Arqueles Vela - La Senorita Etcétera

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  • 5/10/2018 Arqueles Vela - La Senorita Etctera

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    La Novela Semanal deEI Universall lus trado

    Se publica cada jueves como Suplernento de este SemanarioAno 1 14 de sepriernbre de 1922 Num, 7

    Novela lnediraLa Senor it a E tc et era

    Por Arqueles VelaIhatraciones de ells

    Retrato-portada par Alfredo Galvez

    Publicaciones Lirerarias de EI Uniuersai IlustradoMEX ICO , D .F.

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    PROLOGODEL D IRECTOR

    Un remordimienro literario que nunea nos perdonarfarnos en esta NovdaSemanal de EI Universal I tus trado, seria el de irnponer nuestros gustos y pa-siones, cerrando fa puerta a todos los que no pensaran 0 sintieran comonosotros. As!, la obra de divulgacion emprendida, lejos de ser Ioable, caerlaen los circulos concenrricos del parridarismo Iiterario, el m a s enconado ytrisre de lo s partidarismos que flame-an en Mexico.De alli que Manuel Maples Arce, el poera estridentista, nos merezcs unIugar exactarnente igual a1que corresponde a cualquier otro poeta de dis-tintas tendencias. De allf, rambien, que en este Supiernenro, Arque1es Ve-la publique su primers novels estridenrista, L a Senorita Etcetera.Cada uno pensara a su anrojo respecro de esra extrafia novela. Muchosdiran que es un disparate; orros, seguramente, encontraran ernocionesnuevas.sugeridas por el faro estilo, y otros, en fin, creeran que se trara de unprosisra rnagnffico, despojado de todos los Iugares comunes lirerarios, forja-dor de emociones cerebrales y de rnetfforas suntuosas.Nosotros nos Iavarnos las manes . . Carla quien opine segtin su personalcrirerio r concedase, al menos, a esre edecrico suplernenro d e E I U niversa llfustrado el raro merito de hallarse abierto para todas las tendencias, con-rernplando serenarnente rodos los horizontes, . .

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    A mis compaheros de cuar ti ll asen E I Un i pe r ;s g / J lt lJ I f" ll dQA.v.

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    LLEGAMOS a un pueblo vulgar y desconocido. Todos los pasajeros habra-mos urdido esa fu gaz am istad de calceta provisional que se urde duranteel ocio de un c;.uuino verriginoso de hierro. Por un accidente inespera-do, ruvimos que dejar un momenta los vagones y asalrar la primera es-tacion del itinerario. La ciudad estaba a obscuras. Los huelguistas hahiansoltado un tumulto de sombras y de angustias sabre la turbia ciudad sindi-calista.Caminabamos un poco medrosos y el frio nos hacia m a s amigos, masintimas, mas sensibles ...Yo compre mi pasaje hasta la capital, perc por un caso de explicable in-c on sc ie nc ia, r eso lv f b ajar e n Ia e sra cio n que ella abordo. Al fin y al cabo, am 1 m e era iguaL .. Cualquier c iudad m e hubiese acogido con la misma in -diferencia. En todas partes hubiera tenido que ser el mismo ...Sin duda, el d esrin o , acosturnbrado corregidor de pruebas, se propusoque y o ' me quedase aqui, prec is arnen re aqul , Con ella ...La calle fue pasando bajo nuestros pies, como en una proyeccion cinema-rica. Era la hora en que todo pareee estar convaleciente. las cosas se ibanquitando silenciosarnenre su anrifsz c1o ro f o rmizado . .. Los rnasrilcs de losbarcos empujaban su ansiedad, queriendo descolgar los frutos encendidosmas alIa de los cielos. De cuando en cuando la concavidad gigantesca de!arbol, rnovia inus iradarnenre sus rarnajes de bote en bote y desprendta elinevitable fruto picado pa r los pajaros ultracelestes ... La inquierud la le-vanraba subsilente, como en un juego de base-bali. ..Ella me conrernpla en silencio. Yo no podia eslabonar ningiin pensa-~iento con rnis ideas "ernpasreladas" per los sacudirnienros de m i altamarca ...- Sin embargo. sentado a m , junto a ella, en medic de 1asoledad marina r

    de la calle, mesenria como en mi casa ... Disfruraba de un poco de rmisi-ca. de un poco de calor, de un poco de ella.Cuando ernpezo a esrilizarse la decoration imaginista, me di cuenca deque habla estado alucinado de un sue n o . . .Era una ciudad del Golfo de Mexico. Acaso me enconrraba alli por unaequivocacion en las direcciones de mi bagaje ilusorio ...89

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    De todas rnaneras ya no tenia remedio.-tQue ibaahacer,to de s iempre , iNada!Me ac osrum b raria a v iv ir d ew is de una puerta 0en el hueco de una ven-rana. Solo. Aislado. Incornprendido ... Tendrfa que pregonar por unascuan tas rni radas 0una s c ua nt as sonrisas, algunas EXTRAS de m i v ida inedira,Como no hablo m a s que m i propio idiom a, nadie podra com unicarseconmiga ... T endrra que v olver a co ntem plar, co nfundido s co n lo s pro gra-mas idior ss qu e se embobal iconan en las esq uinas in telec ruales d e las c iud a-des civilizadas, rnis sen sac io nes d esbo rd ad as co n la tin ta d olo ro sa d e mi vida.Para asirm e m asala absurda realidad de rniensueno, volvi a verla de veeen cuando . E I azar nos bajo de un v iaje arbitrario y n os a cerc o s in p re se nta -ciones, s in a nte ce de nte s; e ra pues, inevitable y hasta indispensable que si-guiesemos juntos. Ademas, la casi furtiva amistad q ue e nh eb ram o s, mehabia heche creer que esraba enomarado de ella. . .E l su eiio c om e nza ba a d es lig arm e , S en ti c an sa nc io , SU l anguide sc enc ia do -bJ ada sobr e mis brazos con Ia inrim idad de un abrigo, se habra d orm id o ...E ra natural. Seis d1as de v iaje inc6rnodo, la h ad an perder su timidez.N o era por nada, .. E1 cansancio tam bien Ia desligaba a ella de todas susligaduras.Pens! ... Ella podria ser un estorbo para rni v ida erratil. Para m is preca-rios recursos, Lo rnejor er a dejarla a1.l1,do rm ida. H uir ...De p ro nto m e ac ord e d el calen dario am arillen to d e m i n ifiez sin d om in go s.Del alba au asad a d e mi juventud, de mi soledad.Acsso ella, era ELLA . . .Y m e eche a andar yo solo. Hacia el lade opuesto de su m irada. . .

    II1,2,3.4.5.6, 7. 8, 9.10, 11, 12, 13. 14. 15, 16,17. 18, 19,20.21,22.

    < 23. 24, 25, 26, ... IUn reloj! ... No. No es posible, I rnpos ib le . ..M is o jo s se fu ero n quitando, poco a poco , la goma de l amodo rr am ien tod e la s n ec hes p alin ge ne sic as , d el in somnia p ro du cid o por e l a je treo mental.que se va extendiendo en un cansancio de c orrien re ap ag ada, p or las fibrasd e n ues tro e qu ilib ria sensitive,Una cam pan a seguta clavando en la beatitud de la ciudad, su hum ildeinconsecuencia.Un sentirniento imprecise me agarraba del cuello.Con la ternblante seguridad de que a una Ieve insinuaci6n de sus rnovi-m ien to s , hubier a de sandado la idea d e alejarrn e, m e p arab a a cada memento.Su recuerdo se eruollaba en mi esptriru. Su voz naufragaba en el sonarn-bulism o de la hora, com o las voces rnuertas de los tdffonos ...

    tIl__

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    O J '

    Intitil oponerse. Yo estaba condenado a olvidar codas las cosas. A despe-garrne de elias, con una facilidad torturante.Tal vez habra perdido 1 0 nnico que hace bella la roracion de nuestraselipses . ..Ella se quedo, alia muy lejos, descendiendo del paracaidas de su sueho.Yo, arrasrrando su recuerdo, me dirigf al cafe.EI cafe U eg6 a ser m i otro yo. Todos los dtas, todas las neches, despues defa cotidiana vagabundez de mi trayectoria, aburrido de encontrar las rnis-mas siluetas escrutadoras de las callejuelas, de conrernplar la esnipidafachada de l a s casas y la sonrisa boba de las ventanas, me refugiaba en el cafe.Cast me iba acostumbrando a su vida inmoble. Me divagaba con sus frasesesrereotipadas en la pared, con sus caras parroquianas, con su aislamientode las calles estentoreas y vociferadoras. Hay algunos cafes tan aproximadosala vida, que dan la sensaci6n de que uno cena, bebe, rle, en medio de Iacalle, con los transeuntes impertinentes, esrropeadores. . . En clonde esmuy posible que, d is tra id arn en re , n os to rn en d el braze y n os s ig an c on ta n-do la misma aventura a 1 0 largo de Ia calle ...Los espejos multiplicaban simulranearnenre, con una realidad irreali-zable de prestidigiracion, las irnagenes rimmeladas de mi cad.logo des-cuadernado ...Cuando Ia V I por primera vez, esraba en un rincon obscure de la habita-cion de su timidez, can una acritud de silla olvidada, empolvada, de sillaque todav1a no ha ocupado nadie. . . ,Su ojos tenfan una impavida inocencia de la vida. Paric1ase a esas mesas 7 "de los cafes, embrolladas de mimeros, de cuenras, de rnonigotes, de intimi-dades de los parroquianos asiduos.Sin duda estaba aUi par necesidad. .. Viendola, auscultandola, vivla

    retrospecrivamente.Su s r ni radas , sus sonr isas , su s p ala bra s m e e nv o lv 1a n en la bruma de losinstantes vividos en un vag6n sahumado de imposibles.En mi imaginacion ya no existla solarnenre ella, no era solamenre ella; sefundta, se confundia con esta otra ella que me encontraba de nuevo en elrincon de un cafe.Desde entonces, y < t no pude vivir los dfas y las naches separadamente.'-Mi ado se habra quedado, como el de los demas parroquianos, pegado a

    f a . pared ...Cuando ella servia, indiferente, a rodos los inrrusos que ensordectan elarnbiente dehurno y de gricos, me alejaba un poco enrristecido , sin pensaren su embrujamiento.Una noche entre a 1 cafE con la intention de decide muchas cosas, deenhebrar una conversacion que nunea hab lamo s te nid o , pero que yo consi-deraba interrumpida. . .

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    Al acercarse, me mire; de tal rnanera, que send encenderse el recuerdo deIa mirada de ella ... Balbuceo no se que palabras, como en secrero , y lahice una prornesa,Nos verfamos siempre ...

    II I

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    EI balanceo premeditado par las irregularidades de Ill.via, sacudiendo lassombras del vagon, desintegraba un sue n o de doscientos kilometres.Los "porters" nos habian repartido en las celdas del Pulman, con unaintransigencia insoportable.De cuandoen cu an d o , la f u g a . del paisaje al carbon, emborronado par laacelerada carrera del rren, hilvanaba mi vida interrumpida por las esra-Clones...los pasajeros eran los mismos de siernpre ...Ai bajar, los claxons de los aurornoviles olfareando la traza de los viaje-fOS, seacercaban con zalernas zigzagueantes de reconocirnienro coreando suL I B R B insisrenre,EI otofio comenzaba a recoger las primeras hojas volantes que re pa rria e lviemo.Yo me senna con esa profunda nostalgia que se va acumulando en las es-taciones solitaries, recordadas por unas cuanras lures morrecinas, alegradaso entristecidas por los pirazos de los trenes, Mi espfriru se ensornbrecla co-mo esos carros desorillados de rides rnohosos, en los escapes de las vias ...Yo no era mas que un carro en donde rodo se habra ido, un carro olvida-do .can su s miradas perdidas paralelamenre, a 1 0 largo del camino.Agobiado, ahumado de tantas saudades, ernpece a recorrer las erno-c iones desconocidas que atardeclan en la ciudad.Bajo el azoramiento de las calles desveladas de anuncios luminosos, medejaba estrujar por sus turistas, Sus rnujeres elegantes, sus "snobs" de lamoda y del sistematico vagar par las aceras desenfrenadas.EI parpadeo de m i semaforo colurnbro, a 1 0 Iejos, su silueta confundidade v ela que se desprende Y Sf va a pegar a lo s ma srile s a rmo sf eric os , c uand oun viento agira la epidermis del mar ...No tenla l a seguridad de que fuese ella, pero su figura descolgada de rnisrecuerdos se estatizaba en Ia penumbra de un daguerroripo,Carnine teas ella can Ia paradoja de que era Ella, de que su voz subrnari-na volverfaa colorear Ill. esponja de rni corazon que se llenaba conri-nuamente de remernbranzas de ella.S u an d ar ligero irnpulsaba m i asrenia. Cast me arrepentia d e h abe rla d eja -do insrinrivamenre a la orilla del mar 0 en la habiracicn obscura de un cafe.

    El contacto inesperado can Ia multitud hacla balbucientes rnis ideas,m ie ntra s ella se alejaba con mayor rapidez de rn i memoria .92

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    Cuando casi m e decidia a confesarle m is presentimienros, se p erd i6 a lrraves del cristal de la vitrina de un alrnacen.La conternplaba imaginariarnente. Querta retener sus conromos, su smiradas, SU S sonrisas. Adivinaba sus m o vim iento s para desasirse de m i, pa-ra Iib ra rse d e ml. . .Se quedaba para siempre entre perfumes, embalsamada de alucina-ciones, de esperanzas. Se quedaba alli, eternizada. Se esfumaba ...N o m e quedarfa de ella sino la sensaci6n de un retrato cubisra.Una pierna ala moda con medias de seda, ruborizada de espejos Lao tr a e n a ctitu d de hinojos ... La insinceridad de sus guantes crerna Sum irar irnpasible. . . Su fopa interio r m elanco lica. . . Su recuerdo can

    (_.. pliegues Se disasoc iaban en la v itrina de un alrnacen lujoso, infran-queble .IV

    Todos los dfas, ala rnisrna hora, en el mismo lugar, con la irrevocable ne-c esid ad d e te ne r que u riliz ar a lg un as h ora s d e rn i in vo lu nra ria p ero a rra ig a-da vagancia, to m aba el tranv ia.Losrranvias subrayaban rodos los dlas, rodas las tardes, de 8 a 12 y mediay de 3 a 5 y m edia, Ia carta de recom endac i6n de rni am igo ...Mi vida cambi6 de aspecto. Cambie de rraje , de humor, de rnaneras.Mi r eb eld ia c as i Sf: iba acostumbrando a esa ex iste nc ia d e c alc om a nla d elas of icinas,P or la in flu en cia d el ambie nc e rove que agr eg ar a lo s r ec o rr es I ite ra rio s d ern i v id a, se llo s o fic ia le s, id ea s me ca no gr af ic as, f ra se s tr asld cid as de papelcarbon, irnpresiones de gom a de borrar, pe nsam ie nto s a guz ad os u nif or-rnemefl te con "sh arpe ners" ...El m otive de rni U egada a la m etropo li t la c ausa de haber abando nadotantas cosas, se ib a borrando, hundiendo. La realidad de que podrfa llegara lo s asc en so re s in tele ctu ale s, m e irn pu lsaro n a h ac er m u ch as a rb irraried a-des irnborrables que agitaban rni espiritu.H abla salida de una o fic ina insignificaore para entrar a una o ficina irn-porrante. No habfa hecho m a s que Jo rnismo ...Mi vida fue tomando un aspecto de piso encerado. Diariamente arranca-ba a rni disciplina de calendario Ia ho ja nurnerada del fasridio del dia.U na vez que robe al horatio de la o fic ina, con la inrenc ion de tom ar elrranv la a una ho ra alegrediferente, entre el abigarram ienro apretado dem ujeres, ella subfa ernpujada po r Ia precision.Sentl impulses de no tamar e1 misrno tranvia, de dejarla pasar inadverri-d am e nre , d e que no m e recordara la figura do ble que m e obsesio naba des-de que m e Ieia a m f m isrno ....

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    Despues tome prernediradamente el tranvia a la misma hora en que ella1 0 tomaba.Sentado, silencioso. contemplandola, me encerraba en su indiferencia,Me divagaba can la conversacion babelesca de los anuncios hipncrizado-res, en e l interior de l carro,Ella se balanceaba armoniosameme de las agarraderas ...En mi interior, yo repasaba las misrnas palabras para ofrecerle el lugarque me habra deparado la casualidad. Se 1 0 of red a con los ojos, con las rna-nos, con el pensamiento. Me levance decidido a ofrecerselo personalmente,pew ella se ib a alejando, poco a poco, hacia 1a puerra ...Muchas veces 1a espere con un vado interior ...Mis sentimientos se desbordaban por las ventanillas, par el "rroley",que iba dejando desgarramientos lurninosos de su fibra sensiriva. . .El esmalte de sus cabellos cortes, en espirales acariciantes, su volupruosatransparencia al andar, la comisura de su sonrisa, me exacerbaba.B ajo su m irada fulgurante de

    c 0R RUGI CL V EE I R

    P A 0LIBRE

    sus senos y rni coraz6n se quedaron ternblando, exhausros, (on ese tern-- blor incesante del motor desconectado repentinarnente de un anhelo dem a s aHa. . .v

    Ya renfa rnucho tiempo de vivir en Ia ciudad y no canada nada de Iaciudad. Apenas si conocia alga del cuarto que ocupaba en el horel.,l

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    Al principio ruve Ia inrencion de pagar, en una casa de huespedes me-diocre, un roes de vida ... Las siibitas irnpresiones me Ilenaron de pe -numbra eI cerebro y no pude hacerlo. Yo nunca he tenido sentidocorntin ... Tome un cuarro en el hotel mas lujoso de la ciudad. Un cuartoque jamas utilice, porque pasaba los dtas y las neches en lugares inusirados.No me send vivir en el hotel sino cuando ella penetro, con su s pasos me-didos, en el ascensor.Subl amos l en ta rnenre y tan irreales como e se h ur no que enferm a la gar-ganta de las chimeneas. , .La vida casi mecinica de las ciudades modernas me iba rransformando.Mi volu.nrad ducrilizada giraba en cualquier senrido, Me acosrumbraba ano tener las facultades de caminar conscientemente. Encerrado en uncache, paseaba s cn amb tilic o , p o r las calles.Yo era un reflector de r e y e S que prolongaba las visiones exreriores lurni-nosamente hacia las concavidades desconocidas de mi sensibilidad. Lasideas se explayaban convergentes hacia todas las cosas. Me volvfa mecsnico.Me conduclan la s observaciones puesras en cada un o de los objetos que

    usaba.Cuando el ascensor conduy6 de desalojarnos y me encontre frente a ellay fa observe detenidamente, me estupefacte de que ella tarnbien se habramecanizado. La vida electrica de l hotel. nos t ransformaba.Era en realidad, ella, pero era una mujer automarica. Sus pasos arrnoni-cos, cronometricos de figuras de fox-trot, se alejaban de rni, sin Ia sensaci6nde d ista nc ia : su risa se v erd a c omo 5 1 en su inte rio r se desenrollara u na c ue rd aductil de plata, SU S miradas se proyectaban can una fijeza incandescentc.Sus movimientos eran a llneas rectas, sus palabras las resuciraba una deli-cada aguja de fon6grafo ... Sus senos, tem blo rosos de "amperes" ...Ya en el divan de su cuarto com enzam os a recordar las m ism as casas deSIempre. , .

    Nos e sc uchabamos ambos desde lejos. Nuest ros r ecept ores in re rp re tabansilenciosamente, pot conracto hertziano , 1 0 que no' pudo precisar el repi-queteo de l Iabio.Me senti asido a sus manes, pegado a su s nervios, con una aferracien depoles contraries.Las insinuaciones de sus 0;05 eran insosrenibles: yo los asordinaba conuna pantalla opalescente.C uando ella desato su insralacion sensiriva y sacudio la rnla impasible,no s qu ed arno s c om o u na esta nc ia a o bsc ura s, d esp ue s de h ab erse quemado

    105 c onmura do re s d e e sp asmo s e le ctric os ...Ella habla llegado a ser un APARTMENT cualquiera, como esos de loshordes. con servicio "cold and hot" y calefaccion sentimental para lasneches de invierno ...

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    V IMi sornbra se alargaba.en los jardines coo una pesadumbre de persianaapagada. Desencanrado de una tristeza retrospectiva, su remernbranza C05-rnopolita de suntuosidades de "hall" can rmisica de piano auromarico, susmiradas, sus sonrisas de anresala, me lucian daiio ...Aunque ella habia adivinado la obscuridad de mis primeros pasos en laciudad, aunque ella me saco con su rnirar "eclatante " de ojo de autom6vil-de la callejuela apagada de barrio bajo en que transitaba ... Ella nopodia ser ella. . .Me habiaratuado. Habfa.quernado hondamcnte susilueta en el foodode rni corazon, extenuado de tantas ernociones.Indudablernente yo era un "papalote' de 1avida. Cuando me encontra-ba mas alia de sus manos, casi inmovil, 0vibrando con la misma inquietudde su ocio infantil, me atraia 0me alejaba inevitablernente.Ya era mas que un vagabundo de las calles y de la vida, era un vagabun-do del pensamienro, no podia "estandarizar" las celulas de rni cerebro

    exaltado.[Era posible que el destine, hojeandorne diariamente, no enconrrase 1 0que encontraba en rodos los demiis!. ..Ella me vio tendido, en un banco de un parque, con las manes metidas..cn los bolsillos de mi interioridad , de rnis recuerdos. . .Ahora era otra. Habla seguido las tendencies de las rnujeres actuales,Era feminista. En una peluqueria elegante; reuniase todos los dias consus' 'companeras' I. Su VOl tenfa el rutdo telef6nico del feminisrno ...Era sindicalista. Sus movimientos, sus ideas, sus caricias estaban sindica-

    lizadas ...Cuando y o le hable de mis idealidades peregrinas, se rio sin coqueterfa.Azuzaba la necesidad de que las rnujeres se revelaran, se rebelaran ...Queria convencerme de que nuestra vida es vulgar, como fa de cual-quiera, de que no eramos mas que unos visionaries, de que era indispen-sable haeer una revoluci6n espiritual. Sanear las menralidades de tanto

    rornanricismo morboso ...Yo escuchaba sus palabras con la eclecrica indiferencia que tenia para lacharla de las peluquerias ...Los espejos no rerraraban sus rnohines f rf vo lo s . .. Ferninisras.Miemras ella.recortaba algo a mi vida ilusoria y me prodigaba sus cariciasdev'Fleurs d' Amour", yo sufeia la tirania de sus.brazos que me atenacea-ban con la simplicidad de las toaHas amorrajadoras de clienres,Sus modales, sus palabras me sugenan esc terrible agasajo de los "office-boys" de las peluquerfas, que me hadan abandonar las esrablecimientos,medroso de que inrenraran arreglar mi modo de ser, .. De acepillarrne lasideas. de quirarme alga ... De ponerme alga . ..9 6

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    Sin embargo, cuando sali, yo sentia naufragar en el agua de los espejossindicalistas su s rniradas de "Un Jour Viendra". .V II

    Cada vez que su recuerdo desoviUaba rnis Ietargos, tenia que enganarmepara no buscar Ia claridad de su sornbra.Sus absurdidades, tan naturales, desmantelaron la rafaga de ilusion quenavegaba en sus pupilas.No podia desarraigsrme de su influencia. Sin embargo, de cuando encuando, lograha olvidarIa momentsneameore, mientras henan mis sauda-des la s voces de las demas mujeres.A pesar de que su transfiguracion habfa sido sistematica, yo esraba segu-ro de que, en el fonda, ella segufa pensando can los pensamientos mlos ...Inreriormenre, Ia Ilevaba iiurninada con el mismo fervor con que ella mehabta sacado de mi existencia obscura.Divagando por las calles destettidas de lluvia, con la tenacidad de eterni-zar su inenconrrable figura, me refugiaba, intermitenrernenre, bajo laspestafias de las marquesinas.Estaba agobiado de ml, de sensaciones senrimentales. Por m a s que in-tentaba pensar en la vida dinamica, una casa asrrosa, un faro! insornne, unpapelero bajo la Iluvia, un mendigo incrustado en un rincon, desalojabanremordimientos Incomprendidos, nostalgias compasivas que me dererio-raban ...En la puerta de un cine, el timbre saqueaba a lo s transeunres. Me deruveun instanre para explicarme su realidad.Sus paws apenas si rozaban el silencio aglomerado numericamente en lasbutacas.Su silueta se habfa desrefiido. E l arnbiente descolorido en que vivia ledaba ese aspecro.

    Toda ella se habra quedado en mi memoria, con una opalescence clari-dad de celuloide. , .Transitaba jardines agirados por un vienro de ventilador, con florescen-cias inanimadas humedecidas por una lluvia de surtidor. ..Sus rniradas estaban hechas de .. dissolvesouc", su voz tenfa siernpre elmismo tono rnodulado con ritmos de silencio articulado ...Todas las naches, como en un sueno,.yo desenrollaba rni iltisi6n cine-rnat ica . ..

    VIIIMis evocaciones estaban agujereadas de sus miradas de puntas suspen-sivos... Sentado al borde del crepiisculo, las repasaba sin pensar.

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    Habla peregrinado mucho para encontrar Iamujer que una tarde medesperro de un suefio. Y hasta ahora se me revelaba.Presentfa sus miradas etc. . . sus sonrisas etc. . . sus caricias etc. .Estaba formada de todas elias .. ,E ra la S eno rita E tc .Compleja de simplicidad, clara de imprecisa, inviolable de tantav io labilidad. . .

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    Las primeras irnpresiones deLa SeiJoriJa. Et& . f ue ron e sc ri ea sel 27 de abril de 1.922

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    A Carlos Noriega H opeLOS ESPE]OS DE LA V OZ

    Quisiera presentar a este personaje en otro arnbiente. En otro escenario. Pe-ro es imposible. Para presentarlo en orro ambienre, en otro esoenariotendria que inventarlos. Y entonces, esra historia no seria del todo real. ..Esa neche que 1 0 conoci, estaba como siempre, rodeado de sus pequenosfantoches. Fue en un entreacro . D espues de haber p re sen cia do su s mu ec asy su s voces ficticias. Era un hombre de aspecto insignificantc. Un pococruel, un poco repugnance, Tenia el color descarado que tienen todos losque se dedican a haeer relr 0 11hacer llorar a los ptiblicos ... Nervioso.Silencioso, Nunea hablaba sino para caHar a los demas ... Sus palabras es-raban hechas de rragedias gururales. Vesna una Ievita casi negra. Traje dega}:1njoven de teatro de barrio bajo, Traje de neche de derrota ...S in la sex ig en cia s d el p erio disrn o mode rn o, yo no 1 0 hubiera c ono cido , niauscultado.Una noche, Esa noche. El director de la revista, en donde ilustraba miocio consuerudinario, 005 dijo: -con la rudeza de una ingenua vozinfantil-HA Y QUE EN TREV ISTAR A l HOMBRE D E L OS FA NT OC HES ...

    Todos preguntamos al rnisrno tiempo:Qu'~ :)-I. len es....-,D6nde vive? ...:-Yo no s e . . . Pero hay que entrevistarlo ...Ninguoo quiso hacer la enrrevista. Yo, como era d m a s incapaz de ha-ceria, ins inue -(:00 una vaz parvul it a= - , yo . .. podr1a ... sin em bargo ...hacer. . . alga. . ..Al principia. a causa de mi tirnidez, me caralogaban como tonto. comoimbecil y muchas veces hasra como talenroso ...Yo no le daba irnportancia a esas apreciaciones, porque en m i interior,catalogaba de oua man era. . .

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    Casi todos somos talentosos e imbeciles ... S610 que hay varias clases deimbeciles y de talentosos. Hay imbeciles que tienen mucho taleato r hayralentosos demasiadcimbeciles ... Cuando se desbordan de imbecilidadBegan a genios. EI ventrllocuo que yo entrevistaba era un genie estulro.Se alejo de la m ediocridad en que v ivim os, porque no soponaba los ama-neram iento s, las to nterias, las so nrisas de sus sernejantes, No soportaba nisiquiera las lagrim as. . .S e emb ria gab a de u n o dio a nc estra l h aria Ill.h um a nid ad . La aborreda . Lapisoteaba ... Cuando aJguien tela, se enc ole riz ab a. Cuand o aiguien llora-ba, proferia los insulros m a s astrosos, m a s callejeros.A bu rrid o. H astia do de la tra gic a c om e die ra q ue e nsa yamo s pa sa je ram e n-te en esre a veces esnipido tablado, se encerro en sl m ism o, H izo su caos, . .Despues, su fuego, su agua, su luz ... Destruy6 todo 1 0 inudl qu e hayen la existencia, Torno un po co de su div inidad, un poco d e su e sc oria y for-m o su generacion.Fue una generad6n o rigina l. Atrevida. Prerneditada. Preparada para 50-portae el dla y Ia neche de Is vida ... Una generation sin nervios. lnsen-sible. Indifereme. No vivla m a s que de pensamientos de voces, de movi-mientos reflejados, .Sus fantoches discutfan, hablaban, refan, lIoraban com o tl. Aceptabasus absurdidades, sus locuras, sus c ord ura s, c on fa m ayor facilidad ... Erancasi humanos.En los escenarios, can sus fantoches, gritaba co mo debta ser d mundop .a ra n o sec tan id io ta , n i tan rrisre, ni tan alegre, ni tan hum ano , ni tan di-

    VInO Era cui un Dios. Del gran rode, habia inventado la nada.Era un treader de un m undo tan ilusorio, com o el nuestro. S e rniraba enei, como ante un espejo. . .

    Una neche, despues, de una representation. desencantado de que elpublico se enrusiasm ara de la realidad de los fanroches, de que creyera quee llo s v iv ia n, re ta n, pensaban ... quiso desrruirlo s. Q uiso ac abar co n su ge-neracion. C oo sus voces, sus movirnientos, Sus rragedias ficricias .Fue irnposible. E1 publico se opuso, los fantoches se opusieron .Y tuvo que ahogar su voz, que rasgar su sonrisa, que despegar sus lagrimas. Que desrruirse a s 1m ismo ...

    Y o querta deja! en unas cuantas cuarrillas coda una vida. : . Quise arran-car al silencio malo de mi enrrevistado, el secrete de su existencia ficticia,de su afin de a le ja rse d e la humanidad .. , Y vivi con tl una "rournee" desensaciones. 5 6 1 0 qu e cuando Ileve a la redaccion rni enrrevista, ya no era(ema de actualidad. . .Agosto. 1921

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    E L CAFE DE N A 0 IEARQUELES v ela Novdas

    Edicionesde H 0 R I Z 0 N T EJ alap a, V e r. R ep ub lic a M ex ic an a.

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    'I "

    DEDICATORIA

    a C O NC HIT A U RQ UIZ Aamiga in rra sfe rib le

    a M ANUEL M APLES ARCEcomplice en este We

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    I I I I T . . ' . ' 1' r .r_r r M 7 _ 1 i I . P 7 .' I I I ' . . : . _ . ' _ : _ _

    1LA puerta d el C afe se abre hacia Ill.avenida mas tumulcuosa de sol. Sin em-bargo, rrasponiendo sus umbrales que esran como en d Ultimo peidano dela realidad, parece que se enrra al "subway" de los ensuefios, de las idea-clones.Cualquier emotion, cualquier sentimiento, se estatiza y se parapets ensu ambienre de ciudad derru!da y abandonada, de ciudad asolada porprehistoricas catasrrofes de parroquianos incidentales y juerguistas.Todo se esconde y se patina, en su atmosfera alquimisra, de una irreali-dad rerro sp ec riv a, L as m e sas , las sillas, los clientes, estin como bajo Ill.nebliaa del tiempo, encaporados de silencio.

    La luz que dilucida la actitud y la indolencia de las cosas surge de los s6 tanos, del subsuelo de las oscuridades y va levantando las perspecrivas.Ien-tamenre, con una pesadez de pupilas a 1 amanecer.En sus gabineres hay un consuetudinario ruido de crepasculo 0 dealba. , ..Todo esta en un perezoso desperezamiento. Las sillas vuelven a su p'osi~ci6n ingenua, ta l si no hubiese pasado nada, reconsrruyendo su irnpasibili-dad y renovando su gran abrazo ernbaucador.Lo s visillos de las ventanas Sf: desprenden de las ensohaciones que les hahecho vim el hipnotismo de la noche, y los pensamientos que no se exre-riorizacin nunca, caen de los voltaicos.Sus dos parroquianos entran siernpre juntos. No se sabe qui&! entra pri-mero. Van vesridos igualmenre de diferente eleganci a, Csminan con ungesro de olvido, con 1a seguridad de que no saldran jarnas de esc Iaberinrode miradas femeninas, en las que se reflejan co mo en una galena de espejo s,,~ En 5 1 1 gabinere, se guarecen, el uno en el otro, de L a Iluvia de las re--rnem branzas. . ,Sin moverse de su rincon van recorriendo los diversos planes psicol6gicosdel Cafe, ascendidos por el vaho de los recuerdos, enervados de no habcrpodido fumarse antes su s ernociones.Han llamado, 5. 6, 7, 8 veces al rnesero. Un mesero hiporeriro, in -nombrable. que cads dla es m a s extrafio. Que cada dfa viene de m a s Iejos,disfrazado del verdadero mesero. poliglora, acaso, para no servir sino a es-

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    tos dos iinicos parroquianos que sostienen e1 establecirniento con no pedirnada, Los demas no se adapran a su arnbienre ererizado de sugerenciasaracnidas, desechadoras de cualquier frase importuna de los que franqueansu misterio, desconfiados y se alejan ternerosos de haber traspuesto Ia puer-ra secreta de Ia vida.En las encrucijadas cuelgan de las telarafias de silencio, palabras y risasque no ha sacudido todavia el plumero de las nuevas charlas,De cuando en cuando llega, desde el otro piso ideologico, una ahogadacarcajada femenina que, como el JAZZ-BAND, quiebra en los parro-quianos las copas y los vases de su restaurant sentimental.Las msinuaciones de los anuncios tapizan su ensimismamienro, in-rerrurnpiendo su conversacion a intervalos colgados, con esa irnpertinenciade las personas que inrervienen en las platicas de sobremesa, sin saber porque, impulsados por un insrinto de convivialidad que los haee desrnenu-zarlo todo, disparatarlo todo:Ellos sonrien. Saran de su bolsillo una tabaquera de ideas y encienden S I -mulraneamenre , sincronicamente , sus acostumbrados cigarrillos engargola-dos de sentimentalidad 0 rebeldia y se alerargan sabre la "chaise-longue"de sus remernbranzas.Los relojes estacionados cornenran las vidas del Cafe y de los parro-quianos enfermos, casi rnuertos de vivir esa hora inrnovil que retrasa todaslas emociones, La hora que despierta de ansiedad e : l espfriru y 1 0 va regula-rizando hasta insrantear la sensibilidad de las mujeres ...Los parroquianos, subrerfugiados de 5 1 misrnos, permanecen ocultos bajola media tinta de sus sensaciones, sospechando la voluptuosidad de la horaestancada, prolongadora de sus lasitudes,Los gabinetes sc abren intermirentemente , desalojando parejas envueltasen la ultima vaguedad del abrazo que las ha hecho irnprescindibles.Los meseros recogen, con los cepillos de mesa, las migas pulverizadas deimpaciencia, la s servilleras rnanchadas de flin y las frases incongruences, in-rerseccionadas de sonrisas.

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    CDANDO se acercan los dos parroquianos, la puerta se abre sigilosa-mente. como atendida por el rnejor de los carnareros. El carnarero invisible,silencioso, sin impertinencias, sin atenciones exageradas. Que no arguyeningiin argumento orillando a los clientes a ocupar un gabinete deterrnina-do 0a decidirse por cualquier Menu, precisarnenre par aquel que jarnas hu-bieran escogido.Al afrontar e1 postigo, uno de los parroquianos -no se sabe cu;.Hde losdos- adelanta el pie izquierdo , rerrocediendolo inrnediaramenre con e 1218

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    I t . r . . . . t ' I ' I I2 1 I ~ - i i i T i I ii i ;> ' l I I i I it : l i ii . > [ I I " & i i ' ' I I I I _III> W __ i'....I l i l l i l l l i l iIiI'5_ ; . ... -------.,-,. __ ,,_

    !Ii,senrido mecanico de una equivocacion subconsciente, cerciorandose de queno es con ese pie can el que debe entrar.S e le v e en sa yar 2 , 3 v ec es, Ia inten cio n de abordar fa puerta del Cafe, ta ls i s e a fe rra ra a la creencia de que se tropezara, se quedara prendido. atrapa-do de las argucias de esas porrezuelas de golpe, que son los peores cancer-beros.En rode e l hay dena iacongruencia de la locornocion, dena aberracionfisica a ejecurar dererminados movimientos que 10 en redan }' 10 amarran,secnesrrandolo de rodas las distancias.En la m a s insig nific an re d e su s ac titu de s se o bse rv a la m ism a re crific an tesirnultaneidad, Ia rnisma insistencia de combinar un movimiento con otro,como S 1 estuviesen Iigados entre 5 1 y no hallara la manera de discernirlos:Parece que siernpre esta resolviendo las daves de su mecanisme,Antes de instalarse en un angulo emotive, se tropieza consign mismo ycon la s rniradas de los circunstanres, como si todo contribuyera a desequil i-brarle, a im pedirle 1a desenvoltura de sus actitudes.Al hablar se acomoda en un sitio imaginal, estricto, imprescindible,srornillandose al momento expresivo, con la seguridad de que si se colocaraen un Iugar equivocado, no podrja articular una sola silaba. S e asegura enlas redecillas de la arenci6n que 1 0 circunscribe, previendo que alguna desus frases 1 0 hara ausentarse de 1acomprensividad, alejandolo, haciendoloinencontrable,Antes de pronunciar Ia primera palabra se ajusta el traje, se sujeta los bo-tones en lo s ojales, convencido de que sin esos requisitos se le evadiran lasideas, no podra encauzar sus pensamientos, ni controlar su dinamismo que1 0 mantiene propulsor, como si 1 0 estuviesen agitando continuamente.El otro parroquiano e5ta siempre como acabado de caer, con la vaguedadde la linea perpendicular que no ha podido todsvfa estabilizarse en el pun-to final de su trayecroria, ladeado sobre 5 1 rnismc, como si el destine no tohuh ie ra b ala nc ea do bien.

    T ien e d aspe cto del traje o Jv id ad o e n lo s p erc hero s. L a m ism a flacidez, lar nisma a rr ug ad a in do le nc ia , la s r nis rn as c ar ac te rls tic as d e lo s r ra je s c o lg ad o s,1 0 animan y 1 0 cuelgan en d perchero de la vida'.Carnina con un aire de no habet tocado nunca el suelo y con la ansiedad'ae querer tocarlo, sentirlo, palparlo y como si de tanto estar suspendido enlos tendederos sentimentales, se le hubiese encogido la indumenraria ideo-logica, 1 0 mismo que a esos trajes que se Ies deja secar sin colocarles unc onr ra pe so que los mantenga de tamafio natural.Se sienta en el rincon del Cafe como en la butaca de favor. La butaca quepuede ser reclarnada, despojada por cualquiera.Cuando entra un nuevo parroquiano reme que quiera ocupar, precisa-mente, ese rinc6n que le ha de pa rad o la v id a.219

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    Esta siempre irnpasible, inquiero , con Ill. preocupacion de no esperar anadie , con Ia despreocupacion de que de un momenta a orro, surja el es-pecrador rerrasado y reclame ese lugar anonimo, innumerable.

    EN el rinc6n de su gabinete, los dos parroquianos arrumbados sobre sfmismos, dejan pasar las horas.La puerta de golpe se abre de vez en cuando, ernpujada por la resaca detranseuntes.Es la primera vez que Mabelina entra a este Cafe.Sus vivaces, sus perversatiles ojos, llenos de los holgorios de las: rardes deverano. revolotean sabre los numeros de los gabineres, buscando la cifra

    exacra, valuadora de sus ecuaciones senrimenrales.17 25 9 6 10 7 13Ocuparemos aquel que debe set el m a s acogedor, el m a s Inrimo, el m a sIntimo, el mas escondido -dice el- sefralando el 18.-No. Es un ntimero insipido ese.=-Enrcnces el 15.=-Tampocc.-E l 13 que es el predi lecro de lo s s up ers ric io so s, , .?-Esta dernasiado escogido y, sobre todo, muy lleno de predicciones,Aqud que riene un poco borroso d numero. As! no 1 0 sabremos nunea ...-Aqutl -dice e11a- como queriendose refugiar anricipadamenre ensu confidencialidad.-Esta ocupado.-A esta hora? -preguma Mabelina, sorprendida de que alguien haya

    tenido el mismo capricho. .=-Precisamente, a esta bora en que no viene nada, es cuando 1 0 aparranesos dos parroquianos.= -E nro nc es v o lv ere rn os ma s tarde.-iPot que hemos de ocupar esc?Mabclina se queda un memento mirando bacia el gabinere, Despues,rorna del brazo a su acornpafiante.EI rnesero, a bs orto , d esc o nc erta do , lo s v e a le ja rs e.Al salir y rrasponer los urnbrales de 13.neche que va cayendo sobre la va-gabundez de los transeuntes, con esa lemitud de los globes desinflados, sevudven aver, huraftos, descompuesros, exrranados de caminar juntos, apo-yando la reciprocidad de sus emociones y sus deseos frusuados, a 1 0 largo de

    la avenida encrucijada de luces.2 20

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    Las palabras se les quedan en 105 Iabios, inhumadas, como si sus pensa-rnienros se hubiesen inrerceprado de guiones, haciendolos ininreligibtes.Ante su mirada entrecerrada. las calles se van exrendiendo indefinida-mente. como sj sus pensamienros las fueran alargando.Sus sombras coofundidas y enlazadas se enredan en los rarnajes de los ar -boles, esquemados sobre las aceras untadas de paisaje.Indiferentes, desconfiados, i nexpl ic ab le s, r ec o st ados sobr e la inrongruen-cia y absrraccion en que se han surnido, dejan caer en el agua de la fuenre ,su s palabras impronunciables que van dejando circulos de siiencio.Mabelina se yergue, stibiramente.Ella sigue incornprensible, como se sigue a todas Iasrnujeres ...Al entrar, Mabelina que ha franqueado prirnero los umbrales de su deci-sion, se adelanta pot entre los pasi llos intrincados que han dejado los tilti-mos parroquianos,Se queda un memento suspensa, contrariada, anhelante , equivoca, conlos ojos fijos en Ia difusidad del gabinere que hubiera querido ocupar, per~d id a e n 1a obs cu rid ad del CafE que ha doblado sus perspectivas sobre un re-

    - cogirniento incornprensible.Llama ~, 6, 7, 8 veces sin percibir t ni siquiera el ceo de su voz que se vaquedando en los resquicios de silencio en que se han ida escudando los ga-binetes, Ilenos de sospechas y retrecherisrnos, aparicos, indifercntes, ensi-rnismados, tal S 1 estuviesen rurniando las conversaciones de los dientes.Contempla el agua de los espejos, encharcadas de sombras, putrefactasde Iavar tantas veces la coqueter1a de las rnujeres qu(: se asoman a sus confi-dencias con acritudes desparpajantes,Sus rnejillas se ruborizan levemente, se encienden, avergonzadas de sen-(use reflejadas en aquel ambienre s6rdido de griros, de humaredas, de dis-cusiones, de flirteos que ella esperaba se acrecentaran con el desgarbo de Ianoche que iba adentrandose tumulruosamente en su espiritu.Asusrada de verse entre el desamparo de los gabineres desocupados, sola,desechada, enganada, levanta las pieles de su abrigo hasta confundirlas con

    sus cabellos, aprerandose, aiusrandose toda ella, cerciorandose de que, enrealidad se recupera, despues de haber disuelto sus pensamienros, sus mi-., radas, despues de habet anquilosado sus coquerertas en la frialdad de aqudCafe que [e descubr1a fa neche impenetrable, en la que se cuajaban rodaslas pesadumbres.Se siente separada de rodo, refundida entre esa incidencia, proxima a ex-ringuirse en el rescoldo de incendio apagado en que se queda eI Cafe. Pre-sinriendo que 1avida se habta acabado , que vivia el parentesis, el descansode Ia vida, salle apresuradamenre sin rropezarse can aquella mirada que lasegu1a a rraves de su incomprension.

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    f- .-L... 2 . 3

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    itfIii1!I'

    4A esa hera en que se encienden las luces de todos los gabineres, los dosparroquianos abandonan e 1 Cafe.La puerta se abre, irregularrnenre. Manos bruscas, desconocedoras de supenuria ruidosa, ernpujan, atropellan su inmovilidad.los rneseros, que de dla parecen como muerros, se electrizan de pronto,agitando sus sornnolencias.Mabe1ina entra en d gabinete mas cercano , mas Iejano a su vida.Como en ninguno puede ser la que es, se indiferentiza, instalandose en

    cualqniera: .Balbucea 10 que ella dijera aquella neche que se conocieron y sonde. parenrizando sus pensamienros con ese murmullo interior que se emulsion adespues de Ia risa, enurnerando los subrerfugios en que escudaba disimu-lando su tirnidcz, disfrazandola en una serie de frases y de siruaciones quecasi siernpre 10 hacian aparecer como un hombre despreocupado, insolence,inrrepido y hasta clnico.En realidad, 10 que a Mabdina Ie habfa interesado , era esa manera conque eI se exclula de 1a vida y se olvidaba de todos y de si rnismo, en lascaUes, en las conversaciones, en lo s baiIes y en las antesalas, con un gesro deno querer inrniscuirse en ningun incidence, en ninguna labor tan complies-da y ran molesta como Ia de hacer el arnot a una rnujer; en la que haysiempre una espectacion y una ansiedad de que se reaiicen por ella, todoslos heroismos y todas las inverosimilitudes,Mabclina, comprendiendo esa pereza de amar que se adverna en sus ac-tirades despecrivas: se habfa acercado a su timidez, despojada de rodos losobstaculos, desprendida de todas las vestiduras espirituales, como querien-do facilitar un pronto acercarniento , como queriendo ronificar esa especiede convalecencia en que vivla y de la que ninguna mujer Iograra exhu-mario.L a habra mirada con 1a ultima mirada, le sonreia con la ultima sonrisa, 1 0acariciaba can 1aultima caricia , Le daba en el iniciamiento del continuo tra-to que Ilevaban, todo eso que las rnujeres no dan, sino el final de una aven-.. tura, Sin embargo. el no desisrfa de su actirud arrinconada.-Yo quiero estar conrigo -1a deda- detras de los visillos de su senti-mentalism, como en los suerios.Mabelina 10 miraba sorprendida, incredula, a l principia. Despues, es-condiendoseen sus absrracciones; bajaba los ojos bajo el sopor del idealis-mo. entrecerrandolos, alejandolos de los pensarnienros inverses y contra-dictorios que le humedecian las pupilas.Te encuentro en rodas las encrucijadas senrirnemales. situadas m as alIade la irrealidad, rodav1a mas lejos.2 2 2

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    Ella sonrefa, ocultando s u s senos, amorrajandolos, haciendolos m a s pe-queries, insignificantes, queriendose adaptar al irrealisrno de la rnujer queevocaba.-Quiera amar en ri eso que no rienes, eso que te falta, eso que te sobra,

    1 0 superfluo, para estar enamorado siernpre.Mabelina rnienrras escuchaba su s frases, senria impulses freneticos debesarlo, de abrazarlo, de exaltarlo. Pero esa actirud indefensa en que l secolocaba en todos los instantes, la obligaba a.perrnanecer quieta. miedosa,como en I l l . sills electrica del amor, como en una clfnica en la que Ie es-tuviesen probando los efectos y las variariones de una especie de rayosultravioieta que iban descomponiendo su espfritu y sujerando Gil Cllerpo,rransm ig ran do lo a to das las sornbras , en las que se co nternplaba y seabs tr aia , r ec onoc ie nd o s us movimientos d esm esurad os qu e ib an rap izandoel gabinere con las decoraciones de los suefios,Se palpaba en los rnuros rransparentada, distendida, desrealizada por Iadaridad de sus cerebraciones que la desbarajustaban, la ahogaban de luz ,ta l si la rrasladaran inusiradamente a uno de esos aparadores de artefactos

    electricos en los que todas las cosas se hinchaban de Iurninosidad.Se alejaban y se encontraban mutuamente en todas las dimensiones,como si aesa Iuz que los rnantenia quietos Ia hubiese agitado , de pronto.a lg un v ie nto e x rr af io 0 la balanceara una idea Intermiiente. Se abrazabanc on eso s inc onm ensurables abraz os qu e ha ce la so rnb ra de lo s a brazo s pro -y ec ta do s, d e lo s abrazos qu e no se d an , q uebrado s en to das las esquinas de1 '1id ea lid ad , e le cr ro c uta do s p ar todo s los intersricios d el gabinere apaga doy encendido simultaneamente.

    5SALIENDO del baile, habfan tornado un coche. Como tl conservara suequilibrio, Mabelina procuraba, tambien, conservarlo. No sabia si era elvino 0 la s c ir cu nvala cione s d el v a ls , pero dios sentfan que las sinuosidadesde l camino se les iban enredando en lo s ojos, a medida que d auto acelera-

    ba su marcha ...No hablaban, sino con los residues de las charlas inrerferentes que setiene n en lo s bailes .. - ... como baila Ud. tan bien ...-No, Perc me guSt a mucho el baile. . ..- ... eran la mejor pareja, Vd. y aquel muchacho a quien se Ie quedabav ie nd o ta n o sre ns ib le rn en ce ...EU a sonrid, dudando y creyendo,-Es U d. la co m pafiera ideal en el baile. N o se deja llevar de su co rnpa-n ero , sino de lo s c ornp ases de l a r ru is ica .2 2 3

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    Volvi6 a sonrefr , confusa, satisfecha.-Se rnueve Ud. como S 1 cada cornpas fa asiera de un rirmo a orro, comoS1los hilos irnpercepribles de la rmisica distribuyeran sus rnovimientos y losmanejaran.-Bueno. Pero ya nos rratabarnos de tu ...-Eso es. Te mueves imanrada par la musica, atraida par la rm i si ca , P a-rece que presienres los huecos del vals, las evasivas del fox, las languides-cencias de los "blues". Te introduces por sus recodos y sales de ellos, alrnismo tiernpo que las notas, En el "charleston", juegas ala comba de Iarmisica.Cuando se baila contigo seriene h. sensacion de que se es eJ juguereautcmatico del trombon, del saxofon, del violin, etcetera. Los sonidos delv io ltn c e ade lgazan y re hacen flexible. los del s ax o fo n in su fl an y prolongantu cuerpo infinitesimal, lo s del tromben te alejan y te acercan, alternativa-mente, de los brazos de tu companero.Mabelina seguia sonriendo, sin saber que decir, confundida y absorta enlas apreciaciones, sin poderse adaprar a los modales del acompafiarue ines-perado que se enconrrara en el baile.-a esmuy tarde 0muy temprano?-Esmuy tarde 0muy temprano, segun ...-A donde vamos? Acuerdate que no puedo Ilegar tarde.-A un hotel, En los horeles siempre es temprano.-Entonces, mejor al Cafe de Nadie. (L a conoces?-No.-Es encantador. Nunca hay nadie, Nadie 1 0 espta a uno, ni 1 0 molesta.-AI Cafede Nadie, eh?-A donde?-Ah! Es verdad ... Yo le digo. A la derecha.El coche cambi6 de direccion. Los arboles, despertados violentameme

    par la carrera del auto, se iban tropezando a 1 0 largo de la rapida perspectiva.Cornprendiendo que el no se arrev ia a iniciar la conversaci6n, Mabelinaacercandose, Ie dijo , casi en la boca:-Seremos dos buenos arnigos.-A la jzquierda. luego a Ia derecha.-Verdad?-Indudablememe. No sf a qu e v ie ne e sa aclaraci6n.-Por esa manera con que me miras ...-A la derecha, Iuego a Ia derecha, Se para frenre a esa puerta del brewluminoso.A esas horas, el Cafe como que se escondia. como que se hacia mas inen-conrrable, m a s c on fu se , p erd ie nd ose e n L ain so nd ab le A v en id a d es orb ira dade incandescencia.

    tIJ224

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    . .-1 que Ud. quieta, -dljo ei al camarero- siendo confortable.-Un reservado para los dos?P , . ~- or que no .. "-No. Imposible.-Somos dos buenos arnigos.-Sin embargo, tomaremos uno para cada uno. E s 1 0 correcro.-E12S.=-Bueno. Uno para los dos. Pero acuerdate que soy una senorita.

    6OLGA -dice a1rnesero, el hombre que acompafia esta vez aMabdina-haga desalojar a todos del CafE. Aqui no hay m as parroquiano que yo.=-Sefior, c6mo quiere Ud. que ...-No me irnporta. jElduefio! - J E I duefio!-E1 duefio... El dueno. .-He dicha: je 1 duefio!EI me se ro s e re tira medroso y presuroso, en busca de alguien que Ie in -forme quien es el duefio de este dia del Cafe.A l regresar al g ab in ete se a so rn a p or entre las cortinas, tirnidamente, bal-buceando una lista de excuses.-En este memento no esta.=-Ha salido.=-Cuando regrese.-Es imposible ...-No esta ocupado mas que el gabinete del fondo. Pero escomo si no 1 0estuviera, E50S dos parroquianos no hablan, no discuren, no se mueven.Son inservibies. No piden nada. No conocen a nadie. Nadie los conoce.E 1h omb re irrup to v uelv e lo s o jo s h ac ia el g abine te . N o disringu e sino las

    siluetas de dos parroquianos, inmobles, impasibles, pirografiados sobre lamedia luz que los circunda y lo s dereriora.Se queda rnirandolos como si no los viera. como si no lograra delirnitar,?u s ac ti tudes i nconcl us as , como las de lo s frisos, pro xim os a abandonar , ae nrra r a l Cafe, a pe na s a gita do s p or lo s rn ovim i en to s in us ita do s d e la s coni-.n as q ue a la rg an 0 encogen su s sombras.Mabelin a se freta lo s ojos suavernente, c om o para disolver sus rni radasque se han quedado fijas tarnbien, fascinadaspor la inrnovilidad en quepermanecen los dos parroquianos, cobijados de mutisrno.D espo jando sus ojo s de esa ceniza que le dejara el insom nia en los olvi-dos sentirnenrales, desconrando sus rniradas, sus pensamientos, sus sensa-clones entornadas por la ultima mana que la acariciara con una displicenre

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    inrencion de dejarla hermetizada, clausurada, se va desprendiendo del ern-bozo que cubre sus encanros.-Mira mis piernas para que no te dejes enganar por las de las arras mu-jeres, pruebalas.Elias besa. Las va palpando, apretando ...=-Esttipido.-Pero si eres una puta.La s palabras se les quedan, las unas en las OWlS, rrenzadas, confusas.

    7ERES til. .. ?=-Casi.-COmo cast?-En este memento estoy escribiendo un articulo en el que no hay sino

    una tercera pane de mis conceptos, de mis ideas. Un articulo que desvia esatrayectoria reincidenre de mi manera de ser. Despues de escribirlo no s e si,eo realidad, sea el rnismo de ayer. So y un individuo que se escl. renovandosiempre. Un individuo al que no podras estabilizar nunca. Un individuo alque engafiarns diariarnente conmigo misrno por esa mutabilidad en quevrvo,Cada dfa besas en ro t a un hombre diferenre. Un hombre que es uno parIa neche y orro con ,,1alba. Csnjeas hoy, como eanjeasre ayer, como csnjea-ras manana, a esre hombre diverse que parezco hoy, por aquel Cinieo quesere despues yas!, simultaneamente.En cada noche hay en mi un hombre desrruido, un hombre arruinado ,un hombre desfalcado, despilfarrado por la cotidianidad. Un hombrenuevo. Por eso, a pesar de tus promesas, nome seras fid jamas.-Til siempre con tus cosas.-No son cosas. Es Ill.verdad.-No hagas frases.

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    se te dice y se te consulta, procuras aligerarlo todo, despistarlo rode, .corn-ponerlo rodo, aunqne despues 10 embrolles y 10 descornpongas.-Ya no eres amiga de Androsjo?-Me aIeje de su amistad par incomprensivo, por equivocado. Unaneche fuimos a cenar juntos, luego al tearro, al cabaret. Durante ese tiern-po fu preparando sus confidencias, su s deseos y, cuando yo ya me 1 0 espe-raba, comeoz6 a elogiar mi manera de vestir. Can una actirud de modiste 0de aparadorisra que ha confeccionado la mejor pose de 1amoda, desaro yate de nuevo el Iiston que sujetara mis zapat il las , exaltando sucesivamenreel color de m is medias, c erc io rando se de su c aU dad. A caric iando mis pier-nas, me pregunt6 si usaba las ligas de ultim a rno da, can esruche de radio 0con retrato de alguien.Fu e subiendo y aventurando sus caricias subrepticiamenre, esrremecien-dome. asfixiandome, como si de pronto me hu biesen soltado el duchazo dela voluptuosidad,Sus caricias eran, en realidad, aqueUas que he preferido siernpre. Las quemas emociones y sensaciones causan, Las que la hacen a una tenderse, arre-bujarse, estrujarse toda, exhausra. Perc al final. querla que fueramos esospasajeros hipoteticos de los hoteles que regresan de cualquier ciudad, en untren que no llega nunca, esos pasajeros .que no son, sino los turisras delamor ,T6 siempre te quedas en las iniciadones, en el pr6logo, en 1 0 que pre-fiero. Par esc me tendran y te tendre en la perennidad de 1 0 improbable.

    8MABEUNA senna en lo s Iabios el escozor de sus besos. Seguramenre tl

    L a habra vista entrar a este C af: y pot eso 1ainvitaba.Apenas 5 1 1 0 conociera. Sin embargo, se acercaba a sus presentimientos,arrinc on ando se en ese huec o Intim o qu e Ie d eparaba su jo vialidad y s us r na -neras desenvueltas de hombre acosturnbrado a enredarse y desenredarse enl as rn iradas femeninas.Adivinando una insistencia de entreverla, de descubrirla, de desvestirla .levantaba los brazos con languidez., dejando que sus ojos se aventuraran

    pO I lo s resquicios de su rraje. .Presencia sus caricias, las senria, como una enredadera, ramificindosepor rodo su cuerpo.=-Nunca (rei que re fijaras en m1.-Yo me fijo en todas las rnujeres.-Como yo , en todos los hombres ...-Pero en rodas las rnujeres como ttl. .

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    Se habian ido acereando, poco a poco, encerrandose en el biombo de sussonrisas, de sus miradas, hundiendose en la baraunda de sus ernociones.Mabelina entrecerraba los ojos como para iaiciar esa oscuridad que nece-sitaban, doblegandose sobre la sorpresa de sus brazos.Ya en el divan. se fu ero n llen an do de confidencias.-Te vera m ucho , pero tu j ama s e sc uc ha st e m i s d ef er en ci as .-Es que siempre ibas del braze de cualquiera, al margen de todos.=-P srecl as Jmpasible .-POt mi sensualismo que es puramente inrelectual. Las rnujeres no mein teresan , sin o a traves de las que hojeo en los magazines. La ropa interiorrneinquieta mas en un rnagazln que en una mujer.-Entonces yo. . .?M e so rpren de, m e entu siasrnas, m e interesas po rque tus piernas son co-mo tomadas de las de esas rnujeres que anuncian la s medias HOLEPROOFy tus senos tienen la misrna luminosidad, la rnisma incandescencia de laslamparas que adornan la s gran des salas y parecen hechos del "ice-cream"

    de la volaptuosidad. Y porque ...-Porque tienes en todos los instantes de tuvida -interrumpi6 Mabeli-na- un movimienro retard ado para vim las emociones. ..Sus ojos iban apagando las ultim2S luces del gabinete. De ruanda encuando, se entreabrfan pesadamente, despegandose del "Kohol" de susmiradas que l a h ab ia n easombrecido, renegrido.De tarde en tarde, su cuerpo se vivificaba, recordandolo, sintiendolo yseguta desperezandose con el eco de su s caricias.

    9Ai entrar los dos parroquianos, latiltima frase idiora que se ha quedado

    flotando en la atmosfera enrarecida de l Cafe, safe despavorida, cohibida,p ers eg uid a p ar lo s v en tila do re s intelecruales que 1 0 van H mpiando de lo sr es ab io s de conver saci ones .los rneseros se dan cuenca de que en ese memento surge el alba del Cafe-. y empiezan a deshacer, a ordenar la catastrofe de Ia neche anterior.Las sillas son desprendidas de sus actinides pornograficas en que las hand ejad olo s b arren dero s, p rec io sam en re, d esp ues d e h ab erle p uesto el g ab in

    al m a s arraigado cliente, acaso para no dejar que se vaya acumulando en losgabineres, el lastre inevitable can que anclan los visitantes esporadicos,Entre todas las sillas hay siempre unas que no quieten desprenderse fauna de Ia otra, que no quieten desistir de su posesion descarada, que seabrazan fuerternente, impidiendo que se les coloque en el Iugar estricto,aquel que ocupani el parroquiano consuetudinario.228

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    los me sero s luc ha n c on e lias, c om o la s ma dro ta s c an las p up ilas q ue se re -sisten a abaadonar los brazos de ese hom bre que no tom a nada, que no m iraa ninguna de. l as o tras m ujeres, que no com pra, en esa casa, ni siquiera lo scigarrillos y que sin embargo, se le ve todas las naches, como un misionero.L os m e se ro s h uy en de aqueUas s il la s y s e d ic en r ec ip ro c amen re .-Desaom6daIas ro.-Desacom6dalas tu.-Desacom6dalas tti.Hasta que el m a s reciente, e l m a s encogido -elrnesero de los meseros-se ac erca buscando el m om ento estrategic o en que esten desprev enidas, pa-ra se pa ra rla s d e Ia in so le nc ia con que se aferran a su actitud de mujeres vi-c io sa s, h ip ere sre sic as, h iste tic as , a ta ca da s d e lo s p eo re s ma le s.las m esas se despistan can nuev os m anteles.las venranas se escudan de las curiosidades callejeras r o n la rigidez deu no s v isillo s limpios.A todas las cosas Sf! les sacude t se les despoja de los residues de las nachespasadas para que los p arro quia no s n ov eles se sien tan satisfe ch os de h ab er

    inaugurado el Cafe.En el menu de ayer se escribe:MENDde ho yS op a de O stio nesHuevos al GustoA sado de T erneraChila ca yo tiro s e n P ip ia nEnsaladaF rijo le s a l Gu stoDulceTe 0 Cafe

    Despues de despabilar el ambience de todos lo s gabinetes, menos el deaq uel qu e o cup an sistem a ric am e nte lo s do s p arro quia no s, lo s rn ese ro s se re-, . titan a lo s angulo s de la espera, reso lv iendo lo s pro blem as de las pro pinas.=-Somos los unicos habitantes del mundo. Todo desaparece, todo se. rnuere en este rinco n. S om o s lo s superv iv ientes de la c arasrro fe diaria.-Nuestro Cafe s er ia id ea l si p ud iesem os rraslad ar a c sta pe rsp ec riv a laP la za A ju sc o, en la q ue L ap rirna ve ra esra .siern prc am arrad a a su s pa stes te-legraficos.-En aquella rnujer que se nos queda mirando he encontrado un 50%de Ia verdadera rnujer que buscam os, que estarno s haciendo en nucstrascontinuas charlas. Tan como ninguna.229

    .&-.,_ ..

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    -Un dia, el dia del aiio bisiesto del calendario sentimental nos sorpren-deremos de verla, de oirla, transitando por los pasillos de la inrrospeccion,hablando con las palabras que desperdiciamos, que se nos caw, disrraida-mente, que se nos escabullen.-En una esta una parte de esa mujer yen orra la otra, Tenernos que pre-sentarlas, ensamblarlas, aunarlas , confundirlas, acosrumbrarlas a que vivanuna sola vida, con las mismas emociones, con los mismos gustos. Despuesde 1a amisrad prelirninar se iran hacienda una, poco a poco. Esa que s era lanuestra.-H em os inaugurado , hemos puesto de rnoda a todas las mujeres ...-Las mujeres n o s o n m : a s q u e u no s a pa ra ro s se ns ua le s, id eo lo gic os , es pi-rituales, sentimentales. Se les puede llenar como a 105 acumuladores, decualquier fuerza, de cualqu ie r t ension .-Todindoles esa especie de timbres que son sus senos, se despierran enellas una serie de personalidades que acuden con el desconcierto de los sir-vienres de los hoteles, sin saber si el ruirnero encendido en el cuadro de lla-madas es el suyo.-En las mujeres que frecuentan esre Cafe es irnposible hallarla, Sus se-nos suenan como los timbres de los reiojes despertadores, irnpertinenre-mente.-Somas ya , casi los duefios del Cafe. De un memento a otto nos diran:Bueno. les parece que cerremos. Esran de acuerdo en que se pinrerr 'f se de-coren de nuevo los gabinetes. Este mes nos han recargado dernasiado lasconrribuciones, etc.. erc., etc.Es que somes los iinicos que cornprendcmos, que apreciarnos su inrnovi-lidad y su alejamiento.

    10GERMAN List Arzub ide, Marco -Aurel io Galindo, Carlos Noriega Hope,Fernando Bolanos Cacho, Oscar Leblanc, Ortega, Fernando Sosa, OrilioGutierrez Munoz, Ernesto Garda Cabral. Jubilo. Jose Moreno Ruffo,Hurnberro Ruiz Sandoval. Manuel Horta, Andres Audiffred, Jorge S.-_ Duart, Francisco Zamora, F igaro, S alvado r Gallardo. German List Arzubi-

    de, Rafael Lopez , Jesus M. Gonzalez, Santiago R . de la Vega,jose Palacios.Sam uel R uiz Cabanas, ]ose D , F rias. Gregorio LOpez r Fuentes ,Xavier So-rondo, Jose Corral Rigan, Franc is co Davalos . Silvestre Paradox. Carlos Sa-maroa Agu ilar, M igu el Angel A sturias, D av id V e la . F ra nc isc o GonzalezGuerrero, Luis Tome! Olvera ,juan de Dies Bojorquez. Francisco MonrercieGarcla Icazbalcera, Lazaro r Carlos Lozano Garda, Rafael Munoz, RamonG om ez de la Serna, L uis Am endo Ua, Francisco B orja B olado , K yn-T aniya ,joaquin Carranza. Rafael V era de Cordova, Luis Marlo L oya, M igu el230

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    AguiH6n Guzman. Ramon Alba de la Canal, Leopolda Mendez, GermanList Arzubide, etcetera, etcetera, etcetera.,Mabdina lela y releia esa gran lisra y hasta hizo esa salvedad de los cro-nisras sociales: Y otros que no me fu posible anotarlos, por como se ibanfugando de la suntuosa neche de fiesta que ha sido mi vida.Recordando unos, olvidando otros, Sf: esfurnaban unos sobre otros, yux-taponiendose, formando un nombre irnpronunciable , indescifrable. E!nornbre de ese hombre que Ilegara a set nadie, de tan eclectico. EI nombreruso 0aleman que fu e prolongando el suyo basta converrirlo en una cadenaecuatorial.Delerreando las ernociones que se quedaran enesa larga fisi:ade cornen-sates que habian asistido a la convivialidad de illvida, iba perdiendo la no-cion de ella misma.Se rniraba en el espejo, queriendo encontrar en el szogue .de los recuer-dos, los rasgos que perdiera asornandose a la galena de espejos de la vida.En rodos aquelios instantes dejaba algo de ella. Su sonrisa se habta idoennegreciendo, sus miradas perdidas en las dernas miradas ya no eran las

    rnismas que se colgaran de los flirteos, de un extrema a otto de las mesas delo s c af es que frecuenrara.Con cada uno de e ll os sc habia sentido una rnujer diferenre, segun supsicologia, sus maneras, sus gUStDS, su s pasiones y ahara apenas S I era un"sketch" de sf rnisma. L e parecla que la hablan falsificado, que la habianrnoldeado, simulraneamenre. los brazos de sus avenruras.L a . habian ido arrancando una mirada, un beso, una sonrisa, una cariciahasta dejarla exhausts. extinguida. Ianguida, den-orada t destartalada,msornne.De ramo sentir se encontraba insensible. Las voces se le coafundian, Desufrir ranros senrimienros vulgares se voivfa extrafia, adusta.Despues de ser codas las mujeres y a no era nadie. Acaso por esa inconsis-tencia se encontraba agradablernenre en el rincon de este Cafe, sin nadie ,con nadie, com o nadie, expuesra a que la tornaran , Ill.canjearsn po r cual-

    quiera de las mujeres que nadie torna.Se quedaba, como al principia de su vida, analfabcta de ernociones ysensaciones.Tada eHa se habia quedado colgads en los guardarropas de los cabarets,hasra con Ia acrirud que Iedejaran lo s "grooms" al colocarla eo los inter-medios de Ia neche.Le era irnposible recuperar esa serie de personalidades que hicieron supersonalidad.L os ho mbres la ro maban equiv oc adarnenre, como sc raffia un abrigo en

    la incongruencia de una neche de fiesta. .

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    Querfa rec on stru irse .c on esas rn ilesim as p artes d e m u jer q ue d ejara en to -dos los hombres, sin que ellos las canjearan por esa milesima parte dehombre que buscaba.Se senna la mujer vaciada, bebida a pequeiios sorbos sentirnentales.Habfa mementos en que se trasplantaba a todos los gabinetes, enraizadaen las conversaciones, riendo la s frases de lo s parroquianos, pensando consus pensam iento s.Se ponia "rouge" para revivir en sus labios el matiz de Ias caricias prodi-gadas y "rim m el" en las p estafias para co bijarse en la s som bras de sus en-suefios.S e maqu il labacon el re cu erd o d e L as ca ric ia s como para rec ob rar su s c a-r ac te re s f ison6micos ,Apagaba y en cen dla su s p en sam ien to s c on la in ten cio n de sorprender enella. ese memento de Iucidez y de convalecencia del alba. en el que sep ueden reco nstruir to das las co sas, P erc no percibta n in gu na tran sfu si6 n Iu -minosa. '

    Se iba apagando , perd iendo , env olv iendo en Is d ifu sid ad d e u na esp ec ied e in somn io en que vivfa.MABELINA M abe 1 ina M abe lin aMabelina MabelinaE lla s eg uf a e sc rib ie nd o su nombre sabre Ia mesa del g ab in ere , a la rg ando,a rra stra nd o, in co ns cie nte rn en te lo s c ara cte re s, b as ta h ac erlo s ile gib le s.Las letras se iban extendiendo, horizonralizando, estiradas por el esti-16grafo desu pensamienco.De otrlo tantas veces, de repetirlo, le sonaba a otto nombre. Perdta elsentido de 1 0 que podrI a s ign if ic a r y t er giver saba su p ronunc ia c ion .Lo escribla con la rnism a vaguedad con que se escribe el nornbre de unapersona ausente.Los c a ra c re re s I apretados, lig ad os, se iban tendiendo m a s y m a s haseaconfundirse con esc horizonte en que SI! rendian sus rernernoraciones.Relujando sus miradas, se asornaba a cada memento por e ntre la s c orti-nas del gabinete en espera de su ulrima aventura. L a que iba a rehacer 0adestrulr su vida.Hay que gastar, que despilfarrar la vida -se dec1a- para defrauder a la

    rnuerte. Para rnalversarle sus proposiros. Que nos encuentre exhaustos,muertos, intiriles, inservibles. Que no se lleve de nosotros, sino los resi-duos, 1 0 que no pudirnos utilizar, pot inutilizable, por desechable.Sin embargo. pensando esas co sas, sus o jo s ensayaban sus m ejo res m ira-das, queriendo iluminar los instantes que le quedaran, queriendo cornpro-bar la s perspect ivas inalcanzables .232

    ~----------. ~"~,

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    .. rINo se podia convencer de que sus m iradas y a no eran las m ism as de en-tonces, de que habfan perdidosu acaosidad, de que estaban como desmer-c uri al iz ad as , d is ec ad as , f ila re li za da s, d e t20W r ef le ja r l os pron6sticos de sussentimientos,Reta , s on re ia y Sll risa Ie sonaba a ro das la s risas. A 1 esc uc har la alegrfaque se desbordara en los dernas gabineres, iba experimentando una seriede m utabilidades, se iba sintiendo un pro longam ienro de cada una de eliasy reia can sus mas, irnitando e 1 tone y el efectism o de sus risas,Recorriendo el gabinere de un extreme 11 otto de sus recuerdos, se des-concertaba de su rnanera de andar. Aqudla cadencia que estatizara elasombro colas canes y en-los bailes, no teniael movirniento oscilanre de losco rtinajes agitado s, substraldam ente, po r los co mpsses de la rntisica,S1. B sra era su voz , pero parecia interceptada por la estztica de todasla s v oc es .E n su im aginacio n guardaba sus actitudes coleccionadas como los trajesde lo s museos, distinguiendolos can la etiqueta correspondiente que lefueran colocando lo s ujiers espiriruales de su "boudoir. t.Apoy6 5, 6 t 7 t 8 veces su ansiedad en e l boron electrico, queriendo lla-mar a f a realidad.Bl timbre sonaba, cada vez m a s Iejano, tal si la s disrancias huyeran y seintrincaran en los cuatro puntas cardinales de 1 0 inalcanzable.C errando cuidado sam ente su bo lsa de mano, c om o si q uisiera o lv idar en

    ella sus pensamientos, abandon6 el gabinere.A l a trav esa r lo s p as illo s d el C afe la be rin te ad os d e s ilen cio , v olv i6 su s ojosbacia todas las remernbranzas can un g es to d e h ab er d ejad o a rrin co na do alg ade 51 misma en los rincones ensornbrecidos, murienres y de it a recuperarlo.La unica luz que seguia sosreniendo la v ida del Cafe e ra 111.e l r eser vadoq ue o cu paran sistem aticam enre lo s do s parro qu ian os. A l d iv isarla, M ab eli-011. se queda un momento indecisa, Despues , r ec ti fi candose , empuja lapuerta de l Cafe hacia eI alba que va Ievantando el pano ram a de la ciudad.

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    UN CRIMEN PROVISIONAL

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    a germin list ARZUBID

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    1-~EN que po sicio n esraba e l c ad av er c uand o usted pen erre eo el apo sento ?-No. senor, yo soy inoeente...

    n Ii ........ .J" ". -trot quenoate usteoaviso inmecnato ae! crimea?-E l senor me ciijo que no estaba para nadie ...-(Desde cuando conoceusred a t interfecto?-Ayer mismo entre a presrar mis servic ios . .E I D etec tiv e ha cia esta s inv estig ac io nes arq uean do la c eja d erec ha comoun anzue lo p sic o lo gi co , y 1 0 hun dla en la m irada sum isa de su in terlo cuto r,queriendo desmantelar Ia sombra de! cr imen.lCuantos a fi os ll eva usted de serviren esra casar -pregunt6 de nuevo e1Detective al s irv ie nte p ro ximo.Un s ilenc io p tolongado y sospecho so em bruj6 el am bienre iafestado depregun ra s s uspic ac es y de ev asiv as co rnpromeredo ras, env olv iendo a los cir-cunstanres en un capuch6n iapenetrable de elucubraciones ...-iCuwtos aiio s llev a usted de serv ir en esta c asa? -interrogo con masentereza el Detective.E I sirv ienre, com o 51le hubiesen pinch ado el tim bre de alarm a 0e l b ot6 nde su mecanisme, entfego, sin pronundar una so la p ala bra , e sra ra rje ta :

    DR. FRANC;O IS BUCHONde la F ac ultad d e P arts,- , E s t a qu e signifies y qu e aclara? -inquiri6 v io le nro e l D ete ctiv e.El sirvienee persisna eo su actitud idenrica, coneemplandolo con una mi-rada ausenn: ..-Contene usted, expllquese...El .ujier interrogadocon anre rio ri dad b al bu ceo unas mantas sflabas,jn in td ig ib le s p or la b rn sc a ia re rru pc io n de l Derectiveque, Ilevandose a lo sIabios el basron com plicado co mo una varira magica, le im po nfa c alla r.-jConteste usted. Expliquese.0 sele considerara culpable! -insisti6 elDetective, queriendo remover con el rernolino de sus inrerrcgariones, lospensamiemos de aquel hombre perrlficado de ignorancia, sostenido, uni

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    camenre por Ia ,.plomada' J de la estupefaccicn, que 1 0 hacia conservar unequilibrio infinite ...-EI ujier es... -observ6 de nuevo el otro sirviente,-jailese! lPor que no habI6 cuando fut Inrerrogado? -volvi6 a obje-tar el Detective.e- En estos mornentos no se Ie pregunta oada.Y dirigiendose al sirviente que permanecia irnpasible:-Su rnanera de proceder 1 0 perjudica. [Hable!E1ujier, con una solemnidad de las neches de reception, enrrego una se-gunda tarjera:

    FERDIN1J '" ID ROSSt. rnRBACHIngeniero de MinasLa simacien se iba haciendo insoportable. Frenetico el Detective, casiahogandose y tam bale an do se d es ia ra zo n, s alv 61 a d is ta nc ia h as ta en ca ra rs econ 50 interlocutor y, con un adernan decidido, desde la encrucijada de lassospechas, (010(:6 el rev61ver e n l a sien de l ujier a rnenazandole esteororeasnente.

    -iDeciarc usred... 0 disparol...E1sirviente, untado del "make-up" de la sorpresa y del miedo, en esosinstanres Ilenos de inco ngruencia, de lo s que no v ela la rnanera de salir, conuna temblorosa dec is io n, e nrr ego la rercera rarjeta:ARCADY KOPElKEV ITCH KALKACHOVEmbajador

    Y rectificando la fisonornfa del Detective, temiendo haberse equivocadode tarjeta, examine detenidamente la mirada eclatante de su arnenazador,10 compare con la forograffa mental que le hab'ian grabado la s instruccionesde su amo y, con un gesto adivinarorio, decidi6 canjearla por esra orra:R lCH AR D B AX TERAbogado y Notario

    Con se rv an do la im p re si6 n d e h ab er e nc on rrad o f a 1 fin , d esp ue s d e ta nto sensayos, al verdadero Individuo que esperaba,-jP rendedlo ! -o rden6 eI Detectiv e, gu ardand ose el rev olv er. Y disp o-niendose a practicer un reconocimienco minucioso, abri6 lo s cajones dele sc ri ro rio ameri ca no , lo gra ndo des cnbrir JDS ICSOr tt :5 seactos que 1 0 ercud~"ban de la curiosidad domestica. Cartas en ingles, en frances, en italiano,en aleman, en checceslovaco, en ruso, en persa, etc. Retraros de artistasdedicados confidencialrnente .., Claves telegraficas, gum de ferrocarrilesrrasconrinenrales, papd timbrado can in ic ia le s d ife rerx es.v . P ero n ad a q ueorientara las investigaciones par un camino segurc,II .240

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    SOBRE el divM, la rnuerte tenia el aspecto y las caracreristicas de los ac-cidentes provocados por fa subconstancia ...Nwguoa violencia, ninguna presion Ia habis heche recliaarse al bordede la s vidsitudes. En los pliegues de su traje, se rraasparenraba una acritudconforme y hasta cierto coincidence desparpajo, tal si se hubiese puesro deacuerdo para finalizat el crimen.Parecia que la muerta habla sido afocada en una pose escogida pOI ellam isrna. ..Todas las apariencias de un crimen se perdfan ante la posicion en quequedara el cadaver despues de la presunta tragedia que reconstrufa su in-movilidad.Los labios, con el ultimo "rouge" de fa coqueterfa, se entreabnan,subrayando las frases que, indudablememe, obligaron al criminal a tamaruna determinacion radical y despistadora.E1 crimen se cometi6 sin premeditacion sin alevosia Y S I D . ventaja ... Eraun crimen bipotetico ...

    Las manos sequedaron orientadas bacia los puntas cardinales de losacontecirnienres, como las aspas de un molino, marcando la d.irecci6n de lvienro Infausro que las desgonzsra ...El cadaver esmalrado de una vividez epidermica, tal s i hubiese sufridoso larn en te un c am b io atm o sferico , reten ia y s e a fe rr ab a a I a tr anqu ilid ad enque la sorprendi6 el criminal. L a s facciones se esfurnarou un poco y, sinembargo, persisda una belleza iaconsnril e incomparable. Su sernblanredaba 111.ensacioa de que, en el memento iastantaaeo de la muerte, se in-sufl6 de los atractivos que la hicieron encanradora.Se qued6 olvidada en aquella actitud con la que conquistara m a s mira-das ... En una pose de la muerte .. , Por esa irrealidad, lo s medicos legis-r as que p ra cr ic ar on el rec on ocim ien to , se co nsid eraro n inc ornp eren tes pam .rendir un informe satisfactorio y dilucidante , Habfan fracasado en su s ob-servac iones c ientf f icas y co nfesaban su inc orn peten cia, an alizan do las cau sasque produjcron una rnuerte sernejanre, tan Ilena de las clarividsdes de lavida. Sin duda, era una muerte de salon ...

    > La frialdad y Ia rigidez de la suave languidescencia con que se recost6sobre su desgracia premedizada, eran las Gorcas pruebas del crimen.A l principio, l os med ic o s creyeron en un inroxicamienro involuntario, deesos que se registran frecuenternenre en las reuniones elegantes, en las cirasfurtivas 0en las expansiones de los senridos .. ,La compHcidad de esta mujer en el asesinato era innegable, par la apa-riencia que tenia de haber rnuerto en un flirt del suicidio ...241

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    Presenraba rnarices de una muerte de ensueno. de una envenenada deernociones ... Su Ierargo er a el rnismo de las mujeres que se desrnayan en105 recodos de las pesadillas. . .U na m uerte ererea, provocada por un descuido agradable e incemprensi-ble.Ia c ubna, tal si hubiesen rendid o sabre ella un v elo de c ondesc endenc ia.T o do se embro lla ba y rode se iba haciendo inexplicable. Los m edicos noenconrraron y no reconocierou sino la hueUa de una caricia sutil que habiac on ru cc io na do la g ra cia de s u c ue rp o y sac udido Ia alegr1a de su so nrisa ...

    3ESTE crimen -dijo el Detective.c- no esta en el catalcgo de m is obser-v a cio n es . P a re ce que fue cometido por un hipnotista 0por un prestidigira-dor.Acaso este sea el rnismo de las tarjetas ...E l re volv er indudablernenre 10 disparo un a m ana espiritualista. L a ac -

    titud de la asesinada es identica a Is de esas mujeres que duermen en losesceaarios en un acto de ilusionismo, . .E t anna que le quit6 fa vida no es un arm a cualquiera, . . Parece que unaco rriente electrica la hubiese desencajado . , ,U n revolver electrico de esos de ultim a invencion ..El asesino 0seguram ente, un invento r. "La tragedia ocurrio en un salon que no es este. . .La vktiml fu e trasladada al divan. despues de haberse cometido el cri-m en, de otra m anera no se explica que haya quedado recostada tan delica-d arn en te ...E l c adav er da la sensacion de que ha sido co locado por una m ane cuida-doss y amiga, una mano perspicaz y conocedora de los encanros femeni-nos ... Entonces el asesino no es el de las tarjetas ...L a tinica violencia observable es Ia de sus piemas que tienen un a actirudmecanica, com o si las hubieran cruzado despues de l a refr igerac ion de Iamuerte .. ,T ra s e sa s reflexiones, el D etec tiv e se quedo un memento pensarivo, con-ternplando sagazm ente el deco rado o riental de la alfo mbra, la pesadum bredel m o biliario , lo s c ortinajes su ntuo so s de la habic ac io n, queriendo perc ibir

    d rumor de los pasos d el c rim in al y buscando e 1 bot6n de l chaque qu esiem pre se queda sobre d edredon, como un pumo muerro de las pes-quisas . ..Ninguna rnancha de sangre. Ningiin indicio de Iuchas. Ninguna puerraforzada. Los picsportes funcionaban estrictamente. aceirados por la pro-bable pasiv idad que habla reinado siem pre en esa casa, tal vez hasta en losmementos precisos de l crimen.242

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    T odo pareda incre1b1e en m e asesinato Ilene de erratas que desco ncena-ban las meditaciones del Detective.Em pez6 a rec orrer Ien ram enre las habitac io nes, d eteniend ose, d e c uand oen ruando, en los angulos que ibm hacienda sus pensamientos en d con-v erg en tismo de la s in ve sti ga cio ne s.Desco rr i6 la s per si anas y lo s v isillo s de lo s v eotanales. U na daridad exa-c er ba nte t ap iz 6 la s pare de s d el s alOn c ir cunspe cro .Apag6 sus pensam iento s aguzando los ofdos, cerraado los 0;05 c om o p arareco nstruir m ejo r las esc en as qu e se su cedieran teas las barnb alinas im pro vi-sadas d e lo s co rtin ajes, qu erien do escu ch ar el eco d e las: f rases compromete-doras que, a veces, Sf quedan enredadasen Ias resonanc!as de las habita-ciones asfix iantes de soledad. . .E nc en di6 su lintern a so rda para seg uir, en tre tanra desp istado ra claridad,paso a paso . lo s movimleotos del a sesino , esram pados en la alfom bra y fuem arcando , perso nalm ente, la trayecto ria de las pisadas c rim inales . ..

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    1.

    EL g esro h osco d el D etec tiv e. cam bi6 insrantaneamentc. Se ac la ra ron suspensamienros y se entreabrio una rnaliciosa sonrisa en sus labios exhausrosde ptegunw . . .La esealinara rechin6 bajo la cadencia de unas pisadas fem eninas acorn-pasadas y punruales, En el reloj sonaron, altemativamentc, con l os paso sarm6nicos y alegres, 106 12 cam panadas .. ,El ruido de unas puertas que. se d esp erezaban c om o un os brazo s d espu esde grandes neches alerargadas, estatiz6 su m irada buceanre.EI pestaneo del Detective coincidio hacia un m ism o punro y pare cta queuna idea persistente horadaba sus preocupaciones.Manos acosturnbradas a este ajetreo, trasegaban papeles. El plumerosacudfa la pereza de las cosas. . .El Detective sigui6 can la imaginacion los ruidos que se sucedieron si-mulraneam en re, esp eran do escu ch ar u n ruid o false, denunciador. Un in di-

    cio. Una revelacion. Perc todo era matematico y natural. Tod o in dic ab aque esos ruidos eran los ruidos de siernpre, los m idas que hacian la rm isicadiaria en aquella habitacion .. Las pisadas cadenciosas vo lv ieron a interrurnpir la quietud m olesta que

    1 0 aprisionaba, Iba y venfa de un rincon a otro del silencio en que estabansum idos todos. .Los pasos se fueron oyendo, cada vez mas cercanos.De euando en cuando, llegaban basta el umbra! de la puerta, esa que es-peraba se abriera bajo el im pulse de unas m anes com prornecidas. A caso c s -

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    tas que alborotaron los papeles buscando la cana denunciadora, tal vez yaquemada en estos instances. . .L o s pasos se acercahan y se pres entia que, de un momence a otro,so nanan en media de Ia espectacio n. P ero se alejaro n terniendo pisar el iu-gar del crimen, despavoridos de encontrarse con alga inusitado.Las miradas y los pensamientos del Detective cambiaron de ruta, Se Ie-vant6 del silkin en que rneditaba y fut caminandc. poco a poco, hacia lapuerta en que se estacicnaron los pasos ...La abri6 de un golpe y su mirada acechadora desconcerto la de una mujeralta, morena, de grandes ojos selvaticos, vestida de elegancia, con actitudesde habet vivido una tercera parte de su vida. 'Se quedaron estaticos, contemplandose largos instances, queriendosed esc ub rir ei u no al otto, queriendose e xp li ca r e l repentino encueatro ...Ella sonrio Iigera y facil, co n esa sonrisa que tienen las mujeres para cual-quiet aventura, para cualquier sorpresa ...EI Detective continuo diseccionandola, ausculcindola y con una grancortesia le tendio Ia mano ...Caminaron MOS c uan to s p as os y vo lv ie ro n a v er se c as i c arn ar ad ilmen re .-~Que hacia usted? ~Quebuscaba usred, con tanta acrividad? -pre-gunt6 el Detective, sonriendo con suspicacia.

    -Querfa cerciorarme de la habiracion preferida por el, este ala.-lQuien es e l ?=-Precisamente hoy, no se com o se Ilarne, Ayer se present6 como Fran-s:oisBuchan, Medico de l a Facu lt ad de Pans. , . Orras veces se hace pasarp or F erd in an d R ossn erb ac h, In gen iero tie M in as, y o tra s, p or R ic ha rd Bax-ter. Abogado y Notario ... (E s usted el negociante que tenia que verlo? ..-lNegociante? .. lNegociante? .. iNo!. ..-(Entences, por que me tom6 usted del braze como si ya estuviesernospresenrados? .-Por intuition y porque es usted Ia mujer que esperaba,Ella sonrio. Sus cabellos sedosos de caricias, se albororaron c on lo s m o vi-mientos de su cabeza ladeada hacia el almohaden de la coquereria ... Ycon un gesto insinuanre, pregunto:-Yo la rnujer ... que usted ... +-Y, sin poderse contener desgajo unacarcajada afirmativa y dudosa,-51] usted es Ill.rnujer que esperaba. No se asombre. Confiese us red 1 0q ue sab e,~Es un hombre muy raro ... Me paga un sueldo inmerecido, iinica~

    mente porque atienda con gracia a los que 1 0 visiran ... Y por copiar en va-rios idiomas, canas que no s e a donde van. . .Unas veces es un hombre disringuido, elegante, guapo, que mira a travesde su rnonoculo con una mirada insostenible y conquistadors ... Orras, es

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    un individuo cualquiera, despreocupado, con lenres gruesos como de sa-bio ... con barba descuidada y cabellera cano sa ... O tras, un hom bre desalon, mvoIo y atracr ivo, rasurado compleramenee y peinado a 's ta comb J ' " .Hay sernanas que no sale de su recibiclor particular y otras que no se le ve illun momenta. Llega siempre en un coche de marca diferente .. E n el sa16n o bscure recibe a una darna languida y en el salon que nuncahe pcdido ver, a una de ojeras violaceas, 1.0 busea m ucha genre. So bre to domnjeres. Su vida es un misrerio. Yo no se , hasta ahora, por que entran y sa-len tantas personas de esta casa. Unas vuelven. A otras ni siquiera se les re-cuerda . ..-lComo entto usred a esra casa? ..-Leyenclo un AVISO OPORTIJNQ, . Ese qne dice:"Muchacha bonita, discreta, se necesita.c-- Despacho particular.- Buensueldo.- Tel. 12312."Nos presentaraos toda una coleccion y, entre las mas prometedoras, yofuf la elegida. , .

    -[Coooce usted s u s gustos femenioos? . .-Son muchos y desiguales En su recibidor secrete, guarda una pa-noplia de miradas y de sonrisas .Tiene predilecci6n por las muertas. , . 0 por las que se mueren y le de-jan una sensacion, una emoci6n ultima. inconrinuable, "irreprisable",que no podci obrener nadie I que 00 podra saborear nadie, . . 0 porla s que hacen como que se mueren y no vuelven a verlo nuoca .. , Poraquellas que destruyen en fl roda reminiscencia, 10 vacian, 10 renovan y lere se rv an s u m ira da mu rien re y lao gu id a. s u s on ris a q ueb ra diz a y su ac ri rudpostrera y congelada.-lConfiese usted q uie n c orn etio e l a se sin ato ! = -in re rrumpid e J Derecti-ve, tomando violentamente los horn bros de la rnuchacha y agitandola conbrusquedad.-jAb! ... Entonces a 1 fin se llevo a cabo el crimen.

    5-EL es incapaz de asesinar. Estey segura que no es culpable ... Sin em -bargo ...S b ~i. - m em argo ... {que ....-:- Y o p re se nc ie lo s e ns ay os .-lLos ensayos? -pregunt6 desconcerrado el Detective.~H asta esta ofic ina en que nos encontramos H e g o u n ru id o cxrrafio, co-mo de querer abrir una cerradura sigilosamente.V o ces c on trad ic ro rias d isc urian alg o q ue n o p ud e p erc ib ir pot el reno tan

    en sordina con que se pronunciaban las palabras.245

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    H ablaro n en secrete, co nfideacialm eate, casi co n caridas ...La d am a c on qu ien adaraba cierras cosasintimas. tenia uo a ir e in dif ere n-

    te. Se notaba en el matiz de la s frases un afio de convencerla, de reani-marla .. ,A l principio las palabras que articulaban, apenas Sf alan, pero ya des-pues se om n m enos, Tuve la sensacion de que se iban alejando por lapers-pecriva intrincada de las d iscusiones ... Las hacla imperceptibles y las apa-gaba su ca ra ,c te r se reno y sistematico, que pone en ro do s lo smementos un adisc rec ion abso luta .-lC6mo er a I a darna con quien l discutfa?-N o m e fuE posible verla, sino a t r a v e s del vela espeso que cubrla suro stro . E lla , se gu ramen te , d esd e a nte s, ya 1 0 esperaba en la habitation ...E l l Ueg6 solo, asom brado de Ia visita. N o supe quien recibid a 1a dama y nole dt lm po rtancia a este incidente. E n esta casa llena de irregularidades yam ueblada de truces, to do es po sible ...- ,Que perso naje interpret6 el durante esa esc ena?-E I m a s a tra ctiv o . E l p erso na je c on qu ista do r e irre sistib le . E le ga nre , g al ame . d ispli cent e y distraldo. Usa ba a ctitu de s d e a ve nru re ro romsntico. Unrraje daro a grandes cuad ros amaril lo s ,E l hum o de su cigarrillo ruso pro lo ngaba el v aho cllido de sus frases.-lN o observ6 ningtin detalle de Ia dama?- :-No , n in guno . 3 6 1 0 una palabra que balbuceo ton una voz descolorida,-(C on una vo z desco lorida?-Sf. C on esa v oz descolo rida de las m ujeres que han.ido destifiendo susc onc epto s eo las discusiones aburridas. Tengo la seguridad que esa dam a se .tei'iia la voz. . . N o era sincera al discutir. N o se exaltaba, N o cam biaba detono. Siem pre el m ism o tim bre ficticio ...-lQu~pal ab ra p ronunc i6?-No recuerdo. Mas bien. no la puedo reconstrufr. Me parecio de un

    i di om a exr ra i'i o y extravaganre.-lPor el acento no puede precisarla?-N o. Porque tenia el acento de varies idiom as, U n poco de aleman, unpoco de ladn, de griego, d e f ra nc es. de mg le s, e tc .-lEsperanto? ..Q ~;-l ue, ...-Prosiga usted."':"_Pasaron breves instantes, tan inconm ensurables com o esos de los sue-nos. Escuch~ d hilo de una discusio n que parecla dirigida a otra persona

    POt la v io le nc ia c on que se su ce dta n la s a