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MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA CULTURA CENTRO NACIONAL DE HISTORIA MUSEO NACIONAL DE LAS CULTURAS A favor de la diversidad y en contra de las desigualdades Soy afrodescendiente… La devoción por el texto y la memoria Curiepe… siempre Curiepe El Callao, esencia, brillo y color 07 NÚMERO AÑO 4 Libertarios y cimarrones: afrodescendientes en Venezuela MAYJUN 2011

Así somos nº 7 libertarios y cimarrones af rodescendiente

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Page 1: Así somos nº 7 libertarios y cimarrones af rodescendiente

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA CULTURACENTRO NACIONAL DE HISTORIAMUSEO NACIONAL DE LAS CULTURAS

A favor de la diversidad y en contra de las desigualdades

Soy afrodescendiente… La devoción por el texto y la memoria Curiepe… siempre Curiepe El Callao, esencia, brillo y color

07NÚMERO

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Libertarios y cimarrones: afrodescendientes en Venezuela

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Revista así somos, año 4, Nº 07MAYO- JUNIO 2011

DirectorLuis Adrián Galindo [email protected]

Conse jo Editoria lLuis GalindoCasimira MonasteriosAlejandro CalzadillaNelly RamosAldemaro Barrios

Coordinac ión Editoria lAkaida Libertad [email protected]

Asistente editoria lHarold [email protected]

Diseño gráf icoArgenis ValdezAlejandro César Solórzano

I n f ó g r a f oJorge Luis [email protected]

Correcc iónCésar Russian

Fotograf íasRubén AlfaroSusana ArwasFilippo BilottiIván CalzadillaJosé María CruxentMaría Teresa GarcíaJose Carlos GomezÁlvaro GonzálezJuan José GonzálezRaúl GonzálezRosley LabradorNury LárezAlexis “Felipito” LayaReinaldo LeónEdgar MorenoIsidro NúñezHarold PalaciosGonzalo PlazaMónica PiscitelliManuel Reina LealFreddy RománRafael SalcedoVíctor SojoLuis TrujilloArchivo Centro dela Diversidad Cultural

Fotograf ías portadaSUPER IOR

Natalia, recolectora de cacao.Chuao, estado Aragua, 2002.Foto: Jose Carlos Gomez

INFER IOR

Ninos de la comunidad La Arenita.Barlovento, estado Miranda, 2008.Foto: Jose Carlos Gomez

Fotograf ías contraportadaSUPER IOR

Los niños del Santo Negro.Comunidad de San Benito,estado Mérida, 2010.Foto: Luz Marina Parra

INFER IOR

Diablitos del futuro. Chuao,estado Aragua, 2007.Foto: Susana Arwas/Edgar Moreno

Colaboran en este númeroAixa AntúnezNeris BarbozaMaría Cristina BassaloMailyng BermúdezNirva CamachoBerta CovaGerri ChávezAlexis “Felipito” LayaLuis LayaCarlos LondonLuisa MadrizCheyla MasínCasimira MonasteriosAkaida OrozcoJosé Marcial RamosNelly RamosJuan Pablo Sojo (+)Arianne VelisErnesto Yevara

ISSN 1856-8483

Depósito Legal PP200702CS2757

Edic ión 60.000 ejemplares

así somos es una publicación del GobiernoBolivariano de Venezuela, Ministerio del PoderPopular para la Cultura

Av. Panteón, Foro Libertador, edificio ArchivoGeneral de la Nación, 2do. piso, Caracas,Venezuela. Teléfono: (58-212) 509.55.38

[email protected]

Impreso por la Fundación Imprenta de la Cultura

República Bolivariana de Venezuela

VICEMINISTERIO PARA EL FOMENTODE LA ECONOMÍA CULTURAL

Coordinac ión del S istema Masivode Revistas de la CulturaJonathan Montilla

Superv is ión Generalde Diseño Gráf icoDileny Jiménez

El Sistema Masivo de Revistas del Ministerio delPoder Popular para la Cultura está integrado porocho revistas: A Plena Voz, Arte de Leer, AsíSomos, Memorias de Venezuela, Poder Vivir,La Revuelta, La Roca de Crear y Se Mueve.

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Así somos desde la afrovenezolanidadA partir de la entusiasta aprobación de la nueva Constitución de 1999 por la gran mayoría de la nación venezolana,junto a la alegría de un nuevo proyecto político, social y cultural de indiscutible defensa y respeto por los derechosde nuestros pueblos, queda la deuda del reconocimiento constitucional expreso de las especificidades sociocultura-les de los pueblos de descendencia africana en la conformación de un país multiétnico y pluricultural. Este reconoci-miento y autorreconocimiento por parte de la población venezolana, garantizaría una vía hacia la eliminación del racismoy otras formas de exclusión social, a la vez que la plena incorporación de los pueblos afrodescendientes y de su di-versidad sociocultural en los distintos ámbitos de nuestra vida social.

El año 2011 ha sido declarado por la Asamblea de la Organización de las Naciones Unidas como el Año Interna-cional de la Afrodescendencia, de allí la importancia de estimular la reflexión colectiva sobre esta realidad en Vene-zuela, razón por la cual nos aproximamos en este séptimo número de la revista Así Somos a los saberes y vivenciasde estos pueblos. Para ello, hemos creído necesario alejarnos de una visión “folklorística” sobre los aportes cultura-les de la presencia africana en nuestro país, continuamente presentada únicamente como herencia musical y danza-ria. Sin duda alguna, parte importante de nuestra riqueza sonora y capacidades de expresión a través del cuerpo sela debemos a los ancestros africanos, pero estas creaciones no son de ningunamanera ni simples, ni ingenuas, ni aza-rosas, como tampoco son los únicos aportes de los pueblos afrodescendientes a la diversidad sociocultural del país.Junto a la música y la danza de estos pueblos hay una cosmovisión o visión integradora que da sentido y pertenen-cia a nuestra existencia humana en este territorio.

Para esta aproximación a los pueblos afrodescendientes en Venezuela hemos invitado a escribir los artículos des-de una mirada endógena, desde el tejido de la vida diaria, como quien desea contar su familia, su calle, su plaza y sutierra. Presentamos narrativas de la vida cotidiana, del día a día, de las formas cómo se gana el pan del hogar, las ma-nera de celebrar el nacimiento de los hijos, el matrimonio del vecino, la buena cosecha, la cultura en el barrio, la lle-gada del Niño Jesús o la salida de San Juan de la iglesia con el grito de las campanas y el solazo en la cabeza. Encontraremostambién una mirada muy íntima, de quien se mira al espejo y describe su cuerpo, del cómo se enseña a hablar al in-fante, de las formas de gesticular con las manos, de las maneras de referirse a los abuelos, las abuelas, a los primos ya los vecinos. Hablamos de los saberes para cultivar la tierra, cocinar e ingerir los alimentos, identificar y domesticarlas plantas medicinales, curar enfermedades, junto a oraciones y terapias.

Pero no olvidemos que para una parte importante de la población, existen pueblos descendientes africanos tan sólopor su color de piel y no por la complejidad de sus culturas. Razón por la cual es importante reflexionar sobre el cómopercibe el resto de los venezolanos a los pueblos afrosdescendientes y también como se perciben éstos a sí mismos,incluidos allí los medios de comunicación, la publicidad, la moda, el cine, las telenovelas y el chiste callejero. Sin duda,este número de Así Somos, es apenas un esbozo del amplio trabajo de investigación que aún nos queda por delanteen la tarea de conocer con profundidad y hacer visibles las características socioculturales de los pueblos afrodescen-dientes, camino necesario para el reconocimiento y autorreconocimiento de estas culturas en el país.

Deseamos agradecer a quienes escribieron para este número, la mayoría, mujeres luchadoras que hacen vida enlas distintas organizaciones y movimientos sociales de Venezuela, entregadas al estudio, fortalecimiento y luchas porla dignificación del ser afrodescendiente; sea esta edición un sencillo homenaje a su dedicación y esfuerzo.

Luis Adrián Galindo C.DIRECTOR DEL MUSEO NACIONAL DE LAS CULTURAS

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2011 AÑO INTERNACIONAL DE LA AFRODESCENDENCIA

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Uno de los grandes logros de la revo-lución bolivariana es saldar la deudahistórica con la población afrodescen-diente, cuya materialización se eviden-ciará con la incorporación de unapregunta referida a la autodefinición delos afro en el XIV Censo Nacional de Po-blación y Vivienda a realizarse en 2012.

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Saberse negra, sentirse negra, pensar yactuar como negra, no es nada fácil,sobre todo si se pertenece a una socie-dad donde el racismo y la discrimina-ción son el Elegua que acompaña a unnegro, más si es para cerrar que paraabrir los caminos. Por favor continúeleyendo...

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Veroes, tierra de tradiciones, cimarro-najes y luchas constantes en la quehombres y mujeres participan por igualdesde la casa, el conuco o desde ellugar donde haya que hacer frente a loque se presente, bien sea las tierras, laautonomía, revalorizar y transmitirtradiciones o el reconocimiento étnico,económico, político y social.

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Sonoro, hermoso, mágico, irreal, en lacotidianidad, espacio libre, herencia delos ancestros, tierra buena y fértil,madre que fecunda orgullosa prole dehombres y mujeres que no se igualan anadie por su autenticidad, así es elpueblo de Curiepe.

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El proceso histórico de las y losesclavizadas/os africanas/os en lasAméricas y el Caribe tuvo consecuenciasque aún están presentes en nuestrassociedades y repercuten en hombres ymujeres que enfrentan hoy diferentesformas de discriminación racial yconviven al mismo tiempo con elendorracismo. Ése ha sido el motorfundamental para la conformación demovimientos sociales que luchan contrala discriminación racial, por la igualdadde condiciones y oportunidades.

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Si quiere “matricular para el próximoaño”, como se dice en algunas regionesde Venezuela cuando se quiere seguircon vida, no se olvide de tocar, el 29 dejunio, las llaves de San Pedro que llevael santo en su cintura, pues es una delas formas de asegurar que no se lo/lalleve “la pelona”.

Los negros antillanos con corazónafricano llegaron a las riberas del Yu-ruari, con sus grandes cargamentos desabores y saberes, así contribuyeron ala conformación y consolidación de unpueblo que guardaba en sus entrañasla soñada espiga dorada.

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En la sección Otras Voces, el primer vi-cepresidente de la Asamblea Nacional,Aristóbulo Istúriz, hablará sobre la afro-venezolanidad, sus bemoles, paradigmasy herencias. Istúriz nació en Curiepe, Bar-lovento, es maestro normalista, profe-sor de educación física y de historiacontemporánea de Venezuela. Fue di-putado entre 1989-1994, asumió la al-caldía de Caracas por la Causa R y esfundador del PPT y el PSUV.

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H o m e n a j e

JUAN PABLO SOJO

Juan Pablo Sojo Rengifo nace en Curiepe, es-tado Miranda, el 23 de diciembre de 1907. Hijode Juan Pablo Sojo y de Brígida de Sojo, fueautodidacta, boticario, novelista, cuentista,poeta, investigador y periodista. Escribió paradiversos diarios y revistas de corte culturalcomo Fantoches, Revista Venezolana de Fol-klore,Boletíndel InstitutodeFolklore,ArchivosVenezolanosdeFolklore,CulturaUniversitaria,Acta Venezolana, Élite y El Farol.

En 1942, comienza investigaciones relacio-nadas con el rescate y difusión de la identidaddel negro venezolano. Posteriormente, en1946, Sojo es designado jefe de Folklore Lite-rario del Servicio de Investigaciones Folklóri-cas Nacionales (SIFN), dirigido en ese entoncespor el poeta Juan Liscano. En febrero del año1948, a petición del presidente Rómulo Galle-gos, se realiza el evento Cantos y Danzas deVenezuelaenelNuevoCircodeCaracas,elcualorganiza Sojo junto a otros compañeros delámbito cultural.

Fue Sojo quien por primera vez utilizó eltérmino “afrovenezolano” para referirse alos componentes étnico-culturales proceden-tes del continente africano, instaurados enVenezuela.

Juan Pablo Sojo, prolijo investigador, nove-lista y poeta produjo una nutrida obra inte-lectual fundamentada en textos como Tierrasdel estado Miranda. Sobre la ruta de los ca-cahuales (1938), Nochebuena negra (1943),Temas y apuntes afrovenezolanos (1943), Es-tudiosdelfolklorevenezolano(1986).Tambiénfue coautor de libros comoAntologíadecuen-tistasypintoresvenezolanos (1976) yLafiestade la tradición: 1948. Cantos y danzas de Ve-nezuela (1998).

Este valioso venezolano, estudioso y de-fensor de los grupos étnicos y la cultura afro-venezolanos, murió en Caracas el 8 de octubrede 1948. Su legado testimonial, espiritual y crí-tico será para generaciones de generacionesun aporte de significación histórica.

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Soy afrodescendiente…y tú, ¿cómo te reconoces?

mentando que no somos africanos,que lo afro se perdió durante elproceso de transformación culturalque ha tenido nuestra historia, etc.,no debemos perder de vista que laexpresión afrodescendiente implicareconocimiento político, y aunqueen algunos casos está vinculada alo ancestral, ésta no es una condi-ción estrictamente necesaria paraautoidentificarse como afrodescen-diente. Este término no pretendedestacar la pureza étnica de un in-dividuo, ya que como es bien sa-bido los africanos y africanassecuestrados y esclavizados ennuestro país provenían de distintasetnias y fueron mezclados entreellos con la intención de diluirlos eincomunicarlos, lo que trajo comoconsecuencia las múltiples mezclasde costumbres y la pérdida de suslenguas originarias, entre muchosotros aspectos, pero además de loocurrido entre los propios africanosy africanas, nuestra historia estásumergida en una mezcla entre in-dígenas, blancos criollos y blancoseuropeos, entre otros.Este meztizaje no sólo es bioló-

gico sino también cultural. En estesentido, discutir sobre el origen decada persona o de cada venezolano

no es tarea fácil; por el contrario,pudiera entorpecer el cumplimientode una gran deuda histórica exigidadurante décadas por parte de colec-tivos, agrupaciones y organizacio-nes sociales al Estado venezolano:la identificación de la poblaciónafrodescendiente en Venezuela,cuya materialización se evidenciarácon la incorporación de una pre-gunta referida a la autoidentifica-ción de la poblaciónafrodescendiente en el XIV CensoNacional de Población y Viviendaliderado por el Instituto Nacionalde Estadística (INE), organismo ads-crito al Ministerio del Poder Popu-lar del Despacho de la Presidencia.Es importante destacar que ade-

más de saldar la deuda con la po-blación venezolana también sedará cumplimiento a lo establecidoen la Declaración de Durban y suPrograma de Acción (ConferenciaMundial contra el Racismo, la Dis-criminación Racial, la Xenofobia ylas Formas Conexas de Intoleran-cia) respecto a la necesidad de quelos Estados firmantes generen ci-fras estadísticas que den cuenta dela población afrodescendiente ensus respectivos países y, en conse-cuencia, se elaboren políticas públi-

Asumir la afrodescendencia requierede un proceso de concientización denuestra historia política y social, asícomo de la valoración y orgullo denuestra herencia cultural y ancestral,no obstante, el reconocimiento delotro u otra (como individuo) permi-tirá la visibilización y el respeto quemerecemos como parte de la vene-zolanidad y la diversidad.La necesidad de que política-

mente seamos visibles todas aque-llas personas que por nuestro colorde piel, fenotipo, cultura o hastaascendencia, hemos sido ignoradosy cobijados bajo el manto del mesti-zaje, ha impulsado a diversas orga-nizaciones sociales, tantonacionales como internacionales, arevisar exhaustivamente el términohistóricamente utilizado para identi-ficarnos, en este caso nos referimosa la expresión “negro”, cuya críticamás usual es la fuerte carga discri-minatoria que posee, además deconstituir una expresión impuestapor el dominador para calificar alas víctimas de secuestro y esclavi-tud durante la época colonial.Es por ello que aunque muchos

analistas, académicos, cultores ypare usted de contar, disertan sobreel vocablo afrodescendiente, argu-

Uno de los grandes logros de la revolución bolivariana essaldar la deuda histórica con la población afrodescendiente,cuya materialización se evidenciará con la incorporación deuna pregunta referida a la autodefinición de los afro en el XIVCenso Nacional de Población y Vivienda a realizarse en 2012M a r í a C r i s t i n a B a s s a l o

Dir . Of ic ina de Enlace con las Comunidades Afrodescendientes (MPPPC)

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cas en áreas comola educación, la saludy la economía que con-tribuyan a sufragar partede los graves daños ocasio-nados a los descendientes di-rectos o indirectos de losafricanos y africanas esclavizadosdurante la época colonial.La invitación es a no entrampar-

nos en el término y en la definición,aunque ciertamente resulta un pasoimportante unificar criterios, pero larealidad es más profunda y está re-presentada por el penoso hecho deque algunos individuos presunta-mente superiores creen tener el de-recho de dominar, eliminar y/osubestimar a otros supuestamenteinferiores por poseer ciertas caracte-rísticas físicas, culturales o de ascen-dencia (es importante destacar quetambién los indígenas han sido con-siderados inferiores); en fin, el ra-cismo así como la discriminaciónhan promovido la exclusión y la au-sencia de políticas públicas dirigidashacia una parte de la población: “losafrodescendientes”.De esta manera, el XIV Censo Na-

cional de Población y Vivienda cons-tituye un instrumento valiosísimopara agrupar a esa parte de la pobla-

ción que antesno era conside-

rada, y a partir delas cifras que se obten-

gan emprender la indaga-ción social y evidenciar que

los afrodescendientes ocupan lamayoría de las zonas deprimidaseconómicamente, tanto ruralescomo urbanas, y que históricamenteles ha sido negado el derecho de po-seer tierras para vivir o producir.Es importante precisar que el

Censo sólo generará cifras, peroigualmente no perdamos de vistaque este insumo es fundamentalpara promover diversos estudiosque den cuenta de una realidadsentida pero no evidenciada.Vamos pues a emprender y promo-ver ese proceso concientizadorsobre la valoración y reivindicaciónde nuestras raíces, de nuestros va-lores y de la herencia que humilde-mente nos dejaron nuestrosancestros y ancestras, registremosen el Censo con orgullo… Soyafrodescendiente.

¿POR QUÉ ES NECESARIO CONTARA LA POBLACIÓN AFROVENEZOLANA?

Esta información es una poderosa herramientapara la demanda política de las y los afrodes-cendientes, pues permitirá un mejor diagnósti-co sociodemográfico y socioeconómico depueblos históricamente discriminados, ademásde fortalecer la lucha contra la discriminaciónracial como una forma de exclusión.

¿Cuál será la pregunta del Censo?Usted se reconoce como:Moreno/aNegro/aAfrodescendiente

Son diversas las maneras de identificarnos comoafrovenezolanos y afrovenezolanas, sea por lacultura, territorio, color de piel o antepasadosfamiliares. Sea como negro, moreno, afrodes-cendiente o afrovenezolano, es importante re-conocer y reafirmar nuestra raíz y cultura.

Siento que soy unamezcla de sangres,incluyendo la afro, ¿cómome incluyo?Si sientes que es esencial para tu identidad re-conocerte como afrodescendiente, negro/ao moreno/a, reconócete en el Censo. Sentir-se afrodescendiente no se limita al color dela piel, significa todo lo que forma parte denuestra historia, cultura y cotidianidad vin-culadas a lo afrovenezolano o cultura negraen nuestro país.

Para seguir leyendo…

ACOSTA SAIGNES, M. Vida de los esclavosnegros en Venezuela. Caracas, UniversidadCentral de Venezuela, 1967.

AMAIZ, M. G. “Del mestizaje infeliz a lalibertad de las culturas”, A Plena Voz, nº 33,2007, p. 9.

BANCO INTERAMERICANO DE DESARROLLO.Comunidades de ancestría africana en CostaRica, Honduras, Nicaragua, Argentina, Co-lombia, Ecuador, Perú, Uruguay y Venezuela.Washington, D.C: Author, 1999.

Declaración Sobre la Raza y los PrejuiciosRaciales, disponible enhttp://www2.ohchr.org/spanish/law/raza.htm

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Hijas e hijos de África yla Constitución de 1999

En nuestra Carta Magna aprobadaen 1999 no aparecen los afrodes-cendientes, legalmente no existen,usted busca en la Constitución laspalabras negro, afrovenezolano,afrodescendiente o el eufemismomoreno libre y no los encontrará.Es bueno preguntarse por qué noaparecen en la que en su momentofue proclamada como la Constitu-ción más avanzada del mundo,pero no, una vez más quedaron in-visibilizados. Por qué sería que elexcelso poeta que escribió el pre-ámbulo constitucional los borró delmapa, acción confirmada por elconstituyentista al aprobarla sin elmás mínimo reparo. No obstantela petición de los y las afrodescen-dientes. ¿Será que nunca han vistoun negro o una negra en este país,será que nunca han oído hablar delos tambores, de San Juan Congo?Ni tan siquiera oyeron la canción“Barlovento”. ¿O será que los des-cendientes de aquellos y aquellassecuestrados y traídos para ser es-clavizados no son venezolanos?Después de cinco siglos regandocon su sangre, su sudor y sus lágri-mas estas tierras, de luchar por lalibertad propia y ajena, de su deter-minante participación en la produc-ción de riquezas y de su enormecontribución a la conformación dellegado libertario.Podemos cavilar sobre el asunto,

como lo hemos hecho, en solitarioy en colectivo, plantearnos infinida-des de interrogantes sobre el por-

qué de este olvido, por decir lomenos, y especular sobre un sinfínde respuestas acerca de esta exclu-sión y sus consecuencias. Y es pre-cisamente esa situación deexclusión, contraria al espíritu boli-variano, democrático y humanistaque alienta nuestro proceso de re-fundación republicana, la que debe-mos combatir en todos los órdenes,formas y maneras. De todos ytodas es sabido que en “la bicha”lograron meternos gazapos, gazapi-tos y gazapotes que debemos en-mendar, materia pendiente al no seraprobada la reforma constitucional.Tampoco es que sea de extrañar

esta invisibilización por olvido uomisión, pues ella está en la basedel imaginario instaurado por laoligarquía nacional en las clasespopulares, y quienes por voz deuno de sus más conspicuos intelec-tuales a su servicio, en la cuarta re-pública, expresaba en un microtransmitido por VTV, “cuando lle-garon los africanos, los venezola-nos éramos…”. Indudablementelos africanos no vinieron, los traje-ron a la fuerza, tampoco los vene-zolanos éramos tal cosa. La trataen el territorio colonial que a partirdel 5 de julio de 1811 sería lla-mado República de Venezuela, seinició en 1526, culminando en1810. Otro de esos connotados in-telectuales afirmaba que el únicoaporte de los africanos y su des-cendencia a la cultura venezolanafueron la música y la danza de

tambores. Conceptos que se repi-ten y perpetúan a través del sis-tema educativo y los medios de“confusión” masiva. Entonces, nonos debe sorprender que nuestrosintelectuales, políticos y, por su-puesto, el común asuman, bajo elfalso manto de la “raza mestiza”,esos conceptos que invisibilizan abuena parte de la población.Ahora bien, la invisibilización

comporta la exclusión del otro/a, enconcreto, la negación de sus dere-chos, si no existes no hay deberesque cumplir y sobre todo no hay de-rechos que ejercer, o lo que es lomismo, reducidos a menos que unacosa. Bajo el manto del mestizajepocos se detienen a mirar las dife-rencias étnicas no sólo existentesentre indígenas y criollos (ésta hasido la única diferencia aceptada),agrupando a los afrodescendientesdentro del mundo criollo mestizo;quedando así invisibilizada su histo-ria y su cultura (material, intelectualy espiritual), sus aportes al procesode conformación de la patria boliva-riana, cuando no descalificados y es-tigmatizados sus lenguajes, suscostumbres, sus saberes, sus valores,formas y maneras para relacionarsesocial y ecológicamente; sus institu-ciones económicas y socioculturales;su religiosidad, su estética y su arte;su manera de ver y entender elmundo. Ergo, entonces, dónde quedalo multiétnico y lo pluricultural,dónde la equidad y la justicia, cómohacer realidad lo democrático, parti-

C a s i m i r a M o n a s t e r i o sInvest igadora de l Museo Nac iona l de las Cul turas

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cipativo y protagónico,cuándo la justicia social yla igualdad sin discrimi-nación ni subordinaciónalguna; todos principiosfundamentales consagra-dos en el preámbuloconstitucional. ¿No esuna gran contradiccióncon esos valores y princi-pios la ausencia de losafrodescendientes en eltexto constitucional?Indudablemente que

en estos años de procesobolivariano los y lasafrodescendientes hanobtenido logros, luchasde siglos que en esteproceso revolucionariohan visto coronados susesfuerzos en materia deinclusión y lucha contrael racismo y la discriminación,entre otras, la Comisión Presiden-cial para la Prevención y Elimina-ción de Todas las Formas deDiscriminación Racial y Otras Dis-tinciones en el Sistema EducativoVenezolano, la creación por el MPPde Educación de la Dirección Na-cional de Educación Interculturalcon el objetivo de desarrollar el cu-rrículum nacional con visión inter-cultural para los programaseducativos en educación inicial, bá-sica y media, pero para esto ha sidonecesario hacer lo que han venidohaciendo desde hace cinco siglos:CIMARRONEAR, cimarronear laConstitución y asirse al articulado yentrar por especies de rendijascomo el artículo 100 que reza que“Las culturas populares constituti-vas de la venezolanidad gozan deatención especial, reconociéndose yrespetándose la interculturalidad

irrenunciable del pueblovenezolano y un derechofundamental que el Es-tado fomentará y garanti-zará, procurando lascondiciones, instrumen-tos legales, medios y pre-supuestos necesarios (…)El Estado garantizará laprotección y preserva-ción, enriquecimiento,conservación y restaura-ción del patrimonio cultu-ral, tangible e intangible,y la memoria histórica dela Nación. Los bienes queconstituyen el patrimoniocultural de la Nación soninalienables, imprescripti-bles e inembargables”. El101 que obliga a los me-dios de comunicación a“coadyuvar a la difusión

de los valores de la tradición popu-lar y la obra de los artistas, escrito-res…”. Porque al no estarreconocidos no puede existir unacomisión para asuntos afrodescen-dientes, lo cual impide legislar enesa materia en la Asamblea Nacio-nal, para atender la especificidad desus problemas se creó la Subcomi-sión para Asuntos Afro en la Co-misión para Asuntos Indígenas,donde se redactó una propuestade Ley Orgánica contra la Discri-minación Racial.Este año 2011, declarado por la

Asamblea General Internacionalde la ONU como el Año de laAfrodescendencia, confiamos enque ya no diremos los afrodescen-dientes y la Constitución sino losafrodescendientes en la Constitu-ción de la República Bolivarianade Venezuela. Mientras, sigamoscimarroneando.

bajo el principio de igualdad de lasculturas…”, y como de todos esaceptado que la cultura venezolanaestá conformada por las etnias ma-dres originaria, española y africana,entonces la herencia africana debegozar de tratamiento especial, auncuando no es reconocida en el textoconstitucional. Del mismo modo elartículo 99 contempla “…que losvalores de la cultura son un bien

…dóndequeda lomultiétnico y loplu-ricultural, dónde la equidad y la justi-cia, cómo hacer realidad lo demo-crático, participativo y protagónico,cuándo la justicia social y la igualdadsin discriminación ni subordinaciónalguna; todos principios fundamen-tales consagrados en el preámbuloconstitucional. ¿No es una gran con-tradicción con esos valores y princi-pios la ausencia de los afrodescen-dientes en el texto constitucional?

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afrodescendientesEnnuestra séptimaedicióndeseamosofrecerlea los lectoresdeVenezuelaPlu-

ral una serie de once textos que exponen, desde una mirada íntima y amena,

los valiosos aportes históricos, sociales y culturales que heredamos del mágico

universo africano.

El legado de los diversos grupos étnicos traídos a esta tierra de gracia comoes-

clavizados, hoy día conforma un patrimonio incuestionable y sumamente rico,

convirtiendo al territorio venezolano en una nación bendecida, nutrida de pro-

cesos históricos complejos, saberes ancestrales fascinantes, diversos lengua-

jes, múltiples maneras de asumir y entender la sacralidad, con costumbres

transmitidasdegeneraciónengeneraciónarraigadasprofundamenteenelsen-

tir colectivo, una estética vibrante y una espiritualidad, unamanera especial de

observar y comprender el mundo; elementos todos que constituyen una iden-

tidad venezolanamultidimensional describiéndonos claramente como un pue-

blo afrodescendiente y amerindio

Venezuelaen

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testimonio sobre el procesode autorreconocimiento

DE BARLOVENTO A CARACAS

Saberse negra, sentirse negra, pensar y actuar como negra,no es nada fácil, sobre todo si se pertenece a una sociedaddonde el racismo y la discriminación son el Elegua que acom-paña a un negro, más si es para cerrar que para abrir los ca-minos. Por favor continúe leyendo…N e l l y R a m o s

Ps icó loga esco lar / productora cu l tura l / invest igadora soc ia l

Conjunto de aguinaldo Los Juveniles de Marín. Bodega La Juventud, 1a. Calle de Marín, Caracas, finales de los años 60

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Ésta es una valiosa oportunidad para contar cómo fue elrecorrido atravesado para definir una identidad a partirde un cúmulo de variadosmensajes sociales que en cual-quier comunidad caraqueña fluyen en su cotidianidad. Setrata de considerar la forma cómo talesmensajesmoldeanla conducta y el pensamiento de la gente a través deme-canismos, unas veces inconscientes pero muchas otrasconscientes, cuyos resultados pueden dividirse en dos ver-tientes determinantes: el endorracismo o el autorreco-nocimiento como persona negra.Haber nacido en la región de Barlovento, estado Mi-

randa, de unos padres con todo su asentamiento fa-miliar en esa región, quienes en su juventud, por aquellode mejorar sus condiciones económicas, escogieroncomo lugar de vida a esa populosa zona de Caracas lla-mada San Agustín, es el hecho que marca el comien-zo de este relato.Durante los primeros años de vida todo, en apariencia,

se desarrolla de unamanera normal. Durante la infancia:jugar, ir a la escuela unitaria a aprender las primeras le-tras, recogermariposas y en diciembre esperar al Niño Je-sús. Avanzada en el crecimiento la cosa se tornaba másexigente: ya tocaba hacer los mandados, buscar agua enla pilamás cercana y hasta ir demadrugada almolino conla lata de maíz sancochado que debía molerse para pre-parar las hallacas todas las navidades.Evolucionar hacia la adultez significó comenzar a no-

tar diferencias. Poseer un color de piel distinto a las mu-chachas del barrio o al de las compañeras de escuela eramás sutil que las diferencias que se establecían en el tipode cabello. Ellas, con piel blanca y cabello liso, tendían apracticar un enrollado en el pelomuy usado para ese en-tonces llamado “rollete”, cuyo resultado era un acondi-cionamiento más lacio. Imposible tratar de imitar estaforma en un tipo de cabello rebeldemente amasijado, quealgunos en forma natural llamaban “chicharrón”, y en for-ma más descriptiva “pelo malo”.Agradecer la labor de la abuela cuando tocaba pasar las

vacaciones en Barlovento era el mayor signo de esperan-za, ella destinaba parte de su tiempo para armarse de una

paciencia que le permitiera “escarmenar” o desenredar elcabello suavizándolo con un producto de fabricación en-dógenamuy popular en la región, tal era el “aceite de co-rozo” o en su defecto de coco. Culminando el proceso eranorma para ella tejer la cantidad de crinejas o luangos quesu creatividad le inspirara.Ser aceptada en el medio donde crecía significaba sen-

tirse igual a las muchachas blancas del barrio. Saber queestaba a la venta en el mercado un peine de hierro que secalentaba para alisar el cabello y, además, una crema queno por ser de fuerte olor y abrasiva para el cuero cabelludono dejaría de satisfacer esas necesidades estéticas fue des-cubrir una vía hacia la inclusión, independientemente delas características fenotípicas que también inquietaban.Como es obvio, todo estomuestra parte de una respuestasocial donde no existe ninguna forma de identidad o co-nocimiento de origen étnico, aun cuando la presencia degente negra en la parroquia era predominante, la abs-tracción histórica era nula. Racionalizar que lo negro erauna voz, una cadencia, un atuendo, una forma de pensar,una actitud ante la vida y ante los prejuicios del otro, peroademás la sensación interior de algo que se goza y se dis-fruta no había sido visibilizado.Mientras tanto, la vida en la comunidad era típica en

su transcurrir: la lucha diaria por la sobrevivencia, el in-tercambio con los vecinos y el disfrute colectivo a partirdemanifestaciones espontáneas. Encontrar los referenteshistóricos para desechar unas formas y aceptar otras noaparecía como algo palpable. En la familia, el tema deser negro no era objeto de conversación. La escuela, comofuente alterna, presentaba y reforzaba elementos ilus-trativos en los textos con la figura de unamujer negra conun bulto en la cabeza o un hombre negro encadenado.En la televisión la gente negra no desempeñaba papelesprotagónicos, ni salía en comerciales, ni era dueña de lasmansiones que aparecían en las novelas.Valorar la difusión comunicacional de los fenómenos so-

ciales desarrollados enVenezuela durante la década de lossetenta, en la que se comenzó a dar a conocer el lideraz-go y la lucha encaminada por unamujer norteamericana

En la familia, el tema de ser negro no era objeto de conversación. La escuela, como fuente al-terna, presentaba y reforzaba elementos ilustrativos en los textos con la figura de una mujernegra con un bulto en la cabeza o un hombre negro encadenado. En la televisión la gente ne-gra no desempeñaba papeles protagónicos, ni salía en comerciales, ni era dueña de las man-siones que aparecían en las novelas.

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negra como sujeto de importancia histórica. El detalle prin-cipal es que todos esos mensajes podían ser percibidosmás allá del color de piel, lo que importa es lo que estáy se construye en la mente, aunque la piel sea blanca.A finales de los años 60 y principios de los 70, en Ve-

nezuela se inician procesos de marcada influencia en lajuventud, surge el Poder Negro comomovimiento social.Por un lado el twist impone una moda de bailar; por suparte, Miriam Makeba contagia al mundo con su “PataPata”, el rock y el pop como cultura importada compitenen igualdad de condiciones con la salsa, género en cier-nes que comienza a cobrar pertinencia en el medio comoexcusa para el encuentro, el disfrute y la conformaciónorquestal. Lamoda yeyé-gogo, los pantalones “santrope”,tubitos y acampanados, el pelo afro comomoda, los za-patosmachotes, las minifaldas, los trajes de baño bikini,las fiestas psicodélicas, todo eramanejado como valor enel sentido de pertenencia.En la parroquia SanAgustín, orientales, barloventeños,

portugueses, trinitarios, italianos y españolesmarcabanpro-cedencias, usos y costumbres que se entremezclaban paraoriginar en el barrio un marco de convivencia armónicay sin conflictos. Cultores de la Cruz deMayo, de San JuanBautista o del joropo tuyero cumplían con ofrecer a la co-munidad sus celebraciones. El sonido de la música latinaamplificado para la gente del barrio, la fiesta callejera, losencuentros en el cine Alameda constituían toda esa ma-raña de cosas cotidianas.Fue de ese natural conglomerado existente en SanAgus-

tín, específicamente en el barrio Marín, de donde surgióen el año 1977, el Grupo Madera, un proyecto que in-corporó en su seno a todo aquel que se autorreconocíaen la voz de su conciencia, en su ideología y en su for-ma de entenderse en la sociedad. Se trataba de un intentopor conjugar la amalgama de cosas que movía a sus ha-bitantes en una vorágine urbana envuelta en unamaraña

llamada Ángela Davis, caracterizada por un llamativo yvoluminoso peinado llamado “afro”, tuvo dos efectos: unofue la captación del mensaje y el otro la reproducción delmodelo estético. Para ella usar el pelo afro constituía unacto de rebeldía ante la situación deminusvalía impues-ta por la sociedad y a través del cual manifestaba: “soynegra y qué”. Paralelamente marchaba también la exis-tencia de unmovimiento de gran arraigo entre los negrosnorteamericanos llamado Poder Negro o Black Power. Aesto se suman quienes durante los años 60 libraron luchaspor los derechos civiles de los negros norteamericanos:Martin Luther King yMalcolm X. Hubo igualmente lec-turas que se hicieron obligatorias como, por ejemplo, TheBlack Panters; Los condenados de la tierra; Piel negra,máscarablanca o Escucha blanco. Todos esto fue constituyendo lasreferencias para acceder a un conocimiento de la gente

D E B A R L O V E N T O A C A R A C A S

Grupo Madera original en el barrio Marín, Caracas, 1978. Foto: RAÚL GONZÁLEZ Nelly Ramos, fundadora del grupo Madera original.Caracas, 1978. Foto: JUAN JOSÉ GONZÁLEZ

…en San Agustín, específicamente en el barrio Marín, surgió, en el año 1977, el GrupoMadera,un proyecto que incorporó en su seno a todo aquel que se autorreconocía en la voz de su con-ciencia, en su ideología y en su forma de entenderse en la sociedad. Se trataba de un intentopor conjugar la amalgama de cosas que movía a sus habitantes en una vorágine urbana envueltaen una maraña de acontecimientos por un lado sociales, acentuadamente políticos por otro,pero con una actividad cultural efervescente.

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de acontecimientos por un lado sociales, acentuadamentepolíticos por otro, pero con una actividad cultural efer-vescente. El Grupo Madera se decide, se compromete yasume las riendas para construir con todo eso una pro-puesta. Valoriza la procedencia geográfica de la gente, haceresaltar susmodos y expresiones idiosincráticas. El tam-bor y sus variantes: culo ’e puya, tamboritas de fulía, tum-badora, bongó, tambora de gaita, acompañaban loscantos y daban vida a composiciones que salían del alma,pero también eco de ritmos cadenciosos para bailar untambor barloventeño, una rumba cubana, una bomba,una plena o una cumbia. Como bien lo dijo Alejandri-na Ramos, “No se trataba del baile por el baile ni de lamúsica por sí misma”. Todo debía ser traducido en unmensaje de solidaridad que interpretara el sentimiento co-lectivo para hacerlo llegar al corazón de la gente. Revo-lucionarios de conciencia, apegados al color de latransparencia y negros, fueron el estigma que los con-vertiría en un foco perturbador en una sociedad que noadmitía otro mensaje que no fuera el de la dependencia.Se acallaron sus voces a tres años de su surgimiento. Lacomplicidad y la indiferencia se aliaron para ignorar sutragedia, nadie vio nada, nadie supo nada, la impunidadfue la única respuesta.El GrupoMadera fue el vehículo para transmitir, cons-

truir un pensamiento y, sobre todo, para tomar el cami-no hacia una identidad que, como cualquier otra, comenzódesprotegida. Importante es tener en cuenta que ello noes un producto acabado. Autorreconocerse facilita el des-envolvimiento y la posición ante la vida, sin embargo, sonapropiadas las afirmaciones de BartomeuMeliá al expresarque “...la identidad no es sólo la búsqueda de las raices (…)hay una identidad en movimiento en la cual nadie pier-de su rostro (…) está siempre en tránsito en un continuohacerse y deshacerse, en una construcción y descontruc-ción incesante. Insatisfechos de nosotros mismos, de loque somos y de lo que nos espera estamos en tránsito ha-cia otra cosa. La condición de los seres humanos y sus so-ciedades sería la del ‘ya no somosy ‘todavía no somos’ (…)Sólo se llega a la identidadmediante la diferencia con losotros, sólo hay identidad con la alteridad. Es esta relaciónla que imprimemovimiento y crea historia (…)Yoyel pue-blo del que soy parte sólo existimos cuando somos capa-ces de encontrarnos con otros, de hablarles, de invocarlesy de renunciar a someterlos a nuestro poder”.

Para seguir leyendo…

MELIÁ, BARTOLOMÉ. Identidad paraguaya en movimiento, disponibleen http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S071658112001001300022&script=sci_arxt

Alfredo Sanoja y Jesús Quintero, integrantes del Grupo Madera original.Foto: MANUEL REINA LEAL

Eva Francia Martínez, integrante del Grupo Madera original.Foto: MANUEL REINA LEAL

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Dice Charles Nora, uno de los patrimoniosvivientes que tenemos en el centro del país, que si algoya se evidencia en la décima confeccionada por afro-descendientes es sumusicalidad. “El ambiente te dice loque debe ser la décima (…) por ejemplo, en Margarita—comenta el docente y cultorWilfredoMendoza— lospescadores siguen hablando de la pesca, aun cuando loque ocupe la visual entre ellos y el mar sea una mole deconcreto, un centro comercial…”.

ILa riqueza culturalque la humanidad cultivaestá bien distribuiday nada hay que rescatarsólo debemos cuidaren su entorno la presencialos aportes a la cienciaque han dado al mundo enteropor eso digo primeroviva la afrodescendencia.

IIEscuchar un culo ‘e puyaen la noche de San Juansangueos vienen y vancon melodía que arrullamondongo, cafunga y bullapalabras que están presentesy unen al continentemás allá de su colory digo con gran honorviva el afrodescendiente.

IIICon ajé, Benito ajécon tambora y tamboritocon onoto y con sofritocon caja y con guararecon rumba, tambor caféel sol sale sonrienteen todo mi continentede México hasta Argentinaen América Latinasomos afrodescendientes.

IVNo es por el color de pieltampoco el pelo pegaoy menos alborotadoque difieren en tropeles simple razon de serde sentirse tan presentesdioses onmnipotentesseres retardatariossi no eres originarioeres afrodescendiente.

Decimista: Wilfredo Mendoza

Independientemente de lo técnico, y como ya ha apun-tado Luis Felipe Ramón y Rivera, en el país lo que se co-noce como décima “...puede coincidir o no con un textode décima espinela (…) hay casos en que el texto no esuna décima sino un romance, una octava o hasta unacomposición poética libre que nada tiene que ver con elnombre de la especie”. Al respecto Efraín Subero, en sulibro La décima popular en Venezuela (1977), brinda un es-tudio muy completo de la expresión como estrofa poé-tica, el cual conserva buena parte de su vigencia.Por tener bordes tan expansivos, en la décima ve-

nezolana, como relata Nora, particularmente lo que aflo-ra como rasgo es la “idiosincracia”. Un algomuy nuestro

L u i s L a y a Per iod is ta / Fotograf ías : MÓNICA PISCITELL I

¡DIJO BIEN!LA DEVOCIÓN POR

EL TEXTO Y LA MEMORIA

Celebración XXI del velorio de Cruz de Mayo. Terrazas de Caricuao, UD2,Caracas, 2011

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ya que los cubanos, por ejemplo, suelen “ser muy cua-drados en cuanto a la rima”, lo cual les dificulta entendercuando se le presentan casos poco rigurosos. Al ser unamanifestación asociada fuertemente con el legadoafroindígena, más allá de que desembarcara en TierraFirme desde los galeones hispanos, sus característicasestán signadas por lo raigal. En el estado Zulia, más alláde lo florido, es grito rabioso, la denuncia de los Añúante el despojo secular; en Barlovento representa la ale-gría y el cacao, la picardía amorosa conduce todo; enFalcón se tiende mucho a exagerar los hechos y en Al-tagracia de Orituco se le canta al sitio, al terruño, inclusoa la luminosidad del aire.Con la décima sucede algo único. En todo el país el tér-

mino se recoge más que nada para denotar una formamusical cuya parte literaria se escribe en forma de décima,ya sea espinela o con otras estructuras versadas como,por ejemplo, la que establece para la décima oriental, Fer-nández de Heredia. Y de acuerdo con su forma recibe ladenominación de décima encadenada, enlazada, delección o elección, décima en poesía, glosa, rimada o tro-vo, décima plana, argumento o aletrillada—simple o do-ble—, décima en trilogía y décima libre o “suelto”. E inclusose usa el vocablo para identificar formas musicales queno tienen nada que ver con el texto en verso así cono-cido, como sucede con la décima serrana y otras.En la ciudad capital la décima ha sido en sus variantes,

tanto profanas como devotas, una tradición mayormen-te traída desdeBarloventopor los pobladores afro asentadosen los barrios populares, desde los tiempos iniciales de loséxodos campesinos del siglo XX, cuando del estado Mi-randa se la trajeron en susmaletas junto con la sazón dul-zona y la exuberante forma de ser. Pero, por estar muyvinculada con lamanifestación de laCruz deMayo, la dé-cima permaneció incrustada en el alma de los velorios. Sinembargo, comoadvierteRamónyRivera, yya sepuedeob-servar en lo cotidiano, “...la décima se entona en cualquierreunión familiar, o también de amigos, fuera del hogar (…)Ha sido siempremotivo de gran atracción popular no sólo

escuchar aunbuencantor—odecidor—dedécimasencual-quier parte—incluso enunbar—sino todavía algomás ex-citante, como presenciar la justa competitiva entre dosdecimistas”. “El cantar en competencia entre dos hombres—omujeres— es costumbre generalizada que permitió ellucimiento de la memoria, la inteligencia y, especialmen-te, la facultad de improvisar que poseen algunos cultorespopulares.” Sin embargo, entrenopocosdecimistas centralesde la actualidad, la capacidadde improvisación esmás bienuna afrenta a la norma, la cual obliga al respeto y al apegopormemorizar las composiciones, sobre todo las propias.Lo que sostenemos incluye por supuesto el uso de la dé-

cima para referirse a lo humano—como si de una crónicade la vida se tratara—enoriente, Zulia yotras regiones. Ella“puede ser amatoria, festiva, irónica, política, satírica o sen-tenciosa”. Los personajes notables de la historia venezola-na, como lospróceresde la Independencia, figuranamenudoen las décimas, y hasta asuntos de lamitología griega pue-den hallarse entre las nocionesmanejadas por los cultores,como anotó José Clemente Laya sobre una “décima 160”,en la cual “…observamos, ha quedado flotando a retazosen la mente del cantor (…) el episodio de Ulises con el cí-clope en la cuevadel Etna”. Para los afrodescendientes trans-plantados de los verdes conucos a laCaracas del sancocho,la invitación por escrito y la etílica “señora que reza”, aun-que los velorios han sido el huerto de la décima, ésta se haidoexpandiendohacia elmimetismoconsuesencianacional,constituyéndose en elmodoartístico por excelencia de “de-cir bien” cada tema que conmueve la fibra.Aquí los velorios de laCruzdeMayo siempre se hicieron,

al decir de los cultores viejos, de “puertas para adentro”,y por ello para algunas personas, incluyendo decimistas,era difícil creer que enCaracas se obsequiaran tales ofren-das a la fecundidad de laMadre Tierra. Era un asunto casihermético, la comunidad en pleno se abría pero sólo has-ta cierto punto, sin la euforia devota del iniciado. Es hacia1983, con el concurso de gruposmusicales de proyección,estudiosos del tema y cultores preocupados por dinami-zar el legado, que empieza enCaracas—desde focos como

L A D E V O C I Ó N P O R E L T E X T O Y L A M E M O R I A

EN LA CIUDAD CAPITAL LA DÉCIMA HA SIDO EN SUS VARIANTES, TANTOPROFANAS COMO DEVOTAS, UNA TRADICIÓN MAYORMENTE TRAÍDA DESDE

BARLOVENTO POR LOS POBLADORES AFRO ASENTADOS EN LOS BARRIOS

POPULARES, DESDE LOS TIEMPOS INICIALES DE LOS ÉXODOS CAMPESINOS DEL

SIGLO XX, CUANDO DEL ESTADO MIRANDA SE LA TRAJERON EN SUS MALETAS

JUNTO CON LA SAZÓN DULZONA Y LA EXUBERANTE FORMA DE SER.

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la urbanización Alberto Ravell en Coche y otros— a ge-neralizarse la costumbre de hacer velorios en distintos lu-gares y acudir a ellos durante todo el mes de mayo, ensuerte de ronda, con sus responsables al mando del ritualgarantizando el rigor de las pautas que formalizan el sen-tir popular.En una ocasiónWilfredoMendoza nos relató cómo, en

una oportunidad, se dio un suceso de disparos con su con-secuente herido y un decimista inoportuno quiso quedarbien con una glosa a la carta, coloreando de tremendismoel hecho fatal. De inmediato varios cultores, con indig-nación y desconcierto abandonaron el jolgorio que siguió.Ese velorio, al decir de los iniciados, debió haber sido re-encaminado con sabiduría y autoridad por su organiza-dor, quien sólo debió permitir que se dijeran versos acordesy en honor a la Santa Cruz.En la décima de Caracas, más allá de los antecedentes

hallados en el humorismo en verso de los periódicos delos Nazoa, La Zaparapanda y El Gallo Pelón, o de Grate-rolacho, “el último glosero”, ha quedado plasmada la im-pronta del decimistamirandino.NicolasaGómez, residentede Petare desde muy jovencita, recientemente fallecida—y llorada por todos los rincones—, o el nativo de Soa-pire, Julio Ramírez establecieron, por un lado lo vivencialy, por otra parte, una forma de décima preciosista, másestructurada, que por supuesto no excluyó lo anecdóti-co, es decir, la realidad como origen de la inspiración. Elestilo de Ramírez quedó patentado en el libro Por el sen-dero de ayer, donde figuran sus joyasmás acabadas. Y se-rían necesarios dos o tres tomos más, pues este cultormemorioso llegó a componer unas dosmil décimas, aun-que “sólo” se sabía “al pelo” unas setecientas.Pero al decir de muchos cultores, Caracas tiene tam-

bién su pertenencia y sentido. La gente de Guatire y depoblaciones de decimistas como Mendoza se negabana creer que en la capital se dijeran décimas o se celebraranvelorios de la Cruz, pero cultores como Juan Echenique,JoséMorao, PlácidoHuizi y, más recientemente, Arnoldo

Barroso, José Granado, NeguelMachado y Soraya Padrónse han venido encargando de demostrar lo contrario.La décima ha salido del ámbito exclusivo del velorio de

la Cruz, aunque a éste se sigue debiendo en gran parte.De alguna manera ha conquistado un espacio que antesera terreno sólo de la fulía y ya ni siquiera permanece cir-cunscrito a él de manera excluyente. De aquellos conta-dos velorios en La Pastora y San Agustín, o la Cortada deCatia, hoy Gramovén, la décima ha venido cubriendocomo una cobija toda el áreametropolitana, desde Petarehasta El Junquito, llegando a Caricuao y, por supuesto,El Valle y toda la zona suroeste, gozando hoy de un augesobresaliente en los barrios de la parroquia Sucre.En la actualidad prevalece entre los decimistas el com-

partir espontáneo. Los ámbitos cerrados como las “casas”Guárico oMonagas han pasado a la historia, aunque exis-ten hoy más que nunca las muestras culturales donde seproyectan las manifestaciones con un carácter académi-co, por medio de talleres y exhibiciones. Sin embargo, loque hace la diferencia hoy día, la nueva circunstancia, esel elemento de unión, un sentimiento de cohesión entrelos habitantes de las comunidades en torno a la décimay a los propios velorios de la Cruz. Una circunstancia quecrece a partir de los años 80 y que llega incluso a pacifi-car los sectores “más candela”mientras dura el velorio, laCruz está engalanada y los decimistas se hallan prendi-dos en su trance, asistidos por el duende de la memoria.

ES HACIA 1983, CON EL CONCURSO DE GRUPOS MUSICALES DE PROYECCIÓN,ESTUDIOSOS DEL TEMA Y CULTORES PREOCUPADOS POR DINAMIZAR EL

LEGADO, QUE EMPIEZA EN CARACAS (…) A GENERALIZARSE LA COSTUMBRE DE

HACER VELORIOS EN DISTINTOS LUGARES Y ACUDIR A ELLOS DURANTE TODO

EL MES DE MAYO, EN SUERTE DE RONDA, CON SUS RESPONSABLES AL MANDO

DEL RITUAL GARANTIZANDO EL RIGOR DE LAS PAUTAS QUE FORMALIZAN EL

SENTIR POPULAR.

Decimista y cantador de fulía. Caracas, 2011

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LA SABANArecreando el mundodesde

La Sabana, tierra valerosa y afrodescendiente, cuna de creado-res y creadoras, deportistas, hacedores y hacedoras de sueños ylibertad, orgullosos y consecuentes con su acervo cultural y he-rencia de ancestros y ancestras libres, quienes desde el mar y elconuco construyeron y construyen comunidad en este rincón aorillas de los azules del Caribe venezolano, donde se escucha laguarura, el tambor, se come sabroso y se respira solidaridad

A l e x i s “ F e l i p i t o ” L a y a Cul tor

M a i l y n g B e r m ú d e z Antropóloga

Vista desde el mirador de La Sabana, parroquia Caruao, estado Vargas. Foto: ALEXIS “FEL IP ITO” LAYA

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De Alexis José a Felipito el sabaneroAlexis José Felipe Laya, llamado en La Sabana, Felipito,se describe así: “Yo nací en La Guaira, capital del estadoVargas, un 7 de marzo de 1962. Mis padres fueronMer-cedes Leticia Blanco y Felipe Laya. Mi mamá estaba enun desorden de carnaval, tratando de bañar a una persona,se cayó con su barrigón y fuimos a parar al piso los dos,de allí a una lancha que nos trasladó al Seguro Social deLa Guaira donde le hicieron cesárea, y allí nací yo… poreso será que soy tan bochinchero… Estuvimos un mesen casa demi tía Altagracia y luego regresé en los brazosdemi madre para quedarme en La Sabana, mi pueblo, ysabanero me quedé…Desde siempre me han dicho Fe-lipito por mi papá. Mis hermanos son menores que yo,Tibisay, Felipe José yVíctor…Vivíamos en la calle delMe-dio, frente a la plaza Bolívar”.

La Sabana y su gente vista a través de los ojos de FelipitoCultor y soñador, Felipito describe a la gente de La Saba-na como “muy servicial, al que va a La Sabana se le tratabien, hay gente que dice que en La Sabana recogemos atodo elmundo, no importa que sea un recogelatas, somoshospitalarios, los niños son vivaces, les gusta imitar las tra-diciones. Las muchachas de La Sabana son muy alegres,bonchonas, les gusta estudiar, también son serviciales. Elsabanero[a] es una persona inteligente, humilde, trabaja-dora, honesta, deportista, servicial, con cultura. La gentede La Sabana es muy enamorada, enamoramos compar-tiendo, bailando, tratando a lasmujeres bien, cantándoles”.

Teniendo comomotivo el amory enhomenaje a supue-bloya lasbellezasde lasmujeresdeLaSabana, Felipito com-puso la letra ymúsica de una canción titulada “La Negra”.

Por su parte los jóvenes, niños y niñas también se dis-tinguen porque “viven felices, el sabanero se dedica a lapesca, trabaja en la jefatura, en la escuela, en el liceo, sevive conmucha armonía, a veces hay celo como en todopueblo, pero estamos unidos”.

Gastronomía sabaneraEn la preparación de alimentos los seres humanos com-binamos colores y sabores del lugar al que pertenecemos,razón por la cual creamos vínculos con nuestro entornoy por ello se van construyendo lazos identitarios. Felipi-to, a través de sus recuerdos y vivencias nos comenta so-bre las particularidades de la comida de su cuna natalsabanera: “La comida de La Sabana es muy sabrosa. Secocina de todo un poquito. Como afrodescendientes nos

Coordenadas geohistóricas de La SabanaLa Sabana es un pueblo afrodescendiente de la costa cen-tral de Venezuela que junto conCaruao, Todasana,Osma,OritapoyChuspa integran la parroquiaCaruao, situada enel extremooriental del estadoVargas. ParaAlexis “Felipito”Laya, La Sabana “es el mejor pueblo del mundo, de hechoaquí puede llover todo lo que sea y el pueblo está paraditoahí, los que pusieron la mirada en La Sabana hicieron unabendición.SedicequeenLaSabana tambiénhabía indígenas.Nuestra comunidad nace comoun pueblo de negros libresquehuyeronyagarraronhacia acáyCuriepe”. Felipito, a tra-vés de sus versos, nos envuelve en esta canción, letra ymú-sica de su autoría, sobre su pueblo natal:

CoroAsí es mi pueblo,así es mi pueblo,así es mi pueblo,se llama La Sabana,¡ay Dios!

Estrofa ISe llama La Sabanase llama de verdady todos los añosyo la quiero más.

Estrofa IILa Sabana espueblo de alegríaantes se llamóSoledad de María.

Estrofa IIIDe La Concepciónhasta playa Juanaqué bello lugartiene La Sabana.

Estrofa IVSi vas al miradorvoltea hacia los ladosy veras a Chuspay al pueblo de Caruao.

Autor: Felipito Laya

Así es mi pueblo

El pueblo de La Sabana rinde honores a San Juan Bautista cada 24 de junio.Otilia Bolívar y Felipito Laya. Foto: ALEXIS “FEL IP ITO” LAYA

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identifica la comida tradicional: plátanos, topochos, arroz,pescado, cochino criado de pueblo, la gallina picatierra, elhuevo criollo. Lo tradicional semantiene: la dulcería, el coco,el agua de coco, el fresco de cadillo de perro, la limonadacon papelón. El sabanero disfruta la comida de su pueblo:el carite, el pargo, el ojón que es un pescadito tradicionalde aquí.Mi bisabuela se llamaba Josefa Laya, ella fue otracultoramás. En la parte de dulces era una especialista, ha-cia mazamorra de maíz en concha, el carato (que le de-cían chicha con arroz), jalea demango (la cruda y la cocida),cortados, tizanas, lamestiza (que en Barlovento la llamancafunga) que se prepara con cambur maduro y clavos, labarriga de vieja que se elabora con yuca y papelón, los be-sitos de coco con papelón y clavos, el dulce de lechosa, elmajarete que hay gente que lo hace con harina de maízprecocida (de la que venden en la bodega), la tíamía y yolo hacemos de maíz pilado, lleva coco, canela, clavos, lahoja jojota de la naranja cajera y la concha de limón”.

La naturaleza, aparte de alimentos también le suministraal sabanero y la sabanera una despensa natural de ele-mentos a través de los cuales aliviar los malestares y lasdolencias: “el cadillo de perro, la malva, el mango, el ma-món, la lombricera, el cacaíto, la boquera, la mora. El ca-caíto y el cadillo de perro sirven para desinflamar el hígado,la boquera para la tensión y la mora para la diabetes. Úl-timamente trajeron de Barquisimeto el nin que es amar-go y sirve para la diabetes. La cebolla se usa para laslombrices. El ajo, la bretónica, el malojillo y la yerbalui-sa para la gripe. Elmalojillo y la hoja de la guanábana paradormir y relajarse. La guanábana jojota para la tensión. Sonmuchas las plantasmedicinales, la fruta demontaña, la pirapara el cerebro, la pira blanca para hacer tortilla, el clavode pozo para la escabiosis, la sarna y la espadilla”.

R E C R E A N D O E L M U N D O D E S D E L A S A B A N A

Estrofa IQué negra tan linda la que estoy mirandoqué negra tan linda la que estoy mirandoparece un clavel cuando está floreandoparece un clavel cuando está floreando.Negra que yo a ti te quieronegra que yo a ti te adoronegra que yo a ti te quieronegra que yo a ti te adoro.

Estrofa IINegra y eres mi estrellitanegra y eres mi lucerobonita y sincera me la mandó Diosmientras más la beso más la quiero yo.

Estrofa IIINegra color de esperanzaay negra, ay la quiero yonegra no la cambiaré, ay negra como ella no hay dosson las de mi pueblo, lindas y elegantesson las de mi pueblo, lindas y elegantesson las sabaneras y no hay quién me aguante.

Estrofa IVNegra, negrita, negrita, negritanegra, negrita, negrita, negritanegra que yo a ti te quieronegra, negrita, negrita, negritanegra y eres mi estrellitanegra que cayó del cielo.

Autor: Felipito Laya

La Negra

Mientras concluye la misa los tambores se prensan con el sol.La Sabana, estado Vargas, 2010. Foto: RAFAEL SALCEDO

Cada 8 de septiembre, Día de la Virgen del Valle, los feligreses rezan rosarios.La Sabana, estado Vargas. Foto: ALEXIS “FEL IP ITO” LAYA

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tengo el testamento también, por lo menos yo soy elpapá de Judas.

>>En mayo se dan los velorios de la Cruz, a la gentey a los niños les gusta. Tengo un grupo y los niños estánparticipando, ya cantan, eso era lo que queríamos, quelos niños se fueran por ese lado. En San Juan, la gente seaboca al tambor y van a lamisa. Después viene la Virgendel Carmen que tiene muchos devotos, y luego los jue-gos de la liga deportiva vacacional que tienemás de trein-ta años, se hacen competencias de básquetbol, atletismo,beisbol, etc., vienen todos los pueblos vecinos a jugar: des-de Caracas a La Guaira. También está la fiesta de la Vir-gen del Valle que cuenta con la sociedadmás vieja, aunqueSan José es el patrón. A la Virgen del Valle se le saca porel mar hacia Chuspa, Caruao y Guayabal y es una fies-ta muy popular. Ahora estamos rescatando los veloriosdel Niño Jesús de Curiepe en La Sabana”.

De acuerdo con el acervo histórico trasmitido de padresa hijos(as) a través de la tradición oral, “elNiño Jesús deCu-riepe es de La Sabana y lo fueron a vender en Curiepe ypor eso hay esa hermandad entre los pueblos, Curiepe hasido como un pueblo hermano de La Sabana”.

Festividades de La SabanaEn cuanto a los ciclos festivos y las tradiciones de La Sa-bana, Felipito inicia su relato con el carnaval, a propósi-to del cual explica que “tenemos una tradición que se haperdido un poco, la de los colúos, los disfraces demacoyaque eran la hoja de plátano de topocho, la gente se dis-frazaba de eso con unos mandadores y el que decía elnombre lo pelaban. Todas las calles hacen su reina, la gen-te saca su samba, las viejas se disfrazan. El miércoles deceniza se juega la sardina, pero ya no es como antes, por-que la juventud inventa demasiado.

>>En La Sabana, después de carnaval, vienen las fies-tas patronales de San José. El sabanero por su santo lle-na la iglesia porque le tienemucha fe a San José, es su santopatrón; de hecho, durante la tragedia de Vargas no mu-rió ningún sabanero en La Guaira, porque San José me-tió su mano por su gente, por su pueblo.

>>En la Semana Santa la gente es muy creyente, vaa la iglesia, la misa, la procesión, al encuentro del Na-zareno que es muy bonito y se ha hecho muy famoso,a la procesión del santo sepulcro, la bendición del mar,la quema de Judas, a escuchar el testamento de Judas,

Río El Panecillo, La Sabana, estado Vargas, 2010. Foto: RAFAEL SALCEDO

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G e r r i C h á v e z Cultor / invest igador Red Afroaragüeña

C h e y l a M a s í n Médica / docente- invest igadora UC, Red Afroaragüeña

El reconocimiento conlleva a una aspiración libertaria que abarca múltiples sig-nificados: lo religioso, lo cultural, la faena diaria y la relación con el medio ambiente,entre otros aspectos ineludibles de lo vital, son asumidos por los pobladores deChuao; pueblo ubicado en la costa aragüeña, para reunir las voces de una tradi-ción ancestral renovadas en el ejercicio de la afirmación de la afrodescendenciay la ferviente vocación comunitaria

CHUAOEN

EL AUTORRECONOCIMIENTOAFRO

La compleja historia que deriva del colonialismo, conquistae inmigración constante en el continente logró construirdos grandes grupos étnicos: indígenas o pueblos originariosy afrodescendientes, quienes sufren grandes privacioneseconómicas y sociales que se manifiestan en la falta deoportunidades. Por tanto, la dinámica sociopolítica im-pulsó la construcción de una identidad única homogé-nea, segregando a estos grupos étnicos minoritarios. Sedesarrolló una política de aculturación y pérdida de iden-tidad donde algunos de estos pobladores se sumergieron,pero aquellos que dieron valor a su ancestría, a su cos-movisión, quedaron excluidos del desarrollo económicoy social de la región.

Hablar de la afrodescendencia en el pueblo costero deChuao es hablar de cacao, hablar de su gente, porque éstaexpresa con orgullo su gentilicio, la gente de Chuao hace

Cuandome nombran a Chuaoel corazónme palpitael orgullo de ser chuaeñoeso nadieme lo quita…CANTO DEL CACAO

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aChuao, es su esencia, su humildad, su sencillez, el amorque sienten por la naturaleza, por sus fraternos, por sus vi-sitantes, por sus tradiciones, lo que hace a este pueblo úni-co ymerecedor de asombro ante las miradas del mundo.

El pueblo costero deChuao, declarado patrimonio cul-tural y natural del estado Aragua y Venezuela, es cono-cidomundialmente por su cultura, permeadadesde la épocacolonial de aportes hechos por sus antepasados africanos,que permanece intacta en la formade cultivar el cacao (con-siderado elmejor del mundo) y pormanifestacionesmá-gico-religiosas, producto de la cosmovisión construida;hechos estos que lo hacen candidato a ser proclamado pa-trimonio cultural de la humanidad por la Unesco.

La africanidad se siente en el día a día del pueblo, re-plicando la forma en que los esclavizados cultivaban elcacao, iban a la pesca, interactuaban con la naturaleza, enla expresión de sus ritos, sus costumbres, su estilo de viday sus creencias. Este pueblo ha sido privilegiado por la na-turaleza, igualmente por el Estado que lo ha convertidoen diana de proyectos endógenos y lo ha reconocido comociudad patrimonial de Aragua.

Axiológicamente la vida en comunidad que caracterizaal pueblo deChuao necesitó aprehenderse de valores den-tro de los cuales podemos citar el respeto por el conoci-miento ancestral y por su historia; la solidaridad con susfraternos, vecinos y turistas; la convivencia armónica; la res-ponsabilidad en el rol social que a cada uno le toca ejer-cer; la cooperación y la sencillez para afrontar la vida, sucotidianidad; la fe católica que permea su hacienda, su pes-ca, susmanifestaciones culturales, sus devociones, sus pro-mesas y sus ofrendas; la paz que les permite disfrutar deltiempo y la naturaleza; la independencia con una historiaque acerca a cinco niños esclavizados de Chuao a Bolí-var y su campaña independentista y la libertad que enChuao se llama El Paraíso y La Esperanza, cumbes fun-dadas por los cimarrones y cimarronas donde sembrabanclandestinamente cacao y café para vender y así podercomprar sus “cuerpos” y soñar que algún día serían libres.

Cuando se averigua sobre la afrodescendencia de loschuaeños, sobre cómo interpretan su afrovenezolanidad,

se debe indagar en primer lugar su pertenencia a este gru-po étnico. Se aprecian huellas que lo relacionan con lomís-tico, lo religioso, lo cultural, la pesca, la agricultura, su estilode vida, el reconocimiento de su ancestría.

Su condición de pueblo costero aislado desde lo to-pográfico aunado a la influencia de sus tradiciones don-de se evidencian las huellas ancestrales e históricas delparalelismo entre lo heredado y lo vivido, marcan el rit-mo de vida en esta población que se recoge en las ex-presiones de sus pobladores desde su gentilicio y rutinashistóricas que se mantienen intactas en la actualidad.

Cultura afrovenezolanaChuao se perfila como el mejor ejemplo de preservaciónde la cultura afrovenezolana. Gracias al aislamiento y latradición oral, así como a la importancia histórica y eco-nómica del cacao y la hacienda, los pobladores recreandía a día sus prácticas sociales, económicas, religiosas yfestivas como lo hacían sus antepasados esclavizados.

Suele verse con frecuencia, en un día cualquiera, a losniños del pueblo reproducir en sus juegos las manifesta-ciones culturalesmás coloridas y concurridas del pueblo,como el sangueo de San Juan Bautista y los Diablos Dan-zantes del Santísimo Sacramento del Altar. Ver en la igle-sia y el patio de secado de cacao, centro social del pueblo,a los noveles devotos que no llegan a diez años practicar eimaginar haciendo símiles de lo que realizan los líderes co-munitariosy religiososdel pueblo,mientrasque losmayoresvan corrigiendo en ellos hasta convertirlos en expertos quereproducen los rituales ancestrales y así perpetuar su cul-tura y su historia: “…ese legado que nos dejaron los espa-ñoles de una uotra formaviolenta, nosotros lo adaptamos,lo amoldamos a nuestras costumbres, a nuestra identidadcomo tal”. “De las tradiciones lamás representativa paramíes San Juan, la otra es el Santísimo Sacramento.”

Sobre la cultura afrovenezolana Jesús “Chucho”Garcíaexpresa lo siguiente: “…es aquel segmentode la diversidadcultural venezolana formada por las distintas expresionesmusicales, culinarias, bailes, técnicas de trabajo, arquitecturatradicional, conocimientos tecnológicos, religiosos, valores

Secado del cacao, 1980. Foto: IS IDRO NÚÑEZ. ARCHIVO CENTRO DE LA DIVERSIDAD CULTURAL

CHUAO SE PERFILA COMO EL MEJOR EJEMPLO DE PRESERVACIÓN DE LACULTURA AFROVENEZOLANA. GRACIAS AL AISLAMIENTO Y LA TRADICIÓNORAL, ASÍ COMO A LA IMPORTANCIA HISTÓRICA Y ECONÓMICA DELCACAO Y LA HACIENDA, LOS POBLADORES RECREAN DÍA A DÍA SUSPRÁCTICAS SOCIALES, ECONÓMICAS, RELIGIOSAS Y FESTIVAS COMO LOHACÍAN SUS ANTEPASADOS ESCLAVIZADOS.

Secado del cacao. Chuao, estado Aragua, 2009. Foto: NURY LÁREZ

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Chuao que es de ellos y de la patria grande. Gozoso, fes-tivo, bregador, fraternal, gratuito”.

Este hecho se recoge en el sentir de la gente de Chuao:

“…Chuao para mí es parte de este corazón que ten-go yo acá, Chuao es parte de mi vida”.

“Bueno, ser chuaeño es grande, dichosos aquellos quenacimos en Chuao y que lo queremos y que no nos can-samos de conservar.”

“Chuao es mi paraíso.”“Chuao es lo mejor que Dios me ha podido dar, ha-

ber nacido enChuao paramí es un orgullo, me siento sa-tisfecha y agradecida de haber nacido en este terruño, aquínací y aquí estoy hasta que Dios quiera…”

Historias y vivenciasEl aislamiento geográfico, las condiciones ambientales ylas tradiciones en Chuao estructuran día a día el convi-vir y el devenir del tiempo en armonía. La solidaridad, lafraternidad, la alegría, la paciencia, el trabajo duro y enequipo son parte de las actividades que conforman un es-tilo de vida necesario para llevar las vicisitudes propiasdel aislamiento, el clima, la ruralidad y su condición depueblo pequeño.

Es común encontrarse en Chuao manifestaciones deestilos de vida tan particulares que nos crean asombroen pleno siglo XXI. La existencia de comadronas en lacomunidad, los yerbateros y rezanderos que plasman suconocimiento ancestral de botánica y oraciones en las do-lencias de los habitantes.

sociales, elementos lingüísticos, traídos por los esclavizadosy esclavizadas durante la época colonial venezolana. Lacreación cultural expresada en la construcción de expre-siones culturales al mezclarse voluntaria e involuntaria-mente con las culturas hispanoárabes o aborígenes. Asítenemos las fiestas religiosas afrocatólicas como San Juan,San Benito, San Pedro, Diablos Danzantes de Venezue-la, donde semezclaron cantos, bailes e instrumentosmu-sicales de las culturas aborígenes, hispanoárabes yafricanas”.

Herencia ancestralSe perciben en la vida diaria de Chuao, rutinas propiasde este pueblo,muchas de ellas en extinción en otros pue-blos y comunidades. Rutinas heredadas de generaciónen generación que hacen percibir la sensación de via-jar en el tiempo y volver a prácticas ancestrales de cul-tivo, de pesca, de vida en comunidad: “Bueno, de ellosaprendimos algunas cosas que hacemos, por ejemplo, yase lo habían enseñado a los antepasados de uno, y de allía los mayores de uno y entonces así”. En Presencia afri-cana en Venezuela, JorgeGuerrero afirma: “La transferenciade conocimiento de África a América se materializa enlas actividades productivas conocidas como haciendas,donde en el caso de Chuao, se debe a las técnicas y co-nocimientos sobre la naturaleza de los cuales eran por-tadores los africanos”.

Creencia en el gentilicioEl orgullo de los chuaeños por su pueblo y por su histo-ria se percibe día a día, la importancia desde años an-cestrales que ha tenido este pequeño pueblo por serproductor del mejor cacao del mundo, su historia de co-munidad esclavizada, la belleza de la naturaleza, el ape-go a la familia, la amabilidad de su gente y su propia visiónde la vida hacen de esta magia una realidad.

Los chuaeños creen en su paraíso terrenal, en su es-piritualidad mística y bajo estas premisas crían a sus hi-jos inculcándoles el respeto a la naturaleza, el orgullo porsu historia y por su gente. Así lo expresa Castillo citadopor Carmen Alemán: “…a lo largo de la historia y ayu-dados por el relativo aislamiento, la gente de Chuao hasabido mantener su modo de hacer, reproducir y signi-ficar la vida, su especificidad cultural afrovenezolana, endiálogo vigilante y pormomentos conflictivos, ad intra yad extra, con respecto a las formas culturales invasivas dela modernidad criolla. Hay unmodo de vivir y de ser en

Promesero, 1984. Foto: V ÍCTOR SOJO . ARCHIVO CENTRO DE LA DIVERSIDAD CULTURAL

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GASTRONOMÍA CHUAEÑA

El pueblo de Chuao es tierra privile-

giada por sus condiciones climáti-

cas y la riqueza de sus suelos y mar.

El cacao da sentido a esta pobla-

ción, el cual se ofrece a los pobla-

dores, visitantes y turistas, en las

fiestas tradicionales se preparan in-

mensas ollas de chocolate que se

reparten gratuitamente a todo el

que lo desee.

Igualmente la cercanía al mar y a la selva nublada ofrece una varie-

dad de frutos y fauna que han sabido combinar con recetas de su ances-

tría africana y se ofrecen como delicias propias de la zona. Los

sancochos de pescado y ñame ’e palo, las albóndigas de macabi (pesca-

do espinoso que maceran y sacan la pulpa), pescados asados a leña, fun-

gas hechas de cambur, coco y canela, envueltas en hojas de plátanos, son

parte de la herencia culinaria. Los pobladores de Chuao lo expresan así:

“…en Chuao no se ha perdido la costumbre de comer el plátano san-

cochao con el pescao asado, con el pescado seco y la cosa”.

“…todo se compenetra con el cacao, por lo menos en el velorio de la

Cruz se reparte el chocolate con galletas, en la procesiones de la Sema-

na Santa, en los velorios de San Juan, en el Velorio de la Cruz del Perdón

todo tiene que ver con el cacao y al que venga se le hace el ponche de

cacao también.”

En este sentido, Jorge Guerrero comenta: “Es bueno señalar que los ali-

mentos o comidas guardan estrecha relación con África Central que a su

vez sufrieron reinterpretaciones por espacios geográficos. El lungulungo

con friquifriqui es una creación afrodescendiente culinaria de esta zona

que contiene pescado seco desmechado con plátano verde, original de

Ocumare de la Costa del estado Aragua. El sakusu: pescado envuelto en

hojas de plátano con nombre de origen loango. La funga de fungi como se

conoce en Angola la encontramos en las comunidades afro de Aragua,

preparada a partir de cambur y especias envueltos en hojas de plátano”.

La forma de sentir la religión con alegría, improvisan-do versos cantados en unas tesituras y registros agudísimosa primeras horas de lamañana, todo estomanejado por lascofradías y sus cófrades en una amplia organización social.

Los hábitos de siembra y cosecha en aislamiento y res-petando la naturaleza. La tierra, la religión y los conoci-mientos heredados son elementos fundamentales parasobrevivir ante la adversidad. En relación con el binomiosalud-enfermedad en las etnias, Becerra expresa lo siguiente:“La cosmovisión de la salud y la etiología de la enferme-dad forman parte de las creencias y ellas varían para cadagrupo étnico. Para algunos de esos grupos las enfermedadespueden ser causadas por seres humanos con fuertes po-deres, por fuerzas sobrenaturales, por accidentes, excesoso deficiencias. Estas creencias pueden crear reticencia paraacudir a los servicios basados en lamedicina científica…”.

Sobre la existencia de cofradías en comunidades afro,Guerrero puntualiza: “Desde el punto de vista organizativolas cofradías eran instrumento fundamental para la rea-lización del control social. Las actividades que realizabanlas cofradías eran de ayuda mutua, socorrer al enfermo,bautizos, comuniones, entierros y todas las actividadesreligiosas”. Estas expresiones de estilos de vida se refle-jan en el quehacer de los chuaeños:

“…en Chuao cuando se hace un sancocho, uno nun-ca monta para los que están nada más, siempre se mon-ta más para que el que llegue coma”.

“…porque se vive tranquilo, despreocupado. Con cier-tas incomodidades pero despreocupado.”

“…me cuenta mi mamá que nací sin partera, cuandoyo nací fue que fueron a buscar a la partera.”

“…lamamá demi papá también era casi igual, era par-tera y rezandera y entonces eso se lo inculcan a uno, loinfluencian a uno.”

“…cuando teníamos vacaciones nos llevaban pa’ La Es-peranza a coger el café, caraotas, el jojoto, para sembrar,la gente de la agricultura, nos íbamos pa’ La Esperanza.”

“…cuando llamaron a Juana Liendo, que era la parte-ra de aquel entonces, yo había nacido, lo único fue queella hizo el caldo de gallina negra, que decían, y llegó yse tomó su caldito.”

“…sí, bueno, es que todavía el pueblo conserva sus tra-diciones ancestrales, como es la brujería, la yerbatería yla creencia en santos ancestrales, y su religión, porque ellostodavía tienen su religión primitiva.”

AutorreconocimientoLa historia de vida y la importancia del legado ancestralafricano a través de la siembra y cultivo del cacao ha crea-do en los chuaeños ese autorreconocimiento de sus raí-ces africanas, así como también del mestizaje, en lapresencia de apellidos como Bacalao y Tagliaferro de fa-milias tradicionales de Chuao. Rasgos físicos como elcolor de piel y el tipo de pelo son parte de su sentir, enalgunos en positivo, en otros en negativo, cuando a losniños se les expresa que tienen pelo malo y que su pielnegra no puede quemarse al sol. En Autorreconocimientoy comunidades afrovenezolanas en afrovenezolanidad, racis-mo e interculturalidad, Camacho expresa: “el autorreco-nocimiento es el proceso mediante el cual hacemosconscientes los valores y contravalores que orientan nues-tra conducta, la aceptación de los rasgos físicos y psi-cológicos que nos definen como persona, valorando las

Foto: SUSANA ARWAS/EDGAR MORENO

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fortalezas históricas y culturales de ser afrodescendiente”.Los pobladores de Chuao se autorreconocen de la si-guiente manera:

“…me siento sumamente orgulloso de ser afrodes-cendiente, de ser descendiente de esos negros esclavizados,de esos negros africanos”.

“…yo creo que sí, por lo negro y lo que a uno le gus-tan los tambores.”

“…estaban los pabellones del Congo de África y An-gola y fui a los dos, y vi pues la similitud que tiene la cul-tura de allá y la cultura de nosotros.”

“…el ritmo de la música, los instrumentos musicales,son africanos.”

Color de pielLos colores deÁfrica se recrean en la piel de los habitantesdeChuao comomuestra de ese legado de los trabajadoresdel cacao, curtidos de sol y bañados demelanina que hapasado de generación en generación y hoy se represen-tan en una gama demarrones a negro. Color que los hacefuertes, bonachones,místicos, trabajadores y festivos. Co-lor de piel negra de la cual están orgullosos y les da ese“sabor a cacao y tambor”, como ellos lo expresan. Re-cuerdan en la intensidad del negro de su piel a sus ante-pasados y el blanqueamiento al cual la gran mayoría seha sometido prevaleciendo la tonalidad oscura en sus cuer-pos. Para García: “…la clasificación del color de piel queexistió en la colonia, y se prolongó hasta el siglo XIX: ne-gro retinto, moreno, negrocolorao (bachaco), negro bo-zal, zambo oscuro, zambo claro, quinterón, salto atrás(cuando el color de piel era más oscuro que el de la ma-dre)”. En este sentido los chuaeños se ven así:

“…yo creo que sí, porque por el color mi mamá eranegra”.

“…mi mamá salió negra, los pelos se le enchirraron.”“…elmás blanco que vive aquí es hijo de negro, el más

blanco que haya, amarillo… ése es negro.”“…la gente de Chuao es negra. ¡Es negra!”“…el abuelo de Jesús Franco que yo conocí tenía sus

rasgos, ése era negro, ¡negro africano, oyó!”

Rasgos de la afrodescendenciaLos chuaeños logran descifrar en su cuerpo característi-cas peculiares que los acompañan a hacer una revisión delas herencias ancestrales de los afro y, por qué no decir,de lo indígena: el tipo de cabello y la presencia de canas,

E L A U T O R R E C O N O C I M I E N T O A F R O E N C H U A O

Para seguir leyendo…

ALEMÁN, CARMEN. Corpus Christi y San Juan Bautista, dosmanifestaciones rituales en la comunidad afrovenezolana de Chuao.Caracas, Fundación Bigott, 1997.

BECERRA-GRUPO ÉTNICO Y SALUD. Informe presentado en la 132ªsesión del Comité Ejecutivo, Washington D.C., 2006.

CAMACHO, N. Autorreconocimiento y comunidades afrovenezolanas enafrovenezolanidad, racismo e interculturalidad. Caracas, Fondo deCanadá para las Iniciativas Locales (FICL), 2005.

GARCÍA, JESÚS “CHUCHO”. Afrovenezolanidad e inclusión en el procesobolivariano venezolano. Caracas, Ministerio de Comunicación eInformación, 2005.

GUERRERO, JORGE. Presencia africana en Venezuela. Aragua, Conac,Sistema Nacional de Imprentas, 2009.

el vello corporal, la tipología longilínia son rasgos ango-leses al igual que la cara alargada, las mandíbulas fuertes,la nariz grande pero algo perfilada, los relacionan con laregión africana de origen. Los pobladores de Chuao lo re-fieren así:

“…los rasgos físicos y el color de piel de Angola y delCongo son idénticos a la fisonomía de nosotros los ne-gros afrodescendientes de Chuao”.

“…¡todo!, mi nariz, la fisonomía de mi cara, mi colorde piel, mi pelo, todo es afrodescendiente.”

Playa de Chuao, estado Aragua. La llegada del dorado, 2009.Foto: SUSANA ARWAS/EDGAR MORENO

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afrocrónicade un pueblo

Veroes, tierra de tradiciones, cimarronajes y luchas constantes en la quehombres y mujeres participan por igual desde la casa, el conuco o desdeel lugar donde haya que hacer frente a lo que se presente, bien sea las tie-rras, la autonomía, revalorizar y transmitir tradiciones o el reconocimientoétnico, económico, político y social

N e r i s B a r b o z a Promotora soc iocu l tura l / docente / cronista

Juego infantil, 1947. Foto: JOSÉ MARÍA CRUXENT . ARCHIVO CENTRO DE LA DIVERSIDAD CULTURAL

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La historiaVeroes, tierras de cumbes, espacios de los esclavizadosque escapaban de los dueños de hacienda buscando lalibertad para hacer una vida digna lejos del palo im-placable del mayoral. Geografía de refugio para AndrésLópez del Rosario, “Andresote”, donde fraguó sus lu-chas, armó ejércitos, recorrió río arriba, río abajo, bre-gando para que sus hermanos consiguieran salir delsometimiento al que eran forzados sin derecho a la viday al amor.

La herenciaConAndresote no cesaron los procesos de negación de de-rechos ni la exclusión, la lucha continuó, el veroeño debióseguir dando vueltas y tumbos para alcanzar poco a pocoespacios de liberación, así se pelearon la tierra de los Ca-ñizos donde hombres,mujeres y niños, después de ser so-metidos a la ferocidad de las fuerzas policiales, a susmaltratos y vejaciones, labraron la organización del pue-blo para que la tierra fuera para la gente.

En la lucha por la autonomía municipal nuevamentehombres y mujeres emprendieron la defensa de sus de-rechos para que Veroes dejara de ser un apéndice delmu-nicipio capital.

Con la autonomíamunicipal y los cambios surgidos conel proceso de revolución se inicia la lucha por las tierrascomuneras, sus herederos ancestrales pudieron demostrarlegalmente que éstas habían pertenecido a sus abuelos, asus padres y que sobre ellas no tenían ningún derecho loscubanos batisteros, ni los isleños, ni los italianos que in-vadieronVeroes y bajo engaño compraban unas hectáreasde tierra para luego hacerse dueños de todo lo que habíaalrededor, plantando la caña que acababa con el plátano,cultivo que no sólo realimentaba la tierra y generaba bien-estar económico, sino que también era el nutritivo alimentopara criar a los hijos con el dulce y sabroso atol o funchede harina de plátano que junto con las caraotas y las ver-duras constituían la dieta de los habitantes de Veroes.

Lo culturalDe nuestros antepasados africanos e indígenas provienela valiosa cultura que enriquece el gentilicio veroeño, puesenVeroes se condensa lo ancestral de nuestra raíz afro jun-to con el culto, de origen indígena, a María Lionza, paraformar los rasgos preponderantes en la cultura del esta-do Yaracuy.

De lamanifestación de San Juan Bautista heredada delos aportes que trajeron nuestros padres ancestrales aAmé-

A F R O C R Ó N I C A D E U N P U E B L O

Bautizo de los siete sanjuanes en la mañana del 24 de junio. Taría, estado Yaracuy, 2010. Foto: RE INALDO LEÓN (CORTESÍA : CÁTEDRA DE MÚSICA Y DISEÑO UNEY)

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rica y la religión impuesta en la que tuvieron que solaparsumúsica, sus ritmos, sus ritos, nos quedan los cantos luan-go golpeao, luango corrío y las zangas o zangueos con losque danzamos al santo por las calles para anunciar quecomenzó la fiesta. También están presentes los cantos desirena y todos aquellos que nos trasmitieron los viejos cul-tores que a punta de decisión, empeño y parrandeo, depueblo en pueblo, día tras día sembraron en quienes hoyle sucedemos la necesidad de continuar y preservar lo quese pueda de nuestra tradición.

Honor a los viejos cultores: a Provanco y Ramonita,quienes sin más ni más en cualquier tarde de agua ne-gra agarraban su tambor, su garganta, su litro y su ban-dera y se les veía venir calle arriba en ese hacerparticular. A Úrsula López y a la gran Georgina Grate-rol, quien aún en la víspera de su muerte cantó para lasmujeres de Farriar. A Tavo, quien se pasea con su al-zheimer por las calles de su Farriar natal. A Eloy Sevi-lla, Juana Landínez y Sebastián, íconos vivos de granvalor. A Prudencio Barboza y sus cantos a los angeli-tos que se quedaban dormidos y en sus cajitas blancasse iban al cielo a visitar a Dios.

La gastronomíaÉste es otro elemento donde hemos puesto empeño a pe-sar de la industrialización de la alimentación, asunto enel que el gobierno crea políticas y busca solución. En lagastronomía encontramos el pescado asado envuelto enhojas de plátano o cambur, sacuso. En la infancia la es-pera se volvía infinita, las mujeres iban a pescar y sabí-amos que al volver traerían los pescados chiquitos y lashojas de casupo listas, sólo restaba picar los aliños y ha-cer las brasas en el fogón para la degustación del deliciosomanjar. Las guabinas, los bagres, así como otros pesca-dos grandes los freían frescos, pero lo que más gustabaa los adultos eran los salpresos o secos que ponían al solsobre los techos de palma o zinc.

La hayaca de Angu que pervive en Taria, conocida enlos pueblos de Barlovento como cafunga o funga, mez-cla de harina de plátano, plátanomaduro y coco, tambiénes parte de lo preservado desde la nfunga de los pueblosafricanos. Inevitable resulta la presencia del coco en la dul-

cería veroeña y los dulces envueltos asados o cocidos enhojas de plátano, cambur casupo y hojas de naranja.

Así mismo, la artesanía derivada de fibras vegetales:hojas, bejucos, madera, arcilla, en la que sobresale la ela-borada en cepa de plátano, extendida en Yaracuy desdeTaria hasta Palmareño, dos pueblos de alto raigambre enla cultura de tradiciones donde niños, jóvenes y adultospor igual se dedican a vivir lo heredado y abrir espaciospara entregárselos a todo aquel que desee aprender.

El cultivo y uso de plantas para remedios sigue vivocomo componente de la cultura de Veroes, son muchoslos patios con malojillo, pasote, sábila para el guarapo atiempo. “Hacete lo que te mandó el doctor, pero bebeteeste guarapito”, “hacete esta cataplasma de tua-tuamoray sal pa’ que te saquei el golpe”.

En la búsqueda de que nuestra cultura mantenga loselementos de tradición han contribuido jóvenes de nues-tros pueblos que se ocupan de recoger de los viejos loslegados para preservarlos a través de creaciones literarias,musicales y gastronómicas.

En los últimos años la escuela veroeña se ha dedicadoa recoger testimonios en las comunidades, a leer su rea-lidad, para darle al currículo escolar el conocimiento y elsaber de nuestros libros vivientes, fortalecer la identidad,comprender y hacer consciente la interculturalidad que vi-vimos cotidianamente en las prácticas culturales de cadacomunidad y cada familia y transmitirlas a través de la ora-lidad y el quehacer en los diversos espacios: la casa, el pa-tio, el conuco, la calle, el río.

Ríos ya con poca vida porque la industria encontróen ellos el mejor lugar para contaminar aguas, peces yplantas. Los ríos para los veroeños fueron de gran va-lía, en ellos se resolvía gran parte de la vida familiar, selavaba la ropa, se fregaban los corotos, se bañaba la fa-milia, se creaban los cantos, se peleaba el puesto de labatea, se cocinaba, se conseguía el pescado. Cerca delrío o los caños se ubicaban los conucos para tener el bas-timento familiar; en el río se divertían los niños, los jó-venes, las mujeres tenían la tradición de tocar tamboren el agua.

Todavía alguna gente cree que al río o al monte no seva a mediodía porque los espíritus o los encantos están

…la escuela veroeña se ha dedicado a recoger testimonios en las comunidades, a leer su reali-dad, para darle al currículo escolar el conocimiento y el saber de nuestros libros vivientes, for-talecer la identidad, comprender y hacer consciente la interculturalidad que vivimos cotidia-namente en las prácticas culturales de cada comunidad y cada familia y transmitirlas a travésde la oralidad y el quehacer en los diversos espacios…

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presentes y se la pueden llevar o puede acontecer unamala hora.

Los ríos también nos han jugadomalas pasadas, perono es su culpa, es que como dicen ahora, “no hay voluntadpolítica”, con las lluvias crecen, se juntan, se desbordan,inundan las tierras, las siembras, las casas, y se llevan ala gente.

La calleEn otros tiempos la calle no era sitio para lamujer, la crian-za no permitía que las hembras ocuparan lugares que eranpara los hombres. Hoy día hombres ymujeres ymuchasveces los niños están en la calle, en las cantinas, entre copay copa, botella y botella.

La calle es ahora una amenaza constante, pues a Ve-roes lo alcanzó la mala hierba que impregnó a muchosjóvenes, quienes juegan a policías y bandidos en cualquiermomento del día o de la noche, en el autobús, en la ac-tividad pública, cerca de la escuela, no importa quién esté.Ésta es una preocupación colectiva. Pareciera que no hayquien recoja la amarras.

Pero como no todo está perdido, hay quienes ponenel corazón y participan desde diversos espacios políticos,económicos y sociales, como los jóvenes de las organi-zaciones afro que vienen realizando un proceso inclusivodesde lo educativo y comunitario para el autorrecono-cimiento étnico y la aceptación, aplicando herramientasde investigación, como el mapa de origen y el inventa-rio de saberes, aportadas por el Movimiento Pedagógi-coCalendario Productivo Sociocultural para quemaestros,representantes y niños, indaguen en su historia familiary encuentren respuestas a las interrogantes: ¿quiénes so-mos?, ¿de dónde venimos?, ¿cuáles han sido los legadosrecibidos? Lo que nos proporciona un saber que com-partimos en colectivo, genera autoconocimiento, reco-nocimiento étnico y cultural, promueve la valoración yel respeto colectivo y, por ende, el apoyo de todos. Unavez más, de esta forma Veroes le muestra al estado Ya-racuy formas de organización para que no sólo vean laparte oscura del veroeño, y nome refiero al color de piel

precisamente, sino a los epítetos que históricamente noshan endilgado: “violentos”, “macheteros”, “patoteros”,o las reacciones de burla, miedo, agresión, rechazo, enfin, de exclusión, sin tener en cuenta el proceso históri-co vivido ancestralmente y que a cualquiera alerta ha-cia la defensa propia y personal.

Esa visión opaca la luz que hay en el afrodescendien-te veroeño, la generosidad que nos caracteriza para recibiry atender a cualquier ser que a nuestros pueblos se acer-ca; el amor y la dulzura que damos a nuestros hijos, fa-milias, amigos; el trabajo arduo y fuerte que significa labrarla tierra, sembrarla, tener una producción, tarea hecha porlos hombres ymujeres que se han hecho cargo de levantarfamilia. Hoy los jóvenes toman conciencia de la relevanciade las luchas por las libertades y los espacios, se profe-sionalizan para apoyar los procesos del municipio, de laentidad estadal y el Estado nacional. El veroeño ha labradoy está labrando su valía reconociendo que no somos esoen lo que nos convirtieron los europeos, que no somosese animal rabioso y bruto y de fuerza descomunal quesólo sirve para el trabajo forzado. Nosotros reconocemosque venimos de una estirpe civilizatoria que no se iniciacon la colonización y la conquista, sino que antes, mu-cho antes, nuestros padres ancestrales nos legaron lo querealmente somos, esa esenciamaravillosa que se llama serhumano, y que participamos activamente en la refun-dación de la patria y la lucha por ocupar los lugares quenos corresponden como una de las raíces que da origena nuestra venezolanidad.

Para seguir leyendo…

GARCÍA, JESÚS “CHUCHO”. Afroamericano soy, la diáspora del retorno.Caracas, Ediciones Los Heraldos Negros, 2000.

VARGAS ARENAS, IRAIDA. Resistencia y participación. Caracas, MonteÁvila Editores Latinoamericana, 2007.

SALAZAR, JUAN JOSÉ. Antropología de la Madre Tierra. ImprentaBolivariana, 2007.

…reconocemos que venimos de una estirpe civilizatoria que no se inicia con la colonizacióny la conquista, sino que antes, mucho antes, nuestros padres ancestrales nos legaron lo que real-mente somos, esa esencia maravillosa que se llama ser humano, y que participamos activamenteen la refundación de la patria y la lucha por ocupar los lugares que nos corresponden como unade las raíces que da origen a nuestra venezolanidad.

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Reinterpretando la historiaEl antecedente histórico de la ancestría africana en lasAmé-ricas y el Caribe dejó sus huellas no sólo en la estructurasocioeconómica y política de las sociedades actuales, sinoque también marcó la estructuradel pensamiento y los sentimientosde millones de afrodescendientesque aún viven las consecuencias dela discriminación racial originadadesde la época de la esclavitud, unavez que el europeo secuestra y tras-lada africanas y africanos al conti-nente americano, para enriquecer suseconomías a través del trabajo for-zado en haciendas de café, cacao,pescadeperlas,minería y serviciodo-méstico, entre otros. Así se dio ori-gen a distintas comunidades en elpaís actualmente identificadas comoafrovenezolanas, en las costas deAra-gua,Carabobo,Vargas, la serranía deFalcón, Barlovento (estadoMiranda),en Yaracuy y en sur del lago (estadoZulia), dentro de los más emblemáticos.

Nuestros antepasados aportaron grandes conocimien-tos en aspectos como las técnicas agrícolas y la minería,se enfrentaron al Imperio español mediante diversas re-

beliones, burlaron los cercos de la esclavitud formandocumbes en las montañas como espacios liberados y par-ticiparon en las luchas para lograr la Independencia de Ve-nezuela, de la cual actualmente celebramos suBicentenario;

sin embargo, una historia de invisi-bilización ha ocultado esas contri-buciones, destacando la construcciónde estereotipos de subestimación.

En este contexto ser afrodes-cendiente en la sociedad venezo-lana tiene muchas implicaciones,significa un pasado histórico aso-ciado a la esclavitud y la pertenenciaa una clase social de menores re-cursos económicos como si éstasfuesen condiciones inherentes aeste grupo poblacional, situaciónque se complejiza aúnmás al con-siderar el elemento mujer, puesentonces también entran en juegola inequidad de género y los dife-rentes prejuicios en torno a estaperspectiva.Muchas personas aún

desconocen la herencia ancestral definitoria de la com-posición bio-socio-cultural de las y los afrodescendientesque nos hace merecedoras y merecedores de una valo-ración distinta a la que hasta ahora hemos disfrutado.

CIMARRONAAFROVENEZOLANA

una mirada desde adentroN i r v a C a m a c h o

Ps icó loga / miembra del Cumbe de Mujeres Afrovenezolanas / etnógrafa

El proceso histórico de las y los esclavizadas/os africanas/os en las Américas y el Caribetuvo consecuencias que aún están presentes en nuestras sociedades y repercuten enhombres y mujeres que enfrentan hoy diferentes formas de discriminación racial y con-viven al mismo tiempo con el endorracismo. Ése ha sido el motor fundamental para laconformación demovimientos sociales que luchan contra la discriminación racial, por laigualdad de condiciones y oportunidades

Naiguatá, estado Vargas, 2010. Foto: F IL IPPO BILOTTI

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PUEBLOS AFRICANOS TRAÍDOS A VENEZUELADel África subsahariana fueron arrancados pueblos enteros y traídos en migraciónforzosa a la América: yorubas, ashantis, mandingas, malinkés, carabalíes, entreotros. En el caso de Venezuela las investigaciones revelan un peso mayorde esclavizados y esclavizadas originarios del antiguo Reino del Congo D’Antotelapertenecientes al tronco lingüístico bantú y que hoy comprende tres países:la República Popular del Congo, Angola y la República Democrática del Congo

Fuentes: Izard, M. El miedo a la revolución. La lucha por la libertad en Venezuela 1977-1830. Ed. Tecnos, 2009.García, Jesús. África en Venezuela. Caracas, Cuadernos Lagoven, 1990.Norma Rivero, Casimira Monasterios.

RUTA TRASATLÁNTICA

PUEBLOS AFRODESCENDIENTESEN VENEZUELA

Esta práctica ejercida por variospaíses fue llamada “comercio triangular”.Los barcos salían de Europa cargadosde piezas de poco valor para cambiarlaspor africanos esclavizados. Desde las costasde África navegaban hasta el continenteamericano para vender los esclavos a buenprecio. Las bodegas de los barcos eranabastecidas con productos comprados enAmérica que luego vendían al volver a Europa

Esta etnia africana está constituida por 150 millones dehabitantes distribuidos en más de 20 países: Congo, Angola,Zaire, Camerún, Gabón, Guinea Ecuatorial y Zambia. Las lenguasbantú del África eran llamadas lenguas caffre

Pasada la mitad del siglo XVI, Venezuela comenzóa recibir esclavizados traídos por los portuguesesde varios países africanos para realizar los trabajosperleros, mineros y agrícolas en Margarita, Cumaná,Yaracuy y otros lugares vitales para la economíavenezolana desde aquel entonces

Fundamentó su economía en la pesca,la piel, el marfil de los elefantes,la extracción de aceite, vino y vinagrede las palmeras. Las riquezasproducidas incluían armas de hierro,joyas de cobre y objetos de cerámica.Además, se distinguen los tejedores,quienes tenían la fama de trabajarlas hojas de rafia y de las palmeras condiseños sofisticados y de gran colorido

Capital: CaracasSuperficie: 912,050 km²Población: 23.916.810 (julio 2010)Idioma oficial: españolAbolición de la esclavitud: 24-03-1854

Inglesa

Española

Holandesa

Francesa

Portuguesa

EL REINO DEL CONGO

LOS BANTÚ Y SU HERENCIAEN VENEZUELA

ZULIA

Cifrasde esclavizados

Angola

Angola

SOMETIDOS A TRABAJO FORZADOLa exportación de cacao durante el período colonialse remonta a la primera década del siglo XVII. La CompañíaGuipuzcoana forzó de manera indirecta el aumentode producción de cacao al pagar precios más bajosa los productores, de manera que incrementaban asísu rendimiento gracias a los esclavos y las áreas de cultivo

7.383

2.1255.598

11.835

2.668

1700-1799 (siglo XVIII)

90-9980-8970-7960-6950-5940-4930-3920-2910-1900-09

Cacao (miles de kg) Esclavizados

37.088

28.798

23.473

1690

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1560

Siglospor décadas

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32588

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ESCLAVIZADOSEN TIERRAS VENEZOLANAS

Mun. Sucre

YARACUYMun. Veroes

FALCÓNRegiones costerasy serranía

CARABOBOPatanemo, Cumboto,Borburata

ARAGUARegiones costeras

MIRANDARegiones costerasy valles

VARGASToda la región

GUÁRICOAltagracia de Orituco,Mun. Lezama

SUCREGolfos de Paria y Cariaco

BOLÍVAREl Callao

Angola

El CongoOCÉANOATLÁNTICO

Rep. Democráticadel Congo

EEUU

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INFOGRAFÍA: JORGE L. GALOFRE/ ASÍ SOMOS

Madre Hijo

Paralelo al parentesco por consanguinidad se establece un parentesco por afinidadpara materializar la necesidad de reconstrucción familiar

Como parte de nuestra herencia afro,los venezolanos hemos incorporadoa través del tiempo a nuestra lenguacastellana múltiples vocablos de origenafricano. A continuación presentamosalgunas palabras de uso cotidiano

(Chacharero). Conversación sin sentido.Conversador vacuo

Menjurje, rebullicio, desorden, guisote

Cosa insignificante, despreciable.Aplicada también a personas

Conformarse, aguantarse, resignarse

PRIMOS Y TÍASEste vínculo lo impone la madrey con el tiempo el hijo puedeseleccionar sus parientespor afinidad

HERMANO DE LECHEEs un vínculo afectivo entreel hijo de una madre que decideamamantar a otro hijo noconsanguíneoMadre

Ausente por enfermedado fallecimiento

RECOMPOSICIÓN DE LA FAMILIA

ACHANTARSE

BICHORONGA

BURRUNDANGA

CHÁCHARA

Desordenada, extravaganteESCACHALADRÁ

Destrozar, desgarrarESGUAÑANGAR

Bebida, refresco

Rebullicio, brollo

GUARAPO

GUARANDINGA

Castigar, hacer malFUÑIR

Población varguense, Mara o carrielde fibras del campesino

MACUTO

Despacio, suave canto procesionalpara San Juan

MALEMBE

Cosa fermentada o descompuestaPICHE

Plato criolloMONDONGO

Pulpería, bodegaTAGUARA

Manifestación musical y danzariavenezolana

TAMUNANGUE

LEGADO CULTURAL AFRO

El hábito de algunas mujeresde fumar con la candela delcigarro dentro de la boca

Son tejidos o trenzadosque se hacen en el cabelloa manera de peinado

Carga de bultos y canastos sobrela cabeza

El pilón es usado aún hoy díaen la preparación de algunosalimentos venezolanos

Este tambor que se sostiene entrelas piernas para su ejecución essimilar al ngoma del Congo

VOCABLOSDE ORIGEN AFRICANO

MadreHija Hijo

No pueden tener vínculos amorosos

Culo ’e puya

Luanguitos

Salcocho, cocidoSANCOCHO

ESP

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POR

AFR

HOL

OCÉANOATLÁNTICO

OCÉANOATLÁNTICO

OCÉANOÍNDIGO

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En este contexto adquiero el conocimiento acerca de cómo la estructura de clases semez-cla con criterios sobre la raza, produciendo la descalificación y discriminación de las per-sonas de clase social más baja y las “de color o negras”, lo que no lograba develar aún erael origen de estas ideas racistas, pues desde la educación primaria se reseñaba poco so-bre la historia de africanas, africanos y sus descendientes.

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Rasgos físicos concretos como piel oscura, pelo rizado,labios gruesos, nariz achatada; así como diversas prácti-cas culturales manifestadas en la culinaria, los peinados,la medicina ancestral, los cantos y bailes son expresionesque hablan de nuestros antepasados africanos y africanasy que han sido transmitidas de generación en generación,convirtiéndonos en personas con características deter-minadas en una sociedad diversa, por lo tanto, presen-tamos formas distintas demirar la vida, de andar, de pensary actuar. Hacer un guarapo de hierbas para el dolor de es-tómago, llevar al muchacho a santiguarse el mal de ojos,preparar el quemao (bebida a base de aguardiente, especiesy papelón) para la mujer después del parto, son algunasde esasmanifestaciones típicas enmuchas de nuestras co-munidades, donde la mujer juega un rol fundamental,transmitiendo permanentemente sus saberes a través dela oralidad.

En las familias afrovenezolanas además se practican va-lores de solidaridad, hermandad, cooperación, de lucha porla igualdady la justicia, lo cual contradice los prejuicios arrai-

gados en diversos sectores de las sociedades, no solo enAmérica sino en otros continentes, que asocian a las per-sonas afrodescendientes con todo lo malo.

Tejiendo la identidad desde una mirada personalHaber nacido en el senodeuna familia afrovenezolanamar-có desdemi infancia la identificación con un colectivo ét-nico en particular, sin comprender cabalmente en unprincipio su dimensión. Ser “negra” era normal, quizás porvivir en una comunidad donde todas y todos poseíamossemejantes características físicas y costumbres (comidasy dulces a base de coco, celebrar las festividades de SanJuan, tejer los loangos en nuestro pelo rizado, entre mu-chas otras), pero hasta allí los conocimientos sobre el tema,tener una piel oscura y un “pelo malo o tostado”, comosolían denominarlo, no teníamayores implicaciones.Meformé en una familia donde madre y padre se empeña-ban en la necesidad de estudiar, “aunque yo no lo pudehacer, yo quiero quemis hijas estudien, porque eso es loque uno les va a dejar”, eran palabras de mi madre, ellaconsideraba quenuestra herencia estaba en el conocimientoacadémico, sin apreciar tal vez que los saberes, valores ycostumbres transmitidos por ella formaban parte esencialde los aprendizajes que nos convertirían en personas hu-manamente desarrolladas.

La conciencia de que por ser “negra” podían percibirmediferente comienza a tejerse durante la adolescencia, al tras-ladarme a un colegio fuera demi comunidad donde com-partí con personas de diferentes tonos de piel oscuras, otrasblancas, de pelo liso, etc., allí comienza la caracterizaciónde estar dentrode las “másnegras” del colegio, sin embargo,aún muchas expresiones no se hacían sentir abiertamen-te discriminatorias.

Al cursar estudios en el ámbito universitario me con-vierto en unamujer joven que “a pesar de ser negra”, comodirían los racistas, logra ingresar a la UniversidadCentralde Venezuela (UCV), específicamente en la Escuela de Psi-cología. Aquí comienzo a sentir la discriminación racialde manera más notoria, percibo los sentimientos e ideasracistas de personas no negrasmás conscientemente. “Esque negro es negro” fue la expresión de una compañera

MOVIMIENTOS SOCIALES

El proceso histórico de las y los esclavizadas/os africanas/os en las Amé-

ricas y el Caribe tuvo consecuencias que aún están presentes no solo en

la estructura socioeconómica y política de las sociedades actuales, sino tam-

bién en los pensamientos y sentimientos de millones de hombres y muje-

res que enfrentan hoy diferentes formas de discriminación racial y

conviven al mismo tiempo con el endorracismo, producto de la interiorización

de mensajes negativos acerca de su identidad como afrodescendientes.

Las diferentes formas de discriminación expresadas en la sociedad ve-

nezolana se convirtieron en el motor fundamental para asumir la decisión de

incorporarme a los movimientos sociales de lucha contra la discriminación

racial, por la igualdad de condiciones y oportunidades. Desde la infancia me

identifiqué como persona negra, sin alcanzar la plena conciencia de sus im-

plicaciones, es en la vida adulta que comienzo a descifrar las diversas formas

de discriminación y sus efectos en el desarrollo integral de las personas.

La militancia en movimientos como la Red de Organizaciones Afrove-

nezolanas o el Cumbe de Mujeres Afrovenezolanas ha permitido estable-

cer contacto directo con afrodescendientes afectados por un perverso

endorracismo. La actividad de estas organizaciones ha perfilado la nece-

sidad de trabajar el aspecto personal para el autorreconocimiento, así como

la defensa de los derechos de esta población por parte del Estado vene-

zolano, de allí la importancia de asumir este tema no como un problema in-

dividual, sino considerar las implicaciones globales al contextualizarlo en

la dinámica social.

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de clases, quien al advertirmi presencia exclamó: “¡ay,pero tú eres una excepción!

Esta y muchas otras ex-periencias contribuyeron aque comenzara a asumirmeparte de un pequeño porcen-taje, ¿privilegiado?, de “negras”que estudiaban en esta universidaddonde, a pesar de tener carácter públi-co, se manejaban criterios como la perte-nencia de clases, lo cual se convertía en unrequisito directamente relacionado concondiciones favorables para el estudio y re-legaba a muchas personas afrodescendientes apermanecer en desventaja.

En este contexto adquiero el conocimientoacerca de cómo la estructura de clases semezcla con criterios sobre la raza, produciendola descalificación y discriminación de las per-sonas de clase social más baja y las “de co-lor o negras”, lo que no lograba develar aúnera el origen de estas ideas racistas, puesdesde la educación primaria se reseñabapoco sobre la historia de africanas, afri-canos y sus descendientes. En la uni-versidad también se evidenciaba laausencia dematerias y contenidos sobrela temática, favoreciendo así el desco-nocimiento de los aportes realizados porlas y los afrodescendientes en la construcciónpolítica, social, económica y cultural de nues-tro país. La discriminación racial se hacía sentir asíen sus diferentesmanifestaciones, abiertas o encubiertas,pero finalmente ya tenía alguna conciencia de que ser “ne-gra” era un motivo de distinción, de exclusión.

Activando el movimiento afrovenezolanoYa graduada de psicóloga quizás todavía mantenía unaconciencia un poco ingenua sobre el racismo, digo ingenuaporque a pesar de su reconocimiento no podía abarcarla trascendencia y las múltiples contradicciones genera-das al interior de cada persona discriminada, ¿por quéel dolor y la rabia?, ¿como enfrentar el rechazo?, así comomuchas otras interrogantes se hacen presentes. A travésde la invitación de una compañera de trabajo comienzoa participar en la Unión deMujeres Negras de Venezuela,

Clara Elisa Áñez. El Callao,estado Bolívar, 2009.Foto: RUBÉN ALFARO

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una organización considerada por algunas personascomo segregacionista, autoexcluyente y acomplejada, peroallí observé cómomujeres demucho tesón, con firmezay seguridad hablaban de la importancia de la reivindica-ción de lasmujeres “negras”. Conocí un valioso grupo demujeres, entre ellas, Irene Ugueto, motor fundamental dela organización, incansable, estudiosa del tema, quien lue-go partió físicamente, pero legándonos como aprendizajefundamental el valor de laconciencia y el compro-miso; Josefina Bringtown,“primeramujer negramé-dica” en el país, reseñadaasí por la prensa en unaentrevista realizada ensu propia casa donde semanifestaban algunosprejuicios racistas, puesresultaba asombroso queuna mujer, “además ne-gra”, obtuviese dicho tí-tulo en la UCV, y ReinaArratia, actual embaja-dora de Venezuela en Be-nín, África, quien meextendió la invitación a in-corporarme a la organi-zación. Luego de variosaños de militancia, in-vestigación y reflexionescomienzo a asumirmeafrovenezolana en lugarde negra, lo cual implica laidentificación con las raí-ces africanas.

En el año 2000 se extiende el accionar al espacio mix-to a través de la creación de la Red de OrganizacionesAfrovenezolanas, desde la cual se articula la lucha condiversos grupos culturales y comunitarios para enfren-tar los distintos matices de la discriminación racial y laexclusión social. En este año, luego del debate de diversosmovimientos sociales, decidimos—en la Conferencia de

las Américas, en Santiago de Chile— autodenominarnosafrodescendientes. A partir de 2004, conscientes de quela discriminación nos afecta de manera distinta, las mu-jeres decidimos construir un nuevo espacio específico,naciendo así el Cumbe de Mujeres Afrovenezolanas.

Estamilitanciameha permitido comprender cómoafec-ta el racismo y la discriminación racial a la población afro-descendiente, estimulando igualmente la necesidad de

buscar una opción paraenfrentar los complejossentimientos y actitudesgenerados por esas expe-riencias: inseguridad, au-todiscriminación, rabia ytristeza, entre muchosotros. Se requiere abordarel tema más allá de la ga-rantía de los derechos—lacual es, indiscutiblemente,fundamental—, ya que laautoconciencia debe pre-valecer al reconocimientode la violación de nuestrosderechos y la necesidadde reivindicación. Tenerconciencia de quién soy,de dónde vengo y quéproyecto de vida quiero,es el primer paso quemarca, sin dudas, las pau-tas en la agenda de luchapara el colectivo afrodes-cendiente, en las esferaspolítica, económica, so-cial, cultural y educativa,

donde aún permanece la invisibilización. Por esta razónlas acciones actuales están dirigidas a la formación do-cente, la edición de textos para ser empleados en el sis-tema educativo, la promulgación de la ley contra ladiscriminación racial y la concreción de la inclusión dela afrodescendencia en el censo nacional de población arealizarse el próximo año.

Tener conciencia de quién soy, de dónde vengo y qué proyecto de vida quiero, es el pri-mer paso que marca, sin dudas, las pautas en la agenda de lucha para el colectivo afro-descendiente, en las esferas política, económica, social, cultural y educativa, donde aúnpermanece la invisibilización.

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Naiguatá, estado Vargas, 2010. Foto: F IL IPPO BILOTTI

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La fundación del puebloEl pueblo San José de Heras, caracterizado por la pre-sencia de la cultura afrodescendiente, está ubicado enla zona noroeste del municipio Sucre, estado Zulia, a ori-llas del lago de Maracaibo. Sus orígenes se remontan ala quema o incendio del pueblo de San Pedro, en la épo-ca de la colonia, siendo San José uno de los siete enclavesfundados con población africana sometida a la es-clavitud en las tierras que hoy ocupan el municipio Su-cre. Cuando se fundó, el pueblo tenía una sola calle ylas aguas del lago bordeaban los patios o fondos de lascasas. Tenía una iglesia de bahareque y las casas de lospobladores se alumbraban conmechurrios. El medio deproducción económica era la agricultura a través de la ha-cienda y el conuco, así como también la pesca, la caza yla cría de animales domésticos.

Actualmente se practica la agricultura, la pesca y el co-mercio, además de otros oficios dentro del sector sanita-rio, educativo o deportivo. Hoy día también haymuchosprofesionales que habitan en el pueblo o en sus adyacenciasy laboran en el sector gubernamental. El pueblo cuenta contres calles, casa comunitaria, muelle, escuela, liceo, elec-tricidad y Sala de Batalla Social, entre otros servicios.

Herencia, saber popular y tradiciónLos sanjosederanos se caracterizan por ser familiares, aten-tos, humildes, discretos y colaboradores. El trato entre las

EN LAS RIBERAS DEL LAGO DE MARACAIBO, DURANTE EL PERÍODO COLONIAL,SURGE UNO DE LOS PUEBLOS AFRO DE MAYOR TRASCENDENCIA EN LA CULTURA

VENEZOLANA POR SUS APORTES MUSICALES: SAN JOSÉ DE HERAS. SU PRINCIPAL

MANIFESTACIÓN TRADICIONAL SE BASA EN EL CULTO A SAN BENITO DE PALER-MO, CELEBRACIÓN EN LA QUE LOS MORADORES PASEAN AL SANTO AL TOQUE DEL

CHIMBÁNGUELE Y AL SON DE LA GAITA DE TAMBORA

A i x a A n t ú n e z Cul tora

San José de Heras,PUEBLO DE LA CORDIALIDAD

Devotos de San Benito. Bobures, estado Zulia, 1980.Foto: IS IDRO NÚÑEZ. ARCHIVO CENTRO DE LA DIVERSIDAD CULTURAL

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personas es respetuoso, reservado, amable y apacible, con-ducta que se hace extensiva hacia los visitantes,mostrandodemanera especial su sentido humanitario, hospitalarioymodo de compartir sincero, sencillo y solidario propiode la vida en los cumbes, quilombos o palenques.

Los habitantes de San José aún conservan sus cos-tumbres gastronómicas de origen africano basadas en lapreparación de comidas utilizando el coco y el plátanocomo alimentos fundamentales dentro de sus recetas.Otras delicias culinarias propias son el pescado en cha-queta, el pescado embojotao, la carne en coco, el mofote,el majarete, el bollo pelota, la lecha, el caldo ’e coco, elpescado embasurao, el mote y la chanfaina. En cuantoa la dulcería se pueden encontrar el arroz de coco, el bo-llo ’e maduro, los besitos, la paledonia, la mantecada, lacocada y el calabazate. Además incorporaron a su die-ta la yuca y el casabe, la carne de res y la llamada “car-ne demonte” compuesta por cachicamo, lapa o cochino.

San José de Heras aúnmantiene sus costumbres y tra-diciones entre las que destacan la ejecución del chim-bánguele y el culto a San Benito de Palermo, al igual queotras comunidadesmuy antiguas ubicadas también a ori-llas del lago deMaracaibo como Bobures, capital delmu-nicipio, San Antonio de Heras y SantaMaría, vecinos de

éste e hijos de San Pedro; así como San Antonio de Gi-braltar. El pueblo de Gibraltar fue la primera comunidadfundada por los colonizadores europeos, quienes luego delexterminio de las poblaciones aborígenes originarias, vien-do las potencialidades agrícolas de las tierras traen demanera forzada y con fines comerciales a africanos y afri-canas para cultivarlas; de allí se originan las diferentes co-munidades conocidas hoy.

Las uniones de pareja y la conformación de la familiasanjosedera ocurre, en un porcentaje mayoritario, entremiembros de la misma comunidad. Un número menorestá constituido por sanjosederos y habitantes de otras

S A N J O S É D E H E R A S , P U E B L O D E L A C O R D I A L I D A D

Serie Vistiendo de nuevo a Benito. Bobures, estado Zulia, 1992. Foto: LUIS TRUJ ILLO

San José de Heras se asienta al sur del lago de Maracaibo. Mapa tomado del libroLos chimbángueles de San Benito de Carlos Suárez (Fundef, 2006)

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comunidades del municipio o personas de otras regionesdel país. El orden y modo de vida lo establecen funda-mentalmente los adultosmayores quienes intervienen deforma directa en la transmisión de valores, sentido de per-tenencia e identidad local. Como en toda comunidad afro-descendiente la opinión de los adultosmayoresmarca lapauta del comportamiento social.

La moral, buenas costumbres y el respeto interperso-nal, basados en las tradiciones y cotidianidades, se con-servan a través del tiempo, de manera que cuando sepresenta algún altercado dentro de la comunidad se re-suelve mediante el diálogo y la conversación, tomandoen cuenta primordialmente la opinión de los adultosma-yores. En este sentido, la intervención de los organismos

policiales no resulta necesaria ya que semantiene el sen-tido de familiaridad.

Han dado fe y preservado la historia oral de la comu-nidad José del Carmen Antúnez,María Isea de Andrade,JustinoAntúnez (+), Jesús Ángel Pirela, Libia Herrera, RitaPirela, Publio Antúnez, ClodoveoGutiérrez (+), OlgaHe-rrera, Jesús Armando Chourio (+), Claudia Herrera (+) yExomina Pirela.

Por su parte, el etnomusicólogo y compositor vene-zolano, Carlos Suárez, escribió un libro titulado Los chim-bángueles de San Benito, publicado por la Fundación deEtnomusicología y Folklor (Fundef) en el año 2006. Esemismo año gana el Premio Nacional de Cultura por lamencionada publicación.

AL SON DEL CHIMBÁNGUELE

Sus principales manifestaciones culturales tradicionales son el toque del

tambor chimbánguele y el culto a San Benito de Palermo a través de la

gaita de tambora, la cual se ejecuta en honor a San Benito de Palermo y

a Santa Lucía; es una celebración de carácter festivo o para hacer pagos

de promesa. El tambor largo se toca en honor a los ancestros afrodes-

cendientes; se trata de una manifestación festiva que no está vinculada

a la Iglesia Católica y se puede realizar en cualquier época el año.

San Benito es venerado en casi todo el estado Zulia y de manera es-

pecial en los pueblos afrodescendientes del sur del Lago, entre los últi-

mos días de diciembre y los primeros días de enero. A cada población le

corresponde un día para celebrar con San Benito de Palermo y los chim-

bángueles; a San José de Heras le corresponde el 27 de diciembre de

cada año honrar sus fiestas.

En las fiestas de San José de Heras llama poderosamente la atención

que el chimbánguele posee un sonido muy caraterístico y las mujeres

tienen una manera particular de bailar cargada de donaire y elegancia,

manteniendo el pulso africano y el control absoluto del cuerpo. El baile

lo adornan con una pañueleta sobre los hombros o colocada detrás del

cuello sujeta por las puntas en un juego grácil y coqueto.

Del mismo modo conservan una variedad de peinados africanos

como los luangos conocidos comúnmente como moños o clinejas, que

se tejen sueltos o corridos con variedad de formas y modelos, tanto en

mujeres como en hombres. A los hombres que se peinan con luangos, en

ciertas ocasiones, las personas que desconocen su origen e historia, los

tildan de raros, locos u homosexuales, demostrando el desconocimiento

de su propia historia afrovenezolana.

¿SABÍAS QUE...?

San Pedro fue un pueblo ancestralmente afrodescendiente con variadas riquezas. Cuenta la historia que fue saqueado por piratas y luegoquemado. En su lucha por salvarse los pobladores emigraron hacia zonas vecinas. De ahí se fundaron: San José, San Antonio y Santa María.En Santa María se conserva la imagen de San Pedro Apóstol que existía en el pueblo originario y hoy día se venera como santo patrono. Lasruinas del templo están ubicadas a orillas del lago entre San José y Santa María, se entra por tierra y por agua.

Niño tocando chimbánguele. Bobures, estado. Zulia, 1980.Foto: IS IDRO NÚÑEZ. ARCHIVO CENTRO DE LA DIVERSIDAD CULTURAL

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SONORO, HERMOSO, MÁGICO, IRREAL, EN LA COTIDIANIDAD,ESPACIO LIBRE, HERENCIA DE LOS ANCESTROS, TIERRA BUENAY FÉRTIL, MADRE QUE FECUNDA ORGULLOSA PROLE DEHOMBRES Y MUJERES QUE NO SE IGUALAN A NADIE PORSU AUTENTICIDAD

CURIEPE…CURIEPE

L u i s a P é r e z M a d r i z ( m a e s t r a L u i s í n ) Docente

siempre

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¿Qué es un pueblo? ¡¡¡Su gente!!!La que con sus alegrías, tristezas, logros, carencias,esperanzas, desvelos, preocupaciones, frustracionesy fortalezas eleva su espíritu y razón de ser.

Este pueblo, amado pormuchos y olvidado por pocos,está ubicado en el estado bolivariano deMiranda, regiónBarlovento, municipio Brión, es parroquia desde 1732,cuando el afrodescendiente Juan del Rosario Blanco vi-sualizó un espacio seguro para su gente y en un acto decimarronaje intelectual solicita a la Real Corona Españolaautorización para desde ese lar nativo frustrar la llegadade corsarios y piratas, ya que once años antes, en juniode 1721, había fundadoCuriepe en compañía de otros ne-gros libres. Pero hablar de ese proceso se lo dejo a his-toriadores, antropólogos, eruditos…Quiero contarles demi espacio vital, de ese gran útero procesado con alqui-mia y esencias, de la gente de este pueblo, porque somoslo que somos, simplemente curieperos.

El Curiepe de anteayerPueblo que ha emprendido luchas para conservar su li-bertad, sus tierras, sus ejidos o como quieran llamarlos.

Curiepe: cantera de seres increíblesParteras comoMama Pepé, Catalina Mejicano, CarmenMartínez y Tomasa Pantoja, entre otras, quienes con supericia y conocimientos de la ancestralidad partearona nuestras abuelas y madres, perpetuando el ombligoenterrado.

Dulceras:Domitila Cobos, Francisca Álvarez, Julianita Co-bos, Anita Madriz, las Sanz, Chucha, las Alvarado, Sa-lomé Rivas, Liborita, Natividad, Marcolina, BeniciaSojo, las Monasterios, se hace agua la boca, regresan losolores y sabores a nuestra mente y también recordamoslos dolores de barriga por saborear a escondidasmanjaresde dioses en los fogones entre tiznas y tizones.

Sazones como las de Rosalía Cobos, Antonia Sojo, Os-waldo, las Carrasquel, las Blanco y faltan muchas ymu-chos que con sus toques de sabiduría transformaban enexquisiteces, mondongos, lapas, pescados, rabipelados,sancochos, cruzados, asados, hayacas, bollos y grandesguisos.

Las laboriosas y caritativas manos de Irene, Camila y Vicentaen el comedor de la escuela Juan Pablo Sojo y la rectitudde Providencia Carrasquel.

Las arepas blanquitas y redonditas salían de los budares deLeónidas y Prudencia Tovar, Mariíta Torres, Rosalía To-var, Mercedita Álvarez.

El toque especial para el chocolate en los velorios de difun-tos en las manos de Catalinita Blanco, Fina Blanco, Eleu-teria (Tella) de Rada, Justa Lara, Nena Cobos, EloínaSuárez, Mirian Solórzano. Los acompañantes en los ve-lorios averiguan primero quién preparó la inmensa olla.Y es un éxito seguro si estas matronas aportaron sus sa-beres y participaron en su elaboración.

Las rezanderas de novenas:Carmen yAnitaMadriz,MamaAmada, Ernestina Liendo, Ester Rivas,MaríaMorocha, Lur-des Rada, Elisa, Angélica. Servicios gratis para compartiroraciones y rogativas durante nueve noches, cada quiencon un espacio y su silla que no puede usar otro acom-pañante durante esos días, son sitios fijos: en el que te sien-tas el primer día será tuyo hasta terminar la última noche.

Repiques de tambor en honor a San Juan Bautista, 2009. Foto: HAROLD PALACIOS

Severiana Rivas, 1977. Foto: ÁLVARO GONZÁLEZ .

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Rezanderos(as), curanderos(as), sobadores(as), curiosos(as): Se-gundo Berroteran, Fortunato Piña, Victoria Tovar, RafaelRada, Juan Lara, Pedro Vargas, Juan Ruiz, Ramona Blan-co, Maritza Arredondo, Toño Diaz, Lesme Mata.

Jocosos y jodedores: Faco y Lorenzo Tovar, Morillo, Gui-llermo (Jecho), Santiago (Cachicato)Muñoz, Pura Cobos,el hijo de Mama Victoria la eterna reina del agua, Inea,Ubaldo Rivero, Julián (Paleta), Aba y Varón, el maestroOtilio Liendo, Blas Rivero, Changuangua, Aguja y todosaquellos y aquellas que se escapan en estos momentosde mis recuerdos.

Nuestros orates con sus particularidades:Canilla con suma-leta y su sombrero; Chocho, quien inventaba tremendasy nunca oídas groserías; Isaac, quien lavaba la carne enel río hasta no dejarle ni una gota de sangre y si le toca-ban la puerta corría detrás de muchachas y muchachosesgrimiendo un palo como una lanza.

Esquinas famosas: la de Hijo, la de Pedrito, la de Antoñi-to o La Cruz, la de Blas, la de Capilla, la de Alito, la deAcapulco, la de Conejo y la de 3 de Mayo.

Boticario: Rafael Monasterios, maestro de lo humano ylo divino quien hasta los últimos días de su vida fue unerudito en sus conocimientos de las enfermedades yme-dicinas indicadas para cada caso.

La Reina del Tambor Mina Boteao: Mama Pancha Rivas.

Las más elegante bailadora de culo’e puya de todos los tiempos:Eulogia Galindo.

Calles y sitios: el Infiernito, la Bajada de los Perros, la Capi-lla, la Aldea, Osma, calle los Burros, la Vuelta del Cacho,Terronero, la Vega, el Guarico, laCumaca delNiño, laCue-va del Humo, Banco Obrero.

Músicos populares: Pifa, Negrete, Sulplicio (la Uña), An-tero y sus maracas, Morocho Huele Sancocho, Rudas,Mauricio.

Maestros y maestras de siempre: Isabel Cobos, Lola Maes-tri, Rafael Rada, Estilito Díaz Aponte, El viejo Juan Pa-blo Sojo, Priscila, Hercilia, Omaira, Lola García, Carmende Istúriz, Isidora, Carmen Eulalia, Dora, Peña, Ernes-tina, Lovera, Elena, el Bachiller Mariño, Julia Dolores y

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Promeseras. Arlenis Verdú y la niña Amlivledif Rivero Landaeta. Foto: ÁLVARO GONZÁLEZ . ARCHIVO CENTRO DE LA DIVERSIDAD CULTURAL

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su kínder, la maestra Mercedes (donde el recreo era enla plaza y en cosecha de mamones los escondían en losbolsillos), Miguel Cobos, Kika, Colacho, Juana de Via-na, Félix Madriz, Lourdes ¡y tantos otros!

Costureras: Acu, Carmen Torres, María Canuta, Gracie-la Vargas, Carmen Potina y las de ahora: Alicia, Santos,Chencha, Edith, Yelitza y la maestra Sabina Suárez.

Las bodegas: del Indio, Nicolasito, Antoñito, JuanMadriz,José del Carmen, los Key, La Frontera, Alito, Tarzo.

Pasos de río: del Cura, La Resbalosa, Acapulco, El Guamito,Santa Ana, Paso de los Hombres, Bajada de Crispulito, 3de Mayo, Chupulún.

Las fiestas que armaban:Marina, Dulce, Hilda, Provi, Ali-cia, Rosalía, Ester, Aidé, Aída, los Rada, Luis Torres, Da-vid y Rómulo, los Madriz, Mingo, Fael, Morro y suhermano Juan. ¡Qué época, tenían hasta un club! Sepro-decu, Club Social Curiepe, lasmúltiples cofradías, Laureesde Elvira, LaMuchachera,Grupo San Juan deCuriepe, gru-pos de teatro, escuela de música.

Qué hermosos y lindos recuerdosOír y ver a los vendedores y vendedoras de granjerías consus pregones calle arriba y calle abajo.

Comprar helados de frutas a sólo un centavo, era un cua-drito de las gaveritas para el hielo.

Brincar de alegría gritando ninina ninina cuando tenía unabuena noticia o llegaba un ser querido de lejos (siempretraía algo desde un pan dulce hasta un juguetico).

Seguir con los ojos cerrados y la mente abierta hurgandoen el tiempo para recordar la voz de los mayores volan-do como el viento entre matas de mangos, bambúes, ja-billos, lanos, cacaos y cayenas, cuando felices e inocentespescábamos coyomos (camarón pequeño) en el río cris-talino, espacio para bañarnos, pescar, lavar, fregar y soñaresas voces que con sus ecos nos regresaban al mundo te-rrenal, el temor a los pozos hondos ante la presencia delos espíritus y encantos, culebras, duendes y aparecidos.

Corretear de esquina a esquina en la calle con juegos comola patilla, la silla rota, la garrapata, la silla de mano, mien-tras nuestros abuelos y padres sentados a las puertas de lascasas recostados en sus sillas de cueros conversabande todoun poco, sin descuidar la vigilancia de niños y juegos.

Si llovía chapoteábamos brincando en charcos y cantandoa San Isidro Labrador para que quitara el agua y trajerael sol, hasta que las abuelas preocupadas por los segurosresfriados nos llevaban casa adentro para darnos calien-ticos y sabrosos guarapos de toronjil y malojillo.

La preocupación del colectivo cuando alguien enfermaba,acompañar al enfermo noche y día, el remedio pronto, lasobada, la pócima, el ungüento, lo que fuera para mejo-rar al sufrido.

Sentarnos en nuestras sillitas de cuero, regalos dados alnacer, para oír en las tardecitas cuentos y otras cosas,

Lavanderas del río. Curiepe, estado Miranda, 1949. Foto: GONZALO PLAZA.

ARCHIVO CENTRO DE LA DIVERSIDAD CULTURAL

Monumento al tambor. Obra inaugurada en 1997. Curiepe, estado Miranda, 2010.Foto: NURY LÁREZ

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asustadísimos hasta el punto de que no nos movíamos,y más tarde no poder dormir pensando que una brujanos chuparía el ombligo o un duende nos atraparía y nosllevaría quién sabe dónde por portarnos mal.

Regresar de la escuela de dos turnos para saborear comomerienda una taza de caraotas con leche de coco y dul-citas, con una arepa recalentada y, ¡por qué no!, uno detantos dulces que nos preparaban con tanto amor.

No interrumpir cuando hablaban losmayores,muchome-nos sentarnos con la visita, una sola mirada bastaba parareconocer la imprudencia y el atrevimiento; ocasión pro-picia que aprovechábamos para jugar a nuestras anchas.

Los domingos mi abuela nos llevaba al río para lavarnosel cabello, todo un ritual, llevaba un pequeño canasto conun trozo de jabón de panela, aguacates bienmaduros, na-ranjas agrias, peine de cachos y aceite de coco, el mo-mento que esperaba con ansias acontecía cuando luegode embadurnarme toda la cabeza con esa pulpa de agua-cate me lanzaba al agua con un canastico, pues las sar-dinitas venían a comer lo que mi pelo largaba y yoaprovechaba para atraparlas, alegría queme duraba poco

pues mi abuela me obligaba a regresarlas pronto al ríoporque eranmuy pequeñas, de adulta entendí la lecciónecológica, el jugo de las naranjas agrias era para quitarel exceso de grasa y dejaba un brillo espectacular a nues-tros pelos afro.

Contar los días para la llegada de la Semana Santa ya quelas procesiones salían a la calle a las 6:00 pm y, aproxi-madamente, a las 2:00 am retornaban a la iglesia, era unagran oportunidad para estar tantas horas en la calle, asílos pies se hincharan y dolieran por los zapatos nuevos.

La partida o llegada de nuestro Niño Jesús peregrino,otro gran motivo para la fiesta y compartir con nues-tros semejantes, así como con nuestros santos, para quesusmilagros alcancen a todos sin color de piel, condiciónsocial, sitio de procedencia o edad.

Las misas de aguinaldos en las madrugadas de los velo-rios de la Cruz, San Pascual Bailón, la Parranda de la Can-delaria, las Flores deMaría y la Coronación de la Virgen.Primer repique, fiestas de San Juan, San JuanCongo, fies-tas patronales. Recorrido del Niño Jesús los primeros díasdel mes de enero, San Isidro, veladas y velorios, la Que-ma de Judas, Jesús Resucitado, carnavales, el Entierro dela Sardina, bautizos, cumpleaños, entierros de difuntos.

Es de extrema importancia que conservemos estos le-gados que hasta ahora se han preservadomediante la tra-dición oral y vivencial. ¿Pero qué esperamos?, ¿qué lepedimos a nuestros jóvenes?, si los estamos criando sinrecuerdos, acaso no tienen memoria ni vivencias estasnuevas generaciones, ¿están tan ocupados que no se re-únen ni para beber sopa un domingo? No permitamosque nuestros muchachos crezcan sin conocer sus raíces.¡Quien no sabe de dónde viene difícilmente sabe adónde ir!

¡Curiepe es y seguirá siendo lo que sus hijos permitanque sea! Mientras exista un curiepero vivirá Curiepe.

C U R I E P E . . . S I E M P R E C U R I E P E

La Casona, también llamada casa de ladrillos o La Sabana. Sus orígenes seremontan al siglo XIX. Curiepe, estado Miranda. 2010. Foto: NURY LÁREZ

ES DE EXTREMA IMPORTANCIA QUE CONSERVEMOS ESTOS LEGADOS QUE HASTA AHORA

SE HAN PRESERVADO MEDIANTE LA TRADICIÓN ORAL Y VIVENCIAL. ¿PERO QUÉ

ESPERAMOS?, ¿QUÉ LE PEDIMOS A NUESTROS JÓVENES?, SI LOS ESTAMOS CRIANDO SIN

RECUERDOS, ACASO NO TIENEN MEMORIA NI VIVENCIAS ESTAS NUEVAS GENERACIONES

(…) NO PERMITAMOS QUE NUESTROS MUCHACHOS CREZCAN SIN CONOCER SUS RAÍCES.¡QUIEN NO SABE DE DÓNDE VIENE DIFÍCILMENTE SABE ADÓNDE IR!

Mariíta Blanco. Curiepe, estado Miranda, 2009. Foto: HAROLD PALACIOS

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CAMPOMA...D E S D E L A M I R A D A D E

Berta CovaCampoma, ubicada cerca del golfo de Cariaco en el esta-do Sucre, es una comunidad afrodescendiente que ha con-servadohastahoydía su legadocultural africano. Este legadose ve reflejado en sus producciones socioculturales tangi-bles e intangibles, en sus imaginarios simbólicos colectivos,así comoen las tareas que emprendenpara su sustento co-tidiano. Las actividades económicas fundamentales del pue-blo deCampoma son la agricultura, la pesca y la artesanía.Los trabajos artesanales como esteras y petates se reali-zan con el junco o enea,materia prima básica que lasmu-jeres extraen de la laguna. En este paraje venezolano nacióhace casi siete décadas Alberta Cova, orgullosa afrodes-cendiente, exponente sin parangón de sus raíces y quiendescribe a su pueblo como un lugar mágico.

Alberta Cova, orgullo afrovenezolanoMás de la mitad de su vida se ha dedicado a la música ya aprehender todo lo que transcurre delante de sus ojos.Es compositora y bailadora de música popular tradicio-nal de la región oriental venezolana. Aprendió a componerpor iniciativa propia y sin maestros; como artista popu-lar aprendió viendo a los demás en sus prácticas. Es in-térprete del joropo oriental y el golpe y estribillo. Conocey aplica conocimientos de medicina natural a través delas plantas, un maravilloso don que su padre le transmi-tió desde la niñez. Tiene una escuela de acordeón y ofre-ce talleres de formación, composición, baile y peinados.

Berta Cova, fiel exponente de la cultura de raigam-bre africana se ha dedicado a cultivar el legado de susantepasados africanos en diferentes áreas en la medicinatradicional, la gastronomía, la música, la danza y la es-tética. Un ejemplo de su gran aporte en el área estéticason los peinados llamados luangos o luanguitos, de loscuales inventa un sinfín de modelos para realzar la be-lleza de las campomeras.

Berta Cova pilando maíz. Campoma, estado Sucre. 2011

E q u i p o A s í S o m o s

Fotograf ías : IVÁN CALZADILLA

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Según Berta, sus antepasados africanos, procedentesde los pueblos del Congo, Angola yGuinea, siempre con-cedieron un especial cuidado a sus cabellos, extendién-dose esta práctica hacia las regiones costeras del marCaribe, arraigándose especialmente en la provincia de Ve-nezuela con la trata de esclavizados(as) negros(as) duranteel período de colonización.

Como todo aprendizaje tradicional, desde niña Bertaha aprendido sus oficios en el proceso de socialización deldía a día, prestando atención a lo que hacen o dejan dehacer los mayores; de ahí que sea una gran observado-ra de su entorno. Ella asume su cultura como un todo,desde peinar y tejer esteras hasta preparar comidas y be-bedizos sanadores.

Berta Cova, como todas aquellas personas que con-servan y difunden sus conocimientos y saberes africanostrasmitidos de generación en generación demanera oral,valora profundamente esa sabiduría heredada conscien-te de la responsabilidad que le tocó al ser escogida por uno

de susmayores para conservar y trasmitir esos saberes quesiempre deben estar al servicio de la comunidad.

De esemodo, resulta necesario resaltar el orgullo y elsentido de pertenencia que expresa Berta hacia su tie-rra, así como su autorreconocimiento como afrodes-cendiente. Esa certeza de saberse hija de una culturaancestral le otorga un conocimiento profundo e integralde su cultura, la cual practica, defiende y difunde de for-ma holística como corresponde a los herederos de la cul-tura africana; de ahí que esta dama de los mil peinadoscultive tanto la culturamaterial como la intelectual, la es-piritual, la artística, e insista en trasmitírsela a losmás jó-venes. Sus prácticas exigen el dominio de lo tangible y lointangible, el amor y armonía con la naturaleza.

BERTA COVA: VOZ Y EXPRESIÓN

¿Por qué es afrodescendiente?Soy afrodescendiente porque soy de raza negra. Mis ancestros son des-cendientes de África.

¿Cómo cree que se formó el pueblo de Campoma, cuándoy con quiénes?Había negros de África esclavizados en la hacienda de un señor apellida-do La Cova y cuando él murió muchos negros se escaparon y se fueron aunas tierras lejanas, de ese grupo de personas nació la descendencia cam-pomera. De hecho, el nombre real de Campoma es Campona, sólo que conel paso del tiempo se cambió el nombre.

¿A qué se dedicaban y a qué se dedican hoy día las familiasde Campoma?Desde que nos asentamos aquí hasta la actualidad nos dedicamos a la pes-ca, la agricultura y muy especialmente a la artesanía en la elaboración depetates, esteras y suaderos, utilizando como materia prima el junco y la eneaque se consiguen en la famosa laguna de Campoma.

¿Qué significa la lagunadeCampomapara los campomeros?Es un lugar muy querido y admirado por todos nosotros; la laguna es el sus-tento principal para los habitantes de la población. Ahí se consigue la mate-ria prima para nuestra artesanía. También hay en ella muchos pecesdeliciosos para comer y vender.

¿Habrá algúnmisterio en la laguna de Campoma?Sí, hay muchos secretos, familias [que han sido] encantadas, se ha escuchadoque cantan, ríen, lloran. Además hay muchas culebras asombrosas.

¿Por qué se hacen crinejas?Inventé el trenzado del pelo para realzar la belleza de la mujer y motivar-las a que se sientan hermosas como son con su cabello duro.

¿Existe la magia en Campoma?Sí, existe mucho la magia, más que todo (sic) en la laguna.

¿Por qué santiguarse*?Creemos mucho en el santiguo para sanar enfermedades, incluso antes deir al médico, porque muchas enfermedades pueden ser producidas por unmal de ojo o un trabajo de brujería.

* Santiguar o santiguarse: es un resguardo a base de rezos y oraciones,casi siempre acompañado con los roces o toques de ramas, o golpecitosen forma de cruz.

C A M P O M A . . . D E S D E L A M I R A D A D E B E R T A C O V A

Entrada de la finca La Fiera, hogar de Berta Cova

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LOS NEGROS ANTILLANOS CON CORAZÓN AFRICANO LLEGARON ALAS RIBERAS DEL YURUARI CON SUS GRANDES CARGAMENTOS DESABORES Y SABERES, ASÍ CONTRIBUYERON A LA CONFORMACIÓN YCONSOLIDACIÓN DE UN PUEBLO QUE GUARDABA EN SUS ENTRAÑASLA SOÑADA ESPIGA DORADA

EL CALLAOESENCIA, BRILLOYCOLORC a r l o s L o n d o n T o r r e s Docente / cantor tradic ional de cal ipso de El Cal lao

Mineros de El Callao extrayendo oro. Foto recopilada y reconstruida por RUBÉN ALFARO

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Irrumpe la segunda mitad del si-gloXIX y con ésta la llegada de in-migrantes a la cuenca del ríoYuruari, provenían deGuadalupe,Dominica,Martinica, Santa Lucía,Grenada, San Vincent y Trinidad,con la finalidad de trabajar en lasminas comomano de obra espe-cializada. Los trabajadores mi-neros de tez negra, después deestablecerse laboralmente, traje-ron a sus familias al lugar, espo-sas e hijos complementaron diferentes grupos familiaressegún su procedencia y en El Callao se integraron comoun solo bloque común afroantillano.

La siembra del oroEl descubrimiento de yacimientos de oro fue determinantepara el inicio de la conformación de El Callao, la apari-ción del material aurífero atrajo con su “bulla” a criollosy extraños, quienes se quedaron a vivir y así fueron dan-do forma al pueblo. Grupos humanos, mayoritariamen-te negros, vivieron enChile y en otros caseríos aledaños,así como también enNueva Providencia (hoyCaratal), losconocimientos, habilidades y destrezas de éstos confor-maron una fuerza laboral con la capacidad idónea paraencarar el exigente trabajo minero.

El aporte de los negros afroantillanos fue vital para queEl Callao surgiera como una de las más activas regionesproductoras de oro reconocidas mundialmente. Experi-mentados maestros mineros dirigían los trabajos de losnomenos importantes caporales y obreros, los cuales rea-lizaban extenuantes jornadas de trabajo que casi siempreno se correspondían con la paga. Fueron años de luchahasta lograr mejorar las condiciones sociales. En 1936 serealizó la primera huelga de trabajadores en la zona.

Los mineros de descendencia negroide eran hombresde conformación física muy fuerte y de esquemas men-tales sólidos, fundamentados principalmente en caracte-res adoptados en sus oriundas antillas caribeñas. Lacapacidad de trabajo era tal que cuando sucedió el primercierre de compañíasmineras, producto de la recesión eco-nómica del año 1940,muchos de ellos se trasladaron a la-borar en las empresas petroleras de El Tigre y San Tomé,las cuales solicitaban personal técnicamente preparado.

Esos hombres ymujeres de antaño dejaronmarcasmuyprofundas de la cultura afroantillana, al oriundo de El Ca-

llao se le conoce como alguiencon criterios bien centrados en ladisciplina y en la rectitud, pro-ducto de una crianza apegada alrespeto y las buenas costum-bres. Hay quienes opinan que elcallaoense es un ser “cerrado” ypor tal razón es un “madamo” o“madama”, entiéndase como unapersona que actúa con firmeza altomar una decisión y que sin ate-nuantes la pone en práctica.

Con estos mismos cánones se educan los hijos, es as-piración de los padres ymadres que sus descendientes he-reden conductas ejemplares, apegadas a sus orígenes y susemejanzas. La sapiencia y tenacidad de los hombres ymu-jeres que vinieron de las AntillasMenores contribuyeronal posicionamiento de El Callao como el primer produc-tor de oro de Venezuela. En este sentido, ellos contribu-yeron a sembrar este metal precioso.

En la segunda mitad de la década de los noventa delsiglo XX se vivió otra época dorada, llegaron a esta-blecerse más de 110 talleres que permitieron, una vezmás, a los orfebres del pueblo mostrar sus habilidades

E L C A L L A O , E S E N C I A , B R I L L O Y C O L O R

Orquídeas fabricadas en oro. Foto: RUBÉN ALFARO

Don Carlos Small (+), reconocido forjador del pueblo de El Callao.Plaza Bolívar de El Callao. Foto: RUBÉN ALFARO

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y creatividad, afloró de nuevo la alegría en los pobla-dores de la Tierra del Oro, sin embargo, los movi-mientos económicos por los que atraviesa actualmenteel mundo y los elevados precios del oro han traído comoconsecuencia que muchas joyerías elaboren preferi-blemente la plata, medida que se adoptó como formade mantenerse activamente presentes mientras se re-vierte la situación.

Sabores y saberesLas mujeres antillanas pudieron priorizar el acervo culi-nario traído delmar Caribe, fue predominante entre la po-blación negra la preparación y degustación de alimentoscomo el acrá, el roti, el sauce, el calalú, el domplin y elpan demadama, además de bebidas como el yinyabie (abase de jengibre), el monki pi o elMabí. En la actualidadestas variables gastronómicas aún persisten en El Callao,aunque en menor medida, cotidianamente todavía secome el popular domplin. Con el objeto de promover supreservación y enaltecer la rica cultura afrodescendien-te se presentan grandesmuestras durante los carnavales,las fiestas patronímicas, festivales, eventos especiales, pú-blicos o privados, y en las instituciones educativas.

Como se trata de un pueblo dependiente de la explo-tación aurífera susmoradores aprendieron el arte de la or-febrería. El Callao hasta hoy día se hamantenido, en granparte, con la fuerza laboral de los talleres donde se fabri-can prendas artesanales con características propias, piezasúnicas en los ámbitos nacional e internacional. En este ejer-cicio sedestacarongrandesmaestros comoAlejandroCraw-ford,Alejandro Jacuart, JamesLazar yAlfredoCunningham,quienes a su vez formaron a las generaciones posteriores.

En tiempos pasados se utilizaron como formas de co-municación los idiomas inglés, francés y patois (Patuá),este último es una lengua en resistencia que se empleóen el pueblo pormás de cien años. Combinando los idio-mas inglés, español y patuá los callaoenses componen ycantan sus calipsos en las comparsas.

EL APORTE DE LOS NEGROS AFROANTILLANOS FUE VITAL PARA QUE EL CALLAO

SURGIERA COMO UNA DE LAS MÁS ACTIVAS REGIONES PRODUCTORAS DE ORO

RECONOCIDAS MUNDIALMENTE. EXPERIMENTADOS MAESTROS MINEROS DIRIGÍAN

LOS TRABAJOS DE LOS NO MENOS IMPORTANTES CAPORALES Y OBREROS, LOS

CUALES REALIZABAN EXTENUANTES JORNADAS DE TRABAJO QUE CASI SIEMPRE NO

SE CORRESPONDÍAN CON LA PAGA. FUERON AÑOS DE LUCHA HASTA LOGRAR

MEJORAR LAS CONDICIONES SOCIALES.

Para seguir leyendo…

SARTI, RICARDO. Temas sobre El Callao (un tributo a nuestro pueblo).Caracas, s/d.

DELGADO, CARMEN. El Callao de mis recuerdos. Ciudad Bolívar,s/e, 2006.

Sitios web de interés sobre el tema

www.guayanaes.com

www.fundacionisidoraagnes.com

Lucía Andrades, madama de El Callao, estado Bolívar, 2009. Foto: RUBÉN ALFARO

Minero con batea, 2006. Foto: RUBÉN ALFARO

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BarloventodeY ESPIRITUAL

ESQUEMA GEOGRÁFICO

J u a n P a b l o S o j oPer iod ista / invest igador de las cu l turas afroamer icanas / nove l i s ta / cuent is ta y poeta

C H A R L A L E Í D A E N L A C A S A D E L O B R E R O

Viaje de investigación a Yaracuy del pionero de los estudios afrovenezolanos, Juan Pablo Sojo, quien denunció y luchó contra el racismo y la discriminación

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Barlovento es como el abuelo olvidado que se comien-za a recordar.

De los hondones de ese tierra pródiga han brotado lariqueza material y el canto, pura expresión del espíritu.Es como si de pronto, de la sombra que reptaba en la tie-rra, brotara la rosa luminosa, nítida y virgen, ofreciendotambién su perfume de pasado y presente a esta tierranuestra ancha y dilatada de futuro.

Barlovento es eso. Una rosa que cultiva lamano callosa,lamano que siembra y cosecha, en el corazón. Rosa y per-fume que son el recuerdo y el dolor del terruño, arranca-dos a la sombra que reptaba —como la macagua bajo lahojarasca del cacahual— sobre la tierra espléndida, don-de cosechó el egoísmo y la saña absoluta del agio, el su-dor que es plata y la sangre que es oro del trabajadoranónimo.

De ese hombre anónimo, de ese obrero doblegadocomo una C de sol a sol sobre los guaritotales, nació elcanto y se creó el ritmo,mejor dicho, vino hasta ellos des-de los días pretéritos en el espacio y el tiempo.

Oyendo esos cantos y esos ritmos, cruzan por nuestra ima-ginación los viejos rincones pintorescos, los pueblosarrullados por ríos soñolientos, sombreados de árboles cen-tenarios, signados de caminos amarillentos, donde el soles un planazo que cae en las espaldas.

Caminos que llevan a los pueblos de calles empedra-das o de tierra desnuda, animadas por la algazara de fes-tejos patronales, de ricos festivales costumbristas, comola llegada del Niño Dios en los días pascuales; los velo-rios a la Cruz deMayo; el baile de San Pascual Bailón; eldelMampulorio y los de San JuanGuaricongo. Cosas es-tas típicas que se conservan aún, no comomanifestaciónde retraso, sino como algo que magnifica a los pueblos,el espíritu de una raza que nomuere nunca aunque semo-difique. Pueblo sin tradición no puede existir, seríacomo un sepulcro frío, incapaz de comunicar calor, vigory fuerza, que son las características de ascendencia quelo definen entre los demás pueblos.

Barlovento es sólo una mínima parte de Venezuela,como el Llano extenso, como la Guayana selvática.

Ya se escribió la novela del Llano, la conocida y céle-breDoña Bárbara, obra inmortal del maestro RómuloGa-llegos; la novela de los caucheros, La vorágine, del insigneJosé Eustasio Rivera. La novela de Barlovento aún no hasido escrita.

Hacia sus hondones un día penetraron preocupadosintelectuales, como el poeta y crítico Juan Liscano, queha extraído de esa generosa tierra un venero de cosas des-conocidas en Venezuela, sacándolas del olvido que re-galaba hombres y costumbres. Novelistas como elmismoGallegos —que escribió también Pobre Negro— y Gui-llermo Meneses, que ha escrito bellísimas páginas refe-rentes al terruño.Cuentistas como José Fabbiani Ruiz, cuyaobra literaria nació con el paisaje y el ambiente barlo-venteño. Poetas, como Oscar Rojas Jiménez; escritorascomo Mercedes López, autora de una obra laureada, yotros tantos cultivadores de las letras que se han queda-do al rescoldo de la humildad de sus vidas o murieron,después de rendir a la tierra jocunda, el tributo a su be-lleza y a su importancia material y espiritual. Allí estánEstílito Díaz Aponte, periodista en función de reivindi-caciones regionales; las hermanas Guédez, manteniendouna lucecita de esperanza y alegría; Rafaela Paraqueimo,periodista; Leopoldo Rodríguez; escritor de culto y ele-vado estilo, autor del libro inéditoCartas de Chirimena; Es-tanislao Sifontes, recio intelectual de Río Chico; AuroraAcosta Saignes, la Levi, la Pittol, mujeres de una gran sen-sibilidad espiritual, poetisas del terruño. Allí se queda-ronGuillermoGil, gran poeta y escritor; GuidoCoronado,crítico y poseedor de una vasta cultura; Juan Pablo Sojo,mi progenitor, orador, músico y maestro de escuela, au-tor de varias obras inéditas; Nicomedes Marrero, señorde clásicos y leyes; Francisco Antonio Brandt, poeta fe-cundo y fácil, compañero que fue de Leo, Díaz Rodríguezy demás intelectuales de entonces en las épocas de El CojoIlustrado; el maestro Foncault, don Felipe Escobar, José An-tonio Pacheco. Todos han sido hombres en función so-cial con el ambiente. Aquellos siguiendo la trayectorialuminosa, y éstos, cumpliendo hasta en el tributo finalde la vida, con el sagrado postulado que une al hombrey la tierra.

Para el mejor conocimiento de lo nuestro, resulta unaestupenda oportunidad la ofrecida por esta notable ins-titución. Es como una clase de geografía espiritual, queno excluye lo demarcado en las coordenadas territoria-les o mapas, sino quemás bien nos acerca más, nos uni-fica y enciende un legítimo nacionalismo. Hago estapequeña digresión, porque en realidad, al nombrarse Bar-lovento, se creería que forma un estado dentro de otro;y es, precisamente, que en esto reside la fuerza de una re-gión, porque los pueblos no se miden con el compás dela dilatación en sus límites, sino con la potencia material

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y espiritual de que dispo-nen. Barlovento no es unadanza alegre, no es sino unconglomerado de pueblos,nombre que le viene delmar, nombre de la brisaque sopla de aquella parte.Tiene una demarcación ydefinición popular. Músi-cas, cantos, ritos y cos-tumbres, brotan de aquellatierra, como el cacao mi-llonario en sus haciendas;como los frutos variadosque cuajan en las vegas yconucos. Su historia se re-monta al génesis de la Pa-tria Grande. Recordemossus días coloniales, sus sol-dados, sus heroínas, el célebre batallón Barlovento, queluchó en los campos de la independencia. Tan rica tierravenezolana no podía quedar siempre ignorada. Y, el de-ber del que graba en los anales históricos, comienza a cum-plir esta sagrada misión como un rito.

Caminos por donde cruzó la sandalia viajera de Hum-boldt; por donde brillaron en la noche dolorosa del año13, las amarillentas luces de los faroles del éxodo cara-queño. Caminos de luz y paisaje, de verdes risueños, deazules añilados…

Caminos que son ríos majestuosos, como el Tuy, delos bongos lentos, tripulados por el pagay locuaz y sushombres jugados en más de una aventura; de ríos som-breados por bambuales tupidos, por la bandera colorde la esperanza de los platanales, por la sombra llenade murmullos y pájaros y voces de peones en las ha-ciendas preñadas de nueces rojas, azules y amarillas delcacao —que son como el tricolor del agro—. Caminospolvorientos, hollados por recuas de paso tardo y ale-

gres campanitas trotonas.Caminos reales, llenos detradición y consejas quese adentran en Cauca-gua, rebujada villa deimportante comercio;Capaya, hito colonialque retrotrae el pensa-miento a épocas pretéri-tas; Curiepe, “puebloprisionero y musical”,según definición feliz deGuillermoMeneses; Hi-guerote, el benjamín delos aledaños barloven-teños, arrullado por lasinfónica caribe; Tacari-gua, florilegio demujeresy rincón ancestral de los

tambores y fulías; Panaquire, zona cacahuera dondehubo la primera revuelta económica en Venezuela; ElClavo, jardín enmedio de haciendas inmensas; Araguita,símil de Capaya y centro agrícola; Río Chico, antiguocantón de la Colonia y sector de mucha actividad en losdías de Emancipación; San José de Barlovento, valle en-cantado de paisajes, rico en colorido humano; El Gua-po, recia huella de construcción española, sitio ya célebreen los anales bélicos de nuestra historia; Cúpira, con suhermosa laguna llamada de Tacarigua, espejo azul deaciano tembloroso, bordeada de cocales, rumorosa debrisas y vuelos de garzas multicolores, de caimanes ace-chantes y multitud de pájaros distintos en su variedad.Árboles, valles, pueblos, caseríos…Aramina Arriba, Ara-mina Abajo; Merecure; Los Cerritos; Los Blancos;Ganga; Birongo; Chirimena…

Todo eso forma el valle inmenso en densidad espiri-tual y geográfica de Barlovento, padre de pueblos, quecomo el abuelo olvidado, se comienza a recordar…

FUENTE: El estado Miranda, sus tierras y sus hombres. Caracas, Ediciones del Banco Miranda, 1959.

E S Q U E M A G E O G R Á F I C O Y E S P I R I T U A L D E B A R L O V E N T O

Nochebuena negra, novela de Juan Pablo Sojo en la que los personajes se relacionanprofundamente con la música y el erotismo. Primera edición en 1943

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E N T R E V I S T A A A R I S T Ó B U L O I S T Ú R I Z ,P R I M E R V I C E P R E S I D E N T E D E L A A S A M B L E A N A C I O N A L

Si no asumimos nuestra diversidadnunca nos vamos a asumir como igualesA k a i d a L i b e r t a d O r o z c o Comunicadora soc ia l

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AKAIDA OROZCO: Bien sabemos que eltema del racismo es bastante ancestral,proviene de la relación dominantes-domi-nados fundamentada en el sistema deapropiación económica colonial, segúnplantean los estudiosos en la materia.¿Usted considera que en nuestra socie-dad latinoamericana y específicamentevenezolana, el racismo aún tiene asiderosen esta relación expresada, quizás, en lacultura capitalista?ARISTÓBULO ISTÚRIZ: En parte siguesiendo lo mismo porque en últimocaso el racismo se expresa como unfenómeno cultural que tiene quever con esa relación de dominaciónen la que el dominado ve su culturasujeta al dominio de quien tiene elcontrol económico y político, y porsupuesto se establece un tipo de re-lación social donde se imponen losvalores de quien domina. Esto se vatransmitiendo de generación en ge-neración haciéndose presente enestos tiempos porque no ha habidoun cambio estructural, nunca se hacambiado el modelo de domina-ción. Para revertir esa situación senecesitaría que lograramos un cam-bio estructural en lo económico, enlo político, en lo social, que tuvierasu última expresión en los valoresque son los que determinan las re-laciones sociales.

Sin embargo, los venezolanos siemprehemos dicho que no somos un país ra-cista, a pesar de que hay muestras evi-dentes de exclusión y discriminación.Bueno, yo creo que la exclusión, ladiscriminación y el racismo están

presentes en Venezuela porque nohemos roto de manera definitivacon esa relación de dependencia, dedominación. En este momento es-tamos en un período de transiciónque se puede plasmar en la Consti-tución en términos de igualdad,pero en la realidad todavía hay ves-tigios de exclusión a pesar del es-fuerzo que ha hecho el gobiernorevolucionario por superar los indi-cadores sociales. Se ha avanzadobastante, se ha hecho un gran es-fuerzo para cambiar los valorespero nosotros aún mantenemosuna estructura de Estado capitalistaburgués en el cual todavía siguepredominando el modelo econó-mico de acumulación y, precisa-mente, la pobreza y la exclusiónson una consecuencia estructuraldel modelo capitalista. Si nosotrosno cambiamos el modelo vamos a

seguir teniendo exclusión y po-breza que son dos manifestacionesclaras de la discriminación.

Hay una frase que aquí gusta mucho:“En Venezuela todos somos iguales”. En-tonces, ¿dónde quedaría la difundidapercepción de igualitarismo que supues-tamente existe en Venezuela?Aquí se ha dicho que hay dos ele-mentos que tratan de invisibilizarel racismo y la discriminación, sehabla de la Guerra Federal comoun elemento unificador de todoslos sectores sociales y se habla delmestizaje como un concepto quetrata de hacer ver que aquí todosestamos mezclados, que nadie espuro. Eso se podría decir del feno-tipo, de los rasgos étnicos, pero des-de el punto de vista cultural no.Desde el punto de vista cultural lasclases dominantes siempre hanmantenido sus valores de privilegio,

Foto: MARÍA TERESA GARCÍA . Caracas, mayo 2011

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es una sociedad rentista, de econo-mía petrolera. La oligarquía es unsector que tiene intereses muy distin-tos a los trabajadores, a los campesi-nos, a los obreros. Anteriormente, lafunción de los gobiernos era facili-tarle la transferencia de la renta pe-trolera a la oligarquía, por eso éstase fortalecía y se debilitaba el pue-blo. Entonces, por supuesto que enuna sociedad dividida en clases elcomponente racista va muy ligadoal componente clasista.

Allí es donde se ve mejor reflejada la re-lación que guarda el color de la piel conla pobreza...Claro, el tema de la pobreza en elcontinente está relacionado funda-mentalmente con los indígenas ylos afroamericanos. Y dentro deesos sectores está el grupo de lasmujeres que ha sido excluido y dis-criminado históricamente por mu-chos años. Eso se siente a diario,pero hay gente que nunca lo hapercibido, incluso para muchos esuna realidad invisible, pero comohemos visto aflora en determina-dos momentos políticos y sociales.

Está volviendo a la palestra el tema de laeducación multicultural. En Venezuela,¿nuestra educación no estaba o no estáplanteada aún en términos de intercultu-ralidad, es nueva esa incorporación?El concepto no es nuevo pero la ne-cesidad de implantación de un mo-delo educativo intercultural, en lamedida en que avanzamos dentrodel proceso de liberación, cada díase hace más conciente. Muchasveces se ha colocado como unenunciado pero que no se cumpleen la práctica. Todavía la diversidadno se ve reflejada en los contenidosde los textos escolares, es muy difí-cil asumir ese concepto porque la

multiculturalidad tiene que ver conla diversidad, simplemente somosdiversos. Si no nos asumimos diver-sos nunca nos vamos a asumircomo iguales. Cuando hay un este-reotipo impuesto por un pensa-miento único, eurocéntrico, se nosdice qué es bonito, qué es feo, quées bueno, qué es malo, son imposi-ciones. Nos han vendido que loblanco es bueno y lo negro es malo,que el pelo liso es bueno, que elpelo rizado es malo, de hechodicen “tiene el pelo malo”. ¿Dedónde salieron estas supuestas ver-dades? ¿Quién nos vendió eso?¿Quién dijo que para que una narizsea bella tiene que ser perfilada? Al-guien lo dijo, se repitió de genera-ción en generación y nosotrosheredamos culturalmente esos valo-res, los tenemos en el subconciente.Entonces la gente que no tiene losrasgos que son valorados positiva-mente siente vergüenza de símisma y comienza a negarse. Lahistoria va negando aportes, valoresimportantes de otras culturas dis-tintas a la europea; la historia nosha enseñado que el indio es débil,torpe, ignorante, nos ha inculcadoque los indios y los negros no apor-taron nada.A nosotros nos costó muchísimo,

por ejemplo, que en el preámbulode la Constitución se incluyeran losaportes de los ancestros africanos enla construcción de la venezolanidad.Lo planteamos en la Reforma Cons-titucional y tampoco se aprobó, esotiene que ver con un problema cul-tural. Esos estereotipos tienen rela-ción con esos valores desligados dela multiculturalidad.

de élite, de diferenciación. Eso nose ha eliminado en Venezuela.

¿Por qué hablar en términos de una“raza mestiza” invisibiliza a ciertos secto-res de la población?Porque cuando se habla de mesti-zaje se invisibiliza el origen, la pre-sencia, el componente africano. Elcomponente aborigen también des-aparece. A partir de ahí todossomos mestizos, olvídense del afri-cano y del aborigen, y así, en defini-tiva, termina imponiéndose elcomponente europeo y sus valores.Es decir, desde el punto de vista cul-tural ese concepto obvia, esconde,oculta, los valores de la herenciaafricana e indígena presentes en laidentidad venezolana.

¿Considera que somos un país que seasume como multiétnico y pluricultural?Porque una cosa es serlo, como de hecholo somos, y otra muy distinta es asumirsede esa manera.Una cosa es decir que somos unpaís multiétnico y pluricultural yotra que somos una cultura mes-tiza que desaparece todas las cul-turas que conforman nuestraidentidad. No hay conciencia aúnde ello, ahí es donde intervienenlos valores culturales. No es unacuestión de piel, de rasgos físicos,es un elemento cultural básica-mente. Por eso te puedes encon-trar con personas que tienenrasgos étnicos africanos o indíge-nas y no se asumen como afrodes-cendientes o indoamericanos;incluso pueden ser racistas.

¿Usted cree que Venezuela sea más queun país racista un país clasista?Las clases sociales existen, el capita-lismo genera la división de la socie-dad en clases. Eso es así, la nuestra

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No basta la legislación, la ley essólo un aspecto, al mismo tiempose debe transformar el currículumescolar para lograr la inclusión dela diversidad. Por eso estableci-mos en la Constitución el caráctermultiétnico y pluricultural denuestro pueblo venezolano; hayque entender que hay distintasculturas y el hecho de que existanmezclas no quiere decir que des-aparezcan los aportes de las cultu-ras originarias. Los medios, por suparte, juegan un papel fundamen-tal en la formación de los valoresde la sociedad en relación con elcarácter multiétnico y pluricultu-ral porque si ellos imponen unasola cultura y un estereotipodesde el punto de vista de los ras-gos físicos, entonces no estánsiendo coherentes con el carácterexpresado en la Constitución. Ahívemos una gran contradicción: laConstitución está más avanzadaque la sociedad. La Constituciónno es el país que tenemos, laConstitución se hace en funciónde lo que se quiere alcanzar. Hayque trabajar para llegar a lo queplantea la Constitución.

Respecto a la discusión planteadamundialmente, ¿cuál considera ustedque es el término adecuado: “negro” o“afrodescendiente”?Cuando hablas de negro y blancoestás hablando del color de la piel ypuede haber una persona que inde-pendientemente de su piel no seidentifique con la cultura africana.Para mí el problema cultural es elproblema de la síntesis, la síntesis

expresa los valores de la gente.Ahora está planteada la preguntadel Censo porque nosotros definiti-vamente no sabemos cuántossomos, en qué condiciones vivi-mos, porque el Censo siempre hasido general. En ese sentido, cómose elaboran políticas públicas parasectores específicos de la poblaciónsi no están ubicados. ¿Quiénes sonlos más pobres, cómo viven, dóndeviven? Las experiencias que han ha-bido en otros países de América La-tina, por ejemplo, han arrojado queno todo el mundo se reconocecomo afrodescendiente, es una mi-noría. Vamos a ver cuántas personasse reconocen aquí en Venezuela,pero estoy seguro que va a estarmuy por debajo de la realidad. EnColombia se reconoció afrodescen-diente sólo un 10 por ciento.

Hablando del tema del Censo, muchoscritican que se está planteando una espe-cie de racismo al revés. ¿Usted que opinaal respecto?Esa es una manera de chantajear ala gente para que no se toque eltema. Si esa gente cree que esracismo al revés, será racismo alrevés, pero esa pregunta va en elCenso. Si no vemos nuestras difer-encias no podemos asumir nuestradiversidad, por eso con el mestizajese oculta lo originario. Las culturasancestrales no pueden desaparecerasí se reconozca que existe unamezcla. ¿Está o no está presente lacultura africana e indígena en nues-tra cultura venezolana? El mestizajedesapareció eso.

El pasado 10 de mayo se aprobó en laAsamblea la Ley Contra la Discrimina-ción Racial en Venezuela. ¿Por qué esimportante esta ley?Éstos son elementos que justificanla necesidad de calificar con clari-dad qué es racismo, que todo elmundo pueda identificar cualquiermanifestación de racismo en nues-tra sociedad y que ésta pueda sersancionada. Las sanciones van adepender de quién cometa la viola-ción de la ley, no es lo mismo unmedio de comunicación social queactúa sistemáticamente de maneraracista, excluyente y discriminato-ria, que una persona de a pie.

En nuestro país los medios de comunica-ción, la publicidad, la industria de lamoda y paralelamente el sistema educa-tivo, aupan mecanismos de exclusión ymodelos de pensamiento discriminatorios;en ese sentido, ¿qué acciones se podríantomar en concreto para erradicar el ra-cismo y otras formas de segregación enestos ámbitos?Se han venido realizando muchasacciones, la creación del Día de laAfrovenezolanidad y el Día de laGesta de José Leonardo Chirinoson reconocimientos importantes.La creación de la Comisión Presi-dencial contra la DiscriminaciónRacial me parece que es un hechosin precedentes. Ciertamente, elMinisterio de Educación y los me-dios de comunicación juegan unpapel importante en ese sentido,al reproducir la cultura o irrumpircontra la cultura. Allí está involu-crado el cambio en el currículumescolar y en los textos educativos.

Cuando hay un estereotipo impuesto por un pensamiento único, eurocéntrico, se nos dice quées bonito, qué es feo, qué es bueno, qué es malo, son imposiciones. Nos han vendido que lo blan-co es bueno y lo negro es malo, que el pelo liso es bueno, que el pelo rizado es malo, de hechodicen “tiene el pelo malo”.

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más somos seres sociales, el hom-bre solo no vale nada.

¿Qué importancia tiene la labor de losmovimientos y redes sociales que lu-chan a favor de los derechos de losafrodescendientes?La importancia es la organizaciónpopular, la construcción del poderpopular, sólo el pueblo salva al pue-blo. La gente toma conciencia y creasus propios proyectos, su propia vi-sión, alcanza sus propias conquistas;se están liberando. La participacióny el protagonismo son elementosfundamentales, cuando uno hablade una democracia participativa yprotagónica está hablando de la or-ganización del pueblo, de la tomade conciencia del pueblo en su pro-ceso de liberación. No es lo mismoaprender haciendo que aprender sinhacer. La conciencia se toma nosólo de los libros sino también de lacalle, de la praxis, ya lo decía SimónRodríguez: aprender haciendo.Nuestras luchas contra el racismo, laexclusión y la discriminación hanestado dadas desde la ingenuidad,tiene que producirse el salto de laingenuidad a la lucha política por-que en definitiva la lucha es una co-rrelación de fuerzas.

¿Qué significa para Aristóbulo sercuriepero?Es maravilloso porque Curiepe esun pueblo muy apegado a las raí-ces africanas y el curiepero en estemundo de exclusión, de discrimi-nación, de racismo, por su mismaformación se puede mover en cual-quier ámbito, sin los complejos quegeneran estos factores. El curieperoes muy orgulloso de sus raíces afri-canas y ahí lleva una ventaja.

¿Cuál es la relevancia del primer Foro dela Afrodescendencia de Nuestra Américaa realizarse en junio de este año?Primero es un reconocimiento aHaití, todos los afroamericanos de-bemos sentirnos muy orgullosos deHaití porque las luchas de estepueblo contra la revolución bur-guesa influyeron decisivamente enel cambio de actitud del Libertador;una de las causas de la pérdida dela Primera República fue la escasaparticipación popular. Bolívaraprendió de Petión que si no incor-poraba a los sectores populares noiba a haber revolución, por esocuando vino de Haití fue a Marga-rita y promulgó el primer decretode abolición de la esclavitud, ycuando entró a Carúpano igual.Este foro es un homenaje a Haitípero también es un espacio de re-flexión del tema afro dentro de losmovimientos de liberación que seestán dando en el continente. Es unespacio que se abre para elaborarteorías, sistematizar información,conocer nuestros elementos cultu-rales y políticos comunes y su con-tribución eficaz dentro delsocialismo que estamos constru-yendo. Los afrodescencientes dederecha van a hacer un evento enHonduras, va a estar presidido porObama, es que claro, ellos saben elpeligro que significan los doscien-tos cincuenta millones de afroame-ricanos que viven en el continente.Este encuentro es importante en lalucha por ganar espacios y concre-tar aportes al modelo que quere-mos construir. Chávez va a lavanguardia cuando habló del socia-lismo del siglo XXI, ahora, ése esun proceso que debemos elaborarentre todos.

¿Cuáles serían los conceptos clave, lostérminos simbólicamente adecuados y efi-caces para contrarrestar el racismo que seexpresa cotidianamente?La palabra inclusión es fundamen-tal para enfrentar la exclusión.Ahora, eso no es un deseo, la ex-clusión es una consecuencia es-tructural de un modelo económicoy político capitalista, por eso elgran esfuerzo consiste en construirun modelo distinto. Una manerade luchar por la inclusión es avan-zar en la construcción del socia-lismo. Otra palabra clave es ladiscriminación, para eso es necesa-rio asumir la igualdad de condicio-nes, de oportunidades, porquetodos somos iguales realmente.Por eso debemos buscar profundi-zar en la construcción del modelosocialista que busca la igualdad. Laúnica manera de que nosotros nosreconozcamos como iguales esque nos asumamos como diversos.Debemos ver de manera naturalque cada quien es como es. Poreso creo que la palabra estratégicaes diversidad, debemos socializarla diversidad en la conciencia delos hombres y mujeres venezola-nas. Los liberales piensan que lapalabra clave es la libertad, losconservadores piensan que la pa-labra clave es el orden y los radi-cales pensamos que la palabraclave es la igualdad. Por eso todarevolución es cultural, porque laspersonas deben asumir unos valo-res y éstos son los que determi-nan las relaciones sociales dentrode una sociedad. Si yo soy indivi-dualista, competitivo y consu-mista, tengo una mentalidadcapitalista. Para mí el valor funda-mental es el ser, todos somosseres humanos por igual y ade-

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Una parte de África en nuestro paladarLa gastronomía se presenta como un ejemplo fiel del mestizajecultural, pero ¿cómo se evidencia el legado afro en losalimentos de la cotidianidad?

Los africanos y sus descendientesdejaron sus huellas en el “arte culi-nario” de la Venezuela colonial,pues ellos trajeron muchos produc-tos para el consumo: tubérculos,frutas, especias y aves, e igual-mente participaron en la confec-ción de los platos típicos de laépoca, a través del ejercicio de losoficios domésticos, principalmentecomo cocineros o cocineras en lascasas de las familias mantuanas yen los hogares de algunos pardosy pulperos adinerados.Por otra parte, los alimentos

que se consumían entonces

con mayor frecuencia habían pa-sado por un proceso de simbiosisque se produjo entre los alimentosautóctonos o indígenas, los traídospor los europeos y los procedentesdel continente africano. Al res-pecto, veamos la siguiente opiniónde Miguel Acosta Saignes: “Almismo tiempo que algunos gruposindígenas recibían aportes cultura-les de los africanos, estos tomaronde los indios numerosos rasgos.Todavía se conservan algunos tan

importantes en las zonas de pobla-ción negroide, como el complejode la yuca, con la factura de ca-zabe con sebucán. La yuca, elmaíz, la auyama, la piña, pasarona ser cultivos de los africanos y susdescendientes desde muy tem-prano. La arepa, de origen indí-gena, se convirtió en pan de losnegros, pero también en pan detodos los sectores de nuestro país.La mayor parte de los africanosllegados a Venezuela parecenhaber sido agricultores. Pero segu-ramente del tipo agrícola que

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Foto: ROSLEY LABRADOR

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originales de África, y arribaron“…a las costas americanas (Brasil yel Caribe) [en forma involuntaria].Con pastos se hacían las camas, enlos barcos que traían esclavos, yuna vez llegados a puerto los talloseran arrojados a las playas. Ejem-plo de ello es el pasto Guinea (Pa-nicum maximun jacq), introducidoen Cuba en el siglo XVII, y otrasespecies que han desempeñado alo largo del tiempo un gran papelen el desarrollo de la ganadería enlos trópicos americanos y especial-mente en los llanos”.

Desde África y la Península IbéricaApreciamos que muchos produc-tos y hábitos alimentarios autóc-tonos del continente africanofueron utilizados en primer lugaren la Península Ibérica y luegotrasladados a las Américas. Elhecho antes mencionado nos per-mite explicar por qué los españo-les, ya en el siglo XVI, cultivabanen el valle de Caracas y zonas ve-cinas frutos como “…granados,todo género de limas y limones,naranjas y cidras (…) trigo, ce-bada, garbanzos, habas, cebollas,lechugas, rábanos, berenjenas,coles, nabos, perejil, hierbabuena,ajos sin dientes, culantro, berros,mostaza, eneldo, biznagas,melones, hinojo, poleo, rudamastuerzo, sábila, manzanillay mucho arroz…” (Juan de Pimen-tel. “Relación geográfica y descrip-ción de la provincia de Caracas ygobernación de Venezuela (1573)”,Boletín de la Academia Nacional de

la Historia, Caracas, t. X, nº 40, oc-tubre-diciembre de 1927, p. 286).Además, tenemos un testimonio

significativo sobre el consumo deuna fruta originaria de África,como es la sandía o patilla. En talsentido, Miguel de Santiestebanseñala: “…a 5 leguas (de la ciudadde El Tocuyo) está la hacienda deJuan Jiménez sobre el caminodonde llegamos a medio día fatiga-dos con el calor del sol, y comonos convidasen con mucho agradoy cortesía nos apeamos y (sic) in-mediatamente nos trajeron algunassandías que apagaron grandementela sed que traíamos…” (Miguel de

completa su alimentación con lacacería. Lo mismo ocurría conmuchos grupos indígenas (…) Haexistido una alimentación nacio-nal de origen mixto: peninsular,africano e indígena…”.Otro aspecto que debemos tomar

en cuenta es el relacionado con eltrabajo de los esclavizados africanosy sus descendientes en los conucosy pequeñas sementeras, con la finali-dad de obtener los alimentos para susubsistencia, pues generalmente losamos de las haciendas y hatos no selos suministraban. Por tal motivo,estos últimos permitieron que la po-blación esclavizada aprovechara lashoras extras y los días feriados paracultivar plátano, ñame, ocumo, cam-bur, maíz, yuca, frijoles, etc.Para ampliar la información

antes mencionada, vemos que, enpalabras de Francisco Morales,“Al esclavo (…) se deben ciertostipos de plátano, el ñame, la ma-langa, el quimbombó, la sandía, elgandul, el aceite de palma y la ga-llina Guinea…”.Asimismo, tenemos que Alfredo

N. Neves, en su Diccionario de ameri-canismos, considera el ñame comovoz africana: “…planta herbácea delas discoráceas exóticas, aclimataday ampliamente cultivada en laAmérica intertropical / Su rizoma,grueso y harinoso, que cocido oasado constituye un alimento po-pular muy importante…”.También observamos en el eco-

sistema llanero venezolano variasgramíneas que, según el investiga-dor Arturo Álvarez D’Armas, son

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...ya en el siglo XVI, cultivaban en el valle de Caracas y zonas vecinas frutos como “…grana-dos, todo género de limas y limones, naranjas y cidras (…) trigo, cebada, garbanzos, habas,cebollas, lechugas, rábanos, berenjenas, coles, nabos, perejil, hierbabuena, ajos sin dientes,culantro, berros, mostaza, eneldo, biznagas, melones, hinojo, poleo, ruda mastuerzo, sábila,manzanilla y mucho arroz…

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SABOR A ÁFRICA

Los nombrados a continuación son algunos

alimentos originarios del continente africano

consumidos habitualmente en la Venezuela

colonial y, posteriormente, durante los siglos

XIX, XX y XXI:

• Tubérculos: el ñame, la malanga, etc.

• Legumbres u hortalizas: alubias, habas, gar-

banzos, lentejas, el quimbombó o bahmia, etc.

• Frutas: melones, sandías o patillas, tamarin-

dos, dátiles, higos, boabad, granadas, limones,

naranjas, gandul, cambur guineo, etc.

• Oleaginosas: el aceite de palma (Elaeis

Guineensis).

• Aves: la gallina de Guinea, la garcita reznera

(Bubulcus Ibis), el yaguaso cariblanco (Den-

drocygna viduata), el yaguaso colorado (Den-

drocygna bicolor).

• Medicinales: sábila (Aloe vera L.).

Fuentes: Lovera, José Rafael. Historia de la ali-

mentación en Venezuela. Caracas, Monte Ávi-

la Editores Latinoamericana, 1998. pp. 43-44;

Obenga, Theophile. “Tradiciones y costum-

bres alimenticias del Congo en el XVII: estruc-

turas de sabor”, en América negra. Expedición

humana a la saga de la América Latina. Mexi-

co, Siglo XXI Editores/Unesco, 1977, p. 330.

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Santiesteban. “Viaje muy puntualy curioso que hace por tierra DonMiguel de Santiesteban desdeLima hasta Caracas, el año de1740”, Boletín de la Academia Nacio-nal de la Historia, Caracas, t. XLVIII,nº 191, julio-septiembre de 1965,p. 449).En el “arte culinario” de la Vene-

zuela colonial podemos ver unconjunto de técnicas y costumbresrelacionadas con la preparación delos diferentes alimentos, los cualestuvieron sus influencias africanas,a través de las cocineras o cocine-ros que bajo el manto de la escla-vitud ejercían dichos oficios en lascasas de sus amos y en diferentesunidades de producción, tal comolo hemos señalado anteriormente.Al respecto, podemos mencionarel “sofrito”, la condimentación delos hervidos, el asado a fuego di-recto, el uso de las hojas de plá-tano para envolver los alimentos,el predominio de grasas en la pre-paración de salsas y guisos y la uti-lización del coco en muchos platosy dulces. Un ejemplo concreto delo aludido lo tenemos, a decir deJuan Pablo Sojo en Estudios del fol-klore venezolano, en la “…Alcasada(…) manjar de maíz, dulce decoco, también se llama pelota. EnBrasil, según Gilberto Freyre, elmismo manjar popular —conidéntica preparación— se deno-mina Acaca, atribuyendo su ori-

gen a la repostería criolla de losnegros bahianos”. Asimismo, sobreel “sofrito” hemos encontrado la si-guiente información: “…una salsa(…) compuesta de cebollas, ajo, pi-miento y tomates…”1.Igualmente, existen algunos testi-

monios que señalan la costumbrede las cocineras negras de dar coloramarillo a las comidas utilizando elonoto o achiote en salsas y grasas,tradición que aún tiene vigencia envarios pueblos de la actual Nigeria.También apreciamos el aporte delos africanos en la alimentación dela subregión de Barlovento (estadoMiranda), donde se destaca la laborde las cocineras africanas y sus des-cendientes, quienes confeccionarondulces y platos tales como la ca-funga, el quimbombó, el mon-dongo, el fufú, las conservas decoco y papelón, y el consumo delñame, la patilla, el quinchoncho,los plátanos y muchos otros queforman parte de la dieta cotidianadel barloventeño.Por último, estamos conscientes

de que muchas técnicas y hábitosalimentarios originarios de Áfricasufrieron múltiples modificacionesdebido al régimen de vida a quefueron sometidos los esclavizadosnegros en las plantaciones y ha-ciendas de cacao, caña de azúcar,añil, tabaco, etc. Tal situación oca-sionó, entre otras cosas, una sim-biosis en los patrones de

Para seguir leyendo…

ACOSTA SAIGNES, MIGUEL. “Losdescendientes africanos y la formación dela nacionalidad en Venezuela”, Anuario.Caracas, Universidad Central deVenezuela, Instituto de Antropología eHistoria, t. III, 1966, pp. 40-41.

VERACOECHEA, EMILIA DE. “El trabajo librede los esclavos negros en Venezuela”, enBoletín de la Academia Nacional de laHistoria, Caracas, t. LIII, nº 212, octubre-diciembre de 1970, p. 671.

MORALES PADRÓN, FRANCISCO. Atlas históricocultural de América. Las Palmas de GranCanarias, Conserjería de Cultura yDeportes, 1988, t. I, p. 303.

NEVES, ALFREDO N. Diccionario deamericanismos. Buenos Aires: EditorialSopena Argentina, 1973, p. 405.

SOJO, JUAN PABLO. Estudios del folklorevenezolano. Los Teques: Biblioteca deAutores y Temas Mirandinos, 1986.

RAMOS GUÉDEZ, JOSÉ MARCIAL. Contribucióna la historia de las culturas negras en laVenezuela colonial. Caracas: ImprentaMunicipal de Publicaciones, 2001.

alimentación e igualmente la in-vención de nuevas técnicas y cos-tumbres adaptadas a los recursosy a los “valores” de la cultura occi-dental que de una u otra maneraimpusieron los blancos europeosy criollos, por ser los sectores so-ciales dominantes.

1. “…en el caso de Venezuela creemos que se conservaron técnicas y patrones alimenticios de origen africano, pero que a partir de la hacienda cacaotera se ge-neraron hábitos culinarios propios de este sistema económico. Tal es el caso de los derivados del cacao, que van desde bebidas alcohólicas hasta las bolas decacao” (Jesús García. África en Venezuela. Pieza de Indias. Caracas, Cuadernos Lagoven, 1990. p. 83).

En el “arte culinario” de la Venezuela colonial podemos ver un conjunto de técnicas y cos-tumbres relacionadas con la preparación de los diferentes alimentos, los cuales tuvieron susinfluencias africanas, a través de las cocineras o cocineros que bajo el manto de la esclavi-tud ejercían dichos oficios en las casas de sus amos y en diferentes unidades de producción…

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L I B R O S

África en Venezuela.Pieza de IndiasJESÚS “CHUCHO” GARCÍA.Caracas, Cuadernos Lagoven, 1990.

En este texto el autor expone lacontribución de los pueblos africa-nos y sus descendientes en la ideade América y en la conformacióndel perfil cultural americano, a tra-vés de un trabajo de recopilacióndocumental en los Archivos Gene-rales de Indias en España y los ar-chivos nacionales de Francia yVenezuela, así como de trabajos decampo en comunidades afrovene-zolanas de Cuba y la República Po-pular del Congo.Una actualización de este texto

es presentada por el autor en ellibro Afrovenezolanidad e inclusión enel proceso bolivariano venezolano, pu-blicado por el Ministerio del PoderPopular para la Comunicación e in-formación en 2005 y disponible eninternet.

El problema de la esclavituden tres próceres venezolanos,Francisco de Miranda, SimónBolívar y José Antonio Páez /Participación de negros,mulatos y zambos en laIndependencia de Venezuela1810-1823JOSÉ MARCIAL RAMOS GUÉDEZ.Caracas, Fondo Editorial Ipasme, 2010.

Estos sencillos textos son recomen-dables para maestros de aula y es-tudiantes de secundaria. En el casodel primer libro se ofrece de ma-nera directa y clara la concepciónpolítica y humana que tenían sobrela esclavitud estos tres próceres, sinobviar sus contradicciones. En elsegundo texto, el autor trata sobrela participación, en ambos bandosdel conflicto, de estos tres grupossometidos a la esclavitud durantela lucha por la Independencia.

Qué LeemosE r n e s t o Y e v a r a Invest igador Museo Nac iona l de las Cul turas

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Para iniciar los estudios sobre la afrovenezolanidad es necesariocomenzar por leer cuatro libros fundamentales, La vida de los esclavosnegros en Venezuela de Miguel Acosta Saignes, 1967; Historia social yeconómica de Venezuela: una estructura para su estudio de FedericoBrito Figueroa, 1979/1987; El problema tierra y esclavos en la historiade Venezuela, también de Brito Figueroa, 1982; y La obra Pía de Chuaode Carlos Federico Salazar y Eduardo Arcila Farías, 1968

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El racismo oculto en unasociedad no racistaLIGIA MONTAÑEZ.Caracas, Fondo Editorial Tropykos, 1993.

Se trata de un libro fundamentalpara adentrarnos en los sentimien-tos de discriminación racial entrenosotros, en éste la autora examinatodas las aristas de esta problemá-tica, desde la imposición de unaideología fenotípica de la culturahasta el aspecto ideológico en rela-ción con lo económico, lo políticoy lo cultural.

D I S C O S

La súper parrandaSABOR A PUEBLOCentro Nacional del Disco / AsociaciónCivil Sabor a Pueblo

Esta producción de la agrupacióny Asociacion Civil Sabor a Pueblo,dedicada a impulsar las manifes-taciones tradicionales musicalesvenezolanas, nos trae temas como“Echando candela”, “Parranda pa’los feos”, “Con San Benito” y “LaCuriepera”.

Colección de músicaafrovenezolanaMIGUEL URBINA, JHONY RUDAS

Y JESÚS “CHUCHO” GARCÍA

Ministerio del Poder PopularPara la Cultura.

Compilado en ocasión del II Festi-val Cultural con los Pueblos delÁfrica, esta colección presenta sietediscos que contienen una selecciónde música afrovenezolana realizadapor el investigador Jesús “Chucho”García. Cada volumen presenta lamúsica de un estado o región delpaís con fuerte presencia afro: Bar-lovento, Lara, Los Llanos, Zulia,Vargas, Carabobo y Yaracuy.

Estudios del folklorevenezolanoJUAN PABLO SOJO.Caracas, Imprenta Nacional, 2008.

El objetivo de este libro es redescu-brir el conocimiento, en la obra deJuan Pablo Sojo, de aquellos apor-tes culturales del negro venezolanoen las manifestaciones culturalesbarloventeñas, los cuales son des-critos con gran afecto. La mayorparte del material compilado eraprácticamente desconocido y con-siste en artículos de prensa perió-dica publicados en vida del autor.

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Esta ruta de la afrovenezolanidad esuna invitación a compartir con lospueblos afro desde su diversidad.Los medios de difusiónmasiva, laeducación formal y hasta algunosgrupos de proyección de nuestropaís nos han acostumbrado a ver aestos pueblos como un todo homo-geneizado, a considerarlos siempredesde lo exótico, a través de estereo-tipos se nos ha creado la imagen deque “todos los negros/as bailan tam-bor”, que la fiesta en honor a SanJuan Bautista es sólo “baile de tam-bor”, y con ello nos invisibilizan ladiversidad de la cultura afro. Parecie-ra que todos los tambores, los rit-mos, los ritos y los bailes fueraniguales, pues crecimos escuchando“Barlovento, Barlovento, tierra ar-diente del tambor...”. Para estos pue-blos las fiestas en honor a San JuanBautista sonmuchomás que cele-braciones, forman parte de una cos-mogonía, de una manera de ver elmundo, de organizarse y expresar unsentimiento que vive ymuere cadadía del año, pues no son culturas queresucitan sólo el 23, 24 y 25 de junio,ya que durante el resto del año tam-bién emprenden otras fiestas.

En este sentido hablaremos depueblos que son poco conocidos,sobre todo en el centro del país, porsus fiestas a San Juan Bautista, como

es el caso de Yaguaraparo en el esta-do Sucre. De igual modo realizare-mos otra mirada a los pueblosreconocidos por sus fiestas a SanJuan Bautista como, por ejemplo,Curiepe, en el estadoMiranda, conla fiestas de San Isidro y San PascualBailón; Naiguatá, en el estado Var-gas, con sus celebraciones a San An-tonio y San Pedro; y El Callao en elestado Bolívar con su Fiesta de laVirgen del Carmen.

Entre las similitudes culturalesde estas comunidades afro pode-mos mencionar, además del cultopor devoción o tradición a San JuanBautista, las fiestas en honor a Cor-pus Christi, los velorios de la Cruzde Mayo, la adoración al Niño Je-sús y los cantos de aguinaldos y pa-rrandas navideñas. Su vinculacióncon los modos de producción de lasplantaciones en la época colonial,de caña de azúcar, plátano y cacao,las cuales algunas aún se conservan,y la pesca artesanal. Es necesariodestacar también las formas de or-ganización a través de cofradíascomo en el caso de los DiablosDanzantes o las hermandades o so-ciedades vinculadas a algún santo.

MayoSan Isidro LabradorCuriepe, estado Miranda. El 15 de

mayo es el Día de San Isidro, elprotector de los agricultores. Loscampesinos del municipio Briónrinden homenaje al santo comopago de promesa por la buena co-secha o la solicitud de lluvia, sol ola adquisición de sus herramientasde trabajo. Las ofrendas se realizancon los frutos y flores cosechadaspor ellos/as.

En horas de la tarde se realizauna misa en la Iglesia Nuestra Seño-ra de Altagracia, ubicada en el cascocentral, al concluir ésta se realiza laprocesión por las calles del pueblo,precedida de la Orquesta de Peru-cho Rada y sus Muchachos, quienla acompaña musicalmente. En lasúltimas ediciones han participadolos integrantes el grupo Sanpedre-ños de Guatire, del Centro de Edu-cación Artística Andrés Eloy Blanco(CEA), quienes van delante de laimagen del santo, luego del recorri-do bailan frente a la plaza Bolívar,para cerrar el festejo realizan unbrindis y se prende el baile de joro-po mirandino. Todo el festejo es or-ganizado por la Sociedad de SanIsidro.

San Pascual BailónEl 17 de mayo es el Día de San Pas-cual Bailón, en Curiepe se le pagapromesa al santo. Durante la tarde

La ruta de la afrovenezolanidadSi quiere “matricular para el próximo año”, como se dice enalgunas regiones de Venezuela cuando se quiere seguir convida, no se olvide de tocar, el 29 de junio, las llaves de SanPedro que lleva el santo en su cintura, pues es una de lasformas de asegurar que no se lo/la lleve “la pelona”A r i a n n e V e l i s Invest igadora Museo Nac iona l de las Cul turas

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se prepara el altar con sábanas, flo-res del río y velas. Entrada la nochese inicia el rosario y luego los can-tos de fulías que se alternan duran-te toda la noche con décimas a SanPascual. Entre cantos y décimas al-guno/a de los/as presentes inicia elcanto con “Ay tola, ay tola, todos lossantos me gustan a mí, ay San Pas-cual”, el coro responde: “eleolo, eleo-lo”, luego interviene el solista: “AySan Andrés” y de nuevo el coro:“eleolo, eleolo…”. Al escuchar la lla-mada del solista un/a bailador/atoma la imagen del santo y pasa alcentro de la rueda que ya se ha for-mado bailando al ritmo de la músi-ca, los otros/as participantesacompañan al ritmo de las palmasy haciendo coro. En esta fiesta tam-bién se canta, toca y baila culo ’epuya y en algunas ocasiones se in-terpreta el mina.

JunioSan AntonioEl 13 de junio, en Naiguatá se reali-za la fiesta en honor a San Antoniode Padua, ésta comienza con lamisa a las 12 del mediodía en laIglesia de Nuestra Señora de Coro-moto, en Pueblo Arriba. Luego seinicia la procesión recorriendo lascalles del barrio San Antonio y sehacen varias paradas en los diferen-tes nichos ubicados en el barrio. Encada parada se tocan los tamborespara festejar al santo. Al finalizar eltrayecto se cierra con el repique delos tambores y el baile en troyashasta entrada la noche.

San Juan BautistaComo hemos señalado en otrasoportunidades el estado Sucre esconocido por su joropo oriental, losvelorios de la Cruz de Mayo y las

fiestas a la Virgen del Valle. Sin em-bargo, en Yaguaraparo, municipioCajigal, se celebra al ritmo de tam-bores la fiesta en honor a San JuanBautista. Ésta se caracterizaba porel uso de un instrumento de percu-sión que tiene forma de pipa de ta-maño pequeño (parecido a los deNaiguatá) y la entonación de algu-nos cantos en patuá. Actualmentela celebración se realiza con ritmospopulares y juegos de pelota, peroel tradicional tambor característicode la población ha decaído, segúnnos relatan Omaira Gutiérrez y Lu-crecia Carreño, conocida cariñosa-mente como “la Morocha”. Estedato va dirigido principalmentepara los amigos/as investigado-res/as y promotores/as, sobre todolo/as del estado Sucre, para que

conjuntamente con la comunidadde Yaguaraparo se pueda recoger lamayor información posible sobreesta festividad y así contribuir consu reactivación. Pues nos comentanlas amigas con que conversamosque sólo queda una familia en lacomunidad que tiene informaciónacerca de esta festividad en honora San Juan Bautista.

San PedroCreo que no hay un/a investiga-dor/a, músico/a, bailador/a que nohaya ido a ver el 29 de junio la fies-ta de San Pedro en Guatire o Gua-renas en el estado Miranda. Através de esta ruta los/las invitamosa visitar otras celebraciones comola de Borburata y El Manglar, en elestado Carabobo, y la de Naiguatá

Imagen de San Antonio.Foto: FREDDY ROMÁN

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en el estado Vargas. Eso sí, si quiere“matricular para el próximo año”,como se dice en algunas regionesde Venezuela cuando se quiere se-guir con vida, no se olvide de tocarese día las llaves de San Pedro quelleva el santo en su cintura, pues esuna de las formas de asegurar queno se lo/la lleve “la pelona”.

En Carabobo la celebración seinicia desde el 27 de junio, cuandoen El Manglar sacan al santo de lacasa donde se encuentra hacia laiglesia. El día 28, después del rosa-rio de las 5:00 de la mañana, se ini-cia el recorrido en el cual seencuentran San Pedro y San Juanal ritmo de los tambores. El cierrede esta fiesta es el sábado poste-rior al 29, durante el cual se le can-tan fulías y se tocan los tamboresde Borburata.

En Naiguatá, el Día de San Pe-dro se oficia una misa en la IglesiaNuestra Señora de Coromoto enhoras del mediodía, luego la ima-gen del santo es sacada por las ca-lles de Pueblo Arriba y entra a lascasas de los Pedros y las Petras, alritmo del tambor y de los cantosde saludos a Pedro. El solo dice:“Buen día Pedro”. El coro: “Buen

día”. Solo: “Alabado sea Pedro”.Coro: “Por siempre”, y con estoscantos hace su recorrido y culmi-na en la calle al ritmo de los tam-bores pipas y el baile en honor aSan Pedro.

JulioVirgen del CarmenEl Callao es famoso por su carnavaly poco conocido por su celebraciónde la Fiesta de la Virgen del Carmenel 16 de julio. Manuel Reina Leal,“Manolo”, nos comenta que desdeel día anterior a la celebración secongregan en El Callao devotos dela virgen que van de todos los rin-cones del país y amanecen con pa-rrandas callejeras. El 16, después dela misa que se realiza en horas de latarde, sacan la imagen de la virgenen procesión y durante la noche losparranderos y la música de las com-parsas de calipso recorren las callesdel pueblo (sin disfraces). Así que siusted no puede ir para los carnava-les, acérquese el 16 de julio, quedisfrutará de esta tradición de loscallaoenses.

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Fuentes de Información

INSTITUTO DEL PATRIMONIO CULTURAL. Catálogode Patrimonio Cultural 2007. “Estado Sucre.Municipio Valdez”.

MORALES, MARGARITA, CASIMIRA MONASTERIOS

y ARIANNE VELIS. Fiesta del Carnaval. Caracas,Museo Nacional de las Culturas. 2010.

Páginas webhttp://www.venezuelatuya.com/oriente/carupano.htm

http://www.encarnaval.com/Venezuela/carupano.asp

http://www.mipunto.com/venezuelavirtual/temas/1er_trimestre02/carnaval

Celebración en honor a San Antonio. Naiguatá, estado Vargas. Foto: FREDDY ROMAN

Virgen del Carmen. Foto: RUBÉN ALFARO

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¿USTED SE RECONOCE AFRODESCENDIENTE?El racismo, la discriminación racial y sus formas conexas de intolerancia son claras amenazas para la garantía de los derechos humanos y el reconocimiento de ladiversidad cultural de los pueblos. Por ello, con la aprobación en primera discusión de la Ley Contra la Discriminación Racial en la Asamblea Nacional, el 10 demayo de 2011, el país da un paso trascendental en la historia de las luchas sociales reivindicativas de los derechos humanos y la libertad de expresión de los afro-descendientes. Además, el XIV Censo Nacional de Población y Vivienda a realizarse en 2012, buscará contabilizar y visibilizar a la población afrodescendiente ve-nezolana como ciudadanos de derecho a partir de la pregunta: ¿Usted se reconoce como moreno/a, negro/a, afrodescendiente? Esta iniciativa la lleva adelanteel Subcomité de Estadísticas de la Población Afrodescendiente coordinado por el Instituto Nacional de Estadísticas.