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Diario de una canción ( Rafael R. Valcárcel ) “Esta mañana arrojé el diario contra la pared. No estoy segura de por qué lo hice. Antes pensaba que los periódicos se centraban en las tragedias, pero ahora sé que lo único que les atrae es la violencia, que la muerte sin ella no interesa, por más que sea colectiva y te deje sola, que es la tragedia más grande que hay”. Así comenzaba el diario personal de Eriel, el que durante una década estuvo a la venta en una feria callejera de objetos usados, el que nadie compró al ojear sus primeras páginas y el que hace dos semanas fue adquirido por el Reina Sofía al conocer el contenido de todas las demás. Cabe puntualizar que las notas no eran registradas con fechas, pero dicho documento adquiere la categoría de diario, y no de libro de apuntes, porque Eriel, cada vez que escribía, señalaba si era un lunes, jueves o sábado; envolviendo una historia lineal en una secuencia circular de días de la semana. Sin embargo, por los datos registrados y las averiguaciones realizadas por la actual institución propietaria, se estima que las vivencias descritas transcurrieron entre 1974 y 1979. Un viernes en el que Eriel cayó en una de sus recurrentes depresiones, fue socorrida por un débil recuerdo extraído de su infancia, cuando sus padres le aplacaban sus ganas de

antología de cuentos

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Diario de una canción( Rafael R. Valcárcel )

“Esta mañana arrojé el diario contra la pared. No estoy

segura de por qué lo hice. Antes pensaba que los

periódicos se centraban en las tragedias, pero ahora

sé que lo único que les atrae es la violencia, que la

muerte sin ella no interesa, por más que sea colectiva

y te deje sola, que es la tragedia más grande que

hay”. Así comenzaba el diario personal de Eriel, el que

durante una década estuvo a la venta en una feria

callejera de objetos usados, el que nadie compró al

ojear sus primeras páginas y el que hace dos semanas fue adquirido por el

Reina Sofía al conocer el contenido de todas las demás. 

Cabe puntualizar que las notas no eran registradas con fechas, pero dicho

documento adquiere la categoría de diario, y no de libro de apuntes, porque

Eriel, cada vez que escribía, señalaba si era un lunes, jueves o sábado;

envolviendo una historia lineal en una secuencia circular de días de la semana.

Sin embargo, por los datos registrados y las averiguaciones realizadas por la

actual institución propietaria, se estima que las vivencias descritas

transcurrieron entre 1974 y 1979. 

Un viernes en el que Eriel cayó en una de sus recurrentes depresiones, fue

socorrida por un débil recuerdo extraído de su infancia, cuando sus padres le

aplacaban sus ganas de ser mayor, cantándole:

“Si de verdad quieres crecer y no envejecer

nunca vayas deprisa ni tampoco lento

el secreto es ir a la inversa del tiempo

pero nunca deprisa ni tampoco lento

sólo hay que ir a la velocidad del tiempo

Page 2: antología de cuentos

para así comenzar a crecer y no envejecer 

El que acelera el paso descubre la nostalgia

el que se queda en el momento se queda

mas el que decide crecer conservando al niño

avanza hacia atrás recuperando su inicio

y los recuerdos que traspasan el ombligo (bis)…”. 

Cuando era niña no le prestaba mucha atención a la letra, sólo se dejaba llevar

por la melodía que la hacía sentir arropada por un hogar. Recordaba algo más

que la voz cálida de sus padres, recordaba cada uno de los instrumentos que

armonizaban la letra; y, envuelta en esas sensaciones, comenzó a sentirse bien,

verdaderamente bien. Era como si el recuerdo pasara a ser un presente que la

introducía en un espacio donde la tristeza y la rabia estaban prohibidas. No

obstante, el hambre y luego el sueño la sacaron de su burbuja, pero la sonrisa

se quedó en su rostro. 

A la mañana siguiente, Eriel se despertó con la firme idea de conseguir esa

canción –cruzada que marcó el interés del museo por el diario–. Recorrió todas

las discográficas de su ciudad sin éxito, y tampoco lo tuvo al preguntarle a sus

amigos y conocidos. A raíz de eso, dejó su trabajo, cogió una mochila y recorrió

todos los países hispanohablantes durante unos cuatro años. 

Debido al desconocimiento de los entendidos, y no entendidos, decidió

preguntarle a cualquier desconocido si le sonaba esa canción (Eriel estaba

segura de que no era una canción inventada por sus padres, porque recordaba

con claridad la música, y ellos no sabían tocar ningún instrumento ni mucho

menos componer). Así que Eriel ingenió muchas formas para llegar a la gente y

otras tantas para conseguir financiación, que fueron narradas hasta la penúltima

página del diario. Coordinó una serie de obras con el Teatro de los Andes para

adentrarse en decenas de comunidades recónditas, convenció a Alberto

Spinetta y a Mercedes Sosa para realizar actuaciones en varias ciudades y

pueblos de Argentina… y montó un centenar de acciones con actores callejeros

y músicos de 18 países. Pero ninguna persona le dio lo que buscaba. 

Page 3: antología de cuentos

Al terminar su diario, en el lunes final, Eriel

escribió: “Convencida de que yo era quien le había

puesto instrumentos a esa canción familiar, decidí irme a

cualquier parte. Estiré la mano y un autobús amarillo se

detuvo. Había un asiento vacío junto a la ventana, al lado

de un niño que llevaba un mandil con el nombre Gonzalo

bordado en el pecho. El bus comenzó a moverse

mientras yo no podía retener las lágrimas de impotencia,

de fracaso. Traté de animarme para no llamar la atención

y por manía comencé a tararear la melodía de mi canción. Y ese niño, Gonzalo,

comenzó a cantar, y le siguió un joven canoso, y después un hombre muy

arrugado que estaba delante, y siguieron todos los demás, hasta el chofer. Era

hermoso escucharlos… 

El que acelera el paso descubre la nostalgia

el que se queda en el momento se queda

mas el que decide crecer conservando al niño

avanza hacia atrás recuperando su inicio

y los recuerdos que traspasan el ombligo 

Si de verdad quieres crecer y no envejecer

recuerda que el juego es el principio de todo

y recuerda que ser parte es el único modo

pero es necesario que recuerdes ante todo

que sin arrugas nunca encontrarás el modo

de retomar las huellas para no envejecer… 

Y mientras los escuchaba, me di cuenta de que el

bus avanzaba marcha atrás”.

Page 4: antología de cuentos

Los niños que creían en nadacuentos ( Rafael R. Valcárcel ) cuentos

Nadie le daría trabajo con lo vieja que estaba, e indagar sobre si disponía de

ahorros para montar un negocio en toda regla sería una falta de sensibilidad;

por no decir un exceso de estupidez. Qué hacer cuando las carnes te exigen

sobrevivir. ¿Pedir limosna? Buenos Aires ya no estaba para eso. Tendría que

ganarse la vida haciendo algo de dudosa moralidad. Qué cosa. Qué podría

hacer sin perjudicar a la gente. Optó por vender aire, como lo hacían miles de

empresas, pero ella no sería una desalmada. Cobraría montos irrelevantes y el

aire que daría a cambio no contendría un valor superfluo.

Empezaría a venderlo de inmediato porque,

además, sabía que ningún pariente le iba a

dar cobijo. No los tenía, ni hacia los lados ni

hacia abajo. Hacia arriba, menos. Sandra

realmente era vieja. 57 años olvidada en la

cárcel por haber matado a su marido le

impidieron procrear. Era él o ella. Los

moratones acumulados en su cuerpo lo

demostraban, pero en el juicio no valieron. El

abogado contratado por su suegra era de los

caros, de esos con influencias.

Desde el 12 de octubre de 2003, Sandra anduvo libre por las calles.

¡Vaya mentira! Sus carnes la arrinconaron más que nunca. En su

estómago tenía aire, pero uno muy distinto del que estaba por

vender. En la cárcel había aprendido algo de magia. Hacía

desaparecer objetos pequeños, como cigarrillos y monedas. Con

una esfera de cristal de cuatro centímetros de diámetro no tendría

problemas. 

Page 5: antología de cuentos

Entre la basura, encontró cajas de un tamaño ideal para empaquetar, una y otra

vez, su única esfera. Sólo le faltaban cintas de colores para, en el momento de

la venta, atar la caja correspondiente y adornarla con un listón. Las consiguió

enseguida.  

Frente a una tienda de juguetes, interpretando el papel de una bruja buena de

cuento, atraía la atención de los pequeños con un discurso dulce en el tono y

seductor en las palabras: “Mira esta bola de cristal. Es ligera como el aire. Es

mágica. Mágica para los que poseen el don. ¿Tú lo posees? No mires a tus

padres, la respuesta sólo la puede saber uno mismo. Meteré esta bola especial

en esta caja… así, ¿ves? Ahora, ataremos la caja con esta cinta para

asegurarnos de que se mantenga cerrada hasta que llegues a tu casa. Si al

abrirla descubres que la bola se ha desmaterializado (que ya no está), sabrás

que posees el don. Pero la bola no habrá desaparecido, sólo habrá cambiado

de lugar. Habitará dentro de ti para siempre y te será muy útil en tus sueños,

porque con ella vencerás a cualquier monstruo y te ayudará a encontrar mundos

llenos de personas y cosas bellas y alegres. Dormirás feliz”. Los padres,

confiando en que la vieja los timase con una caja vacía, se la compraban por

unas cuantas monedas. 

Funcionaba.

El boca a boca hizo cada vez más conocida a la vieja de enfrente de la

juguetería en Rivadavia, entre la avenida Otamendi y Campichuelo. 

A Sandra Febres Queipo se le recuerda como “La bruja de la bola invisible”.

Murió el 7 de enero de 2005. Ni bien pasaron dos

meses, la juguetería —que no voy nombrar para no

hacerle publicidad— lanzó un producto con la

imagen ilustrada de su personaje y con el nombre

con el que se le conocía. No lo vendieron como

esperaban. En 2008 dejaron de producirlo.

Pensaron que la magia de Sandra también era comercializable, pero pasaron

Page 6: antología de cuentos

por alto el truco de su éxito. Era la voz de ella, la convicción en su tono, lo que

agudizaba en los niños el don de creer… de creer que en esa nada que

encontraban en la caja fuese posible todo.  

La Voz Ganadoracuentos ( Rafael R. Valcárcel ) cuentos

“La Voz Ganadora”, anuncia el rótulo colgado en la puerta de Nemesio Morales

Ruiz. Además, en el mismo tamaño de letra, se especifican las dos tarifas:

“1.000 guaraníes por preguntar y 50.000 si te respondo”. La última vez que

cobró la segunda tarifa fue en mayo de 2003.

Los vecinos de Pacarí, pueblito paraguayo cercano a las fronteras de Bolivia y

Brasil, recurren desde hace más de 12 años a la ayuda de Nemesio. Saben que

es de fiar porque responde poco.

Bajo el prisma de un cuadro estadístico, lo que se ve no sorprende. El 5% de las

preguntas son variopintas, el 15% están vinculadas al amor y al desamor, el

20% se centran en asuntos de trabajo y el 60% buscan saber si tal o cual

número de la lotería saldrá premiado. Y esa última cifra es comprensible porque

a quienes juegan con la suerte les es más barato el silencio de Nemesio que

comprar una fracción de billete. Por eso mismo, no es raro ver a ludópatas,

principalmente asuncenos, con listas de centenares de números de distintos

premios nacionales y extranjeros.

Page 7: antología de cuentos

Directa o indirectamente, todo el pueblo está agradecido a La Voz Ganadora.

Antes había una excepción. Durante un período prolongado, el vendedor local

de la lotería le tuvo un indeseado rencor, hasta que supo cómo sacarle

provecho a la situación. Se ha instalado frente a la casa de Nemesio y, en la

cabecera de su puesto ambulante, destaca un cartel que dice: “Billetes con foto

de recuerdo”. Anuncio que no despierta el interés de ningún vecino; sin

embargo, a los turistas los atrae como a moscas. Para colmo, los billetes están

caducados y a nadie le importa. Eso sí; la foto es una Polaroid instantánea con

encuadre a gusto del cliente.

Es de dominio público que La Voz Ganadora se ha pronunciado siete veces y

nunca ha fallado. Son casos simples de comprobar. Las personas beneficiadas

son pruebas en vida. Una se ha enriquecido de la noche a la mañana, cuatro

han realizado negocios muy favorables, otra sigue felizmente casada —es la

envidia del pueblo— y la séptima encontró el omóplato de su tatarabuela.

Hablando con Nemesio Morales Ruiz, en privado,

me dijo que las veces que su voz interna se había

pronunciado con claridad eran ocho. La primera fue

cuando le dijo que si incluía una segunda tarifa, la

más baja, solucionaría su economía de por vida.

 por Rafael R. Val

Page 8: antología de cuentos

La bufanda de los sueñoscuentos ( Rafael R. Valcárcel ) cuentos

¿Alguna vez te has preguntado dónde fue a parar

ese sueño que tanto deseabas realizar y que ahora

te es indiferente? La explicación es sencilla, pero

difícil de aceptar. A diferencia de su nacimiento, el

motivo por el que se desvanece es ajeno a la razón

o a los sentimientos. Tiene que ver con la ropa. Yo

lo asimilé cuando conocí a Rocío Gaztelu.

Al nacer un sueño se revela un hilo de nuestra camiseta o jersey y se

bambalea… listo para volar. Rocío no lo sabía. Simplemente le gustaba

arrancarlos de las prendas de quienes apreciaba. Quería hacer algo especial

con ellos. 

Del ovillo hizo una bufanda. Al usarla, empezó a

vivir los sueños de los demás. Experimentó

aventuras insospechadas y, aunque la extasiaban,

le producían tristeza. Sus propios sueños no tenían

cabida. Deshizo la bufanda y devolvió las hilachas,

pero ya nadie quiso perder su tiempo en asuntos

improductivos.

Page 9: antología de cuentos

Un sorbo en blanco y negrocuentos ( Rafael R. Valcárcel ) cuentos

–Esas fotos en blanco y negro, las personales en

particular, me entristecen. Reacción relativamente

normal. Lo desconcertante es que sean las más

recientes las que agudicen ese sentimiento de

añoranza, hasta el punto de quitarme el habla

durante días. No puedo evitar verme 40 años mayor,

echando de menos el presente.

Renato Llerena acercó la taza a sus labios, pero no

llegó a sorber el café, únicamente inhaló su aroma.

Era un placer infantil que se le hizo costumbre. No recordaba haberlo bebido

nunca. Renato prosiguió…

–40 años mayor, lejos de este presente, de estos días próximos que aún no he

vivido y que habrán pasado de mí sin darme apenas cuenta. ¡Por qué cuantos

más años tengo todo se hace cada vez más fugaz! Mi niñez duró algo cercano a

una eternidad; la adolescencia, menos de lo que hubiese querido. El resto se

parece a un recuerdo ajeno, a las anécdotas de un amigo.

Miró a sus tres colegas, con quienes se reunía todos los jueves en el café

Cordano. Desde un principio, acordaron que en cada sesión sólo uno tomaría la

palabra. Tenían otros grupos para conversar. Renato prosiguió… 

–Estoy casi seguro de que tiene que ver con la concentración. A mis 37 años he

remplazado la edad por la relatividad del tiempo y es indiscutible que fui niño

hace uno o dos días. Y es porque ahora no me concentro en el presente. Mis

acciones las realizo pensando en el pasado y en el futuro, en el por qué y para

qué, y lo que hago no dura, no se ensancha en el instante.

Page 10: antología de cuentos

Su mirada contempló la nada y el brillo húmedo de sus ojos agregó

unas cuantas palabras. Los tres colegas no perdieron detalle,

escucharon todo. El camarero los interrumpió con una nueva ronda

de cafés. Renato prosiguió… 

–¿Estoy casi seguro? Es más probable

que desee creerlo. Uno recuerda los

sucesos de la infancia, pero no la forma

de concebirla, de entender la razón de

cómo eternizarla. Uno ahora sólo

alcanza a especular, pero no hay

certezas, porque un niño no analiza su

circunstancia, simplemente se dedica a

explorar cada segundo, sin ningún

interés de cronometrarlo.

Sus tres colegas, aprovechando la pausa, se acercaron el café a

los labios, pero no lo sorbieron, únicamente inhalaron su aroma.

Era una costumbre aprendida de quien ese día tomaba la palabra.

Renato prosiguió… 

–Y más allá de cualquier demostración, a favor o en contra, es

evidente que.

Renato, que iba a continuar la frase, abrió la boca, mas no salió

palabra. Sus colegas se quedaron con un sutil sinsabor. El aroma

del ambiente lo disipó. De vez en cuando, solían echar de menos el

beber café. Renato prosiguió…

–¿En cuánto influirá que los adultos tengamos consciencia de

nuestra existencia efímera? Si uno no pensara en ello, sentiría que

es eterno y no tendría sentido fragmentar el tiempo. Toda acción

duraría igual que otra. ¿Y la curiosidad? ¿El deseo? ¿El miedo? Al

fin y al cabo son información que acelera o ralentiza cada momento.

Page 11: antología de cuentos

¿La ignorancia te acerca a la eternidad del instante y el conocimiento a la

intangibilidad del porvenir? 

Perdido entre sus conjeturas y dudas –agobiado–,

intentó dejar su mente fuera del alcance de la

razón. Lo consiguió. Aunque él no lo entendió así.

Sin pensar en lo que hacía, dio un sorbo al café.

Ese instante duró toda su niñez.

El lepidopmaccuentos ( Rafael R. Valcárcel ) cuentos

Cientos de parejas aguardan su turno. Da gusto

verlas porque no son comunes. Es evidente que se

aman. Y no porque vayan de la mano o se miren

con ternura, sino porque sería absurdo estar de pie

tantas horas si no portasen las pruebas que lo

acreditan. El letrero, donde inicia la fila, anuncia:

“Pagamos 20 gramos de oro por mariposa”.

Se sabe que el método es indoloro y que cada estómago enamorado alberga

entre 10 y 15 especímenes. Además, el intervenido puede generar nuevas

mariposas al cabo de una semana. Sin embargo, existe un inconveniente. Con

frecuencia, sólo uno de la pareja las porta, demostrándose que no es

correspondido. El drama es inevitable. cuentos

Los detractores del doctor Lorca, inventor del

Lepidopmac (aparato para cazarlas), lo tildan de

“anti-romántico”. Unos, por ponerle precio a los

sentimientos más nobles. Otros, por llevar al

Page 12: antología de cuentos

abismo a tantas parejas correctamente constituidas. Ni los oye. No hay tiempo.

Su amada aguarda la sentencia. Cuando el número de mariposas iguale al de

personas, Lorca las soltará. Confía en que nadie querrá sostener un fusil.

 por Rafael R. Valcárcel

CUENTOS LATINOAMERICANOS 

Prologo El motivo de esta obra es que se conozca la riqueza cultural de los países latinoamericanos en cuanto a sus mejores autores en cuentos de cualquier género, espero que les agraden ya que se hizo una selección de los mejores cuentos de autores latinoamericanos incluyendo México.De la manera más atenta les agradezco haber prestado atención en este trabajo ya que así podrán aprender un poco más de la riqueza cultural de los países latinoamericanos. 

Espero que lo cuiden ya que es un poco difícil encontrar cuentos completos de diferentes países, espero y valores mi trabajo querido lector y sin más palabras espero y disfrutes esta antología de cuentos. 

INDICE 

Prologo........................................................................3 

Introducción…………………………………………….5 

Historias del bosque musical……………………….. 6 (Argentina) Adriana B. Agrelo 

La cajita de los sonidos……………………………….12 (México) María Guadalupe Cárdenas Madero 

El diamante que nunca se termina………………….18 (Venezuela) María Julieta Cedeño 

Las aventuras de botellita y frasquito……………..23 (Venezuela) Ezperanza Lecuna 

Una bruja al revés……………………………………..28 (Chile) Cristina Martín 

Introducción 

Page 13: antología de cuentos

Este trabajo va a tratar principalmente sobre 5 cuentos de diferentes países latinoamericanos, con 5 títulos muy interesantes que son: “Historias del bosque musical”, “La cajita de los sonidos”, “El diamante que nunca se termina”, “Las aventuras de botellita y frasquito”, y “Una bruja al revés”, esos 5 cuentos son de diferentes países. Espero que les agraden, y que les despierten la curiosidad por empezar a leer un poco más. También cada cuento va a ir acompañado de un pequeño análisis para determinar las partes más importantes de este, y también un glosario con las palabras que no pertenecen al nuestro vocabulario. 

CUENTOS LATINOAMERICANOS Adriana B. Agrelo Argentina 

Historias del bosque musical 

En el bosque musical donde vivía la Brujita Adelaida, las palabras cansadas de hacer silencio se fueron poco a poco a otro lugar. Al principio nadie se dio cuenta, tan ocupado estaba el bosque y sus habitantes inventando sonidos, construyendo instrumentos de viento, de lluvia, de truenos y relámpagos, que las palabras se fueron sin despedirse. Una mañana la brujita se levantó y quiso llamar a su gato pero se había olvidado su nombre porque no le salió ni una palabra de la boca, tuvo que silbar para encontrarlo, luego se fue a su taller a trabajar en unas nuevas fórmulas mágicas que llenarían de distintos sonidos a las hojas de los árboles. Era una buena idea y ella estaba orgullosa con su invento. Cada hoja tendría su sonido y al caer en otoño los árboles entregarían al bosque una hermosa canción, también tenía una fórmula musical para la primavera cuando las hojitas comenzaran a crecer y estaba trabajando una complicadísima magia para el invierno. Adelaida había escrito sus conjuros en un cuaderno y cuando se disponía a leerlas abre la tapa y ¡Oh, gran sorpresa! el cuaderno está vacío, las hojas en blanco, sin ninguna letra escrita. Quiso pedir auxilio a la Bruja Madre que se llamaba Esmeralda, pero nada, había perdido las palabras, seguramente se habían fugado una tras otra, de letra en letra haciendo fila india como las hormigas y traviesas se habían escondido en algún hoyo. Ese día todos los habitantes del bosque se dieron cuenta, a medida que despertaban y daban sus tres bostezos, como era su costumbre, que no podían comunicarse porque las palabras se habían ido para siempre de sus bocas. Sorprendidos y asustados se encontraron todos en la plaza del pueblo que era el lugar donde siempre se reunían para resolver los grandes problemas. El intendente, con un gesto, hizo tocar la trompeta a la banda municipal para anunciar que iba a iniciar un discurso. El intendente era muy distraído y no recordaba que el motivo de la reunión era solucionar el problema de las letras que se habían escapado no sólo de sus bocas, sino de todos los libros, cuadernos y cuanta cosa escrita hubiera en el bosque musical. Entonces señaló a todos los presentes con el dedo, se tocó la boca, negó tres veces con

Page 14: antología de cuentos

la cabeza, como diciendo no tengo palabras, no tengo palabras, no tengo palabras y a continuación se encogió de hombros. Todos se enojaron, si bien era cierto que el intendente era un plomo que siempre daba largos discursos, no era justo que él también se quedara sin palabras en este momento, entonces cada uno de los habitantes del bosque comenzó a tocar un instrumento, cacerolas, tachos, violines, guitarras, tambores, cornetas, flautas y cualquier objeto que sonara y se armó un batifondo bárbaro. Tanto ruido hicieron que las letras, que siempre habían sido muy curiosas salieron una a una de su escondite y se asomaron por los huequitos de los árboles, primero tímidamente y después de cuerpo entero, se posaron en cada rama como si fueran pajaritos. La brujita Adelaida que era muy inteligente las vio y en puntillas de pie recogió dos redecillas de cazar mariposas y las fue atrapando, las letras no tuvieron tiempo de nada, porque todos los niños, los papás, las mamás y hasta los abuelos más viejitos se dedicaron a atrapar letras en sus redes de mariposas. Una vez que las atraparon a todas, la brujita se señaló el pecho como diciendo yo, hizo un gesto con la mano como si sostuviera un lápiz sobre una hoja invisible, como diciendo escribiré, giró la mano dos veces esto quería decir de vuelta y luego abrió los brazos como abarcando al mundo entero afirmando Todo. ¿Ella iba a realizar la difícil tarea de escribir de vuelta todo lo que estaba escrito? Formaría nuevamente cada palabra, sacando las letras rebeldes de cada red y juntándolas como corresponde y ¿quién la ayudaría? : La brujita señaló a dos nenas muy inteligentes y trabajadoras que se llamaban Erika e Ivana, y todo el pueblo las aplaudió y les deseó buenas suerte haciendo gestos con las manos: unos levantaban el pulgar, otros hacían la V de la victoria y así terminó ese día, pero todavía la brujita Adelaida y sus ayudantes no habían conquistado el reino de las palabras. Adelaida entró a la casa con Erika e Ivana, silbó para llamar a su gato Bola Blanca que era redondito y blanco como un copo de algodón o como un helado de crema americana. Golpeó las manos para indicarles a las nenas que fueran a dormir que mañana sería otro día sin palabras y que había que trabajar mucho para volverlas a armar. Escondió las bolsas de letras en un gran baúl y luego las encerró con un candado. A la mañana siguiente Erika e Ivana tomaron su desayuno con Adelaida y Bola Blanca que tenía su platito con leche tibia y comenzaron a trabajar. Adelaida dibujando una letra en el aire le indicó a Erika que buscara todas las palabras que empezaran con E y a Ivana todas las que empezaran con O, ella buscaría las aes y las íes y solo quedaban para el final las úes que en realidad eran muy poquitas, pensaba la brujita. Erika había logrado formar una hilera enorme de palabras con E, empecemos por las más grandes: ELE-ANTE ELEGANTE ENTERO ESPATULA ESTUPIDO ESPARRAGO ENCONTRAR ELEGIR ENSAYAR EMILIA ESTEBAN ELENA. . . Ivana también formó muchas palabras con O: OSO ORUGA OLA O-USCADO O-ERTA OCRE ORRIPILANTE OSCURO OSCAR O-ELIA OSAMENTA ORO OMAR. . . Y Adelaida con í: 

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IDIOTA IN-ELIZ INGRATA IRMA IRENE IVANA y con a AMIGA AL-AL-A ALELÍ AMARILLO AZUL ALEGRIA ARMADURA ANTIGUO ALMIDÓN ANANÁ ALELÍ AMOR. . . Y así sucesivamente..... Pero...Adelaida les dijo ¿no notan algo raro chicas? Adelaida, que para darse cuenta de las cosas era una bruja verdadera, sí lo notó y les señaló la primera palabra. Entonces Erika se dio cuenta que le faltaba una letra la F de Elefante y ¿a qué otras palabras le falta la F? Las tres la empezaron a buscar por toda la casa pero no la encontraron y ahora ¿qué iban a hacer? a Erika y a Ivana se les ocurrió una idea brillante agarraron una E y le quitaron el tercer palito y entonces quedó una F y se la pusieron primero al Elefante y luego a todas las otras palabras. Total, aunque quedaran menos E, de ahora en más todo el pueblo ahorraría la E, por ejemplo si se quieren reír nada de JEJEJE, nos reiremos JAJAJAJA o JIJIJIJI hasta podemos reír JOJOJO como Papá Noel y en lugar de Epa!!! Diremos Upa! o Ajá! y no diremos nene sino chico o niño y nada de bebé que lleva dos e, diremos......niño diminuto o algo por el estilo, nada de sos mi bebé, sino sos mi amorcito, cariñito o alguna otra palabra mimosa. Y bueno pensaron cosas por el estilo para usar pocas E en todas las palabras, pero Erika protestó un poquito porque no quería llamarse Rika, ella no ahorraría la E de su nombre, entonces Adelaida le dijo que los nombres no se cambiarían porque sería un lío que la gente se llamara de otra manera y que ella también tenía una E y ni loca pensaba sacársela para llamarse ADLAIDA se le trabaría la lengua cada vez que pronunciara su nombre. ¿No? De todas maneras, la F es una letra muy importante y vale la pena perder algunas E. Si a Erika y a Ivana no se les hubiera ocurrido eso, los chicos no podrían cantar más el Feliz cumpleaños, ni decir Feliz Navidad ni la maestra les escribiría a los chicos en el cuaderno Felicitado, piensen chicos qué lío se armaría sin la F. se perdería para siempre en el bosque la Felicidad. Bueno, después de este contratiempo siguieron trabajando todo el día, hasta escribir todas las palabras que recordaban, las palabras que servían para contar cuentos, para escribir recetas de cocina, para poner letreros en los negocios, para que la brujita Adelaida pudiera escribir sus fórmulas mágicas. Y muy cansadas las tres, cuando la luna finita dibujaba una sonrisa en el cielo, se durmieron en silencio. Mientras dormían las letras traviesas, orgullosas de ser tan necesarias para la gente que sin ellas no podían hablar, decirse cosas lindas, pelearse, llamar a las cosas por su nombre, etc. etc., decidieron suspender su enojo y volvieron a juntarse. 

En un santiamén se metieron en los libros, se encendieron en los letreros de los negocios, en la guía telefónica, en los diccionarios, en fin, volvieron a todos los lugares donde antes estaban y le dejaron un mensaje a la brujita Adelaida que decía así: Nosotras las letras que formamos todas las palabras hemos decidido perdonar a los habitantes del bosque musical y volver a ser una familia, nos encontrarás en tus libros y en todos los lugares que antes frecuentábamos y como fuiste tan astuta que nos atrapaste y les dimos tanto trabajo a vos y a tus asistentes Erika e Ivana te dejamos esta fórmula mágica para que la gente pueda volver a nombrarnos: Abra la palabra con pata de cabra, todos en la plaza verán lo que pasa, la gente contenta reirá a pierna suelta por

Page 16: antología de cuentos

que volverán a hablar sin parar. Bueno estás son las palabras mágicas pero una vez que las digas en la plaza se borrarán para siempre de tu mente y de la de tu pueblo. Porque la próxima vez que se olviden de nosotras no volveremos más. Por ahora Adelaida nos has conquistado. Al día siguiente cuando Adelaida tocó la corneta en la plaza, todo el pueblo se reunió y ella tomando su varita golpeó tres veces el aire y dijo las palabras: Abra la palabra con pata de cabra todos en la plaza verán lo que pasa la gente contenta reirá a pierna suelta porque volverán a hablar sin parar. Y ni bien terminó todos hablaron, entonces vino el intendente y quiso dar un largo discurso pero la gente le tiró tomates, huevos y pepinos por la cabeza y eligieron como nuevo intendente a la brujita Adelaida y dos ayudantes Erika e Ivana y las tres gobernaron desde ese día el bosque musical. Adriana B. Agrelo 

ANALISIS DEL PRIMER CUENTO GLOSARIO Sos: Tu Vos: Eres ELEMENTOS DEL CUENTO Personajes: La bruja Adelaida, las palabras, el intendente, Erika, Ivana. Lugar: Un bosque donde se escondieron las palabras y la casa de la bruja Adelaida. Tiempo: Siglo XIX Época: Época medieval ya que ahí se creía mucho en las brujas. Ambiente: Un pequeño pueblo donde todos aman los instrumentos musicales. ESTRUCTURA DEL CUENTO Planteamiento: En el bosque musical donde vivía la Brujita Adelaida, las palabras cansadas de hacer silencio se fueron poco a poco a otro lugar. Al principio nadie se dio cuenta, tan ocupado estaba el bosque y sus habitantes inventando sonidos, construyendo instrumentos de viento, de lluvia, de truenos y relámpagos, que las palabras se fueron sin despedirse. 

Nudo: La bruja Adelaida que era muy inteligente vio a las letras y tomo dos redecillas de cazar mariposas, y las atrapo una por una, y después les dijo a todas las personas presentes que ella iba a realizar la tarea de volver a escribir todas las palabras en los libros, en los anuncios y en todas las cosas que ocuparan alguna palabra. Desenlace: Las letras conmovidas de lo que estaba realizando la brujita Adelaida por ellas decidieron regresar a todos los libros que existen y a todos los lugares donde se ocuparan letras, y le dejaron una nota a la brujita Adelaida de agradecimiento, y también mencionándole que les dieran la importancia que se merecen ya que si no lo hacían se volverían a ir y esta vez no regresarían nunca. OPINION PERSONAL DEL PRIMER CUENTO En mi opinión este cuanto es muy interesante ya que crea una trama que no te aburre, y los personajes están muy bien ya que a ninguno le falto nada, lo único que no me agrado fue que, hayan resuelto el problema planteado tan fácilmente ya que presentaba una gran dificultad. 

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María Guadalupe Cárdenas Madero México 

La cajita de los sonidos   Juanito era un niño como hay muchos, le gustaba jugar al futbol, ir a la escuela, visitar los parques, y por supuesto, ver las caricaturas en la televisión y comer galletitas de chocolate. Cuando Juanito cumplió 7 años sus papás le dijeron que le tenían una sorpresa muy especial, él pensaba que sería una nueva pelota, quizá el video de sus películas favoritas, o el Nintendo que había pedido desde la navidad anterior, estaba muy emocionado por recibir el paquete para quitarle los moños, rasgar el papel, abrir la caja y disfrutar ese regalo tan esperado. Después de la fiesta de cumpleaños con sus amigos de la escuela, donde jugaron hasta que se cansaron y comieron pastel, gelatina, ensalada y dulces de todos los colores y sabores, Juanito estuvo abriendo sus regalos, había recibido diversos juguetes, ropa, un libro de cuentos y buscaba aquel que sus papás le prometieron y no lo encontró, ellos le dijeron que en ese momento se lo darían. Se sentaron todos a la mesa y el papá empezó a platicarle si notaba algo diferente en la mamá, hasta ese momento Juanito se dio cuenta que la mamá estaba algo gordita, sobre todo del abdomen, se sorprendió de no haberlo notado antes, pero debido a que el tiempo libre lo pasaba frente a la televisión o jugando futbol con sus amigos, Juanito sólo platicaba con sus papás en los horarios de las comidas y la mamá estaba sentada, no alcanzaba a notar todos sus cambios. Los papás se rieron de la cara de asombro de Juanito y le compartieron que la sorpresa era que la familia iba a aumentar, Juanito recordó a su abuelita que vivía en otra ciudad y les preguntó que si se trataba de que ella viviría en su casa, pero le dijeron que el nuevo miembro sería un hermanito que nacería muy pronto, tendría con quien jugar y compartir las diversiones de todos los días. Juanito con mucha curiosidad preguntó si el hermanito lo acompañaría para ver las caricaturas, le explicaron que cuando los bebés están pequeños pasan la mayor parte del tiempo dormidos, pero que otra noticia agradable era que la abuelita María, los visitaría para acompañarlos en las fechas que naciera el bebé. Entre los días de clases, los juegos, los programas de caricaturas que son uno después de otro y apenas dejan tiempo para comer y cenar, la abuelita María llegó a la casa, todos la recibieron con alegría, en especial Juanito. Muy pronto la mamá se trasladó al hospital para que naciera el bebé y las costumbres de la familia cambiaron. En los días que la mamá estuvo ausente de la casa a Juanito lo atendía la abuelita María, la cual mientras hacía la comida escuchaba una cajita que producía muchos sonidos, voces de personas que hablaban como si estuvieran en un programa de televisión, se escuchaban canciones que la abuelita repetía y la hacían sonreír mucho, en ocasiones Juanito se quedaba escuchando aquellas voces que salían de la cajita, y se preguntaba cómo le hacían para que pudiera suceder, dónde estaban las personas, de qué manera

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en una cajita tan chiquita había espacio para músicos, cantantes y todos aquellos que hablaban de diferentes temas. Juanito le preguntó a la abuelita qué tipo de cajita era esa que producía tantos sonidos, ella le contestó que la famosa cajita era un radio, un aparato para tener comunicación, desde un lugar que le llamaban "la estación" y por medio de la electricidad y una antena podía recibir la información y le señaló en la cajita muchos números que le permitían identificar el canal o "la estación" que ella prefería, sintonizando igual que cuando se escoge el canal favorito de la televisión. La abuelita le explicó que el radio le había acompañado desde su infancia, en aquellos tiempos no había televisión y parte de la diversión familiar era escuchar el radio, ahí se presentaban muchos artistas, también las noticias fueron primero en el radio, había radionovelas, parecidas a las telenovelas de ahora, incluso había un programa para niños de un señor que cantaba canciones y contaba cuentos para niños.Ella se había acostumbrado a ese tipo de comunicación y durante el día lo tenía prendido en su casa, como alguien que estuviera cerca y le platicara de todo lo que ella quería saber, aunque estuviera ocupada en diferentes labores el radio seguía hablando, incluso le seguía contando cuentos. 

Juanito se sorprendió que alguien contara cuentos en la cajita, muchas noches cuando él se iba a dormir, la mamá escogía un libro y leía cuentos, algunas veces no alcanzaba a escuchar todo el relato, se dormía y soñaba con todo aquello que la mamá le había estado leyendo; cuando despertaba Juanito pensaba que terminaría de leer el cuento que no había alcanzado a escuchar la noche anterior, pero la tarea, el futbol y las caricaturas de la televisión no le dejaban tiempo suficiente para hacerlo y pasaban los días y no tenía oportunidad de leer y conocer los libros que tenía en su recámara. La cajita de sonidos, como él le llamaba, lo tenía intrigado, igual que los cuentos que no sabía los finales por quedarse dormido; mientras regresaba la mamá Juanito platicaba mucho con la abuelita y se sentaban en la cocina para que la señora le ayudara a hacer la tarea, acompañados siempre por los mensajes que salían del radio, ella le comentaba de sucesos de los que se había enterado a través de los noticieros que escuchaba, algunos postres que Juanito saboreaba, la abuelita los había escuchado en la radio y llegó el momento que Juanito lo prefería a ver la televisión. Llegó el domingo y mientras estaban desayunando la abuelita sintonizó el radio, en el preciso momento que anunciaban un programa para niños, Juanito se puso muy atento, pues la persona que hablaba decía que también estarían algunos niños platicando con los que escuchaban, y empezaron con música que hablaba de jugar, estudiar, con un ritmo que hacía que Juanito moviera los cubiertos de la mesa. Juanito se levantó y dio unos pasitos de baile, siguió desayunando y escuchando lo que decían, cuando llegó el momento de las adivinanzas, Juanito y la abuelita hacían competencias para identificarlas rápidamente, recordó que en la escuela también jugaban y estudiaban con ese tema y trató de memorizarlas para decirlas a sus amigos. La cajita de sonidos todavía tenía más sorpresas para Juanito, anunciaron el cuento del día, él recordó aquello que siempre se quedaba dormido antes de escuchar el final y se propuso escucharlo completo, le gustaban todas aquellas historias que se relatan,

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aventuras, problemas que tienen los personajes y que cuando estaban por resolverlos le llegaba el sueño, ahora tenía tiempo para conocer el cuento completo, terminó el vaso de leche con chocolate y muy atento empezó a escuchar música que daba la intención de algo emocionante, la lectura se inició y la imaginación de Juanito empezó a volar. Los niños leían y Juanito seguía el curso de la lectura, hablaban de un niño que en un día de campo se había ido caminando y encontró un túnel, como era muy curioso se asomó y en el fondo alcanzó a notar unas luces muy llamativas, tratando de divertirse se introdujo en ese lugar y aunque caminaba no llegaba al lugar de las luces, pero a cada paso se abría una puerta tras la cual estaban personajes que le invitaban a realizar alguna actividad como jugar futbol o trepar a un árbol. En cada palabra leída los narradores hacían sentir toda la emoción de lo desconocido para el niño: "Luis sigue caminando, por momentos parece que el túnel se va haciendo más angosto, le es difícil ver las luces, está cansado, asustado, tiene sed y miedo de no alcanza a regresar donde están sus papás, por voltear a los lados buscando la salida, no se fija que en el sendero están unas piedras que al pisarlas hacen que se resbale y caiga hasta el fondo de un barranco...." La música acompañaba estas situaciones y Juanito y su abuelita estaban muy serios esperando lo que se leyera y conocer la manera en que el niño del cuento saldría del túnel y regresaría con su familia, que ya lo buscaban por entre los árboles del bosque. Juanito recordaba que en algunas ocasiones él también había jugado a que caminaba por un pasillo secreto, donde le salían al paso los personajes de las caricaturas que él veía en la televisión, ahora disfrutaba lo que escuchaba que leían, imaginaba el final, que el niño corría y sin abrir ninguna puerta alcanzaba la salida; que las luces que se veían al final pertenecían a un duende encantado o algún brujo que lo dejaría convertido en estatua por ser tan curioso. Los narradores siguieron leyendo: "...los papás de Luis gritaron muy fuerte el nombre del niño para que él les escuchara y regresara, por un espacio entre los árboles vieron la camiseta amarilla que llevaba el niño, corrieron hacía él y lo abrazaron muy fuerte, el niño se dio cuenta que no había túnel, su imaginación lo hizo ver por la forma que tenían los árboles donde andaba paseando y la luz era el sol que se veía por entre los arbustos, la enseñanza que había recibido fue que no debía alejarse de sus papás pues podía perderse..." Los acordes de la música y el mensaje de "colorín, colorado, este cuento ha terminado", hicieron a Juanito regresar a la realidad de que estaba en la cocina, acompañado de la abuelita, se dio cuenta que al fin había escuchado un cuento completo y le había gustado todo lo que dijeron en el programa. Juanito también escuchó que estaban gritando su nombre, sus papás con el bebé en brazos, entraban en la cocina, habían estado tocando la puerta y llamándoles para que abrieran, pero de lo emocionados que estaban ni Juanito ni la abuelita habían escuchado, ahora Juanito no sabía qué hacer, si platicarles a sus papás del descubrimiento de la cajita de sonidos o preguntarles cómo estaba su hermanito, habría mucho tiempo para comentar todo eso, ahora quería un abrazo de ellos, igual a como se imagino que se lo dieron al niño del cuento que había escuchado en la cajita de los sonidos. María Guadalupe Cárdenas Madero 

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ANALISIS DEL SEGUNDO CUENTO GLOSARIO 

Este cuento no contiene palabras que no pertenezcan a nuestro vocabulario ya que es de una autora mexicana. ELEMENTOS DEL CUENTO Personajes: Juanito, los padres de Juanito, la abuelita María, el hermanito de Juanito. Lugar: La casa de Juanito Tiempo: Siglo XXI. Época: Época moderna ya que se menciona la televisión y la televisión es de la época moderna. Ambiente: Una casa llena de juguetes. 

ESTRUCTURA DEL CUENTO Planteamiento: Juanito era un niño de 7 años que le gustaba mucho jugar con sus amigos, y ver la televisión. El día de su fiesta sus padres le dijeron que le tenían una sorpresa y la sorpresa era que iba a tener un hermanito con quien poder jugar. Nudo: La abuelita de Juanito tuvo que venir a cuidarlo ya que su mama pronto tendría que ir al hospital, su abuelita le mostro a Juanito un nuevo aparato donde se escuchaban las voces de personas que a veces comentaban sobre algo o cantaban canciones, Juanito se preguntaba de donde provenían esas voces hasta que la abuelita le dijo que eso era un radio y que las voces de la gente que se escuchaban provenían de una estación de radio donde se transmitía todo, a Juanito le empezó a fascinar tanto ese pequeño aparatito mucho más que la televisión ya que ahí narraban cuentos o transmitían canciones. 

Desenlace: Un día a Juanito le intereso tanto un cuento que llego a imaginarse lo que estaban contando, Estaba tan interesado en el cuento que no se dio cuenta de que sus mama y su papa ya habían regresado del hospital con su nuevo hermanito. 

OPINION PERSONAL DEL SEGUNDO CUENTO En mi opinión este cuento no es bueno ya que la trama no tiene nada de interesante y es un poco aburrida, ya que no presenta ningún problema, yo le recomendaría al autor que lo mejorara, o que hiciera cuentos que realmente interesaran a la gente. 

María Julieta Cedeño Venezuela 

El diamante que nunca se termina   Cerca de una población minera llamada Icabarú, se encontraban trabajando un joven llamado Abilio y sus compañeros; entre ellos Andrés, Pablo, Juan y el brasileño. Todos habían dejado la escuela para buscar fortuna en las minas cavando huecos profundos en la tierra y lavando la arena a las orillas de los ríos. 

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Estos jovencitos se habían internado en las montañas siguiendo al río Icabarú; todos iban cargados de sueños y esperanzas. Andrés solía decir: -"Cuando encontremos el gran yacimiento recorreré el mundo entero". Pablo, de manera picaresca decía: "Yo construiré un gran castillo". Juan se ponía el sombrero para decir con ademán de señor: -"Cuando eso suceda todos me llamarán "Señor", y a mi paso pondrán alfombras para que mis zapatos no pierdan el brillo con el polvo del camino". El Brasileño: "Yo sin embargo, no quiero recorrer el mundo, ni tener un castillo; tampoco quiero que pongan alfombras a mis pies, ni que me llamen señor". De pronto todos le interrumpieron diciendo: "¿Y entonces, qué quieres?" Él continuaba diciendo con una expresión de añoranza: "Yo sólo quiero regresar al hogar de donde jamás me debieron apartar". Abilio, con una sonrisa a flor de labios dijo: "Yo quiero un diamante que nunca se termine". Andrés le replicó: "Tú de verdad, sí que estás loco",- riéndose a carcajadas. Abilio a la edad de ocho años quedó huérfano de su padre. Era un joven con unas dotes especiales; era un empírico, tocaba la guitarra y componía sus propias canciones; le gustaba interpretar todo tipo de canciones de la época. Además de servicial, trabajaba y estudiaba para ayudar a su madre enferma, por la que siempre profesó el más grande amor, respeto y admiración. Él contaba, que mientras dormía, veía y escuchaba una voz que le advertía de algunas cosas, que luego sucedían en la realidad. Solía contar que en sus sueños lo visitaba un hombre pequeñito, vestido de militar, que lo invitaba a estudiar todas las noches y le decía: "¿Abilio, estás listo para la clase de hoy?" Y él le contestaba diciéndole: " ¡Sí maestro!". Pero sus compañeros no le creían, lo tomaban como un chiste más. Entre risas y chistes trabajaban duramente el día y durante la noche tejían sus sueños, algunos en silencio y otros en voz alta. Después de varias semanas de ardua búsqueda sin encontrar nada empezaron a preocuparse, pues no sabían qué hacer. Ya no tenían bastimento, y una noche antes de acostarse, llegaron al acuerdo de sacar un último corte, y de no encontrar nada, se marcharían al día siguiente. Mientras dormían, al joven Abilio se le presentó el hombrecito vestido de militar y le dijo: "Despiértate Abilio, y sígueme de lejos sin acercárteme mucho. Llegó la hora de que me conozcas despierto. ¡Yo soy tu maestro!" Abilio, levantándose, tomó el sombrero, su lanza y el machete siguiéndolo tal como el maestro le indicó, y en un lugar apartado donde ya no lo escucharían sus compañeros, el maestro le dijo: - ¿Por qué estás preocupado? - Ya no tenemos bastimentos y no sabemos qué hacer. - Allí donde tienes tu lanza enterrada haz que tus compañeros abran un hueco y encontrarán un bolsillo con once piedras de diamante. A partir de ahora ya no podrás contar a tus compañeros que me has visto en realidad, hasta que no estés del todo preparado, regresa a acostarte. - Gracias maestro. A la mañana siguiente, Abilio realizó todo tal como estaba previsto, y en efecto, encontraron el bolsillo con los once diamantes. Describir la felicidad que reflejaba el rostro de estos jóvenes, los saltos y gritos, cuando estaban a un paso de ver convertidos sus sueños en realidad, mi pluma no alcanza a describírtelos, cierra los ojos e imagínatelos. Después de tanta emoción se sentaron a pensar qué hacer, decidiendo que uno de los compañeros debía salir al pueblo a vender los diamantes y que en cuatro días debía estar de regreso con bastimentos para profundizar la búsqueda. Como todos eran como hermanos y se tenían una gran confianza, lo sometieron a la suerte; y le tocó al brasileño,

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quien al día siguiente se puso en camino. Mientras el resto de los jóvenes continuaban ilusionados en busca del gran yacimiento de diamante, pasaban los días. Al cabo de siete días, al ver que el Brasileño no regresaba, empezaron a preocuparse, pensando que algo debió ocurrirle y que no debieron mandarlo solo. Tendrían que esperar hasta el día siguiente para salir a ver qué le pudo pasar. Esa noche, mientras dormían, nuevamente se le presentó al joven Abilio el maestro, quien le dijo: " Mañana a las diez de la mañana verán pasar una avioneta; en esa avioneta va el brasileño, quien regresa a casa con su familia; su madre está muy enferma y él no lo sabe; se hizo a sí mismo la promesa, de un día regresarles el dinero que hoy ha tomado como un préstamo. En el rancho donde vivía les dejó una carta explicándoles y pidiendo que lo perdonen. Mientras Abilio escuchaba con gran atención, el maestro continuaba diciéndole: "Abilio, hijo, todos ustedes están muy jóvenes aún para dedicarse a la aventura de las minas. Aquí, en este lado de la montaña ya no hay nada. Invita a tus compañeros a regresar a sus estudios y trabajos que dejaron en el pueblo. Entonces irrumpió Abilio diciéndole: "¡Maestro, tendré que olvidarme del diamante que nunca se termina!" - ¡No! Ese diamante que nunca se termina, es el que alimenta constantemente al espíritu y al alma, y al mismo tiempo te permitirá cubrir las necesidades de tu cuerpo y aún más, el de todos aquellos seres que te rodeen y que se acerquen a ti. Tal vez, hoy no lo comprendas del todo, pero con el paso de los años te irás dando cuenta de esta gran verdad. Con estas palabras me despido de ti, hijo, por ahora, poniendo en tus manos… ¡el diamante que nunca se termina! Y así el maestro se despidió y desapareció como siempre. Mientras Abilio se dirigió al campamento pensativo, una idea le daba vueltas: cómo decir a sus compañeros que debían regresar a sus antiguos trabajos, y que de sus sueños, tal vez no comprenderían como él. ¿Qué hacer con esta interrogante que no le dejaría conciliar el sueño? Al llegar al campamento se acostó en su hamaca y en cuestión de segundos ya estaba profundamente dormido. A la mañana siguiente fue el primero en despertar. Mientras el resto dormía, prendió la leña y puso a hacer el último poquito de café que les quedaba. Cuando los chicos despertaron ya Abilio había colado el café; mientras se tomaban el café les dijo: "Vamos a levantar el campamento para regresar al pueblo"- no había terminado de hablar cuando Andrés contestó: " Sí, no hay tiempo que perder".-Y sin oposición, como si todos se hubieran puesto de acuerdo, iniciaron el camino de regreso a casa. Tardaron dos días y dos noches en regresar. Incorporándose luego a su vida cotidiana, entre trabajo y estudios. (Excepto el joven Abilio) Ninguno de ellos lograba explicarse cómo fue que decidieron regresar. El hecho era que ya estaban allí, donde empezaron a construir las bases sólidas para sus sueños; sueños que fueron cambiando con la visión que da la madurez, a través del estudio, el amor por lo que hacían, el trabajo cooperativo, las metas cortas, medianas y largo plazo, que se iban trazando. El joven Abilio se apasionó por el estudio de la medicina natural a la que dedicó su vida entera, poniéndose al servicio de la humanidad, curando a hombres, mujeres y niños. No sólo los curaba del cuerpo, sino también del alma. Un mediodía, sentado en la mesa, dijo a su familia: "quiero dejar por herencia a mis hijos: ¡un diamante que nunca se termina! Este diamante es el que alimenta constantemente al espíritu y al alma, y al mismo tiempo les permitirá cubrir las necesidades del cuerpo y aún

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más, el de todos aquellos seres que les rodeen y que se acerquen a ustedes. Tal vez, hoy no lo comprendan del todo, pero con el paso de los años se irán dando cuenta de esta ¡Gran Verdad! María Julieta Cedeño Méndez 

ANALISIS DEL TERCER CUENTO GLOSARIO Este cuento no contiene palabras que no pertenezcan a nuestro vocabulario ELEMENTOS DEL CUENTO Personajes: Abilio, Andrés, Pablo, Juan, el brasileño, y el maestro. Lugar: Una mina Tiempo: En los años donde todos estaban obsesionados con las minas y que podían volverse ricos con tan solo excavar un poco. Época: La época llamada como la época de la fiebre del oro. Ambiente: Una mina abandonada. ESTRUCTURA DEL CUENTO Planteamiento: Abilio y sus demás amigos abandonaron la escuela para ir a una mina abandonada en busca de oro. Nudo: Abilio y sus amigos no encuentran nada de oro, y se les están acabando las provisiones, después Abilio tiene un sueño donde se le aparece alguien quien dice ser su maestro y le dice que abandonen la mina ya que en ella ya no queda nada de oro y solo perderían el tiempo y tal vez la vida buscando algo lo cual ya no hay. Desenlace: Aprendieron la lección de que nunca hay que estar buscando diamantes o oro ya que este se termina rápidamente y que el diamante más importante es el conocimiento y todo aquello que alimenta al cuerpo, al espíritu y al alma. 

OPINION PERSONAL DEL TERCER CUENTO En mi opinión el cuento no es nada bueno ya que no lleva una trama seguida por que los eventos son interrumpidos por otros y tampoco es interesante ya que el autor no supo darle la trama adecuada para que interesa al publico sino que en vez de interesar aburre. 

Ezperanza Lecuna Venezuela 

Las Aventuras de Botellita y Frasquito   En una tienda vivían dos amigos: Botellita y Frasquito. Botellita era bajita y un poco gordita mientras que Frasquito era delgado y más alto que Botellita. Una noche, después de haber cerrado la tienda, Frasquito le dice a Botellita: -Oye amiga, pienso que ha pasado mucho tiempo desde que nos pusieron en estos estantes y nadie nos lleva. -Tienes razón - replicó Botellita - nos vamos a poner feos, llenos de polvo y entonces un día nos echan a la basura sin haber podido conocer nada allá fuera. -Pues yo no pienso esperar a que eso nos suceda- dijo entonces Frasquito- Te invito a

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que me acompañes a conocer la ciudad. -¡Me parece una buena idea! - contestó Botellita - ¿pero cómo vamos a bajar de este estante tan alto? -No te preocupes amiga. ¿Ves aquella cesta allá abajo llena de bolsas con algodones? Nos rodamos poco a poco hasta caer en la ella sin partirnos. -Y después, ¿cómo hacemos para salir de la tienda Frasquito?-. -Muy fácil, por el agujero que utiliza el gato; ese que está en la parte de atrás-. Así lo hicieron, y en un abrir y cerrar de ojos estaban en la acera de la tienda. -¡Al fin salimos! mira cuanta gente hay en la calle Botellita-. -Es verdad Frasquito pero, ¿sabes una cosa?, estoy muy asustada. Nunca habíamos estado a mitad de la calle y con tantas personas a nuestro alrededor. -¡No te asustes Botellita!, observa allá al frente, hay un parque con mucha grama suave; procuremos ir despacio y con cuidado para ver que encontramos. En el parque había muchos niños; unos jugando pelota, otros volando papagayos y algunos chocando metras. -¡Frasquito, mira cuántos niños hay y que contentos se ven!, ¡vamos a acercarnos para jugar con ellos!-. -Espera Botellita, mejor nos quedamos aquí calladitos porque nos pueden tropezar y partirnos en mil pedazos-. -¡Ay Frasquito no seas tan desconfiado! si nos acercamos con cuidado quizás algún niño nos necesita y nos lleva para su casa. -Está bien Botellita, pero acerquémonos por este lado que parece menos peligroso. Entonces Botellita y Frasquito fueron hasta donde estaban los niños chocando metras. En eso, escucharon una voz muy fina; era la Señora media que guardaba las metras de uno de los niños. -Buenas tardes, ¿quiénes son ustedes? -preguntó - -Nosotros somos Botellita y Frasquito -respondieron con voz temblorosa - y no hemos hecho nada malo. Solo vinimos a ver jugar a los niños. -¡Ah! yo en cambio estoy tan cansada. No hago otra cosa que cargar el peso de las metras de mi dueño y como él es tan buen jugador, cada vez estoy más pesada. Botellita y Frasquito se miraron, y como ya no estaban asustados se atrevieron a decirle a la Señora media: -¿Qué le parece si se toma unas vacaciones? -propuso Frasquito- -¿Unas vacaciones? - preguntó la Señora media- - Así es - replicó Botellita- y se va de paseo con su pareja a descansar, livianita, livianita. La Señora Media se quedó pensativa, pero luego respondió -Es una buena idea pero, ¿quién le va a guardar las metras a mi dueño? ¡Pues nosotros! Mire, entre los dos tenemos suficiente espacio para guardar todas esas metras que tiene el niño. -Está bien - dijo la media- síganme hasta la casa. Al llegar a la casa, el niño fue hasta su cuarto; colocó la media cargada de metras sobre la mesilla de noche y se fue a lavar las manos. Mientras tanto, Botellita y Frasquito, que estaban escondidos bajo la cama, salieron. -¡Hey! Señora media ¿dónde está?- 

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-Aquí mijito, tratando de liberarme de este nudo para sacar las metras. Ah, ah, ¡que apretado está! ¡¡Ya!!-. Por fin lo hizo y corrió rapidito a buscar en la gaveta a su pareja para irse de vacaciones. -¡Adiós Botellita, adiós Frasquito! ¡Cuiden bien las metras de mi dueño!-. -¡No se preocupe Señora media, así lo haremos!-.En eso escucharon el ruido de una puerta. Era el niño que regresaba, entonces corrieron y se subieron a la mesilla de noche. -¿Qué pasó aquí? - dijo el niño - todas las metras están regadas por el suelo. ¿Y dónde está la media? Bueno, no importa, las meteré en este frasco y en esta botella-. Después de hacerlo las colocó en una repisa y dijo: -¡Que bonitas se ven! ¡Allí mis metras lucen mejor-! Al salir el niño del cuarto, Botellita y Frasquito se miraron con picardía por haber tenido tan buena idea. GLOSARIO: PAPAGAYO: Cometa, pandorga, papalote. METRAS: Canicas. MEDIA: Calcetín NOTA: Los niños venezolanos suelen transportar sus metras o canicas en calcetines viejos o usados. María Esperanza Lecuna 

ANALISIS DEL CUARTO CUENTO GLOSARIO Papagayo: Papalote Metras: Canicas ELEMENTOS DEL CUENTO Personajes: Botellita, Frasquito, la señora media. Lugar: Una tienda, el parque y la casa del dueño de la señora media Tiempo: Una tarde en el parque. Época: Cuando los niños acostumbraban jugar a las canicas Ambiente: Un parque con muchos niños jugando a las canicas. ESTRUCTURA DEL CUENTO Planteamiento: En una tienda vivían dos amigos, botellita y frasquito, que tenían ganas de conocer el mundo de afuera ya que llevaban varios años detrás de un estante sin que nadie los comprara. Nudo: Botellita y frasquito encontraron una media donde un niño guardaba sus canicas para jugar y le propusieron que se tomara unas vacaciones a cambio de que los usaran a ellos para guardar las canicas. Desenlace: Botellita y frasquito fueron usados para que el niño guardara sus canicas y eso los hizo felices ya que ellos eran usados por primera vez. 

OPINION PERSONAL DEL CUARTO CUENTO 

Para mí este cuanto es muy divertido e interesante ya que trata sobre historias que llaman la atención, yo felicitaría al autor ya que si supo como contar un cuento, y con los personajes estuvo muy bien ya que son personajes que hacen lo que no pueden hacer en

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la realidad. 

Cristina Martín Chile Una bruja al revés   Lo que voy a contar es una de las tantas historias de Brújula, la bruja miedosa, que sale de viaje un lunes de primavera con sol. Prepara su atadito de ropa, deja todo arreglado, monta su escoba vieja y saluda a su amiga Liebre y al compadre Lechuzón. Ellos se quedan tranquilos porque saben que Brújula no se perderá. De eso están seguros. Brújula despego como siempre: voltereta por aquí, voltereta por allá y más allá. Tomo vuelo, hincho sus pulmones y ZUMMMMM, empieza el viaje, más rápido que su amiga Liebre y con los ojos abiertos como los del compadre Lechuzón. Juega con su escoba y bailotea en el cielo gris. Vueltas redondas, giros en zigzag, caídas en tirabuzón. Dale que dale a las vueltas, a los giros y a las caídas. De pronto, el gris del cielo se rompe porque Brújula se encuentra con una cosa blanca y suavecita que anda paseando por ahí. - ¿Quién sos? -pregunta la cosa blanca y suavecita. - Soy Brújula y tengo escoba para volar. - Con lo que me gustaría volar en escoba. Yo me desparramaría toda en tu pollera larga y sería una nube-escoba que vuela. ¿Querés? - No, las escobas son para las brujas. Y sin más explicaciones, siguió su viaje más rápido que su amiga Liebre y con los ojos abiertos como los del compadre Lechuzón. El cielo empezó a ponerse rojo, rojo y caliente también, tan caliente que le dieron ganas de arrancarse el vestido negro, porque el calor le ahogaba la garganta. Pero una bruja sin vestido negro no es una bruja. Y Brújula es una bruja con todo: vestido negro, nariz ganchuda, pelos duros y risa ruidosa, aunque con miedo. Eso sí. En el cielo apareció una luz cada vez más caliente, caliente y roja. - ¿Quién sos? -pregunta la luz roja. - Soy Brújula y tengo escoba para volar. - ¿Sabés que me gustaría andar en escoba? Me engancharía en tu pelo y sería un sol-escoba que vuela. ¿Querés? - No, las escobas son para las brujas. Y otra vez de viaje. Más rápido que Liebre y con los ojos abiertos como los del compadre Lechuzón. Ella los recordó y una lágrima chiquita se le engancho en el gancho de la nariz. ¡Que no lo sepa nadie, eh! Porque las brujas no lloran. Dio media vuelta de escoba y rumbo a casa. Mientras, el cielo se tiñe de negro como Brújula. El miedo le vuelve otra vez pero se lo aguanta. Si se enteraran Liebre y Lechuzón, cuánto se reirían. Y eso a ella no le gustaría ni medio. Todo el cielo se pone negro, de un negro renegrido. De pronto, tiquitic, tiquitic, tiquitic, tres puntitos blancos alumbran el negro del cielo y el de su vestido también. - ¿Quién sos? -preguntan los tres puntitos blancos. - Soy Brújula y tengo escoba para volar. - Con lo que nos gustaría volar en escoba. . . nos prenderíamos en el volado de tu blusa y

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seríamos tres estrellas-escoba que vuelan. ¿Querés? - No, las escobas son para las brujas. Dijo esto y sintió que el miedo se le venía otra vez. Y cuando el miedo se le metio adentro, le dio más miedo todavía. Ya quisiera estar con Liebre y Lechuzón. Pero faltaba bastante. En eso aparece Don Viento Fuerte fffffff, un poquito, fffffff, otro poquito y fffffffffffffff con todas las ganas. Brújula da vueltas para acá y para allá. El vestido se le enredo en la escoba, la escoba se le resbalo entre los dedos. Los dedos de Brújula temblaron: los de las manos y los de los pies también. El temblor le subió desde el vestido todo negro a la garganta y le hizo parar los pelos que se le ponian más duros que nunca. Si, el miedo es muy grande. Más grande que el cielo de las Tres Marías, de la nube y del sol. - ¿Qué te pasa, que estás tan temblorosa? -Le pregunta Viento Fuerte con su voz de ventarrón. - Nada, es que, es que. . . se me hizo un poco tarde, sabés. Y mis amigos me esperan. A Brújula le gustaría contarle que ella no da miedo como sus amigas brujas, que ella es la que tiene miedo. Pero no, faltaría más. Se detiene un ratito y piensa muy seria: ¿Por qué no puedo ser miedosa? Bueno, no es cuestión de perder tiempo. Liebre y Lechuzón la estarían esperando. Acomodo su vestido, ordeno su atadito de ropa, monto su escoba vieja y ZUMMMMM, otra vez de viaje. Entre voltereta y voltereta y para espantar un poquito el susto que aún le queda, canto: Larali, laralá, soy una bruja con miedo y ya está, laralí, laralá. . . Llego por fin a su casa un martes de primavera con sol. Liebre y Lechuzón estaban muy tranquilos en la puerta, como si nada, seguros de que la amiga volvería. Si no, no se llamaría Brújula, ¿no te parece? Cristina Martín 

ANALISIS DEL QUINTO CUENTO GLOSARIO Tirabuzón: Giros sobre el eje cabeza-pies del saltador Sos: Tu Pollera: Una falda larga usada en Latinoamérica. Están elaboradas de diferentes materiales como algodón o lana, estas piezas llevan decoraciones coloridas en diferentes técnicas. La falda base es regularmente blanca con dos o tres encajes de diseños florales bordados. Querés: Quieres ELEMENTOS DEL CUENTO Personajes: La bruja Brújula, La liebre, El Lechuzón, La nube, El sol, Las estrellas, El viento. Lugar: Un bosque. Tiempo: En la época en donde aun no había humanos solo había brujas. Época: Época antigua. 

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Ambiente: Un bosque con muchos fenómenos naturales como el viento.ESTRUCTURA DEL CUENTO Planteamiento: La bruja Brújula sale como siempre a dar su paseo por el bosque. Nudo: La bruja se encuentra con el solo las estrellas y varios fenómenos naturales que quieren acompañarla en su viaje por el bosque en su escoba. Desenlace: La bruja regresa sansa y salva a su hogar con sus amigos la liebre y el Lechuzón. 

OPINION PERSONAL DEL QUINTO CUENTO En mi opinión este cuento es demasiado malo, ya que no tiene sentido lo que se cuenta en él, el autor debió de haber hecho un cuento más interesante ya que solo es una bruja que sale a hacer su recorrido y regresa a su casa, no tiene nada de interesante.