuentrasmejor?Ellalomirófrunciendoelceño.—Siterefieresasimesientomareadano,no,yasemepasó,yaunquetengounpocodehambre

nocreoquemiestómagosoportaseningúntipodealimento.Depositósusmanosensunucayjugueteóconlosdedosconelsuavecabellodedetrásdelas

orejasmientraséllehacíasuavescariciasenelrostro,elcuelloyloshombros.—Cariño, aunque te cueste, después has de comer un poco de pan y queso. Has de reponer

fuerzasyvamosaestarvariosdíasaquí, asíquenoquieroque tedebilites.—Lamirabaconunaciertapreocupaciónenelfondodesutiernamiradamientrasconlospulgaresacariciabasusmejillas—. ¿Creesque algunade esasplantaspuede ayudarte a soportarmejor la travesía? ¿Algunaquemitiguelasnáuseas?

Ameliafruncióelceñoconairepensativo:—Umm, creo que sí, puede que…Hevisto tallos de valeriana, la de las florecillas de color

rosa pálido, tiene propiedades calmantes y sedantes y suaviza las náuseas. Podríamos probar.TendríamosquecogeralgunashojassinquelonoteelPortugués.Tendríasquedistraerloparaqueyoalcanceacortaralgunas.

Max,queseguíaacariciándola,lesonriódeunmodopícaro.—Soymuybuenodistrayendo.Depositó un sensual beso la boca y le lamió con cadencia los labios consiguiendo que ella

emitieseuninvoluntariogemidodeplacer.Maxseriosatisfecho.—¿Quétallohagoporahora?Rozóconsuslabiossusmejillasydescendiendoporlacurvadesurostrodecaminoasusoreja,

dondefinalmentemordisqueósulóbulo.Sintióelestremecimientodeellaantesuscariciasysutotalabandono a las sensaciones placenteras que conseguía en todo su sistema nervioso. Levantó denuevolacabezaparamirarlaalosojos,quepermanecíanentrecerrados.

—Creo, creo—susurraba algo confusa al tiempo que abría los ojos revelando un brillo deplacerenellos.Carraspeóy, trasrecobrarciertacompostura, logródecir—:EsperoquenoutilicesestosmétodosdedistracciónconelPortugués.

Maxcomenzóareírseacarcajadas,ylavibracióndesupechoylosmovimientosdesucuerpodeleitaronaAmelia,quesonriótanpícaracomoélantes.

—Bribona.—Sereíadivertido—.Eresunabribona.Denuevolabesómuchasvecesmás,consiguiendounosdeliciososminutosenlosquesebesaron

y acariciaron con dulzura, sin la urgencia anterior. Ahora se encontraban relajados, disfrutándosemutuamente, calmando losmiedosy ansiedadesdel otroyprocurandodistraersede loquehabíamásalládeesecamarote.

CuandoAmeliaparecíaqueibaadejarsevencerporelsueño,Maxseincorporó,cogiólaropalimpiaqueleshabíandejadoylahizosentarseparavestirse.Eraconscientedequenopodíadejarque, en cualquiermomento, entrasen algunos de esos hombres y los sorprendiesen desnudos, demodoqueseobligóaponersedepieyhacerqueambossevistieran.

Al extender los ropajes que les habían dado, Amelia comprobó, con cierto sonrojo, que setrataba de unos pantalones y una camisa con un extraño corte de una colorida seda con extrañospájaros pintados en ellos y con una extraña botonadura. Al fijarse mejor en ellos recordó losvestidos orientales que Cliff y Julianna trajeron como regalos las pasadas Navidades, eran unaslargasyampliascamisolasqueellasolíausarparadormirdebidoalasuavidaddesutactoyalaagradablesensaciónquealmoversesentíaconellas,comosilatelasedeslizasesobresucuerpo.

Maxlaobservómientraslasexaminaba,ytomandoentrelosdedoslasuaveteladepermanecíaenelregazodeAmelia,meditóenalto:

—Creo que esto demuestra el origen de los dueños reales de esta nave. Seguro erancomerciantesque llevabanaLondresproductosdeOrientepara sucomercio.Hevistoese tipoderopajes en los chinos de algunos barcos mercantes, aunque los de ellos eran de materiales másresistentes,hiloyalgodónprincipalmente.Probablementeelquetienesentusmanosiríadestinadoalaventaentrefamiliasadineradas,queaunqueresidanenInglaterramantienensustradiciones.

Mientrasélsevestíaconlacamisaylospantalonestotalmenteacordesconlamodaytradicióninglesa, poniéndose a continuación sus botas y su propia chaqueta, Amelia hacía lo propio. AlfinalizarAmeliasegiróyMaxporunmomentosequedóinmóvildeleitándoseconlaimagenquesehallaba ante él. La camisola de seda marcaba su figura y aunque le quedaba algo holgada, sinembargo, lasuavidadde lasedahacíaquesedibujasenperfectamentesuscontornos,pero lomásrevelador eran esos pantalones que dejaban sus delgados tobillos al descubierto,mientras que elrestoseceñíaperfectamenteasuspantorrillas,susmuslosysobretodoasudeliciosoyredondeadotrasero,quequedabaperfectamenteenmarcadodentrodeesasedadejandopocoa la imaginación.Elatuendolorematabanunasgraciosaszapatillasdelmismocolorquelospantalones.

—Creo—decíaacercándoseaellay tomándolaentresusbrazossindejardemirarlacomounlobohambriento—quecuandosalgamosdelcamaroteserámejorque tepongasmichaquetaomigabán.Eseatuendoesdemasiadoreveladorparalosojosdeloshombres.

Ameliaserioconlacabezaapoyadaensuhombro.—Pueshedeconfesarqueesmuycómodaylatelaesdeliciosa,escomomantequillasobremi

piel,tanligeraysuavequeparecequemeacaricia.Maxmaldijo para sus adentros, no solo dejaba poco a la imaginación a la vista sino que con

Ameliaensusbrazosapenasnotabaesafinacapa,separandosudelicadoysinuosocuerpodelsuyo.Suspiródemodoexageradorevelandosuexasperación.Seseparódeellaaunquemanteniendounadesusmanosentrelazadaalasuya.

—Ven, Mel. Deberíamos descansar. Prefiero que durmamos mientras haya un poco de luz,cuandolamayoríadeloshombresdeestebarcosehallanocupados,asípodremosestarfrescosycon lamente despejada cuando el Portuguésmande a buscarnos para que cenemos con él, que abuensegurolohará.

La llevó hasta la cama y la tumbó junto a él con su espalda apoyada sobre su torso y esedelicioso trasero perfectamente ajustado a su entrepierna. Le asombraba la fuerza con que ladeseaba, con que conseguía excitarlo con unmero roce, con solo sentir su calor cerca de él.La

abrazómanteniéndoladentrodelprotector círculode susbrazos, asegurándosequepermaneciesecómodaycalentita.AlospocosminutoslarespiracióndeAmeliaerasuaveyacompasadaypocodespuésMax se dejó llevar por el cansancio y el agradable calor y el perfume de Amelia queimpregnaba sus fosas nasales desde que la abrazó. Instantes después dormía tan profundamentecomoella.

Ameliasedespertótrasdormirdoshoras.AlabrirlosojosynotarelcuerpocalientedeMaxasu espalda y su brazo rodeándole, de manera totalmente relajada, la cintura se mantuvo quietadisfrutandodelritmoacompasadodeloslatidosfuertesyserenosdesucorazónydelarespiraciónprofundacercadesuoreja.Eraextrañosentirsetanconfortableenunlugarcomoaquel.Acomodósus ojos a la luz de media tarde que entraba por los ojos de buey del camarote y observódetenidamenteeste sinmoverniunsolomúsculo.Empezóaserconscientedelapuroenelquesehallaban.Duranteesosdosdíassabíaqueestabanenpeligro,peroporalgunaextrañarazón,enesepreciso momento fue realmente consciente de que sus vidas pendían de un hilo. Si el Portuguéslograbasupropósito,mataríaaMaxencuantosehallaseabordodesunavío.CapitaneabaelbarcodelaMarinaRealqueconahíncolopersiguióylovencióyhabíadejadoclaroqueloodiaba.NoqueríanipensarencuálseríasudestinosiMaxeraasesinadoporesoshombres,abuenseguroellaseguiríaundestinosimilarperoenelintermedio…Sintióunescalofrío,aunquelopeorfuelaideadenoestar juntoaMaxodeverlemorir.Suspiróycerródenuevolosojos,queríadisfrutarunpocomásde lasensacióndeseguridadque le transmitíaelcuerpoque le rodeaba.Aunquenovolvióadormirse permaneció relajada entre sus brazos, prestando atención a los sonidos procedentes delmar,delacubiertaeinclusoloscrujidosdelbarco.

CuandomástardenotóqueMaxseremovía,abriódenuevolosojosycambiódeposturaparapodermirarlo.Aldormirlosrasgosdesurostrosesuavizaban,parecíamásjoven,másdulce,másconfiado. Sonrió al verlo abrir poco a poco los ojos. Esos ojos que cuatro años atrás la poníantremendamentenerviosayque,ahora,conseguíancortarlelarespiraciónconsoloposarseenellayencender en sus entrañas un fuego descontrolado, un fuego que solo él encendía y que solo élconseguíasofocar.Abriólospárpadosdeltodoyalcabodeunossegundossonriómientrassubíaelbrazoqueteníaapoyadoenellayleacariciabalamejilla.

—Hola,preciosa.—Lerozóconeldedoellabioinferior—.¿Hasdormido?Ameliaasintió.—Sí,sí,unpoco.Túestabasmáscansadoqueyo,anocheapenasdormiste¿verdad?Élsonriósindejardeacariciarlelamejilla.—Cariño,estoyacostumbrado.Hepasadomuchasnochesenveladeguardia.Ameliaseacurrucódenuevoentresusbrazosmientrasdecíabajandolavoz:—Max.Éllabesódetrásdelaorejaenesapartesuaveytersaqueconseguíahacerlaarderconelsolo

rocedesuslabios.Murmuróalgomientrasleacariciaba,peronologróentenderlo.Ameliasegiródentrodesusbrazosparapodermirarlebienalacara.

—Max.—Élfijósusojosenella—.¿Estámalsentirmefelizenestosmomentos?Aunsabiendoque estamos rodeadosdeoscuridad, deun futuro incierto, aun sabiendoque todo loquehaymásalládeesapuertaesmaloypeligroso.Mesientofeliz,comosinohubieranadamás,solonosotros.Esextraño,¿nocrees?Séqueestamosenpeligro.Parecequeestasensacióndeplenitudquesientoahoramehaprivadodetodarazón,detodosentidodelarealidad,perodeverdad,mesientofeliz.

Seestrechómásaél,loabrazóconmásfuerzamientrasacomodabasurostroenelhuecodesuhombro.Maxapoyólamejillaensupeloyaligualqueella,estrechósuabrazo.

—Losé,amor,losé.Teentiendobien.Durante unos minutos permanecieron en silencio, disfrutando de esa cálida sensación de estar

juntos, unidos. Max se movió y aflojó su abrazo, consiguiendo con ello que Amelia gimiese enprotesta y alzase un poco la cabeza paramirarlo. El giró la cabeza paramirar por encima de suhombroelojodebuey.

—El ocaso ya está aquí.—De nuevo giró paramirar aAmelia—.El Portugués no tardará enhacernosllamar.Tienesqueprometermequeestavezintentaráscomeralgo.Panyunpocodequesoy,sipuedes,bebealgodevino,solounpardesorbos,paraasentarelestómago.

Lebesólafrente,dejandosuslabiosapoyadosenella.Ameliaasintió.—Intentaré comer algo. Ahora estoy bien, solomemareo cuando salimos a la cubierta, pero

creoquesiconsigocruzarlaconteniendo la respiraciónno tendrénáuseascuandoestemosfrenteaesehombreyaunqueelcamaroteestéimpregnadodelolordelacomida.

MaxseapoyósobreunodesusbrazosylehizoungestoaAmeliaparaqueselevantase,ytrasobedecerle a regañadientes por salir de su abrazo, él la siguió, se puso de pie mientras ellapermanecíasentadaalbordedelacama.

—Enesecaso,creoquelomejoresquenorespiresoquetetapeslabocaylanarizconunpañohúmedomientrasestemosencubierta,dondelosoloresdelbarco,delosmarinerosydelpropiomarsehacenmásintensos,yoprocurarésostenerteconmicuerpoyasínotarásmenoselbalanceo.

Ameliaasintió,sobretodopor la ideadeestarensusbrazosencualquiercircunstancia, inclusoenesa.

—Además—añadió—,creoquedeberíamosintentarconseguiralgunasdeesashojasdelasquemehablaste.¿Sidistraigoalcapitánlosuficienteparaquecentresuatenciónenmí,podríasalcanzaralgunasdeellas?Podríamoslograr,conlaexcusadequetemareas,quetedejedeambularunpocoporelcamaroteantesdequeordeneasushombresregresarnosaquí.Podríasconseguiralgunaparalas náuseas y otras que pienses que pueden ser útiles más adelante, como esas que dices queconsiguenadormeceroqueprovocanalucinaciones.

Amelialomeditóunossegundosydijo:—Noperdemosnadaintentándolo.Maxsonrió:—Bien.—Extendióelbrazoyconunágilmovimientolaalzóyladejófrenteaél—.Yahora—

sepasó lamanopor elmentóny la barbilla—, ¿te ves capazde afeitarme?Tengo la navaja quesiempre llevo escondida enmi bota, si nos damosprisa es probable que no la vean si la usamos.Creoquetendréqueconformarmeconusareljabón,perolanavajaestábienafiladaybastaráparaunafeitadoaceptable.

Amelialomiróconelceñofruncido:—Noséyo—respondió sinmuchaconvicción—.Nuncaheafeitadoanadiey supongoque se

requiereciertadestrezaounpulsofirme.Maxlaobservóuninstante,sonriendoconciertoairededesafío.—RecuerdaquetehevistoasistiralordWellisyaldoctorBraumynotetemblabaelpulsoala

horadecuraryaliviareldolordelosenfermos.Creoquepuedoconfiarenquenomerebanaráselpescuezo.—Sonriócuandonotóelmohíndeenfadoquehizoporelmodoenque seexpresó.Leagarró lamanoy añadió—:Vamos, sé que lo harásmuybien.—Sonrió comoun niño travieso—.Prometo permanecer muy quieto. Solo has de rasurar de abajo a arriba en sentido contrario alnacimientodelvelloydeslizarlahojasinapretardemasiado.—Sonrióyseacercóaella,inclinólacabeza y la besó para después deslizar su mejilla por su rostro para dar mayor énfasis a susargumentos,añadiendoconunavozroncayseductora—:Además,asíno tearañarénidañaréesapreciosaysedosapielquetienescuandotebese,teacaricieotedevoreporentero.

Ameliasonrió:—Eres un manipulador —dijo empujándole suavemente hacia atrás con la mano que tenía

apoyadaensupecho—.Perositecortounasolavez,lodejo.Élrioyconunamiradatriunfantecolocólasillaenelcentrodelahabitaciónycogiólajarrade

agua llenando de inmediato la palangana de barro.Acto seguido cogió el jabón y una toalla. Sesentó con la palangana en el regazo, cogió la pastilla de jabón y trasmojarla la frotó entre susmanos para formar espuma y poder extendérsela por el rostro. Una vez estuvo cubierto con laespumamirófijamenteaAmeliacongestoaudaz,yalzandolacejalaretóacumplirloconvenido.

Extendió la pequeñanavaja ofreciéndosela, asiéndola por la cuchilla demodoquequedase en elairelaempuñaduraparaqueellapudieseasirlacómodamenteysonrió.Amelialomiróunosinstantessopesando la conveniencia de coger esa navaja, pero al ver esa mirada que contenía un clarodesafíodecidióaceptarelreto.Cogiólanavaja,respiróhondoysecolocódetrásdeél,posandoundedobajosumentónobligándoleaecharlacabezahaciaatrás.

Convozfirmeyconlahojaalaalturadesucuellodijo:—Ahoranotemuevasyprometenohablarhastaquetermine.Élselimitóasonreíryacerrarlosojos.Laprimeravezquepasólacuchillalohizoconvacilación,sinmuchafuerza,peroalcabodeun

rato pareció incluso que le gustaba, mojaba la cuchilla en la palangana quitando el jabón, ibarepasandolaszonasafeitadasconunasegundapasadadecuchillatrasenjabonarladenuevo.Prontolecogióelpulsoacómodebíahacerloy realmenteencontróagradable la tarea.Cuando finalizóhumedeciólatoallaylelimpiólacaraconsuavidadparadespuésrozarletodaslaszonasafeitadascon las yemas de los dedos. Fue una sensación extremadamente agradable sentir el calor y lasuavidaddelascurvasdelperfectorostrodeMaxreciénafeitado.MientrasleacariciabaMaxabriólosojos,pareciódisfrutar tantocomoella,pues tenía losojososcurecidosconunbrilloclaro trasellos.Sujetó lamanoque le acariciabacubriéndolacon la suya, lequitóde laotra lanavajay sidejardemirarlalaguardóeinstóaAmeliaacolocarseasulado.SindarsecuentaAmeliasehallósentadaenelregazodeMaxahorcajadasconsusbrazosrodeándolelacintura.

—Nohasidotandifícil¿verdad?Tenía la voz algo oscurecida y los ojos fijos en los labios deAmelia. Ella se ruborizó y fijó

tambiénsusojosensuslabios.—No.Inclusopuedoreconocerqueesagradableunavezlepierdeselmiedo.Sonrióyalzóunamano,conlaqueacariciódenuevosurostroconciertodeleiteyunasensación

agradable no solo en las yemas de los dedos sino en todo el cuerpo. Una especie de calorcitoprovocadordeunapromesademejorescosasparaquepodríanvenirdespués.Maxserio.

—CreoqueacabodeencontraralbarberomásbonitodetodaInglaterra.Laacercóasurostroylabesóconsuavidadyternuraperoalcabodepocotiempoelfuegose

avivó entre ellos y profundizaron tanto el beso como las caricias durante unos gloriososminutos.ConloslabiosenelcuellodeAmeliaylasmanosdeellasposadasensunucaMaxdijo:

—SielPortuguéspreguntaconquémeheafeitadolediremosqueconlanavajaquetrajeronsushombresjuntoalrestodecosasdeaseoyqueselallevaronconlodemásalfinalizar.Consuerteno lespreguntará.Dehecho,sipregunta ledaré lasgraciaspor ladeferenciaysecreerá tanbuenanfitriónquelodejaráasísinmás.

Denuevolabesóenelcuelloyleacaricióconloslabiosyconlasyemasdelosdedos.—¿Tehedichoalgunavezquemeencantacomohueles?Ameliaseapartóunpocoparamirarleelrostroconlascejaslevantadas.—Perosisolohueloaesejabónquenoshandado.Élvolvióaacercárselademodoquequedaseasumercedsucuelloyesadeliciosacurvadesu

mandíbula.Acariciólapieleinhalósuaroma.—HuelesaAmelia.Ellaserio.—¿Ycómohuelo?—Siemprehuelesaflores,ahierbasyaeseperfumedelilaylavandaqueusasaveces.Nunca

huelesalasmismasfloresporquesiempreandasconellaseneljardín,perosiemprehayalgotraselperfume a flores frescas que hace reconocible tu aroma, tu esencia, a un dulzor suave, delicioso,único.—Labesójustodetrásdelaoreja—.Huelesati,amiAmelia,amiMel.

Ameliasintióunplacerinmensodentrodeellaalescucharlo.Leacariciabalanucayjugueteabaconsupelomientrassedeleitabaconelsensualrocedesuslabios,desulenguasobresupiel.Maxhacía lo propio reconociendo la verdad de sus palabras. Era capaz de reconocer el aroma de

Amelia sin importar el perfume que se pusiere, o la esencia de las flores de las que se hubieserodeadoencadamomentooeljabónqueusase.Siempresubyacíaunaromaespecial,dulce,cálido.Eseolorquedesprendíasupielyqueempezabaadescubrircongozoeratotalmenteadictivoysolosuyo,suyo.

Al cabo de pocosminutos con la voz algo aletargada y con la cabeza hacía atrás, conMaxtodavíadeleitándoseconsucuello,sushombrosylapartesuperiordelescote,Ameliadijo,casiensusurro:

—JulsdicequeCliffhueleaesosaromasexóticosde los jabonesyperfumesque traendesusviajes pero que siempre huele y sabe a mar, incluso cuando llevan semanas en tierra ella siguepercibiendoelaromayelsaborsalinoensupiel.Creoqueahoralacomprendo.Túhuelesysabesamar,comosiestefuereunapartedeti.

Maxsedetuvoyalzólacabezaparamirarla.—¿Asíqueamar?¿Verdad?—Alzóunaceja,divertido.Ameliaasintióconunasonrisaenloslabios.—Debesercosadelosmarinos.Élseriomientrasleseguíaacariciandoelcabellodetrásdelanuca.—Bueno,enesecaso,creoquesomoselcomplementoperfecto.Yosaladoytúdulce.—Suvoz

seenronqueció—.Muydulce.—Leacaricióelcuelloconlamanoconmuchalentitud,deleitándoseconelsuaveestremecimientoyruborquenotababajosutactoenlapieldeAmelia,seacercósuslabiosycuandolosrozabadijo—:Y,ahora,quieromipostre.

Enseguidaseadueñódeesoslabiosyladevoró,casiliteralmente.Alescucharpasos tras lapuertaacercándoseambos se separaronymiraronen ladirecciónde

losmismos.Maxsuspiróyseincorporó,llevandoconsigoaAmeliahastaquedarambosdepieenelcentrodelahabitaciónconlaatencióncentradaenlapuerta.Enseguidaseabrióyaparecióunodelospiratasconinstruccionesdellevarlosdenuevoanteelcapitán.Maxcogiólachaquetaquehabíadejado sobre la mesa y se la puso a Amelia. Como había prometido, no iba a dejar que esoshombresoelPortuguéspudieranverlaconesospantalonesniconesaropaquedejabatanpocoalaimaginacióndeunhombre sensato,menos aúndeunospiratas carentesde escrúpulosymoral.Lacogiódelamanoyla instóacaminardelantedeél.EncuantoalcanzaronlacubiertaMaxtiróunpocodeAmeliaparapegarlaasucuerpoylesusurrótraslaoreja:

—Conténlarespiraciónyapóyateenmí.Notepreocupes,yotellevo.Yprácticamenteasífue,pueslospiesdeAmeliaapenastocaronlacubiertahastaquealcanzaron

lapuertadelcamarotedelcapitány,cuandoelpirataqueibadelantedeelloslaabrióparadejarlospasar,fuecuandoAmeliaporfinrespiró.

DenuevoenunsusurroMaxlepreguntó:—¿Mejor?Ellagiróunpoco la cabezay asintió, aunque estabaunpocomareada la sensación eramenos

pronunciadaqueenocasionesanteriores.—Bemvindodevolta[10].—ElPortuguéspermanecíaarrellanadoenlasillaalotroladodela

mesaconunaenormecopadelicor—.Siéntese.Denuevonoeraunapeticiónsinounaordenclaray terminante,a juzgarporelsevero tonode

voz.Ameliaempezabaadetestarnosoloelidiomasinotambiénesemarcadoacentoysepreguntaba

sielPortuguéshabíatenidounmaldía,puesparecíademalhumor.Los dos obedecieron.Max,mientras se dirigía a lamesa, pudo comprobar la veracidad de la

descripciónqueAmeliahizodelasplantasysediouncoscorrónmentalpornohabersedadocuentaantes,realmenteestabanportodoelcamarote,colocadasenunasespeciedeestanteríasalolargodetodaslasparedeslaterales.Paraalguieninexpertocomoél,yabuenseguro,comoelPortugués,noeranmásqueplantasdecorativasquenoparecíanestorbarporhallarseperfectamentecolocadasen un sitio totalmente ajeno almovimiento de una persona en el camarote, pero para los ojos de

alguienmásentendidoeraobvioquelaseleccióndelasplantasylasfloresnoeraalazar,sinomásbiendestinadaaunpropósitoconcreto.IntentórecordarlasdescripcionesdeAmeliadecadaunadeellasperoerantantasquedesistióenseguida.

Sinesperaraquelesofreciesevino,MaxcogiólabotellaysirvióvinoendoscopasdejandounadeellasfrenteaAmeliaparaquealmenosloprobase,consuerteleabriríaelapetito.

comíaybebíay,aunquedesoslayolosmiraba,parecíanoprestarlesdemasiadaatención.Maxechó un vistazo a las bandejas y cogió un poco de pan, algo de queso y un trozo de piña y loscolocó en un plato que depositó frente aAmelia.Ella lomiró sinmucha convicción, pero respiróhondoydespuéscomenzóacomerdespacio.Maxlaobservóunmomento,yalverqueconseguíacomer,serelajóycomenzóacomeréltambién.

—Veoquelosvientoslesonpropicios,capitán—dijoMaxmirandoalPortugués.—Nopuedodecirquenoestemosencontrandovientosfavorables.—Sonrió—.QuizásNeptuno

sehayaaliadoconlosAnemoi[11]enmifavor.Seráqueestimanjustamicausa.—¿Quiénsabe?,nilosdiosesnilasdivinidadesgriegasyromanaseranprecisamenteconocidos

porsujusticiasinomásbienpordejarsellevarporsuspropiosimpulsosoapetitos,auncuandoestosobedeciesen solamentea supropiavanidadoa instintosmenosdivinos.Decualquiermodo,hedereconocermesorprendidoporsuconocimientodelosclásicos.

MaxhablabaconelPortuguéscomosi lohicieseconunamigoenWhite’s[12].Cómo lograbahaceresoeraunmisterioparaAmelia,niconañosdeprácticaconseguiríaellaesasangrefríayesetempleantealguiencomoesehombre.

—Nopornoserduquecarezcodeunabuenaeducación.ElafiladodoblesentidodelcomentarionopasódesaperciboaMaxque,sinembargo,aparentó

nodarlemayorimportanciaysonriódeigualmodoqueelPortugués.—Casi duque, señor—dijo sonriendo como si solo le hubiese gastadounabroma—.Mipadre

aúncontinúamuyvivo.ElPortuguéssonrióyalzólacopa:—Brindoporél,enesecaso.—Bebióhastaapurarlacopayvolvióallenarlamientrasañadía—:

¿Asíquelaleyendacontinúaviva?—DenuevobebióyestavezdirigiólamiradahaciaAmelia—.Quizás no sepa, minha querida mina[13], que el padre del capitán fue el azote de toda unageneracióndecorsariosyqueinclusoayudóaquealgunos“comerciantes”comoyoseviesenlibresde algunos de sus competidores gracias a las astutasmaniobras y artimañas de un experimentadochaquetaazulcomoellegendarioduque.

Soltóunarisotada.—Almirante,esechaquetaazul,comoustedlodenomina,esalmirante.Yparasuinformaciónes

todounhéroe—intervinoAmeliaconrotundidadclaramenteofendidaporelmodoenqueesepiratase refería al almirante—.Y se ha ganado ser tratado con respeto, así que le agradecería que, almenosenmipresencia,serefieraaéldelmodoadecuado.

ElPortuguésporunmomentopareciódesconcertado.peroenseguidaprorrumpióencarcajadas.—Meucapitão,hededecirlequecreoquelevaacostarunconsiderableesfuerzodomarasu

prometida.Hayquereconocerleelvaloraunque…—Bajóeltonoyloendurecióañadiendo—:Noesconvenienteconfundirvalorcontemeridad.Soyunhombrepaciente,perohastaciertopunto.

Esperóunpococongestoadustoydespuésbebiódenuevodesucopa.Auncuandolaencendidadefensa de su padre porAmelia hinchó de orgullo el pecho deMax, no pudo evitar sentir ciertorecelo por la posible reacción del Portugués, pero pareció tomárselo con humor a pesar de laevidenteamenazadelfinal.

—Nodejeque laspalabrasdemiprometidaprofundicenmás alláde la simplenotadehumormalencaminado,sinduda,sondebidasasucariñosincerohaciamipadreyalmalestarquesientepor estar en un barco. No sinmotivo las damas suelen estar prohibidas en los barcos, ¿no cree,capitán?

Utilizóun tonillodesarcasmoen laparte finalde la frasebuscando tocar la fibrademarinero

delPortuguése intentar restar importanciaa laposibleafrentadeAmeliaysi lohabíahechobienesoledaría,además,laoportunidaddeintroducireltemadelmalestardeAmeliaylaconvenienciadequepaseaseporelcamarote.

El Portugués la miró por unos instantes, aunque a Amelia le pareció una eternidad. Despuésasintióycontestó:

—Pocas mujeres soportan la vida en la mar. —Alzó una ceja—. Procuraré olvidar estedesafortunadoepisodio.

MiródenuevoaAmeliayasuplatocerciorándosede laveracidadde laspalabrasdeMaxyquedó,aparentemente,satisfechoalcomprobarqueAmeliaapenasprobóbocadoyquenoparecíadisfrutardemasiadoconlacercaníadelacomida.

—Quizás—intervinoMax—debiera dejar que dé un ligero paseo dentro del camarote. Puedeque así importune menos y consiga suavizar los efectos de un estómago débil y no demasiadoacostumbradoalosrigoresdelmar.

Utilizó ese tono suave, casi seductor, que Amelia había escuchado en infinidad de ocasionescuandoembelesabaalasdamasenlossalones,inclusoaunqueestuviesediciendounaimpertinencianadaveladacomoeneseprecisoinstantey,porloquecomprobabaallímismo,funcionabatambiéncon los hombres, ya que el rictus del Portugués se suavizaba considerablemente, aunque en elfondoaellaledieronganasdedarleunapatada.“Importunemenos…”,pensabacasimalhumorada.

ElPortuguéssearrellanóenlasillaymiróaAmeliayacontinuaciónhizoungestodecabezaexageradocomodecondescendenciaevidente,paraqueselevantase.

—Detodosmodos,queríahablarsininterrupciones—dijoconciertasornaycondescendencia.AmeliamiróaMaxyesteparecióasentir,demodoqueselevantóconsuavidadycaminóenla

direccióncontrariaalaqueparecíadirigirselamiradadelPortuguésque,denuevo,secentrabaenMax. Esperaría a que se concentrase en una conversación para poder coger algunas hojasdisimuladamente.

—Muybien,¿dequéqueríahablar?—inquirióMax.DereojomirabacómoAmeliaseacercabalentamentealasplantasyporlosojosdeestasabía

que estaba seleccionando las que le interesaban realmente. Sonrió para sus adentros, aun noencontrándosedeltodobiendebíareconocerqueMeleratenaz.

—Decómovaarecuperarminavío,porsupuesto.—Untemainteresante,yaquenosécómopretendelograrquesaqueelbarcodelpuertounavez

accedaalnavío.Meimaginoquecuentaconquepuedahacermeconélsintenerquedardemasiadasexplicacionesdadoque,ahora,mepertenecepordecretorealcomopartedemirecompensaporsucaptura.—Los ojos del Portugués revelaban la furia que sentía al escuchar aMax proclamarsepropietario del navío, lo que, por otro lado, era lo que él pretendía para distraerlo de lasactividadesdeAmelia—.Y,unavezmepongaal timóndelmismo,cómopretende lograrquesushombres suban a bordo sin llamar la atención para sacarlo de la bahía, ya que si lo hago contripulación formada pormarineros de la armada o incluso por hombres que pueda contratar en elpuerto, leaseguroquesushombresnolograránsubirabordodemanerapacífica,ymenosdentrodeunabahíaenlaquedescansantantasnavesinglesas.

El Portugués guardó unos instantes silencio sin dejar de mirar furibundo a Max, parecía queintentabacalmarse,yaqueaúndebíanresonarensucabezasuspalabras.Tomóuntragodesucopaantesderesponder,sosteniéndolelamiradaconrudeza.

—Es evidente que solo necesita algunos hombres para sacarlo del puerto con unasmaniobrassencillas y, una vez fuera de la bahía, el resto de mis hombres y yo subiremos a bordo. Paraasegurarquenointentaráhacermecaerenningunatrampa,mientrastanto,mantendréenmipoderasuprometida.

En ese momento miró en la dirección en la que se encontraba Amelia, pero esta permanecíainalterada,quietaymirandodistraídamentealgunasflorescomosihubiesepresentidoqueibaaserobjeto de las miradas de los dos hombres. Por un segundo, Max contuvo la respiración, pero

enseguidarecobrólaserenidad.—Ah—dijointentandosonarlomenosafectadoposible—,peroahíesdonderesideelerrorde

suplan,señor.Yonopiensoalejarmedemiprometidamásdemediometro,ymenosdejarlaenestanaveoencualquierotrasiyonoestoyenella.

Al igual que antes el Portugués pareció meditar las palabras de Max pero, en esta ocasión,sonrió.

—Me parece, meu capitão, que hemos llegado a un punto muerto, porque no piensodesprendermedemibaza,nohastaquetengaminavíoenmipoder.

MaxpermaneciólomásquietoposibleintentandonomiraraAmeliaapesardehabersereferidoaellacomo“subaza”,loqueleprovocóunnudoenelestómagoyunprofundodeseodesaltaratravés de la mesa y arrancar el corazón a ese maldito pirata pero, sin saber cómo, permanecióaparentementeimpasible,pues,ademásdenodarlelasatisfaccióndeverlealterado,pretendíaqueellapudieseseguirhaciendoloqueestabahaciendotandiscretamente,yaque,hastaelmomento,elPortuguésnosehabíapercatadodelosmovimientosdeAmelia.

—Porotrolado—continuóelPortuguésconunirritantetonodesatisfacción—,parecequeeseeselúnicomediodeconseguirquesumentesemantengaocupada.

Despuésdeestecomentarioprorrumpióencarcajadas,loquehizoqueAmeliaseparaseensecoysevolvieseparamiraralosdoshombresque,aunquenoparecíanprestarleatención,sintióqueunescalofríolerecorríalaespalda.

—Denuevoreitero,dondevayayo irámiprometida,ynoesunpuntoanegociar,yaquesi laalejademí,leaseguroquepuedocomplicarmucholascosaso,almenos,obligarleaalterarmuyseriamente susplanesydudoque, sinmí, seacapazde llegaralnavíoymásaúnsacarlodeunasolapiezadelpuerto.—Bebióunpocodesucopaparadisimularsumalhumor—.Habráquebuscaralgún modo que nos resulte satisfactorio a ambos de manera tal que nuestras respectivas“exigencias”hallenalgúnpuntodeencuentroporque,ledoymipalabradecaballeroquenopiensodejaramiprometidaenotrasmanosquenoseanlasmías.

Ambossemiraronfijamenteduranteunossegundosensilencio,siendoAmelia laquerompióelcruce de miradas al sentarse de nuevo.Max escrutó la mirada de Amelia y comprendió que, almenos,habíaconseguidoalgunasde lashierbasquequería,puesnotabaelbrilloensusojos,esebrilloquereconocía tanbien,pueseraelmismoqueponíacuandosereíaconJuliannadealgunatravesurade losgemelosocuandobromeabanconelalmirantegastándolebromasomaquinandoalgunapillería conél.Eso ledistrajounmomentodelmal sabordebocaque lehabíadejadoelPortugués.

—Veo,meu capitão, que estamos en una difícil encrucijada, pero como hombres inteligentesdeberemos llegar a un acuerdo antes de mañana porque, de lo contrario, me obligará a tomarmedidas drásticas.—Sonrió de un modo extraño, pensó Amelia—. Y no creo que le gusten losmétodosqueuncaballerocomovos,segurotacharíadebárbaros.

ElevidentedesdényaltaneríaempleadoensuclaraamenazapusoaAmelialospelosdepunta,peroMaxpermanecióconunamiradafierayunaaparentecalmafrentealpirata.

—¿Antesdemañana?—preguntóAmeliasinpoderevitarlo.ElPortuguéslamiróyvolviósutonoaparentementecordial:—Mañana, linda menina, llegaremos a la isla del Gobernador, donde podré completar mi

tripulación.Aunque Amelia quería preguntar más, comprendió que mejor dejar las preguntas para Max

cuando estuvieren en privado, además, de momento, ya había conseguido lo que quería. Maxtambiénpareciócomprenderlo,yaqueenseguidaintervino:

—Bien,capitán,creoqueserámejorqueledejemosahorayaqueveoquemiprometidapareceencontrarsealgomejor,perodudoquesumalestartardemuchoenhaceractodepresenciadenuevoy presumo deberé hacerla descansar antes de que eso ocurra. —Le dedicó una sonrisa falsa alPortuguésqueesteledevolviódeigualíndole,aunquedesoslayomiróaAmelia.

—Muitobem[14]—asintiómientrasseponíaenpie,locualimitaronalinstanteMaxyAmelia—.Enesecaso, llevea suprometidaadescansar.Pensaremosencómohallarese…—hizoungestoconlamano—puntodeencuentro,antesdevermeobligadoaactuardeotromodo.

De nuevo empleó ese tono que a Amelia le ponía los pelos de punta pues, sin duda, losamenazabaconalgunabarbaridadaunqueellanopudieraniqueríaimaginarsealoquesereferiríarealmente.Preferíaseguirensuignorancia.

AmbosseencaminaronalapuertamientraselPortuguésgritabaalgoaunodesushombres,quelaabrióal tiempoqueellosseencontrabanjustoaesaaltura.MaxpusounamanoaAmeliaen laespaldaparaguiarlaysalir.JustocuandoAmeliahabíacruzadoelumbralescuchóasuespaldalavozdelPortugués—Porcuriosidad,meucapitão, ¿qué ocurrió con la hija de aquel conde con laquelevienLondreshaceunassemanas?—SonriósatisfechosabiendoqueAmeliaaúnpodíaoírley que, además, le dejaba claro que podía moverse por el mismísimo Londres sin que nadie leapresare—.Parecíamuyencaprichadoconella…supongoqueseríaloque“loscaballeros”llamanunacompañíaadecuadaperonopermanenteaunquesíocasional,yaquelaviodenuevohacepocosdías.—Después se rio e hizo un gesto con la mano para queMax saliese, ya que no esperabarespuestaalguna.

Max salió y de nuevo acercó la espalda de Amelia a su pecho para cruzar la cubierta, peroenseguidanotó la rigidezde sucuerpoy la tensióndesushombros.ParaAmelia fuepeornotaraMax sujetándola firmemente contra él, aunque no se lo impidió, que la punzada de dolor que leatravesóelpechocomounrayoencuantoescuchóelcomentariodelPortugués.Ensucabeza,ensucorazón e incluso en su alma solo resonabauna vozque le gritaba a plenopulmónque le habíamentido,lahabíaengañado.LaúltimavezqueestuvoenLondresvioaladyMariellaynoqueríaimaginarse si había hecho algo más que verla. No podría soportarlo. La había mentidodescaradamente.Enlosestablos,lamañanaquelossecuestraron,él,mirándolaalosojos,lemintiósinmás.¿Cómopudohacerlo?¿Cómopodría fiarseahoradeél?¿Cómopodríacreernadade loquelehabíadichohastaesemomento?

Aúnledabanvueltas todasesas ideasal llegaralcamarote,nisiquierasediocuentadehaberrecorrido lacubierta,nidehallarse,enesemomento,enmediodelcamarotemirandoalvacío,nitampocodelmomentoenquelosbrazosdeMaxseapartarondeella.

MaxsequedófríoalescucharalmalditoPortugués,aunqueahorasabíacómopudoconocerpordónde cabalgarían esa mañana, era evidente que le había hecho seguir durante semanas. Sinembargo, lo peor vino después, pues se sintió heladomientras, apoyado en la puerta cerrada delcamarote,observabaaAmeliaquepermanecíadepie,ensilencio,deespaldasaélyconlosbrazoscaídosaambosladossinelmenorindiciodereacción.

No se atrevía a acercarse a ella. ¿Por qué tuvo que mentirle? ¿Por qué pensó que debíaocultarle ese encuentro con lady Mariella? Ahora su engaño denotaba que ocultaba algo querealmentenoocurrió.Parecería, a losojosdeAmelia,quehabríahabidoalgomásqueun simpleintercambio de palabras, al menos por su parte, ya que esa dichosamujer procuró por todos losmedios evitar que se alejara de ella. Casi tuvo que empujarla para apartar susmanos de él, paradesprenderse de esos brazos que, por unos segundos, se aferraron a su cuello buscando que labesaseoque,porlomenos,leexcitaselacercaníadesucuerpo,cosaqueporotrapartenoocurrióynosirviósinoparatenerunamayorcertezadequeeraaMelalaúnicaquedeseaba.Peroahora,Amelianolecreeríasi ledijesequeeseencuentrofueurdidoporesaenredantemujeryqueélnosolo permaneció firme y ajeno a sus insinuaciones, no precisamente discretas, sino que la alejódefinitivamentedesuvidadeunmodotajanteyenciertosmomentossiendocruel.

Amelia notaba que las lágrimas corrían por susmejillas.No quería que la viese llorando, nopodíadejarquevieselomuchoqueleafectaba.Denuevoresonabanensucabezalaspalabras,lamentiraquelehabíacontado.Ellalepreguntódirectamentesilahabíavueltoaver,porqueenaquelmomentonecesitaba saber si aúnpensabaenella comoenunaposibleduquesa.Dehaberledichoque sí, ella habría desistido, se habría alejado de él, habría renunciado a Max aunque eso le

rompieseelcorazónenmilpedazos.Peroélledijoloquequeríaoír,lehabíamentido.Conlavozentrecortada,casiensusurro,solologródecir:—Me-mehasmentido.Noeraunapreguntaysuvoz,esavoz,leprovocóunaoleadadedoloraMax.Lehabíahecho

dañoylahabíamentido,esoerainjustificable,peronopodíadejarlaasí,nopodíadejarquesufrieseporsuculpaymenosaúndejarqueesedañopudiesealejarladeél.Ahorano.

—Mel.Diounpasoen sudirección,peroella, alnotar elmovimientoa suespalda sevolvió.Max se

quedóparalizado.Lloraba.Esosojos.“Dios”,pensabamortificado,“Estonoesbueno…”.Nuncalehabía visto esamirada, ni siquiera cuando intentó alejarse de ella en la casa del bosque, cuandointentabadespedirsedeella.

Diounpasomásperoellabajólamirada,nisiquieraqueríamirarlo.—Mel.Lointentódenuevo,peroellanosemovió.Diootropasoyfueentoncescuandoellaretrocedió,

perosinmirarle,sinalzar lavista,solonegabaconlacabezaensilencio.Permaneceríaquieto,noqueríaasustarlanienfadarla.

—Mel,porfavor.Ellaescuchabasuvoz,suave,dulce.Peroahorasolosentíaeldolordesaberseengañada,de

saber que él no solo era capaz dementirle sino que ella, en su inocencia, o en lo que ahora leparecíaestupidez,siemprelecreíasinreservas,porqueeraél,eraMax,elhombrealqueamabayalquecreíaincapazdehacerledañoinclusocuandopensabaquenolaamaba.

Seguían cayendo lágrimas por sus mejillas a su pesar. Aunque él no se movió más, Ameliaretrocedióconlamiradafijaenelsuelo.Teníaquealejarsedeéllomásposible,porquesilatocabalecreeríadenuevo,creeríacualquiercosaqueledijese,seríaincapazderesistirseasucontacto,asuscaricias,asucalor.

—Mel, por favor, por favor.—Su voz sonaba tan suplicante como sus palabras, pero ella noparecíapoderreaccionar—.Mel,tementí.Tementíynosabescuántololamento.

Ellaalzódegolpelacabezaylomirófuriosa,interrumpiéndoleconlavozaúntemblorosa,aúndolidaperotambiéntanfuriosacomosumirada.

—¿Quésientes?¿Habermementidooquelohayadescubierto?—Mel.—DerepenteMaxsesintiócomounleónenjaulado,elcamarotelepareciótanpequeño

yasfixiantequelecostabarespirar—.¡Malditasea!—Empezóacaminardeunladoaotrofrenteaella—.Mel—Sedetuvoy lamiró fijamente—.Tehementidoynopuedoborrareso.Solopuedodisculparmeyjurarquenovolveréahacerlo,esmás,telojuro.Aunquelohicecasisinpensar,ynoexiste justificaciónparaello, loúnicoquepuedodecir ami favoresquemeentróelpánico.—Sepasólamanoporelpelo,nervioso,ycerrólosojosparadespuésabrirlosantesdecontinuar—.Meentróelpánico,loreconozco.Esamañanayahabíadecididoconfesartequetequería,quenopodíavivir sin ti, que haría lo que fuese porque fueras mía, solo mía. Pero me preguntaste por ladyMariella antes de poder hacerlo y pensé que si te decía que la había visto una vez lomalinterpretarías.—Senuevosepusoacaminar.

AlgoenelpechodeAmeliaseremovió.—¿Porquéibaamalinterpretarlo?Maxseparóensecoygirósobresustalonesparapodermirarlaalosojos.—Porqueyo, enmi estupidez, tehabíahechocreerdurantedíasque sentía algopor ella,que

pensabaenellacomoposibleesposa.Fuitannecioquecreíaqueasíconseguiríaquetealejasesdemí,quefueses tú laque tomases ladecisióndealejartedemíporqueamímeresultabacadavezmásdifícilmantenerme lejosde tiy sinohacía algo, sinoconseguíaquemeodiases, al finalnopodríaresistirme.Tedeseabatantoqueeraunatorturaverteynopodertocarte.Asíquetehicecreerque tenía interésporella.Aqueldía, enLondres, ellaplaneóunaencerronapara intentarquenosencontrasenoquesucumbieseasusencantos,peroesoera imposible,paraentoncesyo teníamuy

claroque solohabíaunamujerparamíy así lo expresé en eseprecisomomento, lo cual, puedoasegurar,nolesentóespecialmentebien.

Se acercó a ella notando cómo la resistencia deAmelia parecíavenirse abajo, susojos, ahoraindecisos,aúninterrogantese inclusoaturdidos,yanomostrabanelmiedoni lafuriadeantesysurostrosehabíasuavizado.

Necesitaba tocarla, abrazarla, hacerla sentir segura de nuevo y con eso sentirse él tambiénseguro otra vez. Si tenía que abrirle el corazón del todo que así fuera, pero ella era suya y nodejaríaquenadieselaarrebatase,nisiquierasuspropioserrores.

—Mel.—Yacasipodía tocarla—.Tehementido endosocasiones.Laprimera, cuando tedijequelomejoreraquenuestrarelaciónnocambiase,cuandotepedíamiestúpidamanera,enlacasadelbosque,quesiguiésemossiendolosdeantes,porquedijequeesoeralomejor,creíaqueloeraaunque en el fondo de mi mente y de mi corazón una vocecita me avisaba que no era cierto, ysupongo lo sabía, pero no pretendíamentirte ni engañarte, en realidad,me estabamintiendo amímismo.YlasegundavezquetementífuecuandoneguéhabervistoaladyMariellayese,esefue,sin duda, un estúpido error, sobre todo porque no tenía nada que ocultar, al contrario, deberíahabertecontadoloocurridosinmás.Solopuedoexcusarmediciendoquenosupereaccionarantetuinesperadapreguntayactuécomounnecio,comounestúpido.Deberíahaberconfiadomásenti,entuinteligenciayenqueveríassinambageslaverdadenmispalabrasalcontarteeseencuentroqueparamí fue casual pero que fue preparado por esa pequeña codiciosa, ansiosa por alzarse con eltrofeodeduquesa.

Aprovechóqueellanosehabíamovido,quenoparecíaintentaralejarsedeélnirechazarloparaalzar el brazoyposar con ternuraunamano en sumejilla y con el pulgar limpiar algunasde laslágrimasqueaúncontinuabanensurostroyqueparecíanhabercesado.

—Mel, por favor, te lo ruego, perdóname.No dejes que un estúpido error de este estúpido yciegoenamoradoseinterpongaentrenosotros.—Sinpoderevitarlomástiempolaatrajohaciaélylaabrazó, depositando su, todavía, aturdida cabeza en su pecho, cerca de su corazón—. Jamás—enfatizócadapalabra—.Jamásvolveréamentirteniaocultartenadaporpequeñoquesea.Sabesque puedes confiar en mí. Sé que sabes que puedes confiar en mí. Mel, te quiero con todo micorazón,contodamialma.Teamomásdeloquepuedoexpresar,ysihedepasarmeelrestodelavidaasegurándomequelosepas,quemecreasyqueconfíesenmí,loharé.Cariño,haréloqueseaparaquelosepas,paraqueestéstotalyabsolutamenteseguradeello.

Apretóelabrazocasi sinpensar.Necesitabasentirla lomáscercaposible,comosiconelloseasegurase de que así no se alejaría de él, que no la perdería. La respiración de Amelia se fuehaciendo cada vez más pausada. No sabía cuánto llevaba allí abrazándola, pero por nada delmundolasoltaría.Alcabodeunrato,ellaacomodósucabezaensupechoyrodeóaMaxporlacintura.

–¿Lo juras?—Su voz sonaba temblorosa—. ¿Nuncamás? ¿No volverás amentirme ni habrásecretos entre nosotros? —Suspiró—. Max, no soportaría que me mintieses, duele demasiado.Prefieroquemedigaslaverdadporduraocruelquepuedaser,peronomemientas.

Max,manteniéndola abrazada, pusodosdedosbajo subarbilla y la instó amirarlo, y cuandotuvosurostrocercadesuslabiosdepositóuntiernobesoensufrente.

—Loprometoylojuro,Mel,novolveréjamás,jamás,amentirte.Nunca,¿meoyesbien?Nuncamástementiré.PorDios,nuncaloharé.

Melsonriótímidamenteyasintió,yporunmomento,sololomiró.—Tecreoy tambiéntecreocuandodicesque ladyMariellafuequienseechóen tusbrazosy

quelarechazaste.Tecreo.Estavezsíconsiguiósonreír,yMaxsupoquehablabaenserioycasipudoescucharlossaltos

dealegríadesupropiocorazón.IbaaamaraAmeliaelrestodesuvidayseprometió,allímismo,que haría lo que estuviese en su mano para evitarle cualquier dolor y que la haría feliz. Nopermitiríaque,ensusojos,apareciesedenuevoelsufrimientoquehabíavistoantesyqueleresultó

desgarrador. Tomó su rostro entre las manos y con los pulgares le acarició las mejillas, aúnsonrojadas,lebesólospárpadoscomosiquisiesealiviarelescozordesusenrojecidosojosyacercósuslabiosalosdeellamientraspedía:

—¿Meperdonas,Mel?Porfavor,amor,diquemeperdonas.Ameliaalzólosbrazosyrodeósucuello.—Teperdonoperosolosimebesas.Maxsonrióylabesótiernamente,rozandocondulzurasuslabios,saboreándola.Cuandoellalo

acercómásinstándoloamás,fueronsucuerpoysupropiocorazónlosquereaccionaronconpasióntomandocasiporasaltoloquetantoquería,loquetantonecesitaba,loquetantodeseaba.Aella,aMel,asuMel.Laabrazóylaalzóentresusbrazosyendoszancadaslallevóhastalacamasindejardebesarla.JustocuandoibaadepositarlasobreellaAmeliaseparóloslabios.

—Espera,semeolvidaba.Metióambasmanosenlosampliosbolsillosdelachaquetaal tiempoqueseapartabaunpoco

deél.Sacóalgunashojasylasllevóhastalamesa.Segiróysinapenasmirarlodijo:—Acercaunpocodeaguayunodeaquellostraposlimpios.Maxobedeciósinrechistar,sonriendoporverquehabíarecuperadoasuMel.Ellamojóeltrapo

y depositó las hojas sobre él, extendiéndolas con cuidado, después lo dobló dejándolasperfectamenteencerradasyprotegidas.Trasellocogióeltrapoylopusofueradelavistaparaquesialgúnpirataentraba,noloviese.

MaxatrapóaMelporlaespaldaenunposesivoabrazoytrasdepositarunbesoenlacurvadesu cuello apoyó el mentón en su hombro. Nunca se cansaría de abrazarla, de acariciarla ni desaborearsupiel.Ysuaroma,sudulcearoma,eracasiadictivo.Cuánfelizseríacadamañanaalolerensualmohada,ensussábanas,ensupropiapielelaromaúnicodeMel.

–¿Encontrastetodaslasquequerías?Melasintióycontestósonriendo:—Inclusocreoquepodríamosconseguirdormiratodalatripulaciónsimezcloalgunasdeellas

ytrasmachacarlaslasmetemosenunodelosbarrilesdeaguaodevinooloqueseaquebeban.Sonrió de nuevo apoyando su cabeza en el hombro de Max y los brazos que él mantenía

alrededordesucintura.Maxhabíacomenzadoabesarsucuello,subiendoasumejilla.—Tendremosqueencontrarunmododeusarlas.Aunque en ese momento solo había algo en lo que pudiese pensar. Comenzó a quitarle la

chaqueta,quelehabíaobligadoaponerse,dejándolocaeralsuelo.Enseguidapasósusmanosporsuscostadosrozandomuylentamentesucintura,suscaderas,hastaelbordedeesacamisolaparapasárselapor lacabezadeun tirón.Lahizopegarsea sucuerpodenuevoparapoder tenermejoraccesoalnudodelacinturaquesujetabalospantalones,conunamanodebajodesubarbillaechósu cabeza un poco más hacia atrás de modo que tuvo libre y accesible su cuello, continuandoacariciandoconsuslabiosybesandolapreciosalíneadelmismohastaesehuecodetrásdesuorejaque lo volvía loco y que sabía a ella le provocaba espasmos de puro placer.Con la otramanodesatósinproblemaselcordónde lacinturaydeslizó,conunapequeñaayudaporpartedeMel,esos finos pantalones de seda al suelo. Enseguida ella se inclinó sobre él, serpenteando por sucuerpodemodoquecadaunadesusdelicadasy tiernascurvasquedópegadaalsuyo.Eldeslizósus manos por su espalda bajando hasta sus nalgas sin dejar de besarla, abarcándolas con cadamano, acariciándolas a placer, acercando aúnmás su cuerpo y, sobre todo, sus caderas, a su yahinchadaingle.Esecuerposedoso,tibio,dulceysensualerasuperdición.Mel,conlavozcargadadesensualidad,depasiónyunpocodepicardía,logródecir:

—Llevasdemasiadaropa.SeremoviódentrodesusbrazosparabesarlomientrasporlagargantadeMaxresonabaunarisa

entrecortadaysinsepararesosdeliciososlabiosdelossuyoscasisearrancólacorbata,lacamisaylos pantalones, aunque estos chocaron con las botas, lo que le obligó a apartarse de ella unmomentoyquitárselasbruscamenteantesquelospantalones.Cuandoalzólavistaellanoestaba,y

tuvoquegirarseantesdeverla tumbadadecostadoapoyadasobreuncodoymirándoledesde lacamacomounahuríllamandoasucautivo.Ynopudoevitarsonreíralsaberseesecautivo,aunquefuera un cautivo voluntario, pensó. Apenas tres segundos después estaba sobre ella cubriendo sucuerpoconelsuyo,cerniéndosesobreellatanposesiva,tanferozmentequesesentíacomounlobodevorandoasusabrosísimapresa,mientrasestasereíaydisfrutaba.

VariashorasdespuésMelyacíatotalmentedormida,exhausta,satisfechaycomplacidaentrelosbrazos de Max, que le había puesto su camisa unos instantes antes de tumbarla de nuevo paradejarladormirentresusbrazos,trashaberhechoelamorconellavariasveces,riéndoseunasveces,dando rienda suelta al desenfrenoy a la pasión enotras y unade las veces lo hicieron con tantaternura y amor que casi se echa a llorar como un mozalbete de escuela. Max le acariciabadistraídamente, repasando, recreándose en todas las cosas quehabíahecho con ella durante esashorasynopodíadejardesonreírnideasombrarse.Cadavezqueestabadentrodeella,pensabaquemoriríaallímismodepurogusto,pensabaquenopodíasermejorhastaquevolvíaahacerleelamorydenuevodeseabagritarcomounsalvajeebriodefelicidad.Eraunanovata,apenashabíanpasadodosdíasdesdequeéldespertara lapasiónenella,susexualidad,unasexualidadque,porotro lado, desprendía ese cuerpo a raudales. Era asombroso que, a pesar de ese despertar tanreciente,nosehabíasentidotancomplacido,tansatisfecho,tancompletoconningunaotramujeryteníatodalavidapordelanteparaenseñarleyparaaprenderdeella,ycuántoibaadisfrutarenelproceso.Ahora estaba segurode que saldríande allí convida.El destinonopodía ser tan cruelcomo para dejarle disfrutar de esta felicidad, de esta plenitud y privarle de ella recién la habíadescubierto.No,no,ningunodelosdossemerecíasemejantecastigo.

Laabrazómásfuertecontrasupecho.Eragloriososentirlaasí,tanrelajada,tancálida,suaveyfelizentresusbrazos.Estabaconvencidodequenisiquieraunavidaenteraseríasuficiente.Loquese reiría Cliff si le viera después de pasarse los cuatro últimos años burlándose de la carabobalicona que lucía cadamañana en el desayuno o cuando aparecía tras “perderse” siempre almismo tiempoque sumujer, aunqueen el fondo siempre envidió esa felicidad tan transparente, tanevidente,tandifícil,pornodecirimposible,deocultar.SolohabíaunacosaqueconseguíaquelosojosdeCliffbrillasentantocomocuandomirabaasuesposa,yeramiraryjugarconsuspequeños.MaxmiróelrelajadorostrodeMelapoyadoensupecho,acariciócasiconreverenciasumejillaysonrió imaginándosecómoseríansushijos.Depelooscuro, sinduda,pero¿dequécolor tendríanlosojos?,¿tanoscuroscomosumadreoclaroscomolosdesupadreysuabuelo?Siunosmesesatrás se hubiera imaginado a símismo en este estado de absurda felicidad, se habría bebido unabotelladesumejorcoñacparatraersedevueltaalarealidadpero,ahora,todoleparecíatanreal,tan normal, tan correcto. Todo estaba en su sitio. Bueno todo no, Mel y él se encontrabanmomentáneamenteenel lugar equivocado.Hizounamuecaydenuevoapretóunpocoel abrazo.Eraextrañoelpodercalmantequeejercíaenélelmerohechodetenerlaentresusbrazos,desentirsucalor,suaroma,sucuerpotancercadelsuyo.Esepequeñocuerpodemujereraelmejorremediopara cualquiera de susmales y, al tiempo, el que le provocaba lasmás deliciosas torturas.Unosminutosdespuésdejóqueelsueñolevencieragracias,especialmente,aesecuerpopegadoalsuyo,a esa suave respiraciónque calmaba sus temores demanera casi extraordinaria y a ese aroma, suaroma,elolordulceycálidodeMel.

Capítulo11

En ese mismo momento, a unas millas de donde se encontraban Mel y Max profundamente

dormidos, Cliff miraba la playa solamente iluminada por la luz de la luna. Tal y como habíaprometido,habíanadelantadoalEstrelladelaIndia.Seencontrabaatracandoenunadelascalasdel islotede la islasdelGobernadormásaisladasparano serdescubiertos,unaqueelAlmiranteconocíabiendesusañossurcandoesasaguas.Pocosminutosdespués,élycincodesushombresseencontrabanenlaplayadebidamentedisfrazadosparapoderhacersepasarpormarineroscurtidosycolarse entre la tripulacióndelPortugués.Cliff sehabíadespedidodel almirante,quequedabaalmandodesunave,y,ahora,juntoasuscincohombresveíadesdeesamismaplayacómosealejabasubarco,dejándolosenunbotediscretoconelquedeslizarseenelpuertosinlevantarsospechas.

Nadamásarribaralpuerto,abandonaronaladerivaelpequeñoboteysiguieronaRolfTurner,unviejopirataalqueCliffperdonólavidaañosatrásyqueahoraformabapartedesutripulación.Conocía bien ese enclave y los sitios donde el Portugués buscaría marineros para su navío. Sedecantaron por una de las tabernas donde parecía más probable que acudiese en primer lugar,además,allímuchosdelosmarinerosparecíandadosahablardemásgraciasalalcoholquecorríaa raudales. Esas lenguas ociosas les habían permitido conocer los gustos del Portugués y lascaracterísticaspor lasquesolíadecantarsea lahoradeelegirsushombres,yquebásicamenteseceñíanados:notenerescrúpulosyodiaraloscasacasochaquetasazules.

También,graciasalatripulacióndeunbarcoquehabíallegadoesamismatarde,supieronqueelEstrelladelaIndiallegaríaalolargodeldíasiguiente,pueslohabíanavistadoesamismamañanaenesadirección.CliffobservóatentamenteaRolfmientrasrecorríadisimuladamentetodalatabernapreguntando,escuchandooinstandoalgunaconversaciónentreaquelloshombres,mientrasélylosotroscuatromarinerosdesubarcopermanecíanenundiscretosegundoplanoenunadelasmesasdelfondodelataberna,supuestamentebebiendo.Elacentodelostres,sugramáticaeinclusosusgestosyformademoverseerandemasiadocorrectoscomoparadisimularlosmásalládeunpardefrases o palabras, por lo que no podían socializar ni moverse mucho entre aquellos rufianes sinacabardelatándose.Eseeraunodelosmotivosporlosqueseharíanpasarporartillerosynoporsimplesmarineros,paranotenerquesubirdemasiadoalacubiertaynotenerquehablardemasiadoen presencia de otrosmiembros de la tripulación.Normalmente los artilleros de barcos con tantatripulación solían limitar sus intercambios entre ellos y participaban poco de la vida en la partesuperiordelbarco,salvocontadasexcepciones,comoenlastormentasoensituacionespeligrosas.

Dejaronasí laspesquisasparaRolfque,comopudieroncomprobar, recordórápidamentecómoera la vida entre aquelos hombres porque en un abrir y cerrar de ojos se convirtió sin ningúnproblemaenunomásdeellos.Dehecho,denoserporquehabíaformadopartedesutripulaciónlosúltimosdiezañosycreíaconocerlobien,Cliff sepreguntaríadequébandoestaría.Cliffnopudoevitarqueseledibujaseunasonrisaenelrostro,eseviejoeracapazdeasombrarlodespuésdetantotiempo.Locuriosoeraque,lasupuestadeudaquetuvieseconélporhaberlosalvadoañosatrás,selahabíadevueltoalmenosencincoocasionesalolargodetodoesetiempo.Deberíaconsiderarseun hombre libre de esa carga hacía años, sin embargo, Cliff sospechaba que al señor Turnerrealmentelegustabalavidaquellevabaahora.Unavidahonradaquecompartíaconelrestodesutripulación, por no mencionar que, su adorable Julianna y la pequeña Mel tenían a ese expiratatotalmenteasuspies,sobretododesdequeJuliannapusoensusbrazosporprimeravezasuhija.Decualquiermanera,eseeraun temaqueélnosacaría jamásysabíaque,dehacerlo,Rolf tampoco

añadiría nada al mismo. Volvió a sonreír escondiendo su rostro tras la jarra de cerveza para nollamarlaatencióndeposiblescuriosos.“Siloviesentodosestoscanallasjugandoconmisgemeloscomounagallinitacluecaadiestrandoasuspolluelos…”,pensómientrasloveíaaproximarse.

Trassentarseydarbuenacuentadeunadeesasenormesjarrasdecerveza,bajandolavozdijo:—Estaba en lo cierto, capi…—carraspeó—.Shaw (era el nombrequehabía elegidopara esa

nueva identidad). El estrella de la India llegará en las próximas horas y el Portugués buscaprincipalmenteartillerosexperimentadospara loscañonesdeElYunque.—Bebióunpocomásdecervezamientrasbuscabaentre lamultituddecabezasaalgúnhombreydespuésvolvióagirarseparahablardenuevoconsuscompañeros—.¿VenaesehombredelacicatrizenformadeVenlamejilladerecha?—Hizounlevegestoendirecciónalfondodelataberna,dondeseencontrabaungrupo reducido de piratas con aspecto descuidado y algo ebrios—. El Portugués lo mandó conanticipación para que fuera reclutando los hombres que necesitaba. Creo que sería mejor quelográsemosqueélnos“contratase”antesdequellegueelPortugués,yaquecreoque,enelestadoen que se encuentra ahora, nos será más fácil despistarlo y, sobre todo, camuflarnos entre loshombresqueaguardaránenelpuertoparaembarcarencuantoarribeelPortugués.

CliffmiródenuevoporencimadelhombroaesepirataybajandoaligualqueRolflavozdijo:—Creoquetienerazón.Además,esonosdaríalaoportunidadderecorrerelbarcomientraslos

hombresquelleguenmañanabajanalpuertoadesahogarseantesdevolveranavegar.BuscaríamosalcapitányaAmeliaytendríamoslaoportunidadquenecesitamosdehacerlessaberqueestamosallí.

Denuevomirócondisimuloalpirataque,realmente,estabaenunestadodeembriaguezmásqueevidenteypocoonadalequedaríaparanoperderlaconsciencia.

—Pero eso deberemos hacerlo con rapidez, capi… Shaw, por lo que comentaban algunos deellos,elPortuguéspretendezarpardeinmediato,encuantoconsigaloshombresquenecesitaynoespera pasar aquí más que unas horas, lo justo para hacerse con las provisiones y hombres querequiere.

Cliffasintióytrasunossegundosañadió:—Enesecaso,Rolf,creoquedeberíasirhastaaquellamesayasegurarquenosaceptencomo

artilleros antes de que se le pase la borrachera y comience a hacer preguntas demás.Tú,Cross,mandaunmensajedesdelabahíaconunodelosfarolesalalmiranteparaquesepaquezarparemosenseguida,meaventuraríaaasegurarqueelPortuguésquerráaprovecharlamareadeldespertardelsolylosvientosdelalba.Estoysegurodequesi llegamañanazarparemosaldíasiguiente,antesdequedespuntenlosprimerosrayosdelamañana.

Amboshombresselevantaronconunintervaloentreellosdepocosminutosyfueronacumplirlos encargos de su capitánmientras este preguntaba por algún sitio en el que pasar la noche a lacamarera,ytraslainsinuacióndeestadepasarlaensucamaydeclinarlaconlabrusquedadconquelo haría un marinero de la ralea de Shaw, esta le informó con aire destemplado la posada máscercanaalpuertoque,abuenseguro,seríaunantrodelamismacategoríaqueesataberna.

Cuandosehubieronreunido todosdenuevo,se instalaronendosmugrientashabitacionesde lafondadelpuertoy,comohabíanpredicholanocheanterior,lanavedelPortuguésllegaríaamediamañana debiendo todos los piratas que fueran a embarcar en ella esperar en elmuelle para subirnadamásatracarlamisma.

Aprimerahoradelamañanayaestabanpreparadosylistosparaque,llegadalahora,losseissecamuflasendentrodelprimergrupodehombresparapoderpasardesapercibidosalahoradeentrarenelbarco.

AmeliadespertódenuevoantesqueMax,con lasprimeras lucesdelalbaqueentrabanporelpequeño ojo de buey situado a poca distancia de ellos, y creyó ver una gaviota pasar a lo lejossurcandoelaire.SeincorporódándosecuentaalhacerloquellevabapuestalacamisadeMax,auncuando no recordaba habérsela puesto. Sonrió, pues estaba segura que él se la pondría cuandoestabaadormilada.Miródenuevoporelojodebueyestirandoelcuelloyvioa lo lejosnosolo

más gaviotas sino, además, tierra firme. Por un segundo, le atravesó todo el cuerpo el másangustioso terror pensando que podría ser el puerto de Madeira, lo que supondría un destinodemasiadoincierto,pornodeciraterrador,paraambos.

SegiróyvolvióatumbarsesobreMax,peroestavezparadespertarlo,almenos,esaeralaideainicial pero cuando su cuerpo se amoldaba al de él tenía que reconocer que tendía a olvidarcualquiercosa.

—Max—lo llamó suavemente con el rostro a escasos centímetros del suyo—. Max. —Lointentódenuevo.

Él no abrió los ojos sino que estiró los brazos y la abrazó. A estas alturas casi parecía unmovimiento reflejo, algo innato entre ellos, como si sus cuerpos simplemente reconociesen al delotro y se acoplasen de inmediato, porqueAmelia también respondió, acomodándose dentro de suabrazo.Volvióainsistir:

—Max,despiertaporfavor.Él,manteniendolosojoscerrados,pegósuslabiosalosdeella,quehabíanestadotancercaque

era fácil alcanzarlos. Amelia iba a protestar, pero enseguida respondió al beso y casi pierde laconscienciadedondesehallaban,otravez.Pusosusmanosensupechoparapoderauparseunpocoyseparar,aunquesolofuesenunospocoscentímetros,surostrodeldeMax,yconunleveempujóndándoseimpulsoloconsiguió.

—Max,sebueno,abrelosojos.Lohizoycuandolaviosimplementesonrióyseestiróbajoella,desperezándosecomounniño

traviesoparaenseguidavolveraatraparlaensuabrazo.—Buenosdías,amor.—AcercósuslabiosalosdeAmeliayantesdevolverabesarlaañadió—:

Estáspreciosareciénlevantada,tansonrosada,despeinadayconesamiradainocente.—Labesó—.Umm…Eresundulceyricomanjar.

Comenzaba a deslizar esos irresistibles labios por su cuello cuando Amelia, con un esfuerzoímprobo,tomóalgodeimpulsoparahablarle.

—Max.Su voz sonaba tan cargada de deseo como el quemostraban ahora sus ojos.Max pensó que

nuncasecansaríadeconseguireseefectoenella,eradeliciosoytanprovocador.Cuandodenuevoibaabesarlaellaabriólosojosdeltodoytomómásimpulsopero,estavez,paralograrcolocarsea horcajadas sobre él. Él frunció el ceño pero Amelia pensó que necesitaba tomar un poco dedistancia de esos pecaminosos labios que la llamaban con tanto ardor que era hasta doloroso nodejarsellevarporellos,porque,delocontrario,sucumbiríasinremedio.

—Max,porfavor,noseasmalo.—Miróhaciaelojodebueyignorandosusonrisadeseductorconsumado—.Hemos llegado a tierra.—Max se incorporó un pocopara quedar también sentadoperomanteniéndolasobreél—.Porfavor,dimequeestonoesMadeira.

Maxmiróalhorizonteendirecciónatierra.—Nocariño,no.—Lamirótranquilizándola—.EstassonlasislasdelGobernador.Unpuertode

atraquedepiratas,bandidosylopeordelmar.SielPortuguésquiererecuperarsubarco,necesitaráhombrespara tripularla.—Leacarició lamejillaycuandoAmeliaseparólos labiosparapreguntarpareció leerle lamente—.Más hombres.Ahoramismo debe tener unos cincuenta o comomuchosesentaperoElYunqueesunnavíobastantegrandeynecesitaráunatripulaciónmuchomayor,sobretodo,siquiereusarsuscañones.Además,hemosviajadomuydeprisa, loquesignificaquellevabalasbodegascasivacías,necesitaráhaceracopiodevíveresyprovisiones.

Amelialomirósindecirnadaperoseabrazóaél.—Estamosmuycercadelaisla,¿verdad?Nolehizofaltavolveramirarpararesponder.—Atracaremosenunpardehoras.Serámejorquenosaseemosynosvistamos.Noséquétendrá

preparadoelPortuguésperomejorestarprevenidos.—Mientrasleacariciabalaespaldaybesabala

mejillaquehabíaapoyadoen lasuyaañadió—:Dudoquenoshagabajardelbarco.Esmás,creoquenosmantendráencerradosaquí, almenos si fueseélyo loharía.Aunasí, serámejorque, almenos,estemosvestidos.—Sonrióydeslizósusmanosbajolacamisaparaacariciardirectamentelasuaveytibiapieldesuespalda—.¿Cariño?

MelalzólacabezaparamirarloaunqueempezabaanotarseatolondradaconesascariciasyeltonosuavedeMax.

—¿Umm?—Hoy ponte tu vestido. No creo que podamos bajar a tierra pero, si tiene preparada alguna

sorpresaesebellaco,prefieroqueteveanconturopaantesqueconesosprovocativospantalones.Ameliaempezóareírseporloprotector,posesivoy,sobretodo,celosoqueseponía.Nuncase

cansaríadeverloasí, lehacía sentirqueera importanteparaély casiunapartedeélmismoquequisieretenercercaatodacosta.Alzólascejasylomiróconunbrillopícaroenlosojosmientraspreguntaba:

—¿Provocativos?¿Deveras?SerioanteelgestodeMax,quelamirabaresignado.Lediounpequeñocacheteenunadesus

desnudasnalgasysonrió.—Niseteocurraponerteesospantalonesmásalládeestecamarote.Intentóparecerfirmeyenfadadoperoelsolohechodetenerlaentresusbrazoscasidesnuday

tener en su mente la imagen de Amelia con esa suave capa de seda dibujando cada uno de suscontornos,dificultabasuconcentración.Ameliasonrióconuntonoprovocador,acercandosuslabiosalosdeél.

—Pues…—Seremoviósobresuregazoprovocandooleadasdedeseosalvajeydeexcitaciónen Max que emitió un sonido parecido a un gruñido—. He de decir a su favor que sonextraordinariamentecómodosytan,tanligeros.

Max giró sobre sí mismo, llevándola consigo dejándola de espaldas al pequeño camastroacomodándoseentreesaspiernasquedejabanperfectamenteasualcancetodasusexualidad.

—Bruja.Suvozsonócasigruñendomientrasapretandosusnalgasconlasmanoslealzabalascaderasy

lasituabaparapenetrarlaconunaúnica,firmeyprofundaembestidaaltiempoqueseapoderabadesuboca.Ameliagimiódepurogoce,seaferróasushombrosmientraslorodeabaconsuspiernas,guiadaporlasmanosdeMax,queahoraacariciabanyabarcabansusmuslos,dándoleasíunmejorángulo y permitiendo que sus embestidas, ahora rítmicas y acompasadas con losmovimientos deella,fueranmásprofundas,másdirectasymuchomásplacenteras.

—Oh,Dios,Oh,Dios.—Logrósusurrarentreesforzadosjadeos.Alcanzaron casi al unísono la cumbre del placer quedando desmadejados y por unosminutos

con los cuerpos totalmente lacios y relajados. Max, que había dejado caer su cabeza sobre elhombro de Amelia, la alzó y gruñó antes de depositar un beso en sus labios, ella estaba tanexhaustaqueapenasreaccionó.

—Pequeña,vasasermiperdición.Acarició con los pulgares susmejillas por unos segundosmientras semantenía apoyado sobre

loscodosparaliberarlaunpocodesupesoauncuandoningunodelosdoshizomovimientoalgunoparaque saliesedeella.AAmelia tenerloasí cálido, llenándolay cubriéndola le encantaba,y aMax, permanecer dentro de ella le parecía un deleite imposible de comparar, aunque tendría quemoverseenpocossegundosporquesinovolveríaaendurecersesinremedioynopodríaparar.DenuevogruñóyfuecuandoAmeliaabriólosojos.Maxlabesóantesdedecir:

—Creoquedeberíamosmovernos…Peroellaleinterrumpióponiendolasmanosensusnalgasyalzandolascaderas.—Estoydeacuerdo,notevayasaún,Max,porfavor.Le dio un pequeño mordisco en el mentón y fue la perdición de Max, porque de nuevo se

encontróduroytandolorosamenteexcitadoquehubiesesidoimposiblesepararsedeella.Comenzó

a moverse suave, lenta y profundamente en su interior mientras la saboreaba, la acariciaba y sedejabatorturarporesaspequeñasysuavesmanos.Lasembestidassuavesfuerondandopasoaunasmásduras,enérgicasyapremiantesylassuavescariciasylostiernosbesosacasiimperiososroces,besos y pequeños pero feroces mordiscos. Cuando de nuevoMax cayó exhausto con un sonidogutural a medio camino de un gruñido, apenas podía reprocharse a sí mismo que su cuerpodesobedecieraasucabezacuandosetratabadeAmelia.Además,allí,conlacabezaapoyadaenelhombrosuaveytersodeMel,sehizounapromesaasímismo.Cuandosecasaseconella,pasaríansemanas sin salir de la enorme y cómoda cama ducal de Frentonhills, obligaría al servicio de lacasa ancestral a dejar bandejas de comida y bebida en la puerta una vez al día y mantendría aAmeliatanocupadaquenoseríaconscientedesieradedíaodenocheodesihabíapasadounooveintedíasdesdelaboda.Laibaatenerparaél,soloparaél,yaydeaquelqueosasemolestarles.Suspiróybesósucuellosonriendoanteesaidea.

—Tenemosquevestirnos,pequeña.Amelia asintió y lo besó ligeramente antes de que él intentare separarse de ella. Pero justo

cuandoibaamoverseAmeliaaferrósuspiernasentornoaélyalzólosbrazos,atrapándoloporelcuello.Suspiróylomiróunossegundosfijamente.

—Max—sutonoerasuaveperofirme,decidido—,teamo.Élsonrióysedejócaerdenuevosobreellacontodosupesoparapoderatraparlacomoellale

tenía atrapado a él.Con sus labios acaricióunade susmejillas, llevandoun caminodirecto a suslabios.Seseparóunoscentímetrosparapoderverbiensusojosyconlavozroncaporlaemociónmásqueporeldeseo,todavíalatenteencadapartedesucuerpo,respondió:

—Yyoteamoati,mipequeñatirana.Ameliaserioydespués,entrerisas,aflojandosuagarredijo:—Nosoytantiranacomotodospensáis,solosoyvehemente.Maxprorrumpióencarcajadaspara, acontinuación, incorporarseyayudaraAmeliaahacer lo

mismomientrasledecíaconpicardíayunamiradadeniñomalo:—Puespermítamedecirle,miqueridaseñoritaMcbeth,quelaamovehementemente.Minutosdespués,ambosestabanaseadosyvestidoseinclusoaAmelialediotiempoaafeitarlo

aunque solo ligeramente porque tampoco querían dar pie a preguntas innecesarias ni tampoco serpilladosconunanavajaquemanteníanescondida.

Max se pasó casi todo el tiempo bromeando con ella, flirteando y contándole chistes algosubidosdetonoparamantenerlaentretenidayconlamenteocupada,alejadadelajetreodecubiertay los ruidos, cada vez más cercanos, del puerto y del muelle. Tuvo que reconocer que ayudóconsiderablementeelqueunodelospiratasentraseconunabandejaconpanrancio,queso,algodefruta ligeramente en mal estado y agua. Después de tres días si apenas ingerir nada, Amelia sehallaba famélica, por lo que devoró todo lo queMax le iba pasandomás omenos en un estadoaceptableylamantuvoalbordedelataquederisaconsusbromasocuandoélledecíaquedebíade haber hecho un magnífico trabajo, pues si tenía ese apetito era debido únicamente a susmagníficamente ejecutadas actividades nocturnas y, siendo fiel a la verdad, también diurnas. Suschanzas y sus comentarios le provocaron muchas carcajadas, con lo que apenas se dio cuentacuando atracaron finalmente. Max suspiró relajado cuando, desde el ojo de buey, vio que elPortugués y algunos de sus secuaces descendían por la rampa al muelle, dejándolos a ellosencerrados en el camarote.La ideadever aAmelia enunpuerto llenode lapeor escoriade losmaresnoeraalgoqueleapeteciesellevaralapráctica,ymenosenlacondicióndeprisioneradeunpiratacomoelPortugués.

Lamantuvosentadaentresuspiernas,encimade lacama,con laespaldaapoyadaensu torso,mientrasél,aparentementerelajado,permanecíaconlaespaldaapoyadaenlaparedylosbrazosentorno a ella. Quería que se sintiera segura en aquel caos. Al cabo de una hora escucharonmovimientoenelmuellepor loque,denuevo,Maxseacercóalojodebueyypudocomprobarcómo docenas de hombres con aspecto de ser capaces de vender su alma por una moneda,

embarcaban. La nueva tripulación del Portugués. Pensó que con tantos hombres sería imposiblecualquier intentodehuida, almenosmedianamenteviable.Pero también tenía su aspectopositivo,conunanavetanpequeñacargadadetantoshombresydelosvíveresnecesariosparalosmismos,elPortugués severíaobligadoaviajar conmás lentitudpornohablarde lasdificultadesque, encasodeconfrontación,tendríaparamaniobrarelbarco.Decualquiermodo,advirtióaAmeliaque,ahora,eramás importante todavíanohacersenotarentreuna tripulación tannumerosaque,abuenseguro,iríabastantehacinadaynodemuybuenhumorporello.

Un rato después se sobresaltaron cuando se abrió abruptamente la puerta y la cruzaron doshombres con un aspecto sucio, descuidado…Max se puso de pie, pero de inmediato empezó areírse.

—¡Diablos!¿Quétehaspuestoenelcabello?Se acercó a grandes zancadas a los dos hombres mientras Amelia los miraba desconcertada

hastaqueunodeellos lamiróyfuecapazdereconoceresosojosverdesbajo toda labarbay lasuciedad.Lesonrióconfiadayasombradaalmismotiempo.

—Tambiénmealegrodevertey, sobre todo,deverossanosysalvosa losdos.—SeriocasialiviadoalveraAmelia,yseacercóaellaparaabrazarla—.Pequeña¿estásbien?

Ameliaasintió,aunqueconunpequeñoempujónloapartó.—Cliff—arrugólanariz—,contodosmisrespetos,apestas.Cliffserioacarcajadasycontestóconsarcasmo:—Bueno,siescontodostusrespetos…SeapartóyleestrechólamanoaMax.—¿Cómohasconseguidoseguirnostandeprisa?—preguntóMax.Clifflevantólacejayconsornapreguntóasuvez.—¿Dudasdemishabilidadescomocapitán?—Maxsonrió–.Esunalargahistoriaquepodremos

dejarparamásadelante,sinoosimporta.—Meimaginoquesihassubidoalbarco,especialmentecontanlustrosoaspecto,esporqueya

tienesunplantrazado¿verdad?Cliffsonrióyasintió.—Creo que lo mejor es que nos sentemos y os lo contemos con la mayor brevedad. El

Portuguésyelrestodelatripulaciónnotardaránenvolver.Amelia se sentó en el borde de la cama yMax la siguió y un segundo después, de manera

distraída,lecogíalamanoyleacariciabalaparteinternadelamuñecaconelpulgar,detallequenopasódesapercibidoaCliffmientrassesentabafrenteaellosenlasillalibre.Rolfpermanecíaenlapuertavigilando.CliffenarcóunacejaymirófijamenteaMax,limitándoseadecir:

—¿Unaconversaciónseria?Max asintió sonriendo como un colegial pillado en falta mientras que Amelia los miraba

interrogativamente,peroseabstuvodepreguntar,aunquetomónotamentaldehacerlomásadelante,cuandotodoellíoenelquesehallabaninmersoshubierequedadoatrás.

—Bien—dijo Cliff mientras apoyaba lasmanos en las rodillas—. El Portugués tiene previstozarparaprimerahoradelamañana,demodoquededicaráeldíadehoyaaprovisionarlanaveyaembarcaracuantospatanesconsigaenredarenesto.

—¿Cuánto sabes de sus planes, Cliff? Pretende recuperar su barco, que está atracado enMadeira—intervinoMax.

—Lo sé, lo sé.Antes de salir de Inglaterramandamos aviso al almirantazgo, demodo que sifinalmente consigue llegar hasta allí, se llevará la desagradable sorpresa de que lo estaránesperando,yconrefuerzos,además.—Sonrióclaramentesatisfecho.

—¿Finalmente?—DenuevointervinoMax—.¿Porquésospechoquepretendesacabarconestoantesdellegartanlejos?

Cliff sonrió de nuevo. Amelia pensó que era extraño verlo con ese aspecto, con el pelooscurecidoyesasropas,sinembargo,sumiradaysusgestosseguíansiendolosmismos.

—Elalmiranteestáancladoalotroladodelabahía,demodoquenosseguiráenmigoleta,esmás rápida que esta y no le costará darnos alcance en cuanto salgamos de las islas. Le iremosinformandoconseñalesdeluzcuandonosseaposibleyeslosuficientementehábilparaseguirnossinseravistado.

—Esosinmencionarqueelbarcovasobrecargadoyleresultarádifícilmaniobrar—corroboróMax.

Cliffasintió.—Además,dosdemisbuquesdebidamentearmadosyconlatripulaciónadecuadanosesperana

undíaymediodeaquíparaatracarlanavedemaneraprecisaydiríaqueinapelable.Maxsonrióentendiendoelplan.—Túy ¿cuántosmás? ¿Tres? ¿Cuatro hombres?Oshabéis coladopara aseguraros dequeno

nosocurrenadacuandolanaveseveaatacada,¿noesasí?Cliffserio.—Hemosnavegadodemasiadosañosjuntoscomoparanosercapacesdeleernosbienlamente

¿no es cierto viejo amigo? Somos seis en total y embarcamos como artilleros para no estardemasiadoalavistadelrestodelatripulación,yasabes.

Losdosserieronconciertacomplicidadycamaradería.—Y¿porquésencillamentenonossacáisdeaquí?—preguntóconciertomalestarAmelia.Losdoslamiraroncómosihablaseotroidioma,perofueCliffelquecontestó:—Elbarcoestá llenodehombresquenodudaríanniunsegundoenrebanarnoselpescuezosi

intentáramossalir,porotro lado,sinossalimoscon lanuestracapturaremosalPortuguésevitandoasíque,enelfuturo,seleocurratomarrepresaliascontracualquieradenosotros.Esfamosoporservengativo y rencoroso hasta la inquina.—Negó con la cabeza—.No, no.No podemos correr elriesgodequequedelibredeningunadelasmaneras.

Ameliasequedócalladaunossegundosyfinalmentedijo:—Comprendo.—Nonegaréquehayciertosriesgos.Cuandoseveanatacados,todosloshombresdeestanave

secomportaráncomoloqueson,hombressinescrúpulosquesevaldrándecualquiercosacontaldesalirconvidadelentuerto.—MirófijamenteaMax—.Oshetraídodospistolas.—SelassacódelaespaldadedebajodelasropasquellevabayselaspasóaMaxydespués,mirandoaAmelia,dijo—:Esperoqueno tengasquedemostrarnoscuántohamejorado tupunteríaestosañospero,almenos,estranquilizadorsaberquepodrásusarla,yquieroquenosprometasque,llegadoelcaso,nodudarásendispararcontracualquierasitesientesamenazadaoenpeligro.

Amelialomiróseriaycontestó:—Loprometo.DesdeladistanciaRolflaobservabayadmiróenesapequeñalamismadeterminación,valentía

yaplomodesucapitanay“ademássabeusarpistolas”,pensódivertido.—Sondedoblecañón,porloquetendréisdosdisparoscadaunoantesdenecesitarrecargarla.

Tomad,osdejoalgodepólvoraybalas,porsiacaso.Amelia,congestoseriocasimalhumoradoyconelceñofruncido,miróaCliff.—Aversiloheentendidocorrectamente.Laideaesatacarlesyabordarlescuandoestemosen

altamar,peroexisteunevidenteriesgoparatodosnosotros,nosoloporqueestaremosenelbarcoque va a ser atacado con cañones sino porque, además, estaremos rodeados de piratas que nodudaránenmatarnosoutilizarnosderehenesocualquierotracosaqueseleocurra,sicreenqueconesosalvaránlavida.—MirófijamenteaMaxydenuevoaCliff—.¿Escorrecto?

CliffyMaxsemiraronyamboscasialunísonodijeron:—Correcto.Ameliaasintióysuspiróconevidentedesaprobación,selevantósuavementeypreguntó:—¿Y no seríamás sencillo llevar a cabo ese plan si todos o casi todos los hombres de este

barcosehallan…?—Hizoungestoconlamano—.¿Cuáles laexpresiónqueMaxiusasiempre?

—Hizounamuecaconlaboca—.¡Ah,sí!Fueradecombate.Asintiendo con firmeza cruzó los brazos bajo su pecho ymiró con la ceja levantada a ambos

hombres,quelamirabanconcaradenocomprender,perofueCliffelquepreguntódespuésdeunapausa:

—¿Fuera de combate?—Miró aMax intentando comprender, pero comprobó que estaba tandesorientadocomoél.

Amelia puso los ojos en blanco y echando los brazos al aire dijo claramente ofuscada porencontrarseantedosmuros.

—¡BuenDios!¿Yvosotroseraiselorgullodelamarina?Porfavor,nomepresentéisalosmásineptos.

DesdelapuertapudieronescucharlascarcajadascontenidasdeRolfyamboshombressegiraronparamirarlo,peroalverlossimplementeseencogiódehombrosydijo:

—Capitán,nopuedenegarqueeshermanadesuesposa.—SeriomientrasqueAmelialomirabacon los ojos muy abiertos y cuando él vio su expresión concluyó—. Señorita es usted todo uncarácter.—Sonrió.

Amelianopudoevitarsonrojarsealmismotiempoprorrumpióenunassincerasrisasydespuéslededicóunabrillanteyorgullosasonrisamientrasledecía:

—Gracias.Meresultaustedmuysimpático.Rolfsonriósatisfechoyorgullosopreguntándosedivertidocuántasdamitashabríaen lafamilia

desucapitana.Maxcarraspeó.—Volvamosalasuntoquenosocupa,porfavor.—MiróaAmeliaconelceñofruncidoycierta

dosisdeimpacienciareflejadaenelrostro.Amelia giró sobre sus talones, dio dos pasos y se agachó para después ponerse de pie

sosteniendoensusmanoselpaño,aúnhúmedo,delashojas.—Bueno,supongoquepuedodisculpar,hastaciertopunto,aCliff,pornopodercontarcontodos

losdatos,perounhombreinteligentehabríapensadoenalgunaformademermarlasfuerzasdesuenemigodesdedentrosiescapazdeinfiltrarseentresustropas.

Cliffnegóconlacabeza.–¡Portodoslosdioses,niña!¿Tútambién?Hasestadoleyendoloslibrosdebatallasytácticas

militares¡Quécruz!ComosinofuesesuficienteconJuliannaahoratengoquelidiarcontigotambién.—Pusolosojosenblancoyechólacabezahaciaatrás–.BuenDios,damefuerzas.

Ameliaresoplóyponiendolosojosenblancoyrefunfuñandoparaellacasienunsusurrodijo:—Dios,líbramedelosnecios,losobtusosylosmarinosdecabezadura.Escuchólarisaahogadadelostres.MiróaCliff,peroenseguidaignorósucomentarioanterior,

sesentóenlacamaysobresuregazoabrióelpaño,dejandoalavistalashojas.CliffmiróconlacejalevantadaaMaxyesteconungestodelamanodijo:—Larga historia, baste decir que el anterior capitán de la nave debía coleccionar plantas

medicinales…Ellaempezóahablar,señalandocadaunadelosqueteníaensuregazo:—Belladona, solo he cogido las hojas que puedes utilizarse como narcótico. Mandrágora—

señaló—. Está sin curar, por lo que nos sirve como estupefaciente. Barbasco, tanto esta cortezacomosushojassepuedenusarcomonarcóticosaunquetambiéncomopurgantes.Boldo, lashojas,eninfusión,producenrápidamenteelsueñoyunaleveanestesiaentodaslasextremidades.

Cliff yMax semiraron con gesto de resignaciónmientras Amelia extendida frente a ella unamanocondostiposdehojasdistintaseinsistió:

—Cliff, creo que lomejor es quemachaques juntas la belladona y lamandrágora y luego leañadeslashojasdelboldomachacadasyunaspocasdebarbascoporsiacaso.—Lemostrócómo—.Ylasponesenlosbarrilesdeaguaodelvinooloquebebalatripulación,teaseguroqueenunpar de horas todos los que beban estarán tan adormecidos que difícilmente se tendrán en pie y

menos aún lograrán pelear. Tienen propiedades altamente somníferas, y si las juntas son hastapeligrosas,peronocreoquematemosaningunodeesoshombresporquebebanunoodosvasosdecualquier líquido que las contenga. —Hizo una pausa y miró a Cliff—. ¿Crees que podríaisencontrar los barriles que empleen mañana? No estoy segura de cuánto durarán los efectos, esdifícil de calcular pero imagino que mezclando estas dos especies más la belladona y lamandrágora—mirólashojasdesumano—,nocreoquecontemosconmásdeochohoras.

MaxempezóareírseantelaexpresióndeasombrodeCliff.—Y tú que pensabas que solo tía Blanche es una enemiga temible. –Se reía aún más con la

expresióndedesconciertodeCliff.—¡Oh,vamos,Cliff!—denuevohablóAmeliamirándoloceñuda–.Nodeberíasertandifícil.—

MiróaMaxyahoracongestorealmenteinterrogativopreguntó—:¿Osí?,laverdadesquenosécómofuncionaunbarco.

AhorasesentíamortificadaporhaberdadoporhechoqueseríafácilyhaberestadopresionandoaCliff.CliffempezóareírseytrasélseescuchabalarisadeRolf.

—EmpiezoacreerquelaarmadadeberíaestarenmanosdelasdamasMcbeth.Enpocosmesestendríamosunaarmadatemible.

DenuevoseriomientrasselevantabaytomabadelasmanosdeAmelialashojas.Lasobservóunossegundosypreguntó:

—¿Hedemachacarlasantesdemezclarlasconellíquido?Ameliaasintió:—Perorecuerdahacerlojuntas,creoqueservirámejoranuestrospropósitossilasmezclasala

vez, no solo porque los adormecerámás profundamente ymás deprisa, sino porque creo que susefectosseránmásprolongados.

Cliffasintió,cogióunpañuelo,guardólashojasenélylopusoensubolsillo.MiróaRolfylehizoungestoconlacabezaantesdevolversehaciaellosdenuevo.

—Serámejorquenosmarchemosantesdelevantarsospechas.Intentaremoshablarconvosotrosdenuevo,perodecualquiermaneranosmantendremoscerca,loprometo.

Max asintió.Cliff se acercó aAmelia, le depositó un beso en la frente y le dijo apretando sumano.

—Notengasmiedo,Maxyyonodejaremosquetepasenada.Juliannamemataríasivuelvesacasaconunsolorasguño.—SonrióigualqueMaxicuandolereprendíaJuliannaporunatravesuraconsiguiendograciasaesasonrisasalircasisiempreindemne—.Manténlapistolasiemprecontigo,tantosiestásenestecamarotecomosisalesfuera.Llévalaescondidaenlafalda,nosenotarásilamantienes oculta entre los pliegues demayor volumen, y recuerda que has prometido usarla si tesientesamenazada.

Amelialomiróyasintió.Rolfsacólacabezaporlapuertaycarraspeó.Cliffsedirigióhaciaélcasicorriendo.Segiróantesdesalirañadiendoentonojocoso:

—Portaosbienenmiausencia.Max sonrió con esa sonrisamaliciosa e irresistiblemientras queAmelia, sin saber por qué, se

pusodecolorbermellónalinstante.Pocodespuéssequedarondenuevoasolasconunasensacióndeeuforiaalgoexcesiva,peroenciertomodojustificadas.

Cliffrecorrióelbarcoincluyendoelcastillodeproa,lasbodegasylapartedelascocinasparacomprobar si era posible llevar a cabo el plan de Mel, y para su asombro no solo sería fácilaccederalascocinasyalazonadondeseguardabanlosvíveres,sinoquecomprobóque,unavezse llenase el barco con todos los hombres y con las provisiones, tanto los cocineros como lospropiosmarinerosacudiríanalosbarrilesqueestuvierensituadosmáscercadelaccesoalabodegapor el poco espacio que quedaría una vez zarpasen. Por otro lado, otros dos de sus hombresrecorrieron la cubierta, el alcázar y revisaron los accesos de la zona superior para, en caso denecesitar huir precipitadamente, poder hacerlo conociendo las salidas. También esto les produjocierta satisfacción y les dio algo de tranquilidad, pues en un barco con un espacio tan limitado y

cargadodeunaexcesivatripulacióneldesconciertoseríagrandeyseríafactibleaccederaunadelascuatrosalidasquehabíandescubierto.Pero lomejordeesamañanaestabapor llegar:Rolfsecolóenel camarotedel capitán sin servistoy tras localizar aCliff lo llevóhastaallí, nadamásentrar advirtió la razón de que Max le hubiere dicho que el anterior capitán de la nave debíacoleccionar plantas. Todas las zonas altas de las paredes del camarote estaban repletas demacetones, parterres y lianas con una considerable variedad de plantas y hierbas. TambiéncomprendióenseguidaporquéRolf se loenseñó.Entre losdos localizaron lasplantasque teníanlashojas idénticasa lasqueMel lesdioycogieronmásde todas,yaqueasípodríanponerlasenmás barriles y asegurar su estrategia. Al salir Cliff sospechó que la puerta debía haber estadocerrada con llave, de modo que le preguntó a Rolf, y cuando este se lo corroboró esperó queechandodenuevoelpestilloelPortuguésnosediesecuentadequealguiensehabíacoladoenélyansiófervientementequeregresasebastanteborrachodespuésdepasarunashorasenlatabernaparano darse cuenta delmásmínimo cambio.Más tarde le preguntaría a Rolf cómo demonios habíaconseguidoabrir lapuertay también, si enalgunaocasiónhabíaempleadosemejantehabilidadenalgunodesusbarcos.“Bueno…”,pensóalcerrarlapuerta,“…habráquecruzarlosdedos…”.

YaavanzadalatardeysinquenielPortuguésniloshombresconlosqueélsehabíamarchadohubierenregresadoaún,entróenelcamaroteelmismopirataqueleshabíallevadoalgodecomidapor la mañana con una nueva bandeja para ambos. Max se levantó antes de que saliese y lepreguntó:

—¿Elcapitánnodeseanuestracompañíaestanoche?El pirata, claramente sorprendido porque se dirigiese a él, contestó con un marcado acento

francésyclaroenfadoenlavoz:—El capitán ordenó que les diésemos desayuno y cena y no regresará hastamañana antes de

zarpar. —Se giró para irse, pero enseguida volvió a darse la vuelta para mirarlos y añadir—:Tambiénnosdiopermisoparadispararlessialgunointentabahuir.

Despuésdeesosemarchóycerródenuevolapuertaconllave.—Encantador—dijoMaxintentandorebajarlatensión.—¿EsbuenoomaloqueelPortuguésnoregresehastamañana?—preguntóAmeliaacercándose

alamesacuandoMaxlehizoungestoparaquesesentaseacomer.PorunsegundoMaxpensóendecirleque,probablemente,elPortuguésiríaenbuscadealguna

mujerzuelade tabernayque,ademásdeemborracharse,buscaríadesfogarse,yambascosaseranbuenas para ellos porque al día siguiente estaría con resaca y demejor humor después de haberpasadounashorasconunamujer.Finalmentedecidiósimplementeserpocodescriptivo.

—Supongo que regresará algo cansado, pero prefiero no averiguar si eso es bueno o malo.Algunoshombresdespuésdeunanochedeborracheraestándemalhumoryotrossimplementesolodesean descansar. No te preocupes por eso,mañana por la noche ya no nos preocuparámás esehombre,susestadosdeánimoymenosaúnsiellonosafectaenmodoalguno.

Se sentó sonriendoy simplemente empezóa comer.Cuando iba abeberde la cervezaque leshabíanllevadoAmeliase levantóy lequitó la jarraantesdehaberdadoelprimersorbo.Maxlemiróinquisitivo.

—¿Porqué?——logródecirantesdequeAmelialeinterrumpiese.—SinoteimportaprefieroquebebamosdelajarradeaguaqueteníamosaquíporsiaCliffsele

ha ocurrido usar ya las hierbas.Quizás, simplemente, no vaya a tener oportunidadmañana y paracerciorarsedepoderenvenenarlosbarrileshayapuestoyalashojas.—Selevantó,abrióelojodebueyytiróalmarelcontenidodelajarra.Sevolvióasentardejandoenlabandejalajarravacíayañadió—:Mejornocorrer el riesgo.Prefieroquepases lanochecon tus sentidos intactos si no teimporta.

Max se rio y lamiró con esa petulante y satisfecha sonrisa autocomplaciente que a ella no legustaba especialmente pero que reconocía le provocaba un repentino cambio de su temperaturainterior.

—¿Porqué?¿Quieresquetemantengaocupada?Ameliaseriotambiénysesonrojóunpocoantesdeseñalar:—Nomeimportaría…perocreoquemegustarámássaberquesipasaalgorepentinamenteserás

capazdereaccionar.MaxcomprendiódeinmediatoqueAmeliaestabamásasustadadeloqueaparentaba,ytambién

preocupadaportodoelmovimientoqueduranteeldíahabíanescuchadoenelbarco,asícomoporloquesucederíaaldíasiguiente.SelevantódelasillaehizoqueAmeliaselevantasedelasuyaparapodertomarélsuasientosentándola,acontinuación,sobresuregazo.

—Mel.Notengasmiedo.Estoyaquí.Contigo.Nodejaréqueteocurranada.Teprotegeré.Ellaresopló.—¿Yquiénteprotegeráati?Apoyólacabezaensuhombro,puesnoqueríaquevieseelmiedoqueleprovocabalaideade

queaéllepasasealgooqueelPortugués,sisevieseacorralado,llevaraacabolaamenazaquelehizoelprimerdíadeacabarconsuvidaenvenganza.Maxlecubriólacinturaconunbrazoyalzóelotroparapoderacariciarlelamejilla.

Leenternecíalopreocupadaquesiempreestabaporél.Enlosúltimosañoscuandosedespedíadeellaantesdezarparaalgunosdesusviajes,siempreledeseabasuerte,perosobretodoleinsistíaenquetuviesecuidadoylohacíaconunaternuraqueleconmovíayaentonces.

—Mel,cariño,nomevaapasarnada,aningunodelosdos.Labesóenlasienmientrasellasedejabaabrazaryacariciar.Despuésdeunosminutossuspiróy

alzandolacabezaparamirarlodijo:—Entonces,¿tomamosnuestraúltimacena?—Lesonrió.Maxserioyasintió,ycuandoellaibaalevantarseparasentarseenlaotrasillaéllaretuvo.—Sino te importamegustaestapostura.—Lebesóprovocativamenteel cuello—.Perocomo

tengomismanosocupadastecorrespondedarmedecomer.De nuevo la besó mientras cerraba su abrazo. Amelia se rio casi como una niña traviesa

disfrutando de sus suaves caricias y alargando la mano para coger del plato de embutidos unaslonchasydespuésunpocodepanseremovióensuregazoparapodermoversemejor.

—Estábien,tedarédecomersiprometesquedespuéspagarásdebidamentepormisservicios.LeacercóunbocadoaloslabiosytrasdevorarlosinparardesonreírMaxcontestó:—Miinsaciablecamarera.—Besódenuevosucuellomientrasellalepreparabaotrobocado—.

Verésiencuentrounaformadepagoadecuadaysatisfactoriaparaambos.Amelia se rio mientras le daba otro bocado ymirándolo provocativamente aunque con cierto

tonodefalsainocenciaensuvozcontestó:—Mientrasesepagomesatisfagaamí.Maxdenuevoserio,peroestavez tomóotro tipodebocado.Trasunosminutosdedeliciosos

“entremeses”, Mel se apartó, y sonriendo con los labios aún enrojecidos después de ser mediodevoradadijo:

—Simeconviertoenelprimerplato,milord,creoqueexigiréunagratificaciónextra.Maxmiró la bandeja de la comida, después aAmelia y,mientras se ponía en pie con ella en

brazos,murmuróprovocativamente:—Creoqueteacabasdeconvertirenmiplatoprincipal.De nuevo la besó y la llevó hasta la cama mientras ella se reía con los labios de Max

devorándolarealmente.Casi dos horas después Mel se separó de los brazos de Max, se puso la camisola y los

pantalones de seda y cogió la bandeja con la comida. La llevó a la cama, dondeMax le hizoespacioparaquesepudierasentarycolocarlabandeja.

—Bueno,milord—dijoAmeliapreparandounbocadoyllevándoloaloslabiosdeMax,queloatrapóenseguida—,creoqueaúnledebopartedemisservicios.—Sonrióytambiéncomióunpocode fruta, pasándole a Max de inmediato un nuevo bocado—. Umm. —Observó al detalle el

contenido de la bandeja—.No recuerdo haber visto este tipo de carne antes ni tampoco esto.—Señalóuncuencoconunaespeciedecremaespesa.

Maxinspeccionóelcontenidodelabandejaydespuéscontestó:—Supongoque han llenado la bodega de víveres y estos son productos que abundan en esta

zona.Aver,meparecequeesto—señalóelcontenidodelcuenco—esunaespeciedecremadulcede leche de coco y bananas y las carnes… bueno, no lo sé, supongo que serán de especies deganadoautóctonas.Enestetipodeislassecomeninclusoalgunosinsectos.

Ameliaabriólosojosalarmada.—¿Insec-insectos?Maxserio.—No te alarmes, cielo, no veo ninguno por aquí, pero, enmuchos sitios, comen insectos. En

muchospaísesorientalesconsideranmanjaresalgunosdeellos.Hevistocomersaltamontes,arañaseinclusoescorpiones.

Amelia hizo ungesto de disgusto ymiró la comida fijamente, asegurándose de nover ningunacosarealmenteextraña,despuésmiróaMax,dándoleunnuevobocado.

—¿Algunavezhasprobadoesascosas?—Creoquelaúnicavezquemeheatrevidoacomeralgoenapariencianodemasiadoagradable

fueenFrancia,lasancasderana,y,sinceramente,nolasrecomiendo,pormuchoquelospaladaresmásexquisitosloconsiderenunadelicatesen.

—Sí,sí,recuerdoqueelcondetambiénhablóenalgunaocasióndeelloporquealacondesaleresultóunplatodelicioso, segúndecía,estuvohorrorizadodurantesemanas.—Serio—.Creoquefueenelviajedebodas,supongoquequedóimpresionadoporlosgustosculinariosdelacondesayaúnnoseharepuestodelsusto.

Losdosserieron.Duranteunbuenratodieronbuenacuentade lacomidamientrasbromeaban.Amelia reconoció que esa especie de crema dulce le resultó especialmente deliciosa, ya que conella estuvieron muy, muy, pero que muy ocupados gracias a algunos trucos que Max conocíarelacionadosconlacrema,lapielyciertasformasdesaborearambasalmismotiempo.

Cuando Amelia se durmió, al fin, la luna se hallaba en su cenit,Max la tapó con su gabán,convencido de que esa leve prenda de seda apenas si servía para cubrir ese bonito cuerpo, y seincorporóparaquedarsentadoenun ladode lacamacon lacabezadeMelenel regazo.Queríaasegurarse de que descansase, porque el día siguiente probablemente fuere especialmente arduo.Además, ni el Portugués ni sus secuaces habían embarcado aún y quería estar atento, dado quedesdeelojodebueyseveíalapasareladeembarqueypodríacomprobarfácilmenteelestadoenel que llegaban. Esperaba que lo hiciesen totalmente borrachos, porque eso facilitaríaconsiderablementeelplandeCliff,puestoquelanaveseencontraríaconelcapitántemporalmenteindispuesto,especialmenteaprimerahora.

Durante unas cuantas horas se relajó observando a Amelia dormir, o cerrando los ojos aunpermaneciendodespierto,acariciándoleelpelo,loshombrosyesepreciosocuello.

Calculó que faltaba una hora para el alba cuando el Portugués embarcó “maldición, estátotalmentesereno.Solohabrábuscadocompañíafemenina…”,gruñó,peronosemovió.Alcabodeun rato la puerta del camarote se abrió con fuerza, lo que la hizo chocar demanera estruendosadespertando aAmelia, que casi se incorporó de un brinco.Max la sujetó para que no se asustasemientrasveíacómoelPortuguésseplantabaenmediodelahabitaciónycruzabalosbrazosensupecho.

—Bom dia, capitão, senhorita, veo que han descansado… Mejor, porque estoy seguro quequerránaprovechar susúltimashoras juntos.—Maxnotó la tensiónqueseapoderódelcuerpodeMel, se acercó a su cuerpo suavemente—. Mañana a estas horas estaremos frente al puerto deMadeira, donde recuperaré lo queme pertenece y usted—miró con frialdad aMax—pagará ladeudaquemedebe.

Maxsonrióycontestócondesdén:

—Siloestimanecesario.AAmelia se le erizaron los pelos de la nuca por el tono suave, casimelodioso, que empleó,

sabiendo por la expresión del Portugués que eso le enfureció. El pirata le sostuvo la miradafijamenteunossegundos,ydespuéssemarchóagrandeszancadas,perodesdeelumbraldijoconuntonoqueeraunaclaraamenaza:

—Loestimonecesario,sinlamenorduda,capitão.Tras cerrarse la puerta, Amelia se volvió paramirar aMax, pero este simplemente sonrió, le

acariciólamejillayacercósuslabios.—Mañana a estas horas estaremos camino de casa, él estará preso o muerto y tú y yo nos

centraremosencosasmásinteresantes.La besómientras la encerraba en un fuerte abrazo.Amelia sabía que solo quería distraerla y

tranquilizarla, y tras unos pocos segundos poco le importó, se dejó llevar por esos labios, esalenguayesecuerpoqueseadheríatansugerentementealsuyoymandóaldiabloalPortugués,asubarco y a todo lo que no fuese Max, ella y ese calorcito tan agradable de sus entrañas. MaxinterrumpióelbesoconunaclararenuenciadeAmeliaysepusodepie,llevándolaconsigo.

—Cariño—la besó ligeramente en los labios—, será mejor que nos vistamos y que estemospreparados—.Ameliasimplementelomiróconlaspupilasdilatadasydisfrutandoaúndeeseabrazo—.Cielo.—Max se separó de ella cuando estuvo seguro de que semantendría firme sobre suspropios pies, sonriendo incluso divertido por conseguir ese efecto en ella cuando acababa deescuchar cómo les amenazaban—.No te olvides de coger tu pistola y esconderla bien entre tusfaldas.

“Ymás tarde seréyoelque se escondabienentre tus faldas, omás concretamentedebajodeellas”,sonrióyconunleveempujoncitolaguiohacialajarradeagua,eljabónylapalangana.

Mel,porfin,reaccionó.Seaseóysevistiósinrechistar.Max,divertido,lamirabadehitoenhitomientrasélhacía lomismo, sabiendoque,probablemente, esa seríaunade laspocasvecesen suvida que conseguiría queMel obedeciese una orden directa demanera tan diligente, sin rechistar,discutirohaceralgúncomentario.

Melcogióunvasodeagua,sesentóenlamesayextendióeltrapodondeguardabalashierbas,seleccionóunasylastrituróparaacontinuaciónmezclarlasconelagua.Sebebiótodoelcontenidoehizounmohínderepulsiónaldejarelvasodenuevosobrelamesa.

Maxlamiróconlacejalevantada.Ellasacudióloshombroscongestodedisgustoporelsaborydijo:

—Enrealidad,sesuponequehayquehervirlas,ynosésiserviránsolamentemachacadas,pero,desdeluego,nosepuededecirqueseansabrosas.

DenuevoMaxarqueólacejayellalomiróseriacomosiaúnleresultaseincomprensiblequenoentendieseloquehacía.

—Lasnáuseas,¿recuerdas?,comohasdicho,mejorestarpreparados.Max echó la cabeza hacía atrás y empezó a reírse a carcajadas para, a continuación, tomar a

Meldelamanodándoleunpequeñotirónparaponerladepieatrayéndolahaciaél—Ay,amor.—Depositóunbesoensufrenteymantuvosuslabiosahí—.Nocambiesnunca.Melalzólosbrazosytambiénlacara,ofreciéndoleloslabiosdespuésdedecir:—Nocreoquepudieselograrloniaunquelointentase.Trasbesarla,Maxlamiró.—Tienesrazón.Nosonmuysabrosas.Mellediounpequeñogolpecitoenelhombromientraslereprendíadiciendo:—Esonohasidomuygalante…—fruncióelceño—,milord,deberíadecirquemisbesosson

siempresabrosos.Maxserio.–Querida, ¿ymentir?—Negó con la cabeza–. Eso no lo haré jamás.—Mel sonriómuy a su

pesar,élacercósuslabiosasumejillayañadió—:Perocomonopuedomentirlediré,milady,que

susbesoshansidosiempremuysabrosos,porloquehederogarleencarecidamentequenovuelvaatomarsemejantebrebajenuncamás.

Melserioydespuésbesósumejilla.—No volveré a hacerlo, espero. —Se separó de él y añadió—: Pero como me resulta muy

agradable ser besadaporvos,milord, creoquepuedo remediar, para tranquilidadde ambos, estasituación.—Sacóelbastoncitoparalosdientesqueleshabíanproporcionadoconlascosasdeaseoylospolvosparalavárselosyselosenseñóantesdeusarlos.

Max se rio ymientras ella terminaba, se sentó para ponerse las botas, guardó la navaja en laderechacomoerasucostumbreylapistolaenelbolsillointeriordelgabán,quedespuéssepondríaparasalirdelcamarote,dejándolosobreelrespaldodelasilla.AntesdeponersedepieseencontróconAmeliasentándoseensuregazoyalzandosusbrazosalrededordesucuello.

—¿Max?—Élyaestabacentrandosuatenciónensuadorablecuello—.¿PorquéhabráentradoelPortuguéssoloparadecireso?

Maxalzólacabezaparapodermirarla.—Enrealidad,nohaentradoparadecirnadasinosoloparahacernossaberqueestabadevuelta.

Intentabaintimidarnos.Omásconcretamente,intentabaintimidarmeamí.—Ah —no añadió nada más, simplemente lo miró. Max iba a acariciarle la mejilla para

tranquilizarla cuando le sorprendió diciendo—:Pues no lo ha hechomuy bien, ¿no te parece?—Sonrióarrogante.

Maxtuvoquecontenerseparanosoltarabruptascarcajadas,sonriendocontestó:—Denuevo,pequeña,teruego,no,tesuplico,unapromesasolemnedequenocambiarásnunca.

—Labesótiernamente—.Definitivamente,vasasermiperdición.Teadoro,Mel.Ellariotontamenteyserpenteósobreélparacolocarsemejordentrodesuabrazo.Despuésde

esoAmeliasederritióentreesosfornidosyvaronilesbrazosmientraslabesabaylaacariciabatanposesivamente que se preguntaba cómo podría unamujer no sucumbir a un placer como ese. Eraimposible,pensaba,imposible.

Max la mantuvo el resto de la mañana entretenida con besos, caricias, conversandojuguetonamenteconella.Aunasípermaneció,entodomomento,atentoalosruidosdelbarco, lasvoces,lospasoscercadelcamarote,lasórdenesdadasdesdeelpuenteenvozalta,gritandoparaque las escuchasen los marineros que estarían en los palos maniobrando con las velas. Mel losabía, lonotabacadavezqueelgrisdesusojosdominabaalazulconvirtiéndolosumiradaenelfrío espejo del marino, del militar que en esos momentos latía dentro de él. Por ello, procurómantenerse tambiénconeloídoysussentidosalerta,peroencuantoMax la tocabao labesaba,aturdíatodossussentidos,poresolohacíaelmuytruhan.

PasadoelmediodíaAmeliapreguntóaMaxsicreíaqueelplanestabadandoresultado,yaquenoleshabíanllevadonieldesayunonielalmuerzoyapenasescucharonmovimientoenelúltimopar de horas en la partemás cercana a la puerta de su camarote.Max se limitó a encogerse dehombros,perollevabaunbuenratodepie,enunaposiciónmuytensayconelgabányacubriéndoleelcuerpoapesardelcalorqueempezabaahaceralgoasfixianteelairedeaquelcamarote.Estabamuyconcentradoenlosruidosdelbarco,enlasórdenescadavezmásespaciadaseneltiempo,seescuchaban dar desde la parte más lejana de la cubierta hasta que, con ambos en un cautelososilencio,sedejódeoírruidoalguno,puesapenasseescuchabanadadentroelbarcosoloelcrujirdelamadera,elaguagolpeandoelcasco,elmovimientodelasvelasporelvientoylevesgolpesenlacubierta,peronoseescuchabanvoces,nipasosdehombres,ni…

Confuerzaseabriólapuertadelcamarote.Enunabrirycerrardeojossevieronrodeadosporvarios piratas furiosos encabezados por el Portugués, que les apuntaba con un arma y lesmirabafuribundo.

—¡Vamos!—gritómientrasconunmovimientodelapistolaseñalabalapuerta.Fueron separados por varios hombres.Max quedó sujeto por ambos brazos por dos enormes

piratas,grandescomogigantes, teniendodelanteydetrásdeélotrosdoscontrolándolo.Max los

reconocía de haberlos visto cruzar la pasarela esa mañana con el Portugués. Amelia tenía a suespaldaaotrosdospiratas,sinembargo,loquelaasustófuequeelPortuguéslasujetóconfuerzaporunbrazo,obligándolaapermanecermuycercadesucuerpo,algoadelantadaysirviéndoledebarreramientras,además,leapuntabaenelcostadoconlapistola.

—¡Fuera!—volvióagritar.Con un empujón guio a Amelia a seguir los pasos de Max, que era sacado a la fuerza del

camarote.Conpasosbruscos,golpeandolasestrechasparedesdeesepequeñocorredorsalieronalacubiertadondeyacíanmuchosdelosmarinerosdelPortuguésinconscientesoenunestadosimilara laembriaguezextrema.Ameliarioparasusadentrosperoprocurónohacerningúnmovimientooruido que alterase al Portugués, que seguía apoyando el cañón de la pistola en su costado yempujándolaviolentamentemientrascruzabantodalacubiertahastallegaralalcázar.

AunqueMaxera empujadodelantede ellosporvariosde esoshombres, todos armadoshastalos dientes, no dejó demirar para atrás, cerciorándose de queAmelia también era llevada en lamismadirección.PorelrabillodelojoencuantosalieronaplenosolvislumbróaRolfyaotrodeloshombresdeCliff semiocultosdetrásdedosbultosa su izquierday,másadelante, también, suexpertoojovioelmovimientodeotrosdoshombresaparentementepreparadosparalucharcercadelpuente.Encuanto sehalló en el primer escalónque subía al alcázar consiguióver elmovimientoquehabíahechoCliffdesdesuesconditejustodetrásdeltimónparahacerlesaberqueestabaallí.

Nadamásencontrarseenelcentrodelalcázar,aMax,quepermanecía fuertementesujetoconlos brazos a su espalda, los piratas le hicieron girar, quedando en la dirección contraria al vientopero mirando a la cubierta. Pudo entonces comprobar cómo, sobre esta, se hallaban los pocoshombresdelatripulaciónqueparecíandespiertosenunestadodesemisomnolenciayaturdimiento,manejablesinclusoporunniñodediezaños.Elrestoparecíaprofundamentedormido,ysinofueraporqueconocíalarazóndeeseestado,pensaríaqueestabantotalmenteebrios.MiróalPortuguésypor la forma en quemiraba a sus hombres estaba convencido de que él creía que estaban todosborrachos.

—Bastardos,patanes…—refunfuñabarealmentemolesto.—Debería haber advertido a su tripulación que no abusasen del alcohol hasta el final de su

aventura,capitán—Maxlohostigó.—¡Cállese,maldito inglés!—leespetómientrascon lacabezahacíaungestoparaqueunode

esoshombreslegolpease.Maxrecibióvariosgolpesenelestómagoyotroenlamandíbula,yaunasísiguiósonriéndole

desafiante.LamiradadelPortuguéssecentró,derepente,enlaproadelbarco,yMaxsiguiósumirada.Vio

lagoletadeCliffacercándosemuyrápido,mientrasporelotroladoseempezabanacolocardesdeladistanciadosgrandesnavesparaelataqueabordajedelaembarcación.Lostendríanencimamuypronto.DenuevoespoleóalPortugués.

—Creo,capitán,quenosvanaabordarysushombresnoparecenmuydispuestosabatallarestamañana.

ElPortuguéslomiróyleapuntóconelarma.—Cállese,olematoaquímismo,estúpidoinglés.Maxvolvióasonreírle.Ameliaestabaapuntodegritarlequesecallase.Nolograbaentender

por qué le estaba alterando de ese modo, ¿qué lograba con hacerle perder los estribos? Iba aconseguir que lo matase. Con horror vio cómo el Portugués apuntaba a Max, de repente, fuezarandeadayempujadacontraelcuerpodelPortugués,quedandosuespaldabruscamentepegadaal pecho de este, que cambió su agarre pasando el brazo por la cintura de Amelia, sujetándolafirmemente contra él mientras de nuevo cambió la dirección de su pistola, que pasaba a apuntardirectamenteasucabeza.VioenunaráfagadetiempocómolosojosdeMaxsedilataron,pasandoadenotarunhorrorevidente.

—No haga ni diga nada más o lo último que verá antes de morir será la sangre de su linda

cabecitabañandolamadera.Maxsequedóclavadoenelsitioconelrostrocomoeldeunaestatua,blancoytanrígidoque

pareceríasinvidasinofueseporelfuegoyelbrilloasesinoquesalíaaraudalesdesusojos.—Silehaceelmenordañolodespellejarévivoydespuéslocolgarédelpalomayor.Lo dijo sin alzar la voz pero con una frialdad y un odio que a Amelia le heló la sangre. El

PortuguésvolvióamiraralhorizonteydespuésaMax,amenazandofuriosoacontinuación:—Siesunbarcodelamarinalesutilizarécomorehenesperosino,almenosmeserviráncomo

mercancíaparavender.Miródenuevoloscuerpostendidosdelacubiertamaldiciéndolosatodos,siendoconscientede

quenopodríahacer frentealbarcoque se lesacercabayqueno ibaapasarde largoporque sedirigíadirectamentehacíaellos.

MaxmirórápidamenteaCliffyesteaMaxycomprendieronenseguidaquedebíanactuareneseinstante,pueselPortuguéshabíadirigidomomentáneamentesuatenciónhaciaotrolado.Cliffsaliódedondesehallabaocultoal tiempoquedisparabaaunode loshombresquesujetabaaMax.Apartirdeeseinstantetodoocurriótandeprisaqueresultabaconfuso.Max,deunviolentoempujón,sezafódelsegundohombrequelemanteníasujetolanzándosedeinmediatocontraelPortuguésyAmeliamientrasqueCliffyelhombretrasdeélseencargabandelosotrospiratasquehabíaenelpuente.

El Portugués se vio sorprendido y sin tiempo para reaccionar se encontró empujado contra elsuelollevandoconsigoaAmeliaque,porunsegundo,seviorodeadaporelcuerpodelPortuguésyel deMax mientras sentía el fuerte golpe en el hombro que se daba contra el suelo. Viéndoseliberada del brazo del Portugués al ser agarrado por Max, se quedó tendida en el suelo, algoaturdida,escuchandoalosdoshombresforcejear,undisparojustoasulado,otrosdos,notres,unpocomásalejados.

Denuevo,unosfuertesbrazos la levantarondelsueloy laempujabancontrauncuerpoyactoseguido una fría hoja de metal le apretaba la garganta mientras la sujetaban tan fuerte que lecausabaundoloragudonosoloenelbrazo,sinotambiénenlascostillas.Apenaspudogemir.AlzólavistayfrenteaellavioaMaxincorporándoseconciertadificultadyenseguidacomprendióqueeraporquelehabíadisparado.Veíacómounodeloscostadosdelacamisaquedejabaverelgabánqueaúnlecubríacomenzabaabañarsedesangre.

Amelia cruzó sus ojos con él. Sus miradas permanecieron fijas el uno en el otro apenas unossegundos.JuntoaMaxsecolocóCliffapuntandoconunapistolaalportugués.Maxsacóotradesugabánehizolomismo.

—No tiene escapatoria. Déjela y puede que no le dispare en este instante—dijoMax con unbrilloasesinoenlosojos.

ElPortugués la apretómás contra él y la obligó a alzar unpoco la cabezay a echarla haciaatrás al apretar la hoja contra su cuello.Los dedos deMaxy deCliff se tensaron alrededor delpuñodesuspistolas.

—Ydarleselplacerdeahorcarmedespués.No,bastardos,amínomecolgaránlosingleses.Diounempujónhaciaatrás,obligandoaAmeliaacaminardeespaldaspegadaaél.Bajarondel

puenteseguidosdecercaporMaxyCliff,quemanteníansuspistolasenalto.—Voyamatarlo.—AmenazóconunavozroncaMax.VeraAmeliaenmanosdeesehombreleprovocabaunaviolentairaasesinaperoversupequeño

cuerpoatrapadocontraelsuyoconlahojadeuncuchillocontrasucuelloleestabahaciendosentirun terror desconocido, y peor fue notar cómo cada movimiento de la mano del Portuguésamenazaba con cortarla, empezaba a entender la expresión “verlo todo rojo”. Era, además,conscientequeunmalmovimiento,untropiezooungestoviolentopodíansesgarlelavidaaAmelia.Elmiedoyelfríorecorriendoviolentossusvenasdejándoloaunpasodelaparálisis,eraaterrador.Porprimeravezensuvidasesentíaimpotenteyalmismotiempounasalvaje,animalyprimitivafuriaquelellevaríaadescuartizaraesehombreynadieseloimpediría.

LlegaronhastaelcamarotedelcapitányelPortugués,deunempujónconlapierna, loabrióyllevóconsigoaAmelia.CuandohubieroncruzadoelumbralAmeliaescuchótrassuoreja:

—Ciérrala.Apenas podíamoverse. El brazo que tenía libre pareció responder por ella, y tembloroso se

entendióyempujóaduraspenaslapuertahastacerrarla,quedandoelladentroconelPortuguésyMax,Cliffydosdeloshombresdeestealotrolado.

Comoambospermanecíanmirandoendirecciónalapuertaningunosepercatódelapresenciaasu espalda de un hombre. De nuevo, Amelia se vio empujada hacia un lado, notando con elmovimientocómoelfríometalrasgabasupiel.Desdelaposiciónenelsueloenlaquesehallabavio alPortugués forcejeando conunhombre.Rolf, ¡eraRolf!Variosgolpes, elmovimientode lapuertaabriéndosetanviolentamentequesaltaronlosgoznesyundisparo.

Por un breve instante todos los que estaban en el camarote parecieron estatuas, todosparalizados,todosfijosensusitio.cayóalsueloconlosojosmuyabiertos,unamuecadedolorenel rostroyelcuchilloen lamano,quemientrascaíaal sueloparecía irdeslizándosedeentresusdedos.Rolf frente a él jadeaba, con un corte en el hombro que empezaba a sangrar y alzaba lamirada hacia lo que hasta ese momento había quedado a la espalda del Portugués. Hacia esadirección también se giraron las cabezas de los tres hombres que acababan de entrar a tropelmientras lapuertacolgabaprecariamentedesus junturas.TodosmiraronaAmelia,quepermanecíaderodillasenelsuelo,conelbrazoextendido,unapistolahumeanteensutemblorosamanoylosojosasustadosenlosqueempezabanaasomarlágrimas.

—Iba,iba,ibaaclavarleelcuchillo,iba…—Suvozeratantemblorosacomosumano.Maxseacercórápido,searrodillófrenteaellayquitándoledelasmanoslapistolaladejóaun

ladoyenseguidalaabrazó,temblandotantocomoella.—Mel—susurrócontrasucuello.Laslágrimasyaestabancubriendosurostro,yconlavozahogadacasirota,conlavistafijatras

elhombrodeMax,quecadavezlaapretabamásfuertepreguntó:—¿Está,estámuerto?Maxseseparódeellasolounpocoparasujetarleelrostroentrelasmanos.Estabatemblando,

tanasustadaqueaMaxledesgarrabaelalma.Laestrechócontrasucuerposujetándolelacabezacontrasupecho.

RolfsecolocóalaespaldadeMax.—Gracias,señorita.Ledebolavida,ibaahundirmeelcuchilloenlastripas.Gracias.Mel alzó la cabeza para mirarlo con los ojos llenos de lágrimas y con la barbilla aún

temblorosanopudodecirnada.Rolfasintióconlacabezaydenuevodijo:—Gracias.Clifflepalmeólaespaldaymirósuhombro.—VeconMartínaquetevendelaherida, telacuraremosencuantoelalmiranteenganchelas

dosnaves.Ellosseencargarándeencerraraesosdeahífuerayalosqueestánabajo.SeacercóaMaxyaAmelia.LedioungolpeaMaxenelhombroque,envezdeincorporarsey

soltaraAmeliacomopretendíaCliff, loquehizofueponersedepiellevandoconsigoaAmeliaycerrarsusbrazosentornoaellaycubrirladeltodo.Cliffsonrió.

—Max,sueltaalapequeña,nolahemossalvadoparaqueahoramelamatesporasfixia.MaxsegiróparapodermiraraCliff, llevandodenuevoconsigoaAmelia,yaunqueaflojóel

abrazo no la soltó, y ella no parecía querer que lo hiciera porque con la cabeza apoyada en elpechodeMaxloúnicoquehizofuesonreírtímidamenteaCliff.

—Teperdonolaimpertinencia,amigo,porquevasasermipadrino—dijosonriendo.Cliff estalló en carcajadas mientras con la mano acariciaba el rostro enrojecido de Amelia,

despuéslamirófijamenteypreguntó:—¿Estásbien,pequeña?—Melasintió.Clifffruncióelceñobajandounpocoladireccióndesus

ojos—.Max,sueltaamihermanaunmomento—añadíaal tiempoqueapartabaunodelosbrazosde Max para liberarla. La hizo ponerse mirándolo y sujetándole el mentón le alzó la cabezamientras ladeaba la suya y miraba con gesto de desaprobación—: Tienes un corte, Mel, no esprofundoperoquerría…

No llegó a terminar la frase porqueMax la cogió, la alzó en sus brazos y la llevó hasta lamesa,dondelasentódejandosuspiernascolgando.

—Notemuevas—dijonervioso.Segiró,miróaCliffdisgustado—.¿Quéhacesahíparado?Veabuscarayuda,¡Vamos!¿Novesqueestáherida?—AlverqueCliffsimplementelemirabamientrascomenzaba a alzar los labios con una sonrisa burlona, añadió como si estuviese arengando a sustropas—:Notequedesahí,zoquete,¡Muevelospies!

Amelia,porencimadelhombrodeMax,miróaClifftotalmenteruborizadaehizoungestoconloshombroscomodiciendo,“amínomemires,ellocoesél”.

Cliffprorrumpiódenuevoencarcajadasysegiróparasalirdelcamarote.—¡Por todos los diablos!—decía entre risas, y con un tono burlón añadió—:Ni un “gracias,

amigo”, un “te debo una, compañero”, o un “¡eres un héroe!”. No, no, el muy patán me llamazoquete yme convierte en sirviente.—Se giró al llegar a la puerta y alzando las cejas con unasonrisatriunfantemiróaMax,queseguíaenfurruñadomirandoalternativamenteaAmeliayaCliff,señaló—:Recuerda,muchacho,queeslafamiliadelanovialaquehadedarsuconsentimientoalenlace. —Acto seguido esquivó un objeto de la mesa que Max le arrojaba. Empezó a reírse ymientras se marchaba decía—: Iracundo, mal genio, posesivo, autoritario… No sé, no sé. Noparecesunpretendienteapropiadoparamihermanita.

Amelia y Max escucharon las risas de Cliff más allá de la puerta. Max volvió a centrar suatención enAmelia, se quitó el gabán, que dejó caer al suelo, y puso lasmanos alrededor de sucuellocondelicadeza,acariciándolo

—¿Teduele?Cariño,losiento,esculpamía.Esemalditotesecuestrópormiculpa.—Max,estoybien,noduele.—Mintió—.Soloesunrasguño.Lamiraba preocupado, alterado, “¿asustado?”, se preguntabaAmelia. Tenía el corazón en un

puño, tan conmovida, tan feliz de verle a salvo. ¿A salvo?De repente recordó que él sí estabaherido, su expresión cambió, se tornó en alarma, enmiedo. Saltó de lamesa y empezó a tocar aMax.

—¿Dónde?—preguntabasinparardetocarletemblorosa—.¡Max!—gritóenfadadacuandoviolasangreenelcostado.Pusolasmanosensushombrosyloempujóhaciaatrásparaquequedaseapoyadoenlamesayleabriócasiconviolencialacamisa—.Túsíestásherido—decíaantesdelograrver laherida—.Estúpidocabezota.Estásheridoypreocupándoteporunsimplerasguño.—Porfinviolaheridayporunmomentosequedóparalizada,perdióelcolordelrostroycasiniseatrevía a tocarle. Tenía una especie de corte en el costado, sangraba—.Burro inconsciente, asnopetulanteyengreído,tecreesinmortalseguro…

Seagachóydeuntiróndesgarrósuenaguacolocandolatelasobrelaherida.Empezóadivagar,soltando una diatriba sobre la arrogancia de los hombres que se creen poder lograrlo todo aunestandogravementeheridos,delospresuntuososmarinosquesecreencapacesdelograralcanzarlaluna con su sola arrogancia.Max la dejó descargar su iracunda y sin sentido parrafada para quelograse librarsede la tensiónquehastaahoradebíahaber sentido.Además, le resultabadivertidaesapreocupaciónexagerada.Sentíaelcalorquelellenabaelcorazónviéndolatanconmovida,tanpreocupadaporél.Despuésdeunratoleagarrólasmuñecasyladetuvo.

Conunavozamediocaminoentreelsusurroyeltonomelosoqueempleabaparaseducirlaporfindijo:

—Mel,estoybien.Ellaalzólamiradaentrealarmadayfuriosa:—¿Que estás bien? ¡Que estás bien!—Empezó a enrojecer de ira—. ¡Te han disparado! ¡No

estás bien, bruto! —le gritó. Empezó a respirar fuerte y con la voz desgarrada y las lágrimas

empezando a caer por sus mejillas, sollozó—. No estás bien, loco, te-te han disparado… te…podrían…haber…matado…¿No…lo…entiendes?No…te…puedes…morir…

Maxtomósurostroentresusmanosyacariciandosusmojadasmejillasseloacercóalsuyo.—Mel—suvozerasuave,unacadenciahipnótica—,amor,mírame.Estoybien,nomehapasado

nadaynovoyamorirme.Cariño—esperóaqueellalemirasebien—,novoyamorirme.Novoyadejarte.Nunca.

Labesómientrasbajandolosbrazoslarodeabaylapegabaasupechodesnudopues,asustada,lehabíadesgarrado lacamisaqueahoraquedaba totalmenteabiertaycaía rotaporsuscostados.Despuésdebesarlaynotarcómoellaserelajabaunpocoalfin,posóelrostrodeMelensupecho,acariciándoleconunamanosumejillayapoyandoelmentónensucabello.

—Mel,amor.Estamosbien,asalvo,yahoranovasapoderlibrartedemí.Tendrásquesoportaraesteestúpido,petulanteyarrogantemarinoparaelrestodetusdías.

Mel se rio suavemente sinapartarsedeél,dejandoqueel calorde sucuerpoyel ritmode sucorazón le calmaran y colmaran de una sensación de paz y plenitud. Rodeó su cintura con susbrazos intentando no rozar la herida de su costado.Después de unosminutos algo le atravesó elcorazón.

—Max.ElpermanecíacómodamenteapoyadoenlamesaconlaspiernasrectasconMelcolocadaentre

ellasyconsucabezaapoyadasobreladeMelmientrasacariciabaconunamanosumejillayconlaotradibujabacírculosensuespalda.

Conunhilodevozsusurró.—He,hematadoaunhombre.Maxdetuvosuscariciasycolocandolosdedosbajosumentónlahizomirarlo.—No,cariño,hassalvadoaunhombre.—Lebesólafrenteyvolvióamirarla—.Noloolvides.Ellalomiróunossegundosycerrólosojos.—Pero…Lainterrumpió:—Nohayperos.Mel,mírame.—Ellavolvióaabrirlosojos—.Hassalvadoaunbuenhombre

impidiendoqueunasesino,unpiratadespiadadoysinescrúpuloslomatase.Hassalvadolavidadeunhombre.¿Loentiendes?

Mel suspiró y solo asintió dudosa para enseguida ocultar de nuevo su rostro en su pechoabrazándolofuerte.Necesitabasentirlocerca,sentirsufuerza,oírsucorazón.Suspiró.

—Supongoquetendréqueolvidarlo—dijoconlavozapagada.Maxcerróaúnmáslosbrazospues,enciertomodo,comprendíacómosesentía.Ellasabíaque

habíahecholocorrecto,peroaunasílavocecitadesuconciencialedecíaquehabíamatadoaunhombre.Peroesavocecitapocoapocosecallaríayelsentidocomúnlaharíaapagarsefinalmente.Eracuestióndeunosdías.ÉlseencargaríadequeAmeliasupiesequehabíaactuadocomodebía,quehabíasalvadolavidadeRolfyademás lograríaqueolvidase inclusoquealgunavezexistióalguienaquienllamabanelPortugués.Nuncamáspensaríaenesto.

Permanecieron así abrazados hasta que un carraspeo desde la puerta les trajo de vuelta a larealidadquelesrodeaba.Ambosmiraronenesadirección.Bajoelumbraldelapuerta,llenándoloporcompletoconsuenvergaduraysugranportearistocrático,seencontraba,caminandoyahaciaellos, la enorme y sonriente figura del almirante.Amelia se zafó del abrazo deMax y corrió ladistanciaqueleseparabamientraselalmiranteabríalosbrazospararecibirla.

—¡Almirante! —exclamó justo antes de encontrarse dentro del abrazo de oso del veteranomarino.

—Miqueridaniña.¿Estásbien,pequeña?—preguntóbesandosucoronillaantesdesepararsedeellaparaverlabien.Ameliaasintióysonrió.

Max,quetambiénsehabíaacercado,alargóelbrazoparadarle lamanoyestese laestrechóconfuerza,sonriendorelajado.

—Padre,mealegraverle.—Laalegríaesmutua,hijo.Estábamosterriblementepreocupados.—Miróentoncessucostadoy

laheridadeeste—.Parecequevamosanecesitarunmédico.AmeliaseseparódelalmiranteyvolviéndoseparamiraraMax,dijoconciertosarcasmo:—Siempre he dicho que el almirante es un hombre muy inteligente. Algunos podrían tomar

ejemplo.—Levantólacejadesafiante.Maxsuspiróconresignaciónyentornandolosojoscontestó:—Estábien,mujertestaruda.Elalmirantesonrió.—Enesecaso,esperoqueestéislistosparaabandonarestaendemoniadanave.—Maxlomiróun

segundoycomprendiendosupadrelapreguntaqueestabaapuntodeformularañadió—:Nuestroshombres ya se están encargando de los prisioneros. Algunos de ellos se quedarán a bordo ydirigiránelbarcoconlasotrasdosnavesdeCliff,queestánmuycerca.ElloslosescoltaránhastaMadeiraylospondránenmanosdelasautoridadesportuariasydelmandodelaMarinaRealenelpuerto.Nosotros regresaremos directamente a casa.Me imagino que esta damita estará deseandoregresaralhogarynosencargaremosdequelohagadebidamenteatendidayconlascomodidadesnecesarias.—PasóelbrazoporloshombrosdeAmeliayconcluyó—:¿Teparecebien,cielo?

Ameliasonrióycontestó:—Esposiblementelamejorproposiciónqueherecibidoenlosúltimosdías.EnseguidasesonrojóymiróaMax,recordandolaproposiciónqueapenasdosdíasantesestele

habíahecho.Maxprorrumpióencarcajadasyseñaló:—Recuérdame,querida,estemomentosialgunaveztellamoveleidosayteofendes.—Serioy

mirandoasupadreseñaló—:Creo,padre,quemifuturaesposaacabadepreferirunbañocaliente,unabuenacomidayropalimpiaaunmaridodevotoyentregado.

Amelia se sonrojó hasta el infinito mientras que el almirante apenas tardó unos segundos encomprender el significado de esas palabras. Se rio y manteniendo el abrazo de Amelia volvió aestrechar lamanodesuhijomientrasconunbrillodesatisfacciónen losojosyunadeslumbrantesonrisaseñaló:

—¡Enhorabuena,hijosmíos!¡Yaerahora!EnestaocasiónfueMaxelquesesonrojóaunquerápidamenteserecuperódesuazoramientoy

conigualsonrisayunbrilloenlosojosdijo:—Gracias,padre.—Alalmiranteledaslasgraciasyamímellamaszoquete—intervinodivertidoCliffapoyado

en el umbral del camarote con los brazos sobre el pecho y una rodilla ligeramente doblada ycruzada sobre la otra pierna—. ¡Cómo se nota hacia dónde se dirigen los vientos por aquí! —Resoplóyañadiódivertido—: Ingratitudydesconsideración.—Chasqueó la lenguaynegócon lacabeza—. Nuevos defectos a añadir a la larga lista. ¡Menudo pretendiente te has agenciado,hermanita!

Amelialomirósonriendo,ydespuésaMax,queparecíatandivertidocomoCliff:—Ynoolvidesañadirindiferentealastonteríasdelosnecios.—Sonrió.CliffmiróaAmelia:—Telotraduciré,querida.Esedesastredepretendientetuyointentadecirmequemeignora,pero

esosignificaque,ademásdeignorante,padecesorderacrónicahacialaspalabrassensatas.Creoquesi quieres hacerte oír por este impertinente tendrás que usar un lenguaje sencillo, sin dobleces nidoblessentidosy,sobretodo,carentedesignificado,delocontrario,temirarácomosihablasesunidioma desconocido.—Levantó una ceja—. ¿De veras quieres a este dechado de virtudes comoesposo?Creoqueesuncasosinsolución.

AmeliasonrióymiróconternuraaMax:—¿Quélevoyahacer?Megustanlascausasperdidas.CliffyelalmiranteempezaronareírsemientrasqueMaxatraíahaciaélaAmeliaparaabrazarla.

—Gracias,querida,yotambiénteadoro.Amelia se rio, apoyando la mejilla en el hueco del hombro de Max, y señaló con un tono

melosoqueengañaríaacualquieraquenolaconociese.—Creo que ahora estoy lista para aceptar la proposición del almirante, salvo que alguno de

ustedes,caballeros, tengaalgoqueobjetar, loquenoserámuybienrecibido,almenosnopormiparte.Estoyunpocohartadepiratas,barcosydevermezarandeadadeunladoaotro.

Los tres prorrumpieron en enormes carcajadas, y fue Max el que tiernamente y besando lacabezadeAmeliadijodivertido:

—Eresunapequeñatirana,cielo.Aunque se ruborizó un poco, sonrió levantando la cabeza para mirar a Max y señaló con

firmeza,aunqueconairedeinocencia:—Solosoyalgovehemente.DenuevoserieronyMaxlebesóenlafrente.—Cierto, aunque…—Amelia le dio un pequeño golpecito en el hombro y riéndose de nuevo

Max añadió—: Está bien, está bien. —La giró y le dio un pequeño empujoncito para salir delcamarotecogiendoaltiemposumanoparamantenerlacercadeél.—Despuéssusurró,aunqueparaquetodoslooyesen—:Tirana.

Amelia miró por encima de su hombro, resopló ofendida y susurró a su vez en un tonoperfectamenteaudibleporlosdemás:

—Creoqueseguirétuejemploymevolveréignorantealastonteríasdelosnecios.MaxserioyCliff,quelesseguía,exclamó:—¡Estupendo!Otro detalle a añadir a la lista. ¡Mala influencia para ella!Max, a este paso ni

siquieraelserherederodeunducadotevaldráparaqueterecibanencasadelajovencita.MaxgirólacabezaparamiraraCliffydijofrunciendoelceño:—Nomelovasaponernadafácil,¿verdad,amigo?Cliffserioylediounapalmadaenlaespaldaycontestó:—¿Yprivarmedetanmagníficadiversión?,¡nipensarlo!

Capítulo12

El viaje de regreso fuemuy agradable. InclusoAmelia empezó a comprender el encanto que

para Julianna tenía el viajar con Cliff, ya que se vio atendida, cuidada y mimada por los tresmiembrosdesufamiliapero, también,por la tripulacióndesucuñado,quelacolmódeatencionesdesdeelmismomomentoquelallevaronabordo.Inclusoconsiguiósuavizarlasnáuseasgraciasalasinfusionesdealgunasdelashierbasquecogierondelotronavío.

Lo único que estropeó el regreso fue el que no pudo compartir camarote conMax y, a esasalturas, echaba de menos todas sus “actividades nocturnas”, y muy especialmente dormir ydespertarseentresusbrazos.Almenoslealiviabasaberqueesesentimientoeramutuo,yaqueMaxprocurababuscarratosparaestarconellaasolas,rinconesysitiosdondebesarlayacurrucarseporsorpresaconellaydecirledulcestonteríasaloído.

Hubo otra cosa que no solo estropeó esa vuelta a casa, sino que empezaba a preocuparlaseriamente, laspesadillas.DesdeesaprimeranocheenelbarcodeCliff,yapesarde locansadaque estaba, no conseguía dormir bien. Soñaba con el disparo, el cuerpo del Portugués cayendodelante de sus ojos, la sangre, el cuchillo... Los sueños no eran nunca iguales. A veces veía alPortugués peleando con Rolf, otras con Cliff y otras con Max. Pero la pesadilla que más leasustabaeraunaenlaqueaparecíaellaapuntandoalPortuguéstrasapuñalaresteaMax,veíalosojossinvidadelPortugués,sucuerpotendidososteniendouncuchilloensangrentadoyasuladoelcuerpodeMaxcon losojos cerradosy sinningúnmovimiento.Sedespertabaentre sudores fríos,tembloresyunasensaciónangustiosadefaltadeaireydeundoloragudoenelpecho,comosiselefueseasalirelcorazón.Aunqueellanolosabía,Max,elalmiranteyCliffyalohabíanotado,dehecho,tantoMaxcomoCliffhabíaescuchadoatravésdelasparedesjuntoalasqueseencontrabansuscamarotes,lospequeñosgritos,lavozdeAmeliamientrasteníaesaspesadillasy,sobretodo,elllantodelamismaenalgunasocasiones.Elalmirante,porsuparte,seenteródelasituacióncuandodespuésdelasegundanochepreguntóaMaxyaCliffantesdequeAmeliasereunieseconellosenel desayuno a qué se debían las sombras bajo los ojos deAmelia y ese evidente cansancio queparecíaarrastrar.Aloírlodelaspesadillaselalmirantesugiriódarleunosdíasperosi,pasadoesetiempo,continuaban,considerónecesariotomarcartasenelasuntoyaque,comodijo“lapequeñanodebe sufrir a causa de este incidente ymenos por lamuerte de un canalla como ese pirata”. Decualquiermodo,Maxprocurabaentretenerla,cansarladuranteeldíaparaquellegaseagotadaalacama,puestoqueconCliffysupadreabordonopodríaestarconellaesasnochesniabrazarlayconsolarla,queeraloquedeverdaddesearía.

Sin embargo, para sorpresa de los tres la solución apareció la noche anterior a su llegada alpuertodeCork.Traslacena,mientrasloscaballerosbebíanunacopadeoporto,Ameliasedisculpópara salir un momento a la cubierta y ver la luna llena de la que unos minutos antes les habíahabladoelprimeroficialyqueesanocheestabaensuapogeo.Apoyadaenlabarandilladelpuentemirandoelmar,elbonitocieloplagadodeestrellasyunaenormeymarmórea luna, se leacercóRolf,colocándoseasuderecha.

—Buenasnoches,señoritaAmelia.Amelialadeólacabezayalverdequiénsetratabasonrióycontestó:—Buenasnoches, señorTurner,¿opuedo llamarleRolf?Creoque losgemelos le llamanasí,

¿noescierto?Sonrió.

—Ah…esosdiablillos.SigustapuedellamarmeRolf,parasersincero—dijotocándoselanuca—,nocreoquenadiemehayallamadoseñorTurnerenlosúltimosveinteaños.—Serioysuspiró—.Lospequeñospillosdelcapitánsondemasiadolistosparamarineroscomoyo.Nosgananporlamanoenlamenorocasión,sobretodo,lapequeñita,Mel,conesosojitosverdesconseguiríaqueunhombrelebajaselalunaasuspies.

Ameliaseriosuavemente.—Enesecaso, lellamaréRolf,yledoylarazón,sondosgolfillosadorablesyterriblemente

irresistibles.—¿Mepermitiríaunapreguntapersonal?—preguntóéltrasunossegundos.Amelialomirósinalterarse.—Pues…Supongoquesí.Despuésdetodoustedayudóaquenosrescatasen,estamosendeuda

conusted.Denuevosonrióyacontinuaciónsepusoserio:—¿Tienepesadillas?—Amelia lomiró sobresaltada, pero antes dedecir nada el añadió–:Por

favor, no se moleste, es solo que… —De nuevo se tocó la nuca como si estuviera un pocoincómodo–. Bueno, lo que quiero decir, ¡demonios, qué difícil es esto! —Suspiró y la mirófijamente–. Verá, lo que pretendo expresar, aunque evidentemente con mucha torpeza, es que nodebe pensar más en ese pirata ni en lo que sucedió. Usted disparó a un hombre sin moral niescrúpulosylohizosoloparasalvaraotro.LedebomividaynodeberíahacersemalasangreporlapérdidadelPortugués.Ustednoesresponsabledesumuerte,esdecir,usteddisparó,sí,peronole mató. Se mató él con sus acciones. Piense esto, si no hubiese disparado el Portugués habríamuerto igualmenteamanosdeunode loscapitanesodemiscompañeros,perohabríahabidounadiferencia, que el que está frente a usted estaría muerto y en un abrazo eterno del mar tras unentierromarinero.

Amelialomirabacomprendiendoyasimilandosuspalabrasunossegundos.—Gracias,esmuyamablepordecirmeeso.Creo,creoqueloentiendoyesperoquenocreaque

lamentohaberledisparado.No,noeseso,séquesinolohubierahecholaconsecuenciahabríasidoterrible. Supongo que nome he acostumbrado aún a la impresión, pero le estoymuy agradecida,creoquemehaayudadomásdeloquecree.

Rolfasintió.—Señorita,detodosmodos,ledebolavida,ynoloolvidaré.Ameliasonrió.—Puescreo,Rolf,quehededecirlelomismoaunque,enmicaso,porpartidadoble,yaqueno

sololedebolamía,sinotambiénlademiprometido.Tras intercambiar una pequeña mirada los dos se rieron y con una leve inclinación, Rolf se

despidió:—Buenasnoches,señorita.Ledeseodulcessueños.Ameliasonrió:—Buenasnoches,Rolf.MástardeAmeliasehallabatumbadaensucamarotemirandoeltechoylasiluetadelventanal

que se dibujaba por la luz de la luna que entraba a raudales a través delmismo.Tras un rato sesentóenlacama,miróasualrededorydijoparasímismaenvozsuave:

—Noseastonta,nolopiensesmás,¡hazlo!Selevantó,sepusolabataydescalzaabrióconsuavidadlapuertadesucamarote,anduvounos

pasos por el corredor y abrió sin llamar y con cuidado de no hacer ruido la puerta del camarotesituado juntoalsuyo.Cerró lapuerta,giró la llaveyseacercóa la literasituada justodebajodelventanal.Alllegarseparóenelborde,miróalocupantedelamisma,quedormíaconunbrazotraslacabeza,elpelocayendoonduladoenlafrenteysincamisa,estabacubiertodecinturaparaabajo,porloqueellanosabíasi tambiénsudesnudezalcanzabaesazona,peroenesemomentoprefirióno saberlopormiedoa cometeruna locura.Con suavidad, se inclinó sobreély conunamano le

tapólaboca.Apenastardóunossegundosenreaccionar,yaqueabriólosojoseibaahaceralgúnmovimiento

bruscohastaquevioquiénletapabalabocaconesapequeñaysuavemano.Ameliaseinclinómáshaciaélyconelrostroaunoscentímetrosdelsuyosusurró:

—Max,nohagasruidooporlomenosnochilles.Intentó sonreírmientras retiraba lamano, peroMaxhabía fruncido el ceñoy tenía aspectode

quererponerseagritar.Contuvoelalientoesperandohastaqueél,tambiénsusurrando,preguntó:—Mel,¿estásbien?¿Hapasadoalgo?Ameliasonrióllenadeternura,puessuprimerareacciónfuesolopreocuparseporella.Sesentó

enelbordedelacamamientrasélseincorporabaunpocoapoyándoseenloscodos.—No,no,essoloquequería…—Susurrabatodavía.Maxextendióunbrazoyapoyólapalmadesumanoensumejilla.—¿Soloquerías?—¿Teimportaqueduermaaquícontigo?Solodormir, loprometo.“Aunqueagradeceríaquete

pusierasamoroso”,pensó.Maxseretiróunpoco,dejándoleespacio,ydiounapalmaditaenlacamaparaquesetumbasea

su lado. Amelia sonrió y tras desprenderse de la bata se tumbó a su lado dándole la espalda,apoyándose en su pecho y acurrucándose contra él como si su cuerpo le llamase.Max sonrió, yabrazándola,laatrajounpocomás,acomodandosuscuerposelunoconelotro.

Apoyandoloslabiossuavementeensuorejasusurró:—¿Otrapesadilla?Ellasegiróalgoasombradaylomiróconlosojosmuyabiertos.—¿Lo-losabias?Maxleacariciólamejillaylavolvióaacomodardentrodesuabrazo.—Sí, amor, lo sabíayestabadispuestoa tirar lapuertade tucamarote laprimeranoche,pero

Cliffmeloimpidió.Mástardeélyelalmirantecreíanquedebíamosdarteunosdías,ymedaiguallo que pase o digan, creo que ya he esperado demasiado. No quiero que sufras más, no puedosoportarlo.

Ameliagimiómortificada,yacurrucándoseunpococontraél,girósololacabezabesándoloensucuello.

—Sientohaberospreocupado.Creo,creo.—SemovióparaponersedecostadomirandoaMax,quedandounofrentealotroyconungestodecididoensuexpresióndijo—:Nocreo,séqueahoratodovaairbiensolonecesitounpocodetiempo.

Maxfruncióelceño.—¿Yporquéestás,justoahora,tansegura?—Lamirópícaroyañadió–.¿Tancurativossonmis

abrazos? Me considero muy competente en el dormitorio, pero unos pocos segundos entre misbrazosy¿yaestá?,nuncacreíquefueraunhombremilagrosoperoquizás…—Lamiróprovocativoconesasonrisaqueladerretía.

Ellaseriosuavemente.—Max, me encantan tus abrazos y, desde luego, producen algunos efectos inmediatos en mí

peroestedelquehablamos,lamentodecir,noesunodeellos.—Éllamirófalsamenteofendidoyellasonrió–.Mesientomuyseguraentretusbrazospero…

Maxlainterrumpióburlonamente:—¿Segura entremis brazos?Querida, algo debo de estar haciendomal porque, precisamente,

seguranoesloquequieroquetesientasentreellos.Ellaserioylediounpequeñogolpeenelhombro.Maxsuspiróylebesóenlanariz.—Tonto,habloenserio.Élsonriódenuevoconeseaireseductor.—Y yo, querida, y yo.—De nuevo sonrió y la atrajo hacia él quedando, cual largos ambos,

totalmentepegados.Denuevo, labesóen lanarizydespués lamiróa losojos—.Estábien, está

bien,yaparo.Dime¿porquéestástanseguradequetodovaairbien?Amelialemiróalosojosytuvoqueconcentrarsepararesponder,leresultabatandifícilmirarlo

ynoperderseenellos.—Pues,estanoche,traslacena,Rolf,quierodecir,elseñorTurner…Maxserioentredientes.—LlámaleRolfsiquieres,cariño.SilollamasSeñorTurner,estoysegurodequenadiesabráde

quiénhablas.SonrióyAmelialeimitóydespuésasintió.—Pues bien, Rolf, habló conmigo y me hizo comprender…—Hizo un gesto con la mano—.

Bueno, ya sabes, todo.Aunque, en realidad—dijo algopensativa—.En realidad, lo quehizo fuedarmelaperspectivaadecuada,supongo.—Fruncióelceñoyalgoavergonzadareconoció—:Paraserjustamedijoalgomuysimilaraloquetúseñalasteenelotrobarcopero,poralgunarazón,estanoche sonó distinto. O quizás sonó del mismo modo pero le dio otro significado. Logrécomprenderlo.Yporesocreoqueahoratodovaairbien.Todoestáensulugar.Todoestádondedebe estar…—Suspiró y lo volvió a mirar con intensidad—. Lo siento, creo que no me estoyexplicandomuybien.

Maxleposóunosdedosenloslabiosylosacarició.Despuéslacerniócondulzuraperoconunaconsiderabledosisdeposesiónyconloslabiospegadosalossuyoscomentó:

—Tehasexplicadomaravillosamente,amor.Teheentendidoysupongoqueera lógicoquelaspalabrasnecesariasfuerandichasporlapersonaindicada.AunqueRolftedijeselomismoqueyo,túnecesitabasescucharlasdesuslabios,nodelosmíos.—SonrióyconunbrillointensoensusojosnotándoseensumiradaelcomienzodelpasodelgrisalazulqueaAmeliatantolegustaba.Maxlesusurró sensual y roncamente sobre sus labios—:Además, prefieropensar que, para ti,mis labiosestándestinadosaempresasmáselevadasy,sobretodo,másgratificantesyplacenteras,quedecirobviedades.

Dicholocual,seapoderódesuslabiosconunbesotantórridoycalientequeAmeliaolvidóporcompletosupropiaexistencia.De loúnicoqueeraconscienteeradelcalordesusentrañas,desucuerpo encendido, del cuerpo deMax pegado tan deliciosamente al suyo que parecía reclamarlaparaélydeesoslabios,esalengua,esasmanosacariciándola.

Maxpasóentoncesarecorrersucaraysucuellocondulcesbesosycariciasdesuslabioshastallegaralbordedel camisón,dondecomenzóadesatar las cintasquecerrabanel escote,dejandocadavezmáspielaldescubiertoyasualcance.Paracuandohubollegadoasuspechos,Ameliayase hallaba al borde del delirio. Esos labios, esa lengua recorriendo lentamente sus pechos, suspezones, saboreándolos, succionándolos fue demasiado para ella, tuvo que aferrarse fuerte a sushombrosparanoderretirseallímismo.

—Max—jadeó.—Umm.Él seguía disfrutando de ese cuerpo sensual, tan suave, delicado y que respondía de modo

natural a cada una de sus certeras caricias. Le mordió delicadamente uno de los pechos,provocándole a Amelia una oleada de desenfrenada pasión, por lo que le costó un esfuerzoímprobodecirentrecortadamente,casisinaliento:

—No,nopodemos,nosvan…a…oír.Max rio sobre su piel, provocándole cosquillas. Alzó un poco la cabeza para alcanzar sus

labios, deleitándose no solo por la todavía inocencia de Mel sino, además, por ese efecto queconseguía provocar en ella. Estaba tan sonrojada, con la respiración entrecortada, las pupilasdilatadasyesedeseablecuerpecitotanexcitadocomoelsuyo.Antesdeapoderarsenuevamentedesussabrososlabiosdijoconuntonoprovocador:

—Puedosermuy,muysilencioso.Amelia sentía lacabezadarlevueltasmientras sebesaban,mientrasél le torturaba lospechos

conlasmanosycuandodenuevocomenzóuncaminodescendenteconloslabiosellaintentódecir

conesfuerzo:—Peroyonosésipodré…Maxsealzódenuevoriéndoseylamiróconunamezcladeternura,pasiónylujuriaquedejaba

alasclarassusescasasopcionesdedetenersellegadosaesepunto.—Pues,cariño,tendréquedarteplacerylograrahogartusgritosconmisbesos.Denuevoserio.Amelialediounpequeñogolpecitoenelhombroyconelceñofruncidoseñaló:—¿Gritos?,creo,milord,queestádemasiadopagadodesímismo.Despuéslodeslumbróconunasonrisadesafianteylomiróprovocativamente.Maxhizounruido

amediocaminoentrerisaygemidoyseapoderónuevamentedesuslabiosytrasunosplacenterosintercambios de besos y caricias en los que Amelia emitió más de un gemido ahogado entre suslabios,lamirósatisfechoyseñaló:

—Teprometoque,ahora, lograréquesologritesen tu interiorperoennuestranochedebodasgritarástanfuerte,tantasvecesycontantoplacerqueteverásobligadaareconocermenosoloqueteencantagritar,sinoquesoyunamantedignodeesosgritos.

Rio,completamenteencantadodelograreseintercambioverbalconellaapesardeencontrarseambos amedio camino de lamás inevitable perdición.Una vezmás se apoderó de sus labios sindarletiempoaresponder.TodoelcuerpodeMaxsehallabaapuntodeerupción,yeldeAmelianoleandabaalazaga,puesalaprimeraocasiónenquepudosepararsuslabiosdijoconuncalorenlavozquelesalíadelfondodesuser:

—Ahora,Max,ahora,porfavor.Incluso antes de terminar de decir esas pocas palabras Max ya estaba casi arrancándole el

camisónycubriendosucuerpoconelsuyoe,instantesdespués,sehundíaenella,rodeándosedelglorioso calor interior de Amelia, cuyo cuerpo lo recibía gustoso, lo acogía con placer y leacompañabaencadaembestida,encadaroce,encadaenvite.Derepenteseparó,seseparódeellayconunmovimientofirmeyseguroMaxlediolediolavuelta,quedandoellabocaabajoconlacabezaapoyadaenlaalmohada.Maxcubriósucuerpoconelsuyoperosindejarcaersupesopasóunamanopordebajodeellayconlapalmaabiertaensubajovientreleaupólasnalgasunpocoaltiempoquecon la rodilla la instabaa separarunpocomás laspiernas.Labesabaen lanuca, loshombroslamejilla.

Lesusurróaloído:—Nogritesamor,nogrites,muerdelaalmohadaporquetevoyadartantoplacercomotúamí.Enesemomentolaembistiódesdeatrásmanteniéndolasujetaconlamanoensuvientremientras

conlaotraacariciabasupecho.Ameliaqueríagritar,alprincipiodeasombroperodespuésdeplacer,de puro placer.Era una postura que la dejaba indefensa y, sin embargo, era del todo increíble lasensación tan intensa que le provocaban sus envites, sus caricias, su aliento jadeante en su nuca.Queríagemirfuertecadavezquesentíaesefuerte,musculosoydurocuerporozandoelsuyo,cadavez que se acoplaba más y más. Sus caderas, como si supiesen reaccionar de manera instintiva,respondían a susmovimientos recibiéndolo, instándolo, acogiéndolo en su interior, tan dentro, tanprofundamente que era grandioso, magnífico. Ese miembro duro, terso, caliente y firme parecíallegarlehastaelcentromismodesuserlograndoqueeseplacer,esedeseo,seintensificaranhastacotascadavezmásaltasavivadasporeldiestromovimientodelosdedosdeMaxentresusmuslosconelbrazoconquelaanclabayrodeabaposesivo,justoantesdeestallaryhacerseañicos,hastalograrsubir tanaltoy romperseenmilpedazosque losespasmosy lasvibraciones finales fuerontanintensasqueparecíaquesehallabaporencimadelcielovolando,flotandoenunmardeplacery, sí, tuvo que morder finalmente la almohada para no ponerse a gritar. Max la siguió casi deinmediato.Sintiósusúltimasembestidascomosiconellasseacabaraelmundoy,finalmente,cuandosederramóensuinterior,eldeliciosocalorensusentrañastardóendisiparse.

Ambosquedaronconloscuerposvibrantesy,almismotiempo,tanlaxos,relajadosyexhaustos,quenopodíanmoverse,solojadearyrecuperarelalientomientrasdenuevoregresabanalaTierraconelrestodelosmortales.

Maxno alcanzaba a entenderlo.Era imposible sentirmás placer,mayor deleite que ese.CadavezqueentrabaenAmeliaeracomosilatierratemblaseasuspiesyseabrieseelcielo.Sentíatodoese placer infinito, esa pasión que, de no estar experimentándola en su propio cuerpo, creeríainalcanzable, imposible de experimentar y sentir. Y, sin embargo, allí estaba él, aturdido, con lacabezadándolevueltasporlasreaccionesprimitivas,desenfrenadaseincontrolablesdesucuerpo,conelansiaprimitivadehaberlatenidoentresusmanos,bajosucuerpo,entregadaporcompletoaél,dejándolocomportarsecomounsalvajeyrecibiéndolocongloriosarendiciónyentrega.Acabógimiendodepuroplaceralderramarsesinremedioensuinteriorydándolegraciasaloscielosporpermitirle vivir esas sensaciones, esos sentimientos, esa liberación absoluta y desconocida para élhastaquelatomóporprimeravez.Teníaganasdeserélquegritase,elqueseriesesinfreno.

Conciertoesfuerzosaliódesuinterior,setumbóbocaarribaycolocóaAmeliasobresucuerpo.Queríasentirlasobreél,sucalor,loslatidosdesucorazón,entrelazarsuspiernasconlassuyasy,sobretodo,abrazarla,encerrarlacompletamenteentresusbrazosyapoyarsucabezaenesehuecodesuhombroquesentíaquelepertenecíasoloaella,aMel,asuMel.

Ameliasedejóarrastrar,ycuandoconesasfuertesyvaronilesmanoslacolocósobresucuerpopara, a continuación, estrecharla de manera tan protectora dentro de sus brazos, fue incapaz dearticularpalabra.Sequedóallí,calentita,satisfechaysintiéndosetanfelizquenotardóenquedarsecompletamente dormida. Max no se movió cuando notaba que Amelia iba lenta y gradualmentecayendoenel sopordeunsueñoprofundo.Alcontrario,disfrutódelpesodeesecuerposobreelsuyo,delritmocadavezmáspausadodesuslatidosysurespiración,delatibiezaylasuavidaddesupielydelinmensoplacerqueleproporcionabarecorrerlentaysuavementeconlasyemasdelosdedossuespaldadesnuda,acariciarsusrelajadosbrazos,cubrirsusbonitasnalgasconsusmanosysentir cómo los suavesmechonesde suonduladocabello caían sobre supecho, susbrazosy suscostados como si deuna sedosayoscuramantade lamejorymásdelicada seda le cubrieseporentero.

Ameliasedespertóconuncosquilleo recorriéndoleelcuelloyno tuvonecesidaddeabrir losojosparasaberdedóndeproveníaesaexquisitasensaciónque le recorría lapielniquién lograbaese excitante efecto. Ahora yacía tumbada de espaldas sobre el colchón. Los labios deMax laestabanacariciandocontantasuavidad,tantaternuraquenoqueríamoverseparaseguirdisfrutandoplenamente de esas sensaciones.Después de unosminutos escuchó el ronroneo y la voz deMaxvibrandosobresupiel.

—Séqueestásdespierta,pequeñatramposa.Ameliasonrió,peropermanecióquietaysinabrirlosojoshastaquenotóqueMaxleabríaconla

manolosmuslossituándosecómodamenteentreellosantesdeintroducirlosdedosensuinteriorycomenzar a torturarle provocándole oleadas de calor y deseo recorriendo cada una de susterminacionesnerviosas.Ameliaseriojadeando.

—¿Y túdices queyo soy la tramposa?—Abrió los ojos y se topó con el ardiente azul de sumirada fija en ella y esa sonrisa tan deslumbrante que casi le corta la respiración. Enseguida élcomenzó a acercar sus labios a su rostro, depositando acto seguido ligeros besos desde su bocahasta la curva de su mandíbula para acabar finalmente en su oreja, mordiéndole el lóbulo ydibujandouncaminodesensualescariciaslamiendolalíneadesuorejaantesdesusurrarle:

—Buenosdías,amor.La cadencia de su voz y el suave calor de su aliento casi le provocan elmismo espasmo de

placerquelarápida,profundaycerteraembestidadesuyaduroycalientemiembroensuhúmedoyansiosointerior.

ElbesodeMax fue loqueahogóelgritodeplacerqueconsiguióaquellacertera invasión.AAmeliaseledilataronlaspupilasalmismotiempoqueelcolorsedibujóentodosucuerpo.Maxseapoyó unos instantes sobre sus codos y antebrazos, tomando un poco de distancia para poderadmirar mejor los gestos, las reacciones y las bonitas facciones de Amelia, disfrutando de esaintimidad, de ese placermutuo, de esa entrega de sus cuerpos, de sus corazones y de sus almas.

Desdelaprimeravezquelatomó,supoquenosoloerasexosinoquecadavezquelabesaba,quela tomabaentresusbrazose inclusocadavezque la tocaba leestabaentregandounapartedesímismoyélrecibía,acambio,unapartedeella.Yellaeratanpasionalcomoél,esoleencantabaylevolvíaloco.

En esta ocasión ninguno de los dos pareció poder controlarse, pues tomaron y recibieron elplacer que se daban, se entregaron sus cuerpos sin restricciones, sin reservas y sin pudor alguno,conteniendo únicamente los gritos y la voz. Otra vez, acabaron jadeantes con brazos, manos ypiernas entrelazadas y, de nuevo, parecían tan exhaustos y satisfechos que no eran necesariaspalabrassinosolomirarsealosojosparacomprenderloquesentían,loquepensaban.

Estavez,Maxtomóunpocodedistanciaparamirarla,yseencontróconelenrojecidorostrodeAmelia tan centrado en el suyo como él. Por un segundo, ninguno de los dos dijo nada, no eranecesario, pero después ambos prorrumpieron en risas. Amelia pasó los brazos por el cuello deMax, guiándolo para que apoyase su cabeza entre sus pechos para a continuación acariciar conternurasuscabellosconunamano.

Maxpermaneciósobreella,con lamejillacómodamentecolocadaenelhuecodesuspechos,abrazándolaydejándoseacariciarymimar.Cuandolaclaridaddelaluzqueentrabaporlaventanaevidenció que estaba muy cerca el amanecer, Amelia rompió el silencioso deleite de ambosdiciendo:

—Serámejorquevuelvaamicamarote.PrefieroevitarmeunasituaciónembarazosaconCliff.Sepone muy pesado en su papel de protector hermano mayor. Creo que si me viese aquí contigo,disfrutaríatorturándoteconunascuentassemanasdebromasjactanciosas,deburlasychascarrillossubidosdetono.

Maxlamiróysonrió.—¡BuenDios!Nilomenciones.Siahoraestádisfrutandoenexcesomofándosealcolocarmeen

el papel de pretendiente enamorado y a él en el de guardián de tu virtud y honra, no quiero niimaginarsiledamosesamuniciónextra.—HizoungestoconlabocaqueaAmelialepareciómuygracioso antes de decir—:Cariño, con todo el dolor demi corazón, por nomencionar de ciertaspartes demi anatomía.—Sonriómalicioso—. Creo que sí deberías regresar a tu camarote.—Lamiró con fijeza unmomento, en el que se fueron azulando sus ojos y, cerniéndose sobre ella demodomásposesivo,añadióconunavozroncayprofunda—:Peroantes…

Tomó por asalto aquellos sensuales, suaves y sabrosos labios, esa boca inocente y tambiénprovocativa.Amelianopudoevitargemiryrespondercongustoymayorplaceraaquellainvasión,hundiendosusdedosenlaparteposteriordesucabezaentrelosrizososcurosdesucabeza.

Trasunosgozososminutos,Maxgimióconexasperacióneinterrumpióellargoyprofundobesoqueloshabíavueltoaencenderalosdos.TomóelrostrodeMelentresusmanosacariciandosusmejillasconlospulgaresyconesaintensamiradaquelahipnotizabadijo:

—Mel, nos casaremos enseguida. No podré aguantar demasiado sin tenerte en mi cama cadanoche, sin dormir con tu delicioso cuerpo entre mis brazos y sin encontrar tu rostro junto a mialmohada cada mañana. —Depositó un ligero beso en su boca—. Promételo. Promete que noscasaremosalamayorbrevedadporque,delocontrario,meveréobligadoaraptarteparacasarnosenEscocia.—Ameliaseriodeleitándoseconesecalorcitoqueinvadíasucorazónysusentrañasnosolo por la pasión de su mirada sino por la emoción y el anhelo de sus palabras—. Si no loprometes,amor,nosaldrásdeestacamajamás.

Ameliavolvióareírseyconlapicardíaqueconseguíasolocuandoestabaconélcontestó:—Umm.—Alzóunaceja—.¿Asíquetuamenazaconllevaquedarmedondeestoyahoramismo?LosojosdeMaxseoscurecieronunpocomás.—Brujaperversa.—Labesóunavezmásantesdesepararseydenuevoinsistió—:Mel,porlo

quemásquieras,promételo,endossemanasserásmíaparasiempre,niundíamás.Ameliasonrió,peroestavezconternuraymuchoamormientrasalzabaunamanoparaposarla

ensumejilla,queahorapinchabaunpocoporelcomienzodebarbaqueempezabaaasomarporsu

rostro.—Loprometo,Max,loprometo.Leacaricióel rostrounossegundossiguiendosus líneasperfectasmientrasél lamirabaconun

fuegoenel fondode losojosquederretíaaAmelia.Por fin,el asintióy se incorporó llevándolaconsigo,sonriómientras,poniéndoladepiejuntoalacama,seagachabaparacogersubata.

—Enesecaso,tedejarévolveratucamarote.Ameliamirólacama,dondeenunrincónseencontrabasucamisónhechojirones,despuésmiróa

Max,queabríalabataofreciéndoseacolocárselamientrasconunamuecadeinocencia,señalabaconciertadiversiónysornaenlavoz.

—¿Quépuedodecir?Hacesquepierdatodacordura.Ameliasonriómientrasnegabaconlacabezayseintroducíaenlabatacubriendosudesnudez.

Lacerróydespuéslomirósonriente.—¡Québonito!Ahorasoy lacausade tu locura.—Serioyalzó losbrazos,colgándosedesu

cuello.Élinmediatamenterodeósucinturaconsusbrazosylaacercóasucuerpotodavíadesnudo.—Loeres,cielo,loeres.Mevuelvesloco.Labesóunaúltimavez.Maxabriólapuertadelcamarote,asomólacabezaysegiróhaciaella.—Nohaynadie,puedessalir.Ameliaseriomientrasavanzabaparasalir.—Max.—Separóasuladoydepositóuntiernobesoensuhombro—.¿Quéhubierapasadosial

abrirtehubiesestopadoconalguien?—Seriodenuevoantesdesalirysusurróunavezenelpasilloantesdecorrerhacia sucamarote—.Aunquepersonalmenteno tengaquejasdeello, cariño, estástotalmentedesnudo.

Maxserio,volvióasacarsololacabezayjustocuandoAmeliaabríalapuertadesucamaroteyencuantoellagiróelrostroparamirarlosusurró.

—Porsiaúnnolohasnotado,nosoynadavergonzoso.Sonrió, con esa sonrisa de truhan seductor que tanbien dominabay desapareció tras la puerta.

Ameliahizolomismoy,trascerrarla,seapoyóenlapuertayserio.Nada más despertarse, tras dormir profundamente un par de horas desde que regresase a su

camarote, Amelia se dio un largo baño aromatizado con una fragancia que ella sabía sería deJulianna.En todos losbarcosdeCliffhabíaunarcóncon ropasyenserespersonalesdeJulianna,losniñosydeélmismo.Habíanaprendidoqueeraconvenientetenersiemprecosasdelafamiliaensusbarcosporsiseveíanenlanecesidaddecambiardenaveenalgúnpuertoosimplementeporsilo requerían en algún momento. Y en ese preciso instante Amelia estaba agradecida por esacostumbre ya queno solo le permitió contar con los adecuados elementos de aseo sino, además,conlasropasycomplementosapropiados.

Unavez se reunió con sus tres caballeros andantes en el camarotedel capitánparadesayunarjuntosleinformaronqueestabanapuntodellegaryque,enapenastreshoras,atracaríanenCork,donde un carruaje les llevaría de regreso a la mansión del conde. Cliff y Max estuvieron muyajetreadoshastaquedesembarcaron,por loqueellayelalmirantepudieronrelajarsepaseandoencubiertayjugandoalajedrez.Comosiempre,fueinapelablementederrotadaporelviejomarino,queera un experto jugadormientras queAmelia unamera novata a pesar de hacer trampas. Aun así,disfrutóconsuenormee inteligentesentidodelhumor, tanparecidoaldeMax, suácidoe irónicomododeverlascosasyconeltratocariñosoypaternalquesiempreledispensaba.Hablarondelosdíasdecautiverio,delamuertedelPortugués,desuspesadillas,delaconversaciónconRolfy,porsupuesto, de sunuevopapel en la familia, yaque si bien siempre la había consideradoy tratadocomounahijaahorapasaríaaserloatodoslosnivelesincluyendoeldefuturaduquesa.

FueentoncescuandoAmeliasacóacolaciónunodesusmásantiguostemores.Lailegitimidaddesunacimiento,aunqueocultobajoelmantodelaproteccióndetíaBlanche,desuapellidoydetodasufamiliapolítica,nodejabadeserenciertomodounriesgoparaMaxylafamiliaRochester,así

como para el ducado de Frenton. De llegar a saberse su verdadero origen, los convertirían enobjetodemurmuraciones,cotilleosy,enciertoscírculos,decensura,pudiéndoselescerraralgunaspuertasaellosyasusfuturoshijos.Pero,comoenocasionesanteriores,elalmirantemostrósutactoycomprensión,ademásdesuapoyoincondicional.Considerabaimprobable,sinoimposible,queesainformación llegase a conocerse más allá de las pocas personas de la familia que sabían delsecreto. Aun con ello, semostró firme al afirmar que, en caso de que se llegase a conocer porterceros,tantoélcomosufamiliaharíanfrentealasposiblesconsecuenciasconlacabezabienaltapues,dijo,nopodríaesperarunamejornuera,unamejorduquesaniunaesposaparaMaxdelaqueenorgullecersemásde loqueseenorgullecíadeella.Amelia tuvoquehacerunenormeesfuerzoparacontenerlaslágrimasquesuspalabrasylaseguridadquetransmitíanleprodujeron.

Aún tenía un nudo en la garganta y una mirada de profundo agradecimiento y amor cuandoentraron en el camarote Cliff y Max, este último con gesto de resignación y enfado, pues laschanzasdeCliffnosolonocesabansinoqueibanenaumento.Elalmiranteserioencuantolosvio,negandoconlacabezamientrasmurmurabadivertido.

—Niños.—Ameliabufó.AMaxselesuavizóelrostroencuantoposósusojosenAmeliayatravesólasalaparaponerse

asuladoybesarlelamano.Ameliaadorabaelescalofríoquelerecorríaelcuerpocadavezquehacíaeselevegesto,asíquelesonrióysemantuvoasuladomientrasCliffseacercabaalmuebledelasbebidasyservíaunascopasdelicorparaloscaballerosyacercabaunalimonadaaAmelia.Aunquenolegustabaelsabordel licor leparecía indignantequesiguiesetratándolaenocasionescomoesacomounaniñapequeñapero,enesemomento,lodejóestarpornoazuzarlemás,ariesgodevolverlemássusceptiblerespectoaaquellasituación.

—Yahemosmandadounhombreabuscarelcoche.Estaráaquíenunospocosminutos.Elprimeroficialseencargarádelpapeleodelpuertoydeinformaralasautoridadesdelresultadodenuestroviaje para que den aviso al almirantazgo. También hemos enviado un mensajero para que mandeavisodenuestra llegadaa lamansión.Estoyconvencidodequenosesperaránansiosos,demodoquesisalimosenseguidapodríamosllegarestamismanoche.Creoqueespreferibleesaopciónqueno hacer un alto en una posada, porque todos estarán deseando veros y asegurarse de que estáisbien.

Lostresasintieron,aunqueMaxgimiópordentroporquesehabíailusionadoconlaideadepasarunaúltimanocheencompañíadeAmeliaenunaposada,lejosdelafamilia,puessabíaque,desdeelinstantemismoenquepusierenunpieenlamansiónlafamilianolesdejaríansolos,ymenospasarlasnochesjuntos.

El viaje en el coche fue agotador por el constante traqueteo debido al mal estado de lascarreteras ya que había llovido sin parar la noche anterior y, además, con idea de llegar cuantoantes,impusieronaloscaballosyalcocherounritmoendemoniado,inclusopararonsoloeltiempojustoparacambiarloscaballosporotrosderefresco.NisiquieraelhaberestadoconMaxsentadoasu lado prestándole su hombro para apoyarse ni las ansias cada vezmayores de ver y abrazar atodos,especialmenteaJuliannaya tíaBlanche,consiguiómenguar la incomodidadyelcansanciodesuyadoloridocuerpo.

Clifffuepartedeltrayectoacaballojuntoalcoche,perocuandoempezóaanocheceryabajarlatemperaturatodosinsistieronenquecontinuaseelrestodelcaminoconellos.Ameliapermanecióensilencioyconlosojoscerrados,perosinlogrardormir,lasúltimashorasacomodadajuntoaMaxbajo una manta calentita dejando que este juguetease distraído con los dedos de su mano oacariciándolelapalmaolamuñecaconsupulgar,mientrascharlabaparadistraerseconelalmiranteyCliffdecosasnavales,recuerdosdebatallasyanécdotasdecuandoeranestudiantesenEtonyyasoñabanconecharsealamar.

Alllegarelrecibimientofueabrumador,todoslesesperabanenelsalónconlosbrazosabiertos,unaenormesonrisayunafelicidaddesbordante.JuliannaytíaBlanche,porelcontrario,salieronalpatioencuantooyeronelruidoderuedasycascosacercarseyseabalanzaronhaciaAmeliaincluso

antesdedescenderlaúltimapestañadelcarruaje,eigualhizoEugenepocodespuésencuantovioaMaxsanoysalvo.JuliannasolosoltóaAmeliaparaecharseenbrazosdeCliff,besarleyvolveraabrazarlofuerteparacerciorarsedequenohabíasufridodañoalguno.Clifftuvoqueecharseareírpor el baile de sus manos sobre su cuerpo como si no creyese su palabra por mucho que convehemencialejurasequeestabaileso.

Enel salón fueron rodeadose interrogadospor todos losmiembrosde la familia,queestabanávidosporconocerhasta losmásmínimosdetallesdelaaventurayconocerlos,además,debocade cada uno de ellos. Solo por insistencia de Julianna, que actuaba como una gallinita clueca entornoa supolluelo,Ameliaconsiguió llegarpor fina sudormitorioparadescansar.Erapasada lamedia noche y ni su cuerpo ni su cerebro parecían ya ser capaces de reaccionar. Julianna y tíaBlanchequeríanpasar lanocheconella,noqueríandejarla solaniunminutopero,por suerte, elalmirantehizoentrarenrazónatíaBlancheimponiendounpocodecordurayseñalandoqueloqueAmelia necesitaba en ese momento era descansar en una cama, tranquila y con sensación deseguridad.PorsuparteCliff fuemuchomásdirectoencuantoaJuliannadiciéndoledelantede lasdosdamasqueAmeliasolonecesitabaunpocodepazydormirsinsermolestada,mientrasqueunavezlogrósepararaJulsdelbordedelacama,ledejómuyclaroasuesposaquenopodríapasarunanochemáslejosdeella,lahabíaechadoterriblementedemenosyotranochesinellaseríaunatortura.Esaspalabras,elprofundobesoqueledioyelpropiodeseodeJuliannahicieronelresto.

Max tambiénempezóa resentir el cansancio, además, la tensiónde losúltimosdías empezóahacermellaensucuerpo.Noobstante,encuantosehuboretiradodelsalón,acudióasudormitorioacambiarseconayudadesuvalet.Seescabullódelalaeste,dondeseencontrabasudormitorio,yacudió a la norte, donde se encontraba la de Amelia. Tuvo que reconocer, mientras recorríaesquivandoaloslacayosdelturnodenocheyaalgunossirvientesquepululabanporlacasaaesashoras,queeraendemoniadamentedifícilllegardeunapuntaaotradelamansiónsinservisto.Peroenestecaso,ya fueraque ladiosa fortuna lesonreíaya fuera la tardíahoraenquerecorrióesospasillos,consiguióllegarsinsernotadoalapuertadeAmeliacruzandolosdedos,mientrasgirabaelpicaporteconsuavidad,quenihubieseechadoelpestilloyqueniningunadelasdamasMcbethsehallasevelandoasudamita.Porsuerte,pudocomprobarenseguidaquesuprimertemornoteníafundamentoy,encuantoalsegundo,sedeslizódentrodelahabitacióny,ensilencio,esperóaquesusojosseadaptasenalaoscuridadquelorodeabayenseguidaquedótambiéndescartado“graciasa Dios”, pensó claramente aliviado. Esta vez, sí echó el pestillo y se adentró aún más en eldormitorio.

SeacercóalacamayconlaluzdelalunacrecienteentrandoporlaventanapudoverelreflejodelcuerpodeMelcasienelcentrode lacama.Sedeslizósuavementepara tumbarsedecostadocerca ella. Solo necesitabaver que estababien.Cuando su tía y Julianna la arrastraron escalerasarribahuboapreciadopreocupadoqueestabaalgopálidayconevidentessignosdecansancio.Ibaaacariciarlelamejillacuandoellamoviólacabezaygimió.Maxsequedómuyquietosinnisiquierabajarlamanoquepermanecíaenelaire.Lamirómásdetenidamente.Volvióagemiryunaslágrimasse deslizaron por su mejilla. Estaba teniendo una pesadilla, porque empezó a revolverse bajo lasábana y a gemir con un sollozo ahogado. Max no pudo soportarlo más y le susurró paradespertarla:

—Mel,pequeña,despierta.—Estavezsíleacariciólamejillaenjuagandolaslágrimasqueselehabíanescapadoensueños—.Mel,cariño.—Lebesósuavementelamejilla—.Despierta,amor,porfavor,despierta.

Amelia se revolvió de nuevo y con esfuerzo consiguió abrir los ojos. Estaba un pocodesorientada, por lo que él esperó a que fijase la vista. En cuanto comprobó que le habíareconocido,seacercóunpocomásaella.

—¿Max?—jadeó.—Shh, pequeña.—La envolvió entre sus brazos y la atrajo hacia él para que notase su calor.

Estabaunpoco temblorosa—.Cariño—utilizóunavoz suave, carentedenervios, a pesar deque

afloraban en el interior de su mente alarmado por verla de nuevo con pesadillas—, estoy aquí,contigo,sshh.

Ameliapor finpareció reaccionar, porque le abrazó tímidamentey conun leve temblor en susbrazos.Maxapoyóelmentónensucabezay laestrechóunpocomás.Esperóunpocohastaqueellaserecuperase.

—Mel,¿estásbien?Pequeña,¿eraotravezunadeesaspesadillas?Suvozeratansuave,tantierna,queellanotabacómodejabaatráselfríoquehabíaatenazado

sushuesos.Asintióy,despuésdeunossegundos,añadióacomodandomejorsucabezaenelcuerpofirmeycálidodeMax:

—Esta era un poco distinta.—Su voz sonaba como cortada y abotargada—. Estaba un pocoasustada,peronotantocomoantes,hasidounpocomenosatemorizante.

Maxbesósucabeza.—Bueno,amor,yapasó.Ahoraestoycontigoyno tevoyadejar.Puedesdormir tranquila,yo

velaré para que tengas sueños agradables.—Después de unos segundos añadió—: Puedes soñarconmigo,amor.

Ameliaseriounpoco,semoviódentrodesuabrazoyalzólacabezaparamirarlo.Suspiróyconunapequeñasonrisapreguntó:

—¿Tequedarásaquíconmigo?¿Así?¿Abrazándome?Maxlesonrió,lamirócondulzuraybesósufrente.—Nopiensomoverme,cielo.Ameliatambiénlededicóunamiradacargadadeamor,detiernadevoción.Conunlevesusurro,

arrastrandolaspalabrasycerrándoselelospesadospárpados,señalóloqueeratanobvio:—Estoytancansada.Acomodó de nuevo su cabeza y casi no necesitó más para dormirse en brazos de Max. Ni

siquiera se había desprendido de su batín de seda adamascada, solo se había tendido sobre lasmantasasulado,perobastótenerlaabrazada,conelrostroensupecho,parasentirsetancómodocomoella.Dejócaerlacabezaenlaalmohadayllevándolaunpococonsigoparamantenerlaenlamismaposiciónymuycercade sucorazón, acabódejándosevencerpor elmismocansancioyunsueñotanpesadoyprofundocomoelsuyo.Sivolvieseatenerunapesadillanotaríacualquierlevemovimientodesucuerpo.

Amelia despertó casi al amanecer para descubrir cómo Max la observaba en silencio, decostado,conlacabezaapoyadasobreunamano,elpelodespeinadoyentrelazandounmechóndepelo de Amelia entre sus dedos jugando con él. Le sonreía con una deslumbrante sonrisa y unamiradalimpia,transparente,delmismogrisazuladodelalmirante.

—Buenosdías—losaludódesperezándose.Max se rio viéndola estirar los brazos sobre su cabeza y sus piernas como si fuese una niña

pequeñadesperezándoseparaapartarlanocheycomenzareldía.—Buenosdías,cariño.¿Estásmejor?Estemprano,deberíasdormirunpocomás.Letocóbajolosojosy,aunquehabíandesaparecidolasojerasquemostrabalanocheanterior,

aúnpodíatenerladormidaentresusbrazosalmenosunahoramás—Sí, sí, estoy…—Bostezó—. Uy, perdona.—Sonrió con aire de inocencia—. Estoy mucho

mejor. Ayer estaba agotada.—Serpenteó un poco y se colocó muy cerca de su cuerpo, alzó lacabezayposósuslabiossobrelosdeMax,besándoleconternura—.Gracias.—Volvióabesarle,pero estavez conunpocomásde ardorquede ternura—.Graciasporquedarte conmigoanoche,eresunamantitaestupenda.—Sonriópícara.

Maxserio:—Estoyasuservicio,milady.—Estavezfueélelque labesó—.¿Noquieresdormirunpoco

más?—preguntódenuevo.Melnegóconlacabeza.—Prefieroquedarmeaquí.—Seacomodóensupecho—.Aúnestoyunpococansada,perocreo

quetrasunbuenbañocaliente,mesentirémejor.Ahorasoloquieroestarasí.—Alzólacabezaparamirarleyconlamiradainterrogantepreguntó—:¿Notemolesta,verdad?

Maxlabesóenlafrente,laacomodódenuevoentresusbrazosysusurrósobresupelo:—¿Molestarme? Cariño, no creo que exista un sitio en el que prefiera estar mejor que este.

Despuésdeunosminutosenlosqueélleacariciabalaespaldayellasutorso,tomóaireparadecir:—Mel.TengoqueiraLondresasolucionaralgunosasuntos.Ellase incorporóparamirarlo,apoyándoseenuncodo,manteniendounamanosobresupecho

desnudograciasaquesehabíaabiertoelbatín.—Oh—selimitóamurmurarconclaradesilusión.Maxleacariciólamejillaconeldorsodelosdedos,disfrutandodelacalidezysuavidaddesu

pielydeeserostroqueyaformabapartedeélcomoalgomásnecesarioque lapropiacorduraysensatez.

—Solo serán cinco o seis días. Regresaré lo antes posible. Tengo que ocuparme de algunascosas.—Letomólanucaconlamanoacercandosucabezay,conelpulgarbajosubarbillalaguioparadejarsuslabiosrozandolossuyos—.Entreotras,conseguirunalicenciaespecialparacasarmecontigotanprontopodamos.

—Oh.Estavezeltonoylasonrisaqueacompañóeseohdenotabalafelicidadconlamismaclaridad

queelbrillodeesosintensosymagnéticosojosnegros.Maxseapoderódesubocacomosoloélpodría hacerlo, instándola a abrir sus labios para poder invadirla con su lengua y sus sensualesmovimientos.Ameliagimióy,pocodespués,tambiénMax.Alcabodeunratoélinterrumpióelbeso.

—Cariño,serámejorquememarcheantesdequelacasasedespierteypuedaencontrarmeconalgúncriadooaalgunadoncella.Midormitorioestáenelalaesteyesposiblequemelleveunosminutosllegar.

Ameliaasintió,peronosemoviódedondeestaba,yaúnmanteníanelrocedesuslabiosnotandomutuamente sus cálidos alientos. Finalmente, Amelia tomó entre sus dientes su labio inferior,mordisqueándoseloprovocativamente,ylobesóantesdevolverasepararsedeélcolocándosedecostado.Conuntonodulcepreguntó:

—¿Cuándotemarcharás?Tambiénsecolocódecostado,quedandocaraacaraconella.—Pues simemarcho tras el desayuno,podré coger el barcodeCliffpara llegar al puertode

Londreshoymismo.Asípuedequeinclusometengasderegresoconmayorprontitud.—Acariciósumejilla mientras le apartaba un mechón rebelde que había caído en el rostro—. Antes de irmehablaréconCliffyconmipadre.

Ameliafruncióelceño:—NopensaráspedirlemimanoaCliffestamañana,¿verdad?Maxserioporeltonodepreocupacióndesuvoz.—No,amor,no.Diosnoslibredeacometeresaempresasinestardebidamentepreparados.—Se

rio—.Además, teprometíhacerteunaproposiciónentodaregla,presentándomeante tupuerta.Demodo que ya puedes tú también prepararte. —La acarició de nuevo mientras Amelia sentía uninmensocalorrecorriéndoleelcuerpoylosfuerteslatidosdesucorazónsobresupechonoporsucontactosinoporsuspalabras.Maxalzóunaceja—.Recuerdalapromesaquemehiciste.Diste tupalabraypiensohacerlacumplir.

Ameliaseruborizódepuroplaceranteaquellaspalabrasyanteelrecuerdodelapromesaquelehizodías atrásde aceptar su “propuesta formaldematrimonio”unavez la formulase, comoélhabíadicho,antesupuerta.Seriotontamentesincontestar.

Maxseinclinóparadarleunúltimobesoyrodósobresímismoparaponerseenelbordedelacamaydejarcaersuspiernas,ydespuésseincorporóaltiempoquecerrabasubatín.

—Cariño —miró de nuevo a Amelia, que permanecía tumbada de costado observándole—,duerme un pocomás.—Mientras hablaba, Amelia se acercó al borde de la cama, quedando de

rodillas de modo que sus cabezas quedaban casi a la misma altura. Ella alzó los brazos paraatraparle el cuello y él la rodeó en respuesta por la cintura—.Baja a desayunar al comedor, asípodrédespedirmedeticontiempo.

Noeraunapreguntasinomásbienunaordenperoaellanoleimportó,ysabíaqueesetipodeórdenespodríaobedecerlassinrechistar,einclusocongusto.Peronoseloibaadecir,porsupuesto.

—Bajaré.—Sonrióyacercósu rostromientrasempujabaeldeélhaciasí—.Porsidespuésnopuedodecírtelo:Voyaecharmuchodemenosminuevamantita.

Maxsoltóvariascarcajadas.—Brujaimpertinente.La besó hasta que a Amelia la habitación pareció darle vueltas y después desapareció por la

puertapararegresaralalaeste.Ameliasedejócaersobrelacamayvolvióadormirse.Aldespertar,casidoshorasdespués,fueaJulianna,aúnencamisónybata,alaqueviodepie

junto a su cama sonriendo a la pequeña Anna, que permanecía acurrucada en sus brazos tras suprimeracomidadelamañana.

—Buenosdías,Mel—lasaludósonriente—.Siaúnquieresdormirunpocomásdaréordendequenotemolesten.

—Buenos días, Juls —respondía incorporándose y poniéndose de rodillas sobre la camaacercándoseparavermejoralapequeña.Leacariciólaregordetamejilla—.Hola,peque.—MiróaJulianna—.¿Medejascogerla?

Juliannasonrió.—Para ser sincera, la he traído como incentivo para sacarte de la cama. Sé que no te puedes

resistiralospequeños.SonriómientrasqueAmeliachasqueaba la lenguaen señalde reproche.Extendió losbrazosy

tomóalaniñaensusbrazos.—Yeresunbonitoincentivo¿verdad,preciosa?Le besó la frentemientras se dejaba caer en la cama, quedando sentada con ella. Julianna se

sentóasulado.—¿Tesientesmejor?—Amelialamiróyasintió—.¿Hasidounaexperienciatanterriblecomome

imagino?Amelialesonrióynegóconlacabeza,luegomirandoaAnnadijo:—Notanterrible.Huboalgunosmomentosrealmentemalos.—Sequedócalladaunossegundos

conelceñofruncido.—Noquiereshablardeellotodavía,¿meequivoco?Melasintió.—Almenosnodetodo.Pocoapoco—contestómirándolaalosojos.Juliannaasintió.—Pocoapoco.JustoenesemomentoseescuchóllamaralapuertaytrasdarpermisoasomólacabezadeCliff.—Disculpadme,noquieromolestarosniinvadirtudormitorio,Mel.Soloqueríasabersiestabas

mejorysiosapeteceríabajaradesayunarcontodalafamilia,porquedeserasí,creoquepodríairamontar con el conde, con Ethan, Max y Jonas y, después, nos reuniríamos con vosotras en elcomedordemañana.

Juliannapusolosojosenblancoyseñaló:—Idos,nosreuniremosconvosotrosmástarde.MiróunmomentoaAmelia,esperabanquelapuertasecerrasepero,enlugardeeso,permaneció

abiertaconCliffenelumbral,enunlugardiscreto,dondenopodíaveralasdamas.Juliannasuspirósonriendo:

—¿Cliff?—¿Sí,cariño?—seescuchabadesdeelumbral.—Quieres que te dé a Anna, ¿verdad?—preguntaba lanzándole unamirada de resignación a

Amelia.—Bueno,siyahacomido…JuliannamiróaAmeliayambascontuvieronunacarcajada.—¿Cliff?—lollamódenuevoconunafalsavozmelosa.AmbasescucharonaCliffresoplardesdelapuerta:—Oh,¡estábien!Quieropasarunratoconmigatita.AmeliayJuliannaseencogierondehombros,mirándoseaguantandocongranesfuerzolasrisas

ensusgargantas.TrasdepositaraAnnaenbrazosdesuanhelantepadreycerrarlapuerta,AmeliayJuliannaprorrumpieronenescandalosascarcajadasquefueronaúnmásestruendosascuandoatravésdelapuertaescucharonlavozdeCliff.

—¡Ospuedooír!Cuandoporfinlograrondetenerlascarcajadas,JuliannadijoaMel.—Elpobresehaacostumbradoapasarunratoconellatodaslasmañanasyacusaelnopoder

hacerloaunquesoloseaundía.Seponedemuymalhumor.Esoyacostara losgemelossondosrutinas que, parece, echa extraordinariamente de menos cuando, por cualquier circunstancia, nopuedehacerlas.

Lasdosserieron.—¿Quiénpodríahaberloimaginadohacecincoaños?Yo,desdeluegono.Elrudocapitánlord

CliffWorkenderritiéndosecomouncorderitoencuantounodesuspequeños leponeojitos—dijoAmeliaconciertotonodecariñohaciasucuñado.

—Sobre todo siendo aristócrata, ¿no es cierto? Nosotras crecimos de otra manera. Antes decasarmeconCliffhablédeelloconél.Lepusealgunascondicionesparacasarmeconél.

Ameliaabriómuchoslosojosylainterrumpió:—¿Deveras?Nuncamelohabíasdicho.—¿Nolohabíahecho?—Melnegóconlacabeza—.Ah,puesbien,sí,sílohice.Leexpliqué

queparamíeramuyimportantecriaranuestroshijos,consuayuda,claro.Nomeimportabaquenosrodearadeinstitutrices,profesoresyniñeras,peronodejaríaquemishijosviviesenunavidaseparadadelamía.Cliffaceptóinmediatamente,inclusosemostróencantadoconlaidea.Perohedeconfesarque, incluso entonces, recelaba un poco. Siendo quien era, habiéndose criado como aristócrata ytodoeso.Perosupongoqueelcondetampocofueunaristócrataalusoenestesentido,porquepasómucho tiempo con sus hijos mientras estos crecían. Además, he de reconocer que nuestrascircunstanciasnosconviertenenuncasoexcepcionalentrelosdesurango,puestoqueesfácilqueacabaseencariñándosemuchoconsuspequeñosviviendoconellosgranpartedelañoenunbarcoycompartiendocasi todoslosmomentosdeocioydescansoensucompañía.Bienesverdadquehareveladotenerunaclarapredisposiciónaelloyahorapiensoqueinclusosiviviésemostodoelañoen tierraél semostraría igualdeansiosoconsushijos.—Hizoungestocon loshombros—.¿Quépuedodecir?Miesposoesunhombreadorablementeextraño.

ElamorylaternuraquelebrillabanenlosojoscuandohablabadeClifferansimilaresalosquetenían cuando lo miraba. Amelia observaba su ensoñadora mirada y ese brillo que parecía noapagarsenunca.Suspirósindarsecuenta.Juliannaseacomodóunpocomásenlacama.

—EstáspensandoenMax,¿verdad?Lesorprendióporlapreguntayporelhechodequelaformulósinnisiquieramirarla.—¿Crees,creesqueMaxseráigualconsushijos?Juliannaserio.—¿Noquerrásdecirconvuestroshijos?Estavezsilamirósonriendoaunqueligeramenteruborizada.—Bueno.Antesdequesiguiese,Juliannalainterrumpió:—Séqueyatehapedidoquetecasesconélyno,notepreocupes,nohedichonada.Losupuse

alverosanoche,perotuvequesonsacárseloaCliff.

EstavezfueAmelialaquelainterrumpiócongestocompungido:—Losiento,Juls,tendríaquehabértelocontadoencuantollegamospero…Juliannalediounaspalmaditasenlamano:—Pero ayer estabas agotada, abrumada y no era el momento. No te preocupes, cielo, ya

hablaremos de eso cuando estésmás recuperada.—Las dos semiraron y en cuento cruzaron lasmiradas se pusieron a reír y se abrazaron como niñas—. Nos lo vamos a pasar de maravillaorganizandolabodadetussueños.—Sevolvieronareírtontamente—.Volviendoatupregunta—Melalzólaceja—,Maxylosniños.—Aclaró.

Melsonrió.—Ah,sí.—Creo que tienes más motivos para creer que será un padre cariñoso y entregado que uno

despegadoyfrío.Solohayqueobservarleconlosgemelosoconlosbebés.—Lamiródivertida—.¿Recuerdascómosecomportócuandoregresó?Eraconmovedorverlosentadoenelenormesillóndel conde con los tres bebés en el regazo y era evidente que estaba disfrutandomuchísimo conellos.

Mel se sonrojó recordando elmomento y el de unas horasmás tarde cuandopor primera vezMax la besó y no con un beso de hermana sino de mujer y de una mujer deseada nada menos.Suspiró.

—Además, ha sido un hermano cariñoso, entregado y protector con Geny desde que nació.Contribuyótantoensueducaciónycrianzacomoelpropioalmirante.Demodoque,enmiopinión,seráunpadrefrancamentebueno.Paciente,cariñoso,generosoyatento.Aunquedevezencuandosalgaesavenamilitarsuya.

Lasdosestallaronencarcajadas.—Escierto,avecesesunpocoautoritario.Denuevoserieronconcomplicidad.—Yocreoqueenlaescuelamilitarlesdanleccionesextraordinariassobrecómoserautócratas

y despóticos, porque cuando aCliff se lemete algo entre ceja y ceja…—añadía dejando correrlentaslaspalabrassubiendolosojos.

—¡Vaya!Miqueridavizcondesa,me está usted asombrando. Jamáshenotado ese rasgo en elcarácter de su esposo. ¿Está usted segura de conocerlo bien?—seburlaba conun deje de ironíasonriendodeorejaaoreja.

—Pues,ahoraquelomenciona,quizásseamiotroesposoelautócrata.Trasunosminutosderisasybromas,JuliannamiróaAmeliaydijoconcaradeasombro:—¡PorDios,Mel!Acabodedarmecuentadequedentrodepocotendréquellamarteduquesay

referirmeaticomoexcelencia.¡Válgameelcielo!Siinclusodeberácederteelpasoycaminartrasdetienreunionesyactospúblicoslapropiacondesa.

Mellamiróconlosojoscomoplatosysesonrojóunpocoavergonzada.—Bueno, espero que eso no ocurra hasta dentro demuchos,muchos años.—Julianna lamiró

comosincomprenderyenseguidaaclaró—.Elalmiranteeselactualduque,¿recuerdas?Ydeseoquesigasiéndolomuchosañosmás.

—Uy, claro, ¡qué tonta!—se apresuró a decirmortificada—.Nunca pienso en él como en elduque.

Ameliaserrio.—Nitúninadie,Juls.Nisiquieraélmismo.Rieronyjustoenesemomentollamaronsuavementealapuerta.—Pase—dijoAmeliaaúnconlarisaentredientes.—Disculpadme. Lamento interrumpiros de nuevo. —Cliff dio un tímido paso hacia delante

entrandoligeramenteen lahabitación—.Queríadejarosamigatita.Serámejorquebaje, todosmeesperanconlasmonturaspreparadas.—Juliannasehabíaacercadoparacogeralanenaenbrazos—.Estáprofundamentedormida.—LediounbesoenlafrenteycuandoJuliannalahubocargado

tambiénbesó a su esposa en lamejilla.Desde la puerta dijo a nadie en particular—:Señoras, nosvemoseneldesayuno.Yahorapodéisseguirdespellejándonosaplacer.

—¡Cliff!—protestaronlasdosfalsamenteofendidas.Estavezfueélelquesemarchóentrecarcajadasytraslapuertaseleescuchódecir:—Osconozcodemasiadobien,queridas.Lasdosserieron,yJuliannasegiróparamiraraAmelia.—Lomalodeestoesquetienerazón,nosconocedemasiadobien.Trasbañarse,conlaagradableayudadesudoncella,dejóqueEugene,tíaBlancheyJuliannala

acompañasenmientras se vestía. No pararon de hablar, bromear y reír recordando cómo apenascuatroañosanteseraalgoquehacían juntasadiariocuando las tres jóvenesvivíanen lamansiónMcbethy lorepetíanencuantosereuníanenalgunasvacaciones,en lasfiestasoreuniónfamiliar.Después bajaron todas juntas a la sala del desayuno, donde ya se encontraba la condesa, ladyAdele,ytrasellasllegóelalmiranteconlosgemelosdelasmanos.

—¡TíaMel!Gritaron como locos los dos y corrieron a por ella.La llegada tan tardía la noche anterior le

privódeverlos.—Diablillos.Losabrazóriéndose—.¿Habéishechomuchastravesurasenmiausencia?—No—respondieronalunísono,perotrasdeellosseescucharonvarioscarraspeosylosdosse

ruborizaron.Ameliaserio.—Bueno,bueno,melas tendréisquecontar.—Losdospequeñosserieron—.ElviejoRolfme

mandarecuerdosparavosotrosyvuestropadretienealgodesuparte.Creoquesonunaspequeñasestrellasdemar.

Alosdosseleiluminóelrostro:—¡Sehaacordado!—gritóentusiasmadoMaxi—.¡Québien!Seguroquesonlasvenenosas.—

MiróaMely,queasintiósatisfecha.Seescucharonalgunossuspirospordetrás.—¿Quesonqué—preguntóJuliannaconciertotoquedealarma.Peroantesdequelospequeños

contestasenintervinoelalmirante.—Notealarmes.Ahorasoninofensivas,lashasecadoyendurecidoalsol.Juliannaasintióperoaclaró:—Lo último que les regaló fue una pecera con varias pirañas vivas.—Resignada completó—:

Las alimentaban con carne cruda. —Hizo un gesto con la boca—. Gracias a los cielos, Cliffconsiguióquesecansarandeellas.

Losniñosempezarona relatarle cómohabíanpasadoesosdíasy algunosde sus “incidentes”,comolosllamabanimitandoalalmirante.Ameliateníaquereconocerqueeranextraordinariamentecreativosyadorables,perotambiénmuyrevoltosos.

—¿Nosacompañarásdespuésamontar?—preguntóMely.—Hemos mejorado mucho, yo puedo saltar—anunció orgulloso Maxi—. El abuelo me está

enseñandoahacerlosobretroncos.Justoenesemomentoentraronelrestodeloscaballeroshaciendolascortesíasoportunas.Mely

corrióalosbrazosdesupadreencuantosesentóalamesa.—Papi,tíaMeldicequetienesunregalodeRolf.Clifflabesóconternuraenlamejillaylaacomodóensuregazo.—Despuéspodéissubir.PedídseloalaSta.Donna,peronodespertéisavuestrahermanita.EllaasintiójustocuandoMaxiintervinomirandoaAmelia:—¿Ydespuéssaldremosamontar?—Sí,peroprimerohacedvuestrastareas,subiréarecogeros.Maxilediounbesoenmejillaysegiróparaponersejuntoasupadre,lediountiróndelbrazoa

Melyyselallevó.

—Creoque voy a tener unas palabras conRolf y esa costumbre suya de llevarle a los niñosanimalitosyseresextraños—dijoJuliannamirandoaCliff.

Estesonrió.—Oh,vamos,soninofensivos,además,suelencansarsedeellosenseguida,encuantolesllama

laatenciónotracosa.Julianna,concaraderesignaciónylatazadecaféenlamano,recordóconvozsuave:—Pirañas,Cliff,pirañas…Creoquenohacefaltaquediganadamás.Cliffserioacarcajadasytomólamanodesuesposaparabesarlelosdedos.—Mipequeñagruñona—lesusurrócómplice.Lesonrióyenseguidaseviocorrespondidoconotrasonrisa.—Soydemasiadopermisivaynoséquiénespeor,losgemelosotú.Élseriodenuevoconairetravieso.Maxsehabíasentado juntoaAmeliay,mientras lesservíanelcaféy losdemásempezarona

intercambiaralgunasopiniones,seinclinóhaciaellaylesusurró:—Memarcharédespuésdeldesayuno,peroesperabaquemeacompañasesalasalademúsica

antesparapoderintercambiaralgunaspalabras.Elgorjeodesuvozaldecirpalabras,sumiradaprovocativayesasonrisaseductoraprovocóque

Amelia sintieseaquellocomo lamáseróticade lascaricias, ruborizándosede inmediato,viéndoseobligada a ocultar su rostro tras la taza de café, y tomando un pequeño sorbo, le contestó ensusurro:

—Meencantaría—ydevolviendomaliciosaesamiradajuguetonaañadióconuntonotandulcecomosensual—,milord.

Max sonrió como solo él podía hacerlo para, a continuación, introducirse ambos en lasconversacionesdesualrededor.Aningunodelosdosselespasóporaltolasmiradasdealgunosdeloscomensales.Eraevidentequelosobservaban,aunquetodosparecíansatisfechosycomplacidose incluso, pensó Amelia, algunas de las damas parecían lanzarle sonrisas cómplices. Eso sí, sevieronenalgunosmomentosobligadosamentirsobrealgunosdetallesdesucautiverioydebieronsalvaralgunaqueotrapreguntaycomentarioalgocomprometido.AmeliasealegródeteneraMaxasuladoparacontestarenalgunaocasiónporqueellanohubieresidoincapazdehacerlo,ymenosconlasoltura,ladespreocupaciónyelbuenhacerdelmismo.

En cuanto salieron de la sala del desayuno se encontraron en la de música acudiendo porseparadoparanollamarlaatención.Apenasseveíanada,pueslascortinasestabanechadascuandoella entró. Amelia abrió la puerta y la cerró y justo cuando iba a encaminarse hacia una de lasventanasparadescorrerunadelascortinas,Maxlasujetó,tomándoleunadesusmuñecas,ytiródeellaparaestrecharlaensusbrazosmientraslesusurraba:

—Nolasabras,asínadieentraráamolestarnos,ynecesitounosmomentoscontigoasolasantesdemarcharme.

Colocó su mano tras la nuca de Amelia y con el pulgar empujó suavemente su barbilla,alzándoleelrostroparaenseguidatomarsuslabiosenunlento,profundoycálidobeso.

Amelia lo sintióhasta en sushuesos, todo sucuerpovibrabae inclusohubiese juradoque a sualrededorbrillabanmilesdecolores.Alzó losbrazosrodeándoleelcuello,hundiendo lasmanosensuespesoysuavecabelloyacariciandocontodosucuerpoeldeMax,sintiéndoseabrazadaporsucalor,poreseolora jabón,a ropa limpiay laesenciamasculinaquecomenzaba rápidamenteaidentificar como solo suya con el regusto salado.Gimió tan sensual, tan profundamente y con unsonido que parecía salirle del fondo del pecho llevando aMax a una particular hoguera interiorsintiéndosedeinmediatoarder.LagiróyactoseguidoAmeliaseencontrabaapoyadaenunaparedconelcuerpodeMaxaprisionándola,reclamándola.SeparósuslabiosparainiciarunlentodescensoconellosporlatersapieldeAmeliaycasicomoungruñidodijo:

—Dios,Mel,noséloquemehaces,perosealoqueseanopiensorenunciaraello.Ameliaseaferrabaaél,puessesentíaderretirentresusbrazos,apenasconseguíaconcentrarse.

CuandoloscálidosycadavezexigenteslabiosdeMaxalcanzaronlapartesensibledesucuello,enlabasedesuoreja,gimiódepuroplacer.Maxalzólacabezaparamirarlajadeante.

—Mel.—Gimió.Laalzódentrodesuabrazoyagrandeszancadaslallevóhastaunodeloslaterales,abrióuna

especie de puerta y entró con ella. Mel, desorientada, totalmente azorada, intentó mirar a sualrededorcuandoéllaapoyócontralapuertaycerró,sinsoltarla,elpestillo.

—¿Dónde,donde…?Max acababa de empezar a lamerle de un modo tan lujurioso el cuello que se sentía tan

abrumadaydeliciosamentelicenciosaqueporunossegundossedejóllevar.Exhalandounpocodeaireysinconseguircentrardeltodolavista,lointentódenuevo:

—¿Dóndeestamos?MaxnodejódeacariciarlaydebesarlayconsubocasobrelapieldeMelsusurró:—Esun corredorocultoquehay tras la sala demúsica.—Por fin levantó la cabezaymiró a

Ameliaentrelospocosreflejosdeluzqueentrabanporunpequeñoventanalsituadoavariosmetrosde altura—. Cliff, Ethan y yo lo descubrimos unas Navidades. Recorre toda el ala oeste de lamansión,enrealidad,sololaplantabajayllegahastaelsalónprincipal.

Mel,encerradaensuabrazo,miróasualrededorydespuésvolvióamiraraMax.Leacariciólanuca.

–¿MeprometesnodemorartemuchoenLondres?Maxlesonrió.—Nonecesitasqueteloprometa.Nopuedoniquieropermanecerlejosdeti.—¿Deveras?—preguntóAmeliaconunnudodeemociónenlagarganta.—Deveras.—Maxdenuevoseapoderódesuslabios.Pudieron pasar unos segundos o una hora, ninguno de los dos hubiere sido capaz de decirlo,

antesdequeescuchasenalotroladodelapuertalasvocesdeEugeneydeJulianna.—¿Max?¿Mel?—Deben haber ido a los establos, Juls. No te preocupes, mi hermano no se marchará sin

despedirse.—Sí,supongoquetienesrazón.¿Volvemos?Despuésdeesoescucharonelruidodelapuertacerrarseysilenciodenuevo.Maxnodejónipor

unsegundodeacariciar,debesarysaborearlacadavezmáscalientepieldeAmelia.—Max—susurróella—¿Umm?—Debe…deberíamosvolver.“Dentrodeunrato…omejordos…”,lamentedeAmeliavolvía

aperdertodacapacidaddehilardospensamientosseguidos.Maxleestabaacariciandounodelosmuslosbajolafalda,queseencontrabaahoraalaaltura

desucintura,mientrassubocapermanecíaensucuelloyconelotrobrazolamanteníasujeta, locualellaagradecíaporquesusrodillasnopodríansostenerleniaunquesuvidadependieradeello.Maxalcanzósusexoycomenzóaacariciarlo,deleitándoseconlossuavesgemidosdeMelsobresu cuello, la respiración entrecortada sobre su piel y los pequeños espasmos que le estabaprovocando.Estabahúmeda,cálidaytanexcitadaquenotabacómosupropiocuerpoibaperdiendoelcontrol.Cubriósusdesnudasnalgasconlasmanos,laalzó,apoyándolaensuscaderasycontraelpanelqueforrabalapared.Mientrasintroducíalamanoentrelosdoscuerposparadesabrocharselapretinadelpantalónyentrecadavezmásanhelantes,apremiantesydescontroladosbesos,logródecirconlavozcargada:

—Rodéamefuertecontuspiernas,amor.Mel obedeció al instante sin dejar de besarlo, sin dejar de acariciar con sus cada vez más

revoltosasyapremiantesmanosycerniendoelagarreporsucinturaloapretócontraella,notandotantopartede lapieldeMaxcomosumiembroduroy cálidoentre susmuslos.Max la tomódenuevodesusnalgasylacolocóparaconunacerteraybrutalembestidaempalarlayalzarlaconel

brusco movimiento. Mel gritó de puro placer y él se sintió abrumado por unos segundos. Lasensacióndeéxtasis,depuraexcitaciónydelujuriaqueloinvadíalodejóquietounrato,disfrutandodecalorqueloenvolvía,delahumedaddesucuerpoydelagarredesumiembro.Loacogía,loreclamaba,loaferrabayesesuavesusurroconelquedecíasunombreloincitaba,lollamaba,lomarcabaparaelrestodesusdías.

MaxmiróelrostroenrojecidodeMelyelmismobrillodelujuriayplacerqueélsabíatendríansus ojos pudo reconocerlo en los deMel.Aquello lo excitó todavíamás y se sintió endurecer ycreceraúnmásensu interior.ComenzóamoversedentrodeellayAmeliaprontoseamoldóasuritmo,comosiresponderasucuerpoguiadoporunallamadaanimalyprimitivafuesealgonatural,instintivo del pequeño y suave cuerpo deMel. Fue acogiendo cada una de sus embestidas con elmovimientodesuscaderas.Enterrandoaúnmássumiembroensuinteriorcadavezqueloacogía,quelorecibía.Notabacómoasfixiabasupeneencadagolpellevándoloacotasdeplacercadavezmás descontroladas.Aquello eramagnífico, pensaba aferrándola aúnmás, apretándola contra él,más y más y más. Saboreaba su boca con un baile acompasado al de sus cuerpos. Después dedesenfrenadasembestidas,defrenéticosmovimientosydelbailedesuscaderas,notócuandoellacomenzóaalcanzarelclímaxfinal.Sentíaysedeleitabaconcadaunode losespasmosdegozoque ella experimentab,a y cuando comenzaba a relajarse en torno a él notó cómo llegaba a supropioorgasmoenlasembestidasfinalesycómoellavolvíaalatensiónanterioryloacompañaba,loguiabay alentaba en eseviolentomomento final con cadaunode susmúsculos interiores, concadaunodelosmovimientosdesuscaderasafianzandoaúnmáselagarredesuspiernasentornoaél. Cuando al fin explotó en millones de pedazos, jadeante, necesitó apoyarse en la pared,aprisionando más aún el cuerpo de Mel con el suyo. Max gruñó de puro éxtasis mientras sederramabadentro de ellamarcándola, sellandouna vezmás el destino de ambos, convirtiéndolauna vez más en su mujer, en su esposa, en su Mel. Aquello era una locura, pensaba intentandorecuperar el aliento y sintiendo cómo ella iba recuperando poco a poco el suyo con su cabezaapoyadaagotadaensuhombro.Cuantomásdisfrutabadesucuerpo,másnovatoparecía.Sesentíacomoelaprendiz,comoelpobreesclavodesuhuríparticulardeojososcurosymelenaazabache.Peroalmismotiempo,sesentíatanpleno,tansatisfecho,tanporencimadelrestodeloshombresalsaberlasuya,solosuya,quelodemásnoimportaba.

Salió con esfuerzo y desgana de su interior y fue ayudándola a descender hasta que sus piesvolvieronatocarelsuelo,manteniéndolasujetayfirmehastaquepudiesesostenerseporellamisma.Sealzóunpoco lascalzasparacubrirseydejócaer las faldasdeAmeliaasualrededor,pero lamantuvo abrazada, estrechándola aún contra la pared con su cabeza apoyada en su hombro.Parecía, al igual que él, no querer moverse, por lo que durante unos minutos permanecieronabrazados en silencio y acariciándose mutuamente. Fue ella la que rompió el silencio, pero sinmoverse,consucabezadondeestabacómodamenteinstalada.

—Max—lollamóconlavozcansada,exhausta.—Dime,cielo.Leacariciabaelpeloyjugueteabaconlosmechonessueltosdesuyadeshechopeinado.—Noquierodespedirmedetienelvestíbulooenelpationidelantedelosdemás.Nopodría

soportarnoecharmeentusbrazosypedirtequemebesaras.Maxsonrióeintentóaguantarensugargantaunaextrañarisadefelicidadquenotabaapuntode

salir.—¿Sabesunacosa,amor?Yoestabapensandolomismo.Nopodríamarcharmeviéndotedepie

sinpoderestrecharteentremisbrazos,sinimportarquiénmiraseoloquepensase.Fueellalaqueserio.Alzólacabezayconunamanoloseparóunpocoparapoderentrelazar

susbrazosdetrásdesucuello.Mirándolealosojos,conloslabioshinchadosyelrubordelplacerdibujadotandeliciosamenteensusmejillas,dijo:

—Creo que deberíamos despedirnos aquí. Prefiero que me dejes cuando aún puedo sentir yrecordartusbesos,tuabrazo,tuaroma.

Max la interrumpió, besándola como si no hubiese mañana ni otra cosa más importante en elmundoqueellosdos,queesebeso,queeseabrazo.

—Mel,tequiero,noloolvides.Ellasonriódeunmodoquepareciónosolobrillarleelrostrosinotodoasualrededor.—Yyoati.Maxacercódenuevosusrostros.—Quieroquesueñesconmigocadanocheporque,puedesestarsegura,yovoyasoñarcontigo.

Nosencontraremosennuestrossueños,nosamaremosenelloshastaqueregresey,comoyoharé,quiero queme imagines a tu lado al despertar y cuando apagues la vela antes de cerrar los ojosquiero que sientas cómomis brazos te estrechan contra mi cuerpo y cómo desde Londres en misolitariacama,en laoscuridad,extiendo losbrazosparaatraerteami lado,paraapretar tumejillacontramipecho,contramicorazón,queestuyo,tuyoporenteroyparalaeternidad.

AAmeliase leanegaron losojosde lágrimas.Pensóqueera lomás tiernoque lehabíadichonunca.Soñaríaconella,laimaginaríaasuladoy,ensumente,laestrecharíacontrasucuerpo.

—Max,tevoyaecharmuchodemenos.Regresapronto,porfavor.Eraincreíblelanecesidadquesentíadeél.Enloscuatroañosanterioresacusabasumarcha,y

aunqueseentristecíaporsuslargasausencias,noeralomismoqueahora,porqueesatristezayesapenaseconvertiríanenpurodolor,inclusoendolorfísico.Sepreguntócómopodríasoportarlo.

—Mel—labesó—,sigueestecorredorhastaelfinal,hastaelsalónprincipal,desdeallípodrássubir hasta tus habitaciones sin cruzarte con nadie. —La besó de nuevo—. Te echaré mucho demenos,amor,pensaréentiyenregresaratuladotanprontocomopueda.

Aflojóunpocoelabrazoylamirófijamenteunosinstantesantesdesoltarladeltodo.Ellahizolomismo,ycuandoporfinsesepararondiodospasosenladirecciónquelehabía indicado,peroenseguidasegiróparamirarlodenuevo.

—Max,tequieromucho.Élextendiósubrazoparaacariciarconlasyemasdesusdedossumejilla.—Losé,cielo,losé.Perotenemossuerte—añadiósonriendo—,porqueyotequieroyteadoro

másalládelacordura.Melserioentredientes,girólacabezaparabesarlamanodeMaxysemarchó.El permaneció quietomirando la dirección tomada porAmelia y tras unosminutos, suspiró. Se

arreglólaropa,sepeinópasándoselasmanosporsudensacabelleraydenuevotomóaireantesdesalir.

Unratodespués,yaenelpatio,sedespidiódesupadreydeEugeneydespuésseacercóaCliff,quepermanecíajuntoaJulianna.DiounbesoenlamejillaaestayestrechandolamanodeCliffdijoserio:

—Noolvidesloquehemoshablado.Mantenmeinformadosiocurrealgo.Cliffleinterrumpió:—Notepreocupes.Lacuidaremosbien.Maxasintió,ycuandosehuboacomodadoenlamonturamiróaCliff,abriólabocaparadecir

algo,perolecortóensecosuamigo.—Márchateya,estaráperfectamente.Lavigilaré.Solonecesitadescansaryestarconlafamilia.

Enunosdíaslohabráolvidado.Lacuidaremos—aseverórotundo.Maxasintió,aunquecongestoadusto,ysemarchófinalmente.JuliannaesperóhastaqueyanoseveíalafiguradeMaxalolejos.Segiróycaminódelbrazo

de su marido en dirección a la mansión, o quizás no. La mirada de Cliff era absolutamentereveladoradeadóndelaibaallevar.

—Cliff,quítatelodelacabeza,losniños,Amelia.Cliffserio.—Sinexcusas,amor.LosgemelossevanairamontarconMelyvanahacerunpicniccercade

lasruinas,porloquehastaestatardenolosveremos.Annaestádormidaytienevariascremasque

tanto le gustan preparadas, gracias aDios.Y tú, querida, eresmía, solomía, hasta la hora de lacena.Nosvamosanuestracasitaenelbosqueytepiensomantenerencerradadentroloquequedadeldía.

Juliannaserio.—¿Creesquenecesitasencerrarme?—Lomiróprovocativa.—Encerrarteymantenertemuy,muyocupadaconunesposoquetehaechadomuchodemenosy

quetienemuchoscaprichosporsatisfacer.Julianna se paró, obligando a Cliff a hacer lomismo, y a pesar de que se encontraban en el

caminodelosestablosalavistadecualquieraquepudierepasar,alzólosbrazosatrapándoloconellos,yacercándoseparabesarlodijo:

—Creoque,enesecaso,voyadejarmeencerrarsinponerexcesivaresistenciaydejaréquemiesposo me pida cuantos caprichos se le pasen por la cabeza, y prometo satisfacer cuanto deseesiemprequeélmeprometalomismo.

LobesóapoyandosucuerpoenelduroyfirmedeCliff,quelaabrazóalinstanteestrechándolacontraél.Despuésdesaborearlaporunosminutosseseparóyleofrecióelbrazocortésmenteparaguiarladenuevoalosestablos,dondecogeríansusmonturas.

—Querida,tenemosunacuerdo—dijosonriente.—Cliff—llamó instantes después—, ¿qué ha querido decirMax con lo de si ocurre algo?Y

¿porquéhasdevigilaraAmelia?Cliffsabíaqueibaatenerquedecírselo,peroesperabaquesuperspicazesposale“interrogase”

despuésdeunashorasdisfrutandodeellaenelbosque.—Juls, te lo contaré con detalle más tarde, cuando estemos solos. Le he prometido a Max

mantenerladiscreciónpero,paratutranquilidad,MaxestáunpocoinquietoporquecreequeMelnoduermebien.—Julianna ladeó la cabeza, lomiróconel ceño fruncidoexigiendounpocomásdeinformación.Cliffresoplópordentro—.Enelbarcoderegresotuvoalgunaspesadillas.

JuliannaseparódenuevoabruptamenteysegiróparamirarmejoraCliff.—¿Pesadillas?¿Quéclasedepesadillas?¿Lehicieronalgoesoshombres?Cliffleacariciólamejillaparatranquilizarla.—No,cariño,no.Noeseso.Detodosmodos,Maxestáconvencidodequeahoranotieneunas

pesadillastan…acusadascomoenelbarco.—Clif.—insistióconlavozpesada.—Juls,notealarmes.Deverasteloexplicarédespuéscontranquilidad.Sicreyesequeesalgo

realmenteserio,subiríaahoramismoahablarconella,peroinclusoMaxcreequesolonecesitaquela vigilemos, que nos aseguremos de que duerme. Solo necesita volver a la normalidad y seolvidarádelacaradelPortugués.

—¡Cliff!—EncuantoviolaexpresióndeJuliannacomprendióquehabíacometidoundesliz—.¿Por qué debería olvidarse de la cara de ese pirata? ¿Qué le hizo? ¿Ese hombre le hizo daño aMel?

Cliffrápidamentelainterrumpióylaatrajohaciaél.—Lo siento Juls. —La abrazó—. Me he expresado de un modo desafortunado y te estoy

asustando.Verás.—Laseparóparapodermirarlaperomanteniéndoladentrodesusbrazos—.FueAmeliaquien lomató.Ledisparócuando ibaaapuñalaraRolf.—DejópasarunossegundosparaqueJuliannacomprendiera—.EsehombrenohizodañoaAmelia.Maxnodejóquelaseparasendeélniunsegundo.SeaseguródequeMelsiempreestuvieraprotegida.

LaexpresióndeJuliannasesuavizó.—Comprendo—dijomásserena—.Lapesadillaesporlamuertedeesehombre.—MiróaCliff

con el ceño fruncido pero sin enfado—. No se sentirá culpable por la muerte de ese canalla,¿verdad?

Cliffseencogiódehombros.—Canallaono,disparóaunhombre.Ellasabequehizolocorrecto,queconellonohizosino

salvar la vida de Rolf y que, de no haber disparado, el Portugués habría acabado muertoigualmente,perosehabríallevadoconsigolavidadeRolf.Aunasí,todoesmuyreciente.Melsolonecesitadescansar,sentirseasalvoyrodeadadepersonasquelaquieren.

BesólafrentedeJuliannaydespuésellaasintióycaminódenuevo.YaenlosestablosJuliannadijoconfirmeza:—Estarépendientedeella.Yolavigilaré.Notepreocupes.Siveoquepasaalgo,telodiré.Cliff lasujetópor lacintura, laaupóhastasumonturay laayudóacolocarelestribomientras

conigualfirmezaledijoasuesposa:—Lavigilaremoslosdos.Julianna le sonrióyantesdequeél seapartasepara ir apor sumontura seagachóunpoco,y

bajandolavozparaquenoleescuchasenlosmozossusurró:—Ereselmejormaridoquepodríadesear.Teamo.Seenderezóylededicóunadeesassonrisasquesiempreconseguíadeslumbrarlo.Cliffsonrióy

negandoconlacabezarespondiendoresignado:—Sinoestuvierasyaatadaamídeporvida….Juliannarompióareírmientrassumaridomontabaensupropiocaballo.DesdelapartidadeMaxaAmeliaparecíanmantenerlapermanentementeocupadaJulianna,los

gemelos,latíaBlancheeinclusoCliff,demodoquellegabaexhaustaalacamatodaslasnoches.Cerraba los ojos pensando enMax, en sus últimas palabras y en su voz, sus brazos y sus labiossobre su piel. Sin embargo, persistían sus pesadillas. No eran como las del barco, en eso no lemintióaMax laúltimanoche,puesnoseasustaba tanto,peroeranunpocomásconfusas,yaquerecordabamomentosdesupasado,algunosdelpresenteyal final siempre revivíaeldisparoy lamuerte de esemaldito pirata. Todas y cada una de las noches se despertaba gracias a la voz deJulianna,queconsuavidadlasacabadesupesadillayladespertabaparaposteriormenteabrazarlay quedarse a su lado hasta volver a dormirse.Ypor lamañana de nuevo era Julianna la primerapersonaa laqueveíaantes inclusoquea sudoncella.Queríadeverasa suhermanay laechabamucho de menos cuando no estaba y cuando regresaba a casa parecía como si no se hubieseseparadodurantemeses.Alolargodeesosdíashabíanhabladodetodoloocurridoenelbarco.AlprincipioseruborizóyviolentóalcontarlequehabíaintimadoconMaxperoluego,cuandoellaleconfesó que Cliff y ella se habían conocido e intimado antes de la boda, pareciómás natural ysencillohablardeelloconJulianna,desussentimientos,desuformadesentirsemásunidaaMaxyde comprenderlomejor que antes. Julianna y ella intercambiaron anécdotas, curiosidades a vecesriéndoseyotrasvecessimplementedesahogándose.

Juliannaleconfesóque,aunquenuncahabíahabladodeellocontíaBlanche,estabaseguradeque esta conocía el grado de intimidad que ella yCliff habían compartido antes de su románticaboda a bordo de su barco. Ninguna de las dos habló nunca abiertamente de ello pero, segúnJulianna,latíaerademasiadointeligenteyperceptivacomoparanohabersedadocuentadeloquepasaba.Deestemodo,lerecomendóque,aunquenoleconfesaseloocurridoasutía,considerasequeestaríaalcorrientedeelloo,porlomenos,quelosospechaba,yquenosepreocupase,puesnoerael tipodepersonaquelacensuraseomenospreciaseporesecomportamiento,puesni ibaensucarácter ni en su formade querer y proteger a los suyos. Por extrañoque resultase el que su tíapudieraestar, secretamente,al tantode,nosolo loprofundoqueeransussentimientoshaciaMax,que por otro lado suponía que en los últimos cuatro años habían sido tan evidentes que no lospodría haber ignorado, sino, además, de lo lejos y avanzada que se encontraba su relación, ledejabaciertasensacióndepazytranquilidadyyanosesentíaculpableporocultárselo,porqueunacosaeranohablardeloquesabíayotramuydistintatenerquementirsobreello.

Esosdías, tambiénCliffparecíaempeñadoenalejarelabatimientodesucuñada,procurándolebastantesdistraccionesconlospurasangredelconde,conlasclasesdeequitacióndelosgemeloseinclusoenseñándolaanadarenelestanque, locualsupusoparaellauna tremendamortificaciónyunagrandiversiónparalosgemelos,queaprendíanmásdeprisaqueella.

Elquintodíadespuésdelaclasedeequitaciónconlosgemelosdecidióquequeríacabalgarunpococon supurasangre, demodoque, tras dejarlos en los establos semarchó sindarle tiempoaningunodelosmozosaseguirla.Sehabíapasadolosúltimosdíassiempreencompañíadealguien.EstabaclaroqueMaxlehabíapedidoaCliffoaJuliannaquelavigilasenoquelacuidasen,porquenolehabíandadoniunsolomomentoderespiro,yesoeraalgoquenecesitabadesesperadamente.Demodoqueclavólostalonesensuyeguaylahizocabalgarporelcaminohacialasruinas,unarutaqueconocíatanbienquepodríahacerlaconlosojoscerrados.Sentirenelrostroelvientofríoqueempezabayaanotarse enesaépocay la sensaciónde libertadque siempre leproporcionabacabalgaralomosdeGranadaparecióentibiarleunpocoelcorazón.

Alllegardejóalayeguaenlaladeraparaquesecalmaseyretozaseunpoco.Ellacaminóalasruinasyal llegara lazonadondeconelpasode losañossehabíaformadounamullidacapadehierba en uno de los antiguos patios, se tumbó de espaldas ymiró al cielo y el suave desfile denubes. Se concentró en el olor a hierba y amargaritas que la rodeaba, en el piar de los pájarosresonandoalolejosenelnacimientodelbosque,enelecodelvientoentrelasruinasyenellatidolento y pausado de su corazón. Permaneció así durante, almenos una hora, hasta que a lo lejosescuchóloscascosdeuncaballoaproximándose,suspirópensandoqueseríaunodelosmozosquea buen seguro habríamandado Julianna o tía Blanche o, Dios no lo quisiese, un furioso Cliff alenterarsedequesehabíamarchadosola.Resoplódenuevoantesdeponerseenpiealescucharqueel ruido de los cascos había cesado. Seguramente elmozo habría localizado la yegua y estaríajuntoaellaesperándola.Caminóendirecciónalasalidaychocóconuncuerpodurójustoaldoblarunrecodo.Sedesequilibróperoenseguidaseviosujetadaporunosfuertesbrazosquelarodearonylaatrajeronhacíaél.

Sintiempodereaccionarnideverquiéneraseviosorprendidaporunapasionadobeso.“Max”,resonóensucabezaconentusiasmo.Seseparódeélparapodermirarlebien.

—¡Max!—gritómientrasseabalanzódenuevohaciaélconlosbrazosenaltoparaatraparle.Él se rioy sedejóatrapar.Laestrechó fuerteabrazándolapor lacintura.Enterró sucaraenel

cuellodeMelpara inhalar sudeliciosoolorantesdebesarlacondulzura justoenelhuecodesuorejaylesusurrótrasbesarsupequeñaysonrojadaoreja:

—Teheechadodemenos,amor.Melserioyesesonidoreverberóentodosucuerpocomouncantodesirena.Melgirólacabeza

buscandosuslabiosyMaxcongustoseloscedió.—Max—susurrócontrasuslabiosacariciándoselosycosquilleandosuboca.Maxsonrióylaaupóunpocoparatenersucuerpomejoracomodadocontraelsuyo.—Veoquetútambiénmehasechadounpocodemenos.Ellaladeóunpocolacabezayconunamiradajuguetonacontestó:—Bueno…porlasnocheshacíafríoysiguessiendomimantitapreferida.Maxatacósuslabiossintregua.Eradeliciosovolveratenerlaentresusbrazos,sentirsucuerpo

yesasdulcescurvasaprisionadassensualmentecontraél,peroesoslabios,santocielo,esoslabioseranpuropecado,pensabamientraslasaboreabayserelamíadelbanquetequesedaba.

Lallevóenvolandashastaelespesocolchóndehierbaquesemanasanteslehabíaenseñadoyla tumbó allí cubriendo su cuerpo con el suyo. Apenas unos minutos después ambos estabanjadeantes, desaliñados y totalmente relajados y saciados, el uno en brazos del otro. Mel seincorporócolocándosesobreélconlasmanosapoyadasensupechoylacaraasumismaaltura.Lebesó todoel rostro, los labios, la firmeybienmarcada líneade sumandíbula,unayotrayotravez.

—Max—susurró—,novuelvasairte.—Lobesóenelcuellodisfrutandodeesesaborsalado,de ese olor a él y de esa piel de hombre suave y firme.De repente cayó en el hecho de que élestabaallí—.¿Cómosabiasqueestabaaquí?—preguntófrunciendoelceño.

Maxposóunadelasmanosensuespaldayotraensumejillamientrassonreía.—Pues,mehe topadocon losgemelos,que salíande los establos llenosdepajapor todoel

cuerpo después de haber cepillado a los ponis y después de haberse revolcado por las balas dehenodelabuhardilla,supongo.—Sonriódivertido—.¿Asíquetehasescapadogalopando?—Melsonrió y escondió la cabeza en su cuello—.Nome ha costadomucho deducir adónde te habíasdirigido.

Lealzólacabezaparapoderbesarlaperoantesdehacerloellaseapartóypreguntóalarmada:—Todossabránquehasllegado.Estaránpreguntándosedondeestás,es…Maxlepusoundedoenloslabios,selosacaricióconreverenciaparadespuésdecirsonriendo:—Leshedichoaesosdosdiablillosquemeguardenelsecretoyamivaletquesedirijaamis

habitacionessinalharacasyprocurandoevitaracualquieradelosseñoresydamasdelacasa.Ameliaserioyseinclinóparabesarlo.—¿Eresconscientedequelosgemelossonincapacesdeguardarunsecreto?Maxsonrió.—Salvoquetenganunbuenmotivoparahacerlo.¿Odeberíadecirunbuenincentivo?Melalzólascejas.—¿Loshassobornado?Maxsonriómalicioso.—Sobornoesunapalabramuy fea,querida.Yo solo leshehechover lasventajasdeguardar

silenciounashoras.Melserio.–Y¿puedosaberenquéconsistenesasventajas?—Pues—puso la cara de un niño travieso—, les he traído un acuario con varias especies de

peces de colores. Supongo que en estos momentos deben estar instalándolo en el cuarto de losniños.

Melserio.—Julsnotelovaaperdonarsiesquenodecidematarteantes.Maxleacariciólamejilla.—Bueno,amor,¿quéeslavidasinriesgosparahacerlamásllevadera?Melserioentredientes,lebesóymiróalcielo.—Pues, ahora creo que corremos un riesgo serio de acabar empapados si no volvemos a la

mansión.Maxmiróalcieloysuspiró.—Enfin,parecequetodolobuenoestáabocadoaunrápidofinal,almenosporahora.La besó y se puso de pie, llevándola consigo. Ambos se arreglaron un poco las ropas y

regresaron galopando justo a tiempo, ya que las primeras gotas empezaron a caer nada másatravesarlasenormesverjasdelamansión.

MelsubiócorriendoasudormitoriomientrasqueMaxdesaparecíaenlaplantabajabuscandoasupadre.Se tumbóen la camacon losbrazosabiertosyunaenorme sonrisa en la cara. InstantesdespuésaparecíanJuliannaysutíaporlapuerta.

—¿Querida?—preguntósutíadepiejuntoalacama—.¿Teencuentrasbien?Ameliasesentódegolpeenlacamaysinpoderparardesonreírcontestó:—Sí,tía,muybien.SutíaentornólosojosmientrasJuliannacomenzabaareírsesentándoseenlacamajuntoaella.—Deduzco—continuósutía—queyasabesqueMaxharegresado.—Alzólascejasencuanto

elrostrodeAmeliasetornósospechosamentedeunrojointenso—.Sí,yaveoquesí.DenuevoJuliannaserio.Despuésdeunosminutosenlosqueparecíaquelastresdamashabían

acordado,sinexpresarlo,unpactodenomencionareltemadirectamente,limitándoseaintercambiaralgunos comentarios sin trascendencia, cada una de ellas se retiró a su dormitorio para cambiarseparalacena.

Se fueron reuniendopoco a poco en la sala previa al comedor, comode costumbre.Todos sesorprendieronalveralalmiranteelegantementevestidodegalayélsimplementesedisculpóconla

anfitriona,limitándoseaseñalar:—Esunaocasiónimportanteyhayquevestirsepara…AntesdeterminardehablaraparecióCliff,igualmentevestidodegala,mientrasqueJulianna,de

subrazo,mirabaasualrededorconresignación.—Nodirijáisvuestraspreguntasamipersona,osloruego—seapresuróadecirJuliannaantesde

queningunopudiese intervenir—.Me estaba esperando así de engalanado en la habitaciónde losniños.—Suspiróponiendolosojosenblanco.

AmbosseadelantaronyEthanlesofrecióunabebidapreguntándoseaquéveníatodoaquello.Minutos más tarde Max irrumpía en la sala con una enorme y satisfecha sonrisa e igual deengalanadoqueCliffyelalmirante.LedirigióunamiradayunguiñoaMelyseencaminóaCliff.

Melselevantóytotalmentesonrojadaseñaló.—Ahh, no. —Miró a Cliff, que parecía tan complacido y divertido como el gato que va a

comersealcanario—.¿Nopretenderéisllevaracaboestapantomima?Clifflevantólacejasonriendoyllevándoseteatralmentelamanoalcorazón.—¿Pantomima?Querida,¿porquiénmetomas?LesonriómalévolojustocuandoMaxseparóasulado.EsperóqueClifflemiraseyseinclinó

formalmente.—Milord,¿meconcederíaunosminutos?—¿PorquédiabloslesiguelacorrientealdementedeCliff?—preguntóMelmirandoceñudaa

suhermana,quesimplementeseencogiódehombrosmientrasquelosdoscaballerosignorabansuqueja.

—Porsupuesto,milord.—SegiródivertidohaciaelConde—.Padre¿nospermitehacerusodesudespacho?

Elcondemiróalosdosalternativamenteyconcaradedesconciertorespondió:—Porsupuesto.—En ese caso —siguió Cliff—, milord, ¿tendría la amabilidad de seguirme? Excelencia —

mirabaalalmirante—,estoyseguroquedesearáacompañarasuhijoenunmomentocomoeste.Elalmirantesonriódeorejaaorejae,intentandoaparentaralgodeseriedad,contestó:—Porsupuesto.En cuanto el almirante dijo aquello todos miraron a Mel y después a Cliff y a Max,

comprendiendodeinmediatoloqueestabanhaciendotansarcásticamente.—Señoras —dijo Cliff inclinándose sin dejar de sonreír complacido—. Caballeros, si nos

disculpan.AntesdegirarseyaestabaEthanencaminándosetrasellos.—Nilosueñes,hermano,¿yreservarteladiversiónparatisolo?—Segiróparamirardesoslayo

aMelyañadiócasientrerisas—:Melesdelafamilia.Antesdehaberlosalcanzadoelcondeestabayaalaalturadelalmirante,dándoleunapequeña

palmadaenlaespalda.—Y yo soy el cabeza de esta familia —y añadió—: Claro que podían habernos informado

previamenteydarnoslaoportunidaddeestaralaaltura—añadióseñalandosuselegantesropas.—Por el amor de Dios —refunfuñó Amelia—, ¿no piensas hacer nada? —Miró a Julianna

ceñuda.—Yamedirásquécreesquepuedohacer.—Seencogiódehombrosyescondióunasonrisa.—Pero,pero…—Mirabaalapuertatraslaquehabíandesaparecidoloscincohombres.Gimió

—.Estoesabsurdo.JustoenesemomentoJonasseencaminabaen lamismadirecciónqueel restoconunaenorme

sonrisaenloslabios.—¿Jonas?—MirósorprendidaAmelia.—Solovoyadarapoyomoral—dijosonriendo.—Gracias—dijoconmovidaAmelia.

LavozdeEugenesonóasuespalda.—Noselasdes,Mel,elapoyovaadárseloaCliff.MelsegiróconelceñofruncidorápidamentehaciaJonas,queriéndosedijo:—No me odies, Mel, pero digamos que ahora tengo la ocasión de devolverle a mi cuñado

algunosmomentosdelpasado.Empezóareírseyseescabullóraudoenladireccióntomadaporelrestodecaballeros.Melsedejócaerpesadamenteenlasillaquehabíaocupadoyresopló.—Yo…—MiróaJulianna—.Esto…—Señalóconlamanolapuerta—.Pero…—Miróasutía

yestaporfinintervino:—Notepreocupes,querida, tardeo tempranoalgunodeesoscaballeroscaeráenlacuentade

quelosdosúnicosconsentimientosrequeridossonlosnuestros.Juliannaserio.—SiesporCliffauguroqueserámástardequemástemprano.Llevatodalasemanaesperando

esto. —Miró algo mortificada a Mel—. Al menos, Mel, piensa que cuenta con el apoyo delalmirante.

Melresoplódenuevodeunmodopocofemenino.—Sí,menudoconsuelo,doscontracuatro.—Creo—dijo lacondesamirando lapuerta—quepodremosempezar lacenasinellos.Acabo

deveradoscriadasydoslacayosllevandodosbandejasdecomidaybebidasaldespacho.—Miróa Mel—. Siento tener que ser yo la portadora de esta noticia pero, me parece, querida, que mimaquiavélicohijohapreparadoaconciencialatorturadelpobreMax.

Melgimiódenuevo,deseandoquelatragaralatierra.Alamañanasiguiente,enlasaladeldesayuno,dondeestabantodaslasdamasyningunodelos

caballerosqueabuen seguro tratabande recuperarsede la “reunión”nocturna, la enfadadaMel,quesehabíaacostadomaldiciendoaloshombres,susarbitrariascostumbresysusancestralesritos,habíadado lugar,despuésunanochede insomnio,auna furiosaMelcapazdemorderacualquierhombreconelquesecruzase.

—¿Aquéhora llegóeldementede tumaridoavuestraalcoba?—preguntóaJulianna,queseescondíatrasunatazadecafé.

—Umm,noestoysegura,medormíycuandovolvíaabrirlosojos,allíestaba.Noleibaadecirquellegócasialalba,algoebrioymásamorosodeloquecabríapensarpor

sudificultadparahilarunafrasecompletasinalargarperezosamentelaspalabras.Melbufó.—Nomeayudas,Juls.Julianna sonrió ante el mal humor de su hermana. Estaba tan nerviosa como un flan. Miró

cómpliceasutía,quetambiénparecíaadivinarelestadodeánimoocultotraseseenfado.Alpoco ratoaparecióMelyvestidaconunpreciosovestidito rojode terciopelo, conunancho

lazoblancodeterciopeloatadoalaespalda.Llevabaentrelasmanosunpequeñoramodefloresformadoportreshermosasrosasblancasyotrastresrojas.MiróalasdamasdelamesaylarodeócuandohallóaMel.Seacercóaellaconunabrillantesonrisa.

Carraspeó cuando se pusomuy firme delante de ella y extendió los brazos para entregarle elpequeño ramo sin decir nada. Amelia tomó el ramo y, cuando iba a preguntarle, giró sobre sustalones y salió como una exhalación por la puerta. Amelia miró a Julianna, que parecía tandesconcertadacomoella.AparecióentoncesMaxienelumbralconunascalzasdecolor rojodeterciopelo, una camisa blanca y repitió la operación de su hermana pero, en vez de entregarle unramo,leentregóunsobrelacradosaliendocorriendoinmediatamentedespuésdedárselo.

Ameliamiró el sobre y el sello, reconociendo el emblema del ducado de Frenton. Todas lasdamaslamirabanansiosas.

—Ábrelo,Mel—dijoEugenecasisaltandodesusillacomounaniñaimpaciente.Loabrióyempezóareírse.“Uncaballerodeseahacerleunaproposiciónquecuentaconalgunos

incentivoso¿deberíanserconsideradosventajas?M.R.”.Doblódenuevolanotasindecirnada.Selevantóconlasfloresenunamanoyelsobreenlaotraysalióalvestíbulodonde,juntoalapuertaprincipal,permanecíanmuyfirmeslosgemelos.

—Pero,¿quéponeenlanota?EscuchabalavozdeJuliannaasuespalda.–¿Adóndeva?—preguntóEugene.—Puesyonomequedoaquísinsaberlo.EscuchóaAdele.Al llegar a la altura de la gran puerta del vestíbulo, que permanecía abierta de par en par,

Ameliamirómásalládelamisma,alenormepatiodeentrada.Noviomásquealoslacayosensuspuestos.Fruncióelceño,desconcertada,justoenesemomentocadaunodelosgemeloslacogiódeunamano precariamente, pues aún llevaba las flores y la nota, y tiraron de ella hacia fuera. Lallevaroncasialacarreraportodoelcaminodegravahastalaenormepuertadehierroforjadodeaccesoa lamansión.Amelia llegó jadeantehasta lamisma,pueshabíaunadistancia considerabledesde la casay, además, los gemelos tirabande ella con tanta fuerzaque tuvoque concentrarseparanotropezarycaerdebrucesentodoeltrayecto.

LosseguíantodaslasdamasycuandoibaagirarseamirarlasfueMaxelqueapareció,depieanteaquellasenormesrejasdoblesconelescudodelcondadoforjadoenloalto.Ibaelegantementevestidoconunospantalonesdeantebeis,unacamisablancaanudadaconunelegantepañueloyunnudoalaúltimamoda,unchalecodesedacondetallesenrojoyblanco,unalevitaazulmarinoqueleenmarcabaalaperfecciónloshombrosysumagníficayanchaespalda,yunasbotaslustrosasybruñidas de lamejor piel.Amelia hubiese contenido la respiración de no ser porque aún respirabatrabajosamentedespuésdelacarrera.

Conlamente,elcuerpoylosojosfijosenella,Maxobviótodoloquelerodeaba.Seconcentrósoloenesasmejillasencendidasporelesfuerzo,esoslabiosque,encuantoposaronsusojosenél,fueron curvándose hacia arriba de un modo cada vez más deslumbrante y en esos brillantes,magnéticos y abrasadores ojos tan oscuros y profundos que le incitaban a postrarse a sus piessuplicándolelaindulgenciadesuatención.

Max sonrió, adelantándose tomó la nota y el ramo de flores y se los dio a Mely, quepermanecía sonriente junto a su tía. Asió con firmeza una de sus manos entre sus dedos. Ellapermanecíacallada,conelpechoaúnsubiendoybajandoporlatrabajosarespiraciónysusojostancentrados en él como los deMax en toda ella. Por unosminutos permaneció deleitándose de lahermosavisióndeesasensualybonitafiguraenfundadaenunvestidodeamazonadecolorgranatequedestacabanosolo lasuaveynívea tersuradesupielsino,además,esaextraordinariamelenaazabachequecaíaenunrecogidoflojopordetrásdesushombrosyenvolvíasurostrocomosideunmarcoelaboradoporelmejorartesanosetratase.

—SeñoritaMcbeth—dijo al fin haciendouna elegante cortesía llevándose lamanoque habíasujetadoaloslabios.

AMel le costó unos segundos reaccionar, pero finalmente lo hizo con lamisma formalidad ycortesía.Hizounareverenciaconunaleveinclinacióndecabezaycontestó:

—Milord.Alalzar lavista lomiró interroganteperoél, simplemente, ladeslumbródenuevoconunade

esassonrisasyunadeesasmiradasquefundiríaelmetalsiselopropusiese.SinpensárselodosvecesMaxechólarodillaatierrafrenteaella,sujetandoconfirmezaperosin

rudezasumano,yrespiróhondo.—MiqueridayadoradaseñoritaMcbeth,Amelia.—Fijóconintensidadsumiradaensusojos—.

Mel,¿meconcederíaselinmensohonordesermiesposa,miduquesaylamadredemishijos?Detrás de Mel se escucharon las voces femeninas al unísono con una algarabía que hacía

imposiblesaberquéoquiéndecíaque.Melsequedómirándoleconlaslágrimasapuntodebrotardesusojos,peroantesdehacerlo,Max,enuntonoseductor,dulceyencantador,continuó:

—Este enamorado caballero acude a vuestra puerta solicitando su mano, hermosa dama,esperando le conceda la dicha de ser su esposa y…—Había extendido uno de los brazos a laaltura de uno de los costados deAmelia con lamano abierta hacia arriba—, y…—Miró junto aAmeliaalapequeñaMely—.Cariño,ahora—susurróalapequeña.

—¿Ahora?—preguntólapequeñacomosinoentendieseloqueledecía.—Lacaja,cariño—susurródenuevoMaxmirandoconternuraalapequeña.—Uy —dijo la pequeña lanzándole una mirada avergonzada a su padrino—. La caja… tío

Max…—empezóasusurraryabajarlamiradaremoviéndosenerviosa.AlotroladodeAmeliaseremoviónerviosoMaxi:—Yo…yo…—decíamientrasrebuscabaenlosbolsillosdesuscalzas.—Ah,sí—dijoalegreMel—.La tieneél.—MiróaMaxcomoqueriendojustificarse—.Yono

llevobolsillos,tío.—Seencogiódehombros.En ese momento el pequeño Max se adelantó, ofreciendo a su padrino una pequeña caja de

terciopelorojoqueestecogiósuspirandoyconteniendo la risa.Soltó lacadavezmás temblorosamanodeAmelia,abriólacaja,sacóunanillodesuinterioryvolviendoacentrarsusojosenAmeliaseñaló:

—¿Por dónde iba? ¡Ah, sí! —Volvió a tomar su mano y la miró y, de nuevo, empleó eseseductore irresistible timbredesuvoz—.Reclamo,conhumildad,elcumplimientode lapromesaqueconanterioridadmehizo,miadoradadama,yleofrezcoesteanillo,lamáspreciadajoyademiabuela,suanillodecompromiso,conlaesperanzayeldeseomásprofundodequeaceptellevarlodurante el resto de su vida como símbolo de la profunda, sincera y completa rendición de micorazón.

AmeliasonriódeunmodoqueMaxpensabanohabíavistonunca,puesesasonrisaparecíasalirdelomásprofundodelalma.Denuevoseescucharonvocesfemeninastrasellaenunrevoltijodevoces,gritosyexclamaciones.

Mel, conteniendo las lágrimas que asomaban con salir sin remedio, tuvo que respirar hondo ytemblorosagiróunpocolacabezabuscandoconlavistaasutía.

—¿Tía?—dijoconlavozahogadaTíaBlancheserioconagrado.—Notepreocupes,cariño,Maxtuvolasensatezdehablarconmigoantesdedejarsetorturarpor

losincorregiblesvaronesdeestafamilia.Lehizo ungesto de cabeza llenode aprobacióny buenos deseos.Volvió amirar aMaxy su

corazónparecíasalírseledelpecho.—Unapromesaesunapromesa…—dijosonriendo.Maxsereíamientrasseincorporabayconfirmezalequitóelguantedecabrillitadelamanoy

le deslizó el anillo por su delicado dedo.Mel lomiró asombrada. Era un enorme diamante rosarodeadodeunafiladerubíesydiamantesblancosengarzadosformandounadelicadaestructuratansimpleenaparienciaytanperfectaenelconjuntoqueapenaspodíahablar.

—Es,espreciosoMax.Eslomásbonitoquehevistoenmivida.Su voz sonaba ahogada por la emoción y por las lágrimas que ya corrían imparables por sus

mejillas. Él le alzó el rostro y sosteniéndolo entre susmanos y acariciando con los pulgares susenrojecidasymojadasmejillasdijoconvehemencia:

—Yosédealgomuchomáshermosoqueesasortija.Lesonrió justoantesdebesarlaconunbeso tan llenode ternuraydeamorqueMel tuvoque

sujetarseaélparanocaerseenesemismoinstante.Maxsecontrolócontodoelesfuerzodelmundo,yaqueseencontrabanprácticamenterodeados

porlasmujeresdelafamilia,sinmencionarquelosgemeloslosagarrabanporlafaldadeAmeliayporsuspantalonesintentandoqueprestasenatenciónalrestodelospresentes.Separósuslabiosylesusurróaloído:

—Dentrodeunosminutospiensoraptarteyespero,miduquesa,quesepasquenoaceptaréotro

comportamientoquenoseaeldelacolaboraciónmásincondicionalyelapoyomásabsoluto.Ameliaserioyalzólosbrazosparaatraparsucuello,yponiéndosedepuntillasyconunsusurro

lecontestó:—Lostendrás.Desdeahora,estoyrendidaasuvoluntad,milord.Maxgruñódeplacerantesdeseparaseparadejarseavasallarporlasfelicitaciones,losabrazos

ylasabrumadorasvocesdetodaslasdamas.SinquenisiquieraAmeliasediesecuenta,Maxhabíahechoungestoaunmozoquepermanecía

fuerade lavistade todasellas,queacto seguido le llevó supreciosocastradoaunosmetrosdedondesehallaban.Maxseseparódeellasconsolturayrapidez,semontódeunsaltoenelcaballoehizoungestoconlamanoaAmelia,quesonrienteseacercó.Maxseagachóylesusurró:

—Comienzaelrapto.En escasos segundosMel se hallaba sentada en el regazo deMax.La había aupado como si

fueseuna simpleplumaque se sujetacondosdedos, lahabía sentadode ladodelantedeély lahabía atrapado entre sus brazos mientras él sostenía las riendas. Hizo girar al elegante castradoescuchandolasvocesdetodaslasdamasquejándosedeladescortesía.

—Señoras—lassaludóinclinandounpocolacabeza—,xreoquelesaguardaunpequeñopaseoderegreso.—Sonriódivertidoyenseguidaseescucharonvocesdereproche.

—¡Max!—gritóEugene.—¿Noteatreverásallevártelasinmás?—preguntóconteniendounacarcajadaJulianna.PerofuelavozdelatíaBlanchelaúnicaalaqueMaxparecióprestaratención.—Laquiero de regresopara el almuerzo, truhan, o te suelto a los perros quehoy aúnnohan

comido.Max se rio recordando la amenaza idéntica que le hizo unos años antes cuando conoció a las

hermanas Mcbeth, y sin mirar de nuevo a las damas, azuzó al caballo y dijo en voz alta encontestaciónalatía:

—Mi querida Blanche, jamásme arriesgaría a ser perseguido por sus feroces canes.—Sonriópícaro—. Y menos aún a desobedecerla, la temo más que a sus fieras. Regresaremos para elalmuerzo.Prometido.

Ameliaempezóareírse,apoyándoseensuanchopechoyescondiendoelrostroensuhombro.Cuando hubieron dejado atrás a las señoras alzó la cabeza y, como si necesitase su contacto, lebesóelcuelloaMax,quegruñóconagradoenrespuesta.Meldeslizósusbrazosbajosuchaquetay,apoyandolasmanosensuespalda,seacomodómejorcontrasupecho.

—Podríashabertraídomonturaparamí.—¿Yprivarmedetubonitotraseroentremismuslos?—¡Max!—lereprendióentre risasAmelia.Despuésdeunossegundosen losqueMaxdejóal

castradoadoptarunritmocómododetroteella,giróelrostroparasaberadóndeiban—.¿Adóndemellevas?

Maxapoyoelmentónensucabello.—Mehadichounpajaritoquehasestadoaprendiendoanadar.Ameliagimió.—Deberíaseñalarqueheestadointentándolo.Esoseríamáscorrecto,oporlomenosmásfiela

laverdad—reconociómortificada.Maxrioyellalediounpequeñopellizcoenlaespalda.—No te rías de mí. Bastante vergonzoso es de por sí como para encima añadirle que los

gemeloslohacenmejorqueyoy,ahora,túteburlasdemifaltadedestreza.Maxlebesólacoronilla.—Cariño,puedoasegurarqueeresmuydiestra.Séconplenaseguridadquetemuevesconmucha

soltura.Meldeinmediatoalzólacabezaparamirarlo,sehabíaruborizadotantoqueerahastacómica.—Max,eso,eso…—porfinconfirmezalogródecir—.¡Esonocuenta,bruto!

Maxsoltóunaenormecarcajadaeinclinólacabezaparabesarleloslabios.—Nomereferíaaeso,picaruela…—Denuevolabesó—.Mereferíaaqueereságilsobreun

caballoybailando.—Seriosuavemente—.Apesardetusinicios.Melsequejóavergonzada.—Nomelorecuerdes.Creíaquenuncapodríadardospasossinpisaroempujaramipareja.Maxrio.—Yahoraeresunaexcelentebailarinayunaparejadebaileperfecta.—Lamiróconintensidad

—.Almenosperfectaparalaparejaadecuada.—Labesó—.Yesaparejasoyyo.Noloolvides.Amelialesonrió.Leencantabacuandosalíaesavenaposesivaensuvozyensumirada.Amelia

suspiróydenuevomiróasualrededor:—Entonces,¿Mellevasanadar?Maxlesonrió.—Noexactamente.Vamosalacasitadelbosqueydespuésdealgunasotrasactividadesenlas

que tendrás ocasión de demostrar tu destreza y agilidad.—Su mirada se volvió tan oscura queAmelia literalmentesederritióentresusbrazos—.Tedaréalgunas leccionesdenataciónenel ríoquehaytraseljardín.Creo,amor,queloqueocurreesquenohastenidoelmaestro“adecuado”.

El tono de su voz, la cadencia y lentitud con las que se recreaba en algunas palabras y esamiradatanintensahizoquetodoelcuerpodeAmeliaardieseyesecalorcitoyexcitaciónenlomásprofundodesusentrañaslegritasequelearrancaselaropa,allímismo,sinimportarnadamás,ysecomportasen como seres completamente libres y ajenos a cualquier otro hecho que no fuera laexistenciadelotro.

Ameliaestrechó suabrazoycomenzóabesarleel cuello, labasede sumandíbula…cuandomordióylamióellóbulodesuoreja,Maxdetuvoelcaballodeinmediatoyjadeó.

—Diosbendito…—Ameliavolvióatomarsulóbuloentresusdientesylamiólasuaveysaladapiel que tenía atrapada y notó la dureza en la entrepierna deMax justo debajo de sus nalgas.Ydisfrutando de ese calor y esa sensación de poder se removió sobre él suavemente con ligeroscírculos, sintiendo las pulsaciones de sumiembro bajo ella, cómo se endurecía cada vezmás ycómocrecíaamenazandoconprovocarleaMaxuncolapsonervioso.

Maxgruñócasi comounanimal fueradecontrolydeslizóaMelporel costadodel caballo,saltandoasuladocasideinmediato.Sehallabanenlariberadelríoaunosquinientosmetrosdelacasitaperoencuantosuspiestocaronelsuelo,Maxseapoderódeella,desuslabiosydetodosucuerpo.

—Mel.—Gruñódenuevo.Tenía losojosmásoscurecidosde loqueellahabíavisto antes—.Dios,Mel—dijomordiendosucuello—.Nopuedoesperar,pequeña,mehashecho,¡Dios!

Sequitóconfierezalachaqueta, laextendióenelsueloy,alzandoaAmeliaysusfaldasauntiempo, la tumbó en el suelo, demodo que sus nalgas quedaron perfectamente protegidas por lachaqueta.Ladevoraba con los labios, con lasmanos.Ledesabrochó la chaqueta, la camisay lerasgó de un tirón la camisola dejando sus pechos libres para poder atraparlos por susmanos, suslabios y sus dientes. Los torturaba, los disfrutaba,mientras con lamisma fiereza se liberó de lospantalonesydeunduroycerteroenvitelatomósinpiedad.Elgemidoronco,profundo,severodeMax,ahogóeldeMel,quesesentíaestallar.Ambossecomportaroncomoseresprimitivos,cadaembestida,cadamovimiento,cadabesoycadacariciaeramásdura,másbrutal,máspasionalquelosanteriores.Eralujuria,deseo,pasiónenestadopuroycadaunodeellosentregabaytomabaconla misma intensidad, la misma necesidad, el mismo anhelo desesperado. Y ambos se rompieron,estallaronygritaronsalvajesalmismotiempo.

—SantoDios—jadeóMaxsobresurostro,consus labiosrozandolapielardientedeMel,sinsalirdeellapuesniqueríanipodíamoverse.

Mel también se había asegurado de que no se moviese de su interior. Aquella maravillosasensacióndesentirlotancaliente,tanacopladoaella,erapuroplacer.Losujetabaconlasmanosapesardesentir tan lánguidasy laxassusextremidades.Nopodría levantarsepormuchoquese lo

propusiese.LavozroncadeMaxreverberabaensuinterior,cosquilleándolelapieldelpechosobrelasqueteníaapoyadalacabeza.

—Portodoslossantos,Mel,mehacesperderlacordura.Mel se rio, acariciando ahora su pelo y disfrutando de las caricias de sus labios sobre sus

endurecidospechos.—Laculpaestuya.Medicesunascosasque…Ahorafueélelquerio.—Bueno,estranquilizadorsaberquecausoentielmismoefectoquetúenmí.—Alzólacabeza

para poder disfrutar de sus labios y su rostro y, divertido, dijo mientras le acariciaba y lamíalentamente—:Creo…quedeberíamosprocurar…nocomportarnosasíenlugarespúblicos…o,porlomenos,dondepuedahaberalguienamenosdeunamilladedistancia…—Seapoderódeunodesusendurecidospezonesylostorturóconlosdedosmientraslamíalentamentesusuavecuello—.Simeencuentrodenuevocomohaceunosminutos,teprometoquetetomaréenellugarenelquenoshallemos en ese momento, ya sea un parque, una sala de baile o los mismísimos salones deAlmack’s.

—¿Loprometes?—Sereíaprovocativaysintiéndoseunaauténticalicenciosa.Maxrioylamiró,acariciandoconlosdedossurostro.—Hecreadounmonstruo.Losdosserieron.—Sí,perosoytumonstruo…—Leempujó,demodoquegiraronyquedósobreél—.Solotuyo.Lobesóantesdesentarseahorcajadassobreélconsumiembrotodavíadentrodeella.Maxse

incorporó para atrapar de nuevo sus pechos notando como su, todavía endurecido pene, volvía acrecermásymásensuinterior.EncuantoAmelialonotó,ríosdelavasustituyeronlasangredesusvenasysucorazónpareciócobrarnuevayrenovadavida.Comenzóaprovocarlo,areclamarlo,ahacerloenloquecerdenuevoconmovimientos lentosysuaves,girandopausadamentesuscaderassobre las de él. Con cada fricción, Max casi se pone a aullar, necesitando en varias ocasionescontener la respiración para no hacerlo. Agarró sus nalgas colocándola en una posición que lepermitía un mejor movimiento y una mayor penetración. Parecía guiarla hasta el fondo, hasta elcentromismodesuser.MaxgimiócuandoAmeliaclavólasrodillasaambosladosdesuscostadospara lograr unmejor y más firme apoyo y, de nuevo, lo llevó a la locura. Amelia sentía cómollegabaa lacumbre,cómoconcadaenviteconelqueelacompañabasuscadavezmásfirmesyseguidosmovimientos,laelevabadelsuelomásymás,ycuandoestallóunaprimeravez,Maxloshizo girar de nuevo, colocándola de espaldas logrando estallar una y otra vez. El cambio deposicióny laguíacerteradeMax,que lasujetabafirmepor lasnalgasypor lacadera,consiguióquesupenetraciónfuera tanprofundaqueAmeliahubiese juradoque lasentíaencadaunode losmúsculosdesucuerpo.Estavezsí,Maxgritósalvaje,inclusocreyóaullar.Cuandosevacióenellasesintiómoriryrenacercualavefénix,porqueseguía tanduroyexcitadocomosinoacabaredeliberarseysiguiómoviéndosemásymásdentrodeellaenunagalopadasalvaje,vibrante,intensaydesbordanteque le resultabauna locuray al tiempounabenditagloria.Laobservabamientras latomabaunayotrayotravezycuantomás lohacíamás ladeseaba,másquería,más reclamaba.Esa dulce mujer transformada en diosa carnal le pertenecía, era suya y su cuerpo lo decía, logritaba,loaullaba…

—Diosmío,Diosmío—jadeabaensuoídoenterrandolasmanosenlahierbaquelosrodeaba—.Mel.

¿Cuánto tiempo llevaba dentro de ella envite tras envite sin parar? Y le parecía no poder niquererdetenerse jamás.Ella loazuzaba,avivabaesanecesidaddeella,ese fuegoqueparecíanocalmarsesinoque,porelcontrario,amenazabaconquemarlosaambos.

—Max.—Loagarró fuertede lasnalgas, empujándolocontraella—.Max.Dios…mío.Max.Nopares.Max.

Searqueabayechabalacabezahaciaatrásyélseaprovechabaporquedevorabacadapartede

suardientecuerpoasualcance.Max estaba seguro de que estuvo más de una hora embistiéndola sin parar, sin menguar en

intensidadonecesidad, incluso se supo teniendo temblores, espasmosyorgasmosmientras seguíauna y otra vez empalándola sin freno. Cuando por fin se desplomaron uno en brazos del otroagotados,conlacabezadándolesvueltasalosdos,sinhablaysincapacidadalgunaderaciocinio,loúnicoqueMaxfuecapazdedeciro,másbienbalbucir,fue:

—Sihemosengendradonuestroprimerhijo,creoquehabremosprocreadoaunDios,tanfuerteeinvencible que nuestros nombres aparecerán en los libros de historia como los padres del primerDiosnacidodemortales.

Ameliacerrósuabrazoyenterróelrostroensucuello.—Meconformoconengendrarunmortalqueseparezcaasufuerteeinvenciblepadre.Cuando,doshorasmástardeyacían,porfin,desnudosyexhaustos,eneldormitoriodelaplanta

baja de la casita, el que ella había ocupado cuando ella y Julianna vivieron allí por unas pocassemanas,Max,mirandodistraídamenteelrelojdelarepisadelapequeñachimenea,señaló:

—Mel.Leacariciabalaespaldadistraídamentemientrasellapermanecíacompletamenteabotargadaen

susbrazos.—¿Umm?No se movió, extendida sobre él como estaba, con la cabeza apoyada en su hombro y sus

piernasenredadasenlassuyas,eraincapazdemovimientoalguno.—Creoquedejaremoslaleccióndenataciónparamañana.Aduraspenasconservofuerzaspara

regresaralamansión.Ameliaserioytrasdepositarunbesoensuhombroyvolveraacomodarsesobreélrespondió:—Meparecebien.Nocreoqueseabuenaideacontarconuninstructortanagotadoquenopueda

rescatarmecuandoempieceahundirmetraschapoteartorpementecomounpatomareado.Maxriosuavemente.—¿Chapotear, eh? ¿Pero qué te ha enseñado ese inepto de Cliff? —preguntó divertido

imaginándoseaAmeliadesnudasobreelagua.Gruñó en su interior, decididamente en lo que referente aAmelia era insaciable. Jamás tendría

bastantedeella.Melseincorporóunpocoparamirarlo.—Max, ¿dónde se supone que hemos estado estas horas sin carabina ni mozo que nos

acompañase?Élsonriómaliciosomientrasacariciabasurostro.—Miquerida ladyRochester, enprimer lugar, a lasparejasprometidas se les concedenciertas

licencias, pero aun así, pronto te darás cuentadeque te vas a casar conunhombre conunagraninteligenciayotrasdestacablesaptitudes.

Movióunpocolascaderasbajoellaparaqueapreciasealgunasdeesasaptitudes.Ameliaserio.—MiqueridolordRochester,tengolaligerasensacióndequeestáusted,enexceso,pagadode

símismo,aunquesiendojusta,temoquecarezcodecualquierreferenciaconlaquepodercomparar,porloquedeberéfiarmedesupalabra.

Serioyconlacejaalzadaseñaló.—¿Tienealgunaqueja,milady?Ellalobesóyconunasonrisaseñaló.—Demomento,ninguna.¿Quéqueríasdecirconqueeresinteligente?Élseriodenuevoconunasonoracarcajada.—Esoesuna impertinencia,milady.—Sonrió—.Diremosquehemos idoarecoger turegalode

compromiso.Ellalomirósorprendidayacaricióelanillodesudedo.

—PerosimelohasdadodelantedetíaBlanche,deJulianna,de…Éldetuvosuparloteoposandoundedoensuslabioscomenzandoaacariciarlosacontinuación.—Eseno,amor.Eseestuanillodepedida.Mereferíaalcuadrúpedoqueestáatadodetrásdela

casa.Ameliaseincorporóyseapoyóenlosantebrazos:—¿Me,mehascompradouncaballo?—preguntótotalmenteasombradayentusiasmada.Maxseriomientraslavolvíaaacercardejandoquesupesovolvieseacaersobreél.—Un precioso semental árabe, negro, que cruzaremos con Granada para que tenga bonitos

potrillos para nuestros hijos.—Amelia sonreía emocionada—.Y espero que lomontes solo en lafincafamiliar,porqueesdemasiadobriosoparaquelohagasamujercitas.

Ellasonrió.—¿Noteimportaquemonteahorcajadas?Esoesnuevo.Antesteponíashechounafieracuando

lohacía.—No es cierto. —Suspiró—. Al menos no me ponía como una fiera. —Amelia se rio—. A

Scandal te dejaré montarlo con una silla de caballero, me quedaré más tranquilo así, pero solopodráshacerlodentrodelafinca.

Ellalobesó.—Loharé,loharé.¿Scandal?Esenombreresultaprometedor.Reíamientrasempezabaaponerseenpie.Maxlasujetóylavolvióacolocardondeestaba.—Nopensaríassaliraverlodesnuda,¿verdad?AmeliaserioypusounavozqueaMaxleresultómuysensual.—Ibaaponermetucamisa.Maxlaatrajoaúnmáshaciaélyloshizogirarparaatraparlabajosupeso.—Cariño —empezó a recorrer su cuello con un descendente río de besos y ella se arqueó

cediendodeinmediatoasuscariciasyofreciéndolemejoraccesoalrestodesucuerpo—,nosevaairaningunaparte—Sonóelrelojdeparedquehabíaenelsalónanunciandolahora.Maxgruñó—.Arrgg,quizássívayaairseaalgúnsitiodespuésdetodo.Metemoquevamosatenerqueregresarantesdequetutíamesueltelosperros.

BesósucuellounaúltimavezyselevantóyencuantoAmeliaposólospiesenelsuelocorrióalaventanaysacómediocuerpoporellamirandoasualrededor, trasunossegundos regresóyselanzó en brazos deMax, que solo había logrado subirse los pantalones sin tiempo siquiera paracerrarlapretina.

—Esprecioso,Max.—Lobesórepetidamenteporelrostro—.Gracias,gracias,gracias.Maxsereíaconelladesnudaentresusbrazos,nerviosa,repletadevidayenergíadenuevo:—Unplacer,pequeña.—Ay,Max, creo que me va a gustar mucho estar casada contigo. Empiezo a ver que tendrá

grandes“ventajas”.Maxestallóencarcajadas.—Si cadavezque te hagaunpresente teme lanzas al cuello tandesnuda como te trajeron al

mundo, con esa sonrisa y tan dispuesta a devorarme a besos, creo que voy a colmarte de ellostodoslosdías.

Ameliaserioydenuevoempezóabesarlesinparar.—Noseastonto.—Rozósuslabiosconlossuyos—.Paraesosolotienesqueentrarennuestro

dormitorio cada noche.—Lo besó y abruptamente se separó y frunció el ceño—. Tendremos elmismodormitorio¿verdad?

HabíaunanotadeesperanzaydetemorqueMaxrápidamenteresolvió.—Cariño,simecreescapazdedormirlejosdeti,enhabitacionesseparadas,estandoambosbajo

elmismotecho,esquenoteheenseñadonadaenlasúltimashoras.Sonrió y la besó disfrutando de la risa vibrando en la garganta de Mel y en lo rápido que

conseguía que su corazón diese un vuelco. Bastaba una sonrisa suya, una mirada, una caricia y,

desdeluego,verladesnudaatravesandolahabitaciónparalanzarseasusbrazos.Regresaron a la mansión a tiempo para cambiarse y bajar al comedor para el almuerzo. Se

reunieronenloaltodelaescaleraparabajarjuntosydisfrutardeunosminutosmásantesdeversedenuevoarrolladosporlafamilia.

—Max.¿Novasacontarmenadadeanoche?Maxentrecerróloojosynegóconlacabeza.—Mejornopregunteso ledarásmásmuniciónaesealque llamas,muya la ligera,cuñado;y

yo,más a la ligera aún, amigo.Y ya queme lo recuerdas, creo que he de planear algún tipo devenganzaparamipropiocuñado.

Melhizounamueca,perodespuéssonrió.—Meparecequeenelfondoosdivertisteistodos,incluidotú.—Callamujer,quetevanaoír.—Serio—.Yhablandodeoír,creoquenospreguntaráncuándo

noscasamosy,hedeadvertirte,muyseriamente,quenoestoydispuestoaesperarmásdediezdíasacontardesdemañana.—Lamiróylahizodetenerse—.¿Creesquepodrásorganizartodoenesetiempo?

Ellanegóconlacabeza.—Yo no, pero todas las señoras de esa sala—señaló al comedor—, estoy segura de que lo

haríansinapenaspestañear.—GraciasaDios,porquesigodispuestoaraptarte.Escucharonuncarraspeoprovenientedelapuertadelcomedor.—Esasmanos,Max,yyaqueestamos,aversisuavizasesasmiradas.Cliffsonreíadesdelapuerta.—Ledijolasarténalcazo—sequejóAmeliaentredientes.Losdosvaronesse rieron.Cliffhizounademáncon lamanoyentraronenelcomedor,donde

toda la familia les esperaba, incluyendo los gemelos. Los caballeros se levantaron en cuantoentraronyfuetíaBlanchelaqueleindicóelsitioparaquesesentasenunoalladodelotrocontíaBlanchejustoenfrente.

—Y bien, hijos míos, ¿qué fecha tenéis en mente para el enlace?—preguntó directamente elalmirante.

Conunacalmaabsolutamientraselmayordomoleservíaunacopadevino,Maxcontestósinnisiquieramirarlo:

—Diezdíascontadosdesdemañana.Casitodaslasvocesfemeninasdelamesaprorrumpieronenquejas.—¡Diezdías!—Esmuypocotiempo.Cuandotodascesaron,Max,denuevoconcalmaperoconfirmeza,insistió:—Diez días. Podéis decidir qué es más conveniente. Si aquí, si en Saint George, en Hanover

Square,enlacapilladeFrentonhillsosilodeseáisunabodaelaltamar.AhífueAmelialaquelomiró.—Cualquieradelasopcionessonviablesmenosaltamar.Losiento,Max,peromegustaríano

tenerelcutisverdosoporindisposicióneldíademiboda.Maxserioysellevósumanoaloslabios.—Cierto,querida,lohabíaolvidado,inexcusablepormiparte.—Miróalasdamasyseñaló—:

Todaslasopcionesmenosunbarco,perolafechaesinamovible.TíaBlanche,conlavoztancalmadacomoeracostumbreenella,inquirió:—Sindudaesposible.Apresuradoperoposible.¿Algunaotrapeticiónatenerencuenta?—Los

miróaambos.Amelia,tímidamenteyalgosonrojada,miróaAdele.—Megustaría,siesposible,llevarelvestidodenoviadeEugeneydeAdele.—¡Unaideamaravillosa!—dijobatiendopalmasAdele—.Dehecho,deberíamosconvertirloen

unatradiciónfamiliar.Todaslasdamasdelafamiliadeberíanpoderusarlo.—¿Yo también?—preguntóMely estirándose un poco en el regazo de Cliff, donde se había

aupadoparapoderescucharmejoralosadultos.—Claro,cariño—lerespondiócondulzuraAdele—.Lomásprobableesquetúseaslapróxima

encasarte.—Querida,¿teimportaríanolanzaraminiñaalmercadomatrimonialtodavía?—intervinoCliff,

yacariciólamejilladesudesconcertadapequeña.Apartirdeesemomento todosecentróenplanespara laboda, tanto loscaballeroscomo las

damas parecían encantados de añadir cosas, comentar o terciar en alguna discusión iniciada sobreflores,invitados,recepción…

MaxyMel,queparecíanajenosatodoysolosacaronenclaroquesecasaríanenlallamadaiglesiadelaaristocracia,SaintGeorge,enHanoverSquare,enplenocentrodeLondres.Alfinyalcabo,ibaacontraermatrimonionosolounodelosmásdíscolosyesquivoslibertinosdelanoblezasinotambiénelfuturoduquedeFrenton.

MaxlesusurróaAmelia:—¿Sabenquetodavíaestamosaquí?Melasintióylesusurró:—Ycreoquelesresultaindiferente.—¿Quieresquenosllevemosalosgemelosamontarylesenseñastunuevocaballo?Creoque

están tan aburridos como nosotros—propusomirando en dirección a los pequeños, que parecíanplaneandoalgunatrastadaporpuroaburrimiento.

Yasítranscurrieronlosseisdíassiguientes,entrepreparativos,familiaresyproveedoresentrandoysaliendoyunsinfíndepreguntasalosnovios,queparecíanmásinteresadosensalirdeallíalamenorocasiónqueen lospreparativosde supropiaboda, antesde lamarchade todosaLondrespara la celebración.Todas las damas ajetreadas con los preparativos, los caballeros organizandotrasladosyponiendoal día la contabilidadde sus respectivaspropiedadesparapoderdejarlasdenuevo enmanos de sus administradores durante el siguientemes que pasarían enLondres.MaxyMel, puesto que por las noches no podían permanecer juntos siendo vigilados por Cliff comohalcón,teníanquebuscarhuecosalolargodeldíaparaencontrarseaescondidas.Enestoúltimo,Melresultóserunabuenaalumnadesuparticularmaestro,especialmenteempeñadaenagradecercomolohizoenlacasitadelbosquecadaunodelosregalosqueporlasmañanasllegabandepartedeMax.AmeliacomprendióprontocuáleshabíansidolosasuntosquellevaronaMaxaLondreslasemanaanterior,ynoeransolorecogerelanillodesuabuelayconseguirlalicenciaespecial.

LaprimeramañanallegóunaenormevalijaselladaconmuchosdocumentosanombredeAmeliay, tras revisarlos, el conde le explicó queMax había solicitado que su último botín, es decir, elnavíoEl Yunque y la carga del mismo, fuesen vendidos, de lo cual se encargó el responsableeconómicodelalmirantazgo,haciéndoseleentregade losdocumentosqueacreditabaneldepósitoresultantede laventa, salvo la parte correspondiente a la tripulacióndeMax, enuna cuenta a sunombre para destinarlo al orfanato y la clínica en los términos que ella dispusiese.Amelia lloróduranteunahoraporelgestodeMax,yencuantololocalizóselollevóalasruinas,dondepasóconélcasi todoeldíaagradeciéndoleconardorsuregalo,hablandodelosplanesqueteníaconrespectoalorfanato, laclínicay losniñosquepodríanacogerconesa inmensadonacióny sobretodo,desufuturojuntos.

Lasegundamañanallególaguindadelregalodedíaanterior,puesenelvestíbuloaparecierondos enormes lacayos, antiguos boxeadores, que decían haber sido contratados para el uso yprotecciónexclusivosdeladyRochester.

—¿Mehascompradodoslacayos?—preguntódespistadaAmelia—¿Sabesque la esclavitud es ilegal en Inglaterra?—ledijeron entre carcajadasEthanyCliff

desdelaescalera.MaxleslanzóunamiradadeadvertenciaantesdeaclararaAmelia:

—Cielo,estoshombresvanaacompañartesiempreynosesepararándeti,especialmentecuandovisiteslaclínicayelorfanato.

Ameliaserio.–Entonces,¿noteimportaquesigayendotanamenudo?Maxpusolosojosenblancoyconvozderesignaciónseñaló:—¿Mequedaotraopción…?—Yantesdequeellalanzaseungritodeentusiasmoyselanzase

arodearleelcuelloybesarloañadiótajante—:Perosolosivasconellosoconmigo.Encuantodejódebesarlolesusurróaloído:—Despuésvolveréahacerestoperosinnadiemirandoyunpocomenos…vestida.Maxserioylesusurrótambiénasuoído:—Tetomolapalabra.La terceramañana llegó un nomenos sorprendente regalo. Dos carretas llenas demacetas y

parterrescontodaslasplantas,hierbasyfloresqueestabanenelcamarotedelEstrelladelaIndia,queibanasertrasladadosaFrentonhillsdonde,hastalallegadadelanuevaladyRochester,seríancuidadasporeljardinerojefedelaancestralcasaducal.

CuandoAmeliabuscóaMax,este leexplicóquealrecuperarelbarcoelpropietarioycapitándel mismo quiso recompensarlos por el servicio yMax le pidió que le cediesen las plantas delcamaroteyfinalmenteconsintióatanextrañapeticiónacambiodeunosgenerososincentivos.

Lacuartamañanallegóunregaloespecialparaella,paraJuliannaytíaBlanche,yaquetraslabodalatíaBlanchevolveríaaresidirsolaenlaenormemansiónMcbeth,aunqueMaxsospechabaque si algo conocía a su padre pronto pondría remedio a ese hecho. Tras hablar mucho de elloAmelia,Max,CliffyJulianna,Maxdecidióqueunregaloapropiado,yquepodríacomplacerlasatodas, seríanunospalcosen laópera,otroenelDruryLaneyotroen los jardines realespara latemporadasderepresentaciones,conciertosyespectáculosalairelibre,demodoqueseasegurabanque las damas de la familias, susmaridos u otros invitados pudieran reunirse almenos una o dosvecescadasemanaporlasnoches,ynosoloenalmuerzosocenas.

Laquintamañana, ladoncelladeAmelia,nadamásdespertarla, leentregóunabonitacajaqueconteníaunaviejaydesgastadabrújulamarinera,yfueEugenelaquelecontóqueesehabíasido,durantemuchosaños,elúnicoinstrumentodelqueMaxnosedesprendíajamás,lollevabasiempreconsigo,enmaryentierra,comosuamuletodelasuerte.Amelianisiquierasevistió,encamisón,escondiéndosey evitandoa todos loshabitantesde la casa consiguió llegar a lashabitacionesdeMax,donde losorprendióvistiéndoseconayudadesuvalet,alcualconunamiradapidióqueseretirasecondiscreción.

—Max—se lanzó ella a sus brazos y en cuanto lo rodeó le dijo—:No puedes regalarme tuamuleto—convoztrémulaañadió—:¿Ysitepasaalgo…?

—Amor,ahoratúeresmiamuletodelasuerteynopiensosepararmedeti.Ellanegóconlacabeza.—Aun así. Quiero que la conserves tú, aunque ahora deberás cuidarla mejor porque me

pertenece.—Ledijoconunabrillantesonrisa.Éllamiróunosinstantesysonrió.—Bueno,perosolohastaquetengamosunhijo,porqueselaregalaremosaél.Labesótiernamentemientrasellasereía.—¿Ysiesunaniña?—Bueno,elherederodelducadorecibiráelducadoy,además,estaviejabrújuladehojalataque

tan importante ha sido para mí y que acompañará a sus padres los años venideros, pero cuandotengamosunapreciosaniña,mandaremosaunartesanoquefabriqueunapequeñabrújuladeoroqueseauncolganteparaquelallevesiempreconsigo,igualquesuhermano.Ysitenemosmáshijosohijas, lo convertiremos en una tradición y a todos les regalaremos brújulas de oro que nuestrosdeseosdefelicidadparaellosconvertiránensusamuletos.

Ameliaserio.

—Max, creo que, aunque todos creyesen que eras un lobo con piel de cordero, en realidad,siempre has sido un cordero con piel de lobo, te vestías de libertino cuando eras un románticoempedernido.

Maxserio.—Muérdetelalengua,amor,alguienpuedeescucharte.Despuésdeesoningunode losdosbajóadesayunarydesde luegoelvaletdeMaxnopudo

volveraayudarasuseñor.Peroel regaloque laconmovióvinodemanosdeEugene,de tíaBlanchey,por supuesto,de

Max.Entre los treshabíanorganizadopara lanoche siguiente a su llegadaaLondresydosdíasantesdelabodaunafiestaenlosjardinesdeBrindfetHousecondulcespreparadosporunejércitode cocineros, pasteleros y chefs supervisados por Julianna, con una representación infantil en unteatromontadoparalaocasión,confuegosartificiales,unbailealairelibreyconpayasosymagosparaentreteneralosniñosmáspequeñosdelosdosorfanatosalosqueAmeliaayudaba.Ytodosupersonaltambiénfueinvitadoalafiestaparaconmemorarelenlace.InclusolosniñosdelorfanatodeSaintJosephfueron llevadosaLondresporCliffenunodesusbarcosyacogidosenunacasaalquiladaparatodaunasemanaporélyJulianna,dondelosniñosysuscuidadoresfuerondeltodoatendidos.

FueparaAmeliaunanochemágicaylaprimeraenquedejódetenerpesadillas.TeníalacertezadequeMaxyellanosoloestabanhechoselunoparaelotroydequetodoiríabienentreellos,sinoquecomprendióquehabíaalguienquelaqueríayaceptabademodoincondicional,sindeseoalgunodecambiarla,sindeseoalgunodeconvertirlaenotrapersona,alaqueleimportabaellaporencima de sus orígenes, de su constante búsqueda de cambios en el mundo y de su incordiantemanía de meterse en todo tipo de embrollos en defensa de cualquiera que ella consideraseindefenso.Laspersonasque lehabíandadosuprimerhogarysuprimerafamiliafueronJuliannaytíaBlanche,ylapersonaquelehabíadadosucorazónyunaparejaenlavidayparasiemprehabíasidoMax.

EsanocheylasdosnochessiguientesMaxtrepóporelbalcóndesuhabitaciónenlamansióndesu tía y las pasó con ella, haciendo el amor, hablando, riendo, contándose secretos y sueños yhaciendoplanespara el futuro.Mel consideraba esasnoches a escondidas lasmásmágicasde suvida,oalmenoslasmásfelices.

LabodadelherederodelducadodeFrentonylaricaherederadeunadelasmayoresfortunasdel país se celebró a media mañana, con casi toda la aristocracia y las familias más adineradasabarrotando losbancosde la enorme iglesiadeSaintGeorge, incluso losmás ranciosnoblesquetanto criticaban la unión con familias ricas cuyas fortunas proviniesen del comercio acudieron apresenciar el enlace de uno de los más antiguos títulos de Inglaterra. Aquellos que no fueroninvitados a la boda se acercaron a verla desde sus carruajes en la calle, donde esperaba unamuchedumbredecuriososdeseososdeveralosnoviosyasusilustresinvitadosunavezconcluidalaceremonia.

Lanovia,quellegóalaltardelbrazodelimponenteyorgullosoduquedeFrenton,elalmiranteRochester, llevabaelvestidoque lucieron las ilustresdamasde la familiay la tiaradediamantesblancos, rosas y rubíes del ducado, deslumbrando a todos por su elegancia y porte, pero fue alnovio al que se le cortó la respiración al verla. Todos los presentes miraban a la pareja ycomprendíanqueeraunabodaporamor.Lasmadresconhijascasaderasllorabanparasusadentrosporlapérdidadeesesoltero,loscaballerosporlapérdidadeunahermosaherederaylasdamitasenedaddecasarsesuspirabandeseandosermiradasydeseadastantocomolaradiantenovia.

Todoslospresentessedeleitaronconelrecorridodelospajecillosdelcortejovestidosconloscolores y los emblemas de la familiaWorken y de la familia Frenton, todos niños de la familiaencabezados por los bellos y revoltosos gemelos, los primogénitos de los vizcondes dePlamisthow,mientrasquelosmáspequeñosfueronllevadosenbrazosporlosorgullospadresyelcabezade familia, el condedeWorken.Recorrieronelpasilloportandoa lanuevageneraciónde

condes, vizcondes, duques ymarqueses de una familia que se estaba convirtiendo enun referenteparalasnuevasgeneracionesnosolopordefenderlastradicionesdesurango,sinotambiénporserdefensores acérrimos de la necesidad de adaptarse a los nuevos tiempos. Hijos criados por suspadres,conayudadeunejércitodecriados,niñerasyprofesores,peroquepermanecíanmástiempoen compañía de sus padres que lejos de ellos.Nobles que dirigían grandes navieras, negocios einversiones y no solo las propiedades ancestrales adscritas a sus títulos.Caballeros que lucharonporsupatriaenlaMarinaRealoenlaCaballeríaconcorajeynoblezaconvirtiéndoseenhéroesyleyendas para sus congéneres dejando de lado esa imagen de muchos aristócratas de merospersonajesociososquenohacíanmásquevivirdesdelacunadelosréditosdesutítulo.

Tambiénprovocarongrandessuspiros,cuchicheosymuchasenvidiaselpadrinoylamadrinadelenlace,elcalaverareformadoyconvertidoendevotoesposoypadre,elvizcondedePlamisthow,ylahermosahermanapequeñadelnovio,laactualmarquesadeFurllintongque,aligualquetodaslas elegantes y deslumbrantes féminas de la familia, cautivaba a todos los presentes con unaeleganteyoriginalcreaciónde lamejormodistadelpaís,madameCoquette,quediseñó los trajesdelospajecillos,aligualquehizo,añosatrás,coneltrajedelafeliznovia.

Enunlugardestacadoenlosbancosreservadossoloalafamiliabrillóconluzpropiaotraparejadeenamorados, losmarquesesdeDrundy,amigos íntimosde losnoviosyobjetode lamiradademuchoscuriososporhabersidolosprotagonistasdeunadelasrománticaseinesperadasescapadasdelatemporada.

LarecepciónsecelebróenlosfamososjardinesdelanomenosfamosaresidenciadetodoslosduquesdeFrentona lasafuerasdeLondres.Entre losasistentesdestacaronaojosde lanovia losmiembros del personal de lamansiónMcbeth.Todos ellos acudieron como invitados por peticiónexpresa de la novia y a pesar de la reticencia inicial de los mismos por considerar que no eraapropiadasupresenciaentandistinguidaocasiónporsucondición,lanovianosoloinsistiósinoqueseaseguródequenolesquedasemásremedioqueasistir,yaquelosinvitóunoaunocomomuestrade cariño y de agradecimiento por la comprensión, el apoyo y el afecto que todos ellos lesbrindaronaellayaJuliannalosañosprecedentes.

Epílogo

DadoqueAmeliaheredaría, juntoa Julianna, la inmensa fortunade tíaBlanche, incluyendo la

naviera y los negocios en los principales puntos de las rutas comercialesmarítimas,Max se hizocargodelagestióndealgunosdeesosnegociosayudandoaCliff,desdepocosmesesdespuésdesuboda,dejando lanavegaciónenmanosde sucuñado,que seguíacon la ideapermanecerpartedelañoen lamarencompañíade su familiaalmenosdurante tresocuatrosañosmásydespuésfijaría su residencia en tierra en lamansión adquirida por la pareja enLondres o en su finca en elcampo a poca distancia de la casa ancestral de los DeWorken y muy cerca de Frentonhills, lasegundaresidenciaoficialdelosduquesdeFrenton.

Max pronto se hizo cargo de sus responsabilidades ducales y, mientras su padre siguieseostentando su escaño en el parlamento, él podría formar parte del ministerio asesorando a losnuevosmiembrosdelaMarinaRealycolaborandoenlaformacióndelasnuevasgeneracionesdeoficialesyaltosmandos.

Se convirtió, además, en un acérrimo defensor de las causas promovidas y apoyadas por suesposaenfavordelosniños, lamejoradelacalidaddevidadeestosydesueducación.Amelia,junto con su tíaBlanchey con la colaboraciónde lasmujeres de su familia así comode su granamigaladyCloeCalverton,creóunafundaciónparaladefensadelosniñossinrecursos.Añosmástarde, pasaría a ser miembro del consejo asesor del jardín botánico gracias a sus grandesconocimientosenplantasmedicinalesyhierbascurativas.

Max yAmelia tuvieron cinco hijos, todos ellosmuy parecidos, todos con pelo azabache perovariaban en susojos, unosnegrosprofundosyotrosgrises azulados característicosdeducadodeFrenton.Elheredero,MaximiliamCristopherRochester,eralavivaimagendesupadre,peroteníaelcarácteryelcorazóngenerosodesumadreyfueelorgullodeambosdesdesumismonacimiento.MaxformaríaunacamarillaespecialdeamigosíntimoseinseparablesconSimon,elcuartohijodeJuliannayCliff;conAlexander,eltercerhijodeEthanyAdele;Ronald,elherederodeEugeneyde Jonas; así como deWilliam, heredero deCloe y deWilliam.Todos ellos nacieron con pocosmesesdediferenciayfueroncriadosporsuspadrescomoelrestodeloshijosdetanilustresparejas,comomiembrosdeunamismafamiliayparaellosnocomoprimossinocasicomohermanos.

Max y Mel fueron una pareja extremadamente pasional, ardiente y locamente enamorada ycompenetrada hasta el final de sus días y desde de sumatrimonio no durmieron jamás separados.Maxnuncapermitióquesuesposadurmieselejosdeélnienotracamaquenofuesecompartidaporsumaridoporque,alfinyalcabo,ambosseprometieron,ensunochedebodas,anoyacernuncaenunacamasinelotroyamboslacumplierongustosostodaslasnochesdesuvida.

Reseñafamiliar

Enunarcónquehapasadodegeneraciónengeneraciónyqueseabreenocasionesespeciales,se

guardacondevociónfamiliar,conrespetoysumocuidadounvestidodenoviaconfeccionadosiglosatrás por una de lasmejoresmodistas de Londres. Con él se han casado varias generaciones demujeres de dos familias que forman una misma. Con él se han casado todas y cada una de lasduquesasdeFrentonylascondesasdeWorken.

La leyenda asegura queno todas lasmujeres de las familias quisieronusarlo el día señalado,peroquetodaslasquesílohicieronfueronradiantesyfelicesnoviasyquesusmatrimoniosfuerondichososporestarbendecidosporlasgeneracionesprecedentesyporelamordetodaslasparejasunidascuyasnoviasllevaronorgullosasesevestido.

AÑO2013.MelindaRochesterFrenton,alaquesufamiliallamacariñosamenteMel,preparasubodaconun

oficialdelamarinadelosEEUU,MaxwellO’Connell,Maxparasusmejoresamigos.Trasabrirelarcóncontuvolarespiraciónmientrassumadreysutíasacabanelvestidoylocolocabansobrelacamajuntoconunlibroconlosemblemasfamiliaresenelquefigurabanlosnombresdetodaslasdamasdelafamiliaquellevaronelvestidoyunaspalabrasdecadaunadeesasnoviasescritasdesu puño y letra el día de sus bodas. Contemplando aquel vestido Melinda sentía el amor y ladevocióndetodasycadaunadesusantepasadas,ysupoquehabíaelegidobienasufuturomarido,que ibaaser felizconélyque,pasase loquepasase,sumatrimonioseríacomoelde todasesasmujeres,llenosdebuenosymalosmomentos,perosobretodollenosdeamorydepasión.EllaeraunadescendientedelosRochesterydelosMcbeth,unavezentregabasucorazóneraparasiempre.Suspiróyrozóeldelicadoencajedelvestido,desuvestidodenovia.

Notas

[1]Galuchí:azúcarencaló.[2]Silversignificaplataeninglésy,gold,oro.[3]CitadeGiovanniBoccaccio(1313-1375),escritoritaliano.[4]CitadeMichelEyquemdeMontaigne(1533-1592),escritoryfilósofofrancés.[5]CitadeCicerón(106AC-43AC),escritor,oradorypolíticoromano.[6]CitadeRenédeChateaubriand(1768-1848),diplomáticoyescritorfrancés.[7]AsíeracomodenominabanalosguardiasdelaMarinaReallosmarinerosypiratas.[8]Muybonita,lindamuchachita…[9]Quemishombressediviertanconestacosabonita.[10]“Bienvenidosdenuevo”enportugués.[11] En la mitología griega, los Anemoi (en griego antiguo ′Aνεµοι, ‘vientos’) eran dioses delviento.[12]UnodelosclubesdecaballerosmásselectosdeLondres,dondesereuníanlosposeedoresdealgunosdelosmejorestítulosdeInglaterraysusdescendientes.[13]Minhaqueridamina,enportuguéssignifica«miqueridaniña».[14]Muitobemenportugués«muybien».

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