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[De cuando sólo en el tacto existe reciprocidad]
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APRENDER A DESPRENDERSE #4
APRENDER A DESPRENDERSE#4
Textos:Cedeño Yuliannys
Fotografías:Claudia De Lima
APRENDER A DESPRENDERSE“FANZINE DIGITAL”
Esta obra está bajo una licencia CreativeCommons. Se permite su copia y distribución de forma libre. Siempre que se nombre la fuente y el autor, no se altere su contenido, no se hagan obras derivadas ni se obtenga un lucro económico. Todas estas condiciones pueden quedar sin efecto con la pertinente autorización del editor o autor.
SUMARIO
I IntroducciónII Dedicatoria.III Un reflejo que no nos corresponde.IV Algunas veces.V Rutinas.VI Dos veces.VII A veces no puedo dormir.VIII Me declaras inmune.IX La culpa es tuya.X Fin.
I.
De cuando sólo en el tacto existe reciprocidad…
II.
A esa jaqueca insoportableque no guarda silenciodesde ese entonces…
III. Un reflejo que no me corresponde
A veces, tengo la seguridadde que…En el reflejo de mis ojosella se ahogase agobiase agita…
Y no, no es por mí…si no, por todo el recuerdoel recuerdo de una boca que no me perteneceuna, que habita en su pasado.
IV. Algunas veces…
Sí, debo reconocerlo…
El enjambre de dudasse desvanece de golpeen el romance de sus caricias…
Y duele.
V. Rutinas
No ha sido fácilesquivar sus ojos marronesy su boca…Para darme un poco de tiempoy convencer al vacíode que se esfumeantes de que lo puedan hallardentro de mírompiéndolo todoa mordiscos y arañazosinsinuandoque solo él, va a matar el amorcon un te echo de menos escrito al dorso…
Y yo, no me siento más culpablecuando aún se oye el eco de su nombre.
VI. Dos veces
Aquellas mentirasque salían de su bocaeran el único atajo que conducíanal camino más corto de la alegría.
Y cuando la lluvia amenazaba con no calmarsela cosa más bonita que sucedíaera cuando se recogía el mechón del peloy yo me engullía…de garabatospor intentar huirquizás gritandoescupiendo pedacitos de carneen el borde hecho añicosdel indómito silencio.
VII. A veces no puedo dormirAquellos que intentan convencernos del tópico“huir es de cobardes”derramándose como bocas hambrientasque nunca dicen nadano tienen la menor ideade todo lo que me haces sentircuando despaciote posas sobre mi pechosonríes, me besas en la sien y te vas…
Como si de un atentado terrorista se tratara.
VIII. Me declaras inmune
Hasta arriba, sobre el cielocuando el instante entra en sosiegolas nubes nos amenazanpretendiendo soltar sobre nuestras cabezasun torrente de aguacomo si no fuese suficiente ahogarme en sus lágrimasen un súbito temblor de dudasque subían por mi espaldacon puñales de hielodejando a su pasolas marcas del miedo…
Y tú, me declaras inmuneahora que padezco de insomnio…
Y no digo más porque los 85 kilos de tristeza me pesan.
He vuelto a tropezar con sus ojos y...
¡Todavia no he podido levantarne!
IX. La culpa es tuyaVienes hasta aquírecogiendo las migajas de rabiapara llevártelas hasta la bocay destrozar sin lástimalas flores a tu paso, con bocados feroces…Y me miras… como quien deja una mancha en el suelo…De esas que jamás, se podrán limpiary con el tiempo…Se pudren… y apestan Las veces que oscurece, te afilas los dientesescondiendo tras ellos, el veneno de una medusaY reaccionas…clavándote en mi tráquea…y es allí, cuando el concepto de GRITAR me abandona…La histeria, la calma, el miedo y la humedad ahora, son una sola…Desde que diste el primer paso para marcharte.
X.
Romper de esta manera…
