Amplia exposición del Equipo Crónica en Madrid

Viaje en trenalrededor de la pintura

Por O. MARTIN BERNAL

E L azar de la muerte vino a ensombre- "En elcer la imponente muestra pictórica ^°^^••presentada por el Equipo Crónica P°^'

-Rafael Sólbes y Monolo Valdés- duran-te los últimos meses en Madrid. RafaelSolbes moría inesperadamente, "como delrayo", dos días antes de inaugurarse lamagna exposición, y con esta desapariciónse escindía de manera brutal el quehacercolectivo acaso más sólido y poderoso dela plástica española de posguerra. Perdura,sin embargo -y perdurará con un espacionotorio en la Historia del Arte Contemporá-neo, que con tanto ahínco como sabiduríatrangredieran y veneraran-, la inmensaherencia artística acumulada a lo largo dediecisiete años de meditado esfuerzo.

EI centenar de cuadros expuestos, agru-pados en las series Los viajies -en dondeel tren en distintas funciones plásticas de-sempeña un relevante papel sintáctico- yCrónica de Ia transición no son más que elfruto de la labor de los dos últimos años.Con un ritmo tan frenético como reflexivo,el Equipo ha creado soberbios montonesde lienzos, perfectamente articulados erunas quince series, a lo largo de las do^últimas décadas, en un intento cada ve2más profundizado de desentrañar los me-canismos de la acción de pintar y de poneral tiempo en cuestión las mitologías cultu-rales, sociales y políticas que orientan lasociedad posindustrial y especialmente laespañola.

Nace el equipo en el año 1964, englo-bado, en un principio, en una plataformamás amplia, la Estampa Popular de Valen-cia. Era la EPV una más de las "estampaspopulares" que surgieron en distintas par-tes de España por aquellos años con unaclara vocación de proyectar la actividadartística hacia una meta democrática. Perofrente a las imágenes cuajadas de realismosocial -especie de ininterrumpida procla-ma artfstica- que uniformaban el estilo deestos movimientos, la Estampa Valencianaaporta ya una iconografía distinta, mu-cho más compleja y ambiciosa. De estaplataforma surge en seguida, claramente

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perfilado, el Equipo Crónica, en el que du-rante algún tiempo trabaja junto a Solbes yValdés ei pintor Juan Antonio Toledo. De-trás de ellos existía una brillante retaguar-dia teórica en la que se alineaban los críti-cos más lúcidos de la época: Tomás Llo-rens, Aguilera Cerni, y unos años más tardeValeriano Bozal. Solbes y Valdés, con elapoyo sobre todo de Llorens, definen yaentonces, un tanto enfáticamente, sus prin-cipios y objetivos: era necesario eludir losenfoques líricos o encomiásticos en aras deuna vía objetivadora e incluso satírica ysobre todo aprovechar las posibilidades vi-suales ofrecidas por los medios de comuni-cación de masas.

cativa difícilmente alcanzada por vanguar-dia alguna. EI Equipo parte de una baseepistemológica precisa: la realidad no sepresenta ya en estado puro, sino mediatiza-da por las imágenes, en este caso artísticas,que la han expresado, y que constituyen yaun patrimonio no sólo visual, sino real, demodo que para hablar de la realidad, parapintarla con el mayor cúmulo de significa-

ciones es preciso recurrir a estas imágenes.En las sucesivas series, la materia prima laconstituirán desde Ios pintores de nuestroSiglo de Oro ( La recuperación, 1967-69 ► ,Picasso (Guernica, 69), las distintas van-guardias (Policía y cukura, 1971) o las va-riaciones (Sobre un paredón, 1976) hastaIlegar, a través de una fecunda "serie de se-ries", a las últimas ya mencionadas, Los via-

SERIE DE SERIES

AI señalar sus características en esteprimer período, el propio equipo reconoceunas constantes que, con variaciones ymatices no sustanciales, van a fijar el en-tramado de puntos de referencia en los quese asienta toda su trayectoria plástica: Ico-nografía primordialmente extraída de los

"mass-media"; sintaxis narrativa; temaspertenecientes a la crónica cotidiana; eltratamiento de imágenes con tintas planaso con gamas reducidas con el fin de vigori-zar el mensaje deseado... Junto a estosperfiles habría que añadir el tratamientovoluntariamente manipulado de la pinturaestablecida, tanto clásica como vanguar-dista. COn estos mimbres se hace el cestopictórico del Equipo. Los ejes fundamenta-les sobre Ios que gira este empeño creativohan sido señalados por uno de sus críticos"colaboradores": una intensa reflexión so-bre la pintura y la actividad pictórica, espe-cialmente pertinaz en el multiforme fenó-meno de la vanguardia, y, por otro lado, lareferencia constante a la realidad concreta,histórica, bien directamente, bien mediantemetáforas y recursos analógicos.

EI Equipo Crónica Ileva esta reflexiónpictórica al límite. Sus lienzos son funda-mentalmente un ámbito de meditación yno el consabido y viejo marco de represen-tación. Su obra no se nutre en ningún casode motivos empiricos, de referencias rea-les, sino de imágenes preestablecidas porpintores y escuelas. La pintura es el espejodel callejón del Gato en que se mira el equi-po, el origen y el final de su meditación plás-tica. Por ello resulta imposible enmarcar aCrónica dentro de la vanguardia contempo-ránea. La Aka Cukura, el neoñgurstivo y elpop, el cubismo y cualesquiera otro ismo,son utilizados sin complejos, manipulados yviolentados por las adherencias de la imagi-nerfa de los medios de comunicación demasas hasta conseguir una eficacia comuni-

"EI daparta-mento", ótwsobre tela.

"Hacia latrornara",

óleo y acrilicosobrs tela.

jes (1980) y"Crónica de la transición", don-de vuelven a aparecer Picasso, Kirchner, Co-rot, Kandinsky... Se trata, en fin, como ya seha observado, de "bajar a la calle" el granarte hasta convertirlo en una secuencia vi-sual que se abre en un abanico de posibili-dades ignoradas çon la incorporación dia-léctica del cartelismo, del grafismo indus-trial, del comic, de la sensibilidad de los"mass media" en definitiva.

VIAJEROS AL tRENResultaría imperdonable terminar ésta

subcrónica -necesariamente escasa ydescarnada- de una gran "Crónica", sin re-ferirse, aunque sea de manera escueta, a lacitada serie "Los viajes". En ella el tren de-sempeña, desde múltiples perspectivas, unpapel estético primordial. Como alguien haseñalado ya acertadamente, la serie "Losviajes" hay que interpretarla desde la exis-tencia de un sujeto implícito, asumido. Unsujeto no convencional ni abstracto, sino al-guien con un punto de vista. Una miradaque encuadra el contenido del lienzo. Es elpintor que viaja, que camina y mira y cuan-do se desplaza cambia la organización de laimagen, que dependerá siempre de .la dis-tancia, del ángulo de visión, de la perspeeti-va de este sujeto. Una vez más se trata deuna reflexión, una experiencia sobre el que-hacer pictórico, y más profundamente sobreel conocimiento de la realidad. Podemosobservar cómo el pintor avanza por el corre-dor del tren y la imagen que nace EI depar-tamento es la que da esta mirada: el esĉor-zo de compartimientos, las ventanas, la luzy el movimiento. Una flecha -un trazo sim-bólico y compositivo- señala la puerta, elpunto de atención preferente de esa mirada.

Entra y surge En el trsn con un encuadreinesperado y brillante. EI interés del pintor,del viajero, queda prendido en las manos yen las piernas de uno de los ocupantes. EIgrafismo casi de comic, o de diseño publi-citario, está revestido de una coloración ala vez intensa y amortiguada por el pastel.En ei lienzo Hacia la kontsra, el pintor-via-jero se ha detenido y ve cómo el tren sealeja. Ese tren en movimiento es ya unaimagen preexistente, impresionista, y con-trasta fuertemente con el simbólico perroque espera, hierático, y parece representarlo que permanece. Como en todas sus an-teriores series, Los viajes está repleta, sehace, de referencias plásticas. En algunoscasos la presencia es indirecta: el pintorobserva y abarca Ios cuadros colgados enel mŭseo (Galerfs de los Ufizzil. Pero enotros la imagen es el soporte mismo. AsfPor el Dresde de Kirchner o EI escaparate.Cuadros en los que el pintor-viajero re-fleja la realidad creada por el pintor expre-sionista alemán. n

Tres paisajescon locomotora

CASO la cara más efectiva y efectis-Ata de la serie Los viajes la constituyaesta subserie de tres paisajes estética yreferencialmente muy diversos a los que es-labona la presencia común de una esque-mática y vigorosa locomotora.

En los tres cuadros se refleja con másque nítida elocuencia el intríngulis estilisti-

co del Equipo Crónica, y particularmente

aquellos aspectos de su poética subraya-

dos en Los viajes. La reflexión plástica

-que es también, obviamente, reflexión

sobre la reatidad- se despliega aquf en

dos frentes distintos, aunque astutamente

conjugados. En la dirección más superficial

observamos cómo a través de la miniseriese confronta el valor de la perspectiva, de

la urdimbre de planos pictóricos a partir de

la situación de la mirada del sujeto-viaje-ro-pintor. La locómotora sirve as(, plástica-

mente, como núcleo orientador sobre el

cual se organiza la imagen total que encua-dra cada lienzo. De ahí que la máquina se

vea más o menos completa según la posi-

ción del sujeto implfcito ante los distintos

paisajes. La imagen de la locomotora, más

o menos convencionalmente superpuesta,

permite, sin embargo, una sucesión de

composiciones harto Ilamativas, rezumantesde virtuosismo decorativo, literalmente in-tocables. Pero, sobre este escarceo estilis-tico, de voluntario tono amanerado, se im-pone un segundo ámbito de reflexión: unavez más, los motivos pictóricos utilizadospertenecen a un patrimonio visual existen-te. Todo aquí -máquina, paisajes, elemen-tos de "mass-media"- tiene padres cono-cidos. EI viajero contempla el entorno nodirectamente de la realidad, sino en lasimágenes ya pintadas por alguien concretoque casi siempre puede identificarse. EIpaisaje se percibe a partir de estampascompuestas "a la manera de". De formasubterránea, el Equipo nos está proponien-do a la chita callando nada menos qué unaindagación epistemológica. Nada hay yainocente a la percepción. ZA quiéR no leresulta a veces familiar un paraje descono-cido y tiene que pensar que lo ha visto yaen el cine, en los libros, en las postales, enlos museos o hasta en sueños?

Los tres paisajes propuestos por Crbnkano son sólo, pues, distintos porque perte-necen a lugares diferentes, sino tambiénporque su interpretación plástica es noto-riamente diversa. La iconograffa de la loco-

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►

"Dsecubrlr e Holder', bleo sobro tsle.

EI "Equipo Crónice" dejó ds ssrb con lemuerte, tan temprens, de Rafesl Solbes (ale izquisrdal• EI pineel sn le mano, Msnusl

Valdbs.

"Picos euixos",óleo sobre certón.

motora es idéntica en todos y resalta ladisparidad estilfstica de los cuadros. Res-ponde la imagen de la máquina a unaespecie de estereotipo extrafdo de unapoética cartelística. En concreto, pertenece-y el hallazgo está desprovisto de méri-to- a un cartel dibujado por el grafistaMasseau (nada menos que en 1932) porencargo del Estado francés para exaltar lapuntualidad ferroviaria. Aparece reproduci-do, entre un abundante material gráfico, enun libro dedicado a las estaciones de ferro-carril, "Les temps des gares". Posee losrasgos de un producto propio de diseño de"mass-media" tan caro al Equipo. Tintasplanas -negras y rojas-, esquematismoque resalta la robustez y el empuje delmecanismo, eficacia expresiva en fin. Estra-tégicamente colocada en esos tres paisajesmanieristas, los trivializa y transgrede, creauna necesaria distancia interpretativa.

En Cerca del Puente de Namr, la loco-motora surge imponente en un primer pla-no, se le viene encima al espectador. EIpaisaje -de autor no identificado porquien esto escribe, pero relativamente fácilde localizar por esos rasgos realistas suavi-zados por un cierto aliento lirico- se que-da atrás, como rezagado, a pesar de suimpresionante abruptez. ^

En Descubrir a Holder, la paternidad delmodelo viene claramente expresada en elinterior del lienzo. Ese panorama montuo-so tiene un marcado car9cter "fauve", consu cromatismo tímbrico y fantástico. EstáIleno de vitalidad y hermosura aunque re-sulte un tanto artificioso. Pero junto a lalocomotora que sale por el centro de laimagen, existe un elemento distanciadormáximo: la superposición de los rasgos deuna tarjeta postal (con su leyenda explica-tiva del autor, sus líneas de escritura, su

, pie de imprenta) vulgariza esa cierta blan-dura decorativista, otorgándole una nuevadimensión comunicativa

Otro tanto sucede con el cartón Picossuizos. "Ensuciado" con tonos marrones y

ocres a la manera de los mapas escolares,

cobra un aguzado poder evocador que nos

retrotrae a una educación sentimental y"geográfica". Las líneas verticales y la indi-

cación de las alturas son elementos gráfi-

cos que desempeñan un papel compositivo

espléndido, pero que contribuyen también(tparadójicamente7) a quitarle trascenden-

talidad al paisaje. En último término, se con-vierten en inocentes guiños a un incons-

ciente generacional sobrecargado de con-

notaciones y recuerdos. n O. M. B.

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