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Atenas o Egina.427-347 a.C.
Filósofo griego.
Rafael
El cuerpo humano es el carruaje; el yo, el hombre que lo conduce; el
pensamiento son las riendas, y los sentimientos los caballos.
La mayor declaración de amor es la que no se hace; el hombre que siente
mucho, habla poco.
La pobreza no viene por la disminución de las riquezas, sino por la
multiplicación de los deseos.
Dos excesos deben evitarse en la educación de la juventud; demasiada
severidad, y demasiada dulzura.
La filosofía es un silencioso diálogo del alma consigo misma en torno al ser.
Todo lo que nace proviene necesariamente de una causa; pues sin
causa nada puede tener origen.
El hombre es un auriga que conduce un carro tirado por dos briosos
caballos: el placer y el deber. El arte del auriga consiste en templar la
fogosidad del corcel negro (placer) y acompasarlo con el blanco (deber) para correr sin perder el equilibrio.
Tres facultades hay en el hombre: la razón que esclarece y domina; el coraje o ánimo que actúa, y los sentidos que
obedecen.
La libertad está en ser dueños de la propia vida.
Allí donde el mando es codiciado y disputado, no puede haber buen gobierno ni reinará la concordia.
El objetivo de la educación es la virtud y el deseo de convertirse en un buen
ciudadano.
El virtuoso se conforma con soñar, lo que el pecador realiza en la vida.
Todo lo que se llama estudiar y aprender, no es otra cosa que
recordar.
En todas las cosas, naturales y humanas, el origen es lo más excelso.
¿Quién es, pues, el creador y padre de este Universo? Difícil es encontrarlo; y cuando se ha encontrado, imposible
hacer que la multitud lo conozca.
Si bien buscas, encontrarás.
La mejor tumba es la más sencilla.
Son filósofos verdaderos, aquellos a quienes gusta contemplar la verdad.
La civilización es la victoria de la persuasión sobre la fuerza.
Así como los ojos están formados para la astronomía, los oídos lo están para
percibir los movimientos de la armonía.
En torno de la esencia, está la morada de la ciencia.
No es en los hombres, sino en las cosas mismas, donde es preciso buscar la
verdad.
Música:I pikra simera - Manos Hadjidakis
Realización general:Rodrigo Valencia Cardona
Medellín-Colombia