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1 Contenido del fichero: Instrumentos de viento-madera: Flauta y flautín; oboe y corno inglés; clarinete y clarinete bajo; fagot y contrafagot; saxofón. Instrumentos de viento Los instrumentos de cuerda pertenecen a la categoría de cordófonos, ya que producen su sonido cuando una o varias cuerdas vibran al ser frotadas por el arco. En los instrumentos de viento, el sonido se genera cuando vibra una columna de aire en su interior, razón por la cual son aerófonos. La familia de instrumentos de viento es más variopinta que la de cuerda, pues sus integrantes difieren significativamente entre sí en sus características físicas y tímbricas. Debido a ello, es conveniente separar esta familia de instrumentos en dos subfamilias bien diferenciadas, que son: - Viento-madera - Viento-metal - Instrumentos de viento-madera Pertenecen a esta sección aquellos instrumentos que están hechos de madera (o que lo fueron en tiempos pretéritos). Los componentes básicos de la familia de viento-madera son la flauta, el oboe, el clarinete y el fagot. Hay, además, otros instrumentos directamente relacionados con los anteriores, como el flautín, el corno inglés, el clarinete bajo, el contrafagot o el saxofón. Las posibilidades técnicas y expresivas de los instrumentos de viento- madera (o, simplemente, de madera) son muy variadas, ya que pueden ejecutar con gran facilidad toda clase de escalas, trinos, trémolos, etc. Su función en la orquesta es dar color o matizar sobre el esbozo melódico que va dibujando permanentemente la cuerda, aunque también se les encomienda con frecuencia la presentación de melodías. - Flauta Es uno de los instrumentos más antiguos. Llega a Europa, desde Oriente, en el S. XII. Los dos tipos de flauta más comunes son la de pico, o flauta dulce, y la flauta travesera, siendo ésta la más empleada en la orquesta a partir del Barroco, cuando comienza su desarrollo constructivo en la corte de Luis XIV, gracias a Hotteterre.

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Contenido del fichero: Instrumentos de viento-madera: Flauta y flautín; oboe y corno inglés; clarinete y clarinete bajo; fagot y contrafagot; saxofón. Instrumentos de viento Los instrumentos de cuerda pertenecen a la categoría de cordófonos, ya que producen su sonido cuando una o varias cuerdas vibran al ser frotadas por el arco. En los instrumentos de viento, el sonido se genera cuando vibra una columna de aire en su interior, razón por la cual son aerófonos. La familia de instrumentos de viento es más variopinta que la de cuerda, pues sus integrantes difieren significativamente entre sí en sus características físicas y tímbricas. Debido a ello, es conveniente separar esta familia de instrumentos en dos subfamilias bien diferenciadas, que son: - Viento-madera - Viento-metal - Instrumentos de viento-madera Pertenecen a esta sección aquellos instrumentos que están hechos de madera (o que lo fueron en tiempos pretéritos). Los componentes básicos de la familia de viento-madera son la flauta, el oboe, el clarinete y el fagot. Hay, además, otros instrumentos directamente relacionados con los anteriores, como el flautín, el corno inglés, el clarinete bajo, el contrafagot o el saxofón. Las posibilidades técnicas y expresivas de los instrumentos de viento-madera (o, simplemente, de madera) son muy variadas, ya que pueden ejecutar con gran facilidad toda clase de escalas, trinos, trémolos, etc. Su función en la orquesta es dar color o matizar sobre el esbozo melódico que va dibujando permanentemente la cuerda, aunque también se les encomienda con frecuencia la presentación de melodías. - Flauta

Es uno de los instrumentos más antiguos. Llega a Europa, desde Oriente, en el S. XII. Los dos tipos de flauta más comunes son la de pico, o flauta dulce, y la flauta travesera, siendo ésta la más empleada en la orquesta a partir del Barroco, cuando comienza su desarrollo constructivo en la corte de Luis XIV, gracias a Hotteterre.

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Aunque originalmente el instrumento era de madera fina, la flauta travesera actual está constituida por un tubo metálico cilíndrico, con una embocadura y una serie de orificios cerrados por llaves (sistema Boehm) que se accionan con los dedos. Cuando el aire expelido por el ejecutante se lanza contra la embocadura o boquilla choca contra su borde (o bisel), lo que produce el sonido. Abriendo o cerrando los orificios del cuerpo del instrumento se cambia la longitud efectiva de la columna de aire que vibra dentro del tubo, definiendo así la altura del sonido. En los instrumentos primitivos los orificios se tapaban directamente con la yema de los dedos; en los actuales se emplean llaves. Para producir una escala ascendente se destapan secuencialmente los orificios del instrumento, desde el más alejado de la boquilla hasta el más cercano. Si se quiere obtener sonidos de octavas superiores pueden ejecutarse armónicos, en algunos casos con la ayuda de digitaciones cruzadas. Como características más destacables de la flauta pueden citarse su timbre suave, redondo y tierno, sus agudos brillantes, su gran agilidad y la fácil producción de trinos y otros efectos muy bellos. Además de su importante contribución en la orquesta, la flauta goza de un amplio repertorio como instrumento solista. - Flautín El flautín mide la mitad que la flauta y suena una octava por encima de ella. Fue introducido en la orquesta en 1779, en la ópera de C. W. Gluck,

Ifigenia en Táuride. Se trata del más pequeño, y, por ello, del más agudo de los instrumentos, no sólo de esta familia, sino de toda la orquesta. El flautín posee una gran agilidad. Por su timbre muy agudo se le suele emplear para evocar el sonido del viento o para culminar los crescendi o los tutti orquestales.

- Oboe El oboe pertenece al grupo de instrumentos con lengüeta doble, en el que también se encuentran, además del oboe de amor y el corno inglés (derivados de aquél), el fagot y el contrafagot. Hay quien data su existencia desde unos 2800 años antes de Cristo. En el antiguo Egipto se utilizaban unos instrumentos, que todavía se pueden encontrar en el Magreb, sin haber sufrido apenas evolución en su estructura. También se han encontrado vestigios de oboes primitivos en la India y en China. Como ocurrió con la mayoría de los instrumentos egipcios, el oboe pasó a Grecia y después a Roma, dando origen al aulos griego y a la tibia romana, los más probables antepasados del oboe europeo.

El oboe se desarrolla en Francia,

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en el s. XVII, a partir de la chirimía (Hotteterre). Su cuerpo es cónico, construido en madera de boj o de ébano, con orificios laterales. Consta de tres piezas tubulares, insertadas con mucha precisión, lo que le confiere el aspecto de un cuerpo único. La sección inferior o pabellón es la más ancha. Su extremo es un poco abocinado y suele ir rematado por un aro metálico. En el extremo de la sección superior el oboe tiene un orificio, al que se adapta por medio de un tudel metálico la embocadura del instrumento. Ésta posee una doble lengüeta, hecha de caña de bambú. Al soplar el instrumentista se entrechocan las lengüetas, produciéndose así el

sonido. La lengüeta es dura y elástica, requiere un gran dominio técnico de los labios y es necesario cambiarla con frecuencia. La longitud total del instrumento, incluidos la lengüeta y el tudel, es de unos 65 cm. La longitud de la columna de aire en el interior del oboe puede modificarse abriendo o cerrando los orificios practicados a lo largo del cuerpo del instrumento, directamente con los dedos, o bien por medio de un sistema de llaves incorporado a partir del s. XIX.

Físicamente, el oboe es un tubo cónico igual al fagot, mientras que la flauta o el clarinete son cilíndricos. Eso le permite poseer un sonido con más colores, más complejo. Posee gran agilidad y su timbre es poético, elegante, delicado y ligero (evocador de escenas pastoriles), motivo por el cual suele encargarse de la melodía en muchos momentos de las obras. Su sonido ha sido descrito como acre, nasal, penetrante y aterciopelado. La afinación del oboe es muy precisa, por lo que es el instrumento a partir del que se afina toda la orquesta. - Corno inglés Se trata de un instrumento de doble lengüeta que, en realidad, es un oboe de mayor tamaño. Su sonido, por tanto, es más grave. No se conoce con certeza su origen, aunque parece ser descendiente del oboe de caza barroco.

El corno inglés se diferencia del oboe por su tamaño, su campana (que acaba en forma de pera) y su embocadura, en la que hay una pieza metálica curvada en su extremo (bocal) que sujeta la lengüeta. El corno inglés es un oboe contralto que está afinado en Fa y suena una quinta más bajo que el oboe.

La sonoridad del corno inglés es más plena que la del oboe. Su timbre es sombrío y patético, de gran melancolía.

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- Clarinete Fue creado a partir del chalumeau, aerófono de lengüeta simple y tubo cilíndrico, que se utilizaba preferentemente como instrumento popular. Fue el constructor alemán Johann Denner (1655-1707), de Nüremberg, quien hacia 1690 le aplicó dos llaves (el chalumeau tenía una), suprimió la cápsula donde estaba encerrada la lengüeta del caramillo, y añadió al tubo un pabellón, que lo hacía más sonoro, frente la terminación de flauta o pico propia del chalumeau. Puede que esta embocadura, que recordaba a la pequeña trompeta o clarino, le diera el nombre. Sin embargo, el clarinete no desplazó o suplantó al chalumeau, sino que ambos coexistieron, teniendo el clarinete un papel secundario hasta fines del Barroco, frente al chalumeau. Sin embargo, el futuro era del clarinete. Con los hijos de Denner (Jacob especialmente) y un gran clarinetista de Bohemia, Joseph Beer (1744-1811) los orificios y llaves del instrumento se multiplican. En la segunda mitad del XVIII el clarinete se va introduciendo lentamente en la orquesta, comenzando por Mannheim y París. Luego, en la época revolucionaria (final del s. XVIII, principios del XIX), entra a formar parte de las bandas militares. A comienzos del siglo XIX el clarinete ya estaba perfectamente establecido en el seno de la orquesta junto con los más veteranos instrumentos de viento madera: flauta, oboe y fagot. El antiguo sistema de llaves fue modificado radicalmente a mediados del siglo XIX, en paralelo con la aportación de Theobald Böhm en la construcción de la flauta. La adaptación al clarinete fue fruto de la colaboración entre el clarinetista Hyacinthe Eléonore Kosé y el constructor Louis August Buffet (c. 1839-1843), quienes patentaron el sistema en París en 1855. Con ello el clarinete adquiriría sus tres octavas y una sexta, además de una gran agilidad. El clarinete actual está hecho de madera de boj o de ébano y, a diferencia del oboe o el fagot, lleva una lengüeta simple, aunque hecha también de caña de bambú. El clarinete posee cinco partes de madera que van conectadas con anillos metálicos: boquilla, cabeza, cuerpo superior, cuerpo inferior y pabellón. Su sección es cilíndrica, aunque está rematada en la parte inferior en forma cónica y su embocadura es acampanada.

El clarinete es el más moderno de todos los instrumentos de viento- madera. Su incorporación a la orquesta se debe a Mozart. Es uno de los

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instrumentos que posee mayor agilidad, por lo que suele decirse que equivale al violín de la familia de viento-madera. Su sonido es lleno, suave y oscuro. Posee una gran riqueza sonora, asociada a la presencia significativa de sus armónicos. Su timbre es aterciopelado y melodioso, lleno y dramático en los graves, lírico y expresivo en los medios. El registro intermedio es más débil, pero el registro agudo es penetrante y brillante, claro y muy expresivo. El clarinete más empleado en la orquesta es el afinado en Si bemol, aunque algunas veces se pide un clarinete más agudo (en Mi bemol o clarinete requinto,) o más grave (el afinado en La). - Clarinete bajo

Este instrumento está afinado en Si bemol y suena una octava por debajo del clarinete, ya que es bastante más largo. Como el clarinete, su embocadura lleva una membrana de bambú, encargada de producir, al vibrar, su sonido. El clarinete bajo termina en una campana metálica y se apoya en un pie o soporte. Aunque su forma es parecida a la del saxofón, el sonido del clarinete bajo es muy diferente, pues existen dos claras diferencias entre ambos: el cuerpo del clarinete bajo no es cilíndrico, sino cónico y, además, es de madera y no de

latón. El clarinete bajo es más poderoso y suena menos "a caña" que el clarinete ordinario. Las notas bajas son muy ricas y resonantes y pueden tocarse muy sosegadamente. A pesar de su tamaño, puede tocar pasajes rápidos con sorprendente ligereza. Su timbre cálido bajo sirve para evocar sentimientos lúgubres, sombríos, misteriosos. - Fagot Es un instrumento de doble lengüeta de caña, de la familia del oboe, que es el equivalente al violonchelo en la familia de la madera. El fagot debe su existencia a la necesidad de ampliar los sonidos graves en la sección de viento-madera.

El fagot tiene una altura de 156 cm, aproximadamente, y una longitud de 250 cm. Su tubo es cónico y está construido en madera de arce o de palosanto. Las llaves metálicas están recubiertas de plata o níquel. Su madera exterior está barnizada, aspecto que influye sensiblemente en el sonido del instrumento. Al ser su tubo tan largo, el fagot va doblado en forma de S para facilitar su manejo. El instrumento moderno se compone de cuatro secciones independientes, todas ellas de madera, y un tudel metálico que se une a la embocadura. Las

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piezas se unen con corcho para que no escape el aire. La pieza de base se conoce como culata y la sección final del instrumento (o campana) se remata con un aro de marfil. El fagot cuenta con lejanos precedentes, que se remontan a la civilización romana. El instrumento actual se desarrolló a partir del bajón, a mediados del s. XVII. Su fisonomía se mantuvo bastante fiel desde su origen hasta mediados del citado siglo, pero a partir de ahí su evolución fue importante. En el siglo XIX Savary llevó a cabo una serie de mejoras, que se vieron reforzadas por la incorporación de un sistema de llaves de Böhm por parte de Triebert. La coronación de todos los esfuerzos anteriores fueron las aportaciones del célebre constructor alemán Heckel, quien introdujo diversas soluciones técnicas, reflejadas en su tratado de 1899. El fagot es muy ágil y tiene facilidad para las notas picadas. Su sonido combina muy bien con los otros instrumentos de doble caña. Su voz es rica y grave, por lo que es empleado como soporte armónico del sonido orquestal. En su registro agudo (tesitura de tenor), el fagot tiene una sonoridad incisiva, burlona que le hace muy adecuado para interpretar solos. Su timbre lo hace adecuado para tonos líricos o cómicos. - Contrafagot Es un instrumento similar al fagot, pero de mayor longitud y, por tanto, de sonido más grave. El contrafagot es, en realidad, un fagot bajo, ya que su sonido está localizado una octava por debajo del fagot, por lo que se trata del instrumento de registro más grave no sólo de la sección de viento-madera, sino de toda la orquesta. El tubo del contrafagot está doblado tres veces sobre sí mismo. Mide más de 5,90 m de longitud, pesa unos 10 kg y su altura alcanza 1,60 m. Está construido totalmente de madera, exceptuando el tudel y el pabellón, que son metálicos. Para tocarlo debe estar apoyado en una pica metálica debido a su excesivo peso. El contrafagot se incorporó a la plantilla orquestal a finales del s. XVIII. Su empleo en la orquesta siempre ha sido excepcional. Así mismo, aunque puede interpretar melodías de carácter sombrío y triste, carece prácticamente de intervenciones como instrumento solista, aunque Beethoven lo emplea con efecto admirable en la escena de la cisterna o celda de Florestán, en Fidelio, además de utilizarlo también en el Finale de su Quinta o Novena sinfonía, pero como simple refuerzo de bajos. - Saxofón Es un instrumento de metal, construido en París, en 1846, por el belga Adolf Sax cuando intentaba mejorar el clarinete. Berlioz lo introdujo en la

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orquesta poco después. Enseguida cayó en desuso y, finalmente, se salvó de la desaparición gracias a que el ejército francés lo incluyó en la plantilla de sus bandas militares. El saxofón es un instrumento híbrido entre el oboe y el clarinete, pues su tubo es cónico, pero emplea una lengüeta simple. Más que hablar de un

único instrumento, conviene resaltar que existe una familia completa de saxofones. Así, están el saxofón sopranino, el soprano, el alto, el tenor, el barítono, el bajo y el contrabajo.

El saxofón se caracteriza por su enorme capacidad de matización, una agilidad media, un timbre pastoso y una sonoridad plena, muy apta para el canto. Las versiones “alto” y “tenor” son las que más suelen utilizarse en la orquesta. Su empleo en ella es

ocasional, ciñéndose sobre todo a algunas obras del siglo XX.