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DICIEMBRE, 2006 [1] B O L E T Í N ARCHIVO HISTÓRICO de Petróleos Mexicanos Diciembre 2006 11

ARCHIVO HISTÓRICO · 2018-07-09 · La historiadora Teresa García Canales y Antonieta Zarate Cervantes, de servicio al público, apoyaron al historiador Leonardo Vega Flores en

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B O L E T Í N

ARCHIVO HISTÓRICOde Petróleos Mexicanos

Diciembre 2006

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P E T R Ó L E O S M E X I C A N O S

Dr. Jesús Reyes Heroles G. G.DIRECTOR GENERAL DE PEMEX

Ing. Rosendo Villarreal DávilaDIRECTOR CORPORATIVO DE ADMINISTRACIÓN

Saúl López de la TorreGERENTE CORPORATIVO DE DESARROLLO SOCIAL

Mtro. Eduardo Clavé AlmeidaTITULAR DEL ARCHIVO HISTÓRICO

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COORDINACIÓN EDITORIAL

Arturo Cantú SánchezMaría de Lourdes González Cabrera

DISEÑO Y FORMACIÓN

Gerencia Corporativa de Comunicación Social

INVESTIGACIÓN ICONOGRÁFICA

Área de Catalogación

CAPTURA

Claudia Gabriela Salmerón Bruno

El contenido y alcance de los artículos firmados son exclusiva responsabilidad de cada autor y no de Petróleos Mexicanos.

Certificado de Licitud en el Título: (en trámite)Certificado de Licitud en el Contenido: (en trámite)Certificado de Reserva de Derechos al uso exclusivo del Título: (en trámite)Registro ISSN: (en trámite).

Este Boletín es una publicación cuatrimestral del Archivo Histórico de PEMEX.Toda correspondencia deberá dirigirse a:Ex Refinería 18 de Marzo,Av. 5 de Mayo, puertas 4 y 5, Col. Ángel Zimbrón, C.P. 02090 Delegación Azcapotzalco, México, D.F.Teléfonos 19-44-25-00, ext. 13-055e-mail: [email protected]

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C O N T E N I D O

PRESENTACIÓN

NOTICIAS DEL ARCHIVO

CATALOGACIÓNTeresa García Canales

EXPEDIENTESIrene Márquez Moreno, María de Jesús Cubas Maza, Mireya González Peñaloza, Susana Correa Ibarra

DOCUMENTOSCarta de T.J. Ryder a John B. Body

ARTÍCULOSNotas sobre el trabajo en la industria petrolera en MéxicoDra. Rebeca de Gortari Rabiela

ARCHIVÍSTICALa descripción archivísticaGustavo Villanueva Bazán

DE OTROS ARCHIVOSEl Archivo Histórico de la Universidad Nacional Autónoma de MéxicoGeorgina Flores Padilla

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P R E S E N T A C I Ó N

Este número nos muestra además de los trabajos cotidianos del Archivo la traducción de una carta de T. J. Ryder en la que se advierte la inquietud por la inestabilidad política del país inserta en el conflicto de la primera Guerra Mundial.En la sección Artículos se incluye una selección de la investigación de Rebeca de Gortari Rabiela, titulada: Les travailleurs de l’industrie du petrole au Mexique. La région du Golfe du Mexique: naissance de l’industrie, formation et intégration de la classe ouvriere, 1911-1921, Tesis de tercer ciclo en Historia. Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales, Paris, 1983. El fragmento de este estudio refiere la organización de trabajo para explotar el recurso.Como parte de la investigación para el proyecto Censo Guía de archivos mexicanos, que reali-za el Archivo General de la Nación en coordinación con el Ministerio de Cultura de España, se apoyó al historiador Leonardo Vega Flores en la descripción del Fondo Expropiación del Archivo Histórico de Pemex.Por otra parte presentamos el trabajo que se ha hecho en El Archivo Histórico de la Univer-sidad Nacional Autónoma de México AHUNAM y unas reflexiones acerca de la Descripción Archivística de Gustavo Villanueva Bazán.

Eduardo Clavé

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NOTICIAS DEL ARCHIVO

Conservación

El personal encargado de esta área estabilizó 991 expedientes en el segundo trimestre de 2006; les asignó guardas y un número para su ubicación en la bóveda. Limpiaron 85 cajas de madera del acervo original que dieron como resultado los 991 expedientes que fueron colocados en 76 cajas AG12; después de haber sido analizados y descritos en el área de catalogación. Se separó un croquis contaminado por hongos, colocándolo con los documentos que se han aislado para darles un tratamiento especial. El croquis se sustituyo, en el expediente, con una copia fotostática en tanto dura el proceso de conservación. La falta de espacio en los edificios H y K, y la demolición que el personal del De-partamento de servicios artesanales de la Ex Refinería 18 de marzo realiza en el edificio H, interrumpieron las labores de recepción de cajas provenientes del Archivo de Concentración Bodega de La Luz, ubicado en avenida La Luz 44, fraccionamiento Industrial La Luz, Cuau-titlán Izcalli, Estado de México. Rosaura Aldana García y Rosa Irán Chávez Galván, personal del área de conservación, iniciaron la limpieza de las cajas de las dependencias: Gerencia de Administración y Servicios (G.A.S.) y Dirección General, que habían sido colocadas en el edificio H. Los trabajos de limpieza y valoración que realizaban las áreas de Conservación y Catalogación los días mar- tes y jueves, y los lunes y miércoles respectivamente, fueron suspendidos a partir de la segunda semana de mayo hasta la primera semana de julio, a falta de energía eléctrica por los trabajos de remodelación del edificio H. En la tarea realizada el personal del área localizó y reporto la caja 828/04 clave 71 000 del archivo del Abogado General, que presentaba vigencia hasta 2009. La caja fue devuelta al Departamento de Almacenes, localizado en el segundo piso del edificio A de Marina Nacional, quienes habían solicitado su búsqueda.

Cómputo

El personal de esta área realizó la captura de 991 fichas catalográficas y 468 anexos que fueron analizados y descritos en el área de catalogación durante el segundo trimestre de 2006.

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N O T I C I A S D E L A R C H I V O

Rosalía Vargas Flores continúa con la captura de las fichas de anexos que se gene- ran del inventario que realizan Sara Pozos Vidal, Rosa Amelia Sandoval y Roberta Gavaldón Arbide. Gabriela Salmerón Bruno se encarga de capturar la información de la valoración secundaria y de la trascripción de documentos para publicaciones del AHP. Leonor Camargo Carter, encargada del área, digitalizó fotografías y planos solicita-dos por investigadores de El Colegio de México y personal de la constructora Geo Estratos; continúa con la adecuación y unificación de descriptores de cada uno de los campos migrados a la nueva base de datos y la creación quincenal del respaldo de la base. La historiadora Teresa García Canales realiza, cada fin de mes, la supervisión de las correcciones en los campos de la base de datos que se refieren a la razón social de las compa-ñías y los nombres de personajes que intervinieron en los asuntos de las petroleras, y que son corregidos en la base por Gabriela Salmerón de esa área de cómputo.

Catalogación

Las historiadoras encargadas de realizar la descripción documental de los 991 expedientes con 468 anexos compuestos por fotografías, gráficos y publicaciones, entregaron además, notas y material gráfico para la publicación del boletín del AHP. El maestro Eduardo Clavé Almeida, titular del AHP, recibió la visita de personal de Recursos Humanos de PEMEX, para determinar los perfiles de trabajo del Archivo. Las historiadoras continúan con el análisis y descripción de los expedientes, y con la valoración secundaria de las cajas enviadas por el Archivo de Concentración. La producción mensual de expedientes aumentó de 312, que se describían, a 367 a partir del mes de junio. Medida establecida por el maestro Clavé al no disponer de material para valorar, a causa de los traba-jos de remodelación del edificio H. La historiadora Teresa García Canales y Antonieta Zarate Cervantes, de servicio al público, apoyaron al historiador Leonardo Vega Flores en la descripción del Fondo Expro-piación, como parte de la investigación para el proyecto Censo Guía de Archivos Mexicanos, que realiza el Archivo General de la Nación en coordinación con el Ministerio de Cultura de España. Maribel Mendoza Palacios continúa con la digitalización de los microfilmes que se encuentran resguardados en la Biblioteca Central Lic. Jesús Reyes Heroles del centro admi-nistrativo de PEMEX. Utiliza el programa Capture Perfect para digitalizar las imágenes de los rollos y para describir la información el programa Docuware, ambos propuestos por la empresa Microformas S. A. de C.V. Las imágenes que se han recuperado de los microfilmes pertenecen al rollo titulado Pozos en general, de los años 1959 a 1963, que contienen solicitudes y permisos de perforación, reportes de los trabajos de perforación, planos de los sitios, taponamiento de pozos; solicitudes

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N O T I C I A S D E L A R C H I V O

de indemnización de los propietarios afectados y asuntos de compra venta de tierras; trabajos efectuados en Reynosa y Tampico en Tamaulipas y el Ébano en San Luis Potosí. El rollo titulado Correspondencia personal que abarca los años 1902-1937, de la Huasteca Petroleum Company, con 2 400 imágenes, fue digitalizado en su totalidad. La información que resguarda es acerca de órdenes de compra, cotizaciones y embarques de material para la industria petrolera. Susana Correa Ibarra, María de Lourdes González Cabrera y Teresa García acudie-ron los días 17 y 18 de mayo al curso Organización de Archivos Históricos, impartido a través del Instituto Mexicano de la Administración del Conocimiento A.C., en las instalaciones del Word Trade Center. Teresa García acudió del 30 de mayo al 26 de septiembre al curso taller Redacción General, impartido en la Universidad del Claustro de Sor Juana. María de Lourdes González acudió del 5 de junio al 6 de julio al curso Paleografía I, impartido en la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Servicio al Público

El AHP fue consultado por estudiantes de licenciatura, maestría y doctorado de El Colegio de México (COLMEX), La Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Unidad Iztapalapa, La Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, El Instituto de Investigaciones Filosóficas UNAM, La Universidad Pedagógica Nacional y The Department of Business Administration, University of Illinois at Urbana-Champaign. Los estudiosos se dieron a la tarea de buscar información para la elaboración de proyectos de investigación de: la industria petrolera en México; fiscalidad y petróleo 1912-1938; problemas de contaminación producida por la Compañía petrolera El Águila; los inicios de la exploración petrolera en México; la Refinería 18 de Marzo, terre- nos que la conformaban y las multinacionales en América Latina. Personal de la empresa constructora Geo Estratos investigó acerca de los sitios llama-dos San Diego de la Mar y Tamiahua, además se les proporcionaron imágenes digitalizadas de planos; empleados de El Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) se limitaron a revisar la base de datos; un empleado de la Gerencia de Protección Ambiental, de la Dirección Corporativa de Operaciones acudió en busca de referencias de familiares que habían trabajado en Salamanca. Antonieta Zarate se encargó de la reproducción fotostática de documentos y de ca-nalizar las solicitudes de digitalización de fotografías, que investigadores del COLMEX requerían para la elaboración de una publicación del desarrollo de la industria petrolera en México.

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Resultados del análisis documental Abril – Junio 2006

(Expedientes 83 007-83 997)

POZOS

Reportes semanales de localización y exploración de terrenos con posibilidades petroleras; trabajos de perforación de pozos y de producción en San Cristóbal, Potrerillos, Jáltipan, Capoacán, Tamijuí, Juile, Tonalapa, Soledad, Filisola, Concepción Tecuanapa, Amezquite, Sayula, Tanhuijo, Tuzandepetl, Buena Vista y Furbero en Veracruz; y Sarlat en Tabasco.

Informe de la elevación y nivelación de pozos en los campamentos petroleros de San Cristóbal y Capoacán en relación con el nivel del mar; obturación de pozos en la misma zona que habían sido invadidos por agua; costos que provocaron la suspen-sión de actividades a consecuencia de la escasa producción petrolera; diligencias ante autoridades para perforar nuevos pozos dentro de los límites de los campos petroleros en Minatitlán. Envío a Londres de muestras de rocas y petróleo obtenidas de los campos ubicados en la zona del Istmo para estudio y análisis químico que posibilitaran determinar el grado de viscosidad y gravedad del hidrocarburo. Muestras de rocas y sedimentos de los pozos 8 y 9 de Sarlat. Reportes de análisis realizados en la Refinería de Minatitlán del gas y petróleo que se obtenían del pozo 9 del campo Sarlat.

TIERRAS-SUBSUELO

Revisiones del Departamento Legal de la S. Pearson en los años 1907-1909, a los derechos adquiridos en los ejidos ubicados en el municipio Reforma, Chiapas, propiedad del estado, municipios y particulares; dificultades generadas con los copropietarios de terrenos con quienes se pretendía negociar contratos de subsuelo.

Actividades del personal del área legal encargados de perfeccionar los títulos de propie-dad y determinar la situación jurídica de los terrenos de interés para la Pearson; obtener

CATALOGACIÓN

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C A T A L O G A C I Ó N

de los copropietarios, empresas y autoridades locales contratos de arrendamiento de exploración y explotación del subsuelo en tierras de Sayula, Soconusco, Acayucan, Jáltipan, Hidalgotitlán, Santiago Jomate, Capoacán, Tuzandepetl, localizados en Veracruz; Pichucalco en Chiapas; ejidos de Macuspana y San Fernando, en Tabasco y Campeche.Negociaciones del Departamento Legal con particulares para la adquisición de contra-tos de arrendamiento de derecho de vía en terrenos del cantón de Tuxpan, Veracruz; Frontera, Tabasco y Valles en San Luis Potosí.Relación de los pagos que efectuaba la petrolera a los dueños de los predios arrendados en Veracruz y en los municipios Jalapa y Macuspana, Tabasco.Referencias de las concesiones de terrenos nacionales y zonas federales que la Pearson obtuvo de la Secretaría de Fomento, Colonización e Industria, en las zonas petrole- ras de la costa del Golfo de México.Negociaciones que la Sociedad Pearson realizaba con propietarios de terrenos petroleros para cerrar contratos de cesión de derechos y de compra venta de tierras que le ofrecían en Otapa, Minatitlán, Santiago Jomate, Filisola, Acayucan, Capoacán, Tonalapa, Cha-calapa, Isla del Toro, en Veracruz; San Fernando en Tabasco; Puebla y Oaxaca.Informes y reseñas de los trabajos de exploración geológica y topográfica en tierras de Minatitlán, Istmo de Tehuantepec, Baja California y San Luis Potosí que se practica-ban para determinar la profundidad a la que se encontraban los minerales.Localización de pozos, yacimientos de carbón, minas de sal y vetas de minerales.Reportes de estudios geológicos y topográficos practicados en los terrenos de Macus-pana, Tabasco con el objeto de negociar con los propietarios contratos de arrendamien-to del subsuelo y de exploración y explotación de sus hidrocarburos.Estudios para adquirir derechos de vía que permitieran a la S. Pearson instalar líneas telefónicas que comunicaran Macuspana con el campamento de Sarlat. Deslinde de terrenos en Sarlat. Solicitud de préstamos que hacían propietarios de terrenos a la S. Pearson, a cambio de hipotecar los bienes que poseían en el lugar.Itinerario e informe que realizó R. Cullinan en 1905 y 1906 en las Islas Marías para determinar la existencia de petróleo. Informes del geólogo P. C. A. Stewart acerca de los campos petroleros que visitó en Luisiana y Oklahoma, USA.Asuntos jurídicos relacionados con los contratos de explotación de hidrocarburos que poseía la Veracruz Land and Cattle Co. S. A., y la Uspanapa Land Co., S. A.Estudio legal de las escrituras de propiedad y arrendamiento de los terrenos de la Ameri-can Internacional Fuel and Petroleum Co., que serían transferidos a la Pearson.

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C A T A L O G A C I Ó N

INSTALACIONES INDUSTRIALES

Reportes de 1906 a 1911 de los trabajos de construcción, ampliación y mantenimiento de las instalaciones y maquinaria de la Refinería de Minatitlán; costos de construcción de tanques de almacenamiento, calderas, bodegas y casas de bombas; propuestas de construc-ción de una fábrica de ladrillos y de un muelle; informe de las actividades en el hospital y de su construcción.

Trabajos de refinación de petróleo crudo en Minatitlán bombeado de los pozos San Cristóbal y Potrerillos, Ver., y de productos importados, para obtener asfalto, nafta, lubricantes, keroseno, gas y aceites. Reportes del petróleo almacenado en la refinería y de la necesidad de contratar se-guros.Propuestas de empresas extranjeras para destilar petróleo crudo con alto contenido de alquitrán y ácido sulfúrico.Ofrecimiento de un proceso de purificación de petróleo con tierra fuller, invento de Edwin Richardson B. 1908 y 1909Reporte de diversas patentes para separar componentes del petróleo y procesos de destilación, 1902-1906.Proyectos de instalación de oleoductos y de líneas telefónicas que conectaran los campos petroleros de la S. Pearson en Veracruz y Tabasco con la Refinería de Minatitlán.Requerimientos del Departamento de Perforación al Order Department de S. Pearson, para que los proveyeran de equipo y maquinaria para los trabajos petroleros mismos que fueron remitidos a Viya Hermanos Sucesores, W. H. Gilliland and Co., y Carr Brothers para que suministraran el equipo y la reparación de maquinaria en los trabajos de perforación de pozos; en la construcción de muelles, oleoductos, tanques de alma-cenamiento y talleres de maquinaria. Solicitudes de mobiliario, de madera, animales de carga, víveres y también medicamentos para las infecciones tropicales. Costos estimados en el transporte de materiales en el ferrocarril con destino a las oficinas, campamen- tos y refinerías de la petrolera en Veracruz y Tabasco.Petición de la Pearson a la Dirección General de Aduanas para que el equipo y maqui-naria de importación quedaran libres de impuestos al desembarcarlos en los puertos de Veracruz y Tamaulipas. Pago de derechos exigidos por la Dirección de Aduanas en artículos libres de im-puestos.Notas informativas de las operaciones practicadas en los campamentos de Veracruz. Circulares del superintendente de Coatzacoalcos a los empleados de los campamen- tos del Istmo para regular las actividades diarias. Reportes generales de las operaciones de refinerías en Estados Unidos, 1905.

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C A T A L O G A C I Ó N

TRANSPORTE MARÍTIMO Y TERRESTRE

Informes del traslado de productos petroleros, maquinaria y personal de la S. Pearson que desembarcaba en los puertos del Golfo de México, entre 1906-1909, y que empresas navie-ras y compañías de ferrocarriles transportaban a los campamentos donde eran requeridos los cargamentos.

Memorandum de las especificaciones, precios y capacidad de los carros-tanque del Fer-rocarril Nacional de Tehuantepec; peticiones de éste último y del Ferrocarril de Veracruz (México) Ltd., a la Pearson para que cubriera los pagos del transporte realizado.Negociaciones de la petrolera con el Ferrocarril de Tehuantepec para obtener pases de transporte. Construcción de un ramal del Ferrocarril de Minatitlán para unirlo con la línea del Ferrocarril de Tehuantepec.Informes de los trabajos de instalación de vías y durmientes del Ferrocarril de San Cristóbal.Servicios que prestaban a la Pearson las navieras J. S. Hutchison y Cía. S. A., y en particular los vapores de la Compañía Mexicana de Vapores del Águila, S. A.Informes de entradas y salidas de embarcaciones, recorridos que se hacían en los puer-tos de Minatitlán, Coatzacoalcos, Veracruz, Tuxpan y Tampico; accidentes durante los embarques y desembarques de petróleo y mercancías. Construcción, compra venta y arrendamiento de buques, remolcadores, chalanes vapores, barcos, lanchas y canoas.Notas acerca de la inspección y matriculación a que eran sometidas las embarcaciones por las autoridades de los puertos; contratación de seguros que ampararan a la tripu-lación, cargamento y embarcaciones. Informes del petróleo combustible que consumían los transportes en sus recorridos.Reporte de los itinerarios que realizaba el vapor San Cristóbal entre Minatitlán y Macuspana, y del movimiento de petróleo y derivados que efectuaba de puertos del Golfo a Puerto Arturo, Texas. Gastos que reportaba por concepto de sueldos de la tripulación y reparaciones.Quejas que la S. Pearson y compañías navieras promovían contra la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas por la imposibilidad de navegar en los arroyos de Veracruz a causa de la poca profundidad de sus aguas y la falta de interés de la Secreta-ría por realizar trabajos de desazolve.Protestas contra las secretarias de Estado por el cobro excesivo en el derecho de prac-ticaje en los ríos. Solicitudes de permisos de navegación fluvial.Notas informativas de accidentes ocurridos a embarcaciones durante sus recorridos que en ocasiones significaba la pérdida de las mercancías transportadas. Datos de los trámites para matricular los barcos; de los trabajos de reparación y tráfi-co marítimo que realizaban las embarcaciones que ofrecían sus servicios a la petrolera El Águila.

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C A T A L O G A C I Ó N

Reportes semanales de la conducción del crudo a través de oleoductos, vapores y líneas de ferrocarril a los puertos del Golfo de México.Propuestas a El Águila de terratenientes que pretendían vender o arrendar fracciones de sus propiedades localizadas en Veracruz, Tabasco, Tamaulipas, Baja California, Sonora y Puebla.Contratos de servidumbre de paso en Veracruz para la instalación de tuberías, oleo-ductos, líneas telefónicas y telegráficas en la Laguna de Tamiahua.Informes semanales y anuales de los trabajos de exploración y explotación en la zo- na del Istmo, Tabasco y Chiapas; se hace mención de costos y salarios generados en las labores.Reportes semanales de perforación de pozos en Minatitlán como parte de las activi-dad que había iniciado la S. Pearson en esos años; trabajos petroleros en San Pedro, Distrito de Valles, S. L. P. y en el pozo Juan Casiano, Ver.Informes y extractos de notas de diarios publicados en Estados Unidos que daban cuenta de la política mexicana en materia de regulación de tierras, ferrocarriles, políti-cas fiscales, propuestas de legislación petrolera: situación económica, social y política mexicana de 1917 a 1920. Posición de la petrolera El Águila frente a la Primera Guerra Mundial.

ADMINISTRACIÓN

Escrituras de poder que la petrolera otorgaba a sus representantes para obtener contra-tos de compra y arrendamiento de tierras y subsuelo, y concesiones petroleras.Informes que comprenden los años 1906-1909 referentes a los gastos e inversiones que presentaban a la gerencia de la S. Pearson & Son Ltd., los departamentos de Geolo-gía y Tierras, las oficinas ubicadas en Tampico, la Ciudad de México y Coatzacoalcos así como los campamentos de San Cristóbal, Juile, y Tuzandepetl, en Ver.; San Luis Potosí, Chiapas, Istmo de Tehuantepec, Campeche y en Macuspana, Tabasco.La distribución de los gastos correspondía al pago de salarios y viáticos a: empleados de las oficinas y campos petroleros; compra venta y arrendamiento de tierras, trabajos de exploración y explotación, perforación de pozos; servicios de fletes y comunicación que les proporcionaban los ferrocarriles, las navieras y los telégrafos; importación de víveres, materiales de construcción, maquinaria y muebles de oficina.Egresos de la Refinería de Minatitlán en los años 1907-1910 destinados al pago de salarios del personal que laboraba en los diferentes departamentos; en la construcción de la planta de ácidos y casa de poder; en la fabricación de ladrillos, cajas y envases para los productos petroleros; colocación de tuberías y tanques; gastos de producción y pérdidas de petróleo.

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C A T A L O G A C I Ó N

COMPAÑIAS

Permisos de exploración que la Secretaría de Fomento, Colonización e Industria con-cedió a la Pierce Oil Co., para que iniciara la búsqueda de hidrocarburos en Topila, Ver.Reportes de las propiedades que poseían la Waters Pierce Oil Co., y The Oil Fields of Mexico Co. Noticias de la producción obtenida por la Huasteca Petroleum Co., y la Waters Pierce.

TRABAJADORES

Nómina de empleados en Tuxpan y Tumbadero, Ver. Organización y registro del personal en Macuspana, Tab. Mención de las peticiones que se hacían para que se enviaran médicos al campo de Sarlat. Contrataciones, bonos, comisiones, recomendaciones y transferencias del personal que se desempeñaba en las oficinas y campamentos de Veracruz y Tabasco.Quejas del encargado de los campos petroleros de Tabasco contra el gobierno del estado por obligar a sus empleados a trabajar de manera gratuita en la instalación de líneas telefónicas y en el exterminio de la plaga de langostas.Contratación de trabajadores especializados procedentes de Estados Unidos; referen-cias de posible contratación de coreanos y japoneses.Asuntos laborales contenidos en expedientes fechados en los años de 1909-1919 que corresponden a las actividades de la Compañía Mexicana de Petróleo El Águila, S. A.; en algunos casos refieren el seguimiento de los trabajos pendientes de la S. Pearson & Son, Ltd.Proyectos de construcción y de instalaciones petroleras en la Refinería de Minatitlán y en Tampico. Tendido de oleoductos e instalación de tuberías submarinas con capacidad para abaste-cer a los buques tanque de petróleo en Tuxpan.Material y maquinaria destinada a El Águila, libre de derechos de importación por el traspaso de la concesión que había obtenido de la S. Pearson.Compra de seguros contra incendio destinados a la Refinería de Tampico.Gastos efectuados en los campamentos y oficinas de El Águila, por los trabajos que se realizaban y los sueldos que se pagaban a los empleados.Traspaso a favor de la Compañía El Águila de los derechos que la S. Pearson detenta- ba en los terrenos denominados Furbero con la aprobación de The Oil Fields of Mexico Co.

VENTAS

Interés de particulares, compañías y líneas de ferrocarril en adquirir aceites, lubricantes, parafinas, coke, aceites, gas oil, diesel, keroseno, gasolina, nafta, y solarina productos

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que se elaboraban en la refinería de Minatitlán. Exportaciones de los productos petrole- ros de la Pearson a Inglaterra y Canadá.Protestas de la Pearson contra las autoridades fiscales por obligarlas a pagar el impues-to aduanal por el petróleo importado y procesado; devolución del pago de derechos de importación de petróleo refinado manifestado en la aduana de Coatzacoalcos en 1909 y 1910.Actas de reuniones de la Mesa Directiva de El Águila, celebradas en 1909; detalles de las operaciones realizadas en los campos petroleros.Informes presentados por la Agencia General de Ventas en relación con las activida- des efectuadas en los años 1909-1910.Actas de las juntas ordinarias y extraordinarias del Consejo de Administración de la petrolera, relacionadas con las tarifas de petróleo, 1911.Diseño de la marca comercial destinada a los carros tanque de El Águila.Listas de las agencias a sueldo y comisión en las divisiones sur, centro y norte de la petrolera.Requerimientos de productos de la Refinería de Minatitlán para el mercado nacio-nal.

(Teresa García Canales)

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C A T A L O G A C I Ó N

EXPEDIENTES

Posible exhibición de los hermanos Wright en México

Ante la posibilidad de que los hermanos Orville y Wilbur Wright, originarios de Estados Unidos y pioneros de la aviación se trasladaran a la Ciudad de México en el mes de septiembre de 1910 la Compañía Mexicana de Petróleo El Águila se encontraba ante una excelente opor-tunidad para que los hermanos Wright publicitaran los productos elaborados por la petrolera en los festejos del Centenario de la Consumación de la Independencia de México.Así lo hace ver J. W. Burns, asistente de la gerencia general de la compañía al gerente gene- ral Thomas Joseph Ryder al escribirle el 23 de julio de 1910, informándole que tenía entendido que los hermanos Orville y Wilbur Wright habían sido contratados para realizar vuelos en aeroplano en la capital del país en septiembre. Burns indicaba que la casa Carr Brothers de Nueva York, quienes trabajaban para la Com-pañía El Águila en calidad de agentes en Estados Unidos, contactaran con los Wright para conocer la posibilidad de que estuvieran de acuerdo en utilizar exclusivamente la gasolina y lubricantes que producía la compañía durante el tiempo que durara su estancia en la ciudad. También proponía que se negociara con algunos oficiales o amigos que estuvieran conecta- dos con personas encargadas de la organización de las celebraciones del Centenario, para que se arreglara que en los vuelos de los hermanos se utilizaran productos de la compañía.El 25 de julio, T. J. Ryder, animado por esas noticias escribió a Guillermo de Landa y Escan-dón, presidente de la compañía El Águila y gobernador de la Ciudad de México, informándo- le del contenido de la carta de Burns, sugiriéndole que a través de su persona, por ser un personaje influyente de la ciudad, interviniera en el asunto para que se facilitara la intervención de El Águila en las presentaciones de los hermanos Wright. (Irene Márquez Moreno).

AHP, Expropiación, caja 3 284, expediente 83 104, 5 fojas.

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Viaje exploratorio a Las Islas Marías. Datos interesantes

Ralph Cullinan, geólogo empleado de la S. Pearson and Son, Limited enviaba a Thomas Joseph Ryder, gerente general de la compañía petrolera El Águila, un informe fechado el 2 de enero de 1906, referente a las investigaciones hechas durante el viaje exploratorio en las Islas Marías. El viaje lo había realizado por encargo de la compañía del 9 al 30 de diciem-bre de 1905.Las islas localizadas en el Océano Pacífico frente a las costas del puerto de San Blas, antiguo territorio de Tepic, llamadas María Madre, con una área aproximada de veintisiete leguas cuadradas; María Magdalena, con aproximadamente veinticuatro leguas cuadradas; María Cleofas con dieciocho leguas cuadradas aproximadamente y San Juanito con mas o menos 5 leguas cuadradas, llamaron la atención de la compañía Pearson ya que al parecer existían in-dicios de contener petróleo por lo que deseaban tener información exacta de las condiciones generales de las cuatro islas.Desde el mes de noviembre la compañía tenía algunas noticias sobre las islas, como por ejem-plo que se había otorgado una concesión a una compañía inglesa llamada La Mangara tenía el propósito de hacer negocios con la pesca y la explotación de perlas. Esta compañía cedió las islas al gobierno federal –no indica fecha– para que se estableciera una colonia penal, la cual estaría a cargo de la Secretaría de Gobernación.Para realizar con éxito su labor, R. Cullinan se entrevistó con el señor Dionisio Quevedo, quién laboraba como práctico en el puerto de Tampico, persona confiable y que conocía muy bien las islas ya que había trabajado como empleado en la Isla Madre en la década de 1880 a 1890.Durante la entrevista Quevedo refiere algunos datos interesantes como que en 1878 las islas pertenecían al general Uraga (sic), a quién se las había dado en posesión el general Antonio López de Santa Anna por servicios prestados a la nación. Por ese tiempo las islas fueron ven-didas por el general Uraga a Manuel y Luis Carpena, originarios de Hermosillo, Sonora, por la suma de cuarenta mil pesos plata mexicana.En 1880 el señor Quevedo fue contratado por los señores Carpena, quienes le asignaron tra-bajos en la Isla Madre, y dejó de laborar con ellos en 1885, retornando a prestar sus servicios en 1889, por lo que conocía muy bien las islas a excepción de la isla María Cleofas ya que nunca había estado en ella. De acuerdo a datos proporcionados por Dionisio Quevedo acerca de explotaciones realizadas en la isla así como de indicios de existencia de cal y petróleo, hacía hincapié que al perforarse un pozo de agua en 1885, brotó agua color amarilla acompañada de un olor terriblemente fétido. Teniendo conocimiento de esta información R. Cullinan inició su viaje acompañado del señor Quevedo. Indica que antes de partir se contactó con la señora Gila Azcona viuda de Manuel Carpena, propietaria de la mayor parte de las islas, quién le indicaba que en mayo de 1905

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había vendido las islas al gobierno federal en un precio de ciento cincuenta mil pesos. Culli-nan también habló con Marina viuda de Luis Carpena, quién vivió durante muchos años en las islas al lado de su marido.El informe de Cullinan está dividido en tres partes. La primera se refiere al itinerario del viaje que incluye información detallada desde su salida de Guadalajara el 9 de diciembre, su llega-da a las islas el día16 con estancia hasta el día 26 retornando a la Ciudad de México el día 30. La segunda parte es un resumen y propuestas de lo que observó durante el viaje. Por último el informe incluye un mapa de las Islas Marías marcando distancias de la Isla Madre tanto al puerto de San Blas como a Mazatlán. En el plano, R. Cullinan señala los lugares donde los barcos pueden anclar, ubicación de ha-ciendas y ranchos, lugares donde se localizan salinas, bosques de maderas preciosas, planta-ciones importantes de maguey, que eran las tres principales actividades que se realizaban en las Islas Marías: la explotación de salinas, la explotación de cedros y palo prieto, madera que era considerada de mayor calidad que la del roble, vendidas a la compañía norteamericana Eldrige & Company de San Francisco, California, y a la explotación del maguey, tanto por la obtención de fibras sintéticas y en menor escala, la pesca y producción de perlas.En cuanto a la existencia de petróleo, resultó que efectivamente se hallaron indicios de aguas sulfurosas pero en opinión de Cullinan era muy improbable que se obtuvieran buenos resul-tados con la perforación de pozos petroleros.Con lo que respecta a indicaciones de minerales especificaba acerca de la existencia de depósitos de hierro. Por último hacía referencia acerca del clima, salubridad y cultivos que se realizaban. (Irene Márquez Moreno)

AHP, Expropiación, caja 3 315, expediente 83 443, 73 fojas.

Queja de los vecinos de Tuxpan contra la Compañía El Águila

El 20 de marzo de 1911, el licenciado Victoriano Agüeros, director de El Tiempo, periódi- co que se publicaba en la Ciudad de México, remitía a John B. Body, director de la S. Pearson and Son Limited, un impreso que había recibido referente a la queja presentada por veci- nos de Tuxpan, Veracruz, al presidente de la República Porfirio Díaz.La queja hacía referencia a la contaminación del río Tuxpan y esteros que lo conforma- ban y que atravesaban aquella población. La salida impetuosa de petróleo del pozo Potrero del Llano no. 4 que brotó el 27 de diciembre de 1910, había provocado que se derramara el aceite por espacio de tres meses afectando enormemente poblaciones y ríos cercanos. El pozo, localizado en el municipio de Temapache, era propiedad de la Compañía Mexicana de Petróleo El Águila.

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El impreso de referencia dirigido al general Díaz el 7 de marzo de 1911 en el Alcance al no. 49 de El Renacimiento, fue firmado por cerca de cien habitantes de la ciudad de Tuxpan donde realizaban una fuerte protesta contra la compañía El Águila y su principal accionista Lord Cowdray, Weetman D. Pearson, al acusarle de no poner ninguna atención al desastre que significó el derrame de petróleo para las poblaciones adyacentes y avocarse únicamen- te en intentar salvar la mayor cantidad de aceite.Los firmantes aclaraban que el río y sus esteros, antes navegables, utilizados como vías de comunicación entre Tuxpan y pequeñas poblaciones de los alrededores, para el tráfico de los agricultores con sus mercancías para la compra y venta de productos, se habían convertido en inmensos atascaderos de chapopote no pudiendo realizar sus actividades económicas lo que significaba pérdidas para todos los vecinos afectados, amén de que existía un peligro laten- te de que se iniciara un gran incendio.Los vecinos solicitaban al presidente Díaz su intervención debido a que la compañía había mostrado hasta el momento un desprecio olímpico sobre sus derechos y propiedades “a fin de que la compañía se dé cuenta de que Tuxpan no es una gran hacienda que le pertenezca, sino un cantón del Estado de Veracruz, habitado por ciudadanos que conocen sus derechos y que los sabrán hacer valer”.Le informaban que durante la noche del 26 de marzo se había iniciado un incendio en el estero Tenechaco donde gracias a que esa noche no sopló el viento y al apoyo de la población, quién trabajó durante doce horas para sofocarlo no hubo desgracias que lamentar.Terminaban la nota suplicando al presidente de la República dispusiera lo necesario para que la población no continuara peligrando a causa de la negligencia de la petrolera para contro- lar el hidrocarburo. (Irene Márquez Moreno).

AHP, Expropiación, caja 3 351, expediente 83 976, fojas 117-118.

Reglamento provisional en la Refinería de Minatitlán en 1906

El superintendente de la S. Pearson And Son Limited establecido en Minatitlán, Veracruz, George H. Dickson emitía en mayo de 1906 un reglamento provisional dirigido a los em-pleados, sirvientes, jornaleros y trabajadores que laboraban en la refinería experimental que la compañía Pearson tenía en aquél municipio.El reglamento consta de cinco artículos enfocados a los horarios, prohibiciones para fumar o consumir bebidas alcohólicas dentro de las instalaciones, ausentarse en horas de trabajo después de haber pasado lista a la hora de entrada y multas por infringir el reglamento de trabajo.El artículo primero informaba que los horarios establecidos eran de las 6:30 de la mañana a las 11:30 del día y de las 12:30 de la tarde a las 17:30 horas.

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Por la peligrosidad que significaba el encender un fósforo o un cigarrillo dentro de las insta-laciones de una refinería, el segundo artículo prohibía estrictamente el que se fumara dentro de las instalaciones de la refinería experimental o en cualquiera de sus dependencias so pena de multar al trabajador infractor con dos pesos.El artículo tercero hacía hincapié en infraccionar igualmente con dos pesos, a todo empleado, sirviente o jornalero que después de pasar lista de entrada se ausentara por cualquier moti- vo sin previo aviso a su capataz.En el siguiente artículo se establecía la prohibición en “el uso, consumo y tráfico de bebidas alcohólicas, bajo pena de dos pesos de multa al que se le encuentre tomándolas o las intro-duzca a los terrenos de la Casa”.El último artículo hacía hincapié acerca del uso que tendrían las multas aplicadas indican- do que serían a beneficio de la compañía o para sus fondos. El reglamento se firmó en Minatitlán el día veinte de mayo de 1906. (Irene Márquez Moreno)

AHP, Expropiación, caja 3 332, expediente 83 693, foja 122.

Boicot comercial durante la primera guerra mundial

El Consejo de Guerra de los Estados Unidos de Norteamérica, entre otras dependencias gu-bernamentales de países aliados, promulgaba un boicot contra casas comerciales, bancarias, industriales y particulares que tuvieran que ver con los países considerados como sus enemi-gos de guerra para impedir o en todo caso cancelar su comercio. El boicot se extendió a una buena parte de países en el mundo incluyendo México. Dentro del acervo del Archivo Histórico se localizan folletos impresos entre 1917-1919, donde se publicaban listados dando a conocer los nombres de los comercios considerados enemigos. Para los países latinoamericanos, Brasil y nuestro país eran los que aportaban mas comercios boicoteados siendo que, por ejemplo, en México para 1917, cerca de 350 fueron enlistados y para 1918 un poco más de 800.Las compañías petroleras que realizaban actividades en el país no estuvieron exentas del boicot. Tal fue el caso de la Compañía Petrolera Germano Mexicana, S. A.Dentro de las casas bancarias estaban el Banco Germánico de la América del Sur y el Banco Mexicano de Comercio e Industria, S. A.Algunos ejemplos de establecimientos y particulares boicoteados durante 1917 y 1918:

Administración de Concordia y Anexas (Concordia Coffee Plantation), Pochutla, Oax. Herman- Everbush & Co., TampicoAgencia Comercial Mexicana, cd. de México

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Agencia Comercial y Marítima, TampicoCasa Alemana de Música cd. de MéxicoCervecería Central cd. de MéxicoCervecería del Pacífico, MazatlánClub Alemán, cd.de MéxicoClub Hípico Alemán, cd. de MéxicoCompañía Manufacturera de Cerillos, MonterreyPeriódico El Demócrata, cd. de MéxicoGerman- American Hotel, cd. de MéxicoHotel Isabel. cd. de MéxicoCompañía Harinera del Norte, Piedras Negras1918Agencia Marítima de Puerto Ángel, Puerto Ángel, OaxacaAntigua Droguería de La Palma, S. en C., Av. San Francisco 39, cd. de MéxicoCervecería El León, León, Gto.Compañía Eléctrica y Tranvías, S.A., AguascalientesCompañía Medicinal de La Campana, cd. de México.Compañía Mexicana de Electricidad, S. A., cd. de MéxicoJosé Cuervo, GuadalajaraJosé Cuervo y Compañía, GuadalajaraFábrica de Papel Loreto, San Ángel, cd. de MéxicoPeriódico El Occidental, GuadalajaraFábrica de Papel Peña Pobre, cd. de MéxicoPeriódico La Reforma, TampicoPeriódico La Regeneración, SaltilloElías y Jorge Slim, Cd. de MéxicoRelojería La Suiza, La, MonterreyTeatro Princesa, Tampico Las empresas boicoteadas sumaron un buen número durante el tiempo que duro el conflicto. (Irene Márquez Moreno)

AHP, Expropiación, caja 2 339, expediente 63 733, 15 fojas.AHP, Expropiación, caja 2 339, expediente 63 737, 236 fojas.

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Reclamaciones de María Antonia Sánchez viuda de Rodríguez

En abril de 1927, la señora María Antonia Sánchez viuda de Rodríguez presentó una de-manda contra Henry H. Hallatt, gerente de la Compañía Mexicana de Petróleo El Águila por el delito de destrucción en propiedad ajena.En las diligencias practicadas se había comprobado que el señor Hallatt había dado la orden de que se hicieran trabajos en los terrenos de la querellante, lo que provocó serios perjuicios a sus intereses. De parte del juzgado de primera instancia de Puerto México se mandó efec-tuar una investigación ocular en el lugar de los hechos, la parcela La Concepción, en el estado de Veracruz, propiedad de la viuda María Antonia Sánchez. En la visita ocular se dio fe de los perjuicios reportados. El indiciado confeso, que dichos perjuicios o destrozos al terreno de la quejosa se habían hecho porque la Compañía El Águila tenía derecho sobre esas tierras, lo cual pretendió probar con un escrito que exhibió. Pero el documento lo único que logró, después de haber sido leído íntegramente por el juez en turno, fue probar la improceden- cia y falsedad en las declaraciones de Hallatt.El delito en cuestión quedó probado plenamente y el juez de Puerto México, A. H. Rodrí-guez, consideró que había indicios graves de responsabilidad criminal que señalaban a Hallatt responsable del delito de daño en propiedad ajena, por lo que basados en el artículo 16 de la Constitución de la República y en el artículo 70 del Código de Procedimientos Penales y de conformidad con el Ministerio Público se decretó la aprehensión de H. H. Hallatt como presunto responsable del delito de daño en propiedad ajena. Se envió oficio al comandan- te de la policía municipal para que bajo su responsabilidad se cumpliera la orden y se pusiera a Hallatt a disposición del juzgado de Puerto México y fuese llevado a la cárcel pública de esa ciudad.Sin embargo, la señora María Antonia Sánchez viuda de Rodríguez se desistió formalmente de la acción penal en contra del gerente de El Águila y mediante su apoderado, Víctor Manuel Rueda Barrientos, declaró ante el juzgado que se había firmado un convenio extrajudical, en el que El Águila se comprometía a reparar los daños y perjuicios sufridos en la parcela La Concepción, para lo cual recibió la cantidad de cuatrocientos cinco pesos en pago de los árboles y plantas que fueron cortados, con la cantidad recibida quedaban totalmente satis-fechos todos los daños y perjuicios que se originaron. El convenio fue de entera satisfacción para ambas partes. (María de Jesús Cubas Maza)

AHP, Expropiación, caja 3 410, expediente 84 921, ff.1-12.

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Problemas con la Sucesión Sarlat

La constructora S. Pearson and Son arrendó en 1906, de manera legítima los derechos sobre las tierras de la Sucesión Sarlat, que era un terreno denominado El Mineral, en el municipio de Macuspana en el estado de Tabasco. Pero al llevar a cabo el arrendamiento de este terreno la Compañía se enfrentó a un problema con otros herederos de esas tierras, que no eran pre-cisamente los descendientes de Simón Sarlat.Esos terrenos habían pertenecido a Ventura Hidalgo quien obtuvo el título de propiedad expedido por el gobierno federal, en 1884, unos años después, Hidalgo vendió un determi-nado número de hectáreas, mediante contratos privados, al doctor Simón Sarlat, los cuales fueron debidamente registrados. Sin embargo, los impuestos prediales no fueron pagados por ninguno de los dos propietarios durante años. Lo cual, más adelante, causaría problemas sobre los legítimos derechos de los herederos de la propiedad total del predio El Mineral.Ventura Hidalgo murió intestado en 1901 y su viuda, Virginia Solano –quien resultó que no era su esposa– manifestó la propiedad completa a su nombre, incluyendo la parte vendida a Simón Sarlat en El Mineral. Ella aunque sabía que la propiedad se había fraccionado para su venta, tenía en su poder la escritura original de 1884 que amparaba la propiedad total del predio y que pretendía usar para contratos con la S. Pearson, para asegurar sus derechos so-bre la propiedad, Virgina Solano comenzó a pagar las contribuciones en 1901.La S. Pearson and Son adquirió los derechos sobre las tierras de Sarlat y de Virginia Solano, pero surgieron dudas respecto a la propiedad, de la que se negaban los datos verídicos por parte de la viuda, ostentándose ella como propietaria única y sus abogados empleaban to- da clase de recursos para vencer en este conflicto de herencia a los Sarlat. Por ejemplo a la S, Pearson no se le entregaba el expediente del juicio sucesorio que se decía perdido.Por otro lado parecía que los abogados de Solano estaban en pláticas con otras compañías y para no perder tiempo, el abogado de la Pearson, Alfredo Duplán había celebrado con la viuda un contrato de exploración y explotación, por 25 años, incluyendo la parte Sarlat, con opción a compra durante ese tiempo. Poco después de haber firmado el contrato, Virgi- nia Solano se arrepintió y empleó toda clase de recursos para que se anulara sin conseguirlo, arreglándose ese conflicto un tiempo, hasta que la señora Sarlat envió los documentos que amparaban la compra de terrenos en El Mineral. El resultado fue la anulación del contrato con Solano ya que se fundaba en el falso supuesto de que ella era la única dueña del terreno. Con este conflicto legal la Pearson resultaba beneficiada, pues le daba la ventaja de evitar que la misma señora pudiera pretender la desocupación de los terrenos mientras se reconocían los derechos de la sucesión Sarlat, por lo que la compañía no tenía ningún problema con el uso del subsuelo y la explotación del recurso petrolífero que ahí se encontrará. (María de Jesús

Cubas Maza)

AHP, Expropiación, caja 3 235, expediente 82 237, 102 fojas.

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Proceso en contra de Tomas Marshal, cajero del campo Los Naranjos

En 1922 se presentó un conflicto legal con Tomás Marshal, cajero del campo Los Naranjos, propiedad de la Compañía Mexicana de Petróleo El Águila. El problema se suscitó cuan- do este campo fue visitado por un auditor viajero de la propia compañía, Arturo Walters, quien llevó a cabo una inspección de la caja a cargo de Marshal y encontró en ella un faltante de ocho mil novecientos veintiún pesos con setenta centavos, cantidad de la cual dispuso el cajero sin que pudiera comprobar la aplicación que le había dado a ese dinero, por lo cual se vio obligado a firmar recibo por la cantidad antes citada.Después de comprobarse el desfalco de Marshal, se envió al campo Los Naranjos, a un aboga-do de la compañía, quien trató de revisar las cajas de dicho campo a lo cual Marshal se negó, a pesar de que el auditor viajero ya se lo había pedido, para que hiciera entrega de su contenido al nuevo cajero. En vista de que Tomás Marshal se negaba a entregar las llaves de las cajas, se procedió a la vía legal y se solicitó que miembros del Juzgado Primero Municipal de Amatlán se trasladaran a Los Naranjos para que dieran fe de lo que se encontrara dentro de las cajas al ser abiertas. Finalmente Marshal accedió a presentarse en las oficinas y abrir las cajas.La causa criminal fue presentada formalmente en el Juzgado el 10 de junio de 1922 por Car-los F. Cummings como apoderado de El Águila, en contra de Tomás Marshal por el delito de abuso de confianza, teniendo como base para la acusación, el comprobante firmado por el mismo excajero, en el cual aparecía claramente el desfalco de $ 8 921.70 y que era la úni- ca manera fehaciente de comprobar sin género de dudas el robo cometido. En el acta levan-tada se pidió se abriera la averiguación correspondiente y se dictara auto de formal prisión en contra de la persona o persona que resultasen responsables.En agosto del mismo año se presentó un desistimiento de la querella presentada por El Águila en contra de Tomás Marshal y el resarcimiento de daños y perjuicios, ya que éste había resti-tuido a la compañía petrolera, la cantidad desfalcada. También renunciaba a cualquier acción que conforme a la ley, pudiera ejercitar en contra de la compañía por la acusación que ésta había entablado en su contra. De inmediato se dio la orden al alcalde de la cárcel para que escribiera la boleta de libertad del acusado. Marshal quedó en libertad el 19 de agosto de 1922. (María de Jesús Cubas Maza)

AHP, Expropiación, caja 3 444, expediente 85 399, 61 fojas.

Nacionalidad Mexicana de la petrolera El Águila

En correspondencia fechada en septiembre de 1923, se encuentran una serie de oficios inter-cambiados entre Robert D. Hutchison, vicepresidente de la Compañía Mexicana de Petróleo

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El Águila y abogados de la misma compañía, tales como Francisco Diez Barroso y Xavier Icaza Jr. El objetivo de esta correspondencia era el envió de varios ejemplares del número 102 de la Gaceta Oficial del estado de Veracruz, correspondiente al 25 de agosto de 1923, en el cual salió publicado el certificado expedido por la Secretaría de Relaciones Exteriores, en el que se hacía constar la nacionalidad mexicana de la Petrolera. Se habían solicitado esos ejem-plares para guardarlos en el archivo de la propia compañía. También se remitieron a todas las subdelegaciones legales de Veracruz, para que en caso de problemas judiciales, los abogados que la representaran estuviesen enterados de que la situación de El Águila era diferente a la de las otras compañías que eran extranjeras.Al mismo tiempo se enviaron ejemplares de la gaceta y copia del certificado de mexicanidad de la compañía al gobernador de Veracruz y al Archivo General del estado para su conocimiento y fines correspondientes. El traslado de esta confirmación al Archivo fue comunicado por el secretario de Gobierno de Veracruz al abogado Xavier Icaza Jr. Quien informó a todo el De-partamento Legal de la Compañía El Águila. (María de Jesús Cubas Maza)

AHP, Expropiación, caja 3 444, expediente 85 421, 8 fojas.

Gajes del oficio (1922)

En el año de 1922, Carlos F. Cummings presentó a H. H. Hallatt, del Departamento de Te-rrenos de la Compañía Mexicana de Petróleo El Aguila S. A., un informe sobre la investigación que se había hecho de los posibles derechos de los sucesores de María Práxedes Rosas y su esposo Vitervo Rosas en los lotes 34 y 35 del predio Cincuenta, ex hacienda San Gerónimo, en el estado de Veracruz. En ese informe se denunciaba la ineptitud de J. Knight, encarga- do de verificar los derechos de los sucesores de los esposos Rosas.El 23 de octubre salieron Cummings y J. Knight de Tampico, rumbo a Los Naranjos, Ver., pasaron la noche en el campamento Las Lomas. Al día siguiente emprendieron el camino al llegar al cruce de camino que va a Rancho Viejo otra localidad vecina J. Knight se separó de Cummings diciendo que iba a entrevistar a los dueños de los lotes 34 y 35 del predio Cincuenta en el Rancho Viejo, con la intención de convencerlos de que firmarán el contra- to del subsuelo para El Aguila, ya que no se tenía la seguridad de que quisieran hacerlo. Ante esta propuesta, Cummings consideró que no era necesaria su presencia ya que no existían elementos legales para discutir, sino únicamente cuestiones de orden práctico, como los ge-nerales de los contratantes y las cantidades que recibirían los propietarios, por lo cual siguió su viaje a Los Naranjos. Al reunirse por la noche, J. Knight le comentó que se tenía que incorporar a la lista de ven-dedores a la menor de la familia Rosas, llamada Hilaria. Cummings no encontró dificultad

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en esto. El problema fue de carácter técnico, ya que el 25 de octubre, al pasar en limpio los borradores de los contratos que debían firmar J. Knight y los sucesores de Rosas, Cummings se encontró con la sorpresa que Knight no podía escribir una sola palabra en máquina, alegando el desconocimiento de las dos que bondadosamente puso a su disposición el superintendente del campo Los Naranjos, A. S. Gulston. Ante esto, Cummings, con el objeto de ahorrar tiempo, hizo nuevamente los contratos y lo que el señor Knigth le dictaba. Para Cummings, esta situa-ción no era nueva, ya que menciona que esto ocurría frecuentemente con los empleados del Departamento de Terrenos que lo acompañaban porque no sabían escribir en máquina. La perdida de tiempo que hubo por las vanas tentativas de Knigth para escribir en la máquina, retrasó hasta mediodía la partida de Knigth a Rancho Viejo. Antes de salir, Cummings lo instruyo en caso de que algunos de los contratantes no supiera escribir, con lo que dio por terminado su asesoramiento al empleado, puesto que ya lo había puesto al corriente de lo que podía acontecer en el Juzgado Municipal al celebrar el contrato y la manera de convencer a los propietarios para firmar. Así que Cummings no encontró motivo para acompañarlo por esos malos caminos a Rancho Viejo. La sorpresa de Cummings fue notaria cuado Knight le comunico que los propietarios de los lotes se negaron a firmar y que no tenía intención de volver hacer un nuevo viaje y que lo prudente sería esperar e insistir pasado un tiempo. Cummings no dijo nada, pero sí acuso a Knigth de su ineficiencia. Sin embargo, H. H. Ha-llatt, encargado del Departamento de Terrenos, le respondió que verificaría la autenticidad de lo relatado por Cummings pues conocía el trabajo de su joven empleado que era un buen mecanógrafo que escribía con limpieza y rapidez. Cummings no respondió.Por otra parte se sacó en claro que Vitervo Rosas tuvo una esposa y una concubina, procreó nueve hijos y los derechos sucesorios tenían que comprobarse para negociar el arrendamien-to de los lotes. (Mireya González Peñaloza)

AHP, Expropiación , caja 3 422, expediente 85 089, 21 fojas.

Llanto de la comunidad de San Miguel Grande por unas tierras

El 30 de mayo de 1922 la Congregación de indígenas de San Miguel el Grande, Papantla, Veracruz solicitaron al gobernador terrenos propios para dedicarlos a la agricultura tal y como lo hacen los pueblos vecinos en los siguientes términos “…y creyendo de justicia el que nos dote de tierras, toda vez que este es el anhelo del Gobierno actual, por creerlo de necesidad vital para el engrandecimiento de la Patria y de redención para las clases sufridas, esperamos confiados en que oirá usted nuestras razones..” Los terrenos que pedían eran los que la com-pañía Oil Fields of Mexico Company les arrendaba en la finca de Palma Sola a precios muy altos y consideraba la comunidad de San Miguel, que no causaría ningún perjuicio, ya que

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esta compañía poseía casi todo Papantla. En realidad, la Oil Fields era una filial de la compa-ñía petrolera El Águila dueña de los terrenos solicitados. La respuesta del gobierno tardó en recibirse al contrario del movimiento que se generó en la Sección Legal de El Águila a cargo del licenciado Xavier Icaza, para preparar la documentación de oposición a la solicitud de los vecinos de San Miguel. Los licenciados Manuel Flores y Xavier Icaza recibieron información relativa a la organiza-ción de un Comité Agrario Local en San Miguel y con ello el padrón agrario, se recomendaba tener mucho cuidado con las trampas de los agraristas que generaban padrones de manera arbitraria “…con datos falsos, incluyendo a personas que no son agricultores o que tienen otros medios de vida cimentados y conocidos”. El 3 de diciembre de 1924, Roberto Vega D. miembro de la Comisión Nacional Agraria en Veracruz se entrevistó por orden de Jorge G. Aduna, con los miembros de la Congregación de San Miguel y ayudado por un intérprete, ya que en la comunidad se hablaba totonaco, se preguntó por la solicitud de dotación de tierras, ante su sorpresa, los indígenas le contaron que funcionarios de El Águila se habían presentado en 1922, Rafael García y Arturo Payne, y habían levantado un acta donde el pueblo negaba haber solicitado dotación de tierras porque “se encuentran bien con los terrenos que la Compañía de El Águila les arrienda no necesi-tando más tierras; que aunque ellos pagan $23.00 veintitrés pesos la hectárea por sembrar vainilla y $5.00 cinco pesos para maíz, no queriendo que el Gobierno les regale tierras por estar conformes en pagar su arrendamiento a compañías…” Roberto Vega señalaba incluso que el agente municipal en San Miguel el Grande era el guardabosque de la petrolera, quién amenazaba y amedrentaba a los campesinos para que pagaran las rentas. Esas irregularida-des impedían que se formara el padrón agrario en la zona, con está acusación acababa su informe Vega.El 11 de diciembre de 1924, Xavier Icaza presentó ante la Comisión Local Agraria, la oposi-ción de la petrolera a la solicitud de dotación de ejidos sobre terrenos de Palma Sola y San Miguel el Grande basada en los derechos adquiridos por la Cía. El Águila tiempo atrás. La decisión quedó en manos del gobierno de Veracruz y no en el llanto de la comunidad de San Miguel, patrón de casos difíciles. (Mireya González Peñaloza)

AHP, Expropiación, caja 3 431, expediente 85 229, 38 fojas.

Conflictos entre veladores y autoridades municipales

El 27 de marzo de 1922, Harry Hadfield Hallatt, representante legal de la Compañía Colonia El Águila, S. A., promovió una queja ante la Presidencia Municipal del Puerto de Tampico,

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motivados por actos de la policía contra los veladores de la Compañía, quienes habían ido a prisión por realizar su trabajo en las calles de la Colonia.En la exposición de motivos, se explicaba que la Séptima Demarcación de Policía de Tam-pico molestaba a los veladores de la Colonia, prohibiéndoles que transitaran por las calles con armas y llevaran una linterna encendida que les permitiera diferenciarlos del resto de las personas que cruzaban por la calle, violando con ello la libertad de trabajo. Tiempo atrás los veladores estaban armados, pero por indicación de la policía las armas fue-ron retiradas y simplemente llevaban consigo una linterna, un silbato para comunicarse entre sí y estar alertas durante la noche, además de un bastón de madera, para darse a respetar.Pero eso no fue todo, ya que los hechos culminaron con la aprehensión y reclusión de los veladores por la policía, como si se tratara de delincuentes. Se narra que el día 25 de marzo, miembros de la Séptima Demarcación de Policía obedeciendo órdenes del inspector de la Policía Montada, aprehendieron a los empleados Román Fuentes, Lucas Carreón, Grego-rio García, Miguel Contreras, Genaro Castillo, Silvino Rivera, Anastasio Torres y Gil Gasca, veladores de la Colonia. Habían sido llevados a prisión y liberados hasta el día siguiente. La noche del 26 de marzo, se presentaron nuevamente a prestar sus servicios y por segunda ocasión fueron conducidos a prisión. Independientemente de la violación que se cometía a la libertad del trabajo, la Compañía creía que en el presente caso existía una mala inteligencia de las autoridades, se les hacia imposible que el inspector de policía o sus subalternos prohibie-ran a una empresa privada vigilar sus bienes, instalaciones y orden de la citada Colonia.Por todo ello, H. H. Hallatt solicitaba que los veladores no fueran incomodados ni pertur-bados en el cumplimiento de su deber y con ello a la misma compañía que representaba. (Susana Correa Ibarra)

AHP, Expropiación, caja 3 441, expediente 85 342, ff. 153-154.

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Vistas de las bodegas de asfalto y dependencias anexas consumidas por el incendio de la planta de asfalto, Refinería de Minatitlán, Ver. 1916 AHP. Expropiación, exp. 79 362

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Trabajos de salvamento del derrame e incendio del Pozo Dos Bocas San Diego de la Mar, Ver. 1908AHP. Expropiación, exp. 81 766

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La inestabilidad política y social que había en México a consecuencia del movimiento armado iniciado en 1910, mantenía preocupados a los funcionarios de la Petrolera El Águila como se lee en la carta de T. J. Ryder a John B. Body.

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DOCUMENTOS

Ciudad de México a 7 de diciembre de 1914

John B. Body, Esq.,#47 Parliament St.,L o n d o n

Apreciado señor Body:

Recibimos su atenta del 21 de octubre hasta el pasado día 10, fecha desde la cual toda co-municación con el exterior quedó interrumpida excepto por cable, la que también quedó muerta por un día. Muchas veces, antes de recibir su carta y aún después, he pensado en escribirle pe- ro lo he ido dejando pasar por una u otra razón. Desde el pasado 1o. de octubre, antes de quedar aislados e incluso desde entonces, la ciudad de México ha estado plagada con supuestas noticias, generalmente rumores locos y extrañas suposiciones concebidas en las mentes fértiles de gente sin quehacer incluyendo a los políticos y a los traficantes de chismes. Por supuesto, conforme esos rumores pasan de boca en boca, se distorsionan y crecen en sensacionalismo, sólo para terminar siendo falsos o ca-recer de bases concretas. Esas invenciones eran a no dudarlo creadas exprofeso o el producto del miedo o la esperanza, según el estado de ánimo del creador y de los diseminadores. De todos modos, a mi juicio no hay nada suficientemente plausible o auténtico para que valga la pena incorporarlo en una carta para usted, pues soy definitivamente contrario a participar en manera alguna diseminando información, a menos de sentir que hay alguna base para ello; de otro modo sería sólo una perdida de tiempo para usted y para mí. Puedo decirle sincera-

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mente que lo sucedido hasta ahora –de lo cual sin duda ha estado usted debidamente infor-mado por la prensa– se apega a lo que yo esperaba. Por supuesto durante mucho tiempo to-dos hemos estado convencidos de que no había esperanza de arreglar las dificultades entre [Francisco] Villa y [Venustiano] Carranza y tanto la salida de Carranza como la llegada de Villa concuerdan con el programa concebido por nosotros. También desde el principio habíamos esperado, desde hace un par de meses, que Villa y [Emiliano] Zapata trabajarían juntos, no obstante, hemos tenido varios periodos de inestabilidad transitoria durante los últimos diez días, que provocan nuestras dudas en cuan-to a las esperanzas de la materialización de esa posibilidad. Una de las sorpresas más agradables que han experimentado en los tiempos recien-tes los habitantes de la ciudad de México ha sido, hace casi dos semanas, la entrada, com-parativamente pacífica y admirable, de los zapatistas. Este grupo era considerado hasta ahora como de bandidos o salvajes, pero su conducta después de que entraron en la ciudad probó que eran ángeles, si los comparamos con sus predecesores en la ocupación de la capital; y esto se acentúa más por el hecho de que carecían absolutamente de fondos o de medios de subsistencia, no obstante lo cual prevaleció un orden perfecto y tanto las confiscaciones como los saqueos cesaron totalmente a partir de su entrada, con excepción de algunos hechos de menor escala en ciertos suburbios. El cambio de sentimientos a favor de los zapatistas, como en contra de sus prede-cesores por parte de la población de la ciudad, fue una revelación sin precedentes, dada nues-tra información sobre los antecedentes de los zapatistas. A juzgar por los acontecimientos recientes, me inclino a pensar que Villa y Zapata han estado en contacto desde hace algún tiempo a través de emisarios personales de uno y de otro, y se han prometido mutuamente comportarse bien y poner en vergüenza a su común enemigo, cuya desaparición del escenario central es vista como un gran beneficio para la na-ción en general. Le envío adjunto el gabinete del Presidente Eulalio Gutiérrez, tal como ha sido en-listado hasta ahora. Entiendo que existen muchas riñas entre los seguidores de la revolución que sienten haber sido relegados en la distribución de beneficios; muchos de ellos protestan contra los nombramientos de Valentín Gama1, Felícitos Villarreal2 y José Vasconcelos, argumentando que los servicios que brindaron a la revolución no se equiparan con el reconocimiento que

1Ingeniero potosino, había sido director del Observatorio Nacional y profesor de la escuela de Ingeniería. Car-ranza lo nombró rector de la Universidad Nacional. N. del T.2Nombrado secretario de Hacienda del gobierno de la Convención, ya había sido encargado del despacho de esa misma secretaría por Carranza en 1914 y desempeñó el cargo durante menos de un mes. Había sido maderista y tenía relación muy cercana con los funcionarios de la compañía petrolera El Águila. Sobre esa relación cercana, puede verse el expediente 73 471 del AHP, la carta de J. B. Body desde Londres, el 3 de diciembre de 14, a Ryder donde le dice: “Es ciertamente muy afortunado el tener un gran amigo como don Felícitos en este crítico periodo.” N. del T.

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les ha sido acordado. Sólo el tiempo dirá si esas protestas llevan o no a algún lado. Mien- tras tanto, aunque yo pueda estar equivocado respecto a mi sensación de la fuerza que tiene el señor Villarreal con los villistas, mi impresión es que durará y aguantará bien. No lo he visto desde hace un par de días, pues nuestra última entrevista fue el jueves pasado cuando me buscó para decirme que Villa le había encargado reorganizar la nueva dirección de los Ferrocarriles Nacionales de México, en vista de la ausencia de los miembros del directorio que habían sido designados durante el régimen de Carranza. De hecho, me pidió le recomendara un candidato para director, con el objetivo especial de superar la fuerza que tiene H[enry] C[lay] P[ierce]3 en el Consejo, lo que hemos discutido ya en varias ocasiones. No sabía de nadie a quien recomendar cuando me lo preguntó y le dije sencillamente que no sentía yo tener ningún derecho o título por el cual pudiera hacer sugerencias al respecto, aunque per-sonalmente esperaba que, por el bien de México, no se debía reforzar la posición de H[enry] C[lay] P[ierce]. Me dijo que Villa ya había estado de acuerdo con los nombramientos de Francisco Escudero4 y José Vasconcelos y que por tanto no se podían fácilmente cambiar y que además de ellos, él no podía pensar en otros más allá de de Lima y él mismo. Le dije que si yo tuviera el asunto en mis manos eliminaría tanto a de Lima como a Vasconcelos, pues yo estaba convencido de que ambos eran gente de Pierce y, para el conocimiento de usted, me gustaría decirle que estoy seguro de eso5. Aquí se realizó ayer un extenso desfile de las fuerzas de Villa y de Zapata, encabeza-das por ellos y sus correspondientes equipos, y, sin exagerar, había 30 000 soldados, quizá más. El desfile tomó unas cinco horas. De acuerdo con nuestra información, Guadalajara, Saltillo, Monterrey y Tampico así como todo el territorio al sur de Puebla, incluyendo los estados de Veracruz, Tabasco, Chiapas, Campeche y Yucatán están en posesión de los carrancistas, pero, por el desconten-to que sin duda se produce en las filas carrancistas y la fuerza demostrada ayer aquí por las facciones opositoras, se garantiza la expectativa de que todo el territorio al norte y al oeste de una línea directa desde Tuxpan hasta Acapulco estará pronto en las manos de los conven-cionistas, con la posible excepción de pequeñas oposiciones aquí y allá que serán eliminadas muy pronto. Es también muy posible que Puebla caiga también en manos convencionistas

3Se refiere al petrolero estadounidense Henry Clay Pierce, el principal competidor petrolero de El Águila y rival abierto. N. del T.4Abogado, había sido diputado al momento de la caída de Francisco I. Madero y votó en contra de su renuncia. Ministro de Relaciones Exteriores. N. del T.5En efecto, Vasconcelos había trabajado como abogado para la petrolera estadounidense Waters Pierce y era enemigo declarado de El Águila, fundamentalmente porque le parecía que lord Cowdray había recibido “onero-sas concesiones” de parte de Porfirio Díaz, y que, “se reparten acciones liberadas a los principales de la camarilla porfiriana: Don Guillermo De Landa y Escandón y los más próximos parientes del dictador”. Ver Vasconcelos, José, La Tormenta, Ediciones Botas, México, 1936, p. 32. N. del T.

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gracias a los esfuerzos de los zapatistas. No se sabe públicamente aún cuándo y qué pasos darán los convencionistas para atacar a los carrancistas entre Puebla y Veracruz, pero sin du-da se darán muy pronto esas acciones militares. El único periódico que se ha publicado aquí desde hace una semana ha sido el Mexi-can Herald, hasta ayer en que El Monitor y La Opinión aparecieron por primera vez. Hasta ahora la única comunicación ferroviaria con la frontera es la de El Paso, Texas, por medio del viejo Ferrocarril Central Mexicano. Adjunto le envío un memo con la situa-ción de las comunicaciones por ferrocarril. No hemos recibido correo de Londres o de Estados Unidos desde hace unas cinco semanas aproximadamente. Así que estamos enviando todo nuestro correo por Veracruz y por otros puertos del Golfo vía El Paso, Texas, a/c Langbehn, Galveston y se han dado instruc-ciones de que todo el correo desde esos puntos nos sea enviado por el primer buque destinado a los puertos norteamericanos del Golfo, incluyendo la Línea Ward, para ser enviados desde La Habana a través de Key West. En días recientes he decidido arriesgarme a reanudar operaciones en el Departa-mento de Ventas hacia todas las agencias nuestras en las secciones dependientes de Tampico del Norte, Este y Centro de la república. Para ello ya he dado las instrucciones pertinen- tes pero no se podrán aplicar hasta que los convencionistas estén en posesión de Tampico e incluso de Monterrey. Esto significa embarques lo más pronto posible de dos mil toneladas aproximadamente de productos petroleros de Minatitlán a Tampico para ser reenviadas tan pronto las condiciones lo permitan. Al mismo tiempo he ordenado reanudar operaciones en la costa Oeste desde donde se ha pedido el embarque de unas 700 toneladas de productos petroleros vía Salina Cruz. Continuamos recibiendo perversos ataques en nuestra contra, aunque hasta ahora han aparecido, por fortuna, en periódicos sin importancia. Estamos desde luego muy pen- dientes de la necesidad de defender los intereses de la compañía contra cualquier ataque for-mal en la prensa o emanado de fuentes oficiales y estaremos igualmente alertas para defender los derechos de que gozamos en virtud de nuestras concesiones federales. En las últimas cuatro o cinco semanas hemos tenido condiciones muy difíciles pa- ra proteger y defender a la compañía contra las pérdidas, pero la situación se ha tornado aún más difícil por la falta de comunicaciones. El tiempo que se requiere para atender estos asuntos inusuales, para preparar cartas y cables, y para la discusión de las más necesarias para alcanzar lo que se pretende, nos reduce la posibilidad de atender y pensar en otros muchos asuntos importantes. Esto produce mucha tensión y nerviosismo y apenas nos consuela el saber que las condiciones actuales hacen imposible que logremos algo más; en otras palabras, hemos estado haciendo cosas, pero no hemos tenido el tiempo para escribir sobre ellas. Recibí con muchísimo gusto su atenta del pasado 21 de octubre y espero sincera-mente que a partir de entonces haya retomado el firme control de las cosas.

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A pesar de no tener bases sólidas para mi afirmación, siento que hoy, con los cam-bios de la situación política, existen menos razones para temer que se den acciones drásti-cas contra nosotros, aunque no quiero por ningún motivo dar pie a la idea de que estamos completamente fuera de peligro, sí pienso que estamos mejor con el nuevo poder que con los que le precedieron inmediatamente. Con mis mejores deseosRyder [Rúbrica]

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ARTÍCULOS

Se publica un fragmento del capítulo 2 “La formación de una mano de obra in-dustrial: los trabajadores del petróleo” de la investigación realizada por Rebeca de Gortari Rabiela titulada Les travailleurs de l’industrie du petrole au Mexique. La ré-gion du Golfe du Mexique: naissance de l’industrie, formation et intégration de la classe ouvriere, 1911-1921. Tesis de tercer ciclo en Historia. Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales, Paris, 1983.

Notas sobre el trabajo en la industria petrolera en México

Rebeca de Gortari Rabiela*

D esde sus inicios, la industria petrolera en nuestro país se estableció sobre bases al-tamente tecnificadas que significaron la inversión de amplios volúmenes de capital

en maquinaria, terrenos, edificios, transporte, oleoductos, etc., pero cuya explotación y pro-ductividad se apoyó en un amplia masa de mano de obra a muy bajo costo, “equilibrando”, de esta forma, la fuerte erogación de capital invertido en la industria1. Ya que si bien existió una alta tecnificación en las labores de la industria, la productividad se apoyó en gran medida en el empleo intensivo de la mano de obra, más que en el uso extensivo de la tecnología. Sin embargo, su utilización conllevo dos procesos paralelos: por una parte, dadas las nece-

*Investigadora de la Facultad de Economía de la UNAM.1“En los Estados Unidos con una inversión hasta el año de 1933 estimado en 12.000.000.000.00 dólares, se había obtenido una producción hasta el 31 de diciembre de ese año de 15.690.379.000 barriles con un valor de $19 510.984.000.00 dólares; significando esto una recuperación por unidad de inversión de 1.6. En México con una inversión hasta el 31 de diciembre del mismo año, de 960.000.000.00 de pesos, se habían obtenido hasta igual fe-cha una producción de 1.699.262.008 barriles con un valor de $3.146.224.929.00 pesos lo que acusa una recupe-ración por unidad de inversión de 3.3.”, así pues, en los Estados Unidos la industria petrolera pagó impuestos y jornales que son aproximadamente el cuádruplo de lo que se pagó en México; el rendimiento por persona ocupada en nuestro país fue aproximadamente el triple de lo que se obtuvo en Estados Unidos y la recuperación de la inver-sión del capital en México ha sido casi el triple comparada con la de Estados Unidos.” en Baez, J.D. “Algunos as-pectos de la industria petrolera en México”, Revista de Economía y Estadística, Secretaría de la Economía Nacional, 1935, III, 30 diciembre, pp. 24.

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R E B E C A D E G O R T A R I R A B I E L A

sidades de la industria fue necesario extraer y atraer fuerza de trabajo de otras industrias y actividades; y por otra debido a que la tecnología empleada implicaba una oferta de trabajo de cierta calificación se hizo necesario prepararla; y en ese entonces únicamente los extranje-ros podían proporcionarla; al avanzar la industria se fue “socializando ” esta preparación al resto de los trabajadores. Así, el grueso de la mano de obra la formaban los obreros no calificados, que aprendie-ron sobre la marcha,2 junto a un reducido número de técnicos principalmente extranjeros “calificados”3. Que se encargaban de dirigir y vigilar el proceso de producción, dentro del cual sobresalían tres ramas principales: la exploración y explotación de los campos extracción, la distribución y la refinación, en las que había diferencias, radios de acción distintos y operaban en general en zonas diversas. Ahora bien, debido a la orientación de la industria, la mayor parte de las compa-ñías concentraron sus esfuerzos durante las primeras décadas en la explotación de los pozos petrolíferos que estaba destinada a extraer el mayor volumen de combustible. De ahí que requirieron de una gran masa de obreros para las labores de perforación y extracción del petróleo, los cuales debido al carácter de estas actividades, la duración de los trabajos depen-de de la capacidad productiva de los pozos, y a fin de mantener bajos los costos de produc-ción, utilizaban en general trabajadores transitorios, esto es contratados por obra terminada, junto a los técnicos extranjeros que eran de planta. Sin embargo, debido a la diversidad de las obras que se realizaban, desde un principio se estableció una amplia división del trabajo y una jerarquía bien delimitada, guiada princi-palmente por criterios técnicos cuya asignación a las diversas tareas dependía del origen de trabajador empleado en ella; así, había desde los que provenían directamente de las labores agrícolas despojados de sus tierras o que emigraban en busca de mejores condiciones de vida y de trabajo, que carecían de calificación y que podían ser empleados en cualquier ocupa-ción: albañiles, pintores, tuberos, peones, etc.; otros más, desplazados de algunas industrias: electricistas, soldadores, etc., o de los ferrocarriles: mecánicos, engrasadores, fogoneros, maquinistas, etc., hasta los técnicos, generalmente extranjeros: perforadores, medidores, probadores, mayordomos, etc. Que completaban el cuadro de los campos petroleros, Como consecuencia, desde un principio se estableció una jerarquía ocupacional que atendía, por un lado, a diferencias entre extranjeros y mexicanos y después tanto a antecedentes de trabajo, como a la capacidad para realizar actividades diversas por su escasa preparación.

2“El funcionamiento de la industria fue aprendido rápidamente por los obreros pues a raíz de la invasión norte-americana en 1914, los altos funcionarios de las compañías se trasladaron a los barcos que había anclado en el puerto de Veracruz y la industria siguió funcionando por espacio de seis meses a cargo de los trabajadores mexicanos”. El petróleo de México, Gobierno de México, p. 15.3“En un principio se trabajaba con absoluto empirismo. Y esta situación se agravaba en lo que toca a la Huasteca. Los operarios yanquis eran desesperados a quienes se reclutaba con el ofrecimiento de pingues ganancias. No sabían en su mayor parte, nada de petróleo y venían a México a hacer su aprendizaje”. García Granados, Jorge, Los veneros del diablo, México, Eds. Liberación, 1941, pp. 38-39

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I N D U S T R I A P E T R O L E R A E N M É X I C O

En las labores de refinación, la atracción de mano de obra fue menor, debido a que, en primer lugar la mayoría de las compañías dirigían su atención a la extracción de petróleo sin refinar para enviarlo al exterior, y las plantas que se establecieron eran escasas; después a los trabajos desarrollados en ellas requerían de cierta capacitación y por último a que se empleaba un número menor de mano de obra debido a la mecanización del proceso. Así, en general, los obreros empleados en la refinación, a diferencia de los campos eran, de planta y por el tipo de actividades que ahí se realizaban estaban a cargo de un técnico que en la prác-tica los capacitaba paulatinamente,4 llegando a lograr una especialización bastante adecuada por el tipo de refinerías de aquel entonces. En los campos, la mayoría de los obreros eran transitorios y por lo mismo tenían gran movilidad, y si bien existía una amplia división del trabajo, no se requería una alta cali-ficación, misma que se perdía por la dispersión y transitoriedad con respecto a los centros de trabajo, que dependían del volumen de producción de los pozos; en cambio, en las refinerías, donde la mayor parte de los obreros era de planta, se requería de una capacitación mayor que se adquiría en la práctica, y en consecuencia existía una división del trabajo más marcada por el uso de maquinaria moderna, y a causa de la concentración en los centros de trabajo permi-tía que se lograra una mayor estabilidad y una calificación mejor, sin que esto significara que hubiera una tendencia a lograr la especialización pues la política de las compañías no tendía a ello, dada la reducida capacidad de refinación. Al mismo tiempo, existían diferentes condiciones de trabajo que variaban en térmi-nos de categorías ocupacionales, obreros, empleados y administradores. Primero se establecía la diferencia entre obreros y empleados nacionales principalmente, en base a la cual se crea-ban sistemas de remuneración (sueldos y salarios), sistemas de seguridad social distintos y una serie de prerrogativas que variaban de acuerdo a las diferentes empresas; y la de los ad-ministrativos y empleados extranjeros generalmente remunerados en dólares, que no eran asimilados al personal nacional gozando de un estatus, particular dentro de las empresas.

Los campos petrolerosLas labores en los campos petroleros tienen por objeto la perforación y explotación de los pozos. Los cuales se componen de la siguiente manera:a) Localización e instalación del campo, que comprende la nivelación del terreno y la construcción de las instalaciones para la perforación.

4En las refinerías, “suya era la labor de manipular válvulas, regular presiones, mantener temperaturas precisas en las calderas, prender y apagar bombas. Ejecutaban estas funciones, siguiendo instrucciones de los superintendentes extranjeros. Sin embargo, una peculiaridad del diseño de las refinerías de aquel entonces, hizo muy especializadas sus funciones. La mayoría de la tubería estaba tendida bajo el suelo. Brotaban cañerías del piso, que ofrecían una válvula, una conexión o un indicador y luego volvían a seguir su curso bajo tierra. Solamente los operadores experimentados, que todavía incluían algunos que años anteriormente habían enterrado las líneas conocían la red subterránea que enlazaba tanques con alambiques, bombas con destiladores, serpentinas con desparafinadores”. Adleson, Lief ”Casu-alidad y conciencia: factores convergentes en la fundación de los sindicatos petroleros de Tampico durante la década de 1920”. Reunión de historiadores mexicanos y norteamericanos, Patzcuaro, Michoacán, octubre 1977, p. 16.

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b) La perforación propiamente dicha, que engloba cuatro operaciones: La perforación, la limpieza el entubamiento y el control del pozo.c) La puesta en explotación del pozo5. d) Estas tres fases del trabajo permanecieron durante las primeras décadas del siglo XX prácticamente sin alteraciones. De modo que las pequeñas modificaciones que experi-mentaron estuvieron dirigidas a mejorar las técnicas de trabajo para facilitar la ejecución de las tareas y disminuir los accidentes de trabajo, sin que por ello fuera afectada la or-ganización misma de trabajo. Dichas modificaciones fueron el resultado de una doble presión: por una parte, la competencia entre las compañías condujo a la introducción de innovaciones técnicas tales como la adopción del sistema de perforación rotativa introducido hacia 1918 con el fin de reemplazar el antiguo sistema de percusión que permitió obtener un mayor rendimiento de los pozos reduciendo los costos y el tiem-po de perforación. Por otro lado, la intervención de las autoridades gubernamentales a través de la puesta en práctica de una serie de reglamentos, junto a la vigilancia ejer-cida por los inspectores nombrados para dicho propósito, y que estuvo dirigida con el fin de racionalizar la explotación y la utilización del petróleo, del mismo modo que con el propósito de disminuir el número de los accidentes.

Localización e instalación del campo petroleroPor regla general, los trabajos de perforación eran organizados en equipos, bajo la autoridad de un perforador que dirigía y controlaba el conjunto de las operaciones. La primera tarea del jefe perforista, ayudado del guarda herramientas era la localización del sitio a fin de perforar y montar con dicho propósito la instalación del material de perforación, es decir la caldera, el motor y la torre, Los montadores, caldereros, bomberos y peones, participaban en dichas labores. De modo que una vez erigida la torre y el motor puesto en marcha, era colocada él trepano en el punto seleccionado para iniciar la perforación. Era ajustado, la [vis de ralonge] del cable y colocada el vástago apropiado.

La perforaciónLa perforación era efectuada por medio de una herramienta cortante llamada trepano, que era fijada al extremo de un vástago metálico accionado por el jefe perforador por medio de un péndulo horizontal que la alzaba y la dejaba caer cada vez con mayor profundidad a medida que avanzaba el sondeo. El trepano podía estar igualmente suspendido de una cuerda o cable

5Para llevar a cabo la perforación de los pozos se adoptaron dos sistemas. De una parte, el llamado de percusion o de «cable » y el de «rotación ». El primero era el mismo utilizado para la perforación de los pozos artesanos, pero adaptado a su nueva aplicación. En este la desagregacion del terreno se obtenía a través de un tariere animado de un movimiento alternativo de arriba hacia abajo. En el rotativo, la perforación era obtenida con un foret provisto de dientes que se movia a traves de un tige de tubos metálicos. Ambos eran alimentados por calderas de vapor. « Notas acerca de la perforacion de pozos y la conducción de petróleo en Mexico » Boletin del Petróleo, 1922, XIV, 1.

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accionado por un hombre en cargado de la torre. A fin de eliminar el lodo y los fragmentos de piedra acumulados en el fondo del sondeo por el trepano se proceda a la limpieza. El trabajo era interrumpido y remontado el vástago de la sonda. Se procedía entonces a descender un tubo unido en su extremo inferior de una gran cuchara abierta hacia arriba, para extraer los desechos; esta operación podía repetirse varias veces hasta que el hoyo estuviera vació. Reiniciándose nuevamente el trabajo. Era necesario igualmente, a medida que avanza-ba la perforación, garantizar las paredes del pozo de derrumbes y de infiltraciones de agua, con el fin de proseguir los trabajos y en consecuencia controlar la salida del crudo. Con ese propósito eran colocados los tubos en el hoyo, entubado a medida que avanzaba la perforación a través de los diferentes estratos. Generalmente se hacían de dos a cuatro entubamientos, de-pendiendo de la profundidad en la cual se encontraba el petróleo, que variaba de trescientos a seiscientos metros6. La duración de dichos trabajos era muy variable. Podía ir de dos a tres meses e incluso un año. Una vez terminada la perforación, era necesario controlar el pozo. Dicha operación era igualmente efectuada por el perforador, quien debía cerrar la válvula de control, opera-ción que no era nada simple. En efecto, a diferencia de otros países, en México el petróleo brotaba naturalmente debido a la mezcla de gas. El volumen de petróleo y la velocidad con la cual podía salir, hacia que en muchas ocasiones el control del pozo fuera difícil. En algu-nos casos el control de un pozo llevaba cerca de tres meses, lo cual ocasionaba la pérdida de importantes volúmenes de carburante sobre los terrenos circundantes. Junto al problema de que en su mayoría dichos trabajos casi nunca estaban exentos de accidentes; había el riesgo constante de que se incendiaran y explotaran, al cual se agrega-ban los problemas del uso y la pérdida de las herramientas. El carácter particular de dichos trabajos era la alternancia de periodos de trabajo in-tenso junto a períodos de inactividad. Ya que en ciertos momentos sobre todo en terrenos donde la propiedad estaba muy dividida una vez que se terminaba la perforación y logrado el control sobre el pozo, por razones de concurrencia, las compañías aplazaban la producción con el propósito de tener reservas.

La explotación de los pozosParalelamente a la explotación, era necesario establecer una serie de instalaciones para la co-mercialización del combustible. Es decir, las estaciones terminales ligadas a los pozos por un sistema de oleoductos. En ellas, el petróleo era almacenado para posteriormente dirigirlo a las refinerías de la misma manera que para el llenado de los barcos petroleros. Las estaciones terminales disponían generalmente de un local para las bombas, una caldera, un taller para las herramientas y las cisternas para el petróleo transportado, así como

6Ceuleneer, Paul de. Cónsul du Mexique a Gand. Les ressources petroliferes du Mexique et quelques donnees sur leur mode d’exploitation, s.p.i., 1926, pp.17-23.

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para aquel utilizado como combustible y finalmente recipientes para el aprovisionamiento de agua.

La conducción de petróleo por oleoductosLa segunda actividad importante en la industria petrolera la constituye el transporte del crudo extraído de los pozos. En México, dada la falta de medios de transporte para productos como el petróleo, fue necesario desde sus inicios encontrar una solución rápida: de ahí la construcción de un vasto sistema de oleoductos. El cual fue orientado en su mayor parte hacia las costas, con el fin de encontrar salidas hacia el mercado internacional. Orientación que obedeció funda-mentalmente a la relativamente rápida saturación del mercado interno, situación que, por otra parte, se complicó en el transcurso de estos años a causa de la Revolución. Pero la cual obedecía también, a las condiciones ventajosas de los mercados externos que ofrecían la po-sibilidad de obtener amplios beneficios. Es con esta orientación entonces, que comenzaron los trabajos de tendido de oleoductos, en dirección a las refinarías, y más particularmente hacia los centros de almacenamiento. Los oleoductos fueron instalados en su mayoría en los alrededores de ciertos puer-tos del Golfo de México, tales como Tampico y Puerto México, los cuales ofrecían relativas facilidades para atracar. De manera que dichos puertos se convirtieron desde un principio en bases seguras para la instalación de la mayoría de las compañías petroleras. A lo cual habría que agregar que los ríos Pánuco y Coatzacoalcos contaban con una profundidad suficiente para el pasaje de todo tipo de embarcaciones, lo que permitió establecer una comunicación suplementaria con los campos petroleros. No obstante, en otros sitios tales como la zona de Tuxpan, al sur de Tampico, las condiciones no eran las mismas. En efecto, la mayoría de los campos se encontraban alejados de los puertos antes citados y respecto a los campos cercanos por lo que era necesario ejecu-tar costosos trabajos a fin de que los barcos tanque pudieran atracar. Problemas que complicaban más la salida de productos a las pequeñas compañías, a consecuencia del costo elevado de los oleoductos, de las estaciones de bombas y de las ter-minales. Lo cual además, era también resultado del hecho de que la mayoría de los terrenos habían sido acaparados desde el principio por las grandes compañías y cuyo alquiler resulta-ba extremadamente oneroso. No obstante, y a pesar de dichas dificultades, las compañías se las ingeniaron para encontrar remedio a dicha situación. Para lo cual hacían la carga sin utilizar muelles de ama-rre y sin utilizar chalanes, prologando simplemente los oleoductos hasta el mar. El trabajo entonces de colocación de oleoductos era el mismo en ambos casos te-rrestre y marítimo y ello en la medida en que las canalizaciones marinas eran ensambladas primero, antes de ser llevadas al fondo del mar y conectadas a los cargadores.

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Así, eran elaborados los planes de localización una vez hecho, el reconocimiento topográfico del terreno y conocida de manera aproximada el trazo que debía seguir la canali-zación, para posteriormente proceder a la reglamentación de los derechos de paso por com-pra o alquiler permanente. Para el tendido de un oleoducto, se abría una zanja, se cavaban y se limpiaban se ensamblaban las canalizaciones de pasaje a las intersecciones con las vías férreas, se tendían puentes provisionales sobre los ríos, y si era necesario se trazaban caminos para facilitar el transporte y la manutención de la tubería y del material necesario para la instalación del oleoducto. Inmediatamente después era colocada la tubería a lo largo de la línea trazada. La canalización era ensamblada de manera definitiva una vez recubierta en petróleo crudo a fin de evitar el riesgo de oxidación. Cuando la apertura de la zanja resultaba excesivamente costosa, la tubería era directa-mente ensamblada en el suelo o sobre travesaños. Respecto a los conductos submarinos és-tos eran colocados sobre travesaños con el propósito de disminuir los riesgos de frotamiento que podrían conducir a su desplazamiento hacia el mar. Más tarde fueron ensamblados sobre pequeños carros colocados sobre vías. Una vez que los trabajos eran terminados, se calculaba la cantidad de petróleo que seria conducida por el oleoducto. Era verificado el grado de viscosidad del crudo, determinán-dose la localización de las estaciones de bombas intermedias si era necesario y las terminales que en general distaban de 20 a 30 kilómetros unas de otras.

ComentarioCabría abundar un poco más en la descripción de las labores en el tendido de los oleoductos submarinos, pues es una de las soluciones más interesantes, a mi parecer, que las compañías petroleras, o por lo menos El Águila, dieron al problema de abastecimiento de sus flotas de buques-tanque ante la falta de puertos. Además, nos remitiría a la cuestión de qué tipo de mano de obra se utilizaba para dichos trabajos. Quizá debería entrar aquí las labores de construcción de las instalaciones de almacenamiento, pues la gran producción se convirtió en un problema de gran magnitud una vez que las com-pañías descubrieron los grandes yacimientos. Por otro lado, la instalación de tanques tam-bién requirió la fuerza de gran cantidad de mano de obra.

La refinación A diferencia de otros trabajos de la industria, la importancia de las plantas de refinación esta radica en el hecho de la continuidad del proceso y en la estabilidad de sus tareas. Habiendo no obstante diferencias, de una planta a otra. Ya que la falta de homoge-neidad era una característica de la producción petrolera. Los productos obtenidos podían variar de una compañía a otra, del mismo modo que de un año al otro en función de la de-manda de cierto tipo de productos.

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Por otro lado, cada planta trabajaba a partir del petróleo procurado por los diferen-tes campos, el cual no siempre era el mismo. Su composición era variable y entrañaba dife-rencias de calidad a nivel del producto obtenido. Durante estos años. Dos fueron los sistemas de refinación utilizados en México. El más generalizado denominado “topping” extraía del crudo los productos más ligeros tales como gasolina cruda y petróleo combustible, los que eran posteriormente enviados al ex-tranjero, donde eran sometidos a refinación. En el proceso completo, la refinación se hacía en todas sus etapas, siguiendo un método preciso: la gasolina cruda y el aceite combustible eran sometidos a un nuevo proceso de refinación y a un nuevo tratamiento, el cual permi- tía obtener una variedad infinita de productos7. De ahí que aún marcando estas diferencias entre un proceso y el otro, el método de trabajo podría ser definido como “aquel en donde se opera de manera continua un proceso, es decir un conjunto de reacciones físico químicas desencadenadas a gran escala y dirigidas desde un laboratorio químico”8. En las refinerías, si bien el combustible pasa, primero por tests experimentales en laboratorio, las variaciones en su calidad o la composición del petróleo no entrañaban nece-sariamente la transformación de las instalaciones. Ya que independientemente del tipo de instrumentos y de aparatos utilizados, el “secreto de la refinación residía en las técnicas y procedimientos especiales estudiados experimentalmente y aplicados a cada uno de los pro-ductos elaborados por la plantas de refinación. De ahí la diferencia con una planta de trata-miento de metales donde el cambio mínimo del tipo de metal llevaba a la transformación de las instalaciones.

El laboratorioEl proceso de trabajo de una planta de refinación de petróleo reposa en la naturaleza química de la materia prima, con el fin de extraer y de crear productos finales. Cada fase de transfor-mación exige ciertas condiciones de temperatura, de presión y de grados de energía que ex-cluyen cualquier manipulación humana. De ahí que es solamente a distancia que los procesos son conducidos y guiados. Es el papel del laboratorio. En dicho lugar se procedía analizar el crudo a su arribo respecto a sus propiedades físicas y químicas, así como de otros aceites orgánicos utilizados para cortar y mejorar los destilados. A partir de dicho análisis eran establecidas las normas específicas que serian apli-cadas a todo lo largo del proceso. Dichas normas dependían no solamente de la composición del crudo, sino también de los derivados que se desearan obtener en función de las demandas

7López Portillo y Weber, José, «La industria de la refinación del petróleo en México » Memorias de la Sociedad Científica Antonio Alzate, México, 1923, 42, pp. 33-131.8Linhart, Robert, « Proces de travail et division de la classe ouvriere. La division du travail. » Colloque de Dourdan, Paris, Editions Galilée, 1978, p. 21.

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de la compañía. Normas que en consecuencia eran transmitidas a los diferentes departamen- tos de la planta.

El departamento de petróleo crudoEn las plantas primarias “topping” como en las completas, el departamento principal lo cons-tituía el del petróleo crudo. En las plantas completas se extraían todos los derivados obteni-dos en una refinería, es decir todos aquellos utilizados posteriormente en los departamentos de asfalto, de parafina y de gasolina. Del mismo modo que ciertos derivados utilizados para la obtención de aceites lubricantes y de combustible. Derivado este último que constituía el principal producto de las plantas primarias. El régimen de operaciones en dichas estaciones era entonces muy variable. Ya que la densidad de los destilados de cada alambique podía variar en una misma planta, habiendo la posibilidad de aislar cada aparato, ofreciendo así la posibilidad de obtener diversos tipos de productos. Cuyos métodos empleados eran preestablecidos por el laboratorio. Una vez que los alambiques eran llenados y el combustible repartido, la primera operación a la cual se procedía era el calentamiento del crudo se aplicaba a vapor y se controlaba la presión del gas y la temperatura. Para dicho tratamiento el combustible se evaporaba y los vapores ob-tenidos eran conducidos a los condensadores donde eran enfriados y liquidificados, pasando a las cámaras de inspección. Ahí, las canalizaciones se dividían en diversas ramificaciones que dirigían el petróleo hacia los diversos tanques de operación donde la apertura o la cerradura se hacia por medio de un sistema de válvulas. La duración del proceso completo variaba de 54 a 64 horas9.

El departamento de alambiquesLa operación a la cual se procedía enseguida puede resumirse de la manera siguiente: después de la primera destilación efectuada en las plantas de petróleo el líquido era dirigido hacia los alambiques de vapor. Era ahí donde se refinaba la gasolina, el querosín y el petróleo combus-tible, de acuerdo a un procedimiento análogo al utilizado en las plantas de petróleo crudo. Los destilados obtenidos eran enviados a los agitadores en donde eran mezclados con agua y sosa cáustica.

El departamento de asfaltoCuando el petróleo presentaba una alta composición de asfalto la fracción correspondiente era enviada a la estación de asfalto, cuya capacidad variaba de acuerdo al tipo de asfalto que se

9«Informe que rinde el C. Jefe de la Inspección del Petróleo en Minatitlán acerca del estado y las condiciones que guarda la refinería perteneciente a la ‘Pierce Oil Corporation ‘ establecida en Veracruz, estado de Veracruz », Boletín del Petróleo, 1918, VI, 1 julio.

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quisiera obtener. Ahí, el petróleo era calentado con el fin de separar el asfalto del aceite. Este último era enviado hacia otros alambiques para la obtención de aceites parafinados y gas oil. En algunos casos, había un pequeño laboratorio anexado a este departamento. Su función era la de probar las diferentes muestras con el propósito de alinear los resultados obtenidos en dicho departamento con las normas definidas por el laboratorio de la refinería.

El departamento de agitadoresComo lo mencionamos anteriormente, es en este departamento donde los diferentes des-tilados son mezclados con agua y sosa cáustica gracias a aparatos de aire comprimido. Los procedimientos de dicho departamento sin embargo no estaban integrados de manera fija y precisa a la marcha general de la refinería. En numerosas ocasiones su utilización se hacia dependiendo de las diferentes etapas de elaboración de cada producto. Y como en otros de-partamentos, la marcha de las operaciones era establecida directamente por el laboratorio. Los procedimientos utilizados hacían variar no solamente la proporción de los reactivos utilizados, sino incluso el tiempo de agitación, la temperatura e incluso el volumen de aire comprimido utilizado. Para la utilización óptima de dicho departamento y a fin de obtener un mejor con-trol de calidad, generalmente existía un pequeño laboratorio llamado de primeras pruebas a fin de controlar la densidad y la temperatura utilizadas durante el tratamiento de los aceites en los agitadores. Una vez salidos los productos de este departamento estaban listos para ser puestos a la vente.

El departamento de parafinaEn él se procedía a varias operaciones en las estaciones completas cuando se querían obte-ner aceites parafinados. Estos últimos una vez obtenidos eran inmediatamente enviados ha-cia la sección de serpentines. En donde el aceite era calentado y puesto en presencia de un volumen importante de vapor para disolver los cristales que dicho aceite contenía. De ahí, el aceite era pasado hacia los enfriadores donde era bombeado hacia una prensa frigorífica, en la cual era separada la parafina. Esta era entonces filtrada por medio de una prensa hidráu-lica, adhiriéndose los cristales a las prensas filtros y una vez lista la pasta, los responsables de esta labor, separaban la parafina de las prensas por medio de espátulas de madera. Una vez recogida la pasta, era de nuevo conducida hacia una serpentín de vapor, donde era calentada y liquidificada para ser bombeada hacia la cámara de sudado En esta última la temperatura era elevada por medio de un serpentín de vapor y 24 horas más tarde, la parafina estaba lista para ser enviada al departamento de agitadores donde era de nuevo sometida a una nueva verificación con ácido sulfúrico. La parafina era entonces prensada y filtrada para finalmen- te ser enviada al departamento de elaboración, donde era diluida y pasada por una prensa de marquetería con el propósito de hacer bloques de diferentes tamaños.

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Departamento de ácido sulfúricoEn ciertas plantas completas además de los departamentos antes citados, existía una planta de ácido sulfúrico la cual estaba bajo las órdenes de un ingeniero químico. Departamento que incluía en su haber un depósito de azufre, calentadores y calderas.

El acondicionamiento y disposición de los productosEste sector comprendía el almacén y una fábrica de envases, de barriles e incluso de cajas. En él, todo el material era importado y el trabajo se hacia siguiendo un proceso preciso en línea. Junto al sector de fabricación había el departamento de conservación que comprendía dos tipos de labores: en primer lugar la conserva periódica de la planta, y la conservación di-rigida fundamentalmente a la reparación la cual era efectuada siguiendo el ritmo de trabajo de la planta. Departamento que a su vez estaba dividido en talleres: mecánico, de soldadura, de forja, de pintura, carpintería y electricidad. Las descripciones de las labores en los campos, la distribución y las operaciones en la refinación contribuyen a dimensionar el papel del trabajador dentro de la industria petro-lera. De la misma manera que a determinar las similitudes y diferencias entre las empresas norteamericanas y británicas. En el acervo del AHP se pueden localizar ejemplos, además de los informes y las publicaciones elaboradas por las compañías como promoción de sus em-presas, las cuales brindan una gran cantidad de información sobre cómo se llevaban a cabo el conjunto de estas operaciones y el papel clave del trabajo en la industria.

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ARCHIVÍSTICA

En esta sección se publican trabajos provenientes de otros medios de difusión de las tareas archivísticas.

La Descripción Archivística

Gustavo Villanueva Bazán*

Consideraciones inicialesEn el tratamiento de los archivos existen tareas fundamentales como la organización de los grupos documentales y la descripción de los mismos. La primera, entendida como una función esencial, básica de todo el proceso ar-chivístico que nos lleva a la concepción cabal de los archivos como conjuntos de documentos que establecen entre sí relaciones que es preciso conservar o, en su caso, reconstruir para dar ese sentido orgánico sin el cual no es posible hablar de archivo. La descripción la entendemos como esa actividad también fundamental que permi-te a los archivos socializar su contenido, justificar su existencia ante la sociedad, compartir de manera abierta los productos de las cotidianas pesquisas, de las lecturas necesarias a los documentos, de los datos que se contienen en los mismos. Decía Schellenberg que las tareas de descripción en los archivos guardan hasta cier- to punto un tanto de abnegación pues el archivista se va continuamente tornando innecesario para el uso de sus materiales conforme los va describiendo. Por su parte, Lodolini nos dice al respecto de la descripción, en una forma, aparen-temente singular pero muy coherente con su forma de pensar con respecto a los archivos y a la archivística:

El inventario no es una lista de documentos, que sería imposible redactar a causa de su número y, sobre todo, estaría privado de sentido, en cuanto se convertiría en

*Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación-Archivo Histórico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)

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un mero “catálogo” de documentos y “catalogar” un archivo, es decir, enumerar los documentos, equivaldría a destruir “el archivo”, reduciéndolo a una simple suma de documentos. El inventario es, sobre todo, la historia de la institución que ha produ-cido cada uno de los fondos archivísticos, de las competencias, de la estructura, de los procedimientos de aquella institución, y de cómo ella, en consecuencia, haya dispuesto en el origen de los propios documentos según un orden originario que ha sido re-construido por el archivero. El inventario así concebido es la única clave que permite cada tipo de búsqueda1.

En principio no estaríamos de acuerdo con Schellenberg cuando afirma que el archivista se va volviendo innecesario pues sería como afirmar que simplemente nuestra participación en el mundo de la documentación estaría limitada a proporcionar la información a otros profesio-nales o a la sociedad en general e ignorar que tiene como misión fundamental no el servicio sino la construcción, o en su caso reconstrucción, de un conocimiento basado en la organi-cidad de los conjuntos documentales que son el ser mismo del archivo. De esa manera tendríamos que pensar que para el archivista, si bien la descripción es una tarea de suma importancia, no es propiamente lo que le da esencia a su profesión sino que es la organización lo que le da objeto y razón de ser por lo que necesariamente y aun antes, la descripción no haría necesario al archivista. Sin embargo, tomándonos el atrevimiento de interpretar a Schellenberg, se podría afirmar que la descripción es el corolario de las funciones archivísticas, es la llave que per-mite el acceso a los tesoros documentales de los archivos, es la clave que autoriza el ingreso al conocimiento de nuestros acervos es, en fin, el ábrete sésamo de nuestra profesión. Es mediante la descripción que se establece ese vínculo inquebrantable entre la his-toria y sus fuentes, entre el dato y su interpretación, entre el presente y el pasado que confor-man el saber sobre el ayer, el hoy y el mañana. Y es mediante la descripción que los archivos pasan a ser reconocidos como verdaderos semilleros del conocimiento, lo que Marc Bloch denominaba los “graneros de la historia” o como diría Lafragua, “los establecimientos de la historia”, aun y cuando esa relación archivo-historia se ha venido desarrollando de manera cada vez más independiente, y cada una de estas ciencias ha seguido sus propios objetivos y sus muy particulares métodos. Aún más, si bien esa importancia de los archivos como dato para la historia existe independientemente de que se conozca o no, de que se utilice o no, es fundamental para las instituciones archivísticas hacer llegar a la sociedad la capacidad de aportar ese conocimiento de manera más digerible, más accesible y en lo posible, más resumida. Insistimos, no porque

1Lodolini, Elio “El problema fundamental de la archivística: la naturaleza y el ordenamiento del archivo” en César Gutiérrez Muñoz, Archivística, Lima, Pontificia Universidad Católica del Perú, 1991, p. 49.

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se desconozca se afirma la inexistencia de un conocimiento, se trata simplemente de tomar ese conocimiento por parte de los archivistas, de integrarlo, de compactarlo, de hacerlo más asimilable y así presentarlo a la sociedad.

El principio de descripción multinivelSi bien todo lo anterior tiene su carga de razón, es indudable que la descripción, a través de los instrumentos de consulta, que se traducen en guías, inventarios y catálogos, es la activi-dad que hace accesible la información contenida en los acervos, y no solamente para el his-toriador o para el estudioso de las ciencias sociales sino también para quien los documentos tienen todavía una finalidad administrativa, de gestión, para quien necesita información actua-lizada para arribar a decisiones ágiles y oportunas. Y es ahí también donde el archivo cobra un sentido total y se convierte en el repositorio de la actualidad y del pasado, es entonces que podemos hablar de una archivística integrada en tanto la documentación que se produce hoy será el testimonio del mañana, será la expresión del devenir de las instituciones a lo largo del tiempo y de toda su estructura orgánica y funcional. Esta misma idea de la archivística integrada nos hace ver también que no podemos separar la actividad descriptiva de las demás acciones archivísticas y de los principios funda-mentales de la misma como lo es el principio de procedencia y orden original y, por supuesto de su contraparte en el aspecto descriptivo, el de la descripción multinivel que sigue solamen-te una concepción tradicional de la visión científica, ir de lo general a lo particular. Este principio, dispuesto en la Norma General Internacional de Descripción Ar-chivística (ISAD-G) presentada en su versión final en el año 2000 en el XIV Congreso In-ternacional de Archivos en Madrid, establece que es necesario primero, describir el conjunto de nuestro archivo y luego sus fondos, primero los fondos y luego de las secciones, primero las secciones y luego las series y así, hasta llegar a las unidades menores, como denominaría Schellenberg a los expedientes y a los documentos individuales, a las piezas que los confor-man. Lo fundamental de este principio, según Antonia Heredia, es que los diversos nive- les de descripción estén interconectados entre sí ya que la descripción misma implica, de manera necesaria, una organización previa en los fondos que se describen, misma que deberá estar basada, por supuesto, en ese principio de procedencia y orden original.La aplicación adecuada del principio de procedencia, en cuanto al respeto al origen y al or-den naturales, establece la necesidad de jerarquizar, de estructurar adecuadamente nuestros grupos documentales, las secciones que los componen así como las series en tanto unidades intermedias, para llegar finalmente, a la ordenación de las unidades menores como son los expedientes y las piezas documentales. Nos habla este principio de la necesidad de partir de lo general a lo específico, de estructurar el conocimiento, de jerarquizar los elementos que lo componen para tener una visión más objetiva de nuestra materia de estudio que son los archivos y los documentos y

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a partir de esto, ofrecer a la sociedad una visión más objetiva y científica de los mismos con el fin de aportar a su vez, conocimientos sobre quienes los generan, ya sea instituciones, ya personas particulares.

Los instrumentos descriptivosEn cuanto al proceso técnico de descripción, tradicionalmente se han venido desarrollando ciertos instrumentos de consulta que si bien no son siempre uniformes en los elementos que los componen, sí existe una tendencia metodológica de optimizar los recursos archivísticos mediante la adopción de criterios tendientes al tratamiento de grandes masas documenta- les a través del inventario como instrumento descriptivo fundamental de la archivística, para el análisis de la documentación que conforma los archivos institucionales. Si bien en algunos momentos de los archivos se privilegiaron algunas formas de or-ganización como la temática y otros instrumentos como los catálogos, de representación más detallada, individualizada, en aras del mejor servicio a la sociedad de investigadores, principal-mente en historia, la actividad archivística ha venido imponiendo sus conceptos, sus métodos y sus prácticas, acordes con una visión mucho más independiente y que resalta la capacidad de producción de conocimientos válidos por sí mismos y en aras de un objetivo fundamental de respeto al origen y al orden naturales, como forma de establecer las relaciones orgánicas entre los documentos y de esa manera, aportar datos fundamentales sobre las instituciones o entes generadores, en un contexto de otro tipo de relaciones histórico-administrativas que precisamente se objetivizan a partir del análisis de la documentación. Es en ese sentido que estaríamos de acuerdo con Lodolini cuando plantea la importancia del inventario como ins-trumento fundamental de la descripción archivística. La descripción, como una de las actividades de la archivística, en estrecha relación con la organización, ha sido tratada igualmente bajo esos lineamientos universales que bus-can el conocimiento a partir de lo general para irse aproximando a lo particular y encontrarlo como parte de un conjunto orgánico y, a partir de su integración en ese conjunto, reconocer su verdadero y mayor significado. Sin embargo, si bien existe esta tendencia que trata de generalizar con respecto a la descripción, si resulta necesario, como en otras de las tareas archivísticas, establecer lineamien-tos básicos que regulen la descripción a partir de ciertos elementos normalizadores aplicados a nuestros fondos, con la finalidad de establecer caracterizaciones objetivas de los mismos. Estas ideas nos llevan a desarrollar aspectos que consideramos esenciales dentro de la concepción misma de la archivística, es decir, la archivística para qué.

La archivística y la descripciónA través de la historia de los archivos y de la archivística, se han desarrollado dos ideas que tienen que ver con la función y por lo mismo, con la concepción de los archivos: por un lado, el archivo como servicio, tratando de encontrar en éste, la justificación de su existencia ante

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la sociedad al proporcionar de manera rápida y eficaz la información contenida en los docu-mentos para satisfacer los requerimientos de una consulta cada vez más expedita. Por otro lado, existe la idea de archivo como organización, como conjunto orgáni-co de documentos, como estructura que dispone un conjunto de elementos que mantienen relaciones entre sí y ocupan un lugar determinado en la misma, por lo que es a partir de su ubicación que cobra sentido la visión de conjunto, el sentido orgánico del archivo. Cada una de estas ideas en torno al archivo y la prioridad que se le otorga a una u otra, provoca a su vez determinadas formas de desarrollar los procesos para su tratamiento, es decir, la archivística como método. Los métodos por supuesto que tienen que ver y, aun más, están determinados por la concepción que se tenga del archivo en tanto su esencia es entendida ya como servicio, ya como estructura que busca establecer el lugar natural de cada uno de los elementos que la componen o, en su caso, restablecerlo a partir de un método que tiene mucho que ver con la historia, la arqueología, y demás disciplinas cuyo objetivo es la restauración y la reconstruc-ción de los elementos y del orden que dan sentido a un todo. Los documentos para la archivística así entendida, tienen valor en tanto son parte de un conjunto en el que rigen una serie de relaciones y de elementos que le otorgan un sen-tido único, ningún otro, mismo que el archivista tiene que ir desentrañando a través de los diversos mecanismos metodológicos de que lo provee su actividad. De la otra manera, si entendemos el archivo como servicio y solamente como eso, cuestión muy socorrida entre la comunidad y aún más entre la sociedad, estaríamos pensando en una utilidad práctica de manipulación de los documentos que conforman los archivos; pen-saríamos en un papel y perfil del archivista como servidor de documentos, como intermediario entre el dato, el documento y el investigador y su capacidad sería necesariamente medida en atención al buen o mal servicio que otorgue y por lo tanto, al juicio de otros profesionales que se sintieran bien o mal atendidos. Este papel del archivista se restringe a la capacidad de poner en uso la documentación, de tenerla lista cuando se le solicite, de aplicar su capacidad, cuando mucho, de difundir y describir la información. Estas visiones nos llevan necesariamente a la aplicación de propuestas metodológi- cas pues si pensamos que el archivista debe cuidar ese sentido orgánico del archivo, pensare-mos necesariamente que éste se cumple a partir de la ubicación correcta de cada una de las unidades archivísticas en series documentales, y que adquiere su verdadera dimensión en tanto éstas conservan su relación natural y reflejan el objetivo y la estructura orgánico funcional de la entidad que los creó.

¿Inventarios o catálogos?Por lo anterior, es preciso no buscar la descripción individualizada de los documentos lo que, a juicio de Lodolini, resulta antiarchivístico pues de esa manera se fractura la relación entre las partes, sino la descripción de esas unidades intermedias, es decir, las series, que consti-

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tuyen el elemento archivístico por excelencia pues se ubican en la intersección de las relacio-nes documentales llevadas a cabo en los expedientes de manera primaria y original, con la institución que los produjo. Se trata pues de describir en lo que muchos autores llaman inventarios, el conjunto a través de las series documentales que como Heredia plantea, poseen dos elementos, uno orgánico referido a la estructura que los creó o acumuló, y otro funcional, referido a las fun-ciones que producen los documentos que emanan de la entidad generadora. Tal vez siendo un poco más precisos, pensaríamos no como Heredia en el elemento funcional sino docu-mental, es decir, nos referiríamos a la forma en que los documentos producidos se han venido vinculando entre ellos para producir de manera original, agrupaciones documentales sin las cuales no puede ser concebido el archivo. Es así que al describir las series, el archivista está plasmando en un instrumento, tanto de consulta como de control documental, esa organicidad que le da sentido al archivo y que para un buen investigador es suficiente para acercarse a la institución (elemento orgánico) tanto en su organización como en su funcionalidad, y a la documentación que a partir de esa estructuración se genera (elemento documental). El inventario en ese sentido es el instrumento de descripción archivística por excelen-cia es decir, el instrumento que reúne los suficientes elementos para hacer el planeamiento archivístico; ese que nos permite entenderlo como una disciplina o ciencia que va más allá de la simple puesta en servicio de los documentos y de la información, es decir, que nos permite abrir las fronteras de nuestra profesión en aras de un conocimiento válido por sí mismo y no solamente útil y necesario en tanto es utilizado por otros profesionales, ya sean los adminis-tradores en su etapa activa, o los investigadores en su momento histórico. De esta manera el inventario, sin descuidar el servicio que de alguna manera nos jus-tifica ante la sociedad, otorga esa visión de conjunto, orgánica del archivo, sin necesidad de entrar en esas descripciones pormenorizadas que son, por exhaustivas, poco rentables para la capacidad y posibilidad que generalmente tienen nuestras instituciones archivísticas. Por otro lado, la visión del servicio como eje fundamental del archivo y la archivísti-ca, produce necesariamente una visión que obliga al profesional de los mismos a buscar el beneplácito de sus usuarios, muchas veces en aras de la propia concepción archivística. Es así que los archivistas que buscan la satisfacción de la sociedad y de la investigación a través del servicio por sobre todas las cosas, se afanan en desarrollar programas descriptivos que contemplen las posibilidades de aportar el mayor número de elementos de descripción para cada uno de los documentos existentes en el archivo. La información es lo que cuenta y entre más y más detallada se proporcione, mejor estaremos cumpliendo nuestros objetivos, es decir, estaremos tratando en una cédula, de reproducir de manera resumida el contenido del documento y por si esto fuera poco, al final de este cedulario o catálogo –como lo cono-cen la mayor parte de autores de habla hispana– se busca incluir un índice con los nombres

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propios lo que permite finalmente, proporcionar un servicio más certero sobre la informa-ción detallada. Aun y cuando cada día se hacen menos necesarios esos índices manuales en aras de la tecnologización de las mismas actividades y siendo que con las computadoras la indización se convierte en una tarea por demás sencilla y que no requiere ninguna capacidad extra de quien lo realiza, a la fecha ya no es posible presumir los índices que tan aplaudidos eran por los usuarios. Sin embargo, lo importante de esto es que independientemente de la forma de realizar los índices que acompañan los catálogos, ya manual, ya electrónica, el sentido sigue siendo el mismo, el índice ¿para qué? Y habría que ampliar aún más la pregunta: ¿el catálo-go para qué? ¿Realmente estamos en posibilidades de catalogar la totalidad de los documentos que conforman nuestros acervos? El hecho de que esto no sea posible implica necesariamen-te la aplicación de criterios de selección para establecer la importancia de los mismos y darles prioridad en un programa de catalogación. Además, ese criterio tendrá que ser acorde con el sentido mismo de la importancia del catálogo es decir, habrá que preferir para su catalogación aquellos fondos o partes de fondos que se consideren con una mayor importancia histórica (que no archivística) y de alguna manera, los que se consideren que tienen una mejor posibili-dad de ser consultados por mayor número de investigadores. Es así que, independientemente de la posibilidad archivística de los catálogos, de que sean –como lo son– de mayor utilidad para la investigación, los archivistas no pueden ni deben regir sus actividades descriptivas to-mando en cuenta solamente los criterios de utilidad y de justificación ante la sociedad.

Programa de descripciónSería sumamente satisfactorio pensar que nuestro archivo hubiera cubierto su programa des-criptivo desarrollando el principio de descripción multinivel y que habiendo realizado una guía general de todos los grupos documentales del archivo, se hubiera realizado también un inventario que describiera las series de cada uno de los fondos que lo integran y más aún, una vez realizados los inventarios correspondientes, se tuviera un catálogo por cada uno de esos fondos, que describiera ya por expediente, ya por documento, cada una de las unida- des archivísticas. Sin embargo, sabemos perfectamente de las condiciones de nuestras instituciones archivísticas y sabemos que los recursos tanto humanos como materiales difícilmente harían posible una realidad así, aparte de que la documentación, que por fortuna conservamos, es bastante y se acrecienta de manera constante. Por tanto, es necesario en nuestros archivos, planificar de manera adecuada las tareas de descripción; no podemos, por ejemplo, gastar los pocos recursos en aras de la catalogación de una pequeña parte de nuestro acervo, por muy importante que para la investigación pudiera ser ésta. Nuestro programa de descripción debe contemplar de entrada y por principio, la aplicación de ese multicitado principio de descripción multinivel es decir, realizar la descrip-

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ción como si estuviéramos acercándonos a un bosque y fuéramos describiendo lo que vamos viendo. En principio daríamos un panorama general de ese bosque con una serie de elemen-tos que nos permitiría una vista en perspectiva; a medida en que nos fuéramos acercando, podríamos ir distinguiendo ciertos elementos que no veíamos desde más lejos y tal vez po-dríamos establecer grupos de elementos que nos harían más fácil y certera la descripción que se haría de manera generalizada para no omitir a ninguno de esos grupos de que hablamos. Finalmente, una vez que hubiéramos descrito cada uno de esos grupos desde una distan- cia media, podríamos, con toda tranquilidad, acercarnos a los elementos individualizados ya fueran cada uno de los árboles o aún más, si quisiéramos y nos fuera posible, acercarnos a cada una de las hojas que conforman los árboles que quisiéramos describir. Sirva este ejemplo para ayudarnos a plantear la necesidad de suficientes instrumen- tos de descripción que permitan desarrollar esa posibilidad de describir diversos aspectos de la documentación y sobre todo, describirla a varios niveles, es decir, abarcar primero las generalidades para arribar finalmente a las particularidades de las unidades archivísticas. In-sisto en que para un plan de descripción es preciso siempre establecer las relaciones entre ese proceso con los demás procesos archivísticos pues en la medida en que se interrelacionen, se podrá establecer realmente un tratamiento archivístico integral. Existen así, las guías generales para describir los diversos fondos de un archivo, las guías específicas para describir de manera general un fondo o colección determinados, el in-ventario, por supuesto, que describe las series documentales y que por lo mismo, como hemos dicho, es el instrumento archivístico por excelencia. Finalmente, existen los catálogos, el com-puesto que describe cada uno de los expedientes que integran nuestras series documentales y los simples, es decir los que nos dan cuenta pormenorizada de las unidades documentales simples o sea, cada uno de los documentos que forman en su conjunto los expedientes. Es preciso aclarar que para la descripción, como para otros casos, la terminología ar-chivística no es para nada uniforme y al analizar a los diversos autores, aun entre los de habla hispana, encontraremos una gran diversidad en la forma de denominar a estos instrumen- tos de descripción, auxiliares descriptivos, instrumentos de investigación, u otros nombres con los que se conocen2.

La descripción y los otros procesos archivísticosSi analizamos la relación entre la descripción con otros procesos archivísticos como es el caso de la identificación y la organización, veremos que cada uno de los instrumentos descripti-vos se corresponde con una determinada fase de los mencionados procesos archivísticos. Tal es el caso de la guía que se puede elaborar a partir de los datos obtenidos durante el proceso

2El autor propone para la terminología así como para los elementos que componen las diversos instrumentos de-scriptivos, lo formulado en Villanueva, Flores y otros, Manual de procedimientos técnicos para archivos históricos de universidades e instituciones de educación superior, México, CESU-UNAM-BUAP, 2002

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de identificación acerca de la institución generadora y de la documentación producida por la misma o, el inventario que se corresponde necesariamente con la clasificación entendida como primera etapa del proceso de organización, y los catálogos que pueden, para tener un sentido más archivístico, elaborarse después de realizada la ordenación, segunda etapa de la organización. Si pensamos de esta manera el proceso archivístico, veremos cómo, en efecto, se trata de un tratamiento integral que tiene que ver con la concepción misma del archivo como un conjunto orgánico de documentos producidos y recibidos por una instancia determinada en el transcurso de sus gestiones y a lo largo de su existencia. De esa manera, la acumulación original se va dando de manera inversa a la forma en que se plantea la descripción multinivel, pues los documentos se reúnen a partir de un asunto o de una tipología documental deter-minada y forman así los expedientes que son la primera forma de vinculación en el archivo. Estos expedientes, forman grupos homogéneos a partir de una misma actividad y una mis-ma norma de procedimiento y surgen así las series documentales que son el vínculo natural entre las formas físicas de agrupación documental con la estructura que las produce, ya sea ésta orgánica o funcional, que entendida en el contexto archivístico y como parte de la orga-nización y más concretamente de la clasificación, correspondería a los niveles de sección que entenderíamos como la división estructural de la institución productora que le da espacio a las series documentales. Finalmente, el conjunto de esos espacios que conocemos como secciones, entendidos perfectamente en su contexto estructural y funcional, que traduce las características jerárquicas y sistemáticas de la institución, corresponde al fondo documental es decir, todo el conjunto de documentos perfectamente organizados dentro de esa estructura que es la institución en el cumplimiento de sus objetivos, el ejercicio de sus funciones y el desarrollo de sus compe-tencias y actividades. La descripción multinivel se desarrolla, como hemos dicho, a la inversa precisamente por la forma en que se desarrolla el proceso de organización que, de alguna manera, busca traducir en los documentos del archivo la esencia de la institución.

La normatividad archivística y la descripciónLa Norma Internacional General de Descripción Archivística (ISAD (G)) sigue esa misma lógica de acumulación y vinculación documental pues es una guía general para la elaboración de descripciones archivísticas, de tal forma que puede aplicarse tanto a archivos administrativos como históricos y sobre todo, es la base para desarrollar descripciones a los diversos nive- les que hemos venido planteando siendo así mismo esta Norma, un instrumento descriptivo en sí. De hecho la ISAD (G) contiene reglas generales para la descripción archivística que pueden aplicarse con independencia del tipo documental o del soporte físico de los documentos de archivo. La finalidad de la descripción archivística y en esto pone mucho énfasis la ISAD (G), es identificar y explicar el contexto y el contenido de los documentos de archivo. Es la enu-

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meración de los principales elementos formales e informativos de los documentos y del ar-chivo, que permite conocer sus rasgos determinantes y, de manera general, las características estructurales y funcionales de la institución que les dio origen. La forma jerarquizada de comprender la descripción de los archivos está plasmada de manera clara en el principio de la descripción multinivel de que nos habla la ISAD (G). En la descripción multinivel –planteada por la citada Norma– se utiliza un formato único y según el nivel a que se describa; se emplearán ciertas áreas o ciertos elementos de esas áreas, aunque lo fundamental de este principio es que los diversos niveles de descripción estén interconectados entre sí ya que la descripción misma implica, necesariamente, la orga-nización previa de los fondos y ésta debe estar sustentada en el Principio de Procedencia3.

Los procesos descriptivos pueden comenzar con anterioridad o ser simultáneos a la produc-ción de los documentos y continuar a lo largo de todo su ciclo vital. Estos procesos permiten establecer los controles intelectuales para que las descripciones puedan mantenerse a través del tiempo. La ISAD (G) contiene 26 elementos de descripción que se integran en 7 áreas descrip-tivas que dan suficiente margen para lograr descripciones a diversos niveles y con la minucia descriptiva que se considere conveniente para el efecto4 . La Norma ISAD (G) es el primer intento que cuaja por normalizar internacionalmente los temas archivísticos aunque como es de suponer su aplicación, a diferencia de la aceptación que ha tenido en los ámbitos archivísticos del mundo, no ha sido fácil sobre todo si se to-man en cuenta diversos factores como la falta de conciencia archivística en ciertos lugares y lo que esto implica como el desconocimiento de los principios y métodos que rigen a nuestra disciplina. Todavía hay mucho que hacer al respecto pero las bases de la normatividad están sentadas y habrá que seguir trabajando para que su aplicación sea amplia en la comunidad. A partir de la implantación de la ISAD (G) se han venido dando otros intentos para normalizar y en su caso para hacer más accesibles las normas existentes y también, adaptar la normalización a las condiciones que de alguna manera establece la utilización de las nuevas tecnologías en los archivos. Un caso específico es el de la Descripción Archivística Codificada, EADa(Encoded Archival Description) que desde 1993 se ha intentado desarrollar desde la Universidad de California, de Berkeley siguiendo entre otros los siguientes critérios:

Presentar la información descriptiva de forma extensa e interrelacionada. Mantener las relaciones jerárquicas entre los distintos niveles de descripción.

3Véase Heredia Herrera, Antonia La Norma ISAD (G) y su terminología, análisis, estudio y alternativas, Madrid, ANABAD/Arco Libros (Normas), 1995, p. 364Véase la versión final de la ISAD-G presentada durante el XII Congreso Internacional de Archivos efectuado en Sevilla, España. Consejo Internacional de Archivos, ISAD (G), Norma Internacional General de Descripción Archivística, Madrid, Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, 2000, 126 pp.

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Representar la información descriptiva heredada en un nivel jerárquico en otro nivel inferior. Navegar dentro de una estructura informativa jerárquica. Ayudar en la indización y recuperación tipo elemento-específico.

Con base es estos criterios, se realizó la definición de tipo de documento a fin de codificar instrumentos de descripción, siguiendo una estructura de datos normalizada que permite in-tercambiarlos, acceder a ellos a largo plazo y emplear la información que contienen de muy diversas formas5. Existe un cruce entre las áreas de descripción de la ISAD (G) y los elementos de la EAD y aunque los campos de los datos no están organizados de la misma forma, existe una relación entre ellos. Otro más de los intentos por normalizar las tareas descriptivas en los archivos es sin duda alguna La Norma Internacional sobre los Registros de Autoridad de Archivos Relativos a Entidades, Personas y Familias (ISSAR CPF), presentada en su versión final en el XV Congreso Internacional de Archivos en el año 2004 en la ciudad de Viena, Austria6, y que permite desa-rrollar descripciones homogéneas en cuanto a los elementos de autoridad y producción de los documentos como los nombres propios y los asuntos, mismos que habitualmente se habían recuperado a partir de índices de algunos de los datos introducidos en la descripción. La ISAAR (CPF) establece la estructura de la descripción de esa especie de puntos de acceso a la descripción misma y con ello revela el contexto a partir del cual es producida y se desarrolla la documentación del archivo. Para estos fines, la ISAAR-CPF se divide en 4 áreas de descripción: Identificación, Descripción, Relaciones y Control en las cuales se reparten los 27 elementos de descripción que solicita esta norma internacional de descripción. No resulta coincidencia que la normatividad archivística a nivel internacional se esté dando precisamente en el campo de la descripción. Considero que era sumamente previsible debido al hecho de que las nuevas tecnologías y el desarrollo de la documentación electróni- ca así como la necesidad evidente de datos en la llamada sociedad de la información, requerían de una normalización a nivel mundial que permitiera compartir el contenido posible de los archivos sin importar las distancias y aprovechando precisamente, la tecnología electrónica. Esto nos plantea necesariamente una serie de reflexiones acerca de la utilización de las nuevas tecnologías en los archivos, tema que ya hemos tratado en algún otro espacio7 y que por lo mismo no abundaremos sino solamente trataremos de apuntar que el desarrollo de los

5Para mayor información sobre la EAD, véase de Alejandro Delgado Gómez Normalización de la descripción archivística: introducción a la Encoded Archival Descripción (EAD), Cartagena, España, Ayuntamiento de Cartagena- 3000 Infor-mática, 2003, 212 pp.6Véase ISAAR (CPF) Norma Internacional sobre los registros de autoridad de archivos relativos a instituciones, personas y familias, 2da. Edic. Madrid, Consejo Internacional de Archivos-Ministerio de Cultura de España, 2004, 108 pp.7Véase Gustavo Villanueva (coord.) La Archivística y las nuevas tecnologías: reflexiones y experiencias, Puebla, BUAP-RENAIES, 2004 184 pp. (Formación Archivística IV)

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documentos electrónicos y en general de las nuevas tecnologías, ha venido creando ciertas dinámicas en las instituciones archivísticas que no siempre están preparadas para afrontarlas, ya por incapacidad económica o por desconocimiento de los principios y métodos archivísticos lo que hace que, generalmente, se subordine la tarea archivística a lo establecido por los requerimientos tecnológicos y finalmente se obtengan productos que tienen más que ver, en el mejor de los casos, con esa necesidad de cubrir un servicio que de construir o reconstru- ir un orden determinado por la institución generadora del archivo.

ConclusionesEn el cumplimiento de las tareas de descripción del archivo y los documentos, el archivista no puede soslayar que es precisamente la forma de acumulación natural de los documentos, la estructuración natural lo que le da sentido, esencia al archivo. El Principio de Procedencia y de Orden Original es, por naturaleza, una forma de estructuración; el Principio de Descrip-ción Multinivel establecido en la ISAD (G), es una manera de aplicar y presentar esa jerar-quización, de tal forma que el papel del archivista, en cualquier ámbito en que desarrolle sus funciones, será precisamente reflejar la forma natural en que se disponen los documentos para formar un conjunto orgánico donde cada una de las piezas que lo componen tiene sentido en tanto se relaciona con las otras y son parte de un contexto específico que plantea una serie de elementos para entender el por qué de los documentos y de los archivos. Así como la ordenación a diferentes niveles nos permite establecer las jerarquías propias de la organización estructural y funcional en que se crean y reciben los documentos, la descripción queda sujeta a esa estructuración jerárquica, impuesta por el Principio de Pro-cedencia y Orden Original, mediante una normalización que aporta precisamente, una serie de datos que permiten a quienes consultan los fondos documentales, navegar a través de esa estructura imperante. El archivista así, podrá plantearse como objetivos de un programa de descripción, presentar esa estructuración jerárquica de las diversas unidades del archivo y con base en ésta, la búsqueda a diversos niveles hasta llegar a la unidad documental y al dato en sí. No es que se niegue la capacidad del archivo y del archivista para desarrollar funcio-nes de servicio de los documentos y de la información, se trata solamente de establecer las prioridades del trabajo y con ello el sentido mismo del ser de la profesión. Por supuesto que el archivo tiene como función el aportar la información que re-quiere ya el funcionario en los archivos administrativos, ya el investigador en los históricos, pero lo fundamental, el objeto y la identidad de la archivística como conocimiento es precisa-mente –y lo recalco– el construir un conocimiento a partir de las relaciones que se dan entre los diversos componentes del archivo es decir, los documentos. Con base en esta idea es que podemos elaborar verdaderos productos archivísticos cuando desarrollamos nuestros procesos y por supuesto que la descripción no se excluye de este planteamiento y aún más cobra importancia específica cuando pensamos que en efecto,

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la descripción es esa llave que permite un acceso más fácil al de por sí intrincado mundo de los documentos. El hecho de que como archivistas seamos capaces no solo de proporcionar el dato en sí sino que podamos además ofrecer el contexto en el cual fue producido el documento y el contexto archivístico del mismo, es ya una ventaja que le pone un extra a nuestra capaci-dad de servicio. Pensando en los principios archivísticos, no solo somos capaces de ofrecer el documento aislado, el dato que éste contiene sino que se ofrece todavía más, el expediente, es decir, el documento relacionado con otros sobre el mismo asunto, con otros documentos que fueron acumulados con base en una lógica administrativa que les da su lugar específico dentro del conjunto.

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DE OTROS ARCHIVOS

Publicamos aquí información sobre los contenidos y servicios de otros archivos del país.

El Archivo Histórico de la Universidad Nacional Autónoma de México (AHUNAM)

Georgina Flores Padilla*

Su trayectoria institucionalAl inicio de la década de los sesenta, del siglo pasado, el Archivo General de la UNAM con-centraba una gran cantidad de documentos con valor histórico, sin organizar ni describir. Existía también, documentación histórica dispersa en bibliotecas y archivos de las facultades, escuelas y dependencias universitarias. Ante esta situación, en 1962, la historiadora Guadalupe Pérez San Vicente expuso la necesidad de mostrar a los universitarios la riqueza documental de la UNAM, con el propósi-to de que éstos conocieran las raíces y el patrimonio documental de la institución. Esta idea derivó en el montaje de la exposición La Universidad de Ayer y Hoy, la cual fue inaugurada el 27 de julio de ese año por el rector Ignacio Chávez. La atención que acaparó esa muestra documental provocó que meses después, en enero de 1963, se constituyera con carácter de permanente la Exposición Histórica de la Uni-versidad de México, la cual quedó adscrita a la Biblioteca Central y bajo la dirección de la men-cionada Pérez San Vicente. Así, se inició el proceso de organización y conservación de los documentos y objetos universitarios y la búsqueda y rescate de los mismos, de manera que retratos antiguos, togas, tesis, birretes y documentos varios se fueron integrando de forma paulatina al acervo.Para 1964, se constituye el Archivo Histórico de la UNAM integrado por documentos de la Universidad e instituciones educativas incorporadas, así mismo por documentos históricos nacionales y extranjeros.

*Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación – Archivo Histórico de la Universidad Nacional Autónoma de México, IISUE-AHUNAM

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Al ser creado en noviembre de 1976, el Centro de Estudios sobre la Universidad (CESU), se le incorpora el Archivo Histórico. De acuerdo con sus objetivos el CESU se con-virtió simultáneamente en un espacio de investigación y de concentración de información y consulta especializada en temas universitarios para la comunidad interesada. En 1977 el Archivo Histórico de la UNAM, una vez incorporado al CESU, se traslada temporalmente a la casa ubicada en el número 35 de la calle de Contaduría y Administración, en la Colonia Copilco. Poco tiempo después, en diciembre de 1979, al inaugurarse el edificio de la Unidad Bibliográfica, el CESU, junto con el Archivo Histórico, se trasladan a esa sede, que desde entonces comparte con la Biblioteca Nacional y la Hemeroteca Nacional. El 13 de diciembre de 1988, el rector Jorge Carpizo emite el Acuerdo para la protec-ción, uso y conservación de patrimonio histórico documental de la UNAM, a través del cual se crea un organismo para regular y vigilar la preservación y organización de la documentación uni-versitaria con valor histórico. Dicho organismo, señala el Acuerdo, deberá ser presidido por el director del CESU. El documento también plantea mecanismos para la implantación de un sistema integral de archivos en la institución. Mediante este documento, el CESU-AHUNAM adquirió un papel fundamental en materia de homologación de las prácticas archivísticas en toda la Institución. A partir de ese momento, varias dependencias universitarias solicitaron al AHUNAM, asesorías y cursos en materia archivística. Sin duda, a partir de la publicación del Acuerdo mencionado, el AHUNAM adquirió liderazgo en el ámbito universitario en materia archivística, debido sobre todo al sentido aca-démico que le impuso a su actividad. En 1999, en el marco del Primer Encuentro Iberoamericano de Archivos Universitarios. Tradición, presente y futuro, celebrado en la Ciudad de México por instancias del AHUNAM se propuso la creación en México de la Red Nacional de Archivos de Instituciones de Edu-cación Superior (RENAIES), cuyos objetivos son coadyuvar en la conservación y difusión del patrimonio documental de las entidades de educación superior, mediante la conformación y el desarrollo de una cultura archivística y la creación de un sistema integral de archivos uni-versitarios a nivel nacional1. A la fecha, la RENAIES ha organizado seis Jornadas Archivísticas a nivel nacional en las cuales han participado un gran número de representantes de las uni-versidades e instituciones de educación superior. En septiembre del 2006, el Consejo Universitario aprueba la conversión del CESU en Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE), con lo cual el Archivo Histórico de la UNAM ahora está incorporado al mismo.

1Gustavo Villanueva Bazán, “Una experiencia de cooperación archivística en México”, en Tiempo Universitario. Gaceta histórica de la BUAP, Puebla, Pue. México, 2005, Año 8, núm. 6, abril 5, pp. 1-8.

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A R C H I V O H I S T Ó R I C O D E L A U N I V E R S I D A D N A C I O N A L A U T Ó N O M A D E M É X I C O

Su marco teórico archivísticoDesde hace varios años, quienes laboramos en el AHUNAM partimos de la idea de que la difusión es una tarea inherente a cualquier archivo histórico, sin embargo el propósito de satisfacer las necesidades informativas y culturales de la entidad que le dio origen y de la colectividad en general, debe partir de la concepción de los archivos históricos como los custodios de un conjunto de documentos o de varios fondos documentales, cada uno de ellos organizados bajo una estructura que responda a la organicidad y funcionalidad de las instituciones que les dieron origen. Sólo bajo esa premisa, los archivos se constituyen en la memoria coherente de las entidades. Sólo bajo esa premisa, los archivos alcanzan su verdadera dimensión pues respe-tar las relaciones que cada uno de los documentos necesariamente mantuvieron en su origen y el conservar esos vínculos de manera inalterable es y debe ser el primer objetivo de todo archivo. Con ello, el archivo podrá ofrecer a la comunidad estudiosa el cabal entendimiento de la institución que ha producido tales documentos y por ende la mejor utilización de los materiales documentales que conserva. En ese sentido, la pretensión ha sido que los fondos documentales resguardados por el AHUNAM, tengan un tratamiento acorde con los principios que dicta la teoría archivística es decir, para su organización se ha seguido el principio de procedencia y orden original, que también se ve reflejado en sus descripciones, concretamente a través de sus guías, inventa- rios y catálogos. Del mismo modo, ese principio de procedencia y orden original se ve reflejado en la descripción multinivel que hemos aplicado en la automatización de varios de los instrumen-tos descriptivos del AHUNAM, mediante el programa denominado ARHISTO-UNAM, del que más adelante hablaremos. Este marco teórico que seguimos en el AHUNAM, quedó plasmado en un Manual de Procedimientos Técnicos Archivísticos, elaborado por una comisión integrada por personal académico de las secciones de Procesos Técnicos y de Conservación y Restauración. El ma-nual es de circulación interna y una versión compilada se publicó con la Benemérita Univer-sidad Autónoma de Puebla2.

Sus fondos y coleccionesDesde sus orígenes el Archivo Histórico de la UNAM ha tenido como objetivo el reunir, conser-var, organizar y difundir los testimonios documentales que generan las escuelas, facultades y dependencias de la UNAM como parte de sus actividades administrativas y en cumplimiento de sus funciones sustantivas que son la docencia, la investigación y la extensión de la cultura. Pero también desde su creación, el AHUNAM se dio a la tarea de conservar aquellos

2Villanueva Gustavo, Luis Torres, Georgina Flores, Roberto Montores y Martha Alicia Ochoa, Manual de procedi-mientos técnicos para archivos históricos de universidades e instituciones de educación superior. México, BUAP-UNAM-CESU, 2002, 144 pp.

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fondos y colecciones de personajes o entidades de relevancia histórica para la nación. Así, la bien ganada fama de la UNAM como institución al servicio de la cultura y su carácter plural y neutral, han motivado la confianza de la sociedad, de lo cual se ha derivado el que varios particulares hayan elegido al AHUNAM como depositario de sus patrimonios documentales. Con la adopción de estos grupos documentales el contenido de nuestros acervos se fue di-versificando y enriqueciendo. La doble vertiente del AHUNAM, como custodio de la memoria colectiva de la Ins-titución, así como de otras fuentes distintas a las universitarias, propició las divisiones de nuestros grupos documentales en diferentes rubros, de acuerdo a su procedencia. De mane-ra que en primer término tenemos:

Los fondos universitarios. Suman un total de 37 y dan noticias de las actividades administrati-vas, docentes y de producción y difusión del conocimiento. La mayor parte son transferidos del Archivo General de la institución, mientras que el resto directamente de algunas dependen-cias al AHUNAM. Este rubro está integrado por fondos de colegios novohispanos, de escuelas nacionales del periodo decimonónico y de las facultades en las que se convirtieron una vez incorporadas a la Universidad Nacional a partir de 1910. Así encontramos fondos tales como el del Colegio de San Ildefonso, la Escuela Nacional Preparatoria, Bellas Artes, Ingeniería, Medicina, Música, Jurisprudencia, Ciencias Químicas, Medicina Veterinaria, Instituto de Geo-logía, Centro de Estudios Cinematográficos, Observatorio Astronómico Nacional y varios más. Asimismo, fondos provenientes de algunas dependencias de la administración central de la UNAM, como el del Consejo Universitario, Patronato Universitario, Dirección General de Planeación, Dirección General de Incorporación y Revalidación de Estudios, Dirección General de Difusión Cultural y el de la Dirección General de Obras, entre otros.

Las colecciones universitarias. Son entendidas como un conjunto de documentos recopila-dos por un personaje o entidad de acuerdo a sus intereses temáticos e informativos. Mientras que el concepto de fondo nos conduce a pensar inmediatamente en una producción natural de documentos hecha por una institución o persona durante el desarrollo de sus actividades, la colección es el acopio de documentos que en su conjunto contienen información que res-ponde a las inquietudes particulares de una entidad o personaje. Por supuesto que esta concepción no busca demeritar el valor de las colecciones en tanto que los documentos que reúnen amplían o complementan la información que poseen los fondos y con ello el AHUNAM está en mejores posibilidades de ofrecer a sus usuarios una visión más amplia del acontecer y del quehacer universitario. Tenemos 17 colecciones, cinco de ellas dan cuenta de los movimientos estudiantiles ocurridos entre 1966 y 1971 que convulsionaron a los universitarios y a la sociedad mexicana en general. Otra de las grandes colecciones con que cuenta el AHUNAM, es la denominada Me-moria Universitaria que desde 1976 se ha ido incrementando con las publicaciones oficiales y periódicas de las dependencias universitarias.

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Así tenemos la Revista de la Universidad, las Gacetas de la UNAM, de las preparatorias, de los Colegios de Ciencias y Humanidades (CCH'S) y de las escuelas y facultades; asimismo, los informes de los rectores y de los directores de las instituciones educativas, las Agendas Universitarias, los Manuales de Procedimientos, Reglamentos de inscripciones, planes y programas de estudio, estadísticas, organigramas, Noticias universitarias, etcétera. En suma, publicaciones que dan parte de la vida académica administrativa de la Universidad.

Los fondos y colecciones de particulares. Como hemos apuntado, desde su fundación, el AHUNAM ha tenido entre sus objetivos el resguardo y rescate de testimonios documentales de interés nacional que si bien no tienen que ver con la experiencia universitaria, enriquecen y otorgan diversidad temática a los usuarios del AHUNAM. 32 fondos y 38 colecciones de particulares conforman estos rubros. Los fondos y colecciones de particulares abarcan temáticas varia-das como son la Revolución Mexicana, en tal caso están los fondos Amado Aguirre, Blas Corral Martínez, Gildardo Magaña Cerda, Heriberto Jara Corona y Jacinto Blas Treviño, entre otros. Sobre el Movimiento Cristero contamos con una rica variedad de fondos, tales como el de Aurelio Acevedo, Miguel Palomar y Vizcarra, La Liga Nacional Defensora de la Liber-tad Religiosa y el de La Unión Internacional de Todos los Amigos Vita México. Sobre el Sindicalismo en México y en especial de nuestra Universidad, se encuentran: Rafael Carrasco y Puente, Pablo Sandoval Ramírez, José Woldenberg, José Enrique Pérez Cruz, Josu Rodríguez y el fondo del Sindicalismo Universitario. El AHUNAM custodia también testimonios documentales provenientes de personajes que han tenido que ver con el desarrollo de las ciencias exactas o humanísticas en México, entre ellos se encuentran los generados por Ezequiel A. Chávez, Nabor Carrillo Flores, Al-fonso Cornejo Canalizo, Martín Luis Guzmán, Francisco L. Urquizo, Jaime Torres Bodet, por mencionar algunos. Así también, contamos con fondos y colecciones que dan noticias sobre acontecimientos y personajes relevantes del siglo XIX y principios del XX, como el de Juárez-Santacilia, Jesús Díaz de León, Manuel Isita y Rubio, Rafael Chousal, y Carlos Ba-save del Castillo Negrete. Conviene mencionar que tanto los fondos y colecciones universitarias como los provenientes de particulares poseen documentos textuales como gráficos (fotos, negativos, diapositivas, carteles, cintas magnetofónicas, disquettes, películas, etcétera) los cuales, por razones de conservación están separados físicamente de sus grupos documentales de origen y resguardados en una sala que cumple cabalmente con las medidas de conservación y preser-vación requeridas para tales materiales. Por supuesto que esta separación es sólo física, pues de manera conceptual estas piezas documentales siguen unidas al grupo documental al cual pertenecen, de hecho conservan su filiación original a través de las correspondientes referen-cias de localización.

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Por otro lado, en este mismo rubro se encuentran las colecciones gráficas, que en conjunto constituyen un rico y variado patrimonio cultural, tanto por su antigüedad como por el valor artístico que algunos fotógrafos o diseñadores -en el caso de los carteles- les im-primieron. El AHUNAM cuenta así con albúminas, positivos, negativos, panorámicas, pelícu-las, audiocintas, mapas, planos, microfilmes, etcétera. Gran parte de las piezas que posee se han rescatado de algunas dependencias universitarias como las que publica la Gaceta UNAM, órgano oficial de la Universidad o bien han sido donaciones generosas de fotógrafos profe-sionales que en su momento se dedicaron a retratar la vida universitaria. Abarcan temas tales como los edificios de las escuelas y facultades antes de ocupar las actuales instalaciones en Ciudad Universitaria, la construcción de la misma, el movimien-to estudiantil de 1968, retratos de rectores y órganos de gobierno, movimientos sindicales, etcétera. Esta temática la abordan las colecciones de Carlos Escobar Barrera, Raúl Estrada Discua, Juan González Jáuregui, Carlos Lazo Barreiro/Saúl Molina Barbosa y Justina Lory Méndez, entre otras. De igual forma se ha ido incrementando, a través del tiempo, una colec-ción de carteles y algunas menores de mapas, planos, álbumes, discos y videos con la temática mencionada.

Volumen de la documentación. En total el AHUNAM cuenta con 124 grupos documentales entre fondos y colecciones universitarias o de particulares, que ocupan poco más de 3,270 metros lineales de documentos. Dentro de este volumen se incluyen aproximadamente 460,000 uni-dades documentales gráficas (fotos, negativos, carteles, grabados, albúminas, video, audio-cintas, audiocasetes, álbumes, etcétera). El volumen de la documentación tiende a crecer, por lo que en la actualidad el archivo ha fijado políticas tendientes a la racionalización de ese crecimiento. Criterios y políticas que tienen que ver con la valoración de los grupos documentales que se pretenden ingresar, con la regulación de los plazos de vigencia del Archivo General de la UNAM y con el impulso a la creación de un Sistema Integral de Archivos en la UNAM. En ese sentido, el AHUNAM sólo re-cibiría las transferencias documentales que el Archivo General de la UNAM le hace de manera periódica y que provienen de la administración central; asimismo, rescataría los testimonios documentales de dependencias extintas o aquellos grupos documentales en riesgo de pérdi-da por no estar albergados en instalaciones adecuadas para su conservación y preservación.

Sus Fechas extremasEn general, la documentación comprende los años que van de 1524 a 2006 (esta última fecha se debe a que ingresa al AHUNAM, dos veces por semana la Gaceta de la UNAM y diariamente las Noticias Universitarias3.

3Recortes de noticias periodísticas que reseñan acontecimientos de la UNAM.

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Su organización y descripciónComo arriba apuntamos, para la organización y descripción de nuestros fondos documentales hemos buscado la aplicación puntual del principio de procedencia y orden original, mediante el cual se evidencian las funciones y/o actividades de la institución o personaje que generó y recibió, en el desempeño de sus funciones, la documentación; para las colecciones el criterio es más flexible, pues se ha pretendido darles una organización que tenga como eje la cohe-rencia que propició su creación. En cuestión de porcentajes, diremos que el 85% de nuestros grupos documentales se encuentran clasificados y ordenados. El 65% de los mismos, cuenta con algún instrumen-to descriptivo, ya sea guía, inventario o catálogo siendo que en algunos casos, estos pueden ser parciales refiriéndose a alguna sección del fondo. Sobre las políticas de descripción, vale mencionar que se ha seguido el principio ar-chivístico que dicta describir primero la generalidad y después cada una de sus partes consti-tutivas –de lo general a lo particular-, así, se ha privilegiado la elaboración de guías acompaña-das del consiguiente inventario para los fondos institucionales y los catálogos por expediente para los fondos y colecciones de particulares. La elaboración de catálogos por documento de alguna sección relevante por su importancia histórica, se ha dejado en manos de los pasantes del Colegio de Historia de la facultad de Filosofía y Letras y de algunas otras instituciones de educación superior, como una forma real de titulación. Se ha buscado que las Guías, los inventarios y catálogos que se elaboran en el AHU-NAM, sigan los elementos consignados en la Norma Internacional de Descripción Archivística (ISAD-G). Asimismo y como antes apuntamos, el AHUNAM cuenta con un sistema integral de consulta automatizada denominado ARHISTO-UNAM, el cual parte de una gran base de datos que contiene varios de los instrumentos descriptivos que se han elaborado en el archivo y que tiene como objetivo agilizar la búsqueda de datos en nuestros fondos y colecciones. Las búsquedas pueden ser por fondo, sección, serie o por unidad documental, pero también por datos específicos, como pudiera ser un nombre, lugar o fecha. Es decir, la búsqueda es mul-tinivel, tal y como lo dicta la ISAD-G y la teoría archivística.

Sus serviciosFormación de recursos humanosCon el propósito de poner en marcha el Sistema Integral de Archivos Universitarios y en atención a las solicitudes de asesorías de dependencias universitarias y otras instituciones, quienes laboramos en el AHUNAM –archivistas, conservadores y restauradores de documen-tos y especialistas en reprografía de materiales históricos– atendemos las peticiones de cursos y asesorías relativas a la gestión documental, sistema de archivos, valoración, selección, de-puración, legislación archivística, organización, descripción, difusión y servicios de archivos administrativos, intermedios e históricos. Del mismo modo hemos atendido las solicitudes

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de asesorías y cursos que nos han hecho Universidades del interior del país y de dependen-cias extra universitarias. En ese mismo sentido, con la Facultad de Filosofía y Letras y el Ar-chivo General de la Nación hemos organizado en tres ocasiones el Diplomado en Archivos Históricos. Estas actividades de capacitación y formación de recursos, se han realizado en pri-mera instancia entre los propios miembros de nuestro archivo y después hacia la comunidad universitaria y a quien lo solicite. Así se han creado espacios para la reflexión archivística en nuestra institución: Seminarios sobre archivística y conservación y restauración además de cursos con igual temática. Asimismo, se ha buscado participar en congresos y reuniones es-pecializadas. Como vemos, el campo de acción del AHUNAM se ha extendido al ámbito de toda la universidad e incluso al nacional, ocupándose ahora no tan sólo de la documentación histórica, sino también del tratamiento archivístico que merecen los documentos actuales, de su conduc-ción a los archivos intermedios o de concentración y de su ingreso definitivo a los archivos históricos.

Consulta en salaEn la sala de servicio al público los documentos son puestos a disposición de investigadores nacionales y extranjeros de las diversas dependencias universitarias y de otras instituciones. A partir de los instrumentos descriptivos que ya se encuentran en bases de datos, puede ofre- cerse acceso automatizado a los documentos textuales o gráficos a través de la siguiente página electrónica: http://www.unam.mx/cesu/ahunam/ Del mismo modo, se proporciona a los usuarios asesoría especializada sobre diver-sos tópicos universitarios y temas que se pueden documentar con nuestros fondos y colec-ciones.Los usuarios pueden obtener reproducciones de algunos documentos en fotocopia, micro-filme, facsímil fotográfico o impresión digitalizada, o bien solicitar permiso para tomar sus propias fotografías o videos.

ExposicionesCon el fin de difundir el contenido informativo de los materiales documentales que se con-servan en el AHUNAM, periódicamente montamos exposiciones en las que se muestran los testimonios documentales que conserva el AHUNAM, además de participar en otras de interés para la institución.

Visitas guiadasA través de las visitas guiadas se muestran las actividades que realizamos como archivistas, conservadores y restauradores y de quienes se dedican a la reprografía, además de dar a con-ocer el contenido informativo de los fondos y colecciones del AHUNAM.

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Sus publicacionesEn 1984, el AHUNAM impulsó un programa de publicaciones a través de la creación de dos series editoriales para el Archivo, Cuadernos del Archivo Histórico de la UNAM, en la cual se publicaron 5 títulos y la serie Guías y catálogos del Archivo Histórico de la UNAM, con 12 títulos editados. Estas fueron las primeras 17 publicaciones del Archivo, entre ellas se encuentra la primera Guía del Archivo Histórico; una versión actualizada de la misma, fue publicada en 19984.

Las nuevas tecnologías impusieron cambios a la política editorial, las guías, los in-ventarios y los catálogos, se publican ahora a través del Sistema de Consulta Automatizada ARISTOUNAM y pueden ser consultados, como ya mencionamos vía Internet. Por su parte, la serie Cuadernos del AHUNAM volvió a reactivarse en 1999, con una nueva concepción y cierta periodicidad. La serie cuenta en la actualidad con dos líneas edito-riales: una denominada, Teoría y práctica archivística, la cual reúne artículos, ensayos y reseñas de diversos autores, quienes presentan sus experiencias teórico-prácticas en los archivos. En ésta se han publicado cinco títulos. La otra línea de la serie Cuadernos del AHUNAM, es Fuentes para la historia, de la que han salido a la luz, 4 títulos.

ConclusionesEl AHUNAM contiene así, fuentes documentales que aportan elementos tanto para el análisis de la historia de la ciencia, la cultura y la educación y de diversas etapas de la historia de México. Nuestra labor como archivistas en la organización, descripción y difusión de esos testimo-nios documentales, busca incidir en la formación de una cultura archivística en nuestro país, en la que el producto de nuestro trabajo coadyuve en la construcción de los saberes, la toma de decisiones por parte de nuestros funcionarios y en el logro de una visión retrospectiva que otorgue a la comunidad universitaria y a la sociedad en su conjunto, su real identidad para que pueda proyectarse de mejor manera hacia el futuro.

4Guía General del Archivo Histórico de la UNAM. Coord. Gustavo Villanueva Bazán. México, UNAM-CESU, 1998, 152 pp.

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