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UNIVERSIDAD DE MEXICO 25 ARTES PLASTfCAS Por Carlos VALDÉS NOTAS SOBRE LA PINTURA HISPANOAMERICANA A pesar de sus grandes diferencias la pin- tura hispanoamericana muestra caracte- rísticas comunes. Hay un gran descono- cimiento entre uno y otro país; pero por haberse alimentado en las mismas fuen- tes se han producido resultados similares. Fernando de Szyszlo, que ha tratado los problemas de la plástica hispanoame- ricana, '" observa que la pintura de algu- nos países hispanoamericanos se caracte- riza por tener influencia de la tradición indígena, mientras que en otros países, al contrario, se distingue por la ausen- cia de ella. Al iniciarse nuestro siglo los pintores hispanoamericanos imitaban servilmente el academicismo europeo, en especial el de Francia y España. El impresionismo europeo se cultivó en hispanoamérica; pero sólo se adoptaron sus rasgos menos vigorosos y más superficiales. Después de la Primera Guerra Mun- dial los grandes cambios sociales del mundo causaron gran impacto en la con- ciencia de los artistas hispanoamericanos; esto permitió que los artistas aceptaran las nuevas corrientes artísticas renovado- ras. México y Buenos Aires en aquellos momentos eran los centros artísticos más importantes. En México se practicaba una pintura figurativa, nacionalista, aten- ta a los valores sociales y que trataba de afirmarlo propio y que negaba los valores importados. El gobierno mexica- no apoyó a los artistas, porque conside- que el arte nacionalista robustecía la nacionalidad insegura. Algunos inte- lectuales ayudaron con sus escritos al mo- vimiento nacionalista. Sin embargo, los artistas se planteaban problemas más bien sociales y políticos que plásticos; a pesar de todo se produjo el ambiente propicio para que José Clemente Oroz- co realizara su obra genial. Otros países como Ecuador, Colombia, Perú y Boli- via, se sintieron inclinados a imitar a la escuela mexicana. En cambio, en Buenos Aires existía una gran afluencia de inmigrantes y ca- si no había tradición indígena; por eso los artistas argentinos practicaban un ar- te apegado a la tradición europea más avanzada. Emilio Pettoruti se apartaba de lo nacional y realizaba obras cubistas; tenía las mismas preocupaciones de los pintores europeos. Su cubismo fue en Hispanoamérica arte de vanguardia. Mientras que los mexicanos comba- tían el arte extranjero, los argentinos lo aceptaban indiscriminadamente. A los mexicanos les faltaba la vivificadora in- fluencia extranjera; en cambio, los ar- gentinos carecían de raíces nacionales y de expresión propia. Hacia 1925 surgió el arte moderno en el Brasil, país que -como Argentina- estaba muy ligado a Europa; Tarsila do Amaral pintaba siguiendo el patrón cu- bista de Leger, y sin intenciones anec- dóticas. En Uruguay, Pedro Figari apegado al postimpresionismo (aunque empleaba temas nacionales) producía una obra muy personal. Joaquín Torres García hizo el primer intento serio ·de encontrar U!l lenguaje phístico propio; había sido dIscípulo de los neoplasticistas, pero c.uando regresó a Uruguay empezó a de: lmear su pintura constructivista. Ade- más de la influencia de Mondrian y Klee se advierten en Torres García ciertos rasgos de cultura precolombina; había asimilado profundamente el arte prehis- pánico, y no lo imitaba superficialmente como los nacionalistas. Al principiar la Segunda Guerra Mun- dial, Amelia Peláez comenzó a exhibir sus obras en Cuba. La pintora había estudiado en París con los cubistas; pero en su obra posterior aparece un barro- quismo tropical. Ella fue la maestra de un grupo de jóvenes artistas que fun- daron la eseuela cubana; entre ellos de- ben citarse los nombres de Mario Ca- rreño y Cundo Bermúdez. Mientras en México triunfaban Oroz- ca, Rivera y Siqueiros, apareció otro pin- tor que ha tenido gran trascendencia en el movimiento pictórico hispanoameri- cano: Rufino Tamayo; aunque en los primeros años se le negó su talento, hoy su capacidad artística es ampliamente reconocida. Tamayo no empleaba argu- mentos políticos, y se apartaba del fol- klore, de la pintura que en su mayoría estaba destinada a venderse a los turis- tas. Tamayo se había inspirado en el arte indígena; sin embargo se adaptaba al es- píritu de los grandes maestros contempo- ráneos. Al lado de Tamayo debe situarse a Carlos Mérida. Mérida tiene influen- cias europeas y también del arte azteca y maya. Tamayo y Mérida demostraron cómo se podía ser nacionalista sin caer en lo folklórico. El cubano Wilfredo Lam se formó en Europa. Como Tamayo, Lam supo apro- vechar a la vez las grandes corrientes del arte universal y la inspiración del arte popular cubano. Lam también ha in- fluido sobre la pintura hispanoamerica- na. El chileno Robe'tio' i\,fatta pertenece a un país poco nacionalista. Roberto Ma- tta, como los pintores argentinos, no tu- vo que plantearse el problema del nacio- nalismo. Este pintor ha pasado la mayor parte de su vida en Estados Unidos y en Europa; le debe mucho al movimiento surrealista, principalmente a Dalí y a Tanguy; pero sus cuadros recuerdan las costas desoladas de su país natal. Cuando interviene la tradición indí- gena, la pintura hispanoamericana mues- tra ciertos caracteres místicos y trágicos. Pero este misticismo no proviene de la contemplación espiritual, sino que se dis- tingue por su violencia, su sensualidad, por su marcado acento dramático. La tradición indígena y la española contribuyeron igualmente a crear un apasionado espíritu místico. Existe en Hispanoamérica una gran vocación para el sacrificio y la mortificación; se rinde culto a los muertos hasta en los juguetes infantiles. Sin embargo, un profundo de- seo de vivir y una gran sensualidad con- trarrestan los sentimientos trágicos. La sensualidad se manifiesta exuberante- mente en los colores de la pintura que imita la naturaleza del trópico. Este uni- verso lírico se alimenta con las misterio- sas fuerzas de los sentimientos primiti- Amelia Peláez - Cuba Orozco - México Torres Carda - Uruguay Lam _. Cuba

ARTES PLASTfCAS · ñol en América. El artista hispanoame ricano de hoy busca en el arte preco lombino y en el arte contemporáneo europeo las fórmulas que le permitan trascenderse

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UNIVERSIDAD DE MEXICO 25

ARTES PLASTfCASPor Carlos VALDÉS

NOTAS SOBRE LA PINTURAHISPANOAMERICANA

A pesar de sus grandes diferencias la pin­tura hispanoamericana muestra caracte­rísticas comunes. Hay un gran descono­cimiento entre uno y otro país; pero porhaberse alimentado en las mismas fuen­tes se han producido resultados similares.

Fernando de Szyszlo, que ha tratadolos problemas de la plástica hispanoame­ricana, '" observa que la pintura de algu­nos países hispanoamericanos se caracte­riza por tener influencia de la tradiciónindígena, mientras que en otros países,al contrario, se distingue por la ausen­cia de ella.

Al iniciarse nuestro siglo los pintoreshispanoamericanos imitaban servilmenteel academicismo europeo, en especial elde Francia y España. El impresionismoeuropeo se cultivó en hispanoamérica;pero sólo se adoptaron sus rasgos menosvigorosos y más superficiales.

Después de la Primera Guerra Mun­dial los grandes cambios sociales delmundo causaron gran impacto en la con­ciencia de los artistas hispanoamericanos;esto permitió que los artistas aceptaranlas nuevas corrientes artísticas renovado­ras. México y Buenos Aires en aquellosmomentos eran los centros artísticos másimportantes. En México se practicabauna pintura figurativa, nacionalista, aten­ta a los valores sociales y que tratabade afirmarlo propio y que negaba losvalores importados. El gobierno mexica­no apoyó a los artistas, porque conside­ró que el arte nacionalista robustecíala nacionalidad insegura. Algunos inte­lectuales ayudaron con sus escritos al mo­vimiento nacionalista. Sin embargo, losartistas se planteaban problemas másbien sociales y políticos que plásticos; apesar de todo se produjo el ambientepropicio para que José Clemente Oroz­co realizara su obra genial. Otros paísescomo Ecuador, Colombia, Perú y Boli­via, se sintieron inclinados a imitar a laescuela mexicana.

En cambio, en Buenos Aires existíauna gran afluencia de inmigrantes y ca­si no había tradición indígena; por esolos artistas argentinos practicaban un ar­te apegado a la tradición europea másavanzada. Emilio Pettoruti se apartabade lo nacional y realizaba obras cubistas;tenía las mismas preocupaciones de lospintores europeos. Su cubismo fue enHispanoamérica arte de vanguardia.

Mientras que los mexicanos comba­tían el arte extranjero, los argentinos loaceptaban indiscriminadamente. A losmexicanos les faltaba la vivificadora in­fluencia extranjera; en cambio, los ar­gentinos carecían de raíces nacionales yde expresión propia.

Hacia 1925 surgió el arte moderno enel Brasil, país que -como Argentina­estaba muy ligado a Europa; Tarsila doAmaral pintaba siguiendo el patrón cu­bista de Leger, y sin intenciones anec­dóticas.

En Uruguay, Pedro Figari apegado alpostimpresionismo (aunque empleabatemas nacionales) producía una obramuy personal. Joaquín Torres Garcíahizo el primer intento serio ·de encontrar

U!l lenguaje phístico propio; había sidodIscípulo de los neoplasticistas, peroc.uando regresó a Uruguay empezó a de:lmear su pintura constructivista. Ade­más de la influencia de Mondrian y Kleese advierten en Torres García ciertosrasgos de cultura precolombina; habíaasimilado profundamente el arte prehis­pánico, y no lo imitaba superficialmentecomo los nacionalistas.

Al principiar la Segunda Guerra Mun­dial, Amelia Peláez comenzó a exhibirsus obras en Cuba. La pintora habíaestudiado en París con los cubistas; peroen su obra posterior aparece un barro­quismo tropical. Ella fue la maestra deun grupo de jóvenes artistas que fun­daron la eseuela cubana; entre ellos de­ben citarse los nombres de Mario Ca­rreño y Cundo Bermúdez.

Mientras en México triunfaban Oroz­ca, Rivera y Siqueiros, apareció otro pin­tor que ha tenido gran trascendencia enel movimiento pictórico hispanoameri­cano: Rufino Tamayo; aunque en losprimeros años se le negó su talento, hoysu capacidad artística es ampliamentereconocida. Tamayo no empleaba argu­mentos políticos, y se apartaba del fol­klore, de la pintura que en su mayoríaestaba destinada a venderse a los turis­tas. Tamayo se había inspirado en el arteindígena; sin embargo se adaptaba al es­píritu de los grandes maestros contempo­ráneos. Al lado de Tamayo debe situarsea Carlos Mérida. Mérida tiene influen­cias europeas y también del arte aztecay maya. Tamayo y Mérida demostraroncómo se podía ser nacionalista sin caeren lo folklórico.

El cubano Wilfredo Lam se formó enEuropa. Como Tamayo, Lam supo apro­vechar a la vez las grandes corrientes delarte universal y la inspiración del artepopular cubano. Lam también ha in­fluido sobre la pintura hispanoamerica­na.

El chileno Robe'tio' i\,fatta pertenecea un país poco nacionalista. Roberto Ma­tta, como los pintores argentinos, no tu­vo que plantearse el problema del nacio­nalismo. Este pintor ha pasado la mayorparte de su vida en Estados Unidos yen Europa; le debe mucho al movimientosurrealista, principalmente a Dalí y aTanguy; pero sus cuadros recuerdan lascostas desoladas de su país natal.

Cuando interviene la tradición indí­gena, la pintura hispanoamericana mues­tra ciertos caracteres místicos y trágicos.Pero este misticismo no proviene de lacontemplación espiritual, sino que se dis­tingue por su violencia, su sensualidad,por su marcado acento dramático.

La tradición indígena y la españolacontribuyeron igualmente a crear unapasionado espíritu místico. Existe enHispanoamérica una gran vocación parael sacrificio y la mortificación; se rindeculto a los muertos hasta en los juguetesinfantiles. Sin embargo, un profundo de­seo de vivir y una gran sensualidad con­trarrestan los sentimientos trágicos. Lasensualidad se manifiesta exuberante­mente en los colores de la pintura queimita la naturaleza del trópico. Este uni­verso lírico se alimenta con las misterio­sas fuerzas de los sentimientos primiti-

Amelia Peláez - Cuba

Orozco - México

Torres Carda - Uruguay

Lam _. Cuba

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vos. En Lam y Matta estas fuerzas hanencontrado una expresión que podríallamarse expresionismo barroco. En cam­bio, estas pasiones en Tamayo y Zañar­tu se manifiestan en poesía sutil, en unlirismo influido por el surrealismo.

El sentimiento trágico del artista his­panoamericano se ha nutrido en la ines­tabilidad social común a todo el mundo;además, se ha visto impulsado por unsentimiento de soledad, sentimiento queya se conocía durante el dominio espa­ñol en América. El artista hispanoame­ricano de hoy busca en el arte preco­lombino y en el arte contemporáneoeuropeo las fórmulas que le permitantrascenderse.

Mérida, Ossaye, Torres García y otrosse han inspirado en la arquitectura y enel arte indígena; han creado figuras hie­ráticas -rectangulares o curvilíneas- que~arecen flotar en el vacío. La pinturahispanoamericana moderna aún no haresuelto la contradicción que existe en­tre el pensamiento liberal de los pintorescontemporáneos y las tendencias místi­cas de la civilización indígena. Es decir,la contradicción entre el mundo mágicoindígena, y el mundo actual, racionalistay progresista.

Después de la Segunda Guerra en casitoda Hispanoamérica se han abierto ga­lerías de pintura, y los artistas puedenvivir de sus obras. Actualmente nuestrospintores conocen y practican las corrien­tes que predominan en el arte interna­cional; sin embargo, aún 'siguen preocu­pados por encontrar una base espiritualpropia.

• Estas notas se inspiraron en artículos deFernando de Szyszlo y Jean Le Cannelier.

LA PINTURA DE VICENTE ROJO

Actualmente Vicente Rojo exhibe óleos,gouaches y dibujos, en la Galería Pro­teo. Rojo pertenece a la escuela abs­tracta informalista, a la que pertenece lamayoría de los artistas que hoy día exhi­ben en las principales capitales del mun­d,o; Pero Vice~te Rojo no practica el ta­chIsma obedeCIendo a la moda; es cierto

Vicente Rojo - Monumento

que sus obras antes eran figurativ~s; sinembargo, mostraban c1ar~s tendenCIas ~a­cia la abstracción. El artIsta fue prescm­diendo cada vez más de la realidad con­vencional, aun de la geometría, hastaalcanzar el abstraccionismo absoluto.

Al dejar a un lado ~as figur~s, ~uvooportunidad de descubnr para S.I ~1Ismo

un arte dramático, lleno de sentImIentosy de sensualidad. Ahora dedica la ma­yor parte de sus energías a dominar elcolor y las texturas. . .

Vicente Rojo se trasladó del dominiode la geometría al terreno de la íntimapoesía de la materia. Se advierte en elartista una necesidad de encontrar laverdad, de investigar y penetrar en la es­tructura de las formas, y de manifestarcon sinceridad sus emociones en el colory en las texturas.

El artista lleva el espacio hasta susúltimas consecuencias, busca la pinturaen sí, la pintura en toda su pureza. Otrasveces limita las formas, y salva el con·cepto espacial; en sus dibujos, principal-

Piedra amarilla

Juego de niños

UNIVERSIDAD DE MEXICO

ment,e, crea volúmenes y practica la geo­metna.. Sus estructu~as son a la vez sólidas y

SImples. El artIsta desea que la atencióndel espectador se concentre en los ele­men~os básico~, y que !10 se distraiga.AqUl no hay sImbolos, smo materia queresp0!1de a las necesidades de profundasemocIOnes;, la fo~ma que ocupa casi todala tela esta cuajada de caligrafías irra.cionales, primarias, que poseen valor ensí mismas, que no requieren explicacio­nes intelectuales.

Vicente Rojo emplea diversos materia.les: papel, al~mbre, etcétera, para creartexturas; le Interesa encontrar un len­guaje plástico más bien táctil que visual;sus frecuentes ensayos con diversos ma­teriales se justifican, pues parten de im­pulsos em<;>cion~les, y no sólo son pro­ducto del mgemo. Los óleos de VicenteRojo sobrepasan ampliamente lo deco­rativo;. aunq.ue efol su pintura no haylocuaCidad, tIene SIempre algo que decir,algo vital que comunicar.

Piedra sobre piedra