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Biblioteca Histórica Marqués de Valdecilla de la UCM Biblioteca Histórica Marqués de Valdecilla. Exposiciones. Kircher La Biblioteca Buscar Servicios Atención 24 h. Este centro Athanasius Kircher y la ciencia del siglo XVII Horario de la exposición Presentación Rafael Puyol Antolín Rector de la Universidad Complutense Introducción Francisco Javier de Jorge García Reyes Director de la Biblioteca de la Universidad Complutense Comisario de la exposición: Emilio Fernández González Introducción El origen de los jesuitas Athanasius Kircher, polímata La búsqueda de los orígenes Ex Oriente Lux Los jesuitas y la ciencia del siglo XVII Los sucesores Introducción Como señala Ignacio Gómez de Liaño en la presentación de nuestro catálogo, "Athanasius Kircher es el último gran representante de una especie prácticamente extinguida, la del sabio universal". Era por ello obligado, máxime cuando las celebraciones en torno a su centenario en España no serán muy abundantes, el que la Biblioteca Histórica de la Universidad Complutense, aprovechando sus magníficos fondos bibliográficos del siglo XVI y XVII le hiciera un cumplido homenaje al mismo tiempo que otorgara al público una amplia visión del mundo científico en el siglo XVII. Kircher nace a las tres de la mañana del 2 de mayo de 1602 en Geisa, cerca de la ciudad alemana de Fulda, aunque algunas fuentes señalan el año de 1601 como el de su natalicio. De vida azarosa y viajera durante sus primeros treinta años, en la plenitud de su vida se instalará en su querida Roma, ciudad en la que plasmará sus más importantes estudios KIRCHER, Athanasius: Mundus subterraneus in XLL libros digestus... Editio tertia... Tomus I. Amstelodami: Apud Joannem Janssonium à Waesberge & Filios, 1678. [DER 15866] http://www.ucm.es/BUCM/foa/exposiciones/08Kircher/Exposicion_kircher.htm (1 of 8)03/06/2005 19:53:45

Athanasius Kircher

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Biblioteca Histórica Marqués de Valdecilla. Exposiciones. Kircher

La Biblioteca Buscar Servicios Atención 24 h. Este centro

Athanasius Kircher y la ciencia del siglo XVII

Horario de la exposición

Presentación Rafael Puyol Antolín Rector de la Universidad Complutense

Introducción Francisco Javier de Jorge García Reyes Director de la Biblioteca de la Universidad Complutense

Comisario de la exposición: Emilio Fernández González

Introducción El origen de los jesuitas Athanasius Kircher, polímata La búsqueda de los orígenes Ex Oriente Lux Los jesuitas y la ciencia del siglo XVII Los sucesores

Introducción

Como señala Ignacio Gómez de Liaño en la presentación de nuestro catálogo, "Athanasius Kircher es el último gran representante de una especie prácticamente extinguida, la del sabio universal". Era por ello obligado, máxime cuando las celebraciones en torno a su centenario en España no serán muy abundantes, el que la Biblioteca Histórica de la Universidad Complutense, aprovechando sus magníficos fondos bibliográficos del siglo XVI y XVII le hiciera un cumplido homenaje al mismo tiempo que otorgara al público una amplia visión del mundo científico en el siglo XVII. Kircher nace a las tres de la mañana del 2 de mayo de 1602 en Geisa, cerca de la ciudad alemana de Fulda, aunque algunas fuentes señalan el año de 1601 como el de su natalicio. De vida azarosa y viajera durante sus primeros treinta años, en la plenitud de su vida se instalará en su querida Roma, ciudad en la que plasmará sus más importantes estudios

KIRCHER, Athanasius: Mundus subterraneus in XLL libros digestus... Editio tertia... Tomus I. Amstelodami: Apud Joannem Janssonium à Waesberge & Filios, 1678. [DER 15866]

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. La nómina de sus investigaciones es muy amplia: compilador de datos sobre el lejano Oriente, plasmados en su obra China Monumentis que se convertiría en la primera gran obra de sinología publicada en Europa; investigador de los jeroglíficos egipcios, marcando una nueva línea de investigación al intentar apartarse de la visión ornamentística dada por Horwart von Hohenburg en su Thesaurus hierogliphicus, atisbando en sus obras la posibilidad de conexión entre la lengua copta y el egipcio faraónico; padre de la Geología moderna con su obra Mundus subterraneus; puesto de honor entre los tratadistas de música y acústica del siglo XVII con su obra Musurgia universalis; fundador de uno de los primeros museos "públicos", el Museum Kircherianum que rivaliza con la fundación de Elias Ashmole en Oxford, etc. La exposición, en virtud de estas investigaciones está dividida en los grandes temas que obsesionaron a Kircher: la búsqueda de los orígenes, la atracción por Oriente y los descubrimientos científicos tratados desde un punto de vista muy amplio. Las últimas vitrinas de la exposición, dedicadas a sus sucesores, dan buena muestra del calado científico que Kircher causó en la Europa Barroca de su tiempo

. El origen de los jesuitas

El origen de los jesuitas comienza con la propia historia del fundador san Ignacio de Loyola (1491-1556). El guipuzcoano crearía la Compañía de Jesús con un claro objetivo: el de ser la nueva militia christiana ante la agitación protestante de la época. La denominación jesuita llevaba utilizándose en Europa desde el primer cuarto del siglo XVI, en un principio de forma despectiva. La primera vez que se asocia el término jesuita con los religiosos de la Compañía de Jesús es en 1544, fundamentalmente en las regiones del norte de Europa. A raíz de la labor educativa de la orden el término se propagaría rápidamente por toda Europa, dejando en el olvido otras denominaciones como teatinos o jesuinos. Uno de los primeros historiadores de la orden, que contribuiría decisivamente a la consolidación del término, sería Nicolo Orlandini, en su famosa obra Historia Societatis Iesu. Otras obras posteriores como es el caso del Catalogo degli ordini religiosi della Chiesa militante de Filippo Bonanni sentarían las bases de la imagen jesuitica. Con respecto al fundador de la orden, las biografías de san Ignacio de Loyola fueron muy abundantes desde mediados del siglo XVI. Autores como Pedro Ribadeneyra, Giovanni Pietro Maffei o Juan Eusebio Nieremberg, además de proporcionar abundantes datos biográficos, intentan plasmar la vera effigies del fundador. El origen y posterior consolidación de los jesuitas, sin embargo, no estarían completos sin tratar someramente dos de los pilares básicos que conformarán el tremendo éxito de la orden: por un lado su vinculación a la enseñanza, y en segundo lugar la rígida estructura jerárquica y normativa de la orden. Con respecto a la enseñanza destaca la gran obra jesuítica Ratio Studiorum, mientras que la estructura jesuítica se basará en las Reglas y Constituciones.

Athanasius Kircher, polímata

La amplitud de los conocimientos de Kircher hace que no sea nada fácil el acercamiento a su figura. La nómina de sus investigaciones es muy amplia: compilador de datos sobre el lejano Oriente, plasmados en su obra China Monumentis que se convertiría en la primera gran obra de sinología publicada en Europa; investigador de los jeroglíficos egipcios, marcando una nueva línea de investigación al intentar apartarse de la visión ornamentística dada por Horwart von Hohenburg en su Thesaurus hierogliphicus, atisbando en sus obras la posibilidad de conexión entre la lengua copta y el egipcio faraónico; padre de la Geología moderna con su obra Mundus subterraneus; puesto de honor entre los tratadistas de música y acústica del siglo XVII con su obra Musurgia universalis; fundador de uno de los primeros museos "públicos", el Museum Kircherianum que rivaliza con la fundación de Elias Ashmole en Oxford, etc. Kircher nace a las tres de la mañana del 2 de mayo de 1602 en Geisa, cerca de la ciudad alemana de Fulda, aunque algunos tratadistas apuntan el año 1601 como fecha de nacimiento. Su carrera religiosa comienza a los dieciséis años como novicio en el colegio jesuita de Paderborn, después de ser rechazado en el colegio de Mainz. En 1622, Kircher y dos compañeros suyos huyen de Paderborn debido a la Guerra de los Treinta Años. Después de un largo periplo de casi ocho años que le lleva a visitar ciudades como Coblenza o Heiligenstadt, atravesando feudos protestantes y en el que Kircher está a punto de morir varias veces, empieza a ser conocida su imaginación e inteligencia en las cortes europeas. En 1628 es ordenado sacerdote y entra en la terciaria de Séller, Maguncia. 1633 es un año clave en la vida de Kircher, al ser llamado por la corte vienesa para suceder a Johannes Kepler como matemático de la corte de Habsburgo. En su camino a Viena, Kircher hace un alto en Roma. Inmediatamente se siente cautivado por el Colegio Romano de los jesuitas, institución decisiva en la vida intelectual de Kircher, quedándose a vivir en la institución durante el resto de su vida. Muere el 27 de noviembre de 1680. Sus restos fueron enterrados en su querida iglesia del Gesú, mientras que su corazón sería enterrado en la iglesia también romana de Santa María della Mentorella.

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KIRCHER, Athanasius: Turris Babel sive Archontologia.... Amstelodami: Ex officina Janssonio-Waesbergiana, 1679. [FLL 10020]

KIRCHER, Athanasius: Oedipi Aegyptiaci tomus secundus... Romae: Ex typograhia Vitalis Mascardi, 1653 (1654). [DER 12683]

La búsqueda de los orígenes

Kircher buscó toda su vida la "prisca sapientia". Esa antigua sabiduría, que creía en la existencia de una tradición primordial, común a toda la humanidad, cuyo canon fue establecido a comienzos del siglo XV por Georgios Gemistos Plethon y transmitido a través del Corpus Hermeticum por Marsilio Ficino y la Academia Florentina, fue objeto de tres de los libros más importantes de nuestro autor: Latium (Roma, 1669), Arca Noe (Amsterdam, 1675), y Turris Babel (Amsterdam, 1679). El estudio de la Roma antigua fue constante desde la aparición en el siglo XI de los Mirabilia Urbis o Mirabilia Romae. Posteriormente, en el siglo XIII, se traducirían al italiano (Le miracole di Roma) instaurando todo un subgénero literario de gran tradición posterior. La contribución de Kircher al estudio del mundo antiguo se encuentra en el Latium, obra que no podría entenderse sin el precedente del gran estudio de arqueología cristiana que es la Roma sotterranea de Bosio. La conexión de la historia antigua con la bíblica se realiza en las otras dos obras citadas anteriormente, el Arca Noe y Turris Babel, que tratarán cuestiones fronterizas de la exégesis bíblica. El libro Arca Noe es un estudio de la estructura, proporciones y construcción del Arca de Noe, pero también es, de nuevo en una marcada tradición jesuítica, un viaje alegórico por el interior de la embarcación, por su organización, por su taxonomía zoológica, por las dificultades de su construcción; en definitiva, por un símbolo del saber frente a la vastedad de lo desconocido encarnado en el poder de las aguas. Turris Babel completa el estudio kircheriano de la prehistoria de la humanidad. La obra es un alarde de visualización y de reconstrucción de los hechos bíblicos, en la línea de otro jesuita español, Juan Bautista Villalpando y su obra De postrema Ezechielis prophetae visione.

Ex Oriente Lux

La pasión de Kircher por Oriente tiene dos focos principales: por un lado el estudio de los jerogíficos, obeliscos y en general las representaciones artísticas y la lengua egipcias, y por otro, el estudio de una forma más o menos profunda de la cultura y tradición china. Las obras de Kircher sobre el mundo egipcio en general y sus aproximaciones al sincretismo religioso en particular son abundantes. Obeliscus Pamphilus, Aegyptiaca restituta, Sphynx

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Mystagoga y sobre todas ellas el Oedipus Aegiptiacus, nos muestran a un Kircher apasionado por el estudio de los jeroglíficos. Kircher, basándose en la autoridad del filósofo neoplatónico Yámblico y su conocidísima obra De mysteriis Aegyptorum prolonga las investigaciones de Valeriano Bolzano, famoso autor de los Hieroglyphica sive De sacris Aegyptiorum, las del jesuita Nicolas Caussin, traductor del Horápolo en su De simbólica aegyptiorum sapientia y autor de la recopilación titulada Polyhistor symbolicus, o las de Herwart von Hohenburg, al que se debe la obra Thesaurus hierogliphicus.

KIRCHER, Athanasius: Oedipus Aegyptiacus... tomus I. Romae: Ex typograhia Vitalis Mascardi, 1652. [DER 12682]

La obra mística de mayor importancia de Kircher es sin duda el Oedipus Aegyptiacus, señalada como "una de las obras más notables de erudición renacentista" y publicada entre 1652-1654. La obra, una búsqueda de los orígenes religiosos de la humanidad, está dedicada fundamentalmente a la exposición de los sistemas teosóficos de Zoroastro, Orfeo, Pitágoras, Platón y Proclo y a la cábala de los caldeos y hebreos que en su mayor parte, según Kircher, procedía de la sabiduría egipcia. Nos encontramos, por tanto, ante la primera gran obra de teosofía comparada. Con respecto al Lejano Oriente, la obra más importante de Kircher es China Monumentis. La obra tiene como precedente los trabajos de Trigault, De cristiana expeditione apud Sinas y el magnífico Novus Atlas Sinensis de Martino Martín, , publicado como tomo sexto del Theatrum Orbis Terrarum sive Novus Atlas de Blaeu.

Los jesuitas y la ciencia del siglo XVII

La problemática científica del siglo XVII es tremendamente compleja. En la centuria, convergen varias líneas de investigación, en gran parte herederas del siglo anterior, que podrían resumirse en cuatro grandes apartados: el estudio y renovación de la Escolástica, el problema del método científico -iniciado en el siglo XVI por

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KIRCHER, Athanasius: Ars magna sciendi in XII libros digesta... Amstelodami: Apud Joannem Janssonium à Waesberge & Viudam Elizei Weyerstraet, 1669. [DER 10362]

Montaigne y continuado en el XVII por Galileo, Francis Bacon o Descartes-, el estudio del arte de la memoria, del lulismo y enciclopedismo, y en general, los estudios denominados herméticos, síntesis de las doctrinas del Corpus Hermeticum, del neoplatonismo, el misticismo oriental, la cábala judía y la conjunción en la naturaleza del Espíritu Universal. Es cierto que el objetivo principal de los jesuitas no era la investigación directa, sino el adoctrinamiento y enseñanza a través de la red de colegios establecidos por toda Europa, pero no faltan investigadores de gran talla en la mayoría de las ramas del saber científico y filosófico, erigiéndose en cabeza visible de lo que se ha venido denominando "escolástica barroca".

La contribución de la Compañía de Jesús al estudio y progreso de las ciencias modernas es realmente importante y realizar una aproximación a partir de la figura de Athanasius Kircher complejo y extenso, ya que las influencias que se encuentran en su obra son muy variadas, desde el gran hermetista Robert Fludd y su magna obra Utriusque Cosmi, pasando por Sebastián Izquierdo y su Pharus Scientarum, Giovanni Battista della Porta con su Magiae Naturalis, o el gran Raimundo Lulio.. La relación de materias en las que Kircher estuvo interesado es muy grande: magnetismo, astronomía, gnomónica, óptica, matemáticas, música, acústica, geología, historia natural, etc. Probablemente, la obra más difícil de Kircher, directamente relacionada en el arte de Lulio y la lógica simbólica sea el Ars Magna Sciendi, sin la cual no se entendería sus aproximaciones científicas posteriores.

Óptica, Matemáticas

La aportación de Kircher al terreno de las matemáticas y la óptica se encuentra en su libro Ars magna lucis et umbrae. La obra trata sobre los eclipses, cometas, las influencias astrológicas, el color y los relojes de sol en los que Kircher hace gala de una gran fantasía. También en la obra serán famosos sus estudios de los espejos ustorios y su descripción de la linterna mágica. Como otras obras de Kircher, los grabados son una parte importantísima de la obra. Algunos son de gran espectacularidad como el Horóscopo Jesuita Universal en el que muestra la hora y duración del día en todos los países, mientras que en otros, como la del Hombre Astrológico se deja entrever la importante influencia escénica de Robert Fludd y otros hermetistas. Las influencias directas en el terreno de la óptica y las matemáticas son dos autores: Francesco Maurolico y sus Theoremata de lumine et umbra y Giovanni Battista della Porta con su obra De refractione optices, que conceptual y cronológicamente se situaría entre los trabajos de Risner, Opticae Thesaurus (1572) y de Kepler, Ad Vitellionem paralipomena (1604).

Magnetismo, Geología

Las dos obras más importantes de Kircher en el campo del magnetismo son el Magnes sive de arte magnetica (Roma, 1641) y el Magneticum naturae regnum (Amsterdam, 1667). En estas obras, Kircher rechaza la teoría del gran estudioso del magnetismo, William Gilbert (1544-1603), según la cual la Tierra sería un imán gigantesco, que expondría en su obra más conocida, Tractatus sive de Physiologia nova de Magnete. También se opondría a la creencia de Gilbert en la rotación terrestre, -que también había sido rechazada anteriormente por Cabeo en su Philosophia Magnetica-, y cree firmemente en la existencia de una "vis atractiva", de un "Imán del Universo", verdadero motor divino de la Creación. Kircher publicó un libro, Mundus Subterraneus, enteramente dedicado a lo que hoy llamaríamos Geología. La influencia principal de Kircher en esta materia la encontramos en tratadistas clásicos como Alberto Magno y fundamentalmente Agrícola. La obra más importante de Georgius Agrícola, De re metallica libri XII, no trata sólo de mineralogía y ciencias afines, sino también de los procesos morbosos que provocan los metales, convirtiéndose en un libro precursor de la medicina del trabajo. El Mundus Subterraneus se gesta a raíz de su visita a Sicilia y

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Nápoles en el año 1637, viaje en el que tiene la ocasión de vivir directamente sus teorías volcánicas. Según Kircher, basándose en muchos aspectos en Leibniz y Descartes, el interior de la Tierra contendría un gran fuego central atravesado por canales subterráneos que emergerían en la superficie terrestre a través de los volcanes. Una similar teoría también explicaría toda una red de aguas subterráneas. La gran aportación de Kircher en el Mundus subterraneus, aunque errónea, sería su teoría de la erosión y la formación ígnea de las rocas. De fines de siglo serían dos obras "geológicas" que siguen las dos tendencias marcadas a lo largo de la centuria: la que podríamos denominar “kircheriana” a partir del Mundus subterraneus y la paracelsiana. De la primera, destaca la obra de Dominico Bottoni (1641-1731), Pirología topographica (Nápoles, 1692), mientras que la teoría paracelsiana con algunos aditamentos, sería seguida por Johann Joachim Becher (1635-1682) en su obra Physica subterránea en la que establece tres tipos de tierra, la "terra vitrescible", "terra pinguis" y "terra fluida" que se asociarían a la teoría ternaria citada anteriormente, y en la que sería clave la teoría del jlogiston ya aparecida en las obras de Sófocles y Aristóteles, y seguido por autores como Hapelius, Poppius o Helmont.

BECHER, Johann Joachim: Physica subterranea... Primum hactenus et princeps editio novissima... Lipsiae: Ex officina Weidmanniana, 1738. [FLL 21658]

Astronomía, Musicología

También en Astronomía Kircher realizaría aportaciones. Aunque sus observaciones astronómicas están dispersas por varias de sus obras, -en su obra Mundus subterraneus por ejemplo nos ofrece un magnífico croquis del Sol fruto de sus observaciones directas-, un libro sobresale entre los demás, libro que de nuevo mezcla cientificismo con esoterismo y hermetismo, el Itinerarium exstaticum. Kircher critica el sistema copernicano (defendiendo a Tycho Brahe) así como el sistema rotatorio de William Gilbert, lo que le granjearía opiniones muy desfavorables. El libro, sin embargo, es más un viaje iniciático por el sistema solar, que un libro puramente de investigación. La visión de la Astronomía en el siglo XVII se completa con otros autores como Maurolico y sus dos libros más influyentes, Theoricae novae planetarum y su Cosmographia, Giovanni Battista della Porta con sus Coelestis physiognomiae libri sex, Cristoph Scheiner y su Rosa ursina sive Sol en el que critica a Galileo y el sistema copernicano con claras connotaciones rosacrucianas y en el caso español Ginés Rocamora y Torrano, con su Sphera del universo (Madrid, 1599).

El estudio de la música y la acústica también forma parte de la producción kircheriana. Su producción, de la que destacan dos obras relacionadas con el tema, la Musurgia universalis y la Phonurgia nova intenta la unión del concepto clásico de la música iniciado por Boecio en el siglo V en su libro De institutione musica con un concepto de música más humanizado, que afectaría directamente a lo sensitivo y con una importante influencia pitagórica. La teoría musical de Kircher, como la de la mayoría de los contemporáneos está fuertemente influenciada por la teoría de

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las sensaciones, -germen de la ópera-, las matemáticas y en definitiva, de la obra divina plasmada a través de unas creaciones matemáticamente perfectas. Parte destacada de la obra es también la inclusión de megáfonos, artilugios espías, estatuas parlantes y en general instrumentos musicales mecánicos como la "arca musaritmética", que podría haber influido de una manera notable en la rara obra de Domingo Martínez de Presa, Fuerza del ingenio humano y inventiva suya: relacion breve de instrumentos ingeniosos y mouimientos particulares (Madrid, 1662).

FLUDD, Robert: Utiusque Cosmi Maioris scilicet et minoris metaphysica, physica atque technica historia in duo volumina secundum cosmi differentiam diuisa... Tomus primus, De Macrocosmi Historia in duos tractatus diuisa. Oppenhemii: Aere Johan Theodori de Bry: typis Hieronymi Galleri, 1617. [MED 2143]

Poligrafía, Historia Natural

Kircher estudiaría el lenguaje universal en su Polygraphia nova et universalis (Roma, 1663). La obra es una búsqueda de un lenguaje unificador universal en el que se mezclan elementos del latín, italiano, español, francés y alemán. Kircher en sus estudios se basará en las obras de John Webster y sus Academiarum examen (1653), obra en la que defiende los lenguajes jeroglíficos y criptográficos y en la de Jan Amos Komensky o Comenio, Prodomus pansophiae (1657) en el que el autor protestante propone una panglotia universal que favoreciera la expresión de la esencia misma de los objetos. Por último, Kircher dedica dos de sus obras al estudio de la historia natural. El primero de los libros es el ya estudiado Mundus subterraneus, mientras que el segundo sería una obra avanzada para su tiempo, el Scrutinium pestis physico-medicum, obra editada por primera vez en 1640 y con un tremendo éxito editorial (Roma, 1658; Leipzig, 1659 y 1671; Augsburgo, 1680) en la que por primera vez se atribuye el origen de la peste a ciertos gérmenes, fruto de sus investigaciones microscópicas, y en el que se aleja de concepciones anteriores sobre el tema.

Los sucesores

La pasión de Kircher por la investigación y el saber pronto tuvo fruto en un numeroso grupo de discípulos que llevaron a cabo una labor de publicación y documentación de las investigaciones llevadas a cabo por el maestro en los últimos años de su vida. Aunque Leibniz se incluiría en sus primeros años como discípulo de Kircher, -de hecho publica su obra Dissertatio de arte combinatoria en 1666, tres años después que la Polygraphia de Kircher- , pronto entraría en conflicto con muchas de sus teorías. El nombre más importante en la lista de sucesores es sin duda el de Caspar Schott, aunque también destacarían otros autores como Filippo Buonanni, Johann Jacob Manget o Johann Stephan Kestler. Aunque la producción de Schott es muy grande, realmente su mayor contribución es sin duda su trabajo como editor y compilador. De estos trabajos, destacan Magia universalis y sus dos volúmenes complementarios, Physica curiosa y Technica curiosa, así como el Pantometrum kircherianum. Filippo Buonanni publicaría dos obras fundamentales para el conocimiento de lo que se denominó el Museo Kircheriano de Roma y ambas pueden catalogarse como guías comprensivas con gran cantidad de grabados de lo que sería el museo en la época. Estas obras serían el Musaeum Kircherianum y la Rerum naturalium historia revisada por J.A. Baturra en 1773. Por último, destacarían las obras de Johann Stephan Kestler, Johann Jacob Manget y Gioseffo Petrucci. Del primero, la Physiologia kircheriana experimentalis, resumen de varios experimentos de Kircher. De Manget, la Bibliothea chemica curiosa, donde se ofrecen opiniones contrastadas de Kircher sobre cuestiones alquímicas y de Petrucci, Prodomo apologetico alli studi chircheriani, una de las primeras obras en las que se tratan aspectos biográficos de la vida de Kircher.

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Última modificación: Miercoles, 1 de Diciembre de 2004

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