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 Clásicos del Pensamiento Económico Contemporáneo de Venezuela EL BANCO CENTRAL DE VENEZUELA Notas sobre su historia y evolución en sus 70 años de actividades RAFAEL J. CRAZUT

Banco Central Venezuela

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Clsicos del Pensamiento Econmico Contemporneo de Venezuela

el banco central de venezuelaNotas sobre su historia y evolucin en sus 70 aos de actividades

rafael j. crazut

Clsicos del Pensamiento Econmico Contemporneo de Venezuela

Directorio Nelson J. Merentes D. Bernardo Ferrn Jorge Giordani Jos S. Khan Fernndez Armando Len Rojas Jos Flix Rivas Alvarado Administracin Presidente Nelson J. Merentes D. Primer Vicepresidente Gerente (e) Eudomar Tovar Comit Permanente de Publicaciones Armando Len Rojas (Presidente) Rafael Rosales Carlos Mendoza Potell Ivn Giner Txomin las Heras

Clsicos del Pensamiento Econmico Contemporneo de Venezuela

EL BANCO CENTRAL DE VENEZUELANotas sobre su historia y evolucin en sus 70 aos de actividades

RAfAEL J. CRAZUT

Catalogacin en fuente de Biblioteca Ernesto Peltzer Crazut, Rafael J. El Banco Central de Venezuela : notas sobre su historia y evolucin en sus 70 aos de actividades / Rafael J. Crazut. Caracas : Banco Central de Venezuela (BCV), 2010. xxxvii., 644 p. Clsicos del Pensamiento Econmico Contemporneo de Venezuela. Quinta edicin de la obra. Incluye Referencias Bibliogrficas e ndice. isbn: 978-980-394-061-4. 1. Banco Central de Venezuela 2. Banco Central de Venezuela Historia 3. Venezuela Historia econmica 4. Leyes bancarias Venezuela 5. Venezuela Poltica econmica siglo xx 6. Venezuela Poltica econmica siglo xxi i. Ttulo. Clasificacin Dewey: 332.110987/C911/2010 Clasificacin JEL: E50 ; E58 ; E59 ; E31 ; O21

De esta edicin: Banco Central de Venezuela, 2010 Coordinacin Vicepresidencia de Estudios, BCV Produccin editorial Gerencia de Comunicaciones Institucionales Departamento de Publicaciones, BCV Avenida Urdaneta, esquina de Las Carmelitas Torre Financiera, piso 14, ala sur Caracas 1010, Venezuela Telfonos: 801.5514 / 8380 / 5235 Fax: 536.9357 [email protected] www.bcv.org.ve Elaboracin del ndice analtico lvaro Agudo Diseo grfico de la coleccin Felipe Saldivia Diagramacin Felipe Saldivia Correccin de textos Rosa Arvalo Orzero Jos Ramn Cova Espaa Impresin Editorial Arte Hecho el Depsito de Ley Depsito legal: lf44020109001007 ISBN: 978-980-394-061-4 Impreso en Venezuela Printed in Venezuela

Un banco central de emisin para el cual se aprovechara nuestra propia experiencia y la de otros pases y que siguiera los mejores modelos, podr dar mayor solidez y al mismo tiempo mayor flexibilidad a nuestro sistema monetario, y permitir la unidad y la efectividad del control sobre la tasa de descuento y de nuestro cambio. Alberto Adriani, 1939

ndicePrlogo Introduccin primera parte Origen y evolucin (1940-1970) captulo i Antecedentes histricos La Venezuela de los aos treinta Pluralidad de emisin Bancos privados emisores Convenio Tinoco y rgimen cambiario Arraigada tradicin respecto al oro Regmenes autocrticos, economa liberal Banco de Venezuela, auxiliar de la Tesorera La idea de crear un banco central: adversarios y defensores Sntesis y discusin de los primeros proyectos Proyecto Alvarado Silva Proyecto Prez Dupuy Mritos e importancia de ambos proyectos Conceptos y opiniones del doctor Egaa Nuevo Proyecto de Ley ante las Cmaras Legislativas Aspectos generales Capital Objetivos Asamblea, Directorio y Administracin Operaciones xxi xxvii

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el banco central de venezuela Prohibiciones Fuerte oposicin de los sectores afectados Disposiciones transitorias del proyecto: entrega del oro al Banco Central 40 42 43

captulo ii Creacin del Banco Central Aprobacin y promulgacin de la ley La Comisin Organizadora Masiva suscripcin de acciones Nuevos tropiezos y dificultades Asamblea Constitutiva Demanda de nulidad Sentencia de la Corte Federal y de Casacin: constitucionalidad del Banco Central Reconocimiento a meritorios venezolanos captulo iii Evolucin institucional Etapa inicial (1940-1950) Proceso de consolidacin (1950-1960) Nuevas atribuciones y responsabilidades (1960-1970) La dcada de los setenta Comentarios finales apndice al captulo iii Reformas legales Reforma Parcial de 1943 Proyecto de Reforma de 1948 Ley de 1960 Ley de 1974

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ndice captulo iv Centralizador de la emisin y guardin de las reservas internacionales Introduccin Centralizador de la emisin Conceptos sobre emisin Disposiciones contenidas en la Ley del Banco Central Reservas internacionales Comentarios generales Reservas internacionales de Venezuela apndice al captulo iv El mecanismo de la oferta monetaria captulo v El rgimen cambiario Antecedentes: dlar petrolero y sobrevaluacin del bolvar Los cambios diferenciales El Convenio de Bretton Woods y nuestro rgimen cambiario Experiencias de otros pases en materia de cambios diferenciales Devaluacin y proceso de unificacin (1960-1964) Retorno a la libre convertibilidad (1964) Otras modificaciones cambiarias Revaluaciones de 1971 y 1973 Flotacin conjunta con el dlar y eliminacin del sistema de paridades Nacionalizacin petrolera y unificacin cambiaria

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captulo vi Prestamista de ltima instancia Consideraciones generales sobre la poltica de redescuento Dificultades que plantea la utilizacin del redescuento en pases insuficientemente desarrollados El Banco Central de Venezuela como prestamista de ltima instancia Limitaciones del redescuento como instrumento de control monetario: opiniones sobre la materia Disposiciones legales Tasas de redescuento y sus variaciones Otros elementos de apreciacin Algunas evidencias histricas Conclusin captulo vii Mercado abierto y otros instrumentos de control monetario Introduccin Mercado abierto Encajes flexibles Persuasin moral Control selectivo Intereses activos y pasivos Conclusin captulo viii Consejero y agente financiero del Gobierno nacional Introduccin Controversias entre gobiernos y bancos centrales

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ndice Prestigio y eficiencia de nuestro Banco Central: estudios, opiniones y asesoramiento al Gobierno nacional Agente financiero del Gobierno nacional Agente de la Tesorera nacional Conclusin captulo ix Crditos y anticipos al Gobierno nacional Algunos antecedentes histricos Evolucin de nuestro rgimen legal Comentarios finales apndice al captulo ix El Fondo Anticclico captulo x Posibilidades y limitaciones para financiar o contribuir al desarrollo econmico Consideraciones generales Mecanismos ortodoxos y heterodoxos Breve anlisis de las alternativas planteadas Modernizacin del sistema financiero Contribucin a la planificacin econmica Financiamiento de las exportaciones Creacin de un mercado de capitales Control selectivo del crdito Mayor contribucin al financiamiento del sector rural Crditos a mediano y largo plazo Adquisicin de valores de empresas privadas Fondos de Desarrollo Posible utilizacin de reservas internacionales Conclusiones

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captulo xi Cooperacin financiera internacional Introduccin Relaciones con el Fondo Monetario Internacional Cooperacin con Amrica Latina y otros pases segunda parte Sntesis de actividades relevantes (1970-2000) nota preliminar Cambios fundamentales experimentados por el BCV a partir del decenio de los setenta Breves conceptos fundamentales Problemas metodolgicos captulo xii Altibajos de la economa venezolana durante el perodo 1973-1983 Introduccin La crisis energtica y sus repercusiones econmicas Impacto inicial sobre la economa venezolana Desajustes internos Endeudamiento externo Estancamiento y devaluacin Crisis estructural o coyuntural Ajustes y rectificaciones captulo xiii El Banco Central de Venezuela ante la crisis del Sistema Monetario Internacional y la devaluacin del dlar Introduccin

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ndice Responsabilidades y actuaciones del Banco Central Breve recuento de la estructura y funcionamiento del Sistema Monetario Internacional Planes de reforma Accidentado y complejo proceso de reforma Creacin de los derechos especiales de giro (DEG) El Comit de los 20 y el proceso de reforma Devaluaciones del dlar Transitoriedad y proceso evolutivo El Grupo de los 24 en asuntos monetarios internacionales Apreciaciones finales: Venezuela ante el colapso de Bretton Woods captulo xiv Banco Central y sistema bancario. Evolucin jurdico-institucional Introduccin Nueva Ley del Banco Central de Venezuela (1987) Nueva Ley General de Bancos y Otros Institutos de Crdito (1988) Creacin del Fondo de Garanta de Depsitos y Proteccin Bancaria (1985) Observaciones finales captulo xv Poltica cambiaria Introduccin Expectativas y contradicciones ante el problema cambiario El control de cambios (1983) El caso de la deuda privada externa Evolucin de la balanza de pagos y rgimen cambiario (1984-1988) Unificacin cambiaria (1989)

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el banco central de venezuela Conversin de la deuda pblica en inversin Comentarios finales 394 396

captulo xvi Poltica monetaria Introduccin Objetivos y lineamientos generales Expansin moderada (1980-1982) Cambios de orientacin (1983-1984) Nuevos instrumentos y objetivos (1985-1986) Rasgos predominantes del perodo (1987-1990) Poltica monetaria y dficit fiscal Poltica monetaria y administracin de los tipos de inters Poltica monetaria y limitaciones del sistema financiero captulo xvii Polticas complementarias y actividades operativas Introduccin Emisin de billetes y acuacin de monedas Administracin de las reservas internacionales Contribucin al refinanciamiento de la deuda externa Colocacin y rescate de valores pblicos Fondo de Financiamiento de las Exportaciones (Finexpo) Sistema de Informacin Central de Riesgos Bancarios (Sicri) Poltica en materia de sucursales Administracin de recursos de terceros Otras actividades operativas Estudios y publicaciones

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ndice captulo xviii Cambios de orientacin en la poltica econmica: el Plan de Ajuste Estructural de 1989 y sus implicaciones monetarias y cambiarias Consideraciones previas Sntesis del plan objeto de consideracin Participacin especfica del Banco Central Crticas adversas Dificultades de instrumentacin Continuidad de algunas polticas El Banco Central y la reforma integral de la legislacin financiera captulo xix El Banco Central de Venezuela y la crisis bancaria de 1994 Antecedentes econmicos y sociopolticos de la crisis Actuaciones inmediatas del Banco Central Las crisis financieras y sus caractersticas relevantes Sinopsis de la crisis venezolana Causas determinantes Colapso del Banco Latino y propagacin de la crisis Legislacin financiera de emergencia Los auxilios financieros del BCV Costo econmico y social de la crisis Apndice: colaboracin de funcionarios y ex funcionarios del BCV al estudio de la crisis bancaria

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tercera parte Nuevas orientaciones de la poltica y actividades del Banco Central a comienzos del siglo xxi captulo xx Reformas legales y polticas fundamentales Introduccin Constitucionalidad del Banco Central Ley del Banco Central de Venezuela de 2001 Propsitos y objetivos Disposiciones fundamentales El Plan Estratgico Institucional como gua de accin Actuaciones en materia de poltica cambiaria y monetaria Consideraciones previas Poltica cambiaria Poltica monetaria Contribucin a la creacin del Fondo de Desarrollo Nacional (Fonden) Nivel adecuado de reservas Polticas en materia de oro y diversificacin de reservas internacionales Modernizacin del sistema de pagos Centralizacin del mercado interbancario Compensacin electrnica Nuevas reformas legales en el mbito monetario y financiero Motivaciones fundamentales Reforma de la Ley del BCV, noviembre de 2009 Reforma de la Ley del BCV, abril de 2010 Ley Orgnica del Sistema Financiero

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ndice captulo xxi: Reconversin monetaria y otras actuaciones relevantes en el mbito econmico y social La reconversin monetaria Antecedentes y objetivos El Decreto Ley de Reconversin Monetaria Estrategia comunicacional Resoluciones del Banco Central Adecuacin tecnolgica Contribuciones de la Casa de la Moneda Cumplimiento de metas y lapsos establecidos Creciente atencin a los estudios econmicos Ctedra Andrs Bello: revisin del convenio con la Universidad de Oxford Jornadas de Economa Poltica Latinoamericana, 2009-2010 Poltica comunicacional y editorial Poltica comunicacional Poltica editorial Ao del Oro y El libro del oro de Venezuela Estudios e iniciativas en materia de integracin latinoamericana y caribea Contribucin al estudio e instrumentacin del Sucre Actividades socioculturales y responsabilidad social Modernizacin y ampliacin de la Casa de la Moneda Conjunto arquitectnico Manzana Norte En memoria del doctor Gastn Parra Luzardo captulo xxii La crisis global de 2008-2009: repercusiones econmicas y actuaciones del Banco Central Antecedentes y caractersticas generales de la crisis Polticas adoptadas por Estados Unidos y pases desarrollados

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el banco central de venezuela Repercusiones previsibles para la economa nacional Respuestas del Ejecutivo Nacional y del Banco Central Comportamiento de la economa venezolana de 2008 y 2009 Algunas lecciones y experiencias derivadas de la crisis 547 549 551 552 555 556 561 563 569 569 577 589

a manera de eplogo Multiplicidad de regmenes cambiarios Dificultades predominantes en el mbito cambiario y monetario La alternativa de la Caja de Conversin apndice Presidentes y primeros vicepresidentes del Banco Central en sus 70 aos de existencia Bibliografa ndice analtico

Prlogo

El presente trabajo fue publicado originalmente en 1970 bajo el ttulo El Banco Central de Venezuela. Notas sobre su historia y evolucin, 19401970, despus de lo cual se han publicado varias reediciones actualizadas. En el prlogo de la primera edicin se exponen los siguientes conceptos sobre el origen e inicio de actividades del Instituto, as como sobre las caractersticas y propsitos de la obra que se publica:Al finalizar el ao 1970 se habrn cumplido tres dcadas de la creacin del Banco Central de Venezuela. El Instituto fue constituido mediante ley sancionada por el Congreso Nacional el 13 de julio de 1939, promulgada por el entonces presidente de la repblica, general Eleazar Lpez Contreras, el 8 de septiembre del mismo ao. Comenz luego el proceso de promocin, organizacin y redaccin de estatutos que concluy con la Asamblea Constitutiva celebrada el 15 de agosto de 1940. El Banco inici sus operaciones durante el mes de octubre de 1940 y fue inaugurado oficialmente en enero de 1941.

Con este texto, contina exponindose en el prlogo:se pretende, aun cuando en forma muy modesta, llenar un vaco existente en la literatura econmica del pas, como la ausencia de una obra suficientemente actualizada que condense los aspectos ms resaltantes de la historia y evolucin del Banco Central de Venezuela. Sobre esta materia se ha publicado, como bien se sabe, la obra de don Jess Mara Herrera Mendoza, quien, con su conocida visin e indiscutible capacidad intelectual, recopil y orden la documentacin bsica referente a los primeros ocho aos de vida de la institucin. Pareca plantearse, sin embargo, la necesidad de un enfoque ms amplio, especialmente si se toma en cuenta la creciente importancia que ha experimentado el Instituto y las numerosas atribuciones que

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le han sido asignadas en razn de reformas legales gracias a lo cual ha comenzado a ejercer ms cabalmente sus funciones de banco central.

En lo que atae a la sistematizacin del trabajo, se expone que para agrupar el material, que nos ilustra sobre la historia y evolucin del Banco Central, se ha seguido un esquema ms o menos tradicional, as:El primer captulo est destinado a resear los aspectos concernientes a su creacin, haciendo especial referencia a las dificultades y tropiezos iniciales. Le sigue un recuento sobre los aspectos ms resaltantes del perodo 1940-1970, para luego examinar por separado sus atribuciones especficas de acuerdo con el criterio que agrupa las funciones de los bancos centrales en conceptos tales como el de centralizador de la emisin, guardin de las reservas internacionales, prestamista de ltima instancia y otras que le son propias. Para concluir, se presenta un captulo donde se examinan las posibilidades y limitaciones que tiene el Banco para financiar el desarrollo econmico del pas; y otro relacionado con su posicin frente a los problemas de cooperacin financiera internacional.

Finalmente, se advierte que se trata de un trabajo predominantemente descriptivo, con propsitos de divulgacin y no una obra de tipo analtico, escrito en trminos sencillos por estar dirigido a lectores interesados en el tema pero no a especialistas, y se admiten sus numerosas deficiencias y limitaciones. Gracias a la generosidad de los directivos del Banco Central, as como a la indulgencia del pblico lector, esta obra ha sido objeto de varias reediciones. La primera, como se ha dicho, se public en 1970 como parte de las obras conmemorativas del XXX Aniversario del Instituto. La segunda edicin, publicada en 1980, con motivo de la conmemoracin de los 50 aos del Banco, incorpora distintos conceptos y apreciaciones vinculados con la vida de la institucin, registrados en el decenio 19701980, tanto en el mbito interno como en el externo, entre ellas, la estatizacin o nacionalizacin del Banco con motivo de la Ley de 1974, promulgada durante la primera administracin del presidente Carlos Andrs Prez, en donde se establece que, con excepcin del Estado, ninguna persona natural o jurdica podra ser propietaria de acciones del Banco. En 1986, posiblemente en razn de que las existencias de

prlogo

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la obra en el Banco Central se encontraban agotadas, la Academia Nacional de Ciencias Econmicas, con la anuencia del Instituto, public una nueva edicin en cuyo prlogo se expresa mi agradecimiento a los miembros de esa corporacin en la siguiente forma:Agradezco a la Academia Nacional de Ciencias Econmicas la gentileza de patrocinar una nueva edicin de este trabajo cuyos pocos mritos y limitaciones son evidentes, gentileza que atribuyo, fundamentalmente, a la escasa bibliografa existente sobre la materia; a la generosidad y benevolencia de los Individuos de Nmero de esta corporacin, siempre proclive al estmulo y a la crtica constructiva; as como posiblemente al deseo de contribuir a destacar la labor realizada por el Banco Central de Venezuela, institucin que ha cumplido sus objetivos con una serenidad y eficiencia poco comunes en nuestro medio.

Para la conmemoracin de los 50 aos del BCV, se public una nueva edicin referida a la historia y evolucin del Instituto durante el perodo 1940-1990, con una actualizacin de su texto que se explica en el correspondiente prlogo, as:Esta nueva edicin conserva bsicamente la misma estructura que la anterior, de la cual difiere slo porque se ha agregado una nueva seccin titulada El decenio de los ochenta, en donde se intenta examinar la variada y compleja situacin que ha tenido que afrontar el Banco Central en este perodo, caracterizado por cambios de tipo radical en nuestra economa. La nueva seccin se inicia con una especie de marco de referencia previo, cuyo propsito es resear y destacar las nuevas condiciones en que se desenvuelve la economa venezolana, y la evolucin jurdico-institucional del Banco Central y el sistema bancario en general, para luego pasar a la consideracin del tema principal, relacionado con la poltica monetaria y cambiaria, as como otras polticas y actividades que constituyen responsabilidades especficas de esta institucin.

En reiteradas ocasiones amigos y colegas del Banco Central me han sugerido o planteado la necesidad de actualizar esta obra, la cual en su muy noble apreciacin presenta un panorama bastante interesante y didctico sobre la creacin y evolucin de ese Instituto durante sus primeros decenios de existencia, cuyo contenido tambin en su generosa opinin debe ponerse al da debido a la importancia de los temas

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que aborda. Ante las honrosas sugerencias de actualizacin que se me han hecho, he formulado distintas observaciones, entre ellas: en primer lugar, que en mi modesto parecer, dicha obra cumpli con el cometido para el cual fue escrita, como fue el de resear y analizar un proceso histrico de apreciable inters pero ya superado; en segundo trmino, que futuros trabajos sobre la materia deben corresponder a las nuevas generaciones de economistas y otros profesionales formados en el Banco Central, ms capacitados para ese propsito, a quienes deben dejarse las mayores oportunidades para poner en evidencia su indiscutible talento y capacidad creativa; en tercer lugar, que desde la publicacin original de la obra, la economa y la sociedad venezolana han experimentado cambios de apreciable significacin, adems de que la filosofa y la tcnica de la banca central han venido cambiando tambin considerablemente. Destaqu, asimismo, que la obra original se haba estructurado de acuerdo con las actividades especficas de los bancos centrales, tales como centralizadores de la comisin, guardianes de las reservas internacionales, prestamistas de ltima instancia y otras, pero que en los ltimos aos se haba asignado tan variada gama de atribuciones al BCV que ya no era posible utilizar esa sistematizacin. Frente a las dificultades planteadas, y dada la insistencia del Comit Organizador de la Conmemoracin de los 70 aos del BCV, con la anuencia de tan distinguidas personalidades, me he permitido optar por una solucin intermedia: mantener el texto original que presenta una visin aproximada del Banco desde su fundacin hasta comienzos del decenio 1970-1980, al cual se anexa una sntesis de actividades relevantes para el perodo comprendido entre mediados de 1970, aproximadamente, y finales de 2010 cuando se cumplen los 70 aos del Instituto. Dentro de esta idea, el trabajo se ha agrupado en tres grandes secciones: 1) Origen y evolucin (1940-1970); 2) Sntesis de actividades relevantes (1970-2000); y 3) Cambios de orientacin a comienzos del siglo xxi; todo ello sin olvidar que el tiempo histrico constituye una variable que no admite separaciones tajantes, y que siempre se presentan solapamientos entre unos perodos y otros. Cada seccin va precedida de notas preliminares sobre el perodo objeto de estudio, las cuales constituyen una suerte de introduccin o marco de referencia previo sobre

prlogo

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conceptos histrico-econmicos necesarios para interpretar y valorar las actuaciones del Banco en esa nueva etapa. Esta solucin, a mi entender a pesar de sus notables imperfecciones, podra cumplir con la doble finalidad de satisfacer las exigencias del pblico lector y, a la vez, servir de orientacin y constituir una recopilacin de material bsico para que las nuevas generaciones de economistas y profesionales del BCV, con su reconocida capacidad de anlisis, se encarguen de realizar un enfoque de conjunto ms profundo y actualizado de la historia de la institucin, tarea que yo no he podido acometer, entre otros aspectos, porque los esfuerzos que he realizado al respecto se desactualizan rpidamente ante los cambios tan dinmicos que ha venido experimentando la economa nacional, el sistema financiero y, muy especialmente, el Banco Central. Finalmente, cabe advertir que, con la finalidad de evitar confusiones de tipo bibliogrfico, se ha credo conveniente modificar el subttulo de la obra, con lo cual sta adquiere la denominacin completa de El Banco Central de Venezuela. Notas sobre su historia y evolucin en sus 70 aos de actividades. Para concluir, quiero expresar mi agradecimiento al Directorio y la Administracin del Banco, as como al Comit Permanente de Publicaciones, la Biblioteca y compaeros de trabajo del Instituto por el apoyo que me han brindado para la actualizacin y publicacin de esta modesta contribucin a la historia del Banco Central.

Rafael J. Crazut

Introduccin

Mantener la estabilidad del poder adquisitivo interno y externo de la moneda, a travs de una adecuada regulacin de la liquidez, constituye el objetivo tradicionalmente asignado a los bancos centrales, para lo cual suele dotarse a estas instituciones de una serie de privilegios y responsabilidades que varan de acuerdo con los pases, pero que se orientan bsicamente a la centralizacin de la emisin de las reservas internacionales y las operaciones cambiarias. Tales funciones suelen complementarse con otras no menos importantes como son: actuar como prestamistas de ltima instancia, promover la liquidez y solvencia del sistema bancario, realizar operaciones de mercado abierto, fijar encajes mnimos, establecer determinados tipos de inters que puedan cobrar los bancos en sus operaciones activas o pasivas, servir de agentes, banqueros y consejeros de los gobiernos de sus respectivos pases, vigilar el comercio del oro, actuar como cmaras de compensacin y, finalmente, servir de guardianes de las reservas en efectivo de la banca comercial. En las ltimas dcadas, sin embargo, ha venido prevaleciendo el criterio de que la atencin predominante de estas instituciones debe centrarse en objetivos econmicos y sociales de mayor significacin, como son el logro de la ocupacin plena, el crecimiento econmico y el uso adecuado de los recursos productivos, por lo cual las dems atribuciones y responsabilidades tienen, segn se estima, carcter accesorio y deben estar supeditadas a la consecucin de estos ltimos objetivos bsicos.

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Se asigna tambin a los bancos centrales la responsabilidad de financiar ciertos desequilibrios fiscales o asegurar al Estado que tales desequilibrios puedan ser adecuadamente cubiertos mediante el uso de la deuda pblica, cuya administracin suele constituir tambin una de sus atribuciones especficas. El banco central debe actuar, adems, como consejero del Gobierno y mantener una actitud firme y decidida a fin de imponer su criterio en cuestiones monetarias y asimismo financiar desequilibrios presupuestarios, pero ha de asegurarse de que estas prcticas no conduzcan a la inflacin y debe, por ltimo, adquirir y conservar un elevado prestigio y autoridad moral a fin de utilizarlos como arma de persuasin. Como si todas estas atribuciones fuesen pocas, en las economas no desarrolladas o en vas de desarrollo se aspira a que la institucin desempee un papel decisivo en el financiamiento de ese proceso, utilizando para ello las ms variadas modalidades, entre las cuales no se descarta el crdito directo y a largo plazo. Tambin se espera en estos pases que los bancos centrales contribuyan eficazmente a la modernizacin del sistema financiero, a incrementar el hbito bancario, a estimular el ahorro, a agilizar el mercado monetario, a mejorar o a estructurar el mercado de capitales y a mantener tipos de inters acordes con las necesidades del crecimiento econmico. Tan variada y compleja gama de atribuciones pone de relieve las dificultades que plantea la conduccin de un instituto de esta naturaleza, ya que en la prctica pareciera esperarse de los mismos la solucin a todos los problemas econmicos. Adems, como resulta evidente, muchos de sus objetivos tienen carcter incompatible y en determinadas ocasiones plantean graves conflictos al colidir los unos con los otros. Los bancos centrales se encuentran, igualmente, sujetos a fuertes presiones por parte de sectores que desean aprovechar al mximo su capacidad de emisin. Sus actuaciones suelen tener numerosos crticos y adversarios, algunos de los cuales razonan con sorprendente propiedad tcnica, pero quienes en el fondo actan en defensa de intereses creados. Se espera siempre que el Gobierno respete las decisiones e independencia del banco central, pero tambin es imprescindible que ste acte bajo la suprema direccin del Gobierno. La tarea encomendada a estas instituciones no es, pues, nada fcil ni claramente definida, requirindose en

introduccin

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consecuencia que sus directivos posean condiciones excepcionales, que van desde la prudencia y el don de persuasin hasta la astucia y agresividad para llevar a cabo con buen xito tan complejos objetivos. Tanto la teora como la prctica de la banca central proceden fundamentalmente de Inglaterra. As, por lo menos, lo sealan casi todos los tratadistas, sin desestimar la importante colaboracin que al respecto han prestado otros pases. El Banco de Inglaterra ha constituido, al parecer, una especie de laboratorio donde se han experimentado la mayora de los principios que hoy en da orientan la actuacin de estas instituciones. Fue, asimismo, un destacado financista britnico, sir Walter Bagehot quien, aprovechando las experiencias obtenidas en ese pas, sintetiz en su obra Lombard Street, publicada en 1873, conceptos fundamentales sobre banca central que hoy en da son universalmente admitidos. La historia de la banca central es pues, en gran parte, la historia del Banco de Inglaterra, organismo que adquiri el privilegio de emitir billetes hace ya casi 300 aos a cambio de conceder prstamos a la Corona britnica. Dicho instituto continu realizando operaciones de esta naturaleza durante el transcurso del siglo xviii hasta convertirse en banquero y agente financiero del Gobierno. Asumi, posteriormente, la posicin de prestamista de ltima instancia, con lo cual contribuy a solucionar graves problemas que confrontaban los dems bancos y fue el primero en poner en prctica una poltica de redescuento. Convencidos de su liquidez y prestigio, los dems bancos comenzaron a mantener saldos en el Banco de Inglaterra, el cual adquiri de ese modo la condicin de guardin de las reservas en efectivo del sistema bancario, as como de depositario del oro de la nacin. La liquidacin de deudas interbancarias, mediante el traspaso de saldos depositados en dicho banco, le asign funciones de cmara de compensacin, las cuales comenz igualmente a realizar en forma progresiva. Todas estas actividades, llevadas a cabo exitosamente y, al parecer, sin tropiezos significativos, hicieron que la vieja institucin de Threadneedle Street se convirtiera gradualmente en un organismo de alto inters pblico y respondiera al concepto de lo que hoy llamamos banco central. Las prcticas del Banco de Inglaterra llamaron poderosamente la atencin de los gobernantes europeos. La mayora de ellos, deseosos de

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contar con una organizacin de esta naturaleza, comenzaron a seguir el ejemplo britnico. Como consecuencia de ello, se crearon numerosos bancos con privilegios especiales o se otorgaron privilegios a instituciones ya existentes. Son representativos de este perodo el Banco de Francia, fundado en 1800; el Banco de los Pases Bajos, en 1814; los Bancos de Austria y Noruega, en 1817; el Banco Nacional de Blgica, en 1850; el Banco de Espaa, en 1856; y el Reichsbank que surgi en 1875 como Banco de Prusia. Al finalizar el siglo xix ya casi todos los pases europeos contaban con bancos especiales que, en mayor o menor grado, desempeaban las funciones que hoy se asignan a los bancos centrales. El monopolio o centralizacin de la emisin y la facultad de servir de agentes financieros de los gobiernos constituan su caracterstica ms resaltante. Salvo contadas excepciones, a comienzos del siglo xx la banca central era una institucin esencialmente europea. Plantebanse para entonces, en Estados Unidos, graves desajustes monetarios, derivados de la existencia de un sistema bancario cuya peculiaridad ms sobresaliente era la descentralizacin. Frente a tal situacin las autoridades del pas decidieron estudiar y adaptar las experiencias del viejo continente, lo que condujo a la promulgacin del Federal Reserve Act, el 23 de diciembre de 1913, de acuerdo con lo cual se estableci el Sistema de la Reserva Federal. Doce bancos relativamente independientes, con facultades de emisin y posibilidades de actuar como prestamistas de ltima instancia, dentro de sus respectivas zonas de influencia, integran el aludido sistema, cuya mxima autoridad reside en una junta de gobernadores (Federal Reserve Board), designada por el Gobierno y ratificada por el Congreso. Como otra caracterstica especial cabe aadir que slo los bancos afiliados pueden recibir los beneficios directos de este sistema y que las funciones de guardin de las reservas internacionales corresponden a la tesorera. El Federal Reserve System fue, posiblemente, la primera institucin creada con la expresa finalidad de llevar a cabo las funciones de un moderno banco central, ya que las dems organizaciones haban llegado a esa posicin por evolucin gradual. Al finalizar la Primera Guerra Mundial, pocas de las economas, que hoy se clasifican como subdesarrolladas, haban establecido bancos

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centrales. Se atribuye a tres grandes bancocentralistas (lord Montagu Norman, gobernador del Banco de Inglaterra; Benjamin Strong, del Banco de la Reserva Federal de Nueva York; y Hjalmar Schacht, del Reichsbank), el haber desarrollado una campaa mundial que exaltara las ventajas de los bancos centrales y estimulara a los pases que carecan de ellos para que procediesen a crearlos. Asimismo, una convencin financiera internacional celebrada en Bruselas, en 1920, puso de relieve las ventajas de estas instituciones, recomendando su creacin para acelerar el proceso de rehabilitacin y garantizar una mayor estabilidad monetaria. En Amrica Latina, como ms adelante se comenta, se establecieron algunos institutos de ese tipo durante el transcurso de esa dcada, pero la mayora de ellos surgieron a partir de la depresin de los aos treinta, la cual demostr con ms convincentes argumentos la necesidad de su creacin. Un nmero proporcionalmente mayor de bancos centrales se ha establecido despus de la Segunda Guerra Mundial, como consecuencia de la independencia que han alcanzado numerosos pases africanos y asiticos, as como por el estmulo que se deriva de las medidas de cooperacin internacional que actualmente prevalecen. Los regmenes legales que gobiernan la actuacin de estas instituciones creadas en economas de bajos ingresos y sin mercado monetario organizado son, bsicamente, similares a las que existen en las economas avanzadas, ya que en la prctica han sido calcadas de tales pases o han sido elaboradas por tcnicos procedentes de aqullos. Adecuar cabalmente todos estos principios y experiencias a las economas en desarrollo es uno de los ms graves problemas que se plantean. Materia que no puede omitirse en estas notas introductorias es la relativa a la propiedad, control y grado de independencia que conservan o deben conservar las instituciones cuyo estudio nos ocupa. Los viejos e independientes bancos centrales, creados y administrados por el sector privado, han cedido ya al poder del Estado. Dos razones bsicas parecen justificarlo: en primer lugar, la creciente intervencin gubernamental en la actividad econmica que ha ido debilitando progresivamente los clsicos principios de laisser faire y laisser passer, con los cuales se estructur y fortaleci el Banco de Inglaterra; y, en segundo, el abandono del patrn oro, en cuya etapa dorada o aparentemente dorada no tena cabal

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justificacin la intervencin en el campo monetario, por cuanto todos los ajustes se realizaban automtica o casi automticamente con reducida participacin gubernamental. La mayor responsabilidad del Estado en la conduccin de la poltica econmica, as como la clara conciencia de que la facultad de emisin y el control monetario son materia de inters pblico, ha demandado un mayor control gubernamental sobre los bancos centrales. Muchas de las ms prestigiosas organizaciones han sido nacionalizadas y las que se han creado en perodos recientes suelen estar constituidas con capital mixto, del pblico y/o de la banca y del Gobierno, pero siempre con participacin mayoritaria de este ltimo. La propiedad total del Estado resulta tambin prctica comn en muchos de los bancos recientemente creados. El Sistema de la Reserva Federal constituye una de las pocas organizaciones cuyo capital pertenece a entidades privadas, como son los bancos afiliados. No obstante, conviene apuntar que tanto en ste, como en otros casos similares, se determina claramente que los accionistas no tienen los derechos y privilegios que comnmente poseen quienes adquieren acciones de empresas privadas. La Junta de Gobernadores, como se ha dicho, es designada por los poderes pblicos, lo que constituye la ms severa limitacin al derecho de propiedad. A pesar de esa tendencia a la estatizacin, la mayora de los bancos centrales conservan un alto grado de independencia frente a los gobiernos, siendo frecuentes las discrepancias entre gobiernos y bancos centrales en materias de tipo fiscal y monetario. La designacin de las autoridades que gobiernan a la institucin resulta tan variada como la estructura del capital: el presidente o gobernador, como ms frecuentemente se le llama, suele ser designado por el jefe del Estado, mientras que en el caso de los directores o miembros del Consejo de Administracin, tienen mayor participacin los accionistas privados, aunque siempre con especiales limitaciones a fin de que dicha junta sea representativa de los ms variados sectores de la economa. Casi todos los bancos centrales revisten carcter de compaa annima y muchos de ellos se han organizado de acuerdo con la llamada estructura departamental, mediante la cual se establecen dos o ms departamentos relativamente independientes, normalmente el departamento de emisin y el bancario. La distribucin de utilidades tiene tambin

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ciertas restricciones como sucede en el caso de la eleccin de los directivos. Por regla general, los accionistas privados se encuentran limitados a un porcentaje mximo a fin de que el grueso de los beneficios sea percibido por el Estado, por ser ste quien aporta el privilegio de emisin. La designacin o eleccin de los presidentes, gobernadores o directores, suele hacerse por perodos fijos, comnmente largos, a fin de garantizar la adecuada continuidad administrativa y dotar a estas instituciones de un razonable grado de autonoma. A pesar de su extraordinaria proliferacin actual, la literatura sobre banca central es nueva. Sorprende, por ejemplo, el hecho de que la primera obra que lleva en su ttulo las palabras banca central, la de Kisch y Elkin, haya aparecido prcticamente en la dcada de los treinta. La conocida obra de M.H. De Kock, Central Banks, fue publicada en 1938, y son de esos mismos aos la obra de Sayers, Central Banking After Bagehot y la de Hawtrey, The Art of Central Banking. Muchos otros trabajos han aparecido con posterioridad, pero pocos donde se enfoque la totalidad del problema, por lo menos con aportes originales. Un economista indio, S.N. Sen, es posiblemente el primero en publicar un trabajo completo sobre la banca central en los pases subdesarrollados, Central Banking in Underdeveloped Money Markets (Calcuta, 1952). De igual forma, corresponde a Lester Chandler el mrito de analizar el problema de la banca central y el desarrollo econmico, Central Banking and Economic Development (Bombay, 1962). Frank Tamagna hace un aporte significativo al enfocar en conjunto el problema de la banca central en Amrica Latina; y un distinguido funcionario del Fondo Monetario Internacional, Hans Aufricht, realiza un considerable esfuerzo en el campo de la legislacin comparada de banca central. A partir del surgimiento de esa ltima institucin se han venido publicando peridicamente trabajos bien documentados sobre la materia. Adems, el Fondo Monetario ha creado un servicio de banca central, con la finalidad de asesorar a los pases que aspiran a crear instituciones de este tipo o a modernizar las existentes. Por ltimo, si de reconocimiento de mritos se tratase, sera ilgico pasar por alto los trabajos patrocinados por el Sistema de la Reserva Federal de Estados Unidos, as como la importante labor de investigacin y divulgacin realizada por el Centro de Estudios Mo-

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netarios Latinoamericanos (Cemla). Otra obra de Chandler, Benjamin Strong, Central Banker, constituye una valiosa contribucin al estudio de la materia. En Venezuela, gracias a la previsin del doctor Manuel R. Egaa, se encuentra abundante material sobre los estudios preliminares y el apasionante debate que suscit la creacin de nuestro principal instituto emisor. Las Memorias, Informes Econmicos y otras publicaciones del BCV son las fuentes bibliogrficas ms importantes de que se dispone en el pas, pero, como ms adelante se comenta, existen tambin valiosos aportes realizados por personas que han estado vinculadas a la institucin. Hasta hace pocos aos, como acaba de indicarse, la literatura sobre banca central dejaba, indudablemente, mucho que desear. Al abordar este problema, la mayora de los tratadistas seguan fielmente el esquema del Banco de Inglaterra y describan sus operaciones y procedimientos como si fuesen comunes o adaptables a todas las economas o a todos los pases. Se hablaba enfticamente de las manipulaciones en la tasa de redescuento y de sus efectos sobre el tipo de inters, el crdito o la balanza de pagos y se sealaba, asimismo, con igual generalidad y dogmatismo, que las operaciones del mercado abierto tenan efectos decisivos sobre la expansin o contraccin del circulante, ya que la adquisicin o venta de valores por parte del banco central permita lograr efectos similares. Se omitan, sin embargo, las profundas diferencias que existen entre los pases de alto desarrollo financiero y las condiciones que prevalecen en otras economas, sin mercado organizado de dinero a corto plazo, en donde la influencia de los bancos centrales es extraordinariamente reducida y en algunos casos inoperante, salvo en lo que respecta a la centralizacin de la emisin y de las reservas internacionales que constituyen en la prctica sus nicas funciones bsicas. La realidad es que en los pases insuficientemente desarrollados, la banca central confronta serias limitaciones para influir sobre la actividad econmica a travs de sus procedimientos clsicos de operacin. Dervanse tales limitaciones de la ausencia de un mercado monetario organizado, capaz de llevar el crdito del instituto emisor a todos los sectores de la economa, y que, en razn de su propia estructura y necesidades, site a este ltimo en la cima de un sistema financiero

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cabalmente interrelacionado que responda a su poltica, directrices y orientaciones. Un esquema as concebido no suele encontrarse en nuestras economas, debido a la incipiente estructura del sistema bancario, al predominio que todava conservan los prestamistas no institucionales como proveedores de fondos, al reducido hbito bancario y a la existencia de grandes sectores de la poblacin no incorporados cabalmente a la economa monetaria. La banca, por su parte, acta con grandes prejuicios frente al redescuento, conserva normalmente elevada liquidez y no est suficientemente provista de papel redescontable, pues la modalidad favorita del crdito es el sobregiro en cuenta corriente. Ante una situacin como la planteada no es posible esperar que las variaciones en la tasa de redescuento tengan influencia decisiva sobre la actividad econmica, como sucede en economas ms avanzadas. Frecuentes son los casos en que las autoridades monetarias han modificado los tipos de redescuento y no se han registrado efectos significativos sobre el inters y el crdito bancario a corto plazo. Las funciones de prestamista de ltima instancia permiten slo cubrir apremios de la banca, pero no constituyen un medio habitual de financiamiento que pueda ser utilizado como instrumento de control monetario. Las operaciones de mercado abierto, que constituyen otro elemento decisivo, carecen tambin de la necesaria efectividad. En economas avanzadas, al tener acceso a un mercado de valores organizado e intensamente utilizado, el banco central puede adquirir en poco tiempo grandes cantidades de obligaciones gubernamentales como medio de incrementar las reservas y liquidez de la banca. Puede, asimismo, colocar igual nmero de obligaciones en el mercado a fin de inducir el fenmeno inverso, siempre con la seguridad de que los efectos de tales operaciones se transmitirn a todo el sistema financiero en virtud de la estrecha interrelacin existente. En las economas subdesarrolladas, la ausencia de un mercado de valores, la escasez de obligaciones derivadas del crdito pblico y los reducidos hbitos y posibilidades de ahorro de la poblacin hacen prcticamente inoperante la poltica de mercado abierto. Normalmente, los bancos centrales compran o venden obligaciones gubernamentales, pero en tan reducida cantidad que no influyen decisivamente sobre la liquidez. Las operaciones que se realizan tienen,

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ms que todo, propsitos educativos, orientadas a crear y desarrollar el mercado o responden a la conveniencia de estabilizar la cotizacin de los valores gubernamentales. En la mayora de los casos, el banco central no puede lanzar al mercado un volumen significativo de obligaciones sin influir negativamente sobre los precios, y tal limitacin le impide adoptar una poltica ms firme al respecto. Ante perspectivas tan poco favorables, algunos autores han llegado a preguntarse hasta qu punto existe necesidad de crear bancos centrales en estos pases, en los cuales dichas instituciones tienen tan escaso radio de accin. La respuesta a esta interrogante es sencilla, aun cuando admite cierta discusin: una corriente en extremo conservadora niega la posibilidad de que los bancos centrales sean universalmente necesarios, y sustenta el criterio de que los mismos tienen slo cabida en pases de gran desarrollo financiero. Se exponen argumentos similares a los anteriormente esbozados y se aduce que, al no existir en los pases subdesarrollados un sistema bancario y financiero cuya conducta pueda ser orientada o dirigida por el banco central, las funciones de este ltimo se encuentran prcticamente fuera de lugar. Este planteamiento resulta indudablemente errneo y peca de exageracin, por cuanto desestima la importancia que tiene la centralizacin de la emisin y de las reservas internacionales, as como la colaboracin que pueden prestar estas instituciones al servir de banqueros, consejeros o agentes financieros de los gobiernos de sus respectivos pases. Con sus escasos medios de accin, el banco central debe procurar la estabilidad del poder adquisitivo interno y externo de la moneda, y contribuir a solucionar muchos de los problemas que en la esfera monetaria pueden plantearse. Con muy buen sentido ha sealado un distinguido autor que la creacin de bancos centrales en estos pases es respaldada ampliamente por polticos y economistas, quienes llegan por distintas vas a idntica conclusin. Para los primeros, el establecimiento de un banco central resulta imprescindible con la finalidad de proteger la estabilidad monetaria frente a la agresividad y astucia de los bancos extranjeros. Para los segundos, un instituto de esta naturaleza tiene amplia justificacin por cuanto contribuye a proteger dicha estabilidad de las decisiones de los polticos. Obviamente, en esta confrontacin de opi-

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niones entre polticos y bancos centrales, los primeros suelen aparecer como abanderados del crecimiento econmico y el pleno empleo, y los segundos, de la estabilidad monetaria. Otro elemento que debe considerarse en la discusin del problema radica en el hecho de que los pases subdesarrollados posiblemente dejarn de serlo o, por lo menos, es esa la meta que se han trazado o habrn de trazarse. En este caso, el establecimiento de un banco central resulta la clave de la organizacin monetaria y la institucin bsica que habr de orientar al sistema financiero en su desenvolvimiento futuro. As sucedi en Venezuela, en donde, como sabemos, se cre un banco central frente a una estructura financiera que no pareca justificarlo, ya que prevalecan todas las caractersticas de las economas sin mercado organizado de dinero a que se ha hecho referencia. Un economista norteamericano, Constantine McGuire, contratado por el Gobierno nacional en 1938 a fin de prestar asesoramiento sobre la materia, descart totalmente la tesis de que en nuestro pas pudiera requerirse de la creacin de un banco central. Seal en esa oportunidad argumentos similares a los que aqu hemos citado sobre la poca efectividad de tales instituciones para influir sobre el circulante y el crdito en economas poco avanzadas. Su argumentacin era tericamente correcta, pero olvidaba la importancia que reviste la centralizacin de la emisin y de las reservas, as como la conveniencia de prever el futuro y abordar los problemas venideros con mayores recursos tcnicos y con una organizacin ms adecuada. El vigoroso crecimiento y las transformaciones que experiment la economa venezolana con posterioridad al surgimiento de nuestro Banco Central, as como la participacin que dicha institucin ha tenido dentro de ese proceso, ponen de relieve lo oportuna que fue su creacin y lo til que pueden resultar estas instituciones, aun en economas de mercado monetario no desarrollado.

primera parte

Origen y evolucin (1940-1970)

captulo i

Antecedentes histricos

La Venezuela de los aos treinta Arruinada por las guerras civiles, los regmenes despticos, el peculado, la malaria, el latifundio y otros males no menos graves en el orden poltico, econmico y social, la Venezuela que precedi a la creacin del Banco Central presentbase en el panorama mundial como uno de los pases ms atrasados de Amrica Latina. Exista, indudablemente, la perspectiva favorable del petrleo, pero los mercados no se haban desarrollado como ahora; las tcnicas de exploracin y explotacin eran ms primitivas, las refineras se haban instalado fuera del pas y las percepciones que reciba la nacin por este concepto eran relativamente limitadas, ya que no se contaba con un rgimen fiscal adecuado. No se haba promulgado la Ley de Impuesto sobre la Renta ni exista una tributacin uniforme en materia de hidrocarburos, y todava intereses privados podan adquirir jugosas regalas del negocio petrolero y aspiraban a consolidar este sistema en detrimento de las grandes mayoras. Adems, el mundo haba salido de una poca de depresin durante la cual haba descendido la demanda de combustibles y eran limitadas las posibilidades de financiamiento que podan obtener empresas petroleras para explotar los ricos yacimientos descubiertos en el pas. Se haban debilitado, igualmente, los precios del caf y del cacao, y la ganadera se encontraba

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en ruinas debido a las condiciones sanitarias prevalecientes en las zonas ms propicias para esta actividad. La Venezuela de la poca poda ubicarse sin temor a errores en la etapa que Rostow denomina sociedad tradicional, cuya estructura haba alcanzado un grado elemental de desarrollo dentro de funciones de produccin limitadas1. En el orden externo, el poder poltico de las grandes potencias era proporcionalmente ms elevado que ahora, razn por la cual las naciones jvenes se sentan poco inclinadas a reclamar sus derechos. Por ello los tratados de comercio, en lugar de favorecer al pas, lo perjudicaban. No existan, por supuesto, ni la cooperacin financiera internacional ni las teoras de desarrollo econmico, por lo menos en su forma actual. Casi la mitad de los pases del mundo eran colonias de Francia, Inglaterra y Holanda, y la diplomacia de los fuertes para con los dbiles se basaba predominantemente en el bloqueo y los caones2. En el orden interno, era difcil precisar si el pas acababa de salir de una dictadura que lo haba arruinado o haba entorpecido su progreso; o si, por el contrario, se trataba de un rgimen desptico que lo haba unificado y haba impuesto ms de 20 aos de paz a base de crceles, destierros y sangre, bajo un real o aparente objetivo poltico de unin, paz y trabajo. Slo la historia podr juzgar tales hechos, pero las cifras acerca del grado de desarrollo econmico y social eran marcadamente dramticas. He aqu algunos de los aspectos ms resaltantes:1 Alfredo Machado Gmez, en un ensayo titulado Consideraciones generales sobre el desarrollo econmico de Venezuela y la poltica y actividades del Banco Central, recogido posteriormente en su obra Crisis y recuperacin (1972), analiza las etapas de desarrollo econmico de Venezuela de acuerdo con el esquema de Rostow para llegar a la conclusin de que el perodo antes citado corresponde a la sociedad tradicional. Vase igualmente Rostow W.W. (1961). 2 Con tales afirmaciones se ha querido hacer referencia a una conocida etapa de la historia diplomtica mundial (gunboat diplomacy), en la cual colonialistas e imperialistas del siglo pasado y comienzos del presente solan dirimir sus problemas con los pases dbiles a travs de este sistema. Venezuela no fue una excepcin al respecto. Posiblemente muchos de los ciudadanos que participaron en el proceso de creacin del Banco Central tenan todava presente la frase del general Cipriano Castro: La planta insolente del extranjero..., para referirse a la embestida de la que haba sido objeto nuestro pas en el primer decenio del siglo xx, cuando naves extranjeras, en accin punitiva por el atraso en el pago de deudas, bloquearon y atacaron nuestros principales puertos. Venezuela haba sido tambin objeto de una agresin reciente por parte de Gran Bretaa, en confabulacin con las grandes potencias, al ser despojada de la Guayana Esequiba. Esta etapa relativamente olvidada de nuestra historia ha sido revivida elocuentemente por Ramn J. Velsquez en su obra La cada del Liberalismo Amarillo (1973). Vase igualmente Hood, M. (1975).

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La poblacin era, aproximadamente, de 3 millones de habitantes. Cerca de 75% viva en zonas rurales y 25% restante, en centros poblados y zonas intermedias. Ms de 70% de los pobladores del pas eran analfabetas y se encontraban en condiciones econmicas posiblemente ms precarias que los marginados de la actualidad. Caracas, la capital de la repblica, no sobrepasaba los 200.000 habitantes, y las dems ciudades de importancia, Maracaibo, Barquisimeto y Valencia, no alcanzaban los 100.000. El paludismo azotaba a ms de 50% de la superficie del pas y a l se unan la fiebre amarilla, la anquilostomiasis y otras enfermedades endmicas que hacan inhspito el medio rural y los propios centros poblados. El rgimen de tenencia de la tierra era extraordinariamente injusto, aun cuando no tanto como el que prevaleca y an subsiste en otros pases de Amrica Latina; pero como consecuencia del latifundio, los bajos salarios, el sistema de conucos y la escasa productividad de la agricultura de exportacin y sus bajos precios, ms de la mitad o quizs las tres cuartas partes del pas no estaban incorporadas a lo que podra llamarse la economa monetaria. En fin, haciendo abstraccin de muchos otros problemas que sera largo enumerar, Venezuela era una especie de esquema caracterstico de economa subdesarrollada o, ms concretamente, uno de esos prototipos de pases atrasados que con tanta propiedad describen los autores de hoy en da que estudian esta materia. En l estaban presentes el crculo vicioso de la pobreza, la ocupacin disfrazada, el deterioro de la relacin de intercambio, el analfabetismo, el aislamiento econmico, el desempleo, el latifundio y la carencia de las ms elementales facilidades de infraestructura. Un alto grado de subordinacin econmica respecto a otras naciones, era tambin rasgo caracterstico de aquella Venezuela primitiva y empobrecida. La escasez de vas de comunicacin creaba, adems, un serio problema para estimular la produccin industrial y explorar el mercado interno. Los obstculos para el intercambio eran de tal naturaleza que en algunas zonas costaneras y fronterizas era ms frecuente comerciar con el exterior que con el resto del pas. Tres o cuatro ferrocarriles obsoletos, de va angosta y sin interconexin alguna entre unos y otros, transportaban exiguos renglones agrcolas de los centros de produccin a los de consumo. Las carreteras eran escasas, angostas y slo existan dos

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tramos pavimentados, el de Caracas a Puerto Cabello y el de Caracas a La Guaira; las dems eran transitables adecuadamente slo en la poca de sequa, y al llegar el invierno muchas regiones del pas quedaban aisladas. Por otra parte, no existan las ms elementales facilidades portuarias3; no se conocan empresas industriales de mediana significacin ni se haba comenzado a operar el fenmeno de concentracin de la poblacin en las ciudades, que era ya caracterstico de otros pases de Amrica Latina. Con respecto a la capacidad tcnica, cientfica o empresarial del venezolano de la poca, una frase del entonces presidente de la Repblica, general Eleazar Lpez Contreras, lo sintetizaba todo al afirmar que en Venezuela exista crisis de hombres. Absurdo era pensar en la existencia de un mercado monetario en aquella economa tan primitiva, donde los jornaleros agrcolas reciban todava sus sueldos en fichas y permanecan atados a la tierra como los antiguos siervos feudales. Para 1936 y 1937, los agricultores de importancia manejaban todava su dinero a travs de casas comerciales como Blohm, Boulton, Kolster y otras, algunas de las cuales financiaban cosechas, reciban depsitos y hasta realizaban transferencias de fondos como si se tratase de instituciones especializadas. Venezuela era, pues, un pas esencialmente campesino donde privaba en cierta forma la autarqua, poco circulaba el dinero y, por razones obvias, no poda existir ese anhelado mercado monetario que, en opinin de algunos expertos extranjeros, era imprescindible para la creacin del Banco Central. Las instituciones financieras no podan ser ms que un fiel reflejo de lo que se registraba en el campo de la produccin y en el orden social. Para 1940, es decir, cuando inici sus operaciones el Banco Central

3 Las limitaciones en materia de infraestructura y el grado de subordinacin econmica en que se encontraba el pas respecto a otras naciones, se pona de relieve, entre otros aspectos, por el hecho de que el puerto de La Guaira estaba en poder de intereses britnicos, como resultado de negociaciones que se haban realizado para construir las obras portuarias existentes. Si a ello se agrega que durante muchos aos las rentas aduaneras permanecieron hipotecadas a favor de terceros pases para responder al pago de obligaciones contradas, bien podra concluirse que en Venezuela intereses forneos no slo controlaban las operaciones de nuestro principal puerto, sino tambin las recaudaciones aduaneras. Para poner fin a esta situacin, el gobierno del general Juan Vicente Gmez cancel la deuda pblica externa y el del general Lpez Contreras nacionaliz la Corporacin del Puerto de La Guaira.

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de Venezuela, existan en el pas 11 bancos comerciales4 con un total de 11 sucursales y 24 agencias. El circulante monetario en poder del pblico se situaba en un promedio anual de alrededor de los 300 millones de bolvares, y los depsitos de la banca comercial en cerca de 200 millones de bolvares; el capital y reservas de la banca privada eran de menos de 80 millones de bolvares, y los ingresos de divisas del pas slo en 1944 llegaron a alcanzar la respetable suma de 100 millones de dlares. Por su parte, la gestin fiscal, motor de la economa y de la expansin o contraccin monetaria, se caracterizaba por ingresos que comenzaron a acercarse a los 300 millones slo en los ltimos aos ms prsperos de la dcada de los treinta. Se conocan, indudablemente, las compaas annimas, las cuales eran reducidas y controladas como en la actualidad por grupos familiares. Las pocas acciones que salan al mercado se compraban o se vendan en las esquinas de La Bolsa y San Francisco, donde se colocaba adems el dinero para hipotecas y se realizaban las operaciones en inmuebles. Slo siete aos despus de establecido el Banco Central, inici sus operaciones la todava incipiente Bolsa de Comercio de Caracas. Para profundizar un poco ms en el marco institucional financiero, por ser ste el mbito dentro del cual habra de operar en el futuro el proyectado Banco Central de Venezuela, de seguidas se analizarn algunos aspectos: Pluralidad de emisin Como haba sido caracterstico en otros pases que carecan de banco central, rega en Venezuela un sistema de pluralidad de emisin, mediante4 En 1940 exista en el territorio de la repblica un total de 14 bancos, de los cuales 11 eran privados y 3 gubernamentales o semigubernamentales. De los 11 bancos privados, 6 eran nacionales y 5 extranjeros. El capital de los bancos privados era el siguiente: Banco de Venezuela, Bs. 24 millones; Banco de Maracaibo, Bs. 2,5 millones; Banco Caracas, Bs. 6 millones; Banco Comercial de Maracaibo, Bs. 2 millones; Royal Bank of Canada, Bs. 1,5 millones; National City Bank of New York, Bs. 2 millones; Banco Venezolano de Crdito, Bs. 6 millones; Banco Mercantil y Agrcola, Bs. 8 millones; Banco Holands Unido, Bs. 1,5 millones; London & South America Ltd., Bs. 1 milln; y Banco Alemn Antioqueo, Bs. 1 milln. Los bancos gubernamentales eran: el Banco Agrcola y Pecuario, el Banco Obrero y el Banco Industrial de Venezuela.

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el cual algunos bancos comerciales podan emitir sus propios billetes. La Ley de Bancos del 20 de julio de 1936 (ltima en vigencia antes de la promulgacin de la Ley del Banco Central) estableca que la facultad de autorizar la emisin de billetes de curso libre, con suficientes seguridades para su reintegro a la par, a la vista y al portador, corresponda a la nacin5, la cual poda conferir permiso para ese propsito slo a bancos nacionales que, adems de estar constituidos con carcter de compaas annimas, se establecieran con arreglo a las leyes del pas y tuviesen un capital constituido por monedas de oro de curso legal. Asimismo, sus acciones deberan ser nominativas y no menos de las dos terceras partes del capital pertenecer a personas naturales o jurdicas residenciadas en Venezuela. Tales bancos podan ser autorizados para emitir billetes hasta por el doble de su capital enterado en caja6. Se contemplaba, adems, que el total de billetes pudiese estar respaldado parcialmente por moneda de curso legal o por activos exigibles a la vista en plazo menor de 30 das; pero, en todo caso, la existencia de oro acuado en caja debera representar una tercera parte por lo menos de la emisin. Esta reserva poda disminuir en la medida en que se retirasen billetes de la circulacin, siempre que los mismos no figurasen en las cuentas de caja como efectivo. El Ejecutivo Federal se reservaba, igualmente, la posibilidad de fijar una cuota en efectivo mayor que la anteriormente sealada y, cuando lo juzgase conveniente, poda autorizar la emisin de billetes hasta por el triple de su capital, e incluso fuera de los lmites establecidos, siempre y cuando se tomasen otras previsiones de caja. Los billetes emitidos deberan representar el valor de las monedas nacionales o de sus mltiplos, pero el mayor monto no poda exceder de 1.000 bolvares ni el menor de 10 bolvares7. Por lo dems, la ley reglamentaba a suficiencia lo concerniente a los bancos de emisin, a los cuales dedicaba un extenso articulado, previndose todo lo relativo a las caractersticas de las emisiones, incluyendo lineamientos acerca de los5 Artculo 18 de la ya citada Ley de Bancos del 20 de julio de 1936. 6 Artculo 24 ejusdem. 7 Artculo 26 ejusdem.

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grabados, numeracin, firmas y trmites que deberan realizarse en cada caso ante el Gobierno nacional, y establecindose las prohibiciones a que estaban sometidos los directores o gerentes de estos bancos. Dichos billetes no eran de obligatorio recibo8. Los bancos de emisin estaban obligados, sin embargo, a recibir y a canjear sus propios billetes en la oficina principal o en sus agencias. Para ello se establecan incluso las horas mnimas de caja que deberan dedicarse a este propsito. Por ltimo, el permiso de emisin poda ser revocado en cualquier momento por el Ejecutivo Federal cuando as lo requiriesen los intereses generales de la nacin, en cuyo caso se dara a los bancos un plazo prudencial para retirar sus emisiones. Bancos privados emisores Por los aos 1939 y 1940 circulaban en el pas billetes emitidos por el Banco de Venezuela, el Banco Venezolano de Crdito, el Banco Mercantil y Agrcola, el Banco de Maracaibo, el Banco Comercial de Maracaibo y el Banco Caracas. Tambin el Banco Industrial de Venezuela estaba autorizado por su ley para emitir billetes, materia que la Ley del Banco Agrcola y Pecuario no contemplaba en el caso de esa institucin. El monto de las emisiones que circulaban en el pas se situaba en alrededor de 150 millones de bolvares, de los cuales 100 millones, aproximadamente, eran emitidos por el Banco de Venezuela, organizacin que tena un capital de 12 millones de bolvares y mantena en su poder reservas para emisiones que alcanzaban a ms de 80 millones. Los dems institutos, con menor capital y reservas, tenan proporcionalmente menores emisiones. As, el Banco Mercantil y Agrcola mantena en circulacin8 Artculo 27 ejusdem. Conviene, adems, hacer referencia a algunos comentarios del doctor Alberto Adriani sobre esta importante materia: Como dijimos arriba, tanto la Constitucin como la Ley de Bancos prohben el curso forzoso del billete de banco. Pero una prohibicin legal slo es efectiva si se realiza en la prctica. Ahora bien, de hecho cuando en una regin el billete de banco forma buena parte del numerario en circulacin y no existe ninguna agencia del banco emisor, como sucede en esta regin andina en el caso de todos nuestros bancos de emisin, excepto uno, el billete de banco circula como si fuera de obligatorio recibo. La persona que deba recibir un pago puede negarse, y algunas veces lo hace al recibirlo en billetes de banco, y la ley le dar la razn. Pero en la mayora de los casos el pagador no dispone de otro numerario y el rehso resulta inoficioso (1939b).

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slo alrededor de 12 millones, el de Maracaibo 5 millones y el Comercial de Maracaibo 4 millones. Este sistema de emisin mltiple, a cargo de los bancos comerciales y por delegacin del Gobierno, haba estado en boga en numerosos pases en los que contaba con apasionados defensores frente a la otra modalidad que prevaleca, la cual consista en reservar la emisin a los propios gobiernos, generalmente a travs de sus tesoreras. Se aduca que, en este ltimo caso, los gobernantes podan emitir billetes de acuerdo con necesidades fiscales, polticas e incluso militares pero no con criterio estrictamente monetario, con lo cual los peligros de inflacin estaban siempre latentes. En cambio, la emisin delegada a un selecto nmero de bancos privados contaba siempre con el respaldo metlico adecuado, con la reglamentacin de las leyes y con la siempre presente supervisin gubernamental. Para la poca que hemos venido considerando, ya la emisin mltiple se encontraba totalmente superada y haba cedido paso a la centralizada o, para ser ms exactos, a la creacin de bancos centrales. En efecto, el sistema de emisin mltiple planteaba el problema de que las reservas se diluan, perdan su eficiencia y posibilidades de rpida movilizacin. Adems, exista el peligro de que en aquellos momentos en que el sistema bancario contase con mayor provisin de oro podan proliferar las emisiones de billetes, influidas siempre por la competencia entre los bancos para imponer y consolidar su prestigio o para realizar mayores beneficios. La objecin fundamental al sistema de pluralidad de emisiones radicaba, no obstante, en la falta de una autoridad central que ajustase las mismas a las necesidades efectivas del mercado monetario y que controlase el circulante, ya que los bancos privados al cumplir los requisitos mnimos legales podan lanzar a la circulacin cuantos billetes quisiesen, creando una anrquica competencia entre unos y otros que poda distorsionar el sistema econmico. Convenio Tinoco y rgimen cambiario Las operaciones cambiarias se canalizaban preferentemente a travs del Banco de Venezuela y se reglamentaban por el llamado Convenio Tinoco, celebrado en 1934 con motivo de la devaluacin del dlar de Estados

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Unidos. Segn este convenio, el Gobierno nacional se comprometa a adquirir, a travs del citado banco, las divisas que tuviesen que vender las compaas petroleras al precio de Bs. 3,90 por dlar, siempre que el total de dlares provenientes de la exportacin de caf y cacao, sumado al que adquiriese de las empresas petroleras, no excediera de las demandas del mercado. En 1937, el bolvar experimenta una revaluacin y el tipo de compra del dlar se establece en Bs. 3,09, fijndose un tipo de venta de Bs. 3,17 por dlar, adems de un subsidio compensatorio para las exportaciones de caf y cacao. Exista, igualmente, una Junta Nacional Centralizadora de Cambios, la cual fue suprimida por decreto de fecha 15 de octubre de 1940, absorbiendo sus funciones, segn el mismo decreto, el propio Banco Central de Venezuela. Arraigada tradicin respecto al oro Prevaleca en el pas la ms arraigada tradicin con respecto al oro y al patrn oro, del cual se afirmaba tena bases constitucionales9. La Ley de Monedas del 24 de junio de 1918 estableca, como la derogada en 1974, que nuestra unidad monetaria era el bolvar oro, el cual equivala a doscientos noventa mil trescientas veintitrs millonsimas de gramo de oro fino (0,290323 gr). La paridad de nuestro signo monetario, con respecto al dlar devaluado en 1934, era de Bs. 3,061 y las reservas ureas de los bancos comerciales para garantizar la convertibilidad de sus billetes alcanzaba cerca de 90 millones de bolvares. Se crea como dogma fundamental en la libre transferencia de oro y en el libre juego de los gold points, todo ello a pesar de que el sistema de patrn oro haba experimentado un fuerte colapso. Se tena poca confianza en la banca y se atesoraba el oro y la plata como en las economas ms primitivas, siempre ante el temor de las guerras civiles, las confiscaciones y, muy especialmente, las crisis que poda experimentar el sistema bancario, frecuentes en algunos pases del mundo para los aos de la dcada de los treinta.

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Vase, por ejemplo: Prez Dupuy, H. (1948); Adriani, A. (1939a); y Mayobre, J.A. (1964).

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Regmenes autocrticos, economa liberal El Estado no tena facultad constitucional para intervenir en la actividad econmica, por lo que se consagr un rgimen esencialmente liberal que, por lo dems, privaba en la mentalidad de los hombres e instituciones de la poca. Naturalmente, las constituciones eran poco respetadas, pero estos principios servan de lineamientos a los gobernantes autcratas quienes los acataban fielmente. Por ello, la intervencin gubernamental en materia monetaria y cambiaria, adems de legalmente discutible, era mal vista y considerada como una intromisin innecesaria del Estado. No se tena idea exacta de lo que era un banco central y se aduca que los que se haban creado en Amrica Latina haban demostrado ser inoperantes para enfrentarse a la crisis del oro, cuando en realidad lo que haba fracasado era el propio rgimen de patrn oro y no los bancos centrales. Banco de Venezuela, auxiliar de la Tesorera Finalmente, segn convenio celebrado con el Ejecutivo Federal en 1920, renovado posteriormente en 1930, el Banco de Venezuela desempeaba las funciones de banco auxiliar de la Tesorera, autorizndosele, por lo tanto, para recaudar impuestos, previa liquidacin de los mismos por parte de funcionarios fiscales, y para realizar los pagos correspondientes a la ejecucin presupuestaria en todo el territorio de la repblica. El Banco de Venezuela realizaba, en consecuencia, importantsimas funciones como banquero del Gobierno, ya que adems de las que le sealaba el Convenio Tinoco en materia cambiaria, serva de Agente Fiscal y de Agente Financiero. Igualmente, segn el contrato celebrado con el Gobierno nacional, el Instituto se comprometa a procurar la regulacin de la circulacin monetaria de acuerdo con los principios del patrn oro. La idea de crear un banco central: adversarios y defensores En 1931, el joven economista Alberto Adriani, en un artculo titulado La crisis de los cambios y nosotros, analizaba la consecuencia que para

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Venezuela haba tenido la depresin que afectaba entonces a la economa mundial, y al referirse a la actuacin que en aquella oportunidad llevaban a cabo los bancos centrales en otros pases, as como a la ausencia de un Instituto de esta naturaleza en el nuestro, anotaba:Un banco central de emisin para el cual se aprovechara nuestra propia experiencia y la de otros pases y que siguiera los mejores modelos, podr dar mayor solidez y al mismo tiempo mayor flexibilidad a nuestro sistema monetario, y permitir la unidad y la efectividad del control sobre la tasa de descuento y de nuestro cambio (1939).

En el plano internacional, la literatura econmica prevaleciente destacaba la existencia de dos corrientes de opinin respecto a la creacin de nuevos bancos centrales (Sayers, 1957): una, ms generalizada y optimista, que exaltaba las ventajas de estas instituciones y estimulaba su creacin en los pases que carecan de ellas; y, otra, de tipo tradicionalista, segn la cual los bancos centrales eran slo tiles en economas con mercados monetarios desarrollados y que, por lo tanto, no eran universalmente necesarios. Segn opinin de don Jess Mara Herrera Mendoza (1960), la idea de crear un banco central se haba hecho sentir en Venezuela desde haca muchos aos, pero no empez a discutirse sino a partir de la muerte de Gmez, con motivo de los profundos cambios polticos, econmicos y sociales que se esperaban como secuela del advenimiento de un nuevo rgimen de orientacin democrtica. Fue entonces cuando el nuevo presidente de la Repblica, general Lpez Contreras, prometi modernizar las instituciones financieras y establecer un banco central, como parte de su programa de gobierno presentado en febrero de 1936. Sin embargo, durante esos mismos aos tambin se afirmaba que no exista necesidad de crear tal institucin, puesto que se careca de la presencia de un mercado monetario que lo justificase y no se planteaba, como en otros pases, la necesidad de que dicho banco prestase su auxilio crediticio al Gobierno. Los partidarios de esta corriente de opinin sustentaban que la nueva institucin responda slo a una concepcin demaggica; al simple deseo de cambiar por cambiar o innovar por innovar, o a la necesidad de monopolizar la emisin con finalidades de

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tipo fiscal para robustecer el poder poltico del Estado y debilitar y empobrecer a los particulares. La corriente progresista, por el contrario, defenda ardorosamente la tesis del banco central por considerarlo una impostergable necesidad nacional. Ya en Amrica Latina se haban constituido algunos bancos centrales como resultado, se presume, de las recomendaciones formuladas en este sentido por la Convencin Financiera Internacional de Bruselas, celebrada en el ao 1920. En efecto, adems del Banco de la Repblica Oriental del Uruguay, que se estableci en 1896 siguiendo el ejemplo del Banco de Inglaterra, mucho antes, por cierto, que el propio Sistema de la Reserva Federal de Estados Unidos, existan en Amrica Latina los siguientes bancos centrales: el Banco Central de Reserva del Per, fundado en 1922 y constituido como el del Uruguay por un departamento bancario y un departamento de emisin; el Banco de la Repblica de Colombia establecido en 1923; el Banco Central de Chile, el Banco de Mxico y el Banco Central de Guatemala, fundados en 1925; el Banco Central de Bolivia en 1929, y el Banco Central de El Salvador y el Banco Central de la Repblica Argentina en 1934 y 1935, respectivamente (Tamagna, 1963). Con excepcin del Banco de la Repblica Oriental del Uruguay que, a pesar de haberse creado tomando el ejemplo del Banco de Inglaterra, fue al parecer uno de los primeros bancos centrales pertenecientes al Estado, los dems institutos establecidos en Amrica Latina eran organizaciones semipblicas, constituidas generalmente con capital mixto del Estado, la banca y los particulares. Segn criterio de quienes han reseado el inicio y evolucin de estos bancos, influy decisivamente en su creacin una misin norteamericana presidida por un experto de nombre Edwin Kemmerer, profesor de Economa y Finanzas de la Universidad de Princeton, reputado para la poca como destacado conocedor de la materia. Kemmerer asesor en el establecimiento del Banco de la Repblica de Colombia y en casi todo el proceso de reorganizacin que experimentaron en la dcada de los veinte algunos bancos centrales de Amrica Latina10. En el caso de Argentina es reconocida la colaboracin10 Se ha credo oportuno sealar, adems, que el profesor Edwin Kemmerer (1875-1945) fue un

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prestada por sir Otto Niemeyer, alto funcionario del Banco de Inglaterra, quien colabor en la creacin del Banco Central de ese pas, mediante la transformacin de la antigua Caja de Conversin que conjuntamente con el Banco de la Nacin venan funcionando como una especie de departamento de emisin y un departamento bancario, respectivamente11. Se atribuye a la influencia de otro economista britnico la constitucin del Banco de El Salvador; y, por ltimo, al economista Hermann Max, el asesoramiento correspondiente al Banco Central de Costa Rica y al Banco Central de Venezuela. El doctor Max fue persona ntimamente ligada a Venezuela; as lo demuestran, por lo menos, los distintos artculos y opiniones que emiti respecto a nuestro sistema financiero. Contrariamente a lo que sucedi en otros pases latinoamericanos, donde los bancos centrales confrontaron problemas con regmenes autocrticos, el nuestro cont siempre con la simpata y el respaldo gubernamentales, y sus tropiezos iniciales fueron ms bien con el sector privado que alegaba su carcter injustificado y su no constitucionalidad. De todos los bancos centrales a que se ha hecho referencia, slo el de Mxico se encontraba previsto desde 1917 como mandato constitucional12 y, segn las evidencias existentes, fue uno de los pocos que se estableci en forma ms o menos autnoma, en el sentido de que no cont con la intervencin o lineamientos trazados por misiones extranjeras. En la dcada de los treinta, con motivo de la desaparicin del patrn oro y la gran depresin universal, los bancos centrales experimentaron un fortalecimiento apreciable y consolidaron su autoridad y prestigio.destacado economista norteamericano nacido en Scranton, Pennsylvania y educado en Cornell, donde obtuvo el grado de Ph D en 1903. Fue profesor de varias universidades, entre ellas las de Purdue, Cornell y Princeton, y tuvo destacada actuacin como consejero del Gobierno de Estados Unidos, el cual le encomend numerosas misiones en el exterior. Es autor de distintos trabajos, entre ellos los siguientes, citados en la literatura econmica: Money and Credit Instruments in their Relation to General Prices (1907); Seasonal Variation in the Relative Demand for Money and Capital (1910); Modern Currency Reforms (1916); The Abc of the Federal Reserve System (1918). 11 Sir Otto Niemeyer fue gobernador del Banco de Inglaterra a principios de la dcada de los treinta y su informe sobre la creacin del Banco Central de la Repblica Argentina es comnmente citado como una contribucin significativa a la literatura sobre banca central. Vase, por ejemplo, Prados Arrarte J. en un trabajo incluido como un anexo en la obra de M.H. De Kock (1963). Vase, igualmente, Herrera Mendoza, J.M. (1960) y el Informe de la Misin EgaaBeiner-Lope-Bello, Revista de Fomento, Nmero Extraordinario A. 12 Martnez Ostos, R. El Banco de Mxico, 1925-1946. Trabajo incluido igualmente como anexo en la ya citada obra de De Kock (1963).

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En los das felices o aparentemente felices del patrn oro, los institutos emisores tenan en realidad poca influencia sobre el sistema econmico, ya que la regulacin monetaria se realizaba, por lo menos en teora, automtica o casi automticamente. El oro, segn expresiones de la poca, constitua la sangre del sistema financiero y su transferencia, aunada a la libertad irrestricta de comercio que se propiciaba, permita llevar a cabo en forma sencilla todas las complicadas operaciones para ejercer el control monetario que corresponden hoy en da al Banco Central. Por razones que son de todos conocidas, la Primera Guerra Mundial golpe fuertemente la tradicin del oro. Hubo un resurgimiento en su favor durante los aos 1925 y 1926, pero la depresin universal acab en forma definitiva con el sistema. En 1931 Inglaterra abandon el patrn oro y dej que la libra fluctuase en torno al dlar. En 1933 y 1934, Estados Unidos confronta serios trastornos financieros y en febrero de ese ltimo ao se realiza la conocida devaluacin del dlar, al situar su paridad como la treintaicincoava parte del valor de la onza de oro fino. Posteriormente, en el perodo 1934-1936, surge una etapa de conciliacin gradual de las restantes monedas del mundo con el dlar, y en 1934 se celebra en nuestro pas el llamado Convenio Tinoco. Tal era el panorama que en el plano mundial se presentaba antes de la creacin de nuestro principal instituto emisor. Por consiguiente, cuando en esos mismos aos muere el general Juan Vicente Gmez y comienzan a surgir en el pas nuevas ideas en el campo poltico, econmico y social, nada de raro tiene que se haya planteado la necesidad de creacin de un banco central, especialmente cuando estas instituciones parecan estar de moda. En efecto, la cada del patrn oro, la devaluacin del dlar y la libra esterlina, la quiebra y situaciones de apremio que vivieron los bancos norteamericanos eran situaciones conocidas en Venezuela, donde los bancos extranjeros haban presionado fuertemente a sus deudores para remesar fondos al exterior y contribuir al salvamento de sus casas matrices. Tambin en el campo interno haban surgido situaciones de desconfianza con respecto a los bancos. Precisamente en los dos aos anteriores al establecimiento del Banco Central, el pblico se negaba a recibir los billetes emitidos por una conocida institucin privada, en virtud de que se rumoraba que confrontaba dificultades de tipo financiero.

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Aquella situacin, aunada a una corriente de pensamiento que planteaba en el plano mundial la necesidad de una mayor disciplina monetaria para evitar que se repitiesen los infortunados sucesos experimentados en Estados Unidos, haca pensar en la banca central como una especie de panacea capaz de garantizar la estabilidad monetaria, la confianza en el dinero y la banca, y la garanta de que no se repetira la crisis13. Por ello, cuando se sugiri la probabilidad de creacin de un instituto de esta naturaleza y se dio difusin al proyecto, a travs del novedoso sistema que representaban la libertad de prensa y la libre discusin de las ideas, la posibilidad de constituir el Banco Central de Venezuela se convirti, como se ha dicho, en una especie de aspiracin nacional. Esta idea fue cobrando fuerza hasta aglutinar la conciencia del pas en torno a la misma. Existan, naturalmente, quienes discrepaban; pero sos eran, en opinin popular, los intereses creados, los dueos del oro y de los bancos, los gomecistas o a quienes as se les llamaba y, en general, todos aqullos que haban detentado las riquezas y el poder en la nacin. En consecuencia, no es aventurado afirmar que la creacin del Banco Central y el debate que surgi en torno al mismo constituyeron la primera manifestacin o el surgimiento de una conciencia nacional respecto a la necesidad de contar con un Estado que protegiera a los econmicamente dbiles y que reglamentara la economa a favor de las grandes mayoras del pas. Las constituciones de la poca, como anteriormente se coment, estaban inspiradas en los ms arraigados principios de libertad econmica, descartndose en consecuencia la intervencin del Estado, pero cuando se planteaban problemas de esta ndole, la balanza de la justicia siempre se inclinaba a favor de los poderosos y en detrimento de los desposedos. En 1937 fue introducido al Congreso Nacional el primer Proyecto de Ley del Banco Central que se conoci en esa poca de grandes13 Sealaba, por ejemplo, un artculo de la poca: Las principales ventajas que se aducen en favor de la actuacin de los bancos centrales consisten en afirmar que para estos organismos no existe, si se hallan debidamente respaldados por el Estado, el peligro de quiebra, mientras que en el caso de la libre emisin puede quebrar cualquier banco y salir perjudicados, no tan slo los clientes, sino tambin todas aquellas personas que en el momento de la quiebra posean billetes de dicho banco, aunque nunca hayan efectuado con l ninguna operacin. Vase: La actividad bancaria en Venezuela, Revista de Fomento, 10, marzo de 1939.

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transformaciones polticas. Dicho proyecto fue presentado por varios parlamentarios, pero firmado en primer lugar por el doctor Julio Alvarado Silva, razn por la cual se le conoci y discuti con el nombre de Proyecto Alvarado, todo ello sin prejuzgar acerca de la mayor o menor participacin que pudo tener este ltimo en su estudio y redaccin14. Al iniciarse la discusin sobre la materia, tanto en el Congreso como en el Poder Ejecutivo, el cual en ltima instancia tena poder decisivo sobre su aprobacin o desaprobacin, se solicit la opinin del doctor Constantine McGuire, quien se mostr poco receptivo, y contrario ms bien a la idea de que en Venezuela se estableciera un banco central. Argumentaba que los bancos centrales haban surgido siempre como necesidades de la deuda gubernamental a cuyo desarrollo estaban siempre histricamente ligados, y que al no existir en el pas un mercado monetario ni un mercado de valores, la institucin no poda influir significativamente sobre la circulacin monetaria o sobre el costo del dinero15. Por ltimo, formulaba algunas objeciones de tipo secundario al Proyecto Alvarado que, por lo dems, haba sido redactado ntegramente por venezolanos, sin la intervencin de tcnicos o de misiones extranjeras y que, segn respetadas opiniones, constitua un inestimable aporte a la discusin e incluso a la propia solucin del problema. Se conoci igualmente en esa poca un segundo proyecto elaborado por el seor Henrique Prez Dupuy, quien14 Acompaaban al doctor Alvarado Silva en la presentacin de este proyecto los diputados Ambrosio Oropeza, Enrique Arap, Diego Godoy Troconis, Csar Camejo, Carlos Rodrguez Rincones, Oscar Veracoechea y Francisco Bereciartu. 15 Opinaba el ya citado experto que mientras no se tomara una serie de medidas de poltica econmica tendiente al mejoramiento cuantitativo y cualitativo de la poblacin, no se hubiesen establecido facilidades de transporte ni otorgado crditos a largo plazo para la formacin de empresas nacionales, no debera pensarse en establecer un banco central. Para ello resultaba imprescindible, adems, como condicin previa, que el Gobierno con su ejemplo excitara a la nacin al ahorro y que se practicasen las reformas legislativas necesarias para modernizar el sistema monetario y bancario, as como las finanzas pblicas. Sin embargo, recomendaba algunas medidas alternativas. En primer lugar, propona la creacin de un Consejo Bancario Nacional, cuyo carcter sera de tipo consultivo y que se debera reunir peridicamente para cruzar ideas sobre el desenvolvimiento de la banca y la economa en general. Dicho Consejo debera estar constituido por siete miembros, tres de los cuales deberan ser banqueros, adems de un representante de los intereses cafetaleros, otro de los dems intereses agrcolas, uno del comercio y otro de las industrias. Propona, igualmente, la creacin de una compaa de descuento capaz de absorber parte de la cartera de los bancos cuando stos requiriesen aumentar su liquidez. Dicha compaa debera tener un capital suscrito fundamentalmente por la banca y constituira la base futura para la creacin del banco central (Revista de Hacienda. iii, 5, julio-septiembre de 1937).

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manifestaba haberlo elaborado segn la experiencia y conocimiento del medio, as como a travs de un examen minucioso de las leyes y la prctica que en materia de banca central prevaleca en otros pases. En opinin del distinguido banquero venezolano, un banco central poda ser muy til o daino, segn la orientacin legal que se le diese. Mientras tanto, el general Lpez Contreras continuaba firme en su propsito de modernizar las instituciones finan