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Un grupo de animales se ve obligado a abandonar el zoológico para defender a la humanidad. Primer episodio de la saga
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ANIMALS
Baltazar Ceruti
EL COMIENZO.
1.
Como todos los días, Shamo, un aprendiz, se acostaba en las hierbas del
zoológico. Cada mañana venía a visitar a su amigo Keny, uno de los ascendidos a
“protectores” de los Animals.
-Hola Keny – saludó Shamo.
-Hola – le dijo Keny a Shamo – ¡Impresionante!, ¡Me van a dar una medalla
más! – añadió divertido, Keny.
Shamo era un león, Keny era una pantera.
Shamo le iba a contestar pero lo llamaron a una junta con todos los
Animals.
Winy era una foca, y una de las más importantes guerreras.
-¡Callaos! – gritó Trelon, que era el líder león y padre de Shamo – Quiero
que vosotros entendáis que abandonaremos este lugar.
- ¿Para qué? – se aventuró Shamo .
- Porque si seguimos aquí, nos quedaremos sin comida – respondió Winy.
Shamo puso los ojos como platos
-¡¿Qué?! – gritó Keny desesperado – No podemos seguir aquí, pero ¿cómo
podremos salir de aquí?.
- No es cuestión de ponerse loco – dijo Winy muy gruñona – Hay que hacer
un plan.
Shamo no entendía nada de lo que decían, pero su tátara tátara abuelo le
enseñó que cuando había un problema del que hablaban los jefes superiores y
que fuera de una cuestión de alojamiento, no tenía que opinar nada. Los
aprendices harían una reunión esa misma noche. Se les ocurriría un territorio y al
día siguiente cuzarían las ideas.
-Opino las montañas Chacrull – dijo Lordol, un loro muy valiente, que había
sobrevivido a mil peligros.
- Opino el pantano de Ruuglil – djo Keny, un poco no tan confiado de que
eligirían esa opción.
Shamo estaba muy triste. Demasiado. No podía evitar sentirse triste tras
abandonar su hogar. Dejó escapar un “snif” de su hocico.
2.
A la noche se tenían que reunir todos los aprendices. Shamo estaba
contento porque había jugado con Keny casi todo el día.
Los aprendices se pusieron en bancos de hojalata dondía dormía Shamo en
la cálida cama de hierbas.
-Bueno – dijo Kevin, un zorro joven – vamos a empezar. Opino el valle
Estorvado. No lo sé, pero tiene protección – Había hecho una buena opción.
Venía el turno de Shamo:
-Quizás el conocido valle Animals.
-Sí – dijo Kevin. Muy buena decisión, Shamo. Utilizaremos esa para
mañana.
-Espera – dijo Wintac, una osa – o…pi…no…
-Basta Wintac, usaremos lo de Shamo – gritó Kevin.
-Ok… -dijo Wintac malhumorada.
Se dirigieron a sus camas.
A la mañana siguiente Shamo llegó tarde. Se fue a la junta y se encontró a
todos allá.
-Llegas tarde – dijo Trelon – Me dijeron que elegiste el valle de los Animals.
Hijo, tu eres un protector de los Animals.
-Ok – contestó Shamo. No parecía estar muy emocionado por ese logro.
- Significa que como tú elegiste el lugar – continuó Trelon, en voz baja, sólo
para Shamo – vas a guiarnos tú con Kevin.
-Chicos, tengo el plan – dijo Winy muy contenta – Acérquense. Les diré lo
que tienen que hacer. Y lo primero, tú, Kevin, y tú, Shamo, van a ir por encima del
bosque Ciudadano. De ahí yo voy a pasar por debajo del granero. Trelon, tú vas a
la izquierda de Kevin y finalmente me subo por el bosque, nos encontramos,
llamamos a los demás, nos escapamos por encima del muro y nos dirigimos a las
montañas Chacrull.
A la noche, que era cuando empezaba a ejecutarse el plan, Shamo
esperaba con Kevin en el bosque Ciudadano.
-Muy bien, ¿dónde está Trelon, mi padre? – preguntó Shamo.
- Aquí estoy, a su izquierda – dijo Trelon.
- ¡Padre! – gritó Shamo entusiamado.
– Ahora hay que esperar la señal de Winy – señaló Kevin.
-¡Yaaaaa! – dijo Winy.
Los guerreros salieron corriendo hacia el granero donde estaba Winy.
-¡Sujétate de mi pata! – gritó Trelon desesperado por ese momento.
-¡Vamos, falta poco! – gritó Shamo -¡Cuidado!.
Pero no pasaba nada. Sujetaron a Winy para subirla y todos fueron a
buscar a los demás. Después, se dirigieron a las montañas Chacrull.
-Vale – dijo Winy – según Trelon, Kevin y Shamo nos guiarán.
-¿Qué??? – gritó Kevin –¡No puede ser!, ¿cómo?. Estaba confundido, pero
a Shamo no le sorprendió para nada. Sabía muy bien que Kevin y él guiarían a la
tribu de los Animals, y también recordaba esa sensación de cuando lo nombraron
misteriosamente “protector de los Animals”. Pero, ¿era verdad que lo habían
nombrado “protector de los Animals”?
3.
Los Animals estaban ya en el bosque Tec, uno de los enemigos más
temibles de los humanos.
-Vamos por grupos – indicó Winy – Tenemos que buscar siete formas de
entrar a las montañas.
-¿Para qué? – preguntó Kevin.
-Para ver si podemos de esas siete, en las montañas, encontrar un mapa
del que había oído antiguamente. Pero cuidado… Pueden haber muchas trampas
– concluyó Winy, superatenta.
-No hace falta – dijo Trelon.
-¿Qué estás diciendo? – preguntó Winy.
-No tiene sentido que Kevin y mi hijo se guíen por el mapa.
Fueron a las montañas Chacrull. De ahí, Shamo y Kevin fueron por una
mata de helechos. Se encaminaron frente a un bioma muy lindo. Se veía en el
cielo.
-¡Corre! - gritó Kevin, porque se aproximaba un tigre. -Un tigre demasiado
hambriento, comería a nuestros guiadores.
Corrieron como un rayo entre los helechos. El tigre se acercaba más. ¡Sólo
eran unos cachorros! . Pero vino Winy y le dio un buen golpe (un aletazo).
-¡Gracias al cielo!- dijo Kevin agradecido por ese momento.
- No nos guiarán ustedes – dijo Winy. – Estarán con los aprendices atrás.
Iremos por el mapa.
Pero las palabras de Winy cayeron en saco roto cuando vino Wintac con
una hoja de papel. Sin duda alguna venía con un mapa.
-Hola Shamo – dijo Wintac – Vámonos de aquí.
Habían ratas. Parecían estar por la humedad.
Fueron por los demás. Fueron por la mata de helechos y saltaron por el
borde de la montaña. Llegaron, pero pasó algo inesperado: Roby, un tigre dientes
de sable se les acercó a ellos. Tenía rabia.
-¡Tranquilo! – gritó Shamo
-¡Para, para! – gritó Winy cuando apareció Trelon – ¡Trelon, nooo!.
Era demasiado tarde. Trelon le dio un mordisco al tigre.
-¿Qué pasa? – preguntó Keny.
-Hay ratas aquí. Vámonos. Si no, perderemos más Animals. Vámonos de
aquí – dijo Trelon.
Fueron por el borde de la montaña. Parecía ser más espesa. Llegaron al
valle Estorvado.
-Según el mapa, tenemos que ir por el sur – dijo Wintac con el mapa entre
los dientes.
-¿Sabes?. A veces nosotros sólo hacemos lo posible para proteger a
nuestras familias – dijo Kevin, tierno.
Cortaron camino por el lago Chequi, por donde habitaban las personas,
campistas. Por el campamento habían muchas vacas.
-Bueno, tenemos que estar seguros que estaremos con vida. Necesitamos
que unos cazadores cacen muchas vacas. Shamo, Kevin, vayan a cazar con Winy
y Keny – ordenó Trelon.
-Entendido – dijeron todos los aludidos al mismo tiempo.
Fueron en una fila.
La caza fue favorable. Cazaron treinta y dos vacas. Pero tenían que
avanzar.
-No volveremos todavía – proclamó Shamo – tenemos que seguir para
explorar.
Ya era de noche y todos los demás de la tribu estaban durmiendo. Habían
comido mucha carne, porque Keny y Winy se habían quedado al borde del lado
Chequi. Fueron por un lugar lleno de telarañas, muchas telarañas.
Kevin lanzó un grito desesperante: -¡Shamo! – Es que no era un lugar
cualquiera. Era una catacumba.
4.
Shamo estaba perdido, desesperado. Había una tarántula muy convencida
de picarle. Shamo pegó un salto para arriba, la agarró e inmovilizó con una garra.
Estaba pensando cómo salir de allí y se le ocurrió una idea. Con las patas
se acercó al muro. Estaba alto. Las puso más arriba y se estiró. Rápidamente
cambió de ángulo, se acomodó apoyado en una roca, saltó y salió a la superficie.
-Mira – dijo Kevin. La catacumba seguía aún más lejos y más adentro.
Shamo se estiró y se fue al lugar donde estaban los Animals. Fueron por un
poco de hierbas para que todos pudieran dormir bien. Llegaron al lugar y
compartieron todo lo que habían pasado.
-Parece que toma mucho trabajo cazar… – Se burló Lordol – Con todo lo
que tardaron podrían haber cazado cien.
Shamo se acercó a la piedra de musgo y colocó las hierbas. En alto al Sol,
se acostó.
-¡Shamo! – Ese gritlo despertó. Quien lo llamaba era Kevin.
-Ven, Shamo, he encontrado algo.
Se fueron del lugar y Kevin le mostró una gran incisión en la montaña.
-Creo que es otra. – Murmuró Kevin. Pero no estaba en lo cierto. Era la
misma catacumba, larga y ancha
Se acercaron un poco.
-¡Dejad – Habló Trélon. – No podéis pasar por esa catacumba. Debéis iros.
Todavía son aprendices.
-Ok – murmuró Kevin, descorazonado. Shamo tragó saliva y se fue a
dormir.
A la mañana siguiente, continuaron el viaje. Shamo se llevó las hierbas,
para que pudieran dormir afuera como en el zoológico.
-Trélon – llamó Shamo – Ya sé por dónde podemos continuar. En las
catacumbas.
Quería que aceptaran su idea.
-No – djo Trélon. – Nos vamos a guiar por el mapa sea como sea.
- Trelon, ven – La que lo llamaba era Winy.- No coincide
- ¿Cómo que no coincide? – Dijo Trélon.
- Ya me sé las coordenadas. 6,7.9769.47- Dijo Winy. – Tenemos que utilizar
otra cosa para guiarnos. Y sé exactamente lo que necesitamos.
- Ir por las catacumbas – dijo Trélon, dudando.- ¿Qué podría pasar?-
De repente, todo el piso se cayó y demasiadas arañas empezaron a gemir.
Antes de caer a lo más hondo, se formó un pequeño y angosto pasadizo muy
pegado a las paredes de ese pozo de roca.
-Me retracto – dijo Trélon. – No lo haré más.
Shamo estaba con Kevin, agazapados en el estrecho desfiladero. Los
demás estaban peleando. Vino una araña que se columpiaba en la pared
intentando hacerlos caer hasta lo más bajo. Shamo subió un trecho para darle el
zarpazo que merecía pero entonces Kevin cayó. Ahora estaba obligado a pelear.
Shamo era el único que estaba a cubierto en la roca, y se le ocurrió una idea. Se
le ocurrió que todos fueran agazapados sobre la pared, y de allí saltaran para
llegar nuevamente a la superficie.
-Bueno, entonces catacumbas no- dijo Trélon.
-Qué lástima – dijo Winy – yo que había encontrado el mapa…
Shamo estaba muy preocupado. No volverían a casa nunca más. Ya
estaban muy lejos.
El bosque estaba completamente cubierto de nieve.
Shamo estaba con Kevin.
-¿Hay comida? – le preguntó.
-No sé. Lo que sé es que estamos muy lejos para volver.
Shamo se paró:
-Animals – se dirigió a todos: - Ya sé que estamos en un momento difícil.
Que todo es horrible. Yo entiendo ese sufrimiento. Lo sufro también yo. Perpo hay
que levantarnos. Nosotros ¿qué somos? ¿somos cobardes?
- Nooooo – respondió la multitud.
-¿Nos levantamos o nos quedamos de rodillas? – preguntó Shamo.
- Nos levantamos – rugió la multitud.
-Porque la voluntad es la fuerza del corazón, no toleraré quedarme más
tiempo. Vamos por las catacumbas. ¿Vamos?
- Sí – Tronó la multitud.
- Entonces, síganme – gritó Shamo.
Corrieron hacia el hueco de las arañas.
-¡Ahora…! – gritó Shamo.
Se enfrentaron cara a cara los Animals contra las arañas. Era una batalla
épica. Shamo cayó sobre una tarántula gigante. Le dio un zarpazo pero ella
consiguió zafarse y lo arañó con aguna de sus ocho patas.
-¡Ahhh! – Shamo estaba muy dolorido. Kevin se le acercó desde una
enredadera y le pegó a la araña con todas sus fuerzas.
-No se deja a los mejores amigos en peligro – Vamos a salvar a los demás.
Wintek estaba con una arañota, con pocas posibilidades de salir con vida.
Shamo dio un salto de fe hacia a la araña y le cortó la cabeza de un zarpazo.
Kevin le hizo un guiño y Wintekle dio un beso a Shamo.
-Me has salvado… Pero Winy está rodeada de cuatro de de ellas.
-Vamos. Hay que salvarla – dijo Shamo.
Pero vinieron más y más.
-¡Estamos perdidos!... – dijo Kevin.
Estaban rodeados por las arañas.
¿Sería ese el final de los Animals?
FIN DEL LIBRO PRIMERO.