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ATACAMA

ATACAMA - precolombino.cl tan apartadas como los valles argentinos del oriente y el altiplano boliviano. Colonizada ... que tratan de rescatar el legado de las culturas americanas

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ATACAMA

Índice

12 CAPÍTULO UNO

Los cielos de AtacamaMaría Teresa Ruiz González

24 CAPÍTULO DOS

Historias del paisajeGuillermo Chong Díaz

54 CAPÍTULO TRES

La prehistoria de AtacamaMauricio Uribe Rodríguez

110 CAPÍTULO CUATRO

Atacama colonial. De la Conquista a la ColoniaJorge Hidalgo Lehuedé

158 CAPÍTULO CINCO

Iglesias de Atacama. Nueva arquitectura para antiguas creenciasHernán Rodríguez Villegas

198 CAPÍTULO SEIS

Historia de la minería indígena atacameñaDiego Salazar Sutil

222 CAPÍTULO SIETE

El cielo en la cosmovisión de AtacamaJoyce Cortés, Jimena Cruz, Cristina Garrido, Natalia Henríquez, Flora Vilches y Carolina Yufla

236 CAPÍTULO OCHO

La tradición arriera de Atacama (siglo XIX)Cecilia Sanhueza Tohá

258 CAPÍTULO NUEVE

Pampa y salitre. Breve relato de la nación invisiblePablo Miranda Bown

276 CAPÍTULO DIEZ

Pescadores y mineros en el litoral atacameñoManuel Escobar Maldonado

290 CAPÍTULO ONCE

La música ritual atacameñaClaudio Mercado Muñoz

Clara Budnik SinayPresidenta

Fundación Familia Larraín Echenique

Pablo Zalaquett SaidAlcalde

Ilustre Municipalidad de Santiago

Atacama. Pocos nombres de la topografía chilena tienen más resonancia que este vocablo ancestral. Evoca un paisaje desértico, sin embargo lleno de contenido. Se instala en la geografía mundial como el lugar más árido del mundo; se inserta en la historia como una valla difícil de conquistar, un límite natural que transforma a Chile en una isla; sus tierras guardan tesoros humanos de más de trece mil años de antigüedad, preservados casi intactos gracias al milagro producido por la extrema sequedad; sus riquezas minerales son y han sido responsables del bienestar de Chile.

Atacama, sin embargo, no responde a la visión extrema y simple que se ha instalado en la memoria colectiva. Su litoral, aunque con recursos de agua casi inexistentes, está regado por uno de los mares más pródigos del planeta, que permitió cobijar a una población de pescadores, cazadores y recolectores marinos desde hace más de diez mil años. El río Loa, único cauce que atraviesa el desierto y escasamente llega al mar, fue una fuente de vida para animales, pastos y otros recursos que aprovecharon los habitantes del sector. A la vez, el Loa fue un verdadero camino que atravesaba el desierto y permitía comunicar la costa con las tierras altiplánicas del oriente. En los oasis –ubicados en las quebradas y en el pie de la puna– se encuentra la cuna de la cultura atacameña, que estableció un sistema de sobrevivencia y desarrollo basado en los contactos con regiones tan apartadas como los valles argentinos del oriente y el altiplano boliviano. Colonizada por los inkas y después por las huestes españolas, la sociedad atacameña está aún viva en los descendientes de aquellos que conquistaron el desierto.

Agradecemos a Banco Santander su fiel auspicio que nos permite hacer esta nueva contribución, acercando el mundo propiamente americano a nuestros días. Estamos reconocidos de la Ley de Donaciones Culturales que apoyó esta iniciativa, así como de los autores, los fotógrafos, las instituciones y cuantos han colaborado en ella.

Es innegable la espectacularidad de la región de Atacama. Un territorio peculiar, marcado por contrastes y diversidad. La característica inicial es la aridez extrema, sin embargo, está lleno de riquezas naturales y culturales que fueron el sustento de los antiguos pobladores.

Hemos invitado a un grupo de estudiosos para que nos introduzcan en aspectos relevantes de la zona de Atacama. Su litoral es de los más ricos en recursos marinos y su desierto, con salares, termas y géiseres, está entre los más secos del planeta. Esta zona es cuna de minerales, especialmente de salitre, litio y cobre. Allí se encuentran yacimientos cupríferos internacionalmente famosos como la mayor mina a rajo abierto del mundo. Sus quebradas y oasis, sobre los 2.500 metros de altura, son generosas en recursos de agua y tierras, que los atacameños han aprovechado desde hace milenios haciendo terrazas de cultivo y practicando la ganadería. Hoy, la astronomía es otro de los grandes temas. Con los avanzados observatorios, y gracias a la transparencia de los cielos atacameños, tal vez sea posible desentrañar el desconocido más allá.

La historia de este territorio es fascinante. Las sociedades que lo han habitado han tenido carácter de cruzadas que han domesticado este lugar tan agreste, convirtiéndolo en un paisaje humanizado a través de ingeniosas formas de apropiación de sus recursos. Los atacameños del interior y los changos del litoral, los pampinos, los pirquineros y los mineros, los astrónomos y cuantos viven hoy en las grandes ciudades nortinas nos han demostrado que Atacama, lejos de ser un desierto inhóspito, es tierra pródiga y amable.

Este libro es fruto de una colaboración de casi tres décadas entre el Banco Santander y el Museo Chileno de Arte Precolombino. En este lapso se han publicado 28 ediciones que tratan de rescatar el legado de las culturas americanas en nuestra sociedad y que sostienen que el patrimonio de estos pueblos precolombinos sigue vivo y está presente en sus descendientes.

Queremos agradecer al equipo que ha hecho posible la edición de este libro, como también a cada uno de los colaboradores, a los fotógrafos, al apoyo de la Ley de Donaciones Culturales y, muy especialmente, a nuestro socio el Museo Chileno de Arte Precolombino.

Mauricio Larraín GarcésPresidente

Banco Santander

Claudio Melandri HinojosaGerente GeneralBanco Santander

Introducción

La serie de libros que editamos con Banco Santander tiene como objetivo crear un corpus de conocimientos acerca de los pueblos precolombinos que han habitado nuestro continente y, en especial, Chile. En casi tres decenas de libros, se ha abarcado el poblamiento temprano de América y las culturas más relevantes de la prehistoria americana, llegando hasta los actuales descendientes de estos antiguos pueblos.

En esta oportunidad presentamos una publicación cuyo contenido se refiere al territorio de Atacama, pero no a la región administrativa –de reciente creación– que tiene este nombre, sino al vocablo ancestral que aún conservan los viejos atacameños cuando se refieren al salar de Atacama como el lugar original de su etnia. Así, para este libro la tierra de Atacama comienza en el río Loa y se extiende hasta Copiapó, aunque en algunos capítulos los autores establecen límites más extensos y se incluyen descripciones e iconografías del extremo norte de Chile, en el entendido que los límites culturales no son exactos.

Para conocer este fascinante paisaje árido y sus habitantes, reunimos a diversos especialistas que abordan la región desde sus particulares perspectivas. Casi como en una ordenada historia cronológica conoceremos primero los cielos de Atacama, que son el espejo que refleja con mayor pureza los orígenes y los misterios de nuestro pasado. Después veremos cómo se formó el desierto, las historias de sus hermosos paisajes minerales y podremos advertir los pasos que guiarán esta historia en los próximos millones de años. En seguida aparece el

hombre que conquista el desierto poco a poco, en el rico litoral costeño, en los oasis, en las quebradas y el altiplano. Siglos más tarde, los españoles llegan a asentarse a estas tierras. Pese a que el período colonial estuvo marcado por la dominación hispana a través de encomiendas, tributos y extirpación de las idolatrías, el capítulo que trata acerca de las iglesias atacameñas revela el sincretismo que se mantiene hasta hoy en esas tierras.

Luego conoceremos las primeras experimentaciones de los antiguos mineros y la historia de esta industria que sirvió de sustento al país durante los dos últimos siglos. El tráfico cruza el tiempo y el desierto en Atacama, desde la prehistoria con los caravaneros de llamas que atravesaban los áridos paisajes por antiguos caminos, después siguiendo las rutas coloniales de la plata y posteriormente del salitre y del cobre, hasta llegar a los actuales caminos mineros. Un nostálgico capítulo se dedica a lo que queda del antiguo salitre, a lo que fue y aún es la cultura pampina, y otro, muestra cómo se mantiene la tradición pesquera de los antiguos changos.

En fin, conoceremos las ideologías atacameñas y su manera de comprender el mundo que habitan y los cielos que los cubren; la relación que tejen estos elementos con sus ancestros y deidades y la forma cómo actualizan estas creencias en sus ritos y fiestas. Hemos incorporado también una sección intercalada que intenta recuperar la historia de Atacama a través de relatos testimoniales hechos por sus actuales habitantes.

p. 2 Fotografía Guy Wenborne.

p. 4 Fotografía Pablo Maldonado.

p. 6 Fotografía Augusto Domínguez.

p. 8 Fotografía Nicolás Aguayo. Páginas siguientes:Principales topónimos mencionados.Producción Fernando Maldonado.

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