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Apuntes sobre la trashumancia en Picos de Europa y en Ponga

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Luis Aurelio González Prieto

Apuntes sobre la trashumanciaen los Picos de Europa y en

Ponga

Homenaje a la Cañada Oriental Leonesa

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© Luis Aurelio González Prieto

© de esta edición:Ediciones Madú, S.A.

Polígono Les Peñes, 1633199 Granda (Siero)

Asturias. EspañaTeléfono: (+34) 902 20 20 27. Fax: (+34) 98 598 52 78

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1ª edición: abril de 2008

Depósito legal: As-5.713/2007

Imprime: Imprenta Narcea, S. L.Empresa certificada con las normas ISO 9001:2000 e ISO 14001:2004

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Los Picos de Europa se caracteri-zan por contar con un tipo deganadería fundamentalmente

trastermitante, o trashumancia deciclo corto como algunos la denomi-nan. La trastermitancia consiste enque los rebaños de ganado llevan acabo pequeños desplazamientos, deuna jornada o dos, para que el gana-do que se encuentra en las zonas deinvernada de los valles se adentre enlos pastos de montaña en el verano yviceversa al comenzar el invierno.

Este tipo de ganadería trastermitan-te se produce en toda la comarca delos Picos de Europa y lo que persiguees el aprovechamiento de los gran-des pastos comunales que seencuentran en los puertos del maci-zo. Los desplazamientos más gran-des de estos ganados trastermitantesde los Picos eran los que hacían algu-nos pastores de Bulnes y Sotres, quellevaban sus rebaños a invernar a lospastos septentrionales de la Sierra deCuera1.

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1 Manuel Ferrer Regales, La región costera del Oriente de Asturias, Oviedo, Real Instituto de Estudios Asturianos, 1960,pág. 146

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La mayoría de las familias campe-sinas de los Picos conseguían deesta forma mantener un elevadonúmero de cabezas de ganado queles hubiese sido imposible sostenercon sus propias tierras. En los perio-dos de estancia de los ganados enel puerto se producían importantessubproductos, como el queso y lamantequilla, que durante muchotiempo sirivieron a las familias paravenderlos en los mercados comar-cales y conseguir el dinero suficien-te para comprar aquellos productosbásicos que la agricultura y gana-dería de subsistencia no eran capa-ces de producir2.

A lo largo del siglo XI, en plenaReconquista, en los puertos meri-dionales de los Picos de Europa, losgrandes monasterios y señoresfeudales comenzaron a enviar susgrandes rebaños de ovejas a pas-tar a los puertos meridionales delos Picos de Europa3.

Más tarde, la práctica de la tras-humancia, que debió de contarcon antecedentes importanes en

el mundo antiguo, se vio muyincrementada por la aparición dela Mesta y el gran auge que tuvoen los mercados internacionales lalana procedente de las ovejasmerinas castellanas. La trashuman-cia se mantuvo en los Picos de

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2 Vid. Alvarado (Hermanos), La elaboración de quesos en la región de los Picos de Europa a principios de siglo.Recuperada y comentada por el Dr. Pedro Casado Cimiano. Fundación Leonardo Torres Quevedo (Universidad deCantabria), Santander, 1995; G. Barrena, “Pastores de los Picos de Europa”, Enciclopedia de la Asturias Popular, Vol. II, LaVoz de Asturias, Oviedo, 1994; Jaime Izquierdo y Gonzalo Barrena, Marqueses, funcionarios, políticos y pastores. Crónicade un siglo de desencuentros entre naturaleza y cultura en Los Picos de Europa, Nobel, Oviedo, 2006; F. Ballesteros Villar,Pastores y majadas del Cornión, Everest, León, 2002; Luis Aurelio González Prieto y Kennedy Trenzanos, Proceso y con-secuencias de la desamortización civil en Cangas de Onís, Oviedo, 2004; Luis Aurelio González Prieto, “Entorno econó-mico y empresarial de Covadonga”, Foro de Covadonga, Nº 1, 2005.3 Reyna Pastor, «La lana en Castilla y León antes de la organización de la Mesta», Moneda y Crédito, Nº 112,1970.

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Europa hasta bien entrado el sigloXX y ha aportado a la zona unimportante bagaje cultural, unproducto de la síntesis que reflejadeterminadas peculiaridades delas comarcas por las cuales circula-ban y pastaban los rebaños. Comorecoge Guillermo Mañana, la tras-

humancia ha dejado importanteshuellas sobre todo en la zona deValdeón, donde solamente se con-sidera pastores a aquellos que vie-nen con el ganado trashumante,para diferenciarlos de los que cui-dan el ganado local, a los quedenominan ganaderos 4.

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4 Guillermo Mañana, En torno a la Peña Santa, Caja de Asturias, Oviedo, 1994, pág. 203

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El fenómeno ganadero tras-humante del ganado ovino,de utilizar las zonas de pas-

tos de las montañas septentriona-les en el estío y en el invierno los dela Extremadura, Castilla-La Manchao la región murciana, parece ser queya existía en la península Ibéricaincluso en la época prerromana,manteniéndose en la romana y visi-goda. En este sentido son muy clari-ficadoras las aportaciones deEduardo Galán y Marisa Ruiz-Galvés,quienes encuentran huellas muy sig-nificativas de importantes movi-mientos de ganados, de tipo trashu-mante, siguiendo los que después

serán los grandes itinerarios medie-vales y, en concreto, en la CañadaOriental Leonesa5. En la época previaa la dominación romana en la penín-sula, ha sido constatado por unimportante número de historiadoresque los pueblos que habitaban lameseta fueron, sobre todo, ganade-ros y eran muy corrientes los grandesdesplazamientos.Un ejemplo muy característico de

estos pueblos prerromanos son losvettones, quienes en su estructurasocial estaban absolutamente orga-nizados en función de la detentaciónde grandes rebaños de ganado6.

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5 Eduardo Galán y Marisa Ruiz-Galvés, «Rutas ganaderas, trasterminancia y caminos antiguos: el casodel suroeste peninsular entre el calcolítico y la edad de hierro», en Aspectos del pastoralismo en lapenínsula Ibérica, Casa de Velázquez, Madrid, 1996.6 J. L. Álvarez-Sanchís, Señores del ganado. Arqueología de los pueblos prerromanos en el occidentede Iberia, Madrid, Akal, 2003. Igualmente en M. Salinas de Frías, La organización tribal de los vettones,Universidad de Salamanca, 1986 y E. Sánchez Morteno, Vettones: historia de un pueblo prerromano,Universidad Autónoma de Madrid, 2000.

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Incluso del símbolo por excelen-cia de la cultura vetona, los famo-sos verracos, que proliferan por lastierras que ocupaban, la teoría másplausible es que se tratase de dei-dades que sirviesen para protegerlos ganados en sus desplazamien-tos o para limitar zonas de pastos.7

Por otro lado, Joaquín GómezPantoja y J. M. Blázquez entrevénen algunos rasgos propios de lasociedad hispanorromana la posi-bilidad de la existencia de una inci-piente ganadería trashumante enesta época8, ya que Gómez Pantojaha demostrado la movilidad conti-nua de importantes pueblos y lasgrandes conexiones existentesentre distintas zonas que podían

llegar a distar hasta 400 kms9. Loque sí parece que está bastantecontrastado es que la mayoría delos ejes de comunicación de estaépoca se convertirán en cañadasdurante el gran movimiento tras-humante medieval10. Parece serque las prácticas trashumantes dela ganadería se siguen mantenien-do en la época medieval en la queel despoblamiento de grandeszonas incluso la favoreció11.

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7 P. Arias, «La cultura de los verracos», Revista de Arqueología, nº 28, 1983, así como F. J. Blanco Frejeiro, «Elenigma de los Toros de Guisando», Historia 16, nº 83, Madrid, 1983.8 Joaquín Gómez Pantoja, «Pastores y trashumantes de Hispania», en Francisco Burillo Mozota (Coord.),Poblamiento celtibérico, Zaragoza, 1996 y J. M. Blázquez, Economía de la Hispania Romana, Nájera, Bilbao,1978. 9 J. Gómez Pantoja, «Historia de dos ciudades. Capera y Clunia», en Jean-Gérard Gorges y Francisco FernánRodríguez Martín (eds.), Économie et terriroire en Luisitanie romaine, Casa de Velázquez, Madrid, 1999.10 M. Sanchís de Frías; «Guerra, trashumancia y ocupación del territorio del suroeste peninsular durante larepública romana», en Jean-Gérard Gorges y Francisco Fernán Rodríguez Martín (eds), op. cit.11 Marie-Cluade Gerbet, La ganadería medieval en la península Ibérica, Crítica, Madrid, 2002, pág. 31 – 33.

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La invasión musulmana pro-porcionará los elementosnecesarios para la expansión

de la actividad ganadera trashu-mante. Por una parte, el constanteestado de guerra entre moros ycristianos fue la causa del impor-tante desarrollo de la propiedadsemoviente, es decir, del ganado,porque con los rebaños, a diferen-cia de los cultivos, se podía buscarrefugio en zonas más seguras,sobre todo, durante la estaciónestival en la que normalmente seproducían las temibles razziassarracenas. Por otra parte, losbereberes que acompañaron a losárabes en su invasión de la penín-sula trajeron con ellos una varie-dad de ganado ovino que mezcla-do con el churro peninsular diocomo consecuencia la pura razamerina, famosa, como sabemos,por su excepcional hebra blanca12.

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12 Julius Klein, La Mesta, Alianza Universidad, Madrid,1985, págs. 20 y 21.

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La trashumancia durante la altaEdad Media parece ser quecomenzó, en un primer momento,de manera corta, sobre todo lleva-da a cabo por los rebaños de losimportantes monasterios deSahagún, Cardeña y San Millán dela Cogolla, entre los pastos de laCordillera Cantábrica y los del surde la meseta norte. En este tipo deganadería de gran movilidad, losmonasterios y los grandes señorescontaron con el importante apoyodel poder real13. El todo poderosomonasterio de Sahagún, ya en laalta Edad Media, llevaba sus reba-ños de ovejas a los fértiles pastosde los puertos meridionales de losPicos de Europa. Así, los puertosde las tierras de Sajambre,Valdeón, Panderrueda, Pandetra-ve, la Tierra de la Reina, San Gloriose llenarán durante la época vera-niega de rebaños procedentes delos invernaderos meridionales14.

Según afirma Klein, fue AlfonsoX el Sabio quien reunió a todos lospastores de Castilla en una asocia-ción nacional y les dio una carta de

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13 Marie-Claude Gerbet; «Des ’’libertés de pâturage dans tout le royaume’’ aux exemptions partielles de taxes surla trashumance. Le roi de Castille et l’ essor de l’ élevage monastique médiéval», En la españa medieval, nº 14,1991.14 Manuel Rodríguez Pascual, «Los pastores en la vertiente leonesa de los Picos de Europa: puertos y trashuman-cia en los valles de Sajambre y Valdeón», en Jaime Izquierdo y Gonzalo Barrena, Marqueses, funcionarios, políti-cos y pastores, Nobel, 2006, pág. 412.

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privilegio para poder pastar entodos los territorios del reinodenominándose El HonradoConcejo de la Mesta, al otorgar el2 de septiembre de 1273 determi-nados privilegios a los pastores delConcejo de la Mesta. Aunque hoydía la historiografía contemporá-nea con Charles Bishko y CarmenArgente del Castillo señalan laaparición de la Mesta incluso conanterioridad al reinado del reysabio y como una organizaciónque fue impulsada por los grandesganaderos quienes, en su granmayoría, provenían de la mesetanorte y se enfrentaron a los gran-des propietarios del sur, sobretodo, órdenes militares y algunasgrandes municipalidades15.

Hacia el siglo XIV la exportaciónmasiva de la lana producida por lasovejas merinas de la Mesta, enmayor medida a Flandes pero tam-bién a Francia y al norte de Italia, seva a convertir en la principal activi-dad económica castellana. Esto setradujo en una expansión sin prece-dentes del ganado lanar, llegandoen el año 1467 a contar la Mestacon 2.700.000 cabezas de ovejas16.

A partir de este momento, los ricospastos de la Cordillera Cantábrica yde los Picos de Europa van a seraprovechados por numerosos reba-ños durante todos los veranos.Ahora bien, parece ser que la finu-ra y calidad de las hierbas de lospastos calizos de los Picos deEuropa, así como sus aguas delga-das y aires puros, produjeron untipo de lana muy apreciado en todoel mundo. El arriendo de los ricospastos de los puertos meridionales

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15 Charles Bishko, «The castilian as plainsmain: the medieval ranching frontier in La Mancha and Extremadura»,en Studies in Spanish Forntier History, Londres, 1980; Carmen Argente del Castillo, «Precedentes de la organiza-ción de la Mesta», en Alfonso X el Sabio. Vida, obra y época, I, Madrid, 1989.16 J. Viens Vives, Historia Económica de España, Teide, Barcelona, 1959, pág. 230 y ss. Hilario Casado Alonso, «Laeconomía en las Españas medievales (1000 – 1450) », en Francisco Comín, Mauro Hernández y Enrique Llopis(eds.), Historia Económica de España. Siglo X –XX, Crítica, Barcelona, 2004. pág. 39.

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va a ser durante muchísimo tiempola mejor forma con que cuentan losconcejos primero, y los ayunta-mientos después, para conseguirrecursos económicos hasta bienentrado el siglo XX17.

Los desplazamientos de ganadosserán organizados por la Mestamediante sus famosas cañadas,verdaderas vías de comunicación

pecuarias que recorrían toda lapenínsula Ibérica. Los rebaños queagostaban en los Picos de Europautilizaban en sus desplazamientosla Cañada Leonesa Oriental, quepartía de Burón18.

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17 Vid. G. Mañana, «Trashumancia y puertos altos del Cares», en La Garganta del Cares, Cajastur, 2003, pág. 133y ss.18 Julius Klein, op. cit., no hace referencia a la Cañada Leonesa Oriental y si a la occidental. El primero quehabla de esta cañada será Robert Aitken, «Rutas de trashumancia en la meseta castellana», Estudios geográfi-cos, VIII, 1947.

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La mencionada cañada partíade los valles de Riosol yValdosín, en el término de la

Uña, donde a los ganados que allípastaban se les unían los que lohacían en los puertos altos delmunicipio asturiano de Pongacomo Arcenorio y Ventaniella19,por el pueblo de Polvoredo se diri-gía hacia Lario, donde se le uníaotro ramal procedente de lospuertos de Maraña. Posteriormente continuaba haciaBurón, seguía en dirección a Riañoy a la altura del río Oza se le uníael ramal procedente de los vallesde Sajambre y del puerto delPontón, que se había juntado conel proveniente de los valles deValdeón a la altura del caserío yermita de Nuestra Señora delPontón y, más abajo, con los rama-les de Retuerto, así como los deCuénabres y Casasuertes. De Riañola cañada tomaba dirección aoriente a las Tierras de la Reina yen el puente de Pedrosa del Rey se

le unían los rebaños que veníande la parte oriental del concejo deValdeón, del puerto de Pandetra-ve, así como los de los puertos deSan Glorio y de Lechada, que yahabían confluido todos a la alturade la ermita del Santo Cristo de laMisericordia por debajo de Portillade la Reina. Éstos seguían despuéspor Barniedo, dejaban a la dere-cha Los Espejos de la Reina, poste-riormente pasaban Villafrea paraalcanzar el puente de Boca deHuérgano y, más tarde, convergeren el de Pedrosa.

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19 Próximamente el investigador Gerardo López publicará una importante obra sobre la zona, en que recogeráabundante documentación sobre este fenómeno poco investigado.

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Continuaba por el puerto delPando hasta la localidad de Prioro,donde la actividad trashumanteestaba muy presente hasta hacebien poco, ya que numerososmiembros de esta comunidad y delvecino pueblo de Tejerina se dedi-caron al oficio de pastores trashu-mantes y los más importantesmayorales de las grandes cabañasganaderas eran oriundos de estacomarca.

Una vez abandonadas las monta-ñas leonesas pasaba por PuenteAlmuhey y se despedía de esta pro-vincia a la altura del pueblo deValcuende y entra en la de Palencia,pasaba por Villambroz y la mismaciudad de Palencia. Después laCañada Leonesa Oriental seguíapor las tierras de Valladolid, prose-guía por Coca y Villacastín, paraatravesar el Sistema Central por elpuerto de Arrebatacapas (1.068 m.).Tras bordear Cebreros, cruzaba elrío Alberche por el puente deValsordo, ya en el término munici-pal de El Tiemblo circula al lado delos famosos Toros de Guisando, lo

que nos confirma la antigüedad deesta gran vía pecuaria. Después derealizar una breve incursión enterreno de la provincia de Madrid,abandonaba las tierras abulensespara adentrarse en la provincia deToledo y cruzar el río Tajo por elpuente del Arzobispo, construidopor el famoso arzobispo de ToledoPedro Tenorio en 1385. Una vezpasado el Tajo, la Cañada se aden-tra por unos kilómetros en la pro-vincia de Cáceres, vuelve de nuevo alas castellanas y las abandona defi-nitivamente para entrar en lasextremeñas por el puerto de SanVicente y alcanzar los invernaderosde la comarca de la Serena20, donde,por lo general, invernaban las másimportantes cabañas ganaderasque agostaban en los puertos de losPicos de Europa.

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20 R Aitken, op. cit.; A. Gómez Sal y M. Rodríguez Pascual, Cuadernos de la Trashumancia, nº 3 Montaña deLeón, ICONA, Madrid, 1992; «Descripción de la Cañada Real Leonesa, desde los puertos de Valdeburón, partidode Riaño, en la Montaña de León hasta el término de Montemolín, en los confines de la provincia de Badajozcon la Huelva; y de otros ramales: con arreglo a los apeos y a los demás documentos que obran en el archivo ysecretaría de la Asociación General de Ganaderos y al reconocimiento practicado por el visitador extraordinariodon Juan Manuel Escanciano, en el año 1852», recogido por J. Barceló, Descripción de las Cañadas Reales deLeón, Segovia, Soria y ramales de la de Cuenca y del Valle de Alcudia. El Museo Universal, Madrid, 1984. Lamencionada descripción también es descrita por Manuel Rodríguez Pascual, La trashumancia. Cultura, cañadas yviajes, Edilesa, León, 2001, pero adaptada a las condiciones actuales.

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En el siglo XVI la lana castella-na va a ser muy apreciada enlos grandes centros de pro-

ducción textiles de la época,Flandes, Francia, Inglaterra y nortede Italia. Será en este siglo cuandola Mesta llegue a contar con3.500.000 cabezas de ganado tras-humante en toda Castilla. Un refle-jo del auge económico que viveCastilla como consecuencia de laexportación de lana son las impor-tantes ferias de Medina del Campo,que fueron el referente para elcomercio internacional de la época.Durante toda la Edad Moderna losrebaños castellanos se convirtieronen los grandes proveedores de lanapara la industria textil europea.

La situación se verá truncada conla Guerra de la Independencia en laque un gran número de rebañosdesaparecerán produciendo ungran quebranto para la cabañaganadera de la Mesta castellana.Una vez finalizada la guerra contralos franceses se produce una depre-ciación general de los precios de lalana castellana, superada en sucotización en los mercados interna-cionales por la lana sajona.

Además, la generalización de la uti-lización de nueva materias primaspor la incipiente revolución indus-trial, como el algodón, va a rebajarconsiderablemente la demanda delana. A su vez, a lo largo del sigloXIX se va a producir la irrupción enlos mercados internacionales delanas a precios más competitivos,procedentes de América yAustralia. Así, en los años treintadel siglo XIX la cabaña ganadera dela Mesta se va reducir en una cuar-ta parta respecto a la que existía enel siglo XVIII, que era aproximada-mente de 2.500.000 cabezas deganado. Como consecuencia de lalegislación liberal, en 1836 quedaráabolido el Gran Concejo de laMesta y en su nombre se constitui-rá la Asociación Ganaderos delReino21.De todas formas, los puertos meri-

dionales de los Picos de Europacontinuaron siendo pastados porgrandes rebaños trashumanteshasta bien entrado el siglo XX,como la Cabaña de Rojas, propie-dad de la condesa de Bornos, o laCabaña de Perales, pertenecienteal marqués del mismo nombre22.

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21 Vid. A. García Sanz, «El final de la Mesta», en G. Anes y A. García Sanz (coord.), Mesta, Trashumnancia y VidaPastoril, Sociedad del V Centenario del Tratado de Tordesillas, 1994.22 Manuel Rodríguez Pascual, La trashumancia. Cultura, cañadas y viajes, Edilesa, León, 2004, pág. 47 y ss

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La Guerra Civil va a suponer unimportante quebranto a la gana-dería trashumante en la zona,pues durante dos veranos los puer-tos meridionales de los Picos fue-ron primera línea del frente. Noobstante, una vez terminada laguerra, la política económicaautárquica del franquismo provo-cará un aumento considerable delos precios de la lana, por lo quedurante estos años se producirá uncierto aumento de la trashuman-cia, si bien la mayor parte del tra-

yecto entre los invernaderos extre-meños y los agostadores de Picosde Europa se realizarán en tren23.Todavía en la segunda mitad delsiglo XX seguirán llegando reba-ños trashumantes a los puertos delos Picos, pero su traslado se llevaa cabo en camiones. Aún hoy sepuede ver algún que otro rebañoen los puertos meridionales de losPicos que utilizan como invernalescomarcas de la provincia deSalamanca.24

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23 A. Abellán García y A. Olivera Poll, «La trashumancia por ferrocarril en España», Estudios Geográficos, nº156-157, 1979.24 M. Rodríguez Pascual, «Evolución de la trashumancia leonesa durante el siglo XX y su adaptación al sigloXXI», en Elías y Novoa (coord.), Un camino de ida y vuelta. La Trashumancia en España, Lunwerg, 2003.

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Las grandes cabañas ganade-ras, que contaban con ungran número de rebaños,

podían llegar a contratar hastacasi cien pastores; podríamos decirque se trataban de verdaderasempresas ganaderas. Entre los pas-tores existían unas categorías biendeterminadas en función de susconocimientos y estaban someti-dos a una estricta jerarquía pirami-dal.

En la cúspide de una cabaña seencontraba el Mayoral, que velabapor los intereses del dueño. Seencargaba de contratar al resto delos pastores, distribuía los distintosrebaños por las zonas de pastos y,como responsable del gobiernoeconómico de la cabaña, llevabalos libros de contabilidad del dine-ro, así como los de movimientos deganados. Solía vivir en el pueblo

donde generalmente la cabañatenía asentada la ropería o, aveces, en el pueblo de donde eraoriundo, si se encontraba cercanoa las zonas de pasto. La ropería erala casa donde los pastores dejabansus ropas y equipajes y en la que seamasaba y cocía el pan, para surtira los pastores de los rebaños quese encuentran dispersos por losdiferentes puertos. Se puede decirque era el centro logístico de lacabaña. La antigua ropería de laCabaña Rojas todavía se puedecontemplar en el pueblo deRetuerto, en las proximidades delpuerto del Pontón.

En el escalón inferior de la jerar-quía pastoril se encontraban losrabadanes, que eran los responsa-bles de un rebaño, que por logeneral solían contar con unas1.300 ovejas.

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Se encargaba de que cada pastorcumpliese con las funciones que sele encomendaban, supervisabatodas las prácticas de manejo delganado. Tenían que preocuparsede suministrar pan y los cundidos,los condimentos necesarios parapreparar la comida, a los pastores,así como pienso para los mastines.Los rabadanes, en fechas muy con-cretas, eran convocados por elmayoral para rendir cuentas de surebaño, decidir la venta de las ove-jas, la selección y reparto desementales y establecer las fechasy el orden de los viajes de los dife-rentes rebaños.

Por debajo del rabadán seencontraba el compañero, que erael pastor que ayudaba al rabadánen las tareas de organización delrebaño. Contaba con una expe-riencia y conocimientos muy simi-lares a los del rabadán y cuandofaltaba éste tenía que hacersecargo del rebaño. Por debajo deéste se encontraban el ayudador,persona y sobrao, que eran gene-ralmente personas jóvenes querealizaban los trabajos más peno-sos y las tareas propias del manejode los rebaños.

Después se encontraba el zagal,que como su nombre indica solíaser un joven al que se le encomen-daban tareas menores y que solía

estar bajo las órdenes directas delrabadán. Entre sus misiones estabaayudar a preparar la comida, fre-gar los cacharros y proveer deagua. Además en los puertos sesolía contratar un motril o apren-diz, que podía rondar los 8 ó 10años de edad, para que ayudaseen las tareas.

En cuanto al pago, los pastores,generalmente, eran remuneradosde dos maneras: por una parte seles pagaba en dinero, el sueldo osoldada, que era la cantidad que

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se había estipulado con el mayo-ral; por otra, estaba el pago enespecie, que consistía en que lospastores, en función de su niveljerárquico, podían agregar alrebaño del propietario algunosanimales propios, los cuales sebeneficiaban de los pastos arren-dados y de los piensos, la escusa.Generalmente se trataba de ove-jas, pero también los pastores lle-vaban en escusacabras y yeguas.

Respecto a estas últimas hay quedecir que, en los años inmediata-mente después de la guerra, fuemuy generalizada su cría median-te la escusa, ya que su precio habíasubido mucho. Por lo general, eldinero de la venta de la lana delas ovejas de la escusa era para elpropietario de la cabaña ganaderaen pago por los pastos y piensos,quedándose el pastor con las críasy el dinero de la venta de las mis-mas. Tanto el pago de la soldadacomo del dinero de los productosobtenidos mediante la escusa eranabonados por el mayoral hacia elmes de junio, cuando se volvía deExtremadura a las tierras altas delos Picos de Europa25.

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25 M. Rodríguez Pascual, La Trashumancia …op. cit. pág. 85 y ss.

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Amediados de junio comen-zaban a llegar los distintosrebaños a los puertos que

iban a pastar durante todo el vera-no. Una vez alcanzada la zonaasignada de pastos, el rabadánprocedía a retazar o dividir elrebaño en dos partes denomina-das hatajos. El hatajo mayor tam-bién se llamaba cabeza. Solía cons-tar de unas 800 cabezas y se le des-tina a los puertos más grandes,mientras que el hatajo más peque-ño, que se le conoce por el nombrede retazo, de unas 500 ovejas, eradirigido a los puertos más peque-ños de las proximidades.

La cabeza del rebaño era custo-diada por el rabadán y el zagal, asícomo por el ayudador y sobrao,por turnos. A su vez, el retazo eraguardado también por turnos porel compañero y la persona, acom-pañados por un motril. El lugarmás importante del puerto es lamajada, que actúa como núcleocentral. Suele estar emplazada enun sitio resguardado de los fríos y

desde ella se organizan los careos,que son los recorridos diarios quedebe realizar el ganado. En lamajada se localizan los chozos,donde se refugia el pastor, y loscorrales, en los que se guarece elganado.

En los puertos el trabajo de lospastores es bastante tranquilo. Sumisión más importante es velarporque en los careos las ovejas nosalgan de los límites amojonadosdel puerto, para que no sean apre-sadas por los vecinos de otros con-cejos. También deben evitar que elganado entre en huertos o fincasparticulares, así como en zonaspeligrosas para su seguridad.

Otra importante misión es velarpor el rebaño tomando las decisio-nes adecuadas en los casos de tor-menta, nieblas, nevadas o escasezde pasto y agua, ya que de éstas vaa depender el buen estado y larentabilidad del rebaño. Por lanoche los pastores deben estarmuy atentos a los ataques dellobo, ya que si consiguen entrar en

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LLooss ppaassttoorreess ttrraasshhuummaanntteess eenn llooss ppuueerrttooss ddee llooss

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los corrales pueden realizar unaverdadera carnicería. En estamisión están ayudados por losgrandes mastines leoneses que seenfrentan a las manadas de lobos.

En septiembre, las ovejas queportan las zumbas de los distintos

hatajos, que son las ovejas quehacen de guías, comienzan a serdirigidas por los pastores a loslugares de reunión de todo elrebaño para partir hacia los luga-res de invernada26.

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26 M. Rodríguez Pascual, La Trashumancia… op. cit. pág. 189 y ss.; así como «Los pastores en la vertiente leone-sa de los Picos de Europa…», op. cit. pág. 418.

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Las diferentes costumbres tras-humantes como las canciones,el habla27 e incluso el folklore

han tenido mucha influencia en lacultura de nuestro país. En la actua-lidad todavía se utilizan por lagente en general expresiones pro-pias que provienen del manejo dela trashumancia. Por ejemplo, laexpresión salir zumbando, que seutiliza para decir «salir a todaprisa», proviene de cuando los pas-tores encaminaban a las ovejas quedirigían el rebaño, que eran las quellevaban la zumba o cascabel, a ini-ciar la marcha. Por otro lado, la tras-humancia todavía está presente ennumerosas canciones popularesrecogidas en diferentes cancione-ros. En cuanto la arquitectura, lospastores trashumantes han extendi-do desde la Extremadura hasta los

Picos de Europa un tipo específicode arquitectura con la techumbrevegetal como eran los chozos o loschozuelos. Hasta mediados de losaños cincuenta del siglo XX era muycorriente ver este tipo de construc-ciones en las majadas de los Picosde Europa. En la actualidad sola-mente se mantiene en todo el áreade los Picos el chozo restaurado enla pista que va del puerto dePandetrave al Cable de Remoña, enSanta Marina de Valdeón.

Uno de los aspectos poco conoci-dos es la cultura culinaria o gastro-nómica que los pastores trashu-mantes fueron desarrollando conlos productos y materias primas quetenían a su disposición y aquéllosque conseguían por las distintascomarcas por las que transitaban.

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27 Vid. R. Gutiérrez Álvarez, «Vocabulario de la trashumancia», Tierras de León, Nº 97 y 98, 1994-1995; delmismo autor El habla de Prioro. Aproximación a la lengua de la montaña oriental leonesa (s. XX), Kadmos,Salamanca, 2004.

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Uno de los platos más importan-tes de la alimentación de los pasto-res trashumantes fueron las famo-sas migas, pan migado rehogadoen aceite con chorizo y algo detocino. Aunque no siempre sepodían hacer las migas, pues preci-saba mucha cantidad de aceite yde condimentos. Por eso, en nume-rosos días se tenía que optar porcontentarse con comer una simplesopa de pan aderezada con aceiteo sebo. Los encargados de cocinarson el zagal y el ayudador. Lacomida del mediodía solía ser muyfrugal y generalmente comían enfrío un poco de pan con tocino,chorizo, queso o carne curada,salón. El salón era un salazón quese hacía con la carne de oveja.Cuando había tiempo los pastorescomían al mediodía un cocidodenominado puchera. Éste estabaelaborado a base de garbanzos,tocino, salón, morcilla, chorizo,etc. Los ingredientes de la pucheracorrían de cuenta de los pastores,por eso cuando partían a la monta-ña iban cargados con alimentos, elfragayo, para complementar la ali-mentación que le proporcionaba eldueño de la cabaña. Solían juntar-se unos cuantos pastores y aporta-ban entre todos lo necesario paraelaborar la puchera.

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Se comenzaba a cocinar por lamañana temprano, a fuego lento yel pastor que estaba más próximo alchozo, donde se cocinaba, era elque se encargaba de cuidarla y deque no le faltase fuego. Otro platomuy popular entre los pastores erala rabada, que consistía en unpuchero con patatas y arrozal quese le añadían los rabos de las ovejas.Este puchero se hacía, sobre todo,en la época del raboteo, cuando secortaban los rabos a las ovejas.

En contadas ocasiones también sepreparaban los patorrillos. Para ellose cogía la parte de abajo de los cor-deros recentales sin piel, canillas, secolocaban juntas y se le enroscabael intestino. Seguidamente se asabaa fuego lento.

En los días de fiesta se prepara-ban las chanfainas, sopas de panespesas a las que se les añadían loshígados fritos de las ovejas. La cal-dereta que consistía en guisardurante 3 ó 4 horas la carne deuna oveja adulta o el frite que eraparecido pero con carne de corde-ro, mucha más tierna y que nece-sitaba menos tiempo en elfuego28.

Los pastores también en los díasde fiestas, cuando coincidían, solíancomer platos propios de las regionespor las que se encontraban; asípodemos decir que la trashumanciaganadera fue una forma de exten-der costumbres y usos alimentariosentre las diferentes regiones por lasque transitaba.

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28 M. Rodríguez Pascual, La trashumancia... op.cit. pág. 229

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