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Misiología e Historia
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Amrica Latina y Edimburgo 1910/2010:de la exclusin al protagonismo en la misin
Alberto F. Roldn
El primer intento por realizar un sistemtico y cuidadoso estudio de los problemas misioneros del mundo.-John Mott
Con la posible excepcin del Vaticano II, ningn evento fue ms definitivo para la formacin del cristianismo emergente en el siglo XX que Edimburgo 1910.- Kenneth R. Ross
Introduccin
Pocos eventos han marcado la historia de la misiologa protestante como la
Conferencia de Edimburgo de 1910. Fue un cnclave donde se analiz, como nunca antes,
la realidad de las iglesias protestantes histricas y el crecimiento de la misin en el mundo.
Lo inslito fue la ausencia de Amrica Latina en la consideracin de sus organizadores por
razones que intentaremos indicar oportunamente. Lo real es que, Amrica Latina,
subcontinente excluido de Edimburgo 1910, hoy es una de las reas geogrficas de mayor
crecimiento de la Iglesia en el mundo. En primer lugar, hacemos una resea histrica de la
conferencia de Edimburgo 1910. En segundo lugar, indagamos sobre las razones por las
cuales Amrica Latina fue excluida de esa conferencia. En tercer lugar, exponemos algunos
temas eclesiolgicos y misiolgicos que surgen de los documentos histricos de
Edimburgo 1910. En cuarto trmino ofrecemos algunas razones por las cuales Amrica
Latina pasa de la exclusin al protagonismo en la misin. En quinto lugar, nos referimos a
dos desafos que confronta Edimburgo 2010: el desafo ecumnico y el desafo del
pluralismo religioso. Finalizamos con una evaluacin de lo que nos dej Edimburgo 2010
ya que esta ponencia fue elaborada en el tiempo en que se concretaba esa conferencia y es
presentada hoy a manera de post-evento.
1. La conferencia de Edimburgo 1910: resea histrica
Hablar de Edimburgo 1910 es referirnos a un momento clave en la historia del cristianismo
protestante mundial. En efecto, esa conferencia se realiz con el fin de evaluar el
crecimiento del cristianismo en el mundo y marcar los pasos a seguir para completar la obra
de evangelizacin del planeta. De alguna manera, Edimburgo 1910 tambin fue el comienzo
del movimiento ecumnico protestante que ms adelante, en 1948, se oficializara con la
creacin del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) en la Asamblea realizada en Amsterdam.
Los participantes de la conferencia de Edimburgo eran representantes de agencias
misioneras ubicadas en varias partes del mundo. El objetivo era unir esfuerzos con el fin de
hacer planes y desarrollar estrategias conducentes a investigar y coordinar la experiencia
misionera en el mundo. Las ocho comisiones que se reunieron dos aos antes del evento
trabajaron los siguientes temas:
Llevando el Evangelio al mundo no cristiano
La Iglesia en el campo misionero
La educacin en relacin a la cristianizacin de la vida nacional
El mensaje misionero en relacin a las religiones no cristianas
La preparacin de los misioneros
El hogar como base para la misin
Misiones y gobiernos
Cooperacin y promocin de la unidad
Uno de los artfices de Edimburgo 1910 fue el metodista estadounidense John Mott quien
defini a la conferencia como la ms notable reunin en el inters por la expansin
mundial del cristianismo que alguna vez se haya producido, no slo en los anales
misioneros sino tambin en todos los anales cristianos. El aporte de Mott ha sido
sintetizado por David Bosch en su obra Misin en transformacin. Bosch sostiene que el
ambiente de la conferencia fue definido previamente por el propio Mott en su obra: The
Evangelization of the World in this Generation. En el captulo 5 de esa obra publicada en
1900 y revisada dos aos despus Mott se refera a la posibilidad de la evangelizacin del
mundo en esa generacin a partir de los logros obtenidos en la poca. El captulo 6 se
refera a las posibilidades de la evangelizacin del mundo a partir de las oportunidades,
facilidades y recursos de la Iglesia. A manera de sntesis, dice Bosch:[] Mott en realidad logr, de manera magistral, combinar su fe en la revelacin de Dios en Cristo con su fe en los logros providenciales de la ciencia moderna. El mundo entero estaba abierto a la Iglesia gracias a maravillosos ordenamientos de la Providencia durante el siglo diecinueve.
La perspectiva de Mott era de una clara apertura a la modernidad, los inventos y los avances
cientficos que deban ser usados para la causa del Evangelio. En un famoso folleto, deca
Mott:
La mano de Dios, al abrir puerta tras puerta entre las naciones humanas, al descubrir los secretos de la naturaleza y al traer a la luz invento tras invento, invita a la Iglesia de nuestro tiempo a logros cada vez ms grandes. Si la Iglesia, en vez de teorizar y especular, mejor sus oportunidades, recursos y comodidades, parece enteramente posible llenar la tierra con el conocimiento de Cristo antes de que pase esta generacin. Literalmente, se puede afirmar que la nuestra es una poca de oportunidades sin paralelos. La providencia y la revelacin se combinan para llamar a la Iglesia a ir de nuevo y tomar posesin del mundo para Cristo La electricidad y el vapor han acercado al mundo. La Iglesia de Dios est en ascenso. Tiene bajo su control el poder, la riqueza y el conocimiento del mundo. Es como un ejrcito fuerte y bien equipado frente al enemigo Puede que la victoria no sea fcil, pero es segura.
El lenguaje de Mott es un claro reflejo del espritu de optimismo que caracterizaba la poca,
de crecimiento y desarrollo de las ciencias y avances significativos en la calidad de vida.
Tambin revela una perspectiva positiva al mundo de los descubrimientos cientficos, muy
distinta del fundamentalismo que precisamente en la misma poca se gestaba en otros
sectores de la Iglesia protestante estadounidense. En efecto, The Fundamentals, los textos
publicados en Los ngeles, California, fueron editados en 1910 revelando un perfil
diferente hacia las ciencias que, con el correr de los aos se tornar ms virulento en cuanto
a realidades sociales, polticas y cientficas. Los ejes del debate giraron en torno a
cuestiones como el evolucionismo y el socialismo, perspectiva que se acentu con la
revolucin bolchevique de 1917.
En su anlisis histrico de Edimburgo 1910, Samuel Escobar sostiene que de esa
conferencia surgieron tres organizaciones: a. El comit de continuidad de Edimburgo que
dio lugar despus al Consejo Misionero Mundial organizado en 1921; b. la Conferencia Fe
y Orden, que tuvo como objetivo estudiar los temas referidos a la doctrina y el ministerio de
las iglesias protestantes; c. la comisin Vida y Obra, dedicada a explorar la cooperacin
ente las iglesias en asuntos como relaciones internacionales, servicio a migrantes y
refugiados y la bsqueda de paz entre las naciones.
En su evaluacin final de lo que signific Edimburgo 1910, Kenneth Ross afirma
sin hesitaciones: Con la posible excepcin del Vaticano II, ningn evento fue ms
definitivo para la formacin emergente del cristianismo del siglo XX que Edimburgo
1910. Para Ross, Edimburgo 1910 fue una visin creadora de la Iglesia como una
comunidad verdaderamente misionera y global, dimensin que ha continuado inspirando a
generaciones subsiguientes, marcando un punto de referencia para todos los que oyen el
llamado de Cristo a una misin que se extiende hasta los confines de la tierra. La exclusin de Amrica Latina
La nota inslita de Edimburgo consisti en la exclusin deliberada de Amrica Latina como
campo de misin y, en consecuencia, la ausencia de delegados a la conferencia. El hecho es
sealado por los historiadores y misilogos del mundo, especialmente los latinoamericanos,
naturalmente. Jean-Pierre Bastian afirma que para los protestantismos de Europa,
organizadores del evento, Amrica Latina no era un campo misionero ya que se lo
consideraba cristiano por la presencia de la Iglesia catlica en sus pases. Y agrega: Los norteamericanos all presentes, bajo la direccin de John Mott, haban buscado legitimar el continente como zona de trabajo para el protestantismo norteamericano, pero no lograron convencer a los europeos de la necesidad de evangelizar Amrica Latina.
En la misma perspectiva se expresa Carlos Mondragn al sealar que la exclusin de
Amrica Latina de Edimburgo se debe a que era considerado un continente ya cristianizado
por la Iglesia catlica. Pero es Samuel Escobar quien indica algunos pormenores que
explican la exclusin de Latinoamrica. Escobar dice que el sector de la Iglesia anglicana
que era ms afn al catolicismo ejerci presin para que se excluyeran de la conferencia a
los protestantes que misionaban en pases catlicos u ortodoxos. Agrega: Esto fue
apoyado tambin por algunos luteranos alemanes o escandinavos que queran evitar la
presencia de misioneros metodistas en pases europeos de mayora luterana.
Desde otra perspectiva, Gottfried Brakemeier opina que el continente
latinoamericano no era comparable con Asia, frica y Oceana y que, por ello, Edimburgo
excluy de la preocupacin misionera a la Amrica Latina que era catlica y, por esa
condicin, no poda ser asociada al paganismo.
En su obra Evangelizacin protestante en Amrica Latina Arturo Piedra realiza un
profundo estudio de las razones por las cuales Latinoamrica fue excluida de la Conferencia
de Edimburgo celebrada en 1910. Como dice Gonzalo Bez-Camargo, las fuerzas cristianas
evanglicas representativas de Amrica Latina fueron cuidadosa pero firmemente
excluidas. Piedra sostiene que para la poca de la Conferencia de Edimburgo, Mott no
estaba convencido de que las naciones latinoamericanas deban ser parte de la estrategia
misionera protestante. En 1896 Mott haba realizado un viaje por los pases de la regin y
haba advertido las dificultades que enfrentara la misin protestante en estas tierras
dominadas por la Iglesia Catlica Romana. Sin embargo, a partir de la Guerra Hispano-
americana del ao 1898, su inters por Amrica Latina comenz a germinar.
En un escrito de 1905, Mott se refiere a los estragos que el alcohol hacia en las
ciudades portuarias de Asia, frica y Amrica Latina. Comenta Piedra: Estas palabras
expresadas en 1905, sugieren que Mott, an antes de la Conferencia de Edimburgo, crea
firmemente que no haba razn para excluir a esta regin de la influencia misionera
mundial.
Por qu razn, entonces, Amrica Latina fue excluida de la Conferencia?
Fundamentalmente, porque hubo dos perspectivas bien opuestas en cuanto a lo que
significaba hacer misin en esta regin al Sur del Ro Bravo. La Iglesia Anglicana
rechazaba la posibilidad de hacer misin en Amrica Latina porque poda ofender a la
Iglesia Catlica romana y, consecuentemente, poner en peligro sus tradicionales lazos con
esa iglesia. Los protestantes estadounidenses, por el contrario, no tenan ninguna objecin
de que se realizara una evangelizacin protestante en el continente latinoamericano.
Las tensiones se hicieron notorias a travs de cartas entre J. H. Oldham y algunos
obispos anglicanos que eran miembros de las comisiones que trabajaban para Edimburgo
1910 y que estaban dispuestos a renunciar a sus cargos. Oldham estaba muy preocupado
porque las posiciones de estos jerarcas anglicanos podan afectar la celebracin de la
Conferencia.
Finalmente, despus de muchos cabildeos, cartas y discusiones, triunf la tesitura
anglicana de no incluir Amrica Latina en la Conferencia. Pese a ello, como muestra Piedra
hubo referencias tangenciales y veladas como las de Robert Speer, en cuyo discurso
titulado Cristo, el lder del trabajo misionero de la Iglesia dijo que: El liderazgo de
Cristo implica la sujecin de TODO el mundo. Nadie puede seguirle a l sin seguirle
hasta las partes ms lejanas de la tierra.
Las repercusiones sobre la decisin de Edimburgo fueron negativas para lderes
evanglicos como Juan Mackay. El telogo presbiteriano que haba sido influido por Speer
sufri una verdadera conmocin que es reflejada en esta descripcin: Estuvo
profundamente en descuerdo cuando la primera gran reunin ecumnica rechaz
considerar los pases bajo el dominio de la Iglesia Catlica Romana como esferas
legtimas de la actividad misionera protestante.
En su conclusin, Piedra manifiesta que ms all del problema suscitado entre
anglicanos y protestantes estadounidenses en cuanto a considerar a Amrica Latina como
tierra de misin:[] el resultado de la Conferencia de Edimburgo, cualquiera que fuese, no afect en nada las pretensiones misioneras en Amrica latina. Ms bien se puede afirmar que algunas de sus conclusiones vendran a ser claves en el trabajo protestante en Amrica Latina.
Uno de los resultados concretos de Edimburgo fue la creacin del Comit de Cooperacin
para Amrica Latina que dio lugar a la realizacin del Congreso de Panam realizado en
1916 que fue un hito en la historia del protestantismo latinoamericano. Fue all, creemos, el
paso de la exclusin al naciente protagonismo misionero latinoamericano.
Temas misiolgicos y eclesiolgicos en Edimburgo 1910
Acaso el documento ms importante de Edimburgo 1910 en torno a la cuestin de la
misin, es el informe de la comisin Nro. 1: Llevando el Evangelio a todo el mundo no
cristiano (Carring the Gospel to all the non-Christian World). Cul es ese mundo no
cristiano? El documento ubica geogrficamente ese mundo, incluyendo en el mismo a
pases e imperios tales como Japn, Formosa, Corea, China, India, Asia central, frica y,
en el hemisferio occidental a indgenas orientales de Sudamrica y de las Indias
occidentales. El documento destaca el tiempo de oportunidad inigualable para llevar el
Evangelio a ese mundo no cristiano, cuyos pueblos, seala, estn ms abiertos y favorables
a la presencia de misioneros respecto a tiempos pasados. Sobre las tendencias que se
observan en las religiones no cristianas, el informe indica que esas religiones estn
perdiendo sostn en algunas clases sociales, en algunas regiones del mundo esos
movimientos religiosos se estn adaptando a las condiciones modernas y manifestando una
creciente actividad y agresividad. La urgencia de llevar el Evangelio a estas naciones,
tambin se debe a la oportunidad que ellas presentan en cuanto a la plasticidad de las
mismas. Por plasticidad entiende su carcter maleable, cambiante, adaptable a nuevas
condiciones. Presenta el caso de Corea, considerada clsicamente como la tierra de la
calma matutina (Land of the Morning Calm) que ahora est vibrando con el espritu del
mundo moderno. A modo de conclusin de esta descripcin somera del mundo no
cristiano, la comisin dice: Nunca antes tales factores y movimientos estuvieron tan bien sincronizados. El mundo no cristiano es ahora accesible, abierto y dispuesto a responder; las religiones no cristianas pierden su legendario poder en ciertas clases sociales por un lado, aunque por otro desarrollan una nueva actividad, empresa y antagonismo [] Seguramente todos estos hechos y factores, junto con los peligros y posibilidades de la Iglesia como determinados por su actitud en tal tiempo y encarando tal oportunidad, constituye una conjuncin que viene de la mano del Dios viviente, y podra ser considerada por la Iglesia cristiana como un mandato irresistible.
De particular inters para nosotros como sudamericanos, es observar lo que la comisin
dice sobre los indgenas de esta regin. Se refiere a los indios y orientales de Sudamrica
y sostiene que la mayora vive en la regin superior del Amazonas y sus brazos tributarios
que llegan a los ros que conforman el Ro de la Plata. La mayora de indgenas es agrcola
y muchos son seminmadas. Hay indios en Brasil y tambin en Colombia, Bolivia,
Ecuador, Per y Venezuela. Los araucanos en Chile y el oeste de Argentina estn ubicados
en chacras y estancias y viven vidas modestas. Los indgenas sudamericanos son animistas
y adoran a los ancestros y al alma. En cuanto a lo que todava debe hacerse en este mbito,
el documento dice que comparado con otros campos de misiones cristianas, Sudamrica
todava puede ser llamado el continente olvidado. La principal razn de los espordicos
esfuerzos de las misiones cristianas se puede encontrar en los obstculos para tal obra
misionera debido a la cercana de los pases con la Iglesia catlica romana del Estado.
Cmo se conceba a la Iglesia en Edimburgo 1910? Tomando como base el
informe de la Comisin II: La Iglesia en la misin de Dios podemos extraer algunos
conceptos clave de lo que Edimburgo deca sobre la Iglesia.
En primer lugar, es necesario aclarar que la expresin campo de misin es inexacta.
Porque: Todo el mundo es el campo de misin y no hay Iglesia si no est en el campo de
misin. Con respecto a la constitucin y organizacin de la Iglesia, el documento reconoce
la diversidad de comprensiones en torno a expresiones como propio gobierno y propio
sostn que no es igual para el caso de anglicanos o de bautistas. Por ello, es necesario
ejercer un gran cuidado a fin de evitar confusiones o interpretaciones errneas. Pone una
atencin especial sobre aspectos muy prcticos de la eclesiologa tales como: a. La autoridad
eclesistica de las iglesias madre; b. el cuerpo administrativo de la sociedad misionera que
fund la iglesia; c. el cuerpo local de gobierno de la misin, es decir, si es conferencia,
concilio o comit local de administracin; d. la autoridad eclesistica incipiente o plenamente
establecida de la iglesia local.
En segundo lugar, luego de estudiar la poltica de gobierno de cada denominacin, el
documento presenta cinco tipos de problemas, entre los que se destacan los dos siguientes:
El problema del debido desarrollo del cristiano individual y la congregacin individual.
La presente poca de la vida de la Iglesia en el campo de misin est marcada ms
profundamente debido al desarrollo de todas las comunidades de las Iglesias en el sentido
ms amplio. Seala algunos lugares donde se ha hecho un avance sustancial en cuanto a
una visible corporizacin de los ideales de la Iglesia y su unidad corporativa en gran escala.
Como resultado de esta parte de la investigacin, el informe destaca que la Iglesia
organizada en el campo de misin no debe ser ms un ideal lejano sino una realidad de
la Iglesia y que sta necesita reconocimiento continuo en cuanto a su existencia
organizada, su vida y accin corporativa, sus necesidades y problemas para lograr una
influencia estable y efectiva en los pueblos no cristianos.
4. Protagonismo misiolgico de Amrica Latina
Por qu la Amrica latina excluida pasa a ser protagonista de la misin? Hay varios
factores a tener en cuenta.
4.1. El surgimiento del pentecostalismo casi al mismo tiempo que Edimburgo. Casi
simultneamente con la realizacin de Edimburgo 1910 se produce el movimiento
Pentecostal en el mundo. Histricamente, el pentecostalismo es una prolongacin de los
llamados movimientos de santidad que hunden sus races en la teologa de Wesley.
Sus comienzos ms remotos estn vinculados a una escuela bblica llamada Bethel
College, en Topeka, Kansas pero el comienzo diramos oficial del movimiento se
relaciona con William Seymount, un predicador negro que llev la enseanza
Pentecostal en 1906 a la calle Azusa y fund la Apostolic Faith Gospel Mission.
Movimientos similares se dieron tambin en Noruega, Dinamarca, Suecia y Chile. La
obra Pentecostal en el vecino pas est ligada al ministerio de Willis Hoover, en
Valparaso, que era pastor de una iglesia metodista. l mismo fund la Iglesia
Metodista Pentecostal que en poco tiempo alcanz un sostenido crecimiento en el pas.
Jean-Pierre Bastian, que es un crtico del pentecostalismo hasta el punto de
pronosticar una declinacin que lejos est de producirse, admite sin embargo la
importancia que tuvo la expansin pentecostal en Amrica Latina. Las sociedades pentecostales, sin los medios econmicos de los cuales disponan los evanglicos, se difundieron rpidamente a partir de los aos cincuenta. Si el movimiento evanglico se caracterizaba por su norteamericanizacin, los pentecostales, en cambio, se difundan, con pocas excepciones, mediante la labor de predicadores latinoamericanos, de origen social humilde, semianalfabetos y autodidactos. Con su exhuberancia, la espontaneidad de sus oraciones, la glosolalia, los cantos rtmicos, los gritos de exaltacin religiosa y la ausencia de ornato en sus templos, el culto Pentecostal pareca ser la expresin de una autntica religiosidad.
Hasta los aos 1960, el pentecostalismo fue visto como de reojo por parte del liderazgo de
iglesias protestantes y evanglicas. En la primera campaa de evangelizacin realizada por
Billy Graham en el antiguo gasmetro de la Av. La Plata en 1964, el pentecostalismo casi
no particip. En la campaa juvenil de Luis Palau en 1974 hubo cierta participacin de las
iglesias pentecostales, lo que produjo una especie de cisma en los cuerpos eclesiales,
particularmente de Hermanos Libres que caus, a su vez, el surgimiento de iglesias
independientes como La Iglesia de la Puerta Abierta. Hoy ya esimpensable hacer una
campaa masiva sin la presencia de las iglesias pentecostales. Segn las estadsticas, el 70%
de los evanglicos en Amrica Latina pertenece a las filas del pentecostalismo y los
movimientos carismticos. En Argentina, una estadstica fruto del trabajo de un equipo
liderado por el socilogo Fortunato Mallimaci, da cuenta que el total de evanglicos en el
pas apenas supera el 9% y el 7% de ese total es Pentecostal y carismtico.
4.2. El crecimiento exponencial del cristianismo evanglico en el continente
El crecimiento del protestantismo latinoamericano en el siglo XX ha sido fantstico. Las
cifras hablan por s mismas. En una estadstica que hemos citado en Evangelio y
antievangelio el crecimiento de los evanglicos en la regin fue el siguiente:
Ao 1900: 50.000
Ao 1925: 756.000
Ao 1936: 7.200.000
Ao 1970: 16.000.000
Ao 1990: 40.000.000
Ao 2000: 100.000.000
4.3. Las teologas latinoamericanas y su repercusin mundial.
En este particular, hay que mencionar por lo menos cuatro movimientos teolgicos
latinoamericanos.
El primero, lo que denomino pioneros de la teologa evanglica latinoamericana,
segmento en el cual hay que mencionar a Juan A. Mackay, Alberto Rembao, Gonzalo
Bez-Camargo y Sante Uberto Barbieri, entre otros. Sus escritos representan la reflexin
teolgica y misiolgica de los latinoamericanos y coloca las bases para futuras teologas
latinoamericanas. En segundo lugar, debemos mencionar el movimiento ISAL (Iglesia y
sociedad en Amrica Latina), que surgi en Buenos Aires y Montevideo en 1961 y en cuyo
seno militaron telogos como Emilio Castro, Jos Mguez Bonino, Julio de Santa Ana y
Rubm Alves. Varios de ellos ingresaran despus en la teologa de la liberacin.
Justamente sta ltima es el tercer movimiento a tomar en cuenta. Como escuela teolgica
fue la de mayor repercusin mundial. Tuvo su gnesis oficial en el Celam II de Medelln
1968 y por primera vez la teologa latinoamericana impactaba en el mundo nordatlntico ya
que las obras de Rubm Alves, Gustavo Gutirrez, Leonardo Boff, Juan Luis Segundo,
Hugo Assmann y Jos Mguez Bonino, entre otros, eran traducidas al ingls, alemn,
francs, italiano, etc.
Finalmente, en cuarto lugar, hay que mencionar a la Fraternidad Teolgica
Latinoamericana que comenz a gestarse en el CLADE I celebrado en Bogot en 1969 y
que hizo su primera consulta en Cochabamba, Bolivia, en noviembre de 1970. La
importancia del tema debatido all y que se recoge en: El debate contemporneo sobre la
Biblia, pone en evidencia la toma distancia por parte de este movimiento, tanto del
liberalismo teolgico como del fundamentalismo estadounidense. Su importancia radica en
que varios de sus lderes, especialmente C. Ren Padilla y Samuel Escobar, tendrn una
participacin destacada en la Conferencia de Lausana en 1974, influyendo en el famoso
Pacto de Lausana donde, por la decisiva participacin de los mencionados, la agenda
misionera incluir la accin social y poltica. Como dice C. Ren Padilla:El origen del concepto y la prctica de la misin integral que hoy ocupan el centro del escenario en crculos de la Red Miqueas y de un creciente nmero de iglesias y entidades evanglicas alrededor del mundo se remonta a un movimiento global de reflexin teolgica evanglica en cuyo seno sucedi, bajo la direccin de Dios, el redescubrimiento del Reino de Dios. Por lo menos en el caso de Amrica Latina, es fcil demostrar que este concepto se constituy en la clave para la comprensin de las bases bblicas de la misin cristiana: habindose inaugurado en diciembre de 1970, la Fraternidad Teolgica Latinoamericana (FTL) dedic su segunda consulta, realizada en Lima en diciembre de 1972, al tema El Reino de Dios y Amrica Latina. A partir de esa consulta, mucha de la rica produccin teolgica de la FTL ejercera una influencia marcada en la articulacin de la misin del Reino en trminos de la misin integral no slo en Amrica Latina sino alrededor del mundo, especialmente en el Mundo de los Dos Tercios.
4.4. Una mayor consciencia de misin integral que supera la dicotoma evangelizacin
vs. accin social
Uno de los aportes ms significativos de movimientos como la FTL radic en el desarrollo
de una teologa de la misin que, centrada en el Reino de Dios, ampliara el horizonte de la
accin de la Iglesia en el mundo. Justamente, la teologa del Reino, quizs presente de un
modo muy espordico y tenue en la Conferencia de Edimburgo, se tornar en un tema
teolgico central en el desarrollo del pensamiento cristiano. Se supera el concepto
agustiniano catlico romano clsico para el cual la Iglesia es el Reino de Dios, para pasar a
una nocin ms clara: la Iglesia es la comunidad del Reino de Dios pero este ltimo
representa la accin total de Dios en el mundo y supera las fronteras de la Iglesia. De ah se
pasa a entender la misin de Dios (missio Dei) como el propsito de Dios con toda su
creacin en todas sus dimensiones. De ah que ya no es posible hablar de que la misin
consista nicamente en la evangelizacin sino que abarca la accin social, la solidaridad, la
accin poltica, la economa y toda otra dimensin humana en el mundo. La idea de misin
integral ya estaba expresada en artculos de la revista metodista El Estandarte Evanglico
en los aos 1940 que hablaba, literalmente, de un evangelio integral, pero ahora el
concepto est mucho ms desarrollado teolgica y sistemticamente. 5. Desafos de Edimburgo 20105.1. El desafo ecumnico
Hablar del desafo ecumnico implica referirnos a la unidad de la Iglesia. Desde los
primeros concilios universales, la Iglesia se ha definido a partir de las cuatro notas
esenciales: la Iglesia es una, santa, catlica y apostlica. Estas cuatro notas tienen su
fundamentacin bblica y teolgica pero no es aqu el lugar donde analizarlas. Permtanme,
simplemente, citar un texto paulino que muchas veces leemos sin tomar consciencia de sus
alcances. Se trata del saludo de Pablo a la iglesia en Corinto: a la iglesia de Dios que est
en Corinto, a los que han sido santificados en Cristo Jess y llamados a ser su santo
pueblo, junto con todos los que en todas partes invocan el nombre de nuestro Seor
Jesucristo, Seor de ellos y de nosotros. (1 Co. 1.2 NVI). Pablo saluda no solamente a la
iglesia o comunidad en Corinto sino a todos los que en cualquier lugar invocan el nombre
de Jesucristo. l es Seor tanto de los corintios como de aquellos que se encuentran en
otros lugares geogrficos. En trminos de hoy, podramos decir que Pablo refleja una
visin ecumnica de la Iglesia de Cristo. l conoce algunas comunidades como la de
Corinto, la cual fund, pero entiende que en otras regiones geogrficas hay otros miembros
de la Iglesia a quienes tambin hay que reconocer en la hermandad.
Podemos hablar mucho de la unidad de la Iglesia pero aqu solo queremos enunciar
algunos principios: Uno, que la unidad de la Iglesia es el deseo del corazn de Dios
expresado en la oracin sacerdotal de Jess: que todos sean uno. [] para que el mundo
crea que t me has enviado. (Jn. 17.21). La fe del mundo en Jesucristo depende de la
unidad de los que ya somos creyentes en l. La misin depende de la unidad entre los hijos
e hijas de Dios. Para que el mundo crea en que Jess es el enviado (el misionero por
excelencia) debemos vivir la unidad. Pero, en segundo lugar, la unidad de la Iglesia es,
siempre, unidad en diversidad. Toda tendencia a la uniformidad no slo es impracticable
sino que esconde motivaciones ocultas. Cuando un nuevo movimiento eclesial o misionero
se erige en el modelo a seguir, sin admitir diferencias de prcticas y an creencias que no
tienen que ver con Cristo y la salvacin, requieren de nosotros un ejercicio de
discernimiento porque tal vez esconden motivaciones y objetivos que no son la unidad sino
la uniformidad. Esas tendencias estn presentes hoy en las iglesias, en las denominaciones
ministerios y de movimientos que, en general, reflejan dos rupturas: la histrica y la
teolgica. En breve: rompen con la historia como si nunca antes Dios hubiera obrado en ella
y, segundo, rompen con la teologa, como si estos nuevos movimientos fueran los que
capacitados para la doctrina cristiana a manera de creatio ex nihilo. En tercer lugar, la
unidad debe materializarse en medio de la historia. En este sentido, como dice Emilio
Castro: La bsqueda de la unidad de la Iglesia no puede ser localizada fuera de la historia. No
es meramente un ejercicio intelectual de comparacin de doctrinas en la esperanza de superar diferencias, sino que es un esfuerzo por descubrir la forma de obediencia cristiana que es apropiada para nuestro tiempo.
Por qu no podemos negar la historia a la hora de hablar de unidad? Para Castro, es
imposible ignorar la historia porque las divisiones en torno a aspectos doctrinales o
divergencias cannicas tienen sus races histricas, sociales, polticas y culturales. Pero la
razn central para localizar el tema de la unidad entre los conflictos humanos es que all es
donde la ubica la visin bblica. La bsqueda de unidad de la Iglesia en la visin del Reino
de Dios, es un esfuerzo constante que se concreta en medio de los conflictos mundiales que
dividen a la humanidad. La Iglesia est llamada a ser un agente de transformacin, testigo
del propsito reconciliador de Dios con todo el mundo pues en la cruz, Dios estaba
reconciliando al mundo consigo mismo (2 Co. 5.19). La unidad de la Iglesia, entonces, no
es una opcin cristiana sino que es un mandato de Dios para quienes confesamos el nombre
de Cristo. Es una unidad que debe materializarse en acciones concretas y que se da en
medio de las luces y las sombras de la historia. Lo que debe unirnos, en suma, es
precisamente la misin porque es reconocer y vivir la unidad con un objetivo que va ms
all de la Iglesia: para que el mundo crea.
5.2. El desafo interreligioso
Se hace necesaria una teologa cristiana que tome en cuenta el pluralismo religioso en un
mundo global. Qu es la teologa del pluralismo religioso? He aqu un intento de
definicin:La teologa del pluralismo religioso no es solamente, como su nombre pudiera indicar, una teologa de genitivo o sectorial, una teologa que teologiza concretamente sobre la pluralidad de religiones. Es tambin una teologa de ablativo, o teologa fundamental, en cuanto que el pluralismo es la nueva formalidad o perspectiva desde la que se vuelve a leer todo el patrimonio simblico del cristianismo. La teologa del pluralismo religioso no habla slo de la pluralidad religiosa, sino del Padre, del Hijo y del Espritu Santo, de la Gracia y del bautismo, de la eleccin y de la misin, de todo lo que se puede hacer teologa, como cualquier otra teologa general, slo que hacindolo desde la perspectiva del
pluralismo.
Quines deben producir el dilogo con otras religiones? Jos Comblin reflexiona sobre el
tema y compara dos posibilidades: una, que las personas ms indicadas para ese dilogo
seran los telogos, telogas y especialistas de la religin, o los representantes de las
mismas. Sin embargo, esta posibilidad no es la ms atendible. La mejor, dice Comblin,
radica en las posibilidades de los pueblos. Hoy, esos encuentros se multiplican por el
hecho de que la evolucin de la economa provoca no solamente viajes de dirigentes, sino
emigracin de los pueblos pobres. Los emigrantes llevan su religin. Para Comblin, lo que
permanece abierto es el problema de la relacin entre cristianismo e historia y el encuentro
con otras religiones puede ser considerado como una nueva etapa de la historia.
Por su parte, Roberlei Panasiewicz sugiere que necesitamos un cristianismo con dos
caractersticas: policntrico y polifnico para que, de ese modo, contine estimulando el
dilogo y la vida en el mundo de hoy. Policntrico, debido a las variadas realidades
culturales y, al mismo tiempo, polifnico, para que esas mismas realidades expresen su
forma de comprender y vivir la fe cristiana.
Lo que dej Edimburgo 2010
Edimburgo 2010 ya es historia. Corresponde, entonces, hacer una somera evaluacin del
evento. Vctor Rey, presidente de la FTL fue entrevistado durante la conferencia y ante la
pregunta: Qu impresin le merece el desarrollo de la Conferencia Edimburgo 2010?,
respondi:En primer lugar, nos sentimos muy honrados de que nos hayan invitado a tres miembros de la Fraternidad Teolgica Latinoamericana. El contenido de las sesiones y talleres es tremendamente ecumnico. Tenemos aqu una la diversidad de denominaciones y corrientes. Hay carismticos y pentecostales. Tambin catlicos, que no estuvieron en 1910.
Sobre la representacin de Amrica Latina en la conferencia, dijo Rey: Por lo que respecta
a la representacin de Latinoamrica, si no tan amplia en nmero, s es buena en calidad:
est representado el Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI), la FTL, el movimiento
estudiantil
Finalmente, con referencia a los talleres realizados en la conferencia, el lder chileno dijo:
Las discusiones en los talleres son muy buenas. Los problemas que se tratan a nivel global, son los mismos que los que se dan en Latinoamrica. Y es que hoy en da la misin de la iglesia es una misin global. En Latinoamrica tenemos la misma situacin, los mismos desafos: la justicia, la emigracin, la unidad, la transformacin, la comunin, el lenguaje, la comunicacin.
Segn Carlos Ham, lder latinoamericano en el Consejo Mundial de Iglesias y participante
de Edimburgo 2010, Amrica Latina ya no tiene el perfil que tena en los aos setenta y
ochenta, con la teologa de la liberacin y las comunidades de base en pleno apogeo.
Entonces el secretario general del CMI, Emilio Castro, y muchos empleados eran
latinoamericanos. Ahora, Amrica Latina ya no est en las noticias. Ya no es la prioridad.
La prioridad es frica, Europa del Este Amrica Latina ya no est en las noticias, a no
ser que haya un terremoto en Chile o un golpe de Estado en Honduras...
En cuanto a la clausura de la conferencia, en un informe de la Agencia
Latinoamericana de Noticias (ALC) se comentan algunos momentos clave del cierre. En su
sermn en el culto de clausura de la Conferencia Edimburgo 2010, el arzobispo John
Sentamu record que Jess dijo a sus seguidores: "Ustedes son mis testigos". Sentamu,
quien es arzobispo anglicano de York, Gran Bretaa, hizo un llamamiento a propsito de la
"importancia crucial del testimonio cristiano". Sentamu lo afirm en su sermn, "la
actividad humana slo genera actividad humana. La Palabra proftica y el Espritu nos
hacen vivir. Su voz reson con una pasin evangelizadora que record a predicadores del
pasado que hablaron en ese mismo lugar.
"Este es probablemente el encuentro ms abarcador sobre la misin desde 1910",
coment Vinoth Ramachandra, lder de la Comunidad Internacional de Estudiantes
Evanglicos en Sri Lanka. Al igual que otros oradores, Ramachandra reconoci muchos
avances prometedores en la Conferencia Edimburgo 2010. Sin embargo, Ramachandra
tambin expres su preocupacin por el alto porcentaje de profesionales religiosos y
acadmicos en comparacin con el gran nmero de obreros laicos presentes un siglo atrs.
Llam a esto un "punto ciego" en los encuentros eclesiales contemporneos: la incapacidad
de darse cuenta de que "el trabajo principal de misin tiene lugar en la vida cotidiana de
cristianos y cristianas comunes".
Conclusin:
Si algo hay que decir en cuanto al cambio teolgico y misiolgico producido en
estos cien aos que separan a Edimburgo 1910 de Edimburgo 2010 es el cambio de
paradigma. De una visin eclesiocntrica hemos pasado a una visin del Reino de Dios. La
teologa de Reino es la que ha permitido ampliar la visin misionera de la Iglesia. En
palabras de Emilio Castro:[] es difcil que se busque una claridad misionera desde una perspectiva que no sea la de la teologa del reino. Casi todas las teologas contextuales del tercer mundo intentan interpretar la realidad histrica, cultural y poltica apuntando hacia una visin de futuro dentro de la perspectiva del reino.
En la articulacin de la teologa del reino vinculada a la misiologa, el aporte
latinoamericano ha sido decisivo. Est representando por varios movimientos teolgicos,
entre los cuales es necesario mencionar: la teologa de ISAL (Iglesia y sociedad en Amrica
Latina) que busc insertar la misin en las realidades sociales y polticas del continente; la
teologa de la liberacin que continu esa bsqueda articulando un pensamiento que surge
de la praxis y comprometido de la misin en los pueblos latinoamericanos y la teologa de la
FTL cuyos pioneros influyen decisivamente en Lausana 1974 y articula una misin
holstica en la cual todos los aspectos de la realidad son parte del inters de Dios. Si la vida
cristiana es una realidad entre los tiempos, del anuncio al escatn, la misin cristiana en
Amrica Latina est marcada por una visin donde la Iglesia era el fin ltimo a una
perspectiva en la cual el fin ltimo es el Reino y la Iglesia una sierva que anuncia y
prefigura el definitivo reinado de Dios en la historia. Este es el kairs que, en la providencia
divina, nos toca protagonizar hoy en nombre de Cristo para que el mundo crea.
Alberto F. RoldnDoctor en teologa. Master en ciencias sociales. Miembro de la FTL.Conferencia de la FTL, ncleo Buenos Aires, 17 de julio de 2010. www.teologos.com.arBuenos Aires, 2 de julio de 2010.
En un manual de misiologa publicado en Grand Rapids se indica que en el comienzo de la conferencia se leyeron saludos del rey George V del Imperio Britnico, el oficial del imperio germano en representacin del Kaiser Wolhelm II y el presidente estadounidense Theodore Roosvelt. A. Cott Moreau, Gary R. Corwin y Gary B. McGee, Introducing World Missions. A Biblical, Historical, and Practical Survey, Grand Rapids: Baker Academic , 2004, p. 136 Cit. por C. Howard Kopkins, John R. Mott 1865-1955: A Biography, Geneva and Grand Rapids: WCC & Eerdmans, 1979, p. 342 David J. Bosh, Misin en transformacin, Grand Rapids: Libros Desafo, 2000, p. 415 Ibid. En nota al pie, Bosch aclara que Mott no sugera que el mundo entero sera convertido en su generacin sino que la idea era alcanzar al mundo con el Evangelio en el sentido de que cada persona tuviera una oportunidad vlida para conocer a Cristo. Cit. en Ibid., p. 416 Samuel Escobar, Edimburgo 1910 y los evanglicos iberoamericanos, HYPERLINK "https://www.misiopedia.com/images/stories/pdfs/Edimb EscobarES.pdf" https://www.misiopedia.com/images/stories/pdfs/Edimb EscobarES.pdf , pp. 2 y 3. Accedido el 5 de abril de 2010 Kenneth R. Ross, Edinburgh 1910 Its Place in History, HYPERLINK "http://www.towards2010.org.uk/downloads_int/1910-PlaceHistory.pdf" http://www.towards2010.org.uk/downloads_int/1910-PlaceHistory.pdf, p. 7. Accedido 5 de abril de 2010. Jean-Pierre Bastian, Historia del protestantismo en Amrica Latina, Mxico: CUPSA, 1986, p. 158 Carlos Mondragn, Protestantismo y panamericanismo en Amrica Latina, Boletn teolgico, Nro. 62, abril-junio 1996, p. 9. Samuel Escobar, Edimburgo 1910 y los evanglicos iberoamericanos, p. 1. Ibid. Curso de ecumenismo. CLAI. HYPERLINK "http://www.Claiweb.org" www.Claiweb.org, p. 2 Arturo Piedra, Evangelizacin protestante en Amrica latina, Quito: Clai, 2000 Gonzalo Bez-Camargo, The Place of Latin America in the Ecumenical Movement, The Ecumenical Review. A Quaterly, The World Council of Churches, vol. I, Spring 1949, p. 311 Op. Cit., p. 118 La guerra hispano-estadounidense fue el conflicto entre Espaa y Estados Unidos que deriv en la independencia de Cuba y la prdida por parte de Espaa de Puerto Rico y Filipinas. Se la conoce como guerra de Cuba, guerra hispano-cubano-norteamericana y guerra hispano-americana (Spanish-American War). Op. Cit., p. 121 Ibid., p. 125 Ibid., p. 128 Ibid., pp. 144-145 Cit. por Piedra en Ibid., p. 145. Cursivas originales. Cita tomada de W. R. Wheeler, A man sent from God: A Biography of Robert E. Speer, p. 190, cit. en Ibid., p. 148. Cursivas originales Ibid., p. 157
Arturo Piedra considera que el congreso de Panam fue un acontecimiento que marc una nueva etapa de la presencia y expansin del protestantismo en Amrica Latina, representando el final de un perodo en que la Iglesia Catlica hizo creer que el trabajo de los misioneros protestantes era extrao e ilegtimo. Ibid., p. 163. All mismo, Piedra consigna la opinin de Stanley Rycroft: Cuando se escriba la historia de los ltimos veinticinco aos del trabajo protestante en Amrica Latina, los cristianos se percatarn del papel importante que desempe el Comit de Cooperacin en Amrica Latina. World Missionary Conference, 1910, Report of Commision I, Carring the Gospel to all Non-Christian World. HYPERLINK "http://www.archive.org/stream/reportofcommi00worliala" http://www.archive.org/stream/reportofcommi00worliala. Accedido el 13 de abril de 2010 Ibid. p. 48 Ibid., p. 249 HYPERLINK "http://.www.archive.org/stream/rptcommissionii00worliala" http://.www.archive.org/stream/rptcommissionii00worliala, p. 4. Accedido 13 de abril de 2010 Ese talante lo expuso en las Conferencias Carnahan del Instituto Universitario Isedet, donde manifest, entre otras cosas, que el pentecostalismo carece de lderes con formacin teolgica. Ante una pregunta que le formul en el sentido de que distinga entre pentecostalismo y neopentecostalismo, trminos de uso frecuente en su presentacin, su respuesta fue ambigua y difusa. Daba la sensacin de que los prejuicios le impedan ver con ms objetividad el fenmeno pentecostal latinoamericano. Esta visin contrasta con la de Carlos Ham quien dice: Creo que tenemos mucho que aprender de las iglesias pentecostales. Han madurado muchsimo. Ya no podemos decir que no tienen teologa, porque tienen teologa; tienen buenos telogos y telogas. Son adems iglesias populares. Expresan su fe en categoras del pueblo. Tienen un compromiso social. Reciben el Evangelio de forma holstica, integral, y llevan a cabo la proclamacin del Evangelio y el compromiso social en trminos prcticos. Creo que las iglesias protestantes histricas (Nosotros) somos muy racionalistas. Racionalizamos demasiado. http://alcnoticias.net/interior.php?codigo=17068&lang=687 Jean-Pierre Bastian, Protestantismos y modernidad latinoamericana, Mxico: FCE, 1994, pp. 210-211 Alberto F. Roldn, Evangelio y antievangelio. Misin y realidad latinoamericana, Mxico; Kyrios, 1993, p. 82. La estadstica es citada por Guillermo Taylor en: Reflections of maturing MK: grappling with tought latin realities, Evangelical Missions Quarterly, julio 1991, p. 254. C. Ren Padilla, De Edimburgo 1910 a Lima 1972. Cambios de paradigma en el desarrollo de la misin (segunda parte). HYPERLINK "http://www.kairos.org.ar/blog/?p=373" http://www.kairos.org.ar/blog/?p=373. De las varias ponencias que se incluyen en el libro citado por Padilla, se destaca la de Jos Mguez Bonino, a la sazn invitado a participar en los encuentros de la FTL sin ser miembro, titulada: El reino de Dios y la historia, donde el telogo metodista analiza la presencia del reino en los procesos histricos, cuya deteccin no se hace a partir de una perspectiva de la nous o la ratio que se lo discierne en la obediencia concreta, en la praxis. Dice Mguez Bonino: Es imposible exagerar la importancia de esta ltima expresin: el reino no slo se discierne en obediencia. Preguntarse por la presencia del reino en la historia es pedir que el Rey nos seale nuestra tarea y pedirle que se digne recoger nuestra obediencia en su reino. C. Ren Padilla (editor), El reino de Dios y Amrica Latina, El Paso: CBP, 1975, P. 85. Emilio Castro, A Passion for Unity, Ginebra: WCC Publications, 1992, p. 9 Ibid. Jos Mara Vigil en: El actual debate de la teologa del pluralismo, Libros digitales Koinona, p. 9 Ibid., p. 30 Ibid. Ibid., p. 53 http://alcnoticias.net/interior.php?codigo=17069&lang=687 Ibid. Ibid. Ibid. Edimburgo 2010 culmin en recinto histrico CMI/ALC
Emilio Castro, Llamados a liberard, Buenos Aires: La Aurora, 1985, p. 109
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