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Departamento de Educación de Puerto RicoPrograma de Estudios Sociales
Escuela Eva y Patria Custodio FranquiLas Marías, Puerto Rico
Análisis Crítico del Documento Histórico:Tratado de París de 1899 para Puerto Rico
Presentado en cumplimiento parcial
de los requisitos del curso: Estados Unidos de América; Formación, Desarrollo y Transformación
Maestro: Jesús M. Ramos Durán
Por: Jesús M. Ramos Durán30 de septiembre de 2010
Salón Hogar; 11-06Número de Registro: 31
Introducción
Puerto Rico es la única colonia que existe con una población de más
de un millón de habitantes. Existen otras colonias, pero ninguna con la
población, la historia y la cultura que exhibe el pueblo puertorriqueño.
España, conquistó, colonizó y controló el terruño boricua, legando su
cultura y sus tradiciones al pueblo que poco a poco se convertiría en la
nación puertorriqueña. Sin embargo, después de cuatro siglos de dominio
español y como resultado de la Guerra Hispano-Americana de 1898,
Puerto Rico pasó a formar parte de la jurisdicción de los Estados Unidos
de América. En el siguiente trabajo se analizará críticamente el
documento firmado entre las dos naciones conocido como el Tratado de
París de 1899.
El documento mencionado es de vital importancia para conocer los
aspectos legales y morales implicados en esta transferencia del pueblo
puertorriqueño a un poder extranjero, invasor y extraño a la cultura
hispanoamericana. Los puertorriqueños deben preocuparse por conocer
cuáles son los rasgos distintivos de la negociación que colocó a Puerto
Rico bajo otra nación que ejerce un poder colonial sobre la Nación
puertorriqueña.
Este acuerdo entre los Estados Unidos de América y el reino de
España responde a las negociaciones que ambas naciones llevaron a cabo
para poner fin a las hostilidades que como consecuencia de las acciones
que los revolucionarios cubanos llevaban para alcanzar la independencia
de su metrópoli, terminaron envolviendo a los Estados Unidos de América
en una guerra contra España. El tratado fue firmado entre las partes el 10
de diciembre de 1898 en París, ciudad capital de Francia y luego ratificado
1
por el Senado de los Estados Unidos de América el 6 de febrero de 1899 y
más tarde por la Reina de España el 19 de marzo de ese mismo año.
A través de estas negociaciones, España terminó perdiendo las
últimas posesiones en ultramar que le quedaban de su antiguo imperio
establecido aproximadamente cuatro siglos atrás. Por otro lado, los
Estados Unidos de América recién comienzan a emerger como una
potencia militar en el hemisferio. Realmente estos hechos son solo parte
de una cadena de expansión territorial y económica que la Nación había
comenzado desde sus comienzos, aún inclusive antes de ser país
independiente.
Según los acuerdos negociados entre Estados Unidos y el reino de
España, por medio del Tratado de París de 1898, a Cuba se le concede su
independencia, pero condicionada por la Enmienda Platt, a las
prerrogativas de Estados Unidos para poder intervenir cuando ellos
estimaran necesario para salvaguardar el orden interno de la isla y evitar
posibles intervenciones extranjeras. Ya antes de la guerra, sectores anti
imperialistas en el Congreso de los Estados Unidos de América, habían
logrado insertar en la declaración de guerra contra España, una enmienda
que evitaba la anexión de la isla de Cuba, si la Nación derrotaba a España,
lo cual para muchos era algo que se daba por hecho. A muchos esta
disposición, conocida como la Enmienda Teller, les resultó onerosa, pero
las circunstancias obligaron a los sectores imperialistas del Congreso a
tener que aceptarla a cambio de lo imperativo que era actuar en ese
momento histórico. Algunos temían el éxito prematuro de los cubanos y
que los Estados Unidos desperdiciaran la oportunidad de ampliar aún más,
2
y extender su zona de influencia política, militar y sobretodo económica,
en la región antillana.
Análisis de Contenido y Resumen Crítico
En el segundo Artículo del documento, se utiliza la palabra “ceder1”
para referirse al traspaso de soberanía que España realizó con sus
posesiones de Puerto Rico y Guam. Es de suma importancia entender el
significado de ese verbo tanto en el idioma español como en el idioma
inglés. Por otro lado, el caso del archipiélago de las Islas Filipinas del
Pacífico, fue motivo de muchas fricciones y desacuerdos entre los
representantes de Estados Unidos y España durante las negociaciones.
Finalmente y con mucha renuencia de parte del Gobierno Español, las
Islas Filipinas, son cedidas por España a los Estados Unidos a cambio de
un pago de unos 20 millones de dólares.
Es interesante destacar que ni siquiera el pueblo cubano, que se
encontraba en una etapa ya bastante avanzada en su lucha por la
independencia de España cuando los Estados Unidos entran al escenario
de la guerra, tuvieron la oportunidad de tener un representante durante el
proceso de negociaciones que puso fin al conflicto.
Para Cuba, el peligro real de la anexión y la posible pérdida de la
identidad nacional eran, desde todos puntos, evidente. Atrás quedaba una
historia plagada de tropiezos, tanteos, búsquedas del ser nacional, y la
hermosa y definitiva floración de la nación cubana. Quedaba también
atrás una relación colonial de cuatro siglos que, en vez de impulsar el
1 Según el DiccionarioWeb.org, la palabra “ceder” significa: “Dejar o dar voluntariamente a otro el disfrute de una cosa, acción o derecho”. En inglés la traducción de la palabra “ceder” sería: “relinquishes”, la cual, según thefreedictionary.com, significa: to retire from; give up or abandon, to put aside or desist from (something practiced, professed, or intended), to let go; surrender or to cease holding physically; release: relinquish a grip.
3
desarrollo antillano, se había convertido en su freno; y, como herencia,
una sociedad diezmada, hambrienta, con una estructura socio-económica
deformada, caracterizada por la mono-producción, la mono-exportación y
el mono-mercado, controlado en su mayoría por los grandes intereses
económicos estadounidenses y cuya solución se mantendría distante.
Ahora, dejando a un lado los asuntos relacionados con las Filipinas,
Cuba y Guam, este ensayo concentra sus energías en establecer la
relación existente en los aspectos legales del Tratado de París de 1898 y
el poder que Estados Unidos tiene y ejerce sobre el territorio de Puerto
Rico y por ende sobre los sujetos que habitan en el territorio.
Al haber utilizado el verbo ceder en el contexto del Artículo II del
Tratado de París de 1898, muchos han interpretado que el archipiélago
puertorriqueño, fue adquirido por Estados Unidos como botín de guerra a
cambio de los costos de la misma. En el Artículo VIII, del mencionado
documento, se puede encontrar evidencia para el planteamiento anterior,
específicamente en la siguiente cita:
En cumplimiento de lo convenido en los artículos I, II y III de este tratado, España renuncia en Cuba y cede en Puerto Rico y en las otras islas de las Indias Occidentales, en la Isla de Guam y en el Archipiélago de las Filipinas, todos los edificios, muelles, cuarteles, fortalezas, establecimientos, vías públicas y demás bienes inmuebles que con arreglo a derecho son del dominio público, y como tal corresponden a la Corona de España2.
Las disposiciones aquí descritas deben disipar algunas dudas relacionadas
a que el reclamo estadounidense por Puerto Rico, fue justificando sus
derechos por los costos incurridos durante la guerra.2 ? Lex Juris Puerto Rico. “Tratado de París de 1898 de Puerto Rico”. [Tratado de paz entre los Estados Unidos de América y el Reino de España]. Recuperado de Internet el 8 de septiembre de 2010, en: http://www.lexjuris.com/lexlex/lexotras/lextratadoparis.htm.
4
Si bien es cierto que en el Tratado de París, España renuncia a
Puerto Rico, no es menos cierto que el interés de los Estados Unidos al
momento de la toma el 18 de octubre de 1898, era más bien utilizar la Isla
para propósitos militares y enviar un mensaje a los países europeos de
que no intervinieran en las Américas. Nace una nueva potencia y Puerto
Rico sería el puente perfecto para la defensa. El Tratado no definió de
ante mano el rumbo puertorriqueño en su relación política, cosa que
vemos marcadamente con los propósitos de Cuba.
Sin embargo, este marcado interés en Puerto Rico va mucho más
allá que recuperar unos dólares y centavos. La justificación, como ya
expresado anteriormente, era reclamar los gastos incurridos como
consecuencia de la guerra, pero el interés en poseer Puerto Rico tenía
otras finalidades mucho más sutiles y planificadas. España renuncia y
cede tanto en Puerto Rico, asi como en las otras islas antes mencionadas,
todos los edificios, muelles y todos los bienes que al momento del
armisticio era de su propiedad. España, por otro lado, si perdía todas sus
posesiones de más de 400 años, el mismo Tratado le otorgó la
oportunidad de "establecer Agentes Consulares en los puertos y plazas de
los territorios cuya renuncia y cesión es objeto de este Tratado3."
Además, ambos estados se concedieron la oportunidad de que su
marina mercante, por diez años, tuvieran el mismo trato en cuanto a
derechos de puertos. Aunque se sabe en el caso de Puerto Rico las leyes
de cabotaje impidieron a los puertorriqueños utilizar otra marina que no
fuera la de Estados Unidos.
3 Ibid. Véase el Artículo XIII
5
Ahora bien, hace poco más de cien años, España y Estados Unidos
acordaron sin el consentimiento del pueblo de Puerto Rico el traspasar
esta Isla sin condiciones favorables a los puertorriqueños. Es decir, se
acordó en su Artículo IX que "... los derechos civiles y la condición política
de los habitantes naturales de los territorios aquí cedidos a los Estados
Unidos se determinarán por el Congreso"4. Esta cláusula es la que
mantiene hoy día la discusión del asunto puertorriqueño atado al
Congreso de los Estados Unidos, la misma se deriva de las disposiciones
de la propia Constitución de los Estados Unidos de América que establece
en el Artículo IV, Sección 3, Inciso 2, que dice: “El Congreso podrá
disponer de, o promulgar todas las reglas y reglamentos necesarios en
relación con, el territorio o cualquier propiedad perteneciente a los
Estados Unidos”5.
Vemos aquí legalmente hablando, entendiéndose de esta forma,
que los documentos citados puedan ser considerados como legales dentro
del marco de la ley, tanto para los Estados Unidos de América como para
la ley internacional, que Puerto Rico bien puede ser considerado como una
propiedad de los Estados Unidos de América. Sin embargo, las
consideraciones morales y ciertas interpretaciones de derecho, pueden
opinar todo lo contrario, pero esto sería tema para ser considerado en
otro ensayo. Los documentos citados certifican, lo que muchos pudieron
considerar como una expresión jocosa o irónica del actual Presidente,
4 Ibid. Artículo IX5 H. Álvarez Silva, Documentos básicos de la historia de los Estados Unidos de América, Río Piedras: H. Álvarez & Compañía, Inc., 1967, página 179.
6
George W. Bush, que Estados Unidos bien puede regalar o traspasar la
soberanía o el domino del territorio de Puerto Rico a otra nación.
Sin embargo, la situación no es tan fácil como parece dado que los
naturales de Puerto Rico, por disposición de la Ley Jones de 1917, somos
ciudadanos estadounidenses. Cabe entonces preguntase, ¿puede el
Presidente o el Congreso, que es dónde realmente descansa la soberanía
de Puerto Rico, regalar, traspasar u obsequiar ciudadanos que reclamen
sus derechos cobijados en la Constitución de los Estados Unidos de
América? A parte del pleito legal que esto representa no se puede dejar
de reconocer las implicaciones morales y humanitarias que estas acciones
conllevarían.
Esta situación relacionada con los habitantes de Puerto Rico
también fue discutida y presentada en el Tratado, la inserción del tema de
los habitantes de Puerto Rico provocó uno de los choques más serios
entre los negociadores, particularmente en lo relacionado a la ciudadanía
que detentarían dichos habitantes. Estas diferencias hicieron crisis el 9 de
diciembre de 1898, cuando los negociadores españoles presentaron su
protesta contra la pretensión estadounidense de no reconocerles a los
habitantes de Puerto Rico el derecho a retener su ciudadanía española.
Los estadounidenses replicaron que los residentes de Puerto Rico nacidos
en España, tendrían un año para escoger su ciudadanía, pero que los
“naturales” de la Isla no tendrían esa opción. “Su condición y sus
derechos civiles”, afirmaron, “se reservan al Congreso, quien hará las
leyes para gobernar los territorios cedidos”6.
6 ? Véase el comentario que aparece en la página 187 de la obra de F. Scarano, Historia de Puerto Rico. México: Editorial McGraw Hill Inc., 2009.
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Personalmente no considero que en estos momentos ni tampoco en
algún momento cercano que el Gobierno de los Estados Unidos de
América considere seriamente regalar o traspasar la soberanía de Puerto
Rico a otra nación. Tampoco vislumbro un cambio significativo en las
actuales relaciones entre ambos pueblos. Los intereses que condujeron a
la Nación del Norte a tomar posesión de la Isla están aún presentes y con
mayor ahínco todavía. Las tendencias más recientes como consecuencia
de la globalización y la revolución en las comunicaciones se mueven más
hacia la integración que a la separación.
Conclusiones
Algunos dijeron hacen unos pocos años atrás que las acciones de
Estados Unidos al llevarse las bases militares indicaban un cambio en la
política estadounidense de permitir el libre camino de Puerto Rico hacia la
independencia, sin embargo estas decisiones eran parte de la política
nacional de defensa estratégica. De haber sido así, ¿acaso también
pensaban concederle la independencia a Texas, California y otros estados
en donde también han cerrado otras bases militares? Lo mismo además
se puede decir del cierre de base militares de Estados Unidos en otros
países aliados y la relación con éstos no ha cambiado mucho.
Los Estados Unidos de América siempre han dado mucha
importancia a su reputación y aunque han llevado a cabo acciones
cuestionables y hasta reprochables, no le es conveniente jugar con el
futuro de más de cuatro millones de ciudadanos estadounidenses que
viven en la Isla, esto sin considerar un número similar que viven en los
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estados, pero que se consideran puertorriqueños. Lo más lógico en todo
caso es ya que vivimos en un mundo donde se rinde pleitesía al modelo
democrático permitir a los puertorriqueños por medio del voto decidir cual
es el destino político que deseamos y entonces de acuerdo a los
resultados de esta decisión negociar con el Gobierno de los Estados
Unidos los términos.
Sin embargo esto plantea un problema en si mismo. Los
puertorriqueños han sido consultados en tres ocasiones sobre estos
particulares e independientemente de las condiciones en que se ha
llevado a cabo, la fórmula que regula nuestras relaciones con Estados
Unidos ha resultado con el mayor número de votantes, mientras las otras
alternativas han demostrado pérdida de adeptos.
Bibliografía
Álvarez Silva, H. Documentos básicos de la historia de los Estados Unidos de
América. Río Piedras: H. Álvarez & Compañía, Inc., 1967.
Lex Juris Puerto Rico. “Tratado de París de 1898 de Puerto Rico”. [Tratado de paz entre los Estados Unidos de América y el Reino de España]. Recuperado de Internet el 8 de septiembre de 2010, en: http://www.lexjuris.com/lexlex/
lexotras/lextratadoparis.htm
Libro Rojo: Tratado de París. Documentos presentados a las Cortes en la Legislatura de 1898 por el Ministro de Estado. Río Piedras: Universidad de Puerto Rico, Asociación de Historiadores del Caribe, 1983.
Ortiz Santini, F. “El Tratado de parís de 1898”. (25 de diciembre de 2007). El Vocero. San Juan. http://soy-de-borinken.blogspot.com/2007/12/el-tratado-de-pars- de-1898.html
Rosario Natal, C. El 1898 puertorriqueño en la historiografía. San Juan: Academia Puertorriqueña de la Historia, 1997.
Scarano, F. Historia de Puerto Rico. México: Editorial McGraw Hill Inc, 2009.
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