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COLECCIÓN FAMILIA MERCEDARIA 50 AMANECIÓ AL ATARDECER P. MANUEL CEREIJO Y DIECISIETE COMPAÑEROS, MERCEDARIOS MÁRTIRES DEL SIGLO XX EN ESPAÑA Mario aLoNSo aGUaDo, o. De M.

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COLECCIÓN FAMILIA M

ERCEDARIA

50

AMANECIÓAL ATARDECER

P. MANUEL CEREIJO Y DIECISIETE COMPAÑEROS,MERCEDARIOS MÁRTIRES DEL SIGLO XX EN ESPAÑA

Mario aLoNSo aGUaDo, o. De M.

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COLECCIÓNFAMILIA MERCEDARIA 50

TEXTO Mario Alonso Aguado, O. de M.

EQUIPO COORDINADORDIRECCIÓN Alejandro Fdez. BarrajónDIRECCIÓN ARTÍSTICA María Teresa AriasREDACCIÓN José AvilésCOORDINADORES: M.ª Encarnación Sánchez Joaquín Millán Josefina Martínez Lourdes Ramírez Mario Alonso Mercedes Guldrís Aurora Calvo Ruíz

PUBLICA FAMILIA MERCEDARIA Mercedarios. Prov. de Aragón Mercedarios. Prov. de Castilla Mercedarios Descalzos Mercedarias Misioneras de Barcelona Mercedarias de la Caridad. Prov. Centro Mercedarias de la Caridad. Prov. Sur Mercedarias del Santísimo Sacramento Religiosas de la Orden de la Merced Federación de Monjas Mercedarias Monjas Mercedarias Contemplativas

ONG DE LA FAMILIA MERCEDARIA: Acción Liberadora (AL) www.accionliberadora.org

PORTADA Retrato al óleo del P. ManuelCereijo. Pintura de Francisco Iglesias.IDEA ORIGINAL Grupo Peñascales 98DISEÑO Fernando BernabéIMPRIME Gráficas DehonISSN: 1577-5062 • 2015

AMANECIÓAL ATARDECER

P. MANUEL CEREIJO Y DIECISIETE COMPAÑEROS,MERCEDARIOS MÁRTIRES DEL SIGLO XX EN ESPAÑA

VELASTE TU PRESENCIA

Velaste tu presenciacon velo de blancuray prenda de tu ausenciadejaste tu hermosura

Te escondes a mis ojos,dulcísimo pastor.La muerte me da antojosde poseer tu amor.

Descúbrete, Señor,y mírame piadoso.Atiende a mi clamor,a mi llanto copioso.

Mírame con miradade dulce compasión.Ábreme ya la entradade tu gran corazón.

Fray Manuel Cereijo

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RESUMEN

Algunos historiadores sostienen que no ha habido, en la historia de la Iglesia, un martirologiode tal magnitud como el desatado en la persecución religiosa de 1936 con motivo de la guerracivil española. Otros aseguran que la persecución de esos años del siglo XX en España esla más sangrienta que ha sufrido la Iglesia universal de todos los tiempos. El presente trabajo,fruto de la investigación y esfuerzo del P. Mario Alonso Aguado, Director de la revista “La Mer-ced-Caminos de Liberación” presenta la biografía y martirio de 18 religiosos de la Orden deNuestra Señora de la Merced que fueron asesinados, en la pasada guerra civil de 1936, porodio a la fe cristiana, todos ellos aceptaron la muerte por su fidelidad a Cristo y murieron enmanos del Padre. No es el momento de buscar culpables y menos aún de hacer política, ge-nerar odios, o divisiones o rencores. Es la hora del perdón y la reconciliación. Lo que se pre-tende aquí es salvaguardar la memoria de los mártires, e intentar que los sucesos que sedieron en 1936 sirvan para reflexionar y para buscar nuevos caminos de paz y de encuentro.

PALABRAS CLAVE: Martirio, persecución religiosa, Orden de Nuestra Señora de la Merced,reconciliación.

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INTRODUCCIÓN

“Al atardecer de la vida, te examinarán del amor”, así reza un canto de exequias, en elmomento en el que pasamos de este mundo terrenal al otro que es morada, en el que ama-necemos a una nueva vida. Amaneció al atardecer cuando nuestros hermanos mercedariosdejaron la oscuridad de las tinieblas para pasar a la luz que no se apaga. El título Amanecióal atardecer trata de narrar la resurrección y la vida, en el instante mismo del martirio y lamuerte, de dieciocho religiosos de la Provincia de Castilla, de la Orden de la Merced, víctimasde la persecución religiosa de 1936. Se recogen aquí sus semblanzas biográficas, enmarca-das dentro de la comunidad religiosa a la que pertenecían, y se estudian cuales fueron lascircunstancias de su martirio y el escenario del mismo.

No podemos silenciar que algunos creen que lo más conveniente es relegar al olvidoaquellos acontecimientos del 36, aquellos que condujeron al pueblo español a cometer lasmás graves atrocidades, tanto con las personas como con los bienes patrimoniales y artísticos.Pero esta idea, además de no ser posible, tampoco es conveniente, entre otras razones,como bien señala el obispo Don Antonio Montero en su ya clásica obra Historia de la Perse-cución religiosa en España, 1936-1939, Madrid 1961, VIII: “Porque si la historia se disuelveen el olvido, puede ser reeditada por quienes no la conocieron…y la ignorancia es siemprefunesta”. Por todo ello, sostenemos lo que otro autor, en este caso Don Juan María Laboa,catedrático de Historia de la Iglesia, escribió hace unos años: “No estoy de acuerdo con quie-nes pretenden olvidar los martirios sufridos por sacerdotes, religiosos o religiosas en aras auna mayor fraternidad y solidaridad actuales. Una cosa es utilizar el tema políticamente y otrael no gloriarnos de un suceso que en toda la tradición cristiana ha sido considerado como eltestimonio más acabado de fidelidad a Cristo” (Cfr. Ecclesia, nn. 2279-80 -1986- pp. 11-16).

ABSTRACT

Some historians claim that there has never been in the history of church such martyrology asthe one that took place during the religious persecution in the Spanish Civil War of 1936. Otherhistorians hold that this 20th century persecution in Spain has been the bloodiest suffered bythe universal church along its history. This research carried out by Father Mario Alonso Aguado,who is the editor of the magazine “La Merced- Caminos de Liberación”, presents the biographyand martyrdom of 18 priests of the Order of Our Lady of Mercy. They were killed during theSpanish Civil War because of their Christian faith and all of them accepted their death beingfaithful to Christ at that moment. It is not appropriate to blame anyone, to take a political stand-point, nor even to create more hatred and resentment. It is time for forgiveness and reconci-liation. The aim of this research is to keep alive the martyrs’ memory and try to reflect uponthe events of 1936, what makes possible to find peace and harmony in the future.

KEY WORDS: Martyrdom, religious persecution, Order of Our Lady of Mercy, reconciliation.

RÉSUMÉ

Certains historiens soutiennent qu’il n’a pas existé, tout au long de l’histoire de l’Église, unmartyrologe aussi grand comme celui déchaîné pendant la persécution religieuse de 1936 dela guerre civile españole. D’autres assurent que la persécution de ces du XXème siècle enEspagne est la plus sanglante qu’ait souffert l’Église universelle de ce temps là. Ce travail,fruit de la recherché et de l’effort du Père Mario Alonso Aguado, Directeur de la revue “La Mer-ced-Caminos de Liberación” Presente la biographie et le marthyr de 18 religieux de l´Ordrede Notre Dame de la Merci qui furent assassinés durant la dernière guerre civile españole de1936, causé par la haine à la foix chrétienne, ils acceptèrent tous la mort par fidélité au Christet moururent dans les mains du Père. Ce n’est pas le momento de chercher des coupableset encoré moins de faire de la politique, créer des haines ou des divisions ou rancunes. C’estl’heure du pardon et de la réconcialation. Ce que l’on prétend ici c’est sauvegarder la mémoiredes martyrs et essayer que les évènements qui se produisent en 1936 servent à réfléchir età chercher de nouveuax chemins de paix et de rencontre.

MOTS-CLÉS: Marthyr, persécution religieuse, l´ Ordre de Notre Dame de la Merci, réconci-lialation.

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Dentro de la Provincia de la Merced de Castilla siempre existió la convicción de que susreligiosos asesinados en la contienda del 36 habían muerto por su condición de consagradosy que eran verdaderos mártires de Cristo. Tras la guerra, cuando todo acabó y las aguas vol-vieron a su cauce se intentó localizar e identificar sus cuerpos para darles digna sepultura yvenerar sus reliquias. La revista La Merced, en enero-febrero de 1945 publicó un monográficode 56 páginas bajo el título de Homenaje a los Mártires de la Orden Mercedaria dedicado porentero a los mártires de la Merced de Castilla de 1936. Por su parte, el P. Juan Laka, al con-memorase en 1986 el 50 aniversario de los mártires, sacó a luz el folleto, La Cruz y la Paz. Yya posteriormente, en el 2004, el P. Manuel Rodríguez Carrajo editó el sencillo folleto Causade Beatificación de 18 Mercedarios, inserto en la revista La Merced-Caminos de Liberación.

Con cierta frecuencia, mercedarios y mercedarias, sacerdotes de las parroquias de dondeson oriundos los mártires, familiares directos de los mismos, y devotos en general, solicitanestampas, reliquias o biografías de los mártires de la Merced. Agotada la bibliografía ante-riormente expuesta nos hemos animado a editar este nuevo folleto con las semblanzas bio-gráficas y sus retratos a la acuarela, obras del gran maestro P. Julián Martín Casado.Queremos que la memoria de los mártires se perpetúe. De todas las semblanzas aquí ex-puestas nos hemos explayado, un poco más, en la del P. Manuel Cereijo, mártir que encabezael grupo, de los demás nos limitamos a ofrecer sencillamente los datos más elementales desus vidas, huyendo de valoraciones superlativas y de connotaciones políticas, y evitando enlo posible el lenguaje grandilocuente y enaltecedor. Por eso hemos priorizado fechas princi-pales en las biografías, como pueden ser las de nacimiento, bautismo, profesión religiosa,ordenación sacerdotal, etc. Sabiendo que hacemos un favor a la historia, perdone el lector siello le lleva en ocasiones a sentir la lectura algo farragosa. Agradecemos el ánimo recibido yel trabajo prestado para poder escribir las pequeñas biografías, especialmente queremosagradecer al P. Emilio Santamaría, Postulador General de la Orden de la Merced en Roma.

“Bienaventurados cuando os injurien y os persigan por mi causa y, mintiendo, digan todomal contra vosotros por causa mía. Alegraos y regocijaos porque vuestra recompensa serágrande en los cielos” (Mt. 5, 11). Palabras de Jesús que nos producen sentimientos encon-trados, por un lado, el gran dolor ante la violencia de hermanos contra hermanos; y por otro,el gozo inmenso ante la promesa de felicidad eterna para nuestros religiosos mercedariosque sufrieron persecución y martirio. Ojalá podamos ver, algún día, sus nombres inscritos enel Libro de la Vida, entre los Beatos y Bienaventurados del cielo.

Mario ALONSO AGUADO, O. de M.

«Vi una muchedumbre inmensa, de toda nación,raza, pueblo y lengua, vestidos de blanco…Son aquellos que han lavado sus túnicasen la sangre del Cordero». [Cfr. Ap. 7: 9. 13-14]

ICONVENTO DE LA BUENA DICHA

DE MADRID

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prado el solar contiguo para levantar la vi-vienda de los religiosos. Tras el Capítulo de1918, la Buena Dicha pasó a ser sede de laCuria Provincial, donde residía el Provincialde Castilla y su Consejo. Desde allí se edi-taba la afamada revista La Merced y se irra-diaba la espiritualidad mercedaria a través dela devoción a la Virgen de la Merced. Losmercedarios decidieron clausurar su residen-cia de la Buena Dicha tras finalizar el Capí-tulo Provincial de 2003, aunque algunosreligiosos permanecieron varios años másatendiendo el culto de la iglesia, acabaronmarchándose definitivamente. Se cerraba asíuna gran etapa de historia mercedaria en elviejo Madrid.

La guerra del 36 supuso un duro golpe,con grandes pérdidas materiales y humanas,el templo y sus dependencias fueron saquea-dos, todo fue destrozado. Según presupues-tos, los daños sufridos fueron valorados en200.000 pesetas. Esta cantidad da idea delestado ruinoso en que quedó todo.

Es de justicia recordar aquí los nombresde los hermanos de la Hermandad de laBuena Dicha que fueros martirizados, entreellos cinco sacerdotes: Don Cecilio del Río yRío, Don Julián García Niño, Don AndrésGuerrero, Don Pascual González y Don Ber-nardo Machuca; y tres seglares: Don Ricardode Aguirre y Martínez Valdivieso, Don EmilioRuiz de Salazar y Don Gabriel de Aristizábal.

A continuación consignamos los religio-sos martirizados pertenecientes a la comuni-dad mercedaria de la Calle Silva de Madrid.

En el año 1594, en la Calle Silva, cer-cana a la Gran Vía de Madrid, se construyóel Hospital de la Buena Dicha u Hospital dela Misericordia y Nuestra Señora de la Con-cepción. Fue fundado por Fray Sebastián deVilloslada, abad de la cercana parroquia ymonasterio benedictino de San Martín, delque dependía. La entrada principal daba a laCalle Libreros y en la trasera se encontrabael pequeño cementerio de La Buena Dicha.Siglos más tarde, durante la guerra de la In-dependencia con los Levantamientos del 2de mayo de 1808, el hospital cobró protago-nismo, atendió a muchos heridos, y en su ce-menterio fueron enterrados varios héroes yheroínas destacadas, entre otras, ManuelaMalasaña o Clara del Rey.

Al inicio del siglo XX, entre 1914 y 1917,tanto el cementerio como la iglesia y el hos-pital fueron derribados. En su lugar, el arqui-tecto Francisco García Nava diseñó yconstruyó, con el patronazgo de los Marque-ses de Hinojares, la bella y coqueta Iglesiade la Buena Dicha que hoy contemplamos.En el exterior de la misma se acentúa la mez-cla armónica de estilos, destacando el mo-dernismo, neogótico, neomudéjar, e inclusoneonazarí; el interior dispone de una únicanave, dividida en dos tramos, y cabeceracuadrada cubierta con bóveda nervada octo-gonal con linterna central; posee bellos reta-blos mercedarios obra del taller de Parcero,de Santiago de Compostela. A los pies,donde está la entrada principal, se halla elcoro alto, tamizado por la luz y el color quepenetra por las vidrieras modernistas queposee. En una de las capillas laterales se en-cuentra la venerada imagen de la Virgen dela Merced, de la escuela de Olot, duranteaños fue referente de la devoción mercedariade todo Madrid, la iglesia se quedaba pe-queña para acoger a tanto devoto de la Vir-

gen Redentora de Cautivos, de ahí que a suspies se fraguase la idea de construir la granBasílica Hispano-Americana de la Merced.

La iglesia fue declarada monumentoBIC en 1994, y restaurada e inaugurada porla comunidad de Madrid en 2003, tras haberpermanecido varios años cerrada al culto acausa de las obras.

La presencia de los mercedarios en Ma-drid data de 1564, el convento tuvo comofundador a un ilustre religioso: Fray Gasparde Torres, Provincial de la Merced de Casti-lla, catedrático de la universidad de Sala-manca y Obispo Auxiliar de Sevilla. Elconvento mercedario, que llegó a alcanzargran fama, estaba situado en el solar que hoyocupa la Plaza Tirso de Molina y tenía por ti-tular a la Virgen de los Remedios.

Tras la nefasta desamortización decimo-nónica, y posterior restauración de la Provin-cia de la Merced de Castilla, la Orden de laMerced regresó a Madrid en 1906. El día delPilar de dicho año se estableció una residen-cia de mercedarios en la Calle del Barco, nº21, con el ánimo de atender espiritualmentea las monjas Mercedarias del Monasterio deDon Juan de Alarcón y hacerse cargo delculto de su iglesia. Años más tarde, el lunesde Pascua, 9 de abril de 1917, se inauguróla iglesia de la Buena Dicha; previamente, el28 de marzo de 1914, el P. Inocencio LópezSantamaría, Vicario Provincial, había com-

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1. FRAY MANUEL CEREIJO MUIÑOS(1894-1936)

Presbítero mercedario

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El P. Manuel Cereijo nació en Poyo(Pontevedra), el 4 de enero de 1894, eran lasdiez de la mañana de un jueves. Hijo de Ri-cardo y Manuela, y hermano de José, tam-bién mercedario y dos años menor. Suspadres eran humildes labradores del lugar deOrgodomonte. A los cuatro días acuden a laParroquia de San Juan, del Monasterio mer-cedario de Poyo, para bautizar al niño. Se lla-mará como a su madre y son padrinos BenitoGarcía y María del Consuelo Montes. El mer-cedario P. Antonio Coto será el oficiante, unreligioso que previamente había sido sacer-dote diocesano, y que fue el primer maestrode novicios en aquellos difíciles años de larestauración de la Provincia de la Merced deCastilla. En ese año, el 17 de septiembre, esconfirmado en la misma Parroquia. La pri-mera comunión la hará el día 30 de julio de1905. Tras estudiar los estudios primarios enPoyo, ingresa en el Convento de La Mercedde Sarria (Lugo). El párroco de Poyo lo pre-senta así: “Certifico: que Don Manuel CereijoMuiños, de catroce años de edad, natural deesta feligresía de mi cargo, ha observadosiempre una conducta intachable; frecuen-taba los Santos Sacramentos de penitenciay Comunión, asistía con puntualidad a lasinstrucciones catequéticas y demás actos re-ligiosos; no se halla ligado con censura al-guna ni impedimento canónico que obste asu ingreso en la benemérita Orden de la Mer-ced, no se halla gravado con deudas y siem-pre ha demostrado en todos sus actos tenerinclinación a abrazar el estado religioso”. In-gresó en el convento sarriano, un miércoles14 de octubre de 1908. Aún no había cum-plido los quince años. Al año siguiente, un 11de diciembre, ingresaría en el convento deSarria su hermano José, mártir y poeta comoél. Profesó de votos simples el domingo 16de enero de 1910, la ceremonia tuvo lugar

en el coro del convento, a las once de la ma-ñana, siendo comendador de Sarria el P.Pedro Nolasco Gaite y maestro de noviciosel P. Miguel López. Una vez que profesó mar-chó a Poyo para iniciar allí los estudios deHumanidades. La profesión solemne la haráen el monasterio de Poyo, el 10 de agosto de1915, en el aniversario de la fundación de laOrden de la Merced. El 18 de septiembre delmismo año se ordenó de subdiácono en Sa-rria de manos del obispo Don Manuel Ba-salto. El diaconado lo recibiría el 23 deseptiembre de 1916, en Lugo. Su ordenaciónsacerdotal tuvo lugar en el monasterio bur-galés de La Vid, de frailes agustinos, en lafestividad del apóstol Santiago, el 25 de juliode 1917. Ordenado por Don Manuel LagoGonzález, ya preconizado obispo de Tuy, ymás tarde arzobispo compostelano. El 5 deagosto celebró su primera misa en su Poyonatal. Fiesta y solemnidad litúrgica. Predicóel Padre Cesáreo, comendador, actuó de pa-drino de altar el P. Alberto Barros, y de padri-nos don Alejandro Mon y señora.

Manuel, de gran valía intelectual, estabadestinado a cursar estudios universitarios,pero la carestía de personal en los conventosle llevó por otros derroteros. Ya antes de or-denarse, fue destinado a Castilla, al pueblode Herencia, en Ciudad Real, para impartirclases en el colegio mercedario. Es impor-tante constatar que existe, en el Archivo dela Curia Provincial de la Merced en Madrid,un cuaderno titulado “Apuntes para uso deFr. Manuel Cereijo, mercedario, comenzadosen Poyo, continuados en Sarria, luego en He-rencia, segunda vez en Poyo, luego en Ma-drid” se conservan mecanografiados graciasa una copia realizada por el P. Sanlés Martí-nez. Son notas escuetas, escritas a modo deDiario, donde anota todo tipo de aconteceres,ya sean personales, familiares o religiosos.

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Llegado 1916 escribe, el 12 de octubre, di-ciendo que se marchó de Sarria a Herencia,en compañía de Fr. Fernando y Fr. Carlos,se detuvieron en Madrid cinco días y llegarona Herencia el día 18. El 25 de octubre, miér-coles, comenzaron el curso. Ya el 5 de di-ciembre saludan en Herencia al P. Adolfo,anteriormente mercedario descalzo, y enton-ces filipense en Alcalá de Henares, anotaque el P. Adolfo nació en Santander y que es-tudió en París hasta subdiácono. De 1917anota sus paseos, a las lagunas de Villa-franca de los Caballeros, el 26 de abril; o aPuerto Lápice, el 29 del mismo mes. Dejaconstancia de la intensa relación que teníanlos mercedarios de Herencia con la familiaEnríquez de la Orden: el 3 de marzo falleceDon Juan Enríquez y con tal motivo pasa allívarios días el P. Guillermo Vázquez, Provin-cial; anota que Doña Concha les cede unafinca, o que don Gabriel come en varias oca-siones con la comunidad. Interesante es eldato de la presencia del Beato Manuel San-cho, mercedario de Aragón, poeta, místico yescritor, que también sufrió el martirio. A He-rencia llegó el 28 de junio y presidió los exá-menes. El P. Manuel Cereijo, ya aficionado ala escritura refiere: “Por estos días presentéal P. Sancho algunos escritos y me dijo quesin director, que es tarea muy difícil”. El se-gundo semestre de 1917 será intenso en via-jes y en acontecimientos; el 24 de julio, a launa de la noche, sale de Herencia para tomara las cuatro el tren desde Alcázar de SanJuan en dirección al monasterio de la Vid, enBurgos, donde ya vimos que fue ordenadosacerdote. El 28 llega a Poyo para celebrarsu primera misa, y el 22 de agosto sale dePoyo en dirección a Madrid. En la capital, el5 de septiembre, visita la capilla real y el re-licario y queda hondamente impresionado. Afinales de 1917, en diciembre, se le termina

la prórroga del servicio militar y escribe: “Nome llamaron…Gracias a mi Señor Jesús y asu bendita Madre María”. Con el nuevo año,el 1918, llegará el VII Centenario de la fun-dación de la Orden de la Merced. El día desu onomástica, el primero del año, dirá quela Casa de la Buena Dicha en Madrid está yacasi terminada, aunque, “alguna pinturafalta”. Parece mostrar cierto interés por lanueva comunidad mercedaria de Madridapuntando detalles como que el 12 de fe-brero se colocó el Vía crucis que regaló elmarqués de Hinojares o que el 20 del mismomes, a las 12 del mediodía, los mercedarioscomieron por vez primera en la Buena Dicha.

De Herencia pasó al colegio de la Mer-ced de la calle San Pedro de Madrid, conidéntica misión pedagógica. Entre sus alum-nos destacó el escultor Juan de Ávalos. Enuna entrevista que tuve el honor de hacer alinsigne escultor en 1999 calificó a los herma-nos Cereijo como dos grandes santos. Meconfesó: “se beatificó al P. Polanco, yo mealegraría, y mucho, de la beatificación de losPP. Cereijo, lo merecen de verdad”. En el Ca-pítulo de la Merced de Castilla, del año 1924,fue elegido Provincial; y reelegido en 1927.Un biógrafo suyo afirma que la Provincia deCastilla “alcanzó en su provincialato un au-mento y esplendor como nunca hasta enton-ces había tenido”. Bajo su mandato seabrieron las siguientes casas y comunidadesmercedarias: En Lequeitio (Vizcaya), el 1 deenero de 1926 se inauguró aquella comuni-dad, pensada para postulantado, si bien enun principio funcionó como un pequeño co-legio. En Oviedo, a mediados de noviembrede 1927, se inauguró el Reformatorio de Me-nores, confiado a los mercedarios, tratandode hacer allí una obra redentora, hasta quetuvieron que retirarse a consecuencia de unacampaña emprendida por el periódico

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Avante, a finales de agosto de 1932, eran lostiempos de la República. Y en Junquera deAmbía (Orense) donde en 1928 se tomó po-sesión de aquella parroquia, al tiempo quese pensaba en un gran Postulantado Central.Fundó también en Madrid la llamada EditorialMercedaria, en 1928, cuando comenzaba aconsolidarse, y a ampliar su campo, fue clau-surada en 1934 puesto que, con el adveni-miento de la República, se había vistoobligada a limitar su actividad. Y ya fuera deEspaña, en 1927 se inauguró la casa dePonce, en Puerto Rico, donde iría más tardeen calidad de Vicario Provincial. También letocó al P. Cereijo promover y celebrar en1924 el III Centenario de la muerte de laBeata María Ana de Jesús, copatrona de Ma-drid y terciaria de la Merced Descalza. Lasfiestas coincidieron con la estancia en Madridde los padres capitulares, que como coronade honor rodearon el cuerpo incorrupto de laBeata mercedaria durante la inspección mé-dica autorizada por la Santa Sede, y cuyo es-tado de incorrupto fue calificado por el DoctorMaestre como extraordinario y singular.

Al finalizar el sexenio de su mandato,fue nombrado en 1930 comendador de Ferroly rector de su colegio. Acudió a Roma, yaque fue también nombrado Diputado al Ca-pítulo General por la Provincia de Castilla enagosto de 1930. Comisario y Vicario Provin-cial de Puerto Rico, en julio de 1931, y dosaños después Comendador de la BuenaDicha de Madrid, cargo que ostentaba al sermartirizado.

Fue reconocido poeta, tanto en gallegocomo en castellano. Sus poemas, junto aotros de su hermano José, fueron recogidosy publicados en un libro, en 1986, bajo el tí-tulo de Os Irmans Cereijo Muiños. Poesias.El P. Lois Vázquez hace en él un estudio pre-liminar a toda su obra. Afirma del P. Manuel

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y de su obra literaria gallega que “Está moina mesma onda cordial de Rosalía, na en-trana do sentir e do decir galaico”.

Su actitud ante el martirio queda refle-jada magníficamente en una carta, dirigidaen 1936 a su madre y hermanos, y que pu-blicó póstumamente la revista La Merced, en1957, en ella afirma: “He oído leer estanoche, día 28 de enero, algunos propósitosde los extremistas en contra nuestra. No creoque ninguno se llegue a realizar. Pero si asísucediese y fuese yo una de las víctimas, de-searía que estas líneas llegasen a poder demi querida madre y hermanos. Para ellos lasescribo.

Comienzo por declarar que si el Señorasí lo dispone o permite, gustoso le ofrezcomi vida en descargo de mis culpas, por lospecadores y por España.

Soy hijo sumiso y fiel de la Santa Iglesia.Dentro de eso, me glorío de vestir el hábitode mi dulce Madre de la Merced.

Perdono a todos los que se tengan porenemigos míos, aun aquellos que pudiesenquitarme la vida. Yo amo de corazón a todoslos mortales”.

Con tan alentadores y deseados propó-sitos fue detenido en Madrid, junto a otrosocho mercedarios de su comunidad, por mi-licianos de las Juventudes Socialistas Unifi-cadas, el día 23 de agosto de 1936.Conducido a la Checa de Bellas Artes, fuejuzgado y llevado al Palacio de la Duquesade Esquilache, en el Paseo de El Prado, y allífue ejecutado. Su cadáver apareció, junto alde otros mercedarios, en la Calle GustavoFernández Valbuena, al siguiente día: 24 deagosto de 1936. Inhumado en el cementerioMunicipal de la Almudena de Madrid, el 26de agosto, en la Sepultura 4ª temporal, Me-seta C, Cuartel número 54, Manzana número8, Letra H, Cuerpo 8. Fue trasladado solem-

nemente al monasterio de Poyo en 1940.Ese año, el 4 de mayo, se extrajo el féretro,identificando debidamente el cadáver: lle-vaba traje negro, camisa de color, y zapatos,el cuerpo estaba bastante entero. Se envol-vió en un sudario y se depositó en una cajade madera de foro blanco con interior metá-lico. Lo mismo se hizo con el resto de losmercedarios que habían sido martirizados yestaban igualmente enterrados en el cemen-terio de Madrid. Un total de siete féretros lle-garon el domingo 5 de mayo hasta Poyo,previa parada en Pontevedra, ciudad en laque fueron debidamente honrados y home-najeados en la iglesia de la Peregrina. Lasdos ambulancias que contenían los féretrospartieron de allí a la iglesia monacal de Poyo,donde se celebró una misa solemne, cantadapor la Schola Cantorum del monasterio, pro-nunció la oración fúnebre el obispo de Mon-doñedo, quien exaltó la fortaleza de losmártires mercedarios. Por último, los cuerposse llevaron a hombros hasta la capilla delCristo, denominada desde entonces “de losmártires”, en ella fueron enterrados y en ellareciben la veneración de los religiosos de laMerced y de los fieles que allí acuden implo-rando su favor e intercesión.

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HÓRRREO DE POYO

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2. FRAY ENRIQUE SACO PRADEDA (1871-1936)

Presbítero Mercedario

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Natural de Sarria (Lugo) villa en la quenació el 11 de diciembre de 1871. Hijo de Ma-nuel y de Javiera. Bautizado el mismo día 11en la Parroquia de Santa Marina de Sarria.

Se ordenó primeramente sacerdote dio-cesano el 21 de marzo de 1896, en la iglesiade Santo Domingo de la ciudad de Lugo, porel obispo Don Benito Murúa López. Ingresóen la Orden de la Merced en Sarria. Recibióel hábito mercedario, el lunes 21 de febrerode 1898, y tomó el nombre de Fray Enriquede Austria, en honor al venerable mercedariode idéntico nombre, cuya memoria litúrgicase celebra el 7 de marzo.

Por motivos de salud se trasladó al mo-nasterio de Poyo, en Pontevedra, el 22 dejulio de 1898. En Poyo profesó de votos sim-ples el 2 de marzo de 1899. Los votos solem-nes los emitiría en el mismo Poyo el 3 defebrero de 1903.

Religioso con grandes dotes para el go-bierno. Fue Comendador de Poyo en dos

ocasiones: de 1908 a 1914 y de 1918 a 1921.Definidor de la Provincia de Castilla en 1927,residiendo en el convento mercedario de laBuena Dicha de la calle Silva de Madrid.

En Madrid fue detenido junto a sus com-pañeros el 23 de agosto de 1936, conducidoal Palacio de la Marquesa de Esquilache, enel Paseo de El Prado, donde fue juzgado yejecutado. Encontrado su cadáver en la calleJoaquín Costa, el 24 de agosto, fue inhu-mado el 26, a los dos días, en la Sepultura4ª temporal, Meseta C, Cuartel número 54,Manzana número 8, Letra G, Cuerpo 7. Porfin, el 4 de mayo de 1940 se exhuma y seidentifica su cuerpo por la ropa que llevaba:traje negro, camisa gris, corbata negra, cal-cetines negros canale, y zapatos. Trasladadosu cuerpo al monasterio de Poyo es ente-rrado en la Capilla del Cristo, desde entoncesllamada también “de los mártires”. Allíaguarda la resurrección de los justos.

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3. FRAY GUILLERMO VÁZQUEZ NÚÑEZ (1884-1936)

Presbítero Mercedario

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Nació el día 10 de enero de 1884, enSanta María de Mellid, anejo de San Pedrode Mellid (La Coruña). Hijo de José-María yManuela. Al día siguiente es bautizado en laParroquia de Santa María. En el año 1908,el 8 de marzo, Don Manuel Joaquín Prado,Arcipreste y Cura Rector de San Pedro deMellid, certificó que su antiguo feligrés y be-nemérito discípulo Fr. Guillermo Vázquez...hoy por la Divina Misericordia Religioso Mer-cedario en el Santo Convento de Poyo fueconfirmado en la iglesia parroquial de Mellidpor el obispo Don José María Cos y Macho,obispo de Mondoñedo. No consigna fecha al-guna.

El 24 de julio de 1896 ingresó en el re-cién estrenado Monasterio de la Merced dePoyo (Pontevedra). Al año siguiente pasó aSarria (Lugo), aquí tomó el hábito mercedariode manos del Comendador P. Antonio Hor-tas, e inició su noviciado el domingo 22 deenero de 1899. Emite la profesión simple el31 de enero de 1900 y regresa a Poyo. En1903, el 3 de febrero, realiza la profesión so-lemne, en Poyo. Ordenado diácono en la Ca-pilla del Palacio Episcopal de Lugo, el día 9de agosto de 1908, por el obispo Don BenitoMurúa. Ordenado sacerdote el 15 de agostode 1908, en la misma Capilla Episcopal, y porel mismo obispo lucense.

Cursó brillantemente los estudios uni-versitarios. En octubre de 1908, en la Univer-sidad Central de Madrid inició la carrera deFilosofía y Letras. El P. Serratosa, Provincial,le anima en sus estudios. En 1911 termina lalicenciatura en Letras con premio extraordi-nario, que recibe de manos del entonces Pre-sidente del Consejo de Ministros de España,Don José Canalejas. El 8 de marzo de 1917,en la misma Universidad Central madrileña,aprueba con la nota de sobresaliente la me-moria del Doctorado. Fue el P. Guillermo un

gran investigador en diversos archivos y bi-bliotecas, gran historiador y articulista en dis-tintas revistas y publicaciones,especialmente en la revista La Merced,siendo director de la misma de 1927 a 1930.El P. Sanlés Martínez, reunió en tres volúme-nes de la Colección Publicaciones del Mo-nasterio de Poyo, gran parte de sus artículosdispersos. Entre sus obras destacan biogra-fías de mercedarios ilustres, temas relacio-nados con América y el Manual de Historiade la Merced, en dos tomos, el segundo engran parte perdido, ya que se estaba impri-miendo por la Editorial Católica Toledana alestallar la guerra.

Fue nombrado, por el Maestro General,Definidor Provincial el 3 de noviembre de1909, y elegido para ese mismo cargo unaño después, en el Capítulo Provincial. Ele-gido Provincial de la Merced de Castilla en elCapítulo Provincial de Sarria (Lugo) en 1914,cesó en 1918 y ese año es elegido Diputadoal Capítulo General y nombrado Maestro deCoristas en Sarria. Comendador del monas-terio de Poyo en 1923, reelegido en 1924.Definidor Provincial en 1927. En el mes dejulio de 1936 el P. Guillermo estaba en la co-munidad de la Buena Dicha de Madrid cele-brando misa en su iglesia. A pesar de losrequerimientos que le hicieron no quisoabandonar la Buena Dicha confiando, demodo ingenuo, que nada le iba a pasar. Fuedetenido el 22 de agosto de 1936 en la casadel Teniente Señor Vara del Rey, de la Callede San Pedro, y de allí fue llevado a la comi-saría de la calle de los Tres Peces, al fin fuemartirizado. Su cadáver apareció el día 24,en la calle Joaquín Costa. Desde entonescobró protagonismo un artículo suyo, de ca-rácter premonitorio, que había publicado enla revista La Merced, en 1935. Titulado “Re-nuncio a morir en cama”, tiene párrafos tan

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impactantes y claros como los siguientes: “Siel Señor me concediera la gracia de morir porÉl, renunciaría generosamente, no sólo amorir en cama, sino también a los últimos sa-cramentos.

¿Qué muerte se puede comparar almartirio? Preciosa es a los ojos del Señor lamuerte de sus santos. Los mártires son losprimeros santos que hubo en la iglesia, ca-nonizados por el mismo Cristo que dijo: “Alque me confesare delante de los hombres,Yo le confesaré también delante de mi Padreque está en los cielos”.

¿Hay alguno que dude todavía de quelos incendiarios de iglesias, profanadores desagrarios e imágenes, blasfemos endemo-niados, aborrecen a Cristo y nos persiguena nosotros por discípulos y ministros suyos?”

“Los santos de otras regiones afrontanla muerte, no sólo sin miedo, sino radiantesde confianza y alegría.

Eso mismo dije a mis amigos que me re-ñían: Usted va a morir en cualquier esquina;no teme la muerte, pero ésta le acecha y vaa sorprenderle cuando menos lo piense.

Yo contesto sencillamente: aspiro a vivirsin miedo también. Si la muerte se me con-virtiera en martirio, ¿qué más pondría de-sear?”

El 26 de agosto de 1936 era enterradoel cadáver del P. Guillermo en el cementeriode la Almudena de Madrid, en la Sepultura4ª temporal, Meseta C, Cuartel número 54,Manzana número 8, Letra G, Cuerpo 17. Ex-humado el 4 de mayo de 1940 se le hallóvestido con traje negro, ya bastante deterio-rado, pero reconocible. Un colmillo de oroque tenía sirvió para identificarlo con másprecisión. Su cuerpo, con el resto de loscuerpos de los mercedarios hallados en Ma-drid, fue llevado al monasterio de Poyo (Pon-tevedra) y allí enterrado solemnemente en lacapilla del Cristo, aneja a la gran iglesia mo-nacal.

El Ayuntamiento de Mellid le considerauno de sus hijos más ilustres, le tributó unsentido homenaje con ocasión del centenariode su nacimiento. La revista Estudios recogiólas ponencias de dicho homenaje editandoun grueso volumen en 1984.

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4. FRAY SERAFÍN SOLAEGUI DUÑABEITIA(1901-1936)

Presbítero Mercedario

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Nació en Ibárruri (Vizcaya) el 25 de fe-brero de 1901, hijo de Fernando y Tomasa.Bautizado el 26 de febrero de 1901, en la Pa-rroquia Andra Mari de Ibárruri. El 30 de octu-bre de 1906 fue confirmado en la Parroquiade Santa María, de la anteiglesia de Amorre-bieta, Señorío de Vizcaya, obispado de Vito-ria.

Ingresó como aspirante mercedario enSarria (Lugo), el 17 de septiembre de 1913;allí mismo recibe el hábito de la Merced demanos del P. Miguel López, Comendador, einició el noviciado el 15 de octubre de 1917.Un año más tarde, el 29 de diciembre, emitióla profesión simple. Pasó al Monasterio dePoyo (Pontevedra) para cursar estudios sa-cerdotales; profesó de votos solemnes el 29de enero de 1923. El obispo de Tuy Don Ma-nuel Lago, en la Capilla del Palacio Episco-pal, le confiere diversas ordenaciones endistintas fechas del año 1923: el subdiaco-nado, el 24 de febrero; el diaconado, el 18 demarzo; y el presbiterado, el 22 de septiem-bre. Celebró su primera misa el 24 de sep-tiembre, festividad de la Virgen de la Merced,en el monasterio de Poyo, actuó de padrinode altar, el P. Pedro Nolasco Resbiere, Co-mendador.

Religioso bien formado, ocupó los si-guientes cargos: Maestro de Postulantes en1924, Comendador de San Sebastián en

1927, Maestro de Coristas en Poyo en 1930y Secretario Provincial desde el Capítulo de1933, en Madrid. Padeció bastante de bron-quiectasia, lo que le obligaba a guardar camacon frecuencia. Escribió con cierta asiduidaden La Merced y otras revistas mercedarias,sus temas preferidos eran Sagrada Escrituray Mística.

Al estallar la guerra civil en 1936 es de-tenido en Madrid, el 23 de agosto, por los mi-licianos de las Juventudes SocialistasUnificadas. Conducido al Palacio de Esqui-lache, en el Paseo del Prado, donde tal vezpudo ser juzgado por los elementos de aque-lla checa, apareciendo en los sótanos delmencionado palacio impactos de bala de pis-tola. Su cadáver fue hallado al día siguienteen la calle Gustavo Fernández Valbuena. In-humado en el cementerio de Madrid el 26 deagosto de 1936, en la Sepultura 4ª temporal,Meseta C, Cuartel número 54, Manzana nú-mero 8, Letra H, Cuerpo 7. Ya el 4 de mayode 1940 se exhuma su cuerpo y se le identi-ficó por la vestimenta: traje de color, pero yaparecía negro, estaba muy pasado, camisade color, y zapatos. Al día siguiente se tras-ladó el cadáver al monasterio de Poyo, pararecibir honores y ser debidamente sepultadoen la capilla del Cristo. Allí aguarda la resu-rrección definitiva, mientras su tumba es vi-sitada y venerada por los fieles.

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5. FRAY LUIS BARROS FERNÁNDEZ(1893-1936)

Presbítero Mercedario

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Nació en Campo Lameiro (Pontevedra)el 11 de marzo de 1893. Hijo de José Maríay Encarnación. Hermano de sangre del P. Al-berto Barros, Provincial de la Merced de Cas-tilla en el momento de estallar la guerra en1936, éste logró salvar su vida al refugiarseen la Legación de Chile en Madrid. Fue bau-tizado en la Parroquia de San Miguel deCampo Lameiro el 13 del mismo mes y año.Confirmado por el Cardenal Don José Martínde Herrera, el 30 de abril de 1901, en su pa-rroquia natal.

Ingresó en Sarria (Lugo) el 24 de febrerode 1908. Inició el noviciado el 6 de abril de1908, recibiendo el hábito del comendadorde Sarria, P. Pedro Nolasco Gaite. Emitió enel mismo convento la profesión simple el 19de julio de 1909 y también allí profesó de so-lemnes el 10 de agosto de 1915. El Obispode Lugo, Don Manuel Basulto y Jiménez, leconfirió en Sarria la Prima Clerical Tonsura,las Órdenes Menores, y el Subdiaconado, eldía 18 de septiembre de 1915. Ordenado sa-cerdote en la capilla del Palacio Episcopal deLugo, el 23 de septiembre de 1916, por elobispo Murúa.

En 1924 es Rector del Colegio de Ferrol,donde llevó a cabo la construcción de la igle-sia, obra del afamado arquitecto RodolfoUcha, con una simbiosis perfecta de estilos:ecléctico, modernista y neogótico. Fue nom-brado Comendador de Poyo por dos trienios(1927-33). Designado Vicario Provincial dela Merced en Puerto Rico en 1933, pero no

pudo adaptarse a aquel clima tropical y re-gresó a España. Le sorprendió la guerra es-tando en la comunidad de la Buena Dicha deMadrid. Detenido el 23 de agosto de 1936,fue conducido al Palacio de Esquilache, enel Paseo de el Prado y posteriormente apa-reció su cadáver en la calle Joaquín Costa.Contaba 43 años. Enterrado en el cemente-rio Municipal de Madrid el 26 de agosto de1936, en Sepultura 4ª temporal, Meseta C,Cuartel número 54, Manzana número 8,Letra H, Cuerpo 11. Conservamos una cartafechada el 16 de julio de 1936, dirigida a suhermano Miguel, en la que manifiesta su ac-titud ante los acontecimientos de preguerray el hecho del martirio. En ella leemos lo si-guiente: “Renuncio a hablarte de los últimosdolorosísimos acontecimientos. Mi pena estan amarga e intensa que hallo poco en mivida con que confortarla.

¡Dios N. Señor quiera aceptar la sangrede este mártir para purificar a la desgraciadaEspaña de la hora actual, de todas las apos-tasías, vilezas e indignidades de que se hallamanchada!”

El 4 de mayo de 1940 su cuerpo es ex-humado e identificado por su hermano el P.Alberto, Provincial. Se anota lo siguiente:“traje negro completo, o sea americana, cha-leco y pantalón, camisa rayada, tirantes, pan-talón pijama interior, y botas negras.”Conducido al monasterio de Poyo, y ente-rrado allí junto a los otros seis cuerpos de losmercedarios martirizados e identificados.

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6. FRAY TOMÁS TAJADURA TAJADURA(1871-1936)

Presbítero Mercedario

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Nació en la villa de Las Quintanillas(Burgos) el 21 de diciembre de 1871. Hijo deSegundo y Vicenta. Al día siguiente es bau-tizado en la Parroquia de San Facundo y Pri-mitivo de su pueblo natal. Ingresó a los 17años en la Provincia mercedaria de Aragón,concretamente en el Monasterio mercedariode El Olivar, en Estercuel (Teruel) tomandoel hábito de la Merced el 1 de abril de 1888.Profesó de votos simples el 5 de abril de1889. Los votos solemnes los emitió el 21 demayo de 1893. En Lérida, el obispo Don JoséMeseguer Costa, le confirió diversas órdenesen la Capilla del Palacio Episcopal: subdiá-cono, el 8 de junio de 1895; diácono, el 21de septiembre de 1895; y presbítero, el 22de diciembre de 1895. Su primera misa latuvo en Lérida el 25 de diciembre de 1895.

Fue Rector del convento de Lérida, Co-mendador de El Olivar, en Estercuel (Teruel)en 1911; Comendador también de Fraga(Huesca), San Ramón (Lérida) y Palma deMallorca. De 1929-32 fue Provincial de Ara-gón. Al finalizar su provincialato, lleno de di-ficultades y contrariedades, quebrantada susalud por una afección de corazón, solicitósu traslado al convento de la Buena Dicha deMadrid. Detenido el 23 de agosto del 36. Fu-silado junto al hermano Fray Gonzalo Pérez.Su cadáver nunca fue hallado.

El P. Tomás pasó a la historia de laOrden como un religioso con grandes dotespara el gobierno, y con gran elocuencia y sa-biduría para la predicación.

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7. FRAY JOSÉ BENITO CEREIJO MUIÑOS(1896-1936)

Presbítero Mercedario

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Nació en San Juan de Poyo (Ponteve-dra) el 25 de octubre de 1896. Hijo de Ri-cardo y Manuela. Hermano de sangre del P.Manuel Cereijo, religioso mártir que enca-beza la lista de los religiosos martirizados dela Merced de Castilla. Bautizado el día 28 deoctubre de 1896, en la Parroquia de SanJuan de Poyo. Confirmado en la misma pa-rroquia el 8 de septiembre de 1902.

Ingresó en el Convento de la Merced deSarria (Lugo) el 11 de diciembre de 1909, allíhizo el noviciado desde el 29 de octubre de1913 al 31 de octubre del siguiente año, enel que hizo la profesión simple. Profesó devotos solemnes y se ordenó de sacerdote el10 de agosto de 1921, en la Iglesia Conven-tual de la Merced de Sarria, le ordenó elobispo de Lugo Fray Plácido Ángel ReyLemos, O. F. M.. Celebró dos primerasmisas, una en Sarria (Lugo) y otra en Poyo,los días 10 y 21 de agosto de 1921. Ya desdesus años de estudiante de teología padeciótuberculosis, su salud se fue minando hastael punto de tener que internarse en un sana-torio por temporadas. Por este motivo, pa-saba los veranos en lugares que tuvieran unclima más benigno huyendo de los rigoresdel calor. Normalmente en El Chaparral, enla sierra madrileña del Guadarrama, o en suPoyo natal.

Fue maestro de novicios en Sarria yllevó la administración de la Editorial Merce-daria en Madrid. Destacado poeta en caste-llano, autor de poemas intimistas revestidosde gran lirismo, Castilla y sus gentes apare-cen entre sus temas. Cuatro años antes desu muerte publicó en la revista La Merced,

marzo de 1932, una poesía en la que se la-menta de la situación sociopolítica que pa-dece España, y de la división y odio que hayentre los españoles, escribe en una de lasestrofas: “Campos alegres de mi madre Es-paña: / ¿Por qué nació en vosotros la cizaña/ si en el seno lleváis buena semilla?”

En la contestación al oficio de la CausaGeneral, a 28 de Diciembre de 1940, el P. Ri-cardo Delgado, comendador de Madrid, es-cribe que el P. José Cereijo fue detenido enMadrid, el 23 de agosto de 1936, conducidoa la Checa de Bellas Artes, juzgado, saliócondenado a muerte al Palacio de la Mar-quesa de Esquilache, en el Paseo del Prado,allí fue asesinado. Su cadáver se halló juntoal de su hermano Manuel y el del P. SerafínSolaegui, en la calle Gustavo Fernández Val-buena. Inhumado el 26 de agosto de 1936,en el cementerio Municipal de Madrid, en lasepultura 4ª, Meseta C, Cuartel número 54,Manzana número 8, Letra G, Cuerpo 3.

Exhumado el 4 de mayo de 1940. El P.Armengol Rodríguez, en carta dirigida al P.Juan Gilabert, desde Ferrol, fechada el 27 demayo de 1940, refiere que fue identificadopor sus ropas: traje gris de cuadritos, camisade color, corbata, y zapatos bajos. El P. Ar-mengol Rodríguez, cuenta también que se lereconoció bastante bien por el cabello, lascejas, y por el vello de las manos y las pier-nas. Al día siguiente, domingo, es trasladadoa Poyo junto a los cuerpos de otros seis már-tires mercedarios. Allí, en el monasterio desu querido pueblo natal, junto a la ría de Pon-tevedra, descansa para siempre aguardandola glorificación definitiva.

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Nació el 30 de abril de 1884, en Pedrouzos,Castro Caldelas (Orense). Hijo de Domingoe Isidora. Bautizado en la Parroquia de SanMamed de Pedrouzos, el 2 de mayo de 1884.Confirmado en la visita pastoral realizada enMonderramo, el 23 de agosto de 1886.

Ingresó en el Convento de la Merced deSarria (Lugo) el 9 de octubre de 1902. Reci-bió el hábito mercedario e inició el noviciado,en Sarria, el 8 de diciembre, festividad de laInmaculada Concepción de María, de 1904,contando 20 años de edad. Profesó de votossimples, de manos del P. Inocencio LópezSantamaría, Comendador de Sarria, el díade Navidad, 25 de diciembre de 1905.

Destinado a la nueva fundación de ElFerrol, en 1908. Allí realizó una gran labor“trabajaba por cuatro -escribe el P. Serra-tosa- ; era portero, cocinero, sacristán y sas-tre; barría todos los días los tres pisos,escaleras y portería, antes de ir a misa, ycon todas esas ocupaciones aún le sobra-ban veinte horas diarias para encomendarsea Dios”. Posteriormente pasó a la comuni-dad de la Buena Dicha, en la calle Silva deMadrid. Allí le sorprendió la guerra. Es posi-ble que fuera asesinado en una escalera au-xiliar que daba a la puerta que iba a lasacristía, donde aparecieron chorreras desangre. Su cadáver no fue encontrado.

8. FRAY GONZALO (ANTES MANUEL) PÉREZGONZÁLEZ (1884-1936)

Hermano Mercedario

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9. FRAY AGUSTÍN SALGUEIRO RODRÍGUEZ(1889-1936)

Hermano Mercedario

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Nació en Guntín, municipio de MonforteLemos (Lugo) el 29 de Diciembre de 1889.Hijo de Lorenzo y María. Bautizado al día si-guiente, el 30 de diciembre, en la Parroquiade Santa Lucía de Guntín. Confirmado el 23de junio de 1895, en su parroquia, por elobispo de Lugo Don Benito Murúa.

Ingresó en el convento de la Merced deSarria (Lugo) el 4 de abril de 1917. La VicaríaGeneral del Obispado de Lugo atestó y cer-tificó, en 26 de julio de 1919, que Agustín Sal-gueiro “es de buena vida y costumbres ytenido en buen concepto tanto en el pueblocomo en las cercanías. Que pertenece a fa-milia de honrados labradores que viven deltrabajo del campo pero sin necesitar del au-xilio del pretendiente.

Que es de ingenio despejado, pero sinotros conocimientos científicos o artísticosque los que haya podido adquirir en una es-cuela de primera enseñanza”. Añade “Queno ha sido alumno de seminario alguno, perosí novicio en los Escolapios de Getafe dedonde salió voluntariamente para librarse delservicio militar.” Meses más tarde, el 5 deseptiembre de 1919, Ramón Navarro, Rectorde los escolapios de Getafe (Madrid), aclaraen carta dirigida al Comendador de los mer-cedarios de Poyo (Pontevedra): “que el jovenAgustín Salgueiro Rodríguez estuvo en estecolegio y Casa Noviciado en calidad de as-pirante a Hermano Operario desde el 5 deDiciembre de 1911 hasta el 16 de febrero de

1912, observando en todo, durante estetiempo, buena conducta y habiendo salidopor propia y espontánea voluntad.”

El 12 de septiembre de 1919, tomó elhábito mercedario, profesó de votos simplesel 23 de septiembre de 1920, en el monaste-rio de Poyo, Pontevedra. Los principales des-tinos de su vida religiosas fueron: losColegios de Ferrol (A Coruña), Lequeitio (Viz-caya), San Claudio (Oviedo) y Godella (Va-lencia). Fue también destinado a Roma, dedonde regresó pronto por razones de salud.

Poco antes de la guerra fue trasladadodesde Lequeitio a la comunidad de la BuenaDicha en Madrid. En momentos de peligro noquiso abandonar el convento. Detenido el 23de agosto de 1936 fue llevado a la Checa deBellas Artes, allí fue juzgado, saliendo con-denado a muerte. Fue matado a tiros en elPalacio de la Marquesa de Esquilache, delPaseo del Prado. La noche del 23 al 24 deagosto fue encontrado su cuerpo, en la CalleJoaquín Costa, cruce de la de Carbonero ySol. Inhumado el 26 de agosto de 1936 en elcementerio Municipal de Madrid, Sepultura4ª temporal, Meseta C, Cuartel número 54,Manzana número 8, Letra H, Cuerpo 3. Iden-tificado con un traje nuevo negro; se le no-taba el balazo del ojo y confrontado con lafoto del cadáver coincidía plenamente. Sucuerpo fue llevado a Poyo, siendo enterradoen el monasterio el 5 de mayo de 1940.

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Nada más terminar la contienda civil es-pañola de 1936-1939, los mercedarios co-menzaron a buscar e identificar loscadáveres de aquellos hermanos que habíansido asesinados por el mero hecho de ser re-ligiosos. En el Monasterio de Poyo (Ponteve-dra), durante el Capítulo Provincial de 1939,cuatro meses después de haber terminadola guerra civil, el P. Alberto Barros, Provincialde Castilla, propuso a los Padres Capitularesrecoger los restos mortales de los mártires ytrasladarlos a Poyo, erigiendo en su memoriaun monumento; propuso al tiempo que se re-anudase la publicación de la revista La Mer-ced, y se editase en la misma un númeromonográfico dedicado a la memoria de losmártires, propuesta ésta última que se llevóa cabo en 1945. El Capítulo aprobó unáni-memente las propuestas del P. Alberto.

El 1 de noviembre de 1939, el P. AlbertoBarros, en carta dirigida al Excmo. Sr. Minis-

tro de la Gobernación, expone “Que la Ordende la Merced ha contribuido considerable-mente en la pasada Cruzada con el inestima-ble tributo de sangre de sus religiosos (entreellos un Ex-General de la Orden, siete Ex-Provinciales, cuarenta beneméritos merce-darios, algunos, sabios y literatos demerecida fama, sacrificados en odio a lossantos ideales de Religión y Patria.” Másadelante prosigue: “Que habiéndose locali-zado las sepulturas de siete de dichos reli-giosos asesinados, todos beneméritos de laReligión y de la Patria. Sus hermanos de há-bito, reunidos en Capítulo, para rendir el de-bido homenaje a tales mártires, acordarontrasladar sus cadáveres del cementerio delEste, en Madrid, a la Capilla de este Con-vento de Poyo, contando con la autorizaciónde la Santa Sede y el beneplácito del Sr. Ar-zobispo de Santiago.

Por lo cual, el infrascrito acude a V. E.

35

II. HOMENAJE Y TRASLADO DE LOSCUERPOS DE LOS MÁRTIRES DE LA BUENADICHA DE MADRID A LA CAPILLA DEL

CRISTO DE LA IGLESIA DEL MONASTERIODE SAN JUAN DE POYO, PONTEVEDRA

(1939-1940)

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para que se digne autorizar dicho traslado yenterramiento, previos los requisitos legales”.El 24 de abril de 1940, el Director General deSanidad del Ministerio de la Gobernación,responde afirmativamente a la petición. Sedirige al P. Provincial de la Orden de la Mer-ced de Castilla, con dirección postal en Val-verde, 5 (Mercedarias de Don Juan deAlarcón). Y le escribe un telegrama postal:“Con esta fecha se autoriza, previo cum-pliendo disposiciones sanitarias vigentes, eltraslado de los cadáveres de los R. PadresManuel Cereijo, Guillermo Vázquez, EnriqueSaco, Serafín Solaegui, Luis Barros, JoséCereijo y Fray Agustín Salgueiro de esaOrden, desde el cementerio de Ntra. Sra. dela Almudena en esta capital a Capilla Con-vento de San Juan de Poyo en Pontevedra,siempre que dicha Capilla reúna condicionessanitarias a juicio Jefe Provincial de Sanidadde Pontevedra que reconocerá en informaráa esta Dirección gral.” El 3 de mayo de 1940,el Jefe Provincial de Sanidad de Pontevedracontesta al P. Comendador de la Merced delConvento de Poyo, diciendo que las tumbasde la Capilla de ese Convento reúnen condi-ciones sanitarias y que el Excmo. Sr. Gober-nador de la provincia autorizará lainhumación citada. Deben remitir, en papelde pagos al Estado, 50 pesetas por cada unode los cadáveres.

Mientras se gestionaban las distintasautorizaciones necesarias para el traslado delos mártires, el P. Daniel Vázquez, nuevoProvincial electo en 1939, dirigió unas pala-bras a los religiosos mercedarios el 28 demarzo de 1940: “En nuestro deseo de dar elmás exacto cumplimiento a lo acordado enel último Capítulo Provincial sobre el home-naje a los queridísimos hermanos nuestrosque, santa y gloriosamente, dieron su vidapor la causa de Dios y de España en los dis-

tintos conventos enclavados en la zona roja,durante la última revolución comunista, que-riendo que dicho homenaje sea un alto ex-ponente de los que apreciamos la gloria, quecon su martirio dieron a la Provincia, hemostrabajado con cariño desde el principio denuestro gobierno en este sentido, habiendoobtenido resultados completamente satisfac-torios, pues la Santa Sede, a petición nues-tra, apoyada por el Rvdmo. P. MaestroGeneral, concedió su aprobación para quesean inhumados sus restos en la capilla delCristo de nuestra iglesia del Convento dePoyo, y el Excmo. Sr. Ministro de la Gober-nación autorizó a su vez, el traslado desdeMadrid a Poyo”.

Pompas Fúnebres de la Calle Arenal, 4,de Madrid, corrió a cargo del traslado de losmártires a Poyo. Para ello se usaron siete fé-retros del modelo convenido con interior me-tálico y dos automóviles-furgón para eltraslado. El 4 de mayo de 1940 los cuerposdel los PP. Manuel Cereijo, Guillermo Váz-quez, Enrique Saco, Serafín Solaegui, LuisBarros, José Cereijo y Fray Agustín Salgueirosalieron de Madrid en dirección a Poyo. Pre-viamente se sacaron reliquias de todos,menos del P. Guillermo y de Fray Agustín;Con unas se quedó Sor Lourdes, con otras,el P. Alberto Barros. El trayecto del viaje aGalicia, la llegada, el homenaje a los márti-res, la inhumación de los cuerpos, etc. con-taron con un cronista de excepción: el P.Gumersindo Placer. La revista La Merced, nº7, enero-febrero de 1945, publica la crónicadel P. Placer en las páginas 28-32. En reali-dad, todo el nº de la revista es un monográ-fico titulado Homenaje a los Mártires de laOrden Mercedaria. Una portada ilustrada conel rostro del famoso Cristo de Velázquez nosanticipa el contenido: muerte martirial.

El P. Placer nos indica que, ya el día 2

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de mayo, salieron de Poyo hacia Madrid losreligiosos que se harían cargo de los cadá-veres de los mártires. El día 4 de mayo fue-ron exhumados los venerados restos denuestros hermanos en el cementerio de Ntra.Sra. de la Almudena, en Madrid, eran lasnueve de la mañana. Un puñado de perso-nas amigas y de frailes diputados para ello,presenciaron la operación e identificaron alos siete aparecidos. Inmediatamente se lescolocó en dos ambulancias y salieron paraGalicia. El clima desapacible, los vientos ylas nieves, les ocasionó retraso y tuvieronque cambiar de itinerario. Pensaban parar enVerín (Orense), donde la comunidad merce-daria y todo el pueblo iban a rendir homenajea los mártires, pero no pudo ser. A las nuevede la noche anunciaron por teléfono su pasopor Ponferrada.

Mientras tanto, a Poyo iban llegando re-ligiosos de otras comunidades, familiares delos mártires e invitados. Se hicieron presen-tes de El Ferrol, de Sarria (Lugo), de San Se-bastián, de Lequeitio (Vizcaya), de Madrid,de Roma. Finalmente, a las once de lanoche, hizo su entrada el obispo de Mondo-ñedo, Don Benjamín de Arriba y Castro,quien tenía a su cargo la oración fúnebre.

Entre las muchas representaciones fo-rasteras, terciarios, familiares, amigos, mon-jas de diversos monasterios, destacaba laRvda. Madre María Barrenechea, monjamercedaria de Don Juan de Alarcón, en Ma-drid, la cual compartió las horas de angustiade nuestros mártires, y para ellos y paraotros frailes perseguidos, fue una auténticamadre, un ángel tutelar.

Al fin llegó el esperado día 5, domingo.En Pontevedra todo era entusiasmo, la es-pera se alargó por el retraso de la llegada delos coches desde Madrid. A las diez de la ma-ñana tuvo lugar la recepción de los mártires

en la Plaza de la Virgen Peregrina, Patronade la ciudad, allí, en su capilla, se colocaronlos siete féretros, modestos y de colorblanco. Fuera las campanas de todos lostemplos de la ciudad tocaron a muerto. Lasgentes apiñadas, entraban y salían, en con-tinuo hervidero. Contemplaban y veneraban,oraban y pedían a los mártires de la Merced.Al salir los féretros, honores militares, res-ponsos, salvas, toques de cornetas y silen-cios. Fueron llevados en procesión hasta elPuente de la Barca. Depositados de nuevoen las dos ambulancias fueron conducidos aPoyo. Al llegar los féretros a El Campillo, laexplanada frente a la iglesia monacal, fuerontomados a hombros por feligreses de la pa-rroquia, entraron en el templo custodiadospor filas de frailes orantes y el grave sonarde las campanas. Dijo la misa Don Salus-tiano Portela, Deán de la Catedral compos-telana, solemnizó la ceremonia el cantogregoriano de la Schola Cantorum. Termi-nada la misa el obispo de Mondoñedo sepuso los capisayos, subió al púlpito e hizo laoración fúnebre, palabras profundas y emo-cionadas exaltando a los religiosos que de-rramaron su sangre por ser fieles a Cristo.

Los cuerpos de los mártires quedaronsobre el túmulo, expuestos a la veneraciónde los fieles. Lloraban las gentes y suplica-ban favores. Se acercaban a los ataúdes yles tocaban con rosarios, paños, y otra seriede objetos religiosos. Expresión de fe ante lasangre del mártir derramada. A las siete dela tarde se hizo el traslado desde la iglesia ala Capilla del Cristo, llamada ahora “de losmártires”. Llegó el momento íntimo de la in-humación, estaba solo la comunidad merce-daria, junto a los familiares de los mártires, ylos religiosos mercedarios venidos de fuera.En el pavimento de la Capilla, siete nichosterreros, recubiertos de cemento, que llevan

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encima una piedra lisa de granito y el nombreescueto de cada mártir. Allí fueron deposita-dos sus cuerpos, después de rezadas laspreces del ritual de la Orden y de esparcirsobre ellos flores naturales.

Hoy las tumbas de los mártires son fre-cuentemente visitadas por los religiosos mer-cedarios que acuden al monasterio de Poyopara asistir a Ejercicios Espirituales, a Capí-tulos Provinciales, y a otra serie de encuen-tros. También los familiares, las gentes dePoyo, y de otros lugares, peregrinan hastasus tumbas encomendándose a ellos con lafirme convicción de que están ante auténti-cos mártires de Cristo.

CARTA DE FRAY MANUEL CEREIJO

1936

He oído leer esta noche, día 28 deEnero, algunos propósitos de los extremistasen contra nuestra. No creo que ninguno sellegue a realizar. Pero si así sucediese yfuese yo una de las víctimas, desearía queestas líneas llegasen a poder de mi queridamadre y hermanos. Para ellos las escribo.

Comienzo por declarar que si el Señorasí lo dispone o permite, gustoso le ofrezcomi vida en descargo de mis culpas, por lospecadores y por España.

Soy hijo sumiso y fiel de la Santa Iglesia.Dentro de eso me glorío de vestir el hábitode mi dulce Madre de la Merced.

Perdono a todos los que se tengan porenemigos míos, aún aquellos que pudiesenquitarme la vida. Yo amo de corazón a todoslos mortales.

Querida madre y hermanos: La paz delSeñor sea con vosotros. No lloréis. Despuésde Dios y la Santísima Virgen, a nadie quierotanto como a vosotros. Nunca os olvido, ymenos ahora. Os agradezco todo el bien queme hicisteis. En tu regazo, madre mía, y avuestro lado, queridos hermanos, aprendí elamor de Dios, aunque tan imperfectamente,y el de mi dulce Madre María.

Pasé días felices con vosotros, y siem-pre he querido endulzaros las horas de penade este valle de lágrimas. A este fin se ende-rezaban mis cartas.

Confío extraordinariamente en la Bon-dad y la Misericordia de Dios. De ahí mi es-peranza y salvación. Nada puedo por mí y deEl todo lo espero. ¡Con cuánto gusto le en-trego mi vida!

Mi único deseo es amarle, y cada vezmás. ¡Ojalá pudiese llevarle muchos pobres

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corazones! Pero no puedo más. Reconozcomi imperfección y ya lloro. Os deseo con-suelo, paz en el Señor, que todos nos santi-fiquemos. Aspiremos a vernos y reunirnos enel cielo. ¡Allí para siempre!

Sed muy devotos de la Sagrada Escri-tura y de la Virgen. Dichosos nosotros si asílo hacemos. Orad mucho.

José os consolará. Que derrame siem-pre bálsamo del buen olor de las virtudes deCristo, siendo ministro suyo ejemplar. Ma-nuelita siempre animosa, con su fe arraigada.Carmen, Dolores y Asunción, por este ca-mino, a la verdadera piedad. Ángel, buen ca-tólico y buen padre. El y Peregrina guiandoa esos sobrinitos por el camino del cielo, elque llevó aquella “pombiña” Carmiña.

Vuestro, Fr. Manuel¡Cuántas cosas pediré al Señor para

vosotros!”.

ARTÍCULO DE FRAY GUILLERMO VÁZQUEZ

“reNUNCio a Morir eN CaMa”

Para retraernos de cumplir nuestros de-beres sacerdotales, o simplemente cristianosy cívicos, nos repiten con machacona insis-tencia: ¡No morirás en la cama!

He visto morir en la cama a un gran nú-mero de personas, y ¡la verdad! No veo quetal muerte sea cosa muy apetecible ni agra-dable.

Consoladora si lo es, cuando el ocasode la vida aparece iluminado por los rayos dela esperanza, cuando el moribundo entregasu alma a Dios, lleno de confianza y de fer-vor. Pero esto mejor puede conseguirse enla iglesia o en la calle, ofreciendo generosa-mente nuestra sangre y vida a Jesús, que pornosotros dio la suya.

Nadie tiene mayor amor que el que dala vida por sus amigos, dijo el mismo Señor.Los Mercedarios conocemos bien ese texto,que es el lema de nuestra Orden.

Si el Señor me concediera la gracia demorir por Él, renunciaría, no sólo a morir encama, sino también a los últimos sacramen-tos.

¿Qué muerte se puede comparar con elmartirio? Preciosa es en los ojos del Señorla muerte de sus santos. Los mártires son losprimeros santos que hubo en la Iglesia, ca-nonizados por el mismo Cristo que dijo: “Alque me confesare delante de los hombres,Yo le confesaré también delante de mi Padreque está en los cielos.”

¿Hay alguno todavía que dude de quelos incendiarios de iglesias, profanadores desagrarios e imágenes, blasfemos endemo-niados, aborrecen a Cristo y nos persiguena nosotros por discípulos y ministros suyos?

Si huyendo de los peligros pudiéramosesquivar la muerte, aún tendría disculpanuestra cobardía; pero la muerte es inevita-ble, y los dolores que se padecen en camano son generalmente inferiores a los quepuede ocasionar la muerte violenta.

Hace pocos días asistí a un anciano mi-litar que había disfrutado siempre de exce-lente salud. Por fin, a los ochenta y cincoaños, el estómago cesó de segregar losjugos necesarios y no consentía alimento al-guno. El enfermo tomaba por necesidad unpoco de agua, que devolvía media hora des-pués con penosos vómitos. ¡Cuánto cuestamorir! Decía resignado. ¡Pida V. al Señor queme lleve pronto!

Escenas parecidas hemos presenciadomil veces, y ¿aún hay quien ansíe morir encama?

He advertido que el Breviario, en las lec-ciones de S. Atanasio, anota como cosa ex-

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El 6 de octubre de 1911 se establecieronlos religiosos mercedarios en el colegio SanPedro, ubicado en la calle del mismo nom-bre, nº 3, de la capital de España. Fue un en-cargo del Patronato de las Conferencias deSan Vicente de Paúl recibido, por la Provinciade la Merced de Castilla, con mucho interés.

En la revista La Merced, nº 5 y 6, mayo-junio 1933, el P. Ricardo Delgado Capeansescribe respecto a este colegio “Los localesson amplios, higiénicos, con espacioso patiode recreo, magnífico salón de actos, salas debillar, biblioteca y capilla.

El número de alumnos que hasta estecurso de 1933, ha sido 250, en la actualidad,con motivo de haber la República suprimidola Religión en los planes de enseñanza, laJunta del Patronato […] ha hecho nuevos lo-cales para ampliar el número de alumnos.

La instrucción es de lo más completa yacabada. Muchos de sus alumnos, a pesarde pertenecer casi todos a clase humilde, seencuentran colocados en casas de banca ycomerciales, en oficinas del Estado y parti-culares, en los centros ferroviarios y en elmagisterio nacional; otros han alcanzado, afuerza de sacrificios por parte de sus padres,una carrera y son médicos, abogados y sa-cerdotes, etcétera, etc.”

La guerra civil supuso un duro varapalopara el colegio, martirizando a los religiosos.Tras la guerra el Patronato de las Conferen-cias de San Vicente de Paúl ya no volvió aabrir sus aulas, con lo cual, ya no regresaronallí los mercedarios. A continuación referimoslas semblanzas biográficas de los tres mer-cedarios del Colegio de San Pedro que fue-ron martirizados.

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traña que después de andar fugitivo portodos los mares y tierras murió pacíficamenteen Alejandría en su cama.

¿Quién hizo esa anotación? Segura-mente algún egipcio, y sabido es que esepueblo fue el más preocupado con la muerte,no sólo en la antigüedad pasada, sino tam-bién en la época cristiana. Los epitafios, aúnde presbíteros y diáconos, están llenos deayes y lamentaciones: Aquí yace ¡ay! Un sa-cerdote de Cristo… He muerto ¡ay! …

Esto quiere decir que algunas preocu-paciones llegan a formar cuajo en la sangre.Egipcio era también S. Hilarión, que se es-forzaba a dejar el mundo con estas palabras:¡Sal alma mía! ¿Qué temes? Setenta añoshas servido a Cristo y ¿aún dudas?

Afortunadamente esos ejemplos no sonfrecuentes más que en las orillas del Nilo.Los santos de otras regiones afrontan lamuerte, no sólo sin miedo, sino radiantes deconfianza y alegría.

Eso mismo dije a mis amigos que me re-ñían: Usted va a morir en cualquier esquina;no teme la muerte, pero ésta le acecha y vaa sorprenderle cuando menos lo piense.

Yo contesto sencillamente: aspiro a vivirsin miedo también. Si la muerte se me con-virtiera en martirio, ¿qué más podía desear?

Es precioso que los cristianos arrojemosde nosotros la cobardía, que es una preocu-pación como otra cualquiera, aunque funes-tísima.

Los anarquistas socialistas y demásenemigos del cristianismo y de la civilización,no desean sino acoquinarnos para hacersedueños de España. Afortunadamente vanperdiendo esa ilusión: los guardias, lo mismoque los magistrados y sacerdotes, saben quede triunfar la revolución los asarían vivos yestán resueltos a ir cayendo uno a uno, perono a entregarse en masa.

Así me lo decía no ha mucho un humildeguardia de seguridad que se encontró con-migo una noche, cuando yo rondaba mi casa.Y no hay que decir que el propósito me pa-reció de perlas.

Esa es la disposición de ánimo en quedebemos formar a las nuevas generaciones.Educar a los niños en la cobardía es prepa-rarlos al desastre inevitable.

Los anarquistas forman a los suyos enel desprecio a la vida, sin otro aliciente queel de procurarse una satisfacción pasajera ycarnal (unos miles de pesetas robados, paradisfrutar unas horas). ¿No ha de poder másel amor a Cristo y la esperanza de la vidaeterna?

¡Hay que formar una asociación de ca-tólicos, cuyos estatutos comiencen por la re-nuncia de morir en cama!

Revista La Merced, Junio de 1935

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III. COMUNIDAD-COLEGIO DE SAN PEDRODE MADRID

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Comendador del Colegio San Pedro enMadrid. Nació el 6 agosto de 1883 en SantaMaría, de Santa María de Guillar, municipiode Rodeiro, provincia de Pontevedra y obis-pado de Lugo. El nacimiento se produjo enla casa familiar, a las cinco de la mañana.Hijo de Juan, labrador de profesión y deMaría Benita. Bautizado el 8 de agosto de1883, en su parroquia natal, por el párrocoDon Juan Benito Hermida.

Tomó el hábito en el convento de la Mer-ced de Sarria (Lugo) el domingo 7 de mayode 1899 de manos del comendador P. Anto-nio Hortas. Profesó de votos simples en elmismo convento el 25 de julio, festividad delapóstol Santiago, de 1900. Los votos solem-nes los emitió en San Juan de Poyo (Ponte-vedra) el 31 de agosto, festividad de SanRamón Nonato, del año 1903. El diaconadolo recibió en Santiago, el 2 de abril de 1902,de manos de Don José Martín de Herrera,arzobispo de Santiago de Compostela. Elmismo arzobispo lo ordenaría de presbíteroel sábado, víspera de la fiesta de SantísimaTrinidad, 11 de junio de 1902, en el Semina-rio Conciliar de Compostela. ¿Fue ordenadosacerdote antes de profesar solemnementeen la Orden? Las fechas de los documentosasí parecen consignarlo.

Toda su vida religiosa transcurrió dedi-cada a la enseñanza en los colegios que la

Orden de la Merced poseía en Ferrol y enMadrid. En Poyo fue nombrado Maestro deEstudiantes el 24 de abril de 1906. Maestrode Novicios en 1924. En el Capítulo Provin-cial de 1933 fue elegido Comendador del co-legio de San Pedro en Madrid, allí lesorprendió la guerra y fue martirizado. Segúntestificó el P. Provincial, P. Alberto Barros, enMadrid, el 23 de mayo de 1939, el P. Leandrofue detenido en la pensión de San Blas, juntoa Fray Serapio Paz, en la noche del 23 dejulio de 1936, fue llevado al Puente de Valle-cas y allí asesinado. Después, el Conserjedel Depósito de San Carlos manifestó creerrecordar que, en los primeros días del Movi-miento, pasó por aquel depósito el cadáverde un tal Leandro Hermida, “Maestro de Pon-tevedra”. También dijo que unas señoras pa-saron por allí llevándose como reliquias,unos rosarios, pañuelos y unos gemelos. In-vestigaciones en diversos cementerios deMadrid, no han llegado a identificar el cadá-ver del P. Leandro, algunos aventuran que sucuerpo haya podido ser llevado al Valle delos Caídos, en Madrid.

Fue un fraile tenaz y de elevado espíritu,venció mil dificultades en su carrera, era decarácter alegre y le gustaba hablar y compar-tir con los hermanos en las horas de recreo.Tranquilo en todo momento, y sereno en lahora de su muerte.

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10. FRAY LEANDRO (ANTES MANUEL)HERMIDA GONZÁLEZ (1883-1936)

Prebítero Mercedario

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11. FRAY PATRICIO PELÁEZ CASTAÑO(1902-1938)

Prebítero Mercedario

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Nació en el pueblo de Arquillinos (Za-mora) el 28 de abril de 1902. No lo hizo solo,con él venía otro hermano gemelo pero, la-mentablemente, nació muerto. Él también es-tuvo a punto de morir en el parto, su vidacorrió peligro, por eso fue bautizado el mismodía de su nacimiento en la parroquia de supueblo, San Tirso Mártir, por el párroco DonÁngel Fernández. Confirmado en aquella pa-rroquia el 26 de junio de 1909 por Don LuisFelipe Ortiz, obispo de Zamora. Era hijo deLaureano y Carolina, fueron cinco hermanos;la vida que le tocó vivir al niño Patricio no fuenada fácil, en aquellos años en medio de unaEspaña rural desolada y empobrecida.

Sintiendo la llamada a la vida religiosa,tomó el hábito de la Merced en el monasteriode San Juan de Poyo (Pontevedra) el 31 deagosto de 1919, festividad de San RamónNonato, de manos del Comendador, P. Enri-que Saco. Profesó de votos simples en Poyoen la Víspera de la festividad de la Virgen dela Merced, el 23 de septiembre de 1920. Losvotos solemnes los emitió el 1 de junio de1925. Ordenado sacerdote el 23 de agostode 1925, por el obispo mercedario PedroPascual Miguel. A los dos días celebró su pri-mera misa. Fueron padrinos los Sres. VidalRegueras y la Srta. Lucila Sánchez; de altarel Rdo. P. Martín López y orador sagradoDon Manuel López Lozano, Párroco de Pa-jares de la Lampreana, Zamora.

Tras la fundación del convento de Le-queitio (Vizcaya) en 1926, fue destinado aaquella población vasca donde fue profesorde letras. Desde allí fue destinado al colegiode San Pedro, de Madrid. Cuando sobrevino

la guerra buscó asilo en casa de un amigo,donde falsamente se le acusó de robo. Huyóy fue detenido, siendo encarcelado en la pri-sión Porlier de la capital de España. Echadode la cárcel comenzó a callejear y a mendi-gar por Madrid. Fue miliciano y tras muchasperipecias y penalidades huyó a Valencia,siendo destinado al frente de Castellón. In-tentando pasarse a las filas nacionales cayómuerto por un impacto de bala. Según cartadel P. Alberto Barros dirigida a Dominga Pe-láez, el 5 de agosto de 1939, el P. Patricio“había muerto en el frente de batalla entre elpueblo de Artesia y Fondeguilla, cerca deValdeuxor, provincia de Castellón el 13 dejulio de 1938”. Su cadáver nunca fue hallado,fue a parar a una fosa común.

Era pequeño de estatura, moreno e in-quieto, de ojos oscuros, espíritu aventurero,y tenía aficiones militares. Don Luis Peláez,párroco de la iglesia madrileña de San Agus-tín y sobrino del P. Patricio, afirma: “Mi tío eramuy cariñoso e inteligente. En el conventoera el que arreglaba los zapatos, el pelu-quero, pintaba…Hacía de todo. Guardamoscuadros suyos, también carboncillos”. LaOrden lo tiene por mártir y su pueblo natalcomo uno de sus hijos más preciados.

El periodista Jesús Bastante le dedicóuna importante semblaza en su libro Mártirespor su Fe, Madrid, 2010, precedida de unprólogo del P. Alejandro Fdez. Barrajón. Elmismo P. Alejandro publicó, por entregas, enla revista La Merced-Caminos de Liberación,la historia novelada de la vida y martirio delP. Patricio.

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12. FRAY SERAPIO (ANTES JOSÉ-MARÍA)PAZ MURAS (1861-1936)

Hermano Mercedario

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Nació en el lugar de Quintelas, Forcarey(Pontevedra) el 2 de junio de 1861. Hijo deJosé y Josefa. Bautizado en la Parroquia deSanta María de Dosiglesias, de la diócesisde Santiago de Compostela, ayuntamientode Forcarey, el 3 de junio de 1861, con elnombre de Restituto. En la confirmacióntornó el nombre bautismal por el de José-María, nombre que a su vez cambió por eldel mártir mercedario San Serapio, al ingre-sar en religión

Ingresó para hermano lego en el con-vento de San Juan de Poyo (Pontevedra), el6 de septiembre de 1891. Junto a él ingresa-ron otros dos jóvenes para coristas. El P. Fer-nando Vázquez Bolaño en su libroMercedarios en Galicia, escribe de él: “joven,alto, enjuto, piernas largas; andar reposadoy rítmico –resonancia de su alma-, algo des-garbado por falta de entrenamiento en pistasasfaltadas, que no existían; ojos columbinosy hermosos, clavados en el infinito, como lossantos multicentenarios patriarcas, que ca-minaban siempre en la presencia de Elohim”.Con esta prestancia y presencia profesó devotos simples en Poyo el 25 de septiembrede 1892. Los votos solemnes los emitió en elmismo convento, el 26 de septiembre de1895. Fue cocinero en Poyo y en casi todoslos conventos por los que pasó. Desempe-ñaba esta tarea en el colegio de San Pedrode Madrid cuando fue martirizado. Primera-mente, intuyendo todo lo que se avecinaba,solicitó asilo en las Hermanitas de los Pobresde la calle Almagro, una vez obtenido re-gresó al colegio de San Pedro para recogersus pertenencias, pero ya no volvió. En suficha consta su entrada en la Fonda de SanBlas, allí fue descubierto y apresado por susasesinos. Fray Serapio fue, sin duda, el pri-mer mercedario martirizado en la guerra civil,allá en los inicios del 23 de julio de 1936. Su

martirio tuvo lugar en el Puente de Vallecas,por aquel entonces llamado Puente Rojo.Según declaración del P. Alberto Barros, Pro-vincial, el conserje del Depósito de San Car-los dijo recordar que pasó por aquel depósitoun cuerpo que bien podría tratarse el de FraySerapio. Unas señoras devotas acudieronllevándose rosarios, gemelos y un pañuelo.Lo mismo ratificó años después Don JesúsSalmerón Guerrero, Jefe de Sección del ce-menterio de la Almudena, en documento fir-mado y sellado en Madrid, el 15 de octubrede 2003.

Fray Serapio fue un religioso de gran co-razón, corpulento y bonachón. Devoto de laVirgen de la Merced, muy humilde y gene-roso con todos.

A LOS PIES DEL CRUCIFIJO

Deja, Señor, que adore reverente esas llagas que abrieron mis pecados; deja que bese esos pies clavadose incline ante ellos mi altiva frente.

Deja que llore con dolor fervientetantas culpas y crímenes pasados, que ellos son los verdaderos verdugos

despiadados que te hirieron, Señor, tan cruelmente.

Y pues sabes mi amor, mi amor sincero, Tú que de amor moriste prisionero no te extrañe Señor, que yo te pida

que me des por señal de realezala corona que rasga tu cabeza para llevarla yo toda mi vida.

Fray José CereijoRevista La Merced, marzo de 1933.

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La historia de La Orden de la Merced enHerencia viene de lejos y está totalmente vin-culada a la rama de los descalzos merceda-rios. El 13 de noviembre de 1656 se firmó laescritura de fundación por el gran Prior de laOrden de San Juan, Don Juan José de Aus-tria, hijo del rey Felipe IV y de la cómicaMaría Calderón, apodada “La Calderona”.Don Juan José, fundador del convento deHerencia, nació en Madrid el 7 de abril de1626, bautizado en la parroquia de los San-tos Justo y Pastor como “hijo de la tierra”, esdecir, “de padres desconocidos”. Cuando supadre, el rey, al fin lo legitimó dándole sunombre de Austria, le concedió el Priorato dela Orden de San Juan, por Cédula de 1642,fijando su residencia en la villa de Consue-gra, cabeza del priorato. Tuvo una destacadavida militar, con sucesos más o menos bri-llantes, en medio de ciertos sinsabores per-sonales.

No es extraño que Don Juan José hayaescogido a la Orden de la Merced Descalzapara su fundación, ya que su fama era grandeen la Corte española. En Madrid, el conventode Santa Bárbara, de mercedarios descalzos,tenía mucha influencia en Palacio, a causa dela vida tan ejemplar y edificante que llevabansus frailes, su notoriedad se hacía sentir portoda la Villa y Corte. En ese convento pasólos últimos años de su vida el Venerable FrayJuan Bautista del Santísimo Sacramento, fun-dador de los descalzos, y allí hallaría su des-canso definitivo cuando fue enterrado en1616. En la misma iglesia conventual fue en-terrada también, entre aclamaciones popula-res de santidad, la Beata María Ana de Jesús,cuya beatificación fue oficialmente solicitadapor el Ayuntamiento de la Villa y Corte. El reyFelipe IV y su esposa, la reina Isabel de Bor-bón, eran bienhechores de dicho conventoasistiendo con frecuencia a misa en su igle-

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IV. CONVENTO DE LA MERCED DEHERENCIA

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sia. Los mercedarios descalzos eran confe-sores y directores espirituales de muchasdamas aristocráticas que servían en palacio.Hasta el mismo rey Felipe IV, llegada la horade su muerte, mandó llamara a Fray Juan deSanta María, comendador mercedario deSanta Bárbara, para hacer su última confe-sión. Por todo ello, no es de extrañar que DonJuan José fundase un convento de merceda-rios descalzos. El nuevo convento de Heren-cia pasó a depender de la Provinciaeclesiástica de San José, de la Merced Des-calza, con sede central en Madrid.

Los mercedarios descalzos estuvieronen la villa de Herencia hasta la desamortiza-ción de 1836. Cuando años más tarde deci-den restaurarse, restableciendo de nuevo lavida conventual en España, piensan en He-rencia para lograr su propósito, pero no pudoser; la restauración se llevaría a caboabriendo un primer convento en Toro (Za-mora); con todo, no se olvidan de Herencia,y abren aquí su segundo convento en 1893,una fundación poco sólida que acabaría ce-rrándose en 1896. Desde 1899 son los reli-giosos mercedarios calzados los queatienden la antigua iglesia conventual de losdescalzos y mantienen vivo el culto y la grandevoción, que todo el pueblo de Herencia,profesa a la Virgen de las Mercedes.

La guerra de 1936 pasó en La Merced deHerencia como un huracán, los religiosos dela comunidad fueron martirizados y la iglesiaconventual fue arrasada e incendiada en sutotalidad, desapareciendo todo su patrimoniohistórico artístico: los retablos, las imágenes,incluida la bella imagen de la Virgen de lasMercedes, los cuadros, el mobiliario, y otrosenseres notables. A continuación señalamoslos nombres de los religiosos de la comunidadherenciana en 1936, aportando datos de susbiografías y circunstancias de su martirio.

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13. FRAY ELISEO PÉREZ GONZÁLEZ(1895- 1936)

Presbítero Mercedario

Nació en Acebedo, parroquia de SantaMaría de Rabal, municipio de Chandreja deQueija (Orense) el 1 de febrero de 1895. Hijode José y Vicenta, de oficio labradores. Fuebautizado a los dos días, el 3 de febrero, ensu parroquia natal. En la misma parroquia esconfirmado en 1905, por el obispo de OrenseDon Eustaquio Ilundain.

A los 16 años deja su pueblo e ingresaen el Convento de la Merced de Sarria (Lugo)el 19 de febrero de 1912. El noviciado lo ini-ciaría allí mismo el 9 de octubre de ese año,recibiendo el hábito de manos del comenda-dor de Sarria, el P. Miguel López. La profe-sión de votos simples la realizó el 15 deoctubre de 1916. Ya en el convento de Poyo(Pontevedra) profesaría de votos solemnesel 19 de mayo de 1921, siendo comendadorel P. Enrique Saco. En mayo de 1921 recibióel subdiaconado. Fue ordenado diácono ennoviembre de 1921, por Don Manuel Lago,obispo de Tuy. Ordenado sacerdote el día 11de marzo de 1922, por el mismo obispo deTuy (Pontevedra).

Al terminar sus estudios se hizo cargode la fábrica de chocolates San Ramón, dePoyo (Pontevedra), en circunstancias bas-tantes difíciles. Más tarde, el 20 de julio de1927, fue nombrado Maestro de Coristas enPoyo. Poco después es destinado a PuertoRico, a donde llega el 7 de noviembre de1927. Ya en aquella isla de Caribe, el 26 deenero de 1928 es nombrado Superior de losmercedarios de Ponce. El 14 de junio de1929 es nombrado párroco de Nuestra Se-ñora de las Mercedes de Ponce, allí levantóel nuevo templo, amplio y funcional, obra delarquitecto Francisco Porrata-Doria, pioneroen el desarrollo de la arquitrectura modernalocal y uno de los máximos exponentes delllamado “Ponce Arquitectura Monumental”.Dicho arquitecto también diseñó, décadas

más tarde, el gran Santuario Insular dedicadoa San Judas Tadeo, regentado por los mer-cedarios. El P. Eliseo dejó profunda huella enPuerto Rico, ya que misionó en toda la islacon notable éxito. Estando en Ponce, a peti-ción del obispo, se hizo cargo de la parroquiade Coamo en ausencia del párroco. En 26 deoctubre de 1933 es nombrado párroco de laparroquia de la Asunción, en Cayey. En elCapítulo Provincial de ese mismo año, cele-brado en San Juan de Poyo, España, se lenombra comendador de Herencia, en CiudadReal, el 15 de agosto de 1933, por lo quedebe permanecer aquí y renunciar a volvera Puerto Rico. En Herencia llevó a cabo unalabor social y pastoral extraordinaria, espe-cialmente en la organización de la cateque-sis. Allí organizó la Adoración Nocturna, enmarzo de 1936, tuvo que hacerlo a puertascerradas, con delegados de la autoridad yotra serie de medidas y restricciones. Enaquel momento solemne profetizó pronun-ciando unas palabras que, lamentablemente,se hicieron realidad a los pocos meses.

* * *El P. Daniel Vázquez, comendador de

Herencia, en documento fechado el 14 dejunio de 1944, hace constar el martirio de losreligiosos de aquella comunidad y las cir-cunstancias en que se vieron envueltos. Eldomingo 19 de julio de 1936 se celebraronlos habituales cultos en la iglesia conventualde la Merced de Herencia. El lunes 20 fueronrecluidos los frailes en su casa residencia,hasta el día 24. Durante esta semana reci-bieron varias visitas del alcalde de la locali-dad, Don Santiago Ruiperez, del FrentePopular, dándoles seguridad de que nadamalo les habría de pasar. El día 24 los mili-cianos de la villa de Herencia, capitaneadospor un tal Sarmiento y otros concejales delAyuntamiento (Poveda, Iniesta, y otros), asal-

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taron la casa de los frailes, obligándoles adejar sus hábitos para vestirse con ropa se-glar. A continuación fueron conducidos a lacasa Ayuntamiento, allí quedaron detenidoshasta la mañana del día siguiente, el 25, enel que muy temprano fueron llevados alcoche de línea de Álcazar de San Juan aCiudad Real. No fueron admitidos en el men-cionado coche por llevar consigo documen-tación que les proporcionó el alcalde deHerencia en la que les identificaba como frai-les exclaustrados. Era muy comprometidollevar tales viajeros, dado lo excitado que es-taban los ánimos. Por eso fueron llevados denuevo al Ayuntamiento, y conducidos horasmás tarde, en automóvil, al suroeste de He-rencia, a la llamada Sierra de las Atalayas;allí fueron dejados y abandonados a susuerte. Por los parajes agrestes de esa sierraanduvieron errantes unos dos días. Arrepen-tidos los milicianos de Herencia, de haberlosdejado libres, se acercaron de nuevo a estelugar tratando de hallarlos con intención dematarlos, pero no lograron su propósito, yaque los frailes habían huido y se habían dis-persados de dos en dos. El P. Eliseo Pérez y

el hermano Fray Olimpio Escudeiro, desde laSierra de las Atalayas se encaminaron al tér-mino municipal de la cercana localidad deCamuñas, ya en la provincia de Toledo, a laFinca de Don Luis Villaseñor, una casa decampo por ellos sobradamente conocida.Los encargados de la finca eran un matrimo-nio de Herencia, que rápidamente acogierona los dos frailes. La casa contaba con unaserie de habitaciones, ocupadas durante losdías de labor por diversas personas que tra-bajaban en la finca. Ello motivaba que los re-ligiosos no permanecieran mucho tiempo enla casa, por eso pasaban bastante tiempo enla Cueva de Castrola, término municipal deConsuegra (Toledo). Los domingos, aprove-chando que los operarios marchaban a suscasas, los frailes acudían a la casa de la fincay allí mudaban de ropa y obtenían víverespara pasar la semana entrante. En estetiempo recibieron alguna ayuda económicade varios vecinos de Herencia: Ángel Jimé-nez, María Jesús López-Morato, MercedesGarcía-Morato, Ramona González Serrano,y Mercedes Rodríguez de Liébana. Al ser in-cautada la mencionada casa de Don Luis,

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por las autoridades rojas, el matrimonio he-renciano, Mercenario Carnero Romero y sumujer, ya no pudo seguir sorriendo a los frai-les. Entonces los dos mercedarios de la co-munidad de Herencia se dirigieron hacia elFrente de Toledo, con el deseo de entregarsea las fuerzas nacionales y liberarse, pero fue-ron alcanzados y asesinados en el términode Consuegra, siendo arrojados a las tapiasde su cementerio municipal. Fue el 21 de oc-tubre de 1936.

Una vez que finalizó la guerra y, poco apoco, las cosas fueron normalizámdose, losmercedarios trataron de hallar los cuerpos desus hermanos martirizados. El 21 de marzode 1941 el P. Tomás Escánez se dirigió, porcarta escrita desde Herencia, al P. AlbertoBarros, comendador de Poyo y le informaque el 18, del mismo mes, se dió una vueltapor Consuegra reconociendo e identificandocompletamente los restos del P. Eliseo y deFray Olimpio. Estaban enterrados en la partetrasera del cementerio donde nadie se inhu-maba. Aparecieron al hacer una zanja decinco metros de largo por tres de ancho,junto a una puerta trasera de dicho cemen-terio. Le acompañaban los dos caseros quetuvieron alojados en la casa de campo a losdos mártires, y Florencio Fernández, propie-tario de la Tienda “La Merced” de Puerto Lá-pice. El P. Escánez compró en Consuegrauna sencilla caja para los cuerpos, custodia-dos posteriormente en el depósito de cadá-veres. La llave del depósito la tenía un padrefranciscano, capellán del cementerio. Los ca-seros reconocieron la identidad de los cuer-pos por la indumentaria que llevaban,especialmente la mujer, ya que había lavadoen varias ocasiones los pantalones, camisas,etc. que vestían. Los huesos estaban com-pletamente limpios y secos, y eran los dosúnicos cadáveres allí enterrados. C

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14. FRAY OLIMPIO ESCUDERO GONZÁLEZ(1911-1936)

Hermano Mercedario

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Nació en Arís, lugar de la parroquia deSan Juan de Poyo (Pontevedra) el 23 demarzo de 1911, hijo de Manuel y Josefa, la-bradores. Bautizado en su parroquia natal,perteneciente al arzobispado de Santiago deCompostela, el día 2 de abril del mes si-guiente. Confirmado en la misma parroquiade Poyo, el 26 de mayo de 1914, por DonRamiro Fernández Balbuena, Obispo Auxiliarde Santiago. Conoció a los religiosos merce-darios en el cercano convento de Poyo y allíentró primero a trabajar, decidiendo despuéssu vocación religiosa. Ingresó con ellos enSarria (Lugo) donde, a los 17 años, recibió elhábito mercedario para hermano el 1 de sep-tiembre de 1928, de manos del P. ProvincialFray Manuel Cereijo Muiños. Los votos sim-ples los emitió en Sarria, el 9 de octubre de1929 y los solemnes los haría en Poyo, el 7de octubre de 1934, ante el comendador P.Ricardo Delgado Capeans.

La guerra civil le sorprendió en el con-vento de la Merced de Herencia (CiudadReal), huyó junto con el P. Eliseo Pérez, co-rriendo su misma suerte y siendo igualmentemartirizado en Consuegra (Toledo). Remiti-mos a la biografía de este último para vertodos los detalles y circunstancias de sumuerte y posterior hallazgo de su cuerpo.

Los que le conocieron dicen de él queera un religioso muy entregado y sacrificado,con un gran sentido del deber. El 9 de abrilde 2003 su hermano de sangre, Eugenio Es-cudero, de 86 años de edad, declaró sobreél que “era un poco mayor que yo. De éltengo la idea de que ya cuando era niño, yantes de entrar en el convento de la Merced,se portaba bien con la familia. Era muy tra-bajador y obediente. Después ingresó comotrabajador en el convento, y estando en él sedecidió a ingresar como fraile” añade des-pués: “a mi hermano había que hacerlo már-tir y yo así lo considero”.

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15. FRAY LUIS ARIAS LÓPEZ(1894-1936)

Prebítero Mercedario

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Nació el 14 de junio de 1894, en San Mi-guel de la Somoza, pequeña aldea del Ayun-tamiento de Puebla de Trives (Orense)situada en un frondoso valle, junto a las fal-das de una sierra. Según documento de laépoca, en tiempos del P. Luis, los medios decomunicación de su aldea eran bastante la-mentables, solo había caminos y veredas,tanto para las personas como para el ga-nado, en el invierno la mayor parte de losdías estaban cubiertos de agua. La aldea eraun mundo estanco, sin mayor comunicacióncon el exterior.

Hijo de Pedro, de profesión labrador, yJosefa. Bautizado en la Iglesia de San Miguelde la Somoza, anejo de la de San Salvadorde Sobrado de Trives, obispado de Astorga,el 16 de junio del mismo año 1894. Su nom-bre de pila fue Juan Luis, si bien posterior-mente lo simplificó dejando solo el de Luis.Confirmado el 14 de julio de 1898, en la Pa-rroquia de San Salvador de Sobrado de Tri-ves, por Don Vicente Alonso, Obispo deAstorga. Don Raúl Pérez, párroco de So-brado de Trives, en carta fechada el 23 deseptiembre de 2005, refiere que el padre delP. Luis era maestro de escuela, de él recibióel futuro mercedario una esmerada educa-ción cristiana y humana. La familia era muycatólica, el P. Luis tuvo cinco hermanas, delas cuales dos fueron religiosas, una de vidacontemplativa y otra, Hija de la Caridad, éstaúltima, misionera en Cuba, fue una de las ex-pulsadas en tiempos de Fidel Castro. Ade-más, durante años la familia acogió en sucasa a los diferentes sacerdotes que huboen el pueblo, uno de ellos, Don Pedro Mateo,fue padrino de casi todos los sobrinos del P.Luis.

El 6 de septiembre de 1912 ingresócomo postulante en el convento de Sarria(Lugo), siendo comendador el P. Pedro No-

lasco Gaite. Tomó el hábito de la Merced enel mismo convento, el 9 de octubre de 1915,de manos del comendador P. Miguel López.Su maestro de novicios fue el P. SeverinoVega, durante años párroco y muy apreciadopor los sarrianos. Profesó de votos simplesen Sarria, el día 11 de febrero de 1917, demanos del P. Guillermo Vázquez, Provincial.La profesión solemne la haría ya en Poyo(Pontevedra) el 19 de mayo de 1921, demanos del P. Enrique Saco, comendador delconvento de la Merced de Poyo.

Ordenado diácono en la ciudad de Tuy,el 6 de noviembre de 1921, por el Obispo deaquella diócesis Don Manuel Lago y Gonzá-lez. También en Tuy, el mismo Obispo le or-denó de presbítero el 11 de marzo de 1922.El 19 de marzo, festividad de San José, ten-dría su primera misa en el convento de Poyo,siendo padrino de altar el comendador, P.Pedro Nolasco Resbiere.

Destinado al convento de la Merced deHerencia (Ciudad Real) allí paso casi toda suvida religiosa. Su trabajado pastoral fue am-plio y muy fructífero: dirigió la catequesis, pa-saba larga horas en el confesionariodirigiendo espiritualmente a muchas jóvenesque le deben su vocación. Fueron muchaslas chicas que ingresaron para mercedariasen las distintas ramas y monasterios de laMerced. Otra de sus encomiendas eran lasvisitas que hacía a los ancianos y enfermos.Fue muy estimado por las familias de Heren-cia.

La persecución y posterior martirio delP. Luis, corre pareja al resto de sus compa-ñeros de comunidad, como ya vimos al rela-tar los hechos en la biografía delcomendador de Herencia, P. Eliseo Pérez:recluidos los frailes en su casa-residencia, el20 de julio de 1936, ya el día 24 son asalta-dos, detenidos y llevados al ayuntamiento. Al

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día siguiente, tras un intento fallido de viajar,terminaron siendo abandonados en la Sierrade las Atalayas. Aquí comenzaría la disper-sión de los religiosos, que se dividieron dedos en dos, y que culminaría con el calvarioy muerte de todos ellos.

El P. Luis Arias y Fray Ramón Lago, dela sierra mencionada de las Atalayas, se fue-ron a entregar a las autoridades de Villartade San Juan. En ese pueblo estuvieron cercade cuatro días detenidos, pero al venir lasturbas de Manzanares a asesinarlos, el al-calde de Villarta, natural de Herencia, les li-beró por una puerta secundaria. Se fueronentonces a refugiar al monte de Palancas, deHerencia, donde permanecieron un par dedías a la sombra de una encina; al cabo deesos dos días, consumidos por la sed, deci-dieron presentarse, corriendo mucho riesgo,a la cercana casa de Palancas; un pastor deaquella casa, llamado Santiago Valdepeñas,con aprobación de su amo, Bernardo MorenoManzanaro (ambos naturales de Herencia)les prestó auxilio. En aquella casa morabanpersonas, de muy distintas ideas y tenden-cias, y temiendo por su seguridad, el pastorlos disfrazó y condujo, uno a uno, a unasmatas de chaparros y encinas, allí les estuvollevando alimentos durante quince días. Eneste tiempo recibieron también alimentos yayuda de la familia Tajuelo Gallego y otraspersonas de Herencia. El lugar donde seocultaban los frailes tenía el peligro añadidode los cazadores que frecuentaban la zona,aconsejados por el pastor se retiraron al lla-mado Monte de las Monjas. A los tres díasde estar ocultos en este nuevo refugio, yendoel mencionado pastor a llevarles lo necesariopara su sustento, ya no los halló. Animadoslos frailes por la falsa noticia de que en Dai-miel se vivía tranquilamente y gozaban depaz, encaminaron sus pasos hacia aquella

villa; al llegar a los Ojos del Guadiana fueronapresados por un peón caminero, armado detercerola, y conducidos por la carretera dePuerto Lápice hasta la misma villa de Dai-miel; desde allí, después de estar detenidosdurante unas horas en el ayuntamiento y de-clarando ellos su condición de religiosos mer-cedarios, fueron llevados en un camión alcementerio municipal, siendo derrumbados,brutalmente asesinados y finalmente sepul-tados. Por una carta de Angelita González,dirigida al P. Alberto Barros, con fecha del 29de junio de 1940, sabemos que la fecha delmartirio fue el 18 o 19 de agosto de 1936, alas 11 de la mañana. Por otro lado, conoce-mos la identificación de los cadáveres. El P.Tomás Escánez se dirige por carta al P. Al-berto Barros, desde Herencia a Poyo, en 20de noviembre de 1941, afirmando: “Ayeridentificamos y dejamos en sitio seguro, losrestos del P. Luis Arias y de Fray RamónLago. Llevé al P. Provincial y a Florencio. Tra-bajo nos costó, pues estaban en otra sepul-tura y no en la que decían. Hubo que abrirtres. Por ahora quedan en un mausoleo quenos prestó un señor muy mercedario y muybueno de Daimiel”.

El P. Tomás Escánez declaró, en el Juz-gado Municipal de Herencia, el 27 de diciem-bre de 1941, que: “A primeros del mes actualhan podido ser identificados los cadáveresde ambos religiosos, por el declarante y ac-tual Superior de esta residencia. Los autoresmateriales de estos asesinatos fueron los se-pultureros que entonces había en dicho pue-blo, no habiendo podido aún denunciarseestos hechos a la autoridad militar, figurandosu defunción inscrita en el registro civil”.

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MADRE DE LA MERCED,

QUE SUSCITASTE EN TU SERVIDOR PEDRO NOLASCO

EL DESEO DE IMITAR A CRISTO REDENTOR,

PONIENDO SU VIDA AL SERVICIO DE LOS MÁS POBRES

DE ENTRE LOS POBRES, LOS CAUTIVOS;

AL PREPARARNOS A CELEBRAR EL JUBILEO MERCEDARIO,

TE PEDIMOS QUE ELEVES NUESTRAS ORACIONES AL PADRE,

FUENTE DE MISERICORDIA,

PARA QUE SEAMOS CAPACES DE CONTEMPLAR

LA FAZ DE TU HIJO EN EL ROSTRO DE LOS CAUTIVOS DE HOY

Y OFREZCAMOS, ALEGREMENTE, LLENOS DEL ESPÍRITU SANTO,

NUESTRAS VIDAS COMO MONEDA DE RESCATE

POR NUESTROS HERMANOS

QUE VIVEN PRIVADOS DE LIBERTAD Y SIN ESPERANZA

EN LAS NUEVAS PERIFERIAS DE LA CAUTIVIDAD.

AMÉN.

ORACIÓNJUBILAR

LA MERCED: 800 AÑOS

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16. FRAY RAMÓN LAGO PARRADO(1883-1936)

Hermano Mercedario

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Nació en Mellid, provincia de la Coruña,entonces diócesis de Mondoñedo y hoy per-teneciente a la diócesis de Lugo, el día 5 denoviembre de 1883. Hijo de Melitón, de pro-fesión labrador, y Cayetana. Bautizado en laParroquia de San Pedro de Mellid, el mismodía de su nacimiento, por el párroco Don Ma-nuel Joaquín Prado.

El 31 de agosto de 1922, festividad deSan Ramón Nonato, ingresó en el Conventode la Merced de Sarria (Lugo), vistiendo elhábito mercedario, para hermano, de manosdel comendador, P. Antonio Rodríguez. Pro-fesó de votos simples el 9 de septiembre de1923, en el mismo convento y ante el mismocomendador. Los votos solemnes los emitiótambién en Sarria, ante el Provincial de Cas-tilla, P. Manuel Cereijo Muiños, el día de lasolemnidad de Nuestra Madre de la Merced,24 de septiembre del año 1926. Su oficiomás preciado fue el de zapatero, en el quetrabajaba con mucha destreza y no menorpaciencia. Los que le conocieron hablan desu extrema caridad y de su bondad infinita,especialmente si encontraba a alguien quese sintiera triste y abatido.

Era uno de los cinco religiosos que com-ponían la comunidad de mercedarios de la

villa de Herencia (Ciudad Real), en el mo-mento en que sobrevino la guerra civil de1936. El 24 de julio de aquel año ya fue asal-tada la casa de mercedarios, siendo deteni-dos los frailes en el Ayuntamiento hasta eldía siguiente. Tras un intento, no logrado, desalir de Herencia en autobús, fueron aban-donados en la Sierra de las Atalayas. Desdeese momento los religiosos parten, de dosen dos, a diferentes lugares. Fray Ramónpartió con el P. Luis Arias hacia la localidadvecina de Villarta de San Juan. Ambos si-guieron el mismo camino y corrieron lamisma suerte. En la semblanza biográficadedicada al P. Luis contamos los pormeno-res. Sus vidas acabaron en la villa de Dai-miel, en donde habían sido tenidos en elAyuntamiento. Un camión los condujo hastael cementerio, allí fueron cruelmente asesi-nados y finalmente sepultados. Ambos ha-bían previamente declarado, sin miedoalguno, su condición de religiosos merceda-rios. Fue el 18 o 19 de un caluroso mes deagosto. Sus restos, junto a los del P. LuisArias, fueron localizados e identificados porel P. Tomás Escánez, acompañado por el P.Provincial y un laico mercedario de PuertoLápice llamado Florencio Fernández.

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Nació en San Verísimo de Berán, ayun-tamiento de Leiro (Orense) el día 23 de fe-brero de 1895. Hijo de Campio, de oficiolabrador, y Manuela. El mismo día es bauti-zado e inscrito en la parroquia de San Verí-simo, con el nombre de Pablo de laConcepción, nombre que posteriormentecambió por el de Jesús. El 29 de octubre de1913 recibió el hábito mercedario de manosdel comendador de Sarria (Lugo), el P. PedroNolasco Gaite. Profesó de votos simples el31 de octubre de 1914, también en Sarria,ante el P. Provincial, P. Miguel López Fernán-dez, momento en el que torna su nombre dePablo por el de Jesús. Según afirma el P.Juan Laka, en el folleto “La Cruz y la Paz.1936-1986” profesó de solemnes el día deNavidad de 1920, sin que hayamos podidoencontrar el Acta de profesión que lo puedaatestiguar. En el Boletín Oficial del Prioratode Ciudad Real, nº 7, correspondiente al 25de mayo del año 1921, página 181, aparecereseñada su ordenación de diácono, siendoreligioso en el convento de mercedarios deHerencia, en las Témporas de Pentecostés.Ordenado sacerdote en la Iglesia Conventualde la Merced de Sarria (Lugo), el día 10 deseptiembre de 1921, por Don Plácido ÁngelRey, Obispo de Lugo. En Sarria permanecióhasta 1927, en que es trasladado a Poyo(Pontevedra). En 1933 fue destinado a He-rencia (Ciudad Real). Vocacionado para lamúsica, fue organista en las solemnes cele-braciones litúrgicas de la Iglesia de la Mer-ced. Interpretaba con buen estilo obras deBach, Saint-Saens, Wagner, y otros compo-sitores de prestigio. En Herencia lo recuer-

dan como menudo, nervioso y enfermizo. Suvida religiosa trascurría anónimamente en lapaz del convento, sin mayor proyección decara al exterior.

En aquella villa castellano-manchega sehallaba en el momento de la persecución re-ligiosa de 1936. La comunidad de religiososmercedarios emprendió en ese momento lahuida y dispersión. El P. Jesús también huyódisfrazado campo a través. De la Sierra deCarlos, en Herencia, atravesó por Las Labo-res, llegando a Ciudad Real. Desde allí fueconducido en tren hasta Madrid, portando unsalvo-conducto del Gobernador Civil de Ciu-dad Real, siendo detenido como sospechosoel 29 de julio al descender del tren en la es-tación madrileña de Atocha. Allí fue llevadoa la Comisaría por las Milicias del Comité fe-rroviario de M.Z.A. y posteriormente encar-celado en la prisión de Ventas, y de éstapasó a la de Porlier. El 27 de mayo de 1937fue liberado sin diligencias de Orden Público.

Los malos tratos a los que fue sometido,las privaciones de toda índole a las que sevió obligado, deshicieron su pobre natura-leza, a pesar de las atenciones recibidas dela Madre María Barrenechea, mercedaria delmonasterio madrileño de Don Juan de Alar-cón. Fue hallado muerto el 24 de febrero de1938, en un sótano de la calle Infantas, nº36, donde estaba escondido tratando de de-fenderse de los bombardeos. Inhumado aldía siguiente en el cementerio de la Almu-dena, sepultura temporal, cuartel 93, man-zana 19, letra D, cuerpo 10º, se enviaron susrestos al osario común el día 4 de abril de1949.

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17. FRAY JESÚS (ANTES PABLO DE LACONCEPCIÓN) TIZÓN BOLEIRA (1895-1938)

Presbítero Mercedario

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V. LA IGLESIA CONVENTUAL DE HERENCIAACOGE LOS RESTOS DE SUS MÁRTIRES

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La memoria de los mártires de Herenciaestaba viva en la mente de las gentes que loshabían tratado en vida y en la de sus herma-nos mercedarios que los consideraban comoverdaderos mártires, muertos por ser fieles asu fe bautismal y a su consagración religiosa.Cuando el Ayuntamiento herenciano levantódelante de la Iglesia Conventual un monu-mento de mármol blanco, la Cruz de los Caí-dos, y puso en la fachada del templo lasplacas con los nombres de los asesinados enel bando nacional, allí aparecen los nombresde los mártires mercedarios. Pero había undeseo aún mayor: que sus restos mortalesdescansasen a los pies del altar de la IglesiaConventual, bajo el calor maternal de laMadre de las Mercedes. Primeramente se lo-calizaron en 1941 las tumbas donde yacíanlos cuerpos. En el cementerio de Consuegra,en el mes de marzo, exhumaron al P. Eliseoy a Fray Olimpio; y en el de Daimiel, en el fríomes de noviembre, al P. Luis y a Fray Ramón.Quedaron provisionalmente custodiados enpanteones particulares. Comenzaron enton-ces a realizarse las gestiones oportunas, antelas autoridades civiles y eclesiásticas, paraobtener los permisos necesarios. El trasladodefinitivo a Herencia se llevó a cabo el 14 dejunio de 1942. Se vivió como un gran aconte-cimiento histórico; previamente habían lle-gado religiosos mercedarios de otrosconventos para participar en el homenaje alos mártires, llegaron de Madrid, Jerez de laFrontera y Poyo, en Pontevedra. Se organizóun magno cortejo fúnebre, con un gran nú-mero de personas que acudieron en masa arecibir y honrar los cuerpos de los mártires.El punto de partida fue el lugar denominado“El Sepulcrillo”, a las afueras de la población.Cuatro féretros, cubiertos de flores y bande-ras, en una misma anda fueron portados pordiversos jóvenes. Emoción contenida en el

semblante y silencio imperante en el am-biente, de un pueblo con las heridas aúnabiertas a causa de una guerra fratricida quenunca debió ocurrir. Presidió el acto el P. Da-niel Vázquez, Provincial de la Merced, acom-pañado por todas las autoridades. Al llegar ala Iglesia Conventual se celebró un solemnefuneral, tras el cual los cuatro féretros fueronenterrados en el altar mayor, junto a la rejadel comulgatorio. Fueron cubiertos con unafría losa de mármol blanco, con escudo mer-cedario al centro, y con la siguiente inscrip-ción en letras mayúsculas: “Aquí yacen losrestos mortales de los religiosos de la Mercedde Herencia. Rvdos. Padres Eliseo PérezMartínez (sic) comendador, Luis Arias Pérez.Hermanos de obediencia, Ramón Lago Pa-rado, Olimpio Escudero González. Asesina-dos por la Revolución Roja. El Año de 1936.R.I.P.” Esta placa de mármol fue posterior-mente sustituida, en unas obras de reformadel presbiterio, por otra de metal mucho mássencilla y escueta.

Desde ese momento, la gente devota deHerencia comenzó a orar y a encomendarsea los mártires, varios son los que han obte-nido favores por su intercesión. También losreligiosos mercedarios, en diversos encuen-tros intercomunitarios y en distintas ocasio-nes, se han dirigido a sus hermanosmartirizados para que sean sus valedores yhan orado por su pronta beatificación.

BEATO ANTONIO (DE LA PURÍSIMACONCEPCIÓN) GONZÁLEZ PENÍN(1864-1936), Hermano MercedarioDescalzo en el Convento de Herencia

Nació el 1 de marzo de 1864 en SanSalvador de Rabal, municipio de Celanova(Orense). Ingresó en el convento de merce-

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UNA MÁRTIR MUY QUERIDA

LA PRIMITIVA IMAGEN DE LA

VIRGEN DE LAS MERCEDES

Lamentablemente, la persecución reli-giosa desatada durante la pasada guerra civilespañola no abraca solo a los miles de cris-tianos, religiosos y laicos martirizados, si noque incluye también la destrucción y quemade un rico y variado patrimonio artístico y do-cumental. Acerca del caso de Herencia, con-servamos la contestación escrita que hizo elP. Tomás Escánez al Auditor de la Causa Ge-neral, en Herencia, el 19 de febrero de 1941,donde afirma: “la iglesia al tiempo de la libe-ración se hallaba sin retablos, sin altares, sinimágenes, etc. Solamente quedaban losmuros y las puertas. Las campanas y los ob-jetos de culto fueron también robados. LaCasa-Residencia estuvo dedicada por losmarxistas a hospital de sangre. Al hacernoscargo de ella se hallaba sin un mueble ni en-seres de ninguna clase”. Tras la desolaciónde la posguerra hubo que rehacer todo. Porejemplo, en carta fechada el 29 de junio de1940, Angelita González, afirma que en eseaño estaban esperando la llegada de nuevascampanas, donadas por Jesús Sanz, y de unSan Antonio donado por el mayordomo de laCasa de Doña Carmen.

Quizá la “joya” perdida más sentida porel pueblo de Herencia sea la Virgen de lasMercedes. Por diversas razones, la fe enesta imagen caló hondo en el sentir popularde los herencianos, hasta tal punto de dedi-carle a ella la Feria y Fiestas Patronales dela población. La escultura a la que nos refe-rimos, era obra probable del siglo XVIII, des-conocemos quien fue su autor, la imagen fuedestrozada a principios de 1936, en nuestra

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darios descalzos de Toro (Zamora), ciudadcastellana en la que se restauró la Orden dela Merced Descalza, tras haber sido supri-mida en las desamortizaciones del siglo XIX.En Toro tomó el hábito el 30 de enero de1887; emitió la Profesión de votos simples el24 de junio de 1888, y la de votos solemnes,el 5 de julio de 1891. Al profesar, como eracostumbre entre los descalzos, adoptó unnuevo apellido, en su caso eligió el de “la Pu-rísima Concepción”, dada su gran devocióna la Virgen María. En Toro, entre otros car-gos, ocupó el oficio de portero.

En 1893 fue elegido, junto a otro reli-gioso, para ir a Herencia con un gran come-tido: restaurar la vida religiosa de la MercedDescalza en el convento. En efecto, tras ar-duas gestiones, el día 2 de febrero de eseaño, fecha histórica para el pueblo de Heren-cia, se restaura la Orden de la Merced Des-calza en dicha Villa. Ese día, festividad de laPurificación de la Virgen, la popular fiesta dela Candelaria, se tiene una solemne celebra-ción eucarística, en la que estuvo presenteel Ayuntamiento en pleno, todas las autorida-des civiles y militares, el clero parroquial ytodo el pueblo en masa, que veía con alegríala vuelta de los frailes descalzos, los hijos dela Virgen de las Mercedes, por la que sentíanpredilección; devoción mercedaria heren-ciana inculcada, de padres a hijos, de gene-ración en generación. Presidió la celebraciónel Señor Deán y ocupó la sagrada cátedraFray Pedro de las Mercedes, Comendadorde Toro. La nueva comunidad de Herenciaquedó constituida por el Padre PresidenteAdolfo Bárcena y Fray Antonio González dela Purísima Concepción, meses después sesumaría a los dos el P. Rafael Gato, reciénordenado sacerdote. Pocos años duró la ale-gría de la vuelta de la Merced Descalza, dis-tintos motivos ocasionaron que el 2 de junio

de 1896 se cerrara oficialmente la comuni-dad de Herencia. Fray Antonio pasa enton-ces a la Orden de la Merced Calzada, a laProvincia de Aragón. Ingresó en el monaste-rio de El Olivar, en Estercuel (Teruel). Tuvoque hacer de nuevo el noviciado, profesó devotos simples el 27 de abril de 1897 y de so-lemnes el 3 de junio de 1900. Tras vivir ochoaños en la paz del monasterio del Olivar, tuvodiversos destinos: el monasterio de SanRamón, en Lérida; Palma de Mallorca y Bar-celona, ciudad ésta última en la que fue mar-tirizado el 10 de agosto de 1936, festividadde San Lorenzo y aniversario de la fundaciónde la Orden de la Merced. El macabro su-ceso tuvo lugar en la calle Sepúlveda de laciudad condal, a las cinco de la mañana.

Fue Fray Antonio un fraile humilde ymuy sencillo, con un gran espíritu de mortifi-cación, amante de la vida comunitaria, de laasistencia puntual al coro, y de participar conmucha unción en la misa de cada día. Tuvogran fama de buen cocinero, trabajo que des-empeñó con esmero durante muchos años.En tiempos de pobreza y carestía se afanabadiariamente para que a ninguno de los her-manos les faltase el sustento de cada día,llegó a sentir la presencia del Señor en lascosas más pequeñas y cotidianas, entre losfogones y cazuelas de su cocina. Hizo dellema de Santa Teresa de Jesús, “Entre lospucheros anda el Señor”, el santo y seña desu trabajo diario y de su cotidiano vivir.

El 13 de octubre de 2013 fue beatificadoen Tarragona, junto a otros muchos mártires,entre ellos el P. Mariano Alcalá y sus compa-ñeros, diecinueve mártires mercedarios de laProvincia de Aragón. Su festividad litúrgicaquedó fijada para el 16 de septiembre decada año.

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con los pies descubiertos por sandalias. Enla mano derecha sostenía el escapulariomercedario, prenda de eterna salvación, re-cuerda el escapulario entregado por la Virgena San Pedro Nolasco, fundador de la Orden;su uso conlleva grandes indulgencias y pri-vilegios otorgados por Urbano VI y otrosPapas. En la misma mano derecha llevabaun ramo de rosas alusivas a la devoción alrosario, propia de una Orden mariana, comola mercedaria, que se cree fundada por lamisma Virgen María. En la izquierda portabaal Niño, de facciones abultadas, y cuerpodesnudo, lo que permite ver su marcada ana-tomía. Éste bendice con su mano derecha,

mientras que en su izquierda lleva el esca-pulario de la Merced y las rosas. Al destrozarla imagen de la Virgen, en la guerra, el Niñose salvó por suerte, afortunadamente pudi-mos localizarlo hace unos años, hoy está enmanos privadas en una colección particularde Madrid.

Del conjunto escultórico uno quedaprendado de la mirada de María, maternal ymisericordiosa, de sus ojos grandes y almen-drados no exentos de cierta melancolía. Eldelicado rostro tenía forma ovalada, las fac-ciones suaves, con cejas finas y rectilíneas,la nariz recta, la boca pequeña y el cuello altoy cuidado. El cabello caía sobre los hombros,

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incivil guerra, fue sustituida por la actual ima-gen de la Virgen de las Mercedes en sep-tiembre del año 1940. La nueva imagen esde talla, una buena obra artística de bella fac-tura salida de los Talleres barcelonesesViuda de Reixach. La imagen de las Merce-des se ha convertido en símbolo del pueblode Herencia, existe desde antiguo una cons-tante vinculación histórica entre el pueblo y“su” Virgen a la que señalan como “su te-soro”, como hito principal de sus entrañasmás íntimas. Fue coronada como Reina yPatrona en la plaza de España por DonEmeterio Echevarría, Obispo Prior de las Ór-denes Militares, en el mes de mayo de 1951,y fue nombrada Alcaldesa Perpetua de la po-blación, por el alcalde Don Ramón Osuna,en 1999, con ocasión de la conmemoracióndel primer centenario de la llegada de losmercedarios calzados a Herencia.

En el pasado, patearon los mercedariosdescalzos las calles del pueblo propagandoy difundiendo el nombre de las Mercedes deMaría por Herencia, fueron ellos los que en-señaron a querer a la Madre mercedaria contierno y filial amor, siendo festejada y pirope-ada por cuantos se han visto seducidos porla galanura, finura, y hermosura de su bellorostro. Recordemos que fue en 1603 cuandoel Venerable Juan Bautista González delSantísimo Sacramento fundó, en el conventomercedario de Los Remedios de Madrid (ac-tual plaza Tirso de Molina) la Orden de laMerced Descalza. Tras la apertura del primerconvento descalzo en La Almoraima, en eltérmino de Castellar de la Frontera (Cádiz),se sucedieron rápidamente las fundacionesextendiéndose especialmente por el centro ysur peninsular. Recordemos también que en1656 llegaron a fundar a la villa de Herencia,dentro de El Campo de San Juan, y lo hacentraídos de la mano de Don Juan José de Aus-

tria, hijo del rey Felipe IV y de María Calde-rón, apodada “La Calderona”, afamada actrizde la época. En la primera década del sigloXVIII se inició la construcción de la actualIglesia, en la que destacaba su monumentalretablo barroco, en lo alto del mismo, estabaSan Pedro Pascual, mercedario nacido enValencia, obispo de Jaén, mártir en Granaday autor de importantes obras de espirituali-dad, escritas en latín, castellano y lemosín.Al centro, la bella imagen de la Virgen de lasMercedes, tras ella el luminoso camarín. Aambos lados de la Virgen, otros dos mártiresmercedarios, a su derecha San Pedro Ar-mengol, cuya desordenada vida sirvió debase a la novela de Fray Gabriel Téllez (Tirsode Molina) titulada El Bandolero; y a su iz-quierda San Serapio, de origen anglosajón,martirizado en una cruz en forma de aspa ypatrono de los enfermos.

La imagen de la Virgen de las Mercedeses la patrona y titular del convento, represen-tada, en la primitiva talla, con gran belleza ensu hechura, armoniosa en sus formas, yagraciada en las facciones de su dulce ros-tro. La Virgen se asentaba en una gran nube,envolvente y barroca, que tenía a los ángelespor escabel. María aparecía de pie y defrente, desplegando la mirada hacia su iz-quierda, hacia a su Hijo, vestía el blanco há-bito de la Orden de la Merced, compuesto detúnica, ceñida a la cintura por un cinturón delque cuelga la correa de San Agustín, cuyaregla profesan los mercedarios al ingresar ala Orden; escapulario con el escudo de laMerced al pecho, formado por las barrasrojas de Reino de Aragón y la cruz blanca,emblema de la catedral de Barcelona; ymagna capa bellamente recogida con ricobroche. Calzaba zapatos negros, algo infre-cuente en un convento de religiosos Descal-zos habituados a representar a las imágenes

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y suponemos sobre la espalda, de maneraacentuada. Iba coronada como Reina, Madrey Patrona. El escultor se recreó especial-mente en algunos plegados de hábito, sobretodo en el pliegue del escapulario y en laparte baja de la túnica, así como en la capa.La monotonía del color blanco amarfilado delhábito se rompía por medio de la orla quebordea la túnica, el escapulario y la capa. Enlas estampas y fotografías conservadasllama la atención el acentuado giro, queposee la imagen, logrado por el movimientodel escapulario. Esta nota, así como la demarcar el volumen adelantando su pierna de-recha, hacen que podamos datarla al sigloXVIII y atribuirla a la Escuela Madrileña deesa centuria, se conservan varias tallas de laMerced, de esa época y escuela, que tienenesas mismas características.

La imagen mercedaria de Herenciagozó de justa fama en el pasado, no solo enesta villa si no también en otras de la co-marca de La Mancha, todavía hoy acuden enperegrinación a Herencia diversas gentes depueblos limítrofes implorando las Mercedesy el consuelo de María. Su antigua imagense ha reproducido en multitud de tallas, cua-dros, láminas, postales, estampas, pequeñasimágenes, etc. Estas imágenes, replica de laprimitiva Virgen de las Mercedes de Heren-cia, todavía se siguen confeccionado y ven-diendo hoy en los talleres catalanes de Olot.

Por todo lo dicho, podemos terminar di-ciendo que se perdió una buena talla, de ele-gante porte, de bella factura y de gran valorartístico, representativa del sentir popular yreligioso de un pueblo, Herencia, que seacoge al patrocinio y a las Mercedes deMaría, a la que mira como portadora de todossus anhelos y deseos, la Madre de la Miseri-cordia que todo lo puede. Una imagen quedesgraciadamente desapareció en 1936 pero

que por fortuna permanece viva en el re-cuerdo y en el alma de gran parte de nues-tros mayores.

Recientemente, el P. Enrique Mora, mer-cedario hijo del pueblo de Herencia, ha te-nido la dicha de recibir de manos de DoñaMercedes Moraleda Muñoz dos reliquias dela imagen de la Virgen salvadas de su des-trucción: el zapato de uno de sus pies y eldedo de una de sus manos. Doña Mercedeslas conservaba escondidas y veneraba pri-vadamente cual preciado tesoro. Ahora seespera a que se expongan en el camarín delconvento para que fieles y devotos en gene-ral las puedan admirar y venerar.

MI PAZ

La tierra en sosiego, la paz en el mar: Caminos de flores me vieron llorar.

La mar imponente, fiero el huracán: Mi paz entre espinas robar no podrán.

Que es la vida mía en Dios descansar, aunque bravos rujan la tierra y el mar.

Fray Manuel CereijoPonce, Puerto RicoNoviembre de 1933

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VI. COMUNIDAD DE SAN SEBASTIÁN(GUIPÚZCOA)

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Los mercedarios estuvieron presentesen el País Vasco desde 1364, año en el queel Conde Fernán Pérez de Ayala fundó elconvento de mercedarios de Burceña, en Ba-racaldo, perteneciente en el pasado a la dió-cesis de Calahorra, y en la actualidad a la deBilbao. A la sombra de dicho convento fueronsurgiendo distintos beaterios de mujeres quequerían vivir el carisma mercedario, varios deellos iniciaron la vida comunitaria. Con elpaso del tiempo, especialmente después delConcilio de Trento, muchos se convirtieronen verdaderos monasterios de clausura; uno,el de Bérriz, gracias a la Beata MargaritaMaría de Maturana pasaría a ser Instituto mi-sionero llevando la buena nueva de la Mer-ced por medio mundo.

La presencia de los mercedarios en SanSebastián comenzó en 1922. El P. Pío Uribe,como Superior de la nueva comunidad, sehizo cargo de la dirección del Reformatoriode Menores Nuestra Señora de Uba. En elmomento de la inauguración estuvo presenteel P. Inocencio López Santamaría, MaestroGeneral de la Orden, acompañado de diver-

sas autoridades civiles y militares. En aquelmomento, se llegó a escribir: “La Provinciade la Merced de Castilla se ha propuesto sal-var a la infancia desvalida y delincuente,arrancar de la miseria y de la vagancia, de lamendicidad y del vicio, de la ignorancia y delcrimen a esa desgraciada infancia que pidepan material, moral, intelectual y social, y nohay quien se lo dé.” Curiosa interpretación oadaptación del carisma mercedario que lle-varía a la Provincia de Castilla a hacersecargo del Reformatorio vasco, al que siguióel de Oviedo y otros más. Se pretendía lareinserción social de los menores que, si-guiendo la clasificación de la Escuela de ob-servación belga de Moll, se agrupaban enperversos, corregibles, mejorados y corregi-dos. Sin duda, aquí está el germen e iniciode la pastoral redentora en las cárceles, queaún hoy identifica el trabajo apostólico de laOrden de la Merced. Los mercedarios estu-vieron en el reformatorio de San Sebastiánhasta 1961. Durante la guerra civil los religio-sos corrieron desigual suerte, como vamos aver a continuación sólo uno fue martirizado.

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CON MARÍA Y NOLASCO SEREMOS EVANGELIO, CAMINO Y VERDAD,

REDENTORES DE NUEVOS CAUTIVOS, NUEVOS CAUCES PARA LIBERAR.

OCHOCIENTOS AÑOS CONTEMPLAN UNA INMENSA AVENTURA DE AMOR,

UN CARISMA DE DIOS EN LA IGLESIA, UNA OBRA DE LIBERACIÓN.

HUBO UN TIEMPO DE LUCHA SIN TREGUA, DE CAUTIVOS SIN PATRIA NI HOGAR.

HUBO UN TIEMPO DE SOMBRAS Y GUERRAS, Y UN CARISMA POR LA LIBERTAD.

CON MARÍA Y NOLASCO SEREMOS EVANGELIO, CAMINO Y VERDAD,

REDENTORES DE NUEVOS CAUTIVOS, NUEVOS CAUCES PARA LIBERAR.

VAMOS JUNTOS, HERMANOS Y HERMANAS,TODOS JUNTOS PARA CELEBRAR

ESTA OBRA DE AMOR MERCEDARIO, HAY CAUTIVOS PARA LIBERAR.

SOMOS GENTES DE FE Y ESPERANZA, SOMOS GENTES DISPUESTAS A SER CON MARÍA Y NOLASCO, EN CAMINO,

MENSAJEROS DE AMOR Y DE FE.

CON MARÍA Y NOLASCO...

himno JUBILARTexto y música: Axana Kulik

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Nació en La Meda, parroquia de SantaMaría de A Penela, municipio de Monforte deLemos (Lugo) el día 6 de diciembre de 1888.Hijo de Manuel y Ramona. Bautizado al díasiguiente en La Meda. Tomó el hábito mer-cedario para hermano, el 9 de mayo de 1918,de manos del Provincial P. Miguel López, enel convento de la Merced de Sarria (Lugo).Profesó de votos simples el 29 de mayo de1919, ante el comendador de Sarria, P. Se-verino Vega. Emitió los votos solemnes, enel convento de Poyo (Pontevedra) ante el co-mendador P. Pedro Nolasco Resbiére, el día5 de junio de 1922.

Formaba parte de la comunidad del Re-formatorio de Santa María de Uba, Alza, ba-rrio de Sarrueta, en San Sebastián. En elmomento de iniciarse la guerra, eran seis re-ligiosos, tres padres: PP. Clemente Vázquez,comendador, Manuel Carrera y Amadeo Gon-zález; y tres hermanos: Pedro Castro, AdolfoCid y el propio Fray Ricardo. Todos sufrierondetención, excepto el comendador, P. Cle-mente, que logró esconderse. En el momentode ser interrogados, los religiosos, fueron de-tenidos y llevados a la Diputación. Una ordenoportuna quiso que fueran conducidos al go-bierno civil, parece ser que alguien conocidoe influyente había intercedido por ellos. Al sertrasladados, la fatalidad quiso que no cupie-ran todos en el coche, de solo cuatro plazas,y Fray Ricardo quedó fuera del automóvil,permaneciendo sólo en la Diputación. A pesarde la promesa de que volverían a por él, fueconducido junto a unos militares y fusiladocon ellos. Del momento de su martirio pococonocemos. El P. Clemente Vázquez, en suescrito Datos sobre la Persecución Roja con-tra los Religiosos del Reformatorio de Ntra.Sra. De Uba -San Sebastián- (Documentoexistente en el Archivo de la Curia Provincialde la Merced de Madrid), dice: “Solo consta

por todo que fue identificado por el enterradordel cementerio de San Sebastián quien en-contró, en el bolsillo de una prenda suya devestir, al enterrar el cadáver, un sobre escritocon su nombre, apellidos y comunidad a laque pertenecía. Y debido a estos datos, le re-gistró en el Libro de Defunciones del cemen-terio, haciendo constar nombre, apellidos y sucondición de fraile del Reformatorio de Uba.Fue enterrado en una fosa común con 47 ca-dáveres más, la mayoría militares.” Esto secorrobora en los Servicios Funerarios Donas-tia-San Sebastián. En el Libro Registro de En-terramientos del cementerio de Polloe,correspondiente al periodo 1 de abril de 1935a 22 de mayo de 1937, en su página 60, nºde orden 608, figura inscrito el enterramientode Ricardo Vázquez Rodríguez, con fecha 27de julio de 1936.

El Ayuntamiento de San Sebastián tras-ladó las cenizas de todos los enterrados enla fosa común, anteriormente nombrada, a unmonumento funerario erigido en 1940 parahonrar la memoria de todos ellos. La comuni-dad mercedaria de San Sebastián fue invi-tada al acto. No pudo reconocer cosa alguna,que pudiera identificar los restos de Fray Ri-cardo. En el monumento funerario se inscri-bieron los nombres y apellidos de todos losasesinados. Fray Ricardo aparece entre ellos.

Fray Ricardo no fue mártir por habersido asesinado junto a un grupo de militares.Fray Ricardo no fue mártir porque el destinole haya jugado una mala pasada. Fray Ri-cardo fue mártir por su alta calidad humanay cristiana, dada su condición de religioso fuebuscado, arrestado, perseguido por un grupode personas que le odiaron a causa de su fe,y finalmente martirizado. Murió por ser fiel alos consejos evangélicos que él había abra-zado, y que constituyeron el ser y el sentidode su vida y vocación mercedaria.

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18. FRAY RICARDO VÁZQUEZ RODRÍGUEZ(1888-1936)

Hermano Mercedario

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1. El martirio cristiano tiene una identi-dad propia y específica. Hablar hoy y siem-pre de martirio cristiano significa dar la vidapor Jesucristo. Y dar la vida en gratuidad, enlibertad, en voluntariedad. El mártir cristianorechaza conscientemente la posibilidad de laapostasía que le “liberaría” del martirio. Sig-nifica ser testigo de Jesús con el derrama-miento de la propia sangre. El mártir cristianono da la vida por unas ideas, por una cultura,por una opción política, sino que lo hace,ante todo y sobre todo, por una persona: Je-sucristo. El mártir cristiano no es mártir deideologías, ni de guerras santas, ni de odios,ni de luchas de clases. Si así lo hubiera sido,no habría sido mártir cristiano. El mártir cris-tiano es testigo cualificado del Evangelio yde su amor apasionado por Jesucristo y suIglesia. El martirio cristiano no es nunca fácil,es siempre heroico, pues significa, en defini-tiva, morir realmente a uno mismo. El mártir

cristiano es héroe y testigo de Jesucristo. Noes ni héroe, ni testigo, ni víctima de ningúnbando político.

2. El martirio cristiano encuentra su re-ferencia en la Pascua de Jesucristo. Él fue elprimer gran mártir, Él fue el primero que ofre-ció y entregó su vida por nuestra salvación.De este modo, el mártir cristiano se convierteen un imitador de su Señor, quien murió enla cruz amando y perdonando. Solo es mártircristiano quien al ser asesinado perdona yama como Jesús.

3. El martirio cristiano es un don, es unagracia. Morir mártir es, ante todo, una graciaque el Señor otorga a quienes quiere demodo muy especial. La concesión de estedon es expresión del amor preferencial deDios para con quien lo recibe. Parafraseandoa Tagore, en conocida expresión de que lavida es un don que sólo se merece dándola,podríamos decir que el martirio es un in-

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DECÁLOGO DEL MARTIRIO

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ción periodística del martirio cristiano, habrá,por lo tanto, que mostrar esos rostros, esashistorias, indagar en sus familiares todavíavivos, aproximarnos a sus referencias loca-les. Las beatificaciones de los mártires espa-ñoles del siglo XX no han sido una macro omega beatificación anónima. Han sido beati-ficaciones de personas concretas, comocada uno de nosotros, con sus propias fami-lias, con sus orígenes y procedencias, consus historias personales y, con sus respues-tas de amor y de perdón.

10. Por todo ello, el reconocimiento delmartirio cristiano es una fiesta, una gran y lu-minosa fiesta de la fe, de la esperanza y dela caridad. Es proclamación de una buenanoticia, de una palabra definitiva de espe-ranza. Es así motivo de serena, gozosa y fes-tiva alegría. La sangre de los mártires essemilla del futuro mejor que esperamos, delfin de un mundo de odios y de muerte, de unmundo de ausencia o prohibición de Dios yde irresponsabilidad humana.

Y es que los mártires son cristianos,ejemplares y heroicos, que nos iluminan yaniman -como rezamos en el prefacio litúr-gico de los santos-“con su presencia alenta-dora, a que luchemos sin desfallecer yalcancemos, como ellos, la corona de la glo-ria que no se marchita”. Los mártires “nos es-timulan con su ejemplo en el camino de lavida y nos ayudan con su intercesión”. “Ensu martirio, Señor, -dice el prefacio delcomún de mártires- has sacado fuerza de lodébil, haciendo de la fragilidad tu propio tes-timonio”. La vida consagrada, los presbiteriosdiocesanos, los movimientos laicales y juve-niles, los seminarios y noviciados, y la vida ynuestra pastoral general, han de estar de en-horabuena y han de encontrar en estos már-tires luz, ejemplo, intercesión y esperanza.Son lo mejor de nuestra Iglesia y de nuestrahumanidad.

(Fuente: www.revistaecclesia.com)

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menso don que sólo se merece aceptándoloy ofreciéndolo desde la genuinidad e identi-dad propia del martirio cristiano.

4. El martirio cristiano es un don al queel cristiano puede y debe prepararse. Impre-siona leer en las Actas de los Mártires, detoda la historia del cristianismo, cómo loscristianos perseguidos eran conscientes deque les podía llegar el martirio cruento ycómo se preparaban a él desde la oración yla ofrenda. En las biografías de los mártiresmercedarios encontramos incontables testi-monios en este sentido. Se puede y se debedisponer y preparar el alma para recibir, si esvoluntad de Dios, el don y la gracia del mar-tirio. Esta preparación, apertura o disposiciónal martirio es tanto más necesaria cuanto larealidad del morir es siempre el aspecto dela vida más complejo y doloroso, y al quetoda la humanidad, de todos los tiempos,mayor temor ha tenido, tiene y tendrá. Nadiequiere morir. El mártir no es que quiera morirsino que quiere testimoniar a Jesús, y unirsea Él, y antepone este testimonio a su propiavida.

5. El martirio cristiano es una de las pá-ginas más reiteradas, más ciertas, más glo-riosas y más fecundas de toda la historia dela Iglesia. En todas las épocas del cristia-nismo, en sus más de dos mil años de histo-ria, siempre ha habido mártires y los hahabido en mayor medida cuando las circuns-tancias externas eran menos favorables parala vida de los cristianos. Como escribió Ter-tuliano, “la sangre de los cristianos ha sido yes siempre semilla de vida cristiana”. Losperseguidores de la fe jamás han logrado,mediante la persecución y el asesinato, aca-llar la voz y la presencia de los cristianos.Todo lo contrario: el surgimiento de los már-tires ha revitalizado en todas las épocas lavida de la Iglesia.

6. El martirio cristiano ha obedecido yobedece, en la intencionalidad de quienes lohan planeado, ejecutado, amparado y permi-tido, al odio a la fe, instigado desde ideolo-gías totalitarias, que han pretendido ypretenden negar y proscribir a Dios, ocu-pando su puesto en la vida y en el corazónde los hombres.

7. El martirio cristiano es un hecho, unarealidad, que debe ser reconocida y ensal-zada. Esto es, el reconocimiento y la glorifi-cación de los mártires es un derecho quetienen quienes lo han recibido, y que tienetodo el Pueblo de Dios para conocer quiénesson sus modelos y sus intercesores.

8. Asimismo, la Iglesia está en el deberde investigar, reconocer y glorificar a susmártires. El reconocimiento del martirio espatrimonio eclesial y anuncio de la humani-dad definitiva. De ahí que la Iglesia deba asus mártires reconocimiento, memoria y glo-rificación desde las claves de amor y de per-dón en las que se produjo el martirio. LaIglesia no saca pecho, no hace su propia leyde la memoria histórica cuando beatifica ycanoniza a sus mártires. Cumple con sudeber y sirve, como sirvieron los mártires, alas causas de la paz, del perdón, de la recon-ciliación y del amor. Los mártires no fueronpacifistas sin más, sino pacificadores. Y laIglesia, en su deber de verificar la verdad delmartirio cristiano, sabe que sólo se es mártircuando se recibe la muerte desde el perdóna quien la infringen.

9. El reconocimiento del martirio cris-tiano es oportuno y necesario, y es, a la vez,una oportunidad. Los mártires son personasde carne y hueso. Tienen rostro, familia, orí-genes, biografía. Los mártires contemporá-neos son hombres y mujeres de los nuestros,muchos de ellos, jóvenes. En la comunica-

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niendo como maestro a Don Abilio, venidodesde Fuente el Fresno, era el encargado,junto a su compañero Agustín Úbeda, de re-alizar dibujos y rótulos en el encerado. ConAgustín Úbeda compartió aula en párvulos yen el final de su primera enseñanza. Añosmás tarde, cuando Agustín era ya un consa-grado y afamado pintor y editó un catálogode su obra, se lo dedicó personalmente al P.Julián, testificando acerca de él “que pintabamejor que yo”.

En 1940 sintió la llamada a ingresarcomo religioso mercedario, incorporándose,en calidad de aspirante, al convento y colegiode Sarria (Lugo). En aquel centro docentedestacaba por sus cuadernos de dibujos, yarayaban la perfección, comenzó a dar clasesde dibujo a sus propios compañeros y cola-boraba grandemente en la ilustración de unarevista catequética que editaba el convento.Ya en el noviciado de Verín (Orense), en1944, es requerido para confeccionar los car-teles anunciadores de la novena de la Virgende la Merced, para elaborar los anuncios quecontenían los diversos oficios conventuales,etc. En el monasterio de Poyo, Pontevedra,cursará la carrera eclesiástica, manifestán-dose como un magnífico escenógrafo y de-corador, colaboraba con él su hermanomayor, Fernando. Ya entonces, realizó retra-tos de ilustres mercedarios que habían so-bresalido, en las artes o en las letras, pintódecorados para veladas y obras teatrales, ydestacó en los linóleos de la revista Sal-Lux.Con el tiempo fue requerida su colaboraciónpara la revista madrileña La Merced, siendodirector de la misma el P. Gonzalo Alonso.Era el dibujante e ilustrador por antonomasiade la Orden de la Merced.

Julián Martín fue en sus inicios un pintorautodidacta, permanentemente preocupadoy ocupado por buscar la perfección. Realizó

cursos por correspondencia, pero al principiopintaba solo a tiempo parcial, de forma es-porádica, siempre que no se lo impidiesensus obligaciones religiosas y sacerdotales, lohacía añorando, continuamente, mejorestiempos en los que pudiese dedicarse de unaforma más plena a su pasión artística. Expe-rimentó e intentó pintar al óleo, pero no eraposible para él tener un estudio. La acuarela,en cambio, era más fácil de realizar desde lacelda conventual.

Cuando al fin logró hacerse socio de la“Agrupación Española de Acuarelistas de Ma-drid” (AEDA), todo cambió. En ella recibió cla-ses e intensificó su labor pictórica, entrandoen contacto con grandes maestros de la acua-rela: Rafael Requena, Julio Quesada, etc. Enella llegaría él mismo a dar clases, al igual queen el Club de Tercera Edad de la Basílica His-pano-Americana de la Merced de Madrid. Apartir de ese momento, su obra se universalizay adquiere un estilo muy original y definido, fá-cilmente reconocible por los trazos de su pin-cel y por el colorido ofrecido. Son pinceladasespontáneas y expresivas a la vez. Martín Ca-sado se manifiesta como un acuarelista demarcados sentimientos, con unas selladaspautas, inherentes a su persona; se deja llevarpor su temperamento, por el reflejo de la na-turaleza, especialmente el mar y la tierra, porlo que siente y palpita en su contemplación;se deja arrastrar por su ajustado sentido es-tético, percibe la belleza emergente en elmismo medio ambiente, pero no como unamera percepción fotográfica, si no más biencomo una expresión personal e íntima, que lelleva a combinar, de forma magistral y única,sienas, violetas, rojos, azules; una verdaderasinfonía de colores, un auténtico deleite paralos sentidos, que altera dependiendo de lostemas tratados, de los momentos elegidos, ode la inspiración surgida.

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Es Castilla-la Mancha una tierra en laque abundan músicos, poetas y pintores, pa-rece como si sus aires altos proyectaran elingenio y de sus entrañas emanaran geniosy artistas de la partitura, la palabra o el pincel.En la provincia de Ciudad Real, en la villa deHerencia, año 1927, vio la luz primera JuliánMartín Casado, aclamado y enjuiciado por lacrítica como uno de los mejores acuarelistasespañoles del presente. Sus padres, Don Ni-casio y Doña Elicia, eran allí maestros nacio-nales, residían en la calle Lope de Vega,junto al Ayuntamiento herenciano. RecuerdaJulián, con añoranza, su infancia, nos co-menta que cuando él tenía cinco años recibió

de sus progenitores un regalo muy particular:unas acuarelas. Enseguida logró nuestro pin-tor plasmar sus sueños, en este caso unpuente y un río llenos de ingenuidad infantil.Con tan solo ocho o nueve años ya obtuvosu primer premio de dibujo, a nivel provincial,en Ciudad Real. En la escuela local de DonJuan Ortiz, sobresalía entre todos sus com-pañeros por su facilidad para la pintura. Eranlos tiempos de la república, cuando recibíainstrucción en las denominadas “EscuelasViejas”, situadas en el antiguo convento mer-cedario, contrapuestas en nombre a las “Es-cuelas Nuevas” de la Calle Carrasco Alcaldeo Calle de la Zanja. Tras la guerra civil, ya te-

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EL ACUARELISTA JULIÁN MARTÍN CASADO,AUTOR DE LOS RETRATOS DE LOS

MÁRTIRES MERCEDARIOS

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“Sinfonía de Colores” se pudo colgar y dis-frutar de la mejor y mayor muestra conocidade este acuarelista. La exposición tuvo porcomisario al P. Mario Alonso y resultó todoun éxito. Ya en el 2008, en sesión plenariadel Ayuntamiento, se acordó nominar a unade las nuevas calles de la población con elnombre de “Acuarelista Julián Martín”. DonClaro-Manuel Fdez.-Caballero, Monitor delTaller de Historia Local, en el libro que coor-dinó y editó acerca del callejero herenciano,da cumplida cuenta de la historia de la calley de su protagonista (Cfr. Herencia de Nues-tras Calles. Biografía e Historia, Ciudad Real,2010, pp. 126-133).

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Premiado y seleccionado en multitud decertámenes de Acuarela y Pintura, entreotros, destacamos: los premios de AEDA(Agrupación Española de Acuarelistas) en1983, 1984 y 1985. Premios Accésit en lasexposiciones de acuarela de la CAMP-AEDA, Madrid, en 1986 y 1987. Medalla “Fe-lipe Trigo”, Ayuntamiento de Madrid, 1987.Primer Premio de Pintura “Villa de Herencia”,1989. Premio único CAMP-AEDA, 1991. Pri-mer Premio Certamen Nacional de AcuarelaCartulinas La Riva, 1998. Mención de HonorCertamen Nacional de Acuarela “Adolfo Lo-zano Sidro”, 1999.

Entre los lugares, a los que ha llevadosu obra: exposiciones, bienales, certáme-nes... sobresalen: Madrid, Barcelona, Ponte-vedra, Granada, Aranjuez, Herencia... en elextranjero destacan las exposiciones tenidasen México, donde es Socio de Número de laSociedad de Amigos del Museo de la Acua-rela Mexicana, A. C., desde 1986; y enNueva York, donde expuso con gran aplausoen “Los Mejores de la Acuarela Española” en1995. Julián Martín, hombre de generososhorizontes, como sus acuarelas, también hatenido varias exposiciones benéficas, sirvande muestra las que se tuvieron en beneficiode la Casa de Refugiados Menores no Acom-pañados, de los mercedarios de Madrid, en1993 y 1995; en favor de la Misión Merceda-ria de Camerún, Madrid, 2002; en ayuda deCáritas Parroquial de Basílica de la Mercedde Madrid, en 2003; o las de “Artistas Soli-darios” tenidas en favor de la ONG “AcciónLiberadora” en estos últimos años.

Los seguidores de sus obras, paisajes,marinas, flores, bodegones, retratos...pue-den visitar los Museos de la Acuarela de Mé-xico y Pola de Gordón (León), los Museos delMonasterio de Poyo (Pontevedra), la Casa-Museo de la Merced de Herencia y, en Ma-

drid, la Curia Provincial de la Merced, y la Ba-sílica Hispano-Americana de la Merced. Allíhallarán tonos cálidos, desparramados, con-tinuación natural los unos de los otros, colo-res tornados en manchas que insinúancosas, que exhalan momentos de vida, de-jando perenne huella. Son pinturas finitaspara ser contempladas a distancia, admira-das al vuelo de la imaginación primera, ysiempre gozosas y sentidas.

Mención especial merecen sus retratos.Fue requerido en diversas ocasiones para ladifícil tarea de retratar a la aguada a religio-sos ilustres o destacados. En Roma, en Ma-drid, y en otros lugares hay logradas galeríasde representaciones de Maestros Generaleso Provinciales de la Orden de la Merced, dereligiosos mercedarios ya fallecidos, y retra-tos de familiares y amigos. Entre otras series,destaca ésta de los Mártires Mercedarios dela Provincia de Castilla, custodiada en laCuria Provincial de Madrid. Son retratos ba-sados en viejas fotografías, en ocasiones enun estado penoso de conservación, de ahí ladesigual fortuna de los mismos. Varios de losretratos rayan el hiperrealismo, Julián Martínalcanza con ellos cotas de perfección insos-pechadas, demostrando una fuerza desga-rradora y expresiva en las facciones algunosrostros. En suma, un magnífico pintor delalma humana, reflejada a través de expresio-nes y semblantes; pinceladas que plasmany perfilan la personalidad del personaje re-tratado.

El pueblo de Herencia ha sabido reco-nocer la valía artística de Martín Casado,considerándolo como uno de sus hijos másilustres. En el 2006, con ocasión del 350 ani-versario de la fundación del Real Conventode la Merced de Herencia, la Sala Municipalde Exposiciones “Agustín Úbeda” programóuna antológica de su obra. Bajo el epígrafe

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BEATO MARIANO ALCALÁY COMPAÑEROS MÁRTIRES,

MERCEDARIOS DE LA PROVINCIADE ARAGÓN

El 13 de octubre de 2013, en una multitudinaria celebración tenida en Tarragona, se llevóa cabo la Beatificación del Año de la Fe en la que se beatificaron un gran número de mártires,entre ellos, el Padre Mariano Alcalá y Compañeros Mártires, diecinueve mercedarios de laProvincia de la Merced de Aragón martirizados durante la guerra de 1936.

El 16 de septiembre quedó fijado, en el calendario litúrgico, como día para celebrar lamemoria de este grupo de mártires mercedarios.

ORACIÓN

Señor, Padre Santo, Tú que concediste al Beato Mariano Alcalá y a sus compañeros, fidelidad total a su vocación mercedaria

siguiendo a Cristo Redentor hasta el martirio, y los hiciste testigos de la caridad perfecta

mediante el perdón a sus perseguidores, concédenos, por su intercesión, la firmeza perseverante en la fe,

y una caridad sincera para amar, en Cristo, a todos los hermanos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

ORACIÓN PARA PEDIR LA PRONTABEATIFICACIÓN DEL PADRE MANUELCEREIJO Y COMPAÑEROS MÁRTIRES

ORACIÓN

(Para uso privado)

Dios, Padre nuestro, que por el bautismo incorporaste a tus hijos,

Manuel Cereijo y compañeros mártires (Enrique, Guillermo, Serafín,Luis, Tomás, José-Benito, Gonzalo, Agustín, Leandro, Patricio, Serapio,

Eliseo, Olimpio, Luis, Ramón, Jesús y Ricardo)al misterio Redentor de tu Hijo,

que por su profesión religiosa, en la Orden de la Bienaventurada VirgenMaría de la Merced,

fueron asociados a la obra de la Redención;y por su fidelidad a la hora del martirio,mediante la entrega de sus propias vidas,

fueron testigos de la abundancia de la Salvación.

Te pedimos que un díasean incorporados por tu Iglesia

al número de los Mártires,y por su intercesión nos concedas tu favor

y la fortaleza de nuestra fe.Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

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SUMARIO

Introducción ................................................................................................ 5

I. CONVENTO DE LA BUENA DICHA DE MADRID .................................. 71. Fray Manuel Cereijo Muiños .................................................................. 102. Fray Enrique Saco Pradeda ................................................................... 163. Fray Guillermo Vázquez Nuñez ............................................................. 184. Fray Serafín Solaegui Duñabeitia .......................................................... 225. Fray Luis Barros Fernández ................................................................... 246. Fray Tomás Tajadura Tajadura ............................................................... 267. Fray José Benito Cereijo Muiños ........................................................... 288. Fray Gonzalo Pérez González ............................................................... 309. Fray Agustín Salgueiro Rodríguez ......................................................... 32

II. HOMENAJE Y TRASLADO DE LOS MÁRTIRES DE MADRID AL MONASTERIO DE SAN JUAN DE POYO ............................. 35CARTA DE FRAY MANUEL CEREIJO ....................................................... 38ARTíCULO DE FRAY GUILLERMO VÁZQUEZ ......................................... 39

III. COMUNIDAD-COLEGIO DE SAN PEDRO DE MADRID ..................... 4110. Fray Leandro Hermida González ......................................................... 4211. Fray Patricio González Castaño ........................................................... 4412. Fray Serapio Paz Muras ....................................................................... 46

IV. CONVENTO DE LA MERCED DE HERENCIA ..................................... 4913. Fray Eliseo Pérez González ................................................................. 5214. Fray Olimpio Escudero Gonzalez ......................................................... 5615. Fray Luis Arias López ........................................................................... 5816. Fray Ramón Lago Parrado ................................................................... 6217. Fray Jesús Tizón Boleira ...................................................................... 64

V. LA IGLESIA DE HERENCIA ACOGE A SUS MÁRTIRES ...................... 66BEATO ANTONIO GONZÁLEZ PENíN ...................................................... 68UNA MÁRTIR MUY QUERIDA ................................................................... 71

VI. COMUNIDAD DE SAN SEBASTIÁN .................................................... 7518. Fray Ricardo Vázquez Rodríguez ........................................................ 78

DECÁLOGO DEL MARTIRIO ..................................................................... 81EL AUTOR DE LOS RETRATOS DE LOS MÁRTIRES .............................. 84ORACIÓN PARA PEDIR LA BEATIFICACIÓN ........................................... 88BEATO MARIANO ALCALÁ Y COMPAñEROS ......................................... 89

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