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507sept i embre 2015año 39, 2ª época

Soberanía cognitiva y tecnológica, e 

integraciónSal l y Bur ch

Una economía política de la ciencia y la tecnología Theotoni o Dos Sant os

Base material de la economía del conocimiento J esús Ramos Mar t í n

Un nuevo rumbo para la revolución tecnológicaCar l ot a Pér ez

Soberanía del conocimiento y estrategias de desarrolloAndr és Ar auz

Dilemas de la política brasileña de CTI

Articular lo social y lo productivo J osé E. Cass i ol at o

La colaboración científica y los retos de América LatinaAl ber t o Sant or o

Educación superior y desarrollo científico tecnológicoHebe Vessur i

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I l ust r aci ón de por t ada

 Vibraciones microscópicas( acrí l i co sobr e l i enzo, 2012) María Isabel Castro  - Ecuador

Di seño edi t or i al Verónica León

Conocimiento, ciencia y tecnología

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Soberanía cognitiva

y tecnológica,e integraciónSally Burch

En el marco del nuevo ordenamiento regionaly global, marcado por la rápida transición

hacia economías basadas en el conocimiento yaltas tecnologías, que se junta a la exigenciade buscar respuestas a las diversas crisis glo-bales (económica, climática, energética…), escada vez más evidente que ningún país puedeprescindir de desarrollar conocimientos pro-pios y capacidades en ciencia, tecnología e in-novación (CTI), sin lo cual arriesga profundizarla dependencia y agudizar la desigualdad.

De hecho, entre los países de la región existeun creciente reconocimiento de que el actualmodelo de desarrollo regional, basado en laproducción y exportación de commodities ymaterias primas y la alta dependencia tecno-lógica frente a las economías más desarrolla-das, se vuelve insostenible.

Esta dependencia de una ciencia y tecnologíaimpulsada por países con economías avanza-das dificulta, justamente, que la región puedaresponder adecuadamente a sus propias prio-ridades y las necesidades particulares de suspueblos. Toda vez, muy pocos países del Suren forma aislada podrán responder adecuada-mente a este reto, ya que implica grandes in-versiones y economías de escala. Es por elloque, en el marco de los procesos de integra-ción en América Latina y el Caribe (ALC), seestán intensificando esfuerzos para abordar laproblemática en forma conjunta.

Con estas consideraciones, Ecuador, al asumiren enero pasado la Presidencia Pro Témpore

de la Comunidad de Estados Latinoamericanosy Caribeños (CELAC), anunció que su prioridadserá impulsar un proceso hacia la definiciónde ejes regionales comunes en temas relacio-nados con ciencia, tecnología e investigación,dentro de un enfoque de la soberanía regio-nal.

Una agenda consensuada

Este proceso tomó un nuevo impulso en este

mes de septiembre 2015 con la realización enQuito, en la sede de UNASUR, de la III Reuniónde Ministros y Altos Funcionarios en Ciencia,Tecnología e Innovación de la CELAC (15/9),seguida del I Foro de CTI CELAC-China (16-17/9), donde se discutieron y delinearon es-trategias conjuntas para la consolidación delos sistemas nacionales e internacionales deeducación y de CTI.

Los Ministros de la CELAC alcanzaron acuerdos

en aspectos como la creación de una agen-da consensuada que responda al desarrollode la región; la democratización en el acce-so al conocimiento, tecnología e innovación;las economías de escala para reducir costosy complementar financiamiento; y los siste-mas de educación de calidad y pertinencia,con equidad e igualdad de oportunidades. Losacuerdos apuntan a complementar y reforzarlos distintos esfuerzos ya en marcha.

Sally Burch, periodista de ALAI.

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En materia de Gestión del Conocimiento, secontempla, entre otros, promover el desarro-llo de un sistema de indexación regional depublicaciones científicas; coordinación y apro-vechamiento de redes de investigación regio-

nal; y transferencia de tecnología y capaci-tación de recursos humanos entre países. Sepropone también inventariar las capacidadesy demandas científicas y tecnológicas de lospaíses miembros; contar con indicadores enciencia, tecnología e innovación de la región,y establecer los grandes lineamientos para eldesarrollo de programas regionales de investi-gación científica. Se prevé, además, identifi-car fondos de financiamiento y trabajar en lí-neas de capital semilla y capital de riesgo que

fomenten el emprendimiento para el desarro-llo de la innovación; así como desarrollar unaeditorial y una plataforma virtual de CELAC.

En materia de Recursos Humanos, los acuerdoscontemplan un programa de reconocimientocientífico para los y las investigadores/as, decarácter regional y un “Programa de MovilidadAcadémica y Becas”, entre otros.

Biodiversidad y propiedad intelectual

Los ministros de la CELAC identificaron tam-bién dos temas como de alta prioridad parala región, que son biodiversidad y propiedadintelectual. En el primer caso, declaran a labiodiversidad “como patrimonio de gran valorque contribuye al desarrollo integral de cadapaís y de la región en su conjunto”, por lo cualpriorizarán el fortalecimiento de políticas re-gionales referentes a la CTI en esta materia.

Este tema fue retomado en el I Foro CELAC-China de CTI, más específicamente en la mesasobre biodiversidad vinculada al desarrollo,que abordó la problemática desde un enfoqueholístico, centrado no solo en la conservación,sino también en la relación entre agriculturay biodiversidad y cómo este vínculo puedeincidir en la calidad de vida del sector rural—sobre todo para la agricultura en pequeñaescala— a la vez que contribuir a la conserva-

ción, según informó a ALAI el coordinador dela mesa, Jaime Medina.

En el debate se planteó generar nuevas líneasde investigación, con tres ejes principales:

ecología, productividad y vida; con una orien-tación de compromiso con la tierra, de nocontribuir al cambio climático y de producirmejores productos. Se reconoció que es untema que se discute mucho pero que poco seha investigado; por lo cual se puso a conside-ración un nuevo enfoque de investigación queabarque todo el sistema, incluyendo la per-sona, el ambiente y la producción. En estemarco, se destacó la relevancia de incluir losconocimientos ancestrales y la necesidad de

vincularlos al desarrollo de la nueva tecnolo-gía en relación a biodiversidad, desarrollo yproductividad.

Hacia delante se cuenta seguir intercambian-do sobre alternativas de producción y expe-riencias entre los países de la CELAC y China.

En cuanto a la propiedad intelectual, los Mi-nistros de la CELAC plantean promover unnuevo marco regulatorio para la gestión del

conocimiento, acorde con las condiciones ynecesidades de la región, para incentivar lageneración de conocimiento y la innovación.

Al respecto, en la mesa de debate sobre po-líticas públicas del Foro CELAC-China, se re-conoce que la propiedad intelectual debe seruna herramienta para potenciar los derechosrespecto a los inventos; sin embargo, cómoestá configurado actualmente el sistema in-ternacional de derechos, es una herramienta

que limita. En tal sentido, se establece la ne-cesidad de desarrollar formas innovadoras depolíticas públicas en cada país para fomentarla innovación y la patentación de inventos.

Por su parte, Ecuador plantea que la CELACimpulse un tratado mundial –similar al de Kio-to en materia climática–, respecto a la CTI,que sea en beneficio de los pueblos, a dife-rencia del APDIC (Acuerdo de la OMC sobre los

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Aspectos de los Derechos de Propiedad Inte-lectual relacionados con el Comercio), cuyatendencia es más bien reforzar la dependen-cia tecnológica.

El ejemplo de China

Los intercambios con China continuarán y seespera establecer una hoja de ruta para con-cretar investigaciones conjuntas, laboratoriosy otras formas de colaboración en CTI, enfunción de las prioridades de interés mutuoque se vayan identificando. Recordemos queChina ha ofrecido a la CELAC asignar 65 milmillones de dólares a la región en créditos, di-vididos en 35 mil millones para infraestructura

y 30 mil millones para el desarrollo industrial.

En la reunión ministerial realizada a fines deagosto para definir las prioridades de la Agen-da 2020 de la CELAC, que deberá ser aprobadaen la próxima cumbre presidencial de enero2016, se abordó también la forma en que estoscréditos serán utilizados en beneficio de lospueblos de la región. La Agenda 2020 contem-pla, justamente, el desarrollo de educación,ciencia, tecnología e innovación entre sus

prioridades.

Un acuerdo de investigación común está endiscusión asimismo con la Unión Europea (UE);además, se espera gestionar fondos para ini-ciativas regionales en CTI a través de las lí-neas existentes de financiamiento de la UE, lacual se reunirá con la CELAC en torno a estostemas en noviembre próximo.

El Secretario de Educación Superior, Ciencia,

Tecnología e Innovación de Ecuador, René Ra-mírez, anfitrión de los eventos, considera queesta relación con China es clave, pues permi-tirá aprovechar la gran experiencia y lideraz-go que ese país ha acumulado en términos deestrategias para romper la dependencia tec-nológica y cognitiva, desde la perspectiva deun país del Sur.

Ramírez considera que la región está viviendoun “segundo neodependentismo”, que implicapasar del “dependentismo manufacturado” al“mentafacturado”, esto es, en el plano tec-nológico y cognitivo, que, por ser inmaterial,

sería el más sutil e incluso el más perversode los dependentismos. Por ello, lograr estasegunda independencia solo será posible conuna agenda de desarrollo tecnológico y de ge-neración de conocimiento en función de lasnecesidades y potencialidades propias.

Como ejemplos, cita el caso de las publicacio-nes académicas indexadas, coordinadas desdeel Norte, que imponen agendas de investiga-ción que no corresponden a los intereses y ne-

cesidades de los países del Sur. Mientras quela biodiversidad podría representar una ven-taja comparativa de la región más importanteque el petróleo y las minas, siempre y cuandose la investigue.

En suma, si bien la inquietud de romper ladependencia científica-tecnológica ya esta-ba presente en la agenda regional, es ahoraque está tomando mayor impulso mediante lainiciativa de procesos de integración como la

CELAC y UNASUR y ciertas alianzas internacio-nales.

Las implicaciones de esta agenda rebasan am-pliamente el ámbito oficial e incluso el aca-démico, pues tienen una alta relevancia parala educación en todos sus niveles, la salud,la vida comunitaria agrícola, la economía so-cial y solidaria, la empresa privada y muchasotras áreas de nuestras sociedades. De allíla importancia de impulsar un amplio debatesobre el tema. La presente revista se proponecontribuir a ello a través de diversos aportesdesde un enfoque de la economía política delconocimiento, ciencia y tecnología.1 

1 Esta edición ha sido coordinada por Monica Bruck-mann, presidenta de ALAI.

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Una economía política de

la ciencia y la tecnologíaTheotonio Dos Santos

Dada la cantidad de investigaciones reali-zadas sobre la globalización y las cuestio-

nes relativas al desarrollo global y al nuevosistema-mundo, un nuevo esfuerzo de inves-tigación en el Sur, vinculado a la formaciónde cuadros políticos, gestores y diseñadores

de políticas públicas, académicos e investiga-dores, no sólo es necesario sino urgente. Setrata de crear una profunda conexión entreenseñanza e investigación, para generar unespacio de reflexión colectiva y de producciónde conocimiento.

Los países en desarrollo de África, Asia y Amé-rica Latina tienen que fortalecer la capacidadde sus propios sistemas de investigación einstituciones académicas a fin de: establecer

bases conceptuales que permitan una com-prensión más profunda del actual proceso deglobalización; analizar su situación, diagnos-ticar sus problemas; determinar sus objetivosnacionales, regionales y locales; diseñar po-líticas de desarrollo sustentable para superarlos graves límites estructurales del proceso deglobalización; controlar la conformación demegalópolis desarticuladas e irracionales ensus territorios y, por último, ponerlas en ungrado de civilización compatible con las po-

tencialidades de la revolución científica y tec-nológica en curso y poder establecer patronesde riqueza y poder democratizadoras.

En tal sentido, se requiere desarrollar unametodología de análisis no solamente de lasestructuras básicas del sistema mundial, sinotambién un método de análisis de las coyun-turas generadas por las principales tendenciasde la globalización en el mundo contemporá-

neo. Esta articulación servirá como una he-rramienta para la investigación, cuyos resulta-dos se integrarán en los contenidos educativosde los programas de posgrado.

Los estudiantes de posgrado tendrán la opor-tunidad de desarrollar sus propios trabajos definalización de curso a partir de su participa-ción en las líneas de investigación que logrencomprender las fuerzas que llevan actualmen-te a la expansión económica dependiente de

los mercados globales, integrados de formadesigual y combinada, articulando clases ygrupos sociales significativos incorporados engeneral a las grandes ciudades, aglomeracio-nes demográficas que rompen cada vez máslas fronteras geográficas racionales.

En estas nuevas unidades poblacionales, lasrelaciones entre distritos de diferentes ciu-dades establecen una preferencia por la vi-vienda en ciudades distintas de los lugares de

trabajo, a pesar de que carecen de medios detransporte adecuados para trasladarse a loslugares de trabajo. Las fuertes emigracionesdel campo a las ciudades incorporan nuevascomunidades, inclusive nuevos pueblos quefranquean las fronteras nacionales, diferentesgrupos lingüísticos, étnicos, sociales, econó-micos.

Las últimas décadas, dominadas por una ofen-siva ideológica «neoliberal», solo hicieron

Theotonio Dos Santos, investigador senior vi-sitante nacional de la Universidad del Estadode Rio de Janeiro (UERJ); Presidente de la Cá-tedra UNESCO sobre Economía Global y Desa-rrollo Sustentable (REGGEN); Premio Mundialde Economista Marxiano 2013 de la AsociaciónMundial de Economía Política (WAPE).

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emerger más violentamente esta nueva reali-dad que recibió el nombre de megalópolis, esdecir, unidades anárquicas de grandes centrosurbanos.

En las zonas subdesarrolladas del mundo, es-tos fenómenos asumen formas cada vez másdesarticuladas y se generan nuevos fenóme-nos sociales sin precedentes y fuertes ano-mias sociales que las ciencias sociales, muyinfluenciadas por el funcionalismo estructu-ral, no pueden explicar. Fenómenos micro-económicos super-estudiados sufren cambiosfundamentales en estas nuevas realidades,como resultado de fuerzas socioeconómicasglobales que afectan a toda la humanidad,

aunque producen realidades concretas muydiferenciadas.

Estos efectos locales dependen de la posiciónrelativa que asumen los diversos grupos socia-les en esta nueva realidad global en plena ex-pansión. La enorme socialización del procesoproductivo a escala mundial conduce a la di-visión del trabajo a escala mundial, en la quelas tareas de planificación, investigación y de-sarrollo, el diseño, el mercado y la incorpora-

ción de innovaciones significativas se quedanen los centros del sistema mundial, mientrasse transfiere a las zonas periféricas las acti-vidades productivas con uso más intensivo demano de obra.

Hoy en día, este fenómeno ha adquirido ca-racterísticas gigantescas de impacto cada vezmás decisivo en el mundo contemporáneo.Los centros de decisión política y administra-tiva continúan apoyándose en la distribución

del poder del período pos Segunda GuerraMundial, mientras la realidad da saltos espec-taculares, en tanto las zonas semi-periféricasy periféricas comienzan a aprovecharse delas inconsistencias producidas por la contra-dicción entre la creencia de los centros depoder mundial, ubicados en Estados Unidosy en Europa Central y del Norte, respecto ala capacidad y la calidad de sus institucionespara mantener la actual estructura del podermundial y la creciente complejidad de este

sistema mundial en plena mutación.

La tercera revolución industrial

El proceso de globalización de la economía y

la política mundiales, basado en la revolucióntecno-científica que se inició en la década delos ´40, sometió gradualmente el proceso deproducción al desarrollo científico, introdu-ciendo la investigación y el desarrollo en elcentro mismo del proceso económico. Hoy, larobótica y la telemática producen una expan-sión de la información, que está cambiandoradicalmente la relación entre la ciencia, latecnología y el proceso productivo, transfor-mando de manera significativa las escalas de

la producción por efectos de la automatiza-ción. A pesar de que la producción está subor-dinada al progreso científico –particularmentela inteligencia artificial y la comunicación–,ello permite al mismo tiempo un diferencialde productividad importante en favor de laszonas otrora periféricas.

Estas innovaciones tecnológicas producencambios estructurales al ampliar el papel delos servicios, así como las actividades relacio-

nadas con la investigación, la planificación yel diseño de productos, creando también nue-vos sectores –industrias y actividades econó-micas– y cambiando las relaciones entre ellos.El resultado es una tercera revolución indus-trial que integra el planeta en una nueva divi-sión internacional del trabajo que se articulacon el proceso instantáneo de comunicación einterdependencia y reduce la distancia entrelas distintas regiones del globo. En este con-texto, se rompe el equilibrio ecológico global,

amenazando la supervivencia de la humanidaddebido a la degradación del medio ambiente yel riesgo de un holocausto nuclear.1

1 El carácter global de la amenaza nuclear y eco-lógica exige un cambio radical en los instrumentosde gestión internacional, la apertura de una ampliadiscusión internacional y la creación de institucionescon la responsabilidad de abrir el camino hacia unnuevo orden internacional y nuevos mecanismos degobernanza.

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En este contexto de rápidos cambios, regionesque no participan en el desarrollo de nuevasformas de producción industrial y postindus-trial se quedan cada vez más alejadas de loscentros de poder mundial. Este proceso de

globalización, por lo tanto, aumenta la bre-cha tecnológica entre los países desarrolladosy “en desarrollo”. Pero por otro lado, generaoportunidades de concentración de la riquezaproducida en manos de fuertes Estados nacio-nales, con impresionantes masas humanas yprocesos educativos capaces de aumentar rá-pidamente la capacidad intelectual, política yeconómica de estas zonas antes subordinadasa los designios de los centros de poder mun-dial.

Las regiones menos avanzadas tecnológica-mente han sido penalizadas por un perversodoble movimiento. Como hemos visto, la in-troducción desordenada de nuevas tecnologíasy sistemas productivos eliminaron sectores desubsistencia no-monetizados, que sustentabanimportantes poblaciones campesinas, como laproducción comunitaria, la artesanía, el true-que, etc. Estos cambios provocan un éxodomasivo de la población rural a las zonas urba-nas, y crean una grave y compleja interacciónentre la alta tecnología, concentración de lariqueza y condiciones de vida miserables. Estanueva realidad se convierte en una fuente detensiones sociales y ambientales cuyos límitesaún no pueden ser establecidos.

Por otro lado, existe una marcada ausencia dedesarrollo global que proporcione una indus-trialización equilibrada, un sistema educati-vo de amplio alcance y un sector de serviciosbien coordinado para favorecer el avance ennuevas tecnologías y del nuevo sistema deproducción.

Los resultados han sido, como hemos visto, laexplosión de la urbanización sin que se acom-pañe de una estructura socioeconómica razo-nable, el deterioro del medio ambiente y elaumento de la pobreza, la miseria, la margi-nación y la exclusión social, fenómenos quecaracterizan las llamadas megalópolis. Todas

estas tendencias son reconocidas por la Or-ganización Internacional del Trabajo (OIT), elPrograma de las Naciones Unidas para el Desa-rrollo (PNUD) y otras organizaciones interna-cionales dedicadas al estudio del desarrollo.

Cada día trae nueva literatura sobre estos fe-nómenos.

La economía mundial desregulada y orientadaal mercado está conduciendo a una impresio-nante concentración de la riqueza y, al mismotiempo, al aumento de la pobreza y la miseria,que arrastran a graves problemas de desinte-gración y exclusión social en el marco del im-pacto del desempleo y el subempleo. Esta si-tuación plantea una pregunta importante para

la humanidad: ¿justicia social y desarrolloeconómico son incompatibles? ¿La humanidadserá capaz de dominar las relaciones econó-micas capitalistas aparentemente incontrola-bles?

Desafíos

El surgimiento de los BRICS como una nuevaarticulación de los centros de poder conti-nentales que cubren todos los continentes

con diversificados mecanismos de integra-ción, cooperación y solidaridad genera unamasa de poder mundial en plena expansión,al apoyarse en capitalismos de Estado que semuestran capaces de imponerse a los centrosprivados de poder articulados en monopoliosy oligopolios cada vez más ineficientes, ambi-ciosos y especulativos y que –por lo tanto– seacomodan cada vez más a la sombra de losEstados nacionales, obligados a enfrentarse alas necesidades y expectativas de los diversos

pueblos.

El debilitamiento de los centros hegemóni-cos globales y su incapacidad para revisar susteorías y sus valores están exigiendo cada vezmás que generemos nuestros propios esfuer-zos teóricos y empíricos con metas propias dedesarrollo de acuerdo a nuestras capacidadesy posibilidades. Es en este plano que debe-mos formular una economía política capaz deredefinir el papel de la ciencia y la tecnología

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de acuerdo con nuestras propias realidades.Nuestros propios problemas que requieren so-luciones adecuadas. Nuestras propias tradi-ciones de organización comunitaria, nuestrosinstrumentos materiales e intelectuales para

construir un proyecto cultural e intelectualal servicio de nuestros pueblos, comenzandocon una capacidad de organización acumuladaa través de siglos de gestión de millones deseres humanos. La ciencia económica desa-rrollada por los centros de poder mundial ysus imitadores dependientes y subordinadostienen poco que enseñarnos, pues viven de lacreación de modelos formalizados –cada vezmás lejos de la realidad– en los cuales las di-ferencias locales y sus raíces culturales no tie-

nen ningún papel.Por lo mismo, los científicos sociales del Surdeben unirse a sus propias fuerzas sociales ymovimientos políticos con el fin de produciruna respuesta eficaz a los cambios globales.Deben congregar esfuerzos locales, regionalesy globales en la lucha por nuevos estilos de

desarrollo sostenible y justicia socioeconómi-ca, que incorporen a las etnias históricamentesubyugadas y excluidas del ejercicio pleno desu ciudadanía.

Los trabajadores, las mujeres, los jóvenes queemergen en el cuadro político mundial comosujetos políticos activos, con sus propios pun-tos de visa, tienen su integración en el sistemade poder mundial como objetivo imposterga-ble. Cabe a las ciencias sociales ayudar a for-mar a una nueva generación de investigadores,pero también de gestores a la altura de estastareas. No se trata solamente de elevarse alnivel de los grandes centros de poder mundial;más bien se trata de formar nuestros propios

centros de investigación y de pensamiento ca-paces de formular sus propios planes de cono-cimiento orientados a las necesidades de suspueblos. Se produce así un nuevo proyectogeopolítico que enfrenta a las pretensiones dedominio exclusivo e imperial del gran capitalinstalado en sus poderosos aunque decadentesEstados nacionales. (Traducción ALAI)

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Base material de la

economía del conocimientoJesús Ramos Martín

La hipótesis de partida de este artículo esla siguiente: “la economía del conocimien-

to (y por ende la del bioconocimiento) no esinmaterial, necesita de un nivel de organi-zación de la sociedad y unas estructuras queconsumen recursos por naturaleza”. Se trata

de una proposición que, a pesar de ser bastan-te aceptada en disciplinas científicas como laecología o la física, es discutida desde algu-nas ciencias sociales como la economía, queproponen un teórico crecimiento económicobasado en un conocimiento infinito. El falsocorolario que se deriva es que el crecimien-to puede ser infinito si se basa en el recursoinfinito conocimiento. Esto justificaría estra-tegias de desarrollo que se supone “desmate-rializarían” nuestras economías, es decir, que

harían que su crecimiento económico estuvie-se desligado del consumo de recursos. Esto,sencillamente, no es cierto. El conocimientosí es inmaterial, ahora bien, el mantenimientoy la sistematización del mismo y la utilizacióncon fines productivos no lo es y requiere decantidades importantes de recursos naturalesen términos de infraestructura.

El atractivo de la idea ha hecho que gobiernosde todos los colores la apoyen de manera in-

condicional. Así vemos a la Unión Europea consu Estrategia de Lisboa (para el crecimiento yel empleo) aprobada en marzo de 2000, que setrata de un plan de desarrollo de la Unión Euro-pea cuyo objetivo era convertir a la economíade la UE en la más competitiva del mundo parael año 2010, basándose en el conocimiento. La

estrategia fue superada por la Estrategia Eu-ropa 2020 (European Commission, 2010), en laque la economía verde y la economía circular  se unen al conocimiento para, en teoría, garan-tizar el crecimiento económico en la UE.

La UE no se ha quedado sola en estas iniciati-vas. Así, algunas economías de América Latina,como Ecuador, han apostado fuertemente porla sociedad del conocimiento para superar elmodelo de economía extractiva, como el pro-pio Presidente Correa ha afirmado en repetidasocasiones. En palabras del Ministro de Cienciadel Ecuador “el centro de la estrategia endó-gena de generación de riqueza es convertir laprincipal ventaja comparativa y valor que tieneel Ecuador, su biodiversidad cultural y natural,

en valor socioeconómico a través del disfrutede su contemplación (ecoturismo) y la trans-formación de esa información en conocimientoy bienes y servicios industriales (e.g. agroeco-logía, biomedicina, bioinformática, bionanoin-geniería, bioenergía, bioquímica, entre otros)para satisfacer necesidades básicas, garantizarderechos y potenciar capacidades que tienecada territorio” (Ramírez, 2014).

No se me ocurre una mejor utilización de la

renta minera y petrolera que invertir en loplanteado por René Ramírez en el párrafo ante-rior. Ahora bien, eso no quiere decir que el mo-delo de desarrollo resultante de tal accionar,sea inmaterial como se dice a menudo. Mayo-res niveles de ingreso siempre van aparejadosde mayores consumos de energía y materiales(Velasco-Fernández et al. 2015; Stern 2004;Schaffartzik et al., 2014).

El trabajo de investigadores como el antropó-

Jesús Ramos Martín, Centro de ProspectivaEstratégica, Instituto de Altos Estudios Nacio-nales, Ecuador.

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logo Joseph Tainter nos deja claro que las so-ciedades humanas, a medida que evolucionan,tienden a mayores grados de complejidad delas mismas (Tainter, 1988). Esta mayor com-plejidad hace que sean necesarias nuevas es-

tructuras organizativas, como los gobiernos,los ejércitos, policía, la administración, quedemandan cantidades crecientes de recursos.La apreciación de Tainter es compartida porcientíficos de otras áreas como Alfred Lotka(física), Ilya Prigogine (física), Howard T. Odum(ecología), Nicholas Georgescu-Roegen (econo-mía ecológica), Humberto Maturana (biología),o Tim Allen (teoría de las jerarquías, ecología).Al crecer en estructuras organizativas, tambiénaumenta el “costo fijo” de mantener esas es-

tructuras. Es decir, una sociedad necesita lle-gar a un estado de desarrollo determinado parapoder utilizar el conocimiento de manera efec-tiva en términos económicos. Pero ese nivel dedesarrollo implica que el solo mantenimientode las estructuras necesita de recursos crecien-tes. Esto está relacionado con las economíasbasadas en el conocimiento.

¿Es necesario el crecimiento?

En mi opinión, la confusión acerca de los mo-delos de desarrollo basados en el conocimientono es casual. El capitalismo necesita de rein-venciones de conceptos de manera continuapara poder justificar el crecimiento continuoen un mundo finito. Esto sucede en el ámbi-to ambiental, en donde hemos visto cómo delconcepto de desarrollo sostenible se pasó des-pués al de la economía verde y cómo recien-temente se habla de economía circular , pro-mocionada tanto por China como por la Unión

Europea. Esta creencia en un cierto optimismotecnológico es muy conveniente para el statuquo, pues nos previene de cuestionarnos el mo-delo de desarrollo en el que estamos inmersos,en el que una crisis se define como la falta decrecimiento económico. En efecto, bajo lailusión de la economía circular, parecería queel crecimiento puede continuar de manera ili-mitada, pues estamos reciclando los residuosy convirtiéndolos en nuevos recursos. Desgra-ciadamente, la realidad no se corresponde con

esta lectura pues, a pesar de ser cada vez máseficientes en el uso de recursos para produciruna unidad de PIB, cada vez consumimos másrecursos naturales, llevándonos cerca de lo quese conoce como el pico de todas las cosas.

Algo similar parece estar ocurriendo en el ám-bito del conocimiento como motor del desarro-llo económico. Como he comentado con ante-rioridad, el cambio de modelo es necesario yEcuador está ofreciendo ejemplos al resto delmundo sobre qué y cómo cambiar, así como lautilización de las rentas de las materias primasexportadas. Ahora bien, no debemos caer enel error de pensar que el modelo de desarrolloresultante sea menos depredador de recursos.

Si hacemos caso de la Segunda Ley de la Ter-modinámica entenderemos que todo procesoimplica un consumo de energía. Esto tambiénaplica para el caso del conocimiento. El man-tenimiento del conocimiento de manera formalprecisa de recursos que sean invertidos en elproceso de educación y de innovación científi-ca. Asimismo, llevar las innovaciones al terre-no productivo exige disponer de unos nivelesdeterminados de desarrollo industrial. No es

casual que las economías más fuertes en co-nocimiento como Estados Unidos, Japón, Ale-mania y recientemente Corea o China, seanlas que tienen niveles más altos de consumode energía y materiales, así como los sectoresindustriales más desarrollados.

No se nos puede olvidar que el crecimientoeconómico siempre implicará un mayor uso derecursos, a pesar de todas las iniciativas deeficiencia de uso que se implementen o to-dos los programas de fomento del reciclado.Por este motivo, el debate debe ser acerca dela necesidad del crecimiento, ¿es necesario?¿Qué tipo de crecimiento y por parte de quién?Como el economista ecológico Nicholas Geor-gescu-Roegen (1971) nos recordaba, el propó-sito del proceso económico era el disfrute dela vida y no una cifra de crecimiento del PIB.De alguna manera, esta idea es la que hay de-trás del Sumak Kawsay  o Buen Vivir  propuestodesde Ecuador.

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A modo de conclusión, me gustaría destacaralgunas ideas. Por un lado, está claro que elcrecimiento económico siempre implica unmayor uso de recursos naturales y energía, porello es necesaria una discusión sobre niveles

de crecimiento a nivel internacional. Por otrolado, el desarrollo económico (que no creci-miento) que esté orientado hacia la satisfac-ción de necesidades, ejercicio de derechos y,en suma, el disfrute de la vida, ya sea en lasformas de bioconocimiento u otras, debe serpriorizado por encima de cualquier otro mo-delo de desarrollo, teniendo en cuenta que,desgraciadamente, también implicará un usode recursos y generará impactos que deberánser afrontados. Finalmente, y precisamente

por las contradicciones internas de los mode-los de desarrollo, se hace más necesaria quenunca la planificación, que deberá ser pros-pectiva si queremos trabajar en lograr cam-bios sistémicos en los modelos de desarrolloque conlleven una priorización de los cada vezmás escasos recursos naturales.

Referencias

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Un nuevo rumbo para la

revolución tecnológicaCarlota Pérez

boom victoriano, la Belle Époque, la edad deoro de la posguerra, y… la que podría estar porvenir. Los tiempos de prosperidad tipo burbu-ja polarizan el ingreso; las épocas de bonanzatienden a revertir el proceso.1 

La primera prosperidad de cada revoluciónconstituye un gran experimento que pone aprueba y elige las nuevas tecnologías, e insta-la las infraestructuras (ya sean los ferrocarri-les, la electricidad o Internet). Es un procesointenso de destrucción creadora, de aprenderlo nuevo y desaprender lo viejo, de librarse delos “dinosaurios” y todo lo obsoleto heredadodel período anterior. La innovación se concen-tra en las nuevas industrias (como ocurrió conla revolución de la información) y en la mo-

dernización de todas las otras industrias segúnel nuevo paradigma. Esta vez también se cen-tró en la globalización.

El resultado es que la gama de posibles ave-nidas tecnológicas es ahora inmensa. El poderde la tecnología de la información puede per-mitir a casi todas las industrias emprender supropia revolución: el mundo de la medicina,el mundo de los materiales o el de la biología,las industrias creativas, el transporte, la ener-

gía, la construcción, la nanotecnología, lascélulas madres, la agricultura, la impresión3D, la robótica… ¿Cuál será el próximo granavance? Por ahora, no se sabe. No hay éxitosgarantizados. Son todos inciertos. No obstan-te, constituyen nuevas vías para la innovacióny la creación de riqueza.

Convergencia de innovaciones

1 Para conocer más sobre la teoría detrás de estasafrmaciones ver www.carlotaperez.org

Carlota Pérez es Centennial Professor de De-sarrollo Internacional en la London School ofEconomics; Catedrática de Tecnología y Desa-rrollo en la Universidad Tecnológica de Talín,Estonia y Profesora Honorífica de SPRU (Cen-tro de Investigaciones sobre Política Científicay Tecnológica) Universidad de Sussex, ReinoUnido.

El mundo financiero después de los grandesauges de los años noventa y de comien-

zos de los 2000 ha adquirido la costumbre debuscar el próximo gran avance o la próximarevolución tecnológica soñando con grandesganancias relativamente fáciles. ¡Parecería la

moderna versión de la búsqueda de El Dorado!

Lo cierto es que la evolución de la tecnologíaha sido recientemente tan impresionante queha terminado convenciendo a muchos de quela innovación disruptiva es lo que conduce alcrecimiento y al éxito. Bueno, en cierta formaes así… pero, en otra, quizás no.

La historia tiene mucho que enseñarnos. Lainnovación ha sido siempre un motor de creci-

miento y la principal fuente para aumentar laproductividad y la riqueza. Pero cada revolu-ción tecnológica ha traído dos épocas distintasde prosperidad. Las primeras son agitadas yemocionantes para los que se benefician deellas. Es lo que fueron las burbujas de losaños noventa y dos mil, así como los “locosaños veinte” y, anteriormente, las manías delos canales y de los ferrocarriles. Todas esasburbujas terminaron en colapso y recesión yrevelaron las grandes desigualdades en la dis-

tribución del ingreso y entre regiones y secto-res. Sin embargo, después de la recesión, sur-gieron las prosperidades del segundo tipo: el

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Estas son precisamente las condiciones para elsegundo tipo de prosperidad. La gran transfor-mación no es resultado de una o varias tecno-logías, sino de la convergencia de innovacio-nes en todas las industrias hacia una misma

dirección. Esto es lo que crea las sinergias yel proceso de reforzamiento mutuo que hacenque la demanda sea dinámica para todos.

Fue así como ocurrió la época de bonanza dela posguerra en los países avanzados. El granpotencial de innovación de la revolución de laproducción en masa instalado durante los años20 y 30 condujo, desde mediados de los años40 hasta los años 60, al mayor auge económicoy a la primera economía de pleno empleo en la

historia del capitalismo.

En ese entonces, la principal fuerza motriz dela innovación fue el hogar suburbano. El auto-móvil hizo posible construir viviendas baratasen terrenos a bajo precio (entre ciudades carasy campos aislados). Cientos de miles de casasnuevas orientaron la innovación en la direc-ción del confort: desde reducir el trabajo enla cocina a pasar más tiempo libre en el salón,desde alimentos congelados y refrigerados a

plásticos desechables, desde aspiradoras a de-tergentes e insecticidas, desde materiales parapisos de fácil limpieza a fibras sintéticas que nonecesitan plancharse, y así sucesivamente. Lacreciente demanda estimuló la innovación enaumentar la productividad lo cual permitió au-mentar los salarios y convertir a los empleadosen consumidores de ingreso medio. Este proce-so positivo de retroalimentación se reforzó conel seguro hipotecario brindado por el Estado(como Fannie Mae en EEUU) y el crédito al con-sumidor, para poder comprar a plazos inmue-bles, autos y electrodomésticos; seguido por elseguro al desempleo, el cual ayudaba a evitarel incumplimiento de pagos, y las pensiones dejubilación, que generaban confianza para quelas personas pudieran gastar la totalidad de susingresos cada mes. Al mismo tiempo, la guerrafría y la carrera espacial financiaron y estimu-laron la tecnología de punta. Todo ello implicóuna serie de innovaciones institucionales, basa-das en el sistema impositivo, que garantizaronun flujo constante de consumo y el aumento

del bienestar de la población de esos países.

Las estrategias de negocio, los valores del con-sumidor y las políticas públicas convergieron enun juego de suma positiva: era una verdade-

ra situación ganar-ganar para la gran mayoríade los participantes en los países avanzadosde Occidente. El modelo pudo mantener altoslos salarios de los trabajadores y accesibles losprecios de los productos y de su uso en esos paí-ses, gracias a los bajos precios de la energía ymaterias primas provenientes del llamado Ter-cer Mundo. En dichos países sólo una angostacapa clase media pudo beneficiarse del ‘modode vida americano’ hasta que la saturación demercados y el agotamiento de las trayectorias

tecnológicas condujo a otro juego suma-positi-va. Esta vez fue la sustitución de importacionesen los países en desarrollo, a partir de fines delos sesenta, la que abrió un camino de desarro-llo para múltiples empresas locales y de mejorapara capas mucho más amplias de la población,mientras que las empresas multinacionales en-sanchaban sus mercados y recuperaban su nivelde ganancias.

Pero ahora no estamos, como en los años se-

tenta y ochenta, al fin de un modelo y al co-mienzo de una revolución tecnológica. Nos en-contramos a medio camino de la difusión de larevolución de las tecnologías de la informáticay las comunicaciones (TIC). Estamos, más bien,en un tiempo equivalente a los años treinta,cuando tenemos un enorme potencial tecnoló-gico (como entonces se vio durante la segundaguerra mundial). Pero el potencial de ahora escompletamente diferente. No está basado en lahomogeneidad sino en la diversidad; no tiendea convertir los servicios en productos sino losproductos en servicios, no sólo a nivel local onacional, sino también global… y así podríamoscontinuar con una lista interminable. Está cla-ro que necesitamos un enfoque totalmente dis-tinto; una visión orientadora diferente y otraserie de innovaciones institucionales de tantaenvergadura como las propuestas por Keynes yRoosevelt en aquel momento.

Además ha habido un cambio de gran impor-

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tancia: la revolución de las TIC, junto con laglobalización facilitada por ella, ha hechoposible la incorporación de lo que antes sellamaba Tercer Mundo tanto a la produccióncomo a la innovación tecnológica. Eso es un

cambio fundamental que puede transformarlos patrones de pensamiento de estas gene-raciones hacia metas mucho más ambiciosaseconómica y socialmente.

Una época de bonanza sustentable…

¿Cómo podríamos desencadenar una época debonanza global con el gran potencial de inno-vación del que disponemos en este momento?¿Qué acciones podrían crear la convergencia

en el siglo XXI?

A mi juicio hay tres direcciones claras e inter-dependientes para orientar la innovación:

- personas sanas y creativas;

- un planeta sustentable y

- el pleno desarrollo a nivel mundial.

Ya no apuntamos al hogar sino al individuo; elindividuo creativo, sano, móvil, interconectadocon múltiples comunidades pequeñas y grandes(incluyendo la familia), locales, nacionales yglobales, en constante comunicación y aprendi-zaje, y disfrutando de una alta calidad de vidapor un período más largo. El tiempo libre yano es descanso (sentados frente al televisor);es de índole participativa y activa. El consumi-dor se convierte en “prosumidor” (combinandola producción y el consumo). La medicina yano será una guerra contra los gérmenes sinoun proyecto de salud, un esfuerzo conjunto de

médicos y pacientes, basado en una compren-sión más profunda e integral del funcionamien-to cerebral y del cuerpo humano, así como dela función que desempeñan la alimentación, elejercicio, la identidad, la educación – inclusivela meditación – en alcanzar el estilo de vidaideal para cada uno. Desde luego, por ahoraeste modelo apunta a la clase media educada(como lo fue el ser propietario de una vivien-da en los años veinte y treinta); aunque podríaconvertirse en la noción universal de “el buen

vivir”; la aspiración de todos.

El planeta ya no es una fuente inagotable deenergía y de materia prima, ni el lugar paradepositar nuestros residuos, sino un sistema

complejo que es necesario entender y prote-ger, precisamente para garantizar la vida salu-dable que todos deseamos, pero también paraincorporar cientos de millones de nuevos con-sumidores. ¡Esta es la nueva carrera espacial!El crecimiento y la demanda van a dependerde nuestra capacidad de expandir las fronte-ras del conocimiento para afrontar con éxitolos límites ambientales y las necesidades socia-les de las mayorías. Será necesario aumentarconsiderablemente la productividad de todos

los recursos. Asimismo, para garantizar unavida saludable y el continuo proceso de globa-lización, será esencial reducir los residuos y lacontaminación, crear sistemas de producciónde ciclo cerrado sin efluentes, diseñar para ladurabilidad, pasar de la posesión de artefactosa su alquiler (priorizando de nuevo el mante-nimiento como actividad y fuente de empleo),replantear nuestro entorno y su transformaciónradical.

…y globalmente incluyente

Finalmente está la tercera dirección: el plenodesarrollo a nivel mundial. La primera prospe-ridad de la revolución de las TIC impulsó un rá-pido crecimiento en los llamados países emer-gentes; el desafío de la época de bonanza porvenir, la segunda prosperidad de las TIC, de-bería y podría consistir en lograr globalmentelo que la revolución de la producción en masahizo en los países occidentales: ¡integrar a to-

dos al buen vivir!

Podríamos llamar “crecimiento verde” a lacombinación de estas tres fuerzas motrices. Esepodría ser realmente el próximo gran avance;proporcionar una dirección clara para reactivarla economía a través de la innovación. Sin em-bargo, como ocurrió en la época de bonanza dela posguerra, se requiere un consenso entre lasociedad, los gobiernos y el sector privado parainclinar el campo de juego a favor de la soste-

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nibilidad, mediante innovaciones instituciona-les audaces y creativas. Y esta vez el consensotendrá que ser no sólo dentro de cada país sinotambién a nivel supranacional y global.

En las condiciones políticas actuales tales me-tas parecerían imposibles y utópicas. Ni las em-presas globales, ni el mundo financiero, ni loslíderes políticos están dispuestos a crear insti-tuciones supranacionales, ni a ocuparse seria-mente del ambiente, ni a resolver el problemade las corporaciones globales que evaden im-puestos, ni a enfrentar el problema de los refu-giados de las ‘nuevas guerras’, ni mucho menosaspirar al bienestar de todos y tomar accionesal respecto. Sin embargo, nadie habría tampo-

co creído en los años treinta que los famélicosdesempleados que hacían cola en las calles porun plato de sopa podrían un día tener una casapropia, llena de aparatos eléctricos y con unauto en la puerta. Tampoco era posible ima-ginar que la casi totalidad de las colonias ob-tendrían su independencia por las buenas o por

las malas cuando Hitler estaba empezando unaguerra para crear un nuevo imperio. De hecho,muchas de las medidas aplicadas por Roose-velt para enfrentar la depresión fueron no sólocombatidas (y tildadas de comunistas) sino lle-

vadas a la Corte Suprema y a veces derogadas.

Ni los viejos modos de pensamiento ni la extra-polación del presente nos pueden llevar al me-jor de los mundos dentro del campo de lo posi-ble con este potencial tecnológico. Estos son losmomentos históricos en los cuales la sociedadpuede moldear el futuro. Pero para ello se ne-cesita comprender la naturaleza de las tecno-logías disponibles y las posibilidades que brindael contexto. Y… la historia también nos enseña

que, en estas épocas de transición potencial, espreferible ser audaz que tímido.

* Artículo basado en la presentación en elForo Technology Frontiers de la revista TheEconomist, 2013.

Este libro recoge tanto posicionamientos decoordinaciones y organizaciones sociales,como plataformas comunes y normativas

legales que están abriendo brecha paraque esta conquista se haga realidad, juntocon el reconocimiento pleno del Derecho a

la Comunicación.

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Soberanía del conocimiento

y estrategias de desarrolloAndrés Arauz

Contexto

Para discutir sobre la soberanía del conoci-miento en los países de América Latina debe-mos ubicar el debate en el contexto del co-lonialismo y del neocolonialismo. La primera

dimensión se manifiesta a partir de la existen-cia de estados y sociedades herederos del co-lonialismo, la predominancia de los lenguajesy las religiones de los colonizadores. A su vez,se expresa mediante la persistente presenciamilitar de poderes extrarregionales en AméricaLatina y el Caribe: desde Puerto Rico a Guya-na Francesa, desde las islas de “ultramar” delCommonwealth hasta las bases militares nor-teamericanas en la Amazonía colombiana, pa-sando por la reactivación de la Cuarta Flota.

Esa presencia militar se ha potenciado por ca-bles submarinos extrarregionales en las costaslatinoamericanas y caribeñas, y por satélitesen el espacio aéreo. La infraestructura de te-lecomunicaciones ha viabilizado la dominanciaeconómica de las potencias extrarregionalesen los flujos de información intrarregionales,el espionaje masivo de agencias militares ex-trarregionales, la colaboración entre corpo-raciones transnacionales de dichas potenciasy sus gobiernos, y el saqueo de información

comercial de empresas estratégicas y bancosestatales de los países del Sur. El caso delespionaje comercial de Petrobras por parte dela NSA es uno de los ejemplos más claros sobreesta problemática.

En la dimensión del neocolonialismo capitalis-ta, la hegemonía cultural de potencias extra-rregionales ha sido el principal promotor paraestimular un patrón de consumo homogeniza-do. El vínculo entre la infraestructura de te-lecomunicaciones y los contenidos culturalesde los mass media cristalizan dicha hegemo-nía cultural. Por otro lado, la hegemonía delas redes sociales, administradas y gobernadaspor potencias extrarregionales, representa unnivel más sofisticado e invasivo de la pene-tración de contenidos culturales en nuestraregión. La información no es unidireccional,como en el caso de los mass media; ahora esretroalimentada en tiempo real, de formaindividualizada, georeferenciada, enlazadaen redes, y categorizada en términos psico-emocionales. Esta retroalimentación sirve, a

su vez, para la administración de contenidosy construcción de estados sicológicos y cogni-tivos a nivel colectivo. La experiencia de lared social ZunZuneo, gestada por la USAID, enCuba caracteriza esta dimensión.

Este neocolonialismo no solo se expresa en lapresencia física o virtual, sino también en laconstrucción jurídico-institucional del siste-ma global del conocimiento. La OrganizaciónMundial de la Propiedad Intelectual adminis-

tra convenios internacionales que llevan másde 100 años de vigencia y que fueron estable-cidos para la internacionalización de la priva-tización del conocimiento y la cultura, comoson los de Berna o París. A la fecha, ese si-gue siendo el espacio de deliberación multi-lateral sobre nuevos tratados internacionalesrelacionados a la propiedad intelectual y elconocimiento. Mientras que a pocas cuadrasen Ginebra sesiona la Organización Mundial de

Andrés Arauz, economista, es Ministro Coor-dinador de Conocimiento y Talento Humano deEcuador.

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Comercio que, a partir de la Ronda de Uruguay,incorpora el Acuerdo de Propiedad Intelectualrelativa al Comercio (ADPIC), norma suprana-cional que rige el sistema de propiedad inte-lectual en el planeta. A esto se suman cente-

nas de tratados de libre comercio regionalesy bilaterales que profundizan las “disciplinas”en materia de propiedad intelectual y las cru-zan con obligaciones arancelarias. E inclusomás preocupante, hay miles de tratados bila-terales de protección recíproca de inversionesque, siguiendo el modelo del Norte, definena la propiedad intelectual como un activo deinversión, potencialmente sujeto de arbitrajeinternacional en el CIADI del Banco Mundial,o instancias similares, en caso de medidas re-gulatorias de los Estados que afecten las ex-pectativas de ganancias de las corporacionestransnacionales titulares.

No debe sorprender que en donde sí existenventajas comparativas para los países del Sur,como la biodiversidad o los conocimientos an-cestrales, los países más ávidos por patentarno han suscrito el Convenio de Diversidad Bio-lógica ni el Protocolo de Nagoya, que remu-neraría principalmente a los Estados y a lascomunidades del Sur. La biopiratería sigue

campante. Esta institucionalidad, que reco-ge y refleja asimetrías de poder y prácticasculturales hegemónicas, evidencia la desigualdistribución de patentes (gráfico 1) en el mun-do entre los países ricos y los países pobres.

Aparentemente, las desigualdades existen-tes no son suficientes para las corporacionestransnacionales y sus Estados patrocinadores.El vínculo orgánico mediante puertas revol-ventes, cabildeo (lobby),  financiamiento decampañas y participación en consejos aseso-res, entre las corporaciones del capitalismocognitivo y el gobierno de EE.UU., ha llevado aque proponga al planeta una agenda hiperpri-vatizadora del conocimiento. Por ejemplo, se

ha propuesto el Acuerdo Comercial Anti-Fal-sificación (ACTA) que busca endurecer la le-gislación de propiedad intelectual. EE.UU. haindicado que lo más importante de los nuevosacuerdos de libre comercio mega-regionales(Transpacífico y Transatlántico) es la legisla-ción relativa a propiedad intelectual, y su fu-tura relevancia como estándar global. El casode Google es uno de los más interesantes,pues ocupa el ranking número 9 como orga-nización que más hace lobbying político (paraambos partidos norteamericanos), forma par-

Gráfico 1. Número de patentes por grupos de países por nivel de ingreso

Fuente: OMPI

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te del Council of Foreign Relationsy contrata a 102 ex funcionarios degobierno (gráfico 2).

Soberanía regional del

conocimiento

Frente a este marco internacional,con visibles actores hegemónicos,es imprescindible que los países deAmérica Latina y el Caribe adoptenposiciones comunes. En primer lu-gar, las instancias multilateralesdel Sur deben servir como espaciosde confluencia para tener una vozunificada y un respaldo colectivo

en negociaciones bilaterales o mul-tipartes. Estas posiciones deben,en lo posible, convertirse en le-gislación o mandato regional pararespaldar las decisiones nacionalesante escenarios de realpolitik fren-te a potencias extrarregionales. Laexperiencia de la Comunidad Andi-na es un ejemplo de lo importanteque fue contar con una legislaciónsupranacional en el ámbito de ne-

gociación con EE.UU., de tratadosde libre comercio con capítulos depropiedad intelectual.

Vale insistir que los países del Surdeben impulsar la construcción deun régimen alternativo de inver-siones, dando de baja las menciones a la pro-piedad intelectual en los miles de tratados deprotección recíproca de inversiones. Un primeresfuerzo en la dirección correcta, aunque aún

distante de las necesidades de la región, hasido la Declaración de Quito, en septiembre de2015, en ocasión de la Reunión de Ministros deCiencia y Tecnología de la CELAC.

Pero además de cambiar el orden institucionalen lo relacionado a la propiedad intelectual,la región tiene que avanzar a la consolidaciónde una agenda programática para la SoberaníaRegional del Conocimiento. Con esto se logra-rá, entre otros temas, preservar la soberanía

en términos de seguridad de la información. Sedebe consolidar una infraestructura alternati-va en el ámbito de las telecomunicaciones ytecnologías de información. UNASUR ejecutóun buen primer paso en iniciar los estudios de

una red de fibra óptica sudamericana, pero aúnestá pendiente generar una red de satélitessudamericanos, así como el establecimiento deinfraestructura regional para el almacenamien-to de la información (incluyendo nuestros datospersonales), pues actualmente más del 80% dela información de páginas latinoamericanas sealbergan en servidores de EE.UU. Para esto, escrucial la integración de las empresas públicasde telecomunicaciones de nuestros países me-diante la figura de grannacionales.

Gráfico 2. Aportes de campaña, lobbying ypuertas revolventes de Google Inc.

Fuente: Opensecrets.org

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Es absolutamente crítico para la región aterri-zar en una agenda de investigación científica.A diferencia de los intereses hegemónicos, endonde la guerra ha sido el motor de los princi-pales avances científicos, la agenda de investi-

gación debe estar orientada hacia el Buen Vivirde los pueblos. Esta agenda ha de concretar-se en instrumentos específicos para el finan-ciamiento a la investigación científica, que nodependan de cooperación extrarregional y quesean menos vulnerables a los shocks de balan-za de pagos que enfrenta nuestra región (comopueden ser fondos comprometidos de investi-gación y desarrollo de las empresas públicas).La agenda se debe concretar en la formaciónde redes de conocimiento y debe iniciar con

estudios sobre los protocolos regulatorios y es-tándares regionales que precisa adoptar Amé-rica Latina y el Caribe para comunicaciones,almacenamiento de información, y la métricadel conocimiento y el talento humano.

Las estadísticas generadas por los organismosmultilaterales tienen una marcada influenciade actores extrarregionales, y la construcciónnormativa de los indicadores está sesgada porlos intereses de los países del Norte. Los índicesde TICs (NRI) del Foro Económico Mundial, detelecomunicaciones de la UIT, o de innovaciónde la OMPI tienen muchas debilidades metodo-lógicas y prejuicios ideológicos y eurocéntricos.Uno de los más grandes retos en relación a lamétrica tiene que ver con la indexación de lasrevistas especializadas y los procesos de revi-sión y evaluación de las mismas, incluyendo elcomponente de lenguaje.

Parte de la agenda científica debe orientarsehacia la conservación y aprovechamiento sus-tentable de nuestra principal ventaja compa-rativa: los recursos naturales estratégicos, in-cluyendo la biodiversidad y los conocimientosancestrales. La región precisa preservar supatrimonio natural, científico y cultural. Losrecursos del subsuelo son patrimonio no explo-rado. La biodiversidad es patrimonio científi-co codificado. Los conocimientos ancestralesconstituyen patrimonio intangible, no regis-trado. El levantamiento de información y susistematización sobre aquellos patrimonios de-

ben ser parte constituyente de la Agenda de In-vestigación Científica de la Región, y tiene queestar articulada a una planificación estratégicasupranacional, preferiblemente albergada enun Instituto de Altos Estudios Regionales, como

en efecto fue planteado por el ex SecretarioGeneral de UNASUR, Alí Rodríguez. En el casoecuatoriano, los clústeres científicos prospec-tivos coinciden con hotspots  de biodiversidady próximos a las fuentes de recursos naturalescomo son Ikiam en la Amazonía –que ademásalbergará a la universidad del mismo nombreespecializada en ciencias de la vida y de latierra–, las Islas Galápagos y el espacio de in-vestigación para el mar en Manabí, en la costaecuatoriana.

Finalmente, es fundamental garantizar el com-ponente de libre movilidad del talento humanodentro de la región como un fin en sí mismo,pero también como un medio para la conse-cución de mayores flujos de conocimiento y laconstrucción cultural de identidad común. Estoimplica la consolidación de un espacio regionalde educación superior, sobre la base de equi-valencia en la acreditación de universidades ycarreras; el reconocimiento y homologación detítulos para fines académicos, y la habilitaciónpara fines profesionales. El espacio regionaldebe ser complementado por intercambios es-tudiantiles en todos los niveles de educación,priorizando la educación superior y los años debachillerato (15-18). Este último punto ya seviene trabajando en UNASUR, con un co-lide-razgo de parte de Ecuador y de la SecretaríaGeneral.

Estrategias de desarrollo

Las dos estrategias principales que proponemospara ser ejecutadas a escala nacional son laeconomía social del conocimiento y la forma-ción del talento humano. La economía socialdel conocimiento implica plantearse una seriede demandas sociales vinculadas a la planifica-ción nacional y desencadenar el uso de las fle-xibilidades de los marcos institucionales inter-nacionales. El principal motor de demanda decualquier país son las compras públicas, pues

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constituyen un monto considerable del Produc-to Interno Bruto de sus economías. En nuestraregión, el componente importado de las com-pras públicas es alto.

La innovación desde la demanda implica sus-tituir tecnologías foráneas por tecnología fo-mentada a nivel nacional, incentivada por lacertidumbre de proveer al Estado durante unperíodo definido de tiempo. El acceso a losproductos o procesos críticos de dicha tecnolo-gía se puede complementar mediante políticaexpresa de transferencia tecnológica (en susdistintas variantes), incluyendo la posibilidadde emitir licencias obligatorias. Es de esa ma-nera que se logra una política integral de sus-

titución de importaciones, industrialización einnovación para la satisfacción de necesidadesconcretas y previsibles, sin la necesidad de másfinanciamiento que la certidumbre de provisiónpor un tiempo definido.

Esta política de economía social de conoci-miento desde la demanda establecerá unacreciente red de investigación y desarrollo enla economía. Con el crecimiento de actoresse requerirá ampliar la política a la transfe-

rencia tecnológica horizontal –es decir, entrepares–. Esta transferencia podrá ser mediadapor centros de transferencia tecnológica de lasuniversidades o institutos. Es a esta políticacon resultados concretos y cuya agenda surgede las necesidades concretas de la sociedad ydel Estado, que debe plantearse un instrumen-to de financiamiento. Dicho instrumento nosolo debe incluir fuentes fiscales, sino, y sobretodo, una participación activa de los capitalesprivados.

En el caso ecuatoriano, para coordinar y con-fluir la investigación, desarrollo e innovación,el Estado está constituyendo clústeres cientí-ficos, siendo la principal apuesta la Ciudad deConocimiento Yachay y la universidad de tecno-logía experimental Yachay Tech.

Una de las formas de lograr transferencia deconocimiento más efectiva es mediante becas opasantías de estudiantes nacionales en centros

de conocimiento extrarregionales. Si las becasen universidades o pasantías en empresas notienen una agenda previa vinculada a necesi-dades muy concretas en términos tecnológicospara la reducción de la dependencia, dichas

becas contribuirán exclusivamente al eje deformación de talento humano. Dicho esto, esabsolutamente crucial generar una masa crí-tica de científicos e investigadores altamentecualificados, y mientras dura su proceso de for-mación y se constituye la infraestructura habi-litante en el país, conviene atraer a científicose investigadores del exterior.

En términos de la estrategia, la formación detalento humano tiene beneficios incuestiona-

bles con relación al desarrollo y al Buen Vivir.Un talento humano mejor formado contribuyea mejoras sustantivas de la productividad, loque a su vez es el determinante del crecimientoeconómico y de la posibilidad de acumulación.Es alrededor del vínculo entre el bienestar ma-terial y el talento humano que se debe fortale-cer el sistema nacional de capacitación fuerte-mente orientado a la práctica. Para aprendera hacer, debemos aprender haciendo. Es elinsumo para la transformación productiva. Y

desde la perspectiva del Buen Vivir, es el mayorconocimiento lo que garantiza un provechosofuturo para que las distintas generaciones nosufran de precarización laboral.

Indudablemente, además de la capacitaciónprofesional, debemos fortalecer el sistemaeducativo. La democratización y la calidad dela educación van de la mano. Mientras en otroslugares del planeta mercantilizan el acceso alconocimiento y provocan endeudamiento de

por vida, la política ecuatoriana ha incrementa-do la matrícula en todos los niveles, mediantela gratuidad, sin detrimento de la excelencia.Entendimos que al hablar de calidad educativaestamos hablando de, por ejemplo, contar conuna óptima infraestructura, entendida comoese espacio de encuentro para el pensamien-to crítico, la identidad colectiva, la autonomíaindividual y la excelencia. Y eso se traduce enresultados como el hecho de que hoy nuestropaís es el que más ha mejorado su desempeño

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en las pruebas de la UNESCO en la región. Entodo caso, el elemento más importante siguesiendo la formación de los docentes, pues suefecto multiplicador es el determinante másimportante en la calidad educativa. Por esto,

la apuesta para la soberanía del conocimientoen el caso del Ecuador es la creación y vertigi-noso crecimiento de la Universidad Nacional dela Educación, en el Austro del país.

Sin embargo, nada de esto es trascendente sino se implementa una revolución a nivel de laprimera infancia. Las estrategias para alcan-zar una auténtica soberanía del conocimientodeben concentrar sus esfuerzos en potenciar laeducación inicial y la primera infancia, porque

es la base desde la cual parte la formación in-telectual, afectiva, individual del ser humano:los hace libres, autónomos, críticos, les otorgalas herramientas para profesionalizar-profun-dizar sus destrezas, conocimientos y saberes.Es fundamental que se invierta en la provisiónde los servicios de infancia plena a nivel delhogar y a nivel estatal, y los responsables dela política pública deben orientar recursos ala investigación permanente sobre la relaciónentre el cerebro y el desarrollo cognitivo -lasneurociencias–.

Es tan importante la exposición a contenidosen la configuración de nuestra matriz cognitivaque debemos tomar conciencia de la importan-cia de la influencia del mass media en nuestrassociedades. La estrategia nacional no puedeestar completa sin estudiar permanentementelos mecanismos de operación de los contenidosculturales hegemónicos a través de los mediosmasivos, su interrelación con la infraestructurade telecomunicaciones y la retroalimentaciónde información personal granular y agregada delas redes sociales. Los Estados, representantesinstitucionales de la sociedad, no pueden seringenuos ante el poder de los (pocos y oligo-pólicos) actores de la comunicación, y debenconstituir tácticas para la modulación de con-tenidos precautelando el desarrollo cognitivoadecuado de los infantes.

Asimismo, incumbe velar por la veracidad, pre-

cisión y pertinencia de contenidos consideran-do las asimetrías de información y formaciónde la ciudadanía, en función de los principiosque guían a las distintas sociedades naciona-les. Parte de estas tácticas deben involucrar a

la cultura, porque en ella está nuestro acervohistórico, simbólico, nuestra memoria social;la cultura es la manifestación individual o co-lectiva de que la vida no es homogénea; es elmetarelato de la historia que narra los hechosque pasan desapercibidos cotidianamente; esel registro del espíritu crítico de nuestra épo-ca y de las que nos precedieron; y porque lacultura siempre está en disputa con las hege-monías. Para canalizar esta energía, se creó laUniversidad de las Artes en Guayaquil, la ciu-

dad más poblada del país que carecía de unamayor oferta artística y cultural.

Conclusiones

En definitiva, la humanidad se enfrenta a pe-ligros de carácter civilizatorio, principalmentecentrados alrededor del cambio climático y laconfrontación bélica. Es momento de que laciencia deje de estar al servicio de la guerray pase al servicio de la lucha contra el cambio

climático. Se pueden construir los arreglos ins-titucionales para que la tecnología que puedesalvar vidas y a nuestra especie no sea exclu-yente. Sería suficiente con que un fondo co-mún global compense a los inventores por pro-veer esa tecnología al planeta entero. Y esosfondos puedan venir de los bancos centrales,o de la institucionalidad equivalente a nivelglobal, financiados por Derechos Especiales deGiro del FMI. A nivel regional, es el Banco delSur el llamado a financiar la ciencia y la tecno-

logía; no es casual que la soberanía del cono-cimiento constituye uno de los ejes principalesde dicha institución.

El principal aporte de una política de soberaníadel conocimiento para una sociedad es que nospermite recuperar el futuro, se vuelve una mo-tivación social con nuevos imaginarios colecti-vos y nuevas ilusiones movilizadoras. Invertiren el conocimiento es apropiarnos de nuestrofuturo.

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Dilemas de la política brasileña de CTI

Articular lo social ylo productivo

José E. Cassiolato

En la última década, a pesar de la significa-tiva expansión del mercado interior y del

crecimiento económico, la industria brasileñaha perdido dinamismo. Para algunos analistas

esta situación tiene relación con la aprecia-ción cambiaria resultante de la política ma-croeconómica y al aumento en los precios delos “commodities”, resultante del llamado“efecto China”.

Estos elementos, sin embargo, explican sólo enparte un fenómeno que ya era evidente en losaños ‘80 y ‘90. Después de haber internalizadolos beneficios de la Segunda Revolución Indus-trial, la industria brasileña debe enfrentar una

reestructuración que incorpore los beneficiosde la revolución socio-técnica en curso. Al mis-mo tiempo, la financiarización de la economíaglobal (y de la brasileña también) y la reorgani-zación asociada de las actividades productivaspor parte de las grandes corporaciones transna-cionales, cada vez más subordinadas a la lógicade las finanzas, añaden desafíos a la estructuraproductiva brasileña. La explosión del desarro-llo chino durante los años 2000 y la generaciónde saldos respetables en la balanza comercial

brasileña sólo pospusieron el enfrentamientode estos problemas.

La actual crisis mundial iniciada en 2007-2008 ysus desdoblamientos empeoran esta situación yañaden nuevas especificidades. El conjunto depolíticas adoptadas por Brasil en el tratamiento

de las primeras etapas de la crisis, especial-mente la acción incisiva de los bancos oficia-les brasileños para garantizar la supervivenciafinanciera de las principales empresas brasile-

ñas, así como los cambios en la geopolítica in-troducidos por la formación de alianzas, comolos BRICS, traen en el mediano plazo nuevoselementos que no pueden ser ignorados cuandose discute los retos actuales de la industria.

A partir de 2003, en Brasil, el éxito de las políti-cas de inclusión social, la mejora en la distribu-ción de la renta y la dinamización del mercadolaboral transformaron el país positivamente, loque hace también que el debate sobre la es-

tructura productiva se vuelva mucho más com-plejo. Por un lado, los indicadores tradiciona-les muestran una situación preocupante. Laparticipación del valor agregado de la industriamanufacturera en el PIB, que pasó del 19,8% en1947 al 35,9% en 1985, viene perdiendo terre-no, pues cae al 18% en 2003 y al 13,1% en 2013.

Dentro del tejido industrial, también se pro-duce una disminución de la importancia re-lativa de las actividades de alta tecnología.

El VTI del conjunto de las tecnologías de in-formación y comunicación que representabaaproximadamente el 1,4% del PIB en 2000, caeal 0,97% en 2005 y al 0,4% en 2011. Entre 2008y 2010, en Estados Unidos, según el Bureau ofEconomic Analysis, la participación de las TICen el PIB fue del 9% y en la Unión Europeafluctuaba entre 5% y 7%.

También se observa el vaciamiento progresivode los sistemas productivos y de innovación

José E. Cassiolato, economista, es profesoradjunto de la Universidade Federal do Rio deJaneiro (UFRJ).

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brasileños, en general, y en las actividadesde alta intensidad tecnológica, en particular,(aproximadamente el 70% de la demanda fi-nal brasileña fue suplida por importaciones en2008) y el creciente deterioro de la balanza co-

mercial de productos manufacturados (las acti-vidades de alta y media-alta tecnología regis-tran un déficit de más de US$ 90 mil millones,en 2013). La desindustrialización y pérdida detejido industrial están acompañadas de unadesnacionalización significativa de la estructu-ra productiva. El stock de capital extranjeroen la industria brasileña aumentó de US$ 32 milmillones en 2000 a US$ 221,8 mil millones en2011, lo que representa el 30% del PIB. En lasactividades de alta y media-alta tecnologías, el

aumento fue de más del 300%.

Presencia de las ETNs

El aumento de la participación de las filialesde empresas transnacionales (ETNs) en la es-tructura productiva puede ser consideradocomo un resultado directo de la política eco-nómica, industrial y de innovación adoptadaen el país, que tiene como su principal hipóte-sis la idea de que las filiales de las ETNs pue-

den desempeñar un papel virtuoso. La políti-ca de innovación brasileña desde sus inicios seorienta por la noción de catch-up  (igualarse)y está fuertemente influenciada por los mo-delos e instrumentos adoptados por los paísesconsiderados más desarrollados. Más toda-vía, desde 2003, tiene como principal obje-tivo reducir los costos de la innovación y sebasa en ejes tales como: creación de nuevasestructuras institucionales orientadas a ofre-cer mecanismos para estimular la interacciónentre universidades y empresas (incubadoras,ciudades innovadoras, núcleos de innovacióntecnológica, redes de innovación, plataformastecnológicas, entre otras) e implementaciónde mecanismos fiscales y crediticios dirigidosa las actividades innovadoras.

Los resultados de la política, si se mide por losindicadores tradicionales –como la tasa de in-novación o los gastos en investigación y desa-rrollo (I + D)– han sido decepcionantes. El paíscontinúa con baja importancia relativa de las

actividades intensivas en tecnología, despuésde haber perdido, de hecho, la capacidad tec-nológica en diferentes sistemas productivos yde innovación.

Las filiales de las empresas transnacionalesse han beneficiado significativamente de losincentivos fiscales y la financiación a la inno-vación. Sin embargo, los resultados de esteapoyo han sido decepcionantes. A pesar deser beneficiarias de diversos instrumentos dela política, las filiales de las empresas trans-nacionales, en su mayoría, han disminuido susesfuerzos de I + D y de innovación en el país(Cassiolato y Szapiro, 2015).

La actuación de las filiales de las ETNs estásubordinada a las estrategias globales de susmatrices y su contribución a los diferentes sis-temas nacionales de innovación no debe sersobreestimada ni percibida como una formaautomática de construir una capacitación in-terna de innovación. Estudios detallados sobreBrasil, Rusia, India, China y Sudáfrica (Cassio-lato et al., 2013; Sun, 2010) muestran que lasactividades de I + D realizadas por las filiales delas ETNs son marginales.

Sus estrategias y dinámica organizacional y supatrón de inversión (incluyendo I + D) han sidomoldeadas por nuevos vínculos entre finanzase industria (Chesnais y Sauviat, 2005). Parteprincipal de su estrategia se basa en la centra-lización de los activos financieros, realizada através de una empresa holding, por lo generalubicada en paraísos fiscales y, por lo tanto, fue-ra del alcance de la ley y del control de las ins-tituciones nacionales en sus países de origen.Las ETNs pasan a caracterizarse por una dis-

minución relativa en la importancia asignada alas actividades de producción, con un aumentoasociado en la importancia de las actividadesfinancieras y apropiación de valor de los acti-vos intangibles (Serfati, 2008).

De este modo, en diversos casos, entre los quese destaca Brasil, la llamada internacionali-zación de las actividades de I + D se refiere,en primer lugar, a la adquisición de las capa-cidades locales, especialmente por medio de

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la compra de empresas nacionales, cuyos labo-ratorios de I + D “heredan” las empresas quelas adquieren, sin que falten ejemplos en loscuales las operaciones de estos laboratorios sedeprecian o incluso se cierran.

Así, el objetivo de política buscado por los go-biernos de los países en desarrollo, incluso y es-pecialmente por Brasil, de atraer IDE (InversiónDirecta Extranjera) en la expectativa de quesea uno de los principales pilares de la necesa-ria renovación industrial, es a la vez bastanteilusorio, ya que subestima la naturaleza y lafuerza de los factores estructurales que se handado desde mediados de los años ‘70, y en granparte equivocado, pues deja de reconocer que

el cambio de paradigma tecnológico modificólos parámetros de las transferencias interna-cionales de tecnología, haciendo que el creci-miento industrial local y endógeno se conviertaen dependiente, en un grado mucho mayor queen el período anterior (1960-1975), de factoresque deben ser creados y construidos localmen-te (Cassiolato et al, 2014).

En lugar de centrar su estrategia productiva enla atracción de filiales de las ETNs, Brasil po-dría haber aprovechado el espacio abierto porel éxito de las políticas sociales a partir del go-bierno de Lula. De hecho, en Brasil, continúaexistiendo, desgraciadamente, una clara sepa-ración entre las políticas industrial y de innova-ción y las de desarrollo social y territorial.

Defender los logros alcanzados

El territorio brasileño y su estructura produc-tiva fueron revolucionados por el desarrollo denumerosas aglomeraciones productivas locales (APLs). Impulsadas por el aumento de la ren-ta local, resultado de los programas sociales, ydinamizadas por la importante interiorizaciónde la educación, la capacitación y la forma-ción técnica, como resultado de la política deeducación secundaria y superior, han prolifera-do APLs especializadas en actividades agroin-dustriales, bienes de consumo no duraderos,economía de la cultura y otras, aumentando larenta en el territorio y permitiendo procesosvirtuosos de transformación. Su pequeña esca-

la y su extensión a través de diferentes partesdel territorio, acompañado muchas veces deuna significativa informalidad, los deja, sin em-bargo, fuera del alcance de los lentes tradicio-nales de captación de fenómenos productivos y

de los indicadores correspondientes.

Así, el deterioro de la estructura productivabrasileña tradicional se acompaña de fenóme-nos de transformación productiva práctica-mente invisibles. Tales cambios se producen,paradójicamente, en un período en que la po-lítica industrial se reintroduce en la agendabrasileña, con un aumento significativo delmercado interno.

Más allá de la tendencia a imitar, sin la necesa-ria adecuación, los modelos, agendas e instru-mentos de política generados en otros contex-tos, los objetivos e instrumentos de la políticaproductiva y de innovación se han disociado deaquellos de las políticas de desarrollo social.La política social ha sido capaz de incluir enla economía y la sociedad a millones de bra-sileños que se han convertido en ciudadanos yconsumidores con demandas muy claras e in-novaciones intensivas. Demandas de mejorescondiciones de vida y de alimentación, salud,educación, vivienda, transporte, sanidad, cul-tura, entre otros, requieren capacidades pro-ductivas y de innovación, así como soluciones ynuevas tecnologías específicas, que no puedenser importadas, a los diferentes territorios.

Los ajustes macroeconómicos que ahora se es-tán implementando impactan negativamenteen la política productiva y los sistemas de pro-ducción local anteriormente señalados. Paraque no se pierdan los logros alcanzados durante

la última década y que se recupere la estruc-tura productiva, se precisa de una agenda po-lítica industrial y tecnológica capaz de hacerconverger los objetivos de desarrollo brasileñoen sus múltiples dimensiones, colocando lo so-cio-ambiental en el centro de las prioridades.Con ello, se puede prever una serie de posi-bilidades para reforzar trayectorias benignas yautoreforzadoras de desarrollo.

Una primera gran oportunidad consiste en es-

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timular el desarrollo de aglomeraciones loca-les productivas e innovadoras relacionadas conla ampliación de la calidad y la prestación deservicios públicos esenciales, como los que seseñalan en el Plan Brasil Sin Miseria. En esta

perspectiva, la política de desarrollo industrialy tecnológico debe orientarse más hacia la mo-vilización y consolidación de capacidades, acti-vidades y sistemas productivos y de innovacióncentrados en el suministro de alimentos, salud,educación, vivienda (con saneamiento y acce-so al agua y energía), tratamiento de residuossólidos, cultura, entre otros servicios públicos.

Un segundo vector de oportunidades de esaintegración y fortalecimiento de la política

de desarrollo, se deriva de la capacidad de lapolítica industrial para movilizar las ventajasque ofrece el vasto territorio brasileño. A pe-sar de los logros alcanzados con la descentra-lización de los recursos, la política industrialy de innovación aún incorpora una visión anti-cuada del punto de vista espacial. Por ejem-plo, ambas todavía colocan la cuestión regio-nal sólo como un apéndice compensatorio y elenfoque sectorial todavía se piensa en formadesterritorializada. Una política con enfoqueterritorial podría consolidar los importantesavances que condujeron a la implementaciónde nuevas estructuras de educación e inves-tigación tecnológica orientadas a problemaslocales, como: los institutos federales, lasnuevas universidades públicas regionales y loscentros vocacionales tecnológicos. Esta insti-tucionalidad ya es aprovechada parcialmenteen la capacitación tecnológica dirigida a laformación y la difusión de conocimientos deciencia y tecnología, apuntando a la mejoríade las aglomeraciones productivas locales,

aunque aún en forma reducida.

Finalmente Brasil debería, de hecho, aprove-char las oportunidades generadas por el agota-miento del paradigma productivo basado en laproducción y consumo de masas e intensivo enla explotación de los recursos naturales agota-bles. El nuevo paradigma de la sostenibilidadencuentra en Brasil, quizás, a su mayor poten-cial de realización, dadas nuestras especifici-dades. Esto debe ser pensado a partir de la

elección de prioridades de la política que serelacionen a los grandes desafíos de la sociedadbrasileña. En tal sentido, la selección de áreasconsideradas como “estratégicas” o “portado-ras de futuro” debería incluir, en primer lugar,

las que tienen un mayor impacto en nuestraeconomía y en la sociedad: alimentación, sa-lud, educación, vivienda, saneamiento, movili-dad urbana, entre otros. Más allá de introducirnuevos y adecuados espacios para el desarrollobrasileño, tales propuestas tienen el potencialpara resolver algunas de sus distorsiones másgraves y sus amenazas más urgentes: la desin-dustrialización y el aumento de las importacio-nes de bienes manufacturados, tecnologías yotros bienes y servicios. (Traducción ALAI)

Bibliografía

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Cassiolato, J. E.; Zucoloto, G.; Tavares, J. M. H.“Empresas transnacionais e desenvolvimento tec-nológico brasileiro: uma análise a partir das contri-buições de François Chesnais”. In: Cassiolato, J. E.;Matos, M. P. M.; Lastres, H. M. M. (Eds.) Desenvolvi-mento e mundialização: O Brasil e o pensamento deFrançois Chesnais. Rio de Janeiro: E-papers, 2014.

Chesnais, F.; Sauviat, C. “The nancing of innova-tion-related investment in the contemporary global

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Serfati, C. Financial dimensions of transnationalcorporations, global value chain and technologicalinnovation.  Journal of Innovation Economics, v. 2,2008.

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La colaboración científica y

los retos de América LatinaAlberto Santoro

En un reciente artículo publicado sobre elForo de la Unión de Naciones Suramericanas

sobre Ciencia, Tecnología, Innovación e Indus-trialización en América del Sur, realizado del2 al 4 de diciembre de 2013, me llamó la aten-ción el hecho de que la cooperación científica

debe ser parte de una estrategia de desarrollocientífico y tecnológico de un país. Los paí-ses desarrollados entendieron que sólo podíanhacer realidad sus sueños de desarrollo cien-tífico y tecnológico, generando una estrategiade cooperación entre países, a escala mun-dial. Esto significa la creación de condicionespara que intelectuales de diferentes ámbitosy nacionalidades puedan tener una intensaactividad de cooperación. Otra modalidad decompartir el conocimiento es la colaboración

científica. Esto sucede entre instituciones deun mismo país y entre instituciones de dife-rentes países. Por lo tanto, la cooperación yla colaboración son parte de los instrumentosutilizados por los países que deseen participarde manera efectiva en el desarrollo científicodel siglo XXI.

Antecedentes

Como resultado de este tipo de relaciones na-cionales e internacionales comenzaron a surgirlos programas de cooperación entre países, através de becas y pasantías para estudiantes yprofesionales cuyo objetivo es la formación decuadros para implementar las actividades decooperación y colaboración internacionales enmarcha o para ser contratadas. Recientementehemos sido testigos en Brasil, del lanzamiento

de un ambicioso programa, denominado Cien-cia sin Fronteras  que tiene estos objetivos.Este programa es el reconocimiento de la faltade cuadros para atender las nuevas inversionespor parte de las empresas que deseen estable-cerse en el país.

En un mundo globalizado por Internet, donde lacomunicación se ha convertido en parte de lavida diaria de la humanidad en todos los países,donde la noticia acerca de cualquier aconte-cimiento es conocida rápidamente en todo elmundo, las consecuencias son inmediatas y lacompetencia constructiva entra en acción, co-locando el conocimiento en la agenda de lasnaciones.

Tomemos como telón de fondo la Física Expe-rimental de Altas Energías, practicada a escalamundial por la Organización Europea para la In-vestigación Nuclear (CERN). Nuestra elecciónde esta rama se hace por dos razones: en pri-mer lugar, a nuestro entender, la colaboracióninternacional más desarrollada se lleva a caboen el área del conocimiento científico. Esta esun área en la que el que más “gana” es el quemás “invierte”. Y es un área en la que el méritoes parte fundamental para el éxito. La segundarazón se debe al hecho de ser mi área de traba-

jo y operación en diversos sectores del experi-mento CMS / LHC / CERN1.

Desde hace mucho tiempo, cuando se piensaen iniciar un proyecto científico y tecnológico,inmediatamente se presenta el problema de lamano de obra. La mano de obra para llevar acabo las actividades de ingeniería de diversos

1 NdT: LHC - Gran Colisionador de Hadrones; CMS -Pacto de Colaboración del Solenoide Muon (siglas eninglés)

Alberto Santoro es profesor de la Universidaddel Estado de Río de Janeiro (UERJ), Brasil

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tipos, tales como la mecánica, la electrónica;en el caso de la Física de Altas Energías, losfísicos harán el análisis de datos y extraeránlas conclusiones sobre la Física producida porel experimento y todas esas actividades son

realizadas por profesionales del más alto nivelde conocimientos de una manera colectiva einteractiva. El Gran Colisionador de Hadrones -LHC / CERN sólo fue posible construirlo con unalto grado de cooperación y colaboración inter-nacional. Uno o incluso dos países grandes notendrían condiciones de realizarlo. Esta coope-ración nació entre los países europeos, despuésde la Segunda Guerra Mundial, cuando Europaestaba tan escasa de científicos que la únicasalida fue crear el CERN con todo lo que hoy

representa. Era necesario crear una instituciónpara internacionalizar la ciencia sin secretos ylibre de compromisos relacionados con la gue-rra. Era necesario innovar y traer de vuelta laesperanza de reconstruir la ciencia en Europa.

Los dirigentes o líderes de grupo de trabajo enel CERN son escogidos por su competencia enforma rotativa de la manera más democráti-ca posible. La democracia se ejerce entre lospares de similar competencia. Y no entre losmás devotos de cualquier ideología o partido

político. Una práctica que permanece hastahoy. Incluso los altos dirigentes de los grandeslaboratorios son escogidos por sus compañerosy siempre son los más adecuados para la fun-ción deseada.

Las condiciones de trabajo son parte de la com-petencia internacional, es decir, se aplica la re-gla de “vale cuánto pesa”; de hecho, si el ex-perimento necesita de un profesional, se pagadentro de patrones diferentes de aquellos es-

tablecidos por las carreras salariales institucio-nales. En algunos países no existen los famososescalafones salariales que a menudo impiden lacontratación del más competente. Es esencialreconocer que el principio de igualdad es váli-do sólo entre pares. “Todos somos diferentes,tenemos que respetar las diferencias y convivircon ellas”. Por lo tanto, la convivencia en elCERN de varias culturas se desarrolla de formapacífica y constructiva.

El conocimiento aportado por un científicono tiene valor calculado en dólares o en cual-quier otra moneda. El conocimiento es el re-sultado de la experiencia acumulada de añosde trabajo, el que constantemente llamamos

como competencia. Los países desarrollados,para lograr llevar a cabo sus programas, re-nunciaron a la gran burocracia existente ennuestros países de América Latina, donde escomún que un científico gaste más tiempoen el cumplimiento de las normas burocráti-cas que conducen a ninguna parte, realizan-do tareas que los descalifican para el trabajopropiamente científico. Y estas facilidadescreadas en el mundo desarrollado no fueroncreadas sin consecuencias. Lo más importante

es la producción científica, el conocimientoconstantemente enriquecido por los resulta-dos obtenidos en los experimentos del CERN.

Siempre es una gran sorpresa cuando traba-jamos en los laboratorios en Europa y los Es-tados Unidos donde se protege el trabajo delinvestigador en detrimento de las obligacionesburocráticas. Diríamos, más en EE.UU. que enEuropa. Todo está preparado para el trabajo deinvestigación, tomando el mínimo de tiempode los investigadores para otras actividades.

A diferencia de nuestros países, el trabajo enestos grandes laboratorios de Europa y EstadosUnidos es extremadamente productivo.

Los resultados de la cooperación y la colabo-ración internacionales en los países desarrolla-dos son una de las principales herramientas dedesarrollo científico y tecnológico, cuyas con-secuencias para las industrias son muy impor-tantes. Ellos son compartidos sin necesidad decrear prohibiciones tan comunes en el mundo

comercial. La práctica científica exige que secomunique cada descubrimiento, cada conclu-sión de un trabajo, en detalle, como se haceen las conferencias internacionales. La cienciatiene una práctica opuesta a la que se utiliza enlas empresas que compiten por el lanzamientode un nuevo producto. A menudo se comuni-can los progresos obtenidos por la comunidadcientífica.

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El CERN es un laboratorio internacional cons-truido con estos cuidados, es decir, facilitar eltrabajo de investigación y producción científi-ca. Un número considerable de culturas y na-cionalidades trabaja con un solo objetivo: el

de hacer ciencia. Y es común saber entre loscolegas, los grandes conflictos que enfrentanlos científicos cuando regresan a sus países. Nohay financiación adecuada, excesivas exigen-cias burocráticas, obligaciones de practicar ac-tividades que toman el tiempo requerido parainvestigar de forma dominante. Pero lo másperjudicial son los recortes presupuestariosen la investigación en curso, y el irrespeto ala labor científica demostrada por los gobier-nos que enfrentan crisis económicas y en esos

momentos «todos somos iguales». Esto provocauna interrupción en el trabajo, el retraso en laspublicaciones y, por lo tanto, el científico pier-de su posición de vanguardia que a menudo seha ganado internacionalmente por su trabajodurante muchos años.

Desarrollar competencias

Si los países de América Latina quieren haceruna revolución en sus prácticas relacionadascon la ciencia y el desarrollo, tendrán que sermás ágiles, y adoptar las prácticas seguidas porlos países que entienden que mantener la in-vestigación en alta prioridad es mantener supropia supervivencia.

La formación de un doctor en Física implica 4años de carrera profesional, dos años de mas-terado y cuatro años de doctorado. Por lo tan-to, son 10 años de estudios y trabajos conti-nuos. Así que, después de diez años, es capazde contribuir de forma independiente para el

desarrollo científico de su país. Algunos paíseshan invertido masivamente para recuperar eltiempo perdido. Y en algunas áreas, esto sehace en forma colectiva, un trabajo coopera-tivo y colaborativo, lo que hace más eficienteel proceso de formación de un profesional. ElCERN no es una universidad, pero opera en for-ma complementaria y tiene 850 estudiantes dedoctorado. América Latina tiene sólo el 10% deestos estudiantes. Una vez más, esta interac-ción asegura también la formación de colegas

que serán sus pares en el futuro próximo. Esentonces en ese período que ellos crean los la-zos de futuras colaboraciones.

Los países de América Latina necesitan todo lo

que se refiere a competencias para impulsarsu desarrollo. Los desafíos son muy grandes.La inversión debe comenzar en la escuela pri-maria. Para poder quemar etapas es esencialadoptar nuevos procedimientos, garantizar laconstancia y estabilidad de la financiación delos proyectos científicos en desarrollo, enten-der y crear estructuras que puedan albergar lascolaboraciones científicas. Urge, por lo tanto,una verdadera revolución para que podamosver a nuestros países independientes, no sólopolíticamente, sino sobre todo para que pue-dan llevar a cabo sus proyectos, para que pue-dan contar con competencias internas. Crearnuevos programas que puedan albergar el desa-rrollo masivo de personal especializado.

Para una industria de alta tecnología que deseeinstalarse en un país, en particular en una ciu-dad, un parámetro importante para su decisiónes la existencia de personal técnico y científicode la región para garantizar el funcionamientoy el desarrollo industrial. De los experimentos

del CERN, algunos doctores van a la vida acadé-mica y un número importante va directamentea las empresas industriales y de servicios. Enlas universidades e institutos de investigación,se fabrica el mejor producto para la sociedad,la competencia, los técnicos y científicos. Pro-fesionales de valor inestimable para el país.

Terminamos esta breve reflexión sobre los re-tos que enfrentan nuestros países, señalandoque el grado de desarrollo de un país se puede

medir por el grado de competencia que tienepara desarrollar y resolver sus propios proble-mas en un mundo de desafíos de todo orden.La colaboración y la cooperación internacionalpueden ser una herramienta importante paraque sea posible un programa de desarrollo. Enla actualidad, hay oportunidades abiertas decooperación y colaboración científica que debeser aprovechadas, algunos países ya están dan-do los primeros pasos, aunque todavía en formamuy tímida. (Traducción ALAI) 

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Educación superior y

desarrollo científicotecnológicoHebe Vessuri

La integración regional fue repensada en losaños 2000 y en la nueva forma de regionalis-

mo postliberal se pasó de un énfasis en los as-

pectos económicos a un acento en lo político,donde la soberanía adquirió nueva relevancia.Una idea renovada de integración dentro delos moldes bolivarianos ganó impulso. En elámbito del conocimiento, que es el que nosocupa aquí, de manera tardía en 2007 surgióla propuesta de crear un Espacio Regional deEducación Superior (ERES) en la agenda re-gional, cuando ya se conocían experiencias deotros bloques para competir por alumnos e in-versiones a nivel global.

La inclusión de la Educación Superior en laagenda de los gobiernos no surgió tanto de lademanda interna, sino que fue una respuestadefensiva a los procesos de transnacionaliza-ción promovidos desde la OMC o desde acuer-dos bilaterales. Sin embargo, a pesar de losavances innegables del MERCOSUR en este sen-tido, ésos se han concentrado en fortalecer lascapacidades nacionales. En el caso de Brasil,por ejemplo, el MERCOSUR le ha permitido co-nocer e identificar los recursos disponibles paraatraerlos y suplir los déficits de ese país en ma-teria de profesionales e investigadores, convir-tiéndose paulatinamente en uno de los nuevos

destinos de fuga de cerebros de la región. Enel caso de Argentina, la experiencia nacionaly regional adquirida en el proceso de acredi-

tación, le ha permitido posicionarse en el es-cenario regional como líder en la cooperaciónSur-Sur con países de la UNASUR.

Estos desarrollos nos invitan a hacernos pre-guntas como: ¿Qué relación ha tenido el co-nocimiento social producido con los marcospolíticos regionales? ¿Las organizaciones regio-nales fueron dinamizadoras, aun con recursosinsuficientes, del redireccionamiento de laspolíticas públicas nacionales? ¿O más bien, el

impulso se lo continuó dando el estado-nacióny sus estructuras de financiamiento? ¿El mar-co regional, aun cuando renovado, carece derelevancia práctica en relación con el modelode conocimiento internacional vigente bajo lahegemonía euro-norteamericana? ¿Lo regionaltuvo alguna vez sentido en la producción y usodel conocimiento en América Latina?

El acento en las diferencias y tensiones entrelo regional y lo global busca explorar la posi-bilidad de ‘superar’ lo nacional como anclajeen entornos institucionales y culturales estado-céntricos particulares, con diferentes transi-ciones a lo internacional.

En el intento de entender lo que es una cien-cia global (especialmente, una ciencia socialglobal) como la que se plantea hoy, argumen-tamos que ella re-espacializa las disciplinas yconocimientos. ¿Qué queremos decir con esto?¿De qué maneras la ciencia social global hace

Hebe Vessuri  es Investigadora Visitante delCentro de Investigaciones Ambientales de laUNAM, Investigadora Principal del InstitutoPatagónico de Ciencias Sociales y Humanas,CENPAT-CONICET, Argentina, e investigadoraemérita del Instituto Venezolano de Investiga-ciones Científicas (IVIC).

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esa re-espacialización? ¿A nivel representacio-nal (de las teorías) o pragmático (a través dela construcción de nuevos espacios)? ¿Es unalabor exclusiva de la ciencia o ésta debe ‘abrir-se’ y re-articularse para lograrlo? ¿Qué políticas

públicas implica?

El foco intermedio en el nivel regional permitepensar en cuestiones como ver si una cienciasocial regional difiere de un espacio realmenteglobal, o si lo contradice; o más bien, si la in-ternacionalización facilita la integración regio-nal. Podemos plantearnos si la emergencia deuna ciencia social regional es un desafío o unaprecondición para el surgimiento o reconfigura-ción de una concepción global del espacio. En

América Latina ha habido una visión del mundoampliamente difundida de herencia compar-tida y destino común. ¿Por qué no cuajó enestrategias más firmes de integración regional?¿Qué mecanismos de legitimación y difusióndesafía y cuáles propone como alternativa?

Opciones

En las últimas décadas se ha conformado unacierta visión reduccionista de la internaciona-

lización científica. Se habla de la voluntad demejorar la calidad de la educación a nivel insti-tucional y nacional, se observa la necesidad deconstruir la competitividad de la nación fren-te a los retos que provienen de los acuerdoscomerciales internacionales, de adaptarse alos nuevos requerimientos del mercado labo-ral global, de lograr acreditación internacionalpara los programas educativos nacionales y, enmenor grado, asegurar que los estudiantes do-minen lenguas extranjeras, adquieran conoci-

mientos de culturas extranjeras y desarrollensensibilidad intercultural. Se supone que dichavisión tiene un impacto en la producción de co-nocimientos y conceptos, si bien no se planteacómo se espera que el conocimiento producidoy a producirse sea diferente al existente.

Las prácticas de la investigación incluyen el rolde las colaboraciones, los públicos, la finali-dad de las investigaciones, el problema de losidiomas, la duración de los trabajos de campo.

¿De qué manera elegimos nuestros objetos deinvestigación bajo la influencia de trayectoriasdisciplinarias específicas y, a su vez, cómo estaselecciones realimentan las representaciones delas relaciones Norte/Sur, o global/regional/lo-

cal, la geopolítica de los conocimientos? ¿Quésupone elegir trabajar sobre el núcleo de la bigscience o sobre sus márgenes, sobre los actoresdominantes o sobre los actores menos dotados(movilizaciones sociales, minorías, etc.)? ¿Enqué medida nuestra práctica de estudio delconocimiento reproduce y renueva el dominiode un universalismo prejuiciado y elitista o ex-presa diferentes tradiciones de pensamientoque se encuentran en todas las civilizacionesy regiones? ¿Qué implicaciones tiene sobre los

métodos de investigación el trabajar en los Su-res y/o en las formas de inscripción en “hechosglobales”?

Las agendas regionales e internacionales, la“política” en las organizaciones científicas, lainvestigación por encargo para la política pú-blica, las prioridades de financiamiento y otroscanales de la producción de conocimiento es-tán sumergidos en fuerzas contradictorias quedesafían el propósito y aspiración de entenderlas ciencias sociales y humanas (CSH) y dise-minar sus contribuciones en distintos ámbitos.Aunque nunca hubo universos intelectualesauto-contenidos sino que siempre estuvieronembebidos en relaciones transnacionales devarios tipos, las interdependencias actuales ylos nuevos desarrollos en una escala más globaltambién están afectando la comprensión de lasCSH y sus aportaciones a la región y al mun-do. En este planteo exploratorio son más laspreguntas que dejo abiertas que las respuestasparticulares a ninguna de ellas. Pero pregun-

tar es parte de la conversación en la que comocientíficos sociales y fundamentalmente comoindividuos estamos envueltos, más allá de re-cursos retóricos y de modas pasajeras.

Esta es una versión resumida del trabajo de laautora presentado en el Seminario Internacional“Historia Comparada de las Américas. Mapas dela Integración Cultural”. 1 y 2 de diciembre de2014. Torre de Humanidades, UNAM, Ciudad deMéxico.

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