Atlas de La Diversidad Religiosa en México

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    REL OSA EN N/1>

  • INSTITUCIONES PARTICIPANTES

    Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en

    Antropologa Social (ciEsAs)

    El Colegio de Jalisco

    El Colegio de la Frontera Norte

    El Colegio de Michoacn

    Universidad de Quintana Roo

    Subsecretara de Poblacin, Migracin y Asuntos Religiosos de la Secretara de Gobernacin

    Consejo Nacional de Ciencia y Tecnologa (coNAcY-r)

    Diseo: TYPE

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  • ATLAS DF- LA DIVE-RSIDAD RELIGIOSA F\ V-XICO

    Rene de la Torre y Cristina Gutirrez Ziga (coordinadoras)

  • Agrac ecimientos

    Extendemos nuestro reconocimiento al Conacyt por el soporte financiero para realizar la investigacin.

    A los representantes de las instituciones coeditoras, por el apoyo para que este esfuerzo se concretara en una publicacin; a la doctora Virginia Garca Acosta, directora de CIESAS; al licenciado Florencio Salazar, subsecretario de Pobla-cin, Migracin y Asuntos Religiosos; al licenciado Jos Luis Leal Sanabria, presidente de El Colegio de Jalisco; al doctor Tonatiuh Guilln Lpez, presidente de El Colegio de la Frontera Norte; al doctor Rafael Diego-Fernndez Sotelo, presidente de El Colegio de Michoacn; al doctor Jos Luis Pech Vrguez, rector de la Universidad de Quintana Roo.

    A las personas que participaron de distintas maneras en la elaboracin de este libro: a Edgar Garca Valencia, subdi-rector de Difusin y Publicaciones del CIESAS, por su labor en el proceso de dictaminacin y generacin de acuerdos para la coedicin; a Lourdes Asiain por la correccin de estilo; a Jaime Mor, Norma Rufrancos, Rafael Gmez y Loretta Garca por el diseo editorial y maquetacin del libro; a Carlos Gonzlez de Luna, por la realizacin de los mapas temticos; a Carlos Vladi-mir Ruelas, de El Colegio de la Frontera Norte, por la confeccin de los mapas de los captulos vI y VIII; a Samuel Morales, por el diseo de CD interactivo; y a las asistentes del proyecto, Ana Rosa Aceves y Vernica Briseo, por su respaldo cotidiano.

    Y finalmente, a los autores de los captulos de este Atlas, por haberse sumado a esta aventura de trabajar en equipo.

  • Introc uccin Rene de la Torre

    El paisaje religioso

    Aun cuando Mxico ha sido un pas mayoritariamente catlico, hoy es pertinente atender una nueva realidad presente tanto en el territorio como en la cultura de los mexicanos: la diversidad religiosa. Mxico, durante las ltimas dcadas, ha experimentado un descenso constante en el porcentaje de poblacin catlica, a la par de un crecimiento exponencial de religiones no catlicas ms particularmente de religiones cristianas: protestantes, evanglicas y pen-tecostales, as como el aumento proporcional de quienes se manifiestan sin religin.

    Berryman (1995) se refiri a esta tendencia a la diversidad religiosa como una de las transforma-ciones ms impactantes que est viviendo Latino-amrica a partir de las ltimas dcadas del siglo XX,

    que apunta al cambio de una sociedad catlica ha-cia una sociedad plural religiosa. En Mxico esta transformacin es en s misma significativa, pero su verdadera relevancia y su impacto slo pueden apreciarse si consideramos que el incremento en la diversidad religiosa no se da de manera homog-nea en el territorio nacional, alcanzando tasas de cambio mucho mayores en los mbitos regional, estatal, municipal y local. Por ejemplo, en el esta-do de Chiapas la poblacin no catlica ha llegado a sumar un tercio de su poblacin total, y en ese territorio encontramos municipios donde el cato-licismo ha dejado de ser una religin mayoritaria.

    Ante esta nueva situacin surgieron las siguientes preguntas: Dnde sigue manteniendo una presencia hegemnica el catolicismo y en dnde la ha perdido?, cules son las iglesias no catlicas que tienen mayor presencia en nuestro pas?, cmo son esas religiones?, qu perfiles sociodemogrficos tiene su membresa?, qu

    estrategias de expansin han instrumentado?, qu velocidad de crecimiento tienen?, cules son las rutas de su expansin?, en dnde se ubi-can y se concentran?, cules son los principales factores sociales que propician o que frenan la dinmica tendiente al cambio religioso pluralista en Mxico?, son las religiones capaces de gene-rar diferencias regionales?, de qu manera estn reconfigurando territorios culturales?, en qu medida impulsan nuevas dinmicas regionales?

    Durante muchas dcadas, la sociologa de la religin anglosajona se propuso entender el cam-bio religioso como un efecto de las transforma-ciones econmicas propiciadas por la modernidad capitalista. Influenciados por las tesis weberianas, los socilogos de la religin planteaban que la evolucin de la racionalidad imperante por la mo-dernidad sobre todo por un modelo particular capitalista traera como consecuencia un desen-cantamiento del mundo (Weber, 1992). En prime-

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    ra instancia, se pronosticaba el debilitamiento del pensamiento mgico religioso y la privatizacin de la religin lo que implicaba que dejara de tener un papel pblico en la sociedad. Pero, a partir de la dcada de los aos sesenta, los estudiosos se encontraron con que la religin, lejos de debilitarse, pareca estar resurgiendo en la proliferacin de pe-queos grupos religiosos o sectas. Este panorama, conocido como sectarizacin de la religin, contri-buy a que se replanteara la tesis weberiana, advir-tiendo que la modernidad no traera la desaparicin de la religin sino que provocara un cambio pro-fundo en la composicin de lo religioso, que des-plazara los modelos monoplicos por procesos de sectarizacin de lo religioso (Wilson, 1970). Ms tarde Peter Berger sealara que la secularizacin estaba teniendo efectos profundos sobre el cam-bio religioso, sobre todo en la medida en que la racionalidad del capitalismo estaba impregnando ese campo al imponer su lgica de mercado. El so-cilogo estadounidense afirmaba:

    El resultado es que la tradicin religiosa, que antes era autoritariamente impuesta, ahora es un producto que depende del marketing. Tiene que ser vendida a una clientela que ya no est obligada a comprar. La situacin pluralista es, ms que nada, una situacin de mercado (...) dominada por la lgica de la economa del mer-cado (Berger, I 98I : I 98).

    En Mxico, como en el resto de Latinoam-rica, las teoras econmicas de la sociologa reli-giosa europea y anglosajona basadas en las teoras de la "secularizacin", no pudieron encontrar eco. Primero, porque el fervor religioso desmenta la teora del debilitamiento de la religin. Segun-do, porque los movimientos de masas populares que emergieron durante los aos setenta con el fermento de la Teologa de la Liberacin y del arrastre carismtico del papa Juan Pablo II eran incompatibles con las teoras que apuntaban hacia la privatizacin religiosa. Por su parte, la antro-pologa y la sociologa latinoamericanas estaban atentas a reflexionar sobre las distintas causas que incidan en las dinmicas de recomposicin del campo religioso, tanto dentro del catolicis-mo como en la diversificacin de alternativas no catlicas que estaban teniendo lugar en la escala sub co ntinental.

    Aunque partimos de reconocer que el cam-bio religioso no se deriva mecnicamente de los cambios econmicos, sino que es el resultado de mltiples factores entre ellos los culturales, los emocionales, los societales, consideramos que no se debe abandonar la preocupacin por des-cribir y analizar la manera en que la modernidad capitalista repercute sobre ste en Mxico. Pero como en su momento lo estipul Gilberto Gim-nez, hay que abandonar la concepcin lineal que opone tradicin a progreso, y ms bien resaltar

    "la indeterminacin, la multidireccionalidad y la imprevisibilidad de la modernizacin sociocultu-ral" (Gimnez, 1996:18). Somos conscientes de que no existe una sola causalidad, y coincidimos con este autor en que en este pas se ha vivido una profunda recomposicin demogrfica que contri-buye a generar las condiciones para la del campo religioso. Si consideramos que se trata de un pas heterogneo con fuertes desniveles econmicos y culturales, tendremos que admitir que los accesos a la modernidad y al progreso son diferenciales y producen efectos contradictorios (De la Torre, 2002). Dado que no existe una sola tendencia o lgica del desarrollo, los distintos mexicanos se relacionan con el mercado y el progreso de distin-tas y desniveladas maneras, sea para promover la inclusin o para recrudecer la exclusin, sea para guiar la va hacia el progreso econmico de algu-nos sectores sociales o para marginar y empobrecer a las mayoras. A ello habr que sumar los efectos de las movilidades geogrficas, en un pas que en pocos aos abandon su carcter rural y cedi a una urbanizacin desregularizada. Se puede distinguir inicialmente entre modernidad en el centro y modernidad en la periferia, incluso es posible considerar la periferia del centro (Gimnez, 1996:18), pues dependiendo de la posicin social, los efectos de la modernidad producen diferentes polarizaciones sociales. Por otra parte, nos enfrentamos a un nuevo escenario creado por el capitalismo globalizado que, por un

  • lado genera el progreso tecnolgico en los grandes centros urbanos donde se produca y acceda a la cultura cosmopolita, y, por el otro, deja a su paso la corrupcin perifrica (Hannerz, 1992).

    Vistas as las cosas, el estudio sobre el pluralis-mo religioso nos plantea como reto el estudio de la multicausalidad. Que, por tanto, no se constrie a una sola explicacin, pues advertimos que sus ma-nifestaciones son diversas y contrastantes entre s. Hipotticamente consideramos que el pluralismo es afectado por tres elementos in' terconectados: 7) las caractersticas particulares de cada religin, 2) el contexto histrico regional en que se desenvuelve, y 3) el tipo de poblacin creyente que lo practica, se lo apropia y lo transforma en religiosidad popular.

    Los estudios recientes sobre las religiones cris-tianas no catlicas en Mxico (evanglicas, pentecos-tales, protestantes, adventistas, mormones, Testigos, y otras ms) sugieren que stas son muy dctiles, y que han sido remodeladas por las condiciones parti-culares en que se desenvuelven, y apropiadas por los usos populares de sus creyentes. Por ello, a pesar de que el cambio religioso tendiente a la pluralidad se ha Manifestado en las sociedades modernas o del primer mundo como efecto de la secularizacin o la raciona-lizacin de la vida contempornea, en el caso mexica- no esta tendencia requerir otras explicaciones que implican un esfuerzo multidisciplinario, donde con-fluyan perspectivas histricas, econmicas, sociol-gicas, antropolgicas, demogrficas y geogrficas.

    El estudio de la minoras religiosas en Mxico: los caminos recorridos

    Rodolfo Casillas (1996) rese el "origen prejui-ciado" con que se realizaron en los aos setenta los primeros estudios sobre las minoras religiosas en Mxico, cuyo inters era la denuncia de la pe-netracin cultural extranjera por intermedio de las sociedades religiosas protestantes. Fue hasta fina-les de los aos ochenta que se emprendieron tres enormes proyectos que abordaron la problemtica del efecto causado por el protestantismo en Mxi-co en dos regiones fronterizas: la Encuesta sobre penetracin de grupos religiosos en comunidades con cursos comunitarios (coordinada por el Con-sejo Nacional del Fomento Educativo, Conafe), la investigacin sobre los estados de la Frontera Norte de Mxico (realizada por investigadores de El Colegio de la Frontera Norte),' y el proyecto Religin y Sociedad en el Sureste de Mxico (rea-lizado por investigadores adscritos al Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antro-pologa Social, CIESAS).2 Si bien, como sealara Rodolfo Casillas, estos estudios nacieron prejui-

    ciados por su inters en denunciar la infiltracin "yanqui" que operaba mediante los protestantis-mos, y en alertar a las instancias culturales para defender el patrimonio cultural, finalmente con-tribuyeron a la compresin de los factores inter-nos que propician la conversin a nuevas ofertas religiosas (Casillas, 1996).

    Hoy en da, la mayora de los estudios sobre el protestantismo ha abandonado esa visin prejui- ciada hacia las minoras religiosas, dejando atrs el estigma que consideraba a los protestantes co-mo sociedades extranjeras. Los estudios histricos dieron cuenta de la larga duracin de la presencia de las sociedades protestantes y de su aportacin a la construccin de la nacin (Meyer, 1989; Bas- tian, 1983 y 1989, y Gaxiola, 1994). Y la antro-pologa, por su parte, fue destacando los procesos de apropiacin cultural a partir de los cuales na-can nuevas versiones nacionales y tnicas del protestantismo.

    La relevancia de los estudios sobre la plu-ralidad religiosa se consolid hacia los aos noventa, cuando se realizaron investigaciones et-nogrficas que dieron cuenta de los procesos de crecimiento de las iglesias evanglicas en ciertas regiones y localidades del pas, como los del es-

    1 En este proyecto participaron los entonces investigadores de El Colegio de la Frontera Norte: Rodolfo Casillas, Alberto Hernndez y Jos Luis Molina (vase Casillas, 1996),

    2 El proyecto estuvo dirigido por Gilberto Gimnez, y los resultados se pueden consultar en la coleccin de monografas de Cuadernos de la Casa Chata, editada por el CESAS. Destacan: Sectas religiosas en el sureste, Aspectos sociogrficos y estalsficos (Gilberto Gimnez); Los cambios en una comunidad Cluj-KAnjobal de Chiapas (Rosala Ada Hernndez); Yajaln, ciudad confesionalmente pacfica (Elizabeth Jurez Cerdi); Una comunidad adventista en Quintana Roo (Martha H. Villalobos).

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  • tado de Chiapas (Jurez Cerdi, 1995; Hernn-dez Castillo, 2000 y Rivera Farfn, et al. 2005), Yucatn (Fortuny, 1981 y 1982), Quintana Roo (Higuera, 1997), la Sierra Norte de Puebla (Garma Navarro, 1987), Oaxaca (Marroqun, 1996), Veracruz (Vzquez, 1999a y 1999b), los estados de la frontera norte (Hernndez, 1996 y 2002), Baja California (Hernndez y Molina, 2001 y 2003), la Ciudad de Mxico (Bowen, 1996 y Garma, 2004), Aguascalientes (Zalpa, 2002), Guadalajara (De la Torre, 1995 y For-tuny, 1999). Entre las principales preocupacio-nes en estos trabajos resaltaban las siguientes: las estrategias de difusin de las religiones, las es-tructuras de organizacin institucional, los pro-cesos de conversin de los creyentes, el papel de la mujer en las religiones cristianas, las tensiones y los conflictos con la comunidad local, el efec-to de las nuevas religiones en las comunidades tnicas, el papel poltico de las religiones y su relacin con el Estado y la sociedad.

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    3 El estudio se basaba en los resultados de la correlacin de Pearson, aplicada a las variables de adscripcin protestante y salario mnimo.

    Los horizontes: guas y mapas para no perderse

    La revisin de los resultados de los trabajos etno-grficos nos fue de gran utilidad para disear los principales ejes de estudio y seleccionar las varia-bles que, de manera ms o menos contundente, nos ayudaran a encontrar explicaciones sociolgi-cas al fenmeno. Seleccionamos los siguientes fac-tores: econmico, de gnero, tnico, urbanizacin, migracin y los histricos culturales, como punto de arranque para la formulacin de las principa-les hiptesis explicativas que guiaron la presente investigacin.

    En lo tocante a los factores econmicos, sobresale el tema de la pobreza. Jean-Paul Wi-llaime plante que en el caso mexicano, en oposicin a lo que ocurre en Europa y Estados Unidos, las mutaciones religiosas han estado estrechamente relacionadas con las conmocio-nes econmicas y sociales, pero no se explican por el xito del progreso econmico sino, al contrario, por "la poca modernidad" o por sus efectos contradictorios en esta sociedad (Willai-me, 1996). De manera todava ms contundente, Jean-Pierre Bastian sostuvo que: "En Mxico la geografa religiosa no catlica es la de la miseria y de la marginacin" (Bastian, 1997:18). En lo que estos dos autores coincidieron es en ver las

    variables econmicas de la pobreza (niveles de ingreso, educacin, urbanizacin), como factor de diversificacin religiosa. Por su parte James Dow confirmaba esta tendencia,' demostrando la existencia de una fuerte correlacin entre protes-tantes y pobreza. l alertaba para no confundir pobreza con cambio econmico, postulando que los resultados exigen una cuidadosa revisin de las hiptesis que plantean que el cambio econ-mico es responsable del crecimiento protestante (Dow, 2001:9).

    Con respecto a la etnicidad, Virginia Garret identific una franja de crecimiento protestante en los estados con mayor porcentaje de pobla-cin indgena (Chiapas, la pennsula yucateca y la costa del Golfo), y conclua que: "la etnicidad, o mejor dicho, la identidad indgena, puede ser el factor ms sobresaliente que brinda el censo del 1990 para establecer una tendencia explicativa de la afiliacin religiosa". Aunque la autora se limit a plantear esta tendencia, dej abierta la pregun-ta acerca de cul es la imbricacin de la afiliacin protestante con la identidad indgena. Carlos Gar-ma (2004), antroplogo mexicano, coincida en sealar que las poblaciones indgenas han sido las ms proclives al cambio religioso de tipo evang-lico, ms particularmente al pentecostalismo; sin embargo, abundaba en las explicaciones de tipo cultural, resaltando que las prcticas pentecosta-les de sanacin, su flexibilidad para incorporar

  • las costumbres y las lenguas indgenas, y su ca-rcter emotivo y su tradicin oral, hacen de sta una opcin religiosa maleable que genera, a su vez, mltiples versiones de pentecostalismos tnicos (Garma, 1987). En los aos setenta, David Mar-tin alerta sobre pensar en la protestantizacin de Amrica Latina; dcadas despus, con base en los resultados antropolgicos, Bastian sealaba la nue-va tendencia a la "autocolonizacin" de los cultos evanglicos y a la "latinizacin" de las prcticas y de las creencias pentecostales (Bastian, 2004).

    El tema de la urbanizacin tiene efectos pro-fundos en la recomposicin poblacional del pas, pues en slo unas dcadas se vivi un abandon de las zonas rurales y un sobrepoblamiento des-ordenado de las ciudades. En cuanto a la urba-nizacin, las consecuencias son mltiples, pues, por un lado existen religiones, como es el caso de la Iglesia Adventista, cuya estrategia misionera se dirige hacia las zonas de difcil acceso, pobla-ciones rurales que nunca fueron atendidas por el catolicismo, pero a la vez encontramos su efecto en las colonias marginales de las grandes ciuda-des, receptculo de los emigrantes del campo a la ciudad que encuentran en la oferta religiosa del pentecostalismo un importante referente co-munitario de identidad y exitosas herramientas para insertarse en el medio urbano (De la Torre, 1995; y Bowen, 1996). Cabe'mencionar tambin que, si bien en las poblaciones indgenas la con-

    versin se da hacia pequeas denominaciones ca-si domsticas, en los centros urbanos de mayor densidad poblacional, la conversin se da ms a iglesias altamente institucionalizadas, como son los casos de los Testigos de Jehov, Iglesia de Je-sucristo de los Santos de los ltimos Das y la Iglesia de La Luz del Mundo. Otro elemento que se debe tomar en cuenta es que las iglesias desa-rrollan diferentes estrategias de expansin misio-nera dirigidas a estratos sociales y poblacionales diferentes. Por tanto, era un imperativo comparar y contrastar la distribucin de distintas ofertas religiosas no catlicas segn tamaos de pobla-cin e indicadores de urbanizacin, con el fin de comprender las variaciones que ocurren entre tipos de iglesias (institucionalizadas-domsticas, formales-informales, consolidadas-emergentes) y los grados de urbanizacin.

    Por lo que toca al fenmeno migratorio, nos enfrentamos a un problema ms vasto que es el de las movilidades, que implican tanto los dislo-camientos como las recolocaciones. Algunos estu-dios haban sealado que uno de los factores del cambio religioso obedeca a los desplazamientos hacia Estados Unidos y la interaccin constante de los migrantes establecidos al norte de la fronte-ra con sus comunidades de origen. Algunos de los elementos identificados como propiciadores del cambio religioso en contextos migratorios fueron el distanciamiento de los mecanismos tradiciona-

    les de control, la mayor exposicin a la diversidad religiosa, la estructuracin de algunas estrategias de proselitismo especficamente dirigidas a los migrantes. Y en trminos generales, el proceso de redefinicin de referentes simblicos tradicio-nales, producto de la necesidad de enfrentar un nuevo contexto e integrarse a l, o dicho de otra forma, la experiencia de la migracin mina siste-mas tradicionales de creencias, que se recomponen en un contexto de mayor diversidad religiosa. Por ello juzgamos interesante observar que aquellas regiones que participan con mayor intensidad en la migracin internacional, coinciden con aquellas que presentan porcentajes de adscripcin catlica ms elevados.

    Los puntos de partida: el arranque del proyecto

    Para responder a la problemtica arriba plantea-da, Olga Odgers y Rene de la Torre decidimos convocar, en junio de 2003, a un equipo de aca-dmicos (antroplogos y socilogos) reconocidos por su trayectoria e inters en el estudio de la re-ligin, para realizar el presente proyecto: Rodolfo Casillas, Alberto Hernndez, Cristina Gutirrez Ziga, Elizabeth Jurez Cerdi y Carlos Garma. Un ao despus recibimos el apoyo financiero

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  • de Conacyt y emprendimos la investigacin titu-lada Perfiles y Tendencias del Cambio Religioso en Mxico, 1950-2000.4

    El proyecto tena co-mo meta un anlisis global y descriptivo de los datos censales correspondientes a la pertenencia religiosa, pero este objetivo debi ser ampliado y reenfocado, puesto que en 2005 el INEGI public Diversidad religiosa en Mxico, cuyo contenido cubre ampliamente el objetivo de describir estadstica-mente la pertenencia religiosa de los mexicanos a partir de los datos de 2000. Esta obra represent un apoyo invaluable durante el proceso de inves-tigacin, pero a la vez nos oblig a trazar nuevos retos. En esta nueva etapa logramos convocar a un equipo de investigadores interdisciplinarios pro-veniente de distintas instituciones y expertos en diferentes regiones del pas; as, se sumaron dos demgrafos: Diana Esther vila quin se dio a la tarea de hacer las bases de datos del proyec-to y Eric Janssen (pieza clave en el apartado del anlisis econmico). El equipo tambin cont con otros colaboradores: Carolina Rivera, Antonio Higuera, Felipe Vzquez, Liz Hamui y Genaro Zalpa. El proyecto adems propici la integracin de estudiantes de licenciatura, maestra y docto-rado, algunos participaron con su servicio social, y otros como becarios cuyas tesis se desarrollaron

    en el marco del proyecto: Gloria Galaviz, aamiro Jaimes, Ana Rosa Aceves, Hugo Merino, Abdel Vi-drio, Cintia Elizabeth Castro, Yoimy Castaeda y Mnica Aguilar. Contamos tambin con el valioso apoyo de dos asistentes de investigacin, Vernica Briseo (estudiante de Historia en la Universidad de Guadalajara) y Ana Rosa Aceves (pasante de la licenciatura en Economa por la Universidad de Guadalajara). Posteriormente, Carlos Gonzlez de Luna (estudiante de Geografa en la Univer-sidad de Guadalajara) se alist como becario del proyecto y brind el soporte tcnico para realizar las cartografas. En el transcurso del proyecto fue tambin muy valiosa la asesora en herramientas geogrficas brindada por Hirineo Martnez, He-riberto Cruz y Edith Jimnez, investigadores de la Universidad de Guadalajara.

    El objetivo que nos planteamos desde un inicio fue contribuir a la comprensin del cam-bio religioso en Mxico a partir del anlisis es-tadstico de los datos de los censos nacionales de 1950 a 2000, y la utilizacin de sistemas de informacin geo-referenciados que permitieran ubicar geogrficamente la distribucin de la di-versidad religiosa y las dinmicas que explican el cambio religioso en Mxico. Esto porque reco-nocamos que en Mxico la informacin censal

    ha sido subutilizada, y porque, a pesar de que existe una riqueza de productos de investigacin monogrficos de diversos grupos religiosos y de distintas regiones, el conocimiento sobre el fe-nmeno de la diversidad religiosa se mantena fragmentario y provisional, puesto que no se contaba con una perspectiva que diera cuenta de la evolucin histrica del fenmeno, ni de su comportamiento general en el mbito nacional. Consideramos que el Atlas, a pesar de las limi-taciones de la fuente censal, sera un apoyo in-valuable para complementar los esfuerzos de la sociologa y la antropologa, ya que en el futuro permitir elegir los casos de estudio y proporcio-nar parmetros de comparacin que ayudarn a dilucidar las particularidades y las generalidades, a partir del reconocimiento de las distintas ten-dencias nacionales y regionales.

    Nos interesaba, en primer lugar, poder deli-near los perfiles demogrficos de los principales grupos religiosos que conforman el espectro de la diversidad religiosa presente en Mxico; en segundo lugar, queramos conocer la distribu-cin espacial y sociodemogrfica diferenciada de los grupos religiosos, con el fin de identificar las regiones en donde el cambio se viva de manera ms acelerada y comprobar si es que su presen-cia estaba modificando las divisiones regionales; en tercero, considerbamos que los datos propor-cionados por la fuente censal del INEGI, aunque

    4 El proyecto se puede consultar en: http://wwwciesasocciclente.edumilcambioreligiosoenmexicol Tambin es posible consultar ah los subproyectos de

    investigadores y estudiantes. Vase a De la Torre y Odgers, 2004.

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    es muy rica pues pocos pases gozan de informa-cin acumulada por dcadas, no es suficiente, y, como se ver en el siguiente captulo, presenta problemas en algunas categoras de las adscrip-ciones religiosas, por ello somos conscientes de que haba que buscar evidencias alternas y com-plementarias, tanto en los estudios monogrficos sobre las iglesias, como en los estudios de caso a profundidad de la dinmica de la diversidad reli-giosa en distintos contextos locales y regionales, para lograr una comprensin ms enraizada en la historia del fenmeno.

    La organizacin de la pesquisa

    El trabajo de investigacin se realiz a partir de cuatro grandes vectores:

    I. Para apreciar el cambio religioso haba que trabajar con las trayectorias de las preferen-cias religiosas en un anlisis del comporta-miento diacrnico que mostrara tanto la disminucin de catlicos como el incremen-to de las categoras "protestante o evangli-ca", "judaica", "otra" y "ninguna".

    2. Una regionalizacin heurstica de la diversi-dad religiosa, en donde se busca dar cuenta de que la diversidad no se distribuye de igual

    manera en todo el territorio nacional sino que tiene una concentracin espacial hete- rognea que permite apreciar nuevas din-micas que inciden en la reconfiguracin de las regiones culturales.

    3. A partir de la revisin exhaustiva de estu-dios monogrficos sobre minoras religio-sas realizados en Mxico, se consideraron los siguientes factores sociodemogrficos como los principales que explican el cam-bio religioso en el pas: la pobreza, la et-nicidad, la urbanizacin y la migracin. stos constituyeron los ejes de los anlisis multivariados. Considerando que la influencia de estos factores no es unidireccional, ni el cambio religioso puede ser interpretado de la misma manera en todos los contextos regionales, fue necesario atender la interaccin pecu-liar de los factores socioeconmicos con los contextos histrico-culturales, con el fin de comprender la naturaleza especfica del cambio religioso por regin, y de mostrar las particularidades de las dinmicas loca-les donde se viven las tendencias hacia la diversificacin religiosa, mediante estudios monogrficos.

    4. La diversidad de las ofertas religiosas no catlicas (protestantes, paraprotestantes, evanglicas y pentecostales) requiere expli-

    caciones de acuerdo con las caractersticas propias de cada iglesia: los modelos de orga-nizacin, los niveles de institucionalizacin y tamao, el tipo de poblacin a la que va dirigida su oferta segn indicadores so-cioeconmicos y las estrategias territoria-les particulares del proselitismo. Considerando de antemano que los datos estadsticos no nos permiten apreciar la complejidad de las dinmicas presentes en la diversificacin del campo religioso en dis-tintos contextos locales y sociales, decidimos incluir los casos de estudio y las monogra-fas que facilitan apreciar con mayor claridad las dinmicas internas de las organizaciones religiosas y la adaptacin de estrategias de crecimiento diferentes, segn los contextos y los practicantes.

    El Atlas: mapa de contenido

    Esta obra est organizada en tres grandes apar-tados. El primero, dedicado a la descripcin de la diversidad religiosa en Mxico, abre con el captulo "Censo y diversidad religiosa: alcances y lmites" (Cristina Gutirrez Ziga, Diana Esther vi-la y Rene de la Torre), en el que se presenta el

    13

  • trabajo del diseo y la elaboracin de las bases de datos, de las variables y de los ndices con los que realizamos el anlisis estadstico. Tambin se incluye la reflexin crtica sobre las catego-ras censales relativas a la adscripcin religiosa, sealando tanto los aciertos de las categoras de 2000, como las dificultades que enfrentamos en la tarea del anlisis longitudinal y de la interpre-tacin de los datos actuales. Este apartado tiene la intencin de contribuir, con nuestra reflexin, al rediseo de las categoras sobre filiacin reli-giosa del Censo, con las que tuvimos problemas. El segundo captulo, coordinado por Rene de la Torre y Cristina Gutirrez Ziga, pero realizado en un esfuerzo colectivo (vase ndice), muestra los "Territorios de la diversidad religiosa hoy", y tiene como objetivo describir la orientacin y las caractersticas particulares de las principales religiones a las que se afilian las variables de po-blacin segn adscripcin religiosa. Se presenta una ficha de cada una de las categoras censales, en la que se exponen los aspectos doctrinales, sus orgenes y su trayectoria histrica en Mxico, as como las estrategias de expansin socioterritorial que las caracterizan. Asimismo se analizan las va-riables sociodemogrficas que nos permiten di-bujar el perfil de cada una de ellas, y se presentan mapas con la ubicacin espacial de las religiones que conforman el conjunto de la diversidad re-ligiosa. El captulo 3 de este apartado incluye el

    anlisis diacrnico para apreciar las "Trayectorias de las preferencias religiosas por estados (1950-2000)" (Rodolfo Casillas). Aqu se muestran tanto las dinmicas de crecimiento o disminucin poblacional de las siguientes adscripciones: cat-lica, protestante o evanglica, judaica y sin reli-gin. Contiene un anlisis sobre la velocidad del cambio de los grupos censales entre una dcada y otra, primero en el mbito nacional, introducien-do un comparativo de las tasas de crecimiento en los estados, y en segundo trmino, en el mbito de los municipios donde hay gran heterogeneidad de comportamientos de las tasas de crecimien-to promedio anual, como de los porcentajes de poblacin de cada una de las categoras censales. El siguiente captulo est dedicado a mostrar los "Perfiles demogrficos de la diversidad religio-sa" (Elizabeth Jurez Cerdi y Diana E. vila), y responde a la pregunta de quines y cmo son los sujetos que se adscriben a las distintas catego-ras religiosas presentes en el censo de 2000. Los perfiles se trazan mediante las variables de edad y sexo, composicin familiar tipo de hogar y jefatura, ocupacin, escolaridad y pertenencia tnica.

    La segunda parte de esta obra presenta cuatro captulos donde se analizan los principales factores del cambio religioso: el econmico, la etnicidad, las movilidades migracionales y la urbanizacin. Con el captulo "Los rostros socioeconmicos de

    las adscripciones religiosas" (Cristina Gutirrez Ziga, Eric Janssen, Rene de laTorre y Ana Ro-sa Aceves) se responde a las siguientes preguntas: Qu condiciones econmicas presenta la pobla-cin de los municipios donde se ubica el mayor porcentaje de la poblacin cristiana no catlica?, existen diferencias socioeconmicas entre las reli-giones que conforman el cristianismo?, qu perfil socioeconmico prefieren las diferentes iglesias en su actividad proselitista? El anlisis busca apreciar las repercusiones de las condiciones econmicas sobre la diversidad religiosa, y para ello los auto-res exploran los ndices de marginacin en la es-cala municipal; las condiciones econmicas de la unidad domstica donde se analizan las variables: ingreso econmico, calidad de vivienda, grado escolar, y grado de marginalidad del municipio de residencia. El siguiente captulo, "Los rostros tnicos de las adscripciones religiosas" (Carlos Garma y Alberto Hernndez) tiene como pro-psito dilucidar qu grupos tnicos son los ms proclives al cambio religioso y cules los ms resis-tentes?, qu alcances tienen la diversificacin y la pluralidad religiosa en los municipios indgenas?, cules son las religiones a las que se adscriben los indgenas?, cmo se reubica la relacin entre etni-cidad y religin en el marco de las dinmicas mi-gratorias y la recomposicin de las comunidades tnicas?, existe un patrn identitario entre etnia y religin? Da cuenta, asimismo, de que las pobla-

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    clones indgenas en Mxico representan el sector ms abierto a la diversidad religiosa, tanto por la adopcin de nuevos credos (sobre todo pentecos-tales), como por su persistencia en los sistemas de costumbre (identidad religiosa que muchas veces queda invisible dentro de las opciones "sin religin" o "catlica"). A continuacin se aborda el tema dedicado a "Movilidad y adscripciones religiosas" (Olga Odgers y Carolina Rivera), en el que las autoras se ocupan de la relacin entre movilidad geogrfica y las transformaciones en las identidades religiosas mediante el anlisis de tres dinmicas: la migracin internacional hacia Esta-dos Unidos, la migracin del campo a la ciudad y los desplazamientos causados por el elemento re-ligioso (como son las expulsiones originadas por conflictos de este tipo en Chiapas). Cierra este apartado "La urbanizacin y el cambio religio-so" (Alberto Hernndez), una exploracin de las asociaciones posibles entre medio urbano y reli-gin. El autor se centra en analizar cmo algunas localidades urbanas de Mxico se han convertido en espacios ms propicios para la difusin y la ex-pansin de otros credos religiosos diferentes a la fe catlica.

    El tercer segmento de este volumen, Acer-camientos monogrficos, est dedicado a exponer estudios de caso a profundidad que revelen la interaccin de algunos de los principales movi-mientos religiosos no catlicos con las dinmicas

    culturales y regionales en que se desarrollan. Se opt por este aporte etnogrfico para mostrar las dinmicas culturales que no se pueden apreciar mediante los datos censales. Estas monografas permiten, igualmente, entender las dinmicas de diversificacin religiosa y sus contrastes. Cada uno de los estudios de caso nos habla de con-textos regionales y locales con particularidades histricas distintas. Su eleccin contribuye a ejemplificar las principales religiones no catlicas con la finalidad de contrastar sus estrategias de difusin y los procesos de adaptacin y transfor-macin que experimentan en cada contexto. Los casos son: adventistas en Chiapas (MinervaYoimy Castaeda); Iglesia de Jesucristo de los Santos de los ltimos Das en Aguascalientes (Genaro Zal- pa); presbiterianos histricos y "renovados" en Los Altos de Chiapas (Mnica Aguilar); testigos de Jehov en Quintana Roo (Antonio Higuera); neopentecostales en Tijuana (Ramiro Jaimes), y alternativas religiosas en Guadalajara (Cintia E. Castro, Abdel A. Vidrio y Hugo Merino).

    El Atlas de la diversidad religiosa en Mxico consti-tuye un instrumento de divulgacin que muestra de manera accesible el proceso de reconfiguracin geogrfica de la diversidad religiosa en Mxico, a la vez que permite identificar algunos factores y ten- dencias asociados a los procesos de cambio. El Atlas constituye un insumo de gran riqueza para futuras investigaciones de orden cualitativo.

    15

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    17

  • DRIMFRA PARTF

  • '7

  • Captb lo

    Censo y civersicac religiosa: alcances y lmites

    Cristina Gutirrez Ziga, Rene de la Torre y Diana Esther vila

    A ntes de exponer los resultados del anlisis que sobre los datos censa-les de pertenencia religiosa inte-gran este Atlas, nos proponemos reportar una serie de reflexiones sobre las caractersticas de esta fuente, sus alcances y limitaciones, as como las decisiones que toma-mos para aprovecharla al mximo en el conoci-miento del cambio religioso en nuestro pas, con especial inters en la informacin del ao 2000. Este reporte busca hacer transparente el proceso de construccin de las bases de datos con las que se trabaj colectivamente, por un lado, y hacer posible que nuestra reflexin crtica contribuya a la mejo-ra constante tanto en las fuentes de informacin como en los aparatos conceptuales y metodolgicos, con el fin de hacer uso ptimo de ellas mediante la

    adecuada combinacin de estrategias cuantitativas y cualitativas en nuestra tarea analtica, por el otro.

    La fuente censal

    En Mxico se utiliza una variedad de instrumentos para la recopilacin de informacin sobre carac-tersticas de la poblacin, siendo uno de ellos los censos de poblacin que se han venido levantando desde 1895. Debido a su naturaleza, no es de sor-prender que sean considerados como

    la fuente de informacin estadstica ms comple-ta en cuanto a desglose geogrfico sobre la cual se apoya el conocimiento de la realidad nacional; permiten a los diversos sectores del pas elaborar

    planes y programas de desarrollo, analizar las con-diciones de los asentamientos humanos y realizar diversos tipos de investigaciones (INEGI, 2002).

    El Instituto Nacional de Geografa, Estadsti-ca e Informtica (INEGI) es responsable del levan-tamiento, el anlisis y la difusin de los censos de poblacin y vivienda. En la actualidad en Mxico se cuenta con doce censos nacionales y, ms re-cientemente, se han hecho dos conteos de pobla-cin (1995 y 2005); y aunque bsicamente siguen metodologas similares, los segundos no fueron tiles para este proyecto, debido a que en ninguno de ellos se aplic alguna pregunta sobre religin.

    As, debido a las caractersticas de la informacin recopilada por los censos y a los objetivos del proyecto, los ltimos seis censos de poblacin fueron la fuente de

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    informacin en la que el grupo de trabajo se apoy pa-ra el anlisis longitudinal sobre la adscripcin religiosa declarada por los residentes del territorio nacional, pu-diendo observar medio siglo del mosaico de diversidad religiosa que muestra esta serie de "fotos" del pas.

    Durante los cincuenta aos que separan al VII Censo General de Poblacin 1950, del XII Censo Ge-neral de Poblacin yVivienda 2000, Mxico ha sufrido grandes cambios que van desde la transformacin de la delimitacin geogrfica de los municipios que lo con-forman, hasta el avance tecnolgico, sindejar pasar por alto el inters de los estudiosos por obtener informa-cin cada vez ms detallada sobre las caractersticas de la poblacin que se encuentra en el territorio nacional.'

    Todas estas transformaciones se ven reflejadas en la forma en que se dispone de la informacin recopi-lada por el INEGI en los ejercicios censales. As pues, para los censos hasta 1980, los datos divulgados bsi-camente estn en formato impreso, mientras que para los ltimos dos censos ya se cuenta con la informacin en medios magnticos incluso con muestras estads-ticas que permiten elaborar anlisis ms profundos, lo cual facilita su uso. Por ello fue necesario capturar la informacin sobre religin de los censos de 1950 a 1980 para cada uno de los municipios del pas.

    Una vez que se integr la informacin sobre religin de los seis ltimos censos, el siguiente paso fue enfrentar tres retos ms, derivados de los cam-bios que ha sufrido el pas: la creacin y la desapa-ricin de municipios de un ejercicio censal a otro,

    los grupos poblacionales cuestionados sobre su re-ligin, y finalmente, las categoras de pertenencia o adscripcin religiosa que se ofrecen al entrevistado y que agrupan los resultados censales.2

    La re-municipalizacin del territorio nacional a lo largo de cincuenta aos

    La creacin y la desaparicin de municipios a lo largo del medio siglo que abarcan los censos de poblacin, fuentes de informacin para una parte del desarrollo del proyecto, signific un problema que debimos resolver.

    Prcticamente en todas las entidades federativas que conforman el territorio nacional se dio un cambio en su municipalizacin, slo Coahuila, Quertaro,Ta-basco, Guanajuato y Jalisco han mantenido la misma divisin poltica, aunque en estos dos ltimos, algunos municipios han cambiado de nombre. Como el inters principal era tener un panorama de los cambios en la adscripcin religiosa de la poblacin, teniendo como punto de comparacin la actualidad, era necesario po-der equiparar la informacin con la divisin de la pol-tica municipal observada en el XII Censo de Poblacin. Para ello fue necesario hacer una revisin bibliogrfica y conocer la manera en que se ha afectado la munici-palizacin del pas, para lo que el sitio de internet del

    Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal (Inafed), antes Centro Nacional de Desa-rrollo Municipal (Cedemun), fue de gran utilidad.'

    Se observan tres tipos de modificaciones im-portantes en este aspecto: el cambio de nombre, la desaparicin y la creacin de nuevos munici-pios. El primero no causa mayores inconvenien-tes, pues slo fue necesario identificar claramente cules fueron los municipios en este caso y man-tenerlos con el mismo nombre en los seis ejerci-cios censales. La cuestin de la desaparicin de municipios fue sencilla de resolver, pues bast con indagar sobre el municipio que los absorbi y posteriormente se agreg la poblacin de los mu-nicipios, respetando las categoras de adscripcin religiosa que se tomaron en cuenta.

    1 Aunque sabemos que existen inconformidades con la plataforma digital geogrfica del INEGI en cuanto a la delimitacin territorial de algunas fron- teras municipales, por cuestiones operativas y para mantener compatibili- dad con los datos censales, decidimos usarla en el trabajo cartogrfico.

    2 Somos conscientes de los lmites de nuestra posicin: como meros usuarios del censo no podemos hacer una valoracin completa de la fuente censal en materia de pertenencia religiosa, pues no tenemos acceso a la informacin sobre el proceso del diseo de la cdula y de los objetivos especficos con que se modific el instrumento, de las fuentes y los criterios para la elaboracin del Catlogo de Religiones 2000, para la clasificacin de las respuestas, del proceso de levantamiento de la informacin en campo que incluye no slo los aspectos formales sino la situacin social de la entrevista censal y de los posteriores proce-dimientos de codificacin con que se agrup la informacin vertida en la pregunta abierta sobre la pertenencia religiosa. Estrictamente hablando, la utilizacin de estadsticas sobre cambio y tendencias de ste, que involucran el seguimiento de datos en un sentido longitudinal, tendran como requisito previo el anlisis del aparato metodolgico no slo del ao 2000, sino de los censos anteriores, y la valoracin tcnica de su comparabilidad, que tampoco nos fue posible realizar.

    3 http://wwwinafed,gob,mx

  • Sean n, el nmero de municipios que se afectan para la creacin del municipio K, para cada uno de los censos f se tiene que

    PK ,1 K ,

    Pn,J + P K ,1 n P =

    )K , j

    P es la poblacin. k es el municipio jes el ao en el cual se levant la informacin ies cada una de las agrupaciones de adscripciones religiosas definidas.

    % Pk, j,i loo

    donde: Pk, j

    El caso de municipios de nueva creacin fue ms complicado, pues generalmente se afectaban dos o ms municipios involucrados en la remunicipalizacin, si bien se realiz un ejercicio muy sencillo para "repar-tir" la poblacin de los censos en que no se reporta des-glosada la informacin para ese municipio. Primero se hizo la separacin de la poblacin total respetando su distribucin en los municipios involucrados en el censo en que aparece en primera instancia el municipio.

    donde: P es la poblacin. Jes el censo en que aparece por primera vez el municipio. Este procedimiento se repite para cada uno de los municipios involucrados en la creacin del municipio.

    A continuacin se hace la reparticin de la pobla-cin estimada en primer lugar de acuerdo con la religin, respetando la distribucin observada en el propio censo.

    / D n,

    PK , j, = PK , Pn, j

    donde: n P es la poblacin. ies la religin. j es cada uno de los recuentos censales. Este procedimiento se repite para cada uno de los municipios que estn involucrados en la creacin del municipio.

    La poblacin a la que se aplica la pregunta sobre religin

    En los censos de 1990 y 1995, la pregunta sobre religin se transform, pues slo fue aplicada a la poblacin con cinco aos o ms. Este cambio de definicin de la poblacin involucrada como obje-to de estudio, aun cuando es importante, carece de relevancia en la forma en que se ha definido la medi-da para observar el cambio religioso en el proyecto. Sin embargo, es importante mencionar este aspecto, pues quizs para otro estudio pueda cobrar relevan-cia en el momento de usar la informacin que por medio de este trabajo se divulga.

    El cambio religioso

    La definicin de un indicador que permita indagar sobre el cambio de las preferencias religiosas de la poblacin a lo largo de cincuenta aos implica un importante reto, pues se debe cuidar que la medida no sea un reflejo de los cambios trascendentes que ha tenido el pas en este medio siglo.

    Adems de aislar lo ms posible la medida del efecto de los principales fenmenos demogrficos, sta deba ser de fciles clculo e interpretacin, ya

    que el ejercicio involucraba a todos los municipios del pas durante un periodo largo de tiempo. El pri-mer indicador involucrado en el anlisis del cambio religioso corresponde al porcentaje de la poblacin que profesa cada una de las religiones. sta es muy sencilla y de fcil interpretacin, ya que indica el peso relativo de la poblacin para cada una de las religiones dentro de la poblacin total y, por ende, cul es la religin que ms pesa dentro de la pobla-cin del municipio/entidad federativa.

    Esta forma de medir es fcil de analizar cuando el inters radica en observar los cambios que ha teni-do la preferencia religiosa de los individuos en un rea geogrfica pequea, pero cuando se trata de observar esto mismo en 2 443 municipios del pas e identificar en qu zonas el cambio ha sido ms fuerte, contar con otro tipo de indicador pudiera ser de gran utilidad. Por ello se pens en una tasa de crecimiento entre los porcentajes de cada una de las religiones, como una forma de cuantificar el cambio religioso, ya que sta indi-cara la velocidad con la que ha cambiado la adscrip-cin a cierta religin en todos los municipios del pas.

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  • Categoras de pertenencia religiosa de los censos de 1950 a 1990

    Protestante Israelita Otras

    Protestante Israelita Otras Ninguna No indicado

    Protestante o evanglica

    Israelita Otras Ninguna

    Protestante o evanglica

    Judaica Otras Ninguna No especificado

    Protestante o evanglica

    Judaica Otras Ninguna No especificado

    Fuente: Instituto Nacional de Estadistica, Geografa e

    Informtica MEGO

    1950 Catlica

    1960 Catlica

    1970 Catlica

    1980 Catlica

    1990 Catlica

    donde: k

    CR t,t+10 es el cambio religioso entre el censo en el ao t y el ao t+10 referido a la religin i, en el municipio k

    % p k 'i es el porcentaje de poblacin que profesa la religin i en

    el municipio ken el censo del ao t. t es el tiempo (en aos) que distancia al ejercicio censal t del siguiente.

    cR io =ex %P,''')\

    1

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    As, el cambio religioso se calcula como el creci-miento intercensal del porcentaje de poblacin que se adscribe a cierta religin.'

    Las categoras de adscripcin religiosa a lo largo del tiempo

    Los censos 1950-1990

    Hasta los arios noventa el Censo General de Poblacin yVivienda contaba con una pregunta sobre adscripcin religiosa, con opciones mltiples para responderla. Las categoras ofrecidas fueron casi constantes: "catli-cos", "protestantes o evanglicos", "otra", "lun.

    guna , "judaica" y "no especificada". Por tanto, la informa-cin estadstica de que disponemos sobre esta variable se refiere a estas mismas categoras (cuadro LI).

    En la medida en la que una categora sea cons-tante, como la "catlica", puede darse seguimiento a su comportamiento a lo largo del tiempo. Segn los datos censales, hasta 1990 la proporcin de mexicanos que no se adscriban al catolicismo au-ment paulatinamente, hasta alcanzar 10%. Pero, dnde emigraban en trminos de preferencias o pertenencias religiosas? La respuesta que el censo nos da, de acuerdo con sus categoras, es que la dis-minucin proporcional de catlicos ha correspon-dido, en gran medida, al incremento de la categora religiosa "protestante o evanglica".5

    Sin embargo, si atendemos a estudios histricos y etnogrficos para lograr una aproximacin ms fi-na, veremos que esta categoriz' acin haba sido poco precisa, pues como seala Patricia Fortuny (2004): "La sociedad mexicana (catlica), construy a 'los otros' cristianos a partir de la diferencia, la cual, al mismo tiempo, le permite ocultar las especificidades que existen entre ellos". Dentro de las categoras no catlicas, y en particular la de "protestante o evang-lica", se ocultaba una diversidad de ofertas religiosas, como de hecho el Registro de Asociaciones Religiosas vigente desde 1992 nos ha permitido constatar.' En

    4 Esta segunda frmula se utiliz slo en la realizacin de algunos ejercicios que aparecen en el disco compacto. El conjunto de los ejercicios reportados en el Atlas se realiz con la primera frmula, ms sencilla.

    5 Segn los datos generales: 4.29% se haba incorporado a alguna Iglesia Protestante o evanglica; 3.24% declar no pertenecer a ninguna religin; .08% se reconoca como judo, y esta categora se mantena en el censo aun cuando desde hace cerca de tres dcadas organizaciones religiosas como los Testigos de Jehov o la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los ltimos Das sobrepasaban en nmeros absolutos y relativos a los judos del pas (Casillas, 1989). El resto de los no catlicos se agrupaba en dos categoras compatibles entre s, por ser igualmente imprecisas: "otra" (1.45%) y "no especificado" (.66%).

    6 Por ejemplo, sabemos, segn los registros de asociaciones religiosas hechos por la Direccin General de Asociaciones Religiosas 2000, que en Mxico, de un total de 5 695 asociaciones religiosas registradas, 2 904 son evanglicas casi la mitad y 23 son religiones no cristianas.

    24

  • Adventistas del Sptimo Da

    Histricas

    Testigos de Jehov

    Otras evanglicas

    Estructura del catlogo de Religiones del INEGI (credos, grupos, subgrupos y algunas denominaciones)

    --I Origen Oriental

    Adscripcin religiosa 1

    Cristiano

    Protestante o Bblicas no evanglica evanglicas

    No cristiano

    Espiritualista Catlico

    Pentecostal y neopentecostal

    Races pentecostales

    Iglesia de Jesucristo de los Santos de

    los ltimos Das

    --I Islmica

    Nativista Movimientos

    de Mexicanidad

    Otras cristianas

    Grfica 1.1

    I Judaica

    Otras religiones no

    cristianas

    Cristianos y no cristianos

    Fuente: INEGI. Catlogo de Religiones, mi Censo General de Poblacin y Vivienda 2000.

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    el listado de asociaciones religiosas de tipo evanglico existe una amplia gama de denominaciones e iglesias que en primera instancia se pueden diferenciar como protestantes histricas, evanglicas o pentecostales, paraprotestantes y neopentecostales; aun dentro de cada una de estas categoras est presente una diversi-dad de iglesias con formas de organizacin y niveles de institucionli7acin y tamao, a partir de las cuales se podran diferenciar misiones, congregaciones, deno-minaciones, iglesias, sectas y cultos (Fortuny, 2004).

    Si bien los datos ofrecidos por el censo de poblacin hasta 1990 nos sealan en grandes tendencias el cambio religioso, como se argu-ment lneas arriba, la amplitud y la ambige-dad de las categoras utilizadas para agrupar las variables eran insuficientes para comprender el fenmeno.

    El censo del ao 2000

    El censo del ao 2000 nos brind nuevas posibili-dades de anlisis, pues se redise la redaccin de la pregunta para dar slo dos opciones cerradas al entrevistado ("ninguna" y "catlica") e incluir una respuesta abierta en caso de que fuese "otra religin" (grfica I.I).

    Dicha respuesta fue posteriormente clasifi-cada de acuerdo con un Catlogo de religiones dise-ado por el propio INEGI, el cual contiene tres

    credos, diez grupos, trece subgrupos y ciento-siete denominaciones religiosas. Tiene, adems, dos claves especiales para "ninguna religin" e "insuficientemente especificada". La informa-cin censal est organizada a partir de las ca-tegoras del catlogo, con limitaciones segn la escala utilizada (nacional, estatal, municipal o

    por AGEB): mientras menor fue la escala, menor especificidad en las categoras de adscripcin religiosa.'

    7 Debido al principio de confidencialidad de los datos censales, el acceso a la informacin censal se restringe slo a la muestra de 10% de la po-blacin, lo que limita el anlisis de los grupos minoritarios. Este principio tambin contribuye a limitar el acceso a escalas menores al municipio.

    25

  • para analizar las tendencias del cambio religio-so. Adems de desglosar la amplia categora de

    , "protestantes y evanglicas", es posible rastrear la presencia de las iglesias que tienen ms adhe-rentes en el pas, ubicarlas geogrficamente y ca-racterizar el perfil de su membresa en trminos sociodemogrficos.

    Las diferencias en las categoras de adscripcin religiosa entre los censos

    Debido a las diferencias entre las categoras cen-sales a lo largo del tiempo, fue necesario convenir sobre el tipo de anlisis que se pretenda con esta

    informacin, para establecer un acuerdo sobre las categoras de adscripcin religiosa de manera que stas fuesen lo ms comparables posible. Por ello se mantuvieron cinco categoras en las bases de da-tos comparativas:

    Catlica, que invariablemente aparece en to-dos los censos.

    2 Otras cristianas, en donde se agruparon protes-tantes, evanglicos y bblicos no evanglicos.

    3 Judaicas, en donde se incluy a quienes se declararon como israelitas en los censos de 1950 a 1970, y con el propio nombre en los censos de 1980 en adelante.

    4 Otras religiones, que mantienen la categora con la misma denominacin en los tabulados.

    5 Sin religin, en donde quedaron quienes dije-ron no tener ninguna religin a lo largo de

    Reagrupamiento de categoras censales para fines comparativos Cuadro 12

    O)

    cc

    1950

    Catlica

    Protestante

    Israelita Otras

    1960

    Catlica

    Protestante

    Israelita Otras

    Ninguna No indicado

    1970

    Catlica

    Protestante o evanglica

    Israelita Otras

    Ninguna

    Censo 1980

    Catlica

    Protestante o evanglica

    Judaica Otras

    Ninguna No especificado

    1990

    Catlica

    Protestante o evanglicas

    Judaica Otras

    Ninguna No especificado

    2000

    Catlica

    Protestantes y evanglicas Bblicas no evanglicas

    Judaica Otras religiones

    Sin religin No especificad(

    Agrupacin final

    Catlica

    Otras cristianas

    Judaicas Otras religiones

    Sin religin 1

    Fuente: Elaboracin de Diana vda.

    Entre las ventajas que esta nueva clasificacin ofre-ce, resalta que dentro del segundo grupo "protestantes y evanglicas" se puede distinguir entre "histricas", "pentecostales y neopentecostales", "races pente-

    costales" (donde se ubica exclusivamente La Luz del Mundo) y "otras evanglicas" (en el que presumible-mente se agrupan las religiones evanglicas pero que no son pentecostales). Adems, en principio, dentro de cada una de stas se puede acceder a la denomina-cin particular a la que el encuestado se adscribe. Las iglesias denominadas por muchos acadmicos como paraprotestantes estn registradas como "bblicas no evanglicas", y comprenden las tres iglesias no catli-cas de origen estadounidense de mayor presencia nu- mrica en Mxico: Adventistas del Sptimo Da (con 488 945 adherentes), Iglesia de Jesucristo de los San- tos de los ltimos Das (o mormones) (con 205 229 creyentes) yTestigos de Jehov (con 1057 736 practi-cantes).8 La categora "otras religiones" se desglosa en: "origen oriental", "judaica", "islmica", "nativista" y "otros movimientos religiosos no cristianos". Por su parte, la opcin "cristianos y no cristianos" contiene exclusivamente al subgrupo "espiritualista".

    Como puede apreciarse, el censo del ao 2000 ofrece en principio la posibilidad de rea-lizar comparaciones con las dcadas anteriores y de establecer nuevas coordenadas ms finas

    8 Informacin tomada de los datos arrojados por el xii Censo General de Poblacin y Vivienda 2000.

  • los diferentes ejercicios censales, aun cuando en el VII Censo no se contempl esta cate- gora en el tabulado correspondiente.

    Debemos aclarar que para este ejercicio, quie-nes no especificaron o no indicaron su religin, recibie-ron un trato especial para eliminar la categora en la agrupacin final, de manera que fueron prorra-teados proporcionalmente entre el resto de las ca-tegoras (cuadro 1.2).

    Los alcances y los lmites de los datos censales sobre adscripcin religiosa

    Ahora analizaremos ms detenidamente lo que estas categoras censales nos permiten ver acerca del com-plejo proceso de cambio religioso en el pas, as co-mo lo que probablemente ocultan o difuminan. Para ello estableceremos un contraste con las fuentes de las propias iglesias o religiones, estudios cualitativos y de caso que aun en su nivel micro nos presentan interesantes sugerencias sobre la dinmica religiosa de grupos y contextos particulares, y con base en la observacin de ciertos comportamientos estads-ticos anmalos que los miembros del equipo detec-tamos a lo largo de la realizacin del proyecto.

    Cifras internas versus cifras censales

    En diversos casos, las cifras que las fuentes reli-giosas oficiales proveen acerca de su membresa y los nmeros que el censo arroja no coinciden. La mayor parte de las veces se trata de una dis-crepancia en las formas de contabilizar a los miembros de determinada adscripcin: mientras que las iglesias o religiones suelen contar a to-dos aquellos bautizados o inscritos formalmente por ellos o por sus padres como parte de la iglesia, y en muy raras ocasiones se preocupan por depurar y actualizar estas cifras, el censo, por el contrario, contabiliza slo a aquellos que en el momento de la aplicacin de la encuesta censal se identifican frente al encuestador como miembros de determinada iglesia. De esta manera podemos entender en cierta medida que las cifras provistas por la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los ltimos Das o de la Iglesia de La Luz del Mun-do, por ejemplo, sean superiores a las que el censo arroja (Knowlton, 2006). Debemos decir que en este ltimo caso la diferencia es inexplicablemen-te abismal, a pesar de que en el Catlogo de religiones existe un subgrupo que conforma esta iglesia de manera exclusiva.

    Otros factores tambin operan para con-tribuir a explicar estas frecuentes diferencias.

    Acaso el ms importante sea la necesaria limi-tacin de las opciones censales, que hace que las respuestas dadas a la pregunta "zA qu reli-gin pertenece?", sean agrupadas por tipos ms o menos amplios de organizaciones o credos religiosos, de acuerdo con algn criterio clasi-ficatorio, como puede ser el credo o su forma de organizacin, entre otros. De esta manera la pertenencia religiosa expresada por una per-sona con sus propias categoras, como: "per-tenezco a los episcopalianos", se contabilizar conforme los criterios de clasificacin censal co-mo un miembro ms de "otras iglesias protes-tantes histricas". Ntese que en el primer caso la pertenencia religiosa se expresa con trminos "nativos" mientras que la segunda, con trmi-nos "expertos".

    La autoadscripcin es una afirmacin de iden-tidad propia expresada en un contexto particular y puede no coincidir con la adscripcin asignada por los expertos, o heteroadscripcin. Este he-cho puede influir notablemente en la diferencia entre las cifras de las propias iglesias o religio-nes y las del censo.

    Puede pensarse que la utilizacin de la autoads-cripcin fortalece la precisin de las estadsticas censales. Empero, este criterio es inaplicable ante la gran diversidad y la constante mutacin del cam-po religioso. Basta recordar que en Mxico existen alrededor de seis mil asociaciones religiosas regis-

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    tradas.9 La cdula censal del ao 2000 maximiz

    las posibilidades de autoadscripcin religiosa de los entrevistados, gracias a la pregunta abierta para aquellos que no se adscribieron a las categoras de "catlica" y "ninguna". Pero necesariamente hizo uso de la estrategia de heteroadscripcin por medio de la aplicacin del Catlogo de Religiones. El equipo observ que esta aplicacin permiti, en algunos casos, la conservacin de la categora "nativa" (por ejemplo, la de "catlico"), pero no en la mayora de ellos. En estas circunstancias observamos resulta-dos sorprendentes en varios grupos censales.

    Son las categoras lo que parece que son? El caso de las "judaicas" y los "sin religin"

    Al contrario de lo antes sealado con respecto a los mormones o a La Luz del Mundo, las cifras cen-sales de la categora de religin "judaica" superan las oficiales internas de las comunidades judas de Mxico. Al comparar los datos de los diversos es-tudios sociodemogrficos es claro que las cifras no coinciden. Los datos del censo del INEGI del ao 2000 y las estadsticas comunitarias (Della Prgo-la y Lerner, 1995; y Alduncn y Asociados, 2000) difieren de 52 000 a 40 000, respectivamente, lo

    que significa que existen 12 000 personas judaicas "de ms" en el censo, cifra que constituye 20% del total clasificado en esta categora. Si bien en el cap-tulo segundo de esta obra ya se seala la existencia de distintos grupos "judaicos" y se les caracteriza, en esta seccin nos interesa explicitar las implica-ciones metodolgicas de este suceso. Se debe este "excedente" de personas clasificadas en la categora "judaica" a que la iglesia a la que dijeron pertenecer sugera esta matriz religiosa la palabra "israelita", por ejemplo y fue clasificada como tal?, o se trata de personas que al margen del reconocimiento de las instituciones judas se identifican a s mismas como pertenecientes a esta tradicin? o, como lo observ Garma, para el censo de 1990, fueron los propios encuestadores los que clasificaron como judaicos a creyentes tales como los testigos de Jehov?'0

    Cmo funcion el procedimiento censal en este caso: por autoadscripcin o por heteroadscrip-cin? Y si es el ltimo, cules fueron los criterios para considerar a una organizacin religiosa como judaica, o como otra? Por supuesto que en el con-texto predominantemente catlico de nuestro pas, ambas posibilidades apuntan a un fenmeno inte-

    resante de posible bsqueda de legitimidad en la tradicin veterotestamentaria, aunque precisamen-te por ello lamentamos carecer de elementos para enfocamos a l de manera ms precisa.

    Existen por supuesto otras categoras que aun con la seguridad de que fueron elegidas por los propios entrevistados dentro de las opciones ofrecidas en la c-dula, encierran una heterogeneidad tan amplia como pueden serlo los motivos para identificarse como parte de un grupo particular, o bien de ninguno. Ejemplifi-caremos con el caso de aquellos agrupados en la cate-gora especial de "sin religin", adelantando algunos de los argumentos que se vertirn in extenso en esta obra, pero por ahora enfocados a la reflexin metodolgica.

    A simple vista podemos inferir que ah estn representados los ateos o los indiferentes que no practican religin alguna. Pero es difcil de pre-cisar lo que encierra la categora "sin religin", especialmente despus de que, como veremos, se detectan por lo menos dos tipos de adscritos a ella, que son sociodemogrficamente diferen-ciables: los del contexto rural e indgena y los del contexto urbano. La adscripcin a esta categora tendra significados radicalmente distintos en

    9 Hay que sealar que el Registro de Asociaciones Religiosas (AR) de la Direccin de Asuntos Religiosos es una fuente que tambin presenta problemas para realizar operaciones comparativas, debido a que los criterios y las maneras en que cada AR se registr fueron contingentes y no homogneos. Por ejemplo, existen AR que slo registraron su sede, o las ms importantes, y otras que cuadruplicaron sus registros, anotando el mismo inmueble de acuerdo con sus mltiples funciones, o registrando varias veces un mismo inmueble con sus diferentes direcciones.

    10 En el censo del ao 2000 no aparecieron en las comunidades indgenas adeptos al judasmo, lo cual no sorprende, ya que los judos mexicanos son bsicamente una lite urbana, pero anteriormente los testigos de Jehov fueron clasificados como "judos" por algunos encuestadores en varios estados (incluyendo Chiapas). Cuando los testigos de Jehov se ubicaron en la categora "bblico no evanglico", los supuestos creyentes judos en municipios indgenas, desaparecieron (Garma, 2005:29).

  • cada caso. A ciencia cierta no sabemos cmo se distribuyen dentro de esta categora los ateos y aquellos creyentes que rechazan la idea de perte-nencia a una religin, como son: los creyentes sin iglesia, las poblaciones amerindias que practican propias tradiciones religiosas o "el costumbre" (Garma, 2005), los nuevos creyentes Nueva Era (Gutirrez, 1996), y aquellos que parecen elegir esta opcin en forma estratgica en la situacin de la entrevista censal en contextos locales de intensa competencia religiosa y conflicto, o que debido a su situacin minoritaria en contextos de mayora catlica, temen a la segregacin social.

    Pensamos que sera deseable y factible que por lo menos la prctica de "el costumbre", el ates-mo, y acaso tambin la religiosidad sin afiliacin a ninguna institucin, s pudieran ser distingui-das. Mientras que la poblacin que no se adhiere a ninguna preferencia religiosa, como los huicholes, los tarahumaras y los tepehuanes, conforma una constante a lo largo del tiempo, la tendencia del conjunto muestra uno de los crecimientos ms sos-tenidos durante la historia censal. Vale la pena hacer hincapi en esta observacin teniendo en mente el cambio de cdula censal con una opcin de respues-ta abierta. De acuerdo con el Catlogo de religiones, se precisa que aquellos que no se identificaron con la opcin "ninguna" y respondieron con las palabras "agnstico"il o "escptico", fueron codificados co-mo "sin religin", al igual que los ateos, provocan-

    do que se perdiera la posibilidad de enfocar a estos grupos en forma especfica. La creacin de catego-ras ms precisas nos permitira una mejor interpre-tacin de esta adscripcin religiosa que, dentro de los datos censales, es la ms importante en el campo no catlico de nuestro pas.

    Los reagrupamientos de lo heterogneo: las iglesias "bblicas no evanglicas" y las "protestantes histricas"

    En el Catlogo de religiones existen cinco iglesias iden-tificadas como "protestantes histricas", a saber, las iglesias bautista, metodista, presbiteriana, del nazareno y menonita. Despus de analizar su dis-tribucin territorial, as como sus distintas matri-ces histricas recientes, en las que interviene en forma notable y diferenciada tanto la herencia del protestantismo evanglico especficamente esta-dounidense, como su proceso de etnizacin en el contexto indgena mexicano, resultan palpables las diferencias existentes entre ellas y la dificultad de agruparlas en la categora del protestantismo iden-

    tificado con la reforma europea del siglo XVI. Otro factor que influye notablemente en su diferencia-cin es su distinta permeabilidad a la orientacin pentecostal y neopentecostal, como abundaremos ms adelante. Lamentamos que, a medida que bus-cbamos reducir la escala del anlisis, la accesibili-dad de los datos por iglesia se redujera, de manera que slo fue posible contar con los datos en el m-bito estatal. En el mismo caso, metodolgicamente hablando, se encuentran la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los ltimos Das, la Iglesia Adven-tista del Sptimo Da y la Sociedad Internacional Torre del Viga o Testigos de Jehov, agrupadas en el genrico de "bblicas no evanglicas". Si bien ese agrupamiento afirma una diferencia que cada una de ellas sostiene frente al protestantismo, no jus-tifica el que estn agrupadas por esa caracterstica negativa. En efecto, autores como Jean-Pierre Bas-tian (1997) y David Martin (1990:97) reconocen esta diferencia respecto al protestantismo, porque aadieron a su doctrina nuevos contenidos extra evanglicos, y se distinguen de las pentecostales porque sus creencias no se basan en la manifesta-cin de carisma (Fortuny, 2004).

    Carlos Garma (2004:58), al observar sus dife-rencias, las denomina "iglesias independientes se-paradas del protestantismo". Esa "independencia"

    11 Aunque en el catlogo censal dice textualmente "gnstico", suponemos que se trata de un error tipogrfico y que se refieren a "agnstico", ya que los gnsticos se encuentran clasificados como parte del subgrupo 80: "otras religiones no cristianas".

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    no es slo organizacional respecto al protestantis-mo y entre s, sino que tambin se observa en la notable diferencia entre sus prcticas y creencias, as como en su distribucin territorial y en los perfiles socioeconmico y demogrfico que anali-zaremos en los captulos correspondientes de esta obra. Afortunadamente, el agrupamiento dentro de la categora de "bblicas no evanglicas" no impidi la accesibilidad de los datos censales de cada una de ellas en la escala municipal, hacien-do realidad la tendencia iniciada en este censo del ao 2000 de distinguir las distintas corrientes que anteriormente se agrupaban en la amplia ca-tegora de "protestantes y evanglicas".

    Las orientaciones religiosas que atraviesan las categoras de pertenencia: el caso del pentecostalismo

    como la censal no registra, podemos afirmar que el campo religioso expresado en las categoras de protestantes evanglicos, protestantes histricos y pentecostales, es extremadamente complejo y din-mico, pues incorpora una variedad tanto de grupos con trayectorias distintas en su interior, como de estrategias de identificacin social y de adscripcin censal que difuminan las fronteras identitarias en-tre una adscripcin y otra. Adems, estas estrate-gias de identificacin varan de acuerdo con los distintos contextos sociorreligiosos del pas. Una de las constantes de esta intensa dinmica es el cre-ciente xito de orientaciones religiosas que "trans-versalizan" actualmente a las iglesias," creando nuevas expresiones religiosas y nuevos tipos de fe-ligresas ms all de las fronteras institucionales. El pentecostalismo es, sin duda, el ejemplo ms claro de este fenmeno que, si bien se ha traducido en la fundacin de iglesias con esta orientacin, como bien se seala en el apartado correspondiente en este trabajo, de ninguna manera puede ser reducido a ello. Si una de las ventajas del nuevo formato de la cdula censal en el ao 2000 es poder afirmar

    que la adscripcin a iglesias pentecostales es una de las tendencias ms importantes del crecimien-to cristiano no catlico del pas, a esta afirmacin hay que aadir que en numerosas iglesias cristianas (catlicas, protestantes o evanglicas) se encuen-tran activos movimientos pentecostales que trans-forman el culto y la orientacin religiosa de los feligreses en favor de la experiencia de los dones del Espritu, como ha sido sealado por diversos autores (Martin, 1990; Bastian, 1994:252; Scott, 1999:405; Lpez, 1997). En este volumen, el fe-nmeno de la pentecostalizacion de iglesias protes-tantes histricas se muestra claramente en el estudio de caso de los "presbiterianos renovados" de Chiapas presentado por Mnica Aguilar; asimismo, en la ex-ploracin realizada por el equipo del Directorio de Lugares de Culto en el municipio de Guadalajara, ha resultado patente la presencia de esta orientacin en iglesias que formalmente no son pentecostales, co-mo es el caso de las bautistas independientes. Este fenmeno abarca tambin al propio catolicismo, por medio del movimiento de Renovacin Caris-mtica en el Espritu Santo."

    Tanto por los estudios de orientacin etnogrfica que conforman la mayor parte de la investigacin sobre grupos cristianos no catlicos en nuestro pas, como por los estudios de caso que se inclu-yen en este volumen como parte de una estrategia metodolgica del proyecto para enfocar aquellas diversidades y dinmicas religiosas que una fuente

    12 El concepto de "transversalizacin" permite considerar que las iglesias estn atravesadas por movimientos que provienen del exterior y que, al traspasar-las, las conectan con otras redes o identidades, produciendo novedosas identidades y desdibujando las fronteras que diferenciaban a un grupo religioso de otro. Los movimientos religiosos transversales, por una lado habitan, practican y transforman internamente las instituciones religiosas, pero por otro, traspasan los marcos institucionales conformando supra identidades. Por ello: "la transversalidad supone que una institucin no se limita a las leyes objetivas que la fundan, sino tambin al cruce de deseo y estrategias grupales que la recorren desde distintos puntos, no necesariamente dirigidos desde el centro a la periferia (De la Torre, 1996:26).

    13 El movimiento de Renovacin Carismtica tuvo su origen en Estados Unidos en el ao de 1966, corno uno de revitalizacin impulsado por los creyentes seglares. El movimiento carismtico, aunque se realiza dentro de la Iglesia catlica, y ha sido instrumentado por esta institucin para frenar el avance de las iglesias evangli-cas, es pentecostal, pues retorna las modalidades rituales propias de esas iglesias, basadas en la creencia de los dones extraordinarios o carismas otorgados por el Espritu Santo, y mantiene su identidad catlica al conservar el culto a las imgenes (vase De la Torre, 2006).

  • En realidad, la transversalizacin de categoras de pertenencia religiosa constituye un reto metodo-lgico muy importante en el estudio de las trans-formaciones actuales de la religin, que obliga a la ampliacin de las formas de observacin y medi-cin que, ms all de la tradicional pertenencia o adscripcin formal a instituciones eclesiales, sean capaces de dar cuenta de nuevas identidades reli-giosas colectivas e individuales (Campiche, 1991). Estas nuevas identidades no sustituyen la pertenen-cia religiosa formal, pero la dotan de un significado distinto y constituyen uno de los polos ms din-micos del cambio sociorreligioso.

    Los movimientos invisibles en el censo: el neopentecostalismo

    Como una evolucin de las tendencias expresa-das por el pentecostalismo, se manifiesta ahora un movimiento de difcil definicin denominado "neopentecostalismo". Con este nombre se ha buscado remarcar la presencia de rasgos nuevos y no siempre aceptados por el movimiento pente-costal, entre los que se distingue una apertura a las formas expresivas de la cultura de masas moderna como las modas en el vestir o los estilos e ins-trumentos musicales de los grupos de pop y rock,

    la asimilacin de los principios de la denomina-da "Teologa de la prosperidad" de acuerdo con la cual enfocarse en la bsqueda del xito y el bienestar econmico es un signo del salvacin, una actitud querida por Dios para sus hijos, y la adopcin de estrategias de "iglecrecimiento" (estrategias mercadolgicas como formas de ex-pansin, reclutamiento y evaluacin del propio desempeo de la organizacin). Estas tendencias menos puritanas y ms flexibles frente a la cultura moderna y el mercado, han mostrado su afinidad con necesidades religiosas de clases medias y altas urbanas, tal y como se resea en el estudio de caso que en este volumen presenta Ramiro Jaimes so-bre neopentecostalismo en Tijuana.

    Ms all de las particularidades de este nuevo movimiento que parece estar en pleno crecimien-to en nuestro pas, nos interesa sealar que este fenmeno conjunta varias de las temticas meto-dolgicas comentadas hasta ahora en este apartado inicial, ya que es parte formal del subgrupo censal "pentecostales y neopentecostales" pero permane-ce indiscernible dentro de ste; por otra parte, el "neopentecostalismo" es difcilmente una categora de autoadscripcin, e incluso dificulta an ms su identificacin en los datos censales por tratarse de un fenmeno que, como el pentecostalismo, trans-versaliza diversas congregaciones. El neopentecos-talismo, ms all que el pentecostalismo, tiene claras tendencias transconfesionales e incluso no denomi-

    nacionales. De hecho, contrastando la informacin del catlogo con informacin etnogrfica, puede afirmarse que el movimiento neopentecostal se en-cuentra presente en diversas iglesias agrupadas en distintas categoras censales: "pentecostales" (de las que permanecen indiscernibles), "protestantes his-tricas" (v.gr. metodistas) y "otras evanglicas" (por ejemplo, Alianza Cristiana Misionera).

    Las categoras residuales: "otras evanglicas" y "no especificado"

    De acuerdo con el Catlogo de religiones, el grupo censal "protestantes y evanglicas" cont con tres subgrupos (protestantes histricas, pentecostales y neopentecostales, y de raz pentecostal), ms un cuarto con un claro papel residual: el de "otras evanglicas". Resulta evidente ya desde la lista de denominaciones enlistadas en este subgrupo, que se trata de una categora muy amplia y de difcil clasificacin, pues vemos entremezcladas iglesias de distintas orientaciones dentro del amplio cam-po evanglico y pentecostal. Las cifras confirman que se ha rebasado esta clasificacin al convertir-se de residual, en el subgrupo censal no catlico ms importante, con 2 365 647 adscritos, y que como se revisar en el captulo correspondien-

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    31

  • Grfica 1.2 Comportamiento longitudinal de no indicado y no especificado (1950-2000)

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    Grfica 1.3 Comportamiento logitudinal de las principales categoras censales de pertenencia religiosa no catlica (1960-2000) Protestante o evanglica 11 Otra El Ninguna Bblica no evanglica

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    te de esta obra muestra rasgos de un compor-tamiento estadstico especfico. Se antojara echar mano de todas las posibilidades tcnicas de "de-construccin" de este resultado censal y aprove-char el hecho indito del carcter abierto de la pregunta censal para averiguar lo que se esconde en este abultado subgrupo.

    Observamos que el esfuerzo clasificatorio de la adscripcin religiosa se ve constantemente sobrepasado por la dinmica de este complejo campo. Y de esta manera nos detenemos a sealar

    cmo, a pesar de la multiplicacin de las opciones censales ofrecidas al entrevistado y del aparato cla-sificatorio creado para reportar esta complejidad, la cifra de "no especificados" contina su camino ascendente (grfica 1.2).

    Esta categora, indispensable en todo reporte de datos estadsticos levantados en campo, al pare-cer no existi o no se report en los aos de 1950 y 1970. El primer ao en que se reporta como "no indicada" es en 1960. En 1980 inexplicablemente se reporta con un valor nulo, mientras que en 1990

    vuelve a un nivel semejante al de 1960, y muestra un incremento visible en el ao 2000 con 0.86% del universo encuestado. Para darle la dimensin ade-cuada a esta cifra, vale la pea sealar que es mayor que la reportada para el total de las "protestantes histricas", "adventistas", "mormones", ai- cas", "races pentecostales" (La Luz del Mundo) y las "otras religiones". De hecho slo es superada por las cifras de "sin religin", "otras evanglicas", "pentecostales y neopentecostales", "otras evangli-cas", y "testigos de Jehov".

    Fuente: Base de datos del proyecto Perfiles y tendencias del cambio religioso en Mxico 1950-2000, a partir de los datos de los censos generales de poblacin y vivienda, INEGI. Base NE.xls.

    Fuente: Base de datos del proyecto Perfiles y tendencias del cambio religioso en Mxico 1950-2000, a partir de los datos de los censos generales de poblacin y vivienda, INEGI. Base NE.xls.

    32

  • Dnde estaban las bblicas no evanglicas antes del ao 2000?

    La mejora indudable del instr