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Barcelona amanecioacute espleacutendida en ese diacutea de primavera del antildeo 1966 El sol entra en fuacutelgidas
oleadas por las ventanas de la sede de la compantildeiacutea de seguridad Esabe-Express El inspector de
policiacutea don Antonio Barbados Mena con treinta antildeos de servicio en el cuerpo con varias
condecoraciones en su haber como la cruz laureada de San Fernando por el servicio bien realizado en
las pesquisas y captura del asesino de la estampita en la capital de Espantildea su cara rebosa felicidad
Su motivo no es otro que la graduacioacuten de su hijo Antonio Barbados como vigilante de seguridad en
la compantildeiacutea Esabe-Express El inspector Mena como todos le llaman es un hombre de maacutes de
cincuenta y dos antildeos corpulento de manos grandes calzaba una mirada penetrante de nariz
afilada El pelo lo tiene albo igual que su bigote pero todo lo que parece su fiacutesico de intimidacioacuten su
interior lo tiene de bonachoacuten de sincero y amigo de sus amigos en los momentos duros
-Por fin mi hijo empieza a saber lo que quiere ser en esta vida -Se dirigiacutea con estas palabras al
presidente de la empresa Esabe
Despueacutes del Bachiller comenzoacute dando tumbos de trabajo en trabajo pues lo de clavar los codos en
estudio no hubo manera de conseguirlo Mientras hablaba sosteniacutea en su mano la copa que le habiacutea
entregadO su interlocutor con su vino moscatel exquisito
-Si tiene usted toda la razoacuten los hijos Jlegando a la pubertad la mayoriacutea son como cajas de
sorpresas si no que me lo digan a miacute El mayor de mis cinco hijos haraacute tres antildeos que ingresoacute en la
orden de los Benedictinos Descalzos en Zamora -Contestoacute el jefe de seguridad con la mirada perdida
en el suelo como si pensara en eacutel
El comisario Mena sacoacute su cajetilla de tabaco ofrecieacutendole un pitillo a su compantildeero de tertulia Los
dos daban grandes caladas sentados en sendos butacones en el fondo del saloacuten mientras a los
acordes de un acordeoacuten la mayoriacutea de los alliacute reunidos danzaban en una pequentildea pista improvisada
para el momento La mirada del inspector se clavoacute en la compantildeera de baile de su hijo
-Que buen gusto tiene mi hijo Barbados Sabe elegir de lo bueno lo mejor No es tonto no -Dijo
Mena con una sonrisa de piacutecaro y acercaacutendose la copa a los labios
Con voz pausada contestoacute Benito a la sazoacuten jefe de Esabe-Express
-Si supiera usted inspector que esa chica tan mona es mi hija Monserrat mi tesoro de mi casa
-Pues caballero le felicito tiene una chica muy hermosa es la pura verdad no le engantildeo -Le deciacutea
el veterano inspector con un gesto de cabeza afirmativo
-la planta de su chico tambieacuten impone sentildeor comisario -Contestoacute Benito
-No comisario todaviacutea no pero siacute inspector jefe de distrito Para comisario espero que sea pronto
-Respondioacute Mena alisaacutendose su mostacho blanco con los dedos pulgar e iacutendice
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El acordeoacuten toca en ese instante un tango de Gardel titulado Volver El jefe de distrito el sentildeor Mena
escancia las copas con el exquisito moscatel y dibujando media sonrisa en su boca interpeloacute a su
acompantildeante diciendo
-Volver eso me gustariacutea a miacute volver a esos antildeos pasados en esa comisariacutea de Madrid volver a esas
tardes de toros en las Ventas mis paseos por el Retiro con mi primera novieta una cordobesa de
ojazos como lunas llenas Teniacutea una mirada devoradora y un culito respingoacuten junto con sus
voluminosos pechos que me hicieron perder siete kilos en quince diacuteas
El inspector dejoacute escapar un corto suspiro de relajacioacuten removieacutendose en el silloacuten El Jefe de
seguridad dijo solemne
-Sentildeor Mena siento curiosidad como pudo capturar al asesino de la estampita si no pudo ni la
Interpol incluso dijeron que participoacute el FBI sin resultado alguno
El candidato a comisario el dulce moscatel le estaba dando unos masajes en su hiacutegado a la vez le
haciacutea soltar la sin hueso
-Amigo miacuteo es la hora que nos hablemos de tuacute a tuacute porque mi chico y su chica puede que en un
futuro no lejano lleguen a formalizar sus relaciones
Mientras hablaba su mirada cruzoacute el saloacuten posaacutendose en la pareja que apartada de las miradas
indiscretas se haciacutean carantofias el uno al otro Volvieron a prender fuego a dos cigarrillos dejando
escapar dos bocanadas de humo azulado que sus volutas se perdiacutean entre las grandes laacutemparas de
arantildea que colgaban del techo Las pobladas cejas de Mena se arquearon y comenzoacute contando el
episodio del asesino de laestampita Sus palabras estaban impregnadas de sinceridad Todo empezoacute
en aquella comisariacutea de Madrid de la calle Fuencarral Un compafiero de servicio cierta mantildeana
habiacutea salido del turno de noche y al llegar a casa se encontroacute con un pastel espeluznante su esposa e
hija de tres afios habiacutean sido degolladas con santildea por el agresor que fue una agresora su misma
vecina de rellano Motivo cosas de faldas El marido de la asesina se las entendiacutea con la viacutectima
desde haciacutea antildeos El joven subinspector llamado Cobos embarco en una depresioacuten de caballo que le
llevoacute a coger la baja del cuerpo Mi amistad con eacutel era excelente Varias tardes le visitaba en su casa
para darle aacutenimos Como mi traslado era inminente para presentarme aquiacute en la ciudad Condal le di
mi teleacutefono anotaacutendoselo en una de las estampitas que siempre llevo conmigo Una San Antonio de
Padua patroacuten de Portugal y de los albantildeiles La botella de jerez habiacutea llegado a su fin porque la luz
que entraba por uno de los ventanales la haciacutea transparente Pasaron varios antildeos cuando llegoacute una
llamada confidencial a mi departamento del comisario jefe de Madrid Era la quinta viacutectima en cuatro
meses que moriacutea degollada pero con una particularidad todas teniacutean una estampita pegada a su
frente Me marcheacute a la capital instalaacutendome en el barrio Chamberiacute en busca del criminal Por los
rumores que el asesino podiacutea vivir alliacute seguacuten las pesquisas Su interlocutor se rascoacute sus sienes y
atolondrado y perplejo dijo
-iquestSoacutelo asesinaba a mujeres
-Efectivamente amigo miacuteo solo a mujeres Asiacute que me presenteacute en la escena del crimen Una
sobrina del marqueacutes Ripalda que viviacutea cerca del Pardo Entreacute en el dormitorio lo que vi me ahorrareacute
de contaacuterselo solo que la estampita de San Antonio estaba pegada a su frente como un sello de
correos La despegueacute le mireacute el reverso por casualidad y aHiacute estaban los nuacutemeros que yo anoteacute
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aquella tarde en casa de mi amigo Cobas Todo lo demaacutes fue faacutecil El subinspector Cobas nunca salioacute
de su terrible depresioacuten que llegoacute a convertirse en esquizofrenia y no seacute que maacutes En su locura por la
muerte de su nintildea Vesposa a manos de esa mujer su obstinacioacuten fue asesinar mujeres por el mismo
meacutetodo que fueron asesinados el deguumlello con un corte limpio en el cueJlo
El jefe de Esabe-Express dijo consternado
-y por queacute motivo les pegaba la estampa de un santo en la frente pregunto yo
El inspector Mena sintioacute por su cuerpo un calor abrumador por los efectos del jerez que se aflojoacute el
nudo de la corbata y quitaacutendosela americana respondioacute
-Cuando yo le detuve en su domicilio de Chamberiacute antes de que entrara nadie me explicoacute que la
estampca era para que no murieran en pecado mortal Yo saqueacute en conclusioacuten que despueacutes de
asesinarlas sentiacutea arrepentimiento como se sentiacutea muy catoacutelico el santo en la frente seriacutea para que
entraran en el cielo con el alma limpia de pecados
Su hijo Barbados junto a su compantildeera de baile se acercaron a ellos con una sonrisa de felicidad
Despueacutes de las presentaciones y besos de rigor salieron los cuatro en direccioacuten a la calle El sol va
bantildeando lentamente las blancas y grises fachadas del gran barrio donde estaban Aquel edificio de
donde saliacutean estaba en alto los cuatro caminabancaJle abajo en busca 1Je sus automoacuteviles Desde
alliacute el panorama de parte de la ciudad era grandioso lo mismo que el oleaje de los tejados y terrazas
La primavera irrumpiacutea con su aliento caacutelido en todo el paisaje de calles y avenidas de Barcelona A lo
lejos se distinguiacutean las torres de las iglesias con sus veletas y pararrayos que pareciacutean agujas desde
alliacute Llegaron a una plazoleta donde frondosos aacuterholes con su sombra daban cobijo al SEAT negro del
sentildeor Mena ya pocos metros el MERCEDES del sentildeor Benito Llegaron al caseroacuten donde viviacutea el jefe
de seguridad de Esabe Este se alzaba en el centro de una arboleda a lo alto de una calle angosta y
serpenteante Aparcaron los coches y pasaron al primoroso jardiacuten que habiacutea delante de aquella
mansioacuten
Barbados fue ahora cuando pudo contemplar la belleza a plena luz del diacutea de su compantildeera de baile
y arrumacos llamada Monserrat Su rostro era ovalado suavemente moreno sus labios carnosos
rojos como amapolas su busto no muy grande pero si terso y duro como ello sintioacute al estrecharlo
en el baile Su cuerpo esbelto y juncal junto con su pelo negro como el azabache haciacutean 1Je ella una
ricura de mujer Pero lo que hechizoacute al hijo del inspector Mena fueron sus ojos almendrados azules
como el mar grandes como luceros y con un brillo especial que le cautivoacute con su mirada Despueacutes de
visitar aquel caseroacuten de ocho alcobas seis bantildeos cocina amplia dos salones y majestuoso comedor
con pinturas de Renacentismo y bonitos bodegones esperaron en una amable charla sentados en
sillones de mimbre en el coqueto jardiacuten bajo la sombra de un frcus y dos fuertes nogales a que
llegara la hora del almuerzo Comieron en el casino de la ciudad Despueacutes de cafeacute el sentildeor Mena y su
anfitrioacuten el sentildeor Benito pasaron a la sala de juegos y lectura del casino
Barbados hijo y Monserrat su compantildeera conversaban animadamente en un sofaacute en un apartado
del saloacuten En eacutel dijo algo al oiacutedo de la chica y eacutesta dejoacute escapar una carcajada de complicidad
mostrando una dentadura blanca y bien alineada que todaviacutea le haciacutea parecer maacutes hermosa
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-Padre me dejas las llaves de tu MERCEDES quiero mostrarle a Barbados varios rincones con sabor
a rancio de la ciudad que eacutel desconoce El responsable de la empresa Esabe le alargoacute las llaves a su
hija dicieacutendole
-Por favor conduce con cuklado~ toda precaucioacuten es pota yno vuelvAS tarde reina ~ue tu madr~
como tu sabes le costoacute la vida
Las uacuteltimas palabras las pronuncioacute con un rictus serio en su cara
El mercedes azul oscuro propiedad del sentildeor Benito cruzoacute varias avenidas y tomoacute una calle cuesta
arriba que moriacutea en el caseroacuten de su padre B sol comenzaba casi a esconderse por el castillo de
Montjuic cuando Monserrat y Antonio Barbados cruzaban el primoroso jardiacuten de la finca Todo lo
que pasoacute despueacutes fue un encadenamiento de cosas que habiacutean pasado desde que se conocieron esa
mantildeana en la improvisada pista de baile El hijo del inspector le acaricioacute sus partes puacutedicas ella no le
fue a la zaga se besaron se abrazaron se prometieron amor eterno de por los siglos de los siglos
como adolescentes que eran y con el primer lucero rebrillando en el firmamento consumieron el
acto sexual con frenesiacute
Pasaron varios antildeos la hija del jefe de Esabe-Express habiacutea dado a luz en la soledad y friacuteo paritorio
del hospital cliacutenico de Barcelona Su padre babia faUecklo hadaseis meses de un infarto cerebraJy
aquel chico llamado Barbados que le prometioacute y le juroacute amor por todos los siglos la abandonoacute una
friacutea y ventosa mantildeana de otontildeo
Como la mala suerte dicen que nunca viene sola ese retontildeo de Monserrat por circunstancias de no
se sabe queacute en ese parto prematuro con cesaacuterea ese nintildeo nacioacute degoA cientos de kiloacutemetros-de
alliacute en la capital del riacuteo Segura llamada Murcia que tambieacuten fue llamada por los aacuterabes Mursiya un
modesto agricultor se afanaba en sus quehaceres agriacutecolas en su pequentildea huerta y un primoroso
jardiacuten que cuida desde un antildeo aproximadamente Se llama Juan Ortiacuten con una hija guapa a rabiar
que todos la llamaban Chari RandariacuteaJos 25 antildeos morena esbelta ojos negrDS como la brea
nariz perfilada labios carnosos busto perfecto Y con un derroche de simpatiacutea que contagia a las
otras personas que dialogan con ella Pero sobresale en toda ella su educacioacuten en el trato con la
gente sus buenos sentimientos
Don Juan Ortiacuten esa mantildeanaredbloacute en su haciendaa su amjgo Ernesto Gomadzquehada antildeos
fueron emigrantes en busca de fortuna en la mecanizada Alemania Juan se volvioacute a Espantildea y su
compantildeero Ernesto se quedoacute allr en la profesioacuten de jardinero con un empresario de una prestigiosa
marca de automoacuteviles Con el sudor de su frente y sus ahorros se instaloacute a las afueras de Berliacuten en
una pequentildea finca olvidada e inerte donde con esmero ypacienclasacoacute a flote unos florjdos
invernaderos desde donde saliacutean las rosas maacutes perfectas con el rojo maacutes intenso y el perfume maacutes
embriagador que jamaacutes el hombre podiacutea imaginar Su secreto no era otro que los rosales los abonaba
en el otontildeo con partiacuteculas y finiacutesimo polvo de minerales como cinc niacutequel cobre plata e infinitas
partiacuteculas del pulido de los djamantes Aquello era todo el secreto que tenian
Juan Ortiacuten abrazoacute a su amigo Ernesto sintiendo un amago de nostalgia al recordar los momentos
difiacuteciles y amargos que pasaron fuera de su tierra en aquellos antildeos
-Juan -dUumlo con voz temblorosa de emocioacuten-te estareacute siempre agradecido desde hoy mismo
abonareacute todos los rosales que tengo en la finca te lo prometo
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Ernesto abrazoacute a su amigo en la despedida no pudiendo evitar emocionarse y sus ojos se llenaron de
laacutegrimas El sol declina por la lejaniacutea de la huerta y Juan ha terminado de fortalecer con esos
minerales todos sus rosales guardando la gran bolsa en el cobertizo de los aperos de labranza
La primavera estaacute llegando a su fin por estas tierras del sureste primavera y verano se diferencian
poco lo que si es cierto es que los rosales del sentildeor Juan estaacuten en plena produccioacuten Ademaacutes de
geranios hortensias margaritas o petunias las rosas de los viveros de Juan se venden nada maacutes que
traspasan la cancela de su finca Queacute aroma queacute color queacute brillo despiden a la luz del sol pero lo
que tiene intrigado a su jardinero es la duracioacuten que mantienen tanto dentro del florero como fuera
Juan no da creacutedito a lo que le ocurren a sus rosales Junto al cuadro que descansa en el mueble del
saloacuten de nuestra patrona la Fuensantica desde hace tres meses y cinco diacuteas dos rosas
aterciopeladas vigilan a la patrona intactas como si hubieran sido cortadas hace horas Pasoacute el
ardoroso verano que pareciacutea no tener fin y nos metimos de lleno en ese septiembre lJamadopor
estas latitudes el veranito de los membrillos
Nuestro amigo Juan Ortiacuten y su belliacutesima hija Chari le faltan manos para poder atender los
innumerables pedidos de plantas y flores que no tienen maacutes remedio que bajarse a la ciudad y
paralelo al mercado de Veroacutenicas en la misma calle instalan provisionalmente un puesto de flores y
plantas para cumplir con sus clientes Alliacute venden infinidad de plantas y accesorios para ellas como
abono y fertilizantes las partiacuteculas de minerales regalo de su amigo Ernesto estaacuten guardadas bajo
llave en su cobertizo ese es su secreto y su gran tesoro que a nadie revelaraacute Sus rosas rojas
valencianas siguen vendjeacutendosecomo el pan de cada diacutea siguen con esa frescura esa lozaniacutea y ese
aroma a bienestar que nos relaja los sentidos desde el primer diacutea que se cortan Esa mantildeana
septembrina su hija Chari ha vendido cinco rosales maravillosos cuatro cubos de flores recieacuten
cortadas e innumerables plantas se nota en el ambiente que por la tarde bajan a hombros a nuestra
Fuensantica la patrona desde su santuario que tiene arriba en el monte La gente se prepara para
recibirla como ella se merece pues raro es el murciano que si no reza una oracioacuten en el diacutea por
Ella no tiene en casa en presencia de todos o en la intimidad de su alcoba una fotografiacutea e incluso
una sencilla estampa para pedirle salud por todos los suyos Casi era la hora de recoger ese
primoroso jardiacuten ambulante y desmontable El sacerdote se quedoacute como petrificadocomo una
estatua de sal como le ocurrioacute a la esposa de Lot seguacuten cuentan las Escrituras El paacuterroco de la santa
Catedral don Faustino Prieto estaba atolondrado y perplejo mirando el florido rosal que todaviacutea no
habiacutea sido vendido dijo con voz entrecortada
-Que cosa maacutes divina crea la madre naturaleza jamaacutes he visto un rosal de esas caracteriacutesticas con
maacutes de veinte rosas grandes como puntildeos rojas como la sangre que derramoacute Jesuacutes en la cruz
A la vez sus fosas nasales aspiraron la fragancia que impregnaba todo el tenderete de flores que
pareciacutea haberle dejado aturdido Chari ante tanta alabanza a su rosal demostroacute su buen corazoacuten que
teniacutea y tiene dicieacutendole
-Padre por ese piropo tan acertado para con mis flores quiero regalarle ese rosal que tanto alaba
usted
Don Faustino quedoacute sorprendido por tanta generosidad de la chica No sabiacutea que responder pues el
hermoso rosal su precio rondaba las 300 pesetas Ahora es una cantidad ridIcula pero en esos antildeos
casi una fortuna para un hogar
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-Vamos hacer lo siguiente -le contestoacute el sacerdote que frisaba los 50 antildeos de pelo rojizo pecoso
entrado en kilos de ojos marrones pero con la mirada risuentildea infantil que le hacia parecer buena
gente-como esta tarde bajan a nuestra querida patrona la Morenica yo le pongo ese rosal tan
primoroso y para cuando viaje otra vez hacia su santuario yo se lo devuelvo intacto y asiacute no pierde
usted y yo puedo contemplar esa joya a los pies de la Santiacutesima durante varios diacuteas
Dicho y hecho el sacerdote salioacute feliz y contento con su rosal bien empaquetado en una amplia caja
de cartoacuten mientras Chari lo despediacutea con un hasta pronto y una sonrisa agradable
Los cohetes surcaban el aire de esa tarde septembrina cuando nuestra patrona bajaba el Puente de
los Peligros seguida por numerosos fieles devotos de Ella A los gritos de iexclViva la Virgen de la
Fuensanta iexclViva Viva Estaacute llegando a las puertas de la santa Catedral la banda de muacutesica
municipal hace estallar en el aire los sones del himno Nacional el gentiacuteo que abarrota la plaza guarda
silencio y creo que la mayoriacutea de los alliacute presentes sienten en su interior una congoja como si ese
himno fuese un pedazo de nuestros seres maacutes queridos presentes y fallecidos Nuestra patrona se
pierde en la oscuridad de la catedral mientras la muacutesica sigue sonando y el silencio solo es roto por el
uacuteltimo trueno sentildeal para la terminacioacuten del himno
Don Faustino Prieto cuando la capiUa se encontraba en silencio casi era la hora de cerrar las puertas
del templo cogioacute una escalera y trepando hasta los pies de la Virgen con la ayuda del sacristaacuten
colocoacute con mucho mimo el fresco y florido rosal prestado por Chari Como no encajaba bien en los
pies de la gran Sentildeora por las muacuteltiples flores que adornaban su camariacuten don Faustino lo hizo
descansar sobre su manto tan primorosamente bordado Aquello pareciacutea como un reguero de sangre
que moriacutea en su corazoacuten y tambieacuten en el color de la que derramoacute su Hijo en la cruz El sacerdote se
arrodilloacute ante la Virgen y rezoacute clavando la mirada al majestuoso rosal que pareciacutea tener vida no
pudiendo evitar emocionarse se levantoacute y se hizo sobre la frente la sentildeal de la cruz despueacutes se
apagaron las luces y todo el camariacuten quedoacute en silencio e inundado de paz
A tres calles de la Catedral en un edificio de Plateriacutea con sabor antildeejo por los antildeos construido en
cuyo bajo habiacutea una joyeriacutea regentada por un joyero de prestigio de la capital en su tercer y uacuteltimo
piso viviacutean un matrimonio sin hijos que el marido un especialista y cirujano en corazoacuten con un
prestigio reconocido en Espantildea y fuera de ella haciacutea Juatro antildeos que se habiacutean trasladado a Murcia
por estar cerca de los padres de su esposa Carmen Pitaluga que asiacute se llamaba ella y eacutel don Timoteo
Aranda Rondariacutea el cirujano unos 45 antildeos moreno alto fuerte y ancho de espaldas sus dedos
largos y robustos no eran oacutebice para tener una seguridad y delicadeza en el manejo del bisturiacute en
hacer un corte limpio y seguro en el interior de sus pacientes
Don Timoteo habiacutea salido de la ducha y con voz eneacutergica dijo
-Carmen espero que tengas mantildeana el tema del calentador solucionado no estoy dispuesto a
ducharme maacutes con agua friacutea
Su esposa posoacute su mirada de sumisioacuten en la cara de eacutel haciendo con la cabeza un gesto afirmativo
Pasados veinte minutos don Timoteo dando voces malsonantes saliendo del dormitorio arrojoacute con
fuerza la camisa hecha un ovillo sobre la cara de ella
-Estoy harto de decirte que quiero los cuellos de las camisas almidonados
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Gritaba poniendo la cara a centiacutemetros de ella con los ojos inyectados de ira La sentildeora Pitaluga se
perdioacute cuando le replicoacute con voz envalentonada
-Mira lo que te digo Timoteo solo tengo dos manos para solucionarte tus caprichos en tu ropa
como grabar tu nombre en cada una de tus prendas con hilo de plata tus zapatos bien lustrosos tus
corbatas
Dontildea Carmen no pudo terminar la frase la mano grande y fuerte de su esposo se estrelloacute en su cara
como una piedra en un cristal despueacutes sintioacute un golpe seco en su vientre y un dolor intenso le hizo
desplomarse sobre el sofaacute
-Si no es daacutendote paJos no haces caso no aprendes de una vez por todas y mira que hace quince
diacuteas te prometiacute que no te pegariacutea maacutes Pero tuacute me obligas a hacerlo con tus contestaciones
chulescas
El cirujano terminoacute de vestirse observoacute que ella empezaba a incorporarse con gestos de dolor
momento que aprovechoacute para salir de casa dando un tremendo golpe en la puerta al cerrar La
vecina del rellano de esa escalera Dontildea Catalina profesora de solfeo jubilada escuchoacute el estreacutepito
golpe en la puerta y tocoacute el timbre diciendo
-Carmen vecina iquestocurre algo -a la vez que golpeaba la puerta con los nudlHos
Cuando Dontildea Catalina hizo amago de retirarse la puerta se abrioacute y en el umbral se dibujoacute la figura de
Dontildea Carmen Pitaluga con un rictus de dolor y con su mano apoyada en el estomago
-Hija de Dios iquestque te ha pasado -dijo la profesora de solfeo abriendo su boca y poniendo cara de
asombro- Vamos deacutejame pasar que te limpiareacute esa sangre de la nariz
La cara de la esposa del cirujano teniacutea mal aspecto de su nariz un hilillo de sangre corriacutea hacia sus
labios estos comenzaban a inflamarse su ojo izquierdo estaba amoratado con un brillo azulado
Terminada la cura la sentildeora de la casa le dio las gracias a su vecina por tanta amabilidad Dontildea
Catalina le quitoacute importancia diciendo con sequedad
-Jamaacutes mi marido me levantoacute la mano con motivo o sin eacutel faltariacutea maacutes Queacute ganas tengo que
cambie la situacioacuten de la mujer en el mundo no seacute si yo lo vereacute
Acabada la frase Dontildea Carmen rompioacute a llorar y dijo
-Sieacutentese Catalina necesito desahogarme
Las dos mujeres se sentaron en el sofaacute del saloacuten La profesora le cogioacute una mano y dijo solemne
-La escucho con mucha atencioacuten mejor dicho te escucho Carmen Mi esposo Timoteo en el fondo
no es malo es su temperamento y el estreacutes de su trabajo Eacutel me quiere me adora pero de vez en
cuando se le escapa la mano y yo tonta de miacute siempre le perdono
-Sabes lo que te digo Carmen -le interrumpioacute la profesora- que basta ya se acaboacute que te golpee
como una mula recoges tus pertenencias y te marchas
-iquestv hacia donde puedo marcharme si mis padres son mayores y estaacuten enfermos
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Ahora las laacutegrimas corriacutean libremente por la cara de la esposa del cirujano Dontildea Catalinas observoacute
como lloraba su vecina y sintioacute profundas punzadas de rabia en su interior no pudiendo contener que
sus ojos se le arrasaran de laacutegrimas Nuestra querida patrona la Fuensantica haciacutea varios diacuteas que
habiacutea abandonado la ciudad seguida de sus fieles maacutes devotos envuelta en aplausos viacutetores flores y
truenos para descansar en su Santuario del Monte a la espera de la proacutexima primavera para ser
bajada y reconfortar con nueva savia los corazones murcianos
Cuando el sol caiacutea de plano sobre la plaza y la calle de Veroacutenicas el sacerdote con paso cansino
transporta entre sus brazos el florido rosal que le ha sido prestado por la florista Chari
-Buenos diacuteas sentildeorita lo prometido es deuda aquiacute lo tiene tal como me lo lleveacute creo que todaviacutea
mas precioso -dijo el cura dejando con mimo el primoroso rosal en el suelo entre geranios y potas
Chari le sonrioacute daacutendole las gracias El capellaacuten de la catedral prosiguioacute diciendo
-Es una cosa extrantildea todos los rosales pasados siete o diez diacuteas sus rosas se marchitan y se
mueren pero este ha sido al reveacutes sigue en buena lozaniacutea y floreciendo maacutes rosas Por curiosidad
se las conteacute el primer diacutea 25 y hoy sabe las que tiene
Chari se encogioacute de hombros poniendo cara de inocente y dijo
-iquestCuantas tiene padre
-Hija miacutea tiene la edad de Cristo cuando murioacute 33 Estoy completamente anonadado y a la vez
intrigado con este rosal iquestCoacutemo se llama el fertilizante que usa para ellos
Chari se sintioacute como un cazador furtivo que deseas que te revele el secreto de la caza del zorro con
lazo
-Lo siento padre de abonarlos de su poda y riego se preocupa mi padre Solo eacutel sabe el secreto -le
contestoacute la chica poniendo cara de increacutedula
Don Faustino antes de marcharse dijo con media sonrisa en sus labios
-Quiero que sepas que esas rosas de terciopeJo han descansado sobre el manto de la Santiacutesima
Virgen luego estaacuten bendecidas por nuestra Patrona deberiacuteas de subirle su precio
Terminoacute de hablar y dejoacute escapar una corta carcajada que contagioacute a Chari Lejos en Barcelona la
hija del fallecido jefe de seguridad Benito caminaba junto al puerto de mar el agua estaba
tranquila de un azul verdoso apenas rizado por la brisa de poniente de su mano Uevaba a su hijo
Jordi de seis antildeos fruto de aquella tarde de pasioacuten con Antonio Barbados el hijo del inspector Mena
El nintildeo habiacutea nacido ciego Motivo su madre lo ignoraba Seguacuten los doctores un glaucoma
inmadurez de la maacutecula por otros motivos que se desconociacutean Monserrat la madre preguntoacute a los
especialistas si su Jordi podra alguacuten diacutea no lejano ver solamente los objetos borrosos El prestigioso
oftalmoacutelogo Barraquer le vaticinoacute que solo dos maneras teniacutean de recuperar la visioacuten La cirugiacutea
cuando la maacutecula esteacute madura y dos un milagro que nuestra Virgen de Monserrat quiera otorgarle a
este lindo hombrecito y le estampaba un beso en su frente
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Monserrat se dirigiacutea al puerto mariacutetimo para entrevistarse con el responsable de eacutel por la noticia de
que el padre de su pequentildeo habiacutea dado sentildeales en alguacuten punto de Espantildea El pequentildeo Jordi con esa
vocecita que casi no le saliacutea del cuerpo preguntaba muy a menudo
-iquestMami doacutende estaacute mj padre es que yo soy el uacutenico nintildeo de mj colegio que no conoce a su padre
Seacute que no lo puedo ver pero con solo tocar acariciar su cara y besarla yo seriacutea el nintildeo maacutes feliz de
este mundo
y sus ojos sin luz se inundaban de laacutegrimas por todo el carintildeo que le profesaba a su padre sin
conocerlo Monserrat queda conocer el paradero de Barbados Pasoacute al despacho del jefe portuario
El responsable rondariacutea los cincuenta Enjuto en carnes de cara alargada su rostro pareciacutea cincelado
por el sol todo lo contrario que sus brazos pues llevaba una camiseta de tirantes donde los rayos del
sol habiacutean tatuado su blanca piel que casi pareciacutea trasluacutecida
El caballero con la voz tamizada de pesar dijo
-Sentildeora el chico que usted busca lo tuve bajo mis oacuterdenes varios antildeos Era bastante formal
trabajador y honrado pero como casi siempre las malas compantildeiacuteas hacen mella en los corazones
buenos y se fue hundiendo en la bebida Yo puse todo lo que teniacutea a mi alciexclmce como ocultarlo
incluso en mi despacho en ese cuartucho de enseres vjejos -y sentildealaba con la mano la puerta
despintada que habiacutea a su derecha- para que nadie lo viera embriagado Tuve el valor de que
pernoctara en mi casa varias noches con permiso de mi esposa pues no tenemos hijos y tambieacuten
fue inuacutetil Nada pude hacer y una viacutespera de Noche Buena con mi corazoacuten destrozado tuve que
despedirlo Se pasoacute dela raya Me levantoacute la mano y se rompioacute la baraja Pasado un tiempo recibiacute
una carta suya pidieacutendome disculpas Empezamos a cartearnos y hasta la fecha que espero carta
porque lleva sin escribirme maacutes de cuatro meses
Monserrat no pudo contenerse maacutes dicieacutendole con una voz sin calidez
-Pero hombre de Dios diacutegame donde se encuentra
-Perdoacuten perdoacuten sentildeora en Murcia se encuentra en Murcia
Monserrat de la mano de su hijo se habiacutea despedido del jefe portuario sintiendo en su interior un
amago de nostalgia al recordar lo feliz que fue el tiempo que estuvo en los brazos del hijo del
inspector Mena Lo amoacute locamente sin cortapisas sin importarle nada pero eacutel no supo
corresponderle Se asustoacute el diacutea que le dijo que esperaba un hijo suyo y se esfumoacute una semana antes
de que ella diera luz a la criatura Pero esa criatura ya teniacutea seis antildeos y toda su obsesioacuten no era otra
que palpar acariciar y besar el rostro de su padre pues en su colegio de ciegos y sordomudos
diariamente escuchaba las voces los besos y las carcajadas de las madres y padres de sus
compantildeeros de pupitre
El sol estaba alto y la bruma se desvaneciacutea por el puerto y sus calles Monserrat habiacutea cerrado el
portaloacuten de la mansioacuten heredada de su padre El sol se escondiacutea entre el follaje de los majestuosos
aacuterboles del jardiacuten El taxi paroacute a la entrada del recinto vallado tocando el claxon dos veces la madre
y el hijo bajaron la escalinata de mamposteriacutea de la residencia introducieacutendose en el vehiacuteculo El
taxista subioacute en dos zancadas las escaleras y comenzoacute a bajar el voluminoso equipaje de Monserrat
Una vez terminado yel choacutefer al volante dijo ella
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-Espere un segundo solo quiero cruzar la mirada por todo el recinto que me vio nacer y crecer y no
seacute si mis ojos volveraacuten a contemplarlo
Jordi su hijo le respondioacute
-Siacute Mami volveremos a verlo bueno yo no seacute pero volveremos aqui con papaacute para que por fin
seamos felices los tres Seguro mami ya lo veraacutes
La madre paseoacute su mirada por la arboleda y la fachada del caseroacuten sintiendo en su interior punzadas
de nostalgia al recordar su corta vida transcurrida entre esos muros no pudiendo evitar que sus ojos
se inundaran de laacutegrimas Mientras tanto en la capital del Segura el cirujano don Timoteo Aranda se
encuentra en el quiroacutefano de la Cliacutenica Nuestra Sentildeora de la Fuensanta terminando de operar a su
uacuteltimo paciente
Esa noche en el coqueto casino murciano ha sido invitado por la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles en
la entrega de premios y galardones por el presidente de la asociacioacuten el prestigioso doctor de
Reumatologiacutea don Manuel Menchoacuten Galiana que preside el cargo desde 1960 siendo reelegido en
varias ocasiones por su pulcritud su sapiencia y buen hacer en beneficio de los doctores
El tren procedente de Barcelona con paradas Madrid Murcia y Cartagena haciacutea su entrada en la
vetusta estacioacuten de El Carmen cuyo reloj marcaba las diez de la mantildeana De aquellos vagones de
primera clase chapados de maderas nobles barnizados decorados en terciopelo y cortinas de lino
con olor a limpieza se bajaba Monserrat y su pequentildeo Jordi Todo su equipaje excepto la bolsa de
viaje habiacutea sido facturado al hotel Rincoacuten de Pepe Su economiacutea era lo bastante holgada como para
viajar y hospedarse en primera clase fruto de la herencia de su padre Benito presldentede la
compantildeiacutea Esabe-Express
Antonio Barbados no puede pasar sin que el alcohol sea su uacutenico compantildeero desde hace varios antildeos
en esta tierra pimentonera donde fue recibido con las manos abiertas por una prestigiosa empresa
de seguridad Trabajoacute con ahiacutenco premura y habilidad en su trabajo sin importarle horario ni
festivos El sentildeor Estevil responsable de la empresa supo concederle su premio otorgaacutendole la
jefatura de sus casi cincuenta compantildeeros de trabajo Su economiacutea estaba bien saneada Su
residencia dejoacute de ser la pensioacuten Sandoval pasando a ser un lujoso chalet en una cercana
urbanizacioacuten cuajada de aacuterboJes y flora 5010 sentiacutea un vado en su corazoacuten Cupido no volvioacute con su
flecha a aceptar en la diana Conocioacute una chica pelirroja pero aquello tuvo mal final No se
correspondieron y cada uno marchoacute por su lado Cuaacutentas veces en la soledad de su chalet y en la
penumbra de su alcoba ha llorado en silencio aquel acto de cobardiacutea que tuvo con Monserrat su
novia faltaacutendole diacuteas para traer a este mundosu retontildeo fruto de los dos
Extrae de la billetera la uacutenica fotografiacutea que guarda de ella y la besa con pasioacuten Por su mente como
mil puntildeales apuntildealaron su pensamiento y tamizando solo uno iquestcoacutemo seriacutea la cara de su hijo iquestQueacute
estariacutea haciendo en ese instante iquestCoacutemo seriacutea su sonrisa su llanto Sus ojos como compuertas de un
embalse dejaron correr sus laacutegrimas hacia la comisura de sus labios Corno dice Ja voz de la calle no
es bueno que el hombre viva solo tampoco mal acompantildeado Eso fue lo que deterioroacute su vida las
malas compantildeiacuteas El eufoacuterico alcohol comenzoacute a hacerse compantildeero en varios diacuteas a la semana
saacutebados y domingos Pasado un tiempo lo acompantildeaba diariamente Consecuencias varias el
despido del trabajo la billetera vaciacutea pocos o casi ninguacuten amigo El final siempre es el mismo la
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soledad y el rechazo de la gente Desde haciacutea antildeos teniacutea la vivienda en la calle Veroacutenicas junto a la
plaza de Abastos Su casa toda la calle su bantildeo el jardiacuten del malecoacuten y su cama los friacuteos escalones
de maacutermol de la sala de exposiciones culturales de Veroacutenicas En los crudos inviernos se tapa con
cartones y alguna prenda de abrigo que le entrega la sentildeora Antonia que tambieacuten le da dinero para
que se corte el cabello Es una persona buena y caritativa Algunas todaviacutea quedan en la vintildea del
Sentildeor Como por ejemplo el vigilante jurado que realiza su servicio en la sala de exposiciones
llamado Chema que procede de nuestra ancha Castilla Lo obsequia con alguacuten regalo en Reyes un
jersey seminuevos que ya no se pone unos deportivos etc Como ex-vigilante que ha sido sabe que
el corazoacuten de Chema no lo dejaraacute en la miseria El pan de cada diacutea se lo gana haciendo recados a los
tenderos de la plaza donde le dan sus regulares propinas pero al final del diacutea duerme junto a su
almohada de plaacutestico su inseparable amigo del alma Don Simoacuten de apellido tetrabrik
Amigo lector no nos quejemos a veces de nuestra situacioacuten no seamos como aquel sabio tan pobre
que se alimentaba de hierbas del campo y un buen diacutea volvioacute la mirada hacia atraacutes y vio como otro
pobre se comiacutea las hierbas que eacutel desechaba
Dontildea Carmen Pitaluga se ha levantado esa mantildeana con humor su esposo el doctor don Timoteo
Aranda lleva cuatro diacuteas ~que ni le ha faltado el respeto ni le ha levantado la mano Esa noche es el
reparto de premios de la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles en el Casino que seraacute presidida por don
Manuel Menchoacuten Galiana Dontildea Carmen lo tiene casi todo dispuesto solo falta sacar del armario el
esmoquin de su esposo y plancharlo pero lo dejaraacute para uacuteltima hora Quiere que su marido a la hora
del reparto de premios y la saJidaa la pista de baile levante las miradas de las sentildeoras y la envidia de
los caballeros como si fuese un Roberto Valentino
El aire de la mantildeana es sutil sano diaacutefano es como un baacutelsamo para los pulmones Por eso la sentildeora
Pitaluga cruza la Gran Viacutea con paso raacutepido aspirando y expirando por lo temprano de la hora y la
circulacioacuten de vehfculos todaviacutea escasa Sus pasos la llevan al mercado de Veroacutenicas A la misma
hora Monserrat pone los pies en la calle cogida de la mano de su pequentildeo Jordi que quiere conocer
la ciudad Le han dicho que es una ciudad pequentildea y casi todo el mundo se conoce Su mirada
escudrintildeadora repasa las caras de los viandantes masculinos Podiacutea ser la casualidad que tropezara
con Barbados Lo piensa pero cree que eso no seraacute posible Monserrat y su hijo entraron por la calle
Veroacutenicas despueacutes de visitar la capilla del Pilar En esa calle viviacutea Barbados desde haciacutea varios antildeos
En ese instante ayuda a un sentildeor a cargar su compra en una obsoleta motocicleta a la espera que le
de una propina Se gira y casi su cara tropieza con la de ella
Monserrat se le quedoacute mirando absorta No daba creacutedito que hubiese sido tan sencillo dar con su
paradero Barbados la miroacute de arriba abajo dilatando sus pupilas de asombro Su voz casi ahogada
por la sorpresa dijo
-iquestDe verdad que eres tuacute Monserrat
Ella contestoacute
-La misma que dejaste olvidada como un paraguas hace varios antildeos en Barcelona y por lo que veo
jamaacutes volviste a recogerlo por miedoso y cobarde
En ese momento fue cuando Barbados se percatoacute del nintildeo que escuchaba en silencio con sus ojos
abiertos como lunas pero a oscuras como las noches en las tinjeblas
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-v1amiacute iquestquieacuten es este caballero por casualidad lo conoces iquestO usted conoce a mi madre
Hubo unos segundos de silencio un silencio espeso pareciacutea que flotaba entre los tres La madre con
la voz desgarrada por la emocioacuten le respondioacute
-Jordi este sentildeor aquiacute presente quiero que sepas que es tu padre
La palabra padre retumboacute en los oiacutedos del nintildeo como si tuviese eco Se deshizo de la mano de su
madre V las alzoacute en busca del rostro de su progenitor
-Papi deja que toque tu cara Cuaacutentas veces he sontildeado este momento
El padre se abrazoacute al nintildeo mientras este le palpa la cara
- Tienes un bigote que pincha V ademaacutes estaacute mojado
La cara de Barbados teniacutea una semejanza con la Dolorosa de Salzillo Sus laacutegrimas cruzaban su
mejilla muriendo en su bigote La madre se abrazoacute a los dos con los ojos arrasados en laacutegrimas V se
fundieron en un abrazo interminable Varjos transeuacutentes se paraban V miraban la escena on
emocioacuten Monserrat se derrumboacute entre laacutegrimas diciendo
-Quiero que seamos una familia los tres Por mi hijo quiero darte esa oportunidad Volvamos a casa
y besoacute la mejilla de eacutel Barbados se percatoacute que su hijo era ciego cuando lo besoacute repetidas veces en la
cara advirtiendo en sus pJerna s que le temblaban V un frlo intenso le trepaba por la garganta
-Siacute -dijo ella- nacioacute asiacute desconozco el motivo pero nuestro Jordi es feliz iquestverdad carintildeo
-Si V mucho V ahora maacutes todaviacutea que he encontrado a mi papaacute
Los tres salieron caminando direccioacuten al plano de San Francisco limpiaacutendose las laacutegrimas ella V el hijo
con un cliacutenex V eacutel lo haciacutea ron Jos puntildeos Cuando llegaron al tenderete de flores de Chari quiso la
casualidad que tambieacuten llegara la esposa del cirujano don Timoteo Aranda dontildea Carmen Pitaluga
Tanto la mirada de Monserrat como la de dontildea Carmen se clavaron en la figura del majestuoso rosal
Al uniacutesono las dos dijeron
-iquestQueacute precio pide por ese bonito rosal
-Perdoacuten -dijo la sentildeora Pitaluga- veacutendase lo a ella
Monserrat le contestoacute
-No sentildeora usted va delante de mi no faltariacutea maacutes
Chari la propietaria de las flores les respondioacute a las dos en tono iroacutenico
-Lo que puedo hacerle es venderle la mitad del rosal a una V la otra mitad a la otra
Como las dos estaban prendadas de aquel rosal que impregnaba el aire a olor celestial aceptaron con
una vaga sonrisa Asiacute fue como dontildea Carmen se llevoacute un precioso ramo de dieciseacuteis rosas V
Monserrat hizo lo mismo nosin antes decirles que las rosas estaban bendecidas por la Virgen de la
Fuensanta Las dos mujeres rieron unos minutos saliendo hacia sus domicilios con sus caras
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rebosadas en satisfaccioacuten La sentildeora Pitaluga llegoacute a casa y puso en un gran florero de cristal labrado
aquellas rosas rojas en el zaguaacuten de la entrada
El reloj de cuco del saloacuten dejoacute salir de su casita de madera al pintoresco pajarillo para que anunciara
con sus trinos metaacutelicos que eran las tres de la tarde Momento que traspasaba el umbraJ de la
puerta el doctor don Timoteo con el rictus de su cara serio
-Va estoy aquiacute quiero comer pronto me esperan en el casino para tomar cafeacute -dijo levantando la
voz
Su esposa precipitadamente salioacute de la cocina direccioacuten a Ja puerta secaacutendose las manos en el
delantal
- Te pido perdoacuten carintildeo Pongo la mesa en un instante -contestoacute su sentildeora esforzando una sonrisa
y quitaacutendole su chaqueta con un gesto de sumisioacuten
Pero para el doctor Aranda aqueUo no era oacutebice para desbocar su mal bumor dldendo
- Te trato como una reina no te falta de nada dinero joyas y como me pagas sin cumplir tu
obligacioacuten sentildealando con la mano la mesa
Terminada la comida y retocaacutendose el nudo de su corbata frente al espejo que habiacutea en el zaguaacuten su
mirada cayoacute sobre las rosas aterdopeJadas que habiacutea en el jarroacuten Don Timoteo quiso retractarse de
la manera que habiacutea hablado a su esposa diciendo en tono suave
-Reina queacute rosas maacutes preciosas parecen como si tuviesen vida V su fragancia me reconforta mi
interior calmaacutendome mi nerviosismo
-Si carintildeo las compreacute esta mantildeana quiero que tus malas maneras las olvides al contemplarlas
La sentildeora Pitaluga mientras hablaba se acercoacute a eacutel besaacutendole en la mejilla Su esposo le devolvioacute el
beso y colocaacutendose la chaqueta salioacute de la casa
Dontildea Catalina se cruzoacute en el ascensor con dontildea Carmen y le dijo
-iquestCoacutemo va todo bien o mal iquestUsted me entiende verdad
-Si la comprendo dontildea Catalina de momento todo bien -Le respondioacute la sentildeora Pitaluga Parece
que se hubiera tomado una infusioacuten de tranquilizantes Ahora que recuerdo iquesttranquilizantes Dios
miacuteo seraacuten las rosas las que por haber estado descansando en el manto de la virgen tienen ese poder
para transformarlo
Las dos mujeres se despidieron con un beso Dontildea carmen preparoacute toda la ropa de su esposo
zapatos relucientes camisa almidonada pajarita a estrenar gemelos de oro regalo de sus padres y
el esmoquin Pero la mala fortuna se cruzoacute en la plancha de dontildea Carmen por motivos desconocidos
En la pernera del pantaloacuten y mangas del chaqueacute la maldita plancha se ensantildeoacute varias veces con ellos
Ella llora desconsolada ni su vecina Catalina tiene la poacutecima para consolarla Sabe que su esposo no
se andaraacute con reparos en insultarla y golpearla
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Los uacuteltimos resplandores del diacutea rojos nacarados dorados pegaban en la milenaria fachada de la
Catedral El doctor don Timoteo introduce el llaviacuten en la cerradura de la puerta de su casa El silencio
es sepulcral Su voz recia sonoacute fuerte
-iquestEstas en casa reina
El silencio le contestoacute clavoacute su mirada en las delicadas rosas y acercando la cara aspiroacute
profundamente la fragancia sintieacutendose extasiado en lo maacutes profundo de sus pulmones
exclamando
-Este olor me embriaga el alma No hay perfume que le iguale
Con la chaqueta y la corbata en la mano pasoacute al saloacuten Quedoacute inmoacutevil por segundos En el fondo de la
estancia su esposa vestida con las mejores ropas y a sus pies dos maletas estaacute quieta en silencio Eacutel
dijo solemne
-iquestQueacute pasa es que te marchas con tus padres
-Si no puedo maacutes no te consiento que descargues tu ira sobre miacute cuando veas el estado
lamentable en que ha quedado tu esmoquin
Terminoacute la frase y sentildealoacute con la mano hacia una de las sillas en la que descansaba el churrascado y
perforado traje Las pobladas cejas del doctor se arquearon no pestantildeeoacute siquiera su mirada la
taladroacute por momentos sus ojos infectados de ira y sus puntildeos cerrados con fuerza tomaban un color
blanquecino Un incoacutemodo y prolongado silencio habiacutea en el saloacuten Los ojos de color esmeralda
claros y despabilados de dontildea Carmen no teniacutean maacutes laacutegrimas que derramar Don Timoteo sintioacute un
escalofriacuteo por todo su cuerpo su boca seca como un sarmiento quiso hablar pero se mordioacute la voz
Fue entonces cuando su esposa vio como se le iluminaba la cara y una laacutegrima lenta de silencio le
caiacutea por la mejilla Era la primera vez en su vida que dontildea Carmen veiacutea como lloraba su esposo Por
segundos pasoacute por su mente queacute estaba pasando alliacute ti sintioacute profundas punzadas en el pecho y
latigazos de remordimiento en lo profundo de su ser Todo lo que pasoacute despueacutes fue que el cirujano
se derrumboacute entre laacutegrimas y lleno de verguumlenza Se refugioacute en los brazos de su esposa diciendo
-Tienes que perdonarme hasta hoy no me he dado cuenta de lo que haciacutea Te lo suplico
perdoacutename
y lloraba como un nintildeo La escena del saloacuten era de puro arrepentimiento El meacutedico de rodillas
abrazado a su esposa pidiendo perdoacuten Ella sus manos alisan el cabello y la cara huacutemeda de eacutel y por
su mente es solo tamizado un pensamiento Las rosas esas rojas rosas sus peacutetalos acariciaron el
manto y las manos de la Virgen Luego el sacerdote pudiera que tuviese razoacuten
La luna habiacutea ascendido de entre los montes cercanos a la ciudad plena enorme redonda y roja
cuando el matrimonio caminaba direccioacuten al casino para celebrar la cena y la entrega de premios
anual por la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles presidida por el prestigioso reumatoacutelogo don Manuel
Menchoacuten Galiana
Dontildea Carmen vestiacutea con su vestido color pastel zapatos a juego collar de perlas del color de sus ojos
Estos teniacutean un brillo que nunca habiacutean tenido llamado felicidad Su esposo don Timoteo vestiacutea uno
de sus sencillos trajes que usaba para ir a la cliacutenica zapatos lustrosos mirada limpia y corazoacuten
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arrepentido Por eso en el momento de levantarse para recoger el premio de manos de don Manuel
Menchoacuten no le importoacute que los alliacute presentes vistieran de esmoquin y eacutel vistiese de traje En su
pequentildeo y locuaz discurso dejoacute a todos los que le conociacutean con caras de perplejidad cuando dijo
-Pido disculpas por no llevar la ropa adecuada para la ocasioacuten Hoy he arrojado a la basura el traje
de la intolerancia del machismo puro y duro de la incomprensioacuten con la persona amada y la camisa
de grosero Y me he colocado las ropas de la comprensioacuten la bondad el carintildeo positivo y la
generosidad
Casi todas sonrieron excepto su esposa queUoraba en silencio mientras sus pensamientos le saliacutean a
borbotones Su esposo se habiacutea transformado en todo positivo El arrepentimiento habiacutea sido en
puacuteblico sin cortapisas sin importarle la verguumlenza ante conocidos y desconocidos Sigue llorando en
sifencio Su esposo camina hacia ella Son los que abriraacuten el baile de gala Por su mente solo se cruza
un pensamiento aquel rosal que durmioacute en el manto de la Virgen Ahora llora y sonriacutee a la vez
Mientras la fiesta sigue en todo su apogeo cuatro calles maacutes allaacute en una de las lujosas habitaciones
del Rincoacuten de Pepe descansan Monserrat con su compantildeero Barbados y el hijo de ambos Jordi En
mitad de la amplia habitacioacuten sobre una mesa ovalada un jarroacuten fuerte y profundo sostiene en su
interior las dieciseacuteis rosas rojas de textura aterciopelada que dejan en la estancia un aroma
embriagador
Barbados se asomoacute a la ventana para contemplar la noche la luna brillaba casi como el sol Frente a
la ventana en un balcoacuten del edificio de enfrente habiacutea ropa blanca tendida Pareciacutea como sudarios
inmoacuteviles en la noche Se quedoacute fijo mirando y como un relaacutempago en la tormenta el airecillo afinoacute
sus sentidos experimentando una intensa antildeoranza de cuando se conocieron ella y eacutel en la toma de
posesioacuten de su plaza de vigilante jurado Barbados cerroacute los ojos y sus pensamientos se
arremolinaron en una tormenta de remordimientos lamentaciones y a la vez de nostalgia Sus ojos
rojos casi a punto de lLorar En el reloj de pulsera de Monserrat las agujas marcaban las doce de la
noche se dirigioacute a su hijo diciendo
-Vamos Jordi deja en paz a papaacute mantildeana seguiraacutes besaacutendole y preguntaacutendole cuantas cosas
quieras Tienes que marcharte a tu cama Vamos carintildeo
El criacuteo le respondioacute~
-Ese aroma tan pegajoso y aromaacutetico que huelo iquestson las rosas que compraste esta mantildeana
-Si carintildeo Son las rosas iquestPor queacute -Contestoacute ella
Me gustariacutea dormir con una de ellas en mi cabecera -Dijo Jordi
-iquestPor alguacuten motivo en especial -Interpeloacute la madre
El hijo dibujoacute en su cara infantil una amplia sonrisa y dijo
-Me recuerda en mis sentidos que por primera vez veo bueno veo no conozco y beso a mi padre y
ese aroma quisiera que me acompantildeara en mi cama como si fuera eacutel
La madre ante la expresioacuten tan sincera de su hijo no tuvo maacutes remedio que acceder
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-Conforme dormiraacutes con todas las flores en tu mesilla pero promeacuteteme que le rezaraacutes a la virgen y
te dormiraacutes -dijo ella comenzando a desvestirlo
El padre Barbados pasoacute a la habitacioacuten y le colocoacute el gran florero en la mesita de noche Las rosas
teniacutean un aspecto lozano de un rojo puacuterpura inundando la estancia de oJores insuperables
Monserrat se acostoacute en la alcoba mientras Barbados compuso una almohada con dos cojines y pasoacute
la noche en el sofaacute del saloacuten
Estaba amaneciendo y un filo de puacuterpura rasgaba las nubes Jordi el pequentildeo se despertoacute
exclamando
-Mamaacute mami iquestqueacute es esto que me estaacute pasando Puedo ver
Tanto la madre como el padre corrieron hacia su habitacioacuten El nintildeo se habiacutea incorporado en la cama
Teniacutea en sus manos una de las rosas del florero Papi que color tan bonito tiene estas flores -dijo
alargando sus brazos para que su padre pudiera verla maacutes cerca El criacuteo puesto en pie estaba absorto
contemplando todos los objetos de la habitacioacuten Un mundo nuevo habiacutea nacido para eacutel dejando a
sus padres en un segundo plano Pasaron varios minutos Jordi miro y requetemiroacute todo lo que se
poniacutea a su alcance de su mirada Fue cuando se tropezoacute con la cara de su madre las laacutegrimas
resbalaban por las mejillas
-Madre queacute feliz soy puede que por lo mucho que le rezo a la Virgen de Monserrat esto sea un
milagro
la madre sosteniacutea en su mano una rosa se la acercoacute a la boca y besaacutendola dijo
-No lo seacute hijo si esto ha sido un milagro o que la madre naturaleza ha terminado su trabajo contigo
despueacutes de ocho antildeos Sea lo que haya sido nunca podreacute pagarle el divino tesoro que el Altiacutesimo me
ha regalado
Jordi se abraza a su madre y llora emocionado Barbados trasladoacute su laacutenguida mirada a su hijo
diciendo
-Queacute a tu padre no le das un beso iquestNo ves lo falto que estoy de ellos
El nintildeo dejoacute a su madre abrazaacutendose a eacutel y besaacutendolo en la cara y la frente El aire en aquella estancia
resultaba caacutelido y perfumado con el aroma de las rosas Todo lo que pasoacute despueacutes se lo pueden
imaginar Tanto Barbados como Monserrat quiso la fatalidad que se encontraran de nuevo para
darse una segunda oportunidad Como al matrimonio de don Timoteo Aranda y dontildea Carmen
Pitaluga fue por aquel rosal que durmioacute en el manto de la Fuensanta Fue la casualidad del destino
Nunca lo sabremos amigo lector
Yo tengo un pequentildeo ejemplo que me ocurrioacute en mi nintildeez Creciacute en un orfanato por circunstancias
de la vida Teniacuteamos profesores y celadores buenos y malos como todo en la vida Recuerdo a don
Miguel que era celador Una noche de invierno crudo por hablar fuerte durante la cena con un
compantildeero de mesa nos castigoacute a fregar los pasillos del recinto El techo se me vino abajo Teniacuteamos
que fregar de rodillas Alliacute no habiacutea llegado todaviacutea la fregona Tenfamos un gigantesco cuadro
colgado en la pared del comedor que desde el aacutengulo que lo miraras sus dulces ojos te miraban con
dulzura Yo tendriacutea diez antildeos maacutes o menos y siguiendo las ensentildeanzas de uno de mis maestros don
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Antonio Torres tuve fe en saberme la leccioacuten si clavaba los codos Y clavando mi mirada en el corazoacuten de Jesuacutes le dije
-Por favor hace mucho friacuteo y tengo suentildeo Tengo fe que haraacutes algo por nosotros Puede que no se
lo crean cuando los dos cubos y las bayetas las teniacuteamos preparadas como por arte de magia se
apagoacute la luz Don Miguel nos hizo esperar alliacute al pie de los cubos sobre media hora Yo sentiacutea un
cosquilleo de alegriacutea por todo el cuerpo Le dije a mi compantildeero de la bayeta
-Tengo fe que no fregamos Y esa fe me acompantildeoacute cuando don Miguel dijo
-Podeacuteis marcharos a la cama pero la proacutexima vez no os perdono
Nos acompantildeoacute con la palmatoria en la mano a nuestro dormitorio Metido en la cama le receacute al
Corazoacuten de Jesuacutes ya la mantildeana siguiente lo conteacute entre mis compantildeeros y muy pocos me creyeron
Posdata - Los personajes que aparecen aquiacute son verdaderos los siguientes El inspector Mena su
hijo Barbados que reside en la calle Veroacutenkas y los duentildeos de la fjoristeriacutea ubicada en la misma calle
Juan Ortiacuten y su hija Rosario conocida como Chari Para ellos con todo mi afecto son personas
buenas y educadas Todo lo demaacutes es fruto de mi imaginacioacuten como aprendiz de escritor que soy
Firmado Auxiliar de Farmacia Antonio Martiacutenez
M urda a 1 de mayo de 2006
El acordeoacuten toca en ese instante un tango de Gardel titulado Volver El jefe de distrito el sentildeor Mena
escancia las copas con el exquisito moscatel y dibujando media sonrisa en su boca interpeloacute a su
acompantildeante diciendo
-Volver eso me gustariacutea a miacute volver a esos antildeos pasados en esa comisariacutea de Madrid volver a esas
tardes de toros en las Ventas mis paseos por el Retiro con mi primera novieta una cordobesa de
ojazos como lunas llenas Teniacutea una mirada devoradora y un culito respingoacuten junto con sus
voluminosos pechos que me hicieron perder siete kilos en quince diacuteas
El inspector dejoacute escapar un corto suspiro de relajacioacuten removieacutendose en el silloacuten El Jefe de
seguridad dijo solemne
-Sentildeor Mena siento curiosidad como pudo capturar al asesino de la estampita si no pudo ni la
Interpol incluso dijeron que participoacute el FBI sin resultado alguno
El candidato a comisario el dulce moscatel le estaba dando unos masajes en su hiacutegado a la vez le
haciacutea soltar la sin hueso
-Amigo miacuteo es la hora que nos hablemos de tuacute a tuacute porque mi chico y su chica puede que en un
futuro no lejano lleguen a formalizar sus relaciones
Mientras hablaba su mirada cruzoacute el saloacuten posaacutendose en la pareja que apartada de las miradas
indiscretas se haciacutean carantofias el uno al otro Volvieron a prender fuego a dos cigarrillos dejando
escapar dos bocanadas de humo azulado que sus volutas se perdiacutean entre las grandes laacutemparas de
arantildea que colgaban del techo Las pobladas cejas de Mena se arquearon y comenzoacute contando el
episodio del asesino de laestampita Sus palabras estaban impregnadas de sinceridad Todo empezoacute
en aquella comisariacutea de Madrid de la calle Fuencarral Un compafiero de servicio cierta mantildeana
habiacutea salido del turno de noche y al llegar a casa se encontroacute con un pastel espeluznante su esposa e
hija de tres afios habiacutean sido degolladas con santildea por el agresor que fue una agresora su misma
vecina de rellano Motivo cosas de faldas El marido de la asesina se las entendiacutea con la viacutectima
desde haciacutea antildeos El joven subinspector llamado Cobos embarco en una depresioacuten de caballo que le
llevoacute a coger la baja del cuerpo Mi amistad con eacutel era excelente Varias tardes le visitaba en su casa
para darle aacutenimos Como mi traslado era inminente para presentarme aquiacute en la ciudad Condal le di
mi teleacutefono anotaacutendoselo en una de las estampitas que siempre llevo conmigo Una San Antonio de
Padua patroacuten de Portugal y de los albantildeiles La botella de jerez habiacutea llegado a su fin porque la luz
que entraba por uno de los ventanales la haciacutea transparente Pasaron varios antildeos cuando llegoacute una
llamada confidencial a mi departamento del comisario jefe de Madrid Era la quinta viacutectima en cuatro
meses que moriacutea degollada pero con una particularidad todas teniacutean una estampita pegada a su
frente Me marcheacute a la capital instalaacutendome en el barrio Chamberiacute en busca del criminal Por los
rumores que el asesino podiacutea vivir alliacute seguacuten las pesquisas Su interlocutor se rascoacute sus sienes y
atolondrado y perplejo dijo
-iquestSoacutelo asesinaba a mujeres
-Efectivamente amigo miacuteo solo a mujeres Asiacute que me presenteacute en la escena del crimen Una
sobrina del marqueacutes Ripalda que viviacutea cerca del Pardo Entreacute en el dormitorio lo que vi me ahorrareacute
de contaacuterselo solo que la estampita de San Antonio estaba pegada a su frente como un sello de
correos La despegueacute le mireacute el reverso por casualidad y aHiacute estaban los nuacutemeros que yo anoteacute
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aquella tarde en casa de mi amigo Cobas Todo lo demaacutes fue faacutecil El subinspector Cobas nunca salioacute
de su terrible depresioacuten que llegoacute a convertirse en esquizofrenia y no seacute que maacutes En su locura por la
muerte de su nintildea Vesposa a manos de esa mujer su obstinacioacuten fue asesinar mujeres por el mismo
meacutetodo que fueron asesinados el deguumlello con un corte limpio en el cueJlo
El jefe de Esabe-Express dijo consternado
-y por queacute motivo les pegaba la estampa de un santo en la frente pregunto yo
El inspector Mena sintioacute por su cuerpo un calor abrumador por los efectos del jerez que se aflojoacute el
nudo de la corbata y quitaacutendosela americana respondioacute
-Cuando yo le detuve en su domicilio de Chamberiacute antes de que entrara nadie me explicoacute que la
estampca era para que no murieran en pecado mortal Yo saqueacute en conclusioacuten que despueacutes de
asesinarlas sentiacutea arrepentimiento como se sentiacutea muy catoacutelico el santo en la frente seriacutea para que
entraran en el cielo con el alma limpia de pecados
Su hijo Barbados junto a su compantildeera de baile se acercaron a ellos con una sonrisa de felicidad
Despueacutes de las presentaciones y besos de rigor salieron los cuatro en direccioacuten a la calle El sol va
bantildeando lentamente las blancas y grises fachadas del gran barrio donde estaban Aquel edificio de
donde saliacutean estaba en alto los cuatro caminabancaJle abajo en busca 1Je sus automoacuteviles Desde
alliacute el panorama de parte de la ciudad era grandioso lo mismo que el oleaje de los tejados y terrazas
La primavera irrumpiacutea con su aliento caacutelido en todo el paisaje de calles y avenidas de Barcelona A lo
lejos se distinguiacutean las torres de las iglesias con sus veletas y pararrayos que pareciacutean agujas desde
alliacute Llegaron a una plazoleta donde frondosos aacuterholes con su sombra daban cobijo al SEAT negro del
sentildeor Mena ya pocos metros el MERCEDES del sentildeor Benito Llegaron al caseroacuten donde viviacutea el jefe
de seguridad de Esabe Este se alzaba en el centro de una arboleda a lo alto de una calle angosta y
serpenteante Aparcaron los coches y pasaron al primoroso jardiacuten que habiacutea delante de aquella
mansioacuten
Barbados fue ahora cuando pudo contemplar la belleza a plena luz del diacutea de su compantildeera de baile
y arrumacos llamada Monserrat Su rostro era ovalado suavemente moreno sus labios carnosos
rojos como amapolas su busto no muy grande pero si terso y duro como ello sintioacute al estrecharlo
en el baile Su cuerpo esbelto y juncal junto con su pelo negro como el azabache haciacutean 1Je ella una
ricura de mujer Pero lo que hechizoacute al hijo del inspector Mena fueron sus ojos almendrados azules
como el mar grandes como luceros y con un brillo especial que le cautivoacute con su mirada Despueacutes de
visitar aquel caseroacuten de ocho alcobas seis bantildeos cocina amplia dos salones y majestuoso comedor
con pinturas de Renacentismo y bonitos bodegones esperaron en una amable charla sentados en
sillones de mimbre en el coqueto jardiacuten bajo la sombra de un frcus y dos fuertes nogales a que
llegara la hora del almuerzo Comieron en el casino de la ciudad Despueacutes de cafeacute el sentildeor Mena y su
anfitrioacuten el sentildeor Benito pasaron a la sala de juegos y lectura del casino
Barbados hijo y Monserrat su compantildeera conversaban animadamente en un sofaacute en un apartado
del saloacuten En eacutel dijo algo al oiacutedo de la chica y eacutesta dejoacute escapar una carcajada de complicidad
mostrando una dentadura blanca y bien alineada que todaviacutea le haciacutea parecer maacutes hermosa
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-Padre me dejas las llaves de tu MERCEDES quiero mostrarle a Barbados varios rincones con sabor
a rancio de la ciudad que eacutel desconoce El responsable de la empresa Esabe le alargoacute las llaves a su
hija dicieacutendole
-Por favor conduce con cuklado~ toda precaucioacuten es pota yno vuelvAS tarde reina ~ue tu madr~
como tu sabes le costoacute la vida
Las uacuteltimas palabras las pronuncioacute con un rictus serio en su cara
El mercedes azul oscuro propiedad del sentildeor Benito cruzoacute varias avenidas y tomoacute una calle cuesta
arriba que moriacutea en el caseroacuten de su padre B sol comenzaba casi a esconderse por el castillo de
Montjuic cuando Monserrat y Antonio Barbados cruzaban el primoroso jardiacuten de la finca Todo lo
que pasoacute despueacutes fue un encadenamiento de cosas que habiacutean pasado desde que se conocieron esa
mantildeana en la improvisada pista de baile El hijo del inspector le acaricioacute sus partes puacutedicas ella no le
fue a la zaga se besaron se abrazaron se prometieron amor eterno de por los siglos de los siglos
como adolescentes que eran y con el primer lucero rebrillando en el firmamento consumieron el
acto sexual con frenesiacute
Pasaron varios antildeos la hija del jefe de Esabe-Express habiacutea dado a luz en la soledad y friacuteo paritorio
del hospital cliacutenico de Barcelona Su padre babia faUecklo hadaseis meses de un infarto cerebraJy
aquel chico llamado Barbados que le prometioacute y le juroacute amor por todos los siglos la abandonoacute una
friacutea y ventosa mantildeana de otontildeo
Como la mala suerte dicen que nunca viene sola ese retontildeo de Monserrat por circunstancias de no
se sabe queacute en ese parto prematuro con cesaacuterea ese nintildeo nacioacute degoA cientos de kiloacutemetros-de
alliacute en la capital del riacuteo Segura llamada Murcia que tambieacuten fue llamada por los aacuterabes Mursiya un
modesto agricultor se afanaba en sus quehaceres agriacutecolas en su pequentildea huerta y un primoroso
jardiacuten que cuida desde un antildeo aproximadamente Se llama Juan Ortiacuten con una hija guapa a rabiar
que todos la llamaban Chari RandariacuteaJos 25 antildeos morena esbelta ojos negrDS como la brea
nariz perfilada labios carnosos busto perfecto Y con un derroche de simpatiacutea que contagia a las
otras personas que dialogan con ella Pero sobresale en toda ella su educacioacuten en el trato con la
gente sus buenos sentimientos
Don Juan Ortiacuten esa mantildeanaredbloacute en su haciendaa su amjgo Ernesto Gomadzquehada antildeos
fueron emigrantes en busca de fortuna en la mecanizada Alemania Juan se volvioacute a Espantildea y su
compantildeero Ernesto se quedoacute allr en la profesioacuten de jardinero con un empresario de una prestigiosa
marca de automoacuteviles Con el sudor de su frente y sus ahorros se instaloacute a las afueras de Berliacuten en
una pequentildea finca olvidada e inerte donde con esmero ypacienclasacoacute a flote unos florjdos
invernaderos desde donde saliacutean las rosas maacutes perfectas con el rojo maacutes intenso y el perfume maacutes
embriagador que jamaacutes el hombre podiacutea imaginar Su secreto no era otro que los rosales los abonaba
en el otontildeo con partiacuteculas y finiacutesimo polvo de minerales como cinc niacutequel cobre plata e infinitas
partiacuteculas del pulido de los djamantes Aquello era todo el secreto que tenian
Juan Ortiacuten abrazoacute a su amigo Ernesto sintiendo un amago de nostalgia al recordar los momentos
difiacuteciles y amargos que pasaron fuera de su tierra en aquellos antildeos
-Juan -dUumlo con voz temblorosa de emocioacuten-te estareacute siempre agradecido desde hoy mismo
abonareacute todos los rosales que tengo en la finca te lo prometo
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Ernesto abrazoacute a su amigo en la despedida no pudiendo evitar emocionarse y sus ojos se llenaron de
laacutegrimas El sol declina por la lejaniacutea de la huerta y Juan ha terminado de fortalecer con esos
minerales todos sus rosales guardando la gran bolsa en el cobertizo de los aperos de labranza
La primavera estaacute llegando a su fin por estas tierras del sureste primavera y verano se diferencian
poco lo que si es cierto es que los rosales del sentildeor Juan estaacuten en plena produccioacuten Ademaacutes de
geranios hortensias margaritas o petunias las rosas de los viveros de Juan se venden nada maacutes que
traspasan la cancela de su finca Queacute aroma queacute color queacute brillo despiden a la luz del sol pero lo
que tiene intrigado a su jardinero es la duracioacuten que mantienen tanto dentro del florero como fuera
Juan no da creacutedito a lo que le ocurren a sus rosales Junto al cuadro que descansa en el mueble del
saloacuten de nuestra patrona la Fuensantica desde hace tres meses y cinco diacuteas dos rosas
aterciopeladas vigilan a la patrona intactas como si hubieran sido cortadas hace horas Pasoacute el
ardoroso verano que pareciacutea no tener fin y nos metimos de lleno en ese septiembre lJamadopor
estas latitudes el veranito de los membrillos
Nuestro amigo Juan Ortiacuten y su belliacutesima hija Chari le faltan manos para poder atender los
innumerables pedidos de plantas y flores que no tienen maacutes remedio que bajarse a la ciudad y
paralelo al mercado de Veroacutenicas en la misma calle instalan provisionalmente un puesto de flores y
plantas para cumplir con sus clientes Alliacute venden infinidad de plantas y accesorios para ellas como
abono y fertilizantes las partiacuteculas de minerales regalo de su amigo Ernesto estaacuten guardadas bajo
llave en su cobertizo ese es su secreto y su gran tesoro que a nadie revelaraacute Sus rosas rojas
valencianas siguen vendjeacutendosecomo el pan de cada diacutea siguen con esa frescura esa lozaniacutea y ese
aroma a bienestar que nos relaja los sentidos desde el primer diacutea que se cortan Esa mantildeana
septembrina su hija Chari ha vendido cinco rosales maravillosos cuatro cubos de flores recieacuten
cortadas e innumerables plantas se nota en el ambiente que por la tarde bajan a hombros a nuestra
Fuensantica la patrona desde su santuario que tiene arriba en el monte La gente se prepara para
recibirla como ella se merece pues raro es el murciano que si no reza una oracioacuten en el diacutea por
Ella no tiene en casa en presencia de todos o en la intimidad de su alcoba una fotografiacutea e incluso
una sencilla estampa para pedirle salud por todos los suyos Casi era la hora de recoger ese
primoroso jardiacuten ambulante y desmontable El sacerdote se quedoacute como petrificadocomo una
estatua de sal como le ocurrioacute a la esposa de Lot seguacuten cuentan las Escrituras El paacuterroco de la santa
Catedral don Faustino Prieto estaba atolondrado y perplejo mirando el florido rosal que todaviacutea no
habiacutea sido vendido dijo con voz entrecortada
-Que cosa maacutes divina crea la madre naturaleza jamaacutes he visto un rosal de esas caracteriacutesticas con
maacutes de veinte rosas grandes como puntildeos rojas como la sangre que derramoacute Jesuacutes en la cruz
A la vez sus fosas nasales aspiraron la fragancia que impregnaba todo el tenderete de flores que
pareciacutea haberle dejado aturdido Chari ante tanta alabanza a su rosal demostroacute su buen corazoacuten que
teniacutea y tiene dicieacutendole
-Padre por ese piropo tan acertado para con mis flores quiero regalarle ese rosal que tanto alaba
usted
Don Faustino quedoacute sorprendido por tanta generosidad de la chica No sabiacutea que responder pues el
hermoso rosal su precio rondaba las 300 pesetas Ahora es una cantidad ridIcula pero en esos antildeos
casi una fortuna para un hogar
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-Vamos hacer lo siguiente -le contestoacute el sacerdote que frisaba los 50 antildeos de pelo rojizo pecoso
entrado en kilos de ojos marrones pero con la mirada risuentildea infantil que le hacia parecer buena
gente-como esta tarde bajan a nuestra querida patrona la Morenica yo le pongo ese rosal tan
primoroso y para cuando viaje otra vez hacia su santuario yo se lo devuelvo intacto y asiacute no pierde
usted y yo puedo contemplar esa joya a los pies de la Santiacutesima durante varios diacuteas
Dicho y hecho el sacerdote salioacute feliz y contento con su rosal bien empaquetado en una amplia caja
de cartoacuten mientras Chari lo despediacutea con un hasta pronto y una sonrisa agradable
Los cohetes surcaban el aire de esa tarde septembrina cuando nuestra patrona bajaba el Puente de
los Peligros seguida por numerosos fieles devotos de Ella A los gritos de iexclViva la Virgen de la
Fuensanta iexclViva Viva Estaacute llegando a las puertas de la santa Catedral la banda de muacutesica
municipal hace estallar en el aire los sones del himno Nacional el gentiacuteo que abarrota la plaza guarda
silencio y creo que la mayoriacutea de los alliacute presentes sienten en su interior una congoja como si ese
himno fuese un pedazo de nuestros seres maacutes queridos presentes y fallecidos Nuestra patrona se
pierde en la oscuridad de la catedral mientras la muacutesica sigue sonando y el silencio solo es roto por el
uacuteltimo trueno sentildeal para la terminacioacuten del himno
Don Faustino Prieto cuando la capiUa se encontraba en silencio casi era la hora de cerrar las puertas
del templo cogioacute una escalera y trepando hasta los pies de la Virgen con la ayuda del sacristaacuten
colocoacute con mucho mimo el fresco y florido rosal prestado por Chari Como no encajaba bien en los
pies de la gran Sentildeora por las muacuteltiples flores que adornaban su camariacuten don Faustino lo hizo
descansar sobre su manto tan primorosamente bordado Aquello pareciacutea como un reguero de sangre
que moriacutea en su corazoacuten y tambieacuten en el color de la que derramoacute su Hijo en la cruz El sacerdote se
arrodilloacute ante la Virgen y rezoacute clavando la mirada al majestuoso rosal que pareciacutea tener vida no
pudiendo evitar emocionarse se levantoacute y se hizo sobre la frente la sentildeal de la cruz despueacutes se
apagaron las luces y todo el camariacuten quedoacute en silencio e inundado de paz
A tres calles de la Catedral en un edificio de Plateriacutea con sabor antildeejo por los antildeos construido en
cuyo bajo habiacutea una joyeriacutea regentada por un joyero de prestigio de la capital en su tercer y uacuteltimo
piso viviacutean un matrimonio sin hijos que el marido un especialista y cirujano en corazoacuten con un
prestigio reconocido en Espantildea y fuera de ella haciacutea Juatro antildeos que se habiacutean trasladado a Murcia
por estar cerca de los padres de su esposa Carmen Pitaluga que asiacute se llamaba ella y eacutel don Timoteo
Aranda Rondariacutea el cirujano unos 45 antildeos moreno alto fuerte y ancho de espaldas sus dedos
largos y robustos no eran oacutebice para tener una seguridad y delicadeza en el manejo del bisturiacute en
hacer un corte limpio y seguro en el interior de sus pacientes
Don Timoteo habiacutea salido de la ducha y con voz eneacutergica dijo
-Carmen espero que tengas mantildeana el tema del calentador solucionado no estoy dispuesto a
ducharme maacutes con agua friacutea
Su esposa posoacute su mirada de sumisioacuten en la cara de eacutel haciendo con la cabeza un gesto afirmativo
Pasados veinte minutos don Timoteo dando voces malsonantes saliendo del dormitorio arrojoacute con
fuerza la camisa hecha un ovillo sobre la cara de ella
-Estoy harto de decirte que quiero los cuellos de las camisas almidonados
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Gritaba poniendo la cara a centiacutemetros de ella con los ojos inyectados de ira La sentildeora Pitaluga se
perdioacute cuando le replicoacute con voz envalentonada
-Mira lo que te digo Timoteo solo tengo dos manos para solucionarte tus caprichos en tu ropa
como grabar tu nombre en cada una de tus prendas con hilo de plata tus zapatos bien lustrosos tus
corbatas
Dontildea Carmen no pudo terminar la frase la mano grande y fuerte de su esposo se estrelloacute en su cara
como una piedra en un cristal despueacutes sintioacute un golpe seco en su vientre y un dolor intenso le hizo
desplomarse sobre el sofaacute
-Si no es daacutendote paJos no haces caso no aprendes de una vez por todas y mira que hace quince
diacuteas te prometiacute que no te pegariacutea maacutes Pero tuacute me obligas a hacerlo con tus contestaciones
chulescas
El cirujano terminoacute de vestirse observoacute que ella empezaba a incorporarse con gestos de dolor
momento que aprovechoacute para salir de casa dando un tremendo golpe en la puerta al cerrar La
vecina del rellano de esa escalera Dontildea Catalina profesora de solfeo jubilada escuchoacute el estreacutepito
golpe en la puerta y tocoacute el timbre diciendo
-Carmen vecina iquestocurre algo -a la vez que golpeaba la puerta con los nudlHos
Cuando Dontildea Catalina hizo amago de retirarse la puerta se abrioacute y en el umbral se dibujoacute la figura de
Dontildea Carmen Pitaluga con un rictus de dolor y con su mano apoyada en el estomago
-Hija de Dios iquestque te ha pasado -dijo la profesora de solfeo abriendo su boca y poniendo cara de
asombro- Vamos deacutejame pasar que te limpiareacute esa sangre de la nariz
La cara de la esposa del cirujano teniacutea mal aspecto de su nariz un hilillo de sangre corriacutea hacia sus
labios estos comenzaban a inflamarse su ojo izquierdo estaba amoratado con un brillo azulado
Terminada la cura la sentildeora de la casa le dio las gracias a su vecina por tanta amabilidad Dontildea
Catalina le quitoacute importancia diciendo con sequedad
-Jamaacutes mi marido me levantoacute la mano con motivo o sin eacutel faltariacutea maacutes Queacute ganas tengo que
cambie la situacioacuten de la mujer en el mundo no seacute si yo lo vereacute
Acabada la frase Dontildea Carmen rompioacute a llorar y dijo
-Sieacutentese Catalina necesito desahogarme
Las dos mujeres se sentaron en el sofaacute del saloacuten La profesora le cogioacute una mano y dijo solemne
-La escucho con mucha atencioacuten mejor dicho te escucho Carmen Mi esposo Timoteo en el fondo
no es malo es su temperamento y el estreacutes de su trabajo Eacutel me quiere me adora pero de vez en
cuando se le escapa la mano y yo tonta de miacute siempre le perdono
-Sabes lo que te digo Carmen -le interrumpioacute la profesora- que basta ya se acaboacute que te golpee
como una mula recoges tus pertenencias y te marchas
-iquestv hacia donde puedo marcharme si mis padres son mayores y estaacuten enfermos
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Ahora las laacutegrimas corriacutean libremente por la cara de la esposa del cirujano Dontildea Catalinas observoacute
como lloraba su vecina y sintioacute profundas punzadas de rabia en su interior no pudiendo contener que
sus ojos se le arrasaran de laacutegrimas Nuestra querida patrona la Fuensantica haciacutea varios diacuteas que
habiacutea abandonado la ciudad seguida de sus fieles maacutes devotos envuelta en aplausos viacutetores flores y
truenos para descansar en su Santuario del Monte a la espera de la proacutexima primavera para ser
bajada y reconfortar con nueva savia los corazones murcianos
Cuando el sol caiacutea de plano sobre la plaza y la calle de Veroacutenicas el sacerdote con paso cansino
transporta entre sus brazos el florido rosal que le ha sido prestado por la florista Chari
-Buenos diacuteas sentildeorita lo prometido es deuda aquiacute lo tiene tal como me lo lleveacute creo que todaviacutea
mas precioso -dijo el cura dejando con mimo el primoroso rosal en el suelo entre geranios y potas
Chari le sonrioacute daacutendole las gracias El capellaacuten de la catedral prosiguioacute diciendo
-Es una cosa extrantildea todos los rosales pasados siete o diez diacuteas sus rosas se marchitan y se
mueren pero este ha sido al reveacutes sigue en buena lozaniacutea y floreciendo maacutes rosas Por curiosidad
se las conteacute el primer diacutea 25 y hoy sabe las que tiene
Chari se encogioacute de hombros poniendo cara de inocente y dijo
-iquestCuantas tiene padre
-Hija miacutea tiene la edad de Cristo cuando murioacute 33 Estoy completamente anonadado y a la vez
intrigado con este rosal iquestCoacutemo se llama el fertilizante que usa para ellos
Chari se sintioacute como un cazador furtivo que deseas que te revele el secreto de la caza del zorro con
lazo
-Lo siento padre de abonarlos de su poda y riego se preocupa mi padre Solo eacutel sabe el secreto -le
contestoacute la chica poniendo cara de increacutedula
Don Faustino antes de marcharse dijo con media sonrisa en sus labios
-Quiero que sepas que esas rosas de terciopeJo han descansado sobre el manto de la Santiacutesima
Virgen luego estaacuten bendecidas por nuestra Patrona deberiacuteas de subirle su precio
Terminoacute de hablar y dejoacute escapar una corta carcajada que contagioacute a Chari Lejos en Barcelona la
hija del fallecido jefe de seguridad Benito caminaba junto al puerto de mar el agua estaba
tranquila de un azul verdoso apenas rizado por la brisa de poniente de su mano Uevaba a su hijo
Jordi de seis antildeos fruto de aquella tarde de pasioacuten con Antonio Barbados el hijo del inspector Mena
El nintildeo habiacutea nacido ciego Motivo su madre lo ignoraba Seguacuten los doctores un glaucoma
inmadurez de la maacutecula por otros motivos que se desconociacutean Monserrat la madre preguntoacute a los
especialistas si su Jordi podra alguacuten diacutea no lejano ver solamente los objetos borrosos El prestigioso
oftalmoacutelogo Barraquer le vaticinoacute que solo dos maneras teniacutean de recuperar la visioacuten La cirugiacutea
cuando la maacutecula esteacute madura y dos un milagro que nuestra Virgen de Monserrat quiera otorgarle a
este lindo hombrecito y le estampaba un beso en su frente
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Monserrat se dirigiacutea al puerto mariacutetimo para entrevistarse con el responsable de eacutel por la noticia de
que el padre de su pequentildeo habiacutea dado sentildeales en alguacuten punto de Espantildea El pequentildeo Jordi con esa
vocecita que casi no le saliacutea del cuerpo preguntaba muy a menudo
-iquestMami doacutende estaacute mj padre es que yo soy el uacutenico nintildeo de mj colegio que no conoce a su padre
Seacute que no lo puedo ver pero con solo tocar acariciar su cara y besarla yo seriacutea el nintildeo maacutes feliz de
este mundo
y sus ojos sin luz se inundaban de laacutegrimas por todo el carintildeo que le profesaba a su padre sin
conocerlo Monserrat queda conocer el paradero de Barbados Pasoacute al despacho del jefe portuario
El responsable rondariacutea los cincuenta Enjuto en carnes de cara alargada su rostro pareciacutea cincelado
por el sol todo lo contrario que sus brazos pues llevaba una camiseta de tirantes donde los rayos del
sol habiacutean tatuado su blanca piel que casi pareciacutea trasluacutecida
El caballero con la voz tamizada de pesar dijo
-Sentildeora el chico que usted busca lo tuve bajo mis oacuterdenes varios antildeos Era bastante formal
trabajador y honrado pero como casi siempre las malas compantildeiacuteas hacen mella en los corazones
buenos y se fue hundiendo en la bebida Yo puse todo lo que teniacutea a mi alciexclmce como ocultarlo
incluso en mi despacho en ese cuartucho de enseres vjejos -y sentildealaba con la mano la puerta
despintada que habiacutea a su derecha- para que nadie lo viera embriagado Tuve el valor de que
pernoctara en mi casa varias noches con permiso de mi esposa pues no tenemos hijos y tambieacuten
fue inuacutetil Nada pude hacer y una viacutespera de Noche Buena con mi corazoacuten destrozado tuve que
despedirlo Se pasoacute dela raya Me levantoacute la mano y se rompioacute la baraja Pasado un tiempo recibiacute
una carta suya pidieacutendome disculpas Empezamos a cartearnos y hasta la fecha que espero carta
porque lleva sin escribirme maacutes de cuatro meses
Monserrat no pudo contenerse maacutes dicieacutendole con una voz sin calidez
-Pero hombre de Dios diacutegame donde se encuentra
-Perdoacuten perdoacuten sentildeora en Murcia se encuentra en Murcia
Monserrat de la mano de su hijo se habiacutea despedido del jefe portuario sintiendo en su interior un
amago de nostalgia al recordar lo feliz que fue el tiempo que estuvo en los brazos del hijo del
inspector Mena Lo amoacute locamente sin cortapisas sin importarle nada pero eacutel no supo
corresponderle Se asustoacute el diacutea que le dijo que esperaba un hijo suyo y se esfumoacute una semana antes
de que ella diera luz a la criatura Pero esa criatura ya teniacutea seis antildeos y toda su obsesioacuten no era otra
que palpar acariciar y besar el rostro de su padre pues en su colegio de ciegos y sordomudos
diariamente escuchaba las voces los besos y las carcajadas de las madres y padres de sus
compantildeeros de pupitre
El sol estaba alto y la bruma se desvaneciacutea por el puerto y sus calles Monserrat habiacutea cerrado el
portaloacuten de la mansioacuten heredada de su padre El sol se escondiacutea entre el follaje de los majestuosos
aacuterboles del jardiacuten El taxi paroacute a la entrada del recinto vallado tocando el claxon dos veces la madre
y el hijo bajaron la escalinata de mamposteriacutea de la residencia introducieacutendose en el vehiacuteculo El
taxista subioacute en dos zancadas las escaleras y comenzoacute a bajar el voluminoso equipaje de Monserrat
Una vez terminado yel choacutefer al volante dijo ella
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-Espere un segundo solo quiero cruzar la mirada por todo el recinto que me vio nacer y crecer y no
seacute si mis ojos volveraacuten a contemplarlo
Jordi su hijo le respondioacute
-Siacute Mami volveremos a verlo bueno yo no seacute pero volveremos aqui con papaacute para que por fin
seamos felices los tres Seguro mami ya lo veraacutes
La madre paseoacute su mirada por la arboleda y la fachada del caseroacuten sintiendo en su interior punzadas
de nostalgia al recordar su corta vida transcurrida entre esos muros no pudiendo evitar que sus ojos
se inundaran de laacutegrimas Mientras tanto en la capital del Segura el cirujano don Timoteo Aranda se
encuentra en el quiroacutefano de la Cliacutenica Nuestra Sentildeora de la Fuensanta terminando de operar a su
uacuteltimo paciente
Esa noche en el coqueto casino murciano ha sido invitado por la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles en
la entrega de premios y galardones por el presidente de la asociacioacuten el prestigioso doctor de
Reumatologiacutea don Manuel Menchoacuten Galiana que preside el cargo desde 1960 siendo reelegido en
varias ocasiones por su pulcritud su sapiencia y buen hacer en beneficio de los doctores
El tren procedente de Barcelona con paradas Madrid Murcia y Cartagena haciacutea su entrada en la
vetusta estacioacuten de El Carmen cuyo reloj marcaba las diez de la mantildeana De aquellos vagones de
primera clase chapados de maderas nobles barnizados decorados en terciopelo y cortinas de lino
con olor a limpieza se bajaba Monserrat y su pequentildeo Jordi Todo su equipaje excepto la bolsa de
viaje habiacutea sido facturado al hotel Rincoacuten de Pepe Su economiacutea era lo bastante holgada como para
viajar y hospedarse en primera clase fruto de la herencia de su padre Benito presldentede la
compantildeiacutea Esabe-Express
Antonio Barbados no puede pasar sin que el alcohol sea su uacutenico compantildeero desde hace varios antildeos
en esta tierra pimentonera donde fue recibido con las manos abiertas por una prestigiosa empresa
de seguridad Trabajoacute con ahiacutenco premura y habilidad en su trabajo sin importarle horario ni
festivos El sentildeor Estevil responsable de la empresa supo concederle su premio otorgaacutendole la
jefatura de sus casi cincuenta compantildeeros de trabajo Su economiacutea estaba bien saneada Su
residencia dejoacute de ser la pensioacuten Sandoval pasando a ser un lujoso chalet en una cercana
urbanizacioacuten cuajada de aacuterboJes y flora 5010 sentiacutea un vado en su corazoacuten Cupido no volvioacute con su
flecha a aceptar en la diana Conocioacute una chica pelirroja pero aquello tuvo mal final No se
correspondieron y cada uno marchoacute por su lado Cuaacutentas veces en la soledad de su chalet y en la
penumbra de su alcoba ha llorado en silencio aquel acto de cobardiacutea que tuvo con Monserrat su
novia faltaacutendole diacuteas para traer a este mundosu retontildeo fruto de los dos
Extrae de la billetera la uacutenica fotografiacutea que guarda de ella y la besa con pasioacuten Por su mente como
mil puntildeales apuntildealaron su pensamiento y tamizando solo uno iquestcoacutemo seriacutea la cara de su hijo iquestQueacute
estariacutea haciendo en ese instante iquestCoacutemo seriacutea su sonrisa su llanto Sus ojos como compuertas de un
embalse dejaron correr sus laacutegrimas hacia la comisura de sus labios Corno dice Ja voz de la calle no
es bueno que el hombre viva solo tampoco mal acompantildeado Eso fue lo que deterioroacute su vida las
malas compantildeiacuteas El eufoacuterico alcohol comenzoacute a hacerse compantildeero en varios diacuteas a la semana
saacutebados y domingos Pasado un tiempo lo acompantildeaba diariamente Consecuencias varias el
despido del trabajo la billetera vaciacutea pocos o casi ninguacuten amigo El final siempre es el mismo la
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soledad y el rechazo de la gente Desde haciacutea antildeos teniacutea la vivienda en la calle Veroacutenicas junto a la
plaza de Abastos Su casa toda la calle su bantildeo el jardiacuten del malecoacuten y su cama los friacuteos escalones
de maacutermol de la sala de exposiciones culturales de Veroacutenicas En los crudos inviernos se tapa con
cartones y alguna prenda de abrigo que le entrega la sentildeora Antonia que tambieacuten le da dinero para
que se corte el cabello Es una persona buena y caritativa Algunas todaviacutea quedan en la vintildea del
Sentildeor Como por ejemplo el vigilante jurado que realiza su servicio en la sala de exposiciones
llamado Chema que procede de nuestra ancha Castilla Lo obsequia con alguacuten regalo en Reyes un
jersey seminuevos que ya no se pone unos deportivos etc Como ex-vigilante que ha sido sabe que
el corazoacuten de Chema no lo dejaraacute en la miseria El pan de cada diacutea se lo gana haciendo recados a los
tenderos de la plaza donde le dan sus regulares propinas pero al final del diacutea duerme junto a su
almohada de plaacutestico su inseparable amigo del alma Don Simoacuten de apellido tetrabrik
Amigo lector no nos quejemos a veces de nuestra situacioacuten no seamos como aquel sabio tan pobre
que se alimentaba de hierbas del campo y un buen diacutea volvioacute la mirada hacia atraacutes y vio como otro
pobre se comiacutea las hierbas que eacutel desechaba
Dontildea Carmen Pitaluga se ha levantado esa mantildeana con humor su esposo el doctor don Timoteo
Aranda lleva cuatro diacuteas ~que ni le ha faltado el respeto ni le ha levantado la mano Esa noche es el
reparto de premios de la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles en el Casino que seraacute presidida por don
Manuel Menchoacuten Galiana Dontildea Carmen lo tiene casi todo dispuesto solo falta sacar del armario el
esmoquin de su esposo y plancharlo pero lo dejaraacute para uacuteltima hora Quiere que su marido a la hora
del reparto de premios y la saJidaa la pista de baile levante las miradas de las sentildeoras y la envidia de
los caballeros como si fuese un Roberto Valentino
El aire de la mantildeana es sutil sano diaacutefano es como un baacutelsamo para los pulmones Por eso la sentildeora
Pitaluga cruza la Gran Viacutea con paso raacutepido aspirando y expirando por lo temprano de la hora y la
circulacioacuten de vehfculos todaviacutea escasa Sus pasos la llevan al mercado de Veroacutenicas A la misma
hora Monserrat pone los pies en la calle cogida de la mano de su pequentildeo Jordi que quiere conocer
la ciudad Le han dicho que es una ciudad pequentildea y casi todo el mundo se conoce Su mirada
escudrintildeadora repasa las caras de los viandantes masculinos Podiacutea ser la casualidad que tropezara
con Barbados Lo piensa pero cree que eso no seraacute posible Monserrat y su hijo entraron por la calle
Veroacutenicas despueacutes de visitar la capilla del Pilar En esa calle viviacutea Barbados desde haciacutea varios antildeos
En ese instante ayuda a un sentildeor a cargar su compra en una obsoleta motocicleta a la espera que le
de una propina Se gira y casi su cara tropieza con la de ella
Monserrat se le quedoacute mirando absorta No daba creacutedito que hubiese sido tan sencillo dar con su
paradero Barbados la miroacute de arriba abajo dilatando sus pupilas de asombro Su voz casi ahogada
por la sorpresa dijo
-iquestDe verdad que eres tuacute Monserrat
Ella contestoacute
-La misma que dejaste olvidada como un paraguas hace varios antildeos en Barcelona y por lo que veo
jamaacutes volviste a recogerlo por miedoso y cobarde
En ese momento fue cuando Barbados se percatoacute del nintildeo que escuchaba en silencio con sus ojos
abiertos como lunas pero a oscuras como las noches en las tinjeblas
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-v1amiacute iquestquieacuten es este caballero por casualidad lo conoces iquestO usted conoce a mi madre
Hubo unos segundos de silencio un silencio espeso pareciacutea que flotaba entre los tres La madre con
la voz desgarrada por la emocioacuten le respondioacute
-Jordi este sentildeor aquiacute presente quiero que sepas que es tu padre
La palabra padre retumboacute en los oiacutedos del nintildeo como si tuviese eco Se deshizo de la mano de su
madre V las alzoacute en busca del rostro de su progenitor
-Papi deja que toque tu cara Cuaacutentas veces he sontildeado este momento
El padre se abrazoacute al nintildeo mientras este le palpa la cara
- Tienes un bigote que pincha V ademaacutes estaacute mojado
La cara de Barbados teniacutea una semejanza con la Dolorosa de Salzillo Sus laacutegrimas cruzaban su
mejilla muriendo en su bigote La madre se abrazoacute a los dos con los ojos arrasados en laacutegrimas V se
fundieron en un abrazo interminable Varjos transeuacutentes se paraban V miraban la escena on
emocioacuten Monserrat se derrumboacute entre laacutegrimas diciendo
-Quiero que seamos una familia los tres Por mi hijo quiero darte esa oportunidad Volvamos a casa
y besoacute la mejilla de eacutel Barbados se percatoacute que su hijo era ciego cuando lo besoacute repetidas veces en la
cara advirtiendo en sus pJerna s que le temblaban V un frlo intenso le trepaba por la garganta
-Siacute -dijo ella- nacioacute asiacute desconozco el motivo pero nuestro Jordi es feliz iquestverdad carintildeo
-Si V mucho V ahora maacutes todaviacutea que he encontrado a mi papaacute
Los tres salieron caminando direccioacuten al plano de San Francisco limpiaacutendose las laacutegrimas ella V el hijo
con un cliacutenex V eacutel lo haciacutea ron Jos puntildeos Cuando llegaron al tenderete de flores de Chari quiso la
casualidad que tambieacuten llegara la esposa del cirujano don Timoteo Aranda dontildea Carmen Pitaluga
Tanto la mirada de Monserrat como la de dontildea Carmen se clavaron en la figura del majestuoso rosal
Al uniacutesono las dos dijeron
-iquestQueacute precio pide por ese bonito rosal
-Perdoacuten -dijo la sentildeora Pitaluga- veacutendase lo a ella
Monserrat le contestoacute
-No sentildeora usted va delante de mi no faltariacutea maacutes
Chari la propietaria de las flores les respondioacute a las dos en tono iroacutenico
-Lo que puedo hacerle es venderle la mitad del rosal a una V la otra mitad a la otra
Como las dos estaban prendadas de aquel rosal que impregnaba el aire a olor celestial aceptaron con
una vaga sonrisa Asiacute fue como dontildea Carmen se llevoacute un precioso ramo de dieciseacuteis rosas V
Monserrat hizo lo mismo nosin antes decirles que las rosas estaban bendecidas por la Virgen de la
Fuensanta Las dos mujeres rieron unos minutos saliendo hacia sus domicilios con sus caras
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rebosadas en satisfaccioacuten La sentildeora Pitaluga llegoacute a casa y puso en un gran florero de cristal labrado
aquellas rosas rojas en el zaguaacuten de la entrada
El reloj de cuco del saloacuten dejoacute salir de su casita de madera al pintoresco pajarillo para que anunciara
con sus trinos metaacutelicos que eran las tres de la tarde Momento que traspasaba el umbraJ de la
puerta el doctor don Timoteo con el rictus de su cara serio
-Va estoy aquiacute quiero comer pronto me esperan en el casino para tomar cafeacute -dijo levantando la
voz
Su esposa precipitadamente salioacute de la cocina direccioacuten a Ja puerta secaacutendose las manos en el
delantal
- Te pido perdoacuten carintildeo Pongo la mesa en un instante -contestoacute su sentildeora esforzando una sonrisa
y quitaacutendole su chaqueta con un gesto de sumisioacuten
Pero para el doctor Aranda aqueUo no era oacutebice para desbocar su mal bumor dldendo
- Te trato como una reina no te falta de nada dinero joyas y como me pagas sin cumplir tu
obligacioacuten sentildealando con la mano la mesa
Terminada la comida y retocaacutendose el nudo de su corbata frente al espejo que habiacutea en el zaguaacuten su
mirada cayoacute sobre las rosas aterdopeJadas que habiacutea en el jarroacuten Don Timoteo quiso retractarse de
la manera que habiacutea hablado a su esposa diciendo en tono suave
-Reina queacute rosas maacutes preciosas parecen como si tuviesen vida V su fragancia me reconforta mi
interior calmaacutendome mi nerviosismo
-Si carintildeo las compreacute esta mantildeana quiero que tus malas maneras las olvides al contemplarlas
La sentildeora Pitaluga mientras hablaba se acercoacute a eacutel besaacutendole en la mejilla Su esposo le devolvioacute el
beso y colocaacutendose la chaqueta salioacute de la casa
Dontildea Catalina se cruzoacute en el ascensor con dontildea Carmen y le dijo
-iquestCoacutemo va todo bien o mal iquestUsted me entiende verdad
-Si la comprendo dontildea Catalina de momento todo bien -Le respondioacute la sentildeora Pitaluga Parece
que se hubiera tomado una infusioacuten de tranquilizantes Ahora que recuerdo iquesttranquilizantes Dios
miacuteo seraacuten las rosas las que por haber estado descansando en el manto de la virgen tienen ese poder
para transformarlo
Las dos mujeres se despidieron con un beso Dontildea carmen preparoacute toda la ropa de su esposo
zapatos relucientes camisa almidonada pajarita a estrenar gemelos de oro regalo de sus padres y
el esmoquin Pero la mala fortuna se cruzoacute en la plancha de dontildea Carmen por motivos desconocidos
En la pernera del pantaloacuten y mangas del chaqueacute la maldita plancha se ensantildeoacute varias veces con ellos
Ella llora desconsolada ni su vecina Catalina tiene la poacutecima para consolarla Sabe que su esposo no
se andaraacute con reparos en insultarla y golpearla
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Los uacuteltimos resplandores del diacutea rojos nacarados dorados pegaban en la milenaria fachada de la
Catedral El doctor don Timoteo introduce el llaviacuten en la cerradura de la puerta de su casa El silencio
es sepulcral Su voz recia sonoacute fuerte
-iquestEstas en casa reina
El silencio le contestoacute clavoacute su mirada en las delicadas rosas y acercando la cara aspiroacute
profundamente la fragancia sintieacutendose extasiado en lo maacutes profundo de sus pulmones
exclamando
-Este olor me embriaga el alma No hay perfume que le iguale
Con la chaqueta y la corbata en la mano pasoacute al saloacuten Quedoacute inmoacutevil por segundos En el fondo de la
estancia su esposa vestida con las mejores ropas y a sus pies dos maletas estaacute quieta en silencio Eacutel
dijo solemne
-iquestQueacute pasa es que te marchas con tus padres
-Si no puedo maacutes no te consiento que descargues tu ira sobre miacute cuando veas el estado
lamentable en que ha quedado tu esmoquin
Terminoacute la frase y sentildealoacute con la mano hacia una de las sillas en la que descansaba el churrascado y
perforado traje Las pobladas cejas del doctor se arquearon no pestantildeeoacute siquiera su mirada la
taladroacute por momentos sus ojos infectados de ira y sus puntildeos cerrados con fuerza tomaban un color
blanquecino Un incoacutemodo y prolongado silencio habiacutea en el saloacuten Los ojos de color esmeralda
claros y despabilados de dontildea Carmen no teniacutean maacutes laacutegrimas que derramar Don Timoteo sintioacute un
escalofriacuteo por todo su cuerpo su boca seca como un sarmiento quiso hablar pero se mordioacute la voz
Fue entonces cuando su esposa vio como se le iluminaba la cara y una laacutegrima lenta de silencio le
caiacutea por la mejilla Era la primera vez en su vida que dontildea Carmen veiacutea como lloraba su esposo Por
segundos pasoacute por su mente queacute estaba pasando alliacute ti sintioacute profundas punzadas en el pecho y
latigazos de remordimiento en lo profundo de su ser Todo lo que pasoacute despueacutes fue que el cirujano
se derrumboacute entre laacutegrimas y lleno de verguumlenza Se refugioacute en los brazos de su esposa diciendo
-Tienes que perdonarme hasta hoy no me he dado cuenta de lo que haciacutea Te lo suplico
perdoacutename
y lloraba como un nintildeo La escena del saloacuten era de puro arrepentimiento El meacutedico de rodillas
abrazado a su esposa pidiendo perdoacuten Ella sus manos alisan el cabello y la cara huacutemeda de eacutel y por
su mente es solo tamizado un pensamiento Las rosas esas rojas rosas sus peacutetalos acariciaron el
manto y las manos de la Virgen Luego el sacerdote pudiera que tuviese razoacuten
La luna habiacutea ascendido de entre los montes cercanos a la ciudad plena enorme redonda y roja
cuando el matrimonio caminaba direccioacuten al casino para celebrar la cena y la entrega de premios
anual por la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles presidida por el prestigioso reumatoacutelogo don Manuel
Menchoacuten Galiana
Dontildea Carmen vestiacutea con su vestido color pastel zapatos a juego collar de perlas del color de sus ojos
Estos teniacutean un brillo que nunca habiacutean tenido llamado felicidad Su esposo don Timoteo vestiacutea uno
de sus sencillos trajes que usaba para ir a la cliacutenica zapatos lustrosos mirada limpia y corazoacuten
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arrepentido Por eso en el momento de levantarse para recoger el premio de manos de don Manuel
Menchoacuten no le importoacute que los alliacute presentes vistieran de esmoquin y eacutel vistiese de traje En su
pequentildeo y locuaz discurso dejoacute a todos los que le conociacutean con caras de perplejidad cuando dijo
-Pido disculpas por no llevar la ropa adecuada para la ocasioacuten Hoy he arrojado a la basura el traje
de la intolerancia del machismo puro y duro de la incomprensioacuten con la persona amada y la camisa
de grosero Y me he colocado las ropas de la comprensioacuten la bondad el carintildeo positivo y la
generosidad
Casi todas sonrieron excepto su esposa queUoraba en silencio mientras sus pensamientos le saliacutean a
borbotones Su esposo se habiacutea transformado en todo positivo El arrepentimiento habiacutea sido en
puacuteblico sin cortapisas sin importarle la verguumlenza ante conocidos y desconocidos Sigue llorando en
sifencio Su esposo camina hacia ella Son los que abriraacuten el baile de gala Por su mente solo se cruza
un pensamiento aquel rosal que durmioacute en el manto de la Virgen Ahora llora y sonriacutee a la vez
Mientras la fiesta sigue en todo su apogeo cuatro calles maacutes allaacute en una de las lujosas habitaciones
del Rincoacuten de Pepe descansan Monserrat con su compantildeero Barbados y el hijo de ambos Jordi En
mitad de la amplia habitacioacuten sobre una mesa ovalada un jarroacuten fuerte y profundo sostiene en su
interior las dieciseacuteis rosas rojas de textura aterciopelada que dejan en la estancia un aroma
embriagador
Barbados se asomoacute a la ventana para contemplar la noche la luna brillaba casi como el sol Frente a
la ventana en un balcoacuten del edificio de enfrente habiacutea ropa blanca tendida Pareciacutea como sudarios
inmoacuteviles en la noche Se quedoacute fijo mirando y como un relaacutempago en la tormenta el airecillo afinoacute
sus sentidos experimentando una intensa antildeoranza de cuando se conocieron ella y eacutel en la toma de
posesioacuten de su plaza de vigilante jurado Barbados cerroacute los ojos y sus pensamientos se
arremolinaron en una tormenta de remordimientos lamentaciones y a la vez de nostalgia Sus ojos
rojos casi a punto de lLorar En el reloj de pulsera de Monserrat las agujas marcaban las doce de la
noche se dirigioacute a su hijo diciendo
-Vamos Jordi deja en paz a papaacute mantildeana seguiraacutes besaacutendole y preguntaacutendole cuantas cosas
quieras Tienes que marcharte a tu cama Vamos carintildeo
El criacuteo le respondioacute~
-Ese aroma tan pegajoso y aromaacutetico que huelo iquestson las rosas que compraste esta mantildeana
-Si carintildeo Son las rosas iquestPor queacute -Contestoacute ella
Me gustariacutea dormir con una de ellas en mi cabecera -Dijo Jordi
-iquestPor alguacuten motivo en especial -Interpeloacute la madre
El hijo dibujoacute en su cara infantil una amplia sonrisa y dijo
-Me recuerda en mis sentidos que por primera vez veo bueno veo no conozco y beso a mi padre y
ese aroma quisiera que me acompantildeara en mi cama como si fuera eacutel
La madre ante la expresioacuten tan sincera de su hijo no tuvo maacutes remedio que acceder
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-Conforme dormiraacutes con todas las flores en tu mesilla pero promeacuteteme que le rezaraacutes a la virgen y
te dormiraacutes -dijo ella comenzando a desvestirlo
El padre Barbados pasoacute a la habitacioacuten y le colocoacute el gran florero en la mesita de noche Las rosas
teniacutean un aspecto lozano de un rojo puacuterpura inundando la estancia de oJores insuperables
Monserrat se acostoacute en la alcoba mientras Barbados compuso una almohada con dos cojines y pasoacute
la noche en el sofaacute del saloacuten
Estaba amaneciendo y un filo de puacuterpura rasgaba las nubes Jordi el pequentildeo se despertoacute
exclamando
-Mamaacute mami iquestqueacute es esto que me estaacute pasando Puedo ver
Tanto la madre como el padre corrieron hacia su habitacioacuten El nintildeo se habiacutea incorporado en la cama
Teniacutea en sus manos una de las rosas del florero Papi que color tan bonito tiene estas flores -dijo
alargando sus brazos para que su padre pudiera verla maacutes cerca El criacuteo puesto en pie estaba absorto
contemplando todos los objetos de la habitacioacuten Un mundo nuevo habiacutea nacido para eacutel dejando a
sus padres en un segundo plano Pasaron varios minutos Jordi miro y requetemiroacute todo lo que se
poniacutea a su alcance de su mirada Fue cuando se tropezoacute con la cara de su madre las laacutegrimas
resbalaban por las mejillas
-Madre queacute feliz soy puede que por lo mucho que le rezo a la Virgen de Monserrat esto sea un
milagro
la madre sosteniacutea en su mano una rosa se la acercoacute a la boca y besaacutendola dijo
-No lo seacute hijo si esto ha sido un milagro o que la madre naturaleza ha terminado su trabajo contigo
despueacutes de ocho antildeos Sea lo que haya sido nunca podreacute pagarle el divino tesoro que el Altiacutesimo me
ha regalado
Jordi se abraza a su madre y llora emocionado Barbados trasladoacute su laacutenguida mirada a su hijo
diciendo
-Queacute a tu padre no le das un beso iquestNo ves lo falto que estoy de ellos
El nintildeo dejoacute a su madre abrazaacutendose a eacutel y besaacutendolo en la cara y la frente El aire en aquella estancia
resultaba caacutelido y perfumado con el aroma de las rosas Todo lo que pasoacute despueacutes se lo pueden
imaginar Tanto Barbados como Monserrat quiso la fatalidad que se encontraran de nuevo para
darse una segunda oportunidad Como al matrimonio de don Timoteo Aranda y dontildea Carmen
Pitaluga fue por aquel rosal que durmioacute en el manto de la Fuensanta Fue la casualidad del destino
Nunca lo sabremos amigo lector
Yo tengo un pequentildeo ejemplo que me ocurrioacute en mi nintildeez Creciacute en un orfanato por circunstancias
de la vida Teniacuteamos profesores y celadores buenos y malos como todo en la vida Recuerdo a don
Miguel que era celador Una noche de invierno crudo por hablar fuerte durante la cena con un
compantildeero de mesa nos castigoacute a fregar los pasillos del recinto El techo se me vino abajo Teniacuteamos
que fregar de rodillas Alliacute no habiacutea llegado todaviacutea la fregona Tenfamos un gigantesco cuadro
colgado en la pared del comedor que desde el aacutengulo que lo miraras sus dulces ojos te miraban con
dulzura Yo tendriacutea diez antildeos maacutes o menos y siguiendo las ensentildeanzas de uno de mis maestros don
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Antonio Torres tuve fe en saberme la leccioacuten si clavaba los codos Y clavando mi mirada en el corazoacuten de Jesuacutes le dije
-Por favor hace mucho friacuteo y tengo suentildeo Tengo fe que haraacutes algo por nosotros Puede que no se
lo crean cuando los dos cubos y las bayetas las teniacuteamos preparadas como por arte de magia se
apagoacute la luz Don Miguel nos hizo esperar alliacute al pie de los cubos sobre media hora Yo sentiacutea un
cosquilleo de alegriacutea por todo el cuerpo Le dije a mi compantildeero de la bayeta
-Tengo fe que no fregamos Y esa fe me acompantildeoacute cuando don Miguel dijo
-Podeacuteis marcharos a la cama pero la proacutexima vez no os perdono
Nos acompantildeoacute con la palmatoria en la mano a nuestro dormitorio Metido en la cama le receacute al
Corazoacuten de Jesuacutes ya la mantildeana siguiente lo conteacute entre mis compantildeeros y muy pocos me creyeron
Posdata - Los personajes que aparecen aquiacute son verdaderos los siguientes El inspector Mena su
hijo Barbados que reside en la calle Veroacutenkas y los duentildeos de la fjoristeriacutea ubicada en la misma calle
Juan Ortiacuten y su hija Rosario conocida como Chari Para ellos con todo mi afecto son personas
buenas y educadas Todo lo demaacutes es fruto de mi imaginacioacuten como aprendiz de escritor que soy
Firmado Auxiliar de Farmacia Antonio Martiacutenez
M urda a 1 de mayo de 2006
aquella tarde en casa de mi amigo Cobas Todo lo demaacutes fue faacutecil El subinspector Cobas nunca salioacute
de su terrible depresioacuten que llegoacute a convertirse en esquizofrenia y no seacute que maacutes En su locura por la
muerte de su nintildea Vesposa a manos de esa mujer su obstinacioacuten fue asesinar mujeres por el mismo
meacutetodo que fueron asesinados el deguumlello con un corte limpio en el cueJlo
El jefe de Esabe-Express dijo consternado
-y por queacute motivo les pegaba la estampa de un santo en la frente pregunto yo
El inspector Mena sintioacute por su cuerpo un calor abrumador por los efectos del jerez que se aflojoacute el
nudo de la corbata y quitaacutendosela americana respondioacute
-Cuando yo le detuve en su domicilio de Chamberiacute antes de que entrara nadie me explicoacute que la
estampca era para que no murieran en pecado mortal Yo saqueacute en conclusioacuten que despueacutes de
asesinarlas sentiacutea arrepentimiento como se sentiacutea muy catoacutelico el santo en la frente seriacutea para que
entraran en el cielo con el alma limpia de pecados
Su hijo Barbados junto a su compantildeera de baile se acercaron a ellos con una sonrisa de felicidad
Despueacutes de las presentaciones y besos de rigor salieron los cuatro en direccioacuten a la calle El sol va
bantildeando lentamente las blancas y grises fachadas del gran barrio donde estaban Aquel edificio de
donde saliacutean estaba en alto los cuatro caminabancaJle abajo en busca 1Je sus automoacuteviles Desde
alliacute el panorama de parte de la ciudad era grandioso lo mismo que el oleaje de los tejados y terrazas
La primavera irrumpiacutea con su aliento caacutelido en todo el paisaje de calles y avenidas de Barcelona A lo
lejos se distinguiacutean las torres de las iglesias con sus veletas y pararrayos que pareciacutean agujas desde
alliacute Llegaron a una plazoleta donde frondosos aacuterholes con su sombra daban cobijo al SEAT negro del
sentildeor Mena ya pocos metros el MERCEDES del sentildeor Benito Llegaron al caseroacuten donde viviacutea el jefe
de seguridad de Esabe Este se alzaba en el centro de una arboleda a lo alto de una calle angosta y
serpenteante Aparcaron los coches y pasaron al primoroso jardiacuten que habiacutea delante de aquella
mansioacuten
Barbados fue ahora cuando pudo contemplar la belleza a plena luz del diacutea de su compantildeera de baile
y arrumacos llamada Monserrat Su rostro era ovalado suavemente moreno sus labios carnosos
rojos como amapolas su busto no muy grande pero si terso y duro como ello sintioacute al estrecharlo
en el baile Su cuerpo esbelto y juncal junto con su pelo negro como el azabache haciacutean 1Je ella una
ricura de mujer Pero lo que hechizoacute al hijo del inspector Mena fueron sus ojos almendrados azules
como el mar grandes como luceros y con un brillo especial que le cautivoacute con su mirada Despueacutes de
visitar aquel caseroacuten de ocho alcobas seis bantildeos cocina amplia dos salones y majestuoso comedor
con pinturas de Renacentismo y bonitos bodegones esperaron en una amable charla sentados en
sillones de mimbre en el coqueto jardiacuten bajo la sombra de un frcus y dos fuertes nogales a que
llegara la hora del almuerzo Comieron en el casino de la ciudad Despueacutes de cafeacute el sentildeor Mena y su
anfitrioacuten el sentildeor Benito pasaron a la sala de juegos y lectura del casino
Barbados hijo y Monserrat su compantildeera conversaban animadamente en un sofaacute en un apartado
del saloacuten En eacutel dijo algo al oiacutedo de la chica y eacutesta dejoacute escapar una carcajada de complicidad
mostrando una dentadura blanca y bien alineada que todaviacutea le haciacutea parecer maacutes hermosa
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-Padre me dejas las llaves de tu MERCEDES quiero mostrarle a Barbados varios rincones con sabor
a rancio de la ciudad que eacutel desconoce El responsable de la empresa Esabe le alargoacute las llaves a su
hija dicieacutendole
-Por favor conduce con cuklado~ toda precaucioacuten es pota yno vuelvAS tarde reina ~ue tu madr~
como tu sabes le costoacute la vida
Las uacuteltimas palabras las pronuncioacute con un rictus serio en su cara
El mercedes azul oscuro propiedad del sentildeor Benito cruzoacute varias avenidas y tomoacute una calle cuesta
arriba que moriacutea en el caseroacuten de su padre B sol comenzaba casi a esconderse por el castillo de
Montjuic cuando Monserrat y Antonio Barbados cruzaban el primoroso jardiacuten de la finca Todo lo
que pasoacute despueacutes fue un encadenamiento de cosas que habiacutean pasado desde que se conocieron esa
mantildeana en la improvisada pista de baile El hijo del inspector le acaricioacute sus partes puacutedicas ella no le
fue a la zaga se besaron se abrazaron se prometieron amor eterno de por los siglos de los siglos
como adolescentes que eran y con el primer lucero rebrillando en el firmamento consumieron el
acto sexual con frenesiacute
Pasaron varios antildeos la hija del jefe de Esabe-Express habiacutea dado a luz en la soledad y friacuteo paritorio
del hospital cliacutenico de Barcelona Su padre babia faUecklo hadaseis meses de un infarto cerebraJy
aquel chico llamado Barbados que le prometioacute y le juroacute amor por todos los siglos la abandonoacute una
friacutea y ventosa mantildeana de otontildeo
Como la mala suerte dicen que nunca viene sola ese retontildeo de Monserrat por circunstancias de no
se sabe queacute en ese parto prematuro con cesaacuterea ese nintildeo nacioacute degoA cientos de kiloacutemetros-de
alliacute en la capital del riacuteo Segura llamada Murcia que tambieacuten fue llamada por los aacuterabes Mursiya un
modesto agricultor se afanaba en sus quehaceres agriacutecolas en su pequentildea huerta y un primoroso
jardiacuten que cuida desde un antildeo aproximadamente Se llama Juan Ortiacuten con una hija guapa a rabiar
que todos la llamaban Chari RandariacuteaJos 25 antildeos morena esbelta ojos negrDS como la brea
nariz perfilada labios carnosos busto perfecto Y con un derroche de simpatiacutea que contagia a las
otras personas que dialogan con ella Pero sobresale en toda ella su educacioacuten en el trato con la
gente sus buenos sentimientos
Don Juan Ortiacuten esa mantildeanaredbloacute en su haciendaa su amjgo Ernesto Gomadzquehada antildeos
fueron emigrantes en busca de fortuna en la mecanizada Alemania Juan se volvioacute a Espantildea y su
compantildeero Ernesto se quedoacute allr en la profesioacuten de jardinero con un empresario de una prestigiosa
marca de automoacuteviles Con el sudor de su frente y sus ahorros se instaloacute a las afueras de Berliacuten en
una pequentildea finca olvidada e inerte donde con esmero ypacienclasacoacute a flote unos florjdos
invernaderos desde donde saliacutean las rosas maacutes perfectas con el rojo maacutes intenso y el perfume maacutes
embriagador que jamaacutes el hombre podiacutea imaginar Su secreto no era otro que los rosales los abonaba
en el otontildeo con partiacuteculas y finiacutesimo polvo de minerales como cinc niacutequel cobre plata e infinitas
partiacuteculas del pulido de los djamantes Aquello era todo el secreto que tenian
Juan Ortiacuten abrazoacute a su amigo Ernesto sintiendo un amago de nostalgia al recordar los momentos
difiacuteciles y amargos que pasaron fuera de su tierra en aquellos antildeos
-Juan -dUumlo con voz temblorosa de emocioacuten-te estareacute siempre agradecido desde hoy mismo
abonareacute todos los rosales que tengo en la finca te lo prometo
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Ernesto abrazoacute a su amigo en la despedida no pudiendo evitar emocionarse y sus ojos se llenaron de
laacutegrimas El sol declina por la lejaniacutea de la huerta y Juan ha terminado de fortalecer con esos
minerales todos sus rosales guardando la gran bolsa en el cobertizo de los aperos de labranza
La primavera estaacute llegando a su fin por estas tierras del sureste primavera y verano se diferencian
poco lo que si es cierto es que los rosales del sentildeor Juan estaacuten en plena produccioacuten Ademaacutes de
geranios hortensias margaritas o petunias las rosas de los viveros de Juan se venden nada maacutes que
traspasan la cancela de su finca Queacute aroma queacute color queacute brillo despiden a la luz del sol pero lo
que tiene intrigado a su jardinero es la duracioacuten que mantienen tanto dentro del florero como fuera
Juan no da creacutedito a lo que le ocurren a sus rosales Junto al cuadro que descansa en el mueble del
saloacuten de nuestra patrona la Fuensantica desde hace tres meses y cinco diacuteas dos rosas
aterciopeladas vigilan a la patrona intactas como si hubieran sido cortadas hace horas Pasoacute el
ardoroso verano que pareciacutea no tener fin y nos metimos de lleno en ese septiembre lJamadopor
estas latitudes el veranito de los membrillos
Nuestro amigo Juan Ortiacuten y su belliacutesima hija Chari le faltan manos para poder atender los
innumerables pedidos de plantas y flores que no tienen maacutes remedio que bajarse a la ciudad y
paralelo al mercado de Veroacutenicas en la misma calle instalan provisionalmente un puesto de flores y
plantas para cumplir con sus clientes Alliacute venden infinidad de plantas y accesorios para ellas como
abono y fertilizantes las partiacuteculas de minerales regalo de su amigo Ernesto estaacuten guardadas bajo
llave en su cobertizo ese es su secreto y su gran tesoro que a nadie revelaraacute Sus rosas rojas
valencianas siguen vendjeacutendosecomo el pan de cada diacutea siguen con esa frescura esa lozaniacutea y ese
aroma a bienestar que nos relaja los sentidos desde el primer diacutea que se cortan Esa mantildeana
septembrina su hija Chari ha vendido cinco rosales maravillosos cuatro cubos de flores recieacuten
cortadas e innumerables plantas se nota en el ambiente que por la tarde bajan a hombros a nuestra
Fuensantica la patrona desde su santuario que tiene arriba en el monte La gente se prepara para
recibirla como ella se merece pues raro es el murciano que si no reza una oracioacuten en el diacutea por
Ella no tiene en casa en presencia de todos o en la intimidad de su alcoba una fotografiacutea e incluso
una sencilla estampa para pedirle salud por todos los suyos Casi era la hora de recoger ese
primoroso jardiacuten ambulante y desmontable El sacerdote se quedoacute como petrificadocomo una
estatua de sal como le ocurrioacute a la esposa de Lot seguacuten cuentan las Escrituras El paacuterroco de la santa
Catedral don Faustino Prieto estaba atolondrado y perplejo mirando el florido rosal que todaviacutea no
habiacutea sido vendido dijo con voz entrecortada
-Que cosa maacutes divina crea la madre naturaleza jamaacutes he visto un rosal de esas caracteriacutesticas con
maacutes de veinte rosas grandes como puntildeos rojas como la sangre que derramoacute Jesuacutes en la cruz
A la vez sus fosas nasales aspiraron la fragancia que impregnaba todo el tenderete de flores que
pareciacutea haberle dejado aturdido Chari ante tanta alabanza a su rosal demostroacute su buen corazoacuten que
teniacutea y tiene dicieacutendole
-Padre por ese piropo tan acertado para con mis flores quiero regalarle ese rosal que tanto alaba
usted
Don Faustino quedoacute sorprendido por tanta generosidad de la chica No sabiacutea que responder pues el
hermoso rosal su precio rondaba las 300 pesetas Ahora es una cantidad ridIcula pero en esos antildeos
casi una fortuna para un hogar
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-Vamos hacer lo siguiente -le contestoacute el sacerdote que frisaba los 50 antildeos de pelo rojizo pecoso
entrado en kilos de ojos marrones pero con la mirada risuentildea infantil que le hacia parecer buena
gente-como esta tarde bajan a nuestra querida patrona la Morenica yo le pongo ese rosal tan
primoroso y para cuando viaje otra vez hacia su santuario yo se lo devuelvo intacto y asiacute no pierde
usted y yo puedo contemplar esa joya a los pies de la Santiacutesima durante varios diacuteas
Dicho y hecho el sacerdote salioacute feliz y contento con su rosal bien empaquetado en una amplia caja
de cartoacuten mientras Chari lo despediacutea con un hasta pronto y una sonrisa agradable
Los cohetes surcaban el aire de esa tarde septembrina cuando nuestra patrona bajaba el Puente de
los Peligros seguida por numerosos fieles devotos de Ella A los gritos de iexclViva la Virgen de la
Fuensanta iexclViva Viva Estaacute llegando a las puertas de la santa Catedral la banda de muacutesica
municipal hace estallar en el aire los sones del himno Nacional el gentiacuteo que abarrota la plaza guarda
silencio y creo que la mayoriacutea de los alliacute presentes sienten en su interior una congoja como si ese
himno fuese un pedazo de nuestros seres maacutes queridos presentes y fallecidos Nuestra patrona se
pierde en la oscuridad de la catedral mientras la muacutesica sigue sonando y el silencio solo es roto por el
uacuteltimo trueno sentildeal para la terminacioacuten del himno
Don Faustino Prieto cuando la capiUa se encontraba en silencio casi era la hora de cerrar las puertas
del templo cogioacute una escalera y trepando hasta los pies de la Virgen con la ayuda del sacristaacuten
colocoacute con mucho mimo el fresco y florido rosal prestado por Chari Como no encajaba bien en los
pies de la gran Sentildeora por las muacuteltiples flores que adornaban su camariacuten don Faustino lo hizo
descansar sobre su manto tan primorosamente bordado Aquello pareciacutea como un reguero de sangre
que moriacutea en su corazoacuten y tambieacuten en el color de la que derramoacute su Hijo en la cruz El sacerdote se
arrodilloacute ante la Virgen y rezoacute clavando la mirada al majestuoso rosal que pareciacutea tener vida no
pudiendo evitar emocionarse se levantoacute y se hizo sobre la frente la sentildeal de la cruz despueacutes se
apagaron las luces y todo el camariacuten quedoacute en silencio e inundado de paz
A tres calles de la Catedral en un edificio de Plateriacutea con sabor antildeejo por los antildeos construido en
cuyo bajo habiacutea una joyeriacutea regentada por un joyero de prestigio de la capital en su tercer y uacuteltimo
piso viviacutean un matrimonio sin hijos que el marido un especialista y cirujano en corazoacuten con un
prestigio reconocido en Espantildea y fuera de ella haciacutea Juatro antildeos que se habiacutean trasladado a Murcia
por estar cerca de los padres de su esposa Carmen Pitaluga que asiacute se llamaba ella y eacutel don Timoteo
Aranda Rondariacutea el cirujano unos 45 antildeos moreno alto fuerte y ancho de espaldas sus dedos
largos y robustos no eran oacutebice para tener una seguridad y delicadeza en el manejo del bisturiacute en
hacer un corte limpio y seguro en el interior de sus pacientes
Don Timoteo habiacutea salido de la ducha y con voz eneacutergica dijo
-Carmen espero que tengas mantildeana el tema del calentador solucionado no estoy dispuesto a
ducharme maacutes con agua friacutea
Su esposa posoacute su mirada de sumisioacuten en la cara de eacutel haciendo con la cabeza un gesto afirmativo
Pasados veinte minutos don Timoteo dando voces malsonantes saliendo del dormitorio arrojoacute con
fuerza la camisa hecha un ovillo sobre la cara de ella
-Estoy harto de decirte que quiero los cuellos de las camisas almidonados
6
Gritaba poniendo la cara a centiacutemetros de ella con los ojos inyectados de ira La sentildeora Pitaluga se
perdioacute cuando le replicoacute con voz envalentonada
-Mira lo que te digo Timoteo solo tengo dos manos para solucionarte tus caprichos en tu ropa
como grabar tu nombre en cada una de tus prendas con hilo de plata tus zapatos bien lustrosos tus
corbatas
Dontildea Carmen no pudo terminar la frase la mano grande y fuerte de su esposo se estrelloacute en su cara
como una piedra en un cristal despueacutes sintioacute un golpe seco en su vientre y un dolor intenso le hizo
desplomarse sobre el sofaacute
-Si no es daacutendote paJos no haces caso no aprendes de una vez por todas y mira que hace quince
diacuteas te prometiacute que no te pegariacutea maacutes Pero tuacute me obligas a hacerlo con tus contestaciones
chulescas
El cirujano terminoacute de vestirse observoacute que ella empezaba a incorporarse con gestos de dolor
momento que aprovechoacute para salir de casa dando un tremendo golpe en la puerta al cerrar La
vecina del rellano de esa escalera Dontildea Catalina profesora de solfeo jubilada escuchoacute el estreacutepito
golpe en la puerta y tocoacute el timbre diciendo
-Carmen vecina iquestocurre algo -a la vez que golpeaba la puerta con los nudlHos
Cuando Dontildea Catalina hizo amago de retirarse la puerta se abrioacute y en el umbral se dibujoacute la figura de
Dontildea Carmen Pitaluga con un rictus de dolor y con su mano apoyada en el estomago
-Hija de Dios iquestque te ha pasado -dijo la profesora de solfeo abriendo su boca y poniendo cara de
asombro- Vamos deacutejame pasar que te limpiareacute esa sangre de la nariz
La cara de la esposa del cirujano teniacutea mal aspecto de su nariz un hilillo de sangre corriacutea hacia sus
labios estos comenzaban a inflamarse su ojo izquierdo estaba amoratado con un brillo azulado
Terminada la cura la sentildeora de la casa le dio las gracias a su vecina por tanta amabilidad Dontildea
Catalina le quitoacute importancia diciendo con sequedad
-Jamaacutes mi marido me levantoacute la mano con motivo o sin eacutel faltariacutea maacutes Queacute ganas tengo que
cambie la situacioacuten de la mujer en el mundo no seacute si yo lo vereacute
Acabada la frase Dontildea Carmen rompioacute a llorar y dijo
-Sieacutentese Catalina necesito desahogarme
Las dos mujeres se sentaron en el sofaacute del saloacuten La profesora le cogioacute una mano y dijo solemne
-La escucho con mucha atencioacuten mejor dicho te escucho Carmen Mi esposo Timoteo en el fondo
no es malo es su temperamento y el estreacutes de su trabajo Eacutel me quiere me adora pero de vez en
cuando se le escapa la mano y yo tonta de miacute siempre le perdono
-Sabes lo que te digo Carmen -le interrumpioacute la profesora- que basta ya se acaboacute que te golpee
como una mula recoges tus pertenencias y te marchas
-iquestv hacia donde puedo marcharme si mis padres son mayores y estaacuten enfermos
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Ahora las laacutegrimas corriacutean libremente por la cara de la esposa del cirujano Dontildea Catalinas observoacute
como lloraba su vecina y sintioacute profundas punzadas de rabia en su interior no pudiendo contener que
sus ojos se le arrasaran de laacutegrimas Nuestra querida patrona la Fuensantica haciacutea varios diacuteas que
habiacutea abandonado la ciudad seguida de sus fieles maacutes devotos envuelta en aplausos viacutetores flores y
truenos para descansar en su Santuario del Monte a la espera de la proacutexima primavera para ser
bajada y reconfortar con nueva savia los corazones murcianos
Cuando el sol caiacutea de plano sobre la plaza y la calle de Veroacutenicas el sacerdote con paso cansino
transporta entre sus brazos el florido rosal que le ha sido prestado por la florista Chari
-Buenos diacuteas sentildeorita lo prometido es deuda aquiacute lo tiene tal como me lo lleveacute creo que todaviacutea
mas precioso -dijo el cura dejando con mimo el primoroso rosal en el suelo entre geranios y potas
Chari le sonrioacute daacutendole las gracias El capellaacuten de la catedral prosiguioacute diciendo
-Es una cosa extrantildea todos los rosales pasados siete o diez diacuteas sus rosas se marchitan y se
mueren pero este ha sido al reveacutes sigue en buena lozaniacutea y floreciendo maacutes rosas Por curiosidad
se las conteacute el primer diacutea 25 y hoy sabe las que tiene
Chari se encogioacute de hombros poniendo cara de inocente y dijo
-iquestCuantas tiene padre
-Hija miacutea tiene la edad de Cristo cuando murioacute 33 Estoy completamente anonadado y a la vez
intrigado con este rosal iquestCoacutemo se llama el fertilizante que usa para ellos
Chari se sintioacute como un cazador furtivo que deseas que te revele el secreto de la caza del zorro con
lazo
-Lo siento padre de abonarlos de su poda y riego se preocupa mi padre Solo eacutel sabe el secreto -le
contestoacute la chica poniendo cara de increacutedula
Don Faustino antes de marcharse dijo con media sonrisa en sus labios
-Quiero que sepas que esas rosas de terciopeJo han descansado sobre el manto de la Santiacutesima
Virgen luego estaacuten bendecidas por nuestra Patrona deberiacuteas de subirle su precio
Terminoacute de hablar y dejoacute escapar una corta carcajada que contagioacute a Chari Lejos en Barcelona la
hija del fallecido jefe de seguridad Benito caminaba junto al puerto de mar el agua estaba
tranquila de un azul verdoso apenas rizado por la brisa de poniente de su mano Uevaba a su hijo
Jordi de seis antildeos fruto de aquella tarde de pasioacuten con Antonio Barbados el hijo del inspector Mena
El nintildeo habiacutea nacido ciego Motivo su madre lo ignoraba Seguacuten los doctores un glaucoma
inmadurez de la maacutecula por otros motivos que se desconociacutean Monserrat la madre preguntoacute a los
especialistas si su Jordi podra alguacuten diacutea no lejano ver solamente los objetos borrosos El prestigioso
oftalmoacutelogo Barraquer le vaticinoacute que solo dos maneras teniacutean de recuperar la visioacuten La cirugiacutea
cuando la maacutecula esteacute madura y dos un milagro que nuestra Virgen de Monserrat quiera otorgarle a
este lindo hombrecito y le estampaba un beso en su frente
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Monserrat se dirigiacutea al puerto mariacutetimo para entrevistarse con el responsable de eacutel por la noticia de
que el padre de su pequentildeo habiacutea dado sentildeales en alguacuten punto de Espantildea El pequentildeo Jordi con esa
vocecita que casi no le saliacutea del cuerpo preguntaba muy a menudo
-iquestMami doacutende estaacute mj padre es que yo soy el uacutenico nintildeo de mj colegio que no conoce a su padre
Seacute que no lo puedo ver pero con solo tocar acariciar su cara y besarla yo seriacutea el nintildeo maacutes feliz de
este mundo
y sus ojos sin luz se inundaban de laacutegrimas por todo el carintildeo que le profesaba a su padre sin
conocerlo Monserrat queda conocer el paradero de Barbados Pasoacute al despacho del jefe portuario
El responsable rondariacutea los cincuenta Enjuto en carnes de cara alargada su rostro pareciacutea cincelado
por el sol todo lo contrario que sus brazos pues llevaba una camiseta de tirantes donde los rayos del
sol habiacutean tatuado su blanca piel que casi pareciacutea trasluacutecida
El caballero con la voz tamizada de pesar dijo
-Sentildeora el chico que usted busca lo tuve bajo mis oacuterdenes varios antildeos Era bastante formal
trabajador y honrado pero como casi siempre las malas compantildeiacuteas hacen mella en los corazones
buenos y se fue hundiendo en la bebida Yo puse todo lo que teniacutea a mi alciexclmce como ocultarlo
incluso en mi despacho en ese cuartucho de enseres vjejos -y sentildealaba con la mano la puerta
despintada que habiacutea a su derecha- para que nadie lo viera embriagado Tuve el valor de que
pernoctara en mi casa varias noches con permiso de mi esposa pues no tenemos hijos y tambieacuten
fue inuacutetil Nada pude hacer y una viacutespera de Noche Buena con mi corazoacuten destrozado tuve que
despedirlo Se pasoacute dela raya Me levantoacute la mano y se rompioacute la baraja Pasado un tiempo recibiacute
una carta suya pidieacutendome disculpas Empezamos a cartearnos y hasta la fecha que espero carta
porque lleva sin escribirme maacutes de cuatro meses
Monserrat no pudo contenerse maacutes dicieacutendole con una voz sin calidez
-Pero hombre de Dios diacutegame donde se encuentra
-Perdoacuten perdoacuten sentildeora en Murcia se encuentra en Murcia
Monserrat de la mano de su hijo se habiacutea despedido del jefe portuario sintiendo en su interior un
amago de nostalgia al recordar lo feliz que fue el tiempo que estuvo en los brazos del hijo del
inspector Mena Lo amoacute locamente sin cortapisas sin importarle nada pero eacutel no supo
corresponderle Se asustoacute el diacutea que le dijo que esperaba un hijo suyo y se esfumoacute una semana antes
de que ella diera luz a la criatura Pero esa criatura ya teniacutea seis antildeos y toda su obsesioacuten no era otra
que palpar acariciar y besar el rostro de su padre pues en su colegio de ciegos y sordomudos
diariamente escuchaba las voces los besos y las carcajadas de las madres y padres de sus
compantildeeros de pupitre
El sol estaba alto y la bruma se desvaneciacutea por el puerto y sus calles Monserrat habiacutea cerrado el
portaloacuten de la mansioacuten heredada de su padre El sol se escondiacutea entre el follaje de los majestuosos
aacuterboles del jardiacuten El taxi paroacute a la entrada del recinto vallado tocando el claxon dos veces la madre
y el hijo bajaron la escalinata de mamposteriacutea de la residencia introducieacutendose en el vehiacuteculo El
taxista subioacute en dos zancadas las escaleras y comenzoacute a bajar el voluminoso equipaje de Monserrat
Una vez terminado yel choacutefer al volante dijo ella
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-Espere un segundo solo quiero cruzar la mirada por todo el recinto que me vio nacer y crecer y no
seacute si mis ojos volveraacuten a contemplarlo
Jordi su hijo le respondioacute
-Siacute Mami volveremos a verlo bueno yo no seacute pero volveremos aqui con papaacute para que por fin
seamos felices los tres Seguro mami ya lo veraacutes
La madre paseoacute su mirada por la arboleda y la fachada del caseroacuten sintiendo en su interior punzadas
de nostalgia al recordar su corta vida transcurrida entre esos muros no pudiendo evitar que sus ojos
se inundaran de laacutegrimas Mientras tanto en la capital del Segura el cirujano don Timoteo Aranda se
encuentra en el quiroacutefano de la Cliacutenica Nuestra Sentildeora de la Fuensanta terminando de operar a su
uacuteltimo paciente
Esa noche en el coqueto casino murciano ha sido invitado por la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles en
la entrega de premios y galardones por el presidente de la asociacioacuten el prestigioso doctor de
Reumatologiacutea don Manuel Menchoacuten Galiana que preside el cargo desde 1960 siendo reelegido en
varias ocasiones por su pulcritud su sapiencia y buen hacer en beneficio de los doctores
El tren procedente de Barcelona con paradas Madrid Murcia y Cartagena haciacutea su entrada en la
vetusta estacioacuten de El Carmen cuyo reloj marcaba las diez de la mantildeana De aquellos vagones de
primera clase chapados de maderas nobles barnizados decorados en terciopelo y cortinas de lino
con olor a limpieza se bajaba Monserrat y su pequentildeo Jordi Todo su equipaje excepto la bolsa de
viaje habiacutea sido facturado al hotel Rincoacuten de Pepe Su economiacutea era lo bastante holgada como para
viajar y hospedarse en primera clase fruto de la herencia de su padre Benito presldentede la
compantildeiacutea Esabe-Express
Antonio Barbados no puede pasar sin que el alcohol sea su uacutenico compantildeero desde hace varios antildeos
en esta tierra pimentonera donde fue recibido con las manos abiertas por una prestigiosa empresa
de seguridad Trabajoacute con ahiacutenco premura y habilidad en su trabajo sin importarle horario ni
festivos El sentildeor Estevil responsable de la empresa supo concederle su premio otorgaacutendole la
jefatura de sus casi cincuenta compantildeeros de trabajo Su economiacutea estaba bien saneada Su
residencia dejoacute de ser la pensioacuten Sandoval pasando a ser un lujoso chalet en una cercana
urbanizacioacuten cuajada de aacuterboJes y flora 5010 sentiacutea un vado en su corazoacuten Cupido no volvioacute con su
flecha a aceptar en la diana Conocioacute una chica pelirroja pero aquello tuvo mal final No se
correspondieron y cada uno marchoacute por su lado Cuaacutentas veces en la soledad de su chalet y en la
penumbra de su alcoba ha llorado en silencio aquel acto de cobardiacutea que tuvo con Monserrat su
novia faltaacutendole diacuteas para traer a este mundosu retontildeo fruto de los dos
Extrae de la billetera la uacutenica fotografiacutea que guarda de ella y la besa con pasioacuten Por su mente como
mil puntildeales apuntildealaron su pensamiento y tamizando solo uno iquestcoacutemo seriacutea la cara de su hijo iquestQueacute
estariacutea haciendo en ese instante iquestCoacutemo seriacutea su sonrisa su llanto Sus ojos como compuertas de un
embalse dejaron correr sus laacutegrimas hacia la comisura de sus labios Corno dice Ja voz de la calle no
es bueno que el hombre viva solo tampoco mal acompantildeado Eso fue lo que deterioroacute su vida las
malas compantildeiacuteas El eufoacuterico alcohol comenzoacute a hacerse compantildeero en varios diacuteas a la semana
saacutebados y domingos Pasado un tiempo lo acompantildeaba diariamente Consecuencias varias el
despido del trabajo la billetera vaciacutea pocos o casi ninguacuten amigo El final siempre es el mismo la
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soledad y el rechazo de la gente Desde haciacutea antildeos teniacutea la vivienda en la calle Veroacutenicas junto a la
plaza de Abastos Su casa toda la calle su bantildeo el jardiacuten del malecoacuten y su cama los friacuteos escalones
de maacutermol de la sala de exposiciones culturales de Veroacutenicas En los crudos inviernos se tapa con
cartones y alguna prenda de abrigo que le entrega la sentildeora Antonia que tambieacuten le da dinero para
que se corte el cabello Es una persona buena y caritativa Algunas todaviacutea quedan en la vintildea del
Sentildeor Como por ejemplo el vigilante jurado que realiza su servicio en la sala de exposiciones
llamado Chema que procede de nuestra ancha Castilla Lo obsequia con alguacuten regalo en Reyes un
jersey seminuevos que ya no se pone unos deportivos etc Como ex-vigilante que ha sido sabe que
el corazoacuten de Chema no lo dejaraacute en la miseria El pan de cada diacutea se lo gana haciendo recados a los
tenderos de la plaza donde le dan sus regulares propinas pero al final del diacutea duerme junto a su
almohada de plaacutestico su inseparable amigo del alma Don Simoacuten de apellido tetrabrik
Amigo lector no nos quejemos a veces de nuestra situacioacuten no seamos como aquel sabio tan pobre
que se alimentaba de hierbas del campo y un buen diacutea volvioacute la mirada hacia atraacutes y vio como otro
pobre se comiacutea las hierbas que eacutel desechaba
Dontildea Carmen Pitaluga se ha levantado esa mantildeana con humor su esposo el doctor don Timoteo
Aranda lleva cuatro diacuteas ~que ni le ha faltado el respeto ni le ha levantado la mano Esa noche es el
reparto de premios de la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles en el Casino que seraacute presidida por don
Manuel Menchoacuten Galiana Dontildea Carmen lo tiene casi todo dispuesto solo falta sacar del armario el
esmoquin de su esposo y plancharlo pero lo dejaraacute para uacuteltima hora Quiere que su marido a la hora
del reparto de premios y la saJidaa la pista de baile levante las miradas de las sentildeoras y la envidia de
los caballeros como si fuese un Roberto Valentino
El aire de la mantildeana es sutil sano diaacutefano es como un baacutelsamo para los pulmones Por eso la sentildeora
Pitaluga cruza la Gran Viacutea con paso raacutepido aspirando y expirando por lo temprano de la hora y la
circulacioacuten de vehfculos todaviacutea escasa Sus pasos la llevan al mercado de Veroacutenicas A la misma
hora Monserrat pone los pies en la calle cogida de la mano de su pequentildeo Jordi que quiere conocer
la ciudad Le han dicho que es una ciudad pequentildea y casi todo el mundo se conoce Su mirada
escudrintildeadora repasa las caras de los viandantes masculinos Podiacutea ser la casualidad que tropezara
con Barbados Lo piensa pero cree que eso no seraacute posible Monserrat y su hijo entraron por la calle
Veroacutenicas despueacutes de visitar la capilla del Pilar En esa calle viviacutea Barbados desde haciacutea varios antildeos
En ese instante ayuda a un sentildeor a cargar su compra en una obsoleta motocicleta a la espera que le
de una propina Se gira y casi su cara tropieza con la de ella
Monserrat se le quedoacute mirando absorta No daba creacutedito que hubiese sido tan sencillo dar con su
paradero Barbados la miroacute de arriba abajo dilatando sus pupilas de asombro Su voz casi ahogada
por la sorpresa dijo
-iquestDe verdad que eres tuacute Monserrat
Ella contestoacute
-La misma que dejaste olvidada como un paraguas hace varios antildeos en Barcelona y por lo que veo
jamaacutes volviste a recogerlo por miedoso y cobarde
En ese momento fue cuando Barbados se percatoacute del nintildeo que escuchaba en silencio con sus ojos
abiertos como lunas pero a oscuras como las noches en las tinjeblas
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-v1amiacute iquestquieacuten es este caballero por casualidad lo conoces iquestO usted conoce a mi madre
Hubo unos segundos de silencio un silencio espeso pareciacutea que flotaba entre los tres La madre con
la voz desgarrada por la emocioacuten le respondioacute
-Jordi este sentildeor aquiacute presente quiero que sepas que es tu padre
La palabra padre retumboacute en los oiacutedos del nintildeo como si tuviese eco Se deshizo de la mano de su
madre V las alzoacute en busca del rostro de su progenitor
-Papi deja que toque tu cara Cuaacutentas veces he sontildeado este momento
El padre se abrazoacute al nintildeo mientras este le palpa la cara
- Tienes un bigote que pincha V ademaacutes estaacute mojado
La cara de Barbados teniacutea una semejanza con la Dolorosa de Salzillo Sus laacutegrimas cruzaban su
mejilla muriendo en su bigote La madre se abrazoacute a los dos con los ojos arrasados en laacutegrimas V se
fundieron en un abrazo interminable Varjos transeuacutentes se paraban V miraban la escena on
emocioacuten Monserrat se derrumboacute entre laacutegrimas diciendo
-Quiero que seamos una familia los tres Por mi hijo quiero darte esa oportunidad Volvamos a casa
y besoacute la mejilla de eacutel Barbados se percatoacute que su hijo era ciego cuando lo besoacute repetidas veces en la
cara advirtiendo en sus pJerna s que le temblaban V un frlo intenso le trepaba por la garganta
-Siacute -dijo ella- nacioacute asiacute desconozco el motivo pero nuestro Jordi es feliz iquestverdad carintildeo
-Si V mucho V ahora maacutes todaviacutea que he encontrado a mi papaacute
Los tres salieron caminando direccioacuten al plano de San Francisco limpiaacutendose las laacutegrimas ella V el hijo
con un cliacutenex V eacutel lo haciacutea ron Jos puntildeos Cuando llegaron al tenderete de flores de Chari quiso la
casualidad que tambieacuten llegara la esposa del cirujano don Timoteo Aranda dontildea Carmen Pitaluga
Tanto la mirada de Monserrat como la de dontildea Carmen se clavaron en la figura del majestuoso rosal
Al uniacutesono las dos dijeron
-iquestQueacute precio pide por ese bonito rosal
-Perdoacuten -dijo la sentildeora Pitaluga- veacutendase lo a ella
Monserrat le contestoacute
-No sentildeora usted va delante de mi no faltariacutea maacutes
Chari la propietaria de las flores les respondioacute a las dos en tono iroacutenico
-Lo que puedo hacerle es venderle la mitad del rosal a una V la otra mitad a la otra
Como las dos estaban prendadas de aquel rosal que impregnaba el aire a olor celestial aceptaron con
una vaga sonrisa Asiacute fue como dontildea Carmen se llevoacute un precioso ramo de dieciseacuteis rosas V
Monserrat hizo lo mismo nosin antes decirles que las rosas estaban bendecidas por la Virgen de la
Fuensanta Las dos mujeres rieron unos minutos saliendo hacia sus domicilios con sus caras
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rebosadas en satisfaccioacuten La sentildeora Pitaluga llegoacute a casa y puso en un gran florero de cristal labrado
aquellas rosas rojas en el zaguaacuten de la entrada
El reloj de cuco del saloacuten dejoacute salir de su casita de madera al pintoresco pajarillo para que anunciara
con sus trinos metaacutelicos que eran las tres de la tarde Momento que traspasaba el umbraJ de la
puerta el doctor don Timoteo con el rictus de su cara serio
-Va estoy aquiacute quiero comer pronto me esperan en el casino para tomar cafeacute -dijo levantando la
voz
Su esposa precipitadamente salioacute de la cocina direccioacuten a Ja puerta secaacutendose las manos en el
delantal
- Te pido perdoacuten carintildeo Pongo la mesa en un instante -contestoacute su sentildeora esforzando una sonrisa
y quitaacutendole su chaqueta con un gesto de sumisioacuten
Pero para el doctor Aranda aqueUo no era oacutebice para desbocar su mal bumor dldendo
- Te trato como una reina no te falta de nada dinero joyas y como me pagas sin cumplir tu
obligacioacuten sentildealando con la mano la mesa
Terminada la comida y retocaacutendose el nudo de su corbata frente al espejo que habiacutea en el zaguaacuten su
mirada cayoacute sobre las rosas aterdopeJadas que habiacutea en el jarroacuten Don Timoteo quiso retractarse de
la manera que habiacutea hablado a su esposa diciendo en tono suave
-Reina queacute rosas maacutes preciosas parecen como si tuviesen vida V su fragancia me reconforta mi
interior calmaacutendome mi nerviosismo
-Si carintildeo las compreacute esta mantildeana quiero que tus malas maneras las olvides al contemplarlas
La sentildeora Pitaluga mientras hablaba se acercoacute a eacutel besaacutendole en la mejilla Su esposo le devolvioacute el
beso y colocaacutendose la chaqueta salioacute de la casa
Dontildea Catalina se cruzoacute en el ascensor con dontildea Carmen y le dijo
-iquestCoacutemo va todo bien o mal iquestUsted me entiende verdad
-Si la comprendo dontildea Catalina de momento todo bien -Le respondioacute la sentildeora Pitaluga Parece
que se hubiera tomado una infusioacuten de tranquilizantes Ahora que recuerdo iquesttranquilizantes Dios
miacuteo seraacuten las rosas las que por haber estado descansando en el manto de la virgen tienen ese poder
para transformarlo
Las dos mujeres se despidieron con un beso Dontildea carmen preparoacute toda la ropa de su esposo
zapatos relucientes camisa almidonada pajarita a estrenar gemelos de oro regalo de sus padres y
el esmoquin Pero la mala fortuna se cruzoacute en la plancha de dontildea Carmen por motivos desconocidos
En la pernera del pantaloacuten y mangas del chaqueacute la maldita plancha se ensantildeoacute varias veces con ellos
Ella llora desconsolada ni su vecina Catalina tiene la poacutecima para consolarla Sabe que su esposo no
se andaraacute con reparos en insultarla y golpearla
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Los uacuteltimos resplandores del diacutea rojos nacarados dorados pegaban en la milenaria fachada de la
Catedral El doctor don Timoteo introduce el llaviacuten en la cerradura de la puerta de su casa El silencio
es sepulcral Su voz recia sonoacute fuerte
-iquestEstas en casa reina
El silencio le contestoacute clavoacute su mirada en las delicadas rosas y acercando la cara aspiroacute
profundamente la fragancia sintieacutendose extasiado en lo maacutes profundo de sus pulmones
exclamando
-Este olor me embriaga el alma No hay perfume que le iguale
Con la chaqueta y la corbata en la mano pasoacute al saloacuten Quedoacute inmoacutevil por segundos En el fondo de la
estancia su esposa vestida con las mejores ropas y a sus pies dos maletas estaacute quieta en silencio Eacutel
dijo solemne
-iquestQueacute pasa es que te marchas con tus padres
-Si no puedo maacutes no te consiento que descargues tu ira sobre miacute cuando veas el estado
lamentable en que ha quedado tu esmoquin
Terminoacute la frase y sentildealoacute con la mano hacia una de las sillas en la que descansaba el churrascado y
perforado traje Las pobladas cejas del doctor se arquearon no pestantildeeoacute siquiera su mirada la
taladroacute por momentos sus ojos infectados de ira y sus puntildeos cerrados con fuerza tomaban un color
blanquecino Un incoacutemodo y prolongado silencio habiacutea en el saloacuten Los ojos de color esmeralda
claros y despabilados de dontildea Carmen no teniacutean maacutes laacutegrimas que derramar Don Timoteo sintioacute un
escalofriacuteo por todo su cuerpo su boca seca como un sarmiento quiso hablar pero se mordioacute la voz
Fue entonces cuando su esposa vio como se le iluminaba la cara y una laacutegrima lenta de silencio le
caiacutea por la mejilla Era la primera vez en su vida que dontildea Carmen veiacutea como lloraba su esposo Por
segundos pasoacute por su mente queacute estaba pasando alliacute ti sintioacute profundas punzadas en el pecho y
latigazos de remordimiento en lo profundo de su ser Todo lo que pasoacute despueacutes fue que el cirujano
se derrumboacute entre laacutegrimas y lleno de verguumlenza Se refugioacute en los brazos de su esposa diciendo
-Tienes que perdonarme hasta hoy no me he dado cuenta de lo que haciacutea Te lo suplico
perdoacutename
y lloraba como un nintildeo La escena del saloacuten era de puro arrepentimiento El meacutedico de rodillas
abrazado a su esposa pidiendo perdoacuten Ella sus manos alisan el cabello y la cara huacutemeda de eacutel y por
su mente es solo tamizado un pensamiento Las rosas esas rojas rosas sus peacutetalos acariciaron el
manto y las manos de la Virgen Luego el sacerdote pudiera que tuviese razoacuten
La luna habiacutea ascendido de entre los montes cercanos a la ciudad plena enorme redonda y roja
cuando el matrimonio caminaba direccioacuten al casino para celebrar la cena y la entrega de premios
anual por la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles presidida por el prestigioso reumatoacutelogo don Manuel
Menchoacuten Galiana
Dontildea Carmen vestiacutea con su vestido color pastel zapatos a juego collar de perlas del color de sus ojos
Estos teniacutean un brillo que nunca habiacutean tenido llamado felicidad Su esposo don Timoteo vestiacutea uno
de sus sencillos trajes que usaba para ir a la cliacutenica zapatos lustrosos mirada limpia y corazoacuten
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arrepentido Por eso en el momento de levantarse para recoger el premio de manos de don Manuel
Menchoacuten no le importoacute que los alliacute presentes vistieran de esmoquin y eacutel vistiese de traje En su
pequentildeo y locuaz discurso dejoacute a todos los que le conociacutean con caras de perplejidad cuando dijo
-Pido disculpas por no llevar la ropa adecuada para la ocasioacuten Hoy he arrojado a la basura el traje
de la intolerancia del machismo puro y duro de la incomprensioacuten con la persona amada y la camisa
de grosero Y me he colocado las ropas de la comprensioacuten la bondad el carintildeo positivo y la
generosidad
Casi todas sonrieron excepto su esposa queUoraba en silencio mientras sus pensamientos le saliacutean a
borbotones Su esposo se habiacutea transformado en todo positivo El arrepentimiento habiacutea sido en
puacuteblico sin cortapisas sin importarle la verguumlenza ante conocidos y desconocidos Sigue llorando en
sifencio Su esposo camina hacia ella Son los que abriraacuten el baile de gala Por su mente solo se cruza
un pensamiento aquel rosal que durmioacute en el manto de la Virgen Ahora llora y sonriacutee a la vez
Mientras la fiesta sigue en todo su apogeo cuatro calles maacutes allaacute en una de las lujosas habitaciones
del Rincoacuten de Pepe descansan Monserrat con su compantildeero Barbados y el hijo de ambos Jordi En
mitad de la amplia habitacioacuten sobre una mesa ovalada un jarroacuten fuerte y profundo sostiene en su
interior las dieciseacuteis rosas rojas de textura aterciopelada que dejan en la estancia un aroma
embriagador
Barbados se asomoacute a la ventana para contemplar la noche la luna brillaba casi como el sol Frente a
la ventana en un balcoacuten del edificio de enfrente habiacutea ropa blanca tendida Pareciacutea como sudarios
inmoacuteviles en la noche Se quedoacute fijo mirando y como un relaacutempago en la tormenta el airecillo afinoacute
sus sentidos experimentando una intensa antildeoranza de cuando se conocieron ella y eacutel en la toma de
posesioacuten de su plaza de vigilante jurado Barbados cerroacute los ojos y sus pensamientos se
arremolinaron en una tormenta de remordimientos lamentaciones y a la vez de nostalgia Sus ojos
rojos casi a punto de lLorar En el reloj de pulsera de Monserrat las agujas marcaban las doce de la
noche se dirigioacute a su hijo diciendo
-Vamos Jordi deja en paz a papaacute mantildeana seguiraacutes besaacutendole y preguntaacutendole cuantas cosas
quieras Tienes que marcharte a tu cama Vamos carintildeo
El criacuteo le respondioacute~
-Ese aroma tan pegajoso y aromaacutetico que huelo iquestson las rosas que compraste esta mantildeana
-Si carintildeo Son las rosas iquestPor queacute -Contestoacute ella
Me gustariacutea dormir con una de ellas en mi cabecera -Dijo Jordi
-iquestPor alguacuten motivo en especial -Interpeloacute la madre
El hijo dibujoacute en su cara infantil una amplia sonrisa y dijo
-Me recuerda en mis sentidos que por primera vez veo bueno veo no conozco y beso a mi padre y
ese aroma quisiera que me acompantildeara en mi cama como si fuera eacutel
La madre ante la expresioacuten tan sincera de su hijo no tuvo maacutes remedio que acceder
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-Conforme dormiraacutes con todas las flores en tu mesilla pero promeacuteteme que le rezaraacutes a la virgen y
te dormiraacutes -dijo ella comenzando a desvestirlo
El padre Barbados pasoacute a la habitacioacuten y le colocoacute el gran florero en la mesita de noche Las rosas
teniacutean un aspecto lozano de un rojo puacuterpura inundando la estancia de oJores insuperables
Monserrat se acostoacute en la alcoba mientras Barbados compuso una almohada con dos cojines y pasoacute
la noche en el sofaacute del saloacuten
Estaba amaneciendo y un filo de puacuterpura rasgaba las nubes Jordi el pequentildeo se despertoacute
exclamando
-Mamaacute mami iquestqueacute es esto que me estaacute pasando Puedo ver
Tanto la madre como el padre corrieron hacia su habitacioacuten El nintildeo se habiacutea incorporado en la cama
Teniacutea en sus manos una de las rosas del florero Papi que color tan bonito tiene estas flores -dijo
alargando sus brazos para que su padre pudiera verla maacutes cerca El criacuteo puesto en pie estaba absorto
contemplando todos los objetos de la habitacioacuten Un mundo nuevo habiacutea nacido para eacutel dejando a
sus padres en un segundo plano Pasaron varios minutos Jordi miro y requetemiroacute todo lo que se
poniacutea a su alcance de su mirada Fue cuando se tropezoacute con la cara de su madre las laacutegrimas
resbalaban por las mejillas
-Madre queacute feliz soy puede que por lo mucho que le rezo a la Virgen de Monserrat esto sea un
milagro
la madre sosteniacutea en su mano una rosa se la acercoacute a la boca y besaacutendola dijo
-No lo seacute hijo si esto ha sido un milagro o que la madre naturaleza ha terminado su trabajo contigo
despueacutes de ocho antildeos Sea lo que haya sido nunca podreacute pagarle el divino tesoro que el Altiacutesimo me
ha regalado
Jordi se abraza a su madre y llora emocionado Barbados trasladoacute su laacutenguida mirada a su hijo
diciendo
-Queacute a tu padre no le das un beso iquestNo ves lo falto que estoy de ellos
El nintildeo dejoacute a su madre abrazaacutendose a eacutel y besaacutendolo en la cara y la frente El aire en aquella estancia
resultaba caacutelido y perfumado con el aroma de las rosas Todo lo que pasoacute despueacutes se lo pueden
imaginar Tanto Barbados como Monserrat quiso la fatalidad que se encontraran de nuevo para
darse una segunda oportunidad Como al matrimonio de don Timoteo Aranda y dontildea Carmen
Pitaluga fue por aquel rosal que durmioacute en el manto de la Fuensanta Fue la casualidad del destino
Nunca lo sabremos amigo lector
Yo tengo un pequentildeo ejemplo que me ocurrioacute en mi nintildeez Creciacute en un orfanato por circunstancias
de la vida Teniacuteamos profesores y celadores buenos y malos como todo en la vida Recuerdo a don
Miguel que era celador Una noche de invierno crudo por hablar fuerte durante la cena con un
compantildeero de mesa nos castigoacute a fregar los pasillos del recinto El techo se me vino abajo Teniacuteamos
que fregar de rodillas Alliacute no habiacutea llegado todaviacutea la fregona Tenfamos un gigantesco cuadro
colgado en la pared del comedor que desde el aacutengulo que lo miraras sus dulces ojos te miraban con
dulzura Yo tendriacutea diez antildeos maacutes o menos y siguiendo las ensentildeanzas de uno de mis maestros don
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Antonio Torres tuve fe en saberme la leccioacuten si clavaba los codos Y clavando mi mirada en el corazoacuten de Jesuacutes le dije
-Por favor hace mucho friacuteo y tengo suentildeo Tengo fe que haraacutes algo por nosotros Puede que no se
lo crean cuando los dos cubos y las bayetas las teniacuteamos preparadas como por arte de magia se
apagoacute la luz Don Miguel nos hizo esperar alliacute al pie de los cubos sobre media hora Yo sentiacutea un
cosquilleo de alegriacutea por todo el cuerpo Le dije a mi compantildeero de la bayeta
-Tengo fe que no fregamos Y esa fe me acompantildeoacute cuando don Miguel dijo
-Podeacuteis marcharos a la cama pero la proacutexima vez no os perdono
Nos acompantildeoacute con la palmatoria en la mano a nuestro dormitorio Metido en la cama le receacute al
Corazoacuten de Jesuacutes ya la mantildeana siguiente lo conteacute entre mis compantildeeros y muy pocos me creyeron
Posdata - Los personajes que aparecen aquiacute son verdaderos los siguientes El inspector Mena su
hijo Barbados que reside en la calle Veroacutenkas y los duentildeos de la fjoristeriacutea ubicada en la misma calle
Juan Ortiacuten y su hija Rosario conocida como Chari Para ellos con todo mi afecto son personas
buenas y educadas Todo lo demaacutes es fruto de mi imaginacioacuten como aprendiz de escritor que soy
Firmado Auxiliar de Farmacia Antonio Martiacutenez
M urda a 1 de mayo de 2006
-Padre me dejas las llaves de tu MERCEDES quiero mostrarle a Barbados varios rincones con sabor
a rancio de la ciudad que eacutel desconoce El responsable de la empresa Esabe le alargoacute las llaves a su
hija dicieacutendole
-Por favor conduce con cuklado~ toda precaucioacuten es pota yno vuelvAS tarde reina ~ue tu madr~
como tu sabes le costoacute la vida
Las uacuteltimas palabras las pronuncioacute con un rictus serio en su cara
El mercedes azul oscuro propiedad del sentildeor Benito cruzoacute varias avenidas y tomoacute una calle cuesta
arriba que moriacutea en el caseroacuten de su padre B sol comenzaba casi a esconderse por el castillo de
Montjuic cuando Monserrat y Antonio Barbados cruzaban el primoroso jardiacuten de la finca Todo lo
que pasoacute despueacutes fue un encadenamiento de cosas que habiacutean pasado desde que se conocieron esa
mantildeana en la improvisada pista de baile El hijo del inspector le acaricioacute sus partes puacutedicas ella no le
fue a la zaga se besaron se abrazaron se prometieron amor eterno de por los siglos de los siglos
como adolescentes que eran y con el primer lucero rebrillando en el firmamento consumieron el
acto sexual con frenesiacute
Pasaron varios antildeos la hija del jefe de Esabe-Express habiacutea dado a luz en la soledad y friacuteo paritorio
del hospital cliacutenico de Barcelona Su padre babia faUecklo hadaseis meses de un infarto cerebraJy
aquel chico llamado Barbados que le prometioacute y le juroacute amor por todos los siglos la abandonoacute una
friacutea y ventosa mantildeana de otontildeo
Como la mala suerte dicen que nunca viene sola ese retontildeo de Monserrat por circunstancias de no
se sabe queacute en ese parto prematuro con cesaacuterea ese nintildeo nacioacute degoA cientos de kiloacutemetros-de
alliacute en la capital del riacuteo Segura llamada Murcia que tambieacuten fue llamada por los aacuterabes Mursiya un
modesto agricultor se afanaba en sus quehaceres agriacutecolas en su pequentildea huerta y un primoroso
jardiacuten que cuida desde un antildeo aproximadamente Se llama Juan Ortiacuten con una hija guapa a rabiar
que todos la llamaban Chari RandariacuteaJos 25 antildeos morena esbelta ojos negrDS como la brea
nariz perfilada labios carnosos busto perfecto Y con un derroche de simpatiacutea que contagia a las
otras personas que dialogan con ella Pero sobresale en toda ella su educacioacuten en el trato con la
gente sus buenos sentimientos
Don Juan Ortiacuten esa mantildeanaredbloacute en su haciendaa su amjgo Ernesto Gomadzquehada antildeos
fueron emigrantes en busca de fortuna en la mecanizada Alemania Juan se volvioacute a Espantildea y su
compantildeero Ernesto se quedoacute allr en la profesioacuten de jardinero con un empresario de una prestigiosa
marca de automoacuteviles Con el sudor de su frente y sus ahorros se instaloacute a las afueras de Berliacuten en
una pequentildea finca olvidada e inerte donde con esmero ypacienclasacoacute a flote unos florjdos
invernaderos desde donde saliacutean las rosas maacutes perfectas con el rojo maacutes intenso y el perfume maacutes
embriagador que jamaacutes el hombre podiacutea imaginar Su secreto no era otro que los rosales los abonaba
en el otontildeo con partiacuteculas y finiacutesimo polvo de minerales como cinc niacutequel cobre plata e infinitas
partiacuteculas del pulido de los djamantes Aquello era todo el secreto que tenian
Juan Ortiacuten abrazoacute a su amigo Ernesto sintiendo un amago de nostalgia al recordar los momentos
difiacuteciles y amargos que pasaron fuera de su tierra en aquellos antildeos
-Juan -dUumlo con voz temblorosa de emocioacuten-te estareacute siempre agradecido desde hoy mismo
abonareacute todos los rosales que tengo en la finca te lo prometo
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Ernesto abrazoacute a su amigo en la despedida no pudiendo evitar emocionarse y sus ojos se llenaron de
laacutegrimas El sol declina por la lejaniacutea de la huerta y Juan ha terminado de fortalecer con esos
minerales todos sus rosales guardando la gran bolsa en el cobertizo de los aperos de labranza
La primavera estaacute llegando a su fin por estas tierras del sureste primavera y verano se diferencian
poco lo que si es cierto es que los rosales del sentildeor Juan estaacuten en plena produccioacuten Ademaacutes de
geranios hortensias margaritas o petunias las rosas de los viveros de Juan se venden nada maacutes que
traspasan la cancela de su finca Queacute aroma queacute color queacute brillo despiden a la luz del sol pero lo
que tiene intrigado a su jardinero es la duracioacuten que mantienen tanto dentro del florero como fuera
Juan no da creacutedito a lo que le ocurren a sus rosales Junto al cuadro que descansa en el mueble del
saloacuten de nuestra patrona la Fuensantica desde hace tres meses y cinco diacuteas dos rosas
aterciopeladas vigilan a la patrona intactas como si hubieran sido cortadas hace horas Pasoacute el
ardoroso verano que pareciacutea no tener fin y nos metimos de lleno en ese septiembre lJamadopor
estas latitudes el veranito de los membrillos
Nuestro amigo Juan Ortiacuten y su belliacutesima hija Chari le faltan manos para poder atender los
innumerables pedidos de plantas y flores que no tienen maacutes remedio que bajarse a la ciudad y
paralelo al mercado de Veroacutenicas en la misma calle instalan provisionalmente un puesto de flores y
plantas para cumplir con sus clientes Alliacute venden infinidad de plantas y accesorios para ellas como
abono y fertilizantes las partiacuteculas de minerales regalo de su amigo Ernesto estaacuten guardadas bajo
llave en su cobertizo ese es su secreto y su gran tesoro que a nadie revelaraacute Sus rosas rojas
valencianas siguen vendjeacutendosecomo el pan de cada diacutea siguen con esa frescura esa lozaniacutea y ese
aroma a bienestar que nos relaja los sentidos desde el primer diacutea que se cortan Esa mantildeana
septembrina su hija Chari ha vendido cinco rosales maravillosos cuatro cubos de flores recieacuten
cortadas e innumerables plantas se nota en el ambiente que por la tarde bajan a hombros a nuestra
Fuensantica la patrona desde su santuario que tiene arriba en el monte La gente se prepara para
recibirla como ella se merece pues raro es el murciano que si no reza una oracioacuten en el diacutea por
Ella no tiene en casa en presencia de todos o en la intimidad de su alcoba una fotografiacutea e incluso
una sencilla estampa para pedirle salud por todos los suyos Casi era la hora de recoger ese
primoroso jardiacuten ambulante y desmontable El sacerdote se quedoacute como petrificadocomo una
estatua de sal como le ocurrioacute a la esposa de Lot seguacuten cuentan las Escrituras El paacuterroco de la santa
Catedral don Faustino Prieto estaba atolondrado y perplejo mirando el florido rosal que todaviacutea no
habiacutea sido vendido dijo con voz entrecortada
-Que cosa maacutes divina crea la madre naturaleza jamaacutes he visto un rosal de esas caracteriacutesticas con
maacutes de veinte rosas grandes como puntildeos rojas como la sangre que derramoacute Jesuacutes en la cruz
A la vez sus fosas nasales aspiraron la fragancia que impregnaba todo el tenderete de flores que
pareciacutea haberle dejado aturdido Chari ante tanta alabanza a su rosal demostroacute su buen corazoacuten que
teniacutea y tiene dicieacutendole
-Padre por ese piropo tan acertado para con mis flores quiero regalarle ese rosal que tanto alaba
usted
Don Faustino quedoacute sorprendido por tanta generosidad de la chica No sabiacutea que responder pues el
hermoso rosal su precio rondaba las 300 pesetas Ahora es una cantidad ridIcula pero en esos antildeos
casi una fortuna para un hogar
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-Vamos hacer lo siguiente -le contestoacute el sacerdote que frisaba los 50 antildeos de pelo rojizo pecoso
entrado en kilos de ojos marrones pero con la mirada risuentildea infantil que le hacia parecer buena
gente-como esta tarde bajan a nuestra querida patrona la Morenica yo le pongo ese rosal tan
primoroso y para cuando viaje otra vez hacia su santuario yo se lo devuelvo intacto y asiacute no pierde
usted y yo puedo contemplar esa joya a los pies de la Santiacutesima durante varios diacuteas
Dicho y hecho el sacerdote salioacute feliz y contento con su rosal bien empaquetado en una amplia caja
de cartoacuten mientras Chari lo despediacutea con un hasta pronto y una sonrisa agradable
Los cohetes surcaban el aire de esa tarde septembrina cuando nuestra patrona bajaba el Puente de
los Peligros seguida por numerosos fieles devotos de Ella A los gritos de iexclViva la Virgen de la
Fuensanta iexclViva Viva Estaacute llegando a las puertas de la santa Catedral la banda de muacutesica
municipal hace estallar en el aire los sones del himno Nacional el gentiacuteo que abarrota la plaza guarda
silencio y creo que la mayoriacutea de los alliacute presentes sienten en su interior una congoja como si ese
himno fuese un pedazo de nuestros seres maacutes queridos presentes y fallecidos Nuestra patrona se
pierde en la oscuridad de la catedral mientras la muacutesica sigue sonando y el silencio solo es roto por el
uacuteltimo trueno sentildeal para la terminacioacuten del himno
Don Faustino Prieto cuando la capiUa se encontraba en silencio casi era la hora de cerrar las puertas
del templo cogioacute una escalera y trepando hasta los pies de la Virgen con la ayuda del sacristaacuten
colocoacute con mucho mimo el fresco y florido rosal prestado por Chari Como no encajaba bien en los
pies de la gran Sentildeora por las muacuteltiples flores que adornaban su camariacuten don Faustino lo hizo
descansar sobre su manto tan primorosamente bordado Aquello pareciacutea como un reguero de sangre
que moriacutea en su corazoacuten y tambieacuten en el color de la que derramoacute su Hijo en la cruz El sacerdote se
arrodilloacute ante la Virgen y rezoacute clavando la mirada al majestuoso rosal que pareciacutea tener vida no
pudiendo evitar emocionarse se levantoacute y se hizo sobre la frente la sentildeal de la cruz despueacutes se
apagaron las luces y todo el camariacuten quedoacute en silencio e inundado de paz
A tres calles de la Catedral en un edificio de Plateriacutea con sabor antildeejo por los antildeos construido en
cuyo bajo habiacutea una joyeriacutea regentada por un joyero de prestigio de la capital en su tercer y uacuteltimo
piso viviacutean un matrimonio sin hijos que el marido un especialista y cirujano en corazoacuten con un
prestigio reconocido en Espantildea y fuera de ella haciacutea Juatro antildeos que se habiacutean trasladado a Murcia
por estar cerca de los padres de su esposa Carmen Pitaluga que asiacute se llamaba ella y eacutel don Timoteo
Aranda Rondariacutea el cirujano unos 45 antildeos moreno alto fuerte y ancho de espaldas sus dedos
largos y robustos no eran oacutebice para tener una seguridad y delicadeza en el manejo del bisturiacute en
hacer un corte limpio y seguro en el interior de sus pacientes
Don Timoteo habiacutea salido de la ducha y con voz eneacutergica dijo
-Carmen espero que tengas mantildeana el tema del calentador solucionado no estoy dispuesto a
ducharme maacutes con agua friacutea
Su esposa posoacute su mirada de sumisioacuten en la cara de eacutel haciendo con la cabeza un gesto afirmativo
Pasados veinte minutos don Timoteo dando voces malsonantes saliendo del dormitorio arrojoacute con
fuerza la camisa hecha un ovillo sobre la cara de ella
-Estoy harto de decirte que quiero los cuellos de las camisas almidonados
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Gritaba poniendo la cara a centiacutemetros de ella con los ojos inyectados de ira La sentildeora Pitaluga se
perdioacute cuando le replicoacute con voz envalentonada
-Mira lo que te digo Timoteo solo tengo dos manos para solucionarte tus caprichos en tu ropa
como grabar tu nombre en cada una de tus prendas con hilo de plata tus zapatos bien lustrosos tus
corbatas
Dontildea Carmen no pudo terminar la frase la mano grande y fuerte de su esposo se estrelloacute en su cara
como una piedra en un cristal despueacutes sintioacute un golpe seco en su vientre y un dolor intenso le hizo
desplomarse sobre el sofaacute
-Si no es daacutendote paJos no haces caso no aprendes de una vez por todas y mira que hace quince
diacuteas te prometiacute que no te pegariacutea maacutes Pero tuacute me obligas a hacerlo con tus contestaciones
chulescas
El cirujano terminoacute de vestirse observoacute que ella empezaba a incorporarse con gestos de dolor
momento que aprovechoacute para salir de casa dando un tremendo golpe en la puerta al cerrar La
vecina del rellano de esa escalera Dontildea Catalina profesora de solfeo jubilada escuchoacute el estreacutepito
golpe en la puerta y tocoacute el timbre diciendo
-Carmen vecina iquestocurre algo -a la vez que golpeaba la puerta con los nudlHos
Cuando Dontildea Catalina hizo amago de retirarse la puerta se abrioacute y en el umbral se dibujoacute la figura de
Dontildea Carmen Pitaluga con un rictus de dolor y con su mano apoyada en el estomago
-Hija de Dios iquestque te ha pasado -dijo la profesora de solfeo abriendo su boca y poniendo cara de
asombro- Vamos deacutejame pasar que te limpiareacute esa sangre de la nariz
La cara de la esposa del cirujano teniacutea mal aspecto de su nariz un hilillo de sangre corriacutea hacia sus
labios estos comenzaban a inflamarse su ojo izquierdo estaba amoratado con un brillo azulado
Terminada la cura la sentildeora de la casa le dio las gracias a su vecina por tanta amabilidad Dontildea
Catalina le quitoacute importancia diciendo con sequedad
-Jamaacutes mi marido me levantoacute la mano con motivo o sin eacutel faltariacutea maacutes Queacute ganas tengo que
cambie la situacioacuten de la mujer en el mundo no seacute si yo lo vereacute
Acabada la frase Dontildea Carmen rompioacute a llorar y dijo
-Sieacutentese Catalina necesito desahogarme
Las dos mujeres se sentaron en el sofaacute del saloacuten La profesora le cogioacute una mano y dijo solemne
-La escucho con mucha atencioacuten mejor dicho te escucho Carmen Mi esposo Timoteo en el fondo
no es malo es su temperamento y el estreacutes de su trabajo Eacutel me quiere me adora pero de vez en
cuando se le escapa la mano y yo tonta de miacute siempre le perdono
-Sabes lo que te digo Carmen -le interrumpioacute la profesora- que basta ya se acaboacute que te golpee
como una mula recoges tus pertenencias y te marchas
-iquestv hacia donde puedo marcharme si mis padres son mayores y estaacuten enfermos
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Ahora las laacutegrimas corriacutean libremente por la cara de la esposa del cirujano Dontildea Catalinas observoacute
como lloraba su vecina y sintioacute profundas punzadas de rabia en su interior no pudiendo contener que
sus ojos se le arrasaran de laacutegrimas Nuestra querida patrona la Fuensantica haciacutea varios diacuteas que
habiacutea abandonado la ciudad seguida de sus fieles maacutes devotos envuelta en aplausos viacutetores flores y
truenos para descansar en su Santuario del Monte a la espera de la proacutexima primavera para ser
bajada y reconfortar con nueva savia los corazones murcianos
Cuando el sol caiacutea de plano sobre la plaza y la calle de Veroacutenicas el sacerdote con paso cansino
transporta entre sus brazos el florido rosal que le ha sido prestado por la florista Chari
-Buenos diacuteas sentildeorita lo prometido es deuda aquiacute lo tiene tal como me lo lleveacute creo que todaviacutea
mas precioso -dijo el cura dejando con mimo el primoroso rosal en el suelo entre geranios y potas
Chari le sonrioacute daacutendole las gracias El capellaacuten de la catedral prosiguioacute diciendo
-Es una cosa extrantildea todos los rosales pasados siete o diez diacuteas sus rosas se marchitan y se
mueren pero este ha sido al reveacutes sigue en buena lozaniacutea y floreciendo maacutes rosas Por curiosidad
se las conteacute el primer diacutea 25 y hoy sabe las que tiene
Chari se encogioacute de hombros poniendo cara de inocente y dijo
-iquestCuantas tiene padre
-Hija miacutea tiene la edad de Cristo cuando murioacute 33 Estoy completamente anonadado y a la vez
intrigado con este rosal iquestCoacutemo se llama el fertilizante que usa para ellos
Chari se sintioacute como un cazador furtivo que deseas que te revele el secreto de la caza del zorro con
lazo
-Lo siento padre de abonarlos de su poda y riego se preocupa mi padre Solo eacutel sabe el secreto -le
contestoacute la chica poniendo cara de increacutedula
Don Faustino antes de marcharse dijo con media sonrisa en sus labios
-Quiero que sepas que esas rosas de terciopeJo han descansado sobre el manto de la Santiacutesima
Virgen luego estaacuten bendecidas por nuestra Patrona deberiacuteas de subirle su precio
Terminoacute de hablar y dejoacute escapar una corta carcajada que contagioacute a Chari Lejos en Barcelona la
hija del fallecido jefe de seguridad Benito caminaba junto al puerto de mar el agua estaba
tranquila de un azul verdoso apenas rizado por la brisa de poniente de su mano Uevaba a su hijo
Jordi de seis antildeos fruto de aquella tarde de pasioacuten con Antonio Barbados el hijo del inspector Mena
El nintildeo habiacutea nacido ciego Motivo su madre lo ignoraba Seguacuten los doctores un glaucoma
inmadurez de la maacutecula por otros motivos que se desconociacutean Monserrat la madre preguntoacute a los
especialistas si su Jordi podra alguacuten diacutea no lejano ver solamente los objetos borrosos El prestigioso
oftalmoacutelogo Barraquer le vaticinoacute que solo dos maneras teniacutean de recuperar la visioacuten La cirugiacutea
cuando la maacutecula esteacute madura y dos un milagro que nuestra Virgen de Monserrat quiera otorgarle a
este lindo hombrecito y le estampaba un beso en su frente
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Monserrat se dirigiacutea al puerto mariacutetimo para entrevistarse con el responsable de eacutel por la noticia de
que el padre de su pequentildeo habiacutea dado sentildeales en alguacuten punto de Espantildea El pequentildeo Jordi con esa
vocecita que casi no le saliacutea del cuerpo preguntaba muy a menudo
-iquestMami doacutende estaacute mj padre es que yo soy el uacutenico nintildeo de mj colegio que no conoce a su padre
Seacute que no lo puedo ver pero con solo tocar acariciar su cara y besarla yo seriacutea el nintildeo maacutes feliz de
este mundo
y sus ojos sin luz se inundaban de laacutegrimas por todo el carintildeo que le profesaba a su padre sin
conocerlo Monserrat queda conocer el paradero de Barbados Pasoacute al despacho del jefe portuario
El responsable rondariacutea los cincuenta Enjuto en carnes de cara alargada su rostro pareciacutea cincelado
por el sol todo lo contrario que sus brazos pues llevaba una camiseta de tirantes donde los rayos del
sol habiacutean tatuado su blanca piel que casi pareciacutea trasluacutecida
El caballero con la voz tamizada de pesar dijo
-Sentildeora el chico que usted busca lo tuve bajo mis oacuterdenes varios antildeos Era bastante formal
trabajador y honrado pero como casi siempre las malas compantildeiacuteas hacen mella en los corazones
buenos y se fue hundiendo en la bebida Yo puse todo lo que teniacutea a mi alciexclmce como ocultarlo
incluso en mi despacho en ese cuartucho de enseres vjejos -y sentildealaba con la mano la puerta
despintada que habiacutea a su derecha- para que nadie lo viera embriagado Tuve el valor de que
pernoctara en mi casa varias noches con permiso de mi esposa pues no tenemos hijos y tambieacuten
fue inuacutetil Nada pude hacer y una viacutespera de Noche Buena con mi corazoacuten destrozado tuve que
despedirlo Se pasoacute dela raya Me levantoacute la mano y se rompioacute la baraja Pasado un tiempo recibiacute
una carta suya pidieacutendome disculpas Empezamos a cartearnos y hasta la fecha que espero carta
porque lleva sin escribirme maacutes de cuatro meses
Monserrat no pudo contenerse maacutes dicieacutendole con una voz sin calidez
-Pero hombre de Dios diacutegame donde se encuentra
-Perdoacuten perdoacuten sentildeora en Murcia se encuentra en Murcia
Monserrat de la mano de su hijo se habiacutea despedido del jefe portuario sintiendo en su interior un
amago de nostalgia al recordar lo feliz que fue el tiempo que estuvo en los brazos del hijo del
inspector Mena Lo amoacute locamente sin cortapisas sin importarle nada pero eacutel no supo
corresponderle Se asustoacute el diacutea que le dijo que esperaba un hijo suyo y se esfumoacute una semana antes
de que ella diera luz a la criatura Pero esa criatura ya teniacutea seis antildeos y toda su obsesioacuten no era otra
que palpar acariciar y besar el rostro de su padre pues en su colegio de ciegos y sordomudos
diariamente escuchaba las voces los besos y las carcajadas de las madres y padres de sus
compantildeeros de pupitre
El sol estaba alto y la bruma se desvaneciacutea por el puerto y sus calles Monserrat habiacutea cerrado el
portaloacuten de la mansioacuten heredada de su padre El sol se escondiacutea entre el follaje de los majestuosos
aacuterboles del jardiacuten El taxi paroacute a la entrada del recinto vallado tocando el claxon dos veces la madre
y el hijo bajaron la escalinata de mamposteriacutea de la residencia introducieacutendose en el vehiacuteculo El
taxista subioacute en dos zancadas las escaleras y comenzoacute a bajar el voluminoso equipaje de Monserrat
Una vez terminado yel choacutefer al volante dijo ella
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-Espere un segundo solo quiero cruzar la mirada por todo el recinto que me vio nacer y crecer y no
seacute si mis ojos volveraacuten a contemplarlo
Jordi su hijo le respondioacute
-Siacute Mami volveremos a verlo bueno yo no seacute pero volveremos aqui con papaacute para que por fin
seamos felices los tres Seguro mami ya lo veraacutes
La madre paseoacute su mirada por la arboleda y la fachada del caseroacuten sintiendo en su interior punzadas
de nostalgia al recordar su corta vida transcurrida entre esos muros no pudiendo evitar que sus ojos
se inundaran de laacutegrimas Mientras tanto en la capital del Segura el cirujano don Timoteo Aranda se
encuentra en el quiroacutefano de la Cliacutenica Nuestra Sentildeora de la Fuensanta terminando de operar a su
uacuteltimo paciente
Esa noche en el coqueto casino murciano ha sido invitado por la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles en
la entrega de premios y galardones por el presidente de la asociacioacuten el prestigioso doctor de
Reumatologiacutea don Manuel Menchoacuten Galiana que preside el cargo desde 1960 siendo reelegido en
varias ocasiones por su pulcritud su sapiencia y buen hacer en beneficio de los doctores
El tren procedente de Barcelona con paradas Madrid Murcia y Cartagena haciacutea su entrada en la
vetusta estacioacuten de El Carmen cuyo reloj marcaba las diez de la mantildeana De aquellos vagones de
primera clase chapados de maderas nobles barnizados decorados en terciopelo y cortinas de lino
con olor a limpieza se bajaba Monserrat y su pequentildeo Jordi Todo su equipaje excepto la bolsa de
viaje habiacutea sido facturado al hotel Rincoacuten de Pepe Su economiacutea era lo bastante holgada como para
viajar y hospedarse en primera clase fruto de la herencia de su padre Benito presldentede la
compantildeiacutea Esabe-Express
Antonio Barbados no puede pasar sin que el alcohol sea su uacutenico compantildeero desde hace varios antildeos
en esta tierra pimentonera donde fue recibido con las manos abiertas por una prestigiosa empresa
de seguridad Trabajoacute con ahiacutenco premura y habilidad en su trabajo sin importarle horario ni
festivos El sentildeor Estevil responsable de la empresa supo concederle su premio otorgaacutendole la
jefatura de sus casi cincuenta compantildeeros de trabajo Su economiacutea estaba bien saneada Su
residencia dejoacute de ser la pensioacuten Sandoval pasando a ser un lujoso chalet en una cercana
urbanizacioacuten cuajada de aacuterboJes y flora 5010 sentiacutea un vado en su corazoacuten Cupido no volvioacute con su
flecha a aceptar en la diana Conocioacute una chica pelirroja pero aquello tuvo mal final No se
correspondieron y cada uno marchoacute por su lado Cuaacutentas veces en la soledad de su chalet y en la
penumbra de su alcoba ha llorado en silencio aquel acto de cobardiacutea que tuvo con Monserrat su
novia faltaacutendole diacuteas para traer a este mundosu retontildeo fruto de los dos
Extrae de la billetera la uacutenica fotografiacutea que guarda de ella y la besa con pasioacuten Por su mente como
mil puntildeales apuntildealaron su pensamiento y tamizando solo uno iquestcoacutemo seriacutea la cara de su hijo iquestQueacute
estariacutea haciendo en ese instante iquestCoacutemo seriacutea su sonrisa su llanto Sus ojos como compuertas de un
embalse dejaron correr sus laacutegrimas hacia la comisura de sus labios Corno dice Ja voz de la calle no
es bueno que el hombre viva solo tampoco mal acompantildeado Eso fue lo que deterioroacute su vida las
malas compantildeiacuteas El eufoacuterico alcohol comenzoacute a hacerse compantildeero en varios diacuteas a la semana
saacutebados y domingos Pasado un tiempo lo acompantildeaba diariamente Consecuencias varias el
despido del trabajo la billetera vaciacutea pocos o casi ninguacuten amigo El final siempre es el mismo la
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soledad y el rechazo de la gente Desde haciacutea antildeos teniacutea la vivienda en la calle Veroacutenicas junto a la
plaza de Abastos Su casa toda la calle su bantildeo el jardiacuten del malecoacuten y su cama los friacuteos escalones
de maacutermol de la sala de exposiciones culturales de Veroacutenicas En los crudos inviernos se tapa con
cartones y alguna prenda de abrigo que le entrega la sentildeora Antonia que tambieacuten le da dinero para
que se corte el cabello Es una persona buena y caritativa Algunas todaviacutea quedan en la vintildea del
Sentildeor Como por ejemplo el vigilante jurado que realiza su servicio en la sala de exposiciones
llamado Chema que procede de nuestra ancha Castilla Lo obsequia con alguacuten regalo en Reyes un
jersey seminuevos que ya no se pone unos deportivos etc Como ex-vigilante que ha sido sabe que
el corazoacuten de Chema no lo dejaraacute en la miseria El pan de cada diacutea se lo gana haciendo recados a los
tenderos de la plaza donde le dan sus regulares propinas pero al final del diacutea duerme junto a su
almohada de plaacutestico su inseparable amigo del alma Don Simoacuten de apellido tetrabrik
Amigo lector no nos quejemos a veces de nuestra situacioacuten no seamos como aquel sabio tan pobre
que se alimentaba de hierbas del campo y un buen diacutea volvioacute la mirada hacia atraacutes y vio como otro
pobre se comiacutea las hierbas que eacutel desechaba
Dontildea Carmen Pitaluga se ha levantado esa mantildeana con humor su esposo el doctor don Timoteo
Aranda lleva cuatro diacuteas ~que ni le ha faltado el respeto ni le ha levantado la mano Esa noche es el
reparto de premios de la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles en el Casino que seraacute presidida por don
Manuel Menchoacuten Galiana Dontildea Carmen lo tiene casi todo dispuesto solo falta sacar del armario el
esmoquin de su esposo y plancharlo pero lo dejaraacute para uacuteltima hora Quiere que su marido a la hora
del reparto de premios y la saJidaa la pista de baile levante las miradas de las sentildeoras y la envidia de
los caballeros como si fuese un Roberto Valentino
El aire de la mantildeana es sutil sano diaacutefano es como un baacutelsamo para los pulmones Por eso la sentildeora
Pitaluga cruza la Gran Viacutea con paso raacutepido aspirando y expirando por lo temprano de la hora y la
circulacioacuten de vehfculos todaviacutea escasa Sus pasos la llevan al mercado de Veroacutenicas A la misma
hora Monserrat pone los pies en la calle cogida de la mano de su pequentildeo Jordi que quiere conocer
la ciudad Le han dicho que es una ciudad pequentildea y casi todo el mundo se conoce Su mirada
escudrintildeadora repasa las caras de los viandantes masculinos Podiacutea ser la casualidad que tropezara
con Barbados Lo piensa pero cree que eso no seraacute posible Monserrat y su hijo entraron por la calle
Veroacutenicas despueacutes de visitar la capilla del Pilar En esa calle viviacutea Barbados desde haciacutea varios antildeos
En ese instante ayuda a un sentildeor a cargar su compra en una obsoleta motocicleta a la espera que le
de una propina Se gira y casi su cara tropieza con la de ella
Monserrat se le quedoacute mirando absorta No daba creacutedito que hubiese sido tan sencillo dar con su
paradero Barbados la miroacute de arriba abajo dilatando sus pupilas de asombro Su voz casi ahogada
por la sorpresa dijo
-iquestDe verdad que eres tuacute Monserrat
Ella contestoacute
-La misma que dejaste olvidada como un paraguas hace varios antildeos en Barcelona y por lo que veo
jamaacutes volviste a recogerlo por miedoso y cobarde
En ese momento fue cuando Barbados se percatoacute del nintildeo que escuchaba en silencio con sus ojos
abiertos como lunas pero a oscuras como las noches en las tinjeblas
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-v1amiacute iquestquieacuten es este caballero por casualidad lo conoces iquestO usted conoce a mi madre
Hubo unos segundos de silencio un silencio espeso pareciacutea que flotaba entre los tres La madre con
la voz desgarrada por la emocioacuten le respondioacute
-Jordi este sentildeor aquiacute presente quiero que sepas que es tu padre
La palabra padre retumboacute en los oiacutedos del nintildeo como si tuviese eco Se deshizo de la mano de su
madre V las alzoacute en busca del rostro de su progenitor
-Papi deja que toque tu cara Cuaacutentas veces he sontildeado este momento
El padre se abrazoacute al nintildeo mientras este le palpa la cara
- Tienes un bigote que pincha V ademaacutes estaacute mojado
La cara de Barbados teniacutea una semejanza con la Dolorosa de Salzillo Sus laacutegrimas cruzaban su
mejilla muriendo en su bigote La madre se abrazoacute a los dos con los ojos arrasados en laacutegrimas V se
fundieron en un abrazo interminable Varjos transeuacutentes se paraban V miraban la escena on
emocioacuten Monserrat se derrumboacute entre laacutegrimas diciendo
-Quiero que seamos una familia los tres Por mi hijo quiero darte esa oportunidad Volvamos a casa
y besoacute la mejilla de eacutel Barbados se percatoacute que su hijo era ciego cuando lo besoacute repetidas veces en la
cara advirtiendo en sus pJerna s que le temblaban V un frlo intenso le trepaba por la garganta
-Siacute -dijo ella- nacioacute asiacute desconozco el motivo pero nuestro Jordi es feliz iquestverdad carintildeo
-Si V mucho V ahora maacutes todaviacutea que he encontrado a mi papaacute
Los tres salieron caminando direccioacuten al plano de San Francisco limpiaacutendose las laacutegrimas ella V el hijo
con un cliacutenex V eacutel lo haciacutea ron Jos puntildeos Cuando llegaron al tenderete de flores de Chari quiso la
casualidad que tambieacuten llegara la esposa del cirujano don Timoteo Aranda dontildea Carmen Pitaluga
Tanto la mirada de Monserrat como la de dontildea Carmen se clavaron en la figura del majestuoso rosal
Al uniacutesono las dos dijeron
-iquestQueacute precio pide por ese bonito rosal
-Perdoacuten -dijo la sentildeora Pitaluga- veacutendase lo a ella
Monserrat le contestoacute
-No sentildeora usted va delante de mi no faltariacutea maacutes
Chari la propietaria de las flores les respondioacute a las dos en tono iroacutenico
-Lo que puedo hacerle es venderle la mitad del rosal a una V la otra mitad a la otra
Como las dos estaban prendadas de aquel rosal que impregnaba el aire a olor celestial aceptaron con
una vaga sonrisa Asiacute fue como dontildea Carmen se llevoacute un precioso ramo de dieciseacuteis rosas V
Monserrat hizo lo mismo nosin antes decirles que las rosas estaban bendecidas por la Virgen de la
Fuensanta Las dos mujeres rieron unos minutos saliendo hacia sus domicilios con sus caras
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rebosadas en satisfaccioacuten La sentildeora Pitaluga llegoacute a casa y puso en un gran florero de cristal labrado
aquellas rosas rojas en el zaguaacuten de la entrada
El reloj de cuco del saloacuten dejoacute salir de su casita de madera al pintoresco pajarillo para que anunciara
con sus trinos metaacutelicos que eran las tres de la tarde Momento que traspasaba el umbraJ de la
puerta el doctor don Timoteo con el rictus de su cara serio
-Va estoy aquiacute quiero comer pronto me esperan en el casino para tomar cafeacute -dijo levantando la
voz
Su esposa precipitadamente salioacute de la cocina direccioacuten a Ja puerta secaacutendose las manos en el
delantal
- Te pido perdoacuten carintildeo Pongo la mesa en un instante -contestoacute su sentildeora esforzando una sonrisa
y quitaacutendole su chaqueta con un gesto de sumisioacuten
Pero para el doctor Aranda aqueUo no era oacutebice para desbocar su mal bumor dldendo
- Te trato como una reina no te falta de nada dinero joyas y como me pagas sin cumplir tu
obligacioacuten sentildealando con la mano la mesa
Terminada la comida y retocaacutendose el nudo de su corbata frente al espejo que habiacutea en el zaguaacuten su
mirada cayoacute sobre las rosas aterdopeJadas que habiacutea en el jarroacuten Don Timoteo quiso retractarse de
la manera que habiacutea hablado a su esposa diciendo en tono suave
-Reina queacute rosas maacutes preciosas parecen como si tuviesen vida V su fragancia me reconforta mi
interior calmaacutendome mi nerviosismo
-Si carintildeo las compreacute esta mantildeana quiero que tus malas maneras las olvides al contemplarlas
La sentildeora Pitaluga mientras hablaba se acercoacute a eacutel besaacutendole en la mejilla Su esposo le devolvioacute el
beso y colocaacutendose la chaqueta salioacute de la casa
Dontildea Catalina se cruzoacute en el ascensor con dontildea Carmen y le dijo
-iquestCoacutemo va todo bien o mal iquestUsted me entiende verdad
-Si la comprendo dontildea Catalina de momento todo bien -Le respondioacute la sentildeora Pitaluga Parece
que se hubiera tomado una infusioacuten de tranquilizantes Ahora que recuerdo iquesttranquilizantes Dios
miacuteo seraacuten las rosas las que por haber estado descansando en el manto de la virgen tienen ese poder
para transformarlo
Las dos mujeres se despidieron con un beso Dontildea carmen preparoacute toda la ropa de su esposo
zapatos relucientes camisa almidonada pajarita a estrenar gemelos de oro regalo de sus padres y
el esmoquin Pero la mala fortuna se cruzoacute en la plancha de dontildea Carmen por motivos desconocidos
En la pernera del pantaloacuten y mangas del chaqueacute la maldita plancha se ensantildeoacute varias veces con ellos
Ella llora desconsolada ni su vecina Catalina tiene la poacutecima para consolarla Sabe que su esposo no
se andaraacute con reparos en insultarla y golpearla
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Los uacuteltimos resplandores del diacutea rojos nacarados dorados pegaban en la milenaria fachada de la
Catedral El doctor don Timoteo introduce el llaviacuten en la cerradura de la puerta de su casa El silencio
es sepulcral Su voz recia sonoacute fuerte
-iquestEstas en casa reina
El silencio le contestoacute clavoacute su mirada en las delicadas rosas y acercando la cara aspiroacute
profundamente la fragancia sintieacutendose extasiado en lo maacutes profundo de sus pulmones
exclamando
-Este olor me embriaga el alma No hay perfume que le iguale
Con la chaqueta y la corbata en la mano pasoacute al saloacuten Quedoacute inmoacutevil por segundos En el fondo de la
estancia su esposa vestida con las mejores ropas y a sus pies dos maletas estaacute quieta en silencio Eacutel
dijo solemne
-iquestQueacute pasa es que te marchas con tus padres
-Si no puedo maacutes no te consiento que descargues tu ira sobre miacute cuando veas el estado
lamentable en que ha quedado tu esmoquin
Terminoacute la frase y sentildealoacute con la mano hacia una de las sillas en la que descansaba el churrascado y
perforado traje Las pobladas cejas del doctor se arquearon no pestantildeeoacute siquiera su mirada la
taladroacute por momentos sus ojos infectados de ira y sus puntildeos cerrados con fuerza tomaban un color
blanquecino Un incoacutemodo y prolongado silencio habiacutea en el saloacuten Los ojos de color esmeralda
claros y despabilados de dontildea Carmen no teniacutean maacutes laacutegrimas que derramar Don Timoteo sintioacute un
escalofriacuteo por todo su cuerpo su boca seca como un sarmiento quiso hablar pero se mordioacute la voz
Fue entonces cuando su esposa vio como se le iluminaba la cara y una laacutegrima lenta de silencio le
caiacutea por la mejilla Era la primera vez en su vida que dontildea Carmen veiacutea como lloraba su esposo Por
segundos pasoacute por su mente queacute estaba pasando alliacute ti sintioacute profundas punzadas en el pecho y
latigazos de remordimiento en lo profundo de su ser Todo lo que pasoacute despueacutes fue que el cirujano
se derrumboacute entre laacutegrimas y lleno de verguumlenza Se refugioacute en los brazos de su esposa diciendo
-Tienes que perdonarme hasta hoy no me he dado cuenta de lo que haciacutea Te lo suplico
perdoacutename
y lloraba como un nintildeo La escena del saloacuten era de puro arrepentimiento El meacutedico de rodillas
abrazado a su esposa pidiendo perdoacuten Ella sus manos alisan el cabello y la cara huacutemeda de eacutel y por
su mente es solo tamizado un pensamiento Las rosas esas rojas rosas sus peacutetalos acariciaron el
manto y las manos de la Virgen Luego el sacerdote pudiera que tuviese razoacuten
La luna habiacutea ascendido de entre los montes cercanos a la ciudad plena enorme redonda y roja
cuando el matrimonio caminaba direccioacuten al casino para celebrar la cena y la entrega de premios
anual por la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles presidida por el prestigioso reumatoacutelogo don Manuel
Menchoacuten Galiana
Dontildea Carmen vestiacutea con su vestido color pastel zapatos a juego collar de perlas del color de sus ojos
Estos teniacutean un brillo que nunca habiacutean tenido llamado felicidad Su esposo don Timoteo vestiacutea uno
de sus sencillos trajes que usaba para ir a la cliacutenica zapatos lustrosos mirada limpia y corazoacuten
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arrepentido Por eso en el momento de levantarse para recoger el premio de manos de don Manuel
Menchoacuten no le importoacute que los alliacute presentes vistieran de esmoquin y eacutel vistiese de traje En su
pequentildeo y locuaz discurso dejoacute a todos los que le conociacutean con caras de perplejidad cuando dijo
-Pido disculpas por no llevar la ropa adecuada para la ocasioacuten Hoy he arrojado a la basura el traje
de la intolerancia del machismo puro y duro de la incomprensioacuten con la persona amada y la camisa
de grosero Y me he colocado las ropas de la comprensioacuten la bondad el carintildeo positivo y la
generosidad
Casi todas sonrieron excepto su esposa queUoraba en silencio mientras sus pensamientos le saliacutean a
borbotones Su esposo se habiacutea transformado en todo positivo El arrepentimiento habiacutea sido en
puacuteblico sin cortapisas sin importarle la verguumlenza ante conocidos y desconocidos Sigue llorando en
sifencio Su esposo camina hacia ella Son los que abriraacuten el baile de gala Por su mente solo se cruza
un pensamiento aquel rosal que durmioacute en el manto de la Virgen Ahora llora y sonriacutee a la vez
Mientras la fiesta sigue en todo su apogeo cuatro calles maacutes allaacute en una de las lujosas habitaciones
del Rincoacuten de Pepe descansan Monserrat con su compantildeero Barbados y el hijo de ambos Jordi En
mitad de la amplia habitacioacuten sobre una mesa ovalada un jarroacuten fuerte y profundo sostiene en su
interior las dieciseacuteis rosas rojas de textura aterciopelada que dejan en la estancia un aroma
embriagador
Barbados se asomoacute a la ventana para contemplar la noche la luna brillaba casi como el sol Frente a
la ventana en un balcoacuten del edificio de enfrente habiacutea ropa blanca tendida Pareciacutea como sudarios
inmoacuteviles en la noche Se quedoacute fijo mirando y como un relaacutempago en la tormenta el airecillo afinoacute
sus sentidos experimentando una intensa antildeoranza de cuando se conocieron ella y eacutel en la toma de
posesioacuten de su plaza de vigilante jurado Barbados cerroacute los ojos y sus pensamientos se
arremolinaron en una tormenta de remordimientos lamentaciones y a la vez de nostalgia Sus ojos
rojos casi a punto de lLorar En el reloj de pulsera de Monserrat las agujas marcaban las doce de la
noche se dirigioacute a su hijo diciendo
-Vamos Jordi deja en paz a papaacute mantildeana seguiraacutes besaacutendole y preguntaacutendole cuantas cosas
quieras Tienes que marcharte a tu cama Vamos carintildeo
El criacuteo le respondioacute~
-Ese aroma tan pegajoso y aromaacutetico que huelo iquestson las rosas que compraste esta mantildeana
-Si carintildeo Son las rosas iquestPor queacute -Contestoacute ella
Me gustariacutea dormir con una de ellas en mi cabecera -Dijo Jordi
-iquestPor alguacuten motivo en especial -Interpeloacute la madre
El hijo dibujoacute en su cara infantil una amplia sonrisa y dijo
-Me recuerda en mis sentidos que por primera vez veo bueno veo no conozco y beso a mi padre y
ese aroma quisiera que me acompantildeara en mi cama como si fuera eacutel
La madre ante la expresioacuten tan sincera de su hijo no tuvo maacutes remedio que acceder
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-Conforme dormiraacutes con todas las flores en tu mesilla pero promeacuteteme que le rezaraacutes a la virgen y
te dormiraacutes -dijo ella comenzando a desvestirlo
El padre Barbados pasoacute a la habitacioacuten y le colocoacute el gran florero en la mesita de noche Las rosas
teniacutean un aspecto lozano de un rojo puacuterpura inundando la estancia de oJores insuperables
Monserrat se acostoacute en la alcoba mientras Barbados compuso una almohada con dos cojines y pasoacute
la noche en el sofaacute del saloacuten
Estaba amaneciendo y un filo de puacuterpura rasgaba las nubes Jordi el pequentildeo se despertoacute
exclamando
-Mamaacute mami iquestqueacute es esto que me estaacute pasando Puedo ver
Tanto la madre como el padre corrieron hacia su habitacioacuten El nintildeo se habiacutea incorporado en la cama
Teniacutea en sus manos una de las rosas del florero Papi que color tan bonito tiene estas flores -dijo
alargando sus brazos para que su padre pudiera verla maacutes cerca El criacuteo puesto en pie estaba absorto
contemplando todos los objetos de la habitacioacuten Un mundo nuevo habiacutea nacido para eacutel dejando a
sus padres en un segundo plano Pasaron varios minutos Jordi miro y requetemiroacute todo lo que se
poniacutea a su alcance de su mirada Fue cuando se tropezoacute con la cara de su madre las laacutegrimas
resbalaban por las mejillas
-Madre queacute feliz soy puede que por lo mucho que le rezo a la Virgen de Monserrat esto sea un
milagro
la madre sosteniacutea en su mano una rosa se la acercoacute a la boca y besaacutendola dijo
-No lo seacute hijo si esto ha sido un milagro o que la madre naturaleza ha terminado su trabajo contigo
despueacutes de ocho antildeos Sea lo que haya sido nunca podreacute pagarle el divino tesoro que el Altiacutesimo me
ha regalado
Jordi se abraza a su madre y llora emocionado Barbados trasladoacute su laacutenguida mirada a su hijo
diciendo
-Queacute a tu padre no le das un beso iquestNo ves lo falto que estoy de ellos
El nintildeo dejoacute a su madre abrazaacutendose a eacutel y besaacutendolo en la cara y la frente El aire en aquella estancia
resultaba caacutelido y perfumado con el aroma de las rosas Todo lo que pasoacute despueacutes se lo pueden
imaginar Tanto Barbados como Monserrat quiso la fatalidad que se encontraran de nuevo para
darse una segunda oportunidad Como al matrimonio de don Timoteo Aranda y dontildea Carmen
Pitaluga fue por aquel rosal que durmioacute en el manto de la Fuensanta Fue la casualidad del destino
Nunca lo sabremos amigo lector
Yo tengo un pequentildeo ejemplo que me ocurrioacute en mi nintildeez Creciacute en un orfanato por circunstancias
de la vida Teniacuteamos profesores y celadores buenos y malos como todo en la vida Recuerdo a don
Miguel que era celador Una noche de invierno crudo por hablar fuerte durante la cena con un
compantildeero de mesa nos castigoacute a fregar los pasillos del recinto El techo se me vino abajo Teniacuteamos
que fregar de rodillas Alliacute no habiacutea llegado todaviacutea la fregona Tenfamos un gigantesco cuadro
colgado en la pared del comedor que desde el aacutengulo que lo miraras sus dulces ojos te miraban con
dulzura Yo tendriacutea diez antildeos maacutes o menos y siguiendo las ensentildeanzas de uno de mis maestros don
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Antonio Torres tuve fe en saberme la leccioacuten si clavaba los codos Y clavando mi mirada en el corazoacuten de Jesuacutes le dije
-Por favor hace mucho friacuteo y tengo suentildeo Tengo fe que haraacutes algo por nosotros Puede que no se
lo crean cuando los dos cubos y las bayetas las teniacuteamos preparadas como por arte de magia se
apagoacute la luz Don Miguel nos hizo esperar alliacute al pie de los cubos sobre media hora Yo sentiacutea un
cosquilleo de alegriacutea por todo el cuerpo Le dije a mi compantildeero de la bayeta
-Tengo fe que no fregamos Y esa fe me acompantildeoacute cuando don Miguel dijo
-Podeacuteis marcharos a la cama pero la proacutexima vez no os perdono
Nos acompantildeoacute con la palmatoria en la mano a nuestro dormitorio Metido en la cama le receacute al
Corazoacuten de Jesuacutes ya la mantildeana siguiente lo conteacute entre mis compantildeeros y muy pocos me creyeron
Posdata - Los personajes que aparecen aquiacute son verdaderos los siguientes El inspector Mena su
hijo Barbados que reside en la calle Veroacutenkas y los duentildeos de la fjoristeriacutea ubicada en la misma calle
Juan Ortiacuten y su hija Rosario conocida como Chari Para ellos con todo mi afecto son personas
buenas y educadas Todo lo demaacutes es fruto de mi imaginacioacuten como aprendiz de escritor que soy
Firmado Auxiliar de Farmacia Antonio Martiacutenez
M urda a 1 de mayo de 2006
Ernesto abrazoacute a su amigo en la despedida no pudiendo evitar emocionarse y sus ojos se llenaron de
laacutegrimas El sol declina por la lejaniacutea de la huerta y Juan ha terminado de fortalecer con esos
minerales todos sus rosales guardando la gran bolsa en el cobertizo de los aperos de labranza
La primavera estaacute llegando a su fin por estas tierras del sureste primavera y verano se diferencian
poco lo que si es cierto es que los rosales del sentildeor Juan estaacuten en plena produccioacuten Ademaacutes de
geranios hortensias margaritas o petunias las rosas de los viveros de Juan se venden nada maacutes que
traspasan la cancela de su finca Queacute aroma queacute color queacute brillo despiden a la luz del sol pero lo
que tiene intrigado a su jardinero es la duracioacuten que mantienen tanto dentro del florero como fuera
Juan no da creacutedito a lo que le ocurren a sus rosales Junto al cuadro que descansa en el mueble del
saloacuten de nuestra patrona la Fuensantica desde hace tres meses y cinco diacuteas dos rosas
aterciopeladas vigilan a la patrona intactas como si hubieran sido cortadas hace horas Pasoacute el
ardoroso verano que pareciacutea no tener fin y nos metimos de lleno en ese septiembre lJamadopor
estas latitudes el veranito de los membrillos
Nuestro amigo Juan Ortiacuten y su belliacutesima hija Chari le faltan manos para poder atender los
innumerables pedidos de plantas y flores que no tienen maacutes remedio que bajarse a la ciudad y
paralelo al mercado de Veroacutenicas en la misma calle instalan provisionalmente un puesto de flores y
plantas para cumplir con sus clientes Alliacute venden infinidad de plantas y accesorios para ellas como
abono y fertilizantes las partiacuteculas de minerales regalo de su amigo Ernesto estaacuten guardadas bajo
llave en su cobertizo ese es su secreto y su gran tesoro que a nadie revelaraacute Sus rosas rojas
valencianas siguen vendjeacutendosecomo el pan de cada diacutea siguen con esa frescura esa lozaniacutea y ese
aroma a bienestar que nos relaja los sentidos desde el primer diacutea que se cortan Esa mantildeana
septembrina su hija Chari ha vendido cinco rosales maravillosos cuatro cubos de flores recieacuten
cortadas e innumerables plantas se nota en el ambiente que por la tarde bajan a hombros a nuestra
Fuensantica la patrona desde su santuario que tiene arriba en el monte La gente se prepara para
recibirla como ella se merece pues raro es el murciano que si no reza una oracioacuten en el diacutea por
Ella no tiene en casa en presencia de todos o en la intimidad de su alcoba una fotografiacutea e incluso
una sencilla estampa para pedirle salud por todos los suyos Casi era la hora de recoger ese
primoroso jardiacuten ambulante y desmontable El sacerdote se quedoacute como petrificadocomo una
estatua de sal como le ocurrioacute a la esposa de Lot seguacuten cuentan las Escrituras El paacuterroco de la santa
Catedral don Faustino Prieto estaba atolondrado y perplejo mirando el florido rosal que todaviacutea no
habiacutea sido vendido dijo con voz entrecortada
-Que cosa maacutes divina crea la madre naturaleza jamaacutes he visto un rosal de esas caracteriacutesticas con
maacutes de veinte rosas grandes como puntildeos rojas como la sangre que derramoacute Jesuacutes en la cruz
A la vez sus fosas nasales aspiraron la fragancia que impregnaba todo el tenderete de flores que
pareciacutea haberle dejado aturdido Chari ante tanta alabanza a su rosal demostroacute su buen corazoacuten que
teniacutea y tiene dicieacutendole
-Padre por ese piropo tan acertado para con mis flores quiero regalarle ese rosal que tanto alaba
usted
Don Faustino quedoacute sorprendido por tanta generosidad de la chica No sabiacutea que responder pues el
hermoso rosal su precio rondaba las 300 pesetas Ahora es una cantidad ridIcula pero en esos antildeos
casi una fortuna para un hogar
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-Vamos hacer lo siguiente -le contestoacute el sacerdote que frisaba los 50 antildeos de pelo rojizo pecoso
entrado en kilos de ojos marrones pero con la mirada risuentildea infantil que le hacia parecer buena
gente-como esta tarde bajan a nuestra querida patrona la Morenica yo le pongo ese rosal tan
primoroso y para cuando viaje otra vez hacia su santuario yo se lo devuelvo intacto y asiacute no pierde
usted y yo puedo contemplar esa joya a los pies de la Santiacutesima durante varios diacuteas
Dicho y hecho el sacerdote salioacute feliz y contento con su rosal bien empaquetado en una amplia caja
de cartoacuten mientras Chari lo despediacutea con un hasta pronto y una sonrisa agradable
Los cohetes surcaban el aire de esa tarde septembrina cuando nuestra patrona bajaba el Puente de
los Peligros seguida por numerosos fieles devotos de Ella A los gritos de iexclViva la Virgen de la
Fuensanta iexclViva Viva Estaacute llegando a las puertas de la santa Catedral la banda de muacutesica
municipal hace estallar en el aire los sones del himno Nacional el gentiacuteo que abarrota la plaza guarda
silencio y creo que la mayoriacutea de los alliacute presentes sienten en su interior una congoja como si ese
himno fuese un pedazo de nuestros seres maacutes queridos presentes y fallecidos Nuestra patrona se
pierde en la oscuridad de la catedral mientras la muacutesica sigue sonando y el silencio solo es roto por el
uacuteltimo trueno sentildeal para la terminacioacuten del himno
Don Faustino Prieto cuando la capiUa se encontraba en silencio casi era la hora de cerrar las puertas
del templo cogioacute una escalera y trepando hasta los pies de la Virgen con la ayuda del sacristaacuten
colocoacute con mucho mimo el fresco y florido rosal prestado por Chari Como no encajaba bien en los
pies de la gran Sentildeora por las muacuteltiples flores que adornaban su camariacuten don Faustino lo hizo
descansar sobre su manto tan primorosamente bordado Aquello pareciacutea como un reguero de sangre
que moriacutea en su corazoacuten y tambieacuten en el color de la que derramoacute su Hijo en la cruz El sacerdote se
arrodilloacute ante la Virgen y rezoacute clavando la mirada al majestuoso rosal que pareciacutea tener vida no
pudiendo evitar emocionarse se levantoacute y se hizo sobre la frente la sentildeal de la cruz despueacutes se
apagaron las luces y todo el camariacuten quedoacute en silencio e inundado de paz
A tres calles de la Catedral en un edificio de Plateriacutea con sabor antildeejo por los antildeos construido en
cuyo bajo habiacutea una joyeriacutea regentada por un joyero de prestigio de la capital en su tercer y uacuteltimo
piso viviacutean un matrimonio sin hijos que el marido un especialista y cirujano en corazoacuten con un
prestigio reconocido en Espantildea y fuera de ella haciacutea Juatro antildeos que se habiacutean trasladado a Murcia
por estar cerca de los padres de su esposa Carmen Pitaluga que asiacute se llamaba ella y eacutel don Timoteo
Aranda Rondariacutea el cirujano unos 45 antildeos moreno alto fuerte y ancho de espaldas sus dedos
largos y robustos no eran oacutebice para tener una seguridad y delicadeza en el manejo del bisturiacute en
hacer un corte limpio y seguro en el interior de sus pacientes
Don Timoteo habiacutea salido de la ducha y con voz eneacutergica dijo
-Carmen espero que tengas mantildeana el tema del calentador solucionado no estoy dispuesto a
ducharme maacutes con agua friacutea
Su esposa posoacute su mirada de sumisioacuten en la cara de eacutel haciendo con la cabeza un gesto afirmativo
Pasados veinte minutos don Timoteo dando voces malsonantes saliendo del dormitorio arrojoacute con
fuerza la camisa hecha un ovillo sobre la cara de ella
-Estoy harto de decirte que quiero los cuellos de las camisas almidonados
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Gritaba poniendo la cara a centiacutemetros de ella con los ojos inyectados de ira La sentildeora Pitaluga se
perdioacute cuando le replicoacute con voz envalentonada
-Mira lo que te digo Timoteo solo tengo dos manos para solucionarte tus caprichos en tu ropa
como grabar tu nombre en cada una de tus prendas con hilo de plata tus zapatos bien lustrosos tus
corbatas
Dontildea Carmen no pudo terminar la frase la mano grande y fuerte de su esposo se estrelloacute en su cara
como una piedra en un cristal despueacutes sintioacute un golpe seco en su vientre y un dolor intenso le hizo
desplomarse sobre el sofaacute
-Si no es daacutendote paJos no haces caso no aprendes de una vez por todas y mira que hace quince
diacuteas te prometiacute que no te pegariacutea maacutes Pero tuacute me obligas a hacerlo con tus contestaciones
chulescas
El cirujano terminoacute de vestirse observoacute que ella empezaba a incorporarse con gestos de dolor
momento que aprovechoacute para salir de casa dando un tremendo golpe en la puerta al cerrar La
vecina del rellano de esa escalera Dontildea Catalina profesora de solfeo jubilada escuchoacute el estreacutepito
golpe en la puerta y tocoacute el timbre diciendo
-Carmen vecina iquestocurre algo -a la vez que golpeaba la puerta con los nudlHos
Cuando Dontildea Catalina hizo amago de retirarse la puerta se abrioacute y en el umbral se dibujoacute la figura de
Dontildea Carmen Pitaluga con un rictus de dolor y con su mano apoyada en el estomago
-Hija de Dios iquestque te ha pasado -dijo la profesora de solfeo abriendo su boca y poniendo cara de
asombro- Vamos deacutejame pasar que te limpiareacute esa sangre de la nariz
La cara de la esposa del cirujano teniacutea mal aspecto de su nariz un hilillo de sangre corriacutea hacia sus
labios estos comenzaban a inflamarse su ojo izquierdo estaba amoratado con un brillo azulado
Terminada la cura la sentildeora de la casa le dio las gracias a su vecina por tanta amabilidad Dontildea
Catalina le quitoacute importancia diciendo con sequedad
-Jamaacutes mi marido me levantoacute la mano con motivo o sin eacutel faltariacutea maacutes Queacute ganas tengo que
cambie la situacioacuten de la mujer en el mundo no seacute si yo lo vereacute
Acabada la frase Dontildea Carmen rompioacute a llorar y dijo
-Sieacutentese Catalina necesito desahogarme
Las dos mujeres se sentaron en el sofaacute del saloacuten La profesora le cogioacute una mano y dijo solemne
-La escucho con mucha atencioacuten mejor dicho te escucho Carmen Mi esposo Timoteo en el fondo
no es malo es su temperamento y el estreacutes de su trabajo Eacutel me quiere me adora pero de vez en
cuando se le escapa la mano y yo tonta de miacute siempre le perdono
-Sabes lo que te digo Carmen -le interrumpioacute la profesora- que basta ya se acaboacute que te golpee
como una mula recoges tus pertenencias y te marchas
-iquestv hacia donde puedo marcharme si mis padres son mayores y estaacuten enfermos
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Ahora las laacutegrimas corriacutean libremente por la cara de la esposa del cirujano Dontildea Catalinas observoacute
como lloraba su vecina y sintioacute profundas punzadas de rabia en su interior no pudiendo contener que
sus ojos se le arrasaran de laacutegrimas Nuestra querida patrona la Fuensantica haciacutea varios diacuteas que
habiacutea abandonado la ciudad seguida de sus fieles maacutes devotos envuelta en aplausos viacutetores flores y
truenos para descansar en su Santuario del Monte a la espera de la proacutexima primavera para ser
bajada y reconfortar con nueva savia los corazones murcianos
Cuando el sol caiacutea de plano sobre la plaza y la calle de Veroacutenicas el sacerdote con paso cansino
transporta entre sus brazos el florido rosal que le ha sido prestado por la florista Chari
-Buenos diacuteas sentildeorita lo prometido es deuda aquiacute lo tiene tal como me lo lleveacute creo que todaviacutea
mas precioso -dijo el cura dejando con mimo el primoroso rosal en el suelo entre geranios y potas
Chari le sonrioacute daacutendole las gracias El capellaacuten de la catedral prosiguioacute diciendo
-Es una cosa extrantildea todos los rosales pasados siete o diez diacuteas sus rosas se marchitan y se
mueren pero este ha sido al reveacutes sigue en buena lozaniacutea y floreciendo maacutes rosas Por curiosidad
se las conteacute el primer diacutea 25 y hoy sabe las que tiene
Chari se encogioacute de hombros poniendo cara de inocente y dijo
-iquestCuantas tiene padre
-Hija miacutea tiene la edad de Cristo cuando murioacute 33 Estoy completamente anonadado y a la vez
intrigado con este rosal iquestCoacutemo se llama el fertilizante que usa para ellos
Chari se sintioacute como un cazador furtivo que deseas que te revele el secreto de la caza del zorro con
lazo
-Lo siento padre de abonarlos de su poda y riego se preocupa mi padre Solo eacutel sabe el secreto -le
contestoacute la chica poniendo cara de increacutedula
Don Faustino antes de marcharse dijo con media sonrisa en sus labios
-Quiero que sepas que esas rosas de terciopeJo han descansado sobre el manto de la Santiacutesima
Virgen luego estaacuten bendecidas por nuestra Patrona deberiacuteas de subirle su precio
Terminoacute de hablar y dejoacute escapar una corta carcajada que contagioacute a Chari Lejos en Barcelona la
hija del fallecido jefe de seguridad Benito caminaba junto al puerto de mar el agua estaba
tranquila de un azul verdoso apenas rizado por la brisa de poniente de su mano Uevaba a su hijo
Jordi de seis antildeos fruto de aquella tarde de pasioacuten con Antonio Barbados el hijo del inspector Mena
El nintildeo habiacutea nacido ciego Motivo su madre lo ignoraba Seguacuten los doctores un glaucoma
inmadurez de la maacutecula por otros motivos que se desconociacutean Monserrat la madre preguntoacute a los
especialistas si su Jordi podra alguacuten diacutea no lejano ver solamente los objetos borrosos El prestigioso
oftalmoacutelogo Barraquer le vaticinoacute que solo dos maneras teniacutean de recuperar la visioacuten La cirugiacutea
cuando la maacutecula esteacute madura y dos un milagro que nuestra Virgen de Monserrat quiera otorgarle a
este lindo hombrecito y le estampaba un beso en su frente
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Monserrat se dirigiacutea al puerto mariacutetimo para entrevistarse con el responsable de eacutel por la noticia de
que el padre de su pequentildeo habiacutea dado sentildeales en alguacuten punto de Espantildea El pequentildeo Jordi con esa
vocecita que casi no le saliacutea del cuerpo preguntaba muy a menudo
-iquestMami doacutende estaacute mj padre es que yo soy el uacutenico nintildeo de mj colegio que no conoce a su padre
Seacute que no lo puedo ver pero con solo tocar acariciar su cara y besarla yo seriacutea el nintildeo maacutes feliz de
este mundo
y sus ojos sin luz se inundaban de laacutegrimas por todo el carintildeo que le profesaba a su padre sin
conocerlo Monserrat queda conocer el paradero de Barbados Pasoacute al despacho del jefe portuario
El responsable rondariacutea los cincuenta Enjuto en carnes de cara alargada su rostro pareciacutea cincelado
por el sol todo lo contrario que sus brazos pues llevaba una camiseta de tirantes donde los rayos del
sol habiacutean tatuado su blanca piel que casi pareciacutea trasluacutecida
El caballero con la voz tamizada de pesar dijo
-Sentildeora el chico que usted busca lo tuve bajo mis oacuterdenes varios antildeos Era bastante formal
trabajador y honrado pero como casi siempre las malas compantildeiacuteas hacen mella en los corazones
buenos y se fue hundiendo en la bebida Yo puse todo lo que teniacutea a mi alciexclmce como ocultarlo
incluso en mi despacho en ese cuartucho de enseres vjejos -y sentildealaba con la mano la puerta
despintada que habiacutea a su derecha- para que nadie lo viera embriagado Tuve el valor de que
pernoctara en mi casa varias noches con permiso de mi esposa pues no tenemos hijos y tambieacuten
fue inuacutetil Nada pude hacer y una viacutespera de Noche Buena con mi corazoacuten destrozado tuve que
despedirlo Se pasoacute dela raya Me levantoacute la mano y se rompioacute la baraja Pasado un tiempo recibiacute
una carta suya pidieacutendome disculpas Empezamos a cartearnos y hasta la fecha que espero carta
porque lleva sin escribirme maacutes de cuatro meses
Monserrat no pudo contenerse maacutes dicieacutendole con una voz sin calidez
-Pero hombre de Dios diacutegame donde se encuentra
-Perdoacuten perdoacuten sentildeora en Murcia se encuentra en Murcia
Monserrat de la mano de su hijo se habiacutea despedido del jefe portuario sintiendo en su interior un
amago de nostalgia al recordar lo feliz que fue el tiempo que estuvo en los brazos del hijo del
inspector Mena Lo amoacute locamente sin cortapisas sin importarle nada pero eacutel no supo
corresponderle Se asustoacute el diacutea que le dijo que esperaba un hijo suyo y se esfumoacute una semana antes
de que ella diera luz a la criatura Pero esa criatura ya teniacutea seis antildeos y toda su obsesioacuten no era otra
que palpar acariciar y besar el rostro de su padre pues en su colegio de ciegos y sordomudos
diariamente escuchaba las voces los besos y las carcajadas de las madres y padres de sus
compantildeeros de pupitre
El sol estaba alto y la bruma se desvaneciacutea por el puerto y sus calles Monserrat habiacutea cerrado el
portaloacuten de la mansioacuten heredada de su padre El sol se escondiacutea entre el follaje de los majestuosos
aacuterboles del jardiacuten El taxi paroacute a la entrada del recinto vallado tocando el claxon dos veces la madre
y el hijo bajaron la escalinata de mamposteriacutea de la residencia introducieacutendose en el vehiacuteculo El
taxista subioacute en dos zancadas las escaleras y comenzoacute a bajar el voluminoso equipaje de Monserrat
Una vez terminado yel choacutefer al volante dijo ella
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-Espere un segundo solo quiero cruzar la mirada por todo el recinto que me vio nacer y crecer y no
seacute si mis ojos volveraacuten a contemplarlo
Jordi su hijo le respondioacute
-Siacute Mami volveremos a verlo bueno yo no seacute pero volveremos aqui con papaacute para que por fin
seamos felices los tres Seguro mami ya lo veraacutes
La madre paseoacute su mirada por la arboleda y la fachada del caseroacuten sintiendo en su interior punzadas
de nostalgia al recordar su corta vida transcurrida entre esos muros no pudiendo evitar que sus ojos
se inundaran de laacutegrimas Mientras tanto en la capital del Segura el cirujano don Timoteo Aranda se
encuentra en el quiroacutefano de la Cliacutenica Nuestra Sentildeora de la Fuensanta terminando de operar a su
uacuteltimo paciente
Esa noche en el coqueto casino murciano ha sido invitado por la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles en
la entrega de premios y galardones por el presidente de la asociacioacuten el prestigioso doctor de
Reumatologiacutea don Manuel Menchoacuten Galiana que preside el cargo desde 1960 siendo reelegido en
varias ocasiones por su pulcritud su sapiencia y buen hacer en beneficio de los doctores
El tren procedente de Barcelona con paradas Madrid Murcia y Cartagena haciacutea su entrada en la
vetusta estacioacuten de El Carmen cuyo reloj marcaba las diez de la mantildeana De aquellos vagones de
primera clase chapados de maderas nobles barnizados decorados en terciopelo y cortinas de lino
con olor a limpieza se bajaba Monserrat y su pequentildeo Jordi Todo su equipaje excepto la bolsa de
viaje habiacutea sido facturado al hotel Rincoacuten de Pepe Su economiacutea era lo bastante holgada como para
viajar y hospedarse en primera clase fruto de la herencia de su padre Benito presldentede la
compantildeiacutea Esabe-Express
Antonio Barbados no puede pasar sin que el alcohol sea su uacutenico compantildeero desde hace varios antildeos
en esta tierra pimentonera donde fue recibido con las manos abiertas por una prestigiosa empresa
de seguridad Trabajoacute con ahiacutenco premura y habilidad en su trabajo sin importarle horario ni
festivos El sentildeor Estevil responsable de la empresa supo concederle su premio otorgaacutendole la
jefatura de sus casi cincuenta compantildeeros de trabajo Su economiacutea estaba bien saneada Su
residencia dejoacute de ser la pensioacuten Sandoval pasando a ser un lujoso chalet en una cercana
urbanizacioacuten cuajada de aacuterboJes y flora 5010 sentiacutea un vado en su corazoacuten Cupido no volvioacute con su
flecha a aceptar en la diana Conocioacute una chica pelirroja pero aquello tuvo mal final No se
correspondieron y cada uno marchoacute por su lado Cuaacutentas veces en la soledad de su chalet y en la
penumbra de su alcoba ha llorado en silencio aquel acto de cobardiacutea que tuvo con Monserrat su
novia faltaacutendole diacuteas para traer a este mundosu retontildeo fruto de los dos
Extrae de la billetera la uacutenica fotografiacutea que guarda de ella y la besa con pasioacuten Por su mente como
mil puntildeales apuntildealaron su pensamiento y tamizando solo uno iquestcoacutemo seriacutea la cara de su hijo iquestQueacute
estariacutea haciendo en ese instante iquestCoacutemo seriacutea su sonrisa su llanto Sus ojos como compuertas de un
embalse dejaron correr sus laacutegrimas hacia la comisura de sus labios Corno dice Ja voz de la calle no
es bueno que el hombre viva solo tampoco mal acompantildeado Eso fue lo que deterioroacute su vida las
malas compantildeiacuteas El eufoacuterico alcohol comenzoacute a hacerse compantildeero en varios diacuteas a la semana
saacutebados y domingos Pasado un tiempo lo acompantildeaba diariamente Consecuencias varias el
despido del trabajo la billetera vaciacutea pocos o casi ninguacuten amigo El final siempre es el mismo la
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soledad y el rechazo de la gente Desde haciacutea antildeos teniacutea la vivienda en la calle Veroacutenicas junto a la
plaza de Abastos Su casa toda la calle su bantildeo el jardiacuten del malecoacuten y su cama los friacuteos escalones
de maacutermol de la sala de exposiciones culturales de Veroacutenicas En los crudos inviernos se tapa con
cartones y alguna prenda de abrigo que le entrega la sentildeora Antonia que tambieacuten le da dinero para
que se corte el cabello Es una persona buena y caritativa Algunas todaviacutea quedan en la vintildea del
Sentildeor Como por ejemplo el vigilante jurado que realiza su servicio en la sala de exposiciones
llamado Chema que procede de nuestra ancha Castilla Lo obsequia con alguacuten regalo en Reyes un
jersey seminuevos que ya no se pone unos deportivos etc Como ex-vigilante que ha sido sabe que
el corazoacuten de Chema no lo dejaraacute en la miseria El pan de cada diacutea se lo gana haciendo recados a los
tenderos de la plaza donde le dan sus regulares propinas pero al final del diacutea duerme junto a su
almohada de plaacutestico su inseparable amigo del alma Don Simoacuten de apellido tetrabrik
Amigo lector no nos quejemos a veces de nuestra situacioacuten no seamos como aquel sabio tan pobre
que se alimentaba de hierbas del campo y un buen diacutea volvioacute la mirada hacia atraacutes y vio como otro
pobre se comiacutea las hierbas que eacutel desechaba
Dontildea Carmen Pitaluga se ha levantado esa mantildeana con humor su esposo el doctor don Timoteo
Aranda lleva cuatro diacuteas ~que ni le ha faltado el respeto ni le ha levantado la mano Esa noche es el
reparto de premios de la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles en el Casino que seraacute presidida por don
Manuel Menchoacuten Galiana Dontildea Carmen lo tiene casi todo dispuesto solo falta sacar del armario el
esmoquin de su esposo y plancharlo pero lo dejaraacute para uacuteltima hora Quiere que su marido a la hora
del reparto de premios y la saJidaa la pista de baile levante las miradas de las sentildeoras y la envidia de
los caballeros como si fuese un Roberto Valentino
El aire de la mantildeana es sutil sano diaacutefano es como un baacutelsamo para los pulmones Por eso la sentildeora
Pitaluga cruza la Gran Viacutea con paso raacutepido aspirando y expirando por lo temprano de la hora y la
circulacioacuten de vehfculos todaviacutea escasa Sus pasos la llevan al mercado de Veroacutenicas A la misma
hora Monserrat pone los pies en la calle cogida de la mano de su pequentildeo Jordi que quiere conocer
la ciudad Le han dicho que es una ciudad pequentildea y casi todo el mundo se conoce Su mirada
escudrintildeadora repasa las caras de los viandantes masculinos Podiacutea ser la casualidad que tropezara
con Barbados Lo piensa pero cree que eso no seraacute posible Monserrat y su hijo entraron por la calle
Veroacutenicas despueacutes de visitar la capilla del Pilar En esa calle viviacutea Barbados desde haciacutea varios antildeos
En ese instante ayuda a un sentildeor a cargar su compra en una obsoleta motocicleta a la espera que le
de una propina Se gira y casi su cara tropieza con la de ella
Monserrat se le quedoacute mirando absorta No daba creacutedito que hubiese sido tan sencillo dar con su
paradero Barbados la miroacute de arriba abajo dilatando sus pupilas de asombro Su voz casi ahogada
por la sorpresa dijo
-iquestDe verdad que eres tuacute Monserrat
Ella contestoacute
-La misma que dejaste olvidada como un paraguas hace varios antildeos en Barcelona y por lo que veo
jamaacutes volviste a recogerlo por miedoso y cobarde
En ese momento fue cuando Barbados se percatoacute del nintildeo que escuchaba en silencio con sus ojos
abiertos como lunas pero a oscuras como las noches en las tinjeblas
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-v1amiacute iquestquieacuten es este caballero por casualidad lo conoces iquestO usted conoce a mi madre
Hubo unos segundos de silencio un silencio espeso pareciacutea que flotaba entre los tres La madre con
la voz desgarrada por la emocioacuten le respondioacute
-Jordi este sentildeor aquiacute presente quiero que sepas que es tu padre
La palabra padre retumboacute en los oiacutedos del nintildeo como si tuviese eco Se deshizo de la mano de su
madre V las alzoacute en busca del rostro de su progenitor
-Papi deja que toque tu cara Cuaacutentas veces he sontildeado este momento
El padre se abrazoacute al nintildeo mientras este le palpa la cara
- Tienes un bigote que pincha V ademaacutes estaacute mojado
La cara de Barbados teniacutea una semejanza con la Dolorosa de Salzillo Sus laacutegrimas cruzaban su
mejilla muriendo en su bigote La madre se abrazoacute a los dos con los ojos arrasados en laacutegrimas V se
fundieron en un abrazo interminable Varjos transeuacutentes se paraban V miraban la escena on
emocioacuten Monserrat se derrumboacute entre laacutegrimas diciendo
-Quiero que seamos una familia los tres Por mi hijo quiero darte esa oportunidad Volvamos a casa
y besoacute la mejilla de eacutel Barbados se percatoacute que su hijo era ciego cuando lo besoacute repetidas veces en la
cara advirtiendo en sus pJerna s que le temblaban V un frlo intenso le trepaba por la garganta
-Siacute -dijo ella- nacioacute asiacute desconozco el motivo pero nuestro Jordi es feliz iquestverdad carintildeo
-Si V mucho V ahora maacutes todaviacutea que he encontrado a mi papaacute
Los tres salieron caminando direccioacuten al plano de San Francisco limpiaacutendose las laacutegrimas ella V el hijo
con un cliacutenex V eacutel lo haciacutea ron Jos puntildeos Cuando llegaron al tenderete de flores de Chari quiso la
casualidad que tambieacuten llegara la esposa del cirujano don Timoteo Aranda dontildea Carmen Pitaluga
Tanto la mirada de Monserrat como la de dontildea Carmen se clavaron en la figura del majestuoso rosal
Al uniacutesono las dos dijeron
-iquestQueacute precio pide por ese bonito rosal
-Perdoacuten -dijo la sentildeora Pitaluga- veacutendase lo a ella
Monserrat le contestoacute
-No sentildeora usted va delante de mi no faltariacutea maacutes
Chari la propietaria de las flores les respondioacute a las dos en tono iroacutenico
-Lo que puedo hacerle es venderle la mitad del rosal a una V la otra mitad a la otra
Como las dos estaban prendadas de aquel rosal que impregnaba el aire a olor celestial aceptaron con
una vaga sonrisa Asiacute fue como dontildea Carmen se llevoacute un precioso ramo de dieciseacuteis rosas V
Monserrat hizo lo mismo nosin antes decirles que las rosas estaban bendecidas por la Virgen de la
Fuensanta Las dos mujeres rieron unos minutos saliendo hacia sus domicilios con sus caras
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rebosadas en satisfaccioacuten La sentildeora Pitaluga llegoacute a casa y puso en un gran florero de cristal labrado
aquellas rosas rojas en el zaguaacuten de la entrada
El reloj de cuco del saloacuten dejoacute salir de su casita de madera al pintoresco pajarillo para que anunciara
con sus trinos metaacutelicos que eran las tres de la tarde Momento que traspasaba el umbraJ de la
puerta el doctor don Timoteo con el rictus de su cara serio
-Va estoy aquiacute quiero comer pronto me esperan en el casino para tomar cafeacute -dijo levantando la
voz
Su esposa precipitadamente salioacute de la cocina direccioacuten a Ja puerta secaacutendose las manos en el
delantal
- Te pido perdoacuten carintildeo Pongo la mesa en un instante -contestoacute su sentildeora esforzando una sonrisa
y quitaacutendole su chaqueta con un gesto de sumisioacuten
Pero para el doctor Aranda aqueUo no era oacutebice para desbocar su mal bumor dldendo
- Te trato como una reina no te falta de nada dinero joyas y como me pagas sin cumplir tu
obligacioacuten sentildealando con la mano la mesa
Terminada la comida y retocaacutendose el nudo de su corbata frente al espejo que habiacutea en el zaguaacuten su
mirada cayoacute sobre las rosas aterdopeJadas que habiacutea en el jarroacuten Don Timoteo quiso retractarse de
la manera que habiacutea hablado a su esposa diciendo en tono suave
-Reina queacute rosas maacutes preciosas parecen como si tuviesen vida V su fragancia me reconforta mi
interior calmaacutendome mi nerviosismo
-Si carintildeo las compreacute esta mantildeana quiero que tus malas maneras las olvides al contemplarlas
La sentildeora Pitaluga mientras hablaba se acercoacute a eacutel besaacutendole en la mejilla Su esposo le devolvioacute el
beso y colocaacutendose la chaqueta salioacute de la casa
Dontildea Catalina se cruzoacute en el ascensor con dontildea Carmen y le dijo
-iquestCoacutemo va todo bien o mal iquestUsted me entiende verdad
-Si la comprendo dontildea Catalina de momento todo bien -Le respondioacute la sentildeora Pitaluga Parece
que se hubiera tomado una infusioacuten de tranquilizantes Ahora que recuerdo iquesttranquilizantes Dios
miacuteo seraacuten las rosas las que por haber estado descansando en el manto de la virgen tienen ese poder
para transformarlo
Las dos mujeres se despidieron con un beso Dontildea carmen preparoacute toda la ropa de su esposo
zapatos relucientes camisa almidonada pajarita a estrenar gemelos de oro regalo de sus padres y
el esmoquin Pero la mala fortuna se cruzoacute en la plancha de dontildea Carmen por motivos desconocidos
En la pernera del pantaloacuten y mangas del chaqueacute la maldita plancha se ensantildeoacute varias veces con ellos
Ella llora desconsolada ni su vecina Catalina tiene la poacutecima para consolarla Sabe que su esposo no
se andaraacute con reparos en insultarla y golpearla
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Los uacuteltimos resplandores del diacutea rojos nacarados dorados pegaban en la milenaria fachada de la
Catedral El doctor don Timoteo introduce el llaviacuten en la cerradura de la puerta de su casa El silencio
es sepulcral Su voz recia sonoacute fuerte
-iquestEstas en casa reina
El silencio le contestoacute clavoacute su mirada en las delicadas rosas y acercando la cara aspiroacute
profundamente la fragancia sintieacutendose extasiado en lo maacutes profundo de sus pulmones
exclamando
-Este olor me embriaga el alma No hay perfume que le iguale
Con la chaqueta y la corbata en la mano pasoacute al saloacuten Quedoacute inmoacutevil por segundos En el fondo de la
estancia su esposa vestida con las mejores ropas y a sus pies dos maletas estaacute quieta en silencio Eacutel
dijo solemne
-iquestQueacute pasa es que te marchas con tus padres
-Si no puedo maacutes no te consiento que descargues tu ira sobre miacute cuando veas el estado
lamentable en que ha quedado tu esmoquin
Terminoacute la frase y sentildealoacute con la mano hacia una de las sillas en la que descansaba el churrascado y
perforado traje Las pobladas cejas del doctor se arquearon no pestantildeeoacute siquiera su mirada la
taladroacute por momentos sus ojos infectados de ira y sus puntildeos cerrados con fuerza tomaban un color
blanquecino Un incoacutemodo y prolongado silencio habiacutea en el saloacuten Los ojos de color esmeralda
claros y despabilados de dontildea Carmen no teniacutean maacutes laacutegrimas que derramar Don Timoteo sintioacute un
escalofriacuteo por todo su cuerpo su boca seca como un sarmiento quiso hablar pero se mordioacute la voz
Fue entonces cuando su esposa vio como se le iluminaba la cara y una laacutegrima lenta de silencio le
caiacutea por la mejilla Era la primera vez en su vida que dontildea Carmen veiacutea como lloraba su esposo Por
segundos pasoacute por su mente queacute estaba pasando alliacute ti sintioacute profundas punzadas en el pecho y
latigazos de remordimiento en lo profundo de su ser Todo lo que pasoacute despueacutes fue que el cirujano
se derrumboacute entre laacutegrimas y lleno de verguumlenza Se refugioacute en los brazos de su esposa diciendo
-Tienes que perdonarme hasta hoy no me he dado cuenta de lo que haciacutea Te lo suplico
perdoacutename
y lloraba como un nintildeo La escena del saloacuten era de puro arrepentimiento El meacutedico de rodillas
abrazado a su esposa pidiendo perdoacuten Ella sus manos alisan el cabello y la cara huacutemeda de eacutel y por
su mente es solo tamizado un pensamiento Las rosas esas rojas rosas sus peacutetalos acariciaron el
manto y las manos de la Virgen Luego el sacerdote pudiera que tuviese razoacuten
La luna habiacutea ascendido de entre los montes cercanos a la ciudad plena enorme redonda y roja
cuando el matrimonio caminaba direccioacuten al casino para celebrar la cena y la entrega de premios
anual por la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles presidida por el prestigioso reumatoacutelogo don Manuel
Menchoacuten Galiana
Dontildea Carmen vestiacutea con su vestido color pastel zapatos a juego collar de perlas del color de sus ojos
Estos teniacutean un brillo que nunca habiacutean tenido llamado felicidad Su esposo don Timoteo vestiacutea uno
de sus sencillos trajes que usaba para ir a la cliacutenica zapatos lustrosos mirada limpia y corazoacuten
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arrepentido Por eso en el momento de levantarse para recoger el premio de manos de don Manuel
Menchoacuten no le importoacute que los alliacute presentes vistieran de esmoquin y eacutel vistiese de traje En su
pequentildeo y locuaz discurso dejoacute a todos los que le conociacutean con caras de perplejidad cuando dijo
-Pido disculpas por no llevar la ropa adecuada para la ocasioacuten Hoy he arrojado a la basura el traje
de la intolerancia del machismo puro y duro de la incomprensioacuten con la persona amada y la camisa
de grosero Y me he colocado las ropas de la comprensioacuten la bondad el carintildeo positivo y la
generosidad
Casi todas sonrieron excepto su esposa queUoraba en silencio mientras sus pensamientos le saliacutean a
borbotones Su esposo se habiacutea transformado en todo positivo El arrepentimiento habiacutea sido en
puacuteblico sin cortapisas sin importarle la verguumlenza ante conocidos y desconocidos Sigue llorando en
sifencio Su esposo camina hacia ella Son los que abriraacuten el baile de gala Por su mente solo se cruza
un pensamiento aquel rosal que durmioacute en el manto de la Virgen Ahora llora y sonriacutee a la vez
Mientras la fiesta sigue en todo su apogeo cuatro calles maacutes allaacute en una de las lujosas habitaciones
del Rincoacuten de Pepe descansan Monserrat con su compantildeero Barbados y el hijo de ambos Jordi En
mitad de la amplia habitacioacuten sobre una mesa ovalada un jarroacuten fuerte y profundo sostiene en su
interior las dieciseacuteis rosas rojas de textura aterciopelada que dejan en la estancia un aroma
embriagador
Barbados se asomoacute a la ventana para contemplar la noche la luna brillaba casi como el sol Frente a
la ventana en un balcoacuten del edificio de enfrente habiacutea ropa blanca tendida Pareciacutea como sudarios
inmoacuteviles en la noche Se quedoacute fijo mirando y como un relaacutempago en la tormenta el airecillo afinoacute
sus sentidos experimentando una intensa antildeoranza de cuando se conocieron ella y eacutel en la toma de
posesioacuten de su plaza de vigilante jurado Barbados cerroacute los ojos y sus pensamientos se
arremolinaron en una tormenta de remordimientos lamentaciones y a la vez de nostalgia Sus ojos
rojos casi a punto de lLorar En el reloj de pulsera de Monserrat las agujas marcaban las doce de la
noche se dirigioacute a su hijo diciendo
-Vamos Jordi deja en paz a papaacute mantildeana seguiraacutes besaacutendole y preguntaacutendole cuantas cosas
quieras Tienes que marcharte a tu cama Vamos carintildeo
El criacuteo le respondioacute~
-Ese aroma tan pegajoso y aromaacutetico que huelo iquestson las rosas que compraste esta mantildeana
-Si carintildeo Son las rosas iquestPor queacute -Contestoacute ella
Me gustariacutea dormir con una de ellas en mi cabecera -Dijo Jordi
-iquestPor alguacuten motivo en especial -Interpeloacute la madre
El hijo dibujoacute en su cara infantil una amplia sonrisa y dijo
-Me recuerda en mis sentidos que por primera vez veo bueno veo no conozco y beso a mi padre y
ese aroma quisiera que me acompantildeara en mi cama como si fuera eacutel
La madre ante la expresioacuten tan sincera de su hijo no tuvo maacutes remedio que acceder
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-Conforme dormiraacutes con todas las flores en tu mesilla pero promeacuteteme que le rezaraacutes a la virgen y
te dormiraacutes -dijo ella comenzando a desvestirlo
El padre Barbados pasoacute a la habitacioacuten y le colocoacute el gran florero en la mesita de noche Las rosas
teniacutean un aspecto lozano de un rojo puacuterpura inundando la estancia de oJores insuperables
Monserrat se acostoacute en la alcoba mientras Barbados compuso una almohada con dos cojines y pasoacute
la noche en el sofaacute del saloacuten
Estaba amaneciendo y un filo de puacuterpura rasgaba las nubes Jordi el pequentildeo se despertoacute
exclamando
-Mamaacute mami iquestqueacute es esto que me estaacute pasando Puedo ver
Tanto la madre como el padre corrieron hacia su habitacioacuten El nintildeo se habiacutea incorporado en la cama
Teniacutea en sus manos una de las rosas del florero Papi que color tan bonito tiene estas flores -dijo
alargando sus brazos para que su padre pudiera verla maacutes cerca El criacuteo puesto en pie estaba absorto
contemplando todos los objetos de la habitacioacuten Un mundo nuevo habiacutea nacido para eacutel dejando a
sus padres en un segundo plano Pasaron varios minutos Jordi miro y requetemiroacute todo lo que se
poniacutea a su alcance de su mirada Fue cuando se tropezoacute con la cara de su madre las laacutegrimas
resbalaban por las mejillas
-Madre queacute feliz soy puede que por lo mucho que le rezo a la Virgen de Monserrat esto sea un
milagro
la madre sosteniacutea en su mano una rosa se la acercoacute a la boca y besaacutendola dijo
-No lo seacute hijo si esto ha sido un milagro o que la madre naturaleza ha terminado su trabajo contigo
despueacutes de ocho antildeos Sea lo que haya sido nunca podreacute pagarle el divino tesoro que el Altiacutesimo me
ha regalado
Jordi se abraza a su madre y llora emocionado Barbados trasladoacute su laacutenguida mirada a su hijo
diciendo
-Queacute a tu padre no le das un beso iquestNo ves lo falto que estoy de ellos
El nintildeo dejoacute a su madre abrazaacutendose a eacutel y besaacutendolo en la cara y la frente El aire en aquella estancia
resultaba caacutelido y perfumado con el aroma de las rosas Todo lo que pasoacute despueacutes se lo pueden
imaginar Tanto Barbados como Monserrat quiso la fatalidad que se encontraran de nuevo para
darse una segunda oportunidad Como al matrimonio de don Timoteo Aranda y dontildea Carmen
Pitaluga fue por aquel rosal que durmioacute en el manto de la Fuensanta Fue la casualidad del destino
Nunca lo sabremos amigo lector
Yo tengo un pequentildeo ejemplo que me ocurrioacute en mi nintildeez Creciacute en un orfanato por circunstancias
de la vida Teniacuteamos profesores y celadores buenos y malos como todo en la vida Recuerdo a don
Miguel que era celador Una noche de invierno crudo por hablar fuerte durante la cena con un
compantildeero de mesa nos castigoacute a fregar los pasillos del recinto El techo se me vino abajo Teniacuteamos
que fregar de rodillas Alliacute no habiacutea llegado todaviacutea la fregona Tenfamos un gigantesco cuadro
colgado en la pared del comedor que desde el aacutengulo que lo miraras sus dulces ojos te miraban con
dulzura Yo tendriacutea diez antildeos maacutes o menos y siguiendo las ensentildeanzas de uno de mis maestros don
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Antonio Torres tuve fe en saberme la leccioacuten si clavaba los codos Y clavando mi mirada en el corazoacuten de Jesuacutes le dije
-Por favor hace mucho friacuteo y tengo suentildeo Tengo fe que haraacutes algo por nosotros Puede que no se
lo crean cuando los dos cubos y las bayetas las teniacuteamos preparadas como por arte de magia se
apagoacute la luz Don Miguel nos hizo esperar alliacute al pie de los cubos sobre media hora Yo sentiacutea un
cosquilleo de alegriacutea por todo el cuerpo Le dije a mi compantildeero de la bayeta
-Tengo fe que no fregamos Y esa fe me acompantildeoacute cuando don Miguel dijo
-Podeacuteis marcharos a la cama pero la proacutexima vez no os perdono
Nos acompantildeoacute con la palmatoria en la mano a nuestro dormitorio Metido en la cama le receacute al
Corazoacuten de Jesuacutes ya la mantildeana siguiente lo conteacute entre mis compantildeeros y muy pocos me creyeron
Posdata - Los personajes que aparecen aquiacute son verdaderos los siguientes El inspector Mena su
hijo Barbados que reside en la calle Veroacutenkas y los duentildeos de la fjoristeriacutea ubicada en la misma calle
Juan Ortiacuten y su hija Rosario conocida como Chari Para ellos con todo mi afecto son personas
buenas y educadas Todo lo demaacutes es fruto de mi imaginacioacuten como aprendiz de escritor que soy
Firmado Auxiliar de Farmacia Antonio Martiacutenez
M urda a 1 de mayo de 2006
-Vamos hacer lo siguiente -le contestoacute el sacerdote que frisaba los 50 antildeos de pelo rojizo pecoso
entrado en kilos de ojos marrones pero con la mirada risuentildea infantil que le hacia parecer buena
gente-como esta tarde bajan a nuestra querida patrona la Morenica yo le pongo ese rosal tan
primoroso y para cuando viaje otra vez hacia su santuario yo se lo devuelvo intacto y asiacute no pierde
usted y yo puedo contemplar esa joya a los pies de la Santiacutesima durante varios diacuteas
Dicho y hecho el sacerdote salioacute feliz y contento con su rosal bien empaquetado en una amplia caja
de cartoacuten mientras Chari lo despediacutea con un hasta pronto y una sonrisa agradable
Los cohetes surcaban el aire de esa tarde septembrina cuando nuestra patrona bajaba el Puente de
los Peligros seguida por numerosos fieles devotos de Ella A los gritos de iexclViva la Virgen de la
Fuensanta iexclViva Viva Estaacute llegando a las puertas de la santa Catedral la banda de muacutesica
municipal hace estallar en el aire los sones del himno Nacional el gentiacuteo que abarrota la plaza guarda
silencio y creo que la mayoriacutea de los alliacute presentes sienten en su interior una congoja como si ese
himno fuese un pedazo de nuestros seres maacutes queridos presentes y fallecidos Nuestra patrona se
pierde en la oscuridad de la catedral mientras la muacutesica sigue sonando y el silencio solo es roto por el
uacuteltimo trueno sentildeal para la terminacioacuten del himno
Don Faustino Prieto cuando la capiUa se encontraba en silencio casi era la hora de cerrar las puertas
del templo cogioacute una escalera y trepando hasta los pies de la Virgen con la ayuda del sacristaacuten
colocoacute con mucho mimo el fresco y florido rosal prestado por Chari Como no encajaba bien en los
pies de la gran Sentildeora por las muacuteltiples flores que adornaban su camariacuten don Faustino lo hizo
descansar sobre su manto tan primorosamente bordado Aquello pareciacutea como un reguero de sangre
que moriacutea en su corazoacuten y tambieacuten en el color de la que derramoacute su Hijo en la cruz El sacerdote se
arrodilloacute ante la Virgen y rezoacute clavando la mirada al majestuoso rosal que pareciacutea tener vida no
pudiendo evitar emocionarse se levantoacute y se hizo sobre la frente la sentildeal de la cruz despueacutes se
apagaron las luces y todo el camariacuten quedoacute en silencio e inundado de paz
A tres calles de la Catedral en un edificio de Plateriacutea con sabor antildeejo por los antildeos construido en
cuyo bajo habiacutea una joyeriacutea regentada por un joyero de prestigio de la capital en su tercer y uacuteltimo
piso viviacutean un matrimonio sin hijos que el marido un especialista y cirujano en corazoacuten con un
prestigio reconocido en Espantildea y fuera de ella haciacutea Juatro antildeos que se habiacutean trasladado a Murcia
por estar cerca de los padres de su esposa Carmen Pitaluga que asiacute se llamaba ella y eacutel don Timoteo
Aranda Rondariacutea el cirujano unos 45 antildeos moreno alto fuerte y ancho de espaldas sus dedos
largos y robustos no eran oacutebice para tener una seguridad y delicadeza en el manejo del bisturiacute en
hacer un corte limpio y seguro en el interior de sus pacientes
Don Timoteo habiacutea salido de la ducha y con voz eneacutergica dijo
-Carmen espero que tengas mantildeana el tema del calentador solucionado no estoy dispuesto a
ducharme maacutes con agua friacutea
Su esposa posoacute su mirada de sumisioacuten en la cara de eacutel haciendo con la cabeza un gesto afirmativo
Pasados veinte minutos don Timoteo dando voces malsonantes saliendo del dormitorio arrojoacute con
fuerza la camisa hecha un ovillo sobre la cara de ella
-Estoy harto de decirte que quiero los cuellos de las camisas almidonados
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Gritaba poniendo la cara a centiacutemetros de ella con los ojos inyectados de ira La sentildeora Pitaluga se
perdioacute cuando le replicoacute con voz envalentonada
-Mira lo que te digo Timoteo solo tengo dos manos para solucionarte tus caprichos en tu ropa
como grabar tu nombre en cada una de tus prendas con hilo de plata tus zapatos bien lustrosos tus
corbatas
Dontildea Carmen no pudo terminar la frase la mano grande y fuerte de su esposo se estrelloacute en su cara
como una piedra en un cristal despueacutes sintioacute un golpe seco en su vientre y un dolor intenso le hizo
desplomarse sobre el sofaacute
-Si no es daacutendote paJos no haces caso no aprendes de una vez por todas y mira que hace quince
diacuteas te prometiacute que no te pegariacutea maacutes Pero tuacute me obligas a hacerlo con tus contestaciones
chulescas
El cirujano terminoacute de vestirse observoacute que ella empezaba a incorporarse con gestos de dolor
momento que aprovechoacute para salir de casa dando un tremendo golpe en la puerta al cerrar La
vecina del rellano de esa escalera Dontildea Catalina profesora de solfeo jubilada escuchoacute el estreacutepito
golpe en la puerta y tocoacute el timbre diciendo
-Carmen vecina iquestocurre algo -a la vez que golpeaba la puerta con los nudlHos
Cuando Dontildea Catalina hizo amago de retirarse la puerta se abrioacute y en el umbral se dibujoacute la figura de
Dontildea Carmen Pitaluga con un rictus de dolor y con su mano apoyada en el estomago
-Hija de Dios iquestque te ha pasado -dijo la profesora de solfeo abriendo su boca y poniendo cara de
asombro- Vamos deacutejame pasar que te limpiareacute esa sangre de la nariz
La cara de la esposa del cirujano teniacutea mal aspecto de su nariz un hilillo de sangre corriacutea hacia sus
labios estos comenzaban a inflamarse su ojo izquierdo estaba amoratado con un brillo azulado
Terminada la cura la sentildeora de la casa le dio las gracias a su vecina por tanta amabilidad Dontildea
Catalina le quitoacute importancia diciendo con sequedad
-Jamaacutes mi marido me levantoacute la mano con motivo o sin eacutel faltariacutea maacutes Queacute ganas tengo que
cambie la situacioacuten de la mujer en el mundo no seacute si yo lo vereacute
Acabada la frase Dontildea Carmen rompioacute a llorar y dijo
-Sieacutentese Catalina necesito desahogarme
Las dos mujeres se sentaron en el sofaacute del saloacuten La profesora le cogioacute una mano y dijo solemne
-La escucho con mucha atencioacuten mejor dicho te escucho Carmen Mi esposo Timoteo en el fondo
no es malo es su temperamento y el estreacutes de su trabajo Eacutel me quiere me adora pero de vez en
cuando se le escapa la mano y yo tonta de miacute siempre le perdono
-Sabes lo que te digo Carmen -le interrumpioacute la profesora- que basta ya se acaboacute que te golpee
como una mula recoges tus pertenencias y te marchas
-iquestv hacia donde puedo marcharme si mis padres son mayores y estaacuten enfermos
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Ahora las laacutegrimas corriacutean libremente por la cara de la esposa del cirujano Dontildea Catalinas observoacute
como lloraba su vecina y sintioacute profundas punzadas de rabia en su interior no pudiendo contener que
sus ojos se le arrasaran de laacutegrimas Nuestra querida patrona la Fuensantica haciacutea varios diacuteas que
habiacutea abandonado la ciudad seguida de sus fieles maacutes devotos envuelta en aplausos viacutetores flores y
truenos para descansar en su Santuario del Monte a la espera de la proacutexima primavera para ser
bajada y reconfortar con nueva savia los corazones murcianos
Cuando el sol caiacutea de plano sobre la plaza y la calle de Veroacutenicas el sacerdote con paso cansino
transporta entre sus brazos el florido rosal que le ha sido prestado por la florista Chari
-Buenos diacuteas sentildeorita lo prometido es deuda aquiacute lo tiene tal como me lo lleveacute creo que todaviacutea
mas precioso -dijo el cura dejando con mimo el primoroso rosal en el suelo entre geranios y potas
Chari le sonrioacute daacutendole las gracias El capellaacuten de la catedral prosiguioacute diciendo
-Es una cosa extrantildea todos los rosales pasados siete o diez diacuteas sus rosas se marchitan y se
mueren pero este ha sido al reveacutes sigue en buena lozaniacutea y floreciendo maacutes rosas Por curiosidad
se las conteacute el primer diacutea 25 y hoy sabe las que tiene
Chari se encogioacute de hombros poniendo cara de inocente y dijo
-iquestCuantas tiene padre
-Hija miacutea tiene la edad de Cristo cuando murioacute 33 Estoy completamente anonadado y a la vez
intrigado con este rosal iquestCoacutemo se llama el fertilizante que usa para ellos
Chari se sintioacute como un cazador furtivo que deseas que te revele el secreto de la caza del zorro con
lazo
-Lo siento padre de abonarlos de su poda y riego se preocupa mi padre Solo eacutel sabe el secreto -le
contestoacute la chica poniendo cara de increacutedula
Don Faustino antes de marcharse dijo con media sonrisa en sus labios
-Quiero que sepas que esas rosas de terciopeJo han descansado sobre el manto de la Santiacutesima
Virgen luego estaacuten bendecidas por nuestra Patrona deberiacuteas de subirle su precio
Terminoacute de hablar y dejoacute escapar una corta carcajada que contagioacute a Chari Lejos en Barcelona la
hija del fallecido jefe de seguridad Benito caminaba junto al puerto de mar el agua estaba
tranquila de un azul verdoso apenas rizado por la brisa de poniente de su mano Uevaba a su hijo
Jordi de seis antildeos fruto de aquella tarde de pasioacuten con Antonio Barbados el hijo del inspector Mena
El nintildeo habiacutea nacido ciego Motivo su madre lo ignoraba Seguacuten los doctores un glaucoma
inmadurez de la maacutecula por otros motivos que se desconociacutean Monserrat la madre preguntoacute a los
especialistas si su Jordi podra alguacuten diacutea no lejano ver solamente los objetos borrosos El prestigioso
oftalmoacutelogo Barraquer le vaticinoacute que solo dos maneras teniacutean de recuperar la visioacuten La cirugiacutea
cuando la maacutecula esteacute madura y dos un milagro que nuestra Virgen de Monserrat quiera otorgarle a
este lindo hombrecito y le estampaba un beso en su frente
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Monserrat se dirigiacutea al puerto mariacutetimo para entrevistarse con el responsable de eacutel por la noticia de
que el padre de su pequentildeo habiacutea dado sentildeales en alguacuten punto de Espantildea El pequentildeo Jordi con esa
vocecita que casi no le saliacutea del cuerpo preguntaba muy a menudo
-iquestMami doacutende estaacute mj padre es que yo soy el uacutenico nintildeo de mj colegio que no conoce a su padre
Seacute que no lo puedo ver pero con solo tocar acariciar su cara y besarla yo seriacutea el nintildeo maacutes feliz de
este mundo
y sus ojos sin luz se inundaban de laacutegrimas por todo el carintildeo que le profesaba a su padre sin
conocerlo Monserrat queda conocer el paradero de Barbados Pasoacute al despacho del jefe portuario
El responsable rondariacutea los cincuenta Enjuto en carnes de cara alargada su rostro pareciacutea cincelado
por el sol todo lo contrario que sus brazos pues llevaba una camiseta de tirantes donde los rayos del
sol habiacutean tatuado su blanca piel que casi pareciacutea trasluacutecida
El caballero con la voz tamizada de pesar dijo
-Sentildeora el chico que usted busca lo tuve bajo mis oacuterdenes varios antildeos Era bastante formal
trabajador y honrado pero como casi siempre las malas compantildeiacuteas hacen mella en los corazones
buenos y se fue hundiendo en la bebida Yo puse todo lo que teniacutea a mi alciexclmce como ocultarlo
incluso en mi despacho en ese cuartucho de enseres vjejos -y sentildealaba con la mano la puerta
despintada que habiacutea a su derecha- para que nadie lo viera embriagado Tuve el valor de que
pernoctara en mi casa varias noches con permiso de mi esposa pues no tenemos hijos y tambieacuten
fue inuacutetil Nada pude hacer y una viacutespera de Noche Buena con mi corazoacuten destrozado tuve que
despedirlo Se pasoacute dela raya Me levantoacute la mano y se rompioacute la baraja Pasado un tiempo recibiacute
una carta suya pidieacutendome disculpas Empezamos a cartearnos y hasta la fecha que espero carta
porque lleva sin escribirme maacutes de cuatro meses
Monserrat no pudo contenerse maacutes dicieacutendole con una voz sin calidez
-Pero hombre de Dios diacutegame donde se encuentra
-Perdoacuten perdoacuten sentildeora en Murcia se encuentra en Murcia
Monserrat de la mano de su hijo se habiacutea despedido del jefe portuario sintiendo en su interior un
amago de nostalgia al recordar lo feliz que fue el tiempo que estuvo en los brazos del hijo del
inspector Mena Lo amoacute locamente sin cortapisas sin importarle nada pero eacutel no supo
corresponderle Se asustoacute el diacutea que le dijo que esperaba un hijo suyo y se esfumoacute una semana antes
de que ella diera luz a la criatura Pero esa criatura ya teniacutea seis antildeos y toda su obsesioacuten no era otra
que palpar acariciar y besar el rostro de su padre pues en su colegio de ciegos y sordomudos
diariamente escuchaba las voces los besos y las carcajadas de las madres y padres de sus
compantildeeros de pupitre
El sol estaba alto y la bruma se desvaneciacutea por el puerto y sus calles Monserrat habiacutea cerrado el
portaloacuten de la mansioacuten heredada de su padre El sol se escondiacutea entre el follaje de los majestuosos
aacuterboles del jardiacuten El taxi paroacute a la entrada del recinto vallado tocando el claxon dos veces la madre
y el hijo bajaron la escalinata de mamposteriacutea de la residencia introducieacutendose en el vehiacuteculo El
taxista subioacute en dos zancadas las escaleras y comenzoacute a bajar el voluminoso equipaje de Monserrat
Una vez terminado yel choacutefer al volante dijo ella
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-Espere un segundo solo quiero cruzar la mirada por todo el recinto que me vio nacer y crecer y no
seacute si mis ojos volveraacuten a contemplarlo
Jordi su hijo le respondioacute
-Siacute Mami volveremos a verlo bueno yo no seacute pero volveremos aqui con papaacute para que por fin
seamos felices los tres Seguro mami ya lo veraacutes
La madre paseoacute su mirada por la arboleda y la fachada del caseroacuten sintiendo en su interior punzadas
de nostalgia al recordar su corta vida transcurrida entre esos muros no pudiendo evitar que sus ojos
se inundaran de laacutegrimas Mientras tanto en la capital del Segura el cirujano don Timoteo Aranda se
encuentra en el quiroacutefano de la Cliacutenica Nuestra Sentildeora de la Fuensanta terminando de operar a su
uacuteltimo paciente
Esa noche en el coqueto casino murciano ha sido invitado por la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles en
la entrega de premios y galardones por el presidente de la asociacioacuten el prestigioso doctor de
Reumatologiacutea don Manuel Menchoacuten Galiana que preside el cargo desde 1960 siendo reelegido en
varias ocasiones por su pulcritud su sapiencia y buen hacer en beneficio de los doctores
El tren procedente de Barcelona con paradas Madrid Murcia y Cartagena haciacutea su entrada en la
vetusta estacioacuten de El Carmen cuyo reloj marcaba las diez de la mantildeana De aquellos vagones de
primera clase chapados de maderas nobles barnizados decorados en terciopelo y cortinas de lino
con olor a limpieza se bajaba Monserrat y su pequentildeo Jordi Todo su equipaje excepto la bolsa de
viaje habiacutea sido facturado al hotel Rincoacuten de Pepe Su economiacutea era lo bastante holgada como para
viajar y hospedarse en primera clase fruto de la herencia de su padre Benito presldentede la
compantildeiacutea Esabe-Express
Antonio Barbados no puede pasar sin que el alcohol sea su uacutenico compantildeero desde hace varios antildeos
en esta tierra pimentonera donde fue recibido con las manos abiertas por una prestigiosa empresa
de seguridad Trabajoacute con ahiacutenco premura y habilidad en su trabajo sin importarle horario ni
festivos El sentildeor Estevil responsable de la empresa supo concederle su premio otorgaacutendole la
jefatura de sus casi cincuenta compantildeeros de trabajo Su economiacutea estaba bien saneada Su
residencia dejoacute de ser la pensioacuten Sandoval pasando a ser un lujoso chalet en una cercana
urbanizacioacuten cuajada de aacuterboJes y flora 5010 sentiacutea un vado en su corazoacuten Cupido no volvioacute con su
flecha a aceptar en la diana Conocioacute una chica pelirroja pero aquello tuvo mal final No se
correspondieron y cada uno marchoacute por su lado Cuaacutentas veces en la soledad de su chalet y en la
penumbra de su alcoba ha llorado en silencio aquel acto de cobardiacutea que tuvo con Monserrat su
novia faltaacutendole diacuteas para traer a este mundosu retontildeo fruto de los dos
Extrae de la billetera la uacutenica fotografiacutea que guarda de ella y la besa con pasioacuten Por su mente como
mil puntildeales apuntildealaron su pensamiento y tamizando solo uno iquestcoacutemo seriacutea la cara de su hijo iquestQueacute
estariacutea haciendo en ese instante iquestCoacutemo seriacutea su sonrisa su llanto Sus ojos como compuertas de un
embalse dejaron correr sus laacutegrimas hacia la comisura de sus labios Corno dice Ja voz de la calle no
es bueno que el hombre viva solo tampoco mal acompantildeado Eso fue lo que deterioroacute su vida las
malas compantildeiacuteas El eufoacuterico alcohol comenzoacute a hacerse compantildeero en varios diacuteas a la semana
saacutebados y domingos Pasado un tiempo lo acompantildeaba diariamente Consecuencias varias el
despido del trabajo la billetera vaciacutea pocos o casi ninguacuten amigo El final siempre es el mismo la
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soledad y el rechazo de la gente Desde haciacutea antildeos teniacutea la vivienda en la calle Veroacutenicas junto a la
plaza de Abastos Su casa toda la calle su bantildeo el jardiacuten del malecoacuten y su cama los friacuteos escalones
de maacutermol de la sala de exposiciones culturales de Veroacutenicas En los crudos inviernos se tapa con
cartones y alguna prenda de abrigo que le entrega la sentildeora Antonia que tambieacuten le da dinero para
que se corte el cabello Es una persona buena y caritativa Algunas todaviacutea quedan en la vintildea del
Sentildeor Como por ejemplo el vigilante jurado que realiza su servicio en la sala de exposiciones
llamado Chema que procede de nuestra ancha Castilla Lo obsequia con alguacuten regalo en Reyes un
jersey seminuevos que ya no se pone unos deportivos etc Como ex-vigilante que ha sido sabe que
el corazoacuten de Chema no lo dejaraacute en la miseria El pan de cada diacutea se lo gana haciendo recados a los
tenderos de la plaza donde le dan sus regulares propinas pero al final del diacutea duerme junto a su
almohada de plaacutestico su inseparable amigo del alma Don Simoacuten de apellido tetrabrik
Amigo lector no nos quejemos a veces de nuestra situacioacuten no seamos como aquel sabio tan pobre
que se alimentaba de hierbas del campo y un buen diacutea volvioacute la mirada hacia atraacutes y vio como otro
pobre se comiacutea las hierbas que eacutel desechaba
Dontildea Carmen Pitaluga se ha levantado esa mantildeana con humor su esposo el doctor don Timoteo
Aranda lleva cuatro diacuteas ~que ni le ha faltado el respeto ni le ha levantado la mano Esa noche es el
reparto de premios de la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles en el Casino que seraacute presidida por don
Manuel Menchoacuten Galiana Dontildea Carmen lo tiene casi todo dispuesto solo falta sacar del armario el
esmoquin de su esposo y plancharlo pero lo dejaraacute para uacuteltima hora Quiere que su marido a la hora
del reparto de premios y la saJidaa la pista de baile levante las miradas de las sentildeoras y la envidia de
los caballeros como si fuese un Roberto Valentino
El aire de la mantildeana es sutil sano diaacutefano es como un baacutelsamo para los pulmones Por eso la sentildeora
Pitaluga cruza la Gran Viacutea con paso raacutepido aspirando y expirando por lo temprano de la hora y la
circulacioacuten de vehfculos todaviacutea escasa Sus pasos la llevan al mercado de Veroacutenicas A la misma
hora Monserrat pone los pies en la calle cogida de la mano de su pequentildeo Jordi que quiere conocer
la ciudad Le han dicho que es una ciudad pequentildea y casi todo el mundo se conoce Su mirada
escudrintildeadora repasa las caras de los viandantes masculinos Podiacutea ser la casualidad que tropezara
con Barbados Lo piensa pero cree que eso no seraacute posible Monserrat y su hijo entraron por la calle
Veroacutenicas despueacutes de visitar la capilla del Pilar En esa calle viviacutea Barbados desde haciacutea varios antildeos
En ese instante ayuda a un sentildeor a cargar su compra en una obsoleta motocicleta a la espera que le
de una propina Se gira y casi su cara tropieza con la de ella
Monserrat se le quedoacute mirando absorta No daba creacutedito que hubiese sido tan sencillo dar con su
paradero Barbados la miroacute de arriba abajo dilatando sus pupilas de asombro Su voz casi ahogada
por la sorpresa dijo
-iquestDe verdad que eres tuacute Monserrat
Ella contestoacute
-La misma que dejaste olvidada como un paraguas hace varios antildeos en Barcelona y por lo que veo
jamaacutes volviste a recogerlo por miedoso y cobarde
En ese momento fue cuando Barbados se percatoacute del nintildeo que escuchaba en silencio con sus ojos
abiertos como lunas pero a oscuras como las noches en las tinjeblas
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-v1amiacute iquestquieacuten es este caballero por casualidad lo conoces iquestO usted conoce a mi madre
Hubo unos segundos de silencio un silencio espeso pareciacutea que flotaba entre los tres La madre con
la voz desgarrada por la emocioacuten le respondioacute
-Jordi este sentildeor aquiacute presente quiero que sepas que es tu padre
La palabra padre retumboacute en los oiacutedos del nintildeo como si tuviese eco Se deshizo de la mano de su
madre V las alzoacute en busca del rostro de su progenitor
-Papi deja que toque tu cara Cuaacutentas veces he sontildeado este momento
El padre se abrazoacute al nintildeo mientras este le palpa la cara
- Tienes un bigote que pincha V ademaacutes estaacute mojado
La cara de Barbados teniacutea una semejanza con la Dolorosa de Salzillo Sus laacutegrimas cruzaban su
mejilla muriendo en su bigote La madre se abrazoacute a los dos con los ojos arrasados en laacutegrimas V se
fundieron en un abrazo interminable Varjos transeuacutentes se paraban V miraban la escena on
emocioacuten Monserrat se derrumboacute entre laacutegrimas diciendo
-Quiero que seamos una familia los tres Por mi hijo quiero darte esa oportunidad Volvamos a casa
y besoacute la mejilla de eacutel Barbados se percatoacute que su hijo era ciego cuando lo besoacute repetidas veces en la
cara advirtiendo en sus pJerna s que le temblaban V un frlo intenso le trepaba por la garganta
-Siacute -dijo ella- nacioacute asiacute desconozco el motivo pero nuestro Jordi es feliz iquestverdad carintildeo
-Si V mucho V ahora maacutes todaviacutea que he encontrado a mi papaacute
Los tres salieron caminando direccioacuten al plano de San Francisco limpiaacutendose las laacutegrimas ella V el hijo
con un cliacutenex V eacutel lo haciacutea ron Jos puntildeos Cuando llegaron al tenderete de flores de Chari quiso la
casualidad que tambieacuten llegara la esposa del cirujano don Timoteo Aranda dontildea Carmen Pitaluga
Tanto la mirada de Monserrat como la de dontildea Carmen se clavaron en la figura del majestuoso rosal
Al uniacutesono las dos dijeron
-iquestQueacute precio pide por ese bonito rosal
-Perdoacuten -dijo la sentildeora Pitaluga- veacutendase lo a ella
Monserrat le contestoacute
-No sentildeora usted va delante de mi no faltariacutea maacutes
Chari la propietaria de las flores les respondioacute a las dos en tono iroacutenico
-Lo que puedo hacerle es venderle la mitad del rosal a una V la otra mitad a la otra
Como las dos estaban prendadas de aquel rosal que impregnaba el aire a olor celestial aceptaron con
una vaga sonrisa Asiacute fue como dontildea Carmen se llevoacute un precioso ramo de dieciseacuteis rosas V
Monserrat hizo lo mismo nosin antes decirles que las rosas estaban bendecidas por la Virgen de la
Fuensanta Las dos mujeres rieron unos minutos saliendo hacia sus domicilios con sus caras
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rebosadas en satisfaccioacuten La sentildeora Pitaluga llegoacute a casa y puso en un gran florero de cristal labrado
aquellas rosas rojas en el zaguaacuten de la entrada
El reloj de cuco del saloacuten dejoacute salir de su casita de madera al pintoresco pajarillo para que anunciara
con sus trinos metaacutelicos que eran las tres de la tarde Momento que traspasaba el umbraJ de la
puerta el doctor don Timoteo con el rictus de su cara serio
-Va estoy aquiacute quiero comer pronto me esperan en el casino para tomar cafeacute -dijo levantando la
voz
Su esposa precipitadamente salioacute de la cocina direccioacuten a Ja puerta secaacutendose las manos en el
delantal
- Te pido perdoacuten carintildeo Pongo la mesa en un instante -contestoacute su sentildeora esforzando una sonrisa
y quitaacutendole su chaqueta con un gesto de sumisioacuten
Pero para el doctor Aranda aqueUo no era oacutebice para desbocar su mal bumor dldendo
- Te trato como una reina no te falta de nada dinero joyas y como me pagas sin cumplir tu
obligacioacuten sentildealando con la mano la mesa
Terminada la comida y retocaacutendose el nudo de su corbata frente al espejo que habiacutea en el zaguaacuten su
mirada cayoacute sobre las rosas aterdopeJadas que habiacutea en el jarroacuten Don Timoteo quiso retractarse de
la manera que habiacutea hablado a su esposa diciendo en tono suave
-Reina queacute rosas maacutes preciosas parecen como si tuviesen vida V su fragancia me reconforta mi
interior calmaacutendome mi nerviosismo
-Si carintildeo las compreacute esta mantildeana quiero que tus malas maneras las olvides al contemplarlas
La sentildeora Pitaluga mientras hablaba se acercoacute a eacutel besaacutendole en la mejilla Su esposo le devolvioacute el
beso y colocaacutendose la chaqueta salioacute de la casa
Dontildea Catalina se cruzoacute en el ascensor con dontildea Carmen y le dijo
-iquestCoacutemo va todo bien o mal iquestUsted me entiende verdad
-Si la comprendo dontildea Catalina de momento todo bien -Le respondioacute la sentildeora Pitaluga Parece
que se hubiera tomado una infusioacuten de tranquilizantes Ahora que recuerdo iquesttranquilizantes Dios
miacuteo seraacuten las rosas las que por haber estado descansando en el manto de la virgen tienen ese poder
para transformarlo
Las dos mujeres se despidieron con un beso Dontildea carmen preparoacute toda la ropa de su esposo
zapatos relucientes camisa almidonada pajarita a estrenar gemelos de oro regalo de sus padres y
el esmoquin Pero la mala fortuna se cruzoacute en la plancha de dontildea Carmen por motivos desconocidos
En la pernera del pantaloacuten y mangas del chaqueacute la maldita plancha se ensantildeoacute varias veces con ellos
Ella llora desconsolada ni su vecina Catalina tiene la poacutecima para consolarla Sabe que su esposo no
se andaraacute con reparos en insultarla y golpearla
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Los uacuteltimos resplandores del diacutea rojos nacarados dorados pegaban en la milenaria fachada de la
Catedral El doctor don Timoteo introduce el llaviacuten en la cerradura de la puerta de su casa El silencio
es sepulcral Su voz recia sonoacute fuerte
-iquestEstas en casa reina
El silencio le contestoacute clavoacute su mirada en las delicadas rosas y acercando la cara aspiroacute
profundamente la fragancia sintieacutendose extasiado en lo maacutes profundo de sus pulmones
exclamando
-Este olor me embriaga el alma No hay perfume que le iguale
Con la chaqueta y la corbata en la mano pasoacute al saloacuten Quedoacute inmoacutevil por segundos En el fondo de la
estancia su esposa vestida con las mejores ropas y a sus pies dos maletas estaacute quieta en silencio Eacutel
dijo solemne
-iquestQueacute pasa es que te marchas con tus padres
-Si no puedo maacutes no te consiento que descargues tu ira sobre miacute cuando veas el estado
lamentable en que ha quedado tu esmoquin
Terminoacute la frase y sentildealoacute con la mano hacia una de las sillas en la que descansaba el churrascado y
perforado traje Las pobladas cejas del doctor se arquearon no pestantildeeoacute siquiera su mirada la
taladroacute por momentos sus ojos infectados de ira y sus puntildeos cerrados con fuerza tomaban un color
blanquecino Un incoacutemodo y prolongado silencio habiacutea en el saloacuten Los ojos de color esmeralda
claros y despabilados de dontildea Carmen no teniacutean maacutes laacutegrimas que derramar Don Timoteo sintioacute un
escalofriacuteo por todo su cuerpo su boca seca como un sarmiento quiso hablar pero se mordioacute la voz
Fue entonces cuando su esposa vio como se le iluminaba la cara y una laacutegrima lenta de silencio le
caiacutea por la mejilla Era la primera vez en su vida que dontildea Carmen veiacutea como lloraba su esposo Por
segundos pasoacute por su mente queacute estaba pasando alliacute ti sintioacute profundas punzadas en el pecho y
latigazos de remordimiento en lo profundo de su ser Todo lo que pasoacute despueacutes fue que el cirujano
se derrumboacute entre laacutegrimas y lleno de verguumlenza Se refugioacute en los brazos de su esposa diciendo
-Tienes que perdonarme hasta hoy no me he dado cuenta de lo que haciacutea Te lo suplico
perdoacutename
y lloraba como un nintildeo La escena del saloacuten era de puro arrepentimiento El meacutedico de rodillas
abrazado a su esposa pidiendo perdoacuten Ella sus manos alisan el cabello y la cara huacutemeda de eacutel y por
su mente es solo tamizado un pensamiento Las rosas esas rojas rosas sus peacutetalos acariciaron el
manto y las manos de la Virgen Luego el sacerdote pudiera que tuviese razoacuten
La luna habiacutea ascendido de entre los montes cercanos a la ciudad plena enorme redonda y roja
cuando el matrimonio caminaba direccioacuten al casino para celebrar la cena y la entrega de premios
anual por la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles presidida por el prestigioso reumatoacutelogo don Manuel
Menchoacuten Galiana
Dontildea Carmen vestiacutea con su vestido color pastel zapatos a juego collar de perlas del color de sus ojos
Estos teniacutean un brillo que nunca habiacutean tenido llamado felicidad Su esposo don Timoteo vestiacutea uno
de sus sencillos trajes que usaba para ir a la cliacutenica zapatos lustrosos mirada limpia y corazoacuten
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arrepentido Por eso en el momento de levantarse para recoger el premio de manos de don Manuel
Menchoacuten no le importoacute que los alliacute presentes vistieran de esmoquin y eacutel vistiese de traje En su
pequentildeo y locuaz discurso dejoacute a todos los que le conociacutean con caras de perplejidad cuando dijo
-Pido disculpas por no llevar la ropa adecuada para la ocasioacuten Hoy he arrojado a la basura el traje
de la intolerancia del machismo puro y duro de la incomprensioacuten con la persona amada y la camisa
de grosero Y me he colocado las ropas de la comprensioacuten la bondad el carintildeo positivo y la
generosidad
Casi todas sonrieron excepto su esposa queUoraba en silencio mientras sus pensamientos le saliacutean a
borbotones Su esposo se habiacutea transformado en todo positivo El arrepentimiento habiacutea sido en
puacuteblico sin cortapisas sin importarle la verguumlenza ante conocidos y desconocidos Sigue llorando en
sifencio Su esposo camina hacia ella Son los que abriraacuten el baile de gala Por su mente solo se cruza
un pensamiento aquel rosal que durmioacute en el manto de la Virgen Ahora llora y sonriacutee a la vez
Mientras la fiesta sigue en todo su apogeo cuatro calles maacutes allaacute en una de las lujosas habitaciones
del Rincoacuten de Pepe descansan Monserrat con su compantildeero Barbados y el hijo de ambos Jordi En
mitad de la amplia habitacioacuten sobre una mesa ovalada un jarroacuten fuerte y profundo sostiene en su
interior las dieciseacuteis rosas rojas de textura aterciopelada que dejan en la estancia un aroma
embriagador
Barbados se asomoacute a la ventana para contemplar la noche la luna brillaba casi como el sol Frente a
la ventana en un balcoacuten del edificio de enfrente habiacutea ropa blanca tendida Pareciacutea como sudarios
inmoacuteviles en la noche Se quedoacute fijo mirando y como un relaacutempago en la tormenta el airecillo afinoacute
sus sentidos experimentando una intensa antildeoranza de cuando se conocieron ella y eacutel en la toma de
posesioacuten de su plaza de vigilante jurado Barbados cerroacute los ojos y sus pensamientos se
arremolinaron en una tormenta de remordimientos lamentaciones y a la vez de nostalgia Sus ojos
rojos casi a punto de lLorar En el reloj de pulsera de Monserrat las agujas marcaban las doce de la
noche se dirigioacute a su hijo diciendo
-Vamos Jordi deja en paz a papaacute mantildeana seguiraacutes besaacutendole y preguntaacutendole cuantas cosas
quieras Tienes que marcharte a tu cama Vamos carintildeo
El criacuteo le respondioacute~
-Ese aroma tan pegajoso y aromaacutetico que huelo iquestson las rosas que compraste esta mantildeana
-Si carintildeo Son las rosas iquestPor queacute -Contestoacute ella
Me gustariacutea dormir con una de ellas en mi cabecera -Dijo Jordi
-iquestPor alguacuten motivo en especial -Interpeloacute la madre
El hijo dibujoacute en su cara infantil una amplia sonrisa y dijo
-Me recuerda en mis sentidos que por primera vez veo bueno veo no conozco y beso a mi padre y
ese aroma quisiera que me acompantildeara en mi cama como si fuera eacutel
La madre ante la expresioacuten tan sincera de su hijo no tuvo maacutes remedio que acceder
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-Conforme dormiraacutes con todas las flores en tu mesilla pero promeacuteteme que le rezaraacutes a la virgen y
te dormiraacutes -dijo ella comenzando a desvestirlo
El padre Barbados pasoacute a la habitacioacuten y le colocoacute el gran florero en la mesita de noche Las rosas
teniacutean un aspecto lozano de un rojo puacuterpura inundando la estancia de oJores insuperables
Monserrat se acostoacute en la alcoba mientras Barbados compuso una almohada con dos cojines y pasoacute
la noche en el sofaacute del saloacuten
Estaba amaneciendo y un filo de puacuterpura rasgaba las nubes Jordi el pequentildeo se despertoacute
exclamando
-Mamaacute mami iquestqueacute es esto que me estaacute pasando Puedo ver
Tanto la madre como el padre corrieron hacia su habitacioacuten El nintildeo se habiacutea incorporado en la cama
Teniacutea en sus manos una de las rosas del florero Papi que color tan bonito tiene estas flores -dijo
alargando sus brazos para que su padre pudiera verla maacutes cerca El criacuteo puesto en pie estaba absorto
contemplando todos los objetos de la habitacioacuten Un mundo nuevo habiacutea nacido para eacutel dejando a
sus padres en un segundo plano Pasaron varios minutos Jordi miro y requetemiroacute todo lo que se
poniacutea a su alcance de su mirada Fue cuando se tropezoacute con la cara de su madre las laacutegrimas
resbalaban por las mejillas
-Madre queacute feliz soy puede que por lo mucho que le rezo a la Virgen de Monserrat esto sea un
milagro
la madre sosteniacutea en su mano una rosa se la acercoacute a la boca y besaacutendola dijo
-No lo seacute hijo si esto ha sido un milagro o que la madre naturaleza ha terminado su trabajo contigo
despueacutes de ocho antildeos Sea lo que haya sido nunca podreacute pagarle el divino tesoro que el Altiacutesimo me
ha regalado
Jordi se abraza a su madre y llora emocionado Barbados trasladoacute su laacutenguida mirada a su hijo
diciendo
-Queacute a tu padre no le das un beso iquestNo ves lo falto que estoy de ellos
El nintildeo dejoacute a su madre abrazaacutendose a eacutel y besaacutendolo en la cara y la frente El aire en aquella estancia
resultaba caacutelido y perfumado con el aroma de las rosas Todo lo que pasoacute despueacutes se lo pueden
imaginar Tanto Barbados como Monserrat quiso la fatalidad que se encontraran de nuevo para
darse una segunda oportunidad Como al matrimonio de don Timoteo Aranda y dontildea Carmen
Pitaluga fue por aquel rosal que durmioacute en el manto de la Fuensanta Fue la casualidad del destino
Nunca lo sabremos amigo lector
Yo tengo un pequentildeo ejemplo que me ocurrioacute en mi nintildeez Creciacute en un orfanato por circunstancias
de la vida Teniacuteamos profesores y celadores buenos y malos como todo en la vida Recuerdo a don
Miguel que era celador Una noche de invierno crudo por hablar fuerte durante la cena con un
compantildeero de mesa nos castigoacute a fregar los pasillos del recinto El techo se me vino abajo Teniacuteamos
que fregar de rodillas Alliacute no habiacutea llegado todaviacutea la fregona Tenfamos un gigantesco cuadro
colgado en la pared del comedor que desde el aacutengulo que lo miraras sus dulces ojos te miraban con
dulzura Yo tendriacutea diez antildeos maacutes o menos y siguiendo las ensentildeanzas de uno de mis maestros don
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Antonio Torres tuve fe en saberme la leccioacuten si clavaba los codos Y clavando mi mirada en el corazoacuten de Jesuacutes le dije
-Por favor hace mucho friacuteo y tengo suentildeo Tengo fe que haraacutes algo por nosotros Puede que no se
lo crean cuando los dos cubos y las bayetas las teniacuteamos preparadas como por arte de magia se
apagoacute la luz Don Miguel nos hizo esperar alliacute al pie de los cubos sobre media hora Yo sentiacutea un
cosquilleo de alegriacutea por todo el cuerpo Le dije a mi compantildeero de la bayeta
-Tengo fe que no fregamos Y esa fe me acompantildeoacute cuando don Miguel dijo
-Podeacuteis marcharos a la cama pero la proacutexima vez no os perdono
Nos acompantildeoacute con la palmatoria en la mano a nuestro dormitorio Metido en la cama le receacute al
Corazoacuten de Jesuacutes ya la mantildeana siguiente lo conteacute entre mis compantildeeros y muy pocos me creyeron
Posdata - Los personajes que aparecen aquiacute son verdaderos los siguientes El inspector Mena su
hijo Barbados que reside en la calle Veroacutenkas y los duentildeos de la fjoristeriacutea ubicada en la misma calle
Juan Ortiacuten y su hija Rosario conocida como Chari Para ellos con todo mi afecto son personas
buenas y educadas Todo lo demaacutes es fruto de mi imaginacioacuten como aprendiz de escritor que soy
Firmado Auxiliar de Farmacia Antonio Martiacutenez
M urda a 1 de mayo de 2006
Gritaba poniendo la cara a centiacutemetros de ella con los ojos inyectados de ira La sentildeora Pitaluga se
perdioacute cuando le replicoacute con voz envalentonada
-Mira lo que te digo Timoteo solo tengo dos manos para solucionarte tus caprichos en tu ropa
como grabar tu nombre en cada una de tus prendas con hilo de plata tus zapatos bien lustrosos tus
corbatas
Dontildea Carmen no pudo terminar la frase la mano grande y fuerte de su esposo se estrelloacute en su cara
como una piedra en un cristal despueacutes sintioacute un golpe seco en su vientre y un dolor intenso le hizo
desplomarse sobre el sofaacute
-Si no es daacutendote paJos no haces caso no aprendes de una vez por todas y mira que hace quince
diacuteas te prometiacute que no te pegariacutea maacutes Pero tuacute me obligas a hacerlo con tus contestaciones
chulescas
El cirujano terminoacute de vestirse observoacute que ella empezaba a incorporarse con gestos de dolor
momento que aprovechoacute para salir de casa dando un tremendo golpe en la puerta al cerrar La
vecina del rellano de esa escalera Dontildea Catalina profesora de solfeo jubilada escuchoacute el estreacutepito
golpe en la puerta y tocoacute el timbre diciendo
-Carmen vecina iquestocurre algo -a la vez que golpeaba la puerta con los nudlHos
Cuando Dontildea Catalina hizo amago de retirarse la puerta se abrioacute y en el umbral se dibujoacute la figura de
Dontildea Carmen Pitaluga con un rictus de dolor y con su mano apoyada en el estomago
-Hija de Dios iquestque te ha pasado -dijo la profesora de solfeo abriendo su boca y poniendo cara de
asombro- Vamos deacutejame pasar que te limpiareacute esa sangre de la nariz
La cara de la esposa del cirujano teniacutea mal aspecto de su nariz un hilillo de sangre corriacutea hacia sus
labios estos comenzaban a inflamarse su ojo izquierdo estaba amoratado con un brillo azulado
Terminada la cura la sentildeora de la casa le dio las gracias a su vecina por tanta amabilidad Dontildea
Catalina le quitoacute importancia diciendo con sequedad
-Jamaacutes mi marido me levantoacute la mano con motivo o sin eacutel faltariacutea maacutes Queacute ganas tengo que
cambie la situacioacuten de la mujer en el mundo no seacute si yo lo vereacute
Acabada la frase Dontildea Carmen rompioacute a llorar y dijo
-Sieacutentese Catalina necesito desahogarme
Las dos mujeres se sentaron en el sofaacute del saloacuten La profesora le cogioacute una mano y dijo solemne
-La escucho con mucha atencioacuten mejor dicho te escucho Carmen Mi esposo Timoteo en el fondo
no es malo es su temperamento y el estreacutes de su trabajo Eacutel me quiere me adora pero de vez en
cuando se le escapa la mano y yo tonta de miacute siempre le perdono
-Sabes lo que te digo Carmen -le interrumpioacute la profesora- que basta ya se acaboacute que te golpee
como una mula recoges tus pertenencias y te marchas
-iquestv hacia donde puedo marcharme si mis padres son mayores y estaacuten enfermos
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Ahora las laacutegrimas corriacutean libremente por la cara de la esposa del cirujano Dontildea Catalinas observoacute
como lloraba su vecina y sintioacute profundas punzadas de rabia en su interior no pudiendo contener que
sus ojos se le arrasaran de laacutegrimas Nuestra querida patrona la Fuensantica haciacutea varios diacuteas que
habiacutea abandonado la ciudad seguida de sus fieles maacutes devotos envuelta en aplausos viacutetores flores y
truenos para descansar en su Santuario del Monte a la espera de la proacutexima primavera para ser
bajada y reconfortar con nueva savia los corazones murcianos
Cuando el sol caiacutea de plano sobre la plaza y la calle de Veroacutenicas el sacerdote con paso cansino
transporta entre sus brazos el florido rosal que le ha sido prestado por la florista Chari
-Buenos diacuteas sentildeorita lo prometido es deuda aquiacute lo tiene tal como me lo lleveacute creo que todaviacutea
mas precioso -dijo el cura dejando con mimo el primoroso rosal en el suelo entre geranios y potas
Chari le sonrioacute daacutendole las gracias El capellaacuten de la catedral prosiguioacute diciendo
-Es una cosa extrantildea todos los rosales pasados siete o diez diacuteas sus rosas se marchitan y se
mueren pero este ha sido al reveacutes sigue en buena lozaniacutea y floreciendo maacutes rosas Por curiosidad
se las conteacute el primer diacutea 25 y hoy sabe las que tiene
Chari se encogioacute de hombros poniendo cara de inocente y dijo
-iquestCuantas tiene padre
-Hija miacutea tiene la edad de Cristo cuando murioacute 33 Estoy completamente anonadado y a la vez
intrigado con este rosal iquestCoacutemo se llama el fertilizante que usa para ellos
Chari se sintioacute como un cazador furtivo que deseas que te revele el secreto de la caza del zorro con
lazo
-Lo siento padre de abonarlos de su poda y riego se preocupa mi padre Solo eacutel sabe el secreto -le
contestoacute la chica poniendo cara de increacutedula
Don Faustino antes de marcharse dijo con media sonrisa en sus labios
-Quiero que sepas que esas rosas de terciopeJo han descansado sobre el manto de la Santiacutesima
Virgen luego estaacuten bendecidas por nuestra Patrona deberiacuteas de subirle su precio
Terminoacute de hablar y dejoacute escapar una corta carcajada que contagioacute a Chari Lejos en Barcelona la
hija del fallecido jefe de seguridad Benito caminaba junto al puerto de mar el agua estaba
tranquila de un azul verdoso apenas rizado por la brisa de poniente de su mano Uevaba a su hijo
Jordi de seis antildeos fruto de aquella tarde de pasioacuten con Antonio Barbados el hijo del inspector Mena
El nintildeo habiacutea nacido ciego Motivo su madre lo ignoraba Seguacuten los doctores un glaucoma
inmadurez de la maacutecula por otros motivos que se desconociacutean Monserrat la madre preguntoacute a los
especialistas si su Jordi podra alguacuten diacutea no lejano ver solamente los objetos borrosos El prestigioso
oftalmoacutelogo Barraquer le vaticinoacute que solo dos maneras teniacutean de recuperar la visioacuten La cirugiacutea
cuando la maacutecula esteacute madura y dos un milagro que nuestra Virgen de Monserrat quiera otorgarle a
este lindo hombrecito y le estampaba un beso en su frente
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Monserrat se dirigiacutea al puerto mariacutetimo para entrevistarse con el responsable de eacutel por la noticia de
que el padre de su pequentildeo habiacutea dado sentildeales en alguacuten punto de Espantildea El pequentildeo Jordi con esa
vocecita que casi no le saliacutea del cuerpo preguntaba muy a menudo
-iquestMami doacutende estaacute mj padre es que yo soy el uacutenico nintildeo de mj colegio que no conoce a su padre
Seacute que no lo puedo ver pero con solo tocar acariciar su cara y besarla yo seriacutea el nintildeo maacutes feliz de
este mundo
y sus ojos sin luz se inundaban de laacutegrimas por todo el carintildeo que le profesaba a su padre sin
conocerlo Monserrat queda conocer el paradero de Barbados Pasoacute al despacho del jefe portuario
El responsable rondariacutea los cincuenta Enjuto en carnes de cara alargada su rostro pareciacutea cincelado
por el sol todo lo contrario que sus brazos pues llevaba una camiseta de tirantes donde los rayos del
sol habiacutean tatuado su blanca piel que casi pareciacutea trasluacutecida
El caballero con la voz tamizada de pesar dijo
-Sentildeora el chico que usted busca lo tuve bajo mis oacuterdenes varios antildeos Era bastante formal
trabajador y honrado pero como casi siempre las malas compantildeiacuteas hacen mella en los corazones
buenos y se fue hundiendo en la bebida Yo puse todo lo que teniacutea a mi alciexclmce como ocultarlo
incluso en mi despacho en ese cuartucho de enseres vjejos -y sentildealaba con la mano la puerta
despintada que habiacutea a su derecha- para que nadie lo viera embriagado Tuve el valor de que
pernoctara en mi casa varias noches con permiso de mi esposa pues no tenemos hijos y tambieacuten
fue inuacutetil Nada pude hacer y una viacutespera de Noche Buena con mi corazoacuten destrozado tuve que
despedirlo Se pasoacute dela raya Me levantoacute la mano y se rompioacute la baraja Pasado un tiempo recibiacute
una carta suya pidieacutendome disculpas Empezamos a cartearnos y hasta la fecha que espero carta
porque lleva sin escribirme maacutes de cuatro meses
Monserrat no pudo contenerse maacutes dicieacutendole con una voz sin calidez
-Pero hombre de Dios diacutegame donde se encuentra
-Perdoacuten perdoacuten sentildeora en Murcia se encuentra en Murcia
Monserrat de la mano de su hijo se habiacutea despedido del jefe portuario sintiendo en su interior un
amago de nostalgia al recordar lo feliz que fue el tiempo que estuvo en los brazos del hijo del
inspector Mena Lo amoacute locamente sin cortapisas sin importarle nada pero eacutel no supo
corresponderle Se asustoacute el diacutea que le dijo que esperaba un hijo suyo y se esfumoacute una semana antes
de que ella diera luz a la criatura Pero esa criatura ya teniacutea seis antildeos y toda su obsesioacuten no era otra
que palpar acariciar y besar el rostro de su padre pues en su colegio de ciegos y sordomudos
diariamente escuchaba las voces los besos y las carcajadas de las madres y padres de sus
compantildeeros de pupitre
El sol estaba alto y la bruma se desvaneciacutea por el puerto y sus calles Monserrat habiacutea cerrado el
portaloacuten de la mansioacuten heredada de su padre El sol se escondiacutea entre el follaje de los majestuosos
aacuterboles del jardiacuten El taxi paroacute a la entrada del recinto vallado tocando el claxon dos veces la madre
y el hijo bajaron la escalinata de mamposteriacutea de la residencia introducieacutendose en el vehiacuteculo El
taxista subioacute en dos zancadas las escaleras y comenzoacute a bajar el voluminoso equipaje de Monserrat
Una vez terminado yel choacutefer al volante dijo ella
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-Espere un segundo solo quiero cruzar la mirada por todo el recinto que me vio nacer y crecer y no
seacute si mis ojos volveraacuten a contemplarlo
Jordi su hijo le respondioacute
-Siacute Mami volveremos a verlo bueno yo no seacute pero volveremos aqui con papaacute para que por fin
seamos felices los tres Seguro mami ya lo veraacutes
La madre paseoacute su mirada por la arboleda y la fachada del caseroacuten sintiendo en su interior punzadas
de nostalgia al recordar su corta vida transcurrida entre esos muros no pudiendo evitar que sus ojos
se inundaran de laacutegrimas Mientras tanto en la capital del Segura el cirujano don Timoteo Aranda se
encuentra en el quiroacutefano de la Cliacutenica Nuestra Sentildeora de la Fuensanta terminando de operar a su
uacuteltimo paciente
Esa noche en el coqueto casino murciano ha sido invitado por la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles en
la entrega de premios y galardones por el presidente de la asociacioacuten el prestigioso doctor de
Reumatologiacutea don Manuel Menchoacuten Galiana que preside el cargo desde 1960 siendo reelegido en
varias ocasiones por su pulcritud su sapiencia y buen hacer en beneficio de los doctores
El tren procedente de Barcelona con paradas Madrid Murcia y Cartagena haciacutea su entrada en la
vetusta estacioacuten de El Carmen cuyo reloj marcaba las diez de la mantildeana De aquellos vagones de
primera clase chapados de maderas nobles barnizados decorados en terciopelo y cortinas de lino
con olor a limpieza se bajaba Monserrat y su pequentildeo Jordi Todo su equipaje excepto la bolsa de
viaje habiacutea sido facturado al hotel Rincoacuten de Pepe Su economiacutea era lo bastante holgada como para
viajar y hospedarse en primera clase fruto de la herencia de su padre Benito presldentede la
compantildeiacutea Esabe-Express
Antonio Barbados no puede pasar sin que el alcohol sea su uacutenico compantildeero desde hace varios antildeos
en esta tierra pimentonera donde fue recibido con las manos abiertas por una prestigiosa empresa
de seguridad Trabajoacute con ahiacutenco premura y habilidad en su trabajo sin importarle horario ni
festivos El sentildeor Estevil responsable de la empresa supo concederle su premio otorgaacutendole la
jefatura de sus casi cincuenta compantildeeros de trabajo Su economiacutea estaba bien saneada Su
residencia dejoacute de ser la pensioacuten Sandoval pasando a ser un lujoso chalet en una cercana
urbanizacioacuten cuajada de aacuterboJes y flora 5010 sentiacutea un vado en su corazoacuten Cupido no volvioacute con su
flecha a aceptar en la diana Conocioacute una chica pelirroja pero aquello tuvo mal final No se
correspondieron y cada uno marchoacute por su lado Cuaacutentas veces en la soledad de su chalet y en la
penumbra de su alcoba ha llorado en silencio aquel acto de cobardiacutea que tuvo con Monserrat su
novia faltaacutendole diacuteas para traer a este mundosu retontildeo fruto de los dos
Extrae de la billetera la uacutenica fotografiacutea que guarda de ella y la besa con pasioacuten Por su mente como
mil puntildeales apuntildealaron su pensamiento y tamizando solo uno iquestcoacutemo seriacutea la cara de su hijo iquestQueacute
estariacutea haciendo en ese instante iquestCoacutemo seriacutea su sonrisa su llanto Sus ojos como compuertas de un
embalse dejaron correr sus laacutegrimas hacia la comisura de sus labios Corno dice Ja voz de la calle no
es bueno que el hombre viva solo tampoco mal acompantildeado Eso fue lo que deterioroacute su vida las
malas compantildeiacuteas El eufoacuterico alcohol comenzoacute a hacerse compantildeero en varios diacuteas a la semana
saacutebados y domingos Pasado un tiempo lo acompantildeaba diariamente Consecuencias varias el
despido del trabajo la billetera vaciacutea pocos o casi ninguacuten amigo El final siempre es el mismo la
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soledad y el rechazo de la gente Desde haciacutea antildeos teniacutea la vivienda en la calle Veroacutenicas junto a la
plaza de Abastos Su casa toda la calle su bantildeo el jardiacuten del malecoacuten y su cama los friacuteos escalones
de maacutermol de la sala de exposiciones culturales de Veroacutenicas En los crudos inviernos se tapa con
cartones y alguna prenda de abrigo que le entrega la sentildeora Antonia que tambieacuten le da dinero para
que se corte el cabello Es una persona buena y caritativa Algunas todaviacutea quedan en la vintildea del
Sentildeor Como por ejemplo el vigilante jurado que realiza su servicio en la sala de exposiciones
llamado Chema que procede de nuestra ancha Castilla Lo obsequia con alguacuten regalo en Reyes un
jersey seminuevos que ya no se pone unos deportivos etc Como ex-vigilante que ha sido sabe que
el corazoacuten de Chema no lo dejaraacute en la miseria El pan de cada diacutea se lo gana haciendo recados a los
tenderos de la plaza donde le dan sus regulares propinas pero al final del diacutea duerme junto a su
almohada de plaacutestico su inseparable amigo del alma Don Simoacuten de apellido tetrabrik
Amigo lector no nos quejemos a veces de nuestra situacioacuten no seamos como aquel sabio tan pobre
que se alimentaba de hierbas del campo y un buen diacutea volvioacute la mirada hacia atraacutes y vio como otro
pobre se comiacutea las hierbas que eacutel desechaba
Dontildea Carmen Pitaluga se ha levantado esa mantildeana con humor su esposo el doctor don Timoteo
Aranda lleva cuatro diacuteas ~que ni le ha faltado el respeto ni le ha levantado la mano Esa noche es el
reparto de premios de la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles en el Casino que seraacute presidida por don
Manuel Menchoacuten Galiana Dontildea Carmen lo tiene casi todo dispuesto solo falta sacar del armario el
esmoquin de su esposo y plancharlo pero lo dejaraacute para uacuteltima hora Quiere que su marido a la hora
del reparto de premios y la saJidaa la pista de baile levante las miradas de las sentildeoras y la envidia de
los caballeros como si fuese un Roberto Valentino
El aire de la mantildeana es sutil sano diaacutefano es como un baacutelsamo para los pulmones Por eso la sentildeora
Pitaluga cruza la Gran Viacutea con paso raacutepido aspirando y expirando por lo temprano de la hora y la
circulacioacuten de vehfculos todaviacutea escasa Sus pasos la llevan al mercado de Veroacutenicas A la misma
hora Monserrat pone los pies en la calle cogida de la mano de su pequentildeo Jordi que quiere conocer
la ciudad Le han dicho que es una ciudad pequentildea y casi todo el mundo se conoce Su mirada
escudrintildeadora repasa las caras de los viandantes masculinos Podiacutea ser la casualidad que tropezara
con Barbados Lo piensa pero cree que eso no seraacute posible Monserrat y su hijo entraron por la calle
Veroacutenicas despueacutes de visitar la capilla del Pilar En esa calle viviacutea Barbados desde haciacutea varios antildeos
En ese instante ayuda a un sentildeor a cargar su compra en una obsoleta motocicleta a la espera que le
de una propina Se gira y casi su cara tropieza con la de ella
Monserrat se le quedoacute mirando absorta No daba creacutedito que hubiese sido tan sencillo dar con su
paradero Barbados la miroacute de arriba abajo dilatando sus pupilas de asombro Su voz casi ahogada
por la sorpresa dijo
-iquestDe verdad que eres tuacute Monserrat
Ella contestoacute
-La misma que dejaste olvidada como un paraguas hace varios antildeos en Barcelona y por lo que veo
jamaacutes volviste a recogerlo por miedoso y cobarde
En ese momento fue cuando Barbados se percatoacute del nintildeo que escuchaba en silencio con sus ojos
abiertos como lunas pero a oscuras como las noches en las tinjeblas
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-v1amiacute iquestquieacuten es este caballero por casualidad lo conoces iquestO usted conoce a mi madre
Hubo unos segundos de silencio un silencio espeso pareciacutea que flotaba entre los tres La madre con
la voz desgarrada por la emocioacuten le respondioacute
-Jordi este sentildeor aquiacute presente quiero que sepas que es tu padre
La palabra padre retumboacute en los oiacutedos del nintildeo como si tuviese eco Se deshizo de la mano de su
madre V las alzoacute en busca del rostro de su progenitor
-Papi deja que toque tu cara Cuaacutentas veces he sontildeado este momento
El padre se abrazoacute al nintildeo mientras este le palpa la cara
- Tienes un bigote que pincha V ademaacutes estaacute mojado
La cara de Barbados teniacutea una semejanza con la Dolorosa de Salzillo Sus laacutegrimas cruzaban su
mejilla muriendo en su bigote La madre se abrazoacute a los dos con los ojos arrasados en laacutegrimas V se
fundieron en un abrazo interminable Varjos transeuacutentes se paraban V miraban la escena on
emocioacuten Monserrat se derrumboacute entre laacutegrimas diciendo
-Quiero que seamos una familia los tres Por mi hijo quiero darte esa oportunidad Volvamos a casa
y besoacute la mejilla de eacutel Barbados se percatoacute que su hijo era ciego cuando lo besoacute repetidas veces en la
cara advirtiendo en sus pJerna s que le temblaban V un frlo intenso le trepaba por la garganta
-Siacute -dijo ella- nacioacute asiacute desconozco el motivo pero nuestro Jordi es feliz iquestverdad carintildeo
-Si V mucho V ahora maacutes todaviacutea que he encontrado a mi papaacute
Los tres salieron caminando direccioacuten al plano de San Francisco limpiaacutendose las laacutegrimas ella V el hijo
con un cliacutenex V eacutel lo haciacutea ron Jos puntildeos Cuando llegaron al tenderete de flores de Chari quiso la
casualidad que tambieacuten llegara la esposa del cirujano don Timoteo Aranda dontildea Carmen Pitaluga
Tanto la mirada de Monserrat como la de dontildea Carmen se clavaron en la figura del majestuoso rosal
Al uniacutesono las dos dijeron
-iquestQueacute precio pide por ese bonito rosal
-Perdoacuten -dijo la sentildeora Pitaluga- veacutendase lo a ella
Monserrat le contestoacute
-No sentildeora usted va delante de mi no faltariacutea maacutes
Chari la propietaria de las flores les respondioacute a las dos en tono iroacutenico
-Lo que puedo hacerle es venderle la mitad del rosal a una V la otra mitad a la otra
Como las dos estaban prendadas de aquel rosal que impregnaba el aire a olor celestial aceptaron con
una vaga sonrisa Asiacute fue como dontildea Carmen se llevoacute un precioso ramo de dieciseacuteis rosas V
Monserrat hizo lo mismo nosin antes decirles que las rosas estaban bendecidas por la Virgen de la
Fuensanta Las dos mujeres rieron unos minutos saliendo hacia sus domicilios con sus caras
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rebosadas en satisfaccioacuten La sentildeora Pitaluga llegoacute a casa y puso en un gran florero de cristal labrado
aquellas rosas rojas en el zaguaacuten de la entrada
El reloj de cuco del saloacuten dejoacute salir de su casita de madera al pintoresco pajarillo para que anunciara
con sus trinos metaacutelicos que eran las tres de la tarde Momento que traspasaba el umbraJ de la
puerta el doctor don Timoteo con el rictus de su cara serio
-Va estoy aquiacute quiero comer pronto me esperan en el casino para tomar cafeacute -dijo levantando la
voz
Su esposa precipitadamente salioacute de la cocina direccioacuten a Ja puerta secaacutendose las manos en el
delantal
- Te pido perdoacuten carintildeo Pongo la mesa en un instante -contestoacute su sentildeora esforzando una sonrisa
y quitaacutendole su chaqueta con un gesto de sumisioacuten
Pero para el doctor Aranda aqueUo no era oacutebice para desbocar su mal bumor dldendo
- Te trato como una reina no te falta de nada dinero joyas y como me pagas sin cumplir tu
obligacioacuten sentildealando con la mano la mesa
Terminada la comida y retocaacutendose el nudo de su corbata frente al espejo que habiacutea en el zaguaacuten su
mirada cayoacute sobre las rosas aterdopeJadas que habiacutea en el jarroacuten Don Timoteo quiso retractarse de
la manera que habiacutea hablado a su esposa diciendo en tono suave
-Reina queacute rosas maacutes preciosas parecen como si tuviesen vida V su fragancia me reconforta mi
interior calmaacutendome mi nerviosismo
-Si carintildeo las compreacute esta mantildeana quiero que tus malas maneras las olvides al contemplarlas
La sentildeora Pitaluga mientras hablaba se acercoacute a eacutel besaacutendole en la mejilla Su esposo le devolvioacute el
beso y colocaacutendose la chaqueta salioacute de la casa
Dontildea Catalina se cruzoacute en el ascensor con dontildea Carmen y le dijo
-iquestCoacutemo va todo bien o mal iquestUsted me entiende verdad
-Si la comprendo dontildea Catalina de momento todo bien -Le respondioacute la sentildeora Pitaluga Parece
que se hubiera tomado una infusioacuten de tranquilizantes Ahora que recuerdo iquesttranquilizantes Dios
miacuteo seraacuten las rosas las que por haber estado descansando en el manto de la virgen tienen ese poder
para transformarlo
Las dos mujeres se despidieron con un beso Dontildea carmen preparoacute toda la ropa de su esposo
zapatos relucientes camisa almidonada pajarita a estrenar gemelos de oro regalo de sus padres y
el esmoquin Pero la mala fortuna se cruzoacute en la plancha de dontildea Carmen por motivos desconocidos
En la pernera del pantaloacuten y mangas del chaqueacute la maldita plancha se ensantildeoacute varias veces con ellos
Ella llora desconsolada ni su vecina Catalina tiene la poacutecima para consolarla Sabe que su esposo no
se andaraacute con reparos en insultarla y golpearla
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Los uacuteltimos resplandores del diacutea rojos nacarados dorados pegaban en la milenaria fachada de la
Catedral El doctor don Timoteo introduce el llaviacuten en la cerradura de la puerta de su casa El silencio
es sepulcral Su voz recia sonoacute fuerte
-iquestEstas en casa reina
El silencio le contestoacute clavoacute su mirada en las delicadas rosas y acercando la cara aspiroacute
profundamente la fragancia sintieacutendose extasiado en lo maacutes profundo de sus pulmones
exclamando
-Este olor me embriaga el alma No hay perfume que le iguale
Con la chaqueta y la corbata en la mano pasoacute al saloacuten Quedoacute inmoacutevil por segundos En el fondo de la
estancia su esposa vestida con las mejores ropas y a sus pies dos maletas estaacute quieta en silencio Eacutel
dijo solemne
-iquestQueacute pasa es que te marchas con tus padres
-Si no puedo maacutes no te consiento que descargues tu ira sobre miacute cuando veas el estado
lamentable en que ha quedado tu esmoquin
Terminoacute la frase y sentildealoacute con la mano hacia una de las sillas en la que descansaba el churrascado y
perforado traje Las pobladas cejas del doctor se arquearon no pestantildeeoacute siquiera su mirada la
taladroacute por momentos sus ojos infectados de ira y sus puntildeos cerrados con fuerza tomaban un color
blanquecino Un incoacutemodo y prolongado silencio habiacutea en el saloacuten Los ojos de color esmeralda
claros y despabilados de dontildea Carmen no teniacutean maacutes laacutegrimas que derramar Don Timoteo sintioacute un
escalofriacuteo por todo su cuerpo su boca seca como un sarmiento quiso hablar pero se mordioacute la voz
Fue entonces cuando su esposa vio como se le iluminaba la cara y una laacutegrima lenta de silencio le
caiacutea por la mejilla Era la primera vez en su vida que dontildea Carmen veiacutea como lloraba su esposo Por
segundos pasoacute por su mente queacute estaba pasando alliacute ti sintioacute profundas punzadas en el pecho y
latigazos de remordimiento en lo profundo de su ser Todo lo que pasoacute despueacutes fue que el cirujano
se derrumboacute entre laacutegrimas y lleno de verguumlenza Se refugioacute en los brazos de su esposa diciendo
-Tienes que perdonarme hasta hoy no me he dado cuenta de lo que haciacutea Te lo suplico
perdoacutename
y lloraba como un nintildeo La escena del saloacuten era de puro arrepentimiento El meacutedico de rodillas
abrazado a su esposa pidiendo perdoacuten Ella sus manos alisan el cabello y la cara huacutemeda de eacutel y por
su mente es solo tamizado un pensamiento Las rosas esas rojas rosas sus peacutetalos acariciaron el
manto y las manos de la Virgen Luego el sacerdote pudiera que tuviese razoacuten
La luna habiacutea ascendido de entre los montes cercanos a la ciudad plena enorme redonda y roja
cuando el matrimonio caminaba direccioacuten al casino para celebrar la cena y la entrega de premios
anual por la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles presidida por el prestigioso reumatoacutelogo don Manuel
Menchoacuten Galiana
Dontildea Carmen vestiacutea con su vestido color pastel zapatos a juego collar de perlas del color de sus ojos
Estos teniacutean un brillo que nunca habiacutean tenido llamado felicidad Su esposo don Timoteo vestiacutea uno
de sus sencillos trajes que usaba para ir a la cliacutenica zapatos lustrosos mirada limpia y corazoacuten
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arrepentido Por eso en el momento de levantarse para recoger el premio de manos de don Manuel
Menchoacuten no le importoacute que los alliacute presentes vistieran de esmoquin y eacutel vistiese de traje En su
pequentildeo y locuaz discurso dejoacute a todos los que le conociacutean con caras de perplejidad cuando dijo
-Pido disculpas por no llevar la ropa adecuada para la ocasioacuten Hoy he arrojado a la basura el traje
de la intolerancia del machismo puro y duro de la incomprensioacuten con la persona amada y la camisa
de grosero Y me he colocado las ropas de la comprensioacuten la bondad el carintildeo positivo y la
generosidad
Casi todas sonrieron excepto su esposa queUoraba en silencio mientras sus pensamientos le saliacutean a
borbotones Su esposo se habiacutea transformado en todo positivo El arrepentimiento habiacutea sido en
puacuteblico sin cortapisas sin importarle la verguumlenza ante conocidos y desconocidos Sigue llorando en
sifencio Su esposo camina hacia ella Son los que abriraacuten el baile de gala Por su mente solo se cruza
un pensamiento aquel rosal que durmioacute en el manto de la Virgen Ahora llora y sonriacutee a la vez
Mientras la fiesta sigue en todo su apogeo cuatro calles maacutes allaacute en una de las lujosas habitaciones
del Rincoacuten de Pepe descansan Monserrat con su compantildeero Barbados y el hijo de ambos Jordi En
mitad de la amplia habitacioacuten sobre una mesa ovalada un jarroacuten fuerte y profundo sostiene en su
interior las dieciseacuteis rosas rojas de textura aterciopelada que dejan en la estancia un aroma
embriagador
Barbados se asomoacute a la ventana para contemplar la noche la luna brillaba casi como el sol Frente a
la ventana en un balcoacuten del edificio de enfrente habiacutea ropa blanca tendida Pareciacutea como sudarios
inmoacuteviles en la noche Se quedoacute fijo mirando y como un relaacutempago en la tormenta el airecillo afinoacute
sus sentidos experimentando una intensa antildeoranza de cuando se conocieron ella y eacutel en la toma de
posesioacuten de su plaza de vigilante jurado Barbados cerroacute los ojos y sus pensamientos se
arremolinaron en una tormenta de remordimientos lamentaciones y a la vez de nostalgia Sus ojos
rojos casi a punto de lLorar En el reloj de pulsera de Monserrat las agujas marcaban las doce de la
noche se dirigioacute a su hijo diciendo
-Vamos Jordi deja en paz a papaacute mantildeana seguiraacutes besaacutendole y preguntaacutendole cuantas cosas
quieras Tienes que marcharte a tu cama Vamos carintildeo
El criacuteo le respondioacute~
-Ese aroma tan pegajoso y aromaacutetico que huelo iquestson las rosas que compraste esta mantildeana
-Si carintildeo Son las rosas iquestPor queacute -Contestoacute ella
Me gustariacutea dormir con una de ellas en mi cabecera -Dijo Jordi
-iquestPor alguacuten motivo en especial -Interpeloacute la madre
El hijo dibujoacute en su cara infantil una amplia sonrisa y dijo
-Me recuerda en mis sentidos que por primera vez veo bueno veo no conozco y beso a mi padre y
ese aroma quisiera que me acompantildeara en mi cama como si fuera eacutel
La madre ante la expresioacuten tan sincera de su hijo no tuvo maacutes remedio que acceder
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-Conforme dormiraacutes con todas las flores en tu mesilla pero promeacuteteme que le rezaraacutes a la virgen y
te dormiraacutes -dijo ella comenzando a desvestirlo
El padre Barbados pasoacute a la habitacioacuten y le colocoacute el gran florero en la mesita de noche Las rosas
teniacutean un aspecto lozano de un rojo puacuterpura inundando la estancia de oJores insuperables
Monserrat se acostoacute en la alcoba mientras Barbados compuso una almohada con dos cojines y pasoacute
la noche en el sofaacute del saloacuten
Estaba amaneciendo y un filo de puacuterpura rasgaba las nubes Jordi el pequentildeo se despertoacute
exclamando
-Mamaacute mami iquestqueacute es esto que me estaacute pasando Puedo ver
Tanto la madre como el padre corrieron hacia su habitacioacuten El nintildeo se habiacutea incorporado en la cama
Teniacutea en sus manos una de las rosas del florero Papi que color tan bonito tiene estas flores -dijo
alargando sus brazos para que su padre pudiera verla maacutes cerca El criacuteo puesto en pie estaba absorto
contemplando todos los objetos de la habitacioacuten Un mundo nuevo habiacutea nacido para eacutel dejando a
sus padres en un segundo plano Pasaron varios minutos Jordi miro y requetemiroacute todo lo que se
poniacutea a su alcance de su mirada Fue cuando se tropezoacute con la cara de su madre las laacutegrimas
resbalaban por las mejillas
-Madre queacute feliz soy puede que por lo mucho que le rezo a la Virgen de Monserrat esto sea un
milagro
la madre sosteniacutea en su mano una rosa se la acercoacute a la boca y besaacutendola dijo
-No lo seacute hijo si esto ha sido un milagro o que la madre naturaleza ha terminado su trabajo contigo
despueacutes de ocho antildeos Sea lo que haya sido nunca podreacute pagarle el divino tesoro que el Altiacutesimo me
ha regalado
Jordi se abraza a su madre y llora emocionado Barbados trasladoacute su laacutenguida mirada a su hijo
diciendo
-Queacute a tu padre no le das un beso iquestNo ves lo falto que estoy de ellos
El nintildeo dejoacute a su madre abrazaacutendose a eacutel y besaacutendolo en la cara y la frente El aire en aquella estancia
resultaba caacutelido y perfumado con el aroma de las rosas Todo lo que pasoacute despueacutes se lo pueden
imaginar Tanto Barbados como Monserrat quiso la fatalidad que se encontraran de nuevo para
darse una segunda oportunidad Como al matrimonio de don Timoteo Aranda y dontildea Carmen
Pitaluga fue por aquel rosal que durmioacute en el manto de la Fuensanta Fue la casualidad del destino
Nunca lo sabremos amigo lector
Yo tengo un pequentildeo ejemplo que me ocurrioacute en mi nintildeez Creciacute en un orfanato por circunstancias
de la vida Teniacuteamos profesores y celadores buenos y malos como todo en la vida Recuerdo a don
Miguel que era celador Una noche de invierno crudo por hablar fuerte durante la cena con un
compantildeero de mesa nos castigoacute a fregar los pasillos del recinto El techo se me vino abajo Teniacuteamos
que fregar de rodillas Alliacute no habiacutea llegado todaviacutea la fregona Tenfamos un gigantesco cuadro
colgado en la pared del comedor que desde el aacutengulo que lo miraras sus dulces ojos te miraban con
dulzura Yo tendriacutea diez antildeos maacutes o menos y siguiendo las ensentildeanzas de uno de mis maestros don
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Antonio Torres tuve fe en saberme la leccioacuten si clavaba los codos Y clavando mi mirada en el corazoacuten de Jesuacutes le dije
-Por favor hace mucho friacuteo y tengo suentildeo Tengo fe que haraacutes algo por nosotros Puede que no se
lo crean cuando los dos cubos y las bayetas las teniacuteamos preparadas como por arte de magia se
apagoacute la luz Don Miguel nos hizo esperar alliacute al pie de los cubos sobre media hora Yo sentiacutea un
cosquilleo de alegriacutea por todo el cuerpo Le dije a mi compantildeero de la bayeta
-Tengo fe que no fregamos Y esa fe me acompantildeoacute cuando don Miguel dijo
-Podeacuteis marcharos a la cama pero la proacutexima vez no os perdono
Nos acompantildeoacute con la palmatoria en la mano a nuestro dormitorio Metido en la cama le receacute al
Corazoacuten de Jesuacutes ya la mantildeana siguiente lo conteacute entre mis compantildeeros y muy pocos me creyeron
Posdata - Los personajes que aparecen aquiacute son verdaderos los siguientes El inspector Mena su
hijo Barbados que reside en la calle Veroacutenkas y los duentildeos de la fjoristeriacutea ubicada en la misma calle
Juan Ortiacuten y su hija Rosario conocida como Chari Para ellos con todo mi afecto son personas
buenas y educadas Todo lo demaacutes es fruto de mi imaginacioacuten como aprendiz de escritor que soy
Firmado Auxiliar de Farmacia Antonio Martiacutenez
M urda a 1 de mayo de 2006
Ahora las laacutegrimas corriacutean libremente por la cara de la esposa del cirujano Dontildea Catalinas observoacute
como lloraba su vecina y sintioacute profundas punzadas de rabia en su interior no pudiendo contener que
sus ojos se le arrasaran de laacutegrimas Nuestra querida patrona la Fuensantica haciacutea varios diacuteas que
habiacutea abandonado la ciudad seguida de sus fieles maacutes devotos envuelta en aplausos viacutetores flores y
truenos para descansar en su Santuario del Monte a la espera de la proacutexima primavera para ser
bajada y reconfortar con nueva savia los corazones murcianos
Cuando el sol caiacutea de plano sobre la plaza y la calle de Veroacutenicas el sacerdote con paso cansino
transporta entre sus brazos el florido rosal que le ha sido prestado por la florista Chari
-Buenos diacuteas sentildeorita lo prometido es deuda aquiacute lo tiene tal como me lo lleveacute creo que todaviacutea
mas precioso -dijo el cura dejando con mimo el primoroso rosal en el suelo entre geranios y potas
Chari le sonrioacute daacutendole las gracias El capellaacuten de la catedral prosiguioacute diciendo
-Es una cosa extrantildea todos los rosales pasados siete o diez diacuteas sus rosas se marchitan y se
mueren pero este ha sido al reveacutes sigue en buena lozaniacutea y floreciendo maacutes rosas Por curiosidad
se las conteacute el primer diacutea 25 y hoy sabe las que tiene
Chari se encogioacute de hombros poniendo cara de inocente y dijo
-iquestCuantas tiene padre
-Hija miacutea tiene la edad de Cristo cuando murioacute 33 Estoy completamente anonadado y a la vez
intrigado con este rosal iquestCoacutemo se llama el fertilizante que usa para ellos
Chari se sintioacute como un cazador furtivo que deseas que te revele el secreto de la caza del zorro con
lazo
-Lo siento padre de abonarlos de su poda y riego se preocupa mi padre Solo eacutel sabe el secreto -le
contestoacute la chica poniendo cara de increacutedula
Don Faustino antes de marcharse dijo con media sonrisa en sus labios
-Quiero que sepas que esas rosas de terciopeJo han descansado sobre el manto de la Santiacutesima
Virgen luego estaacuten bendecidas por nuestra Patrona deberiacuteas de subirle su precio
Terminoacute de hablar y dejoacute escapar una corta carcajada que contagioacute a Chari Lejos en Barcelona la
hija del fallecido jefe de seguridad Benito caminaba junto al puerto de mar el agua estaba
tranquila de un azul verdoso apenas rizado por la brisa de poniente de su mano Uevaba a su hijo
Jordi de seis antildeos fruto de aquella tarde de pasioacuten con Antonio Barbados el hijo del inspector Mena
El nintildeo habiacutea nacido ciego Motivo su madre lo ignoraba Seguacuten los doctores un glaucoma
inmadurez de la maacutecula por otros motivos que se desconociacutean Monserrat la madre preguntoacute a los
especialistas si su Jordi podra alguacuten diacutea no lejano ver solamente los objetos borrosos El prestigioso
oftalmoacutelogo Barraquer le vaticinoacute que solo dos maneras teniacutean de recuperar la visioacuten La cirugiacutea
cuando la maacutecula esteacute madura y dos un milagro que nuestra Virgen de Monserrat quiera otorgarle a
este lindo hombrecito y le estampaba un beso en su frente
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Monserrat se dirigiacutea al puerto mariacutetimo para entrevistarse con el responsable de eacutel por la noticia de
que el padre de su pequentildeo habiacutea dado sentildeales en alguacuten punto de Espantildea El pequentildeo Jordi con esa
vocecita que casi no le saliacutea del cuerpo preguntaba muy a menudo
-iquestMami doacutende estaacute mj padre es que yo soy el uacutenico nintildeo de mj colegio que no conoce a su padre
Seacute que no lo puedo ver pero con solo tocar acariciar su cara y besarla yo seriacutea el nintildeo maacutes feliz de
este mundo
y sus ojos sin luz se inundaban de laacutegrimas por todo el carintildeo que le profesaba a su padre sin
conocerlo Monserrat queda conocer el paradero de Barbados Pasoacute al despacho del jefe portuario
El responsable rondariacutea los cincuenta Enjuto en carnes de cara alargada su rostro pareciacutea cincelado
por el sol todo lo contrario que sus brazos pues llevaba una camiseta de tirantes donde los rayos del
sol habiacutean tatuado su blanca piel que casi pareciacutea trasluacutecida
El caballero con la voz tamizada de pesar dijo
-Sentildeora el chico que usted busca lo tuve bajo mis oacuterdenes varios antildeos Era bastante formal
trabajador y honrado pero como casi siempre las malas compantildeiacuteas hacen mella en los corazones
buenos y se fue hundiendo en la bebida Yo puse todo lo que teniacutea a mi alciexclmce como ocultarlo
incluso en mi despacho en ese cuartucho de enseres vjejos -y sentildealaba con la mano la puerta
despintada que habiacutea a su derecha- para que nadie lo viera embriagado Tuve el valor de que
pernoctara en mi casa varias noches con permiso de mi esposa pues no tenemos hijos y tambieacuten
fue inuacutetil Nada pude hacer y una viacutespera de Noche Buena con mi corazoacuten destrozado tuve que
despedirlo Se pasoacute dela raya Me levantoacute la mano y se rompioacute la baraja Pasado un tiempo recibiacute
una carta suya pidieacutendome disculpas Empezamos a cartearnos y hasta la fecha que espero carta
porque lleva sin escribirme maacutes de cuatro meses
Monserrat no pudo contenerse maacutes dicieacutendole con una voz sin calidez
-Pero hombre de Dios diacutegame donde se encuentra
-Perdoacuten perdoacuten sentildeora en Murcia se encuentra en Murcia
Monserrat de la mano de su hijo se habiacutea despedido del jefe portuario sintiendo en su interior un
amago de nostalgia al recordar lo feliz que fue el tiempo que estuvo en los brazos del hijo del
inspector Mena Lo amoacute locamente sin cortapisas sin importarle nada pero eacutel no supo
corresponderle Se asustoacute el diacutea que le dijo que esperaba un hijo suyo y se esfumoacute una semana antes
de que ella diera luz a la criatura Pero esa criatura ya teniacutea seis antildeos y toda su obsesioacuten no era otra
que palpar acariciar y besar el rostro de su padre pues en su colegio de ciegos y sordomudos
diariamente escuchaba las voces los besos y las carcajadas de las madres y padres de sus
compantildeeros de pupitre
El sol estaba alto y la bruma se desvaneciacutea por el puerto y sus calles Monserrat habiacutea cerrado el
portaloacuten de la mansioacuten heredada de su padre El sol se escondiacutea entre el follaje de los majestuosos
aacuterboles del jardiacuten El taxi paroacute a la entrada del recinto vallado tocando el claxon dos veces la madre
y el hijo bajaron la escalinata de mamposteriacutea de la residencia introducieacutendose en el vehiacuteculo El
taxista subioacute en dos zancadas las escaleras y comenzoacute a bajar el voluminoso equipaje de Monserrat
Una vez terminado yel choacutefer al volante dijo ella
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-Espere un segundo solo quiero cruzar la mirada por todo el recinto que me vio nacer y crecer y no
seacute si mis ojos volveraacuten a contemplarlo
Jordi su hijo le respondioacute
-Siacute Mami volveremos a verlo bueno yo no seacute pero volveremos aqui con papaacute para que por fin
seamos felices los tres Seguro mami ya lo veraacutes
La madre paseoacute su mirada por la arboleda y la fachada del caseroacuten sintiendo en su interior punzadas
de nostalgia al recordar su corta vida transcurrida entre esos muros no pudiendo evitar que sus ojos
se inundaran de laacutegrimas Mientras tanto en la capital del Segura el cirujano don Timoteo Aranda se
encuentra en el quiroacutefano de la Cliacutenica Nuestra Sentildeora de la Fuensanta terminando de operar a su
uacuteltimo paciente
Esa noche en el coqueto casino murciano ha sido invitado por la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles en
la entrega de premios y galardones por el presidente de la asociacioacuten el prestigioso doctor de
Reumatologiacutea don Manuel Menchoacuten Galiana que preside el cargo desde 1960 siendo reelegido en
varias ocasiones por su pulcritud su sapiencia y buen hacer en beneficio de los doctores
El tren procedente de Barcelona con paradas Madrid Murcia y Cartagena haciacutea su entrada en la
vetusta estacioacuten de El Carmen cuyo reloj marcaba las diez de la mantildeana De aquellos vagones de
primera clase chapados de maderas nobles barnizados decorados en terciopelo y cortinas de lino
con olor a limpieza se bajaba Monserrat y su pequentildeo Jordi Todo su equipaje excepto la bolsa de
viaje habiacutea sido facturado al hotel Rincoacuten de Pepe Su economiacutea era lo bastante holgada como para
viajar y hospedarse en primera clase fruto de la herencia de su padre Benito presldentede la
compantildeiacutea Esabe-Express
Antonio Barbados no puede pasar sin que el alcohol sea su uacutenico compantildeero desde hace varios antildeos
en esta tierra pimentonera donde fue recibido con las manos abiertas por una prestigiosa empresa
de seguridad Trabajoacute con ahiacutenco premura y habilidad en su trabajo sin importarle horario ni
festivos El sentildeor Estevil responsable de la empresa supo concederle su premio otorgaacutendole la
jefatura de sus casi cincuenta compantildeeros de trabajo Su economiacutea estaba bien saneada Su
residencia dejoacute de ser la pensioacuten Sandoval pasando a ser un lujoso chalet en una cercana
urbanizacioacuten cuajada de aacuterboJes y flora 5010 sentiacutea un vado en su corazoacuten Cupido no volvioacute con su
flecha a aceptar en la diana Conocioacute una chica pelirroja pero aquello tuvo mal final No se
correspondieron y cada uno marchoacute por su lado Cuaacutentas veces en la soledad de su chalet y en la
penumbra de su alcoba ha llorado en silencio aquel acto de cobardiacutea que tuvo con Monserrat su
novia faltaacutendole diacuteas para traer a este mundosu retontildeo fruto de los dos
Extrae de la billetera la uacutenica fotografiacutea que guarda de ella y la besa con pasioacuten Por su mente como
mil puntildeales apuntildealaron su pensamiento y tamizando solo uno iquestcoacutemo seriacutea la cara de su hijo iquestQueacute
estariacutea haciendo en ese instante iquestCoacutemo seriacutea su sonrisa su llanto Sus ojos como compuertas de un
embalse dejaron correr sus laacutegrimas hacia la comisura de sus labios Corno dice Ja voz de la calle no
es bueno que el hombre viva solo tampoco mal acompantildeado Eso fue lo que deterioroacute su vida las
malas compantildeiacuteas El eufoacuterico alcohol comenzoacute a hacerse compantildeero en varios diacuteas a la semana
saacutebados y domingos Pasado un tiempo lo acompantildeaba diariamente Consecuencias varias el
despido del trabajo la billetera vaciacutea pocos o casi ninguacuten amigo El final siempre es el mismo la
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soledad y el rechazo de la gente Desde haciacutea antildeos teniacutea la vivienda en la calle Veroacutenicas junto a la
plaza de Abastos Su casa toda la calle su bantildeo el jardiacuten del malecoacuten y su cama los friacuteos escalones
de maacutermol de la sala de exposiciones culturales de Veroacutenicas En los crudos inviernos se tapa con
cartones y alguna prenda de abrigo que le entrega la sentildeora Antonia que tambieacuten le da dinero para
que se corte el cabello Es una persona buena y caritativa Algunas todaviacutea quedan en la vintildea del
Sentildeor Como por ejemplo el vigilante jurado que realiza su servicio en la sala de exposiciones
llamado Chema que procede de nuestra ancha Castilla Lo obsequia con alguacuten regalo en Reyes un
jersey seminuevos que ya no se pone unos deportivos etc Como ex-vigilante que ha sido sabe que
el corazoacuten de Chema no lo dejaraacute en la miseria El pan de cada diacutea se lo gana haciendo recados a los
tenderos de la plaza donde le dan sus regulares propinas pero al final del diacutea duerme junto a su
almohada de plaacutestico su inseparable amigo del alma Don Simoacuten de apellido tetrabrik
Amigo lector no nos quejemos a veces de nuestra situacioacuten no seamos como aquel sabio tan pobre
que se alimentaba de hierbas del campo y un buen diacutea volvioacute la mirada hacia atraacutes y vio como otro
pobre se comiacutea las hierbas que eacutel desechaba
Dontildea Carmen Pitaluga se ha levantado esa mantildeana con humor su esposo el doctor don Timoteo
Aranda lleva cuatro diacuteas ~que ni le ha faltado el respeto ni le ha levantado la mano Esa noche es el
reparto de premios de la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles en el Casino que seraacute presidida por don
Manuel Menchoacuten Galiana Dontildea Carmen lo tiene casi todo dispuesto solo falta sacar del armario el
esmoquin de su esposo y plancharlo pero lo dejaraacute para uacuteltima hora Quiere que su marido a la hora
del reparto de premios y la saJidaa la pista de baile levante las miradas de las sentildeoras y la envidia de
los caballeros como si fuese un Roberto Valentino
El aire de la mantildeana es sutil sano diaacutefano es como un baacutelsamo para los pulmones Por eso la sentildeora
Pitaluga cruza la Gran Viacutea con paso raacutepido aspirando y expirando por lo temprano de la hora y la
circulacioacuten de vehfculos todaviacutea escasa Sus pasos la llevan al mercado de Veroacutenicas A la misma
hora Monserrat pone los pies en la calle cogida de la mano de su pequentildeo Jordi que quiere conocer
la ciudad Le han dicho que es una ciudad pequentildea y casi todo el mundo se conoce Su mirada
escudrintildeadora repasa las caras de los viandantes masculinos Podiacutea ser la casualidad que tropezara
con Barbados Lo piensa pero cree que eso no seraacute posible Monserrat y su hijo entraron por la calle
Veroacutenicas despueacutes de visitar la capilla del Pilar En esa calle viviacutea Barbados desde haciacutea varios antildeos
En ese instante ayuda a un sentildeor a cargar su compra en una obsoleta motocicleta a la espera que le
de una propina Se gira y casi su cara tropieza con la de ella
Monserrat se le quedoacute mirando absorta No daba creacutedito que hubiese sido tan sencillo dar con su
paradero Barbados la miroacute de arriba abajo dilatando sus pupilas de asombro Su voz casi ahogada
por la sorpresa dijo
-iquestDe verdad que eres tuacute Monserrat
Ella contestoacute
-La misma que dejaste olvidada como un paraguas hace varios antildeos en Barcelona y por lo que veo
jamaacutes volviste a recogerlo por miedoso y cobarde
En ese momento fue cuando Barbados se percatoacute del nintildeo que escuchaba en silencio con sus ojos
abiertos como lunas pero a oscuras como las noches en las tinjeblas
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-v1amiacute iquestquieacuten es este caballero por casualidad lo conoces iquestO usted conoce a mi madre
Hubo unos segundos de silencio un silencio espeso pareciacutea que flotaba entre los tres La madre con
la voz desgarrada por la emocioacuten le respondioacute
-Jordi este sentildeor aquiacute presente quiero que sepas que es tu padre
La palabra padre retumboacute en los oiacutedos del nintildeo como si tuviese eco Se deshizo de la mano de su
madre V las alzoacute en busca del rostro de su progenitor
-Papi deja que toque tu cara Cuaacutentas veces he sontildeado este momento
El padre se abrazoacute al nintildeo mientras este le palpa la cara
- Tienes un bigote que pincha V ademaacutes estaacute mojado
La cara de Barbados teniacutea una semejanza con la Dolorosa de Salzillo Sus laacutegrimas cruzaban su
mejilla muriendo en su bigote La madre se abrazoacute a los dos con los ojos arrasados en laacutegrimas V se
fundieron en un abrazo interminable Varjos transeuacutentes se paraban V miraban la escena on
emocioacuten Monserrat se derrumboacute entre laacutegrimas diciendo
-Quiero que seamos una familia los tres Por mi hijo quiero darte esa oportunidad Volvamos a casa
y besoacute la mejilla de eacutel Barbados se percatoacute que su hijo era ciego cuando lo besoacute repetidas veces en la
cara advirtiendo en sus pJerna s que le temblaban V un frlo intenso le trepaba por la garganta
-Siacute -dijo ella- nacioacute asiacute desconozco el motivo pero nuestro Jordi es feliz iquestverdad carintildeo
-Si V mucho V ahora maacutes todaviacutea que he encontrado a mi papaacute
Los tres salieron caminando direccioacuten al plano de San Francisco limpiaacutendose las laacutegrimas ella V el hijo
con un cliacutenex V eacutel lo haciacutea ron Jos puntildeos Cuando llegaron al tenderete de flores de Chari quiso la
casualidad que tambieacuten llegara la esposa del cirujano don Timoteo Aranda dontildea Carmen Pitaluga
Tanto la mirada de Monserrat como la de dontildea Carmen se clavaron en la figura del majestuoso rosal
Al uniacutesono las dos dijeron
-iquestQueacute precio pide por ese bonito rosal
-Perdoacuten -dijo la sentildeora Pitaluga- veacutendase lo a ella
Monserrat le contestoacute
-No sentildeora usted va delante de mi no faltariacutea maacutes
Chari la propietaria de las flores les respondioacute a las dos en tono iroacutenico
-Lo que puedo hacerle es venderle la mitad del rosal a una V la otra mitad a la otra
Como las dos estaban prendadas de aquel rosal que impregnaba el aire a olor celestial aceptaron con
una vaga sonrisa Asiacute fue como dontildea Carmen se llevoacute un precioso ramo de dieciseacuteis rosas V
Monserrat hizo lo mismo nosin antes decirles que las rosas estaban bendecidas por la Virgen de la
Fuensanta Las dos mujeres rieron unos minutos saliendo hacia sus domicilios con sus caras
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rebosadas en satisfaccioacuten La sentildeora Pitaluga llegoacute a casa y puso en un gran florero de cristal labrado
aquellas rosas rojas en el zaguaacuten de la entrada
El reloj de cuco del saloacuten dejoacute salir de su casita de madera al pintoresco pajarillo para que anunciara
con sus trinos metaacutelicos que eran las tres de la tarde Momento que traspasaba el umbraJ de la
puerta el doctor don Timoteo con el rictus de su cara serio
-Va estoy aquiacute quiero comer pronto me esperan en el casino para tomar cafeacute -dijo levantando la
voz
Su esposa precipitadamente salioacute de la cocina direccioacuten a Ja puerta secaacutendose las manos en el
delantal
- Te pido perdoacuten carintildeo Pongo la mesa en un instante -contestoacute su sentildeora esforzando una sonrisa
y quitaacutendole su chaqueta con un gesto de sumisioacuten
Pero para el doctor Aranda aqueUo no era oacutebice para desbocar su mal bumor dldendo
- Te trato como una reina no te falta de nada dinero joyas y como me pagas sin cumplir tu
obligacioacuten sentildealando con la mano la mesa
Terminada la comida y retocaacutendose el nudo de su corbata frente al espejo que habiacutea en el zaguaacuten su
mirada cayoacute sobre las rosas aterdopeJadas que habiacutea en el jarroacuten Don Timoteo quiso retractarse de
la manera que habiacutea hablado a su esposa diciendo en tono suave
-Reina queacute rosas maacutes preciosas parecen como si tuviesen vida V su fragancia me reconforta mi
interior calmaacutendome mi nerviosismo
-Si carintildeo las compreacute esta mantildeana quiero que tus malas maneras las olvides al contemplarlas
La sentildeora Pitaluga mientras hablaba se acercoacute a eacutel besaacutendole en la mejilla Su esposo le devolvioacute el
beso y colocaacutendose la chaqueta salioacute de la casa
Dontildea Catalina se cruzoacute en el ascensor con dontildea Carmen y le dijo
-iquestCoacutemo va todo bien o mal iquestUsted me entiende verdad
-Si la comprendo dontildea Catalina de momento todo bien -Le respondioacute la sentildeora Pitaluga Parece
que se hubiera tomado una infusioacuten de tranquilizantes Ahora que recuerdo iquesttranquilizantes Dios
miacuteo seraacuten las rosas las que por haber estado descansando en el manto de la virgen tienen ese poder
para transformarlo
Las dos mujeres se despidieron con un beso Dontildea carmen preparoacute toda la ropa de su esposo
zapatos relucientes camisa almidonada pajarita a estrenar gemelos de oro regalo de sus padres y
el esmoquin Pero la mala fortuna se cruzoacute en la plancha de dontildea Carmen por motivos desconocidos
En la pernera del pantaloacuten y mangas del chaqueacute la maldita plancha se ensantildeoacute varias veces con ellos
Ella llora desconsolada ni su vecina Catalina tiene la poacutecima para consolarla Sabe que su esposo no
se andaraacute con reparos en insultarla y golpearla
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Los uacuteltimos resplandores del diacutea rojos nacarados dorados pegaban en la milenaria fachada de la
Catedral El doctor don Timoteo introduce el llaviacuten en la cerradura de la puerta de su casa El silencio
es sepulcral Su voz recia sonoacute fuerte
-iquestEstas en casa reina
El silencio le contestoacute clavoacute su mirada en las delicadas rosas y acercando la cara aspiroacute
profundamente la fragancia sintieacutendose extasiado en lo maacutes profundo de sus pulmones
exclamando
-Este olor me embriaga el alma No hay perfume que le iguale
Con la chaqueta y la corbata en la mano pasoacute al saloacuten Quedoacute inmoacutevil por segundos En el fondo de la
estancia su esposa vestida con las mejores ropas y a sus pies dos maletas estaacute quieta en silencio Eacutel
dijo solemne
-iquestQueacute pasa es que te marchas con tus padres
-Si no puedo maacutes no te consiento que descargues tu ira sobre miacute cuando veas el estado
lamentable en que ha quedado tu esmoquin
Terminoacute la frase y sentildealoacute con la mano hacia una de las sillas en la que descansaba el churrascado y
perforado traje Las pobladas cejas del doctor se arquearon no pestantildeeoacute siquiera su mirada la
taladroacute por momentos sus ojos infectados de ira y sus puntildeos cerrados con fuerza tomaban un color
blanquecino Un incoacutemodo y prolongado silencio habiacutea en el saloacuten Los ojos de color esmeralda
claros y despabilados de dontildea Carmen no teniacutean maacutes laacutegrimas que derramar Don Timoteo sintioacute un
escalofriacuteo por todo su cuerpo su boca seca como un sarmiento quiso hablar pero se mordioacute la voz
Fue entonces cuando su esposa vio como se le iluminaba la cara y una laacutegrima lenta de silencio le
caiacutea por la mejilla Era la primera vez en su vida que dontildea Carmen veiacutea como lloraba su esposo Por
segundos pasoacute por su mente queacute estaba pasando alliacute ti sintioacute profundas punzadas en el pecho y
latigazos de remordimiento en lo profundo de su ser Todo lo que pasoacute despueacutes fue que el cirujano
se derrumboacute entre laacutegrimas y lleno de verguumlenza Se refugioacute en los brazos de su esposa diciendo
-Tienes que perdonarme hasta hoy no me he dado cuenta de lo que haciacutea Te lo suplico
perdoacutename
y lloraba como un nintildeo La escena del saloacuten era de puro arrepentimiento El meacutedico de rodillas
abrazado a su esposa pidiendo perdoacuten Ella sus manos alisan el cabello y la cara huacutemeda de eacutel y por
su mente es solo tamizado un pensamiento Las rosas esas rojas rosas sus peacutetalos acariciaron el
manto y las manos de la Virgen Luego el sacerdote pudiera que tuviese razoacuten
La luna habiacutea ascendido de entre los montes cercanos a la ciudad plena enorme redonda y roja
cuando el matrimonio caminaba direccioacuten al casino para celebrar la cena y la entrega de premios
anual por la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles presidida por el prestigioso reumatoacutelogo don Manuel
Menchoacuten Galiana
Dontildea Carmen vestiacutea con su vestido color pastel zapatos a juego collar de perlas del color de sus ojos
Estos teniacutean un brillo que nunca habiacutean tenido llamado felicidad Su esposo don Timoteo vestiacutea uno
de sus sencillos trajes que usaba para ir a la cliacutenica zapatos lustrosos mirada limpia y corazoacuten
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arrepentido Por eso en el momento de levantarse para recoger el premio de manos de don Manuel
Menchoacuten no le importoacute que los alliacute presentes vistieran de esmoquin y eacutel vistiese de traje En su
pequentildeo y locuaz discurso dejoacute a todos los que le conociacutean con caras de perplejidad cuando dijo
-Pido disculpas por no llevar la ropa adecuada para la ocasioacuten Hoy he arrojado a la basura el traje
de la intolerancia del machismo puro y duro de la incomprensioacuten con la persona amada y la camisa
de grosero Y me he colocado las ropas de la comprensioacuten la bondad el carintildeo positivo y la
generosidad
Casi todas sonrieron excepto su esposa queUoraba en silencio mientras sus pensamientos le saliacutean a
borbotones Su esposo se habiacutea transformado en todo positivo El arrepentimiento habiacutea sido en
puacuteblico sin cortapisas sin importarle la verguumlenza ante conocidos y desconocidos Sigue llorando en
sifencio Su esposo camina hacia ella Son los que abriraacuten el baile de gala Por su mente solo se cruza
un pensamiento aquel rosal que durmioacute en el manto de la Virgen Ahora llora y sonriacutee a la vez
Mientras la fiesta sigue en todo su apogeo cuatro calles maacutes allaacute en una de las lujosas habitaciones
del Rincoacuten de Pepe descansan Monserrat con su compantildeero Barbados y el hijo de ambos Jordi En
mitad de la amplia habitacioacuten sobre una mesa ovalada un jarroacuten fuerte y profundo sostiene en su
interior las dieciseacuteis rosas rojas de textura aterciopelada que dejan en la estancia un aroma
embriagador
Barbados se asomoacute a la ventana para contemplar la noche la luna brillaba casi como el sol Frente a
la ventana en un balcoacuten del edificio de enfrente habiacutea ropa blanca tendida Pareciacutea como sudarios
inmoacuteviles en la noche Se quedoacute fijo mirando y como un relaacutempago en la tormenta el airecillo afinoacute
sus sentidos experimentando una intensa antildeoranza de cuando se conocieron ella y eacutel en la toma de
posesioacuten de su plaza de vigilante jurado Barbados cerroacute los ojos y sus pensamientos se
arremolinaron en una tormenta de remordimientos lamentaciones y a la vez de nostalgia Sus ojos
rojos casi a punto de lLorar En el reloj de pulsera de Monserrat las agujas marcaban las doce de la
noche se dirigioacute a su hijo diciendo
-Vamos Jordi deja en paz a papaacute mantildeana seguiraacutes besaacutendole y preguntaacutendole cuantas cosas
quieras Tienes que marcharte a tu cama Vamos carintildeo
El criacuteo le respondioacute~
-Ese aroma tan pegajoso y aromaacutetico que huelo iquestson las rosas que compraste esta mantildeana
-Si carintildeo Son las rosas iquestPor queacute -Contestoacute ella
Me gustariacutea dormir con una de ellas en mi cabecera -Dijo Jordi
-iquestPor alguacuten motivo en especial -Interpeloacute la madre
El hijo dibujoacute en su cara infantil una amplia sonrisa y dijo
-Me recuerda en mis sentidos que por primera vez veo bueno veo no conozco y beso a mi padre y
ese aroma quisiera que me acompantildeara en mi cama como si fuera eacutel
La madre ante la expresioacuten tan sincera de su hijo no tuvo maacutes remedio que acceder
15
-Conforme dormiraacutes con todas las flores en tu mesilla pero promeacuteteme que le rezaraacutes a la virgen y
te dormiraacutes -dijo ella comenzando a desvestirlo
El padre Barbados pasoacute a la habitacioacuten y le colocoacute el gran florero en la mesita de noche Las rosas
teniacutean un aspecto lozano de un rojo puacuterpura inundando la estancia de oJores insuperables
Monserrat se acostoacute en la alcoba mientras Barbados compuso una almohada con dos cojines y pasoacute
la noche en el sofaacute del saloacuten
Estaba amaneciendo y un filo de puacuterpura rasgaba las nubes Jordi el pequentildeo se despertoacute
exclamando
-Mamaacute mami iquestqueacute es esto que me estaacute pasando Puedo ver
Tanto la madre como el padre corrieron hacia su habitacioacuten El nintildeo se habiacutea incorporado en la cama
Teniacutea en sus manos una de las rosas del florero Papi que color tan bonito tiene estas flores -dijo
alargando sus brazos para que su padre pudiera verla maacutes cerca El criacuteo puesto en pie estaba absorto
contemplando todos los objetos de la habitacioacuten Un mundo nuevo habiacutea nacido para eacutel dejando a
sus padres en un segundo plano Pasaron varios minutos Jordi miro y requetemiroacute todo lo que se
poniacutea a su alcance de su mirada Fue cuando se tropezoacute con la cara de su madre las laacutegrimas
resbalaban por las mejillas
-Madre queacute feliz soy puede que por lo mucho que le rezo a la Virgen de Monserrat esto sea un
milagro
la madre sosteniacutea en su mano una rosa se la acercoacute a la boca y besaacutendola dijo
-No lo seacute hijo si esto ha sido un milagro o que la madre naturaleza ha terminado su trabajo contigo
despueacutes de ocho antildeos Sea lo que haya sido nunca podreacute pagarle el divino tesoro que el Altiacutesimo me
ha regalado
Jordi se abraza a su madre y llora emocionado Barbados trasladoacute su laacutenguida mirada a su hijo
diciendo
-Queacute a tu padre no le das un beso iquestNo ves lo falto que estoy de ellos
El nintildeo dejoacute a su madre abrazaacutendose a eacutel y besaacutendolo en la cara y la frente El aire en aquella estancia
resultaba caacutelido y perfumado con el aroma de las rosas Todo lo que pasoacute despueacutes se lo pueden
imaginar Tanto Barbados como Monserrat quiso la fatalidad que se encontraran de nuevo para
darse una segunda oportunidad Como al matrimonio de don Timoteo Aranda y dontildea Carmen
Pitaluga fue por aquel rosal que durmioacute en el manto de la Fuensanta Fue la casualidad del destino
Nunca lo sabremos amigo lector
Yo tengo un pequentildeo ejemplo que me ocurrioacute en mi nintildeez Creciacute en un orfanato por circunstancias
de la vida Teniacuteamos profesores y celadores buenos y malos como todo en la vida Recuerdo a don
Miguel que era celador Una noche de invierno crudo por hablar fuerte durante la cena con un
compantildeero de mesa nos castigoacute a fregar los pasillos del recinto El techo se me vino abajo Teniacuteamos
que fregar de rodillas Alliacute no habiacutea llegado todaviacutea la fregona Tenfamos un gigantesco cuadro
colgado en la pared del comedor que desde el aacutengulo que lo miraras sus dulces ojos te miraban con
dulzura Yo tendriacutea diez antildeos maacutes o menos y siguiendo las ensentildeanzas de uno de mis maestros don
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Antonio Torres tuve fe en saberme la leccioacuten si clavaba los codos Y clavando mi mirada en el corazoacuten de Jesuacutes le dije
-Por favor hace mucho friacuteo y tengo suentildeo Tengo fe que haraacutes algo por nosotros Puede que no se
lo crean cuando los dos cubos y las bayetas las teniacuteamos preparadas como por arte de magia se
apagoacute la luz Don Miguel nos hizo esperar alliacute al pie de los cubos sobre media hora Yo sentiacutea un
cosquilleo de alegriacutea por todo el cuerpo Le dije a mi compantildeero de la bayeta
-Tengo fe que no fregamos Y esa fe me acompantildeoacute cuando don Miguel dijo
-Podeacuteis marcharos a la cama pero la proacutexima vez no os perdono
Nos acompantildeoacute con la palmatoria en la mano a nuestro dormitorio Metido en la cama le receacute al
Corazoacuten de Jesuacutes ya la mantildeana siguiente lo conteacute entre mis compantildeeros y muy pocos me creyeron
Posdata - Los personajes que aparecen aquiacute son verdaderos los siguientes El inspector Mena su
hijo Barbados que reside en la calle Veroacutenkas y los duentildeos de la fjoristeriacutea ubicada en la misma calle
Juan Ortiacuten y su hija Rosario conocida como Chari Para ellos con todo mi afecto son personas
buenas y educadas Todo lo demaacutes es fruto de mi imaginacioacuten como aprendiz de escritor que soy
Firmado Auxiliar de Farmacia Antonio Martiacutenez
M urda a 1 de mayo de 2006
Monserrat se dirigiacutea al puerto mariacutetimo para entrevistarse con el responsable de eacutel por la noticia de
que el padre de su pequentildeo habiacutea dado sentildeales en alguacuten punto de Espantildea El pequentildeo Jordi con esa
vocecita que casi no le saliacutea del cuerpo preguntaba muy a menudo
-iquestMami doacutende estaacute mj padre es que yo soy el uacutenico nintildeo de mj colegio que no conoce a su padre
Seacute que no lo puedo ver pero con solo tocar acariciar su cara y besarla yo seriacutea el nintildeo maacutes feliz de
este mundo
y sus ojos sin luz se inundaban de laacutegrimas por todo el carintildeo que le profesaba a su padre sin
conocerlo Monserrat queda conocer el paradero de Barbados Pasoacute al despacho del jefe portuario
El responsable rondariacutea los cincuenta Enjuto en carnes de cara alargada su rostro pareciacutea cincelado
por el sol todo lo contrario que sus brazos pues llevaba una camiseta de tirantes donde los rayos del
sol habiacutean tatuado su blanca piel que casi pareciacutea trasluacutecida
El caballero con la voz tamizada de pesar dijo
-Sentildeora el chico que usted busca lo tuve bajo mis oacuterdenes varios antildeos Era bastante formal
trabajador y honrado pero como casi siempre las malas compantildeiacuteas hacen mella en los corazones
buenos y se fue hundiendo en la bebida Yo puse todo lo que teniacutea a mi alciexclmce como ocultarlo
incluso en mi despacho en ese cuartucho de enseres vjejos -y sentildealaba con la mano la puerta
despintada que habiacutea a su derecha- para que nadie lo viera embriagado Tuve el valor de que
pernoctara en mi casa varias noches con permiso de mi esposa pues no tenemos hijos y tambieacuten
fue inuacutetil Nada pude hacer y una viacutespera de Noche Buena con mi corazoacuten destrozado tuve que
despedirlo Se pasoacute dela raya Me levantoacute la mano y se rompioacute la baraja Pasado un tiempo recibiacute
una carta suya pidieacutendome disculpas Empezamos a cartearnos y hasta la fecha que espero carta
porque lleva sin escribirme maacutes de cuatro meses
Monserrat no pudo contenerse maacutes dicieacutendole con una voz sin calidez
-Pero hombre de Dios diacutegame donde se encuentra
-Perdoacuten perdoacuten sentildeora en Murcia se encuentra en Murcia
Monserrat de la mano de su hijo se habiacutea despedido del jefe portuario sintiendo en su interior un
amago de nostalgia al recordar lo feliz que fue el tiempo que estuvo en los brazos del hijo del
inspector Mena Lo amoacute locamente sin cortapisas sin importarle nada pero eacutel no supo
corresponderle Se asustoacute el diacutea que le dijo que esperaba un hijo suyo y se esfumoacute una semana antes
de que ella diera luz a la criatura Pero esa criatura ya teniacutea seis antildeos y toda su obsesioacuten no era otra
que palpar acariciar y besar el rostro de su padre pues en su colegio de ciegos y sordomudos
diariamente escuchaba las voces los besos y las carcajadas de las madres y padres de sus
compantildeeros de pupitre
El sol estaba alto y la bruma se desvaneciacutea por el puerto y sus calles Monserrat habiacutea cerrado el
portaloacuten de la mansioacuten heredada de su padre El sol se escondiacutea entre el follaje de los majestuosos
aacuterboles del jardiacuten El taxi paroacute a la entrada del recinto vallado tocando el claxon dos veces la madre
y el hijo bajaron la escalinata de mamposteriacutea de la residencia introducieacutendose en el vehiacuteculo El
taxista subioacute en dos zancadas las escaleras y comenzoacute a bajar el voluminoso equipaje de Monserrat
Una vez terminado yel choacutefer al volante dijo ella
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-Espere un segundo solo quiero cruzar la mirada por todo el recinto que me vio nacer y crecer y no
seacute si mis ojos volveraacuten a contemplarlo
Jordi su hijo le respondioacute
-Siacute Mami volveremos a verlo bueno yo no seacute pero volveremos aqui con papaacute para que por fin
seamos felices los tres Seguro mami ya lo veraacutes
La madre paseoacute su mirada por la arboleda y la fachada del caseroacuten sintiendo en su interior punzadas
de nostalgia al recordar su corta vida transcurrida entre esos muros no pudiendo evitar que sus ojos
se inundaran de laacutegrimas Mientras tanto en la capital del Segura el cirujano don Timoteo Aranda se
encuentra en el quiroacutefano de la Cliacutenica Nuestra Sentildeora de la Fuensanta terminando de operar a su
uacuteltimo paciente
Esa noche en el coqueto casino murciano ha sido invitado por la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles en
la entrega de premios y galardones por el presidente de la asociacioacuten el prestigioso doctor de
Reumatologiacutea don Manuel Menchoacuten Galiana que preside el cargo desde 1960 siendo reelegido en
varias ocasiones por su pulcritud su sapiencia y buen hacer en beneficio de los doctores
El tren procedente de Barcelona con paradas Madrid Murcia y Cartagena haciacutea su entrada en la
vetusta estacioacuten de El Carmen cuyo reloj marcaba las diez de la mantildeana De aquellos vagones de
primera clase chapados de maderas nobles barnizados decorados en terciopelo y cortinas de lino
con olor a limpieza se bajaba Monserrat y su pequentildeo Jordi Todo su equipaje excepto la bolsa de
viaje habiacutea sido facturado al hotel Rincoacuten de Pepe Su economiacutea era lo bastante holgada como para
viajar y hospedarse en primera clase fruto de la herencia de su padre Benito presldentede la
compantildeiacutea Esabe-Express
Antonio Barbados no puede pasar sin que el alcohol sea su uacutenico compantildeero desde hace varios antildeos
en esta tierra pimentonera donde fue recibido con las manos abiertas por una prestigiosa empresa
de seguridad Trabajoacute con ahiacutenco premura y habilidad en su trabajo sin importarle horario ni
festivos El sentildeor Estevil responsable de la empresa supo concederle su premio otorgaacutendole la
jefatura de sus casi cincuenta compantildeeros de trabajo Su economiacutea estaba bien saneada Su
residencia dejoacute de ser la pensioacuten Sandoval pasando a ser un lujoso chalet en una cercana
urbanizacioacuten cuajada de aacuterboJes y flora 5010 sentiacutea un vado en su corazoacuten Cupido no volvioacute con su
flecha a aceptar en la diana Conocioacute una chica pelirroja pero aquello tuvo mal final No se
correspondieron y cada uno marchoacute por su lado Cuaacutentas veces en la soledad de su chalet y en la
penumbra de su alcoba ha llorado en silencio aquel acto de cobardiacutea que tuvo con Monserrat su
novia faltaacutendole diacuteas para traer a este mundosu retontildeo fruto de los dos
Extrae de la billetera la uacutenica fotografiacutea que guarda de ella y la besa con pasioacuten Por su mente como
mil puntildeales apuntildealaron su pensamiento y tamizando solo uno iquestcoacutemo seriacutea la cara de su hijo iquestQueacute
estariacutea haciendo en ese instante iquestCoacutemo seriacutea su sonrisa su llanto Sus ojos como compuertas de un
embalse dejaron correr sus laacutegrimas hacia la comisura de sus labios Corno dice Ja voz de la calle no
es bueno que el hombre viva solo tampoco mal acompantildeado Eso fue lo que deterioroacute su vida las
malas compantildeiacuteas El eufoacuterico alcohol comenzoacute a hacerse compantildeero en varios diacuteas a la semana
saacutebados y domingos Pasado un tiempo lo acompantildeaba diariamente Consecuencias varias el
despido del trabajo la billetera vaciacutea pocos o casi ninguacuten amigo El final siempre es el mismo la
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soledad y el rechazo de la gente Desde haciacutea antildeos teniacutea la vivienda en la calle Veroacutenicas junto a la
plaza de Abastos Su casa toda la calle su bantildeo el jardiacuten del malecoacuten y su cama los friacuteos escalones
de maacutermol de la sala de exposiciones culturales de Veroacutenicas En los crudos inviernos se tapa con
cartones y alguna prenda de abrigo que le entrega la sentildeora Antonia que tambieacuten le da dinero para
que se corte el cabello Es una persona buena y caritativa Algunas todaviacutea quedan en la vintildea del
Sentildeor Como por ejemplo el vigilante jurado que realiza su servicio en la sala de exposiciones
llamado Chema que procede de nuestra ancha Castilla Lo obsequia con alguacuten regalo en Reyes un
jersey seminuevos que ya no se pone unos deportivos etc Como ex-vigilante que ha sido sabe que
el corazoacuten de Chema no lo dejaraacute en la miseria El pan de cada diacutea se lo gana haciendo recados a los
tenderos de la plaza donde le dan sus regulares propinas pero al final del diacutea duerme junto a su
almohada de plaacutestico su inseparable amigo del alma Don Simoacuten de apellido tetrabrik
Amigo lector no nos quejemos a veces de nuestra situacioacuten no seamos como aquel sabio tan pobre
que se alimentaba de hierbas del campo y un buen diacutea volvioacute la mirada hacia atraacutes y vio como otro
pobre se comiacutea las hierbas que eacutel desechaba
Dontildea Carmen Pitaluga se ha levantado esa mantildeana con humor su esposo el doctor don Timoteo
Aranda lleva cuatro diacuteas ~que ni le ha faltado el respeto ni le ha levantado la mano Esa noche es el
reparto de premios de la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles en el Casino que seraacute presidida por don
Manuel Menchoacuten Galiana Dontildea Carmen lo tiene casi todo dispuesto solo falta sacar del armario el
esmoquin de su esposo y plancharlo pero lo dejaraacute para uacuteltima hora Quiere que su marido a la hora
del reparto de premios y la saJidaa la pista de baile levante las miradas de las sentildeoras y la envidia de
los caballeros como si fuese un Roberto Valentino
El aire de la mantildeana es sutil sano diaacutefano es como un baacutelsamo para los pulmones Por eso la sentildeora
Pitaluga cruza la Gran Viacutea con paso raacutepido aspirando y expirando por lo temprano de la hora y la
circulacioacuten de vehfculos todaviacutea escasa Sus pasos la llevan al mercado de Veroacutenicas A la misma
hora Monserrat pone los pies en la calle cogida de la mano de su pequentildeo Jordi que quiere conocer
la ciudad Le han dicho que es una ciudad pequentildea y casi todo el mundo se conoce Su mirada
escudrintildeadora repasa las caras de los viandantes masculinos Podiacutea ser la casualidad que tropezara
con Barbados Lo piensa pero cree que eso no seraacute posible Monserrat y su hijo entraron por la calle
Veroacutenicas despueacutes de visitar la capilla del Pilar En esa calle viviacutea Barbados desde haciacutea varios antildeos
En ese instante ayuda a un sentildeor a cargar su compra en una obsoleta motocicleta a la espera que le
de una propina Se gira y casi su cara tropieza con la de ella
Monserrat se le quedoacute mirando absorta No daba creacutedito que hubiese sido tan sencillo dar con su
paradero Barbados la miroacute de arriba abajo dilatando sus pupilas de asombro Su voz casi ahogada
por la sorpresa dijo
-iquestDe verdad que eres tuacute Monserrat
Ella contestoacute
-La misma que dejaste olvidada como un paraguas hace varios antildeos en Barcelona y por lo que veo
jamaacutes volviste a recogerlo por miedoso y cobarde
En ese momento fue cuando Barbados se percatoacute del nintildeo que escuchaba en silencio con sus ojos
abiertos como lunas pero a oscuras como las noches en las tinjeblas
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-v1amiacute iquestquieacuten es este caballero por casualidad lo conoces iquestO usted conoce a mi madre
Hubo unos segundos de silencio un silencio espeso pareciacutea que flotaba entre los tres La madre con
la voz desgarrada por la emocioacuten le respondioacute
-Jordi este sentildeor aquiacute presente quiero que sepas que es tu padre
La palabra padre retumboacute en los oiacutedos del nintildeo como si tuviese eco Se deshizo de la mano de su
madre V las alzoacute en busca del rostro de su progenitor
-Papi deja que toque tu cara Cuaacutentas veces he sontildeado este momento
El padre se abrazoacute al nintildeo mientras este le palpa la cara
- Tienes un bigote que pincha V ademaacutes estaacute mojado
La cara de Barbados teniacutea una semejanza con la Dolorosa de Salzillo Sus laacutegrimas cruzaban su
mejilla muriendo en su bigote La madre se abrazoacute a los dos con los ojos arrasados en laacutegrimas V se
fundieron en un abrazo interminable Varjos transeuacutentes se paraban V miraban la escena on
emocioacuten Monserrat se derrumboacute entre laacutegrimas diciendo
-Quiero que seamos una familia los tres Por mi hijo quiero darte esa oportunidad Volvamos a casa
y besoacute la mejilla de eacutel Barbados se percatoacute que su hijo era ciego cuando lo besoacute repetidas veces en la
cara advirtiendo en sus pJerna s que le temblaban V un frlo intenso le trepaba por la garganta
-Siacute -dijo ella- nacioacute asiacute desconozco el motivo pero nuestro Jordi es feliz iquestverdad carintildeo
-Si V mucho V ahora maacutes todaviacutea que he encontrado a mi papaacute
Los tres salieron caminando direccioacuten al plano de San Francisco limpiaacutendose las laacutegrimas ella V el hijo
con un cliacutenex V eacutel lo haciacutea ron Jos puntildeos Cuando llegaron al tenderete de flores de Chari quiso la
casualidad que tambieacuten llegara la esposa del cirujano don Timoteo Aranda dontildea Carmen Pitaluga
Tanto la mirada de Monserrat como la de dontildea Carmen se clavaron en la figura del majestuoso rosal
Al uniacutesono las dos dijeron
-iquestQueacute precio pide por ese bonito rosal
-Perdoacuten -dijo la sentildeora Pitaluga- veacutendase lo a ella
Monserrat le contestoacute
-No sentildeora usted va delante de mi no faltariacutea maacutes
Chari la propietaria de las flores les respondioacute a las dos en tono iroacutenico
-Lo que puedo hacerle es venderle la mitad del rosal a una V la otra mitad a la otra
Como las dos estaban prendadas de aquel rosal que impregnaba el aire a olor celestial aceptaron con
una vaga sonrisa Asiacute fue como dontildea Carmen se llevoacute un precioso ramo de dieciseacuteis rosas V
Monserrat hizo lo mismo nosin antes decirles que las rosas estaban bendecidas por la Virgen de la
Fuensanta Las dos mujeres rieron unos minutos saliendo hacia sus domicilios con sus caras
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rebosadas en satisfaccioacuten La sentildeora Pitaluga llegoacute a casa y puso en un gran florero de cristal labrado
aquellas rosas rojas en el zaguaacuten de la entrada
El reloj de cuco del saloacuten dejoacute salir de su casita de madera al pintoresco pajarillo para que anunciara
con sus trinos metaacutelicos que eran las tres de la tarde Momento que traspasaba el umbraJ de la
puerta el doctor don Timoteo con el rictus de su cara serio
-Va estoy aquiacute quiero comer pronto me esperan en el casino para tomar cafeacute -dijo levantando la
voz
Su esposa precipitadamente salioacute de la cocina direccioacuten a Ja puerta secaacutendose las manos en el
delantal
- Te pido perdoacuten carintildeo Pongo la mesa en un instante -contestoacute su sentildeora esforzando una sonrisa
y quitaacutendole su chaqueta con un gesto de sumisioacuten
Pero para el doctor Aranda aqueUo no era oacutebice para desbocar su mal bumor dldendo
- Te trato como una reina no te falta de nada dinero joyas y como me pagas sin cumplir tu
obligacioacuten sentildealando con la mano la mesa
Terminada la comida y retocaacutendose el nudo de su corbata frente al espejo que habiacutea en el zaguaacuten su
mirada cayoacute sobre las rosas aterdopeJadas que habiacutea en el jarroacuten Don Timoteo quiso retractarse de
la manera que habiacutea hablado a su esposa diciendo en tono suave
-Reina queacute rosas maacutes preciosas parecen como si tuviesen vida V su fragancia me reconforta mi
interior calmaacutendome mi nerviosismo
-Si carintildeo las compreacute esta mantildeana quiero que tus malas maneras las olvides al contemplarlas
La sentildeora Pitaluga mientras hablaba se acercoacute a eacutel besaacutendole en la mejilla Su esposo le devolvioacute el
beso y colocaacutendose la chaqueta salioacute de la casa
Dontildea Catalina se cruzoacute en el ascensor con dontildea Carmen y le dijo
-iquestCoacutemo va todo bien o mal iquestUsted me entiende verdad
-Si la comprendo dontildea Catalina de momento todo bien -Le respondioacute la sentildeora Pitaluga Parece
que se hubiera tomado una infusioacuten de tranquilizantes Ahora que recuerdo iquesttranquilizantes Dios
miacuteo seraacuten las rosas las que por haber estado descansando en el manto de la virgen tienen ese poder
para transformarlo
Las dos mujeres se despidieron con un beso Dontildea carmen preparoacute toda la ropa de su esposo
zapatos relucientes camisa almidonada pajarita a estrenar gemelos de oro regalo de sus padres y
el esmoquin Pero la mala fortuna se cruzoacute en la plancha de dontildea Carmen por motivos desconocidos
En la pernera del pantaloacuten y mangas del chaqueacute la maldita plancha se ensantildeoacute varias veces con ellos
Ella llora desconsolada ni su vecina Catalina tiene la poacutecima para consolarla Sabe que su esposo no
se andaraacute con reparos en insultarla y golpearla
13
Los uacuteltimos resplandores del diacutea rojos nacarados dorados pegaban en la milenaria fachada de la
Catedral El doctor don Timoteo introduce el llaviacuten en la cerradura de la puerta de su casa El silencio
es sepulcral Su voz recia sonoacute fuerte
-iquestEstas en casa reina
El silencio le contestoacute clavoacute su mirada en las delicadas rosas y acercando la cara aspiroacute
profundamente la fragancia sintieacutendose extasiado en lo maacutes profundo de sus pulmones
exclamando
-Este olor me embriaga el alma No hay perfume que le iguale
Con la chaqueta y la corbata en la mano pasoacute al saloacuten Quedoacute inmoacutevil por segundos En el fondo de la
estancia su esposa vestida con las mejores ropas y a sus pies dos maletas estaacute quieta en silencio Eacutel
dijo solemne
-iquestQueacute pasa es que te marchas con tus padres
-Si no puedo maacutes no te consiento que descargues tu ira sobre miacute cuando veas el estado
lamentable en que ha quedado tu esmoquin
Terminoacute la frase y sentildealoacute con la mano hacia una de las sillas en la que descansaba el churrascado y
perforado traje Las pobladas cejas del doctor se arquearon no pestantildeeoacute siquiera su mirada la
taladroacute por momentos sus ojos infectados de ira y sus puntildeos cerrados con fuerza tomaban un color
blanquecino Un incoacutemodo y prolongado silencio habiacutea en el saloacuten Los ojos de color esmeralda
claros y despabilados de dontildea Carmen no teniacutean maacutes laacutegrimas que derramar Don Timoteo sintioacute un
escalofriacuteo por todo su cuerpo su boca seca como un sarmiento quiso hablar pero se mordioacute la voz
Fue entonces cuando su esposa vio como se le iluminaba la cara y una laacutegrima lenta de silencio le
caiacutea por la mejilla Era la primera vez en su vida que dontildea Carmen veiacutea como lloraba su esposo Por
segundos pasoacute por su mente queacute estaba pasando alliacute ti sintioacute profundas punzadas en el pecho y
latigazos de remordimiento en lo profundo de su ser Todo lo que pasoacute despueacutes fue que el cirujano
se derrumboacute entre laacutegrimas y lleno de verguumlenza Se refugioacute en los brazos de su esposa diciendo
-Tienes que perdonarme hasta hoy no me he dado cuenta de lo que haciacutea Te lo suplico
perdoacutename
y lloraba como un nintildeo La escena del saloacuten era de puro arrepentimiento El meacutedico de rodillas
abrazado a su esposa pidiendo perdoacuten Ella sus manos alisan el cabello y la cara huacutemeda de eacutel y por
su mente es solo tamizado un pensamiento Las rosas esas rojas rosas sus peacutetalos acariciaron el
manto y las manos de la Virgen Luego el sacerdote pudiera que tuviese razoacuten
La luna habiacutea ascendido de entre los montes cercanos a la ciudad plena enorme redonda y roja
cuando el matrimonio caminaba direccioacuten al casino para celebrar la cena y la entrega de premios
anual por la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles presidida por el prestigioso reumatoacutelogo don Manuel
Menchoacuten Galiana
Dontildea Carmen vestiacutea con su vestido color pastel zapatos a juego collar de perlas del color de sus ojos
Estos teniacutean un brillo que nunca habiacutean tenido llamado felicidad Su esposo don Timoteo vestiacutea uno
de sus sencillos trajes que usaba para ir a la cliacutenica zapatos lustrosos mirada limpia y corazoacuten
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arrepentido Por eso en el momento de levantarse para recoger el premio de manos de don Manuel
Menchoacuten no le importoacute que los alliacute presentes vistieran de esmoquin y eacutel vistiese de traje En su
pequentildeo y locuaz discurso dejoacute a todos los que le conociacutean con caras de perplejidad cuando dijo
-Pido disculpas por no llevar la ropa adecuada para la ocasioacuten Hoy he arrojado a la basura el traje
de la intolerancia del machismo puro y duro de la incomprensioacuten con la persona amada y la camisa
de grosero Y me he colocado las ropas de la comprensioacuten la bondad el carintildeo positivo y la
generosidad
Casi todas sonrieron excepto su esposa queUoraba en silencio mientras sus pensamientos le saliacutean a
borbotones Su esposo se habiacutea transformado en todo positivo El arrepentimiento habiacutea sido en
puacuteblico sin cortapisas sin importarle la verguumlenza ante conocidos y desconocidos Sigue llorando en
sifencio Su esposo camina hacia ella Son los que abriraacuten el baile de gala Por su mente solo se cruza
un pensamiento aquel rosal que durmioacute en el manto de la Virgen Ahora llora y sonriacutee a la vez
Mientras la fiesta sigue en todo su apogeo cuatro calles maacutes allaacute en una de las lujosas habitaciones
del Rincoacuten de Pepe descansan Monserrat con su compantildeero Barbados y el hijo de ambos Jordi En
mitad de la amplia habitacioacuten sobre una mesa ovalada un jarroacuten fuerte y profundo sostiene en su
interior las dieciseacuteis rosas rojas de textura aterciopelada que dejan en la estancia un aroma
embriagador
Barbados se asomoacute a la ventana para contemplar la noche la luna brillaba casi como el sol Frente a
la ventana en un balcoacuten del edificio de enfrente habiacutea ropa blanca tendida Pareciacutea como sudarios
inmoacuteviles en la noche Se quedoacute fijo mirando y como un relaacutempago en la tormenta el airecillo afinoacute
sus sentidos experimentando una intensa antildeoranza de cuando se conocieron ella y eacutel en la toma de
posesioacuten de su plaza de vigilante jurado Barbados cerroacute los ojos y sus pensamientos se
arremolinaron en una tormenta de remordimientos lamentaciones y a la vez de nostalgia Sus ojos
rojos casi a punto de lLorar En el reloj de pulsera de Monserrat las agujas marcaban las doce de la
noche se dirigioacute a su hijo diciendo
-Vamos Jordi deja en paz a papaacute mantildeana seguiraacutes besaacutendole y preguntaacutendole cuantas cosas
quieras Tienes que marcharte a tu cama Vamos carintildeo
El criacuteo le respondioacute~
-Ese aroma tan pegajoso y aromaacutetico que huelo iquestson las rosas que compraste esta mantildeana
-Si carintildeo Son las rosas iquestPor queacute -Contestoacute ella
Me gustariacutea dormir con una de ellas en mi cabecera -Dijo Jordi
-iquestPor alguacuten motivo en especial -Interpeloacute la madre
El hijo dibujoacute en su cara infantil una amplia sonrisa y dijo
-Me recuerda en mis sentidos que por primera vez veo bueno veo no conozco y beso a mi padre y
ese aroma quisiera que me acompantildeara en mi cama como si fuera eacutel
La madre ante la expresioacuten tan sincera de su hijo no tuvo maacutes remedio que acceder
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-Conforme dormiraacutes con todas las flores en tu mesilla pero promeacuteteme que le rezaraacutes a la virgen y
te dormiraacutes -dijo ella comenzando a desvestirlo
El padre Barbados pasoacute a la habitacioacuten y le colocoacute el gran florero en la mesita de noche Las rosas
teniacutean un aspecto lozano de un rojo puacuterpura inundando la estancia de oJores insuperables
Monserrat se acostoacute en la alcoba mientras Barbados compuso una almohada con dos cojines y pasoacute
la noche en el sofaacute del saloacuten
Estaba amaneciendo y un filo de puacuterpura rasgaba las nubes Jordi el pequentildeo se despertoacute
exclamando
-Mamaacute mami iquestqueacute es esto que me estaacute pasando Puedo ver
Tanto la madre como el padre corrieron hacia su habitacioacuten El nintildeo se habiacutea incorporado en la cama
Teniacutea en sus manos una de las rosas del florero Papi que color tan bonito tiene estas flores -dijo
alargando sus brazos para que su padre pudiera verla maacutes cerca El criacuteo puesto en pie estaba absorto
contemplando todos los objetos de la habitacioacuten Un mundo nuevo habiacutea nacido para eacutel dejando a
sus padres en un segundo plano Pasaron varios minutos Jordi miro y requetemiroacute todo lo que se
poniacutea a su alcance de su mirada Fue cuando se tropezoacute con la cara de su madre las laacutegrimas
resbalaban por las mejillas
-Madre queacute feliz soy puede que por lo mucho que le rezo a la Virgen de Monserrat esto sea un
milagro
la madre sosteniacutea en su mano una rosa se la acercoacute a la boca y besaacutendola dijo
-No lo seacute hijo si esto ha sido un milagro o que la madre naturaleza ha terminado su trabajo contigo
despueacutes de ocho antildeos Sea lo que haya sido nunca podreacute pagarle el divino tesoro que el Altiacutesimo me
ha regalado
Jordi se abraza a su madre y llora emocionado Barbados trasladoacute su laacutenguida mirada a su hijo
diciendo
-Queacute a tu padre no le das un beso iquestNo ves lo falto que estoy de ellos
El nintildeo dejoacute a su madre abrazaacutendose a eacutel y besaacutendolo en la cara y la frente El aire en aquella estancia
resultaba caacutelido y perfumado con el aroma de las rosas Todo lo que pasoacute despueacutes se lo pueden
imaginar Tanto Barbados como Monserrat quiso la fatalidad que se encontraran de nuevo para
darse una segunda oportunidad Como al matrimonio de don Timoteo Aranda y dontildea Carmen
Pitaluga fue por aquel rosal que durmioacute en el manto de la Fuensanta Fue la casualidad del destino
Nunca lo sabremos amigo lector
Yo tengo un pequentildeo ejemplo que me ocurrioacute en mi nintildeez Creciacute en un orfanato por circunstancias
de la vida Teniacuteamos profesores y celadores buenos y malos como todo en la vida Recuerdo a don
Miguel que era celador Una noche de invierno crudo por hablar fuerte durante la cena con un
compantildeero de mesa nos castigoacute a fregar los pasillos del recinto El techo se me vino abajo Teniacuteamos
que fregar de rodillas Alliacute no habiacutea llegado todaviacutea la fregona Tenfamos un gigantesco cuadro
colgado en la pared del comedor que desde el aacutengulo que lo miraras sus dulces ojos te miraban con
dulzura Yo tendriacutea diez antildeos maacutes o menos y siguiendo las ensentildeanzas de uno de mis maestros don
16
Antonio Torres tuve fe en saberme la leccioacuten si clavaba los codos Y clavando mi mirada en el corazoacuten de Jesuacutes le dije
-Por favor hace mucho friacuteo y tengo suentildeo Tengo fe que haraacutes algo por nosotros Puede que no se
lo crean cuando los dos cubos y las bayetas las teniacuteamos preparadas como por arte de magia se
apagoacute la luz Don Miguel nos hizo esperar alliacute al pie de los cubos sobre media hora Yo sentiacutea un
cosquilleo de alegriacutea por todo el cuerpo Le dije a mi compantildeero de la bayeta
-Tengo fe que no fregamos Y esa fe me acompantildeoacute cuando don Miguel dijo
-Podeacuteis marcharos a la cama pero la proacutexima vez no os perdono
Nos acompantildeoacute con la palmatoria en la mano a nuestro dormitorio Metido en la cama le receacute al
Corazoacuten de Jesuacutes ya la mantildeana siguiente lo conteacute entre mis compantildeeros y muy pocos me creyeron
Posdata - Los personajes que aparecen aquiacute son verdaderos los siguientes El inspector Mena su
hijo Barbados que reside en la calle Veroacutenkas y los duentildeos de la fjoristeriacutea ubicada en la misma calle
Juan Ortiacuten y su hija Rosario conocida como Chari Para ellos con todo mi afecto son personas
buenas y educadas Todo lo demaacutes es fruto de mi imaginacioacuten como aprendiz de escritor que soy
Firmado Auxiliar de Farmacia Antonio Martiacutenez
M urda a 1 de mayo de 2006
-Espere un segundo solo quiero cruzar la mirada por todo el recinto que me vio nacer y crecer y no
seacute si mis ojos volveraacuten a contemplarlo
Jordi su hijo le respondioacute
-Siacute Mami volveremos a verlo bueno yo no seacute pero volveremos aqui con papaacute para que por fin
seamos felices los tres Seguro mami ya lo veraacutes
La madre paseoacute su mirada por la arboleda y la fachada del caseroacuten sintiendo en su interior punzadas
de nostalgia al recordar su corta vida transcurrida entre esos muros no pudiendo evitar que sus ojos
se inundaran de laacutegrimas Mientras tanto en la capital del Segura el cirujano don Timoteo Aranda se
encuentra en el quiroacutefano de la Cliacutenica Nuestra Sentildeora de la Fuensanta terminando de operar a su
uacuteltimo paciente
Esa noche en el coqueto casino murciano ha sido invitado por la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles en
la entrega de premios y galardones por el presidente de la asociacioacuten el prestigioso doctor de
Reumatologiacutea don Manuel Menchoacuten Galiana que preside el cargo desde 1960 siendo reelegido en
varias ocasiones por su pulcritud su sapiencia y buen hacer en beneficio de los doctores
El tren procedente de Barcelona con paradas Madrid Murcia y Cartagena haciacutea su entrada en la
vetusta estacioacuten de El Carmen cuyo reloj marcaba las diez de la mantildeana De aquellos vagones de
primera clase chapados de maderas nobles barnizados decorados en terciopelo y cortinas de lino
con olor a limpieza se bajaba Monserrat y su pequentildeo Jordi Todo su equipaje excepto la bolsa de
viaje habiacutea sido facturado al hotel Rincoacuten de Pepe Su economiacutea era lo bastante holgada como para
viajar y hospedarse en primera clase fruto de la herencia de su padre Benito presldentede la
compantildeiacutea Esabe-Express
Antonio Barbados no puede pasar sin que el alcohol sea su uacutenico compantildeero desde hace varios antildeos
en esta tierra pimentonera donde fue recibido con las manos abiertas por una prestigiosa empresa
de seguridad Trabajoacute con ahiacutenco premura y habilidad en su trabajo sin importarle horario ni
festivos El sentildeor Estevil responsable de la empresa supo concederle su premio otorgaacutendole la
jefatura de sus casi cincuenta compantildeeros de trabajo Su economiacutea estaba bien saneada Su
residencia dejoacute de ser la pensioacuten Sandoval pasando a ser un lujoso chalet en una cercana
urbanizacioacuten cuajada de aacuterboJes y flora 5010 sentiacutea un vado en su corazoacuten Cupido no volvioacute con su
flecha a aceptar en la diana Conocioacute una chica pelirroja pero aquello tuvo mal final No se
correspondieron y cada uno marchoacute por su lado Cuaacutentas veces en la soledad de su chalet y en la
penumbra de su alcoba ha llorado en silencio aquel acto de cobardiacutea que tuvo con Monserrat su
novia faltaacutendole diacuteas para traer a este mundosu retontildeo fruto de los dos
Extrae de la billetera la uacutenica fotografiacutea que guarda de ella y la besa con pasioacuten Por su mente como
mil puntildeales apuntildealaron su pensamiento y tamizando solo uno iquestcoacutemo seriacutea la cara de su hijo iquestQueacute
estariacutea haciendo en ese instante iquestCoacutemo seriacutea su sonrisa su llanto Sus ojos como compuertas de un
embalse dejaron correr sus laacutegrimas hacia la comisura de sus labios Corno dice Ja voz de la calle no
es bueno que el hombre viva solo tampoco mal acompantildeado Eso fue lo que deterioroacute su vida las
malas compantildeiacuteas El eufoacuterico alcohol comenzoacute a hacerse compantildeero en varios diacuteas a la semana
saacutebados y domingos Pasado un tiempo lo acompantildeaba diariamente Consecuencias varias el
despido del trabajo la billetera vaciacutea pocos o casi ninguacuten amigo El final siempre es el mismo la
10
soledad y el rechazo de la gente Desde haciacutea antildeos teniacutea la vivienda en la calle Veroacutenicas junto a la
plaza de Abastos Su casa toda la calle su bantildeo el jardiacuten del malecoacuten y su cama los friacuteos escalones
de maacutermol de la sala de exposiciones culturales de Veroacutenicas En los crudos inviernos se tapa con
cartones y alguna prenda de abrigo que le entrega la sentildeora Antonia que tambieacuten le da dinero para
que se corte el cabello Es una persona buena y caritativa Algunas todaviacutea quedan en la vintildea del
Sentildeor Como por ejemplo el vigilante jurado que realiza su servicio en la sala de exposiciones
llamado Chema que procede de nuestra ancha Castilla Lo obsequia con alguacuten regalo en Reyes un
jersey seminuevos que ya no se pone unos deportivos etc Como ex-vigilante que ha sido sabe que
el corazoacuten de Chema no lo dejaraacute en la miseria El pan de cada diacutea se lo gana haciendo recados a los
tenderos de la plaza donde le dan sus regulares propinas pero al final del diacutea duerme junto a su
almohada de plaacutestico su inseparable amigo del alma Don Simoacuten de apellido tetrabrik
Amigo lector no nos quejemos a veces de nuestra situacioacuten no seamos como aquel sabio tan pobre
que se alimentaba de hierbas del campo y un buen diacutea volvioacute la mirada hacia atraacutes y vio como otro
pobre se comiacutea las hierbas que eacutel desechaba
Dontildea Carmen Pitaluga se ha levantado esa mantildeana con humor su esposo el doctor don Timoteo
Aranda lleva cuatro diacuteas ~que ni le ha faltado el respeto ni le ha levantado la mano Esa noche es el
reparto de premios de la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles en el Casino que seraacute presidida por don
Manuel Menchoacuten Galiana Dontildea Carmen lo tiene casi todo dispuesto solo falta sacar del armario el
esmoquin de su esposo y plancharlo pero lo dejaraacute para uacuteltima hora Quiere que su marido a la hora
del reparto de premios y la saJidaa la pista de baile levante las miradas de las sentildeoras y la envidia de
los caballeros como si fuese un Roberto Valentino
El aire de la mantildeana es sutil sano diaacutefano es como un baacutelsamo para los pulmones Por eso la sentildeora
Pitaluga cruza la Gran Viacutea con paso raacutepido aspirando y expirando por lo temprano de la hora y la
circulacioacuten de vehfculos todaviacutea escasa Sus pasos la llevan al mercado de Veroacutenicas A la misma
hora Monserrat pone los pies en la calle cogida de la mano de su pequentildeo Jordi que quiere conocer
la ciudad Le han dicho que es una ciudad pequentildea y casi todo el mundo se conoce Su mirada
escudrintildeadora repasa las caras de los viandantes masculinos Podiacutea ser la casualidad que tropezara
con Barbados Lo piensa pero cree que eso no seraacute posible Monserrat y su hijo entraron por la calle
Veroacutenicas despueacutes de visitar la capilla del Pilar En esa calle viviacutea Barbados desde haciacutea varios antildeos
En ese instante ayuda a un sentildeor a cargar su compra en una obsoleta motocicleta a la espera que le
de una propina Se gira y casi su cara tropieza con la de ella
Monserrat se le quedoacute mirando absorta No daba creacutedito que hubiese sido tan sencillo dar con su
paradero Barbados la miroacute de arriba abajo dilatando sus pupilas de asombro Su voz casi ahogada
por la sorpresa dijo
-iquestDe verdad que eres tuacute Monserrat
Ella contestoacute
-La misma que dejaste olvidada como un paraguas hace varios antildeos en Barcelona y por lo que veo
jamaacutes volviste a recogerlo por miedoso y cobarde
En ese momento fue cuando Barbados se percatoacute del nintildeo que escuchaba en silencio con sus ojos
abiertos como lunas pero a oscuras como las noches en las tinjeblas
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-v1amiacute iquestquieacuten es este caballero por casualidad lo conoces iquestO usted conoce a mi madre
Hubo unos segundos de silencio un silencio espeso pareciacutea que flotaba entre los tres La madre con
la voz desgarrada por la emocioacuten le respondioacute
-Jordi este sentildeor aquiacute presente quiero que sepas que es tu padre
La palabra padre retumboacute en los oiacutedos del nintildeo como si tuviese eco Se deshizo de la mano de su
madre V las alzoacute en busca del rostro de su progenitor
-Papi deja que toque tu cara Cuaacutentas veces he sontildeado este momento
El padre se abrazoacute al nintildeo mientras este le palpa la cara
- Tienes un bigote que pincha V ademaacutes estaacute mojado
La cara de Barbados teniacutea una semejanza con la Dolorosa de Salzillo Sus laacutegrimas cruzaban su
mejilla muriendo en su bigote La madre se abrazoacute a los dos con los ojos arrasados en laacutegrimas V se
fundieron en un abrazo interminable Varjos transeuacutentes se paraban V miraban la escena on
emocioacuten Monserrat se derrumboacute entre laacutegrimas diciendo
-Quiero que seamos una familia los tres Por mi hijo quiero darte esa oportunidad Volvamos a casa
y besoacute la mejilla de eacutel Barbados se percatoacute que su hijo era ciego cuando lo besoacute repetidas veces en la
cara advirtiendo en sus pJerna s que le temblaban V un frlo intenso le trepaba por la garganta
-Siacute -dijo ella- nacioacute asiacute desconozco el motivo pero nuestro Jordi es feliz iquestverdad carintildeo
-Si V mucho V ahora maacutes todaviacutea que he encontrado a mi papaacute
Los tres salieron caminando direccioacuten al plano de San Francisco limpiaacutendose las laacutegrimas ella V el hijo
con un cliacutenex V eacutel lo haciacutea ron Jos puntildeos Cuando llegaron al tenderete de flores de Chari quiso la
casualidad que tambieacuten llegara la esposa del cirujano don Timoteo Aranda dontildea Carmen Pitaluga
Tanto la mirada de Monserrat como la de dontildea Carmen se clavaron en la figura del majestuoso rosal
Al uniacutesono las dos dijeron
-iquestQueacute precio pide por ese bonito rosal
-Perdoacuten -dijo la sentildeora Pitaluga- veacutendase lo a ella
Monserrat le contestoacute
-No sentildeora usted va delante de mi no faltariacutea maacutes
Chari la propietaria de las flores les respondioacute a las dos en tono iroacutenico
-Lo que puedo hacerle es venderle la mitad del rosal a una V la otra mitad a la otra
Como las dos estaban prendadas de aquel rosal que impregnaba el aire a olor celestial aceptaron con
una vaga sonrisa Asiacute fue como dontildea Carmen se llevoacute un precioso ramo de dieciseacuteis rosas V
Monserrat hizo lo mismo nosin antes decirles que las rosas estaban bendecidas por la Virgen de la
Fuensanta Las dos mujeres rieron unos minutos saliendo hacia sus domicilios con sus caras
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rebosadas en satisfaccioacuten La sentildeora Pitaluga llegoacute a casa y puso en un gran florero de cristal labrado
aquellas rosas rojas en el zaguaacuten de la entrada
El reloj de cuco del saloacuten dejoacute salir de su casita de madera al pintoresco pajarillo para que anunciara
con sus trinos metaacutelicos que eran las tres de la tarde Momento que traspasaba el umbraJ de la
puerta el doctor don Timoteo con el rictus de su cara serio
-Va estoy aquiacute quiero comer pronto me esperan en el casino para tomar cafeacute -dijo levantando la
voz
Su esposa precipitadamente salioacute de la cocina direccioacuten a Ja puerta secaacutendose las manos en el
delantal
- Te pido perdoacuten carintildeo Pongo la mesa en un instante -contestoacute su sentildeora esforzando una sonrisa
y quitaacutendole su chaqueta con un gesto de sumisioacuten
Pero para el doctor Aranda aqueUo no era oacutebice para desbocar su mal bumor dldendo
- Te trato como una reina no te falta de nada dinero joyas y como me pagas sin cumplir tu
obligacioacuten sentildealando con la mano la mesa
Terminada la comida y retocaacutendose el nudo de su corbata frente al espejo que habiacutea en el zaguaacuten su
mirada cayoacute sobre las rosas aterdopeJadas que habiacutea en el jarroacuten Don Timoteo quiso retractarse de
la manera que habiacutea hablado a su esposa diciendo en tono suave
-Reina queacute rosas maacutes preciosas parecen como si tuviesen vida V su fragancia me reconforta mi
interior calmaacutendome mi nerviosismo
-Si carintildeo las compreacute esta mantildeana quiero que tus malas maneras las olvides al contemplarlas
La sentildeora Pitaluga mientras hablaba se acercoacute a eacutel besaacutendole en la mejilla Su esposo le devolvioacute el
beso y colocaacutendose la chaqueta salioacute de la casa
Dontildea Catalina se cruzoacute en el ascensor con dontildea Carmen y le dijo
-iquestCoacutemo va todo bien o mal iquestUsted me entiende verdad
-Si la comprendo dontildea Catalina de momento todo bien -Le respondioacute la sentildeora Pitaluga Parece
que se hubiera tomado una infusioacuten de tranquilizantes Ahora que recuerdo iquesttranquilizantes Dios
miacuteo seraacuten las rosas las que por haber estado descansando en el manto de la virgen tienen ese poder
para transformarlo
Las dos mujeres se despidieron con un beso Dontildea carmen preparoacute toda la ropa de su esposo
zapatos relucientes camisa almidonada pajarita a estrenar gemelos de oro regalo de sus padres y
el esmoquin Pero la mala fortuna se cruzoacute en la plancha de dontildea Carmen por motivos desconocidos
En la pernera del pantaloacuten y mangas del chaqueacute la maldita plancha se ensantildeoacute varias veces con ellos
Ella llora desconsolada ni su vecina Catalina tiene la poacutecima para consolarla Sabe que su esposo no
se andaraacute con reparos en insultarla y golpearla
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Los uacuteltimos resplandores del diacutea rojos nacarados dorados pegaban en la milenaria fachada de la
Catedral El doctor don Timoteo introduce el llaviacuten en la cerradura de la puerta de su casa El silencio
es sepulcral Su voz recia sonoacute fuerte
-iquestEstas en casa reina
El silencio le contestoacute clavoacute su mirada en las delicadas rosas y acercando la cara aspiroacute
profundamente la fragancia sintieacutendose extasiado en lo maacutes profundo de sus pulmones
exclamando
-Este olor me embriaga el alma No hay perfume que le iguale
Con la chaqueta y la corbata en la mano pasoacute al saloacuten Quedoacute inmoacutevil por segundos En el fondo de la
estancia su esposa vestida con las mejores ropas y a sus pies dos maletas estaacute quieta en silencio Eacutel
dijo solemne
-iquestQueacute pasa es que te marchas con tus padres
-Si no puedo maacutes no te consiento que descargues tu ira sobre miacute cuando veas el estado
lamentable en que ha quedado tu esmoquin
Terminoacute la frase y sentildealoacute con la mano hacia una de las sillas en la que descansaba el churrascado y
perforado traje Las pobladas cejas del doctor se arquearon no pestantildeeoacute siquiera su mirada la
taladroacute por momentos sus ojos infectados de ira y sus puntildeos cerrados con fuerza tomaban un color
blanquecino Un incoacutemodo y prolongado silencio habiacutea en el saloacuten Los ojos de color esmeralda
claros y despabilados de dontildea Carmen no teniacutean maacutes laacutegrimas que derramar Don Timoteo sintioacute un
escalofriacuteo por todo su cuerpo su boca seca como un sarmiento quiso hablar pero se mordioacute la voz
Fue entonces cuando su esposa vio como se le iluminaba la cara y una laacutegrima lenta de silencio le
caiacutea por la mejilla Era la primera vez en su vida que dontildea Carmen veiacutea como lloraba su esposo Por
segundos pasoacute por su mente queacute estaba pasando alliacute ti sintioacute profundas punzadas en el pecho y
latigazos de remordimiento en lo profundo de su ser Todo lo que pasoacute despueacutes fue que el cirujano
se derrumboacute entre laacutegrimas y lleno de verguumlenza Se refugioacute en los brazos de su esposa diciendo
-Tienes que perdonarme hasta hoy no me he dado cuenta de lo que haciacutea Te lo suplico
perdoacutename
y lloraba como un nintildeo La escena del saloacuten era de puro arrepentimiento El meacutedico de rodillas
abrazado a su esposa pidiendo perdoacuten Ella sus manos alisan el cabello y la cara huacutemeda de eacutel y por
su mente es solo tamizado un pensamiento Las rosas esas rojas rosas sus peacutetalos acariciaron el
manto y las manos de la Virgen Luego el sacerdote pudiera que tuviese razoacuten
La luna habiacutea ascendido de entre los montes cercanos a la ciudad plena enorme redonda y roja
cuando el matrimonio caminaba direccioacuten al casino para celebrar la cena y la entrega de premios
anual por la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles presidida por el prestigioso reumatoacutelogo don Manuel
Menchoacuten Galiana
Dontildea Carmen vestiacutea con su vestido color pastel zapatos a juego collar de perlas del color de sus ojos
Estos teniacutean un brillo que nunca habiacutean tenido llamado felicidad Su esposo don Timoteo vestiacutea uno
de sus sencillos trajes que usaba para ir a la cliacutenica zapatos lustrosos mirada limpia y corazoacuten
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arrepentido Por eso en el momento de levantarse para recoger el premio de manos de don Manuel
Menchoacuten no le importoacute que los alliacute presentes vistieran de esmoquin y eacutel vistiese de traje En su
pequentildeo y locuaz discurso dejoacute a todos los que le conociacutean con caras de perplejidad cuando dijo
-Pido disculpas por no llevar la ropa adecuada para la ocasioacuten Hoy he arrojado a la basura el traje
de la intolerancia del machismo puro y duro de la incomprensioacuten con la persona amada y la camisa
de grosero Y me he colocado las ropas de la comprensioacuten la bondad el carintildeo positivo y la
generosidad
Casi todas sonrieron excepto su esposa queUoraba en silencio mientras sus pensamientos le saliacutean a
borbotones Su esposo se habiacutea transformado en todo positivo El arrepentimiento habiacutea sido en
puacuteblico sin cortapisas sin importarle la verguumlenza ante conocidos y desconocidos Sigue llorando en
sifencio Su esposo camina hacia ella Son los que abriraacuten el baile de gala Por su mente solo se cruza
un pensamiento aquel rosal que durmioacute en el manto de la Virgen Ahora llora y sonriacutee a la vez
Mientras la fiesta sigue en todo su apogeo cuatro calles maacutes allaacute en una de las lujosas habitaciones
del Rincoacuten de Pepe descansan Monserrat con su compantildeero Barbados y el hijo de ambos Jordi En
mitad de la amplia habitacioacuten sobre una mesa ovalada un jarroacuten fuerte y profundo sostiene en su
interior las dieciseacuteis rosas rojas de textura aterciopelada que dejan en la estancia un aroma
embriagador
Barbados se asomoacute a la ventana para contemplar la noche la luna brillaba casi como el sol Frente a
la ventana en un balcoacuten del edificio de enfrente habiacutea ropa blanca tendida Pareciacutea como sudarios
inmoacuteviles en la noche Se quedoacute fijo mirando y como un relaacutempago en la tormenta el airecillo afinoacute
sus sentidos experimentando una intensa antildeoranza de cuando se conocieron ella y eacutel en la toma de
posesioacuten de su plaza de vigilante jurado Barbados cerroacute los ojos y sus pensamientos se
arremolinaron en una tormenta de remordimientos lamentaciones y a la vez de nostalgia Sus ojos
rojos casi a punto de lLorar En el reloj de pulsera de Monserrat las agujas marcaban las doce de la
noche se dirigioacute a su hijo diciendo
-Vamos Jordi deja en paz a papaacute mantildeana seguiraacutes besaacutendole y preguntaacutendole cuantas cosas
quieras Tienes que marcharte a tu cama Vamos carintildeo
El criacuteo le respondioacute~
-Ese aroma tan pegajoso y aromaacutetico que huelo iquestson las rosas que compraste esta mantildeana
-Si carintildeo Son las rosas iquestPor queacute -Contestoacute ella
Me gustariacutea dormir con una de ellas en mi cabecera -Dijo Jordi
-iquestPor alguacuten motivo en especial -Interpeloacute la madre
El hijo dibujoacute en su cara infantil una amplia sonrisa y dijo
-Me recuerda en mis sentidos que por primera vez veo bueno veo no conozco y beso a mi padre y
ese aroma quisiera que me acompantildeara en mi cama como si fuera eacutel
La madre ante la expresioacuten tan sincera de su hijo no tuvo maacutes remedio que acceder
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-Conforme dormiraacutes con todas las flores en tu mesilla pero promeacuteteme que le rezaraacutes a la virgen y
te dormiraacutes -dijo ella comenzando a desvestirlo
El padre Barbados pasoacute a la habitacioacuten y le colocoacute el gran florero en la mesita de noche Las rosas
teniacutean un aspecto lozano de un rojo puacuterpura inundando la estancia de oJores insuperables
Monserrat se acostoacute en la alcoba mientras Barbados compuso una almohada con dos cojines y pasoacute
la noche en el sofaacute del saloacuten
Estaba amaneciendo y un filo de puacuterpura rasgaba las nubes Jordi el pequentildeo se despertoacute
exclamando
-Mamaacute mami iquestqueacute es esto que me estaacute pasando Puedo ver
Tanto la madre como el padre corrieron hacia su habitacioacuten El nintildeo se habiacutea incorporado en la cama
Teniacutea en sus manos una de las rosas del florero Papi que color tan bonito tiene estas flores -dijo
alargando sus brazos para que su padre pudiera verla maacutes cerca El criacuteo puesto en pie estaba absorto
contemplando todos los objetos de la habitacioacuten Un mundo nuevo habiacutea nacido para eacutel dejando a
sus padres en un segundo plano Pasaron varios minutos Jordi miro y requetemiroacute todo lo que se
poniacutea a su alcance de su mirada Fue cuando se tropezoacute con la cara de su madre las laacutegrimas
resbalaban por las mejillas
-Madre queacute feliz soy puede que por lo mucho que le rezo a la Virgen de Monserrat esto sea un
milagro
la madre sosteniacutea en su mano una rosa se la acercoacute a la boca y besaacutendola dijo
-No lo seacute hijo si esto ha sido un milagro o que la madre naturaleza ha terminado su trabajo contigo
despueacutes de ocho antildeos Sea lo que haya sido nunca podreacute pagarle el divino tesoro que el Altiacutesimo me
ha regalado
Jordi se abraza a su madre y llora emocionado Barbados trasladoacute su laacutenguida mirada a su hijo
diciendo
-Queacute a tu padre no le das un beso iquestNo ves lo falto que estoy de ellos
El nintildeo dejoacute a su madre abrazaacutendose a eacutel y besaacutendolo en la cara y la frente El aire en aquella estancia
resultaba caacutelido y perfumado con el aroma de las rosas Todo lo que pasoacute despueacutes se lo pueden
imaginar Tanto Barbados como Monserrat quiso la fatalidad que se encontraran de nuevo para
darse una segunda oportunidad Como al matrimonio de don Timoteo Aranda y dontildea Carmen
Pitaluga fue por aquel rosal que durmioacute en el manto de la Fuensanta Fue la casualidad del destino
Nunca lo sabremos amigo lector
Yo tengo un pequentildeo ejemplo que me ocurrioacute en mi nintildeez Creciacute en un orfanato por circunstancias
de la vida Teniacuteamos profesores y celadores buenos y malos como todo en la vida Recuerdo a don
Miguel que era celador Una noche de invierno crudo por hablar fuerte durante la cena con un
compantildeero de mesa nos castigoacute a fregar los pasillos del recinto El techo se me vino abajo Teniacuteamos
que fregar de rodillas Alliacute no habiacutea llegado todaviacutea la fregona Tenfamos un gigantesco cuadro
colgado en la pared del comedor que desde el aacutengulo que lo miraras sus dulces ojos te miraban con
dulzura Yo tendriacutea diez antildeos maacutes o menos y siguiendo las ensentildeanzas de uno de mis maestros don
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Antonio Torres tuve fe en saberme la leccioacuten si clavaba los codos Y clavando mi mirada en el corazoacuten de Jesuacutes le dije
-Por favor hace mucho friacuteo y tengo suentildeo Tengo fe que haraacutes algo por nosotros Puede que no se
lo crean cuando los dos cubos y las bayetas las teniacuteamos preparadas como por arte de magia se
apagoacute la luz Don Miguel nos hizo esperar alliacute al pie de los cubos sobre media hora Yo sentiacutea un
cosquilleo de alegriacutea por todo el cuerpo Le dije a mi compantildeero de la bayeta
-Tengo fe que no fregamos Y esa fe me acompantildeoacute cuando don Miguel dijo
-Podeacuteis marcharos a la cama pero la proacutexima vez no os perdono
Nos acompantildeoacute con la palmatoria en la mano a nuestro dormitorio Metido en la cama le receacute al
Corazoacuten de Jesuacutes ya la mantildeana siguiente lo conteacute entre mis compantildeeros y muy pocos me creyeron
Posdata - Los personajes que aparecen aquiacute son verdaderos los siguientes El inspector Mena su
hijo Barbados que reside en la calle Veroacutenkas y los duentildeos de la fjoristeriacutea ubicada en la misma calle
Juan Ortiacuten y su hija Rosario conocida como Chari Para ellos con todo mi afecto son personas
buenas y educadas Todo lo demaacutes es fruto de mi imaginacioacuten como aprendiz de escritor que soy
Firmado Auxiliar de Farmacia Antonio Martiacutenez
M urda a 1 de mayo de 2006
soledad y el rechazo de la gente Desde haciacutea antildeos teniacutea la vivienda en la calle Veroacutenicas junto a la
plaza de Abastos Su casa toda la calle su bantildeo el jardiacuten del malecoacuten y su cama los friacuteos escalones
de maacutermol de la sala de exposiciones culturales de Veroacutenicas En los crudos inviernos se tapa con
cartones y alguna prenda de abrigo que le entrega la sentildeora Antonia que tambieacuten le da dinero para
que se corte el cabello Es una persona buena y caritativa Algunas todaviacutea quedan en la vintildea del
Sentildeor Como por ejemplo el vigilante jurado que realiza su servicio en la sala de exposiciones
llamado Chema que procede de nuestra ancha Castilla Lo obsequia con alguacuten regalo en Reyes un
jersey seminuevos que ya no se pone unos deportivos etc Como ex-vigilante que ha sido sabe que
el corazoacuten de Chema no lo dejaraacute en la miseria El pan de cada diacutea se lo gana haciendo recados a los
tenderos de la plaza donde le dan sus regulares propinas pero al final del diacutea duerme junto a su
almohada de plaacutestico su inseparable amigo del alma Don Simoacuten de apellido tetrabrik
Amigo lector no nos quejemos a veces de nuestra situacioacuten no seamos como aquel sabio tan pobre
que se alimentaba de hierbas del campo y un buen diacutea volvioacute la mirada hacia atraacutes y vio como otro
pobre se comiacutea las hierbas que eacutel desechaba
Dontildea Carmen Pitaluga se ha levantado esa mantildeana con humor su esposo el doctor don Timoteo
Aranda lleva cuatro diacuteas ~que ni le ha faltado el respeto ni le ha levantado la mano Esa noche es el
reparto de premios de la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles en el Casino que seraacute presidida por don
Manuel Menchoacuten Galiana Dontildea Carmen lo tiene casi todo dispuesto solo falta sacar del armario el
esmoquin de su esposo y plancharlo pero lo dejaraacute para uacuteltima hora Quiere que su marido a la hora
del reparto de premios y la saJidaa la pista de baile levante las miradas de las sentildeoras y la envidia de
los caballeros como si fuese un Roberto Valentino
El aire de la mantildeana es sutil sano diaacutefano es como un baacutelsamo para los pulmones Por eso la sentildeora
Pitaluga cruza la Gran Viacutea con paso raacutepido aspirando y expirando por lo temprano de la hora y la
circulacioacuten de vehfculos todaviacutea escasa Sus pasos la llevan al mercado de Veroacutenicas A la misma
hora Monserrat pone los pies en la calle cogida de la mano de su pequentildeo Jordi que quiere conocer
la ciudad Le han dicho que es una ciudad pequentildea y casi todo el mundo se conoce Su mirada
escudrintildeadora repasa las caras de los viandantes masculinos Podiacutea ser la casualidad que tropezara
con Barbados Lo piensa pero cree que eso no seraacute posible Monserrat y su hijo entraron por la calle
Veroacutenicas despueacutes de visitar la capilla del Pilar En esa calle viviacutea Barbados desde haciacutea varios antildeos
En ese instante ayuda a un sentildeor a cargar su compra en una obsoleta motocicleta a la espera que le
de una propina Se gira y casi su cara tropieza con la de ella
Monserrat se le quedoacute mirando absorta No daba creacutedito que hubiese sido tan sencillo dar con su
paradero Barbados la miroacute de arriba abajo dilatando sus pupilas de asombro Su voz casi ahogada
por la sorpresa dijo
-iquestDe verdad que eres tuacute Monserrat
Ella contestoacute
-La misma que dejaste olvidada como un paraguas hace varios antildeos en Barcelona y por lo que veo
jamaacutes volviste a recogerlo por miedoso y cobarde
En ese momento fue cuando Barbados se percatoacute del nintildeo que escuchaba en silencio con sus ojos
abiertos como lunas pero a oscuras como las noches en las tinjeblas
11
-v1amiacute iquestquieacuten es este caballero por casualidad lo conoces iquestO usted conoce a mi madre
Hubo unos segundos de silencio un silencio espeso pareciacutea que flotaba entre los tres La madre con
la voz desgarrada por la emocioacuten le respondioacute
-Jordi este sentildeor aquiacute presente quiero que sepas que es tu padre
La palabra padre retumboacute en los oiacutedos del nintildeo como si tuviese eco Se deshizo de la mano de su
madre V las alzoacute en busca del rostro de su progenitor
-Papi deja que toque tu cara Cuaacutentas veces he sontildeado este momento
El padre se abrazoacute al nintildeo mientras este le palpa la cara
- Tienes un bigote que pincha V ademaacutes estaacute mojado
La cara de Barbados teniacutea una semejanza con la Dolorosa de Salzillo Sus laacutegrimas cruzaban su
mejilla muriendo en su bigote La madre se abrazoacute a los dos con los ojos arrasados en laacutegrimas V se
fundieron en un abrazo interminable Varjos transeuacutentes se paraban V miraban la escena on
emocioacuten Monserrat se derrumboacute entre laacutegrimas diciendo
-Quiero que seamos una familia los tres Por mi hijo quiero darte esa oportunidad Volvamos a casa
y besoacute la mejilla de eacutel Barbados se percatoacute que su hijo era ciego cuando lo besoacute repetidas veces en la
cara advirtiendo en sus pJerna s que le temblaban V un frlo intenso le trepaba por la garganta
-Siacute -dijo ella- nacioacute asiacute desconozco el motivo pero nuestro Jordi es feliz iquestverdad carintildeo
-Si V mucho V ahora maacutes todaviacutea que he encontrado a mi papaacute
Los tres salieron caminando direccioacuten al plano de San Francisco limpiaacutendose las laacutegrimas ella V el hijo
con un cliacutenex V eacutel lo haciacutea ron Jos puntildeos Cuando llegaron al tenderete de flores de Chari quiso la
casualidad que tambieacuten llegara la esposa del cirujano don Timoteo Aranda dontildea Carmen Pitaluga
Tanto la mirada de Monserrat como la de dontildea Carmen se clavaron en la figura del majestuoso rosal
Al uniacutesono las dos dijeron
-iquestQueacute precio pide por ese bonito rosal
-Perdoacuten -dijo la sentildeora Pitaluga- veacutendase lo a ella
Monserrat le contestoacute
-No sentildeora usted va delante de mi no faltariacutea maacutes
Chari la propietaria de las flores les respondioacute a las dos en tono iroacutenico
-Lo que puedo hacerle es venderle la mitad del rosal a una V la otra mitad a la otra
Como las dos estaban prendadas de aquel rosal que impregnaba el aire a olor celestial aceptaron con
una vaga sonrisa Asiacute fue como dontildea Carmen se llevoacute un precioso ramo de dieciseacuteis rosas V
Monserrat hizo lo mismo nosin antes decirles que las rosas estaban bendecidas por la Virgen de la
Fuensanta Las dos mujeres rieron unos minutos saliendo hacia sus domicilios con sus caras
12
rebosadas en satisfaccioacuten La sentildeora Pitaluga llegoacute a casa y puso en un gran florero de cristal labrado
aquellas rosas rojas en el zaguaacuten de la entrada
El reloj de cuco del saloacuten dejoacute salir de su casita de madera al pintoresco pajarillo para que anunciara
con sus trinos metaacutelicos que eran las tres de la tarde Momento que traspasaba el umbraJ de la
puerta el doctor don Timoteo con el rictus de su cara serio
-Va estoy aquiacute quiero comer pronto me esperan en el casino para tomar cafeacute -dijo levantando la
voz
Su esposa precipitadamente salioacute de la cocina direccioacuten a Ja puerta secaacutendose las manos en el
delantal
- Te pido perdoacuten carintildeo Pongo la mesa en un instante -contestoacute su sentildeora esforzando una sonrisa
y quitaacutendole su chaqueta con un gesto de sumisioacuten
Pero para el doctor Aranda aqueUo no era oacutebice para desbocar su mal bumor dldendo
- Te trato como una reina no te falta de nada dinero joyas y como me pagas sin cumplir tu
obligacioacuten sentildealando con la mano la mesa
Terminada la comida y retocaacutendose el nudo de su corbata frente al espejo que habiacutea en el zaguaacuten su
mirada cayoacute sobre las rosas aterdopeJadas que habiacutea en el jarroacuten Don Timoteo quiso retractarse de
la manera que habiacutea hablado a su esposa diciendo en tono suave
-Reina queacute rosas maacutes preciosas parecen como si tuviesen vida V su fragancia me reconforta mi
interior calmaacutendome mi nerviosismo
-Si carintildeo las compreacute esta mantildeana quiero que tus malas maneras las olvides al contemplarlas
La sentildeora Pitaluga mientras hablaba se acercoacute a eacutel besaacutendole en la mejilla Su esposo le devolvioacute el
beso y colocaacutendose la chaqueta salioacute de la casa
Dontildea Catalina se cruzoacute en el ascensor con dontildea Carmen y le dijo
-iquestCoacutemo va todo bien o mal iquestUsted me entiende verdad
-Si la comprendo dontildea Catalina de momento todo bien -Le respondioacute la sentildeora Pitaluga Parece
que se hubiera tomado una infusioacuten de tranquilizantes Ahora que recuerdo iquesttranquilizantes Dios
miacuteo seraacuten las rosas las que por haber estado descansando en el manto de la virgen tienen ese poder
para transformarlo
Las dos mujeres se despidieron con un beso Dontildea carmen preparoacute toda la ropa de su esposo
zapatos relucientes camisa almidonada pajarita a estrenar gemelos de oro regalo de sus padres y
el esmoquin Pero la mala fortuna se cruzoacute en la plancha de dontildea Carmen por motivos desconocidos
En la pernera del pantaloacuten y mangas del chaqueacute la maldita plancha se ensantildeoacute varias veces con ellos
Ella llora desconsolada ni su vecina Catalina tiene la poacutecima para consolarla Sabe que su esposo no
se andaraacute con reparos en insultarla y golpearla
13
Los uacuteltimos resplandores del diacutea rojos nacarados dorados pegaban en la milenaria fachada de la
Catedral El doctor don Timoteo introduce el llaviacuten en la cerradura de la puerta de su casa El silencio
es sepulcral Su voz recia sonoacute fuerte
-iquestEstas en casa reina
El silencio le contestoacute clavoacute su mirada en las delicadas rosas y acercando la cara aspiroacute
profundamente la fragancia sintieacutendose extasiado en lo maacutes profundo de sus pulmones
exclamando
-Este olor me embriaga el alma No hay perfume que le iguale
Con la chaqueta y la corbata en la mano pasoacute al saloacuten Quedoacute inmoacutevil por segundos En el fondo de la
estancia su esposa vestida con las mejores ropas y a sus pies dos maletas estaacute quieta en silencio Eacutel
dijo solemne
-iquestQueacute pasa es que te marchas con tus padres
-Si no puedo maacutes no te consiento que descargues tu ira sobre miacute cuando veas el estado
lamentable en que ha quedado tu esmoquin
Terminoacute la frase y sentildealoacute con la mano hacia una de las sillas en la que descansaba el churrascado y
perforado traje Las pobladas cejas del doctor se arquearon no pestantildeeoacute siquiera su mirada la
taladroacute por momentos sus ojos infectados de ira y sus puntildeos cerrados con fuerza tomaban un color
blanquecino Un incoacutemodo y prolongado silencio habiacutea en el saloacuten Los ojos de color esmeralda
claros y despabilados de dontildea Carmen no teniacutean maacutes laacutegrimas que derramar Don Timoteo sintioacute un
escalofriacuteo por todo su cuerpo su boca seca como un sarmiento quiso hablar pero se mordioacute la voz
Fue entonces cuando su esposa vio como se le iluminaba la cara y una laacutegrima lenta de silencio le
caiacutea por la mejilla Era la primera vez en su vida que dontildea Carmen veiacutea como lloraba su esposo Por
segundos pasoacute por su mente queacute estaba pasando alliacute ti sintioacute profundas punzadas en el pecho y
latigazos de remordimiento en lo profundo de su ser Todo lo que pasoacute despueacutes fue que el cirujano
se derrumboacute entre laacutegrimas y lleno de verguumlenza Se refugioacute en los brazos de su esposa diciendo
-Tienes que perdonarme hasta hoy no me he dado cuenta de lo que haciacutea Te lo suplico
perdoacutename
y lloraba como un nintildeo La escena del saloacuten era de puro arrepentimiento El meacutedico de rodillas
abrazado a su esposa pidiendo perdoacuten Ella sus manos alisan el cabello y la cara huacutemeda de eacutel y por
su mente es solo tamizado un pensamiento Las rosas esas rojas rosas sus peacutetalos acariciaron el
manto y las manos de la Virgen Luego el sacerdote pudiera que tuviese razoacuten
La luna habiacutea ascendido de entre los montes cercanos a la ciudad plena enorme redonda y roja
cuando el matrimonio caminaba direccioacuten al casino para celebrar la cena y la entrega de premios
anual por la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles presidida por el prestigioso reumatoacutelogo don Manuel
Menchoacuten Galiana
Dontildea Carmen vestiacutea con su vestido color pastel zapatos a juego collar de perlas del color de sus ojos
Estos teniacutean un brillo que nunca habiacutean tenido llamado felicidad Su esposo don Timoteo vestiacutea uno
de sus sencillos trajes que usaba para ir a la cliacutenica zapatos lustrosos mirada limpia y corazoacuten
14
arrepentido Por eso en el momento de levantarse para recoger el premio de manos de don Manuel
Menchoacuten no le importoacute que los alliacute presentes vistieran de esmoquin y eacutel vistiese de traje En su
pequentildeo y locuaz discurso dejoacute a todos los que le conociacutean con caras de perplejidad cuando dijo
-Pido disculpas por no llevar la ropa adecuada para la ocasioacuten Hoy he arrojado a la basura el traje
de la intolerancia del machismo puro y duro de la incomprensioacuten con la persona amada y la camisa
de grosero Y me he colocado las ropas de la comprensioacuten la bondad el carintildeo positivo y la
generosidad
Casi todas sonrieron excepto su esposa queUoraba en silencio mientras sus pensamientos le saliacutean a
borbotones Su esposo se habiacutea transformado en todo positivo El arrepentimiento habiacutea sido en
puacuteblico sin cortapisas sin importarle la verguumlenza ante conocidos y desconocidos Sigue llorando en
sifencio Su esposo camina hacia ella Son los que abriraacuten el baile de gala Por su mente solo se cruza
un pensamiento aquel rosal que durmioacute en el manto de la Virgen Ahora llora y sonriacutee a la vez
Mientras la fiesta sigue en todo su apogeo cuatro calles maacutes allaacute en una de las lujosas habitaciones
del Rincoacuten de Pepe descansan Monserrat con su compantildeero Barbados y el hijo de ambos Jordi En
mitad de la amplia habitacioacuten sobre una mesa ovalada un jarroacuten fuerte y profundo sostiene en su
interior las dieciseacuteis rosas rojas de textura aterciopelada que dejan en la estancia un aroma
embriagador
Barbados se asomoacute a la ventana para contemplar la noche la luna brillaba casi como el sol Frente a
la ventana en un balcoacuten del edificio de enfrente habiacutea ropa blanca tendida Pareciacutea como sudarios
inmoacuteviles en la noche Se quedoacute fijo mirando y como un relaacutempago en la tormenta el airecillo afinoacute
sus sentidos experimentando una intensa antildeoranza de cuando se conocieron ella y eacutel en la toma de
posesioacuten de su plaza de vigilante jurado Barbados cerroacute los ojos y sus pensamientos se
arremolinaron en una tormenta de remordimientos lamentaciones y a la vez de nostalgia Sus ojos
rojos casi a punto de lLorar En el reloj de pulsera de Monserrat las agujas marcaban las doce de la
noche se dirigioacute a su hijo diciendo
-Vamos Jordi deja en paz a papaacute mantildeana seguiraacutes besaacutendole y preguntaacutendole cuantas cosas
quieras Tienes que marcharte a tu cama Vamos carintildeo
El criacuteo le respondioacute~
-Ese aroma tan pegajoso y aromaacutetico que huelo iquestson las rosas que compraste esta mantildeana
-Si carintildeo Son las rosas iquestPor queacute -Contestoacute ella
Me gustariacutea dormir con una de ellas en mi cabecera -Dijo Jordi
-iquestPor alguacuten motivo en especial -Interpeloacute la madre
El hijo dibujoacute en su cara infantil una amplia sonrisa y dijo
-Me recuerda en mis sentidos que por primera vez veo bueno veo no conozco y beso a mi padre y
ese aroma quisiera que me acompantildeara en mi cama como si fuera eacutel
La madre ante la expresioacuten tan sincera de su hijo no tuvo maacutes remedio que acceder
15
-Conforme dormiraacutes con todas las flores en tu mesilla pero promeacuteteme que le rezaraacutes a la virgen y
te dormiraacutes -dijo ella comenzando a desvestirlo
El padre Barbados pasoacute a la habitacioacuten y le colocoacute el gran florero en la mesita de noche Las rosas
teniacutean un aspecto lozano de un rojo puacuterpura inundando la estancia de oJores insuperables
Monserrat se acostoacute en la alcoba mientras Barbados compuso una almohada con dos cojines y pasoacute
la noche en el sofaacute del saloacuten
Estaba amaneciendo y un filo de puacuterpura rasgaba las nubes Jordi el pequentildeo se despertoacute
exclamando
-Mamaacute mami iquestqueacute es esto que me estaacute pasando Puedo ver
Tanto la madre como el padre corrieron hacia su habitacioacuten El nintildeo se habiacutea incorporado en la cama
Teniacutea en sus manos una de las rosas del florero Papi que color tan bonito tiene estas flores -dijo
alargando sus brazos para que su padre pudiera verla maacutes cerca El criacuteo puesto en pie estaba absorto
contemplando todos los objetos de la habitacioacuten Un mundo nuevo habiacutea nacido para eacutel dejando a
sus padres en un segundo plano Pasaron varios minutos Jordi miro y requetemiroacute todo lo que se
poniacutea a su alcance de su mirada Fue cuando se tropezoacute con la cara de su madre las laacutegrimas
resbalaban por las mejillas
-Madre queacute feliz soy puede que por lo mucho que le rezo a la Virgen de Monserrat esto sea un
milagro
la madre sosteniacutea en su mano una rosa se la acercoacute a la boca y besaacutendola dijo
-No lo seacute hijo si esto ha sido un milagro o que la madre naturaleza ha terminado su trabajo contigo
despueacutes de ocho antildeos Sea lo que haya sido nunca podreacute pagarle el divino tesoro que el Altiacutesimo me
ha regalado
Jordi se abraza a su madre y llora emocionado Barbados trasladoacute su laacutenguida mirada a su hijo
diciendo
-Queacute a tu padre no le das un beso iquestNo ves lo falto que estoy de ellos
El nintildeo dejoacute a su madre abrazaacutendose a eacutel y besaacutendolo en la cara y la frente El aire en aquella estancia
resultaba caacutelido y perfumado con el aroma de las rosas Todo lo que pasoacute despueacutes se lo pueden
imaginar Tanto Barbados como Monserrat quiso la fatalidad que se encontraran de nuevo para
darse una segunda oportunidad Como al matrimonio de don Timoteo Aranda y dontildea Carmen
Pitaluga fue por aquel rosal que durmioacute en el manto de la Fuensanta Fue la casualidad del destino
Nunca lo sabremos amigo lector
Yo tengo un pequentildeo ejemplo que me ocurrioacute en mi nintildeez Creciacute en un orfanato por circunstancias
de la vida Teniacuteamos profesores y celadores buenos y malos como todo en la vida Recuerdo a don
Miguel que era celador Una noche de invierno crudo por hablar fuerte durante la cena con un
compantildeero de mesa nos castigoacute a fregar los pasillos del recinto El techo se me vino abajo Teniacuteamos
que fregar de rodillas Alliacute no habiacutea llegado todaviacutea la fregona Tenfamos un gigantesco cuadro
colgado en la pared del comedor que desde el aacutengulo que lo miraras sus dulces ojos te miraban con
dulzura Yo tendriacutea diez antildeos maacutes o menos y siguiendo las ensentildeanzas de uno de mis maestros don
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Antonio Torres tuve fe en saberme la leccioacuten si clavaba los codos Y clavando mi mirada en el corazoacuten de Jesuacutes le dije
-Por favor hace mucho friacuteo y tengo suentildeo Tengo fe que haraacutes algo por nosotros Puede que no se
lo crean cuando los dos cubos y las bayetas las teniacuteamos preparadas como por arte de magia se
apagoacute la luz Don Miguel nos hizo esperar alliacute al pie de los cubos sobre media hora Yo sentiacutea un
cosquilleo de alegriacutea por todo el cuerpo Le dije a mi compantildeero de la bayeta
-Tengo fe que no fregamos Y esa fe me acompantildeoacute cuando don Miguel dijo
-Podeacuteis marcharos a la cama pero la proacutexima vez no os perdono
Nos acompantildeoacute con la palmatoria en la mano a nuestro dormitorio Metido en la cama le receacute al
Corazoacuten de Jesuacutes ya la mantildeana siguiente lo conteacute entre mis compantildeeros y muy pocos me creyeron
Posdata - Los personajes que aparecen aquiacute son verdaderos los siguientes El inspector Mena su
hijo Barbados que reside en la calle Veroacutenkas y los duentildeos de la fjoristeriacutea ubicada en la misma calle
Juan Ortiacuten y su hija Rosario conocida como Chari Para ellos con todo mi afecto son personas
buenas y educadas Todo lo demaacutes es fruto de mi imaginacioacuten como aprendiz de escritor que soy
Firmado Auxiliar de Farmacia Antonio Martiacutenez
M urda a 1 de mayo de 2006
-v1amiacute iquestquieacuten es este caballero por casualidad lo conoces iquestO usted conoce a mi madre
Hubo unos segundos de silencio un silencio espeso pareciacutea que flotaba entre los tres La madre con
la voz desgarrada por la emocioacuten le respondioacute
-Jordi este sentildeor aquiacute presente quiero que sepas que es tu padre
La palabra padre retumboacute en los oiacutedos del nintildeo como si tuviese eco Se deshizo de la mano de su
madre V las alzoacute en busca del rostro de su progenitor
-Papi deja que toque tu cara Cuaacutentas veces he sontildeado este momento
El padre se abrazoacute al nintildeo mientras este le palpa la cara
- Tienes un bigote que pincha V ademaacutes estaacute mojado
La cara de Barbados teniacutea una semejanza con la Dolorosa de Salzillo Sus laacutegrimas cruzaban su
mejilla muriendo en su bigote La madre se abrazoacute a los dos con los ojos arrasados en laacutegrimas V se
fundieron en un abrazo interminable Varjos transeuacutentes se paraban V miraban la escena on
emocioacuten Monserrat se derrumboacute entre laacutegrimas diciendo
-Quiero que seamos una familia los tres Por mi hijo quiero darte esa oportunidad Volvamos a casa
y besoacute la mejilla de eacutel Barbados se percatoacute que su hijo era ciego cuando lo besoacute repetidas veces en la
cara advirtiendo en sus pJerna s que le temblaban V un frlo intenso le trepaba por la garganta
-Siacute -dijo ella- nacioacute asiacute desconozco el motivo pero nuestro Jordi es feliz iquestverdad carintildeo
-Si V mucho V ahora maacutes todaviacutea que he encontrado a mi papaacute
Los tres salieron caminando direccioacuten al plano de San Francisco limpiaacutendose las laacutegrimas ella V el hijo
con un cliacutenex V eacutel lo haciacutea ron Jos puntildeos Cuando llegaron al tenderete de flores de Chari quiso la
casualidad que tambieacuten llegara la esposa del cirujano don Timoteo Aranda dontildea Carmen Pitaluga
Tanto la mirada de Monserrat como la de dontildea Carmen se clavaron en la figura del majestuoso rosal
Al uniacutesono las dos dijeron
-iquestQueacute precio pide por ese bonito rosal
-Perdoacuten -dijo la sentildeora Pitaluga- veacutendase lo a ella
Monserrat le contestoacute
-No sentildeora usted va delante de mi no faltariacutea maacutes
Chari la propietaria de las flores les respondioacute a las dos en tono iroacutenico
-Lo que puedo hacerle es venderle la mitad del rosal a una V la otra mitad a la otra
Como las dos estaban prendadas de aquel rosal que impregnaba el aire a olor celestial aceptaron con
una vaga sonrisa Asiacute fue como dontildea Carmen se llevoacute un precioso ramo de dieciseacuteis rosas V
Monserrat hizo lo mismo nosin antes decirles que las rosas estaban bendecidas por la Virgen de la
Fuensanta Las dos mujeres rieron unos minutos saliendo hacia sus domicilios con sus caras
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rebosadas en satisfaccioacuten La sentildeora Pitaluga llegoacute a casa y puso en un gran florero de cristal labrado
aquellas rosas rojas en el zaguaacuten de la entrada
El reloj de cuco del saloacuten dejoacute salir de su casita de madera al pintoresco pajarillo para que anunciara
con sus trinos metaacutelicos que eran las tres de la tarde Momento que traspasaba el umbraJ de la
puerta el doctor don Timoteo con el rictus de su cara serio
-Va estoy aquiacute quiero comer pronto me esperan en el casino para tomar cafeacute -dijo levantando la
voz
Su esposa precipitadamente salioacute de la cocina direccioacuten a Ja puerta secaacutendose las manos en el
delantal
- Te pido perdoacuten carintildeo Pongo la mesa en un instante -contestoacute su sentildeora esforzando una sonrisa
y quitaacutendole su chaqueta con un gesto de sumisioacuten
Pero para el doctor Aranda aqueUo no era oacutebice para desbocar su mal bumor dldendo
- Te trato como una reina no te falta de nada dinero joyas y como me pagas sin cumplir tu
obligacioacuten sentildealando con la mano la mesa
Terminada la comida y retocaacutendose el nudo de su corbata frente al espejo que habiacutea en el zaguaacuten su
mirada cayoacute sobre las rosas aterdopeJadas que habiacutea en el jarroacuten Don Timoteo quiso retractarse de
la manera que habiacutea hablado a su esposa diciendo en tono suave
-Reina queacute rosas maacutes preciosas parecen como si tuviesen vida V su fragancia me reconforta mi
interior calmaacutendome mi nerviosismo
-Si carintildeo las compreacute esta mantildeana quiero que tus malas maneras las olvides al contemplarlas
La sentildeora Pitaluga mientras hablaba se acercoacute a eacutel besaacutendole en la mejilla Su esposo le devolvioacute el
beso y colocaacutendose la chaqueta salioacute de la casa
Dontildea Catalina se cruzoacute en el ascensor con dontildea Carmen y le dijo
-iquestCoacutemo va todo bien o mal iquestUsted me entiende verdad
-Si la comprendo dontildea Catalina de momento todo bien -Le respondioacute la sentildeora Pitaluga Parece
que se hubiera tomado una infusioacuten de tranquilizantes Ahora que recuerdo iquesttranquilizantes Dios
miacuteo seraacuten las rosas las que por haber estado descansando en el manto de la virgen tienen ese poder
para transformarlo
Las dos mujeres se despidieron con un beso Dontildea carmen preparoacute toda la ropa de su esposo
zapatos relucientes camisa almidonada pajarita a estrenar gemelos de oro regalo de sus padres y
el esmoquin Pero la mala fortuna se cruzoacute en la plancha de dontildea Carmen por motivos desconocidos
En la pernera del pantaloacuten y mangas del chaqueacute la maldita plancha se ensantildeoacute varias veces con ellos
Ella llora desconsolada ni su vecina Catalina tiene la poacutecima para consolarla Sabe que su esposo no
se andaraacute con reparos en insultarla y golpearla
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Los uacuteltimos resplandores del diacutea rojos nacarados dorados pegaban en la milenaria fachada de la
Catedral El doctor don Timoteo introduce el llaviacuten en la cerradura de la puerta de su casa El silencio
es sepulcral Su voz recia sonoacute fuerte
-iquestEstas en casa reina
El silencio le contestoacute clavoacute su mirada en las delicadas rosas y acercando la cara aspiroacute
profundamente la fragancia sintieacutendose extasiado en lo maacutes profundo de sus pulmones
exclamando
-Este olor me embriaga el alma No hay perfume que le iguale
Con la chaqueta y la corbata en la mano pasoacute al saloacuten Quedoacute inmoacutevil por segundos En el fondo de la
estancia su esposa vestida con las mejores ropas y a sus pies dos maletas estaacute quieta en silencio Eacutel
dijo solemne
-iquestQueacute pasa es que te marchas con tus padres
-Si no puedo maacutes no te consiento que descargues tu ira sobre miacute cuando veas el estado
lamentable en que ha quedado tu esmoquin
Terminoacute la frase y sentildealoacute con la mano hacia una de las sillas en la que descansaba el churrascado y
perforado traje Las pobladas cejas del doctor se arquearon no pestantildeeoacute siquiera su mirada la
taladroacute por momentos sus ojos infectados de ira y sus puntildeos cerrados con fuerza tomaban un color
blanquecino Un incoacutemodo y prolongado silencio habiacutea en el saloacuten Los ojos de color esmeralda
claros y despabilados de dontildea Carmen no teniacutean maacutes laacutegrimas que derramar Don Timoteo sintioacute un
escalofriacuteo por todo su cuerpo su boca seca como un sarmiento quiso hablar pero se mordioacute la voz
Fue entonces cuando su esposa vio como se le iluminaba la cara y una laacutegrima lenta de silencio le
caiacutea por la mejilla Era la primera vez en su vida que dontildea Carmen veiacutea como lloraba su esposo Por
segundos pasoacute por su mente queacute estaba pasando alliacute ti sintioacute profundas punzadas en el pecho y
latigazos de remordimiento en lo profundo de su ser Todo lo que pasoacute despueacutes fue que el cirujano
se derrumboacute entre laacutegrimas y lleno de verguumlenza Se refugioacute en los brazos de su esposa diciendo
-Tienes que perdonarme hasta hoy no me he dado cuenta de lo que haciacutea Te lo suplico
perdoacutename
y lloraba como un nintildeo La escena del saloacuten era de puro arrepentimiento El meacutedico de rodillas
abrazado a su esposa pidiendo perdoacuten Ella sus manos alisan el cabello y la cara huacutemeda de eacutel y por
su mente es solo tamizado un pensamiento Las rosas esas rojas rosas sus peacutetalos acariciaron el
manto y las manos de la Virgen Luego el sacerdote pudiera que tuviese razoacuten
La luna habiacutea ascendido de entre los montes cercanos a la ciudad plena enorme redonda y roja
cuando el matrimonio caminaba direccioacuten al casino para celebrar la cena y la entrega de premios
anual por la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles presidida por el prestigioso reumatoacutelogo don Manuel
Menchoacuten Galiana
Dontildea Carmen vestiacutea con su vestido color pastel zapatos a juego collar de perlas del color de sus ojos
Estos teniacutean un brillo que nunca habiacutean tenido llamado felicidad Su esposo don Timoteo vestiacutea uno
de sus sencillos trajes que usaba para ir a la cliacutenica zapatos lustrosos mirada limpia y corazoacuten
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arrepentido Por eso en el momento de levantarse para recoger el premio de manos de don Manuel
Menchoacuten no le importoacute que los alliacute presentes vistieran de esmoquin y eacutel vistiese de traje En su
pequentildeo y locuaz discurso dejoacute a todos los que le conociacutean con caras de perplejidad cuando dijo
-Pido disculpas por no llevar la ropa adecuada para la ocasioacuten Hoy he arrojado a la basura el traje
de la intolerancia del machismo puro y duro de la incomprensioacuten con la persona amada y la camisa
de grosero Y me he colocado las ropas de la comprensioacuten la bondad el carintildeo positivo y la
generosidad
Casi todas sonrieron excepto su esposa queUoraba en silencio mientras sus pensamientos le saliacutean a
borbotones Su esposo se habiacutea transformado en todo positivo El arrepentimiento habiacutea sido en
puacuteblico sin cortapisas sin importarle la verguumlenza ante conocidos y desconocidos Sigue llorando en
sifencio Su esposo camina hacia ella Son los que abriraacuten el baile de gala Por su mente solo se cruza
un pensamiento aquel rosal que durmioacute en el manto de la Virgen Ahora llora y sonriacutee a la vez
Mientras la fiesta sigue en todo su apogeo cuatro calles maacutes allaacute en una de las lujosas habitaciones
del Rincoacuten de Pepe descansan Monserrat con su compantildeero Barbados y el hijo de ambos Jordi En
mitad de la amplia habitacioacuten sobre una mesa ovalada un jarroacuten fuerte y profundo sostiene en su
interior las dieciseacuteis rosas rojas de textura aterciopelada que dejan en la estancia un aroma
embriagador
Barbados se asomoacute a la ventana para contemplar la noche la luna brillaba casi como el sol Frente a
la ventana en un balcoacuten del edificio de enfrente habiacutea ropa blanca tendida Pareciacutea como sudarios
inmoacuteviles en la noche Se quedoacute fijo mirando y como un relaacutempago en la tormenta el airecillo afinoacute
sus sentidos experimentando una intensa antildeoranza de cuando se conocieron ella y eacutel en la toma de
posesioacuten de su plaza de vigilante jurado Barbados cerroacute los ojos y sus pensamientos se
arremolinaron en una tormenta de remordimientos lamentaciones y a la vez de nostalgia Sus ojos
rojos casi a punto de lLorar En el reloj de pulsera de Monserrat las agujas marcaban las doce de la
noche se dirigioacute a su hijo diciendo
-Vamos Jordi deja en paz a papaacute mantildeana seguiraacutes besaacutendole y preguntaacutendole cuantas cosas
quieras Tienes que marcharte a tu cama Vamos carintildeo
El criacuteo le respondioacute~
-Ese aroma tan pegajoso y aromaacutetico que huelo iquestson las rosas que compraste esta mantildeana
-Si carintildeo Son las rosas iquestPor queacute -Contestoacute ella
Me gustariacutea dormir con una de ellas en mi cabecera -Dijo Jordi
-iquestPor alguacuten motivo en especial -Interpeloacute la madre
El hijo dibujoacute en su cara infantil una amplia sonrisa y dijo
-Me recuerda en mis sentidos que por primera vez veo bueno veo no conozco y beso a mi padre y
ese aroma quisiera que me acompantildeara en mi cama como si fuera eacutel
La madre ante la expresioacuten tan sincera de su hijo no tuvo maacutes remedio que acceder
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-Conforme dormiraacutes con todas las flores en tu mesilla pero promeacuteteme que le rezaraacutes a la virgen y
te dormiraacutes -dijo ella comenzando a desvestirlo
El padre Barbados pasoacute a la habitacioacuten y le colocoacute el gran florero en la mesita de noche Las rosas
teniacutean un aspecto lozano de un rojo puacuterpura inundando la estancia de oJores insuperables
Monserrat se acostoacute en la alcoba mientras Barbados compuso una almohada con dos cojines y pasoacute
la noche en el sofaacute del saloacuten
Estaba amaneciendo y un filo de puacuterpura rasgaba las nubes Jordi el pequentildeo se despertoacute
exclamando
-Mamaacute mami iquestqueacute es esto que me estaacute pasando Puedo ver
Tanto la madre como el padre corrieron hacia su habitacioacuten El nintildeo se habiacutea incorporado en la cama
Teniacutea en sus manos una de las rosas del florero Papi que color tan bonito tiene estas flores -dijo
alargando sus brazos para que su padre pudiera verla maacutes cerca El criacuteo puesto en pie estaba absorto
contemplando todos los objetos de la habitacioacuten Un mundo nuevo habiacutea nacido para eacutel dejando a
sus padres en un segundo plano Pasaron varios minutos Jordi miro y requetemiroacute todo lo que se
poniacutea a su alcance de su mirada Fue cuando se tropezoacute con la cara de su madre las laacutegrimas
resbalaban por las mejillas
-Madre queacute feliz soy puede que por lo mucho que le rezo a la Virgen de Monserrat esto sea un
milagro
la madre sosteniacutea en su mano una rosa se la acercoacute a la boca y besaacutendola dijo
-No lo seacute hijo si esto ha sido un milagro o que la madre naturaleza ha terminado su trabajo contigo
despueacutes de ocho antildeos Sea lo que haya sido nunca podreacute pagarle el divino tesoro que el Altiacutesimo me
ha regalado
Jordi se abraza a su madre y llora emocionado Barbados trasladoacute su laacutenguida mirada a su hijo
diciendo
-Queacute a tu padre no le das un beso iquestNo ves lo falto que estoy de ellos
El nintildeo dejoacute a su madre abrazaacutendose a eacutel y besaacutendolo en la cara y la frente El aire en aquella estancia
resultaba caacutelido y perfumado con el aroma de las rosas Todo lo que pasoacute despueacutes se lo pueden
imaginar Tanto Barbados como Monserrat quiso la fatalidad que se encontraran de nuevo para
darse una segunda oportunidad Como al matrimonio de don Timoteo Aranda y dontildea Carmen
Pitaluga fue por aquel rosal que durmioacute en el manto de la Fuensanta Fue la casualidad del destino
Nunca lo sabremos amigo lector
Yo tengo un pequentildeo ejemplo que me ocurrioacute en mi nintildeez Creciacute en un orfanato por circunstancias
de la vida Teniacuteamos profesores y celadores buenos y malos como todo en la vida Recuerdo a don
Miguel que era celador Una noche de invierno crudo por hablar fuerte durante la cena con un
compantildeero de mesa nos castigoacute a fregar los pasillos del recinto El techo se me vino abajo Teniacuteamos
que fregar de rodillas Alliacute no habiacutea llegado todaviacutea la fregona Tenfamos un gigantesco cuadro
colgado en la pared del comedor que desde el aacutengulo que lo miraras sus dulces ojos te miraban con
dulzura Yo tendriacutea diez antildeos maacutes o menos y siguiendo las ensentildeanzas de uno de mis maestros don
16
Antonio Torres tuve fe en saberme la leccioacuten si clavaba los codos Y clavando mi mirada en el corazoacuten de Jesuacutes le dije
-Por favor hace mucho friacuteo y tengo suentildeo Tengo fe que haraacutes algo por nosotros Puede que no se
lo crean cuando los dos cubos y las bayetas las teniacuteamos preparadas como por arte de magia se
apagoacute la luz Don Miguel nos hizo esperar alliacute al pie de los cubos sobre media hora Yo sentiacutea un
cosquilleo de alegriacutea por todo el cuerpo Le dije a mi compantildeero de la bayeta
-Tengo fe que no fregamos Y esa fe me acompantildeoacute cuando don Miguel dijo
-Podeacuteis marcharos a la cama pero la proacutexima vez no os perdono
Nos acompantildeoacute con la palmatoria en la mano a nuestro dormitorio Metido en la cama le receacute al
Corazoacuten de Jesuacutes ya la mantildeana siguiente lo conteacute entre mis compantildeeros y muy pocos me creyeron
Posdata - Los personajes que aparecen aquiacute son verdaderos los siguientes El inspector Mena su
hijo Barbados que reside en la calle Veroacutenkas y los duentildeos de la fjoristeriacutea ubicada en la misma calle
Juan Ortiacuten y su hija Rosario conocida como Chari Para ellos con todo mi afecto son personas
buenas y educadas Todo lo demaacutes es fruto de mi imaginacioacuten como aprendiz de escritor que soy
Firmado Auxiliar de Farmacia Antonio Martiacutenez
M urda a 1 de mayo de 2006
rebosadas en satisfaccioacuten La sentildeora Pitaluga llegoacute a casa y puso en un gran florero de cristal labrado
aquellas rosas rojas en el zaguaacuten de la entrada
El reloj de cuco del saloacuten dejoacute salir de su casita de madera al pintoresco pajarillo para que anunciara
con sus trinos metaacutelicos que eran las tres de la tarde Momento que traspasaba el umbraJ de la
puerta el doctor don Timoteo con el rictus de su cara serio
-Va estoy aquiacute quiero comer pronto me esperan en el casino para tomar cafeacute -dijo levantando la
voz
Su esposa precipitadamente salioacute de la cocina direccioacuten a Ja puerta secaacutendose las manos en el
delantal
- Te pido perdoacuten carintildeo Pongo la mesa en un instante -contestoacute su sentildeora esforzando una sonrisa
y quitaacutendole su chaqueta con un gesto de sumisioacuten
Pero para el doctor Aranda aqueUo no era oacutebice para desbocar su mal bumor dldendo
- Te trato como una reina no te falta de nada dinero joyas y como me pagas sin cumplir tu
obligacioacuten sentildealando con la mano la mesa
Terminada la comida y retocaacutendose el nudo de su corbata frente al espejo que habiacutea en el zaguaacuten su
mirada cayoacute sobre las rosas aterdopeJadas que habiacutea en el jarroacuten Don Timoteo quiso retractarse de
la manera que habiacutea hablado a su esposa diciendo en tono suave
-Reina queacute rosas maacutes preciosas parecen como si tuviesen vida V su fragancia me reconforta mi
interior calmaacutendome mi nerviosismo
-Si carintildeo las compreacute esta mantildeana quiero que tus malas maneras las olvides al contemplarlas
La sentildeora Pitaluga mientras hablaba se acercoacute a eacutel besaacutendole en la mejilla Su esposo le devolvioacute el
beso y colocaacutendose la chaqueta salioacute de la casa
Dontildea Catalina se cruzoacute en el ascensor con dontildea Carmen y le dijo
-iquestCoacutemo va todo bien o mal iquestUsted me entiende verdad
-Si la comprendo dontildea Catalina de momento todo bien -Le respondioacute la sentildeora Pitaluga Parece
que se hubiera tomado una infusioacuten de tranquilizantes Ahora que recuerdo iquesttranquilizantes Dios
miacuteo seraacuten las rosas las que por haber estado descansando en el manto de la virgen tienen ese poder
para transformarlo
Las dos mujeres se despidieron con un beso Dontildea carmen preparoacute toda la ropa de su esposo
zapatos relucientes camisa almidonada pajarita a estrenar gemelos de oro regalo de sus padres y
el esmoquin Pero la mala fortuna se cruzoacute en la plancha de dontildea Carmen por motivos desconocidos
En la pernera del pantaloacuten y mangas del chaqueacute la maldita plancha se ensantildeoacute varias veces con ellos
Ella llora desconsolada ni su vecina Catalina tiene la poacutecima para consolarla Sabe que su esposo no
se andaraacute con reparos en insultarla y golpearla
13
Los uacuteltimos resplandores del diacutea rojos nacarados dorados pegaban en la milenaria fachada de la
Catedral El doctor don Timoteo introduce el llaviacuten en la cerradura de la puerta de su casa El silencio
es sepulcral Su voz recia sonoacute fuerte
-iquestEstas en casa reina
El silencio le contestoacute clavoacute su mirada en las delicadas rosas y acercando la cara aspiroacute
profundamente la fragancia sintieacutendose extasiado en lo maacutes profundo de sus pulmones
exclamando
-Este olor me embriaga el alma No hay perfume que le iguale
Con la chaqueta y la corbata en la mano pasoacute al saloacuten Quedoacute inmoacutevil por segundos En el fondo de la
estancia su esposa vestida con las mejores ropas y a sus pies dos maletas estaacute quieta en silencio Eacutel
dijo solemne
-iquestQueacute pasa es que te marchas con tus padres
-Si no puedo maacutes no te consiento que descargues tu ira sobre miacute cuando veas el estado
lamentable en que ha quedado tu esmoquin
Terminoacute la frase y sentildealoacute con la mano hacia una de las sillas en la que descansaba el churrascado y
perforado traje Las pobladas cejas del doctor se arquearon no pestantildeeoacute siquiera su mirada la
taladroacute por momentos sus ojos infectados de ira y sus puntildeos cerrados con fuerza tomaban un color
blanquecino Un incoacutemodo y prolongado silencio habiacutea en el saloacuten Los ojos de color esmeralda
claros y despabilados de dontildea Carmen no teniacutean maacutes laacutegrimas que derramar Don Timoteo sintioacute un
escalofriacuteo por todo su cuerpo su boca seca como un sarmiento quiso hablar pero se mordioacute la voz
Fue entonces cuando su esposa vio como se le iluminaba la cara y una laacutegrima lenta de silencio le
caiacutea por la mejilla Era la primera vez en su vida que dontildea Carmen veiacutea como lloraba su esposo Por
segundos pasoacute por su mente queacute estaba pasando alliacute ti sintioacute profundas punzadas en el pecho y
latigazos de remordimiento en lo profundo de su ser Todo lo que pasoacute despueacutes fue que el cirujano
se derrumboacute entre laacutegrimas y lleno de verguumlenza Se refugioacute en los brazos de su esposa diciendo
-Tienes que perdonarme hasta hoy no me he dado cuenta de lo que haciacutea Te lo suplico
perdoacutename
y lloraba como un nintildeo La escena del saloacuten era de puro arrepentimiento El meacutedico de rodillas
abrazado a su esposa pidiendo perdoacuten Ella sus manos alisan el cabello y la cara huacutemeda de eacutel y por
su mente es solo tamizado un pensamiento Las rosas esas rojas rosas sus peacutetalos acariciaron el
manto y las manos de la Virgen Luego el sacerdote pudiera que tuviese razoacuten
La luna habiacutea ascendido de entre los montes cercanos a la ciudad plena enorme redonda y roja
cuando el matrimonio caminaba direccioacuten al casino para celebrar la cena y la entrega de premios
anual por la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles presidida por el prestigioso reumatoacutelogo don Manuel
Menchoacuten Galiana
Dontildea Carmen vestiacutea con su vestido color pastel zapatos a juego collar de perlas del color de sus ojos
Estos teniacutean un brillo que nunca habiacutean tenido llamado felicidad Su esposo don Timoteo vestiacutea uno
de sus sencillos trajes que usaba para ir a la cliacutenica zapatos lustrosos mirada limpia y corazoacuten
14
arrepentido Por eso en el momento de levantarse para recoger el premio de manos de don Manuel
Menchoacuten no le importoacute que los alliacute presentes vistieran de esmoquin y eacutel vistiese de traje En su
pequentildeo y locuaz discurso dejoacute a todos los que le conociacutean con caras de perplejidad cuando dijo
-Pido disculpas por no llevar la ropa adecuada para la ocasioacuten Hoy he arrojado a la basura el traje
de la intolerancia del machismo puro y duro de la incomprensioacuten con la persona amada y la camisa
de grosero Y me he colocado las ropas de la comprensioacuten la bondad el carintildeo positivo y la
generosidad
Casi todas sonrieron excepto su esposa queUoraba en silencio mientras sus pensamientos le saliacutean a
borbotones Su esposo se habiacutea transformado en todo positivo El arrepentimiento habiacutea sido en
puacuteblico sin cortapisas sin importarle la verguumlenza ante conocidos y desconocidos Sigue llorando en
sifencio Su esposo camina hacia ella Son los que abriraacuten el baile de gala Por su mente solo se cruza
un pensamiento aquel rosal que durmioacute en el manto de la Virgen Ahora llora y sonriacutee a la vez
Mientras la fiesta sigue en todo su apogeo cuatro calles maacutes allaacute en una de las lujosas habitaciones
del Rincoacuten de Pepe descansan Monserrat con su compantildeero Barbados y el hijo de ambos Jordi En
mitad de la amplia habitacioacuten sobre una mesa ovalada un jarroacuten fuerte y profundo sostiene en su
interior las dieciseacuteis rosas rojas de textura aterciopelada que dejan en la estancia un aroma
embriagador
Barbados se asomoacute a la ventana para contemplar la noche la luna brillaba casi como el sol Frente a
la ventana en un balcoacuten del edificio de enfrente habiacutea ropa blanca tendida Pareciacutea como sudarios
inmoacuteviles en la noche Se quedoacute fijo mirando y como un relaacutempago en la tormenta el airecillo afinoacute
sus sentidos experimentando una intensa antildeoranza de cuando se conocieron ella y eacutel en la toma de
posesioacuten de su plaza de vigilante jurado Barbados cerroacute los ojos y sus pensamientos se
arremolinaron en una tormenta de remordimientos lamentaciones y a la vez de nostalgia Sus ojos
rojos casi a punto de lLorar En el reloj de pulsera de Monserrat las agujas marcaban las doce de la
noche se dirigioacute a su hijo diciendo
-Vamos Jordi deja en paz a papaacute mantildeana seguiraacutes besaacutendole y preguntaacutendole cuantas cosas
quieras Tienes que marcharte a tu cama Vamos carintildeo
El criacuteo le respondioacute~
-Ese aroma tan pegajoso y aromaacutetico que huelo iquestson las rosas que compraste esta mantildeana
-Si carintildeo Son las rosas iquestPor queacute -Contestoacute ella
Me gustariacutea dormir con una de ellas en mi cabecera -Dijo Jordi
-iquestPor alguacuten motivo en especial -Interpeloacute la madre
El hijo dibujoacute en su cara infantil una amplia sonrisa y dijo
-Me recuerda en mis sentidos que por primera vez veo bueno veo no conozco y beso a mi padre y
ese aroma quisiera que me acompantildeara en mi cama como si fuera eacutel
La madre ante la expresioacuten tan sincera de su hijo no tuvo maacutes remedio que acceder
15
-Conforme dormiraacutes con todas las flores en tu mesilla pero promeacuteteme que le rezaraacutes a la virgen y
te dormiraacutes -dijo ella comenzando a desvestirlo
El padre Barbados pasoacute a la habitacioacuten y le colocoacute el gran florero en la mesita de noche Las rosas
teniacutean un aspecto lozano de un rojo puacuterpura inundando la estancia de oJores insuperables
Monserrat se acostoacute en la alcoba mientras Barbados compuso una almohada con dos cojines y pasoacute
la noche en el sofaacute del saloacuten
Estaba amaneciendo y un filo de puacuterpura rasgaba las nubes Jordi el pequentildeo se despertoacute
exclamando
-Mamaacute mami iquestqueacute es esto que me estaacute pasando Puedo ver
Tanto la madre como el padre corrieron hacia su habitacioacuten El nintildeo se habiacutea incorporado en la cama
Teniacutea en sus manos una de las rosas del florero Papi que color tan bonito tiene estas flores -dijo
alargando sus brazos para que su padre pudiera verla maacutes cerca El criacuteo puesto en pie estaba absorto
contemplando todos los objetos de la habitacioacuten Un mundo nuevo habiacutea nacido para eacutel dejando a
sus padres en un segundo plano Pasaron varios minutos Jordi miro y requetemiroacute todo lo que se
poniacutea a su alcance de su mirada Fue cuando se tropezoacute con la cara de su madre las laacutegrimas
resbalaban por las mejillas
-Madre queacute feliz soy puede que por lo mucho que le rezo a la Virgen de Monserrat esto sea un
milagro
la madre sosteniacutea en su mano una rosa se la acercoacute a la boca y besaacutendola dijo
-No lo seacute hijo si esto ha sido un milagro o que la madre naturaleza ha terminado su trabajo contigo
despueacutes de ocho antildeos Sea lo que haya sido nunca podreacute pagarle el divino tesoro que el Altiacutesimo me
ha regalado
Jordi se abraza a su madre y llora emocionado Barbados trasladoacute su laacutenguida mirada a su hijo
diciendo
-Queacute a tu padre no le das un beso iquestNo ves lo falto que estoy de ellos
El nintildeo dejoacute a su madre abrazaacutendose a eacutel y besaacutendolo en la cara y la frente El aire en aquella estancia
resultaba caacutelido y perfumado con el aroma de las rosas Todo lo que pasoacute despueacutes se lo pueden
imaginar Tanto Barbados como Monserrat quiso la fatalidad que se encontraran de nuevo para
darse una segunda oportunidad Como al matrimonio de don Timoteo Aranda y dontildea Carmen
Pitaluga fue por aquel rosal que durmioacute en el manto de la Fuensanta Fue la casualidad del destino
Nunca lo sabremos amigo lector
Yo tengo un pequentildeo ejemplo que me ocurrioacute en mi nintildeez Creciacute en un orfanato por circunstancias
de la vida Teniacuteamos profesores y celadores buenos y malos como todo en la vida Recuerdo a don
Miguel que era celador Una noche de invierno crudo por hablar fuerte durante la cena con un
compantildeero de mesa nos castigoacute a fregar los pasillos del recinto El techo se me vino abajo Teniacuteamos
que fregar de rodillas Alliacute no habiacutea llegado todaviacutea la fregona Tenfamos un gigantesco cuadro
colgado en la pared del comedor que desde el aacutengulo que lo miraras sus dulces ojos te miraban con
dulzura Yo tendriacutea diez antildeos maacutes o menos y siguiendo las ensentildeanzas de uno de mis maestros don
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Antonio Torres tuve fe en saberme la leccioacuten si clavaba los codos Y clavando mi mirada en el corazoacuten de Jesuacutes le dije
-Por favor hace mucho friacuteo y tengo suentildeo Tengo fe que haraacutes algo por nosotros Puede que no se
lo crean cuando los dos cubos y las bayetas las teniacuteamos preparadas como por arte de magia se
apagoacute la luz Don Miguel nos hizo esperar alliacute al pie de los cubos sobre media hora Yo sentiacutea un
cosquilleo de alegriacutea por todo el cuerpo Le dije a mi compantildeero de la bayeta
-Tengo fe que no fregamos Y esa fe me acompantildeoacute cuando don Miguel dijo
-Podeacuteis marcharos a la cama pero la proacutexima vez no os perdono
Nos acompantildeoacute con la palmatoria en la mano a nuestro dormitorio Metido en la cama le receacute al
Corazoacuten de Jesuacutes ya la mantildeana siguiente lo conteacute entre mis compantildeeros y muy pocos me creyeron
Posdata - Los personajes que aparecen aquiacute son verdaderos los siguientes El inspector Mena su
hijo Barbados que reside en la calle Veroacutenkas y los duentildeos de la fjoristeriacutea ubicada en la misma calle
Juan Ortiacuten y su hija Rosario conocida como Chari Para ellos con todo mi afecto son personas
buenas y educadas Todo lo demaacutes es fruto de mi imaginacioacuten como aprendiz de escritor que soy
Firmado Auxiliar de Farmacia Antonio Martiacutenez
M urda a 1 de mayo de 2006
Los uacuteltimos resplandores del diacutea rojos nacarados dorados pegaban en la milenaria fachada de la
Catedral El doctor don Timoteo introduce el llaviacuten en la cerradura de la puerta de su casa El silencio
es sepulcral Su voz recia sonoacute fuerte
-iquestEstas en casa reina
El silencio le contestoacute clavoacute su mirada en las delicadas rosas y acercando la cara aspiroacute
profundamente la fragancia sintieacutendose extasiado en lo maacutes profundo de sus pulmones
exclamando
-Este olor me embriaga el alma No hay perfume que le iguale
Con la chaqueta y la corbata en la mano pasoacute al saloacuten Quedoacute inmoacutevil por segundos En el fondo de la
estancia su esposa vestida con las mejores ropas y a sus pies dos maletas estaacute quieta en silencio Eacutel
dijo solemne
-iquestQueacute pasa es que te marchas con tus padres
-Si no puedo maacutes no te consiento que descargues tu ira sobre miacute cuando veas el estado
lamentable en que ha quedado tu esmoquin
Terminoacute la frase y sentildealoacute con la mano hacia una de las sillas en la que descansaba el churrascado y
perforado traje Las pobladas cejas del doctor se arquearon no pestantildeeoacute siquiera su mirada la
taladroacute por momentos sus ojos infectados de ira y sus puntildeos cerrados con fuerza tomaban un color
blanquecino Un incoacutemodo y prolongado silencio habiacutea en el saloacuten Los ojos de color esmeralda
claros y despabilados de dontildea Carmen no teniacutean maacutes laacutegrimas que derramar Don Timoteo sintioacute un
escalofriacuteo por todo su cuerpo su boca seca como un sarmiento quiso hablar pero se mordioacute la voz
Fue entonces cuando su esposa vio como se le iluminaba la cara y una laacutegrima lenta de silencio le
caiacutea por la mejilla Era la primera vez en su vida que dontildea Carmen veiacutea como lloraba su esposo Por
segundos pasoacute por su mente queacute estaba pasando alliacute ti sintioacute profundas punzadas en el pecho y
latigazos de remordimiento en lo profundo de su ser Todo lo que pasoacute despueacutes fue que el cirujano
se derrumboacute entre laacutegrimas y lleno de verguumlenza Se refugioacute en los brazos de su esposa diciendo
-Tienes que perdonarme hasta hoy no me he dado cuenta de lo que haciacutea Te lo suplico
perdoacutename
y lloraba como un nintildeo La escena del saloacuten era de puro arrepentimiento El meacutedico de rodillas
abrazado a su esposa pidiendo perdoacuten Ella sus manos alisan el cabello y la cara huacutemeda de eacutel y por
su mente es solo tamizado un pensamiento Las rosas esas rojas rosas sus peacutetalos acariciaron el
manto y las manos de la Virgen Luego el sacerdote pudiera que tuviese razoacuten
La luna habiacutea ascendido de entre los montes cercanos a la ciudad plena enorme redonda y roja
cuando el matrimonio caminaba direccioacuten al casino para celebrar la cena y la entrega de premios
anual por la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles presidida por el prestigioso reumatoacutelogo don Manuel
Menchoacuten Galiana
Dontildea Carmen vestiacutea con su vestido color pastel zapatos a juego collar de perlas del color de sus ojos
Estos teniacutean un brillo que nunca habiacutean tenido llamado felicidad Su esposo don Timoteo vestiacutea uno
de sus sencillos trajes que usaba para ir a la cliacutenica zapatos lustrosos mirada limpia y corazoacuten
14
arrepentido Por eso en el momento de levantarse para recoger el premio de manos de don Manuel
Menchoacuten no le importoacute que los alliacute presentes vistieran de esmoquin y eacutel vistiese de traje En su
pequentildeo y locuaz discurso dejoacute a todos los que le conociacutean con caras de perplejidad cuando dijo
-Pido disculpas por no llevar la ropa adecuada para la ocasioacuten Hoy he arrojado a la basura el traje
de la intolerancia del machismo puro y duro de la incomprensioacuten con la persona amada y la camisa
de grosero Y me he colocado las ropas de la comprensioacuten la bondad el carintildeo positivo y la
generosidad
Casi todas sonrieron excepto su esposa queUoraba en silencio mientras sus pensamientos le saliacutean a
borbotones Su esposo se habiacutea transformado en todo positivo El arrepentimiento habiacutea sido en
puacuteblico sin cortapisas sin importarle la verguumlenza ante conocidos y desconocidos Sigue llorando en
sifencio Su esposo camina hacia ella Son los que abriraacuten el baile de gala Por su mente solo se cruza
un pensamiento aquel rosal que durmioacute en el manto de la Virgen Ahora llora y sonriacutee a la vez
Mientras la fiesta sigue en todo su apogeo cuatro calles maacutes allaacute en una de las lujosas habitaciones
del Rincoacuten de Pepe descansan Monserrat con su compantildeero Barbados y el hijo de ambos Jordi En
mitad de la amplia habitacioacuten sobre una mesa ovalada un jarroacuten fuerte y profundo sostiene en su
interior las dieciseacuteis rosas rojas de textura aterciopelada que dejan en la estancia un aroma
embriagador
Barbados se asomoacute a la ventana para contemplar la noche la luna brillaba casi como el sol Frente a
la ventana en un balcoacuten del edificio de enfrente habiacutea ropa blanca tendida Pareciacutea como sudarios
inmoacuteviles en la noche Se quedoacute fijo mirando y como un relaacutempago en la tormenta el airecillo afinoacute
sus sentidos experimentando una intensa antildeoranza de cuando se conocieron ella y eacutel en la toma de
posesioacuten de su plaza de vigilante jurado Barbados cerroacute los ojos y sus pensamientos se
arremolinaron en una tormenta de remordimientos lamentaciones y a la vez de nostalgia Sus ojos
rojos casi a punto de lLorar En el reloj de pulsera de Monserrat las agujas marcaban las doce de la
noche se dirigioacute a su hijo diciendo
-Vamos Jordi deja en paz a papaacute mantildeana seguiraacutes besaacutendole y preguntaacutendole cuantas cosas
quieras Tienes que marcharte a tu cama Vamos carintildeo
El criacuteo le respondioacute~
-Ese aroma tan pegajoso y aromaacutetico que huelo iquestson las rosas que compraste esta mantildeana
-Si carintildeo Son las rosas iquestPor queacute -Contestoacute ella
Me gustariacutea dormir con una de ellas en mi cabecera -Dijo Jordi
-iquestPor alguacuten motivo en especial -Interpeloacute la madre
El hijo dibujoacute en su cara infantil una amplia sonrisa y dijo
-Me recuerda en mis sentidos que por primera vez veo bueno veo no conozco y beso a mi padre y
ese aroma quisiera que me acompantildeara en mi cama como si fuera eacutel
La madre ante la expresioacuten tan sincera de su hijo no tuvo maacutes remedio que acceder
15
-Conforme dormiraacutes con todas las flores en tu mesilla pero promeacuteteme que le rezaraacutes a la virgen y
te dormiraacutes -dijo ella comenzando a desvestirlo
El padre Barbados pasoacute a la habitacioacuten y le colocoacute el gran florero en la mesita de noche Las rosas
teniacutean un aspecto lozano de un rojo puacuterpura inundando la estancia de oJores insuperables
Monserrat se acostoacute en la alcoba mientras Barbados compuso una almohada con dos cojines y pasoacute
la noche en el sofaacute del saloacuten
Estaba amaneciendo y un filo de puacuterpura rasgaba las nubes Jordi el pequentildeo se despertoacute
exclamando
-Mamaacute mami iquestqueacute es esto que me estaacute pasando Puedo ver
Tanto la madre como el padre corrieron hacia su habitacioacuten El nintildeo se habiacutea incorporado en la cama
Teniacutea en sus manos una de las rosas del florero Papi que color tan bonito tiene estas flores -dijo
alargando sus brazos para que su padre pudiera verla maacutes cerca El criacuteo puesto en pie estaba absorto
contemplando todos los objetos de la habitacioacuten Un mundo nuevo habiacutea nacido para eacutel dejando a
sus padres en un segundo plano Pasaron varios minutos Jordi miro y requetemiroacute todo lo que se
poniacutea a su alcance de su mirada Fue cuando se tropezoacute con la cara de su madre las laacutegrimas
resbalaban por las mejillas
-Madre queacute feliz soy puede que por lo mucho que le rezo a la Virgen de Monserrat esto sea un
milagro
la madre sosteniacutea en su mano una rosa se la acercoacute a la boca y besaacutendola dijo
-No lo seacute hijo si esto ha sido un milagro o que la madre naturaleza ha terminado su trabajo contigo
despueacutes de ocho antildeos Sea lo que haya sido nunca podreacute pagarle el divino tesoro que el Altiacutesimo me
ha regalado
Jordi se abraza a su madre y llora emocionado Barbados trasladoacute su laacutenguida mirada a su hijo
diciendo
-Queacute a tu padre no le das un beso iquestNo ves lo falto que estoy de ellos
El nintildeo dejoacute a su madre abrazaacutendose a eacutel y besaacutendolo en la cara y la frente El aire en aquella estancia
resultaba caacutelido y perfumado con el aroma de las rosas Todo lo que pasoacute despueacutes se lo pueden
imaginar Tanto Barbados como Monserrat quiso la fatalidad que se encontraran de nuevo para
darse una segunda oportunidad Como al matrimonio de don Timoteo Aranda y dontildea Carmen
Pitaluga fue por aquel rosal que durmioacute en el manto de la Fuensanta Fue la casualidad del destino
Nunca lo sabremos amigo lector
Yo tengo un pequentildeo ejemplo que me ocurrioacute en mi nintildeez Creciacute en un orfanato por circunstancias
de la vida Teniacuteamos profesores y celadores buenos y malos como todo en la vida Recuerdo a don
Miguel que era celador Una noche de invierno crudo por hablar fuerte durante la cena con un
compantildeero de mesa nos castigoacute a fregar los pasillos del recinto El techo se me vino abajo Teniacuteamos
que fregar de rodillas Alliacute no habiacutea llegado todaviacutea la fregona Tenfamos un gigantesco cuadro
colgado en la pared del comedor que desde el aacutengulo que lo miraras sus dulces ojos te miraban con
dulzura Yo tendriacutea diez antildeos maacutes o menos y siguiendo las ensentildeanzas de uno de mis maestros don
16
Antonio Torres tuve fe en saberme la leccioacuten si clavaba los codos Y clavando mi mirada en el corazoacuten de Jesuacutes le dije
-Por favor hace mucho friacuteo y tengo suentildeo Tengo fe que haraacutes algo por nosotros Puede que no se
lo crean cuando los dos cubos y las bayetas las teniacuteamos preparadas como por arte de magia se
apagoacute la luz Don Miguel nos hizo esperar alliacute al pie de los cubos sobre media hora Yo sentiacutea un
cosquilleo de alegriacutea por todo el cuerpo Le dije a mi compantildeero de la bayeta
-Tengo fe que no fregamos Y esa fe me acompantildeoacute cuando don Miguel dijo
-Podeacuteis marcharos a la cama pero la proacutexima vez no os perdono
Nos acompantildeoacute con la palmatoria en la mano a nuestro dormitorio Metido en la cama le receacute al
Corazoacuten de Jesuacutes ya la mantildeana siguiente lo conteacute entre mis compantildeeros y muy pocos me creyeron
Posdata - Los personajes que aparecen aquiacute son verdaderos los siguientes El inspector Mena su
hijo Barbados que reside en la calle Veroacutenkas y los duentildeos de la fjoristeriacutea ubicada en la misma calle
Juan Ortiacuten y su hija Rosario conocida como Chari Para ellos con todo mi afecto son personas
buenas y educadas Todo lo demaacutes es fruto de mi imaginacioacuten como aprendiz de escritor que soy
Firmado Auxiliar de Farmacia Antonio Martiacutenez
M urda a 1 de mayo de 2006
arrepentido Por eso en el momento de levantarse para recoger el premio de manos de don Manuel
Menchoacuten no le importoacute que los alliacute presentes vistieran de esmoquin y eacutel vistiese de traje En su
pequentildeo y locuaz discurso dejoacute a todos los que le conociacutean con caras de perplejidad cuando dijo
-Pido disculpas por no llevar la ropa adecuada para la ocasioacuten Hoy he arrojado a la basura el traje
de la intolerancia del machismo puro y duro de la incomprensioacuten con la persona amada y la camisa
de grosero Y me he colocado las ropas de la comprensioacuten la bondad el carintildeo positivo y la
generosidad
Casi todas sonrieron excepto su esposa queUoraba en silencio mientras sus pensamientos le saliacutean a
borbotones Su esposo se habiacutea transformado en todo positivo El arrepentimiento habiacutea sido en
puacuteblico sin cortapisas sin importarle la verguumlenza ante conocidos y desconocidos Sigue llorando en
sifencio Su esposo camina hacia ella Son los que abriraacuten el baile de gala Por su mente solo se cruza
un pensamiento aquel rosal que durmioacute en el manto de la Virgen Ahora llora y sonriacutee a la vez
Mientras la fiesta sigue en todo su apogeo cuatro calles maacutes allaacute en una de las lujosas habitaciones
del Rincoacuten de Pepe descansan Monserrat con su compantildeero Barbados y el hijo de ambos Jordi En
mitad de la amplia habitacioacuten sobre una mesa ovalada un jarroacuten fuerte y profundo sostiene en su
interior las dieciseacuteis rosas rojas de textura aterciopelada que dejan en la estancia un aroma
embriagador
Barbados se asomoacute a la ventana para contemplar la noche la luna brillaba casi como el sol Frente a
la ventana en un balcoacuten del edificio de enfrente habiacutea ropa blanca tendida Pareciacutea como sudarios
inmoacuteviles en la noche Se quedoacute fijo mirando y como un relaacutempago en la tormenta el airecillo afinoacute
sus sentidos experimentando una intensa antildeoranza de cuando se conocieron ella y eacutel en la toma de
posesioacuten de su plaza de vigilante jurado Barbados cerroacute los ojos y sus pensamientos se
arremolinaron en una tormenta de remordimientos lamentaciones y a la vez de nostalgia Sus ojos
rojos casi a punto de lLorar En el reloj de pulsera de Monserrat las agujas marcaban las doce de la
noche se dirigioacute a su hijo diciendo
-Vamos Jordi deja en paz a papaacute mantildeana seguiraacutes besaacutendole y preguntaacutendole cuantas cosas
quieras Tienes que marcharte a tu cama Vamos carintildeo
El criacuteo le respondioacute~
-Ese aroma tan pegajoso y aromaacutetico que huelo iquestson las rosas que compraste esta mantildeana
-Si carintildeo Son las rosas iquestPor queacute -Contestoacute ella
Me gustariacutea dormir con una de ellas en mi cabecera -Dijo Jordi
-iquestPor alguacuten motivo en especial -Interpeloacute la madre
El hijo dibujoacute en su cara infantil una amplia sonrisa y dijo
-Me recuerda en mis sentidos que por primera vez veo bueno veo no conozco y beso a mi padre y
ese aroma quisiera que me acompantildeara en mi cama como si fuera eacutel
La madre ante la expresioacuten tan sincera de su hijo no tuvo maacutes remedio que acceder
15
-Conforme dormiraacutes con todas las flores en tu mesilla pero promeacuteteme que le rezaraacutes a la virgen y
te dormiraacutes -dijo ella comenzando a desvestirlo
El padre Barbados pasoacute a la habitacioacuten y le colocoacute el gran florero en la mesita de noche Las rosas
teniacutean un aspecto lozano de un rojo puacuterpura inundando la estancia de oJores insuperables
Monserrat se acostoacute en la alcoba mientras Barbados compuso una almohada con dos cojines y pasoacute
la noche en el sofaacute del saloacuten
Estaba amaneciendo y un filo de puacuterpura rasgaba las nubes Jordi el pequentildeo se despertoacute
exclamando
-Mamaacute mami iquestqueacute es esto que me estaacute pasando Puedo ver
Tanto la madre como el padre corrieron hacia su habitacioacuten El nintildeo se habiacutea incorporado en la cama
Teniacutea en sus manos una de las rosas del florero Papi que color tan bonito tiene estas flores -dijo
alargando sus brazos para que su padre pudiera verla maacutes cerca El criacuteo puesto en pie estaba absorto
contemplando todos los objetos de la habitacioacuten Un mundo nuevo habiacutea nacido para eacutel dejando a
sus padres en un segundo plano Pasaron varios minutos Jordi miro y requetemiroacute todo lo que se
poniacutea a su alcance de su mirada Fue cuando se tropezoacute con la cara de su madre las laacutegrimas
resbalaban por las mejillas
-Madre queacute feliz soy puede que por lo mucho que le rezo a la Virgen de Monserrat esto sea un
milagro
la madre sosteniacutea en su mano una rosa se la acercoacute a la boca y besaacutendola dijo
-No lo seacute hijo si esto ha sido un milagro o que la madre naturaleza ha terminado su trabajo contigo
despueacutes de ocho antildeos Sea lo que haya sido nunca podreacute pagarle el divino tesoro que el Altiacutesimo me
ha regalado
Jordi se abraza a su madre y llora emocionado Barbados trasladoacute su laacutenguida mirada a su hijo
diciendo
-Queacute a tu padre no le das un beso iquestNo ves lo falto que estoy de ellos
El nintildeo dejoacute a su madre abrazaacutendose a eacutel y besaacutendolo en la cara y la frente El aire en aquella estancia
resultaba caacutelido y perfumado con el aroma de las rosas Todo lo que pasoacute despueacutes se lo pueden
imaginar Tanto Barbados como Monserrat quiso la fatalidad que se encontraran de nuevo para
darse una segunda oportunidad Como al matrimonio de don Timoteo Aranda y dontildea Carmen
Pitaluga fue por aquel rosal que durmioacute en el manto de la Fuensanta Fue la casualidad del destino
Nunca lo sabremos amigo lector
Yo tengo un pequentildeo ejemplo que me ocurrioacute en mi nintildeez Creciacute en un orfanato por circunstancias
de la vida Teniacuteamos profesores y celadores buenos y malos como todo en la vida Recuerdo a don
Miguel que era celador Una noche de invierno crudo por hablar fuerte durante la cena con un
compantildeero de mesa nos castigoacute a fregar los pasillos del recinto El techo se me vino abajo Teniacuteamos
que fregar de rodillas Alliacute no habiacutea llegado todaviacutea la fregona Tenfamos un gigantesco cuadro
colgado en la pared del comedor que desde el aacutengulo que lo miraras sus dulces ojos te miraban con
dulzura Yo tendriacutea diez antildeos maacutes o menos y siguiendo las ensentildeanzas de uno de mis maestros don
16
Antonio Torres tuve fe en saberme la leccioacuten si clavaba los codos Y clavando mi mirada en el corazoacuten de Jesuacutes le dije
-Por favor hace mucho friacuteo y tengo suentildeo Tengo fe que haraacutes algo por nosotros Puede que no se
lo crean cuando los dos cubos y las bayetas las teniacuteamos preparadas como por arte de magia se
apagoacute la luz Don Miguel nos hizo esperar alliacute al pie de los cubos sobre media hora Yo sentiacutea un
cosquilleo de alegriacutea por todo el cuerpo Le dije a mi compantildeero de la bayeta
-Tengo fe que no fregamos Y esa fe me acompantildeoacute cuando don Miguel dijo
-Podeacuteis marcharos a la cama pero la proacutexima vez no os perdono
Nos acompantildeoacute con la palmatoria en la mano a nuestro dormitorio Metido en la cama le receacute al
Corazoacuten de Jesuacutes ya la mantildeana siguiente lo conteacute entre mis compantildeeros y muy pocos me creyeron
Posdata - Los personajes que aparecen aquiacute son verdaderos los siguientes El inspector Mena su
hijo Barbados que reside en la calle Veroacutenkas y los duentildeos de la fjoristeriacutea ubicada en la misma calle
Juan Ortiacuten y su hija Rosario conocida como Chari Para ellos con todo mi afecto son personas
buenas y educadas Todo lo demaacutes es fruto de mi imaginacioacuten como aprendiz de escritor que soy
Firmado Auxiliar de Farmacia Antonio Martiacutenez
M urda a 1 de mayo de 2006
-Conforme dormiraacutes con todas las flores en tu mesilla pero promeacuteteme que le rezaraacutes a la virgen y
te dormiraacutes -dijo ella comenzando a desvestirlo
El padre Barbados pasoacute a la habitacioacuten y le colocoacute el gran florero en la mesita de noche Las rosas
teniacutean un aspecto lozano de un rojo puacuterpura inundando la estancia de oJores insuperables
Monserrat se acostoacute en la alcoba mientras Barbados compuso una almohada con dos cojines y pasoacute
la noche en el sofaacute del saloacuten
Estaba amaneciendo y un filo de puacuterpura rasgaba las nubes Jordi el pequentildeo se despertoacute
exclamando
-Mamaacute mami iquestqueacute es esto que me estaacute pasando Puedo ver
Tanto la madre como el padre corrieron hacia su habitacioacuten El nintildeo se habiacutea incorporado en la cama
Teniacutea en sus manos una de las rosas del florero Papi que color tan bonito tiene estas flores -dijo
alargando sus brazos para que su padre pudiera verla maacutes cerca El criacuteo puesto en pie estaba absorto
contemplando todos los objetos de la habitacioacuten Un mundo nuevo habiacutea nacido para eacutel dejando a
sus padres en un segundo plano Pasaron varios minutos Jordi miro y requetemiroacute todo lo que se
poniacutea a su alcance de su mirada Fue cuando se tropezoacute con la cara de su madre las laacutegrimas
resbalaban por las mejillas
-Madre queacute feliz soy puede que por lo mucho que le rezo a la Virgen de Monserrat esto sea un
milagro
la madre sosteniacutea en su mano una rosa se la acercoacute a la boca y besaacutendola dijo
-No lo seacute hijo si esto ha sido un milagro o que la madre naturaleza ha terminado su trabajo contigo
despueacutes de ocho antildeos Sea lo que haya sido nunca podreacute pagarle el divino tesoro que el Altiacutesimo me
ha regalado
Jordi se abraza a su madre y llora emocionado Barbados trasladoacute su laacutenguida mirada a su hijo
diciendo
-Queacute a tu padre no le das un beso iquestNo ves lo falto que estoy de ellos
El nintildeo dejoacute a su madre abrazaacutendose a eacutel y besaacutendolo en la cara y la frente El aire en aquella estancia
resultaba caacutelido y perfumado con el aroma de las rosas Todo lo que pasoacute despueacutes se lo pueden
imaginar Tanto Barbados como Monserrat quiso la fatalidad que se encontraran de nuevo para
darse una segunda oportunidad Como al matrimonio de don Timoteo Aranda y dontildea Carmen
Pitaluga fue por aquel rosal que durmioacute en el manto de la Fuensanta Fue la casualidad del destino
Nunca lo sabremos amigo lector
Yo tengo un pequentildeo ejemplo que me ocurrioacute en mi nintildeez Creciacute en un orfanato por circunstancias
de la vida Teniacuteamos profesores y celadores buenos y malos como todo en la vida Recuerdo a don
Miguel que era celador Una noche de invierno crudo por hablar fuerte durante la cena con un
compantildeero de mesa nos castigoacute a fregar los pasillos del recinto El techo se me vino abajo Teniacuteamos
que fregar de rodillas Alliacute no habiacutea llegado todaviacutea la fregona Tenfamos un gigantesco cuadro
colgado en la pared del comedor que desde el aacutengulo que lo miraras sus dulces ojos te miraban con
dulzura Yo tendriacutea diez antildeos maacutes o menos y siguiendo las ensentildeanzas de uno de mis maestros don
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Antonio Torres tuve fe en saberme la leccioacuten si clavaba los codos Y clavando mi mirada en el corazoacuten de Jesuacutes le dije
-Por favor hace mucho friacuteo y tengo suentildeo Tengo fe que haraacutes algo por nosotros Puede que no se
lo crean cuando los dos cubos y las bayetas las teniacuteamos preparadas como por arte de magia se
apagoacute la luz Don Miguel nos hizo esperar alliacute al pie de los cubos sobre media hora Yo sentiacutea un
cosquilleo de alegriacutea por todo el cuerpo Le dije a mi compantildeero de la bayeta
-Tengo fe que no fregamos Y esa fe me acompantildeoacute cuando don Miguel dijo
-Podeacuteis marcharos a la cama pero la proacutexima vez no os perdono
Nos acompantildeoacute con la palmatoria en la mano a nuestro dormitorio Metido en la cama le receacute al
Corazoacuten de Jesuacutes ya la mantildeana siguiente lo conteacute entre mis compantildeeros y muy pocos me creyeron
Posdata - Los personajes que aparecen aquiacute son verdaderos los siguientes El inspector Mena su
hijo Barbados que reside en la calle Veroacutenkas y los duentildeos de la fjoristeriacutea ubicada en la misma calle
Juan Ortiacuten y su hija Rosario conocida como Chari Para ellos con todo mi afecto son personas
buenas y educadas Todo lo demaacutes es fruto de mi imaginacioacuten como aprendiz de escritor que soy
Firmado Auxiliar de Farmacia Antonio Martiacutenez
M urda a 1 de mayo de 2006
Antonio Torres tuve fe en saberme la leccioacuten si clavaba los codos Y clavando mi mirada en el corazoacuten de Jesuacutes le dije
-Por favor hace mucho friacuteo y tengo suentildeo Tengo fe que haraacutes algo por nosotros Puede que no se
lo crean cuando los dos cubos y las bayetas las teniacuteamos preparadas como por arte de magia se
apagoacute la luz Don Miguel nos hizo esperar alliacute al pie de los cubos sobre media hora Yo sentiacutea un
cosquilleo de alegriacutea por todo el cuerpo Le dije a mi compantildeero de la bayeta
-Tengo fe que no fregamos Y esa fe me acompantildeoacute cuando don Miguel dijo
-Podeacuteis marcharos a la cama pero la proacutexima vez no os perdono
Nos acompantildeoacute con la palmatoria en la mano a nuestro dormitorio Metido en la cama le receacute al
Corazoacuten de Jesuacutes ya la mantildeana siguiente lo conteacute entre mis compantildeeros y muy pocos me creyeron
Posdata - Los personajes que aparecen aquiacute son verdaderos los siguientes El inspector Mena su
hijo Barbados que reside en la calle Veroacutenkas y los duentildeos de la fjoristeriacutea ubicada en la misma calle
Juan Ortiacuten y su hija Rosario conocida como Chari Para ellos con todo mi afecto son personas
buenas y educadas Todo lo demaacutes es fruto de mi imaginacioacuten como aprendiz de escritor que soy
Firmado Auxiliar de Farmacia Antonio Martiacutenez
M urda a 1 de mayo de 2006