“No estén tristes. Yo

estaré siempre con ustedes”

Ascensión del Señor al Cielo

Cuestión de perspectiva

• Cuando llegamos a puntos culminantes en nuestra vida, pensamos que hemos llegado a un final:

“Ya me gradué”.

“Ya me casé”.

“Ya tengo trabajo”.

• Pensamos que ya no tenemos que hacer nada más, porque hemos alcanzado “la meta”.

• En realidad, las cosas apenas inician:

Graduarse implica “irse haciendo un profesional”.

Casarse implica “asumir todos los días el compromiso”.

Tener trabajo implica: “dar lo mejor para cuidarlo y superarme”.

• Esta visión, hace que no nos quedemos “estancados”, como quien

“ha tocado techo”.

• Sería lamentable pensar que “ya no tengo más hacia dónde ir, o qué hacer”. ¡Eso no es lo que quiere el Señor!!

La misión de Jesús: ¿terminó? • Jesús tiene muy

clara su misión: cumple la Voluntad del Padre:

Toma condición humana.

Es Maestro. Muere en la cruz. Resucita. Nos redime.

¿Cuál es la actitud de Jesús?

• Su misión no termina: Porque el

amor no se termina. Dios no aparta de nosotros su Amor.

• La Ascensión al Cielo no es “punto final”, sino “punto de inicio”

• No dice: “terminó mi tarea”, más bien dice: “estaré con ustedes todos los días”.

porque no hace las cosas

“por cumplir”, “por terminar

rápido”, sino por amor y

por convencimiento.

• Jesús toma la actitud de la

disponibilidad a la acción del

Espíritu,

Analicemos nuestra actitud

• Los discípulos se sienten tristes porque creen que “Jesús se va”.

• Nosotros también a veces creemos que Jesús “no está”, porque “no vemos su acción concreta” en las guerras, las injusticias, el hambre, tantos abusos a la dignidad humana.

• Y es ahí donde está el problema: asumimos una actitud de tristeza y de miedo ante estas

realidades, pero trasladamos la responsabilidad a Dios. Eso nos deja

detenidos.

“Galileos: ¿Qué hacen allí parados mirando al

cielo”

¿Qué significa celebrar la Ascensión?

1. Superar la actitud de tristeza, porque Jesús “está con nosotros todos los días hasta el final”.

2. Tomar conciencia de que esa presencia permanente de Jesús nos fortalece para “no dar por sentadas las cosas” sino buscar soluciones posibles.

3. Asumir la misión y la identidad de Cristo en nosotros:

“Ir”: Hay que anunciar.

“Enseñar”: Hay que aprender a amar como lo hace Jesús.

“Bautizar”: Vivir los sacramentos es vivir la dinámica del encuentro con Jesús, caminar con Él y darlo a los demás.

Nueva actitud ante la Ascensión

• “iluminar nuestra mente”:

Sólo llevando una vida según el Espíritu (oración y acción), podemos vernos iluminados por el Espíritu

para superar la tentación de creernos “huérfanos” del

Señor y tomar la actitud de SER NOSOTROS PRESENCIA DE CRISTO EN EL MUNDO.

4. Deseo de eternidad (“Cuán gloriosa es la herencia”):

Los valores de la actualidad apuntan a la

autorrealización y la búsqueda de la felicidad

inmediata “por si acaso”. Pero eso nos amarra.

• Dios sabe que somos capaces de más, porque somos sus hijos, de manera que quiere que busquemos “allá

arriba” donde está Aquel que nos ha dado el tesoro de la salvación.

Somos ciudadanos del

cielo

• Debemos vivir en nuestro aquí y ahora, con los pies bien puestos sobre la tierra: impregnando de amor todas las cosas.

• Cada día que vivimos no es “un día menos”, (final), porque nuestras buenas obras de cada día son los escalones que nos ascienden a la vida eterna.