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Ana Catalina Emmerich- Visiones y revelaciones completas Según las anotaciones de Clemente Brentano, Bernardo E. Overberg y Guillermo Wesener. Obras Completas. BIOGRAFÍA TOMO I: TOMO II TOMO III Capítulo III: VISIONES DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD Y DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO Capítulo IV: VISIONES SOBRE LA MISA (pp. 299-303) Capítulo VI: VISIONES DE LA NAVIDAD ANA CATALINA EMMERICH: VISION DE LA NATIVIDAD "He visto que la luz que envolvía a la Virgen se hacía cada vez más deslumbrante, de modo que la luz de las lámparas encendidas por José no eran ya visibles. María, con su amplio vestido desceñido, estaba arrodillada con la cara vuelta hacia Oriente. Llegada la medianoche la vi arrebatada en éxtasis, suspendida en el pecho. El resplandor en torno a ella crecía por momentos. Toda la naturaleza parecía sentir una emoción de júbilo, hasta los seres inanimados. La roca de que estaban formados el suelo y el atrio parecía palpitar bajo la luz intensa que los envolvía. Luego ya no vi más la bóveda. Una estela luminosa, que aumentaba sin cesar en claridad, iba desde María hasta lo más alto de los cielos. Allá arriba había un movimiento maravilloso de glorias celestiales, que se acercaban a la Tierra, y aparecieron con claridad seis coros de ángeles celestiales. la Virgen Santísima, levantada de la tierra en medio del éxtasis, oraba y bajaba las miradas sobre su Dios, de quien se había convertido en Madre. El Verbo eterno, débil Niño, estaba acostado en el suelo delante de Maria". »Vi a Nuestro Señor bajo la forma de un pequeño Niño todo luminoso, cuyo brillo eclipsaba el resplandor circundante, acostado sobre una alfombrita ante las rodillas de Maria. Me parecía muy pequeñito y que iba creciendo ante mis ojos; pero todo esto era la irradiación de una luz tan potente y deslumbradora que no puedo explicar cómo pude mirarla. La

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Ana Catalina Emmerich- Visiones y revelaciones completasSegún las anotaciones de Clemente Brentano,Bernardo E. Overberg y Guillermo Wesener.Obras Completas.BIOGRAFÍATOMO I: TOMO IITOMO IIICapítulo III: VISIONES DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD Y DEL SANTÍSIMO SACRAMENTOCapítulo IV: VISIONES SOBRE LA MISA (pp. 299-303)Capítulo VI: VISIONES DE LA NAVIDADANA CATALINA EMMERICH: VISION DE LA NATIVIDAD

"He visto que la luz que envolvía a la Virgen se hacía cada vez más deslumbrante, de modo que la luz de las lámparas encendidas por José no eran ya visibles. María, con su amplio vestido desceñido, estaba arrodillada con la cara vuelta hacia Oriente. Llegada la medianoche la vi arrebatada en éxtasis, suspendida en el pecho. El resplandor en torno a ella crecía por momentos. Toda la naturaleza parecía sentir una emoción de júbilo, hasta los seres inanimados. La roca de que estaban formados el suelo y el atrio parecía palpitar bajo la luz intensa que los envolvía. Luego ya no vi más la bóveda. Una estela luminosa, que aumentaba sin cesar en claridad, iba desde María hasta lo más alto de los cielos. Allá arriba había un movimiento maravilloso de glorias celestiales, que se acercaban a la Tierra, y aparecieron con claridad seis coros de ángeles celestiales. la Virgen Santísima, levantada de la tierra en medio del éxtasis, oraba y bajaba las miradas sobre su Dios, de quien se había convertido en Madre. El Verbo eterno, débil Niño, estaba acostado en el suelo delante de Maria".

»Vi a Nuestro Señor bajo la forma de un pequeño Niño todo luminoso, cuyo brillo eclipsaba el resplandor circundante, acostado sobre una alfombrita ante las rodillas de Maria. Me parecía muy pequeñito y que iba creciendo ante mis ojos; pero todo esto era la irradiación de una luz tan potente y deslumbradora que no puedo explicar cómo pude mirarla. La Virgen permaneció algún tiempo en éxtasis; luego cubrió al Niño con un paño, sin tocarlo y sin tomarlo aún en sus brazos. Poco tiempo después vi al Niño que se movía y le oí llorar. En ese momento fue cuando María pare ció volver en sí misma y, tomando al Niño, lo envolvió en el paño con que lo había cubierto y lo tuvo en sus brazos, estrechándole contra su pecho. Se sentó, ocultándose toda ella con el Niño bajo su amplio velo, y creo que le dio el pecho. Vi entonces en torno a los ángeles, en forma huma na, hincándose delante del Niño recién nacido para adorarlo.

»Cuando había transcurrido una hora desde el nacimiento del Niño Jesús, Maria llamó a José, que estaba aún orando con el rostro pegado a la tierra. Se acercó, prosternándose, lleno de júbilo, de humildad y de fervor. Sólo cuando María le pidió que apretase contra su corazón el Don sagrado del Altísimo, se

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levantó José, recibió al Niño entre sus brazos, y derramando lágrimas de pura alegría, dio gracias a Dios por el Don recibido del Cielo.

»María fajó al Niño: tenía sólo cuatro pañales. Más tarde vi a Maria y a José sentados en el suelo, uno junto al otro: no hablaban, parecían absor tos en muda contemplación. Ante María, fajado como un niño común, estaba recostado Jesús recién naci do, bello y brillante como un relámpa go. "iAh, decía yo, este lugar encierra la salvación del mundo entero y nadie lo sospecha!"...

.He visto en muchos lugares, hasta en los más lejanos, una insólita alegría, un extraordinario movimiento en esta noche. He visto los corazo nes de muchos hombres de buena voluntad reanimados por un ansia, plena de alegría, y en cambio, los corazones de los perversos llenos de temores. Hasta en los animales he visto manifestarse alegría en sus movimientos y brincos. Las flores levantaban sus corolas, las plantas y los árboles tomaban nuevo vigor y verdor y esparcían sus fragancias y perfumes. He visto brotar fuentes de agua de la tierra. En el momento mismo del nacimiento de Jesús brotó una fuente abundante en la gruta de la colina del Norte...

»A legua y media más o menos de la gruta de Belén, en el valle de los pastores, había una colina... en las faldas de la colina estaban las chozas de tres pastores... Al nacimiento de Jesucristo vi a estos tres pastores muy impresionados ante el aspecto de aquella noche tan maravillosa; por eso se quedaron alrededor de sus cabañas mirando a todos lados...

»Entonces vieron maravillados la luz extraordinaria sobre la gruta del pesebre... mientras los tres pastores estaban mirando hacia aquel lado del cielo, he visto descender sobre ellos una nube luminosa, dentro de la cual noté un movimiento a medida que se acercaba. Primero vi que se dibuja ban formas vagas, luego rostros, y finalmente ol cantos muy armonio sos, muy alegres, cada vez más cla ros. Como al principio se asustaran los pastores, apareció un ángel entre ellos, que les dijo: "No temáis, pues vengo a anunciaros una gran alegría para todo el pueblo de Israel. Os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo, el Señor. Por señal os doy ésta: encontraréis al Niño envuelto en pañales, echado en un pesebre". Mientras el ángel decía estas palabras, el resplandor se hacía cada vez más intenso a su alrededor. Vi a cinco o siete grandes figuras de ángeles muy bellos y luminosos... oí que alababan a Dios cantando:

"Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad". Más tarde tuvieron la misma aparición los pastores que estaban junto a la torre. Unos ángeles también aparecieron a otro grupo de pastores cerca de una fuente, al Este de la torre, a unas tres leguas de Belén... los he visto consultándose unos a otros acerca de lo que lleva rían al recién nacido y preparando los regalos con toda premura. Llegaron a la gruta del pesebre al rayar el alba."

(Anna Catalina Emmerich nació en Alemania en 1774 de familia muy pobre; tuvo una vida de continuas enfermedades agravadas al quedarse inválida por

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un accidente. En los últimos años de su vida, hasta su muerte en 1824, recibió las visiones de la vida de Cristo, de la Virgen María y de la vida después de la muerte, así como otras videncias de sucesos que acontecerían tiempo después como el Muro de Berlín, el Concilio Vaticano II, etc. Con sus visiones en la mano descubrió Reynolds los restos de la ciudad de Ur de Caldea, y la recién descubierta morada de la Virgen en Efeso resultó ser también tal como ella la había descrito. Del mismo modo se descubrieron en 1981 los pasadizos bajo el Templo de Jerusalén, que Ana vio al contemplar el misterio de la lnmaculada Concepción de María, dogma que no sería proclamado por la Iglesia hasta treinta años después de la muerte de esta vidente).

Lo mismo que Moisés levantó la serpiente de bronce en el desierto, el Hijo del hombre tiene que ser levantado en alto, para que todo el que crea en Él tenga Vida Eterna. (Jn 3,14) *** ** *** ** *** ** *** ** *** ** *** ** *** ** *** ** *** ** *** ** *** ** *** ** Has de saber, ¡oh Sancho amigo!, que yo nací por querer del cielo en esta nuestra edad de hierro para resucitar en ella la dorada, o de oro. Yo soy aquel para quien están guardados los peligros, las hazañas grandes, los valerosos fechos... (El Quixote, I,20) *** ** *** ** *** ** *** ** *** ** *** ** *** ** *** ** *** ** *** ** *** ** *** ** Aquel a quien todas las cosas le fueren uno, y las trajere a uno, y las viere en uno, podrá ser estable y firme de corazón y permanecer pacífico en Dios. (Imitación de Cristo, 1,3,1)Capítulo VIII: VISIONES DEL CIELO Y DEL LIMBOCapítulo IX: VISIONES DE LA ORACIÓNCapítulo XI: VISIONES SOBRE EL PAPA Y LA IGLESIACapítulo XII: VISIONES DE LAS IGLESIAS CISMÁTICAS Y HERÉTICASCapítulo XXV: VISIONES DEL ANTICRISTO Y DEL TRIUNFO DE LA IGLESIA

TOMO IV: Capítulo I La Dolorosa pasión de nuestro Señor Jesucristo.Capítulo II Visiones de los apóstoles, de los mártires y de los santos. Capítulo III Discernimiento de las reliquias.TOMO VTOMO VI

Visiones de la creaciónFUENTE: http://visiones.ana.catalina.emmerick.googlepages.com/abrahammoises7

Anne Catherine relataba así las visiones de su infancia:

“Cuando, hacia la edad de cinco o seis años, yo meditaba sobre el primer artículo del Credo de los Apóstoles "Creo en Dios Padre, Dios Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra": todo tipo de imágenes que se remitían a la creación del cielo y de la tierra se presentaban a mi alma. Vi la Caída de los Ángeles, la Creación de la Tierra y del Paraíso, Adán y Eva, y la Caída del

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Hombre. (El pecado original) Creía simplemente que todos veían esto, como otras cosas que nos rodean. Yo hablaba de esto a mis padres, a mis hermanos y hermanas, a mis compañeros de juego, contaba todo esto ingenuamente, hasta el momento cuando me di cuenta que se burlaban de mí, preguntándome si tenía un libro en el cual todo esto estuviera escrito. Así comencé poco a poco a callar estas cosas, pensando, sin mucha reflexión que era inoportuno de hablar de tales temas; no obstante, no me hice ninguna inquietud particular en cuanto a eso.

Continué teniendo estas visiones, tanto por la noche como a la luz del día, en los campos, en la casa, cuando marchaba, cuando trabajaba, entre toda tipo de ocupaciones. Una vez, en la escuela, conté la Resurrección de modo totalmente diferente de la que nos había sido enseñada, sin ninguna malicia hablé de eso, con mucha seguridad. Para mí, ingenuamente, los detalles que yo sabía de El, eran tan reales, como los acontecimientos pasados de mi vida. No tenía de ninguna manera, la idea que esto pudiera ser algo fuera de lo común. Entonces los demás niños, que quedaron estupefactos, se burlaron de mí y se quejaron de mí al maestro de escuela, que severamente me prohibió entregarme a tales imaginaciones.

Mis visiones siguieron, pero me las guardé. Parecía un niño que mira un libro ilustrado, explicando los cuadros a su propia manera, pero sin pensar mucho en su sentido. Las visiones no produjeron ningún cambio de mi fe, eran simplemente mi libro ilustrado. Las contemplé silenciosamente y siempre con el pensamiento puro: ¡Todo a la mayor gloria de Dios!La creación y el paraisoLa Caida de Los Angeles Vi primero aparecer delante de mí un lugar infinito de luz, muy alto en el espacio, como un globo luminoso semejante a un sol, sentí que en este globo se encontraba la unidad divina de tres Personas. En mi fuero interior, nombré a esto el Consentimiento (divino) y vi ocurrir una acción: entonces fueron llamados a la existencia los Coros de Espíritus, infinitamente brillantes, poderosos, y bellos, que aparecían bajo el globo luminoso como anillos o círculos concéntricos brillantes. Este mundo de luz se ubicaba debajo del sol superior como otro sol.

Primero, estos Coros evolucionaron, eran animados por el amor nacido del divino sol Superior. Luego vi una parte de todos los Coros fijarse solo en si mismos, atrapados en su propia belleza. Estos Espíritus sentían un placer aislado, veían toda la belleza en ellos mismos; ellos se complacían a si mismos.

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Al principio, todos los Espíritus fueron movidos por el amor divino, pero ahora una parte de ellos se complacían en si mismos, inmóviles. En ése mismo momento, vi que estos Espíritus fueron precipitados hacia el abismo y que se oscurecía, mientras que los otros Espíritus se apartaban y evolucionaban para formar sus rangos. Esto estaba en el marco de mi visión: mientras que los primeros se inmovilizaban y caían, otros, siempre en movimiento, ocupaban sus filas (rangos).

Cuando estos Espíritus fueron precipitados hacia el abismo, vi aparecer, abajo, un disco de tinieblas que me pareció que constituía su estancia, y comprendí que su caída era irremediable. Pero el espacio que ocupaban ahora abajo era mucho más restringido que el que habían tenido arriba, me parecían a mí estrechamente apretados unos contra otros.

Desde que, de chica, había visto la caída de los Espíritus, estaba asustada día y noche por su acción, y me decía que debían causar mucho dolor y mal a la tierra: ellos están siempre alrededor de la tierra. Felizmente no tienen cuerpo; si no oscurecerían el sol y los veríamos sostenerse delante de él como nubarrones; esto sería espantoso.

Inmediatamente después la la caída, vi los Espíritus de los círculos luminosos humillarse delante del globo de la Divinidad y pedir con sumisión que los que habían caído fueran restablecidos nuevamente.

Entonces vi un movimiento y una operación en el globo de la luz divina, que había quedado hasta ahí inmóvil y que estaba, según comprendí, esperando esta demanda.

Después de esta gestión de los Coros Angélicos, comprendí interiormente que debían quedar en lo sucesivo preservados de toda caída. Yo tenía además conocimiento de que era la voluntad de Dios que mientras los Coros caídos no sean restablecidos en cuanto al número, habrá un combate. Esta lucha es infinitamente larga para mi alma, casi imposible de lograr. Este Combate se efectuará sin embargo sobre la tierra, porque no puede haber mas luchas allá arriba, decretó Dios.

Después de ver esta transformación, no fui más capaz de tenerle la menor piedad al diablo, porque lo vi precipitarse con violencia al abismo, en el

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ejercicio libre de su mala voluntad. Ya no estuve disgustada con Adán, ya que pensé que había sido predestinado.

La Creación de la Tierra

Justo después de la suplica de los ángeles que quedaron fieles y después del movimiento en la Divinidad, vi aparecer una esfera sombría al costado derecho, a escasa distancia del disco de tinieblas en donde habían tenido origen los ángeles.

Entonces puse mi mirada más atentamente sobre esta esfera sombría a la derecha del disco de tinieblas, y vi allí un movimiento, como si se volviera cada vez más espesa. Vi puntos luminosos brotar de la masa, recubrirla como con cintas claras y rebosar aquí y allá en manchas anchas y claras y al mismo tiempo, vi el perfil de la tierra que surgía del agua y se separaba de ella. Luego vi un movimiento en los lugares descubiertos, como si algo tomara allí vida. Y vi la vegetación crecer sobre la tierra firme, y un hormigueo de vida entre las plantas. Ya en mi infancia, pensaba que las plantas habían sido animadas.

Hasta entonces, todo había sido gris, luego todo se volvió claro, y vi como una salida del sol. Era como la pequeña mañana sobre la tierra, cuando todo sale del sueño. Todo el resto de la visión desapareció entonces. El cielo era azul, el sol comenzaba allí su curso, vi solamente una parte de la tierra alumbrada e iluminada por el sol, el espectáculo era muy bello y encantador, pensé que era el paraíso.

Y veía todo esto, todas estas transformaciones sobre la esfera sombría, como un brote del globo todopoderoso de la Divinidad. Cuando el sol subió, todo fue como por la mañana, al despertar: pero ésta era la primera mañana, y sin embargo ninguna criatura lo sabía: estaban allí como si hubieran estado siempre, ellos estaban en la inocencia.

Mientras el sol subía, veía los árboles y las plantas tornarse más grandes y crecer cada vez más. El agua era más límpida y más santa, todos los colores eran más puros y más vivos, todo era indeciblemente agradable. No había tampoco rastro de lo que las criaturas son ahora. Todas las plantas, todas las flores, todos los árboles tenían otras formas; ahora todo se ve árido y desmedrado (impedido el desarrollo) en comparación al paraíso, ahora todo está como degenerado.

A menudo, cuando comparaba las plantas o los frutos de nuestro jardín, con aquellos del sur, que son todos diferentes: más grandes, nobles, más sabrosos, como por ejemplo el albaricoque, pensaba: lo que son nuestros frutos con

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relación a los frutos tropicales, lo son ellos, a mucha distancia, con relación a los frutos del paraíso.

Vi allí a rosas, blancas y rojas, y pensé que significaban los sufrimientos de Cristo y la Redención. Vi palmeras también, y grandes árboles de follaje ancho, que daban una sombra muy extensa, como un tejado.

Tan pronto como vi el sol, todo era pequeño sobre la tierra, luego todo crece y se volvió finalmente inmenso. Los árboles no crecían apretados, unos contra otros. Vi solamente una planta de cada especie, de las grandes al menos, como cuando se expone una muestra en los caminos de paseo. Además, todo era verdoso y de una pureza, de una integridad y de una perfección que no recuerdan en nada las organizaciones y las limpiezas efectuadas por los hombres; y pensaba cuán bello era todo, sin embargo el hombre no estaba allí! No había pecado, ninguna destrucción, ninguna aflicción. Allí, todo era íntegro y santo, nada había sido cuidado, ni arreglado, todo era puro, nada necesitó purificación.

La extensión que veía era dulce y ondulada, y totalmente recubierto con vegetación y en medio había allí una fuente, de donde fluían a todas partes arroyos, que se juntaban a veces unos con otros. Vi primero el movimiento en estas aguas, y luego observé animales vivos y luego vi a estos animales, entre los matorrales y las espesuras, como salientes del sueño, mirando aquí y allá alrededor de ellos; no eran temerosos, y en todo diferentes de lo que son los animales actuales. Eran perfectos, puros, nobles, rápidos, atractivos y dulces. Es imposible explicarlo. La inmensa mayoría de estos animales me eran desconocidos, verdaderamente no vi ninguno como ahora. Vi al elefante, el ciervo, el camello, y particularmente el rinoceronte, al que vi también en el Arca, donde era sumamente atractivo y dulce. Era más rechoncho que un caballo y tenía una cabeza redonda; no vi al mono ni a ningún insecto, tampoco bestias horrorosas y miserables, siempre pensé que eran castigos del pecado. Vi numerosas aves, como los de la mañana, y entendía sus cantos maravillosos, pero no oí ningún rugido, y no vi ninguna ave de rapiña.

El Paraíso aún existe, pero le es absolutamente imposible a los hombres acceder a el; yo vi que subsiste siempre en todo su esplendor, muy alto, separado al sesgo de la tierra, así como el disco de tinieblas de los ángeles caídos que fueron separados del cielo.

El Hombre en el Huerto del Edén: Adán y Eva

Vi que Adán no fue creado en el Paraíso, sino en la región donde Jerusalén se ubicó posteriormente. Lo vi salir, brillante y blanco, de una colina de tierra amarilla, como de un molde. Era como nacido de la tierra, que era virgen: Dios lo bendice y se hizo su madre; no salió en forma súbita de la tierra, sino que

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hubo un instante en que estaba tendido sobre su lado izquierdo en la colina, el brazo doblado sobre la cabeza, y una nube ligera lo recubría como con una gasa. Vi una forma en su lado derecho y comprendí que era Eva, quien había sido sacada de él por Dios. Dios lo llamó, y esto fue como si la colina se abriera y Adán salió poco a poco. No había árboles, simplemente pequeñas flores. También había visto que los animales fueron sacados de la tierra, uno por especie, y a las hembras desprenderse de ellos.

Vi a Adán colocado a lo lejos, en un jardín situado muy alto en el Paraíso. Dios condujo a los animales delante de Adán, al Paraíso, y Adán les dio un nombre y le siguieron y jugaban alrededor de él. Todo le estuvo subordinado y sometido antes del pecado. Eva todavía no había sido sacada de él. Todos los animales a los cuales había dado un nombre lo siguieron más tarde sobre la tierra.

Vi a Adán en el Paraíso, no lejos de la fuente del medio del jardín donde parecía salir del sueño, entre las flores y las plantas, estaba aun luminosamente blanco, pero su cuerpo era más próximo a la carne que al espíritu. No se asombraba de nada, ni de sí mismo, y se paseaba entre los árboles y los animales, como si estuviera acostumbrado a todo, como alguien que inspecciona sus campos.

Vi a Adán en una colina, cerca del agua bajo un árbol, su brazo izquierdo replegado bajo la mejilla y Dios hizo caer sueño sobre él y, sonriendo muy despacio, Adán fue arrebatado extasiado.

Entonces de su derecha, del mismo lugar en el cual Jesús fue abierto por la lanza, Dios sacó a Eva; vi a Eva fina y pequeña .Se volvió rápidamente más grande, hasta alcanzar su talla definitiva y ser perfectamente bella. En ausencia del pecado original, todos los hombres habrían nacido así en el curso de un dulce sueño. La colina se abrió en dos y vi aparecer, al lado de Adán, una roca como un compuesto de cristales de piedras preciosas, y del lado de Eva un valle totalmente blanco, como cubierta de pequeños frutos blancos y finos como del trigo.

Cuando Eva había sido formada, vi que Dios dio o más bien difundía, algo sobre Adán. Era como si, de la frente, de la boca, del pecho y las manos de Dios, que aparecía en forma humana, fluían flujos de luz que se reunían en un globo brillante: este globo entró en el lado derecho de Adán, de donde Eva había sido sacada. Adán solo recibió esto: era el germen de la bendición de Dios. Esta bendición era la trinidad. La bendición que Abraham recibió del ángel era idéntica, apareciendo bajo la misma forma, pero no tan luminosa. Eva se encontraba radiante delante de Adán, y Adán le tendió la mano.

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Ellos parecían dos niños indeciblemente nobles y hermosos, absolutamente luminosos, y vistieron con haces de luz como con un velo.

Veía un flujo ancho de luz salir de la boca de Adam, y sobre su frente como una aureola de majestad. De su boca salía un rayo de sol, pero no había ninguno cerca de Eva. Vi su corazón, exactamente como el de los hombres ahora, pero rayos envolvían su pecho, y en medio del corazón de cada uno veía una aureola brillante, en la cual se encontraba una pequeña figura que parecía apretar (ceñir) algo en la mano. Pienso que esto representaba a la tercera Persona de la Divinidad. De sus manos y de sus pies también vi brotar rayos de luz. Sus cabellos caían de la cabeza en cinco mechas luminosas, dos a partir de las sienes, dos a partir de las orejas y una de atrás del cabeza.

Siempre tuve el sentimiento que las puertas del cuerpo humano habían sido abiertas por las Heridas de Jesús, que habían sido cerradas por el pecado original y que Longinus había abierto en el costado (lado) de Jesús la Puerta al nuevo nacimiento a la vida eterna.

Vi los cabellos luminosos, los rayos en la cabeza de Adán, como su plenitud, su aureola, la terminación de otros brillos y esta aureola reencuentra su sitio sobre las almas y los cuerpos gloriosos. Nuestros cabellos son esta gloria caída, apagada y oscurecida, y la comparación entre nuestra carne actual y la de Adán, antes de la caída está en el mismo orden que la de nuestros cabellos con los rayos que coronaban a Adán.

Adán llevo hacia adelante con su mano a Eva. Ellos dejaron el lugar encantador de la creación. Con Eva, pasaron por el Paraíso, mirando todo, alegrándose en todo. Aquel lugar era el más bello en el Paraíso. Todo era más radiante, más resplandeciente allí que en otra parte.

El Arbol de la Vida y El Arbol del Conocimiento En medio del jardín luminoso, vi una extensión de agua con una isla que fue unida a la orilla por un istmo. Esta isla y el istmo estaban plantados por árboles muy bellos. Pero en medio de la isla se levantaba un Árbol magnífico. Este dominaba todos los demás y al mismo tiempo los protegía. Sus raíces constituían el suelo de la isla. El recubría toda la isla y se levantaba en toda su altura y anchura hasta formar una copa muy delgada.

Sus ramas se extendían horizontalmente, de donde nacían ramas que se izaban al cielo como otros pequeños árboles, comparables al árbol del que nacían. Las hojas eran finas, los frutos amarillos eran protegidos por una vaina de hojas, como los botones de rosas apenas abiertos. El Árbol tenía algo semejante al cedro. No recuerdo haber visto a Adán o Eva o animales en la

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isla, cerca del Árbol. Si había aves blancas y muy bellas, majestuosas, que cantaban en las ramas. Este Árbol era el Árbol de la Vida.

Justo delante del istmo que llevaba a la isla se levantaba el Árbol del Conocimiento. El tronco era escamoso como el de las palmeras, las hojas crecían directamente sobre el tronco, eran muy grandes y anchas, teniendo un poco la forma de suelas de zapatos. Escondidos en el hueco de las hojas, los frutos colgaban en racimos de a cinco, uno adelante y los otros cuatro agrupados alrededor del tallo del primero. Los frutos eran amarillos. Tenían más el aspecto más de una pera o un higo, que de una manzana: tenían cinco lados y su germen se parecía a un ombligo. El interior de estos frutos era pulposo como el de un higo, color de azúcar morena, con venas de color sangre roja.

El Árbol era más ancho arriba que abajo. Echaba ramas que se hundían profundamente en la tierra. Todavía veo esta especie de árboles en países calurosos y húmedos. Echa en tierra sus ramas, que forman raíces y luego emergen formando nuevos retoños de árboles, que se reproducen luego del mismo modo. Sí, tal árbol a menudo constituye un refugio de gran espacio que pueden ocupar numerosas familias.

A corta distancia del Árbol del Conocimiento, sobre la derecha, vi una pequeña colina redondeada, levemente inclinada, con cristales rojos luminosos y con toda clase de piedras preciosas. Por todos lados de ella crecían árboles esbeltos, suficientemente altos para esconder a alguien que se haya encontrado sobre la colina. Crecían otras plantas y vegetales alrededor. Éstos árboles y estas plantas tenían flores y frutos vivaces y multicolores.

A alguna distancia del Árbol del Conocimiento, sobre la izquierda, ví un declive. Era un pequeño valle. Estaba cubierto de una tierra blanca y delicada o de una especie de bruma y de florecillas de tonos blancos. En este lugar también crecían todo tipo de plantas, pero no tenían colores y llevaban algo que se parecía más al polen que a los frutos.

Era como si estos dos lugares tuvieran una relación entre ellos, como si la colina debiera ser dejada en el valle: estaban como la semilla y el campo. Estos dos lugares me parecieron sagrados. Los veía a ellos, ambos luminosos, sobre todo la colina. Entre ellos y el Árbol del Conocimiento había todo tipo de pequeños arbustos y de matorrales. Todo esto, además como toda la naturaleza, estaba como transparente y en luz. Estos dos lugares eran los lugares de estancia de nuestros primeros padres.

El Árbol del Conocimiento permanecía en una separación entre el valle y la colina. Pienso que Dios les concedió estos lugares después de la creación de

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Eva. Al principio les vi pasearse muy poco juntos. Los veía que se paseaban cada uno por su lado, sin ninguna ansiedad. Los animales eran de una gracia indecible, muy luminosos y servían a Adán y Eva. Cada animal, según su especie, tenía su estancia, su morada, sus sendas. Sus límites, y todos sus hábitos encerraban en ellos un gran misterio de orden y de armonía divina.

LA CAIDA: EL PECADO Y SUS CONSECUENCIAS

El Pecado Original: La Desobediencia del Hombre

Vi a Adán y Eva pasearse por primera vez en el paraíso. Los animales venían a su encuentro y los escoltaban, uniéndose más a Eva que a Adán... Eva se ocupaba en general mucho más que Adán de la tierra y de las criaturas, miraba más a menudo el suelo alrededor de ella, y parecía más curiosa. Adán era más tranquilo, más orientado hacia Dios. Entre todos los animales, se encontraba uno que siguió a Eva más estrechamente que los demás, era una bestia extremadamente engatusadora y dócil.

No conozco a ningún otro animal con que pueda compararla. Esta bestia era en efecto toda lisa y delgada, como si no tuviera huesos. Sus pies eran cortos y marchaba de pie, su cola puntiaguda que arrastraba por la tierra. Cerca de la cabeza, que era redonda y con una cara sumamente perspicaz, tenía pequeñas patas cortas, y su lengua astuta estaba todo el tiempo en movimiento.

El color del cuello, pecho, y parte inferior del cuerpo era amarillo pálido, y la espalda color marrón moteado muy parecido a una anguila. Esta bestia tenía una talla como de un niño de diez años. Estaba constantemente alrededor de Eva, y así la lisonjeaba. Era inteligente, ágil y flexible y Eva tomó gran gusto en ella. Pero para mí había algo horrible en todo esto. Puedo verlo claramente ahora mismo.

No vi que Adán o Eva la hubieran tocado.

Había antes del pecado una distancia entre el hombre y los animales y jamás vi a nuestros primeros padres tocar un animal .Sí los animales eran más confiados hacia el hombre, peo ellos se quedaban lejos, como aparte.

Cuando Adán y Eva volvieron al lugar luminoso, una silueta brillante, como la de un hombre majestuoso con canas brillantes, vino y pareció entregarles todo

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lo que los rodeaba. Les decía todo con algunas palabras y también les ordenarles algo. No tenían ningún temor pero escuchaban con candor.

Cuando esta silueta desapareció parecieron más satisfechos, más felices. Parecían comprender mejor y descubrir un orden grandioso en todas las cosas. Ellos experimentaban un agradecimiento muy vivo. En Adán este sentimiento era más intenso que en Eva. Ella pensaba en su felicidad y en si misma más que en el reconocimiento hacia Dios y su alma se inclinaba más hacia la naturaleza. Creo que se pasearon tres veces por el Paraíso.

Luego vi a Adán sobre la colina luminosa dónde había sido sumergido en el sueño, cuando Dios extrajo a la mujer por su costado: daba gracias y se maravillaba. Se recogía a solas bajo los árboles. En cuanto a Eva, la vi acercarse al Árbol del Conocimiento, como si quisiera tenderse en los prados de él. La bestia estaba de nuevo cerca de ella, todavía más lisonjera y más ágil: Eva fue totalmente conquistada por la serpiente y se complació particularmente con su compañía. Entonces la serpiente subió al Árbol, bastante alto, como para que su cabeza estuviera a la altura de la de Eva, se agarró del tronco con sus patas y, acercando la cabeza hacia Eva, le habló. Le dice que si Adán y ella comen del fruto del Árbol, se volverían libres, ya no serían esclavos y conocerían la forma en que podrían multiplicarse.

Adán y Eva ya habían recibido de Dios la orden de multiplicarse. Pero ellos, no sabían como Dios encausaría esto. Supe que si lo hubieran tenido conocimiento de cómo multiplicarse y sin embargo hubieran pecado, la Redención habría sido imposible.

Desde entonces Eva se volvió más pensativa. Ella pareció estar conmovida por el deseo de la promesa de la serpiente. Una degradación tomó posesión de ella. Yo me estremezco al sentir eso. Ella echó un vistazo hacia Adán, que todavía estaba de pie, apacible, bajo los árboles. Ella lo llamó, y él vino.

Eva se dirigió hacia el árbol, pero se volvió atrás. Había una agitación, una vacilación en sus movimientos. Otra vez reinició la marcha, como si tuviera la intención de dejar atrás el árbol, pero volvió a vacilar, acercándose finalmente a él por la izquierda. Estuvo de pie detrás de él, protegida por sus hojas largas. El Árbol era más tupido en la cumbre, y sus ramas largas y flexibles estaban recubiertas con hojas que caían hasta la tierra. En el lugar donde se paró Eva un fruto particularmente bello colgaba.

Cuando Adán se acercó a Eva, ella lo tomó del brazo y le contó parte de lo que había dicho este animal que hablaba. Adán escuchaba. Al tomarle Eva el

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brazo a Adán, era la primera vez que lo tocaba: el no la tocó, pero todo se volvió más oscuro alrededor de ellos (indeterminado)

Vi que el animal mostraba el fruto sin atreverse, no obstante, a recogerlo para Eva. Pero cuando el deseo se apoderó del corazón de Eva, el animal lo recogió y se lo pasó. Era el fruto de un racimo de cinco, el más bello que se que se encontraba en medio de los otros.

Y ahora vi a Eva acercarse a Adán y ofrecerle la fruta. Si él la hubiera rechazado, el pecado no habría sido cometido. Vi la ruptura de la fruta, como se abría en la mano de Adan. Inmediatamente ellos comenzaron a ver imágenes y era cómo si fueran instruidos acerca de lo que ellos no debieran haber sabido jamás. El interior de la fruta era sanguíneo y lleno de venas. Vi como Adán y Eva perdían su lucidez y disminuían en estatura. Era como si el sol bajara. El animal se deslizó bajo el árbol, y lo vi escaparse arrastrando. Pero no veo que Adán y Eva hayan comido del fruto con su boca como hacemos nosotros: el fruto desapareció entre ellos.

Vi que Eva ya había pecado cuando la serpiente estaba en el Árbol , ya que le había entregado su voluntad. Yo comprendí en aquel momento algo, que soy incapaz de expresar en palabras: era como si la serpiente representara la forma de su voluntad; era como un ser por el cual podían obtenerlo todo. Y era como si Satanás hubiese aparecido.

El pecado no fue completado por el solo hecho de comer la fruta prohibida. Aquella fruta del árbol que, arraigando sus ramas a la tierra siguió reproduciendo el pecado en ellos después de la Caída, comunica la idea de una propagación absoluta del pecado, una implantación sensual a costa de la separación de Dios. De este modo, habiendo consumido esta fruta en la desobediencia, el hombre se separó de Dios y la concupiscencia se estableció en él, y por él en toda la naturaleza humana. El hecho de usurpar las propiedades de la fruta y de usar la fruta únicamente para el placer que produce, implica aceptar las desastrosas consecuencias del acto de subversión, la degradación de su propia naturaleza, así como el pecado y muerte.

Después de la creación de Eva, Dios había concedido a Adán una bendición pura y santa, facultad que permitía al hombre reproducirse en la santidad y la pureza, esta bendición fue retirada de Adán debido al uso que hizo del fruto prohibido, ya que veo al Señor pasar detrás a Adán y retirarle algo, cuando éste dejó su colina para juntarse con Eva . Y me pareció que la Salvación del mundo debía salir de lo que Dios había retirado a Adán.

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Un día, Dios me concedió una visión de este misterio: vi el vacío corporal y espiritual que provocó la caída en todos los hombres, tal como se acaeció a Adán y Eva, la corrupción por la mezcla del bien con el mal, del cual, los ángeles caídos extrajeron un gran poder.

También vi a la segunda Persona de la Divinidad descender hacia Adan y retirarle la bendición divina, con una lámina encorvada, antes de que consintiera en el pecado. En el mismo momento, vi a la Virgen María salir del lado de Adán, como una nube luminosa que se elevó hacia Dios.

Cuando Adán y Eva hubieron consumido el fruto, quedaron como ebrios, y su consentimiento al pecado provocó grandes cambios en ellos. Ya que, la serpiente que estaba cerca de ellos, los impregno con su naturaleza, fue como la cizaña que se introduce en el trigo.

La circuncisión ha sido establecida como un signo de castigo y de expiación: lo mismo que el primer retoño de la vid es podada, para evitar que el vino se vuelva agrio, malo e inutilizable, del mismo modo el hombre está sometido a este rito, como si debiera por ahí recobrar su perfección perdida.

Cuando la reparación de la caída me fue mostrada en forma de visiones, veía a Eva que, apenas nacida del lado de Adan ya subía a la cabeza del fruto prohibido y corría hacia el árbol para rodearle con sus brazos. Pero veía al mismo tiempo, en una visión opuesta, cómo Jesús, nacido de la Virgen, se apresuraba hacia la Cruz y la ceñía en sus brazos, y cómo la descendencia de nuestros primeros padres, manchada y dispersada por culpa de Eva, reencontraba su pureza gracias a la Pasión de Jesús.

Me fue mostrado exactamente cómo la maldad y sus disturbios deben ser expiados mediante la carne, a través de los dolores de la expiación. Siempre comprendí así las palabras de Epístola de los Gálatas según las cual el hijo de la criada no tiene en absoluto parte a la herencia: por este término "criada", debemos entender la carne y las sumisiones serviles que engendra.

El matrimonio es un estado de penitencia que requiere de la oración, el ayuno, la limosna, la práctica de la caridad, la renuncia, y la intención de aumentar el Reino de Dios.

Antes del pecado original, Adán y Eva eran muy diferentes de lo que nosotros somos ahora, miserables humanos. A causa del uso que hicieron del fruto prohibido, recibieron un devenir formal y temporal, y todo lo que en ellos era espiritual se cambió a carne, materia instrumentalizada y receptiva. Antes, eran uno en Dios, y su voluntad era una con la de Dios; en lo sucesivo, están

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divididos en su propia voluntad, que es egoísmo, concupiscencia e impureza. Recogiendo el fruto prohibido, el hombre se alejó de Dios, su Creador, y esto fue como si perdiese el poder de crear.

La Pérdida de la Libertad y Consecuencias de la Caída En el ser humano, todas sus fuerzas, sus acciones y las cualidades, le permitían dominar la naturaleza entera, sobrepasaba el nivel de la materia en todo orden y surgieron así, todo tipo de formas y de expresiones. Al principio, el hombre había sido establecido por Dios como dueño de toda la creación; en lo sucesivo, estaría descendido a nivel de la naturaleza y todo en el se volvió a nivel de la naturaleza. Era como un señor al que sus esclavos hubieron sometido y atado, y debía ahora luchar y combatir contra sus propios esclavos. Soy apenas capaz de expresar todo esto: es como si el hombre que había poseído a Dios en su origen y era el centro de todas las cosas, hubiera perdido su condición y el mundo se había convertido en su dueño.

Vi en el interior de los órganos del hombre, una imagen de todas las criaturas y sus relaciones entre ellas; toda la creación se recapitulaba en él, desde los astros hasta los animales más pequeños. Era como si toda la creación fuera derribada por la caída del hombre , en lo corporal y en lo perecedero. Todo esto se armonizaba en el hombre, pero se quebrantó esta semejanza y armonía; y así debió trabajar en lo sucesivo, luchar y sufrir a causa de su falta (culpa). No puedo expresar esto, más claramente. Porque, soy yo misma un miembro de la humanidad caída.

El hombre ha sido creado para completar las filas (rangos) dejadas vacías por los ángeles rebeldes. Sin el pecado original, el género humano habría sido multiplicado, hasta que alcanzara al número de los ángeles caídos, y la creación habría sido entonces completada. Si Adán y Eva hubieran vivido una sola generación sin pecar, nunca habrían existido las tumbas. Estoy segura que el mundo sólo habría durado hasta alcanzar el número de los ángeles caídos y hasta que todo el trigo fuera separado de la cizaña.

Y tuve un día la visión global de TODO el pecado, era como un sonido inconmensurablemente extendido, y luego vi TODA la salvación. Contemplé claramente todos los misterios con precisión. Pero me es imposible expresar esto en palabras (voces). Vi el pecado, desde la caída de los ángeles y la falta (culpa) de Adán hasta nuestros días, con la sus ramificaciones innumerables. Y también vi todas las preparaciones de la Redención y de la Salvación, hasta la llegada y la muerte de Jesús. Jesús me mostró la mezcla prodigiosa y el desorden increíble que reinan en toda cosa. Y todo lo que cumplió desde el origen para la purificación y la restauración del universo.

En el momento de la caída de los ángeles muchos espíritus del mal vinieron sobre la tierra e infectaron los aires: veo allí un número de cosas saturadas y poseídas de toda clase de males por su furor.

El primer hombre era una imagen de cómo Dios estaba en el cielo. Todo era uno con él y en él: su forma era una expresión de la forma divina. Debía recibir

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y poseer la tierra y las criaturas, pero en posesión de Dios y adorándole. Sin embargo, era libre. Es por eso que estuvo confrontado a la prueba de a tentación de lo prohibido: comer el fruto del Árbol. Al principio todo estaba unido y era parejo: entonces se elevó la pequeña colina luminosa de la cual se formó Adán. Posteriormente se ahuecó el valle y quedó totalmente blanco y sembrado de flores minúsculas, como polvo. El Tentador se acercó.

Después de la caída, todo cambió. Todas las formas de la creación se diluyeron y se esparcieron, todo lo que estaba unido se separó. Todo lo que era uno se multiplicó. Adán y Eva ya no estaban orientados hacia Dios solamente, sino que, hacia ellos mismos. Ya no serían uno, sino dos, luego tres, y finalmente una multitud. Habiendo sido hechos a imagen de Dios, simplemente terminaron siendo el complemento el uno del otro. En ellos sólo producían la imagen del pecado. Fueron arrastrados así a una relación de cercanía con los espíritus rebeldes. Los consideraron parte de ellos y fueron tributarios del sol. Los ángeles caídos establecieron su dominio sobre los hombres y la tierra, dando origen así a una variedad infinita de pecados, de culpabilidad y de miserias, Se mezclaron con los hombres y hubo una dispersión en la naturaleza por el pecado original.

Mi Novio me mostró todas estas cosas muy claramente, de modo preciso y comprensible, mucho más exacto que todos los acontecimientos que percibimos en la vida diaria, y yo pensaba que un niño sería completamente capaz de comprenderlo, pero ahora no soy capaz de explicarlo. Me mostró el plan y las vías de la Salvación; desde el origen hasta la redención. Es inexacta la idea, según la cuál Dios no necesitaba hacerse hombre, ni morir por nosotros en la sobre lacruz, siendo Él capaz de proceder de muy distinto modo para salvarnos, gracias a su Omnipotencia. Vi que Él hizo lo que hizo en conformidad con Su propia perfección infinita, Su piedad, y Su justicia; ¡Nada es en efecto ninguna necesidad para Dios, Él hace lo que Él hace, Él es cual Él es!

Vi a Melchisédec como un ángel, prefigurando a Cristo, Sacerdote Eterno venido sobre la tierra. Así como el sacerdocio está en nuestro Dios de toda la eternidad, era sacerdote en la orden eterna, como ángel. Vi todo lo que hizo para preparar, fundar, establecer y preservar la raza humana. Y para guiarla. También vi a Hénoc y Noé, su papel y su significado. Y al lado de todas estas imágenes me ha sido mostrado el imperio del infierno, siempre a la obra desde el nacimiento. Las artimañas y las mil formas de un culto idolátrico terrestre y carnal diabólico. Y vi en todas estas manifestaciones pestiformes, similares y comparables, figuras primaria, básica y disoluta con una necesidad innata y oculta, que llevaban e incitaban a un proceso ininterrumpido y reiterado de pecado y dispersión. Así es como todo me ha sido revelado. De Abraham a Moisés. De Moisés a los Profetas, siempre en relación y en correspondencia con nuestro mundo (gente) actual.

Así, por ejemplo, estas visiones del Antiguo Testamento estaban relacionadas con la enseñanza que recibí sobre los sacerdotes, la razón porque ya no alivian o curan, por qué ahora no está en su poder. Porqué es ahora tan diferentemente de lo que esto solía ser. Vi ese regalo que poseían los

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Profetas, ese don del sacerdocio me fue mostrado en la época de los profetas. Así como su origen: vi por ejemplo a Elías darle su vara (palo) a Giezi para ponerlo sobre el niño de Sunamite, que había muerto. Entonces en esta vara se encontraba encerrada toda la potencia (fuerza) de Elías, su misión. De modo totalmente espiritual. Esta vara era la prolongación de su brazo, era su mismo brazo; es en esta ocasión cuando vi, que el origen del cayado de los obispos, del cetro de los reyes, es su poder, tal como la fe lo entrega. Está en relación de un modo particular a los que son investidos de una misión, y distinguiéndolos de todo el resto de las personas. Pero Giezi no creía lo suficiente y la madre afligida se imaginaba no poder conseguir el socorro de Elías. Así aunque había dudas, ocasionadas por el oscurecimiento humano, no habían puesto obstáculo a la fuerza que Dios daba Elías y a su vara. Vi a Elías ponerse sobre el niño, boca contra boca, mano contra mano, pecho contra pecho, y, por su oración, devolver el alma al cuerpo del niño. Tuve en esta ocasión una explicación de la muerte de Jesús a la que prefiguraba. En Elías, la fe y la gracia divina le abrieron de nuevo al hombre las puertas de la salvación y de la redención que habían sido cerradas por el pecado, a través de la cabeza, el costado, las manos y los pies. Elías se acostó, como una cruz de vida ya prefigurada, sobre el niño muerto, la imagen de una cruz se acercó a las fuentes de vida cerradas y, por su oración y su fe, hizo de nuevo circular en él la vida y la salud, reparando y expiando las faltas (culpas) de los parientes (padres), que habían sido cometidas por la cabeza, el corazón, las manos y los pies, las que habían causado la muerte del niño.

Vi al mismo tiempo todos estos símbolos sobre la muerte de Jesús en la cruz y sus Heridas Santas, y la armonía que existe en todo. Pero contemplé la plenitud de este don de la resurrección y de la curación que se difundía desde la muerte de Jesús sobre la cruz a todo el sacerdocio de su Iglesia, y en particular en los cristianos de fe eminentemente sólida: porque es en la medida de nuestra vida en Jesús y de nuestra crucifixión en él que las puertas de la gracia manifestadas por sus Heridas son abiertas en nosotros.

Me enteré de muchas cosas sobre la imposición de las manos, sobre la fuerza de la bendición y sobre su acción a lo lejos, y todo precisamente me fue explicado en este ejemplo del palo de Elias, el palo que es en cierto modo la prolongación de la mano y el portador de su fuerza. Me ha sido mostrado por qué los sacerdotes, en la actualidad, difunden tan raramente gracias de bendición y de curación; esto me ha sido representado en forma de símbolos, como todas las realidades en este orden.

Vi a tres artistas que modelaban figuras de cera. El primero utilizaba bella cera blanca, el era muy hábil y trabajaba con facilidad, pero tenía la cabeza totalmente plena de su propia suficiencia y no llevaba la imagen de Cristo en su corazón, así su obra abortó. El segundo utilizaba cera pálida, pero fue rellenado por su amor propio y tomaba su obra con tan poco corazón que no hizo nada bueno. El tercero, muy torpe, amasaba con paciencia e ingenuidad la vulgar cera amarilla, y, aunque trabajaba con muchas dificultades, hizo una obra muy buena y una imagen muy expresiva a pesar de la grosería de la ejecución. Así también los sacerdotes totalmente ocupados de disertar de cosas mundanas e imbuidos de sabiduría humana y de falsa ciencia, no

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producen nada bueno. Mientras que algunos, por su sola pobreza y sencillez, manifiestan la potencia (fuerza) del sacerdocio en la bendición y la curación.

En todas estas cosas, era como si fuera a la escuela. Mi Novio me enseñaba cómo, desde su concepción hasta su muerte, había sufrido y expiado por nuestros pecados. Y veía todo esto en representaciones de su vida únicamente. También vi que se podía, por la oración y ofreciendo sus propios sufrimientos, obtener la conversión y la salvación de numerosas almas que trabajan apenas en la tierra y son cautivas del pecado mortal.

Vi también cómo los Apóstoles se dispersaron sobre la parte más grande de la tierra, para quebrantar allí la dominación de Satanás y llevar allí la bendición. Y cómo ciertas regiones estaban muy particularmente en el poder del enemigo, pero Jesús por su sacrificio perfecto, les entregó a los hombres la potencia (fuerza) de su bendición y sólidamente se estableció en ellos. Tanto en el pasado como en el presente Jesús nos envía su Espíritu de Santidad. Me ha sido mostrado que este que a través de éste Don originado en la fuerza de la bendición, hay que sustraer de la tierra y los países la dominación de Satanás. Esto se encuentra evocado en estas palabras: “ustedes son la sal de la tierra. " Es por esto que la sal también entra en la composición del agua bendita.

En estas visiones pude apreciar cuán escrupulosamente y con pasión se entregan algunos hombres a las ocupaciones (actividades) carnales y temporales, todas éstas prácticas son nacidas de la negativa de las bendiciones celestes. Constituyen el sentido (dirección) de la vida para muchos, son prodigios del reino de Satanás, culto a la naturaleza, la superstición, la magia, el magnetismo, la ciencia orientada hacia el humano, las artes superficiales. Estos medios son como un maquillaje de la muerte, como volver el pecado agradable y adormecer la consciencia. A veces son practicados con superstición los misterios de la Santa Iglesia. Estos misterios debieran celebrarse con fervor y santidad, pero la mayoría de la gente sólo lleva sus actividades y ocupaciones mundanas de un modo adecuado y consciente. ¡El mundo es servido a la perfección, pero el servicio a Dios es vergonzosamente descuidado!

La Promesa de la Salvación Después del pecado original, Dios mostró a los ángeles cómo iba a restaurar el género humano. Vi el trono de Dios. La Trinidad, muy Santa. Un movimiento de tres Personas divinas. Vi los nueve coros de ángeles. Dios les reveló de qué modo deseaba restablecer el género humano caído. Y los ángeles manifestaron entonces una alegría y un júbilo indescriptibles.

Vi la roca de piedras preciosas de Adán aparecer delante de Dios. Era muy resplandeciente, como si hubiera sido sostenida por ángeles; esta roca fue aumentando de tamaño. Se formó un trono, luego una torre, que se extendía hasta contener todo. Los nueve coros de ángeles se acomodaban por todos lados. Por encima de ellos en el cielo, vi la imagen de la Virgen. Era María, no

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en su propio tiempo, sino en la eternidad de Dios, era como algo que salía de Dios.

La Virgen entró en la torre, que se abrió para recibirla, y ella pareció hacerse una con la torre. Entonces vi la aparición de la Santa Trinidad que, igualmente, entró en la torre. En medio de los ángeles vi un tipo de ostensorio, todos participaban en su transporte: tenía forma de torre adornada con toda clase de figuras misteriosas. Dos personajes se ponían a cada lado, tendiéndose las manos. Vi algo, nacido de Dios, que pasó entre todos los coros angélicos y penetró en el ostensorio: esto era algo santo y brillante, un don sagrado, que se hacía más nítido a medida que se acercaba. Me pareció que era el germen de la bendición divina, destinado al crecimiento puro dado por Dios a Adán. Este le fue retirado en el momento en el que él escuchó a Eva y al estar conforme con su deseo de recoger el fruto prohibido. Es la bendición que Abraham recibió posteriormente, que luego fue recibida por Jacob y de nuevo confiada a Moisés, el que la guardó en el Arca de la Alianza, de donde Joaquín, el padre de María, finalmente la recibió. María fue concebida tan pura e inmaculada como Eva, cuando ésta fue sacada del costado de Adán adormecido. El ostensorio junto a María y la Santísima Trinidad entraron a la Torre.

También vi a los ángeles preparar un cáliz semejante por su forma al cáliz de la Ultima Cena, este vaso también entró en la Torre. Sobre el costado exterior derecho de la Torre, estaba el vino y el trigo, como puestos sobre el borde de nubes doradas: eran unas manos con los dedos unidos de donde bajaba el vino y el trigo. También de la nube se desprendió una rama, que se transformó en un árbol genealógico entero, cuyas ramas llevaban figuras en miniatura de hombres y de mujeres que se tendían las manos. La última flor de este árbol era el Pesebre con el Niño Jesús.

Yo tuve entonces visiones sobre el Misterio de la Redención desde su Promesa hasta su cumplimiento a finales de los tiempos, ví también imágenes y obstáculos que se levantaban contra este misterio. Finalmente, ví encima de la roca iluminada, una gran iglesia majestuosa, una Iglesia Santa, que en su pecho soportaba la Salvación del mundo entero. La unión de estos cuadros, uno con el otro y su transición de uno al otro, era maravillosa. Hasta los obstáculos que se oponían a la salvación (El Mal, que fue rechazado por los ángeles) y se convertían en fruto de dolor, servían también para el desarrollo del plan de Salvación. Y vi el Templo Antiguo elevarse de abajo; era muy grande como una iglesia, pero no tenía ninguna torre. Fue empujado a un lado por los ángeles, y se volcó. Vi que una gran concha de mejillón (el Símbolo de adoración pagana y mitológica) que trata de forzar su camino al Viejo Templo; pero fue rechazada y puesta a un costado.

Vi una torre ancha con pisos, como podada (una pirámide egipcia) cuyas numerosas entradas se cerraban sobre personas como Abraham y los hijos de Israel. Esto significaba su esclavitud en Egipto. Esta pirámide fue destruida, como también otra torre egipcia que simbolizaba la Astrología y la Adivinación. Vi luego un templo egipcio que también fue destruido como los demás.

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Finalmente, tuve una visión de la tierra, como Dios se la había mostrado a Adán; allí aparecía una Virgen que traía la salvación perdida. Adán no sabía cuando ocurriría esto, y vi su tristeza profunda porque Eva le daba sólo varones. Pero al fin ella dio a luz una hija.

Vi a Noé y su sacrificio y cómo él recibió de Dios la Bendición. También tuve visiones de Abraham, de su Bendición, y de la promesa de un hijo: Isaac. Yo vi la Bendición descender de primogénito a primogénito, y siempre transmitida mediante una acción sacramental. Vi a Moisés en la noche durante la salida de Israel desde Egipto. La noche previa al Éxodo recibió la posesión del Misterio, el depósito consagrado, del cual nadie sabía salvo Aarón. Este depósito quedó después en el Arca de la Alianza. Por una revelación de Dios sólo los Sumos Sacerdotes y ciertos santos, tenían algún conocimiento de ello. Vi la transmisión de este Misterio por toda la ascendencia de Jesucristo hasta Joaquín y Ana, la pareja más pura y santa que alguna vez existió, y que dio origen a María, la Virgen Inmaculada. Y luego vi a María ser refugio vivo del Arca de la Alianza con Dios.

La Expulsión del Paraíso. Después de algún tiempo, vi a Adán y Eva errantes y presos de una gran tristeza. Estaban sombríos y caminaban lejos el uno del otro, como si buscaran algo que hubieran perdido. Ellos estaban avergonzados. Cada paso que ellos daban los conducía hacia abajo, como si la tierra cediera al peso de sus pies. Ellos llevaban la penumbra dondequiera que fueran; las plantas perdían sus colores brillantes y los animales huían frente a ellos. Buscaron hojas grandes y tejieron una cubierta para su desnudez. Ellos siempre deambulaban separados.

Cuando hubieron huido así durante un tiempo considerable del lugar maravilloso con luz refulgente del que venían, comenzó a aparecer la cumbre de una montaña distante. Entre los arbustos de una llanura sombría parece que ellos se escondieron, cada uno por su lado. Mientras estaban entre los matorrales de la misma planicie, una voz venida de las alturas los llamó: pero no se atrevieron a mostrarse, y se escondieron más entre los arbustos. Esto me causó una gran pena. La voz se hizo entonces más severa; y a pesar de su deseo de huir y esconderse, fueron obligados a descubrirse.

Una silueta majestuosa y brillante de luz apareció: se acercaron a ella con la cabeza agachada, sin atreverse a mirar al Señor: se miraron entre ellos y ambos reconocieron su culpa. Entonces Dios les señaló un lugar más bajo todavía: Una planicie cubierta de árboles y espesuras. Ahí es cuando verdaderamente comprendieron su estado miserable y su soledad. Entonces los vi rogar. Se miraban el uno al otro y cayeron de rodillas, levantaron las manos hacia al cielo, se pusieron a gritar y a llorar. Cuando veía esto, sentía cuán benéfico es el aislamiento para la oración.

Estaban vestidos en lo sucesivo con un vestido que cubría su cuerpo de los hombros a las rodillas, y que estaba ceñido a la cintura mediante una graciosa tira, sacada del interior de la corteza de un árbol. Mientras nuestros primeros padres huían y descendían más hacia abajo y más abajo del lugar de su

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creación; el Paraíso en sí mismo, apareció como una nube, estando más lejos y más alto sobre de ellos. Entonces un anillo encendido, como el círculo que a veces se ve alrededor del sol y la luna, bajó del Cielo y se puso a la altura de la montaña, en la cual estaba el Paraíso.

Adán y Eva habían estado sólo un día en el Paraíso. Ahora veo el Paraíso lejos, muy lejos, como una banda de tierra directamente ubicada bajo el punto de salida del sol. Cuando el sol se eleva, lo hace al lado derecho de la banda de tierra que está al este de la Montaña de los Profetas. Esto me parece como un huevo que cuelga de un agua indescriptiblemente clara que la separa de la tierra. La Montaña del Profeta es, como lo fue, un promontorio que se eleva por aquella agua. En aquella montaña, uno ve regiones extraordinariamente verdes y majestuosas separadas aquí y allá por abismos profundos y precipicios llenos del agua; en efecto, he visto a la gente subir la Montaña del Profeta, pero no llegaron lejos.

Vi a Adán y Eva llegar a una tierra, lugar de penitencia: era un espectáculo muy conmovedor, ver estos dos seres en penitencia sobre la tierra desnuda. A Adán le fue permitido traerse una rama de oliva con él desde el Paraíso; y ahora la plantó. Posteriormente vi que la Cruz había sido tallada en este bosque de madera.

Adán y Eva estaban indeciblemente tristes. Ellos solamente podían vislumbrar el Paraíso y descendían constantemente más hacia abajo y más abajo y al mismo tiempo, tenían recuerdos cada vez más distantes del paraíso. Al final, ellos llegaron durante la noche y la oscuridad, al lugar desgraciado y miserable en el cual tuvieron que hacer la penitencia.

EL DILUVIO

Los Descendientes de Adán Vi llegar a Adán y Eva a la región del Monte de los Olivos: el paisaje era diferente de lo que es ahora pero me fue mostrado que era ese mismo país. Los vi vivir haciendo penitencia en el preciso lugar donde Jesús transpiró sangre. Cultivaban los campos. Les vi acompañados de su hijo y en un estado de gran aflicción. Suplicaban a Dios que les concediera también niñas ya que habían recibido la promesa que en la posteridad una mujer aplastaría la cabeza de la serpiente. Eva tenía a sus hijos a intervalos precisos: el niño de la promesa fue dado a luz en la gruta del Pesebre, donde, también, un ángel anunció a Eva que Set era la semilla dada por Dios en el lugar de Abel. Set permaneció después mucho tiempo escondido en esta gruta. Así como en la cueva de la lactancia de Abraham, porque sus hermanos, como los de José procuraban atentar contra su vida. Un día vi a doce personas: Adán, Eva, Caín, Abel, dos de sus hermanas y otros niños más pequeños. Ellos todos estaban vestidos con pieles de bestias, estaban puestas sobre sus hombros y ceñidos como escapularios. Estas pieles

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se extendían sobre el pecho y servían de saco; eran más largas alrededor de las piernas y atadas sobre los costados. Los hombres llevaban pieles más cortas sobre las cuales fueron fijados morrales en los cuales llevaban algo. Estas pieles eran muy blancas y finas. Los hombres las usaban hasta medio brazo y las mujeres las ataban cerca de la mano. En esta ropa se veían muy bellos y majestuosos. Había allí unas cabañas, como insertadas en la tierra y cubiertas con plantas: era una comunidad perfectamente organizada. Vi campos con pequeños árboles frutales bastante robustos, había también cereales como el trigo, que Dios había dado a Adán para que lo sembrara. No me acuerdo haber visto el trigo ni la vid en el Paraíso. No había en el Paraíso ninguna fruta como alimento. La preparación de los alimentos es una consecuencia del pecado y por ello un símbolo del sufrimiento. Dios dio a Adán todo necesario para que pudiera sembrar. Me acuerdo también de ver hombres similares a ángeles dar algo a Noé, cuando entró en el Arca, me pareció ser la rama de una vid unida a una manzana. Cierta clase de cereal que abundaba y crecía libremente, se hizo incomestible por lo que Adán tuvo que sembrar trigo. Por un tiempo mejoró, pero posteriormente volvió a degenerar y se hizo cada vez peor. En su primer tiempo, este grano salvaje se extendió, especialmente bien y ennoblecido hacia el Levante, la India o China, cuando aun había pocos hombres en estas regiones. Este grano no prosperaba allí donde abundaban la vid y los peces. Adán y su familia bebían la leche de los animales y comían queso, el que hacían secar al sol. Entre los animales vi especialmente ovejas. Todos los animales a los cuales Adán les había dado un nombre, lo habían seguido, pero éstos huían, y debió atarlos. Tuvo que domesticarlos alimentándolos, y acostumbrándolos a él. También vi aves que volaban, animales pequeños y animales saltadores. Era una comunidad muy patriarcal. Vi a los niños de Adán sentados alrededor de una piedra en una choza, para comer; yo los vi rogar y dar gracias. Dios había enseñado a Adán a ofrecer el sacrificio; él era como un sacerdote en su familia. Caín y Abel también lo fueron. Vi que las preparaciones para el sacrificio ocurrían en una choza separada. En la cabeza usaban gorros de hojas y ramas trenzadas en forma de barquilla, con un borde en la frente que permitía sacárselos. Adán llevaba también los cabellos largos, tenía una barba corta primero, luego se la dejó crecer. Eva llevó primero los cabellos muy largos; más tarde los dispuso como un rollo alrededor de su cabeza. Siempre vi el fuego como brasas y llamas cubiertas, como si fuera subterráneo. Lo recibieron primero del cielo y Dios les enseño a utilizarlo. Usaron como combustible una materia amarilla, parecida a la tierra, como un tipo de carbón.

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No los vi cocer los alimentos. Vi que, que al principio secaban los alimentos al sol: usaban el trigo aplastado y expuesto al sol en pequeños hoyos bajo un tejado enrejado. Los cereales que Dios les dio eran el trigo, el centeno y la cebada. Dios les enseñó a cultivarlos, como les enseñó todas las cosas. No vi grandes ríos como, por ejemplo, el Jordán. Las fuentes de agua brotaban todas de una sola parte, Adán y su familia canalizaron las aguas y formaron embalses. Antes de la muerte de Abel no comían carne. Yo tuve una visión respecto del Monte Calvario. Vi ahí a un profeta, el compañero de Elías. El monte estaba entonces lleno de cuevas y sepulcros amurallados. El profeta entró en una de estas cuevas subterráneas, y sacó de un sarcófago lleno de osamentas, el cráneo de Adán; un ángel que estaba cerca de él, en aparición le dice: "esto es el cráneo de Adán" y le prohibió llevárselo. Sobre el cráneo, todavía había algunos cabellos finos y rubios. Vi también que tras lo sucedido con el profeta se nombró a este lugar "el lugar del cráneo”. Es justo encima de este cráneo que fue puesto, en línea recta, el pie de la Cruz del Cristo, el lugar del calvario. Tuve revelación que el sitio donde estaba el cráneo es el centro de la tierra, y me han sido señalados la distancia en cifras hacia Oriente, al Sur y el Poniente. Pero lo olvidé.

Caín. La maldad de los hombres. Los gigantes Vi que, es, en el Monte de los Olivos donde Caín elaboró el plan de matar a Abel. Después del hecho, es allí donde regresó nuevamente enloquecido y sobrecogido de temor; se distrajo rompiendo y arrancando árboles. Entonces vi que apareció una figura majestuosa tomando la forma de un hombre severo y refulgente, que dijo: "¿Caín, dónde está tu hermano Abel?” Primero, Caín no lo vio, pero luego se volvió hacia él y le dijo: "no sé, ¡no ha sido confiado a mi guardia!" Ahí Dios le dice que la sangre de Abel lo llamaba desde la tierra. Caín tuvo más miedo; discutió sin embargo un momento largo con Dios. Dios le dice que sería maldito sobre la tierra, que ésta ya no le daría su fruto y que debería irse de la tierra que habitaba en ese entonces. Caín protestó diciendo que por todas partes pretendían matarle. Ya había muchos hombres sobre la tierra. Caín era muy viejo y tenía hijos. Abel también dejó hijos. Además había otros hermanos y hermanas, los hijos de Adán. Pero Dios dice que no. Que cualquiera que lo matara sería castigado siete veces; él hizo un signo sobre Caín, para que no lo matase nadie que lo hallara. Sus descendientes fueron unos hombres de color. Cam también tuvo hijos que fueron más morenos que los de Sem. Los hombres más nobles siempre eran de piel mas clara. Los que fueron marcados con el signo tenían niños como ellos y, por herencia creciente, el signo finalmente se extendió sobre todo el cuerpo y así los hombres se volvieron cada vez más oscuros. Pero al principio no existían hombres completamente negros; se hicieron así gradualmente.

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Dios indicó a Caín una región a la cual sería desterrado. Y Caín dijo: " ¡así vas a dejarme morir de hambre, ya que la tierra me es maldición!- (la tierra era para él maldita) - Dios respondió que no, ya que Caín y sus descendientes deberían comer la carne de animales. Igualmente le dijo que una nación provendría de él, y que también algo bueno pro- vendría de él. Antes de esto los hombres no comían ningún tipo de carne.Caín se exilió y construyó una ciudad, a la que le dio el nombre de su hijo, Enoc. Abel fue muerto en el valle de Josaphat al costado del Monte del Calvario. Más tarde, a consecuencia de esto, hubo en este lugar toda clase de homicidios y de desgracias. Caín mató a Abel con una especie de combo, con el cual aplastaba las piedras blandas y los terrones de tierra para preparar el terreno para los cultivos. Esta herramienta era de piedra, con un mango de madera que se doblaba. No debemos imaginarnos el mundo antes del Diluvio como ahora. ¡La Tierra Santa no era accidentada como ahora, con valles y barrancos! Las planicies eran mucho más extendidas y las escasas montañas tenían pendientes mucho más suaves. El Monte de los Olivos era en ese tiempo de una altura media con pendientes suaves. La gruta de la Natividad, cerca de Belén, existía ya como gruta salvaje con peñascos, pero los alrededores eran diferentes. Los hombres de aquellos tiempos tempranos eran más grandes, pero no desproporcionados: ahora se los observaría con asombro, pero no con miedo, ya que ellos eran mucho más hermosos que la generación posterior. Entre las viejas estatuas de mármol que veo en muchos sitios en cuevas subterráneas, pueden ser encontradas figuras similares. Caín condujo a sus hijos y nietos a la región indicada para él, y allí ellos se multiplicaron. De Caín nunca vi nada más, salvo de que era un pecador. Su castigo pareció consistir en trabajo duro, pero infructuoso. A pesar de trabajar mucho, nada le prosperaba personalmente. Vi que él fue burlado e insultado por sus hijos y nietos y maltratado a cada momento. Y aún así, ellos lo seguían como a su líder, aunque lo trataban como a un maldito. Vi que Caín fue castigado con severidad, pero no condenado, ya que debía expiar muy duramente su culpa. Uno de los descendientes de Caín era Tubalcain, (Génesis 4:22.), el creador de artes variadas, y el padre de los gigantes. Yo veía con frecuencia que, cuando los ángeles cayeron, cierto número de ellos tuvo un momento de arrepentimiento y la caída de ellos no fue tan profunda como la de los demás. Más tarde, estos espíritus caídos, se ubicaron en una montaña alta, solitaria y totalmente inaccesible .Este sitio en el momento del Diluvio se volvió un mar, el Mar Negro, pienso. Se les permitió ejercer su mala influencia sobre los hombres en la misma proporción que, éstos se extraviaron adelante de Dios. Después del Diluvio ellos desaparecieron de aquella región, y fueron confinados al aire. Ellos sólo en el Juicio Final serán precipitados al infierno.

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Vi a los descendientes de Caín hacerse cada vez más impíos, ateos y más sensuales. Se acercaron cada vez más a esta montaña, y los ángeles caídos poseyeron a muchas de sus mujeres y los dominaron y les enseñaron todas las artes de la seducción. Sus hijos eran muy grandes, tenían todo tipo de habilidades y de aptitudes y se hicieron instrumentos de los malos espíritus. Así es como se originó sobre esta montaña y lejos de sus alrededores una raza depravada, que procuró implicar a la descendencia de Set en su mundo de vicios y corrupción, usando de la fuerza y de la seducción. Es entonces cuando Dios le anunció a Noé su intención de enviar el diluvio. Mientras construía el Arca, Noé tuvo que sufrir tormentos espantosos por parte de este pueblo. Vi muchas cosas sobre este pueblo de los gigantes: cómo arrastraban muy fácilmente peñascos enormes hasta la cumbre de la montaña, cómo subían cada vez más arriba, cómo lograban las cosas más sorprendentes. Subían corriendo a lo largo de paredes o arboles, como lo vi hacer a otros poseídos por el diablo. Podían hacer toda tipo de cosas, y las más asombrosas. Pero únicamente simulacros y artificios, que se producen con la ayuda del demonio. Es por esto que todos los tipos de prestidigitación y todos los juegos de azar me son tan insoportables. Podían hacer toda tipo de figuras de piedra y de metal pero de la ciencia de Dios, no tenían ningún vestigio y procuraban cualquier cosa adorar. Vi que se echaban de repente a sacar una estatua de la primera piedra adecuada y a adorarla, o bien no importaba cual bestia horrible, o cualquier otra que no representara nada. Ellos adoraron también a un animal espantoso y toda clase de cosas innobles. Ellos sabían de todas las cosas, veían todas las cosas, ellos preparaban veneno, se entregaban a la brujería y a todos vicios. Las mujeres descubrieron la música y las vi andar entre las mejores tribus para atraerlas y seducirlas en sus depravaciones. Vi que no tenían casas de vivienda ni de ciudades, sino que se construían torres enormes, redondas de piedras brillantes. Bajo las torres, al pie de las mismas, adosaban construcciones más pequeñas que conducían a extensas cavernas donde celebraban sus orgías. Podían pasearse sobre el tejado de estos edificios y subían a la cumbre de las torres para observar a la distancia a través de tubos; estos no eran como telescopios. Fueron hechos mediante un procedimiento satánico. Miraban y así ubicaban a las otras tribus; luego marchaban contra ellas, destruyendo todo, liberando todo, aboliendo toda ley y creando la anarquía por todas partes. Vi que sacrificaban a niños sepultándolos vivos en la tierra. Hénoc, el antepasado de Noé, se opuso a aquella mala raza por sus enseñanzas. El escribió mucho. El fue un hombre muy bueno y muy vuelto hacia Dios. En muchos lugares, levantó; en campos abiertos, altares de piedra, y allí los frutos de la tierra prosperaron, el dio gracias a Dios y le ofreció sacrificios. Principalmente es él quien transmitió la religión conservada a la familia de Noé. Henoc fue tomado hasta el Paraíso y espera en la puerta de entrada, junto con otro (Elías), para venir de allí, antes del Juicio Final.

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Los descendientes de Cam igualmente tuvieron después del Diluvio relaciones semejantes con los espíritus malignos. De tal unión acciono a muchos demonios y nigromantes, muchos posesos, entes de gran poder, bestiales de gran maldad y perversidad en este mundo. Semíramis también era descendiente de demonios: podía todo. ¡Salvo volverse santa! Así es como aparecieron otros humanos que fueron valorados más tarde como dioses por los paganos; Las primeras mujeres que se dejaron así poseer por los malos espíritus lo hicieron con todo el conocimiento de causa: otras fueron ignorantes de ello. Aquellas mujeres tenían (el principio de posesión) en ellas como la carne y la sangre. Así como el pecado original.

Noé construye el ArcaVi a Noé, anciano candoroso, vestido de una larga prenda de vestir blanca, que paseaba en una huerta y cortaba los árboles con un cuchillo de hueso torcido, una nube se cernió sobre él, y en ella venia una silueta humana. Noé cayó en sus rodillas, vi que él fue, en el mismo momento, interiormente instruido de que Dios quería exterminarlo todo y que él, Noé, debía construir un arca. Lo vi afligido por esta revelación y que oraba para detener este castigo. No emprendió inmediatamente su trabajo, Dios le apareció aún dos veces para ordenarle ponerse manos a la obra, ya que, de otra forma el también se vería aniquilado.

Lo vi entonces dejar su país e ir con su familia a la comarca donde vivió más tarde Zoroastro, la estrella chispeante. Noé se puso en una cumbre, una región solitaria y arbolada donde él y sus numerosos seguidores vivieron bajo tiendas de campaña. Ahí él levantó un altar y ofreció el sacrificio al Señor. Noé ni ninguno de su familia construyeron casas permanentes, porque ellos tenían fe en la profecía del Diluvio. Pero los habitantes ateos de alrededor tenían masivas construcciones, edificaciones separadas, y de todas las clases, diseñadas para resistir a las incursiones de tiempo y los ataques de un enemigo.

Era una época de depravación espantosa sobre la tierra: los hombres se entregaban a todos los vicios, en particular a los más monstruosos y los más antinaturales. Cada uno robaba y pillaba lo que ansiaba, se robaban mutuamente casas y campos, secuestraban a mujeres y doncellas. En la posteridad de Noé la maldad era proporcional a la aumento de la cantidad de personas, cuanto más se habían multiplicado mas depravados se volvían. Ellos habían robado e insultado a Noé. A pesar de su depravación, no habían zozobrado por este mal comportamiento. Contrariamente de los vicios que tenían, vivían espaciosamente, en buenas habitaciones y con cierta organización. Pero se entregaban a la idolatría más escandalosa. Cada uno se hacia de un ídolo que mas le gustaba.

Buscaron por procedimientos diabólicos depravar a los hijos de Noé. Así es como corrompieron a Mesec hijo de Jafet y nieto de Noé, haciéndole beber el jugo de una planta venenosa que lo intoxico mientras trabajaba en el campo. Esto no era vino. Fue el jugo de una planta que tomaban en pequeña cantidad

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en el curso de sus trabajos y que masticaban también las hojas y los frutos. Y Mesec se hizo padre de un hijo al que se llamo Hom.

Cuando el niño hubo nacido, Mesec le pidió a su hermano Tubal tomarle como el suyo, con el fin de que su culpa permaneciera escondida. Y Tubal aceptó, por afecto a su hermano. La madre dejó al niño delante de la tienda de Tubal, con los tallos y los brotes de una cierta raíz viscosa de la planta Hom. Su madre esperaba así obtener un derecho sobre su herencia pero el Diluvio vino poco después, y la mujer murió allí.

Y sucedió de esta manera que el niño fue llevado en el Arca. Tubal llamo al muchacho Hom, el nombre de la raíz de la planta cuyos brotes estaban cerca de él como único signo. No alimentaron al niño con leche, si con la misma raíz. Si se permite que aquella planta crezca directamente, esta alcanzará la altura de un hombre; pero cuando crece se arrastra sobre la tierra, sube como el espárrago, con puntas fuertes y sensibles. Era usada como un alimento y como un sustituto de la leche. La raíz es protuberante, y de ella se elevan hojas marrones como en corona. Su copa es bastante gruesa y su médula es usada como comida, se cocinaba como papilla o se extendía en capas delgadas y se horneaba. Dondequiera que esta prospere, crece lujosamente y forma enredaderas en la tierra. Yo vi esta planta en el Arca.

Fue el tiempo muy largo hasta que la construcción del Arca estuvo terminada. Noé a menudo interrumpía su trabajo durante varios años, tres veces le advierte Dios que debe seguir con ello. Cada vez Noé contrataría a trabajadores, reanudaría y otra vez discontinuaría en la esperanza que Dios se ablandaría, luego dejaba al trabajo para ir más despacio; pero finalmente llevó la obra a término. Vi que, para el Arca, como para la Cruz, se usaron cuatro tipos de madera. Fueron utilizadas: la palma, del olivo, del cedro y del ciprés. Los veía derribar los árboles y cortarlos. En el mismo lugar Noé se llevaba los maderos en sus hombros hasta la Arca, así como Jesús después llevó el madero de su Cruz. La obra era una colina rodeada de un valle. Primero fue puesta la base.

El Arca era redondeada en la proa y en la popa, la proa tenía la forma de una artesa y fue recubierta con brea. El Arca tenía dos niveles, apoyados en postes huecos, uno encima del otro. No eran troncos redondos, tenían una sección un poco oval y cerraban una médula blanca que se volvía fibrosa hacia el centro formando lechos concéntricos a partir del corazón. Los espacios entre los mástiles fueron delimitados por separaciones finas de madera. Estos troncos tenían acanaladuras o escamas. Las grandes hojas directamente crecían por todos lados sin ramas, como juncos (era probablemente una especie de palmera). Vi que los obreros hacían vaciar la savia con la ayuda de un punzón, cortaban todo el resto en tablones delgados. Cuando Noé hubo transportado todo sobre la obra y totalmente dispuesta, comenzaron a construir.

Fue puesta la base y en los agujeros, que estaban llenos con brea fue levantado la primera fila de postes. Entonces vino el segundo piso con otra fila de postes para el tercer piso, y luego la azotea. Los espacios entre los postes

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fueron rellenados con listones marrones y amarillos colocados a través de ellos, los agujeros y grietas llenadas de una especie de lana encontrada en ciertos árboles y plantas, y un musgo blanco que crece en abundancia alrededor de algunos árboles. Entonces todo fue rellenado con brea por dentro y por afuera. La azotea era redondeada.

La entrada entre dos ventanas estaba en el centro de un lado, un poco más que a mitad de camino. En medio de la azotea igualmente había una abertura cuadrada. Cuando el Arca hubo sido completamente cubierta con la brea, este brilló como un espejo en el sol. Noé continuó el trabaja solo y durante bastante tiempo en los diferentes compartimentos para los animales, los debían ser separados. Dos pasillos amplios a lo largo de la mitad del Arca, y atrás en la parte oval, ocultada por cortinas, pusieron un altar de madera, con una mesa semicircular. Algo delante del altar colocaron trozos de carbón. Este era su fuego. Al lado derecho e izquierdo, eran espacios destinados a departamentos para dormir. Todas las clases de cajas y utensilios fueron llevadas en el Arca y numerosas semillas, plantas y arbustos fueron puestos la tierra alrededor de las paredes, que pronto se cubrió de verdor. Vi algo como vides llevadas, y en ellas uvas amarillas grandes, los racimos tan largos como un brazo.

No hay palabras puedan expresar lo que Noah soportó de la maldad y el odio de los trabajadores durante el tiempo entero que el Arca se construía. Ellos se burlaron de él, ellos lo insultaron de cada modo, y lo llamaron un tonto. Él les pagó bien en ganado, pero esto no previno el insulto contra él. Nadie sabía por qué él construía el Arca, y debió sufrir mil burlas a causa de esto. Cuando todo fue terminado, vi a Noe dar gracias a Dios, que entonces se le apareció. Él le dijo que debía tomar un tubo de caña y llamar todos los animales de las cuatro esquinas del globo.La Inundación. Cuanto más se acercaba el día del castigo, más el cielo se ensombrecía y un terror espantoso tomo posesión de la tierra entera: el sol no mostraba su cara y el rugido de los truenos de escuchaba incesantemente y quebrantaban sin tregua el cielo. Vi a Noé dar pasos hacia el Norte, al Sur, al Este y al Oeste, sacando algunas notas con un tubo de caña: vi entonces a los animales llegar por parejas. Macho y hembra, y penetrar en orden en el Arca mediante una pasarela apoyada en la puerta, que se retiró posteriormente. Los grandes animales. Elefantes blancos y camellos. Venían los primeros. Todas las pobres bestias fueron aterrorizadas por la aproximación de una tormenta: desfilaron durante varios días antes de haber entrado. Los pájaros entraban volando por el tragaluz del techo, los pájaros acuáticos se sentaron en la quilla de la nave: los mamíferos estaban al primer piso y los pájaros bajo el tejado encaramados sobre barras o anidados en jaulas. Había siempre siete pares de cada especie de ganado. Cuando se veía de lejos el Arca terminada y puesta en la colina, era brillante, con una luz azulada como si hubiera descendido de las nubes. Vi que el tiempo del Diluvio estaba próximo. Noé ya lo había anunciado a los suyos: tomó con él a Sem Cam y Jafet con sus mujeres y su descendencia, estos pequeños niños-niñas ya tenían cincuenta a ochenta años, y sus propios niños,

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pequeños y grandes, también se encontraban en el Arca. Todos ellos habían trabajado en la su construcción. Siendo buenos y alejados de la idolatría. Entraron en el Arca más de cien personas. Lo que era muy necesario a causa de los numerosos animales a los que había que alimentar cada día y se debía limpiar sus habitaciones. No puedo decir otra cosa, que, lo que veo constantemente. Es decir que había también niños de Sem Cam y Jafet en el Arca: Veo a muchas niñas y niños, todos descendientes de Noé que eran buenos. En la Escritura no se habla tampoco de niños de Adam aparte de Caín, Abel y Set, y sin embargo vi muchos otros, siempre por dos, niña y niño También, en la primera epístola de Pedro 3:20, se hace mención sólo de ocho personas que se habrían encontrado en al Arca. Es decir las cuatro parejas que debían repoblar la tierra después del Diluvio. También vi a Hom en el Arca. Este niño fue sujetado con una piel en una cuna de corteza con forma de artesa. Vi a muchos niños depuestos así en barquillas de corteza de árbol que flotaban sobre las aguas del Diluvio. Cuando el Arca comenzó a elevarse sobre el agua y Noé y los suyos ya estaban en el interior, muchos hombres gemían a los alrededores, habiéndose refugiado en la cumbre de las montañas y en grandes árboles. Las aguas se chocaban al acarrear cadáveres y troncos. Hasta cuando Noé hubo entrado en el Arca con su esposa, sus tres hijos y sus mujeres, todavía suplicó a Dios tener misericordia. Retiraron la pasarela detrás de ellos y cerraron las aberturas. Abandonó todo, hasta de parientes cercanos y sus chicos. Que se habían alejado de él durante la construcción del Arca. Una tormenta espantosa estalló, los relámpagos golpeaban la tierra como columnas de fuego y las trombas de agua eran tan densas como arroyos. La colina sobre la cual estaba el Arca se hizo muy rápidamente una isla. El desamparo era muy grande y espero que muchos hombres se hayan convertido en este momento. Vi a un demonio negro de apariencia horrorosa, con una boca puntiaguda y una larga cola, que volaba en la tormenta y procuraba desesperar a los hombres. Sapos y serpientes venían para refugiarse clandestinamente en el Arca. No vi a moscas ni lombrices: estos bichos fueron creados más tarde más tarde, como castigo por el pecado de los hombres. En el Arca, vi a Noé hacer ofrendas de incienso, su altar fue recubierto con motivos blancos sobre fondo rojo. Tenía en una caja redondeada varios huesos de Adam, que ponía sobre el altar durante la oración y los sacrificios. Vi también por encima del altar el Cáliz de la Cena, que había sido aportado a Noé durante la construcción del Arco por tres personajes vestidos de vestidos largos y blancos, semejantes a los tres hombres que vinieron a ver a Abraham para anunciarle el nacimiento de su hijo. Ellos vinieron de una ciudad que fue destruida en el momento del Diluvio. Ellos se dirigieron a Noé como uno cuya fama los había alcanzado, y le dijeron que él debería llevar con él en el Arca un objeto misterioso, algo que ellos le dieron, a fin de que no desapareciera con el agua del Diluvio.

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La cosa misteriosa era aquel Cáliz. En ello ponen un grano de trigo, grande como a semilla de girasol, y una rama de vid. Noah pegó a ambos en una manzana amarilla y puesto ello en el Cáliz.La cosa misteriosa era aquel Cáliz. En este pusieron un grano de trigo, grande como una semilla de girasol y una rama de vid. Noé pego estos dos en una manzana amarilla que dejo en el Cáliz. El Cáliz no tenía ninguna tapa, ya que las semillas debían crecer. Después de la dispersión de hombres en la Torre de Babel, vi el Cáliz en posesión de uno de descendientes Sem en el país de Semiramis. Él era el antepasado del Samanenses, quiénes fueron establecidos en Canaan por Melchisedec. Aquí ellos guardaron el Cáliz. Vi el Arca flotar, siendo rodeado de numerosos cadáveres a la deriva. Encalló sobre una alta montaña hacia oriente, más cerca del este de Siria. Se quedó mucho tiempo sobre esta montaña aislada y muy recortada. Veía tierras emerger, recubiertas con lodo, con verdor comparable a moho. Inmediatamente después del Diluvio, el pescado y el marisco comenzaron a ser comidos. Después, cuando la gente se multiplicó, comieron el pan y aves. Ellos plantaron jardines, y el suelo era tan fecundo, que el trigo que ellos sembraron producía espigas tan grandes como aquellas del maíz. La raíz de la cual Hom recibió su nombre también fue plantada. La tienda de campaña de Noé puesta sobre el terreno donde, en un período posterior, fue de Abraham. Fue levantada en la planicie con todas las tiendas de sus hijos alrededor. Vi la maldición de Cam. Sem y Jafet recibieron de Noé en sus rodillas la Bendición. Les fue entregado con ceremonias similares a aquello usada por Abraham cuando bendijo a Isaac. Vi la maldición pronunciada por Noé sobre Cam, vi como un nubarrón negro que descendió sobre el desgraciado y le envolvió con tinieblas y lo oscureció. Su piel perdió su blancura, él se puso más oscuro. Su pecado era el pecado de sacrilegio, quién entraría a la fuerza en el Arca de la Alianza. Vi la corrupción descender de Cam y hundirse más profundo y más profundo en la oscuridad. Me son mostradas que las naciones, idólatras y desorientadas son los descendientes de Cam. Su color es debido, no a los rayos del sol, sino a la fuente oscura de donde aquellas saltaron degradadas Me es imposible expresar cómo vi los pueblos multiplicarse y crecer de toda clase de modos y zozobrar siempre más en el oscurecimiento. Y cómo había en medio de ellos algunas descendencias más luminosas que aspiraban a la luz.

Noé y su descendencia.

Cuando Tubal, el hijo de Jafet, se hizo atribuir por Noé la comarca donde debía establecerse con sus hijos y los de su hermano Mesec, el grupo contaba con quince tribus. Los hijos de Noé vivían alrededor pero bastante lejos, y las familias de Tubal y de Mesec estaban muy alejadas de Noé. Pero cuando la descendencia de Noé se aumentó y se dispersó, Tubal quiso retirarse todavía más lejos, con el fin de separarse de hijos de Cam, que ya pensaban en la construcción de la Torre de Babel. Cuando Tubal y los suyos fueron

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convidados a participar en la edificación de esta Torre, se negaron totalmente, como los descendientes de Sem Tubal fue con toda su descendencia delante de la tienda de Noé, con el fin de que éste le aconsejara donde tenia que vivir. Noé vivía con su descendencia en un territorio montañoso entre en Líbano y el Cáucaso. Cuando vio a Tubal lloró, ya que quería a esta familia, puesto que era la mejor y la más piadosa de ellas todas. Les otorgó una región hacia el nordeste, y les recomendó observar la ley de Dios y los ritos de ofrenda, luego les hizo prometer que preservarían la pureza de su origen y evitarían toda unión con los descendientes de Cam. Les dio cinturones y escapularios que había conservado en el Arco, con el fin de que los jefes debían llevarlos puestos en el momento del servicio divino y con ocasión de los matrimonios, con el fin de ser preservados totalmente de desgracias y de una posteridad depravada. El servicio divino instituido por Noé para el sacrificio me hacía pensar en el santo sacrificio de la misa, que consistía en versículos y responso, Noé se tornaba alrededor del altar y se inclinaba a veces. También les confió un bolso de cuero que cerraba un cofrecito de corteza en el cual se encontraba un recipiente de oro, con forma oval que encerraba tres cofres más pequeños. También recibieron los tubérculos o los bulbos de la planta Hom, así como los rodillos de corteza o de pergamino cubiertos de escritura, y palos redondeados en los cuales fueron grabados signos. Aquella gente era muy bella, con la tez luminosa y de color amarillo-ocre. Llevaban trajes de pieles de bestias y de vellones de lana, sujetados por cinturones, sólo sus brazos fueron descubiertos. Vi que revestían estas pieles inmediatamente después haber despojado a los animales, mientras que todavía eran totalmente sangrientas, y las llevaban tan ajustadas que creí en primer lugar que era una raza velluda. A excepción de varias clases de la semilla, no tomaron mucho el equipaje con ellos, ya que se marcharon hacia el nordeste a una región más alta. No vi camellos en sus rebaños, sino caballos, asnos, y animales con los cuernos largos semejantes a ciervos. Se establecieron cerca de una alta montaña, viviendo en comunidades en cabañas largas y bajas, construida al costado de cumbre. Los vi excavar la tierra, plantaciones y por todos lados de sus casas, cavaban, plantaban y acondicionaban grandes hileras de árboles. La otra ladera era glacial, y, más tarde, el clima se enfrío en toda la región, a consecuencia de este cambio de clima, un nieto de Tubal, nombrado Djemschid, jefe de la tribu, los hizo emigrar a hacia el sudoeste. En el momento de esta migración, todos los que habían conocido y despedido de Noé habían muerto en esta región montañosa, y todos los que siguieron a Djemschid habían nacido allí, excepto unos pocos ancianos, supervivientes y contemporáneos de Noé, que los llevaron con ellos, con muchos cuidados en grandes carretas. Cuando Thubal dejó a Noé con su familia, vi en el grupo a este hijo de Mesec llamado Hom, que había sido recogido en el Arca. Ya era un adulto. Lo vi más

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tarde, muy diferente a otros, una talla gigantesca, de aspecto feroz y grave, llevaba un abrigo largo y se parecía a un sacerdote pero vivía en retirado y pasaba numerosas noches enteras sólo en la cumbre de las montañas: Él observaba las estrellas y practicaba la magia, el diablo le inspiraba visiones de una ciencia, una religión con aceptación de vicios y contrario a la enseñanza de Henoc. Los malos instintos de su madre se agregaban en él a la herencia pura de Hénoc y de Noé, y a la influencia de sus enseñanzas, a las cuales los hijos de Thubal adhirieron. Pero por sus visiones y sus revelaciones, Hom introdujo en la antigua verdad nociones falsas e interpretaciones erróneas. Razonaba sutilmente y estudiaba. Observaba las estrellas y tenía visiones que le revelaban interpretaciones de la verdad falsificadas por el Demonio. Por su semejanza con la verdad hicieron de su enseñanza y su idolatría la madre de todas las herejías. Tubal era un hombre bueno. La forma de actuar y la interpretación de la enseñanza de los descendientes de Cam, disgustaba mucho a Tubal, quién tuvo una enorme pena de ver, a uno de sus hijos, el padre de Dsemschid, atarse a estas. Oí quejas de Tubal: "Mis hijos no son unidos. ¡No me debiera haber separado de Noé!" Hom condujo las aguas de dos primaveras desde la parte más alta de la montaña abajo, hacia las viviendas. Ellos pronto se unieron en una corriente de agua que, después de un curso corto, aumento en un amplio torrente. Vi Dsemschid y sus seguidores que lo cruzaban a su salida. Hom recibió el homenaje casi divino de sus seguidores. Él les enseñó que Dios existe en el fuego. Él sabia que hacer con esa agua, y con aquella raíz viscosa de la cual él sacó su nombre. Él la plantó, y solemnemente lo distribuyó como una medicina sagrada y alimento. Esta distribución al fin, se hizo una ceremonia de religión. Él llevaba el jugo o papilla de esta planta en un recipiente marrón como un mortero. Las hachas eran del mismo material. Ellos los consiguieron de la gente de otra tribu que vivió lejos en un país montañoso y forjó tales instrumentos por medio del fuego. Los vi en una montaña de la cual el fuego reventaba, adelante, a veces en un lugar, a veces en el otro. Pienso el recipiente que llevaba Hom con él era hecho del metal derretido o roca que fluyó de la montaña, y que fue agarrada en un molde. Hom no se caso y se hizo muy viejo. Él publicó muchas revelaciones que se referían a su propia muerte. Él mismo puso la fe en ellos, como hizo también Derceto y sus otros seguidores en un periodo posterior, pero lo vi morir de una manera tan espantosa; no permaneció nada él, ya que el Mal (el diablo) lo llevo en cuerpo y alma. Por eso sus seguidores creyeron que había sido tomado como Henoc, hasta un lugar santo. Dsemschid había sido un alumno de Hom y Hom dejo su espíritu a fin de que él pudiera proseguir su enseñanza. Debido a su conocimiento, Dsemschid se hizo el líder de su gente. Ellos pronto se hicieron una nación, y fueron conducidos por Dsemschid más al sur aún. El Dsemchid fue muy distinguido; él era educado, y había abrazado enseñanzas de Hom. Él era mas animado y vigoroso, mucho más activo que el Hom, quién

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era mas oscuro, y disposición rígida. Él practicó la religión formulada por Hom, añadió muchas cosas propias y prestó mucha atención a las estrellas. Sus seguidores consideraron el fuego como sagrado. Ellos eran distinguidos por tatuajes abrasivos que denotaba su raza. Las personas de entonces se conservaban juntas en tribus; ellos no se entremezclaban en aquel entonces como ahora. Dsemschid tenia como objetivo especial, mejorar las razas y mantenerlos en su pureza original; él los separó y trasplantó cuando le pareció lo mejor. Él los dejo absolutamente libre, y aún ellos eran muy sumisos a él. Los descendientes de aquellas razas, que ahora veo salvajes y bárbaros en tierras distantes e islas, no deben ser comparado con sus progenitores en cuanto a la belleza personal o carácter viril; ya que aquellas naciones tempranas eran nobles y simples, además, más valientes aún. Las razas del presente son también mucho menos hábiles e inteligentes, y poseen menos fuerza corporal. En sus peregrinaciones, Dsemschid construyo ciudades de tienda de campaña, campos separados, hizo largos caminos de piedra, y formó ciudades con ciertos números de hombres y mujeres, a quien él dio animales, árboles, y plantas. Recorría a caballo grandes amplitudes de territorio y fijaba el instrumento que tenía siempre en mano y en un punto preciso del suelo el se ponía a cavar y construir para elevar recintos, Dsemschid era notablemente estricto y sólo. Lo vi como un alto anciano, muy delgado y de un cutis amarillento rojo. Él montó a un pequeño animal sorprendentemente ágil, muy rápido con piernas delgadas, rayas negras y amarillas que asemejaba un asno. Delimitaba los territorios recorriéndolos al galope, como nuestra gente pobre va alrededor del campo en el brezal antes de la noche, y así localizan tierra para cultivo; hacía alto silenciosamente e insertaba su cetro o una pértiga en la tierra que establecía. El instrumento que utilizaba y que se nombró más tarde el arado de oro de Djemschid, se asemejaba a una cruz latina de longitud de un brazo, con este instrumento hacia grietas en la tierra. El mismo lo llevaba en su traje de vestir a la altura donde están los bolsillos. Esto se parecía al símbolo que José y Aseneth llevaban siempre sobre ellos, en Egipto y con quien delimitaban también los territorios, pero aquel de Djemschid se asemejaba más bien a una cruz, con un anillo en la punta que podía doblarse. El Dsemschid llevó puesta una capa que se caía hacia atrás desde la frente. De su faja a la rodilla colgaban cuatro descansos de cuero, dos detrás y dos adelante, atado con correa en el lado y sujetó bajo la rodilla. Sus pies estuvieron ligados con cuero y correas. Él llevó puesto un escudo de oro en su pecho. Él tenía varios de estos similares entre si, para satisfacer varias solemnidades. Su corona era con un anillo de oro surtido de puntas. En el frente era más alto como un cuerno, que en la punta tenia una pequeña bandera. Hablaba mucho de Hénoc y sabía que había sido elevado de la tierra sin morirse. Enseñaba que Hénoc había revelado a Noé toda la verdad muy bien y llamaba este último el padre y el dispensador. Djemschid conservaba

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preciosamente un recipiente de oro con forma de huevo, que el guardaba; decía que Noé lo había llevado con él en el Arco y que él lo había legado. Al lugar donde su tropa hacía un alto, el recipiente se fijaba en la cumbre de una columna albergada por una tienda similar a un pequeño templo, cuyas estacas se grababan cuidadosamente y representaban toda clase de figuras. Este recipiente tenía como tapa una corona hueca, y cuando Djemschid hacía fuego, tomaba algo que lanzaba las llamas. Este recipiente había servido efectivamente a Noé para conservar el fuego, cuando estaba en el Arca. El recipiente se volvió el ídolo de Djemschid y su pueblo. Cuando se lo exponía, se encendían fuegos alrededor, y el pueblo adoraba el fuego y ofrecía sacrificios de animales. Djemschid enseñaba que dios supremo se encontraba en el fuego y en la luz, y que el era servido por muchos dioses inferiores y espíritus. Todo el pueblo se sometió a él, hombres y mujeres con sus manadas, y les daba orden de construir y cultivar la tierra. No tenían el derecho a casarse según sus deseos, los trataba como el ganado y concedía a cada hombre, la mujer que él elegía. El mismo tenía varias esposas, en particular, una joven muchacha muy bonita de la mejor tribu, que le dio unos hijos, sus sucesores. Hizo construir también edificios grandes con escaleras redondas que se subían y que servían para observar los astros. Las mujeres, vivían aparte y se sometían completamente a los hombres, llevaban faldas cortas y corsés de correas trenzadas sobre el pecho y los hombros; colgaba detrás un trozo de tela decoraba con una bufanda, que rodeaba su cuello y descendía hasta las rodillas, llevaba, sobre los hombros y el pecho, de toda clase de señas o letras. Djemschid hizo trazar carreteras directas, desde cada ciudad que había fundado, hasta Babel. Nadie había aún en los territorios donde se establecía, no tuvo que expulsar a pueblos, todo se hizo de manera pacífica: fue un establecimiento y un poblamiento y no una conquista. Su raza era roja-amarillento de piel, con un tinte luminoso como el ocre; era un bello espécimen de la humanidad. Los miembros de las tribus estaban todos tatuados, de modo que se reconocieran las existencias puras y las familias de sangre mezclada. Djemschid consigue subir con su pueblo una alta montaña cubierta, con glaciares, no recuerdo como él tuvo éxito en el cruce pero muchos de sus seguidores fallecieron. Tenían caballos o asnos, pero Djemschid subía montado acaballo en un pequeño animal rayado, un cambio de clima les obligó a dejar su territorio, por demasiado frío, a un clima más caluroso. Encontró durante sus peregrinaciones varias tribus descendientes de ellos mismos, bien que habían cedido a la tiranía de un jefe, bien que fueron afectadas por la desdicha y ellas buscaban a un líder y se sometían de buen grado a él, ya que era amable con ellos y les daba comida y bendiciones. Había también, pobres fugitivos que habían sido expulsados de sus tierras después de haber sido, como Job, desnudados de sus bienes y perseguidos. Vi que se encontraban sin fuego y debían cocinar su pan sobre piedras calientes expuestas al sol. Djemschid encontró también una tribu que practicaba los

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sacrificios de niños, cuando éstos no les parecían bastante bonitos o tenían un defecto. Los pequeños eran sepultados hasta la cintura, y quemados con fuego encendido a su alrededor. Dsemschid abolió esta costumbre. Entregó a muchos de estos pobres niños, que colocó en una tienda de campaña y confió al cuidado de algunas mujeres. Él después hizo el uso de ellos, aquí y allí, como criados. Él tuvo mucho cuidado para mantener la línea genealógica pura. El Dsemschid primero marchó en una dirección del sudoeste, guardando la Montaña de Profeta al sur a su izquierda; entonces él dio vuelta al sur, la montaña todavía a su izquierda, pero al este. Pienso que él después cruzó el Cáucaso. En aquel tiempo, cuando aquellas regiones enjambraban con seres humanos, cuando todo era la vida y la actividad, nuestros países en el oeste eran sólo bosques, páramos, y pantanos; sólo lejos hacia el este podía ser encontrado una pequeña tribu, errante. La Estrella Resplandeciente (Zoroastro), que vino más tarde en esa época, fue un descendiente de unos hijos de Djemschid cuya doctrina renovó. Djemschid escribió toda clase de leyes y doctrinas sobre piedras o cortezas, una carta larga significaba a veces una oración entera. Este lenguaje forma parte de las lenguas primitivas, la cual algún parecido tiene a la nuestra. Djemschid vivió solo antes del tiempo de Derceto, y de su hija Sémiramis. Pero nunca fue a Babel a pesar de existir camino en esa dirección Vi la historia de Hom y Djemschid cuando Jesús enseñaba a los filósofos paganos de Lanifa, en la isla de Chipre, éstos habían hablado de Djemschid frente Jesús, representándolo como los más antiguos de los reyes sabios que habían venido de lejos más allá de la India, que se habría establecido, hacia el norte, y que habría delimitado numerosos países, con ayuda de una daga de oro que Dios le habría dado, para poblarlos y extender por todas partes la bendición. Plantearon a Jesús toda clase de cuestiones sobre él y sobre los milagros que le asignaba la leyenda. Jesús les dice que Djemschid era un hombre naturalmente hábil y de una gran sabiduría, que había dirigido pueblos, que había tomado el mando de una tribu tras la confusión de la Torre de Babel y las había conducido en regiones que habían poblado sucesivamente; él dijo también que había otros jefes comparables, pero que habían establecido países no tan bien como él, ya que su raza no se depravo ni cayo en la ignorancia como las otras. Mostró a ellos también que se habían escrito muchas historias a partir él, y que parecía como una caricatura mediocre frente al Sacerdote y Rey Melquisedec. Les dijo poner su interés más bien sobre Melchisédec y sobre la raza de Abraham ya que cuando los pueblos comenzaron a dispersarse Dios había enviado a Melchisedec a las familias más piadosas, para que los guiara y las uniera, y les preparara territorios y lugares perdurables donde pudieran establecerse y convertirse, y según sus obras y su grado de merito, estar preparados para ser dignas de la gracia de la Promesa.

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¿Quien era Melquisedec? Les dice, que podían estar seguros que era una forma antigua del futuro y la prefiguración próxima de la Promesa, y que el sacrificio del pan y el vino que había ofrecido, sería realizado y perfeccionado, que debía ahora abrirse plenamente y permanecer hasta el fin del mundo.

CONTRUCCIÓN DE LA TORRE DE BABEL HASTA JOB

La Torre de Babel

La construcción de la Torre de Babel fue la obra del orgullo. Los constructores quisieron edificar un monumento según sus propias concepciones, para levantarse contra las intenciones del Dios. Cuando los hijos de Noé se hubieron hecho muy numerosos y más presuntuosos, los más dotados para las artes se reunieron entre ellos y decidieron construir una obra tan grande y tan sólida que las generaciones la admirarían eternamente y que hablaría de ellos como los hombres más poderosos. No pensaron entonces de ninguna manera en Dios, solo a su sola gloria, si no, que, como se me ha explicado muy claramente, Dios les permitió llevar su obra a término. Los semitas eran menos numerosos que los hijos de Cam y Jafet, entre ellos la familia de Heber, antepasado de Abraham estudiosamente se abstuvo de animar la empresa. Sobre Heber quién, cuando hemos dicho, no tomó ninguna parte con el trabajo, Dios echó Sus ojos; y entre el desorden general y corrupción, Él puso él y su posteridad aparte como una nación santa. Dios le dio también una lengua nueva y santa poseída por ninguna otra nación, esto así su raza debería ser cortada de la comunicación con todos los otros. Esta lengua era el hebreo puro, o Caldeo. La primera lengua, la lengua materna, hablada por Adán, Sem, y Noé, era diferente, y es existente ahora sólo en dialectos aislados. Sus primeros vástagos puros son el Zend, la lengua sagrada de India, y la lengua del Bactrians. En aquellas lenguas, las palabras pueden ser encontradas exactamente similares al Alemán Bajo de mi tierra natal. El libro que veo en Ctesiphon moderno, en el Tigris, es escrito en aquella lengua. Heber todavía vivía en el momento de Semiramis. Su abuelo Arfaxad era el hijo favorito de Sem. Él era un hombre de gran juicio y lleno de profunda sabiduría. Pero mucha adoración idólatra y hechicería pudo haber tenido. Los Reyes Magos sacan su origen de él. La Torre de Babel fue construida sobre una tierra de rebelión, aproximadamente dos leguas en su circunferencia, alrededor de la cual existió una llanura extensa cubierta de campos, jardines, y árboles. A la construcción de la Torre, que estaba a la altura de su primer piso, había veinticinco muy amplios caminos de piedra que conducían de todos los lados de la llanura. Veinticinco tribus fueron contratadas para el edificio, y cada tribu tenía su propio camino a la Torre.

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Lejos en la llanura, donde estos caminos comenzaban, cada tribu tenía su propia ciudad particular que, en el tiempo de peligro o ataque, ellos podrían acercarse a la Torre para refugio. La Torre fue deseada igualmente para servir como un templo para su adoración idólatra. Los caminos de piedra tomaban su subida desde la llanura, bastante lejos; pero al llegar a la Torre, se acercaban entre si de tal manera que los espacios intermedios no eran mayores que la anchura de una amplia calle. Antes de alcanzar la Torre, ellos estaban relacionados por arcos, que entre cada dos abrían una entrada de aproximadamente diez pies de ancho en su base. Cuando estos caminos suavemente inclinados habían alcanzado una cierta altura, fueron perforados por arcadas. Cerca de la Torre las arcadas eran dobles, una encima de la otra, de modo que por ellas uno pudiera hacer el recorrido del edificio, hasta alrededor de la parte más baja, debajo de todos los caminos. Encima de los arcos que unían los caminos inclinados constituían paseos o calles, recorriendo horizontalmente alrededor de la Torre. Aquellos caminos suavemente crecientes se extendían como las raíces de un árbol. Ellos fueron diseñados en parte, como apoyo de pilares para reforzar la fundación del inmenso edificio, y en parte como caminos para el transporte de materiales de construcción y otras cargas en el primer piso de la Torre. Estas bases ampliadas eran campamentos sobre subestructuras de piedra. En muchos sitios los techos de las tiendas de campaña se elevaban encima de los caminos. De cada campamento, había pasos que atravesaban las paredes. Uno podía ir alrededor de la Torre por los campamentos y arcos y bajo los caminos de piedra. Además de los inquilinos de los campamentos, había otros que vivían en las bóvedas y espacios a ambos lados de los caminos de piedra. En y alrededor del edificio entero estaba lleno criaturas innumerables como verdaderos enjambres. Parecía a un hormiguero enorme. Los elefantes numerosos, los asnos, y los camellos trabajaron duro de arriba abajo los caminos con sus cargas pesadas. Aunque estas cargas fueran mucho más grandes que los animales mismos, podían con facilidad pasar de un camino a otro. En ellos habían sitios para alimentar y descargar a los animales, también tiendas de campaña en los espacios de nivel y hasta fábricas. Vi a animales sin utensilios para sus cargas. Las entradas para el sótano de la Torre conducían a un laberinto de pasillos, pasos, y cámaras. De esta parte inferior de la Torre, uno podría dirigirse por pasadas recortadas en todos los lados. Un camino en espiral comenzaba desde el primer piso alrededor del exterior del edificio de forma poligonal. En el interior de esta parte había sótanos inmensos, cámaras de seguridad cubiertas y pasadas subterráneas. El edificio fue comenzado en todos los lados inmediatamente. Todos se expandieron a un punto central donde al principio había un campamento grande. Ellos usaron azulejos, piedras talladas inmensas, que ellos arrastraron al sitio. La superficie de los paseos era completamente blanca, y esto relucía

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en el sol. A cierta distancia, la vista que esto presentaba, era maravillosa. La Torre fue edificada con mucho arte, y se me ha dicho que habría podido ser terminada y todavía se levantaría en la actualidad, como un bello monumento a la gloria de la potencia del hombre, si éstos la hubieran edificado en honor a Dios. Pero ellos no pensaron en Dios, en ese momento era solamente la realización de su propio orgullo. Los nombres de aquellos que habían contribuido a la grandeza y la magnificencia del edificio fueron inscritos con palabras de alabanza en las bóvedas y en los pilares por medio de piedras coloreadas diferentes, y con caracteres grandes. No había reyes, sólo las cabezas de las diferentes familias y ellos gobernaron según el acuerdo común. Las piedras empleadas en el edificio fueron hábilmente trabajadas. Todo el mundo participaba en la obra. Habían cavado canales y cisternas para el abastecimiento de agua. Las mujeres amasaban la arcilla con sus pies. Los hombres trabajaban a brazos y pecho desnudos, los contramaestres llevaban un pequeño gorro con un botón. Aún en estos primeros tiempos las mujeres se cubrían la cabeza. El edificio se hizo tan grande y tan alto en uno de los costados, que a causa de la sombra, era muy frío, mientras que el otro lado era muy caliente, bajo los efectos de la reverberación. No veíamos ninguna escultura en relieve en el edificio, sino simplemente figuras grabadas en nichos aquí y allá, y muchos mosaicos. Durante treinta años, el trabajo continuó. Ellos estaban en la segunda parte de la construcción. Habían rodeado y amurallado el interior con columnas parecidas a una torre, había registrado ya sus nombres y razas sobre piedras coloreadas cuando la confusión se vino adelante. Vi un enviado por Dios, Melchisedec, que andaba entre los líderes y los maestros. Él los pidió a explicar su conducta, y él les anunció el castigo de Dios. Y comenzó la confusión. Muchos que hasta ese tiempo trabajaron pacíficamente alardearon su habilidad y los grandes servicios que ellos habían entregado en la tarea. Ellos formaron grupos, y pusieron en reclamo ciertos privilegios. Muchos, que habían trabajado regularmente, comenzaron a revalorar su habilidad y exigieron salarios para su trabajo y se organizaron en facciones y reivindicaron tal y cual privilegio. Otros protestaron y se estableció un clima de hostilidad y de rebelión. Rechazaron la responsabilidad de dos tribus, que fueron expulsadas; pero ellas se rebelaron. Lucharon entre sí, se mataban el uno con el otro, no se entendían entre si y al fin ellos separaron y se dispersaron sobre la tierra entera. Se fueron todos a las manos y se mataron. Vi la descendencia de Sem establecerse hacia el sur, a una región que debía ser la patria de Abraham mas tarde, pero un hombre, que era bueno, no siguió a Sem: él se quedó entre los malos, en Babel, a causa de la voluntad de su esposa. Este hombre es el líder de los Samanes, que permaneció como un pueblo separado en Babel y fueron conducidos más tarde hacia la Tierra

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Prometida (Palestina) por Melchisédec, cuando estaban bajo el reinado de la terrible Sémiramis. Cuando, siendo niña, tuve la visión de la Torre de Babel no podía comprenderla y la apartaba sin cesar, porque nunca había visto edificios, nada más que nuestras casas, (donde las vacas salían por la chimenea, es decir, la puerta que servía para la salida del humo también servía para la salida de las vacas) y la ciudad de Koesfeld; por esta causa que creía que la Torre debía ser el cielo. Y más tarde, y hoy todavía, esta visión siempre me ha sido mostrada una y otra vez; vi también cómo la Torre todavía estaba en la época de JOB. Uno de los líderes principales en la construcción de la de Torre fue Nimrod. Él fue honrado después como una deidad bajo el nombre de Belus. Él era el antepasado de Derceto y Semiramis y fue fundador de la raza que honró a estas mujeres después como diosas. Él construyó Babilonia con las piedras de la Torre y luego con Semiramis la embellecieron enormemente. Él también inicio la fundación de Nineve, y construyó subestructuras de piedras para viviendas de tienda. Fue un gran cazador y tirano. En aquel período los animales salvajes eran muy numerosos, y ellos cometían estragos temibles. Las expediciones de cazan realizadas contra ellos eran tan grandes como expediciones militares. Cuando mataban a estos animales salvajes, se honraban como dioses. Nimrod también reunió a hombres y los sometió. Él practicaba la idolatría, y estaba lleno de crueldad y brujería, y tubo a muchos descendientes. Él vivió aproximadamente doscientos setenta años. Él era del cutis amarillento, y desde temprana juventud él había conducido una vida salvaje. Él era un instrumento de Satán y muy dado a la adoración de las estrellas. Mediante numerosas figuras y cuadros que él registró en los planetas y constelaciones, y según que él, predijo acerca de diferentes naciones y países, él procuró reproducir representaciones, que él estableció como dioses. Los egipcios le deben a el su Esfinge, como también sus muchos armados y cabezas de ídolos. Durante setenta años, Nimrod estuvo ocupado con las historias de estos ídolos, con detalles de las ceremonias con relación a su adoración y los sacrificios para ser ofrecidos, también con la formación del clero pagano. Por su sabiduría diabólica y poder, él había dominado las razas que él condujo a la Torre. Cuando la confusión de lenguas se produjo, muchas de aquellas tribus se separaron de él, y los más salvajes de ellos, siguieron a Mesraim a Egipto. Nimrod construyó Babilonia, gobernó el país, y dispuso la fundación del Imperio Babilonio. Entre sus numerosos hijos están Ninus y Derceto. La última fue honrada como una diosa.

Derceto

Vi a tres tribus, una nacida de la fusión de las dos otras, entre la época de Derceto y de Sémiramis. Vi a Derceto dejar rápidamente la región de Babilonia. Acompañada de una muchedumbre de hombres y de mujeres, vestida de

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pieles de animales manteniendo todavía sus colas y adornados de numerosas correas, se apoyaba en la cabeza un gorro de plumas. Muy versada en la clarividencia, la predicción y los sacrificios, no dejaba de viajar y de fundar ciudades. Cuando había detectado un lugar propicio a construcciones, en tribus ya establecidas con sus manadas, hacía elevar con sus sujetos, torres de piedra; a menudo horrorosas y ellos ofrecían entonces holocaustos y se entregaban a todos los vicios. Todo se relacionaba con ella, se encontraba unas veces aquí, y otras en otra parte, y en todas lados la veneraban, tuvo en su vejez una hija que tuvo una vida similar a ella y siguió sus mismas acciones. Vi todo esto, sobre una llanura, donde estuvo el origen de este culto abominable. Finalmente, la vi en una ciudad a orillas del mar a una vieja horrible, que cumplía sus operaciones mágicas al borde del agua. Ella se cogía delante de todo el pueblo, a un estado de (catalepsia) trance diabólico, y anunciaba que quería sacrificarse y morir para la salvación de ellos, y que no podía quedarse más, sino que se transformaría en pez y quedarse así siempre cerca de ellos. Ella también ordenó que debiera recibir un culto, y fijó sus detalles, luego se echó en el mar en presencia de todo el pueblo. Poco después un pez se levanto encima de las olas y la gente lo saludo con sacrificios y abominaciones de todo tipo. Sus adivinaciones eran llenas de misterios, signos, etc., relacionado con el agua. Por instrumento de Derceto, un sistema entero de la idolatría se levantó. Después de ella, otra mujer apareció sobre una pequeña montaña era su hija. Esta imagen significaba que tendría un renombre más grande de poder. Este era todavía el tiempo de Nimrod, ya que ambos tenían la misma edad. Vi a esta hija llevar una vida aún más salvaje y más violenta que la que llevo su madre. Ella fue contratada la mayor parte de su tiempo en la caza, asistida por muchedumbres de seguidores. Ella a menudo iba a una distancia de trescientas millas, persiguió a animales salvajes, ofrecidos al sacrificio, practicó la brujería, y la predicción. De esta manera numerosos sitios fueron fundados y una adoración idólatra establecida. Vi esa caída de la mujer en el mar luchando con un hipopótamo. Ella organizaba grandes cacerías a gran distancia a cientos de millas. Acosando a los animales salvajes, para ofrecer holocaustos, ocupándose la de magia y de la predicción. Ella hizo edificar por todas partes ciudades y organizó cultos idolátricos. Vi caer a esta mujer en el mar luchando con un hipopótamo. Su hija Sémiramis apareció sobre una alta montaña, rodeada de todas las riquezas y de todos tesoros de la tierra, como si el diablo se los mostrara y se los ofreciera. Vi que Semiramis instauró toda la abominación en Babilonia. Tales predisposiciones se encontraban en muchos hombres, pero en estado latente en el curso de las primeras edades, más tarde, se manifestaron con violencia con ciertos personas, que después se hicieron jefes y fueron considerados por los otros como divinidades; establecieron a partir de sus ilusiones toda suerte de cultos paganos, realizando por añadidura obras de arte, haciendo descubrimientos y desplegando su potencia por todas partes, ya que fueron animados por malos espíritus. Ellos eran descendientes de tiranos y

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de sacerdotes, que no fueron tarde más que familias sacerdotales. En los tiempos antiguos, vi que había más mujeres que hombres de esta suerte, y ellas estaban por todos lados y eran presa de trances en los cuales actuaban y profetizaban. Muchos de lo que se producía en ellas era sólo una estado incompleta de sus adivinaciones, éxtasis magnéticos; la historia de su origen, de sus hazañas, de su vida fue relatada por ellas mismas, o eran parte de espíritus diabólicos. Los judíos también se entregaban, en Egipto, a numerosos cultos secretos pero Moisés, el vidente de Dios los extirpó. No obstante, muchos de estos misterios fueron conservados por los rabinos, que se transmitieron como una ciencia secreta reservada para los letrados. Más tarde. Estas prácticas se reencontraron en pueblos diversos, pero muy aminoradas y empobrecidas, reducidas a la brujería y a la superstición, que todavía persisten. Más tarde estas artes secretas se hicieron prácticas bajas, vulgares entre tribus errantes, y ellos todavía existen en brujería y superstición. Pero ellos han saltado todos del mismo árbol de la corrupción, del mismo reino bajo de la oscuridad. Veo las visiones de todo que engranan en tales prácticas sólo encima o completamente bajo la tierra. Hay un elemento del mismo en el magnetismo. Todo esto sin embargo se deriva del mismo árbol de perdición del reino único e inferior. Veo todas estas cosas de modos confusos o situados completamente bajo la tierra. También hay un elemento de estas abominaciones en el magnetismo, En estos primeros cultos idolátricos, el agua fue consagrada: cumplían todos sus sortilegios cerca del agua. Y su estado de trance visionario y profético fue provocado por la observación del agua. Acondicionaron pronto estanques sagrados destinados a este uso. Más tarde no necesitaron más agua para suscitar en ellos estos estados de trance. Tuve la oportunidad de percibir sus visiones, y es completamente curioso: era como si todo el universo se reencuentre bajo el agua. Con todos sus elementos que están normalmente encima: Pero a todo estaba velado por un halo enfermo. Veía árbol bajo árbol, montaña bajo montaña. Mar bajo mar etc. Supe que estas mujeres entregadas a la magia percibían de este modo todos los acontecimientos. Las guerras, los pueblos, los peligros etc. Veían todas estas cosas como actuales, pero ellas mismas de hecho, actuaban inmediatamente según sus visiones, las realizaban. Veían: aquí hay personas que pueden ser derrotadas, que pueden ser vencidas, que puede ser derrotadas por otro. Que puede edificar una ciudad abajo. Veían a hombres y mujeres poderosas y sabían entonces cómo vencerlos por la astucia, predecían de hecho todo el culto diabólico al cual se entregaban. ¡Así es como Derceto vio que debía echarse en el mar para hacerse un pez, lo que hizo! Veía en el agua sólo sus propias abominaciones. La hija de Derceto vivió en una época cuando se construyó más caminos y grandes vías de comunicación. Errante aquí y allá hasta Egipto, y toda su vida fue sólo viajes y campañas de caza. Sus adherentes pertenecieron a la tribu que había encontrado Job en Arabia. La adoración diabólica de la gente.

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Derceto se hizo sistematizada primero en Egipto. Aquí esto tomó gran fuerza, como que, las brujas se sentaban en los templos, en cámaras con extraños asientos y varias clases de espejos; luego sus visiones, fueron relatadas por los sacerdotes a cientos de hombres que las grabaron sobre las paredes de piedra de cavernas. Todas estas prácticas se difundieron fuertemente en Egipto. ¡Extraño que yo pudiese ver todos los instrumentos principales abominables de la oscuridad siempre en la comunión inconsciente el uno con el otro! Vi acciones similares y cosas que continúan en sitios diferentes entre los instrumentos similares utilizados por el mal. La única diferencia entre ellos era que provino de la diversidad de formas entre diferentes naciones y el grado de depravación en los cuales ellos habían caído. Algunos no se habían hundido en estas abominaciones, y no fueron quitados de la verdad; aquellos, por ejemplo como la familia de Abraham, las razas de Job y los Tres Reyes, como también los adoradores de estrella de Caldea, y aquellos que tenían la Estrella Brillante (Zoroastro). Cuando Jesucristo vino a al mundo y regó la tierra con su sangre, la fuerza maléfica de estas prácticas se atenuó y sus efectos fueron más débiles desde allí. Moisés desde su infancia, fue un vidente, pero estaba todo en Dios y seguía siempre lo que veía. Derceto, su hija y su nieta Semíramis alcanzaron una edad muy adelantada para su época. Eran mujeres grandes robustas y pesadas, las cuales, casi nos darían miedo en la actualidad. Eran de una agresividad, de una insolencia y de una vivacidad increíbles, y practicaban con una audacia inaudita su comercio con los malos espíritus y sus prácticas de adivinación, se posesionaban con divinidades completamente apartes, separados. Eran una réplica exacta de esos magos de la alta montaña, todavía más terrible que ellas. Que habían sido engullidos por el Diluvio. Es emocionante de ver cómo los justos y los patriarcas debieron luchar y sufrir en medio de estos desórdenes espantosos, a pesar de numerosas revelaciones que recibían de Dios, y cómo la Salvación pidió prestado caminos escondidos y laboriosos para abrirse finalmente sobre la tierra, mientras que todas estas prácticas diabólicas proliferaban y se extendían en plena luz. Cuando yo veía todo esto: ¡este círculo de actividades infames alrededor de estas diosas, y el culto que le rendían, y por otra parte el ejercito pequeño que rodeaba a María, semejante a esa simbólica pintura de la nube de Elías y los filósofos de Chipre procurando conectar sus abominaciones mentirosas con la verdad, y cuando veo a Jesús, al cumplir la Promesa, que estando de pie frente a ellos, pobre y paciente, para enseñarles, y que después camina hacia la Cruz! ¡Oh! esto me era doloroso ¡ Pero después de todo, está la historia de la verdad y la luz que alguna vez brilla en la oscuridad, y la oscuridad no la entiende. Y entonces ha sido y entonces está de todos modos, la misma vieja historia, hasta nuestro propio día.

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Pero la misericordia del Dios es infinita. Vi en el curso del Diluvio muchos, muchos hombres convertirse bajo el efecto del terror y de la angustia de ir al Purgatorio, desde donde Jesús los saco en el momento de la bajada a los infiernos. Muchos árboles de raíces arraigadas en el curso del Diluvio, los vi reverdecer luego, pero la mayoría fueron derribados no obstante y se destruyeron.

SémiramisLa madre de Sémiramis había nacido en la región de Nínive a pesar de su aspecto vacilante, era muy depravada y cruel. Su padre era sirio, al igual que la madre, muy versado en las prácticas más abominables de la idolatría, el fue muerto al nacimiento de la niña, de alguna forma su muerte esta relacionada con su idolatría. Semiramis nació lejos, cerca de Ascalon en Palestina: los sacerdotes de los ídolos la confiaron inmediatamente a pastores que eran nómades en el desierto: allí fue llevada durante su infancia, a menudo la dejaban sola sobre una montaña, y acudían sacerdotes a visitarle; así como su madre en ocasiones y al azar en sus expediciones de caza. Vi al diablo también vestirse todas las formas de apariciones para acudir a jugar con ella, con tanta familiaridad como los ángeles y Juan-Bautista en el desierto. Vi también pájaros de plumaje multicolor que volaban alrededor de ella y le llevaban toda clase de juguetes. No sé exactamente todo lo que pasaba alrededor de ella, pero era la infamia más abyecta. Era bonita, muy sagaz, experta en todas las artes, y todo le salía bien. En obediencia a ciertas adivinaciones, logro hacerse casar con uno de los pastores principales del rey de Babilonia, luego con el Rey mismo. Éste había sometido a un pueblo, lejos en el norte, y había reducido una parte a la esclavitud. Cuando Sémiramis se había apoderado del poder absoluto, trató a estos esclavos con un extremo rigor y los hizo trabajar en sus construcciones absurdas. Semiramis se hizo adorar como Diosa por su nación. Yo vi aún a su madre a la cabeza de salvajes expediciones de caza: recorría extensas amplitudes, dirigiendo a un pequeño ejército sobre los camellos, asnos rayados y caballos. La vi otra vez en Arabia, cerca de los prados del Mar Rojo, emprendiendo una gran expedición. En el tiempo en que Job residía en una ciudad de esa región. Estas mujeres cazadoras eran muy agiles y montaban a lomo de caballo como hombres: estaban vestidas hasta debajo de las rodillas, con las piernas rodeadas de correas que se unían a los pies con tacones de suela altos, los que estaban coloreadas con figuras. Usaban chaquetas cortas, apretadas, con finas plumas multicolores de toda clase de formas y matices sobre el pecho: un cuello de plumas, también, sembrado de piedras brillantes y perlas que protegía también sus hombros, y una clase de gorro de seda o lana roja cubría su cabeza: tenían dos velos delante de la cara, para protegerse del viento y otro del polvo, un corto abrigo completaba su traje, sus armas de caza eran la jabalina, el arco y las flechas, llevaban un escudo al lado.

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Los animales salvajes se habían multiplicado asombrosamente. Estas cazadoras los seguían a largas distancias con el fin de capturar las fieras, reunirlas en un lugar y matarlas a golpes de hacha y le cortaban la piel, le hacían hoyos y con ellas se cubrían. Ellas también excavaban grandes hoyos y los cubrían, como trampas y cuando las bestias se caían en ellos eran muertas con hachas. Vi también a Sémiramis cazar este animal que JOB describió bajo el nombre de Behémoth (marmotreto), así como tigres, leones y otros carnívoros. En este tiempo antiguo, no he visto monos. Se cazaba también sobre el agua. Especialmente a lo largo de los cursos de agua y los lagos donde se desarrollaban cultos idolátricos, con todos sus horrores. La madre de Semiramis no era tan corrompida como su hija, pero tenía una cara diabólica y demostraba fuerza y temeridad. ¡Qué cosa tan espantosa, verla sumergirse en el mar en su lucha con aquel enorme monstruo fuerte!. Montado en un dromedario, ella persiguió al animal, hasta dromedario y jinete sumergido en las olas. Ella se honró como la diosa de la persecución y una benefactora a la humanidad. Sémiramis viajó también a Egipto, a la vuelta de una expedición belicosa o de una caza en África; el reino de Egipto fue fundado por Mesraim, un nieto de Cam, que, a su llegada en el país, encontró a algunos grupos dispersos de tribus primitivas. Egipto fue poblado por distintas razas que gobernaba a veces una y después la otra, cuando Sémiramis vino en este país, había cuatro ciudades: la más antigua, Tebas, era poblado por hombres mayores, más finos y más hábiles que los que ocupaban a Memphis, cuyos habitantes eran más pequeños y fornidos. Tebas se extendía sobre la orilla izquierda del Nilo, cruzado por un gran puente: sobre la orilla derecha se elevaba el castillo donde vivió más tarde la hija de Faraón, en el tiempo de Moisés. Los indígenas de la piel oscura y al cabello lanoso fueron esclavos desde tiempo antiguo y nunca tuvieron el poder en Egipto. Estos vinieron de África, y los otros del Mar Rojo que utilizaron la carretera seguida por los Israelíes en el Éxodo. Una tercera ciudad se nombraba Chume, y más tarde Heliópolis. Se sitúa al norte bien lejos de Tebas. Cuando Marie y José huyeron a Egipto con Jesús, vi en los alrededores de esta ciudad edificios bastante grandes. Más bajos que los de Memphis, no lejos del mar, se levantaba la ciudad de Sais, yo creo que esta, es aún más antigua que Memphis. Cada una de las cuatro ciudades tenía su propio rey. Sémiramis gozaba de una gran veneración en Egipto, y por sus actos y sus artes diabólicas, extendió por todas partes la idolatría. La vi en Memphis, donde los sacrificios humanos eran comunes y se hacían de acuerdo a como ella los planificaba, ejercía la astrología y practicaba la magia, no vi el toro Apis, en esa época, pero si ídolos con colas y una cabeza como el Sol. Fue Semiramis quien elaboró los planes de la primera pirámide, que se construyó sobre la orilla (este) oriental del Nilo, con la participación de todo el pueblo. Cuando el edificio se acabó, vi a Sémiramis volver de nuevo con algunos centenares de personas: era la inauguración, y se honró a Sémiramis casi como una divinidad.

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La pirámide se construyó en un lugar húmedo y pantanoso. Por esta causa se construyó en una base de grandes pilares, como un gran y amplio puente, sobre el cual se elevaba la pirámide, aunque se podía deambular debajo, como en un inmenso templo de columnas. Había allí numerosas salas, calabozos y pasillos espaciosos, y la propia pirámide incluía hasta su cumbre múltiples habitaciones grandes y pequeñas, y, con ventanas a las cuales vi suspender cortinas de tela. En torno a la pirámide se extendían cuencas y jardines Este monumento era la sede incluso de la idolatría egipcia, la astrología, la magia y las prácticas más abominables. Inmolaciones de los niños y ancianos. Astrólogos, adivinos y nigromantes que vivían en la pirámide hacían sus artes diabólicas. Cerca de los baños, una gran maquinaria filtraba el agua fangosa del Nilo. Y más tarde, vi mujeres egipcias bañarse con impudor en estos baños, que estaban vinculadas a los horrores más infames del culto de los ídolos. Esta pirámide no permaneció mucho tiempo de pie: se destruyó. La nación era terriblemente supersticiosa. Los sacerdotes paganos estaban en la oscuridad tan grande y tan dado a la adivinación que recogían en Heliopolis, hasta los sueños de cualquiera y los transcribían y los coleccionaban y se referían a las estrellas. Numerosos mesmeristas (poder similar a hipnosis) dominados en sus visiones diabólicas, confundían la verdad con la falsedad. Según sus visiones, la idolatría fue formulada, y hasta los ciclos de tiempo calculado. Vi que los ídolos Isis y Osiris no son nada. La llegada de Jose y Asenet a Egipto fue anunciada por los astrólogos, que obtuvieron la revelación a partir de sus visiones diabólicas. Ellos por consiguiente los incorporaron en su religión. Cuando ellos vinieron realmente, ellos los honraron como divinidades. Vi que Asenet lloró sobre tal impiedad, y escribió contra ello. Nuestros científicos actuales, cuando explican sobre Egipto, se engañan mucho asignando gran valor a la historia, a la ciencia y aprendizaje Egipcio, lo que solo esta basado en sus falsas visiones y su astrología: estas prácticas vuelven a cualquier nación estúpida y bestial como los egipcios; que son una prueba de ello. Pero los científicos consideran como imposibles estos comercios con los demonios y estas prácticas mágicas, niegan la realidad, y tienen a los Egipcios como los más antiguos que existen realmente, ya que asignan todas estas creencias y estos ritos mágicos a tiempos más antiguos que la realidad. Vi mientras que se daban a toda clase de prácticas adivinatorias y de errores con su astrología, cuando Sémiramis llegó a Memphis. Los egipcios querían hacerse pasar por el pueblo más antiguo y elaboraron una larga de listas de reyes y ciclos de tiempos perfectamente falsos y una alteración completa de las genealogías. Llegaban así a cálculos irreales para un calendario, y como modificaban constantemente sus cálculos, el orden y la cronología fueron perdidas. Entonces con el tiempo mantuvieron estos errores, luego construyeron grandes monumentos y edificios y grabaron inscripciones en ellos, lo que fijó definitivamente estos errores. Por ello durante mucho tiempo calcularon la edad de los antepasados y descendientes de tal modo que hicieran coincidir la fecha de la muerte del

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padre con la del nacimiento de los hijos. Los reyes, que estaban en perpetuo conflicto con los sacerdotes con respecto a las genealogías, inventaban antepasados que nunca habían existido, así es como contaban a cuatro reyes con el mismo nombre, que reinaba simultáneamente en Tebas, Memphis, Heliópolis y Sais. Vi también que se contó una vez 970 días para un año, y que por otra parte vi, que por calcular numero de años, un período de un año fue considerado como un mes. Vi incluso a un sacerdote de ídolos que hacía una operación en la cual se convertían sistemáticamente 500 años en 1100 años. Vi estos falsos cálculos de los sacerdotes paganos al mismo tiempo que contemple a Jesús enseñar en el Sábado en Aruma: Jesús hablaba delante de los fariseos de la llamada de Abraham y su paso por Egipto, y expuso los errores del calendario, de los cuales los egipcios eran culpables. Jesús dijo a los fariseos que el mundo tenía entonces 4028 años y cuando oí al Salvador decir eso, el tenía 31 años. Vi en aquellos tiempos, también, una gente que honró a Set como Dios. Ellos hacían viajes distantes y peligrosos en Arabia donde ellos suponían que estaba su tumba. Me parece que los descendientes de esta gente todavía existe, y que los turcos los sufren al pasar libremente por su territorio en sus peregrinaciones a aquella tumba.

Melquisédec

He visto a menudo Melquisedec no como un hombre, pero, como un ser de otra naturaleza, como un ángel, enviado de Dios. Nunca vi que hubiera tenido una residencia determinada, una patria, una familia, padres; nunca lo vi comer, beber o dormir, y siempre pensé que no podía ser un hombre. Estaba vestido como ningún sacerdote, era entonces, como los ángeles a quienes contemplé en Jerusalén Celeste, y como vi más tarde a Moisés hacer elaborar los trajes de los sacerdotes, según las órdenes del Dios. Lo vi intervenir y aparecer y actuar en asuntos que concernían a los pueblos, como por ejemplo cuando se celebraba la victoria después de las guerras tan terribles de esta época., allí donde él intervenía, allí donde se encontraba, una potencia irresistible emanaba de su persona. Nadie se levantaba contra él, y sin embargo él no necesitaba gastar fuerza, y todos los hombres, sin embargo entregados a la idolatría, de buena gana concedían prioridad a sus consejos. Él no tenía ningún semejante, ningún familiar, estaba siempre solo: A veces, fue acompañado de dos ángeles mensajeros, a quienes enviaba delante de él, vestidos de blanco, quienes se encargaban de anunciar su llegada aquí y allá, luego les reenviaba. Todo lo que él necesitaba, él lo tenía o lo recibía. Las personas a quienes él les pedía algo no se le negaban y hasta lo daban con alegría. Se alegraban allí donde él venía, y le temían un poco, rodeándole de honores. Los malos se aplacaban delante de él y se humillaban, aunque ellos se expresaran mal. Él era por si mismo, un ser de esencia superior, entre estos grandes personajes paganos, en parte sin fe y depravados, como es actualmente toda

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persona piadosa y correcta que llega a una parte donde no es conocida y que hace el bien en torno de ella. Así es como lo vi en la corte de Sémiramis, en Babilonia. Semiramis tenía allí un poder y una fastuosidad indescriptibles, hizo edificar las construcciones más suntuosas por esclavos, a quienes trataba todavía más rigurosamente que el Faraón trató a los hijos de Jacob en Egipto. También reinaba allí la idolatría más espantosa: sacrificaban a seres humanos a quienes enterraban hasta el cuello. Toda la comodidad, los placeres, la frivolidad, las riquezas y los artes se abrían y todo rizaba el imposible. Sémiramis emprendía también grandes combates con ejércitos monstruosos, pero casi siempre contra los pueblos de Oriente, ella iba muy poco hacia Occidente, o hacia el Medio donde vivían los pueblos piel sombría y morena. En Babilonia, una tribu muy numerosa se había desarrollado poco a poco, a partir de una raíz semítica que quedo en Babel, después de la construcción de la Torre. Ellos vivían bajo tiendas, como un pueblo humilde de pastores, tenían rebaños y celebraban su servicio divino en plena noche, en una tienda descubierta o al aire libre. Ellos recibían muchas bendiciones. Todo tenía éxito en ellos, y su ganado siempre era particularmente bello. Semiramis como la mujer diabólica que era, quería aniquilar a esta tribu y ya había diezmado una gran parte. A tiempo de comprobar las bendiciones que favorecían a esta tribu, Sémiramis reconocía que Dios la había tomado bajo su protección y misericordia. Ella como instrumento del diablo, quiso hacerla desaparecer. Cuando las desgracias de esta tribu alcanzaron su paroxismo, vi a Melquisédec intervenir. Él se presento delante de Sémiramis y le pidió que dejara marcharse a esta tribu. Él criticó también sus infamias: Sémiramis no actuó contra él, y condujo a la tribu martirizada, repartida en diversos grupos, hacia la Tierra Prometida. Melchisédec les tenía como vivienda un campamento cerca de Babilonia, y allí les hizo conocer el pan, del que ellos aprendieron a sacar su fuerza. Les señalo en Canaán, lugares apropiados para edificar, y recibieron como herencia una región determinada. Fueron mantenidos aparte de otras poblaciones, a causa de su dureza, con el fin de no agregarse a ellas. Su nombre era como " Samanes " o " Semanes ". A algunos de ellos, Melquisédec los situó en un territorio de la región del Mar Muerto pero su ciudad fue destruida con Sodoma y Gomorra. Sémiramis había acogido a Melchisédec con un gran respeto y con un secreto terror a causa de su sabiduría. Él apareció ente ella como el Rey de la Estrella de Mañana, que era la tierra del Este más lejano. Ella se imaginó que él podría pedirla en matrimonio pero él, le habló muy severamente, le desveló sus depravaciones y le profetizó la destrucción de la pirámide levantada cerca de Memphis. Quedo asustada y sin voz. Vi el castigo que la golpeó: ella se transformo en una animal y la encerraron durante mucho tiempo, por prudencia; le echaban hierba como burla y heno en un comedero y en un corral de niños, solo un servidor era fiel a ella, ocupándose de su alimento. Luego fue liberada, pero zozobró de nuevo en la locura. Finalmente, ella murió de modo atroz, sus intestinos colgaban de su cuerpo. Había vivido ciento diecisiete años.

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Melchisedec fue considerado como un profeta, un sabio, un hombre de una esencia superior, en quien todo tenía éxito. Hubo en aquella época y hasta más tarde diversas apariciones de personas de un orden superior y eran tan habituales para los pueblos de ese tiempo como lo fueron ángeles a Abraham, y su relación con ellos. También se produjeron apariciones nefastas al lado de las buenas, así como se levantan los profetas falsos al lado de los verdaderos. La salida de esta tribu tiene puntos de semejanza con la historia de la salida de los Israelitas fuera de Egipto: pero no fue tan largo como para éstos. Entre los Samaneses establecidos por Melquisedec en la Tierra prometida, vi a tres hombres que vivían en cuevas cerca de Tabor, sobre el monte llamado " Montaña del Pan " (Moreh 4), mucho tiempo antes de la aparición de Abraham. Eran más morenos de piel que Abraham, se vestían de vellones de animales y se protegían del sol cubriendo su cabeza de grandes hojas. Ellos llevaban una vida santa, según la sabiduría de Hénoc, y tenían una religión secreta simple con revelaciones y visiones sobrias. Su religión estaba basada en el hecho que Dios quería hacer alianza con los hombres y que ellos debían poner en ejecución todo a fin prepararse para eso. Ellos también hacían ofrendas, entregando el tercio de sus alimentos expuestos al sol, a menos que fuera con la intención de comer, lo que también hacían. Vi a estos personajes vivir muy aislados, separados de otros habitantes del país. Este no eran todavía muy numeroso y sus habitantes permanecían lejos unos de otros en campamentos de tiendas fortificadas. Vi a estos hombres recorrer diversas regiones del país, cavar pozos, arrancar las malas hierbas e iniciar construcciones en lugares determinados, donde se elevaron más tarde ciudades. Los vi cazar los malos espíritus del aire en regiones enteras y confinarlos en otros lugares estériles, pantanosos y brumosos. Vi de nuevo que los malos espíritus se cogían a tales lugares desgraciados. A menudo vi a estos hombres combatir a estos malos espíritus y luchar contra ellos. Al principio, me asombraba viendo que los sitios donde disponían las piedras fueron cubiertos de nuevo por la vegetación y volvían al estado previo salvaje, y que sin embargo ciudades se levantarían allí: y veo en imágenes, muchedumbres en lugares edificados en el sitio de estas piedras, por ejemplo Safphet, Bethsaide, Nazaret (ellos trabajaron en eso, en el lugar donde se levantó más tarde la casa en la cual María recibió el anuncio del Ángel), Gatepher, Sephoris, en la región donde se elevó más tarde la casa de Ana, los prados de Nazaret, Meggido, Naim, Ainon, las cuevas de Belén y prados de Hebrón, vi también la construcción de Michmethath, y muchos de otros lugares que olvidé. Sobre esta montaña, vi a estos hombres reunirse cada mes con Melchisédec, que les llevaba un pan cuadrangular grande, de una dimensión de tres pies, quizás, bastante grueso: lo compartían, en numerosos trocitos. Este pan era pardusco, y había sido horneado bajo la ceniza. Vi Melchisédec venir a ellos siempre sólo, a veces lo veía llevar este pan muy ligeramente, como si flotara entre sus manos, y otras veces cuando él se acercó a la montaña, lo vi como un peso sobre sus hombros, y cuando se les

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acercaba, el pan era muy pesado y lo llevaba en sus manos. Creo que esto viene del hecho que, acercándose, él debía aparecer como un hombre. Ellos se conducían hacia él, con un gran respeto y se prostraban, cara contra tierra. Él les enseño también a cultivar la vid sobre Tabor, y ellos sembraron en múltiples lugares del país todo tipo de semillas que germinaron. Estas plantas existen todavía abundantemente en estado salvaje. Los vi romper cada día un pedazo del pan, con la herramienta marrón, con la que ellos trabajaban. Ellos se alimentaban también de pájaros, que acudían allí en grandes vuelos. Tenían días de fiestas y conocían las estrellas, celebraban el octavo día con ofrendas y oraciones, y otros días del cambio de año. Los vi también construir a través de este país aun salvaje, numerosos caminos que mostraban, los lugares donde debían establecerse construcciones, cavado pozos para el agua y sembrado plantas, de modo que los hombres que les sucederían pudieran, según estos caminos, irse por si mismos a los pozos y a los emplazamientos fértiles y libres, con el fin de establecerse allí. Los vi a menudo rodeados de muchedumbres de espíritus malignos en el curso de sus trabajos a quien ellos podían ver, y vi cómo dominaban a estos mediante la oración y palabras de orden, estos espíritus obedecían y se retiraban a lugares pantanosos y desérticos, dejando purificados y despejados estos territorios para que los tres hombres continuaran tranquilamente sus trabajos. Ellos hicieron caminos a Cana, Mageddo, y Naim, y de esta manera prepararon el lugar de nacimiento de la mayor parte de los Profetas. Ellos iniciaron las fundaciones de Abelmahula y Dothain, y cavaron el bello estanque de la fuente de Bethulia. Melchisedec recorría el país solo como un extranjero y no se sabía donde permanecía. Los tres Samanenses eran viejos, pero todavía muy activos. En el sitio del Mar Muerto y en Judea, las ciudades ya existían así como algunas en el alto país, pero no en el centro. Ellos mismos habían construido sus casas y vivían allí, uno cerca de Hebrón, el otro sobre Tabor y el tercero en las cuevas, no lejos de Saphet. Ellos fueron para Abraham lo que Juan (Bautista) fue para Jesús. Ellos prepararon y dispusieron el país y los caminos, sembraron buenos frutos y dispusieron el agua para el patriarca del pueblo de Dios; Juan (Bautista), preparó los corazones para la penitencia y el nuevo nacimiento en Jesús. Ellos cumplieron para Israel lo que Juan cumple para la Iglesia. Vi también a otros hombres semejantes en otros lugares, ellos habían sido instituidos allí por Melchisédec. A menudo vi a Melquisédec, antes del tiempo de Sémiramis y Abraham aparecer en la Tierra prometida, que era todavía un desierto, como si organizara el territorio y escogiera y reparara lugares precisos. Lo vi solo y pensé: ¿qué quiere este hombre aquí, mientras que aun no hay nadie? Así es como lo vi cavar una fuente sobre una montaña, era la fuente de agua del Jordán. Él tenía una cayado largo y fino que plantó en la montaña como el rayo. Así es como lo vi abrir la tierra en diversos lugares. Los primeros tiempos

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después del Diluvio, no vi los ríos brotar y fluir como ahora, sino mucha agua que brotaba de una alta montaña en Oriente. Melquisedec conocía los numerosos lugares de la Tierra prometida, diferenciándolos, estableció las dimensiones de la piscina de Bethesda. Él puso un peñasco en el emplazamiento donde debía elevarse el Templo, mucho antes de la fundación de Jerusalén. Lo vi plantar como el grano, las doce piedras preciosas que fueron enterradas en el lecho del Jordán y en las que se agarraron los sacerdotes que tomaban el Arca de la Alianza en el momento del paso de los hijos de Israel. Él los plantó como semillas, y aumentaron en su tamaño. Siempre vi a Melchisedec solo, excepto cuando debía intervenir en las filiaciones, las divisiones y la conducta de las familias y de las tribus. Vi también que Melquisedec había construido un castillo de prados en Salem. Pero era más un campamento que un castillo. Rodeado de galerías y escaleras, del tipo del dominio de Mensor en Arabia. La construcción era sólida ya que era roca dura. Creo todavía haber visto, en la época de Juan (Bautista), los pilares en los cuatro ángulos donde se levantaron los principales pilares. Este castillo tenía una base muy sólida de piedra, que era un área llena de verdor cuando Juan estableció allí su pequeña gruta. Este campamento o castillo era un lugar donde se detenían muchos extranjeros y viajeros, una especie de albergue libre y precioso por el agua que brotaba allí. Tal vez Melchisedec, que fue siempre el consejero y conductor de pueblos y tribus, había edificado este dominio para alojarlos y enseñarlos. En todo caso, esto ya tenía una relación con el bautismo. Melquisedec tenía allí su centro y residencia. De allí se iba a Jerusalén, donde Abraham etc. para sus misiones. Él recogió y distribuyo a familias y a pueblos que se instalaron en varios sitios. Esto ya estaba antes de la ofrenda del pan y del vino, que se efectuó, a mi parecer, en un valle en el sur de Jerusalén. Melquisedec construyó Salem antes de que él construyera Jerusalén. Los lugares donde trabajó y construyó parecen haber sido los emplazamientos donde la gracia había de venir, como si quisiera atraer la atención ese lugar, como si emprendiera algo que debía realizarse más tarde. Melchisedech pertenece a ese coro de ángeles destinados a los países y naciones, que trajeron mensajes a Abraham y a los Patriarcas, y manifestarse a ellos. Ellos están de pie frente a los arcángeles Michel, Gabriel y Raphael. ¿Quien era Melquisedec? Se dice, que se podía estar seguro que era una forma antigua del futuro y la prefiguración próxima de la Promesa, y que el sacrificio del pan y el vino que había ofrecido, sería realizado y perfeccionado, que debía ahora abrirse plenamente y permanecer hasta el fin del mundo.Job

El padre de Job, gran jefe de tribu, era hermano de Peleg el hijo de Héber. Poco antes de su nacimiento se produjo la destrucción de la torre en Babilonia. Él tenía trece hijos, Job era el más joven, vivía en el sur del Mar Negro, en una región montañosa donde un lado era caliente, y el otro lado frio y cubierta de hielo.

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Job es un antepasado de Abraham, la madre de este era bisnieta de Job, que se casó en la familia de Héber. Job todavía puede haber vivido en el momento del nacimiento de Abraham, el moró en sitios diferentes, y sus aflicciones lo encontraron en tres lugares separados. Entre el primer y el segundo, tuvo un período de prosperidad de nueve años; entre el segundo y el tercero, siete años; y después del tercer, un periodo de doce años. Sus sufrimientos siempre le acontecían en un lugar diferente. Pero él nunca estuvo tan absolutamente arruinado como para no tener; simplemente se volvió completamente pobre en comparación con sus antiguas circunstancias, pero siempre pagando sus deudas con lo que aún le quedaba. Job no pudo quedarse en la casa de sus padres, porque tenía una mentalidad muy diferente a ellos. Él rogaba al Dios único, contemplándole en la naturaleza, en las estrellas y en las fases de día; hablaba sin cesar de las obras maravillosas de Dios y observaba un culto puro. Él emigró con los suyos al norte del Cáucaso. Había allí una región pantanosa muy miserable, creo que vio allí un pueblo con la nariz aplastada, los pómulos salientes y ojos pequeños. Fue allá dónde Job emprendió todo, y tuvo tanto éxito. Él reagrupó todo tipo de gente pobre abandonada que vivía entre matorrales y cuevas, no teniendo para subsistir otra cosa que aves y otros animales que ellos capturaban y comían su carne cruda, hasta que Job les enseño a prepararla. Con ellos, él cultivó la tierra, y otros cultivos. Job y su gente entonces estaban escasamente vestidos. Ellos vivían bajo tiendas. Job ya tenía allí rebaños, pronto numerosos, entre los cuales asnos con pelaje rayado y otros animales moteados. Fue padre de tres hijos en un nacimiento y luego tres hijas en otro, nacidos juntos dos veces. Había edificado una ciudad en este lugar, pero vivía en forma trashumante sobre sus tierras que componían una propiedad que se recorría en siete horas. Ningún grano fue cultivado en aquellos tierras pantanosos, pero ellos cultivaban, un tipo de caña gruesa que podía también crecer en el agua y que cuya médula comían machacada o a veces asada. Ellos secaban su carne en agujeros cavados en la tierra, y la exponían al sol, hasta que Job les enseñaba como cocinarla. Plantaron muchas especies de calabazas para el alimento. Job lo era todo para este pobre pueblo, de una dulzura, de una bondad, de una equidad y de una rectitud indescriptible. Él era también muy casto, y vivía en la intimidad con Dios, que a menudo se manifestaba a él bajo el aspecto de un ángel o un “hombre blanco", así como ellos lo nombraban. Estas apariciones angélicas eran semejantes a adolescentes luminosos. Llevaban trajes largos y blancos de numerosos pliegues o rayados verticales, no podría hacer la distinción. Estaban ceñidos y aceptaban comer y beber. En el curso de sus sufrimientos Job fue consolado por Dios mediante estas apariciones, cuyas opiniones fueron tenidas en cuenta mucho más que las de sus amigos, sus sobrinos y sus padres. El no veneraba a ningún ídolo, contrariamente a otros habitantes de la región que adoraban toda suerte de figuras de animales. Pero Job había fabricado

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para él una representación de Dios Omnipotente, la figura de un niño coronado con rayos, las manos fueron sostenidas un encima de la otra, y en una había un globo sobre el cual estaba representada una pequeña embarcación montada en las olas. Creo que esto debía representar el Diluvio, del cual hablaba a menudo con sus dos servidores más íntimos, así como de la sabiduría y de la misericordia del Dios. Esta escultura era tan brillante como el metal, y él podía llevársela por todas partes con él. El rogaba y hacía delante de ella ofrendas de trigo, y el humo se elevaba hacia el cielo como a través de un embudo. Fue en este país que Job conoció su primera desgracia. Hubo siempre críticas y disputas después de cada revés, porque estaba rodeado de numerosas tribus malévolas, y él se retiró más alto, después en los montes del Cáucaso, donde él comenzó nuevamente todo a partir de nada, y donde tuvo nuevamente éxito. El y sus seguidores comenzaron a vestirse mejor, y pronto ellos conocieron una existencia mucho más agradable. De este segundo lugar, Job fue acompañado de numerosos seguidores a Egipto, donde reyes pastores nómadas extranjeros, originarios de la tierra natal de Job, en ese tiempo reinaban, sobre una parte del territorio. Más tarde, fueron rechazados por un rey de Egipto. Job debía conducir a Egipto a la novia del hijo de uno de estos reyes pastores, que estaba emparentada con él. Él se llevó obsequios ricos y tenía con él por lo menos treinta camellos y numerosos servidores. Cuando lo vi allí en Egipto, Job era un hombre grande y robusto, en el tinte de su piel un color agradable pardo-amarillo, con cabellos rojizos. Abraham tenía la piel mucho más clara, pero los habitantes de Egipto, eran mucho más castaños de piel. Job había ido a Egipto de mala gana, y vi que miraba con nostalgia hacia oriente, hacia su patria, que estaba más al sur que la comarca retirada de donde vinieron los tres reyes (Magos). Yo entendí confiarles a sus servidores, que él prefería vivir con los animales salvajes más bien que con estos hombres, ahí en Egipto. El estaba muy afectado por los cultos idolatras espantosos que se practicaban allí. Ellos sacrificaban a niños vivos, en una divinidad horrible de cabeza de buey, que tenia una boca grande abierta; ellos depositaban a los niños vivos sobre los brazos del ídolo calentados al rojo. El rey nómada, que tenía el hijo que, del cual Job había conducido la novia a Egipto, deseaba retenerlo y le dio como residencia la ciudad de Matarea. Este lugar entonces era completamente diferente de lo que fue más tarde, cuando la Santa Familia hizo allí descanso, vi que Job estuvo en el mismo sitio de la Santa Familia, y Dios me mostró la Fuente de María. Cuando María descubrió esta fuente, estaba enterrada, pero el fondo estuvo ya dispuesto allí y construido. Job también utilizó la la fuente de piedra para su culto. Mediante la oración, él quitó de la región y sus alrededores los animales salvajes y venenosos. Él tuvo allí visiones sobre la salvación de la humanidad y también sobre las pruebas que todavía lo esperaban. Actuaba con celo contra las costumbres escandalosas del pueblo egipcio y los sacrificios humanos, y creo que fueron abandonados. Cuando él estuvo de vuelta en su país, la segunda desgracia le vino sobre él. Y cuando la tercero le llegó, él vivía más al sur, directo al este de Jérico.

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Creo que esta comarca le fue dada después de la segunda desgracia, porque el fue en todas partes muy reverenciado, para su gran rectitud, su temor a Dios y su sabiduría. Allí también había emprendido todo de nuevo, en una región alta y muy llana. Sobre una altura fértil, toda suerte de animales majestuosos retozaba en libertad, hasta camellos, y los capturaban, así como se captura entre nosotros los caballos salvajes. Job cultivó en esta altura, se hizo muy rico y edifico una ciudad; aumentaron sus bienes. La ciudad era de piedra, las viviendas de telas de campaña; cuando estuvo de nuevo en la cumbre de la prosperidad, la tercera desgracia lo golpeó, que lo llevo a estar horriblemente enfermo. Cuando también hubo superado esta prueba con sabiduría y paciencia, recobró una salud floreciente y tuvo de nuevo numerosos hijos y numerosas hijas. Creo que él murió de mucha edad, en la época en la que otro pueblo se implantaba en la región. Aunque la misma narrativa sea dada en forma diferente en el Libro de Job. Encontramos allí sin embargo muchas palabras registradas, y creo que sería capaz de distinguir a cada una de ellas. Donde la historia dice que los criados vinieron rápidamente uno tras otro a Job con noticias de sus pérdidas, deben ser comentadas las palabras: "y cuando él todavía hablaba de ello," signifíquese: cuando la memoria de las desgracias precedentes se había borrado de la memoria de los hombres. Satanás se presenta ante Dios con los hijos de Dios para quejarse contra Job, este episodio también lo explico brevemente. Había en estos tempos muchas relaciones entre los hombres idolatras y los espíritus malignos, estos se les aparecían simplemente con el aspecto de ángeles. De esta manera, Satán incitó a sus malos vecinos contra Job, y ellos lo difamaron. Ellos dijeron que Job no servía a Dios con rectitud, que todo le sonreía y que era muy fácil serle bueno. Entonces Dios quiso poner de manifiesto que los sufrimientos no son a menudo más que un proceso etc. Sus enemigos murmuran en torno a Job y manifestaban las consideraciones a sus familiares sobre su suerte. Job esperaba con calor al Redentor, el era un antepasado de la raza de David. Él fue a Abraham, por la madre de éste (quién era uno de sus descendientes), lo que los antepasados de Ana fueron a Maria La historia de Job, juntos con sus diálogos con Dios, fue circunstancialmente anotada por dos de sus criados más fieles que parecieron ser sus administradores. Ellos escribieron sobre rodillos de corteza, y dictado por el mismo Job. Estos dos criados fueron llamados respectivamente Hai y Uis, u Ois. Estas narrativas fueron mantenidas como sagradas por los descendientes de Job. Ellos las pasaron de generación a generación hasta Abraham. En la escuela de Rebecca, los Canaanitas fueron instruidos en estas escrituras, con respecto a la sumisión ante las pruebas. Por ello este relato llegó, por Jacob y José, hasta los hijos de Israel, en Egipto, Moisés lo recogió y lo modificó para los Israelíes, en el tiempo en que se sometían a la esclavitud en Egipto, ya que ellos contuvieron muchos detalles que no podrían haber sido entendidos, y que no habrían servido en su tiempo. Salomón sin embargo modificó de nuevo enteramente este texto, retiró muchos

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elementos y agrego lo suyo, Y así, la historia auténtica fue un libro sagrado arreglado con la sabiduría de Job, Moisés, y Salomón. No se podría sino difícilmente encontrar el relato original de Job y en los hechos, con sus nombres de ciudades y naciones se asimila a la tierra de Canaán; luego por este texto se creyó que Job era un Edomita.

ABRAHAM HASTA MOISÉS EN EGIPTO

Abraham Abraham y sus antepasados eran una tribu formada por grandes hombres. Llevaban una vida de pastores, no vivían en Ur de Caldea desde su origen, sino que después se establecieron. Esta gente tenía una fuerza y una rectitud particular. Conquistaban regiones donde se encontraban ricos pastos y delimitaban sus conquistas, elaboraban un altar de piedra y el espacio así señalado era de su propiedad. Tuvo Abraham, durante su infancia, algo de comparable a lo que se produjo con Moisés cuando niño, puesto que su nodriza le salvó la vida. Se había profetizado al amo del país que un niño maravilloso debía nacer, que sería peligroso para él. Este hombre adoptó medidas en consecuencia. Por eso la madre de Abraham estuvo oculta y Abraham nació en la gruta dónde he visto a Eva ocultar a Set. Fue criado en secreto por su nodriza Maraha. Ella se represento como una esclava pobre que trabajaba en la árida meseta, tenía su choza muy cerca de la gruta que fue, en recuerdo de ella, nombrada "Gruta de la Leche”, y, más tarde, fue enterrada a ahí por el mismo Abraham. Abraham quería mucho a su nodriza, después de años, en sus peregrinaciones, la llevó con él, siguiéndolo, sobre un camello. Vivió con el, en Sukkoth. Murió a la edad de cien años. Abraham le talló una sepultura para ella en la piedra blanca que, como una colina, encerró la cueva en la cual él nació. Esta gruta se volvió un lugar de peregrinaje, especialmente para las madres. En esta historia se encuentra una misteriosa prefiguración de la persecución de Maria, que con el niño Jesús tuvo que soportar. Maria también estuvo ocultada en esta gruta, cuando los soldados de Herodes la buscaban con el Niño. El padre de Abraham recibió grandes gracias del Cielo, y entendió muchos misterios. Su raza poseyó el regalo de descubrir el oro en la tierra, y él fabricó de ello, pequeños ídolos similares a aquellos que Rachel robó de Laban. Ur es un lugar en el norte de Caldea. Percibí en muchas partes de esta región, en montañas y llanuras, llamas blancas levantarse, como si la tierra ardiera. Sé no si este fuego era espontáneo o encendido por el hombre. Abraham era muy versado en la ciencia de los astros: percibía también las particularidades de las cosas y las influencias de las estrellas sobre el nacimiento, Él vio todas las clases de cosas en las estrellas, pero él miro todo hacia Dios. Él siguió a Dios en todas las cosas y sirvió solo a El. Impartió su conocimiento a otros en Caldea, pero volviéndose al mismo tiempo siempre hacia Dios.

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Vi que recibió de Dios, durante una visión, la orden se exilarse. Dios le mostró otro país, y sin hacer preguntas, Abraham reunió a la mañana siguiente a toda su gente para partir, y se puso en marcha. Vi más tarde como estableció sus tiendas en una región de la Tierra Prometida y como me apareció que era la región de Nazaret. Abraham construyo el mismo en este lugar un gran altar oblongo de piedra albergado bajo una tienda. Una vez arrodillado sobre el altar, una nube brillante descendió del cielo sobre él, y un ángel mensajero de Dios, apareció, le dijo algo, y le presentó un regalo brillante, transparente. El ángel hablo con Abraham y éste recibió el secreto de la bendición, el “propósito consagrado” del Cielo abrió su prenda de vestir y depositó este secreto sobre su pecho. Se me dijo que era la Bendición de la Antigua Alianza. Abraham no conocía aún el contenido, con que era alabado, fue escondido de él, como se oculta ante nosotros la sustancia del Santo-Misterio. Pero se le fue dado como una cosa sagrada como promesa de la posteridad prometida. El ángel era en todos los aspectos similar al que anunció a la Virgen la Encarnación del Mesías; este era igualmente suave y tranquilo en sus enseñanzas, como Gabriel en la ejecución de su misión y no tan rápido y apresurado como otros ángeles que vi en otros actos similares. Creo que Abraham llevó siempre esta cosa misteriosa sobre él. El ángel le habló también de Melchisedec y que no debía realizar la ofrenda antes de El, ofrenda que sería realizada plenamente después de la llegada del Mesías y que duraría hasta la eternidad. Abraham sacó a continuación de un cofre cinco grandes huesos que dispuso con forma de cruz sobre el altar, una luz se quemo antes, que el ofreciera el sacrificio. La luz brillaba como una estrella, blanca en el centro, con rayos rojos. También vi a Abraham con Sara en Egipto. Él fue allí en la obediencia a una orden de Dios; primero, debido al hambre; y, en segundo lugar, tomar posesión de un tesoro que había sido llevado allí por uno de parientes de Sara. El tesoro consistió en pedazos triangulares de oro ensartado juntos para formar una mesa genealógica de los hijos de Noé, y sobre todo de Sem hasta el tiempo de Abraham. Había sido tomado en Egipto por una hija de la tía materna de Sara, que había ido allí con una tribu pastoral nómade, de algunos descendientes laterales de Job, que después degeneraron en un estado salvaje. Ella se había quedado allí como una criada. Ella había robado aquel tesoro como más tarde Rachel lo hizo con las figuras de dioses idolatras de Laban. La mesa genealógica fue hecha como las balanzas en equilibrio que cuelgan de cuerdas. Ésta consistió en pequeños pedazos triangulares ensartados juntos, y de ellos dependió cuerdas incidentales solas. Estos pedazos de oro eran figuras y cartas que representaban a Noé, y sobre todo los descendientes de Sem. Cuando las cuerdas eran soltadas, varios pedazos caían juntos en el plato. Oí, pero he olvidado, el número total a que el todo ascendió. Este registro de familia había caído en las manos de Faraón y los sacerdotes. Ellos hicieron con ello varios cálculos relacionados con sus propios cálculos cronológicos interminables, pero nunca lo entendieron correctamente. Cuando el Faraón fue visitado por enfermedades él consultó con sus sacerdotes idólatras, y concedió a Abraham todo que él exigió.

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Sobre la vuelta de Abraham a Palestina, vi a Lot en sus tierras, en una tienda de campaña. Abraham señalaba todo alrededor de su mano. En su modo había algo de la conducta de los Tres Reyes. Él llevó puesta una ropa blanca, de lana larga con mangas; una faja blanca trenzada con borlas; y una especie de capucha que cuelga abajo la espalda. En su cabeza tenía una pequeña gorra, y sobre su pecho un escudo en forma de un corazón hecho de metal o gemas. Su barba era larga. No tengo palabras para decir todo lo amable y generoso que era Abraham. Si él tenía algo que complacía a otro, sobre todo si fuera ganado, él se lo ofrecía inmediatamente, ya que él era un enemigo declarado de envidiar y codiciar. La ropa de Lot era parecida a la de Abraham, pero él no era tan alto, ni parecía tan noble. Él estaba, bien, pero al mismo tiempo era un poco codicioso. Yo a menudo veía a los criados de los dos en disputa, y vi a Lot separarse de Abraham. Pero a Lot, lo vi envuelto en la niebla. Sobre Abraham, vi la luz. Lo vi instalar sus tiendas de campaña y deambular. Él construyó un altar de piedras, y levantó una tienda de campaña sobre ello. La gente de aquel tiempo era hábil en la construcción de piedras brutas, y el maestro con el criado se pusieron mano al trabajo. El altar mencionado estaba en la región de Hebrón, el lugar que moraría después Zacarías, el padre del Bautista. La región en la cual Lot se quedaba era buena tierra, como era toda esta parte del país hacia Jordania. Vi también cómo robaron las pertenencias de Lot y cómo se llevaron todo lo que tenía. Vi a un fugitivo informar de este hecho a Abraham, que inmediatamente invocó la ayuda del Cielo. Luego juntando a todos sus criados, él sorprendió al enemigo y liberó a su hermano. Éste le agradeció enormemente, y estaba lleno de pena por haberse separado de él. El enemigo y los guerreros en general, sobre todo los gigantes, no estaban vestidos como los seguidores de Abraham. Su ropa era más estrecha y más corta; su vestido era de muchas piezas, cubierto de botones, estrellas, y otros ornamentos. Los gigantes eran gente extraordinariamente grande. Ellos de manera brutal e insolente se llevaban todo lo que podían poner en sus manos, pero ellos a menudo eran obligados a ceder su despojo a otros, que los sorprendían por su parte.

La ofrenda del pan y el vino de Melquisedec

Vi varias veces, a Melchisédec con Abraham. Venía de la misma forma que los ángeles que a menudo se manifestaban a Abraham, un día, le pidió hacer una triple ofrenda de palomas y otras aves y le profetizó la suerte de Sodoma y de Lot, anunciándole que volvería de nuevo para realizar la ofrenda del pan y el vino. Indicaba también que Abraham debía pedir a Dios en la oración. Abraham esperaba con respeto delante de Melchisédec, la ofrenda profetizada y por eso construyó un muy bonito altar que y lo rodeó de un cenador. Melchisedec, al llegar para la ofrenda del pan y el vino, se hizo anunciar a Abraham como rey de Salem, mediante mensajeros. Abraham fue a su encuentro, se arrodilló ante él y recibió su bendición. Esto pasó en un valle al sur del llano fértil que se extiende hacia Gaza.

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El Melchisedec vino de la región donde después se elevo Jerusalén. Él tenía con él a un animal muy ágil de un color gris. Este tenía un cuello corto, amplio, y estaba cargado a ambos lados. En uno, había una barrica de vino, apostado en el lado que está contra la bestia; en el otro, era una caja que contiene panes planos, de forma oval, igualmente el Cáliz que después vi usado en la Última Cena para su su celebracion, y cubos en forma de pequeñas copas. Estos cubos no eran, ni del oro, ni plata, sino como de una piedra preciosa translúcida y morena. Ellos no me parecieron haber sido fabricados por el hombre, ellos los miraban como si ellos hubieran crecido. La impresión hecha por Melchisedec era similar a la producida por el Señor durante Su enseñanza en la vida. Él era muy alto y delgado, notablemente grave y dulce. Llevaba un traje largo, tan blanco y luminoso, que me recordó del vestido blanco que rodeó al Señor en Su Transfiguración. La túnica de Abraham era totalmente apagada en comparación. También llevaba un cinturón adornado de letras, como lo tuvieron más tarde los sacerdotes judíos, y vi su cabeza cubierta con una mitra gótica para el sacrificio. Sus cabellos eran de un color amarillo brillante, como de la seda y su semblante muy luminoso. Cuando Melquisedec se acerco, se encontró con Abraham; el rey de Sodoma ya había establecido sus campamentos no lejos de este, y en los alrededores estaban numerosas personas con animales, sacos y cajas de caudales. Ellos todos estaban muy silenciosos y preparados para una fiesta, llenos de respeto hacia Melchisedec cuya presencia los intimidaba. Melchisédec se acercó al altar: se encontraba allí una especie de templo en el cual depositó el cáliz donde había una abertura sobre el altar, sin duda para el sacrificio. Así como a cada ceremonia de ofrenda, Abraham había dispuesto los huesos de Adán sobre el altar, reliquias que Noé guardo con él en el Arca. Delante de estas reliquias, suplicaban que Dios cumpliera la promesa del futuro Mesías anunciado a Adán. Melchisedec extendió primero sobre el altar una cubierta roja que había traído con él, luego, un mantel blanco transparente. Su ceremonia me recordó la Cena del Señor. Lo vi elevar el pan y el vino, la oferta, la bendición y la ruptura. Le alcanzo a Abraham el cáliz que debía servir más tarde para la Última Cena con el fin de que él pudiera beber. Otros bebieron en los pequeños cubiletes que fueron presentados a todo el pueblo por Abraham y a los asistentes más cercanos. Así como los panes en pedazos. Recibieron pedazos más grandes que los que se consagraron en la Cena. Vi estos pedazos brillar, benditos, y consagrados. Los ángeles no pueden consagrar. Todos ellos fueron estimulados a volverse hacia Dios. Melchisédec le tendió a Abraham el pan y el vino para su uso. Y éste recibió un pan más fino y más luminoso que lo demás. Con ello saco gran fuerza y tal energía de fe que más tarde en la orden de Dios no vacilaría en sacrificar a su hijo. Melquisedec profetizó y dijo estas palabras: este no es lo que Moisés dará a los Levitas sobre el Sinaí. Sé no si Abraham también ofreció el sacrificio del

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pan y vino, pero sé realmente que el Cáliz del cual él bebió era el mismo usado por Jesús en la creación del Misterio más Sagrado. Cuando Melchisédech dio la Bendición a Abraham en el momento de la ofrenda del pan y del vino, al mismo tiempo le instituyó sacerdote. Pronunció sobre él estas palabras " el Señor le dice a mi señor: ocupa un escaño en mi derecha. Eres sacerdote para siempre según la orden de Melchisédec. El Señor lo juró y El no se retractara en absoluto”. Él extendió sus manos sobre Abraham, y Abraham le dio diezmo. Entendí el significado profundo de Abraham dando el diezmo después de su ordenación. Pero la razón de su importancia, ya no recuerdo Vi también que David, haciendo este Salmo, tuvo una visión de la ordenación de Abraham por Melchisedec, y que él repitió proféticamente. Las palabras, "Siéntate a mi mano derecha," tienen un significado peculiar. Cuando en la Generación eterna del Verbo me es mostrada en visión, vi al Hijo salir de la derecha del Padre como forma luminosa rodeada por un triángulo, como cuando se representa al Ojo de Dios, y en la esquina superior vi al Espíritu Santo. ¡Pero es inexpresable! Vi que Eva vino de la derecha de Adán, que los Patriarcas llevaban la Bendición en su derecha, y que ellos colocaron a sus hijos a quienes bendijeron sobre su derecha. Jesús recibió el golpe de la lanza en Su derecha, y la Iglesia nació de su parte derecha. Cuando entramos en la Iglesia, entramos en la derecha de Jesús, y estamos en Él unidos a Su Padre Divino Pienso que la misión de Melchisedec sobre la tierra fue terminada con este sacrificio y la ordenación de Abraham, ya que después no lo vi más. El Cáliz con las seis tazas se las entregó a Abraham.

Abraham recibe la Bendición de la Antigua Alianza

Abraham se cogía en oración, sentado delante de su tienda, bajo un árbol en el borde del camino. A menudo estaba allí para proponerles la hospitalidad a los viajeros. Rogando, contemplaba el cielo y tuvo entonces una visión de Dios. Vio como en un rayo de sol que le anunció la llegada de tres personajes vestidos de blanco. Inmediatamente después, inmoló a un cordero y le ofreció en holocausto, lo vi encantado y extasiado delante del altar, orando por la salvación de los hombres. Abraham se sentó delante de su tienda bajo un árbol grande en el borde del camino. Él estaba en oración. Él a menudo se sentaba así a la espera a mostrar la hospitalidad a los viajeros. Cuando oró, él levantó sus ojos al Cielo y vió, como en un rayo de sol, una aparición de Dios que le mostro a los tres personajes vestidos de blanco. Él se levantó y sacrificó un cordero en el altar, antes el cual lo vi arrodillarse en mendicidad de éxtasis para el rescate de la humanidad. El altar estaba al lado derecho de un gran árbol, en una tienda que estaba abierta en la parte superior. Adelante habia una segunda tienda en la cual estaban guardados los vasos y otros instrumentos para el sacrificio. Era a esta última tienda que Abraham generalmente se retiraba para

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negociar con los pastores de los alrededores. Delante de él y en el lado opuesto del camino, estaba la tienda de Sara y su casa. Las mujeres siempre vivían separadas. El sacrificio de Abraham fue llevado a cabo apenas percibió a los tres ángeles sobre el camino alto. Venían con ropas ceñidas, uno tras otro, a igual distancia entre si. Abraham se apresuró y se arrodillo ante ellos alabando a Dios y les condujo hacia la tienda de campaña del altar, donde depositaron sus trajes. Le ordenaron al patriarca arrodillarse. Vi la operación maravillosa que realizaron los ángeles a Abraham, arrebatado y extasiado. Todo se efectuó en poco tiempo, como todo lo que pasa en tales circunstancias. Vi al primer ángel anunciarle al patriarca arrodillado que Dios quería producir en su descendencia a una virgen inmaculada y sin pecado. Destinada a dar a luz al Salvador. Pero que él, Abraham, debía recibir lo que Adán había perdido por causa el pecado. El primer ángel le ofreció un bocado brillante y lo hizo beber un fluido luminoso de una pequeña taza. Después de esto él lo bendijo, dibujando con su mano derecha una línea recta hacia abajo desde la frente de Abraham, luego desde el hombro derecho y desde el hombro izquierdo respectivamente, las tres lineas de la bendición se unian hacia abajo, en el pecho. Entonces con ambas manos el ángel sostuvo algo como una pequeña nube luminosa hacia el pecho de Abraham, lo vi refrendarlo, y sentí que él recibía el Misterio de esta Bendición. El segundo ángel dijo a Abraham que él debería antes de su muerte impartir la Bendición al primogénito de Sara, del mismo modo que él la recibio. Él le informó también que su futuro nieto, Jacob, sería el padre de doce hijos de quienes doce tribus deberían salir. El ángel le dijo también que esta Bendición sería retirada de Jacob, cuando la descendencia de Jacob ya fuera una nación, y otra vez restaurada y colocada en el Arca de la Alianza como una Cosa Santa que pertenecia a la nación entera Este Misterio seria mantenido con ellos siempre que se dieran a la oración. Pero el Angel le reveló a Abraham que este Depósito Sagrado, a causa de la impiedad de los hombres, sería sacado del Arca y pasaría a los Profetas y sería finalmente transmitido hasta el hombre destinado a ser el padre de la Virgen prometida. Yo también entendí, en el curso de esta profecía, que seis videntes y signos en las estrellas anunciarían a los paganos que el Rescate del mundo sería llevado a cabo por la mediación de una Virgen. Todo esto fue hecho conocido a Abraham en la visión, y él vio a la Virgen aparecer en el cielo: un ángel que se cierne en su derecha y toca sus labios con una rama. Y la Iglesia, saliente de la capa de la Virgen, se abre entonces. El tercer ángel pronosticó a Abraham el nacimiento de Isaac: vi al patriarca tan maravillado por el anuncio de la Virgen prometida y su aparición, que no se preocupo de Isaac. Pienso que la promesa de esta Virgen le hizo también más soportable, posteriormente, la perspectiva del sacrificio de Isaac.

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Es solamente después de estas revelaciones santas que vi la hospitalidad concedida a los ángeles y las risas de Sara. Vi también Abraham acompañar a los ángeles en su salida e interceder por Sodoma. Cuando Abraham volvió de su éxtasis, condujo a los ángeles bajo el árbol y les levantó taburetes alrededor del tronco. Los Ángeles se sentaron y les lavo los pies, luego se apresuró hacia la tienda de Sara, para que ella preparara una comida para más tarde, ella hizo la comida y se adelanto con esta, hacia ellos con la cara velada hasta a la mitad. Después de la comida. Abraham acompañó a los ángeles una distancia corta de su viaje. Abraham ya había recibido el secreto de la bendición mucho tiempo antes: un ángel se lo había revelado en el momento de la salida de Caldea, pero de manera oculta y solamente como prenda de la Promesa: era el anuncio que él sería el padre de un pueblo innumerable; ahora el Misterio le había sido descubierto por los ángeles, y poseía todo el significado.Jacob

Rebecca sabía que Esaú no tenía en absoluto parte con el Misterio Divino y su esplendor. Esaú, era embotado, grosero y perezoso, Jacob, era muy activo y perspicaz, se parecía más a su madre. Sin embargo Isaac prefería a Esaú, porque éste era el primogénito. Esaú, estaba la mayor parte de su tiempo cazando lejos de su casa. Rebecca a menudo reflexionaba cómo podría transmitirle a Jacob el derecho de primogenitura y la bendición de Isaac. Enseñó a éste el plato destinado a Esaú con el derecho de primogenitura: era un plato de verduras con carne y hojas verdes, como la lechuga. Esaú, volvió de la caza agotado: Jacob lo lisonjeo y obtuvo así la cesión del derecho de primogenitura. Isaac, que tenía mucha edad y estaba ciego, temía a la muerte y estaba preocupado de dar la bendición a Esaú. Rebecca sabía que Jacob había adquirido el derecho a esa bendición, pero no pudo convencer de eso a Isaac. Estaba muy afligida por ello y no dejaba de pensar, presa de una gran confusión. Entonces cuando Isaac se negó a cambiar su decisión e hizo llamar a Esaú, que se encontraba en los alrededores, Rebecca puso en acción sus planes; se preocupo de esconder a Jacob, con el fin de que su hermano no lo viera, y lo mandó por un cabrito del rebaño: por su parte Isaac le ordenó a Esaú, ir a capturar una pieza de caza. Esaú, se ponía en camino cuando el plato destinado a Isaac ya estaba listo. Rebecca dio entonces a Jacob ropa de Esaú, era una túnica semejante a la de Jacob, pero más gruesa y bordados multicolores sobre el pecho. Esaú, era muy velludo, en particular en los brazos y sobre el torso, donde su vello negro, era abundante y surtido y su piel como de animal, es por eso que Rebecca rodeó los brazos de Jacob de pieles de animal, y colocó, en su pecho, una escotadura. Este traje se diferenciaba solamente de otros por su terminación. Estaba cortado en los lados, y sobre la cabeza con un cuello que tenía cordones de cuero suave y pardusco. Las aberturas del lado estaban sujetas con cuerdas de cuero, y llevaba puesta una faja , el conjunto alrededor del pecho servía como un bolsillo. No había ropa bajo esta chaqueta, que era sin

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mangas y dejaba el pecho al desnudo. El traje tenía además una venda para la cabeza y un delantal de color gris. Vi a Isaac palpar el torso y las manos de Jacob, lugares donde Esaú, era muy velludo, Vi que él vaciló un poco, él se preocupo y dudo. Pero entonces vino el pensamiento que, no obstante sus dudas, creyó que tenía a Esaú frente a el y sobre todo que era la voluntad de Dios y le dio la bendición a Jacob que había recibido de Abraham y Abraham del Angel. Él tenía desde antes y con la ayuda Rebeca, que había preparado, algo místico que estuvo relacionado con lo entregado por el Angel: una bebida en una taza. Los hijos no conocían nada de todo, sólo el que había recibído la bendición sabia de este Misterio, quedaba así, como el misterio de la Cena del Señor es para nosotros. La copa era bastante plana en un lado. Era transparente y brillaba como el nácar. Estaba plena de un líquido rojo, yo tuve la impresión de algo como sangre, sentí que era la sangre de Isaac. Rebeca había ayudado a la preparación de este brebaje. Pero cuando Isaac bendice a Jacob, estaban ambos solos, Jacob descubrió su pecho y se cogió delante de su padre: éste trazó de su mano la bendición sobre Jacob, de la frente a la base del abdomen, luego del hombro derecho y del hombro izquierdo al mismo punto. Le puso luego la mano derecha en la cabeza y la izquierda sobre el corazón, Jacob bebió luego el contenido de la copa; esto fue como si Isaac le transmitiera todo, toda su fuerza y su potencia, retirando de sus dos manos algo de su propio cuerpo y depositando, en el cuerpo de Jacob. Era lo que constituía su fuerza y su bendición. En el curso de estos ritos, Isaac oraba en voz alta, levantado sobre su lecho para la bendición; en el curso de la cual exultaba de alegría y una luz que salía de su cuerpo lo envolvía. Mientras que trazaba las líneas de la bendición Jacob tenía las manos abiertas y medio levantadas, como el sacerdote en el Dominus Vobiscum;(El señor este con vosotros) pero cuando Isaac rogaba, Jacob las guardó cruzado en su pecho. Cuando Isaac entregó la Bendición a Jacob, éste lo recibió y cruzó sus manos bajo su pecho como alguien que sostiene algo. Al final de la ceremonia, Isaac puso sus manos sobre la cabeza de Jacob y sobre la región del estómago, y luego Jacob recibió la taza de la cual él había bebido. Cuando la bendición fue terminada, con la transmisión del Depósito Sagrado, vi a Isaac completamente agotado a causa de la misma transmisión y a causa de la pérdida de esta fuerza que estaba en él. En cambio, vi a Jacob totalmente radiante, vuelto muy vigoroso, llena de vida y de vigor. Es entonces que Esaú volvió de la caza, Isaac supo que la bendición había sido transmitida a Jacob pero apenas fue afectado por ello, porque reconoció en esto la voluntad de Dios. Esaú al contrario, estaba furioso y se tiraba los cabellos, pero era más por celos hacia Jacob que por pesar de no haber recibido la bendición. Ambos hijos, eran hombres de mayoría de edad, cuando la bendición fue dada, Esaú tenía ya dos esposas, que no eran del gusto de sus padres. Él y su hermano tenían más de cuarenta años. Cuando Rebeca vio el furor de Esaú, envió a Jacob secretamente a casa de su propio hermano Laban. Lo vi ponerse en camino. Él llevó puesta una chaqueta que alcanzó a la cintura, un vestido hasta las rodillas, sandalias a sus pies, y una cinta envolvió su cabeza. En su

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mano un báculo de pastor, un pequeño saco que contiene el pan colgado de su hombro, y un cántaro bajo su brazo Esto fue todo que él tomó. Lo vi alejarse rápidamente seguido de las lágrimas de su madre. Isaac lo había bendecido un segunda vez, y lo había mandado que él fuera donde Laban, y tomara a una esposa en su nueva casa. Isaac y Rebecca tenían mucho para resistir de Esaú. Rebecca sobre todo tenía mucha pena. En el curso de su viaje hacia Mesopotamia, vi a Jacob dormir en el lugar donde se elevó más tarde Betel. Cuando el sol estuvo acostado, Jacob puso una piedra bajo su cabeza y se durmió, alargado sobre la espalda, apreciando el palo que descansa en su brazo. También vi entonces la escala que contempló en sueño y sobre la que la historia bíblica dice: " fue levantada tierra, y su cumbre tocaba el cielo". Vi esta escala elevarse a partir del mismo Jacob, desde donde esta el y desde la tierra, y alcanzar el cielo, comparable al árbol que vi de su descendencia; a mi me pareció como representamos los árboles genealógicos. Era semejante a una vid verdosa nacida del mismo cuerpo de Jacob adormecido sobre el suelo, que se dividía en tres ramas, cada una de estas ramas ascendía hacia el cielo como una pirámide con tres caras en su cumbre puntiaguda. Las tres ramas estuvieron relacionadas por otros más pequeños (retoños) que formaron una escala piramidal trilátera. Estas tres ramas fueron conectadas otra vez entre ellas, en los tres costados por ramas laterales cuyos retoños constituían una escala piramidal a tres caras. Vi esta escala rodeada por numerosas apariciones. Vi en ello a descendientes Jacob, un encima del otro; ellos formaron la ascendencia de Jesús según la carne. Subían los escalones a menudo pasando de un costado al otro. Unos estuvieron apartados y los otros del lado opuesto no anduvieron antes de ellos, según si el germen de la Humanidad Sagrada fue nublado por el pecado y luego otra vez purificado por la continencia, hasta por fin la flor pura, la Virgen Santa en quien Dios quiso tomar la carne para hacerse Hombre, EL apareció en el punto más alto de la escala que toca el cielo. Vi el Cielo abierto encima de ella y revelar el esplendor de Dios. Dios habló de allí a Jacob. Cuando Jacob se despertó por la mañana, le vi edificar a una plataforma dispuesta en circulo, sobre las cuales colocó un peñasco llano y, por encima de el, la piedra que le había servido de cabecera; él encendió fuego y ofreció algo en un sacrificio, también vertió algo en el fuego, sobre la piedra. Él rezaba a rodillas, creo que hacía el fuego frotando piedras unas contra otras, como los Tres Reyes Magos. Vi a Jacob en muchos otros sitios también, con su vara en la mano, en Betel, deteniéndose en diversos lugares antes de llegar a casa de Laban. Él se paró a Ainon, entre otros, como en Betel ya había venido a este lugar y reparado allí una cisterna que debía más tarde ser la fuente bautismal de Juan el Bautista. Ya lo vi rezar en este momento en Mahanaim, pidiendo a Dios protegerle y confiándole su ropa, con el fin de que él pudiera tener buena cara llegando en Mesopotamia y su tío Laban pudiera reconocerle. Entonces él contempló dos tropas de ángeles que se ciernen a ambos lados de él como dos ejércitos. Esto le fue mostrado como un signo de la protección de Dios sobre él, y del poder que le debería ser dado. Esta visión, él la vio en su viaje de regreso. Luego lo vi más lejos hacia el este, yendo a lo largo de la orilla meridional del rio Jabok

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donde pasó una noche en el lugar donde, más tarde, luchó contra el ángel, allí también, tuvo una visión. En el momento de la vuelta de Mesopotamia, el campamento de Jacob fue levantado al este de Jabesh; que después sería llamado Gilead. Vi a su suegro Laban en la búsqueda de sus ídolos perdidos, porque le había robado a él, sus dioses domésticos, y reunidos en ese lugar, tuvieron altercados violentos a causa de estos ídolos. Jacob no sabía que Rachel tenía secretamente guardado estas figuritas. Cuando Rachel vio que su padre, que había estado buscando el campamento entero por sus tesoros perdidos, alcanzaría pronto su tienda de campaña, ella tomó a los ídolos robados y los escondió bajo un montón de pienso no lejos de su propia tienda. Los ídolos eran muñecas metálicas, envueltas en ropa. Los montones de pienso estaban en una cuesta del valle al sur del Jabok, y eran para el uso de los camellos. Rachel se amortiguó y se sentó en uno de ellos, como si ella estaba enferma y se había retirado por un rato. Muchas otras mujeres se sentaron como ella en los otros montones más grandes, como vi a Job retirarse cuando era leproso. El montón en el cual se sentó Rachel equivalía a un carro de cosecha llena. Ellos traían mucho heno consigo, en el curso de sus viajes, y cargaban sus camellos y se abastecían todavía muy a menudo en el camino. Rachel estaba muy irritada desde hace tiempo contra su padre a causa de estos ídolos y se los había sacado para sustraerlos definitivamente. Jacob había enviado a mensajeros a Esaú, porque le temía y éstos habían vuelto anunciando su aproximación, venía a la cabeza de cuatrocientos hombres. Entonces Jacob repartió todos sus bienes en dos lotes, dividió el mejor lote de rebaños en varios grupos que despachó a Esaú. El los acompañó hasta Manahaim, donde tuvo de nuevo la visión por la que había sido favorecido en el momento de su salida: los ejércitos angelicales. Entonces dice:"¡me fui con mi vara y ahora soy rico con dos ejércitos!”Es solamente entonces cuando comprendió el sentido de aquella primera visión. Cuando sus bienes habían atravesado Jabok, Jacob envió a sus mujeres y sus niños antes de la noche, y permaneció solo. Era por la noche. Entonces él ordenó que su tienda de campaña fuera erigida sobre el terreno donde, en su viaje de Palestina, él había visto la cara de Dios. El quiso orar allí antes de la noche, hizo cerrar su tienda a todos los costados y envió a sus criados a cierta distancia. Entonces lo vi invocar a Dios de todo su corazón y confiarle todas sus cosas, en particular su gran ansiedad por Esaú. La tienda estaba abierta hacia arriba, con el fin de que él pudiera enviar sus ruegos al ver el cielo. Vi entonces a Jacob luchar contra el ángel, esto pasó en una visión. Estaba en pie en oración, cuando en una gran luz bajó del cielo un personaje robusto y brillante; apareció y comenzó a luchar contra Jacob, como si quisiera echarlo de la tienda, combatieron en la tienda, en todas partes, la aparición, parecía empujar a Jacob en los cuatro puntos cardinales, pero Jacob volvía siempre a plantarse en medio de la tienda. Esto estaba como la prefiguración del destino de Israel que, atacado por todas partes, no debía ser desarraigado de la Tierra Prometida.

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Mientras que Jacob se encontraba otra vez en medio de la tienda, el ángel lo agarro de la cadera. Vi esto cuando Jacob, que luchaba en su visión, quiso alargarse sobre su lecho y cayó sobre el, golpeándose Jacob en la cadera, cuando el ángel le tocó la cadera a Jacob y al mismo tiempo hizo lo que tenia que hacer, él dijo rápidamente a Jacob que lo sostenía: ¡"déjeme ir, ya que el alba se rompe!" Entonces Jacob dejó de luchar y despertó de su visión. Jacob lo tenía todavía firmemente; es entonces cuando volvió a él, despertándose de su visión y del combate; él vio al ángel del Dios, que se cogía siempre delante de él, y le dice: " ¡No, no te dejaré ir antes de que me hayas bendecido!" Él sintió la necesidad de la bendición de Dios, ya que él sabía que la fuerza se había ido de él y que Esaú estaba a mano. Entonces dijo al ángel: ¿"cómo te llamas?" (Estaba allí el primer rito de la Bendición. Abran también en su Bendición fue llamado a Abraham). Él contestó: "Jacob." Entonces dijo el ángel: "Te llamaras Israel, porque luchaste contra Dios y contra los hombres, y has resistido". Jacob contesto: "¿Y tú, cual es tu nombre?" ¿El ángel hizo esta respuesta: " ¿Por qué tu me preguntas como me llamo ?" ¿Qué equivale decir: "No me conoces? ¿No me encontraste pues anteriormente?" Entonces Jacob se arrodilló ante él y recibió la bendición. El ángel le bendijo según el rito revelado por Dios a Abraham, y por éste a Isaac, que Jacob la tenía: él efectuó las tres líneas de bendición. Esta debía reforzar particularmente la paciencia y la perseverancia de Jacob. El ángel desapareció entonces, y Jacob vio los primeros fuegos de la aurora y nombró a este lugar Phanuel, Luego hizo desmantelar su tienda y, cruzo el Jabok, reuniéndose con su familia. Como el sol se levantaba, cojeaba al lado derecho porque ahí fue donde Dios lo había privado de la fuerza. Cuando Esaú, se hubo ido de nuevo con toda su familia y sus manadas, Jacob se establecio en Mahanaim y ocupó toda la región de Sukkoth hasta la colina de Ainon, con sus rebaños y sus servidores, El vivió diez años a Ainon, luego extendió su dominio hacia occidente, hacia el Jordán hasta Salem. Sus tiendas y campamentos llegaron hasta la residencia de Sichem y compró tierras. Vi a Dina (Hija de jacob) andar allí con sus criadas, y dialogar de la curiosidad con el Sichemites. Vi a Sichem mimarla, por cual razón sus criadas se marcharon, y él la tomó con él en la ciudad. Esta era la causa de la gran pena de Dina, ya que, matanzas y matanzas se acumularon en los Sichemites. Sichar (Sichem) entonces no era todavía una gran ciudad. Fue construido de piedras grandes, cuadradas y tenía sólo una puerta. Los patriarcas Abraham, Isaac y Jacob eran un poco más fuertes del lado derecho que del izquierdo. Pero esto se veía apenas, porque llevaban trajes amplios y anchos. Tenían al lado derecho como una hinchazón en la cual estaba el Depósito Sagrado, la Bendición, el Misterio. Tenía la forma de una judía con un germen y era luminoso. El primogénito lo recibía de su padre, lo que le confería una preeminencia muy grande. Jacob lo recibió en vez de Esaú¸ porque su madre sabía que había sido predestinado a eso. Cuando el ángel golpeó a Jacob, le retiró el depósito consagrado sin causarle no obstante herida: era como si la hinchazón se hubiera reabsorbido. Jacob no estaba asegurado mas tarde y buscó la protección de Dios. Antes, estaba como

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alguien que se encuentre fortificado por un misterioso poder que se lleva en sí, despues, fue más humillado, más agobiado, y conoció la desgracia. El estaba consciente que la Bendición había sido retirada por el Ángel, es por eso que le pidió su bendición, para ser fortificado. Es José quien, más tarde, recibió de nuevo de un ángel la bendición y el Depósito Sagrado, cuando se encontraba en la prisión del Faraón, en Egipto.

José y Asenet

Cuando José fue vendido y conducido a Egipto, tenía dieciséis años. Era de talla media, muy delgado, flexible y ágil de cuerpo y mente. Era todo diferente de sus hermanos. Cada uno era diferente. Si su padre no lo hubiera amado tanto, sus hermanos les hubieran gustado mucho. Rubén era más animado que los demás. Benjamín era un hombre grande desgarbado pero muy bondadoso y fácilmente conducible. José llevaba los cabellos repartidos en tres: uno para cada lado de la cabeza, la tercera para atrás, cayendo en risos largos. En Egipto por regla debía llevar los cabellos cortos, pero después, llevó de nuevo los cabellos largos. Cuando Jacob le dio la túnica multicolor, le había dado a José los huesos de Adán, sin decirle, sin embargo, cual de ellos eran. Jacob se los dio como un amuleto protector, porque perfectamente sabía que sus hermanos no lo amaban.Jose llevó los huesos en su pecho en un pequeño bolso de cuero, doblado encima. Cuando sus hermanos lo vendieron, ellos tomaron de él sólo el abrigo coloreado y su ropa externa acostumbrada, pero dejaron la cinta y una especie de escapulario en su pecho bajo el cual él había colgado el pequeño bolso en su cuello. El abrigo coloreado era blanco con amplias rayas rojas. Tenía en el pecho tres corridas de color negro que cruzaba de un lado al otro, en el centro tenia ornamentos amarillos que estaban colmados alrededor del pecho. Ligado en la cintura, el conjunto servía como un bolsillo. Era más estrecho hacia la parte inferior de las piernas y tenía aberturas en el lado, para permitir el movimiento más fácil. Este llegaba debajo de la rodilla, era algo más largo en la espalda y abierta en el frente. En cuanto al traje ordinario de Jose no alcanzó a las rodillas. José era ya conocido por el Faraón y por su esposa antes de ser metido en la cárcel. Administraba tan perfectamente los asuntos de Putiphar, y cumplía tan bien sus funciones en la corte, que el Faraón quiso conocer a este servidor modelo. La mujer de Faraón, que era muy cuidadosa de su salvación y muy devota, y, como todos los egipcios, muy ávida de conocer nuevas divinidades, estaba muy asombrada por este maravilloso extranjero adolescente y por su espiritualidad y sabiduría, le honraba secretamente como una divinidad. Ella repetía al Faraón: "¡este hombre es enviado por nuestros dioses, no es un ser humano como nosotros!"Cuando sucedió esto, el no fue metido en una cárcel común, sino que en una cárcel reservada para la nobleza, allí fue hecho capataz de los demás cautivos. La esposa del Faraón lamentó mucho su error

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de apreciación, cuando lo vio encarcelado como adultero, pensó que se había equivocado con él, pero cuando él fue liberado y otra vez apareció en el tribunal, le concedió de nuevo y para siempre toda su benevolencia. La copa que hizo deslizar en el saco de Benjamín, precisamente fue el primer obsequio que le hizo la esposa del Faraón. Conozco bien este objeto, que tenía dos mangos y ningún pie. Era como tallado en una piedra preciosa o en una masa transparente solida, que no conozco, y tenía la misma forma que el lado superior del cáliz de la Última Cena: estuvo también colocado en los recipientes de los hijos de Israel se llevaron de Egipto, y que lo guardaron más tarde en el Arca de la Alianza. José estuvo siete años en prisión, es ahí, dónde recibió, en tribulación plena, la misteriosa Bendición de Jacob de la misma manera que sus antepasados lo habían recibido, y tuvo la visión de una numerosa posteridad. Conocí bien a la mujer de Putiphar, también, la vi cómo quiso seducir a José, pero, después del favor del que luego recibe la honra, hizo penitencia y se volvió piadosa y casta. Era una mujer alta y fuerte, con una piel morena-amarilla, brillante como la seda. Llevaba un vestido de color, con un traje fino adornado de figuras bordadas, bajo el cual el vestido aparecía como a través del encaje. José a menudo se encontraba con ella, porque su dueño le confiaba todos los asuntos domésticos de la casa. Pero cuando él se dio cuenta del hecho que ella se había puesto más familiar en su manera hacia él, no durmió más en la casa del dueño cuando éste se ausentaba. Sin embargo ella venía a importunarlo, a fin de darle los primeros pasos, cuando trabajaba en las escrituras. La vi una vez acudir hacia él, vestida de modo muy provocativo, cuando estaba en un ángulo de una sala, en ánimo de escribir. (Escribían entonces sobre rodillos repartidos sobre planos fijos a la pared, delante de los cuales podían estar en pie o sentados.) Ella le hablo y tuvo una respuesta nítida de el, entonces ella se puso más valiente, viendo que él giró apresuradamente. Ella engancho su capa, pero él escapó de ella dejando la capa en sus manos. Vi a Jose con sacerdotes paganos y Putiphars en Heliópolis. Vivian en la casa del sacerdote ocho jóvenes criadas, entre las cuales Asenet, hija de Dina y de Sichem, hacia de profetisa y decoradora de ídolos. Otras siete criadas eran sus compañeras. Putiphar la había comprado de su cuidadora en su quinto año de edad. Esta cuidadora había huido con ella al Mar Rojo por la orden de Jacob, ya que la niña podría ser asesinada por sus hijos. Asenet poseyó el espíritu de profecía, y fue estimada por Putiphar como una profetisa. Jose la conocía, pero él no sabía que ella era su sobrina. Era muy reservada, buscaba la soledad y detestaba a los hombres que giraban alrededor de ella a causa de su radiante belleza. Ella era favorecida con visiones significativas, estaba familiarizada con la adoración de la estrella egipcia, y tenía un secreto presentimiento de la religión de los Patriarcas. No vi ninguna brujería relacionada con ella. Ella tenía visiones de todo el misterio de la vida, del traslado, la llegada y la salida de Israel desde Egipto. Escribió muchos rollos en las hojas de una planta acuática o en pieles, estas cartas eran de aspecto extraño, las imágenes se parecían a cabezas de animales y de aves. Estas escrituras no eran comprendidas por sus

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contemporáneos egipcios, hacían mal uso de ellas, interpretando todo tipo de errores. Asenet estaba muy turbada por esta incomprensión, establecida por el diablo, por lo que lloraba mucho. Ella tenía más visiones que cualquier personaje de su época y estaba llena de una sabiduría notable. Pero, actuaba muy discretamente, aconsejando a unos y otros. También sabía adornar y bordar, y su sabiduría era tan profunda que conocía bien los extravíos y las desviaciones de la humanidad; es por ello que ara tan reservada, con una conservación grave y silenciosa. Vi que las visiones y escritos de Asenet, fueron interpretados erroneamente por los egipcios, y al principio fue causa de culto idolatra, y fue adorada bajo el nombre de Isis, y Jose bajo el nombre de Osiris. Es posible que por esto llorara tanto; también escribió contra esta concepción, que habían llevado a los demás, a la proclamación de ella como la madre de todos dioses. Cuando Putiphar ofrecía un sacrificio, Asenet subía en una torre donde había como en un pequeño jardín, y observaba las estrellas a la luz de la luna. Estaba encantada y extasiada y veía claramente todo tipo de cosas en los astros y la verdad le fue mostrada en símbolos, porque ella había sido elegida por Dios. Pero vi también a sacerdotes idólatras que veían imágenes extrañas, diabólicas, donde ellos contemplaban las cosas más abominables. Las visiones que eran comunicaciones secretas de Asenet fueron desfiguradas y deformadas en idolatrías repugnantes y abominables. Asenet introdujo muchas artes útiles y animales domésticos en Egipto, entre ellos las vacas, por ejemplo, enseñó también la fabricación del queso, el tejido y numerosas otros desconocidos hasta ese tiempo. Ella también curo muchas enfermedades. Es a José que se debe la introducción del arado en Egipto, porque era el único que conocía su manejo. Hay una cosa que verdaderamente me sumergió en la admiración: Asenet hervía largamente la carne de los numerosos animales ofrecidos en sacrificio, en grandes calderas enterradas en la tierra, al aire libre, hasta que esta carne se volvía como una gelatina. Servía como alimentación en las campañas militares y en los tiempos de hambre. Los egipcios estaban muy felices por ello y totalmente asombrados de este nuevo modo de conseguir alimento. Cuando Joseph encontró Asenet en casa de sacerdotes paganos, ella se acercó para abrazarlo. Esto no lo hizo por provocación, fue obligada por el Espíritu. Esto fue en ella una especie de acción profética, y ocurrió en la presencia de un sacerdote pagano. Asenet era considerada como santa. Pero vi a Jose rechazarla lejos con la mano extendida y dirigirle palabras serias a ella. Entonces, Asenet, profundamente turbada, se retiro a su propio cuarto donde permaneció en llanto y penitencia. La vi en su cámara. Ella estaba de pie ocultada por una cortina, su pelo largo y hermoso caía alrededor de ella y se volvía rizado al final. Tenía, en el hueco del estómago, un signo maravilloso imprimido sobre la piel. Era una figura, semejante a un corazón, donde se encontraba un niño con los brazos abiertos, sosteniendo en una mano un pequeño plato y en la otra una copa o cáliz. En el plato, había tres espigas de maíz joven nacidas de un mismo tallo, y en la copa un racimo de uva con la figura de una paloma que parecía picarlas. Jacob

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sabía de este signo; es por ello que estuvo obligado a alejar a Asenet a fin de protegerla de la rabia de sus hijos. Cuando él bajó a Egipto, y Jose le conto todas las cosas, él reconoció a su nieta por esta señal. Joseph, también, tenía una señal de la misma forma sobre su pecho, un racimo de uvas con numerosos granos. Luego vi a un ángel aparecer con un vestido resplandeciente, sosteniendo una flor de loto en su mano. Él saludó Asenet. Ella lo vio y se tapo con su velo. Él mandó que ella secara sus lágrimas y se embelleciera con traje elegante, y también le solicitó que ella le trajera alimento. Ella dejó el cuarto y volvió embellecida como se le indico, trayendo con ella una mesa baja y pequeña, sobre la que estaba el vino y unos pocos panes planos que habían sido horneados en cenizas. Asenet no mostró ningún miedo. Ella no era tímida, pero simple y humilde, como Abraham y los otros Patriarcas tratando con las apariciones. Cuando el ángel ahora le habló, ella se saco el velo. Él le pidió algo de miel, pero ella contestó que, a diferencia de otras doncellas a quiénes les gustaba la miel, ella no disponía. El ángel le dijo que ella encontraría miel entre los ídolos que estaban de pie en la pieza. Estos ídolos eran de varias formas; ellos tenían cabezas de animales y cuerpos de serpiente enrolladas hacia abajo. Entonces descubrió un gran panal de miel, blanca como el Anfitrión de nuestros altares, una hostia, muy bella, que puso delante del ángel, que le ordenó comer de ella. Él la bendijo, y la vi brillar y destellar entre ellos. No puedo expresar completamente el significado de esta miel celeste, porque cuando se ven cosas similares, se sabe todo, porque comprendemos entonces todo, pero ahora, la miel no significa para los hombres nada más que miel, que se coge de las flores y las abejas y la miel efectivamente representan simplemente eso. Asenet verdaderamente tenía sólo pan y vino en su casa, pero no miel, (lo que es tipificado como pan y vino) por esta miel ella fue separada el culto de los ídolos y el culto de Israel se despertó en ella, es decir la salvación de la Antigua Alianza. Fue como si ella debiera ayudar a muchos hombres y como si muchos debieran, como las abejas, edificar alrededor de ella, ella misma dice que no quería beber más vino, que la miel bastaba para ella. En Median, en casa de Jetro vi mucha miel y muchas abejas. Cuando El ángel bendijo el panal de miel con su dedo, el se dirigió hacia todas las regiones del mundo, esto significaba que por su presencia, por su ejemplo y por el misterio que ella encerraba, Asenet debía ser una madre y una educadora para muchos personas. Cuando más tarde se la veneró como una diosa y cuando se representó en forma de una estatua con numerosos pechos, fue victima de una falsa interpretación de sus visiones, en que ella debería alimentar a muchos. El ángel también le dice que estaba destinada a ser la novia de José y que debía casarse con él. La bendice, como Isaac había bendecido a Jacob, como el ángel había bendecido a Abraham, las tres líneas que constituyeron la forma de la bendición, fueron dibujados sobre ella dos veces, una vez al hueco del estómago y una vez al abdomen..

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Más tarde, tuve una visión en la cual José volvía a casa de Putiphar, para pedirle la mano de Asenet: como el ángel, el tenía una flor de loto en su mano. Conocía la sabiduría notable de Asenet, pero su parentesco les quedaba misteriosamente escondido a los dos. Vi que el hijo del Faraón igualmente estaba enamorado de Asenet, por lo cual ella tuvo que permanecer aislada. Él había persuadido a Dan y Gad para apoyar su causa, y los tres estaban en una emboscada para matar a Joseph. Pero Juda (obedeciendo una inspiración divina, pienso) advirtió a Jose de tomar otra ruta. Benjamín también se comportó noblemente en este asunto, y defendió Asenet. Dan y Gad fueron castigados con la muerte de sus hijos; ellos también habían sido advertidos por Dios, de no participar en ninguna conspiración asesina. Cuando José y Asenet aparecían delante del pueblo, tenían en la mano el emblema de omnipotencia de los sacerdotes de Putifar que se consideraba como sagrado. El lado superior de este emblema era un anillo, la parte de abajo una cruz latina, una T. Este cetro servía de sello, y, en el momento de la cosecha, cuando el trigo era distribuido, los montones eran medidos hundiendo allí el cetro, también es con este tipo de medida que se delimitaban los graneros de trigo y también los canales, en las crecidas y los descensos del rio Nilo. Los actos escritos eran sellados con este instrumento, después de haber sido marcados con jugo rojo de una planta. Cuando José desempeñaba una función, este emblema era puesto en prados delante él, sobre una alfombra, replegada la cruz en el anillo. Esto también me parecía ser, un presagio del misterio del Arca de la Alianza, el misterio que José todavía llevaba con el. Asenet también tenía, un instrumento como una vara, que cuando tenía una visión, golpeaba el suelo allí dónde este instrumento vibraba: descubría en estos lugares el agua y las fuentes subterráneas. Esto fue efectuado bajo la influencia de las estrellas En el curso de los cortejos solemnes. José y Asenet se adelantaban en un carro radiante. Asenet llevaba un escudo antiguo, totalmente dorado, que cubría todo su cuerpo bajo los brazos, este traje estaba adornado de numerosos signos y de figuras, y bajaba hasta por arriba de las rodillas; las piernas estaban rodeadas de cintas. Tenía sobre los hombros un abrigo amplio, envuelto adelante y atado por encima de las rodillas. Los dedos de los pies de sus zapatos tenían puntas encorvadas, como esquíes. Su peinado, semejante a un casco, estaba adornado por plumas y perlas multicolores. Jose llevaba puesto una túnica ceñida con mangas cortas, y sobre ella un escudo de oro, adornado con figuras, las caderas sujetas con correas cruzadas, guarnecidas de clavos de oro, y de sus hombros caía una capa. Su peinado era de plumas y gemas. Cuando Joseph fue a Egipto, Nuevo Memphis estaba siendo construido aproximadamente siete leguas al norte del Viejo Memphis. Entre las dos ciudades, había un camino con alamedas y acondicionado como paseo sobre diques. Entre los árboles había estatuas de ídolos con caras femeninas graves y tristes con cuerpos de perros y sentadas sobre losas de piedra. No había aún edificios hermosos, solo terraplenes grandes, largos y montañas de piedra artificiales (pirámides) llenas de bóvedas y cámaras. Las viviendas eran ligeras con techos de madera. Había todavía grandes bosques y ciénagas alrededor. En el viaje de Maria a Egipto, el Nilo había cambiado ya su curso.

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Los egipcios adoraban toda tipo de animales, sapos, serpientes, cocodrilos. Quedaban perfectamente apacibles cuando un hombre era devorado por un cocodrilo. Cuando José llego a Egipto, el dios toro todavía no era venerado, ya que su culto se inicio poco después, a causa del simbolismo de las siete vacas gordas y de las siete vacas flacas del sueño que tuvo el Faraón. Tenían muchas estatuas de dioses, algunas eran como niños envueltos con mantillas, otros doblados como serpientes que podían estar estiradas o enrrolladas . Muchos de estas efigies de ídolos estaban adornados de pecheras de oro, en las cuales se grababa de modo notable los planos de las ciudades y los cursos del rio Nilo. Estos escudos fueron elaborados según las imágenes que los sacerdotes idólatras, desde lo alto de sus torres, descubrían en las estrellas: hacían construir ciudades y canales con arreglo a estas imágenes. Así es como fue edificado Nuevo Memphis. Los espíritus malignos entonces deben haber poseído un poder diferente, otra fuerza, un poder sobrenatural, ya que vi que la hechicería egipcia salió de la tierra, de las profundidades del abismo. Cuando un encantador de ídolos ejercía sus poderes maléficos, veía figuras de animales horripilantes surgir del suelo rodeando al mago y entrar en su boca como una corriente de vapor negruzco; así se embriagaban con ello y tenían visiones. Pero al mismo tiempo que cada uno de estos espíritus, entraban en él, entidades infernales también ingresaban en él y tenían visiones de formas próximas y alejadas; de las profundidades de la tierra, de otros lugares y sus pueblos, de hechos secretos y ocultos, es decir todo lo que cada espíritu gobernaba. La brujería siempre me pareció estar bajo la influencia de los espíritus del aire. Lo que el brujo veía con la ayuda de estos espíritus pareció como una ilusión, un espejismo, que no se habían evocado antes de él. Yo podía ver lejos más allá de estos cuadros, ya que ellos parecían sombras. Era como si uno mirara detrás de una cortina. Cuando los sacerdotes idólatras egipcios querían leer en las estrellas, se preparaban con ayuno y purificaciones, se cubrían la cabeza de cenizas y se revestían con sacos. Mientras que observaban el cielo, desde lo alto de sus torres, ofrecían sacrificios. Los paganos de esa época tenían un conocimiento completamente confuso de los misterios de la religión del verdadero Dios, que habían sido transmitidos por Set, Noé, Henoc y los patriarcas al pueblo elegido; es para esto que había todo tipo de horrores en sus cultos idólatras, como más tarde en las herejías; el diablo hizo uso de ellos, creando una trampa para la auténtica Revelación de Dios a los hombres, Revelación que se había conservado en su pureza y su rigor. Es a causa de esto que Dios rodeó de fuego el misterio del Arca de la Alianza, con el fin de preservarla. Vi que, en el tiempo de José las mujeres egipcias estaban todavía vestidas como Semíramis. Jacob, cuando se reunió con José en Egipto, tomó un camino que debía tomar más tarde Moisés para ir hacia la Tierra prometida. Jacob sabia que vería de nuevo a José, y el siempre tuvo ese presentimiento en su corazón. Ya cuando había viajado a Mesopotamia, había tenido una visión sobre sus futuros hijos, allí dónde levantó un altar, (y no el lugar donde vio la escalera de los ángeles) había visto que uno de sus hijos se hundía en el lugar donde José fue vendido

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y reaparecía mas al sur como una estrella brillante. Es para esto que dijo, cuando se le presentó la túnica manchada de sangre: "lloraré por Jose hasta que yo lo encuentre otra vez." Ya que la memoria de esta visión, completamente olvidada, le volvió entonces. Jacob primero había procurado saber por Rubén quien era la esposa de José, ya que no le habían revelado a José que era su sobrina. Rubén trabo amistad con Putiphar y éste, después de largas relaciones de estima, se hizo circuncidar y sirvió al Dios de Jacob. Jacob vivía a un día de marcha aproximadamente de la casa de José, y cuando estuvo enfermo, condujo su carro para verlo. Jacob interrogó mucho entonces a José respecto a Asenet y, habiéndose enterado de la existencia del signo que éste llevaba bajo el pecho, le dice a José: "es la carne de tu carne, son los huesos de tus huesos ", y le reveló la identidad de Asenet. José estuvo tan emocionado de esto que cayó allí desvanecido, y, cuando llego a su casa, le habló de eso a su esposa: ambos lloraron entonces juntos, de agradecimiento. Algún tiempo después, Jacob se volvio más enfermo y Jose acudió otra vez a su lado. Jacob tuvo que sentarse en un sillón, y Jose tuvo que poner su mano bajo la cadera de su padre, y jurar sepultarlo en Canaán. Mientras Jose juró, Jacob adoró la Bendición escondida en él, ya que sabía que Jose la había recibido de un Angel y que había sido retirada de él. Jose llevo esta Bendición en su derecha hasta la muerte. Incluso después de la muerte, esto quedo encerrado en su cuerpo hasta la noche antes de la salida de los Israelitas de Egipto, cuando Moisés tomó posesión de ella y la colocó en el Arca de la Alianza, junto a las Reliquias Sagradas del Pueblo Elegido. Tres meses después de su visita, Jacob murió. Tanto los israelitas como los egipcios celebraron sus exequias y le hicieron alabanzas, ya que lo amaron enormemente. Asenet hizo a Joseph padre de Manases y de Efraín, primero, luego tuvo dieciocho niños, donde tuvo varios gemelos. Murió tres años antes de Jose y fue embalsamada por mujeres judías. Mientras Jose vivió, el cuerpo de Asenet quedó en el monumento funerario que se había hecho construir para ambos. Los Ancianos del pueblo habían recogido sin embargo, algunas de sus entrañas, que fueron conservadas en un recipiente de oro. Como los egipcios también ansiaban estos restos sagrados, se los confiaron a las comadronas judías de Israel, y una de ellas los escondió en un cilindro recubierto con brea, en medio de las cañas y muros del canal. Por la noche del éxodo, una nodriza de la tribu de Asser le llevo esa cosa secreta a Moisés. Se llamaba Sara. A su muerte, José fue embalsamado por los Israelitas en presencia de los egipcios, y reunidas las momias de José y de Asenet, conforme a las revelaciones que había hecho Asenet a partir de sus visiones, cuyo relato había sido legado a los judíos. Los sacerdotes egipcios y los astrólogos, que habían colocado a José y Asenet entre sus divinidades, también conocían estas revelaciones y tenían una intuición del significado profundo que revestía para Israel. La bendición de José y de Asenet también procuraba ser acaparada para Israel. Es a causa de esto que los israelitas, que asombrosamente se habían multiplicado después de la muerte de José, fueron

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bruscamente perseguidos por el Faraón. Los egipcios también sabían que Israel jamás dejaría su país sin los huesos de José. Robaron repetidas veces la momia de José, y acabaron por guardarla en su posesión. El conjunto del pueblo Israelita conocía solamente la existencia de los restos de José, sin saber el misterio que encerraban: este misterio era conocido solo por unos cuantos. Pero la nación entera reacciono con gran pena cuando los Ancianos dieron a conocer que el Depósito Sagrado, al la cual descansaba la Promesa, había sido robado. Moisés, que había sido criado en casa del Faraón y conocía toda la sabiduría egipcia, visitó a su Pueblo y conoció el motivo de su abatimiento. Cuando mató al egipcio, Dios lo condujo hacia Jetro en su huida; Moisés desde antes, por conocer a Sibila Segola sabia que podría serle de gran ayuda para descubrir el Misterio robado. Moisés, por orden de Dios, se había casado con Sephora, con el fin de incorporar a esa tribu a la Casa de Israel. Segola era la hija natural de Faraón y de una mujer judía, y, aunque muy versada en la astrología egipcia, había hecho mucho para los judíos. Era ella que había revelado a Moisés mientras estaba en la corte, que él no era un hijo del Faraón. Después de la muerte de su primera esposa, Aarón debía a su vuelta casarse con una hija de Segola para que la influencia de la madre con israelitas pudiese ser aumentada. Los niños de este matrimonio se fueron con los israelitas en su salida de Egipto, pero Aarón debió más tarde separarse de esta mujer, con el fin de que la raza sacerdotal judía fuera nacida de una cepa judía perfectamente pura. La hija de Segola, después de la separación de Araon, se volvió a casar; sus descendientes en el tiempo del Salvador moraban en Abila; dónde la momia de esta mujer fue conservada por sus descendientes. Segola fue clarividente y poseyó gran influencia sobre el Faraon. Ella tenía en su frente una señal como muchos de los Profetas tenía en tiempos antiguos. Ella fue conducida por el Espíritu para conseguir numerosos favores y regalos para los israelitas. Por la noche cuando el Ángel del Señor golpeó los primogénitos de Egipto, Segola, con la cara cubierta, fue con Moisés, Aarón y otros tres israelitas hacia dos colinas funerarias separadas por un canal pero conectadas por un puente. El canal estaba en el Nilo entre Gosen y Memphis, el monumento funerario se abría bajo el puente, bajo del nivel de agua y por una escalera se llegaba allí. Segola descendió, acompañada solamente por Moisés, y puso en el agua un papel sobre el cual fue inscrito el nombre de Dios. Entonces el agua se retiró y dejo al monumento libre golpearon sobre la piedra que amurallaba el acceso, y ésta se abrió. Luego llamaron a los demás para bajar, Moisés les ató entonces las manos con su estola y les hizo jurar proteger el Misterio. Después del juramento, les liberó las manos y entraron en la bóveda, donde ellos colocaron luz, la cual mostro todo tipo de laberintos con imágenes de los muertos que estaban allí. El cuerpo de Jose y los restos de Asenet, que habían sido reunidos, yacían en un sarcófago egipcio de forma taurina que era de metal y brillaba como oro pulido; levantaron la tapa, Moisés tomo el Misterio del cuerpo hueco de Joseph, lo envolvió con telas blancas y la entrego a Segola, que lo llevó en sus brazos,

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envuelto en su velo. Los huesos restantes fueron depositados juntos sobre una piedra, dispuestos en ropas blancas y llevadas por los hombres. Ahora que habían recuperado el Depósito Sagrado, Israel podía dejar el país. Segola lloraba, pero Israel fue cogido de una alegría indecible. Moisés ocultó la reliquia del cuerpo Jose en la punta de su báculo. Esta tenía la forma como un níspero o caqui; era amarillento y rodeado por hojas. Era diferente del báculo de pastor que Moisés debió echar a tierra delante de Dios y que fue trasformado en una serpiente. Era un palo hueco; la parte superior y la parte inferior podrían ser empujadas y sacadas. Con la parte inferior, que me pareció ser de metal y que tenia la forma de un lápiz agudo, Moisés tocó la roca como si escribiera palabras sobre ello. La roca se abrió bajo la punta, y agua salió a borbotones. El agua también fluía de la arena o dondequiera que Moisés hiciera el signo sobre ello con este báculo. La parte superior del báculo con forma de níspero, podría ser empujada y sacada; fue por causa de este báculo, con la reliquia del cuerpo de Jose que se dividió el Mar Rojo. Desde la muerte de José al Éxodo existen cerca de ciento setenta años, según nuestro modo de contar. Pero los hombres tenían entonces otro modo de medir el tiempo, con meses y años diferentes. Esto me ha sido explicado a menudo, pero no puedo recordarlo ahora. Todo el tiempo que los Israelitas estuvieron en Egipto, ellos no tenían ningún templo, sólo tiendas. Ellos levantaban piedras, les colocaban aceite, sacrificaban corderos, cultivaban cereales, cantaban y rogaban.

El Arca de la alianza. Moisés y la salida de Egipto

En el curso de la misma noche cuando Moisés recogió el Depósito Sagrado, los israelitas tomaron un cofre de oro con forma de sarcófago (Arca de la Alianza) en el momento del Éxodo. Esta caja debía ser bastante larga para que un hombre pudiera estar acostado allí y porque el Depósito Sagrado debía dar origen a una Iglesia y un Cuerpo. Es en el curso de la misma noche los israelitas marcaron las puertas con sangre. Viéndolos trabajar tan rápidamente en la construcción de la caja, pensé en la Santa Cruz, que fue también ejecutada de prisa por la noche que precedía a la muerte de Jesús. La caja, compuesta de placas de oro, tenía la forma de un sarcófago egipcio de momia. Más ancha arriba que abajo, presentaba a la extremidad superior la figura de una cara aureolada por rayos, sobre los costados fueron esbozados los brazos y el trazado de las costillas. En el centro de esta caja parecido a un ataúd, fue colocado un pequeño cofre de oro en donde estuvo contenido la Cosa Santa que Segola había tomado de la bóveda sepulcral. En la parte de abajo fueron reunidos en recipientes sagrados, el cáliz y las copas de los Patriarcas, que Abraham había recibido de Melquisédec y que se habían transmitido, con la bendición, de hijo mayor a hijo mayor. Esta fue la primera forma del Arca de Alianza y estos fueron los primeros contenidos. Tenía dos cubiertas, la inferior roja y la superior blanca. Es solamente en el Monte el Sinaí dónde se fabrico el Arca enchapada con oro en su interior y exterior. Colocaron allí el sarcófago de oro que encerraba el

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Depósito Sagrado. Este cofre no llenaba el Arca y llegaba sólo a media distancia entre ambos extremos y quedando espacio para dos pequeños cofrecitos en los cuales se reunieron las reliquias de Jacob y de la familia de José; más tarde, también se puso la vara de Aarón. Cuando el Arca de la Alianza estuvo instalada en el Templo de Sion modificaron el interior retirando el sarcófago de oro y en su lugar otro más pequeño formado de una sustancia blanquecina. Ya en el curso de mi infancia, a menudo vi el Arca de la Alianza y todo lo que encerraba, por dentro y por fuera y así todo lo que se depositaba allí a medida que los israelitas colocaban todos los objetos sagrados que recibían, pero, esta no debía ser muy pesada, para ser la llevaba fácilmente. El Arca era más larga que amplia, su altura siendo igual a su anchura. Esto tenía debajo de una repisa de proyección. La parte superior fue trabajada hábilmente siendo rodeada en oro, labrada artísticamente en diversos colores: flores, volutas, caras, sol, y estrellas, todos en colores diferentes. Todo fue magníficamente forjado, con la ornamentación sin sobresalir demasiado del nivel de superficie. El ápice y las hojas se levantaban levemente. En las esquinas, de ambas paredes laterales y en ambos extremos atravesaban barras con anillos en los cuales estas pasaban, y servían para llevar el Arca. Todo el resto del Arca fue decorada por una marquetería muy bella de madera de acacia, enchapada en oro y que representaba toda tipo de figuras de colores diferentes. Había, en medio del Arca, una pequeña puerta, se observaba apenas con el fin de que el Gran Sacerdote, cuando se encontraba solo en lo Mas Santo pudiera sacar el Depósito Sagrado del Arca para la bendición o para predecir y ponerlo allí nuevamente. Esta puerta se abría en dos tablas, a la derecha y a la izquierda, hacia el interior del Arca, y era bastante grande para permitirle al Gran Sacerdote acceder fácilmente. En el lugar donde las barras adelantaban la puerta, estas fueron ligeramente encorvadas. Tan pronto como la doble puerta se abría, el cofre de oro que guardaba el Depósito Sagrado, envuelto con ropas blancas finas, y también se abría, como un libro.Sobre la cima del Arca se levanto el Trono de Gracia: tenia una tabla hueca cubierta por un plato de oro, que contenia los huesos sagrados. El trono era tan alto como el Arca , pero no lo suficiente para tocar su techo. Estaba fijada sobre la tapa por ocho tornillos de madera; cuatro a cada lado, no se apoyaba directamente en el Arca, de modo tal que era posible ver un espacio libre entre si . Las cabezas de los tornillos eran de oro y adornadas con forma de fruta, estaban en los cuatro angulos del Arca, se sujetaban a sus cuatro esquinas; otros cuatro fueron colocados en su interior. El Trono de Gracia era cóncavo y en cada extremo se levantaba un querubin de oro de la talla de un niño que se fijaba sobre un zócalo. En el centro Trono se hizo una abertura redonda, por la cual pasaba un tubo que atravesaba la azotea del Arca; esto podiamos verlo. Esta apertura en forma de cesta fue rodeada por una corona de oro. Cuatro piezas transversales sujetaron la corona al asta, esta asta se elevaba del Deposito Sagrado dentro del Arca, y se levantaba por el tubo y la corona y, como los pétalos de una flor, se extendida en siete direcciones. A esta asta se abrazaban la mano derecha de uno de los Querubines y la izquierda del otro y

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para atrás se ponían en contacto el ala derecha de uno de los Querubines, y el ala izquierda del otro. Las otras alas, poco desplegadas, recubrían las esquinas sin ponerse en contacto, dejando ver la corona frente del Arca. Bajo la alas en la mitad desplegada cada Querubín abría el brazo con la mano levantada en signo de advertencia, una sola rodilla cada querubín tocaba el Arca; el otro miembro estaba en actitud que se cierne levantado los brazos en advertencia de manos. Los querubines giraron su cara un poco a un lado con una expresión ligeramente inquieta, como si ellos sintieron un temor santo antes de la corona radiante. Ellos estaban vestidos solamente en la parte media del cuerpo. En los viajes largos, ellos eran sacados y llevados por separado. Vi que arriba, sobre las puntas que se abrían como pétalos de flores, había unas llamas brillantes, encendidas por los sacerdotes. La sustancia usada con este fin era de color marron , pienso que era una resina sagrada. La recogían en los matorrales y la guardaban en cajas.Pero vi también muy a menudo que grandes rayos de luz brotaban de la corona, convergiendo hacia el asta, y que rayos semejantes descendían del cielo sobre la corona, mientras que por todas partes crepitaban chispas luminosas que formaban rayos muy finos e indicaban la dirección que tomaban. A la parte inferior de la vara (asta) dentro del Arca, había unos ganchos a los cuales colgaban, las dos Tablas de la Ley debajo de ellos la Cosa Santa. Por delante del cofre, un pequeño recipiente de oro acanalado,como de canasta que contenia el Mana, estaba suspendido, sin tocar las paredes del arca. Cuando veía de lado el interior del Arca, no podia ver el altar, ni la Cosa Santa. Yo siempre consideraba el Arca de la Alianza como una Iglesia, el Deposito Consagrado como un Altar, como el Misterio más bendito, y la lampara delante del Altar como el Mana. Cuando entraba en una iglesia en mi infancia, yo solía asociar sus partes diferentes con las partes correspondientes del Arca de la Alianza, el Misterio de la Cosa Santa, era a mí lo que el Santo Sacrificio es a nosotros, sólo no tan lleno de la gracia, aunque fuera algo lleno de fuerza y realidad. Impactaba sobre mí algo severo, una impresión sobrecogedora, pero de todos modos muy sagrado y lleno del misterio. Siempre me parecía que todo en el Arca de la Alianza era santo, que toda nuestra salvación estaba en ella, como una semilla envuelta. El Depósito Sagrado era lo más misterioso en el Arca de la Alianza, lo Más Bendito del Altar. Lo antiguo pareció ser germen de lo que sería más tarde. El germen, la realización de lo antiguo. No puedo expresarlo. La Cosa Santa del Arca era un Misterio tan escondido como es Jesús y su Santo Sacrificio para nosotros. Sentí que sólo algunos de los Sumos Sacerdotes sabían que era, solo los más piadosos entre ellos lo sabían, por aclaración divina e hicieron uso de ello. Para muchos fue escondido, y no sacaron provecho, como entre nosotros tantas gracias y maravillas de la Iglesia que son desatendidas. Son desconocidas y perdidas, y se iría perdiendo si estuviera basada en las fuerzas humanas del intelecto y raciocinio, en vez de estar edificada en el Espiritu.

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Es siempre con tristeza que veo la ceguera y la situación de los judíos, y esto me hace llorar, porque tenían todo el germen pero no quisieron reconocer el fruto. En primer lugar, poseyeron el misterio: era el testimonio, la Promesa, luego se añadió a eso la Ley, luego vino la Gracia. Cuando vi al Señor enseñar en Sichar, la gente le preguntaba dónde se había extraviado el misterio del Arca de la Alianza. Les respondió que los hombres habían recibido muchas cosas y que ellos eran sólo responsables de esta pérdida. ¡Por este sólo hecho, ya que este misterio había estado perdido, podíamos comprender y reconocer que el Mesías había nacido! Vi este misterio, este depósito consagrado bajo una forma particular, en un tipo de velo, como una sustancia, un ser, una fuerza, una esencia. Era pan y el vino, la carne y la sangre, era el germen de la bendición antes de la Caída, era la presencia sacramental de la santa propagación del hombre antes de la caída. Fue preservada por la Fe. Siendo posible cada vez más en las siguientes generaciones una purificación continua a través de la piedad, la cual fue abierta, desarrollada y perfeccionada en Maria, adecuada para recibir por el Espíritu Santo al Mesías tanto tiempo buscado. Noé, que plantó la vid, había hecho la preparación; pero aquí en la Cosa Santa estaban contenidas ya la reconciliación y protección de Dios. Es Abraham que había recibido, la presencia divina, algo tangible como una sustancia en forma de un objeto y de una realidad concreta, que le vi transmitir en el curso de la bendición. Esto fue un misterio encargado a una familia, que explica la gran importancia del derecho de primogenitura. Antes de la Salida de Egipto, Moisés tomó posesión de la Cosa Santa. Antes de él este Misterio religioso estaba a cargo de una familia, ahora este estaba a cargo de una nación entera. Fue colocado en el Arca de la Alianza como el Misterio más Santo, así como en el Templo y en el Ostensorio. Cuando los hijos de Israel adoraron al Becerro de Oro y se perdieron en la idolatría, Moisés no confió en la fuerza del Deposito Sagrado y dudo en su poder. Para esto él fue castigado no teniendo derecho a entrar en la Tierra Prometida. Cuando el Arca cayó en manos del enemigo, el Deposito Sagrado, que era el lazo de la unidad a Israel, era retirado por el Sumo Sacerdote, como siempre fue cuando el amenazo el peligro. También la santidad misma del Arca era tan grande que los enemigos debieron restituirla, forzados por castigos divinos. Pero pocas personas conocían el misterio del depósito sagrado, su forma de transmisión y la influencia que este ejerció. A menudo, pasaba que un hombre, por sus pecados, podía interrumpir la corriente de gracia y podría romper la línea genealógica directa que debía terminarse en el Salvador, o más bien de la criatura pura que debía concebirse de Dios. Esto retrasaba para la humanidad entera el tiempo de la llegada del Salvador. Pero los hombres podían de nuevo purificarse por la penitencia. En cuanto a la esencia del Misterio, no sé si había un proyecto divino actualizado sobrenaturalmente por Dios, a través del sacerdote por medio de la consagración, o si todo estuvo directamente establecido por Dios sin intermediario. Me inclinaría más bien por la primera explicación porque sé ciertamente de sacerdotes que descuidaron a menudo este Misterio, poniendo

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así obstáculo al Plan de la Salvación; ellos han sido castigados por ello, con pena de muerte, muy rigurosamente. Cuando este Misterio obraba, cuando la oración fue cumplida, el Depósito Sagrado se volvía más grande y echaba una luz débil y rojiza a través de su envoltura. La bendición aumentaba o disminuía según las épocas, con arreglo a la oración y de la pureza de los hombres: parecía crecer según la oración, el sacrificio y la penitencia. Vi este Misterio utilizado por Moisés delante del Pueblo en dos ocasiones: en el momento del Paso del Mar Rojo y en el momento de la adoración del carnero de oro. Moisés, habiéndole sacado de su cofrecito dorado, recubierto como algo muy Sagrado, como se hace ahora en el Viernes Santo; lo llevaba puesto delante de su pecho bronceado, para bendecir o maldecir, también para actuar a distancia. Así es como Moisés reagrupó a muchos Hijos de Israel alrededor de él, salvándolos de la idolatría y de la muerte. A menudo también, vi al Gran Sacerdote, cuando se encontraba solo con la Cosa Santa, que lo utilizaba , se volvía de un costado o al otro para producir una fuerza, una protección, una interrupción, una bendición o hasta un castigo. Jamás sostuvo este depósito precioso con sus manos desnudas. También tocaba el agua, para usos sagrados, y hacía beber de esta agua como bendición. La profetisa Débora, Ana, la madre de Samuel en Silo, y Emerentia, la madre de Santa Ana, bebieron de esta agua. Es por esta bebida santa que Emerentia fue preparado para concebir a Santa Ana. Santa Ana misma no bebió en absoluto esta agua, porque la bendición estaba en ella. Joaquín recibió de un ángel el Depósito Misterioso que fue retirado del Arca de la Alianza. Y es María misma que fue concebida bajo la Puerta de oro del Templo que se hizo, en su nacimiento, el refugio del misterio. Y la intención de Dios se cumplió, el Arca del Templo se encontraba entonces vaciada de su depósito precioso. Cuando Joaquín y Ana se encontraron bajo la Puerta Dorada, fueron rodeados de un nubarrón luminoso, y la Virgen Santísima fue concebida sin el pecado original. Hubo alrededor de ellos una música maravillosa, como una voz divina. El misterio de Inmaculada Concepción de María es incomprensible a los hombres, es por esto que les permanece escondido. La descendencia que debía dar origen a Jesús había recibido el germen de la bendición con vistas a la Encarnación de Dios mediante Jesucristo, puesto que, él mismo instauró el Santo Sacrificio de la Nueva Alianza, siendo el fruto y cumplimiento de esta bendición, para unir otra vez los hombres a Dios. Cuando Jeremías hizo esconder el Arca de la Alianza con otros objetos consagrados sobre el Monte del Sinaí, al tiempo de la deportación a Babilonia, el depósito sagrado no se encontraba allí solo quedaba las ropas blancas que han servido para envolverlo, que fueron puestas en el Arca. Jeremías conocía el contenido del Arca y su carácter sagrado, y abiertamente quiso hablar de eso al pueblo y de la abominación del trato irreverente a ello cuando les relataba los horrores del Exilio. Pero Malaquías lo retuvo y es él quien recogió el depósito sagrado y por él esto cayó en las manos de los Esenios, y después fue

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colocado por un sacerdote en la segunda Arca de la Alianza. Malaquías fue, como Melquisédec, un ángel, un enviado de Dios; no lo vi como un hombre ordinario. Como Melquisedec, el tuvo apariencia de hombre, sin otras diferencias que las que caracterizan épocas distintas. Poco después que Daniel fue conducido a Babilonia, vi a Malaquías, como un niño de cerca de 7 años, vestido de un vestido rojizo y que llevaba una vara a la mano, parecía perdido en su camino y tomo como refugio una piadosa pareja; Sapa, de la tribu de Zabulón. Ellos le tomaron por un niño perdido de los Israelitas cautivos exiliados y le guardaron con ellos, Él era muy amable, y tan extraordinariamente paciente y manso que cada uno lo amo; les gustaba a todos y podía enseñarles y actuar con ellos sin encontrar contradicción. Mantenía amistad frecuente con Jeremías, a quien el asistió con sus consejos en el momento de grandes peligros. Y fue a través de el, que Jeremías fue liberado de su prisión en Jerusalén. La Antigua Arca de la Alianza escondida por Jeremías sobre el Sinaí jamás fue reencontrada. La segunda que se hizo más tarde no era tan bella, y no encerraba tantas cosas preciosas. La vara de Aarón estaba en posesión de los Esenios en Horeb, también guardaba una parte del depósito sagrado. La familia que Moisés designo para guardar el Arca de la Alianza y velar por ella subsistió hasta la época de Herodes. Al día del último Juicio, todo esto aparecerá y el Misterio entonces será descubierto, para el espanto y terror de aquellos que se han burlado de ello.