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SETECA
ANÁLISIS BÍBLICO-TEOLÓGICO DE JEREMÍAS 32
DJR
2010
UN ANÁLISIS BÍBLICO-TEOLÓGICO DE JEREMÍAS 32
Trasfondo histórico
Este capítulo forma parte de una sección que narra eventos realizados durante los
últimos años de Judá como nación. Durante su reinado de 31 años, el rey Josías había
iniciado una reforma socio-religiosa, que intentó restablecer la justicia y adoración de
Yahvé y borrar la idolatría del país. No obstante, en los 22 años que siguieron su muerte,
todo su esfuerzo se había perdido. A pesar del intento, Judá no había arrepentido de
corazón. Los cambios producidos por Josías carecían de longevidad e interiorización. Las
leyes encontradas en el “libro de la ley” (2 C. 34:14)1 no pudieron detener la decadencia
social ni prevenir el castigo inminente de Dios. Sólo doce años después de la muerte de
Josías, el que llegaría a ser el último rey de Judá, Sedequías, empezó a reinar.
Irónicamente era hijo del reformador Josías pero en su reinado de 11 años (597 a 586
a.C.) no se notaba la semejanza.2 Es bajo este rey que ocurren los eventos narrados en
Jeremías 32, entre 588-586 a.C., cuando Babilonia rodeaba a Jerusalén.
Bosquejo tentativo de Jeremías 32 Hay cinco secciones en este capítulo. La primera sección (vv. 1-5) consta de una
narración que provee las circunstancias en que se encontraba Jeremías. La segunda
sección (vv. 6-12) narra el evento clave para este capítulo: la compra del campo en
Anatot. La tercera sección (vv. 13-15) contiene instrucciones acerca de las copias legales
1 La Santa Biblia, versión La Biblia de las Américas (LBLA). Todos los textos bíblicos serán tomados de esta versión, salvo en los casos cuando se hagan las respectivas llamadas bibliográficas de otra versión. 2 Después de Josías, le sucedió su hijo Joacaz, quien sólo reinó por 3 meses. El hermano de Joacaz, Joacim, fue su sucesor y reinó 11 años. Después de Joacim, siguió su hijo, Joaquín quien reinó por 3 meses y 10 días. Y por fin, Sedequías, tío de Joaquín, hermano de Joacaz y Joacim, hijo de Josías, entra en su reinado, lo cual dura 11 años.
de la compra del campo. La cuarta sección (vv. 16-25) es una oración de Jeremías
después de la compra. La quinta sección (vv. 26-44) es una respuesta de Dios en reacción
al acto y las palabras de Jeremías. Antes de seguir con el desarrollo de estas cinco
secciones, cabe mencionar un detalle literario. El redactor de este capítulo logra
estructurar el contenido de manera muy clara y ordenada. Cada sección empieza con una
frase introductora que incluye la palabra hebrea rm;a' (#599 de Strong).3 Es una raíz pri-
mitiva que conlleva la idea de “contestar”, “decir” y “hablar” entre otras. Abajo siguen
las frases introductoras con rm;a' en cursiva cuando aparece:
“Palabra que vino a Jeremías de parte del Señor…” (v. 1) “…Vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo:” (v. 6) “Y di orden a Baruc en presencia de ellos, diciendo:” (v. 13) “Entonces oré al SEÑOR…diciendo:” (v. 16) “Entonces vino palabra del SEÑOR a Jeremías, diciendo:” (v. 26)
I. Cómo llegó Jeremías a estar preso en el palacio nacional (vv. 1-5)
Esta sección provee los siguientes datos: una fecha tentativa de 587 a.C.;
“Babilonia tenía sitiada a Jerusalén” (v. 2); Jeremías estaba preso en el palacio de
Sedequías, arrestado por sus profecías ‘traicioneras’. Estas profecías predecían que Judá
perdería en batalla contra Babilonia, sería destruida y exiliada. La posición literaria de
este mensaje (vv. 3-5) –antecede el acto simbólico de comprar el campo– otorga al resto
del capítulo, un factor sorprendente. Con certeza, Kelvin G. Friebel nota que
la yuxtaposición literaria de los vv. 3-5 con los vv. 6-44 enfatiza el contexto de desesperanza en el cual este acto simbólico [la compra del campo] se realiza, y también resalta el contraste e incongruencia entre el mensaje de destrucción de Jeremías (vv. 3-5) y el acto simbólico de esperanza (vv. 6-15).4
3 James Strong, Nueva Concordancia Strong Exhaustiva (Miami, Florida: Editorial Caribe, Inc., 2002), 9, 201. Nota aclaratoria: la página 9 se refiere a la sección del diccionario de palabras hebreas y arameas; la página 201 se refiere a la concordancia general. La 1a sección es la única que no contiene rm;a'.. 4 Kelvin G. Friebel, Jeremiah’s and Ezekiel’s Sing-Acts: Rhetorical Nonverbal Communication (Great Britain: Sheffield Academic Press, 1999), 315.
Jeremías ya había predicho la destrucción y el exilio de Judá. Entre todas su
profecías desesperanzares en contra de Judá, sale una semilla de esperanza. Estos dos
conceptos contrarios (destrucción y esperanza) se yuxtaponen para destacar la fe de
Jeremías en las promesas confiables de Dios. Jeremías demostró su confianza en Dios
“atestiguando así la expectativa de que Dios permitiría que su pueblo repoblara su
tierra”.5 La adquisición del terreno es señal de la confiabilidad de las promesas de Dios. A
pesar de la destrucción presente, Dios cumplirá con Su plan de una restauración futura.
II. El acto simbólico: la compra del campo en Anatot (vv. 6-12)
Dios le revela a Jeremías que viene Hanameel (su primo) para negociar un
terreno. Enseguida, se cumple la palabra: “Y vino a mí Hanameel… conforme a la
palabra del SEÑOR…” (v. 8). Este cumplimiento es una señal de la fidelidad de Yahvé.
Provee esperanza que las demás promesas también se cumplirán. Habrá afirmado al
profeta ante el mandamiento divino de comprar el terreno (v. 25). No tenía sentido
comprar la heredad ya que “estaba en territorio enemigo y Jeremías sabía que Judá iría al
exilio”.6 No obstante, Jeremías la compra con una mira al futuro, como también lo hizo
Abraham.7 La fe en Dios no se basa en lo que se ve, sino en lo que se espera en el futuro.
Con respecto a la cultura, Jeremías “tenía una responsabilidad familiar de rescatar
la propiedad (ver Lev. 25:25-32)”8 ya que era el “go-el o pariente redentor”.9 De hecho,
5 William Sanford Lasor, David Allan Hubbard y Frederic William Bush, Panorama del Antiguo Testamento: mensaje, forma y trasfondo del Antiguo Testamento (Grand Rapids, Michigan:Libros desafío, 2004), 399. 6 Gary V. Smith, Guía práctica para entender a los profetas de la Biblia: mensajes eternos de profetas antiguos (Nashville, Tennessee: Broadman & Holman Publishers, 2007), 203. 7 Robert P. Carroll, Jeremiah: A Commentary (Great Britain: SCM Press Ltd., 1986), 623. 8 Smith, Guía práctica: 203. 9 Fred H. Wight, Usos y costumbres de las tierras bíblicas (Grand Rapids, Michigan: Editorial Portavoz, 1981), 273.
en el v. 8 se usa una variante de la palabra comúnmente usada para referirse al go-el
(la;G": # 1350 de Strong), el pariente que tenía la responsabilidad y el derecho de
redimir.10 Esta costumbre servía para que una propiedad permaneciera dentro de una
familia y no se trasladara a otra. De este evento, se puede inferir que Jeremías no era una
persona pobre ya que tenía su propio escriba (Baruc) y “pudo comprar la heredad de su
pariente”.11
III. Jeremías guarda las copias de la compra del terreno (vv. 13-15)
Est acción, como la compra en sí misma, es un acto simbólico. Jeremías hace
guardar las copias legales en un lugar seguro simbolizando un futuro estable y normal
para Israel. El texto mismo señala el significado: “De nuevo se comprarán casas, campos
y viñas en esta tierra” (v. 15). El hecho de que Jeremías haya comprado este terreno para
mantenerlo dentro de su familia, implica, además de un futuro regreso de un remanente a
Israel, un regreso a la vida normal. Tendrían familias, herencias, posesiones, terrenos, etc.
Las familias y sus relaciones no serían destruidas para siempre. Dios iba a conservar un
remanente para el retorno y repoblación de Israel. El hecho de guardar las copias
autenticando la compra del terreno en Anatot ilustra esto mismo. Todo en Judá sería
destruido: el templo, las casas, el palacio, los campos, las cosechas, los registros oficiales,
los adornos en el templo, palacio y casas, etc. No obstante, las vasijas de barro
representan un futuro esperanzador y confianza en las promesas de Dios.
10 James I. Packer, Merrill C. Tenney y William White Jr., Daily Life In Bible Times, (Nashville, Tennessee: Thomas Nelson Inc. Publishers, 1982), 13. 11 Smith, Guía práctica: 187.
IV. Jeremías ora al Señor (vv. 16-25)
Esta oración es a la vez una declaración de fe y un ruego de intervención divina.
El profeta no entiende por qué Dios lo manda a comprar el terreno en Anatot en medio de
una guerra. En su oración, Jeremías reconoce el poder infinito de Dios, la justicia de
Dios, la omnisciencia de Dios, la fidelidad e intervención poderosa pasadas de Dios para
con Israel, el pecado nacional de Judá, el justo castigo de Dios y su perplejidad ante el
mandamiento divino de comprar el terreno en Anatot. El tema predominante es la fideli-
dad y misericordia de Dios. Aunque la palabra hebrea “ds,x,” (kjésed) sólo aparece una
vez (v. 18 “misericordia”), el concepto es implícito a través de esta oración. Jeremías
recuerda la ds,x, pasada de Dios con Israel –lo sacó de Egipto y lo hizo establecerse en
Canaán– para mantener su esperanza en el presente y futuro. La concesión del v. 25 no es
sólo para resaltar lo ridículo que fue lo que Dios le pidió, sino la lucha interna del profeta.
V. Dios habla (vv. 26-44)
La respuesta implícita de la pregunta retórica (v. 27) es que nada es imposible
para Dios, aun restaurar un pueblo destruido y disperso. En lo que sigue, Yahvé revela: Su
castigo inminente sobre Judá, Su explicación por el castigo y Sus planes futuros para
Israel. En esta última parte (vv. 37-44), las palabras de Dios dan congruencia al acto
simbólico de Jeremías al comprar el terreno. Yahvé promete hacer volver al remanente
disperso a la tierra prometida, darles seguridad y un nuevo corazón, hacerles un nuevo
pacto, traerles bien y restaurar su bienestar. Entonces se comprarán casas y las copias
legales del terreno tendrán valor.
Cabe explicar en forma concisa uno de los pecados de Judá. En el v. 35, se mencio-
na la adoración de Moloc. Jeremías hace referencia a Tofet (el lugar de los sacrificios) en
8 instancias.12 Hay mucho debate en cuanto a la identidad de este dios pagano, pero John
Day, un estudioso sobre el tema, propone las siguientes conclusiones: tiene un origen
cananeo; no es el dios de los amonitas con el mismo nombre (cf. 1 R. 11:7); aunque se
menciona con Baal y hay una relación, Moloc no es Baal; Moloc fue un dios del
inframundo.13 Debido al pecado impregnado en la sociedad, como bien ilustra esta
idolatría, “se necesitaba un pacto nuevo, un pacto de gracia y perdón escrito en el corazón
humano, más que un pacto legal”.14 La reforma de Josías impuso leyes exteriores, pero el
nuevo pacto de Dios será impuesto sobre los mismos corazones (cf. Jer. 31:33; 32:39-40).
Aplicaciones
Lo curioso de este capítulo es la fe de Jeremías. A pesar de circunstancias
contrarias, puso su fe en acción. Para animar a sus paisanos y enseñarle de la fidelidad y
confiabilidad de Dios, Jeremías pudo haber expuesto un mensaje, pero en este capítulo
vive su fe, confía en Dios y enseña a través de sus acciones una lección inolvidable. Para
nuestro ministerio, no basta afirmar que “creemos en Dios”, ni enseñar teología. Tenemos
que vivir nuestra fe. Al expresar nuestra fe a través de actos que reflejan nuestras
creencias, dejaremos lecciones inolvidables e impactantes, como lo hizo Jeremías.
12 George C. Heider, The Cult of Molek: A Reassessment, Journal for the study of the Old Testament Supplement Series #43 (Trowbridge, Wiltshire, Great Britain: JSOT Press, 1985), 345-348. En total, sólo hay 11 referencias a Tofet en el Antiguo Testamento. Estos pasajes son: 2 R. 23:10; Is. 30:33; Jer. 7:31, 32(dos veces); 19:6, 11, 12, 13, 14; Job 17:6. 13 John Day, Molech: A god of human sacrifice in the Old Testamente (Great Britain: Press Syndicate, 1989), 29, 31, 36, 46-50. Propone, además, que fue relacionado con el dios Malik y Nergal. 14 Wilton M. Nelson y Juan Rojas Mayo, “Jeremías, libro de”, Nuevo Diccionario Ilustrado de la Biblia (EE.UU.: Editorial Caribe,1998): 577.