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AUTORIDAD NACIONAL DE GOBIERNO INDÍGENA
Organización Nacional Indígena de Colombia - ONICOrganización Nacional Indígena de Colombia - ONICOrganización Nacional Indígena de Colombia - ONICOrganización Nacional Indígena de Colombia - ONICOrganización Nacional Indígena de Colombia - ONIC
Bogotá, DBogotá, DBogotá, DBogotá, DBogotá, D. C.. C.. C.. C.. C.
Julio de 2011Julio de 2011Julio de 2011Julio de 2011Julio de 2011
Preprensa e impresión:Ediciones Ántropos Ltda.Cra. 100B No. 75D-05PBX: 433 7701 FAX: 433 3590www.edicionesantropos.comBogotá, D.C., Colombia
AUTORIDAD NACIONAL DE GOBIERNO INDÍGENA
–ONIC–
CONSEJO MAYOR DE GOBIERNO
Consejero MayorLuis Évelis Andrade Casama
Pueblo Emberá
Consejero Secretario GeneralLuis Fernando AriasPueblo Kankuamo
Consejero de Derechos de los Pueblos Indígenas,DDHH y Paz
Flaminio OnogamaPueblo Emberá Chamí
Consejero de Educación Propia e InterculturalMarcos Lucas Estrada
Pueblo Zenú
Consejero de Planeación, Administración y FinanzasÁlvaro Piranga Cruz
Pueblo Koreguaje
Consejera de Mujer, Familia y GeneraciónDora Lilia Tavera Riaño
Pueblo Pijao
Consejero de Territorio, Recursos Naturales yBiodiversidad
Javier Alexander SánchezPueblo Sikuani
Consejero de Medicina Tradicional y Salud OccidentalJesús TeteyePueblo Bora
Consejero de Planes de Vida y Desarrollo PropioJuan Titira Aserndora
Pueblo Barí
Consejero de Sistemas de Investigación, Información yComunicaciones
Hilber Humegé PumenéPueblo Sáliba
DirecciónLuis Évelis Andrade Casama
Consejería de Recursos Naturales
COORDINACIÓN Y COMUNICACIONES – SICO
© Organización Nacional Indígena de Colombia
–ONIC–
ISBN:
FotografíaComunicaciones ONIC
Corrección de TextosConsejería de Territorio, Recursos Naturales y Biodiversidad
Calle 13 No. 4-38
Tels: 2846815 fax: 284 3465
E-mail:[email protected]
www.onic.org.co
Bogotá D.C., Colombia
Contenido
Prólogo ............................................................. 7
Introducción .................................................... 10
Consideraciones metodológicas .................. 11
PRIMERA PARTE......................................... 13
Capítulo I
¿Qué es la consulta previa? .......................... 15
Capítulo II
¿Qué significa que la consulta previa
sea un derecho fundamental? ...................... 15
Capítulo III
¿Con cuáles otros derechos fundamentales
de los Pueblos Indígenas se relaciona
la consulta previa? ......................................... 16
Capítulo IV
¿Por qué los Pueblos Indígenas tenemos
derecho a la consulta previa? ....................... 16
Capítulo V
¿Cuál es la finalidad del
derecho fundamental a la consulta previa? 17
Capítulo VI
¿Qué pasa si no nos ponemos de acuerdo?
¿Tenemos derecho a oponernos
a la realización del proyecto o la adopción
de la medida? ................................................. 18
Capítulo VII
¿Cuáles son los principios del derecho
fundamental a la consulta previa? ............... 21
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Capítulo VIII
¿Qué cosas deben ser consultadas con los Pueblos Indígenas? ............ 24
Capítulo IX
¿Cuándo se debe consultar a los Pueblos Indígenas? ............................. 26
Capítulo X
¿El derecho fundamental a la consulta previa es diferente al derecho
al consentimiento previo, libre e informado? ............................................ 27
Capítulo XI
¿En cuáles normas y sentencias está definido
el derecho a la consulta previa? (marco jurídico) ..................................... 28
Capítulo XII
¿Quiénes son los sujetos que intervienen en la consulta previa? .......... 29
Capítulo XIII
¿Cómo se debe consultar a los Pueblos Indígenas? ................................ 31
Capítulo XIV
¿Dónde se debe consultar a los Pueblos Indígenas? ............................... 32
SEGUNDA PARTE
Herramientas jurídicas útiles ...................................................................... 33
Capítulo I
¿Qué es un derecho de petición? ................................................................ 36
Modelo de derecho de petición ............................................................... 38
Capítulo II
¿Qué es una acción de tutela? .................................................................... 40
Modelo de acción de tutela ...................................................................... 43
Capítulo III
Acción popular .............................................................................................. 48
Modelo de acción popular ........................................................................ 52
Capítulo IV
Acción de grupo ............................................................................................ 54
Modelo de acción de grupo ...................................................................... 58
Bibliografía ..................................................................................................... 60
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Prólogo
reímos que una nueva era comenzaba el 4 de julio de 1991 con la promulgación de la Consti-
tución Política. Este anhelo de un nuevo tiempo, forjado con sudor y sangre en acontecimien-
tos execrables como las caucherías, la masacre de Planas o la denominación de salvajes que
nos deparaba la institucionalidad, entre muchos otros, encontraba sustento no sólo en el reconoci-
miento de la diversidad étnica y cultural del país (artículo 7°), sino en el hecho de que la nacionalidad
colombiana se fundamentaba en dicha diversidad (Artículo 70). No fue así. El tiempo se encargó de
enseñarnos, a fuerza de comprobación cotidiana, que fue insuficiente. Que la batalla infatigable de
los Pueblos Indígenas contra la muerte no se resuelve con normas, así éstas sean de jerarquía cons-
titucional. La posterior colonización de los territorios indígenas, asociada con el recrudecimiento del
conflicto armado y la profundización del modelo de desarrollo de corte extractivista, nos ha abocado
a un desafío histórico: el riesgo de exterminio físico y cultural.
Las reivindicaciones históricas indígenas, sin embargo, siguen en pie: el movimiento indígena
es como una antorcha, pasada de mano en mano por nuestros mayores hasta nosotros, sin que su
inextinguible fuego se altere. Y la tarea de defender y exigir nuestros derechos, sigue siendo una
afanosa necesidad. Justamente es en este horizonte en donde encuentra fundamento la defensa que
hacemos los indígenas de la consulta previa como un escenario político de toma de decisión y de
afirmación del derecho a la autodeterminación por parte de los pueblos.
El derecho fundamental a la consulta, que en tiempos de riesgo de exterminio ha adquirido el
cariz de garantía de pervivencia y de barrera contra la muerte, es, no obstante, desconocido por
parte de las empresas y autoridades a nivel nacional, para quienes no es más que una odiosa forma-
lidad, desprovista de importancia política y menos jurídica: consideran que las decisiones de los
Pueblos Indígenas no tienen ningún alcance vinculante. La ignominia histórica del Gobierno Nacio-
nal, al pedir la nulidad de la sentencia T-769 de 2009, justamente porque la Corte había reconocido el
alcance vinculante de las decisiones de los indígenas, es la más contundente muestra del entendi-
miento de la consulta como formalidad inocua.
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Confiamos al porvenir, al compromiso de los nuevos dirigentes y líderes indígenas y a los amigos
del movimiento, la responsabilidad de hacer perdurar las reflexiones plasmadas en este documento
para defender el derecho a la consulta previa, libre e informada, como lo que es: un derecho funda-
mental de cuya realización depende en gran parte la pervivencia de los Pueblos Indígenas en Co-
lombia.
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a.on la presente cartilla, la Autoridad Nacional de Gobierno de la Organización Nacional Indí-
gena de Colombia – ONIC, con el apoyo de Christian-Aid, sigue avanzando en el proceso de
formación de nuestros líderes y comunidades, en materia del derecho fundamental a la con-
sulta previa que tenemos los Pueblos Indígenas.
Es una herramienta sencilla y de fácil lectura, mediante la cual se aportan elementos que facili-
ten la comprensión didáctica sobre el alcance, naturaleza, finalidad, contenido, etc., del derecho
fundamental a la consulta previa, esa importante garantía de defensa de la integridad de los Pueblos
Indígenas en el país.
Esta publicación, fruto de muchos esfuerzos y contribuciones silenciosas, construida a partir de
los aportes de nuestras organizaciones, autoridades y organizaciones de base a lo largo de todo el
territorio nacional, se produce en el marco del proyecto denominado “Fortalecimiento de los mecanis-
mos de justicia propia y defensa del territorio de los Pueblos Indígenas” que mantienen la Organiza-
ción Nacional Indígena de Colombia - ONIC y Christian-Aid.
Con su publicación no pretendemos agotar el tema; por el contrario, se busca que la misma sea
un insumo importante que facilite y propicie debates al interior de nuestros pueblos y de otros sec-
tores (académicos, sociales, gubernamentales, etc.) sobre un tema que a pesar de los importantes
avances que ha tenido en los últimos años, sigue siendo fuente de constantes discusiones doctrina-
les y jurisprudenciales, en el ámbito nacional e internacional.
El documento consta de dos partes. En la primera, compuesta de 14 capítulos, se hace un acer-
camiento conceptual al tema, a través de preguntas sencillas y claras (qué es el derecho a la consul-
ta previa, a quiénes se debe consultar, cuándo se debe consultar, etc.), mediante las cuales el lector
podrá apropiarse fácilmente del contenido y alcance de este derecho fundamental, el cual se ha
convertido en un elemento esencial en la defensa de nuestra integridad y pervivencia como Pueblos
Indígenas.
Introducción
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En la segunda parte, denominada “Herramientas útiles”, compuesta de 4 capítulos, se hace una
breve presentación de algunas de las principales acciones y herramientas jurídicas (con los respec-
tivos “modelos” o formatos) que podemos presentar los Pueblos Indígenas ante las autoridades de
la República para la defensa de nuestros derechos fundamentales y colectivos.
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Consideraciones metodológicas
n esta cartilla, como en cualquiera que se haga sobre el tema, se citan constantemente
pronunciamientos, sentencias, convenios internacionales, etc., de organismos como la Cor-
te Constitucional o la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la Organización Interna-
cional del Trabajo, entre otros, con el ánimo de explicar, precisar, ampliar o aclarar el tema.
En este trabajo, además de utilizar esta metodología, queremos brevemente explicar el papel y
la competencia que tienen estos organismos en la materia así como la importancia y ubicación de las
normas, sentencias y demás pronunciamientos utilizados. Esto es importante porque permite esta-
blecer un lenguaje que todos entendamos, sin partir de consideraciones apriorísticas y arbitrarias
sobre el conocimiento previo del lector.
Así, debe resaltarse que las sentencias de la Corte Constitucional son importantes porque la
Corte es el órgano principal para aplicar la Constitución y garantizar la vigencia de los Derechos
Fundamentales de todos los colombianos y colombianas1, ya sea resolviendo casos específicos2 en
los cuales individuos y comunidades enteras son afectados en sus derechos (mediante sentencias
de tutela tipo T, o de Unificación tipo SU) o decidiendo acciones de inconstitucionalidad3 (mediante
sentencias tipo C) que presenten los ciudadanos contra las leyes por violar la Constitución. La Corte
Constitucional también profiere Autos, mediante los cuales hace seguimiento al cumplimiento de
sus sentencias y profiere órdenes4.
Debe recordarse que los Autos y Sentencias de la Corte Constitucional, cualquiera sea su tipolo-
gía, son definitivos y obligatorios, por lo cual deben ser cumplidos y acatados con prontitud y dili-
gencia por todos los ciudadanos y ciudadanas y por todas las autoridades públicas de la República;
así mismo, que la Constitución Política es la norma más importante del país que todos y todas debe-
mos respetar5.
1 Así se deprende de la lectura del artículo 241 de la Constitución Política de Colombia, en donde se dice que a la Corte Constitucional seencomienda “la guarda de la integridad y la supremacía de la Constitución”.
2 El derecho de todo ciudadano colombiano a presentar acciones de tutela está definido en el artículo 86 de la Constitución Política.3 El derecho de todo ciudadano colombiano de presentar acciones de inconstitucionalidad contra las leyes está definido en el artículo 241 de
la Constitución Política.4 La competencia de la Corte para dictar autos de seguimiento está establecida en el artículo 27 del decreto 2591 de 1991.5 El artículo 4° de la Constitución establece que la Constitución Política es “norma de normas”.
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Por otra parte, es importante mencionar que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) es
una agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) especializada en el Derecho al traba-
jo, integrada por representantes de gobiernos, empleadores y trabajadores. En 1989, la OIT, a través
de su Conferencia General, adoptó el Convenio 169 sobre Derechos de los Pueblos Indígenas, el cual
fue ratificado por Colombia mediante la ley 21 de 1991. Dentro de la OIT, el órgano encargado de
hacer seguimiento al cumplimiento de los Estados con relación al Convenio 169 es el Comité de
Expertos en Aplicación de Convenios y Recomendaciones - CEACR, por lo cual las Recomendacio-
nes de este Comité deben ser observadas por los Estados, debido a que está autorizado para vigilar
el cumplimiento de las obligaciones que nacen para los Estados en virtud de la firma de Tratados y
Convenios que estos hacen de manera libre y voluntaria en el marco de la OIT.
Así mismo, las sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos son de obligatorio
cumplimiento para los Estados que hacen parte de la Organización de Estados Americanos – OEA,
entre ellos Colombia, debido a que esta Corte es el organismo del Sistema Interamericano encarga-
do de aplicar la Convención Americana de Derechos Humanos, la cual fue ratificada por Colombia en
1973.
No se debe perder de vista que la Organización de las Naciones Unidas – ONU, de la cual Colom-
bia es parte, tiene un Relator Especial para los Derechos y las Libertades Fundamentales de los
indígenas. El actual Relator es el señor James Anaya. En el ejercicio de su mandato, el Relator
Especial emite recomendaciones a los Estados miembros de la ONU, las cuales deben ser observa-
das y acatadas por estos Estados, debido a que es un especialista de alto nivel del sistema de la
ONU en el tema de los derechos de los Pueblos Indígenas.
Finalmente, es pertinente señalar, de acuerdo con la sentencia C-169 de 2001 de la H. Corte
Constitucional, entre otras, que el derecho a la consulta previa está previsto también a favor de los
afrocolombianos, por cuanto se trata de un pueblo tribal, de una etnia6. Por lo tanto las discusiones y
argumentos que planteamos con relación a los Pueblos Indígenas son predicables, guardadas las
proporciones, también respecto de los afrocolombianos.
6 También puede verse la sentencia C-461 de 2008 de la H. Corte Constitucional.
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PRIMERA PARTE
Consulta previa
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Entonces, cuando afirmamos que la consul-
ta previa es un derecho fundamental que tene-
mos los Pueblos Indígenas, estamos diciendo que
la consulta previa es algo que para nosotros como
pueblos es un elemento crucial e indispensable
en nuestra identidad y posibilidades de existir y
pervivir como Pueblos Indígenas, como seres
humanos.
En ese sentido, en la sentencia T-769 de 2009,
la H. Corte Constitucional reitera esta tesis en los
siguientes términos: “…la Corte ha dicho que es
consecuencia directa del derecho que les asiste a
las comunidades nativas de decidir las prioridades
en su proceso de desarrollo y preservación de la
cultura y que cuando procede ese deber de con-
sulta, surge para las comunidades un derecho
fundamental susceptible de protección por la vía
de la acción de tutela, en razón a la importancia
del mismo, a su significación para la defensa de la
identidad e integridad cultural y a su condición de
mecanismo de participación”. (Resaltado propio).
El hecho de que la consulta previa sea un
derecho fundamental tiene dos consecuencias
jurídicas principales. La primera es que ante su
violación o desconocimiento, podemos utilizar la
acción de tutela para defenderla como derecho
fundamental, de acuerdo al artículo 86 de la Cons-
titución Política. Y la segunda, es que podemos
quejarnos o reclamar ante instancias internacio-
nales por incumplimiento del Estado colombia-
no frente a las obligaciones emanadas de un con-
venio internacional (el Convenio 169 de la OIT).
Capítulo I
¿Qué es la consulta previa?
La consulta previa es un derecho fundamen-
tal de los Pueblos Indígenas. El objetivo de este
derecho consiste en garantizar que los Pueblos
Indígenas podamos participar, intervenir y de-
cidir, previamente a la toma de decisiones que
nos afecten. De acuerdo a la importancia que la
consulta previa tiene para los Pueblos Indíge-
nas y a la jurisprudencia de la Corte Constitu-
cional en ese sentido, se puede afirmar que se
trata de un verdadero derecho fundamental, el
cual debe ser respetado, garantizado y promo-
cionado por el Estado colombiano.
Capítulo II
¿Qué significa que la consulta previa
sea un derecho fundamental?
Esto quiere decir que se trata de una garan-
tía o mecanismo tan esencial e importante para
los indígenas, que si por alguna razón somos
privados de él, nuestra condición de humanidad
estaría en entredicho, peligraría nuestra existen-
cia individual y colectiva como Pueblos Indíge-
nas. La Corte Constitucional, en algunas de sus
sentencias, ha definido los derechos fundamen-
tales como algo inherente a la condición huma-
na, como aquellas exigencias que brotan de la
propia condición natural del hombre.
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Así lo reconoció la H. Corte Constitucional en la
sentencia T-769 de 2009: “Finalmente, en cuanto
a la consecuencia jurídica de la omisión frente al
deber de consulta, esta corporación precisó que
el desconocimiento generaría una situación de in-
cumplimiento susceptible de evaluación y control,
a través de las correspondientes instancias inter-
nacionales”.
Capítulo III
¿Con cuáles otros derechos
fundamentales de los Pueblos
Indígenas se relaciona
la consulta previa?
Debido a que los Derechos Humanos son in-
terdependientes e integrales, es erróneo anali-
zar cada derecho de manera aislada. Se debe pri-
vilegiar una mirada panorámica de todos los de-
rechos que permita ver las profundas relaciones
que hay entre ellos. Un derecho no se expli-
ca sólo, sino en relación con otros.
Es así como el derecho fundamental a la
consulta previa se relaciona íntimamente, en-
tre otros, con los siguientes derechos, de los
cuales también somos titulares los Pueblos
Indígenas:
Derecho a la vida, derecho a la libre de-
terminación de los pueblos, derecho a la par-
ticipación, derecho a la diversidad étnica y
cultural, derecho al territorio, derecho a la li-
bertad, derecho al libre desarrollo de la per-
sonalidad, derecho a la igualdad, derecho al
debido proceso, entre otros.
La correcta o incorrecta realización de
una consulta previa hace que se realicen o se
violen estos derechos. Por ejemplo, una consul-
ta bien hecha reafirma nuestros derechos sobre
el territorio, realiza el derecho a la libre determi-
nación, etc. Por el contrario, una consulta mal he-
cha o no realizada, hace que en la práctica se
desconozcan nuestros derechos a la libre deter-
minación, al gobierno propio o a la participación.
Por eso es que decimos que el derecho a la con-
sulta previa se relaciona íntimamente con otros
derechos.
Capítulo IV
¿Por qué los Pueblos Indígenas
tenemos derecho a la consulta previa?
La razón por la cual los indígenas tenemos
el derecho específico a la consulta es porque te-
nemos culturas, cosmovisiones diferentes a las
de la sociedad dominante, las cuales deben ser
preservadas frente a proyectos de desarrollo y
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do de esta manera la pervivencia de la riqueza
cultural, que la diversidad étnica de la Nación co-
lombiana comporta - artículos 1°, 7°, 8°, 68, 70 y
246 C.P.”
Así está también reconocido en la Declara-
ción de las Naciones Unidas sobre los Derechos
de los Pueblos Indígenas, en donde se puede leer
lo siguiente: “Afirmando también que todos los
pueblos contribuyen a la diversidad y riqueza de
las civilizaciones y culturas, que constituyen el
patrimonio común de la humanidad”.
Capítulo V
¿Cuál es la finalidad del derecho
fundamental a la consulta previa?
La finalidad fundamental del ejercicio al de-
recho a la consulta previa consiste en salvaguar-
dar la vida y la integridad de los Pue-
blos Indígenas, debido a las múltiples
amenazas que se ciernen sobre no-
sotros. Lo anterior debido a que la
consulta previa se ha convertido en
una garantía de pervivencia en un
contexto de riesgo de exterminio físi-
co y cultural como el que vivimos los
Pueblos Indígenas en Colombia.
Por otra parte, se puede señalar
como otra finalidad de la consulta el
que los Pueblos Indígenas participe-
mos efectivamente en la toma de de-
cisiones que nos afectan, como suje-
tos de derechos con plena capacidad,
para que en el marco de esa partici-
pación podamos consentir o no la
adopción de medidas (administrati-
medidas normativas que nos afecten en esa es-
pecificidad diferenciada que representamos
como indígenas. También, porque nosotros como
indígenas mantenemos relaciones espirituales y
materiales profundas con el territorio, ligadas a
la vida colectiva y espiritual, que van más allá
de la noción de propiedad. Además, porque no-
sotros tenemos el derecho a definir nuestro pro-
pio desarrollo, de acuerdo con el Convenio 169
de la OIT.
Así mismo, porque los Pueblos Indígenas en-
carnamos ese valor fundamental del cual se pre-
cian las sociedades occidentales modernas: el
pluralismo y diversidad étnica y cultural. Así lo
reconoció la H. Corte Constitucional en la sen-
tencia T-880 de 2009, cuando expresó que el fun-
damento de la consulta previa a los Pueblos In-
dígenas radicaba en la garantía de los pueblos:
“a ser diferentes, a considerarse a sí mismos dife-
rentes y a ser respetados como tales, garantizan-
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vas y legislativas), la realización de proyectos o
fumigaciones sobre nuestros territorios.
Es deseable que se llegue a acuerdos, pero
no es una exigencia. El proceso de participación
democrática y amplia que genera la consulta pre-
via no debe instrumentalizarse, pues de lo con-
trario el derecho fundamental a la consulta previa
pierde su esencia, se desnaturaliza. Por el contra-
rio, su ejercicio está enfocado hacia el consenti-
miento previo, libre e informado de los pueblos.
El artículo 6° del Convenio 169 de la OIT dis-
pone que las consultas deben realizarse por par-
te de los Estados “con la finalidad de llegar a un
acuerdo o lograr el consentimiento acerca de las
medidas propuestas”.
Por su parte, la Declaración de la ONU sobre
los Derechos de los Pueblos Indígenas, en su ar-
tículo 19 prescribe que “antes de adoptar y apli-
car medidas legislativas o administrativas” que
afecten a los pueblos, los Estados deben ade-
lantar consultas y cooperar de buena fe con los
indígenas, a fin de “obtener su consentimiento
libre, previo e informado”.
Capítulo VI
¿Qué pasa si no nos ponemos
de acuerdo? ¿Tenemos derecho
a oponernos a la realización
del proyecto o la adopción
de la medida?
Si no logramos un acuerdo en el ejercicio del
derecho a la consulta, el proyecto de desarrollo
o las medidas que se pretendan adoptar (legis-
lativas o administrativas), no deberían realizar-
se o ejecutarse. Ello por cuanto los Pueblos Indí-
genas somos autónomos y tenemos el derecho a
definir nuestros destinos y decisiones con base
en nuestras convicciones, nuestra cosmovisión,
el derecho propio o derecho mayor, sin que se
nos pueda forzar o imponer ninguna alternativa
específica.
La posibilidad de oponernos a la realización
de proyectos de desarrollo en nuestros territo-
rios o la adopción de medidas (administrativas o
legislativas) que nos afecten, es conocida doc-
trinalmente como el derecho al veto. Esta posi-
bilidad se contempla en aquellos casos en los
cuales la realización de proyectos de desarrollo
a gran escala representan para los Pueblos Indí-
genas afectaciones profundas y sensibles, tales
como la pérdida de territorios, desalojo, migra-
ción y reasentamiento, agotamiento de recursos
para la subsistencia física y cultural, destrucción
y contaminación del ambiente, desorganización
social y comunitaria, negativos impactos sanita-
rios o nutricionales, abusos y violencia.
Si bien es cierto se trata de un tema polémi-
co, como Pueblos Indígenas nosotros defende-
mos el derecho al veto, para lo cual nos apoya-
mos en la sentencia del caso del Pueblo Sara-
maka, en donde la Corte Interamericana de De-
rechos Humanos7 consideró lo siguiente: “El Es-
tado debe adoptar las medidas legislativas, ad-
ministrativas o de otra índole que sean necesa-
rias para reconocer y garantizar el derecho del
Pueblo Saramaka a ser efectivamente consulta-
do, según sus tradiciones y costumbres, o en su
7 Las decisiones de la Corte Interamericana son importantespor cuanto ellas hacen parte de su jurisprudencia, la cual esaplicable y exigible en los países miembros de la OEA, incluidoColombia.
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caso, el derecho de otorgar o abs-
tenerse de otorgar su consenti-
miento previo, libre e informa-
do respecto de los proyectos de de-
sarrollo o inversión que puedan
afectar su territorio”8 (Resaltado
propio).
Por otra parte, en la senten-
cia T-769 de 2009, la H. Corte
Constitucional sostuvo lo siguien-
te: “Frente a lo anterior, esta cor-
poración aclara que cuando se tra-
te de planes de desarrollo o de in-
versión a gran escala, que tengan
mayor impacto dentro del territo-
rio de afrodescendientes e indíge-
nas, es deber del Estado no sólo
consultar a dichas comunidades, sino también
obtener su consentimiento libre, informado y pre-
vio, según sus costumbres y tradiciones, dado que
esas poblaciones, al ejecutarse planes e inversio-
nes de exploración y explotación en su hábitat,
pueden llegar a atravesar cambios sociales y eco-
nómicos profundos, como la pérdida de sus tie-
rras tradicionales, el desalojo, la migración, el ago-
tamiento de recursos necesarios para la subsis-
tencia física y cultural, la destrucción y contami-
nación del ambiente tradicional, entre otras con-
secuencias; por lo que en estos casos las deci-
siones de las comunidades pueden llegar a con-
siderarse vinculantes, debido al grave nivel de
afectación que les acarrea”. (Resaltado propio)
En la reciente sentencia T-129 de 2011, se
clarificó aún más la posibilidad de que los Pue-
blos Indígenas nos podamos oponer a la realiza-
ción de proyectos que nos afecten o sean con-
trarios a nuestra cosmovisión: “No se puede obli-
gar a una comunidad étnica a renunciar a su for-
ma de vida y cultura por la mera llegada de una
obra de infraestructura o proyecto de explotación
y viceversa…”
Así mismo, pensamos que a partir de la con-
sideración de la diversidad étnica y cultural de
la nación (contenida en el artículo 7° de la Cons-
titución Política) como un asunto de interés ge-
neral, de un correcto entendimiento del derecho
a definir nuestro propio desarrollo (Artículo 7°
Convenio 169 de la OIT) y del principio de efecti-
vidad de los derechos fundamentales (Artículo
2° Constitución Política), se puede concluir que
en el marco del ejercicio del derecho a la consul-
ta previa, los pueblos afectados podemos otor-
gar o abstenernos de otorgar nuestro consenti-
miento, en ambos casos de manera previa, libre
e informada. Habrá pueblos que consideren que
el proyecto o la medida consultada los va a be-
8 Corte IDH (2007). Caso del Pueblo Saramaka. Vs. Surinam.Tomado de: http://www.corteidh.or.cr/casos.cfm
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neficiar y no está en contravía de su Ley de Ori-
gen y su Cosmovisión, pero habrá pueblos que
consideren lo contrario. Ambas posibilidades
deben ser respetadas tanto por el Estado como
por los particulares. Tal como lo sostuvo la Corte
en la sentencia T-129 de 2011, así debe ser en-
tendido un proceso adecuado y pertinente cul-
turalmente: “Lo que está de por medio no es sólo
la expectativa de recibir ciertos beneficios econó-
micos por un proyecto económico, sino entender
y reconocer que lo que está en juego es el presen-
te y futuro de un pueblo, de un grupo humano
que tiene derecho a auto-determinarse y defen-
der su existencia física y cultural por absurdas y
exóticas que para algunos puedan parecer sus
costumbres y modos de vida”.
La consulta previa sin derecho a decir no a
lo que se consulta, vacía de contenido a la con-
sulta, la vuelve un requisito intrascendente, la
convierte en un procedimiento irrelevante, legi-
timador de la destrucción y la muerte de los Pue-
blos Indígenas.
Otro elemento para considerar es el relacio-
nado con el avance en la clarificación de la ten-
sión que se genera entre el aparente “interés
general” subyacente a la realización de los gran-
des proyectos de desarrollo o la adopción de me-
didas y el “interés de los Pueblos Indígenas”.
En ese sentido, resulta de vital importancia la
sentencia SU-383 de 2003 de la H. Corte Consti-
tucional, en donde se reconoció que el tema de
la protección de la diversidad étnica es un asun-
to de interés general, lo cual contribuye en la
defensa del derecho al veto de los Pueblos In-
dígenas:
“La protección de los valores culturales,
económicos y sociales de los Pueblos Indíge-
nas y tribales, que aún subsisten en el terri-
torio nacional, es un asunto de interés gene-
ral en cuanto comporta el reconocimiento de
la diversidad étnica y cultural de la nación co-
lombiana, y la existencia misma del Estado So-
cial de Derecho. (…) la consulta previa, libre
e informada es el mecanismo que permite
ponderar los intereses de los Pueblos Indíge-
nas y tribales en conflicto con intereses colec-
tivos de mayor amplitud, a fin de poder esta-
blecer cuál de ellos posee una legitimación
mayor”. (Resaltado propio).
La discusión parece quedar sin funda-
mento cuando en la sentencia T-129 de 2011,
la misma Corte afirma: “No se puede ante-
poner en abstracto el interés general y la vi-
sión mayoritaria que se tenga del desarrollo
o el progreso que traen las obras de infraes-
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tructura cuando dichas intervenciones se desa-
rrollan en territorios indígenas o étnicos” (Re-
saltado propio).
Finalmente, debe decirse que el derecho al
veto adquiere una especial significación en un
contexto como el colombiano, en donde más de
34 pueblos nos encontramos en riesgo de ex-
tinción física y cultural, tal como lo ha reconoci-
do la propia Corte Constitucional mediante el
Auto 004 de 2009. Así entonces, la consulta pre-
via con legitimidad de oponerse si así lo decide
el pueblo afectado (entiéndase, consulta inte-
gral y apropiada) se convierte en un mecanis-
mo de defensa de nuestra pervivencia, en una
herramienta contra la muerte que se cierne so-
bre nosotros.
Capítulo VII
¿Cuáles son los principios del derecho
fundamental a la consulta previa?
Se entiende que los principios están en el
origen de algo, son como referentes básicos,
como faros que iluminan y se proyectan sobre
un “todo” (en este caso, el derecho a la consulta
previa), dándole consistencia, coherencia y per-
tinencia; sustentan y soportan a ese “todo”. Los
principios de la consulta previa están íntimamen-
te relacionados entre sí y con los derechos fun-
damentales que se ponen en juego en la realiza-
ción de las consultas previas; por esa razón, si
no se observan y aplican estrictamente estos
principios, los Pueblos Indígenas podemos acu-
dir a la acción de tutela.
En lo relacionado con el derecho a la consul-
ta previa que tenemos los Pueblos Indígenas, de
conformidad con la normatividad y jurispruden-
cia nacional e internacional sobre la materia, po-
demos mencionar, entre otros, los siguientes prin-
cipios:
� Buena fe. Es un mandato de lealtad y de
honestidad durante la realización de la con-
sulta. Todos los actores que intervienen en
la realización de la consulta deben ceñir su
conducta a este postulado. El artículo 6 del
Convenio 169 dice que los Estados celebra-
rán consultas con los Pueblos Indígenas de
buena fe. Una situación de mala fe es, por
ejemplo, hacer firmar a la gente listados de
asistencia que luego se conviertan en firmas
del acta de la consulta.
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� Autonomía y diversidad étnicas. De acuer-
do a este principio, durante la realización de
la consulta previa se debe respetar y consi-
derar que somos sujetos portadores de una
visión diferente del mundo. Que la consulta
se realice con un Enfoque etno-metodológi-
co. El artículo 6 del Convenio 169 dice que
las consultas deben realizarse de “manera
apropiada a las circunstancias”. Eso se tra-
duce por ejemplo en el deber de respetar
los tiempos, dinámicas y costumbres de la
comunidad. Por ejemplo, si un pueblo indí-
gena antes de tomar una decisión sobre su
territorio debe hacer un ritual, debe respe-
tarse esta práctica ancestral.
� Transparencia. Quiere decir que durante la
consulta no se debe ocultar nada a los Pue-
blos Indígenas, para que éstos tomen la de-
cisión respecto de lo que se les está consul-
tando con todos los elementos de juicio. Se
relaciona mucho con el principio de la bue-
na fe y el derecho a la información. La totali-
dad de la información debe estar a disposi-
ción de la comunidad, en un lenguaje claro y
sencillo.
Por ejemplo, si como resultado de los Estu-
dios de Impacto Ambiental (EIA) se estable-
ció que la realización del proyecto iba a im-
plicar la sequía del río del cual se abastece
la comunidad y esto no se informó en el pro-
ceso de consulta, se estaría violando el prin-
cipio de transparencia.
� Libertad. En el ejercicio del derecho a la con-
sulta previa, los pueblos no debemos ser
constreñidos (amenazas, sabotajes) ni limi-
tados en nuestras libertades fundamenta-
les, pues de lo contrario nuestra decisión
(ya sea otorgando o negando el consenti-
miento) estaría viciada. Por ello, tanto en el
Convenio 169 de la OIT (Artículo 16), como
en la Declaración de la ONU sobre Pueblos
Indígenas se habla de consentimiento libre
(Artículos 10, 11, 19 y 28). Cualquier tipo
de intromisión o de presión sobre la comu-
nidad afecta el principio de libertad y por
lo tanto vicia las decisiones que se tomen.
La libertad de decisión de los Pueblos Indí-
genas también se afecta cuando se asesina
o se desaparece a los líderes que se opon-
gan a la realización del proyecto, como ocu-
rrió con el caso de los Emberá y la represa
Urrá.
� Legitimidad y representatividad. Este prin-
cipio quiere decir que el ejercicio de la con-
sulta previa debe adelantarse con los repre-
sentantes legítimos de los pueblos y sus or-
ganizaciones. Es así como el Convenio 169
de la OIT dice en su artículo 6° que los Esta-
dos deberán “consultar a los pueblos intere-
sados, mediante procedimientos apropiados
y en particular a través de sus institucio-
nes representativas” (Resaltado propio). Un
ejemplo de violación de este principio, fue el
que verificó la H. Corte Constitucional en la
sentencia T-769 de 2009 (sobre el caso del
proyecto minero Mandé Norte), en donde se
dijo: “En el caso concreto, esta Sala de revi-
sión considera que el proceso de consulta pre-
via adelantado por el Ministerio del Interior y
de Justicia, no tuvo en cuenta a todas las
autoridades e instituciones representativas
de las comunidades respectivas, constatán-
dose que algunos de los participantes en la
adopción del proyecto en cuestión no se en-
contraban debidamente acreditados, ni au-
torizados” (Resaltado propio)
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� Debido proceso. Es decir, en la realización
de la consulta previa deben acatarse y ob-
servarse los acuerdos establecidos con la co-
munidad y las disposiciones jurídicas apli-
cables: la Constitución Política, el Convenio
169 de la OIT, la Declaración de la ONU so-
bre los Derechos de los Pueblos Indígenas,
etc.). Este principio también incluye convo-
catorias con suficiente antelación, oportuni-
dad de contradecir los planteamientos del
otro, posibilidad de aportar documentos y es-
tudios propios de los pueblos, etc.
� Comunicación intercultural y garan-
tía de entendimiento mutuo. Este
principio es importante toda vez que
los Pueblos Indígenas hablamos nues-
tras propias lenguas; por lo tanto, el
Estado debe garantizar el mutuo enten-
dimiento (en idioma de cada pueblo y
en español) de los sujetos participan-
tes en las consultas que adelante. Ade-
más, por cuanto la misma Constitución
Política reconoce (artículo 10) que nues-
tras lenguas nativas son oficiales en
nuestros territorios.
Por ejemplo, en el caso de los herma-
nos indígenas Barí y la explotación de
petróleo en su territorio ancestral, nun-
ca se garantizó la traducción a su len-
gua propia de las implicaciones del pro-
yecto, por lo cual muchas de las afec-
taciones quedaron claras, produciéndo-
se una flagrante violación a uno de los
principios de la consulta previa (sen-
tencia T-880 de 2006).
Es así como en el artículo 13 de la De-
claración de la ONU sobre los Derechos
de los Pueblos Indígenas se dice que “Los
Estados adoptarán medidas eficaces para ga-
rantizar la protección de ese derecho y [dere-
cho a tener y conservar idioma propio] tam-
bién para asegurar que los Pueblos Indíge-
nas puedan entender y hacerse entender
en las actuaciones políticas, jurídicas y ad-
ministrativas, proporcionando para ello,
cuando sea necesario, servicios de interpre-
tación u otros medios adecuados” (Resaltado
propio).
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Si no se garantiza la traducción a la lengua
indígena y el entendimiento mutuo, cual-
quier decisión que se tome sería inválida: na-
die puede estar de acuerdo o en desacuerdo
con lo que no entiende. Por eso también debe
exigirse que no se use lenguaje técnico difí-
cil de entender para las comunidades y Pue-
blos Indígenas.
� Pluralismo jurídico. En el ejercicio de nues-
tro derecho fundamental a la consulta pre-
via, los Pueblos Indígenas podemos acu-
dir a nuestro derecho mayor, a nuestra ley
de origen, lo cual debe ser respetado y ga-
rantizado por el Estado. Eso quiere decir
el principio del pluralismo jurídico: que en
la consulta se pueda aplicar nuestro de-
recho propio y el derecho occidental. El
pluralismo jurídico está directamente re-
lacionado con el principio de diversidad
étnica y cultural de la nación, contempla-
do en el artículo 7° de la Constitución Polí-
tica.
� Publicidad. En virtud de este principio, to-
das las decisiones que se tomen, los docu-
mentos que se aporten, las discusiones que
se produzcan, las convocatorias que se ha-
gan, etc., deben ser públicas y de conoci-
miento de todos los interesados. La consul-
ta debe adelantarse de cara a las organiza-
ciones sociales, a los organismos de control
y a las organizaciones representativas de los
Pueblos Indígenas. Se relaciona mucho con
el principio de transparencia.
En el caso de los hermanos indígenas Em-
berá, afectados con la realización del proyec-
to minero Mandé Norte en el Chocó, las con-
vocatorias de algunas reuniones no fueron
públicas o se invitó a personas que no ha-
cían parte de los resguardos. Esas son con-
ductas violatorias del principio de publici-
dad (sentencia T-769 de 2009).
Capítulo VIII
¿Qué cosas deben ser consultadas con
los Pueblos Indígenas?
Se debe consultar todo tipo de medida, ini-
ciativa o proyecto que represente para nosotros
como indígenas una afectación. Las afectacio-
nes pueden ser individuales o colectivas, mate-
riales o simbólicas. Para mayor claridad, el mis-
mo Convenio 169 de la OIT y la Declaración de la
ONU sobre Derechos de los Pueblos Indígenas,
enumeran muchos de los asuntos que se deben
consultar: las medidas normativas (legislativas
o administrativas), los proyectos extractivos o de
infraestructura, las reubicaciones, las reparacio-
nes, la militarización de los territorios, etc.
A continuación haremos mención especial a
algunas de las situaciones previstas en los ins-
trumentos internacionales.
a. Medidas normativas
Frente a la consulta en materia de medidas
legislativas, la consulta debe adelantarse antes
de que el proyecto sea radicado en el Congreso
de la República, órgano encargado de proferir las
leyes en Colombia. Y aún después de radicado
el proyecto de ley, el Congreso debería generar
espacios de concertación y consulta con los pue-
blos. Algunos ejemplos en materia de leyes de-
claradas inconstitucionales por ausencia de con-
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sulta son los contenidos en las sentencias C-030
de 2008 (se declara inconstitucional la ley fores-
tal), C-175 de 2009 (se declara inconstitucional
el estatuto de desarrollo rural) y la C-366 de 2011
(declara inconstitucional la Ley 1382 de 2010, re-
forma al código de minas).
Teniendo en cuenta estos precedentes es que
en la actualidad se está haciendo un proceso de
consulta con los Pueblos Indígenas en torno al
Plan Nacional de Desarrollo del gobierno de Juan
Manuel Santos y de la ley de víctimas.
Aquí es importante resaltar la reciente sen-
tencia C-702 de 2010, en la cual la H. Corte Cons-
titucional amplió el ámbito de aplicación de la
consulta previa al hacer una interpretación de la
expresión “medidas legislativas” contenidas en
el Convenio 169 de la OIT.
Así, la Corte consideró que en esta expre-
sión también quedan cobijados los actos legis-
lativos (los cuales no son leyes
sino actos reformatorios de la
Constitución), dado que en Co-
lombia –de acuerdo a sentencias
anteriores de la propia Corte
Constitucional– los vocablos
“ley” o “legislación” hacen refe-
rencia al ordenamiento jurídico
en su totalidad y no solo a las le-
yes que expide el Congreso. Por
ello los actos legislativos, que ha-
cen parte del ordenamiento jurí-
dico colombiano, deben ser con-
sultados con los Pueblos Indíge-
nas en la medida que los afecte
de alguna manera.
Como dijimos, también de-
ben consultarse las medidas administrativas, las
cuales son de distinto orden (actos administrati-
vos, operaciones administrativas, etc.).
b. Proyectos de extracción de recursos
naturales
Los proyectos de desarrollo de la sociedad
occidental generan muchas preocupaciones en
materia de consulta previa9, dado que los mis-
mos producen profundas afectaciones a la Ma-
dre Tierra, al ambiente y a nosotros como Pue-
blos Indígenas (afectaciones sociales, cultura-
les, económicas, etc.), pues son proyectos ex-
tractivistas y depredadores de los recursos na-
turales.
9 Es por ello que el artículo 13 del Convenio 169 de la OIT diceque “los gobiernos deberán respetar la importancia especial
que para las culturas y valores espirituales de los pueblos
interesados reviste su relación con las tierras o territorios”
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Proyectos mineros, de construcción de au-
topistas, oleoductos y represas, plantación de
monocultivos, entre otros, deben ser consulta-
dos previamente con los Pueblos Indígenas, de
acuerdo con el artículo 7° del Convenio 169 de
la OIT en donde se dice lo siguiente: “Además,
dichos pueblos deberán participar en la formu-
lación, aplicación y evaluación de los planes y
programas de desarrollo nacional y regional sus-
ceptibles de afectarles directamente”. Además,
en el artículo 15 del mismo convenio, se esta-
blece lo siguiente: “los gobiernos deberán esta-
blecer o mantener procedimientos con miras a
consultar a los pueblos interesados, a fin de de-
terminar si los intereses de esos pueblos serían
perjudicados y en qué medida, antes de empren-
der o autorizar cualquier programa de prospec-
ción o explotación de los recursos existentes en
sus tierras”.
Un ejemplo concreto en el cual se ordenó
detener un proyecto extractivo por la realización
indebida de la consulta (proyecto minero Man-
dé Norte, a cargo de la empresa minera Muriel
Mining Corporation), es la sentencia T-769 de la
H. Corte Constitucional, en donde esta corpora-
ción ordenó “a todas las autoridades accionadas,
que en el ámbito de sus respectivas funciones y
de inmediato, hagan suspender las actividades
de exploración y explotación que se estén ade-
lantando o se vayan a adelantar, en desarrollo del
contrato de concesión denominado Mandé Nor-
te, para la exploración y explotación de cobre, oro,
molibdeno y otros minerales, en los departamen-
tos de Antioquia y Chocó”.
El mismo Convenio, además, reconoce que
otro tipo de actividades, tales como el traslado o
reubicación de los pueblos de sus territorios (ar-
tículo 16) o la enajenación o venta de sus tierras
(artículo 17), deben ser debidamente consulta-
dos previamente con los Pueblos Indígenas.
Adicionalmente, deben ser objeto de consul-
ta las fumigaciones de cultivos de uso ilícito que
se realicen sobre territorios indígenas. La razón
es que esos cultivos son plantados en nuestros
territorios por los actores del conflicto, pero las
consecuencias las asumimos nosotros como ha-
bitantes permanentes del territorio. En ese sen-
tido, la Corte Constitucional, a través de la sen-
tencia SU-383 de 2003, sostuvo lo siguiente: “Por-
que sólo consultando a los pueblos involucrados,
de buena fe y de una manera apropiada a las cir-
cunstancias, podrán determinarse las implicacio-
nes del Programa de erradicación de cultivos en
las vidas, creencias, instituciones, bienestar espi-
ritual y la utilización de las tierras que ocupan los
Pueblos Indígenas –artículo 7° Convenio 169”.
Si cualquiera de estas medidas o proyectos
se empiezan a implementar sin consultar con los
Pueblos Indígenas, podemos acudir a los jueces
a través de la acción de tutela para buscar la in-
mediata protección de nuestros derechos indivi-
duales y/o colectivos.
Capítulo IX
¿Cuándo se debe consultar
a los Pueblos Indígenas?
En el momento mismo en que se prevean
medidas legislativas, administrativas o proyec-
tos extractivos que puedan afectar a los pueblos.
Eso quiere decir que la consulta no se debe ha-
cer cuando ya se haya iniciado el proyecto o se
haya aprobado la medida normativa o adminis-
trativa.
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Por ello el Convenio es muy claro en decir
que el deber de consultar a los pueblos se activa
para el Estado cada vez que se prevean medi-
das susceptibles de afectarnos.
En ese sentido, el artículo 6° del menciona-
do Convenio establece lo siguiente: “…los gobier-
nos deberán: a ) consultar a los pueblos interesa-
dos, mediante procedimientos apropiados y en
particular a través de sus instituciones represen-
tativas, cada vez que se prevean medidas le-
gislativas o administrativas susceptibles de
afectarles directamente”.
A partir de lo anterior es que nos parece in-
concebible que en materia minera, la consulta
se haga una vez la concesión ya ha sido adjudi-
cada y únicamente para la fase de explotación.
Afortunadamente, la Corte Constitucional (sen-
tencias T-769 de 2009 y T-129 de 2011) ha salido
en defensa de nuestros derechos, exigiendo la
realización previa de la consulta antes de auto-
rizar la realización de actividades de exploración
o prospección en nuestros territorios.
Capítulo X
¿El derecho fundamental a la consulta
previa es diferente al derecho
al consentimiento previo,
libre e informado?
Sí. Se trata de dos cosas diferentes aunque
íntimamente relacionadas. En el marco del ejer-
cicio del derecho fundamental a la consulta pre-
via como Pueblos Indígenas, nosotros podemos
otorgar o abstenernos de otorgar el consenti-
miento sobre la medida o el proyecto que se nos
consulta.
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Mejor dicho, la consulta previa es el marco
para expresar nuestro consentimiento, ya sea
otorgándolo o negándolo. Cuando hablamos de
la finalidad del derecho a la consulta previa,
en el Capítulo V de esta cartilla, dijimos que
esa finalidad consistía en que “los Pueblos In-
dígenas participemos efectivamente en la toma
de decisiones que nos afectan, como sujetos de
derechos con plena capacidad, para que en el
marco de esa participación podamos consentir
o no la adopción de medidas (administrativas y
legislativas), la realización de proyectos o fu-
migaciones sobre nuestros territorios”.
En ese sentido, vale la pena citar la recien-
te sentencia T-129 de 2011 de la H. Corte Cons-
titucional, en donde esta corporación judicial
claramente estableció: “Concatenado con lo an-
terior, subyace la necesidad de responder a la
pregunta relativa a si el consentimiento sólo
se debe buscar en los planes de desarrollo o de
inversión a gran escala. Para la Sala la respues-
ta es negativa. Conforme a esta providencia,
toda medida administrativa, de infraestruc-
tura, proyecto u obra que intervenga o ten-
ga la potencialidad de afectar territorios in-
dígenas o étnicos deberá agotar no sólo el
trámite de la consulta previa desde el ini-
cio, sino que se orientará bajo el principio
de participación y reconocimiento en un pro-
ceso de diálogo entre iguales que tendrá
como fin el consentimiento previo, libre e
informado de las comunidades étnicas im-
plicadas”. (Resaltado propio).
Capítulo XI
¿En cuáles normas y sentencias estádefinido el derecho a la consulta
previa? (marco jurídico)
En primer lugar el marco jurídico aplicable
está conformado por el Derecho Propio, Derecho
Mayor y la Ley de Origen sobre la vida, el terri-
torio, el ambiente, la naturaleza y los sitios sa-
grados, que tenemos los Pueblos Indígenas en
el marco de la autonomía y libre determinación
que nos reconoce tanto el Convenio 169 de la OIT
como la Declaración de las Naciones Unidas so-
bre los Derechos de los Pueblos Indígenas y el
hecho mismo de ser los habitantes originarios
de estas tierras. El derecho propio ha sido cons-
truido milenariamente por los Pueblos Indígenas
originarios del Abya – Yala y como tal es fuente
viva de nuestras normas y relaciones internas y
externas.
Ahora bien, no podemos perder de vista que
hay un sistema jurídico dominante, el occiden-
tal moderno, al interior del cual es importante
resaltar, entre otras, las siguientes herramien-
tas jurídicas, en sus distintos niveles:
Internacional:
� Convenio 169 de la OIT. Ginebra, 27 junio
1989. Artículos 2, 3, 4, 5, 6, 7.
� Declaración de la ONU sobre Derechos de los
Pueblos Indígenas. Si bien es cierto no es en
estricto sentido un instrumento vinculante
(como sí lo es por ejemplo el Convenio 169
de la OIT), la declaración representa un im-
portante documento que tiene una gran fuer-
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za ética y política. En ese
mismo sentido, deben tener-
se en cuenta las recomenda-
ciones que en cumplimien-
to del mandato que le en-
tregaron los Estados miem-
bros de la ONU (entre ellos
Colombia) hace el Relator
Especial de la ONU.
� Algunas sentencias de la
Corte Interamericana de De-
rechos Humanos (Caso Sara-
maka en Surinam, Awas
Tigngi, en Nicaragua, Yakye
Axa vs. Paraguay), las cua-
les son de obligatorio cumplimiento y obser-
vancia para todos los Estados que hacen
parte de la OEA, entre ellos Colombia.
Nacional:
� Constitución Política de Colombia, entendi-
da como un gran consenso nacional, un
acuerdo nacional, esencial, en cuya construc-
ción estuvo la voz indígena. Son de especial
relevancia el Preámbulo, los artículos 1, 2, 7,
8, 9, 330, entre otros.
� Ley 21 de 1991. Mediante la cual se ratifica
en Colombia el Convenio 169 de la OIT, lo
cual lo hace obligatorio y vinculante para el
Estado colombiano.
� Ley 99 de 1993 o Ley ambiental.
� Las diferentes sentencias de la H. Corte
Constitucional en materia de consulta pre-
via. Como quiera que son bastantes senten-
cias, aquí destacamos las siguientes: T-880/
06, T-652/98, T-769/09, T-129 de 2011, SU-039/
97, T-154/09, C-461/08, C-175/09, C-030/08,
C-366 de 2011.
Capítulo XII
¿Quiénes son los sujetos que
intervienen en la consulta previa?
Como todos los derechos humanos, el dere-
cho a la consulta previa tiene unos sujetos titu-
lares del derecho y otros sujetos responsables
del cumplimiento del derecho.
El sujeto titular o dueño del derecho somos
los Pueblos Indígenas. A favor de nosotros es que
se estableció, a partir del ejercicio de la resis-
tencia y la movilización pacíficas, el derecho a
ser consultados cuando se prevé alguna afecta-
ción a nuestra integridad. Es por ello que la con-
sulta no se debe realizar con las comunidades
aisladas sino con los pueblos y sus autoridades
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y representantes, pues además que el Convenio
específicamente estatuye el derecho de consul-
ta a favor de los pueblos y no de las comunida-
des (Artículo 1°, literal b), nuestra organización
política y social se hace como pueblos (nuestros
Congresos, nuestras Asambleas las hacemos y
a nuestras Autoridades las elegimos a partir de
nuestra consideración como pueblos).
Ahora bien, como los pueblos somos autó-
nomos en nuestras decisiones, y buscando una
mayor asesoría y orientación podemos requerir
la presencia de algunas organizaciones sociales,
de los organismos de control, de la comunidad
internacional o de profesionales amigos, lo cual
será legítimo mientras su acompañamiento sea
solicitado por el pueblo indígena que esté ade-
lantando la consulta previa.
Las organizaciones indígenas representati-
vas de los Pueblos Indígenas deben prestar todo
el apoyo que el pueblo indígena involucrado en
el ejercicio de su derecho a la consulta previa
requiera.
Espacios de diálogo y concertación como la
Mesa Permanente de Concertación, a pesar de
ser un importante escenario de discusión y de-
bate, no es naturalmente idóneo para adelantar
las consultas con los Pueblos Indígenas, toda vez
que los delegados que allí toman parte no repre-
sentan integralmente a los Pueblos Indígenas del
país.
De otra parte, no debe olvidarse que muchos
indígenas nos encontramos fuera de nuestros
territorios debido al desplazamiento del cual
hemos sido víctimas en el marco de un conflicto
armado que no nos pertenece pero que nos afec-
ta profundamente. Es así como el Estado debe
garantizar que las comunidades, autoridades y
líderes indígenas en situación de desplazamiento
sean también sujetos de la consulta previa. En
ese sentido, el Auto 004 de 2009, la H. Corte Cons-
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titucional manifestó: “Se aplicarán los paráme-
tros constitucionales de participación de las or-
ganizaciones que abogan por los derechos de los
Pueblos Indígenas, así como de líderes de los Pue-
blos Indígenas más afectados por el desplaza-
miento”.
De otro lado, correlativamente a nuestra ti-
tularidad del derecho, el sujeto obligado a res-
petar y hacer cumplir el derecho es el Estado
colombiano. Como consecuencia, es el Estado
quien debe proveer todo el apoyo administrati-
vo y logístico que sea necesario para la realiza-
ción de la consulta.
Además de ello, el Estado debe ser un suje-
to imparcial dentro de la consulta que vele por
que se respeten los derechos del Pueblo Indíge-
na en el marco de la consulta, de acuerdo con el
artículo 2° de la Constitución Política, según el
cual las autoridades de la República “están ins-
tituidas para proteger a todas las personas resi-
dentes en Colombia, en su vida, honra, bienes,
creencias, y demás derechos y libertades, y para
asegurar el cumplimiento de los deberes sociales
del Estado y de los particulares”.
De otra parte, en el caso de proyectos ex-
tractivos en nuestros territorios, pueden partici-
par miembros de las empresas interesadas en el
proyecto, respetando todas las garantías que
rodean la realización de la consulta. Su papel
fundamental es aportar toda la información ne-
cesaria y explicar de una manera clara y com-
pleta las implicaciones del proyecto. No deben
estar presentes en las deliberaciones autónomas
de la comunidad, ni ocultar información o sobre-
dimensionar beneficios del proyecto, pues de lo
contrario se estaría viciando el consentimiento
del pueblo consultado. Pero en todo caso, es el
Estado el único garante y responsable del res-
peto y cumplimiento de este derecho.
Otros actores, como los grupos armados o la
fuerza pública, están rotundamente excluidos
dentro del ejercicio del derecho a la consulta pre-
via, debido a que estos impiden que los Pueblos
Indígenas libremente tomemos nuestras decisio-
nes y son un factor de amenaza a nuestra inte-
gridad como indígenas.
Los organismos de control (Procuraduría
General de la Nación, Defensoría del Pueblo, Per-
sonerías Municipales), quienes tienen a su car-
go la función constitucional de vigilar el cumpli-
miento de los derechos fundamentales de los ciu-
dadanos, deberían participar como acompañan-
tes y garantes en la realización de la consulta.
Capítulo XIII
¿Cómo se debe consultar a los
Pueblos Indígenas?
El cómo se debe consultar, esto es, la meto-
dología que se debe seguir en la realización de
la consulta, no aparece definida ni en el Conve-
nio 169 de la OIT ni en la Declaración de la ONU
sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, ni
en la Constitución Política.
No obstante, en estos instrumentos sí apa-
recen algunas pistas sobre la forma en la cual
deberían adelantarse las consultas. Veamos. En
el Convenio 169 de la OIT, artículo 6°, se dice que
las consultas adelantadas se harán “mediante
procedimientos apropiados y en particular a tra-
vés de sus instituciones representativas” y más
adelante, en el mismo artículo, se puntualiza:
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“Las consultas llevadas a cabo en aplicación de
este Convenio deberán efectuarse de buena fe y
de una manera apropiada a las circunstancias”.
Por su parte, en el artículo 19 de la Declara-
ción de las Naciones Unidas sobre los Derechos
de los Pueblos Indígenas, se lee que las consul-
tas deberán ser realizadas por los Estados “de
buena fe con los Pueblos Indígenas interesados
por medio de sus instituciones representativas”.
A partir de lo anterior, se establece que el
derecho fundamental a la consulta previa debe
ejercerse a través de una metodología con en-
foque étnico, apropiada y pertinente cultural-
mente. Ahora bien, teniendo en cuenta que no
hay “receta” o una forma de hacer la consulta
que sea forzosa, la ruta metodológica de la con-
sulta debe ser entonces definida por cada pue-
blo indígena y el Gobierno antes del inicio de
la misma, en la fase conocida como la pre-
consulta.
En esa línea, en la sentencia T-129 de 2011,
la Corte hizo algunos aportes valiosos:
Es así como en la sentencia T-769 de 2009, la
H. Corte Constitucional precisó al respecto: “an-
tes de iniciarse la respectiva consulta previa, se
debe realizar un proceso preconsultivo, con las
autoridades de cada comunidad indígena o afro-
descendiente que pueda resultar afectada, en el
cual se definan las bases del procedimiento apro-
piado a seguir en los diferentes casos, respetando
las especificidades culturales”.
Por otra parte, de acuerdo con los estánda-
res internacionales10 básicos en materia de con-
sulta, esta debe ser realizada de buena fe, de
manera previa a la realización del proyecto de
desarrollo o la adopción de la medida, garanti-
zando el derecho de los Pueblos Indígenas par-
ticipantes a tomar sus decisiones de manera li-
bre (sin amenazas ni constreñimientos) e infor-
mada (conociendo toda la información relevante
dentro del proceso).
Capítulo XIV
¿Dónde se debe consultar a los
Pueblos Indígenas?
La consulta debe realizarse en el territorio
propio del pueblo indígena afectado por el me-
gaproyecto o con la medida (administrativa o le-
gislativa) que se prevea. Ello es así por cuanto el
deber de adelantar la consulta está en cabeza
del Estado de acuerdo con el artículo 6° del Con-
venio 169 de la OIT (“al aplicar las disposiciones
del presente Convenio, los gobiernos deberán: a)
consultar…”). Además por cuanto el territorio es
nuestro espacio vital y sociocultural en el cual
tomamos nuestras decisiones, con nuestra gen-
te, en presencia de nuestros mayores.
Adicionalmente, no debe perderse de vista,
como lo señalamos anteriormente, que los indí-
genas en situación de desplazamiento que no
se encuentran en sus territorios, siguen tenien-
do el derecho a ser consultados junto a su pue-
blo (Auto 004 de 2009 de la H. Corte Constitucio-
nal). Es por ello que es un deber del Estado esta-
blecer las acciones y estrategias necesarias para
incluir a los indígenas en situación de desplaza-
miento en la realización de la consulta.
10 Con la expresión “estándares internacionales”, básicamente se quiere significar las características mínimas que debe tener undeterminado derecho (en esta caso la consulta), teniendo en cuenta lo dispuesto en las normas internas.
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SEGUNDA PARTE
Herramientas jurídicas
útiles
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ara defender los derechos de los Pueblos Indígenas se hace necesario conocer algunas herra-
mientas mínimas para incidir en su protección efectiva, así lo menciona el Convenio 169 de la
OIT en su artículo 12: “Los pueblos interesados deberán tener protección contra la violación de
sus derechos, y poder iniciar procedimientos legales, sea personalmente o bien por conducto de sus
organismos representativos, para asegurar el respeto efectivo de tales derechos. Deberán tomarse
medidas para garantizar que los integrantes de dichos pueblos puedan comprender y hacerse com-
prender en procedimientos legales, facilitándoles, si fuese necesario, intérpretes u otros medios efica-
ces”. En tal sentido presentamos algunas herramientas jurídicamente útiles que permiten no sólo el
control social a la gestión pública sino la exigencia de derechos con miras a su materialización.
En esta cartilla encontramos los modelos de algunas acciones jurídicas que permiten exigir los
derechos de los Pueblos Indígenas en el sistema jurídico occidental. Cada herramienta jurídicamen-
te útil se encuentra explicada en sus elementos básicos, ventajas y desventajas y en un modelo. Los
modelos están escritos de forma que recogen los elementos mínimos que requiere cada acción y en
su contenido se encuentra la
explicación de qué datos deben
incluirse en cada apartado.
La cartilla incluye las si-
guientes herramientas en pers-
pectiva de derechos de los Pue-
blos Indígenas:
1. Derecho de petición
2. Acción de tutela
3. Acción popular
4. Acción de grupo
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Capítulo I
¿Qué es un derecho de petición?
Es un derecho fundamental de todas las per-
sonas que consiste en presentar solicitudes res-
petuosas a las autoridades públicas y a particu-
lares, por motivos de interés general o particu-
lar, a fin de que sean contestadas con prontitud.
¿Por qué es importante conocerlo para
defender los derechos de los Pueblos
Indígenas?
Porque mediante él se puede hacer efectivo
el derecho a la participación de los Pueblos Indí-
genas en asuntos que puedan afectarles y, bajo
la responsabilidad del Estado, desarrollar “…una
acción coordinada y sistemática con miras a pro-
teger los derechos de esos pueblos y a garantizar
el respeto de su integridad” (Art. 2 Num. 1 Con-
venio 169 OIT).
¿Cómo se ejerce?
Puede ejercerse verbalmente o por escrito y
debe tener contestación en los 10 días siguientes
a su radicación. Sirve para pedir a las autorida-
des públicas o particulares información relevan-
te sobre proyectos, decisiones, procesos, concep-
tos y todo tipo de información que afecte o pue-
da afectar los derechos de los Pueblos Indíge-
nas.
¿Cómo está regulado?
La Constitución Política de Colombia lo es-
tablece en el artículo 23 y frente a los particula-
res afirma que: “El legislador podrá reglamentar
su ejercicio ante organizaciones privadas para
garantizar los derechos fundamentales”.
También se encuentra regulado en el Códi-
go Contencioso Administrativo: “Toda persona
podrá hacer peticiones respetuosas a las autori-
dades, verbalmente o por escrito, a través de cual-
quier medio” (Art 5. Decreto 1 de 1984).
¿Qué han dicho los jueces al respecto?
“(…) el derecho de petición no puede estar
sujeto al pretexto de la administración sobre la
complejidad del asunto a resolver” (C.E, Sección
Quinta Sentencia AC-4215 de 1996 M. P. Mario
Alario Méndez).
“El derecho de petición es fundamental y
determinante para la efectividad de los meca-
nismos de la democracia participativa, además
porque mediante él se garantizan otros derechos
constitucionales, como los derechos a la infor-
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mación, a la participación política y a la libertad
de expresión; la respuesta debe cumplir con es-
tos requisitos: Oportunidad, debe resolverse de
fondo, clara, precisa y de manera congruente con
lo solicitado y ponerse en conocimiento del soli-
citante” (Sentencia T-377 de 2002 M. P. Manuel
José Cepeda Espinosa).
Ventajas y desventajas
Para los Pueblos Indígenas es útil ejercer el
derecho de petición sobre todo en circunstancias
en las cuales se requiere solicitar información a
las entidades del Estado o a particulares que
puedan ser responsables de vulneraciones a sus
derechos. Por ejemplo, para averiguar la situa-
ción jurídica de sus territorios, las acciones que
el Estado y las empresas privadas estén adelan-
tando en sus territorios ancestrales y en general
las razones por las cuales se implementan las
medidas. El ejercicio de este derecho es de gran
utilidad para solicitar que se efectúe la consulta
previa o se mencionen las razones para no reali-
zarla, en la mayoría de los casos sirve como una
evidencia de que la consulta previa no es obser-
vada. En el caso en que no sea resuelta la solici-
tud en los tiempos establecidos legalmente se
puede acudir a la acción de tutela que veremos
en el apartado que sigue.
La desventaja del derecho de petición es que
en la práctica puede tardar mucho en resolverse
por las autoridades públicas, no es adecuado
para circunstancias inminentes de violaciones de
derechos de los Pueblos Indígenas aunque lo sea
para comunicarse con las autoridades y sugerir
formas de actuar.
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Ciudad y fecha
Señor(es)…(Nombre de la persona)… (Cargo de la persona o entidad en general).E. S. D
REFERENCIA: DERECHO DE PETICIÓN
Nombres y apellidos de la persona, domicilio, identificada con la cédula de ciudadaníaNo… expedida en…; en ejercicio de mi legítimo derecho constitucional a presentar peticio-nes respetuosas a las autoridades públicas (Art. 23) solicito:
PETICIÓN
Enunciar claramente los puntos o los temas sobre los que se solicita información.
FUNDAMENTOS FÁCTICOS (HECHOS)
“El territorio es llamado de diferentes formas de acuerdo a cada momento histórico y alidioma que hable cada pueblo. El territorio es la madre naturaleza, es la vida en comunidad,es la base de la existencia como sociedades originarias o reivindicadas en la historia pre-sente. El territorio responde a la integralidad de los pueblos, define y garantiza la cultura,define y garantiza el gobierno en cada pueblo y comunidad. Así como nuestra relaciónarmónica con los demás miembros de la madre naturaleza.El territorio es la madre tierra que sustenta nuestras creencias. Es el espíritu mayor que nosprotege como personas y familia”. (Fundamentos de derecho propio).
A continuación se deben describir de forma clara, concreta y ordenada las situaciones quedan lugar a las solicitudes. Clara, quiere decir sin que se preste para equivocaciones oambigüedades en las palabras o las frases. Concreta, significa que debe exponer específi-camente los acontecimientos. Ordenada, implica que se deben enumerar las situaciones deforma que se pueda distinguir una de otra.
Modelo de
Derecho de petición
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FUNDAMENTOS JURÍDICOS
Los fundamentos jurídicos son la justificación de la petición, implican señalarle a quien sedirige su obligación de contestar oportunamente pues como lo ha expresado el Consejo deEstado “(…) el derecho de petición no puede estar sujeto al pretexto de la administraciónsobre la complejidad del asunto a resolver” (C.E, Sección Quinta sentencia AC-4215 de1996 M. P. Mario Alario Méndez). Así también lo ha expresado la Corte Constitucional: “Elderecho de petición es fundamental y determinante para la efectividad de los mecanismosde la democracia participativa, además porque mediante él se garantizan otros derechosconstitucionales, como los derechos a la información, a la participación política y a la liber-tad de expresión; la respuesta debe cumplir con estos requisitos: Oportunidad, debe resol-verse de fondo, clara, precisa y de manera congruente con lo solicitado y ponerse en cono-cimiento del solicitante” (Sentencia T-377 de 2.002 M. P. Manuel José Cepeda Espinosa).
El fundamento constitucional de la petición se encuentra en el Artículo 23 de la Carta queestipula: “Toda persona tiene derecho a presentar peticiones respetuosas a las autoridadespor motivos de interés general o particular y a obtener pronta resolución. El legislador podráreglamentar su ejercicio ante organizaciones privadas para garantizar los derechos funda-mentales”, en concordancia con los artículos 7 sobre la protección de la diversidad étnica ycultural de la nación, 13 sobre el derecho a la igualdad real y efectiva, y 63 sobre la protec-ción reforzada a los territorios de los Pueblos Indígenas.
Asimismo, hacen parte del fundamento constitucional las disposiciones del bloque de cons-titucionalidad como la Declaración Universal de los Derechos Humanos (especialmente elArtículo 8°) y Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales adoptadopor Colombia mediante la Ley 74 de 1968 (especialmente el Artículo 16), el Convenio 169de la OIT, entre otros instrumentos internacionales.
El fundamento legal se encuentra en el Art. 5 del Código Contencioso Administrativo, elcual establece que: “Toda persona podrá hacer peticiones respetuosas a las autoridades,verbalmente o por escrito, a través de cualquiermedio...”.
PRUEBASSe debe anexar todo el material que sustenta lasolicitud y las razones para iniciarla, este mate-rial puede ser documental (fotos, papeles, archi-vos digitales) o testimonial (solicitud de llamar aun testigo para que dé cuenta de los hechos).
NOTIFICACIONESSe debe identificar el domicilio y los datos perso-nales de la o el demandante.
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Capítulo II
¿Qué es una acción de tutela?
Es un mecanismo judicial mediante el cual
los y las ciudadanas pueden reclamar la protec-
ción inmediata de sus derechos fundamentales,
cuando son vulnerados o se quiera evitar un per-
juicio irremediable en los derechos ocasionado
por la acción o por la omisión de autoridades
públicas o particulares.
¿Por qué es importante conocerla para
defender los derechos de los Pueblos
Indígenas?
Porque en los términos de la Declaración de
las Naciones Unidas sobre los Derechos de los
Pueblos Indígenas se afirma: “Los indígenas tie-
nen derecho, como pueblos o como personas, al
disfrute pleno de todos los derechos humanos y
las libertades fundamentales reconocidos por la
Carta de las Naciones Unidas, la Declaración Uni-
versal de Derechos Humanos y la normativa in-
ternacional de los derechos humanos”, y frente a
este propósito la acción de tutela es un medio
económico, rápido o expedito y eficaz.
¿Quién puede interponer una acción
de tutela?
Cualquier persona sea natural o jurídica, sal-
vo los casos de representación o agencia oficio-
sa. Asimismo las personerías en nombre de per-
sonas en condición de indefensión.
¿Contra quién se puede interponer y ante
quién?
Frente a las autoridades públicas y los parti-
culares cuando de sus acciones u omisiones de-
venga una violación a los derechos fundamenta-
les de las personas o se ponga en grave riesgo o
amenaza la integridad de éstos (T-420/97).
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Autoridad
Jueces municipales
Autoridad Pública del Orden Nacional Tribunales Superiores de Distrito Judicial.Administrativos y Consejos Seccionales dela Judicatura.
Organismos descentralizados por serviciosdel orden nacional o autoridad pública de-partamental
Jueces del circuito
Medios de comunicación social Jueces del circuito
Autoridades públicas del orden distrital omunicipal, o particulares
Juez competente
¿Cómo se ejerce?
Puede presentarse por escrito u oralmente
ante los jueces a que corresponda y su procedi-
miento es sumario y preferente, esto es, que debe
ser rápido y resolverse en 10 días calendario. NO
REQUIERE ABOGADO PARA SU EJERCICIO.
¿Cómo está regulada?
Se encuentra en el Art. 86 de la Constitución
el cual estipula que: “Toda persona tendrá ac-
ción de tutela para reclamar ante los jueces, en
todo momento y lugar, mediante un procedimien-
to preferente y sumario, por sí misma o por quien
actúe a su nombre, la protección inmediata de
sus derechos constitucionales fundamentales,
cuando quiera que éstos resulten vulnerados o
amenazados por la acción o la omisión de cual-
quier autoridad pública.
La protección consistirá en una orden para
que aquel respecto de quien se solicita la tutela,
actúe o se abstenga de hacerlo. El fallo, que será
de inmediato cumplimiento, podrá impugnarse
ante el juez competente y, en todo caso, éste lo
remitirá a la Corte Constitucional para su even-
tual revisión.
Esta acción solo procederá cuando el afecta-
do no disponga de otro medio de defensa judicial,
salvo que aquella se utilice como mecanismo tran-
sitorio para evitar un perjuicio irremediable.
En ningún caso podrán transcurrir más de
diez días entre la solicitud de tutela y su reso-
lución.
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La ley establecerá los casos en los que la ac-
ción de tutela procede contra particulares encar-
gados de la prestación de un servicio público o cuya
conducta afecte grave y directamente el interés
colectivo, o respecto de quienes el solicitante se
halle en estado de subordinación o indefensión”.
En el orden legal se encuentra reglamenta-
da por los Decretos 2591 de 1991, 306 de 1992 y
1382 de 2000.
¿Qué han dicho los jueces al respecto?
� La acción de tutela también puede ser des-
plazada por medios de defensa que no es-
tén adscritos a funcionarios judiciales, si me-
diante ellos se administra justicia. Ejemplo:
la conciliación entre particulares, el arbitra-
mento y aquellos mecanismos dirigidos por
autoridades administrativas conforme a la
ley, tales como los juicios civiles de policía.
(T-397).
� La tutela no es el mecanismo idóneo para
resolver conflictos contractuales (T-340/97).
� La tutela no es el mecanismo idóneo para
obtener el cumplimiento de una conciliación
donde se convengan asuntos laborales (T-
020/97).
� La tutela no es el mecanismo idóneo para
debatir asuntos que correspondan a otras ju-
risdicciones (SU 111/97).
� La tutela protege excepcionalmente dere-
chos económicos, sociales y culturales, si en
el caso concreto tienen conexidad con “pre-
tensiones amparables a través de la acción
de tutela” (SU 111/97).
� La tutela no es procedente para proteger los
derechos en situaciones de maltrato familiar
en tanto la Ley 294 de 1996 establece me-
dios de defensa judicial expresos y ágiles.
(T-420/96).
� La tutela no reemplaza a las acciones con-
tenciosas administrativas (T-346/96).
� La tutela no reemplaza a las acciones popu-
lares (T-354/96)
Ventajas y desventajas
El ejercicio de la acción de tutela ha demos-
trado ser el mecanismo más ágil para defender
los derechos de los Pueblos Indígenas tanto in-
dividuales como colectivos. Con esta acción se
pueden defender los derechos individuales de
las personas indígenas que están siendo vulne-
rados o se encuentran en riesgo de estarlo. Un
ejemplo claro del ejercicio de esta acción es la
sentencia T-025 de 2004 que fue producto de más
de 1.000 acciones de tutela simultáneas sobre el
tema del desplazamiento forzado, la cual ha dado
como resultado órdenes de protección a los Pue-
blos Indígenas (Auto 004) y a las mujeres indí-
genas (Autos 092 y 237 de 2008).
La mayor ventaja de esta acción consiste en
que en la práctica de la Corte Constitucional se
ha admitido que a través de ella se defiendan
derechos colectivos como los de los Pueblos In-
dígenas.
La principal desventaja o riesgo podría ser
que se negara la protección solicitada argumen-
tando que existen “otros medios de defensa ju-
dicial”, dado que la acción de tutela es una “ac-
ción subsidiaria”.
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Señor Juez… (a que corresponda de conformidad con el Dec. 1382 de 2000, ver apartadoIII competencia a la hora de radicarla).(Reparto)
REF. ACCIÓN DE TUTELA EN CONTRA DE …
Nombre y apellidos de la persona, identificada con cédula de ciudadanía No … de …, enejercicio de mi derecho constitucional estipulado en el Art. 86 de la Carta, interpongo acciónde tutela en contra de (Acción de la autoridad que vulnera los derechos fundamenta-les), en la cual se decidió, efectuó... violando los derechos fundamentales de los PueblosIndígenas.
I. ACCIÓN VULNERATORIA DE DERECHOS FUNDAMENTALES
En este apartado hay que describirle al juez la acción que vulnera los derechos fundamen-tales de los Pueblos Indígenas o de las personas individuales, que puede ser una decisión,acción u omisión de una autoridad pública o de un particular.
II. PROCEDENCIA DE LA ACCIÓN
En este apartado hay que mostrarle al juez la pertinencia de la acción detutela en contra de una autoridad o un particular.
1. Frente a autoridades públicas
”La acción de tutela procede contra toda acción u omisión de las autorida-des públicas que haya violado, viole o amenace violar cualquiera delos derechos fundamentales”. “La procedencia de la tutela en ningún casoestá sujeta a que la acción de la autoridad o del particular se haya manifes-tado en un acto jurídico escrito”. (Art 5 Dec. 2591 de 1991)
Adicionalmente, la Corte Constitucional ha determinado que “la tutela pro-cede como mecanismo de protección de los derechos fundamentales de
Modelo de
Acción de tutela
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las personas en situación de desplazamiento forzado”11, basada en el principio de eficaciade los derechos fundamentales en el Estado Social de Derecho colombiano.
2. Frente a particulares
”La acción de tutela procederá contra acciones u omisiones de particulares en los siguien-tes casos:
1. Cuando aquel contra quien se hubiere hecho la solicitud esté encargado de la presta-ción del servicio público de educación.
2. Cuando aquel contra quien se hubiere hecho la solicitud esté encargado de la presta-ción del servicio público de salud.
3. Cuando aquel contra quien se hubiere hecho la solicitud esté encargado de la presta-ción de servicios públicos domiciliarios.
4. Cuando la solicitud fuere dirigida contra una organización privada, contra quien la con-trola efectivamente o fuere el beneficiario real de la situación que motivó la acción,siempre y cuando el solicitante tenga una relación de subordinación o indefensión contal organización.
5. Cuando aquel contra quien se hubiere hecho la solicitud viole o amenace violar elartículo 17 de la Constitución12.
6. Cuando la entidad privada sea aquella contra quien se hubiere hecho la solicitud enejercicio del habeas data, de conformidad con lo establecido en el artículo 15 de laConstitución13.
7. Cuando se solicite rectificación de informaciones inexactas o erróneas. En este caso sedeberá anexar la transcripción de la información o la copia de la publicación y de larectificación solicitada que no fue publicada en condiciones que aseguren la eficacia dela misma.
11 Una síntesis de las decisiones de la Corte en esta materia puede encontrarse en la sentencia SU-150 de 2000 y en el
anexo 4 de la sentencia T-025 de 2004. Más recientemente la Corte se ha pronunciado sobre el tema en las senten-
cias T-740 de 2004, T-175 de 2005, T-1094 de 2004, T-563 de 2005, T-1076 de 2005, T-882 de 2005, T-1144 de 2005, T-086
de 2006 y T-468 de 2006.12 Constitución Política de Colombia, Artículo 17: “Se prohíben la esclavitud, la servidumbre y la trata de seres huma-
nos en todas sus formas”.13 Constitución Política de Colombia, Artículo 15: “Todas las personas tienen derecho a su intimidad personal y fami-
liar y a su buen nombre, y el Estado debe respetarlos y hacerlos respetar. De igual modo, tienen derecho a conocer,
actualizar y rectificar las informaciones que se hayan recogido sobre ellas en bancos de datos y en archivos de
entidades públicas y privadas. En la recolección, tratamiento y circulación de datos se respetarán la libertad y
demás garantías consagradas en la Constitución. La correspondencia y demás formas de comunicación privada son
inviolables. Sólo pueden ser interceptadas o registradas mediante orden judicial, en los casos y con las formalida-
des que establezca la ley. Para efectos tributarios o judiciales y para los casos de inspección, vigilancia e interven-
ción del Estado podrá exigirse la presentación de libros de contabilidad y demás documentos privados, en los
términos que señale la ley”. Sobre Habeas data ver la Ley 1266 de 2008.
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8. Cuando el particular actúe o deba actuar en ejercicio de funciones públicas, en cuyocaso se aplicará el mismo régimen a las autoridades públicas.
9. Cuando la solicitud sea para tutelar [a] quien se encuentre en situación de subordina-ción o indefensión respecto del particular contra el cual se interpuso la acción. Se pre-sume la indefensión del menor que solicite la tutela”. (Art 42 Dec. 2591 de 1991).
III. COMPETENCIA
En este acápite es preciso indicarle al juez el fundamento jurídico en el que radica su poderpara conocer de los hechos y decidir sobre los mismos, con base en el Decreto 1382 de2000. Sin embargo, en caso de que la tutela se dirija contra un juez que no tenga la compe-tencia éste se encuentra en la obligación constitucional de remitirlo al juez que correspon-da. (Art 1 Decreto 1382 de 2000) Conocerán de la acción de tutela, a prevención, los juecescon jurisdicción donde ocurriere la violación o la amenaza que motivare la presentación dela solicitud o donde se produjeren sus efectos, conforme a las siguientes reglas:
1. Las acciones de tutela que se interpongan contra cualquier autoridad pública del ordennacional, salvo lo dispuesto en el siguiente inciso, serán repartidas para su conocimien-to, en primera instancia, a los Tribunales Superiores de Distrito Judicial, Administrativosy Consejos Seccionales de la Judicatura.A los Jueces del Circuito o con categorías de tales le serán repartidas para su conoci-miento, en primera instancia, las acciones de tutela que se interpongan contra cual-quier organismo o entidad del sector descentralizado por servicios del orden nacional oautoridad pública del orden departamental.A los Jueces Municipales les serán repartidas para su conocimiento, en primera instan-cia, las acciones de tutela que se interpongan contra cualquier autoridad pública delorden distrital o municipal y contra particulares. Cuando la acción de tutela se promue-va contra más de una autoridad y éstassean de diferente nivel, el reparto se haráal Juez de mayor jerarquía, de conformi-dad con las reglas establecidas en el pre-sente numeral.
2. Cuando la acción de tutela se promuevacontra un funcionario o corporación judi-cial, le será repartida al respectivo supe-rior funcional del accionado. Si se dirigecontra la Fiscalía General de la Nación,se repartirá al superior funcional del Juezal que esté adscrito el Fiscal.
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Lo accionado contra la Corte Suprema de Justicia, el Consejo de Estado o el ConsejoSuperior de la Judicatura, Sala Jurisdiccional Disciplinaria, será repartido a la mismacorporación y se resolverá por la Sala de Decisión, Sección o Subsección que corres-ponda de conformidad con el reglamento al que se refiere el artículo 4o. del presentedecreto.
Cuando se trate de autoridades administrativas en ejercicio de funciones jurisdicciona-les, conforme al artículo 116 de la Constitución Política, se aplicará lo dispuesto en elnumeral 1o. del presente artículo.
Parágrafo. Si conforme a los hechos descritos en la solicitud de tutela el juez no es elcompetente, éste deberá enviarla al juez que lo sea a más tardar al día siguiente de surecibo, previa comunicación a los interesados.
En este caso, el término para resolver la tutela se contará a partir del momento en quesea recibida por el juez competente”.
(Art. 2 Decreto 1382 de 2000) “Cuando en la localidad donde se presente la acción de tutelafuncionen varios despachos judiciales de la misma jerarquía y especialidad de aquel enque, conforme al artículo anterior, resulte competente para conocer de la acción, la mismase someterá a reparto que se realizará el mismo día y a la mayor brevedad.
Realizado el reparto se remitirá inmediatamente la solicitud al funcionario competente. Enaquellos eventos en que la solicitud de tutela se presente verbalmente, el juez remitirá ladeclaración presentada, en acta levantada, o en defecto de ambas, un informe sobre lasolicitud al funcionario de reparto con el fin de que proceda a efectuarla él mismo. En desa-rrollo de la labor de reparto, el funcionario encargado podrá remitir a un mismo despacholas acciones de tutela de las cuales se pueda predicar una identidad de objeto, que permitasu trámite por el mismo juez competente”.
IV. FUNDAMENTOS FÁCTICOS (HECHOS)
Se describen de forma clara, concreta y ordenada las situaciones que dan lugar a las viola-ciones de los derechos fundamentales de la persona o de los Pueblos Indígenas. Clara,quiere decir sin que se preste para equivocaciones o ambigüedades en las palabras o lasfrases. Concreta, significa que debe exponer específicamente los acontecimientos. Orde-nada, implica que se deben enumerar las situaciones de forma que se pueda distinguir unade otra.
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V. DERECHOS FUNDAMENTALES VIOLADOS
1. Los derechos fundamentales de las personas se encuentran en la Constitución Política,los tratados internacionales y las Sentencias de la Corte Constitucional.
2. Los derechos fundamentales de los Pueblos Indígenas pueden verse vulnerados por laviolación de los derechos fundamentales de las personas pertenecientes al Pueblo Indí-gena o por afectaciones colectivas.
Los derechos fundamentales de los Pueblos Indígenas están reconocidos en la Consti-tución y en declaraciones y tratados internacionales ratificados por Colombia. En laConstitución el Art. 7 estipula que “El Estado reconoce y protege la diversidad étnica ycultural de la Nación colombiana”.
VI. PETICIONES
Enunciar concretamente lo que se solicita o pretende con miras a que cese o no se produz-ca la vulneración de los derechos fundamentales, tratando de orientar al juez para que sepronuncie sobre puntos específicos y adopte decisiones sobre ellos.
VII. JURAMENTO
En este acápite se debe incluir una manifestación como la que sigue: “Manifiesto bajo lagravedad de juramento que no he iniciado ninguna otra acción de tutela por estos mismoshechos ante ningún otro juez de la República”.
VIII. ANEXOS
En este apartado se enumeran las prue-bas o documentos que se pretendan ad-juntar a la tutela con miras a justificarla.Pueden ser documentales (videos, es-critos, fotografías) o testimoniales (testi-gos de los acontecimientos…).
IX. NOTIFICACIONES
Se debe identificar el domicilio y los da-tos personales de la o el demandante.
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Capítulo III
Acción popular
¿Qué es una acción popular?
Es el mecanismo judicial de protección de
los derechos colectivos: “Las acciones populares
se ejercen para evitar el daño contingente, hacer
cesar el peligro, la amenaza, la vulneración o agra-
vio sobre los derechos e intereses colectivos, o res-
tituir las cosas a su estado anterior cuando fuere
posible” (Ley 472 Art. 2).
¿Por qué es importante conocerla para
defender los derechos de los Pueblos
Indígenas?
Porque los derechos de los Pueblos Indíge-
nas son derechos colectivos en la medida en que
son reconocidos y reclamados en razón a la per-
tenencia a un grupo y a los lazos de identidad
que se construyen entre las personas y el territo-
rio. En tal sentido tienen derecho a la autonomía,
a la autodeterminación, al gobierno propio, a con-
servar sus tradiciones y órdenes culturales.
¿Quién puede interponer una acción
popular?
Puede interponerla cualquier persona:
1. Toda persona natural o jurídica.
2. Las organizaciones no gubernamentales, las
organizaciones populares, cívicas o simila-
res.
3. Las entidades públicas que cumplan funcio-
nes de control, intervención o vigilancia.
4. El Procurador General de la Nación, el De-
fensor del Pueblo y los personeros distrita-
les y municipales en lo relacionado con su
competencia.
5. Los alcaldes y los servidores públicos que
deben promover la protección y defensa de
los derechos e intereses colectivos. (Ley 472
artículo 12).
No se requiere actuar a través de abogado
(Ley 472 artículo 13), y puede intervenir la
Defensoría del Pueblo.
¿Contra quién se puede interponer y ante
quién?
Las acciones populares proceden contra toda
acción u omisión de las autoridades públicas o
de los particulares, que hayan violado o amena-
cen violar los derechos e intereses colectivos.
(Art. 9 Ley 472).
En caso de existir la vulneración o amenaza
y se desconozcan los responsables, correspon-
derá al juez determinarlos. (Art. 14 Ley 472).
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¿Cómo se ejerce?
Se presenta por escrito, no obstante si el o la
interesada no saben escribir o requieren aseso-
ría, podrán acudir ante el personero distrital o
municipal, o a la Defensoría del Pueblo para que
se le colabore en la elaboración de su demanda
o petición.
No se requiere actuar a través de abogado
(Ley 472 artículo 13), y puede intervenir la De-
fensoría del Pueblo.
¿Qué debe contener el escrito?
Los elementos mínimos que debe tener el
escrito son:
a) La indicación del derecho o interés colectivo
amenazado o vulnerado;
b) La indicación de los hechos, actos, acciones
u omisiones que motivan su petición;
c) La enunciación de las pretensiones;
d) La indicación de la persona natural o jurídi-
ca, o la autoridad pública presuntamente res-
ponsable de la amenaza o del agravio, si fue-
re posible;
e) Las pruebas que pretenda hacer valer;
f) Las direcciones para notificaciones;
g) Nombre e identificación de quien ejerce la
acción.
La demanda se dirigirá contra el presunto
responsable del hecho u omisión que la motiva,
si fuere conocido. No obstante, cuando en el cur-
so del proceso se establezca que existen otros
posibles responsables, el juez de primera ins-
tancia de oficio ordenará su citación en los tér-
minos en que aquí se prescribe para el deman-
dado.
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¿Cómo está regulada?
Se encuentra estipulada en el primer inciso
del Artículo 88 de la Constitución Política: “La
ley regulará las acciones populares para la pro-
tección de los derechos e intereses colectivos, re-
lacionados con el patrimonio, el espacio, la segu-
ridad y la salubridad públicos, la moral adminis-
trativa, el ambiente, la libre competencia econó-
¿Cuál es su procedimiento?
Actuación Término/Días
Admisión de la demanda 3
Corrección solicitud 3
Traslado a el o la demandada 10
Pacto de cumplimiento 3
Revisión del Pacto por parte del Juez 5
Período Probatorio 20
Ampliación del Período Probatorio 20
Traslado a las partes de las pruebas periciales 5
Traslado a las partes para alegatos de conclusión 5
Sentencia de Primera Instancia 20
Impugnación del fallo 3
Sentencia de Segunda Instancia 20
Consulta en el incidente de desacato 3
mica y otros de similar naturaleza que se definen
en ella. (…) Así mismo, definirá los casos de res-
ponsabilidad civil objetiva por el daño inferido a
los derechos e intereses colectivos”.
La reglamentación se encuentra en la Ley
472 de 1998.
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Se puede presentar ante:
¿Qué pronunciamientos judiciales
son relevantes?
- C - 459 de 2004
- C - 088 de 2000
- C - 036 de 1998
- C - 215 de 1999
Ventajas y desventajas
La acción popular es un mecanismo útil para
defender los derechos de los Pueblos Indígenas
cuando se pueden catalogar como colectivos. En
general esto hace parte de una tarea que deben
efectuar los pueblos y reconocer las autoridades.
Permite en el proceso un diálogo entre las par-
tes que puede ser relevante a la hora de llegar a
acuerdos entre los pueblos o las comunidades y
los responsables de las vulneraciones de dere-
chos que podrían solucionar el problema median-
te un pacto de cumplimiento. Esta acción es uti-
lizada sobre todo en conflictos que tienen que
Demandado o demandada Juez competente
Jueces Civiles del Circuito
Salas Civiles de los Tribunales Superiores
Entidades públicas o personas privadas quecumplen funciones públicas
Primera Instancia: Jueces Administrativos.
Segunda Instancia: Tribunales Administrati-vos
Particulares
ver con la vulneración del derecho al ambiente
sano que es un derecho de todas y todos.
Sin embargo, los gobiernos e incluso los jue-
ces han sido reacios a reconocer que los dere-
chos de los Pueblos Indígenas son derechos co-
lectivos, razón por la cual la desventaja podría
ser ésta en la medida en que no sea posible para
los pueblos y las comunidades ejercer una labor
de empoderamiento y a las autoridades públi-
cas su reconocimiento.
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Modelo de
Acción popular
Ciudad y fecha
Señor(es):MagistradoJUZGADO… (Reparto)E. S. D.
Ref. ACCIÓN POPULAR en defensa del derecho colectivo…
Nombres y apellidos de la persona, identificada con C.C. …, actuando en nombre propio,con fundamento en el Artículo 12 de la Ley 472 de 1998; interpongo acción popular contra…, cuyo representante legal es…, para que por el trámite legal pertinente, proceda sudespacho a efectuar las declaraciones que solicitaré en el acápite petitorio de esta acción,teniendo en cuenta los siguientes hechos.
I. FUNDAMENTOS DE HECHO
Se deben describir de forma clara, concreta y ordenada las situaciones que dan lugar a lassolicitudes. Clara, quiere decir sin que se preste para equivocaciones o ambigüedades enlas palabras o las frases. Concreta, significa que debe exponer específicamente los acon-tecimientos. Ordenada, implica que se deben enumerar las situaciones de forma que sepueda distinguir una de otra.
II. DERECHO COLECTIVO VULNERADO O AMENAZADO
El Artículo 4º de la Ley 472 de 1998, enlista algunos derechos colectivos, tales como: a) Elgoce a un ambiente sano; b) La seguridad y salubridad públicas; c) La vivienda digna; d) lapaz, entre otros. Sin embargo, a través de esta acción judicial se pueden defender todos losderechos colectivos que estén siendo vulnerados o amenazados.
III. CONSIDERACIONES
En este apartado se deben dar las razones por las cuales se argumenta que el derecho escolectivo y se encuentra en estado de vulneración o de amenaza de vulneración.
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IV. PRETENSIONES
En este apartado se deben enunciar las peticiones que se realizan al juez y las medidas quese considera que éste debe adoptar para cesar la violación, terminar con la amenaza yrestablecer el derecho colectivo vulnerado.
V. PROCESO
Se trata de un proceso, regulado por la Ley 472 de 1998.
VI. COMPETENCIA
En virtud del Artículo 16 de la Ley 472de 1998, es usted competente SeñorJuez, por la naturaleza del asunto y lacalidad del demandado, para conocerel presente proceso.
VII. MEDIOS DE PRUEBA Y ANEXOS
Le solicito tener y practicar como taleslas siguientes: Se enumeran los mediosde prueba que se hayan recolectado yque se consideren pertinentes para ladecisión del juez.
VIII. NOTIFICACIONES
Se debe identificar el domicilio y los da-tos personales de la o el demandante.
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Capítulo IV
Acción de grupo
¿Qué es una acción de grupo?
Es un mecanismo judicial mediante el cual
un grupo uniforme de mínimo veinte (20) perso-
nas víctimas de un daño común pueden obtener
el reconocimiento y el pago de la indemnización
por los perjuicios ocasionados considerados in-
dividualmente.
¿Por qué es importante conocerla para
defender los derechos de los Pueblos
Indígenas?
Porque buena parte de las afectaciones a los
derechos de los Pueblos Indígenas ocurren por
daños ocasionados a grupos mayores de 20 per-
sonas consideradas individualmente, y tienen
que ver principalmente con las vulneraciones a
los derechos territoriales. Adicionalmente, por-
que el reconocimiento y la indemnización de los
perjuicios ocasionados se pueden reclamar de
forma eficaz mediante esta acción.
¿Quién puede interponer una acción de
grupo?
Las personas afectadas que hayan sufrido
perjuicios individuales causados por un daño
común, adicionalmente el defensor del pueblo,
los personeros municipales y los distritales.
En la acción de grupo el actor o quien actúe
como demandante representa a las demás per-
sonas que hayan sido afectadas individualmen-
te por los hechos vulnerantes, sin necesidad de
que cada uno de los interesados ejerza por se-
parado su propia acción, ni haya otorgado po-
der. (Parágrafo Art. 48 Ley 472).
¿Hasta cuándo se puede interponer?
Sin perjuicio de la acción individual
que corresponda por la indemnización de
perjuicios, la acción de grupo deberá pro-
moverse dentro de los dos (2) años si-
guientes a la fecha en que se causó el
daño o cesó la acción vulnerante causan-
te del mismo. (Art. 47 Ley 472).
¿Contra quién se puede interponer y
ante quién?
Cualquier persona natural o jurídica
cuyas acciones u omisiones causen un
daño o perjuicio individual a un número
plural de personas.
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Se puede presentar ante:
Demandado o demandada Juez competente
Entidades públicas o personas privadas quecumplen funciones públicas
Primera Instancia: Jueces Administrativos
Segunda Instancia: Tribunales Administra-tivos
Particulares Jueces Civiles del Circuito
Salas Civiles de los Tribunales Superiores
¿Cómo se ejerce?
Las acciones de grupo deben ejercerse por
conducto de abogado. Cuando los miembros del
grupo otorguen poder a varios abogados, debe-
rá integrarse un comité y el juez reconocerá como
coordinador y apoderado legal del grupo, a quien
represente el mayor número de víctimas, o en su
defecto al que nombre el comité. (Art. 49 Ley 472).
¿Qué debe contener el escrito?
La demanda mediante la cual se ejerza una
acción de grupo deberá contener:
1. El nombre del apoderado o apoderados,
anexando el poder legalmente conferido.
2. La identificación de los poderdantes, identi-
ficando sus nombres, documentos de identi-
dad y domicilio.
3. El estimativo del valor de los perjuicios que
se hubieren ocasionado por la eventual vul-
neración.
4. Si no fuere posible proporcionar el nombre
de todos los individuos de un mismo grupo,
expresar los criterios para identificarlos y de-
finir el grupo.
5. La identificación del demandado.
6. La justificación sobre la procedencia de la
acción de grupo en los términos de los ar-
tículos 3º y 49 de la presente ley.
7. Los hechos de la demanda y las pruebas
que se pretendan hacer valer dentro del
proceso.
Parágrafo.- La demanda se dirigirá contra el
presunto responsable del hecho u omisión que
la motiva, el cual debe ser determinado. No obs-
tante, cuando en el curso del proceso se esta-
blezca que existen otros posibles responsables,
el juez de primera instancia de oficio ordenará
su citación. (Art. 52 Ley 472).
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¿Cuál es su procedimiento?
Término / DíasActuación
Admisión de la demanda
Traslado a los o las demandadas
Integración al Grupo
Integración de quien no concurre al proceso
Exclusión del Grupo
Convocatoria diligencia de conciliación
Diligencia de conciliación
Término probatorio
Ampliación del término probatorio
Traslado a las partes para alegatos de conclusión
Sentencia de primera instancia
Impugnación del fallo
Sentencia de segunda instancia
Revisión de la distribución del monto de la conde-na
Entrega de la indemnización ordenada por el Juezal Fondo para la Defensa de los Derechos eIntereses Colectivos
Reclamo de la indemnización de los interesadosque no concurrieron al proceso
10
10
Antes de Apertura a pruebas
20 después de publicada la sentencia
5 después del traslado
5
10
20
20
5
20
3
20
20
10
20 días después de la publicación dela sentencia
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¿Cómo está regulada?
Se encuentra en el Artículo 88 de la Consti-
tución Política de Colombia cuando otorga al le-
gislador la facultad de regular “las acciones ori-
ginadas en los daños ocasionados a un número
plural de personas, sin perjuicio de las correspon-
dientes acciones particulares”.
La reglamentación se encuentra en la Ley
472 de 1998.
Ventajas y desventajas
La principal fortaleza de la acción de grupo
es que en ella no hay que demostrar la vulnera-
ción de un derecho colectivo o su riesgo sino que
basta con identificar a un número de 20 perso-
nas afectadas por un daño. En este sentido el
daño es el factor más importante a la hora de
argumentar.
Sin embargo, los problemas más graves ra-
dican en que no es útil a la hora de prevenir el
daño y a la hora de repararlo no se cuenta con
mecanismos diferenciales para los Pueblos Indí-
genas.
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Modelo de
Acción de grupo
Ciudad y fecha
Señor:MagistradoJUEZ… (Reparto)E. S. D.
Ref. ACCIÓN DE GRUPO en contra de...
Nombre de la persona o a quienes representa, identificado con C.C., abogado con tarjetaprofesional Nº… otorgada por el Consejo Superior de la Judicatura, actuando mediantepoder especial en representación de: 1)Se deben enumerar y caracterizar las personas queconforman el grupo que deben ser como mínimo veinte (20).
Con fundamento en el Artículo 48 de la Ley 472 de 1998; interpongo acción de grupo contra…(Personas naturales o jurídicas que por acción u omisión han causado los perjuicios)cuyos representantes legales son …, para que por el trámite legal pertinente, proceda sudespacho a efectuar las declaraciones que solicitaré en el acápite petitorio de esta acción,teniendo en cuenta los siguientes hechos.
I. FUNDAMENTOS DE HECHO
Se deben describir de forma clara, concreta y ordenada las situaciones que dan lugar a lassolicitudes, esto es el daño o perjuicio. Clara, quiere decir sin que se preste para equivoca-ciones o ambigüedades en las palabras o las frases. Concreta, significa que deben exponerespecíficamente los acontecimientos. Ordenada, implica que se deben enumerar las situa-ciones de forma que se pueda distinguir una de otra.
II. PERJUICIOS
Se debe calcular o sopesar la forma en que se ha de reparar el daño material e inmaterial,esto es, el daño emergente o la afectación como tal, el lucro cesante o lo que se ha dejadode percibir, y el daño en la vida de relación, es decir, los perjuicios ocasionados a las vidascotidianas de las personas y las actividades diarias que ya no pueden ejercer con ocasióndel daño.
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III. CONSIDERACIONES
En este apartado se deben dar las razones por las cuales se argumenta que es procedentela acción de grupo y la necesidad de reparar los daños mediante el reconocimiento y laindemnización de los perjuicios.
IV. PRETENSIONES
En este apartado se deben enunciar las peticiones que se realizan al juez y las medidas quese considera que éste debe adoptar para cesar la violación, terminar con la amenaza yrestablecer el derecho colectivo vulnerado.
V. PROCESO
Se trata de un proceso, regulado por la Ley 472 de 1998.
VI. COMPETENCIA
En virtud del artículo 51 de la Ley 472 de 1998, es usted competente Señor Juez, por lanaturaleza del asunto y la calidad del demandado, para conocer el presente proceso.
VII. MEDIOS DE PRUEBA Y ANEXOS
Le solicito tener y practicarcomo tales las siguientes: Seenumeran los medios de prue-ba que se hayan recolectadoy que se consideren pertinen-tes para la decisión del juez.
VIII. NOTIFICACIONES
Se debe identificar el domici-lio y los datos personales dela o el demandante.
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Mandato del VII Congreso de los Pueblos Indígenas
de la ONIC de 2007
Convenio 169 de OIT.
Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Declaración de las Naciones Unidas sobre los Dere-
chos de los Pueblos Indígenas.
Constitución Política de 1991.
Ley 74 de 1968.
Ley 472 de 1998.
Ley 99 de 1993.
Ley 21 de 1991.
Decreto 01 de 1984.
Decreto 1382 de 2000.
Decreto 2591 de 1991.
Decreto 2591 de 1991
Decreto 306 de 1992
Decreto 1382 de 2000
Corte Constitucional:
a. Sentencias de tutela:
T-346 de 1996
T 354 de 1996
T-420 de 1996
T-020 de 1997
SU-039 de 1997
SU-111 de 1997
T-340 de 1997
T-420 de 1997
T-652 de 1998
T-377 de 2002
SU-383 de 2003
T-025 de 2004
T-880 de 2006
T-769 de 2009
T-154 de 2009
T-547 de 2010
T-129 de 2011
b. Autos de seguimiento:
092 de 2008
237 de 2008
004 de 2009
008 de 2009
c. Sentencias de constitucionalidad:
C-036 de 1998
C-215 de 1999
C-088 de 2000
C-418 de 2002
C-891 de 2002
C-459 de 2004
C-030 de 2008
C-461 de 2008
C-175 de 2009
C-702 de 2010
C-915 de 2010
C-366 de 2011
Bibliografía
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