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DOMINGO EL día del Señor Año XV – N° 46 - 11 de Octubre del 2015 « La peor prisión es un corazón cerrado». (San Juan Pablo II) ¿Qué estoy dispuesto a dejar por se- guir a Dios? ¿Cuáles son los dioses que me retienen? ¿Será el dinero, la fama, las frivolidades que nos rodean? ¿En qué lugar está Dios en mi corazón? Momento personal «Nuestra fe proclama que “Jesucristo es el rostro humano de Dios y el rostro divino del hombre”. Por eso “la opción preferencial por los pobres está implícita en la fe cristológica en aquel Dios que se ha hecho pobre por nosotros para enriquecernos con su pobreza”». (Aparecida 392) Domingo XXVIII del tiempo ordinario (Ciclo B) La segunda lectura de hoy indica la fuerza de la Palabra de Dios cuando es verdaderamente aco- gida por el hombre. La Palabra es viva y eficaz, produce vida, transforma, pero siempre y cuan- do el hombre la acoja. La escena del evangelio de hoy presenta una situación en la que aparece un hombre que no acogió del todo la Palabra de Dios. Andaba por el camino adecuado, se dejaba conducir por la Palabra expre- sada de modo universal en las normas de vida que llamamos mandamientos. El personaje de la escena estaba compro- metido con lo que universal- mente el Señor pide, por eso cuando Jesús le menciona los mandamientos él dice que to- dos los ha cumplido desde pe- queño. Ese hombre tenía una preocupación y anhelo impor- tante: la vida eterna. El Señor entonces le propuso algo muy puntual y personal, algo que le faltaba. Era preciso que ese hombre se desapega- se de sus bienes. Buscaba a Dios pero, se había atado demasiado a ellos y eso le cerraba a los de- más y, en definitiva, a la acción de Dios. Esto últi- mo se hace evidente en su reacción ante las pa- labras de Jesús invitándole a vender todo, a darlo a los pobres y luego seguirle. Ante esas palabras de Jesús, que eran la propuesta concreta de Dios para él, se marchó. Sus bienes habían hipotecado su corazón. Nuestro Señor no rebajó las exigencias. Más bien indicó: «¡Qué difícil les va a ser a los ricos en- trar en el reino de Dios!». Evidentemente no se trata de un tema de economía, de mayor o menor posesión de bienes, sino de actitud interior. Ese hombre no era libre, estaba muy ata- do a lo suyo. En la lógica del Evangelio es preciso buscar libertad, romper ataduras. Y para eso es preciso abrirse a la voluntad de Dios y a su ayuda es preciso lograr la salvación, disfrutando de la exuberan- cia de los dones que Dios da pero también siendo fuertes ante la dificultad, pues el Se- ñor precisa que quien deja algo por Él recibirá cien veces más en la tierra, pero también persecuciones, y al final la vida eterna. Pidamos al Señor y es- forcémonos para que nuestra actitud no sea la del hombre de la parábola sino la de la libertad inte- rior que sólo le elige a Él. Pbro. Pedro Hidalgo Díaz ABRIRSE A LA VOLUNTAD DE DIOS

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DOMINGOEL

día del Señor

Año XV – N° 46 - 11 de Octubre del 2015

« La peor prisión es un corazón cerrado».

(San Juan Pablo II)

¿Qué estoy dispuesto a dejar por se-guir a Dios? ¿Cuáles son los dioses que me retienen? ¿Será el dinero, la fama, las frivolidades que nos rodean? ¿En qué lugar está Dios en mi corazón?

Momento personal

«Nuestra fe proclama que “Jesucristo es el rostro humano de Dios y el rostro divino del hombre”. Por eso “la opción preferencial por los pobres está implícita en la fe cristológica en aquel Dios que se ha hecho pobre por nosotros para enriquecernos con su pobreza”».

(Aparecida 392)

Domingo XXviii del tiempo ordinario

(Ciclo B)

La segunda lectura de hoy indica la fuerza de la Palabra de Dios cuando es verdaderamente aco-gida por el hombre. La Palabra es viva y eficaz, produce vida, transforma, pero siempre y cuan-do el hombre la acoja. La escena del evangelio de hoy presenta una situación en la que aparece un hombre que no acogió del todo la Palabra de Dios. Andaba por el camino adecuado, se dejaba conducir por la Palabra expre-sada de modo universal en las normas de vida que llamamos mandamientos. El personaje de la escena estaba compro-metido con lo que universal-mente el Señor pide, por eso cuando Jesús le menciona los mandamientos él dice que to-dos los ha cumplido desde pe-queño. Ese hombre tenía una preocupación y anhelo impor-tante: la vida eterna.

El Señor entonces le propuso algo muy puntual y personal, algo que le faltaba. Era preciso que ese hombre se desapega-se de sus bienes. Buscaba a Dios pero, se había atado demasiado a ellos y eso le cerraba a los de-más y, en definitiva, a la acción de Dios. Esto últi-mo se hace evidente en su reacción ante las pa-labras de Jesús invitándole a vender todo, a darlo a los pobres y luego seguirle. Ante esas palabras

de Jesús, que eran la propuesta concreta de Dios para él, se marchó. Sus bienes habían hipotecado su corazón.

Nuestro Señor no rebajó las exigencias. Más bien indicó: «¡Qué difícil les va a ser a los ricos en-trar en el reino de Dios!». Evidentemente no se trata de un tema de economía, de mayor o menor

posesión de bienes, sino de actitud interior. Ese hombre no era libre, estaba muy ata-do a lo suyo. En la lógica del Evangelio es preciso buscar libertad, romper ataduras. Y para eso es preciso abrirse a la voluntad de Dios y a su ayuda es preciso lograr la salvación, disfrutando de la exuberan-cia de los dones que Dios da pero también siendo fuertes ante la dificultad, pues el Se-ñor precisa que quien deja algo por Él recibirá cien veces más en la tierra, pero también persecuciones, y al final la vida eterna. Pidamos al Señor y es-

forcémonos para que nuestra actitud no sea la del hombre de la parábola sino la de la libertad inte-rior que sólo le elige a Él.

Pbro. Pedro Hidalgo Díaz

ABRIRSE A LA VOLUNTAD DE DIOS

Hermanos y hermanas: El evangelio de hoy nos presenta a un joven que a pesar de tener un “buen corazón”, pasó de largo por el camino de Jesús, porque no tuvo la fortaleza de despojarse de sus riquezas, tomar su cruz y seguirlo. Vale la pena preguntarnos, ¿qué tan apegados estamos a nuestros bienes, a lo económico o a otros dioses? ¿Estamos realmente dispuestos a seguir a Jesús? ¿Qué nos pide que dejemos?

XXVIII Tiempo Ordinario - Ciclo B - Color: Verde

Salmo responsorial Sal (89)R. Sácianos, Señor, de tu misericordia.– Enséñanos a calcular nuestros años, para que adquiramos un corazón sensato. Vuélvete, Señor, ¿hasta cuando? Ten compasión de tus siervos. / R.– Por la mañana sácianos de tu misericordia, y toda nuestra vida será alegría y júbilo. Danos alegría, por los días en que nos afligiste, por los años en que sufrimos desdichas. / R.– Que tus siervos vean tu acción, y sus hijos tu gloria. Baje a nosotros la bondad del Señor y haga prósperas las obras de nuestras manos. / R.

2a lecturaLa Palabra de Dios nos examina y nos plantea un constante discernimiento en la vida, que debemos asumir con responsabilidad.

Lectura de la carta a los Hebreos 4, 12-13

La palabra de Dios es viva y eficaz, más cortante que espada de doble filo, penetrante hasta el punto donde se

dividen alma y espíritu, articulaciones y médu-las. Juzga los deseos e intenciones del corazón. No hay criatura que escape a su mirada. Todo está desnudo y descubierto a los ojos de aquél a quien hemos de rendir cuentas. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio Mt 5, 3

Aleluya, aleluya. Dichosos los pobres en el es-píritu, porque de ellos es el reino de los cielos. R. Aleluya.

EvangelioSeguir a Jesús plantea elecciones y renuncias en razón de un bien mayor. Un bien que tiene que ver con nuestro destino y nuestras ansias de eternidad, que sólo Jesús nos puede ofrecer.

I. RITO DE ENTRADA

Antífona de entrada Sal (129), 3-4Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir? Pero de ti procede el perdón, Dios de Israel.

Acto penitencialS. Por nuestra falta de compromiso; Señor, ten piedad.R. Señor, ten piedad.S. Por nuestra falta de solidaridad; Cristo, ten piedad. R. Cristo, ten piedad.S. Por nuestras disculpas y pretextos; Señor, ten piedad. R. Señor, ten piedad.

GlORIA

Oración colecta Te pedimos, Señor que tu gracia continuamente nos preceda y acompañe, de manera que estemos dispuestos a obrar siempre el bien. Por nuestro Señor Jesucristo.

II. lITURGIA DE lA PAlABRA

1a lecturaEl libro de la Sabiduría nos exhorta a descubrir el sentido de la vida, no en lo pasajero y superficial, sino sólo en Dios.

Lectura del libro de la Sabiduría 7,7-11

Supliqué, y se me concedió la pruden-cia; invoqué, y vino a mí el espíritu de sabiduría. La preferí a cetros y tro-

nos, y, en comparación con ella, tuve en nada la riqueza. No le igualé la piedra más preciosa, porque todo el oro, a su lado, es un puñado de arena, y, ante ella, la plata es como el barro. La quise más que a la salud y a la belleza, y preferí tenerla como luz, porque su resplandor no tie-ne ocaso. Con ella me vinieron todos los bienes juntos, en sus manos había riquezas incontables. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

Lectura del santo evangelio según san Marcos 10, 17-30

R. Gloria a ti, Señor.En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló y le preguntó: «Maestro bue-

no, ¿qué haré para heredar la vida eterna?» Jesús le contestó: «¿Por qué me llamas bueno? Sólo Dios es bueno. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre». Él replicó: «Maestro, todo eso lo he cumplido desde pequeño». Jesús lo miró con cariño y le dijo: «Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dale el dinero a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego sígueme». Pero él, abatido por estas palabras, se fue entristecido, porque tenía muchos bienes. Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: «¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el reino de Dios!» Los discípulos se extrañaron de estas palabras. Jesús añadió: «¡Que difícil es para los que tienen riquezas entrar en el reino de Dios! Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el rei-no de Dios». Ellos se espantaron y comentaban: «Entonces, ¿quién puede salvarse?» Jesús, mi-rándolos fijamente, les dijo: «Es imposible para los hombres, mas no para Dios. Dios lo puede todo». Pedro entonces le dijo: «Mira, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido». Je-sús dijo: «Les aseguro que quien deje casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hi-jos o tierras, por mí y por el Evangelio, recibirá ahora, en este tiempo, cien veces más —casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones—, y en el mundo futuro, vida eterna». Palabra del Señor.R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Profesión de fePlegaria universalS. Hermanos y hermanas: Hemos aprendido del Señor que las riquezas suelen ser un obstáculo a la vida cristiana. Pidámosle que nos libere del egoísmo y nos ayude a vivir en la generosidad de los verdaderos discípulos. Oramos diciendo:

R. Danos, Padre, la sabiduría del corazón.- Por la Iglesia; para que siempre esté a favor de los hermanos y hermanas que viven la pobreza extrema y el abandono, haciéndose siempre solidaria y comprometida con sus necesidades, iluminando toda situación de dolor con el anun-cio de Cristo Salvador del mundo. Oremos al Señor. / R.

Hermanos y hermanas: El evangelio de hoy nos presenta a un joven que a pesar de tener un “buen corazón”, pasó de largo por el camino de Jesús, porque no tuvo la fortaleza de despojarse de sus riquezas, tomar su cruz y seguirlo. Vale la pena preguntarnos, ¿qué tan apegados estamos a nuestros bienes, a lo económico o a otros dioses? ¿Estamos realmente dispuestos a seguir a Jesús? ¿Qué nos pide que dejemos?

XXVIII Tiempo Ordinario - Ciclo B - Color: Verde

Salmo responsorial Sal (89)R. Sácianos, Señor, de tu misericordia.– Enséñanos a calcular nuestros años, para que adquiramos un corazón sensato. Vuélvete, Señor, ¿hasta cuando? Ten compasión de tus siervos. / R.– Por la mañana sácianos de tu misericordia, y toda nuestra vida será alegría y júbilo. Danos alegría, por los días en que nos afligiste, por los años en que sufrimos desdichas. / R.– Que tus siervos vean tu acción, y sus hijos tu gloria. Baje a nosotros la bondad del Señor y haga prósperas las obras de nuestras manos. / R.

2a lecturaLa Palabra de Dios nos examina y nos plantea un constante discernimiento en la vida, que debemos asumir con responsabilidad.

Lectura de la carta a los Hebreos 4, 12-13

La palabra de Dios es viva y eficaz, más cortante que espada de doble filo, penetrante hasta el punto donde se

dividen alma y espíritu, articulaciones y médu-las. Juzga los deseos e intenciones del corazón. No hay criatura que escape a su mirada. Todo está desnudo y descubierto a los ojos de aquél a quien hemos de rendir cuentas. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio Mt 5, 3

Aleluya, aleluya. Dichosos los pobres en el es-píritu, porque de ellos es el reino de los cielos. R. Aleluya.

EvangelioSeguir a Jesús plantea elecciones y renuncias en razón de un bien mayor. Un bien que tiene que ver con nuestro destino y nuestras ansias de eternidad, que sólo Jesús nos puede ofrecer.

- Por las personas consagradas; para que aco-giendo la invitación del Maestro al joven rico, lo sigan más de cerca, adhiriéndose a los valores del Reino. Oremos al Señor. / R.- Por las jóvenes generaciones cristianas; para que aprendan a compartir sus bienes y a dar su tiempo y energía en la construcción de una so-ciedad más justa y humana. Oremos al Señor. / R.- Por nosotros aquí reunidos; para que com-prendamos la enseñanza del Maestro sobre los bienes materiales y aprendamos a distribuirlos con generosidad, como los primeros cristianos. Oremos al Señor. / R.(Pueden añadirse peticiones particulares)

S. Padre, ilumina nuestra mente y dispón nues-tro corazón para que nos desprendamos de los bienes de este mundo y busquemos tan sólo tu Reino y su justicia, sirviéndote en nuestros hermanos más necesitados. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.

III. lITURGIA DE lA EUCARISTÍA

Oración sobre las ofrendas Con estas ofrendas, Señor, recibe las súplicas de tus hijos, para que esta eucaristía celebrada con amor nos lleve a la gloria del cielo. Por Jesucristo nuestro Señor.

Antífona de comunión Sal (33), 11Los ricos empobrecen y pasan hambre, los que buscan al Señor no carecen de nada.

Oración después de la comunión Dios soberano, te pedimos humildemente que, así como nos alimentas con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, nos hagas participar de su naturaleza divina. Por Jesucristo nuestro Señor.

Lectura del santo evangelio según san Marcos 10, 17-30

R. Gloria a ti, Señor.En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló y le preguntó: «Maestro bue-

no, ¿qué haré para heredar la vida eterna?» Jesús le contestó: «¿Por qué me llamas bueno? Sólo Dios es bueno. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre». Él replicó: «Maestro, todo eso lo he cumplido desde pequeño». Jesús lo miró con cariño y le dijo: «Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dale el dinero a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego sígueme». Pero él, abatido por estas palabras, se fue entristecido, porque tenía muchos bienes. Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: «¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el reino de Dios!» Los discípulos se extrañaron de estas palabras. Jesús añadió: «¡Que difícil es para los que tienen riquezas entrar en el reino de Dios! Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el rei-no de Dios». Ellos se espantaron y comentaban: «Entonces, ¿quién puede salvarse?» Jesús, mi-rándolos fijamente, les dijo: «Es imposible para los hombres, mas no para Dios. Dios lo puede todo». Pedro entonces le dijo: «Mira, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido». Je-sús dijo: «Les aseguro que quien deje casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hi-jos o tierras, por mí y por el Evangelio, recibirá ahora, en este tiempo, cien veces más —casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones—, y en el mundo futuro, vida eterna». Palabra del Señor.R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Profesión de fePlegaria universalS. Hermanos y hermanas: Hemos aprendido del Señor que las riquezas suelen ser un obstáculo a la vida cristiana. Pidámosle que nos libere del egoísmo y nos ayude a vivir en la generosidad de los verdaderos discípulos. Oramos diciendo:

R. Danos, Padre, la sabiduría del corazón.- Por la Iglesia; para que siempre esté a favor de los hermanos y hermanas que viven la pobreza extrema y el abandono, haciéndose siempre solidaria y comprometida con sus necesidades, iluminando toda situación de dolor con el anun-cio de Cristo Salvador del mundo. Oremos al Señor. / R.

12 l Nuestra Señora del Pilar (Ml) - Rm 1, 1-7; Sal (97), 1-4; Lc 11, 29-32

13 M Feria - Rm 1, 16-25; Sal (18), 2-5; Lc 11,37-4114 M San Calixto I (Ml) - Rm 2,1-11; Sal (61), 6-7. 13;

Lc 11, 42-4615 J Santa Teresa de Jesús (MO) - Rm 3, 21-30;

Sal(129), 1-6; Lc 11, 47-5416 V Feria - Rm 4, 1-8; Sal (31),1-2. 5. 11; Lc 12, 1-7.17 S San Ignacio de Antioquía (MO) - Rm 4,13. 16-18;

Sal (104), 6-9. 42-43; Lc 12, 8-12

lA PAlABRA en la semana

Semana XXVIII del Tiempo Ordinario - 4° del salterio

el DOMINGO - Director: P. Luis Neira R. ssp. Coordinación: Milagro Bronttis de Quispe. Con licencia eclesiástica / Marc. reg. Resol. Indecopi N° 006852-1999, Certif. N° 0055702Edita: SAN PABLO, Av. Armendáriz 527 - MIRAFLORES. Lima (Perú) / Telfax: (01) 446 0017 / [email protected] Redacción: Pbro. Antonio Díaz M., igs.; Pbro. Pedro Hidalgo Díaz; Diagramación: Bruno Cárdenas SalazarImprime: Editorial Roel S.A.C. / Para envíos y suscripciones: [email protected] / Telfax: (01) 446 0017

• Los textos litúrgicos corresponden a los aprobados por la Conferencia Episcopal Peruana. / Este subsidio no sustituye el uso de los Libros Litúrgicos.

www.sanpabloperu.com.pe

SERVIR Y DAR LA VIDA

CINCO SIGLOS DE UNA MUJER APASIONADA:

SANTA TERESA DE JESÚS

nos hará poco, “olvidará sus dolores por consolar los nuestro”. Teresa nos hace caer en la cuenta de que Jesús “no está esperando otra cosa sino que lo mire-mos” y como maestra de oración nos dice que a Él le importa mucho las cosas que nos afectan, por eso nos aconseja que “no estemos sin tan buen Amigo al lado”, que busquemos estar “muchas veces tratando a solas con quien sabemos que nos ama”…

Recordamos a Teresa de Jesús hoy, porque su vida ilumina la nuestra, y su camino de encuentro con Dios se convirtió en un camino a seguir que nos lleva a entrar por la “puerta de la oración”.Una santa mujer que regala espe-ranza, amor a Jesús y los suyos, hondura y sentido de la vida a lo largo de 500 años es digna de ser celebrada, no?

¿Por qué celebrar 500 años del nacimiento de una per-sona? Y, ¿quién habrá sido para que después de tanto tiempo se la recuerde y celebre?Teresa: una mujer bella, inteligente, de carácter apa-sionado y con corazón capaz de amar hasta el extre-mo. Era amiga de tener amigos, mujer firme o “deter-minada determinación” de profundidad espiritual, con su humanidad a cuestas, pero sabedora –por sabiduría más que por ciencia- de su gran dignidad personal.

Teresa de Ahumada. Luego, de Jesús. Hoy: Santa Te-resa de Jesús, Doctora de la Iglesia y Maestra de Ora-ción. El 28 de marzo de 2015, recordamos que hace 500 años nació esta niña que se transformaría en una mujer audaz, sedienta de Dios, y tan buscadora que llegó a ser en una experta de los caminos interiores en su época, y en la nuestra.

Una mujer madura, humana, afable. Una religiosa, monja, que arrastró con su carisma a las jóvenes que veían en ella lo que ellas mismas deseaban ser. Gran-de fue el ímpetu del amor que la movía que con unas “cuatro pobrecitas” emprende una de las fundaciones más famosas de la historia: las Carmelitas Descalzas.Pero cómo no recordar que esta carismática mujer, envidiada por algunos y alabada por otros, convence también a dos hombres para que comiencen la rama masculina de su fundación. Uno de ellos, un frailecito pequeño, más joven. Hoy el gran místico y maestro San Juan de la Cruz, con quien inicia Teresa la funda-ción de los frailes Carmelitas Descalzos. ¡Una mujer cinco siglos atrás fundando una rama religiosa mascu-lina! Algo nunca visto. Ya hoy esto asombraría. Pero más asombra lo que Teresa nos enseñó con len-guaje tan simple: que somos personas de gran digni-dad, que “no estamos huecos en lo interior”, que ¡so-mos portadores del mismo Dios! Y que lo podemos encontrar dentro nuestro, si le hablamos como a un Amigo, con palabras sencillas, porque “no está la cosa en pensar mucho, sino en amar mucho”. Y así, como queramos hallaremos a Jesús muy cerca nuestro, por-que “hasta en los pucheros anda el Señor”, y todo se

Colaboración: (Hna. Silvia de la Misericordia de Dios

Desde el Monasterio San José de Carmelitas Descalzas de Córdoba - Argentina

[email protected])

Nombre Teresa de Cepeda y AhumadaNacimiento 28 de marzo de 1515

Gotarrendura o Ávila, EspañaFallecimiento 4 de octubre de 1582 (67 años)

Alba de Tormes, EspañaBeatificación 24 de abril de 1614 por Paulo VCanonización 12 de marzo de 1622 por Gregorio XVFestividad 15 de octubre

Proclamada Doctora de la Iglesia el 27 de septiembre de 1970 por el papa Pablo VI

Patronazgo De los escritoresEspaña