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Símbolos del Espíritu Frente a la comisión de nombramientos Un ángel Sudáfrica en SADUCEOS FARISEOS Y ENTRE 27 14 24 Publicación internacional de los adventistas del séptimo día Vol. 11 No. 4

Aw april 2015 spanish

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Símbolosdel Espíritu

Frente a la comisiónde nombramientos

Un ángelSudáfricaen

SaduceoS fariSeoSyE N T R E

2714 24

P u b l i c a c i ó n i n t e r n a c i o n a l d e l o s a d v e n t i s t a s d e l s é p t i m o d í a

Vol. 1 1 No. 4

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Publicado por la Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

Vol . 1 1 No. 4

spanish.adventistworld.orgwww.adventistworld.org: Disponible en línea en diez idiomas

3 I N F O R M E M U N D I A L

3 Noticias breves 6 Informe de noticias 10 Iglesia de un día

11 S A L U D M U N D I A L

Las picaduras de abejas

N O T A D E T A P A

16 Jesús recupera el centro

Gerald A. KlingbeilJesús siempre estuvo más allá de las limitadas categorías religiosas.

8 P A N O R A M A M U N D I A L

Trabajemos juntos Ted N. C. Wilson Una tarea tan grande como la que tenemos

demanda la participación de todos.

12 D E V O C I O N A L

Como si hubiera estado Chantal J. Klingbeil Los personajes en torno a la cruz guardan una

asombrosa similitud con cada uno de nosotros.

14 C R E E N C I A S F U N D A M E N T A L E S

Frente a la comisión de nombramientos

Daisy Hall No es una tarea sino un llamado.

20 V I D A A D V E N T I S T A

La cabeza, el corazón y las manos Youssry Guirguis El servicio pleno incluye a los tres.

22 E S P Í R I T U D E P R O F E C Í A

Contemplad la perfección de Cristo Elena White Somos transformados según lo que miramos.

24 H E R E N C I A A D V E N T I S T A

Un ángel en Sudáfrica Elaine Tarr Dodd Los pioneros misioneros de África enfrentaron

tremendos desafíos y recompensas maravillosas.

26 R E S P U E S T A S A

P R E g U N T A S b Í b L I C A S

Acechados

27 E S T U D I O b Í b L I C O

Símbolos del Espíritu

28 I N T E R C A M b I O

D E I D E A S

D E P A R T A M E N T O S

I l u s t r a c I ó n d e p o r t a d a d e J e f f d e v e r y B r e t t M e l I t I

Congreso de la Asociación General 2015Por la presente, se notifica que el sexagésimo Congreso de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día será llevado a cabo del 2 al 11 de julio de 2015 en el Alamodome de San Antonio (Texas, EE. UU.). La primera reunión comenzará a las 8.00 del 2 de julio de 2015. Se insta a todos los delegados debidamente acreditados a que se hagan presente en ese momento.T. N. C. Wilson, Presidente de la Asociación General, G. T. Ng, Secretario de la Asociación General

2 Adventist World | Abril 2015

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I N F O R M E M U N D I A L

D E P A R T A M E N T O S

Armar los equipos

AIRES DE LIBERTAD: Miles de personas asistieron al Festival de Libertad Religiosa de Jamaica, llevado a cabo en el Estadio Nacional de Kingston (Jamaica).

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■ La Iglesia Adventista ha inaugurado en Jamaica una sede de su Asocia-ción Internacional de Libertad Religiosa, organización que defiende el derecho de todas las religiones, en un festival llevado a cabo en Kingston, al que asistieron importantes funcionarios de gobierno y miles de personas.

Los líderes del grupo, denominado Asociación Nacional de Libertad Religiosa, dijeron que es necesario porque los jamaiquinos no deben dar por sentada la libertad religiosa. Para muchos es un tema actual, porque el gobierno sancionó hace unos meses una ley de flexibilización de la semana laboral que según señalan algunas organizaciones religiosas, no protege lo suficiente su día de adoración. El gobierno, sin embargo, insiste en que la ley no representa una amenaza a la libertad religiosa, porque da a los empleados un período de 24 horas que puede ser usado con ese fin.

La nueva asociación fue lanzada hace poco durante el primer Festival de Libertad Religiosa de Jamaica, llevado a cabo en el Estadio Nacional ante miles de adventistas y miembros de otras denominaciones.

«Nuestra misión es proteger, promover y defender la libertad reli-giosa de todos y en todas partes. Ahora esa también es vuestra misión», dijo a los asistentes John Graz, secretario general de la Asociación Inter-nacional de Libertad Religiosa y director del Departamento de Libertad Religiosa de la Iglesia Adventista mundial.

Es una de las tradiciones más antiguas en los juegos de la plaza o de la escuela.Apenas sonaba la campana del recreo, dos

capitanes alineaban a todos y se disponían a «armar los equipos». Ya sea se jugara al fútbol (en cualquiera de sus versiones), al béisbol, al básquetbol o a algún juego autóctono de competencia, esperábamos ser seleccionados para «enfrentar» a otro equipo.

En las fáciles y cambiantes alianzas de la niñez, ser seleccionado para un equipo duraba solo un rato. Sí, es verdad que nos alegrábamos momentáneamente al celebrar el momento de la victoria. Pero los triunfos (y las divisiones) solían olvidarse muy pronto, desdibujadas por el fácil compañerismo de los que la pasaban bien jugando juntos.

A medida que maduramos, sin embargo, solemos gravitar en equipos más difíciles de borrar, porque abarcan aspectos de nuestra historia, cultura, lenguaje y aun nuestra fe. Son cosas que no desaparecen, como sucedía cuan-do la maestra nos llamaba nuevamente a clases, o el cronómetro señalaba el final del encuentro. Comenzamos a otorgar significado, muchas veces muy profundo, a los equipos que hemos formado con los que comparten nuestra iden-tidad escogida. Creemos que los que se unen a nosotros son «mejores personas», a diferencia de los «otros», que se han congregado en torno a un idioma, cultura o postura diferentes.

Por ello, aun entre el pueblo remanente de Dios, casi todo el tiempo se forman «equipos», ya no para jugar o disfrutar, sino para marcar el territorio o enfatizar un punto teológico o de conducta. Las afinidades, las creencias com-partidas y la comunión se encuentran entre los más grandes dones de Cristo a su iglesia, pero él también ha de llorar por las maneras en las que desgarramos su cuerpo como resultado de divisiones innecesarias, y en ocasiones no bíblicas, que hablan más de nuestro deseo de ganar, que de su oración «para que [seamos] uno, así como nosotros» (Juan 17:11).

Al leer la reveladora nota de tapa de este mes, titulada «Entre saduceos y fariseos», lo invito a orar por un corazón que reciba la

calidez continua del amor unificador de Cristo, y la persistente lluvia

del Espíritu Santo.

Iglesia Adventista inauguragrupo de libertad religiosa

en Jamaica

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I N F O R M E M U N D I A L

Robert Pickersgill, ministro de Agua, Tierra, Medio Ambiente y Cambio Climático, quien representó al primer ministro, dijo que el gobierno reconocía el «enorme impacto» de la libertad religiosa en el desarrollo de Jamaica, y por ello consagró ese derecho en 2011 en una enmienda a la constitución.

El parlamentario Pearnel Charles, quien representó al líder de la oposición Andrew Holness, instó a los cristianos a que se pronuncien contra la injusticia humana. «Un ataque a la libertad en alguna parte es un ataque a la libertad en todas partes», expresó.

Jamaica se incorpora ahora a más de ochenta países que cuentan con una asociación nacional de libertad religio-sa. En diciembre pasado, Papúa Nueva Guinea lanzó su propia asociación durante un festival similar.–Rhoma Tomlinson, Unión Asociación de Jamaica

Papúa Nueva Guinea: El Canal Hope hace historia

■ El Canal Hope de la Iglesia Adven-tista se está preparando para iniciar sus operaciones en Papúa Nueva Guinea, al producir el equivalente de trescientos programas de media hora en espacio de un mes.

Un equipo de treinta técnicos del Canal Hope de diversas partes del mun-do se reunió hace poco en la Universi-dad Adventista del Pacífico para trabajar con cientos de voluntarios que buscan producir programas que incluirán talen-tos locales, sermones y otros contenidos.

«Por la gracia de Dios, estamos ha-ciendo historia en la Iglesia Adventista», dijo Edgard López, veterano productor de televisión y gerente de proyectos de la iniciativa denominada MEGA Proyecto Esperanza PNG.

Un Proyecto Esperanza sirve como

tal de esta nación de África Occidental.«Ahora están ansiosos de sacarse

de encima los artículos contaminados porque saben que van a ser remplaza-dos –dijo Gabriel Dankyi, coordinador del programa contra el Ébola de la sede local de ADRA–. Esto ha tenido un im-pacto significativo sobre la población. Y nos siguen expresando su gratitud».

Desde noviembre pasado, ADRA ha descontaminado casi mil hogares.–ADRA y ANN

el fundamento para el desarrollo del canal en cada país donde ingresa el medio y, en este caso, ayudará a esparcir el evangelio en Papúa Nueva Guinea y el resto del Pacífico Sur.

«Este es el Proyecto Esperanza más grande en el que alguna vez se haya em-barcado el canal», dijo Kandus Thorp, vicepresidenta de desarrollo internacio-nal del Canal Hope.–Shania Lopez, Adventist Record del Pacífico Sur

Sierra Leona: ADRA distribuye camas

■ La Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA) está participando en el único programa de descontaminación de Sierra Leona, que fumiga hogares y remplaza col-chones y ropa de cama infectados, en un esfuerzo por impedir el avance del Ébola.

ADRA dijo que los sobrevivientes del Ébola están en riesgo de volver a enfermarse, porque muchos prefieren esconder su ropa de cama de la descon-taminación de los equipos del gobierno antes que comprar otra nueva.

Sin embargo, equipos de ADRA y de su socio no gubernamental, Plan Sierra Leona, están remplazando los colchones y la ropa de cama en vecindarios de alto riesgo en las afueras de Freetown, la capi-

CONTRA EL ÉBOLA:Un equipo de descontaminación de ADRA se prepara para fumigar hogares y remplazar los colchones y la ropa de cama infectados, en un vecindario en las afueras de Freetown (Sierra Leona).

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TRANSMISIONES HISTÓRICAS: Los editores del canal trabajan en la posproducción desde la Universidad Adventista del Pacífico en Port Moresby (Papúa Nueva Guinea).

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I N F O R M E M U N D I A L

Centenario pastor de Malaui se

EN EL LAGO MALAUI: Un barco navega cerca de la puesta de sol en la Bahía Nkhata, desde donde salió el Vipya en su último viaje allá por 1946.

G e o f f G a l l I c e / W I k I c o M M o n s

lamenta al

Patrick Ziba cuenta que cuatro estudiantes fallecieron después de robar en la escuela adventista

de Malaui–. Nos ha contado la historia de la tragedia innumerables veces».

La historia comenzó cuando catorce estudiantes fueron atrapados mientras robaban maníes o cacahuetes de un gra-nero de la Escuela Misionera Luwazi en julio de 1946. Durante un tiempo ya se había notado que alguien estaba robando ese cultivo de la escuela, hasta que por fin los responsables fueron descubiertos.

El director dio a los catorce estu-diantes la opción de ser expulsados o enfrentar un castigo que consistía en que cada uno tendría que cavar una letrina. Lamentablemente los estudian-tes –provenientes todos de la misma aldea– escogieron irse.

Ziba, que era docente en esa institu-ción, pensó que los estudiantes habían tomado una decisión equivocada, así que los invitó a ir a su hogar, donde él y su esposa los instaron a aceptar el casti-go; sin embargo ellos no retrocedieron, sino que salieron para el puerto de

Bahía Nkhata, donde pensaban tomar un barco para regresar a su aldea.

Ziba no se dio por vencido. Al día siguiente, caminó los veinticuatro kiló-metros desde la escuela hasta el puerto.

«Encontró a los estudiantes y otra vez les rogó que regresaran –dijo su hija–. Pasó todo el día tratando de que razonaran», pero ellos se negaron.

Así fue que seis de los estudiantes compraron los billetes y abordaron el M. V. Vipya. Los ocho restantes salieron a buscar trabajo para ganarse el dinero para el pasaje.

El barco, de cuarenta metros de longitud, realizaba su cuarta travesía después de haber sido botado un mes antes, y zarpó con 194 pasajeros y tripu-lantes, incluidos los seis estudiantes. El Vipya, fabricado en Belfast (Irlanda del Norte) en el mismo astillero donde se construyó el Titanic, comenzó a circular pesadamente al enfrentar vientos en contra y de pronto, una ola gigantesca lo hundió. Al menos 145 personas se ahogaron en la catástrofe, siendo el peor accidente de la historia del lago. Solo dos estudiantes de Luwazi fueron parte de los 49 supervivientes.

La noticia de la tragedia devastó a Ziba. Los invitados a la celebración de su centenario en el Hotel Mzuzu, en la ciudad de Mzuzu, a casi cincuenta kilómetros al noroeste del puerto, escu-charon que él aún se culpa por no haber hecho más para que los estudiantes permanecieran en la escuela. Al reportar el cumpleaños de Ziba del pasado 28 de diciembre, la Agencia de Noticias de Malaui expresó que el deseo que tenía Ziba de ayudar a los catorce estudiantes ejemplifica su vida abnegada. «Es esta virtud y disposición de ayudar a otros lo que hizo que este pastor fuera popu-lar dondequiera iba para hacer la obra de Dios –expresó–. Acaso ya no siga predicando, pero la gente aún se refiere a él en términos elogiosos». ■

Una fiesta para festejar cien años puede ser una gran ocasión de celebrar una vida. Pero Patrick

Ziba, pastor y educador adventista jubilado de Malaui, vio ese día como una oportunidad para compartir una trágica lección sobre la importancia de la obediencia, a ciento cincuenta admiradores –incluido un ministro del estado.

Ziba relató que cuatro estudiantes de una institución adventista perecieron con otras casi ciento cincuenta personas cuando el barco en el que viajaban naufragó en el Lago Malaui, después de rechazar sus ruegos para que aceptaran el castigo por haber robado. La tragedia, que sucedió cuando Ziba tenía treinta y un años, le ha dejado un mal recuerdo.

«Papá jamás se cansaba de contar la historia a sus hijos para recordarles que siempre es beneficioso ser obediente –dijo Margaret Limbe, la quinta de los nueve hijos de Zimbe, a la Agencia de Noticias

Andrew McChesney, editor de noticias, Adventist World

recordar naufragio

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N O T I C I A S

pués de su resurrección para pasar unos días con sus discípulos. Pero Jesús –al igual que Moisés, la única otra persona que la Biblia dice que murió, fue al cielo y regresó a la Tierra– no dice nada sobre cómo era el cielo.

de personas que mueren, van al cielo y regresan a la Tierra para contar lo que vieron. Pablo habló de su propia experiencia de ver el cielo en visión (2 Cor. 12:2-4), y los profetas Daniel y Juan escribieron de visiones que habían experimentado (Dan. 7:9, 10; Apoc. 4). Jesús regresó del cielo a la Tierra des-

Hace unos años, mi esposa Melissa y yo estábamos viajando por el estado de Idaho

(EE. UU.) en automóvil cuando nos detuvimos a usar un teléfono. La cabina de teléfono estaba cubierta de folletos que incluían un fragmento de un libro escrito por alguien que afirmaba haber visitado el infierno. La descripción del infierno era parcialmente gráfica, algo entretenida, sumamente increíble y totalmente no bíblica.

Lo mismo se podría decir de un libro publicado en 2010, sobre la visita que hizo un niño al cielo después de «morir» en un accidente que lo dejó cuadripléjico. Este libro El niño que regresó del cielo, de Alex Malarkey, del que se han vendido más de un millón de ejemplares, fue transformado en un filme para la televisión, fascinando a personas de todo el mundo.

Alex, de solo seis años, pasó dos meses en coma después del accidente casi fatal. La maravilla de que recobró la conciencia se vio eclipsada por el relato que dio de lo que experimentó mientras estaba inconsciente. Afirmó que ángeles lo habían escoltado por las puertas del cielo, que escuchó música celestial, vio al diablo y habló con Jesús mismo. Sin embargo, Alex admitió hace poco que su historia era nada más que un verda-dero fraude.

«No morí –dijo en una carta abier-ta–. Dije que fui al cielo porque creí que así recibiría más atención».

El libro ha sido sacado de circula-ción por su editor, y las librerías ya no lo ofrecen. Por supuesto, la pregunta más importante es determinar si habría que haber publicado semejante libro. Desde una perspectiva bíblica, la clara respuesta es «no». La Biblia no habla

f o t o G r a f í a : W a v e B r e a k M e d I a / t h I n k s t o c k

C O M E N T A R I O D E

celestial:Cómo un niño de seis años engañó a todo el mundoUna perspectiva bíblica sobre el éxito de ventas El niño que regresó del cielo

John Bradshaw, orador y director, Está escrito

Fraude

6 Adventist World | Abril 2015

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N O T I C I A S

Qué dice la BibliaLo alarmante de El niño que regresó

del cielo y de historias similares es que contradicen directamente el claro testimonio de las Escrituras. La Biblia explica que la muerte es un sueño, no un estado en el cual la gente puede via-jar al cielo o a cualquier otro lugar. Jesús dijo que Lázaro dormía (Juan 11:11), lo que fue interpretado claramente como «Lázaro ha muerto» (vers. 14).

La Biblia es sumamente coherente con este tema. Pablo escribió que los muertos duermen hasta que Jesús los levante al momento de la segunda venida (1 Cor. 15:51, 52), y que los salvados que estén vivos cuando Jesús regrese irán entonces al cielo, junto con los que ya habían muerto en la fe y dormido el sueño de la muerte. En numerosas ocasiones, la Biblia se refiere a la muerte como un sueño inconsciente que dura desde el momento de la muerte hasta la resurrección (Apoc. 14:13; Juan 5:28, 29).

Con los años, el enemigo de las almas ha llevado a cabo una campaña deliberada y cuidadosamente orques-tada para confundir a la gente sobre la muerte y la vida después de ella. Al igual que la mayoría de los creyentes cristia-nos, de chico me enseñaron a creer que los que morían iban inmediatamente al cielo o al infierno o, en algún caso, al purgatorio o limbo. No se trata de un asunto teológico de poca importancia, sino una tergiversación de la verdad que conlleva al menos dos problemas teológicos sumamente serios: la margi-nalización de Jesús, y la apertura de la puerta al espiritismo.

El espiritismo es cosa seria. Se gastan millones de dólares en psíquicos, médiums y materiales afines. Alguien que piensa visitar a un médium espiri-tista se está poniendo en contacto muy

lista de éxitos del New York Times y se vendieron más de seis millones de ejem-plares. El cielo es real, la historia de un niño de cuatro años que supuestamente visitó el cielo, ha vendido más de diez millones de ejemplares y en 2014 dio lugar a una película que recaudó más de cien millones de dólares. Ese fenómeno editorial es ahora un género en sí mis-mo: el «turismo celestial».

El aumento de publicaciones de ese tipo molestó a la madre de Alex Malar-key, quien aparentemente insistió por un tiempo para que el libro no estuviera en circulación. «Hay muchos que están estafando y usando la Palabra de Dios para lograr su objetivo. Son buenos para hacerlo, en especial si no estudia-mos la Biblia con profundidad»–dijo Beth Malarkey en un blog.

¿Cómo se produjo entonces ese fraude? Algunos dicen que el padre de Alex, coautor del libro, vio la oportuni-dad de ganar dinero. A los editores de libros no les gusta sacar de impresión libros rentables. «La idea de que Alex se retractó repentinamente no es cierta –dijo según el Washington Post Phil Johnson, director ejecutivo de un ministerio de medios dirigido por el escritor y conductor John MacArthur–. En todos lados había pruebas de que el niño en realidad no apoyaba el conteni-do del libro. Pero era un éxito en ventas. Nadie quería darle de baja».

Alex, que ahora tiene dieciséis años, deja un buen consejo: La gente «debería leer la Biblia, que es suficiente –expresó en la carta abierta–. La Biblia es la única fuente de la verdad. Lo que escriba un ser humano no puede ser infalible».

Mi esperanza es que muchos den a su consejo la misma atención que emplearon en leer sobre su supuesta experiencia. ■

cercano con el mismo diablo. Esa fue la experiencia del rey Saúl (1 Sam. 28).

La Biblia deja en claro que el espi-ritismo será una importante influencia en los días finales de la Tierra, y que esto preparará a las personas para aceptar los engaños finales de Satanás (Apoc. 16:13).

Un amigo me contó hace poco que después de la trágica muerte de su hija de veintitrés años, habría buscado contactarse con ella recurriendo a un médium, de no haber entendido lo que dice la Biblia sobre la muerte. Ese relacionamiento con el enemigo tiene consecuencias desastrosas.

La comprensión errónea de este tema también reduce el papel de Jesús. En Juan 11:25, Jesús explicó a la herma-na de Lázaro que él es «la resurrección y la vida». Sin Jesús, los muertos no tienen esperanza de vida más allá de la tumba. Solo mediante la intervención directa de Jesús, al momento de la segunda venida, alguien puede resucitar de la muerte. Si Jesús no levanta a los muertos que duermen, el sepulcro jamás liberará a sus prisioneros. Aun los gigantes de la fe mencionados en Hebreos 11 –con excepción de Moisés y Enoc– “no recibieron lo prometido” (Heb. 11:39) en forma inmediata, sino que yacen en la tumba hasta el regreso de Cristo, cuando serán levantados de su lugar de descanso (vers. 40).

Si las personas van al cielo inmedia-tamente cuando mueren, la resurrec-ción es innecesaria, y Jesús ya no es «la resurrección y la vida». La pregunta de Pablo en 1 Corintios 15:55 –«¿Dónde [está], sepulcro, tu victoria?»– perdería todo sentido.

Aumento de libros sobre «turismo celestial»

Las historias como la de Alex Malar-key son sumamente populares. El libro Noventa minutos en el cielo, publicado en 2004, pasó más de cinco años en la

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P A N O R A M A M U N D I A L

En pocas semanas, se llevará a cabo el 60° Congreso de la Asociación General de la Iglesia Adventista en San Antonio (Texas, EE. UU.). Además de los 2571

delegados oficiales, otros miles de adventistas participarán y disfrutarán de la comunión con sus hermanos de todo el mundo. Durante esos días se dará un énfasis especial a los aspectos mundiales de este movimiento ordenado por Dios, que ahora suma más de dieciocho millones de miembros con presencia en 216 países.

A pesar de ello, y por más maravilloso que resulte pensar en la manera en que Dios guía y bendice este movimiento en todo el planeta, también necesitamos recordar la función fundamental de los feligreses y pastores de las 75.184 iglesias adventistas del planeta.

Infraestructura prácticaNuestro fundamento espiritual es, por supuesto, la

relación personal que tenemos con Cristo, que es la Roca. La unidad de nuestra iglesia solo puede hacerse realidad cuando todos estamos conectados con Jesucristo. No obstante, la infraestructura práctica de la iglesia está edificada sobre la fuerza pastoral; estas personas están dedicadas a la obra dinámica del evangelismo, la atención de los miembros y la tarea semanal de compartir la Palabra de Dios. Ellos asimismo inspiran a los miembros para que compartan su fe y el mensaje de la pronta venida de Cristo al impulsarlos para la obra tan importante de cumplir con la misión.

Necesitamos apoyar, honrar y animar a nuestros pastores, muchos de los cuales tienen enormes distritos que incluyen decenas de iglesias y miles de feligreses. En esos casos, los pastores tienen que depender completamente del Espíritu Santo y los líderes locales. Es sumamente importante apoyarlos, para que puedan capacitar a otros para una obra de evangeli-zación más efectiva.

Somos llamadosAl honrar y orar por los pastores, pidamos al Señor que

nos ayude a apoyarlos, aligerando sus cargas –ya sea estemos en pequeñas iglesias rurales o en grandes congregaciones de ciudades o instituciones.

Dios nos llamó a cada uno, incluido a mí, que soy miembro de una iglesia local, a alcanzar el campo misionero que nos rodea –nuestras comunidades, vecinos y conocidos– haciéndonos sus amigos, ministrando a sus necesidades y compartiendo los mensajes bíblicos particulares que se nos han encomendado. Como miembros de iglesia, hemos sido llamados a hacer esta obra, y no deberíamos depender tan solo del pastor para ello. Una de las mejores maneras de apo-yarlo es diciéndole: «Pastor, pónganos por favor a trabajar».

Oremos por los pastores. Oremos para que el Señor co-loque un muro de protección en torno a ellos y sus familias. Oremos para que se enfoquen completa y totalmente en la Palabra de Dios, porque la autoridad de las Escrituras está siendo atacada cada vez más. Los mensajes del púlpito tienen que resonar con claridad bíblica, y no con contenidos filosófi-cos, psicológicos y culturales.

Una palabra a los pastoresPastores, una de las funciones más importantes que tienen

es la de capacitar a los miembros y estimularlos a hacer la obra misionera local, para que ustedes puedan planificar nue-vas maneras de extender las fronteras del reino de Dios.

Esto, por supuesto, ya fue dicho: «Los ministros no debe-rían hacer el trabajo que corresponde a los laicos, agotando sus energías e impidiendo que otros cumplan con su deber. Deberían enseñar a los miembros cómo trabajar en la iglesia y la comunidad para edificar la iglesia, hacer interesante la reunión de oración, y capacitar como misioneros a jóvenes talentosos. Los miembros de iglesia deberían cooperar activa-mente con los ministros, transformando la zona del país que los rodea en su campo misionero de labor».1

Quince años después, durante el Congreso de la Aso-ciación General de 1901, Elena White dedicó estas incisivas palabras a los ministros: «¿Quién siente preocupación por las almas que no pueden recibir la verdad hasta que alguien se la lleve? Los ministros están rondando por las iglesias, como si el ángel de misericordia no estuviera haciendo esfuerzos por salvar las almas. Dios hace responsables a esos ministros de los que están en oscuridad […]. Que establezcan iglesias entendiendo que no deben esperar que el ministro los atienda y los esté alimentando continuamente. Ellos tienen la verdad; saben qué es la verdad […]. Necesitan estar bien arraigados y cimentados en la fe».2

Ted N. C. WilsonTrabajemos

Un llamado especial a los pastores y los miembros

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Un claro llamadoEl poderoso mensaje que Pablo nos da en 2 Timoteo 4

tiene que ser un claro llamado para todos. Nos pide que prediquemos la palabra, y que instemos «a tiempo y fuera de tiempo» (vers. 2), para que podamos decir junto con Pablo: «He acabado la carrera» (vers. 7).

Jesús dice: «Apacienta mis ovejas» (Juan 21:17). Para hacer-lo, necesitamos conocer a Dios y tener una conexión diaria con él. Estudiemos con diligencia la Palabra de Dios y el Espíritu de Profecía. Seamos firmes defensores de la oración personal y pública. «Creed en Jehová, vuestro Dios y estaréis seguros; creed a sus profetas y seréis prosperados» (2 Crón. 20:20).

Pastores, somos llamados para ser los siervos especiales de Dios, según el deseo de su corazón. Esto está claro en Jeremías 3:15: «Os daré pastores según mi corazón, que os apacienten con conocimiento y con inteligencia». El Espíritu Santo lo ayudará a discernir las verdaderas necesidades de las personas.

Sigamos el ejemplo de Cristo y salgamos a buscar a las personas. Hemos sido llamados por Dios para una obra especial que solo podrá ser llevada a cabo si cooperamos en la tarea gloriosa que se nos ha encomendado, recordando que es un emprendimiento cooperativo con el cielo.

Dios espera que demos lo mejor de nosotros. El apóstol Pablo escribió: «Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres, sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís» (Col. 3:23, 24).

Seamos siervosLa obra real de un pastor es la de ser siervo, alguien que da

sin escatimar esfuerzos. Para ser un siervo real, tenemos que

estar cerca de Dios y entregarle cada día nuestra vida.Pablo comparte este concepto de manera dinámica en Efesios

4:1-6. Comienza llamándose «preso del Señor», y nos pide que andemos «como es digno de la vocación con que fuisteis llama-dos». Los versículos 2 y 3 nos dicen que fuimos llamados «con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, procurando mantener la unidad del Es-píritu en el vínculo de la paz». Necesitamos hacer esfuerzos reales para mostrar nuestro amor a los demás en el vínculo de la paz.

El ámbito más abarcador de la unidad Pablo entonces nos ayuda a comprender el ámbito más

abarcador de la unidad –que supera las meras convicciones personales– al elevarnos a los atrios celestiales y los temas eternos creados por el mismo Dios. Efesios 4:4-6 alcanza el clímax con estas elevadas palabras: «Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma espe-ranza de vuestra vocación; un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos y por todos y en todos».

Como pastor, asegúrese de que la voz del Espíritu Santo lo lleve a la verdadera unidad, que solo se produce cuando llegamos a ser uno con Dios en su vida, testimonio, misión, capacitación y alimentación espiritual de los demás. «El secreto del éxito estriba en la unión del poder divino con el esfuerzo humano. Los que logran los mayores resultados son los que confían más implícitamente en el Brazo todopoderoso».3

Dediquemos tiempo a las personasComo pastor, sea un buen administrador y hágase tiempo

para visitar y conocer a sus miembros. El Señor dedicó tiempo a conocer a las personas: comió con ellas, habló con ellas, escuchó sus problemas, y simpatizó con ellas. Acaso no sea el mejor predicador, pero si visita a sus miembros y los anima espiritualmente, seguramente lo amarán.

Manténgase cerca de su cónyuge y familia. Que sus rela-ciones familiares sean un brillante ejemplo para el mundo de lo que significa permitir que Cristo sea Cabeza del hogar y la iglesia, mediante usted como el líder espiritual de la familia y la iglesia. Que sus hijos sepan que usted los ama y los aprecia. Que su vida familiar también muestre las señales del orden celestial y la mayordomía cristiana. Sea líder al mostrarle a la gente cómo depender plenamente del Señor para cada nece-sidad, y que un mayordomo fiel es bendecido por el cielo más allá de toda comprensión.

En 3 Juan 2 leemos: «Amado, yo deseo que tú seas prospe-rado en todas las cosas y que tengas salud, así como prospera tu alma». La salud física y la espiritual están entrelazadas, y debemos seguir tanto las leyes naturales de Dios como sus

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P A N O R A M A M U N D I A L

leyes morales. Seamos defensores activos del ministerio abarcador de salud, ayudando a que las personas de las ciudades y zonas rurales encuentren a Jesús, la fuente de la vida y la salud.

Frente al futuroPastores y miembros, el futuro nos

depara múltiples desafíos y pruebas. Acaso seamos acosados y ridiculizados. Sigamos mirando a Cristo, no a los seres humanos. Dios quiere que tengamos una relación continua y creciente con él; ese es el secreto del real poder espiritual. Cada mañana, colóquese en las manos de Dios, pidiéndole que él lo oriente en todo lo que haga; permita que lo guíe y lo conduzca en todos sus caminos. Si así lo hace, será una gran bendición para todo el que se cruce en su camino.

Creer en Cristo no significa ser un espectador de deporte; implica una participación misionera activa. Nadie debe sentirse culpable por no ir de puerta en puerta, ya que hay muchas maneras para testificar activamente por Cristo. Si tenemos una relación con él, tendremos algo para hacer y decir. No lo ocultemos. De esta manera, estaremos ayudando a apoyar la obra del pastor y de todo el movimiento adventista.

Recuerde que su pastor necesita tiempo con su familia, y no siempre estará con usted. Manténganse firme en su fe en el Señor. Jesús viene pronto. Si permanecemos fieles a él y su Palabra, él nos extenderá la maravillosa invitación: «Venid, benditos de mi Padre, heredad el Reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo» (Mat. 25:34). ■

1 Elena White, The Review and Herald, 12 de octubre de 1886.2 Elena White, El ministerio pastoral, p. 116.3 Elena White, Patriarcas y profetas, p. 485.

En 1978, Madam Victoria se trasladó a Oyarifa (Ghana). No mucho después, comenzó a golpear puertas para ofrecer estudios bíblicos. Estaba tan entusiasmada con Cristo que quiso establecer una iglesia adventista en su vecindario.

No obstante, había un saboteador en su medio. No importa donde fuera, un hombre la seguía en bicicleta. La observaba trabajar, y después que ella se iba, hablaba con la gente acusándola de ser una mentirosa. «¡No le crean!», decía a familia tras familia.

A pesar de ello, Madam Victoria seguía orando y compartiendo a Cristo.Después de meses de hacerlo, dos personas decidieron bautizarse. Se unieron a

Madam Victoria para hacer el culto en su casa. Un par de años después, llegaron a ser siete. Juntos levantaron cuatro paredes de barro y le adjuntaron paneles de paja a manera de techo: ¡Era su primer templo! Estaban agradecidos por el espacio, pero seguían pidiendo a Dios un lugar mejor, un lugar más digno para invitar a otros.

Entonces llegó un año de fuertes lluvias que se colaron por entre la paja del techo, empaparon las paredes de barro y las hicieron caer.

Madam Victoria siguió orando y hablando de su tema favorito: Jesús. Era misio-nera con sus vecinos más cercanos, pero también hablaba de Dios en otros pueblos, mientras distribuía gratuitamente artículos de cocina.

Treinta y cinco años después de mudarse a Oyarifa, Madam Victoria se enteró de que Maranatha Volunteers International iría a construir una iglesia para su congrega-ción. Pronto llegó el equipo que colocó la estructura del edificio, y lo hicieron tan rápido que le costó creerlo. La oración de treinta y cinco años fue contestada en un corto día.

Ella y su congregación terminaron la estructura de acero con paredes, estuco y pintura. Hubo un gran regocijo cuando dedicaron la nueva iglesia.

Dijo Madam Victoria: «¡Mi sueño se ha hecho realidad!».

ASI y Maranatha Volunteers International financian e implementan los proyectos «Iglesias de un día» y «Escuelas de un día». Desde 2009, se han levantado más de 1600 construcciones de este tipo en diversos países. Carrie Purkeypile es planificadora de proyectos de Maranatha Volunteers International.

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Una oración de 35 años Carrie Purkeypile

Izquierda MISIONERA INFATIGABLE: Durante treinta y cinco años, Madam Victoria compartió a Jesús con sus amigos y vecinos. Derecha SÁBADO INAUGURAL: El templo nuevo de Oyarifa da testimonio de la fidelidad de una cristiana y de la respuesta divina a las oraciones.

Ted N. C. Wilson es presidente de la Iglesia Adventista del Séptimo Día

Iglesias de un día

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S A L U D M U N D I A L

Peter N. Landless y Allan R. Handysides

Las picaduras de insectos pueden causar reacciones severas variadas, pero el grupo de insectos

denominado hymenoptera es el más temible. Hay tres familias de hymenoptera que suelen causar reacciones alérgicas: Los apidae (abejas melíferas y abejorros), los vespidae (avispas y avispones), y las formicidae (hormigas coloradas).

Solo las hymenoptera hembras pican, y por lo general solo lo hacen como mecanismo de defensa, cuando se ven amenazadas. El veneno contiene varias aminas y cininas, químicos que contri-buyen a que sintamos dolor, hinchazón y picazón en el lugar de la picadura. Las abejas melíferas dejan el aguijón en la víctima, que puede ser quitado raspán-dolo con la uña. Esto no disminuye la reacción, porque el veneno suele des-cargarse en veinte o treinta segundos, tiempo menor a lo que suele llevar la remoción del aguijón. La existencia de una fuerte reacción local no implica de por sí una reacción sistémica (en todo el cuerpo), cuya forma más severa es la anafilaxia. Una vez que la persona sufre una reacción sistémica con fuerte manifestación alérgica, sin embargo, se puede anticipar que sucederá lo mismo en caso de ser picado nuevamente. Sue-len ser reacciones muy rápidas, aunque en ocasiones pueden aparecer en forma retardada.

Todo el que haya sufrido una reacción seria necesita consultar con un alergista o inmunólogo, para que se le practique una prueba de anticuerpos IgE. Estos

contraindicaciones para el uso de adre-nalina/epinefrina y ante la presencia de anafilaxia, esta puede salvar la vida.

Si los síntomas persisten, se indica una dosis repetida en intervalos de cin-co a quince minutos. La mayoría de los pacientes requiere solo una inyección, pero es imperativo llevar a la persona rápidamente a un centro médico. Los antihistamínicos también ayudan a combatir los síntomas. Es importante observar al paciente durante al menos doce horas en una unidad equipada para tratar la repetición de los síntomas.

Los adultos y niños con historia de anafilaxia deberían llevar consigo un inyector de epinefrina. Es importante que esos pacientes eviten las zonas de riesgo, y que tengan siempre disponible más de un inyector.

Lo importante es diferenciar clara-mente entre una reacción local (dolor, hinchazón, enrojecimiento en la zona de la picadura) y una reacción sistémica (hinchazón de los tejidos de la gargan-ta, dificultad para respirar, o desmayo), dado que las reacciones sistémicas son las realmente peligrosas. ■

anticuerpos se relacionan específicamente con las reacciones alérgicas de diverso grado. Los pacientes podrían iniciar un tratamiento de insensibilización, que acaso requiera tres años de exposición repetida al antígeno específico para culminar el tratamiento con éxito.

En el mundo varía mucho el número de casos fatales por picaduras de abejas, dado que va desde dos al año en Suecia a unos cuarenta en Estados Unidos. Las abejas melíferas pertenecen a las fami-lias de los hymenoptera, y son por lejos las mayores culpables. Las así llamadas «abejas asesinas» no son más venenosas pero sí más agresivas, y a veces atacan en enjambres. En ese caso se puede producir una reacción no alérgica sino tóxica (envenenamiento).

Por lo general, la reacción pasajera y localizada demanda escaso tratamiento, más allá de unas compresas frías de hielo, o alguna anestesia tópica y crema con corticoides. Rara vez se necesita antibióticos, y la aparición de líneas rojas en forma casi inmediata indica una reacción al veneno, no una infección.

Las reacciones sistémicas son mucho más serias, y demandan la aten-ción médica inmediata. La obstrucción de las vías respiratorias superiores o el colapso cardiovascular pueden ser fatales. La inyección inmediata de epinefrina (adrenalina) en el músculo medio de la pierna tiene que llevarse a cabo con una Epi-Pen ya preparada, o una dosis de 0,5 mg en caso de un adul-to y 0,3 mg para un niño. No existen

picaduras

Mi nieta fue picada por una avispa o una abeja –no estoy segura cuál de las dos– y sufrió una reacción muy fea. Su mano se puso roja y se hinchó. ¿Creen ustedes que tiene riesgos de sufrir anafilaxia?

f o t o G r a f í a : y a n n B o I x

Peter N. Landless es cardiólogo nuclear certificado y director del Departamento de Ministerios de Salud de la Asociación General.

Allan R. Handysides es ginecólogo certificado y exdirector del Departamento de Ministerios de Salud de la Asociación General.

Las

de abejas

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«Estaban allí, mirando de lejos, muchas mujeres que habían seguido a Jesús desde Galilea para servirle. Entre ellas se encontraban María Magdalena, María la madre de Jacobo y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo» (Mat. 27:55, 56).*

¿Por qué estaban mirando a la distancia? ¿Tenían miedo de involucrarse? ¿Era demasiado para soportarlo? Creo saber lo que es mirar a la distancia. Crecí en un hogar adventista. He estado siguiendo a Jesús por un buen tiempo y, sin embargo, los años a menudo parecen incrementar la distancia. Mantenerse al lado de Jesús es una tarea difícil, además de riesgosa. No, jamás he tenido que enfrentar la amenaza de la cruz, pero es tan fácil caer en la rutina, seguir caminando con Cristo solo por costumbre. En esos casos, fácilmente aparece la distancia.

«Al atardecer, llegó un hombre rico de Arimatea, llamado José, que también se había convertido en discípulo de Jesús. Se presentó ante Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús, y Pilato ordenó que se lo dieran. José tomó el cuerpo, lo envol-vió en una sábana limpia y lo puso en un sepulcro nuevo de

su propiedad que había cavado en la roca. Luego hizo rodar una piedra grande a la entrada del sepulcro, y se fue» (Mat. 27:57-60).

Usted se introduce repentinamente en la historia. Es una entrada inesperada y, en un momento oscuro. Todos los discípulos –los que habían pasado más tiempo cerca de Jesús– se esconden atemorizados, y aquí está usted, dispuesto a salir de las sombras. Deja de lado su doble vida secreta, se adelanta y pide con osadía el cuerpo de Cristo. Escoge a Cristo en un momento cuando él no puede ofrecerle nada. Pero usted le ofrece algo: su sepulcro nuevo. ¿Y si escoger a Jesús significara alejarse de su círculo de amigos? ¿Y si la decisión de seguirlo no le diese ganancia alguna? ¿Será que lo sigue para ver qué puede conseguir, o lo que puede dar?

«Al día siguiente, después del día de la preparación, los jefes de los sacerdotes y los fariseos se presentaron ante Pilato. “Señor –le dijeron–, nosotros recordamos que mientras ese engañador aún vivía, dijo: ‘A los tres días resucitaré’”» (Mat. 27:62, 63).

Ustedes lo recordaban y sin embargo qué extraño que en

Como si hubiera

Reflexiones a partir de las escenas de la cruzestado

Chantal J. Klingbeil

D E V O C I O N A L

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este momento sus discípulos sufran una especie de amnesia, aunque Jesús los había estado preparando por un buen tiempo para esta instancia. Ustedes lo sabían, y conectaron los cabos sueltos, aunque eso no cambió sus corazones. Pensaron que estaban en lo correcto –que defendían la verdad– ¡pero acababan de matar al que era Dios!

Para pensar: También yo tengo muchos conocimientos. Creo que puedo probar con la Biblia que el sábado es el día de reposo, y sé la verdad sobre el Santuario y el estado de los muertos. Todo eso, sin embargo, no me sirve de nada si no aprendo a seguir personalmente al Maestro. Sin esa relación con Cristo, un día podría despertar a la realidad de que todo el tiempo estuve luchando contra Dios.

«“Llévense una guardia de soldados –les ordenó Pilato–, y vayan a asegurar el sepulcro lo mejor que puedan. Así que ellos fueron, cerraron el sepulcro con una piedra, y lo sellaron; y dejaron puesta la guardia» (Mat. 27:65, 66).

¡Vamos, Pilato! ¿Crees realmente que un sello en la tumba y una guardia pueden solucionar algo? No tienes idea con quién estás tratando. Él no es tan solo el «Rey de los judíos». Creó estrellas y formó galaxias enteras solo con su palabra.

Si lo pienso bien, quizá no debería ser tan dura con Pilato. Creo que tengo más piezas del rompecabezas de la historia y una imagen más clara de Dios que la que tuvo él. A pesar de ello, a menudo trato a Dios como si fuera muy pequeño. Cuando oro, le digo qué hacer y cómo hacerlo. Quizá ya es tiempo de dejar de restringir, manipular o dictar qué tiene que hacer, para permitir en cambio que mi Creador haga conmigo lo que en su amor mejor le parezca.

«El ángel le dijo a las mujeres: “No tengan miedo; sé que ustedes buscan a Jesús, el que fue crucificado”» (Mat. 28:5).

Tenían miedo. Supongo que es normal. Cuando nos encontramos con la santidad solemos tener miedo. Es la paradoja de sentirnos atraídos por la santidad y entonces repelidos por ella, cuando nos damos cuenta qué ajena es a nuestra humanidad. Es una lucha diaria en mi corazón, el conflicto entre lo que soy y lo que quiero ser. Quizá las

mujeres de la tumba estaban bien encaminadas. Se dieron cuenta de que no tenían esperanza alguna hasta que hallaran a Jesús.

«Los once discípulos fueron a Galilea, a la montaña que Jesús les había indicado. Cuando lo vieron, lo adoraron; pero algunos dudaban. Jesús se acercó entonces a ellos y les dijo: “Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo”» (Mat. 28:16-20).

Vieron a Jesús pero algunos dudaban. A veces pienso que si pudiera tener al menos una vislumbre del cielo, ver algo sobrenatural, que un ángel me visitara, entonces ya jamás dudaría. Pero ustedes, discípulos, me mostraron que ver no siempre es creer. La fe no es un destino. Es parte de una tra-vesía. Comienza con la elección de creer en la Palabra de Dios, y entonces avanzar. Todos ustedes, aun los que dudaron, creyeron las palabras de Cristo e, impulsados por su autori-dad, transformaron el mundo.

No necesito esperar a que mi iglesia organice la obra mi-sionera que me gusta y me hace sentir cómoda. No necesito depender de iniciativas, o de una conciencia tranquila para comenzar a testificar. No necesito quedarme parada y mirar a la distancia. Lo que necesito es reclamar la promesa de que él siempre está conmigo, tanto hoy como mañana. Puedo decir con confianza: «Mi Cristo no está muerto. Está vivo. Mira cómo está transformando mi vida. Ven, quiero que conozcas a mi Jesús». ■

* Todas las citas bíblicas han sido tomadas de la Nueva Versión Internacional.

Escogió a Cristo en un momento cuando él no podía ofrecerle nada .

Chantal J. Klingbeil es directora asociada del Patrimonio White de la Asociación General. Está casada con Gerald, y tiene tres hijas adolescentes.

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C R E E N C I A S F U N D A M E N T A L E S

Se sientan en círculo, inclinan los rostros, y oran por la tarea que tienen por delante. Después del «Amén», se miran, y entonces distribuyen hojas llenas de espacios

en blanco. La mitad de los maestros de Escuela Sabática ha renunciado, el director del Club de Aventureros está agotado y el matrimonio que dirigía Servicios Comunitarios se mudó a otra ciudad.

Con la lista de miembros en mano, la comisión de nombramientos se pregunta quiénes pueden ocupar esos cargos. Entonces los integrantes comienzan a llamar por teléfono, rogando a los miembros que acepten uno de los puestos vacantes. Todos los consultados están de acuerdo en que alguien tiene que hacer la tarea pero, como bien saben los miembros de la comisión de nombramientos, es increíblemente difícil encontrar alguien que esté dispuesto a ocupar alguna de las responsabilidades.

La respuestaEl Nuevo Testamento aconseja cómo llenar esas vacantes,

de manera que la comisión de nombramientos no busque desesperadamente a los remplazantes. En efecto, Dios nos dio una manera maravillosa de evitar esta situación, al otorgar dones espirituales a los miembros de iglesia.

Los dones espirituales son capacidades que Dios da a sus seguidores por medio del Espíritu Santo. Se los puede llamar talentos, aunque en realidad son mucho más que eso. Se puede tener talento para hacer crucigramas o pararse sobre un pie, pero los dones espirituales son capacidades especiales otorgadas a cada persona con el propósito de ser usados para

apoyar y contribuir al crecimiento de la iglesia de Dios y el cumplimiento de la Gran Comisión.

Cada persona tiene un donCada miembro de la iglesia de Dios posee un don espiri-

tual, y se nos instruye a que lo usemos para que sea una ben-dición. En 1 Pedro 4:10 leemos: «Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administra-dores de la multiforme gracia de Dios». Los dones espirituales no son atributos personales. Provienen directamente de Dios, y son escogidos por él específicamente para cada persona. Dios espera que los cuidemos y usemos para el propósito por el cual fueron dados.

Nuestros dones a veces varían a lo largo de la vida. Si somos mayordomos fieles de un don, Dios puede bendecirnos con otros, como es el caso de los siervos de la parábola que invirtieron sabiamente sus talentos. En algún punto de la vida, los dones pueden cambiar por completo. Las situaciones y necesidades de la comunidad cambian, y Dios siempre tiene poder para moldearnos según lo que resulte más útil para el progreso de su reino.

Aunque existen muchos tipos diferentes de dones, el mismo Espíritu es responsable de todos ellos. Pablo lo expresa de la siguiente manera: «Hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de actividades, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo. Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para el bien de todos […]. Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu,

Daisy Hall

Los dones espirituales al rescate

N Ú m e r O 17

a la comisión de nombramientos

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repartiendo a cada uno en particular como él quiere» (1 Cor. 12:4-7, 11).

De manera muy similar al fruto del Espíritu, los dones espirituales son el resultado de la obra del Espíritu Santo en nuestra vida. Si hemos aceptado que el Espíritu Santo transforma nuestro corazón para que seamos más como Cristo y hagamos su obra, también hemos aceptado el don del Espíritu que nos ayuda a cumplir esa tarea.

Algunos de los dones espirituales enumerados en las Escrituras incluyen la sabiduría, el conocimiento, la sanación, la profecía, la enseñanza, la administración, la generosidad,

la misericordia, la fe, el evangelismo y las destrezas manuales, por nombrar solo algunos (1 Cor. 12:8-10, 28; Rom. 12:6-8; Efe. 4:11; Éxo. 31:3). Existe una amplia variedad de dones, y cada uno es esencial para hacer realidad el reino.

Usemos nuestros donesEn los ministerios de la iglesia hay un lugar para toda

clase de dones con los cuales Dios quiera bendecirnos. Algu-nos tienen aplicaciones más obvias que otros. Los que tienen el don de la sanación pueden llegar a ser profesionales de la salud. Los que tienen el don de la enseñanza pueden usar ese don de muchas maneras diferentes dentro y fuera de la Iglesia Adventista. Los dones de la generosidad, la misericordia y la fe no pertenecen a un ministerio específico, sino que afectan más bien a cada ministerio y pueden ser aplicados en muchos contextos diferentes. Ningún don es más grande que otro, y Dios espera que los usemos a todos.

En 1 Corintios 12:12-31, Pablo comparó a la iglesia con el cuerpo humano. El cuerpo está hecho de muchas partes diferentes con funciones también diferentes. Si algunas partes no funcionan correctamente, todo el cuerpo sufre. En la iglesia, cada miembro del cuerpo juega un papel vital en la misión que nos encomendó Cristo. Si aguardamos con gozo su regreso, no podemos dejar todo el trabajo a nuestros pas-tores, maestros o líderes. «Si todo el cuerpo fuera ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuera oído, ¿dónde estaría el olfato? Pero ahora Dios ha colocado cada uno de los miembros en el cuerpo como él quiso» (vers. 17, 18). El cuerpo de la iglesia necesita que cada uno de sus miembros funcione plenamente para cumplir las tareas asignadas por Dios.

Los dones espirituales son una parte increíblemente importante de nuestras creencias fundamentales. Los ad-ventistas creemos que Dios nos ha asignado una tarea, y los dones espirituales son la manera que él tiene de equiparnos para cumplirla. Como tal, necesitamos descubrir cuáles son nuestros dones, y entonces usarlos. En consulta con los líderes de la iglesia y con el Señor, en oración, cada miembro puede descubrir sus dones espirituales y comenzar a trabajar en esos ministerios. La posibilidad de hallar nuestra función específica dentro de la iglesia puede resultar abrumadora. Sin embargo, al darnos esos dones, Dios nos ha capacitado no solo para hacer esas tareas sino también para destacarnos en ellas. Podemos confiar en que él escogerá cada don de manera personal y apropiada. Cuando lo hagamos, podremos lograr más para su reino de que lo alguna vez creímos posible. ■

Daisy Hall está terminando los estudios secundarios por medio de estudios indepen-dientes en el hogar donde vive con su familia, en Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos). Le

gusta escribir la teoría de la educación y viajar por tierra.

Los dones espirituales no son atributos PERSoNALES.Los dones espirituales son la manera que Dios tiene de EqUIPARNoS para cumplir su obra .

Dios concede a los miembros de su iglesia en todas las edades dones espirituales para que cada uno los emplee para el ministerio amante por el bien común de la iglesia y de la humanidad. Concedidos mediante la ope-ración del Espíritu Santo, quien los distribuye entre cada miembro según su voluntad, los dones proporcionan todos los ministerios y habilidades necesarias para que la igle-sia cumpla la función ordenada por Dios. Las Escrituras afirman que estos dones incluyen ministerios tales como la fe, la sanidad, la profecía, la predicación, la enseñanza, la administración, la reconciliación, la compasión y el servicio abnegado, y la caridad, de manera de ayudar y animar a nuestros semejantes. Algunos miembros son llamados por Dios y dotados por el Espíritu para cumplir funciones reconocidas por la iglesia en los ministerios pastoral, de evangelización, apostólico y de enseñanza, específicamente necesarios para equipar a los miembros para el servicio, edificar a la iglesia de modo que alcance la madurez espiritual y promover la unidad de la fe y el conocimiento de Dios. Cuando los miembros emplean estos dones espirituales como fieles mayordomos de las diversas gracias de Dios, la iglesia es protegida de la influencia destructora de las falsas doctrinas, crece gra-cias a un desarrollo que procede de Dios, y es edificada en la fe y en el amor (Rom. 12:4-8; 1 Cor. 12:9-11, 27, 28; Efe. 4:8, 11-16; Hech. 6:1-7; 1 Tim. 3:1-13; 1 Ped. 4:10, 11).

DoNES y mINISTERIoS ESPIRITUALES

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Es muy complejo», podríamos escuchar que decía suspirando un campesino de Palestina

durante el período romano, cuando se lo consultaba sobre la política y la religión de su ciudad. Además de la lucha diaria para sobrevivir, los habitantes de Palestina del siglo I d.C. tenían que luchar contra la opresiva ocupación romana, los líderes locales desesperados por más poder, los partidos nacionalistas que siempre estaban listos para iniciar una rebelión, y la religión. Esta última jugaba una función destacada y era parte de todo. Afectaba la indumentaria; qué, cuándo y cómo comer; cómo relacionarse con otros, y hasta lo que uno debía sembrar en el campo.

«Es muy complejo», era el refrán diario en la Palestina romana en la época cuando Jesús nació en «el cum-plimiento del tiempo» (Gál. 4:4). «Es muy complejo» describe su interacción con los líderes judíos, lo que incluye a escribas, fariseos y saduceos. «Es muy complejo» también suena familiar para gente que vive, no importa dónde, en el siglo XXI. Ya sea en la Europa secular o en una favela de Brasil; ya sea en la atmósfera política de Washington, o en la Siria o el Irak asolados por conflictos. Vivimos en un mundo fragmentado, dividido por profundas convicciones religiosas, políticas o económicas.

Aun en nuestra iglesia podemos ver una fragmentación creciente en lugar de la interacción e integración comprometidas por las que oró Jesús en Juan 17:21. Si alguien tan solo men-ciona temas candentes tales como «la ordenación de la mujer», «la formación espiritual», o «la creación, la evolución y Génesis 1» en una rueda de amigos de la iglesia, es probable que se vea inmis-cuido en una acalorada discusión, que puede crear desconfianza entre quienes tienen opiniones diferentes.

¿Cómo hizo Jesús para vivir en un contexto tan divisivo? ¿Cómo se relacionó con los que estaban «a la derecha» o «a la izquierda» del espectro teológico? ¿Cómo hizo el Salvador del mundo

ceNTroR E C U P E R A E L

Entre saduceos y fariseos

Gerald A. Klingbeil

«

N O TA D E TA PA

Page 17: Aw april 2015 spanish

(no solo del mundo romano o medi-terráneo) para ser fiel a sus principios divinos, sin dejar de participar plena-mente en el mundo?

Jesús y el conflictoEn el ministerio de Jesús, el conflicto

era omnipresente. No porque lo buscara, sino que, en apariencia, su mera presencia hacía que la gente tomara partido. Algunos se oponían con firmeza al «Trepador de Nazaret». Otros se sentían intrigados, o se limitaban a observar los conflictos. En su mayor parte, los adversarios de Jesús pertene-cían al círculo de líderes de Jerusalén. Juan los llama «los judíos» (Juan 1:19; 2:18; 5:16-18; 6:41; etc.); en otras oca-siones son presentados como escribas, ancianos o gobernantes (Mat. 9:3; 16:21; Mar. 3:22; Luc. 23:35; etc.) o, más específicamente, como fariseos y saduceos (Mat. 3:7; 9:11; 16:1, 12; Mar. 12:18; por información adicional sobre los grupos religiosos de Palestina en el siglo I, véase el recuadro).

El conflicto también estaba presente en el círculo íntimo de Jesús. En ocasio-nes, vemos que reprendió a sus propios discípulos, dado que ellos también luchaban por entender la realidad del mundo, la misión del Maestro, las tra-diciones con las que habían crecido, y su propia naturaleza humana (y, por lo tanto, caída). Recordemos las repetidas discusiones sobre quién sería el más grande en el reino de Dios (Mar., 9:34; Luc. 22:24).

No obstante, en medio del conflicto, Jesús siempre estuvo dispuesto a incluir a todos, aun a sus enemigos declarados. Por ejemplo, vemos a Jesús en un diálo-go nocturno con Nicodemo, quien era fariseo y uno de los líderes del Sanedrín (Juan 3:1). Jesús también puede ser visto en la casa de Simón, otro fariseo, que estaba dando una fiesta en su honor (Luc. 7:36-50). Los escribas, los fariseos, los saduceos, los gobernantes y los maestros de la ley siempre parecen rodear a Jesús, escuchando con

detenimiento sus razonamientos, discutiendo con severidad sus

convicciones, mostrando su desacuerdo violentamente y,

finalmente, complotando desesperados para silenciar a aquel sobre el cual no podían prevalecer.

En ocasiones, Jesús responde de ma-nera sorpresiva y creativa a las trampas que le tienden. Recuerde la ocasión en que la impía alianza de fariseos y hero-dianos quería saber si estaba «permitido dar tributo a César, o no» (Mat. 22:17; cf. vers. 15-28). Creyeron que lo tenían atrapado, pero su respuesta inesperada los dejó completamente frustrados.

Una razón por la que Jesús causaba tanto fastidio a los líderes religiosos consistía en que no podía ser encasilla-do fácilmente en un punto del espectro teológico de su tiempo. En una ocasión, silencia a los saduceos cuando responde a sus preguntas capciosas sobre la resu-rrección (vers. 23-33); entonces supera con destreza una pregunta delicada y falaz sobre «el mandamiento más im-portante de la ley» (vers. 36, NVI) que le formulan los fariseos. Una y otra vez se rehúsa a responder a las exigencias descreídas de los que le piden un mi-lagro (Mat. 12:38-45; 16:1-4),1 pero en otras ocasiones participa directamente de sus discusiones (Mat. 22:41-46).

El Evangelio de Mateo incluye una de las interacciones más valiosas de Cristo con los fariseos, los escribas y los maestros de la ley. En una serie de siete ayes, Jesús lamenta el orgullo y la ceguera espirituales de sus adversarios (Mat. 23).

En la cultura hebrea, los ayes in-dicaban duelo y muerte inminente (o reciente). Si leemos el texto sin escuchar el tono de su voz, podríamos arribar a la conclusión de que Jesús estaba enojado. Sabemos, sin embargo, que su misión no era de venganza, enojo o irritación; por el contrario, su reprensión está marcada por un espíritu de compasión y un ruego al arrepentimiento. «La compasión divina se leía en el semblante del Hijo de Dios –escribió Elena White– mientras dirigía una última mirada al templo y luego a sus oyentes. Con voz ahogada por la profunda angustia de su corazón y amargas lágrimas, exclamó: “¡Jerusalem, Jerusalem, que matas a los profetas, y apedreas a los que son envia-dos a ti! ¡cuántas veces quise juntar tus

hijos, como la gallina junta sus pollos debajo de las alas, y no quisiste!”[…]. En el lamento de Cristo, se exhala el anhelo del corazón de Dios».2

Recuperemos el centroLa interacción de Cristo con la gente

que lo rodeaba no estaba guiada por la «corrección política» o por oportuni-dades estratégicas. Por el contrario, la motivaba un amor «que jamás se rinde» (como escribió el ministro escocés George Matheson en el siglo XIX), dado que sabía que ocupaba el centro de la voluntad divina. Eso atraía la gente hacia él. Jesús era en verdad diferente; hablaba diferente; su teología era comprensible y tan sencilla que todos podían apreciarla; su humildad era ejemplar; su motivación para aliviar el sufrimiento parecía infatigable.

Pero aguarde un poquito —podría decirme–. ¿No enumeró usted recién las instancias de increíbles conflictos en la vida de Jesús, y ahora afirma que, a pesar de esos conflictos aparentemente constantes, se las arreglaba para alcanzar a todos? Así es. Aunque Jesús no temía enfrentar los conflictos –en especial teológicos– escogía con cuidado sus batallas, y jamás cayó en la trampa de encasillar a la gente en categorías espe-cíficas, como es el caso de los que dicen, por ejemplo, «liberal», «conservador», «ultraconservador», «convencional», o «no le importa». Ya sea que fuera fariseo o saduceo, rico o pobre, educado o analfabeto, Jesús veía a la persona, no su inclinación teológica. Aun así, jamás dudaba de la verdad y de los principios establecidos por Dios.

Hace un año dediqué el verano a releer los Evangelios. Estaba de vacacio-nes; tenía más tiempo para la Palabra que en la atareada oficina editorial, y me sentía intrigado por la manera en que Jesús se relacionó con los teólogos y líderes de su tiempo. Al seguir a Jesús a lo largo de las páginas de Mateo, Marcos, Lucas y Juan, noté seis princi-pios destacados.

1 JesÚs jamás tomaba partido; por el contrario, citaba las Escrituras. Los fariseos daban énfasis a la Torá, la pureza ritual y las complejidades de

I l u s t r a c I ó n d e J e f f d e v e r y B r e t t M e l I t I Vol. 11 No. 4 | Adventist World 17

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N O TA D E TA PA

las leyes relacionadas con la menta y el comino (Mat. 23:23), mientras que los saduceos, en el otro extremo del espectro teológico, ignoraban la Palabra porque dudaban de su inspiración. Su iluminismo helénico detestaba la literalidad primitiva de sus con-trincantes teológicos. Jesús lo señaló claramente cuando resumió el dilema de los saduceos diciéndoles: «Ignoráis las Escrituras y el poder de Dios» (Mar. 12:24). Cuando pensamos en Jesús, sin embargo, lo vemos siempre citando y explicando textos de la Palabra.2 JesÚs dio énfasis a la misión

–la misión divina– y no se distrajo en juegos de poder y escaramuzas teoló-gicas. Después de sanar a la suegra de Pedro y a muchos otros, Jesús fue a orar a un lugar apartado (Mar. 1:29-39). Los discípulos aún estaban maravillados por lo que habían visto el día anterior. Era el momento de cimentar sus ganancias en Capernaúm. Todos lo buscaban. Sin embargo, en lugar de cimentar sus ganancias, Jesús se trasladó a otro lado. Su misión abarcaba mucho más que Capernaúm. «Vamos a los lugares veci-

nos para que predique allí también –dijo Jesús a Pedro–, porque para esto he venido» (Mar. 1:38). Pare-ce ser que el énfasis en la misión puede ser de gran ayuda cuando se trata de superar un callejón teológico sin salida.3 JesÚs involucraba a todos,

aun a sus enemigos. Ya hemos notado que el amor por la gente mo-tivaba todas sus acciones. La historia se encuentra en Mateo 19:16-24: Un gobernante le espeta una pregunta difícil pero fundamental: «¿Qué […] haré para tener la vida eterna?»

Estoy seguro de que todos prestaron atención. Jesús destaca la segunda parte del Decálogo, que son los mandamientos que gobiernan las relaciones humanas. «Todo esto lo he guardado desde mi juventud», replica el gobernante. Jesús jamás cuestiona su declaración, pero coloca el dedo en la llaga: «Vende todo lo que tienes». Y recordamos el resto de la historia. El gobernante se va triste, porque tiene muchos bienes. Jesús no lo condena; lo mira con dolor y profundo amor.

4 JesÚs reconoció la importancia de la palabra profética. Vino en su tiempo; ministró en su tiempo; murió en su tiempo (cf. Dan. 9:24-27). Al predicar, Jesús identificó el plan de Dios proclamado por los profetas de la antigüedad. Después del encarcela-miento de Juan, dejó Nazaret e hizo de Capernaúm el centro de sus operacio-nes. Mateo 4:14 nos dice que lo hizo para cumplir la profecía (cf. Isa. 9:1, 2). Cuando estaba de viaje fuera de Pales-tina en la costa del Mediterráneo, en la

La Palestina del siglo I d.C. contaba con una diversidad de grupos y sectas religiosos. Conocemos algunos por las Escrituras; otros no son mencionados en el texto bíblico pero son conocidos a partir de fuentes extrabíblicas, como por ejemplo el historiador judío Josefo, el filósofo judío Filo, escritores romanos o textos rabínicos posteriores. Esos escritos dan fe de que la vida en Palestina era en verdad compleja.

Los fariseos: Un grupo más bien de laicos, no de sacerdotes, que se dedicaba a interpretar la ley escrita y oral. Se interesaban en la pureza ritual y los diezmos, creían en el más allá y el juicio, y enfatizaban la enseñanza de la ley oral. Al igual que todos los grupos judíos de la época, estaban profundamente interesados en el futuro de Israel y albergaban esperanzas mesiánicas.

Los saduceos: Un grupo más pequeño de líderes mayormente acaudalados, a menudo asociados con la clase sacerdotal de elite. Parece que estaban sumamente helenizados (hablaban y usaban la filosofía griega), aunque al mismo tiempo favorecían una agenda nacionalista. No creían en el más allá, ni en el juicio o el castigo y las recompensas. Los textos rabínicos

GrupoS reliGioSoSde paleSTiNa eN el SiGlo i d.c.

En el ministerio de Jesús,

el conflicto era omni presente .

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región de Tiro y Sidón, y una mujer lo siguió mientras le rogaba por su hija enferma, reconoció que su misión era ministrar en primer lugar «a las ovejas perdidas de […] Israel» (Mat. 15:24). Cada momento de su ministerio estaba en armonía con la palabra profética.5 JesÚs hablaba de manera

diferente. Más allá de los milagros y las señales, la audiencia de Jesús reconoció esa diferencia. Mateo resume el efecto que provocaba sobre la gente de la siguiente manera: «Cuando terminó Jesús estas palabras, la gente estaba admirada de su doctrina, porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas» (Mat. 7:28, 29). Jesús no solo usó un lenguaje novedoso y accesible, sino que hablaba con autori-dad, algo que sus adversarios no podían exhibir. Los fariseos eran expertos en las tradiciones orales de la ley; los saduceos hablaban griego fluidamente y procura-ban asimilar la cultura helénica. Aun así, Jesús hablaba con una autoridad que no provenía de un cargo o designación.6 En último término, JesÚs

mostró el poder de Dios. Más allá de

sus palabras, también había acción. Demostraba el poder de Dios, y la gente quedaba «atónita» (Mat. 12:23; Mar. 1:27). En lugar de palabras huecas y vacías, el ministerio de curación de Jesús tocó a las personas en lo más íntimo de su ser y sació el hambre que tenían del Dios-con-nosotros. Querían a un Dios que tocara y abrazara a su creación, y que caminara con ellos por los senderos sucios y polvorientos de un mundo en eterna búsqueda de autenticidad.

Es muy complejo¿Podemos aprender del Maestro

en medio de las complejidades de una iglesia que este año enfrenta un crucial Congreso de la Asociación General en San Antonio? ¿Es posible descubrir de qué manera abarca a personas de todos los trasfondos y razas? El énfasis de Jesús en la Palabra revelada de Dios –como un todo, y también al reconocer los principios escriturales de interpretación– y su capacidad de continuar la conversación con todas las personas, son un gran desafío. Yo tiendo a escuchar a aquellos con

quienes concuerdo, y suelo apartarme de los que piensan distinto. Su énfasis en la misión –nuestra misión– y el reconocimiento de la importancia de la palabra profética es un buen recordato-rio de que las primeras cosas tienen que estar primero. Por último, es preciso preguntarnos si nuestra participación se basa en la autoridad divina (y no en la propia) y si está acompañada por el poder divino (o la falta de este).

Sin duda es muy complejo. Sin duda hemos sido lastimados. Pero somos lla-mados, juntos, para avanzar y reclamar el lugar donde se encuentra Jesús: justo en el centro de la voluntad de Dios. ■

1 Jesús les prometió la «señal de Jonás» (Luc. 11:29; Mat. 12:39; 16:4).2 Elena White, El Deseado de todas las gentes, p. 572.

Los zeLotes: Este grupo se organizó oficialmente en los años 67-68 d.C. Sin embargo, sus posturas antirromanas y el sentido mesiánico de liberación tanto de la opresión romana como de la aristocrática judía ya estaban presentes durante el tiempo de Jesús. Los zelotes se enfocaban más en la política y la acción militar que en la teología, aunque sus acciones poseían un fundamento teológico subyacente.

nos dicen que tenían diferentes ideales de pureza que los fariseos. Se oponían a la tradición oral.

Los esenios: Este grupo no es mencionado en el Nuevo Testamento. Algunos estudiosos creen que el grupo que vivía en la ribera del Mar Muerto en Qumrán, donde se descubrieron los famosos rollos en 1947, era esenio. Tenían estrictas reglas que incluían tres años de iniciación, propieda-des compartidas, acaso el celibato, la pureza ritual y la obra comunitaria, y estaban interesados en las Escrituras y su interpretación.

Los herodianos: Un grupo aliado a la dinastía de Herodes que se mostraba políticamente activo y teológicamente alineado en términos generales con los saduceos.

GrupoS reliGioSoSde paleSTiNa eN el SiGlo i d.c.

Gerald A. Klingbeil es editor asociado de ADVENTIST WORLD. Aunque en ocasiones es fariseo

y en otras saduceo, se siente feliz de hallar su centro en Jesús.

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V I D A A D V E N T I S T A

Qué es misión?El Diccionario de la Real

Academia Española define la palabra «misión» como «poder, facultad que se da a alguien de ir a desempeñar algún cometido».1 El término teológico cristiano en latín es missio Dei,2 que nos revela la fuente de la misión. Indica que la misión comienza en Dios, que envía a los misioneros. Al referirse a la esfera de la misión, Stefan Paas dice: «No de-bemos limitar la “misión” a países leja-nos».3 En otras palabras, «la misión no debería ser definida por una dirección o ubicación geográfica».4

Para que un misionero tenga éxito en el campo misionero, es necesaria la participación de toda la persona: de la cabeza, el corazón y las manos. Tenemos que comprometernos plenamente con Dios, servir a los demás y compartir el mensaje del evangelio para transformar vidas, incluida la nuestra.

La cabezaLa misión comienza en la cabeza,

donde se encuentra el cerebro, la sede de la percepción y el pensamiento. Para ser creyentes, tenemos que aceptar a Cristo con nuestra mente.5

El apóstol Pablo dice: «Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús» (Fil. 4.7). La palabra «entendimiento» es el térmi-no griego nous, que significa «mente». Esta palabra se refiere a la capacidad de pensar, razonar, entender y comprender. También se refiere a la mente como la fuente de todas las emociones.

En griego, la palabra «mente» repre-senta el poder interior de una persona. Es el centro de control del ser humano.6 Se entendía, por lo tanto, que el estado de la mente determinaba el estado de la vida en general. Al referirse a la impor-tancia de la mente, Elena White escribió: «Cuando la mente del hombre se pone en comunión con la mente de Dios, el ser finito con el Infinito, el efecto sobre el cuerpo, la mente y el alma es superior a todo cálculo. En esa comunión se halla la más elevada educación. Es el método

de Dios para desarrollar a los hom-bres».7 Esto significa simplemente que una actitud positiva hacia Dios afectará e influirá sobre nuestros pensamientos, sentimientos y manera en que nos com-portamos o hacemos las cosas.

El corazónEl corazón es el «asiento» o centro

de las emociones. Es donde sentimos y anticipamos lo que creemos, y donde la Palabra de Dios comienza su obra de fe. «La fe es por el oír, y el oír, por la Palabra de Dios» (Rom. 10:17). La fe no es tan solo una aplicación mecánica de la verdad, sino que también afecta cómo nos sentimos. Un misionero tiene que sentir pasión por la misión. Siegfried Horn define «pasión» como «una fuerte emoción o deseo».8 El diccionario define el término como una «intensa emoción que supera los afectos de la mente», y que incluye un «ardiente entusiamo».9 Por ello, pasión es un «sentimiento o convic-ción intenso, motivador o dominante».10

Es importante recordar, sin embar-go, que aunque la fe afecta la forma como siente la persona, los sentimien-tos no deberían afectar nuestra fe. Hay una diferencia.

Youssry Guirguis

Cuando el apóstol Pedro escribió a las esposas en 1 Pedro 3:4, las instruyó a que prestaran especial atención al atavío «interno, el del corazón». La palabra «corazón» es el término griego kardia. Aunque Pedro no se refiere al órgano en sí, el corazón físico es un órgano central y fundamental para el cuerpo. Aunque el corazón es invisible al ojo natural, el cuerpo no puede vivir sin él. Tiene un gran impacto en cada parte del cuerpo, dado que bombea sangre por las arterias y muchos kilómetros de vasos capilares. Por ello, influye sobre la capacidad que tiene la persona de vivir y funcionar. Pedro da al lector una perspectiva pode-rosa respecto del espíritu humano.

De manera similar, los antiguos egipcios creían que «cada palabra divina [había] surgido a la existencia por pensamiento del corazón y orden de la lengua».11 Al igual que ellos, Pedro usa la palabra «corazón» figurativamente para referirse a la persona interior, la sede de los sentimientos que motivan nuestras acciones. En otras palabras, si el corazón de una persona está lleno de la vida de Dios, bombeará vida a cada parte del ser de la persona. Por lo tanto, todo lo que esté en el corazón se verá

La misión requiere que usemos los tres

La

el

y las

cabeza,corazón

manos

f o t o G r a f í a : d u B e M t h o k o z I s I

¿

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reproducido en la vida y conducta, e influirá en la manera de relacionarnos con los demás.

El espíritu humano es la fuerza de vida de cada persona. Como observó Elena White: «Todo aquel en cuyo corazón habite Cristo, todo aquel que quiera revelar su amor al mundo, es colaborador con Dios para la bendición de la humanidad. Cuando recibe gracia del Salvador para impartir a otros, de todo su ser fluye la marea de vida espiritual».12

Cristo nos dice que «del corazón salen los malos pensamientos, los homi-cidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias» (Mat. 15:19). Estas cosas destruyen nuestra misión y unidad.

La Iglesia Adventista está orientada hacia la misión. De allí que no resulta sorprendente que Elena White abogó por la unidad de la iglesia. Dijo ella: «Trabajad con ardor en favor de la unión. Orad, trabajad para obtenerla. Ella os traerá salud espiritual, pensa-mientos elevados, nobleza de carácter, ánimo celestial, y os permitirá vencer el egoísmo y las suspicacias, y ser más que vencedores por aquel que os amó, y se dio a sí mismo por vosotros».13

Russell Brownsworth cuenta lo que le sucedió a Lord Nelson, de Inglaterra, antes de una importante batalla. Lord Nelson escuchó que dos de sus oficiales estaban discutiendo, de manera que los llamó y les dijo: «Señores, cada uno denme sus manos». Los dos capitanes pusieron sus manos en las manos de su comandante, y el comandante las apretó con fuerza. «Hombres –les dijo–, ¡recuerden que el enemigo está allá afuera!»

Es un gran ejemplo sobre el poder de la unidad de acción.

Para tener unidad de acción en la

misión, tenemos que seguir a Cristo y proclamarlo a todo el mundo. Necesi-tamos estar profundamente arraigados en la Palabra de Dios, y dedicar mucho tiempo a la oración. De esta manera llegaremos a ser «sermones vivientes» y podremos llevar a las almas perdidas hacia Cristo (véase Mat. 28:19).

Las manosLas manos simbolizan acción.

Trabajamos, hablamos y ministramos con las manos. Hasta peleamos con ellas. Las usamos para firmar contratos, ajustar un microscopio o ejecutar un instrumento musical. Las manos pueden mostrar gozo o disgusto. Por eso, cuando la cabeza y el corazón están en sintonía con Dios respecto de la misión, las manos también lo estarán.

No podemos quedarnos ociosos. Necesitamos estar activos en el servicio a la comunidad y ayudar a otros. No deberíamos esperar por condiciones perfectas para participar en el servicio. El editor y escritor estadounidense William Feather dijo: «Las condiciones jamás son las apropiadas. La gente que retrasa la acción hasta que todos los hechos le sean favorables, jamás hará nada».14

Elena White también enfatizó la importancia de la acción: «Al trabajar, somos colaboradores con Dios. Nos da la tierra y sus tesoros, pero tenemos que adaptarlos a nuestro uso y comodidad. Hace crecer los árboles, pero nosotros preparamos la madera y construimos la casa. Ha escondido en la tierra la plata y el oro, el hierro y el carbón, pero únicamente podemos obtenerlos mediante el trabajo perseverante […].Necesitan aprender que el trabajo honrado no degrada a nadie. Pero sí degradan la ociosidad y la dependencia egoísta».15

Youssry Guirguis

GRADUACIÓN EN SOLUSI: La Universidad de Solusi, en Zimbabue, donde el autor vivió, estudió y trabajó durante doce años, es la inspiración de este artículo. «Los profesores, el personal y los estudiantes de Solusi ejemplifican el verdadero espíritu misionero por su amor, paciencia, benignidad, gozo, compromiso, bondad y capacitación», dice Youssry Guirguis.

Todo con su debido equilibrioNecesitamos abrazar una compren-

sión equilibrada de la misión, una que abarque a toda la persona: la cabeza, el corazón y las manos. Cuando aprenda-mos verdaderamente sobre la misión divina, anhelaremos ser parte de ella. El papel en la misión varía de individuo en individuo, pero todos necesitamos corazones completamente comprome-tidos con Dios y la disposición de servir donde sea necesario. «Que el que adora a Dios alabe con la boca, reciba con el corazón, contemple con la mente, dedique su dinero y brinde comunión con sus manos».16

En último término, todo se basa en el amor, que se revela en los actos de sacrificio. Significa dar de nosotros para ayudar a otros, y compartir con ellos el mensaje del evangelio. Amar de esta manera puede costarnos mucho, pero los beneficios serán eternos.17 ■

1 Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, vigésimo tercera ed. (2014), «misión».2 «Misión de Dios», o «envío de Dios». 3 Stefan Paas, «Prepared for a Missionary Ministry in 21st Century Europe», European Journal of Theology 20, no. 2 (2011): 119-130.4 Ibíd.5 Algunos pensamientos y el título pertenecen al sermon «The Head, the Heart, and the Hands», de W. Alderman.6 Rick Renner, Sparkling Gems From the Greek: 365 Greek Word Studies for Every Day of the Year to Sharpen Your Understating of God’s Word (Tulsa, Oklahoma: Rick Renner, 2003), p. 751.7 Elena White, Los hechos de los apóstoles, p. 103.8 Siegfried H. Horn, Seventh-day Adventist Bible Dictionary, rev. ed. (1979), «passion». 9 The Cassell Concise English Dictionary (1989), «passion».10 Merriam-Webster’s Collegiate Dictionary, undécima ed. (2003), «passion».11 En MindReach Library, www.cosmic-mindreach.com/Egypt_Part1.html, consultado el 27 de enero de 2014. 12 Elena White, Los hechos de los apóstoles, p. 12.13 Elena White, Consejos para la iglesia, p. 527.14 www.worldofquotes.com/author/William+Feather/1/index.html.15 Elena White, La educación, p. 194.16 Atribuido a Keith Huttenlocker. Véase www.churchesofchrist.net/authors/Grady_Scott/thingsbeforeworship.htm.17 Agradezco a Canaan Mkombe (profesor en la Universidad Solusi) por corregir este artículo y añadir sus perspectivas.

Youssry Guirguis, que posee una Maestría en Religión de la Universidad Solusi, está siguiendo

estudios doctorales en Estudios Bíblicos en el Instituto Adventista Internacional de Estudios Avanzados en las Filipinas.

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E S P Í R I T U D E P R O F E C Í A

Cristo era infinito en sabiduría, y aun así, creyó que lo mejor era aceptar a Judas, aunque conocía sus imperfecciones de carácter. Juan no era perfecto, y

Pedro negó a su Señor. A pesar de ello, la iglesia cristiana primitiva se organizó con hombres como ellos. Jesús los aceptó para que aprendieran de él lo que constituye un carácter cristiano perfecto.

Es tarea de todo cristiano estudiar el carácter de Cristo. Las lecciones que Jesús dio a sus discípulos no siempre armo-nizaban con los razonamientos de ellos. Había un inmenso contraste entre las verdades que él enseñaba, que llegaban al cielo y abarcaban la eternidad, y lo relacionado con la vida común, temporal y terrenal. El Redentor del mundo buscó siempre llevar la mente de lo terrenal a lo celestial. Cristo en-señó constantemente a sus discípulos, y sus lecciones sagradas ejercieron una influencia moldeadora sobre sus caracteres. Judas fue el único que no respondió a la iluminación divina. Tenía toda la apariencia de justo, y aun así, cultivó la tenden-cia de acusar y condenar a los demás […].

Judas había ido a Cristo con el mismo espíritu de justifi-cación propia, y si hubiera preguntado «¿Qué cosa me falta?», Jesús le habría respondido: «Guarda los mandamientos». Judas era egoísta, codicioso y ladrón, pero a pesar de ello, fue

uno de los discípulos. Su carácter era defectuoso, y no prac-ticaba las palabras de Cristo. Preparó su alma para resistir la influencia de la verdad, y mientras practicaba la crítica y con-denaba a los demás, descuidaba su propia alma, y atesoraba y fortalecía sus rasgos naturales de carácter hacia el mal, hasta que se endureció tanto que llegó a vender al Señor por treinta piezas de plata.

¡Esforcémonos en contemplar a Cristo! Contad a todos cuán peligroso es descuidar la salud eterna del alma al con-templar las almas enfermas de otros, al hablar de las fallas de carácter que se encuentran en los que profesan el nombre de Cristo. El carácter no llega a ser más y más como Cristo si contemplamos el mal, sino que se va asemejando al mal que contempla. El mismo amor al yo, la misma gratificación egoísta, la misma indisposición al recibir consejo, el mismo juicio independiente y sin santificar, se hará manifiesto en los que critican que en aquellos a quienes critican. Actuarán como si Cristo no fuera su modelo y ejemplo. ¡Oh, cuánto necesitamos guardarnos contra las artimañas de Satanás!

Servir a DiosAl referirse a los integrantes del pueblo escogido de Dios,

el apóstol Pablo dice: «De la mayoría de ellos no se agradó

perfección

Elena White

Es nuestro deber estudiar el carácter de Jesús

Contemplad

de Cristo

f o t o G r a f í a d e c é l I o s I l v e I r a

la

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Dios, por lo cual quedaron tendidos en el desierto. Estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros, para que no codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron». Entonces sigue una enumeración de los pecados que afligen al Espíritu de Dios, y una vez más, el apóstol dice: «Todas estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestar-nos a nosotros, que vivimos en estos tiempos finales. Así que el que piensa estar firme, mire que no caiga. No os ha sobre-venido ninguna prueba que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser probados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la prueba la salida, para que podáis soportarla. Por tanto, amados míos, huid de la idolatría. Como a sensatos os hablo; juzgad vosotros lo que digo».

No es raro ver imperfecciones en los que llevan adelante la obra de Dios. Id a todo lugar donde haya una iglesia grande y donde haya intereses en juego, como sucede en Battle Creek, y veréis las profundas maquinaciones de Satanás. Esto, sin embargo, no debería llevarnos a espaciarnos en las imperfec-ciones de los que ceden a sus tentaciones.

¿No agradaría más a Dios que adoptemos una mirada im-parcial, y veamos cuántas almas sirven a Dios y lo glorifican y honran con los talentos de sus medios e intelecto? ¿No sería mejor considerar el maravilloso y milagroso poder de Dios al transformar a los pobres pecadores degradados, que han estado llenos de contaminación moral, pero que fueron trans-formados de manera tal que se asemejan a Cristo en carácter, siendo partícipes de la naturaleza divina y habiendo escapado de la corrupción del mundo y sus concupiscencias?

La red de la humanidadSomos parte de la gran red de la humanidad. Somos

cambiados a imagen de lo que contemplamos. Entonces, ¡qué importante es que abramos el corazón a todo lo verdadero, agradable y de buen nombre! Permitid que en el corazón ingrese la luz del Sol de Justicia. No atesoréis una raíz de amargura por la cual muchos sean contaminados.

Las cuestiones más desfavorables que surgen en Battle Creek o en cualquier otro lugar no deberían llevarnos a la perplejidad y el desánimo. Todo lo que nos hace ver la debilidad de la humanidad es parte del propósito del Señor para ayudarnos a que lo miremos, y para que en ninguna instancia depositemos nuestra confianza en el hombre, o hagamos de la carne nues-tra fuerza. Recordemos que nuestro Sumo Sacerdote intercede con ruegos a favor de su pueblo redimido, y vive siempre para interceder por nosotros.

Si alguno peca, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. La sangre de Cristo ruega con poder y eficacia por los que vuelven a caer, por los rebeldes, por los que pecan contra la gran luz y el amor.

Satanás está a nuestra diestra para acusarnos, y nuestro

abogado está a la diestra de Dios para rogar por nosotros. Jamás ha perdido un caso que se le ha encomendado […]. Dice: «Ya no estoy en el mundo; pero estos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros […]. No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal […]. Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo», para que sean partícipes conmigo en abnegación, sacrificio y en mis sufrimientos.

Sí, el Señor contempla a sus hijos en este mundo, que es perseguidor y ha sido arrebatado y dañado por la maldición, y sabe que ellos necesitan todos los recursos divinos de su simpatía y amor. Nuestro precursor ha entrado por nosotros detrás del velo, y sin embargo, mediante la cadena dorada del amor y la verdad, se vincula con su pueblo con la simpatía más profunda. ■

perfección Somos parte de la gran red de la humanidad. Somos cambiados a imagen de lo que contemplamos .

Este texto ha sido tomado del artículo «Contemplate Christ’s Perfection, Not Man’s Imperfection», publicado en la Review and Herald, el 15 de agosto de 1893. Los adventistas creemos que Elena White (1827-1915) ejerció el don bíblico de profecía durante más de setenta años de ministerio público.

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H E R E N C I A A D V E N T I S T A

La lectura no era la disciplina favorita de Ida, pero este relato de su libro de cuarto grado la tenía intrigada y la cautivaba. «El transportista» nos cuenta la historia de Fletcher Tarr,

que creció en Sudáfrica en el siglo XIX. Un día, Fletcher comenzó a transportar diversos artículos hasta las minas de diamante y, en el proceso, conoció la verdad del sábado. Mientras leía, Ida sintió una presencia tan intensa que giró la cabeza para ver si había alguien…

Surgimiento de un pioneroDavid Fletcher Tarr nació en 1861 como el duodécimo de

los dieciséis hijos de James y Hannah (Brent) Tarr, piadosos cristianos de la Iglesia Metodista. Las familias Tarr y Brent habían inmigrado a Sudáfrica como parte del grupo que ahora se conoce como «Colonizadores de 1820». Estos nuevos inmigrantes transformaron tierras salvajes en un lugar de casas, pozos de agua y jardines, además de una iglesia que aún se usa, cerca de la colina que llamaron Clumber.

Fletcher Tarr era un buen atleta y tirador al blanco que amaba la Biblia, y a los quince años se convirtió en maestro de la escuela dominical y, más tarde, en predicador laico. En 1887, su primo Albert Davies y su esposa decidieron transportar suminis-tros en carretas tiradas por bueyes hasta las minas de diamante de Kimberley, a unos 1300 kilómetros al noroeste de allí. Fletcher se sintió atraído por la idea y sintió que tenía que ir con ellos.

Viaje a lo desconocidoCon las carretas cargadas, comenzaron a avanzar, abrién-

dose camino. Un viernes de tarde, varias semanas después, llegaron a Beaconsfield, en las afueras de Kimberley. Al buscar un lugar donde acampar y alimentar a los bueyes, Albert fue dirigido hasta un granjero llamado Pieter Wessels, quien les dijo que podían quedarse allí siempre y cuando no realizaran trabajo alguno durante las siguientes veinticuatro horas. «El sábado comienza hoy a la puesta de sol y se extiende hasta mañana a la misma hora», les explicó.

Albert estaba asombrado de que una persona inteligente no distinguiera un día del otro, y por eso comenzó a hacerle preguntas a lo que Wessels le dio un estudio bíblico tan sólido que Albert corrió a contarle a su primo sobre esa nueva interpretación bíblica.

Fletcher, que era un estudioso de la Biblia, desestimó lo que había dicho Wessels y lo consideró un tanto inestable. No obs-tante, a la mañana siguiente, aceptó su invitación de ir a predicar a una gran audiencia del Ejército de Salvación en Beaconsfield.

Temprano esa mañana, durante sus devociones personales, apareció alguien frente a su tienda. Fletcher lo invitó a pasar. El extranjero quería estudiar, dijo, «sobre la santidad del primer día de la semana». Pero después de más de dos horas de esperar que Fletcher tratara sin éxito de probarle la santidad del do-mingo, el hombre desapareció de improviso. Fletcher jamás lo vio otra vez, y ningún residente de la zona lo conocía; entonces entendió que había sido un ángel enviado para convencerlo sobre el verdadero día de reposo. Después de horas de fervien-tes oraciones decidió comenzar a guardar el sábado. Ahora supo por qué había sentido ansias de viajar hacia el norte con las carretas de bueyes. A lo largo de su ministerio, Dios le mos-traría que ese anhelo también sería una bendición para otros.

Unos cuatro meses después, su primo Albert y su esposa fueron bautizados en el dique que había en la propiedad de Wessels. Poco después, los estudios con parientes y amigos, y las predicaciones de I. Hankins, dieron como resultado el surgi-miento de una sólida iglesia. Entre los nuevos conversos había cinco predicadores locales. El templo, erigido por Fletcher en un terreno donado por su primo Ebenezer Purdon, aún es utilizado por los adventistas de la zona. Otra iglesia de Beaconsfield que ayudó a establecer es ahora un monumento nacional promocio-nado como la primera iglesia adventista de Sudáfrica y está en el lugar casi exacto donde el ángel apareció aquella mañana.

Después de estudiar por algunas semanas con James, su hermano mayor, se convirtió toda la familia, compuesta por quince hijos, y a ellos los siguió el siguiente hermano, Walter,

Elaine Tarr Doddángel

enSudáfricaDe pronto, apareció un extraño y pidió estudiar la Biblia

f o t o G r a f í a s c o r t e s í a d e l a u t o r

Un

24 Adventist World | Abril 2015

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quien era viudo, pero que también tenía varios hijos. De estas dos familias, diecisiete llegaron a trabajar para la iglesia, cuatro de ellos como mi-nistros ordenados. Desde entonces, muchos otros

descendientes también han trabajado para la iglesia.

Un servicio cada vez mayorEn 1890, Fletcher y dos sobrinos navegaron a Estados

Unidos para asistir al Colegio Superior de Battle Creek, donde conoció a Elena White. Regresó en 1893 a Sudáfrica acompañado por su flamante esposa, Olive Phillips, que había sido jefa de enfermeras de John Harvey Kellogg.

Como además del inglés hablaba con fluidez el xhosa, Fletcher trabajó con la población nativa, a menudo dejando sola a Olive en su hogar, una casa de metal corrugado de solo dos habitaciones, que era demasiado calurosa en verano y terriblemente fría en invierno.

Una noche, mientras secaba frutas sobre la mesa de la cocina, Olive dejó la sección superior de la puerta abierta para que entrara aire. De pronto, por allí se asomó alguien de aspecto amenazante. Olive dio un salto, cerró y trabó la puer-ta; corrió hasta la ventana abierta mientras llamaba a Peter, el perro grande de la familia, y alcanzó a cerrarla justo cuando el mismo rostro aparecía allí. La ventana del dormitorio estaba cerrada, pero al correr la cortina, una tremenda piedra la hizo añicos. Un segundo después, llegó Peter y aplicó sus dientes al intruso. Dando gritos desesperados, el hombre desapareció en las tinieblas. A la mañana siguiente, Olive encontró partes del pantalón del intruso que habían quedado junto a la ventana del dormitorio.

Tiempo después los Tarr y su hijo Percy se trasladaron a Ciudad del Cabo, donde Fletcher fue pastor de congregaciones inglesas y holandesas. Entonces participó de la obra pastoral y evangélica en las ciudades, con su salario de obrero nacional de siete libras esterlinas al mes, un equivalente de siete dólares semanales. Olive se encargaba de alimentar a sus cinco hijos, y daba vuelta las desteñidas ropas para usarlas también del revés, descosiendo y volviendo a coser los ruedos. La familia solía caminar kilómetros para ahorrar los centavos del tranvía.

Alrededor de 1916, para consternación de los directi-vos de la iglesia y de su esposo, Olive aceptó un cargo en la ciudad de Port Elizabeth como supervisora del bienestar de viudas indigentes. Sus labores en las colinas de Port Elizabeth le reportaban unos tres dólares por semana, pero su salud se resintió. A pesar de ello, durante la gran epidemia de gripe de

1918, fue designada jefa de enfermeras de la ciudad gracias a su experiencia en el Sanatorio de Battle Creek. Cuando Fletcher estaba de viaje, ella también dirigía los cultos sabáticos de la iglesia, además de tocar el viejo órgano de fuelles, dirigir los cánticos, ocupar el púlpito, y seguir de cerca la conducta de sus dos inquietos hijos menores, sentados en la primera fila.

Vacaciones y adiósEn 1921, Olive tomó sus primeras y únicas vacaciones en

los Estados Unidos, después de haberse ausentado durante veinticuatro años de su familia y amigos. Su antiguo jefe, el Dr. Kellogg, observó que necesitaba una cirugía, e insistió en operarla. Olive regresó al campo misionero durante doce años más, hasta que falleció en 1933 en East London, a los sesenta y tres años. Después de su muerte, Fletcher vivió en forma alternada con sus hijos, mientras seguía de pastor en una iglesia. Sus nietos recuerdan sus atrapantes relatos y su imparable compromiso a la hora de compartir su fe.

Mientras vivía en Durban en 1947, Fletcher contrajo neumonía y falleció a los ochenta y seis años. Su lápida dice: «Aguardo al Dador de la vida». Hoy día, numerosos creyentes que también aguardan lo mismo, remontan sus comienzos en la fe adventista a los noventa y nueve años de servicio que, entre ambos, David y Olive Tarr dieron a Sudáfrica.

Regreso a CaliforniaLa pequeña Ida creció y se apuntó en la Escuela de Terapia

Física de la Universidad de Loma Linda, olvidando por com-pleto lo que había experimentado al leer la historia de Fletcher Tarr. En Loma Linda conoció al estudiante de odontología David Otis, quien compartía su amor por el Señor. Tiempo después contrajeron matrimonio e iniciaron una familia. Cierto día, David descubrió entre sus pertenencias un libro de lecturas de cuatro grado con la historia de su bisabuelo, David Fletcher Tarr, el primer ministro adventista de habla inglesa en Sudáfrica. Cuando le mostró la historia a Ida, esa antigua impresión pareció regresar. Debe haber sido una presencia celestial que observó la fascinación que sentía con un relato que habría de ejercer un impacto en su vida futura. ■

Izquierda: Los cinco hijos de David y Olive: Floyd (extremo izquierdo), llegó a ser vicepresidente de la Asociación General. Al centro: Olive Philips Tarr, quien era enfermera personal de John Harvey Kellogg, contrajo matrimonio con David Fletcher Tarr en 1893. Derecha: David Fletcher Tarr, pastor pionero, evangelista y establecedor de iglesias en Sudáfrica.

Elaine Tarr Dodd es exdirectora de relaciones públicas de It Is Written. Esta historia está basada en la que escribió su padre, W. F. Tarr, quien falleció en 1994.

Elaine y su esposo viven en Collegedale (Tennessee, EE. UU.).

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R E S P U E S T A S A P R E g U N T A S b Í b L I C A S

significa «vigilar, proteger, guardar». El uso de este verbo indica que Adán y Eva tenían que estar alertas, guardando y protegiendo el jardín. Esto implica peligro y la presencia potencial de un enemigo. Dios tiene que haberles hablado de la naturaleza del enemigo. Esta interpretación del verbo es apoyada por el uso que se le da en 3:24.

Después de la caída, la protección del jardín, en particular del árbol de la vida, fue colocada en manos de querubines. Como los humanos fallaron, Dios asignó esa responsabilidad a otros.

3. Había un Tentador en el Edén: El peligro implícito de Génesis 2:15 queda identificado en forma explícita en Génesis 3. Un enemigo de Dios se opone abiertamente a su palabra y lo acusa de limitar intencionalmente el desarrollo de Adán y Eva (3:4). Les dice que al rechazar la palabra de Dios, serán «como Dios» (vers. 5). Este enemigo revela en la conversación lo que el querubín caído quería para sí: «Seré semejante al Altísimo» (Isa. 14:14). Ahora conocemos la verdadera identidad de ese enemigo: el Nuevo Testamento lo identifica como «Diablo y Satanás» (Apoc. 12:9). Esos detalles son suficientes para indicar que Adán y Eva habían sido informados sobre ese enemigo, y que se les pidió que estuvieran alertas.

4. Engaño en el Edén: Hay otro elemento que puede ayudarnos a responder la pregunta. Eva procura defenderse aduciendo que fue engañada por la serpiente (3:13). Sin duda, fue engañada (2 Cor. 11:3; 1 Tim. 2:14), pero el engaño no fue aceptado como una excusa válida para su desobediencia. ¿Por qué no? La razón, creo yo, es que se les había informado que el enemigo de Dios vendría a tentarlos. Esperaba que el enemigo obrara de una manera determinada, pero él la sor-prendió y la engañó. Si se hubiera abstenido de dialogar con la serpiente, habría estado segura. ■

No hay ningún versículo bíblico que indique cla-ramente que así fue, pero debemos examinar algu-

nos detalles. Analicemos la narrativa para ver si el texto

bíblico nos brinda alguna evi-dencia que apunta en esa dirección.

También analicemos la enseñanza general de la Biblia sobre el enemigo de Dios.

1. Seres celestiales antes de Adán y Eva: La Biblia indica que Dios creó a los seres celestiales

antes de crear a Adán y Eva. Según Job, los hijos de Dios se regocijaron cuando Dios creó la tierra (38:7), y Génesis indica que Dios ya había creado los querubines antes de Adán y Eva (3:24). Fue uno de esos querubines que se rebeló contra Dios y fue expulsado del cielo (Isa. 14:12-14; Eze. 28:13-18). Ese querubín llegaría a ser el enemigo del jardín.

2. La responsabilidad de Adán y Eva: La narrativa de la creación indica que después de crear, Dios dio a Adán y Eva instrucciones específicas sobre sus funciones y responsabili-dades. Uno esperaría que una instrucción tal incluyera infor-mación sobre el enemigo de Dios. La primera vez que Dios les habló, los bendijo y les mandó «llenar la tierra» (Gén. 1:28). Debían ejercer potestad sobre el resto de la creación y disfrutar de una dieta específica que fuera diferente a la de los animales (1:29, 30). También les mandó que no comieran del árbol del conocimiento del bien y del mal, o de lo contrario morirían (2:16; 3:3).

En estas instrucciones difícilmente se hable de un enemigo de Dios. No obstante, Adán y Eva eran claramente responsables ante Dios como mayordomos del planeta. También se hace referencia a la posibilidad de morir, y esto de por sí indica una instancia de peligro: la posibilidad de tomar la decisión equivocada. Pero hasta entonces, no existe un indicio específico sobre un enemigo contra el cual tengan que estar en guardia.

Hay más. Dios pidió al ser humano que «lo labrara [‘abad] [al jardín] y lo cuidara [shamar]» (2:15). El verbo ‘abad («trabajar; servir») puede significar, en algunos contex-tos, «cultivar, trabajar en» la tierra (4:2, 12). El verbo shamar

Acechados¿Sabían

Adán y Eva que un enemigo de Dios aparecería para

tentarlos?

Ángel Manuel Rodríguez ha sido pastor, profesor y teólogo. Como jubilado, sigue trabajando por la iglesia.

26 Adventist World | Abril 2015

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E S T U D I O b Í b L I C O

La Biblia usa diversos símbolos para describir el ministerio y la obra del Espíritu Santo. Cada uno revela una función particular. Estos símbolos comunican facetas del

ministerio del Espíritu Santo a nuestro corazón. Dios nos habla mediante esos símbolos para animar y fortalecer nuestra fe. En la lección de este mes, estudiaremos cuatro de los símbolos del Espíritu Santo: el viento, el agua, el fuego y el aceite. Al estudiar cada uno de ellos, lo invito a pedir a Dios en oración que lo ayude a aplicar en su vida las verdades que descubra.

1 ¿Cómo describió Jesús a Nicodemo el misterio del nuevo nacimiento? ¿Por qué cree que Jesús usó el símbolo del viento? Lea Juan 3:7, 8.

2 Lea la visión que Dios dio en Ezequiel 37:1-10. ¿qué enfermedad espiritual se describe aquí? ¿qué solución ofrece Dios? ¿Cómo se aplica esto a nosotros?Cuando Ezequiel vio el valle de los huesos secos, que repre-senta la muerte espiritual, lo inundó la desesperanza. En respuesta a la pregunta de Dios: «Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos?», el profeta respondió: «Señor Jehová, tú lo sabes» (Eze. 37:3). Lo que parecía imposible para el profeta fue posible para Dios. El Señor insufla nuevo aliento en las vidas espirituales muertas. El símbolo del aliento representa el poder vivificante de Dios por el Espíritu Santo para transformar la muerte espiritual en vida espiritual.

3 En momentos de severa sequía, ¿qué promesa dio Dios a su pueblo? ¿Cuál es el significado más profundo de esta promesa, y cómo se relaciona con el derramamiento del Espíritu Santo? Lea Joel 2:21-23, 28, 29 y Hechos 2:1-3, 16-21.El derramamiento de la lluvia durante la hambruna y la sequía en el Israel antiguo representaba el poderoso derra-mamiento del Espíritu Santo en el día de Pentecostés para marcar el inicio de la dispensación cristiana. En el libro de Hechos, el derramamiento del Espíritu Santo con el poder del Pentecostés resultó en decenas de miles que se acercaron a Cristo. Dios promete derramar su Espíritu otra vez al fin del tiempo para completar la comisión evangélica.

4 ¿qué consejo da Dios a su pueblo en el tiempo del fin sobre el derramamiento del Espíritu Santo con el poder de la lluvia tardía? Lea Zacarías 10:1 y Santiago 5:7, 8.Elena White escribió: «La gran obra de evangelización no terminará con menor manifestación del poder divino que la que señaló el principio de ella. Las profecías que se cumplie-ron en tiempo de la efusión de la lluvia temprana, al principio del ministerio evangélico, deben volverse a cumplir en tiempo de la lluvia tardía, al fin de dicho ministerio» (El conflicto de los siglos, p. 596).

5 ¿Por qué Dios usa el fuego para simbolizar el Espíritu Santo? ¿qué representa el fuego? Lea malaquías 3:2, 3 y Hebreos 12:39.En las Escrituras, el fuego representa la presencia purificadora de Dios mediante el ministerio del Espíritu Santo. El Señor nos invita a orar diariamente para que el fuego de la presencia del Espíritu consuma la mundanalidad de nuestra vida.

6 ¿qué faceta del ministerio del Espíritu Santo está representada por el aceite? Lea los siguientes pasajes: Santiago 5:14, 15 y Lucas 10:33, 34.A lo largo de la Biblia, el símbolo del aceite es asociado con consagración y sanidad. Mediante el Espíritu Santo, Jesús anhela sanar las cicatrices internas y darnos plenitud física, mental, emocional y espiritual.

7 ¿Cómo podemos recibir la plenitud de este precioso don que Dios tiene para nosotros? Lea Lucas 11:13.Al ir a Jesús, creyendo que él anhela derramar su Espíritu para darnos nueva vida, purificar nuestra alma y sanarnos por dentro, podemos tener absoluta confianza de que él an-hela darnos el don de su Espíritu aún más de lo que nosotros anhelamos recibirlo. Si vamos a él por fe, podemos tener la seguridad de que siempre escucha el clamor de sus hijos cuando le piden el Espíritu, y nos bendecirá más allá de lo que esperamos. ■

Mark A. Finley

delSímbolos

Espíritu

f o t o G r a f í a : M I c h a e l s c h W a r z e n B e r G e r Vol. 11 No. 4 | Adventist World 27

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CartasPreocupa la «grave pérdida» de miembrosEn relación con la preocupación de G. T. Ng por la pérdida de miembros en la Iglesia Adventista (Diciembre 2014), estoy de acuerdo de que es importante retener y nutrir a los miembros. Sin embargo, todos los líderes de la iglesia necesitan evaluar la metodología para el crecimiento de iglesia. Seguir haciendo algo que ha fracasado, no producirá mejores resultados.

Los líderes tienen que prestar atención al consejo de Elena White en Palabras de vida del Gran Maestro: «Los últimos rayos de luz misericordio-sa, el último mensaje de clemencia que ha de darse al mundo, es una revelación de su carácter de amor» (p. 342). Quizá necesitamos ajustar nuestro énfasis y enfoque, para pasar de enamorarnos de las doctrinas a enamorarnos de quienes están por detrás de las doctrinas: de la Deidad. Necesitamos dedicar más tiem-po para que la gente llegue a conocer al Señor. Los invito a orar con fervor por un enfoque renovado del evangelismo, que haga decrecer las «grandes pérdi-das» citadas en el artículo.

Respecto del programa para dejar de fumar «Respire libremente», he estado siguiendo los comentarios de los lectores en esta sección. Creo que el objetivo de Daniel Handysides (Septiembre 2014 «Iglesia Adventista lanza “Respire Libre-mente 2”, un nuevo plan para dejar de fumar») es un enfoque que enfatiza la

salud y la amistad hacia los fumadores. Por cierto, ninguna persona debería pensar que una iglesia adventista puede llegar a respaldar el hábito de fumar. Asimismo, se puede enseñar a los niños que Dios llega hasta las personas allí don-de están, y entonces los ayuda a crecer.

Jesús nos dejó un legado de amor y aceptación. Necesitamos hallar maneras de llegar a todas las personas con bondad y misericordia, brindándoles soluciones para sus hábitos dañinos. Ojalá que los métodos de Cristo sean nuestros métodos.

Quizá deberíamos analizar nuestro pecado que nos lleva a ostentar actitu-des piadosas y perfeccionistas.

Joanne Rector Battle Creek, Míchigan, Estados Unidos

Confiemos en el TodopoderosoAcabo de leer el artículo de Ted N. C. Wilson titulado «Confiemos en el To-dopoderoso» (Diciembre 2014). En él se menciona a Satanás en veintiún ocasio-nes. ¿Tenemos que enfocarnos tanto en Satanás? ¿No deberíamos más bien en-focarnos en Cristo y las buenas nuevas que nos ha dado? No convenceremos a la gente pintándoles una descripción escalofriante de Satanás, y dudo que con

esto muchos adventistas sean motivados a avanzar más en el camino de la fe.

Me apenó escuchar que la familia Wilson está pasando por muchas pruebas familiares. Ansío llegar al cielo, donde ya no existirá el dolor.

Lieselotte PetersenMölln, Alemania

¿Otra vez?Les escribo en relación con el artículo de Andrew McChesney titulado «Con-sulta sobre ordenación de la mujer es enviada al Congreso de la AG» (Di-ciembre 2014). ¿Por qué se nos pide que oremos otra vez por la conducción del Espíritu Santo? Se nos pidió que orára-mos por su conducción en 1990 y 1995, cuando el Congreso de la Asociación

Dios me bendijo con una esposa y cuatro hijos, además del cuidado de diecisiete huérfanos. También coordino un grupo de creyentes que busca esparcir el evangelio en todo el mundo. Por favor, oren por mí y mis actividades.

Benard, Kenia

Mis hijos han dejado de asistir a la iglesia. Beben, fuman y se drogan. Oren por favor para que experimenten un cambio completo de vida y sigan al Señor y trabajen para él por el resto de sus vidas.

Barwana, Singapur

Por favor, oren para que apruebe mis exámenes de enfermería y pueda ingresar al segundo año.

Lorritta, Reino Unido

Oren por favor para que consiga alguien que patrocine mis estudios.

Jacob, Uganda

Jesús nos dejó un legado de amor y aceptación. Necesitamos hallar maneras de llegar a todas las personas con bondad y misericordia .

–Joanne Rector, Battle Creek, Míchigan, Estados Unidos

I N T e r C A m B I O D e I D e A S

agradecimientosPedidosy

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Pautas para las cartas: Envíelas por favor a [email protected]. Las cartas tienen que ser claras, con una extensión máxima de cien palabras. Incluya el nombre del artículo y la fecha de publicación. Coloque también su nombre, el pueblo o ciudad, el estado o provincia y el país desde donde nos escribe. Los envíos serán editados por razones de espacio y claridad. No todas las cartas serán publicadas.

oraciones y alabanzas: Envíe sus pedidos de oración y agradecimientos por las oraciones contestadas a [email protected]. Sea breve y conciso; dígalo en cincuenta palabras o menos. Los envíos serán editados por razones de espacio y claridad. No todos serán publicados. Incluya por favor su nombre y su país. También puede enviar sus pedidos por fax a: 1-301-680-6638; o por correo a ADVENTIST WORLD, 12501 Old Columbia Pike, Silver Spring, MD 20904-6600 U.S.A.

General votó sobre la cuestión, lo que resultó en una gran mayoría contra la ordenación de la mujer.

¿Creemos que Dios dio la conduc-ción equivocada? ¿Le estamos pidiendo que cambie de parecer? ¿Vamos a seguir pidiendo y votando hasta que los que favorecen la ordenación de la mujer reciban la orientación «correcta»?

Al pedir que oremos nuevamente, parece que la iglesia no cree que hemos recibido la orientación correcta, o si-quiera alguna orientación al respecto.

Derald Barhampor vía electrónica

Cuando tenía 12 años, deseaba ser an-ciana de iglesia y pastora. Tuve que de-jar de lado esos sueños porque la iglesia era muy estricta en ese sentido. Cambié de dirección y estudié ingeniería de alimentos. Ahora tengo 38 añostryes, insertJtrtrno. y estoy emocionada al leer este artículo sobre la ordenación de las mujeres. Dios no hace acepción de per-sonas. Dios llama tanto a los hombres como a las mujeres. Estoy segura de que hay muchas mujeres que han sido llamadas por Dios, y que en su corazón desean el ministerio, que tendrán la oportunidad de hacer realidad ese lla-mado para honra y gloria del Señor.

Hulda Naomi Chambi MamaniHortolandia, Brasil

Acuérdense de mí en sus oraciones. Oro para ser libre de mi pasado y disfrutar de una vida transformada, una salud restaurada y paz en el corazón.

Fenix, Brasil

En los últimos tiempos, Dios me ha guiado a través de muchas situaciones

en las que me ha mostrado que está junto a mí. Él vive, y es mi Salvador y amigo. Por mucho tiempo no fui un verdadero cristiano, y mi relación con Dios era inexistente. ¡Todo eso ha cam-biado! Les agradezco por sus oraciones.

Galeva, Papúa Nueva Guinea

Según un estudio de la Universidad de Oklahoma (EE. UU.), los que dan al menos diez mil pasos al día reducen los riesgos de sufrir una afección cardiovascular en un 69 por ciento.

Un estudio australiano halló que las personas que usan una aplicación de podómetro tienen veinte veces más probabilidades de superar el blanco. Esas aplicaciones pueden descargarse gratuitamente en la mayoría de los teléfonos inteligentes. Fuente: Men’s Health

pasos

Un viaje de descubrimientos a lo largo de la BibliaDios nos habla por su Palabra. Únase a los creyentes de más de 180 países que están leyendo un capítulo de la Biblia por día. Si desea descargar la Guía de Lectura, visite RevivedbyHisWord.org, o apúntese para recibir el capítulo diario de la Biblia por vía electrónica.Si desea participar de esta iniciativa, comience aquí:

por laRevividos Palabra

1º DE mAyO DE 2015 • colosenses 3

Vol. 11 No. 4 | Adventist World 29

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I N T e r C A m B I O D e I D e A S

El 2 de abril de 1910, Judson S. James bautizó catorce hombres y seis mujeres, que eran los primeros conversos adventistas en el sur de la India.

James había viajado a la India en 1906, desde donde en 1908 se trasladó al distrito de Tirunelveli, en el estado de Tamil Nadu, y vivió en una casa-escuela en el medio de una aldea. Junto con su esposa instalaron un dispensario médico en la galería de su casa. Una epidemia de cólera los forzó a dedicar la mayor parte del tiempo a trabajar por los enfermos, con la ayuda de la enfermera Belle Shryock.

Los residentes le dieron a James casi una hectárea de tierra fuera de la aldea, donde construyó una residencia de ladrillos y cemento: Fueron las primeras ins-talaciones misioneras construidas en India con fondos adventistas para la misión.

Uno de los bautizados en abril de 1910 fue Edward Duraiswamy Thomas, cuyo padre tenía conexiones con la escuela de capacitación de la Iglesia Anglicana cercana. Thomas llegó a ser el primer indio ordenado al ministerio adventista.

La Escuela Secundaria James Memorial fue nombrada en honor de Judson James, y la Escuela Secundaria E. D. Thomas Memorial, en honor de Edward Thomas.

El altruismo (el servicio desinteresado) ha mostrado incrementar el tamaño de la amígdala cerebral, esa parte que reacciona ante el temor y el placer. Dicho de otra manera,la amígdala cerebral es más grande y responde más en los altruistas.Fuente: Proceedings of the National Academy of Sciences/The Rotarian

El 92 por ciento de las muertes en el mundo por causa de la malaria tienen lugar en el África subsahariana, donde los bajos índices de fidelidad a los tratamien-tos comprometen la recuperación. A pesar de ello, investigadores de la Escuela de Salud Pública de la Universidad Harvard descubrieron que los recordatorios mediante mensajes de texto incrementaban un cinco por ciento las probabilidades de que se completara el tratamiento.

Fuente: The Rotarian

Los primeros cinco idiomas del mundo para hacer negocios son:

1 INGLéS2 mANDARíN3 FRANCéS4 áRABE5 ESPAñoL

Además, hablar más de un idioma puede ayudar a retrasar los síntomas de la enfermedad de Alzheimer.Fuente: The Rotarian

Mensajes de textocontra la malaria

Hace 105 años

mejor cerebro

top

Un

Los prımeros

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«He aquí, vengo pronto . . .»Nuestra misión es elevar a Cristo, uniendo a los adventistas de todo el mundo en creencias, misión, vida y esperanza.

EditorADVENTIST WORLD es una publicación internacional de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, editada por la Asociación General y la División de Asia-Pacífico Norte de la Iglesia Adventista.

Editor ejecutivo Bill Knott

Editor asociado Claude Richli

Gerente editor internacional Pyung Duk Chun

Junta editora Ted N. C. Wilson, presidente; Benjamin D. Schoun, vice- presidente; Bill Knott, secretario; Lisa Beardsley-Hardy; Daniel R. Jackson; Robert Lemon; Geoffrey Mbwana; G. T. Ng; Daisy Orion; Juan Prestol; Michael Ryan; Ella S. Simmons; Mark Thomas; Karnik Doukmetzian, asesor legal.

Comisión coordinadora de ADVENTIST WORLD Jairyong Lee, chair; Akeri Suzuki, Kenneth Osborn, Guimo Sung, Pyung Duk Chun, Suk Hee Han

Editores de Silver Spring, maryland, EE.UU. Lael Caesar, Gerald A. Klingbeil (editores asociados), Sandra Blackmer, Stephen Chavez, Wilona Karimabadi, Kimberly Luste Maran, Andrew McChesney

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Editor en línea Carlos Medley

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Dirección y diseño gráfico Jeff Dever, Brett Meliti

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A los colaboradores: Aceptamos el envío de manuscritos no solicitados. Dirija toda correspondencia a 12501 Old Columbia Pike, Silver Spring, MD 20904-6600, EE.UU. Número de fax de la oficina editorial: 1 (301) 680-6638

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A menos que se indique lo contrario, todas las referencias bíblicas pertenecen a la versión Reina Valera. Revisión 1995.

ADVENTIST WORLD es publicada todos los meses e impresa simultáneamente en Alemania, Argentina, Australia, Austria, Brasil, Corea, Estados Unidos, Indonesia y México.

Vol. 11, No. 4

La gente que deja de fumar experimenta menos ansiedad, depresión y estrés que los fumadores. El humor de los que sufren de depresión mejora al dejar de fumar, tanto como si tomaran antidepresivos.

Por lo general, lleva seis semanas después de abandonar el hábito sentirse de mejor humor.

Fuente: British Medical Journal/Women’s Health

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RESPUESTA: En la iglesia adventista Central de San Francisco, en California (EE. UU.), están recreando la visión de Elena White sobre lo que podría haber sucedido en el Congreso de la Asociación General de 1901 en Battle Creek (Míchigan), si los delegados se hubieran mostrado más humildes. El Congreso de 1901 se ocupó de cuestiones difíciles relacionadas con el liderazgo y la organización del movimiento en rápida expansión. La producción final, «Lo que pudo haber sido», filmada en enero, será presentada en el Congreso de la Asociación General 2015 en San Antonio (Texas, EE. UU.), entre el 2 y el 11 de julio próximos.

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No se pierda ni un instante del Congreso de la Asociación General

(2 al 11 de julio de 2015)

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