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ARo IX I i c., MADRID. JUNIO 1916 BOLETIN DE LOS OI'8'IUIO oflelal de lo. ColeS(lo. unido. o D. luan ea,balledo. Director: D. €n,iQue Quitada Administrador: Presidente del Colegio Central: D. Angel Ba,ahona o Direeci6n y Administración: MlUluel FeruáDdez Gouzález, n6m. 8, principal donde se dirigirá toda la correspondencia COLEGIOS SUSCRIPTORES: Málaga, }VtUl!cia, Sevilla, OaUadolid, Toledo, Santande1l, Salas de los Infantes, Ciudad Real, Cádi8, palencia, Alaua U Segooia. Los pagos adelantados en libllanus de la P,ensa, Gillo Mutuo, Sobtle Monedero ó lettla de fácil CObllO Suscripción: 2,50 pesetas año

ARo IX MADRID. JUNIO 1916 BOLETIN - CODEM. Ilustre Colegio Oficial de Enfermería de ... · 2012-03-20 · Año IX MADRID, JUNIO 1916 Núm.9S OR~ANO OFICIAL DE LOS COLEGIOS UNIDOS

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ARo IX

I i c.,

MADRID. JUNIO 1916 • NÚ"9~

BOLETINDE LOS

OI'8'IUIO oflelal de lo. ColeS(lo. unido.

o

D. luan ea,balledo.

Director:

D. €n,iQue Quitada

Administrador:

Presidente del Colegio Central:

D. Angel Ba,ahona

o

Direeci6n y Administración: MlUluel FeruáDdez Gouzález, n6m. 8, principal

donde se dirigirá toda la correspondencia

COLEGIOS SUSCRIPTORES:

Málaga, }VtUl!cia, Sevilla, OaUadolid, Toledo, Santande1l,Salas de los Infantes, Ciudad Real, Cádi8,

palencia, Alaua U Segooia.

Los pagos adelantadosen libllanus de la P,ensa, Gillo Mutuo, Sobtle Monedero ó lettla de fácil CObllO

Suscripción: 2,50 pesetas año

Año IX MADRID, JUNIO 1916 Núm.9S

OR~ANO OFICIAL DE LOS COLEGIOS UNIDOS

Se publica la primera decena de cada mee

DIReCTOR D. envique Quiíada lJillapadievna

PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN

A los Colegios unidos, 15 ch. número. uscrlpciones individnales, Madrid y Extranjero, 3 pt.... afioprovincias, 2,50. Número suelto, 25 cénts. Pago anticipado.

aUMARIOUna tabla de salvación.-Así se labora, por D. Enrique

Quijada Villapadierna. De Junta Central, por donA. Barahona.-Practicantes militares, por D. Loonar­do Sinchez.-Consideraciones acerca del intrusismo,por D. C. Morales.-Por la justicia, por D. ManuelSantamaría.-Crónica de una revista odontológica.­Junta general.-Organización y disciplina, P9r donJosé Marañón. -En torno de una tragedia, por D. An·gel Sebastián.-Asuntos de Tesoreríll.-Noticias.­Vacante.-Sección científica: De la infancia, por donE. Quijada Villapadierna.-Exploración del aparatoauditivo.-Correspondencia administrativa.

Una tabla de salvaciónEl penoso calvario, con su cohorte de deses­

peranzas, de aspiraciones fracasadas, de idealesmuertos, y, por ende, de los desalientos que talestado de ánimo implica en la mayor parte delos casos, parece que cesa un momento, dejandoentrever, tras los obscuros nubarrones del pasadolos lúcidos celajes de un porvenir más ó menosremoto, pero posible. La consolidación de todosIOi Colegios en una obra común camina á reme­diar daños que se nos causaron, acaso en un ins­tante de impremeditación.

Llega, pues, la hora de aplaudir la labor cons­tante de algunos compañeros del Colegio de Ma­drid, es¡:ulPlmente d~' 4Uf' lo o>~ muy queridonuestro el señor don Leonardo Sánchez, que conardor infatigable, firmemente alentado y discre­tamente orientado, ha sido portavoz de nuestrosanhelos, en cuanto hace referencia á una apli­cación de nuestros servicios: la creaci6n delCUERPO DE PRACTICANTES MILITARES.

Acaso la c!>nstitución del Cuerpo de Practi­cantes militares sea en breve una realidad; ypara precisar los ópimos frutos que tal medida ha

de producir, basta echar una ojeada de conjunto. á lo que constituye la síntesis de nuestra profe­

sión, relacionada con las exigencias de la mili­cia de los actuales tiempos, para percibir, yello nos mostrará claramente, cuáles puedan sersus aplicaciones y los provechos que, en últimotérmino, y como ulterior fin, constituyen una a~­

piración común.La guerra actual, maestra que ha de ser de

tantas y tan sabias lecciones en el orden político,social, económico y militar, ha puesto de mani­fiesto también muy claramente la imprescindiblenecesidad de un Cuerpo de auxiliares técnicosque contribuya á reparar los estragos que en loscampos de acción causan los elementos puestosen juego para combatir. Y si esto, por lo que serefiere al orden moral, constituye y debe cons­tituir una suprema aspiración del Poder público,por lo que se refiere al orden particular llenalos campos de nuestra fantasía de halagadorasesperanzas; porque cuántas y cuántas no seránlas aplicaciones que de nuestra actividad, en eseorden, podrían hacerse.

Al practicante español ábrensele tan nuevosy vastos horizontes, que, legítimamente hoy, po­dría decirse que, de llevarse á cabo ese proyec­to, su carrera constituiría un punto seguro dondehabrían de converger gran parte de aquellos in­dividuos que por su situación, por su voluntad, ópor su cultura han menester de dedicarse á pro­fesiones en q\le se requiere el estudio y la laborintelectual.

* * *Nuestro distinguido compañero é ilustre re-

dactor de este periódico, el señor Sánchez, enunión de otros, también muy queridos, han visi.tado hace varios días al excelentísimo señor donAgustín Luque, actual ministro de la Guerra,gestionando el asunto de que más adelante da­mos noticia á nuestros suscriptores.

Son muchas las garantías que la actual situa-

La exposición de ideas. de orientaciones quecambien la estructura de una institución. de unorganismo. el trazado de un plan. la divulgaciónde nuevas doctrinas. en una palabra. cuanto im­plique una modificación en los usos comunes ha­bituales. exige como requisito previo la etapa depropaganda. Es ésta en la que se exponen cuan­tos razonamientos nos sugiere el raciocinio parajustificar la adopción de tal medida modificati~a ;después. la base sobre que ellas se fundan. la JUS­

ticia que las asiste. su porqué. causas que lashan motivado y conclusiones que esperan sacarsede ellas.

Durante ese período. durante esa etapa, bien

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ción política nos da de éxito. porque á nuestrosintereses responde la protección decidida que elpresidente del Consejo ha sentido siempre haciael Cuerpo de Practicantes. en el cual. si algunamejora se ha verificado. ha sido debida xclusi­vamente á su iniciativa. Y. posteriormente. lashalagüeñas frases. no sólo de cumplimiento. sinocomprobadas por asertos de que únicamente deun mero trámite depende la favorable resoluciónque haya de darse á nuestras aspiraciones. in­corporando al proyecto de reformas de Guerra.próximo á discutirse. la creación del Cuerpo dePracticantes. dícennos lo bastante.

Porque lo principal en toda aspiración colec­tiva es que la necesidad ó la urgencia de su im­plantación llegue á la conciencia de los Poderespúblicos. de las clases directoras; porque unavez percatados de este imperio de la realidad.estas clases directoras. en contra de lo que sueledecirse. por lo general, celosas en el cumpli­miento de su deber. y con buenos propósitos.atienden.

Y. seguramente. en este caso, atenderán la de­manda que con tanta justicia se les dirige.

Creemos que estamos. pues. de enhorabuena.No obstante. no queremos llevar á vuestro áni­mo la persuasión absoluta de que han de reali­zarse nuestros sueños. Harto hemos tropezadosiempre en algunos casos. en todos. y con tantosobstáculos. y hemos conseguido tan poco. y estotan lentamente, para retroceder á veces en un mo­mento dado gran parte de! terreno recorrido. quebueno sea congratularnos. pero sin confiar de­masiado. porque esa confianza. acaso haciéndo­nos dormitar sobre la perspectiva de nuevos lau­reles, paralizara nuestra acción y se quedara envías de proyecto lo que con el ahinco. la l.aborio­sidad y la iniciación directa. en lo sucesIvo pu­diera convertirse en realidad.

está que la labor de los que toman parte activaen esas transformaciones sea de llamamiento. dedivulgaicón. de exposición, de ilustración; y tan­to más ó menos tiempo suele invertirse en esta la­bor. cuanto por regla general más trasnochadorasson las ideas que se piensan implantar. Porquecuando éstas atacan á lo fundamental. á la raízde las coass. á estos cambios se ofrece siempreuna resistencia en las ya instituídas: la resisten­cia que impone la costumbre á cuanto sea modi­ficar los hábitos de los individuos en la conse­cución de sus fines. En una palabra. el cambioen el modo de estar, tropieza siempre con, gravesy á veces transcendentales dificultades.

Por ley que pudieramos llamar casi natural.los hombres tienden siempre á seguir la trilladasenda que sus antecesores ó los tiempos que pa­saron dejaron señalada ante sus pies. Y habitua­dos á esto. ofrece para ellos siempre un motivode vacilación e! encaminarse por nuevos derro­teros. por aquello de que «más vale malo cono­cido que bueno por conocen). Por eso. esa laborde propaganda de nuevas ideas. á que antes merefería. encuentra siempre en su camino tan enor­mes dificultades que vencer. que si en muchasocasiones las nuevas orientaciones fracasan. esdebido. no á deficiencias en su interna naturale­za. ni á circunstancias que las hagan irerealiza­bIes en la práctica. sino porque tienen que lu­char con las ya instituídas. Pero esta labor tieneforzosamente un final. La labor de propagandatermina donde comienza la tarea práctica de losideales creados. Y si la primera requiere activi­dad en los individuos. la segunda requiere estamisma calidad en mucho más alto grado; por­que entonces es cuando propiamente puede de­cirse que ha llegado el período de hacer.

Pues esto que ocurre en todos los órdenes dela vida sucede también con los fines de nuestraAsociación.

Hemos venido predicando por largo espacio detiempo cuáles deberían ser los derroter?s qu: de­biéramos elegir. la práctica de las OrIentacionesá que debemos aspirar. Y ya bien definidas és­tas-supongo yo-llegó el momento de comen~ará realizar algo de ellas. Y como una de las pun­cipalísimas para nosotros era eliminar de nuestropaso los obstáculos interpuestos por la famosaReal orden de que tanto hemos hablado. y que.por consecuencia. todos conocéis muy bien. lle­gó el instante preciso de dar ejecución á lo quenosotros estimábamos que era un deber por nues­tra parte yun acto de justicia el reconocrlo asípor parte de los demás. . ., .

y entonces el ColegIO de' MadrId solICitosiempre y muy bien dispuesto á acometer cuan­tas obras sean necesarias en pro del mejoramientode nuestra clase. hizo un llamamiento á todos 11»

raAsí se la

Colegios españoles para que,' en la medida desus tuerzas, contribuyesen á dar forma prácticaá esto que en teoría tantas veces habíamos reco­nocido como necesario; es decir, la querellaante los tribuanles competentes por la infracciónque á nuestro derecho se había cometido.

No qUIero yo decir que los nuevos aspectos álIavés de los cuales se vienen mirando hace al­gún tiempo las cuestiones que nos afectan hayanconvencido á todos, ni siquiera á nadie; pero,por lo menos, ya han hecho algo: han hecho re­tener el pensamiento en aquellas ideas que eranprovechosas para nuestra clase. Y algo es algo.Una prueba de ello tenemos en que todos losColegIOS, todos, con una sola excepción, hanacudido al llamamiento del Colegio de Madrid,y todos, cual más, cual menos, han contribuídoá los gastos que han de originarse forzosamentepor la dirección técnica en la reclamación quenos hallamO,s decididos á interponer. Y todosesos Colegios, de los cuales detallaremos una lis­ta en el tlOLETÍN próximo, se han dirigido al deMadrid como CenlIo que asume la unidad depoder y de acción de todos los organismos queintegran nuestra clase. Y ved ahí también cómo,de pasada. queda corroborado lo que en artícu­los anteriores os decía respecto á la convenien­cia de que todos. por encima de la unidad pe­culiar. se hallasen congregados en una unidadsuperior que tuviera su representación en el Co­legio CenlIal de Madrid para la buena organi­zación y marcha de 105 asuntos; que si el régi­men de jerarquía es útil en todos los organismoscolectivos. lo es mucho más cuando. por circuns­tancias de lugar. y acaso de tiempo. estos orga­nismos se hallan disgregados en una superficiemás ó menos extensa del territorio nacional. So­lamente así puede llegar á todos los puntos don­de haya uno solo de nueslIos compañeros el bene­ficio de los acuerdos adoptados. como á travésde las venas del cuerpo humano camina la san­gre partiendo de un centro de vida y nutre has­ta la última célula del organismo corporal.

( Cu' ntos plácemes nos sugiere este estado decosas? Inútil es mencionarlos. En todos ha de re­percutir el beneficio. y cada cual por sí ha dejuzgar de lo que albergan en su espíritu los de­más.

Pero dije antes que todos los Colegios. conuna sola excepción, se habían adherido. Y estaexcepción, por qué no decirlo, por muy doloro­so que sea, la constituye el Colegio de Zarago­za. Discrepancias de criterio. acaso en lo subs­tancial, en lo fundamental, sino en su aspectoformal, separan al ilustre Colegio zaragozano delde Madrid. Quizá también el transcurso d~l

tiempo suavice esas diferencias y cambie de cri­terio. puesto que. como digo, radican únic:1m~nte

en el aspecto formal de las cosas. y de estemodo pueda conseguirse la unión. Pero mientras tanto eso llega. estimamos nosotros que elasunto de que ahora se trata es acaso tan extra­ño. tan ajeno á todos los órdenes de las ideas.que bien pudiéramos decir que constituye escue­tamente un aspecto ma:erial imprescindible parael bien de todos. Porque la derogación de esaReal orden es fibra común cuyo normal funciona­miento á todos ha de beneficiar por igual, y, portanto. todos están en el deber de adherirse prác­ticamente. y no moralmente, á una gestión cuyosfavorables provechos, si se reciben en la clase,han de ser en el orden material, no precisamenteen el orden moral.

Cuando la derogación de esa Real orden y lavuelta al estado de cosas á que antes nos encon­trábamos favorezca á todos los practicantes. comoahora á todos los perjudica, esa parte de bene­ficio la recibirá también el Colegio de Zaragoza,con una diferencia substancial que le separa delos demás: la diferencia de que lo recibirán gra­tis, porque no es lo probable que si esa disposi­ción se modificara en el nuevo precepto que paraesos efectos se detallase y fuera incluída unacláusula que no hiciera extensivo el beneficio alColegio de Zaragoza; porque los poderes pú­blicos. al dictar una disposición. lo hacen siem­pre con carácter general ó, por lo menos, afec­tando á una determinada colectividad; pero átoda ella íntegramente. sin exclusión de tal 6cual parte de ella. De modo que podría decirsecon fundamento, si este caso llegara, que el Co­legio de Zaragoza recibía el beneficio á expen­sas de los demás Colegios que lo habían cos­teado.

Pero dejemos á un lado esta cuestión para di­rigir un caluroso pláceme á todos nuestros com­pañeros de provicias que tan abiertamente y contanto desinterés coadyuvan á una obra tan bene­ficiosa para todos.

Esperamos que en todos los órdenes procede­rán los practicantes españoles con el mismoejemplo de unión y de compañerismo, base,como he dicho muchas veces. de una futura re­constritución de nuestra clase.

ENRIQUE QUIJADA VILLAPADlERNA

Para dar mayor prontitud ála salida de este BOLETÍN, laDirección ruega á sus dignoscolaboradores y redactores en­víen sus trabajos antes del día20 de cada mes.

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Precisamente porque cada día que pasa seofrece á nue.tra observación un nuevo testimonio'de nuestra desheredada condición socia!, se im­pone cada día con mayor premura la adopción dedesisivas determinaciones que respondan á la vozUN.' NIME de una clase que demanda resueltamen­te de los Poderes públicos justicia para obtenerI?s derechos ql!e, determinados por la ley, cons­tituyen el legítImo y único patrimonio de nuestrapr~fesión. Y precisamente por esta misma causa,se Impone cada día, y, á su vez, con más crecien­te necesidad, que conjuntamente y en forma seriay. magnificente sea organizada una pública exhibi­cIón ante las a.utoridades sanitarias, con objetode poner de relteve su omisión á los respetos de­bidos á la ley, relativa á nuestTos estudios á cuan­t? determina la relativa al ejercicio de las profe­sIones y á lo que preceptúa en su articulado la vi­gente de Sanidad, con respecto á nosotros, c'omoprofesión sanitaria.

Decididamen'e á estos extremos van encami­liadas nuestras determinaciones, y á este objeto.estudiamos la manera de organizar conveniente­men~e cuant~s elementos son indispensables pararealizéJ! tan transcendentales lines. esperando úni­camente para plantear estas decisivas acciones­ya lo hemos dicho-á la resolución á que dé lugarnuestro litigio en los Tribunales de justicia; deeste intervalo hemos de esperar forzosamente álas consecutivas determinaciones del ministro, enrespuesta á nuestra solicitud (de nuevo interesadarecientemente), acerca del nombramiento oficialde una Comisión de médicos y practicantes que,de común acuerdo, estudien y propongan la suce­siva reorganización de nuestra carrera.

Podrá ser la sentencia ó el fallo de este pleitofavorable ó adverso á nuestros intereses; podrá elMinistro acceder á nuestra solicitud ó darnos lacallada por respuesta, pero en uno ó en otro caso,y sea cual fuere la resultante de estas actuacio­nes, indefectible é inmediatamente se impone au­nar consustancialmente nuestras energías y recabarIUS naturales influencias hasta obtener sanción le­gislativa de cuanto la razón y el derecho exijan.

Al efecto, debe á todos preocuparnos en losactuales momentos, como cuestión previa y deculminante interés, el alianzar con sólidos vínculosla cantidad de nuestras obligadas energías y lacalidad y valimiento de nuestras disponibles in­fluencias, bien advertidos de antemano y compe­netrados de aquella verdad inconcusa que es enlógica un axioma incontrovertible, que las cosascaen siempre del lado que se inclinan, y que deesta verdad, por ser aplicable á la cuantía denuestras energías y de nuestras influencias, pode­mos y debemos a priori, comparativamente, de-

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De Junta en ra d~cir con los expresados elementos de juicio, ha­cIa qué lado la razón y la iu~ticia ha de pre ale­cer, se~un la preponderancIa de nuestras energíaspotenciales frente á la eficacia de las restrictivasresistencias de los poderosos elementos de siem­pre,: que en contra de nosotros, hoy como ayer, yman~na como ~oy, han de oponerse á nuestra p 0­

greslva evolUCIón.Que cada Colegio labore con denodado empe­

ño, á fin de con_eguir, á ser posible, de todos, ycuando menos del. m~s crecid? número de rracti­cante,s de su proVInCIa, colegiados ó no, e com­promiso de honor de contribuir, siquiera sea poruna sola vez, con su prestación económica y ac­c.ión de presencia, cua!1do. para ello fuere reque­ndo... ; que los. ColegIOS ~nfluyan para que cadauno de los practicantes reSIdentes en su provincialabor~n co~ denodado interés cerca de alguna per­sonaltdad Influyente en las altas esferas olicialesá lin de poder concer ar en un momento preciso u~respetable número de positivas influencias, .. ,porque obtenidos tan felices resultados, fácil seríadesde ahora mismo predecir garantizadas proba­bilidades de triunfo.

* * *El problema económico de nuestra actual vida

profesional, como el que en relación afecta á losdemás órdenes sociales, está influído desfavora­blemente, pero en grado muy superlativo, por lacompetencia del número, y es que en los demásórdenes sociales la lucha por la existencia, ori­ginada por la concurrencia excesiva, se verificalícitamente entre quienes ostentan idénticos dere­chos y similares atribuciones, mientras que en elciclo social de nuestras actividades, las funcionesderivadas de nuestro Título son pública y desca­radamente suplantadas por cuantos les viene engana usufructuar los beneficios dependientes desu acción.

Son por demás extravagantes y paradójicas lascircunstancias que concurren en el desenvolvi­miento de estas tan profusas cuan inextinguiblescorruptelas, porque aun siendo condenadas porcuantos hombres de Gobierno, elevados políticosy Médicos prestigiosos, en sus distintas calidadesy representaciones, siempre que á ellos nos hemosdirigido evidenciándoles tan desenfrenados abu­sos, y porque aun obtenida de los mismos inme­diata conformidad de opinión con nuestras subsi­giuentes apelaciones, dedicándonos reiterados yefusivos ofrecimientos de justas reivindicacionesy debidos respetos á cuantos derechos nos son pa­trimoniales, adquiridos en justa y recta legitimi­dad, aun á pesar del tiempo transcurrido, de lacualidad de las personas á que hacemos referen­cia y de nuestra credulidad en sus promesas, quesuponíamos virtualmente garantizadas por sinceros

propósito,; de satisfacer y dar cumplimiento á in­excusables deberes encamados en suprema fun­ción tutelar... , resultan cada día más culminantesy acrecentadas contumeliosamente las circunstan­cias que originan la carencia de nuestros mediosde vida, frente á la preponderancia bien manteni­da y mejor disfrutada de quienes en forma oficiosay oficial ejercitan liberalmente un derecho: elderecho de instrucción, tolerado por los Gobier­nos, amparados por las autoridades sanitarias yprotegido por los médicos. Hablen por nosotrosen los Hospitales militares el servicio facultativoasignado á los militares sanitarios, en la Facultadde Medicina el Cuerpo de enfermeras, reciente­mente creado por Real orden del ministerio deInstrucción pública, y en el Instituto operatoriodel doctor Rubio, las enfermeras de Santa Isabelde Hungría.

Cuando hemos tenido ocasión de evidenciar es­tos hechos ante las diversas personalidades repre­sentativas á quienes personal y oficiosamente endiversas ocasiones visitábamos, hemos podido co­lumbrar con insistente frecuencia, aparte, y, ade­más del concepto de pobreza social relativo ánuestra gremial Asociación otro juicio conceptuo­so, más exagerado, más depresivo y de más gra­ves transcendencias, referente á deficiencias demayor cuantía en nuestra cultura profesional.

Hemos de convenir en que ésta no se nos otorgamuy pródigamente que digamos en nuestros Cen­tros oficiales de enseñanza, y que la que se nosasigna en nuestro programa de estudios adolecede grandes omisiones en cuanto concierne-alfondo sustancial de materias de estudio, y encuanto afecta á la. forma de la enseñanza, es ab­solutamente defectuosa, deficiente y desprovistaprácticamente de medios didácticos. Y como ve­nimos observando que de estas verdades, que porestar tan públicamente patentizadas de nadie pue­den ser reconocidas. pretenden los enemigos denuestra profesión tomar punto de apoyo para susfalaces diatribas y desprestigiosas lucubraciones,encaminadas subrepticiamente no más que á justifi­car sus predilecciones y favoritismos por el vastocampo en donde la intrusión toma forma y encua­dra ilícitamente en el marco oficioso de sus parti-culares fundaciones. .

Conviene tomar de todo ello buena nota yurgentemente adoptar rápidas determinacionesemergentes á la causa que origina la finalidad quenos proponemos, y capaces por la índole de su na­turaleza de ostentar en todo momento público tes­timonio de nuestra cultura y de nuestros afane, deprogresiva ilustración.

Conviene á este propósito, y por nuestra parteencarecidamente reiteramos su importancia á todoslos compañeros, que los Colegios instituyan Cen­tros culhuales en la forma que lo consienta cada

agrupación, bien estableciendo cursos de repasoen las asignaturas que integran nuestra carrera, yadisertando en conferencias sobre motivos de am­pliación de nuestro programa ó especializando losque se refieren á la práctica particular de la Ciru­gía de cada una de las regiones, en forma deAteneo, ó de controversia, etc., todo ó algo decuanto apuntamos, menos continuar pasivamenteofreciendo con nuestro silencio pruebas fehacien­tes de onerosa veracidad, y lo que es más graveaún, incurriendo en responsabilidades extremas.

* * '"Con referencia al proyecto de ley del Traba­

jo, tenemos entendido que antes de proceder por~I Senad? á su discusión, será abierta u!1a p~~I~camformaclón, y parece ser que el ColegIO MediCOde esta Corte piensa tomar iniciativas en esta cues­tión.

Por nuestra parte, una vez que nos hallamoscompenetrados del sentido fundamental del pro­yecto, acoplaremos á él nuestras actuaciones enrelación y en la mejor armonía posible con el pro­ceder de la clase médica.

En el próximo BOLETÍN podremos ser más ex-oplícitos, pues hoy desconocemos la significaciónde este legislativo plan, y nuestras referencias sonmuy indeterminadas; por esta razón no nos atre­vemos á publicar, ni siquiera á título de informa­ción, los rumores que hemos escuchado impre­sionados de optimistas esperanzas, relativos á pre­sagios de consecutiva constitución de una magnaSociedad de resistencia de todas las clases mé­dicas.

Si esto fuera cierto, claro es que tal asunto re­presentaría capital importancia para nosotros.

* * *Nuevamente, y con más insistente seguridad,

vuelve á adquirir vislumbre de certez.a la implan­tación del Cuerpo de Practicantes militares. Aun­que la resolución de cuanto afecta á este tan im­portantísimo problema ha de verificarse indefec­tiblemente en más ó menos dilatado espacio detiempo, pero, al fin y al cabo, en el sentido quedemanda la razón y la justicia, es de tal índole luconveniencia de su inmediata ccnsecuci6n, y detal magnitud los beneficios que de ello habrán dederivarse. más que nunca en las actuales circuns­tancias. que si efectivamente se realizan ahora es­tas por tanto tiempo suspira~as aspiraciones, con­juntamente con sus prerrogativas obtendremos losmás firmes fundamentos y las más sólidas garan­tías para el desenvolvimiento de nuestra suces~va

vida profesional en su doble aspecto de relativaindependencia y de bienestar absoluto.

ANGEL BARAHüNA5

Practicantes militaresVuelve á ser este importantísimo asunto una

cuestión de palpitante actualidad.Los señores Estalayo, Rojas y el que escribe

estas líneas, individuos que, desde el año 1911,cuando se entregó el famoso mensaje al malo­grado don José Canalejas, no han cesado un mo­mento de continuar sus gestiones, cuando lo hanconsiderado conveniente y oportuno, acaban devisitar en su despacho oficial al general Luque,actual ministro de la Guerra.

Ya dijimos, hace varios meses, que en la Sec­ción de Sanidad Militar del ministerio de laGuerra existía un nuevoi proyecto en estudio.Más. tarde hemos sabido, oficiosamente, que elpropiO general Luque tenía especial interés enq~~ se englobara la creación de este Cuerpo au­XIliar en las reformas generales del Ejército, queen la presente legislatura se dice presentarán enlas Cortes de la nación.

Con tan fausto motivo. la Comisión ha creídonecesario hacer un nuevo acto de presencia anteel ministro de la Guerra para recordárselo. Almismo tiempo, le entregamos la siguiente expo­sición:

«Excelentísimo señor ministro de la Guerra:Los practicantes de Medicina y Cirugía de

España persiguen con creciente entusiasmo. hacevarios años, la creación del Cuerpo de Practi.cantes militares, creyendo que sería un gran bienpara el Ejército, pues el actual Cuerpo de Sani­dad Militar carece de un organismo auxiliar téc­nico que le es indispensable para el mejor fun­cionamiento de los servicios sanitarios, tanto delos hospitales como de los Cuerpos.

Fundamos esta necesidad en que el soldadosanitario. además de no poseer, cuando ingresaen filas, salvo raras excepciones, ningún conoci­miento científico, que le debe ser imprescindiblepara desempeñar bien su delicada misión, cuan­do va imponiéndose en la obligación, es licencia­do, dejando que llegue el nuevo recluta, á quienhay que volver á enseñarle nuevamente, con ma­~ifiesto perjuicio de todos los servicios sanita­nos.

Con la cración del Cuerpo Auxiliar de Prac­ticantes militares se corregirán en absoluto todasestas deficiencias, pues en las clínicas de los

'hospitales tendría el médico su verdadero auxi­liar técnico para secundarle en todo momento ensu sagrada misión.

En los regimientos también sería un valiosoelemento para el médico, y mucho más en losque están destinados en nuestras posesiones deAfrica, en donde habrá compañías destacadasque no podrán llevar médico, y que si hubierapracticantes profesionales, en esos casos tan fre-

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cu~ntes de cirugía de urgencia podrían hacer lap~lmera cura hasta llegar á la presencia del mé­diCO, con lo cual se haría un señalado beneficioa~ herido, evitando muchas hemorragias é infec­cIOnes.

No creemos que esto sea un gravamen excesi­vo en el presupuesto de Guerra. En la brigadade tropas de Sanidad Militar existen alrededorde mil sanitarios practicantes. Quizás con la ci­fra que se consigna en el presupuesto para estepersonal habría para sustituirlos por practicantestitulados.

En los regimientos también podrían amorti­zarse las clases que actualmente prestan serviciosde cabos de botiquín.

Esto es, excelentísimo señor, lo que respe­tuosamente le exponen los practicantes españo­les, confia.dos en que la benévola acogida que enotras ocasIOnes tuvieron de V. E., siendo minis­tro de la Guerra, se acrecentará en la presentedando forma á nuestra súplica, con lo cual des­aparecería una importante deficiencia que entien­den existe en el ilustre Cuerpo de Sanidad Mili­tar. y tendríamos los practicantes e,spañoles unmedio de ser útiles al Ejército y á la. Patria.

Madrid, 30 de Abril de 1916.))

Una cariiiosa acogida nos dispensó el generalLugue. Efectivamente. Las prestigiosas personasque nos han informado de los trabajos que se lle­van realizados en la Sección de Sanidad y de laintervención del ministro, son ciertos.

- Vienen ustedes-nos dijo - con una granoportunidad.

Confirmó que hacen falta practicantes en elEjército, y que una vez que la referida Secciónde Sanidad le presente el proyecto informadoserá ya' cosa de su exclusiva incumbencia, y, portanto. resuelta favorablemente.

Nos preguntó qué estudios oficiales cursamos,y más tarde le hemos entregado el programa ofi­cial de la carrera.

Como comprenderéis, aquel día salimos deldespacho del ministro con el ánimo rebosante deentusiasmo y alegría.

Sin embargo, no queremos adelantarnos echan­do las campanas á vuelo. La penosa y ruda mi­sión que nos impusimos nos lleva causados másde un doloroso desencanto. Este es el tercer pro­yecto, desde que comenzamos esta última cam­paña, que pasa al estudio de las altas esferas delCuerpo de Sanidad Militar. No obstante, estavez. por las circunstancias excepcionales en quese halla el mundo, todas las naciones neutralesse apresuran á reformar sus elementos de de­fensa.

¿Cómo no han de dar un gran impulso aumen·tando considerablemente el Cuerpo de Sanidad

Militar, introduciendo en él grandes reformas, sise está demostrando rudamente en las nacionesbeligerantes la capitalísima importancia que tie­nen los servicios sanitarios? Por esta causa pre­sentimos que esta vez podemos ser optimistas.Mucho más cuando un general insigne, Id pri­mera autoridad del Ejército, nos dice, con pas­mosa sencillez, que se está estudiando este asun­to para su inmediata resolllción.

y ahora, señores, calma; mucha calma. Cin­co años llevamos con esta obligación, que gus­tosos nos impusimos, de vitalísimo interés parala clase de practicantes españoles. Con la mis­ma perseverancia y tenacidad que lo hemos he­cho hasta ahora continuaremos impasibles, aun­que una vez más se malogren las esperanzas queconcebimos. Lo que sí queremos hacer constar,á fin de no leer ni oir más incongruentes lamen­taciones diciendo que no se hacen ya trabajos enpro de este asunto, que jamás se han abandonadodichos trabajos, pues hemos estado en constantecomunicación con ilustres médicos militares, dequienes recibimos orientaciones acertadísimas,para proceder en esta cuestión con el tino, la de­licadeza y la oportunidad que se requieren.

Por la Comisión,

LEONARDO SANCHEZ

Madrid, Mayo de 1916.

Entre las múltiples y variadas manifestacionesdel intrusismo, destácase una fatídica é injustifi­cada modalidad que, sistemática y desconsidera­damente, irradia de la mente de no pocos supe­riores para tergiversar los hechos en su verdaderaé incontrastable lógica.

He de hablar de la personalidad del practi­cante, para reivindicarle, precisamente, de esasinculpaciones, evocadas casi á diario, siempreque del proceso 'de intromisiones se trata, siendoasí que en la inmensa mayoría de los casos, almodesto profesional se le hace víctima propicia­toria del intrusismo.

y es esta una afirmación que importa muchopuntualizar; pues es innegable que al auxiliarde Medicina y Cirugía, para obtener su título, sele exigen ciertos deberes, otorgándole en conso­nancia determinados derechos, cuya garantía esamparada por las leyes fundamentales del Es­tado.

Si pues nadie sin título puede ejercer actos deuna profesión que lo exija, y si, además, el prac­ticante ha de satisfacer á la Hacienda la contri­bución indispensable por el ejercicio público de

su profesión, ¿ no será manifiesto y evidente queen los Hospitales civiles y militares, en las Em­presas, Balnearios y demás Sociedades benéficasdonde no se cumplan tales requisitos se consien­te que por intrusos se desvirtúen las leyes congrave perjuicio y detrimento de .las actividadespropiamente exclusivas del practicante?

Cierto que existen disposiciones parcialesque toleran de hecho extrañas ingerencias; masestas promulgaciones acomodaticias jamás podránanular en derecho el espíritu sustancial de la le­gislación vigente, única sanción que se halla porencima de todo lo que no haya sido discutido yratificado por las Cortes.

Pero ocurre más todavía: en la clientela parti­cular hay quien, menospreciando derechos ajenos,alardea, ó acaso abusa de autoridad científico-le­gal, absorbiendo unas veces funciones de cirugíamenor, ó lo que es ya censurable, enseñandootras, previo asentimiento y consejo, á profanosmal avenidos con la ciencia, que sólo sirven paradesprestigiar la medicina, lastimando por ende losintereses del ayudante.

En semejantes circunstancias, ¿ qué disyuntiva-se le ofrece á la noble, sufrida y olvidada clasede practicantes?

.Asociemos esta lamentable situación á losgrandes males qu~ se oponen al progreso de laclase médica, recordando con este motivo la mag­nífica y competente oratoria desarrollada por eldistinguido doctor Tapia en la sesión inauguralextraordinaria celebrada en el Colegio de Médi­cos el próximo pasado Enero; asociémosla á laovacionada y brillante contestación del excelentí­simo señor ministro de la Gobernación, quien, re­firiéndose al intrusismo, según versión recogida deEl Imparcial, dijo: En todos los expedientes enque he intervenido oficialmente he encontrado,detrás de los farsantes y curanderos, un médicoque cubría la mercancía; contra esto es muy difí­cil luchar con sólo reformas en la legislación.

y después de aportadas y expuestas las prece­dentes consideraciones, si queremos con noble efi­cacia pensar en la solución, será forzoso conven­gamos:

1.0 En que es preciso dar á Dios lo que es deDios y al César lo que es del César, si se quiereque dignamente pueda vivir cada cual dentro desus atribuciones; y

2.o En que restablecido ya el anterior princi­pio, es necesario aplicar el Código sin compla­cencias á todo aquel que se intruse, al que tolereó proteja, ó al que indebidamente despache lasrecetas.

Sólo así, con el respeto mutuo y la observanciade las leyes, es como podría combatirse eficaz­mente el intrusismo.

CASILDO MORALES7

Por la justiciaUn practicante civil, aspirante al ingreso en la

Armada. enterado del contenido de las páginasde la «Revista Odontológica» publicada en elmes de Abril, tiene el honor de dirigirse al se­ñor redactor de la revista antes citada, en súplicade que su exposición sea atendida.

La Real orden referente á la creación de ga­binetes odontológicos que publica el «Diario Ofi­cial del Ministerio de Marina», de 15 de Abrilpróximo pasado, número 88, no es, á mi juicio,que tener un personal algo idóneo (si no en untodo, pero con algunos conocimientos), dado quepor los múltiples destinos que hoy existen en laArmada, sería imposible crear un Cuerpo tan ex­cesivo que en determinados destinos no tendríanque hacer apenas nada; y digo esto, porque enbarcos, donde algunas veces se llevan hasta me­ses sin comunicar con tierra, sería preciso llevarun odontólogo para un caso aislado que hicierafalta, y esto le sería muy costoso al ramo de Ma­nna.

La excepción de ejercer la especialidad enlos marienros y soldados y no hacerla con losseñores jefes y oficiales y familias, no es distin­ción de clases, sino la de no quitar el derechoá los odontólogos particulares que hay en losapostaderos.

y con referencia á las extracciones y obtenerobturaciones, como recibirán en el curso de losseis meses instrucciones para efectuar los traba­jos que le son aplicados, creo pueden hacerlo,puesto que en su carrera se les exigen estudiosmás delicados, como son auxilios á los asfixiados,intoxicados y partos en diferentes casos, é in­yecciones, sangrías etc., etc.

También estos practicantes son destinados á

buques donde no van médicos, y sus dotacionesson de 70 á 80 individuos. y, á veces. con per­sonal de transporte, que se ven en casos en quetienen que solventar con sus conocimientos cier­tos accidentes y enfermedades de momento, quesi careciesen de los referidos conocimientos severían en trances muy lastimosos y de fatales re­sultados.

Contestando á la carencia de título, efectiva­mente, está muy claro' pero debo de advertir

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que los practicantes, digamos modemis!as, tie­nen estudios muy superiores á los antiguos, porlos cuales han venido todas esas Reales órdenespara evitar que pudieran hacer con la llave, úni·co instrumento que conocen y manejan, las ope­raciones escandalosas que han dado por resul­tado todas estas desavenencias; pero, á pesar deesto, se les sigue autorizando.

Pues bien, señor redactor; así como á los se­ñores médicos se les exige cursar nada más queOdontología, por tener conocimientos suficiente:para ejercerla, (, no podría hacerse con los prac­ticantes civiles, por tener algunos conocimiento: .cursar nociones de Odontología, limitándol(·trabajo, y que fueran al mismo tie,mpo ayudante,de los señores odontólogos, como lo son de locseñores médicos? Así tendrían un ayudante algoidóneo, y no tendrían que valerse muchas vecesde individuos profanos á la profesión, que sueleninterrumpir el caso operatorio y que, por una fal­ta de éstos pued~ venir en perjuicio del paciente.

La creación de los gabinetes odontológicos.asistidos por segundos practicantes, si es un pre­cedente, no se le debe considerar, pues tambiéná éstos, al ingresar en la Armada se le exigenestudios más superiores que los que cursa, y.

sin embargo, los médicos no alegan nada.Además, también el libro de texto les exige

conocimientos bucales que para ir en condicio­nes de examen se valen de prácticas con dentis­tas, á fin de que puedan hacer las extraccionesque afectan; y según datos que he podido ad­quirir, todavía no se han dado casos anormalesen la práctica de las operaciones dentarias efec­tuadas por el personal de practicantes de la Ar·mada.

MANUEL SANTAMARlA

Cádiz. 23-5-916.

CRÓNICAde una revista odontológica.

Bien ajenos estábamos al escribir el artículoque con este mismo epígrafe apareció en nuestronúmero último, que acaso en aquellos mismos ins­tantes se redactaba la Real orden referente á lacreación de Gabinetes odontológicos de la Arma­da, y que publica el Diario Oficial del Mihisterio

de Marina, de 15 de Abril (1). La casualidad haquerido que, mientras abogábamos nosotros por lareforma de las Reales órdenes de 1902 y 1912 enel sentido de que fueran exclusivamente ciruja­nos, dentistas ú odontólogos quienes dirigiesen lasclínicas dentales de la Armada, se ratificase, me­diante una nueva disposición, lo que en aquéllasse preceptuaba, insistiéndose de este modo en elerror de encomendar estos servicios á una clase deprofesionales acreedora á todos los respetos, pero,lo repetimos, sin título científico ni autoridad le­gal para el ejercicio de la Odontología.

Diríase que, reconociéndolo así en cierto modo,la expresada Real orden limita la misión de lospracticantes á la ejecución de obturaciones y ex­tracciones á la marinería y tropa, dejando á odon­tólogos particulares, con quienes se harán contra­tos especiales, la realización de las operacionesdentarias al personal de jefes y oficiales y á sus fa­milias. Ahora bien, esta limitación, lejos de re­solver el problema, tiende á agravar el error, es­tableciendo una distinción que no existe en losdemás st'd"vicios sanitarios, cuyos facultativosatienden por igual á los oficiales é individuos detropa. Tampoco deben ni pueden limitarse lasasistencias á extracciones y obturaciones, pues sonnumerosísimos los casos de afecciones dentariasque requieren tratamiento distinto y conocimien­tos médicos especiales para procurar su curación,y muy elevada la proporción de casos en que, me­diante un adecuado tratamiento, pueden evitarseestos procedimientos radicales; sin contar con losdiagnósticos precoces que, gracias á determina­das manifestaciones presentes en la cavidad oral,pueden á veces hacerse y que permiten iniciaroportunamente el debido tratamiento de ciertasenfermedades generales. Y no hablemos de aque­llos casos de cirugía facial y de otros de análogaimportancia y transcendencia, que exigen sólidosconocimientos científicos, que un practicante noestá obligado á tener, Todas estas razones y mu­chas más que pudiéramos alegar, pero de las queprescindimos para no alargar más esta crónica, de­muestran que, desde el punto de vista técnico, noson los practicantes los llamados á desempeñar elservicio odontológico, para cuyo ejercicio los mis­mos médicos precisan cur~ar estudios especiales.

Examinemos ahora la cuestión bajo su aspectolegal, y fácilmente se reconocerá que la designa­ción de personal exento de títulos facultativospara el ejercicio de la profesión odontológica esuna disposición que está en pugna con la juris pru­dencia sentada por las disposiciones anteriores.

En efecto, por Real orden de 4 de Junio de1875, se dispuso: que para lo sucesivo, la cirugíadental constituiría una profesión especial, para

yo ejercicio habría de regue:irse el título co­JTespondiente ; y por Real orden de 6 de Octubre

de 1877 se aclaró la situación de los llamadospracticantes, estableciéndose que los que tuvierantítulo anterior á aquella fecha, podrían continuarejerciendo como dentistas, pero que los títulos depracticantes que en lo sucesivo se concedieren nohabilitarían á éstos para la práctica de la Odonto­logía. Y por si esta última disposición pudiera de­jar lugar alguno á dudas, confirmóse su espíritucon otra Real orden, la de 25 de Octubre de1901 , en la que se desechaba la pretensión de va­rios practicantes resecto al ejercicio profesional,y se confirmaba que sólo los que poseyeran títulosanteriores á 1877 podrían practicar la Odonto.logía.

Pues bien, todas estas Reales órdenes regula­doras del ejercicio de la Odontología, y que hanservido de base para una constante campaña con­tra el intrusismo y la charlatanería, vienen á que­dar desvirtuadas por la de 14 de Abril corriente,según la cual, esos mismos practicantes que no pue­den particularmente ejercer la Odontología, obtie­nen una autorización, más aún, un nombramientooficial, que les permite ejercer á su amparo unaprofesión científica, para lo que es menester untítulo facultativo. ¿Cabe anomalía mayor? ¿ Nosé aprecia claramente la contradicción en derechoy en buena lógica? f, No es esto anular la labor delperfeccionamiento de cuarenta años? Pues si des­de la primera Real orden, publicada en 1875, hasido la tendencia constante poner exclusivamenteen manos de profesionales titulados el ejerciciode la especialidad odontológica, y si cada día seprocura que estos especialistas adquieran la mayorsuma de conocimientos para garantía de la socie­dad que necesita sus sp.rvicios, es un formidablesalto atrás confiarlos nuevamente á quienes desde1877 carecen de personalidad profesional y legalpara realizarlos. Y no se diga que los gabinetesque se crean han de quedar bajo la dirección delos médicos, jefes de clínicas del Cuerpo de Sa­nidad de la Armada, pues replicaremos que tam­poco los médicos pueden ejercer la Odontologíasin cursar los estudios especiales que ella com­prende. (Real orden de 13 de Mayo de 1914.)

Considérese el abismo que media entre esaReal orden de 1914 y la nueva de 14 de Abrilde 1916. En aquélla se establece que los mismoslicenciados en Medicina han de aprobar las asig­naturas especiale~ que la Odontología compren­de para poderla ejercer, yen la última, en cambio.se pone al frente de cada gabinete dental de la Ar­mada á un segundo practicante de la misma.

Tenemos la esperal¡za de que el ilustre generalque rige actualmente los destinos de la Marinaespañola se percatará perfectamente de la justi­cia de nuestras manifestaciones y rectificará dis­posición tan lesiva á los intereses, no sólo denuestra clase, sino de la dignísima Corporación

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que tan inteligentemente preside, y, al efecto,nuestro director, don Florestán Aguilar, comopresidente de la Federación Odontológica Espa­ñola, y atnto siempre á cuanto se relaciona conlos prestigios de nuestra profesión, ha solicitado-una audiencia del excelentísimo señor don Au­gusto Miranda, de cuyo resultado daremos cuen­ta en nuestro próximo número.

La cuestión tiene todavía un aspecto más alar­mante, el \(precedente», y considerada desde unpunto de vista más amplio y fuera ya del ambien­te profesional, una transcendencia muy importan­te, porque establece una norma contraria á las mo­dernas orientaciones, dirigidas á dignificar y ele­var el nivel de las profesiones científicas, ponién­dolas al abrigo del empirismo mediante una rigu­rosa selección conseguida por el estudio.

Organización y disciplina¿Qué os diré yo que no hayáis leído ya en los

escritos de otros compañeros más autorizados, sino tengo las dotes de aquélh>s ni puedo explicaroslas razones que los mismos os dijeron? No espe­réis de mí gran cosa, queridos colegas; pero poresto no he de dejar de hablaros algo de la disci­plina y organización que necesitamos tener parapoder conseguir algún día lo que conviene á nues­tra clase.

Acaso nunca se ha levantado en el horizontede nuestra clase un conjunto de tan magnos pro­blemas como en la hora presente oscurecen el por­venir de los practicantes; para afrontarlos he­mos menester aplicar al cumplimiento de nuestrodeber tesoros de sabiduría y previsi;n; y paraque tales virtudes sean fructuosas, requiérese hoymás que nunca la concordia de las voluntades enuna comunidad de nobles aspiraciones; unión dealmag simple y apetecible, hoy indispensable,que, Illejando de nosotros cuanto pueda entorpecery desvirtuar nuestros trabajos, permita marcharrectamente por el camino al fin que nos propone­mos, al logro de nuestros ideales, á la defensa yprospe.ridad de nuestros sagrados intereses, á to­dos los practicantes encomendad')s sobre todo,á la Junta Central.

El programa del practicante constituye el fon­do de nuestro con ¡cncimiento, lo llevamos en elpensamiento y en el corazón; él es el altísimoideal que nos une y nos congrega.

Prodújose, desde hace algún tiempo, entre lospracticantes alguna división, no por discrepan~ias

en los principios fundamentales, sino exclusiva­mente por divergencias de criterio en punto á con­ducta. Pero yo creo que no son abismos infran­queables los que separan á unos de otros, puestoque, al separarse, llevan más en el corazón que en

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el pensamiento la seguridad completa de no tar­dar largo tiempo en volver á encontrarse juntos.Por esto les aconsejo que mientras dure esa sepa­ración no se combatan, que nuestra acción sea ho­mogénea para no dar á nuestros enemigos la satis­facción de vernos destrozados. Pongámonos deacuerdo, sobre todo, en cuanto nos pueda servirde fundamento y norma á fin de poder salvar obs­táculos que se interpongan en nuestro camino.

En cuanto á disciplina, es de necesidad mante­nerse y conservarse dentro de ella, para que nues­tros trabajos resulten fructíferos.

Haciéndome intérprete, si es que tengo la for­tuna de conseguirlo, de los sentimientos del señc·rpresidente de la Junta Central y de la clase depracticantes en general, diré una cosa: no sepreocupe el señor presidente de la Junta Centraldel porvenir . Ya es suyo, porque las jefaturas nose crean arbitrariamente, no son el fruto de intri­gas, ni de conjuras, ni de nombramientos capricho­sos, sino que son el resultado de todas aque:!asconcreciones de donde viene á resultar que losjefes son los que únicamente pueden serlo, y hoyel señor Barahona puede tener la seguridad deque es el mejor de los jefes que puede ten~r laclase de practicantes.

Adelante, pues, y no desmayar por grande quesea la obra que nos espere.

Creo que podemos tener el consuelo de que laclase recuerde que hemos laborado todos con bue­na intención todo cuanto nos ha sido posible porsu bien y para librarla absolutamente de todo mal,incluyéndome también, aunque sea inmodestia,porque algo, aunque muy poco, he contribuídoy he dicho. y conmigo el Colegio en pleno de Sa­las de los Infantes.

JOSÉ MARAÑONMamolar (Burgos), 16-5-1916.

EN TORNO DE UNA TRAGEDIA

¿Por qué mató?Un jurado de hombres legos ha pronunciado

su veredicto en la Audiencia de Guadalajara con­denando á catorce años de presidio al médicodon Alfredo Alegre, titular de El Pobo, hom­bre dignísimo, modelo de ciudadanos y de ca­balleros.

Penado está á pasar el ocaso de su vida en­tre las lobregueces de una prisión. Según la pren­sa diaria, encontrando ((la clase» en este caso lainmolación injusta de un mártir, han tomado y seestán tomando en el Colegio de Médicos impor­tantes acuerd.>s para conseguir la casación anteel Supremo ó, en su defecto, para lograr el indul­to del infortunado médico de El Pobo.

ANGEL SEBASTIAN

NOTICIAS

Saldo518,49526,145Q7,59

Saldo en 31 de Diciembre de 1915, 536,84.

Ingresos GastosEnero .•......... , ... 301,22 319,00Febrero.... '" . . . . . . .. 275,10. 267,45Marzo. . • • . . . . . . . . . . .. 236,50 195,05

COLEGIO DE MADRID

Gastos Saldo12,00 1,45 721,0612,80 0,90 732,9612,80 2,25 743,51

31 de Marzo de 1916

V.. B.o: El Presidente, AngeIBarahona.-EI Tesorero,}. Santiago Reigon.-El Contador, C. Morales.

JUNTA CENTRAL'Saldo en 31 ae Diciembre de 1915, 710,51.

A su paso por Madrid hemos tenido e! honorde retener entre nosotros á don Juan de Cruces,ilustre presidente del Colegio de Málaga.

Breve ha sido su estancia, y aún más nos haparecido porque las altas cualidades que le ador­nan, su discreción, su tacto, lo atiando de susrazonamientos y la cultura que se desprende desus palabras, hacen de su persona algo que cau­tiva y atrae.

Hubiéramos deseado que prolongara por al­gunos días más su permanencia entre nosotros. Nole ha sido posible y hemos visto con sentimientopartir al que por tantos conceptos merece nues­tras alabanzas y es querido compañero de todos.

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FONDO DE SOCORROS

Saldo en 31 de Diciembre de 1915, 2.171,50.

Ingresos SaldoEnero. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 37,50 2,209,00Febrero " •..•. " . . . . •. 41,00 2,250,00Marzo,. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 32,00 2,282,00

Nota.-En el ¡nI/res/) de Febrero e.tá incluído el donRtivode 10 peseta- donado por el Sr.Marinellj.

Asuntos de tesorería

colegiados. puesto que sólo por la unión. que esla fuerza. se puede poner un dique de seguros paraque un caso como este no llegue á producirse en­tre nosotros.

IngruosEnero.•........•......Febrero ....•..........Marzo .

¿Cuál es el hecho de autos? ¿ De qué delitose acusa á este hombre? De uno bien sencillo:del que de no ponerse eficaz medio veremos larepteición tal vez muy pronto. Quiera Dios queyo me equivoque en mi vaticinio. Mas lo mismoque este caso de El Pobo, del que tenemos noti­cia desgraciadamente por un accidente fortuito.j cuántos en España no habrá! j Cuántos digní­simos y sufridos médicos titulares sentirán penade ver su juventud bulliciosa de estudiante troca­da por la monótona y recelosa vida rural. Y des­pués de esto, si dieran con personas que se es­forzaran en hacer grata la estancia de estos hom­bres en esos lugares, menos mal. Mas ocurre, pore! contrario, que quienes más debieran velar porque así ocurriese, se complacen en atormentar es­tas vidas que recuerdan los años perdidos en apro­bar una carrera que tantos sinsabores cuesta.

Es triste y paradójico que un clima saludabletonifique el cuerpo para que luego e! hombre seapodere de él.

Mas esto tiene olvido momentáneo, no más quemomentáneo, cuando desde una cuna, una niñita,sangre de nuestra propia sangre, con quejido las­timero pide algo con que calmar la fiebre que laabrasa. Seguramente que si el médico de ElPobo no hubiera tenido hijos, él, con su sufrida<:ompañera (q. e. p. d.), cual los mártir,·s delcristianismo, hubiera soportado la brutalidad deun alcalde, la odiosa agresión del caciquismo sinque de sus labios hubiera salido una queja. Mas¿qué se hace cuando pan á gritos nos piden nues­tros hijos? Esto fué y no otra cosa lo que armó elbrazo de don Alfredo Alegre. Cuando unos hi­jos piden pan, los ojos se nublan y se extravía lacabeza, y entonces, j entonces se roba ó se mata(que así son los padres) antes de que sus hijos pe­rezcan!

Dentro de sus tristes consecuencias. este casonos brinda provechosas enseñanzas, tanto para losunos. como para los otros. Ante este caso, el co­legio de Médicos ha reaccionado, y está en cami­no de tomar importantes acuerdos. Hace pocosdías. el doctor Piga, desde la tribuna del Ate­neo. con elocuentísima palabra, puso de manifies­to lo repugnante de esa sentencia, y abogó poruna pronta solución y por que se busque un reme­dio para lo venidero.

Es preciso que el caso de! doctor Alegre no serepita.

Practicantes colegiados : este caso nos invita áque en él nos miremos. Si en su infortunio algonecesita don Alfredo Alegre, apresurémonos áofrecérselo, como si esta iniciativa partiera, node una colectividad. sino de un solo hombre, yestad seguros de que si algo damos, en su día sa­brán recompensárnoslo.

Además, esto servirá de estímulo para los no

Por nuestro conducto le envían todos los prac­ticantes de Madrid el más efusivo saludo.

Nos ha producido honda impresión la enor­me desgracia que acaba de experimentar nues­tro querido compañero el señor Mateas, secreta­rio del Colegio de Madrid, el cual se halla enestos momentos atribulado por la muerte de suvirtuosa madre.

Con toda sinceridad nos asociamos á su justoduelo y le deseamos de todo corazón la resigna­ción necesaria para sobrellevar tan sensible pér­dida.

Hemos tenido el gusto de saludar en esta cor­k al distinguido señor don Juan Leo Hernández,vocal del Colegio de Almería é inteligentecompañero nuestro.

res. Por ello, en representación de todos, desdelas columnas de este periódico le enviamos uncariñoso saludo y una sincera felicitación.

Camina rápidamente en sus trámites precisosla instancia suscrita y presentada por una Comi­sión de compañeros nuestros al subsecretario dela Presidencia.

Dicha solicitud se trasladó al departamentocorrespondiente., y las activas gestiones que elColegio de Madrid realiza en todo cuanto á estacuestión afecta, están dando una gran rapidez enla marcha del mismo, y, según nuestras noticias.se lle.gará en breve á un feliz término.

Las cantidades recibidas para los gastos delpleito son las que siguen :

PESETAS

En breve se verificará una velada artística or­ganizada por entusiastas compañeros, con objetode recabar fondos para atender á los gastos queorigine el recurso que va á interponerse contra

la Real orden del Ministerio de Instrucción pú­dica referente á las enfermeras.

Rogamos con todo encarecimiento á todos loscompañeros de España que todo cuanto tenganque mandar al presidente, secretario y tesorero,del Colegio de Madrid, y al director y adminis­trador de! BOLETÍN, lo dirijan directamente á

sus nombres respectivos, para dar mayor rapidezal despacho de sus asuntos correspondientes.

Igualmente suplicarnos que al remitir fondoslos dirijan á nombre del tesorero, señor Reigón.cuantos afecten á la suscripción para los gastosdel recurso entablado contra la Real orden delconde de Esteban Collantes, y al administrador,se,ñor Carballedo, cuantos se refieran á los pa­gos, renovacIOnes y suscripciones del BOLETÍN.

Ha dado á luz, con toda felicidad, un hermo­so niño, la señora doña Josefa Carcía Herrero,esposa de nuestro estimado compañero don JuanCarballedo, administrador del BOLETÍN, á quienenviamos nuestro parabién más cordial.

Suma anterior.Colegio de Cartagena (segundo en-

vío).............•..Idem de Salas de los Infantes Bur­Idem de Salas de los Infantes (Bur-

gos) .Idem de Santander. .Don Simón Herreros Redondo .Don Pedro M. Clemente.

Total..

(Continúa la suscripción.)

1.569,05

25.40

50.0050,002,502,50

1.699,45

En el pasado mes de Abril ascendió á sub­inspector de segunda el ilustre médico del Cuer­po de Sanidad Militar don José Valderrama.

A los practicantes españoles les merece cariñoy gratitud este conocido nombre, que tanto hadefendido y defiende, con brillantísimos artícu­los. la implantación de los practicantes milita-

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VACANTE.S

La de practicante titular de Sevilla, dotadacon el haber anual de 2.000 pesetas.

Los que deseen solicitarla presentarán en elRegistro general de Secretaría municipal, duran­te el plazo de treinta días hábiles, las instanciascorrespondientes, acompañadas de su título pro­fesional y de los documentos justificativos dl>

méritos. que consideren oportunos. (B. O. del15 de Mayo.) - El alcalde, Manuel Hoyuela.

- La de practicante titular de Langreo(Oviedo), con el sueldo anual de 1.100 pesetas.

SECCiÓN

Se anuncia su provisión por concurso para que losaspiran:'es presenten sus instancias en esta Se­cretaría en el término reglamentario. (Real or­den de 17 de Mayo.) - El alcalde, Felgoroso.

CIENTíFICA

DE LA INFANCIA

Las cifras de la mortalidad en los primeros

años de la vida son verdaderamente espantables.

Cierto que siempre son peligrosísimos estos pri­

meros pasos de la peregrinación por el valle de

la vida. El doctor Borobio lo expresa elocuente­

mente en este párrafo: «Todo puede ser para el

niño causa de muerte: la acción inclemente de

los agentes cósmicos; el aire que, en vez de vivi­

ficar congestiona, acatarra ó inRama ; el frío que,

en vez de entonar, hiela; el calor que, lejos de

incubar, enerva; el alimento impropio ó excesi­

vo que, no pudiendo nutrir, envenena; el diente

que sale; el miembro que crece; el órgano que

se desenvuelve y la nueva función que aparece;

la miseria orgánica que mina por dentro y la in­

fección que viene de fuera; lo heredado y lo ad­

quirido; lo patológico y lo fisiológico; todo, ab­

solutamente todo, puede conspirar contra la vida

del niño. Y como las resisitencias son menores

que el ataque, el niño sucumbe, y una vida, cien

vidas, mil vidas, innumerables vidas, pasan con

la rapidez de meteoros sobre el vasto escenario

de la impasible Naturaleza.» Pero también es

cierto que hay otra causa de mortalidad infantil,

á saber: el descuido, la ignorancia y el abando­

no, la falta de una mano cariñosa y hábil que sos~

tenga al sér débil y ahuyente el peligro que cons­

tantemente le amenaza.

Sin embargo, la caridad en Madrid está bas­

tante extendida en el sentido de proteger á la in-

fancia. Las Casas de Socorro, de carácter muni­

cipal, asisten con un personal facultativo á las

parturientas pobres, practicando también las ope­

raciones quirúrgicas de urgencia y socorriendo

con alimentos y ropas á las madres y á los recién

nacidos. Esta intervención facultativa es prove­

chosísima, porque evita las manipulaciones de

comadres y curanderos.

Para favorecer á las madres pobres que lactan

á sus hijos, se fundó en Madrid, en el mes de

Marzo de 1906. la: obra de los comedores gratui­

tos de Nuestra Señora de Lourdes, que cada día

adquieren mayor importancia. Su objeto es dar

completa alimentación á las madres pobres en

funciones de nodriza.

y podríamos citar muchísimos otros estableci­

mientos de caridad en este sentido, pero voy so­

lamente á concretarme á la Institución de Pueri­

cultura.

Merece elogios esta institución, de la que el

auxiliar de Medicina es valiosísimo ayudante del

profesor, en la tarea de pesar niños, cuidar de la

esterilización de la leche, instruir á las madres,

reglamentar la limpieza é higiene de los niños y

todo lo que cabe dentro de la triste tarea del pue­

ricultor en la que, como dice muy bien el ilustre

doctor Sierra en sus apuntes para nuestras oposi­

ciones á la Beneficencia, hay que poner á partes

iguales la ciencia del paidópata y el amor á las

criaturas desvalidas.

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En esta Institución se pesa á los niños, á cuya

madre se le entrega una cesta con el número de

biberones que constituyen la ración diaria, en los

cuales se consigna la cantidad de leche que 'ha

de tomar cada vez el niño. cantidad que varía

por distintas circunstancias, que todos conoce­

mos. Además, se le entrega también á la madre

una cartilla donde, aparte de los datos de filia­

ción, peso, talla. etc., etc., van especificadas las

horas y maneras de dar el biberón, consignándose

también el peso que cada vez da el niño, para

después compulsarlo con el anterior.

De esta institución, llamada «La Gota de Le­

che», existen varios consultorios en Madrid, es­

tando situado el central en la calle del Duque de

Osuna, 2.

Hace frente á los trabajos de esta laudable

obra el siguiente personal facultativo:

Director, don Dionisia Gómez Herrero.­

Subdirector, don Luis Heredero y Cómez. ­

Médicos puericultores : don Aurelio Romeo Lo­

zano, don Manuel V ázquez Lefort, don F ederi­

ca Carda Martínez, don Ramón Jiménez Có­

mez, don Pedro Núñez Martín, don Joaquín

Jiulia.

Supernumerario. - Don Alfonso Fe'rnández

Campanudo.

Practicantes. - Dort Miguel Peinado, don

José Prado. don Félix Llorente, don Pedro Ra­

mos y don Leonardo Sánchez.

La alimentación de los niños de pecho, cuando

la madre no puede criarlos, es uno de los proble­

mas de mayor transcendencia social.

La razón de ello estriba en que la alimentación

materna es insustituíble.

Desde el punto de vista químico, no se ha en­

contrado modo de sustituir en absoluto principios

como el de la caseína de la leche de la madre;

desde el punto de vista biológico, el inconvenien­

te aumenta, pues por el pecho de la madre, el

niño recibe una infinidad de anticuerpos espe-

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cíficos que son los que le dan energía y vigor

para luchar contra las infecciones propias de la

infancia.

Pues este problema colosal es el que han que­

rido resolver las «Gotas de Leche» y las institu­

ciones de Puericultura quitando todos los incon­

venientes posibles á la lactancia artificial cuando

por cualquier causa no puede emplearse la ma­

terna.

ENRIQUE QUIJADA

Colegio de MadridJunta gene101 del día 19 Ab,ilI916.

Acuerdos más importantes tomados porla misma.

I .o Que se organice en este Colegio, para lossocios meritorios, un curso preparatorio de carreradesempeñado por los colegiados de número, y cu­yas bases son estas:

A) Por los colegiados numerados que lo soli­citen, y entre ellos, si hubiere mayor número queel necesario, los que más méritos reúnan, se daráun curso preparatorio de carrera, completamentegratuíto, para los socios meritorios.

B) Las clases se darán en el local del Colegioy en los días y horas que los profesores dete!­mmen.

C) Los alumnos abonarán 50 céntimos sema­nales, que se destinarán á material de enseñanza.

En cumplimiento de este acuerdo se convoca átodos los colegiados de número para que presen­te en las instancias y demás documentos que creanconvenientes para acreditar los méritos que po­sean.

El plazo para la presentación de 105 citados do­cumentos comenzará desde la publicación delpresente BOLETÍN, y terminará el último día delmes de Junio.

2. 0 Que se celebren dos veladas artísticas ábeneficio del Colegio, y para cuya organizaciónfué nombrada una Comisión.

3. o Facultar á la directiva para que, en unióndel señor Sánchez, estudien la manera de llevar á

la práctica la prolongación del mismo, relativa ála rifa de artículo~ de cirugía. y

4.o Adherirse á los acuerdos que tome e! Co­legio Médico de Madrid, referentes á la causa delmédico condenado por la Audiencia de Guada­lajara, señor Alegre, y contribuir con 25 pesetas ála suscripción abierta á beneficio de los hijos delreferido señor.

FERNANDO MATEOS

fxplora[ión ~el apar ato au~it ivoLa exploración de! aparato de la audición se

hace á simple \ ista ó con el auxilio de instrumen­tos especiales.

El examen á simple vista nos revela e! estadodel pabellón y de la primera porción del conductoauditivo externo. Tirando fuertemente hacia atrásde! pabellón de la oreja. de suerte que no hagadesaparecer la corvadura normal de! conducto, sepuede, en algunas personas, alumbrar dicho con­ducto hasta su profundidad y hasta poner al des­cubierto una parte de la membrana del tímpano.Para datos más exactos y para estudiar las enfer­medades de estas membranas, hay que servirsede espéculos. De estos los hay de una pieza sola.bivaldos y trivaldos. Por nuestra parte. damos lapreferencia á los primeros. Para satisfacer las exi­gencias de la práctica, se debe disponer de unnúmero regular de ellas, y de diversos calibres.Deben introducirse con gran suavidad, teniendoantes la precaución de retirar el pabellón haciaatrás. Siendo la luz solar de ordinario insuficien­te, es mejor sustituirla por la luz de una lámpara,que por medio de un espéculo se proyecta en e!conducto auditivo. Si conviniera tener las manoslibres, servirá á este efecto un reflector adaptadoá la frente con una faja de tejido elástico ó sujetoal centro del armazón de los anteojos. Estos re­flectores tienen un agujero en el centro lo mismoque los oftalmoscopios, y se emplean de igualmodo que éstos. .

Aparte de los instrumentos citados. hay toda­vía los llamados otoscopios, siendo e! mejor deellos, por más que diste aún mucho de la perfec­ción, e! inglés de Brlmton. que reúne la ventajade aumentar los objetos. (También llevan el nom­bre de otoscopio los tubos destinados á auscul­tar el oído.) Por medio del espéculo ó de los di­versos otoscopios, se descubre fácilmente la mem­brana de! tímpano, pero no se obtiene dato algu­no sobre su movilidad ni su estado de tensión.Para subsanar esta falta, en 1864, Siegle ideócerrar la extremidad ancha del espéculo por mediode una lámina de cristal y adaptando á la pared

lateral un tubo de caucho, mediante el cual sepuede arbitrariamente hacer el vacío ó permitir laentrada del aire en e! conducto auditivo. Por estemecanismo se puede poner en vibración la mem­brana del tímpano y determinar si está libre óadherida. Este instrumento ha recibido el nombrede espéculo pl!-eumático; su uso presta cada díamayores servIcIos. .

Una vez adquiridos estos primeros datos. impor­ta saber luego si se halla ó no en estado permeablela trompa de Eustaquio. Para ellc se pueden se­guir varios procedimientos.

Procedimiento de Valsalva. - El mismo en­fermo es el que hace penetrar e! aire en las trom­pas. Después de una inspiración profunda cierrala boca y las ventanas de la nariz. y ejecutando eneste estado una espiración fuerte y prolongada.e! aire acumulado en la cavidad bucal y faringepenetra en la trompa, si ésta está permeable, des­de donde pasa al oído medio, en cuyo punto de­termina la crepitación de! tímpano cierta sensa­ción de plenitud y un zumbido particular.

Procedimiento de PolUzer. - En este proce­dimiento no son los pulmones del enfermo los quelanzan la corriente de aire dentro de la trompa,sino un instrumento cutlquiera de insuflación.una pera de caucho, por ejemplo. Introducid\ lacánula en una de las ventanas nasales, el faculh­tivo obtura por presión digital la del lado opues­to. Se manda al paciente tragar un sorbo de agua.y durante este acto, en que el orificio posterior dela faringe está obliterado. se comprime la pera.y el aire penetra en las fosas nasales y en la cavi­dad retro nasal, de la cual no puede salir, y ha­llando abierto el orificio de la trompa, pasa aloído medio.

Procedimiento de T oynbee. - Este procedi­miento sigue un camino totalmente opuesto á losanteriores. pues en vez de insuflar el aire en lascajas, se hace aspirar al paciente el que se hallanormalmente contenido en dichas cavidades. Elenfermo cierra la boca y la nariz, como en el pro­cedimiento anterior de Valsalva y ejecuta lue­go un movimiento de deglución. Prodúcese deeste modo una sensación de vacuidad que indicaque el aire ha sido aspirado, y. al propio tiempo.la presión del aire exterior deprime e! tímpano.

Insuflación indirecta. - Cateterismo. - Através de las fosas nasales se introduce en el ori­ficio faríngeo de la trompa una sonda cuyo tipoes la de Itard, y mediante un aparato adecuado seinyecta por esta sonda directamente en la trompaaire ó vapores medicamentosos. Para estas manio­bras se ha de disponer de una serie de sondas decalibres diversos.

El paso del aire y su penetración en la cajaproducen ruidos que varían según el estado deestos órganos. El cirujano puede apreciarlos per-

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fectamente introduciendo uno de los extremos deun tubo de caucho en el conducto auditivo exter­no del oído examinado y e! otro extremo en supropio conducto auditivo. Esta sencilla operaciónconstituye la auscultación de! oído.

Para completar la serie de datos que puedannece.itarse hay que estudiar luego el estado dela función y determinar si la agudeza auditiva esnormal ó se halla alterada. Este examen se hacecon un reloj de bolsillo ó un diapasón. Primero setienen estos instrumentos á la distancia máximadel alcance auditivo, después se va acercandogradualmente hasta que el enfermo perciba clara­mente el tic-tac ó e! sonido. Midiendo luego estadiüancia con una cinta métrica y comparándolacon la que arroja e! mismo experimento en un in­dividuo sano, se puede evaluar e! estado de laagudeza auditiva.

Otra manera de servirse del reloj y del diapa­són consiste en aplicarlos directamente sobre elcráneo, aVfil"iguando de qué modo los ruidos setiasmiten á través de las paredes craneanas. L:l­cae y Politzar han demostrado que los huesos delcráneo, hallándose en contacto con un cuerpo so­noro, trasmiten directamente una parte del sonidoá la expansión de! nervio auditivo, y que la otráparte llega al oído por la vía natural (cadena delos huesecillos, laberinto).

También se ha observado que tapando ligera­mente los conductos auditivos, el sonido se per­cibe mejor que estando aquéllos abiertos. De ahíse han sacado varias conclusiones prácticas. Sipor ejemplo, un individuo declara no oir e! tic­tac de un reloj mantenido á cierta distancia deloído y lo percibe cuando e! reloj se ha aplicadoal cráneo, hay que deducir que e! laberinto estáintacto y que la lesión radica en algunos de lossegmentos de! aparato conductor. De ahí tambiénun gran número de modos para descubrir la simula­ción de la sordera, tan frecuente en el serviciomilitar .

Conviene, empero, hacer notar, que no siem­pre existe una relación directa entre la percepciónde los sonidos y la de los ruidos en individuosdiversos. Así, hay quien distingue todavía bienel tic-tac del reloj y percibe muy mal las pala­bras, y, por e! contrario, tal individuo es capazde seguir una conversación y no llega á percibirel lic-tae del reloj. Esto no indica que el examende la sensibilidad auditiva debe extenderse á lapercepción de los sonidos y la de los ruidos.

Desde mucho tiempo ha venido preocupandoá los médicos el afán de poseer un aparato conel cual se pudiera evaluar con mayor exactitudla disminución de la agudeza auditiva. El relojy el diapasón adoleceR de muchos defectos, por­que, por un lado, no todos producen el mismo rui­do y el mismo sonido, y por otro, siempre impli-

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ca más ó menos dificultad la mensuración de ladistancia mínima á que se perciben.

Vamos á terminar diciendo la técnica del cale­terismo de la trompa, que aunque se ha habladode ello, se expondrá con mayor claridad.

Eslando el paciente sentado, la cabeza sosteni­da y previa esterilización de la sonda, se introdu­ce ésta por la nariz, de modo que el pico se ha­lle dirigido hacia abajo. Se hace avanzar nueva­mente la ¡¡onda, haciéndola girar de modo que supico, haciendo un cuarto de rotación, se dirijahacia afuera para colocade debajo del corneteinferior. Haciendo deslizar nuevamente la sondapor e! canal formado por este cornete, como áunos tres milímetros, se encuentra la entrada delpabellón de la trompa de Eustaquio. Una vez co­locada la sonda en la trompa de Eustaquio se in­yectará aire en ésta y en la caja del tímpano,uniendo al pabellón ele la sonda de ltard la cánu­la de la pera de Politzar."......~~~..-f¡........~...........,~~........

Correspondencia administrativaDon Simón de Santa Cirila. - Ha remitido

2,50 pesetas por su suscripción hasta fin de Ab·jlde 1917. D. José Calella .-Renovó su SUSCrlp­

ción hasta fin de Marzo de 1917.Don Simón Herreros. - Renovó su suscrip­

ción hasta fin de Marzo de 1917.Don Pedro M. Clemente. - Ha remitido

2,50 pesetas, importe de su suscripción hasta finde Mayo de 1917.

Don Julio L. Balcaza. - Renovó su suscrip­ción hasta fin de Febrero de 191 7.

Don Wenceslao Cubillo. - Renovó su sus­cripción hasta fin de Abril de 1917.

Se ha recibido un giro postal de don Jesús Bo­nis, y otros de don Antonio Hernández y donJosé Luque, que no se han podido cobrar porvenir mal la dirección. Se ruega á los señores quelo han impuesto den cuenta en la oficina corres­pondiente, para que los giros sean entregados alnuevo administrador del BOLETÍN.

AVISOSe ruega á los señores suscriptores que á con­

tinuación se expresan, se pongan al corriente desus pagos para no vernos en la necesidad de sus­penderles el envío del BOLETÍN del próximomes. D. Nicolás Hernandorena, don Juan Rome­ro, don Tomás Martínez, don Gregorio Rauzan,don Oswaldo Pérez, don Francisco Benítez, donAlfredo Sauce, don Gregario López y don Ma­riano Ballarin.

Se suplica remitan los giros á nombre del nue­vo administrador, para facilitar el cobro, indi­cando al mismo tiempo, por correo, el envío delmismo, y con qué objeto se remiten dichas can­tidades. El administrador, J. CARBALLEDü