ARTÍCULO PARA DOCENTES

Como el canto o un grito de guerra

Un artículo que leí recientemente, iniciaba diciendo que, hay historias que brotan de la experiencia y otras, del corazón. Para contextualizar el mensaje, evocaré ambos elementos en esta publicación. Viene a mi recuerdo, con cariño, las misiones catequéticas en Laramate, uno de los veintiún distritos que conforman la Provincia de Lucanas, en el Departamento de Ayacucho, en una etapa de gran dolor, fruto del terrorismo, un campesino cantaba al son de la guitarra: “Yo no quiero ser el hombre que se ahoga en su llanto, de rodillas hechas llagas, que se postran al tirano. Yo quiero ser como el viento que recorre continentes y arrasar tantos males... No quiero ser el verdugo que de sangre mancha el mundo, ni arrancar corazones que amaron la justicia… Yo quiero ser el hermano que da la mano al caído y abrazados férreamente vencer mundos enemigos, vencer mundos que oprimen. Para qué vivir de engaños cholita, de palabras que segregan veneno…” Es sorprendente al escuchar la letra, la capacidad de nuestro pueblo para sobreponerse al dolor a través del canto; como la experiencia que sufrió la señora Aida, cuya casa completamente quemada a causa de una vela encendida, único medio para tener un poco de luz al llegar la noche, en las casitas de esteras en las periferias de Lima sur, al ver aquel espectáculo, empezó a rescatar lo poco que pudo, y entre su llanto y su canto, se unieron los vecinos para levantar otra casita, más bella y más fuerte que la anterior; tal vez como el grito de guerra con el que se preparan los soldados, como me explicaba un instructor de la Escuela Técnica del Ejército, que cambia la actividad neuronal de cada individuo, mediante la liberación de sustancias neuroquímicas, con el fin de alcanzar un estado de identidad colectiva, de unidad y de aliento entre unos y otros, en medio de la lucha o de la acción; asemejándose tal vez al clamoreo de los israelitas rodeando a Jericó, para derribar sus muros y obtener la victoria.

Intención que pretende despertar la Oficina Nacional de Educación Católica, al presentar el tema de la resiliencia para que, como docente, puedas construir redes de apoyo social a fin de ayudar a tus alumnos, a superar momentos de crisis; socorriéndolos en las pérdidas familiares que han sufrido debido a la pandemia mundial; de los enfrentamientos con la muerte frente al covid-19; de la tensión, el estrés, fruto del encierro obligatorio; o de las presiones laborales de las familias, entre otras; especialmente cuando se pretende arrancar de la educación el sentido espiritual y trascendente, nos toca devolver el mensaje de Jesús de Nazaret, en medio de tantas situaciones adversas y volcar la mirada al creador, a fin de adquirir la paz, la alegría y un sentido nuevo de la vida.

En estas líneas encontrarás, un importante mensaje lo que significa la resiliencia, lo que implica para la familia y a la escuela, y algunas actividades para desarrollarlas con tus estudiantes. Esperamos que sea de ayuda personal y para tu desempeño docente. Además, queremos felicitar a cada uno de ustedes, maestros, que han podido comprobar su resiliencia y su esfuerzo en aprender y desarrollar esta invaluable capacidad y constituirse en el mejor de los ejemplos.

¿Qué se entiende por resiliencia?

Etimológicamente resiliencia viene del latín “resilio” que significa “volver atrás, volver de un salto, resaltar, rebotar”. En psicología, el término se empleó para referirse a las personas que a pesar de sufrir situaciones estresantes no se vean afectadas psicológicamente por ellas, porque son capaces de dar un salto para encontrar el sentido de la vida.

Según encontramos en el diccionario, la resiliencia es la capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas. Refiere, por tanto, al proceso que va desde una experiencia adversa a una adaptación progresiva y madura a la vida.

Para explicar este valor, existen muchos símiles, como el del águila real, que mencionamos anteriormente, como, después de cuarenta años, con un pico encorvado e inservible, unas garras incapaces de agarrar a su presa, por lo deforme de sus formas y un plumaje inadecuado, debe tomar la decisión, dejarse morir o renovarse y vivir otros cuarenta años más. Para ello, se refugia en lo alto de una cumbre y, golpea su pico contra un muro hasta romperlo y, espera pacientemente que crezca uno nuevo; luego, con ese pico nuevo, se arranca las garras y el plumaje antiguo para esperar sabiamente que crezcan; en unos cinco meses, finalmente, con el pico, garras, plumaje y vida renovados, se remonta hacia las alturas. Este proceso es un claro ejemplo, posible de realizar en el acompañamiento a los alumnos, para que puedan superar emociones negativas. Se deben reconocer, por más difícil que parezca, y canalizar esas emociones, orientándolos a nuevas situaciones, hacia lo más valioso de la vida y elevarse sobre sí mismo, para encontrar el sentido y las ganas de vivir en plenitud, abriéndose confiado al Espíritu de Dios, eso es tener un valiente corazón resiliente.

Aparentemente, este valor, ha pasado desapercibido en el currículo o en

las áreas educativas de la escuela, pero que, en este tiempo de crisis,

ocupa el primer plano, especialmente en la hora de tutoría. Este hecho nos

replantea la necesidad y la obligación que tenemos los docentes de

incorporar el valor de la resiliencia como un tema de suma importancia a

tratar dentro de los aprendizajes virtuales, para que los estudiantes estén

mejor preparados al afrontar los problemas y dificultades que puedan

padecer a lo largo de su vida.

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Enseñar la resiliencia

La revista de UNIR (Universidad de la Rioja- España) del jueves, 30 julio 2020, nos exhorta a trabajar la resiliencia de modo transversal en todas las áreas educativas, desde tres factores claves, según el modelo Grotberg: “el yo tengo, yo soy y yo puedo” como ejes motivadores, camino hacia la resiliencia.

El “yo tengo” apunta a todo aquello que el estudiante tiene a su alcance para superar los problemas: una familia que le quiere, amigos en los que confiar y a los que pedir ayuda en los momentos difíciles, un maestro que se preocupa por él. El “yo soy” hace referencia a sus cualidades positivas y las fortalezas que esconde; y el “yo puedo”, aquellas metas que puede conseguir, expresar, canalizar y superar sus miedos, pedir ayuda en una situación que no está a su alcance, o simplemente reinventarse recurriendo a su propio ingenio para resolver un problema, entre otros.

La base para educar en la resiliencia también tiene que ver con la educación y manejo de las emociones: actividades que ayudan a los alumnos a identificar sus estados de ánimo, a expresarlos y a revertir una emoción negativa en positiva.

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¿Cómo podemos enseñar resiliencia a nuestros alumnos? Los educadores Santiago Moll y Vilma Medina que tienen los mejores blogs dedicado al mundo educativo, nos sugieren estos pasos: 1. Enseñar a elaborar preguntas: Consiste en invitar a la reflexión y a la introspección. tambien a formular preguntas abiertas, así harás de tus alumnos personas más reflexivas y capaces de verbalizar sus preocupaciones y adversidades. 2. Enseña la bondad: Motívales a realizar una buena acción cada día, y a verbalizar su ejecución; no solo por la bondad en sí del acto, sino por la gratitud que se recibe. Si educas a tus estudiantes en la bondad, estarán preparados en el valor de la gratitud. 3. Enseña hábitos saludables: Como el ejercicio físico, dormir las horas necesarias, comer de forma saludable y evitar situaciones estresantes. Con estos cuatro hábitos, asegurarás la posibilidad de afrontar con éxito muchas y distintas crisis que se presentaran en la vida. 4. Enseña a ser útil: Si conseguimos que los jóvenes tengan la sensación de ser útiles en la vida o en cualquier habilidad en particular en las que se desempeñan, estamos formando estudiantes con una elevada autoestima, no solo capaces de afrontar sus propias adversidades, sino también estamos reforzando un espíritu solidario hacia sus compañeros, familiares, otros, para enfrentar cualquier dificultad que les surja. 5. Enseña a ser positivo: Significa enseñar a los estudiantes a reconocer y ser concientes

de una situación o sentimiento negativo y a la vez saberlo expresar con total espontaneidad.

Esto es muy importante, porque ayuda a mirar la situación de manera constructiva y

positiva, les ayuda a valorar su capacidad de pensamiento humanitario, de autocontrol y

otros valores personales, familiares, entre otros.

6. Potencia habilidades: Consiste en ayudar a los estudiantes a descubrir por sí mismos cuáles son sus habilidades, en qué son buenos, en qué pueden llegar a ser los mejores. Una vez que descubran esas habilidades los docentes debemos potenciarlo al máximo utilizando los mejores recursos que tengamos, después de todo, estas habilidades se van tejiendo en los chicos, como un soporte personal con las que puedan superar experiencias que se consideren traumáticas. 7. Enseña a resolver problemas: La resolución de problemas, o de conflictos, es un aspecto que cada vez más se tiene en cuenta en los centros de aprendizaje. Es preciso enseñarles a ver el conflicto como una oportunidad o posibilidad de crecimiento y maduración, esta posibilidad, contribuye a trabajar en la formación de estudiantes mediadores capaces de gestionar conflictos. 8. Fomenta la autoestima: Esta dimensión juega un papel relevante para hacer frente a cualquier tipo de adversidad. Se fortalece recordando y verbalizando lo mejor de cada uno, celebrando logros y compartiéndolos con apertura y confianza con quienes verdaderamente puedan ayudarnos. 9. Crea redes de apoyo: Consiste en poder contar con personas que nos ayuden en momentos difíciles, y que nos hagan sentir que nunca estamos solos en nuestras luchas. Por eso es importante, crear vínculos y amistades que puedan perdurar en el tiempo y que en la adversidad se conviertan en una red de seguridad para todos. 10. Enseña a ver las cosas en perspectiva positiva ante una situación adversa: La perspectiva positiva juega un papel fundamental para la superación de las adversidades Este elemento trata de descentralizar el foco del dolor y del sufrimiento a través de la perspectiva positiva, relativizando el problema. Ten en cuenta que, a mayor perspectiva positiva, mayor visión y proyección personal.

Actividades

Actividad N° 1: Armando un rompecabezas

Se le entrega al grupo un crucigrama con una frase escondida como un

rompecabezas con el siguiente texto: “TU AMISTAD HACE FLORECER LA ALEGRÍA

EN MI CAMINO”

Por la intención (objetivo) misma de la actividad, no aparecerán algunas letras o

palabra que, los participantes no sabrán.

Ante la dificultad, se dejará a la imaginación del grupo sortear la dificultad

generada, para poder lograr el objetivo de la dinámica, la cual es presentar la frase

completa.

Finalidad de la actividad: Sirve para experimentar que entre todos somos capaces

de solucionar los inconvenientes de manera creativa y divirtiéndonos

YO TENGO: en relación con el apoyo, hay personas que se suman a apoyarnos en lo

que nos sucede y son prontos en ofrecernos su ayuda.

Actividad N° 2: Sincero al fin

A los miembros del grupo, se les entrega el siguiente caso hipotético:

“Macarena es muy amiga de Tati a quien tiene por confidente. Ambas comparten

actividades escolares. Cada vez que van a ciertos lugares bailables, Macarena se suele

descontrolar ingiriendo demasiada bebida. Cuando su estado es incontrolable, en lugar de

ir a su casa, va a la casa de otra amiga.

Un día le pide a Tati que la hospede en su casa para repetir la misma situación.

Tati, que ya había hablado con ella en repetidas ocasiones, esta vez le manifiesta cuanto la

quiere y que por su bien le aconseja que cambie el modo de actuar.

En primera instancia Macarena se enoja, pero luego reconoce que, en verdad, de todas sus

amigas, Tati es la única que la quiere bien.

Desarrollo de la actividad:

-Se solicita a cada uno de los miembros del grupo que opinen si están de acuerdo con Tati

o no

-Según la respuesta, cada participante está invitado a escribir tres causas sobre la

situación tratada.

-Entre todos los integrantes del grupo, eligen una de las respuestas más pertinente y

adecuado, para presentar al grupo grande, dicha presentación debe ser con una reacción

de humor o con el ritmo musical de sus preferencias.

Finalidad de la actividad: Gozar de lo bueno hecho con afecto

YO SOY: en relación con la fortaleza intra-psíquica. Yo soy respetuoso de mí mismo y del prójimo.

Actividad N° 3: Estímate

- Se le entrega al grupo, 10 letras en total, uno a cada integrante por separado, según sea

el número de personas, esta actividad puede desarrollarse sea presencial o a través de la

plataforma de internet que dispongan. La idea es formar la palabra “autoestima”, palabra

que el grupo ignora y debe esforzarse en descubrir.

- -Luego, deberán compartir por escrito las experiencias más gratificantes de su vida, por

ejemplo, qué emociones experimentaron y explicar su por qué.

-Entre todos buscan la relación entre las experiencias gratificantes y la palabra

“autoestima” promoviendo el diálogo.

-Todos juntos acuerdan darse un aplauso por haber logrado situaciones gratificantes en su

vida.

Finalidad de la actividad: Reconocer aspectos positivos propios. Promover la propia

valoración

YO ESTOY: adquiriendo de habilidades y solucionando de conflictos, YO ESTOY seguro

de que todo saldrá bien y que el único fracaso, es aquel del que no pudimos aprender nada.

Actividad N° 4: El corazón reconstruido

Es una actividad para realizarla a través de WhatsApp en grupos de cuatro. Los

integrantes del juego hacen un viaje imaginario al mundo de sus miedos.

-Cada uno dibuja un corazón, que representará al suyo.

-Dentro del corazón cada uno dibujará cómo se imagina sus miedos y le dará un color

-Imaginarán un lugar donde puedan depositar o enterrar sus miedos, con la seguridad de

que nadie los removerá y los mismos pasarán a ser motivos de superación. Todo esto

manifestado verbalmente.

-Cada uno dibujará una nueva situación en la parte de atrás del corazón, y cambiarán los

colores del dibujo por los que consideren más agradables.

-En el centro del corazón, colocará una sola palabra que demuestre cuál o cuáles de los

miedos pudo transformar y por qué.

A continuación, cada uno muestra en la pantalla el corazón trabajado en ambas caras y la

transformación sucedida.

-Cada uno también comenta lo que le gustó de la experiencia.

Finalidad de la actividad: Redimensionar problemas. Elaborar situaciones temidas.

Expresar lo que me asusta o me inquieta.

YO PUEDO: hablar de lo que me asusta, buscar la manera de resolver problemas,

encontrar a alguien que me ayude cuando lo necesito

TRABAJO ELABORADO POR: LIC. JUAN CARLOS OLGUÍN VÁSQUEZ - COORDINADOR ONDEC

REFERENCIAS

Rodríguez, E. Claves para ayudar a los niños a desarrollar una actitud positiva. En revista “La mente es maravillosa”.18 julio 2019.

Actividades para trabajar la resiliencia en el aula (o cómo enseñar a tus alumnos a decir “yo puedo”). En Revista UNIR. 30 julio 2020

Medina, V. Cómo desarrollar la resiliencia en los niños. En Guardiainfantil.com. 18 mayo 2020

Etimología origen de la palabra

asociacioneducar.com/