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AUD.PROVINCIAL SECCION N. 2 MURCIA AUTO: 00566/2013 AUTO NÚM. 566/13 ILMOS. SRS. D. ABDÓN DÍAZ SUÁREZ PRESIDENTE D. AUGUSTO MORALES LIMIA DÑA. MARÍA POZA CISNEROS MAGISTRADOS En la Ciudad de Murcia, a treinta y uno de julio de dos mil trece. HECHOS PRIMERO. En las presentes actuaciones, con fecha 25.1.13, se dictó providencia por la que, con carácter previo a la efectivamente procedente devolución de la causa al Juzgado de Instrucción de origen, a efectos de cumplir los trámites de traslado, emplazamiento, notificación y requerimiento hoy previstos en el artículo 784.1 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal y de la ulterior práctica de diligencias y eventual adopción de medidas para localización y citación, en relación, respectivamente, con los acusados José María Alapont, respecto de quien no se

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AUD.PROVINCIAL SECCION N. 2MURCIA

AUTO: 00566/2013

AUTONÚM. 566/13

ILMOS. SRS.D. ABDÓN DÍAZSUÁREZPRESIDENTED. AUGUSTOMORALES LIMIADÑA. MARÍA POZACISNEROSMAGISTRADOS

En la Ciudad de Murcia, a treinta yuno de julio de dos mil trece.

HECHOS

PRIMERO.­ En las presentes actuaciones, con fecha 25.1.13, se dictó providencia porla que, con carácter previo a la efectivamente procedente devolución de la causa al Juzgado deInstrucción de origen, a efectos de cumplir los trámites de traslado, emplazamiento, notificacióny requerimiento hoy previstos en el artículo 784.1 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal y de laulterior práctica de diligencias y eventual adopción de medidas para localización y citación, enrelación, respectivamente, con los acusados José María Alapont, respecto de quien no se

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practicó ninguna de las anteriores dirigencias y Pascal Henri Goachet, respecto de quien sólosu hija, que manifiesta tener mala relación con su padre, indica que reside desde hace cincoaños en Michigan (Estados Unidos), según consta el folio 3270, por razones de economíaprocesal y anticipando la consideración de una cuestión previa de posible apreciación de oficio,se acordaba dar traslado a las partes en relación con la posible prescripción de las infraccionesobjeto de la presente causa, por aplicación retroactiva de la nueva regulación del instituto por LO5/2010.

SEGUNDO.­ Evacuando el traslado conferido, el Ministerio Fiscal ha informado en el sentido deoponerse a la prescripción, toda vez que se presentó querella con fecha 26 junio 1997 y el autode admisión de 11 noviembre 1997, en el que ya se dirige el procedimiento contra PascalGoachet y otras 12 personas relacionadas en la querella, por los delitos de alzamiento debienes, estafa y delito contra los trabajadores y ordena expedir exhorto para recibir declaración alos querellados a los que se nombra expresamente, reúne los requisitos exigidos en el artículo132.2.3º del Código Penal en su actual redacción sin que, desde esa fecha hasta la actualidad,haya llegado a estar paralizado el procedimiento por ningún período superior a cinco años.

TERCERO.­ Por su parte, la acusación particular ejercitada por Salvador NavarroGarcía y otros trabajadores que fueron de la empresa VALEO ESPAÑA S.A., evacuandoigualmente el traslado conferido, se opuso a la declaración de prescripción, considerando: a)Que la cuestión ya ha sido resuelta por la Audiencia Provincial, en auto de 28 diciembre 2007,que estimaba que, al menos hasta julio de 1994, se desplegó la actuación de los imputados yque el plazo de prescripción era de cinco años, añadiendo ya ahora los recurrentes que elescrito de acusación del Ministerio Fiscal fija como última actuación del imputado AntonioBarragán la cancelación de hipoteca de máximo de fecha 10 octubre 1995; b) que la LO 5/2010no tiene carácter retroactivo, con cita del auto 179/2012 de esta Sección de la AudienciaProvincial y del auto 374/2012 de la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Barcelona; c)que en todo caso no existía prescripción con arreglo a la antigua o la nueva regulación y, enparticular, incluso con arreglo a la actual regulación, ha de tenerse en cuenta el auto de 31mayo 2004 que recoge, además de los delitos del artículo 499 bis del antiguo Código Penal, losdelitos de alzamiento de bienes y estafa en su modalidad de contrato simulado en perjuicio detercero, así como la calificación de la acusación particular, según la cual la prescripción sería de10 años, atendido el artículo 532.2º, en relación con los artículos 528 y 529.7 y 8 del CódigoPenal de 1973, que señalan pena de prisión mayor. Se añade que, incluso atendido el plazo deprescripción de cinco años, vencería el 28 julio 1999 o en octubre de 2000, a lo que se deberíaañadir el plazo de seis meses determinado por el actual artículo 132.2.2º del Código Penal,siendo así que antes, en 1997, se presentó ya la querella, admitida mediante auto de 11.11.97 yhan existido múltiples autos, resoluciones motivadas de recursos etc. que interrumpirían laprescripción. Por otro lado, se hace referencia a las declaraciones como imputados realizadasel día 14 enero 1998, antes de que transcurriera el plazo de prescripción, de Luis ErnestoEchecopare, Antonio Barragán, José Luis Gras, Enrique Soriano, Juan Antonio Losada, PabloFrancisco Unzueta y Jaime José Rodríguez y, en febrero de 2001, Antonio Sánchez Celdrán,existiendo comisiones rogatorias respecto de los demás imputados, en las que se motiva la

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razón por las que han de declarar como imputados, citando la sentencia 310/2011 de 25 julio deesta misma Sección, de la que se desprendería la aptitud de la declaración como imputado, enausencia de resolución motivada, para interrumpir la prescripción.

CUARTO.­ La representación procesal de Luis Ernesto Echecopar Flórez y AntonioBarragán García, evacuando el traslado conferido, al margen de otras alegaciones relativas a laausencia de notificación a dichos imputados de cualquier diligencia entre las fechas de 14.1.98,en que declararon como imputados y 19.6.12, en que fueron notificados el auto de apertura deljuicio oral de 7.10.08 y el aclaratorio del anterior de 31.10.08, junto con los escritos de acusacióny la consiguiente indefensión, que no es objeto del traslado, considera que la paralización enrelación con los referidos imputados durante un plazo superior a 14 años, en cuanto laindefensión generada motivaría la nulidad de lo actuado y consiguiente retroacción, determina laprescripción por transcurso de cinco años.

QUINTO.­ La representación procesal de Noel Claude Josef Goutard, evacuando eltraslado conferido, considera que debe estimarse la prescripción respecto de dicho imputado,en atención a que las actuaciones se han practicado a espaldas de aquel, desde que se lerecibió declaración en calidad de imputado el 19 junio 2002, a través de una comisión rogatoriaen la que no se realizó la información de derechos previstos en el artículo 118 de la ley Ley deEnjuiciamiento Criminal, en especial el derecho a designar profesionales y la obligación deseñalar domicilio a efectos de notificaciones, pese a que solicitó expresamente acceder al"expediente entero español y a los anexos a la demanda" y a la notificación de los cargos queexistieren. En particular, esta omisión se habría mantenido hasta que con fecha 31 marzo 2011tuvo conocimiento de la imputación y se personó con fecha 12 abril 2011. En concreto, sedestaca la relevancia de no haber podido intervenir en el recurso contra el auto de archivo 18septiembre 2003, respecto del cual fue desestimada la reforma por auto de 5 diciembre 2003 yestimada la apelación por auto de la Audiencia Provincial de 2 abril 2004, que dio lugar al dictadode auto de transformación en Procedimiento Abreviado de 31 mayo 2004. A su vez, este últimoauto fue recurrido por otros querellados, no pudiendo hacerlo Noel Claude Josef Goutard, por nohaber sido debidamente informado de sus derechos en la práctica de la declaración por vía deauxilio judicial internacional. Desestimada la reforma por auto de 15 noviembre 2004, laAudiencia Provincial estimó la apelación por auto de 6 octubre 2005, que dio lugar a laoportunidad de solicitud de práctica de nuevas diligencias, por providencia 31 octubre 2005 que,a su vez, dio lugar a diversas peticiones de sobreseimiento por las defensas personadas que,sin ser atendidas, tuvieron "respuesta", en el nuevo auto de transformación en ProcedimientoAbreviado de 5 octubre 2007, que fue objeto de apelación por otras defensas, siendodesestimado dicho recurso de apelación por auto de la Audiencia Provincial de 28 diciembre2007. Tras ello, se dictaría auto de apertura de juicio oral de 7 octubre 2008, del que sólo tendríaconocimiento el imputado Noel Claude Josef Goutard el 31 marzo 2011. Se realizan alegacionessimilares respecto de los imputados Pascal Goachet y José Mª Alapont, que también declararona través de auxilio judicial internacional, el último en condición de “testigo asistido”, concluyendopor interesar que se declare la nulidad de lo actuado, por haber causado indefensión la omisiónen la información de derechos a los referidos imputados y consiguiente imposibilidad de

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participación en las actuaciones desde aquella fecha hasta la notificación del auto de aperturadel juicio oral y, como consecuencia de la nulidad, la prescripción por transcurso de cinco años.

SEXTO.­ La representación procesal de José Luis Gras Peña y Pablo Francisco UnzuetaMerino, evacuando el traslado conferido, insiste en que han transcurrido, desde la fecha de loshechos enjuiciados, que sitúa entre el 22 diciembre 1993, fecha de reunión del Consejo deAdministración de VALEO ESPAÑA S.A. y 18 enero 1994, fecha de sendas escrituras públicaspor las que FIERRO Y CELDRÁN S.A. compró la mercantil METALÚRGICA DEL SURESTES.L. y, de otro, se constituyó una hipoteca de máximos por esta última y por VALEO ESPAÑAS.A., han transcurrido 19 años, así como la procedencia de hacer valer las pretensioneseconómicas de los querellantes ante la jurisdicción civil, toda vez que ya la jurisdicción laboralha dado lugar al cobro de indemnizaciones por importe de 1.625.000.000 de pesetas,remitiéndose a escritos de 26 noviembre 2004, 30 noviembre 2006 y 5 noviembre 2007, en losque se invocaba también la prescripción.

SÉPTIMO.­ La representación procesal de Jaime José Rodríguez Hermida, evacuandoel traslado conferido, interesa la declaración de prescripción, por transcurso de cinco añosdesde la comisión del supuesto delito, entre los meses de noviembre y diciembre de 1993.

OCTAVO.­ La representación procesal de Antonio Sánchez Celdrán, evacuando el trasladoconferido, invoca igualmente indefensión por el tiempo transcurrido desde la presentación de laquerella, el 2 julio 1997, hasta el momento en que dicho imputado declaró ante el Juzgado deInstrucción Número Uno de Murcia, practicándose las diligencias en el tiempo intermedio sinposibilidad de intervención de aquél. La indefensión consiguiente se reputa causa de nulidad, deconformidad con lo establecido en los artículos 238 243 de la Ley Orgánica del Poder Judicial,destacando la relevancia de la omisión relativa a la notificación del auto de archivo de querella,de los recursos de apelación y subsidiario de reforma presentado por los querellantes y al quese adhirió el Ministerio Fiscal contra aquel auto de 18.9.03, del auto del 5 diciembre 2003 por elque se desestima el recurso de reforma contra el anterior; del auto de transformación enProcedimiento Abreviado de 31 mayo 2004; del auto de 6 octubre 2005 por el que la AudienciaProvincial estimaba el recurso de apelación contra aquél, del segundo auto de transformaciónen Procedimiento Abreviado de 5 octubre 2007 y de la providencia 31 octubre 2005 por la que sedio la oportunidad a las partes para que solicitasen las pruebas oportunas. A su vez, la nulidaddeterminaría el sobreseimiento libre por prescripción.

RAZONAMIENTOS JURÍDICOS

PRIMERO.­ La prescripción que se somete a consideración de las partes y que enalgunos casos ya había sido invocada por las Defensas, ha de ser apreciada de oficio deconcurrir los presupuestos necesarios para ello, ­paralización del procedimiento y lapso detiempo correspondiente­, en cualquier estado del procedimiento en que se manifieste con

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claridad la concurrencia de los requisitos que la definen y condicionan (a tal efecto STS14.12.88, 3.10.90 entre otras). La apreciación del instituto de la prescripción, como causa deextinción de la responsabilidad criminal prevista en el artículo 132 del Código Penal, es, enefecto, una cuestión de derecho sustantivo, apreciable de oficio y de orden público, que, sinperjuicio de su posible planteamiento como artículo de previo pronunciamiento, al amparo de loprevisto en el artículo 666.3º LECrim., en el Procedimiento Ordinario o como cuestión previa delas previstas en el art. 786.2 LECrim., en el Procedimiento Abreviado, puede y debe serapreciada, insistimos, cuando se compruebe su concurrencia y, en el caso, además, visto eltiempo transcurrido desde los hechos y la ya anunciada necesidad de devolver las actuacionesal Juzgado de Instrucción de procedencia, para práctica de determinadas notificaciones ytrámites esenciales omitidos respecto de dos imputados, sin esperar al trámite deintervenciones previas pero inmediatamente anteriores a la celebración del juicio oral. No setrata de una eventual causa de nulidad, por más que las Defensas de algunos de los imputadosvinculen su planteamiento a posibles causas de nulidad a las que no se refiere el trasladoconferido y sobre las que no debemos, por tanto, pronunciarnos sobre el momento. Y ello sincontar con el evidente obstáculo, a los efectos que pretenden las Defensas, representado por elacuerdo de Pleno no jurisdiccional del Tribunal Supremo de fecha 27 de abril de 2011, aplicado,entre otras, en SSTS de 3.6.11 y 10.5.13, que proclamó que " las actuaciones declaradas nulasen el proceso penal no pierden por ello la eficacia interruptiva que tuvieron en su momento". Nose trata, pues, de causa de nulidad, no está sujeta a la normativa prefijada en la Ley Orgánicadel Poder Judicial, sino de una cuestión que incide en el núcleo de las garantías indisponiblesdel proceso penal (orden público), como causa de extinción de responsabilidad criminal queimpone una declaración de imposibilidad de que la jurisdicción penal pueda intervenir y, muchomenos, emitir juicio de reproche alguno. No obstante la clara afirmación de su naturalezasustantiva, es lo cierto que tradicionalmente se había discutido la naturaleza y fundamento,material o procesal, que tiene la prescripción del delito: por un lado, se reconoce a laprescripción una naturaleza jurídica material en tanto se afirma que el transcurso del tiempoexcluye la necesidad de aplicación de la pena, tanto desde la perspectiva de la retribución comode la prevención general o especial, y por otro lado, se destacan las dificultades probatoriassuscitadas en el enjuiciamiento de hechos muy distanciados en el tiempo respecto delmomento del juicio (TS S de 16 de diciembre de 1997 y 25 de enero de 1999). Para el TribunalConstitucional, la prescripción supone la renuncia o autolimitación del Estado al ius puniendi porel transcurso del tiempo, como señala la STC 37/12, de 19 de marzo, con cita de lafundamental STC 63/1995, de 14 de marzo. De conformidad con esta última, el fundamentomaterial de la prescripción se sitúa en el principio de seguridad jurídica y "dejando de lado otrasexplicaciones más complejas, salta a la vista que lo que el establecimiento de un plazotemporal para que el Estado pueda proceder a perseguir los delitos persigue a su vez es que nose produzca una latencia sine die de la amenaza penal que genere inseguridad en losciudadanos respecto del calendario de exigencia de responsabilidad por hechos cometidos enun pasado más o menos remoto" (FJ 4); y un poco más adelante, precisa que "elestablecimiento de un plazo de prescripción de los delitos y faltas no obedece a una voluntad delimitar temporalmente el ejercicio de la acción penal por denunciantes y querellantes(configuración procesal de la prescripción), sino a la voluntad inequívocamente expresada por

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el legislador penal de limitar temporalmente el ejercicio del ius puniendi por parte del Estado" (FJ6). ). La doctrina del Tribunal Constitucional se ha decantado, pues, por resaltar, directa oindirectamente, el fundamento sustantivo de la prescripción, patente también en la exigencia deun contenido sustancial a las actuaciones procesales susceptibles de interrumpir el plazo deprescripción o en el rechazo de la doctrina que atiende al tipo de procedimiento y no al tipo deinfracción para determinar el plazo prescriptivo aplicable.

SEGUNDO.­ La reafirmación de la naturaleza material de la prescripción no deja duda acercade la retroactividad de su regulación, en cuanto sea más favorable. Así, en relación con lasnormas procesales penales, su aplicación en el tiempo, a diferencia de lo que sucede en otrossistemas, como el francés, que la desarrolla en el art. 112.2 del Código Penal, carece deregulación legal general, al margen de puntuales previsiones con ocasión de las distintasreformas. En principio, se enfrentan las concepciones de unidad procesal y tempus regit actum,reconciliadas doctrinalmente, fuera de los casos de previsión expresa, en la aplicación de lanorma procesal vigente en el momento en que se realiza la actuación procesal correspondiente,independientemente de la fecha de realización del hecho investigado, en la fase de instrucción yen el mantenimiento de la norma procesal una vez abierta la fase de juicio oral, o, másexactamente, la fase intermedia. En cambio, la irretroctividad de las normas penalessustantivas, es objeto, no ya de consenso doctrinal, sino de reconocimiento del más alto rangonormativo, en el art. 9.3 de la Constitución, gozando de un refrendo de legalidad ordinaria, encambio, la retroactividad de la norma más favorable, en el art. 2.2 del Código Penal. No escierto, por tanto, que exista duda alguna, como pretende la acusación particular en susalegaciones, acerca de la retroactividad de las normas que la regulan, a la que se han referidoreiteradas resoluciones de las Secciones Penales de esta Audiencia Provincial y que cuentacon el respaldo de la doctrina del Tribunal Supremo. Así, en la reciente STS de 10.6.13, queaplica, incluso, la ley intermedia, se señala que “con independencia de cualquier otraconsideración siempre ha de reputarse más favorable una norma cuya aplicación conduce aestimar prescrita la responsabilidad penal”. Y se añade que “según el TC, la prescripción deldelito no es una institución meramente procesal pues "toma en consideración la función de lapena y la situación del presunto inculpado, su derecho a que no se dilate indebidamente lasituación que supone la virtual amenaza de una sanción penal" (STC 157/1990, de 18 deoctubre, FJ 3). Por tanto, "la prescripción del delito supone que éste tiene un plazo de vida,pasado el cual se extingue toda posibilidad de exigir responsabilidades por razón de sucomisión" (STC 63/2005, de 14 de marzo, FJ 4). La comisión de cualquier delito lleva consigo,desde el mismo momento de materializarse, un plazo de prescripción determinado. Como"plazo de vida" del delito, la extensión de la prescripción queda fijada en el momento de sucomisión. Sólo varía si con posterioridad entra en vigor una legislación penal más favorable(…). Es esa además la interpretación que cabalmente se deriva de la jurisprudencia de la SalaSegunda del Tribunal Supremo, que señala ­desde las SSTS de 31 de mayoy 11 de junio de1976, ó 27 de junio de 1986y 28 de junio de 1988­ que el instituto de la prescripción penal es denaturaleza material y no procesal ­rechazando cualquier analogía con la prescripción civil, quellevaba a algunos tribunales a dar por interrumpido el plazo prescriptivo cuando la dilación sedebía a la conducta obstativa del imputado­. Las SSTS 692/2008, de 4 de noviembre (…) y

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1026/2009, de 10 de octubre, en relación con las hipótesis de delito continuado aplican la leyintermedia más beneficiosa para el inculpado. La prevalencia de la ley intermedia más favorableno suscita ninguna duda. Baste citar en un supuesto precisamente de prescripción la mentadaSTS 1026/2009, de 16 de octubre:"La retroactividad de la Ley penal intermedia ha sido admitidapor esta Sala (cfr. SSTS. n° 140 de 8 de febrero de 2002y la nº 692 de 4 de noviembre de2008). A su vez, la extensa cita de la última de las referidas sentencias, que también aplicó,retroactivamente, ley intermedia, incide en la aplicación de la disposición transitoria 2ª del C.Penal de 1995, según el cual “para la determinación de cual sea la ley más favorable se tendráen cuenta la pena que correspondería al hecho enjuiciado con la aplicación de las normascompletas de uno y otro Código". La claridad con la que ha de afirmarse la irretroactividad delas normas reguladoras de la prescripción, salvo que sean más beneficiosas para el reo, noobstante, es paralela a las dificultades que se plantean en orden a determinar qué regulación esmás favorable, en atención a las exigencias de aplicación de una y otra norma completa o aintegrar, propiamente, lo que ha de entenderse por “norma” en cada momento, cuando, comoha sucedido en los últimos años, los preceptos en cuestión han sido objeto de enfrentadasinterpretaciones por parte del Tribunal Constitucional y del Tribunal Supremo, en relación,precisamente, con la interrupción de la prescripción, objeto también de reforma con ocasión dela entrada en vigor de la LO 5/2010.

TERCERO.­ Respecto de la interrupción de la prescripción, el art. 132.2, en su redacciónanterior a la reforma, similar a la del anterior art. 114.2 CPTR 1973, vigente en el momento derealización de los hechos objeto de esta causa, se refería al momento en que “el procedimientose dirija contra el culpable”. El Tribunal Constitucional ha mantenido, en términos uniformes ycontundentes, al hilo de la regulación anterior a la reforma ­SSTC 623/2005, 259/2008, 37/2010,197/2009, 95/2010­ que la expresión ”no puede entenderse en sentido distinto al de su clarotenor literal, es decir, “en el de que es indispensable para dicha interrupción que hayacomenzado un procedimiento que, al tener que estar dirigido contra el culpable ­cualquiera quesea la impropiedad con que este término haya sido empleado­, no puede ser otro que elprocedimiento penal o, lo que es lo mismo, el abierto o iniciado por quien tiene atribuido elejercicio del ius puniendi del Estado en el actual estado de la legislación. Esto es, el Juez” (STC63/2005). Más concretamente, la doctrina constitucional ha precisado ­STC 29/2008­ que lasimple interposición de una denuncia o querella es una “solicitud de iniciación” delprocedimiento (SSTC 11/1995, de 4 de julio, FJ 4; 63/2005, FJ 8) ­no un procedimiento yainiciado­ y que el derecho fundamental a la tutela judicial que asiste a los ofendidos por un delitocomo querellantes o denunciantes es un ius ut procedatur que no contiene un derecho absolutoa la apertura y plena sustanciación del proceso penal (por todas, SSTC 175/1989, 111/1995,129/2001, 21/2005) ni a la incoación o apertura de una instrucción penal (SSTC 148/1987,37/1993, 138/1997, 94/2001). Si el fundamento de la prescripción es la imposibilidad de ejerciciodel ius puniendi del Estado como consecuencia de la renuncia al mismo, es evidente que sólopuede interrumpirse en el ámbito penal cuando se realicen actuaciones de las que puedadeducirse la voluntad, del Estado, de no renunciar a la persecución y castigo del ilícito. Siendoello así, ni el legislador, ni el juez ordinario, pueden escapar a dicho mandato. No es, por cierto,que no se haya mantenido lo contrario, como demuestran los sucesivos Acuerdos de Pleno No

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Jurisdiccional de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo de 12 de mayo de 2005 y de 25 deabril de 2006, en los que se ha insistido en la virtualidad interruptiva del plazo de prescripciónpor la presentación de denuncia y querella, sin necesidad de acto de interposición judicial y seha sostenido la desvinculación del Tribunal Supremo de una doctrina que se reputaba invasivade la máxima interpretación de legalidad ordinaria que constituye una competencia propia.

CUARTO.­ Pero, con todo, retomando las severas admoniciones dirigidas por la STC 133/2011,frente a los órganos judiciales que habían aplicado, por considerarla prevalente, la doctrina delTribunal Supremo en la materia, lo que se denomina un “desconocimiento manifiesto del deberde acatamiento de la doctrina del Tribunal Constitucional” recogida, entre otras, en las citadasSSTC 63/2005, de 14 de marzo y 29/2008, de 20 de febrero, significa una vulneración de “lasexigencias de tutela reforzada, al no tomar en consideración, ni las exigencias derivadas de laseguridad jurídica, ni el fundamento de la institución, ni la implicación del derecho a lalibertad(art. 17.1 CE)" (STC 59/2010, de 4 de octubre, FJ 2 a), por más que la determinación dela “intensidad o calidad de dicha actuación judicial para entender interrumpido el lapsoprescriptivo de las infracciones penales” corresponda a la jurisdicción ordinaria. Taldesconocimiento infringe el art. 5.1. LOPJ, que dispone que la Constitución “es la normasuprema del ordenamiento jurídico, y vincula a todos los Jueces y Tribunales, quienesinterpretarán y aplicarán las leyes y los reglamentos según los preceptos y principiosconstitucionales, conforme a la interpretación de los mismos que resulte de las resolucionesdictadas por el Tribunal Constitucional en todo tipo de procesos". Y, de tal infracción, la STC133/2011 deriva la consiguiente lesión de los derechos de los demandantes a la tutela judicialefectiva consagrada en el art. 24.1 (SSTC 29/2008, de 20 de febrero; 147/2009, de 15 de junio;195/2009, de 28 de septiembre y 206/2009, de 23 de noviembre). Como señalaba la citada STC133/2011, “lo realmente relevante es que, sin perjuicio de que pueda o no compartirse ladoctrina sentada en la STC 63/2005, sobre lo que no es preciso pronunciarse ahora, losórganos judiciales eran conocedores de la existencia de una decisión clara del TribunalConstitucional sobre el particular en la que se había considerado contraria a la Constituciónespañola la interpretación finalmente asumida y, a pesar de ello, deciden conscientemente noaplicar dicha doctrina constitucional. Ello implica una contravención del mandato tajante del art.5.1LOPJ cuyo incumplimiento determina que las resoluciones judiciales impugnadas debanreputarse vulneradoras del art. 24.1 CE”. Por ello, no cabe duda de que la comparación ha deestablecerse con referencia a la legislación anterior a la reforma­ muy similar en este punto enel art. 114.2 CP TR 1973, vigente en la fecha de autos y en la redacción anterior a 2010 del art.132 del vigente Código, que operaría como ley intermedia­, interpretada por reiterada doctrinaconstitucional, pese a existir Jurisprudencia contradictoria. Otra cuestión es valorar como más omenos favorable una reforma que se ha afirmado, por ejemplo en el voto particular a la referidaSTC 133/2011, es contraria “a la doctrina establecida por el Tribunal Constitucional, es decir,aclarando que, como había sostenido el Tribunal Supremo respecto del texto anterior del art.132.2 CP, la prescripción se interrumpe por la presentación de la denuncia o la querella”, lo que,en opinión del autor del voto, el Magistrado Aragón Reyes, implicaría que “el mantenimiento de lajurisprudencia constitucional al respecto (jurisprudencia, que, como es obvio, no puede sercambiada por el legislador) parece conducir a entender que esa modificación legislativa

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incurriría en inconstitucionalidad”.

QUINTO.­ En el otro término de la comparación, la reforma operada por LO 5/2010, que sinduda entró en vigor con posterioridad a la fecha de los hechos enjuiciados en el caso, hasignificado, en sede de prescripción de infracciones penales, una elevación del plazo mínimode prescripción de delitos, que ha pasado de tres a cinco años, la introducción de reglasespeciales para las penas compuestas y supuestos concursales (artículo 131) y la aclaracióndel cómputo del dies a quo en los delitos continuados, permanentes, habituales, manteniendo,con escasas modificaciones, la regla especial para determinados casos de víctimas menoresde edad (artículo 132.1) que se había introducido en 1999. Pero, sobre todo, la reforma haincorporado una extensa regulación de la interrupción de la prescripción, con introducción de lainstitución, conocida en el derecho francés o alemán, de la suspensión del cómputo de laprescripción. Desde la reforma, establece el art. 132.2 del Código Penal: “La prescripción seinterrumpirá, quedando sin efecto el tiempo transcurrido, cuando el procedimiento se dirijacontra la persona indiciariamente responsable del delito o falta, comenzando a correr de nuevodesde que se paralice el procedimiento o termine sin condena de acuerdo con las reglassiguientes: 1ª Se entenderá dirigido el procedimiento contra una persona determinada desde elmomento en que, al incoar la causa o con posterioridad, se dicte resolución judicial motivada enla que se le atribuya su presunta participación en un hecho que pueda ser constitutivo de delitoo falta. 2ª No obstante lo anterior, la presentación de querella o la denuncia formulada ante unórgano judicial, en la que se atribuya a una persona determinada su presunta participación enun hecho que pueda ser constitutivo de delito o falta, suspenderá el cómputo de la prescripciónpor un plazo máximo de seis meses para el caso de delito y de dos meses para el caso defalta, a contar desde la misma fecha de presentación de la querella o de formulación de ladenuncia. Si dentro de dicho plazo se dicta contra el querellado o denunciado, o contra cualquierotra persona implicada en los hechos, alguna de las resoluciones judiciales mencionadas en elapartado anterior, la interrupción de la prescripción se entenderá retroactivamente producida, atodos los efectos, en la fecha de presentación de la querella o denuncia. Por el contrario, elcómputo del término de prescripción continuará desde la fecha de presentación de la querella odenuncia si, dentro del plazo de seis o dos meses, en los respectivos supuestos de delito ofalta, recae resolución judicial firme de inadmisión a trámite de la querella o denuncia o por laque se acuerde no dirigir el procedimiento contra la persona querellada o denunciada. Lacontinuación del cómputo se producirá también si, dentro de dichos plazos, el Juez deInstrucción no adoptara ninguna de las resoluciones previstas en este artículo. 3ª A los efectosde este artículo, la persona contra la que se dirige el procedimiento deberá quedarsuficientemente determinada en la resolución judicial, ya sea mediante su identificación directao mediante datos que permitan concretar posteriormente dicha identificación en el seno de laorganización o grupo de personas a quienes se atribuya el hecho”.

SEXTO.­ Respecto del régimen general de interrupción del cómputo, sin perjuicio de reafirmarque la última palabra sobre el particular corresponde al Tribunal Constitucional, no resulta,desde luego, claro que la reforma haya acogido los postulados de la doctrina constitucional,llegando, en algunos puntos, más lejos, sin que, paralelamente, sea posible una modificación de

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tal doctrina, derogando los mínimos constitucionalmente exigibles, por vía de reforma legislativaordinaria. Así, se exige ahora, no ya un acto de interposición judicial, sino una atribuciónindiciaria de responsabilidad, con determinación subjetiva y en resolución motivada, lo cualexcede del ámbito limitado, por ejemplo, de un auto de admisión a trámite de denuncia oquerella, que sólo reclama un juicio de verosimilitud que significa ya, no obstante, un provisoriocontrol de tipicidad. Éste último significa, ya, un acto de imputación que obliga al órgano judicialal traslado inmediato de la notitia criminis al denunciado o querellado y a garantizar la asistenciatécnica, en caso de imputación de delito. Pero no reclama la existencia de indicios, entendidoscomo elementos fácticos que sirven para conformar la convicción provisoria del juez en la faseprevia del juicio que no alcanzan el estatus de prueba. Bien es cierto que los indicios admitengradaciones, en función del momento del proceso y de su finalidad, desde los denominados“equiprobables”, de los primeros momentos, con potencial para satisfacer dos hipótesiscontrapuestas de ocurrencia del hecho justiciable, los de probabilidad prevalerte, que avalan unahipótesis sobre otra y que fundamentan las medidas limitativas de derechos fundamentales, losde probabilidad de clara y convincente evidencia, exigibles en la adopción de medidas dealtísima injerencia en el núcleo de los derechos fundamentales o en la acusación y laprobabilidad más allá de toda duda razonable que descartan toda probabilidad estimable dehipótesis alternativas a las sostenidas por la acusación y que integran la prueba indiciaria. Y quepodrían bastar los de menor “calidad”, los meramente equiprobables. Pero, como tales indicios,presuponen su incorporación al proceso mediante fuentes de prueba.

SÉPTIMO.­ Respecto de la determinación subjetiva, debe quedar suficientemente precisada enla resolución judicial, ya sea mediante su identificación directa o mediante datos que permitanconcretar posteriormente dicha identificación en el seno de la organización o grupo de personasa quienes se atribuya el hecho, sin que sea posible, ante tan clara exigencia, admitir, en estepunto de mínima identificación personal imprescindible, la integración por remisión a ladenuncia. No se estima suficiente, a estos efectos, la nominación del “sospechoso” en ladenuncia o la querella. Obsérvese que la reiterada doctrina que “tolera” la motivación porremisión, incluso en resoluciones que acuerdan importantes injerencias sobre derechosfundamentales, exige un contenido mínimo incorporado a la propia resolución, como laidentificación del teléfono intervenido o la dirección del inmueble objeto de entrada y registro. Eneste caso, la norma es absolutamente clara respecto de ese contenido mínimo, en referencia ala identificación de la persona contra quien se dirige el procedimiento, en resolución judicial quetiene un efecto personal y absolutamente trascendente, en cuanto reafirma o, por el contrario,deja transcurrir, en función de su motivación y contenido, el plazo que limita el ejercicio del iuspuniendi del Estado contra la persona en cuestión. En todo caso y teniendo en cuenta que ha delimitarse la previsión del art. 131.5 a las conexiones materiales y no puramente procesales, lareferencia temporal ha de individualizarse respecto de cada partícipe. Idéntico parámetro deexigencia de contenido mínimo de la resolución, a efectos de interrupción o suspensión delcómputo del plazo de prescripción de faltas sostienen, por ejemplo, la SAP Madrid, Sección 5ª,de 26 de marzo de 2012 o la SAP Murcia, Sección 3ª, 30 de marzo de 2012, que señala que”es de destacar que el auto de incoación del juicio de faltas de fecha 7 de marzo de 2011 es unmero impreso estereotipado en el que simplemente se hace constar el nombre de los

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denunciantes así como que los hechos pudieran ser constitutivos de una falta de lesionesimprudentes, amén de ordenar la práctica de determinadas diligencias instructoras que noestán previstas legalmente ni son necesarias en los juicios de faltas. Pero lo que no hace dichoauto es señalar indiciariamente a la persona o personas que pudieran ser consideradasresponsables de los hechos denunciados a los efectos de cumplir con las reglas del art. 132CP”, o, más recientemente, la SAP Murcia, Sección 3ª, de 4 de junio de 2012 que señala cómo,en determinada fecha, el juzgado dictó auto “que declara falta los hechos denunciados, pero lohace con un modelo estereotipado que no cumple con las exigencias del art. 132.2.1ª CP, esdecir, dicho modelo impreso no interrumpe el cómputo para la prescripción legal”. En el mismosentido se pronuncia, por citar resoluciones de otro Ponente, la SAP de Murcia, Sección 2ª, de 8de noviembre de 2012.

OCTAVO.­ Por último, la reforma especifica que la interrupción reclama una resolución judicialmotivada, aunque se estimará suficiente una sintética exposición que enuncie los contenidosanteriores relativos a un juicio de tipicidad provisorio, una identificación de indicios departicipación respecto de la persona contra la que se dirige el procedimiento y de datosidentificativos, sin remisión, de presunto o presuntos responsables y que basten para evidenciarque la decisión no es arbitraria (SSTC 41/1998, 87/2001, entre otras muchas). Sin desconocerla literalidad de la norma y su fundamento, la interpretación de la nueva regulación habrá deponderar los fines de protección de una norma, como la que regula la prescripción, que, si bienrepresenta un antídoto frente a “acciones penales temporalmente abusivas”, en las que el iuspuniendi del Estado ha perdido ya su legitimidad, al tiempo limita, por más que legítimamente, elejercicio del derecho de acción, constitucionalmente también protegido (SSTC168/2001,311/2006,218/2007,9/2008 o 18/2008). En este sentido, la reciente STS 19.7.13recuerda cómo “el nuevo tratamiento de la prescripción en el precepto de referencia responde ala loable finalidad de evitar que, siendo como es un instituto de garantía frente a posibles usosabusivos del ius puniendi, pueda resultar fácilmente desactivado mediante el recurso aactuaciones judiciales de carácter meramente burocrático, por carentes de contenido material.Que es por lo que la producción de ese efecto está solo asociada a decisiones auténticamentejurisdiccionales, en cuanto provistas de una ratio dotada de expresión bastante, e idónea paraevidenciar que son el efecto de un juicio en derecho sobre los elementos de hecho aportados aljuzgado. Un juicio obviamente provisional, dado el momento, pero con el necesario sustento dereflexión”. En todo caso, no puede sostenerse que la exigencia de interposición de unaactuación judicial para entender interrumpido el plazo de prescripción del delito o de la faltaestablecido en cada caso, lesione el derecho de acción de los acusadores que, en cualquiercaso, ha de ser preservado (STEDH de 22 de octubre de 1996, caso Stubbings). Preservado,que no ilimitadamente garantizado, a expensas, por ejemplo, de la seguridad jurídica y de losderechos del justiciable.

NOVENO.­ Dentro del ámbito de determinación propio de la interpretación de legalidadordinaria que se reserva a los tribunales, es posible afirmar que la resolución apta parainterrumpir la prescripción no ha de identificarse, necesariamente, con la de incoación de lacausa, bastando con que incorpore el contenido mínimo exigible, como sucederá en el auto que

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acuerda la detención, la prisión preventiva, la intervención de las comunicaciones, etc. Y, desdeluego, conserva vigencia el desarrollo jurisprudencial (SSTS 24 febrero 2009, de 5 noviembre2010 o 21 noviembre 2011, entre otras muchas) que exige que la resolución o diligencia convirtualidad interruptiva posean, una vez identificada aquélla que dirija motivadamente elprocedimiento contra persona determinada, en los términos ya examinados, “un contenidosustancial propio de la puesta en marcha y prosecución del procedimiento demostrativas deque la investigación o tramitación avanza y progresa, consumiéndose las sucesivas etapasprevistas por la ley o que demanden principios constitucionales o normas con influencia enderechos fundamentales de naturaleza procesal, superando la inactividad y la paralización. Demanera que, no solamente tienen virtualidad interruptora de la prescripción, las actuacionespracticadas con fines de investigación sumarial sino las de ordenación del procedimiento, comola decisión del órgano jurisdiccional de admisión o rechazo de pruebas (véase STS 1097/2004,de 7 de septiembre) y el señalamiento del juicio oral, disponiendo de todo lo necesario para queéste tuviera lugar, aunque luego se variase la fecha y se procediera a un nuevo señalamiento”.Más discutible es que pueda mantenerse, tras la STC 37/2010, que precedió al Acuerdo delPleno No Jurisdiccional de la Sala Segunda del Tribunal Supremo de 26 octubre 2010, la antiguadoctrina, cuya cita incidentalmente se reitera en la sentencia del Tribunal Supremo de 21noviembre 2011, que excluía del cómputo “el periodo en que la causa espera su turno para elseñalamiento del día concreto para la vista pública, cuando por razones de fuerza mayor no esposible celebrar el juicio antes”. En todo caso, carecen de virtualidad interruptiva “las diligenciasbanales, inocuas o de mero trámite que no afecten al curso del procedimiento”. Así, el TribunalSupremo ha considerado intrascendentes para el cómputo de los plazos de prescripción, laexpedición de testimonios o certificaciones, personaciones, solicitud de pobreza, reposición deactuaciones órdenes de busca y captura y requisitorias, extravío de la causa, tramitación de lapieza de responsabilidad civil o relacionadas con ella (STS 1146/2006, de 22 de noviembre) opor atender el Tribunal a otras causas más urgentes (SSTS 27 de junio de 1986 , 23 de julio y21 de septiembre de 1987 , 5 de enero y 28 de junio de 1988 , 6 de junio de 1 989 , 14 de junio y18 de diciembre de 1991 , 11 de mayo de 1992 , 10 de marzo y 5 de julio de 1993 , 8 de febrerode 1995 y 9 de mayo de 1997 ). Lo mismo podría afirmarse de diligencias de mero trámite,como las que acuerdan la unión a autos de los escritos de las partes, las diligencias deordenación que no comportan efectiva prosecución procesal, la ordenación de diligenciascarentes de justificación investigadora, los incidentes competenciales, los recordatorios, lasprovidencias que se limitan a ordenar la propia tendencia del proceso a la espera de futurasactuaciones o señalamientos no precisados, etc. (SSTS de 5 de enero de 1988 , 18 de julio de1993 , 10 de marzo de 1993 , 8 de julio de 1998 , y, más recientemente Auto de 20 de mayo de2004 , 1146/2006 de 22 de noviembre , 452/2007 de 28 de mayo , 571/2010 de 4 de junio y975/2010 de 5 de noviembre).

DÉCIMO.­ Esta aplicación retroactiva de los requisitos de la nueva prescripción penaldel delito o falta, en cuanto más favorables al reo, nunca debiera interpretarse como sorpresivapara las partes, y, en concreto, para los querellantes, puesto que ya desde la fecha de laentrada en vigor de nuestra Constitución, para el caso de las sentencias, se exigíaexpresamente el dictado de resoluciones judiciales debidamente motivadas (art. 120.3 CE), o,para los autos, desde la fecha de entrada en vigor de la primera (y sostenida en este punto) Ley

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Orgánica del Poder Judicial 6/1985, de 1 de julio, al requerirse que “los autos serán siemprefundados” (art. 248.2 LOPJ); por otra parte pronunciamientos absolutamente en consonanciacon lo que establece nuestra Ley de Enjuiciamiento Criminal (ars. 141 y 142) sin perjuicio deentender que también una “providencia” debidamente motivada en los términos exigidos por elnuevo art. 132 CP podría surtir los mismos efectos. Por tanto, si las partes siempre conocieronla existencia de tales preceptos, que consagran el principio general del derecho a la debidamotivación judicial como emanación del derecho a la tutela judicial efectiva del art. 24.1 CE, esevidente que, caso de no haber existido dicha motivación judicial en determinadas resolucionesque así lo requirieran en su momento, siempre pudieron haberla exigido por la vía de losrecursos correspondientes; si en su caso no lo hubieran hecho no podrían quejarse ahora deaquella omisión sustancial en este tipo de resoluciones clave para decidir si se interrumpió o noel cómputo de la prescripción. Del mismo modo que a las partes les está vedado elplanteamiento de “peticiones, incidentes y excepciones que se formulen con manifiesto abusode derecho o entrañen fraude de ley o procesal” (art. 11.2 LOPJ), los jueces y tribunales, comoautoridades y poderes públicos que son, se rigen, entre otros, por el principio de la interdicciónde la arbitrariedad (art. 9.3 CE). Por eso no puede haber excusas para aplicar la norma penalmás favorable al reo incluso en los casos de una posible prescripción del delito o faltacometidos, que lo sería con arreglo a la nueva regulación de esta institución y con todos susrequisitos sustantivos y/o procesales. En el caso, además, las partes han sido oídas, conexpresa mención de la posibilidad de aplicación retroactiva de la reforma operada por LO 5/2010en sede de prescripción.

DÉCIMOPRIMERO.­ En el caso, precisamente, frente a lo que afirman lasacusaciones y, en particular, el conciso informe del Ministerio Fiscal, que se centra en el auto deadmisión de la querella, no es posible identificar esa primera resolución con virtualidadsuspensiva o interruptiva del plazo de prescripción. Previamente al examen de este extremocardinal, hemos de detenernos en algunas cuestiones preliminares al estudio del fondo de lacuestión. En primer lugar, además de haber afirmado ya la posibilidad y oportunidad procesal deadelantar la consideración de la eventual prescripción a este trámite, hemos de insistir en que elplanteamiento actual no es prematuro y respeta todas las garantías, sin que, por cierto, hayaexistido objeción alguna por parte de las acusaciones a la decisión en este momento delprocedimiento. Así, de la ya citada STS de 10.6.13 podemos extraer determinadas exigenciasen orden a considerar oportuna y correctamente planteada la posible prescripción, en un casoen que fue apreciada, incluso, por el instructor y no por el órgano de enjuiciamiento: a) audienciade las partes, obviamente respetado, lo que determina efectiva contradicción; b) decisiónasumida por el órgano competente para conocer del fondo del asunto, esto es, la AudienciaProvincial; c) posibilidad de impugnación, en el caso, casación, al amparo de lo previsto en elart. 676 LECrim., aclarando la referida STS de 10.6.13, con cita de la STS 918/1998, de 6 dejulio, que recoge, a su vez, lo acordado en Pleno no jurisdiccional de 8 de mayo de 1998, que lareferencia a la apelación sustituyendo a la casación introducida en el referido artículo por lareforma promovida por la Ley Orgánica del Tribunal del Jurado ha sido considerada “un deslizlegislativo corregible por vía interpretativa: ha de entenderse "casación" y no "apelación" pese ala literalidad de la norma”. Se añade, por si fuera necesaria justificación adicional, que “ellegislador quiere que las decisiones definitivas de las Audiencias sobre prescripción del delito

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en causas de su competencia sean revisables en casación, siempre que, como en este caso,exista alguien procesado, o en situación asimilable”. Por otra parte, no puede entenderse unacuestión ya resuelta por la Audiencia Provincial en cuanto, en primer lugar, sólo coincideparcialmente, en un tercio, su composición respecto del tribunal que dictó una sola de lasanteriores resoluciones en la causa, en concreto, la de fecha 28.12.07 que es, además y estoes decisivo, anterior a la reforma operada por LO 5/2010. La posible nulidad fue ciertamente yaexaminada por el Juzgado de Instrucción, pero no por esta Sala, con posterioridad a la entradaen vigor de dicha reforma en el auto de 10.10.11 en el cual, además, se vinculaba a una causade nulidad planteada, en términos muy similares a los ahora suscitados, por la Defensa de NoelClaude Josef Goutard y se dejaba a salvo, precisamente, en su parte dispositiva, la posibilidadde reproducir la cuestión en el momento procesal oportuno. En definitiva, la cuestión no estádefinitivamente resuelta y se han observado las elementales garantías para su resolución eneste trámite y, por tanto, procede entrar a la consideración del fondo de la cuestión, con laprevención de que de ser viable una calificación por un delito con pena que excluyese laprescripción, la decisión podría ser prematura, por no existir seguridad sobre la prescripción.Sin embargo, ni dicha calificación es viable ni, sobre todo, ha sido sugerida por las acusacionesen sus escritos de conclusiones provisionales, ni en el trámite específico previo a esta decisión.Comenzaremos, pues, por la identificación de hechos y de calificaciones viables, a los efectosde determinar el dies a quo y el plazo de prescripción aplicable a contar a partir de esa fecha.

DÉCIMOSEGUNDO.­ Pese a su extensión y para mayor claridad, esconveniente partir de la literalidad de los escritos de acusación, en concreto, de los relatos dehechos y de las calificaciones que para ellos se proponen. El Ministerio Fiscal introduce elsiguiente relato de hechos:

“La mercantil "Valeo España; S.A.", sociedad constituida en escritura otorgada el9 de julio de 1958 ante Notario de Murcia, adoptados sus estatutos a la Ley de SociedadesAnóminas, estaba dedicada, entre otras actividades, a la fabricación y comercialización deembragues para vehículos de motor, que realizaba en dos centros productivos, uno enFuenlabrada (Madrid), para automóviles en serie, y otro en Murcia, para vehículos industriales,factoría ésta, sita en la Avd. Miguel de Cervantes, n° 25, en la que se encontraban empleadosaproximadamente 250 trabajadores.

En noviembre de 1992, se pactaron unos despidos con avenencia ante elS.M.A.C, en la factoría de Murcia, que supuso que 103 trabajadores de la plantilla se marcharancon un Plan de Prejubilación. El acuerdo de este Plan, suponía, según la empresa, la viabilidadde la misma y garantizar la estabilidad de los 145 trabajadores que quedaban en la factoría.

Sin embargo, a finales de septiembre de 1993, la dirección de Valeo España,S.A. comunicó a los trabajadores su intención de cerrar la factoría de Murcia.

En fecha de 8 de noviembre de 1993, la empresa presentó ante la DirecciónProvincial de Trabajo en Murcia, un escrito manifestando que el centro de trabajo de Murciavenía siendo deficitario desde hacía varios años, acompañando al efecto un informe económico,y comunicando la decisión de la empresa de extinguir la totalidad de los contratos de trabajo dela plantilla de Murcia, por lo que solicitaba que se tuviera por iniciado el preceptivo período deconsultas del Expediente de Extinción de los referidos contratos.

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La presentación del citado expediente llevó consigo el inicio de negociacionescon los trabajadores que no tuvieron fruto alguno, pidiendo la dirección de la empresa unaprórroga del mismo.

Valeo España, S.A. no llegó a hacer uso del citado expediente, dado que seestaban haciendo gestiones para constituir una sociedad, a la que vender la factoría, con ánimode desembarazarse del centro de trabajo de Murcia, y protegerse de las reclamacioneslaborales, liquidando así la empresa con el menor coste posible por dicho concepto, subrogandoa la nueva empresa en todos los contratos de trabajo, pretendiendo que a partir de entoncestodas las reclamaciones laborales se dirigiesen contra la nueva, y a cambio de ello se aportaronlas fincas que eran precisamente los bienes con los que se pretendían saldar talesresponsabilidades.

En las negociaciones, tanto en Murcia como en Madrid, para la venta de lafactoría a una empresa denominada "Fierro y Celdrán", mercantil que se constituyó en el año1986 únicamente para la construcción de una obra de viviendas adosadas en Ponferrada(León), así como en la transmisión de las ofertas, intervino el Tesorero de Valeo, el acusadoPABLO FRANCISCO UNZUETA MERINO.

Y así, en la reunión del Consejo de Administración de VALEO ESPAÑA, S.A.,celebrada el 22 de diciembre de 1993, en el domicilio social!, c/ Condesa de Venadito, 7 deMadrid, en la que estuvieron presentes o debidamente representados los Consejeros NoelGoutard, José Luis Gras Peña, Géric Lebedoff, Freddy Baile, Bernard Geymond, José MaríaAlapont, y D. Jean Marien Julien, bajo la Presidencia de D. Noel Goutard, Presidente delConsejo de Administración, y actuando como Secretario Luis Echecopar Rey, Secretario delConsejo de Administración, se acordó por unanimidad, entre otros, el siguiente acuerdo:Conferir poder tan amplio como en Derecho sea menester a favor de D. Pascal Goachet, D.Rene Billet y D. Francis Leclerq, para que actuando cualquiera de ellos indistinta eindividualmente, en nombre y representación de la sociedad, ejercitaran las siguientesfacultades:"1. Constituir, conjuntamente con las personas que los apoderados elijan libremente, unasociedad de responsabilidad limitada española denominada "Metalurgia del Sureste, S.L." conun capital social de quinientas mil pesetas, dividido en quinientas participaciones de un valornominal de mil pesetas cada una.2. Determinar el objeto social, el domicilio, el plazo de duración, la fecha decomienzo de las actividades, los órganos de administración, la forma de nombramiento ysustitución de los miembros de dichos órganos sociales, la forma y ocasión en que hayan deconvocarse y celebrarse las juntas de socios, ordinarias y extraordinarias, y la forma en la cualse tratarán los asuntos y se aprobarán los acuerdos en dichas juntas.3. Aprobar los estatutos de Metalurgia del Sureste, S.L.4. Suscribir cuatrocientas noventa y nueve (499) participaciones de Metalurgia delSureste, S.L. y desembolsar totalmente el valor nominal de las mismas, en efectivo metálico,así como aprobar la suscripción y desembolso que efectúen los demás fundadores de

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Metalurgia del Sureste, S.L.5. En general, establecer todos los términos y condiciones de organizacióny constitución de Metalurgia del Sureste, S.L.6. Comparecer ante Notario español con plenas facultades para otorgar,conjuntamente con las demás personas que libremente elijan, la escritura pública deconstitución de Metalurgia del Sureste, S.L., y llevar a cabo todos los actos y firmar todos losdocumentos que sean necesarios hasta obtener la inscripción de dicha escritura en el RegistroMercantil, incluyendo el otorgamiento de las escrituras de subsanación que pudieranresultar necesarias.7. Suscribir a la par hasta un máximo de novecientas ochenta y cuatro milquinientas (984.500) nuevas participaciones en el capital social de Metalurgia del Sureste, S.L.de mil (1000) pesetas de valor nominal cada una, que sean emitidas y puestas en circulaciónpor Metalurgia del Surete, S.L. y desembolsar íntegramente el valor nominal de lasmismas mediante aportación a Metalurgia del Sureste, S.L. ,en o antes del acto de suscripciónde dichas nuevas participaciones, todo ello en los términos y condiciones que librementedeterminen con la más amplia discreción de criterio, de todos o parte de los siguientes bienesde los que la Sociedad es actualmente Titular:(a) Los inmuebles e instalaciones que forman parte de la unidad productivaautónoma que la sociedad tiene en Murcia, Avd. Miguel de Cervantes, 25, y que figuranrelacionados en el listado que se agrega a esta acta, formando parte integrante de la mismacomo Anexo, siempre que la aportación de todos o parte de los inmuebles e instalacionesrelacionados en el Anexo se efectúe por un importe total en junto no inferior a quinientosmillones (500.000.000) de pesetas.(b) Maquinaria que forma parte de la Unidad Productiva, siempre que la aportaciónde toda o parte de la maquinaria que forma parte de la Unidad Productiva se efecúe por unimporte total en junto no inferior a cincuenta millones (50.000.000) de pesetas.(c) Dinero en efectivo por un importe máximo de cuatrocientos treinta y cuatromillones quinientas mil (434.500.000) pesetas.

8. Obtener del registro de la inversión extranjera que la sociedad realice enMetalurgia del Sureste, S.L:, obteniendo las autorizaciones y certificacionesbancarias correspondientes, firmando las declaraciones y solicitudes y, en general,realizando todos los actos que sean necesarios para la obtención de dicho registro.9. Celebrar con la entidad "FIERRO & CELDRAN,S.A." un contrato decompraventa por virtud del cual la sociedad:(a) Venda a FIERRO & CELDRAN,S.A. todas las participaciones sociales de Metalurgia delSureste, S.L. de las que la Sociedad sea titular (tanto las participaciones sociales de Metalurgiadel Sureste, S.L. suscritas por la Sociedad en el acto fundacional de Metalurgia del Sureste,S.L., como las suscritas por la sociedad con arreglo al apartado 7 anterior) por precio no inferiora diez millones (10.000.000) de pesetas, en los demás términos y condiciones que librementese determinen con la más amplia discreción de criterio, incluyendo, sin limitación, (i) convenirlos términos y condiciones del Contrato de Compraventa, (ii) convenir las condiciones de pagodel precio, (iii) efectuar las declaraciones y dar las garantías que FIERRO & CELDRAN, S.A.

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pueda solicitar en relación con la situación de Metalurgia del Sureste, S.L.(c) Celebre con Metalurgia del Sureste, S.L. todos aquellos contratos y firmecuantos documentos sean necesarios o convenientes a su sola discreción, a fin deobtener la subrogación de Metalurgia del Sureste, S.L., en los términos y condiciones quelibremente determinen con la más amplia discreción de criterio, en (i) todos los contratos detrabajo que la Sociedad tiene celebrados con el personal adscrito a la Unidad Productiva, (ii)todos los contratos de arrendamiento que la Sociedad tiene celebrados en calidad dearrendadora o arrendataria en relación con los inmuebles que forman parte integrante de laUnidad Productiva y (iii) cualesquiera otros contratos que la Sociedad tenga celebrados enrelación con la Unidad Productiva, incluyendo, sin limitación, contratos de arrendamientodeservicios y similares, pólizas de seguros, etc.(d) Celebre con Metalurgia del Sureste, S.L. un contrato de fabricación y suministrode productos por parte de Metalurgia del Sureste, S.L. a la Sociedad, por tiempo de seis (6)meses con el fin de apoyar a Metalurgia del Sureste, S.L. en el inicio de sus actividades luegode su adquisición por FIERRO & CELDRAN,S.A., todo ello en los demás términos ycondiciones que libremente se determinen con la más amplia discreción de criterio.

Dando cumplimiento a lo acordado en dicha Junta del Consejo de Administraciónde Valeo, S.A., mediante escritura pública otorgada en fecha de 4 de enero de 1994, anteNotario de Madrid D. Carlos Huidobro Gascón, el acusado Antonio Barragán García, en nombrey representación de Valeo, S.A., y Luis Ernesto Echecopar Florez, interviniendo en su propionombre, se constituyó la sociedad de responsabilidad limitada "Metalurgia del Sureste, S.L.",siendo fundadores, como únicos socios, Valeo España, S.A. y el segundo de los citados. Elcapital social de dicha sociedad se fijó en quinientas mil pesetas, dividido en quinientasparticipaciones de mil pesetas cada, suscribiendo Valeo 499 participaciones y Luis ErnestoEchecopar Florez una participación.

En la reunión del Consejo de Administración de 5 de enero de 1994 se nombrócomo Consejeros de la sociedad a D. Pascal Goachet, a D. Renée Billet y a D. Francis Leclerq,nombrándose presidente a D. Pascal Goachet, vicepresidente D. Renée Billet, secretario a D.Luis E. Echecopar Florez y vicesecretario a D. Antonio Barragán García, quienes aceptaron susnombramientos.

Según los estatutos de la sociedad, incorporados a la escritura de constitución,el domicilio social se fijaba en la Avd. Miguel de Cervantes, número 25 de Murcia, y el objeto dela misma era el siguiente:

­La fabricación, comercialización, distribución, compra y venta, en firme o acomisión, de todo tipo de utillajes industriales para prensas y maquinaria herramienta.

­La fabricación, comercialización y venta de todo tipo de máquinas de elevacióny sus componentes y utillajes.

­Las transformaciones metalúrgicas para sectores de construcción, industriaagroalimentaria y cualquier otro tipo de sectores afines.

En fecha de 18 de enero de 1994, y mediante escritura otorgada ante el Notariode Madrid D. Manuel Clavero Blanc, por D. Pascal Goachet, en nombre y representación deMetalurgia del Sureste, S.L. y de Valeo España, S.A. se formalizaron los acuerdos adoptados

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por la Junta General Extraordinaria de Metalurgia del Sureste S.L. de la misma fecha en lossiguientes términos:"PRIMERO.­ Aumento de capital: La Sociedad "Metalurgia del Sureste, S.L." representada porD. Pascal Goachet, declara aumentado el capital de la misma, hasta la cifra de novecientosochenta y cinco millones (985.000.000) de pesetas, es decir, en novecientos ochenta y cuatromillones quinientas mil (984.500.000) pesetas, mediante la suscripción a la par, de novecientasochenta y cuatro mil quinientas participaciones sociales de mil pesetas de valor nominal cadauna, numeradas correlativamente del 501 al 985.000, ambos inclusive.SEGUNDO.­ SUSCRIPCIÓN DE PARTICIPACIONES Y DESEMBOLSO: Que previarenuncia al derecho de suscripción del socio D. Luis Ernesto Echecopar Flores, lasparticipaciones sociales han sido totalmente suscritas y desembolsadas por la Sociedad "ValeoEspaña, S.A.", mediante las aportaciones que efectúa en este acto y en la forma y condicionesque constan en el acuerdo segundo de la certificación incorporada a esta matriz y anexos a queen dicho acuerdo se hace referencia".Entre las aportaciones para la suscripción de participaciones se efectuaron las de los siguientesinmuebles e instalaciones, por el importe de 500.000.000 de pesetas (Anexo 1):Finca número 1:Urbana.­ Factoría en término de Murcia, partido de la Albatalía, con una superficie de 29.767,58m2, y que constaba de varias edificaciones e instalaciones, finca registral n° 6.765 del Registrode la Propiedad n° 5 de Murcia.Finca número 2:Finca en término de Murcia, partido de la Albatalía, con una cabida de 26 áreas y 98 centiáreas,finca registral n° 2.320 del Registro de la Propiedad n° 5 de Murcia.Finca número 3:Un trozo de tierra en término de Murcia, partido de la Albatalía, con una superficie de quinceáreas, sesenta y una centiáreas, finca n° 3.252 del Registro de la Propiedad n° 5 de Murcia.Fina número 4:Un edificio situado en término de Murcia, partido de la Albatalía, con una superficie de milochenta y cuatro metros cuadrados, finca n° 2.543 del Registro de la Propiedad n° 5 de Murcia.Finca número 5:Un edificio de nueva planta, construido sobre un solar situado en término de Murcia, partido dela Albatalía, con una superficie de tres mil novecientos metros cuadrados, finca n° 1.185 delRegistro de la Propiedad n° 5 de Murcia.La transmisión de propiedad derivada de las citadas aportaciones fue objeto de lascorrespondientes inscripciones regístrales.­Mediante escritura pública otorgada ante el Notario de Madrid D. Manuel Clavero Blanc, de 18de enero de 1994, D. Pascal Goachet, en nombre y representación de "Valeo España, S.A.", y.D. Luis Ernesto Echecopar Florez, interviniendo en su propio nombre, vendieron a la sociedad"Grupo Sidespa", anteriormente denominada "Fierro"& Celdrán", y representada en dichoacto por Antonio Sánchez Celdrán, autorizado por el Consejo de Administración en reunión de10 de enero de 1994, las participaciones de la sociedad "Metalurgia del Sureste, S.L." por elprecio de diez millones de pesetas.En Junta General Extraordinaria de 18 de enero de 1994, se acordó aceptar la dimisión

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presentada por D. Pascal Goachet, D. Renée Billet y D. Francis Leclerq, de sus cargos comoConsejeros de la Sociedad, y se acordó nombrar por plazo de 5 años, como miembros delConsejo de Administración de "Metalurgia del Sureste, S.L." a Antonio Sánchez Celdrán, JaimeRodríguez Hermida y a Dª María Dolores Fernández Segura, nombrándose Presidente a JaimeRodríguez Hermida, y Secretario y Consejero Delegado a Antonio Sánchez Celdrán, quienesaceptaron sus cargos, elevándose a escritura pública tales acuerdos el mismo día ante Notariode Madrid D. Manuel Clavero Blanc.En la misma escritura n° 210 de 18 de enero de 1994, D. Pascal Goachet y D. Antonio SánchezCeldrán, requirieron al Notario para que protocolizase a continuación de la matriz, un documentode 18 de enero de 1994, en el que Metalurgia del Sureste, representada por Antonio SánchezCeldrán, se subrogaba en todos los derechos y obligaciones que correspondían a ValeoEspaña, S.A., representada en tal acto por D. Pascal Goachet, de acuerdo con los contratos detrabajo, quedando Valeo relevada de toda obligación y derecho por razón de tales contratos.Previamente al otorgamiento de dicha escritura, Valeo España, S.A., representada por D.Pascal Goachet, y "Fierro y Celdrán", representada por Antonio Sánchez Celdrán, celebraronun contrato privado de compraventa de fecha 30 de diciembre de 1993, modificado el 14 deenero de 1994, por el que esta última entidad se obligaba a adquirir todas las participaciones deMetalurgia del Sureste, S.L. y a indemnizar y mantener a salvo a Valeo España, S.A. de todaresponsabilidad que pudiera originarse para la misma por actos u omisiones de cualquiera delas dos sociedades, que tuvieran como resultado el incumplimiento de las obligaciones decarácter laboral asumidas por Metalurgia del Sureste, S.L., en relación con el personalintegrante de la plantilla, obligándose Fierro & Celdrán, S.A., sin perjuicio de su responsabilidadpersonal por las obligaciones asumidas por la misma con Metalurgia del Sureste, a obtener queésta constituyese a favor de Valeo una hipoteca de máximo sobre las fincas de su propiedad.

Y así, mediante escritura de 18 de enero de 2004 (n° 213), ante Notario deMadrid, D. Manuel Clavero, se otorgó la correspondiente escritura de constitución de hipotecavoluntaria de máximo, inscrita en el Registro de la Propiedad, por Metalurgia del Sureste,representada por Antonio Sánchez celdrán, a favor de Valeo España, S.A. representada porPascal Goachet, sobre las fincas antes citadas, hasta por un máximo de 500 millones depesetas en concepto de principal, hasta por un máximo de 225 millones de pesetas enconcepto de intereses y hasta por un máximo de 25 millones de pesetas en concepto de gastosy costas. Como obligación indemnizable se estableció la responsabilidad de Valeo españa, S.A.declarada por una resolución firme, de pagar una cantidad de dinero determinada en relacióncon todas o cualesquiera de las personas que integraban la plantilla de la empresa, por sueldos,salarios o cantidades asimiladas, cuotas correspondientes a la Seguridad Social, recargos osanciones e indemnizaciones por despidos o extinción de los contratos y sanciones porinfracciones laborales o por incumplimiento de la normativa sobre seguridad e higiene,cantidades retenidas a cuenta del Impuesto sobre la renta de las Personas Físicas, y multas osanciones derivadas del ejercicio de acciones penales. Se pactó como período garantizado elcomprendido entre la fecha del otorgamiento de la escritura y el tercer aniversario de dichafecha, que se prorrogaría obligatoriamente por 11 años más si se interpusiese demanda contraValeo en el plazo de 3 años, tasándose las fincas para el caso de subasta en 627.000.000 pts(finca n° 6.765), 40.500.000 pts (finca n° 2.320), 22.500.000 pts (finca n° 3.252), 26.250.000 pts

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(finca n° 2.543), y 33.750.000 pts (finca n° 1.185), respectivamente.Igualmente, mediante escritura de 18 de enero de 1994, se protocolizó un

contrato de depósito en garantía, por el que Metalurgia del Sureste entregó a Valeo 300.000.000pts en depósito para mantener a salvo a Valeo España, S.A. de toda responsabilidad quepudiera originarse para Valeo por el pago de obligaciones de carácter laboral.

En fecha de 18 de enero de 1994 se celebró un contrato de fabricación ysuministro de productos, por el que, entre otras estipulaciones, Metalurgia del Sureste, S.L. seobligaba a favor de Valeo, S.A. a fabricar los embragues para vehículos de motor y suscomponentes relacionados en un Anexo, y a entregar los productos a la recurrente, quienperiódicamente debía entregar a Metalurgia del Sureste, S.L., en depósito, las materias primasnecesarias para la fabricación de los productos. Se pactó una duración del contrato de seismeses contados a partir de su fecha, con la posibilidad de ser prorrogado sucesivamente porperíodos mensuales por acuerdo escrito entre las partes. Expresamente se hizo constar en laclaúsusla 17 que el objeto fundamental del contrato era que Valeo apoyara a Metalurgia en elinicio de sus actividades a partir de esa fecha, como consecuencia de la adquisición de todaslas participaciones del capital social de Metalurgia, S.L. por Grupo Sidespa, S.A.

Como consecuencia de la venta de la factoría, el 19 de enero de 1994, el Comitéde Empresa presentó ante la Dirección Provincial de Trabajo de Murcia comunicación dehuelga indefinida que afectaba a la totalidad de la plantilla, siendo el motivo de la huelga suprotesta y disconformidad con la venta efectuada, que fue desconvocada el 16 de junio de1994, al llegarse a un acuerdo entre el Comité de empresa y D. Luis López Herrera, porMetalurgia del Sureste, por el que la empresa asumía el pago de 1.310 millones de pts. comosuma global de la que correspondía a todos y cada uno de los trabajadores de la plantilla, portodos los conceptos, incluyendo liquidación salarial, indemnización por despido y saldo yfiniquito total y global, aceptando los trabajadores siempre que el pago fuese por chequeconformado depositado ante Notario de Murcia en un plazo de 15 días, si bien la empresamanifestó que la entrega estaría condicionada a la aprobación por cualquiera de los órganoscon competencia para ello del Ayuntamiento de Murcia y su ratificación por la ComunidadAutónoma de Murcia, de un convenio urbanístico que permitiese la recalificación de los terrenosdonde se ubicaba el citado centro de trabajo.

Metalurgia del Sureste, S.L., no dio cumplimiento al pacto en el plazo previsto,por lo que la situación continuó tal y como estaba antes del acuerdo. Se desconvocó la huelgael 28 de julio de 1994, incorporándose los trabajadores a su puesto de trabajo, y como losdirectivos de la empresa no se personaron en el centro, ni facilitaron empleo a los trabajadores,éstos interpusieron demanda en reclamación por despido y extinción de contrato de trabajo eldía 19 de agosto de 1994, que turnada correspondió al Juzgado de lo Social n° 1 de Murcia(Autos n° 1210 al 1.403 y 1487/94), demanda que se interpuso contra: Valeo España, S.A.,Metalurgia del Sureste, S.L. Antonio Sánchez Celdrán, Jaime Rodríguez Hermida, Ma DoloresFernández Segura, Noel Goutard, José Luis Gras Peña, José María Alapont, Jean Marie Julien,Sidespa, S.A. y el Fondo de Garantía Salarial, solicitando embargo preventivo de bienes, eindicando la cantidad aproximada de 8.508.608 pts por trabajador.

Por Auto de 7 de septiembre de 1994 el Juzgado de lo Social decretó el embargopreventivo de bienes propiedad de la demandada Valeo España, S.A., Metalurgia del Sureste,

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S.L. Antonio Sánchez Celdrán, Jaime Rodríguez Hermida, Ma Dolores Fernández Segura, NoelGoutard, José Luis Gras Peña, José María Alapont, Jean­Marie Julien y Sidespa, S.A., encuantía suficiente para garantizar la suma de 1.300.000.000 pts de principal, más la de130.000.000 pts, presupuestadas para costas, como medida cautelar hasta la finalización dellitigio, embargándose los muebles relacionados en tales autos, y los inmuebles, concretamentelas fincas regístrales 6.765, 2.320, 3.252, 2.543 y 1.185 del Regitsro de la Propiedad n° 5 deMurcia, los vehículos Peugeot 505, matrícula M­ 3069­DY, Peugeot matrícula M­1485­FW,Peugeot 505 matrícula M­3988­FW, así como 119.718.482 pts, que la Agencia Tributaria habíade devolver a Valeo España, S.A. por devoluciones tributarias, ampliándose el 15 de febrero de1995 el principal a 2.074.999.995 pts, y otros 300 millones de pesetas para intereses, gastos ycostas.

El 7 de octubre de 1994, de una parte, Antonio Sánchez Celdrán, comoConsejero­Delegado y Administrador único, en representación de Metalurgia del Sureste, S.L.,y de otra parte representantes de los sindicatos de los Trabajadores (CC.OO., U.S.O., U.G.T.),redactaron un documento con una serie de manifestaciones a los efectos de un posible acuerdode conciliación, pendiente de ratificarlo los trabajadores, en el que la empresa Metalurgia delSureste, S.L. ofrecía el reconocimiento de la improcedencia del despido, y en pago de lasresponsabilidades económicas por la extinción de los contratos de trabajo, ofrecía lo siguiente:los inmuebles del centro de trabajo de Miguel de Cervantes, y en todo caso el patrimonioinmobiliario embargado en el Juzgado de lo Social n° 1 de Murcia; toda la maquinaria propiedadde Metalurgia del Sureste, S.L., menos la incluida en la relación de Valeo que se presentaba; yla totalidad del dinero embargado a Metalurgia del Sureste, S.L. por el indicado Juzgado.

Se indicaba además que el patrimonio indicado quedaba embargado y afectadopara cubrir el total de los débitos a los trabajadores.

Por lo que respecta al patrimonio inmobiliario, los trabajadores se comprometíana iniciar los trámites pertinentes de recalificación ante las instancias correspondientes, eigualmente a partir de la recalifícación por el Ayuntamiento, reconocerían la opción de compra afavor de Antonio Sánchez Celdrán o persona física o jurídica que él designe, siendo válido por elplazo de 6 meses, desde ese momento y en todo caso 1 año, desde el momento del acto deconciliación, fijándose la opción de compra en 1.700.000.000 pts, comprometiéndose el Sr.Celdrán a acreditar documentalmente el estado libre de cargas y gravámenes de los bienes queson objeto de la transmisión, salvo la hipoteca de máximo a favor de Valero España, S.A., quesería cancelada en ese momento.

La conciliación tuvo lugar el 26 de octubre de 1994 ante el Magistrado delJuzgado de lo Social n° 1 de Murcia, compareciendo de una parte, los demandantes, y de otra,como demandada, Metalurgia del Sureste, S.L. y Valeo, S.A., no compareciendo el resto decodemandados, invitando S.Sª a una avenecia, que se consiguió en los siguientes términos:1°­ La empresa "Metalurgia del Sureste, S.L." reconoció haberse subrogado en los contratos detrabajo de los demandantes el 18­1­04, en su centro de trabajo de Murcia, sito en Avd. Miguelde Cervantes, 25.2°­ Metalurgia del Sureste reconocía que el 29 de julio de 1994 se produjo el despido de losdemandantes y reconocía ser el despido improcedente, y ante la imposibilidad de la readmisión,optaba por la extinción de los contratos de trabajo, ofreciendo la cantidad de 2.074.999.955 pts a

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pagar en 24 horas.3°­ Los trabajadores manifestaron su plena conformidad con lo expresado en los dos apartadosanteriores, y aceptaron el ofrecimiento de la empresa, desistiendo y apartándose de la acciónentablada contra "Valeo España, S.A." y los demás codemandados, aceptando haber quedadofiniquitada la relación con Valeo España el 18 de enero de 1994, en base a la subrogación en loscontratos de trabajo expresada en el apartado primero.4°­ Se hizo constar expresamente que las indemnizaciones eran superiores a 35 días desalario, y una vez percibidas las cantidades pactadas se consideraban los trabajadoressaldados y finiquitados en la relación laboral con Metalurgia del Sureste, S.L.5°­ Valeo España, S.A. se comprometió a cancelar la hipoteca voluntaria de máximo otorgadapor Metalurgia del Sureste, S.L. a su favor.6°­ Metalurgia del Sureste, S.L. puso de manifiesto a S.Sª y los trabajadores, que habíaefectuado una transacción con Valeo España, S.A., por la que ésta y en el concepto deliquidación final de las relaciones contractuales entre ambas sociedades, había abonado aMetalurgia del Sureste la cantidad de 175 millones de pts, mediante la cesión de 119.718.482pts que se encontraban depositadas en la cuenta de consignaciones del Juzgado, y 55.281.518pts que se habían abonado mediante cheque bancario nominativo a favor de Metalurgia, ysolicitaba que el embargo se extendiera a ambas cantidades, a efectos de garantizar losderechos de los trabajadores.7°­ El Magistrado titular del Juzgado de lo Social acordó el levantamiento de los embargosdecretados sobre bienes de Valeo España, S.A., y manteniendo el embargo sobre los bienes deMetalurgia del Sureste, S.L., ampliando el embargo preventivo a la cantidad de 55.281.518 ptsque se entregaban en el acto por endoso del cheque anteriormente citado, y la cantidad de119.718.482 pts depositadas en la cuenta de consignaciones.8°­ Los demandantes otorgaban el más amplio, eficaz, total y final saldo y finiquito, a favor deValeo España, S.A., sus Directivos, Administradores y Consejeros, y las Empresas de suGrupo, sin que nada tuviesen que reclamar de ellos por ningún concepto, y renunciaban alejercicio de acciones de cualquier clase contra los mismos.

Mediante Auto de 3 de noviembre de 1994, aclarado por otro de 9 de noviembre,se acordó: a) Ejecutar el citado título ejecutivo por un principal de 2.074.999.965 pts, más30.000.000 pts, que se fijaron provisionalmente para costas y gastos; b) elevar a definitivo elembargo preventivo practicado con fecha de 7 de septiembre de 1994, y ampliar el embargopracticado sobre los bienes inmuebles, hasta el importe del principal; c) designar perito; d)proceder al pago de 2.251.765 pts a cada uno de los ejecutantes, con cargo a la suma de326.586.186 pts consignadas en el Juzgado, a cuenta del principal ejecutado. El citado Auto fueaclarado por otro, de fecha 8 de noviembre de 1994, en el sentido de precisar que la ejecuciónse dirigía, exclusivamente, contra la empresa Metalurgia del Sureste S.L., sin que procediese laejecución contra Valeo España, S.A., y que los embargos que se elevaron a definitivos son lospracticados contra la aludida Sociedad Limitada.

Metalurgia del Sureste, S.L. interpuso recurso de reposición contra el Auto de3­11­1994, que fue desestimado por otro dictado el 21­3­1995.

Contra el Auto desestimatorio de 21­3­1995, y otros Autos tambiéndesestimatorios, (el de 22­9­1995 por el que desestimaba la reposición contra Providencia

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donde se ordenaba mandamiento al Registrador de la Propiedad para anotación de embargo;Auto de 17­10­95, que desestimaba el recurso de reposición contra la Providencia quemandaba sacar a subasta los bienes embargados; Auto de 17­10­1995, que acordaba lainadmisión de los recursos de suplicación planteados), Metalurgia del Sureste, S.L. interpusorecurso de suplicación, que fueron desestimados por la Sala de lo Social del T.SJ. de Murcia,por Auto de 24 de abril de 1996, indicando en el Fundamento de Derecho Décimo que lainterposición del recurso de reposición por duplicado, no tenía, por tanto, otra finalidad que lameramente dilatoria.

Por Auto de 4 de octubre de 1995 se adjudicaron a los 145 trabajadoresdemandantes las fincas aportadas por Valeo a Metalurgia del Sureste, y reseñadasanteriormente, por el precio de 638.989.000 pts, en proporción al crédito pendiente de cada unode los trabajadores, decretando la cancelación de las cargas motivadas por el procedimiento.

El 10 de octubre de 1995, Valeo españa, S.A., representada por AntonioBarragán García canceló las hipoteca sobre las fincas.Los trabajadores cobraron las siguientes cantidades:26­10­94, 1ª entrega Juzgado 326.506.070 pts.25­04­95, Adjudicación máquinas 55.538.325 pts28­07­95, 2ª entrega Juzgado 26.000.000 pts31­07­95, 3ª entrega Juzgado 1.458.532 pts4­10­95, Adjudicación fincas 638.989.000 ptsResultando un total cobrado 1.048.491.927 pts, y pendiente de cobro 1.326.508.028 pts =7.972.473,81 euros.

Las citadas fincas, después del correspondiente Proyecto de Compensación deUrbanización, fueron agrupadas mediante escritura ante Notario de Murcia el 28 de noviembrede 1996, y la resultante después de la correspondientes compensaciones al Ayuntamiento deMurcia, vendida mediante escritura de 22 de enero de 1997 a la mercantil "José López Rejas,S.L.", para la construcción de viviendas de protección oficial, por el precio de 1.246.862.500pts.”

Estos hechos son calificados por el Ministerio Fiscal como constitutivos de undelito contra los derechos de los trabajadores del art 499 bis, segundo y último párrafo, enrelación con el art 519 (comerciantes) del C.penal de 1973, como más beneficioso que el nuevoart 257 C.P. de 1995 (no reformado por L.O. 15/2003), de los que se considera autores a NoelClaude Josef Goutard, Pascal Henri Goachet, Renée Jean Billet (fallecido el 19.7.07), José MªAlapont, José Luis Gras Peña, Luis Ernesto Echecopar Flórez, Antonio Barragán García, PabloFrancisco Unzueta Merino, Antonio Sánchez Celdrán y Jaime Rodríguez Hermida, para cadauno de quienes interesaba la imposición de la pena, de 3 años de prisión menor, accesorias ycostas, además de la obligación de indemnizar conjunta y solidariamente a los 145 trabajadoresdemandantes en el Juzgado de lo Social n° 1 de Murcia, en la cantidad total de 7.972.473,81euros (1.326.508.028 pts), con aplicación del interés legal, cantidad de la que respondería comoresponsables civiles subsidiarios (art 499 bis, último párrafo C.P. de 1973), la mercantilesValeo, S.A., Metalurgia del Sureste, S.L., Fierro & Celdrán, S.A. y "Grupo Sidespa".

DÉCIMOTERCERO.­ Por su parte, la acusación particular, describía los hechos

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imputados en los siguientes términos:“La multinacional VALEO tiene constituida por escritura otorgada el 9 de Julio de

1958 la sociedad VALEO ESPAÑA SA, mercantil dedicada ­entre otras actividades­ a lafabricación y comercialización de embragues y otras piezas para vehículos de motor, teniendoa la fecha de los hechos objeto de esta causa una unidad de producción en Murcia sito en laAvda. Miguel de Cervantes.Los acusados Sr. Gouchet, Sr. Billet, Sr. Goutard, Sr. Gras Y Sr. Alapont formaban parte delConsejo de Administración de VALEO ESPAÑA SA que acordó conferir poder suficiente a lostambién acusados Sr. Echecopar Y Sr. Barragán para constituir la sociedad METALURGIADEL SURESTE SL, empresa en la que ocuparon cargos como consejeros, secretario ovicesecretario los mencionados Sr. Gouchet, Sr. Billet, Sr. Leclerq, Sr. Echecopar y el Sr.Barragan, Todos ellos participaron de forma directa en los hechos que posteriormente sedescriben, acordando aportar a la empresa creada todos los bienes e instalaciones que VALEOESPAÑA tenía en Murcia, al tiempo que decidían formalizar la venta a una empresa sinactividad conocida, como era "FIERRO Y CELDRAN" y obligaban a que todas lasnegociaciones tuvieran como condición indispensable que se firmasen cuantos documentosfueran necesarios para que los trabajadores de VALEO en Murcia no pudiesen reclamar frentea VALEO ESPAÑA.

En el año 93 VALEO ESPAÑA, decide prescindir de toda la rama productiva deMurcia, sin utilizar los medios legales para dicho fin (la vía laboral, expediente de regulación deempleo...) debido al coste económico que implicaría. Para ello a finales del año 93 crean unasociedad (Metalurgia del Sureste) a la que aporta toda la factoría de Murcia (inmuebles,maquinaria... que valoran en 975 millones de pesetas, de los que 400 millones era en dinero enefectivo) y en el mismo día venden la citada empresa a FIERRO Y CELDRÁN (GRUPOSIDESPA) empresa que tenía que subrogarse en todos los contratos de trabajo. El precio dedicha venta fue de 10 millones de pesetas ­sin que conste su efectivo pago­ a cambio de lo queellos mismos habían valorado en cerca de MIL MILLONES (sólo en concepto de comisión de lacitada venta VALEO reconoce haber pagado más de 30 millones de pesetas). Con estaoperación VALEO se desvinculaba de sus compromisos laborales, delimitaba el riesgoeconómico de las reclamaciones laborales a los bienes aportados y a la nueva empresaadquirente. Nada más producirse la venta, se entregan al acusado Sánchez Celdrán 135millones de pesetas que utiliza en comprar vehículos de lujo y establecerse en una de las zonasresidenciales más lujosas de Madrid. Debido a la alarma social y movilización de lostrabajadores, prensa, Instituciones públicas de Murcia... a fin de que no se dilapidase totalmentela empresa; y tras un largo tiempo de negociaciones ­unos siete meses en los que lostrabajadores no cobraban su sueldo­ los trabajadores se incorporan a la empresa, pero éstaestaba inactiva y no se presentan los empleadores. Los trabajadores inician la vía laboralllegándose a una conciliación en donde se reconoce un despido improcedente, se establece laindemnización que corresponde a los trabajadores y se comprometen a pagársela en 24 horas­levantándose la hipoteca de máximo que VALEO tenía sobre los bienes, que hacía por un ladoimposible embargar a METALURGIA, y por otro bloqueaba las acciones contra VALEO pueshabía "dejado de ser formalmente" los empleadores­. Pasado el plazo estipulado, los acusadosno cumplen con lo pactado, iniciándose en la vía laboral la ejecución que tras innumerables

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recursos termina estimando las peticiones de los trabajadores pero deviene infructuosa puesMETALURGIA era totalmente insolvente.

La empresa FIERRO Y CELDRAN SA (bajo la denominación GRUPO SIDESPAS.A.) fue la empresa elegida por VALEO para realizar la venta de la unidad de producción deMurcia, dicha empresa comienza sus operaciones a finales del año 86, siendo su objeto socialexclusivamente "la promoción, construcción y venta de viviendas de protección oficial" y seconstituyo para la realización de una sola obra que finalmente no se hizo. Esta empresa nohabía tenido ninguna actividad, ni presentado balances con anterioridad a toda la negociacióncon VALEO ESPAÑA estando dada de baja provisional en el Registro Mercantil. FIERRO YCELDRAN estaba formada por los acusados Sr. Sánchez Celdrán y Da. Ma. DoloresFernández. El primero de ellos intervino en la compra de METALURGIA DEL SURESTErepresentando a FIERRO Y CELDRAN.La relación de hechos y fechas de lo sucedido fue:

En Mayo de 1.992 VALEO ESPAÑA SA presentó un expediente de regulaciónde empleo para la extinción de 103 puestos de trabajo en su fábrica de Murcia, presentando unPlan de Viabilidad para continuar con su producción en Murcia y garantizar la estabilidad delresto de trabajadores que quedaban en la factoría (145 trabajadores). En noviembre del mismoaño se pactaron los despidos de los 103 trabajadores, paralizando la empresa elreacondicionamiento que había iniciado en la Fábrica una vez se cerró el acuerdo eincumpliendo totalmente el plan de viabilidad.

Pocos meses después, la Dirección de VALEO ESPAÑA comunica al Comitéde Empresa de la Fábrica de Murcia su intención de cerrarla y que en breve se presentaría otroexpediente para rescindir los 145 contratos de trabajo que componían la totalidad de la plantillade la Fábrica de Murcia y con ello el cierre definitivo. El expediente es presentado ante laDirección Provincial de Trabajo el cinco de Noviembre de 1993. La presentación del citadoexpediente llevó consigo el inicio de negociaciones que no tuvieron fruto alguno, pidiendo ladirección de la empresa una prórroga del mismo. VALEO no llegó a hacer uso del citadoexpediente e incluso llegó a rechazar subvenciones públicas de la Comunidad Autónoma deMurcia dirigidas a reconducir la marcha de la empresa, puesto que se estaban haciendogestiones para la venta de dicha fábrica y la recalificación de los terrenos, en las que intervino elacusado Pablo Francisco Unzueta Merino (Tesorero de VALEO). Dicho acusado contactó conel exconsejero de Hacienda en Murcia D. Antonio Conesa para que buscase compradores de lafactoría y se recalificasen los terrenos, por dicho trabajo cobró la cantidad de 27.500.000.­ptasmás IVA.

El día 22.12.93 se reúne el Consejo de Administración de VALEO ESPAÑA SA(conforme certifica su secretario en el documento que aparece incorporado a la escritura delNotario D. Clavero Blanc núm. de protocolo 8) estando presentes o debidamente representadoslos Consejeros y acusados D. Noel Goutard, D. José Luis Gras Peña y D. José María Alapontbajo la Presidencia de Noel Goutard y les confieren poder bastante a favor de los tambiénacusados D. Luis E. Echecopar Flórez y D. Antonio Barragán García para constituir la sociedadMETALURGIA DEL SURESTE SL.

Dicha sociedad tendría un capital de 500.000.­Ptas y sus accionistas seríanVALEO ESPAÑA con 499 acciones y D. Luis E. Echecopar con 1 acción. La constitución de

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dicha sociedad se realiza en escritura pública el día 4 de Enero de 1.994La nueva sociedad tendrá como Consejeros los acusados D. Pascal Gouchet

(Presidente), y D. Rene Billet (Vicepresidente). El Secretario es D. Luis E. Echecopar y elVicesecretario D. A. Barragan (todos ellos pertenecientes a VALEO ESPAÑA).

Siete días después del citado acuerdo, el 29.12.93, se vuelve a reunir el Consejode Administración de VALEO ESPAÑA y conceden un poder especial a tres consejeros de estamercantil y que también lo serían de METALURGIA DE SURESTE para poder:a) Ampliar el capital de METALURGIA DEL SURESTE y suscribir hasta 984.500 nuevasacciones abonándolas con todos los inmuebles e instalaciones que VALEO ESPAÑA tiene enla unidad productiva de Murcia (que valoran en importe de 500.000.000.­Ptas); Maquinaria deesa unidad productiva (que valoran en 50.000.000.­Ptas) y dinero en efectivo por un importe de434.500.000.­Ptas.b) Vender a FIERRO CELDRAN SA las 985.000 acciones que importaban985.000.000.­Ptas por un precio de lO.OOO.OOO.­Ptas.c) Que se firmaran todos los contratos y documentos necesarios para que lostrabajadores de VALEO ESPAÑA dejaran de serlo y pasasen a la nueva sociedad constituiday adquirida por FIERRO Y CELDRAN.

El 18.1.94 mediante escritura pública numero de protocolo 208 el imputado D.Antonio Sánchez Celdrán en representación de GRUPO SIDESPA SA (denominada FIERRO YCELDRAN SA) compra METALURGIA DEL SURESTE o lo que es lo mismo, toda la unidad deproducción de VALEO ESPAÑA en Murcia POR UN IMPORTE DE DIEZ MILLONES DEPESETAS, sin que conste el abono de la citada cantidad.Ese mismo día se produce la dimisión y nombramiento de nuevos cargos de la empresaMETALURGIA DE SURESTE SL, formando el nuevo Consejo de Administración los acusadosD. Antonio Sánchez Celdrán, D. Jaime Rodríguez Hermida y Da. María Dolores FernándezSegura, (escritura pública con núm. de protocolo 209)­ En el protocolo 210 se incluye una protocolización de un acuerdo suscrito entre D. AntonioSánchez en representación de METALURGIA DEL SURESTE y PASCAL GOACHET enrepresentación de VALEO ESPAÑA con la única finalidad de que VALEO ESPAÑA quederelevada de toda obligación por los contratos de trabajo de la unidad productiva de Murcia, o loque es igual, que VALEO ESPAÑA no responda de las reclamaciones de los trabajadores unavez se les deje sin trabajo.

El 18 de Enero de 1.994 en escritura con núm. de protocolo 213 se realiza laconstitución de hipoteca de máximo otorgada por la sociedad METALURGIA DEL SURESTESL Y VALEO ESPAÑA SA, en dicha escritura aparecen los siguientes extremos:a) En el segundo exponendo se menciona la existencia de "cierto contrato decompraventa de participaciones, de fecha 30 de Diciembre de 1.993, celebrado entre VALEOESPAÑA, SA, como vendedora, yGRUPO SIDESPA SA, como compradora".b) Se establecía una hipoteca de máximos sobre los inmuebles de la ramade producción de VALEO ESPAÑA en Murcia con la única finalidad de dejar a salvo a VALEOESPAÑA de cualquier reclamación de carácter laboral de los trabajadores.

Los acusados argumentaron para el cierre de la empresa la existencia de una

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crisis de ventas ­provocada por la misma empresa VALEO al derivar la producción a otrasfábricas del mismo grupo­ que quedó en evidencia ante los números del grupo VALEO que enel primer trimestre de 1994 ­fecha de la venta­ arrojó una cifra consolidada de negocio de 5.600millones de francos, con un aumento del 5.3% respecto al año anterior ­que le valió a sumáximo directivo el título de "empresario del año en Francia"­.

A pesar de haberse producido la venta los trabajadores de la empresa siguieronestando de alta en la SEGURIDAD SOCIAL en la empresa VALEO ESPAÑA y no enMETALURGIA. No hubo cambio de titular en las compañías suministradoras de Electricidad,Teléfono... El IBI siguió siendo abonado en los años posteriores a la venta por VALEO ESPAÑAy no por la empresa adquirente.

El proyecto presentado por el Grupo SIDESPA para la fábrica de Murcia fuevalorado y analizado por "EL COLEGIO OFICIAL DE INGENIEROS TÉCNICOSINDUSTRIALES DE LA REGIÓN DE MURCIA" estimando: "la absoluta invlabllidad de esteproyecto según los parámetros expuestos y que evidencia una ruina inmediata en el caso deser abordadas." . La FREMM (Federación Regional de Empresarios del Metal de Murcia)también rechazó el plan de viabilidad presentado por los nuevos propietarios de la factoría deValeo en Murcia.El 18 de Enero de 1.994 se inicia un proceso de Huelga con carácter indefinido, al tenerconocimiento el comité de empresa tras muchas indagaciones y sin que fuese comunicado porVALEO, que se había procedido a la venta de la factoría de VALEO ESPAÑA SA de Murcia,con la finalidad de recalificar los terrenos y vender los mismos con la pérdida de todos lospuestos de trabajo. En el transcurso de la larga huelga convocada (con múltiples intentos desolución todos ellos infructuosos, buscado por los trabajadores, y apoyado por la AsambleaRegional de Murcia, El Gobierno Regional, las Autoridades laborales, el Consejero de Fomentoy Trabajo D. Alberto Requena, Ayuntamiento de Murcia) el comité de empresa, losrepresentantes de METALURGIA DEL SURESTE SL Y LOS DE VALEO, acuerdan el 16 deJunio de 1.994, dar por terminadas las relaciones laborales, abonándoles las indemnizacionespertinentes, así como otros deberes que con ellos tenían. Estando en trámite el citadocompromiso y con inclusión en el orden del día de la Comisión de Urbanismo del Ayuntamientode Murcia discutir el tema de la recalificación de los terrenos en los que se asentaba VALEO enMurcia, la empresa no hace entrega de los cheques previstos.

Después de un período cercano a los siete meses de intentos de solución, elComité de empresa en fecha 28 de Julio de 1.994, presenta escrito de desconvocatoria dehuelga en el Registro de la Delegación de Gobierno, comunicando que a partir del día 29 deJulio de 1994, los trabajadores se volvían a incorporar en sus puestos de trabajo. El mismo 28de Julio, se cursó comunicación a la Dirección de VALEO ESPAÑA SA (fábrica deFuenlabrada) y a la representación legal de METALUGIA DEL SURESTE SL

En la fecha comunicada para la incorporación de los trabajadores ­29 de Julio de1994­ se persona en la empresa la Inspección de Trabajo de Murcia, comprobando que no sehabía presentado ningún representante de las empresas señaladas y que los trabajadores notenían ocupación efectiva alguna. Ante esta circunstancia de falta de actividad en la empresa,los trabajadores acuden a la Unidad de Mediación, Arbitraje y conciliación de Murciapromoviendo papeleta de conciliación contra los acusados y representantes de las empresas

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VALEO ESPAÑA SA, METALURGIA DEL SURESTE SL Y SIDESPA SA.Posteriormente, en fecha 26.10.94, ante el Magistrado de lo Social núm. 1 de

Murcia, se alcanzó acuerdo en virtud del cual se "RECONOCIÓ LA IMPROCEDENCIA DELDESPIDO DE LOS ACTORES Y, ANTE LA IMPOSIBILIDAD DE LA READMISIÓN, AMBASPARTES ACORDARON LA EXTINCIÓN DE LOS CONTRATOS RECONOCIENDO LAEMPRESA UNA DEUDA DE 2.074.999.955.­PTAS POR INDEMNIZACIONES Y SALARIOSDE TRAMITACIÓN" Ante la negativa de los imputados a hacer frente a las cantidadesreferidas, los trabajadores inician el proceso judicial para cobrar sus créditos laborales; en dichoproceso los acusados utilizaron cuantos obstáculos y dilaciones consideraron oportunas a finde evitar el pago de los créditos (forzando conciliaciones que dejasen fuera a VALEO ESPAÑAa cambio de pagos parciales o levantamiento de la Hipoteca de máximos que dicha empresahabía realizado sobre todos los bienes de VALEO en Murcia, mediante la interposición dedecenas de recursos para evitar la ejecución de lo conciliado). El Tribunal Superior de Justiciade Murcia resolvió desestimando todos los recursos e imponiendo las costas a los acusadoscalificando su actuación como meramente dilatoria.El titulo ejecutivo dictado el 7 de Septiembre de 1.994 lo fue por un principal de2.074.999.955.­Ptas más 300.000.000.­Ptas para costas, intereses y gastos. Las cantidadesque pudieron cobrar los trabajadores fueron:FECHAS DE COBRO CONCEPTO CANTIDAD

26.10.94 1ª Entrega Juzgado 326.506.070.­ptas25.04.95 Adjudicación maquinas 55.538.325.­ptas28.07.95 2ª Entrega Juzgado 26.000.000.­ptas31.07.95 3ª Entrega Juzgado 1.458.532.­ptas04.10.95 Adjudicación terrenos 638.989.000.­ptas

TOTAL COBRADO 1.048.491.927PENDIENTE COBRO: 2.374.999.955 ­1.048.491.927 =1.326.508.028.

La suma de los importes antedichos y cuyo cobrO fue posible sólo tras uninterminable proceso de búsqueda de bienes, embargos y adjudicaciones en pago asciende a1.048.491.927­Ptas. que deduciéndola de los 2.374.999.955.­Ptas de deuda reconocidajudicialmente, resulta la cantidad de mil trescientos veintiséis millones quinientas ocho milveintiocho pesetas (1.326.508.028.­ptas), siete millones novecientos setenta y dos milcuatrocientos setenta y tres euros con ochenta y un céntimos (7.972.473,81.­ euros) quetodavía no han podido cobrar los trabajadores.

El 24.1.2000 la Sala de lo Contencioso de Murcia resolvió sobre la liquidación delimpuesto sobre el valor de los terrenos por la venta entre VALEO y FIERRO Y CELDRÁN,entrando a analizar los hechos objeto de esta causa dictando sentencia (f. 1004 actuaciones)actualmente firme al ser confirmada por sentencia del Tribunal Supremo (f. 1445 deactuaciones) recogiendo en su FUNDAMENTO DE DERECHO CUARTO:"Y eso es precisamente lo que sucede en el caso enjuiciado, en el que formalmente se hallevado a cabo una aportación de una rama de actividad, pero cuya finalidad no es la propia de

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una operación económica de reestructuración, concentración o cualquier otra que tienda a unobjetivo económico inherente a la actividad empresarial, sino todo lo contrario. Efectivamente sise observa todo el complejo mecanismo articulado por la entidad recurrente, y planificado endiciembre de 1993, puesto que en una sola reunión del Consejo de Administración, celebrada eldía 29 de dicho mes y año, se acordó todo el conjunto de operaciones que integraban dichoproceso, se concluye que la finalidad perseguida por la recurrente no era otra que liberarla decualquier responsabilidad frente a las reclamaciones de los empleados, permitiéndole liquidar lafactoría de Murcia sin necesidad de acudir a un expediente de regulación de empleo o deindemnizar a los empleados con dinero, liquidando todas las deudas derivadas de los despidosmediante la adjudicación de los terrenos sobre los que se ubicaba la factoría (....)mediante laconstitución de Metalurgia del Sureste S.L. se consiguió que esta sociedad se subrogara entodos los contratos de trabajo de la recurrente, con lo que, a partir de ese momento, lasreclamaciones por despido no podían dirigirse contra la misma, y a cambio de ello se aportaronlos terrenos que eran precisamente los bienes con los que se pretendía saldar talesresponsabilidades. Por otra parte, no resulta explicable desde el punto de vista empresarial quese suscriban participaciones en una sociedad por un importe de más de novecientos millonesde pesetas y se vendan en el mismo día por diez millones de pesetas a otra sociedad"Los trabajadores han sufrido graves perjuicios morales y económicos derivados de los hechosdescritos, estuvieron durante casi un año sin cobrar sus salarios, y debido a su anómalasituación laboral sin recibir ninguna prestación económica con la que mantener a sus familias;tras más de diez años de los hechos todavía no han percibido las cantidades que se lesadeudan. Sus pensiones de Jubilación también se han visto reducidas al no cotizar en losúltimos años.

Los hechos se consideraban constitutivos de: a) Un delito contra los derechosde los trabajadores del art. 499 bis, 2° en concurso del art. 71 con un delito de simulación decontrato en perjuicio de tercero del art. 532.2° (en relación al 528 y 529.7 y 8) todos ellos delCódigo Penal de 1973; b) un delito contra los derechos de los trabajadores, alzamiento laboralde bienes del art. 499 bis, 3°, segundo y último párrafo, en relación con el art. 519(comerciantes) del C.P. de 1973, considerando responsables, en concepto de autores : Delos delitos descritos en el apartado a), a los acusados Pascal Henri Goachet, Renée JeanBillet, Noel Claude Josef Goutard, José María M. Alapont, José Luis Gras Peña, Luis ErnestoEchecopar Florez, Antonio Barragán García y Antonio Sánchez Celdrán; del delito descrito en elapartado b), a los acusados Pascal Henri Goachet, Renée Jean Billet,Noel Claude Josef Goutard, José María M. Alapont, José Luis Gras Peña, Luis ErnestoEchecopar Florez, Antonio Barragán García, Antonio Sánchez Celdrán, Jaime RodríguezHermida y Pablo Francisco Unzüeta Merino, solicitando la imposición de las siguientes penas:Por el delito del apartado a), la pena de cinco años de prisión menor y, por el delito del apartadob) la pena de cuatro años de prisión menor, accesorias, costas e indemnización conjunta ysolidariamente con las mercantiles VALEO ESPAÑA SA, METALURGIA DEL SURESTE SL yFIERRO Y CELDRÁN SA, a los trabajadores que constan en el escrito de querella en lacantidad de 12.000.000.­ euros más intereses legales.

DÉCIMOCUARTO.­ De la calificación propuesta por las acusaciones, ya hemos

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anticipado que sin la menor sugerencia de posible alternativa más grave, incluso con ocasióndel traslado conferido a efectos de posible prescripción, se deduce que el plazo de prescripciónno excede de cinco años. El artículo 499 bis del Código Penal de 1973, que las acusacionesconsideran más favorable, en relación con el vigente artículo 257, en el supuesto agravado alque también se refiere la acusación, de crisis de la empresa, haciendo ineficacesmaliciosamente los derechos de los trabajadores, previsto en el párrafo segundo, remite a laspenas del artículo 519, el cual, a su vez, para el caso de que los autores fueren comerciantes,preveía penas de prisión menor, esto es, de conformidad con el artículo 30, de seis meses y undía a seis años. En la propuesta de la acusación particular, de concurso ideal, por citar elartículo 71, en relación con el delito de simulación de contrato del 532. 2, en relación con losartículos 528 y 529 7 y 8, la pena pudiera ser, en efecto, de prisión mayor, de conformidad conel CPTR de 1973, esto es, de seis años y un día a doce años y, de acuerdo con lo previsto en elart. 71, la pena sería la correspondiente a este último delito, en su grado máximo, como delitomás grave, hasta el límite que representasen las penas que pudieran imponerse por separado.Puesto que hemos de atender a la pena en abstracto, la pena podría llegar a los doce años deprisión mayor, sin que se alcance a comprender la pena, en apariencia conjunta, solicitada porla acusación particular, de cinco años de prisión menor, pues, conforme a su propuesta, la penamínima privativa de libertad sería de seis años y un día de prisión menor por el delito decontrato simulado y seis meses y un día de prisión menor, por el delito contra los derechos delos trabajadores o de 9 años y un día, penando conjuntamente. Sin embargo, en este punto,además de objeciones de fondo al concurso suscitado, vista la expresa previsión de contratosimulado en el art. 499 bis que sería prematuro analizar, lo que es evidente es que el artículo251 del Código Penal vigente sería sin duda más favorable, en cuanto prevé una penaautónoma, como ya sucedía en el Código anterior, antes de la reforma de 1983, de prisión deuno a cuatro años, sin posible remisión a las agravaciones del art. 250, incluso si se apreciaseen concurso con el delito del art. 257, la pena no superaría los cuatro años y, alternativamente,el vigente art. 311, aproximado correlato del art. 499 bis, contempla pena máxima, sin concurrir,como es evidente, violencia o intimidación, de tres años de prisión. De este modo, estainfracción, contando con la elevación del plazo mínimo de tres a cinco años operado por lareforma introducida por LO 5/2010, para la prescripción de delitos, en cuanto no permitiría laimposición de pena superior a cinco años de prisión o inhabilitación, prescribiría a los cincoaños. En la calificación del Ministerio Fiscal, esta matización no es necesaria, pues prescindedel concurso con el delito de otorgamiento de contrato simulado. En la calificación del MinisterioFiscal, sin duda, antes, como ahora, la prescripción se produciría a los cinco años. Y lasegunda imputación de la acusación particular, salvo por la mención del art. 499 bis 3ª y no 2ª,es idéntica, en términos penológicos, a la del Ministerio Fiscal. Ciertamente, no sería posiblemantener la calificación conforme al Código anterior, como más favorable y pretender, altiempo, la aplicación retroactiva de la norma vigente en materia de prescripción como másfavorable. Y tampoco, a la inversa, considerar que es más favorable la legislación vigente (loque, con evidente error en el caso de la calificación del apartado a) parece excluir la acusaciónparticular), para, al tiempo, aplicar la normativa derogada sobre prescripción. A efectos dehipótesis clarificadora, partiremos de la mayor favorabilidad de la legislación vigente en materiade prescripción, siendo claro que, calificados conforme al Código vigente, los plazos de

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prescripción serían, en todo caso, de cinco años. Lo cual, por cierto, no es nada distinto de loque ya afirmó la Audiencia Provincial en auto de la Sección 2ª de 28.12.07, toda vez que la penadel art. 257 no ha variado, por lo que, antes y después de la reforma operada por LO 15/2003, elplazo de prescripción era ya, conforme al CP 1995, de cinco años.

DECIMOQUINTO.­ En cuanto a la fecha inicial de cómputo de ese plazo decinco años, el auto ya citado de la Sección 2ª de 28.12.07 señalaba el período comprendidoentre el 22.12.93 y el 28.7.94, que es la de desconvocatoria de la huelga, ya de por sí dudosacomo fecha final, siendo así que las maniobras supuestamente delictivas se habríanconsumado con la ejecución, el 18.1.94, de lo ya acordado en el Consejo de Administración de22.11.93. Desde luego, en ningún caso puede contemplarse la fecha que propone la acusación,de 10.10.95 que es, precisamente, la de cancelación de la hipoteca de máximos cuyaconstitución la propia acusación particular vincula a la “única finalidad de dejar a salvo a VALEOESPAÑA de cualquier reclamación de carácter laboral de los trabajadores”. Al objeto de evitarprofundizar en cuestiones que corresponderían a fase de enjuiciamiento y de no alterar,tampoco, la afirmación avanzada en el citado auto de 28.12.07, partiremos de esta fecha de28.7.94, que tampoco rechaza la acusación particular, como inicial del cómputo de cinco años,También como hipótesis inicial, que fue la sometida a consideración de las partes, al darlestraslado por providencia de 25.1.13, comenzaremos por la valoración de las posiblesinterrupciones o suspensiones de la prescripción de conformidad con la vigente redacción delart. 132 CP, lo que determina que habremos de identificar, antes del 28.7.99, una resoluciónjudicial que responda a las exigencias del citado precepto, interpretado en los términos a quepor extenso nos hemos referido en párrafos anteriores.

DÉCIMOSEXTO.­ La querella, en efecto, se presenta con fecha 2 julio 1997, enatención al sello de Registro General. La primera resolución judicial dictada en la causa es elauto de incoación de Diligencias Previas y admisión de querella de 11 noviembre 1997, dictadodentro del plazo de seis meses hábil a efectos de reconocer efectos suspensivos a la querella yclave a efectos de determinar la posible prescripción y al que nos referiremos por extenso másadelante. Con la misma fecha, se firman exhortos en los que se interesa que se recibadeclaración como imputados a distintos querellados y oficios para aportar información ydocumentación sobre cuentas bancarias y para localización del querellado Antonio SánchezCeldrán, en estricta ejecución de lo acordado en dicho auto de 11.11.97 y sin que en dichosexhortos, como después en las comisiones rogatorias, frente a lo que afirman los querellantes,se incorporen “motivos”, por los que han de ser oídos los querellados como imputados. No sonresoluciones judiciales, como es obvio, las diligencias de ordenación y otras resoluciones delSecretario Judicial, ni tampoco, aunque ello parece menos obvio para la acusación particular,las declaraciones en calidad de imputado que se recibieron en el Juzgado de Instrucciónnúmero 38 de Madrid, el día 14 enero 1998, a los querellados Luis Ernesto Echecopar Florez(folio 556), Antonio Barragán García (folio 559), José Luis Gras Peña (folio 581), Enrique SorianoMartínez (folio 534), Juan Antonio Losada Fra, después no acusado (folio 587), Pablo FranciscoUnzueta Merino (folio 570) y Jaime José Rodríguez Hermida (folio 564). En este sentido, almargen del carácter sustancial de la declaración de imputado que conserva antes y después dela reforma, ello no desdice de la evidencia de que una declaración no es una resolución de clase

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alguna y de la exigencia de identificar una primera resolución de tales características, a partir dela cual podremos valorar, eventualmente, el contenido material de actuaciones, ya nonecesariamente resoluciones judiciales, para interrumpir el cómputo de un eventual nuevo plazode prescripción. Y, en cuanto a la SAP Murcia, Sección 2ª, 310/2011 que cita la recurrente, lacomposición de la Sala es nuevamente distinta en dos tercios y la referencia a la aptitud de ladeclaración de imputado para interrumpir la prescripción no es ratio decidendi, pues,precisamente, se afirma que el auto que pudiera interrumpirla, por la fecha en que fue dictado,no es apto, por falta de motivación, a los efectos prevenidos en el art. 132 CP. La siguienteresolución judicial que obra en la causa, siempre dentro del plazo de cinco años relevante, es laprovidencia de 27 febrero 1998, en cuya virtud se acuerda la unión de un escrito presentado porla representación de los imputados José Luis Gras Peña, Pablo Unzueta Merino, Juan LosadaFra y Enrique Soriano Martínez, a los que se tiene por personados y parte y se acuerda dartraslado para alegaciones a la querellante y al Ministerio Fiscal, en relación con la alegada faltade legitimación y cuestión de competencia por declinar historia planteadas en el referido escrito.Por providencia de 23 marzo 1998, se acordó unir a las actuaciones un escrito de larepresentación de los querellantes y pasar a informe del Ministerio Fiscal respecto de la falta delegitimación y cuestión de competencia alegados. Por providencia de 14 julio 1998, se acordólibrar exhorto para recibir declaración sobre los hechos de la querella a la querellada MaríaDolores Fernández Segura (no acusada), entregando el despacho a la parte querellante paraencargarse de su diligenciamiento y devolución, firmándose exhorto en la misma fecha, dirigidoal Juzgado de Instrucción Decano de Majadahonda en Madrid, con el objeto referido. Con fecha9 enero 1999, se dicta auto en el que se desestiman las pretensiones relativas a falta delegitimación y cuestión de competencia, al que también nos referiremos por extenso másadelante. Con fecha 12 febrero 1999, se acordó citar de comparecencia al querellado AntonioSánchez Celdrán, para recibirle declaración como imputado sobre los hechos de la querella,extendiendo a tal fin cédula al agente judicial y haciéndole entrega con la citación de copia de lamisma con los apercibimientos legales correspondientes. Por propuesta de providencia de 4marzo 1999, se tuvo por interpuesto recurso de reforma y subsidiaria apelación contra el autodel 9 enero 1999 y se acordó dar los correspondientes traslados al Ministerio Fiscal y partespersonadas. El recurso fue desestimado por auto de 18 marzo 1999, también objeto de recursode reforma, esta vez interpuesto por los querellantes, admitido por providencia de 19 abril 1999y desestimado por auto de 21 junio 1999, que hace referencia, exclusivamente, a los recursosadmisibles. La Sección Tercera de esta Audiencia Provincial solicitó del instructor informe sobrerecurso de queja interpuesto contra el auto de 18 marzo 1999, que fue emitido ya con fecha unode septiembre de 1999, transcurrido, por tanto, el plazo de cinco años. A efectos ilustrativos,importa destacar cómo el recurso fue desestimado por auto de la sección tercera de 18 octubre1999 y que por providencia de 26 abril 2000 se acordó librar comisión rogatoria a Francia paraoír declaración sobre los hechos de la querella a los querellados que tenían residencia en dichopaís, esto es, a Pascal Goachet, René Billet, Noel Goutard y José Mª Alapont, librándose exhortocon la misma fecha del 26 abril 2000, con el contenido que obra a los folios 1024 y siguientes delas actuaciones. Posteriormente, con fecha 21 julio 2000, se remitió nueva comisión rogatoriacon el mismo objeto, una vez traducida. En la misma fecha se acordó también librar oficio paraaveriguación el domicilio de María Dolores Fernández Segura. Por providencia de 20 diciembre

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2000, una vez averiguado el paradero de Antonio Sánchez Celdrán, se acordó librar exhorto alJuzgado de Instrucción de Madrid para que se recibiera declaración como imputado a AntonioSánchez Celdrán, requiriéndole para que designase domicilio para oír notificaciones y citacionese informándole de su derecho a nombrar abogado y procurador en esta causa, librándoseexhorto de la misma fecha con el objeto referido. En ejecución de esta solicitud de auxilio, serecibió declaración en calidad de imputado a Antonio Sánchez Celdrán con fecha 21 febrero2001 (folio 1417). Por propuesta de providencia de 13 julio 2001, se acordó la unión de escrito ytener por designados profesionales por parte de Antonio Sánchez Celdrán. Por providencia de26 noviembre 2001, se acordó contestar a determinadas aclaraciones solicitadas por laautoridad judicial francesa exhortada. Por providencia de 7 junio 2002, se tuvo por aportadadocumental acompañada por la representación de los querellantes y se acordó estar a laespera de la recepción de las comisiones rogatorias libradas. La declaración de José MaríaAlapont tuvo lugar en París el 30 septiembre 2002 (folio 1461 en el original francés, folio 2317 enla traducción); la de Renée Jean Billet, fallecido, el 21 junio 2002 (folio 1468 en el originalfrancés, 2383 en la traducción, que hace constar la fecha de 21 julio 2002); la de PascalGoachet, el 20 junio 2002 (folio 1479 en el original francés, 2329 en la traducción); la de NoelClaude Josef Goutard, el 19 junio 2002 (folio 1487, en el original francés, 2332 en la traducción).Por providencia de 16 enero 2003 se acordó unir la comisión rogatoria recibida y dar traslado alMinisterio Fiscal para informe sobre práctica de nuevas diligencias. Importa, asimismo, destacarque, sin práctica de nuevas diligencias y sí previa aportación de numerosa documental por laDefensa, se dictó auto de 18 septiembre 2003 por el que se acordaba el archivo de lasactuaciones por no ser los hechos constitutivos de infracción penal. Este auto, ciertamente, fuerevocado por auto de la Audiencia Provincial de Murcia de 2 abril 2004. Con estos antecedentes,centraremos nuestra atención en aquellas resoluciones que pudieran corresponderse, en unaprimera aproximación, con las previsiones del art. 132 CP, dictadas en el período decisivo delos cinco años posteriores a los hechos.

DECIMOSÉPTIMO.­ Comenzaremos por el examen de la resolución invocadapor el Ministerio Fiscal, esto es, el auto de incoación de Diligencias Previas y de admisión dequerella de 11.11.97. En la parte dispositiva de esta resolución, se acuerda oír en calidad deimputados a todos los que son ahora acusados, a quienes se identifica con nombres yapellidos. No existe, por tanto, objeción, desde el punto de vista de la identificación subjetiva. Sinembargo, no puede considerarse el referido auto una resolución motivada, con mínimareferencia a indicios en los que se fundamente la atribución de presunta participación en unhecho que pueda ser constitutivo de infracción penal. Los hechos de la resolución se limitan aconsignar los delitos a que se refiere la querella, haciendo constar que en ella se incluye unarelación circunstanciada de hechos, la solicitud de práctica de diligencias y de admisión atrámite y de procesamiento de los querellados. Por su parte, los razonamientos jurídicos selimitan a señalar que “pudiendo ser los hechos denunciados constitutivos de delito dealzamiento de bienes, estafa, del.cont. la libertad y seguridad en el trabajo, y reuniendo laquerella los requisitos que establece el art. 277 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, procedesu admisión a trámite, la incoación de Diligencias Previas y la práctica de las diligenciasnecesarias para la averiguación y esclarecimiento de los hechos en la misma relatados”.

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Teniendo en cuenta que la mera consignación de la concurrencia de los requisitos previstos enel citado art. 277 no significa constatación de indicio alguno, pues no se exige tal cosa en elprecepto, que detalla un contenido formal ajeno a dicha exigencia material, del texto referido nose desprende la existencia de una motivación que incluya la identificación de indicios ( noolvidemos que el artículo ser refiere a “persona indiciariamente responsable”) y, sobre todo, enel texto que hemos transcrito, no es posible descubrir la “ratio dotada de expresión bastante, eidónea para evidenciar que son el efecto de un juicio en derecho sobre los elementos de hechoaportados al juzgado”, no es posible advertir que su dictado ha sido precedido del “ necesariosustento de reflexión” a que se refiere la citada STS 19.7.13. En este sentido y a efectos desituar la debida exigencia de motivación en el ámbito de protección de la norma, no es posibleprescindir de determinados datos objetivos que reclamarían, en el caso, una especial reflexiónen el dictado de esa primera resolución apta para interrumpir la prescripción. En primer lugar, laevidente complejidad derivada de la naturaleza de los hechos objeto de querella y, en particular,de la introducida por la imputación en el seno de personas jurídicas, que reclama una mínimaindividualización de hechos e indicios que evite la citación como imputados de quienes noostenten determinados cargos de responsabilidad en la empresa, o de quienes, por la propianaturaleza del hecho, aparezcan alejados de la esfera de decisión correspondiente, sin que lamera nominación de los querellados en la parte dispositiva vaya precedida de esa mínimaindividualización motivada. En segundo lugar, de los hechos objeto de querella y de la fecha desu presentación se derivaba ya la posibilidad de prescripción, teniendo en cuenta que la querellase había presentado tres años después de ocurridos los hechos y que, en esa fecha, los delitosmenos graves tenían previsto un plazo de prescripción de tres años, lo que exigía una precisióny mínima valoración de fechas. En tercer lugar, no puede ignorarse la evidencia de que elmismo Instructor, seis años después, consideraría que los hechos no eran constitutivos deinfracción penal, lo que constituye un indicio de que no existió, en efecto, como evidencia lalectura del brevísimo auto, esa reflexión previa en la inicial resolución de apertura de Diligencias.No basta, pues, la motivación o identificación tácita de indicios que se derivaría de la decisión deoír como imputados a determinadas personas o de practicar determinadas diligencias, máximecuando no se deniegan expresamente algunas de las solicitadas (testificales requerimiento alos querellados), pero se admiten literalmente todas las declaraciones como imputadossolicitadas y la documental, también sin discriminación alguna. La Ley requiere,razonablemente, algo más, que evidencie un verdadero control jurisdiccional frente aimputaciones abusivas, en el contexto de un sistema que, como singularidad frente a otros desu entorno, reconoce un protagonismo muy relevante a los particulares interesados en elejercicio de la acción penal o en la denuncia de hechos que estiman constitutivos de infracciónpenal y que permite, por la atribución de la función instructora al Juez, un inmediato o casiinmediato conocimiento y consiguiente posibilidad de valoración y control de la posible sustanciacriminal del objeto de la denuncia o querella. Un “algo más” que no se descubre en el auto de11.11.97: la decisión es clara, pero sus motivos permanecen ocultos.

DÉCIMOCTAVO.­ Puesto que el propio Código admite que la resolución aptapara suspender o interrumpir el plazo de prescripción no ha de coincidir con la inicial de lacausa, no ha de concluir aquí la revisión de posibles resoluciones judiciales dictadas en el plazo

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crítico de cinco años. Así, hemos de recordar cómo, con fecha 9 enero 1999, se dicta auto en elque se desestiman las pretensiones relativas a falta de legitimación y cuestión de competencia.En esta resolución, sus razonamientos comienzan por atender al dato de que la querella no sóloimputa un delito contra la libertad y seguridad en el trabajo del art. 499 bis CP, sino tambiéndelitos de alzamiento de bienes y estafa. El lenguaje empleado evidencia que el centro deatención, como corresponde a una impugnación de la legitimación, se sitúa en la imputación dela querella, pero no en la que debe realizar el Juez a efectos de interrumpir la prescripción. Y enesa misma línea incide el párrafo segundo del FJ Primero, al negar al acto de conciliación “lapretendida consecuencia de extinguir la acción en los querellados”, para el "supuesto de quehubiese existido una maquinación, a través de los sucesivos cambio(s) de empresa que seha(n) realizado por los querellados, con la finalidad de provocar la insolvencia de la empresaque debía haber hecho efectivas las indemnizaciones que, en la sentencia de la jurisdicciónlaboral, se declara de corresponde a los trabajadores, de tal forma que sin prejuzgar la presentecuestión, sólo cuando fuese conocido el presunto engaño, se podría tener conocimiento de lasinfracciones penales atribuidas a los querellados", anunciando que "durante la tramitación delproceso penal, se podrá acreditar la realidad o no de la maquinación alegada como fundamentode la querella el cumplimiento o no de los elementos objetivos y psicológicos necesarios para elnacimiento de la infracción penal". En cuanto a la competencia se señala que "la consumaciónde los delitos imputados tiene lugar en el territorio de este juzgado, que es donde radicaba laempresa, pues con independencia de que las presuntas maniobras fraudulentas se realizasenfuera de este partido, lo cierto es que el menoscabo de los derechos laborales" (sic). Tras citarel artículo 14 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal y su concreción respecto de los delitos deestafa y contra los derechos de los trabajadores, se afirma que "todo ello, sin perjuicio de que,una vez practicadas las pruebas necesarias para esclarecer los hechos, pueda, o no,determinarse la existencia de una conducta delictiva en los hechos denunciados, que no sonotros que el origen de la situación de insolvencia de la empresa Fierro y Celdrán S.A., al adquirirpor escritura pública el día 18 enero 1994, la empresa Metalúrgica del Sureste, que a su vez,también en escritura pública de 4 enero 1994, había adquirido la entidad VALEO S.A.; siendoéstas, en lo esencial, las cuestiones a aclarar en este proceso penal, para determinar susconsecuencias en la intencionalidad o no de sus posibles autores, como requisitos para elnacimiento del ilícito penal". En este sentido, esta resolución es, ciertamente, motivada pero,precisamente por su objeto y atendido además su tenor literal, incide tan sólo en la legitimacióny la competencia y en cuál será el objeto de la instrucción, pero no en la identificación deaquellos indicios, ya recabados, por ser aportados con la querella o ser identificados en el ínterinque media entre su admisión y el dictado de esta resolución, que es ya de más de un año,durante el cual se ha recibido declaración a diversos imputados, que permitan identificar en esasituación de insolvencia que se refiere y en esa adquisición, o, más exactamente,adquisiciones, los indicios de haberse cometido una infracción penal imputable,provisionalmente, a los distintos querellados, no mencionados en el auto, pues es evidente quelos hechos descritos, sin identificación de otro sustento que las escrituras públicas, carecen derelevancia penal, a salvo la existencia de algún indicio, que no se identifica en la resoluciónexaminada, que determinen mínimamente una intención fraudulenta. Además de lasconsideraciones relativas al especial objeto de este auto y al momento procesal en que se dicta,

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han de darse por reproducidos los especiales motivos relacionados para justificar, en el anteriorpárrafo, la singular exigencia en la motivación y, en particular, en la identificación de indicios,que imponen la naturaleza de los hechos, la fecha de su ingreso en la jurisdicción penal y laulterior afirmación de la improcedencia de su permanencia en ella, circunstancias a las que hade atenderse para situar el estándar de motivación en un nivel más exigente que el adoptado ensupuestos, más sencillos, más oportunamente denunciados, de naturaleza penal menosdiscutible y discutida, en los que la mera descripción fáctica, con escasos añadidos que afirmensu verosimilitud, resulta casi autoevidente. En definitiva, este auto, de contenido indudablementesustancial, no se estima tampoco apto para integrar esa resolución judicial a que se refiere elart. 132 CP. Nada añade, a lo ya dicho, el auto que desestima la reforma contra el anterior yadmite la apelación subsidiaria, de 18 marzo 1999, en cuanto insiste en la cuestión procesal delos efectos de la renuncia la acción penal y la imposibilidad de que ésta fuese válida en tanto nose conociera el engaño que sería la base de la reclamación de los querellantes y que "sólo unavez conocido éste, (sin ánimo de prejuzgar), puede entenderse que las partes conocen tanto laposible existencia del delito y sus consecuencias civiles, pues el tipo penal recogido losartículos 311 y 302 del Código Penal, en lo concordante con el artículo 499 bis del Código Penalanterior, de 1973, consiste en que, mediante una actuación maliciosa, se supriman o restrinjanlos beneficios de la estabilidad en el empleo y demás condiciones de trabajo reconocidos a lostrabajadores por disposiciones legales vigentes". Nuevamente, se trata de una resoluciónjudicial motivada, pero no responde a las exigencias del art. 132 CP, en cuanto nada se dice enella sobre indicios en relación con concretos imputados de clase alguna, por más que ahora lacalificación jurídica sea objeto ya de un avance, de una precisión, debida a la pluma y reflexióndel juez, más acabada, como más acabada era ya la descripción de hechos en el auto recurridode 9.1.99. En cuanto a la providencia de 12 febrero 1999, en la que se acordaba citar decomparecencia al querellado Antonio Sánchez Celdrán, para recibirle declaración comoimputado sobre los hechos de la querella, es evidente que carece de motivación. Y, finalmente,el auto de 21 de junio de 1999, por más que motivado, en cuanto resuelve reforma contra el autode 18.3.99 tiene un contenido estrictamente procesal y en todo ajeno a los contenidos que aquíimportan. En definitiva, ni en el plazo de seis meses desde la interposición de la querella ni en elde cinco años desde la última fecha que, a lo sumo, pudiera estimarse relevante a efectos deinicio del cómputo, se ha dictado una resolución judicial motivada que identifique comopersonas indiciariamente responsables de delito alguno a los después acusados y sometidos afuturo enjuiciamiento, por lo que procede declarar prescrita la supuesta responsabilidad penalde todos los acusados en esta causa y acordar el sobreseimiento libre de las actuaciones y elarchivo de las mismas.

VISTOS los preceptos legales citados y demás de general y pertinenteaplicación,

LA SALA ACUERDA

Declarar extinguida, por prescripción, la eventual responsabilidad penal de NoelClaude Josef Goutard, Pascal Henri Goachet, José Mª Alapont, José Luis Gras Peña, Luis

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Ernesto Echecopar Flórez, Antonio Barragán García, Pablo Francisco Unzueta Merino, AntonioSánchez Celdrán y Jaime Rodríguez Hermida y decretar el sobreseimiento libre y archivo de lacausa.

Notifíquese la presente resolución a las partes, indicando que es susceptible derecurso de casación.

Así, por este nuestro auto, lo acordamos, mandamos y firmamos.