4
SISTEMA NATURAL: Ingeniero Salustio Pomacóndor Zárate mostrando un tronco del kiswar altoandino, por cuyas estrías o microsurcos bajan hacia el suelo las gotas de agua capta- das de la atmósfera por el follaje del árbol. ¿ De dónde viene el agua que sostuvo y aún sostiene al complejo arqueoló- gico de Machu Picchu si ahí no existe ningún glaciar? El ingeniero forestal Salus- tio Pomacóndor Zárate lo re- vela: “Mana de los bosques cercanos que plantaron los incas. Pues los árboles res- pectivos —a través de sus tallos y hojas— captan la humedad del aire y la nebli- na, la convierten en agua y la instilan (depositan sua- vemente, gota a gota) en la tierra hasta formar torrentes subterráneos”. Es decir, si eso hiciésemos en todos los Andes, nuestros campesinos podrían sobrepo- nerse a las sequías recurren- tes e incluso generar riqueza. El Ing. Pomacóndor Zára- te explica el por qué y el cómo en la siguiente entrevista ex- clusiva con AGRONOTICIAS: —Primero, hablemos del agua en Machu Picchu, inge- niero Pomacóndor. ¿Cómo se produce ese milagro? En 1984, con tres guías, fuimos a la parte alta de Ma- chu Picchu, llamada Puyu- ¡EXCLUSIVO! ÁRBOLES NATIVOS ANTISEQUÍA Tenemos por lo menos seis especies forestales autóctonas que en los Andes captan agua del aire y las nieblas, para soltar sus excedentes hacia el suelo, hasta formar riachuelos y manantiales, en beneficio de las partes bajas. Por consiguiente, el Estado debe invertir en la formación de grandes bosques con dichas especies PORTENTO HIDROFORESTAL: Hojas de kiswar con pelusas en el envés , las cuales atrapan la humedad del aire y la niebla para convertirla en agua, una parte en beneficio de cada planta y la otra para canalizarla hacia el suelo y el subsuelo, en pro de arroyos y manantiales de los bajíos. 18 Revista Nº 422 Marzo, 2016 Lima, Perú + ATRAPANIBLAS: En las alturas de Machu Picchu existen tres bosquecillos de quenual que gene- ran agua para las “pacchas” o piletas de la famosa ciudadela incaica. HAZAÑA HIDROTECNOLÓGICA: Pileta o “paccha” con más de 500 años de antigüedad en Machu Picchu, cuyo flujo pro- cede de las aguas atmosféricas captadas por uno de los tres bosques de quenuales plantados en las alturas del famoso complejo arqueológico. patamarca, que en quechua significa “donde está la ne- blina”. Allí, en un sector, hay un bosque de quinuales ( Polylepis incana) autóc- tonos, con unos 6,000 ár- boles. Y cerca existen otros dos casi de casi igual tama- ño. Poco más abajo de cada bosque hay una formación de corral de factura inca, con una roca inclinada en el centro y encima una canaleta labrada en zigzag, por donde mana el agua y cae sobre una especie de tina o “paccha” (cascada). Estas tinas habrían permitido visualizar el aforo hídrico (vo- lumen de agua proveniente de cada bosque) y verificar la evolución de las aguas atmos- féricas captadas por los qui- nuales. Además, hay conexio- nes subterráneas o desfogues desde los bosques hacia Ma- chu Picchu. — ¿Quiere Ud. decir que esos bosques captan y ge- neran agua? — Exacto. Como las hojas, las ramas y los tallos del quenual tienen pelusas, ab- sorben la humedad de la neblina y el aire que en la noche es mayor, para soltar- la —gota a gota— sobre el seno de la tierra. Esto pue- den hacerlo sólo algunas es- pecies forestales nativas, por tener —precisamente— esas pelusas que actúan como atrapanieblas naturales. —Ajá. Esta tecnología es tan efec- tiva, que hace años EnturPerú instaló una electrobomba muy cerca de uno de esos ojos de agua para atender todas las necesidades del hotel de Ma- chu Picchu. Ignoro si los téc- nicos de esa empresa estatal lo sabían, pero en ese y todos los manantiales o “pacchas” de Machu Picchu, brota el agua que viene de esos bos- ques plantados por los incas. — ¿Qué especies foresta- les son las que hacen mejor este portento? — Son varias, todas nativas aunque destacan seis espe- ciales para generar agua. Por ejemplo: qolle blanco y qolle negro (Buddleja coriácea), quinual (Polylepis incana), kiswar (Buddleja incana), chachacomo (Escallonia re- sinosa) y aliso (Alnus acu- minata); cada una en determi- nado rango altitudinal. Las dos primeras, por ejemplo, crecen perfectamente hasta los 5,200 m.s.n.m.. Ellos captan el agua de la neblina y —a través de sus fustes y raíces— la intro- ducen en el suelo. Esto signifi- ca algo muy simple: más aba- jo de donde hay bosques de quenuales o qolles, apare- cen los puquiales. Y esto los incas lo sabían perfectamente, y lo utilizaban. Eso es lo que hicieron en Machu Picchu, po- siblemente bajo la dirección del sabio emperador Pacha- cútec. Estas especies están diseñadas por la naturaleza para captar agua en el ecosis- tema andino. Por eso los incas a la vez de construir ciudades establecían bosques más arri- ba en pro de sus habitantes y desarrollar paisajes embelle- cidos por las pacchas o cas- cadas de agua. Este placer óptico es más ostensible en Machu Picchu, ciudad cons- truida de pura piedra entre las nubes, cerca del cielo. ACTUAR AHORA —¿Cree Ud. que estos co- nocimientos pueden tener utilidad clave frente a los crecientes efectos adversos del calentamiento global y el cambio climático como la sequía? ¡Por supuesto! Ahí está una de las soluciones. Hace poco estuve en la zona hotelera al pie del nevado “Salcantay”, nueva ruta turística Cusco – Limatambo – Muripata – San- ta Teresa – Macchu Picchu. Y ahí numerosos comuneros me expresaron —con enor- me preocupación— que las nieves han retrocedido en las montañas, por lo que el flujo hidráulico del “Salcantay” ha bajado a la mitad. Práctica- mente tienen que hacer mila- 19 Lima, Perú Marzo, 2016 Revista Nº 422

Arboles nativos antisequia

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Tenemos por lo menos seis especies forestales autóctonas que en los Andes captan agua del aire y las nieblas, para soltar sus excedentes hacia el suelo, hasta formar riachuelos y manantiales, en beneficio de las partes bajas. Por consiguiente, el Estado debe invertir en la formación de grandes bosques con dichas especie

Citation preview

Page 1: Arboles nativos antisequia

191818 Lima, Perú ◆ Marzo, 2016 ◆ Revista Nº 422Revista Nº 422 ◆ Marzo, 2016 ◆ Lima, Perú

SISTEMA NATURAL: Ingeniero Salustio Pomacóndor Zárate mostrando un tronco del kiswar altoandino, por cuyas

estrías o microsurcos bajan hacia el suelo las gotas de agua capta-das de la atmósfera por el follaje del árbol.

¿ De dónde viene el agua que sostuvo y aún sostiene al complejo arqueoló-

gico de Machu Picchu si ahí no existe ningún glaciar?

El ingeniero forestal Salus-tio Pomacóndor Zárate lo re-vela: “Mana de los bosques cercanos que plantaron los incas. Pues los árboles res-pectivos —a través de sus tallos y hojas— captan la humedad del aire y la nebli-na, la convierten en agua y la instilan (depositan sua-vemente, gota a gota) en la

tierra hasta formar torrentes subterráneos”.

Es decir, si eso hiciésemos en todos los Andes, nuestros campesinos podrían sobrepo-nerse a las sequías recurren-tes e incluso generar riqueza.

El Ing. Pomacóndor Zára-te explica el por qué y el cómo en la siguiente entrevista ex-clusiva con AGRONOTICIAS:—Primero, hablemos del agua en Machu Picchu, inge-niero Pomacóndor. ¿Cómo se produce ese milagro?—En 1984, con tres guías, fuimos a la parte alta de Ma-chu Picchu, llamada Puyu-

¡EXCLUSIVO!

ÁRBOLES NATIVOS ANTISEQUÍA

Tenemos por lo menos seis especies forestales autóctonas que en

los Andes captan agua del aire y las nieblas, para soltar sus excedentes

hacia el suelo, hasta formar riachuelos

y manantiales, en beneficio de las partes bajas. Por consiguiente, el Estado debe invertir en la formación de grandes bosques con dichas especies

PORTENTO HIDROFORESTAL:

Hojas de kiswar con pelusas en el envés , las cuales atrapan la humedad del aire y la niebla para convertirla en agua, una parte en beneficio de cada planta y la otra para canalizarla hacia el suelo y el subsuelo, en pro de arroyos y manantiales de los bajíos.

1818 Revista Nº 422 ◆ Marzo, 2016 ◆ Lima, Perú

+

ATRAPANIBLAS: En las alturas de Machu Picchu existen tres bosquecillos de quenual que gene-ran agua para las “pacchas” o piletas de la famosa ciudadela incaica.

HAZAÑA HIDROTECNOLÓGICA: Pileta o “paccha” con más de 500 años de antigüedad en Machu Picchu, cuyo flujo pro-

cede de las aguas atmosféricas captadas por uno de los tres bosques de quenuales plantados en las alturas del famoso complejo arqueológico.

patamarca, que en quechua significa “donde está la ne-blina”. Allí, en un sector, hay un bosque de quinuales (Polylepis incana) autóc-tonos, con unos 6,000 ár-boles. Y cerca existen otros dos casi de casi igual tama-ño. Poco más abajo de cada bosque hay una formación de corral de factura inca, con una roca inclinada en el centro y encima una canaleta labrada en zigzag, por donde mana el agua y cae sobre una especie de tina o “paccha” (cascada). Estas tinas habrían permitido visualizar el aforo hídrico (vo-lumen de agua proveniente de cada bosque) y verificar la evolución de las aguas atmos-féricas captadas por los qui-nuales. Además, hay conexio-nes subterráneas o desfogues desde los bosques hacia Ma-chu Picchu. — ¿Quiere Ud. decir que esos bosques captan y ge-neran agua?— Exacto. Como las hojas, las ramas y los tallos del quenual tienen pelusas, ab-sorben la humedad de la neblina y el aire que en la noche es mayor, para soltar-la —gota a gota— sobre el seno de la tierra. Esto pue-den hacerlo sólo algunas es-pecies forestales nativas, por tener —precisamente— esas pelusas que actúan como atrapanieblas naturales.—Ajá.—Esta tecnología es tan efec-tiva, que hace años EnturPerú instaló una electrobomba muy cerca de uno de esos ojos de agua para atender todas las necesidades del hotel de Ma-chu Picchu. Ignoro si los téc-nicos de esa empresa estatal lo sabían, pero en ese y todos los manantiales o “pacchas” de Machu Picchu, brota el agua que viene de esos bos-ques plantados por los incas.— ¿Qué especies foresta-les son las que hacen mejor este portento?— Son varias, todas nativas aunque destacan seis espe-ciales para generar agua. Por ejemplo: qolle blanco y qolle negro (Buddleja coriácea), quinual (Polylepis incana), kiswar (Buddleja incana), chachacomo (Escallonia re-sinosa) y aliso (Alnus acu-

minata); cada una en determi-nado rango altitudinal. Las dos primeras, por ejemplo, crecen perfectamente hasta los 5,200 m.s.n.m.. Ellos captan el agua de la neblina y —a través de sus fustes y raíces— la intro-

ducen en el suelo. Esto signifi-ca algo muy simple: más aba-jo de donde hay bosques de quenuales o qolles, apare-cen los puquiales. Y esto los incas lo sabían perfectamente, y lo utilizaban. Eso es lo que

hicieron en Machu Picchu, po-siblemente bajo la dirección del sabio emperador Pacha-cútec. Estas especies están diseñadas por la naturaleza para captar agua en el ecosis-tema andino. Por eso los incas a la vez de construir ciudades establecían bosques más arri-ba en pro de sus habitantes y desarrollar paisajes embelle-cidos por las pacchas o cas-cadas de agua. Este placer óptico es más ostensible en Machu Picchu, ciudad cons-truida de pura piedra entre las nubes, cerca del cielo.

ACTUAR AHORA

—¿Cree Ud. que estos co-nocimientos pueden tener utilidad clave frente a los crecientes efectos adversos del calentamiento global y el cambio climático como la sequía?—¡Por supuesto! Ahí está una de las soluciones. Hace poco estuve en la zona hotelera al pie del nevado “Salcantay”, nueva ruta turística Cusco – Limatambo – Muripata – San-ta Teresa – Macchu Picchu. Y ahí numerosos comuneros me expresaron —con enor-me preocupación— que las nieves han retrocedido en las montañas, por lo que el flujo hidráulico del “Salcantay” ha bajado a la mitad. Práctica-mente tienen que hacer mila-

19Lima, Perú ◆ Marzo, 2016 ◆ Revista Nº 422

Page 2: Arboles nativos antisequia

212020 Lima, Perú ◆ Marzo, 2016 ◆ Revista Nº 422Revista Nº 422 ◆ Marzo, 2016 ◆ Lima, Perú2020 Revista Nº 422 ◆ Marzo, 2016 ◆ Lima, Perú

ÁRBOLES NATIVOS

ANTISEQUÍA ... Habla

el Ing. Salustio

PomacóndorZárate

+gros para regar sus cultivos; incluso porque la poca agua disponible tienen que compar-tirla con una extensa zona que incluye a Limatambo, parte de Anta. Les expliqué que ese problema ambiental es uno de los efectos del calentamiento global.—¿Cuál sería la solución?—Reforestar ahora mismo —en gran escala y con es-pecies exclusivamente na-tivas— todas las cabeceras de las cuencas hidrográfi-cas, para captar agua y miti-gar el cambio climático. Hay colegas que plantean cubrir los Andes con eucaliptos y pi-nos, pero –con todo respeto– no estoy de acuerdo, incluso porque el eucalipto absorbe mucha agua. En general, los servicios ambientales que prestan los pinos y eucaliptos tienen muy poco de benignos para el ecosistema andino. Di-ría que incluso son perjudicia-les, porque consumen mucha agua, malogran al suelo y no aportan casi nada a éste.— Algunos identifican al eu-calipto como un árbol andi-no…— Craso error. El eucalipto fue traído de afuera —si mal no recuerdo de Australia— hace más de siglo y medio, con el fin de producir madera para las explotaciones mine-ras. Pero la proliferación de esta especie ha secado a los valles y otros lugares donde abunda.

CASO “PORCÓN”

— Pero las 10,250 hectáreas de pinos en Porcón, Caja-marca, son reconocidas como una experiencia exito-sa.—Cierto. Pero esto sucede

porque “Porcón” está ubicado entre los 2,800 y 3,600 metros de altitud, con condiciones cli-máticas, topográficas y otras que no se dan juntas en la ma-yor parte de los Andes. Tam-poco estoy de acuerdo con los pinos, porque debemos reforestar no sólo ahorrando agua, sino también para pro-ducirla; lo cual se logra sólo con las especies autóctonas que tienen pelusas, adapta-ción plena al ambiente y otras condiciones ventajosas.—Siga, por favor.—Hace tres años me llamaron de la minera “Yanacocha” para desarrollar un proyecto de fo-restación con pinos, pero les dije que no convenía y que —incluso— podía ser contrapro-ducente. Y no se hizo. Es que en las tres lagunas existentes en el entorno del proyecto mi-nero “Conga” no hay nevados. Las mismas dependen sólo de las lluvias estacionales. Al go-bierno central también le dije lo mismo. Las tres lagunas constituyen una taza de re-cepción aproximada de 3,000 hectáreas. Y con la creciente escasez de lluvias, el agua faltará cada vez más. Allí y en las demás zonas altoandinas la solución es –repito– fores-tar o reforestar con especies nativas atrapanieblas.—¿Qué tanta agua pueden captar éstas?

—Es increíble. Yo lo he com-probado en Machu Picchu: cada noche, un solo qui-nual produce —a partir de la neblina y el aire— unos ocho litros de agua. Esto quiere decir que un bosque con 6,000 quenuales puede producir 48,000 litros o 48 cubos de agua por noche. En el día hay menos neblina, pero los quenuales siguen tra-bajando. Hay que imaginarse si tuviésemos 8’000,000 de ellos en determinado lugar. El ccolle produce menos: unos cuatro litros por noche, versus cero del eucalipto y otras especies foráneas, que consumen agua en vez de aportar.

ANTE LA DES­GLACIACIÓN

—¿Qué tan efectivo sería lo que usted plantea frente al calentamiento global, la desglaciación y el cambio climático?—Tremendamente útil. Pues millones de estos árboles nati-vos captarían y generarían mi-llones de litros de agua en las alturas andinas, incluso para beneficio de los bajíos. Ésta es una de las pocas opciones seguras. No hay que confiarse en la posibilidad de trasvasar aguas de la vertiente orien-tal del país (Amazonía) hacia

la costa; primero, porque el calentamiento global está ex-tinguiendo a los glaciares y nevados en la cordillera de los Andes, cuyos deshielos tam-bién alimentan a los ríos de la Amazonía. Y segundo, porque dicho proceso también afecta a los bosques amazónicos y tendiendo a sabanizarlos (pre-dominio de arbustos y hier-bas). Además, no debemos olvidar que el gran río Amazo-nas y sus tributarios se forman y se nutren mayormente con aguas andinas.—Bien.—Al respecto, cabe destacar que el Gobierno Regional de Lima Provincias y la Univer-sidad “Ricardo Palma” están trabajando un proyecto sal-vador en Carania, Yauyos, Lima, a 4,000 m.s.n.m., una localidad muy pobre, ubicada en la parte alta de la cuenca del rio Cañete. Esa población está muy asustada porque los nevados están desaparecien-do y casi ya no llueve. Hace tiempo ahí encontré a tres matas de saúcos, uno de los pocos árboles autóctonos que dan frutillas deliciosas desde 1,200 hasta 4,000 m.s.n.m. pero nadie les había puesto atención, no obstante que un kilogramo de frutillas precocidas de saúco cuesta 10 dólares en Lima. Y un saú-

COMO UNA SEÑAL DEL CIELO: Ingeniero forestal Salustio Pomacóndor Zárate en Carania, Yauyos, Lima, a 4,000 m.s.n.m., mostrando un saúco que produce nutracéuticas bayas y que además

sirve para apuntalar defensas ribereñas.

21Lima, Perú ◆ Marzo, 2016 ◆ Revista Nº 422

co bien llevado puede dar 50 kilogramos por año. En razón de ello, he propuesto refores-tar la zona con quenuales y saúcos, aprovechando que la producción de éstos podría dar sostén económico a esas poblaciones; sobre todo si se considera que en Carania hay más de 500 hectáreas de andenes en abandono propicios para cultivar ali-mentos andinos (quinua, kiwicha, kañihua y tarwi) con gran demanda mundial—¿Por qué debemos fores-tar o reforestar las áreas va-cías de los Andes?—Porque los glaciares y neva-

dos que hoy nos dan agua en el largo período de estiaje es-tán desapareciendo. En unos 30-40 años más ya no ten-dremos esas fuentes; lo cual significaría sed y hambruna. Una de las alternativas frente a este riesgo es forestar y re-forestar los Andes en gran es-cala y con especies oriundas naturalmente diseñadas para atrapar nieblas y generar agua al mismo tiempo.—¿Esto es técnica y econó-micamente viable?—Claro que lo es. Así lo de-muestra el caso de Machu Picchu con quenuales. Para sacar cuentas, basta consi-

derar todos los bienes fores-tales y servicios ambientales que brindan las especies nativas, según la altitud (ver cuadro).

MIRANDO AL FUTURO

—¿Por dónde debería co-menzar un programa de esta índole?—En este mismo momento, la Pontificia Universidad Cató-lica del Perú está liderando un proyecto de reforesta-ción arriba de Santa Eula-lia, Huarochirí, Lima, con el apoyo financiero de la ONG

internacional “Global Water”. Pero lo está haciendo con unos 2,000 pinos donados, lo cual es un error. Debería hacerlo con una especie nati-va idónea para el medio. En cambio, me parece muy bien empezar por la cuenca de Santa Eulalia, donde están las cinco centrales hidroeléctricas que dan energía a Lima Me-tropolitana y por donde pasa la mayor parte del agua para la misma. Otro lugar ideal es la cuenca del río Cañete, don-de podríamos reforestar las riberas con saúcos, dado que además de reforzar a las de-fensas ribereñas, dan frutos +

ADAPTACIÓN DE ÁRBOLES NATIVOS, SEGÚN RANGOS ALTITUDINALESEstudio efectuado en la cuenca del Río Rímac, Lima

Page 3: Arboles nativos antisequia

232222 Lima, Perú ◆ Marzo, 2016 ◆ Revista Nº 422Revista Nº 422 ◆ Marzo, 2016 ◆ Lima, Perú

rentables. Para el efecto ha-bría que hacer sociedad con los establecimientos hotele-

ros, gastronómicos y recrea-cionales asentados en esas riberas. Asimismo, con apoyo internacional habría que re-forestar desde la parte más alta hacia abajo, primero con qolle blanco, qolle negro y quinual; después con cha-chacomo y kiswar hasta los 3,000 m.s.n.m.. Más abajo ya no, porque es más bien zona de consumo de agua.—¿Cuál debería ser la prio-ridad en este proceso?—Por mi vocación, mi forma-ción y mi experiencia de 78

años, reitero que toda refo-restación en los Andes debe hacerse prioritariamente en las partes altas y exclusiva-mente con especies nativas, porque está probado que éstas capturan y generan agua. Y si algunas de esas especies, como el saúco que da frutos, o el quenual, cuyo tallo produce un buen tinte, generan ingresos económi-cos, mucho mejor. No tengo nada contra los pinos o euca-liptos, pero tenemos que usar lo que nos sirve mejor. Para

reforestar en gran escala hay fondos internacionales desde que se empezó a hablar del Protocolo de Kyoto. Pero muchas veces se prefiere in-vertir en obras menos trascen-dentes.

SEMILLAS

—¿Dónde y cómo podemos conseguir buenas semillas de las especies oriundas para producir los plantones necesarios, si no tenemos suficientes árboles-madre?

ÁRBOLES NATIVOS

ANTISEQUÍA ... Habla

el Ing. Salustio

PomacóndorZárate

+

REFORESTAR O MORIR:

Ingeniero forestal Ph. D. Eloy Cuéllar Bautista,

Director de la Subdirección

de Productos Agrarios del INIA, convencido de que la forestación y la reforestación de

todas las áreas posibles son determinantes

para el futuro del país

DEL SUEÑO A LA REALIDAD

¿ Es utópico el soñar con alfombrar de verde a toda la cor-dillera andina del

Perú, replicando las aleccio-nadoras experiencias de la Cooperativa Agraria de Tra-bajadores “Atahualpa Jeru-salén” en Porcón, Cajamar-ca; del fundo “La Cosecha del futuro” en la comunidad

¡CLONAR ARBOLITOSATRAPADORES DE AGUA!

Para ponerles poncho verde a todos los Andes Una opción plenamente realizable,

bajo la única condición de que haya decisión política y financiamiento conexo

campesina de Masajcancha, Paccha, Jauja, Junín, o del pueblo de Uripa, capital de Ancohuayllo en Chincheros, Apurímac?

“No”, responde categóri-camente el ingeniero forestal Ph.D. Eloy Cuéllar Bautista, Director de la Sub dirección de Productos Agrarios del Instituto Nacional de Inno-vación Agraria (INIA).

Aún más, ¿sería posible hacer eso con árboles nativos que tienen la propiedad de

MÉTODO RÚSTICO: La primera forma tradicional

de clonar o copiar un árbol superior es el acodo o enraizamiento en tierra de una buena rama, antes de cortarla del donante.

2222 Revista Nº 422 ◆ Marzo, 2016 ◆ Lima, Perú

—Los sitios donde se obtie-nen semillas para programas de reforestación se llaman rodales. Son lugares selec-cionados por el vigor de las plantas y la calidad de las se-millas. Por ejemplo, en el Cus-co ya tengo ubicados algunos sitios para colectar semillas de quinual, qolle blanco, qolle negro, kiswar, chachacomo y aliso.—¿Qué tan rápido y cuánto de semillas podemos con-seguir?—Si se da un programa nacio-

nal, se puede avanzar rápido. Por ejemplo, un kilogramo de semillas de qolle blanco tiene unas 60,000 unidades y cuesta 3,500 soles. Y del cha-chacomo casi igual. O sea que con apenas 10 kilogramos —35,000 soles—podríamos producir más de medio mi-llón de plantones por cam-paña, para recubrir casi 700 hectáreas (750 plantones por hectárea). Una maravilla.—Ajá. —En el complejo hotelero de los hermanos Guizado Por-

tillo en Pacarán, Cañete, que tiene 15 hectáreas de áreas verdes y 11 lagunas, me eché abajo todos los eucaliptos existentes, para plantar 1,500 árboles de saúco. Los diver-sos sitios se llamarán “Sau-cococha 1”, “Saucococha 2” y así sucesivamente, todo en quechua. El objetivo es de-mostrar la viabilidad y multiu-tilidad del saúco, especie que se reproduce por estacas de 30 centímetros.—¿Cuál podría ser la meta nacional mínima de fores-

tación o reforestación por año, si trabajáramos seria-mente, conjugando esfuer-zos públicos y privados en los tres niveles de gobier-no?— La palabra “seriamente” es clave para no cometer los errores de siempre. Pues, por regla general, cada vez que se ha reforestado con apoyo estatal o internacional, lo que se ha hecho es dar a los cam-pesinos determinada cantidad de alimentos por su trabajo. Entonces, cuando se acaba+

ATRA­PALLU­

VIAS: Pelusas de quinual en hojas y flores, que permiten

a la planta captar aguas de lluvia

y de niebla para infiltrar

una parte en el suelo y así

favorecer la aparición

de manantiales en losbajíos.

capturar la humedad atmosfé-rica y las nieblas para conver-tirlas en agua?

“Sí”, añade con igual con-vicción el experto en Ciencias Forestales y Ambientales.

Y ¿cuál sería la mejor alter-nativa técnica para ello?.

“La clonación masiva de ejemplares con caracterís-ticas idóneas, para obtener cientos o miles de indivi-duos con idéntica calidad a la de sus progenitores”, explica el técnico, con la sen-cillez de un buen maestro de escuela.

El resto viene en la siguien-te entrevista que sostuvimos con él en los descansos de un foro internacional.

SELECCIÓN Y CLONACIÓN

—¿Sería posible realizar en nuestro país un programa de forestación intensiva, clonando especies nativas, Dr. Cuéllar Bautista?—Por supuesto, incluso por-que las plantas nativas están plenamente adaptadas al me-dio geográfico, lo cual entraña una notable ventaja frente a las especies exóticas. Mucho se habla aquí de forestación y reforestación Pero para mí lo primero es seleccionar las especies con las que debemos trabajar. Por ejem-plo, según la FAO, tenemos más de 6,000 especies de árboles en costa, sierra y selva. Pero dentro de este marco, según estadísticas de SERFOR, sólo 53 espe-cies tienen valor comercial. Frente a estos datos, el Perú debería priorizar no más de 10 especies nativas con las

cuales incidir en los pro-gramas de forestación o reforestación en costa, sie-rra y selva, considerando los diversos pisos ecológicos de estas regiones.—Hay especies nativas, como el qolle, el kiswar, el quinual y el aliso, que atra-pan humedad atmosférica y depositan agua en el suelo. ¿Es posible clonar a éstas?—Claro que sí. Pues es cier-to que dichas especies for-man o contribuyen a formar acuíferos en las partes altas y medias de los Andes, cu-yas aguas afloran más abajo. Pero no basta clonarlas. Pri-mero hay que determinar téc-nicamente dónde plantarlas y luego asegurar los cuidados necesarios hasta que puedan valerse por sí mismas. —Hablemos de la clonación forestal.—Con mucho gusto. En tér-minos sencillos, clonación es

la reproducción en serie de cualquier especie viva, para obtener cientos o miles de copias idénticas, aplicando un protocolo previamente establecido. En el caso fo-restal, para el efecto se elige a uno o —mejor aún— a varios árboles con características sobresalientes (elite). Luego, de éstos se cortan estacas, estaquillas, esquejes, yemas, microyemas u otras porciones pequeñas, para propagarlas en ambientes controlados, como invernaderos, o micro propagarlas que pueden ser invernaderos o micro propa-garlas “in vitro” o laboratorio. Para ello se les aplica hormo-nas enraizantes como auxinas o ácido indol acético AIA o áci-do indol biturico AIB, en dosis variables. Además se les debe proveer condiciones especia-les de luz, temperatura y hu-medad, todo bajo control per-manente. Así, en períodos que

van desde uno a cuatro meses se puede lograr plantones con estructura completa. Luego, es recomendable mantenerlos en estructuras de acondicio-namiento, bajo hormonas y sustratos enriquecidos, para que crezcan hasta alcan-zar unos 40-50 centímetros. Cuando esto ocurre, ya tene-mos los materiales listos para la plantación, en un promedio de 5-6 meses, según cada es-pecie. O sea que la clonación permite sacar cientos y miles de copias de un buen árbol en la tercera o la cuarta par-te del tiempo que se requiere por la vía convencional en los Andes.

PROTOCOLO

—¿En qué consiste el proto-colo de clonación?—En definir técnicamente los pasos del proceso y las can-tidades de sustancias que se van a emplear y en qué mo-mento. Por ejemplo, la hor-mona de enraizamiento para árboles se usa en una propor-ción de 100 a 300 partes de ésta por millón de agua, sin impurezas ni cloro. Sin em-bargo, como algunas especies nativas requieren cantidades mayores de hormonas para el enraizamiento, esto nos obliga a seguir investigando.—Disculpe por la insisten-cia ¿Es viable clonar a las especies forestales altoan-dinas que atrapan agua?—Sin duda. Pues estas espe-cies nos interesan no tanto por sus aptitudes maderables, sino para la producción de bio-masa (follaje) para capturar la humedad atmosférica y gene-rar agua. Dentro de este mar-+

23Lima, Perú ◆ Marzo, 2016 ◆ Revista Nº 422

Page 4: Arboles nativos antisequia

252424 Lima, Perú ◆ Marzo, 2016 ◆ Revista Nº 422Revista Nº 422 ◆ Marzo, 2016 ◆ Lima, Perú

ese “apoyo social”, las planta-ciones quedan abandonadas. Otro caso: en 1994 se planta-

ron en la selva unas 200,000 matas de macadamia (nuez) traídas de Nicaragua. Pero fra-casaron, porque dicha espe-cie no resiste a los golpes de la lluvia. O sea que no se trata sólo de plantar cualquier es-pecie. Hay que poner la planta más adecuada en cada sitio, y las más adecuadas –insisto– son las especies nativas.

TRABAJAR POR CUENCAS

—Volvamos a las metas mí-

nimas por año…—Primero, hay que determi-nar las cuencas más pro-picias, empezando por las que bajan hacia la costa, y poner un promedio de dos viveros por cuenca: uno en la parte media y otro en la alta. Cada vivero debería producir unos 2’000,000 de plantas por año, o 4’000,000 por cuenca. Es más: con la biotecnología moderna —clonación— podríamos pro-ducir hasta 10’000,000 de

plantones de alta calidad por cuenca. Para ello sólo se necesita decisión política y financiamiento, que en par-te puede venir del exterior, incluso para asegurar el cre-cimiento de las plantaciones hasta su autosostenimiento pleno. Sólo así la forestación puede sacar de la pobreza a nuestros campesinos de las partes altas, además de brin-dar múltiples beneficios am-bientales al país, empezando por el agua.— ¿Por qué —según su

ÁRBOLES NATIVOS

ANTISEQUÍA ... Habla

el Ing. Salustio

PomacóndorZárate

+

co, pienso que sería más fácil clonar al aliso que al quinual.—¿Qué especialidad podría ocuparse de estudiar la rela-ción árbol-captura de agua?— En la ciencia forestal hay una especialidad donde se unen la hidrología y la fores-tería, con el nombre de Hi-drología Forestal. Estudios internacionales en este cam-po demuestran por ejemplo, que el 40% de las lluvias y nieblas que caen sobre los bosques es capturado por éstos, que actúan como es-ponjas, para luego infiltrar una buena parte en el sue-lo. Y en el caso de los pas-tos, la proporción va de 10 a 15%. Meses después, esa agua aflora en los puquiales o arroyos de las partes más ba-jas. Sin embargo, hoy dichos estudios sólo están al alcance de los académicos, por falta de socialización; factor muy importante sobre todo para sensibilizar a los tomadores de decisiones.

HACIA UN PLAN

— Bien. ¿Cómo podríamos armar un plan nacional de forestación y reforestación con especies capturadoras de agua?— Repito: Primero hay que identificar los rodales necesa-

D E VOCACIÓN Y PRO FESIÓN: Ena-

morado desde niño de la prolificidad y la belleza de los bosques de su natal Ucayali, donde nació el cuatro de julio de 1970, el entonces adolescen-te Eloy Cuéllar Bautista quien culminaba la secun-daria en el Colegio Nacio-nal “Nuestra Señora de Guadalupe” de Lima, tuvo que librar una dura batalla para cumplir su destino. Pues su padre deseaba que estudie zootecnia para manejar el fundo familiar “La Esperanza” en el distrito de Irazola, Padre Abad, a 100 kilómetros al oeste de Pucallpa. Pero él, fiel a su vocación, quería ser ingeniero forestal. l Y por suerte ganó, para seguir la carrera en la Universidad Nacional Agraria-La Molina (UNALM), de donde egresaría en 1994 para aplicar su profesión en diversas entidades y esce-narios; a la vez de hacer estudios de maestría en la misma UNALM y de doctorado en la Universidad Nacional “Federico Villarreal” (UNFV).l Hoy, a los 45 años de edad, es Director de la Subdirec-ción de Productos Agrarios del INIA, con decenas de pu-blicaciones científicas y técnicas en su haber.l Una convicción central anima a su quehacer: “A simple vista, la Amazonía peruana luce vasta e impresionante, pero gran parte de sus bosques ya ha sido descremada. Y mucho peor ha sucedido en la costa y los Andes. Entonces, ahora el reto es hacer todas las plantaciones posibles, con fines económicos y ambientales”.l Nexos para ponerse en contacto con el Ing. For. Ph.D. Eloy Cuéllar Bautista: Telf. (01) 3492600 – anexo 207 y correo electrónico: [email protected]

CLONACIÓN DE ARBOLITOS

ATRAPADORES DE AGUA

... Habla el Ing. For. Eloy Cuéllar Bautista

+

rios en cada especie, o sea, fragmentos del bosque con los árboles de categoría superior. Pues éstos serán los progeni-tores de los futuros plantones. Por ejemplo, el chachacomo es un árbol altoandino hermo-so y multiutilitario, pero está desapareciendo porque es muy difícil propagarlo. No hay suficientes semillas viables, es

decir, buenas y abundantes.—¿La clonación podría sal-var esta dificultad?—Pienso que sí, porque ha-ría posible obtener cientos y miles de ejemplares a partir de unos pocos árboles sobre-salientes. Pero –reitero– pri-mero es necesario establecer un protocolo de propagación bien definido para cada espe-

cie, incluso para saber cuán-to de hormonas enraizantes se debe usar en cada caso, y cómo ello influirá en el costo.—Si se trabajara bien ¿cuál sería el costo final de un arbolito clonado “in vitro, obviamente como parte de miles?—Es difícil establecer un valor para todas las especies. Pero el costo promedio podría fluctuar entre 70 y 90 cénti-mos de sol si se usa el tra-dicional sistema de bolsas e invernaderos, y entre 1.20 y 1.50 soles si se trabaja “in vitro” o laboratorio.

TRABAJO EN EL INIA

—¿Hay en el INIA alguna ini-ciativa al respecto? —Sí, estamos trabajando para completar en corto pla-zo los protocolos para 10 especies de alto valor co-mercial o ambiental.—¿Por qué sólo 10?—No es recomendable abar-car más al mismo tiempo, con-siderando incluso que –según la estadística forestal– no son más de 60 las especies que cubren todas las necesidades del país. Así ya está haciendo Ecuador, país que el anteaño pasado lanzó su nueva Ley de Promoción de Plantaciones Forestales, con sólo 10 espe-cies priorizadas.—¿Qué árboles capta-aguas ha priorizado el INIA?—En el grupo de los 10 pri-meros están el aliso (Alnus jurullensis) y el quinual (Po-lylepis incana), ambos capta-dores de aguas atmosféricas. En un segundo lote estarán el chachacomo (Escallonia resinosa), el qolle (Buddleja coriácea) y el kiswar (Budd-

2424 Revista Nº 422 ◆ Marzo, 2016 ◆ Lima, Perú

modo de ver— nuestros campesinos no se animan a establecer grandes planta-ciones de especies foresta-les autóctonas, si tienen ex-tensas tierras propicias y brazos de sobra?— Porque no hay motivación, organización y capacitación en torno a la crucial impor-tancia de la forestación, como una política de Estado y con apoyo financiero. Además, los capacitadores tienen que ha-blar necesariamente quechua

en los tres niveles de gobier-no, para explicar a los cam-pesinos que el calentamiento global y el cambio climático implican —fundamentalmen-te— escasez de agua y que esta situación va a empeorar. Si no actuamos hoy, nuestros hijos y los hijos de nuestros hi-jos van a padecer sed y ham-bre. Así de simple.— ¿Entonces?— La alternativa es invertir en forestación con especies autóctonas o morir-

EN LAS ALTURAS:

Ingeniero forestal Salustio Pomacondor Zárate explicando que varias especies forestales nativas son las únicas que pueden atrapar agua del aire y las neblinas, para soltarla gota a gota en el suelo, hasta formar manantiales y riachuelos.

leja incana), hasta completar 10.

CONCERTA­CIÓN INTER­

INSTI­TUCIONAL

—Sigamos. ¿Cómo armar el plan?—Primero, necesitamos or-denarnos institucionalmen-te. Pues en el sector públi-co agrario tenemos varias instituciones con diversas responsabilidades comple-mentarias, pero que aún no se complementan. Por ejemplo, el SERFOR está en-cargado de la normatividad, la rectoría y la promoción del subsector forestal y de fauna silvestre, incluyendo las plan-taciones forestales. También el Programa “AgroRural” del MINAGRI promueve y ejecuta plantaciones, igual que los go-biernos regionales y las mu-nicipalidades. Entretanto, el INIA tiene la responsabilidad de investigar especies para generar nuevos protocolos, materiales genéticos y tecno-logías en aras de la foresta-ción en gran escala. A ellos se suman varias universidades, ONGs y empresarios privados deseosos de forestar o refo-restar. Pero hoy todos ellos actúan aislados, sin concierto, lo que no puede seguir. Pues ni siquiera sabemos cuántas especies ya han sido debida-mente estudiadas por nues-tros centros de investigación, incluyendo a las universidades de provincias.—Para corregir esta disper-sión se requiere decisión política, obviamente.— Exacto. En tal sentido se debería establecer por lo menos una mesa de trabajo

o un grupo técnico pluriins-titucional para promover las plantaciones forestales con una sola visión y com-plementando roles. Dentro de este marco, el INIA puede generar las tecnologías nece-sarias, siempre que los tres niveles de gobierno, los apro-ductores y los inversionistas se comprometan a aplicarlas. Pues, funcionalmente, el INIA no podría salir solo a promo-ver o ejecutar plantaciones, porque ello significaría –in-cluso– usurpar competencias ajenas.—Imaginemos que la deci-sión política en tal sentido se dé. ¿Qué faltaría?— Un programa de finan-ciamiento promocional de plantaciones forestales. Pues sin dinero todo lo demás es lírico.

INVENTARIO DE ÁREAS FO­RESTABLES

—En síntesis, deberíamos superar la virtual manía de trabajar cada uno por su lado, por temor a que otros nos hagan sombra, ¿ver-dad?—Exacto. No hay otra alter-nativa. Por ejemplo, en el año 2007 se hizo un inventario na-cional de viveros; pero como el mismo no se ha actualiza-do, hoy no sabemos cuántos están operativos, dónde y con qué capacidad cada uno. Y menos aún sabemos cuáles son las áreas realmente dis-ponibles para hacer foresta-ción o reforestación. No hay un solo mapa al respecto. Con base en imágenes de satélite se dice: “Esta área está de-

forestada. Allí hay que refo-restar”. Pero cuando se llega al lugar, resulta que el mismo tiene un dueño titulado al que no le interesa reforestar. Por consiguiente, se requiere le-vantar un inventario preciso de las áreas realmente dis-ponibles para forestar o re-forestar en las tres regiones naturales del país.—Muchas gracias, Dr. Eloy Cuéllar. Sus palabras fina-les, por favor.— Más bien a ustedes, por la oportunidad brindada para

manifestar realidades ele-mentales que —especial-mente— los tomadores de decisiones políticas y eco-nómicas deben sopesar, considerando que la actual masa forestal del país no es suficiente para afrontar los grandes desafíos del calen-tamiento global y el cambio climático. Tenemos que fo-restar y reforestar todas las áreas posibles, pero unidos como un solo hombre, para hacerlo bien y fácil-

25Lima, Perú ◆ Marzo, 2016 ◆ Revista Nº 422