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Árbol de la esperanza
Obra anteriormente publicada en Catarsis Literaria
El Drenaje, Mérida, Yucatán, México, 2011.
Todos los derechos reservados.
Cualquier reproducción o plagio son objeto de sanción
conforme a la legalidad vigente,
salvo permiso expreso concedido por los autores.
©Antaura Ediciones, 2013.
Publicación libre de tramitaciones administrativas.
Angélica Santa Olaya
ÁRBOL
DE LA
ESPERANZA
ANTAURA EDICIONES
ÍNDICE
EL DESASOSIEGO POR LA PALABRA…………………8
LA MOSCA…..……..……………………….…….……...…….10
¿PARA QUÉ?……………..………………..…………………..12
CONOZCO UN PARAÍSO……..…………………….….…13
SOMOS SOMBRAS……….……………………………...….20
ODISEA A LA ORILLA DE UN POEMA………………22
BUSCANDO……………..……………………………………..25
TRANSGRESIONES…..…………………………………..…27
MEDICINA ALTERATIVA…..……………………..……..29
PROMESA………………………………..………………….…34
PARTO……………………………………..……..…………..…36
YO POEMA………...............………………………………….37
PALABRA ESCRITA…………..………………….…………39
ESCRIBO, LUEGO EXISTO…………..…………….……..40
ÁNGELES DE AGUA…………………………………..……41
DESESCRITURA……………….………..…………………..43
SOBREPOBLACIÓN……………..…………….……………46
YO CREO……..……………………………….…….………..…48
EL POETA………………………...…………………….…...…49
UN DÍA……………………………………………….….………51
POESÍA……………..…………………………………….……..55
TODAVÍA…………………………………………………...…..56
Y QUÉ………………….……………………………….………..57
8
EL DESASOSIEGO POR LA PALABRA
Marianne Toussaint Ochoa
Angélica Santa Olaya, como todo poeta, anda por el mundo urgido de palabras. Esta permanente búsqueda le da la certeza de una soledad. Apenas logra tejerse una frazada para el frío y ya hay que abandonarla; la urgencia por la palabra es más fuerte.
A esos
frutos inciertos
yo los nombro
palabras
como nombrar
el pan, la sal o el agua
y saturo las llagas
con su miga
y su fiero mineral
La incesante búsqueda de la palabra justa que llene y rebase el contenedor, la lleva a crear mundos particulares donde encuentra a la palabra convertida en metáforas y alegorías. Una escritura que
9
roza con las tendencias impresionistas y expresionistas. Personifica lo abstracto, construye una zoología donde la duda: …antena de mil bocas / las dudas que asoman bajo la lupa / con sus dientecillos de tiburón / tendiéndole una trampa a la certeza… Parte de lo concreto para hacer tangible lo abstracto, en todo caso: trasmitir la emoción es el objetivo principal.
Su poesía propone siempre un viaje abismado de ida y vuelta. Hay un constante regocijo por tejer palabras con sentidos opuestos provocando desconcierto en el lector, invitándolo, así, a sumergirse en su propio imaginario poético y a tender puentes invisibles entre los sentidos que, aparentemente, permanecían desconectados. Así, observamos como este recurso sostenido de crear alianzas entre lo irreconciliable provoca la paradoja, como el leitmotiv de su poesía. En la constante paradoja somete a juicio al mundo, a la vida, a la misma palabra.
Su visión del mundo nos habla de una poeta que apenas ha dicho poco de todo aquello que bulle por salir en sus versos. Lo que nos augura muchos poemarios más de esta escritora en búsqueda continua de si misma. Enhorabuena a este libro donde la palabra es obsesión y recinto; desasosiego, pero también su templo y su reposo.
10
LA MOSCA
Soy la única mosca
merodeando este silencio
me poso en la ajada piel
de una fuente solitaria
bebo un sorbo de sudor insomne
y sacudo de mis patas
los ajenos restos de esta tierra
mientras un hombre
de ojeras amargas
se asombra de mi sed.
11
12
¿PARA QUÉ?
¿Para qué mancillar el silencio
con palabras de humo?
Ceniza que ensordece el rumor de las aguas
que sin presunciones
anuncian el final
bajo las cloacas.
13
Conozco un paraíso
donde no hay manzanas
lo habita un árbol
que se alimenta de sangre
y esperma de unicornio.
Regurgita frutos negros
redondos como el lomo
de un aleph
-relumbrantes
caderas de guadaña
o astillas
de empinada laringe-
que retornan
siempre
al punto de partida
14
Líquidos guijarros
convocando la reunión
en paradójica sinergia
-horizontales
racimos
en franco desafío
a la gravedad-
a veces indómitos
transigen
al calor de la mano
que cercena sus pedúnculos
para dejarlos ahí,
como al descuido
por si alguno los ve
¿quién puede saberlo?
Serán degustados
tal vez
por un iluso caminante
que salive por sus jugos.
15
Y aunque muchos
gusten de beber
claro y amanzanado
Nadie sabe
que la hiel
que macera
sus desnudos huesos
se diluye indefensa
al tacto imprevisto
de una retina
sin vela ni astrolabio.
Ahí
en esa
afrutada indefensión
de pupilas siempre abiertas
yace con el sexo al sol
la más dulce y terrible
de las claridades.
16
A esos
frutos inciertos
yo los nombro
Palabras
como nombrar
el pan, la sal o el agua
y saturo las llagas
con su miga
y su fiero mineral.
Los nombro
en concilio de labios
y ritual
matraqueo de lengua
y pongo la rótula
en el suelo
y me persigno
ante su relativa verdad
esa verdad
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18
que los locos
guardan bajo el sobaco
mientras aprietan
el nudo
que resiste a la razón
Los deletreo
y cedo todas
mis agrietadas costillas
al navegante
que comparta
el alienado
crujir de una mordida
destinada
desde antes
desde siempre
desde el más allá
al esférico
y filigranado
exilio del perdedor
que utópico
19
transgrede
su destino
cobijado entre versos
20
Somos sombras
oscuros contornos
en el umbral donde
despiertan los relojes
ahogado por la luz
el cuerpo se niega a revelar
el color de su botonadura.
La caverna no es la casa de las tiniebla
es esta luz que enceguece
a fuerza de verdades.
Afuera apenas unas líneas...
el posible destello de una mirada
un pie arriba desafiando la gravedad
para avanzar unos centímetros
y luego caer otra vez en el abismo
prometido paraíso de piedra
21
rompecabezas de agrietadas baldosas...
Un bulto indeciso
se tambalea bajo el brazo
más titubeante aún
temerosas manos
ocultas en las entretelas
donde agrestes palpitan los segundos.
La caverna queda sola
despiadadamente iluminada
aséptico laberinto
embozado en blanco y amarillo
límpido lugar donde no cabe la carne
ni los sueños de los hombres
armónico diapasón donde Dios
no ha colocado su inmaculado pie.
22
ODISEA A LA ORILLA DE UN POEMA
“Buscamos la poesía; buscamos la vida.
Y la vida está, estoy seguro, hecha de
poesía”.
Jorge Luis Borges
Me aventuro silenciosa
y acaricio el filo de la página
con indecisos apéndices de humo,
mis nervios resucitan al abismo
atisbando la desnuda delgadez
del espacio entre renglones,
olisqueo,
casi a ciegas, casi profeta,
el acomodo de las comas insinuantes,
muerdo el papel con presta mandíbula
para saborear la sutil concisión
23
del sitio exacto donde pernoctan los puntos,
quiero posar mis tarsos,
apenas insecto, apenas hombre,
sobre las alas batientes de la belleza
y multiplicar en hexágonos multicolores
la hoja donde reposa el disfraz de los instantes,
quiero quedarme ahí
sobre el desierto tatuado de ideas
para descubrir con antena de mil bocas
las dudas que asoman bajo la lupa
con sus dientecillos de tiburón
tendiéndole una trampa a la certeza...
y me quedo esperando
tenazas abiertas
la detención de las pupilas,
el fluir de los escollos entre nieblas
24
y la fútil sonrisa del vacío
para intentar construir
a la orilla de la incertidumbre
-cigarra que labora sin descanso-
la metafórica respuesta
de mi apenas
penelopeico poema.
25
BUSCANDO
Revuelvo frases de errática huella
con la esperanza de encontrar
en las entrañas de una nube
la punta del ovillo que guíe los urgentes dedos,
orugas perdidas que se ofrecen
incrédulas
a la confirmación de la palabra.
Hay que escarbar en el barro
y lamer el numen
que aluza la noche del topo
para aprender la indivisible
colectividad de los granos de arena
Hay que acariciar al ser de los oscuros tactos
que no conoce las transparencias del halcón
pero sobrevive a fuerza de ganas y tozudos andares.
Hay que navegar las angulosas raíces
que se niegan a ser tragadas por la sombra
26
sólo para decir que alguna vez
aunque fuera con las patas para arriba
tocamos los dedos del sol.
No todo es azul ni todo es negro.
El cristal más claro
oscurece con el vaho
de los que no saben respirar
al compás del universo.
27
TRANSGRESIONES
Es preciso a veces
romperle las patas a la realidad
y navegar sin salvavidas
en el estómago de algún cetáceo.
Vibrar con la molécula
que deviene trozo de cantera
en el útero del mundo.
Beber la copa de hiel
fermentada en las células
de la propia humanidad.
No hay hechizo que transgreda
la alquimia de los colores rotos
por la ausencia de luz en un prisma.
Azul como las secreciones de la tierra
es el espectro donde reposan las cicatrices
28
que espigan la cáscara de los caminos.
Un día, tal vez, pueda entenderse
el vuelo de la mariposa
y su intempestivo crujir de alas.
29
MEDICINA ALTERATIVA
PANORAMA SINTOMÁTICO
La tristeza se descalza
para gemir a gusto,
tirada de bruces
en el desprevenido regazo
de un papel que ofrece
el entramado de sus venas
para jugar a la magia.
Entre los húmedos cabellos
de la pesadumbre
moluscos sangrantes amenazan
con pintarlo todo de rojo:
el asombro de la flaqueza
que no supo defender su paso
entre el correr de los autos
arrastrando vidas
por la ciudad
30
como roídas frazadas
me mira con sus ojos grandes
y arrinconado
en medio de las sombras
se acurruca el reflejo aletargado
de la tarde que toma el sol
desparramado en el balcón
como si nada ocurriera.
INSTRUCCIONES PARA LA CURA
Es preciso dibujar una ventana
y salir volando por ella
mientras afuera el mundo
saca a pasear la sonrisa
vestida de domingo.
Hay que rellenar el perímetro de la duda
con letras y parábolas de raíces aladas
que nadie pueda encerrar
en la jaula del entendimiento.
31
Deberá mirarse el mundo a través
de los poros abiertos del cristal;
tragarlo con todo y huesos
y luego vomitarlo en acompasadas
y rítmicas arcadas.
La tristeza deberá huir
colgada de un verbo
para caminar sobre el lomo del tiempo
sin saber el nombre científico
de los muchos instantes
que transitan al hombre que la nombra.
No deberá olvidarse de tomar
los frutos del árbol más bello
y regresar con la boca llena de cerezas
dispuesto a escupir las semillas del pasado
en el vientre fecundo del silencio.
Se ha de volver con los ojos renegridos
de tinta o carbón
para intentar, otra vez,
32
y otra, y otra, y otra,
encender los fuegos
que echan a andar la risa
con tan sólo una mirada al espejo.
Se podrán dar
unas cuantas pataletas bajo el escritorio,
salpicar unos cuantos piquetitos
sobre la dócil piel del pergamino
y esparcir algunos granos de sal sobre la herida
para regresar a la calle
y caminar,
tristeza bajo el brazo
y sonrisa en mano,
sin salpicar ni una gota de sangre
o tinta
a los transeúntes.
33
34
PROMESA
De ser necesario
desgarraré el blanco de mis silencios
para hundirme
en la abierta carne de la locura
morderé los recuerdos
con atigrados colmillos
hasta hacerlos sangrar
lavaré, a tientas,
sus pies ardorosos
con sal y amoniaco
tejeré entre sus cabellos
algún resabio de inocencia
lameré sus plantas y caeré
desprovista de armaduras
35
como un guerrero
que se rinde
ante el catàrtico virus
que enlarva
la otra belleza
36
PARTO
Cuando el dolor de vivir
se vuelve insoportable,
el útero involuciona,
agónicas verboarterias
invocan a Cronos de piedra
El grito de la pluma
rasga la sedosa tez
de una página sin dueño.
Hemorragia de emociones,
me contraigo,
grito,
y paro un poema
37
YO POEMA
Mi sangre se esparce sobre la hoja de papel
la sal y la miel de mis células autoescindidas,
como impíos tornillos,
estrangulan las palabras
sujetándolas
para que no escapen,
mi alma deviene tinta y sustantivos,
las líneas se retuercen,
se contorsionan
como moluscos al sol
en la angustia displicente de una desnudez
cubierta,
tan sólo,
por la mirada de todos.
38
39
PALABRA ESCRITA
Palabra escrita...
Grito ahogado bajo el mar de tinta,
solitario susurro de una lengua de papel,
redonda hija del carbón crecida al amparo de una mano de fuego
y un grillete de hierro en la garganta.
Signos que aúllan
en el silencioso desierto
de la página en blanco.
40
ESCRIBO, LUEGO EXISTO
I
Trazo signos y apuradas letras
en un papel de ingles sudorosas
sólo para confirmarme
la propia, indescifrable
y volátil existencia.
II
Mansa fibra de estacadas pupilas,
perpetúa las oscuras
trazas de mi aliento
hasta desgarrar
los óvulos de piedra
que tachonan la espalda
adormecida de mi frente.
41
ÁNGELES DE AGUA
A veces no comen, no duermen, no rezan...
su plegaria es un rosario de bugambilias
rescatadas en alguna solitaria banqueta;
creen que son felices transitando cielos
habitados por telarañas de neón y
apocalípticos anuncios de hotel.
Desgajan su plumaje en el otoño de cualquier árbol
de raíces rotas,
sufren de reumas en las alas cuando el amor y la
verdad se van de asueto;
se encierran en una jaula de renglones para
alimentar su bulimia de palabras:
la silenciosa linfa escurre mientras la corteza escupe
sus lágrimas de piedra.
A veces abren ventanas de pueblos fantasmas
y resucitan cadáveres de muelas careadas,
son faros disfrazados de bombillas que pocos
desean encender,
42
alumbran lo mismo el vestido de la abeja que
el aguijón de luto.
La neurosis del minotauro devora su propia furia.
Basiliscos de laberínticas plumas añoran a Eolo y
abaten la tierra.
Bestias líquidas arrojadas de un paraíso plástico.
Ilusos trashumantes,
insisten en crear el oasis imposible
en siete heréticos insomnios.
Masticando barro y desabotonando estrellas
juegan a comerse el mundo en un poema.
43
DESESCRITURA
Cada uno de los que
con pasos sordos
o a suela abierta
caminamos
bordeando precipicios
apartando las cáscaras de la montaña
desarmando los caminos rebeldes
intentando el siguiente paso
tras la huella frágil,
trepamos pedregosas laderas
que un día se transforman
en resbaladillas del infierno
sin saber dónde y en qué punto
nos cambiaron el letrero guía,
cada uno de nosotros trashumamos
preguntándonos
si enceguecemos por instantes
ante la caudalosa memoria
de nuestros zapatos
44
de cuero de cabra o de hombre,
atisbando la línea indiferente
del horizonte
que con mirada retadora
nos sorprende en cada divorcio de pestañas,
escarbamos los huesos atorados
entre las secas ramas del día anterior,
calculamos la probabilidad
y la estadística de los posibles
instantes ungidos de sal
y los segundos vestidos de incienso
que huyen a la primera señal
de intento de abordaje,
nosotros
los errantes
nunca sabremos,
aunque la senda termine en un atajo
que conduce a la perpetua andanza,
los pasos, los pies, yardas
o recuerdos abandonados
en la piel reseca de algún árbol
45
rezagado a la vera del hombre,
los metros,
propios o ajenos,
que se necesitan
para iniciar la vuelta atrás,
la fragmentada desescritura
de los que toman un lápiz,
papel o pedazo de ónix,
para desenraizar la voz
de los gametos escondidos
en el agujero donde yacen
también dormidos
los tímidos tubérculos
que alimentan la carne
y adivinan el desdibujado
rastro de la huella
aún en la más completa
oscuridad.
46
SOBREPOBLACIÓN
Habemos tantos
arañándonos las venas,
abriendo impunemente
las heridas a dos manos,
desgajando la memoria
en los delgados dinteles
de una frase inacabada.
Morder la propia carne
y rumiar el último bocado
de palabras a pecho abierto
es la única manera
de seguir respirando.
Unos moriremos en el intento
y otros, creeremos que vivimos
en el núcleo de una lágrima
decantados, hasta el infinito,
por la córnea de un ojo
al parecer
47
tan miope como el nuestro.
48
Yo creo
en el corazón profundo de la noche
en lo que dice cuando guarda silencio
en las quietas alas de las mariposas esperando la señal del sol
en las manos que trabajan sin robar el pan a otro
en las calles que bostezan con el último paso de la tarde
y en la Libertad de cara ancha
tanto
que en ella quepa
también
un No.
49
EL POETA
El poeta tendría que estar solo
para que a nadie moleste
con su palabra espina
tendría que ser un ave que cante
de vez en cuando
y levante el vuelo
para no acosar el oído
de los árboles que erguidos
levantan la cabeza
justamente porque no pueden
mover un pie…
El poeta tendría que ser un árbol,
una calle, alguna piedra…
Pero su destino es ser voz que llora
la inmovilidad del árbol,
el melancólico rostro
de la calle Madero a las 3 de la mañana
huérfana incluso de borrachos;
su trabajo es parir una entintada queja
50
y esbozar la tibia añoranza
de la piedra que contempla el vuelo
casi inmaterial de un ave;
su función es dibujar la punta ardorosa
de una espina enamorada que se aleja del dolor
para no lastimar la mano temblorosa
sudorosa luminosa
de algún despistado sibarita
que se aferra con uñas y palabras
a ese bicho escurridizo que se llama vida.
51
UN DÍA…
Un día habrá
en que cada una de las letras
que escupo en una noche de desvelo
serán sólo lo que quieran ser.
Ni gota de sal
sobre la plácida tez del árbol
en que descansa la tinta
Ni desaforada risa
taladrando el muro.
Un día
cada letra será lo que es.
ni más, ni menos…
Reinará la palabra
52
que rinde tributo
a lo que nunca nadie quiso escuchar.
Sin vanas interpretaciones;
sin muecas de duda acechando la paz
de las palomas que dormitan
bajo el sol de la cornisa.
Ninguna mano
podrá violar el secreto inmarcesible
que retuerce su lánguida figura.
Ni otros ojos
ni estos que hoy la erigen
tallarán las curvas de sus fuertes piernas.
La palabra será un rosario de letras
con el que algún día
se intentó el más oscuro de los salmos
avecindado en un trozo de papel.
Serán sólo lo que solas son;
cuentas sobadas y resobadas
al calor de algún recuerdo.
53
Un collar que no logró adornar
la piel que lo ensartaba.
Un camino a trazos
que no llegó a ninguna parte.
Letras que se juntan y separan
zurciendo la frazada mendicante
de un alguien que no sabía hacer otra cosa
que vomitar los minutos masticados.
Letras que perdieron el aroma
de los tiestos sobre las ventanas
y atraparon en sus grietas
el olor a naftalina
de los roperos cerrados bajo llave.
Secretos que todos oyeron
y nadie entendió.
Secos pétalos guardados en un libro
durante años.
54
Letras de rienda invisible
que resucitarán triunfantes
cuando nadie repita el conjuro.
55
POESÍA
el silencio,
el taller, la parcela,
la emoción,
el hierro, la semilla,
el papel,
el yunque, la tierra,
la palabra,
el mazo, la hoz,
el poema,
la forja, la flor.
56
TODAVÍA
si en una esquina
se oculta
el garfio de metal
que rompe
con sus uñas
el ojo del recinto alado
en la otra
repta la mano que insiste
en descargar su chorro
clorofílico
homofílico
demofílico
sobre el iris
desvirgado
de los siglos…
57
Y QUÉ...
¿Y qué si los dedos
rosados de mis pies
se convierten en cenizas?
Seré polvo que canta
el porvenir al abrigo
de otra huella palpitante.
ANGÉLICA SANTA OLAYA ANGÉLICA SANTA OLAYA ANGÉLICA SANTA OLAYA ANGÉLICA SANTA OLAYA Angélica Santa Olaya nació en 1962 en la ciudad de México. Es licenciada en Periodismo y Comunicación Colectiva, con mención honorífica por la ENEP Acatlán, UNAM y Maestra en Historia y Etnohistoria, con mención honorífica por la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH). Becaria del Consejo Nacional para el Consejo de la Ciencia y la Tecnología (CONACYT) programa 2008-2010 con la tesis “Futuros vasallos de la monarquía española. Textos para niños novohispanos en la segunda mitad del siglo XVIII”. Egresada de la Escuela de Escritores de la Sociedad General de Escritores de México (SOGEM). Forma parte del Diccionario Biobibliográfico de Escritores de México del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA). Ha trabajado en radio, televisión y prensa escrita. Formó parte de un grupo de teatro independiente y estudió pintura. Obtuvo el Primer lugar en dos concursos de cuento breve e
infantil en México (1981, con el diario El Nacional y 2004, dentro del programa Alas y Raíces a los niños del Instituto Estatal de la Cultura de Guanajuato) así como también el Segundo Lugar en el V Certamen Internacional de Poesía "Victoria Siempre 2008" celebrado en Entre Ríos, Argentina, por su poema Dos más una, ocho.
Ha participado en diversos encuentros literarios en México, Argentina, Brasil, España, Cuba y Uruguay. Ha sido publicada en numerosas antologías latino e iberoamericanas de cuento, poesía y teatro. Autora de Habitar el tiempo (Editorial Tintanueva, México, 2005); Miro la tarde (Editorial La Rana, Guanajuato, 2006); El Sollozo (Ed. Tintanueva, México, 2006); Dedos de agua (Ed. Tintanueva, México, 2006); El lado oscuro del espejo (Editorial La Bohemia, Argentina, 2007), Del aprendizaje del aire (Editorial Fivestar, Brasil, 2009) como traductora en coautoría con Tanussi Cardoso y Leo Lobos y Árbol de la Esperanza (miCielo Ediciones, México, 2011, 1ª. Edición / Catarsis Literaria El Drenaje, México, 2011, 2ª. Edición) y Sala de Esperas (Eterno Femenino Ediciones, México, 2012. Las dos últimas antologías en que ha sido publicada (2009) fueron editadas en España e Italia.
Ha participado, también, en revistas electrónicas de Chile, Brasil, Cuba, España, Italia, Argentina, Venezuela, Panamá, Rumania y México así como en las revistas impresas Alforja, Solar, Navegaciones Zur, El Universo del Búho, Acalán, Parteaguas, Archipiélago, Convocatoria, El puro cuento, Plan de los pájaros, Yuku Jeeka, Avance, Registro, Oráculo, Grietas, Rojo Siena, Letras en Rebeldía, AM, Cultura de Veracruz, Papalotzi, Castálida, Convocatoria, Chispas para la Inteligencia (CONAFE- donde formó parte del Consejo Editorial), Alas para la Equidad (CONAFE- donde coordinó y participa de una serie de once artículos con motivo del Bicentenario de la Independencia y Revolución Mexicanas publicados a lo largo del 2010), Fórnix (Perú) y Nord Literar (Rumania); periódicos El Nacional, Milenio Diario, La Jornada, Periódico de Poesía (México-UNAM), Carajo (Chile) y Panorama da Palabra (Brasil). Su obra ha sido traducida al rumano, portugués, catalán, italiano y próximamente al árabe. Su obra poética y dramática ha sido expuesta en el Museo Nacional de Arte de la ciudad de México (MUNAL) así como en exposiciones públicas en los andenes del Sistema de Transporte Colectivo Metro (diciembre 2012) y Metrobús (febrero 2008) de la ciudad de México. Su poemario Rumor de Arcilla se encuentra en proceso de publicación en Nueva York a través de la editorial Homo Scriptum. Es profesora de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) y de la Universidad del Claustro de Sor Juana. Miembro del Círculo Internacional de Literatura Vanguardista LALUPE.