29
Fundación Archivo Histórico Casa Ducal de Alburquerque. Julia María Montalvillo García Cogeces del Monte, 2 de junio de 2008 “El Monasterio de Nuestra Señora de la Armedilla y Cuéllar en la Edad Media”

Armedilla

Embed Size (px)

DESCRIPTION

“El Monasterio de Nuestra Señora de la Armedilla y Cuéllar en la Edad Media”

Citation preview

Page 1: Armedilla

Fundación Archivo Histórico Casa Ducal de Alburquerque.

Ju

lia

Mar

ía M

on

talv

illo

Gar

cía

Cogec

es d

el M

onte

, 2 d

e ju

nio

de

200

8

“El

Mo

na

ste

rio

de

Nu

est

ra S

ora

de

la

Arm

ed

illa

y C

lla

r e

n l

a E

da

d M

ed

ia”

Page 2: Armedilla

2

“El Monasterio de Nuestra Señora de la Armedilla y

Cuéllar en la Edad Media”

Introducción Los primeros pobladores

Los restos arqueológicos encontrados en el territorio de la Comunidad de Villa y

Tierra de Cuéllar parecen indicar la presencia de grupos humanos asentados en él ya

desde los tiempos prehistóricos, en especial durante las Edades del Bronce, del Hierro

y del Cobre.

En la villa de Cuéllar algunos de estos restos parecen apuntar la presencia en la

zona de grupos paleolíticos o de pastores megalíticos en sus proximidades, así al

menos lo atestiguan varias piezas

de sílex encontradas en las

proximidades de la carretera de

Cantalejo, sobre una terraza

arenosa cercana al río Cega.

Restos posteriores,

también de la prehistoria, nos

indican con más claridad la

existencia de asentamientos

humanos en las proximidades de

la villa durante las Edades del

Bronce: un asentamiento del vaso Campaniforme en torno a 1800 – 1600 a de C.

También se ha constatado la existencia de un poblado de la Edad del Hierro,

localizado en el Ferial (plaza del castillo), cuya primitiva extensión se ha estimado en 7

hectáreas y fechado ente el 700 y el 550 a de C., y una variada y extensa

representación de cerámicas típicamente celtibéricas, que parecen confirmar la

pertenencia de Cuéllar a la cultura vaccea, al tiempo que resaltan la importancia que

pudo tener el castro cuellarano.

La fase final de este primer asentamiento humano continuado en el espacio de la

villa se sitúa inmediatamente antes del período tardoceltibérico, en una etapa que

precede al siglo I a de C. y su total extinción parece coincidir con la irrupción de los

ejércitos romanos en la cuenca del Duero.

Los restos más antiguos de poblamiento de cierta entidad conservados en la

comunidad se encuadran cronológicamente en la Edad del Bronce. Los más

significativos son diversas piezas metálicas de las denominadas PUNTAS DE

PALMELA, halladas en las proximidades de Cogeces del Monte y en el yacimiento de

Valimón; en el páramo que une Campaspero con Montemayor, dos yacimientos

Page 3: Armedilla

3

“El Monasterio de Nuestra Señora de la Armedilla y

Cuéllar en la Edad Media”

constatan la ocupación humana a mediados del segundo milenio: El Carrizal y La

Plaza.

Primera Repoblación de Cuéllar y su Tierra

Tras la dominación de la Península Ibérica, primero de romanos y luego de

visigodos, el año 711 los musulmanes invaden y la conquistan, con una rapidez tal que

sugiere que el grueso de la población hispánica no opuso demasiada resistencia,

posiblemente porque nunca aceptaron muy gustosos el dominio visigodo. Sabemos

que la cuenca del Duero fue ocupada por los árabes el año 714, parte de la población,

dirigida por los nobles godos supervivientes de la batalla de Guadalete, se refugió en la

cornisa Cantábrica, especialmente en Asturias. Entre el río Duero y el Sistema Central

quedó una especie de tierra de nadie, bautizada por la historiografía con el nombre de

“Desierto del Duero”, o sea, que esta zona, donde se encuentran Cuéllar y sus aldeas

quedaría casi desierta

hasta la batalla de

Simancas en 939.

Con el paso del

tiempo los reinos

cristianos fueron

avanzando hacia el

Duero, llegando a

sobrepasarlo. Aplicando

principios jurídicos de

origen romano

interpretaron que todas

las tierras abandonadas

eran propiedad del rey,

quien se convierte en el

propietario universal de

las nuevas tierras que

se abren a la

repoblación en los siglos IX y X1; aunque cederá gran parte de ellas a magnates,

infanzones y entidades eclesiásticas como monasterios, catedrales e iglesias.

1 Las tierras se integran en el patrimonio del rey, patrimonio que no distingue entre las propiedades de

la Corona y las del Reino.

Page 4: Armedilla

4

“El Monasterio de Nuestra Señora de la Armedilla y

Cuéllar en la Edad Media”

Abd Al-Rahmán III, el último gran califa de Córdoba (912-961), en los primeros

años de su reinado, inicia una campaña para acabar con estos asentamientos

cristianos, que se enfrentan a él en Simancas el año 939. Sabemos que ese año Íscar,

Alcazarén, Coca y Portillo están pobladas, sin embargo Cuéllar no, lo comprobamos

cuando, en agradecimiento por la victoria sobre los árabes se instituyó “el voto de San

Millán”, en virtud del cual los pueblos que intervinieron en la misma debían tributar con

parte de sus cosechas y ganados al monasterio de San Millán de la Cogolla; en este

documento se enumeran las poblaciones a las que obligaba el voto y Cuéllar no figura

entre ellas, su poblamiento debió tener lugar inmediatamente después, hacia 940-941.

Justo Pérez de Urbel dice “Es ahora cuando surge la villa de Cuéllar… aunque es un

nombre que no aparece en los documentos del siglo X, no podemos dudar de que su

repoblación se realizara al mismo tiempo que las villas cercanas de Peñafiel,

Sacramenia y Sepúlveda”. De su existencia tenemos noticia por las crónicas

musulmanas que aluden a un ataque realizado por Almanzor contra Quwillar (Cuéllar)

en el año 977. “Hizo Muhammad ibn ibi ‘Amir la campaña de Quwillar (Cuéllar). Fue

una aceifa de penetración. [Partió] de la musalla el miércoles 1 del mes sawwal del

referido año 366, que correspondió al 23 de mayo. Regresó el martes 6 de du-l-quda

del mismo año [26 de junio], al cabo de 35 días”.

Almanzor fue uno de los caudillos musulmanes más

temidos por los cristianos. Terrible y fascinador, a la vez

aniquilaba con la espada como subyugaba con la diplomacia

atrayendo a los señores cristianos con una tolerancia

aparente, mientras humillaba y profanaba sus santuarios

más importantes, llegó incluso hasta Santiago de

Compostela, cuyas campanas hizo llevar hasta Córdoba a

hombros de los cristianos que había hecho prisioneros. En

sus campañas militares destruyó todas las fortalezas y

poblaciones al Sur del Duero: Cuéllar en 977, Sepúlveda en

979, Simancas en 983…

Esta destrucción de Cuéllar ha dado lugar entre los cuellaranos a una leyenda,

según la cual cuando Almanzor puso sitio a la villa sus habitantes le tendieron una

trampa; fingieron rendirse y cuando el caudillo musulmán entraba a la cabeza de sus

tropas por la puerta de la muralla hicieron caer el rastrillo, con la intención de aislarlo de

su ejército y darle muerte, la jugada salió mal y el rastrillo cayó sobre el cuello de su

caballo, Almanzor enfurecido asoló el lugar y pasó a cuchillo a todos sus habitantes,

por eso el escudo de Cuéllar es la cabeza de un caballo. Es una leyenda, pero no me

negarán que es bonita.

La destrucción de Cuéllar Ruiz Asencio la describe así: “La partida (de

Almanzor) tuvo lugar el 23 de mayo de 977 desde la muralla de Al-Mussara, una gran

explanada en la margen derecha del Guadalquivir. El punto elegido para la unión de las

tropas fue Madrid. La cita en este castillo nos indica que el sector que iba a ser atacado

Page 5: Armedilla

5

“El Monasterio de Nuestra Señora de la Armedilla y

Cuéllar en la Edad Media”

era la Extremadura castellana y dentro de ésta la villa de Cuéllar. La campaña fue

acompañada del mayor éxito. Cuéllar cayó en poder de los musulmanes que, con rico

botín y muchos prisioneros emprendieron el regreso. Almanzor llegaba a Córdoba el 26

de junio, después de 35 días de ausencia”.

Conocido su afán devastador y su saña, podemos suponer que los cuellaranos

acabarían degollados o conducidos como esclavos a Córdoba, sin embargo Pérez de

Urbel sugiere, que tal vez, “cultivadores del campo se quedarían en sus granjas

aguardando días mejores. Era preferible concederles protección a cambio del

correspondiente tributo”.

Repoblación definitiva

Las campañas de Almanzor, entre 976 y 1002, significaran una interrupción y un

retroceso en el proceso repoblador, los cristianos retroceden al norte y no vuelven a

intentar apoderarse de la zona hasta la segunda mitad del siglo XI; la debilidad de los

árabes posibilita la expansión, lo que hace urgente poblar el territorio entre el Duero y

el Tajo, especialmente tras la conquista

de Toledo en 1085. El principio de que

las tierras abandonadas pertenecen al

rey vuelve a ser aplicado, pero esta vez

no se dejará la repoblación en manos de

los nobles o la Iglesia, sino que se

crearán amplias circunscripciones

territoriales: LAS COMUNIDADES DE

VILLA Y TIERRA, ahora la corona

concede una extensa superficie a una

determinada villa, que ya había existido

en épocas anteriores, a la que se

encargaba de organizar y poblar ese

territorio. El rey interviene directamente

en los primeros momentos mediante un

delegado real, encargado de dar el

primer paso organizativo amojonando el

territorio y poblando la villa elegida como

cabeza (Peñafiel, Portillo, Coca, Íscar o

Cuéllar), en ella se construye un castillo o

una fortaleza y una muralla alrededor de

la población, será la villa quien dirija el

nacimiento de las aldeas.

Page 6: Armedilla

6

“El Monasterio de Nuestra Señora de la Armedilla y

Cuéllar en la Edad Media”

La villa establecía las condiciones que regulaban el asentamiento de los nuevos

colonos y ejercía un control efectivo sobre la totalidad del espacio que se encontraba

bajo su jurisdicción. Pueden distinguirse dos elementos perfectamente diferenciados y

de desigual peso dentro de estas comunidades: por un lado las villas, que habían

controlado el asentamiento humano y que tenían numerosas y variadas capacidades

de decisión sobre el territorio de su jurisdicción; por otro lado la Tierra, llamada también

alfoz o término, que era el territorio subordinado a la villa. La Tierra estaba a su vez

dividida en varias circunscripciones administrativas, en el caso de la nuestra se

llamaban sexmos, que englobaban las aldeas y cada uno de los cuales contaba con un

representante propio ante el concejo villano, aunque en nuestro caso sólo había un

procurador por la Tierra en el regimiento, o para ser más exactos “el concejo, justicia,

regidores y procuradores”, que era la fórmula habitual.

Las Comunidades de Villa y Tierra dependían directamente del rey y eran

jurídicamente iguales, las comunidades de Cuéllar, Peñafiel, Íscar, Coca, Portillo…

estaban en pie de igualdad con las de Ávila o Segovia, pese a duplicarlas e incluso

triplicarlas en su extensión; a sus pobladores se les concedían privilegios y libertades

que no tenían en sus lugares de origen al norte del Duero que les diferenciará del resto

de España y de Europa, son hombres libres, no están sometidos a ningún señor y son

envidiados por ello. Mientras al norte el proceso de

señorialización (feudalismo) englobará a la mitad de las

aldeas, al sur el avance señorial es frenado casi

totalmente por la mayor capacidad de resistencia de estos

pobladores, capaces de defender sus “privilegios, fueros y

libertades” con uñas y dientes, las comunidades

contribuyeron poderosamente a contener la invasión de

los almorávides y a mantener en pie de guerra a los

cristianos frente al Islam, la Reconquista. Era una lucha

por la existencia y por conservar lo que les pertenecía:

ellos habían aceptado ir a un territorio desconocido lleno

de peligros, sin casas, sin calles, sin iglesias… sin nada,

a veces hasta sin un refugio natural donde poder

guarecerse de las inclemencias del tiempo, ante la

promesa de una vida mejor para ellos y sus familias, lógico es que también estuvieran

dispuestos a defender lo que habían conseguido. Si en la Europa feudal “el aire de las

ciudades a los hombres hace libres”, en la España feudal y reconquistadora, la

repoblación y las comunidades de Villa y Tierra hacían libres a quienes tenían el

suficiente valor o la suficiente desesperación para cambiar de aires. Claudio Sánchez

Albornoz lo expresó mejor que yo: “las gentes abandonaron sus antiguos solares en

busca de libertad y fortuna, pero jugándose la vida en el envite; en los repobladores de

primera hora se unían por tanto la inquietud aventurera y la hombría corajuda; la

Page 7: Armedilla

7

“El Monasterio de Nuestra Señora de la Armedilla y

Cuéllar en la Edad Media”

repoblación hizo en las llanuras del Duero un islote de hombres libres en la Europa

feudal y los nuevos avances colonizadores afirmaron esa comunal libertad… los

repobladores hubieron de improvisarlo todo con extrema urgencia. Podemos

imaginarlos alzando de prisa un recinto murado, construyendo templos provisorios,

edificando rápidos sus casas, lavando modestos ajuares, abriendo pozos en busca de

agua, plantando huertos, sembrando tierras y procurándose ganados. A modo de

colmena humana trabajarían sin reposo para iniciar la nueva existencia, alentada por

ilusionadas esperanzas, pero llena de peligros”.

En el orden político-administrativo solo dependían del rey y gozaban de una

amplia autonomía desde el mismo momento de su fundación, elegían sus propias

autoridades gubernativas, judiciales, económicas y militares, pues el delegado real no

puede intervenir en sus asuntos, ni siquiera en el aspecto militar, las comunidades

acudían a la llamada del rey con su propia milicia, bajo la enseña de su concejo y al

mando de sus propios capitanes, llamados alféreces. Así veremos a las milicias

cuellaranas participar en las campañas de Alfonso VIII, con Fernando III en las

conquistas de Jaén y Sevilla, con Alfonso XI en la toma de Algeciras, con Fernando de

Antequera en la conquista de Antequera, con Beltrán de la Cueva en la batalla de

Olmedo y en las sucesivas campañas que acabaron con la toma de Granada.

La segunda repoblación de Cuéllar tuvo lugar bajo el reinado de Alfonso VI, rey

de Castilla y de León, entre los años 1076 y 1085, más probable es la primera fecha,

pues en 1093, los hermanos Diego y Fernando Veilaz, venden a Santa María la Mayor

de Valladolid una divisa heredada de sus padres y abuelos en Torre de don Velasco,

por encima del río Cega, en el territorio de Cuéllar, en toda su integridad, tanto lo

poblado como lo que está por poblar, si ellos la habían heredado de sus abuelos cabe

suponer que los primeros intentos repobladores de la zona serían anteriores a 1085, e

incluso anteriores a 1076.

Page 8: Armedilla

8

“El Monasterio de Nuestra Señora de la Armedilla y

Cuéllar en la Edad Media”

El repoblador de Cuéllar y su tierra debió ser el

conde Pedro Ansúrez, quien con su esposa, la condesa

Eilo, en el testamento otorgado en 1095, dotan a la

iglesia de Santa María de Valladolid con numerosos

beneficios, entre ellos varios situados en Cuéllar y su

tierra. En 1111 la reina doña Urraca dona la aldea de

Santibáñez de Valcorba a la iglesia de Santa María de

Valladolid, no sabemos si esta aldea pertenecía al alfoz

cuellarano y se integró después en él, ni siquiera

sabemos si en esa fecha tan temprana estaba

constituida la comunidad; la primera noticia que

tenemos de ella y también de la Armedilla data de 1147,

cuando otorga al abad de Sacramenia ciertos terrenos

en torno a la Armedilla y procede a su amojonamiento:

“… voluntate spontanea nemine cogente, per Dei

amorem per nostrum parentumque nostrorum salutem

concedimos lucum illum sante marie de armediella

domino Raimundo eusdem loci abbat que etiam ests abs sante marie et santi Joannis

de Sacramenia ceterisque fratribus in eodem loco sub ordine santi Benediicti in

porterum mansuris et modo manentibus…” (Con absoluta libertad y sin coacción de

nadie, por amor de Dios y para salvación propia y de nuestros mayores, donamos el

lugar de Santa María de la Armedilla a don Raimundo, su abad, que también lo es de

Santa María y San Juan de Sacramenia y a los demás hermanos acogidos y que han

de pertenecer a la orden de San Benito de este lugar).

La extensión total del alfoz se completaría en 1184 con la compra del señorío de

Perosillo al rey Alfonso VIII, en total 1203 Km2.

El vínculo entre la villa y la tierra lo mantienen las conveniencias económicas de

aprovechamientos comunes de pasto y bienes, este vínculo aún hoy se mantiene, la

nuestra es la única Comunidad de Villa y Tierra que ha sobrevivido desde su creación

hasta la actualidad. Su estructura era muy simple: la villa y sus arrabales que, alejados

de la villa, no adquieren condición jurídica de aldeas (Torregutiérrez y Escarabajosa),

los barrios extramuros: El Salvador, San Andrés, Santo Tomé, La Cuesta y la tierra,

alfoz o término, donde se encuadran las aldeas. La villa se halla dividida en parroquias

o colaciones y la tierra en sexmos. Las parroquias que se reseñan dentro de la villa en

el elenco de préstamos segovianos de 1247 son 18: SAN ANDRÉS, SAN

BARTOLOMÉ, SAN CRISTÓBAL, SANTO DOMINGO, SAN ESTEBAN, SAN GIL, SAN

JUAN, SANTA MARÍA, SANTA MARINA, SAN MARTÍN, SAN MIGUEL, SAN

NICOLÁS, SAN PEDRO, SAN SALVADOR, SAN SEBASTIÁN, SANTA TRINIDAD,

SANTIAGO Y SANTO TOMÉ. Los sexmos eran 6: SEXMO DE CUELLAR: Compuesto

por la villa de Cuéllar y sus arrabales Torregutiérrez, Escarabajosa, junto con los

despoblados siguientes: Pociague y San Cristóbal del Henar, Sexmo de Montemayor,

Page 9: Armedilla

9

“El Monasterio de Nuestra Señora de la Armedilla y

Cuéllar en la Edad Media”

Sexmo de Valcorba, Sexmo de Hontalbilla, Sexmo de Navalmanzano y Sexmo de La

Mata.

El sexmo agrupaba una serie de aldeas y era fundamentalmente un instrumento

de equilibrio político, fiscal, económico, patrimonial y representativo, representa ante la

villa sus intereses mediante el sexmero cuyas funciones eran principalmente la

denuncia de los delitos y excesos de los adelantados guardas y ejecutores y pedir la

reparación de agravios y daños hechos a su sexmo.

La Armedilla

Tanto la villa como la tierra compartían no solo propiedades, intereses

económicos, aprovechamientos comunes… también la devoción a la imagen aparecida

en una cueva en un lugar cercano a los términos comunes con la Comunidad de

Peñafiel, Nuestra Señora de la Armedilla, para venerar a la milagrera o milagrosa

imagen, nuestros antepasados medievales construyeron una ermita, a ella se acudía

para pedir agua cuando había sequía, sol cuando

llovía demasiado, calor cuando se prolongaban las

heladas, salud cuando había enfermedades y la

destrucción del enemigo cuando había guerra;

puede decirse que fue la Patrona de Cuéllar y sus

aldeas, pero hasta en cuestiones de religión las

modas cambian y a finales del XVIII fue decayendo

su “popularidad”, al tiempo que otra Virgen veía

crecer la suya, Santa María de El Henar.

Curiosamente sus leyendas coinciden en casi todos

los puntos.

En ambos casos, la leyenda pretende

asegurar la antigüedad del solar donde se veneran y

coinciden en el hallazgo casual de una imagen de la

Virgen, en el caso de la Armedilla en el interior de

una cueva, en el de El Henar en una fuente, la una

iluminada por una lamparilla y la otra por un cirio, las

dos se dice que fueron escondidas para salvarlas de

las incursiones musulmanas y, curiosamente, ambas

descubiertas o aparecidas a un pastor, el chiste,

desde luego, es fácil: la Virgen siempre se aparece a

niños o a pastores, o como en el caso de Fátima a

niños que eran pastores. (Algunas versiones

chulescas y con un poco de mala idea sustituyen

niño por tonto). De cualquier modo ninguna de las

dos leyendas es muy original, historias semejantes

Page 10: Armedilla

10

“El Monasterio de Nuestra Señora de la Armedilla y

Cuéllar en la Edad Media”

se repiten en un alto porcentaje de las devociones marianas.

En el caso de La Armedilla estamos ante un arquetípico ejemplo de

cristianización de un espacio rupestre con posibles antecedentes paganos. La imagen

de la Virgen, una talla románica del siglo XII, pronto adquirió fama de milagrosa y la

cueva se convirtió en un popular destino de peregrinos. Tal era la afluencia de devotos

que el concejo de la villa de Cuéllar hubo de dotar al lugar de algunas construcciones

para albergar a los cofrades que allí se establecieron y a los peregrinos que acudían a

venerar la imagen de la Virgen. Por las características estilísticas de la talla románica,

parece indicar que este proceso de conversión de la cueva en un centro de devoción

popular de un amplio territorio pudo tener lugar durante la primera mitad del siglo XII.

Nosotros podemos hacer muchas suposiciones, por ejemplo: que durante la aceifa de

Almanzor que destruyó Cuéllar alguien escondiera la imagen, o tal vez durante la

primera incursión almogárave a finales del siglo XI o principios del XII, que alguno de

esos primeros repobladores que venían del norte se hubiera traído la imagen y la

hubiera escondido, incluso que los posibles habitantes que quedasen en la zona

después del año 977 la hubieran estado venerando hasta que el territorio se volvió a

repoblar, cualquiera de las hipótesis que a ustedes o a mí se nos ocurran tendrá tanta

validez como la leyenda. Veamos la descripción que hace Joseph Sigüenza, en su

“Historia de la orden de San Jerónimo”, escrita en 1600, sobre la Armedilla: “En el

obispado de Segovia, tres leguas de la villa de Cuéllar, en donde parte términos con la

villa de Peñafiel, está agora un convento desta religión (San Jerónimo), llamado

Nuestra Señora de la Armedilla, puesto a la ladera de una cuesta que mira al cierzo,

sitio harto desacomodado, frío, sin sol, perseguido de aquel viento riguroso…una cueva

grande, cavada en la misma peña viva, en forma de capilla muy honda, que con la

oscuridad pone un santo temor y reverencia en el alma… Aquí se halló una imagen de

bulto, de Nuestra Señora, muy devota y antigua, parecida mucho en la obra a la de

Guadalupe, que arguye ser del mismo tiempo, si no es imitada. Quién la trujo allá,

cuándo se puso, quién labró la capilla, todo está sepultado en el olvido. Los de la villa

de Cuéllar, que son vecinos, viendo el mucho concurso de gentes que allí acudía y lo

que la santa imagen era respetada por las muchas maravillas que el Señor obraba en

ella, como pueblo rico y noble, edificaron unos aposentos de buena proporción y traza

para que los que iban a visitan la Santa imagen tuviesen donde guarecerse, ofrecían

allí los devotos muchas limosnas”

Además contamos con un documento del siglo XVI en el que se menciona “una

hermita en la qual estaba una imagen de Nuestra

Señora y la hermita e imagen según parece por

escripturas antiguas a mas de quatroçientos años que

están hechas. En esta hermita la madre de Dios por

ser servida y estar allí aquella su imagen a hecho

muchos milagros y en toda esta to[ ]a en mucha

veneraçion y se tiene mucha deboçion y concurren a

Page 11: Armedilla

11

“El Monasterio de Nuestra Señora de la Armedilla y

Cuéllar en la Edad Media”

ella con sus necesidades muchas gentes de la misma comarca”

Siempre se ha dado por sentado que los monjes de Sacramenia habían

construido un monasterio, sin embargo, son muchos los indicios que determinan que el

Císter jamás estableció allí casa alguna. No hay ninguna mención en los archivos de

Poblet a Santa María de la Armedilla, ni siquiera en los papeles asociados al

monasterio de Sacramenia, entre la abundante documentación medieval relativa a la

historia de Cuéllar tampoco se ha encontrado dato alguno que acredite la presencia de

los cistercienses en la Armedilla, su presencia se supone por el documento de 1147.

Francisco Antón, que en la década de 1920, tomó fotografías de los restos del

monasterio interpretó las ruinas como arquitectura cisterciense, asegurando que fueron

los monjes de Sacramenia los que edificaron un primer monasterio, sobre el que se

realizaron a partir del siglo XVI importantes obras que hicieron desaparecer

prácticamente las estructuras originales; pero un completo estudio documental

depositado en la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León

(SERCAM S.C. Estudio Documental del Monasterio de Nuestra Señora de la Armedilla.

Cogeces del Monte, Valladolid. Informe inédito depositado en la Consejería de Cultura

y Turismo de la Junta de Castilla y León. 2007), demuestra que la Armedilla debió tener

sus orígenes a los pocos años de la llegada de los jerónimos en 1402. El estilo gótico

de las arquerías arcaizantes coincide con los comienzos del siglo XV, si a ello

sumamos el vacío documental de esa supuesta fase cisterciense, podemos concluir

que la presencia de los monjes bernardos quizá se redujo a la explotación económica

del lugar a través de una granja, con el aprovechamiento de los pastos o de las

estructuras agrarias o, incluso, una posible administración de la ermita y sus

instalaciones en sustitución de los vecinos de Cuéllar.

El complejo de La Armedilla retornó a manos de los cuellaranos, que eran

quienes ostentaban su administración a la llegada de los jerónimos y la “gobernaban

como suya. Encargaban la iglesia a algún ermitaño o santero para que tuviese cuenta

de limpiarla y encender la lámpara” (Sigüenza)

La devoción de los cuellaranos está documentada a principios del siglo XIV, así

lo vemos en las siguientes notas

copiadas en un documento de 1489:

Era de mill e tresientos e çinquenta e

un años [1313] el día de felipi jacobi

fueron a Santa maría del armedilla a

procesión por la sequía que fazia muy

grande e prometió el consejo de

Cuéllar de yr allá cada año a santa

maría e de levar cada uno su ofrenda

e non lo conplieron fasta que vino otro

Page 12: Armedilla

12

“El Monasterio de Nuestra Señora de la Armedilla y

Cuéllar en la Edad Media”

muy grande seca.

Era de mil e trezientos e çinquenta e nueve años [1321] fue el consejo de Cuéllar a

santa maría del armedilla con la procesión por la grande seca que fasia e allá yda el

crucifixo de Santiago enpeço a sudar e caer gotas de agua del costado e sacaron la

majestad de santa maría e parose de dos colores a nuestro señor ihesu cristo con su

gloriosa madre llovió el miércoles y el jueves esto fue a veynte e seys días de mayo

De la promesa a quando la cumplieron pasaron ocho años

Fallo que ha ciento e sesenta e cinco años este año en que estamos que se prometió.

Escribiose esta memoria en este privillejo a diez e siete días del mes de febrero año del

nasçimiento del nuestro salvador ihesu xto de mil e quatroçientos e ochenta e nueve

años e fizolo escribir Gil Sanches, regidor.

Fernando de Antequera y los jerónimos

Juan I, el segundo rey de la dinastía Trastamara, en su testamento dejaba la villa

y su tierra a su segundo hijo varón, Fernando, los cuellaranos pidieron a su sucesor,

Enrique III, que no lo cumpliera y que fuera devuelta a la Corona, sin embargo el nuevo

rey se la entregó a su hermano con la condición de que no “cambiase, vendiese o

donase” ninguna de sus aldeas y lugares, guardase y confirmase sus privilegios,

franquezas y libertades. Será don Fernando de Antequera, infante de Castilla y rey de

Aragón, quien traiga a los jerónimos a la Armedilla, en palabras de un documento del

siglo XVI “el ynfante don Fernando por la devoción a esta imagen y hermita y horden en

el año de mil e quatrocientos e dos años hiço la dar a la dicha orden y dio cinco mil y

quinientos maravedís de rrenta

para que se hiçiese en ella y en el

sitio y tierras della un monasterio”.

En 1401 los jerónimos parecen

estar presentes en la Armedilla,

por lo menos así se deduce en un

deslinde en el que se mencionan

las tierras que poseía en el valle de

Vadillana (Valdecascón), ese

mismo año don Fernando les

concede cinco excusados2, que

2 Alguien que por privilegio está libre de pagar tributos. Tributario que se excusaba de pagar al rey o señor y debía

contribuir a la persona o comunidad a cuyo favor se había concedido el privilegio; también el labrador que en cada

parroquia elegía el rey u otro privilegiado para que le pagase los diezmos.

Page 13: Armedilla

13

“El Monasterio de Nuestra Señora de la Armedilla y

Cuéllar en la Edad Media”

liberaban al lugar de cargas fiscales porque: “es iglesia muy devota, en la cual iglesia y

hermita de Nuestra Señora, Jesucristo por ruego de la gloriosa señora, su madre, ha

mostrado y muestra muchos milagros, e yo habiendo devoción a la gloriosa Santa

María, porque ella sea abogada de todos mis fechos, otorgo dichos privilegios”; en

1405 les concederá tres excusados más.

En 1402 “convence” a los de Cuéllar para que cedan a los jerónimos la ermita y las

instalaciones que allí había para fundar un monasterio, pide a los frailes de La

Mejorada de Olmedo que den licencia y manden algunos frailes para fundarlo, a la vez

que solicitaba al Papa el permiso para la fundación del mismo, el prior de La Mejorada

envió cinco frailes y cinco donados3. Benedicto XIII confirmaría su construcción en

1405.

El padre Sigüenza relataba así su llegada: “Lo que hay muy cierto es que el año

de 1402 el buen infante don Fernando, que como se ha dicho fue rey de Aragón,

siendo señor de la villa de Cuéllar procuró con buen término, atrayendo con blandura a

los cofrades de la iglesia de Nuestra Señora de la Armedilla, que la diesen a la Orden

de San Jerónimo, certificándoles que estaría bien empleada y mejor servida por el

cuidado y reverencia con que esta orden trataba estos lugares santos, trayéndoles

algunos ejemplos de cosas que él sabía, por tener tanta noticia de todas las de esta

religión. Inclinólos fácilmente a ellos por la voluntad que le conocieron y por el amor

que le tenían como a tan buen príncipe y señor… No se detuvo mucho la ejecución del

negocio, porque el devoto infante, que habían pocos años antes dado la ermita de

Nuestra Señora de la Mejorada a la orden, mandó que de aquella casa fuesen

religiosos a tomar la posesión, como se ve en una escritura que el prior y convento de

la Mejorada dieron con sus firmas a Fr. Pascual de Pineda para que fuese, como

vicario, con otros cinco religiosos a la iglesia o ermita de Nuestra Señora de Armedilla.

Y los cofrades, en nombre de los vecinos de Cuéllar, los pusieron en la posesión,

entregándoles la imagen y la casa con todas sus heredades, términos y posesiones

que le pertenecían y las joyas y muebles de toda la iglesia, como se ve en el inventario.

No contento con esto, el infante procuró también con el Papa Benedicto XIII que la

ermita se levantase en monasterio y no tuviese dependencia de otra parte. Otorgólo el

Papa, dando para ello su breve el año de 1405”

Los monjes jerónimos se hicieron entonces cargo de “los libros e dos caliçes e

una cruz e un ençensario en que podría aver en todo fasta diez e seys marcos de

3 Persona que, previas fórmulas rituales ha entrado por sirviente en una orden religiosa y asiste a ella con cierta

especie de hábito religioso pero sin hacer profesión. También el que mediante una ceremonia ritual, pero sin

apartarse del mundo, se da a sí mismo en posesión de algún monasterio, ya por devoción o por conseguir gracias

espirituales y ciertos privilegios para amparo de su persona y sus bienes.

Page 14: Armedilla

14

“El Monasterio de Nuestra Señora de la Armedilla y

Cuéllar en la Edad Media”

plata4, e otros y dos campanas y vestimentos e otros ornamentos segund la dicha

hermita los tenia.”

Los jerónimos

Hemos de hacer un breve inciso para hablar de los jerónimos, quienes marcarán

la historia de la Armedilla hasta su desaparición en el primer tercio del siglo XIX.

A las grandes órdenes monásticas benedictina y cisterciense, sucedieron

durante el siglo XIII las mendicantes de franciscanos y dominicos, frailes que

abandonan la paz del claustro para entregarse a la labor del apostolado.

La extremada pobreza, debida a la caída del valor de las rentas de la tierra, que

impedía la vida en común, los abusos cometidos por los abades comendatarios, amén

de otras razones habían sumido a las antaño poderosas abadías en un preocupante

estado de relajación moral. Fray Justo Pérez de Urbel, dice: “En todas partes deudas,

debidas a la vida mundana de los abades, a su debilidad, a su notoria incapacidad, a

su desacertada administración, libre de toda inspección superior, y a las dilapidaciones

que hacían por favorecer a sus familias. En los súbditos, un gran olvido de la disciplina:

pecan contra el voto de pobreza, poseen rentas particulares, duermen fuera del

dormitorio común, buscan empleos para eximirse de la autoridad abacial, frecuentan

las plazas y viven en las cortes, y contra lo preceptuado por el concilio de Letrán

habitan solos en las parroquias

y obediencias”.

El mal que se había

iniciado ya en el siglo XIII,

alcanzó durante el siglo XIV un

punto crítico, los hombres

llamados por Dios preferían

buscarle no en el claustro, sino

en la soledad, resurge así con

gran vigor el impulso eremítico

siempre recurrente en la

historia de la iglesia. Hombres

que individual o colectivamente

se retiran al desierto; a los

parajes más aislados e

inaccesibles. Cuevas y casillas, les sirven de abrigo y una humilde ermita de lugar de

4 El marco de plata en Castilla pesaba 230, 0465 gr., lo que haría un total de 3 kilos, 680 gramos y 744 miligramos

Page 15: Armedilla

15

“El Monasterio de Nuestra Señora de la Armedilla y

Cuéllar en la Edad Media”

rezo. Tienen que enfrentarse al recelo de los prelados de los lugares donde estos

hombres se habían retirado del mundo y a las acusaciones que las órdenes religiosas

vertían sobre ellos llamándolos herejes, algunos decidieron sustituir la ermita por el

cenobio y acogerse al patronato de San Jerónimo.

Los fundadores de la orden fueron FERNANDO YÁNEZ FIGUEROA, nacido en

Cáceres, hijo de un oficial de la cámara de Alfonso XI. Educado en la corte junto al

futuro rey, se hizo eclesiástico y fue capellán de la Capilla de los Reyes Viejos de la

catedral de Toledo.

PEDRO FERNÁNDEZ PECHA, hijo de un camarero5 de la corte de Alfonso XI;

llegó a desempeñar cargos de responsabilidad durante los reinados de Alfonso XI,

Pedro I y comienzos del de Enrique II. Se casó y tuvo 4 hijos. La muerte de su esposa y

de una de sus hijas pudo haber influido en su decisión de retirarse del mundo .

Cuando deciden fundar la nueva orden fueron comisionados para solicitar el

permiso pontificio Pedro Fernández Pecha y Pedro Román, se encaminaron a Avignon.

En 1374 en la bula “SANE PETITIO”, que puede considerarse el documento

fundacional de la nueva orden, el Papa concedía licencia “a los queridos Fernando

Yáñez de Cáceres, presbítero, Pedro de Guadalajara, Fernando de Fuensalida, Juan

de San Felices, Alfonso de Jaén y Fernando de Fontana, laicos, ermitaños de la

diócesis de Toledo entre otras cosas, para fundar cuatro monasterios o lugares

conventuales, cada uno de ellos, a saber, con iglesia, cementerio y humilde

campanario y una campana, con claustro y las oficinas necesarias en lugares para ello

acomodados y honestos”

1415 es la fecha trascendental para la

orden ya que en ese año, el día 26 de julio, tuvo

lugar en la capilla de San Martín, del monasterio

de Santa María de Guadalupe, y por expresa

voluntad del pontífice, el primer Capítulo General,

en que se unificaron los monasterios castellanos y

valencianos, se dictaron normas comunes y quedó

constituida en orden exenta y centralizada. A él

acudieron representantes de todos los

monasterios, cuyos nombres y los de sus casas se registraron en el primero de los

libros capitulares, según el siguiente orden: San Bartolomé de Lupiana (Guadalajara),

Nuestra Señora de Sisla (Toledo), San Jerónimo de Guisando (Ávila), San Jerónimo del

Valle de Hebrón (Barcelona), Santa Catalina de Talavera (Toledo), San Blas de

Villaviciosa (Guadalajara), San Jerónimo de Espeja (Soria), Nuestra Señora de la

5 Oficial palatino encargado de la dirección de los servicios de la cámara regia, el lecho real y los vestidos del

monarca.

Page 16: Armedilla

16

“El Monasterio de Nuestra Señora de la Armedilla y

Cuéllar en la Edad Media”

Armedilla (Valladolid), San Jerónimo de Montamarta (Zamora), Nuestra Señora de la

Murta (Alcita), la Trinidad de Miramar (Mallorca), San Jerónimo de Valparaíso

(Córdoba), Santa María de Villavieja, San Jerónimo de Yuste (Cáceres), Santa Catalina

de Badaya (Álava), Santa Catalina de Montecorban (Santander), Nuestra Señora de

Fresdelval (Burgos), Santa Marina de don Ponce (Santander) y San Jerónimo de Monte

Olivete (Barcelona) En el capítulo se decretó que el orden de los asientos fuese en

adelante por la antigüedad de las casas, por Santa María de la Armedilla acudieron el

prior fray Tomás y el procurador fray Pedro de Roa y les correspondió el lugar nº 15.

En estos momentos iniciales, surgen algunas incógnitas como es la existencia y

localización de un primer templo que daría servicio a la comunidad hasta la

construcción de la nueva iglesia.

El prior de La Armedilla, fray Fernando, hizo que la bula de construcción del

monasterio independiente, otorgada por Benedicto XIII, se leyera en Cuéllar el 4 de

noviembre de 1405, ante el notario público Juan Rodríguez, en ella el Papa resaltaba

que los frailes habían vivido honestamente (cuando lo dice debía ser algo raro en la

época), otorgó además otras bulas a favor de este monasterio, en una de ellas daba

potestad al prior para absolver de la condena de excomunión a los religiosos,

comensales6, etc.

A comienzos de 1402, aprovechando la titularidad única de don Fernando sobre

los señoríos de Cuéllar y Peñafiel, se intentó poner fin a un viejo problema de límites

entre ambas tierras que había ocasionado no pocas contrariedades, en especial en lo

relativo a la demarcación de los predios de aprovechamiento conjunto. Vemos como a

la llegada de los jerónimos la cuestión territorial de las dos comunidades fronterizas

estaba de plena actualidad, con la problemática añadida de un intensivo

aprovechamiento pecuario que se veía amenazado por una incipiente agricultura. Es,

sin duda, en este marco de cierta reorganización, o más bien de poner orden en un

viejo problema de límites, en el que hay que situar la cesión del lugar de La Armedilla a

los jerónimos para la instalación de una nueva casa y la integración del espacio en la

comunidad de Cuéllar, debido quizás a unas preferencias territoriales que se nos

escapan.

Entre el 5 de enero y el 17 de febrero de 1402, el juez Sancho Ferrández, de

Medina del Campo, por orden del infante Fernando reúne a los representantes de

ambas comunidades para señalar los términos, rayas y mojones que delimitasen los

términos de los concejos de Cuéllar y Peñafiel, así como las tierras comunales. A

continuación podemos ver las referencias a la Armedilla en este apeo:

6 Eclesiásticos que estaban al servicio de los prelados (superior eclesiástico constituido en una de las dignidades de

la Iglesia como abad, obispo, arzobispo, etc. También superior de un convento o comunidad eclesiástica). Persona

que vive a la mesa y expensas de otra, en cuya casa habita como familiar o dependiente. Cada una de las personas

que comen en una misma mesa.

Page 17: Armedilla

17

“El Monasterio de Nuestra Señora de la Armedilla y

Cuéllar en la Edad Media”

“E luego el dicho juez fue adelante por el dicho llano cerca del Sardal, e fizo fazer otro

mojón que está cerca del camino del Armediella, a mano esquerda, commo va omne de

Langayo al Armediella. E la parte de Peñafiel consentió e la parte de Cuéllar apelló”

“E luego fue adelante el dicho juez, por somo de los çerrales del dicho llano, por la

parte de contra Coxeces, sobre la dicha Vallyllana e fizo fazer otro mojón en un rostro

de una cuesta, en somo del dicho çerral contra el Armidiella”

“E luego el dicho juez tornó de la otra parte del dicho Vallejo de la Granja contra el

Armidiella, por los somos, a mano esquierda; e fizo fazer otro mojón en el dicho pico,

en pos de los cañamares, ençima de los dichos çerrales”

“Otrosy fue adelante con las dichas partes, e fizo fazer otro mojón ençima del somo del

çerral, sobre el Vallejo que desçiende de Santa María del Armidiella, por ençima en

derecho de la calera que está cerca del fito de piedra que está en el sendero que va de

la dicha Santa María a Val de Palaçuelos, al rostro de una cuesta que está frontera, por

çima de los huertos de la dicha iglesia del Armediella; e fizo fazer otro mojón en somo

del dicho rostro del dicho çerral, que diexeron que avía nombre el Vallejo de la Viña. E

dixo que lo pronunciava por raya, en tal manera que la dicha iglesia e hermita e granja

de Santa María del Armediella quedara fuera de los dichos comunes, en término de la

dicha Cuéllar”

“E otra majada al poyato de la cueva e Vallillana, e otra majada que es a Val de

Palazuelos, en par del Armediella, e otra majada que es amajada vieja, fondón del

Armediella”

Juan de Navarra y Álvaro de Luna

Juan de Navarra hereda la villa de Cuéllar en 1416, a la muerte

de su padre, Fernando de Antequera. Por dos veces será su señor,

pues en dos ocasiones su primo Juan II rey de Castilla le confiscará

sus propiedades. En octubre de 1441 Cuéllar le presenta una

reclamación para que no venda al mariscal Iñigo de Stúñiga los

lugares de Montemayor, El Caño, Santiago de Arroyo y Santibáñez de

Valcorba, tal y como se había comprometido a hacer en 1416, siendo

Juan como era no les hizo ningún caso siguió con la venta. Costó

tiempo pero finalmente estos lugares fueron reintegrados a nuestra

comunidad de villa y tierra.

El monasterio tuvo diferencias sobre los pastos y prados del valle de Vallylana (o

Vadillana) con Cuéllar, Cogeces del Monte y Bahabón y el rey de Navarra, don Juan,

delegó en Fernando de Sandoval, mayordomo y juez, para que decidiera, como así lo

hizo, pronunciando sentencia y fijando los mojones en 1442.

Page 18: Armedilla

18

“El Monasterio de Nuestra Señora de la Armedilla y

Cuéllar en la Edad Media”

D. Álvaro de Luna, valido de Juan II,

será señor de Cuéllar por dos veces de

1433 a 1439 y de 1444 a 1453, según las

cambiantes circunstancias políticas

castellanas, fue ejecutado en Valladolid en

1453, había confiado parte de su fortuna a

la custodia segura de los monjes de la

Armedilla, cuando se produjo la

confiscación inmediata de sus bienes,

decretada por Juan II, encontró que había

depositado en el monasterio más de 9.000

doblas de oro. Del tiempo en que fue señor

de Cuéllar conservamos la Torre del

Homenaje del castillo, sede ahora del

Archivo de la Casa Ducal de Alburquerque y del Archivo Histórico de Cuéllar.

Además tenemos constancia de la presencia de algunos monarcas en el

convento, Juan II de Castilla el 30 de octubre de 1444, estando en él, nombró a su hijo

Enrique señor de la ciudad de Úbeda.

En 1455 Enrique IV se reunió en La Armedilla con sus consejeros, entre ellos

Miguel Lucas de Iranzo, para que le asesorasen en el momento en que estaba

concertando su matrimonio con Juana de Portugal.

Tras la ejecución de Álvaro de Luna, Juan II entrega la villa de Cuéllar a su hija

Isabel y en su testamento ordena que tenga la villa hasta que le fueran entregadas

200.000 doblas de la banda para su dote y casamiento y una vez entregadas

devolviese la villa a la corona, Enrique IV se la cambia por Trujillo y se la entrega el 24

de diciembre de 1464 a D. Beltrán de la Cueva.

D. Beltrán de la Cueva y la casa ducal de Alburquerque

D. Beltrán de la Cueva, duque de Alburquerque, conde de

Ledesma, conde de Huelma, señor de Cuéllar y de Mombeltrán,

etc., etc. su nombre irá indisolublemente unido a los de Enrique

IV, Juan Pacheco y Juana la Beltraneja. No es este el momento

de contar la novelesca historia de este hombre, lo que en esta

ocasión nos interesa es su relación con la Armedilla y les

aseguro que fue muy intensa desde el momento en que le fue

concedido el señorío de Cuéllar. No es casual la predilección

que mostró sobre este monasterio, a mi humilde entender por 3

razones diferentes. Una porque, desde tiempo inmemorial,

Page 19: Armedilla

19

“El Monasterio de Nuestra Señora de la Armedilla y

Cuéllar en la Edad Media”

Cuéllar y sus aldeas habían elegido a Nuestra Señora de la

Armedilla como su abogada y patrona en este mundo y él,

siendo su señor, debía ser el primero en venerarla; otra

porque había emparentado con los Mendoza, una de las

hermanas de Pedro Fernández Pecha, fundador de los

jerónimos estaba casada con un Mendoza y desde entonces

la familia estuvo muy relacionada con la orden, su mujer era

Mencía de Mendoza, nieta del marqués de Santillana, hija del

duque del Infantado y sobrina del cardenal don Pedro de

Mendoza y por último y, quizás menos importante, por

emular a su enemigo Juan Pacheco, marqués de Villena,

protector y benefactor de otro monasterio jerónimo, Santa

María del Parral. En el complejo de la Armedilla construyó

unas dependencias palaciegas donde reposar cuando los

vaivenes de su rey le obligaban a alejarse de la corte.

En 1476, su primera esposa, Mencía de Mendoza, fallece, estas son algunas de

las disposiciones para su entierro.

De los gastos del entierro se encargó don Beltrán de la Cueva, duque de

Alburquerque, con acuerdo del padre fray Juan de Langayo, vicario de Santa María de

la Armedilla, confesor de la duquesa y que fue testamentario junto con el duque.

Doña Mencía pidió ser enterrada en el monasterio de San Francisco de Cuéllar,

fray Juan de Langayo informaría al duque de lo que sería necesario hacer por el alma

de la duquesa, el duque dispuso (entre otras cosas) que el día del entierro acudiesen a

la vigilia los frailes del monasterio de la Armedilla, los de Sacramenia, lo de Santa

María de Contodo y dos del monasterio de la Magdalena, de la orden de la Trinidad, a

todos ellos debía entregarse lo que necesitasen se les proveería de vino, carne y

pescado.

En el monasterio de Santa María de la Armedilla deberían decirse dos

treintenarios7 cantados. A este monasterio se le entregarían 390.000 maravedís de

ciertas misas y sacrificios que el vicario de dicho monasterio había mandado hacer por

la duquesa.

El 4 de agosto de 1484, estando en el monasterio de la Armedilla, procede a hacer un

nuevo reparto de su patrimonio, entre otras cosas D. Beltrán dispone que Francisco

Fernández de la Cueva tenga a su cargo el pago de 120 fanegas de trigo a los frailes

del monasterio de Santa María de la Armedilla y especificó que a su muerte fueran

entregados, al monasterio de la Armedilla 12 marcos de plata para que se hiciesen

cálices con sus armas.

7 30 misas no consecutivas

Page 20: Armedilla

20

“El Monasterio de Nuestra Señora de la Armedilla y

Cuéllar en la Edad Media”

Estando también allí en 1489, Beltrán de la Cueva y su tercera mujer, María de

Velasco, donan al monasterio de Santa María de la Armedilla, seis mil maravedís

anuales, situados en los que ellos poseían en la en la martiniega (Tributo o contribución

que se debía pagar el día de San Martín)8 de la villa de Cuéllar, para que dicho

monasterio los poseyera junto a los 8.000 que tenía situados anualmente en dicha

martiniega por privilegios de Fernando de Antequera y su hijo Juan de Navarra. Este

documento empieza con la invocación a Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu

Santo, a la Virgen María y a toda la corte celestial y sigue:

“segund doctrina del Santo Evangelio, todas las criaturas mortales que son enviadas en

destierro a este valle de lágrimas, con constituydas mayordomos e despenseros de los

bienes temporales de fortuna para con ellos, como buenos negociadores e factores del

señor, ayan de ganar los eternales e que siempre han de durar. E aquellas personas

que, errada la negociación, no acrecentaron los bienes que les fueron encomendados

del Señor, fueron reprobados e alanzados de aquello que avian seydo puestos por

mayordomos e despenseros, con mucha vergüenza; e aver espender de buenos usos e

piadosas consideraciones los tales bienes temporales mucho nos convida la Sancta

Yglesia, la qual queriéndonos mostrar de que manera e forma pudiésemos dar mejor

cuenta hallándonos perdidos en este mar amargoso después que reçebimos el agua

del Espíritu Sancto, commo quien navega en barca sin remos, nos quiso de mostrar un

reino con que seguramente podiessemos venir al puerto de la salvación que es la

limosna. Pues si esta es tan poderosa que por sí sola después del bautismo nos puede

traer a puerto de salud, cosa muy neçessaria es al descargo de nuestra cuenta usar de

tal manera en los bienes temporales que en este mundo nos han seydo encomendados

que por ellos podamos venir a usar e fruir (gozar del bien que se ha deseado) de los

perpetuos eternales”.

D. Beltrán de la Cueva y María de Velasco, su tercera mujer “ambos a dos juntamente,

deseando dar cuenta a nuestro señor Ihesu Cristo de los bienes temporales que por su

infinita clemençia en este mundo nos quiso encomendar, e por que podamos dezir mas

seguramente el día que nos fuere demandado que de tal manera usamos dellos que

non perdimos los eternales; por descargo de nuestras conçiençias e del anima del

señor rrey don Enrrique… e de las animas de nuestros antepassados de quien

nosotros tenemos cargo, e catando los muchos e continuos sacrifiçios e otras obras

meritorias que continuamente se fazen en el monesterio de nuestra señora Sancta

María del Armedilla, que es en término de la nuestra villa de Cuéllar, donde nosotros

tenemos mucha devoción e por que dichos sacrifiçios sean acresçentados por la

presente otorgamos … que fazemos graçia e donaçion … al dicho monesterio del

8 Prestación fija en metálico pagada anualmente por el cultivador de la tierra en reconocimiento de la entrega de la

misma por parte del señor o propietario por juro de heredad o en régimen de propiedad. Esta prestación de origen

jurídico privado, la variada nomenclatura de esta figura, conocida en términos generales como pecho anual,

obedece bien al momento en que era satisfecha: mes de marzo o el día de San Martín

Page 21: Armedilla

21

“El Monasterio de Nuestra Señora de la Armedilla y

Cuéllar en la Edad Media”

Armedilla e convento e frayres del … seys mil maravedís en cada un año para siempre

jamás, espeçialmente situados e asentados en los maravedís que nosotros tenemos en

la martiniega… porque el dicho convento e frayres del dicho monesterio del Armedilla

sean obligados perpetuamente de rogar a Dios por nuestras vidas e después que a

luengos días Dios nos llevare deste mundo rueguen a Dios en sus oras e sacrifiçios por

nuestras ánimas e por el ánima del dicho señor rey don Enrique e por las ánimas de las

otras personas nuestros antepasados…”.

Eligió este monasterio para esperar la muerte, el 19, día de Jueves Santo otorga

su último testamento en él hace la siguiente manda al monasterio: “E quiero e mando

que ansi mismo el día de mi enterramiento se de al monasterio de aquí de Nuestra

Señora de la Armedilla pitanza9 e de comer y cera para que los padres me digan las

misas que aquel día podrán (decir) y que den al dicho monasterio de la Armedilla un

hornamento de brocado con mis armas que sea cumplido e diez arrobas10 (115 Kg.) de

cera con que me digan 4 treintenarios de Santo Amador11 como los ya dichos y las

trece misas del Espíritu Santo, e la dicha cera sea para las misas e para alumbrar los

santos sacrificios del altar12, e que rueguen al padre prior que las más misas que se me

digan en el altar de nuestra señora de la Cueva porque en aquella señora tuve yo

siempre mucha debozión, y más repartan por los dichos monasterios (San Francisco

de Cuéllar, Santa Clara de Segovia, Rapariegos y la Armedilla) diez arrobas de aceite

que ardan en la lámpara ante el Santo Sacramento del Altar porque Dios alumbre mi

anima e para en descargo de mis cargos que Dios aya piedad… que es fecho en

Nuestra Señora de la Armedilla, jueves de la cena de

Nuestro Señor Jesucristo de mil e quatrocientos e

noventa e dos años en el mes de abril a diez e nueve

días del dicho mes de abril”

Don Francisco Fernández de la Cueva, heredero

de Don Beltrán, confirmó al monasterio de la Armedilla

en 1495 los privilegios que le habían otorgado los

monarcas. Su confianza en los frailes del monasterio se

demuestra cuando, en 1497, deja en manos de Fray

Martín de Cogeces, prior de la Armedilla y juez

apostólico, la ejecución de una bula de Alejando VI, que

9 Precio o estipendio que se da por una cosa. También distribución que se hace diariamente de comestibles o de

numerario y ración de comida que se distribuye a los que viven en comunidad o a los pobres. Alimento cotidiano.

10 Peso de 11, 502 kg.

11 33 misas seguidas, porque San Amador dijo 30 misas y tres más pidiendo que su madre fuese librada del

Purgatorio y Dios se lo concedió

12 Cuando el sacerdote tras la consagración levanta a la vez el cuerpo y la sangre de Cristo

Page 22: Armedilla

22

“El Monasterio de Nuestra Señora de la Armedilla y

Cuéllar en la Edad Media”

él mismo había solicitado para parar los pies a los monjes del convento de San

Francisco de Cuéllar, que estaban vendiendo y enajenando los objetos que él y su

padre habían donado a este monasterio para el culto; el prior armedillense notificó a

Fray Francisco de Segura, vicario general, al vicario provincial y al guardián de San

Francisco la bula, seguramente dejando caer que vigilaría el cumplimiento de la misma:

“por qual quiera ocasión que sea sean sacados o vendidos o enajenados o trocados los

orrnamentos que el dicho duque de Alburquerque, don Beltrán de la Cueva, su padre

de quien en el dicho registro se haze minçión dio e mandó dar al dicho monesterio de

Sant Françisco de la dicha su villa de Cuéllar e él a dado e entiende de dar al dicho

monesterio para que con mayor deboçión e más honradamente el culto divino fuese e

sea administrado e de aquí adelante pues que con esta yntinçión los dichos

orrnamentos asy de paños de oro como de seda y de oro e plata asy en cruzes como

en cáliçes como en otras cosas fueron dadas e deputadas al dicho monesterio y su

voluntad era que de aquí en adelante en tal manera se usase de los dichos

orrnamentos asy de los que tiene dados como de los que quiere e entiende dar y

fueron dados por el dicho duque su padre, que el culto devino sea acreçentado en la

dicha casa y monesterio y la devoción de los que lo vieren se ahumente … en virtud de

santa obediencia e so pena de descomunión que de aquí adelante vos ni alguno de vos

ni otro por vuestro mandado vos entremetades ni entremetan a vender ni trocar ni

cambiar ni enajenar los dichos orrnamentos cruzes e caliçes ni parte alguna de ellos

asy los que agora están de presente como los que por el dicho duque fueren dado de

aquí adelante al dicho monesterio ni vos entremetades a los mudar ni poner en otras

partes fuera del dicho monesterio salvo que el guardián e frayres que agora son o

fueren de aquí adelante en la dicha casa usen de ellos para onrra y enxalçamiento del

culto devino como dicho es como a ellos bien visto fuere y quisieren lo qual vos mando

por virtud de la dicha avtoridad so la dicha çensura e pena descomunión la qual lo

contrario haciendo desde agora para entonces e de entonces para agora fechas o

repetidas las canónicas municiones pongo en vos e en qualquier de vos que lo

contrario fiziere de la qual sentencia de descomunión quiero que non seays asueltos

hasta tanto que sea hecho enmienda al dicho monesterio e al dicho duque…”

También sabemos que, como su padre se refugiaba en el Monasterio de Santa

María de la Armedilla, pues allí, en mayo de 1499, firma un acuerdo con el condestable

de Castilla. En él realizó importantes obras arquitectónicas, en 1509 la cocina y el

refectorio, en 1511 comienza la iglesia que acabó de construirse en 1522.

Page 23: Armedilla

23

“El Monasterio de Nuestra Señora de la Armedilla y

Cuéllar en la Edad Media”

Juan Velázquez y Gómez González

Pero no solo fueron los señores de Cuéllar los que otorgaron privilegios e

hicieron donaciones al monasterio, también hubo cuellaranos muy relacionados con él.

Juan Velázquez de Cuéllar fue consejero real de Juan II de Castilla y oidor13 de

su Audiencia y uno de los jueces que firmaron la pena de muerte de Álvaro de Luna,

abandonó la corte e ingresó como hermano donado en la Armedilla. En 1444 hizo

donación al monasterio de una dehesa, del monte de Valcorba, de su hacienda en

Cuéllar, Valladolid y La Mata. En 1446 donó todos sus bienes raíces y posesiones y

pidió ser enterrado en el monasterio en la sepultura que él había hecho cerca del altar

de la Virgen.

Fray Gómez González, que en 1431 había profesado como jerónimo en

Guadalupe, en los estatutos del Hospital de la Magdalena, ordenaba que se erigiese

una cofradía de personas buenas y notables que velaran por los intereses de la

institución. Si los cofrades no aceptaban el cometido debían intervenir el arcipreste de

la villa con los clérigos y feligreses de San Esteban, con consejo del guardián de San

Francisco, el prior de la Armedilla y los cofrades que se prestasen para ello. Estos

cofrades, a los que Gómez González había confiado sus instituciones, no dieron buena

cuenta de la administración. Las discordias entre ellos, la negligencia y la desidia

llevaron consigo el deterioro de sus bienes. Ante esta situación abandona Guadalupe y

se traslada al de la Armedilla, tras conseguir un amplio permiso de su prior que le

autorizaba para tomar decisiones en todo lo referente al Hospital y Estudio.

1437 insta a los cofrades para que cedan la administración a los monjes de la

Armedilla. Así se hizo ante el notario Juan Fernández y fue aceptada por el prior y

procurador fray Sancho. El 23 de abril del mismo año en ese monasterio, aclaró

algunos puntos respecto a los estatutos.

En 1438 los frailes jerónimos de la Armedilla donaron al Hospital un solar que

era propiedad que estaba frente a él, pero la distancia les impedía estar cerca de los

asuntos y ese mismo año se negaron a continuar en la administración. Gómez

González estuvo en él casi un año.

13

Ministro togado que en las audiencias del reino oía y sentenciaba causas y pleitos

Page 24: Armedilla

24

“El Monasterio de Nuestra Señora de la Armedilla y

Cuéllar en la Edad Media”

1499

Sin embargo también había problemas entre ellos y la comunidad de villa y

tierra, como vemos en un documento de 1499

En el monasterio se reunieron los representantes del concejo de Cuéllar con fray

Juan de Losa, procurador de la Armedilla y con los jueces que ambas partes habían

elegido como mediadores: el doctor Diego de Palacios y el licenciado de Alva.

La reunión tenía por objeto poner término a los debates y contiendas que las dos

entidades habían entablado en fechas recientes con motivo de la adquisición por parte

del monasterio, no se sabe si por compra o por donación, de un extenso monte y

dehesa que estaban situados en Aldealbar y que antes habían pertenecido a un tal

Juan Álvarez. Las mencionadas propiedades se situaban en el valle de Valcorba,

aguas debajo de Aldealbar, entre las aceñas de Alçapico y Juan Álvarez, en una zona

que debía ser importante para el tránsito de los ganados cuellaranos situados en

Montemayor y en la propia Aldealbar, y que comunicaba estos lugares con el área de

los comunales compartidos con Peñafiel. Las conversaciones se centraron

principalmente en algunos temas de importancia para los intereses pecuarios de la villa

y la comunidad, entre ellos se indicó el deslinde del monte y de la dehesa, se acordó

que se guardara según los mojones que la delimitaban en ese momento, pero además

se dispuso poner otros para determinar con mayor exactitud la localización de la raya

del monte respecto al límite con la comunidad de Cuéllar en las proximidades de

Aldealbar. También se dispusieron penas para quienes entraran al dicho monte y

dehesa a rozar, cortar, roturar o cazar; así mismo se prohibió que los ganados entraran

en ellos a pastar.

A continuación se alude a lo que de verdad debía importar a los representantes

de Cuéllar y que debía constituir la cuestión más decisiva de todo el acuerdo: las

Page 25: Armedilla

25

“El Monasterio de Nuestra Señora de la Armedilla y

Cuéllar en la Edad Media”

condiciones de paso de los ganados de la comunidad por la nueva propiedad del

monasterio en dirección a los baldíos comunales de Cogeces, se indicó que Juan

Álvarez había hecho merced tiempo atrás a los concejos de Montemayor y Aldealbar

para que pudiesen atravesar cierta parte e la dehesa y del monte sin pena alguna,

ambas partes se mostraron dispuestas a seguir manteniendo este derecho, aunque se

situaron mojones para delimitar la cañada por la que se autorizaba el paso. Estas

ventajas de tránsito, que eran sin duda las que perseguían los representantes de

Cuéllar quedaban limitadas temporalmente cuando se realizaba una corta en el pinar,

en ese caso los ganados no podrían entrar durante dos años, para favorecer la

regeneración del monte.

El acuerdo contemplaba también que los ganados de la comunidad debían

respetar las tierras sembradas que estaban situadas entre los dos molinos

mencionados, en caso contrario incurrirían en las penas estipuladas en las ordenanzas

de la comunidad de villa y tierra de 1499, lo que parece ser una aceptación de los

derechos jurisdiccionales que Cuéllar tenía sobre esa área, los monjes también

indicaban la obligatoriedad que tenía los ganados de respetar los prados situados en

las proximidades del arroyo Valcorba.

En este caso resulta evidente que el paso a la jurisdicción eclesiástica de una

zona estratégica para el tránsito de la cabaña ovina cuellarana constituyó un revés para

los intereses ganaderos de nuestra comunidad, cuyos representantes tuvieron mucho

interés en negociar para garantizar el tránsito de sus ganados hacia la zona comunal

que compartía con Peñafiel.

Apeo de 1500 con Peñafiel

El siglo XV termina como empezó, con un apeo realizado en 1500 entre Cuéllar

y Peñafiel, con el pertinente permiso de sus señores, don Francisco Fernández de la

Cueva, duque de Alburquerque y Juan Téllez Girón, conde de Urueña, señor de

Peñafiel.

El día 22 de septiembre de 1500, en el mojón de la Rebilla Fruela, término

común de las tierras de Cuéllar y Peñafiel, que era el lugar acostumbrado donde “las

iusticias e regidores e procuradores de las dichas villas tienen costunbre de se juntar a

entender en las cosas tocantes a los términos comunes de amas las dichas villas e a

ver e determinar los debates que entre las dichas villas e sus tierras, vecinos e

moradores dellas suelen acaescer”, ante los escribanos Fernando Sánchez de Gomiel,

escribano público y de los fechos del concejo de Peñafiel y Francisco Álvarez y Juan

Velázquez, escribanos públicos y de los fechos el concejo e Cuéllar, reunidos por los

problemas que había entre los vecinos de ambas tierras sobre los mojones de los

comunes de ambas debido a que en algunos casos no estaban bien hechos, en otros

Page 26: Armedilla

26

“El Monasterio de Nuestra Señora de la Armedilla y

Cuéllar en la Edad Media”

por no estar claros o ser pequeños, el resultado era que los ganados de una parte se

metían en los comunes de la otra, el resultado era que las justicias de ambas villas

requisaban esos ganados y lo que había provocado alborotos entre los habitantes de

una y otra, por lo cual habían acordado renovar los mojones y ponerlos de tal forma

que no surgiera ninguna duda al respecto, para ello los señores de ambas villas les

habían dado su permiso para hacer el apeo, y con las cartas de poder de las villas y

tierras de Peñafiel y Cuéllar. Estas son las referencias al monasterio de La Armedilla

que aparecen en el apeo.

17 R (al margen: mármol) Adelante al palomar que se dise encima del monesterio de

nuestra señora santa maría del armedilla se rrenovo otro moion en el qual se puso un

mármol de piedra labra/do alto aguas vertientes en común

(Al margen: mármol) Adelante rrenouaron otro moion de baxo en el cerro del armedilla

de tierra e piedra el qual se dise el valleio del rroble aguas vertientes e de las peñuelas

sarnosillas en el qual se puso un mármol de piedra labrado alto

Adelante derecho aguas uertientes fueron a otro moion que se dise valles de la reualeio

se rrenovo otro moion de tierra e piedra

E después deste dicho día veynte e tres días del mes de setienbre año de myll e

quinietos años estando los dichos señores todos juntos el señor gouernador francisco

de cabrera e el sennor juan de duero corregidor en la villa de Cuéllar e su tierra e

alcaldes e rregidores de las dichas villas de peñafiel e Cuéllar e sus tierras estando

cerca del monesterio de nuestra señora santa maría del armedilla de baxo del dicho

monesterio cabe el camino todos juntamente vieron una huerta baxo del dicho

monasterio que los dichos frayres e conuento del dicho monesterio fisieron e çercaron

en el común de las dichas villas e sus tierras sin su licencia e espresso mandado en

permiso de las dichas villas e sus tierras por su voluntad del dicho conuento del dicho

monesterio dixeron que mandauan e mandaron ansi a vesinos de tierra de Cuéllar

como a vesinos de tierra de peñafiel que luego aportillasen la dicha huerta e fagan

portillos en ella lo qual ansi luego lo fisieron e aportillaron la dicha huerta E ansi

aportillada los dichos señores justicia e rregidores dexaron e dieron la dicha huerta por

común de las dichas villas e sus tierras para agora e para siempre jamás sin

contradicion ninguna testigos frutos de rrodrigo el moço e juan de pero martin vesinos

de coxeses e pero toribio vesinos del dicho lugar de coxeses los quales lo derribaron e

fisieron dos portillos grandes en la dicha huerta por mandado de los dichos señores

En veynte e cinco de setienbre de mill e quinientos años

21 R (al margen: mármol) Adelante derecho en somo del sardal cabe el camino que va

al armedilla renouaron otro moion de tierra e piedra e posieron en el un mármol de

piedra labrado alto e ovo del un moion al otro dosientos e quarenta e seis passos

Page 27: Armedilla

27

“El Monasterio de Nuestra Señora de la Armedilla y

Cuéllar en la Edad Media”

22 V testigos que fueron presentes marcos marcos garcia de sant mames e juan de las

heras vesinos de coxeses del monte

24 V (al margen: mármol) Adelante por el dicho camino a mano derecha rrenouaron de

otro moion de tierra e piedra que ay del un moion al otro dosientos e dies passos e en

este posieron un mármol de piedra labrado e este moion después que fue assentado

en concordia por entramas villas unos de coxeses del monte lo mandaron a do disen el

cerral de fuente lil sobre sant mames el mismo día que se assento e como lo sopieron

los señores que andauan mandando poner los dichos mojones ouieron mucho enoio y

lo mandaron luego boluer aquí donde esta e ha de estar para siempre como quiera que

en elgund tiempo algunos quieran desir otra cosa.

Conclusión

Tras este repaso a nuestra tierra durante la Edad Media, hemos de concluir que

el monasterio de Santa María de La Armedilla, es una fundación nueva y plenamente

jerónima, edificado a partir de los comienzos del siglo XV en torno a algunos elementos

a existentes, pero sobre los que no es posible determinar una huella cisterciense. Una

vieja cueva de arraigada devoción popular, una iglesia construida sobre ella por los

vecinos de Cuéllar antes de 1402 y las instalaciones de una granja fue lo que recibieron

los monjes llegados desde Olmedo. A partir de ello se construyó un gran complejo

monástico, articulado en torno a un claustro gótico, construido desde comienzos del

siglo XV, junto al que se levantó al suroeste el pequeño palacio de los duques de

Alburquerque en la segunda mitad del mismo siglo y un gran templo de la segunda

década del siglo XVI.

Fue lugar de devoción de todos los pueblos comarcanos, no solo los de nuestra

comunidad; pero Nuestra Señora de la Armedilla acabó siendo sustituida en la

devoción popular por la Virgen del Henar, actual patrona de la Comunidad, la causa no

fue tanto la falta de fervor como la desaparición del monasterio, la Ley de Municipios

que obligaba a la desaparición de las comunidades de villa y tierra, el reparto de sus

posesiones entre las aldeas que las componían, transformadas ahora en municipios

autónomos, la división de España en provincias, que repartió el territorio y los pueblos

de la nuestra entre Segovia y Valladolid…, quizás aquellas gentes del convulso primer

tercio del siglo XIX pensaron que era preferible empezar de nuevo en otra ermita que

hacerse cargo del mantenimiento del complejo que los jerónimos habían creado a lo

largo de cuatro siglos.

El monasterio de La Armedilla se suprimió durante la guerra de la Independencia

por orden de José Bonaparte, restaurado por Fernando VII y suprimido también por él,

debió permanecer abierto hasta 1835, aunque entre 1820 y 1822 se repartieron por

Page 28: Armedilla

28

“El Monasterio de Nuestra Señora de la Armedilla y

Cuéllar en la Edad Media”

diversas parroquias ornamentos y objetos del culto procedentes del mismo. En 1835

las campanas fueron trasladadas a Segovia, el órgano a la iglesia de San Lorenzo de

Valladolid, el retablo mayor a Riaza, la sillería del coro a Rueda, la portada a la Casa

de Cervantes de Valladolid y la imagen de la Virgen a Cogeces del Monte.

Pero no fueron únicamente las desamortizaciones las causantes de la

desaparición del monasterio, el que perteneciera a los jerónimos influyó mucho, pues

se trataba de una orden exclusivamente española, que nunca se proyectó fuera de la

Península, ni siquiera en la América Española, por ese motivo no pudo regenerar sus

efectivos como lo hicieron las otras órdenes instaladas a nivel mundial: dominicos,

franciscanos, jesuitas…

Y hoy, mientras Cuéllar y su Comunidad de Villa y Tierra siguen existiendo, de

aquella ermita, surgida de la devoción popular hace 10 siglos, solo quedan las ruinas.

Bibliografía

LOSA HERNÁNDEZ, Roberto. “En torno a los orígenes del monasterio de Santa María

de la armadilla, Cogeces del Monte (Valladolid). SERCAM enero 2008

VELASCO BAYÓN, Balbino. “Historia de Cuéllar”. Segovia 1996. 4ª edición.

OLMOS HERGUEDAS, Emilio. “La Comunidad de Villa y Tierra de Cuéllar a fines de la

Edad Media”. Valladolid 1998

RUIZ HERNANDO, José Antonio. “Los monasterios jerónimos españoles”

VILORIA GARCIA, José María. “Los pueblos del Sexmo de Valcorba. Episodios

antiguos de su historia y su vida”

FRANCO SILVA, Alfonso. “Estudios sobre don Beltrán de la Cueva”

CARCELLER CERVIÑO, Mª Pilar. “Realidad y representación de la nobleza Castellana

del siglo XV, el linaje de la Cueva y la Casa Ducal de Alburquerque”.

Page 29: Armedilla

29

“El Monasterio de Nuestra Señora de la Armedilla y

Cuéllar en la Edad Media”

Fuentes documentales

Fondos documentales del Archivo de la Casa Ducal de Alburquerque (A.C.D.A.) –

Marquesado de Cuéllar. Ducado de Alburquerque

Fondos documentales del Archivo Histórico Municipal de Cuéllar (A.H.M.C.) – Sección

I: Documentos Medievales.

Fondos documentales del Archivo de la Comunidad de Villa y Tierra de Cuéllar

(A.C.V.T.C.): Sección XIV/3

Julia María Montalvillo García

Archivera- Directora de la Fundación Archivo Histórico de la Casa Ducal de Alburquerque.

Archivera asesora municipal del Ilmo. Ayuntamiento de Cuéllar

Responsable del Archivo Histórico Municipal de Cuéllar y del Archivo de la Comunidad de Villa y Tierra de Cuéllar