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Quincenario fritanguero para La Jornada Aguascalientes | #104 | Editor: Francisco Trejo Corona | Mejor ni decimos nada -> autonomia.lja.mx DE QUÉ HABLAMOS CUANDO HABLAMOS DE BIRDMAN Ha quedado demostrado que un beat pode- roso es suficiente para llevar el ritmo de una historia. La batería de Antonio Sánchez marca los estados emocionales en cada uno de los momentos que se hilvanan en la casi única escena que compone la película Birdman, de Alejandro Gonzáles Iñárritu. Sin duda nos encontramos ante el me- jor film del año. En este momento tal aseve- ración encontrará sus detractores, sobre todo entre quienes la vieron esperando la enésima reinterpretación del superhéroe. Eso y no ha- ber leído el cuento De qué hablamos cuando hablamos de amor del escritor estadunidense Raymond Carver. Para quienes no estén familiarizados con la prosa de este célebre cuentista [consi- derado el heredero de Chejov] se trata de un narrador de lo cotidiano, por lo que cualquier persona puede identificarse con sus relatos. Carver es de esos autores que en apariencia te muestran algo sencillo de hacer. Quien ha leído sus cuentos y cree tener vocación para las letras, en un primer momento se siente estafado por la prosa de Carver, pues da la sensación de que cualquiera podría escribir alguno de sus relatos. Ese es el primer gran error de sus imitadores. Curiosamente vemos algo similar en el filme de Iñárritu. El prota- gonista, Riggan Thomson (Michael Keaton), luego de haber encarnado en los años 90 al superhéroe Birdman (cualquier similitud con el cruzado encapotado de DC Comics es “a propósito”), que le diera celebridad pero tam- bién lo encasilló en ese papel, busca revivir y reivindicar su carrera como actor adaptando y montando en el teatro de Brodway un cuento de Raymond Carver. A medida que avanzan los ensayos, Riggan se da cuenta que para el público y los medios él sigue siendo Birdman, eso aunado a lo accidentado de montar la obra, y para rematar, lo desastrosa que se ha convertido la vida del actor y de las personas a su alrededor. Estamos ante un drama que se muestra, pero que depende de nosotros como especta- dores el asimilarlo e interpretar las motivacio- nes de cada uno de los personajes. Una forma de hacerlo es siguiendo el tema de la obra que intentan estrenar: De qué hablamos cuando hablamos de amor. El tema del relato sólo se sugiere, y a pesar de ello, los pocos fragmen- tos que se nos exponen revelan la esencia del relato de Carver. Dos parejas se encuentran bebiendo y charlando, surge el tema del amor, y uno de los personajes, el doctor, que Riggan (Keaton) interpreta en la obra lanza “la pregunta” a sus compañeros de tertulia luego de contarles una anécdota sobre una pareja de ancianos que tras sufrir un accidente automovilístico expe- rimentan la pena de estar separados uno del otro. Sugeriría al espectados que aun no ve la película, y también a quienes ya la vieron, lean el relato de Carver, que pueden encontrar en el libro que lleva el mismo título. Curiosa- mente la obra de Raymond Carver presenta su propio conflicto, ya que la característica que hace al autor de textos como Catedral o Tres rosas amarillas (sus últimos libros de cuentos), el gran maestro del cuento corto Por Por J. S. Cainiz americano en el siglo XX, se pone en tela de juicio pues al morir éste, se supo que su editor, Gordon Lish, tuvo bastante que ver, ya que fue él quien depuró muchos de los cuentos que se convirtieron en las piezas minimalis- tas que volvieron célebre a Carver. Notamos la diferencia si comparamos los relatos de sus primeras obras con los últimos de los libros arriba mencionados. Por si eso no bastara, actualmente encontramos la versión original del libro De que hablamos cuando hablamos de amor, en la que podemos comparar y emitir un juicio valorativo de qué tanto afecto la mu- tilación que Lish hizo a los primeros cuentos de Carver, qué tanto pierden con respecto a la intención original del autor. Este libro del que hablo se titula: Principiantes , que es como ori- ginalmente lo quería llamar su autor, al igual que el relato cuya versión es más extensa que en De que habla- mos… He tenido la oportunidad de leer ambos textos, y me quedo con Prin- cipiantes, ya que permite profundizar en las motivaciones de los personajes, quienes tratándose de “amor” sólo son unos principiantes. Sugeriría al espectados que aun no ve la película, y también a quienes ya la vieron, lean el relato de Carver, que pueden encon- trar en el libro que lleva el mismo título Regresando a la película, es precisamente en el efecto de plano secuencia, que nos permite identifi- carnos más con el conflicto que vive cada uno de los personajes. Además hay otro recurso pocas veces visto en el cine comercial: mostrar en ocasio- nes sólo la perspectiva de uno de los personajes al momento de que estos tienen una escena de tensión dramá- tica. Además de Michael Keaton, destacan las actuaciones de Edward Norton, Emma Stone, Naomi Watts. Lo dicho, algo pocas veces visto en el cine. * El autor es un filósofo cuya iden- tidad verdadera es tan desconocida como la de los padres de Jon Snow.

Autonomia 104

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Suplemento LOL WTF de La Jornada Aguascalientes

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Page 1: Autonomia 104

Quincenario fritanguero para La Jornada Aguascalientes | #104 | Editor: Francisco Trejo Corona | Mejor ni decimos nada -> autonomia.lja.mx

DE QUÉ HABLAMOS CUANDO HABLAMOS DE BIRDMAN

Ha quedado demostrado que un beat pode-roso es suficiente para llevar el ritmo de una historia. La batería de Antonio Sánchez marca los estados emocionales en cada uno de los momentos que se hilvanan en la casi única escena que compone la película Birdman, de Alejandro Gonzáles Iñárritu. Sin duda nos encontramos ante el me-jor film del año. En este momento tal aseve-ración encontrará sus detractores, sobre todo entre quienes la vieron esperando la enésima reinterpretación del superhéroe. Eso y no ha-ber leído el cuento De qué hablamos cuando hablamos de amor del escritor estadunidense Raymond Carver. Para quienes no estén familiarizados con la prosa de este célebre cuentista [consi-derado el heredero de Chejov] se trata de un narrador de lo cotidiano, por lo que cualquier persona puede identificarse con sus relatos. Carver es de esos autores que en apariencia te muestran algo sencillo de hacer. Quien ha leído sus cuentos y cree tener vocación para las letras, en un primer momento se siente estafado por la prosa de Carver, pues da la sensación de que cualquiera podría escribir alguno de sus relatos. Ese es el primer gran error de sus imitadores. Curiosamente vemos algo similar en el filme de Iñárritu. El prota-gonista, Riggan Thomson (Michael Keaton), luego de haber encarnado en los años 90 al superhéroe Birdman (cualquier similitud con el cruzado encapotado de DC Comics es “a propósito”), que le diera celebridad pero tam-bién lo encasilló en ese papel, busca revivir y reivindicar su carrera como actor adaptando y

montando en el teatro de Brodway un cuento de Raymond Carver. A medida que avanzan los ensayos, Riggan se da cuenta que para el público y los medios él sigue siendo Birdman, eso aunado a lo accidentado de montar la obra, y para rematar, lo desastrosa que se ha convertido la vida del actor y de las personas a su alrededor. Estamos ante un drama que se muestra, pero que depende de nosotros como especta-dores el asimilarlo e interpretar las motivacio-nes de cada uno de los personajes. Una forma de hacerlo es siguiendo el tema de la obra que intentan estrenar: De qué hablamos cuando hablamos de amor. El tema del relato sólo se sugiere, y a pesar de ello, los pocos fragmen-tos que se nos exponen revelan la esencia del relato de Carver. Dos parejas se encuentran bebiendo y charlando, surge el tema del amor, y uno de los personajes, el doctor, que Riggan (Keaton) interpreta en la obra lanza “la pregunta” a sus compañeros de tertulia luego de contarles una anécdota sobre una pareja de ancianos que tras sufrir un accidente automovilístico expe-rimentan la pena de estar separados uno del otro. Sugeriría al espectados que aun no ve la película, y también a quienes ya la vieron, lean el relato de Carver, que pueden encontrar en el libro que lleva el mismo título. Curiosa-mente la obra de Raymond Carver presenta su propio conflicto, ya que la característica que hace al autor de textos como Catedral o Tres rosas amarillas (sus últimos libros de cuentos), el gran maestro del cuento corto

Por Por J. S. Cainiz

americano en el siglo XX, se pone en tela de juicio pues al morir éste, se supo que su editor, Gordon Lish, tuvo bastante que ver, ya que fue él quien depuró muchos de los cuentos que se convirtieron en las piezas minimalis-tas que volvieron célebre a Carver. Notamos la diferencia si comparamos los relatos de sus primeras obras con los últimos de los libros arriba mencionados. Por si eso no bastara, actualmente encontramos la versión original del libro De que hablamos cuando hablamos de amor, en la que podemos comparar y emitir un juicio valorativo de qué tanto afecto la mu-tilación que Lish hizo a los primeros cuentos de Carver, qué tanto pierden con respecto a la intención original del autor. Este libro del que hablo se titula: Principiantes, que es como ori-ginalmente lo quería llamar su autor, al igual que el relato cuya versión es más extensa que en De que habla-mos… He tenido la oportunidad de leer ambos textos, y me quedo con Prin-cipiantes, ya que permite profundizar en las motivaciones de los personajes, quienes tratándose de “amor” sólo son unos principiantes.

Sugeriría al espectados que aun no ve la película, y también a quienes ya la vieron, lean el relato de Carver, que pueden encon-trar en el libro que lleva el mismo título

Regresando a la película, es precisamente en el efecto de plano secuencia, que nos permite identifi-carnos más con el conflicto que vive cada uno de los personajes. Además hay otro recurso pocas veces visto en el cine comercial: mostrar en ocasio-nes sólo la perspectiva de uno de los personajes al momento de que estos tienen una escena de tensión dramá-tica. Además de Michael Keaton, destacan las actuaciones de Edward Norton, Emma Stone, Naomi Watts. Lo dicho, algo pocas veces visto en el cine.

* El autor es un filósofo cuya iden-tidad verdadera es tan desconocida como la de los padres de Jon Snow.

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SOMOS MÁS QUE UN PERIÓDICO

Hablemos de datos. Hace unos cuantos meses cumplimos las primeras cien edi-ciones de /AUTONOMÍA, el suplemento de cultura pop (y de LOL y WTF) para La Jornada Aguascalientes. ¡Este mismo pedazo de papel o bits que está leyendo! En años, eso significa más de cinco, más que nada por un errático proceso de publi-cación donde hemos pasado de ser men-suales, a quincenales, algunas ocasiones semanales, otras bimestrales e incluso un descanso forzoso de varios meses. Una pu-blicación como la nuestra, no queda más remedio que medirla en el efecto wow de tener 100 ediciones. En el caso de nuestra queridísima madrastra, La Jornada Aguas-calientes (LJA) o ideal es contarlo en años. Digo, celebrar 2155 ediciones no suena ni remotamente atractivo, así que este 1ero

de diciembre más bien celebraremos 6 años de existencia. Seguimos siendo el periódico más joven del estado, pero la novedad nomás por serlo no es un tema relevante sino es respaldado por un gran trabajo. Tampoco el que tengamos mayor oferta de suple-mentos (en línea e impresos) o que nuestra plataforma digital es infinitamente mejor a la de cualquiera de nuestros medios ve-cinos (que no rivales). No tiene importan-cia, porque la verdad, al momento en que La Jornada Aguascalientes comienza ope-raciones en el estado, los demás medios de comunicación masiva se encontraban en un letargo penoso. En el mejor de los casos, considero desde mi muy personal y particular postura, hemos inspirado la creación de iniciativas que vienen a en-

riquecer la conversación local así como sacudir el polvo a esos mastodontes ubica-dos en Quinta Avenida, Zaragoza, Madero, Morelos y 5 de Mayo. Regularmente me pongo a pensar, sin que sea cebollazo para directores y dueños, “en que lugar tan chingón tra-bajo”. Ayer, viernes 28 de noviembre de 2014, fue uno de esos días. Por nada en especial, más bien, por nada más especial que aquello que podemos lograr en nuestra plataforma de medios. Aldán le suele decir a los diseñadores que en algún otro medio, El Heraldo por decir un ejemplo, para nada podrían ser creativos en el diseño o tener rango de propuesta. ¿Han visto ese perió-dico? Las pobres letras parece que chillan por el espacio. Eficiencia del espacio ante todo, cero estética. Lo siento, formador de El Heraldo, sé que no es tu culpa. Cuando era reportero, que en teoría todavía soy porque puedo mandar nota a consideración de ser publicada, alguna vez me tocó ir en una gira de prensa…al mu-nicipio de Cosío. O El Llano. Para el caso, era de esas veces que la delegación del go-bierno de Calderón se llevaba a la prensa en condición casi que de rehén por horas a un municipio porque eran las cumbres de los delegados con la ciudadanía en dichos lugares alejados del centro. Para los repor-teros flojos, en especial los de radio y tele-visión, era el paraíso de tener a mínimo 7 funcionarios “con nota” y así casanguear, chacalear, administrar, repartir, sus decla-raciones a lo largo de varios días. Esa anécdota tiene por objetivo, el viaje de regreso. La encargada de prensa de @gobiernofederal (un día pregúntenme por esa cuenta jaja) y una colega de otro diario me preguntaban acerca de la aper-tura en La Jornada Aguascalientes y co-menté que pues cuál censura. No es como en las noticias del cable, que los reporteros mejor le decían a uno “el del PAN dijo [tal cosa] pero a nosotros ni nos dejan pasarla ¿quieres escuchar el audio para que tú sí la aproveches?”. Comenté también que en /AUTONOMÍA tuvimos una serie acerca de las ranchinews (término que se ha que-dado para la historia) e incluso un especial del porqué opinamos que los eventos de prensa del gobierno son una autoblowjob que no deberían cubrirse y podrían re-sumirse en: FUNCIONARIO PROMETE PLAN PARA CONSIDERAR CUMPLIR TRABAJO PARA EL QUE FUE ELEGIDO. Cosa que no es nota, nota es cuando se cumple. - ¿A poco te dejaron publicar eso? – Ahm, sí, en La Jornada Aguascalientes claro ¿a ti no te dejarían? [jajajajaja] ¿Pensaron que hablaría de la histo-ria de LJA? Como todo en /AUTONOMÍA, desde la anécdota quiero dar la perspec-tiva acerca de cómo es nuestro diario. Es el único lugar donde podrían pasar muchísimas cosas. Claro, hablo desde mi trinchera. Las portadas, nuestro programa

Por Francisco Trejo Corona

•No es la mejor foto, de hecho es la peor que hemos puesto aquí :P, pero ejemplifica la diferencia entre nosotros. Mira y aprende, luego mira a la derecha. La diferencia existe desde la portada. Y siempre ha sido así.

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de radio, la cobertura de elecciones, un su-plemento con la hamburguesa en portada, otro con gente celebradísima con nombres impronunciables, donde quiere escribir las eminencias del CIDE, donde elaboramos posters de cada una de las fechas de la Feria Nacional de San Marcos y Festival de Calaveras y de la Ciudad (¡hola 2012!). Carajo, hasta un anuncio de televisión ins-pirado en Sherlock (sí, ese, aunque no lo creas). Y otro en Breaking Bad. En cierto modo, en ciertas áreas, hay una mentalidad startup desde la ca-beza hasta los soldados, donde se pierde el miedo, la estúpida idea de alcanzar la per-fección (pista: es imposible) y donde nos

vemos rápido para romper madres. Eso es lo que nos vuelve más que un periódico.

La Promesa

Cuando unos seres nefastos aban-donaron el barco y salieron a decir pestes, estaba el rumor de que se había roto una promesa. Incluso gente supuestamente preparada, como académicos de perio-dismo en la universidad más grande del estado me llegaron a comentar sobre una imagen del diario que no correspondía a la realidad. Pregunto ¿acaso no saben leer? ¿comparar? Aquellos que echan tierra acerca

de un proyecto, seguramente son aquellos que se fueron con una mano detrás y otra por delante o bien a quienes no se les dio jalón, declarando desde el resentimiento. El trabajo habla en defensa nuestra, es la mejor evidencia y está disponible para compararse. Lo digo con todo el valor del mundo, porque desde /AUTONOMÍA en 2009, reporteando en 2011 y un montón de cosas desde entonces, siempre hemos sido libres. Somos LJA.

@masterq

* Infinitamente agradecido con @alvarezmaynez @pacoaguirre_ @aldan y @jornadags

ALGUNAS PORTADAS DE CAMPEONATO

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EL AMOR/ODIO A LOS ANTROSSalir de antro es la moda en los jóvenes. ¿Qué? muchos dirán que siempre ha sido así, pero otros más viejos lo negarán, antes la moda entre los hombres fueron las canti-nas, antes las discos, los bares o los casinos (salones de fiesta) incluso antes ir a tomar un café era de viejitos, ahora los Starbucks lo modernizaron. Yo salgo de antro con una regularidad considerable, sin embargo hay cosas que odio de estos lugares, las odio con odio jarocho que hasta me odio a mi mismo por ir cada viernes.

Cadeneros

Si en la cadena evolutiva hubo un ser tan despreciable y abominable son los cadene-ros, no porque sean despreciables por no dejarte entrar sino porque expresan algo más profundo en su profesión. Los cadene-ros que seguramente tienen un sueldo muy por debajo de un profesionista y que segu-ramente no es de la clase media-alta tiene en la puerta del antro el elixir de poder, una pizca de esa autoridad de tener en su mano la decisión de dejarte pasar o no, seas hijo del gobernador de don Pancho, pasas o no pasas por él. A final de cuentas todos pasan.

Los meseros

Un ser bipolar pueden ser los tipos mas buenos pedos del mundo,incluso yo mismo he bailado con algunos de ellos pero si no compras una botella o les dejas propina del mas del 15% no te acercan ni la cubeta de los hielos, no te prenden el cigarro y mucho me-nos te traen la chela que les pides porque ese día no pedirás botella, botellas que cuestan a veces hasta 10 veces más de su valor, in-cluso llegan a moverte de la mesa porque en esa mesa hay consumo mínimo. No mamar con los antros.

El ligue

Una de las cosas que me cagan de los hom-bres es la superficialidad y la muerte de la cabellerosidad y dignidad que provocan una fiesta de viernes en estos lugares. Una falda donde se alcanza a ver todo, una ca-misa desabotonada, un escote, una cadena

de oro, una blusa enseñando el abdomen, unas llaves de un Porsche y unos tragos. No hay mas, no hace falta hablar, solo bailar y vámonos. No se vuelven a ver otro día, solo ese, besos, motel barato y un Whatsapp: me la di.

El Vallet

En la cadena alimenticia el Vallet parking es devorador del consumidor. De 40 pesos en adelante Ademàs propina, no puedes esta-cionar tu carro con tus propias manos y pies porque es lugar exclusivo del Vallet, tienes que reportar los lentes, el iPod, la mochila, el perfume, el desodorante, los chicles del restaurante y hasta las monedas de peso del limpiabrisas, porque sino las reportas y desaparecen no es su responsabilidad, como tampoco lo es el pinche rayón, los 7 kiló-metros que se tragaron y además tu carro por ser de los medianones no puede estar cerca del antro sino escondido y a oscuras. Culeros

El baile, los pedos, los pederos y borrachos

Todo el mundo baila igual, es chistoso y cagado, son de las cosas que me divierten. Dicen que las luces, el humo y el sonido te pone pedo, no es el alcohol ni las tres bote-llas. Los pedos de ir de antro son la cruda, moral, física y económica y las que después por añadidura caigan, el choque, el torito, la pelea marital, la chamba y los que salgan de la cruda. Los pederos nunca sobran, me he ajerado con un par de tipos porque sin-tieron que los estaba empujando cuando en realidad les decía con permiso o sintie-ron que estaba viendo con ojos de deseo a su acompañante, pederos y borrachos. No faltan los guardias que parece que están al pendiente todo el rato pero las madrinas, balazos y botellas rotas en los antros mas fresas de la ciudad ningún guardia manos de la entrada las pudo evitar. A pesar de estas cosas los antros son como esas cosas que te cagan por dentro pero nunca dejaras de ir, al menos yo.

@pochaquito* Carlos Aguirre es editor de El Tactico.

ALGO QUE DECIR_VIERNES 20.30 HORAS / 94.5 FM / PODCAST LJA.MX

RENÉ Y EL OPORTUNISMO

DE CALLE 13

Los trágicos hechos recién ocurridos en México, es-pecíficamente en el municipio de Iguala del Estado de Guerrero en los que desaparecieron 43 alumnos de la normal rural de Ayotzinapa, han despertado el morbo, la indignación y el oportunismo de personas nefastas cuyo interés y espíritu mercenario no res-peta el dolor y la magnitud de una tragedia como la que actualmente se vive en nuestro país. Sin sacar a la luz los nombres de los ya muy conocidos oportunistas políticos por excelencia con los que debemos de cargar en cada elección presi-dencial, brinca a los reflectores un viejo conocido de las causas justas y los contratos millonarios: Rene de Calle 13… el artista, el mago del Marketing que le tira y reniega del capitalismo mientras es patrocinado por Adidas, el mismo que dice en sus canciones que el Gobierno es basura pero sin chistar acepta ser contratado por cualquier administración Estatal. Lo anterior, por supuesto, con las mejores bebidas y alimentos de nombres raros, bien servidos en los camerinos; habitaciones en hotel 5 estrellas, aviones de primera clase y traslado terrestre en ca-mionetas de no mas dos años de antigüedad. Este peculiar personaje es el mismo que ahora que es trending topic, se pone una playera con el número 43 en una entrega de premios y casi al instante, su página en Facebook tiene likes como nunca antes. Casi de forma casual, al momento que salía en pantalla, se tenían listas en la tiendas oficiales de mercancía de Calle 13, playeras con un precio de $250 indignados pesos, disponibles en talla Chica, Mediana y Grande estampadas con la leyenda: “Ayotzinapa faltan 43”… La misma que Rene utilizó. No debe de sorprendernos este tipo de prác-ticas y menos cuando son realizadas por el vocalista de la exitosa agrupación que cada que surge un fe-nómeno de descontento social, hace aparición para mostrarse solidario y maldecir al Gobierno. Lo que realmente nos debe de indignar y alertar (además de la evidente desaparición de los normalistas) es que en cada oportunidad coyuntural de lograr una verdadera transformación y un cambio en la con-ciencia apática de los mexicanos, el oportunismo nos recuerda toda la miseria y porquería que puede caber en una cabeza calva o un ajento tabajqueño.La solución es sencilla: como ciudadanos y consu-midores debemos identificar los objetivos de una causa justa, luchar por ellos e ignorar a aquellos artistas, falsos mesías y olvidados líderes sociales cuya forma de vida consiste únicamente en mon-tarse en la ola de lo inmediato y lo popular solo por vender.

* Christian estuvo involucurado en la producción y organización de un concierto de Calle 13 en Aguas-calientes, sabe de que habla. Y nos dice “su manager es intratable”

@pollomunoz

Por Christian MuñozPor Carlos Aguirre Arias