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Amor y Rabia Nr. 58

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Deserción y resistencia. La lucha de los soldados americanos contra la guerra del Vietnam

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  • VALLADOLID, ABRIL MAYO DE 2000

    PUBLICACIN DIFUSORADE LAS IDEAS ANARQUISTAS

    175 ptas.

    Correspondencia:Apartado 6078 - 47080 Valladolid

    Correo e.: [email protected]

    La lucha de los soldados americanoscontra la guerra del Vietnam (I parte)

    rgano de expresindel grupo anarquista

    AMOR Y RABIA

    Ao 6

  • ED I T O R I A L :

    Mucho se ha escrito sobre las bar-baridades del ejrcito americano ms all de sus fronteras. Tambin sobre la resistencia y oposicin de los pueblos atacados por este todopoderoso ejrcito. Pero nada se sabe de la resistencia y actividad dentro de la estructura militar que mu-chos soldados llevaron a cabo en un momento crtico en la historia de este pas: la guerra de Vietnam. A nosotros ha llegado un documento traduci-do del alemn, escrito por un personaje llamado Max Watts, protagonista directo de los hechos narrados a lo largo de sus pginas. Es por tanto la transcripcin de una serie de vivencias per-sonales acompaadas de algunos documentos en los que se apoyan las revelaciones de que no todo es tan perfecto en la maquinaria blica ms importante del mundo. El autor fue expulsado de Francia por ayu-dar a desertar a 266 soldados americanos du-rante la guerra del Vietnam, segn un docu-mento de la embjada de los Estados Unidos en Copenhague. Watts es un apodo literario, apa-reciendo en el informe como Max Schwartzer, y es el nico testimonio de los organizadores de toda la red clandestina dedicada a facilitar la desercin y apoyar la resistencia de los sol-dados dentro incluso de los acuartelamientos europeos del momento. La publicacin de este documento indito en castellano (que sepamos) entendemos que debe servir para ampliar la visin que se tiene de aquellos individuos que, o bien forzados por la obligatoriedad legal del servicio militar, o bien por las condiciones sociales que les impulsan a buscar salida en el ejrcito visten el uniforme sin mayor conciencia del mecanismo de control social al que sirven. Desde la insurreccin de los marinos de Kronstadt, hasta los numerosos militares e in-cluso guardias civiles del lado de la revolucin espaola en 1936, demuestran junto a estos sol-

    dados americanos, que incluso en estos cuerpos profundamente represivos la lucha antiautori-taria aflora. Quizs esta lucha se da en ma-yor grado, aunque evidentemente minoritaria, porque la experiencia les sirve para rechazar automticamente el modelo servido. Por supuesto este tipo de disidencia ha sido ocultada con mayor nfasis que la civil, ya que si bien el poder teme al pueblo en rebelin, cuenta para estos momentos principalmente con el ejrcito. Y si este falla sabe perfctamente que sus das de explotacin estn contados. Sirva pues este nmero para reivindicar la plena vigencia de la lucha antimilitarista con fines revolucionarios llamando a la desercin, la desobediencia y la resistencia dentro y fuera de los muros de todos los cuarteles.

    En la edicin de esta revista colabora:A C R A C O R E :

    Apartado de correos 3048 - 47080 Valladolid

  • US Army EuropeDe la desercin a la resistencia en los cuarteles

    o como funcionaba RITA

    Max Watts

    El comienzo del tren subterrneo: la conexin holandesa

    La historia de la resistencia dentro del ejrcito USA durante la guerra del Vietnam estara incompleta sin la historia del tren subterrneo. ste ayud a soldados USA a abandonar sus acuartelamientos en Alemania para evitar ser enviados a Vietnam. El centro de estas actividades fue durante mucho tiempo Amsterdam. Ya a mediados de los aos 60 los militares USA se tu-vieron que enfrentar no solo con una creciente resistencia contra el servicio militar obligatorio, sino tambin con una creciente ola de deserciones y ausencias no permitidas de los ya enrolados que tenan como objetivo evitar tener que ir a luchar. Los enemigos del servicio militar y los que se ene-gaban a realizarlo provenan en su mayor parte de la clase media: en cambio, los desertores y quienes se susentaban sin permiso de sus puestos eran soldados que pertenecan a la clase obrera o provenan del campesinado. Lo que ms sor-prendi a los militantes del movimiento contra la guerra del Vietnam era el hecho de que la gran mayora de los deserto-res, o de quienes se ausentaban de su puesto en la tropa sin permiso, eran soldados que slo excepcionalmente se haban tenido que incorporar a la tropa al recibir la notificacin de su reclutamiento forzoso. Por el contrario, la inmensa mayo-ra se haban apuntado voluntarios al servicio militar, y slo posteriormente descubrieron qu era la guerra del Vietnam, y ms importante an, cmo funciona realmente el ejrcito. Mientras que los opositores al servicio militar buscaban (y re-ciban) muy a menudo ayuda del movimiento antimilitarista, los soldados no esperaban ninguna ayuda por parte de los civiles, excepto quiz de amigos y conocidos. En el interior de los Estados Unidos los desertores y quienes abandona-ban sus puestos sin permiso podan camuflarse dentro de una subcultura por ellos conocida 1. Pero para los soldados es-tadounidenses estacionados en Europa esto era imposible (y an ms en el sudeste asitico, exceptuando Saign). para los jvenes que eran destinados a Vietnam (como me explicaba el escaqueado Gregory Graham, que se alist voluntario al cumplir 17 aos para salir del orfelinato en Wako (Texas) donde crec, y que con 18 aos fue enviado a cumplir duran-

    te un ao el servicio militar a Alemania occidental), desertar o abandonar el puesto sin permiso no tena ninguna perspectiva, hasta que descubr que ah fuera haba gente dispuesta a ayu-darnos. A nosotros, soldados de los Estados Unidos. Ya en otoo de 1966 se haba convertido Holanda, y espe-cialmente Amsterdam, en la Meca para miles de jovenes sol-dados estadounidenses. Como puede suponerse cnicamente, esto era as porque all las drogas no slo eran baratas, sino tambin abundantes y estaban casi legalizadas. Pero Amster-dam ofreca ms que simple hachs. Los soldados oan cada vez ms cosas sobre los Provos, jvenes antiautoritarios holandeses que traan de cabeza a las autoridades, y muchos soldados USA simpatizaban con ellos. Frente a su miserable vida en los cuarteles, la vida alegre de la escena en Ams-terdam ofreca un fuerte contraste que era bienvenido. Los trenes de largo recorrido que partan de las ciudades alema-nas donde estaban acuarteladas las tropas del sptimo ejr-cito americano (Mainz, Frankfurt, Munich, etc) se llenaban rpidamente de jovenes soldados de Estados Unidos con una semana de permiso. Los Provos, as como un creciente porcentaje del resto de la juventud holandesa, eran en general antimilitaristas y especialmente contrarios a la guerra del Vietnam. Y a esto se unan los hechos, que hablaban por s mismos. Esto lo expli-ca el escaqueado Graham de la siguiente manera: haba oido ya a otros como quedaban los conductores de camiones en Vietnam tras tropezar con una mina. Yo no quera que me ocurriera lo mismo. Por tanto fu a Amsterdam, d una vuelta por ah, y busqu a alguien con una chupa larga. A uno le pregunt si era Provo. El respondi que s, y yo le dije: Quiero desertar, puedes ayudarme?, y el me respondi: Naturalmente. Gregory Graham no era el primer soldado de Estados Unidos que ayudaron los holandeses, pero si fu el primero que se puso en contacto con el movimiento antimilitarista -al menos en Europa-. Algunas semanas despus de haberse escondido en Holanda fue buscado por la polica. Si le hubieran descubier-to, habra sido entregado al ejrcito USA. Por ello algunos Provos le transportaron en coche a travs de Blgica hasta Pars, donde le dejaron en manos de amigos.

    1 Este y otros aspectos de la resistencia de soldados estadounidenses a la guerra del Vietnam sern tratados en un prximo nmero. (Nota A&R).

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  • Cuando stos hubieron de abandonar tambin Pars se pu-sieron en contacto con Claude Bourdet, un socialista francs independiente que debido a su papel en la resistencia an-tifascista francesa durante la segunda guerra mundial tena un peso entre los crculos izquierdistas de Pars. Bordet no estaba seguro de lo que poda hacer con el joven soldado, pero estaba convencido de que los estadounidenses reci-biran ayuda de Pars. Entre sus amigos estaban varios de los miembros ms importantes del PACS (el Paris American Commitee to Stop War), que haba sido creado en 1965 por estadounidenses (en su mayora intelectuales) que residan en Pars. poco antes de las navidades de 1966 Bourdet puso a Graham en manos de este grupo. Entre tanto Gregory Graham se haba hartado de las conti-nuas negociaciones, y les dijo: Segn he oido, estis to-dos contra la guerra. Lo estais de verdad o slo hablais?. La mayora de los portavoces del PACS no se podan creer que tenan delante suyo a un soldado estadounidense que estaba contra la guerra. Como muchos miembros del movi-miento pacifista de entonces, haban supuesto que todos los soldados estaban a favor de la guerra. Cuando se enterraron de lo contrario, estaban completamente desconcertados, y encontraron algunos argumentos para justificar el no querer saber nada del tema. Pero una minora se decidi a hacer algo. Como yo perteneca a dicha minora, me llev a Gra-ham a casa aprovechando unos das festivos, a continuacin le encontramos un alojamiento y un trabajo en el campo. Po-cos das despus, una pareja que no conoca se dirigi a m y me dijo: Hemos oido que os encargis de los desertores estadounidenses. Inseguro, neg el que llevara a cabo di-chas actividades, y entonces dijeron: No, no somos policas, es que tenemos a dos viviendo escondidos con nosotros y nos estn vaciando la despensa. Puedes ayudarnos?. es-tos dos desertores tambin haban sido llevados a Paris por Provos, una vez que no era posible mantenerlos escondidos en Amsterdam por ms tiempo.

    El tren subterrneo No fueron los nicos. En los primeros meses de 1967 qued claro que una continua -y creciente- marea de soldados estadounidenses se diriga a Amsterdam en busca de Provos buscando ayuda a alternativas al servicio militar y a Vietnam. Muchos pidieron ayuda a las mujeres de la calle, las pros-titutas de la calle Nijtel; y a menudo esas mujeres estuvieron dispuestas a ayudarles. Pero la mayora de los chulos estaban en contra y as algunos de estos soldados cayeron en manos de la polica holandesa.

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    En Holanda se crea que los soldados estadounidenses estaban seguros en Francia, donde el gobierno de De Gau-lle acababa de criticar la guerra de Vietnam 2. A partir de febrero de 1967 se establecieron contactos estables entre los activistas estadounidenses contra la guerra del Vietnam y diversos grupos holandeses para organizar lo que pron-to sera llamado Tren subterrneo. Fue una cooperacin abierta y espontnea que se marc como objetivo el recoger aquellos soldados estadounidenses que haban desertado o abandonado su puesto sin permiso, para evitar que cayeran en manos de la polica holandesa, llevndolos a Francia. En cierta forma esto fue una repeticin de la histo-ria, ya que los holandeses (en algunos casos incluso los padres de algunos provos de los aos 60) haban orga-nizado ya 25 aos antes, un Tren subterrneo similar, en este caso para aviadores ingleses o estadounidenses. En aquel entonces, durante la guerra antifascista, ha-ban ayudado a aquellos cuyos aviones haban sido de-rribados por los nazis, o a prisioneros de guerra que se haban fugado para alcanzar la libertad, transladndoles a Espaa y Portugal3. Ambos trenes subterrneos de-ban su nombre a un tren an ms antiguo que, ante el inicio de la guerra civil americana en 1861 ayudaba a los esclavos del sur de EEUU a alcanzar la libertad en Canad y los estados del norte de EEUU.

    INADAMNLUGO2PROVOS(EnAmsterdamHolandaVeALosProvos)

    En Holanda los Provos y otros jovenes holandeses se dedi-caron con entusiasmo a esta tarea. Sus simpatas antiautorita-rias les ponan sin dudar del lado de los soldados estadouni-denses contrarios a la guerra y al ejrcito y, paulatinamente, se fueron dedicando a ir el viernes por la tarde a recibir los trenes llenos de soldados de permiso, repartiendo en la esta-cin de trenes de Amsterdam panfletos contra la guerra con la consigna cifrada INADAMNLUGO2PROVOS, que fu rapidamente conocida en todas las unidades del sptimo ejr-cito americano (traducido significa Si ests en Amsterdm, Holanda, ponte en contacto con los Provos).

    2 Ese mismo ao, Francia abandon la estructura de la OTAN y se dot de armas atmicas, entre otros gestos de desafo a EEUU (Nota de A&R).3 Una de las principales redes de evasin con destino a Espaa, la del grupo Ponzn, estaba en manos de militantes de la CNT; los aliados les pagaron sus servicios traicionn-doles a Franco al acabar la guerra -y premindoles postumamente. Un detallado relato de las actividades del grupo Poznn, responsable de salvar la vida a como mnimo ms de 300 soldados aliados, puede encontrarse en el libro de Antonio tellez Sol La red de evasin del grupo Ponzn. Anarquistas en la guerra secreta contra el franquismo y el nazismo (1936-1944), publicado por la editorial Virus, ISBN 84-8845529-1, y cuesta poco ms de 2.000 pts (Nota de A&R).

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    Poco despus se establecieron estaciones del tren subterrneo en la propia Alemania occidental, donde la SDS (Sozialistisches Deutscher Studentenbund - Liga Socia-lista de estudiantes alemanes) protestaba tambin de manera activa contra la guerra de Vietnam. Pero en Alemania occiden-tal tard tiempo hasta que el contacto entre estudiantes alema-nes y los soldados estadounidenses alcanz la abierta confian-za que se lograba en Holanda al cabo de una sola noche. Los estudiantes alemanes queran como mnimo discutir con los soldados sobre el imperialismo, aunque estos no apoyasen pre-cisamente el matar nios vietnamitas. Pero pronto se encarga-ron estudiantes de Alemania occidental de trasladar soldados estadounidenses a travs de la zona de bosque de la regin de Pfalz (el Palatinado), al sur de la autopista entre Heidelberg y Saarbrcken, directamente hasta Francia. Despus fue posible falsificar pases de permiso para aquellos soldados que haban abandonado el ejrcito pero an posean sus papeles de iden-tificacin como soldados. A partir de all viajaron a Pars mu-chos soldados que haban recibido orden de trasladarse a Viet-nam, y se establecieron all. Pocos de ellos lo haban preparado previamente. Fue el tren subterrneo quien se encarg de conseguir a los GIs (como tambin se llama a los soldados es-tadounidenses) los pases de permiso. Es de destacar que Blgica, pese a estar situada entre Holanda y Francia, permaneci casi por completo al mar-gen de estas actividades. Segn lo que conozco, por enton-

    Panfleto editado por los Provos holandeses.

    ces no se desarrollaban all actividades independientes para apoyar a los soldados estadounidenses. Por tanto permane-ci como una zona muerta que haba que atravesar lo ms rpido posible. La relacin entre la izquierda francesa y los soldados es-tadounidenses, que no paraban de aumentar, no permaneci libre de tensiones. Haba franceses politizados dispuestos a ayudar, pero muchos de ellos vivan en el pasado, y desarro-llaban sus actividades en base a sus experiencias en la resis-tencia contra los nazis o contra la recin acabada guerra de Argelia. pese a sus buenas intenciones utilizaban los mismos mtodos, complicados y llenos de secretismo, que haban utilizado en el pasado, en una poca en que ser descubierto significaba ser condenado a muerte, enviado a un campo de concentracin o, como mnimo, encarcelado. Ofrecer a un soldado americano encontrarse con ellos (Vete al caf Deus Magots una hora antes de como hemos quedado por telfo-no. Espera all dos minutos para asegurarte de que nadie te sigue, y ve entonces a un segundo caf, el Tournon, donde te recogeremos) significaba, en la prctica, que un soldado americano acabara perdido en alguna parte de Pars ese da. Un grupo lleg incluso a recibir entre los soldados estadouni-denses el nombre en clave de los amigos sin telfono, ya que, por miedo a sufrir estuchas y ser identificados, no daban nunca su propio nmero de telfono y, en su lugar, llama-ban siempre desde cabinas telefnicas a una hora prefijada, o

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    cuando les haban sido dejados seales concretas. Pocos aos despus, no obstante, uno de sus lderes, Henri Curiel, fue ejecutado por un comando mvil fascista en un ascensor, lo que explica quiz sus precauciones. De todas formas, sus contactos con soldados estadounidenses fueron slo de vez en cuando fructferos. Para consternacin de muchos activistas contra la guerra, el Partido Comunista de Francia (que en aquella poca era an un poder a tener en cuenta en el pas) se mantuvo inactivo du-rante largo tiempo en lo referente a apoyer a desertores y sol-dados que haban abandonado sin permiso sus puestos. Desde el princicpio el partido se neg a tener algo que ver con dichos inmigrantes ilegales que no tenan ningn papel.

    El cabo Armfield recibe papeles

    En realidad la situacin de los soldados estado-unidenses establecidos en Francia fue hasta mayo de 1967 completamente inslita. En el pasado, los soldados estadounidenses fugados que eran detenidos por la polica francesa eran entregados a la polica mi-litar estadounidense. Pero en 1965 el rgimen de De Gaulle haba exigido a la OTAN que trasladase su cuartel general, el SHAPE (Supreme Headquarters Allied Powers Europe, Cuartel general Supremo

    de los Aliados en Europa), as como a la mayora de sus tropas fuera de Francia. A partir de 1967 haba en Francia slo una presencia muy reducida de soldados estadounidenses en el pas. Y todo da a entender que la polica francesa haba recibido de manera extraoficial la orden de ignorar a los sol-dados estadounidenses sin papeles, segn el siguiente razona-miento: si han abandonado sus unidades fuera del territorio francs, entonces eso no tiene nada que ver con el gobierno

    francs. No obstante -naturalmente- estos soldados eran en la prctica inmigrantes ilegales, ya que no tenan ni permiso de residencia ni de trabajo, y por ello no podan acceder a nin-gn trabajo de manera legal. Hubo muchas largas discusiones entre civiles norteamericanos, GIs (soldados USA) y abogados franceses cercanos a ellos, en torno al tema de si no se podra pedir de manera oficial los permisos de residencia y trabajo un soldado que se hubiese refugiado en Francia, pero dichas reuniones acababan siempre con la misma pregunta: Qu ra-tn pondra el cascabel al gato?4 - porque no exista la ms mnima garanta de que, frente a semejante atrevimiento, la reaccin no fuera entregar de manera inmediata al peticionario a las autoridades militares estadounidenses o, cmo mnimo, el expulsarlo de Francia. Entonces, en mayo de 1967, fue detenido por dormir en un coche ajeno Louis Armfield, un cabo negro esta-dounidense que haba desertado en Mainz (Maguncia). Desde enero estaba de manera ilegal en Francia. Arm-field pidi refugio poltico como enemigo de la guerra de Vietnam. Tras pasar diez angustiosos das en una prisin, no recibi asilo poltico, pero s un permiso de residen-cia, que podra alargar como trabajador inmigrante. Esta decisin fue tomada por las ms altas esferas de Gobierno francs, y pese a la enrgica protesta del mi-nistro de defens, Messmer, que tema las consecuencias de sentar dicvho precedente, pregunt De Gaulle: Nos han entregado los estadounidenses a nuestros deserto-res durante la guerra de Argelia? No? Bien, entonces son ellos los que han sentado primero el precedente: por tanto, nosotros tampoco vamos a hacer nada...5. De esta forma, Francia se convirti en el primer pas que conceda permiso de residencia y acceso al mercado la-boral a soldados estadounidenses que haban desertado o abandonado sus unidades sin permiso. Armfield haba creado un precedente y abierto la compuer-ta de entrada. Docenas de soldados americanos aparecieron de repente en Francia, presentnsose a las autoridades. Cientos les siguieron -en parte desde el tren subterrneo holands, en parte directamente desde Alemania occidental. Algunos sol-dados que disponan de permiso de viaje llegaron directamente en vuelos desde los EEUU.

    En Francia, los civiles estadounidenses que haban ayu-dado a los soldados a encontrar refugio y trabajo estuvieron

    4 En la conocida fbula, un ratn muy listo llega a la conclusin de que sera posible reducir la peligrosidad del gato si un ratn le pusiera un cascabel en el cuello. Todos los ratones asintieron, convencidos de lo acertado de la propuesta, pero quedaba en el aire la pregunta clave: qu ratn ira a ponerle el cascabel al gato? 5 Los EEUU no slo no entregaron a los desertores franceses -afortunadamente- sino que, adems, entregaron nada menos que 500 tone-ladas de armas en Lisboa a la O.A.S., un grupo de militares contrarios a la independencia y que, adems, intentaron dar un golpe de estado en Francia y matar a De Gaulle. Todo ello formaba parte de las rivalidades destro de los diferentes sectores del capitalismo surgidos tras el inicio de la primera gran crisis de la postguerra, en los aos 60. No debe olvidarse que la potencia colonial en Vietnam fue durante siglos Francia, hasta el desastre de Dien Bien Phu, en 1954. Otro detalle importante es el hecho de que para acabar con la O.A.S. De Gaulle lleg a un acuerdo con Franco: a cambio de que Espaa dejase de ser un refugio para la O.A.S., Espaa dejara de serlo para los comandos anarquis-tas que se infiltraban constantemente en Espaa, organizando atentados contra Franco y sindicatos de la CNT, como explica detalladamente Eliseo Bayo en su libro Los atentados contra Franco. Esta fue la recompensa de De Gaulle a aquellos que habian contribuido de manera decisiva a liberar el sur de Francia (por no hablar del propio Pars) de las tropas nazis durante la Segunda Guerra Mundial, muchos de los cuales estaban condecorados por el propio De Gaulle. Antonio Moreno, un miembro de la CNT de Medina de Rioseco, que combati en la Columna Durruti, posteriormente en Siria dentro de las tropas de De Gaulle, nos ha contado que fue mucho ms maltratado (y torturado) por la polica francesa al ser detenido por esta en los aos 60, en las redadas posteriores al pacto entre De Gaulle y Franco, que antao por la gestapo (Nota de A&R).

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    en un principio encantados, para a continuacin encontrarse completamente desbordados. Hasta ese momento haban es-condido, tan bien como les era posible, a algunas docenas de soldados americanos, dndoles techo y comida. De pronto, se encontraron enfrentados a tener que hacer lo mismo con cientos. Por tanto, pidieron ayuda a diversos grupos fran-ceses y recibieron, en la prctica, algn apoyo por parte de comunidades religiosas, especialmente de los Cuqueros y los protestantes franceses, ambas minoras que haban sido tambin perseguidas. El PCF (Partico Comunista de Francia) se mantuvo al margen, como haba hecho hasta entonces. Y eso a pesar de tener en sus manos la posibilidad de ofrecer a los soldados puestos de trabajo en aquellas localidades donde gobernase. Desde arriba se ofreca como respuesta a su pasi-vidad: Si el partido Comunista de EEUU nos lo pide, quizs podramos hacer algo. Pero tampoco era as de sencillo -es evidente que no se po-da esperar del Partido Comunista de los EEUU que pidieran a sus camaradas del PCF que apoyasen a los desertores esta-dounidenses. Por fn se envi a Nueva York una peticin. No hubo ninguna reaccin. Algunos comunistas franceses apo-yaron a los GIs a pesar de todo, a pesar de que la arrogancia y el anticomunismo de los soldados estadounidenses les era algo chocante. Un tpico ejemplo: No me tiene que contar nada sobre el comunismo. Llevo ya dos aos metido en una confabulacin comunista, el ejrcito estadounidense, en el cual no tienes libertad alguna, eren (mal) alimentado y cui-dado, y todo se lleva a cabo a base del ordeno y mando... Comunismo, jams!. No es extrao que muchos antiguos izquierdistas se sintiesen como si les golpeasen en la cabeza al escuchar semejantes cosas6. En cambio, los soldados estadounidenses se sentan ms a gusto con los jvenes izquierdistas, trosquistas, maoistas y anarquistas, que rechazaban a los burcratas de los partidos establecidos -los cuales a su vez les rechazaban a ellos. Mientras una corriente creciente de soldados ameri-canos fugitivos inundaba Francia, los diversos fundado-res del tren subterrneo, as como soldados estadouni-denses, empezaron a encargarse de buscar otros puertos seguros disponibles. Una vez que casi toda la juventud europea empez a tomar parte en una resistencia activa contra la guerra de Vietnam, los soldados estadouniden-ses, que queran ausentarse de sus puestos sin permiso, o queran desertar, o buscaban otras formas de residen-cia, empezaron a su vez a saltar las bareras culturales y de idioma que hasta ahora les haban separado de dichos extranjeros. Pero las autoridades se comportaban de un modo muy distinto. Incluso aquellos gobiernos que haban criticado la guerra de Vietnam tenan grandes dificultades a la hora de hacer frente a los soldados estadounidenses antimilitaristas y antiautoritarios que se rebelaban contra la guerra.

    Alemania occidental, donde estaban estacionados la ma-yora de los soldados, era un caso tpico para aquellos sol-dados que se haban ausentado de sus puestos sin permiso. Incluso tras 1969, cuando los socialdemcratas alemanes (SPD) -parcialmente contrarios a la guerra del Vietnam- llegaron al poder, los policas alemanes siguieron detenien-do a aquellos soldados estadounidenses que se encontrasen en una situacin irregular, entregndolos despus a la poli-ca militar estadounidense. Con excepcin de Francia, la situacin en todos los dems pases miembros de la OTAN era la misma. En la prctica existan, no obstante, diferencias. Blgica se hizo la sorda al respecto; ningn soldado americano pens ni por un momen-to en pedir all un permiso de residencia. En Italia, la polica era ms despreocupada al respecto que Alemania, lo que fa-cilit que muchos soldados pudieran rcsidir all de manera ilegal durante mucho tiempo. Gran Bretaa, donde se habla un idioma comprensible para los GIs y exista una gran cadena de tiendas Px para los soldados estadounidenses all estacionados -25.000 miembros del ejrcito del aire-, habra sido sin duda un sitio ideal para muchos soldados fugados 7.

    El To Sam te reclama negrazoT eres miembro del ejercito mercenario negro

    mejor pagado del mundo!Lucha por la libertad... (en Vietnam)

    Apoya el poder blanco Recibe valioso entrenamientoViaja a Vietnam en formas de asesinarPuedes ganar una medalla a otra gente oprimida

    Muere negro muere - t no puedes morirlo suficientemente rpido en los ghetos.

    6 No obstante, no deja de ser cierto el enorme parecido que exista entre el comunismo de cuartel de los bolcheviques y el funcionamien-to interno de cualquier ejrcito... (Nota de A&R)7 Entre los desertores y quienes haban abandonado sus puestos sin permiso exista una fuerte tendencia a mantener el contacto con el mundo -es decir, con el american way of life. Como consecuencia, se establecan en las proximidades de los puestos de apoyo del ejrcito de EEUU en el extranjero.

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    Pero, a pesar de que los diversos gobiernos ingleses conce-dan a los enemigos del servicio militar un estatus legal (es-pecialmente mediante la concesin del estatus de estudian-te), tanto los gobiernos laboristas como los conservadores entregaban a la polica militar estadounidense a los soldados fugados que eran detenidos. Noruega era considerada muy aburguesada, demasiado lejana y demasiado fra -para em-plear los trminos de un soldado estadounidense que lo pro-b. Adems, all no haba estacionado ningn contingente de tropas de EEUU. Respecto a la singular posicin de Dinamar-ca, sobre todo debido a su papel como punto previo necesario para llegar a Suecia, me referir ms adelante. Holanda sigui siendo el punto de partida ms importante. Muchos soldados se quedaban durante semanas enteras en esta agradable ciu-dad. Pero slo principios de los aos 70 logr un reducido nmero de soldados estadounidenses que se es concediera un permiso de residencia en el pas. Los soldados estadounidenses tenan miedo de los estados comunistas (menor dicho: socialistas) del este de Europa, y stos tenan a su vez miedo de los GIs. Si bien exista una cierta comprensin hacia los desertores, no la haba en cam-bio para la resistencia organizada en el seno del ejrcito 8. Los estados neutrales de Europa -Suiza, Austria y Suecia- desarrollaron distintos comportamientos frente a los GIs que se rebelaron contra la guerra. Sin duda, an ms importante es que el punto de vista de los GIs hacia dichos pases era muy variado. Mientras que en Austria los soldados estadouni-denses no tenan problema legal alguno, pocos se sentan all a gusto. Suiza, un pas neutral, reciba con los brazos abiertos a aquellos soldados que huan de la tirana roja en Hungra o cualquier otro pas de la Europa oriental, pero se comporta-ba a cambio de una forma muy sorprendente frente al princi-pio de la imparcialidad cuando eran estadounidenses los que pedan asilo al gobierno. Al principio los soldados estadouni-denses eran entregados a la polica de Alemania occidental, o se los amenazaba con penas de crcel inventadas (cuando, por ejemplo, un grupo de hambrientos soldados estadounidenses fueron detenido en Zurich por robar pan, las autoridades les amenazaron con una pena de cinco aos de carcel en el caso de que se negasen a volver voluntariamente a sus unidades militares en que haban estado destinados. A mediados de 1967 los responsables del tren subterrneo pusieron una trampa a la polica suiza: un americano, que se haca pasar por desertor, se dej detener en Berna. Poco antes de que fue-se entregado al ejrcito americano, sac de su bolsillo pape-les en regla que demostraban que era un civil. El suceso fue seguido de manera detallada y con atencin por el (nico?) parlamentario ntegro de Suiza, Jean Ziegler, por lo cual se puso al gobierno federal suizo en una situacin especialmen-te embarazosa. Finalmente, hubo de declararse oficialmente que an no se haba entregado a ningn desertor americano y que esto tampoco se consideraba como algo probable en

    el futuro. Con el paso del tiempo recayeron en Suiza varias decenas de soldados estadounidenses, y en algunos casos se instalaron all de manera estable, pero para la mayora de los enemigos de la guerra el pas era simplemente demasiado burgus. A pesar de que Suecia, debido a su poltica de concesin de asilo a todos los soldados estadounidenses fugados, se con-virti en el pas de destino ms conocido, esto slo ocurri a finales de 1967, un ao despus de que Francia se convirtiese en la estacin de destino del tren subterrneo. En un princi-pio, Suecia era considerada por los soldados estadounidenses (estacionados en su inmenda mayora en el centro y sur de Alemania occidental) como un pas demasiado lejano. Ade-ms era dificil llegar a Suecia sin ayuda y ciertos conocimien-tos especiales. Mientras que era completamente fcil pasar de Dinamarca a Suecia, era algo dificil llegar a Dinamarca. Existan fuertes controles para los viajeros entre Alemania occidental y las islas danesas. Y los soldados estadouniden-ses, poco familiarizados con la geografa europea, no saban que exista una zona relativamente abierta hacia el norte de Jutlandia desde la frontera norte de Alemania occidental. Una vez que los fundadores del tren subterrneo em-pezaron a considerar Suecia como un destino potencial para refugiarse, en caso de ser expulsados de Francia, se pusieron en contacto con el nico soldado estadounidense que resida all. A ste las autoridades le dijeron que su permiso de resi-dencia en el pas dependa de su predisposicin a evitar total-mente llamar la atencin, no informar a la opinin pblica y mantenerse al margen de cualquier maniobra poltica.

    Los cuatro marineros sin miedo del por-taviones estadounidense Intrepid

    La situacin en Suecia se modific por completo debi-do a un suceso inesperado. En octubre de 1967 cuatro marineros del portaviones es tadounidense Intrepid (sin miedo) -cuya misin era bom-badear Vietnam desde Yankee Station, un pun-to en que no po-da ser alcanzado

    8 Cmo habra podido explicar una revista sovitica, leda por soldados soviticos, que los soldados occidentales luchaban no slo por el dere-cho a leer revistas antimilitaristas, sino tambin por el derecho a formar sindicatos de soldados? A John Reed (escritor comunista estadounidense, autor del libro Diez das que conmovieron al mundo, Nota de A&R), que public en Mosc la revista The Flame (La llama) para los sol-dados estadounidenses que luchaban en Rusia contra los bolcheviques, le habra encantado sin duda la revista The Bond (El lazo) (publicada por GIs para extender la resistencia dentro del ejrcito de EEUU, Nota de. A&R). Lamentablemente, muri hace ya mucho tiempo...

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    por el enemigo 9- se decidieron a expresar en pblico su opi-nin sobre la guerra del vietnam: una vez rcibieron en Jokosuka un pase de vacaciones, abandonaron el barco -an uniforma-dos- y se pusieron a buscar japoneses que tambin fueran con-trarios a la guerra. Con ms suerte que sentido comn acabaron en el local de Beheiren, el comit japons contra la guerra del Vietnam. A pesar de que no es posible volver a reconstruir los detalles de este primer suceso, fueron bienvenidos, se celebr su llegada, y se les escondi. Entonces, como ahora, era es-pecialmente dificil esconder soldados estadounidenses. Por tanto, rapidamente empez una angustiosa bsqueda en pos de una posibilidad para sacarlos fuera de las islas niponas. En esta caso la Unin Sovitica apoy a los enemigos de la guerra japoneses y a los marineros americanos. De forma secreta, los cuatro marineros fueron trasladados clandestinamente a bordo de un barco de pasajeros sovitico, mediante el cual pudieron llegar a la Unin Sovitica y, finalmente, a Mosc. Una vez all, se presentaron a la opinin pblica apareciendo -con barba de varios das- en la televisin de Mosc. Pero, de forma similar a los desertores en Europa, no te-nan la menor intencin de quedarse en un pas comunista. Por consiguiente, los Soviets les ayudaron a viajar a un pas neutral. Poco despus aterrizaron de manera dramtica en Es-tocolmo. El nuevo primer ministro de Suecia, Olof Palme, no slo haba participado en mnifestaciones contra la guerra de Vietnam; tambin estaba dispuesto a negociar (una excep-cin, que confirma la regla de que los polticos socialdem-cratas hablan de manera izquierdista, pero se comportan de manera derechista una vez estn en el poder). Palme con-cedi a los cuatro marineros -y posteriormente a cientos de soldados estadounidenses- asilo de manera oficial en Suecia por motivos humanitarios. Y, a diferencia de Francia, donde los soldados podan permanecer pero por lo dems tenan la libertad de poder morirse de hambre bajo los puentes de Pars, Suecia concedi tambin a todos los soldados esta-dounidenses que buscasen asilo el derecho a recibir la ayuda social, as como otros servicios. El nico problema era llegar all. El tren subterrneo deba construir nuevas vas -esta vez hacia el norte en lugar de hacia el oeste.

    Dinamarca: gobierno hipcrita

    Llegar a Suecia no era complicado salvo las distancias y los escasos conocimeintos geogrficos de los soldados esta-dounidenses. El doble juego del gobierno dans aument an ms las dificultades. El gobierno deca a la poblacin danesa (que estaba claramente posicionada en contra de la guerra del Vietnam) que los estadounidenses contrarios a la guerra reci-biran el permiso de pasar por territorio dans en su camino hacia Suecia. A aquellos soldados que pudiesen llegar hasta Copenhage esto les era ideal. El tren subterrneolleg in-

    cluso a dotarse de barcas de pescadores y otros medios 10 para poder llevar a los soldados estadounidenses desde el nor-te de Alemania hasta las islas danesas, o directamente hasta Suecia. Aquellos soldados que no lograron entrar en contacto con quien les pudiera ayudar, y por tanto hubieron de inten-tarlo por su cuenta, cayendo en manos de la arbitrariedad de la administracin danesa. Algunos soldados cayeron en ma-nos de las policas de fronteras alemana o danesa cuando se dirigan a Puttgarden, otros cayeron en el campo en la fron-tera hacia Jutlandia en la zona campestre danesa. Si lograban llegar a Copenhage, lograran finalmente su objetivo. Si, en cambio (a menudo hambrientos y, en pleno invierno, a punto de congelarse), se encontraban con policas holandeses en las cercanas d ela frontera... El cabo Ted Price acababa de recibir su orden de traslado a Vietnam. Desde su unidad, acuartelada en las proximidades de Karlsruhe, en el sur de Alemania occiental, se dirigi al norte. Pero antes de alcanzar Escandinavia se le acab el dinero y hubo de ir andando hasta Jutlandia. Era diciembre y haca bas-tante fro. Estaba hambriento, y desde haca tres das no haba comido nada. En Grostein pas la frontera y se meti en un bar. All alguien me compr un pan y me pregunt despus a dnde quera ir. Yo le respond: A Suecia y no a Vietnam! El

    Going up the country, panfleto explicando las formas de llegar a Suecia para los desertores.

    9 Ni las fuerzas armadas del Frente de Liberacin del Vietnam (Vietcong) ni el Ejrcito de Vietnam del Norte (NVA) tenan un armamento que les permitiese atacar a los portaviones estadounidenses estacionados frente a la costa, cuyos aviones les atacaban diariamente.

    10 Cuando los soldados eran acompaados, o lograban por sus propios medios entrar en contacto en el norte de Alemania occidental con el tren subterrneo, a veces eran llevados a Dinamarca a partir de Flensburg, pasando a la Jutlandia danesa, o llegaba a Dinamarca con papeles falsificados mediante el transbordador de Puttgarden.

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    DocumentoR 16:50 horas Mez 17 Octubre 1969De la embajada de EEUU en KopenhagenAl ministerio de asuntos exteriores Washington DC 2882Informar a la embajada de EEUU en Bonnembajada de EEUU en Helsinkiembajada de EEUU en Osloembajada de EEUU en Parsembajada de EEUU en Reykjavikembajada de EEUU en StockholmUSIA Washington DCUSAREUR HeidelbergEUCOM StuttgartConsulado de EEUU GteborgC O N F I D E N C I A L Kopenhagen 4057

    Tema: Desertores americanos

    REF: Kopenhagen 4024USIA para la informacin a la prensa 1. El diario de Copenhague Politiken del 17 de octubre informa de que en los prximos das, la polica de extranjeros presentar sus recomendaciones para ganar a la justicia sobre tres desertores americanos buscando asilo poltico. Por tanto, puede considerarse que la decisin ser tomada por el gobierno. 2. Robert E. Sweeney, un marinero que es el tercer desertor, acaba de ser de-jado en libertad, mientras que el ministro de justicia toma una decisin. Las revistas informan que ha sido trasladado a una pensin como otros refugiados. 3. Los polticos informaron el 16 de octubre que los desertores sern mejor trata-dos en Dinamarca que en Suecia...

    CONFIDENCIALRecibiran aproximadamente 22$ semanales, a diferencia de Suecia, donde recibiran la mitad, y en ambos paises a esta suma se aade dinero para pagar los gastos de vivienda. 4. Todos los peridicos han informado el 17 de octubre sobre la expulsin de Francia de Max Schwartzer, alias Cock. Schwartzer, de nacionalidad austraca, ha vivido durante 16 aos en Francia y ha estado ayudando a desertar a soldados estado-unidenses (266 segn sus propios clculos). Varios peridicos informaron sobre las acusaciones de Schwartzer, segn las cuales la embajada de EEUU en Pars solicit del gobierno francs su expulsin del pas a travs de una peticin. El encargado de prensa de esta embajada ha negado categoricamente dichas acusaciones tras ser entrevistado por el Berlingske Tidende. 5. En la prensa se han publicado otros dos editoriales sobre el tema. El peridico Jystland Posten (de tendencia conservadora, publicado en las provincias) escriba el 16 de octubre sobre propaganda primitiva, que afirma que a menos que Dina-marca ofrezca asilo a aquellos que no quieren ir a luchar a Vietnam, se pondr a s misma al servicio de los imperialistas y agresores americanos, exponiendo as una argumentacin que es tan transparente como familiar. El peridico aade que de acuerdo con la informacin disponible, dos desertores no pueden pedir asilo poltico de manera razonable, debido a que a ellos y a sus activos colaboradores les sera dificil convencer a nadie de que estn amenazados de sufrir persecucin por motivos polticos en su pas. 6. Berlingske Tidende (conservador) escribi el mismo da que todo el asunto ha sido organizado de una forma demasiado planificada como para creer que ha ocurrido de manera espontnea. Dos estadounidenses se han convertido en fichas en el juego de otros. El peridico constata que una inspeccin de sus fichas per-sonales que las autoridades americanas haran sin duda accesibles, seran muy tiles para tomar la decisin. El editorial afirma entonces: tambin es importante el averiguar si han sido reclutados forzosamente, y han pasado despus a tener un conflicto de conciencia con la guerra de Vietnam, o son en cambio soldados profe-sionales que han aceptado ser alquilados durante un largo periodo de servicio en un momento en que la guerra estaba en pleno auge y, por tanto, estaban capacitados para dar por sentado que el servicio activo en Vietnam era una de las posibilidades que se presentaban ante ellos Dudley.

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    lo apunt todo... El hombre dispuesto a ayudarle se descu-bri como Ivar Moeller, jefe de polica de Grostein. Enton-ces me llev consigo y me entreg a la polica alemana en la frontera, entregndoles incluso sus apuntes.... Esos apuntes, segn le dijo despus su abogado militar, le acusaban de desercin, ya que all se mostraba su intencin de abandonar de manera permanente el ejrcito, y no simple-mente el abandonar su puesto sin permiso. Por tanto, habra podido ser condenado a varios aos en la penitenciara de Leavenworth, en lugar de unos pocos meses en un cmodo presidio militar. Pero a finales de 1968 estaban abarrotadas todas las penitenciaras, de manera que tuvo la suerte de no ser acusado de desercin. Fue condenado a una pena de cin-co aos en una crcel del ejrcito estadounidense en Mann-heim. Cuando sali de all en abril de 1969, le fue concedida la oportunidad de rehabilitarse... en Vietnam. En el Hotel-prisin de Mannheim se enter de algunas co-sas sobre Francia y tras ser soltado tom un tren hacia Pars. Un grupo de estudiantes le escondi en el paso de la frontera belga y francesa. Cuando finalmente lleg a la estacin de destino del tren subterrneo, explic a los soldados (que entretanto se ha-ban organizado como RITA dentro del cuartel -Resist Inside The Army, Resiste dentro del ejrcito) lo que le haba pasado en Dinamarca. Cuando los soldados estadounidenses en Francia in-formaron sobre ello a sus amigos, estos se pusieron en contacto con sus conexiones en Dinamarca y los medios de comunica-cin daneses. El peridico Politiken, uno de los mayores de Dinamarca, entrevist al jefe de polica Moeller, en Grostein, y recibi la ingenua respuesta: naturalmente se lo entregamos a los alemanes, eso lo hacemos siempre. La historia fue primera pgina. La reaccin provoc casi la caida del gobierno de coali-cin. Durante la Segunda Guerra Mundial, los daneses salvaron a sus judos de ser capturados por los ocupantes nazis, llevndoles clandestinamente a Suecia -para la mayora de los daneses entre-gar a alguien a los alemanes era un comportamiento impensable. En ese momento, el gobierno dans declar -como anteriormente el suizo- que nunca se haba comportado as en el pasado, y que tampoco ocurrira en el futuro. Como consecuencia, los soldados estadounidenses pudieron pasar oficialmente por el pas. Pocos meses despus, Price y otro soldado americano escaparon hacia Copenhage gracias al apoyo de su abogado, Mark Lane. Como compensacin por el trato recibido antreriormente, las autorida-des dansesas concedieron a Ted Price un permiso de residencia legal en Dinamarca, algo que cabre bastante a la embajada de EEUU.

    Los desertores son... soldadosEl lector cuidadoso no habr dejado de darse cuenta de que, en lo que llevo de texto, he llamado soldados a todos aque-llos que abandonaron sus unidades sin permiso como pro-testa contra la guerra, en lugar de llamarles desertores. Creo que es lo adecuado. Aquellos civiles que estuvieron implica-dos en el tren subterrneo se dieron cuenta pronto de que hay diferencias claras entre los enemigos del servicio militar

    y los objetores de conciencia al servicio militar (es decir, aquellos jovenes americanos que se oponan a la orden de reclutamiento), por un lado, y aquellos que ya haban estado dentro del ejrcito. Dicha diferencia era visible incluso despus de que los soldados, por as decirlo, se autojubila-ron -sin tener en cuenta la cuestin de si haban abandona-do el ejrcito temporalmente o para siempre. Habiendo sido una vez soldado, se es durante mucho tiempo.No se trata aqu slo de una diferencia legal; mientras que en la mayora de los pases el ejrcito puede juzgar, acusados de desercin, a enemigos del servicio militar y objetores de conciencia, en los EEUU estos son, en cambio, juzgados por tri-bunales civiles. Segn el Cdigo de Justicia Mili-tar del ejrcito estadouni-dense (Uniform Code of Military Justice, UCMJ) slo puede acusarse de desercin o de ausentarse sin permiso de su puesto a aquellos soldados que ya estn cumpliendo el servicio militar y hayan jurado bandera. Al principio, la mayora de los fundadores del tren subterrneo saban bastante poco sobre el ejrcito y sobre aquellos soldados que ayudaban. Dieron por supuesto que todos los soldados que se haban ausentado sin permiso de sus unidades eran sorprendidos muy a menudo por la actitud indiferen-te de los soldados, que consideraban el ausentarse de sus puestos como algo insignificante. Solo pos-teriormente supieron los civiles ms sobre las inte-rioridades del ejrcito, as como de las importantes diferencias que hay entre ausentarse sin permiso del puesto y desertar. Desde un punto de vista puramente tcnico, tal y como lo expresan las estadsticas militares, el ejrcito considera deser-tor a aquel soldado que se ausenta de su puesto durante ms de 30 das: slo a partir de ese momento es apartado de la lista de reclutas y considerado como tal. Todos los includos en un periodo menor de tiempo se considera que se han ausentado ilegalmente de sus puestos. De igual forma, jurdicamente hablando, el Cdigo de Justicia Militar del ejrcito estado-unidense considera necesario, para poder hablar de desercin, el que el acusado no tuviera la intencin de regresar. Si un soldado declara que quiere abandonar el ejrcito, o las fuerzas armadas en su conjunto, y abandona su uniforme y su pase militar, pasa inmediatamente a ser considerado jurdicamen-te como desertor. Si, en cambio, dicho soldado afirma haber tenido la intencin de volver algn da, se considera enton-ces que se ha ausentado sin permiso de su puesto - aunque haya permanecido fugado meses, e incluso aos.

    En realidad, en 1967 ms de 50.000 soldados haban sido declarados tcnicamente desertores, al haberse ausenta-

    EN total, durante los nueve

    aos que dur(oficialmente) la

    guerra delVietnam,

    desertaron 432.000 miembros de las fuerzas armadas

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    do ms de 30 das de sus puestos. En 1971 (o, ms exac-tamente, entre el 1 de julio de 1970 y el 30 de junio de 1971), en el momento culminante de la resistencia contra la guerra de Vietnam, esa cifra aument hasta alcanzar los casi 100.000 soldados. En total, durante los nueve aos que dur (oficialmente) la guerra de Vietnam, desertaron 432.000 miembros de las fuerzas armadas. Si volvan, o si eran detenidos, solan ser condenados por lo general por haberse ausentado sin permiso de su puesto. La mayo-ra de las veces esto era condenado con algunos meses de arresto militar. Desde un punto de vista puramente prctico habra sido absolutamente imposible condenar a la crcel a ms de 400.000 soldados. A finales de los aos 60, las cr-celes militares estaban ya totalmente superpobladas. Para muchos soldados, una condena de arresto militar formaba una parte ms del servicio militar. Ausentarse del puesto sin permiso o desertar no slo se haba convertido en algo cotidiano, sino que a partir de 1967 era ya considerado pecata minuta: poca cosa.

    De la simple desercin a laresistencia dentro de los cuarteles

    No slo creci el nmero de soldados americanos que se fugaron a Francia, Suecia o Canad11, sino que tambin cambiaron sus enfoques y circunstancias. En un principio los soldados slo buscaban escaquearse12 del ejrcito, pero despus algunos de ellos quisieron tambin hacer algo contra la guerra de Vietnam. El cabo Hctor, destinado a Mannheim, lo formulaba as: yo no he desertado del ejrcito estadouni-dense para desplumar pollos en Orleans!. An antes de que el soldado estadounidense Louis Armfield recibiese su per-miso de residencia en Francia, hubo soldados que empeza-ron a conceder entrevistas annimas a la prensa, en las cuales manifestaban a los sorprendidos periodistas su oposicin a la guerra. Este presentarse a la vista de todo el mundo provoc un conflicto casi disparatado, en un principio, entre los estado-unidenses, ya fueran civiles o soldados, por un lado, y sus amigos franceses sin telfono por el otro lado. Los franceses, acostumbrados a trabajar clandestinamente, quedaron sorpren-didos, desconcertados, incluso escandalizados, al tener que ver cmo soldados estadounidenses de 19 aos se pasaban por alto su concepto sobre la forma en que deban desarrollar su oposi-cin a la guerra. haban dejado los paales, la poca es que an hacan lo que se les deca, y haban crecido13.

    No obstante, poco despus se desarroll un conflicto an ma-yor entre los estadounidenses, una vez que el tren subterr-neo se puso en marcha tambin para organizar viajes de vuelta.

    De vuelta al ejrcito? Ya a mediados de 1967 muchos soldados estadounidenses que residan en Francia se convirtieron en activos enemigos de la guerra. No slo estaban dispuestos a conceder entrevis-tas o escribir panfletos que repartan a otros soldados. Cada vez ms entre ellos se ponan de acuerdo con sus amigos y conocidos en sus unidades en Alemania occidental. Fue por esta poca cuando se manifest un nuevo fenmeno: los viajes de vuelta - de regreso a las unidades. Para algunos soldados esto era el resultado de un cambio de mentalidad. Incluso aunque disponan de un permiso legal de residencia, no podan imaginarse permanecer all eternamente. Muchos entre ellos fueron presionados por sus familias para que vol-vieran y se entregasen. De repente, otros pensaron que po-dran hacer mucho ms desde dentro que permaneciendo en Pars, incluso aunque el actuar desde dentro representase posiblemente acabar en un centro disciplinario militar. Al principio sus amigos, especialmente los civiles, se quedaban totalmente sorprendidos. Consideraban el regreso como una especie de concesin, en algunos casos incluso como una tracicin a la causa de la lucha contra la guerra y el ejrcito. Algunos reconocieron, no obstante, que algunos de

    La imagende la derecha y siguientes, pertenecena publicacio-nes instando a la resistencia dentro de los cuarteles

    11 Canad concedi permiso legal de residencia a los enemigos del servicio militar y a los objetores de conciencia desde los primeros das de la guerra de Vietnam. La postura del pas hacia los soldados que abandonaban el ejrcito era ambivalente, pero segn fue avanzando la guerra se fue mejorando. De hecho, los soldados podan permanecer all, pero no obstante se sentan menos seguros en el pas que los enemigos del servicio militar. El movimiento de resistencia en Canad era dominado desde haca mucho por los enemigos del servicio militar. Estos no estaban ni mucho menos vidos de trabajar junto con los soldados rebeldes dentro del ejrcito, como el grupo RITA ACT en Francia. A pesar de que haba pocos enemigos del servicio militar en Suecia, la lejana entre el Sptimo Ejrcito americano estacionado en el sur de Alemania occidental y Suecia redujo conside-rablemente el contacto. 12 Naturalmente, tampoco haba entre ellos marineros y aviadores. Pero la inmensa mayora de los soldados estadounidenses que en Europa abandonaron sus unidades perteneca al Sptimo Ejrcito americano, estacionado en Alemania occidental. Segn conozco, no hubo ninguna desertora con permiso de resi-dencia permanente. En aquella poca an era fcil para los miembros femeninos de las fuerzas armadas el conseguir ser licenciadas. 13 Al principio se denominaba a los desertores bebs en el lenguaje de las catacumbas. Los recin llegados nacan, los miembros del tren subterrneo eran denominados nieras, y a todo el asunto se le denominaba el trfico de bebs.

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    los desertores volveran de todas formas, y que ni ellos, ni los otros soldados, disponan de medio alguno para evitarlo. A esto hay que aadir que para muchos el regreso no significaba en absoluto que hubiese cambiado su postura hacia el ejrcito o la guerra; seguan siendo contrarios a la guerra y an ms contra el ejrcito. Fueron encerrados durante algunos meses en centros disciplinarios militares en Mannheim, Dachau14 o Frth, y all -y luego en sus unidades- se dedicaron a propagar la alternati-va: Si vas a Amsterdam ponte en contacto con los Provos, o si logras llegar a Pars, all siempre hay amigos que te podrn ayudar, v al centro cuquero de la Rue Vaugirard y simple-mente pregunta por Rita...

    Resistencia dentro del ejrcito(Resist Inside the Army)

    RITA-ACT!

    Para lograr escapar de su ciudad natal de Springfield, en el estado de Vermont (USA), el soldado Richard Pe-rrin se alist voluntario. A pesar de estar en contra de la guerra de Vietnam, se comport de manera modlica durante su instruccin: hasta que, en el Centro militar de Fort Leonard Wood, en el estado de Missouri, fue testigo de una conversacin entre dos sargentos de regreso de Vietnam. Estaban contando como ataban a prisioneros vietnamitas los testculos con la cuerda de la tapa del sis-tema de refrigeracin de tanques del tipo M-60 y ataban la cuerda al motor: naturalmente tienen que elegir... entre arrancarse ellos solos los huevos, o abrasrselos, porque la tapa del sistema de refrigeracin se pona verdaderamente caliente. Perrin tuvo ganas de vomi-tar. Aproximadamente al mismo tiempo le escribi una carta a su hermano desde California, dicindole que ha-ba oido hablar de un tipo del centro militar de Fort Sill que intentaba organizar un sindicato dentro del ejrcito. Cuando Perrin fue trasladado a Fort Sill busc al soldado Andy Stapp, fundador del American Servicemens Union (ASU). Durante casi un mes trabajaron juntos, hasta que Perry fu condenado y encarcelado por los militares. Tras dos semanas en chirona le fue prometido perdonarle el resto de la condena si, a cambio, estaba dispuesto a aban-donar el centro militar de Fort Sill sin siquiera volver a verlo. Desde all fu trasladado a Kitzingen, en Alema-nia occidental. Poco despus no pudo aguantar all ms y se march a Francia. tras algunas dificultades iniciales se encontr finalmente con el grupo de soldados estado-unidenses y sus amigos. En su equipaje llevaba algunos ejemplares de la primera revista de soldados repartida por todo el ejrcito, The Bond (El lazo). As se pudo establecer finalmente un primer contacto entre Pars y el creciente movimiento de soldados de los EEUU. l

    14 El sptimo ejrcito tena un centro disciplinario militar en Dachau, Baviera. Finalmente el centro fue clausurado y los soldados all encarcelados trasladados a Mannheim, quiz debido a la mala fama del lugar. (Dachau fue el primer campo de concentracin que abrieron los nazis. A pesar del gran nmero de inocentes all torturados y asesinados, una parte de la poblacin local tiene an hoy da simpata por Hitler: una consecuencia de la negativa de Alemania -y de los Aliados- a llevar a cabo una verdadera limpieza del fascismo en el pas. Pero las necesidades de la guerra fra les llevaron a ayudar a huir a los nazis, a darles trabajo -en la CIA- y a evitar que fuesen juzgados, mientras que se propagaba desde el gobierno alemn de la postguerra el mito del todopoderoso -y limpio- ejrcito nazi, tapndose su labor de robo sistemtico, torturas, violaciones por doquier y ejecuciones a mansalva... Nota de A&R).

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    slo poda rerse de la solucin que entonces daba el grupo de Pars: AITA! (Act Inside The Army, Acta dentro del Ejr-cito). En su lugar l propona: RITA (Resist Inside The Army, Resiste Dentro del Ejrcito). Los soldados estadounidenses Perrin, Klug, Hiselman, Agner y el marinero Wuerth fundaron la primera revista de soldados de Europa, RITAs ACT (que traducido significa Sobre los resistentes dentro del ejrcito), la cual se transform ms tarde en ACT! (Acta!). Al principio apareci como una publicacin de una sola pgina con letra muy apretada. En ACT! slo podan escri-bir soldados. Todos los artculos incluan el rango de servicio, el nombre y el nmero del soldado que firmaba el artculo. Cada ejemplar inclua una lista de direcciones en Europa y EEUU donde los soldados podan dirigirse para hablar de la guerra y otras cosas. Algunos utilizaron stas direcciones para ausentarse sin permiso de sus puestos o para desertar, y otros, en cambio, para informarse de cmo podan organizar-se desde dentro. El primer nmero de RITAs ACT tuvo una tirada inicial de 10.000 ejemplares. Posteriores nmeros llegaron a alcanzar tiradas de 20.000 e incluso 25.000 ejem-plares. ACT fue copiada y reimpresa muchas veces, fotoco-piada, incluso por el propio servicio de espionaje del ejrcito -algo de lo cual los editores se alegraron sin dudarlo. El pri-mer nmero incluso fu copiado por completo por amigos (en aquel momento an desconocidos) en Sydney, Australia, como parte de la revista de soldados Sydney FTA (FTA = Fuck The Army = jode al ejrcito). Segn fueron llegando a Amrica las noticias sobre el creciente movimiento de soldados en Europa creci el inte-rs al respecto entre los enemigos del servicio militar y sus simpatizantes del movimiento estudiantil. En primavera de 1968 un activista del SDS (Students for a Democratic Socie-ty) estadounidense, Arlo Bo Burlingham, se dirigi a Pars. All ayud a fundar el American Deserters Commitee (Comi-t de Desertores Americanos), en el que tambin estaban organizados enemigos del servicio militar. Tambin en Suecia se cre un grupo del mismo nombre. Aproximadamente por aquel entonces los soldados de RITA haban llegado a la conclusin de que desertar, ausentarse sin permiso del puesto o pasar totalmente de todo lo militar hasta que haya aca-bado la guerra ilegal de Vietnam era tan solo una de las muchas posibilidades que haba para desplegar la resistencia dentro del ejrcito. Por eso, al apoyar al Comit de Desertores Americanos, se enfrentaban a una clara contradiccin: para los estudiantes y los enemigos del servicio militar de dicho Comit, cual-quier contacto con el aparato militar era una traicin a la causa. Segn ellos, para los soldados haba slo una forma ade-

    cuada de comportarse: desertar. Debido a que ellos se ha-ban negado a ir al ejrcito, lo que consideraban una virtud, incluso un acto herico, dichos estudiantes se inclinaban a no tener en cuenta a los soldados -y especialmente a aquellos que pensaban de forma diferente. Una vez di-chos estudiantes tuvieron que hacer frente el hecho de que algunos soldados estaban trabajando con xito en la construccin del American Servicemens Union (ASU), rechazaron completamente dicha posibilidad: una vez te tengan dentro de nuevo, te despedazarn. La desercin es la nica solucin. Despus de todo, si actuar dentro del aparato militar mostrara tener efectos, su objecin de con-ciencia al servicio militar perdera algo de su brillantez... Ms tarde, una vez fue imposible dejar de ver el xito del trabajo de resistir dentro de los cuarteles, estudiantes del Co-mit de Desertores Americanos expresaron su inquietud de que un sindicato que tuviese xito dentro del ejrcito se com-portara de forma reformista y no revolucionaria, sirviendo esto para mejorar el ejrcito, hacerle ms aceptable para los soldados. En los ltimos meses antes de mayo de 1968 en Francia, cuando entraban a Francia hasta diez soldados semanalmente, su proposicin al final, la desercin es la nica solucin era para algunos soldados un problema.

    El tren subterrneo organiza viajes de vuel-ta al Hotel-prisin militar de Mannheim

    En esa poca el tren subterrneo entre los centros mi-litares del Sptimo Ejrcito en Alemania occidental y los soldados de la resistencia exterior de RITA que vivan en Pars empez a funcionar en ambas direcciones 15. El

    soldado estadounidense Gre-gory Graham volvi a Ale-mania occidental a regoger a un amigo. Fue detenido y llevado al centro penal mi-litar e Mannheim, donde se encontr con un amigo. Ambos huyeron y se diri-gieron a Pars con un coche robado. El soldado Hctor, el cabo mayor Herndon y otros volvieron a Alemania occidental, donde hubieron de pasar das, semanas e in-cluso meses en recintos pe-nitenciarios militares, siendo despus liberados de nuevo (o se fugaban), volviendo a Pars. Debido a ello, oficiales del ejrcito acusaban al recinto penitenciario de Mannheim de haberse convertido en un Ho-

    15 Desde Holanda los soldados fueron re-transportados (a partir de 1968) tanto hacia Francia como hacia Suecia. No obstante, Holanda perdi peso comparativamente, al aumentar la resistencia en otros lugares de Europa.

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    desercin y resistenciaAmor y Rabia nmero 58

    tel para desertores, que se aburren de estar en Pars, debido a que en realidad estaran all solo algunos meses,y luego volveran a fugarse a Pars. Se extendi: soldados con pases de vacaciones verdaderos o falsos cogan el tren del viernes y se dirigan de manera directa a Pars, se encontraban con soldados, que se haban jubilado voluntariamente, y ya vivan desde haca meses en Francia. En la casa de Tian, un estudiante vietnamita con una gran casa, haba de mane-ra constante comidas para soldados con discusin incluida. Algunos soldados permanecan all slo el fn de semana, otros semanas enteras. El cabo mayor Hall estaba dedicado a organizar a los soldados de su unidad en Frankfurt. Antes, cuando haba sido enviado a luchar en Vietnam, an haba creido en la guerra, pero una vez all no le gust nada el juego de los soldados, que tiraban latas de conservas desde los transportes militares a los nios vietnamitas. Puede que necesitasen las conservas (los nios), pero porqu tena-mos que attojrselas intentando herirles?. Una vez fue demasiado dificil seguir con su labor de resistencia dentro de su unidad en Frankfurt, que adems se desarrollaba de-masiado despacio, se traslad a Pars. Si un soldado tomaba la decisin de volver, a menudo peda a sus amigos, especialmente a otros soldados, consejo y dinero. Era mucho ms comodo subir a un tren y volver a Alemania occidental y presentarse voluntariamente en la antigua unidad, a ir a la embajada estadounidense en Pars, que enviaban a los soldados a casa con mucha ms buro-cracia. De esta forma se lleg a veces a dar casos en que el grupo en torno a RITAs ACT financiase en algunos casos el viaje de vuelta, lo cual naturalmente provocaba que fue-sen declarados traidores por los estudiantes del Comit de Desertores Americanos. Y, gradualmente, el grupo en torno a RITAs ACT estableci contacto con abogados en Ale-mania occidental que podan encargarse all de la defensa de soldados estadounidenses. En un principio se trataba de abogados civiles alemanes, que estaban dispuestos a ayudar a los soldados estadounidenses; ms tarde llegaron incluso buenos defensores militares que, pese a ser militares, es-taban dispuestos a enfrentarse a sus superiores para defender a sus clientes-soldados. El creciente contacto entre los soldados resistentes fue-ra de las unidades y los soldados que an estaban dentro aument enormemente la eficacia del movimiento RITA. No obstante, tambin aumentaron las animosidades del Co-mit de Desertores Americanos en Pars16. Por suerte este conflicto fue superado por los acontecimientos de mayo de 1968 en Pars antes de que se pudiera extender, as como por el fuerte crecimiento de la resistencia de soldados en los cuarteles en muchos centros militares estadounidenses en Alemania occidental.

    El mayo de Pars. Historia... de quin?

    Segn aprenden los profesores, la historia la escriben los vencedores. Si tan slo fuera as! En realidad, las victorias del pueblo, de las clases bajas y de los oprimidos no son casi nunca escritas, sino que son reprimidas, hechas olvidar y eli-minadas. A finales de los aos 60 el pueblo, la izquierda, luchaban en todo el mundo a favor de Vietnam, contra la ocupacin de los EEUU, contra la guerra. En Francia, Alema-nia occidental, los EEUU... El pueblo, Vietnam, venci. Pero la forma de escribir la hitoria pinta los aos 60 como una corta llamarada, sin consecuencias, como una derrota17. Cada vez ms soldados luchaban, cuando no a favor de los vietnamitas, por lo menos contra el ejrcito. Ofrecieron resis-tencia. Su resistencia -que incluso tampoco fu conocida- ha sido hoy totalmente olvidada, nada de parcialmente. La clase dominante se encarga de convencer a los oprimidos de que nunca podrn vencer: Nunca logrars hacerme nada!. Una tarea fundamental de los amos es lograr que se olviden las victorias de los oprimidos lo antes posible. En la Francia de la primavera de 1968, en Pars, la vida pareca normal. De Gaulle mandaba con absoluta tranqui-lidad. Algunos estudiantes protestaban -contra los EEUU, contra la guerra. Se reunan, se manifestaban, quemaban algunas banderas de EEUU. No haba motivo para preocu-parse.

    El soldado Perrinen la universidad de la Sorbona

    Los soldados recibieron la notificacin, delante de la pre-fectura de polica, de que deban mantenerse tranquilos en Francia si queran seguir residiendo all; es decir, que se mantuvieran apartados... de la poltica. En caso contrario, deban contar con la posibilidad de ser expulsados del pas, con lo cual creca el riesgo de ser atrapados por el ejrcito de EEUU, ya que haba pocos pases que les concediesen asilo. En un principio esto tuvo como consecuencia que las entrevistas y el trabajo con la prensa hubiese de desarrollarse de manera annima. Las citas hubieron de hacerse detrs de sbanas, apareciendo as como sombras chinescas. Pero a finales de 1967 algunos soldados de RITA se decidieron a presentarse a la prensa, al menos a la de EEUU. Una vez cre-ci su nmero y su autoconciencia, se presentaron tambin a la opinin pblica francesa. Cuando el cabo mayor Terry Klug entr en Francia, no tena nada que ver con la poltica. Esto cambiara rpi-damente. El soldado Dick Perrin, que mientras estuvo esta-cionado en Fort Sill, Oklahoma, haba sido miembro de un grupo de resistencia formado por soldados, se hizo amigo

    16 En un momento dado del enfrentamiento uno de los lderes civiles del Comit de Desertores Americanos se dirigi a Jean Paul Sartre (que apoyaba la resistencia de los soldados dentro del ejrcito, para comunicarle la sospecha de que el concepto de la resistencia desde dentro era un complot de la CIA, para debilitar a los desertores. El grupo de soldados de Pars se encontraba entonces en una situacin espe-cialmente delicada, ya que el famoso filsofo francs haba abierto para ellos un apartado de correo a su nombre. Sartre no concedi la menor credibilidad a las acusaciones, pero acab asqueado y profundamente desilusionado por las querellas internas de los grupos de desertores. 17 Curiosamente se recuerda mejor la guerra antifascista en Espaa de hace ms de 50 aos, que acab en una verdadera derrota de la poblacin y la izquierda, que la victoria en Vietnam! (...)

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    suyo y su maestro, y poco despus se convirtieron en riva-les amistosos. En 1968 Klug fue invitado en Rennes, una ciu-dad de provincias, a hablar en una asamblea del CNV (Comit Nacional de Vietnam). Esa charla tena un riesgo incluido. Los franceses estaban al tanto de que deban protegerle de ser detenido, lo cual significaba que se ira inmediatamente despus de la charla -tal y como ocurri-. Su entrada en es-cena Soy un soldado estadounidense y lucho activamente contra esta guerra fu un xito clamoroso. Perrin casi lleg a tener envidia. Igualmente, a l tambin le pidieron que fuese a dar una charla a la universidad de Nanterre, en un subur-bio de Pars. Amigos suyos le advirtieron que la universidad de Nanterre era casi una trampa. El recin acabado perme-tro universitario estaba an ms aislado, de manera que para los policas franceses podra ser muy fcil detenerle cuando abandonase el edificio. No se le poda garantizar una escolta. Finalmente, hubo de abandonar la idea de ir y qued bastante decepcionado, hasta que lleg la noticia de que el gobierno haba mandado cerrar la universidad de Nanterre, para evitar que se llevara a la prctica la reunin contra la guerra de Viet-nam. Por lo tanto, la reunin se traslad al centro de Pars, a la universidad de la Sorbona. Perrin fue invitado de nue-vo. Aqu, le aseguraron amigos suyos, estaba seguro frente a cualquier intento de detencin. Por un lado, la polica nunca haba entrado en el recinto universitario -por lo menos no des-de 1214, 750 aos antes-. Y, por otro lado, existan numerosas salidas por las cuales se poda huir.

    El 3 de mayo de 1968 empez la conferencia sin problema alguno. Pero entonces la direccin de la universidad rompi la centenaria tradicin y llam a la polica. Estos se compor-taron para variar de manera honorable, y permitieron que varias mujeres pudieran abandonar el recinto. Pero todos los hombres, en total ms de 500, fueron atrapados en el patio de la Sorbona y detenidos. los amigos de Perrin, que le haban dicho Aqu estars seguro se quedaron aterrorizados. Para el ejrcito estadounidense Perrin era uno de los lderes del grupo RITA, y queran echarle mano a casi cualquier precio. No obstante, Perrin fue el nico hombre que no fue detenido. Un rector liberal dijo que era su asistente y le sac del cordn policial. Las mujeres, y las que haban permitido salir, difundieron la noticia de la detencin masiva de sus hom-bres (era antes de las Womens Lib) por todo el barrio latino.

    Como consecuencia los transportes policiales fueron ataca-dos, muchas veces bloqueados, y parcialmente destrozados, en un intento de liberar a los detenidos. Fue una victoria, la primera. Diariamente se extendan las luchas contra la poli-ca, hasta que el da 10 de mayo los estudiantes levantaron barricadas y liberaron el barrio universitario de la polica durante toda una noche. Pero no fueron solo los estudiantes.

    Americanos en Pars, el 10 de mayo

    Aquel 10 de mayo era viernes. Muchos soldados haban venido de Alemania occidental a pasar el fn de semana. La vivienda de Tian estaba llena hasta reventar. Tras la comida alguien dijo: Ah afuera estn levantando barricadas los estudiantes. Justo aqu al lado. Rpidamente abandonaron todos la casa para dedicarse a ayudar en la construccin de barricadas. Se amontonaron adoquines y se crearon cortes de calles utilizando coches. La polica antidisturbios francesa, la CRS, observaba todo atentamente mientras esperaba la orden de atacar. A las 2:17 atac finalmente la polica. Con gas lacrimgeno, culatazos, lanzagranadas de alta presin y pesadas porras. Los estudiantes se mantuvieron firmes y devolvieron golpe por golpe. Poco despus volaron incluso algunos ccteles-molotov. Entre los estudiantes tambin haba soldados estadounidenses, que luchaban como el que ms. La lucha dur hasta el amanecer. Hubo ms de 500 de-tenidos, y algunos cientos fueron heridos. Aquella noche fue el detonador que provoc una explosin inesperada para todos, absolutamente imprevisible. Tambin lo fue para De Gaulle, los comunistas y cualquier otro que se dedicara a la poltica. Una semana despus haba ms de 10 millones de huelguistas en toda Francia. Los trabajadores ocu-paban por toda Francia las fbricas, se expulsaba a los jefes, y en Lille y Perpignan ondeaban las banderas rojas. Las uni-versidades estaban en manos de los estudiantes -naturalmente. Los profesores podan, si queran, acceder a los edificios. Los soldados -desertores, visitantes y sobre todo quienes se ha-ban escaqueado de sus unidades- recibieron de los comit de estudiantes espacio y maquinas de imprimir. Por todas partes se manifestaban pblicamente los soldados -en las universida-des, las escuelas y las fbricas: Somos soldados contrarios a la guerra. Esa s que fu una autntica novedad. Los soldados franceses no participaron ese ao.Permane-cieron encerrados en los cuarteles. Si se hubiese intentado utilizarles contra los estudiantes o trabajadores, como adver-ta el Partido Comunista (No caigis en esta trampa, De Gaulle utilizar contra vosotros el ejrcito), no hay duda alguna de que los soldados, alistados de manera forzosa, se habran rebelado. Pero entonces no estaban organizados, y estaban adems aislados, abndonados a sus propias fuerzas, y no llevaron nada a cabo. Seis aos ms tarde, los soldados franceses establecieron comits de soldados, e manifestaron fuera de los cuarteles, pero para entonces los trabajadores estaban ya de retirada, y los estudiantes tambin. El Partido Comunista fue cogido por sorpresa por los acontecimientos. An tena una gran masa de seguidores

    DIARIAMENTEse extendan las luchas contra la polica, hasta que el da 10 de mayo los estudiantes levantaron barricadas y liberaron el barrio universitario de la policadurante toda la noche

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    entre la clase obrera, y no perdi la oportunidad de reonocer la opinin de sus propios militantes. Durante semanas enteras la cpula del partido se dedic a condenar a los estudiantes como izquierda infantil, maoistas anarco-trosquistas, e hizo todo lo posible para acabar con las huelgas 18. Ante la pregunta de si no queran el socialismo en Francia, su lider respondi No, si el precio son tres millones de muertos Este hombre haba luchado en Espaa y an viva en el pasado. Quin matara tres millones de personas?, le pregunt. El ejrcito. Qu ejercito, el francs? Los soldados se es-caparan si se les dejase salir de los cuarteles. Bien, si no lo hicieron los nuestros, entonces lo harn los estadouniden-ses, que estn acuartelados en Alemania occidental. El tipo an creia aquello, en aquel entonces. Pero el mismo hombre tampoco quera apoyar de ninguna manera a los soldados es-tadounidenses que en Tours, Marseille, Nimes y otros lugares estaban en las barricadas junto a sus amigos franceses. A mediados de junio se acab la revuelta de mayo. De Gaulle hizo una serie de concesiones, y los sueldos aumen-taron. Las vacaciones aumentaron por ley a seis semanas, las Universidades seran independientes... De Gaulle permane-ci an un ao ms en el poder. La revuelta sufra el reflujo, y se apagaba. Seguramente fue la peor amenaza que hubo de confrontar el capitalismo en un pas superindustrializado desde 1945. Y eso deba olvidarse rapidamente. Ningn soldado estadounidense fue detenido, pero en su lugar se atacaron en otoo los grupos que los ayudaban. El PACS19, y algunos civiles sospechosos de trabajar conjun-tamente con los soldados estadounidenses fueron expulsa-dos de Francia20.

    El ocaso de la resistencia de los soldados fuera delos cuarteles

    Las cifras reales de soldados que se ausentaron sin permiso de sus puestos, o que desertaron, as como la cifra de los sol-dados reunidos en Francia creci nuevamente tras la revuelta de mayo. Pero a pesar de que la resistencia creci cuantitativa-mente, la calidad empez a descender, tras haber mejorado constantemente los dos aos anteriores. Cada vez eran ms los soldados que iban a Francia por estar simplemente hartos del ejrcito. entre estos haba cada vez menos resistentes, que queran hacer algo de forma activa contra los militares. Paulatinamente, los soldados que queran llevar a cabo una labor de resistencia se fueron inclinando a permanecer en sus unidades en Alemania occidental. Era ms fcil llevar algo a cabo, como crear comits de soldados, agrupaciones locales de la American Servicemens Union (ASU), o publicar revistas, que aos antes. Paulatinamente, tambin cambi la relacin de fuerzas dentro del ejrcito estadounidense, y sus soldados dejaron de tener la sensacin de estar aislados y amedrentados. En 1970 era el oficial el que tena miedo dentro del Sptimo Ejrcito estadounidense, miedo de sus soldados 21.

    A esto hay que aadir que, pese al creciente retroceso 22, cada vez haba ms sitios donde podan marchar los solda-dos contrarios a la guerra. Saban que podan ir a Suecia, que Dinamarca ya no estregaba a ningn soldado, o que Suiza aceptaba la residencia de algunos soldados estadouni-denses. Y sobre todo estaba Canad, que abri sus fronteras tambin para los soldados que llegaban de Europa en avin.

    18 De hecho, hoy est ya confirmado que el secretario general del Partido Comunista Francs se reuni con el General De Gaulle para planificar de manera conjunta la mejos forma de aplastar la rebelin (Nota de A&R). 19 Pars American Committee to Stop War (PACS). Nunca apoy directamente a los soldados contrarios a la guerra, a pesar de que muchos de sus miembros prestaron una valiosa ayuda con dinero o de manera directa. 20 Entre ellos, un ao ms tarde, el autor de este texto (vease al respecto el documento que reproducimos de la embajada de EEUU en Copenhague, Nota de A&R). Otros civiles estadounidenses que fueron expulsados de Francia por los mismos motivos no tenan el menor contacto con los soldados estadouni-denses. En Francia, como en todas partes, ser inocente puede resultar peligroso. 21 Un capitn del Sptimo Ejrcito me cont el siguiente chiste: Al principio, cuando llegu a Alemania occidental, pens: cuando vengan los rusos, me pondr rpidamente el uniforme y mandar a mis tropas contra ellos. Un ao despus pensaba: me vestir rpidamente de civil y me largar a Suiza. Y ahora... creo que me pondra rpidamente el uniforme y correra hacia los rusos, esperando solamente que me alcancen antes de que mis hombres me alcancen a m. 22 Para 1970 el nmero de desertores en todas las ramas del ejrcito estadounidense creci hasta alcanzar los 98.000.

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    En Francia cambi tambin la opinin. A pesar del apoyo li-geramente retrasado del Partido Comunista Francs, ya no era nada especial apoyar a los soldados estadounidenses. La iz-quierda no perteneciente a partidos comunistas yaca en medio de las ruinas posteriores a mayo de 1968. El problema de los vietnamitas e, implicitamente, de los soldados estadouniden-ses, era menos urgente, menos importante. En Pars, muchos de los soldados favorables a la resistencia desde fuera de los cuarteles llegaron a la conclusin de que: La movida en Francia se ha acabado. Ahora seguir en al-gn otro lugar. No obstante, los destinos de cada uno fueron muy variados: El mando Terry Klug se decidi a volver al ejrcito, para seguir luchando dentro de las crceles militares. Cuando le dije Yo en tu lugar no lo hara me respondi Max, enterate de una vez de que t no eres yo. Me vas a ayudar o no?. Klug vol con mucha publicidad de vuelta a Nueva York, ob-jet de manera ultra-lenta y fue condenado por un tribunal mi-litar a tres aos de crcel. En el penal militar de Fort Dix, en el estado de Nueva Jersey, organiz a otros soldados presos en la American Servicemens Union (ASU). En julio de 1969 estall una revuelta de los presos contra el racismo, los malos tra-tos, torturas, etc., que acab con la toma de la crcel por parte de los prisioneros. A continucin, Klug fue acusado de haber llevado a cabo una serie de delitos que, en conjunto, podran haberle significado una condena de 40 aos en total. En octu-bre de 1969 fue declarado inocente de todos esos cargos por un alto tribunal militar, despus de que 10.000 personas ocu-pasen Fort Dix para mostrar su apoyo a los 39 de Fort Dix. Los soldados presos, que deban de haber testificado contra l, declararon en su lugar: Se me dijo que sera liberado hoy por la tarde si declaraba que fue Klug quien prendi fuego

    al cuartel, lanz baeras por la ventana y apel a la rebe-lin. Pero quiero decir la verdad, y es que no le he visto nunca. Klug hubo de permanecer durante 20 meses en la prisin de Fort Leavenworth, y despus fue anulada la condena contra el por desercin. Por haberse ausentado sin permiso de su puesto no poda haber sido condenado a ms de un ao de crcel. Tras ser puesto en libertad, Klug se convirti en un activista del ASU y del Workers World Party (WWP). Petrin y Hiselman se fueron a Canad. Perri abri un albergue para soldados huidos en el estado de Saskat-chewan. Heiselman se convirti en un funcionario sin-dical en Montreal. El contramaestre Wuerth se cas con su novia francoviet-namita y se fue a vivir a Suecia. Jim Morrisey se qued en Francia, sigui apoyando a sol-dados huidos que llegaban, y se convirti en un tcnico tele-visivo de xito. El suboficial Herndon, que abandon por tercera vez el ejrcito, volvi a Francia, donde public en la revista ACT una carta, en la cual agradeca a los vietnamitas su decisin de no disparar contra aquellos estadounidenses que no hubieran disparado antes. Su carta fue distribuida en todo Vietnam. La revista RITAs ACT apareci, aunque irregularmente, durante ocho aos ms. No obstante, la mayora de las activi-dades se concentraron en el Sptimo Ejrcito estadounidense en Alemania occidental. Arlo Bo Burligham, el activista del SDS en el Comit de Desertores Americanos, que en su momento haba atacado duramente toda desviacin de la linea de desercin es la ni-ca solucin, volvi a los EEUU, donde trabaj durante un cortoperiodo en la revista izquierdista Ramparts.

    Vale! vale! vuestra asquerosa moral ha hecho llorar al general. Espero que esteis orgullosos!.Abajo a la izquierda dentro del bocadillo: Pero, aparte de que te puedan asesinar, qu es lo que no te gusta del ejrcito?

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    Otros estudiantes enemigos de la guerra del Comit de Desertores Americanos, que tambin haban credo que slo la desercin era efectiva, cambiaron totalmente de po-sicin y se trasladaron a vivir a Alemania occidental, donde se dedicaron a trabajar conjuntamente con soldados estado-unidenses especialmente soldados negros en las proximi-dades de Frankfurt. Hasta muy entrados los aos 70 sigui funcionando el tren subterrneo. Pero tras 1968 fue slo una actividad secundaria, que haba sido superada con diferencia por las actividades dentro de las unidades militares.

    El tren subterrneo en la zona del Pacfico

    Beheiren, vacaciones permamentesen Australia y los Hobbits

    El texto a continuacin solo esboza, forzosamente, otra va del tren subterrneo: la va del Pacfico, que iba de Saign hasta Sydney, Hong Kong, Okinawa, Japn y las Fi-lipinas. Aqu le faltan al redactor sobre todo experiencias propias, contactos personales y documentos adecuados. No slo en los EEUU, sino tambin en los estados costeros del otro lado del Pacfico ha de investigarse mucho an. La opinin pblica, sorprendida por lo ocurrido con los cuatro marineros desertores del portaviones INTREPID, llam la atencin a muchos soldados estadounidenses sobre el hecho de que haba japoneses dispuestos a ayudar a los que abando-nasen sin permiso sus unidades y -posteriormente- tambin a apoyar su lucha contra la marina y el ejrcito. Otros marineros y soldados estadounidenses buscaron a Beheiren, los comits contra la guerra del Vietnam de Tokio, Yokusaka, Hirosima, Okinawa,... Los japoneses hicieron todo lo que pudieron, y ha de tenerse en cuneta que esconder y transportar a soldados estadounidenses implic enormes dificultades. Un soldado es-tadounidense que se dejara crecer el pelo largo y se mantuvie-se alejado de los periodistas, habra tenido en Europa mejores posibilidades de hacerse pasar por un ciudadano normal. Pero esto, evidentemente, era distinto en Japn. Asimismo, el pasar por las fronteras en Europa era un juego de nios compara-do con las dificultades que implicaba en Japn abandonar el archipilago. No obstante, Beheiren y otros grupos japoneses lograron que docenas de soldados estadounidenses pudieran abandonar sus puestos. En un principio algunos lo lograron por el camino a travs de la URSS en direccin a Suecia, pero ms tarde qued claro que era mucho ms fcil ir a Canad o direc-tamente a los EEUU. Sea como fuere, al final la inmensa ma-yora de los 432.000 soldados estadounidenses que segn las estadsticas desertaron durante la guerra de Vietnam, acabaron simple y llanamente viviendo en los EEUU en un autoelegido estado de retiro, volviendo a convertirse en civiles. Lo ms complicado sin duda para los soldados estado-unidenses era el abandonar el ejrcito en el mismsimo Viet-nam. Miles lo intentaron, pero si no formaban parte de la pequea minora que estaba dispuesta a pedir ayuda al Fren-te de Liberacin Nacional vietnamita, el NLF (Vietcong),

    para conseguir su apoyo, entonces era todo un juego muy arriesgado que implicaba muy a menudo el sumergirse en el submundo de Saign, donde se permaneca en peligro constante de ser detenido en una razzia de la polica militar estadounidense o sudvietnamita (ARVIN). Algunos lograron no obstante, con ayuda de pases de vacaciones verdaderos o falsos, el llegar a Australia. Muchos no saben hoy da que tambin lucharon miles de soldados australianos contra los vietnamitas de 1962 y 1972. De ellos, 500 murieron all. Pero el fuerte movimiento australiano contra la guerra se concentr casi exclusivamen-te en la objecin al servicio militar (Draft Resistance) e hizo poco por los soldados mismos. por el contrario, algunos grupos ayudaron encantados a los soldados estadounidenses que haban abandonado sus puestos. As, por ejemplo, la re-vista Sydney FTA, una revista de soldados, era redactada por estadounidenses y jvenes australianos y se reparta en el King Cross District (la zona de prostitucin de Sydney) a los soldados estadounidenses, cuyo nmero no paraba de aumentar. Gracias al sindicato de la construccin, dirigido entonces por el legendario y carismtico roji-verde Jack Mundey, los soldados estadounidenses recibieron pases sindicales, lo que les garantizaba el acceso al trabajo en las obras y abra as la posibilidad de conseguir el permiso de residencia en Australia. Otros soldados tenan lazos perso-nales en el pas de la suerte y se dirigieron directamente a la poblacin. A pesar de que la polica australiana detena a

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    los desertores o soldados ausentados de sus puestos y los entre-gaba a las autoridades militares estadounidenses, no hubo una bsqueda sistemtica. Muchos tomaron nuevas identidades y empezaron una vida feliz en Australia.

    Un caso espectacular, pero de ninguna manera nico, le ocurri al cabo de infantera de marina de los EEUU Dou-glas Beane,quien reapareci en 1986 en Australia. Beane haba abandonado en 1969 su unidad en Laos, y luego haba vivido varios meses en un pueblo de Laos, hasta que fue detenido en una operacin especial23. Consigui huir de la prisin militar en Vietnam y vivi durante varios meses en el submundo de Saign. Fue detenido por segunda vez, logr dominar a un guardia y con ayuda se fue a Sydney, donde grupos contrarios a la guerra se encargaron de orga-nizarle una nueva identidad canadiense. Despus se cas varias veces y fue padre de numerosos nios, hasta que fue identificado y detenido al norte de New South Gales, tras solucitar em Sydney un pasaporte. Quera visitar a su pa-dre, que estaba enfermo en el estado de Vermont (EEUU), y se haba pensado que las autoridades le habran olvidado tras 16 aos... A pesar de que las autoridades de EEUU pi-dieron su extradicin, Beane fue puesto en libertad por el tribunal superior de Australia tras intensas negociaciones. Con ayuda del abogado de San Francisco, Howard DeNike -antiguo miembro del Lawyers Military Defense Committee en Saign y Heidelberg (Alemania occidental)- logr ser li-cenciado del cuerpo de los marines y pudo as visitar a su familia en Amrica.

    Los Hobbits Ya en 1968 se establecieron coaliciones entre el movimien-to contra la guerra en japn, Okinawa -ocupada por EEUU-, Hong Kong y Filipinas, y los estadounidenses y australia-nos que all vivan. En los estados costeros del Pacfico los soldados estadounidenses huidos nunca obtenan el derecho de trabajar de manera abierta y legal, tal y como se haba logrado en Francia, Suecia y Canad. Tambin los civiles, a menudo objetores al servicio militar o soldados recin li-cenciados, eran vctimas de abusos y vejaciones por parte de las autoridades locales, eran detenidos y amenazados con la expulsin. A pesar de estas dificul