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PUEBLOS Y PAISAJES DE MIDI-PYRÉNÉES

AUTÉNTICAPueblos encantadores suspendidos en las rocas que acogen a las nubes y que se pueden explorar en globo, cruceros fluviales a través de los acantilados más extraños de Francia, cuevas tan asombrosas como profundas, gastronomía tradicional y a la última y, sobre todo, mucha historia en cada rincón del norte de Midi-Pyrénées. Esta es la atractiva propuesta de los bucólicos paisajes de los valles del Lot, Dordoña y Tarn, con Toulouse, la capital aeronáutica europea, como base de esta ruta cercana. Al otro lado de los Pirineos.

TEXTO: Javier Carrión / FOTOGRAFÍA: Eduardo Grund

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oulouse no es solo la puerta estratégica para descubrir las belle-zas de la región de Midi-Pyrénées sino también la cuarta ciudad más poblada de Francia, tras París, Marsella y Lyon, con una población universitaria de más de 110.000 jóvenes. También ha conquistado una merecida fama por su potente industria aeroes-pacial. Aquí se diseñaron el Concorde, el cohete Ariane y los Airbus, cuyo modelo A380, el avión comercial más grande del mundo, con capacidad para 853 pasajeros y un precio de venta de 414 millones de dólares, se ha convertido en otra de las atracciones de Toulouse. La fábrica de Airbus, instalada en el mismo aero-puerto, puede visitarse apreciando las fases de construcción y ensamblaje del avión en los hangares. La experiencia sorprende y lo hará mucho más a partir de enero de 2015, cuando se inau-gure el Parque Aéroscopia, a solo unos pasos de la factoría. El futuro parque aeronáutico, técnico y científico contará con cua-tro estrellas: los Caravelle, el Concorde, el Super Guppy y el Airbus A300B, escoltadas por treinta naves históricas, como el Mig15 o el Star Fighter, en un espacio de 10.000 metros cuadrados.

Promete esta nueva aventura turística en la llamada ciudad rosa, que toma su nombre del color rosa-anaranjado de sus ladrillos y de sus tejas rojizas. Cálida, espontánea, amante del buen vivir, Toulouse está formada por un conjunto de barrios que hay que recorrer a pie a través de sus callejuelas peatonales, de las orillas del río Garona, que atraen a cientos de jóvenes por las noches, y de sus concurridas plazas, como la del Capitolio, con su ele-gante ayuntamiento. Dentro de este majestuoso edificio, en el pabellón de los grandes hombres ilustres de Francia, brilla la sala más hermosa del país para celebrar bodas civiles. La basí-lica de Saint-Sernin, la más grande de Europa en estilo románico con sus cinco naves, es la favorita de los habitantes de Toulo-use cuando se trata de contraer matrimonio religioso. Su cripta, de dos plantas, guarda como reliquias un trozo de la corona de espinas de Jesucristo y otro de la cruz. En segunda instancia, conviene acercarse al convento de los Jacobinos con su magní-fica palmera de 22 ramas, que forma la bóveda del ábside, visi-ble de una manera muy original a través de un espejo gigante, instalado sobre el suelo, que regala una perspectiva inexplicable con sus diferentes columnas y las nervaduras de la bóveda.

PAISAJES Y TURISMO ACTIVO. En esta imagen, actividades de kayak a los pies del impresionante Chateau de la Treyne

à Lacave en el río Dordoña. En la página doble anterior, vista de la localidad

de Saint-Cirq-Lapopie con el río Lot transcurriendo a su vera.

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EL PUEBLO MÁS BELLO. Panorámica de Cordes obtenida desde la colina “pied

haut”. Situado apenas a una hora en coche desde Toulouse, capital de la

región de Midi-Pyrénées, este pueblo ha sido elegido este año por los franceses

como el más bello de Francia.

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A poco más de una hora en coche desde Toulouse, tomando la dirección de Albi, cautiva la silueta de una ciudad suspen-dida en el horizonte. En la cumbre de este antiguo promon-torio, que lleva el nombre de Cordes-sur-Ciel, solo viven 50 personas, pero su encanto y autenticidad han servido para que la cadena de televisión France 2 le haya otorgado este año, de acuerdo con sus televidentes, el honor de ser el pueblo más bello del país en 2014. Albert Camus, uno de sus ilustres resi-dentes durante la Segunda Guerra Mundial, ya definió a Cor-des con siete palabras: “Todo es bello aquí, hasta el pesar...”. Ese pesar que apreciaba, con buen olfato, Albert Camus se palpa en sus calles, ahora quizás de manera más positiva, creando una atmósfera muy bucólica para todo el que la visita. Y si no se llega a captar esa impresión no hay nada como disfrutar de sus vistas en la lejanía desde la colina del pied haut o desde las Sarmazes. Ya intramuros, lo que encierra la antigua forti-ficación asombra aún más. Hay casas intactas de estilo gótico (s.XIII-s.XV), talleres de artesanos, tiendas del pastel (un pig-mento azul utilizado para pintar y teñir) y mercados al aire libre, como el de la plaza techada, emplazados en los viejos edificios de esta ciudad enigmática y secreta, paso de peregri-nos hacia Santiago de Compostela.

Venerar a la Virgen negra en rocamadour. Otro impor-tante centro de peregrinación espera en Rocamadour, el punto más turístico del valle del Dordoña. Ciudad medieval y también colgada en un acantilado, como en el caso de Cordes, se con-virtió en un destino ansiado en 1166 al descubrirse el sepulcro del cuerpo momificado de San Amador, un ermitaño que había vivido en este laberinto pedregoso dos siglos antes. Cientos de caminantes y curiosos comenzaron a llegar de toda Europa para rezar aquí, justo en el el lugar donde se fueron sucediendo varios milagros –126 aseguran los monjes desde 1172–, anun-ciados por la campana situada encima de la Virgen Negra, ima-gen que empezó a ser venerada con la del santo. Se construye-ron cuatro hospedajes y todavía uno de ellos, la Casa de María, desempeña esa función para unos peregrinos que mantienen la tradición de subir la gran escalinata del santuario de 233 esca-lones, arrodillándose en cada uno de ellos para orar. Superada la dolorosa ascensión, se accede a la Puerta Santa y al Santua-rio, compuesto por ocho iglesias con dos joyas: la capilla de San Miguel, con un bello fresco romano en muy buen estado, y la propia capilla de Notre Dame, con la imagen de la Virgen Negra sobre el altar que emociona a los creyentes.

Rocamadour siempre deleita a sus visitantes, pero si es posi-ble hay que observar esta ciudad edificada al amanecer, cuando la luz se intensifica en sus casas medievales, iglesias y torres y almenas del castillo. Desde el cercano pueblo de L’Hospitalet, la vista del conjunto llama a engaño. Parece que todos los his-tóricos edificios formaran parte de una gran roca que se pre-

PATRIMONIO. Interior del Convento de los Jacobinos de Toulouse, donde la columna del ábside de la iglesia es famosa por sus nervaduras en forma de palmera de 22 ramas. Derecha, casco histórico de Toulouse y Puente Valentré de Cahors.

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PireNAiCAS exPerieNCiAS101.- Un Tour de Francia de vinos, champagnes y “grands crus”. En el número 5 de la rue de la Bourse, en Toulouse. Thomas Cabrol, prestigioso analista sensorial vinícola, y su esposa Anne, que ejerce de sumilier, crearon en 2013 este bar de vinos para sugerir una experiencia sensorial y gusta-tiva en torno a las mejores propuestas del mundo. Ofrecen 700 referencias, desde caldos franceses y españoles hasta alguno muy peculiar de Tasmania, y lo acompañan con unas excelentes tapas (‧ www.n5winebar.com).

2.- Explorar la fábrica del Airbus. Una experiencia para los amigos de los aviones. El tour se inicia con un vídeo de presentación en una réplica de una sala de telemetría de cer-tificación del A380. A continuación, se recorren los diferentes edificios del complejo, con especial énfasis en el proceso de fabricación del A380. Dos asuntos a tener en cuenta: no se pueden hacer fotos y la entrada debe ser reservada previa-mente. (‧ www.manatour.fr).

3.- Mercados de Toulouse. Ya sea al aire libre o cubiertos, la oferta es variada, pero los más populares son el Mercadillo de

Saint Aubin, que se levanta los domingos por la mañana junto a la iglesia de su mismo nombre, y en la plaza de Victor Hugo su mercado cubierto, considerado como uno de los mejores del país, pues los más prestigiosos restauradores adquieren aquí las exquisiteces que preparan después en sus locales (‧ www.turismo-toulouse.es).

4.- La ruta de los artesanos. En Cordes-sur-Ciel, un ori-ginal modo de disfrutar esta encantadora villa medieval es a través de los talleres de sus artistas y artesanos. Los hay de pintura, de cerámica y alfarería, de cuero, de esmaltes, de hierro, de grabados, de libros y de esculturas.

5.- Aventura en las entrañas de la Tierra. Todo un mundo subterráneo, con asombrosas formaciones, pinturas prehis-tóricas, arroyos y lagos en las entrañas de la tierra ofrecen las mesetas calcáreas del Causse. La sima de Padirac, des-cubierta por el espeleólogo Édouard Alfred Martel en 1889, es la más famosa de todas. El recorrido dura una hora y media (‧ wwww.gouffre-de-padirac.coms). Menos conocidas pero también interesantes son las cuevas de Lacave, a las que se

accede a través de un tren. No hay que perderse la Sala de las Maravillas, una gran galería de dos mil metros cuadrados (‧ www.vert-marine.com/grottes-de-lacave-46/).

6.- Rocamadour en globo. La manera más original de descu-brir la belleza de Rocamadour. La asociación Rocamadour Aé-rostat, creada en 1986, organiza vuelos en globo de una hora de duración con un equipo de ocho expertos pilotos profesionales. Esta aventura dura unas tres horas en total, desde la prepara-ción del vuelo hasta el aterrizaje, y cuesta 190 euros. (‧ www.rocamadouraerostat.fr).

7.- Cruceros fluviales en el Lot y en el Garona. Canales y ríos ofrecen al visitante otra mirada sobre la región. Desde el Garona, embarcando en un crucero en Toulouse, se disfruta de una asombrosa vista sobre la ciudad desde el río. También los barcos de paseo y los barcos para pernoctar en su interior se saludan igualmente a lo largo del Lot, que ofrece 70 km de un recorrido con Cahors como punto de referencia. Río arriba, en Saint-Cirq-Lapopie se puede contratar un viaje en gabarra. Cuesta 11 euros y parte de Bouzes en dirección a la antigua villa de los señores de Lapopie. Dispone de audioguía en español. (‧ www.croisiries-saint-cirq-lapopie.com).

8.- En la tierra del “foie” y de la trufa. La región de Roca-madour propone igualmente una incursión relacionada con el

foie gras o la trufa. En la granja La Ferme des Campagnes ela-boran el foie gras desde 1972, criando los patos al aire libre, y su propietario, Olivier Branche, enseña el proceso de fabricación de este producto en una presentación gratuita acompañada de un vídeo didáctico en español. También se puede degustar un vino y conocer el cavage o la búsqueda de trufas con ayuda de un perro o un cerdo. (‧ www.ferme-des-campagnes.com).

9.- En canoa por el Dordoña. A lo largo de 120 kilómetros por el cauce del Dordoña, y mediante las catorce estaciones que se suceden entre Argentat y Beynac, Copeyre Canoe organiza descensos en canoa o kayak para un día o varios. Los precios varían, pero para darse una idea el kayak de una plaza cues-ta 20 euros y la canoa para dos, tres o cuatro tripulantes, 16 euros por persona. El ticket incluye una visita al Parque Acuático Quercyland en Souillac o al Laberinto del Ermitaño en Turnac. (‧ www.gabare-copeyre.com).

10.- Fiesta medieval. Todos los años, durante el primer fin de semana de julio, Rocamadour recupera su espíritu medieval en una gran fiesta para pequeños y grandes, mendigos y caballe-ros, príncipes y princesas, siempre bajo la atenta mirada de los monjes del célebre santuario. Torneos, banquetes, procesiones nocturnas, actuaciones musicales... y muchas más sorpresas se viven en dos días que concluyen con un espectacular juego de fuegos artificiales. (‧ www.rocamadourmedievales.com).

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guía práctica

CÓMO LLEGARLa vía más directa para es volar hasta Toulouse, capital de la re-gión. Air Nostrum (‧ www.ibe-ria.es) mantiene hasta seis vue-los diarios directos a la semana desde Madrid y uno diario desde Sevilla, excepto los sábados,y Vue-ling (‧ www.vueling.com) oferta tres frecuencias semanales des-de Barcelona. Otra alternativa es llegar a esta región francesa por ferrocarril. Hay cuatro trenes dia-rios que enlazan Barcelona con la ciudad de Toulouse y dos diarios desde Irún. Además, los AVE S-100, completamente renovados y con una capacidad de 347 plazas, unen Barcelona y Madrid con Toulouse (‧ www.elipsos.com).

CÓMO MOVERSELa mejor manera de descubrir esta extensa región es alquilando un coche. Las principales compañías ofrecen vehículos desde el mismo aeropuerto de Toulouse o desde la estación de tren Toulouse-Mata-biau. Aparcar no debe ser un pro-blema en ninguna de las ciudades del recorrido, aunque una vez en ellas lo realmente recomendable es pasear por sus calles dejando el vehículo en un parking. Conexión gratuita Wi-Fi en Toulouse: Ofici-na de Turismo Don Jon du Capitole (15 min); plaza Charles de Gaulle y plaza del Capitole (24 horas); es-tación de tren Matabiau (30 min) y aeropuerto (30 min renovables).

DÓNDE DORMIREn ToulouseHotel Mercure Wilson (‧ www.mercure.com). Lo mejor es su ubi-cación, muy próximo las plazas de Wilson, Capitole y St. Sernin y al lado de las Galerías Lafayette. Hotel Le Grand Balcon (‧ www.grandbalconhotel.com). Hotel mítico de los años 30, encanta-dor y elegante situado en la plaza Capitole. Fue diseñado por Jean-Philippe Nuel y ofrece un toque lúdico entre moda y tradición en el corazón de la ciudad.

Hotel Le Grand Opera (‧ www.grand-hotel-opera.com). En el centro de Toulouse, frente al Tea-tro Capitole, el Grand Hotel Ope-ra está emplazado en un antiguo convento del siglo XVII y es uno de los hoteles-boutique más famosos de la ciudad con dos restaurantes espléndidos. En Rocamadour Hotel Beau Site (‧ www.bestwes-tern-beausite.com). El único hotel dentro del pueblo medieval perte-neció a un antiguo caballero de la Orden de Malta (1440-1516) y ofrece camas desde 1868. Les Esclargies à Rocamadour (‧ www.esclargies.com). Dieci-séis habitaciones ofrece este case-rón de piedra y madera, rodeado de robles, con piscina y zonas de re-lax. Un hotel nuevo y ecológico. Le manoir de Malagorse (‧ www.manoir-de-malagorse.fr). Anna y Abel, sus propietarios, han conver-tido esta morada del siglo XIX en un lugar acogedor y lleno de en-canto. Está en el pequeño pueblo de Quercy y sus huéspedes asegu-ran que se come de maravilla. Le relais du pèlerin à Rocama-dour (‧ www.lerelaisdupelerin.fr). Especial para peregrinos. 45 euros por persona y noche. En Cahor: Hotel la Chartreuse (‧ http://ho-tel-la-chartreuse.com). Cincuenta habitaciones totalmente renovadas junto al río Lot. Piscina de verano, bar, salas de reunión y restaurante de comida regional.En Sant-Cirq-Lapopie Auberge Le Sombral (‧ www.le-sombral.com). Al pie del castillo de los Lapopie, es el único hotel en el centro del pueblo, junto a la oficina de turismo. Abierto desde 1971, dis-pone de ocho habitaciones.

DÓNDE COMERLa gastronomía del Lot y del Dor-doña es opulenta y generosa, Sin cursilerías y con sencillez, cuentan con siete chefs Michelín. En vinos, el tinto de Cahors figura entre los mejores de Francia.

En ToulouseCapucin signé Bras (‧ www.ca-pucinbras.fr). Desde enero de 2014, Michel Bras, el chef con tres estrellas Michelin del Aveyron, y su familia presentan un nuevo con-cepto de comida rápida gastronó-mica en Toulouse. Los gourmets pueden degustar una veintena de conos capuchinos con productos regionales de primera calidad. Georges (‧ www.monsieurgeor-ges.fr). En la céntrica plaza de Saint-Georges. Se puede comer en el sótano, el desván o la terraza. Su cocina es casera basada en guisos abundantes. No hay que perderse su plato estrella: el pato.La Bibent (‧ www.maisoncons-tant.com). Situado en la plaza de Capitole, tiene fama de ser el res-taurante más bello de la ciudad, aunque en realidad se trata de una antigua cafetería recuperada por el chef Christian Constant. Atención a sus techos belle époque.Chez Sarran (‧ www.michel-sarran.com). El restaurante más elegante de Toulouse, donde dis-frutar de la cocina del chef Michel Sarran. Platos creativos como la sopa tibia de foie gras y ostras, la taza de yogur orgánico salpicado de trufa negra o el asado de jabalí negro de la región de Bigorre.

En RocamadourChateau de la Treyne à Lacave (‧ www.chateaudelatreyne.com). Lujoso castillo (s. XIV y XVII) con una panorámica excepcional del río Dordoña. Philippe y Stephanie Gombert regentan este hotel-res-taurante con una estrella Michelin. Se puede cenar en un salón Luis XIII o en la terraza que mira al río.Le pont de L’ouysse à Lacave (‧ www.lepontdelouysse.fr). Co-cina fina y moderna en un entor-no magnífico. El establecimien-to ofrece once habitaciones y dos apartamentos.Le relais de Sait-Anne à Martel (‧ www.relais-sainte-anne.com). Muy romántico en un antiguo in-ternado de mujeres. En Saint-Cirq-LapopieAuberge du Sombral (‧ www.lesombral.com). Foie gras con mermelada de cebolla y granadi-na, cazoleta de caracoles con se-tas, trucha escalfada al vino Cahors, cordero asado de Quercy, hojaldre cremoso a las nueces y el roquefort son algunas de las delicias de este céntrico hotel-restaurante.

MÁS INFORMACIÓNAtout France. Oficina de Turismo de Francia en España. ‧ www.ren-dezvousenfrance.com

» Midi-Pyrénées (Francia)

CARTOGRAFíA: RicaRdo SalvadoRCompeyreRodez

LotLot

AveyronAveyron

Tarn

Garona

Gers

Montauban

Moissac

Condom

Auch

Tarbes Foix

Roquefort

Millau

AlbiLacaune

ESPAÑA

Canaldu Midi

Biarritz

Bayone

Dax

Agen

Aurillac

Narbonne

Carcassonne

Pau

Mont-deMarsan

Cordes

Saint Cirq-Lapopie

Pedirac

Rocamadour

Cahors

TOULOUSE

CompeyreRodez

LotLot

Tarn

Garona

Gers

Montauban

Moissac

Condom

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Tarbes Foix

Roquefort

Millau

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Canaldu Midi

Saint Cirq-Lapopie

Pedirac

Rocamadour

Cahors

TOULOUSE

EOS

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cipita desde el Causse de Gramat hacia la calle principal, peatonal y abarrotada de tiendas de recuerdos. No hay que despedirse de esta roca de Amador sin bajar al centro de la Tierra en la famosa sima de Padirac, a solo diez minu-tos en coche de la ciudad sagrada, para descubrir una de las mayores curiosidades geológicas de Francia, utilizando tres ascensores y superando 376 escalones. La aventura se remata con un paseo en barca de un kilómetro, sumando la ida y la vuelta, por un río subterráneo que en algunos tramos alcanza una profundidad de seis metros.

cahors, tierra del Vino oscuro y de las trufas. Al volver a la superficie, el punto de destino es Cahors, la ciu-dad del Quercy cuya historia se remonta dos mil años atrás, siempre con un lema: roca, agua y vino, y con la protección natural de su río, el Lot, uno de los más bellos de Francia, que en este punto de referencia es navegable a lo largo de 70 kilómetros y 64 esclusas, desde Luzech a Larnagol. Cahors tiene fama también por sus trufas, su vino tinto y porque ha sido un punto clave en el Camino de Santiago. En esa ruta jacobea que atraviesa la ciudad resultó decisivo por su carácter militar el Puente Valentré, una construcción fortifi-cada con siete arcos ojivales y tres torres que se construyó durante casi 80 años en el siglo XIV. En 1840 fue clasificado monumento histórico y se restauró en el siglo XX bajo la dirección del arquitecto Paul Gout, quien hizo esculpir un pequeño diablo en la cumbre de la torre central, como guiño a la leyenda que asegura que Satanás ayudó a construirlo. El Puente Valentré y la Catedral de Saint Etienne forman parte de la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco.

la gran roca de saint-cirq-lapopie. Antes de dejar Cahors conviene subir al Monte Saint Cyr para deleitarse con la mejor panorámica de la zona. Será entonces el momento de tomar una carretera salpicada de acantilados que se estre-cha por el valle del Lot en dirección a Saint-Cirq-Lapopie, un bastión medieval intacto que fue elegido pueblo preferido de los franceses en 2012. Pintores, escritores y galeristas –entre ellos el poeta André Breton, padre del surrealismo y princi-pal responsable de la llegada de los artistas al pueblo– lo eli-gieron como lugar de residencia, aunque ahora su población es de 217 habitantes y solo una treintena viven en el pueblo durante el invierno. En Saint-Cirq-Lapopie hay que caminar por sus rincones escondidos, puertas y callejuelas con sopor-tales que recuerdan la actividad artesanal que enriqueció a sus moradores. Solo restará subirse a una de esas gabarras que dan fe del rico pasado comercial de la región para admi-rar los altos acantilados del río, muy sugerentes por su color blanco, en este encantador camino de agua, uno de los más espectaculares recorridos fluviales de Francia.

ENCANTO Y GASTRONOMÍA. Calleja con vista al fondo de la iglesia de Saint-Cirq-Lapopie. Arriba, restaurante de “fast cook” Capucin signé Bras, la opción de comida rápida de calidad de Michel Bras, el chef con tres estrellas Michelin de Toulouse. Derecha, el río Garona en Toulouse al anochecer.

CARTOGRAFíA: RicaRdo SalvadoR