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Arquitectura y Urbanismo Prehispanicos

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HISTORIA DEL ARTE EN IBEROAMÉRICA Y FILIPINAS

MATERIALES DIDÁCTICOS I:CULTURAS PREHISPÁNICAS

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CARLOS DOMÍNGUEZRAFAEL BRIONES

(Eds.)

GRANADA2004

HISTORIA DEL ARTE EN IBEROAMÉRICAY FILIPINAS

MATERIALES DIDÁCTICOS I:CULTURAS PREHISPÁNICAS

Director de la serie:RAFAEL LÓPEZ GUZMÁN

AutoresMIGUEL ÁNGEL SORROCHE CUERVA

ALEJANDRO VILLALOBOS PÉREZ

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Reservados todos los derechos. Está prohibido reproducir o transmitir esta publicación, totalo parcialmente, por cualquier medio, sin la autorización expresa de Editorial Universidad deGranada, bajo las sanciones establecidas en las leyes.

© LOS AUTORES (Grupo de Investigación del PAI, HUM 002).COORDINACIÓN TÉCNICA: GUADALUPE ROMERO SÁNCHEZ.

© UNIVERSIDAD DE GRANADA.HISTORIA DEL ARTE EN IBEROAMÉRICA Y FILIPINAS. MATERIALESDIDÁCTICOS I: CULTURAS PREHIPÁNICAS.

© DIRECCIÓN DE LA SERIE: RAFAEL LÓPEZ GUZMÁN.© ISBN: 84-338-3044-9. Depósito legal: GR-1.582-2003.© Edita: Editorial Universidad de Granada, Campus Universitario© de Cartuja. Granada.© Fotocomposición: Taller de Diseño Gráfico y Publicaciones, S.L. Granada© Imprime: Imprenta Comercial. Motril. Granada.© Printed in Spain Impreso en España

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INTRODUCCIÓN

Llevar a cabo un estudio sobre la producción de las manifestaciones culturales,con anterioridad a la llegada española a América y las Islas Filipinas, es sin dudauna labor apasionante que pretende ser un trabajo de síntesis, en el que se expon-gan las pautas necesarias para la comprensión de ambos procesos culturales. Losacontecimientos que se sucederán desde finales del siglo XV en territorio america-no y hasta la conquista de Filipinas por Legazpi en 1565, supondrán el contacto dela cultura occidental con dos ámbitos sociales en los que se constatarán unos nive-les de desarrollo desiguales y hasta ese momento desconocidos.

No se puede olvidar que la máxima extensión a la que llegó el Imperio españolen el siglo XVI, se logró gracias a la incorporación a su dominio de las tierras queconforman el continente Americano y aquellas posesiones del Océano Pacífico quefueron redescubiertas, tras la primera vuelta al mundo ejecutada por Fernando deMagallanes y Juan Sebastián Elcano entre 1519 y 1522.

En ese sentido, la llegada del hombre occidental a América puso de manifiesto,por un lado que el objetivo inicial de alcanzar las islas de las Especias, por otraruta que no fuera la portuguesa del cabo de Buena Esperanza, no se había cumpli-do y sobre todo evidenció la existencia de una vasta extensión de tierra habitada,desconocida hasta ese momento y sobre la que se había desarrollado un conjuntode culturas, con un diferente grado de evolución y entre las que existían algunasque alcanzaron cotas de verdaderas civilizaciones.

El estudio de la historia del arte americano, obliga a iniciar la andadura desdelas primeras etapas en las que se tiene registrada la presencia de una produccióncultural y artística, de la suficiente entidad como para considerarla una cualidadinherente de las sociedades que la generan, siendo indispensable analizar aquellosperíodos más destacados, fundamentalmente por el peso que tendrán en etapasposteriores modernas e incluso contemporáneas.

El material es ingente, algo que no es nuevo, lo que nos ha obligado a llevar acabo una serie de selecciones que han procurado mantener la idea de una visiónglobal de lo existente. A la etapa anterior a la llegada del hombre europeo a Amé-

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INTRODUCCIÓN8

rica, se la conoce como prehispánica, haciendo con ello alusión al período detiempo en el que se desarrollaron las culturas americanas más importantes. Aunqueno vamos a entrar a calibrar lo acertado o no de términos como prehispánico,precolombino, precolonial, precortesiano, etc., es evidente, que dicha discusiónconceptual, pone de manifiesto la necesidad de definir un período que destaca porla importancia en la ejecución y solidez de las manifestaciones artísticas y cultura-les desarrolladas a lo largo de su duración.

Lo imposible de poder abarcar todo el territorio americano, desde Alaska hastaTierra de Fuego, ha hecho centrarnos en las dos áreas más importantes de la deno-minada como América Nuclear, la mesoamericana y la región andina, en las que sepuede hablar ciertamente de la existencia de civilizaciones urbanas estables. Estosdos focos que no anulan a los restantes territorios, se caracterizarán por ser los másconflictivos en sus relaciones con la maquinaria político —militar-religiosa-admi-nistrativa—, que a partir del siglo XVI entra en contacto con ellas. La consolida-ción de las sociedades que las formaban, les convierte en ámbitos imprescindiblesa partir de los cuales poder entender e interpretar aspectos y elementos de lasmanifestaciones culturales no sólo producidas en ellas, sino de aquellas otras ante-riores de las que provenían y que funcionaron como germen a partir del cual inclu-so llegaron a proyectarse en períodos futuros.

La elección no es ni arbitraria ni original. Lo ideal hubiese sido analizar todas ycada una de las áreas culturales en las que se suele dividir América, pero los obje-tivos del proyecto al que pertenece este texto han obligado a esta reducción, to-mándonos la salvedad de incluir las producciones prehispánicas en el archipiélagofilipino, una de las grandes olvidadas en los trabajos sobre aquellos territorios queestuvieron bajo la dominación española, básicamente desde inicios del siglo XVIhasta finales del siglo XIX, y que son un exponente claro y antesala para la com-prensión de la importante producción cultural que se generará en el archipiélagoasiático.

El contenido de este libro se organiza en 14 capítulos y cuatro apéndices, con losque se quiere abordar y proporcionar al alumno de la disciplina de Historia del ArtePrehispánico, toda la información necesaria para una aproximación e interpretaciónglobales, de la producción cultural y artística generadas en América y Filipinas conanterioridad a la presencia del hombre occidental en ambos territorios. Se ha queridoevitar una exposición diacrónica en el análisis de la producción cultural de los diversospueblos que han ido aparecido en cada uno de ellos, justificando dicha decisión la claraintención de no querer recurrir a planteamientos excesivamente lineales que llevaran auna equivocada y rígida visión del tema. Por ello se eligió la posibilidad de afrontar eldiscurso desde una aproximación temática, que permitiera no perder de vista, no solo laevolución interna de cada uno de los capítulos sino sus consecuencias derivadas de lasrelaciones entre grupos contemporáneos.

De ahí que los campos que se abordan pretendan ser los esenciales para elconocimiento de esta materia, procurando incorporar algunos genéricos que ayuda-rán a crear una base adecuada para la asimilación de ideas posteriores. Urbanismo,arquitectura, pintura, escultura, cerámica, orfebrería, y artes decorativas, han sidoentre otras, las materias elegidas.

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INTRODUCCIÓN 9

CAPÍTULO PRIMERO

EL ESPACIO GEOGRÁFICO, POBLAMIENTO Y ÁREASCULTURALES

La estrecha vinculación que guardan las culturas prehispánicas en América conel medio en el que se desarrollan, obliga a una aproximación a las característicasgeográficas del mismo. Se trata sin duda de uno de los aspectos que más sobresalenal estudiar el arte prehispánico, no solamente por su grandiosidad, que desde losprimeros momentos se inserta en los esquemas mentales y religiosos de sus habi-tantes, sino sobre todo en función de su capacidad para modificar las característi-cas propias de los grupos que sobre él se asientan, llegando a ser un determinantede sus características culturales. Se trata de un elemento, cuya consideración den-tro de las disciplinas que estudian al hombre y su cultura no es nueva, y aunque sepueda caer en una posición determinista a la hora de valorar su influencia sobreaspectos concretos, sobre todo en niveles de estudio muy especializados, se hacenecesaria su presencia ya que son cada día más evidentes las constataciones quemuestran como en determinadas fases de desarrollo cultural, las relaciones entredeterminadas sociedades y el ambiente en el que se desenvuelven son tremenda-mente estrechas.

Una dependencia del medio que es mayor en aquellas etapas evolutivas que nohan logrado alcanzar un grado de desarrollo técnico suficiente como para desligar-se de la naturaleza que las ve surgir, generando unas relaciones que llegan a ser taníntimas, que la vinculación entre cultura y medio no se entiende sin que la modi-ficación de cualquiera de los dos afecte de una manera muy estrecha a la otra. Portanto, podemos hablar de una relación con una clara doble dirección, donde elambiente llega a determinar a la cultura que sobre él se desarrolla y a su vez, éstadetermina y modifica a ese espacio natural.

El continente americano está formado por dos enormes extensiones de tierra queconstituyen la superficie más amplia del planeta dispuesta en el sentido de losmeridianos, situación que condiciona que se den en él todos los climas del planeta,

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fundamentalmente por las diferencias de latitud que se pueden encontrar en toda suextensión. A ello se suma la existencia de una cadena montañosa, cuyos relievesmás importantes están en las Montañas Rocosas en Norteamérica, y los Andes enSuramérica, que recorre como un todo unitario el continente de norte a sur a lolargo de su costa occidental, funcionando como una columna vertebral que propor-ciona una amplia variación altitudinal, en algunas ocasiones en muy poco espaciode territorio, convirtiendo también a la altitud y a la longitud, en claros factoresque influirán en el desarrollo de los grupos humanos.

La presencia de esta cadena montañosa genera una asimetría por la clara dis-posición de los accidentes orográficos más importantes en el vertiente occiden-tal, a lo largo de toda la costa del Pacífico, dando lugar al desarrollo de grandesllanuras en el este que son recorridas por algunos de los ríos más caudalosos de laTierra, como el Mississipi-San Lorenzo en América del Norte y el Orinoco, Ama-zonas y Paraná-Río de la Plata en América del Sur. Por lo tanto, longitud, latitudy altitud, son a priori, tres factores muy a tener en cuenta al estudiar la geografíaamericana.

MAPA DEL CONTINENTE AMERICANO.

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Dentro del área mesoamericana, los ambientes geográficos que podemos encon-trar son diversos destacando la costa del Golfo, el Valle de México, los Valles deOaxaca y la Península del Yucatán, sin olvidar el occidente mexicano y la costadel Pacífico, todos ellos espacios en los que se desarrollaron por ejemplo culturascomo la olmeca, zapoteca, tolteca, azteca o maya.

El Golfo de México va a ser el escenario en el que aparezca la primera de lasgrandes culturas mesoamericanas, la olmeca. Con un clima tremendamente oxidan-te, este sector de la costa oriental mexicana que comprende los actuales estados deVeracruz y Tabasco, está surcado por una serie de ríos caudalosos como el Coatza-coalcos, Pánuco, Papaloapán y Tonalá, que estructuran y definen una región panta-nosa en la que llegaron a funcionar como importantes vías de comunicación, dadaslas dificultades para transitar por un interior terrestre tremendamente frondoso ymontañoso. En este sentido, la vegetación selvática, favorecida por las altas tempe-raturas de la zona y una media pluviométrica en torno a los 1500 mm anuales, seconvirtió en un inconveniente para el desarrollo de una agricultura que constante-mente tenía que ganarle terreno para generar campos de cultivo.

Junto a la anterior, el Valle de México es otra de las regiones en la que nosvamos a detener y a la que se le dedicará una especial atención. Se conforma comouna depresión rodeada por elevaciones de variable altitud que se alza a más de dosmil metros sobre el nivel del mar y que con sus aproximadamente ocho mil kilóme-tros cuadrados de superficie y sus cien kilómetros de longitud de norte a sur, estálimitada por valles tan importantes como los de Puebla y Toluca. Todo su centro loocupaba el Lago de Texcoco, en cuyas orillas surgieron importantes aglomeracio-nes humanas, desde el período Arcaico hasta la caída de Tenochtitlán.

VISTA DE LA CORDILLERA ANDINA EN LAS PROXIMIDADES DE MACHU PICCHU.(PERÚ).

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El régimen hidrológico que condiciona el nivel del lago, el carácter lacustre delmismo, junto a otros determinantes climáticos, han influido tanto en la distribu-ción y características de los asentamientos en la zona, como en la misma naturalezaque se disponía en él, afectando a la vegetación de su interior, a las abundantesáreas boscosas que se distribuyen en sus alrededores, etc., dos testimonios clarosdel largo proceso antrópico del espacio, que ha llevado a las actuales característi-cas geográficas del lugar en el que se asienta la ciudad de México.

Los numerosos volcanes que salpican la región, son testimonio de la juventuddel relieve americano, y en el que éstos no solamente se han convertido en refe-rentes ordenadores del lo que podríamos denominar como espacio mágico – reli-gioso, para las gentes que han habitado en estos lugares, sino que en parte son laexplicación de empleo de un tipo de piedra muy característico y que predominaen muchas de las construcciones y obras de infraestructura de la región, el tezon-tle.

Los Valles de Oaxaca, son el tercer ámbito geográfico destacado en Mesoaméri-ca. Se trata de un nudo geográfico de comunicaciones en el que confluyen, en unterritorio situado al sureste del Valle de México, tres valles que desde etapas ini-ciales se convirtieron en vías de comunicación y de asentamiento gracias a sustierras fértiles. Etla, Zaachila y Tlacolula, conforman una red de tránsito fundamen-tal en cuyo centro surgió, aproximadamente hacia el siglo VIII a.C. el importanteenclave de Monte Albán, capital zapoteca y uno de los núcleos más prolíficos deMesoamérica. Sería también con el tiempo, el lugar en el que se desarrollaría elpueblo mixteca.

PANORÁMICA DE LA COSTA DEL GOLFO DE MÉXICO EN EL ESTADO DEVERACRUZ. (MÉXICO).

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VALLE DE MÉXICO.

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Por último la península del Yucatán, territorio en el que se desarrollará la cultu-ra Maya, está formado por distintos paisajes que contrastan entre sí como el altipla-no de Chiapas y las tierras altas de Guatemala, la Costa del Pacífico, el bosquetropical de las cuencas de los ríos Usumacinta y Motagua o la zona del Petén, y lastierras bajas de Chenes y Puuc. En esta amplia y variada geografía destacaránciudades como Kaminaljuyú, Abaj Takalik, Palenque, Piedras Negras, Caracol,Chichén-Itzá, Tulum, Tikal, Mayapán, Coba, Yaxchilán, etc.

Se conforma en sí, en su sector centro- septentrional, como una plataforma geológicaque se genera en el Terciario, estando básicamente compuesta por margas arenosas,calizas y conglomerados marinos que articulan una extensa planicie kárstica. Solamen-te hacia el oeste se transforma en una llanura aluvial en las actuales costas de Campechey Tabasco, como prolongación del Golfo de México, un aspecto éste básico para enten-der el predominio de la piedra caliza como material en las construcciones de la zona. Lacarencia de corrientes fluviales superficiales ha originado una circulación subterráneadel agua que en determinados puntos ha provocado el hundimiento de esa capa caliza,abriendo al exterior grandes pozos o cenotes que no sólo acabarán siendo una de lasfuentes principales de abastecimiento de agua para los pueblos asentados en este terri-torio, sino que adquirirán un sentido religioso que los convertirá en referentes y puntosde peregrinación y sacrificio destacados.

La otra gran área cultural que va a centrar nuestra atención es la región andina. Secaracterizará por su extensión y por el enorme contraste que presenta internamenteentre la costa y el interior. Mientras que el litoral fue lugar de asentamiento de lasprimeras culturas de las que se tienen noticia en Suramérica, en la actualidad se articula

VALLE DE ZAACHILA DESDE MONTE ALBÁN. OAXACA (MÉXICO).

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PANORÁMICA DE LA PLANICIE DEL YUCATÁN EN EL PUUC.CHICHÉN ITZÁ (MÉXICO).

VISTA AÉREA DE LOS ANDES.

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como una estrecha banda que recorre los países de Colombia, Ecuador, Perú y norte deChile y Argentina, en la que el desierto ha dominado todo el espacio geográfico. Suextensión se ve salpicada solamente por ríos de corto recorrido que descienden desdelos Andes, y que generaron unos focos de poblamiento que, a manera de pequeñosoasis, permitieron el desarrollo de centros culturales gracias a la estabilidad de gruposhumanos que aprovecharon los escasos recursos hídricos de los que disponían. Será enellos en los que aparezca una incipiente agricultura que combinada con los aportesalimenticios del mar, conformaría la base de la dieta de estos grupos.

En este sentido, muy relacionada con ella está la corriente marina de Humboldtque desde el sur aporta agua fría a la costa peruana, enriqueciendo las posibilida-des de pesca de todo el litoral, pero impidiendo que lleguen los vientos cálidoscargados de lluvia desde el norte. Esta situación, que es la causante de la sequíaendémica de esta zona del planeta, provoca en no pocas ocasiones, que la corrientefría se vea contrarrestada por otra cálida conocida como El Niño, que provenientede las zonas tropicales, calienta rápidamente el aire húmedo de la superficie delagua, provocando lluvias torrenciales. La posibilidad de que se produzcan estosdesastres naturales se ha llegado a poner en relación con el auge o decadencia dealgunas de las culturas que se desarrollaron en la costa.

El interior, por el contrario se articula tremendamente condicionado por la pre-sencia de los Andes que alcanzan alturas cercanas a los siete mil metros. Organiza-

VISTA DEL DESIERTO COSTERO DE PARACAS. (PERÚ)

dos en varias cadenas paralelas a la línea de costa, con confluencias nodales, dejanentre ellas valles que dieron lugar a zonas de microclimas que fueron ocupados porculturas como la chavín, wari o la inca, aprovechando todos sus recursos naturales,y protagonizando algunos de los capítulos más impresionantes de adaptación delmedio a las necesidades humanas.

En esta región destaca el lago Titicaca, verdadero foco de civilización, que apesar del inconveniente de contar con un 2% de sal en su agua, limitó mucho laexplotación agrícola de su orilla, pero no evitó el que se desarrollará como áreahabitada, generando toda una serie de mitos religiosos en torno a él, que le convir-tieron en el lugar originario de diversos pueblos y punto de peregrinación a centros

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como Tiahuanaco. Junto a él, las corrientes fluviales que recorren estos vallesinteriores, generan algunas de los ríos más caudalosos del mundo, como el Mara-ñón o el Vilcanota-Urubamba afluentes del propio río Amazonas que tiene en estasestribaciones su nacimiento.

VISTA DE URUBAMBA EN UNO DE LOS VALES INTERIORES ANDINOS. (PERÚ).

A diferencia de la región mesoamericana donde no llega a ser un elementodeterminante, un factor importante a tener en cuenta en ésta, es el de la variabili-dad de sus temperaturas, sobre todo en función de la altitud, un aspecto que afec-tará tanto a la agricultura como a la propia distribución del hombre por los Andes.En efecto, a los cuatro mil metros de altitud, las heladas son frecuentes, limitandola práctica de la agricultura en alturas que llegan hasta los cuatro mil doscientosmetros. Por encima de ellas, el pastoreo se desarrolla hasta los cinco mil metros,siendo este el límite de la presencia humana. En cambio, en cotas inferiores a loscuatro mil metros, se comienzan a suceder los cultivos, que a lo largo del tiempo sehan visto muy modificados por el hombre.

Por último, todo este territorio limita al oriente con la selva amazónica, que seextiende como verdadera frontera natural. Las culturas andinas vieron en ella un espa-cio inescrutable e inhóspito, en el que tuvieron cabida multitud de relatos y mitosfantásticos que alimentaron la imaginación de estos pueblos. No obstante, su historiaestá por analizar, al constatarse a lo largo de su extensión, focos de hábitat en los que elhombre logró imponerse al medio, una circunstancia que obligaría a replantearse histo-riográficamente el estudio de esta zona americana siempre considerada como un lugarapenas habitado por el hombre, prácticamente un desierto humano.

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LA DESEMBOCADURA DEL AMAZONAS. (BRASIL).

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Por tanto el determinismo geográfico se refleja en la propia forma del continen-te, con dos grandes masas de tierra unidas por el istmo de Panamá, condicionandoel tránsito y movimiento de animales y grupos humanos, y la propia comunicaciónentre ambos territorios en una y otra dirección. A ello tenemos que sumar el carac-terístico aislamiento de esta enorme masa terrestre, causado por la presencia de lasdos grandes extensiones de agua del Pacífico y el Atlántico, lo que sin duda con-dicionó que los desarrollos de los pueblos prehispánicos estuvieran apartados deciertas influencias exteriores, fundamentalmente hasta el siglo XVI. Esta últimacuestión siempre ha estado en el centro de las teorías que sobre el poblamiento deAmérica se han propuesto.

LAGO TITICACA. (PERÚ-BOLIVIA).

LAS TEORÍAS DEL POBLAMIENTO DE AMÉRICA

Tras los primeros contactos con los habitantes de América, los europeos comen-zaron a preguntarse cuál pudo haber sido el origen de la llegada de éstos a unterritorio tan extenso y alejado de Europa. En este sentido, ya en el siglo XX, sedefinieron dos corrientes de pensamiento que buscaron dar respuesta a este proble-ma. Por un lado los difusionistas o monogenistas defendían postulados que noconsideran la creación independiente del ser humano en América, sino inserta den-tro de los ciclos vitales de traslación mundial desde el foco originario africano; porotro los evolucionistas o poligenistas proponían la tesis de un origen independien-te para las civilizaciones del Nuevo Mundo, sin ninguna relación con oleadasexteriores provenientes de otros territorios.

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El jesuita José de Acosta ya en 1590, planteó la hipótesis de que la entrada másprobable del hombre a estos territorios se produjera desde el norte, aprovechandoel paso natural del estrecho de Bering durante las glaciaciones, momento en el queel contacto de los continentes euroasiático y americano, se realizaba gracias a lacapa de hielo y los pasillos de tierra surgidos por el descenso del nivel del mar.Esta tesis difusionista, expuesta en un momento en el que aún no se había explora-do esa región del planeta, se ha visto corroborada por hallazgos arqueológicos quehan puesto de manifiesto la existencia de varias vías de penetración que utilizaronla costa de Alaska y algunos valles interiores.

Junto a este planteamiento, también se definió otra hipótesis a partir de estospostulados difusionistas, que proponía la aparición del hombre en América pordistintas vías y no exclusivamente por la terrestre septentrional. En este sentido ala existencia, como propone Paul Rivet, de dos posibles oleadas terrestres, habríaque sumar la de otras dos marinas que por el Pacífico habrían aportado elementosmelanesios y australianos, fundamentalmente en América del Sur. Una postura, quesi bien no acaba por definirse, si ha encontrado elementos que la corroboren conlos hallazgos de asentamientos costeros en Norteamérica, que vienen a plantear laposibilidad de que el hombre no utilizase exclusivamente la vía terrestre parallegar a América. De este modo, aún queda abierta la opción del Pacífico sur, a faltade hallazgos que demuestren también allí esta misma posibilidad de llegada.

Respecto a la segunda de las posturas que defiende el postulado evolucionistade un desarrollo independiente del hombre americano, no ha encontrado la acepta-ción ni los refrendos arqueológicos de las anteriores, por lo que sus hipótesis ape-nas si han conseguido avanzar desde sus planteamientos iniciales.

VISTA DE ALASKA. (ESTADOS UNIDOS).

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El conjunto de publicaciones que sobre la cuestión se han editado con lasteorías más diversas, habla de lo atractivo del tema, siendo básicamente entre lossiglos XVI y XIX, el período en el que todas ellas fueron expuestas, sobre la basede preguntas como, ¿de qué lugar del Viejo Mundo provenía el Hombre america-no?, ¿por dónde llegó a este territorio? y ¿en qué momento se produjo tal llega-da?

En uno u otro caso, para poder conformar una respuesta adecuada a tales cues-tiones se hace necesario considerar las propuestas de disciplinas como la Antropo-logía Física, la Lingüística, la Etnología, la Paleobotánica y sobre todo la Arqueología.

Las distintas teorías que se han formulado respecto al tema se pueden concretaren dos grupos claramente diferenciados. Las Clásicas-Fantásticas y las propiamentecientíficas, tal y como lo expone el profesor Alcina Franch.

Respecto a las primeras, debemos englobar dentro de este grupo a las quesitúan el origen del hombre americano en las tierras de Escandinavia, Inglaterra oEspaña sin olvidar las que hablan de la llegada de descendientes de los troyanos,cartagineses, egipcios, judíos, polinesios, tártaros, chinos o incluso de la propiaAtlántida.

ÁFRICA. PUNTO INICIAL DE LA DIFUSIÓN DE LA ESPECIE HUMANAPOR LA TIERRA.

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Como señalábamos, la más aceptada es la propuesta por José de Acosta afinales del siglo XVI y que se basaba en una serie de puntos como la unidadracial del hombre americano, un entronque asiático-mongol, la entrada en suce-sivas oleadas por el estrecho de Bering en un tiempo relativamente reciente, ycon un escaso nivel sociocultural que determinó un desarrollo autóctono claro.Desde esta propuesta se han realizado otras, como la defendida por George C.Vaillant, que han fundamentado la explicación de la diversidad física y lin-güística del hombre americano, en la temprana separación de los distintos gru-pos que accedían a estas tierras, lo que aceleró su distinta adaptación a espaciosgeográficos diversos, dando lugar a una variedad que es la ha llegado hasta laactualidad.

Esta teoría se ha refutado por parte de aquellos investigadores que defienden laentrada por diversos puntos y no solamente el más septentrional. En este sentidoPaul Rivet defendió una serie de tesis, que intentaban explicar dicha cuestión,fundamentada en el origen múltiple de lenguas y culturas americanas.

Para este autor las cuatro oleadas que determinaron el poblamiento de Américase desarrollaron dos de ellas por el estrecho de Bering, y por el Océano Pacífico lasrestantes, constatando que los primeros aportaron el componente mongoloide y lasotras dos los componentes australiano y malayo-polinesio en la población indíge-na americana. Una teoría que no deja de ser interesante, ya que si se corroborarapor medio de hallazgos, supondría la inclusión de todo el sudeste asiático en unasdinámicas de emigración mucho más amplias y consolidadas que las que en laactualidad se vienen aceptando.

Este problema de los orígenes de las civilizaciones amerindias sigue siendo unade las grandes cuestiones abiertas de la historia de la Humanidad. Las secuenciasde la historia del Viejo Mundo no ofrecen oportunidad de comprobar la tesis de lastradiciones culturales distintas que surgen de orígenes independientes, de modoque debemos sopesar cualquier afirmación que pretenda resolver la cuestión.

PERÍODOS Y ÁREAS CULTURALES

Todo el desarrollo cultural de los distintos grupos que se distribuyen por elcontinente americano, va a llevarse a cabo entre unas fechas que, conforme vanavanzando los estudios sobre los diversos hallazgos que se producen, se estánconcretando y aclarando. A este respecto es aceptada la presencia del hombre enAmérica desde hace 40000 años, quién desde Alaska y hasta Tierra de Fuego en elextremo más meridional, irá ocupando todo este territorio, estableciendo diferen-cias evolutivas entre unas zonas y otras.

En líneas generales los períodos que vamos a seguir en este manual serán losestablecidos por el profesor José Alcina Franch, incorporando ciertas puntualiza-ciones a algunos de ellos. Así, para todo el continente contaremos con un PeríodoLítico desarrollado entre el 40000 y el 3000 a.C. con una subdivisión en dosetapas. El Lítico Inferior entre el 40000 y el 15000 a.C.; y el Lítico Superior, entreel 15000 y el 3000 a.C.

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De esta manera, el arco temporal con el que trabajaremos para el área mesoame-ricana se organizará en base a:

1) Período Formativo o Preclásico desarrollado entre el 3000 y el 400 a.C.2) Período Protoclásico, entre el 400 a.C., y el 200 d.C.3) Período Clásico, entre el 200 y el año 1000 d.C.4) Período Postclásico, desde el año 1000 hasta la llegada de los españoles.

Por lo que se refiere a la región andina, estructuraremos su desarrollo en base a:

1) Período Precerámico entre el 4000 y el 1800 a. C.2) Período Inicial, entre el 1800 y el 900 a.C.3) Horizonte Antiguo, entre el 900 y el 200 a.C.4) Período Intermedio Antiguo, entre el 200 a.C. y el 500 d.C.5) Horizonte Medio, entre el 500 y el 1000 d.C.6) Período Intermedio Tardío, entre el 1000 y el 1428 d.C.7) Horizonte Tardío, entre el 1428 y 1532 d.C.

Existen otras periodizaciones empleadas fundamentalmente en América y quesustancialmente varían la terminología empleada, con la que se busca sustituirtérminos como Paleolítico o Neolítico, ligados a una visión eurocentrista de suestudio. Aunque se trata de conceptos vinculados con etapas propiamente prehistó-ricas, nos parece interesante al menos citarlas para poner de manifiesto el interésexistente en la búsqueda de una metodología propia, alejada de influencias exter-nas y que responda a la realidad americana. Por ello términos como Arqueolítico yCenolítico, vienen a referirse a esos dos períodos de tiempo que se desarrollanentre el 50000 y el 14000 a.C., el primero de ellos; y entre el 14000 y el 7000 elsegundo, con una inflexión en el año 9000 que marca la separación entre el Ceno-lítico Inferior y el Superior.

VALLES DE OAXACA, GOLFO Y VALLE DE MÉXICO.PUNTO CENTRAL DE MESOAMÉRICA.

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ÁREAS CULTURALES EN AMÉRICA DEL SUR.

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Las culturas americanas se van a desarrollar en lo que se viene denominandocomo América Nuclear, término acuñado para referirse a la región del continenteque comprende las áreas de mayor complejidad y desarrollo sociocultural, densi-dad de población, creatividad artística, etc. Englobaría un espacio que iría desde laactual frontera de México con los Estados Unidos, hasta el norte de Chile y Argen-tina. Un área tremendamente quebrada, que se subdividirá internamente, pero quese contrapone al resto del continente donde encontraremos el desarrollo de esta-díos culturales secundarios, con una evidente menor complejidad y que no se abor-darán en nuestro estudio.

Internamente podemos hablar de tres grandes subdivisiones que serán las másimportantes desde el punto de vista del desarrollo, las áreas Mesoamericana, Inter-media y Andina.

Con el nombre de Área Mesoamericana, término utilizado por primera vez porPaul Kirchhoff en 1947, nos referiremos a una unidad territorial comprendida entrela línea que iría desde los estados occidentales de Sonora y Sinaloa hasta el SanLuis de Potosí en el Golfo de México y la región Huasteca. La frontera meridionalincluiría la parte occidental de Honduras y el Salvador, llegando hasta la Penínsulade Nicoya en el Pacífico.

La variedad de este espacio se refleja en los paisajes que se definen destacan-do varios espacios claramente diferenciados como son la zona del Golfo de Méxicodonde se desarrollan culturas como la olmeca, la totonaca y la huasteca. El pro-pio Valle de México, donde encontramos culturas como la teotihuacana, la tolte-ca, o la azteca. La Península del Yucatán, con la maya, extendida también portierras de los actuales países de Guatemala, Belice, Honduras y El Salvador. O laregión de los Valles de Oaxaca donde se desarrollarán culturas como la zapotecay mixteca.

La zona intermedia, verdadero punto de unión entre las dos áreas más importan-tes, y que no será analizada en su globalidad en este libro, nos interesará portratarse del espacio geográfico a través del cual se produce la circulación e influen-cias entre una y otra. Menos definida que las otras dos, estaría comprendida por laporción de continente que desde el sur de la zona mesoamericana se extiende hastaColombia, Ecuador y la parte occidental de Venezuela. No obstante de esta regióndestacaremos algunos de los capítulos más importantes de las culturas preincaicasdesarrolladas en territorio colombiano y ecuatoriano.

En Suramérica el área más importante de desarrollo cultural será la andina, en laque podemos encontrar una gran variedad de paisajes que muestran una clara con-traposición entre la parte central de los Andes y los desiertos costeros. Esta regiónha sido subdividida por autores como George Kubler en Norte, Septentrional, Cen-tral, Centro-Sur, Meridional y Sur.

El extremo norte del área andina comprende los valles de los ríos Cauca yMagdalena y la Sabana de Bogotá, territorio que funcionó como pasillo natural através del cual se distribuyó el hombre por el interior de la cordillera andina. Elárea andina Septentrional incluiría el sur de Colombia, la totalidad de Ecuador y elnorte del Perú. El área andina Central que comprende la mayor parte del territorioperuano, la dividiremos en costa y tierra, espacio en el que se desarrollaron las

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grandes civilizaciones como la chavín, nazca, mochica, chimú, wari, etc., y queculminarían en el imperio incaico.

El área Centro-Sur en torno al lago Titicaca se convierte en un territorio queenlaza los andes centrales con la zona meridional, teniendo a las culturas pucará ytiahuanaco como las más importantes. Por último el área andina Meridional inclu-ye territorios chilenos y del noroeste de Argentina, en los que destacaremos porejemplo restos de la cultura chinchorro.

No queremos dejar de citar al conjunto de tierras que se disponen en torno a laAmérica Nuclear, y que vienen en denominarse como la América Marginal. En ellapodemos distinguir los territorios que se extienden en América del Norte desdeAlaska hasta la frontera con Mesoamérica, distinguiendo la región de las MontañasRocosas y las Llanuras Occidentales, la región del Caribe, y en el cono sur laAmazonia, la Pampa y la Patagonia.

Los intentos por determinar la nomenclatura con la que designar cada uno delos períodos en los que hemos dividido tanto la evolución de Mesoamérica comola de la región andina, se caracterizan por la adopción de distintos criterios paraejecutar dicha estructuración.

Para los mesoamericanistas el término clave para los períodos es Clásico, mien-tras que los andinistas en cambio, prefieren el de Horizonte. En este sentido lasmatizaciones se hacen evidentes ya que el primero supone una apreciación decarácter cualitativo y el segundo de valoración respecto a la unidad política y si sequiere cultural, definida por los restos arqueológicos. Los dos términos claves re-flejan diferencias en los objetos y en las actitudes y así, el adjetivo clásico señalasus afinidades con el mundo mediterráneo, mientras que por el contrario, cuando seemplea el calificativo de horizonte, se alude a una alternancia entre períodos deunidad territorial, y etapas de una clara fragmentación que se refleja en la apariciónde estilos regionales.

Recientemente se ha propuesto la adopción de una terminología de valor neutrocomo la de los andinistas para evitar las implicaciones desarrollistas de palabrascomo formativo y clásico. Pero ignoran los aspectos valorativos de términos comohorizonte e intermedio, que también juzgan y no hacen más que sustituir períodosde diversa duración, que pueden llegar a ser más borrosos en los estudios sincróni-cos que las divisiones del Clásico en temprano, medio y tardío.

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SELECCIÓN DE IMÁGENES

EL ESTRECHO DE BERING

Uno de los puntos más polémicos en el desarrollo de las diversas teorías queintentan explicar la llegada del hombre al continente americano, lo protagonizaeste accidente geográfico. Punto de contacto físico en su momento entre América yAsia, se conformó como un pasillo natural en la etapa de las glaciaciones, cuandoel nivel del mar era inferior al actual, permitiendo el tránsito de manadas de anima-les y de grupos humanos que acabaron poblando todo el continente.

En este sentido son determinantes algunos de los rasgos físicos que caracterizana los pobladores de América, en los que se encuentran elementos similares a algu-nos grupos asiáticos como los ojos rasgados, la ausencia de pelo por el cuerpo oincluso la propia forma del cráneo, que venían a confirmar las posibles oleadas quedesde un período en torno al 40000 a. C., se sucedieron.

ESTRECHO DE BERING. (RUSIA-ESTADOS UNIDOS).

En la actualidad se trata de la tesis de poblamiento más aceptada por los distin-tos estudiosos que se dedican al tema, siendo el fundamento de propuestas como ladel propio José Acosta, que a finales del siglo XVI ya planteó esta posibilidad

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como la más lógica, ante las preguntas que se generaron sobre la procedencia delhombre en este territorio.

Su importancia es tal, que en el desarrollo de hipótesis como las de Paul Rivet,su protagonismo se ve complementado por la incorporación de otra vía de llegadade elementos que poblaron el continente americano como es la ruta marina, através fundamentalmente del Pacífico. Esta teoría, que no viene a restar importan-cia a la propuesta inicial de la vía terrestre, permite justificar la presencia de otroselementos raciales, fundamentalmente en América del Sur, aportados por gruposmelanesios y australianos y que se han querido ver reflejados en algunos compo-nentes de los ejemplos más antiguos de la cerámica americana.

EL GOLFO DE MÉXICO

El área geográfica en la que se testimonia la presencia de la consideradacomo la primera de las grandes culturas que aparecen en Mesoamérica, la olme-ca, cuenta con una serie de características que han generado debates a cerca dela idoneidad o no de considerar dicho espacio como ideal para generar la apa-rición de una civilización como tal. El Golfo de México es una región situada

VISTA DEL GOLFO DE MÉXICO.

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en el oriente del área mesoamericana, conformando un territorio en el que sedan un conjunto de condicionantes geográficos como son la presencia de pe-queños ríos tremendamente caudalosos, que nacen en las estribaciones de laSierra Madre Oriental y próximos a la costa, que convierten muchas extensio-nes de tierra en espacios pantanosos. Desde un punto de vista climatológico secaracteriza por una alta pluviosidad anual, con una temperatura media y hume-dad también altas, que se traduce en una vegetación exuberante y favorablepara su explotación agraria.

Sin duda fue esta característica la que determinaría la adaptación definitiva deproductos como el maíz a los sistemas de explotación agrarios, sobre todo por losexcedentes de humedad y temperatura de esta zona, factores que propiciaron unossobrantes de energía que muchos autores ven en la base para justificar el desarrollode trabajos comunitarios de envergadura, como la planificación de centros ceremo-niales o el propio traslado de bloques de piedra desde territorios alejados, con unosmarcados fines político-religiosos.

No obstante son numerosos los trabajos que defienden precisamente, que eseste elemento uno de los handicap que encontraron los pobladores de este terri-torio, al ser la atmósfera un componente tremendamente oxidante que obligó abuscar otros espacios más favorables, no sólo para el cultivo sino también para lapropia conservación de los alimentos. Un aspecto que afectaba a la misma dietaalimenticia, baja en proteínas, lo que pudo incidir en la sobreproducción de laglándula del tiroides que se reflejó en un hipertrofismo de las extremidades delcuerpo, flacidez de algunas partes y aparición del bocio, rasgos que se puedenconstatar en algunas de las piezas escultóricas que la cultura olmeca generó enesta región.

LOS ANDES

Uno de los espacios en los que se puede observar de una manera más clara lainfluencia del medioambiente en el desarrollo de algunas culturas es en el de laCordillera de los Andes. Esta enorme barrera montañosa que recorre América delSur desde Colombia hasta Chile, articula la costa occidental del continente en treszonas que se aceptan como las básicas para ordenar la distribución de los gruposhumanos que se desarrollan en ellas. En este sentido, los Andes se convierten enuna frontera natural que genera espacios que se relacionan de una forma paralela.Una la costa, otra los valles interiores y por último la extensa Amazonia que seconvertía en la inexpugnable frontera al oriente de la cordillera.

De todas, las dos primeras albergarán el desarrollo de las culturas prehispánicasen Suramérica. La Costa es posiblemente la más importante, ya que concentrará aun mayor número de ellas, en un territorio con características desérticas determina-das por la influencia de la corriente marina de Humboldt, pero en la que se dispo-nen un conjunto de valles transversales, que serán los espacios más propicios parael desarrollo de grupos estables que acabarán relacionándose con aquellos queaparecen en la montaña.

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LA CORDILLERA DE LOS ANDES EN MACHU PICCHU. (PERÚ).

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El carácter agreste de este medio, obligó a una intervención por parte del serhumano para adaptarlo a sus necesidades y antropizarlo hasta el punto de generarverdaderos paisajes culturales, donde se daba una modificación del territorio parasu explotación. Algunos de ellos incluso de menor intensidad en su transforma-ción, no obstante conformaban ejemplos de enorme valía técnica, donde se reali-zan verdaderas obras de ingeniería como los acueductos que permitían tomar aguade las corrientes que bajaban al Pacífico y que por su esporádica presencia obliga-ban a su racional utilización.

En el interior, sin duda la labor más trascendente fue la construcción de losandenes, que acabarán dando nombre a la cordillera, y que se convierten en unverdadero ejemplo de modulación de las pendientes para permitir controlar el cir-cuito del agua que permitía la explotación agrícola de la tierra.

EL LAGO TITICACA.

Desde los primeros momentos en los que se registra la presencia de gruposhumanos por América, las concentraciones interiores de agua se convierten en unode los focos de atracción de población y determinante en la estabilidad de losasentamientos más importantes, imprescindibles para poder explicar el desarrollode culturas prehispánicas. El caso del Lago de Texcoco posiblemente sea el másimportante en el norte, donde tampoco podemos olvidar los cenotes del Yucatán.Por contra el lago Titicaca es el más destacado en la región andina.

LAGO TITICACA. (PERÚ-BOLIVIA).

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La atracción que jugó este último espacio en las culturas que se asentaron, juntoo cerca de él, se refleja no solo en la propia cultura de Tiahuanaco, sino en elprotagonismo que tendrá en el desarrollo de numerosos mitos de nacimiento yevolución de pueblos, ejemplificado en los incas, quienes ubicaron su origen eneste lago. Según éstos, allí se crearon el Sol y la Luna y las estrellas, estableciéndo-se la separación de la tierra y el mar. Las aguas siguieron un movimiento centrífu-go, surgiendo del centro de la tierra hacia fuera en la forma de ríos subterráneosque afloran como manantiales; luego las aguas fluían hacia el mar otra vez a travésde riachuelos y ríos.

Por ello, no sólo el agua depositada, sino la propia circulación de la misma tieneque ser tenida en cuenta, ya que era considerada como el principio dinámico queexplicaba el movimiento y las fuerzas de cambio de la naturaleza.

La tremenda altitud a la que se encuentra, aproximadamente 3800 m, lo sitúa enel límite de las posibilidades de cultivo de algunas plantas, a lo que se le une lacondición de contar con un bajo coeficiente de salinidad, pero lo suficientementeimportante, como para obligar a que la explotación agraria de las tierras que lorodean no se haga con la intensidad que se deseara. De ahí que su importanciaradique más en su papel mítico-religioso, que verdaderamente económico.

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APÉNDICE DOCUMENTAL

HIPÓTESIS DE POBLAMIENTO*

I. EL HOMOTIPO AMERINDIO

«El mismo antropólogo Ales Hrdlicka que demostró los errores cometidos porAmeghino es autor de la primera gran hipótesis del siglo. Partió de una idea muyantigua defendida por el padre Acosta en el siglo XVI y por otros muchos poste-riormente, que es la similitud del amerindio con el hombre asiático y la posibilidadde que este último emigrase al Nuevo Mundo a través del Estrecho de Bering(presentido incluso antes de ser descubierto por Virtus Bering en 1741).

Hrdlicka pensó que el indio americano procedía de un doblamiento único y reciente(unos diez mil años atrás) efectuado desde Asia. Determinó que el amerindio tenía unascaracterísticas generales que demostraban su clara ascendencia mongólica, tales comoel color amarillento de la piel, el cabello negro, liso y rígido, la falta de pilosiad facial,la proyección popular del rostro, el ojo mongólico y la mancha mongólica. El ojomongólico se caracteriza, como es sabido, por tener un plano inclinado entre los dosextremos del mismo, presentar un pliegue en el párpado superior que oculta a menudolas pestañas y replegarse desde el ángulo interno del ojo sobre la nariz, tapando lacarúncula lagrimal. En cuanto a la mancha mongólica, está producida por las células deBaelz y es de carácter congénito. Suele aparecer en la región sacrolumbar y tiene usual-mente color verdoso o pizarroso. Es usual en pueblos de ascendencia asiática y se dacon frecuencia en ciertos grupos amerindios.

A Hrdlicka se le ha criticado haber inventado un homotipo amerindio inexisten-te tal como si, (por ejemplo, los españoles se definieran como bajos, morenos, detez oscura y cabello negro), pero no es cierto que el antropólogo desconociera lavariedad indígena. Lo que ocurre es que pensó que tales topologías venían yadiferenciadas dede Asia y entraron así en el Nuevo Mundo, donde se acentuaronmás. El prototipo asiático de Hrdlicka es el mongol, pero con rasgos peculiaresadquiridos en China occidental, Japón, Filipinas, Formosa, Corea y Tibet.

El mayor error del antropólogo fue señalar que había una tipología lingüística ycultural, imposibles de sostener. Afirmó que todas las lenguas amerindias tenían encomún el ser polisintéticas (sin contemplar las diferencias estructurales que las separan)y que las culturas de los indios tenían similitudes tales como las técnicas de trabajar lapiedra, la arcilla, la madera y el hueso, así como para la fabricación de tejidos y cestas,un método igual de obtener fuego y vestidos, mobiliario y religión parecidos, etc.

Pese al rechazo a la hipótesis de Hrdlicka, hoy se sigue admitiendo un dobla-miento mongólico y por la vía propuesta por este autor, aunque se niega que fuerala única, tan reciente y que por sí sola sea capaz de explicar la tipología somática,lingüística y cultural indígena.

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II. RIVET O LOS CAMINOS DEL MAR

Otros muchos científicos establecieron hipótesis de poblamiento por vías oceáni-cas durante los primeros cuarenta años de nuestra centuria, pero fue Paul Rivet quien

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logró sistematizarlas en su conocido libro Los orígenes del pueblo americano, publica-do en 1943 y en el que recogió sus propios trabajos anteriores. Rivet partió del punto devista de una diversidad amerindia en los tres campos de la Antropología Física, laLingüística y la Antropología Cultural, que evidenciaban el hecho de un doblamientomúltiple y procedente de Asia, Australia y Malayo-Polinesia.

La migración asiática se produjo mediante dos grandes corrientes, mongólica yuraliana. La primera penetró por Bering tal y como Hrdlicka señaló. Rivet siguióen gran parte a este autor del que difiere substancialmente en el hecho de que losasiáticos no fueron los únicos pobladores. Apuntaló así su hipótesis con algunosdescubrimientos notables, realizados después de que Hrdlicka la formulara, proce-dentes de la lingüística y la serografía. En el primero de éstos destacó las correla-ciones entre morfemas de las lenguas de los grupos Na-Dene y Sino-Tibetano hechaspor Salir. En serología resaltó el alto porcentaje de grupo sanguíneo 0 existenteentre los inicios como prueba de su ancestro mongólico o asiático.

En cuanto a la corriente uraliana, o protouraliana mejor, supone que partió dealguna zona de Asia meridional y se dirigió hacia el norte por algún motivo quedesconocemos (quizá por la presión de otros pueblos), adaptándose progresiva-mente a climas cada vez más fríos. Al llegar a las regiones árticas se dividió en dosgrupos que siguieron direcciones contrapuestas, E y O. Este último entraría enEuropa durante el Cuaternario superior dejando la raza de Chancelade como testi-go de su presencia. El otro grupo cruzaría Asia hacia el NE desde donde pasaría aAmérica, siendo los actuales esquimales sus descendientes.

La presencia de un elemento australoide en América la fundamenta antropofísi-ca, lingüística y etnográficamente. Para lo primero establece unas semejanzas cra-neométricas (capacidad, índice cefálico horizontal, índice anchura-largura, índicenasal, facial superior y orbitario, así como prognatismo) y sexológicas (grupo san-guíneo predominantemente 0): En lingüística estudia las correlaciones existentesentre los australianos y la lengua amerindia Chon a través de un vocabulario de 44palabras que recogió el padre Schmidt entre los elementos más estables (con losque se designan partes del cuerpo o fenómenos naturales). Finalmente anota unalarga serie de semejanzas etnográficas tales como la hamaca, el uso de las mantasde piel, las chozas en forma de colmena, el trenzado en espiral, barcas hechas conpedazos de madera cosidos, armas semejantes al boomerang, etc. El propio Rivetreconoce que las series utilizadas para las comparaciones son muy pequeñas, sinembargo son las únicas que puede aportar. En cuanto a la ruta migratoria utilizadapor los australianos para ingresar en América, es la misma que había propuesto elantropólogo Mendes Correa en 1925, es decir, Australia, Tasmania, islas Auckland,Campbell, Macquarie, Esmeralda, Tierra de Wilkes, Tierra de Eduardo VII, Tierrade Graham y Cabo de Hornos. Rivet opina que la migración se efectuó cuando loshielos se contrajeron como consecuencia del optimum climático ocurrido haceunos seis mil años y que las pruebas arqueológicas de tal paso se encontrarán quizáen un futuro. A parte de lo señalado anteriormente, esta hipótesis adolece de ungrave inconveniente, y es la imposibilidad de que los australianos, un pueblo quedesconocía prácticamente la navegación, fuera capaz de atravesar los 1600 kilóme-tros existentes entre Tasmania y Macquarie.

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El doblamiento melanesio dejó en América, según Rivet, un tipo étnico quedenomina paleoamericano, caracterizado principalmente por los famosos cráneosde Lagoa Santa (Brasil), aunque se extiende por toda América, desde la Baja Cali-fornia hasta Argentina, pasando por el suroeste norteamericano, Colombia, Ecua-dor y Perú […].

El poblamiento polinésico lo establece con una metodología similar. En lingüísticadestaca la identidad de las palabras kichua y polinésica para designar el camote oplantas similares, o del polinésico y araucano para el morfema hacha. En etnografíarecoge semejanzas como el horno polinésico (se han encontrado evidencias desde suexistencia desde hace cuatro mil años en Sudamérica) y objetos como el patupatu. Laposibilidad de que los polinesios llegaran a América no ofrece problemas ciertamente,pues tenían una gran técnica de navegación y unas embarcaciones magníficas, como laspiraguas dobles, que les permitirían resistir el oleaje del océano y cubrir unas distanciasde unas 75 millas en diez o doce horas, llegando así a la isla de Pascua en unos veintedías, y saltar luego hasta América. Rivet refuerza su hipótesis con una tradición recogi-da por Caillot entre los polinesios mangarevienses, según la cual sus habitantes habíannavegado por el oriente hasta Taikoko y Ragiriri, lugares que suponen serían el Cabode Hornos y el Estrecho de Magallanes.

Rivet concluyó su hipótesis incorporando la migración vikinga en el siglo X,que pudo también dejar influencias lingüísticas y culturales en América. Habíaabierto así océanos a todos los pueblos pobladores desde el Viejo Mundo.

III. LAS DOCE TIPOLOGÍAS INDIAS DE IMBELLONI

Utilizando datos antropofísicos recogidos por otros investigadores y sus pro-pias investigaciones anteriores J. Imbelloni replanteó en 1938 su hipótesis dedoblamiento. Partió del hecho de que los indios americanos presentaban oncetipologías bien diferenciadas, reflejos de un origen poblador múltiple y de unmestizaje entre los grupos inmigrantes. Las corrientes pobladoras eran siete, tas-manoide, australoide, melanesoides, protoindonesios, indonesios, mongoloides yesquimales.

Imbelloni consideraba inútil buscar semejanzas culturales entre los pueblos quehay habitaban Asia y Oceanía y los de América, pues éstos tienen ya poco que vercon sus antecesores. También consideraba absurdo preocuparse por las rutas dedoblamiento, ya que los lugares de partida no obligaban necesariamente a seguiruna vía marítima o terrestre. Rompió de esta forma con la Historia y con el difusio-nismo cultural.

Los doce grupos de amerindios son:SUBÁRTIDOS. Habitaban en la costa ártica (esquimales). Son de estatura pe-queña, cuerpo rechoncho, extremidades cortas, piel amarillenta, ojo y manchamongólicos.COLÚMBIDOS. Habitaban en la costa pacífica de Canadá y Estados Unidoshasta el río Columbia. Son de estatura media o alta, cráneos braquicéfalos, torsoy piernas cortas, piel clara y escasa pilosidad.

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PUEBLO-ANDINOS. Habitaban dos regiones muy diferentes: una en Norteamé-rica, sobre las cuencas de los ríos Grande y Colorado, así como en los estadosde Arizona y Nuevo México; otra sobre la cordillera andina en Colombia, Ecua-dor, Perú, Bolivia y norte de Chile. Son de estatura pequeña, cráneos meso obraquicéfalos, cabeza pequeña, torso muy grande, cabello negro, liso y rígido yescasa pilosidad.APALÁCIDOS. Habitan el oriente de los Estados Unidos, desde el río san Lo-renzo hasta el Mississipi. Son de gran talla, dolicocéfalos con tendencia braqui-cefalia y color claro de piel.PLÁNIDOS. Habitan las grandes llanuras norteamericanas desde Alaska hasta elAtlántico. Son altos, mesocéfalos, con pómulos muy salientes, narices largas, ycóncavas y piel bronceada.SONÓRIDOS. Habitan la costa pacífica norteamericana, desde el río Columbiahasta el actual estado de Sonora en México. Son altos, de cabeza pequeña, cararedondeada y piel algo oscura.ISTMIDOS. Habitaban el sur de México, Centroamérica y Colombia (exceptoen la parte andina de este último país). Son de pequeña estatura, cráneos braqui-céfalos, cara ancha y corta, nariz ancha, cabellos y ojos de color negro.AMAZÓNIDOS. Habitaban en la gran Amazonia, que va en Sudamérica desdelos Andes al Atlántico y desde Venezuela hasta el Río de la Plata, y principal-mente las cuencas de los ríos Amazonas y Orinoco. Son de mediana estatura obaja, algo dolicocéfalos, cuerpo robusto, brazos largos, piernas cortas y pielamarillenta.PÁMPIDOS. Habitaban la Pampa hasta la Tierra de Fuego y una gran parte delMato Grosso en Brasil. Son muy altos, dolicocéfalos, pómulos salientes, men-tón muy pronunciado, cara larga, nariz alargada y pelo liso y duro.LÁGUIDOS. Habitan en dos regiones muy diferentes, como el altiplano orientalde Brasil y pequeñas áreas al sur de la península de California, México y costade Chile. Son de estatura pequeña, muy dolicocéfalos y de cara y nariz anchas.FUÉGUIDOS. Habitaban la Tierra de Fuego y algunas regiones de la costa chi-lena y del oriente colombiano. Son de estatura baja, dolicocéfalos, piernas cor-tas y casa y nariz largas.

A Imbelloni se la ha criticado la escasa influencia que atribuye al medio en laconformación de tipologías amerindias y lo incompleto y anticuado de los materia-les que utilizó para su hipótesis».

* AA.VV. Historia de Iberoamérica. Prehistoria e Historia Antigua. T.I. Madrid,Cátedra, 1992, pp. 24-31.

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CAPÍTULO 2:

ASPECTOS CULTURALES

INTRODUCCIÓN

Para el estudio de los distintos aspectos de las culturas prehispánicas se cuentacon un conjunto de disciplinas que se han aproximado a las mismas, apoyadas endos fuentes primordiales, aunque no son las únicas. Una de ellas es la propia cultu-ra material que a través de la Arqueología nos muestra la variedad de objetos quese produjeron desde los períodos Arcaico y Precerámico, hasta el siglo XVI denuestra Era, y cuya interpretación es fundamental para poder entender la evoluciónque conocieron cada uno de los grupos que se asentaron en el territorio americano,así como el grado de las relaciones que se pudieron establecer entre ellos. Ensegundo lugar las fuentes documentales que desde el siglo XVI se van a convertiren un referente necesario para el estudio de estos grupos humanos, sin olvidar quefueron escritas en unas condiciones de desfase temporal, apoyadas en la propiatradición oral de estos pueblos, y que obligan a tener presente una cierta cautela ala hora de su valoración.

Es a través de ellas como se puede acceder en una primera fase al análisis de lacomplejidad que alcanzaron en sus desarrollos internos estas culturas y comoaquella se reflejó en una serie de aspectos que nos hablan del grado de civiliza-ción que alcanzaron. La estructura de la organización social y del panteón reli-gioso; la existencia de unos mecanismos de cómputo y relación como el calendarioy la escritura, la capacidad de creación de imágenes dotadas de significadosabstractos relacionados con las fuerzas de la Naturaleza y la articulación territo-rial por medio de una estructuración económica fundamentada en la agricultura yel comercio, son algunos de esos rasgos destacados que ayudan a comprender einterpretar con garantías y con mayor claridad algunas de las características delas manifestaciones culturales que llegaron a producir estas sociedades prehispá-nicas.

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A eso se unen acciones de mayor envergadura como la generación de enclavesperfectamente planificados, que hablan de una tradición urbana y de definición delos espacios que generan la escenografía necesaria para que sirvan de marco vital asociedades perfectamente organizadas sin las que serían impensables dichas inter-venciones.

CABEZA COLOSAL OLMECA, Nº 4. MUSEO DE XALAPA. VERACRUZ. (MÉXICO).

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LA SOCIEDAD

La paulatina especialización que fueron conociendo los grupos que se distri-buían por las distintas regiones de la América prehispánica, era el comienzo de undesarrollo que alcanzaría su máxima expresión a partir de la etapa preclásica, fun-damentalmente en los centros olmecas de la costa del Golfo y en enclaves comoChavín de Huántar, en los Andes, en el Horizonte Antiguo.

Este proceso inicial se proyectó en la aparición de sociedades prehispánicas quese caracterizarán por estar perfectamente estructuradas de una manera jerárquica,aunque no siempre con el mismo orden interno. La progresiva complejidad quefueron adquiriendo con el tiempo y en el espacio, se reflejó en la aparición dealgunos miembros de esas sociedades que llegaron a controlar al resto de la pobla-ción, inicialmente por motivos religiosos y más adelante por causas militares, aun-que ambos coexistirían en determinadas etapas. En el primero de los casos la existenciade chamanes en el seno de los grupos sociales, puso de manifiesto una incipientediferenciación interna de los grupos que por tradición o especiales circunstanciasaprovecharon la necesidad de interpretar los acontecimientos sobrenaturales paralograr explicaciones terrenales, evidenciando la posesión de unas actitudes concre-tas para determinadas actividades propiciatorias, que afectarían a los logros con-juntos del grupo, al funcionar de intermediarios entre los dioses y éste.

En ese sentido, la evolución desde fases iniciales igualitarias hasta la conforma-ción de las complejas sociedades de las civilizaciones, azteca o inca, evidencianun paulatino proceso que se reflejará en la propia organización social interna. Deahí que el análisis de la evolución de la sociedad prehispánica americana se carac-terice por el estudio de la constante adaptación del hombre a las propias condicio-nes naturales que lo determinan, así como a su cada vez mayor complejidad mental.

Las sociedades prehispánicas comenzaron su andadura en el preciso momento enel que el hombre se enfrentó a una mínima organización para efectuar labores de cazay recolección con las que garantizar el sustento del grupo. Durante los 5000 añosanteriores al nacimiento de las sociedades urbanas se produce el desarrollo de unaincipiente vida rural en una fase de clara neolitización en la que se domestican plan-tas y animales, que derivó en la localización de los grupos en puntos determinados yla explotación de los recursos naturales del entorno. Se trata del primer momento enel que se constata una evidente acumulación de objetos y la aparición de un exceden-te de tiempo y energía que fue aplicado en la consecución de otros fines entre los queestarían los propiciatorios, las construcciones de complejos sagrados y todas aquellasactividades que necesitaron de una clara aportación colectiva. Una sumatoria deobjetos y tiempo libre, que permitirán desarrollar actividades desconocidas hasta esemomento y que contribuyeron a una inicial diferenciación interna entre quién semantenía en las acciones productivas y quién se dedicaba a las artesanales enfocadasa la producción de cerámica, textiles, etc., y por lo tanto lejos de la actividad exclusi-vamente cazadora – recolectora, que hasta ese momento había caracterizado la vidadiaria de estos grupos. Estos miembros destacarían, por un claro carácter sumiso,paciente, y en definitiva gregario, frente a los que ostentaban la capacidad de mandoque explicaba el distanciamiento entre una y otra.

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Las crecientes relaciones comerciales que aparecen entre las distintas regiones, cons-tatadas de una manera clara en el período Clásico en Mesoamérica y desde el HorizonteAntiguo en la región andina, afectará a una mejora de la calidad de vida mediante elperfeccionamiento de todos los ámbitos de la existencia y una mayor interdiversifica-ción social, aportando elementos de equilibrio en los procesos evolutivos, como ali-

MONUMENTO Nº 19. LA VENTA. (MÉXICO).

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mentos o materiales de construcción. Es este el momento en el que aparecen ya total-mente definidos los sacerdotes, clase social derivada de los primitivos chamanes y quese dedicarán a la gestión de las riquezas de los templos, espacios que adquirían la virtudde convertirse en los lugares en los que se encontraba solución a los problemas socialesderivados de la creciente acumulación de riqueza. Junto a ella la propia realeza, muyvinculada con la clase religiosa, la clase militar y el resto de la población entre los quese podrían destacar comerciantes, artesanos y agricultores, se conformaban como loselementos integrantes de una estructura que prácticamente se mantendría a lo largo dela etapa clásica, coincidiendo con la eclosión de las ciudades-estado, tanto en la zonamesoamericana como en la andina, y finalmente en el período Postclásico y el Horizon-te Tardío, constituyendo las estructuras que entraron en contacto y conoció el hombreeuropeo.

La sociedad que surge con la aparición del grupo sacerdotal reflejaba un ordendual en donde la religión encontraba una clara vinculación con al idea de civiliza-ción frente a la barbarie relacionada con la ausencia de creencias religiosas. Unasideas que transmitidas a través de objetos, no dejaban de representar conceptoscomo los de respeto y terror, destinados a la concentración y mantenimiento delpoder en unas manos muy exclusivas.

DETALLE DE LA PIEDRA TIZOC CON REPRESENTACIÓN DE GUERREROS. AZTECA.MUSEO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA. (MÉXICO).

No obstante, esta situación se rompe a inicios del primer milenio, momento enel que surgen aristocracias guerreras que hasta ese momento se habían mantenidoen un segundo plano y que resultan de la incursión de poblaciones nómadas que

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acabaron controlando a las sociedades teocráticas. Toltecas, mixtecas y chimús sonlos protagonistas de un cambio que de alguna manera provocó una vuelta al pasa-do con los grandes imperios a partir del 1300, convirtiéndose en símbolo de uni-dad, capacidad de emprender obras públicas y sobre todo de colonización de nuevastierras, hasta el momento en el que harían aparición de los españoles, caso de losaztecas y de los incas.

Es en esta última civilización es donde nos queda aún una unidad social básicade la que hablar: el ayllu. En el mundo inca, toda la organización social giraba entorno a este núcleo que prácticamente representa la unidad de parentesco en la quelos miembros se consideran descendientes de un antepasado común, real o supues-to. Junto a ello, se tenía una localización territorial estricta, con lo que cual favo-recía que el patriarcado generase unas relaciones de endogamia claras. Todo unsistema que se incorporó al imperio y que dio lugar a los ayllus reales.

LA RELIGIÓN

Las religiones prehispánicas son esencialmente agrícolas. Las divinidades, losritos, las fechas de las festividades, todo estaba vinculado directamente con lasfuerzas de la Naturaleza y con el cultivo de la tierra. Las explicaciones sobre elorigen de la vida hacen referencia constante al maíz como alimento supremo, comomaterial con el cual se hizo carne de los hombres. Por ello las ceremonias, presidi-das por verdaderos intermediarios como eran los sacerdotes, se convertían en accio-nes propiciatorias de la lluvia y la fertilidad formando el núcleo de los rituales,siendo la parte más antigua e importante de la compleja estructura del calendariode fiestas. Algunos autores incluso hablan de la propia guerra como la acción conla cual estos pueblos se hacían de los prisioneros necesarios para poder sacrificar-los con el único fin de mantener el movimiento del universo con sus ofrendas,verdadero alimento de los dioses, por encima de pretensiones de expansión territo-rial.

La preocupación por la lluvia, cuya expresión más clara pudo ser la perfecciónque se alcanzó en el control y traslado del agua para riegos en determinadaszonas de Mesoamérica y Suramérica, era la lógica consecuencia del carácter agrí-cola de aquellas sociedades, siendo el culto a la fertilidad el resultado más co-mún de estas prácticas. La presencia constante de imágenes y figuras de personajesfemeninos desde las etapas más tempranas y sobre todo el papel destacado quealcanza la imagen de la mujer en la organización social interna, se puede consi-derar como testimonio de la preponderancia que lo femenino alcanza a nivelesreligiosos.

El hombre prehispánico vivía inmerso en un universo trascendente en el que lasdivinidades y las fuerzas todopoderosas estaban presentes cotidianamente, y en elque los actos de los humanos influían en el orden o el caos del cosmos. La Natura-leza se convertía en un ámbito que no era independiente del obrar humano, de talmanera que cada acto de la vida estaba inmerso dentro de un ciclo universal delque difícilmente de podía ver desarraigado. Esta religiosidad que impregna la vida

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RELIEVE OLMECA CON LA REPRESENTACIÓN DE UN SACERDOTE. XALAPA.VERACRUZ. (MÉXICO).

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XOCHIPILI. DIOS DE LOS JUEGOS, DE LOS PLACERES Y DE LA ABUNDANCIAENTRE LOS AZTECAS.

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en todos sus resquicios, conlleva a la presencia de una cuidadosa y omnipresenteritualización. La vida y la muerte aparecen regladas por ritos que acompañan alhombre durante toda su existencia, ritos para nacer, morir, crecer, pasar de un esta-do biológico o social a otro, para conseguir abundancia, fortuna o felicidad, etc., yde los que dejarían testimonios valiosísimos autores como Bernardino de Sahagún.

Ejemplo de cómo los distintos elementos que intervienen en la caracterizaciónde la religión prehispánica encuentran su período definitivo y clarificador, lotenemos en la cultura azteca o mexica, en la que se inscriben los sacrificioshumanos que narraron las crónicas españolas, reflejo de que en el don divino dela vida reside y alumbra con más claridad la idea de que el universo entero estásostenido por la energía humana, y sólo el sacrificio proporcionará la fuerzasuficiente para el sostenimiento del ciclo vital. Una vinculación entre lo humanoy lo divino que aparece en el mito de la creación del Sol y la Luna en Teotihua-cán, en una ceremonia en la que también se crea al hombre a partir de los huesostriturados de los dioses, acción que convierte a los primeros en seres con uncomponente divino y a los segundos en señores incompletos ligados de por vidaa los sacrificios humanos.

CABEZA DE TLÁLOC. LA CIUDADELA. TEOTIHUACÁN. (MÉXICO).

Según los distintos mitos que se desarrollan, en el momento de la concepción deun ser humano, un fragmento de energía cósmica o tonalli, desciende del cielo y seencarna en el nuevo ser para conferirle la vida. Una energía que solamente serecupera mediante el sacrificio ya que de lo contrario se pierde en el camino haciael Mictlán o país de los Muertos. Los sacrificados son seres privilegiados cuyo

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destino está en garantizar que la vida continúe y que el sol se mueva, uno de lospocos aspectos considerados como eterno por parte de las culturas prehispánicas.Solamente la muerte aseguraba la vida; las fuerzas de la resurrección, que partendel sacrificio, permiten que el sol vuelva a salir, que la vegetación se regenere yque el agua abunde. Vida y muerte se convierten en dos aspectos de la mismarealidad, persistente idea del equilibrio de contrarios y que se reflejan en los esque-letos vivientes que abundan en la iconografía prehispánica.

Con la llegada de los españoles hubo una eficaz sustitución de un panteón porotro y de unas prácticas y ritos por otros. Una transición facilitada por la similitudentre lo antiguo y lo nuevo, fundamentalmente porque las dos tradiciones compar-tían entre otras, una especie de confesión, un rito de comunión, creían en la exis-tencia de una madre sobrenatural, etc. En definitiva aspectos que incluso influyeronen los diseños arquitectónicos de los edificios religiosos coloniales que buscaronen cierta medida una similitud con lo preexistente, con la intención de que eladoctrinamiento masivo al que se vería sometido el indígena, tuviera su marcoadecuado en el que no se encontrara extraño, estando incluso decorado con unapintura mural, que iconográfica y técnicamente hundía sus raíces en la imagen delos espacios prehispánicos.

El panteón prehispánico mesoamericano engloba divinidades tan dispares comoTláloc, el dios de la lluvia, Quetzalcóatl, Xochipilli, Chalchiutlicue, Coatlicue,Xochiquetzal, Xipe Totec, Huitzilopochtli, Tonatiuh, Tlazolteotl, entro otras. Mu-chas de ellas aparecen en la tradición religiosa desde etapas del preclásico como esel caso de Tláloc, siendo una constancia la relación de las mismas con la agricultu-ra y fenómenos de la naturaleza vinculados con ella.

La religión en la zona andina siempre estuvo vinculada con la construcción decentros religiosos desde los que emanaban los dogmas y las prácticas que por ejemplocaracterizaron el Horizonte Antiguo con Chavín o el Medio con Tiahuanaco. El estudioque se puede realizar a partir del análisis de las crónicas que desde el siglo XVI secomienzan a escribir sobre el Imperio peruano, pone de manifiesto la existencia de unaclara doble vertiente a la hora de hablar de la religión andina. Ambas apoyadas en laexistencia de una serie de mitos cosmogónicos que explicaban el origen del mundo, delos hombres, de las plantas, etc., incluso de su propio universo dentro del cual el inca seconsideraba parte. Todo un corpus de información transmitida de modo oral y dondejuega un papel importante Viracocha, una especie de héroe-padre que será fundamentalen el desarrollo del pueblo inca.

Dentro de estos esquemas que ordenan ese conjunto de creencias que afectarána su percepción del universo destacan algunos dioses que actuaban en diferentesplanos y con distintas funciones, que en definitiva regían las fuerzas de la natura-leza y facilitaban al hombre su sustento y su seguridad. A estos dioses se les dabael nombre genérico de huacas y se situaban en la base de la religiosidad popular.Para el caso suramericano, figuras como el Lanzón, el señor de los Báculos queevoluciona desde una fase chavinoide hasta su representación en la Puerta del Solde Tiahuanaco, Viracocha, o la propia conversión de las figuras del Sol y la Lunacomo divinidades, mantienen un mayor hermetismo respecto a la claridad de susentido fundamentalmente en los dos primeros casos.

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DETALLE DE LA ESTELA RAIMONDI. CHAVÍN DE HUÁNTAR. (PERÚ).

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No obstante dentro de todo este conjunto de integrantes de la religión preincaica eincaica que estamos señalando, queremos hacer especial mención de los antepasadosde los ayllu, que momificados y santificados conformaban lo que denominamos comomallquis llegando a mantenerse como elementos de culto tras la llegada española. Unosantepasados de cada una de las familias, cuya conservación se veía como elementoindispensable para reforzar las señas de identidad de los grupos.

En ese sentido, la creencia en una vida tras la muerte, estuvo muy asentada tantoen Mesoamérica como en la área andina, testimoniándose fundamentalmente en laaparición de una serie de edificios, ceremoniales y objetos que ratifican este aspec-to. La presencia de ajuares abundantes en las tumbas tanto de Monte Albán comoen las mochicas, pueden ser un ejemplo de la enorme preocupación que existía porhacer acompañar al difunto en su viaje más largo. La misma existencia de las dosformas básicas de enterramiento, incineración e inhumación, muestran la evoluciónque a lo largo de su historia conocieron los comportamientos ante la muerte porparte de estas culturas.

“CODZ POOP”. KABAH. YUCATÁN. (MÉXICO).

Este concepto determinó el desarrollo de todo un conjunto de rituales encaminadosa la conservación del cuerpo momificado, sobre todo en las culturas preincaicas eincaicas, ayudándose de las especiales condiciones del clima. Culturas como la chin-chorro, muestran lo tempranas que fueron estas prácticas, que se heredaron en el tiempopor mochicas e incas. Tanto las condiciones extremas del desierto como las de la altamontaña, aceleraron los procesos que aún en la actualidad sorprenden por el magníficoestado de conservación en el que hallan algunos de los cuerpos.

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LA ESCRITURA Y EL CALENDARIO

Uno de los máximos exponentes que plasman el desarrollo cultural al que puedellegar un determinado grupo, incluso para ser considerado como civilización, es laexistencia de los instrumentos necesarios para la comunicación entre los distintosmiembros que lo componen y las sociedades con las que se relacionan. A ellounimos las posibilidades de control del tiempo que son el reflejo de un alto gradode evolución, manifestación máxima del control de la aritmética. Detrás de ello seesconde un paulatino dominio de la Naturaleza que los rodea, de tal manera que elcómputo de los productos excedentes, así como una mejor manipulación de losproductos agrícolas, provocan la necesaria aparición de la escritura y el calendario.

Respecto a la primera de ellas, la existencia de un lenguaje escrito, en el que secombinan elementos abstractos con imágenes, pudo tener su origen en el períodoolmeca, momento en el que se registra la presencia de elementos esculpidos en losque aparecen signos de una complicada interpretación. Las posibles relaciones conla zona maya explicarían la existencia de similares iconografías que se empleanfundamentalmente en estelas, lo que relaciona desde un primer momento la escritu-ra con las clases sociales dirigentes, que la emplearían para determinar y marcarmomentos y fechas que se recordarían por su especial significación.

TABLETA DE LOS ESCLAVOS. PALENQUE. (MÉXICO).

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ESTELA OLMECA. MUSEO DE XALAPA. VERACRUZ. (MÉXICO).

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CALENDARIO DE SACSAHUAMÁN. CULTURA INCA. CUZCO. (PERÚ).

Signos que se mantendrían relacionados con lugares destacados como los apare-cidos en las estelas de la pirámide de Cuicuilco, en el Pedregal de México D.F., yque anticipan la etapa clásica teotihuacana. Una escritura tremendamente domina-da por la imagen que encontrará su culminación en los códices mixtecos de la fasefinal clásica y que serían el preludio del magnífico desarrollo de la escritura mayaa partir del siglo X d.C. Desde este momento los máximos elementos serán losdesarrollados por éstos, creando un código consistente en signos enmarcados ycompuestos que aún se llaman jeroglíficos ya que solamente se han conseguidodescifrar un tercio de los 820 signos que componen el conjunto total.

El alto grado de sofisticación alcanzado en este sentido, nos obliga a hablar deellos diferenciando estos textos precolombinos en dos clases y dos épocas. Losprimeros son epigráficos y están formados por inscripciones monumentales en este-las y edificios, todos de la etapa clásica. El segundo grupo lo integran los textosmanuscritos en papel de corteza de los que solamente se conservan los códices deDresde, París y Madrid. Las inscripciones registran sucesos históricos y míticos,mientras que los manuscritos presentan fechas, tablas y cómputos astronómicos,referencias a los dioses, prescripciones rituales y símbolos de dirección. La escritu-ra se ha reconocido como un sistema compuesto, ni ideográfico, ni puramentefonético, sino que contiene expresiones en ambos modos.

Por lo que respecta al cómputo del tiempo, los calendarios se testimonian desdela etapa olmeca en una clara relación de estas culturas con los ciclos vitales de laNaturaleza que se hacían indispensables controlar, debido a su estrecha vincula-ción con la producción agrícola de la tierra. Posiblemente sea esta necesidad, laexplicación de la aparición de un obligado control del transcurso del tiempo quetambién alcanzó su máximo exponente en la etapa maya. En esta fase encontramosinscripciones en las que se ofrece el número de días que han transcurrido desde un

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punto de partida arbitrario, teniendo en cuenta como señala el profesor AndrésCiudad, que el tiempo no se puede conceptuar como un fenómeno estático, sinorecurrente, cíclico, que es susceptible de medir y que puede ser medido en unida-des jerárquicas manipulables matemáticamente. De esta manera podemos decir queel calendario, desde su aparición y total definición en el período maya, tiene susraíces en la historia, y se ha forjado a partir de la religión, de los horóscopos, de laadivinación y de la astronomía.

La complejidad que alcanzó en el mundo maya hizo que contarán con variosciclos, con unas funciones muy determinadas y que fueron utilizados por las elitesaristocráticas y sacerdotales para legitimar su posicionamiento frente al pueblo.

Siguiendo al profesor Andrés Ciudad, vamos a explicar en que consistía el calenda-rio maya que es el que alcanzó un mayor grado de complejidad y de elaboración en lasculturas prehispánicas de Mesoamérica. El primer ciclo se conoce con el término detzolkin o “cuenta de los días”, que los mayistas han bautizado como almanaque sagra-do. La unidad básica es el día, cuya designación obedece a la combinación de doselementos: un número del 1 al 13 y un conjunto de veinte días con su propio nombre.Los nombres de los días adaptados al castellano por Fray Diego de Landa son: Imix, Ik,Akbal, Kan, Chicchan, Cimi, Manik, Lamat, Muluc, Oc, Chuen, Eb, Ben, Ix, Men, Cib,Caban, Etz’nab, Cauac, Ahau. El proceso consistiría en asimilar un número a un día demanera sucesiva, 1 Imix, 2 Ik, etc., cerrándose el ciclo cada 260 días.

El segundo calendario define el año solar conocido como Haab y consta dedieciocho meses de veinte días cada uno, más un mes adicional de cinco días. Susnombres son: Pop, Uo, Zip, Zotz, Tpec, Xul, Yaxkin, Mol, Chen, Yax, Zac, Ceh,Yax, Zac, Ceh, Mac, Kankan, Muan, Pax, Kayak, Cumku, Uateb. La combinaciónde este calendario es más parecida al nuestro, de tal manera que cada mes corre losveinte días correspondientes, 0 Pop, 1 Pop, etc., hasta completar los 360 días.

Estos dos calendarios llegaron a combinarse para dar lugar a la que se conocecomo Rueda Calendárica, que es resultado de combinar 260 x 365, dando lugar a18.980 días o lo que es lo mismo 73 tzolkin o 52 haab. En este tercer caso los díasirían nombrados de la siguiente manera 1 Imix 0 Pop, 2 Ik 1 Pop, 3 Akbal 2 Pop,etc. Las dimensiones a las que llegó el cómputo del tiempo hizo necesaria la utili-zación de unidades, que permitieran medir los períodos de cincuenta y dos años.

Estos órdenes de unidades son Kin que equivale a un día; Uinal que correspon-de con 29 kines; Tun, es decir 18 uinales; Katun o lo que es lo mismo 20 tunes ypor último Baktun que son 20 katunes.

Conocidas como series iniciales se emplearon continuadamente en estelas, alta-res, etc., y registran la fecha de erección, mediante la enumeración de los períodosde 400 años que han pasado desde el cero, así como los períodos de 20 años delciclo de 400 en curso. También se da la fecha del monumento concreto en elperíodo de 20 años y en el calendario ritual de 360 días. En otros bloques designos aparecen otros detalles sobre la edad lunar, sobre las regencias divinas im-plicadas en la composición astronómica del momento y otras series se ocupan delos cómputos relativos al año solar y a la posición de la tierra respecto del sol. Elsistema incluye signos para los números, para los períodos, para las deidades, paralas direcciones y para las prescripciones rituales, así como para los augurios.

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EDIFICIO CONOCIDO CONO “EL CARACOL”. POSIBLE OBSERVATORIOASTRONÓMICO. CHICHÉN ITZÁ. YUCATÁN. (MÉXICO).

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La cronología es muy precisa, ya que no puede reaparecer ninguna fecha deserie hasta después de 374.440 años, y es duradera, puesto que la inscripción deserie inicial es tan redundante que su mensaje fundamental se puede reconstruirincluso aunque estén destruidas las dos terceras partes. En la historia clásica mayase personificaba y deificaba cada período de tiempo, hasta el simple día. El culto yritual de los períodos de tiempo sigue vigente, aunque atenuadamente, entre lasremotas comunidades de las tierras altas de Guatemala y el sur de México.

Estas fechas de series iniciales y otras más breves, llamadas expresiones de ca-lendario redondo, están muchas veces separadas por números que indican distan-cia, y que señalan los días transcurridos entre las fechas registradas. Éstas a menudose refieren a personas, títulos hechos y lugares, y a partir de su lectura se podráreconstruir finalmente la historia dinástica de muchos emplazamientos mayas clási-cos.

Por lo que respecta al área suramericana, sería con los incas con los que sealcanzaría un mayor grado de desarrollo y expansión cultural. Pero al contrario delo que venimos comentando para la zona mesoamericana, en el mundo inca noexiste ninguna clase de escritura, siendo los kipus y la fuerza de la tradición habla-da los únicos medios que se emplearon para transmitir los acontecimientos históri-cos. Los kipus, más que una escritura, se convirtieron en el mecanismo que permitióregistrar la marcha del Estado, mediante un sistema de nudos y piedras en cordonesde diversos colores y tamaños que marcaban los acontecimientos, datos estadísti-cos, batallas, cosechas y expediciones. Cada cosa indicaba su lugar en las cuerdas,de tal manera que las unidades se colocaban en la extremidad inferior del hilo, lasdecenas más arriba y así sucesivamente.

Cada cordón tiene un significado que corresponde a un determinado color yasí el amarillo representa el oro, el blanco la plata, el rojo la guerra, el verde lasementera, etc. A la muerte de un soberano, los altos dignatarios se reúnen paraconsiderar los hechos de mayor importancia, seleccionar aquellos que se darán aconocer al pueblo y los que son de dominio divino. Merced a los kipus losfuncionarios o kipucamayos llevaban cuenta exacta de la población según laedad y sexo, los nacimientos, muertes, enfermedades, casas, animales, cosechas,etc.

LA ECONOMÍA (AGRICULTURA Y COMERCIO)

Los primeros grupos que se asientan de una manera estable en el territorio,culminando el proceso de sedentarización iniciado siglos antes, pusieron de mani-fiesto la pronta necesidad de consolidar la evolución de dos elementos fundamen-tales para mantener la estabilidad del grupo, la agricultura y el comercio. El paulatinocalentamiento de la tierra desde las últimas glaciaciones que lo hacían más similaral actual, permitió que la economía básica de estos grupos se sustentara con unsistema mixto en el que convivían pesca, recolección, cacería, la propia agriculturay los intercambios de objetos y productos, siempre dependiendo de las propiascaracterísticas de los territorios por donde se movían.

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ESTELA DE QUIRIGUÁ. (GUATEMALA).

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La agricultura plasmaba en sí misma el largo proceso de contemplación y análi-sis de la Naturaleza, selección de especies vegetales y su posterior domesticaciónpara hacerlas productivas, aspecto del que venimos hablando, generando un desa-rrollo en torno a una de las plantas que más trascendencia ha podido tener en eldesarrollo de una civilización: el maíz.

De las hipótesis más recientes acerca del origen del maíz, encontramos una seriede apreciaciones que van desde las propuestas de una evolución unilineal hasta losque defienden trasmutaciones que llevaron la línea evolutiva por caminos que nose han constatado con la realidad arqueológica. En este sentido jugó un papelfundamental la cultura indígena que llevó a cabo hibridaciones tendentes al mejo-ramiento de la especie y a un mayor rendimiento de la planta. Un mecanismocultural al que se le unió la incidencia de las condiciones climáticas, topográficasy aquellas que pudieron afectar a la consecución de su consolidación como base dela alimentación americana.

Hacia el cuarto milenio antes de Cristo, la domesticación del maíz había dadosus primeros resultados en México, Centroamérica y Suramérica, un elemento devital importancia que incluso derivó en el desarrollo y aparición de diversas tipo-logías de paisajes como el de chinampas en el Valle de México o el de andenes quealteraría el medio en la zona andina y que junto con un control efectivo del aguase convertiría en uno de los pilares de las civilizaciones que se desarrollaron desdela costa colombiana a la chilena y en los valles interiores de los altiplanos.

Junto al maíz, el cultivo de la calabaza, el aguacate, el chile, la papa o lamandioca, vinieron a completar un amplio grupo de plantas que se domesticaron

EL GRAN COLIBRÍ. ARTE NAZCA. (PERÚ).

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de una forma paulatina. Una agricultura que desde un inicio también conoció unaevolución en lo que se refiere a las distintas técnicas y sistemas de cultivo queevidentemente incidieron en la producción de excedentes, cuya disminución fue lacausa de las crisis del siglo VIII que dieron al traste, por ejemplo en el área mesoame-ricana con culturas como la teotihuacana o la maya.

El control del agua fue necesario para que se produjera dicho desarrollo y así loconstatan los innumerables canales que aparecen en yacimientos tempranos comoel olmeca de San Lorenzo, las propias obras de ingeniería que corrigieron el trayec-to del río San Juan en Teotihuacán o los sistemas de acueductos, canales y andenesque aparecerán en la región andina, recorriendo las márgenes de los ríos que desdelos Andes, descendían hasta el Pacífico.

Respecto a las rutas comerciales, éstas se definen desde un primer momentocomo los vehículos a través de los cuales se pusieron en contacto distantes zonasde América que intercambiaron productos excedentes y materias primas sobrantes,en una incipiente articulación económica de las relaciones que llegó a su máximoculmen en las etapas finales de los imperios americanos de los siglos XIV y XV,justo antes de la llegada del hombre europeo.

Desde los primeros momentos, los intercambios comerciales permitieron la exis-tencia de rutas de comunicación que explicaron la presencia de elementos cultura-les en punto distantes a los de origen. No olvidemos que en la zona mesoamericanaya los olmecas establecieron vías de penetración a otros espacios como la zona delos Valles de Oaxaca o el propio altiplano mexicano, en busca de unas áreas quesuplieron las carencias agrícolas de su zona de origen. Por otro lado Teotihuacánestableció puntos de contacto con la zona del Yucatán y los propios Valles deOaxaca y éstos últimos con Monte Albán a la cabeza controlaban rutas hacia elGolfo, el propio Valle de México, la zona del Pacífico y el área maya.

En la región andina, serían los incas quienes llevaron a cabo una articulaciónterritorial global que hasta ese momento no se conocía y que las propias condicio-nes geográficas determinaron en un alto grado, como fue el caso de la propia costadonde los valles transversales funcionaban como puntos focales de ocupación olos propios valles interiores andinos que en ocasiones solamente permitían unaverdadera y más rápida comunicación con la zona costera, más que con otras regio-nes del interior. Unas vinculaciones entre costa e interior que desde las fases Prece-rámica e Inicial ya constataron la necesidad de realizar intercambios que mantuvieranun equilibrio en los alimentos de las dietas alimenticias.

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SELECCIÓN DE IMÀGENES

LOS SACERDOTES

Uno de los personajes más reproducidos en los ciclos pictóricos clásicos, es lade una figura, ataviada con una indumentaria tremendamente vistosa, y que repre-senta a un sacerdote dedicado a servir y realizar los cultos de un determinado dios,exponente de la organización social que dirigió los designios de las sociedadesclásicas mesoamericanas hasta el año 1000 d.C.

HOMBRE VESTIDO COMO ÁGUILA. CACAXTLA. TLAXCALA. (MÉXICO).

Su presencia, generalizada en los ciclos pictóricos de Teotihuacán o de las tum-bas de Monte Albán, habla de su protagonismo en la estructura social, religiosa eincluso económica y política de estas ciudades. Su papel intermediario es sin dudael reflejo de un largo devenir, iniciado en aquellas sociedades igualitarias en lasque sobresalían determinados miembros por sus habilidades propiciatorias y queconsiguieron convertir a toda una maquinaria coercitiva en un mecanismo de con-trol y dominio social hasta la llegada de las sociedades militarizadas posclásicas,en las que su papel se diluyó con el del monarca, perdiendo el protagonismoanterior.

El ejemplo que nos ocupa, compositivamente participa de las características dela pintura prehispánica, destacando fundamentalmente por la riqueza de la indu-mentaria con la que se representan. Aparecen dibujados de perfil, aunque existenlos ejemplos de frente, ante un fondo neutro o formando parte de un paisaje con-

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vencional, con unos contornos muy claros dominados por la línea y con un empleodel color en superficies lisas y sin gradaciones en los que dominan los rojos, ver-des, azules, amarillos y naranjas. Tanto las túnicas como los tocados a veces hacendifícil su lectura, destacando en ocasiones por portar báculos o la bolsa de copal yla voluta de la palabra o greca, símbolo de estar llevando a cabo un determinadoritual. Destacan, de todos los conjuntos, los sacerdotes de los mencionados com-plejos de Teotihuacán o los de Monte Albán.

LOS GUERREROS DE TULA

Los cambios que se van a producir en el área mesoamericana, con al incursiónde grupos chichimecas desde el norte, se verán reflejados a partir del año 1000, enuna transformación evidente en la iconografía que va a dominar los grandes con-juntos programáticos de los centros que se construirán a partir de este momento.Uno de los casos más significativos es el que representa los guerreros del templo deQuetzalcóatl señor de la mañana o Tlahuizcalpantecuhtli en la ciudad de Tula,centro neurálgico de la cultura tolteca, la más clásica y reverenciada de las surgi-das a partir de este momento y hasta la llegada de los españoles.

Como si de verdaderos atlantes se tratara, en realidad retoman la tradición desoportes pétreos que ya iniciara la Chalchiuhtlicue teotihuacana, conformándosedesde un punto de vista iconográfico, como los representantes del nuevo protago-nista de la organización social: el guerrero. Diseñados como soportes articuladosen diversos tambores, no dejan de presentar las características de la escultura mesoame-ricana prehispánica, determinada por la falta de herramientas apropiadas para latalla de la piedra, y afectando a la presencia de un trabajo de relieve que apenas sitalla en profundidad a la piedra. Junto a ello sobresale su monumentalidad, verda-deros guardianes del templo que custodiaban y que con su presencia reforzaban supoder al ubicarse en uno de los puntos más sagrados de la ciudad, constatando loscambios que se estaban produciendo y que dominarán la vida en las ciudades hastael siglo XVI.

Sus rasgos aparecen trabajados en bajorrelieve, incluso meras incisiones en lasuperficie de la piedra andesítica en la que están realizados. Presentan un mayorpredomino del volumen sobre la talla, lo que pudo ser una consecuencia de lapropia carencia técnica que comentamos, como por la propia necesidad de trasmitirfuerza y solidez que se quería conseguir con estas imágenes.

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GUERRERO DE TULA. (MÉXICO).

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XIPE TOTEC

El carácter funcional de los dioses que componen el panteón prehispánico, destaca porla presencia de algunos de ellos que reflejan la clara intencionalidad propiciatoria de susorígenes, vinculados siempre con la necesidad de garantizar el mantenimiento de la ex-plotación de la tierra. En este sentido, la figura de Xipe Totec, o el dios desollado reflejamuy bien la presencia de divinidades a las que se vinculan no sólo sacerdotes que estándestinados a efectuar los rituales, sino además, la definición de toda una programáticaritual en la que de alguna manera se definen los fines para los que estaban designados.

DIOS XIPE TOTEC. AZTECA.

Sahagún describe la imagen de este dios de la siguiente manera: “…es a manera deun hombre desnudo que tiene el un lado teñido de amarillo y el otro de leonado; tienela cara labrada de ambas partes a manera de una tira angosta que cae desde la frente hastala quixada; en la cabeza, a manera de un capillo de diversos colores con unas borlas quecuelgan hazia las espaldas, tiene vestido un cuero de hombre; tiene los cabellos trança-dos en dos partes y unas orejeras de oro; está ceñido con unas faldetas verdes que lellegan hasta las rodillas, con unos caracolillos pendientes; tiene unas cotaras o sanda-lias; tiene una rodela de color amarillo con un remate de colorado todo alrededor, tieneun cetro con ambas manos, a manera de la copa de la dormidera, donde tiene la semilla,con un casquillo de saeta encima empinado”.

La iconografía de este dios es bastante elocuente y clarificadora del acto que repre-senta, en el que la idea de un nuevo renacer tras la muerte aparece vinculada con el actode colocarse la piel de un sacrificado que tiene el sacerdote que rinde culto a este dios.El sacerdote, de este modo, suele aparecer tocado con la piel del cuerpo y la cara delsacrificado, colocada como si de un disfraz se tratara y con cuya putrefacción, sobre elcuerpo de un ser vivo, venía a significar la idea de la renovación cíclica de la naturaleza.

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KIPU.

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LOS KIPUS

Uno de los ejemplos más representativos de la falta de una producción escrita delas culturas prehispánicas y de la importancia de la tradición oral, serán los kipusincaicos, verdaderos artefactos con los que se llevaba un control efectivo de laproducción, la población e incluso el paso del tiempo.

En esencia se trata de un conjunto de cordones anudados a uno principal, loscuáles cada uno de ellos tiene un significado que se corresponde a un determinadocolor, de tal manera que el amarillo representa el oro, el blanco la plata, el rojo laguerra, el verde la sementera, etc.

En esencia se trata de un juego de cuerdas que anudadas permitían recoger cadauno de los cómputos que se querían realizar, logrando ser un sistema con unaperfección que asombró a los propios españoles cuando llegaron a territorio incai-co en el siglo XVI.

EL VALLE SAGRADO-URUBAMBA

El desarrollo de los valores espirituales y religiosos en la región andina, supusodesde un primer momento determinar el establecimiento de un conjunto de símbo-los que funcionaran como elementos intermediarios entre los hombres y las divini-dades. En el caso concreto del Valle Sagrado, el papel del cultivo y del agua seaúnan en uno de los conjuntos más impresionantes de identificación de la natura-leza y lo sagrado.

En todo ello jugó sin duda un papel destacado, la estrecha relación entre laexplotación agrícola de la tierra y las acciones propiciatorias hacia los dioses,teniendo uno de sus ejemplos más relevantes en la imagen del Valle Sagrado delImperio Inca, recorrido por el río Urubamba o Vilcanota. La importancia de laexplotación de la tierra para estas culturas, hizo que desde tempranas fechas estu-viera vinculada a la idea de un don divino, gracias al cual se podía sostener lasociedad que las custodiaba.

En este sentido, los trabajos de sometimiento de esa naturaleza por parte de lasculturas prehispánicas adquiere en los Andes uno de los ejemplos más sobresalien-tes en los que se aprecia no solamente su carácter de trabajo humano, sino de unasestructuras que se ponen al servicio del culto a determinados dioses.

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VISTA DEL VALLE SAGRADO. (PERÚ).

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APÉNDICE DOCUMENTAL

EL MITO DE COYOLXAUHQUI*

«Mucho honraban los mexicas a Huitzilopochtli, sabían ellos que su origen, suprincipio fue de esta manera: En Coatepec, por el rumbo de Tula, había estado vivien-do, allí habitaba una mujer de nombre Coatlicue. Era madre de los cuatrocientos Suria-nos y de una hermana de éstos de nombre Coyolxauhqui. Y esta Coatlicue allí hacíapenitencia, barría, tenía a su cargo el barrer; así hacía penitencia, en Coatepec, la mon-taña de la Serpiente. Y una vez cuando barría Coatlicue, sobre ella bajó un plumaje,como una bola de plumas finas. Enseguida lo recogió Coatlicue, lo colocó en su seno.

Cuando terminó de barrer, buscó la pluma, que había colocado en su seno, pero nadavio allí. En ese momento Coatlicue quedó encinta. Al ver los cuatrocientos Surianosque su madre estaba encinta, mucho se enojaron, dijeron: —¿Quién le ha hecho esto?¿Quién la dejó encinta? Nos afrenta, nos deshonra. Y su hermana Coyolxauhqui lesdijo: —Hermanos, ella nos ha deshonrado, hemos de matar a nuestra madre, la perversaque se encuentra ya encinta. ¿Quién le hizo lo que lleva en el seno?

Cuando supo esto Coatlicue mucho se espantó, mucho se entristeció. Pero suhijo Huitzilopochtli, que estaba en su seno, la confortaba, le decía:—No temas, yosé lo que tengo que hacer. Habiendo oído Coatlicue las palabras de su hijo muchose consoló, se calmó su corazón, se sintió tranquila. Y entre tanto, los cuatrocientosSurianos se juntaron para tomar un acuerdo, y determinaron a una dar muerte a sumadre, porque ella les había infamado. Estaban muy enojados, estaban muy irrita-dos, como si su corazón se les fuera a salir. Coyolxauhqui mucho los incitaba,avivaba la ira de sus hermanos, para que mataran a su madre».

* «La leyenda de la Coyolxauhqui» (Fragmento). Artes de México, nº 7. 2000, pp.18-19.

ORIGEN DEL MUNDO INCA*

«En los tiempos antiguos dicen ser la tierra e provincias de Piru oscura y que en ellano había lumbre ni día y que había en este tiempo cierta gente en ella la cual gente teníacierto señor que la mandaba y a quién ella era sujeta del nombre de esta gente y delseñor que la mandaba no se acuerdan y en estos tiempos que esta tierra era toda nochedicen que salió de una laguna que es e esta tierra del Perú en la provincia que dicen deColla suyo un señor que llamaron Contiti Viracocha, el cual dicen haber sacado consi-go cierto número de gente del cual número no se acuerdan y como este hubiese salidode esta laguna fuese de allí a un sitio que junto a esta laguna está donde hoy es unpueblo que llaman Tiaguanaco en esta provincia ya dicha del Collao y como allí fueseél y los suyos luego allí improviso dicen hizo el sol y el día y que al Sol mandó queanduviese por el curso que anda y luego dicen que hizo las estrellas y la luna. El cualContiti Viracocha dicen haber salido otra vez antes de aquella y que en esta vez primeraque salió hizo el cielo y la tierra y que todo lo dejó oscuro y que entonces hizo aquellagente que había en el tiempo de la oscuridad ya dicha y que esta gente le hizo cierto

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deservicio a este Viracocha y como della estuviese enojado tornó esta vez postrera ysalió como antes había hecho y aquella gente primera y a su señor en castigo del enojoque le hicieron hízole que se tornasen piedra luego ansi como salió y en aquella mismahora como ya hemos dicho dicen que hizo el sol y día y luna y estrellas y que esto hechoque en aquel asiento de Tiaguanaco hizo de piedra cierta gente y manera de dechado dela gente que después había de producir haciéndole en esta manera que hizo de piedracierto numero de gente y un principal que la gobernaba y señoreaba y muchas mujerespreñadas y otras paridas y que los niños tenían en acunas según su usu todo lo cual ansihecho de piedra que lo apartaba a cierta parte y que luego hizo otra provincia de genteen la manera ya dicha y que ansi hizo toda la gente de Perú y de sus provincias allí enTiaguanaco formándolas de piedra en la manera ya dicha y como las hubiese acabadode hacer mandó a toda su gente que se partiesen todos los que él allí consigo teníadejando solos dos en su compañía a los cuales dijo que mirasen aquellos bultos y losnombres que les había dado a cada género de aquellos señalándoles y diciéndoles estosse llamarán los tales y saldrán de tal fuente en tal provincia y poblarán en ella y allíserán aumentados y estos otros saldrán de tal cueva y se nombrarán los fulanos y pobla-rán en tal parte y ansi como yo aquí los tengo pintados y hechos de piedra ansi han desalir de las fuentes y ríos y cuevas y cerros en las provincias que ansi os he dicho ynombrado e ireis luego todos vosotros por esta parte señalándoles hacia donde el solsale dividiéndolos a cada uno por si y señalándole el derecho que había de llevar».

* BETANZOS, Juan de. Suma y narración de los Incas. Madrid, Ed. Atlas, 1987,pp. 11-12.

LA FILOSOFÍA DEL TIEMPO MAYA*

«Para los mayas el tiempo constituyó un motivo de interés absorbente. Cada estela ycada altar se erigían para señalar el paso del tiempo, y por ello la dedicación se hacía alfin de un período. Es igual que si erigiéramos nosotros un monumento al final de cadacinco o diez años y grabáramos en él la correspondiente fecha [...], juntamente coninformación sobre la edad de la Luna y los dioses entonces regentes. En alguna ocasiónse creyó que los monumentos mayas con inscripciones [...], trataban exclusivamente delpaso del tiempo, de datos sobre la Luna y el planeta Venus, de cálculos calendáricos yde asuntos sobre los dioses y los rituales implícitos en estos temas; pero los testimoniosarqueológicos demuestran ahora que también se registraron sucesos históricos. Lostextos de los únicos tres manuscritos jeroglíficos que sobrevivieron a la destrucciónestán llenos, en su mayor parte, de almanaques adivinatorios y dan información sobrelos aspectos de los dioses de los días, como por ejemplo cuales son favorables o desfa-vorables para la siembre, la cosecha o la caza. También contienen pasajes sobre asuntosastronómicos, pero como siempre, la acentuación recae sobre los dioses que intervienenen ello».

* THOMPSON, J.Eric.S. Grandeza y decadencia de los Mayas. México, FCE,1995, p. 196.

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CAPÍTULO 3:

LA TECNOLOGÍA PREHISPÁNICA

INTRODUCCIÓN

Las civilizaciones de la América prehispánica poseen una aparente semejanzaque oculta una gran diversidad. Las similitudes están en parte condicionadas por latecnología que llegan a desarrollar, mucho más precaria que la que se generó en elViejo Continente, y que siempre estuvo determinada por una serie de limitacionesen la manipulación de las materias primas en cada una de las zonas que estudia-mos. En cambio, las diferencias vienen dadas por las condiciones que impone elmedio a la hora de intevenir sobre él y los materiales que aporta a cada uno de losgrupos, las soluciones necesarias para transformarlo y convertirlo en un espaciocultural y habitable.

El hierro y el acero eran desconocidos. Excepto en los Andes, las herramientasde cobre y bronce nunca llegaron a usarse de forma común, aunque el oro y laplata fueron empleados abundantemente para la fabricación de joyas cuya cali-dad técnica y estética sorprendió a los mismos orfebres europeos del siglo XVI.Los arquitectos ignoraban la cúpula y el arco de medio punto. No tenían conoci-miento de la pólvora, de la acuñación de monedas, de la escritura alfabética, dela imprenta, de la destilación del ácido, del cristal o de los vidrios para lasventanas.

El principio de la rueda había sido reconocido en México, pero no era empleadoen ninguna parte para nada más serio que mover juguetes; no había carretones, nimolinos de viento, ni ruedas de alfarero, ni poleas, ni ninguna de las máquinas quedependen de ruedas y engranajes. No obstante el grado de desarrollo que alcanza-ron precisamente intentando solventar los problemas que esta falta de técnica im-plicaba, demuestra, que la consecución de una civilización no depende exclusivamentede los avances tecnológicos sino que participan otros condicionantes como el pro-pia manera de solventar los problemas ante la falta de medios.

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CULTURAS DE LA EDAD DE PIEDRA: HERRAMIENTAS YTÉCNICAS CONSTRUCTIVAS

Los pueblos mayas clásicos producían objetos utilitarios y de adorno sólo conherramientas de piedra, conformando como decimos, un claro ejemplo de cómo uncomportamiento y desarrollo cultural no tiene porque estar determinado por lacalidad y naturaleza de los instrumentos. Sus formas, aunque son comparables a lasrealizadas por las civilizaciones del metal de la antigüedad mediterránea, pertene-cen por su tecnología a una fase neolítica de evolución.

DETALLE ARQUITECTÓNICO DEL JUEGO DE PELOTA. DAINZÚ. (MÉXICO).

La cultura material prehispánica, por lo que respecta a las herramientas, siempreestuvo muy mediatizada por la necesaria aplicación del metal que se pudo hacer encualquiera de las áreas que se han delimitado, de tal manera que incluso el propiodesconocimiento en el uso de los materiales para la obtención de las mismas, seconvirtió en una situación que llegó a determinar que las obras de arquitectura oingeniería tuvieran unas determinadas características.

En efecto, el calificativo de cultura de la edad de piedra se aplica fundamental-mente, por el hecho de ser objetos pétreos los que se van a emplear, por ejemplo, enla elaboración de muchos de los edificios y esculturas. Exponentes claros de laproducción de estos grupos, solamente podemos hablar de la existencia generaliza-da de herramientas indígena realizadas con piedras, cuyas características de dureza,superaban a aquellas sobre las cuales se trabajaba, predominando basaltos, obsidia-na, cuarzo, pedernal, andesitas o el empleo de las arenas para el acabado final deesculturas o sillares exteriores de los edificios.

Otras herramientas que han llegado hasta nuestros días son llanas de aplanado,realizadas con rocas cuyo peso específico era menor que el utilizado para otros

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ANDENES DE MACHU PICCHU. (PERÚ).

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artefactos como tezontles o rocas volcánicas; o las plomadas de las que se conocenlas realizadas en piedra y cerámica.

Las técnicas empleadas para el trabajo de la piedra eran la talla y el picado, con elposterior pulido de la pieza. La primera requería de un mayor control del proceso,mediante percusión o presión, empleándose en piezas de pequeño tamaño a las que seles quería conferir una especial forma que dominaba sobre el volumen. En cambio, lasegunda, es decir el picado, aparece en las esculturas de mayores dimensiones, porejemplo en aquellas de carácter público y religioso. Se distingue por un claro predomi-nio del volumen de la roca sobre la que se trabaja, sobresaliendo la presencia de losmotivos en bajo o medio relieve, en ocasiones simples incisiones que recuerdan alhueco relieve y donde se realiza un acabado final que consiste en la pulimentación dela superficie. De este último ejemplo existen piezas de una indudable calidad como lascabezas de Quetzalcóatl en la pirámide de la Ciudadela de Teotihuacán, en las que seconsigue un trabajo de verdadero calado de la piedra, en el acabado de los dientes de losofidios, completándose el resto de los detalles con la aplicación de pintura.

CABEZA DE UNA DE LAS SERPIENTES DE LA PIRÁMIDE DE QUETZALCÓATL.TEOTIHUACÁN. (MÉXICO).

Por otro lado la madera tuvo que jugar un papel importante a pesar de ser pocos lostestimonios que se tienen acerca de su empleo. Fundamentalmente se utilizó en laconstrucción de obras públicas y habitaciones, cumpliendo la función de absorberesfuerzos o librar claros en vanos, funcionando como dinteles, jambas, vigas, etc. Tam-bién son destacables, aunque menos, las esculturas realizadas en este material y de lasque han llegado pocos ejemplos por sus propias características, las que a duras penasson capaces de salvar unas condiciones ambientales de alta temperatura y humedad.

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PIRÁMIDE DE CUICUILCO. DETALLE. (MÉXICO).

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Estas herramientas, junto con el empleo de determinados materiales, permitieronel desarrollo de una serie de técnicas, más amplias de lo que en principio se puedeconsiderar a tenor de las claras limitaciones impuestas por el grado de desarrolloalcanzado. Podríamos señalar tres ejemplos, que muestran qué grado logró la per-fección técnica en las civilizaciones prehispánicas. Así destacaríamos por un ladolas soluciones aplicadas a la construcción de las grandes pirámides mesoamerica-nas, por otro las soluciones arquitectónicas ejecutadas por los mayas y por últimoel trabajo de la piedra del mundo inca.

Por lo que se refiere al primero de los ejemplos, las soluciones aplicadas en laconstrucción de las grandes pirámides o plataformas mesoamericanas son el resul-tado de un proceso que se inicia en el preclásico, en las primeras fases de yacimien-tos olmecas de la zona del Golfo, en las que se ejecutaban estas construccionesmediante el mero amontonamiento de los materiales que proporcionaba el entorno.La estructura A del yacimiento de la Venta, se toma como ejemplo que inaugurauna evolución que progresivamente iría testimoniando un constante perfecciona-miento en la elaboración y acabado de estos edificios en períodos intermedios, yque ejemplificados en la pirámide de Cuicuilco, incorporarían un nuevo compo-nente como fue una cubierta exterior de piedra. Este proceso encontraría evolutiva-mente su punto final, en la ciudad de Teotihuacán con la Pirámide del Sol, en laque se emplea un sistema mixto ya ensayado en Cuicuilco, pero modificado enplanta, y que acabaría perfeccionándose en las estructuras de la pirámide de laLuna y el Templo de Quetzalcóatl, también en Teotihuacán, que de una forma uotra se convierten en los primeros capítulos de la arquitectura que se ejecutará conposterioridad.

LA PIRÁMIDE DE LA LUNA DESDE LA CALZADA DE LOS MUERTOS.TEOTIHUACÁN. (MÉXICO).

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En efecto, estos dos edificios se construyen siguiendo un nuevo proceso cons-tructivo más estable, seguramente con anterioridad al año 300 d. C. La solución seorganiza en torno a un centro realizado con pilastras construidas con láminas detepetate, con conductos entre éstas, en los que se amontonaban piedras y tierra. Enlas terrazas, muros en forma de alas, sostenían el talud. Después de construir elesqueleto de pilastras y alas, se rellenaba la masa con tierra, de modo que se avan-zaba más rápidamente que con el viejo método de acumular capa por capa.

No debemos olvidar que la arquitectura olmeca se había convertido en el primerepisodio de una camino en el que se aplica la tierra como componente fundamentaly donde se emplea un progresivo depósito de grandes volúmenes de materiales quepermitían alcanzar ciertas alturas que se veían limitadas en su desarrollo por losfactores técnicos, de tal forma que la base y altura de los edificios estaba determi-nada por el ángulo natural de reposo del material.

En el segundo de los ejemplos, la arquitectura maya logró dotar a la ejecución de susedificios una calidad tal, que permite sin ninguna duda, hablar de la existencia de unperíodo clásico en la construcción prehispánica. Una arquitectura en piedra que usarábóvedas con voladizo y cemento u hormigón de argamasa, todos ellos empleando lacaliza como base de los morteros y revocos. En cuanto a la disposición de las primerasnos encontramos con una solución en la que mediante un sistema de piedras contrape-sadas, cada una situada de forma que sobresale por encima de la fila inmediatamenteinferior, se genera la cubrición de espacios estrechos, pero en ocasiones tremendamentealargados, que solucionaban en algunos casos las necesidades, por parte de las clasesdirigentes de contar con grandes salas de recepción cubiertas.

Una bóveda maya que apoya sobre unos muros de carga, definiendo una estruc-tura en la que la altura de la aquélla y el soporte es igual. No obstante, el sistematiene una inestabilidad inherente, y su equilibrio depende del ajuste entre los dis-tintos salientes y varios elementos de contrapeso. A la estabilidad contribuíantambién el mortero de cal, los núcleos de cemento, las vigas de madera, los muros,sin olvidar las divisiones interiores que también jugaban su papel. El uso delcemento o el hormigón para las uniones es una costumbre maya, que no se da enotros ejemplos de bóvedas con voladizo realizados en otros espacios.

La decoración central del tejado maya, llamada cresta y los falsos frentes, seconforman en verdaderas cargas, destinadas a contrapesar los muros de sostén con-tra los voladizos inestables. Normalmente la bóveda maya se asienta con gruesasvigas de madera en el interior del espacio que cubre, insertadas a medida queavanzaba la construcción, y cuyo papel era inicialmente mantener separados losvoladizos durante el largo período de secado del mortero, aunque acabaron for-mando parte del mobiliario interior de la construcción.

En líneas generales se trata de una arquitectura en la que predomina la masa sobre elvolumen y el espacio interno, logrado por el aglutinamiento de grandes cantidades dematerial y rellenos de cajones de mampostería con juntas de barro, aprovechando es-tructuras preexistentes a manera de núcleos, lo que recibe el nombre de superposición.De tal forma que una estructura concreta podía estar conformada por una serie de estassuperposiciones hasta alcanzar dimensiones colosales, y cuya construcción venía alegitimar el orden determinado por los cambios de gobernantes.

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DETALLE DEL PALACIO. PALENQUE. CHIAPAS. (MÉXICO).

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RESTOS DE DECORACIÓN ESTUCADA. PALENQUE. (MÉXICO).

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Por lo que respecta a la arquitectura inca, es sin duda el ejemplo en el que sealcanza un mayor grado de perfección a la hora de ejecutar los trabajos constructi-vos, fundamentalmente en lo que al tratamiento de material se refiere. Llevando acabo una clasificación básica, podríamos distinguir tres tipos fundamentales defábrica. Los muros poligonales, con grandes bloques irregulares de piedra cuidado-samente encajados; bloques rectangulares de piedra o adobe puestos en fila, más omenos regulares. Y por último la denominada pirca o muros de rocas sin desbastarsobre argamasa, que fundamentalmente se empleaban en los muros más sencillos yen las casas. La mampostería poligonal procedía probablemente de la tradición dela pirca, y se usaba solo en los muros de contención y paredes de recintos grandesque requerían dimensiones voluminosas. La albañilería de bloques rectangularessurgió de los mismos bloques de barro cortados en ángulo recto, y se usaba princi-palmente para los muros aislados en los que se veían las dos caras.

Los dos métodos fundamentales para unir los muros muestran una extrema pre-cisión al encajar las piedras, algunas de las cuales presentan señales de cuñas en lascaras externas y hendiduras cóncavas que se ajustan en las piedras inmediatamenteinferiores. En el sistema poligonal, ninguna piedra está sobre una superficie plana,estando todas coronadas por su soporte, aunque la curva de esta coronación seacasi imperceptible. La combinación de huecos y cuñas con estos planos curvos,sugieren de forma inmediata como se encajaban las piedras mediante un sistemacon el que se les daba forma con herramientas de piedra o de bronce y elevándolasmediante una grúa de madera con cuerdas que sujetaban las cuñas. Era así como sela podía agarrar mientras se columpiaba y se la encajaba.

DETALLE DE UNO DE LOS EDIFICIOS DE CHICHÉN ITZÁ. (MÉXICO).

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En la albañilería de filas la técnica era menos complicada pero más laboriosa.En ella no se ven los planos cóncavos de ajuste y la unión se aseguraba por unaabrasión de empuje y arrastre en la superficie plana. La única sustancia entre laspiedras era una fina capa de arcilla rojiza.

LA PLANIFICACIÓN URBANA Y EL CONTROL DEL AGUA

Para muchos estudiosos la existencia de un urbanismo planificado es testimoniode un grado de civilización más que aceptado. En este sentido la presencia de estaplanificación perfectamente desarrollada, tanto en el ámbito mesoamericano comoen el andino nos lleva a plantear la necesaria existencia y desarrollo de una cienciade cálculo, medida y diseño que permitió el que se trazaran algunas de las ciudadesmás importantes prehispánicas. Desde Teotihuacán, Monte Albán y Tenochtitlánen Mesoamérica, hasta Chan Chán, Viracochapampa, Pikillaqta u Ollantaytamboen la andina, la tradición muestra una perfecta asimilación de unos conceptos deorden y organización del espacio urbano que se abordará de una manera más con-creta en los temas correspondientes.

VISTA DE LOS EDIFICIOS PRINCIPALES DE PISAC. (PERÚ).

Por lo que se refiere a la tecnología necesaria para el trazado de la ciudad, sonnumerosos loe factores que interviene en la misma. Desde una organización socialclara y perfectamente aceptada, hasta una organización del trabajo que permitieraacometer las ingentes obras de aterrazamiento y desmonte que son características

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en la práctica totalidad de las ciudades. La falta de determinadas condiciones paraacometer dichos trabajos, en muchos casos se vio solventada por una importantemano de obra que intervino en cada uno de estos trabajos. Los iniciales esfuerzosencaminados en ciudades como La Venta, a llevar a cabo el desplante de unaimportante superficie en la que se definiría una plaza pública, con la construcciónde una estructura como el edificio A, solamente se explican mediante la existenciade una estructura social perfectamente aceptada, una organización del trabajo defi-nida y una plusvalía de energía determinada por las condiciones climáticas de laregión del Golfo. Las técnicas de transporte no solamente implicaban el acarreo demateriales próximos al yacimiento, sino que el papel que juegan los ríos en estazona se convirtió en fundamental para explicar el traslado de elementos urbanoscomo fueron las grandes piedras que se esculpieron para realizar los altares, estelasy cabezas colosales que desde le Tuxtlas se llevaron hacia sus zonas de destino, enuna combinación de ingenio y aprovechamiento de las condiciones naturales delterreno que son las únicas que pueden explicarlas.

Otro de los ejemplos destacados desde un punto de vista tecnológico, es eltrabajo de canalización que se efectúa en Teotihuacán y que afecta a distintaszonas de la ciudad. Por un lado justifica la existencia de una infraestructura desti-nada a desaguar algunos sectores de la Calzada de los Muertos; y por otro lado aun tramo central del río San Juan que atravesaba la zona sur del enclave y queaproximadamente en el siglo III d.C., se encauzó, permitiendo controlar sus creci-

PLANO DEL CENTRO DE MONTE ALBÁN. (MÉXICO).

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PALENQUE. RÍO OTUMBA. (MÉXICO).

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das y adaptar una gran extensión de tierra para la construcción de sectores impor-tantes a partir de ese momento como serían la Ciudadela y el Mercado. Unos traba-jos que implicaban un perfecto conocimiento de los ciclos del río, además de unaconfirmación de los presupuestos organizativos laborales ya corroborados en laconstrucción de la Pirámide del Sol. Una pirámide que se había convertido en elelemento vertebrador del organigrama urbano de la ciudad y que determinó con suorientación, ligeramente desviada respecto al norte magnético, un perfecto conoci-miento del trascurso de los astros por el cielo, afectando a la misma orientación dela gran calzada que se abrió delante de ella, regulando desde ese momento laordenación general del enclave.

Ciudades zapotecas como Monte Albán y las mayas como Tikal, Copán, Uxmalo Chichén Itzá, también conocieron una clara aplicación de la tecnología desarro-llada y que se analizará concretamente en un capítulo específico.

Por lo que respecta al control de agua, su desarrollo también implicó una serie deavances técnicos en los que se refiere a su captación y reparto por el territorio. Centroscomo San Lorenzo en el Golfo y ciudades como Teotihuacán ya presentaban unosclaros indicios de transformación de los cauces de ríos y la presencia de elementosurbanos como alcantarillas y colectores que hablaban de una perfecta definición deestos principios. La propia Monte Albán contaba con un sistema de recogida de aguaspara garantizar la estabilidad de la población que vivía en ella, e incluso Palenqueregularizó, al igual que lo había hecho Teotihuacán, el tramo del río Otumba quediscurre por el centro de la ciudad. No obstante este último ejemplo es totalmentedistinto al aprovechamiento de los recursos hídricos que por ejemplos hicieron ciuda-des como Chichén Itzá, en las que los cenotes aportaban de una forma natural el aguaque hacía innecesaria la aplicación de una tecnología avanzada para lograr acceder aaquella. Por lo tanto, podríamos considerarlos ejemplos claros de cómo la disponibili-dad de determinados recursos incidía de una manera u otra en el agudizamiento en eldesarrollo y control de una tecnología determinada.

No obstante es sin duda en la zona andina en la que se definen un mejor empleode estas técnicas. Desde el 1400 a.C., los pueblos que se asientan en los vallesdesérticos costeros, tuvieron que desarrollar una tecnología arquitectónica y dealmacenaje del agua para garantizar la explotación de sus cultivos y el consumohumano. La transformación profunda que sufrió el territorio en la zona inca con losandenes, que llegaron a alterar los perfiles montañosos, se convierten en pruebasevidentes del establecimiento de unos principios básicos tecnológicos, cuya au-sencia no hubiese podido explicar el grado de desarrollo al que llegaron estasculturas.

La zona andina es el mejor exponente de cómo un territorio, tremendamente condi-cionante geográficamente, motivó una serie de soluciones que implicaron el uso desistemas tecnológicos dirigidos principalmente a vencer y manejar los factores produc-tivos de la naturaleza, integrando diferentes formar de trabajo y organización social.Reflejo de ello son los innumerables sistemas agrícolas que se desarrollan y que esta-blecen una clara diferencia entre la costa y la montaña. Para la primera de las regionesencontramos sistemas de riego mediante canalizaciones; agricultura en chacras hundi-das, allí donde la humedad se encuentra a poca profundidad; agricultura en las lomas

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costeras, en lagunas y en achaques, estos últimos estanques excavados en los que secultivada, al igual que en las lagunas, junco y totora.

Por lo que respecta al interior, serán más frecuentes los andenes; cultivos encampos elevados o camellones (Waru-Waru), agricultura de riego en pampas al-toandinas, agricultura con qochas y cultivo en lagunas en el altiplano.

LA CERÁMICA Y LA METALURGIA

Estas limitaciones técnicas de las que venimos hablando encuentran en la cerámicay en la metalurgia, dos de los exponentes más representativos del alto grado de calidada que se llegó a la hora de elaborar determinados recipientes y objetos, a pesar de lascarencias instrumentales. En el caso concreto de la primera, el desconocimiento de larueda, limitó la utilización de una herramienta tan fundamental como el torno. Noobstante, lo que debería haber sido un contratiempo, se convirtió en el mejor revulsivopara la definición de una enorme variedad de piezas, cuyas tipologías morfológicas vandesde los meros recipientes para contener y guardar productos del campo, hasta piezasde funcionalidad religiosa como incensarios o máscaras.

VASO CON DOS PICOS Y ASA ESTRIBO. MOTIVOS FELINOS. CERÁMICA POLICRO-MADA INCISA. PARACAS-CAVERNAS. (PERÚ).

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Incluso las técnicas que desarrollan no desmerecen en absoluto los logros de otrasproducciones ya que conocieron todas las posibilidades de la cocción en horno, asícomo las distintas posibilidades de acabado de las piezas, bien mediante la aplicaciónde pintura, ya fuera antes y después de la cochura; bien directamente sobre la arcilla oaplicándole previamente una capa de estuco con lo que se conseguía repetir a menorescala los mismos procedimientos de la pintura mural. A ello unimos la incorporaciónde piezas, siguiendo la técnica del pastillaje, con lo que se conseguían acabados queiban más allá de la mera terminación de la cara exterior de un modo bidimensional y selograban terminaciones que estaban más próximas a un concepto escultórico del reci-piente, que enriquecía mucho más las posibilidades de terminación.

Por otro lado, en lo relativo a la extracción de metales de la naturaleza, su manipula-ción y trabajo posterior para convertirlos en objetos de lujo y socialmente influyentes,no fue un privilegio de todos los pueblos prehispánicos. Las primeras manifestacionesde este tipo de técnicas se registran en la zona andina y desde ella, en sucesivas oleadaspor el interior de Centroamérica y por la propia costa pacífica hasta las tierras mixtecas,se extendió por Mesoamérica en una fecha mucho más tardía a la inicial. La antigüedaddel trabajo de los metales, oro y plata fundamentalmente, y sus posibles aleaciones, setiene registrada arqueológicamente entre el 1900 y el 1250 a. C. en las regiones andinasde Huayhuaca y Mina Perdida, a partir de las cuales posiblemente se expandió por elresto del continente teniendo en las tierras colombianas uno de sus mejores exponentes,fundamentalmente el trabajo del oro, en torno al siglo VI a.C.

Los tres descubrimientos que explican el desarrollo de la orfebrería en la zona andi-na son, en primer lugar el uso de los metales creando aleaciones útiles para reducir latemperatura durante la fusión y facilitar que los metales blandos mantuvieran su forma.La segunda fue el método de la soldadura, que consiste en unir diversos trozos, vertien-do algunas gotas de metal fundido a modo de cola en puntos muy precisos, para darvolumen a las láminas y transformarlas en objetos tridimensionales e incluso articula-dos. Y la tercera consistía en la técnica del martillado o repujado, mediante la cual, lasláminas, a menudo de grandes dimensiones, se golpeaban sobre bloques rígidos demadera o metal duro con una especie de martillo, se cortaban y se forjaban para crearformas de relieve. Junto a ésta destaca el empleo de la técnica de la cera perdida,fundamentalmente utilizada por los Moche.

Los objetos que se produjeron se caracterizan por su calidad y diversidad. Coronas,pulseras, brazaletes, pendientes, pectorales, amuletos, esculturas exentas, etc., en lasque sobresale el hecho de que sea el oro el material predominante, en ocasiones combi-nado con cobre, aleación que se conoce como tumbaga. Esta circunstancia determina elhecho de que el oro sea considerado como el primer metal trabajado y apreciado, sobretodo por su fácil obtención en forma de pepita en los cursos de los ríos. Otros metalesfueron la plata, el cobre y el estaño, cuya aparición se calcula en torno al siglo VI a.C. yel hierro que entra en el contexto americano con la llegada de los españoles.

La especialidad de los artesanos peruanos era el tratamiento de la superficieexterna de los objetos, en la que utilizaban dos procedimientos. Uno de ellos con-sistía en la aplicación de una fina lámina de oro sobre la superficie de un objeto decobre o plata, y la segunda se denominaba de agotamiento y consistía en haceremerger el oro presente en aleaciones con plata y cobre.

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La metalurgia como hemos señalado apareció tarde en América Central, datandolos ejemplos más antiguos en torno al 500 d.C., y siendo clara su importacióndesde Panamá y su influencia en las culturas tolteca y maya. Desde el 1300 d.C.aparece en el mundo mixteca en el que se ejecutan objetos por la técnica de la ceraperdida, repujado, filigrana, aleaciones y soldaduras de estaño.

TUMI O CUCHILLO DE SACRIFICIO CON EL HÉROE NAYLAMP. ORO,TURQUESAS Y PLATA. ARTE CHIMÚ. (PERÚ).

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SELECCIÓN DE IMÁGENES

LA ARQUITECTURA OLMECA

Uno de los primeros capítulos en los que se pueden analizar, cómo las limitacio-nes técnicas determinaban y condicionaban las formas de los objetos creados, es enla propia conformación de las primeras estructuras en la cultura olmeca a lo largodel Preclásico. Aunque desde un punto de vista formal, implantaron el tipo depirámide plataforma que tanto éxito tendrá en períodos posteriores, los procesosconstructivos que se empleaban en un primer momento, consistentes en el meroamontonamiento de piedras y barro, afectaron a la terminación final de estas cons-trucciones piramidales.

RECONSTRUCCIÓN DE LA ESTRUCTURA A DE LA VENTA. (MÉXICO).

En efecto, la mera disposición de dichos materiales, condicionaba el grado de lapendiente que se podía levantar, ya que esta no podía nunca sobrepasar el gradien-te de desplazamiento de los materiales que se veían sometidos a fuerzas que loshacían deslizarse debido a la inclinación. Esta cuestión es la que se corrige enconstrucciones posteriores como la pirámide de Cuicuilco o la propia Pirámide delSol que se someten a una cubierta de piedra que dota de una mayor estabilidad alos núcleos y permiten incluso alcanzar unos mayores gradientes en las inclinacio-nes que se diseñan.

No obstante, yacimientos tan iniciales como La Venta ofrecen una concepciónglobal del diseño global del asentamiento, que hasta hoy sorprende por la exacti-

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tud con la que están orientados hacia los puntos cardinales los distintos elementosque la componen, presentando una ligera corrección en su mayor eje norte-sur, enconcreto 8º nor-noroeste, en una muestra clara de orientación buscando la alinea-ción de los edificios con los solsticios.

Por lo tanto, La Venta se convierte en el primer ejemplo en el que se muestra aque grado llegó el desarrollo tecnológico de estas culturas mesoamericanas en laplanificación de sus centros, además de la presencia de una conciencia del trabajocolectivo indispensable para estos fines.

LA ESCULTURA TEOTIHUACANA

Desde un punto de vista escultórico, las carencias de unas herramientas metáli-cas que permitieran un trabajo más perfecto de los bloques de piedra metamórficaque se empleaban tanto en los grandes espacios urbanos como a nivel de esculturaexenta, conoció una etapa de esplendor en el período clásico en la ciudad deTeotihuacán. Tomaremos dos ejemplos del modo de trabajar la piedra por parte dela cultura teotihuacana. Por un lado la grandiosa Chalchiuhtlicue, y por otro eltrabajo del frente occidental de la pirámide de Quetzalcóatl, uno de los mejoresejemplos de lo que estamos hablando.

La primera, posiblemente la cariátide que sostenía el techo del templo, dentrodel cual se emplazaba en la parte superior de la Pirámide de la Luna, es un enormebloque, cuya silueta contornea la figura de la diosa. La cara delantera, la únicaplásticamente articulada, es en realidad un relieve esculpido en un bloque de bultoredondo. Las manos, la vestimenta, el rostro, están aplanados, acercándose a unaconcepción bidimensional de la representación escultórica, donde solamente elrostro resalta en una rara concepción volumétrica. Sobresale el predominio de lavista frontal, algunos detalles, pero sobre todo la disposición clara y ordenada desu conjunto.

No solamente el programa iconográfico que decora todo este sector del edificio,muestra el grado que había alcanzado la imaginaria mesoamericana, sino que lapropia terminación de estas piezas y su inserción en el conjunto arquitectónico dela pirámide, nos hablan de un paso hacia delante respecto a etapas anteriores. Lapiedra ya se trabaja de una manera perfecta como sillar, para otorgar una mayordignidad a ese frente, pero además detalles como los dientes de las serpientesemplumadas que consiguen conformarse como un calado, exponen los logros de latécnica de la piedra contra piedra, que regía todas estas labores. A ello se suma losestudios llevados a cabo relacionados con la inserción de dichos elementos pétreosque a manera de espigones se insertan en el núcleo de piedra de los tableros,recibiendo y ejerciendo un juego de tensiones que contribuyen a dar estabilidad acada una de las figuras y las zonas en las que se emplazan.

Frente a esta, también en Teotihuacán podemos encontrar otras técnicas comolas de percusión y presión, empleadas con piedras de otra naturaleza como la obsi-diana, en las que el objetivo era alcanzar una mayor perfección en la forma que sele quería dar, con lo que el proceso de obtención debía de controlarse mucho más.

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CHALCHIUHTLICUE. TEOTIHUACÁN. (MÉXICO).

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ORFEBRERÍA MIXTECA. MONTE ALBÁN. (MÉXICO).

LA ORFEBRERÍA MIXTECA

Sin duda alguna el estudio de la metalurgia en el mundo prehispánico, muestrade una forma elocuente el proceso de aparición, desarrollo y expansión de unatécnica desde su punto de origen, hacia zonas lejanas. En ese sentido, incluso lospropios cauces geográficos de comunicación se tienen establecidos, jugando en

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ellos un papel fundamental la región de los ríos Cauca y Magdalena en Colombiay el istmo centramericano.

A pesar de haber llegado con retraso respecto a sus orígenes suramericanos, nocabe la menor duda de que uno de los capítulos más claros del desarrollo alcanza-do por la cultura mixteca, además de su arquitectura y sus códices es el del trabajode los metales.

Son diversas las piezas que destacan de su producción, pero fundamentalmenteson los pectorales que representan al dios murciélago, encontrados en la tumba 104de Monte Albán los que nos hablan de dicho desarrollo. Se trata de joyas en lasque el grado alcanzado en la maleación del oro, repujado y trabajo de filigrana secomplementan para alcanzar uno de los conjuntos de piezas más emblemático.Junto a ello, las diversas influencias que le llegan desde la zona centroamericanacomo determinados detalles decorativos, nos hablan del importante papel que jugóesta zona geográfica intermedia como pasillo natural de paso de influencias entrela región andina y la mesoamericana.

En el caso del “Caballero de la Muerte”, pieza emblemática datada en el sigloXIII d.C., las calidades del trabajo del metal, así como las influencias formales de lapieza, hablan de una clara vinculación con tierras centroamericanas como las pana-meñas. En este caso, el colgante representa un esqueleto tocado con un penacho defiligrana, y de cuyo cuello salen dos anchas pestañas laterales que equilibran elpesado adorno en una posición plana en el pecho de quién lo lleva. En sendaspestañas aparecen signos como el anual en forma de A y O entrecruzados que sonpropiamente mixtecas.

LA CERÁMICA MOCHICA

Uno de los aspectos más reseñados de la cerámica prehispánica ha sido la capa-cidad de crear objetos de una tremenda variedad, sin contar con uno de los elemen-tos más necesarios desde el punto de vista técnico, la rueda.

Este inconveniente no impidió que se llegara a la perfección en otro tipo deprocesos como el control de la cocción de la pieza y la propia aplicación del coloren la misma, aspectos que contribuyeron a lograr unos acabados de una gran per-fección y calidad que hoy distinguen a producciones como la cerámica teotihuaca-na, zapoteca, maya, mochica o nazca.

En este sentido, la cerámica prehispánica es un ejemplo claro de cómo no nece-sariamente los avances técnicos tienen que afectar a la calidad y cantidad de obje-tos producidos. Así, la carencia de una máquina como la rueda aplicada al torno,no sólo no ha sido un contratiempo, sino que afectó a una elaboración de calidaden la que destaca fundamentalmente la diversidad de formas. El caso de la cerámicamochica es paradigmático, no sólo por su calidad, sino incluso por la personalidadque sus autores le supieron imprimir al trasmitir formas y tipos de la vida diaria,además de una producción de retratos que ha sobresalido sobre las demás produci-das en la América prehispánica, convirtiéndose en un aporte fundamental ante lafalta de documentación escrita que caracteriza a estas culturas.

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HOMBRE VENADO CAUTIVO. ARTE MOCHICA. (PERÚ).

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Los vasos-retrato, en los que se representan una y otra vez cabezas humanasdistintas, son de un realismo y una belleza clásicas inigualables; las vasijas zo-omorfas destacan por su naturalismo; son también excepcionales los vasos filomór-ficos y los globulares y troncocónicos, caracterizados por la presencia de lascaracterísticas asa estribo o de doble pico o puente. Unas formas en las que nopodemos olvidar la pintura en la que destaca una decoración con temas geométri-cos generalmente en la parte superior de la vasija, dejando le resto de la superficiea la representación de escenas diversas de caza, pesca, mitologías y de guerra.

LOS ANDENES INCAICOS

Desde un punto de vista tecnológico, no cabe la menor duda que la captación,control y reparto del agua por parte de los grupos suramericanos ha sido y es en laactualidad uno de los aspectos que más destaca de unas culturas que desde susinicios supieron adaptarse a las carencias del medio.

Si bien se trata de unos procesos que se testimonian en muchos asentamientosde las dos áreas principales que se estudian, la mesoamericana y la andina, sin dudadestacan en esta último, debido al propio carácter climático de la región, donde eldesierto costero impone unas condiciones de vida extremas que provocaron laaparición de unas técnicas de captación y transporte del agua desde puntos muydistantes que evidenciaron la agudeza de las soluciones empleadas y el grado deexpansión que alcanzaron ya que muchas de ellas sirvieron para tener en explota-ción una superficie de tierras, muy superior a las que en la actualidad se emplean.

La alteración del paisaje por parte de estos grupos tiene en los andenes deMachu Picchu o Pisac, uno de los exponentes más relevantes de cómo el hombrefue capaz de transformar el medio para acomodarlo a sus necesidades, mostrandouna gran capacidad de organización y de trabajo que era indispensable para movery trasladar grandes cantidades de piedra sin contar con elementos como la ruedaque hubiera facilitado en gran medida las cosas.

La creación de estas terrazas no son más que la muestra de la necesaria adapta-ción del medio para aprovecharlo hasta al máximo desde un punto de vista agrarioteniendo en cuenta dos vertientes. Por un lado la necesaria creación de terreno quecultivar en un territorio tremendamente montañoso. Un terreno que se conformabaalejado de los cauces de los ríos y de sus avenidas anuales. Y por otro lado elnecesario control de un gradiente de la pendiente que se hacía imposible parafrenar el discurrir del agua, aspecto que solamente suavizando estas pendientespermitía un mejor aprovechamiento de este elemento.

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DETALLE DEL EMPLEO DE LA PIEDRA EN LA CULTURA INCA. PISAC. (PERÚ).

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APÉNDICE DOCUMENTAL

LA LABRA DE LA PIEDRA*

«En el uso de la piedra el hombre ha puesto desde la más remota antigüedad lasprimeras facultades de su ingenio, y el modo de usarla y de labrarla va marcando,por decirlo así, los pasos de la infancia de la humanidad.

Los indios de la Altiplanicie Central manejaron la piedra con singular habili-dad. Sin embargo, ha llamado siempre la atención de los arqueólogos, familiariza-dos con las ruinas y vestigios de las antiguas razas pobladoras de México, esaespecie de contraste que se advierte entre las manifestaciones de una muy adelan-tada civilización, reflejada en sus concepciones mitológicas y artísticas, en su or-ganización social y en muchos otros órdenes, y el estado algo rudimentario en quese mantuvieron en otras muchas cosas. Esto fue debido principalmente a su desco-nocimiento del uso de los metales industriales. Por un lado, estos hombres, con supeculiar civilización, aparecen muy adelantados para la época en que vivieron, ypor otro, casi retroceden hasta remontarse a las razas todavía en estado de semibar-barie. Estas anomalías resultan evidentemente del aislamiento en que debieronvivir por siglos estos grupos humanos, sin recibir de otros pueblos los beneficiosde un intercambio de ideas, de conocimientos y de costumbres.

Si, como quieren los historiadores, los constructores primitivos de Teotihuacán,llámense toltecas o cualquier otro modo, son de los civilizados más antiguos de laAltiplanicie Central, resultan ser, como bien se dice, los educadores de los aboríge-nes, nómadas y bárbaros, y los que dieron a las posteriores tribus, inmigrantestambién, turbulentas y guerreras, gran parte de sus adelantos y civilización.

Si, desde el punto de vista de la concepción estética, los teotihuacanos alcanza-ron la supremacía sobre sus sucesores, éstos con elementos de aquellos, adquirieronmás habilidad mecánica, sumando lo que sabían a lo que aprendieron de los tolte-cas.

Estas ideas se adivinan con bastante claridad estudiando la ladra de las piedras.Las aztecas tienen más complicados motivos y más ideas y simbolizan mejor loque quisieron representar, empleando mayor variedad de piedras duras.

Los constructores de Teotihuacán seguramente desconocieron el empleo de losmetales como utensilios para quebrar, tallas y pulir las piedras. Por eso asombra vercómo pudieron manejar tan pesados materiales y labrar con gran maestría ídolos,vasos, almenas, columnas y piedras simbólicas que pesan, algunas, varias tonela-das. La figura geométrica y la simetría en estos objetos labrados son casi perfectas.Por ejemplo, los escalones tallados en piedra están también relabrados y a escua-dra, como lo puede hacer, con excelente herramienta, un artífice moderno».

* ORDÓÑEZ, Ezequiel. “Arquitectura y escultura. Segunda parte: Escultura, 1.La labra de la piedra”. En La población del valle de Teotihuacán, vol. II, pp. 164-165.

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CAPÍTULO 4:

TESTIMONIOS INICIALES DE LA PRESENCIA HUMANAEN AMÉRICA

INTRODUCCIÓN.

El estudio de las primeras manifestaciones que evidencian la presencia delhombre en el territorio americano, permiten demostrar la temprana existencia deuna serie de objetos dotados de algo más que una mera función utilitaria y en losque se constata una clara definición de sus formas. Los procesos que se llevan acabo de dominio del territorio, sedentarización y selección de ámbitos naturalescon unas especiales características, así como la determinante elaboración de arte-factos, condicionarán en cierta medida la evolución de etapas posteriores al de-pender de estos primeros momentos, situaciones como la selección de determinadoshábitos alimenticios que afectarán a un conjunto de animales y plantas, que seconvertirán en la base de las civilizaciones posteriores. La elección de emplaza-mientos en torno a fuentes de agua estables como el Lago de Texcoco o el propioTiticaca, junto a las cuencas fluviales; o puntos de fácil defensa como los asenta-mientos en los valles de Oaxaca o la misma ciudad de Cuzco, marcan los comien-zos de aspectos que se convertirán en esenciales para comprender las primerasetapas de la presencia humana en América. Es por esta especial importancia quecreemos tiene el conocimiento de estos comportamientos, por lo que se le dedicaun capítulo específico.

No podemos perder de vista que el itinerario seguido por los primeros gruposhumanos, a través del puente tendido entre Asia y América, fue en realidad la etapafinal de un proceso que comenzó medio millón de años antes en África, y a la vezel inicio de la presencia del hombre en América. Los continuos movimientos debandas de cazadores-recolectores hacia el norte y el este habían culminado en unaampliación del ámbito de ocupación humana desde las sabanas tropicales africa-nas, hasta las frías tundras esteparias del norte de Asia.

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DE CAZADORES-RECOLECTORES A SEDENTARIOS

El proceso evolutivo que llevó a los grupos americanos a pasar de ser cazadores-recolectores a sedentarios, se convierte en el mejor reflejo de la paulatina comple-jidad a la que se estaban viendo sometidos, y que de alguna manera manifestabalos propios efectos que los cambios climáticos, fundamentalmente el final de laúltima glaciación, estaban ocasionando en sus patrones de comportamiento.

La etapa que se desarrolla a lo largo del Lítico Superior, entre el 15000 y el3000 a.C., viene caracterizada por la paulatina evolución del clima de finales delPleistoceno hacia otro más seco que afectó a las propias características de la faunay la vegetación, provocando la muerte de los grandes animales y la evoluciónvegetal. En ese proceso el hombre tuvo que readaptarse a estas nuevas condiciones,lo que provocó una evolución técnica en sus herramientas de caza que vieroncomo pasaron a realizarse mediante métodos mixtos de percusión y presión, y uncambio en sus comportamientos tantos individuales como de grupo.

VISTA DEL LAGO BAIKAL. (RUSIA).

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Las plantas, por un lado, más adaptadas a los nuevas condiciones de sequía iban aconocer también unas mutaciones que las hicieron más resistentes al clima y a unasexigencias de producción que facilitaron el paulatino sedentarismo de las comunida-des. Por otro, los animales iniciaron unos procesos evolutivos hacia tamaños más pe-queños y una mayor agilidad y rapidez en sus movimientos, lo que se tradujo en uncambio de la dieta alimenticia que trastocó los modos de comportamiento.

Durante los 5000 años anteriores al nacimiento de las sociedades urbanas pro-piamente dichas se testimonia la domesticación de plantas, en yacimientos de Te-huantepec, junto con los animales, desarrollándose incipientemente la vida rural.De la misma manera, en el área andina se evidencia en un período posterior en eltiempo, la domesticación de especies vegetales como la mandioca o la papaya, quejunto con el maíz que probablemente llegó desde el área mesoamericana, en tornoal 3000 a.C., se convirtieron en la base del desarrollo de grupos que encontraron enla complementación de otros componentes como los marinos en la costa y la cazaen el interior, la base necesaria para una dieta alimenticia consistente.

LOS PRIMEROS GRUPOS APROVECHARON DESDE LA PREHISTORIA LOS ABRIGOSNATURALES PARA PROTEGERSE.

Todos esos cambios también afectaron a las herramientas de piedra, donde se asistióal desarrollo de unos objetos de menores tamaños y una mayor calidad en los acabados,en los que se percibe un paulatino abandono de los procesos de percusión por los depresión, o la combinación de ambos, lo que permitía un mayor control en el trabajo deltallado. Todo ello no es más que el reflejo de la adaptación, como venimos diciendo de

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toda una serie de piezas a las nuevas condiciones de la naturaleza en la que se desenvol-vían los distintos grupos, de tal manera que sus diseños responden a una clara adapta-ción a las nuevas circunstancias, y que se reflejan plenamente en la evolución de laspuntas de flecha Clovis, más grandes y de menor perfección que las Folsom, que secaracterizaban por un diseño más pequeño y especializado, y exponentes claros deestos cambios materiales de los que venimos hablando.

En efecto, posiblemente las puntas Clovis sean uno de los mejores ejemplos dela etapa que se desarrolla en América a partir del 9500-9000 a.C., y en la quepodemos constatar unas pautas de comportamiento protagonizados por grupos decazadores. La vinculación de los primeros restos de este tipo de artefactos conanimales como los mamuts, junto a sus formas lanceoladas con un tamaño quevaría entre los 7 y los 15 cms., bifaciales y hechas por la técnica de la percusión,las sitúa en una período intermedio, entre las más definidas y avanzadas Folsom, yetapas denominadas en algunos casos pre-clovis, coincidentes con los primerosmomentos de distribución del hombre por el continente americano. La clara evi-dencia de la búsqueda de un perfeccionamiento en el diseño de estas piezas sepuede comprobar en el acanalamiento que tienen en la base, probablemente reali-zado para permitir una mejor adaptación al vástago de la flecha. Una zona puli-mentada que evitaría que las tiras de cuero que las ataban se rompieran.

LAS PUNTAS FOLSOM SON UNO DE LOS PRIMEROS TESTIMONIOSDE ARTEFACTOS EN AMÉRICA.

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Para el caso suramericano, podemos señalar una ocupación efectiva del territo-rio en torno al 9000 a.C. por grupos que realizaban puntas muy similares a lasClovis. A diferencia de las norteamericanas, éstas tienen cuerpos gruesos con pén-dulos marcadamente delgados, que abarcan una tercera parte de la longitud de lapunta, de ahí que se las conozca como “cola de pescado”. Sin embargo, algunaspresentan semejanza con puntas encontradas en el sureste de los Estados Unidos, loque demuestra una relación entre ambas, refrendada por hallazgos en Panamá yCosta Rica. La similitud entre éstas últimas y hallazgos de la Patagonia habla deuna migración muy rápida. De la misma manera que en el norte del continente, lavinculación de los primeros pobladores suramericanos con la caza de mamíferos degran tamaño se conforma, por la asociación en algunos sitios de estos artefactoscon restos de animales extinguidos, como caballos, mastodontes o perezosos gi-gantes, evidenciándose también un cambio de actitud en la caza provocada por ladesaparición de algunas de esas especies.

Las evidencias de unos cambios alimenticios, con una mayor diversidad en ladieta, con la incorporación de vegetales, se constata en una fase coincidente con ladesaparición de las especies animales o un cambio en las mismas para adaptarse alas nuevas condiciones en torno al 7000 a.C.

LOS CAMBIOS QUE SE PRODUCEN EN LAS CONDICIONES AMBIENTALES, AFECTA-RON A LA FABRICACIÓN DE ARMAS PARA CAZAR. PUNTAS CLOVIS.

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LOS PRIMEROS AGRUPAMIENTOS HUMANOS

Es en el arco cronológico que se desarrolla entre el 10000 y el 8000 a.C. cuandopodemos hablar de la definición de los primeros modelos de asentamientos. Elproceso de estabilización que conocieron los diversos grupos y del que venimoshablando, determinó una serie de cambios en sus comportamientos, que hasta unasgeneraciones anteriores habían conocido un sistema de vida organizado en torno alnomadismo y a la búsqueda del alimento, allí donde éste se encontrara. Este esque-ma que se altera desde el mismo momento en el que cambian los principios desubsistencia, afectó a otros aspectos como el problema de la vivienda.

VIVIENDA PREHISTÓRICA.

Inicialmente podemos hablar de unos asentamientos que se definen como agru-paciones temporales, o incluso transitorias, de espacios de habitación próximas alas zonas de explotación agropecuaria de las que dependen. En este sentido laaparición de la agricultura determinó sin duda la evolución de este patrón de asen-tamiento que buscaba la localización de recursos destinados a garantizar la estabi-lidad en el tiempo del asentamiento, y cuyas consecuencias son la identificaciónde sitios con elementos suficientes para el sostenimiento de la población que apartir de ahora se va a caracterizar por desenvolverse en un crecimiento constante.Todo un proceso donde dos elementos juegan un papel fundamental. Por un lado

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la fuente de agua junto con la garantía de alimento y por otro la presencia demateriales indispensables para la construcción de las viviendas.

En este sentido al aceptar que los primeros asentamientos se situaron en lasproximidades de fuentes de agua, es muy probable que los materiales de construc-ción procedieran de estos mismos enclaves, soluciones que entraron a formar partede las técnicas constructivas que se incorporaron al subconsciente colectivo de lassociedades prehispánicas y que se mantendrán hasta las últimas etapas anteriores ala llegada de los españoles.

Para un análisis más profundo respecto al tema, tomemos como ejemplo la divi-sión que algunos autores hacen respecto a los enclaves clovis. Por lo que se refierea sus patrones de asentamiento podemos hablar de sitios de matanza, canteras,campamentos de caza y campamentos base. Respecto a los primeros, los sitios dematanza se localizan por lo general cerca de antiguas lagunas o arroyos, llegandoa enclaves de un marcado carácter lacustre. En uno u otro caso las posibilidadesvarían dependiendo de los lugares en los que se cazaban a los animales y dondeéstos caían muertos.

Para el caso de las canteras, desde muy pronto los primitivos habitantes descu-brieron rápidamente fuentes de pedernal con las cuales fabricaron sus instrumentos.Por lo que se refiere a los campamentos de caza, eran probablemente ocupados porpequeños grupos de hombres que hacían y reparaban sus instrumentos y armasmientras esperaban que los animales pasaran cerca. Se trata de campamentos queestán situados en tierras altas desde donde se podían ver las orillas del lago en elque los animales solían beber, o los valles que atravesaban durante sus migracionesestacionales.

Por último los campamentos base se distinguen por su mayor tamaño y por unamayor diversidad de los materiales, exponente claro de una mayor cantidad deactividades, incipientes casos de especialización del trabajo. En algunos ejemplosse trata de enclaves en los que se recogen restos de estructuras de madera queserían testimonio directo de una cierta estacionalidad en la utilización de los mis-mos, un aspecto éste interesante ya que pondría las bases para entender la definiti-va ubicación de muchos de los asentamientos primarios que se pueden estudiartanto en Mesoamérica como en la zona andina.

El descubrimiento de la agricultura determinó unos cambios en los modelosanteriores. La misma evolución que ésta conoce se puede reflejar en una mayordefinición de los patrones de asentamiento. Aunque los intentos por determinar elmomento en el que se definen lugares estables en los que se pueden distinguirrestos de habitación y de depósito de alimentos, han sido diversos los restos másevidentes de aldeas agrícolas hay que situarlos en Tehuacán en torno al 1700 a.C.

En el caso de la región andina los restos son anteriores a los mesoamericanos,Aquí podemos hablar de fechas en tono al 3000-2500 a.C., para situar los primeroscasos de aldeas estables, en las que no solo se registran un aumento en los depósi-tos de alimentos, sino una diversidad en los mismos, restos animales y de plantas,y la construcción de estructuras arquitectónicas en las que se pueden diferenciardesde espacios de habitación a complejos de piedra, posibles santuarios, que ha-blan de incipientes estructuraciones sociales, con presencia de dirigentes y una

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necesaria jerarquización interna. Valdivia en la costa ecuatoriana, Huaca Prieta enla peruana y la región de Ancón-Chillón pueden ejemplificar algunos de los casosmás antiguos.

HUESO DE TEQUIXQUIAC. (MÉXICO).

MESOAMÉRICA: TEPEXPAN Y TEQUIXQUIAC

Dejando a un lado los hallazgos que se producen en lo que es actualmenteNorteamérica, y centrando nuestra atención en el núcleo mesoamericano, tenemosque señalar la existencia de hallazgos prehistóricos, fundamentalmente líticos, da-tados en fechas más cercanas a nosotros que las de los yacimientos del norte delcontinente. Situando su etapa final en torno al 14000 a.C., se apunta a un comien-zo desconocido, del que se tienen pocos indicios que anuncien una datación abso-luta no exenta de problemas. En la actualidad los restos más antiguos relacionadoscon el hombre son unos supuestos hogares, restos de animales extinguidos y algu-nos artefactos, en ocasiones de dudosa realidad y cronología, realizados con elroquedo de los lugares en los que se localizaban estos asentamientos y que hanpermitido establecer dataciones de aproximadamente el 25000 a.C.

Los sitios más destacados de este período de la prehistoria mesoamericana sonlas localidades de Tlapacoya, Caulapan, Valsequillo y Tehuacán en las tierras altasdel centro de Mesoamérica. Fuera de ellas señalamos los nombres de Laguna de

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Chapala, en la Baja California y Cueva del Diablo en el estado mexicano de Ta-maulipas. Mucho más hacia el sur, los lugares y cuevas de Chamalacatlán y algomás tardía la cueva de Teopisca y Santa Marta en las tierras altas de Chiapas.

No obstante queremos referirnos a dos de ellos por su importancia y significa-ción dentro del conjunto de enclaves estudiados. La población de Tepexpán seencuentra cerca del actual México D.F., emplazada sobre un árido lecho del dese-cado lago de Texcoco. Un enclave que delata que Tepexpán fue durante largotiempo un foco de atención para los prehistoriadores que habían encontrado en susproximidades desde los años cuarenta restos de una especie de elefante junto alechos de playas y pantanos.

LOS LAGOS SE CONVIRTIERON DESDE UN PRINCIPIO EN PUNTOS EN LOS QUE SELOCALIZARON LOS GRUPOS HUMANOS.

Los restos óseos encontrados de un elefante y un cráneo humano junto con unalasca de obsidiana con huellas de utilización permitieron configurar una hipótesissobre la convivencia de este tipo de especies desaparecidas con los seres humanos.El hombre de Tepexpán presentaba una posición en decúbito ventral flexionado.Las primeras hipótesis proponen la posibilidad de que se trate de un personaje queparticipó en la cacería del elefante hallado en primera instancia y fue gravementeherido, por lo que sus compañeros lo acercaron hacia la playa siendo abandonado.La parte de la osamenta que presentó una mejor conservación fue el cráneo ymandíbula, lo que permitió la reconstrucción tanto del propio individuo como dela escena de la cacería.

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Las primeras aproximaciones datan el hallazgo hacia finales del Pleistoceno loque lo ubica como uno de los más antiguos del continente americano

Más reciente en el tiempo, ya que se ubica aproximadamente en el año 10000 a.C. esel hueso de Tequixquiac, en la actualidad en el Museo Nacional de Antropología deMéxico D.F. Se trata del hueso sacro de una especie de la familia de las llamas que hasido aprovechado por su forma para ser convertido mediante la incisión de algunosrasgos, en la cabeza de un Coyote, con lo que nos encontramos ante una produccióncultural que va más allá de la mera funcionalidad, para adquirir connotaciones mágicoreligiosas de una indudable relevancia en el estudio de etapas posteriores.

LAS PRIMERAS EXPRESIONES CULTURALES EN EL ÁREA ANDINA

Frente a los anteriores, los restos más antiguos de la cultura de los primitivoshabitantes de Suramérica que se conocen, son una serie de instrumentos de piedra,toscamente tallados y procedentes de la región de Ayacucho, y que remontan laantigüedad del hombre suramericano a unos 16000 años a.C. Estos restos eviden-cian la entrada del hombre a Suramérica desde América Central durante el Pleisto-ceno, probablemente con anterioridad a los 14000 a.C., y que convivieron con losgrandes animales de la fauna americana que desaparecieron en torno al 10000 a.C.

PINTURAS RUPESTRES SURAMERICANAS.

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Los instrumentos de piedra de estos habitantes primitivos corresponden al cono-cido como estadio Pre-puntas de Proyectil, ya que se trata de utensilios poco dife-renciados y que se agrupan en tres tradiciones diferentes, de dispersión variable alo largo del continente. Se sabe muy poco de la cultura de los fabricantes de dichosinstrumentos, tan solo que eran con toda seguridad cazadores y recolectores dealimentos. Y es probable que muchos de estos instrumentos fueran de caráctersecundario, ya que se fabricarían muchos otros con materiales perecederos, como lamadera o el hueso, con los que también se realizarían las primeras manifestacionesartísticas de las que no nos ha llegado prácticamente nada, a lo que tenemos queunir los primeros testimonios de música, danza u oratoria.

Respecto a ello, las más antiguas manifestaciones artísticas encontradas en Sura-mérica se refieren a las producidas por grupos que o bien eran descendientes de losprimeros habitantes o pertenecientes a una segunda oleada que en torno al 9000a.C., ocupan los altiplanos andinos, dejando unos restos materiales que se hanclasificado en diversas culturas, según sus características espaciales y temporales,pero que tenían en común la manufactura de instrumentos de piedra muy especia-lizados, como puntas de proyectil para la caza y otros utensilios para el tratamientode la carne y las pieles.

Son estos grupos de cazadores los que han dejado un arte espléndido en lasparedes y abrigos de toda la región andina, pinturas en las que se reflejan unaaguda percepción de la naturaleza, un profundo conocimiento del mundo animal,un sentido del movimiento y una considerable capacidad expresiva y de síntesis.El marco cronológico en el que se han de ubicar estas manifestaciones se sitúaentre el 12000 a.C. y el 500 d. C. Las pinturas rupestres muestran un amplio espec-tro de estilos diferentes. Los estilos negativos o improntas de manos comunes en elsur de Argentina suelen asociarse con puntos, líneas de puntos, círculos, cruces,huellas de animales; los estilos de escenas reproducen cacerías, como cercos aguanacos, rastreos y persecuciones, o manadas de animales en diversas actitudes;en los estilos de grecas o geométricos complejos se introducen, aparentementemotivos nuevos y tal vez desconocidos para los artistas, posiblemente surgidos porlos contactos con otros grupos de distinta cultura, como el tema de la greca escalo-nada de importante tradición en el arte prehispánico americano.

El material utilizado para las pinturas se compone de colorantes de origen mine-ral, hematitas, óxidos de hierro, óxidos de cobre, que producen, tonos ocres, rojos,amarillos, verdosos. El color se disolvía en agua o en alguna materia grasa y seaplicaba con una especie de hisopillo hecho con una ramita delgada en cuyo extre-mo se enrollaba un mechón de lana; o simplemente se daba con los dedos, perosiempre con trazos firmes y seguros.

Un tema de gran interés que plantean estas pinturas es el de su posible intencio-nalidad y significado. Aunque no existe un acuerdo generalizado al respecto, pare-ce existir un cierto consenso en interpretarlas dentro de un contexto ritual y comoparte de ceremonias de magia de propiciación. A esta idea ayuda el hecho de queestas pinturas se han encontrado siempre en sitios de acceso difícil y que nuncahan sido lugares de habitación prolongados sino que sólo se ocuparon esporádica-mente.

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Los cambios propiciados por la etapa neolítica en Suramérica y que evidente-mente se plasmaron en los cambios alimentarios y de organización interna de losdiversos grupos que se distribuían por el área geográfica que centra nuestro interés,afectaron también a sus manifestaciones culturales y artísticas. Unas artes que seplasmarán, e iniciarán un recorrido hacia la tradición en campos como la cestería,los mates o calabazas decoradas y sobre todo los tejidos.

Este período que se inicia en torno al 6000 a.C., aún no conoce la existencia dela cerámica lo que determinará que fuera común el empleo de calabazas secadas yvaciadas que se llegaban a trabajar y decorar con sumo cuidado habiéndose encon-trado ejemplares formando parte de ajuares funerarios. Se trata de objetos decora-dos con elementos geométricos como líneas paralelas, donde aparece también lafigura humana muy estilizada con las caras colocadas en lados opuestos y loscuerpos y extremidades cruzados. Se trata en definitiva de piezas trabajadas con latécnica del pirograbado, de un acabado muy conseguido lo que evidencia el hechode que no se trata de manifestaciones aisladas, junto a ello tampoco se puedenconsiderar como piezas incipientes ya que se decoran con un estilo muy elaborado.

El arte y la técnica del tejido se inician también en este período, favorecidas por laextensión del cultivo del algodón, un trabajo que presenta dos técnicas en esta faseinicial, previa a la aparición del telar. Por un lado tenemos el entrelazado o especie detejido rústico a mano, sobre hilos que hacen la función de urdimbre; y el anillado, outilización de un único hilo que se irá enredando sobre sí mismo. Las fibras se separancon la ayuda de husos de madera o de piedra y el tejido se facilitaba con agujas ylanzaderas. Los tipos de telas varían según la función a la que se destinaban: redes,mantos, bolsas, manteletas, faldellines y turbantes, y en este caso se hacían las fibras dejunco.

La mayoría de los tejidos se decoraban combinando hilos de colores diferenteso pintando algunas zonas una vez realizada la tela. Los motivos podían ser geomé-tricos, pequeños diamantes y líneas formando diseños variados, o también figurati-vos, aunque siempre dentro de un estilo geometrizante impuesto por la propianaturaleza del tejido. Se representaban figuras humanas, aves y otros animales.Entre las figuras reproducidas destacan las serpientes de doble cabeza, cangrejos deroca, cóndores y papagayos.

Finalmente podemos señalar que las manifestaciones artísticas aparecen en estemomento sobre objetos cotidianos, pero cuyo tratamiento obliga a considerarlascomo obras de arte, aunque tampoco hay evidencias de la existencia de materialesreservados para el trabajo artístico.

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SELECCIÓN DE IMÁGENES

PUNTAS FOLSOM

En la segunda mitad del siglo XIX, los científicos norteamericanos y los aficio-nados a la arqueología, influidos por las teorías de Darwin y por los descubrimien-tos que se habían venido produciendo de objetos de la Edad de Piedra que seprodujeron en Europa, emprendieron la búsqueda de evidencias del hombre anti-guo en el Nuevo Mundo. Los resultados no se hicieron esperar y se hallaron grancantidad de útiles de piedra. Llamaba la atención de estos objetos la tosquedad deltrabajo con el que se habían realizado, lo que planteó su antigüedad, que muchosubicaron en el Pleistoceno e incluso en épocas más tempranas.

PUNTAS FOLSOM.

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Entre los muchos hallazgos que se produjeron destaca el de George McJunkin,un vaquero de Nuevo México, que informó acerca de unos huesos que sobresalíande la pared de un barranco cercano a la localidad de Folsom. Este hallazgo llamó laatención de J.D. Figgins, del Museo de Historia Natural de Denver quién llevó acabo la excavación del yacimiento. Los huesos extraídos pertenecían a un bisontegrande de cuernos largos que se había extinguido a finales del Pleistoceno. En1926, Figgins encontraría una punta de proyectil de piedra en la arcilla cercana alos huesos. Esta punta se consideró en principio como un artefacto intrusivo, peroen 1927, se extrajo otra punta, esta vez situada entre las costillas del bisonte. Deesta manera se corroboraba la relación entre artefactos y restos humanos que situa-ron la cultura Folsom en torno al 9000-8000 a.C.

La importancia de los hallazgos de las puntas Folsom, va más allá del merointerés material de las piezas. Insertas dentro de los debates abiertos a mediados delsiglo XIX. Tras la publicación de Darwin de su obra, El origen de las Especies, elcuestionamiento acerca de la antigüedad del hombre hizo tambalear los reconoci-dos hasta ese momento 6000 años atribuidos por la Biblia. El interés generado poresta y otras de las obras de Darwin, El origen el hombre, llegó a América, dondecomenzó la búsqueda del “hombre antiguo”. Artefactos de piedra toscamente talla-dos y aparentemente primitivos como los encontrados en Tretonn Gravels, en Nue-va Jersey en 1876, parecían comparables, en forma y datación, a las hachas demano del Paleolítico europeo. También se propuso una gran antigüedad para restosde esqueletos humanos, como los encontrados en Lagoa Santa (Brasil), que pare-cían ser contemporáneos de mamíferos de la Era Glaciar. Tras muchas discusiones,cuando en 1926 se encontraron puntas de proyectil dentro del esqueleto de unbisonte gigante, de una especie extinguida, cerca de Folsom, fue cuando se demos-tró la coexistencia en América del hombre con los mamíferos de la Era Glaciar: lallegada del hombre se había roducido por lo menos hacía unos 10.000 años.

EL HUESO DE TEQUIXQUIAC

El largo proceso de entrada y distribución del hombre por América, tuvo distin-tas fases en lo que a la producción material se refiere. Ya se ha comentado el casode las puntas Folsom, vinculadas con unos hábitos específicos de alimento, ademásde reflejar fases de perfeccionamiento funcional respecto al periodo precedenteClovis. No obstante, la evolución de estas manifestaciones llevó a la aparición deobjetos en los que las meras preocupaciones funcionales se vieron compartidas, porotras de clara vinculación simbólica.

En este sentido, uno de los enclaves más destacados del Valle de México para poderanalizar las primeras manifestaciones culturales del hombre en el Nuevo Mundo seencuentra en Tequixquiac. En este lugar, en 1870, se encontraron en circunstanciascasuales la cabeza de un animal tallada directamente aprovechando la morfología de unhueso sacro y parte de la columna vertebral de un camélido. Unos restos que aparecie-ron contextualizados con otros huesos de animales que curiosamente presentaban elrasgo común de estar extintos en la actualidad en esta zona de México.

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La cabeza se encontró a unos doce metros de profundidad, relacionada conartefactos como instrumentos de piedra que han sido fechados aproximadamenteentre el 14000 y el 7000 a.C.

La importancia del hueso de Tequixquiac radica no solamente en su antigüedad,lo que testimonia que la presencia del hombre en estas latitudes era más antigua delo que se creía hasta ese momento, sino en la existencia en fechas tan tempranas degrupos humanos en los que algunos de sus miembros destacaban por la práctica deciertas habilidades que se basaban en la observación de la Naturaleza, de la queaprovechaban determinados elementos, confiriéndoles un valor que iba más alládel meramente material. Ni siquiera podríamos pensar en una intencionalidad esté-tica, sino que se buscaba ante todo envolver a estos objetos de un halo de signifi-cación que abriría las puertas a una interpretación mágico-religiosa de su empleo.

EL ESQUELETO DEL HOMBRE DE TEPEXPÁN

La necesidad de contextualizar los hallazgos de artefactos o de restos humanoscon su lugar de origen, es uno de los principios básicos de la Arqueología y una delas grandes preocupaciones para quienes estudian unas etapas de la historia delaHumanidad, que precisamente se caracterizan por la escasez de restos que aporten

EL HUESO DE TEQUIXQUIAC. (MÉXICO).

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una información precisa. En este sentido las circunstancias que envuelven a loshallazgos de Tepexpán hablan muy a las claras de la importancia de estos aspectosde los que venimos hablando.

LA CORRECTA LOCALIZACIÓN DE LOS ARTEFACTOS Y RESTOS ORGÁNICOS EN UNYACIMIENTO SON FUNDAMENTALES PARA UNA CORRECTA DATACIÓN.

En ocasiones, el establecimiento de una necesaria vinculación de los distintosartefactos y restos orgánicos, permiten establecer unas relaciones funcionales, con-ductuales y temporales entre ellos, necesarias para una perfecta interpretación delos mismos. Dichas relaciones, refrendadas por técnicas de datación como la del C-14, desarrollada en 1949, conforman un corpus variado de métodos que han logra-do dar respuesta a muchas de las preguntas que se abrían a la hora de llevar a cabouna lectura correcta en cada una de las ocasiones en las que se comprobaba laexistencia de una concordancia estratigráfica entre restos humanos y animales.

El esqueleto del hombre de Tepexpán viene a ejemplificar esta cuestión. Fueencontrado en un estrato de sedimentos de fines del Pleistoceno, siendo fechadosaproximadamente entre el 9000 y el 8000 a.C. No obstante la excavación de esteesqueleto tuvo un registro deficiente, y se sospecha que pueda ser un enterramientointrusivo de un período posterior. Esta duda aumenta con los análisis del cráneo,que no es significativamente diferente de los americanos posteriores. A pesar deello, las pruebas químicas de los huesos indican que el hombre de Tepexpán tienela misma edad que los huesos de los animales extintos encontrados en la mismaformación geológica en la que se encontraba el esqueleto.

PINTURAS RUPESTRES ARGENTINAS

Una de las manifestaciones culturales de las que se ha servido el hombre paraexpresar sus sentimientos ha sido la pintura. Los restos más antiguos, datados en elcaso europeo en el Paleolítico, hablan de pinturas realizadas en paredes, en laszonas más internas de cuevas, al abrigo de una incipiente religiosidad y prácticasceremoniales vinculadas con la obtención de aliento.

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El estudio de estas manifestaciones rupestres de las culturas prehistóricas ame-ricanas es sin duda otro de los capítulos más interesantes, dentro del análisis deldesarrollo cultural de los primeros grupos que llegaron a este continente. Funda-mentalmente por los escasos ejemplos que podemos encontrar, en comparación conotras manifestaciones y sobre todo por el importante papel que debieron jugarcomo vehículo de información. En el caso americano uno de los ejemplos másdestacados es el de las pinturas rupestres argentinas, que se traen a colación por serla expresión más latente a través de la cual se refleja la manera de pensar, sentir yactuar de estos grupos.

Algunos se localizan en Charquina, La Playa Córdoba, y nos hablan de una pinturanaturalista tremendamente esquemática y dominada por las representaciones de anima-les como la llama que evidencian una tremenda dependencia de estas poblacionesrespecto a un animal que se haría fundamental en su vida. Por el contrario, y totalmentecontraria a esta situación, es la ausencia de representaciones de plantas en las distintasescenas que se han encontrado, de la misma manera que desde un punto de vista arqueo-lógico se constata por la falta de utensilios agrícolas.

PINTURAS RUPESTRES.

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Otra de las cuestiones destacadas es la ausencia de representaciones humanas ode una interpretación de éstas de una forma abstracta y secundaria, en escenas enlas que no impera el orden sino una sumatoria de figuras, que se convierten en elreflejo de una pintura que posiblemente alcanzó el grado de propiciatoria que tuvoen Europa y que pone de manifiesto la aparición de prácticas de caza, en las que secontaba con la celebración de actos rituales que la hicieron más beneficiosa para elgrupo.

HUACA PRIETA

Dentro del proceso de llegada del hombre a Suramérica, a través del cuello debotella que es el Istmo de Panamá, uno de los primeros testimonios importantes ydestacados de la presencia humana, nos habla de grupos que se asentaron en losterritorios costeros, desarrollando una base de subsistencia apoyada en actividadesde recolección y caza donde el mar juega un papel fundamental como lo hará enlos siglos posteriores.

En la costa norte del Perú, en el valle de Chicama, en el montículo de HuacaPrieta, se han excavado una serie de sectores que han sacado a la luz la existenciade restos orgánicos de alimentos como pescados y mariscos y cierto cultivo deplantas que demuestran la existencia de una dieta mixta desde los primeros mo-mentos, en esta región.

No obstante este enclave destaca por la aparición del empleo de la calabazacomo recipiente con decoración incisa en su cara externa, mostrando los primerosejemplos en los que se conjugan los principios funcionales y estéticos de unamanera clara. La decoración de ambos destaca por el esquematismo de los motivosrepresentados, mostrándose tanto caras esquematizadas como figuras humanas y depájaros con una clara estilización, y dispuestos sobre la superficie siguiendo es-quemas simétricos.

La relación de los motivos de estas calabazas con los aparecidos en los restos detextiles encontrados en el mismo asentamiento, ponen de manifiesto la relación enuna fecha muy temprana, aproximadamente el 2000 a.C., de una relación entreambas actividades, en la que se puede constatar el intercambio de motivos y ele-mentos que posteriormente serán utilizados por culturas con un desarrollo máscomplejo.

Huaca Prieta sirve de modelo, para entender el patrón de asentamiento en lacosta e Perú, en estas fases iniciales, y que corroboran otras cien aldeas en las quese repiten los esquemas de localización, dependientes de la explotación de losrecursos naturales, básicamente marinos.

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CALABAZA DECORADA. HUACA PRIETA. (PERÚ).

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APÉNDICE DOCUMENTAL

EL ARCAICO: LOS RECOLECTORES PLEISTOCÉNICOS*

“Cuando los cazadores paleoindios entraron en el Nuevo Mundo, la última gla-ciación estaba próxima a su fin. Las placas de hielo llegaron a su máxima expan-sión alrededor del 16000 a.C.; comenzaron a fundirse y retroceder en el extremonorte 4000 años más tarde. El retroceso glaciar fue interrumpido por varios episo-dios de avances glaciares menores, pero aproximadamente en el 8000 a.C., lascapas de hielo estaban restringidas al extremo norte, y prevalecían temperaturasinterglaciares. La temperatura promedio anual era 16ºC más alta en las áreas sep-tentrionales que la que había habido durante el máximo glaciar. Después del 11000a.C., se liberó una gran cantidad de agua por la licuación de las placas de hielo, yel nivel del mar creció en todo el mundo. El puente terrestre de Bering fue cubiertode agua aproximadamente en 8000 a.C., y la línea costera de Norteamérica seinundó. Los cambios posglaciares en las temperaturas y en los regímenes pluvialestuvieron efectos mayores sobre la vegetación. Algunos medios pleistocénicos des-aparecieron, como la tundra esteparia rica en animales de caza. Otros medios seextendieron hacia nuevas áreas, como los bosques caducifolios del sureste de Nor-teamérica. En Suramérica el bosque tropical puede haber remplazado en gran medi-da a la tierra de pastos, previamente expandida en la Amazonia. Éstos y otroscambios en la vegetación afectaron a las poblaciones de animales[...].

Los paleoindios tuvieron que alterar sus patrones de subsistencia y dependercon mayor frecuencia de pequeños mamíferos, pájaros, peces, mariscos y plantas,cuando los mamíferos que cazaban escasearon y (en algunos casos) desaparecieronpor completo. Con el continente colmado de cazadores, las migraciones hacia terri-torios adyacentes, no muy lejanos, parecieron una salida fácil para el exceso depoblación. La reducción de los desplazamientos y el surgimiento de barreras socia-les (y quizás lingüísticas) en la comunicación parecen estar reflejadas en la grandiversidad regional de los estilos harte actuales arcaicos. Para poder mantener elequilibrio entre población y recursos silvestres en una región determinada, se frenóel crecimiento de la población con medidas culturales, como nacimientos espacia-dos, abortos o infanticidios, o con nuevos recursos alimentarios disponibles local-mente, que fueron explotados con más eficacia. Las bandas de cazadores recolectorespospleistocénicos aprendieron a regular sus desplazamientos a través de sus territo-rios para tratar de aprovechar la abundancia estacional de varias plantas y anima-les[...].

Cuando los patrones de movilidad se volvieron cíclicos y programados, en vezde nómadas aleatorios, y cuando los recolectores se familiarizaron con el ciclovital y los mecanismos de reproducción de varias especies de plantas recolectadas,fue posible la manipulación humana de las plantas. Las semillas y raíces cortadaspudieron plantarse en un claro y la banda pudo retornar meses después para recogerla cosecha. Ciertas especies de plantas respondieron a esta preocupación humanacon cambios genéticos que produjeron varias generaciones más tarde, característi-cas como semillas grandes y la pérdida de la dureza de las vainas lo que aumentó

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el atractivo que tenían para los recolectores humanos. Los cultivos requirieroninvertir un tiempo y trabajo extra, y esta inversión tuvo lugar a expensas de otrastareas de subsistencia que estaban comprendidas en el ciclo estacional. Cuando sedescubrieron las técnicas de almacenamiento, la cosecha excedente pudo utilizarsepara períodos más largos, lo que supuso un fuerte incentivo para el establecimientode aldeas permanentes cerca de los campos cultivados y los depósitos. En el vallede Tehuacán, en México, y en la Cueva del Guitarrero y el valle de Ayacucho, enPerú, existe una clara evidencia arqueológica de que el cultivo de plantas precedióa la aparición de asentamientos basados en la agricultura permanente...”.

* STUART, J. Fidiel. Prehistoria de América. Barcelona, Crítica, 1996, pp. 106-110.

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CAPÍTULO 5:

LA CIUDAD EN MESOAMÉRICA

INTRODUCCIÓN

Uno de los valores que ha sido considerado como propio a una cultura para serconsiderada como civilización, es el de la existencia de un urbanismo claramentedefinido que estructure sus asentamientos, fundamentalmente reflejado en una or-ganización centralizada, con predominio de edificios públicos y religiosos, confor-mándose en la proyección espacial de la propia estratificación social que los produce.El estudio de las características del urbanismo en Mesoamérica, tiene como objeti-vo el mostrar el grado de evolución al que éste llegó, apoyado en toda una tecno-logía pensada para alcanzar un control del espacio, tanto interno de los enclavescomo del propiamente territorial, y en el que se constata la existencia de cienciasperfectamente definidas como la astronomía, matemáticas e incluso la geometría,que funcionando como auxiliares de la propiamente urbana, dotaron a estos luga-res de una clara regularidad, organización entre cada una de sus partes y una per-fecta interrelación con el medio natural en el que se emplazaban.

Tanto las que se pueden denominar ciudades, como los enclaves con una clarafunción sagrada, participan de esta dinámica que en un sentido u otro afectará tanto a lapropia arquitectura que se dispone en ellas de un modo puntual, como a los conceptosde espacio urbano y escenografía que generarán como conjuntos construidos.

La complejidad social que se tuvo que alcanzar fue evidente, ya que para poderhablar de ciudad, debemos tener presente la existencia de unas funciones adminis-trativas, religiosas y políticas claras, en torno a clases dirigentes como la nobleza yel sacerdocio, y una jerarquización interna de las mismas en las que se reflejaba laspropias relaciones del grupo. El mismo proceso de construcción de los edificios, yel grado de organización que requiere este hecho, se conforma como uno de losexponentes más evidentes de la desaparición del concepto de sociedades igualita-rias que predominaba en las fases iniciales de desarrollo.

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PATRONES DE ASENTAMIENTO

Los incipientes agrupamientos humanos, a los que podemos llamar propiamenteprimeras aldeas, aparecen en una fase inicial del Formativo o Preclásico, cuando setestimonia una sedentarización que afectó a la aparición de estructuras artificiales esta-bles de habitación, que agrupadas dieron lugar a estos primeros centros. Este procesoque de una manera clara afectó al problema de la vivienda, considerando que un asen-tamiento se puede entender como el conjunto de viviendas, permanentes o transitoriasíntimamente ligadas a funciones arquitectónicas básicas como habitar y estrechamentevinculadas a zonas productivas de carácter agrícola, supondría un salto cualitativo enel problema de la constitución de la ciudad como tal.

CENTRO CEREMONIAL OLMECA DE LA VENTA. EJEMPLO DE INCIPIENTEURBANISMO EN MESOAMÉRICA. (MÉXICO).

En este sentido, la ocupación del espacio por parte del hombre prehispánico enMesoamérica, se vio desde siempre mediatizada por la necesidad de controlar efectiva-mente el entorno, no sólo disponiendo de los materiales y alimentos que éste le propor-cionaba, sino también de los puntos estratégicos donde establecer lugares de fácildefensa y garantizar el acceso directo a fuentes de agua, aunque en algunos casos estecomponente no sea tan obvio. A ello se debe unir la influencia que la religión pudotener a partir de un momento dado en la definición de algunos de estos primeros lugares,incluso en la localización de los mismos, ya que ciudades y núcleos como La Venta,Teotihuacán, Monte Albán o las ciudades mayas contaban también con este elementocomo fundamental para entender el lugar que finalmente escogían para localizarse.

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El propio diseño de la ciudad prehispánica nos habla de la combinación de cada unode los puntos anteriormente señalados, dándose una definición clara tanto de su morfo-logía, como de la propia organización interior de las distintas zonas en las que searticula. Como si de una perfecta planificación se tratara y sin entrar a definir los casosparticulares, algunos de los cuales se analizarán individualmente, la disposición de lasciudades mesoamericanas conocen una metodología perfectamente definida que seplasma en el espacio, con la combinación de plataformas, calles, plazas, edificios reli-giosos y civiles, etc., que presentan una disposición y relación desde las etapas inicialesdel Preclásico, en las que se empiezan a configurar los primeros núcleos.

De este modo, entorno a un centro en el que se disponen los edificios religiosos yciviles más importantes, conformando lo que podríamos llamar como el espacio cere-monial de la ciudad, se distribuye la población de una manera dispersa y sin un aparenteorden. Ese centro que presenta una clara ordenación de los espacios, en los que se puedepercibir perfectamente la relación entre plataformas, altares y espacios abiertos. Inclusola calidad de la arquitectura que se construye no es la misma. Mientras que los templosy los palacios se edifican en materiales imperecederos como la piedra, complementadacon unos perfectos programas escultóricos y pictóricos, y una monumentalidad que loshace destacar, el resto de las construcciones que conforman un asentamiento, se carac-terizarán por su vulnerabilidad y materiales, como vegetales y tierra que definen unosmodelos arquitectónicos que hasta la actualidad se siguen utilizando por parte de lapoblación indígena, en algunas zonas de Mesoamérica.

SECTOR OCCIDENTAL DE MONTE ALBÁN, ORIGEN DE LA CIUDAD CONTESTIMONIOS CLAROS DE INFLUENCIA OLMECA. (MÉXICO).

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EL INCIPIENTE URBANISMO

Los primeros ejemplos registrados en el territorio que comprende Mesoamérica,se presentan en dos focos fundamentales. Por un lado la llanura costera del Golfode México, entre el río Grijalva y los Montes Tuxtlas; y por otro en las tierras delAltiplano, fundamentalmente en torno a la Cuenca de México, aunque no hay queolvidar los vestigios registrados en Tehuantepec y que conforman los más antiguosde la zona mesoamericana.

Sin duda los rasgos genéricos del urbanismo prehispánico mesoamericano sevan a definir en sus líneas generales en los primeros asentamientos de la culturaolmeca en la región del Golfo. En ellos se pueden identificar algunos de los patro-nes que se repetirán de una manera global en períodos posteriores con algunasdiferenciaciones locales. Como hemos señalado anteriormente, en el origen de losmismos hemos de situar el fenómeno de la sedentarización y por extensión de laaparición de unos cambios en las pautas de actuación de los miembros de losgrupos que ven necesario el desarrollo de viviendas con un fin claro de habitacióny relacionadas con la proximidad de zonas productivas desde un punto de vistaagropecuario. Agua y disponibilidad de materiales se conjugan junto con los con-dicionantes fundamentalmente estratégicos y de control del territorio, como losbásicos en el inicio del Preclásico.

PIRÁMIDE DE CUICUILCO, REFERENTE QUE OBLIGA A HABLAR DEL ENCLAVECOMO CIUDAD. (MÉXICO).

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LA PIRÁMIDE DEL SOL DESDE EL MICCAOTLI. TEOTIHUACÁN. (MÉXICO).

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Los tres yacimientos olmecas más destacados, San Lorenzo Tenochtitlán, LaVenta y Tres Zapotes, desarrollados entre el 1200 a.C. y el 300 a.C., son el eviden-te testimonio del inicio del proceso evolutivo hacia una constante complicación alque derivó el devenir de los asentamientos estables en Mesoamérica. Como unclaro rasgo diferencial, estos primeros núcleos, sobre todo los más estudiados, SanLorenzo y La Venta, presentarán una estructura organizada en base a un centroceremonial reducido, alrededor del cual se organiza la distribución de la poblaciónrepartida de una forma dispersa y sobre todo mediatizada por el hábitat lacustre enel que se hallaban. Un organigrama reflejo, por un lado de una especialización ysobre todo de una división de clases en la que la sacerdotal coparía el extremosuperior de esta esquemática pirámide social y cuya existencia era imprescindiblepara poder llevar a cabo un trabajo de las dimensiones del efectuado. Por otro, deun ya claro conocimiento astronómico que se testimonia en la reorientación del ejemayor de la plaza de La Venta respecto al eje magnético terrestre, y que vincula alconjunto urbano con los solsticios.

VISTA PARCIAL DE LA CALZADA DE LOS MUERTOS O MICCAOTLI.TEOTIHUACÁN. (MÉXICO).

Dentro de este esquema el propio centro ceremonial presentará una clara distri-bución de los elementos que lo componen en base a ejes orientados en relacióncon los puntos cardinales o referentes geográficos destacados y en los que ya apa-rece una clara vinculación entre espacio abierto, plazas, y estructura construida,pirámide o plataforma, que definen otro de los binomios más recurrentes del urba-nismo prehispánico.

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No obstante este incipiente esquema siempre ha contado con una cuestión queha suscitado interrogantes desde el hallazgo de estos yacimientos, y es la constata-ción de fases perfectamente definidas en las que están ausentes los procesos evolu-tivos previos de formación. Un aspecto éste, que siempre ha estado muy vinculadoa las características de la propia consustancialidad de lo olmeca y que se conformacomo uno de los grandes interrogantes de esta cultura.

PANORÁMICA DEL CENTRO DE MONTE ALBÁN DESDE LA PLATAFORMASUR.(MÉXICO).

En el caso de San Lorenzo existen elementos centralizados, representados en lazona monumental, y de una infraestructura como drenajes y sistemas de recogidade aguas, pasando por un importante conjunto de vías de acceso al asentamiento.Todo un conjunto de aspectos que resumen un ejemplo de plan urbano diferencia-do en el que de una manera clara el centro juega el papel de punto vertebrador, apartir del cual se distribuye el conjunto de la población.

En la zona de los Valles de Oaxaca, la presencia de elementos olmecas se regis-tra desde el siglo VIII a.C., en una etapa en la que ya existían grupos perfectamentedefinidos que explotaban las riquezas agropecuarias de la región. En ella enclavescomo Monte Albán, Monte Negro y Dainzú representan esta fase de contacto conlos recién llegados olmecas. De los tres destacará el primero, al constatar en susfases iniciales de formación una clara vinculación con los patrones olmecas defini-dos en la región del Golfo. A partir de una gran plaza central, de dimensionesrectangulares con un desarrollo longitudinal norte-sur, se constata una evolución

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TIKAL. TEMPLO DE LAS MÁSCARAS. (GUATEMALA).

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que incluye el núcleo nor-occidental, con inclusión del Edificio J, para ir confor-mando el perfil global de este espacio público que se consolidará como tal a lolargo del Clásico.

Distinta podría ser la consideración para los asentamientos más antiguos delmundo maya, fundamentalmente si atendemos a la idea que defienden algunosautores como Paul Gendrop y que establece una posible vinculación y origen conla cultura olmeca. Esta aseveración corroborada por las relaciones entre simbolo-gías glíficas de Tres Zapotes e Izapa por ejemplo, no impide localizar asentamien-tos anteriores a la presencia olmeca sobre todo el la Cuenca del Río Pasión,localizándose focos contemporáneos en los Altos de Guatemala y Chiapas y en lasTierras Bajas Mayas.

No son poco los autores que marcan cuáles son los componentes del patrónurbano maya en el que distinguen básicamente cuatro elementos. Primeramente lasdenominadas como partes homogéneas, compuestas por las viviendas que en estecaso se organizan en torno a patios de forma cuadrangular y con las dependenciasdispuestas en torno a ellos. En segundo lugar encontramos la parte central confor-mada normalmente por áreas públicas, edificios administrativos, residencias degobernantes y edificios religiosos. En tercer lugar se disponen las vías de circula-ción que se encargan de integrar los distintos componentes de cada uno de losasentamientos y por último, las denominadas como partes especiales, dentro de lasque se incluyen áreas destinadas a actividades productivas, de intercambio, defen-sa, recreación y otras.

El caso de Uaxactún nos sirve para entender el desarrollo posterior del urbanis-mo en esta zona tan concreta del área mesoamericana, permitiéndonos estableceruna clara diferenciación con los establecimientos de la zona del Golfo de Méxicoy los valles interiores. En este caso, la ciudad no responde a un concepto unitariode asentamiento, sobre todo porque ha tenido que adaptarse a las condicionesimpuestas por el terreno. Al igual que las anteriores, la zona pantanosa en la que seemplaza, ha obligado a una disposición de las estructuras principales en las eleva-ciones que sobresalen en este ambiente lacustre y entre las que se han definido lasestructuras básicas de comunicación como han sido pequeñas veredas que hanaparecido junto a los riachuelos que las recorren.

LOS GRANDES CENTRO URBANOS

Los esquemas hasta aquí defendidos se han aplicado a un conjunto de enclavesen los que se ha testimoniado una clara planificación y orden en la distribución desus edificios, de tal manera que hacen pensar que no se trata de meras aglomeracio-nes esporádicas, sino que entran dentro de un desarrollo meditado y totalmentediseñado. En este sentido los problemas surgirían en el instante en el que decida-mos hacer una diferenciación cualitativa y cuantitativa de cada uno de los centros,y determinar aquellos que han de ser considerados como verdaderas ciudades, ha-ciéndose necesario plantear la misma definición de ciudad como parámetro desdeel cual partir.

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En este sentido no perdamos de vista que esa propia definición de ciudad llevaaparejada una problemática que no permite emplear una sola y exclusiva opción.Autores como Sonia Lombardo hablan de la existencia de dos criterios como los deespontaneidad y planificación, considerando la necesidad de que un enclave cuen-te con una serie de requisitos mínimos que permitan incluso poder hablar de unclaro diseño predefinido. Estos elementos serían los de la existencia de un sistemade calles y caminos, viviendas, palacios, centro ceremonial-religioso y la plaza omercado.

Dentro de estos intentos no son pocos los que como Alberto Amador recurren alnúmero de sus habitantes como el componente a tener en cuenta, de la mismamanera que otros lo hacen con la calidad de la arquitectura que es capaz de generarese enclave.

De esta manera parecen claros los elementos con los que tiene que contar unasentamiento para ser definido como urbano, tales como los de disponer de unsistema de vías, y una jerarquización espacial en base a la función ejercida porlas diversas estructuras arquitectónicas, que se repartiría entre la zona de habita-ción, la palaciega, el centro ceremonial, con un fuerte carácter religioso y elmercado, centro de la vida diaria. De la misma manera podríamos enfocar elproblema de la necesidad de contar con la presencia de determinados elementosque fueran definidores de lo que se entendería como ciudad, siendo el ejemplomás destacado el de la pirámide que se convierte en el componente más distinti-vo de éstas.

Finalmente otra posibilidad es la consideración de la existencia de unas funcio-nes exclusivas de estos enclaves en los que destacaría el papel del poder religioso,militar o político, el origen de la distribución de los productos generados en elterritorio de influencia y por último la existencia de una diversificación social quecontemple la presencia de grupos especializados en distintas funciones, totalmentealejados de la imagen de las sociedades igualitarias originales.

El punto álgido del desarrollo de las principales concentraciones humanas de lazona mesoamericana prehispánica se va a reflejar en los centros urbanos más im-portantes entre los que destacan los de Teotihuacán, Monte Albán, Palenque, Tikal,y Tenochtitlán. Si bien se trata de una selección puntual, necesaria para poderdesarrollar algunos de los conceptos que nos interesan, de entre ellos se puedenextrapolar una serie de características genéricas que nos señalen la existencia dedos tipologías perfectamente definidas. Por un lado aquellos núcleos que partici-pan de una planificación clara en base a ejes y plazas como son los casos de los dosprimeros, siendo Tenochtitlán el punto final de dichos modelos; y los planteamien-tos mayas organizados en base a centros ceremoniales que funcionan como focosnucleares y se ven rodeados por la población que los genera y explica como cen-tros de atracción religiosos.

Es por ello que precisamente sean éstos los grandes protagonistas del estudiodel urbanismo prehispánico, al ofrecer un grado suficiente de complejidad en susdefiniciones que difícilmente fue asimilado por el hombre occidental, y que tuvoque recurrir a su comparación con modelos europeos para hacerlos mensurables ycomprensibles.

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VISTA DE EL TAJÍN CON LA PIRÁMIDE DE LOS NICHOS AL FONDO, REFERENTEPLANIFICADOR DE ESTA ZONA DE LA CIUDAD. (MÉXICO).

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LAS RELACIONES ENTRE ESPACIO ABIERTO Y VOLUMENARQUITECTÓNICO

Una de las características básicas de los centros prehispánicos son las relacionesque se establecen entre espacio abierto y volumen arquitectónico, en una uniónque se convertirá en paradigmática y definidora del urbanismo prehispánico. Eneste sentido la predominante presencia de los espacios abiertos se relaciona con laspropias prácticas religiosas de estas culturas en las que el culto a la Luna y funda-mentalmente al Sol, se convertían en los ejes de sus plegarias. De alguna manerapodemos hablar de un urbanismo organizado en base a innumerables plazas que serelacionan entre sí y estructuras que las delimitan y convierten en espacios públi-cos de una tremenda ceremonialidad.

Desde las primeras culturas, las relaciones entre espacio abierto y volumen ar-quitectónico, no sólo definieron la esencia de la totalidad de los enclaves, sino quedeterminaron la tendencia a orientar y crear direccionalidades en base a un conjun-to de elementos que se convertían en complementarios de los anteriores. Las esca-linatas asimétricas, las estelas y la propia presencia de un frente con escalera en lasplataformas principales, facilitaba un cierto orden espacial que la ausencia de fa-chadas monumentales y de elementos arquitectónicos perfectamente establecidospodía solucionar.

PLANO DEL CENTRO DE TULA, DONDE SE DISPONEN EDIFICIOS COMO EL TEMPLODEL SEÑOR DE LA MAÑANA (TLAHUIZCALPANTECUHTLI), DEFINIENDO UN

SECTOR MIXTO, DESCUBIERTO Y PORTICADO. (MÉXICO).

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PANORÁMICA DE CHAPULTEPEC. LOS ESPACIOS NATURALES, ADQUIRIERONUNA GRAN IMPORTANCIA EN ALGUNAS FASES DEL DESARROLLO URBANO

PREHISPÁNICO. (MÉXICO).

Dicha circunstancia tiene un ejemplo destacado en el propio diseño del conjunto deescaleras que jalonan la Calzada de los Muertos, o Miccaotli, en Teotihuacán y que secomplementan perfectamente con el diseño de la pirámide de la Luna, cuyo frente mirahacia el sur para abrirse a un gran espacio abierto que se anuncia en la distancia como elgran receptor de los flujos que desde las plazas del mercado y la Ciudadela se dirigenhacia ella. Entre el siglo I y el IV d. C., la necesidad de romper con el desequilibrio entrelas proporciones de los dos edificios más importantes del yacimiento podría estar detrásde este diseño urbano y arquitectónico. El estudio de la perspectiva se percibe en elintento de corregir la diferencia entre los dos volúmenes de las pirámides, la de la Lunay la del Sol, mediante el paulatino aumento de la altura del terreno que se soluciona conuna ascensión constante desde el extremo sur de la ciudad hasta la Plaza Norte, enmar-cado todo por las plataformas que delimitan a un lado y otro la Calzada de los Muertos,integrando en un solo conjunto las líneas de proyección de dichos laterales y los pro-pios de la Pirámide de la Luna.

Esta misma consideración la merecería la plataforma norte del yacimiento zapo-teca de Monte Albán. Siguiendo el esquema y empleo de la escalinata como ele-mento diferenciador y separador de ámbitos, este sector septentrional de la granplaza de la ciudad zapoteca se conforma como un espacio restringido, al que posi-blemente sólo pudieran acceder contados miembros. Junto a ello se preocupa porinsertarse dentro del conjunto del yacimiento, no olvidemos que se trata de una delas estructuras más antiguas de mismo y por lo tanto datable en torno al siglo VIIa.C., diseñando una de las primeras grandes fachadas de la arquitectura prehispáni-

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DETALLE DEL EDIFICIO DEL MERCADO. CHICHÉN ITZÁ. EXPONENTE DE LAPRESENCIA DE ESPACIOS PÚBLICOS DISEÑADOS,

PARA CONCENTRACIONES NUMEROSAS. (MÉXICO).

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ca mesoamericana que se abre hacia el gran espacio abierto central, generando unfoco de atracción y sobre todo de relación que se contrarresta con la gran Pirámidedel Sur, que funciona como elemento que intenta generar la misma dualidad quelas pirámides del Sol y la Luna de Teotihuacán, anteriormente comentadas.

En este caso, deja de existir una planificación lineal como en Teotihuacán paradefinirse otra más centralizada en torno al sector occidental en un punto ubicado entrelos edificios de los Danzantes y la Estructura IV, y que aparece como el elementoorganizador del conjunto. Desde él parten las líneas generales de proyección que orde-nan al resto de elementos arquitectónicos en un continuo que abarcaría los 1400 añosque constatan la presencia humana en la ciudad. La circunstancia de que se trate delúnico lugar del enclave que no presenta incidios de ocupación, ni siquiera de construc-ción, mas que la presencia de un conjunto de enterramientos, hacen del mismo un focode fuerte atracción mágico-religiosa que lo singulariza dentro de la ciudad.

Por último, las consideraciones que se puedan derivar del análisis de enclaves comoTikal o Copán, nos ponen de manifiesto la pervivencia en etapas tardías en el períodoClásico, en relación al momento de su aparición, de la vigencia de las estelas comoelementos ordenadores del espacio físico y temporal que se define perfectamente porlas sociedades mayas. En este sentido, las vinculaciones que se pueden establecer entreestas estelas y los espacios que las rodean, adquieren el grado de dependencia haciaellas, al conformarse como referentes visuales de una distribución de elementos que lasconsideran como signos o hitos, al marcar incluso de una manera clara, el frente desdeel cual ha de ser divisada y por lo tanto estableciendo una jerarquización espacio-visual.

MITLA. GRUPO DE LAS COLUMNAS. EJEMPLO DE ESPACIO DE REUNIÓN ABIERTO,ANTE LO QUE PUDO SER UN EDIFICIO CIVIL. (MÉXICO).

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LAS CALZADAS JUGARON UN PAPEL FUNDAMENTAL EN LA PLANIFICACIÓN DELOS CENTROS MAYAS. CHICHÉN ITZÁ. (MÉXICO).

Junto a ello, el cariz de conmemoradora de fechas destacadas, la dotan de una doblesignificación al ser ella la que marca la renovación del tiempo, mediante su funcióncomo elemento recordatorio de acontecimientos que la memoria colectiva tiene quealmacenar y que adquieren un papel fundamental en la señalización de unos referentesque llegan a convertir el discurrir del tiempo en algo cíclico y renovable.

PALENQUE. EDIFICIO DE EL PALACIO. LAS ESTRUCTURAS REPRESENTATIVASDEL PODER, SE EMPLAZAN EN LUGARES DESTACADOS, DENTRO DEL

CONJUNTO URBANIZADO. (MÉXICO).

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SELECCIÓN DE IMÁGENES

LA VENTA

El yacimiento de La Venta, dispuesto en una isla en la zona pantanosa del ríoTonalá, presenta una organización y distribución de los elementos que lo compo-nen, que nos hablan de una perfecta planificación en la ejecución de los mismos ya su vez, pone de manifiesto una cuestión que está siendo debatida por diversosestudiosos. Verdaderamente, si se trata de una etapa inicial, los rasgos que presentadicha estructura urbana nos hablan de unos patrones perfectamente definidos, hastatal punto que más que de un inicio, tendríamos que hablar de un periodo finaldentro de una evolución concreta.

LA VENTA. PLAZA CENTRAL. (MÉXICO)

El yacimiento se organiza en base a un eje norte-sur, en el que dominan laestructura A, una pirámide de 38 metros de altura por 120 de diámetro, que recuer-da en su perfil, la forma de los numerosos volcanes que dominan la zona y dondese puede rastrear la primera recreación artificial de un elemento natural por parte deun grupo humano. No obstante, algunos autores opinan que se trata de un edificioque pudo haber contado con una escalinata hacia la explanada que se abre al nortede la misma y que aparece custodiada por dos plataformas paralelas que delimitanuna plaza central.

El extremo norte lo ocupa un patio rehundido, con filas de columnas de basaltoque recrean una alineación a manera de pórtico, posible fachada de algún complejo

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interior y donde han aparecido suelos cubiertos por baldosas representando geomé-trica y abstractamente la figura de un jaguar, animal de importancia capital dentrode la mitología y religión olmecas.

En esencia este es el organigrama de un complejo que funcionaría como cen-tro ceremonial en el que posiblemente habitarían de una manera permanente unas150 personas y que regirían la vida y religión de otras muchas que se repartiríanpor los alrededores de este núcleo. No obstante son varias las cuestiones que nopodemos pasar por alto respecto a este primer yacimiento en el que nos hemosdetenido. Por un lado el hecho de que todas las construcciones que se desplantanen la zona sobre plataformas se realizan mediante una acumulación de tierra conalgunas piedras de refuerzo, lo que desde un punto de vista tecnológico incidióen sus propias características. Fundamentalmente en el grado de pendiente de lasparedes de la pirámide principal cuya relación de altura y base dependía de lainclinación de deslizamiento del material, en este caso la tierra con la que estabarealizada.

Por otro lado la organización de cada uno de los edificios que conforman elconjunto lo hacen en base a un eje axial predominante norte-sur, uno secundario,este-oeste y con una inclinación de 8º oeste respecto al norte, que nos hablan de unclaro conocimiento de los elementos naturales y sobre todo astronómico, del trán-sito de los astros. Esta característica determina que la vertical de su eje sea coinci-dente con los solsticios y por lo tanto reflejo de su conocimiento del calendarioque ya habían desarrollado en torno al 800 a.C. de 260 días o tonalpohualli.

TEOTIHUACÁN

El análisis de la estructura urbana de Teotihuacán, pone de manifiesto la exis-tencia de una metodología de planificación y constructiva totalmente desarrollada,así como un total y absoluto conocimiento sobre la Naturaleza y la Cosmología. Setrata de la constatación más eficaz y perfecta de la evolución que se había iniciadocientos de años antes en los centros olmecas de la costa del Golfo, convirtiéndoseen un punto de inflexión que marcará el futuro desarrollo de otras ciudades enMesoamérica.

Teotihuacán, surge según las recientes investigaciones a partir de las estructu-ras que se comienzan a construir sobre la cueva que se emplaza bajo la Pirámidedel Sol, siendo ésta la primera estructura del complejo y la que de alguna maneraordenará el resto de elementos urbanos de la ciudad, tomando como base el ejede la Calzada de los Muertos, Miccaotli, o eje norte-sur que la recorre a lo largode más de dos kilómetros de longitud. En efecto la Pirámide del Sol, es la másantigua construcción de la ciudad y se constituye como un hito visual inserto enel territorio, que consagra para la eternidad un lugar de culto, que funcionarácomo centro de peregrinación para las poblaciones del Valle de México, y quecon el tiempo acabará siendo un importante centro de comercio al que llegaránlas más diversas materias primas desde los rincones más distantes de Mesoaméri-ca.

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Al ser la estructura primigenia, se calcula su fecha de edificación en torno al año100 d.C., participando de los sistemas constructivos empleados en ese momento enotros edificios como la pirámide de Cuicuilco. La estructura, realizada con unnúcleo de tierra y piedras que se ve reforzado exteriormente mediante una cobertu-ra pétrea que busca la estabilidad de los perfiles de la misma, funcionó comoplataforma en la que probablemente se dispondría de una escultura en la partesuperior, representación de una de las muchas divinidades que se habían consagra-do con el paso del tiempo entre los pueblos mesoamericanos y que convertiría a lamisma en punto de atracción, con un enorme poder de convocatoria que determina-ría el posterior crecimiento de la ciudad.

A partir de ella se traza la Calzada de los Muertos que en su dirección norte-sur,servirá de eje distribuidor de los posteriores núcleos que se ejecutarán en ella comoel Templo de Quetzaltcóalt, la Pirámide de la Luna, el Mercado o el núcleo delQuetzaltpapálotl. Un organigrama en el que se define de una manera clara unagradación desde un centro en el que se relacionan un espacio público como leMercado y otro de carácter semipúblico, como la Ciudadela, hacia espacios másrestringidos que culminarían en torno a la Pirámide de la Luna.

Desde este conjunto central, la disposición de las unidades habitacionales sehace distribuyendo los espacios mediante su vinculación a través de pasillos ypequeñas plazas, en el núcleo central de estas unidades. Patios a los que se abrendependencias elevadas sobre plataformas y en algunos de los cuales se levanta unpequeño templo en el centro.

TEOTIHUACÁN. (MÉXICO).

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En este sentido, no podemos perder de vista que el crecimiento de la ciudad sehace a expensas del control del río San Juan y de la desecación de un espacio queera fácilmente inundable por las crecidas del río hacia el sur. Un lugar que seconvertiría en la zona de expansión natural de la ciudad, trasladando incluso unade las áreas de mayor concentración de población, al núcleo conformado por laCiudadela y el Mercado, y descongestionando con ello el sector norte que se que-daría exclusivamente destinado a funcionas sagradas entre la Pirámide del Sol y lade la Luna.

MONTE ALBÁN

El centro neurálgico de los zapotecas en los valles de Oaxaca, es el siguientenúcleo en el que nos queremos detener. Monte Albán se conforma como el centrode una extensa región en la que se habían venido produciendo la aparición denúcleos como San José Mogote, al norte del actual enclave, que centralizaban losflujos migratorios y económicos que se producían en la zona.

PLANO DE MONTE ALBÁN. (MÉXICO).

Monte Albán, yacimiento del que se tiene noticia desde el siglo XVIII, se ubicaen el conocido como Cerro del Tigre, en una zona desde la que estratégicamente secontrolan los valles de Etla, Zaachila y Tlacolula, las vías naturales por las que seponía en contacto esta región con el Valle de México, el Pacífico y la zona mayarespectivamente. El centro en sí se emplaza en un cerro que ha conocido una

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continuidad en la presencia humana durante al menos 1400 años (s. VII a.C.- s. VIId.C.), lo que se ha traducido en una transformación del medio de tal magnitud, queaún hoy en día asombra por las dimensiones del desplante que de la parte superiorde la elevación se ha producido. Desde esta ciudad, verdadero centro ceremonial segenera una distribución de la población por las laderas y cerros próximos, en unaextensión tan grande que prácticamente el actual núcleo no es más que una mínimaparte de la totalidad del yacimiento.

Monte Albán, recoge en sus estructuras la presencia de elementos olmecas que pu-dieron iniciar la construcción de la gran plaza ceremonial, en la que se pueden apreciardiversas similitudes con la Venta, aunque mejoradas desde un punto de vista técnico.La gran plaza que ordena la presencia de las distintas estructuras que componen estecentro ceremonial, guarda unas proporciones rectangulares con una orientación norte-sur de sus lados menores. Al norte se emplaza una gran plataforma en la que se puedenapreciar algunas de las constantes de diseño de la arquitectura prehispánica como es lacombinación del espacio abierto con las estructuras arquitectónicas, el papel de laescalera como delimitadora de espacios tanto físico como sonoro y visuales y la apari-ción de una gran fachada que se abre a la plaza central.

En el oeste se localizan algunos de los edificios más significativos del enclave comoson la Estructura IV, el Edificio de los Danzantes y el Montículo M. En cuanto alprimero y al último, se trata de estructuras en las que se recoge el esquema TPA, Templo,Patio Altar, que repiten en pequeña escala los valores esenciales que resultan de lacombinación de los espacios abiertos y las estructuras arquitectónicas. El hecho de quese trate del sector más antiguo de la ciudad, junto con la Plataforma Norte, le dota de unaespecial vinculación con algunos de los grupos olmecas que se movieron por los Vallesde Oaxaca, y que se reflejaron en las lápidas de los danzantes y que son las que dannombre al edificio. Incluso, su relación con el espacio abierto contiguo que no conoceconstrucción alguna y que parece regir el ordenamiento del resto de los edificios de laplaza central, constatan estas circunstancias.

La Plataforma Sur se convierte en el contrapeso urbano de su contraria en el norte, sinllegar a tener el mismo volumen que ésta. En sí se trata de una estructura que reaprove-cha una elevación que acaba modelando y sobre la que define una escalinata en su caranorte y una pirámide sobre ella marcando un punto sagrado evidente.

Del sector este destacamos el conjunto de edificios que parecen responder a estruc-turas palaciegas con un organigrama dispuesto en torno a un patio que apenas se ve enotros lugares de Monte Albán. Junto a él, el juego de pelota que se ubica en la esquinanororiental responde al tradicional esquema de cancha en forma de H, aunque con lanovedad de no contar con el tradicional anillo dispuesto en la zona central y estarsustituido por nichos situados en las esquinas y que tienen mucha relación con los queaparecen en las tumbas de la ciudad.

Por último el Edificio J. Ubicado en la zona sur de la aplaza, sobresale del conjuntopor su planta y su aparente desubicación del organigrama general. Su datación, en laetapa inicial del complejo, y relacionado con el Edificio de los Danzantes por la presen-cia de piedras grabadas con personajes de vinculación olmeca, no hace más que abrirlos interrogantes a cerca de la interpretación de su función, más relacionada con fines deobservación astronómica, que esencialmente sagrada.

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TIKAL

Durante once siglos, Tikal fue la ciudad más grande del Petén, en la que lasexcavaciones arqueológicas han puesto de manifiesto la existencia de 3000 estruc-turas arquitectónicas aisladas, bajo las que yacen otras 10000, reflejo de la tenden-cia a reaprovechar estructuras previas por parte de las culturas prehispánicas. Juntoa ello, la ciudad como tal nos presenta un conjunto de estructuras gemelas, tem-plos, palacios, complejos administrativos y todos los elementos indispensables deuna aglomeración de estas características.

PLAZA CENTRAL DE TIKAL. (GUATEMALA).

Tikal constituye sin duda uno de los grandes centros urbanos de la zona maya.Organiza su estructura con una serie de conjuntos habitacionales, que se disponendispersos a lo largo del territorio y que se concentran con una mayor densidadjunto a los complejos arquitectónicos principales. Sus límites vienen determinadospor la construcción de muros defensivos que rodean el sitio.

La parte central de la ciudad se organizaba en torno a la que se denomina comoacrópolis norte, compuesta por pirámides y edificios sagrados como templos quedefinen en su centro la gran plaza principal, que junto con canchas de juego depelota cierra el conjunto de construcciones que se localizaban en la parte másimportante del enclave.

Uno de los rasgos más destacados de la ciudad de Tikal en la etapa clásica es laaparición de complejos de pirámides gemelas que flanqueaban plazas y se dispo-

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nían con cuatro escalinatas, una a cada lado de sus frentes, que parecen estar rela-cionadas con la conmemoración de los katunes o períodos de veinte años.

Desde este centro partían tres calzadas que iban a parar a templos o edificiosaislados destinados a la realización de determinadas funciones y que en el caso deTikal alcanzaron dimensiones monumentales, medidas que llegan a los sesentametros de ancho y un kilómetro de largo.

COPÁN

Copán, ciudad de los astrónomos, está entre los enclaves clásicos más originalesque se puedan analizar en el territorio maya, dentro de la actual Honduras. Desdeun punto de vista urbano y constructivo, la ciudad es el segundo núcleo en tamañodel mundo maya y responde al modelo de enclave asentado en un territorio quellega a controlar convirtiéndose en el foco de ordenamiento poblacional, y próxi-mo a un río, el Copán, cuyas crecidas han afectado a la propia integridad delconjunto.

PLANO DE LA ACRÓPOLIS DE COPÁN. (HONDURAS).

El centro de la ciudad se ha planificado dentro de un rectángulo que describeinternamente una organización ortogonal, donde se percibe la preocupación pornivelar y rodear un conjunto de terraplenes sobre los que se alzan las estructuras deplataformas y pirámides.

Copán se organiza como un conjunto de volúmenes abiertos en los que destacanlos edificios que los jalonan, creando una escenografía entre los que se desarrollan

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las grandes plazas como puntos de encuentro. Urbanismo y arquitectura que se vencomplementados por una serie de estelas y de altares que se constituyen en loshitos necesarios para la delimitación temporal de determinados acontecimientosque se convierten necesariamente, en componentes del discurrir temporal del pue-blo maya, mediante elementos que hunden sus orígenes en las primeras culturasmesoamericanas.

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APÉNDICE DOCUMENTAL

INFORME DE ANTONIO DEL RÍO. PALENQUE, 24 DE JUNIO DE 1787.DESCRIPCIÓN DEL TERRENO Y CASAS DE PIEDRA*

«Desde el Palenque ultimo Pueblo al N. de la Provincia de Ciudad R. de chiapa,se sube caminando hacia el S.O. por una Serrania que viene a dividir este Reyno deGoatemala, del de Yucatàn, ò Compeche: a las dos leguas se encuentra el arroyonombrado Michol, cuyas aguas corren al Poniente, hasta unirse con el grande RíoTulixà que lleva su bertiente a la Provincia de Tabasco: Pasado este arroyo secontinua subiendo, y a media legua se cruza un riachuelo que llaman Ototum, elcual bà a juntarse con el anterior: Aquí es donde se comienza a descubrir montonesde ruinas que hacen muy molesto el paso de otra media legua, hasta la subida alparage, en que se hallan situadas las Casas de piedra: estas se reducen à catorcemas, o menos, arruinadas, pero que aun conservan visibles muchas de sus habita-ciones.

Un area rectangular de trescientas varas de latitud, y quatrocientas y cincuentade longitud comprehende el terreno plano que se demuestra al pie del monte masalto de esta Serrania el qual forma una Plaza, y como en su centro se bè colocada laCasa más grande, y capaz de cuantas se han reconocido: su situacion es sobre unCumulo, ò Colina de veinte varas de altura, y al rededor de la misma se manifiestanlos demas en esta forma: Cinco al N. quatro o al S. una al S.O. y tres al Levante,notandose igualmente por tres partes fragmentos de otras Casas y edificios caidos,extendiendose los de esta clase a lo largo de la montaña que corre de Lebantte aPoniente hasta la distancia de tres o quatro leguas por ambas partes: de manera quela total extensión que forma esta arruinada población, se puede decir, comprehendede siete a ocho leguas de longitud, no correspondiendo à esta su latitud que bienea ser poco mas de media legua en donde finalizan las ruinas, esto es, hasta el arroyoMichòl, que camina al piè de la Montaña: De esta se descuelgan barias vertientesque bañan los cimientos de las arruinadas Casas, situadas auna y otra orilla: lo quepresentaria a la vista, sino fuera por la densidad de los Arboles, tantas calles, comoarroyelos.

Por la eleccion de establecerse en iguales sitios, y por un aqueducto de piedrasubterráneo, de mucha solidez y permanencia, que atraviesa por debajo de la casagrande, se pudiera inferir que estas gentes tubieron alguna analogía y trato con losRomanos: no porque yo me persuada, hayan llegado à este Terreno aquellos con-quistadores, sino por que se deja congeturar con fundamento, que algunos de otraNacion culta se asomaron por estos Payses, de quienes, durante el espacio de sudetencion, habrían recivido estos naturales alguna idea de las Artes, como Recom-pensa de su hospitalidad.

A la belleza natural de su agradable situación, se añade la fertilidad del suelo,bajo de un clima benigno que les ofrecería sin duda en abundancia casi todos losarticulos precisos para satisfacer las necesidades de una vida conmoda y tranquila:puesto que las frutas silbestres que se encuentran en bastante copia quales son losZapotes, Aguacates, Camotes, Yuca, Platanos, y otras diferentes [...].

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Volviendo, pues, à este, exige el buen orden que a la descripcion del Terreno, sesiga el examen de quanto nos presenta esta gran Casa en su interior, cuya arquitec-tura muy parecida a la antigua gotica, ofrece larga duracion en lo macizo y toscode su fabrica, franqueando la entrada en la partte de Levantte, por un Portico oCorredor de treinta y seis varas de largo, y tres de ancho, con Pilastras rectangulasllenas, sin pedestal, ni vase alguna, sobre las cuales se hallan unas piedras quadra-das y lisas de mas de un pie [...]».

* CABELLO CARRO, Paz. Política Investigadora de la época de Carlos III enel área maya. Madrid, Ediciones de la Torre, 1992, pp. 132-147.

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CAPÍTULO 6:

LOS DESARROLLOS URBANOS EN EL ÁREA ANDINA

INTRODUCCIÓN

El estudio del urbanismo prehispánico, encuentra en la región andina otro desus capítulos más destacados, fundamentalmente por la entidad y calidad de losnúcleos con los que cuenta, debido al desarrollo que alcanzó la vida urbana en estazona del continente. Los procesos de concentración humana se inician desde fasestempranas del período Formativo, primeramente en la costa para posteriormenteaparecer en el interior. En todos los casos no podemos perder de vista la determina-ción que implica el medio geográfico, elemento fundamental para entender el desa-rrollo de las culturas prehispánicas.

La evolución de los centros en esta zona cuenta con una dilatada cronología,situando su inicio en torno al siglo XX a.C., a través de la cual se pueden testimo-niar fases que irían desde momentos iniciales en los que se registran simples agru-paciones de estructuras habitacionales conformando en ocasiones simplescampamentos estacionales, pasando por la definición de centros religiosos y aca-bando con la aparición de ciudades perfectamente conformadas tanto en conceptocomo estructura.

La llegada de los primeros españoles a tierras suramericanas, puso muy prontoen contacto a éstos con la existencia de una cultura, la inca, que asombró entremuchas cuestiones por presentar un grado de desarrollo muy similar a las encontra-das en México, de las que ya se tenía noticia, además de contar con unas ciudadesperfectamente establecidas y claramente jerarquizadas, y unos patrones de asenta-miento definidos con un urbanismo planificado como Cuzco.

En este sentido, las ciudades incas, no eran más que la última fase espacio-temporal, de una larga evolución de enclaves que arrancaban en el segundo mile-nio antes de Cristo con yacimientos como Huaca Prieta, Cerro Narrio, Kotosh,Huaca de los Reyes, Cerro Sechín y Chavín de Huántar, donde por primera vez se

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testimoniaba la definición de un centro en el que de alguna manera, el empleo deelementos articuladores compuestos por plataformas y plazas rehundidas que secontinuarían empleando en el futuro, adquirirán un protagonismo destacado.

El análisis del desarrollo urbano en el área andina, presenta en definitiva unaserie de elementos distintivos respecto a la zona mesoamericana, en muchos casosdebido a la diferencia de características geográficas que influyeron en la distribu-ción y localización de los distintos emplazamientos. Junto a éstos los propioscomponentes internos de los enclaves, así como el estilo de vida en el que elemen-tos como la metalurgia y el tejido, se habían desarrollado perfectamente. Aunquelos componentes básicos con los que nos vamos a encontrar poco difieren de losdel capítulo anterior, si hemos de detenernos en esa serie de aspectos que loscaracterizan como son su variedad respecto al entorno en el que se emplazan,diversidad de tipologías urbanas, y un desarrollo definido, salvo excepciones, delorganigrama urbano.

PATRONES DE LOCALIZACIÓN DE LOS ASENTAMIENTOS ANDINOS

El ámbito geográfico suramericano presenta si cabe, una mayor disparidad entrelos distintos ámbitos espaciales que lo integran. La cordillera andina, determinauna extremada división entre la vertiente oriental, dominada por las llanuras yselvas amazónicas que conforman una frontera natural de difícil tránsito, y la costaoccidental del Pacífico que de alguna manera se convirtió en el gran corredor porel que transitarían los distintos pueblos que bien por mar o por tierra se fueronrepartiendo por lo que sería el núcleo central de esta región.

DESIERTO COSTERO PERUANO.

De estos dos territorios, nos interesa la propia costa y los valles interiores andi-nos dispuestos entre la cordillera costera y la Cordillera Blanca y la Negra, ya queserán en ellos en los que se localicen los primeros y principales testimonios deasentamientos. Unos enclaves que a la larga mostrarán claras vinculaciones que

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van más allá de las evidentemente geográficas, para testimoniar relaciones de tipoeconómico y cultural que en ocasiones hicieron pensar en la existencia de horizon-tes panperuanos de relación, que permitieran explicar determinadas fases del desa-rrollo cultural en esta región del continente americano.

La evolución de dichos asentamientos se podría organizar en dos tipos. El pri-mero de ellos aparece desde fases iniciales tanto en la costa como en las serranías,y que denominaremos como agrupamientos en aldea, controlando un valle o unazona estratégicamente importante y donde no podemos hablar claramente de unospatrones urbanos definidos, sino más bien de esporádicas aglomeraciones en tornoa fuentes de abastecimiento de diversa índole, ya sea esta agua, un punto de caza ode abundante vegetación, etc. A los segundos, posteriores en el tiempo, los podría-mos considerar como enclaves del interior en los que de alguna manera se consta-tan desarrollos claramente organizados alrededor de estructuras arquitectónicas comoplazas y plataformas que se conjugarán para conformar espacios articulados, en losque juegan un papel importante los ámbitos abiertos y en los que las relacionesvisuales con puntos geográficos próximos será una de sus características.

VISTA DE UNO DE LOS VALLES INTERANDINOS EN LOS QUE SE ASENTARONNUMEROSAS POBLACIONES QUE EXPLOTAN SUS RIQUEZAS NATURALES.

AREQUIPA. (PERÚ).

Respecto a los primeros asentamientos que se pueden analizar en la región andi-na, encontramos los de la costa ecuatoriana. Yacimientos como Valdivia (Ecuador),en realidad basureros en los que se testimonia la presencia de una actividad antró-pica por la acumulación de restos orgánicos, son ejemplo de los primeros momen-tos en los que se evidencia una clara adaptación de grupos cazadores-recolectoresen la región de la costa al medio en el que se hayan, desarrollando una economíade subsistencia basada en el aprovechamiento esporádico de los alimentos aporta-dos por la naturaleza. Relacionados con ellos culturalmente pero en el interior, enel cuarto milenio anterior a Cristo, podemos hablar de enclaves en los que la eco-nomía era básicamente agrícola, con un claro desarrollo de estructuras de viviendasde planta elíptica hechas de materiales vegetales muy similares a construccionesque en la actualidad se pueden localizar en la Amazonia. Unas viviendas que ya

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presentan desarrollos de sus espacios en herradura, en torno a patios, convirtiéndo-se en los antecedentes de las construcciones en forma de U que se consolidarándefinitivamente en núcleos como Cerro Sechín o Chavín de Huántar, a finales delsegundo e inicios del primer milenio antes de Cristo, y que incluso con el tiempose harán frecuentes trasladados a formas cerámicas.

Desde estos momentos iniciales los patrones de asentamiento inician unas pau-latinas transformaciones que se reflejarán tanto en un aumento de su propia com-plejidad, como de las estructuras que los conforman, en tanto a la organizacióninterna como a los materiales que se emplean. También se constata un manteni-miento respecto a etapas anteriores en la vinculación con aspectos como el aprove-chamiento de los recursos naturales que les proporciona el entorno, aunque habríaque hablar de una mayor riqueza que se reflejará en el hecho de consumir una dietamixta que combinó productos agrícolas de interior con otros de la costa, amplian-do las iniciales tendencias y posibilidades de alimento de los grupos, y constatan-do obviamente el establecimiento de relaciones de intercambio entre el interior yla costa peruanos.

PLANO DE MACHU PICCHU. (PERÚ).

En este sentido, en torno al segundo milenio se percibe ya la definición de unoselementos culturales perfectamente establecidos, generados en núcleos en los que setestimonia un aumento de la concentración de la población que hasta ese momentohabía ocupado gran parte de los valles costeros y del interior. Se trata de asentamientosrelacionados con áreas de cultivo de una forma lógica, con una nula ocupación de lastierras cultivables, y que hacen que las laderas de esos valles sean los lugares elegidos

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para disponer las viviendas esparcidas irregularmente. Unas estructuras básicas en lasque se constata el empleo de materiales vegetales y piedras, conformando habitacionesde distinta planta, tanto cuadrada como semicircular.

Esta inicial complejidad se manifiesta también en las relaciones sociales quehacen posible la existencia, ya en fechas tan tempranas, de sectores especializadosdedicados exclusivamente a la religión o actividades productivas, que explicaríanla presencia de centros en los que no se constata una actividad de habitaciónpermanente, pero en los que sí se llevan a cabo reuniones temporales de muchapoblación, funcionando como verdaderos centros ceremoniales.

LAS PRIMERAS ESTRUCTURAS URBANAS

Para el caso suramericano las primeras estructuras urbanas estarían representadas enlas aldeas de las que anteriormente hablábamos, convirtiéndose en las más antiguasagrupaciones de las que se tiene noticia a pesar de que no contaron con un grado dedesarrollo tan claro, por ejemplo, como los olmecas, y en las que subsistían sus pobla-ciones gracias a los recursos marinos y agrícolas. Se trata de enclaves organizadosmediante el mero agrupamiento de chozas circulares edificadas con totoras atadas a unaligera estructura de madera, ocasionalmente completada con costillas de ballena. Unaschozas que a diferencia de la especialización de los espacios de otras áreas culturales, seconvertirán en lugar de enterramiento de los miembros de la familia, estableciendodesde este momento una vinculación entre espacio de habitación y lugar de enterra-miento, que llegará a dotar al primero de una especial significación religiosa y estable-ciendo una unión con los antepasados que marcará pautas constructivas posteriores.

CERRO SECHÍN. (PERÚ).

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No obstante los procesos de complicación y jerarquización social también van atener su reflejo en el núcleo andino donde yacimientos como El Paraíso en Chu-quitanta, uno de los más antiguos, datados en el año 2000 a.C., presentan edificiosen los que se emplean esquemas surgidos en momentos anteriores, con formas en U,y orientados hacia las montañas próximas a los enclaves. Los centros con esa formase convirtieron en los de trazado más predominante desde el año 1800 a.C., apare-ciendo tanto en la sierra como en la costa y perdurando su patrón casi mil años.Unos centros en los que también se daba ya de una manera incipiente la relaciónentre estructuras construidas y plazas hundidas.

En Kotosh, al este del Huallaga Alto, nos encontramos con un enclave en el quese han llevado a cabo trabajos de aterrazamiento del terreno desde el siglo XX a.C.Los dos edificios de los que se han encontrado elementos estructurales como sonlos del Templo de las Manos Cruzadas y el Templo Blanco, presentan esquemasabiertos, ordenados en torno a patios, en los que sobresale la estrecha vinculaciónde las edificaciones con el lugar en el que se encuentran, además de una organiza-ción regular tremendamente simétrica.

En segundo lugar, la Huaca de los Reyes, en el Valle del Río Moche, y datable en unarco cronológico que va desde el 1730 al 850 a.C., presenta un plano cuya simetría esmucho más evidente que en el anterior, sobre todo desde el punto de vista urbano. En suorganización se percibe claramente la relación entre espacios abiertos y estructurasarquitectónicas, en las que la ordenación se realiza tomando como base una gran plazaa la que se abren tres pórticos conformados por columnas y mostrando una ordenaciónde los espacios que está lejos de cualquier improvisación.

CHAVÍN DE HUÁNTAR. (PERÚ).

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Por último Cerro Sechín muestra posiblemente un organigrama mucho más sim-ple al anterior, pero donde la preocupación por parte de sus autores de dotarlo deuna importante y trascendental iconografía guerrera, lo convierten en un foco deatracción de marcado carácter sacramental. Datable aproximadamente en el año900 a.C., se entra a él a través de una escalinata que nos permite salvar la altura dela plataforma sobre la que se encontraba, accediendo a una estructura simétrica a laque se abren las distintas cámaras dispuestas en torno a un eje. Cerro Sechín sepuede considerar como el antecedente de Chavín, interesante por cuanto en élencontramos algunas de las pautas que se verán en el más destacado de los encla-ves del Horizonte Temprano.

Sin duda alguna uno de los primeros asentamientos en el que podemos hablar de unamínima regulación espacial es en el de Chavín de Huántar, 900-400 a.C. Prácticamentedestruido por los avatares naturales y por el propio hecho de ser una cantera de materia-les pétreos desde la etapa prehispánica, su organización nos habla de una distribuciónplanificada de los elementos con un centro más importante y otro conjunto de lugaresdistribuidos a su alrededor y relacionados con él. Los diseños constructivos en forma deU y las vinculaciones de las edificaciones con patios como es el caso del denominadoCastillo, nos permiten hablar de una serie de constantes del urbanismo prehispánicoque sigue ubicando sus edificios también en plataformas. No obstante la no existenciade una planificación clara explicaría las sucesivas ampliaciones que tuvo este núcleo,como las que dieron lugar al Nuevo Templo, realizada con toda probabilidad en distin-tas fases, lo que no hace pensar en un proyecto unitario.

VISTA DEL RECINTO DEL KALASASAYA. TIAHUANACO. (BOLIVIA).

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Posiblemente el enclave que más nos interese después del de Chavín de Huántarsea el de Moche, ya en la región costera del sur de Perú en donde podemos encon-trar otro de los ejemplos de centros ceremoniales que podemos insertar dentro de ladinámica urbana de los asentamientos prehispánicos andinos. Moche, 100 a.C.-700d.C., cuenta con dos plataformas, la Huaca del Sol y la de la Luna donde se relacio-nan espacios abiertos y plazas, articulados por el cerramiento de plataformas quedefinen escenarios de un alto valor religioso. La distinta funcionalidad de las mis-mas hace pensar en la vinculación entre poder civil y religioso, o la unión deambos en la misma figura. Así, el hecho de considerar a la Pirámide del Sol comoun templo y a la de la Luna como la plataforma de un palacio, vendrían a sustentaresta hipótesis.

Pero no solamente podemos hablar de aglomeraciones definidas por ser lugaresde habitación, sino que también tenemos que tener en cuenta aquellos enclaves enlos que originariamente se aprecia una utilización ritual, celebración religiosa oenterramiento y que se convierten en otra de los condicionantes que dieron lugar aalgunos de los yacimientos más importantes de la región andina. Si ya hemoshablado de Chavín de Huántar y le hemos conferido ese carácter de lugar sagrado,el caso de los yacimientos de Paracas en la región meridional de la costa peruana,nos constatan la elección de enclaves por determinadas circunstancias en los quese llevaban a cabo el enterramiento de cuerpos envueltos en fardos formados pormantas de una altísima calidad y que desde el 400 a.C., testimonian la presencia deconcentraciones arquitectónicas dotadas de una fuerte simbología.

VISTA PARCIAL DE TIAHUANACO. (BOLIVIA).

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PIKILLAQTA. (PERÚ).

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LAS PRINCIPALES CIUDADES

El paulatino desarrollo comercial incidió en el crecimiento y complejidad delos centros de concentración humana, hasta tal punto que podemos decir quesurgen las primeras ciudades en un período que arrancaría en torno al siglo II d.C.La ciudad de Tiahuanaco representaría esta primera fase. Dominada por dos gran-des plataformas cubiertas de piedra, sobre cada una de las cuales hay una plazahundida, los edificios que la conforman destacan por estar realizados con muybuena calidad y levantarse sobre las plataformas a las que se entra a través de unaserie de pórticos, definidos por bloques macizos de piedra de una sola pieza ydecorados en algunas ocasiones con relieves. La más famosa es la Puerta del Sol,cuyo principal motivo puede ser una versión tardía del antiguo Dios de los Bácu-los de Chavín. En una de las plazas del complejo se localizan un gran número deestelas entre las que se podían identificar algunas de dioses pertenecientes apueblos conquistados y sometidos por Tiahuanaco. Las grandes plataformas queaparecen con sus impresionantes edificios fueron las residencias y despachos dela elite gobernante, mientras que la masa de la población vivía en humildescasas.

La existencia de todos estos elementos nos permite hacer una lectura en laque destacaría la presencia de una articulación espacial exterior ordenada enrelación a puntos o direcciones organizadas por las portadas y las estelas, cons-tituyendo un claro ejemplo de ordenación en base a hitos monumentales yespacios públicos. La propia calidad en la que se presentan habla muy a lasclaras de la existencia de una estructuración social interna sustentada en una ya

CHAN CHÁN. TRUJILLO. (PERÚ).

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IGLESIA DE SANTO DOMINGO. CUZCO. (PERÚ).

definida diferenciación, en la que posiblemente se puedan encontrar perfecta-mente definidos especialistas altamente cualificados, directores de obra, cante-ros, sacerdotes, artesanos, orfebres, etc., representativos de una organización entorno a un poder central con la capacidad suficiente para movilizar a una masaimportante de súbditos.

El caso de Wari, estrechamente relacionado con Tiahuanaco, surge justo cuan-do éste conoce su etapa de máximo esplendor, aunque con un desarrollo caracteri-zado por una disposición de los elementos sin un orden preestablecido y con elempleo de piedras, más próximas por su tamaño a lo megalítico. El yacimiento seorganiza mediante complejos amurallados divididos en secciones rectangulares queconforman patios rodeados de una serie de habitaciones que podrían haber confor-mado residencias de unidades familiares.

Los enclaves de Huamachuco y Viracochapampa, emplazados en el HorizonteMedio, vuelven a ser ejemplos en los que encontramos edificios organizados entorno a una plaza central y con una clara planificación que se testimonia no sola-mente en la calidad de la urbanización del recinto, sino incluso en el hecho de quesus lados estén orientados con los puntos cardinales, como es el caso de Viracocha-pampa.

Para el caso de Huamachuco, la realización de estructuras de habitación organi-zadas con salas rectangulares y ordenadas en torno a patios, vuelve a constatar lautilización de unas pautas de ordenación de las unidades básicas de habitación quese insertan dentro de la tradición suramericana que venimos comentando.

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CALLE HUNÍN RUMAYOC. CUZCO. (PERÚ).

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SACSAHUAMÁN. CUZCO. (PERÚ).

Posiblemente el mejor ejemplo de esta planificación que se constata en estosconjuntos lo conforma la ciudad de Chan Chán, siglos XIII-XV d.C., de la queinteresa resaltar, más la planificación de cada una de las unidades que la confor-man, que el propio conjunto del enclave, que responde a la paulatina complemen-tación de cada una de las unidades que lo integran, aunque el resultado sea unaperfecta y geométrica ordenación de sus áreas. Ubicada en las proximidades de laactual ciudad de Trujillo, el empleo del adobe con un carácter masivo en todas lasestructuras, convierten además a esta ciudad en uno de los mejores espacios en losque analizar la aplicación y grado de calidad que alcanzó este material.

Por lo que respecta al centro y sur de Perú, la ciudad de Pachacamac, siglos VII-XV d.C., representa la estructura más grande en la que se pueden ver conjuntos degrandes pirámides, llegando a contar con construcciones de hasta seis pisos detapias y pintados exteriormente, mostrando una alta complejidad en la conforma-ción y decoración de cada uno de los elementos que lo integraban.

Por último, los enclaves de la civilización inca son algunos de los mejores conoci-dos, fundamentalmente por ser de los últimos que se realizaron, disponer de un magní-fico trabajo de la piedra y contar con algunas de las descripciones más completasllevadas a cabo por los cronistas españoles. Si bien los ejemplos con los que nos poda-mos encontrar son numerosos, destacan en ellos la existencia de enclaves en los que setestimonia una perfecta planificación en la disposición de los edificios y calles deOllantaytambo. O de un desarrollo definido pero no regular manteniendo unas pautasde orientación constantes en el urbanismo de la región andina y donde el caso de Cuzcose convierte en uno de los casos más conocidos y mejor estudiados.

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MACHU PICCHU. (PERÚ).

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PISAC. (PERÚ).

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SELECCIÓN DE IMÁGENES

CHAVÍN DE HUÁNTAR

El primer momento en el que se constata una unificación territorial, lo que losestudios llaman período panperuano, en el centro norte del Perú, por motivos reli-giosos es en el Horizonte Antiguo, a partir del siglo IX a.C. Las circunstancias quedieron origen a ese momento hay que vincularlas con fases anteriores en las que sefueron definiendo los esquemas ideológicos-religiosos que tendrían en referentesnaturales algunos de sus pilares. En el caso de Chavín, el proceso hizo aparecertodo un esquema sustentado en un lenguaje formal que lo llegaría a identificar,conformando todo un soporte de propagación ideológica que tiene en la figura delLanzón a su máxima expresión.

CHAVÍN DE HUÁNTAR. (PERÚ).

Heredero de todo un proceso de definición espacial iniciado en enclaves comoKotosh, Huaca de los Reyes o Cerro Sechín, el enclave de Chavín de Huántar,surgió en torno al año 900 a.C., siendo reflejo de la confluencia de experiencias dela costa y la montaña, y conformando el primer complejo ceremonial sudamericanoque llegó a tener presencia en un ámbito territorial amplio, y en el que impresionala organización de sus espacios por su tamaño y por el cuidado en la disposiciónde edificios y plazas que conforman el centro en sí.

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La parte más antigua del yacimiento que se conoce como Templo Tempranoestá conformado por una plataforma en forma de U y una plaza hundida circularentre los brazos de dicha U. El organigrama del edificio se completaba con unsinfín de galerías que desarrolladas a distinta altura estaban decoradas con unconjunto de figuras que evidencia la especial simbología de esta zona y en una decuyas intersecciones, generadas por el cruce de dos de estas galerías se emplaza ElLanzón.

Esta estructura original poco a poco se fue modificando, incorporándose con eltiempo en un conjunto de plazas y plataformas que generó un modelo que sesiguió utilizando hasta Tiahuanaco.

TIAHUANACO

La posibilidad de considerar la existencia de una estrecha relación entre losdistintos períodos en que se estructura el desarrollo histórico de la región andinacon anterioridad al Imperio Inca, permitiría hablar de una evolución en esta regiónamericana, sustentada por el proceso acumulativo de cada una de las fases que sesuceden. En este sentido el análisis formal consistente en la forma en que unasculturas reaprovechan elementos de las anteriores podría tener su justificación. Esoes lo que ocurre al analizar el enclave de Tiahuanaco, donde se puede testimoniarel empleo de una iconología chavinoide, reflejada en el Dios de los Báculos, ele-mento que las relaciona y que permite defender esa hipótesis de vinculación.

TIAHUANACO. (BOLIVIA).

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Localizada en las proximidades del lago Titicaca y a unos 3800 metros dealtitud, la conformación de Tiahuanaco como enclave de ocupación habría quesituarlo entre el siglo III a.C. y VIII d.C. Los edificios más importantes de Tiahua-naco parecen haberse construido en los primeros siglos de nuestra era, recogiendoen ella todos los principios de pirámides, plataformas y espacios abiertos que sonpropias de estas entidades urbanas prehispánicas en la región andina.

La principal estructura del yacimiento es la denominada Akapana, una pirámidetruncada de 180 por 100 metros de base que se separa de la plataforma del Kalasa-saya mediante una avenida que conformaría una de las principales vías de la ciu-dad.

Es en el Kalasasaya donde se emplaza la Puerta del Sol, posiblemente uno de losreferentes más conocidos de esta ciudad, en la que destaca, por un lado el empleode la piedra como material dominante y que diferencia a esta zona de las viviendasen sí que fueron construidas con materiales perecederos. Junto a ello, iconográfica-mente, la presencia de un personaje muy similar al Señor de los Bastones de laestela Raimondi de Chavín, evidencian una posible influencia con otros centrosreligiosos del Perú, lo que abriría la puerta a posibles contactos entre distintoscentros.

Existen indicios de que Tiahuanaco fue la residencia de una elite gobernantecon un desarrollo social y cultural lo suficientemente fuerte como para poder llevara cabo trabajos de gran envergadura, transportando materiales desde largas distan-cias.

CHAN CHÁN

La historia peruana, tiene en el Período Intermedio Tardío como gran protago-nista a la dinastía Chimú. La grandeza y pretensiones de dominio territoriales porparte de este pueblo fueron frenadas a mediados del siglo XV por los ejércitosincas, cortando la que podría haber sido el desarrollo del gran enemigo del norte ygran competidor por el control territorial del Perú, cuando había logrado incorporarbajo su tutela todos los valles costeros desde Lima a Tumbez. Su dinastía tuvoorígenes mitológicos, llegando su fundador Taycamano desde el mar, e inauguran-do una serie de doce descendientes entre los que destacaron su nieto, Nançen-pinco y el noveno jefe Minchançamán.

Chan Chán fue posiblemente la ciudad más grande de la región andina, cuyasruinas se localizan en la actualidad cerca de la localidad de Trujillo. La estructu-ra de esta urbe se organiza en base a un conjunto de recintos planeados conoci-dos como barrios, interconexionados de tal manera que mantienen una unidadque los dota de una orientación común, en la que se quiere ver una misma progra-mática constructiva de tal manera que todos los complejos se ordenan orientadoshacia poniente.

El material básico es el adobe, conformando en la actualidad parte de la estruc-tura de los muros divisorios de cada una de las unidades espaciales y llegando aalcanzar en algunas zonas 11 metros de altura. Se trata de un material que aparece

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trabajado mediante la inserción de frisos de animales y otros motivos que relacio-nan a los mismos con los tejidos que realizaba la cultura chimú.

La mayoría de los complejos que conforman la ciudad presentan una plantarectangular, repitiendo en su interior los mismos usos de suelo, donde sobresalíanla presencia de patios y conjuntos habitacionales posiblemente utilizados con fi-nes administrativos, junto con los que no era extraño encontrar espacios sin ocupardestinados en la inmensa mayoría de los casos a cultivos.

OLLANTAYTAMBO

Los distintos estudios que sobre el origen de la ciudad americana se han escrito,siempre sopesaron la influencia que algunos esquemas regulares prehispánicos pudierontener en la configuración de los modelos urbanos a partir del siglo XVI. Ejemploscomo el de Ollantaytambo, ponen de manifiesto la existencia de estos organigra-mas en momentos anteriores a la llegada de los españoles, pero no necesariamentevinculables con los diseños planificados que surgirían posteriormente.

En este sentido, dentro de esta problemática surgida en torno a la consideracióndel carácter planificado de muchos de esos asentamientos, no cabe la menor dudaque el caso de Ollantaytambo ejemplifica tanto el grado de desarrollo que alcanza-ron muchos de ellos, como la existencia de un modelo en el que había vivido elindígena americano y que por tanto conocía, justificación que permitiría explicarel por qué de su perfecta adecuación a los modelos importados desde occidente.

CHAN CHÁN. TRUJILLO. (PERÚ).

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OLLANTAYTAMBO. (PERÚ).

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Emplazada en el valle del río Urubamba, su historia está muy relacionada con ladel propio Cuzco, ubicada en un punto estratégico desde el que se controlabanvarios pasos. Su estructura se organiza en dos sectores, la fortaleza, que emplazadaen lo alto de la montaña vigilaba dicha posición privilegiada y la ciudad, a suspies. El desarrollo de la misma se caracteriza por su tremenda regularidad en la quedieciocho bloques rectangulares se distribuyen generando en el centro una plaza yseparados por calles rectilíneas, por las que discurre un conjunto de canales quepasan por los quicios de las entradas a las viviendas funcionando como sistema dehigiene tremendamente desarrollado.

La estructura de cada una de esas unidades señaladas o bloque, se organizamediante un sistema dual en el que se insertan dos patios separados y rodeado cadauno de ellos por cuatro habitaciones, todo realizado con una tremenda perfecciónen el trabajo de la piedra. En las esquinas, pequeños patios completan los espacioslibres entre las habitaciones.

CUZCO

CUZCO. EN ESTE PLANO SE PUEDEN VER LAS SALIDAS DE LA CIUDAD HACIA LASCUATRO PARTES DEL IMPERIO INCA. (PERÚ).

El caso de Cuzco ejemplifica la culminación de un proceso de ocupación terri-torial posiblemente iniciado unos dos mil años antes a su fundación como capitalinca. La importancia estratégica y económica de su enclave, ubicado en un crucenatural de caminos no fue explotado totalmente hasta la última fase del período

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prehispánico y contando con una hegemonía sobre el conjunto del Perú que noabarcó más allá de tres generaciones. Su mérito radica en haberse desarrollado apartir de un establecimiento pre-inca datado en la misma época que Chavín del queno nos han llegado restos de arquitectura monumental, escultura en piedra o meta-les, siendo básicamente la cerámica el único testimonio material de este asenta-miento. Ni siquiera en el Horizonte Medio, bajo la sombra del poder wari, se testimoniala presencia de un enclave importante que hablara de una clara preeminencia deesta región sobre el entorno.

El trazado de la ciudad de Cuzco que tanto impresionó a los españoles, estabaordenado en base a dos ejes principales que señalaban el inicio de los cuatrocaminos que se dirigían a las cuatro regiones en que estaba dividido el imperio.Dichos ejes se convertían a su vez, en los referentes que marcaban las direccionesde las calles secundarias que a diferencia de las principales se trazaban mantenien-do unos perfiles angostos, con fuertes declives debido a la orografía.

La plaza marcaba el centro de la ciudad y se encontraba dividida en dos seccio-nes que se utilizaban de distinta manera. La del norte estaba dedicada a las ceremo-nias, mientras que el sector meridional estaba dedicado a las fiestas y bailes.

De entre los edificios que se disponían en la ciudad destacaban los palacios, degran tamaño y organizados internamente por gran cantidad de habitaciones en losque, como ocurría con los templos, sobresalía el trabajo de piedra con el que estabarealizada parte de la estructura. Desde este centro crecería la ciudad de una formaespontánea, organizando todo el entramado en barrios que formaban un anillo deconstrucciones de materiales perecederos que se diferenciaban de las construccio-nes más importantes que ocupaban los alrededores de la plaza.

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APÉNDICE DOCUMENTAL

DE LA MANERA Y TRAZA CON QUE ESTÁ FUNDADA LA CIUDAD DELCUZCO, Y DE LOS CUATRO CAMINOS REALES QUE DELLA SALEN, Y DELOS GRANDES EDIFICIOS QUE TUVO, Y QUIÉN FUE EL FUNDADOR*

«La ciudad de Cuzco está fundada en un sitio bien áspero y por todas partescercado de sierras, entre dos arroyos pequeños, el uno de los cuales pasa por medio,porque se ha poblado de entrambas partes. Tiene un valle a la parte de levante, quecomienza desde la propia ciudad: por manera que las aguas de los arroyos que porla ciudad pasan corren al poniente. En este valle, por ser frío demasiado, no haygénero de árbol que pueda dar fruta, si no son algunos molles. Tiene la ciudad a laparte del norte, en el cerro más alto y más cercano a ella, una fuerza, la cual por sugrandeza y fortaleza fue excelente edificio, y lo es en este tiempo, aunque lo másdella está deshecha; pero todavía están en pie los grandes y fuertes cimientos, conlos cubos principales [...]. En el comedio, cerca de los collados della, donde estabalo más de la población, había una plaza de buen tamaño, la cual dicen que antigua-mente era tremedal o lado, y que los fundadores, con mezcla y piedra, lo allanarony pusieron como agora está. Desta plaza salían cuatro caminos reales; en el quellamaban Chichasuyo se camina a las tierras de los llanos con toda serranía, hastalas provincias de Quito y Pasto. Por el segundo camino, que nombran Condesuyo,entran las provincias que son subjetas a esta ciudad y a la de Arequipa. Por eltercero camino real, que tiene por nombre Andesuyo, se va a las provincias quecaen en las faldas de los Andes y a algunos pueblos que están pasada la cordillera.En el último camino destos, que dicen Collasuyo, entran las provincias que lleganhasta Chile[...]. El río que pasa por esta ciudad tiene sus puentes para pasar de unaparte a otra. Y en ninguna parte deste reino del Perú se halló forma de ciudad connoble ornamento sino fue este Cuzco, que (como muchas veces he dicho), era lacabeza del imperio de los ingas y su asiento real. Y sin esto, las más provincias delas Indias son poblaciones. Y si hay algunos pueblos, no tienen traza ni orden nicosa política que se haya de loar; el Cuzco tuvo gran manera y calidad; debió serfundada por gente de gran ser. Había grandes calles, salvo que eran angostas, y lascasas, hechas de piedra pura, con tan lindas junturas que ilustra el antigüedad deledificio, pues estaban piedras tan grandes muy bien asentadas. Lo demás de lascasas todo era madera y paja o terrados, porque teja, ladrillo ni cal no vemosreliquia dello. En esta ciudad había en muchas partes aposentos principales de losreyes ingas, en los cuales el que sucedía en el señorío celebraba sus fiestas. Estabaen ella el magnífico y solemne templo del sol, al cual llaman Curicanche, que fuede los ricos de oro y plata que hubo en muchas partes del mundo. Lo más de laciudad fue poblada de mitimaes, y hubo en ella grandes leyes y estatutos a suusanza, y de tal manera, que por todos era entendido, así en lo tocante de susvanidades y templos como en lo del gobierno. Fue la más rica que hubo en lasIndias de lo dellas sabemos, porque de muchos tiempos estaban en ella tesorosallegados para grandeza de los señores, y ningún oro ni plata que en ella entrabapodía salir, so pena de muerte. De todas las provincias venían a tiempos los hijos

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de los señores a residir en esta corte con su servicio y aparato. Había gran suma deplateros, de doradores, que entendían en labrar lo que era mandado por los ingas.Residía en su templo principal que ellos tenían su gran sacerdote, a quién llamabanVilaoma. En este tiempo hay casas muy buenas y torreadas, cubiertas con teja. Estaciudad, aunque es fría, es muy sana, y la más proveída de mantenimientos de todoel reino, y la mayor dél, y adonde más españoles, tienen encomienda sobre losindios, la cual fundó y pobló Mangocapa, primer rey inga que en ella hubo. Ydespués de habar pasado otros diez señores que le sucedieron en el señorío, lareedificó y tornó a fundar el adelantado don Francisco Pizarro, gobernador y capi-tán general destos reinos, en nombre del emperador don Carlos, nuestro señor, añode 1534 años, por el mes octubre».

* CIEZA DE LEÓN, Pedro. La Crónica del Perú. Madrid, Historia 16, 1984, pp.335-338.

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CAPÍTULO 7:

ARQUITECTURA MESOAMERICANA

INTRODUCCIÓN

Uno de los capítulos destacados de las culturas mesoamericanas es el de laconstrucción de edificios, sin duda uno de los aspectos más interesantes que sobre-sale por la calidad y cantidad de las obras realizadas. Desde los inicios del Preclá-sico se constata la existencia de complejos arquitectónicos que testimonian ungrado de evolución cultural y técnico muy importante, en los que se evidencian lapresencia de una serie de patrones de construcción perfectamente establecidos, quese mantendrán hasta sus últimas consecuencias en las etapas finales del Posclásico,anteriores a la llegada de los españoles.

Muestra evidente de una sedentarización ya consumada, entre el 1500 y el1200 a.C., muchos de los asentamientos alcanzaron un nivel de organizaciónmuy complejo, en las que las tareas especializadas eran cada vez más numero-sas, lo que se reflejó en la propia organización de las ciudades y en aspectostan básicos como en un aumento en la intensidad de los intercambios de mate-rias primas destinadas en un alto porcentaje a satisfacer fines rituales y funera-rios.

La idoneidad o no de llamar a este conjunto de edificaciones como arqui-tectura, se plantea precisamente por la ausencia de grandes espacios cubier-tos, aspecto que no es óbice para que estemos hablando de unas estructurasque conocen fases de diseño y construcción, llevadas a cabo por un gruposocial sacerdotal o regio, que es quién ordena su construcción. El grado decomplejidad que se alcanza se puede apreciar a través de la estrecha relaciónque existe entre los edificios en sí y la trama urbana dentro de la que seinsertan, determinando de esta manera la aparición de verdaderos complejosen los que el análisis de un elemento no se puede llevar sin su inserción en elconjunto.

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UNA ARQUITECTURA A CIELO ABIERTO

La estrecha relación de los pueblos prehispánicos con la naturaleza en la que seinsertaban y en la cual encontraban explicación a muchas de las cuestiones tras-cendentales que los regían, vida, cosmología, etc., justificaría muchas de las carac-terísticas de las estructuras arquitectónicas a las que nos vamos a referir. La concepciónde su religión, estructurada en torno a la idea del necesario mantenimiento delciclo vital, se sustentaba en la garantía de la sucesión del tiempo a través de unaserie de rituales que se reflejaban en un rico y variado panteón que desde la etapaolmeca se había ido fraguando y consolidando dentro de la dinámica social prehis-pánica, y que a su vez mantenía a toda una clase dirigente inicialmente sacerdotaly posteriormente guerrera, que mandó erigir todo un conjunto de estructuras que seconvertirían en el escenario idóneo a través del cual poder legitimar sus acciones.

TEOTIHUACÁN. CALZADA DE LOS MUERTOS (MICCAOTLI). (MÉXICO).

La idea de formar parte de esa armonía vital y nunca contra ella, y la necesidadde llevar a cabo un culto al sol como astro rey que garantizaba la vida, y cuyotranscurso por el cielo era considerado como esencial para su existencia, determinóla aparición de unos espacios en los que se adoraba de una manera evidente a estoselementos. Desde etapas tempranas, tanto en la zona mesoamericana como en laandina, el culto al sol se convirtió en el protagonista de la elaboración y planifica-ción de los espacios, donde la exposición a su observación eliminaba la contem-plación de cualquier construcción cubierta que pudiera evitarla. Ni tan siquiera losespacios menores domésticos, pueden apartarse de la presencia de un elemento

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abierto que mostrara dicha relación, caso de los patios en torno a los cuales sedisponen las unidades habitacionales.

Ahora bien, el propio concepto de la construcción, entendida como una partemás de la naturaleza, integrada en la misma, abriría las puertas a una interpretaciónmás profunda. No sólo el hecho de presentar estructuras abiertas justificaría estevínculo, sino que el mimetizarse prácticamente con el entorno, en casos como laspirámides de Teotihuacán, con el Cerro Gordo y el Chiconautla como telones defondo, hablan de la tremenda preocupación que tuvieron sus constructores de con-vertir sus obras en un parte más de esa naturaleza, cuya armonía no se queríaalterar. La continuidad entre las líneas naturales de las montañas y las artificialesde lo arquitectónico, ejemplifican de un modo más que destacable ese conceptoarquitectónico que huye de los espacios cerrados para integrarse directamente en elmedio al que pertenecen.

EL DISEÑO: ARQUITECTURA Y PLANIFICACIÓN URBANA

Dentro del proceso de definición de los elementos que serán esenciales en laarquitectura prehispánica mesoamericana podríamos hablar de la existencia de unosmodelos que definirán un diseño arquitectónico desde los primeros enclaves olme-cas del Golfo hasta los aztecas de Tenochtitlán, convirtiéndose en unas constantesrepetidas en la práctica totalidad de los centros construidos. Los estudios encami-nados a determinar los niveles de continuidad de las estructuras arquitectónicas,

YUCATÁN. CHICHÉN ITZÁ. EL CASTILLO. (MÉXICO).

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mediante el análisis de los restos materiales que la arqueología relaciona con lasmismas, y su propia evolución interna, en un intento de crear una secuencia cons-tructiva que explique sus componentes, puede ser uno de los medios más aclarado-res de las circunstancias que envuelven al mismo proceso de edificación.

MONTE ALBÁN. OAXACA. PLAZA CENTRAL. (MÉXICO).

En este sentido, la determinación de la presencia de organizaciones geométricasque nos muestran una clara relación de las partes con el conjunto del yacimientoen el que se encuentran, nos hablarían de una suerte de ejercicio de ejecuciónencaminado a llevar correcciones temporales en determinados momentos, a la vezque proponer programas planificados de construcción que serían, en última conse-cuencia, reflejo de unos procesos de economía edificatoria.

Dentro de los que se definen como elementos arquitectónicos podríamos hablarde plataformas, haciendo una distinción entre las pirámides, calzadas, espaciosabiertos, unidades de habitación construidas mediante un sistema adintelado, orga-nización de estos espacios en torno a patios, etc., todos con el punto en común deconocer procesos de construcción en los que se reaprovechan subestructuras pre-vias, en un claro exponente de renovación espacial y volumétrica que en ocasionesse produce en períodos conocidos de tiempo.

Así, ejemplos como la pirámide de Cuicuilco, el edificio de los Danzantes de MonteAlbán, la pirámide de El Tajín, el Templo de los Guerreros de Chichén Itzá, o los restosdel templo mayor de Tenochtitlán, mostrarían las tendencias ejecutadas por unas cons-trucciones en las que se constata una suerte de evolución teniendo al pasado comosoporte, que se reflejaría en ese conservadurismo estructural de muchas de ellas. Capí-

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tulo aparte lo conforma, por ejemplo, la construcción del templo rojo que existe delantede la pirámide de Quetzalcóatl en la Ciudadela de Teotihuacán, donde se evidencia laintención de anular y ocultar una estructura previa mediante la interposición, en rela-ción al acceso más importante a la explanada central, de una construcción que anularavisualmente dicha pirámide y que estudios recientes están poniendo en cuestión, yaque la propia finalización de dicha edificación es dudosa.

CHICHEN ITZÁ. YUCATÁN. “EL CARACOL”. (MÉXICO).

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LA ARQUITECTURA CIVIL, PÚBLICA Y PRIVADA (PALACIOS-VIVIENDA)

A la hora de hablar de los espacios de habitación de la arquitectura prehispáni-ca, de la misma manera que en otras culturas, se puede señalar una separación entrelos espacios utilizados por las clases dirigentes, y aquellos otros destinados a lahabitación de la población en general. Una distinción que se transmite tanto en lacalidad de los materiales empleados como en la amplitud de los mismos. En estesentido queremos hacer referencia a los palacios y a las estructuras habitacionalesmás esenciales.

YUCATÁN. UXMAL. PIRÁMIDE DEL ADIVINO. (MÉXICO).

Por lo que se refiere a los primeros, los ejemplos que han llegado hasta nosotrosy que han podido ser interpretados con la suficiente garantía no son muchos. Inclu-so, su propia utilización por parte de sacerdotes o reyes, no habla de una evidentediferenciación dependiendo de uno u otro. Los casos que se pueden analizar conmás claridad como el Quetzalpapálotl de Teotihuacán, algunos de los complejosdel sector occidental de Monte Albán, el grupo de las Columnas de Mitla o elPalacio de Palenque, nos hablan de una serie de características que podríamosdefinir como comunes.

En todos los casos estamos hablando de estructuras claramente diferenciadas delconjunto por sus dimensiones, por la calidad de los materiales que se emplean enellas o por su ubicación dentro del plan urbano definido. Este hecho, si cabe, lesconfiere una mayor monumentalidad que se transmite en su emplazamiento, casisiempre sobre una enorme plataforma, al contar con decoraciones esculpidas en

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piedra o labradas en estuco sin que predomine la pintura de una manera clara ysobre todo por su vinculación con sectores importantes como una plaza, que ha-blan de su relevancia al estar estrechamente relacionados con espacios de reuniónde una especial importancia espiritual.

TEOTIHUACÁN. LA CIUDADELA. (MÉXICO).

No obstante, en los ejemplos escogidos destaca el componente común de lapresencia de un patio o espacio abierto, como elemento regulador de la distribu-ción de las unidades habitacionales y que organiza un ámbito que siempre apareceaislado de las áreas públicas, mediante un acceso en recodo y de reducidas dimen-siones como en el Quetzalpapálotl de Teotihuacán; mediante la incorporación deun elemento intermedio como en el Grupo de las Columnas de Mitla o una sobreelevación del nivel del suelo como el de Palenque.

Por lo que respecta a las unidades habitacionales, utilizadas por clases socialesmás humildes destacaríamos dos ejemplos. Por un lado los complejos habitaciona-les de Teotihuacán y por otro las viviendas mayas. Por lo que se refiere a lasprimeras, la organización de los espacios en torno a patios a los que se abren lashabitaciones en sí, parece responder a la repetición en un nivel más doméstico delas mismas estructuras que se pueden percibir en los lugares sagrados. Tepantitla,Atetelco, Zacuala o Yayahuala, nos hablan de unas estructuras en las que se definede una forma clara los elementos que las integran, patios y habitaciones básica-mente, utilizándose los mismos materiales con la misma presencia de la pinturasobre capas de estuco que en los lugares de mayor trascendencia.

Más humilde es el caso maya. En éste, la habitación maya se caracteriza por elempleo de materiales más perecederos donde son protagonistas los vegetales y la

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tierra, que definen unas estructuras en las que se constata el aprovechamiento delos recursos del entorno. Unas viviendas que serán frecuentemente utilizadas comoelementos de decoración en templos y edificios de los centros ceremoniales másdestacados como Uxmal, Sayil o Labná, en cuyos edificios aparecerán como com-plemento decorativo de los relieves exteriores.

EDIFICIO DE LOS DANZANTES. MONTE ALBÁN. OAXACA. (MÉXICO).

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LA ARQUITECTURA RELIGIOSA: PIRÁMIDES, TEMPLOS,JUEGOS DE PELOTA

La percepción divina de la montaña por parte de las culturas antiguas, comoespacio sagrado, lugar próximo a los dioses y por lo tanto vinculado con sus prin-cipios, encontrará en el mundo prehispánico ejemplos destacados.

En el área mesoamericana, son numerosos los casos que se encuentran desde lasetapas tempranas del Preclásico hasta las definitivas construcciones aztecas delúltimo período. Junto a ello los logros teotihuacanos y totonacas, nos hablan de unelemento, la pirámide, que sin duda en el mundo maya alcanzó una de sus máximasexpresiones.

En la zona andina, como ya se verá, las construcciones de estas características sedan de una manera generalizada y en ningún caso tienen nada que envidiar a sussemejantes en territorio mesoamericano. Las construcciones de adobe llevadas acabo por la cultura chimú en el valle de Moche, nos hablan de las dimensiones ylas características que llegaron a alcanzar convirtiéndolos en elementos distintivosdentro del paisaje.

Se trata posiblemente del edificio más característico de lo prehispánico. Consi-derado por unos como una construcción per se y por otros como un elementoindisoluble con el templo al que sirve de base, en realidad se trata de la estructuraque define con más claridad la evolución de los principios arquitectónicos de laarquitectura prehispánica.

Ya en La Venta, entre el 1200 y el 900 a.C., se dieron los primeros pasos para ladefinición de un modelo en la denominada como la Estructura A. La recreación dela forma de un volcán, con sus pendientes recorridas por canales, hace pensar en laprimera recreación artificial de la morada de un dios. Desde este punto, en enclavescomo Cuicuilco, el modelo vuelve a repetir el mismo perfil que el de los volcanespróximos, simplemente que sustituyendo la forma inicial olmeca por una plantacircular y un desarrollo en altura con cuatro pisos decrecientes que dejan pasillosentre ellos, por los que se puede transitar. En este caso, la disposición de una rampay una escalera que potencian el eje este –oeste, vincula a este edificio con lasprimeras manifestaciones de un culto solar, al hacer coincidir estos componentescon la dirección del sol por el cielo.

Sin duda la Pirámide del Sol de Teotihuacán será la más monumental. Susdimensiones, 225 m. de lado aproximadamente por unos 65 m. de altura, hablande una estructura achatada en cuanto a la relación base-altura. No obstante setrata del último capítulo de unos sistemas constructivos empleados desde elperíodo olmeca, en este caso reforzados, como en Cuicuilco, con una cubriciónexterior que refuerza el núcleo de tierra y piedra. La disposición de la escalina-ta en la cara oeste, mirando hacia la Calzada de los Muertos, y su ligera desvia-ción respecto al eje magnético, vincula este complejo arquitectónico con unculto solar que posiblemente se llevara a cabo en una primera fase en la partesuperior del edificio, para trasladarse posteriormente, con toda seguridad des-pués del año 300 d.C. a la zona inferior, mucho más próxima a la plaza que seabre a sus pies.

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EL TAJÍN. LA PIRÁMIDE DE LOS NICHOS. VERACRUX. (MÉXICO).

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Su vinculación con la Pirámide de la Luna, repite estructuralmente el esquemadado por ésta, aunque de menores dimensiones y una distinta disposición en cuan-to a su orientación, en este caso presidiendo la plaza norte en la que se emplazajunto al Quetzalpapálotl.

La pirámide totonaca de El Tajín, conforma sin duda uno de los ejemplos másrefinados desde el punto de vista arquitectónico. Construida a partir del año 600d.C., la Pirámide de los Nichos, reúne a algunos elementos como la definición deun volumen a partir de la superposición de pisos escalonados y con una plantacuadrada. Cuenta con una sola escalinata en la que destacan alfardas de grecas y lapresencia de los 364 nichos a los que se les ha otorgado diversas funciones, desdelas calendáricas a las de cumplir como lugares en los que se colocaban urnas fune-rarias. En uno u otro caso, su ubicación privilegiada en una de las zonas del yaci-miento, nos habla del papel preponderante que este tipo de construcciones llegó atener a la hora de ordenar el espacio en torno a ellas, cumpliendo la misma funciónque en el caso teotihuacano.

Cerraríamos este brevísimo recorrido con los ejemplos toltecas y aztecas. En elprimero de los casos, estamos hablando de un modelo, la Pirámide de Tlahuizcal-pantecuhtli, en la que se retoman modelos mesoamericanos. Organizada con unplanta rectangular y pisos escalonados, estaba rematada por un templo sostenidopor los atlantes que soportarían el entramado principal de la cubierta de una sala ala que se accedería por una portada presidida por un chac mool y dos columnas,cuyos fustes representarían los cuerpos de dos serpientes con la cabeza hacia abajo,

TEOTIHUACÁN. QUETZALPAPÁLOTL. (MÉXICO).

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ocupando el papel de la basa y el acrótalo en el capitel. Este modelo que seríaexportado a Chichén Itzá, al templo de los Guerreros, solamente se realiza en estosdos edificios, retomando una iconología de larga tradición en las religiones prehis-pánicas. El caso de los aztecas se caracteriza por el esquema dual de sus edificiosen un claro exponente de la relación de tradiciones. La antigua, refrendada en lapresencia de un templo dedicado a Tlàloc y la nueva con Huitzilopochtli, o dios dela guerra, divinidad a la que le rendían la máxima veneración.

El diseño de estos edificios de los que destacamos los ejemplos de la pirámidede Tenayuca y la que conformaba el Templo Mayor de Tenochtitlán, fusiona larecreación del esquema vital de los aztecas organizado en un desarrollo anual en elque se rendía culto al dios de la agricultura y al de la guerra, las dos accionesesenciales de la existencia de este pueblo mesoamericano.

Las pirámides mayas son el otro gran capítulo. Destacaríamos dentro de ellas,por un lado las de Tikal, como el Templo I, Jaguar-Gigante, en el que podemosapreciar la característica fisonomía de estos edificios, de planta cuadrada o rectan-gular, con una escalinata, tremendamente esbeltas en su concepción y con un tem-plo en la parte superior, organizado normalmente con varias dependencias cubiertascon la bóveda maya y rematado con una cresta que culmina el conjunto.

De singular podemos calificar el Templo de las Inscripciones de Palenque, 700d.C., donde encontramos la primera estructura con una cámara de enterramiento ensu interior. La presencia de la tumba de Pakal, ha abierto el interrogante de sí setrata de una pirámide con enterramiento interno o si por el contrario, de lo quetenemos que hablar es de una tumba a la que se le superpuso una pirámide. En unou otro caso, se trata de unas estructura que descansa sobre la falda de una de laselevaciones que conforman el núcleo de Palenque, lo que hace que no se trate deun edificio con las dimensiones y proporciones que hasta ahora hemos analizado,aunque su imagen si nos permita hablar de un esquema de planta rectangular, conpisos decrecientes y templo en la parte superior organizado en este caso con un parde crujías paralelas, cubiertas con sendas falsas bóvedas.

Por último la Pirámide del Adivino en Uxmal, construida a partir del 600 d.C., yla de Kukulkán en Chichén Itzá, datable con posterioridad al 1000 d.C., permiti-rían cerrar este recorrido por los ejemplos más destacados mayas. Para el primero deellos, podemos hablar de una pirámide de planta rectangular con las esquinas ma-tadas, de tal manera que se aproxima su diseño más a la figura elíptica. Con dobleescalinata, preside un conjunto urbano en el que sobresale como el edificio másalto. En la parte superior un templo le otorga todo su significado. El caso de laPirámide de Kukulkán o el Castillo, podemos hablar de otro caso singular. Con unaplanta cuadrada, tiene cuatro escaleras que permiten el acceso a un templo, cuyafachada se abre con una entrada con doble columna en la que se reproduce enesquema de la serpiente invertida de Tula. De nuevo, como en el Tajín, cada una delas escalinatas que permiten la ascensión al templo, cuenta con 91 escalones, esdecir, 364 en total lo que de nuevo nos vincula este edificio con un posible cultosolar. Completa el conjunto las alfardas en las que se reproduce de nuevo el cuerpode una serpiente con la cabeza al inicio de la parte baja de la escalera, convirtién-dose en un icono repetitivo a lo largo de toda la ciudad.

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Por lo que se refiere a los templos, éstos se relacionan con las pirámides comoespacios en los que se llevan a cabo los cultos a los dioses, dándose ejemplos enlos que la propia pirámide se convierte en la plataforma sobre la que se asientadicho edificio. Espacios donde lo sagrado y lo privado conforman un lugar de unaalta significación y de los que podemos encontrar numerosos ejemplos por todo elterritorio prehispánico. La enorme diversidad de estos lugares nos obliga a unaselección que sin duda dejará fuera a edificios que por sus características merece-rían un análisis detallado, pero que excedería las pretensiones de este manual.

El hecho de tratarse de la zona más sagrada justificaría su generalizada desapa-rición, y a pesar de que son numerosas las reconstrucciones que se han realizado deestos edificios, no cabe la menor duda de que muchas de ellas responden a unosprincipios básicos constructivos. De los primeros asentamientos apenas si han lle-gado ejemplos. Para el caso olmeca, podríamos incluso señalar que la relaciónentre el templo en sí y la pirámide respondería a un esquema dual en el que confor-marían un conjunto que delimitaría, por ejemplo ambos extremos de la plaza prin-cipal de La Venta. Ya en Cuicuilco, la relación entre la pirámide y el templo quesobre ella se dispone, parece clara, constatándose incluso la existencia de variasreconstrucciones en las que se dispone la sala sagrada sobre la parte superior de laestructura piramidal, permitiendo plantear la posibilidad de que ésta no sea másque el medio y no el fin espacial en el que se realiza el ritual.

Las hipótesis respecto a los modelos estructurales que culminarían las cimas dela Pirámide del Sol y de la Luna en Teotihuacán, son uno de los ejemplos más

MITLA. OAXACA. GRUPO DE LAS COLUMNAS. (MÉXICO).

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PALENQUE. CHIAPAS. EL PALACIO. (MÉXICO).

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destacados. Si bien en este sentido, la figura de la Chalchiuhtlicue, ha planteado laposibilidad de tratarse de salas hipóstilas, sostenidas por verdaderas cariátides yremitiendo a la traslación de modelos como los del Quetzalpapálotl. En uno u otrocaso, se abren unas propuestas de diseños que tendrían otro ejemplo en la recons-trucción del templo de Quetzalcóatl en Tula, donde los guerreros tendrían la fun-ción de atlantes, sosteniendo la estructura completa de la sala, y recuperando deesa manera el modelo precedente teotihuacano. Los casos aztecas también nos hanllegado de manera indirecta a través de reconstrucciones, en las que de nuevo nosvolvemos a encontrar, en este caso duplicadas, estructuras arquitrabadas que repi-ten esquemas anteriores aunque más integrados en el diseño general de la obra,caso de la pirámide de Tenayuca, o la propia del Templo Mayor de Tenochtitlán.

UXMAL. EL PALACIO DEL GOBERNADOR. YUCATÁN. (MÉXICO).

El mundo maya se sale de la norma al emplear el sistema de bóveda para lafinalización de sus construcciones. En este caso, las vinculaciones mágico-religio-sas consistentes en la recreación de formas naturales, podrían estar en la base de lasustitución de los cierres adintelados. Ahora bien, el empleo de la cal como mate-rial básico de estos edificios, permitirá encontrar ejemplos de salas en las que seestructuran los espacios interiores mediante la disposición de crujías paralelas,cubiertas con la denominada falsa bóveda maya, confiriendo esos perfiles tan ca-racterísticos y sobre todo condicionando la propia espacialidad de cada una de lassalas. No obstante existen ejemplos en los que incluso podríamos decir que se dansoluciones de entrecruzamientos de bóvedas, que recuerdan a las de arista, y que

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como en el caso de los templos del Sol y de la Flor Foliada de Palenque, se cons-tituyen en un paso más hacia la complicación que se logró definir.

Por último hemos seleccionado el Juego de Pelota como máximo exponente deespacio ceremonial y sagrado que tendrá en la zona mesoamericana su área demáxima expansión. El espacio que se definió, fue empleado como lugar de celebra-ción ritual, donde se llevaban a cabo ceremonias en las que participaban toda unaserie de elementos que les confieren un especial valor y un altísimo carácter sagra-do.

JUEGO DE PELOTA. DAINZÚ. OAXACA. (MÉXICO).

Inserto dentro de la dinámica religiosa de las culturas prehispánicas, el juego depelota se conforma como una cancha en forma de I o H, rehundida o aislada respec-to al terreno que la circunda y limitada por paredes verticales en todos sus ladosexcepto en los mayores centrales, en los que se disponen muros inclinados destina-dos a contener decoración y contar en la inmensa mayoría de los casos con losanillos de piedra por los que se hacía pasar a la pelota. Existen excepciones comola cancha de Chichén Itzá, anterior al 1200 d.C., la más grande de Mesoamérica enla que todas las paredes son verticales, o los juegos de pelota de Monte Albán yDainzú del 300 a.C., en los que los aros son sustituidos por hornacinas dispuestasen las esquinas de los extremos de la I, y cuya funcionalidad se piensa pudo ser lamisma que la de los anillos, estando en este caso estrechamente vinculados conotros nichos similares que se disponen en algunas de las tumbas aparecidas en elmismo Monte Albán.

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El ritual que se recrea en la acción es el de la traslación del sol por la bóvedaceleste ayudado por la fuerza de los hombres. La puesta en movimiento de lapelota de hule se ejecuta con todas las partes del cuerpo excepto con las manos, deahí que los jugadores de pelota aparezcan ataviados y protegidos con elementoscomo las rodilleras, las coderas, las palmas que evitaban que los golpes directos dela pelota impactarán sobre el cuerpo, etc. Dichos jugadores siempre distribuidos endos equipos en principio conformados por un número impar de individuos, teníanpor objetivo el hacer pasar la pelota por alguno de los aros que se disponen en elcentro de la cancha o en su defecto por las hornacinas que los sustituyen en loscasos comentados.

El público se sitúa en torno a la cancha, de pie presenciando el ritual, y quefinalizaba tal y como se propone, con el sacrificio del capitán del equipo perdedoral que se le extraía el corazón y se le ofrecía a los dioses, como se narra en losrelieves de uno de los juegos de pelota de El Tajín.

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SELECCIÓN DE IMÁGENES

LA PIRÁMIDE DE CUICUILCO

La conformación de las orillas del Lago de Texcoco, espacio elegido por distin-tos grupos humanos a lo largo de la etapa preclásica mesoamericana, como lugar deasentamiento aprovechando los recursos naturales, tiene uno de sus reflejos mássorprendentes en la Pirámide de Cuicuilco.

PIRÁMIDE DE CUICUILCO. (MÉXICO).

Emplazada en la actualidad dentro de la ciudad de México D.F., en el conocidocomo Pedregal de San Ángel, las obras de urbanización de la que iba a ser la VillaOlímpica de las Olimpiadas de 1968, pusieron de manifiesto la incorporación deesta estructura a un complejo mayor de edificios, entre los que destacaba por susdimensiones y características constructivas.

Se trata de una pirámide de planta circular de aproximadamente 150 m. dediámetro y conformada por cuatro plataformas troncocónicas decrecientes, dispues-tas de tal manera que dejan en su superposición un espacio o pasillo para podercircular por ellas. En los lados oriental y occidental se disponen sendas estructurasaplicadas posteriormente al núcleo que ponen de manifiesto una clara vinculacióncon los puntos cardinales principales, por donde sale y se pone el sol. La estructurade levante es una escalinata que permite subir a la parte superior y la de ponientese conforma como una rampa, uno de los escasos ejemplos que se pueden encontraren la arquitectura prehispánica.

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Su técnica constructiva se puede considerar como el punto final de la evolucióniniciada en la zona olmeca con estructuras como la A de La Venta, y el inicio de lasgrandes pirámides mesoamericanas que tendrán uno de sus referentes principalesen el conjunto de la vecina y opuesta ciudad de Teotihuacán, situada en el extremocontrario del Valle de México y dentro del radio de acción del Lago de Texcoco.

La Pirámide de Cuicuilco está construida con un núcleo de estructuras preexis-tentes, que se realizan mediante la acumulación de tierra y piedra hasta conformarel volumen de la edificación. Posteriormente se cubre esta parte central con unacapa de piedra volcánica, dispuesta sin ningún tipo de mortero y sin labrar, confor-mando una cubierta que consolida el núcleo y dota de una clara estabilidad alconjunto.

LA PIRÁMIDE DEL SOL DE TEOTIHUACÁN

El análisis arquitectónico e incluso urbano de Teotihuacán gira en torno a lafigura de la Pirámide del Sol, su edificio más emblemático. Emplazada en el sectororiental central de la Avenida de los Muertos, los datos arqueológicos hablan deque se trata de la primera gran estructura que se construye, siendo el elemento apartir del cual se ordenará la distribución del resto de los complejos urbanos de laciudad. La pirámide recoge las propuestas de Cuicuilco y se convierte en el iniciodel desarrollo de un tipo de una planta arquitectónica que se repetirá hasta lasaciedad en toda la América prehispánica.

TEOTIHUACÁN. PIRÁMIDE DEL SOL (MÉXICO).

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Con sus 65 metros de altura y sus 222 x 225 m. de planta, este edificio seconcibe como la consolidación espacial y visual de un antiguo santuario o lugarde peregrinación que estaba conformado por una cueva con planta treboladasobre la que se construye. En esencia repite en su estructura el sistema construc-tivo derivado de la zona Olmeca, y desarrollado de una sola vez. Es decir, unenorme núcleo constituido por la acumulación de tierra y piedra que en estaocasión define una planta cuadrada, que se recubre con una capa de piedra quesirve para consolidar dicha estructura y a la vez ser la base de una cubierta deestuco que serviría para disponer una decoración pictórica de la que apenas hanllegado restos.

En altura se desarrolla con cuatro plantas troncopiramidales decrecientes queculminan con una explanada sobre la que se situaría el templo o la imagen divinaa la que se rendiría culto. Presenta un solo acceso por su lado occidental, medianteuna escalinata que alterna su desarrollo con uno y dos tramos hasta alcanzar laparte superior. Dicha circunstancia, la de presentar su fachada o lado principalorientado hacia el poniente planteó la probabilidad de su relación con el culto alsol, aspecto que se corroboró al comprobar que su planta se encontraba ligeramenteinclinada hacia el noroeste los grados necesarios para que en las fechas de lossolsticios de verano e invierno, de cada año, la sombra que se proyecte sobre ellasea totalmente paralela a su eje este-oeste.

LA PIRÁMIDE DE LOS NICHOS DE EL TAJÍN

El enclave totonaca de El Tajín, descubierto en el siglo XVIII, ejemplifica losavances que en materia arquitectónica se alcanzaron en la etapa final del clásicomesoamericano. Sus estructuras más importantes, construidas a partir del 500 d.C.,definen un conjunto de edificios que sobresalen por las técnicas constructivasempleadas y por la calidad de sus acabados. Sin duda alguna es la Pirámide de losNichos el edificio señero de este asentamiento.

Localizado en el complejo denominado Tajín Grande, próxima al inicio de lacolina sobre la que se asienta el Tajín Chico, la Pirámide de los Nichos, destaca delresto con su volumen y por los elementos que le dan nombre. Se trata de unapirámide de planta cuadrada, compuesta por siete plataformas, con una sola escale-ra orientada hacia el oriente, flanqueada por dos alfardas decoradas con grecas ydispuesta en relación a los cuatro puntos cardinales. El sistema constructivo que seemplea en ella aúna la reutilización de estructuras preexistentes, en este caso unapirámide de seis plantas, y el empleo de la piedra en sillares muy homogéneos quepermiten realizar un trabajo con ellos muy similar al del ladrillo.

Cada uno de los tramos que la conforman repiten un mismo esquema que desdeabajo se conforma con un talud, moldura, un tablero ahuecado con los nichos, y unalero muy volado que contrarresta la inclinación del talud.

Los nichos con los que se horadan los tableros de sus cuatro frentes, tiene unasdimensiones de aproximadamente 70 centímetros de profundidad por otros tantosde altura y anchura, siendo precisamente el elemento más singular de la estructura.

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Su significado se desconoce aunque se barajan las posibilidades de que hayanservido para colocar objetos de culto como palmas o yugos del juego de pelota;urnas funerarias, o incluso hogueras. El hecho de que el cómputo que se puedahacer de los mismos hable de 364 huecos, incorpora también la idea de que se tratede un templo en que se rendía culto al sol, al tránsito del tiempo y en que sellevaran a cabo ritos de propiciación.

EL PALACIO DE PALENQUE

Situado junto al río Otulum que riega y recorre todo el enclave de norte a sur,este edificio destaca por su singularidad y su propia estructura espacial. En esenciael conjunto arquitectónico se alza sobre una plataforma de 100 metros de largo, por80 de ancho y 10 de altura, a la que se accede por una escalinata situada por todoel lado septentrional. El complejo se organiza en torno a cuatro patios, que sefueron definiendo mediante la sucesiva construcción de edificios junto a ellos.Unas estructuras que se organizan con dobles crujías que se abren al interior y elexterior del complejo, formando galerías que se vieron transformadas mediante laincorporación de tabiques de separación en cuartos.

El alto grado de desarrollo que alcanzaron los mayas en el control del agua,desde su captación a su reparto se refleja en la existencia en el complejo de unosbaños y retretes conectados con caño de desagüe y sumideros.

PIRÁMIDE DE LOS NICHOS. EL TAJÍN. VERACRUZ. (MÉXICO).

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De todo el conjunto destaca la torre, que aunque en la actualidad reconstruida,se convierte en el elemento distintivo. Organizada en cuatro pisos y cuya funcióncomo punto de vigilancia u observatorio no se ha conseguido descifrar, es el únicoejemplo de arquitectura maya de este tipo de estructura arquitectónica, aparecien-do perfectamente definida y exenta en el conjunto del edificio.

El Palacio estaba profusamente decorado tanto con imágenes labradas en estuco y delas que quedan algunos restos en sus paredes, que representan figuras humanas, símbo-los religiosos y jeroglíficos. Como pinturas que apenas si han logrado sobrevivir de lasinclemencias de un medio tremendamente húmedo y que las ha hecho prácticamentedesaparecer. También destacan las lápidas de piedra labrada que decoran algunos de lospatios y entre las que sobresalen las figuras del Escriba y el Orador y un gran tablero querepresenta una escena de entrega de atributos de la realeza.

Posiblemente fuera Pakal quién mandará construir el conjunto de galerías que sur-can los subterráneos del edificio, para recrear el ámbito del inframundo a los que losgobernantes descendían simbólicamente durante las ceremonias de entronización.

EL TEMPLO DE LOS GUERREROS DE CHICHÉN ITZÁ

La historia tolteca viene marcada por la figura de Quetzalcóatl, y su viaje a lastierras orientales de la zona maya donde fundaría la ciudad de Chichén Itzá. Mitadhistoria y mitad mito, la trascendencia de este dirigente sacerdote, estriba no soloen el papel que se le confirió como fundador de la cultura tolteca, inventor de la

EL PALACIO. PALENQUE. (MÉXICO).

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escritura, el calendario o la arquitectura, sino más allá de ello, por el protagonismoque tuvo en el momento de la llegada de Hernán Cortés a las tierras mexicanas. Eledificio de los Guerreros de Chichén Itzá, ejemplifica desde nuestro punto de vista,no solo la importancia y trascendencia de dicho personajes, sino incluso la consta-tación en una etapa concreta del posclásico de la presencia de estrechas y clarasrelaciones entre distintas zonas de Mesoamérica.

TEMPLO DE LOS GUERREROS. CHICHÉN ITZÁ. (MÉXICO).

Este edificio forma parte del complejo más importante del yacimiento de ChichénItzá y muestra, como decimos, con claridad las relaciones e influencias que recibieronlas tierras mayas del Puuc, por parte de los toltecas del Valle de México. Su plantaprocede directamente del templo principal de Tula, dedicado a Venus o Tlahuizcalpan-tecuhtli, literalmente, casa del señor de la mañana. Se trata de una pirámide de cuatropisos, desarrollados mediante la combinación del tablero talud y con relieves de jagua-res y águilas, sobre la que se dispone el templo a la que se accede por una escalinata quepermite el acceso a la plataforma superior delante del chac mool. El templo se abremediante un pórtico formado por dos grandes serpientes invertidas, con la cabeza a rasde suelo y la cola funcionando como capitel.

Al pie del edificio se dispone un pórtico sostenido por pilares que sirve deunión con una sala de tres naves, hipóstila que organiza un espacio indefinido queculmina en la conocida como sala de las Mil Columnas, constatando el hecho deque Chichén Itzá sea un modelo perfectamente trasladado del templo de Tula don-de se presentan los mismos elementos, pero en los que se emplean los sistemas deconstrucción que habían desarrollado los mayas como el empleo de la cal y lossistemas abovedados de hormigón.

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APÉNDICE DOCUMENTAL

RELACIÓN DE LOS EDIFICIOS DEL GRAN TEMPLO DE MÉXICO*

«...Era el patio de este templo muy grande; tendría hasta doscientas brazas encuadro. Era todo enlosado (y) tenía dentro de sí muchos edificios y muchas torres;de estas torres unas eran más altas que otras, y cada una de ellas era dedicada a undios. La principal torre de todas estaba en el medio y era más alta que todas, eradedicada al dios Huitzilopochtli o Tlacauépan Cuexcótzin. Esta torre estaba divi-dida en lo alto, de manera que parecía ser de dos y así tenía dos capillas o altaresen lo alto, cubierta cada una con un chapitel, y en la cumbre tenía cada una deellas sus insignias o divisas distintas. En la una de ellas y más principal estaba laestatua de Huitzilopochtli, que tambien la llamaban Ilhuicatl xoxouhqui; en la otraestaba la imagen del dios Tláloc. Delante de cada una de estas estaba una piedraredonda a manera de tajón que llamaban téchcatl, donde mataban los que sacrifica-ban a honra de aquel dios; y desde la piedra hasta abajo estaba un regajal de sangrede los que mataban en él, y así estaba en todas las otras torres. Estas torres teníanla cara hacia el occidente, y subían por gradas bien estrechas y derechas, de abajohasta arriba, a todas estas torres..».

* SAHAGÚN, Bernardino de. Historia General de las cosas de Nueva España.T. I. México, Porrúa, 1969, p. 232.

DESCRIPCIÓN DE LAS PIRÁMIDES DE TEOTIHUACÁN*

«Los únicos monumentos antiguos que pueden llamar la atención en el vallemexicano por su grandeza y moles son los restos de las dos pirámides de San Juande Teotihuacán, situadas al N. E. del lago de Texcoco, consagradas al sol y la lunay llamadas por los indígenas Tonatiuh Itzacualli, casa del sol, y Meztli Itzacualli,casa de la luna. Según las medidas tomadas en 1803 por un sabio joven mexicano,el doctor Oteiza, la primera pirámide, que es la más austral, tiene en su estadoactual una base de 208 metros de largo y 55 metros ( o sean 66 varas mexicanas) dealtura perpendicular. La segunda, esto es, la pirámide de la Luna, es 11 metros másbaja y su base mucho menor. Estos monumentos, según la relación de los primerosviajeros y según la forma que presentan aun en el día, sirvieron de modelo a losteocallis aztecas. Los pueblos que los españoles encontraron establecidos en laNueva España, atribuyeron las pirámides de Teotihuacán a la nación tolteca; loque siendo así, hace subir su construcción al siglo octavo o nono, porque el reinode Tollan duró desde 667 hasta 1031. Los frentes de estos edificios están con ladiferencia de cerca de 52’, exactamente orientados de N. a S. y de E. a O. Suinterior es de arcilla mezclada de piedrezuelas: está revestido de un grueso muro deamigdaloide porosa, encontrándose además vestigios de una capa de cal con queestaban embutidas las piedras por de fuera. Fundándose algunos autores del sigloXVI en una tradición india, pretenden que lo interior de estas pirámides está hueco.

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El caballero Boturini dice que el geómetra mexicano Sigüenza no había podidoconseguir el horadar estos edificios por medio de una galería. Formaban cuatrohiladas o pisos, de las cuales hoy no se ven sino tres, porque la injuria de lostiempos y la vegetación de los nopales y de los magueyes han ejercido su influjodestructivo sobre la parte exterior de estos monumentos. En otro tiempo se subía asu cima por una escalera de grandes piedras de sillería; y allí, según cuentan losprimeros viajeros, se hallaban estatuas cubiertas de hojuelas muy delgadas de oro.Cada una de las cuatro hiladas principales estaba subdividida en gradillas de unmetro de alto, de las cuales aún se ven hoy las esquinas. Estas gradas están llenasde fragmentos de obsidiana, que sin duda eran los instrumentos cortantes con quelos sacerdotes toltecas y aztecas (Papahua Tlemacazque o Teopixque) abrían elpecho de las victimas humanas. Es sabido que para el laboreo de la obsidiana(itztli) se emprendían grandes obras, de las cuales aún se ven los vestigios en elinmenso número de pozos que se encuentran entre las minas de Morán y el pueblode Atotonilco el Grande, en las montañas porfídicas de Oyamel y del Jacal, regiónque los españoles llaman el Cerro de las Navajas.

Se desearía sin duda ver aquí resuelta la cuestión de si estos edificios que exci-tan la curiosidad y de los cuales el uno (el Tonatiuh Itzacualli) según las medidasexactas de mi amigo el señor Oteiza tiene una masa de 128.970 toesas cúbicas,fueron enteramente construidos por la mano del hombre, o si los toltecas se aprove-charon de alguna colina natural, y la revistieron de piedra y cal. Esta misma cues-tión se ha promovido recientemente con respecto a varias pirámides de Gizéh y deSajarah; y se ha hecho mucho más interesante por las hipótesis fantásticas queWise ha aventurado a cerca del origen de los monumentos de forma colosal delEgipto, de Persépolis y Palmira. Como ni las pirámides de Teotihuacán, ni la deCholula, de que hablaremos después, no han sido horadadas por su diámetro, esimposible hablar con certidumbre de su estructura interior. Las tradiciones indiasque las suponen huecas son vagas y contradictorias; y atendida su situación enllanuras en que no se encuentra ninguna otra colina, parece también muy probableque el núcleo de estos monumentos no es ninguna roca natural. Lo que se hacetambién muy notable (especialmente teniendo presente las aserciones de Pocockeacerca de la posición simétrica de las pirámides pequeñas de Egipto) es, que alrede-dor de las casas del sol y de la luna de Teotihuacán se haya un grupo, o por mejordecir un sistema de pirámides, que apenas tiene nueve o diez metros de alto. Estosmonumentos de que hay centenares están ordenados en calles muy anchas quesiguen exactamente la dirección de los paralelos y meridianos y que van a parar alos cuatro frentes de las dos pirámides grandes. Las pequeñas pirámides están másespesas hacia el lado austral del templo de la Luna, que hacia el templo del Sol; locual, según la tradición del país, consistía en que estaban dedicadas a las estrellas.Parece bastante cierto que servían de sepulturas a los jefes de las tribus. Toda estallanura, a que los españoles dan el nombre (tomado de la lengua de la isla de Cuba)de Llano de los Cues, llevó en otro tiempo, en las lenguas azteca y tolteca, elnombre de Mictlaoctli o Camino de los Muertos. ¡Cuántas analogías con los mo-numentos del Antiguo Continente! Y este pueblo tolteca que a su llegada al suelomexicano en el siglo VII construyó, bajo un plan uniforme, muchos de estos monu-

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mentos de forma colosal, esas pirámides truncadas y divididas por hiladas como eltemplo de Belo en Babilonia, ¿ de dónde había tomado el tipo de tales edificios?¿Veníaél de raza mongolesa?¿Descendía de un tronco común con los chinos, los hioñux ylos japoneses?».

* HUMBOLDT, Alejandro von. Ensayo político sobre el Reino de Nueva Espa-ña. 4ª ed. México, Porrúa, 1984, pp. 124-126.

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CAPÍTULO 8:

LOS MODELOS CONSTRUCTIVOS EN EL ÁREA ANDINA

INTRODUCCIÓN

La arquitectura andina siempre se ha distinguido por la calidad del trabajo demateriales como la piedra, realizados fundamentalmente por la cultura inca, enenclaves tan paradigmáticos con Cuzco, Machu Picchu o Pisac. No obstante unestudio pormenorizado de los elementos arquitectónicos aparecidos desde los yaci-mientos más antiguos hasta los que conocieron los primeros españoles, nos hablande una diversidad de técnicas y materiales que hacen de ella uno de los casos mássignificativos. Desde la arquitectura de adobe de la costa a la de piedra en lastierras altas interiores, pasando por la diversidad de técnicas constructivas que seemplean combinando ambos, hace de ésta uno de los capítulos más importantes enel estudio de las culturas suramericanas.

VARIEDAD TIPOLÓGICA

La diversidad de edificios que se pueden recoger en un recorrido analítico por el áreaandina va desde los de carácter religioso y civil, pasando por el militar. En este sentidodicha diversidad se plasma igualmente en una distinta utilización de materiales en cadauno de ellos, e incluso en el propio tratamiento que puedan recibir.

Así en la arquitectura prehispánica suramericana serán frecuentes las pirámides,entendidas como plataformas destinadas a albergar en su parte superior un templo,como es el caso de las pirámides del Sol y de la Luna en Moche, que presentantanto unas dimensiones menores a la mesoamericanas, como un sistema constructi-vo no planificado, dando la sensación de conformar meros amontonamientos deadobes efectuados de una forma intermitente a manera de tributo a una divinidadconcreta, mostrando ya creencias a los astros.

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Dentro de este grupo podemos incorporar el apartado de las plataformas que dela misma manera que en Mesoamérica también aparecen aquí, y que presentan unavariedad de técnicas constructivas que van desde las exclusivamente realizadascon piedra o abobe, a las que presentan trabajos mixtos de núcleos de adobe,recubiertos con una envoltura de piedra.

Desde un punto de vista tipológico también se constata la existencia de pala-cios o residencias de elites sociales en las que se puede percibir sino una utiliza-ción de materiales de mayor calidad, sí un mejor tratamiento de los mismos y unamayor preocupación en la definición interior de éstos, posiblemente debido a mo-tivos funcionales y rituales.

DETALLE DEL CENTRO CEREMONIAL DE CHAVÍN DE HUÁNTAR. (PERÚ).

En cuanto a las habitaciones, éstas también presentan unos acabados realiza-dos en piedra como las de edificios de la ciudad de Machu Picchu, Pisac uOllantaytambo en los Andes o las de adobe, de una etapa anterior, en la costacomo en Chan Chán. En uno u otro caso, si bien la fisonomía de la vivienda esvariada, sí presentan en un alto porcentaje la similitud de aparecer relacionadascon espacios abiertos como patios, conformando sistemas mixtos que a unaescala doméstica mantienen la relación de elementos básicos de la arquitecturaprehispánica.

Por lo que se refiere a las obras de ingeniería, que incorporamos por la tras-cendencia que tuvieron desde los primeros momentos en las distintas sociedadesque se fueron constituyendo, podemos referirnos a dos de los elementos básicos. La

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ACEQUIA INCA.

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preocupación clara de estos pueblos por dominar una naturaleza hostil se reflejó enlas grandes construcciones de infraestructuras de la costa y así, por un lado la redde canales, acueductos y depósitos que se construyeron en los distintos valles de lacosta y que sirvieron tanto para abastacer a las poblaciones como para poner encultivo las terrazas, no son más que un exponente de este conjunto de obras. Porotro lado la infraestructura de caminos, puentes e incluso andenes que transforma-ron el núcleo del imperio inca en un territorio claramente humanizado con el quese buscaba dar unidad política a una vasta región que conocieron directamente losespañoles en el segundo tercio del siglo XVI, es reflejo de la capacidad para desa-rrollar trabajos comunitarios que se alcanzaron y que tanto asombraron a los espa-ñoles.

DISEÑO CONSTRUCTIVO Y DEFINICIÓN ESPACIAL

Los ejemplos con los que nos podemos encontrar en este recorrido por la arqui-tectura preincaica e incaica, responden a unos tipos que ante todo solventan de unamanera acertada sus relaciones como volúmenes con el entorno en el que encuen-tran, volviendo a convertirse en verdaderos referentes visuales, y por otro de com-plejos en los que exceptuando algunos casos concretos como el mismo Chavín deHuántar, se trata de edificios en los que se ha querido transmitir una especialsignificación a través de unos conjuntos regulares en los que la armonía en larelación de cada una de las partes que componen su estructura, son reflejo deequilibrio y racionalidad para con quién debía ser el propietario de dicha construc-ción, ya fuera dios o rey.

Exceptuando los casos más simples de construcciones en las que se ha queridover una incipiente estructura que de nuevo nos vuelve a relacionar el posible ori-gen de la arquitectura con los lugares de enterramiento, los casos más paradigmáti-cos de la arquitectura prehispánica son ejemplos de perfecta integración en elespacio en el que se encuentran y de orden interior.

Los primeros ejemplos como el templo de las Manos Cruzadas de Kotosh o lapropia Huaca de los Reyes, cuyas construcciones están separadas por más de milaños, ya nos hablan de estas tendencias que venimos señalando. Para el primero deellos, enclave situado en las tierras altas del norte peruano, destaca por combinarestructuras arquitectónicas en las que se organizan los interiores en torno a unpequeño patio rehundido al que se accede a través de dos puertas situadas en elmismo eje mayor del rectángulo que define el edificio. En el caso de la Huaca delos Reyes en el valle del Moche, la organización global destaca por la enormesimetría en el desarrollo de su plano, además de sobresalir, no solamente la defini-ción de unas unidades espaciales abiertas a patios que se suceden dispuestos en uneje, sino que la existencia de pórticos nos habla por primera vez en esta región dela utilización de espacios indefinidos funcionando a manera de propileos columna-dos.

Cerro Sechín, templo anterior al año 900 a.C. supone un buen caso en elque poder apreciar no solo la existencia de una clara planificación del encla-

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ve sino además de la función de la escultura como elemento integrado en lafachada, generando una jerarquización de los frentes que potencia la propiafuncionalidad del edificio. En ese sentido, la propia definición interior de lasestancias nos habla de una clara ordenación armónica de los mismos siguien-do un eje que recorre todo el interior desde el acceso hasta la sala principal,plasmando incluso como las distintas modificaciones que ha conocido en eltiempo, no han afectado ni siquiera a la idea original de su organizacióninterna.

El propio Chavín de Huántar refleja esta tendencia a la construcción de unaforma paulatina a partir de un núcleo originario, que se convierte en la piedraangular del desarrollo posterior de alas que tienden ante todo a generar espaciosdonde prima la orientación de los interiores desde fachadas que se abren a plazas,creando direcciones de percepción.

Del conjunto de pirámides y plataformas posiblemente las de Moxeke y Mo-che representan unos de los mejores ejemplos con los que se puede trabajar. Enel primero de los casos, por presentar una articulación a partir de terrazas suce-sivas donde incluso vuelve a aparecer el componente escultórico como referen-te claro, en este caso reflejado a través de un conjunto de esculturas de arcillaincorporadas a nichos que rompen la planitud de los muros. O las de Mocheque conforman los ejemplos más grandilocuentes de este tipo de estructurasinsertas en el paisaje, mostrando hasta que punto se llega a utilizar el adobecomo material de construcción, con sistemas de columnas y paredes agrupadaspero no unidas.

DETALLE DEL MURO DE LA PLAZA CEREMONIAL. CHAN CHÁN. (PERÚ).

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Uno de los grandes capítulos arquitectónicos del arte preincaico posiblementelo constituyan las estructuras y la propia organización de la ciudad de Chan Chánde lo que ya se ha hablado. Núcleos palaciegos como el denominado de Max Uhle,presenta una organización interna con un espacio cuadrangular con casas y unadisposición simétrica de las estancias que se concentraban en unidades espacialesque se aislaban del resto de la ciudad por medio de muros dobles que solamente seabrían en un punto. Un esquema que vuelve a verse al menos en la organización deciudades como Viracochapampa y Pikillaqta.

Los edificios de Tiahuanaco se articulan en torno a plataformas y estructurascon cámaras, donde se puede apreciar en algunos de los restos, la posible reutiliza-ción de materiales de otros edificios y donde se recurre a técnicas constructivascomo las que ya se podían apreciar en Cerro Sechín, en las que la calidad deltrabajo del corte de algunas de las piedras nos habla de una posible utilización deherramientas de metal.

Finalmente la arquitectura inca nos muestra una dualidad a la hora de trabajarlos materiales y sobre todo de un empleo racional de los mismos con esas cimenta-ciones y en algunos casos total desarrollo de las estructuras con muros de piedraperfectamente encajados. En muchos de ellos se pueden apreciar los perfiles carac-terísticos trapezoidales de puertas y ventanas, siendo uno de los ejemplos másdestacables las casas de Ollantaytambo que posiblemente sean las viviendas másantiguas de Suramérica aún en uso.

DETALLE DE LA PUERTA DEL SOL. KALASASAYA. TIAHUANACO. (BOLIVIA).

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VISTA PARCIAL DE MACHU PICCHU. (PERÚ).

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MATERIALES Y TÉCNICAS CONSTRUCTIVAS

Los materiales básicos que se encuentran en la arquitectura prehispánica suramerica-na van a estar condicionados por las características del terreno en el que se generen, detal manera que el determinismo que éste va a suponer afectará tanto a la naturaleza delmismo como a las técnicas empleadas. En esencia la tierra y la piedra serán los dosmateriales básicos con los que se ejecutarán estos edificios a los que habría que sumarlos elementos vegetales que intervienen tanto en estructuras como en cubiertas y quepor su naturaleza son de los que menos nos han llegado.

MURO DEL CENTRO CEREMONIAL DE TAMBO MACHAY O BAÑO DEL INCA.CUZCO. (PERÚ).

Por lo que respecta a la tierra, este será el material básico de las edificacionesque se construyen en la franja costera que desde el Ecuador hasta el norte de Chilefue territorio de fructíferas culturas que alcanzaron un alto grado de desarrollo. Laextrema sequedad del ambiente, ya comentada en el tema del urbanismo y a la quevolveremos en el apartado de las artes menores, va a condicionar que el bajo nivelde humedad de la región y la escasez de canteras, faciliten y determinen el desarro-llo del empleo de este material.

Ésta se empleará básicamente en forma de adobe, como tapia y a manera de cubiertaprotectora de paredes, llegando a trabajarse con una infinidad de motivos que decora-rán los espacios interiores y exteriores de estas construcciones.

El adobe constituye posiblemente uno de los sistemas constructivos más anti-guos conocidos por el hombre. Reflejo de un perfecto conocimiento del terreno ydel material que éste le puede aportar, conforman la forma más primitiva de realiza-

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ción de figuras geométricas básicas que sustituyen a bloques de piedra en aquelloslugares donde éstos escasean. Realizados con moldes y secados al sol, pronto con-taron con la incorporación de desgrasantes que evitaban que se desquebrajarancomo paja o pequeñas piedras. Los ejemplos conocidos muestran que se utilizarontanto los de forma rectangular como los cónicos, siendo éstos posiblemente los másantiguos elementos que conformaban paredes como se puede comprobar en ruinascomo las de Chan Chán, cerca de Trujillo o Viracochapampa.

La tapia viene a ser un desarrollo de esta inicial técnica, mediante la cual serealizan secciones de muro de mayores dimensiones gracias al empleo de encofra-dos de madera dentro de los cuales se disponían capas de tierra hasta conformarcajones de diversa medida, tal y como podemos apreciar en construcciones comolas de Raqchi, de época inca. Si bien el ahorro de tiempo era evidente al cubrirsemayor extensión con menor esfuerzo, tanto el procedimiento del adobe como éste,se caracterizan porque no requieren de una mano de obra especializada, de ahí suéxito en aquellas zonas, y su perfecta acomodación a las circunstancias desérticasde la costa pacífica sudamericana.

Por último no queremos dejar de un lado el empleo de la tierra como capaprotectora de núcleos de adobe o tapia y qua acabó convirtiéndose en una técnicade decoración de muchos de los edificios, llegando a ser si se quiere un elementourbano de considerable importancia. En muchos de los restos arquitectónicos en-contrados se constata la aplicación de una capa exterior de tierra que posteriormen-te se decora mediante el corte de dibujos que cubren la totalidad de los muros,utilizando motivos repetitivos.

VISTA PARCIAL DE PISAC. (PERÚ).

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RAQCHI. ARQUITECTURA EN TIERRA INCA. (PERÚ).

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ARQUITECTURA INCAICA Y COLONIAL EN CUZCO. (PERÚ).

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DETALLE DE UNO DE LOS MUROS DE MACHU PICCHU. (PERÚ).

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Por lo que respecta a la piedra, será más abundante en los asentamientos de lastierras altas interiores en los que se empleará como material básico de distintasformas. Aparece componiendo muros de mampostería, como canto de río en loscimientos y sobre todo trabajada como sillar donde alcanzará sus máximos logros,siendo la manera más conocida.

Los ejemplos más simples de arquitectura en piedra pueden ser las tumbas queaparecen en muchos enclaves empleándola directamente excavada como las de SanAgustín o Tierradentro en Colombia o realizando muros de contención de mam-postería de planta circular o rectangular en la región de Paracas. A esto debemosunir los ejemplos de construcciones domésticas de viviendas realizadas también enpiedra y que conforman los ejemplos más simples y esenciales en los que aparecetrabajado este material.

Las cubiertas se realizaban con material vegetal con el que se definían, siguien-do a las reconstrucciones realizadas de algunos edificios, el perfil de doble agua ocorriente apoyada sobre muros medianeros de carga en los que descansaban cadauno de los componentes de esta cubierta. No obstante también se testimonia elempleo de techumbres planas con las que de alguna manera se soluciona la falta deespecies arbóreas en algunas zonas, fundamentalmente del altiplano y se fomentaun ahorro de material que sería mucho más grande si se emplearan solucionesabovedadas.

Dejamos para un último apartado el tema de la ingeniería pre e incaica, funda-mentalmente por ser uno de los capítulos más importantes de la arquitectura prehis-pánica en Suramérica. Aunque fueron los incas quienes llegaron a diseñar la bastared de caminos que recorrieron todo el imperio desde el norte hasta el sur, antesque ellos, los primitivos habitantes de lo que acabarían siendo territorios incas yacontaban con vías de comunicación que les permitían ir de un territorio a otrodentro de un espacio caracterizado por las dificultades orográficas. Unos caminosque más que circuitos económicos eran en realidad vías que sirvieron a funcionesmilitares, estratégicas y administrativas.

Una estructura viaria que fue utilizada por los primeros conquistadores y que lespermitió desplazarse de un extremo a otro con mucha facilidad. La red de caminosforman un sistema vial de aproximadamente 23000 kilómetros de longitud y a lasque complementaban paredes, postes, puentes, tambos, oroyas, huaros o tarabitas,un conjunto de complementos que ante todo garantizaban la comunicación allídonde el relieve se hacía más salvaje. En ellos la piedra se emplea para realizar lasuperficie del camino y en algunos casos los mismos puentes que se salvaban en elrecorrido.

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ENTRADA DE UNA VIVIENDA INCAICA EN OLLANTAYTAMBO. (PERÚ).

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SELECCIÓN DE IMÁGENES

CERRO SECHÍN. 900 A.C.

Dentro de la evolución que van a conocer los asentamientos del Horizonte An-tiguo, los esquemas constructivos se van a ir definiendo en enclaves como Kotoshy Cerro Sechín. En ambos, ejemplos de una serie más amplia, ya se testimonia lacombinación de estructuras abiertas y cerradas, en las que se adivinan algunas delas características de etapas posteriores.

CERRO SECHÍN. (PERÚ).

La relación que se establece entre un lugar y su significación, suele estar reafir-mada en la presencia de una producción cultural de la más diversa índole. En elcaso de Cerro Sechín, uno de los más directos antecedentes de Chavín de Huántar,esta característica se puede refrendar en el importante programa iconográfico quedecora sus paredes exteriores.

Cerro Sechín es una colina granítica que domina un sector del valle del ríoCasma. En la antigüedad estaba fortificado con numerosos recintos amuralladosque rodeaban las viviendas y los templos de cada uno de los complejos que lointegraban. El más grande está en el lado norte y tiene la plataforma del templo alpie de una de las laderas. Ésta estaba cubierta con losas de granito revestidas yesculpidas que conforman los ejemplos de escultura monumental más antiguo de

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los Andes. Se colocaban de tal manera que se alternaban piedras verticales y estre-chas con otras cuadradas y más pequeñas. En ellas aparecen esculpidas figurashumanas de perfil, representaciones ideográficas de herramientas, trofeos de cabe-zas partidas y columnas vertebrales.

Sobre la plataforma se ubicaba el templo que estaba construido con adobescónicos sobre un plano rectangular con un conjunto de cámaras dispuestas axial-mente respecto al eje central.

CHAVÍN DE HUÁNTAR

El centro en torno al cual girará el desarrollo del Horizonte Antiguo en la regiónandina será Chavín de Huántar, 700 a.C. Su importancia radica, en ser el primernúcleo en el que se testimonia la irradiación de una serie de valores de carácterreligioso que contribuirán a dotar de unidad a un amplio territorio del Perú.

CHAVÍN DE HUÁNTAR. (PERÚ).

Su organigrama nos interesa ya que se puede considerar como el final del desarrolloespacial de los enclaves anteriores, donde se consolida una serie de soluciones arqui-tectónicas que se mantendrán en el tiempo. La estructura central del yacimiento estáconformada por un conjunto de plataformas, salpicadas de pasadizos y desarrolladas entorno a una plaza rehundida, en cuya relación se quiere ver una serie de similitudes conlos accidentes geográficos del entorno. Una especie de reinterpretación artificial de lavinculación existente entre montañas, valles y cuevas.

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Chavín empezó como un pequeño santuario en torno a la figura del Lanzón,flanqueado por dos alas laterales, a partir del cual se fue agrandando el complejoen sucesivas intervenciones. Destaca de este conjunto el edificio principal conoci-do como el Castillo, que aparece revestido por una serie de plazas de piedra dis-puestas en filas de anchura variable. Internamente se ve recorrido por una serie degalerías, cámaras y respiraderos dispuestas en tres plantas. Exteriormente cuentacon elementos de una singular importancia como las cabezas grotescas incrustadasen las paredes y cornisas con cuerpos de jaguar y serpientes esculpidas.

Vinculados con él están los ejemplos más característicos de la escultura chavi-noide, de una trascendental influencia como el Lanzón, la estela Raimondi, elObelisco Tello, etc., encontrados y ubicados en algunas de sus salas, y cuyo signi-ficado, aún sin descifrar, ha contribuido a aumentar el enigma sobre este lugar,desde el que se extendió un culto que llegaría hasta tierras como las del entorno allago Titicaca en enclaves como Tiahuanaco.

LA PIRÁMIDE DEL SOL. MOCHE

La arquitectura mochica fue una de las más destacadas en el Período IntermedioTemprano. No sólo por la calidad de los edificios que se construyeron, sino ademáspor la variedad de los mismos. Dentro de todo el conjunto de obras que se llegarona edificar, destacan tanto las infraestructuras destinadas a la distribución de agua,como los canales de irrigación; y los edificios religiosos y funerarios, caso de laspirámides.

HUACA DEL SOL. MOCHE. (PERÚ).

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El valor de la pirámide como lugar de habitación de los dioses siempre hatenido una fuerte trascendencia en las culturas prehispánicas. La pirámide o Huacadel Sol de Moche, 100-600 d.C., es posiblemente la estructura prehispánica másgrande de Suramérica, en la que se han reproducido algunos procesos constructivosque tienen como protagonista fundamental a uno de los materiales más utilizadosen la arquitectura preincaica e incaica, el adobe. Con sus cincuenta metros dealtura, doscientos treinta de base y ciento treinta y seis de anchura, se calcula quese emplearían hasta cincuenta millones de estos adobes. Está conformada por lasuperposición de cinco pisos decrecientes a cuya cima se puede subir por medio deuna rampa de unos noventa metros de longitud.

En este caso, los diversos estudios que han analizado esta estructura, coincidenen subrayar la carencia de un plan unitario a la hora de construir este edificio queposiblemente sirviera como base para un templo. Por el contrario, más parece elresultado de una continua acumulación de material como reflejo de una especie deofrenda continuada que acabó generando el edificio que en la actualidad se puedecontemplar.

A quinientos metros de ella se eleva la Huaca de la Luna, en la que se hanencontrado numerosas habitaciones decoradas con fragmentos de pintura mural.

CHAN CHÁN

Uno de los reinos que se engrandeció hasta constituir un pequeño estado centra-lizado fue el reino de Chimor, cuya capital Chan Chán hay que relacionar con unmomento de expansión del imperio Wari, donde se puede percibir el grado al quellegó la imposición de un patrón urbano característico.

Chan Chán es una de las ciudades más grandes de la América prehispánica yuno de los ejemplos más destacados de planificación urbana. La zona arqueológi-ca, situada a unos kilómetros al noreste de Trujillo, ocupa una llanura por encimadel nivel irrigado actualmente cubriendo unos 18 kilómetros cuadrados. Pudo lle-gar a tener 200000 habitantes.

En su interior se pueden llegar a distinguir nueve o diez unidades, conocidascon el nombre de ciudadelas, de las que destacamos la conocida como de MaxUhle. Podríamos decir que se trata de un complejo arquitectónico que vuelve aofrecernos un ejemplo de disposición de dependencias de una forma ordenadajunto a un patio, donde la distribución de cada uno de los subsectores en los que sepuede organizar el complejo se lleva a cabo de una forma regular, y totalmenteaislada del resto del asentamiento por un muro con un solo acceso que ayuda apotenciar si cabe la direccionalidad de los espacios interiores.

El empleo de adobe como base exclusiva en todo el conjunto, ejemplifica delmismo modo uno de las mejores propuestas que se pueden encontrar en Suraméri-ca.

Además de las ciudadelas, Chan Chán cuenta con una serie de huacas o montí-culos y otras construcciones de valor y época diversa. Entre las primeras destaca-mos la huaca del Obispo, Las Conchas, El Olvido, Toledo, El Higo, etc.

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CHAN CHÁN. TRUJILLO. (PERÚ).

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PISAC

Dentro del conjunto de enclaves que se reparten por el Valle Sagrado, Pisac, esel que posiblemente ofrezca los restos arquitectónicos de más calidad. El yacimien-to destaca por la maestría y el refinamiento de la técnica de labrar la piedra emplea-da en su construcción.

PISAC. (PERÚ).

El centro de la ciudad prehispánica comprende una serie de impresionantesandenes, que se adaptan a las líneas generales del relieve para integrarse enél, siguiendo en su diseño las mismas curvas de nivel que acaban escalonán-dose.

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La ciudad en sí, está compuesta por edificios cuya función es difícil de precisar.Al igual que en otros enclaves como Sacsahuamán y Ollantaytambo, sobresale elaspecto militar y el religioso presente en estas estructuras, mostrándose casi insepa-rables el uno del otro. Reflejo de ello es el Intihuatana o lugar en el que quedaatado el sol, organizado por medio de un esquema bastante rígido, donde sobresa-len templos, almacenes, fortalezas, observatorios, calles, pasajes, túneles, etc.

Todo este sector, se organiza en torno a un edificio de granito rosado, realizadorodeando un monolito denominado precisamente Intihuatana, lo que le convierteen un espacio dedicado al culto solar.

Los restos de los edificios conservados, presentan ese trabajo perfecto en elensamblaje de cada uno de los sillares de piedra, y la presencia de ventanas trape-zoidales, con la parte superior más estrecha, típicas de la arquitectura inca.

Otros sectores nos muestran algunos ejemplos de viviendas como el que seencuentra situado en la ladera oriental de la montaña, bajo el mismo Intihuata-na. El conjunto está formado por pequeños recintos amurallados separados en-tre ellos, y agrupados en dos estructuras, siguiendo la configuración sinuosadel terreno.

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APÉNDICE DOCUMENTAL

DEL VALLE DE PACHACAMA Y DEL ANTIQUÍSIMO TAMPLO QUE EN ÉLESTUVO, Y CÓMO FUE REVERENCIADO POR LOS YUNGAS*

«Pasando de la ciudad de los reyes por la misma costa, a cuatro leguas della estáel valle de Pachacama, muy nombrado entro estos indios. Este valle es deleitoso yfrutífero, y en él estuvo uno de los suntuosos templos que se vieron en estas partes:del cual dicen que, no embargante que los reyes ingas hicieron, sin el templo delCuzco, otros muchos, y los ilustraron y acrecentaron con riqueza, ninguno se igua-ló con este de Pachacama, el cual estaba edificado sobre un pequeño cerro hecho amano, todo de adobes y de tierra, y en lo alto puesto el edificio, comenzando desdelo bajo, y tenía muchas puertas, pintadas ellas y las paredes con figuras de anima-les fieros. Dentro del templo, donde ponían el ídolo estaban los sacerdotes, que nofingían poca santimonia. Y cuando hacían los sacrificios delante de la multitud delpueblo iban los rostros hacia las puertas del templo y las espaldas a la figura deldolo, llevando los ojos bajos y llenos de gran temblor, y con tanta turbación, segúnpublican algunos indios de los que hoy son vivos, que casi se podrá comparar conlo que se lee de los sacerdotes de Apolo cuando los gentiles aguardaban sus vanasrespuestas. Y dicen más: que delante de la figura desde demonio sacrificaban nú-mero de animales y alguna sangre humana de personas que mataban; y que en susfiestas, los que ellos tenían por más solemnes, daba respuestas; y como eran oídas,las creían y tenían por de mucha verdad. Por los terrados deste templo y por lo másbajo estaba enterrada gran suma de oro y plata. Los sacerdotes eran muy estimados,y los señores y caciques les obedecían en muchas cosas de las que ellos mandaban;y es fama que había junto al templo hechos muchos y grandes aposentos para losque venían en romería, y que a la redonda dél no se permitía enterrar ni era dignode tener sepultura si no eran los señores o sacerdotes o los que venían en romería ya traer ofrendes al templo. Cuando se hacían las fiestas grandes del año era muchala gente que se juntaba, haciendo sus juegos con sones de instrumentos de músicade las que ellos tienen. Pues como los ingas, señores tan principales, señoreasen elreino y llegasen a este valle de Pachacama, y tuviesen por costumbre mandar portoda la tierra que ganaban que se hiciesen templo y adoratorios al sol, viendo lagrandeza de este templo y su gran antigüedad, y la autoridad que tenía con todaslas gentes de las comarcas, y la mucha devoción que a él todos mostraban, pare-ciéndoles que con gran dificultad la podrían quitar, dicen que trataron con losseñores naturales y con los ministros de su dios o demonio que este templo dePachacama se quedase con la autoridad y servicio que tenía, con tanto que sehiciese otro templo grande y que tuviese el más eminente lugar para el sol; ysiendo hecho como los ingas lo mandaron su templo del sol, se hizo muy rico y sepusieron en él muchas mujeres vírgenes. El demonio Pachacama, alegre en esteconcierto, afirman que mostraba en sus respuestas gran contento, pues con lo uno ylo otro era él servido y quedaban las ánimas de los simples malaventurados presasde su poder. Algunos indios dicen que en lugares secretos habla con los más viejoseste malvado demonio Pachacama; el cual, como ve que ha perdido su crédito y

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autoridad y que muchos de los que le solían servir tienen ya opinión contraria,conociendo su error, les dice que el Dios que los cristianos predican y él son unacosa, y otras palabras dichas de tal adversario, y con engaños y falsas aparienciasprocura estorbar que no reciban agua del baptismo, para lo cual es poca parte, porque Dios, doliéndose de las ánimas de estos pecadores, es servido que muchosvengan a su conocimiento y se llamen hijos de su iglesia, y así, cada día se baptiza.Y estos templos todos están desechos y ruinados de tal manera que lo principal delos edificios falta; y a pesar del demonio, en el lugar donde él fue tan servido yadorado está la cruz, para más espanto suyo y consuelo de los fieles...».

* CIEZA DE LEÓN, Pedro de. La crónica del Perú. Edición de Manuel Balles-teros. Madrid, Historia 16, 1984, pp. 285-287.

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CAPÍTULO 9:

LA PINTURA EN LAS CULTURASPREHISPÁNICAS

INTRODUCCIÓN

Tras el importante capítulo del urbanismo y la arquitectura, restarían los ámbi-tos de la pintura y la escultura, para cerrar una visión completa de los pilares másimportantes, aunque no los únicos, del arte prehispánico. El sentido integrador deéste, hace que cuando se habla de arte prehispánico, tengamos que ser conscientesde la unidad que implica la presencia de las tres artes, para conformar unos espa-cios unitarios, cargados de un profundo valor tanto simbólico como religioso. Espor ello, por lo que a pesar de tratarse este tema de la pintura de un apartadoespecífico, de la misma manera que se hará con el de la escultura, no se puededisociar del de la arquitectura y ni mucho menos del urbanismo, verdadero ambien-te escenográfico en el que éstas adquieren todo su sentido y su verdadera significa-ción.

A ello unimos que su conocimiento y análisis en la etapa prehispánica, resultandesde nuestro punto de vista esenciales para entender los contenidos de los gran-des ciclos pictóricos de los edificios coloniales, en los que se aplicó con la mismaintensidad y extensión el empleo de la pintura, buscando con ello generar unaescenografía ritual de conversión, en la que conjuntamente con otros elementos sequería no descontextualizar en exceso el ambiente religioso en el que se habíamovido el indígena americano, alcanzando con ello un mayor éxito en el adoctri-namiento de la población.

Dejamos de lado capítulos tan importantes como los de la cerámica, ya queserán tratados en un apartado independiente. Siendo conscientes de la alta calidada la que llegan algunos de los objetos producidos por los alfareros desde etapastempranas, si es cierto que en ellos se aplican los mismos principios y métodos dediseño que se verán para el caso de la pintura.

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LA FUNCIÓN DE LA PINTURA

El papel que ha jugado desde siempre la pintura como elemento cargado de unatremenda simbología, ha sido una constante a lo largo de la Historia de la Humani-dad. La temprana relación que se establece entre los distintos colores y su identifi-cación con valores mágico-religiosos como la vida, la naturaleza o el cielo, la dotóde una especial significación para funcionar como vehículo de los intereses de lasclases dirigentes, y con ello legitimar un orden establecido en la inmensa mayoríade los casos por obra y gracia divina.

PALETA DE PINTOR. BARRO ESTUCADO. TEOTIHUACÁN.PERÍODO CLÁSICO MEDIO.

Podemos señalar que la función de la pintura en el mundo prehispánico fuedoble. A pesar de ser escasos los ejemplos con los que contamos para abordar unestudio profundo de la misma, ésta ocupó un papel relevante no sólo como elemen-to que cubría todos los edificios, dotándolos de un componente de protecciónademás de estético, sino que funcionaba como vehículo de difusión de ideas, conunos objetivos claros, tanto propagandísticos, como religiosos, convirtiéndose enlegitimadores de un poder que se plasmaba a través de una serie de imágenes queactuaban como un verdadero código inteligible para la inmensa mayoría de lasociedad prehispánica.

En este sentido, la circunstancia de que muchas de ellas, que no todas, ocupenespacios de un claro carácter sagrado como las dependencias de algunos de los

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complejos habitacionales de Teotihuacán, tumbas de Monte Albán, Bonampak, eincluso en enclaves suramericanos, ayuda a corroborar su verdadero papel de ele-mento sacralizador y complementario a la arquitectura que cubría. A ello se sumasu papel en el exterior, donde el significado de la misma se transmitía a la inmensamayoría de la población a través de su valor simbólico tal y como se puede apre-ciar en ejemplos que aún se pueden contemplar en la ciudad de Teotihuacán.

DETALLE DE UNO DE LOS MUROS DE TETITLA. FELINO NARANJA SENTADO ENUN TABURETE CON CORAZONES FRENTE A SUS FAUCES. TEOTIHUACÁN. (MÉXICO).

Una significación que se ejemplificaría en la propia simbología que se le atribu-ye a los colores que se emplean. Así, no es casual ese significado simbólico enrelación con las direcciones cardinales. Por ejemplo, entre los mayas el negro es elnorte, el blanco es el oeste, el rojo es el sur y el amarillo el este. Entre los nahuas,ese sentido varió y para ellos el este es el rojo, el oeste el azul, el norte el amarilloy el sur el verde.

LAS TÉCNICAS PICTÓRICAS

El conjunto de los ciclos pictóricos que se pueden estudiar en la actualidadpresentan una similares técnicas de ejecución entre las que distinguimos tanto lasque se emplean para la realización de los colores, como las utilizadas en la aplica-ción de la misma. No perdamos de vista que por lo general los muros exteriores de

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los edificios estaban pintados de un color uniforme, mientras que las escenas sesolían reservar para espacios interiores y más restringidos en cuanto al tránsito degente.

DETALLE DE UNA DE LAS PINTURAS MURALES DE TETITLA.HOMBRE JAGUAR QUE SE DIRIGE A UN TEMPLO TEOTIHUACANO. (MÉXICO).

Respecto a los colores tenemos que hablar de los extraídos de bases animales,vegetales y minerales, aunque la gama cromática con la que se realizan estas pintu-ras no sea muy amplia siendo básicamente los amarillos, ocres con rojos y naranjascomo variantes más claros, azules y verdes los principales, junto al blanco y elnegro, los más empleados.

La base sobre la que se aplica varía, en Mesoamérica predomina la cal, y paralos restos encontrados en Suramérica es el barro el protagonista. Para el primero delos casos, la capa de estuco que aún se puede apreciar en los edificios prehispáni-cos cumplía una doble función. Por un lado protegía y unificaba la superficieexterior del edificio, dotándolo de una capa de protección, mientras que a su vezservía de base para la aplicación pictórica. Ésta se disponía empleando dos técni-cas básicas, la pintura al fresco y la pintura al seco, jugando indistintamente concada una de ellas.

En este sentido no podemos perder de vista la importancia de la cal en el mundoprehispánico, llegando a ser el material cimentante más importante de la antigüe-dad. Su empleo fue tan diverso que no solamente se llego a utilizar, como señalá-bamos anteriormente, para recubrir la arquitectura con enlucidos que ocultaran y

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protegieran el núcleo de los muros, pisos y relieves, sino que además se utilizócomo cemento para unir las piedras de los muros y bóvedas, así como para modelarrelieves y esculturas de bulto, como por ejemplo llegaron a hacer los mayas.

PINTURA TEOTIHUACANA. ZACUALA. PERSONAJE CON ATRIBUTOS DE TLÁLOCCON CANASTA DE MAÍZ. (MÉXICO).

La obtención de la cal se realiza a partir de la calcinación de piedras calizas o deconchas marinas. Al calentar estos materiales a temperaturas cercanas a los 800 º Cse logra descomponer la molécula original, carbonato de calcio, obteniendo uncompuesto inestable y reactivo en presencia del agua, la cal viva. Al mezclar am-bos compuestos, agua y óxido de calcio, se hidrata transformándose en cal muertao apagada. Al eliminarse el exceso de agua de la cal, queda una pasta, que encontacto con el aire y conforme se va secando, cristaliza, formándose de nuevo uncompuesto de carbonato de calcio.

La técnica que se emplea nos habla de una despreocupación por la copia delnatural, por la representación perfecta del entorno que rodea al artista. En cambiointeresa más el contenido, la idea, el qué se representa que el cómo. En este senti-do, se busca una representación clara y directa, buscando una lectura limpia a pesarde la complicación de muchas de ellas para ser leídas en un primer momento.

Se trata de una pintura en la que predomina básicamente la línea, que delimitaunas zonas perfectamente establecidas. Una línea ondulante y orgánica en unasocasiones, recta y angulosa en otras, casi siempre trazada en color negro, lo quefacilita que cada una de las partes se puedan apreciar perfectamente. Los colores se

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DETALLE DEL MURAL DEL TEMPLO DE LA AGRICULTURA.TEOTIHUACÁN. (MÉXICO).

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disponen en las zonas delimitadas, aparentemente de una manera plana sin bus-car el volumen y la gradación, en una especie de cloisonné pictórico que endeterminadas ocasiones resulta excesivamente infantil. Los fondos también neutros,evidencia en muchos casos, una falta de dominio de la perspectiva y de latercera dimensión, lo que convierte a las representaciones en escenas planas enlas que se recurre a soluciones básicas para conseguir lograr efectos de profun-didad. No obstante, son otros muchos los ejemplos que están demostrando, unavez restaurados, que se buscaron en ocasiones alcanzar una clara sensaciónvolumétrica.

Las figuras representadas, fundamentalmente las de animales y personas, seatienen a principios de simetría y relieve que rara vez se abandonan, dando lasensación de estar sometidas a unos patrones de representación perfectamente esta-blecidos y que son esenciales en las de tema religioso.

Solamente algunos ejemplos de la pintura teotihuacana como la representacióndel Tlalocan, las escenas del Templo de la Agricultura, y la propia pintura maya,máximo exponente del naturalismo, no se someten a esos principios compositivosrígidos.

Por lo que respecta a Suramérica, la típica pintura mural andina se realiza direc-tamente sobre el enlucido de las paredes de barro utilizando la técnica del templemate. Es decir, materiales colorantes con agua a los que se agrega una sustanciaaglutinante que da como resultado esos tonos mates. Destaca en este sentido, he-chos como que la técnica del fresco no se empleara en toda Suramérica por sudesconocimiento; o que básicamente se recurriera al colorante mineral, mucho másfácil de conseguir en la naturaleza.

La técnica a penas si varió a lo largo de los distintos horizontes, aunque si sepueden apreciar algunas distinciones, como el que en el Horizonte Temprano sim-plemente se enlucieran las paredes, aplicando encima la pintura. También podemosseñalar como en el Período Intermedio Temprano se produjo una diferenciaciónque ha dado lugar a dos escuelas. La Lima, en la que se enlucían las paredes, queposteriormente se cubrían con una capa de pintura blanca sobre la que se ejecutabael tema. O aquella otra en la que se enlucían las paredes, sobre las que se disponíauna cubierta blanca, en la que al seco o en húmedo se incidían los motivos que sequerían representar y que luego se rellenaban de color. El aglutinante en muchosde los casos es la savia de alguna cactácea, que aún en la actualidad es empleadapor los indígenas para pintar sus casas.

Tampoco podemos olvidar capítulos que se tratarán independientemente en otrosapartados, pero que se han de tener en cuenta a la hora de valorar en su globalidadla pintura prehispánica. Por un lado el capítulo de la pintura aplicada a la cerámicadonde encontramos ejemplos de una enorme calidad en la cerámica maya o mochi-ca. La escultura, que también cuenta con algunos de los más destacados referentesen aplicaciones pictóricas, y por otro lado los códices prehispánicos que se convir-tieron en uno de los exponentes de mayor calidad. En uno y otro caso nos enfren-tamos a superficies de menores dimensiones que las arquitectónicas, pero en lasque prácticamente se aplican las mismas técnicas y se utilizan los mismos motivosque en la pintura a mayor escala.

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FRESCO DE LOS BEBEDORES DE CHOLULA. (MÉXICO).

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ICONOGRAFÍA

El conjunto de imágenes que se pueden observar en la pintura prehispánicarecoge un amplio abanico de representaciones que van desde las naturalistas a lasabstractas, pasando por temáticas religiosas, algunas de ellas con un claro caráctermítico y militar. En este sentido será la figura humana, con un protagonista indis-cutible, el sacerdote, y animales mítico-religiosos como la serpiente emplumada, elcoyote, el jaguar, la mariposa, etc., los principales protagonistas de estos ciclos.

La figura humana se presenta de un modo natural y ocupa un papel destacado enescenas como las mayas de Bonampak o las de Cacaxtla en el Altiplano. Llega aestar próxima al retrato, y se ve refrendada por la presencia en ocasiones de simbo-logías que le otorgan personalidad, fundamentalmente en el caso de las mayas. Unafigura humana que se esquematiza, reducida a sus signos básicos de identidad. Eneste caso representa lo mismo al dios que se viste de hombre que al esclavo máshumilde, y entre ellos guerreros, gobernantes, nobles, comerciantes, músicos, ysiempre sin olvidar a los sacerdotes.

En este sentido, por lo que respecta a los sacerdotes, se trata de una de lasimágenes más recurrentes de la pintura prehispánica. Representados en su inmensamayoría de perfil, se trata de figuras que se caracterizan por el barroquismo de sustrajes e indumentaria en la que sobresalen los vestidos, los tocados, las máscaras yen definitiva todos aquellos elementos que los relacionan con el dios al que rinden

DETALLE DEL MURAL DE LA BATALLA DE CACAXTLA. TLAXCALA. (MÉXICO).

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culto. Suelen aparecer, tanto individualizados como representados formando partede un ceremonial junto a otros sacerdotes, donde llevan a cabo un ritual de variadotipo, ya sea ofrenda o sacrificio.

SÍMBOLO DE XILBABÁ QUE IDENTIFICA UN LUGAR ACUOSO, MORADA DE LOSMUERTOS. CACAXTLA. TLAXCALA. (MÉXICO).

Dentro de este grupo podríamos incluir al dios de los bastones, una de las repre-sentaciones más repetidas en la iconografía andina y que tiene unos ejemplos des-tacados en la Huaca de la Luna de Moche, donde aparece esquematizado e incluidodentro de superficies cuadradas que se repiten para formar un motivo decorativo declara influencia textil, y cuya presencia habría que vincular con una influenciallegada desde el interior, de la cultura chavín.

Por lo que respecta a los animales, el jaguar, el coyote y la serpiente emplumadapueden ser los más recurrentes, todos ellos con un alto contenido simbólico-mitológicoy entre los que destaca el de esa serpiente emplumada, verdadera representación de ladualidad y el dominio del ambiente terrenal y celestial. Una imagen que la historiavinculará con la figura mitológica de Quetzalcóatl que acabará identificándose con ellaa partir de la cultura tolteca y fundamentalmente con el mito maya que le dará laimportancia que llegó a adquirir con la llegada de los españoles.

En cuanto a la imagen del jaguar, se trata de uno de los animales más antiguosde los representados, siendo en la cultura olmeca donde aparecen sus primerasmuestras que se extenderán hasta las culturas suramericanas en las que adquiriráincluso una importancia mayor a la de Mesoamérica. Desde ahí, los ejemplos semultiplicarán en el Clásico en ciudades como Teotihuacán o Cacaxtla.

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En definitiva imágenes de animales que se caracterizan por su cercanía a losmodelos naturales, en los que se manifiesta un perfecto conocimiento de la reali-dad.

LOS GRANDES CONJUNTOS PICTÓRICOS

Dentro de los grandes conjuntos pictóricos que se pueden estudiar en el mundoprehispánico destacan algunos de ellos tanto por su importancia en cuanto a lacalidad de sus representaciones, como por el lugar en el que se encuentran. En esesentido se hará en este apartado una valoración genérica de algunos de ellos, parapasar en los apéndices a comentar de un modo más puntual algunos ejemplos.

Básicamente recurriremos a las pinturas de los espacios habitacionales de Teoti-huacán, fundamentalmente de Tetitla, Teplantitla, Atetelco y Zacuala. Las pinturasde las tumbas zapotecas de Monte Albán, las de Cacaxtla, en Tlaxcala y por últimoal episodio posiblemente de mayor calidad de las dependencias de Bonampak.Junto a ello haremos mención a algunos ejemplos que nos han llegado desde Sura-mérica, donde la tradición de pintar los muros de los edificios se remonta a lasfases más tempranas del desarrollo cultural en esta región.

Respecto al primero de ellos, los ciclos de pintura de Teotihuacán son uno delos capítulos más importantes de la pintura prehispánica en Mesoamérica. Es pro-

TEMPLO ROJO. MURO ESTE. REPRESENTACIÓN DE UN ANCIANO, BULTO DEMERCADER Y MAÍZ. CACAXTLA. TLAXCALA. (MÉXICO).

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bablemente la ciudad prehispánica en la que se hallan los ejemplos más sobresa-lientes de la pintura mural, con un período continuo de unos setecientos años deexperiencia. Los restos que nos han llegado se distribuyen por las unidades habita-cionales que conforman el entramado urbano de la ciudad y testimonian la ampliapresencia de este elemento, que no solamente decoraba las estancias más privadase importantes, sino que incluso recubrían exteriormente hasta los más impresionan-tes edificios como la Pirámide del Sol, que aún mantiene las espigas que funciona-ban como elementos de sujeción de la enorme capa de cal que recubría a toda laestructura.

En ellas se pueden apreciar algunas de las características que las harán úni-cas y que se darán en zonas alejadas al propio Teotihuacán, como es el hechode ocupar toda la superficie de la pared estructurando a ésta en varias superfi-cies o bandas, ordenadas en esencia, mediante un zócalo en la parte inferior yuna superficie continua en el resto de la pared. En ellas se sigue una pauta quees la de enmarcar las escenas principales mediante cenefas que permiten unamás rápida y clara lectura de la pintura. Unas cenefas que suelen aparecer deco-radas con motivos florales o geométricos entre los que sobresalen las flores decuatro pétalos, los chalchiuites, mallas, etc. Técnicamente se trata de una pintu-ra bruñida, plana y homogénea en la que aparecen colores yuxtapuestos, satura-dos y compactos. En todo el conjunto sobresalen las escenas de sacerdotes deTetitla, el Tlalocan del Tepantitla y los frisos de animales de Atetelco. Lacalidad y la técnica con la que fueron ejecutadas han permitido que lleguen un

VISTA PARCIAL DE LAS PINTURAS EXTERIORES DE UNA DE LAS PIRÁMIDESDE LA CIUDADELA. TEOTIHUACÁN. (MÉXICO).

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DETALLE DE UNO DE LOS CICLOS PICTÓRICOS DE LA TUMBA 104 DE MONTEALBÁN. OAXACA. (MÉXICO).

importante conjunto de ellas hasta nosotros, lo que ha servido para reconstruirimágenes hipotéticas de cómo se cubrían todos los espacios y edificios de estaciudad.

Uno de los recursos iconográficos distintivos del lenguaje visual teotihuacanoes la llamada vírgula de la palabra. Se trata de un elemento que se eleva y seenrosca hacia adentro, como voluta, dispuesto frente a los rostros de los personajes,humanos o animales, casi siempre a la altura de la boca o del hocico. De estamanera su presencia nos indica la emisión de algún sonido, indicando algún tipode comunicación particular.

En las pinturas de algunas de las tumbas de Monte Albán, destaca fundamental-mente el carácter sagrado de las mismas. Los protagonistas son sacerdotes pintadosindividualmente o en procesiones y en los que se detecta una falta de naturalidada la hora de representarlos, lo que podríamos entender como ceremonialidad, fun-damentalmente al distribuir en el espacio a los distintos personajes que protagoni-zan la escena. Dependen en este caso de su relación con los nichos que suelencomplementar los interiores, y que estaban destinados a albergar objetos rituales,de los cuales la cultura zapoteca ofrece algunos de los mejores ejemplos de todo elarte prehispánico. Representaciones en perfil y ordenación en base a ejes perfecta-mente establecidos, se trata de ciclos en los que el carácter funerario se refleja en lapropia presencia de sacerdotes y dioses vinculados con el culto a Mictlan y dondese percibe una influencia clara de la pintura teotihuacana, tanto en la forma comoen la temática.

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HOMBRE JAGUAR CON TOCADO DE SERPIENTE DESCARNADA. CACAXTLA.TLAXCALA. PÓRTICO A, JAMBA NORTE. (MÉXICO).

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El tercer ejemplo nos lleva a Cacaxtla (550-850 d.C.) en Tlaxcala. Se trata deunas pinturas en las que se detectan influencias de diversas zonas de Mesoaméricay en las que se pueden observar escenas en las que se representan seres sobrenatu-rales y una batalla, destacando personajes casi de tamaño natural. Muy similares alas de Bonampak, en el mural de la batalla se retratan a dos grupos de guerreros, losvencedores y los vencidos, en donde la paleta que se emplea contempla una gamade ocho colores en los que se destacan hasta cuatro manos diferentes en su ejecu-ción. Junto a ello las influencias de Teotihuacán, Xochicalco y Monte Albán, sedeja ver en los distintos signos que decoran los marcos del conjunto. La existenciade relaciones con el mundo maya se refleja en los tipos, en los que se perciben losmismos rasgos faciales.

PERSONAJES CON CAPA BLANCA DEL CUARTO 1. BONAMPAK. CHIAPAS. (MÉXICO).

El ciclo pictórico maya de Bonampak es sin duda el que de más calidad hallegado a nosotros. Repartido en tres dependencias, en ellas se distribuyen seriesde personajes en espacios que han sido compartimentados en cuatro niveles oregistros superpuestos, en los que se han querido ver la recreación del inframundo,el mundo terrenal y el celestial. El ciclo gira en torno a la representación de ungrupo familiar, conformado por un hombre y una mujer con niños y sirvientes queaparecen en las habitaciones de los extremos, mientras que la central se dedica a larepresentación de una batalla. En las tres cámaras el espectador ve primero el muroposterior, antes que la pared de la puerta, de tal manera que los espacios de estasescenas narrativas tienen continuidad, con secuencias figurativas que recorren inin-

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terrumpidamente todas las paredes de la cámara. Su distribución en tres cámaras,así como la perfecta definición de un ciclo pictórico en su conjunto, con una clarasignificación del empleo de los colores y la delimitación de diversos ámbitos, haceque estemos ante uno de los conjuntos más integrados del mundo prehispánico.

En la zona andina, los ejemplos de ciclos o restos pictóricos que se puedenencontrar no son tan numerosos y de tanta calidad como los anteriores. En esesentido es significativo que se trate de la cerámica el mejor campo en el que sepuedan apreciar las características de esta producción pictórica. En el caso andino,la pintura mural es una manifestación artística que se conoce desde hace muchotiempo, pues fue observada y mencionada por los cronistas españoles, aunque anivel arqueologico, pocos han sido los ejemplos que se han encontrado, y que noshayan llegado de una manera parcial y fragmentada.

De las primeras fases (1800-900 a.C.), apenas si encontramos ejemplos que pue-dan permitirnos estructurar esta etapa inicial, siendo los restos pictóricos encontra-dos en Kotosh y en Cerro Sechín, los más antiguos que hasta el momento se conocen.Se trata de pequeños dibujos esquemáticos en los que se representan animales yseres humanos, predominando un claro monocromismo en su ejecución.

La influencia de Chavín se pude testimoniar en las pinturas encontradas delHorizonte Temprano (900-200 d.C.). Los restos son también fragmentarios, exis-tiendo pinturas en Punkurí y Cerro Blanco. Precisamente de este último, emplaza-do en el Valle de Nepeña, apareció una plataforma realizada en piedra y cuyosmuros aparecieron recubiertos con relieves de arcilla y pintados con clara influen-cia, como venimos diciendo del estilo chavín.

Una de las fases en las que florece de una manera más clara y decidida la pinturamural es en el Período Intermedio Temprano (200 a.C.-500 d.C.) y en el HorizonteMedio (500-900 d.C.), donde podemos hablar de dos focos en la Costa, uno en elValle de Lima y Chancay, y otro en Moche. En el primero de ellos, podemos decirque el motivo predominante es el de una serpiente estilizada y entrelazada, excesi-vamente monótona, pero de una gran calidad cromática.

Para el segundo, ya desarrollado en el Período Intermedio Temprano, la culturaMoche, será una de las principales realizadoras de este tipo de decoración mural.Destacan las de Pañamarca, de nuevo en el Valle de Nepeña, con decoraciones enlas que aparecen representados sacerdotes participando en diversos ceremoniales; yMoche, donde encontramos pinturas en las edificaciones principales, como las ci-tadas de la Huaca de la Luna, donde podemos hablar de escenas de una enormeimaginación, sobresaliendo las luchas de objetos antropomorfizados, dispuestos aenfrentarse con seres humanos. La influencia textil es clara en la disposición de losmotivos, junto con la de Wari en la temática, donde sobresalen las representacionesdel Dios de los Báculos. Unos ejemplos en los que podemos ver la aplicación de lapintura a la arquitectura, que también llegarían hasta el período de dominio deTiahuanaco, donde se registra la utilización de colores como el blanco, rojo overde en la decoración exterior de los edificios.

De los dos últimos períodos apenas si nos han llegado restos, es decir del Perío-do Intermedio Tardío y Horizonte Tardío (900-1440). Solo destacan las del conjun-to de Pachacamac en las que de nuevo nos encontramos con unas pinturas en las

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que aparecen series de personajes en procesión, en este caso portando una serie deobjetos de difícil identificación. Junto a ellas, existieron conjuntos de peces, plan-tas y aves.

Destacamos también las de la Paramonga, enclave en el que existían restos depintura mural con los motivos distribuidos en superficies reticuladas y en las quese representaban animales.

La cantidad de información que guardan las pinturas murales es enorme, a pesarde que no han sido interpretadas totalmente. Debido a su presencia constante desdelas épocas más tempranas y a su extensión, se puede reconocer que fue un rasgocultural y artístico fundamental en las culturas prehispánicas.

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SELECCIÓN DE IMÁGENES

LOS MUROS DE TETITLA. TEOTIHUACÁN

Los enormes complejos arquitectónicos que conforman la ciudad de Teotihua-cán, son sin duda uno de los capítulos más completos en los que se puede apreciaral grado de desarrollo al que llegó esta manifestación. La representación de sacer-dotes en el complejo de Tetitla, no es más que uno de los ejemplos en los que sepuede apreciar como la clase dirigente de la ciudad llegó a emplear la pinturacomo vehículo de difusión de ideales, mediante unas imágenes perfectamente reco-nocibles por quién las veía.

SACERDOTES PINTADOS EN EL ZÓCALO DEL CONJUNTO HABITACIONAL DETETITLA. TEOTIHUACÁN. (MÉXICO).

Tetitla es el conjunto arquitectónico que conserva más pintura en sus paredes.Estructuralmente, Tetitla tuvo un crecimiento que duró varios siglos, lo que seexplica en la complejidad de la organización de sus dependencias

En el caso concreto que se analiza, las representaciones de estos importantes perso-najes, se ejecuta con una metodología predeterminada en la que impera la línea quedelimita zonas perfectamente identificables y que serán ocupadas por colores planosque generarán una pintura en la que las leyes de la perspectiva o la proporción no secontemplaban como fundamentales para trasmitir el mensaje. Todo un repertorio ico-nográfico como las huellas de pies, templos, volutas de la palabra, etc., complementa-ban los motivos principales para lograr con mayor éxito su función.

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Se trata de una figura con un enorme tocado conformado por un elemento rec-tangular, dispuesto de manera horizontal, en cuyo centro aparece la cabeza de unave. Debajo de este tocado se dispone una máscara verde. Ésta incluye unas gran-des orejeras, con una banda serpentina que repite el mismo motivo del tocado, ypor debajo de ella se disponen otras dos franjas, la primera semeja una cuerdaretorcida y la segunda está formada por un punto y una barra que se sucedenconsecutivamente. A su vez, a esta última banda se sobreponen, con gran dinamis-mo y movimiento, cinco cuadros que se han identificado con quincunces, símbolosque tienen relación con los rumbos del universo.

Las manos del personaje se muestran por el dorso y presentan las uñas de colorrojo, además de una pulsera de cuentas que la adorna. De ambas manos salen amanera de ofrenda corrientes de agua dentro de las cuales se pueden identificardiferentes signos como bigoteras de Tláloc, floreros, manos, pequeñas cabezas, etc.

Todo el conjunto se bordea con una cenefa que enmarca la escena, formada con dosbandas que se entrecruzan, una por encima de la otra. Una de ellas presenta conchas y unabanico de plumas, mientras que la otra muestra dos rectángulos intersectados.

LA TUMBA 104 DE MONTE ALBÁN

La importancia conferida por parte de las culturas prehispánicas a la decoración delos interiores de sus espacios más significativos, tiene en la tumba 104 de Monte Albánuno de sus capítulos más interesantes. Aunque en realidad el análisis de este espaciorara vez se hace independientemente de las pinturas de la tumba 105, la mayor sencillezen el tratamiento del tema permite tomar como de una etapa anterior a la 104, permitien-do ver las características de la pintura que en ella se emplea.

El conjunto está decorado con una pintura mural en la que se representa unaescena procesional en la que los personajes se encuentran dispuestos, marchandohacia el nicho del fondo. Todas la composición se encuentra salpicada de signos ytributos con los que van tocados cada uno de los sacerdotes cuyas proporciones deenanos casi los convierten en un elemento secundario respecto a los signos decalendario, número y máscaras que aparecen.

La aplicación del color en superficies planas perfectamente delimitadas por gruesaslíneas, junto con la ausencia de perspectiva y una clara ubicación especial de lasescenas, mantienen a las mismas dentro de las características genéricas de la pintu-ra prehispánica en Mesoamérica.

En la identificación de algunos grifos se han querido ver una relación entre lostextos inscritos en el interior de la lápida de la entrada, los grifos pintados en elinterior de la tumba y las imágenes también pintadas. El tema se refiere al linaje dela familia que vivía en la casa de arriba, representándose en este caso el regreso alas fauces celestiales del último miembro del linaje.

Se ha sugerido desde hace tiempo que los difuntos iniciaban un viaje descen-dente que los conducía al inframundo o bien ascendían al mundo celestial. Elloimplica la concepción de un universo constituido por tres niveles en los que ocu-rría la vida y su consecuencia, la muerte.

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VISTA PARCIAL DE LA TUMBA 104 DE MONTE ALBÁN. (MÉXICO).

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EL COMPLEJO DE BONAMPAK

El conjunto de pinturas mayas de Bonampak, conforma el complejo de mayorcalidad de pintura mural de la América prehispánica. Organizadas en tres habita-ciones la calidad de éstas con sus contornos fluidos que delimitan zonas en las quese aplica el color en superficies planas, sobresalen por la forma en la que se traba-jan las proporciones y las perspectivas mucho más cuidadas, elemento que pone demanifiesto un claro control del pintor que las realizó.

DETALLE DE UNO DE LOS MURALES DE BONAMPAK. CHIAPAS. (MÉXICO).

Organizados en tres salas, los paneles se hayan casi totalmente cubiertos porpinturas, en las que se muestra un estilo extraordinariamente realista, donde labrillantez del colorido, la amplitud y variedad de las composiciones, ayudan aotorgar a este conjunto una indudable singularidad. Junto a ello, estas pinturas sonuna fuente de información riquísima para el conocimiento de la vida de los mayas,ya que en ellas se representan un conjunto muy numeroso de atavíos y adornosdistintos en las que aparece una gran variedad de tipos.

En la primera de las tres cámaras, se representan un conjunto de ceremoniasrelacionadas con la presentación de un niño posiblemente perteneciente a la reale-za y en la que destaca la procesión de sacerdotes ricamente vestidos. En la segundase representa una batalla con sus consecuencias de prisioneros y heridos dondedestacan sobre todo el dominio de la representación en escorzo de algunos sectoresde la misma.

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La tercera cámara recoge un conjunto de escenas en las que se ha querido ver lasdistintas celebraciones realizadas con motivo de la victoria en la batalla preceden-te.

En conjunto, las escenas son el testimonio de diversas actividades llevadas acabo por el gobernante Ghaan Muan II o Cielo Arpía II y otros miembros de lanobleza de Bonampak. En total se representaron 272 individuos, con una alturamáxima sin contar los tocados de 98 cms.

Las pinturas de Bonampak son un claro ejemplo de naturalismo, del sorprenden-te manejo de las formas, de su organización en el espacio pictórico, además deldominio de la técnica y sin un documento histórico sobre una época de esa ciudad.Asimismo, a través de ellos podemos imaginar como debieron estar cubiertas lasparedes de muchos recintos mayas, al ser la pintura mural una tradición por mediode la cual se confirmaban y perpetuaban relevantes acontecimientos.

HUACA DEL SOL. MOCHE

Las especiales características de la arquitectura realizada en la zona andina,mucha de ella con adobes de tierra que siempre se exponen a un deterioro mayorque la propia piedra, contaron con grandes superficies de estuco que no solamenteprotegían a esos núcleos de tierra sino que además, eran la base adecuada en la quediseñar grandes pinturas de las que pocos restos han llegado hasta la actualidad. Elcaso de la Huaca del Sol en el yacimiento de Moche, se trata de uno de los ciclos

HUACA DEL SOL. (PERÚ).

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más complejos en el que se puede analizar la presencia de esta pintura en unaplataforma con muros de adobe cubiertos de relieves en arcilla, pintados y esculpi-dos, en donde la presencia de la influencia Chavín es clara.

La decoración se articula en base a una disposición de rombos separados porbandas decoradas, en las que el tema principal es la cabeza de un ser antropomorfocon cabellos formados por serpientes. La repetición del motivo principal, junto a latendencia a cubrir toda la superficie, pone en relación este tipo de decoración conla realización de tejidos de los que posiblemente se tomara el esquema compositi-vo básico.

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APÉNDICE DOCUMENTAL

LAS PINTURAS DE ATETELCO EN TEOTIHUACÁN*

«Desde el año de 1940 y con Fondos de la Fundación Viking, el InstitutoNacional de Antropología e Historia ha explorado, fuera de la zona de los gran-des monumentos, diferentes lugares de Teotihuacan, encontrando algunos edifi-cios pintados.

Primero fue un Tepantitla, un lugar situado al oriente de la pirámide del Sol,donde accidentalmente aparecieron unas pinturas en tonos rojos, que representa-ban al dios Tláloc. Desde entonces se iniciaron explotaciones sistemáticas, fuera dela zona arqueológica, habiéndose localizado tres grupos importantes de edificiospintados, que son: Tepantitla (lugar de paredones), Tetitla (lugar de piedras) yAtetelco (en la piedra junto al agua).

En Tepantitla, además de las representaciones de Tláloc antes mencionadas, seencontraron innumerables fragmentos, habiéndose logrado reconstruir gran partede un mural. El doctor Alfonso Caso, en un estudio publicado en esta revista, loidentificó como el Tlalocan.

Con anterioridad, mi intervención en las exploraciones arqueológicas había con-sistido solamente en la copia de las pinturas, pero en este caso, habiéndose encon-trado muy rotas las paredes pintadas, tuve que empezar por reconstruirlas paratrabajar.

El señor Santos Villasánchez, empleado de la zona, resultó un magnífico cola-borador. Como experto albañil, pronto solucionó los problemas que de su oficio sepresentaron en el trabajo y desde entonces me ayuda en la restauración, limpieza yconsolidación de los murales prehispánicos de Teotihuacan y de otros lugares de larepública, como son Tamuín en San Luis Potosí y Palenque en Chiapas.

En la copia de estas pinturas de Tepantitla me ayudó el pintor don Mateo Salda-ña, dibujante, como yo del Instituto de Antropología.

En Tetitla se localizó el segundo grupo de edificios con pinturas. Se conocíauna parte de éstas que había publicado la revista Zeta en el año 1940, y aunque allíse decía que se trataba de una pintura de Teotihuacan, no se indicaba el sitioexacto de su ubicación. Un día le mostraron al señor Saldaña un fragmento de unmuro pintado y él lo identificó, por su dibujo, como del mismo estilo del que habíaaparecido copiado en la citada revista.

Localizado el sitio de donde prevenía el fragmento, se procedió a explorarlo,habiéndose encontrado muchos muros pintados y trozos en gran cantidad. Procedi-mos inmediatamente a calcar aquéllos y a consolidar éstos. La consolidación con-siste en aplicar cemento en la parte de atrás a los fragmentos, lo cual los protege enel constante manejo a que tienen que estar sujetos durante el proceso de restaura-ción.

Mientras realizaba este trabajo tuve informes de que en un lugar cercano habíapinturas. Era un sitio con grandes hoyancos, en uno de los cuales existía parte deun muro en el que estaban pintados dos tigres. En el terreno se veía gran cantidadde material de construcción arrancado a los edificios sepultados. En los escombros

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encontramos una cantera que tenía varios discos tallados y pintados de color rojoy en otra de sus caras varios huecos en forma rectangular y de similar tamaño. Porlos discos parecía tratarse de una cornisa, pero los huecos nos desorientaron eimpidieron que supiéramos positivamente de qué se trataba, hasta que más adelan-te y por casualidad, como sucede muchas veces en la arqueología, dimos con elsignificado de ellos.

Los arqueólogos del Instituto se encargaron de las exploraciones: primero elseñor Pedro Armillas y después el señor Carlos Margáin, habiendo sido éste quienpuso el nombre de Atetelco al lugar[...].

Esta construcción la encontramos cortada y rellena de escombros, sepultada poruna estructura posterior. El reconocimiento por medio de túneles nos mostró lasparedes pintadas y en el enorme núcleo de tierra que cubría el patio encontramosinnumerables fragmentos, también pintados. Al ver tal cantidad de material decora-do tuve la impresión de que se podrían reconstruir los murales y pusimos mano a laobra[...].

El dibujo del tablero figura una red estilizada, y por un fragmento que encontréen un sitio, supe que empieza con un entrelace. Repitiendo la figura dos veces medio un total de 3,32 m. Añadiendo otra figura en sentido vertical hubiera dado unaaltura inusitada en este tipo de arquitectura, por lo que quedó en dos rombos ladecoración.

El alto de la puerta se fijó muy aproximadamente. El listón rosa que divide sumarco del dibujo del tablero lo coloqué tapando el primer entrelace empezando dearriba. El espacio que quedó entre la moldura horizontal y el marco de la puerta mepareció el más lógico, pues el haber subido el marco para dar mayor altura a lapuerta hubiera sido causa de que quedara demasiado cerca del dibujo de la moldu-ra, detalle de mal gusto que no estaría de acuerdo con el resto de la decoración [...].

Para reconstruir la decoración se hizo un dibujo muy detallado a tamaño natu-ral, colocándose las calcas en donde por su diseño pudiera corresponderles, y cuan-do la mayoría estuvieron en su lugar, se calcó el conjunto señalando los fragmentosoriginales. Reduciendo esta calca a la tercera parte de su tamaño se utilizó parahacer una copia en color en la que queda diferenciado lo auténtico de lo recons-truido [...].

Aquí en Atetelco la decoración también corresponde al culto de Tláloc.[...].El mural de Atetelco está realizado solamente en tres tonos de rojo indio y al

fresco: un tono está dado con el color puro; otro mezclado con cal y el tercero estárebajado con agua, dando un color rosa muy claro.

El porqué del color rojo de la decoración queda explicado en las siguientesfrases del “Canto a Tláloc”, recogido por Sahagún y traducido por el doctor Eduar-do Seler: “Mi dios(o mi sacerdote) se ha pintado de color rojo obscuro con lasangre (de la víctima)”.

En cada talud del muro aparecen dos tigres; van emplumados y dos de ellos,como señalé, tienen pintada la red en el cuerpo; de sus fauces salen volutas congotas de agua y también el signo de la palabra. Enmarcando estas figuras hay dosfranjas formadas por dos cuerpos entrelazados de serpientes, con cabezas, garras ycolas de tigre[...].

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En el tablero hay pintada una malla de red, de dibujo geometrizado para adap-tarlo como motivo decorativo; los hijos que la forman están emplumados, materiallujoso, y llenos de pequeños círculos y óvalos que representan “chalchihuites”,indicando con esto que no se trata de una red común y corriente sino de un objetoprecioso. Después, dentro de los claros de la red hay pintados unos personajes quevan al centro del tablero. Tienen un gran penacho con una cabeza de ave al frente;llevan nariguera con dientes; con una mano sostienen un báculo de sonaja y con laotra un escudo emplumado con una red en medio, del que sobresalen flechas. Alfrente, colgado en el pecho, llevan un gran caracol; su vestido tiene flecos deplumas y calzan lujosos cactles”.

* GALLEGOS RUIZ, Roberto (Coord.). Antología de Documentos para la histo-ria de la arqueología de Teotihuacan México, INAH, 1997, pp. 553-561.

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CAPÍTULO 10:

LA ESCULTURA: MATERIALES E ICONOGRAFÍA

INTRODUCCIÓN

Otro de los capítulos importantes dentro de arte prehispánico es el constituido por laescultura. Si bien la producción en las dos zonas que centran nuestro interés es desigual,en ambas la importancia de estos elementos es fundamental para adquirir una ideacompleta de las manifestaciones artísticas de las culturas prehispánicas.

Lo abierto de la consideración del término escultura, nos obliga por las dimensionesde este trabajo a centrar nuestra atención en las obras producidas en piedra y en menormedida en arcilla, de ahí que si bien deberían de tratarse dentro de este apartado aspec-tos de la cerámica o de la metalurgia que tienen la calidad y características para serconsideradas como tales, las dejamos para sus correspondientes temas.

LA FUNCIÓN DE LA ESCULTURA

El papel dentro de la cultura prehispánica que se le pueda dar a la escultura, está muyrelacionado con los valores sociales y religiosos que se han apuntado para otros cam-pos. En este sentido, podríamos decir que su función hay que insertarla dentro deámbitos civiles y religiosos desde las primeras etapas de su aparición. Los restos másantiguos que se pueden encontrar tanto en Mesoamérica como en la zona andina noshablan de figuras que jugaron un importante papel dentro de la formación de las prime-ras creencias y esquemas mentales, en los que se pone de manifiesto la complejidadcultural que habían alcanzado estas sociedades. Desde las figurillas de arcilla de Tlatil-co o las representaciones del Niño-Jaguar olmecas, pasando por las esculturas monolí-ticas de San Agustín, en la región colombiana de Tierradentro, las coincidencias noshablan de la existencia de unos valores en los que ideas como la fertilidad, lo femeninoy la vida de ultratumba, entre otras, estaban perfectamente establecidos.

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HACHA KUNZ. OLMECA.

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Su relación con las clases poderosas hizo que estuvieran al servicio de la difu-sión de ideas relacionadas con el poder y la religión, de ahí que su vinculación conespacios de una especial significación religiosa-ritual y civil, las dotara de un altovalor simbólico. Dentro de esa idea global que el arte prehispánico desarrollará, lasesculturas no se puede entender sin el contexto en el que se hallan, confiriéndolesuna parte fundamental, incluso para la correcta interpretación de estos espaciosurbanos y edificios perfectamente definidos.

Las vinculaciones entre plataformas, espacios abiertos y estelas o altares porejemplo, determinarán que los elementos escultóricos que aparecen insertos dentrode estos ámbitos, tengan una especial significación. Incluso, su inserción y rela-ción con territorios más amplios, como ocurre con las cabezas colosales olmecas oincluso las anteriormente comentadas esculturas de San Agustín, ponen de mani-fiesto el papel inicial que llegaron a jugar como marcadores de lugares o delimita-dores de espacios.

Por otro lado, las figuras de menores dimensiones, siempre se han relacionadocon determinados cultos o acciones rituales que les han conferido el papel deexvotos dentro de la religión prehispánica, lo que no obstante no ha estado exclui-do de dudas, ya que algunas propuestas las han dotado de un papel de menorrelevancia como juguetes y objetos de mero entretenimiento.

CARACTERÍSTICAS GENERALES: MATERIALES

En líneas generales, los ejemplos más destacados de la escultura prehispánicaestán realizados en materiales de gran dureza, piedras de distinta naturaleza, funda-

CABEZA DE JAGUAR. ANTECEDENTES CLAROS DE LAS CABEZAS CLAVAS DETIAHUANACO. CHAVÍN DE HUÁNTAR. (PERÚ).

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FIGURA DE PIEDRA TEOTIHUACANA. PUEBLA. (MÉXICO).

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mentalmente basálticas y areniscas, aunque existen casos destacados realizados enbarro cocido, o incluso madera como algunos ejemplos mayas.

Las carencias técnicas hace que las posibilidades de trabajo de sus superficies,se limite a un empleo de herramientas de piedra, de las que se aprovecha la distintadensidad que tienen entre ellas, para emplear las más duras como objetos de percu-sión o abrasión. La técnica de la piedra contra piedra explica el hecho de que setrate de piezas en las que hay que hablar más de grabado que de modelado, desta-cando siempre el volumen del núcleo sobre el predominio de los detalles. Incisio-nes y abrasión de las superficies son algunas de las técnicas con las que se complementael tallado.

Junto a la piedra no es raro encontrar aunque con menos frecuencia la realiza-ción de esculturas con barro y madera, que implican distintas maneras de tratarestos materiales. En el caso de las primeras, si bien muchos de los ejemplos quepodríamos considerar entran dentro del apartado de la cerámica, en el caso dealgunos de los relieves que decoran los edificios de ciudades preincaicas en Sura-mérica, podrían integrarse dentro de este grupo. En ellas se detecta el trabajo de latierra aún fresca, mientras se seca al sol, conformando enormes extensiones degrabados que decoran prácticamente la totalidad de la superficie. Garigay, Mocheo la misma Chan Chán servirán de ejemplo.

Destacadas son también en este sentido las esculturas mayas provenientes de laIsla de Jaina, al conformar uno de los conjuntos más realistas y de mayor calidadque se pueden encontrar en el mundo prehispánico.

Por último las figuras realizadas en madera, presentan el handicap de deteriorar-se con mayor facilidad con el tiempo siendo, como señalábamos más arriba, raroslos ejemplos que han llegado hasta nosotros. En este caso el trabajo de talla hablade un perfecto dominio y conocimiento de la anatomía humana y sobre todo de larelación de la escultura realizada en barro de la que se toman muchas característi-cas.

TIPOLOGÍAS: FIGURAS DE BULTO REDONDO, ESTELAS, ALTARESY RELIEVES. LOS CONJUNTOS ESCULTÓRICOS

Un recorrido por la escultura prehispánica en América pone de manifiesto ladiversidad de estas piezas que desde las etapas iniciales estuvieron presentes en laproducción cultural. En lo que se refiere a Mesoamérica, las primeras manifestacio-nes importantes de este tipo son las que encontramos en la cultura olmeca, en lasque destacan las cabezas colosales, figuras de bulto redondo y altares. En todasellas se dan algunas de las características que ya señalaba Covarrubias respecto a laestética olmeca como la simplicidad, realismo, formas sensuales, fuerza y esponta-neidad, y en las que se apreciaba un acabado de calidad de las superficies tremen-damente lisas y pulidas.

Las cabezas colosales pueden representar uno de los primeros ejemplos de laescultura monumental aplicada a delimitar espacios concretos. Con unas caracte-rísticas muy similares en las que sobresalen fundamentalmente los rasgos físicos

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CABEZA OLMECA Nº 4 DE SAN LORENZO. (MÉXICO).

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de los rostros, como la realización de la nariz chata, labios gruesos, ojos almen-drados y la aplicación de un casquete a modo de tocado, su interpretación pasapor la propuesta de una serie de hipótesis que dejan abierta su lectura. Desdesímbolos reales, retratos, antepasados o dioses, las tesis expuestas sobre la cues-tión ponen de manifiesto la diversidad de interpretaciones a las que se puedellegar, en relación a un hecho concreto, en el que está ausente cualquier fuenteescrita.

LUCHADOR DE UXPANAPAN. BASALTO. ARTE OLMECA. (MEXICO).

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Por lo que respecta a las imágenes de bulto redondo, destaca la presencia de unaserie de constantes en figuras como el Señor de las Limas, el Luchador de Uxpana-pán o el hacha Kunz, como es la boca y la muesca olmeca. En el primero de loscasos nos referimos a la forma de representar esta parte del rostro en la que el labiosuperior se dispone más grueso y elevado, el inferior más fino y recto, dotando a laboca de una forma triangular que deja ver en determinadas ocasiones unos colmi-llos especialmente desarrollados. Una presencia del referente felino, que hace alu-sión a la creencia en un ser mitológico, un hombre jaguar, que funciona como unantepasado del cual desciende la humanidad. La presencia de este jaguar es fre-cuente en muchas de las representaciones olmecas al convertirse en un animaltotémico, mágico, al que se vinculan con la lluvia y el agua, representante máximode la fuerza de la Naturaleza.

En cuanto a la muesca, se convierte en otro de los exponentes más evidentes delposible significado religioso de estas imágenes. Situada en la parte superior de lacabeza, para muchos autores es el signo de relación entre lo humano y lo divino, laseñal que indica que la figura que la porta está dotada de un matiz sagrado.

ALTAR DE LA VENTA. ARTE OLMECA. MUSEO DE XALAPA. VERACRUZ. (MÉXICO).

Los altares son otro de los capítulos de la escultura olmeca. En este caso se tratade cuerpos prismáticos realizados en piedra, labrados en tres de sus caras y en losque sobresale la figura de un sacerdote en la frontal, saliendo de una especie decueva y portando en sus brazos la imagen de un niño divino. El significado de estaimagen es dudoso, aunque es evidente que hay que ponerlo en relación con lapropia función del altar. Su empleo como tal o incluso como trono, nos abre las

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DETALLE DE UNO DE LOS PILARES TALLADOS DEL COMPLEJO DELQUETZALPAPÁLOTL. TEOTIHUACÁN. (MÉXICO).

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PIEDRA DEL SOL O CALENDARIO AZTECA. RELIEVE SOBRE BASALTO.ARTE AZTECA. MÉXICO. (MÉXICO).

puertas a una interpretación en la que juega un papel central la figura del sacerdoteque aparece en el frente.

Por último las estelas, se presentan como monolitos en los que se representansacerdotes vestidos con trajes exuberantes. En ellas se pone de manifiesto su papelreligioso, al ser utilizadas como medios de difusión de imágenes e ideas vinculadascon la clase sacerdotal. Pero a ello debemos unir la función de conmemoración quetenían, siendo en realidad los primeros testigos de la existencia de una costumbrea recordar determinados acontecimientos o acciones mediante estas piedras. Encualquier caso son ejemplos de trabajo en relieve que tiene un claro representanteen el Quetzalpapálolt de Teotihuacán.

Dentro del mundo mesoamericano no podemos olvidar las figuras de la etapateotihuacana como la Chalchiutlicue, de la huasteca como el Adolescente, de laazteca como la Piedra del Sol y la Coatlicue y de entre las mayas, por su calidad,las estelas y las figuras de la Isla de Jaina, antes mencionadas. Su relación no hacemás que poner de manifiesto la existencia de una tradicional producción escultóri-ca, en la que se llegan a establecer claros vínculos de relación entre las áreasgeográficas y los períodos históricos.

Por lo que se refiere al mundo maya, sería prácticamente imposible llevar a cabo unanálisis de cada uno de los capítulos que conforman su producción escultórica. Noobstante si podemos exponer algunas de sus características generales. Se trata de un

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DETALLE DEL CODZ POOP. KABAH. ARTE MAYA. YUCATÁN. (MÉXICO).

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DINTEL 24. YAXCHILÁN. ARTE MAYA. CHIAPAS. (MÉXICO).

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capítulo importante dentro de la cultura maya en la que se percibe una enorme unidaden la producción formal de estas piezas. Se trata de figuras de variados tamaños realiza-das en su inmensa mayoría en piedra caliza, arenisca o traquita, además de en estuco,madera, arcilla y jade. El ámbito en el que aparece es variado, yendo desde la decora-ción arquitectónica, los relieves conmemorativos, las figurillas, la cerámica y la joyería.Toda una escultura puesta al servicio de los intereses particulares de los gobernantes yen las que se alcanzaron altos niveles de calidad representativa, además de profundossignificados, más allá del mero formalismo.

Uno de los principales centros del área suramericana es el conjunto de escultu-ras de la región colombiana de San Agustín, que con sus más de 300 piezas desti-nadas a delimitar tumbas, conforman uno de los ejemplos más importantes eimpresionantes. Representan hombres, animales y monstruos, en relieve y en escul-tura de bulto redondo. Su estudio ha estado marcado por la imposibilidad de unadatación arqueológica debido a lo tremendamente expoliados que se han encontra-do los yacimientos en los que se encuentran, teniéndose que recurrir a una clasifi-cación formal y a la evolución de los motivos con los que aparecen realizadas, parallevar a cabo una mínima ordenación de las piezas existentes. En este sentido elorden de aparición de los grupos en los que se pueden dividir el conjunto deesculturas de San Agustín va desde las formas cilíndricas que son las más antiguas,las de bulto redondo esculpidas con un relieve muy profundo y figuras de bajorre-lieve como losas. En ellas las formas son desproporcionadas, en las que la cabezaocupa un tercio o más de la composición, siendo además la zona de la esculturamejor trabajada.

Los escultores empleaban un conjunto de símbolos para realizar las faccionesdel rostro, como sistemas, en los que se combinaban los ojos y la nariz, disponién-dose ambos en un solo plano liso con una curva continua que perfila todos losrasgos. Otro grupo presenta las cejas formando una sola línea que atraviesa lafrente y desde la que continúa la nariz como una unidad independiente. Por último,no podemos olvidar aquellos ejemplos en los que los ojos y la misma nariz sereducen a un relieve liso en dos planos.

En la región de Ecuador, los mejores ejemplos de escultura en piedra son los deManabí, donde encontramos figuras en los que aparecen esculpidos seres humanosrepresentados de frente, con decoraciones que recuerdan a los motivos textiles.

El conjunto de esculturas del área central de los Andes, se definen por las queconforman el centro de Chavín de Huántar, no obstante existen algunos ejemplosprevios en los enclaves de Sechín y Moxeke que nos hablan de algunas fasesanteriores. En este sentido las de Cerro Sechín forman un conjunto de losas traba-jadas en relieve que aparecen cubriendo algunas de las plataformas del yacimiento.Las losas que posiblemente sean las esculturas monumentales más antiguas de estaregión y datadas en el siglo X a.C., aparecen colocadas de forma que alternaban lasde mayor tamaño, verticales y estrechas con otras piedras menores y cuadradas. Lasrepresentaciones son figuras humanas esculpidas de perfil, representaciones ideo-gráficas de herramientas, trofeos de cabezas partidas y columnas vertebrales. Losrelieves están trabajados de dos maneras en las que se diferencian las incisiones delos contornos de las que conforman los elementos interiores. Por su técnica y la

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composición del conjunto presentan una gran relación con los relieves del Edificiode los Danzantes y el Montículo J de Monte Albán, aunque las conexiones entreambos no se puedan establecer. Si son más probables las influencias de Sechín enTiahuanaco, donde algunas de las plataformas de la ciudad, presenta esa alternan-cia en la disposición de las piedras.

En el caso de Moxeke, próximo a Sechín, los ejemplos con los que contamosson los restos de unas esculturas realizadas en arcilla y que formaban parte de ladecoración de las terrazas de una de las plataformas del yacimiento. En este caso,cambia el material pero no la importancia de las mismas al tratarse de esculturas dedimensiones colosales, esculpidas y pintadas en arcilla. Solamente se conservan laspartes inferiores de unos cuerpos pintados de rojo, negro, azul y blanco, mostrandoen algunos de los casos relación con las de Sechín.

El conjunto escultórico más importante de los Andes Centrales es sin duda el deChavín de Huántar. Partimos de la base, como señalan numerosos autores, que elestilo chavín ofrece esculturas en piedra, de superficies lisas, en las que se hantrazado dibujos incisos, o bien, volúmenes regulares en los que cada uno de suslados se ha tratado de la misma manera. Son obras en las que está ausente elmodelado y existe una clara relación con la arquitectura en la que se encuentran.Las convenciones fundamentales que hay que tener presentes para entender estaescultura son la simetría, la repetición, el módulo de anchura y la reducción de losmotivos.

El primero de ellos hace referencia al uso en la totalidad de los ejemplos de laescultura chavín, a un eje vertical que distribuye todos los elementos que confor-man la imagen. Para el segundo, la repetición, alude a la existencia de un ciertoritmo característico que identifica a este estilo, empleando una serie de símbolos,que dispuestos siguiendo la simetría anterior, llegan a definir unos modelos icono-gráficos perfectamente identificables con la cultura Chavín. Por lo que respecta almódulo de anchura, se refiere a la existencia en cada composición de una serie decintas de anchura aproximadamente iguales que rigen la composición y en las quelos rasgos naturales como ojos y nariz, se acomodan también a ese esquema llegan-do a definir una representación bidimensional. Por último, la reducción de losmotivos, habla de una simplificación de los componentes de la imagen a líneasrectas, curvas sencillas y volutas, que han llegado a reducir algunas de las caracte-rísticas físicas a motivos geométricos.

En el caso concreto de cada uno de ellos, el Lanzón, pieza realizada con poste-rioridad al siglo IX a. C., se conforma como una piedra prismática de cuatro metrosy medio de altura y esculpida con figuras felinas que se orientan hacia el puntocentral. El eje que la recorre en toda su altura, sirve de ordenador de cada uno delos motivos, lo que no evita que el prisma guarde una cierta independencia en cadauna de sus cuatro caras y que unidas, dan la sensación de conjunto. El personajedispone sus rasgos principales en los laterales mayores, distinguiéndose los ojos, laboca con colmillos y los cabellos conformados por serpientes. Junto a ello diversosmotivos geométricos, acaban decorando toda la superficie de la piedra.

Por otro lado, la Estela Raimondi, 200 a.C. es una piedra de diorita grabada en la queaparece un personaje cuyo cuerpo no ocupa más de un tercio de su longitud y donde se

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ESCULTURA DE EL LANZÓN. CHAVÍN DE HUANTAR. (PERÚ).

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CABEZA CLAVA DE TIAHUANACO. (BOLIVIA).

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ha querido ver a un portador de cetros o la representación de un ser humano en vuelodescendente. Esta posibilidad de una doble lectura o si queremos una clara ambivalen-cia en su interpretación no es exclusiva de Chavín. Tanto olmecas, como teotihuacanoso las esculturas colombianas de San Agustín, ofrecen ejemplos destacados respecto aesta idea. Volviendo a la estela, para la primera de las propuestas de interpretación, elpersonaje aparece tocado con un motivo que se repite sucesivamente y que parece másla representación de la cabeza de un caimán vista de frente; mientras que si se ve enrelación a la segunda opción este motivo se convierte en una especie de colgante, queparte de nuevo del mismo personaje de los báculos. La estela además interesa porque esen ella, donde aparece definido un personaje que tendrá trascendencia en culturasposteriores como es el Señor de los Báculos o de las Varas y que volveremos a ver enrepresentaciones de Wari o Tiahuanaco.

Por último, el Obelisco Tello, 500 a.C., ejemplifica los principios de simetría,repetición, dispuestos en un monolito de piedra, en el que la figura principal es lade un caimán, surgido de la interrelación de múltiples motivos, siguiendo los mis-mos esquemas de doble lectura que se pueden observar en la Estela Raimondi.

En relación a dos de las principales culturas suramericanas, la Mochica (PeríodoIntermedio Antiguo) y la Chimú (Período Intermedio Tardío), la primera de ellasderivó toda su producción escultórica hacia la cerámica por lo que se tratará en sucapítulo correspondiente. Mientras, en la Chimú, las principales producciones es-cultóricas se encuentran aplicadas a la arquitectura, fundamentalmente con unadecoración realizada en arcilla y dispuesta en paneles y bandas en las que se repre-sentan motivos repetidos que recuerdan a los empleados en la decoración de lostextiles.

En los altiplanos que se desarrollan en torno al núcleo de Titicaca, destacan dosproducciones escultóricas de relevancia. Por un lado la generada en el centro dePukará donde encontramos figuras de piedra con sus cuerpos realizados con líneasredondeadas, trabajadas con una calidad y técnica variables. Y junto a éstas, losejemplos que encontramos en el enclave de Tiahuanaco, que se caracterizan porestar organizados en dos grupos o fases. La primera de ellas está formada por esta-tuas y relieves esculpidos con las formas redondeadas que producen las mazas yhachas de piedra y donde las representaciones de formas naturales se reducen a sumínima expresión. Dentro del considerado como período clásico destaca la decora-ción arquitectónica como los relieves de la Puerta del Sol, donde el tamaño de ladecoración grabada está ajustado y refinado para permitir una delicada elaboracióndonde se establecen formas que atraen a la vista por sus volúmenes audaces ymantienen la atención por su delicado trabajo.

Los motivos recuerdan mucho a Chavín, tanto en el Señor de los Báculos queocupa el centro del dintel de la puerta, como las representaciones de aves conrasgos humanos que lo flanquean, y en las que se ve cierta similitud con las repre-sentaciones del mismo personaje, que ya aparecían en el yacimiento del HorizonteAntiguo.

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SELECCIÓN DE IMÁGENES

LA CABEZA COLOSAL Nº 1 DE SAN LORENZO MUSEO DE XALAPA

Uno de los capítulos más interesantes de la escultura prehispánica mesoamerica-na lo conforman el conjunto de cabezas colosales relacionadas con la cultura olme-ca, que aúnan en su interpretación tanto la necesidad de dar respuesta a la técnicaque se empleó, como a los métodos de traslado que sin duda están en la base demuchos de los esquemas que envuelven a estas piezas. Labradas en bloques mono-líticos de más de 200 toneladas de peso, y de entre 2 y 3 metros de altura, se tratadel primer conjunto escultórico que ofrece muchas de las características que iden-tifican a la escultura prehispánica.

Son bloques de gran dureza, graníticos fundamentalmente, en las que se hatrabajado su superficie con herramientas de piedra aprovechando la diferencia dedureza de unas y otras. Esta circunstancia hizo que más que una escultura en sí,tengamos que hablar de un trabajo en relieve de la superficie de las mismas, en lasque se aprovecha al máximo el propio volumen, del que apenas se puede desligarel trabajo del artesano.

Sus rasgos, tremendamente negroides, con los labios anchos, nariz chata y ojosalmendrados, planteó la posibilidad de que se tratara de representaciones de perso-najes de distinta raza a la propia de los habitantes de la zona del golfo. No obstantese trata de un tema aún abierto, el relativo a la significación e interpretación delsentido de unas esculturas que ubicadas en puntos muy concretos, conforman unosreferentes iconográficos indiscutibles.

Vinculada con este tema, está el de su presencia en una región en la que noabundan los grandes afloramientos pétreos. El hecho de que se trate de piedras,traídas ex profeso desde los Tuxtlas, hizo cuestionarse el método de traslado. Sitecnológicamente se acepta que no conocían la rueda, existe la posibilidad de quese emplearan rodillos y un sistema de balsas, aprovechando los caudalosos ríos dela región, para descender hasta el mar, y de nuevo remontar una corriente fluvial,que les permitiera llegar al lugar en que se encontraron.

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CABEZA COLOSAL Nº 1 DE SAN LORENZO. OLMECA. MUSEO DE XALAPA.VERACRUZ. (MÉXICO).

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LA CHALCHIUHTLICUE

La escultura monumental, cuenta con magníficos ejemplos dentro de las cultu-ras mesoamericanas y andinas. Su papel público, ya fuera emplazadas en una plazao dentro de un templo, las otorgó de una especial significación que se debía trasmi-tir, tanto en la simbología que las acompañaban como en la calidad del material enel que se realizaban.

Con la Chalchiutlicue de Teotihuacán, se abre uno de los capítulos más impre-sionantes de figuras dotadas de una fuerza interior y que destinadas a la divulga-ción de unos conceptos muy concretos, se convertían en el mejor exponente dellenguaje formal desarrollado por las clases dirigentes en la etapa clásica del mundomesoamericano.

La Chalchiutlicue, o diosa de la falda de esmeraldas, es un enorme monolitoprismático de piedra, trabajado en sus cuatro caras como si de diversos relieves setratara que en conjunto conformaban una de las imágenes a las que posiblementese le rindiera culto en el tempo ubicado en la parte superior de la Pirámide de laLuna. Su concepción nos recuerda a la de las cariátides de la Grecia Clásica, aun-que en este caso se trata de una figura en la que la significación va más allá, alconverger en ella elementos formales y simbólicos de indudable importancia quehabría que poner en relación con una especie de lenguaje subliminal latente entoda la ciudad de Teotihuacán.

La muesca que aparece en el frente del tocado que lleva sobre la cabeza, la sutildescripción de su silueta del perfil del tablero-talud de los edificios de la ciudad, yla lectura que se pueda hacer de sus piernas como la representación de un templo,la convierten en una de las figuras más enigmáticas de las esculturas mesoamerica-na. Podríamos afirmar que inaugura un grupo de esculturas entre las que podemossituar, los guerreros de Tula y la Coatlicue azteca.

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LA CHALCHIUHTLICUE.

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LA COATLICUE

LA COATLICUE.

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El desarrollo que llegó a alcanzar la mitología azteca encuentra en esta figurauna de sus máximas representaciones. Coatlicue, madre de Huitzilopochtli y Co-yolxauhqui, es para muchos autores el final de un largo recorrido que se iniciabacon la pieza anterior. Tratada con la misma intención, bloque monolítico de unapiedra granítica, se trabaja su superficie como un relieve en el que se constata laevolución de la técnica y de la concepción al plantear una relación de planos notan rígida como en la figura teotihuacana.

Su aspecto es el de una mujer decapitada, de cuyo cuello salen dos grandescabezas de serpiente. Lleva un collar con corazones humanos, dos manos con laspalmas de frente y una calavera con los ojos casi vivientes. Su falda está formadapor serpientes que entrelazan sus cuerpos a manera de retícula romboidal; llevatambién un cinturón en forma de dos serpientes anudadas al frente, en lugar demanos tiene también dos serpientes y sus pies son como garras de águila.

Coatlicue era la diosa del nacimiento y de la muerte, la que daba y quitaba lavida, la que encarnaba la dualidad del ser humano. Por ello las dos grandes cabezasde serpientes que salen de su cuello, una frente a la otra, simbolizan el concepto dedualidad. El collar representa la vida y la muerte por el sacrificio, es decir, el dar yquitar la existencia como ofrenda a los dioses para que conserven el orden deluniverso. Su falda simboliza a la tierra y sus garras penetran en el mundo de losmuertos, de ahí que bajo ellos aparezca un relieve de Tlaltecuhtli, dios relacionadocon la muerte, la tierra y el agua.

La diosa de la falda de serpientes, cierra toda una producción escultórica en laque se ha ido aplicando un conjunto de componentes ideológicos que la fueronconvirtiendo en el medio a través del cual transmitir un pensamiento y una concep-ción del mundo en la que se constató una mayor complejidad en los conceptos quese transmitían y una mínima evolución en el tratamiento del trabajo de la piedra.

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EL CHACMOOL DE CHICHÉN ITZÁ

La relación de algunas de las producciones escultóricas, tanto con determinadosrituales como con edificios de una especial significación, tienen uno de los mejo-res ejemplos en las figuras de Chacmool de las ciudades Mayas. En Chichén Itzá,se han contabilizado hasta catorce de diversos tipos. Se trata de la representaciónde figuras masculinas, realizadas en piedra y que aparecen reclinadas sobre suespalda con la cabeza vuelta hacia el espacio abierto que se abre delante de losedificios en los que se emplazan, y sostienen sobre su vientre una bandeja o vasijacon las manos.

Se los relaciona con determinados rituales en los que se llevaba a cabo la inges-tión de bebidas o drogas, aunque parece más acertada la interpretación que losvincula con la imagen de un mensajero divino, que estaba encargado de llevar laofrenda que se depositaba en su vientre al dios solar.

Su origen se desconoce, aunque el hecho de que aparezcan delante de las puer-tas de los templos, hace pensar que estuvieran estrechamente vinculadas con losagrado, siendo por tanto tan antiguas como esos rituales que en torno a ellos secelebraban. Su presencia en la zona maya hay que ponerla en relación con la de lapropia expansión tolteca por la península del Yucatán, momento en el que loexportarían desde el Valle de México.

CHAC MOOL. PIEDRA BASÁLTICA.TOLTECA.

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DOBLE YO

Dentro de la zona andina, uno de los conjuntos más destacados de esculturas enpiedra lo conforma el enclave de San Agustín, en la actual Colombia. Se trata deesculturas monumentales, realizadas en piedra, que aparecen solas o en grupo, yrepresentativas del trabajo de piedra contra piedra, con una terminación en la quese aprecia el empleo de abrasivos que es tan característico de lo prehispánico. Unasesculturas que además estuvieron pintadas con lo que se convierten en ejemplos enlos que se puede entender la función que llegó a tener la pintura como elementocomplementario.

No obstante, se trata de imágenes en las que habría que hablar más de trabajo enrelieve que de mera escultura, llegando algunas de ellas a tener la superficie termi-nada con un acabado muy plano, y donde destaca sobre todo la mayor atenciónque se dedica a la cabeza.

Sin duda, la conocida como el Doble Yo, reúne muchos de las aspectos quevenimos tratando. Es una figura realizada en un solo bloque de piedra, donde lasuperficie se ha trabajado como si se tratara de un gran relieve, aunque la predeter-minación del volumen del bloque ha condicionado algunos de los rasgos de lamisma. La lectura de esta imagen, en la que se percibe una composición dual, nosrecuerda a iconografías de otras latitudes, como la imagen del Adolescente huaste-ca.

La escultura se organiza a partir de la figura de un personaje masculino queaparece labrado de pie y con los brazos doblados con las manos sobre el vientre, enuna posición frontal, hierática, son ningún tipo de naturalidad. De su cabeza solodestaca el rostro, realizado con unos rasgos muy esquemáticos y la manera como seha solucionado el perfil de sus orejas que más parecen una tira anudada que cuel-gan de un tocado. Posiblemente su significado esté relacionado con la otra imagenque completa la composición. Sobre este personaje se dispone otro, más enigmáti-co aún, que cae sobre sus espaldas, definiendo el perfil de un cocodrilo, dondesobresale el tremendo esquematismo con el que se han tallado cada uno de susrasgos. Esta constante, de componer imágenes a partir de la integración de otras fueuna característica de culturas como la olmeca. En cualquier caso, la importanciadel reptil como animal enigmático, cargado de una profunda religiosidad, unida ala del personaje que surge de lo que debería ser su cola, nos hablan de una figuravinculada con un determinado tipo de culto, y que nos anticipa representacionescomo las del Obelisco Tello de Chavín de Huántar.

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DOBLE YO. MONOLITO. SAN AGUSTÍN. ALTO DE LOS ÍDOLOS. (COLOMBIA).

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EL LANZÓN DE CHAVÍN DE HUÁNTAR. (PERÚ)

En el Horizonte Antiguo andino, surge uno de los centros que más peso especí-fico iba a tener en etapas y culturas posteriores. Chavín de Huántar, ubicado en eldepartamento de Ancas, se va a convertir en un foco de atracción religioso, quellegará a controlar el primer período en que se puede hablar de una cierta unidadreligiosa en Perú, más que propiamente militar. Las dudas en cuanto a su origencomo enclave, se ciernen sobre cuestiones como el destino de las influencias queen él se reúnen y entre las que se han querido ver claras vinculaciones con laAmazonia. Su posición, en el valle del Mosna, afluente del Marañón, abriría lapuerta a la aceptación de un componente que incluso se puede rastrear en algunosde los motivos decorativos que se dan en algunos de sus ejemplos escultóricos másdestacados como el Obelisco Tello y la Estela Raimondi.

Una de las figuras más importantes que podemos encontrar en este lugar y unade las más importantes de la producción escultórica de la zona andina es sin dudael Lanzón. De nuevo nos encontramos con una pieza relacionada con un edificiode indudable significación religiosa, y localizado en un lugar predominante deéste, en el cruce de sus ejes principales para que su percepción fuera lo más directaposible, un aspecto que nos haría comprender las posibles ubicaciones de piezascomo la Chalchiutlicue y la Coatlicue.

Clavado por uno de sus extremos, la escenografía que envuelve a su ubicaciónse ve complementada por la escasa iluminación y pequeñas dimensiones en pro-porción al lugar en el que se encuentra. Realizada en granito, sus más de cuatrometros de altura están labrados en bajorrelieve, tomando como figura central el serantropomorfo que aparece en lo que podríamos denominar su frente. Se trata de unser que se ve ataviado con orejeras, collar y túnica y un cinto decorado con caras.El cabello y los párpados tienen forma de serpiente y destaca una gran boca con lascomisuras vueltas hacia arriba y colmillos que salen de la mandíbula superior.

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EL LANZÓN DE CHAVÍN DE HUÁNTAR. (PERÚ).

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APÉNDICE DOCUMENTAL

HISTORIA DE LA CONQUISTA DE MÉXICO*

«Ocupaba el centro de esta plaza una gran máquina de piedra, que a cielo descu-bierto se levantaba sobre las torres de la ciudad, creciendo en disminución hastaformar una media pirámide, los tres lados pendientes, y en el otro labrada la esca-lera: edificio suntuoso y de buenas medidas, tan alto que tenía ciento y veintegradas de escalera, y tan corpulento que terminaba en un plano de cuarenta pies encuadro; cuyo pavimento, enlosado primorosamente de varios jaspes, guarnecía portodas partes un pretil con sus almenas retorcidas a manera de caracoles, formadopor ambas haces de unas piedras negras semejantes al azabache, puestas con orden,y unidas con betunes blancos y rojos que adornaban el edificio.

Sobre la división del pretil, donde terminaba la escalera, estaban dos estatuas demármol, que sustentaban, imitando bien la fuerza de los brazos, unos grandes can-deleros de hechura extraordinaria; más adelante una losa verde que se levantabacinco palmos del suelo y remataba en esquina, donde afirmaban por las espaldas almiserable que habían de sacrificar, para sacarle por los pechos el corazón; y en lafrente una capilla de mejor fábrica y materia, cubierta por lo alto con su techumbrede maderas preciosas, donde tenían el ídolo sobre un altar muy alto y detrás decortinas. Era de figura humana, y estaba sentado en una silla con apariencias detrono, fundada sobre un globo azul que llamaban cielo, de cuyos lados salíancuatro varas con cabezas de sierpes, a que aplicaban los hombros para conducirlecuando le manifestaban al pueblo. Tenía sobre la cabeza un penacho de plumasvarias en forma de pájaro, con el pico y la cresta de oro bruñidos, el rostro dehorrible severidad, y más afeado con dos fajas azules, una sobre la frente y otrasobre la nariz; en la mano derecha una culebra ondeada que le servía de bastón, yen la izquierda cuatro saetas que veneraban como traídas del cielo, y una rodelacon cinco plumajes blancos puestos en cruz, sobre cuyos adornos, y la significa-ción de aquellas insignias y colores, decían notables desvaríos con lastimosa pon-deración.

Al lado siniestro de esta capilla estaba otra de la misma hechura y tamaño, conun ídolo que llamaban Tlaloch, en todo semejantes a su compañero. Teníanlos porhermanos, y tan amigos que dividían entre sí los patrocinios de la guerra, igualesen el poder y uniformes en la voluntad; por cuya razón acudían a entrambos conuna víctima y un ruego, les daban las gracias de los sucesos, teniendo en equilibriola devoción».

* SOLIS Y RIVADENEIRA, Antonio de. Historia de la conquista de México,población y progresos de la América Septentrional, conocida por el nombre deNueva España. México, Editorial Porrúa, 1978, p. 169.

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HISTORIA DEL ARTE EN IBEROAMÉRICA Y FILIPINAS 271

CAPÍTULO 11:

CREACIÓN Y FUNCIÓN DE LA CERÁMICA

INTRODUCCIÓN

Entre los restos de la cultura material que llegan hasta nosotros a través de losyacimientos arqueológicos de la América precolombina, destaca sin lugar a dudas lacerámica, como uno de los principales testimonios de unos grupos de los que en ocasio-nes solamente quedan estos vestigios de tierra cocida.

Muchos materiales orgánicos como la madera, el hueso o el cuero desaparecencon el paso del tiempo sin dejar rastro, mientras que otros de carácter inorgánicocomo la piedra son prácticamente inalterables. La cerámica que tras su modelado ycocción sufre una alteración de carácter físico-químico irreversible, que la dota deimportantes condiciones de perdurabilidad, es uno de los materiales consideradoscomo más significativos, testimonio de estas culturas prehispánicas.

El papel de la cerámica dentro de estos grupos agrícolas sedentarios fue funda-mental para cubrir las primeras necesidades de vajilla, cocina y almacenamiento.Sus características de dureza e impermeabilidad, aunque porosa, permitió desde unprincipio realizar los procesos más diversos relacionados con la actividad humana.Su uso continuado elevaba las posibilidades de rotura, por lo que la produccióndebía ser continua para garantizar el suministro. De ahí que la inmensa mayoría delos basureros arqueológicos aporten toneladas de este material.

FORMA Y DISEÑO

No todos los yacimientos ofrecen objetos realizados con las mismas arcillas nilos mismos desgrasantes, ni tan siquiera con la misma cocción. Los acabados sontambién muy variados y las superficies engobadas o pintadas, cubiertas con unafina capa de arcilla muy diluida y coloreada, alisadas o pulidas, llanas o modela-

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das. Además la enorme variedad de formas se debe a varios motivos como la fun-cionalidad del objeto, la presencia de modas en distintas épocas y sobre todo a lasenormes posibilidades que curiosamente brindaba el desconocimiento de la rueda,y con ello del torno para la elaboración de las mismas.

La variabilidad de la decoración puede ser infinita y ahí la imposición culturalpuede ser determinante e incluso alcanzar un alto grado de perfección sobre todo en lacerámica suntuaria o de lujo, realizada para fines ceremoniales y rituales e incluso paraintercambios comerciales, que la hizo deseable por las clases dirigentes.

Las clasificaciones a las que se recurren por parte de los arqueólogos se realizan enfunción de diversas variables que son empleadas para organizar grupos que permitansobre todo un mejor conocimiento de las mismas: clases de pastas, desgrasantes, acaba-do, decoración, formas, etc. Al existir una referencia constante a la situación de losobjetos según su mayor o menor profundidad en el yacimiento, es posible una relaciónentre determinados tipos y la época en la que aparecen, estableciendo así unas seriescronológicas, relativas y absolutas, cuando el conjunto de datos permite una dataciónexacta gracias a métodos científicos como el Carbono 14.

La cerámica recoge además los procesos de cambio que tienen lugar en la cultu-ra a través de la evolución de las pautas decorativas, en la aparición de nuevostipos y estilos, en la mezcla con motivos de procedencia foránea, etc. Su importan-cia se manifiesta incluso en que la historia y la nomenclatura de las culturas ar-queológicas americanas es en ocasiones la de los principales estilos y tipos cerámicos.La cerámica aparece así como uno de los más importantes instrumentos de accesoal conocimiento de la realidad indígena americana.

LA FUNCIÓN

Pero no solamente los restos cerámicos son testimonio de la cultura material deuna sociedad. En ocasiones por determinadas circunstancias que permiten que elobjeto en sí llegue a nosotros con todas sus características físicas y decorativas,puede ser considerado como obra de arte y en ese caso la información que puedesuministrarnos es incluso mayor ya que entra a proporcionarnos datos de la culturasimbólica de la sociedad, reflejo de su ideología, dentro de unos niveles de com-plejidad y abstracción cultural.

En este caso junto a la consideración de la presencia de un artesano dentro de lasociedad productora de la cerámica, hemos de pensar en la existencia de verdaderosartistas, especialistas a tiempo completo que dedican todo su trabajo y maestría a laelaboración de complicados objetos que en la inmensa mayoría de los casos serán desti-nados a uso exclusivo de las clases dirigentes, ya sean de índole civil y religiosa, utiliza-dos en ceremonias o como parte del ajuar mortuorio de algún personaje destacado.

Pero también pueden ser consideradas como obras de arte los ejemplares de aspectomucho más sencillo a simple vista, objetos que vieron como los ceramistas intentaronañadir algún elemento ornamental que excede de la mera funcionalidad para la que enorigen fue creada y que acaba convirtiéndose en una pauta decorativa, de caráctersimbólico o mágico y en las que de alguna manera se traslada la creencia de que supresencia incide en la propia función del recipiente.

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DIOSA DE LA FECUNDIDAD. TERRACOTA. CULTURA VALDIVIA.FASE 6. MANABÍ. (ECUADOR).

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CÁNTARO CON LA REPRESENTACIÓN DE UN HOMBRE COJO CON BÁCULO.ARTE MOCHICA TARDÍO. (PERÚ).

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JARRO CON CIEMPIÉS-OTATE. ARTE TOTONACA. (MÉXICO).

Dentro de esta serie destacan las denominadas como figurillas o pequeñas escul-turas en cerámica, de variado carácter, que aparecen en fechas muy tempranas y encontextos culturales muy sencillos, pero que representan toda un repertorio deideas de carácter espiritual asociadas a conceptos de fertilidad o muerte, que pocoa poco serán testimonio de la complejidad social de la que venimos hablando.

EL ORIGEN DE LA CERÁMICA

Uno de los problemas que aún hoy suscita una gran controversia, es el de esta-blecer el origen de la técnica cerámica, la cual parece manifestarse de una maneraclara aproximadamente a finales del IV milenio a.C., en la costa ecuatoriana delGuayas y sin unos antecedentes formativos claros que permitan, ni tan siquieraplantear unas iniciales hipótesis. La cerámica de Valdivia, nombre del yacimientoen el que se han encontrado un mayor número de restos, es de gran calidad técnicay estética y no parece tener antecedentes directos en otros yacimientos de la zona.

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FIGURA FEMENINA. TERRACOTA POLICROMADA. TLATILCO.PRECLÁSICO. (MÉXICO).

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Los distintos arqueólogos que la han estudiado, plantean un conjunto de teoríasrelativas a su origen que van desde las semejanzas de la misma con produccionesde las islas japonesas de Kyushu, en la que las similitudes se establecían tanto enparámetros de técnica y forma como por la similitud de los contextos culturales enlas que aparecen. A esta teoría contribuía la dirección de los tifones y corrientestropicales de la zona, lo que permitía teorizar a cerca de una hipotética llegada degentes del otro lado del océano. Otros planteamientos volvían sus ojos hacia laAmazonia, por la semejanza entre las culturas agrícolas y sedentarias del interiordel Ecuador, con las de esta zona de Suramérica.

No obstante no podemos olvidar que precisamente Ecuador jugó un papel muyimportante en la difusión de la técnica cerámica. Las relaciones entre costa, sierra ymontaña, favorecieron los intercambios de ideas y de pautas culturales que desdefechas tempranas hablaban de un desarrollo precoz respecto a otras zonas, y queposteriormente se vieron frenados por diversos motivos. En la actualidad se planteael problema como resultado del origen individualizado de cerámicas en distintoslugares sin una conexión clara y de tosca factura, a la que se ha de unir la difusióndesde un solo lugar de una tradición ceramista de más calidad.

ICONOGRAFÍA CERÁMICA EN LAS DISTINTAS ÁREAS CULTURALES

Un recorrido por la producción de las distintas áreas culturales prehispánicas,nos ayudará a entender la diversidad de representaciones, la riqueza de su signifi-cado y sobre todo la variedad de tipos con los que nos podemos encontrar.

La aparición de la cerámica en el área mesoamericana señala el inicio de laetapa preclásica en torno al 2500 a.C., momento en el que se forman los rasgosdistintivos de las primeras culturas y entre los que destacan ya ejemplos cerámicosperfectamente definidos, en los que se alcanzan grados de frescura y originalidadno superados en etapas posteriores.

Las figurillas de la antigua ladrillera de Tlatilco, en el Valle de México y proce-dentes de 330 enterramientos, marcan uno de los momentos más importantes deesta etapa. Se trata de figurillas macizas, modeladas a mano y decoradas con pun-ciones y pastillaje. Suelen representar en un alto porcentaje a mujeres de grandescabezas, brazos cortos, senos pequeños y estrecha cintura, piernas bulbosas y an-chas caderas. Se representan desnudas con una gran variedad de peinados y toca-dos y se las suele conocer con el nombre de “mujeres bonitas”. Hay además temasde mujeres embarazadas, maternidad, juegos, danzas, shamanes, etc., reveladores delos cambios hacia una complejidad social clara. Domina la expresividad y un in-tento de representar una idea antes que tipos concretos.

Otra serie de figurillas encontradas en el Altiplano, la componen representacio-nes huecas de paredes finas que implican una mayor complejidad técnica y en laque predominan la representación de hombres con una tendencia clara hacia elbulto redondo. Su modelado es más rotundo, menos esquemático, pero no menosexpresivo aunque sí más solemne y monumental. Entre ellas destacan las “baby-faces” o caras de niño con rasgos felínicos claros de procedencia olmeca.

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FIGURA DE MUJER MUERTA AL DAR LUZ. TERRACOTA POLICROMADA.TLALIXCOMÁN. VERACRUZ-EL ZAPOTAL. ESTILO REMOJADAS. (MÉXICO).

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JARRA MAYA. TERRACOTA ESTUCADA Y POLICROMADA. (GUATEMALA).

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La etapa clásica va a estar protagonizada en el Valle de México por la produc-ción cerámica de Teotihuacán. Esta civilización producirá un conjunto de obje-tos ricos y variados en los que encontraremos desde una cerámica ceremonialcompuesta por vasos muy elaborados de forma cilíndrica y soportes trípodes hue-cos que con frecuencia llevan una tapa con un asa anular o antropomorfa, pasan-do por los grandes braseros o quemadores de compleja estructura y cuya complicadadecoración se concentra en la tapa, desplegándose de forma rítmica y geométricaen torno a la máscara de un dios. Finalizando con figurillas de gran variedad,modeladas a mano muchas de ellas, con una gran expresividad y en las quepredomina una gran variedad de tocados y vestidos aunque tienen en comúnunas típicas caritas triangulares de barbilla aguda y grandes ojos rasgados. Hayademás figurillas para vestir, con enormes deformaciones craneanas y en curiosasactitudes de danza.

Las figurillas confeccionadas con molde, cuya producción se generaliza a partirde ahora, haciéndose exclusivas en la etapa postclásica, son de aspecto mucho másrígido, esquemático y estereotipado.

Mención especial merece la tradición cerámica Mixteca-Puebla de Cholula en laque destaca la policromía lacada con una gruesa capa de pintura pastosa que seaplica en el vaso después de su cocción y pulimento tras lo cual se le somete a unasegunda cocción. Predominan los temas alusivos a los sacrificios, a la religión, alos ritos y a las divinidades.

De la zona occidental de Mesoamérica nos interesan las producciones cerámicasde Colima, Jalisco y Nayarit donde se constata la existencia de gran cantidad detumbas de tiro que han proporcionado un número importante de figuras de barro.Las de Colima son las más variadas, algunas de gran tamaño, huecas, revestidas deengobe rojo, café o negro con el cuerpo macizo, grandes cabezas con ojos almen-drados y extremidades cortas. Destacan figuras sedentes, bebedores, cargadores,cantores, guerreros, seres deformes, perros en actitudes humanas, etc. También sehan encontrado pequeñas figuras decoradas con pastillaje, sobre todo femeninas enlas que destaca el sentido de la representación diaria.

En Jalisco sobresalen piezas grandes y huecas, de cabezas muy alargadas yfacciones finas con cuerpos cortos y anchos. Por último las de Nayarit, de facturarudimentaria, están modeladas a mano y decoradas con la técnica del pastillaje.Este grupo conforma una importante fuente de información sobre la vida y costum-bres de sus realizadores donde podemos señalar las agrupaciones de figurillas for-mando composiciones diversas y las expresivas escenas de enterramientos.

La costa del Golfo de México conoce la aparición y desarrollo de una cerámi-ca en una zona heredera de la cultura olmeca y representada en vasijas y figurasde variados estilos y dimensiones. Entre ellas encontramos figurillas macizas,modeladas a mano y retocadas con pastillaje, de forma aplanada y pequeño tama-ño. Hay vasos escultóricos, generalmente antropomorfos, con rostros esquemáti-cos modelados a mano. Grandes figuras huecas de arcilla porosa y mayoresdimensiones y por último figuras modeladas y esculturas monumentales que pue-den alcanzar el metro de altura y que son indicativas de la sofisticada técnicaalcanzada.

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VASO RETRATO. TERRACOTA. ARTE MOCHICA. (PERÚ).

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Las figuras antropomorfas llevan complicados vestidos y adornos, realizadosademás con pintura de varios colores, entre los que destaca un colorante negro,extraído del hule o chapopote (asfalto), para resaltar algunas zonas del rostro conprobable sentido ritual.

La iconografía tiene mucho que ver con divinidades de amplia tradición mesoame-ricana. Tenemos así imágenes del viejo dios del fuego o Xiuhtecuhtli, de las deida-des del agua y de la fertilidad, Tláloc o Quiauhteotl, el dios desollado o XipeTotec, el dios de la muerte Mictlantecuhtli, o del viento Ehecatl.

En la época clásica se encuentran instrumentos musicales de índole diversa; encerámica se trata, sobre todo de silbatos, ocarinas y flautas con variadas representa-ciones. Pero hay también animales como perros, felinos y monos, algunos de ellossobre ruedas con algún fin ritual.

Sin embargo las figurillas que más han llamado la atención son las conocidascomo sonrientes por la expresión de sus caras, con las que nos enfrentamos a ejem-plos de figuras moldeadas que representan hombres y sobre todo mujeres de gran-des cabezas deformadas, generalmente de pie y con los brazos alzados en una ciertaactitud de danza. En ellas se ha querido ver a la representación del dios de ladanza, la música y la alegría Xochipilli, tocado con el símbolo ollín o movimiento.

En la región de Oaxaca destaca la producción cerámica hallada en las tumbas ydonde tras períodos de influencias olmecas y teotihuacanas se han generado unosobjetos de una enorme riqueza decorativa y perfección técnica.

Las conocidas como urnas zapotecas son recipientes con alturas comprendidas entrelos 10 y los 75 cms., realizados en arcilla gris o negruzca y decoradas con pintura roja,amarilla, etc. Por norma se trata de recipientes escultóricos aunque a veces se independi-zan aumentando en tamaño respecto a la figura, apareciendo pegados a la espalda de lamisma. La representación de carácter antropomorfo, zoomorfo o mixto, aparece sentada,con los brazos sobre el pecho o en las rodillas. Lleva un complicado atavío con máscaras,mascarones en el tocado, colgantes y pectorales, collares y pulseras.

La mayor parte de ellas se consideran representaciones de dioses o de sacerdotesataviados como ellos, no descartando que se trate de víctimas destinadas al sacrificio.

La mixteca es la cultura que sucede a la anterior en la región y nos proporcionauna cerámica muy refinada y elaborada en las que se establece una clara relaciónentre su decoración y la de los códices de los que eran grandes maestros. Es unacerámica perfecta tanto técnica como artísticamente, exponente de un preciosismorefinado que se preocupa más por el acabado perfecto que por la monumentalidad.Destacan los cajetes y platos con largos trípodes, terminados en cabezas de serpien-te o garras de jaguar. La decoración utiliza gran número de colores como el ocredorado o el siena tostado, cubriendo toda la vasija y formando una banda alrededordel cuello con motivos simbólicos, geométricos y otra mayor en torno al cuerpocon temas relacionados con los códices.

La cultura maya, desarrollada en líneas generales desde el inicio de la era cris-tiana hasta el siglo XVI va a producir una cerámica de alta calidad de nuevo muyrelacionada fundamentalmente en su decoración con los códices. Las producidasen el período Clásico tardío, entre el 700 y el 900 d.C., se caracterizan por serformas simples y elegantes, pensadas sobre todo como soporte de pinturas con un

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VASIJA DE BARRO EN FORMA DE LLAMA. RÍO GRANDE DE NAZCA.ESTILO TIAHUANACO COSTA. (PERÚ).

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VASO POLÍCROMO CAHUACHI. RÍO GRANDE DE NAZCA.ESTILO TIAHUANACO COSTA. (PERÚ).

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tamaño muy grande y en las que sobre un fondo blanco-crema y delimitadas porbandas rojas, se desarrollan los motivos principales pintados en negro con trazoságiles. Las representaciones incluyen jeroglíficos, bandas planetarias, cartuchos deglifos, sucesos históricos y escenas mitológicas.

Además de este estilo se da una cerámica polícroma de tema religioso. La gamade colores se enriquece con blancos, rojos, negros, amarillos y azules, en un reper-torio en el que se distingue una cierta especialización de cada ciudad que contaríacon sus maestros especialistas.

En el Postclásico la cerámica se convierte en objeto de comercio a larga distan-cia y en la fase final de Mayapán, en torno al 1200-1450 d.C., proliferan los incen-sarios en forma de deidades muy semejantes a las de México.

Por último destacan dentro de la cultura maya la producción de la isla de Jainadonde predominan las figuras modeladas a mano, con ayuda de un molde y combi-nando ambas técnicas, en las que destacan la perfección de la ejecución y dondelos detalles anatómicos, vestidos y adornos se realizan con un resultado realista ydinámico. Los rasgos de las figuras moldeadas presentan en cambio unos rasgosmás convencionales en los que se ofrecen indumentarias y adornos recargados perocon una composición esquemática y un aspecto general rígido.

Los ejemplos más antiguos que se pueden encontrar en Suramérica hay quesituarlos en Ecuador y sur de Colombia. Los enclaves de Valdivia y Puerto Hormi-ga, ofrecen los primeros restos de cerámica fechados en torno al 3000 a.C., conproducción de figurillas decoradas con incisiones y cortes, en las que se ha queridover en momentos determinados una continuidad con trabajos en piedra. Se danincluso los primeros casos de recipientes con estribo y pico tan característicos de lacultura chavín y que luego heredarían los ceramistas mochicas.

Precisamente algunos de los restos de cerámica encontrados en Chavín y CerroSechín, nos hablan de recipientes monócromos con decoración grabada que con eltiempo muestran cambios sobre todo en el tipo de motivos empleados, fundamen-talmente blanca con una base roja, posiblemente surgida de la utilización de hor-nos abiertos dando lugar a una cocción por oxidación que sustituía a la inicial dereducción que aportaba recipientes en tonos oscuros. Un estilo que encontraría unrefrendo en los recipientes de estilo cupinisque.

La cerámica con decoración negativa, se realizaba aplicando a los motivos ban-das de cera o arcilla que dejaban intacto el color del material de la vasija una vezque esta se impregnaba de tinte. La cerámica recuay es la más característica realiza-da con esta técnica, donde ya aparece un repertorio formal muy variado, y desta-cando las representaciones de casas con sus habitantes, y en cuyas combinacionesde color predominan los negros, blancos y rojos.

Los mejores ejemplos los conforman los recipientes mochicas que algunos auto-res incluso incluyen dentro del análisis de la escultura, más que el de la cerámica.Se trata de una producción que destaca por la calidad de los objetos realizados ypor la variedad de formas. Son por regla general vasijas muy elaboradas con formasesféricas, figuras de animales y cabezas humanas, aplicación de estribos con pito-rros, etc. La decoración va desde la esculpida con el propio material hasta la reali-zada en relieve y pintada.

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CÁNTARO. TERRACOTA POLICROMADA. ESTILO RECUAY. (PERÚ).

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Respecto a la cerámica chimú, ofrece restos de objetos sencillos, donde se pue-den encontrar objetos de cerámica roja y negra, que dejan ver restos de estribos yde efigies. En uno y otro ejemplo, la terminación aparenta trabajos metálicos loque induce a pensar una posible influencia de la metalurgia en la definición de losacabados.

En torno a la costa central, aparecen algunos restos de un estilo cerámico que sellama lima, que destaca por la pasta anaranjada con la que está realizada y loscolores blanco, gris, negro, marrón y amarillo de su decoración, produciendo unosobjetos más pintados que los mochicas y más escultóricos que los nazca. Las for-mas son variadas y derivan con el tiempo en un estilo tardío denominado chancay.

En la costa sur encontramos la cerámica producida por la cultura nazca. Laimportancia de la decoración pintada, muy relacionada con los motivos que apare-cen en los tejidos, exige de superficies continuas de ahí que muchas de las figurastengan forma de pera, para así proporcionar una superficie curva a la decoración.La pintura que se aplica evoluciona desde ejemplos de recipientes en los que semarca los contornos de las superficies a colorear, a los casos en los que la superfi-cie lisa es un continuo. Los motivos utilizados indistintamente de forma repetitivao heterogénea presentan figuras humanas, de animales y símbolos que hacen pen-sar en una estrecha relación de éstos, más con las ideas que con lo representado.

Los restos de la cerámica de Tiahuanaco nos hablan de objetos vinculados conactividades ceremoniales, donde predominan formas cilíndricas con los bordesondulados y pitorros donde volvemos a encontrar el tema de la cabezas de pumas,donde se combinan los motivos geométricos con las representaciones de peces yestos felinos. La decoración pintada se realiza sobre una gama de cinco colores,con las zonas a colorear recortadas con perfiles negros.

En el caso de la región andina, los fragmentos más antiguos se han datadoaproximadamente en el siglo XIX a.C., distinguiéndose de un modo evidente entrela cerámica de uso cotidiano y la destinada a fines funerarios, la primera másrústica y simple y la segunda más refinada y elegante. Los ejemplos más abundan-tes son precisamente los de la cerámica funeraria que por regla general proceden desepulturas en las que se empleaban o bien en los ceremoniales de entierro o secolocaban para que acompañaran al difunto.

La diferenciación entre la cerámica killke y la cuzco resumiría esta diferencia-ción entre objetos realizados con un cierto descuido, decorados con motivos geomé-tricos, como en el primero de los casos, mientras que los del segundo grupo destacanpor su acabado y la realización de una forma muy característica similar a los aríba-los clásicos griegos.

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ARÍBALO INCA. (PERÚ).

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SELECCIÓN DE IMÁGENES

RECIPIENTE TRÍPIDE TEOTIHUACANO

El capítulo de la cerámica teotihuacana viene centrado por la producción derecipientes muy característicos, de formas circulares, con las paredes ligeramentecóncavas y apoyados en tres soportes que repiten en su perfil la silueta del tablerotalud de la arquitectura.

VASIJA CLÁSICA TEOTIHUACANA. (MÉXICO).

Se trata de una cerámica de calidad que aparece decorada con pintura que se aplicacon la misma técnica que los espacios arquitectónicos. Sobre una capa fina de estuco, sedibujan los motivos, de carácter ceremonial, dispuestos en una superficie continua,delimitada en la parte superior y en la inferior por sendas bandas decoradas. Los coloresse aplican de una forma plana en superficies delimitadas por una línea roja y donde laausencia de una clara naturalidad a la hora de representar las escenas, relaciona estosrecipientes con funciones sagradas, más que con un fin doméstico.

INCENSARIO ZAPOTECA

En ningún otro lugar de la América prehispánica, los alfareros llegaron a desa-rrollar de una manera tan clara la plasticidad de la arcilla aplicada a unos recipien-tes. Trasladaron todas las formas y técnicas a unas figuras que ganaron con el paso

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URNA ZAPOTECA. DIOS SENTADO. MONTE ALBÁN. (MÉXICO).

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del tiempo en grandeza y riqueza. Los zapotecas nunca forzaron la arcilla para quepareciera otra materia que no fuera el barro, y gustaban de usar su naturaleza húme-da y dúctil para un modelado geométrico, cortando el material cuando estaba amedio secar, en planos suaves de bordes agudos, consiguiendo formas sugerentes.

La práctica de incinerar a sus muertos, motivó un desarrollo de este tipo derecipientes, que destacan por su variedad y profundo significado religioso. Se tratade piezas que suelen estar divididas en dos sectores. Por un lado el recipiente en sí,conformado por un contenedor con forma cónica, que aparece cerrado por la segun-da pieza, una tapadera que contendrá los mayores motivos decorativos y que sueleconformar los dos tercios totales de la altura del objeto.

En ella se puede observar el empleo de la técnica del pastillaje, que consiste enaplicar sobre un núcleo toda una serie de piezas de arcilla, láminas, bolas, rollos,etc., para conformar todos y cada uno de los motivos y detalles. Suelen representar-se dioses o sacerdotes sentados, donde destaca la frontalidad y simetría de la com-posición. Se complementa el conjunto con decoración pictórica que ayuda a resaltarlos elementos con los que aparecen ataviados estos personajes.

SACERDOTE. ISLA DE JAINA

La tradición de realizar figuras humanas en el arte maya, muy probablementellegó desde el Valle de México en las etapas iniciales del Clásico. De todo elconjunto de la producción, las esculturas producidas en la isla de Jaina, son sinduda uno de los conjuntos de imágenes más impresionantes por el realismo alcan-zado dentro de la estatuaria maya. Realizadas en arcilla y con una técnica demolde, estas figuras representan tipos variados en los que se pueden encontrarpersonajes y escenas de la vida cotidiana y oficial.

Suelen distinguirse dos grupos, las figurillas de silbato hechas a mano, quecorresponderían con un período más antiguo. Y las figuras de cascabel ya posterio-res y realizadas con molde.

En el desarrollo de las primeras, las hechas a mano, se distinguen tres tipos.El primero caracterizado por posturas simétricas, grandes pendientes de disco ycabezas bulbosas con ojos protuberantes, se dataría en torno al 400 d.C. Losvestidos y las joyas están indicados mediante amplios lazos y láminas de arci-lla. El segundo tipo, siglos V y VI, corresponde a modelos de figuras con piesabiertos, que reflejan la edad, con un realismo que se consigue gracias a lautilización del modelado, grabado y laminado. Por último, el tercer grupo es elrealizado con molde y presenta figuras con silbatos en la espalda, con cabezascon el mismo realismo que las anteriores, con movimientos y figuras muy ani-mados.

En este caso esta imagen reproduce la figura de un sacerdote o un noble, atavia-do con tocado y delantal que sugieren un rasgo señorial, mientras que la narizprominente representa el ideal de belleza de los mayas clásicos. También se puedeconstatar el papel que juegan estas piezas como fuente de información sobre ele-mentos como la propia indumentaria y su modo de empleo.

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FIGURA MAYA. PERÍODO CLÁSICO TARDÍO. ISLA DE JAINA. CAMPECHE. (MÉXICO).

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RECIPIENTE NAZCA

Una de las culturas que va a producir uno de los conjuntos de mayor calidad dela cerámica preincaica será la nazca. En su etapa de máximo desarrollo realizarápiezas de formas grandes y expresivas que se curvan delimitando perfiles continua-dos y claros, que permiten definir una superficie amplia que se cubrirá con colorescocidos y muy barnizados.

En líneas generales, la cerámica nazca muestra un enorme desarrollo de la técni-ca de manufactura y la presencia indudable de artistas especializados para su ela-boración. La confección de las piezas se hacía por adujado o enrollamiento, a partirde una base convexa. La superficie se alisaba con cuidado, tanto interior comoexteriormente, empleándose una espátula para dar ese brillo característico final. Lapintura se aplicaba con anterioridad a la cocción, delineándose los motivos pararellenarse posteriormente con una gama que abarcaba diez colores.

Es interesante el papel que juega no solo la combinación de los colores, sinoademás el protagonismo de la línea que define las superficies que ocupan aquellos,además de conferirle individualidad a cada uno de los motivos.

VASIJA ESTRIBO MOCHICA

El origen de la cerámica en Suramérica hay que remontarlo a los restos encontra-dos en la región de Valdivia en la costa ecuatoriana que sitúan la fecha de los

CUENCO CON MOTIVOS GEOMÉTRICOS. CERÁMICA.ARTE NAZCA. (PERÚ).

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restos más antiguos entre el 3000 y el 2500 a.C. La mochica fue sin duda, laproducción más prolija de piezas en las que se ven por un lado las influencias deetapas anteriores, y por otro, la incorporación de nuevos elementos propios de lomochica.

Dentro de este importante capítulo, podemos distinguir dos tipos perfectamentediferenciados en base al tipo de decoración que se aplica a la superficie del reci-piente. Uno emplea la pintura como técnica principal, básicamente roja sobre fon-do crema, y se caracteriza por la diversidad de tipos y el carácter etnográfico de lainformación que aportan. El otro, escultórico, juega con el relieve de la superficiedel recipiente, en las que todo el cuerpo del vaso se convierte en una representa-ción.

La variedad y calidad del repertorio cerámico moche se ejemplifica en este vasoretrato, uno de los modelos más difundidos de la producción mochica. Se trata derecipientes provistos con un asa estribo con pitorro, donde representan rostros hu-manos, masculinos realizados con un extremo realismo, que ha hecho pensar aalgunos autores que se trata de verdaderos retratos.

La calidad antes señalada, o el que hayan aparecido formando parte de ajuaresfunerarios, sin apenas señales de uso, ha hecho pensar que se trata de objetosvinculados con altos dignatarios de la sociedad mochica, miembros de la elitesacerdotal o política.

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VASO RETRATO. TERRACOTA POLICROMADA. ARTE MOCHICA. (PERÚ).

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APÉNDICE DOCUMENTAL

EL ARTE CERÁMICO DE LOS PUEBLOS AGRÍCOLAS

«Como primer ejemplo de este arte cerámico está Tlatilco, una importantevilla agrícola localizada en la parte noreste del Valle de México. Allí, curiosa-mente, a pesar de una vigorosa y prolongada presencia olmeca que impone unatradición regional más fuerte cuyas raíces deben provenir de algún viejo estratoanimista de tipo agrario, pero de una gracia innegable, se encuentran las estatui-llas de pretty ladies o ‘mujeres bonitas’ que constituyen el aspecto más caracte-rístico de esta tradición, con sus brazos cortos y su delgado talle que hacenresaltar impresionantes caderas, probable manifestación de un culto a la fertili-dad tanto de la tierra como de la mujer. Estas figurillas parecen la viva antítesisde aquel ideal de belleza olmeca que suele representar escuetos cuerpos de pro-porciones más bien masculinas, aunque deliberadamente desprovistas de rasgossexuales.

Al lado de estas estatuillas femeninas, a menudo bicéfalas (simbolizando quizáel principio de la dualidad tan arraigado en la mentalidad mesoamericana), surgeen Tlatilco y en otras villas del preclásico todo un animado mundo de danzantes,músicos, acróbatas y shamanes con el rostro cubierto por una máscara; guerreros,jugadores de pelota, grupos familiares, parejas de enamorados, mujeres cargando oamamantando a sus hijos, y otras donde juegan con sus perros, etc. Dentro de estepequeño y modesto mundo de las figurillas modeladas en arcilla, se afirman ten-dencias estilísticas tan marcadas como diversas.

Tales son las estatuillas de cuerpos aplanados y anchas cabezas de Chupícuaro,al sur de Guanajuato; las abstractas representaciones humanas de alargadas y es-cuetas cabezas triangulares de la región de Colima; o aquellas emotivas creacionesde Xochipala, en Guerrero, donde se combina el realismo con un sentido verdade-ramente dramático de las actitudes. Pero el más sorprendente mundo plástico jamásmodelado por los ceramistas mesoamericanos proviene de la región que se conocehoy como el Occidente de México y que incluye esencialmente los actuales esta-dos de Guanajuato, Michoacán, Jalisco, Colima y Nayarit[...].

Desde los inicios de nuestra era se manifiesta esta peculiar vocación de ceramis-tas en las vasijas rituales de Chupícuaro, donde un sentido formal muy seguro sealía con una rica policromía de marcado carácter geométrico. Tal es el caso de lasvasijas ‘patonas’ cuyos anchos y poco profundos recipientes ostentan tres largos ygruesos soportes huecos; de los elegantes tecomates; de las grandes copas de an-cho soporte troncocónico, etcétera.

Más aún que en otras aldeas del preclásico como Tlatilco, ciertas regiones delOccidente crean un abigarrado mundo de estatuillas que, aisladas o formando com-plejas escenas de grupo, constituyen otras tantas ‘instantáneas’, ingenuas y alegres,de las múltiples facetas de la vida cotidiana. La región de Ixtlán del Río, en Naya-rit, nos ha legado en esta región una de las más ricas variedades, especialmente enlo que se refiere a conjuntos habitacionales, escenas pueblerinas o complejas esce-nas de grupo, trátese de una acompasada procesión funeraria, de un torneo, de un

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animado juego de pelota, de las acrobacias de unos malabaristas o de los apresura-dos preparativos para la defensa de una aldea.

Escuetos, reducidos a sus componentes más elementales, los personajes se anto-jan, sin embargo, llenos de vida y las coquetas chozas lucen techitos de dos picosalegremente decorados con motivos geométricos de varios colores. Pero más quetodo lo anterior, lo que coloca al Occidente de México en un lugar muy especialdentro del panorama artístico de Mesoamérica, son sus estatuillas huecas, de di-mensiones muy variadas[...]. Frecuentemente concebidas con vasijas o vasijas-efi-gies, estas estatuillas pueden ser fitomorfas, zoomorfas, o antropomorfas, y suelenser de barro bruñido, con incorporación en uno de los varios colores antes de sucocción [...]. Cualquiera que sea el tema, se siente detrás de cada creación unaaguda observación de la realidad, aunada a un sentido de lo esencial y a unaenorme capacidad de abstracción, de tal manera que esta realidad se ve a menudomodificada por la mano del artista al grado de reducirse a un simple signo abstrac-to. Y no cabe aquí hablar de incapacidad para reproducir las proporciones realesdel cuerpo humano; se siente en cada una de estas obras, una intención muy claraque viene a secundar una gran seguridad en la ejecución[...].

En contraste con el resto de Mesoamérica que durante esta misma época clásicapracticaba un arte de tipo sagrado, lleno de simbolismos esotéricos y de contem-placiones a menudo macabras, estos pueblos del Occidente de México parecencomplacerse más bien en plasmar las múltiples facetas de la vida cotidiana, alconservar en sus figurillas un cierto primitivismo y una gran espontaneidad, cuali-dades que perduraron hasta muy entrado el período posclásico. Y si tras estas ani-madas estatuillas de barro, testimonio aparente de una vida despreocupada, profanay alegre, se ocultan sin duda un carácter votivo y un simbolismo religioso, esteaspecto no suele traducirse en ellas: este universo de formas de Nayarit, Jalisco yColima diríase, más bien, es el canto a la vida de pueblos agrícolas sanos y despro-vistos de profundas preocupaciones esotéricas».

*GENDROP, Paul. Compendio de arte prehispánico. México, Ed. Trillas, 2000,pp. 29-36.

EL VALOR ETNOGRÁFICO DE LA CERÁMICA MOCHE*

«La cerámica Moche representa un fenómeno hasta cierto punto único en el mundodel arte indígena americano. En primer lugar, la ingente cantidad de ceramios o ‘hua-cos’ hace que están prácticamente presentes en todo museo o colección relacionadocon América. Pero, sobre todo, es notorio su asombroso afán narrativo desplegado en lasrepresentaciones, que ha hecho sean la primera fuente de información para el conoci-miento de la cultura Moche. Tras un período de transición, donde todavía existentradiciones y culturas locales, los habitantes de los valles de la costa norte de Chicamay Moche iniciaron sus conquistas hasta lograr una verdadera confederación entre 100 y500 años d. de C. La continua beligerancia produjo gran cantidad de mano de obracautiva que se utilizó en la construcción de grandes obras de ingeniería hidráulica,

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construcciones ceremoniales y ciudades. Aunque la organización de la costa norte en lemomento de su máximo esplendor se aproxime más a la de un estado que a la de unaserie de jefaturas, se conservan todavía algunas costumbres de éstas, como el acusadoceremonialismo funerario reflejado en aparatosos enterramientos con grandes ajuaresde los que la cerámica era un parte primordial.

La cerámica Moche tiene en principio unas pocas formas básicas: la botellaglobular con caño estribo que, sin perder el asa característica, se aplana y se con-vierte en una especie de plataforma sobre la cual se desarrollan escenas con figuri-llas modeladas, o bien todo el cuerpo se transforma en una escultura. Hay tambiéngrandes platos de bordes abiertos, botellas de cuello sencillo y algún cuenco ocopa. Modelada en principio a mano, según la técnica común del adujado, poste-riormente se hará con ayuda de un molde, técnica generalizada en épocas tardías.Sobre estas formas básicas, la imaginación de los artistas moche se despliega fun-damentalmente de dos maneras: una, claramente pictórica, y otra, escultórica, aun-que pueden darse combinaciones de ambas.

En el segundo caso hay que hablar de dibujo antes que de pintura. Los dibujos,en un tono pardo-rojizo, se trazan de manera resuelta, firme y segura, sin titubeos,sobre un fondo característico de color crema. Las figuras se representan de perfil,con los ojos y el torso de frente, y normalmente nunca aisladas, sino componiendoescenas de muy diverso carácter. Estas pinturas sobre cerámica constituyen un ver-dadero muestrario etnográfico de la cultura Moche. Cualquier aspecto de la vidacotidiana o ceremonial desfila por los huacos en escenas llenas de movimiento ydinamismo, y cargadas de expresividad. La cabeza aparece representada con todoslos métodos utilizados para llevarlas a cabo; hay escenas de pesca, de recoleccióny, por supuesto, de guerra, la actividad favorita de los señores; hay también esenasde ritos, de ceremonias fúnebres, de más difícil interpretación.

Si las vasijas pintadas son expresivas, no lo son menos los huacos escultóricos.Destacan, en primer lugar, los famosos ‘vasos retrato’, aquellos en que el cuerpo de labotella se ha convertido en la cabeza de un personaje, en su retrato, hecho bastanteajeno al mundo americano, relacionado con representaciones de shamanes. Cuandoaparece una figura completa, lo hace en multitud de representaciones: guerreros conmazas o macanas en actitud de sumisión, músicos con todo un surtido de instrumentos,individuos enmascarados, enfermos con toda suerte de patologías diversas y represen-taciones zoomorfas y fitomorfas. Pero donde la expresividad Moche llega a su cumbrees en las escenas modeladas sobre vasijas. Son pequeños personajes en número y tama-ño variable que despliegan una gran actividad. Las más llamativas son las relativas a lasocupaciones diarias. Las figurillas preparan alimentos, los consumen; las mujeres selavan la cabeza; las viejas curan a los enfermos; las madres acunan a sus hijos; los niñosjuegan; las comadronas ayudan en los partos...

Parece que nos encontramos otra vez ante la idea de reflejar acontecimientos detoda índole, a fin de rodear a los muertos de todo lo que es cotidiano, teniendo encuenta hasta los más mínimos detalles de la vida y el quehacer diarios».

* SÁNCHEZ MONTAÑÉS, Emma. La cerámica precolombina. El barro que losindios hicieron arte. Madrid, Anaya, Biblioteca Iberoamericana, 1988, pp. 92-95.

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CAPÍTULO 12:

EL TRABAJO EN METAL

INTRODUCCIÓN

Hacíamos referencia de una forma escueta en el capítulo cuarto, dedicado a latecnología prehispánica, al tema de la metalurgia o trabajo con los metales dentrodel conjunto de estas sociedades. La importancia que adquiere la manipulación deloro, de la plata o el cobre, tanto desde el punto de vista social, por su funcióncomo elemento de distinción y diferenciación, como desde un punto de vista esté-tico, por la alta calidad a la que llegan en la realización de algunas de estas piezas,obliga a dedicar un apartado concreto a esta manifestación de las culturas prehispá-nicas.

La variedad de metales trabajados, el grado de desarrollo que se alcanzó en suextracción y la calidad de las piezas realizadas mediante un sin fin de técnicas, noshablan de la importancia que adquirió este ámbito que acabó expandiéndose portoda la América Nuclear desde las tierras sudamericanas, utilizando el pasillo natu-ral de Centroamérica, tanto terrestre como marítimamente y definiendo uno de suscapítulos finales en territorio mesoamericano.

Esta circunstancia hará que los mejores ejemplos que nos encontremos se loca-licen en las tierras andinas, mientras que las puntuales piezas de las que hablare-mos para la zona mesoamericana, son una derivación de modelos llegados a esteterritorio en épocas tardías del siglo VIII d.C.

EL METAL EN LA SOCIEDAD PREHISPÁNICA

Uno de los rasgos más distintivos de las culturas prehispánicas fue el descono-cimiento de la aplicación de los metales a herramientas u objetos que les hubieranpermitido llevar a cabo trabajos de labra o incluso de agricultura de una manera

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más eficaz y liviana. No obstante, curiosamente destacaron en el trabajo de otrosmetales a los que muy pronto se los dotó de una profunda significación y sentidoreligioso – político, y en los que sí se aplicaron una enorme variedad de posibili-dades tanto técnicas como decorativas.

LÁMINA CON MOTIVOS ANTROPOMORFOS Y ZOOMORFOS. ORO.ARTE INCA. (PERÚ).

El mito de El Dorado, sin duda, surgido en la mentalidad occidental, reflejahasta qué punto llegó a ser importante el papel del oro como metal predilecto,dentro de las sociedades prehispánicas. La posesión de metales por parte de deter-minados miembros de las clases sociales más poderosas, fue un medio para legiti-mar su situación, favoreciendo la propia diferenciación en el seno de los grupos.

No obstante esta diferenciación social, venía matizada por el fuerte carácterreligioso que se le imprimió a estos metales como el oro y la plata. La vinculacióndel primero de ellos con la religión se convirtió en otro de los exponentes quepropiciaron el aumento de prestigio y poder a quienes lo poseían, de tal forma queincluso los propios sacerdotes contaban con importantes ajuares que los constata-ban como elementos de una clase social superior, llegándose a convertir en una delas materias protagonista de los ajuares con los que se acompañaba a los difuntosen su largo viaje al más allá.

La relación del metal y sobre todo de su brillo con los dioses astros, el sol y laluna, propició de una manera clara un aumento de consideración como materialessagrados. Metales como el oro, la plata, el cobre o el bronce, se convirtieron en losesenciales con los que estaban realizadas no solamente piezas de adorno personal,sino además, objetos de uso diario.

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COLGANTE ANTROPOMORFO. ARTE COLIMA-TOLIMA. (COLOMBIA).

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LAS PRINCIPALES ZONAS PRODUCTORAS

No podemos perder de vista que el trabajo de los metales estaba muy relaciona-do con la propia actividad minera a través de la cual se extraían, conformando unaocupación especializada. La minería en los Andes peruanos estaba muy ligada conel desarrollo de las sociedades urbanas, ya que alcanzaron un grado de evoluciónque exigía el uso cada vez mayor de gran cantidad de objetos manufacturados apartir del uso de materias primas minerales.

FIGURILLA ZOOMORFA. ARTE SINÚ. (COLOMBIA).

Los principales centros productores de orfebrería en la América prehispánica secentran fundamentalmente en la zona andina, conociendo un foco principal en elárea colombiana-ecuatoriana y otro en la región de las tierras altas de los Andes, enlas que se llegó también a producir una importante cantidad de estos objetos. Yalos primeros vestigios aislados hay que datarlos aproximadamente en torno al 1900y el 1250 a.C., en enclaves como Huayhuaca o Mina Perdida que nos hablan de laantigüedad de este trabajo en la región.

A partir de aquí los restos encontrados testimonian ya trabajos en la propiaregión en la que se desarrollaría la cultura de Chavín de Huántar y Cerro Sechín.Allí encontramos algunos de los ejemplos más antiguos de piezas de metal que sepuedan testimoniar en toda América, siendo a través de las producidas en Chavín,por las que se conocen etapas de expansión que explican la aparición de piezasmetálicas en zonas distantes como la propia Mesoamérica. Este fenómeno, quejustifica la existencia de líneas de interrelación entre distintas áreas geográficas,

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POPORO ANTROPOMORFOS. ORO. ARTE QUIMBAYA. (COLOMBIA).

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tiene una especial significación para el caso mesoamericano, ya que no se registrala presencia de una producción propia altamente desarrollada, aunque recibió losaportes sudamericanos a través del istmo de Panamá tanto por tierra como por mar,explicando las producciones mixtecas y algunas mayas de las etapas del Clásico yel Postclásico.

COLGANTE ANTROPOMORFO. ORO. ARTE TOLIMA. BOGOTÁ. (COLOMBIA).

La región colombiana, aproximadamente a partir del siglo VI a.C., tuvo en cul-turas como la calima, darién, tolima, sinú, tairona, quimbaya y chibcha el centro desu máxima producción, aunque de una forma desigual. A lo largo del desarrollo decada una de ellas, los avances tecnológicos afectaron a la cantidad y a la calidadde los objetos producidos, lo que de alguna manera habla del alto grado de desa-rrollo alcanzado. En su conjunto, autores como Kubler, hablan de tres etapas tec-nológicas que irían desde una primera en la que se emplea el proceso de golpearen frío y trabajar el oro virgen, tal y como se encontraba en las pepitas halladas enlos lechos de los ríos y espacios rocosos.

En una segunda etapa el cobre fue fundido y se empleaban moldes abiertos, paraen una tercera acabar aleado este mismo metal con el oro para producir la tumbaga.Una aleación en la que se combinaban oro a un 85% y cobre a un 18%, y queresultaba con un punto de fusión más bajo que el de los dos materiales por separa-do y adquiría una dureza muy similar a la de otros metales duros.

La relación de las culturas anteriores en función de la calidad y técnica empleada enla producción de sus piezas, ha hecho plantearse un organigrama evolutivo en el queculturas como calima, darién y tolima son anteriores por el empleo del trabajo en fríoelemental y vaciados simples, frente a quimbaya, sinú, tairona y chibcha en las que seconstatan trabajos de vaciado más complejos y se incluyen complementos de filigrana.

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BASE DE UN CUENCO DE PLANTA. ESTILO CHIMÚ. (PERÚ).

Aproximadamente del siglo XIII se puede datar la orfebrería encontrada en elyacimiento de Lambayeque, en los andes centrales, en el que se hallaron cuchillosde oro con figuras humanas aladas. Estos tumis, localizados en una zona de in-fluencias mochicas y tiahuanacas, representan a deidades lunares con un motivoque va a ser tremendamente repetido en la cerámica y en los textiles de las culturasprehispánicas andinas. Dentro de la misma área geográfica, debemos situar la pro-ducción de orfebrería y metalurgia del centro chimú de Chan Chán donde podemoshablar de formas plásticas y fluidas con temas como copas y adornos, que sonejemplos de cómo también la orfebrería sirvió para producir recipientes fuera de losfines meramente ornamentales a los que originariamente se podía pensar que esta-ban destinados.

En la región andina la producción en metal se centra en figuras de poco tamañoy se los considera como reproducción de una escultura a mayor escala, que en laactualidad se encuentra desaparecida.

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PECTORAL DE ORO MARTILLADO. ESTILO CALIMA.CUENCA DEL RÍO SINÚ. BOGOTÁ. (COLOMBIA).

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LA DIVERSIDAD FORMAL

El análisis de la producción metalúrgica prehispánica ofrece un conjunto depiezas de las que destacan tanto la diversidad formal como la variedad de técnicasque se llegaron a desarrollar para su elaboración.

De los conjuntos colombianos más importantes destacan los pectorales, dia-demas, adornos para la nariz y alfileres calimas. Las figuras de animales y hu-manas son básicas en la producción de Darién, donde se dan representacioneszoomorfas, todas ellas en una clara tendencia a la simplificación de las formasa planos con la incorporación de volutas, un aspecto éste que hay que incorpo-rar dentro de la tendencia de las representaciones suramericanas a la abstrac-ción y reducción de las formas naturales a esquemas geométricos. Esta mismatendencia se aprecia en las figuras del estilo tolima en las que se puede consta-tar el desarrollo de formas angulosas con las que se realizan figuras inspiradasen aves, reptiles y mamíferos y donde la abstracción llega a deformar el volu-men de los cuerpos en los que se produce la solapación de distintas piezas pormedio de soldaduras.

Posiblemente el conjunto de piezas más característicos sean los vaciados pesa-dos de los quimbayas como yelmos, botellas y estatuillas, adornos nasales, pecto-rales, campanas, brazaletes, cuentas, alfileres, máscaras, pinzas y diademas. Lasformas de los cuerpos fundamentalmente presentan la sensación de estar inflados,ingrávidos y tener la superficie y los perfiles sinuosos. Por último, el estilo chibchaofrece un repertorio en el que predominan las formas realizadas con triángulosisósceles de oro, con rasgos humanos y vestidos representados por filamentos mol-deados en cera desechable.

La cultura chimú compone otro de los centros más importantes de la orfebreríaprehispánica, en la que destaca la ingente cantidad de objetos producidos así comola diversa procedencia de los mismos y las distintas fechas con las que se tiene quetrabajar. Los orfebres chimúes manipularon los más diversos metales entre los quedestacan el oro, la plata y el cobre, aplicando básicamente el martillado y el repu-jado como técnicas más comunes. Destacan dentro de la producción chimú vasosde plata en los que aparecen representadas caras humanas de nariz ganchuda, en unclaro ejemplo de copia de modelos cerámicos, en los que aparecen también lasformas de doble pico y las asas puente. No podemos olvidar los tumis o cuchillosceremoniales en forma de media luna con un mango figurado generalmente confor-mado por la imagen de un ser mítico y que ya se han comentado.

Una mención especial merece el importante conjunto de piezas del ajuar delSeñor de Sipán, en Lambayeque, hallados en 1987 y que en la actualidad cons-tituyen el conjunto de piezas más importantes de estas características. Se tratadel ajuar de unos dirigentes y sacerdote mochicas conformado por coronas,pulseras, pectorales, narigueras, cuentas de collar, orejeras, etc., magnífico tes-timonio de nuevo, de la variedad formal que alcanzó la producción orfebreandina, que se enriquecía con la incrustación de piedras semipresiosas como ellapislázuli, conviertiendo al color en un valor añadido del significado de estaspiezas.

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PLACA DE ORO REPUJADO DEL DIOS COCODRILO. ESTILO COCLÉ. (PANAMÁ).

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PECTORAL CON LA REPRESENTACIÓN DEL DIOS COCODRILO. ORO FUNDIDO.PUNTA BURICA. (COSTA RICA).

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TUMI O CUCHILLO DE SACRIFICIO. ORO, PLATA Y TURQUESA. ARTE CHIMÚ.(PERÚ).

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Un capítulo a parte merece la producción de metalurgia de Mesoamérica. Eneste sentido se constata que su aparición en el norte de la zona nuclear prehispáni-ca se produce unos 1500 años con posterioridad a los datos que se tienen de loshallazgos suramericanos. Siendo el conjunto más antiguo de aproximadamente el500 d. C. La orfebrería mixteca, parece tener origen tras la desintegración de lacultura tolteca, con posterioridad al 1300 d.C., siendo los hallazgos más importan-tes los realizados en las tumbas de Zaachila y Monte Albán en los que se puedenapreciar objetos realizados por la técnica de la cera perdida, el repujado, etc., mos-trando muchos de ellos una clara relación con soluciones formales de Centroamé-rica, fundamentalmente en colgantes con elementos articulados.

FUNCIÓN Y SIGNIFICADO

La función de estas piezas parece evidente tras los estudios, tanto de los hallazgosarqueológicos como los análisis comparativos de las producciones de distintas áreas,entre las que se ha querido ver algún tipo de relación. En este sentido, el ser reflejo delestatus social de quién las posee, incluso una vez fallecido, dentro de lo que es el ajuarfunerario conformado en gran parte por este tipo de piezas, constituye uno de los ele-mentos fundamentales de su función, junto al papel de piezas complementarias derituales y ceremonias, en las que se veían implicados sacerdotes y los mismo dirigentes.Los incas, no lo olvidemos, conscientes del prestigio que suponía el contar con estetipo de piezas, no dudaban en rodearse de los más expertos y famosos orfebres, quenormalmente procedían de la cultura chimú, que junto con los moche, vicús y sicán,eran los verdaderos herederos de una tradición que hundía sus orígenes en la culturachavín y la habían conseguido perpetuar en el tiempo.

En Mesoamérica, aunque la tradición llegó más tarde, un gran número de habi-lísimos artesanos produjeron gran cantidad de joyas, generándose una situaciónsimilar a la que se estaba dando en la zona andina, ya que aquí los monarcasaztecas se rodearon de los orfebres mixtecas para contar con los mejores objetosque se producían en todo el territorio mexica. No obstante la función que éste pudotener en Suramérica, como el metal más preciado, no la tuvo en Mesoamérica,donde el oro, denominado teocuitatl o excremento del sol, nunca pudo suplantarel valor y la importancia del jade o de las plumas del quetzal.

Junto a ello, la falta de una literatura contemporánea referida a los restos halla-dos, junto a la descontextualización en la que aparecen muchos de ellos debido alos expolios a los que se ven sometidos una gran cantidad de estos yacimientos,hacen mucho más difícil la interpretación de su sentido.

No podemos olvidar que la actividad minero-metalúrgica estuvo dedicada princi-palmente a la elaboración de objetos suntuarios, más que a la de instrumentos de traba-jo. Al estar la metalurgia ligada a esos bienes suntuarios, de mayor acceso para las elitespolíticas, dicha explotación fue también controlada por ellos mismos. Ello hizo de estetrabajo una rama de la producción importante, pero ligada al valor simbólico del metaly a la compleja organización social de su extracción y transformación, más que por suvalor como objetos de producción e inclusive de cambio, que en todo caso no supusomás que el desarrollo de formas simples de trueque.

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POPORO ANTROPOMORFO. ARTE QUIMBAYA. (COLOMBIA).

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FIGURA FEMENINA. ORO. ARTE CHIBCHA. (COLOMBIA).

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MÁSCARA CON NARIGUERA. ORO E INCRUSTACIONES DE PLATA.ARTE DE LA TOLITA. GUAYAS. (ECUADOR).

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SELECCIÓN DE IMÁGENES

PECTORAL CALIMA

Una de las piezas más señeras de la producción orfebre de las culturas prehispá-nicas andinas es sin duda el capítulo que conforman los pectorales. De una clarafunción ceremonial, incluso podríamos pensar en piezas utilizadas por personajesde cierto rango político y militar, los pectorales se conforman en piezas en las quese pueden testimoniar de una manera clara el trabajo de repujado de finas láminascon las que se realizaban. El ejemplo de este pectoral calima presenta un perfillobulado en el que destaca tanto la presencia de un rostro en la zona superior comoel trabajo de repujado que se ha realizado en el borde. En el caso del rostro destacala definición de las líneas de una manera angulosa donde sobresale la presencia deuna nariguera, pieza muy característica utilizada por algunos personajes como sa-cerdotes. Se complementa esta zona con un conjunto de collares que cuelgan a unlado y otro de la cabeza funcionando como una decoración de éstas.

Por otro lado la decoración del borde, realizada como decíamos con la técnicadel repujado, retoma motivos de inspiración cerámica lo que habla de la interrela-ción de las distintas artes de las que se tomaban distintos motivos para su termina-ción.

PECTORAL. ORO. ARTE CALIMA. (COLOMBIA).

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Uno de los recipientes más reproducidos por esta cultura son los poporosque se utilizaban para la cal que se mezclaba con la coca en el momento de masti-carla. En algunos de los ejemplos producidos por los quimbayas, destacan tanto laperfección de las formas como la inspiración de muchas de las piezas que presentanrasgos similares a las producciones asiáticas de la India. En el caso concreto delpoporo que se ha seleccionado se trata de un ejemplar en el que destaca la repre-sentación de un personaje femenino adosado a uno de sus frentes y rematado en suparte superior con una forma bulbosa que recuerda al cáliz de una adormidera conlo que la relación de este recipiente con la ingestión de alucinógenos es evidente.

Desde un punto de vista formal, sobresale la calidad con la que se ha acabado lasuperficie y la rigidez y estatismo de la figura que coloca sus manos a la altura delvientre y aparece trabajada con cierto detalle en algunas zonas como las pulseras,las rodilleras y las tobilleras que la decoran.

POPORO QUIMBAYA

POPORO. ARTE QUIMBAYA. (COLOMBIA).

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VASO SICÁN

La cultura Sicán dejó un importante legado de piezas de oro, reflejo de la altacalidad con la que trabajaron sus orfebres este metal. En el caso de este vaso cuyoperfil recuerda los recipientes incaicos o keros, presenta una superficie enteramentedecorada mediante repujado en el centro de la cual destaca la figura del héroeNaymlap, que se caracteriza por el tocado en forma de media luna.

La decoración en sí, se distribuye en bandas horizontales y diagonales, en lasque destacan figuras de animales como aves y espirales de clara inspiración marinaque muestran de una forma evidente la influencia del entorno como fuente deinspiración de los distintos motivos con los que se van a decorar estos recipientes.

VASO SICÁN. (PERÚ).

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CORONA CHIMÚ

La elaboración de piezas destinadas a legitimar la posición social de determina-dos miembros de las sociedades prehispánicas andinas, tiene uno de sus máximosexponentes en las coronas que se realizaban para los altos dignatarios de las mis-mas. En este caso esta corona chimú se convierte en uno de los ejemplos másdestacados tanto desde el punto de vista formal como desde el punto de vistasimbólico. Se trata de una corona cilíndrica en la que se puede constatar de nuevoel perfecto trabajo de repujado con el que se elabora en la que sobresale el perso-naje masculino que centra la composición y que habría que relacionar con algúndios o personaje semidivino perteneciente al panteón chimú. Remata la pieza untumi lo que vincula esta pieza con posibles ceremonias rituales en las que estecuchillo se empleaba de una manera clara y en el que destaca ese perfil tan carac-terístico en forma de media luna, trabajado en sus bordes con pequeñas bolas enrelieve.

CORONA CHIMÚ. (PERÚ).

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TUMI

Una de las piezas que mejor reflejan la relación entre la función y la simbologíaque adquiere su diseño es el de los cuchillos ceremoniales o tumis que fueronutilizados por algunas de las culturas preincaicas. El tumi es un cuchillo en formade media luna, usado fundamentalmente por los pueblos de la costa norte en susrituales y en el que aparece representado el personaje mitológico Naymlap. Éste secaracteriza por representarse de frente con las manos sobre el vientre y estar tocadocon su sombrero en forma de media luna con los ojos aviformes y suele estartocado con una especie de alas, que se relacionan con el momento de su muerte,cuando voló a los cielos.

Se trata de un personaje que además aparece representado en la cerámica, lostejidos y otros objetos realizados en metal.

TUMI O CUCHILLO DE SAGRIFICIO CON EL HÉROE NAYLAMP.ORO, TURQUESAS Y PLATA.

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FIGURA MASCULINA INCA. OREJÓN. (PERÚ).

FIGURA MASCULINA INCA

Dentro de las representaciones que se harán frecuentes en la cultura andina,serán un grupo de figuras masculinas y femeninas en las que destacan algunascaracterísticas físicas que las distinguen, las que adquieran una gran importancia.Por un lado se trata en la mayoría de los casos de personajes representados de piecon los brazos sobre el pecho y con los lóbulos de las orejas agrandados hastadeformarlos, aspecto éste que llevó a los españoles a llamarlos orejones y que eradistintivo de las clases nobles. Combinan tanto las soluciones macizas como lami-nadas y se representan los personajes totalmente desnudos.

El rostro muestra unos rasgos tipificados que no nos permiten hablar de retratosconcretos y sí más bien de representaciones idealizadas, en las que de una forma uotra se quieren ver símbolos de la procreación o de la dualidad de ambos sexos.

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APÉNDICE DOCUMENTAL

DE LA MUERTE DEL REY AHUITZOL Y DE LAS SOLEMNES EXEQUIASQUE LE HICIERON, Y DE LAS MUCHAS RIQUEZAS QUE CON ÉLENTERRARON*

«...Luego entró tras él el rey de Tacuba, y haciéndole otra lastimosa y sentidaplática al difunto, no menos dolorosa y compasiva, hablando con él como siestuviera vivo, le ofreció otro presente como queda dicho de esclavos y joyas,y de plumas y mantas, y piedras. Luego la provincia de Chalco con todos susseñores, entró a hacer su plática y oración. Luego entraron los de la Chinampa,que es Xochimilco, Cuitlahuac y Mizquic, a los cuales antiguamente llamabanchinampanecas, que en nuestra lengua quiere decir “la gente de los setos oceras de cañas”, e hicieron su plática y ofrenda. Tras ellos entraron los deCuauhnauac, con todos los señores de Tierra Caliente, con mucha riqueza deesclavos y mantas, joyas y piedras y plumas muy preciosas, e hicieron su ora-ción y razonamiento como los demás. Luego los matlatzincas con todos loscuauhtlalpas y mazahuaques y toda la nación Otomí de Xocotitlan, Chiapane-cas y Xiquipilcas, Xilotepecas y de Tepexi, Apazco y Tula, Tepotzotecas y losde Cuauhtitlan y Tultutlan, Tenayuca y Ecatepec. Todos los cuales y cada unopor sí, en nombre de sus lugares y pueblos, le hicieron su oración muy retóricaal cuerpo, y le ofrecieron gran número de esclavos, que pasaban de doscientoslos que tenía alrededor de sí, los cuales habían de morir para ir a acompañarlea la otra vida. Tenía gran número de joyas de oro, de piedras muy ricas ypreciosas, de muchos géneros; más tenía junto así gran montón de plumas dediversas hechuras y colores, y brazaletes y calcetas de oro y medias calcetas ycoronas de la hechura que ellos usaban, de oro y pedrería, muchos vasos de oro,escudillas y platos, todos de oro, porque en esta tierra no fue conocida la plata,ni se usó otro metal que el oro. Tenía junto a sí el cuerpo de este rey gran sumade mantas de ricas labores y de diferentes colores y hechuras y por el consi-guiente para cada manta su ceñidor o braguero, que eran con que ellos cubríansus vergüenzas y parte de los muslos; juntamente muchos zapatos ricos de dife-rentes colores. Acabadas estas pláticas y oraciones de pésame, sacaron todas lasmantas y ceñidores de que el rey había usado en su vida, y todas las demásjoyas y piedras que tenía en su recámara y para el ornato de su persona, de todolo cual vistieron y adornaron todos aquellos esclavos acompañadores, aunquehabían de morir delante del cuerpo muerto[...].

Todos los señores y reyes presentes tomaron sobre sus hombros el cuerpo del reyAhuitzotl y lleváronlo a un lugar de descanso, que ellos llamaban, que era comoprimera pausa y estación. Donde los cantores empezaron a tañer y cantar los cantaresfunerales o responsos que en semejantes mortuorios cantaban. Y acabados los cantoslos mismos señores lo alzaron, lo llevaron a otra estación, que llamaban Tlacochcalli.Y allí le puso el rey de Tezcoco unas mantas reales, que fue como investidura real, yle puso la corona en la cabeza con mucho número de plumas atadas al cuello. Púsolesus zarcillos y en las narices su joyel, y en el labio bajo otro, con sus brazaletes y

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medias calcetas de oro y unos zapatos, y embijárle todo el cuerpo con el betún divino,con lo cual quedó el rey Ahuitzotl consagrado en dios y canonizado en el número delos dioses».

* DURÁN, DIEGO. Historia de las Indias de Nueva España e Islas de la TierraFirme. T. I. Madrid, Banco de Santander, 1990, pp. 227-228.

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CAPÍTULO 13:

LAS ARTES DECORATIVAS

INTRODUCCIÓN

La enorme producción de objetos que podríamos englobar dentro de los térmi-nos genéricos de artes decorativas, suntuarias o artes menores, conforman uno delos capítulos más ricos y diversos en cuanto a formas y tipos que se pueden anali-zar dentro del estudio del arte prehispánico. Dicha cantidad, junto a la calidad delas obras realizadas ha hecho que capítulos como el de la cerámica o el de laorfebrería se hayan tratado de una manera independiente, y hayan sido otros mu-chos los que se han dejado para ser analizados en éste.

Términos frecuentes como los de artes aplicadas, artes menores o artes decora-tivas no son más que las distintas denominaciones de un ámbito artístico muyrelacionado con aspectos de la vida cotidiana, de la oficial o de la misma muerte,que no desmerecen por sus menor tamaño o su subordinación a ámbitos y aspec-tos sin los cuales no adquieren el significado verdadero para el que fueron dise-ñados.

CARACTERÍSTICAS GENERALES

Con el nombre de artes decorativas nos vamos a referir a todo un conjunto deobjetos producidos por las culturas prehispánicas y que se destinaban a una innu-merable serie de funciones, que iban desde las meramente domésticas hasta las deun marcado carácter oficial o sagrado. Se trata de piezas en las que el sentidosimbólico de los materiales con las que se realizan les confieren una significacióny valoración que va más allá del puramente material. Escudos, textiles, recipientes,objetos ceremoniales, etc., conforman un capítulo importante dentro del conoci-miento del arte prehispánico.

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KERO CON FORMA DE CABEZA HUMANA. MADERA PINTADA. INCA. (PERÚ)..

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Se trata de objetos en los que sobresale la enorme cantidad de materiales que seemplean así como la diversidad de formas que adquieren. Madera, piedras, hueso, pin-tura, plumas, metales, fibras textiles, etc., se unen a esta variedad que venimos señalan-do y que adquiere una mayor significación si se considera la diversidad de técnicas quese emplean tanto para su tratamiento como para su elaboración. En este sentido essignificativo, como ejemplo, el empleo de piedras duras que confería a los objetos unacomponente de permanencia, que incluso permitía abrir el abanico de la experimenta-ción con tipos y formas que iban mas allá de los realizados con un material tan básicocomo la arcilla. Conceptos trasmitidos por el brillo o la transparencia, aumentaba elsignificado de estos objetos, sobrepasando los elementos meramente funcionales.

No obstante no podemos perder de vista dicho carácter funcional al que veni-mos refiriéndonos y que nos plantea la necesaria consideración de la dualidad deunas piezas en las que se conjugan, en un mismo espacio, unas claras característi-cas funcionales junto a meros elementos con un claro componente y destino esté-tico-decorativo. Dicha funcionalidad siempre se ha visto como la causa primera, deque se trate de piezas que no conocen una evolución tan fugaz como la que expe-rimentan los componentes de otros ámbitos como la arquitectura, la pintura o laescultura, otorgándoseles un cierto aire conservador que de alguna manera hanhecho incluso que los propios cambios de estillo las haya mantenido al margen.

A pesar de ello la relación entre arquitectura, pintura y escultura con otros ele-mentos como la plumaria, la cerámica o los tejidos, se ha mantenido siempre muyestrecha, motivando que las influencias entre ellas no conozcan en determinadosejemplos unas claras líneas de direccionalidad, sino que simplemente se conviertanen un claro exponente de la interrelación entre las mismas.

SU FUNCIÓN SUNTUARIA, CEREMONIAL Y FUNERARIA

De entre todas, la especial relación de este tipo de objetos con las clases dirigentestanto sacerdotales, reales o militares, sin duda ha favorecido que hayan llegado a noso-tros fundamentalmente por la calidad de los materiales con los que se realizaron y elpropio valor intrínseco que adquirieron y que las dotaron de una apreciación que lasconvirtieron en piezas indispensables, gracias a las cuales muchas personas encontra-ban un vehículo para legitimar su poder. El importante desarrollo de los actos ceremo-niales en el transcurso de la vida diaria de estas culturas, así como la necesidad dediferenciarse dentro del grupo de las clases dirigentes, es sin duda uno de los aspectosque más determinó la producción masiva de unos objetos destinados tanto para lasindumentarias de dichos personajes como para la realización de actos rituales y ceremo-nias, ejecutándose con la consiguiente dignidad y lujo.

Ya desde la etapa olmeca se hace evidente la existencia de un grupo destacado desacerdotes que, representados en los frentes de altar, corroboran la aparición de unconjunto de acciones vinculadas con estas piezas y que tenían su reflejo en determina-dos objetos que han llegado hasta nosotros, sobresaliendo máscaras o incluso canoastalladas en piedras duras como el jade, que hablan de una manera muy clara de laimplementación de dichas acciones con las piezas que las acompañaban.

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DIOS MURCIÉLAGO. JADE. MONTE ALBÁN. (MÉXICO).

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MÁSCARA DE JADE, CONCHA Y OBSIDIANA. ARTE MAYA. PALENQUE. CHIAPAS.(MÉXICO).

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FIGURA DE BARRO DE TLATILCO. (MÉXICO).

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Desde aquí, la producción conoce capítulos destacados como las máscaras teoti-huacanas, los objetos ceremoniales mixtecas o la producción azteca que venía acerrar un periplo en el que el ceremonial y los sacrificios de sangre adquirieron supunto más álgido.

En el caso suramericano destacan objetos como los tejidos o la masiva produc-ción de piezas destinadas a la decoración personal realizadas en diversos materia-les, sobresaliendo los metales, que no ponen más que de manifiesto la importanciade los mismos para poder explicar no solo la organización interna de estos grupos,sino incluso la propia articulación de actividades que de alguna manera vendrían aconstatar esa necesidad de lo ceremonial en el transcurrir diario. Sin duda la estre-cha relación de estas piezas con lo sagrado, tendrán un ejemplo destacado en lasmantas producidas por determinadas culturas con las que se envolvían a sus difun-tos en fardos, con los cuales se introducían piezas y objetos que se pensaban seríande utilidad al fallecido en el más allá.

LOS EJEMPLOS MÁS SIGNIFICATIVOS

Llevando a cabo una diferenciación entre los dos territorios que están sirviendode marco para el desarrollo de los distintos capítulos de este manual, no podemosperder de vista por un lado la producción de piezas en la zona mesoamericana ypor otro en la suramericana.

Los ejemplos como decimos, son muchos y diversos y difícilmente se podríananalizar todos y cada uno de ellos. Se han seleccionado algunos de los más desta-cados, en los que se han querido ver reflejados la mayor diversidad de camposreferenciados en la bibliografía especializada.

Desde las etapas más tempranas, las culturas que aparecerán y se desarrollaránpor el territorio mesoamericano, crearán todo un conjunto de piezas en los que sepercibirá perfectamente ese componente funcional-estético de la que venimos ha-blando. En este sentido la presencia de figurillas de arcilla en centros como Cui-cuilco o Tlatilco, nos hablan de la existencia de una producción consciente defiguras relacionadas con distintas funciones, domésticas o rituales, a las que se hanquerido ver determinados valores como su relación con cultos vinculados con lafertilidad de la tierra o incluso meros juguetes.

Un capítulo muy importante lo conforma el tema de las máscaras y los pectora-les como objetos complementarios y relacionados normalmente con determinadosrituales de muerte, en donde se incorporaban junto a los cuerpos de los difuntosdentro del ajuar que los acompañaban al otro mundo. En este sentido serán losgrandes ciclos pictóricos, así como ejemplos puntuales, los mejores testimonioscon los que se cuentan, fundamentalmente como fuente en la que poder mostrar sufunción sobre todo en lo relativo al modo y forma en que se empleaban.

Ya en el período olmeca, aparecen los primeros y más significativos ejemplos demáscaras de jade en las que se representan a deidades felinas o recién nacidos, quenos hablan del inicio de un importante capítulo conformado por piezas que ten-drán una constatable funcionalidad ritual y en las que se aprecian la calidad en el

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MÁSCARA TEOTIHUACANA. TURQUESA, NÁCAR, CORAL Y OBSIDIANA.CLÁSICO. (MÉXICO).

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trabajo de piedras duras al que llegaron los primeros artesanos que aparecen enMesoamérica. Será en el Clásico con en la ciudad de Teotihuacán como grancentro productor, un momento donde también aparecerán este tipo de piezas, enlas que se constata además el empleo del barro cocido, el mantenimiento de laproducción con piedras duras y fundamentalmente la consolidación de una prác-tica en la que se generan máscaras destinadas a ser colocadas sobre el rostro delfallecido.

El carácter sintético de las mismas se percibe en la simplificación de los rasgosdel rostro, en donde la boca y los ojos se convierten en aberturas ovales dentro deun conjunto en el que las orejas adquieren unos rasgos abstractos y la cara tieneproporciones cuadradas donde la barbilla y la frente se trabajan como planos para-lelos. La gran máscara mixteca del dios murciélago posiblemente constituya unode los más significativos ejemplos, realizada con piedras de una extremada dureza,presentando modificaciones posteriores como la incorporación de complementoscolgantes en la parte inferior y que nos permiten relacionarlas con otros ejemplos,fundamentalmente mixtecas, en los que se produce un trabajo mixto de piedrasaplicadas en forma de mosaico sobre un núcleo de madera previamente tallados.

Relacionados con estos objetos funerarios podríamos incluir en este apartadoaquellos instrumentos que se empleaban en los sacrificios, como las vasijas paradepositar los órganos de los sacrificados o los cuchillos de pedernal que en algu-nos ejemplos muestran una mayor atención en las empuñaduras en las que se reali-zan verdaderos trabajos de aplicación de piedras repitiendo el trabajo de mosaicoanteriormente comentado. Ya en el período Clásico se constata la producción deobjetos para los órganos como el recipiente en forma de jaguar del British Mu-seum, donde se han reducido los elementos compositivos hasta convertirlos enformas convencionales perfectamente legibles, como si de un verdadero lenguajeformal se tratara, sustentado en una componente escrita. Una producción que ten-drá en la azteca otro momento fundamental, sobre todo por la importancia quetuvieron los sacrificios para esta cultura.

Las cabezas con crestas, las hachas, yugos y palmas, son sin duda otro de losconjuntos más importantes de piezas realizadas en piedra en la región huasteca.Vinculadas con los rituales del juego de pelota que tienen en la ciudad de Tajínuno de sus más importantes centros, se trata de objetos en los que se conjugan laestética, la simbología y la funcionalidad conformando un conjunto vital de indu-dable significación.

En este sentido los jades mayas son otro apartado interesante en donde no sola-mente destaca la variedad existente, diferenciable por la distinta intensidad delcolor de las piedras utilizadas, sino que se convierten en ejemplos dignos de lasdistintas técnicas que se podían emplear a la hora de tratar dichas piezas conherramientas de piedra e incluso de metal, o abrasivos.

El trabajo de la plumaria tenía como materia básica las plumas del quetzal quese utilizaban tanto para la realización de vestidos como la propia ejecución deobjetos, escudos o discos destinados a la celebración de determinados rituales. Eneste sentido la técnica de montar las plumas sobre bastidores de telas se extendiódesde Tenochtitlán, gracias a la red comercial que desde la ciudad, abarcó a gran

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parte del territorio mesoamericano. Unas plumas que se pegaban o cosían a la ropauna vez que se perfilaban unos dibujos realizados por pintores. Las plumas que serecortaban se disponían en capas irregulares con las que se conseguía mezclar losdistintos tonos de los colores.

HACHA CEREMONIAL TOTONACA. (MÉXICO).

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PALMA DE BASALTO. VERACRUZ. (MÉXICO).

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Si bien en su momento se analizó el papel de la pintura en la decoración arqui-tectónica, no podemos dejar de hablar de la importante realización de códices quese convirtieron en uno de los ejemplos más destacados de producción escrita don-de culturas como la mixteca o la maya produjeron algunos de los más importantes.Se trata de pliegos, algunos de piel de ciervo otros realizados sobre tela o papeleuropeo, que son en realidad grandes tiras narrativas dobladas en forma de acor-deón, de tal manera que permiten una contemplación unitaria de su conjunto y unalectura en la que se puede consultar tanto el principio como el fin. Normalmenteaparecían cosidas o pegadas y protegidas por un barniz de yeso que conformaba lasuperficie sobre la cual con posterioridad se dibujaban las escenas. Unas páginasque se suelen dividir en bandas que se leen de forma ondulada.

En el caso de los manuscritos aztecas se trata de otro capítulo importante queperduró con posterioridad a la propia llegada de los españoles como lo constatanlas ilustraciones que decoran los manuscritos de la obra de Fray Bernardino deSahagún. Un conjunto de obras en las que se han podido diferenciar dos gruposdistintos formados, uno por la utilización de figuras de gran tamaño con un estilomás o menos cursivo y otras a las que Kubler denomina de estilo colonial primitivoen las que se trabajan las figuras como si se tratara de signos. El Códex Zouche-Nutall, el Códex de Viena, el Códex Xolotl, el Códex Féyerváry o el Códex Ma-drid, son algunos de los ejemplos más destacados.

Los ejemplos mayas destacan por la calidad de las ilustraciones que los decoran,realizados sobre papel de corteza de árbol, cubiertos con una fina capa de cal yplegados en forma de biombo, escritos en ambos lados con signos que definenlargos fragmentos en los que aparecen figuras humanas, algunas de ellas con atri-butos divinos.

En cuanto a los tejidos son sin duda otro de los capítulos más interesantesdesarrollados en este caso, por las culturas preincas en Suramérica, sobre todo porla elaboración y calidad de los ejemplos que se han encontrado, gracias a lasespeciales condiciones geográficas y el clima en el que se produjeron, y que hanpermitido que lleguen hasta nosotros prácticamente con las mismas característicascon las que fueron realizados.

Fueron los producidos por las culturas nazca y paracas posiblemente los que adqui-rieron más fama por la calidad de los diseños y la tela, convirtiéndose en uno de losmejores ejemplos de piezas realizadas. En algunos casos sus funciones eran tanto do-mésticas para vestir, como funerarias, para realizar los fardos de los enterramientos ycuyos motivos decorativos como figuras de animales o geométricas se convirtieron enreferentes para modelos que aparecerán en la cerámica e incluso en la arquitectura.

Se trata de piezas en las que los diseñadores han mostrado un especial interéspor no cubrir totalmente la superficie con motivos decorativos, recurriendo a larepetición de tales decoraciones, de tal forma que al ir plegados en los vestidos,una vez que se divisa una parte del mismo, se puede imaginar el conjunto de lapieza totalmente acabado. Incluso las propias carencias técnicas de los bastidorescon los que se ejecutaban hizo que formas como las curvas se adaptaran a desarro-llos rectilíneos y que solamente se pudieran ejecutar con realizaciones posterioresal propio trabajo del telar, con bordados, etc.

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VASIJA CON LA REPRESENTACIÓN DE UN CAIMÁN. ÓNICE.ISLA DE LOS SACRIFICIOS. VERACRUZ. (MÉXICO).

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ESPANTAMOSCAS CEREMONIAL. PLUMAS MULTICOLORES DE DIVERSASESPECIES DE AVES. ARTE AZTECA. (MÉXICO).

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DETALLE DEL CÓDICE MENDOZA.

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FIGURA MITOLÓGICA CON SERPIENTES. ARTE PARACAS. (PERÚ).

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Los tejedores de la cultura de Cavernas, una de las primeras y a partir de la cualse desarrollarían las de Paracas y Nazca ya conocían las técnicas de hilar el algo-dón o la lana y como teñir posteriormente las piezas, dos materiales que nos hablande la existencia, en fechas tan tempranas, de relaciones de intercambio entre lacosta y las tierras interiores. Los colores son otros de los complementos de estastelas, desarrollados en torno a tonalidades como el marrón, rojo, amarillo-naranja,azul-verde, etc., llegándose a perfilar a partir de éstos casi doscientas tonalidadesdistintas.

Por último, por su originalidad y posible vinculación con determinados ritos deiniciación, debemos citar las pacchas incas en las que su complejidad formal lasconvierte en un objeto significativo dentro de las culturas suramericanas.

TEJIDO CHANCAY. (PERÚ).

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SELECCIÓN DE IMÁGENES

MÁSCARA

MÁSCARA DECORADA CON UN TRABAJO DE MOSAICO REALIZADO CONDIVERSAS PIEDRAS SEMIPRECIOSAS. ARTE AZTECA. (MÉXICO).

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La máscara es uno de los elementos más característicos de todas las culturas dela América prehispánica. A juzgar por los numerosos hallazgos, ocupaba un lugarimportante en el mundo imaginativo de sus creadores. Perteneciente al ritual yligada con el culto de los muertos, tienen un significado mágico-religioso.

Relacionadas con esa idea de la alteración de la realidad, mediante la transfor-mación de la imagen cotidiana de la persona que la porta, se convirtieron no soloen elementos indispensables de los rituales, sino incluso en complemento de losajuares mortuorios de muchos de los dignatarios de estas culturas. Las tipologíasson variadas, de la misma manera que los materiales que se utilizaban para suelaboración.

Una de las piezas más destacadas de la producción de la artesanía prehispánicay perteneciente a ese grupo señalado como de artes suntuarias, es sin duda estamáscara azteca. Realizada en madera, define una superficie romboidal, en la que serepresenta a un personaje tocado con un gorro y una especie de turbante, formadopor el cuerpo de una serpiente y nariguera que prácticamente cubre toda la boca.Toda la pieza aparece recubierta con un trabajo de mosaico realizado con pequeñaspiezas de turquesas, obsidiana y pirita.

CÓDICES MIXTECAS

DETALLE DE UN CÓDICE MIXTECA.

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Posiblemente el desarrollo de la idea de pueblo, cuyo origen y hazañas habíaque narrar y testimoniar para la posteridad, están tras la aparición y desarrollo deestos documentos que se convierten en los pocos testimonios de una producciónque se vio seriamente diezmada por las intervenciones inquisitoriales de la iglesiaespañola en América.

Los códices podrían ser considerados en realidad como un subcapítulo de lapintura, pero aplicada sobre materiales vegetales, que no obstante repetían conligeras modificaciones las mismas técnicas que se aplicaban en los edificios. Esdecir, se trata siempre de piezas que previamente se ha preparado para contener lapintura con una capa de estuco que posteriormente se doblaba como si se tratara deacordeones y en los que se pueden encontrar referencias a acontecimientos enmuchos de los casos anteriores a la llegada de los españoles.

ESCUDO AZTECA

En Viena se conserva uno de los mejores ejemplos del trabajo de la plumaria ejecu-tado por la cultura azteca. Se trata de un escudo sobre el que se ha definido la figura deun coyote, realizado con plumas de diversos colores que se han fijado sobre una baseconformada por una piel en la que se insertan las plumas de quetzal y de airón rojo,junto con elementos complementarios como láminas de oro que sirven para resaltaralgunas partes del cuerpo del animal como el pelaje o la boca.

No olvidemos que la plumaria, se puede encontrar también uno de los mejoresejemplos de integración de las distintas artes, ya que era frecuente que los dibujosy diseños de las diversas piezas, fueran previamente realizadas y dibujadas porpintores que proporcionaban la base para el posterior acabado, creando uno de loscapítulos más particulares de las artes suntuarias prehispánicas.

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ESCUDO CEREMONIAL CON LA REPRESENTACIÓN DEL COYOTE DE LAS AGUAS.PIEL, PLUMAS DE QUETZAL Y DE GARZA ROSA, E HILOS DE ORO. ARTE AZTECA.

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TEXTILES PARACAS

Los tejidos peruanos tienen pocos equivalentes por su elaboración. Los realiza-dos por las culturas de paracas y nazca añaden a su calidad material, la perfectaconservación en que nos han llegado, gracias a las especiales condiciones de extre-ma sequedad en las que se han mantenido.

Ya los cronistas españoles se percataron de la riqueza y detalles de la vestimentade los peruanos que curiosamente siempre se realizaron con instrumentos que des-tacaron por su simpleza y que se realizaban tanto con las manos los ejemplos mássimples, el uso de la rueca o el telar de cintura en las etapas más avanzadas.

DETALLE DE UN TEJIDO DE LANA DE LLAMA. ARTE PARACAS-CAVERNAS.HORIZONTE ANTIGUO. (PERÚ).

Las características de este tipo de tejidos es sobre todo la incorporación demotivos repetitivos que permiten una apreciación global de la pieza con un solovistazo, evitando cubrir la superficie con grandes composiciones unitarias que so-lamente se pudieran ver una vez que se ha estirado la tela. Figuras geométricas,pequeños animales, o personajes divinos son algunos de los motivos que se reali-zan junto a un cromatismo que va desde colores como marrones, rojos, amarillos,naranjas, azules o verdes.

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PACCHA INCA

Uno de los objetos más extraños producidos por la cultura andina es sin dudaeste al que nos referimos. Se trata de un recipiente compuesto por un cuenco avifor-me, con la base abierta mediante un pequeño orificio que comunica con el interiorde un mango en el que está colocado un pequeño animal frente al cuenco. De estemodo el líquido que se vierte en el cuenco atraviesa el paso interno y sale por elagujero situado en la boca del animal, cae en el abrevadero y recorre el canalitohasta llegar al extremo del mango. Algunas investigaciones han colocado esteinstrumento relacionado con determinados ritos vinculados con la fecundidad.

Realizado en piedra, esta decorado con motivos pintados en los que se represen-ta una escena en la cara exterior del recipiente de mayor tamaño y con motivosflorales entre rombos y animales el mango propiamente dicho.

PACCHA INCA. (PERÚ).

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APÉNDICE DOCUMENTAL

CAPÍTULO IX DE LA DÉCADA CUARTA*

«Trajeron dos muelas de molino, una de oro y otra de plata, macizas, de casiigual circunferencia, y de veintiocho palmos. La de oro pesa tres mil ochocientoscastellanos; ya dijimos que el castellano es una moneda de oro que vale una cuartaparte más que el ducado. El centro lo ocupa, cual rey sentado en su trono, unaimagen de un codo, vestida hasta la rodilla, semejante a un zeme, con la cara conque entre nosotros se pintan los espectros nocturnos, en campo de ramas, flores yfollaje. La misma cara tiene la de plata, y casi el mismo peso, y el metal de las doses puro.

Trajeron también pepitas de oro en bruto, no fundidas, como garbanzos o lente-jas, cual muestra de oro nativo, y así mismo dos collares de oro, uno de los cualesconsta de ocho cadenillas, que tienen engastadas doscientas treinta y dos piedrasrojas, aunque no granates, y ciento ochenta y tres verdes. Son de tanta estimacióncomo entre nosotros las esmeraldas notables. De la orilla del collar penden veinti-siete campanillas de oro, que llevan intercaladas cuatro figuras de perlas, engasta-das con oro, y de cada una penden dijes de oro.

El otro collar es de cuatro cadenas de oro, adornadas alrededor de ciento dospiedrecitas rojas, y ciento setenta y dos verdes, y veintiséis campanillas de oroelegantemente dispuestas. En medio del mismo collar van intercaladas diez perlasgrandes engastadas con oro, que tienen colgando ciento cincuenta dijes de oroprimorosamente elaborados.

Traen unos doce borceguíes de cuero de diferentes colores: unos guarnecidos deoro, otros de plata, éstos de perlas, de color azul y verde, y todos con sus campani-llas de oro colgando. Trajeron asimismo tiaras y mitras con varias joyas, engastadasy llenas de piedras azuladas que parecen zafiros. De sus casquetes, ceñidores yabanicos de plumas, no sé qué decir. Entre todas las alabanzas que en estas artes hamerecido el ingenio humano, merecerán éstos llevarse la palma. No admiro cierta-mente el oro y las piedras preciosas; lo que me pasma es la industria y el arte conque la obra aventaja a la materia; he visto mil figuras y mil caras que no puedodescribir; me parece que no he visto jamás cosa alguna, que por su hermosura,pueda atraer tanto las miradas de los hombres.

Las plumas de las aves que nosotros no conocemos, son brillantísimas; como aellos les causarían admiración las colas de los pavos reales y de los faisanes, así anosotros las plumas con que hacen los abanicos y los penachos y adornas todas suscosas elegantes. Hemos estado viendo los colores naturales que las plumas tienen:azules, verdes, amarillos, encarnados, blancos y también morenos; todos esos ins-trumentos los hacen de oro.

Trajeron dos celadas cubiertas con piedras preciosas de color verde mar. Una deellas rodeada de campanillas de oro, y con muchas láminas de oro también, ysostenidas las campanillas en dos colitas del mismo metal. La otra, rodeada tam-bién de las mismas piedras preciosas, con veinticinco campanillas de oro, y encuya cimera había un pájaro verde con cresta, cuyos ojos, pico y pies eran de oro.

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Y a cada una de las campanillas las sostenía una bolilla de oro. Trajeron tambiéncuatro tridentes de pescar, adornados con plumas entrelazadas de varios colores, ycuyos dientes son de piedras preciosas unidas entre sí con hilillos de oro. Delmismo modo un gran número de cetros de piedras preciosas con dos anillos de oro.También un brazalete de oro, unos zapatos de piel de ciervo, cosidos con hilo deoro y con la suela blanca. Un espejo de piedra transparente, semi-azul, con marcode oro puro. Una esfinge de una como piedra diáfana, engastada en oro, un granlagarto y dos grandísimos caracoles, y dos ánades de oro y especies varias de aves,de oro. Cuatro peces múgiles de oro. Una vara de latón. Todas estas cosas conplumas de varias maneras maravillosas.

Vinieron adargas y escudos largos, veinticuatro de oro y cinco de plata. Unarodela entrelazada de varias plumas, en cuyo frente hay una lámina de oro esculpi-da, donde se representa un ídolo zeme. Rodean a esta figura otras cuatro, a manerade cruz, de láminas de oro, y cabezas de varios animales, como leones, tigres ylobos, formados los animales de mimbres y tablillas con sus mismas pieles super-puestas, y adornados con campanillas de latón y con pieles de varios animales,enteras y perfectamente preparadas. Grandes colchas de algodón teñidas de colorblanco, negro y amarillo, cual tablero de ajedrez, lo cual es indicio de que ellosusan también los cubiletes: una colcha que la cara la tiene negra, blanca y encarna-da, y por dentro es lisa sin variedad; otra tejida del mismo modo, de otros colores,y tiene en medio una rueda negra con rayos, y entremezcladas plumas brillantes.Asimismo otras dos colchas blancas, alfombras, tapices y sayo de hombre, a usanzadel país, y túnicas interiores y varios velos finísimos para la cabeza, y otras muchascosas de más vista que valor, las cuales me parece que ya más bien fastidiaría aVuestra Santidad refiriéndoselas».

* MÁRTIR DE ANGLERÍA, Pedro. Décadas del Nuevo Mundo. Madrid, Edicio-nes Polifemo, 1989, pp. 283-285.

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CAPÍTULO 14:

ARTE PREHISPÁNICO EN FILIPINAS

INTRODUCCIÓN

La vuelta al mundo realizada por Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano,supuso por primera vez en la historia, la incorporación a los esquemas mentales occi-dentales de las verdaderas dimensiones de la Tierra. Dentro de todo su periplo las islasFilipinas se convertirían en un punto fundamental, no solo porque fue allí, en la isla deMactán, donde Magallanes murió a manos del rey indígena Lapu Lapu, sino porque fueun punto estratégico en el sudeste asiático, frente a las fundaciones llevadas a cabo porlos portugueses y sobre todo como contrapeso al control de éstos sobre las islas de laespeciería, Las Molucas.

En el momento de la llegada de los españoles a Filipinas, el archipiélago seencontraba inserto dentro de la dinámica de extremo oriental de Asia, ocupado enel sur por grupos de cultura musulmana, con la isla de Mindanao como centro, ycomerciantes chinos que desde la costa de Fujian se dedicaban a comerciar con losgrupos asentados en la isla norteña de Luzón.

Esta situación que confería un carácter singular a las islas, determinó que desdeel siglo XVI, se llevara a cabo una política de control de todo el conjunto delarchipiélago por parte de la corona española, en un primer momento para explotarsus riquezas, y en una segunda fase para convertirlas en puente entre Asia y Españaa través de la ruta transoceánica hacia Nueva España, que se consolidaría con elGaleón de Manila o Nao de la China.

El asentamiento de los españoles en la isla fue desigual. Mientras que la costaconoció una rápida transformación con la fundación de nuevas ciudades, el interiormontañoso se mantuvo fuera del alcance de los nuevos pobladores, a penas algu-nas avanzadillas misionales de dominicos y agustinos llegaron a consolidar supresencia, lo que incidió en la preservación de sus tradiciones y rasgos culturales.Todo un conjunto de aspectos que son los que se tratan en este tema.

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No obstante quisiéramos aclarar que la mayoría de las piezas que se conservanen la actualidad pertenecientes al arte prehispánico filipino datan del siglo XIX,siendo básicamente reproducciones de los originales, que han llegado a nosotroscomo copias, pero cuyo análisis sirve inicialmente para el objetivo de este tema.

LA GEOGRAFÍA DE LAS ISLAS FILIPINAS

La geografía de las Filipinas es principalmente insular aunque presenta ciertos ras-gos continentales en el interior de algunas de las islas mayores que conforman el archi-piélago. Sus 7107 islas se organizan en porciones terrestres, de las que destacan oncegrandes islas que se distribuyen a el largo de más de mil ochocientos kilómetros denorte a sur. Sus 23000 kilómetros lineales de costa, condicionaron su continua exposi-ción a las influencias llegadas desde territorios próximos del sureste asiático.

Las islas de Bohol, Cebú, Leyte, Luzón, Masbate, Mindanao, Mindoro, Negros,Palawan, Panay y Samar, conforman más del 90% del territorio nacional mientrasque el resto se reparte entre un incontable número de islotes, agrupados en peque-ños archipiélagos.

La orografía es fundamentalmente montañosa y volcánica, superando una dece-na de islas los 2000 metros de altura, y destacando los innumerables volcanes queaún presentan actividad en algunas de ellas. Las llanuras que se abren entre lascadenas montañosas que recorren el país en una dirección predominante norte-sur,son pequeñas y escasas destacando las de Cagayán, Manila o Llanura Central enLuzón y las de Agusán y el Valle en Mindanao.

La red hidrográfica apenas si está desarrollada por lo que las cuencas de mayorcaudal se emplazan en las islas mayores. Unos ríos que no sólo se encuentranexpuestos a cambios de cursos por los propios movimientos sísmicos, sino quedebido a la poca extensión de las islas, tienen una longitud limitada con fuertespendientes y lechos escalonados. Sin embargo, la tremenda caudalosidad de algu-nos de ellos los convierte en medios ideales de comunicación local, permitiendo eldesarrollo comercial interior.

El clima es extremadamente caluroso, con una media que no baja a lo largo del añode 21º C, donde destaca el régimen de lluvias dependiente de los tifones y monzonesdel sureste de Asia, que se convierten en elementos condicionantes de la distribuciónde la población sobre el territorio y determinantes de la propia economía que se llega adesarrollar, siendo este elemento uno de los más importantes a tener en cuenta.

Por último respecto a la vegetación, se trata de una cubierta vegetal propia delos espacios subecuatoriales destacando la selva tropical cálida.

CONTACTOS PREVIOS A LA LLEGADA DE LOS ESPAÑOLES

La singularidad del espacio filipino respecto al americano antes de la llegada delos españoles, está determinada por el hecho de encontrarse inmerso en relacionescon otras regiones del arco surasiático, lo que nos lleva a considerar a elementos

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TERRAZAS DE ARROZ DE BANAUE. ISLA DE LUZÓN. (FILIPINAS).

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malayos, indios, chinos, vietnamitas e indonesios, como los predominantes en lascaracterísticas del arte filipino con anterioridad al siglo XVI.

Las sucesivas tesis del poblamiento de Filipinas han sido objeto de discordia,existiendo un punto en común en la aceptación de una emigración desde el conti-nente asiático y un elemento de desencuentro en la cronología y en la forma en quefueron llegando los distintos grupos. De acuerdo con las teorías clásicas, se puedeafirmar que los primeros pobladores fueron negritos o pigmeos oceánicos, contin-gentes del mismo grupo étnico de los habitantes de la península de Malaca y eloeste de Nueva Guinea. En una segunda fase llegaron emigraciones directamentedesde la India y China, junto con oleadas de grupos proto-malayos.

Finalmente en torno al 300 a.C. y hasta el siglo XIII, se testimonian aportesmalayos con una cultura más avanzada, provocando el arrinconamiento de lospobladores existentes, que se vieron obligados a refugiarse en las zonas montaño-sas de las islas principales.

La influencia musulmana llegó al archipiélago a finales del siglo XIV ocupandofundamentalmente las islas del sur. Una expansión que se vio frenada por la llega-da de los españoles en el siglo XVI.

El predominio de las incursiones marítimas en el desarrollo de estas vinculaciones setestimonian a lo largo de todo este período, siendo los primeros contactos los estableci-dos con la India desde los siglos anteriores a nuestra Era, aprovechando los vientos delos monzones para comerciar por el Golfo de Bengala, Vietnam y las propias Filipinas.Más tarde, con Indonesia, se consolidaron una serie de pequeños estados en la regiónque aumentaron las relaciones de intercambio fundamentalmente de especias, produc-tos tropicales, oro y estaño. Una situación que propició el que se generalizaran entrecada región toda una serie de elementos que las relaciona desde un punto de vistareligioso y artístico, llegándose a compartir términos y creencias.

No obstante, el comercio estaba limitado a las zonas costeras de las Filipinas loque provocó un desarrollo desigual con el interior, donde se daba una economía deautosuficiencia. Unas zonas interiores que permanecieron desconocidas hasta 1572.Durante el siglo XVII es cuando aumentan el número de datos acerca de estas zonasde las islas, gracias a las misiones cristianas de dominicos y agustinos que seadentran en ellas intentando someterlos a la religión cristiana, aunque no con eléxito que se venía produciendo en otras zonas.

SOCIEDAD Y RELIGIÓN

Los grupos filipinos anteriores a la llegada de los españoles desarrollaron suvida cotidiana vinculándola a su entorno, tremendamente mediatizado por las creenciasreligiosas, los ciclos de recolección de la tierra y el prestigio social a través de lafigura del guerrero.

En este sentido la estructura social de esta población era relativamente compleja yaque se encontraba conformada por una variedad ingente de etnias cuyos rasgos cultura-les condicionaban sus costumbres y modos de vida. La sociedad filipina se encontrabaorganizada en cuatro estamentos de los cuales el más importante era el dato, o dirigente,gobernador de los barangays o unidades de organización política, formados por un

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grupo de familias que presentaban lazos de parentesco, que aún en la actualidad existencomo célula de organización de las distintas provincias del país.

El segundo grupo en importancia eran los maharlicas o nobles que obedecían aldato y apoyaban las acciones bélicas para establecer la paz entre los barangays. Eltercer grupo eran los timavas o timaguas, hombres libres que servían al dato a manera deplebeyos. Por último nos encontramos con los aliping o siervos adscritos a la tierra quecultivaban y de la que daban la mitad de la producción a su señor.

A pesar de esta claridad en la estratificación social, la diversidad de gruposétnicos filipinos, los hace diferentes los unos de los otros. Los más importantes ensus producciones artísticas van a ser los ubicados en la Cordillera Montañosa, en laisla de Luzón a quienes se les conoce con el nombre de Igorrotes, es decir, “los queviven en la montaña”, destacando los Ifugao, los Kalinga y los Bontoc, de lasaproximadamente diez tribus que conforman este grupo.

La base económica de estas poblaciones se basa en el cultivo de arroz de rega-dío, los alimentos tradicionales y los cultivos más antiguos, como son los tubércu-los y raíces, propios de la agricultura de artiga que se llama kaingin.

La producción de estos sistemas de regadío destaca en los Bontoc e Ifugaos,que han practicado desde la antigüedad un sistema de cultivo de arroz en losterrenos pendientes en las laderas montañosas, convertidos en terrazas cultivablespor medio de fuertes muros de piedra o kabitis, que se hacían prácticamente verti-cales por fuera y con fuerte inclinación por dentro. Este sistema de cultivo es unode los más antiguos del mundo, el cual perdura en la actualidad gracias al esfuerzode los ancianos de las tribus.

CULTIVO DE ARROZ. ISLA DE LUZÓN. (FILIPINAS).

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DISTRIBUCIÓN DE LOS GRUPOS ÉTNICOS EN LA ISLA DE LUZÓN. (FILIPINAS).

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PAREJA DE MUJERES EN BONTOC. ISLA DE LUZÓN. (FILIPINAS).

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Por lo que respecta a la religión, ésta se basa en la tradición oral transmitida através de las canciones. En este sentido se constata la existencia de la creencia enun dios superior que se comunica con los hombres a través de los espíritus de lanaturaleza y de los antepasados. Ese ser supremo, cuyo origen estaría en la influen-cia de las doctrinas taoistas chinas, se considera como la esencia primigenia quemueve el universo y que apenas se relaciona con los hombres y con los diosessecundarios de la propia naturaleza. Éstos son seres que se representan en un objetomaterial, inspirando emociones que causan adoración, conteniendo fuerzas mági-cas que resultan positivas o negativas, que exigen de un conjunto de rituales paraque predominen las primeras respecto a las segundas.

No menos importantes son los dioses particulares o antepasados a los que se invocasobre todo para las actividades cotidianas. Son los dioses de la guerra, el arroz, etc., yjuegan un papel fundamental dentro de la estructuración religiosa ya que junto con losdioses de la naturaleza son los más cercanos a la voluntad del ser supremo.

CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL ARTE PREHISPÁNICO FILIPINO

El carácter tradicional que encierra la cultura filipina determina que su artese encuentre relacionado con los elementos culturales más destacados de suentorno. Unas manifestaciones culturales cuyo concepto artístico carece de unvalor estético estable y cuenta más con un aspecto simbólico tremendamentemarcado y que afecta a la interpretación de los acontecimientos, a ceremonias,o la realización de piezas, permitiendo que convivan de una manera clara ele-mentos materiales e inmateriales. Es por ello que un análisis de cada uno de loscampos en los que podemos considerar que se desarrolla el arte filipino prehis-pánico, exija una diferenciación entre el significado y el significante de unmodo evidente.

Respecto a la alfarería, una de las actividades con más tradición en las islasFilipinas, destacan los recipientes utilitarios y los funerarios de tipologías varia-das, aunque los antropomorfos y los de sección circular ligeramente asimétrica, sonlos más numerosos. La muestra más importante de la cerámica prehispánica filipinaes la jarra llamada Manunggul que se exhibe en el Museo Nacional Filipino y datadel siglo VIII a.C.

En cuanto a los tejidos los filipinos comenzaron su producción fabricando suspropias telas extrayendo fibras vegetales como el abacá, el ramio o el maguey y ateñirlas con diversos colores extraídos de las plantas y las cortezas de los árboles.La elaboración de los tejidos era un trabajo en el que participaba toda la familiadonde la mujer era la encargada de manejar el telar. Los tejidos que se elaborabantenían unos fines domésticos aunque adquirían un valor especial a la hora de lamuerte, ya que los difuntos se envolvían en tantas mantas como la familia podíaadquirir. Los fardos en los que acababan cubiertos los fallecidos recuerdan a lasprácticas de enterramiento peruanas cuyos muertos se envuelven en fajos de man-tas, de tal manera que se convertía en un reflejo del estatus económico de la fami-lia.

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MUJER IFUGAO ALFARERA. ISLA DE LUZÓN. (FILIPINAS).

MUJER IFUGAO TEJIENDO. ISLA DE LUZÓN. (FILIPINAS).

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El arte y diseño de la cestería en Filipinas es una de las mayores manifestacionesde su sensibilidad artística. La variedad de las plantas del tipo de la mimbre, eljunco y caña, les proporciona la materia prima necesaria para elaborar magníficosobjetos. Unas piezas que se generalizaron desde el mismo momento en el que losfilipinos se vieron en la necesidad de almacenar cosas, desarrollando un ampliomuestrario de formas para cada una de las funciones que requerían. De este modoevolucionaron las técnicas hasta el punto de llegar a impermeabilizar los cestoscon pasta hechas de resinas, para proteger a los productos de la humedad del clima.

Destacan las producciones de cestas y mochilas para conservar y transportar elarroz, mochilas rituales para la caza de cabezas, sobreros, etc.

Desde un punto de vista decorativo, los motivos varían dependiendo de la zonaen la que nos encontremos y así en el caso de Mindanao o Cebú la decoración seconsigue con la combinación de dos tonalidades de la misma planta generandodibujos de estrellas y rombos. Algunos ejemplos más complejos decoran las cestascon piezas de vidrio, conchas o bronce además de utilizar una mayor gama decolores. Diferentes a éstos, son los ejemplos de Luzón donde las piezas son muchomás sobrias en cuanto al color que suele ser más uniforme y la ornamentacióndepende de la diferencia de anchura de las fibras o de los refuerzos que se aplican.

Gran parte de estas piezas imitan modelos de porcelanas chinas que tanta in-fluencia han tenido en el archipiélago. Las piezas se heredaban de padres a hijos,porque se convertían en objetos muy valiosos por su diseño y resistencia.

El trabajo de los metales en los pueblos prehispánicos filipinos se concentró enla manufactura del hierro, bronce, latón, plata y oro con los que se realizaron unavariada tipología de objetos, desde armas, y elementos rituales hasta joyas. Laacumulación de metales como el oro proporcionaba ascensión social, de la mismamanera que contribuía a ello la posesión de las minas, cuya utilización estabaexpuesta a la realización de sacrificios a los dioses.

Los objetos de latón normalmente eran cajas para betel de distintas formas,media luna, octogonal o rectangular, presentando algunas internamente los com-partimentos necesarios para mascarlo: la nuez de areca, las hojas frescas de pimien-ta, la cal y las hojas de tabaco.

Las armas, fundamentales en estos pueblos, se realizaron básicamente en latón ohierro y se decoraban con elementos de madera y marfil.

Por último tenemos las realizaciones de collares, pulseras, tobilleras y collares, comolos objetos referenciales de su adorno corporal, aparte del característico tatuaje queadornaba el cuerpo de los Igorrotes. Así, hay que destacar la indumentaria y adorno delos hombres antes de partir a la batida de caza de cabezas humanas, donde destacan losbrazaletes o tankil que se decoraban con pequeñas esculturas de madera que represen-taban a Anitos; los collares o Boaya de colmillos de cocodrilo y los gorros ceremonialesrealizados con ratán, o entrenzado de hojas de palmera y plumas de ave.

La abundancia de madera en el archipiélago ha propiciado que sean los objetosrealizados con este material los que destaquen de una manera especial. Dentro de laorganización social de las Filipinas prehispánicas, solamente los grupos de lasclases superiores fueron los que accedían a estos objetos que tenían tanto una clarafuncionalidad como un fin religioso.

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VESTIMENTA CEREMONIAL BONTOC. ISLA DE LUZÓN. (FILIPINAS).

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JOVEN KALINGA. ISLA DE LUZÓN. (FILIPINAS).

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La escultura en la cultura Igorrote nos plantea el reto, no solo de investigar suscualidades y calidades formales sino encontrar el significado antropológico y suvinculación con su amplio panteón de deidades.

Las tallas en madera son características de los pueblos de la montaña y represen-tan fundamentalmente a los antepasados o Anitos. Éstos viven exaltados hasta quese celebran las ceremonias adecuadas de enterramiento. Si no se llevasen a cabo,quedarían deambulando causando el mal.

Quizás los mejores ejemplos de talla en madera de narra o naga, sean las deida-des que guardan los graneros o Bulul. Estas esculturas, tanto masculinas comofemeninas, representan una clase de deidades asociadas con la producción de gene-rosas cosechas. Se utilizan en los rituales en los que se les preguntaba como hacerpara que crecieran las cosechas y en algunas festividades.

Los Bulul se encuentran en parejas y están esculpidos sentados o de pie con lasrodillas flexionadas y apoyando las palmas de las manos o los codos en ellas ycruzando los brazos a la altura del pecho. La distinción entre figuras femeninas ymasculinas es apenas apreciable en la mayoría de los casos ya que sus faccionesestán esculpidas de una forma muy esquemática.

Antes de colocar el Bulul en el granero definitivamente, se realiza una ceremonia deactivación de la talla, untándose con sangre del animal sacrificado en el ritual. Esteritual esta acompañado de unas cajas o Punamhan para el sacrificio, también realizadasen madera, en las que se guardan los restos del sacrificio. Además aparecen unas escul-turas con cuenco, casi siempre entre los Kankanay, donde se deposita el arroz o vino dearroz como ofrenda, muchas de ellas presentan un tatuaje muy delicado y fino en lasmanos y muñecas y mechones de pelo natural en la cabeza.

Otros ejemplos de talla en madera son las cucharas con figuras decorando losextremos de sus mangos. Cuando no se utilizaban se guardaban en el hogar encestas especiales después de ser limpiadas cuidadosamente tras acabar una comida.Las cucharas se utilizaban para tomar líquidos y los cucharones para remover lacomida. La simbología que encierran las representaciones que aparecen en susmangos va, desde la maternidad, la muerte, la fertilidad, la flora o la fauna, plasma-ción de conceptos de la vida cotidiana.

Los bancos de madera o Hagabi que se decoran con estilizadas cabezas de cerdoesculpidas a cada lado, unos muebles que representaban la riqueza de quienes losposeían, perteneciendo solamente a las elites de los poblados.

En madera también se desarrollan objetos de defensa como escudos, hechos enuna sola pieza con maderas muy ligeras. Los ejemplos que se pueden encontrar sonnumerosos, destacando los de los Kalinga, más esbeltos que los de otros pueblos ycuya forma recuerda, vagamente al cuerpo humano, presentando una decoracióncombinada con cestería y elementos incisos.

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CUCHARAS IFUGAO. ISLA DE LUZÓN. (FILIPINAS).

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HAGABI. IFUGAO. ISLA DE LUZÓN. (FILIPINAS).

LA ARQUITECTURA PREHISPÁNICA FILIPINA

Finalmente no queremos concluir este capítulo sin añadir las especiales caracte-rísticas constructivas de la arquitectura filipina, que servirían de base a las técnicasconstructivas que se desarrollaron en la etapa de la presencia española en el archi-piélago, fundamentalmente en lo concerniente a la arquitectura civil.

Es en este campo donde se desarrollan las mayores aportaciones de los indíge-nas filipinos ya que por sus creencias religiosas no contemplaban la idea de cons-truir templos para sus deidades, de ahí que sólo nos centremos en señalar lascaracterísticas generales de la casa indígena de Filipinas, que es del mismo tipoque las que se expanden por todo el sureste asiático. Ésta consta de un techo de doso cuatro aguas, sostenido por una armadura que descansa sobre cuatro o más pilaresde madera flexible denominados harigues, que se utilizaban para resistir los conti-nuos terremotos que se suceden en el archipiélago filipino. El suelo se eleva unmetro o más sobre la tierra, para salvaguardarse de los animales salvajes. El entra-mado puede ser de banaba duro o de molave que cuando está seco, resiste mejor alagua. Los techos de bálago, en copete o faldón, se elevan en vertientes empinadaspara de esta manera librarse más fácilmente del agua.

Desgraciadamente muchas de estas edificaciones han desaparecido no solo por elfuego y las condiciones meteorológicas adversas, sino por la propia intervención delhombre que ha ido poco a poco sustituyéndolas por otras realizadas con materialesprefabricados, de mayor tamaño y que responden mejor a las necesidades de una pobla-ción filipina que crece sin control. La búsqueda de una posición social más reconocida,y una errónea concepción de lo moderno, están haciendo que los ejemplos de este tipode arquitectura tienda en la actualidad a ir desapareciendo.

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ESCUDO FILIPINO.

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VIVIENDA TRADICIONAL FILIPINA. BANAUE. ISLA DE LUZÓN. (FILIPINAS).

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SELECCIÓN DE IMÁGENES

JARRA MANUNGGUL

Se considera la muestra más importante de cerámica prehispánica en Filipinas.Se exhibe en la actualidad en el Museo Nacional Filipino y fue hallada en la islade Palawan, estando datada en el siglo VIII a.C.

JARRA MANUNGGUL.

El desarrollo de la cerámica dentro de las culturas del archipiélago filipino esuno de los capítulos más destacados de su producción material, alcanzando enalgunos de los casos unas calidades formales y de acabado, que muestran el gradode perfección al que llegaron en la producción de este tipo de recipientes. Dichaimportancia se refleja en el hecho de que muchos de ellos van más allá de su merafunción contenedora y adquieren verdaderos tintes mágico religiosos que obliga ahablar de ellos desde un punto de vista sagrado.

En este caso concreto, este recipiente fue concebido para los enterramientos,puesto que las figuras antropomorfas ubicadas en la tapa lo relacionan con lacreencia que existía en el archipiélago filipino, por la que pensaban que el almadel difunto iba a parar a un río o laguna, donde había un barquero anciano que latrasladaría al más allá. Esta idea es la que explica que siempre, en un ritualfunerario, se disponía en la sepultura cierta cantidad de dinero para que el difun-to pagara el viaje, que no se especificaba hacia donde era, aunque si se aclaraba

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que en ese lugar le esperaba una vida placentera, hasta que volviese al mundoreencarnado. Esta leyenda se relaciona con el mito clásico griego, según el cuallas almas de los difuntos tenían que atravesar el río Aqueronte, ayudados por elbarquero Caronte, al que los difuntos debían pagar el viaje con una moneda quecolocaban en la tumba.

Las figuras que aparecen en la tapa de la jarra navegan en barca hacia el másallá. Mientras que la de la parte trasera está remando por ser la encargada de llevarel alma del difunto a su destino, la figura delantera representa al difunto y se tallacon las manos en el pecho, algo muy común en el sudeste asiático en cuanto a ladisposición de los cadáveres en la tumba.

CESTA

Esta cesta proviene de la provincia ifugao, situada en la zona norte de la isla deLuzón, y está realizada con liana y fusta. Mide 42 x 42 cm., y se encuentra en elMuseo Etnológico de Barcelona.

CESTA IFUGAO.

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El interés de esta pieza, va más allá de la importancia que pueda tener como tal,al ejemplificar una producción de objetos realizados con vegetales, claro testimo-nio de la que para muchos autores fue la primera fase en la definición de piezaspara contener alimentos y que derivó en la cerámica propiamente dicha, cuando sele aplicaron materiales como pastas de barro o de resinas, con la intención de evitarque se perdieran sus contenidos y sobre todo protegerlos de las condiciones am-bientales externas.

En este caso, las producciones de cestería de la Cordillera de Luzón, como eseste ejemplo que estamos analizando, perteneciente exactamente a la tribu de losIfugao (Filipinas), se caracterizan por su carácter utilitario y práctico, donde desta-ca la sobriedad en el color, aspecto que no era común en todas las demás tribus deIgorrotes, puesto que a menudo aparecían ornamentadas con conchas, bronce, vi-drio, etc.

Esta cesta tenía una función específica que era la de guardar el arroz en la casa,por lo que dispone de una tapa, para evitar que entraran insectos. Una soluciónpara proteger el alimento que se ve complementada además, con la propia termina-ción de su tejido, mucho más compacto, de lo habitual.

Una de las curiosidades de la elaboración de la cestería en la Cordillera deLuzón, es que era tarea exclusiva de los hombres, que aprovechaban sus momentosde encuentro para realizar multitud de piezas.

Gran parte de estas piezas imitan modelos de porcelanas y cerámicas chinas quetanta influencia han tenido en el archipiélago. Las piezas se heredaban de padres ahijos, porque eran muy valiosas por su diseño y resistencia.

CAJAS DE BETEL

Caja proveniente de la isla de Mindanao (Filipinas), realizada en latón. Mide 42x 42 cm., y se encuentra en el Museo Etnológico de Barcelona.

Los antiguos filipinos transformaban el hierro, el bronce, el latón, la plata y eloro, en joyas, elementos rituales y artículos para el hogar y la industria.

Sabemos por las leyendas de tradición oral que la acumulación de oro procurabala ascensión social entre los pueblos. La propiedad de las minas y el trabajo enrégimen de servidumbre de los mineros acentuaba esa ascensión, aunque las minaseran consideradas propiedad de los dioses del inframundo y solo podían utilizarsea cambio de sacrificios a las divinidades pertinentes. El hombre que descubre unfilón debe cortarse un dedo u ofrecer una fiesta, asegurando a los dioses que ocupala mina por necesidad. Los anitos y dioses se comunican con los hombres a travésdel sueño para decirles dónde se encuentra el mineral que buscan o comunicar queno desean que se explote una mina determinada.

Los objetos de latón, normalmente eran cajas para betel, la hoja de una plantacon ligero sabor a menta, que se utiliza en Filipinas para la composición del buyoy a la que se le otorgan propiedades curativas. Las formas de esos recipientes esvariado, de media luna, octogonal o rectangular. Algunas tiene compartimentos enlos que se colocan esos otros ingredientes que se utilizan para mascar el betel: la

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nuez de areca, las hojas frescas de pimienta, la cal y húmedas hojas de tabaco.Las más pequeñas pueden llevarse en la cintura, sujetas por medio de un cinturón o

guardadas en bolsas, otras se tienen en la casa para ofrecer betel a los visitantes.

PAREJA DE BULUL

CAJAS DE BETEL.

Esta pareja de figuras provienen de la provincia ifugao, ubicada en la zona septen-trional de Luzón (Filipinas). Está realizada en madera y miden aproximadamente 36 y44 cm., respectivamente. Se datan en el siglo XIX, aunque incluso pudiera tratarse depiezas más antiguas. En la actualidad se encuentran en la Fundación Folch.

La talla de madera, es otra de las técnicas desarrolladas por los pueblos quehabitan las Filipinas. La abundancia de maderas hace que sea un material em-pleado tanto para la realización de esculturas como recipientes más cotidianos eincluso muebles. En el caso concreto de estas tallas, están realizadas en maderade narra y están asociadas a la producción de grandes cosechas de arroz. Estadisposición en parejas de ambos sexos, los relacionan con el ciclo de procreaciónque está a su vez vinculado con su función de proteger e incrementar las cose-chas de los arrozales.

Antes de ser colocadas en los graneros que era su destino final, tenían que seractivadas por medio de una ceremonia ritual en la que se sacrificaban animales y sehacían ofrendas de arroz para que la cosecha fuera fructífera, posteriormente severtía la sangre del animal sacrificado encima del bulul y ya estaba consideradoapto para proteger las cosechas.

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Los bulul se heredaban de padres a hijos, aunque solo los podían poseer lasfamilias más ricas, ya que comprendía un gasto importante para éstas.

La disposición de esta pareja de bulul, en concreto sentados y con los bazosapoyados sobre las rodillas, era común, aunque también se han encontrado muchosejemplos de pie.

Normalmente apenas se aprecian los rasgos del rostro ni los miembros sexuales,ya que eran tallas muy esquemáticas e hieráticas.

ANITO

Pieza proveniente de la zona septentrional de la isla de Luzón (Filipinas), perte-nece al pueblo Kankanay. Está realizada en madera y mide aproximadamente 35.5cm., de alto. Datable en el siglo XIX, en la actualidad se encuentra exhibida en elMuseo Nacional de Antropología de Madrid.

La producción de figuras de madera, encuentra en la producción de los Anitos,otro importante conjunto, en este caso, cargado de una especial y profunda signifi-cación animista. Esta talla de madera, como se ha señalado, pertenece a la tribu delos Kankanay, una de las más importantes de la Cordillera de Luzón. Su figuraciónhace que se trate de una de las más singulares, al estar representada con un bol, y aque se ha conservado en muy buen estado permitiendo percibir el realismo y deta-lle con los que se realizó, una evolución sin duda alejada del esquematismo de losbulul.

PAREJA DE BULUL. IFUGAO.

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HISTORIA DEL ARTE EN IBEROAMÉRICA Y FILIPINAS 371

ANITO KANKANAY.

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Su importancia radica en ser un tipo de figura que formaba parte de los ritualesde estas gentes, ya que se utilizaban en las ceremonias relacionadas con los buenosaugurios para las cosechas de arroz que mencionábamos antes, depositándose vinode arroz en éste cuenco que portan las tallas.

La figura con bol que nos ocupa tiene una combinación de materiales que nohabíamos encontrado hasta el momento, como son la madera, la cerámica para larepresentación de los ojos y pelo natural.

Está realizada con un gran detalle, algo que podemos comprobar en la represen-tación de los tatuajes característicos de los Igorrotes, que aquí aparecen en lasmanos y brazos. También se aprecia la representación del sexo masculino másexagerada que en tallas anteriores, manifestando su papel mágico religioso y unamayor preocupación por aproximarse sus creadores, a través de ellas, a un mayornaturalismo y reflejo de la población que la realizó.

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APÉNDICE DOCUMENTAL

BAUTISMO DEL REY DE ZUBU*

«Prometió el rey a nuestro capitán abrazar la religión cristiana; se fijo para la ceremo-nia el domingo 14 de Abril de 1521. Se aderezó, al efecto, en la plaza ya consagrada untablado adornado con tapicerías y ramas de palmeras. Saltamos a tierra cuarenta hom-bres, más dos armados de pies a cabeza, que daban guardia de honor al pendón real. Alpisar tierra los navíos dispararon toda la artillería, lo que asustó a los isleños. El capitány el rey se abrazaron. Subimos al tablado, en el que había para ellos dos sillas deterciopelo verde y azul. Los jefes isleños se sentaron en cojines, y los otros en esteras.

Hizo el capitán decir al rey que, entre las muchas ventajas de que iba a gozarhaciéndose cristiano, tendría la de vencer más fácilmente a sus enemigos. El reyrespondió que estaba muy contento de convertirse, aun sin beneficio ninguno;pero que le agradaba el poder hacerse respetar de ciertos jefes de la isla que rehu-saban sometérsele, diciendo que eran hombres como él y no querían obedecerle.Entonces el capitán mandó que los trajeran y les dijo que si no obedecían al reycomo soberano, los haría matar a todos y confiscaría sus bienes en provecho delrey. Con esta amenaza todos los jefes prometieron reconocer su autoridad.

A su vez el capitán aseguró al rey que a su vuelta a España volvería a su paíscon fuerzas mucho más considerables, y que les haría el más poderoso monarca deaquellas islas, recompensa merecida por haber sido el primero que abrazó la reli-gión cristiana. El rey dio las gracias levantando las manos al cielo y les rogóinsistentemente que dejase algunos hombres con él para que le instruyesen en losmisterios y deberes de la religión cristiana, lo cual prometió el capitán; más acondición de que le confiase dos hijos de personajes de la isla para llevarlos con éla España, donde aprenderían la lengua española, para que a su vuelta pudiesen daruna idea de lo que hubieran visto.

Después de haber plantado una gran cruz en medio de la plaza se pregonó quecualquiera que quisiese cristianizarse debería destruir todos sus ídolos, colocandola cruz en su lugar. Todos consintieron. El capitán, tomando al rey de la mano lecondujo al tablado; vistiéronle enteramente de blanco, y se le bautizó con el rey deMassana, el príncipe su sobrino, el mercader moro y otros muchos, hasta quinien-tos. Al rey, que se le llamaba raja Humabon, se le puso el nombre de Carlos, por elemperador; los demás recibieron diversos nombres. Se dijo en seguida misa, des-pués de la cual le acompañó hasta las chalupas, que nos volvieron a la escuadra; alllegar dispararon otra descarga cerrada.

Acabada la comida fuimos a tierra muchos con el capellán para bautizar a lareina y a otras mujeres. Subimos con ellas al tablado, y yo mostré a la reina unaimagen pequeña de la Virgen con el Niño Jesús, que le agradó y enterneció mucho.Me la pidió para colocarla en lugar de sus ídolos, y se la di de buena gana. Se pusoa la reina el nombre de Juana, por la madre del emperador...».

* PIGAFETTA, A. Primer viaje en torno del globo. Madrid. Espasa Calpe. 1999,pp. 103-104.

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Page 374: Arquitectura y Urbanismo Prehispanicos

HISTORIA DEL ARTE EN IBEROAMÉRICA Y FILIPINAS 375

APÉNDICE I: CARTOGRAFÍAS

MAPA DE LOS PRINCIPALES CENTROS MESOAMERICANOS.

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ÁREAS CULTURALES DEL PERÍODO CLÁSICO.

DISTRIBUCIÓN DE LOS PRINCIPALES YACIMIENTOS MESOAMERICANOS.

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HISTORIA DEL ARTE EN IBEROAMÉRICA Y FILIPINAS 377

DISTRIBUCIÓN DE LAS PRINCIPALES YACIMIENTOS MINERALESEN MESOAMÉRICA.

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MIGUEL A. SORROCHE CUERVA Y ALEJANDRO VILLALOBOS PÉREZ378

LA CUENCA DEL VALLE DE MÉXICO.

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HISTORIA DEL ARTE EN IBEROAMÉRICA Y FILIPINAS 379

PRINCIPALES YACIMIENTOS DE LA CULTURA MAYA.

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MIGUEL A. SORROCHE CUERVA Y ALEJANDRO VILLALOBOS PÉREZ380

ESQUEMA DE LA DISTRIBUCIÓN DE YACIMIENTOS EN EL ÁREA MAYA.

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HISTORIA DEL ARTE EN IBEROAMÉRICA Y FILIPINAS 381

DISTRIBUCIÓN DE LAS RUTAS DE INTERCAMBIO MARINAS, EN TORNO A LAPENÍNSULA DE YUCATÁN.

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MIGUEL A. SORROCHE CUERVA Y ALEJANDRO VILLALOBOS PÉREZ382

PRINCIPALES RUTAS DE ENTRADA A SUDAMÉRICA.

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HISTORIA DEL ARTE EN IBEROAMÉRICA Y FILIPINAS 383

DETALLE DE LA ÁREA GEOGRÁFICA EN TORNO A LOS RÍOSMAGDALENA Y CAUCA.

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MIGUEL A. SORROCHE CUERVA Y ALEJANDRO VILLALOBOS PÉREZ384

PERÚ EN LA ÉPOCA CHAVÍN.

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HISTORIA DEL ARTE EN IBEROAMÉRICA Y FILIPINAS 385

ÁREAS Y ASENTAMIENTOS DE LAS CULTURAS ANDINAS A COMIENZOS DELPERÍODO INTERMEDIO TEMPRANO

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MIGUEL A. SORROCHE CUERVA Y ALEJANDRO VILLALOBOS PÉREZ386

ÁMBITO DE INFLUENCIA DE LA CULTURA DE TIAHUANACO.

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HISTORIA DEL ARTE EN IBEROAMÉRICA Y FILIPINAS 387

EL IMPERIO INCA EN 1532.

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MIGUEL A. SORROCHE CUERVA Y ALEJANDRO VILLALOBOS PÉREZ388

MAPA DEL PERÚ ACTUAL CON LOS PRINCIPALES ASENTAMIENTOS INCAS.

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HISTORIA DEL ARTE EN IBEROAMÉRICA Y FILIPINAS 389

MAPA DE LAS ISLAS FILIPINAS.

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MIGUEL A. SORROCHE CUERVA Y ALEJANDRO VILLALOBOS PÉREZ390

IMAGEN VÍA SATÉLITE DE LUZÓN. (FILIPINAS).

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HISTORIA DEL ARTE EN IBEROAMÉRICA Y FILIPINAS 391

APÉNDICE II: PLANIMETRÍAS

PLANO DE LA VENTA.

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MIGUEL A. SORROCHE CUERVA Y ALEJANDRO VILLALOBOS PÉREZ392

PLANTA Y SECCIÓN DE LA PIRÁMIDE DE CUICUILCO. (MÉXICO).

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HISTORIA DEL ARTE EN IBEROAMÉRICA Y FILIPINAS 393

PLANO DE EL ÁREA CENTRAL DE TEOTIHUACÁN. (MÉXICO).

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MIGUEL A. SORROCHE CUERVA Y ALEJANDRO VILLALOBOS PÉREZ394

PLANTA Y ALZADO DE LA PIRÁMIDE DE LA LUNA. (MÉXICO).

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HISTORIA DEL ARTE EN IBEROAMÉRICA Y FILIPINAS 395

ESPACIOS HABITACIONALES DE TEOTIHUACÁN. (MÉXICO).

Page 395: Arquitectura y Urbanismo Prehispanicos

MIGUEL A. SORROCHE CUERVA Y ALEJANDRO VILLALOBOS PÉREZ396

PLANTA Y SECCIÓN DE LA PIRÁMIDE DE CHOLULA. (MÉXICO).

Page 396: Arquitectura y Urbanismo Prehispanicos

HISTORIA DEL ARTE EN IBEROAMÉRICA Y FILIPINAS 397

PLANO DE EL TAJÍN. (MÉXICO).

PLANTA DE XOCHICALCO. (MÉXICO).

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MIGUEL A. SORROCHE CUERVA Y ALEJANDRO VILLALOBOS PÉREZ398

PLANTA Y ALZADO DE LA PIRÁMIDE DE LOS NICHOS. EL TAJÍN. (MÉXICO).

Page 398: Arquitectura y Urbanismo Prehispanicos

HISTORIA DEL ARTE EN IBEROAMÉRICA Y FILIPINAS 399

PLANO DE CEMPOALA. (MÉXICO).

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MIGUEL A. SORROCHE CUERVA Y ALEJANDRO VILLALOBOS PÉREZ400

PLANO DE MALINALCO. (MÉXICO).

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HISTORIA DEL ARTE EN IBEROAMÉRICA Y FILIPINAS 401

PLANO GENERAL DE CHICHÉN ITZÁ. YUCATÁN. (MÉXICO).

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MIGUEL A. SORROCHE CUERVA Y ALEJANDRO VILLALOBOS PÉREZ402

PLANTA DEL TEMPLO DE LOS GUERREROS. CHICHÉN ITZÁ. YUCATÁN. (MÉXICO).

VISTA AXIOMÉTRICA DEL CUADRÁNGULO DE LAS MONJAS. UXMAL. (MÉXICO).

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HISTORIA DEL ARTE EN IBEROAMÉRICA Y FILIPINAS 403

PLANO DE UXMAL. YUCATÁN. (MÉXICO).

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MIGUEL A. SORROCHE CUERVA Y ALEJANDRO VILLALOBOS PÉREZ404

PLANO DE COPÁN. (HONDURAS).

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HISTORIA DEL ARTE EN IBEROAMÉRICA Y FILIPINAS 405

ESQUEMA DE LA PLANTA DE CHAVÍN DE HUÁNTAR. (PERÚ).

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PLANTA GENERAL DE LA CIUDAD DE CHAN CHÁN. TRUJILLO. (MÉXICO).

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HISTORIA DEL ARTE EN IBEROAMÉRICA Y FILIPINAS 407

PLANO DE TIAHUANACO. (BOLIVIA).

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HISTORIA DEL ARTE EN IBEROAMÉRICA Y FILIPINAS 409

APÉNDICE III: CUADROS CRONOLÓGICOS

MESOAMÉRICA

FECHA APROX.

ZONA GEOGRÁFICA

POBLADOS Y LUGARES APORTACIÓN CULTURAL Y/O ARTÍSTICA

40000-5000 a.C.

Se inicia el poblamiento del continente americano

5000-2500 a.C.

Aparecen los primeros poblados y se comienza a cultivar el maíz

2500-1700 a.C.

Generalización de la agricultura Aparición de la cerámica y primeros vestigios de objetos de piedra con la superficie pulida.

1700-1300 a.C.

Valle de México Zacatenco y Copilco Se realizan vasijas cerámicas con decoración a base de incisiones.

Costa del Golfo Olmecas. San Lorenzo Tenochtitlán.

Primeros espacios planificados con indicios de presencia de infraestructuras hidráulicas.

Área maya Primeros establecimientos Asentamientos localizados en puntos estratégicos.

1300-800 a.C.

Valle de México Zacatenco y Tlatilco Cerámica de influencia olmeca.

Costa del Golfo Olmecas y Huastecas. San Lorenzo Tenochtitlán, La Venta, Tres Zapotes y Remojadas.

Juego de pelota; cabezas monumentales, altares, estelas, máscaras y cerámica.

Oaxaca Pueblos Olmecas

1ª Fundación de Monte Albán en los Valles de Oaxaca, sustituyendo al enclave de San José Mogote.

800-200 a.C.

Valle de México Ticomán y Cuicuilco. Pirámides del Altiplano. Fundación de Teotihuacán.

Costa del Golfo Olmecas y Huastecas, con lugares en San Lorenzo, La Venta, Tres Zapotes y Remojadas.

Tumbas con Túmulos, Pirámide de La Venta. El Luchador de Uxpanapa, Estela “C” de Tres Zapotes y Figurillas de Cerro de las Mesas.

Noroeste Cerámica de Chupícuaro. Oaxaca Monte Albán. Construcción del templo de los Danzantes y

conformación del sector occidental de la ciudad. En escultura destacan los glifos.

Área maya Nacimiento de la civilización maya. “Fase Miraflores” de Kaminaljuyú.

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MIGUEL A. SORROCHE CUERVA Y ALEJANDRO VILLALOBOS PÉREZ410

200-0 a.C.

Valle de México Lugares de Teotihuacán. Se consolida el centro ceremonial de la ciudad. Se realizan máscaras, estatuas antropomorfas, vasos de cerámica, estelas. En pintura destacan los murales del Templo de la Agricultura y el del Paraíso Terrenal.

Costa del Golfo Huastecas. Remojadas, El Tajín y Veracruz.

Se edifican las primeras pirámides de piedra, vasos antropomorfos y estatuillas.

Noroeste. Tumba de Morett. Cerámica de Colima, Jalisco y Nayarit. Fin de la cerámica de Chupícuaro.

Oaxaca Zapotecas. Monte Albán y Dainzú.

Se concluye la explanada de Monte Albán. En Dainzú se labran las lápidas con los jugadores de pelota.

Área maya Uaxactún. Pirámide con elementos olmecas. 0-400 d.C.

Valle de México Teotihuacán Se construyen la Pirámide de la Luna y la Ciudadela. Se edifica el Palacio de Quetzalpapálotl .

Costa del Golfo Huastecas. El Tajín y Veracruz. Núcleo de la pirámide de los Nichos. Figurillas de terracota y vasos antropomorfos.

Noroeste Desarrollo de la cerámica de Colima, Jalisco y Nayarit.

Oaxaca Zapotecas. Se configura la plaza de Monte Albán como centro ceremonial de la ciudad. Se cierra el ángulo noreste con el Juego de Pelota.

Área maya Lugar de Tikal. Estela del año 292. 400-650 d.C.

Valle de México Teotihuacán. Comienza la fase de decadencia de la ciudad que la llevará a su destrucción parcial en el siglo VII.

Costa del Golfo y Huasteca

Huastecas. El Tajín y Veracruz. Se construye la Pirámide de los Nichos tal y como ha llegado a nosotros, convirtiéndose en el referente planificador urbano de la ciudad.

Noroeste Tumbas de El Opeño Oaxaca Zapotecas, desarrollo de Monte

Albán. Etapa en la que se construyen las tumbas de Monte Albán en las que se depositan ricos ajuares entre los que destacan las urnas funerarias. También sobresalen los frescos que decoran sus interiores.

Área maya Copán, Uxmal y Palenque. Templo de las siete estatuillas de Dzibilchaltún, inicio de la Acrópolis de Copán, Templo del Sol de Palenque, Juego de la pelota de Uxmal. Dintel de Yaxchilán y del Templo I de la Pirámide del Adivino de Uxmal y Estela de Cobá.

650-950 d.C.

Valle de México Xochicalco, Tula, Cholula-Cacaxtla y Teotenango.

Templo de la Serpiente emplumada de Xochicalco, Pirámide de Teotenango. Estelas, relieves polícromos y frescos de Cacaxtla.

Costa del Golfo y Huasteca.

Huastecas y Totonacas. El Tajín, El Tamuín y Veracruz.

Conjunto de Cempoala. Juegos, hachas ceremoniales, palmas, estelas, “Adolescente” del Tamuín.

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HISTORIA DEL ARTE EN IBEROAMÉRICA Y FILIPINAS 411

Noroeste Cerámica de Colima, Jalisco y Nayarit. Oaxaca Zapotecas y Mixtecas. Tilantongo,

Monte Albán y Yagul. Conformación del centro de Yagul como un enclave militar que controlaba el paso natural que comunicaba Monte Albán y Dainzú con Mitla.

Área maya Palenque, Tikal, Uxmal, Copán, Quiriguá y Chichén Itzá.

Palacios y templos de la Cruz y de la Cruz Foliada de Palenque, Tumba del Templo y Templo IV de Tikal y Casa del Gobernador de Uxmal. Tribuna de los Espectadores de Copán, “El Caracol” de Chichén Itzá. Losa de la Cripta de Palenque, Dintel 53 de Yaxchilán, Estelas de Quiriguá, Dintel fechado de Chichén Itzá, murales de Bonampak.

950-1200 d.C.

Valle de México Toltecas y Chichimecas. Teotenango. Destrucción de Tula por los Chichimecas.

Juego de Pelota.

Costa del Golfo y Huasteca

Toltecas, Huastecas y Totonacas. El Tajín y Veracruz.

Juegos de Pelota, Tajín Chico. Bajorrelieves, estatuillas, cerámica, estelas, yugos, hachas ceremoniales.

Noroeste Cerámicas de Colima, Jalisco y Nayarit. Oaxaca Mixtecas. Monte Albán. En las artes suntuarias se constata la llegada

de influencias desde Sudamérica a través del Istmo de Panamá y se inicia la metalurgia del oro y del cobre.

Área maya Chichén Itzá y Mazapán. Primer y Segundo Castillo y Juego de Pelota de Chichén Itzá. En las artes suntuarias se inicia la metalurgia del oro y del cobre.

1200-1519 d.C.

Valle de México Aztecas, Chichimecas y Mixtecas. Tenochtitlán, Tenayuca y Cholula.

Pirámides de Tenayuca y la circular de Calixtlahuaca, Templo rupestre de Malinalco, Conjunto ceremonial de Tlatelolco. Estatuas de la diosa Coatlicue, de Chicomecóatl, estelas, máscaras, vasos polícromos de Cholula, mosaicos y arte plumario (máscaras, escudos y tocados).

Costa del Golfo y Huasteca

Toltecas, Huastecas, Aztecas y Totonacas. El Tajín y Cempoala.

Pirámides redondas, templos, Castillo de Teayo, “las Chimeneas” de Cempoala; estelas, yugos, hachas, vasos y palmas.

Oaxaca Mixtecas y Aztecas. Monte Albán, Mitla y Yagul.

Palacios de Yagul, Juego de Pelota y Palacios de Mitla, tumbas. Aportaciones geométricas de los entrepaños del Grupo de las Mil Columnas. Tesoro de la tumba nº 7 de Monte Albán, cerámica policroma; Códice Zouche-Nutall, Códice Vindobonensis.

Área maya Tulum, Mixto Viejo, Ixinché. Edificios de Tulum y Mixto Viejo: Tzintzuntzan capital de los tarascos.

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MIGUEL A. SORROCHE CUERVA Y ALEJANDRO VILLALOBOS PÉREZ412

ÁREA ANDINA: PERÚ.

FECHA APROX

ZONA GEOGRÁFICA

POBLADOS Y LUGARES APORTACIÓN ARTÍSTICA

2500-1250 a.C.

Costa del extremo norte y del norte.

Dacha Prieta y Cerro Sechín.

Calabazas decoradas de Huaca Prieta. Templo de los monolitos esculpidos de Cerro Sechín. Huaca de los Reyes en Caballo muerto.

Costa central y sur. Paracas, Río Seco y El Paraíso.

Zona andina. Kotosh, Sechín Alto y Lauricocha.

Templo de las Manos Cruzadas y cerámica de Kotosh. Gran santuario de Sechín Alto.

1250-850 a.C.

Costa del extremo norte y del norte.

Tembladera, Chongoyape, Guañape y Cupisnique.

Cerámica de Tembladera.

Costa central y sur. Paracas Precoz. Curayacu, Ancón, Paracas Cavernas o Paracas Medio, Paracas Necrópolis o Paracas Tardío.

Cerámica.

Zona andina. Kotosh, Sechín Alto y Marcavelle.

Plaza circular de Sechín Alto.

850-300 a.C.

Costa del extremo norte y del norte.

Cerámica vicús chavinoide y cerámica vicús Salinar.

Costa central y sur. Cura yacu, Ancón, Paracas-Cavernas o Paracas Medio, Paracas-Necrópolis o Paracas tardío.

Zona andina. Chiripa. Inicio del templo de Chavín, escultura del Lanzón, cerámica Urabarriu, Obelisco de Tello, Dintel de los Jaguares, Pórtico, Estela Raimondi, Cerámica Janabarriu, inicio de la metalurgia del oro.

300 a.C.-600 d. J.

Costa del extremo norte y del norte.

Loma Negra, Salinar, Cultura proto-mochica, Moche.

Metalurgia del cobre en Loma Negra, Cerámica Vicús-Virú, Cerámica Gallinazo Antiguo, Vicús-Mochica, apogeo del clasicismo mochica en Moche.

Costa central y del sur. Chancay, Entrelazado, Lina Antiguo, Proto-Nazca o Precoz, Nazca Medio, Nazca Tardío.

Dibujos de la Nazca-Palpa.

Zona andina. Recuay, Pucara, Tiahuanaco, Chanapata.

Cerámica de Recuay. “Templo semisubterráneo” y cerámica de Tiahuanaco.

600-1000 d.C.

Costa del extremo norte y norte.

Huari, Moche, Lambayeque.

Fundación de Pampa Grande, influencia Huari-Tiahuanaco.

Costa central y sur. Tiahuanaco Epigonal. Zona andina. Huari-Cajamarca, Huari,

Tiahuanaco-Huari “expansivo”.

Cerámica Huari, Cráteras estilo Pacheco.

1000-1400 d.C.

Costa del extremo norte y norte.

Lambayeque, Chimú, Chimú Medio, Huaca el dragón.

Inicio de la cultura Chimú, inicio de la construcción de Chan Chán.

Costa central y sur. Ica, Chancay, Ica-Chincha. Zona andina. Cajamarca, Inca Antiguo. 1400-1532 d.C.

Costa del extremo norte y norte.

Tallan, Inca-Chimú.

Costa central y sur. Inca-Ica, Inca-Chancay. Construcción de Tambo Colorado. Zona andina. Inca. Inicio de la cerámica, fundación de Sacsahuamán,

Machu Picchu y reestructuración de Cuzco, fundación del santuario de Kenco.

1532 d.C. Costa del extremo norte y norte.

Conquista española.

Costa central y sur. Conquista española. Zona andina. Conquista española,

Atahualpa en manos de Pizarro.

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HISTORIA DEL ARTE EN IBEROAMÉRICA Y FILIPINAS 413

ÁREA ANDINA: COLOMBIA

ÁREA ANDINA: ECUADOR

FECHA APROX

POBLADOS Y LUGARES APORTACIÓN ARTÍSTICA

3900-2300 a.C.

Real Alto, Loma Alta, Cerro Narrio y Valdivia.

Cerámica de Cerro Narrio y cerámica y “venus” de Valdivia.

2300-1300 a.C.

Valdivia y Machalilla.

1300 a.C.-500 d.C.

Chorrera. Vasos zoomorfos y antropomorfos, tendencia a la geometrización; inicio de la metalurgia del oro en el norte.

500-550 d.C.

Bahía, Jama-Coaque y La Tolita. Figuras antropomorfas de cerámica de Bahía, representaciones antropomorfas policromas de Jama-Coaque y representaciones naturalistas de La Tolita.

550-1463 d.C.

Manteña, Milagro-Quevedo, Negativo de Carchi, Puruba, Cashaloma y Cuasmal.

Incensarios antropomorfos de cerámica negra de Manteña y trabajos en oro y tejidos de Milagro-Quevedo.

1463-1532 d.C.

Integración del Ecuador en el Imperio Incaico. Fundación de Tomebamba y de Ingapirca.

1532 d.C. Conquista.

FECHA APROX

POBLADOS Y LUGARES APORTACIÓN ARTÍSTICA

15000-5000 a.C.

Puntas de lanza.

5000-3900 a.C.

Puerto Hormiga y Prechibcha.

1000 a.C.-200 d.C.

Tairona, Chibcha, Calima, Tumaco, Sinú y San Agustín.

Monolitos antropomorfos, templos monolíticos de San Agustín. Santuario de Lavapatas.

200-600 d.C.

San Agustín, Calima, Tierradentro y Tumaco.

Cerámica con motivos zoomorfos y fitomorfos y orfebrería en oro de Calima; figurillas, máscaras y representaciones zoomorfas de Tumaco.

600-1521 d.C.

Nariño, Quimbaya, Chibcha o Muisca y Tolima.

Orfebrería en oro y urnas funerarias con motivos antropomorfos de Quimbaya Placas antropomorfas o tunjos con representaciones antropomorfas, esculturas de oro (balsa de Guatavita) de Chibcha o Muisca y de Tolima artes suntuarias con motivos geométricos zoomorfos.

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Page 414: Arquitectura y Urbanismo Prehispanicos

HISTORIA DEL ARTE EN IBEROAMÉRICA Y FILIPINAS 415

APÉNDICE IV: BIBLIOGRAFÍA

AA.VV. Historia de Iberoamérica. Prehistoria e Historia Antigua. Tomo I. Madrid, Cátedra,1992.

AA. VV. Filipinas, un siglo después, una doble mirada. Barcelona, Museo Etnológico deBarcelona, 1998.

AA. VV. Historia General de Filipinas. Madrid, AECI-Ediciones de Cultura Hispánica, 2000.ADAMS, Richard E.W. Las antiguas civilizaciones del Nuevo Mundo. Barcelona, Crítica,

2000.ADAMS, Richard E.W.; MACLEOD, Murdo (Ed.). The Cambrige History of the native

peoples of the Americas. Mesoamérica. 2º vol. Cambrige, University, 2000.ADAMSON, David. El mundo maya. Buenos Aires, Javier Vergara Editor, 1979.ALCINA FRANCH, José. Poesía americana precolombina. Madrid, Editorial Prensa Espa-

ñola, 1968.— L’art précolombien. Paris, Éditions D’art Lucien Mazenod, 1978.— Arte precolombino. Madrid, Alhambra, 1987.— José. Las claves del arte precolombino. Barcelona, Ariel, 1988.— Los aztecas. Madrid, Historia 16, 1989.— El arte precolombino. Madrid, Akal, 1990.ALCINA FRANCH, J.; LEÓN PORTILLA, M.; MATOS MOCTEZUMA, E. Azteca-Mexica.

Catálogo de la exposición celebrada en Madrid. Madrid, Sociedad Quinto Centenario-Lunwerg Editores, 1992.

ALOMAR, Gabriel (Dir.). De Teotihuacan a Brasilia. Estudios de historia urbana iberoame-ricana y filipina. Madrid, Instituto de la Administración Local, 1987.

ARTE PRECOLOMBINO. Arte precolombino en la Colección Barbier-Mueller. Catálogo dela Exposición. Granada-Santa Fe, Centro Damián Bayón-Instituto de América, 1994.

AZTECAS. Aztecas. Catálogo de la exposición “Aztecs”, Royal Academy of Art, Londres, 16noviembre, 2002-11 abril 2003. Madrid, Turner, 2002.

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ÍNDICE FOTOGRÁFICO

Page 424: Arquitectura y Urbanismo Prehispanicos

HISTORIA DEL ARTE EN IBEROAMÉRICA Y FILIPINAS 425

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN ....................................................................................................... 7

CAPÍTULO 1: EL ESPACIO GEOGRÁFICO, POBLAMIENTOY ÁREAS CULTURALES. ........................................................................................ 9

CAPÍTULO 2: ASPECTOS CULTURALES. .......................................................... 37

CAPÍTULO 3: LA TECNOLOGÍA PREHISPÁNICA. ............................................ 67

CAPÍTULO 4: TESTIMONIOS INICIALES DE LA PRESENCIAHUMANA EN AMÉRICA. ....................................................................................... 93

CAPÍTULO 5: LA CIUDAD EN MESOAMÉRICA. ............................................. 115

CAPÍTULO 6: LOS DESARROLLOS URBANOS EN EL ÁREA ANDINA. ...... 141

CAPÍTULO 7: ARQUITECTURA MESOAMERICANA. .................................... 165

CAPÍTULO 8: LOS MODELOS CONSTRUCTIVOSEN EL ÁREA ANDINA. ......................................................................................... 191

CAPÍTULO 9: LA PINTURA EN LAS CULTURAS PREHISPÁNICAS. ........... 215

CAPÍTULO 10: LA ESCULTURA: MATERIALES E ICONOGRAFÍA. ............ 241

CAPÍTULO 11: CREACIÓN Y FUNCIÓN DE LA CERÁMICA. ....................... 271

CAPÍTULO 12: EL TRABAJO EN METAL. ........................................................ 299

CAPÍTULO 13: LAS ARTES DECORATIVAS. ................................................... 323

Page 425: Arquitectura y Urbanismo Prehispanicos

MIGUEL A. SORROCHE CUERVA Y ALEJANDRO VILLALOBOS PÉREZ426

CAPÍTULO 14: ARTE PREHISPÁNICO EN FILIPINAS. .................................... 349

APÉNDICE I: CARTOGRAFÍAS ........................................................................... 375

APÉNDICE II: PLANIMETRÍAS ........................................................................... 391

APÉNDICE III: CUADROS CRONOLÓGICOS. ................................................... 409

APÉNDICE IV: BIBLIOGRAFÍA. .......................................................................... 415

ÍNDICE FOTOGRÁFICO ....................................................................................... 423

ÍNDICE .................................................................................................................... 425

ÍNDICE

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