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SAWUTANAKAN CHIMPUNTAT AYMAR LAQAMP YATI
(ASTRONOMÍA AYMARA CODIFICADA EN LOS TEJIDOS)
Elias Reynaldo Ajata Rivera1
CH’UMST’A (Resumen)
En esta investigación, se analiza los tejidos de acuerdo al pensamiento aymara con el fin de
encontrar la sabiduría existente en relación con el cosmos. En ese entendido, al empezar se
muestra los principios de nuestra existencia, también se reflexiona sobre las características del
pensamiento occidental y de nuestra cultura. Posteriormente, escribimos sobre cómo nosotros
utilizamos los tejidos. Después de tocar aquellos puntos, se empieza a buscar los íconos de las
estrellas, el Sol, la Luna y la Madre Naturaleza. Encontramos saltas en los tejidos para las
constelaciones Ali P‟akita, Wiphala, Wara War T‟aja, Qarwa, Chakana y Q‟urawa. Por otro
lado, hemos hallado algunas saltas para el Sol y también sostenemos que él tiene vida y que
los colores de los tejidos se asemejan a la salida de los rayos solares. A la Luna, se la percibe
como la pareja del Sol; sin embargo, no hemos establecido exactamente saltas para ella. En
este artículo, también se considera sobre la manera adecuada de diseñar los mapas de nuestra
Madre Tierra así como se reflexiona respecto a lo inapropiado de lo que nos enseñaron en las
instituciones educativas. De esa manera, se relaciona la costura de los tejidos con el ecuador
de la tierra y el recorrido del Sol. Para finalizar, hablamos de la vida de nuestra tierra; también
existen saltas para el viento y el rayo. En suma, con este escrito buscamos difundir
nuevamente los conocimientos de nuestro pueblo aymara para que en el futuro no se pierda y
se enseñe en las unidades educativas. Ya dijimos que nuestro razonamiento se realiza en el
marco de nuestra cultura dado que algunos de nuestros hermanos y hermanas ya suelen
escribir nada más que con ideas alienadas, olvidando así nuestros procedimientos. Cabe
señalar que la investigación se llevó a cabo en la Provincia Pacajes; precisamente, en el Ayllu
Tarejra (Corocoro).
Palabras clave: Tejidos aymaras, geografía andina, saltas, estrellas, cultura andina.
AYMAR YATIMPI ANQA AMUYUNAKAMPI
1 AJATA RIVERA, Elias Reynaldo nació en la Provincia Pacajes, egresó de la Carrera de Lingüística e Idiomas
de la Universidad Pública del Alto (UPEA) donde ejerció la Presidencia del Consejo Universitario (HCU). Por
otro lado, publica artículos en el blog Lingüística e Idiomas UPEA (http://eliasreynaldo.blogspot.com). Su correo
electrónico es [email protected].
(La sabiduría andina y el pensamiento occidental)
Las personas que se encuentran embargadas de las ideas occidentales no le dan
importancia a nuestros saberes. Es más, cuando hablan de nuestros conocimientos, suelen
nombrarlos con palabras inapropiadas. Para ellos, nuestros saberes no están en lo que se
considera normal o correcto; por ello, en castellano acostumbran emplear el prefijo etno- para
referirse a nuestros campos de conocimiento. De esa forma, a nuestra semiología la llaman
etnosemiología o a nuestra matemática la conocen como etnomatemática, como si sólo sus
conocimientos fuesen ciertos y apropiados. Si tuviésemos un pensamiento discriminatorio
similar a los suyos, nosotros denominaríamos a lo que ellos saben como etnogeografía,
etnoastronomía o etnomedicina occidental.
Por otro lado, en nuestro país, muchos no escriben ni investigan de acuerdo a nuestra
cultura, nos examinan solamente con los pensamientos occidentales. Viendo estas situaciones,
algunos autores manifestaron sus críticas, uno de ellos es Fausto Reinaga quien dijo que
“Bolivia es un país sin escritores ni artistas. Una miserable y despreciable colonia intelectual
de Occidente” (1971. p. 32). Siendo así, ahora trataremos de escribir de acuerdo a nuestra
cosmovisión.
El conocimiento de los aymaras tiene una esencia distinta, no es como la ciencia
procedente de occidente. Nosotros hablamos de Yati, no existe ni una palabra para el término
ciencia en el idioma aymara. La ciencia solamente acepta solamente una visón, esa visión es
únicamente lo occidental, no suele calificar de bueno a lo nuestro. Los saberes aymaras están
unidos incluso con la religión (Soza, 2012, p. 22). En palabras sencillas, un aymara no piensa
como los del occidente. 2
Éstos son los principios que sostienen al Yati y que nos servirán de pilares para escribir
este artículo: todo tiene vida; se vive incluso con los dioses; los entes tienen macho y hembra;
se respeta a la Pachamama; 3 los seres humanos son considerados entre sí como familiares; lo
colectivo está sobre lo individual; se respeta a los mayores; la naturaleza es el centro, no, el
hombre; existe también la reciprocidad, la complementariedad, la solidaridad, el consenso, la
rotación administrativa, entre otros. Por otro lado, la ciencia es solamente instrumental, está
2 Luis Soza afirma que “el pensar aymara es muy distinto del „meditar occidental basado en la lógica aristotélica‟;
el aymara antes de captar el objeto por medio de la experiencia sensorial, lo percibe por medio de una vivencia
interior que se concreta no en el simple objeto” (2012, 43 u.). 3 En este trabajo, las palabras Pachamama, Sol, Luna y similares se escriben con una mayúscula inicial porque
son los nombres de nuestra deidades.
concebida simplemente desde racionalidad humana, está hecho para dominar la Madre
Naturaleza, pretende modificar la vida y llega a dañar los entes de la naturaleza ((Estermann,
2011, pp. 116-120).
SAWUTANAKAN KANKAÑAPA (Esencia de los tejidos)
Los tejidos son elaborados con diferentes propósitos: cargar cosas, criar hijos, guardar la coca,
embolsar papa, ser usados como ropa, en fin. De esa manera, los tejidos muestran la identidad
de una persona o un pueblo; asimismo, nos informa sobre su cultura. Al respecto, Aurelio
Castedo menciona:
“La práctica del tejido también sirve como medio para la representación del imaginario de cada
región. El confeccionar los textiles (tejer) permite a este pueblo o comunidad, plasmar su
pensamiento y filosofía y la visión del medio ambiente (físico y natural) que lo rodea en una
prenda ya sea una llixlla o en un poncho, que son una síntesis de la cosmovisión de ellos” (2011,
p. 354)
Muchos acostumbran decirnos que los aymaras no escribíamos antiguamente. Sin embargo,
nuestra escritura está en los tejidos en telar y los tejidos a mano. Actualmente, las tejedoras
saben plasmar una variedad de palabras; observando eso, podemos afirmar que antes ocurría lo
mismo. Ahora bien, examinaremos precisamente en los tejidos el modo cómo están
significados nuestras investigaciones sobre la naturaleza.
PACHA (Pacha)
Pacha quiere decir dos fuerzas; esta palabra proviene de los vocablos aymaras paya4 y
ch’ama,5 su significado conjunto es dos fuerzas, las cuales son el tiempo y el espacio. En este
artículo, vamos emplear el término pacha para hablar del cosmos y la tierra. Por otro lado, ya
hemos dicho más arriba que para nosotros los aymaras todo tiene vida en la pacha; sin
importar que un ser se encuentre arriba, abajo o en la dimensión donde nos encontramos.
Recordemos también que desde tiempos antiguos, los yatiris y los amawt‟as acostumbraban
observar el firmamento. Ellos solían investigar sobre los astros para cultivar a su debido
momento y rendir culto a nuestros dioses.
4 Su traducción al castellano es DOS.
5 Su traducción al castellano es FUERZA.
WARA WARANAKA (Las estrellas)
A los astros que se encuentran en el cosmos, en castellano, se las conoce como el nombre de
Vía Láctea; pero para los aymaras se llama alaxpach Jawira.6 Entonces no simplemente
existen ríos en la tierra sino también hay en el cielo. Los informantes de la región estudiada
nos especificaron que, en una salta de aguayo, esta galaxia se ve de esta forma:
Alaxpach Jawir salta Alaxpach Jawir jamuqata
(Salta de la Vía Lactea) (Fotografía de la Vía Lactea)
En esta salta, los hilos están tejidos de manera menuda; por ello, aparentan ser como estrellas.
En castellano, a una agrupación de astros se la conoce con el nombre de galaxia; en aymara
llegaría a ser jawira. En caso de que esa palabra no sea la adecuada porque se refiere
precisamente a la Vía Láctea, la podemos conocer con el nombre de phiriru ya que estos
conjuntos de estrellas se parecen al disco de las ruecas.
Desde tiempos inmemoriales, al contemplar el cosmos, el ser humano imaginaba una
diversidad de figuras en las estrellas; de esa manera, en la Vía Láctea, existen animales y
objetos de todo tipo para él. Ahora nos corresponde examinar los tejidos; primeramente
veremos las saltas y a su lado las constelaciones. En base a nuestras averiguaciones, de entre
todas las constelaciones aymaras, hemos establecido saltas para las siguientes:
Wara War T’aja (Enredo de estrellas) Chakana (Cruz Andina)
Qarwa (Llama) Q’urawa (Honda)
6 Dependiendo de la región se empleará también los nombres: Wara War Jawira, Wara War Thakhi, Wara War
Willi, Laqamp Jawira y Wayra Thakhi.
Ali P’akita7 (Árbol desgajado)
8 Wiphala (Wiphala)
A las constelaciones no sólo se las imaginaba formadas por estrellas, sino que se las suele
completar con las partes oscuras que existen en el espacio. Como ya se dijo, las constelaciones
aymaras no son solamente las que estamos mencionando, hay muchos más, para conocer si
existe saltas para ellas se requiere examinar más tejidos.
Para terminar esta parte, veremos cómo se representa a la estrella. Teresa Gisbert,
Silvia Arce y Martha Cajías (2006), en su obra titulada Arte Textil y Mundo Andino, muestran
a un rombo rodeado por 12 rayas dispuestas gradual y simétricamente por tamaños como la
salta de la estrella:
Wara wara (estrella)
LUPIMPI PHAXSIMPI (El Sol y la Luna)
En los tejidos, el Sol aparece con aspectos diferentes. En algunos, es representado de manera
simplificada y en otros tiene ojos, boca y otras partes del rostro del ser humano. Por otro lado,
es necesario recordar que al Sol, en aymara, se lo conoce también como Lupi, Willka e Inti, los
cuales tienen varios matices significativos; sin embargo, no ingresaremos en aclarar cuándo es
pertinente usar cada uno de estos términos, ya que es el objeto de un estudio aparte.
Lupi, (Sol)
7 En algunos sitios se lo conoce como con el nombre de Ali p’akjata.
8Las fotografías de las constelaciones fueron obtenidas del sitio http://pueblos
originarios.com/sur/andina/aymara/constelaciones.html
En algunos lugares, al Sol se le denomina Willka Tata, el porqué de tal nombre es que el Sol
es Dios entre los aymaras. Nuestros antepasados solían adorarlo, así como sucedía a la
Pachamama, los Uywiris, los Achachilas...la vida de los aymaras está unida a la existencia del
Sol. Es así que el año y el día inician con la salida del Sol. Por esa razón, en Tiwanaku, el Año
Nuevo se recibe cuando salen los primeros rayos solares; en otras palabras, para nosotros, el
año no empieza a la medianoche, tal cual ocurre con el año nuevo occidental. Incluso las
estaciones del año son determinados por el Sol, estamos hablando del jallupacha y el awti
pacha.9
Como ya se ha señalado, para los aymaras, todo tiene vida. En ese entendido, el Sol
nos está mirando desde arriba. Desde la mañana hasta la tarde, al Sol se lo ve como a una
persona. Por ello, cuando ya somos ancianos se suele emplear la frase “Jupax ñakaw
jayp’uski” (El apenas está atardeciendo./ Ella apenas está atardeciendo.); es por tal razón
también que en algunos tejidos las saltas que lo representan aparecen en forma de una cara
brillante.
Por otro lado, podemos afirmar que las mujeres tejedoras aymaras organizan los colores
de los tejidos de manera semejante a la gradación de la luz solar. En efecto, en las frazadas, los
aguayos, los taris, las istallas, las ch‟uspas, los ponchos y otros tejidos manifiestan la salida y
la entrada sol e incluso el mediodía. Por ejemplo en el aguayo rojo se puede observar que
desde el rojo más oscuro hasta el más claro están otros colores intermedios; al otro lado
aparece la misma disposición, pero de manera complementaria. Lo propio ocurre en la
organización de otros colores:
Inti Jalsu (Salida del sol)
9 De acuerdo a la clasificación occidental, existe cuatro estaciones: primavera, verano, otoño e invierno. Sin
embargo, esa división del tiempo no se adecúa al altiplano, la primavera y el otoño no se notan. Esa es la causa
porque los aymaras tenemos solamente dos estaciones: jallu pacha (tiempo de lluvia) y awti pacha (tiempo seco);
en este último, se encuentran el juyphi pacha (tiempo de helada) y el lapak pacha (tiempo de mucho calor). De
acuerdo a estas dos estaciones se llevan adelante las actividades, las costumbres e incluso se tocan los
instrumentos (la zampoña en awti pacha y la tarka jallu pacha).
Desde hace mucho tiempo, el espacio geográfico de los aymaras se encuentra en el altiplano;
por esa razón, en su campo visual se hallan los nevados y las llanuras, no se ve una distancia
corta como ocurre en la selva. Por consiguiente, era y es testigo de la salida y la entrada del
Sol. Esas observaciones lo llevaron a ordenar los colores de manera semejante a lo visto.
Ya que para nosotros todo es par; hasta el sol forma una pareja con la Luna. En los
tejidos, no es adecuado pretender una representación lunar a la manera occidental. Ellos lo
representan en media luna, de forma incompleta. En nuetro medio muchas se la concibe de
manera completa.
Dando por sentada tal situación, en esta investigación, no hemos podido establecer
exactamente saltas para la luna; sin embargo, hemos llegado a determinar algunas criterios que
nos dieron las personas que nos colaboraron. Ante nada, el ícono lunar tendría que ser
cuadrada, al igual que el Sol. Luego, podemos afirmar que no es posible que las tejedoras sólo
representen al sol sino también a la luna ya que este astro es empleado para contar los días y
organizar las actividades. Efectivamente, para nuestros antepasados el año tenía 13 meses; lo
cual quiere decir que la palabra phaxsi se emplea tanto como para denominar al astro como
para la palabra que significa mes.
Phaxsin saltapaspawa (Posible ícono de la luna)
La vida de la luna se parece a la existencia humanizada de el Sol. Cuando es pequeño y tiene
la forma de una uña cortada, la conocemos con el nombre de Wawa Phaxsi (luna bebé), como
si hubiese nacido hace un momento. Su tamaño varía de acuerdo a los días, por tal razón, a sus
distintos aspectos los conocemos como jayri, llulluqa, urt’a, sunaqi.10
Para finaliizar esta parte
es pertinente indicar que es muy importante conocer las fases de la Luna para realizar
cualquier actividad; suelen decir, por ejemplo, que en luna nueva no se debe lavar la ropa.
10
Estas cuatro palabras son las fases de la luna, significan luna nueva o ausencia de luna, cuarto creciente, luna
llena y cuarto menguante respectivamente.
PACHAMAM URAQI (La Madre Tierra)
Actualmente, con las ideas occidentales, nos enseñan representar la tierra de manera incorrecta
para nuestra cultura, nos hacen colocar arriba al norte11
y al sur12
, abajo. En las instituciones
educativas, nos recalcan aquello, si no dibujamos de esa manera nos dicen que no está bien.
Sin embargo, no es apropiado representar la tierra de esa forma. Tal disposición nos hace ver
como si los del norte estarían encima de nosotros y que ellos son los poderosos. Nosotros nos
ubicamos en la parte inferior. Los geopolíticos afirman que los pueblos del norte son los que
tienen más poder, riqueza y desarrollo. En otras palabras, un mapa con el sentido mencionado,
las naciones no aparecen igualitariamente, algunos pueblos aparecen encima de los otros.
Urinsaya (norte)
Inti jalanta (oeste) Inti jalsu (este)
Aransaya (sur)
Anqa amuyun jamuqa (Mapa occidental)
Ya se dijo, de acuerdo a nuestra cultura, no es adecuado representar el norte en la parte
superior. Es así que en los ponchos y aguayos podemos observar que tienen dos partes unidas
mediante una costura, desde ese lugar, los colores aparecen de manera proporcional en ambos
lados (Sánchez, 1995, p. 21). Los que conocen de la vestimenta de los mallkus, los jilaqatas y
la t‟allas nos dijeron que las dos porciones de los ponchos y los aguayos representan al norte y
al sur. Entonces, cuando vestimos el poncho, una parte queda a la derecha y la otra a la
izquierda. Ese hecho confirma que el norte no puede ser dispuesto arriba sino a un costado, en
este caso el izquierdo:
11
Para referirse al norte, los autores emplean las palabras urinsaya, alaya y alaxa y para el sur, aransaya y
aynacha. 12
La palabra urinsaya quiere decir arriba y aransaya abajo, pero nuestros antepasados los empleaban así porque
las tierras del norte se encuentra en una altura mayor respecto al nivel del mar. Una muestra de aquello es que las
aguas del lago Titicaca se dirigen al lago Poopó. Tal hecho no significa que representemos el norte hacia arriba
sino que indica la altitud de las regiones.
Urinsayamp Aransayam uñancht’ayata (Representación del norte y el sur)
Las costuras de estos tejidos se identifican con el ecuador de la tierra. De la misma manera, es
la línea que recuerda a la trayectoria del Sol. Lo que ocurre es lo siguiente:
Inti jalsu (este) Inti jalsu (este)
Urinsaya Aransaya Urinsaya Aransaya
(norte) (sur) (norte) (sur)
Inti jalanta (oeste) Inti jalanta (oeste)
En algunas prendas, la salta del sol aparece acompañada de un ícono compuesto por rombos.
Estas figuras aparecen de manera paralela a la costura. De acuerdo a esa colocación, asumimos
que los aymaras vemos la tierra en el sentido que indican estos íconos, pues es pertinente que
nosotros representemos el mapa según la dirección que nos indican las figuras citadas:
Uraq uñachayir saltanaka
(Íconos de orientación)
Respaldamos nuestra afirmación mencionando que las puertas de las chullpas están en
dirección a la salida del Sol. Nuestros abuelos y abuelas acostumbraban orientarse por el Sol,
no se orientaban por los costados geográficos. Hasta el presente, se sigue construyendo las
casas con las puestas hacia la salida del Sol.
En las costumbres, ritos y tradiciones actuales se sigue dando importancia al este. El 21 de
junio, en Tiwanaku, se recibe el Año Nuevo mirando a la salida del Sol, las manos también se
levantan hacia ese punto. En pocas palabras, la salida del Sol es de suma importancia para los
aymaras, no es el norte. Por ello, es pertinente situar el este en la parte superior del mapa:
Inti jalsu (este)
Urinsaya (norte) Aransaya (sur)
Inti jalanta (oeste)
Aymar saräwin jamuqa (Mapa según la cultura aymara)
Entonces, si nos preguntan por qué se debe colocar arriba el este, será necesario recordar estos
argumentos expuestos:
-Las dos partes de los tejidos como el aguayo y el poncho son la representación del norte
y el sur.
-Las costuras del aguayo y el poncho son el camino recorrido por el Sol durante el día, así
como el ecuador terrestre.
-Las puertas de las chullpas se encuentran en dirección hacia la salida del Sol.
-Al recibir el Año Nuevo en Tiwanaku, se alza las manos hacia los primeros rayos del Sol,
que sale por el este.
Los hechos mencionados confirman que en el Tawantinsuyu existía un trato igualitario incluso
en lo geográfico. Respecto al Sol, el norte y el sur se hallaban casi en la misma altura y nadie
se situaba significativamente encima de los demás:
Inti jalsu (este)
Urinsaya (norte) Aransaya (sur)
Inti jalsu (oeste)
Tawantinsuyu Uraqi (Territorio del Tahuantinsuyo)
En la tierra, viven muchos animales y plantas, el hombre vive junto a ellos. La Madre
Naturaleza nos trata a todos por igual. Ya dijimos, los tejidos son la representación de la
naturaleza; por ello, en los aguayos, taris y ch‟uspas se plasman la fauna y la flora.
Tanto las actividades complejas como las más simples eran ejecutadas de acuerdo a la
voluntad de la naturaleza. La Pachamama tiene un cuerpo y un aspecto similares a los del ser
humano, los ríos, por ejemplo, son como sus venas. Esa es la razón que nos hace cuidarla
porque sabemos que se puede enfermar. Sus manifestaciones como el viento y el rayo tienen
saltas representativas que hemos logrado establecer:
Illapa (rayo) Wayra (viento)
Cuando realizamos la siembra de nuestros productos, disponemos los surcos de modo parecido
a las listas de los tejidos. Al cosechar, escarbamos de inicio al final; nadie extrae las papas
yendo de un costado y sacando un ejemplar de cada surco. Si observamos con detenimiento,
las pampas y las jiskhantas13
se parecen a los sembradíos. Los tejidos nos informan sobre el
momento en que debemos sembrar y qué animales y plantas debemos observar para ello
(Villarroel, 2011, p. 181).
TUKUCHA (Conclusión)
Nuestra cultura está junto a nosotros, lo que nos toca a nosotros es cultivarla. Es necesario
desarrollar todas las ramas del conocimiento de acuerdo a nuestra cosmovisión. En ese
entendido, en este artículo hemos examinado los tejidos con ese enfoque. Los aymaras no
representamos las saltas sin alguna motivación sino que codificamos nuestros conocimientos.
Grabamos diferentes entes de la naturaleza, entre los que se hallan las constelaciones, el Sol, la
Luna y demás. Asimismo, se ha explicado la manera cómo la tierra se debería representada.
De acuerdo a la evidencia presentada, no corresponde tener al norte como el principal punto de
13
En la obra de Verónica Cereceda, se denomina tayka y chhuru a las franjas más anchas y qallu a las más
angostas. Estos términos son correctos, sin embargo, en la región de Pacajes se prefiere la palabra jiskhanta en
lugar de qallu.
orientación; según nuestra cosmovisión la salida del Sol es el que tiene que aparecer encima
en el mapa; esa colocación hace que los pueblos del mundo aparecerían al mismo nivel, sin
superiores ni inferiores. Finalmente, es preciso señalar que en los tejidos están escritos un
sinfín de saberes nuestros; los investigadores foráneos suelen decir que los aymaras no
tenemos escritura, pero es evidente que los tejidos son nuestra escritura, varios estamos
convencidos de ello.
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