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AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015 QUEJOSO Y RECURRENTE: *********** VISTO BUENO SR. MINISTRO PONENTE: MINISTRO JORGE MARIO PARDO REBOLLEDO SECRETARIO: HÉCTOR VARGAS BECERRA Ciudad de México. Acuerdo de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación correspondiente a la sesión del V I S T O S, para resolver los autos del Amparo en Revisión 1099/2015, interpuesto por **********, por conducto de su autorizado, en contra de la sentencia que se dictó en audiencia constitucional de quince de julio de dos mil catorce, que se engrosó el trece de octubre siguiente, por la Jueza Noveno de Distrito de Amparo en Materia Penal en el Distrito Federal, en el amparo indirecto **********; y R E S U L T A N D O: P R I M E R O. AMPARO INDIRECTO. I. Por escrito que se presentó el treinta de mayo de dos mil catorce, en la Oficina de Correspondencia Común de los Juzgados de Distrito de Amparo en Materia Penal en el Distrito Federal, **********, solicitó el amparo y protección de la Justicia Federal, contra los actos que reclamó del Juez Decimocuarto de Distrito de Procesos Penales Federales en el Distrito Federal, el Congreso de la Unión, el Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, el Secretario de Gobernación, y el Director del Diario Oficial de la Federación; actos que se hicieron consistir en:

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AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015 QUEJOSO Y RECURRENTE: ***********

VISTO BUENO SR. MINISTRO

PONENTE: MINISTRO JORGE MARIO PARDO REBOLLEDO SECRETARIO: HÉCTOR VARGAS BECERRA

Ciudad de México. Acuerdo de la Primera Sala de la Suprema

Corte de Justicia de la Nación correspondiente a la sesión del

V I S T O S, para resolver los autos del Amparo en Revisión

1099/2015, interpuesto por **********, por conducto de su autorizado,

en contra de la sentencia que se dictó en audiencia constitucional de

quince de julio de dos mil catorce, que se engrosó el trece de octubre

siguiente, por la Jueza Noveno de Distrito de Amparo en Materia

Penal en el Distrito Federal, en el amparo indirecto **********; y

R E S U L T A N D O:

P R I M E R O. AMPARO INDIRECTO.

I. Por escrito que se presentó el treinta de mayo de dos mil

catorce, en la Oficina de Correspondencia Común de los Juzgados de

Distrito de Amparo en Materia Penal en el Distrito Federal, **********,

solicitó el amparo y protección de la Justicia Federal, contra los actos

que reclamó del Juez Decimocuarto de Distrito de Procesos Penales

Federales en el Distrito Federal, el Congreso de la Unión, el

Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, el

Secretario de Gobernación, y el Director del Diario Oficial de la

Federación; actos que se hicieron consistir en:

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

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Del Juez Decimocuarto de Distrito de Procesos Penales Federales en el Distrito Federal, el auto de ocho de mayo de dos mil catorce,

dictado en la causa penal **********, por medio del cual se determinó

imponer una garantía para obtener la libertad provisional bajo caución

por la cantidad de **********, por concepto de reparación del daño

ocasionado al Fisco Federal, con apoyo únicamente en las experticias de uno de marzo de dos mil trece y veintiséis de febrero

siguiente, emitidas por los peritos ********** y **********, por lo que

hace al primero, y ********** y **********, por lo que hace al segundo,

todos especialistas oficiales adscritos a la Procuraduría General de la República.

Del Congreso de la Unión, integrado por la Cámara de Diputados y la Cámara de Senadores, reclamó la discusión, aprobación y expedición del Código Federal de Procedimientos Penales, publicado en el Diario Oficial de la Federación el treinta de agosto de mil novecientos treinta y cuatro, específicamente los artículos 399 y 402, cuya última reforma se publicó en el decreto de reforma del diez de enero de mil novecientos noventa y cuatro, en el Diario Oficial de la Federación.

Del Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, reclamó la expedición del Decreto promulgatorio antes citado y publicado en el Diario Oficial de la Federación el treinta de agosto de mil novecientos treinta y cuatro, así como el decreto de reforma de diez de enero de mil novecientos noventa y cuatro.

Del Secretario de Gobernación, reclamó el refrendo del Decreto promulgatorio respecto del Decreto Legislativo publicado en el Diario Oficial de la Federación el treinta de agosto de mil novecientos treinta y cuatro, así como el decreto de reforma de diez de enero de mil novecientos noventa y cuatro.

Del Director del Diario Oficial de la Federación, reclamó la publicación en dicho medio de difusión oficial de los Decretos Legislativo y Promulgatorio, así como el refrendo citado, que se realizó el treinta de agosto de mil novecientos treinta y cuatro, así como el refrendo de las citadas normas, publicada el diez de enero de mil novecientos noventa y cuatro.

II. Conoció del asunto el Juzgado Noveno de Distrito de Amparo

en Materia Penal en el Distrito Federal, donde se radicó con el número

**********, y previa ratificación de la firma de la demanda, por auto de

trece de junio de dos mil catorce, se admitió a trámite, se dio vista al

Ministerio Público de la Federación adscrito, se emplazó con el

carácter de tercero interesado al Ministerio Público adscrito al juzgado

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

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responsable, se requirieron de las autoridades responsables sus

respectivos informes justificados y se fijó fecha para la audiencia

constitucional; diligencia que se celebró el quince de julio de dos mil

catorce, en la que se dictó sentencia que se engrosó el trece de

octubre siguiente, en la que se resolvió:

“PRIMERO. La Justicia de la Unión no ampara ni protege a

**********, contra el acto y las autoridades precisados en los

considerandos segundo, quinto y sexto de este fallo. SEGUNDO. Provéase lo conducente a fin de dar cumplimiento a lo establecido en el considerando último de esta resolución”.

S E G U N D O. RECURSO DE REVISIÓN. Inconforme con lo

resuelto, el quejoso, por conducto de su autorizado, en escrito que se

presentó el tres de noviembre de dos mil catorce, ante la Oficina de

Correspondencia Común de los Juzgados de Distrito de Amparo en

Materia Penal en el Distrito Federal, interpuso recurso de revisión.

Conoció del asunto el Quinto Tribunal Colegiado en Materia

Penal del Primer Circuito, cuyo Presidente, en auto de catorce de

noviembre de dos mil catorce, admitió a trámite el recurso y lo registró

con el número R.P. **********; luego, en sesión de veintiséis de marzo

de dos mil quince, se resolvió que por razón de turno, se carecía de

competencia para conocer del recurso, por lo que se remitió al Tercer

Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito.

En auto de nueve de abril de dos mil quince, el Presidente del

Tercer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito,

registró el asunto con el número R.P. **********, aceptó la competencia

planteada, y convalidó todo lo actuado por el órgano jurisdiccional

declinante; luego, en sesión de veintisiete de agosto siguiente, se

resolvió:

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

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“PRIMERO. En la materia de la revisión, competencia de este

Tribunal Colegiado, se sobresee en el juicio de amparo **********,

promovido por **********, contra los actos que reclama de la Cámara

de Senadores y la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, consistentes en la discusión, aprobación y expedición del Código Federal de Procedimientos Penales, publicado en el Diario Oficial de la Federación el treinta de agosto de mil novecientos treinta y cuatro, específicamente los artículos 399 y 402, en términos de lo sostenido en el considerando sexto de este fallo. SEGUNDO. Se reserva jurisdicción a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, respecto al estudio y pronunciamiento de la constitucionalidad de los preceptos 399 y 402, del Código Federal de Procedimientos Penales; por tanto, envíense los autos del juicio de amparo y del toca en revisión al Máximo Tribunal del País, así como la versión electrónica de esta ejecutoria y déjese copia certificada del expediente de revisión”.

El veintiuno de septiembre de dos mil quince, se recibieron las

constancias correspondientes en la Oficina de Certificación Judicial y

Correspondencia de este Alto Tribunal.

El Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en

auto de veinticuatro de septiembre siguiente, determinó asumir la

competencia originaria para conocer del recurso, lo registró con el

número 1099/2015, notificó a las autoridades responsables, así como

al Ministerio Público de la Federación adscrito a este Alto Tribunal,

turnó el asunto para su estudio al Ministro Jorge Mario Pardo

Rebolledo, y envió los autos a la Primera Sala para el trámite

respectivo.1

El Presidente de la Primera Sala, por auto de cinco de

noviembre de dos mil quince, ordenó avocarse al conocimiento del

asunto y lo envió a la Ponencia designada para la elaboración del

proyecto de resolución.

1 Cuaderno del Amparo en Revisión 1099/2015. Foja 54 a 56.

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

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C O N S I D E R A N D O:

P R I M E R O. COMPETENCIA. Esta Primera Sala de la

Suprema Corte de Justicia de la Nación, es legalmente competente

para conocer del recurso de revisión, en términos de lo dispuesto por

los artículos 107, fracción VIII, inciso a), de la Constitución Política de

los Estados Unidos Mexicanos; 83 de la Ley de Amparo; y, 21 fracción

II, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, toda vez

que se interpuso en contra de una sentencia que se dictó en audiencia

constitucional de un juicio de amparo indirecto, por un Juez de Distrito,

en el que se reclamó la constitucionalidad de una norma de carácter

general del orden federal, como lo es el Código Federal de

Procedimientos Penales, en específico sus artículos 399 y 402. Sin

que en el caso sea necesaria la intervención del Tribunal Pleno para

conocer del asunto, en virtud de que la resolución del mismo no

implica fijar un criterio importante o trascendente para el orden jurídico

nacional, ni reviste un interés excepcional.

S E G U N D O. OPORTUNIDAD. No se analiza la oportunidad

de la interposición del recurso, en atención a que el Tercer Tribunal

Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito, ya hizo el análisis

respetivo y concluyó que se interpuso oportunamente.2

T E R C E R O. PROCEDENCIA. El recurso de revisión es

procedente, ya que se interpuso contra una sentencia dictada por una

Juez de Distrito en la audiencia constitucional de un juicio de amparo,

en el que se cuestionó la constitucionalidad de los artículos 399 y 402

del Código Federal de Procedimientos Penales; y el problema

subsistió en la revisión. De modo que se surten los extremos del punto

2 Cuaderno del Amparo en Revisión **********. Foja 130.

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Tercero, en relación con el Segundo, fracción III, del Acuerdo General

Plenario 5/2013.

C U A R T O. ASPECTOS NECESARIOS PARA RESOLVER

EL RECURSO. Para resolver el asunto, es necesario tener presente:

I. CONCEPTOS DE VIOLACIÓN QUE SE HICIERON VALER EN LA DEMANDA DE AMPARO.

1). El acuerdo de ocho de mayo de dos mil catorce, dictado por

el Juez Decimocuarto de Distrito de Procesos Penales en el Distrito

Federal, viola los derechos humanos a la equidad procesal, igualdad

procesal, legalidad, seguridad jurídica, audiencia y debida defensa, al

contravenir los principios de debido proceso legal, contradicción,

exacta aplicación de la ley al caso concreto, igualdad entre las partes,

igualdad de armas, motivación y fundamentación, consubstanciales a

todo procedimiento de carácter penal, contenidos en los artículos 13,

14, 16 y 20 constitucionales.

2). El acto reclamado viola el derecho humano a la presunción

de inocencia, previsto en la Constitución Federal.

3). El acto reclamado viola el derecho humano de asequibilidad

en la caución, previsto en la Constitución Federal.

4). Los artículos 399 y 402 del Código Federal de

Procedimientos Penales, transgreden los derechos fundamentales de

equidad e igualdad procesal, presunción de inocencia, asequibilidad

en la caución, legalidad, seguridad jurídica, audiencia y debida

defensa, al contravenir los principios de debido proceso legal,

contradicción, exacta aplicación de la ley al caso concreto, igualdad

entre las partes, igualdad de armas, motivación y fundamentación,

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

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consubstanciales a todo proceso penal, contenidos en los artículos

13, 14, 16 y 20 constitucionales.

Los citados numerales adjetivos son inconstitucionales, toda

vez que el legislador indebidamente determinó que para obtener la

libertad bajo caución, era necesario que el inculpado garantizara el

monto estimado de la reparación del daño, pero no precisó la forma

en que la autoridad que conozca del asunto deberá determinar el

monto, por lo que el juez se encuentra facultado libremente para

determinar, aún de manera discrecional el monto que deberá cubrirse

por el concepto mencionado o en su defecto, sólo cuenta con los

elementos aportados por el órgano acusador, que en su momento fue

el investigador del evento delictivo; situación contraria a derecho, ya

que todo acto de autoridad debe estar fundado en una ley.

El Juez de la causa al resolver respecto del derecho de libertad

bajo caución, lo hizo en franca violación a lo dispuesto en los

artículos constitucionales referidos, ya que ordenó imponer una

garantía por la cantidad de **********, por concepto de reparación del

daño, supuestamente ocasionado al Fisco Federal, “con apoyo en las

experticias de uno de marzo de dos mil trece y veintiséis de febrero

del mismo año, emitidas por las perito ********** y **********, por lo

que hace al primero, así como ********** y **********, todos

especialistas oficiales adscritos a la Procuraduría General de la

República; lo anterior, en razón de que no existe en el Código Federal

de Procedimientos Penales, precepto legal que impida que este

órgano jurisdiccional fije un monto como garantía de la reparación del

daño; aunado al hecho de que el ordinal 94 del Código Fiscal de la

Federación, el cual impedía a la autoridad judicial imponer sanción

pecuniaria, fue derogado mediante decreto publicado en el Diario

Oficial de la Federación el veintiocho de junio de dos mil seis; sin que

sea viable para determinar lo anterior, tomar en cuenta lo establecido

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

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en el artículo 92 párrafo cuarto del Código Fiscal de la Federación, tal

como lo ordeno la autoridad de amparo”.

La fracción I del referido artículo 399, obliga al imputado a

garantizar una cantidad estimada de la reparación del daño, lo cual

no es acorde con el principio de presunción de inocencia, ya que se

está dando un tratamiento de inculpado sin mediar resolución

definitiva.

II. CONSIDERACIONES DE LA RESOLUCIÓN RECURRIDA EN

MATERIA DE CONSTITUCIONALIDAD DE LEYES.

La Jueza Noveno de Distrito de Amparo en Materia Penal del

Distrito Federal, determinó que los conceptos de violación en materia

de constitucionalidad de leyes eran infundados, y no se actualizaba

alguna de las hipótesis de suplencia de queja; por lo que negó al

quejoso la protección constitucional, por las razones siguientes:

Los artículos tildados de inconstitucionales son de naturaleza

heteroaplicativa, porque los supuestos normativos que contienen

requieren de un acto de aplicación; es decir, su sola vigencia no

causa perjuicio al quejoso, pues para que surtan efectos se requiere

de la realización de un acto de autoridad que lo sitúe dentro de la

hipótesis legal.

Precisada la naturaleza de las normas, se reprodujo la ejecutoria que

dio origen a la jurisprudencia 1ª./J.37/2006, de esta Primera Sala de

la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de rubro: “LIBERTAD

PROVISIONAL BAJO CAUCIÓN. EL ARTÍCULO 92, PÁRRAFO

CUARTO, DEL CÓDIGO FISCAL DE LA FEDERACIÓN,

TRANSGREDE EL ARTÍCULO 20, APARTADO A, FRACCIÓN I, DE

LA CONSTITUCIÓN FEDERAL AL CONDICIONAR ESE BENEFICIO

AL PAGO DE UNA GARANTÍA POR EL MONTO ESTIMADO DEL

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

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DAÑO O PERJUICIO FISCAL, INCLUYENDO LAS

CONTRIBUCIONES ADEUDADAS, ACTUALIZACIÓN Y

RECARGOS”; y con base en la misma, se analizó la

constitucionalidad de los artículos 399 y 402 del Código Federal de

Procedimientos Penales.

Así, se estableció que contrario a lo sostenido por el quejoso, los

citados numerales procesales eran acordes con el artículo 20,

apartado “A”, fracción I, de la Constitución Federal; pues el beneficio

de la libertad provisional, al ser una medida cautelar, su vigencia

estaba regulada por las leyes adjetivas que estructuraban y fijaban

las condiciones que debían observar en su conducta los procesados,

de acuerdo con el ordinal constitucional destacado, que señala los

requisitos máximos para alcanzar el beneficio de esta garantía.

De esta manera, de los requisitos para obtener la libertad provisional

y de las características de la caución que debía cubrir el inculpado, se

dedujo que el precepto constitucional otorgaba únicamente al juez de

la causa penal, la potestad para evaluar la procedencia de ese

beneficio y para fijar el monto y la forma de la garantía para gozar del

mismo, cuya finalidad era que al concederla, no se constituyera en un

obstáculo para el buen desarrollo del proceso y que desde ese

momento procesal esté garantizada la eventual condena pecuniaria,

que de ser procedente, en su momento pudiera llegar a imponerse al

inculpado.

Por tanto, se calificó de infundado el concepto de violación relativo a

que los numerales tildados de inconstitucionales, transgredían las

garantías y principios de debido proceso legal, contradicción, exacta

aplicación de la ley al caso concreto, igualdad entre las partes,

igualdad de armas, motivación, fundamentación, asequibilidad de la

caución, legalidad, seguridad jurídica, audiencia y debida defensa,

contenidos en los preceptos 13, 14, 16 y 20 constitucionales.

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

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En efecto, los numerales impugnados no vulneran el principio de

asequibilidad, según lo estableció la Primera Sala de la Suprema

Corte de Justicia de la Nación, a través de la tesis de rubro:

“LIBERTAD PROVISIONAL BAJO CAUCIÓN. LOS ARTÍCULOS 399

Y 402 DEL CÓDIGO FEDERAL DE PROCEDIMIENTOS PENALES

NO LIMITAN LA GARANTÍA DE ASEQUIBILIDAD A QUE SE

REFIERE EL ARTÍCULO 20, APARTADO A, FRACCIÓN I, DE LA

CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS

MEXICANOS (TEXTO ANTERIOR A LA REFORMA PUBLICADA EN

EL DIARIO OFICIAL DE LA FEDERACIÓN EL 18 DE JUNIO DE

2008)”, pues cuando el inculpado queda a disposición del juzgador,

puede solicitar la libertad bajo caución, siempre que el delito

imputado y la circunstancias permitan acceder a dicho beneficio;

siendo que el monto de la caución fijada debe ser asequible para el

inculpado; para ello, el juzgador no sólo debe tomar en cuenta la

reparación del daño y las sanciones pecuniarias, sino también el

cumplimiento de las obligaciones procesales a cargo del inculpado.

Por tanto, se concluyó que los numerales en estudio no limitan la

garantía de asequibilidad a que se refiere el artículo 20, Apartado A,

fracción I, de la Constitución Federal; pues con relación al numeral

399, tratándose de delitos con efectos económicos en los que el autor

obtiene un beneficio o causa un daño patrimonial, el objeto de la

garantía es asegurar la reparación del daño, ya que de lo contrario la

fianza podría resultar significativamente menor al beneficio obtenido

con el ilícito o a los daños y perjuicios causados con su realización, lo

cual también se justifica en la sanción pecuniaria que puede llegar a

imponerse; mientras que el artículo 402, establece una prevención

idéntica a la contenida en el aludido precepto constitucional. De

manera que al señalar que se tomará en cuenta la naturaleza de la

garantía que se ofrezca, sólo desarrolla un concepto ya incluido en la

Constitución, además de considerar las diversas formas previstas en

la legislación penal para exhibir la caución (depósito en efectivo,

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

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fianza, prenda, hipoteca, etc.), lo cual también permite cumplir con el

requisito de asequibilidad, ya que la caución la puede presentar en la

forma que más le convenga.

Además, la materia que anima a los artículos señalados no es la

libertad provisional bajo caución del inculpado, sino el derecho a

obtenerla cuando se cumplan los requisitos de ley; de ahí que no

pueden considerarse inconstitucionales, al no prever mayores

requisitos a los contenidos en la Ley Fundamental.

Los artículos 399 y 402 del Código de Procedimientos Penales, no

violan precepto constitucional alguno, debido a que tutelan el derecho

a obtener la libertad provisional bajo caución, con el fin de lograr un

equilibrio entre las garantías de libertad y de audiencia, que llevan

implícitas el principio de presunción de inocencia, y la prisión

preventiva, sin menoscabo de los fines de ésta de preservar el

proceso, garantizar la ejecución de la pena y asegurar la integridad

del ofendido y la tranquilidad social, lo que conlleva a respetar las

garantías y principios respectivos de debido proceso legal,

contradicción, exacta aplicación de la ley al caso concreto, igualdad

entre las partes, igualdad de armas, motivación y fundamentación,

asequibilidad de la caución, legalidad, seguridad jurídica, audiencia y

debida defensa, contenidos en los artículos 13, 14, 16 y 20

constitucionales.

Contrario a lo que sostiene el quejoso, y de acuerdo a lo previsto en

los numerales impugnados, el juzgador tendrá la obligación de

otorgar la libertad provisional bajo caución inmediatamente que se

solicite; pero debe fijar las condiciones que constitucional y

legalmente procedan, pues no puede perderse de vista que tal

beneficio es una medida cautelar o precautoria y su efectividad está

condicionada al otorgamiento de requisitos que salvaguarden la

materia del proceso, aseguren a las personas y las cosas

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

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relacionadas con éste, para hacer posible, en un momento dado, la

emisión y cumplimiento de la sentencia penal.

El juez natural debe realizar una interpretación sistemática de los

artículos procesales relacionados con los requisitos para conceder

dicho derecho, y los artículos 399 y 402 no disponen mayores

requisitos que los previstos en el precepto 20, apartado “A”, fracción I,

constitucional para otorgarlo; además, se complementan con los

ordinales 31 y 34 del Código Penal Federal, que precisan la forma en

la que la autoridad que conozca del asunto deberá de cuantificar o

determinar el monto de la reparación del daño; es decir, el juez

natural tiene que tomar en cuenta las pruebas que obran en la causa

penal para fijar el monto en cuestión, incluso el ofendido o sus

derecho habientes pueden aportar medios de comisión que tengan

para acreditar la procedencia y monto de la citada reparación del

daño, ya sea en la averiguación previa o en el proceso penal.

En consecuencia, al resultar infundados los conceptos de violación,

se negó al quejoso el amparo que solicitó, respecto de la

inconstitucionalidad de los artículos 399 y 402 del Código Federal de

Procedimientos Penales, que propuso.

III. AGRAVIOS EN MATERIA DE CONSTITUCIONALIDAD DE

LEYES.

a) Contrario a lo que estimó la Juez de amparo, el derecho a la

libertad bajo caución, es una cuestión eminentemente

sustantiva y no solo procesal, pues de su resolución

depende la libertad, como uno de los valores más

importantes del hombre; por lo que los derechos

económicos de la víctima no pueden estar por encima de

ella, lo que no implica que se le restrinja el acceso a una

efectiva reparación del daño, ya que ello se resolverá en la

sentencia que se dicte sobre el fondo del asunto, donde se

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

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fijará el monto de la reparación del daño, luego de que se

determine la responsabilidad penal del inculpado. De esta

manera, al resolver sobre el beneficio de la libertad

provisional bajo caución, se debe buscar el mayor beneficio

para el imputado.

b) La Juez de amparo resolvió la litis constitucional en

contravención al principio de presunción de inocencia en su

vertiente de “trato procesal”, ya que afirmó que en los

delitos de carácter económico, el fin de la caución, en su

parte respectiva, es asegurar la reparación del daño; con lo

que se soslayó que el hecho que la responsable fijara como

monto de la caución, en lo relativo a la reparación del daño,

el importe que establecieron los peritos contables del

Ministerio Público, implica darle al quejoso el trato de

culpable sin que medie una sentencia definitiva donde se

haya acreditado su responsabilidad penal; es decir, lo

consideró como si ya se hubiera demostrado plenamente

que existió el quebranto al fisco por el monto

correspondiente, lo que es incorrecto porque el proceso es

precisamente para que el imputado ejerza su derecho de

defensa para desvirtuar la imputación.

c) La resolución recurrida es imprecisa, ya que la

inconstitucionalidad se planteó por considerar que los

artículos 399 y 402 del Código Federal de Procedimientos

Penales, limitaban la garantía contenida en el artículo 20

constitucional para obtener la libertad provisional bajo

caución, ya que limitan la garantía de asequibilidad al

concepto de obligaciones procesales; por lo que

incorrectamente se consideró que el planteamiento se

formuló por estimar que los dispositivos legales no eran

inconstitucionales, ya que no preveían mayores requisitos

que la Constitución. Siendo que la afectación de la que se

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

14

dolió el quejoso, deriva de la restricción que hace la norma

secundaria respecto de la garantía que en forma amplia

otorga el artículo 20 constitucional, y de ahí que resulte

inconstitucional, ya que un derecho fundamental como la

libertad, no debe estar limitado en cuanto a su

interpretación; por el contrario, los jueces deben buscar la

protección más amplia en el marco constitucional y

convencional.

d) Resultó errónea la afirmación de la Juez de Amparo en el

sentido que la libertad bajo caución busca lograr un

equilibrio entre las garantías de libertad y de audiencia, que

llevan implícitas el principio de presunción de inocencia y la

prisión preventiva, sin menoscabo de los fines de ésta

última, de preservar el proceso, garantizar la ejecución de la

pena y asegurar la integridad del ofendido como la

tranquilidad social; pues a pesar de que la caución que se

deba otorgar para el beneficio de la libertad bajo caución, el

juez cuenta con las más amplias facultades para asegurar el

cumplimiento de las penas, la reparación del daño y el

debido proceso; frente a los mismos se encuentra el

derecho a la libertad, cuyo otorgamiento de manera

provisional, no afecta en lo absoluto las garantías a que se

adujo en la resolución recurrida, ya que el derecho a la

libertad, por el valor supremo que le corresponde, no debe

ser limitado.

IV. CONSIDERACIONES DEL TRIBUNAL COLEGIADO DE

CIRCUITO.

Se determinó que se contaba con competencia parcial

para conocer del recurso de revisión, ya que el asunto no

quedaba comprendido en aquéllos de competencia delegada,

previstos en el Punto Cuarto, fracción I, incisos C) y D), del

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

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Acuerdo General 5/2013 del Pleno de la Suprema Corte de

Justicia de la Nación, relativo a la determinación de los asuntos

que conservará para su resolución.

Así, se destacó que en el caso se controvirtió una

sentencia dictada en audiencia constitucional por una Juez de

Distrito de Amparo en Materia Penal, respecto de la cual

subsistió un tema de constitucionalidad, con relación a los

artículos 399 y 402 del Código Federal de Procedimientos

Penales, cuyo conocimiento de fondo era competencia de esta

Suprema Corte de Justicia de la Nación, y al respecto no se

había sustentado jurisprudencia del Pleno o de alguna de sus

Salas, que dirimiera el caso concreto.

Por tanto, el Tribunal Colegiado únicamente se avocó al

estudio de la oportunidad del recurso y a analizar las causales

de improcedencia.

Se determinó que el recurso era oportuno, ya que se

interpuso dentro del término de diez días, a partir de que la

resolución recurrida le fue notificada al quejoso.

Luego, se reprodujo la sentencia recurrida, y se destacó

que el segundo de los agravios expresados por el recurrente,

controvertía directamente los pronunciamientos de la resolución

recurrida en torno a la constitucionalidad de los artículos 399 y

402 del Código Federal de Procedimientos Penales; lo que se

reiteró, era competencia de esta Suprema Corte de Justicia de la

Nación y no del Tribunal Colegiado.

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

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Por otra parte, en términos de la fracción I, del artículo 74

de la Ley de Amparo, se fijaron de forma clara y precisa los

actos reclamados, en los términos siguientes:

1) El auto de ocho de mayo de dos mil catorce, dictado por el

Juez Decimocuarto de Distrito de Procesos Penales

Federales en el Distrito Federal, en la causa penal **********,

por el cual se fijaron los montos para el otorgamiento de la

libertad provisional bajo caución.

2) La discusión, aprobación y expedición del Código Federal

de Procedimientos Penales, publicado en el Diario Oficial de

la Federación el treinta de agosto de mil novecientos treinta

y cuatro, específicamente sus artículos 399 y 402, cuya

última reforma fue publicada en el citado medio de difusión

federal, el diez de enero de mil novecientos noventa y

cuatro; atribuidos al Congreso de la Unión.

3) La expedición del decreto promulgatorio, publicado en el

Diario Oficial de la Federación el treinta de agosto de mil

novecientos noventa y cuatro, así como el decreto de

reforma de diez de enero de mil novecientos noventa y

cuatro; atribuidos al Presidente de la República; el refrendo

de dicha ley por lo que respecta al Secretario de

Gobernación; y su publicación por parte del Director del

Diario Oficial de la Federación.

4) La inconstitucionalidad de los artículos 399 y 402 del Código

Federal de Procedimientos Penales.

Al respecto, se calificó de inadecuado que en la resolución

recurrida se tuvieran como ciertos todos los actos que se reclamaron

de la Cámara de Diputados, mismo que se hicieron extensivos al

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

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Senado de la República; ello, porque la Subdirectora de Amparo, en

representación de la Cámara de Diputados, al rendir su informe

justificado, manifestó que los actos atribuidos a la misma, eran ciertos,

pero únicamente por lo que respecta a la discusión, aprobación y

expedición de la reforma al Código Federal de Procedimientos

Penales, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 10 de enero

de mil novecientos noventa y cuatro.

En cambio, por lo que hace a los actos consistentes en la

discusión, aprobación y expedición del Código Federal de

Procedimientos Penales, publicados en el Diario Oficial de la

Federación el treinta de agosto de mil novecientos treinta y cuatro; en

específico, los artículos 399 y 402, se dijo que no eran ciertos, toda

vez que fueron realizados por el titular del Poder Ejecutivo Federal, en

uso de las facultades concedidas mediante decreto de veintisiete de

diciembre de mil novecientos treinta y tres, por el Congreso de la

Unión.

Consecuentemente, se determinó que los actos reclamados a la

Cámara de Diputados, debían tenerse como ciertos, pero únicamente

en lo que fueron aceptados; es decir, la discusión, aprobación y

expedición de la reforma al Código Federal de Procedimientos

Penales, publicada en el Diario Oficial de la Federación de diez de

enero de mil novecientos noventa y cuatro; así como la certeza de la

existencia de dicho ordenamiento legal y de sus artículos que fueron

tildados de inconstitucionales. Certeza que se hizo extensiva a los

mismos actos que se atribuyeron a la Cámara de Senadores.

Y derivado de lo anterior, con relación a los actos consistentes

en la discusión, aprobación y expedición del Código Federal de

Procedimientos Penales, publicado en el Diario Oficial de la

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

18

Federación el treinta de agosto de mil novecientos treinta y cuatro, en

lo relativo a los artículos 399 y 402, atribuidos a la Cámara de

Senadores y la Cámara de Diputados; ante su inexistencia, se

sobreseyó en el juicio, al actualizarse la causal de improcedencia

prevista en la fracción IV, del artículo 63 de la Ley de Amparo, ya que

el mencionado código fue realizado por el Ejecutivo Federal, en uso

de las facultades extraordinarias que le concedió el Congreso de la

Unión. Aspecto por el que se modificó la sentencia recurrida.

Por otra parte, se advirtió la existencia de una violación al

procedimiento de amparo, ya que la Cámara de Senadores, en su

carácter de autoridad responsable, no fue emplazada al juicio

constitucional; sin embargo, se estimó que ello no era suficiente para

ordenar la reposición del procedimiento.

Ello, porque si bien era cierto que la demanda de amparo se

admitió respecto de los actos que se reclamaron de la misma, y que

se hicieron consistir en la discusión, aprobación y expedición del

Código Federal de Procedimientos Penales, publicado en el Diario

Oficial de la Federación, de treinta de agosto de mil novecientos

treinta y seis; específicamente, los artículos 399 y 402, cuya última

reforma fue publicada en el Diario Oficial de la Federación el diez de

enero de mil novecientos noventa y cuatro; sin embargo, no se

apreció en autos la constancia de su emplazamiento, y por tanto, no

tuvo oportunidad de rendir su informe justificado, ni defender la

constitucionalidad de los actos legislativos que se le atribuyeron.

No obstante lo anterior, se determinó que era innecesario

reponer el procedimiento, al existir evidencia de que procedía negar o

sobreseer en el juicio constitucional. Ello, porque tanto el Pleno de la

Suprema Corte de Justicia de la Nación, como esta Primera Sala, a

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

19

través de los correspondientes criterios que emitieron bajo los rubros:

“PROCEDIMIENTO. ES INNECESARIO ORDENAR SU REPOSICIÓN

CUANDO SE ADVIERTA QUE NO SE CAUSARÁ PERJUICIO A LA

AUTORIDAD RESPONSABLE NO LLAMADA A JUICIO, PORQUE

PROCEDE NEGAR EL AMPARO CONTRA EL ACTO A ELLA

IMPUTADO” y, “AMPARO CONTRA LEYES. AUN CUANDO EL

HECHO DE NO LLAMAR A JUICIO A ALGUNA DE LAS CÁMARAS

QUE INTEGRAN EL CONGRESO DE LA UNIÓN CONSTITUYA UNA

VIOLACIÓN PROCESAL, RESULTA INNECESARIO ORDENAR LA

RESPOSICIÓN DEL PROCEDIMIENTO SI LO QUE PROCEDE ES

NEGAR EL AMPARO O SOBRESEER EN EL JUICIO”, interpretaron

el artículo 91, fracción IV, de la Ley de Amparo abrogada, pero de

igual redacción que la fracción IV, del artículo 93 de la Ley de Amparo

vigente, y establecieron que solo se debía ordenar la reposición del

procedimiento, cuando las violaciones a las reglas que lo norman,

dejan sin defensa a alguna de las partes y ello influye en la sentencia

que se dicte.

Por otra parte, se destacó que conforme a lo establecido en el

Punto Noveno, del Acuerdo General 5/2013 del Pleno de la Suprema

Corte de Justicia de la Nación, relativo a la determinación de los

asuntos que conservará para su resolución y el envío de los de su

competencia originaria a las Salas y a los Tribunales Colegiados de

Circuito, en torno a la procedencia del recurso, así como de la vía y,

en su caso, desistimiento o reposición del procedimiento; procedía y

era oportuno el recurso de revisión, en tanto atañía a una resolución

dictada en audiencia constitucional por el Juez de Amparo, ya que en

la demanda de se reclamó la inconstitucionalidad de los artículos 399

y 402 del Código Federal de Procedimientos Penales.

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

20

Al respecto, se puntualizó que el recurrente, desde su demanda

de amparo, expuso los motivos por los que consideró que los citados

numerales procesales eran inconstitucionales. Por tanto, se determinó

que no se actualizaba la competencia delegada a favor del Tribunal

Colegiado, al acreditarse las salvedades a que se refiere el Punto

Cuarto, fracción I, incisos C) y D), del citado Acuerdo del Pleno de la

Suprema Corte, ya que se reclamó la inconstitucionalidad de normas

federales, respecto de las cuales no existe jurisprudencia del Pleno o

de las Salas del Máximo Tribunal del país, ni estaban pendientes de

publicación o existían tres precedentes emitidos en forma

ininterrumpida y en el mismo sentido, que no hubiera alcanzado

votación idónea para integrar jurisprudencia; por tanto, se dejó a salvo

la jurisdicción de esta Suprema Corte, y se ordenó remitirle el asunto

para que resolviera el recurso de revisión interpuesto por el quejoso,

en torno al estudio y pronunciamiento de la inconstitucionalidad de los

artículos 399 y 402 del Código Federal de Procedimientos Penales.

Sin que se soslayara la existencia de la tesis aislada de esta

Primera Sala, de rubro: “LIBERTAD PROVISIONAL BAJO CAUCIÓN.

LOS ARTÍCULOS 399 Y 402 DEL CÓDIGO FEDERAL DE

PROCEDIMIENTOS PENALES NO LIMITAN LA GARANTÍA DE

ASEQUIBILIDAD A QUE SE REFIERE EL ARTÍCULO 20,

APARTADO A, FRACCIÓN I, DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE

LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS (TEXTO ANTERIOR A LA

REFORMA PUBLICADA EN EL DIARIO OFICIAL DE LA

FEDERACIÓN EL 18 DE JUNIO DE 2008)”; pues se destacó que

además de tratarse de un criterio aislado, no trataba el tema

específico a dilucidar.

Consecuentemente, se sobreseyó en el juicio de amparo

respecto de los actos que se reclamaron de la Cámara de Senadores

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

21

y la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, consistentes en

la discusión, aprobación y expedición del Código Federal de

Procedimientos Penales, publicado en el Diario Oficial de la

Federación, el treinta de agosto de mil novecientos treinta y cuatro,

específicamente, sus artículos 399 y 402; y se dejó a salvo la

jurisdicción de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, respecto del

estudio y pronunciamiento sobre la inconstitucionalidad de los citados

numerales.

Q U I N T O. ESTUDIO DE FONDO. Para dar respuesta a los

correspondientes argumentos de agravio que expresó el recurrente en

materia de constitucionalidad de leyes, cabe destacar que esta

Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ya se ha

pronunciado, en diversos precedentes, con relación a la interpretación

que le corresponde al artículo 20, fracción I, Apartado A, de la

Constitución Federal, antes de su reforma de dieciocho de junio de

dos mil ocho; así como respecto de la conformidad que guardan con

el mismo los artículos 399 y 402 del Código Federal de

Procedimientos Penales.

En efecto, al resolver la contradicción de tesis 341/2011, en

sesión de siete de diciembre de dos mil once, por unanimidad de

cinco votos en cuanto al fondo del asunto, presentada bajo la

Ponencia del Señor Ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo; se hicieron

importantes precisiones con relación al alcance que le corresponde al

artículo 20, fracción I, Apartado A, de la Constitución Federal, y en

específico, respecto de la garantía de la reparación del daño y la

presunción de inocencia; ello, en los términos siguientes:

“… Como quedó expuesto, el tema de la presente contradicción de

tesis se circunscribe a determinar si, tratándose de los delitos previstos en

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

22

el Código de Justicia Militar, a efecto de conceder la libertad bajo caución

del inculpado, ¿éste debe o no garantizar el pago de la reparación del daño

causado al ofendido además de las sanciones pecuniarias que en su caso

puedan imponérsele?

Así, para abordar el tema propuesto, se estima conveniente tener en

consideración lo siguiente:

I. Marco teórico

Esta Primera Sala, en diversos precedentes en relación con la

garantía individual contenida actualmente en el artículo 20, apartado A,

fracción I, constitucional, señaló lo siguiente:

Para lograr un equilibrio entre las garantías de libertad y de

audiencia, que llevan implícitos el principio de presunción de inocencia, y la

prisión preventiva, sin menoscabo de los fines de ésta de preservar el

proceso, garantizar la ejecución de la pena y asegurar la integridad del

ofendido y la tranquilidad social, el Poder Constituyente estableció la

garantía de libertad provisional bajo caución, que conforme al texto original

del artículo 20, fracción I, de la Constitución Política de los Estados Unidos

Mexicanos de mil novecientos diecisiete, se debería otorgar al acusado

‘inmediatamente que lo solicite ... bajo fianza hasta de diez mil pesos,

según sus circunstancias personales y la gravedad del delito que se le

impute, siempre que dicho delito no merezca ser castigado con pena mayor

de cinco años de prisión y sin más requisitos que poner la suma de dinero

respectiva a disposición de la autoridad, u otorgar caución hipotecaria o

personal bastante para asegurarla’.

La regulación de la garantía de libertad provisional del inculpado,

prevista actualmente en el artículo 20, apartado A, fracción I, de la

Constitución Federal, ha sido motivo de diversas reformas, entre las que

destacan:

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

23

La reforma publicada el catorce de enero de mil novecientos ochenta

y cinco, encaminada a equilibrar el derecho individual del inculpado a su

libertad provisional y la necesidad de garantizar la seguridad pública en

bien de la víctima y de la sociedad, ya que estableció (…).

Por otra parte, de la reforma al artículo 20, fracción I, constitucional,

publicada el tres de septiembre de mil novecientos noventa y tres, se puede

destacar que estableció que la libertad provisional procede con

independencia de la sanción aplicable al delito, a no ser que se trate de los

llamados delitos graves que la ley secundaria precisa, en cuyo caso el Juez

carece de atribuciones para conceder la excarcelación provisional (…).

Posteriormente, mediante decreto del tres de julio de mil novecientos

noventa y seis, el mencionado precepto constitucional se volvió a reformar,

para establecer que se otorgará el beneficio de la libertad provisional bajo

caución a todo inculpado, siempre y cuando no se trate de delito grave; que

en caso de delitos no graves, ese beneficio se restringirá cuando el

Ministerio Público lo solicite en razón a los antecedentes penales del

inculpado, debiendo aportar pruebas con el objeto de evidenciar que su

libertad representa un riesgo para el ofendido o para la sociedad (…).

Asimismo, mediante decreto publicado en el Diario Oficial de la

Federación el veintiuno de septiembre de dos mil, el artículo 20

constitucional fue reformado en su párrafo inicial y en la fracción IV;

además, se agrupó su contenido en un apartado A, se derogó su último

párrafo y se adicionó un apartado B, dicha reforma tuvo como propósito

elevar a la categoría de rango constitucional la protección de los derechos

de la víctima u ofendido del delito junto con los del inculpado, destacando

que en la fracción IV del adicionado apartado B se establece expresamente

como un derecho fundamental de la víctima el que se le repare el daño, por

lo que establece, cuando proceda, la obligación para el Ministerio Público

de solicitar la reparación del daño y que el juzgador no podrá absolver al

sentenciado de dicha reparación si ha emitido una sentencia condenatoria.

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

24

Debe puntualizarse que, dicha reforma no modificó lo que establecía la

fracción I, en cuanto al beneficio de la libertad provisional bajo caución, la

cual quedó dentro del apartado A.

El referido texto del artículo 20, apartado A, fracción I y apartado B,

de la Constitución Federal, es el siguiente:

‘Artículo 20. En todo proceso de orden penal, el inculpado, la víctima

o el ofendido, tendrán las siguientes garantías:

A. Del inculpado:

I. Inmediatamente que lo solicite, el Juez deberá otorgarle la libertad

provisional bajo caución, siempre y cuando no se trate de delitos en que,

por su gravedad, la ley expresamente prohíba conceder este beneficio. En

caso de delitos no graves, a solicitud del Ministerio Público, el Juez podrá

negar la libertad provisional, cuando el inculpado haya sido condenado con

anterioridad, por algún delito calificado como grave por la ley o, cuando el

Ministerio Público aporte elementos al Juez para establecer que la libertad

del inculpado representa, por su conducta precedente o por las

circunstancias y características del delito cometido, un riesgo para el

ofendido o para la sociedad.

El monto y la forma de caución que se fije, deberán ser asequibles

para el inculpado. En circunstancias que la ley determine, la autoridad

judicial podrá modificar el monto de la caución. Para resolver sobre la forma

y el monto de la caución, el Juez deberá tomar en cuenta la naturaleza,

modalidades y circunstancias del delito; las características del inculpado y

la posibilidad de cumplimiento de las obligaciones procesales a su cargo;

los daños y perjuicios causados al ofendido; así como la sanción pecuniaria

que, en su caso, pueda imponerse al inculpado.

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

25

La ley determinará los casos graves en los cuales el Juez podrá

revocar la libertad provisional;

...

(Adicionado, D.O.F. 21 de septiembre de 2000)

B. De la víctima o del ofendido:

I. (…);

IV. Que se le repare el daño. En los casos en que sea procedente, el

Ministerio Público estará obligado a solicitar la reparación del daño y el

juzgador no podrá absolver al sentenciado de dicha reparación si ha emitido

una sentencia condenatoria.

La ley fijará procedimientos ágiles para ejecutar las sentencias en

materia de reparación del daño…’

Por último, cabe destacar que el dieciocho de junio de dos mil ocho

se publicó en el Diario Oficial de la Federación el Decreto de reforma a los

artículos 16, 17, 18, 19, 20, 21 y 22; las fracciones XXI y XXIII del artículo

73; la fracción VII del artículo 115 y la fracción XIII del apartado B del

artículo 123, todos de la Constitución Política de los Estados Unidos

Mexicanos; que tuvo como objetivo crear un nuevo sistema de justicia penal

de naturaleza acusatorio y oral, dentro del cual ya no se contempla la figura

de la libertad bajo caución, debido a, según lo que se establece en el

trabajo legislativo que dio lugar a la reforma constitucional en comento, que

en este nuevo sistema se pretende minimizar la figura de la prisión

preventiva y utilizarla sólo en caso de delitos verdaderamente graves, en

delincuencia organizada o en condiciones especiales, siendo la regla

general que el inculpado enfrente su proceso en libertad maximizando el

principio de presunción de inocencia.

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

26

Sin embargo, el análisis materia de esta ejecutoria se circunscribe al

texto anterior del artículo 20 constitucional, toda vez que en principio, el

nuevo sistema de justicia penal presupone una lógica distinta en el tema

que nos ocupa; asimismo, fue a la luz del texto del artículo 20 constitucional

vigente antes de la reforma en comento, que los tribunales contendientes

emitieron las resoluciones materia de esta vía. Y por último, dicho texto es

el vigente actualmente, lo que se desprende de la lectura del artículo

segundo transitorio del decreto de referencia, pues será hasta el año dos

mil dieciséis cuando entre en vigor el nuevo sistema de justicia penal.

Ahora bien, retomando lo sostenido por esta Primera Sala, en

principio, debe decirse que el aseguramiento de la persona en quien recaen

fundadas sospechas de que ha cometido un delito, tiene lugar por lo

general, desde que el procedimiento inicia, como una medida de necesidad

extrema para mantenerlo en prisión preventiva y conseguir la marcha

regular del proceso.

Este aseguramiento precautorio encuentra asidero constitucional en

el artículo 18, que autoriza la prisión preventiva de quienes sean

procesados por delitos que merezcan pena privativa de la libertad,

asimismo encuentra justificación en los fines que persigue, consistentes en

preservar el desarrollo adecuado del proceso y asegurar la ejecución de la

pena, además de evitar un grave e irreparable daño al ofendido y a la

sociedad, pues su objetivo inmediato es impedir que la persona, que tiene

conocimiento de que se sigue un proceso penal en su contra, se oculte o

huya, por tanto, con el fin de soslayar las demoras y posibles contingencias

en el curso del proceso, se le encarcela con carácter preventivo hasta el

pronunciamiento del fallo.

Encuentra apoyo la anterior consideración, en las tesis aisladas del

Tribunal Pleno, de rubros: ‘PRISIÓN PREVENTIVA. ES UNA EXCEPCIÓN A

LAS GARANTÍAS DE LIBERTAD Y DE AUDIENCIA PREVIA, ESTABLECIDA

CONSTITUCIONALMENTE.’ y ‘PRISIÓN PREVENTIVA. SU NO

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

27

CONTRADICCIÓN CON LA GARANTÍA DE AUDIENCIA DERIVA DE LOS FINES

QUE PERSIGUE Y NO DE SU CARÁCTER CAUTELAR.’

Frente a esa medida de aseguramiento del inculpado, la Constitución

Federal establece en su favor la garantía de la libertad provisional bajo

caución, cuya finalidad es no privar de la libertad a la persona que se le

imputa un delito no grave y al mismo tiempo asegurar que quede sujeta a la

acción del tribunal que conozca del respectivo juicio de reproche.

Ahora bien, se estima necesario destacar que la garantía de libertad

provisional bajo caución encuentra sustento en el principio de presunción

de inocencia, consistente en que toda persona acusada de delito tiene

derecho a que se presuma su inocencia, mientras no se pruebe su

culpabilidad en un juicio en el que se respeten todos los derechos

inherentes a la garantía de audiencia.

Dicho principio se traduce en que el inculpado no está obligado a

probar la licitud de su conducta cuando se le imputa la comisión de un

delito, pues no tiene la carga de probar su inocencia.

La Suprema Corte ha sostenido, atento al Texto Constitucional que

esta ejecutoria analiza, que el mencionado principio de presunción de

inocencia se encontraba previsto implícitamente en la Constitución Federal

(…).

A este respecto, debe resaltarse además, que este principio ya se

reconoce expresamente en el nuevo Texto Constitucional (…).

Igualmente, ese principio es reconocido en el artículo 11, punto 1, de

la Declaración Universal de los Derechos Humanos (…).

Todo lo anterior permite concluir que, efectivamente en el principio de

presunción de inocencia descansa la garantía de la libertad provisional,

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

28

pues solamente la presunción de que el inculpado es inocente (mientras no

se demuestre su culpabilidad), es lo que le permite estar libre enfrentando

su proceso.

Ese beneficio se encuentra a disposición del inculpado, pues se

prevé que inmediatamente que lo solicite debe ser puesto en libertad

provisional, bajo las condiciones y requisitos que constitucional y

legalmente procedan, tomando en consideración sus circunstancias

personales y la gravedad del delito que se le atribuya.

Sobre el particular, debe decirse que desde el punto de vista

gramatical, el término cautela significa cuidado, precaución, previsión para

evitar peligro o daño; deriva del latín cautus, cuidadoso, prudente, y

jurídicamente se identifica con diligencia, previsión o precaución y

providencia.

De ese modo, los requisitos que condicionan el beneficio de la

libertad provisional, como medida cautelar dentro del proceso penal,

encuentran sustento en las razones que justifican la prisión preventiva y

que doctrinalmente se reconocen como: a) ser necesaria para formar el

proceso escrito; b) para que el Juez pueda interrogar al imputado por

cualquier necesidad de la instrucción; c) por la seguridad a fin de que el

imputado no tenga potestad, pendiente en el proceso, de continuar con sus

delitos; y, d) ser necesaria para lograr la pena a fin de que el reo no se

sustraiga a ella con la fuga.

En esas condiciones, el Juez en un proceso penal puede válidamente

imponer al inculpado que se acoja al beneficio de la libertad provisional, la

obligación de garantizar cada entidad objetiva, sustantiva o procesal,

concretamente prevista en la Constitución Federal y que se hallare

involucrada en el correspondiente proceso, a saber, los daños y perjuicios

causados al ofendido, la sanción pecuniaria que pudiera imponerse al

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

29

inculpado y las obligaciones resultantes que preserven la continuidad y

trámite normal del proceso y, con ello, al derecho punitivo del Estado.

En otras palabras, cuando el inculpado se acoja al beneficio de la

libertad provisional bajo caución a que se refiere actualmente el artículo 20,

apartado A, fracción I, de la Constitución Política de los Estados Unidos

Mexicanos, el juzgador tendrá la obligación de otorgarla inmediatamente,

pero también será su deber fijar las condiciones que constitucional y

legalmente procedan, pues no puede perderse de vista que tal beneficio es

una medida cautelar o precautoria y su efectividad está condicionada al

otorgamiento de requisitos que salvaguarden la materia del proceso,

aseguren a las personas y las cosas relacionadas con éste, para hacer

posible, en un momento dado, la emisión y cumplimiento de la sentencia

penal.

Así, la regla en todo proceso para el otorgamiento de la libertad

provisional, es la obligación impuesta al inculpado de no sustraerse a la

acción de la justicia y de atender a todas las órdenes de comparecencia

emanadas de los tribunales. Ello justifica que la ley le imponga el

cumplimiento de determinadas exigencias para que pueda disfrutar de la

libertad provisional, siendo la principal el otorgamiento de la caución, como

medida para asegurar su permanencia en el lugar del proceso.

Lo anterior se deduce del precepto constitucional en comento, al

establecer: ‘... el Juez deberá otorgarle la libertad provisional bajo caución

... El monto y la forma de caución que se fije, deberán ser asequibles para

el inculpado ... la autoridad judicial podrá modificar el monto de la caución

... Para resolver sobre la forma y el monto de la caución el Juez deberá

tomar en cuenta ...’

A las palabras caución y fianza, comúnmente se les atribuye el

mismo significado; no obstante, caución denota garantía, y fianza una forma

de aquélla; por ende, caución es el género y la fianza una especie.

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

30

Además, los ordenamientos procesales secundarios han aceptado

como formas de caución, las consistentes en fianza, depósito en efectivo,

prenda, hipoteca o fideicomiso; considerando a todos ellos idóneos para

garantizar el cumplimiento de las obligaciones adquiridas.

Cabe decir que, conforme al artículo 20, apartado A, fracción I, de la

Constitución General de la República que se analiza, el inculpado podrá

obtener su libertad provisional, en los casos que proceda, cuando garantice

el monto estimado de la reparación del daño y las sanciones pecuniarias

que pudieran imponérsele, así como que también otorgue caución para el

cumplimiento de las obligaciones que en términos de ley, deriven a su

cargo en razón del proceso que se le instruye.

En relación con lo anterior, es importante destacar que si bien el

mencionado precepto constitucional respecto de las garantías encaminadas

a asegurar el cumplimiento de la eventual sentencia condenatoria que

pudiera dictarse, utiliza los conceptos de reparación del daño y de sanción

pecuniaria, es evidente que el primero queda comprendido en el segundo,

toda vez que la condena del inculpado a que repare el daño que ocasionó

es una sanción o pena pública de carácter eminentemente económico.

En este orden de ideas, debe entenderse dirigida exclusivamente a

las multas la referencia que el artículo 20, apartado A, fracción I, de la

Constitución Federal, hace a la caución para asegurar la sanción

pecuniaria, pues no obstante constituir conceptos diferentes, los equipara

para el efecto de la caución.

Lo anterior, se reafirma con lo dispuesto por los artículos 29, 30, 31,

31 Bis, 34 y 35 del Código Penal Federal, que aun cuando no son

aplicables al caso que se analiza, resultan orientadores, de los que se

desprende que la sanción pecuniaria comprende la multa y la reparación

del daño; esta última comprende, a su vez, la restitución de la cosa

obtenida por el delito y si no fuere posible, el pago del precio de la misma,

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

31

la indemnización del daño material y moral causado, así como el

resarcimiento de los perjuicios ocasionados; la reparación será fijada por

los Jueces, según el daño que sea preciso reparar, de acuerdo con las

pruebas obtenidas en el proceso; además, se prevé que la reparación del

daño proveniente de delito que deba ser hecha por el delincuente tiene el

carácter de pena pública; el Ministerio Público está obligado a solicitar su

condena y el Juez a resolver lo conducente; el importe de la sanción

pecuniaria se distribuirá entre el Estado y la parte ofendida, al primero le

corresponde el importe de la multa y al segundo el de la reparación del

daño; se cubrirá de preferencia la reparación del daño; los depósitos que

garanticen la libertad provisional se aplicarán como pago preventivo a la

reparación del daño cuando el inculpado se sustraiga a la acción de la

justicia.

Ahora, no debe perderse de vista que por razones de política criminal

no a todos los tipos penales les corresponde la aplicación de una multa,

esto es, la punibilidad que fija el legislador para cada delito no siempre la

incluye, como sucede en los delitos previstos en el Código de Justicia

Militar o, en su momento en el Código Fiscal de la Federación.

Por lo que hace a la reparación del daño, la caución que para su

garantía se exige tiene estrecha relación con los daños y perjuicios

ocasionados a la parte ofendida con motivo de la comisión del hecho ilícito,

ya que serán éstos precisamente los que serán resarcidos con la condena

correspondiente que, en su caso, se haga en la sentencia que se dicte en el

proceso penal, por lo que no puede desvincularse un concepto de otro, al

no poder subsistir aisladamente, y en este sentido resulta claro que si la

reparación del daño proveniente de delito que deba ser hecha por el

delincuente tiene el carácter de pena pública y se exige de oficio por el

Ministerio Público, es claro que en todo proceso penal la garantía fijada al

inculpado por el monto estimado de la reparación del daño, a fin de que

obtenga su libertad provisional, tiene el propósito de proteger o

salvaguardar los derechos de la parte ofendida y válidamente puede

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

32

exigirse para que en el supuesto de una eventual condena el Juez pueda

decidir sobre el resarcimiento de los perjuicios ocasionados.

De lo anterior deriva, que las cauciones exigidas para garantizar la

sanción pecuniaria y la reparación del daño, se dirigen a asegurar, la

primera, el monto de las multas que en su caso pudieran imponerse al

inculpado en la sentencia con que culmine el proceso y, la segunda, la

reparación de los daños y perjuicios que hubiera podido sufrir la parte

ofendida con la comisión del hecho ilícito, a la que en su caso se condene

en la propia sentencia.

Implicando lo anterior, el establecimiento, en perjuicio del procesado,

de requisitos ajenos a la naturaleza propia de la caución y legalmente

innecesarios para conceder el beneficio de la libertad provisional.

Por lo que hace a la caución para el cumplimiento de las obligaciones

que en términos de ley, deriven a cargo del inculpado en razón del proceso

que se le instruye, si bien el texto vigente del artículo 20, apartado A,

fracción I, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, no

la exige de manera expresa, su otorgamiento es una condición que en

forma explícita se exigía en el texto original del citado precepto para la

obtención del beneficio de la libertad provisional bajo caución y no obstante

que tal disposición ha sido materia de varias modificaciones, siempre se ha

reconocido, aunque sea de manera implícita, que para el otorgamiento del

referido beneficio, debe exhibirse una garantía que asegure al inculpado y

lo constriña al cumplimiento de sus obligaciones procesales, como se

desprende de la tesis de rubro: ‘LIBERTAD PROVISIONAL BAJO CAUCIÓN.

LA MEDIDA DE ASEGURAMIENTO PREVISTA EN LA FRACCIÓN III DEL

ARTÍCULO 399 DEL CÓDIGO FEDERAL DE PROCEDIMIENTOS PENALES,

PARA GARANTIZAR EL CUMPLIMIENTO DE LAS OBLIGACIONES

PROCESALES QUE CONTRAIGA EL SUJETO QUE LA OBTENGA, NO ES

CONCULCATORIA DE LA GARANTÍA DE SEGURIDAD JURÍDICA PREVISTA

EN LA FRACCIÓN I DEL ARTÍCULO 20 CONSTITUCIONAL.’

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

33

En concordancia con lo anterior, los legisladores ordinarios tanto

federales como estatales, por regla general exigen que el procesado

otorgue tres diversas garantías para poder gozar de la libertad provisional:

una, por el monto estimado de la reparación del daño; otra, por las

sanciones pecuniarias que en su caso, puedan imponérsele; y, una tercera,

para caucionar el cumplimiento de las obligaciones a su cargo, que la ley

establece en razón del proceso. En el ámbito federal, se advierte de lo

previsto por el artículo 399 del Código Federal de Procedimientos Penales.

Así, cada una de las garantías que el legislador ordinario exige al

inculpado como condición para que obtenga el beneficio de la libertad

provisional, encuentran sustento en lo dispuesto por el artículo 20, apartado

A, fracción I, de la Constitución Federal, que señala los elementos que debe

tomar en cuenta el Juez para resolver sobre la forma y monto de la caución,

a saber:

a) La naturaleza, modalidades y circunstancias del delito.

b) Las características del inculpado y la posibilidad de cumplimiento

de las obligaciones procesales a su cargo.

c) Los daños y perjuicios causados al ofendido.

d) La sanción pecuniaria que, en su caso, pueda imponerse al

inculpado.

Cabe destacar, además, que el beneficio de la libertad provisional no

es sino una medida cautelar cuya vigencia está regulada en las leyes

adjetivas en las que se estructuran y fijan las condiciones que deben

observar en su conducta los procesados, acorde al orden constitucional,

esto es, tal beneficio que indefectiblemente se vincula a los fines del

proceso, sujeta al procesado a la concreta autoridad jurisdiccional,

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

34

mediante las condiciones que se le impongan tendientes a garantizar, entre

otras obligaciones, la sujeción al procedimiento.

II. Conflicto entre diversos preceptos del Código de Justicia Militar.

Sentado lo anterior, procede analizar el artículo 799 del Código de

Justicia Militar, que textualmente dice:

‘Artículo 799. Todo inculpado inmediatamente que lo solicite, el Juez

deberá otorgarle la libertad provisional bajo caución, siempre y cuando se

garantice el monto estimado de la reparación del daño y de las sanciones

pecuniarias que en su caso puedan imponérsele y no se trate de delitos en

que por su gravedad este código expresamente prohíba conceder este

beneficio.

Para los efectos del párrafo anterior, se consideran delitos graves (…)

En lo que es materia de este análisis, establece que para conceder el

beneficio de la libertad provisional bajo caución, excepto en los delitos

clasificados expresamente como graves por el propio código y siempre que

lo solicite el inculpado, deberá concederse inmediatamente la libertad

provisional bajo caución, siempre y cuando se garantice el monto estimado

de la reparación del daño y de las sanciones pecuniarias que en su caso

puedan imponérsele.

Previamente al análisis correspondiente, conviene dejar establecido

que el artículo 799, se ubica en el capítulo XI ‘De la libertad provisional bajo

caución’, del título cuarto ‘De los incidentes’ del Código de Justicia Militar,

ordenamiento en el que se reglamenta un sistema jurídico específico para

sancionar las conductas que el legislador ha determinado son propias del

llamado ‘fuero militar’, por lo que el análisis de una de las normas que

conforman dicho sistema no puede hacerse de manera aislada, sino debe

entenderse inmersa en el sistema que lo integran (…).

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

35

Así, para tener un panorama más amplio del sistema jurídico en el

que se encuentra inmerso el artículo que se somete a análisis, resulta

conveniente hacer referencia al contenido de los artículos 122, 436, 437,

438 y 441 del Código de Justicia Militar.

Del contenido del artículo 122 (…).

Asimismo, el artículo 436 (…).

Por su parte, el artículo 437 (…).

Por último el artículo 441 (…).

Ahora bien, tratándose de los delitos del fuero militar, el requisito de

exigir garantía por el monto estimado de la reparación del daño, a efecto de

que el inculpado obtenga su libertad provisional bajo caución, fue

introducido por el legislador mediante decreto de reformas publicadas en el

Diario Oficial de la Federación el veintidós de julio de mil novecientos

noventa y cuatro (…)

Fue a partir de la reforma de referencia que el legislador estableció la

posibilidad de que el inculpado obtuviera el beneficio de la libertad

provisional, pese a que la pena correspondiente al delito imputado rebasara

el término medio aritmético de cinco años, pero condicionado dicho

beneficio al otorgamiento de una caución por el monto estimado del daño o

las sanciones pecuniarias que pudieran imponérsele, dado que se eliminó

la prohibición expresa que en ese entonces contenía el artículo 799 del

Código de Justicia Militar, en el sentido de que no procedía la libertad bajo

caución tratándose de delitos del fuero militar, cuando la pena a imponer

rebasara el término medio aritmético de cinco años.

Así, se podría pensar que la reforma al artículo 799 del Código de

Justicia Militar, tenía un efecto positivo respecto de la garantía de libertad

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

36

provisional bajo caución, ya que permitiría gozar de ésta a quienes se les

imputaran delitos del fuero militar cuya punibilidad tuviera un término medio

aritmético superior a los cinco años.

Es de señalarse, que de la exposición de motivos del decreto de

reformas, publicado en el Diario Oficial de la Federación del veintidós de

julio de mil novecientos noventa y cuatro, se colige que primordialmente la

reforma propuesta tuvo como propósito llevar a cabo la actualización del

Código de Justicia Militar para ajustar sus disposiciones a la propia reforma

constitucional, de manera similar a las modificaciones ya aprobadas en los

ordenamientos penales. En este sentido, cabe destacar que conforme a lo

dispuesto por el artículo 20 de la Constitución Política de los Estados

Unidos Mexicanos, se propuso precisar las reglas que estuviesen

encaminadas a otorgar la correspondiente seguridad jurídica a los

inculpados en el fuero militar, para que inmediatamente se haga saber al

inculpado, durante el periodo de la averiguación previa todos los derechos

que la propia Constitución le otorga, y se refiere principalmente: a que no se

le obligara a declarar, a contar con una defensa adecuada y que su

defensor comparezca en todos los actos del juicio, inclusive durante la

averiguación previa; así como a que se le reciban las pruebas que ofrezca y

se le concediera inmediatamente que lo solicite el beneficio de la libertad

provisional bajo caución, si procediera.

En el mismo documento de la exposición de motivos correspondiente

a la iniciativa del Poder Ejecutivo Federal, se destacó que, un aspecto

importante de la iniciativa, residía precisamente en las disposiciones que

determinan el otorgamiento de la libertad provisional bajo caución, la que se

propuso declarar procedente siempre que lo solicitase el inculpado, previa

garantía del monto estimado para la reparación del daño y siempre que no

se tratara de delitos considerados como graves; al efecto, se establecieron

diversos tipos penales que por sus características se estimó debían ser

considerados delitos graves en el fuero militar.

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

37

Estas normas, según quedó visto, presentan un conflicto entre sus

presupuestos; conflicto que, a juicio de esta Primera Sala debe resolverse

atendiendo a la solución que más sea conforme con el régimen

constitucional, medida que ya se ha adoptado por esta Sala al resolver

asuntos precedentes.

III. Solución del conflicto

En efecto, el conflicto planteado entre las normas relativas del Código

de Justicia Militar, debe resolverse tomando en consideración lo que la

Norma Constitucional prevé sobre el tema de la reparación del daño, por lo

que resulta necesario atender al referido artículo 20 constitucional, en su

apartado B, el cual fue adicionado, como se dijo, en septiembre de dos mil

(es decir, con posterioridad a la reforma del artículo 799 del Código de

Justicia Militar realizada el veintidós de julio de mil novecientos noventa y

cuatro) y, que tuvo como propósito elevar a la categoría de rango

constitucional la protección de los derechos de la víctima u ofendido del

delito junto con los del inculpado, destacando que en la fracción IV del

adicionado apartado B se establece expresamente como un derecho

fundamental de la víctima el que se le repare el daño, por lo que establece,

cuando proceda, la obligación para el Ministerio Público de solicitar la

reparación del daño y que el juzgador no podrá absolver al sentenciado de

dicha reparación si ha emitido una sentencia condenatoria.

Lo cual debe concatenarse con lo que establece la fracción I del

apartado A, que señala que se otorgará el beneficio de la libertad

provisional bajo caución a todo inculpado, siempre y cuando no se trate de

delito grave; que en caso de delitos no graves, ese beneficio se restringirá

cuando el Ministerio Público lo solicite en razón a los antecedentes penales

del inculpado, debiendo aportar pruebas con el objeto de evidenciar que su

libertad representa un riesgo para el ofendido o para la sociedad; que para

fijar la forma y monto de la caución el juzgador deberá tomar en

consideración la naturaleza, modalidades y circunstancias del delito, las

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

38

características del inculpado, la posibilidad de cumplimiento de las

obligaciones procesales a su cargo, los daños y perjuicios causados al

ofendido, así como la sanción pecuniaria, que en su caso pueda imponerse

al inculpado; y que se podrá modificar el monto de la caución en

circunstancias que la ley determine.

Dicho precepto, en la parte conducente dispone:

‘Artículo 20. En todo proceso de orden penal, el inculpado, la víctima

o el ofendido, tendrán las siguientes garantías:

A. Del inculpado:

I. Inmediatamente que lo solicite (…).

(Adicionado, D.O.F. 21 de septiembre de 2000)

B. De la víctima o del ofendido: (…)

IV. Que se le repare el daño (…)’

De lo anterior se colige que, habiéndose emitido sentencia

condenatoria en contra del sujeto activo de un delito, el Juez del

conocimiento está jurídicamente imposibilitado para absolverlo de la

reparación del daño, prevención que además el legislador federal elevó a

rango constitucional.

Aunado a lo recién destacado, debe tomarse en cuenta que

tratándose del Código de Justicia Militar el requisito de exigir garantía por el

monto estimado de la reparación del daño a efecto de que el inculpado

obtenga su libertad provisional, tuvo el propósito, como se advierte de la

exposición de motivos de la reforma en comento, llevar a cabo la

actualización del Código de Justicia Militar para ajustar sus disposiciones a

la propia reforma constitucional, de manera similar a las modificaciones ya

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

39

aprobadas en los ordenamientos penales. En este sentido, conforme a lo

dispuesto por el artículo 20 de la Constitución Política de los Estados

Unidos Mexicanos, se propuso precisar las reglas que estuviesen

encaminadas a otorgar la correspondiente seguridad jurídica a los

inculpados en el fuero militar, para que entre otras cosas, se le concediera

inmediatamente que lo solicitara el beneficio de la libertad provisional bajo

caución, si procediera para lo que se establecieron diversos tipos penales

que por sus características se estimó debían ser considerados como

graves.

En efecto, la finalidad principal de esa reforma fue la adecuación de

esa ley a lo dispuesto en el artículo 20, apartado A, fracción I,

constitucional, para entonces establecer que la garantía por concepto de

reparación del daño es un requisito que debe colmarse para conceder la

libertad caucional (derecho procesal constitucional) a quienes estén sujetos

a proceso, que a su vez garantiza el derecho (sustantivo) de la parte

ofendida a ser resarcido de los daños ocasionados por la comisión de un

ilícito.

Así entonces, resulta inconcuso que acorde con las disposiciones

constitucionales y legales aplicables, el monto que se fije para poder gozar

del beneficio de libertad caucional, necesariamente deberá comprender el

monto estimado de la reparación del daño. Esto, sin que resulte obstáculo

lo que dispone el artículo 436 del Código de Justicia Militar, el cual si bien

no soslaya la reparación del daño, remite su ejecución a otra vía; toda vez

que, la Constitución Federal señala expresamente en la fracción IV del

apartado B del artículo 20 constitucional, que el juzgador no podrá absolver

al sentenciado de dicha reparación si ha emitido una sentencia

condenatoria…”.

Ejecutoria de la que derivó la jurisprudencia, en materia penal,

visible en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Libro

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

40

VII, Abril de dos mil doce, Tomo 1, número 1a./J.13/2012 (10a.),

página seiscientos diez, de rubro y texto siguientes:

“LIBERTAD PROVISIONAL BAJO CAUCIÓN. TRATÁNDOSE DE DELITOS PREVISTOS EN EL CÓDIGO DE JUSTICIA MILITAR, EL MONTO DE LA REPARACIÓN DEL DAÑO DEBE INCLUIRSE EN LA GARANTÍA QUE SE FIJE PARA SU OTORGAMIENTO. El artículo 799 del mencionado código, reformado mediante Decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación el 22 de julio de 1994, establece que para conceder el beneficio de la libertad provisional, excepto tratándose de los delitos graves, el monto de la caución que fije la autoridad judicial comprenderá la reparación del daño y las sanciones pecuniarias que en su caso puedan imponérsele; lo cual, como se puede advertir de la exposición de motivos de la reforma de referencia, fue llevada a cabo con el propósito de ajustar las disposiciones del Código de Justicia Militar a lo dispuesto en el artículo 20, fracción I, de su apartado A. Asimismo, en la fracción IV, del apartado B, del artículo 20 constitucional, se establece expresamente como un derecho fundamental de la víctima el que se le repare el daño, por lo que establece, cuando proceda, la obligación para el Ministerio Público de solicitar la reparación del daño y que el juzgador no podrá absolver al sentenciado de dicha reparación si ha emitido una sentencia condenatoria. Así entonces, acorde con las disposiciones constitucionales y legales aplicables, el monto que se fije para poder gozar del beneficio de libertad caucional, necesariamente deberá comprender el monto estimado de la reparación del daño. Esto, sin que resulte obstáculo a lo anterior lo que dispone el artículo 436 del Código de Justicia Militar, que si bien no soslaya la reparación del daño, remite a otra vía para hacerla efectiva; toda vez que debe atenderse a lo que establece la Norma Fundamental, que precisa que el juzgador no podrá absolver al sentenciado de dicha reparación si ha emitido una sentencia condenatoria.”.

En ese orden de ideas, resultan infundados los argumentos que

planteó el recurrente en el agravio que se sintetizó bajo el inciso a), en

el sentido que los derechos de carácter económicos de la víctima, no

podían estar por encima de la libertad humana, por ser este un

derecho sustantivo, y porque el derecho a la reparación del daño se

actualizaba hasta el dictado de la sentencia definitiva, en la que se

determinaba la plena responsabilidad penal del inculpado.

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

41

En efecto, como se estableció en el precedente de referencia, la

privación de la libertad de una persona con motivo de la comisión de

un ilícito, tiene sustento el artículo 18 constitucional, que legitima la

prisión preventiva para el caso de los delitos que tengan asignada una

pena restrictiva de la libertad; ello, en aras de asegurar, entre otros

aspectos, el adecuado desarrollo del correspondiente proceso penal y

la ejecución de las penas que en su caso pudieran imponerse, así

como evitar daños al ofendido y a la sociedad, además de impedir que

el sujeto se evada de la acción de la justicia.

Sin embargo, frente a la prisión preventiva, se establece a favor

del inculpado, en términos del artículo 20, Apartado A, fracción I, de la

Constitución Federal, anterior a su reforma de dieciocho de junio de

dos mil ocho, el derecho fundamental a la libertad provisional bajo

caución, a efecto de que, por una parte, no siga privado de su libertad,

tratándose de delitos que no se consideren por la ley como graves, ya

que con ello se hace prevalecer su estatus de inocente, al no pesar

aún en su contra una sentencia definitiva que lo declare como

penalmente responsable del correspondiente ilícito; y por otra parte,

se cumple esencialmente con los fines que le corresponden a la

prisión preventiva, pues pese a que el inculpado enfrenta en libertad

su proceso, se asegura ante el órgano jurisdiccional que conozca del

asunto, a través de la respectiva caución que se otorgue, el adecuado

desarrollo del mismo y la ejecución de las penas que en su caso

pudieran imponerse, además de que se propende a evitar daños al

ofendido y a la sociedad, y se impide que el inculpado se evada de la

acción de la justicia.

Al tenor de esos lineamientos, claramente se aprecia que la

propuesta que hace el recurrente en el agravio en estudio, parte de

una premisa falsa. Pues si bien es cierto que la libertad personal es un

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

42

derecho sustantivo tutelado constitucional y convencionalmente; sin

embargo, no menos cierto es que, en el caso del quejoso, se soslaya

que su libertad se encuentra afectada en los términos que lo permite

el artículo 18 constitucional, por la prisión preventiva que se decretó

en su contra con motivo de la comisión de un ilícito; concretamente, el

de Defraudación fiscal equiparable, previsto en el artículo 109,

fracción V, del Código Fiscal de la Federación.

Por tanto, la libertad personal del quejoso no puede ser

comparada, en los términos que lo propone el recurrente, a través de

un ejercicio de ponderación vis a vis, con los derechos económicos

del ofendido o la víctima del delito.

En realidad, el planteamiento correcto del problema, atiende a la

tensión que se genera entre el derecho a la libertad provisional bajo

caución de que goza el quejoso, y el derecho a la reparación del daño

que le corresponde al ofendido o la víctima del delito.

Así, ante la comisión de un ilícito que amerita pena privativa de

libertad y que no es clasificado por la ley como grave, la garantía del

pago de la reparación del daño a favor del ofendido o la víctima del

delito, más que una contraposición u obstáculo al derecho a la libertad

personal de un inculpado, es un factor que la determina, ya que

implica uno de los requisitos constitucionales que permiten el goce y

ejercicio del derecho fundamental a la libertad provisional bajo

caución.

Consecuentemente, no existe prevalencia alguna entre el

derecho de los inculpados a la libertad provisional bajo caución y el

derecho del ofendido o la víctima del delito al pago de la reparación

del daño; sino que deben ser interpretados de forma armónica y

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

43

equilibrada, precisamente a través del principio constitucional de la

asequibilidad de caución, a efecto de que el imputado, de acuerdo con

su capacidad económica pueda acceder al correspondiente beneficio,

pero sin que se soslaye el derecho al pago de la reparación del daño

que le corresponde a quien resintió la correspondiente conducta

delictiva. Principio que será desarrollado con mayor amplitud en parte

posterior de la presente ejecutoria.

También resultan infundados los argumentos de agravio que se

sintetizaron bajo el inciso b), en los que el recurrente afirmó,

esencialmente, que la fijación de un monto para asegurar el pago de

la reparación del daño, sobre la base de las pruebas aportadas por el

Ministerio Público, a efecto de gozar de la libertad provisional bajo

caución, viola el principio de presunción de inocencia en su vertiente

de trato procesal, al darle al quejoso un trato de culpable sin que

medie una sentencia definitiva, pues se actúa como si ya se hubiera

demostrado la existencia de un quebranto al fisco.

Esto es, en los términos que se puntualizó en el precedente de

referencia, la naturaleza jurídica del derecho fundamental a la libertad

provisional bajo caución, no es otra que la de una medida cautelar; y

por tanto, su goce y ejercicio está condicionado al cumplimiento de los

correspondientes requisitos, que en el caso son impuestos por el

propio artículo 20, Apartado A, fracción I, y que implican la garantía

pecuniaria de los siguientes rubros:

1. Las obligaciones que se adquieran con motivo del proceso;

2. El pago de los daños y perjuicios ocasionados al ofendido; y,

3. El pago de sanción pecuniaria que pudiera imponerse.

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

44

En ese orden de ideas, cuando el inculpado se acoge al derecho

fundamental a la libertad provisional bajo caución, el órgano

jurisdiccional debe otorgarla inmediatamente; pero para ello, debe fijar

las condiciones constitucionales y legales que procedan, entre ellas,

como antes quedó precisado, la garantía del monto estimado de la

reparación del daño.

Y al respecto, no puede soslayarse que en decreto publicado en

el Diario Oficial de la Federación, de veintiuno de septiembre del año

dos mil, se adicionó al artículo 20 de la Constitución Federal, un

Apartado “B”, con el propósito de elevar a rango constitucional, la

protección de los derechos de víctima u ofendido del delito; siendo

que en su fracción IV, se estableció como derecho fundamental para

los mismos, el que se les repare el daño causado por el delito, ya que

se determinó: “En los casos en que sea procedente, el Ministerio

Público estará obligado a solicitar la reparación del daño y el juzgador

no podrá absolver al sentenciado de dicha reparación si ha emitido

una sentencia condenatoria”.

Además, de conformidad con los artículos 29, 30, 31, 31 bis, 34

y 35 del Código Penal Federal3, la reparación del daño comprende, la

3 “Artículo 29. La sanción pecuniaria comprende la multa y la reparación del daño. - - - La multa consiste en

el pago de una cantidad de dinero al Estado, que se fijará por días multa, los cuales no podrán exceder de mil,

salvo los casos que la propia ley señale. El día multa equivale a la percepción neta diaria del sentenciado en

el momento de consumar el delito, tomando en cuenta todos sus ingresos. - - - Para los efectos de este

Código, el límite inferior del día multa será el equivalente al salario mínimo diario vigente en el lugar donde

se consumó el delito. Por lo que toca al delito continuado, se atenderá al salario mínimo vigente en el

momento consumativo de la última conducta. Para el permanente, se considerará el salario mínimo en vigor

en el momento en que cesó la consumación. - - - Cuando se acredite que el sentenciado no puede pagar la

multa o solamente puede cubrir parte de ella, la autoridad judicial podrá sustituirla, total o parcialmente, por

prestación del trabajo en favor de la comunidad. - - - Cada jornada de trabajo saldará un día multa. Cuando

no sea posible o conveniente la sustitución de la multa por la prestación de servicios, la autoridad judicial

podrá colocar al sentenciado en libertad bajo vigilancia, que no excederá del número de días multa

sustituidos. - - - Si el sentenciado se negare sin causa justificada a cubrir el importe de la multa, el Estado la

exigirá mediante el procedimiento económico coactivo. - - - En cualquier tiempo podrá cubrirse el importe de

la multa, descontándose de ésta la parte proporcional a las jornadas de trabajo prestado en favor de la

comunidad, o al tiempo de prisión que el reo hubiere cumplido tratándose de la multa sustitutiva de la pena

privativa de libertad, caso en el cual la equivalencia será a razón de un día multa por un día de prisión.”

“Artículo 30. La reparación del daño debe ser integral, adecuada, eficaz, efectiva, proporcional a la gravedad

del daño causado y a la afectación sufrida, comprenderá cuando menos: - - - I. La restitución de la cosa

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

45

restitución de la cosa obtenida por el delito, y si no es posible, el pago

del precio de la misma, la indemnización del daño material y moral

causado, así como el resarcimiento de los perjuicios ocasionados.

obtenida por el delito y si no fuere posible, el pago del precio de la misma, a su valor actualizado; - - - II. La

indemnización del daño material y moral causado, incluyendo la atención médica y psicológica, de los

servicios sociales y de rehabilitación o tratamientos curativos necesarios para la recuperación de la salud, que

hubiere requerido o requiera la víctima, como consecuencia del delito. En los casos de delitos contra el libre

desarrollo de la personalidad, la libertad y el normal desarrollo psicosexual y en su salud mental, así como de

violencia familiar, además comprenderá el pago de los tratamientos psicoterapéuticos que sean necesarios

para la víctima; - - - III. El resarcimiento de los perjuicios ocasionados; - - - IV. El pago de la pérdida de

ingreso económico y lucro cesante, para ello se tomará como base el salario que en el momento de sufrir el

delito tenía la víctima y en caso de no contar con esa información, será conforme al salario mínimo vigente

en el lugar en que ocurra el hecho; - - - V. El costo de la pérdida de oportunidades, en particular el empleo,

educación y prestaciones sociales, acorde a sus circunstancias; - - - VI. La declaración que restablezca la

dignidad y reputación de la víctima, a través de medios electrónicos o escritos; - - - VII. La disculpa pública,

la aceptación de responsabilidad, así como la garantía de no repetición, cuando el delito se cometa por

servidores públicos. - - - Los medios para la rehabilitación deben ser lo más completos posible, y deberán

permitir a la víctima participar de forma plena en la vida pública, privada y social.”

“Artículo 30 bis. Tienen derecho a la reparación del daño en el siguiente orden: 1o. El ofendido; 2o. En caso

de fallecimiento del ofendido, el cónyuge supérstite o el concubinario o concubina, y los hijos menores de

edad; a falta de éstos los demás descendientes y ascendientes que dependieran económicamente de él al

momento del fallecimiento.”

“Artículo 31. La reparación será fijada por los jueces, según el daño que sea preciso reparar, con base en las

pruebas obtenidas en el proceso y la afectación causada a la víctima u ofendido del delito. - - - Para los casos

de reparación del daño causado con motivo de delitos por imprudencia, el Ejecutivo de la Unión

reglamentará, sin perjuicio de la resolución que se dicte por la autoridad judicial, la forma en que,

administrativamente, deba garantizarse mediante seguro especial dicha reparación.”

“Artículo 31 bis. En todo proceso penal, el Ministerio Público estará obligado a solicitar, de oficio, la

condena en lo relativo a la reparación del daño y el juez está obligado a resolver lo conducente. - - - El

incumplimiento de esta disposición se sancionara conforme a lo dispuesto por la fracción VII y el párrafo

segundo del artículo 225 de este Código.

En todo momento, la víctima deberá estar informada sobre la reparación del daño.”

“Artículo 34. La reparación del daño proveniente de delito que deba ser hecha por el delincuente tiene el

carácter de pena pública y se exigirá de oficio por el Ministerio Público. El ofendido o sus derechohabientes

podrán aportar al Ministerio Público o al juez en su caso, los datos y pruebas que tengan para demostrar la

procedencia y monto de dicha reparación, en los términos que prevenga el Código de Procedimientos

Penales. - - - El incumplimiento por parte de las autoridades de la obligación a que se refiere el párrafo

anterior, será sancionado con multa de treinta a cuarenta días de salario mínimo. - - - Cuando dicha

reparación deba exigirse a tercero, tendrá el carácter de responsabilidad civil y se tramitará en forma de

incidente, en los términos que fije el propio Código de Procedimientos Penales. - - - Quien se considere con

derecho a la reparación del daño, que no pueda obtener ante el juez penal, en virtud de no ejercicio de la

acción por parte del Ministerio Público, sobreseimiento o sentencia absolutoria, podrá recurrir a la vía civil

en los términos de la legislación correspondiente.”

“Artículo 35. El importe de la sanción pecuniaria se distribuirá: entre el Estado y la parte ofendida; al

primero se aplicará el importe de la multa, y a la segunda el de la reparación. - - - Si no se logra hacer

efectivo todo el importe de la sanción pecuniaria, se cubrirá de preferencia la reparación del daño, y en su

caso, a prorrata entre los ofendidos. - - - Si la parte ofendida renunciare a la reparación, el importe de ésta se

aplicará al Estado. - - - Los depósitos que garanticen la libertad caucional se aplicarán como pago preventivo

a la reparación del daño cuando el inculpado se substraiga a la acción de la justicia. - - - Al mandarse hacer

efectivos tales depósitos, se prevendrá a la autoridad ejecutora que conserve su importe a disposición del

tribunal, para que se haga su aplicación conforme a lo dispuesto en los párrafos anteriores de este artículo.”

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

46

Así, en el contexto de los numerales constitucionales y penales

de referencia, se tiene que la reparación del daño será fijada por los

jueces, según el daño que sea preciso reparar, de acuerdo con las

pruebas obtenidas en el proceso; además, la reparación del daño

proveniente de un delito que deba ser hecha por el delincuente, tiene

el carácter de pena pública, por lo que el Ministerio Público está

obligado a solicitar su condena y el Juez a resolver lo conducente; el

importe de la sanción pecuniaria se distribuirá entre el Estado y la

parte ofendida, al primero le corresponde el importe de la multa y al

segundo el de la reparación del daño; se cubrirá de preferencia la

reparación del daño; y los depósitos que garanticen la libertad

provisional, se aplicarán como pago preventivo a la reparación del

daño, cuando el inculpado se sustraiga de la acción de la justicia.

Por tanto, es claro que la garantía que se exige para los efectos

de la reparación del daño, no puede desvincularse de los daños y

prejuicios ocasionados a la parte ofendida con motivo del delito

cometido, ya que son éstos precisamente los que serán resarcidos

con la condena correspondiente. De esta manera, si la reparación del

daño proveniente de un delito tiene el carácter de pena pública, y se

exige de oficio por el Ministerio Público; entonces, en todo proceso

penal, la garantía que se fije al inculpado por el monto estimado de la

reparación del daño, a efecto de que obtenga su libertad provisional,

tiene el propósito de proteger o salvaguardar los derechos de la parte

ofendida, y por tanto, válidamente puede exigirse para que en el

supuesto de una eventual condena, el Juez pueda decidir sobre el

resarcimiento de los daños o perjuicios ocasionados.

En ese orden de ideas, la garantía que se fija por la reparación

del daño, tiene como objetivo que se puedan reparar los daños y

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

47

perjuicios que resintió el ofendido o la víctima del delito, y que en su

caso serán objeto de condena en la sentencia correspondiente.

De esta manera, si bien es cierto que la determinación de la

reparación del daño con el carácter de pena, efectivamente es propia

de la respectiva sentencia de condena que se dicte; sin embargo,

también es cierto que la ponderación de las pruebas que obren en la

causa penal, es la base que permite establecer el quantum del monto

que se debe reparar, y sobre la misma base convictiva, se fija la

garantía por concepto de la reparación del daño, a efecto de gozar del

beneficio de la libertad provisional bajo caución. Así, adversamente a

lo que consideró el recurrente, no se trata de una pena anticipada que

contravenga el principio de presunción de inocencia; sino de la

garantía de la pena, para el caso de una eventual condena, fijada

sobre la base de las pruebas que obren en el expediente.

Por tanto, el derecho fundamental a la libertad provisional bajo

caución, lejos de contraponerse al principio de presunción de

inocencia, es propiamente una manifestación más del mismo, ya que

excepciona a la prisión preventiva y le permite al inculpado enfrentar

su proceso en libertad.

En ese orden de ideas, no puede estimarse como errónea la

afirmación que se hizo en la sentencia recurrida, en el sentido que la

la libertad provisional bajo caución busca lograr un equilibrio entre las

garantías de libertad y de audiencia, que llevan implícitas el principio

de presunción de inocencia y la prisión preventiva. Y en

consecuencia, resulta infundado el motivo de agravio que en sentido

contrario planteó el recurrente, y que fue sintetizado en el inciso d).

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

48

Incluso, así se desprende de la tesis aislada del Tribunal Pleno,

en materia penal, visible en el Semanario Judicial de la Federación y

su Gaceta, Tomo VII, Abril de mil novecientos noventa y ocho, número

P. XX/98, página ciento veinte, de rubro y texto siguientes:

“LIBERTAD PROVISIONAL BAJO CAUCIÓN. TIENE COMO PROPÓSITO ESTABLECER UN EQUILIBRIO ENTRE LAS GARANTÍAS DE LIBERTAD Y DE AUDIENCIA, EN RELACIÓN CON LA PRISIÓN PREVENTIVA. Sin menoscabo de los fines sociales de preservar el proceso, garantizar la ejecución de la pena y asegurar la integridad del ofendido y la tranquilidad social, y con el fin de obtener un equilibrio entre las citadas garantías y la prisión preventiva -que constituye una excepción justificable a las mismas, tratándose de los procesados por delitos sancionados con pena privativa de libertad-, el Poder Constituyente estableció la garantía de libertad provisional bajo caución, que se debe otorgar a toda persona que cumpla con los requisitos previstos en el artículo 20, fracción I, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.”

Amparo en revisión 1028/96. **********. 13 de enero de 1998. Unanimidad de diez votos. Ausente: Mariano Azuela Güitrón. Ponente: Humberto Román Palacios. Secretario: Manuel Rojas Fonseca.

Así como de la tesis aislada de esta Primera Sala, en materia

constitucional, consultable en el Semanario Judicial de la Federación y

su Gaceta, Libro XI, Agosto de dos mil doce, Tomo 1, número 1a.

CXXXV/2012 (10a.), página: cuatrocientos noventa y tres, que

dispone:

“PRISIÓN PREVENTIVA. NO TRANSGREDE EL PRINCIPIO DE PRESUNCIÓN DE INOCENCIA. Conforme al artículo 29 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, adoptada en San José de Costa Rica el 22 de noviembre de 1969, no pueden suprimirse el goce y ejercicio de los derechos y libertades reconocidos en la propia convención o limitarlos en mayor medida que la prevista en ella. Ahora bien, la privación de la libertad de una persona en forma preventiva con arreglo a la ley y al procedimiento fijado para ello no constituye una transgresión al principio de presunción de inocencia, toda vez que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su texto anterior a la reforma publicada en el Diario Oficial de la Federación el 18 de junio de 2008, permite que se restrinja la

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49

libertad de una persona como medida cautelar, mediante un auto de formal prisión dictado por un delito que merezca pena de prisión; lo que es acorde con el artículo 7.2 de la referida Convención que dispone que nadie puede ser privado de su libertad física, salvo por las causas y en las condiciones fijadas de antemano por las Constituciones Políticas de los Estados Partes o por las leyes dictadas conforme a ellas, máxime que el detenido preventivamente no purga una pena anticipada.” Amparo en revisión 27/2012. 28 de marzo de 2012. Mayoría de cuatro votos. Disidente: José Ramón Cossío Díaz. Ponente: Guillermo I. Ortiz Mayagoitia. Secretario: Horacio Nicolás Ruiz Palma.

En diversa tesitura, con relación a los artículos 399 y 402 del

Código Federal de Procedimientos Penales, su constitucionalidad ha

sido sostenida por esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia

de la Nación, en diversos precedentes.

En efecto, al resolver el Amparo en Revisión 808/2015, por

unanimidad de cinco votos, en sesión de diez de febrero de dos mil

dieciséis, presentado bajo la Ponencia del Señor Ministro Arturo

Zaldívar Lelo de Larrea; en lo conducente, se estableció:

I. Contenido y alcance de los artículos 399 y 402 del Código Federal

de Procedimientos Penales.

En ese contexto, los artículos 399 y 402 del Código Federal de

Procedimientos Penales indican:

‘Artículo 399 (…).’

‘Artículo 402 (…)’

Del primero de dichos dispositivos se obtiene que el legislador federal

dotó de contenido adjetivo los requisitos para que todo inculpado goce del

derecho a la libertad provisional bajo caución a que se refiere el artículo 20,

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

50

apartado A, fracción I, Constitucional, anterior a la reforma de dieciocho de

junio de dos mil ocho, que proclama:

‘Artículo 20. En todo proceso de orden penal, el inculpado, la víctima

o el ofendido, tendrán las siguientes garantías:

A. Del inculpado:

I. Inmediatamente que lo solicite (…)’

Ejercicio legislativo que desplegó en concordancia con el texto

constitucional, en cuatro exigencias legales:

a) Una primera garantía para cubrir el monto de la reparación del

daño y que tiene un impacto cuantitativo en proporción a la naturaleza y

gravedad de la afectación sufrida por el sujeto pasivo del delito,

condicionada a las reglas que establecen las normas aplicables al

procedimiento penal federal, entre ellas, la Ley Federal del Trabajo.

b) Como segundo concepto, una garantía que se fije en relación con

las sanciones pecuniarias que podrían imponérsele, lo que también

constituye un factor cuantitativo en relación con esas penas que prevea la

norma que regula el delito materia del proceso.

c) En tercer lugar, una caución para asegurar las obligaciones

procesales del inculpado, situación de carácter cualitativo, porque se

traduce en distintos deberes a su cargo que inciden directa o paralelamente

en trámite del proceso, pero que son necesarios para su continuación.

d) Por último, una condición consistente en que la norma penal no

prevea como delito grave el que es materia del procesamiento.

Estas condiciones deben cumplirse en su totalidad, por lo que la falta

de alguna impedirá ejercer ese derecho en el proceso, a menos que por la

naturaleza del delito no sea procedente la reparación del daño o que el

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

51

artículo que regula la conducta no establezca como sanción la multa, de

manera que en determinados casos al fijar la caución relativa a gozar de la

libertad provisional, podrían no ser exigibles los requisitos marcados con los

incisos a) y b) arriba mencionados.

Referente al segundo numeral impugnado, define los aspectos

cualitativos que deben ser tomados en cuenta por la autoridad que fije la

caución relacionada con las obligaciones procesales del inculpado, que

son: sus antecedentes, la gravedad y circunstancias del delito, su interés en

sustraerse de la acción de la justicia, sus condiciones económicas y la

naturaleza de la garantía, podrá ser disminuida durante el procedimiento y

puede exhibirse en parcialidades, atendiendo a los recursos económicos

del implicado.

Asimismo, vierte en forma complementaria al artículo 399 en comento

como una modalidad de la asequibilidad de las garantías relacionadas con

la reparación del daño, sanciones pecuniarias y obligaciones procesales, en

el sentido de que éstas pueden exhibirse en depósito en efectivo, fianza,

prenda, hipoteca o fideicomiso formalmente constituido.

II. Examen constitucional de la sentencia recurrida en torno al

reclamo de inconstitucionalidad de los preceptos adjetivos invocados y los

agravios formulados.

Los agravios expuestos por el revisionista se sintetizan en los

siguientes puntos:

(a) Que el a quo realizó un estudio parcial y limitado de los conceptos

de violación (…).

Como fácilmente puede inferirse de la simple lectura de los agravios,

el tópico de constitucionalidad que deberá ser resuelto por esta Suprema

Corte de Justicia de la Nación, estriba en la constitucionalidad de los

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

52

artículos 399 y 402 del Código Federal de Procedimientos Penales, a la luz

de la interpretación del artículo 20, apartado A, fracción I, Constitucional, en

su texto previo a la reforma de dieciocho de junio de dos mil ocho,

específicamente por lo que respecta al concepto asequibilidad en la fijación

del monto y la forma de las garantías para gozar del derecho a la libertad

provisional bajo caución.

Sentado lo anterior y atendiendo al contenido de los artículos 399 y

402 del Código Federal de Procedimientos Penales impugnados por el

quejoso y que fueron analizados líneas atrás, así como a los argumentos

estructurados por el Juez de Distrito en la sentencia recurrida como

respuesta a los distintos planteamientos del quejoso en su demanda de

amparo y también en consideración a los agravios marcados con los incisos

(a), (b) y (c), se llega al convencimiento de que dicha sentencia no es del

todo correcta, aunque ello no es suficiente para revocar esa determinación,

en virtud de que esta Suprema Corte de Justicia de la Nación en su calidad

de tribunal revisor, con apoyo en el artículo 93 de la Ley de Amparo,

reasumirá jurisdicción para brindar una respuesta adecuada a los

conceptos de violación, en relación con los agravios hechos valer.

Lo anterior, debido a que en la demanda de amparo, el quejoso

reclamó que las normas adjetivas impugnadas violentan el principio de

asequibilidad a que se refiere el artículo 20, apartado A, fracción I,

Constitucional, en cuanto al monto y la forma en que deben exhibirse las

garantías para gozar del derecho a la libertad provisional bajo caución, ya

que no prevén que la reparación del daño deba realizarse atendiendo a las

posibilidades económicas del inculpado. Planteamiento que el juzgado de

amparo estimó infundado, bajo el argumento de que la asequibilidad a que

se refiere el artículo constitucional mencionado se refiere a la forma en que

pueden exhibirse los montos fijados para obtener la libertad provisional bajo

caución.

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

53

Dicho tratamiento, no es compatible con la doctrina que ha

desplegado esta Primera Sala, al resolver el Amparo en Revisión 105/2013,

en que se hicieron las siguientes precisiones en cuanto al principio de

asequibilidad que deriva del artículo 20, apartado A, fracción I,

Constitucional, para que el inculpado acceda al beneficio de la libertad

provisional bajo caución:

El vocablo ‘asequible’ deriva del aforisma latino adsequor o assequor

que significa ‘seguir hasta llegar a algo’, es decir, alcanzar. De esta forma,

asequible significa ‘lo que puede ser conseguido o alcanzado.’ Como

sinónimos normativos del concepto constitucional “asequible”, podemos

destacar a los vocablos alcanzable y accesible, o bien, que se tenga la

manera de poder obtenerlo, esto es, que algo esté al alcance personal.

Luego, de la simple lectura del artículo 20, apartado A, fracción I,

párrafo segundo, Constitucional, claramente se advierte que la

asequibilidad debe ser entendida como un principio o criterio rector de la

función jurisdiccional, por cuanto se refiere a la concesión y

condicionamientos del tantas veces citado derecho fundamental a la

libertad provisional bajo caución. En otras palabras, debe entenderse como

un mecanismo jurídico tendente a maximizar el espectro jurídico de dicha

prerrogativa constitucional, el cual, dicho sea de paso, por disposición

expresa de ese mismo precepto, empero, en su último párrafo, debe ser

igualmente observable durante la fase procedimental de averiguación

previa, toda vez que durante dicho estadio procedimental es igualmente

susceptible de ser otorgado.

Ahora bien, tal y como se precisó con antelación, el principio de

asequibilidad desde una perspectiva lato sensu, no sólo rige o incide en la

cuantificación del monto para hacer procedente el aludido beneficio

intraprocesal, sino que también incide en otras facetas del mismo.

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

54

En efecto, derivado de una amplia exégesis realizada en la expresión

normativa: ‘El monto y la forma de caución que se fije, deberán ser

asequibles para el inculpado […]’, esta Primera Sala de la Suprema Corte

de Justicia de la Nación determina que el denominado principio de

asequibilidad en el desempeño de la función jurisdiccional –o ministerial

según corresponda— representa una pauta o criterio de valoración a fin de

decidir en torno a los siguientes aspectos:

(I) PROCEDENCIA O NO DE LA LIBERTAD PROVISIONAL BAJO

CAUCIÓN.

En este punto, la asequibilidad es entendida normativamente como

accesibilidad o factibilidad de alcanzar el citado intraprocesal, debe

representar una pauta o criterio valorativo para el juez, a fin de procurar la

concesión del pluricitado beneficio en favor de todo gobernado, cuando éste

resulte procedente conforme a los requisitos y condiciones constitucional y

legalmente establecidos.

En estos casos, la asequibilidad cobra mayor relevancia en

tratándose de los supuestos en que exista oposición fundada por parte de

la institución del Ministerio Público a la concesión de la citada prerrogativa

constitucional, lo cual, indefectiblemente obliga al órgano jurisdiccional a ser

sumamente analítico y cuidadoso con respecto a los argumentos y medios

de prueba aportados por dicha parte acusadora, a fin de justificar el riesgo

que conllevaría la eventual concesión de dicha medida de política criminal.

(II) DETERMINACIÓN DE LOS RUBROS O ENTIDADES

OBJETIVAS QUE NECESARIAMENTE DEBERÁN SER MATERIA DE

GARANTÍA O CAUCIÓN A FIN DE ASEGURAR LA VINCULACIÓN DEL

IMPUTADO AL PROCESO PENAL DE ORIGEN.

Deviene inconcuso que el principio de asequibilidad estriba en que

tanto la autoridad ministerial como jurisdiccional, según sea el caso, ante la

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

55

petición formulada por el gobernado con respecto a la concesión de la

libertad provisional, deberán realizar un análisis amplio e integral tanto de

las circunstancias de comisión del hecho delictivo provisionalmente

atribuido al imputado, así como de las personales del inculpado para

determinar la exigibilidad o no de cada uno de los rubros que legalmente

son susceptibles de garantía: (i) posible sanción pecuniaria, (ii) obligaciones

procesales; (iii) reparación del daño, para establecer cuál o cuáles de éstos

deberán ser exigidos al imputado en cada supuesto, a fin de asegurar que

éste no se evada de la acción de la justicia.

Sobre este punto es necesario destacar que la garantía de la

reparación del daño en favor de la víctima u ofendido del delito es un

requisito indispensable para el otorgamiento del derecho fundamental en

comento. Ello es así, en virtud de que para aquellos delitos con efectos

económicos en los que el probable autor obtiene un beneficio o causa un

daño patrimonial, la imposición de dicho rubro —reparación del daño—

cumple con un objetivo de equidad procesal, ya que de igual manera, en

acatamiento a la normativa constitucional, se busca tutelar los intereses de

un sector históricamente desprotegido, como lo es el de las víctimas u

ofendidos por el delito.

De ahí que aún y cuando en favor del imputado prive el principio de

asequibilidad, su concepto no tiene el alcance jurídico de prescindir de la

garantía de reparación del daño en favor de la víctima u ofendido, como

uno de los rubros necesarios a fin de otorgar en cada caso concreto el

beneficio de la libertad provisional.

En estos casos, el principio de asequibilidad será respetado cuando

el juzgador, después de hacer un análisis exhaustivo y riguroso del

expediente sometido a su potestad decisora, advierta si para ese momento

procesal cuenta o no con suficientes medios de convicción que objetiva y

provisionalmente justifiquen la existencia de un perjuicio o detrimento

patrimonial en perjuicio de la víctima u ofendido que amerite ser caucionado

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

56

para efectos de que el imputado acceda a la prerrogativa fundamental en

mención.

Asimismo, el precedente analizó el contenido del artículo 399 del

Código Federal de Procedimientos Penales, al ser aplicable en aquél

asunto, para señalar que dicho precepto establece las tres garantías

precisadas –monto de la reparación del daño, sanciones pecuniarias y

cumplimiento de las obligaciones procesales–, y concluyó que cada una de

esas garantías que el legislador ordinario exige al inculpado como condición

para que obtenga el beneficio de la libertad provisional, encuentran

sustento expreso en lo dispuesto por el tantas veces citado artículo 20,

apartado A, fracción I, de la Constitución Federal, que de manera análoga

regula los elementos que debe tomarse en cuenta para resolver sobre la

forma y monto de la caución, a saber:

a. La naturaleza, modalidades y circunstancias del delito.

b. Las características del inculpado y la posibilidad de

cumplimiento de las obligaciones procesales a su cargo.

c. Los daños y perjuicios causados al ofendido.

d. La sanción pecuniaria que en su caso, pueda imponerse al

inculpado.

(III) CUANTIFICACIÓN DE CADA UNO DE ELLOS, PASANDO POR

LA DETERMINACIÓN DE LAS FORMAS O MECANISMOS PARA

GARANTIZARLOS (FIANZA, PRENDA HIPOTECA, DEPÓSITO).

En este ámbito es donde el concepto normativo asequibilidad

tradicionalmente adquiere una mayor dimensión, pues una vez que como

requisitos previos la autoridad jurisdiccional ha determinado en el caso

concreto la procedencia del beneficio de la libertad provisional bajo caución,

y una vez que ha seleccionado el o los rubros necesarios que deberán ser

garantizados por el imputado, lógico y jurídico resulta que proceda a la

cuantificación de los mismos, tomando como eje rector los siguientes

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

57

aspectos: i) las circunstancias exteriores de ejecución del delito; ii) las

circunstancias personales del imputado; y iii) la condición de víctima u

ofendido de los sujetos pasivos. Todo ello, en aras de garantizar un

principio de asequibilidad y de equidad procesal en la determinación del

quantum que el imputado deberá caucionar en cada rubro determinado.

Se explica.

Por cuanto se refiere a (i) las circunstancias exteriores de ejecución

del delito atribuido a título de probable responsabilidad al imputado, su

adecuada ponderación será determinante para fijar, principalmente, la

garantía de las obligaciones procesales a cargo del imputado, así como lo

relativo a la garantía de la posible sanción pecuniaria. La asequibilidad en

estos casos, consistirá en el hecho de que la autoridad ministerial o

jurisdiccional, deberá fijar el quantum de las respectivas cauciones, basado

en un estudio proporcional y equilibrado entre el hecho delictivo

presuntamente cometido y la garantía que se estime necesaria para

vincular al imputado al proceso incoado en su contra; esto es, la

asequibilidad consistirá en establecer un monto que inhiba la evasión de la

acción de la justicia por parte del imputado, acorde con la apreciación

objetiva de las circunstancias de ejecución del mismo, lo que a la vez

deberá permitir la fijación del quantum legal que permita un real y efectivo

acceso al beneficio.

En lo relativo a las (ii) circunstancias personales del imputado, éstas

detentan una mayor influencia por lo que respecta al rubro de obligaciones

procesales. En este caso, la observancia del principio de asequibilidad, no

sólo implica la ponderación de las circunstancias económicas del imputado

al momento en que solicita el beneficio intraprocesal aludido, las cuales,

necesariamente deberán de ser justipreciadas, sino que también hace

referencia a las circunstancias económicas de éste al momento de cometer

el evento delictivo materia del proceso, si es que éstas son objetivamente

determinables en autos.

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

58

En otras palabras, la asequibilidad en estos casos, implica la

realización de un juicio de valor de las circunstancias socio-económicas del

autor al momento de solicitar el beneficio procesal aludido; empero, no es

excluyente del análisis de éstas en la época de comisión del hecho

delictivo, las cuales, se reitera, en caso de ser objetivamente determinables,

en la medida de lo posible deberán ser ponderadas a fin de cuantificar el

monto de la eventual caución a imponer.

Desde luego que bajo el amplio rubro de circunstancias personales

del imputado, de igual manera podrán ser materia de valoración por parte

de la autoridad jurisdiccional, todos aquellos factores indicativos de que el

procesado en mayor o menor medida pueda sustraerse de la acción de la

justicia, tales como la edad, profesión, nivel de educación, lugar de

residencia del imputado, o bien, su estado de salud, entre muchos otros,

que siempre a la luz de cada caso concreto deberán ser justa y

prudentemente apreciados por la autoridad jurisdiccional, se insiste, a fin de

graduar/cuantificar el monto de las garantías exigidas. La asequibilidad

desde luego, implicará evitar que las cantidades exigidas puedan tornar

ilusorio o inalcanzable el citado beneficio, al no contar con un respaldo

objetivo y fehaciente en autos.

En lo relativo a (iii) la condición de víctima u ofendido de los sujetos

pasivos, debe decirse que para efectos de cuantificar el monto de la

eventual garantía a imponer, necesariamente deberá ser ponderado el

monto estimado de los daños y perjuicios causados, se reitera, que sean

objetivamente cuantificables en autos al momento de solicitar el beneficio

intraprocesal aludido, a fin de que éstos sean incluidos en el monto total de

la caución que fije el juzgador para garantizar la libertad provisional del

inculpado, pues de no ser así, la garantía podría resultar significativamente

menor al beneficio obtenido con el ilícito o a los daños y perjuicios

causados con su realización.

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

59

Así, el principio de asequibilidad por cuanto se refiere a la

cuantificación de las garantías que deberán ser exhibidas para obtener el

beneficio de la libertad provisional, no puede estimarse como una

excepción o un límite para los derechos de las víctimas del delito para ver

resarcidos a su favor, el daño o perjuicio que probablemente les fue

ocasionado con la comisión del evento delictivo, materia del proceso penal.

En este sentido, asequibilidad no es sinónimo de preferencia o

prevalencia de un derecho frente a otro —en el caso, del imputado frente a

los de la víctima—, sino que tal y como se precisó con antelación, debe

entenderse como un principio equilibrante que permita armonizar ambos

intereses contradictorios, por una parte, mediante la obtención de la libertad

provisional en favor del imputado y, por otra, mediante la garantía de los

perjuicios o daños probablemente causados con el actuar delictivo

desplegado.

Esto es, como principio equilibrante, la asequibilidad conlleva a que el

juzgador de instancia en cada caso deberá procurar en la medida de lo

posible, armonizar ambos intereses antagónicos, a fin de que el imputado

pueda acceder al beneficio que le está constitucionalmente reconocido —

libertad provisional— ponderando la capacidad económica del imputado;

empero, sin soslayar otro derecho también constitucionalmente reconocido

a favor de los sujetos pasivos del delito —reparación del daño— si es que

éste se encuentra objetiva y fehacientemente acreditado en autos.

Por cuanto se refiere a la determinación de las formas o mecanismos

para garantizar cada uno de los rubros exigidos, debe decirse que el

principio de asequibilidad implica el no limitar injustificadamente y en

perjuicio del solicitante del beneficio de la libertad provisional bajo caución,

las formas de exhibir tales garantías, para lo cual, deberán ser observadas

las disposiciones legales establecidas en las leyes secundarias.

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

60

De ahí que bajo el principio de asequibilidad, sea inaceptable que la

exhibición de la caución se exija en una forma determinada, porque ello

resultaría discriminatorio y haría nugatorio el beneficio, ya que en los casos

de que el inculpado no pudiera exhibir la caución en la forma requerida por

el juzgador, aun cuando tuviera la posibilidad de garantizar sus obligaciones

por otro medio distinto al exigido y permitido por la ley, no lo haría, lo cual

es contrario al espíritu del legislador al establecer el término asequible en el

precitado artículo constitucional.

Sobre este punto, es menester destacar que la sola circunstancia de

que al imputado se le otorgue la libertad de exhibir la garantía en

cualesquiera de las formas referidas por el código instrumental de la

materia, no puede estimarse vulnerador de los derechos fundamentales de

las víctimas u ofendidos del delito, en virtud de que la finalidad de exigir la

exhibición de la caución, no es más que una medida precautoria para

garantizar que el inculpado no se sustraerá a la acción de la justicia con

motivo de la libertad que obtuvo, para no sufrir prisión preventiva mientras

se le instruye proceso y que la forma en que sea exhibida la caución

siempre tendrá igual eficacia para garantizar al Estado el pago de la multa y

al ofendido del delito el de la reparación del daño, para el caso de concluir

el proceso con una sentencia condenatoria definitiva, o porque se revoque

la libertad provisional por culpa del inculpado.

Luego, conviene resaltar que las garantías que consagra el artículo

20, aparatado A, fracción I, Constitucional a favor del imputado y de la

víctima del delito no pugnan entre sí, por el contrario, se trata de derechos

fundamentales paralelos, ya que el enjuiciado para obtener la libertad

caucional puede elegir cualesquiera de las formas establecidas por la ley

para que de esa manera se torne asequible ese derecho, pero al mismo

tiempo la parte ofendida frente a la eventual evasión del imputado liberto,

podrá hacer efectivo su derecho en la vía legal correspondiente, sin

importar la forma como haya garantizado el pago de ese daño el inculpado

al obtener su libertad caucional.

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

61

(IV) PLAZO QUE DEBE OTORGARSE PARA EXHIBIR LAS

CAUCIONES INDIVIDUALIZADAS ANTE LA AUTORIDAD QUE

DETERMINÓ CONCEDER DICHA PRERROGATIVA.

El tantas veces referido principio de asequibilidad, implica que la

autoridad ministerial o jurisdiccional, deberán otorgar un período

cronológico prudente y adecuado al imputado, a fin de que éste, pueda

hacer uso de la prerrogativa fundamental de la libertad provisional

constitucionalmente consagrada a su favor, ya que de lo contrario, se haría

nugatorio el disfrute de dicho beneficio. De esta forma, asequibilidad

equivale al otorgamiento de un tiempo razonable para la presentación de

las garantías exigidas.

A fin de sustentar la totalidad de las anteriores consideraciones, se

estimó aplicable en la parte relativa la tesis aislada 1a. LXXXII/2009, que

indica:

“LIBERTAD PROVISIONAL BAJO CAUCIÓN. LOS ARTÍCULOS 399

Y 402 DEL CÓDIGO FEDERAL DE PROCEDIMIENTOS PENALES NO

LIMITAN LA GARANTÍA DE ASEQUIBILIDAD A QUE SE REFIERE EL

ARTÍCULO 20, APARTADO A, FRACCIÓN I, DE LA CONSTITUCIÓN

POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS (TEXTO ANTERIOR

A LA REFORMA PUBLICADA EN EL DIARIO OFICIAL DE LA

FEDERACIÓN EL 18 DE JUNIO DE 2008) (…).”.

En ese sentido, aun cuando ciertamente fue inadecuado el

tratamiento dado por el Juez de Distrito en cuanto a la interpretación del

término asequibilidad a que se refiere el párrafo segundo del artículo 20,

apartado A, fracción I, Constitucional —previo a la reforma de dieciocho de

junio de dos mil ocho—, para definir el monto y la forma de las garantías

para que un procesado goce del derecho a la libertad provisional bajo

caución y con ello efectuar el examen constitucional de los artículos 399 y

402 del Código Federal de Procedimientos Penales, aun cuando para ello

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

62

se sustentó para ello en el contenido de la jurisprudencia P./J.37/99, pues

este último criterio analizó el principio de asequibilidad en cuanto a la forma

de exhibir las garantías relativas, pero no en torno a la fijación del monto.

En ese sentido, el principio de asequibilidad debe interpretarse en los

términos en que lo ha hecho esta Primera Sala de la Suprema Corte de

Justicia de la Nación, por lo que siguiendo esa doctrina, tal y como se

precisó en el Amparo Directo en Revisión 105/2013, para fijar el monto de

los conceptos previstos en el artículo 399 del Código Federal de

Procedimientos Penales, relativos a: (i) el monto estimado de la reparación

del daño, (ii) las posibles sanciones pecuniarias, y (iii) la caución para el

cumplimiento de las obligaciones procesales, es menester que el juzgador

tome en cuenta todos los elementos con que cuente en los autos del

proceso para establecer: (a) la naturaleza, modalidades y circunstancias del

delito, (b) las características del inculpado y la posibilidad de cumplimiento

de las obligaciones procesales a su cargo, (c) los daños y perjuicios

causados al ofendido, y (d) la sanción pecuniaria que en su caso, pueda

imponerse al inculpado.

Específicamente en cuanto al primero de los conceptos de la garantía

que es el monto estimado de la reparación del daño, deberá armonizar los

intereses del inculpado con los de la víctima u ofendido, a fin de que el

imputado pueda acceder al beneficio de la libertad provisional bajo caución,

ponderando su capacidad económica, pero sin soslayar los derechos de los

sujetos pasivos del delito, si es que dicho monto se encuentra objetiva y

fehacientemente acreditado en autos.

Sentado lo anterior, adverso a lo que señala el recurrente, el artículo

399 del Código Federal de Procedimientos Penales, al señalar los

conceptos que el inculpado debe exhibir para gozar del beneficio de la

libertad provisional bajo caución, no es violatorio del artículo 20, apartado A,

fracción I, Constitucional, vigente en la época de los hechos, porque debe

interpretarse en el sentido de que para establecer tanto el monto como la

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

63

forma en que deben exhibirse las garantías, entre ellas, la reparación del

daño, es menester atender a las circunstancias objetivas de comisión del

delito, así como a los elementos objetivos que se cuenten en autos para

establecer esa garantía, pero también a las condiciones personales del

inculpado, por lo que deberán armonizarse los intereses de ambas partes.

En el mismo sentido, es infundado el argumento del quejoso, en

cuanto a que el precepto 402, del Código Federal de Procedimientos

Penales resulta violatorio del varias veces citado artículo 20, apartado A,

fracción I, Constitucional, bajo el argumento de que al establecer las

condiciones objetivas del hecho y subjetivas del activo que deben tomarse

en consideración para fijar sólo el monto de la caución para garantizar las

obligaciones procesales, excluye la aplicación de esos motivos a las

restantes garantías para gozar de la libertad provisional bajo caución,

específicamente la reparación del daño.

Lo anterior es así, pues como ya lo ha establecido esta Primera Sala

al resolver los Amparos Directos en Revisión 893/2008 y 182/2009, el

artículo 402 en comento establece una prevención idéntica a la contenida

en el aludido precepto constitucional, de manera que al señalar dicho

artículo adjetivo que se tomará en cuenta la naturaleza de la garantía que

se ofrezca, sólo desarrolla un concepto incluido en la Constitución, además

de considerar las diversas formas previstas en la legislación penal para

exhibir la caución, lo cual también permite cumplir con la orden de que la

garantía debe ser asequible para el inculpado, ya que éste puede presentar

la caución fijada en la forma que más le convenga, por mandato

constitucional.

Aunado a que como se expuso en líneas anteriores, las garantías a

que se refiere el artículo 399 mencionado, requiere del análisis de los

conceptos objetivos de la comisión del delito y subjetivos del agentes para

fijar los montos relativos, de modo que el numeral 402 en cita no excluye el

AMPARO EN REVISIÓN 1099/2015

64

análisis del principio de asequibilidad para fijar el monto de dichas

garantías…”.

En ese orden de ideas, resulta infundado el argumento de

agravio que se sintetizó bajo el inciso c), en el que el recurrente

afirmó, esencialmente, que los artículos 3994 y 4025 del Código

Federal de Procedimientos Penales, son inconstitucionales, ya que

limitan el derecho de una caución asequible, únicamente al concepto

de las obligaciones procesales.

Ello es así, pues si bien es cierto que el segundo de los

numerales hace referencia expresa a la fracción III, del primero

de ellos, que destaca efectivamente el “cumplimiento de las

obligaciones procesales”.

Sin embargo, no menos cierto es que, de acuerdo con el

precedente de referencia, el principio de asequibilidad de la caución,

es de naturaleza constitucional, al estar consagrado en el artículo 20,

apartado A, fracción I, párrafo segundo; y debe ser entendido como un

criterio rector de la función jurisdiccional o ministerial, por cuanto se

refiere a la concesión y condicionamientos del derecho fundamental a

la libertad provisional bajo caución; es decir, se trata de un

mecanismo jurídico que tiende a maximizar el alcance de dicha

4 “Artículo 399. Todo inculpado tendrá derecho durante la averiguación previa o el proceso a ser puesto en

libertad provisional, inmediatamente que lo solicite, si se reúnen los siguientes requisitos: I. Que garantice el

monto estimado de la reparación del daño Tratándose de delitos que afecten la vida o la integridad corporal,

el monto de la reparación no podrá ser menor del que resulte aplicándose las disposiciones relativas de la Ley

Federal del Trabajo; - - - II. Que garantice las sanciones pecuniarias que en su caso puedan imponérsele; - - -

III. Que caucione el cumplimiento de las obligaciones a su cargo, que la ley establece en razón del proceso; y

- - - IV. Que no se trate de alguno de los delitos calificados como graves en el artículo 194. - - - La caución a

que se refiere la fracción III y las garantías a que se refieren las fracciones I y II, podrán consistir en depósito

en efectivo, fianza, prenda, hipoteca o fideicomiso formalmente constituido”.

5 “Artículo 402. El monto de la caución relacionada con la fracción III del artículo 399, deberá ser asequible

para el inculpado y se fijará tomando en cuenta: - - - I. Los antecedentes del inculpado;- - - II. La gravedad y

circunstancias del delito imputado;- - - III. El mayor o menor interés que pueda tener el inculpado en

substraerse a la acción de la justicia;- - - IV. Las condiciones económicas del inculpado; y - - - V. La

naturaleza de la garantía que se ofrezca.”

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prerrogativa constitucional, en todas las etapas procedimientales y

con relación no sólo a las obligaciones procesales, sino también

respecto de la posible sanción pecuniaria y la reparación del daño.

Así, ante la petición del beneficio de la libertad provisional bajo

caución, la autoridad ministerial o jurisdiccional, merced al alcance del

principio de asequibilidad, deberán realizar un análisis amplio e

integral, tanto de las circunstancias de comisión del hecho delictivo,

así como de las personales del inculpado, a efecto de determinar la

exigibilidad o no de una garantía respecto de los rubros de la posible

sanción pecuniaria, la reparación del daño y las obligaciones

procesales, para asegurar de que no se evada de la acción de la

justicia.

Siendo que en el caso de la reparación del daño, que es el rubro

que interesa al recurrente en el contexto de sus agravios, su garantía

a favor del ofendido o la víctima del delito, es un requisito

indispensable para el otorgamiento de la libertad provisional bajo

caución. Así, en aquellos delitos con efectos económicos en los que el

activo obtiene un beneficio o causa un daño patrimonial, la garantía de

la reparación del daño cumple un objetivo de equidad procesal, ya que

por mandato constitucional busca tutelar los intereses del ofendido o

la víctima del delito.

En ese orden de ideas, pese a que a favor del imputado prive el

principio de asequibilidad de la caución, su concepto no tiene el

alcance jurídico de prescindir de la correspondiente garantía. En ese

rubro, el principio de asequibilidad será respetado cuando el juzgador,

luego de hacer un análisis exhaustivo y riguroso del expediente,

advierta si para el momento procesal en el que se encuentra, cuenta o

no con suficientes medios de convicción que justifiquen, objetiva y

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provisionalmente la existencia de un perjuicio o detrimento patrimonial

en perjuicio o detrimento del ofendido o la víctima del delito, que

amerite ser caucionado, para permitir al inculpado que acceda al

derecho fundamental de la libertad provisional.

Ahora bien, para los efectos de fijar el monto correspondiente

para gozar del derecho fundamental a la libertad provisional, se debe

atender a la circunstancias exteriores de ejecución del delito; las

circunstancias personales del imputado; y, la condición de víctima u

ofendido de los sujetos pasivos.

Siendo este último rubro el que resulta determinante para

establecer el quantum de la garantía para el pago de la reparación del

daño; pues al respecto debe ser ponderado el monto estimado de los

daños y perjuicios que sean objetivamente cuantificables en autos al

momento de solicitar la libertad provisional bajo caución; pues de no

ser así, la garantía podría resultar significativamente menor al

beneficio obtenido con el delito y lo perjuicios causado con su

realización.

En ese orden de ideas, el principio de asequibilidad por cuanto

se refiere a la cuantificación de las garantías que deben ser exhibidas

para obtener el beneficio de la libertad provisional bajo caución, no

puede estimarse como una excepción o límite para los derechos de

las víctimas del delito para ver resarcidos a su favor, el daño o

perjuicios que probablemente le fueron ocasionados con la comisión

del delito.

Así, la asequibilidad no puede ser entendida como sinónimo de

preferencia o prevalencia del derecho del imputado sobre los

derechos de los ofendidos o víctimas de los delitos; sino que debe

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entenderse como un principio equilibrante que permite armonizar

ambos intereses contradictorios, por una parte, mediante la obtención

de la libertad provisional a favor del imputado, y por otra, mediante la

garantía de los daños y perjuicios que probablemente le fueron

causados con el delito.

De igual forma, el principio de asequibilidad implica que no se

debe limitar injustificadamente en perjuicio del inculpado que solicita

su libertad provisional bajo caución, la forma en que podrá exhibir las

correspondientes garantías que se le fijen; sino que podrá hacerlo, a

su elección, a través de cualquiera de las formas que la ley

secundaria consagra.

En ese orden de ideas, no es verdad, según lo estimó el

recurrente, que los artículos 399 y 402 del Código Federal de

Procedimientos Penales, limiten el principio de asequibilidad de la

caución al concepto de las obligaciones procesales; sino que también

incluyen el pago de la posible sanción pecuniaria, y sobre todo el

rubro de la reparación del daño. Por tanto, dichos numerales no

resultan inconstitucionales.

En efecto, el artículo 399, al señalar los conceptos que inculpado

debe exhibir para gozar del beneficio de la libertad provisional bajo

caución, no es violatorio del artículo 20, fracción I, Apartado A, de la

Constitución Federal, antes de su reforma de dieciocho de junio de

dos mil ocho, porque debe interpretarse en el sentido de que para

establecer tanto el monto como la forma en deben exhibirse las

garantías, entre ellas, la reparación del daño, se debe atender a las

circunstancias objetivas de la comisión del delito, así como a los

elementos objetivos que se encuentren en autos para establecer esa

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garantía, pero también a las condiciones personales del inculpado, por

lo que deberán armonizarse los interese de ambas partes.

Y respecto del artículo 402, establece una prevención idéntica a

la contenida en el citado artículo 20 constitucional, de manera que al

señalar que se tomará en cuenta la naturaleza de la garantía que se

ofrezca, sólo desarrolla un concepto incluido en la Constitución,

además de considerar las diversas formas previstas en la legislación

penal para exhibir la caución, lo que también permite cumplir con la

orden de que la garantía sea asequible para el inculpado, ya que éste

puede presentar la caución fijada en la forma que más le convenga.

Así, como quedó expuesto con antelación, las garantías a que

se refiere el artículo 399, requieren del análisis de los conceptos

objetivos de la comisión del delito y subjetivos del agente para fijar los

montos relativos; de modo que el artículo 402, contrario a lo que

estimó el recurrente, no excluye el análisis del principio de

asequibilidad para fijar el monto de todas la garantías que se fijen.

Afirmación que además encuentra apoyo en la tesis aislada de

esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en

materias constitucional y penal, visible en el Semanario Judicial de la

Federación y su Gaceta, Tomo XXIX, Mayo de dos mil nueve, número

1a. LXXXII/2009, página ochenta y siete, Novena Época, de rubro y

texto:

“LIBERTAD PROVISIONAL BAJO CAUCIÓN. LOS ARTÍCULOS 399 Y 402 DEL CÓDIGO FEDERAL DE PROCEDIMIENTOS PENALES NO LIMITAN LA GARANTÍA DE ASEQUIBILIDAD A QUE SE REFIERE EL ARTÍCULO 20, APARTADO A, FRACCIÓN I, DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS (TEXTO ANTERIOR A LA REFORMA PUBLICADA EN EL DIARIO OFICIAL DE LA FEDERACIÓN EL 18 DE JUNIO DE 2008).

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Conforme al citado precepto constitucional, cuando el inculpado queda a disposición del juez puede solicitar la libertad provisional bajo caución, siempre y cuando el delito imputado y las circunstancias permitan acceder a tal beneficio; siendo que el monto de la caución fijada debe ser asequible para el inculpado, para lo cual el juzgador no solamente debe tomar en cuenta la reparación del daño y las sanciones pecuniarias que en su caso puedan imponerse, sino también el cumplimiento de las obligaciones procesales a su cargo. En ese sentido, se concluye que los artículos 399 y 402 del Código Federal de Procedimientos Penales no limitan la garantía de asequibilidad a que se refiere el numeral 20, apartado A, fracción I, de la Constitución General de la República, pues por lo que hace al indicado artículo 399, tratándose de delitos con efectos económicos en los que el autor obtiene un beneficio o causa un daño patrimonial, el objeto de la garantía es asegurar la reparación del daño, ya que de lo contrario la fianza podría resultar significativamente menor al beneficio obtenido con el ilícito o a los daños y perjuicios causados con su realización, lo cual también se justifica en la sanción pecuniaria que pueda llegar a imponerse; mientras que el citado artículo 402 establece una prevención idéntica a la contenida en el aludido precepto constitucional. De manera que al señalar dicho artículo que se tomará en cuenta la naturaleza de la garantía que se ofrezca, sólo desarrolla un concepto incluido en la Constitución, además de considerar las diversas formas previstas en la legislación penal para exhibir la caución (depósito en efectivo, fianza, prenda, hipoteca, entre otras), lo cual también permite cumplir con la orden de que la garantía debe ser asequible para el inculpado, ya que éste puede presentar la caución fijada en la forma que más le convenga, por mandato constitucional. Además, la materia que anima a los señalados artículos procesales no es la libertad provisional bajo caución del inculpado, sino el derecho a obtenerla cuando se cumplan los requisitos de ley; de ahí que no pueden considerarse inconstitucionales, al no prever mayores requisitos a los contenidos en la Ley Fundamental.”

Amparo en revisión 893/2008. 5 de noviembre de 2008. Cinco votos. Ponente: José Ramón Cossío Díaz. Secretaria: Rosalba Rodríguez Mireles. Amparo en revisión 182/2009. 1o. de abril de 2009. Unanimidad de cuatro votos. Ausente: José de Jesús Gudiño Pelayo. Ponente: Sergio A. Valls Hernández. Secretaria: Selina Haidé Avante Juárez.

En ese orden de ideas, al resultar infundados los argumentos

de agravio que se expresaron en materia de constitucionalidad de

leyes; lo procedente en derecho es que se confirme la sentencia

constitucional que dictó el Juzgado Noveno de Distrito de Amparo en

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Materia Penal en el Distrito Federal, en el juicio de amparo indirecto

**********, en lo relativo a la constitucionalidad de los artículos 399 y

402 del Código Federal de Procedimientos Penales.

En tanto que, respecto de los restantes argumentos de agravio

que expresó el recurrente, por implicar aspectos de mera legalidad, se

reserva jurisdicción al Tercer Tribunal Colegiado en Materia Penal del

Primer Circuito, a efecto de que se avoque a su estudio, por ser

propios de su competencia.

Por lo expuesto y fundado, se:

R E S U E L V E: PRIMERO. En lo que es materia de la revisión que corresponde

a esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se

confirma la sentencia recurrida.

SEGUNDO. Se reserva jurisdicción al Tercer Tribunal

Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito, para que se avoque al

estudio de los aspectos de legalidad del acto de aplicación de los

preceptos impugnados.

Notifíquese; con testimonio de esta ejecutoria, vuelvan los

autos al Tribunal de su origen; y, en su oportunidad archívese el toca

como asunto concluido.