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Id. Cendoj: 30030310012015200005 Organo: Tribunal Superior de Justicia. Sala de lo Civil y Penal Sede: Murcia Sección: 1 Tipo de Resolución: Auto
Fecha de resolución: 20/02/2015
Nº Recurso: 1/2012
Ponente: JULIAN PEREZ-TEMPLADO JORDAN
Procedimiento: PENAL - PROCEDIMIENTO ABREVIADO/SUMARIO
Idioma: Español
T.S.J.MURCIASALA CIV/PE MURCIA
RONDA DE GARAY, S/N
Teléfono: 968229383-968229196 Fax.: 968229128
Número de identificación único: 30030 31 2 2012 0100192
904100
DILIGENCIAS PREVIAS 0000001 /2012
NIG. 30030 31 2 2012 0100192
SOBRE: PREVARICACIÓN ADMINISTRATIVA
DENUNCIANTE/QUERELLANTE: Martina, Natalia , Petra , Remedios , Cesareo ,
Darío , Doroteo
PROCURADOR: ABOGADO:
DENUNCIADO/QUERELLADO: Enrique, Everardo PROCURADOR:
ABOGADO:
A U T O
ILTMO.SR.MAGISTRADOINSTRUCTOR
DONJULIAN PÉREZ TEMPLADO JORDÁN
En la ciudad de Murcia a veinte de Febrero de dos mil quince.
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO.- Por la Magistrada del Juzgado de Instrucción nº 5 de Lorca se remitió
en fecha 3 de septiembre de 2012 EXPOSICION RAZONADA ante este Tribunal
Superior de Justicia en virtud de la querella presentada el 16 de Mayo de 2007 por Da.
Natalia y otros, componentes del grupo municipal socialista de Puerto Lumbreras
contra el Alcalde de esta localidad D. Everardo y otros, a la sazón diputado regional,
por lo que la competencia jurisdiccional recaía en esta Sala.
Dicha Exposición Razonada dio lugar al Auto de 30 de Noviembre de 2012 de esta
Sala en el que se acordaba declarar la competencia propia, incoar diligencias previas y
designar instructor al magistrado que por turno correspondía.
El mencionado Auto imputaba al Alcalde de Puerto Lumbreras Sr. Everardo un delito
de prevaricación (artículo 404 del Código Penal) por haber utilizado sistemas de
contratación directa y contratos menores con las personas que a continuación
relatamos -artículo 406 CP- así como a funcionarios municipales que colaboraron para
la redacción del PGOU de esta ciudad.
Estas personas son D. Justino, Da. Berta, D. Martin, D. Narciso, D. Pascual, D.
Prudencio, D. Romualdo y D. Santiago.
No quedó claro ni en la Exposición Razonada ni el mencionado Auto si debería
extenderse la investigación a las actuaciones del Sr. Everardo para adquirir una
vivienda a menor precio a cambio de favores urbanísticos al constructor (Sr. Enrique),
lo que podría constituir un delito de cohecho. El instructor de esta causa decidió
investigar estos hechos en evitación de impunidades de una parte o de otra aclarar
sospechas acerca de la conducta del Alcalde.
SEGUNDO.- Practicadas las diligencias de instrucción estimadas necesarias, por
el Iltmo. Sr. Magistrado Instructor se dictó Auto en fecha 3 de Diciembre de 2013, por el
que se acordaba el sobreseimiento libre de D. Everardo por los delitos de
prevaricación, cohecho y tráfico de influencias y cualquier otro delito por los hechos
investigados en la presente causa, así como el sobreseimiento libre del resto de
imputados por el delito de prevaricación.
Dicho Auto fue recurrido en apelación por el Ministerio Fiscal y por la Acusación
Particular, sustanciándose ambos recursos en legal forma y dictándose por la Sala de
lo Civil y Penal de este Tribunal Superior de Justicia Auto en fecha 28 de Febrero de
2014 por el que se acordó confirmar el Auto dictado por el Iltmo. Sr.
Magistrado-Instructor en fecha 3 de Diciembre de 2013, decretando el sobreseimiento
libre por el supuesto delito de prevaricación con respecto a la contratación
administrativa realizada en el Ayuntamiento de Puerto Lumbreras, de D. Everardo y el
resto de imputados, y estimar el recurso de apelación presentado por el Ministerio
Fiscal y la Acusación Popular respecto a la investigación de cuentas corrientes de D.
Everardo por un supuesto delito de cohecho, debiendo comprender la instrucción las
actuaciones encaminadas a averiguar y hacer constar la perpetración de los supuestos
delitos de prevaricación, cohecho e infidelidad en la custodia de documentos que
describía el fundamento jurídico sexto del mencionado Auto, así como lo que se
pudiera derivar de todo ello, practicándose las diligencias de instrucción instadas y
acordadas en la causa con el resultado obrante en las actuaciones.
TERCERO .- Por la Acusación Particular se presentó escrito en fecha 28 de Octubre
de 2014, formulando alegaciones, y por el que se solicitaba el dictado de Auto de
Transformación de las presentes actuaciones en Procedimiento Abreviado, en los
términos previstos en el artículo 779.4 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, a seguir
por los trámites del artículo 780 del mismo texto legal, contra el imputado Everardo, por
la posible comisión de un delito de prevaricación del artículo 404 del Código Penal, en
relación con el artículo 320 del Código Penal, un delito de cohecho previsto en el
artículo 419 del Código Penal y, un delito de infidelidad en la custodia de documentos
previsto en el artículo 413 del Código Penal.
CUARTO .- Por providencia de fecha 29 de Diciembre de 2014 se acordó tomar
declaración a Enrique en calidad de imputado, así como la práctica de nuevas
diligencias de investigación, habiéndose practicado las mismas con el resultado
obrante en las actuaciones.
QUINTO .- En fecha 20 de Febrero de 2015 se presentó escrito por el Ministerio
Fiscal formulando alegaciones y concluyendo que "para el Ministerio Fiscal, en virtud
de la prueba practicada en al instrucción de la causa, estima que debe procederse a
dictar auto de sobreseimiento provisional contra Don. Everardo y Enrique. De los
30.000 euros referidos a la compraventa de la vivienda, debe entenderse, a los sólos
efectos penales, que fueron satisfechos, aceptando al menos, el pago de 14.500 euros
en virtud de recibí de 2-2-2005. Y con arreglo a los extractos bancarios, y a las
testificales del acreedor que afirma haber cobrado la totalidad de lo pactado, podría
aceptarse el pago de lo debido entre el Sr. Everardo y el Sr. Narciso. En consecuencia,
debe entenderse que el Sr. Everardo ha abonado los 30.000 euros al Sr. Guillermo.
Respecto al importe del IVA y mejoras, ante las testificales contradictorias, debe
aceptarse que sólo se debe unos 10.000 euros en total (e incluso la parte del IVA, pro
constar cabal carta de pago en escritura pública). No resulta descartable, a los sólos
efectos penales, que tal impago de las mejoras obedeciera a pactos entre el Sr.
Guillermo y Sr. Enrique que no pudieron ser trasladados a los compradores finales de
las viviendas, alejando tal impago del ámbito penal. Así, el propio promotor y el
Arquitecto Juan reconocieron su firma en las certificaciones de obras complementarias
realizadas en los dúplex (documentación aportada por el testigo Sr. Marino en su última
declaración de 2-12-2014), si bien, el Sr. Enrique insistió en que tales cantidades le
eran debidas (se puede comprobar en el visionado en los minutos ya mencionados);
concretamente, las mejoras del Sr. Everardo ascendían a 8.885'68 euros, IVA incluido
(aunque al 7 %).
La aprobación del Estudio de detalle y el posterior convenio urbanístico se
consideran decisiones ilegales que no se adentran en la prevaricación administrativa,
no considerando que exista relación de causalidad entre tales decisiones y el impago
de las mejoras e IVA de la vivienda, al no existir vinculación entre tales decisiones y la
parcela y vivienda del Sr. Everardo. La posterior inactividad e incumplimiento de la
decisión de revisar de oficio, podría tener más relación con la confianza en que la
CARM iba a aprobar definitivamente el PGO de Puerto Lumbreras en el que se preveía
la apertura del vial, haciendo ineficaz en la práctica una posible declaración de nulidad
del estudio de detalle, que en la arbitraria voluntad de incumplir una decisión
administrativa de órgano autonómico, que además, dejó de exigir las consecuencias
legales ante tal ilegalidad por ellos manifestada.
A la vista de la acusación popular, se entiende que, aunque se estimara la existencia
de relación de causalidad entre la decisión administrativa y el impago de las mejoras e
IVA, tal decisión no se reputa delictiva, y en consecuencia, se estimaría constitutiva de
delito de cohecho del art. 425.1 CP, conducta que estaría prescrita.
Solo en el caso de estimar la conducta del Sr. Everardo constitutiva de delito de
cohecho, prevaricación e infidelidad en la custodia de documentos, cabría plantearse el
dictado de auto de procedimiento abreviado".
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO .- Practicadas por este Instructor todas las pruebas solicitadas por el
Ministerio Público y la Acusación Particular y admitidas por la Sala hasta la
extenuación, es el caso de recapitular sobre cada una de ellas, fijándonos en su
resultado para volver a llegar a la misma conclusión exoneratoria que este Instructor
acordó en su Auto de fecha 3 de Diciembre de 2013.
SEGUNDO .- Para el debido análisis del abundantísimo aporte probatorio es
conveniente deslindar las diversas parcelas sobre las que hemos laborado, para
después rebatir las calificaciones jurídicas que sobre estos hechos han formulado las
acusaciones.
En primer lugar y de manera muy relevante debe estudiarse la posibilidad de que el
Sr. Everardo consiguiese una rebaja en el precio de la vivienda. Ello conduciría como
medio para aprovecharse de este enriquecimiento ilícito a cometer una serie de
tropelías urbanísticas e incluso a esconder documentos comprometedores.
TERCERO .- En lo atinente al precio de la vivienda hemos de tener en cuenta la
posibilidad de que existan partes coadyuvantes o "extraneus", que serían de un lado
los Srs. Jose Luis, padre e hijo, y de otra el Sr. Enrique.
Empecemos por los primeros, si bien es cierto que ninguna de las acusaciones ha
hecho reproche alguno en esta cuestión económica, lo que no deja de causar
extrañeza. No obstante, este Instructor, para evitar futuras imputaciones o confusiones
quiere esclarecer en medida suficiente para alejar la sombra del cohecho en la relación
Everardo-Jose Luis.
Se ha llegado a poner en duda la entrega de los 30.000 euros en que consistía el
precio "pase" que el uno debía pagar al otro. Pues bien, existen pruebas en la causa
que acreditan, a salvo de empeños en hacer presunciones de culpa, que los 30.000
euros fueron abonados, además de la aseveración bajo juramento de los testigos,
padre e hijo. El pago se puede descomponer en varias partidas, como pretende la
defensa, cuales serían los 14.500 euros del recibo fechado el 2 de Febrero de 2005 en
que el Sr. Jose Luis dice haber recibido del Sr. Everardo. Este documento, ante la
incredulidad de las acusaciones, fue sometido a análisis por la Policía Científica, dando
como resultado que no se podría determinar la fecha. El más elemental principio de
buena fe y presunción de inocencia nos lleva a dar por buena la versión del imputado y
del propio acreedor.
Sobre los 15.500 euros restantes, y a modo de ejemplo, la defensa trae a colación
una serie de extracciones de las cuentas del Sr. Everardo que pudieran haber servido
para saldar la deuda, "Banco de Valencia, 3.000 euros el 7 de Abril de 2004, 6.000
euros el 28 de Junio de 2004, 6.000 euros el 23 de Marzo de 2005", todas anteriores al
otorgamiento de la escritura pública. Pero hemos de considerar que no debe ser el Sr.
Everardo el que prueba que ha pagado, máxime cuando su acreedor dice que ha
recibido, sino que deberían ser las acusaciones las que demuestren el impago por la
existencia de una colusión. Por cierto, una vez que se recibió el informe de la Policía
Científica sobre el documento, que dejaba bastante en duda la posibilidad del cohecho
entre el Sr. Everardo y el Sr. Jose Luis, nos olvidamos de el y buscamos el "extraneus"
en otra persona, cuyas actividades vamos a estudiar.
Se trata, como no, del Sr. Enrique, que después de 7 años aparece como el
cohechador.
De las actuaciones aparece probado que Don. Jose Luis -padre- acordó con el Sr.
Enrique que aquel compraría a terceros unos terrenos para luego revendérselos. El
negocio jurídico consistía en que el Sr. Marino vendía en escritura pública a
"Promociones Gázquez, S.L." los terrenos y a cambio aquel recibiría 90.000 euros por
sus gestiones. Por alguna dificultad financiera del promotor Sr. Enrique o por lo que
quiera que fuese, la contraprestación se concretó en que D. Marino recibiría tres dúplex
de los trece en que consistía la urbanización, para venderlos a quien quisiera,
quedándose con 30.000 euros de cada uno (los 90.000 euros del primer trato) y el resto
del precio - 111.737'60 euros más 7.821'63 euros de IVA- se pagaría al Sr. Enrique pro
vía de subrogación hipotecaria. Así se hizo: D. Narciso vendió a su nieto Jose Luis, a
un empleado de la casa, D. Joaquín, y por último a D. Everardo. Como no podía ser de
otra manera, pues la finca estaba inscrita a nombre de Promociones Gázquez, S.L., las
adquisiciones se hicieron en su caso por documentos privados. En lo que respecta al
Sr. Everardo la compra se realizó entre finales del 2002 y principios del 2003
(recordemos de paso que este Sr. accedió a la Alcaldía en las Elecciones Municipales
de Junio del 2003).
Por fin, el 21 de Octubre de 2005 se formaliza la escritura pública de compraventa
entre "Promociones Gázquez, S.L.", titular registral del dúplex nº 11, y Everardo. La
subrogación era por un importe de 87.737'60 euros; más 30.000 euros que se dicen
entregados a cuenta. Por otra parte el Sr. Everardo pide a la Caja de Ahorros una
ampliación del préstamo hipotecario por importe de 31.667'40 euros, para muebles y
ajuar.
La subrogación no plantea problemas y es una forma de pago como cualquier otra,
que se hace al titular registral y constructor al comprador. El que el verdadero vendedor
haya sido D. Narciso tampoco debe extrañar ni tiene la menor trascendencia
jurídico-penal, es lo que vulgarmente se conoce como un "pase", fórmula tan habitual
en los negocios inmobiliarios que puede considerarse amparado por el art. 3 del Código
Civil, interpretación del derecho según los tiempos que corren. Donde se nos plantea
algún problema, y ha sido una de las bases de ataque de las acusaciones, es el
reconocimiento en la escritura de la entrega previa de 30.000 euros al Sr. Enrique,
cuando sabemos por todo lo expuesto, incluso por así afirmarlo este supuesto
perceptor y los Srs. Jose Luis, que fue el padre quien con anterioridad habría percibido
esta cantidad.
En este supuesto se nos plantea el viejo problema de las falsedades puramente
formales, pues a nadie beneficia ni perjudica esta declaración errónea y tampoco a
Hacienda, que cobra el I.V.A.
La jurisprudencia se ha ocupado en innúmeras ocasiones de este asunto, pivotando
sus resoluciones sobre el carácter esencial de la alteración ( art. 390.1º CP) y de la
falta a la verdad (390.4º en relación con el art. 392 CP), Sentencias del Tribunal
Supremo de 28 de Septiembre de 1999, 3 de Junio de
2004 y la muy importante, a nuestro juicio, de 6 de Mayo de 1993, cuando dice "la
escritura pública de compraventa no tiene la función de probar si el que vende es
propietario o no del inmueble. La escritura pública prueba lo que se declaró pero no la
verdad de lo declarado".
Toca ahora aclarar el misterio de quien pagó el I.V.A., pues lo cierto es que se hizo,
que es lo que interesa, ya que no se conoce expediente alguno de Hacienda sobre esta
cuestión. El Sr. Enrique, en su primera declaración ante este Instructor, el 16 de
Octubre de 2013, afirmó que el Sr. Everardo le debía el I.V.A. y unas cantidades por
mejoras. También reconoció ante este Instructor haber percibido 6.000 euros del Sr.
Everardo, así como en su declaración ante el Juzgado de Lorca, el 5 de Marzo de
2011, afirma haber recibido 6.500 euros.
Poco importa si fueron 6.000 euros, 6.500 euros o si llegó a los 7.821'63 euros de
IVA, pues la imputación del pago la hace el deudor según el artículo 1172 del Código
Civil. Pero si éste no lo hace, como es el caso, se entenderá satisfecha la más onerosa
-art. 1174, parrafo 1º del Código Civil-. En este caso hemos de suponer más grave y
perentoria la deuda del I.V.A. que la de unas supuestas mejoras de las que ahora
vamos a tratar. En conclusión y para cerrar este capítulo hemos de pensar que el Sr.
Everardo pagó el I.V.A. o todo lo más dejó a deber 1.821'63 euros. En modo alguno se
puede decir que esta cantidad sea significativa sobre un montante total de 111.737'60
euros más 7.821'60 euros de I.V.A.
Ahora tenemos que entrar en el tema de las mejoras, que en la primera declaración
del Sr. Enrique -16 de Octubre de 2013- ante este Instructor calculó mas o menos en
10.000 euros, que junto con los 7.000 y pico del I.V.A. era una deuda civil que dijo iba a
reclamar del Sr. Everardo por vía judicial. Pero hete aquí que en la fundamental
diligencia de careo celebrada ante este Instructor el día 2 de Diciembre de 2014 quedó
meridianamente claro que esta declaración del Sr. Enrique no se ajustaba a la verdad
porque lo ocurrido fue otra cosa que pasamos a relatar. Reunidos en la Notaría de
Puerto Lumbreras el día 21 de Octubre de 2005, Jose Luis hijo en representación de su
padre, el Sr. Enrique y los tres adquirentes de los dúplex, a saber D. Everardo, Jose
Luis (nieto) y Joaquín, el primero de todos ellos reseñados advirtió que los tres dúplex
que el Sr. Jose Luis vendía a sus compradores aparecían con una memoria de
calidades inferior a la del resto de los dúplex que el promotor se había reservado para
su venta. Este hecho provocó una fuerte discusión entre Enrique y Jose Luis hijo, por lo
que los empleados de la Notaría les rogaron que pasaran a una sala para resolver sus
diferencias. Así lo hicieron, de manera que Jose Luis hijo llamó por teléfono a un amigo
suyo, llamado Claudio, que había comprado uno de los dúplex que le correspondían a
Enrique, pidiéndole que trajese a la Notaría su memoria de calidades. En efecto, así se
descubrió esta diferencia, que el Sr. Enrique pretendía justificar porque los tres dúplex
de Jose Luis le habían salido mas caros -está claro, 30.000 euros cada uno- aunque
este proceder contravenía lo contratado en el sentido de que todas las viviendas
tendrían la misma calidad. Aquel incidente originó bien una rebaja en el precio o bien
determinadas mejoras, o ambas cosas, todo ello dentro del principio del derecho civil
"non rate adimpleti contractu", según los artículos 1124, 1157, 1166, todos del Código
Civil, y otros, es decir en las mas profunda residencia del derecho privado. De esta
circunstancia fácilmente se colige el que el Sr. Enrique nada tenía que reclamar al Sr.
Everardo ya que aquél no había cumplido a la perfección sus obligaciones
contractuales y se había llegado a un nuevo acuerdo. En conclusión, nada mas ajeno a
una cuestión penal, del delito de cohecho, que aquí se ha pretendido suscitar.
Toda esta información la ha obtenido el Instructor de las declaraciones del 2 de
Diciembre de 2014, entre ellas el careo al que se ha hecho referencia. En todo caso, se
ruega encarecidamente a quien corresponda que audite la grabación de esa mañana
porque es la prueba que mas ha esclarecido las sombras de la presente causa.
CUARTO .- Hemos de estudiar de continuo el delito de prevaricación del artículo
404 en relación al 320 del Código Penal, que imputa la Acusación Particular. Se refiere
el acusador al delito específico del artículo 320.2 del Código Penal, que castiga a la
Autoridad o funcionario que por sí mismo, o como miembro de órgano colegiado
resuelva o vote a favor de la concesión de proyecto o licencia urbanísticos a sabiendas
de su injusticia. Se trata del Estudio de Detalle de la calle Gitanos.
Lo primero que debe significarse es que para nada afecta este estudio de detalle a la
propiedad de Sr. Everardo, por lo que la pretensión de la parte acusadora esta
enlazada con el delito de cohecho: el Alcalde aprueba el estudio de detalle a cambio de
una rebaja en el precio del dúplex. Como esta circunstancia no ha existido según lo
expuesto anteriormente todo lo más que se pudiera imputar sería una infracción
administrativa formal, como viene a concluir el Ministerio Público, pero nunca un delito.
La génesis de este instrumento urbanístico deriva de su presentación por parte del
Sr. Enrique sobre una parcela colindante a los dúplex, para abrir un vial público que
significaba una notable mejora para los vecinos, ya que se trataba de una manzana
muy grande que convenía dividir por medio de esta nueva calle, lo que motivó el
convenio urbanístico de 11 de Junio de 2004 entre el Alcalde Sr. Everardo en
representación del Ayuntamiento y el Sr. Enrique por su promotora. Tal estudio fue
aprobado por el Ayuntamiento en 12 de Noviembre de 2004 y definitivamente el 28 de
Diciembre de 2004. Sin embargo el estudio fue considerado ilegal por la Consejería de
Urbanismo instando su nulidad y revisión de oficio el 11 de Marzo de 2005. Bien
entendido que debería ser ésta, la Administración Regional, según el artículo 102
LRJAP quien debería haber instado la acción de nulidad.
Tal cosa no se hizo, es de suponer porque la infracción carecía de gravedad y en
cierto modo estaba amparada por el artículo 120 del Reglamento de Planeamiento y a
nadie perjudicaba ni beneficiaba. Tal vez, sin entrar en sospechas el Ayuntamiento
pretendía evitar el trámite más penoso de la Modificación de las Normas Subsidiarias.
Por cierto, este vial estaba previsto en la aprobación del PGO del 2003 bajo la égida
del Sr. Olegario, Alcalde por entonces, perteneciente al Partido Socialista.
Deducir de todas estas circunstancias que la decisión del alcalde era arbitraria,
injusta, ilegal, incompatible con cualquier interpretación del derecho y otros epítetos
igualmente rotundos que desde siempre ha emplado nuestro Tribunal Supremo para
distinguir el ilícito administrativo del penal, es una exageración y un dislate.
Por lo demás, hacemos nuestras las palabras del informe último del Ministerio Fiscal,
hecho 9, (folios 16, 25,26 y 32) bien entendido que lo que para el Ministerio Fiscal es
un hecho no probado y por tanto incurso en la presunción de inocencia, para este
juzgador es un hecho probado que el Sr. Everardo pagó íntegramente su vivienda y no
dictó resolución alguna para favorecer al Sr. Enrique.
En consecuencia, de todo lo expuesto debe también quedar exonerado el Sr. Enrique
del delito de cohecho.
QUINTO.- Por último queda la imputación delictiva de la infidelidad en la custodia
de documentos, acusación que viene desinflada por todo lo ya expuesto, ya que en
todo caso hubiera correspondido a la Consejería de Obras Públicas, la impugnación
bien por el artículo 102.5 del LRJAP o por el requerimiento del artículo 65 de la Ley de
Bases de Régimen Local y subsidiariamente contencioso. Por otra parte y según el
dictado del artículo 413 del Código Penal este delito solo puede cometerlo el
funcionario o autoridad cuya custodia esté encomendada por razón de su cargo. Al
menos, hubiera sido precisa la cooperación necesaria del Secretario del Ayuntamiento.
Es cuestión muy distinta que no se mueva o se abandone un expediente porque su
contenido se ha resuelto por otras vías administrativas y otra que a sabiendas y con
mala fe se oculte un documento, sobre todo, como es el caso, que a nadie perjudicaba.
SEXTO.- En consecuencia este Instructor se ratifica en su anterior Auto de 3 de
diciembre de 2013 ante la firme creencia por todas las innumerables pruebas aportadas
y practicadas en su presencia que no es que no esté probado que el Sr. Everardo
cometió los tres delitos de que se le acusa, sino que, lo que está probado es que este
señor no cometió delito alguno, por lo que este Instructor debe acordar el
sobreseimiento libre.
PARTE DISPOSITIVA
Se declara el sobreseimiento libre de D. Everardo de los delitos de cohecho,
prevaricación e infidelidad en la custodia de documentos de los que venía siendo
acusado por la Acusación Particular, así como se declara el sobreseimiento libre de D.
Enrique por el delito de cohecho.
MODO DE IMPUGNACIÓN: Notifíquese la presente resolución al Ministerio Fiscal y
demás partes personadas, haciéndoles saber que la misma no es firme y que pueden
interponer ante este Órgano judicial RECURSO DE REFORMA Y SUBSIDIARIO DE
APELACION en el plazo de TRES DIAS siguientes a su notificación o RECURSO DE
APELACION DIRECTO dentro de los CINCO DIAS siguientes a su notificación.
Así, por este Auto, lo manda y firma el Iltmo. Sr. Magistrado Instructor D. JULIAN
PÉREZ TEMPLADO JORDÁN.